salud y epidemiología: medio ambiente y fertilización con hierro de los océanos

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1 El medioambiente contra el progreso. ¡Hagan sus apuestas! ¿Se pueden admitir concesiones en detrimento del medioambiente? “Tengo miedo (…). Soy sólo una niña y no tengo todas las soluciones, pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco las tie- nen. No saben cómo arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono. No saben cómo de- volver a los salmones a aguas no contamina- das. No saben cómo resucitar un animal extinto. Y no pueden recuperar los bosques que antes crecían donde ahora hay desiertos. Si no saben cómo arreglarlo, por favor, dejen de destruirlo…”. AIDELDÍAZ MEJÍAS Estas palabras fueron pronunciadas hace la friolera de diecinueve años en la Conferencia de Medioambiente y Desarrollo “The Earth Summit”, celebrada por la ONU en Río de Ja- neiro. Su autora, Severn Suzuki, tenía en ese momento doce años. Hoy tiene treinta y uno. Y seguramente podría pronunciar el mismo dis- curso y sus palabras tendrían la misma vigencia que entonces. En su día, la crudeza de lo que se oyó en aquella conferencia de la ONU dio la vuelta al mundo e hizo enrojecer de ver- güenza a más de uno de los allí reunidos. Dicen que las palabras se las lleva el viento. Hay pa- labras que son como una bofetada para quien las recibe y, por ello, totalmente necesarias para llamar la atención y hacernos reaccionar ante la desidia y el conformismo. “La relevancia de la problemática medioambiental, a pesar de ser rela- tivamente reciente, se encuentra pre- sente en distintos ámbitos del Derecho, incluido el constitucional” ¿Cuánto hemos avanzado en estos dieciocho años en materia medioambiental? Probable- mente la respuesta será bien diferente depen- diendo de su procedencia. Los dirigentes políticos, las autoridades, los gobiernos, las grandes corporaciones con intereses económi- cos, quizás sean más benevolentes en su res- puesta y destacarán los grandes logros y los acuerdos alcanzados. En el otro extremo, las organizaciones y asociaciones de defensa y conservación del medioambiente adoptarán un discurso más bélico y crítico y situarán nuestro planeta poco más que al borde del Apocalipsis medioambiental. Intereses económicos y polí- ticos de un lado; defensa a ultranza del me- dioambiente por otro. ¿Dónde está el equilibrio? ¿Todo vale en pro del ecologismo? ¿Se pueden admitir concesio- nes en detrimento del medioambiente y a favor del desarrollo y del bienestar social? La res- puesta a estas preguntas se antoja complicada, sobre todo teniendo en cuenta que la búsqueda del mencionado equilibrio parte de posturas muchas veces aparentemente irreconciliables. Es evidente que estamos ante un tema que le- vanta pasiones y es fuente de intereses contra- puestos. Todos los agentes implicados coinciden en que el medioambiente es un bien público merecedor de protección. Así se refleja en las diferentes regulaciones jurídicas que sobre esta materia existen en la actualidad, ya sea a nivel internacional, comunitario, estatal o regional. Aspecto bien distinto es el grado de protección que a dicha cuestión ha de otor- garse. Inés Olaizola y Soledad Barber, profe- soras de Protección penal del medioambiente en la Universidad Pública de Navarra, recuer- dan que “la relevancia de la problemática me- dioambiental, a pesar de ser relativamente reciente, se encuentra presente en distintos ám- bitos del Derecho, incluido el constitucional”. ¿Qué dice la ley? Nuestro sistema jurídico recoge y protege el derecho al medioambiente a nivel constitucio- nal (art. 45), así como la obligación de defen- derlo y conservarlo. Sin embargo, a diferencia de otros derechos recogidos en el mismo texto, no le confiere la categoría de fundamental, con lo cual se ve privado de su defensa ante la más alta instancia judicial (el Tribunal Constitucio- nal) a través del recurso de amparo. La Tierra, un paraíso que debe ser cuidado. Foto Archivo MEDIO AMBIENTE + FERTILIZACIÓN CON HIERRO DEL OCÉANO

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Trabajo para la asignatura Salud y epidemiología. Curso 2010/2011.

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Page 1: Salud y epidemiología: medio ambiente y fertilización con hierro de los océanos

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El medioambiente contra elprogreso. ¡Hagan sus apuestas!

¿Se pueden admitir concesiones en detrimento del medioambiente?

“Tengo miedo (…). Soy sólo una niña yno tengo todas las soluciones, pero quieroque se den cuenta: ustedes tampoco las tie-nen. No saben cómo arreglar los agujeros ennuestra capa de ozono. No saben cómo de-volver a los salmones a aguas no contamina-das. No saben cómo resucitar un animalextinto. Y no pueden recuperar los bosquesque antes crecían donde ahora hay desiertos.Si no saben cómo arreglarlo, por favor,dejen de destruirlo…”.

AIDELDÍAZ MEJÍAS

Estas palabras fueron pronunciadas hace lafriolera de diecinueve años en la Conferenciade Medioambiente y Desarrollo “The EarthSummit”, celebrada por la ONU en Río de Ja-neiro. Su autora, Severn Suzuki, tenía en esemomento doce años. Hoy tiene treinta y uno. Yseguramente podría pronunciar el mismo dis-curso y sus palabras tendrían la misma vigenciaque entonces. En su día, la crudeza de lo quese oyó en aquella conferencia de la ONU diola vuelta al mundo e hizo enrojecer de ver-güenza a más de uno de los allí reunidos. Dicenque las palabras se las lleva el viento. Hay pa-labras que son como una bofetada para quienlas recibe y, por ello, totalmente necesarias parallamar la atención y hacernos reaccionar antela desidia y el conformismo.

“La relevancia de la problemática

medioambiental, a pesar de ser rela-

tivamente reciente, se encuentra pre-

sente en distintos ámbitos del

Derecho, incluido el constitucional”

¿Cuánto hemos avanzado en estos dieciochoaños en materia medioambiental? Probable-mente la respuesta será bien diferente depen-diendo de su procedencia. Los dirigentespolíticos, las autoridades, los gobiernos, lasgrandes corporaciones con intereses económi-cos, quizás sean más benevolentes en su res-

puesta y destacarán los grandes logros y losacuerdos alcanzados. En el otro extremo, lasorganizaciones y asociaciones de defensa yconservación del medioambiente adoptarán undiscurso más bélico y crítico y situarán nuestroplaneta poco más que al borde del Apocalipsismedioambiental. Intereses económicos y polí-ticos de un lado; defensa a ultranza del me-dioambiente por otro.

¿Dónde está el equilibrio? ¿Todo vale en prodel ecologismo? ¿Se pueden admitir concesio-nes en detrimento del medioambiente y a favordel desarrollo y del bienestar social? La res-puesta a estas preguntas se antoja complicada,sobre todo teniendo en cuenta que la búsquedadel mencionado equilibrio parte de posturasmuchas veces aparentemente irreconciliables.Es evidente que estamos ante un tema que le-vanta pasiones y es fuente de intereses contra-puestos. Todos los agentes implicadoscoinciden en que el medioambiente es un bienpúblico merecedor de protección. Así se reflejaen las diferentes regulaciones jurídicas que

sobre esta materia existen en la actualidad, yasea a nivel internacional, comunitario, estatalo regional. Aspecto bien distinto es el grado deprotección que a dicha cuestión ha de otor-garse. Inés Olaizola y Soledad Barber, profe-soras de Protección penal del medioambienteen la Universidad Pública de Navarra, recuer-dan que “la relevancia de la problemática me-dioambiental, a pesar de ser relativamentereciente, se encuentra presente en distintos ám-bitos del Derecho, incluido el constitucional”.

¿Qué dice la ley?

Nuestro sistema jurídico recoge y protege elderecho al medioambiente a nivel constitucio-nal (art. 45), así como la obligación de defen-derlo y conservarlo. Sin embargo, a diferenciade otros derechos recogidos en el mismo texto,no le confiere la categoría de fundamental, conlo cual se ve privado de su defensa ante la másalta instancia judicial (el Tribunal Constitucio-nal) a través del recurso de amparo.

La Tierra, un paraíso que debe ser cuidado. Foto Archivo

MEDIO AMBIENTE +FERTILIZACIÓN CONHIERRO DEL OCÉANO

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No sólo eso, la Constitución otorga al derechoal medioambiente el nivel de protección másbajo de cuantos derechos allí se recogen al in-cluirlo en los denominados “principios rectoresde la política social y económica”. Es más, lavaga redacción del art. 53.3, el cual recoge unaprotección demasiado genérica y ambigua, esotro síntoma más que nos lleva a pensar en elderecho al medioambiente como un derecho desegunda. Podríamos preguntarnos por las razo-nes que llevaron a los redactores de la CartaMagna a evitar este “blindaje” del derecho almedioambiente. Quizás fuese una de ellas lanecesidad de conjugar todos los intereses enjuego, reconociendo que otorgar el más altogrado de protección en esta materia iría en ladirección opuesta a dicho fin.

Es curioso cómo,siendo un principio rec-tor de la política socialy económica, en infini-dad de ocasiones laprotección medioam-biental choca precisa-mente con los intereseseconómicos, sociales ypolíticos, y se consi-dera más como un las-tre para el desarrollo dela sociedad que comoparte del mismo. Y anivel internacional lacuestión se plantea enlos mismos términos.

Seguimos unos mode-los de desarrollo indus-trial y crecimientoeconómico que tienenuna relación directacon el deterioro me-dioambiental. Dichodeterioro no se reduce ameros daños ecológi-cos sin consecuencias para las personas, sinoque afecta a nuestra calidad de vida. De ahí quese empiece a considerar al medioambientecomo un interés colectivo a proteger. Desarro-llo sí, pero sin merma de la calidad de vida; esdecir, desarrollo sostenible. Con todos los in-tereses en juego, conciliar ambos aspectos seantoja complicado, y parece que en unas oca-siones debemos optar por un lado de la disyun-tiva y en otras por el otro: o desarrollo omedioambiente, aunque esto último pueda su-poner ciertas renuncias o concesiones. Todoello en pro del tan ansiado equilibrio.

El poder de la dicotomía

Dicha dicotomía tiene reflejo en la propia nor-mativa medioambiental. En efecto, para lograrun pleno respeto a leyes ambientales, los fac-tores a vencer son los intereses personales yeconómicos. No se trata tanto de que las leyessean creadas y promulgadas sino que se vigilesu cumplimiento de forma estricta, con el finde lograr los objetivos ambientales. El Me-dioambiente es de titularidad universal y los re-cursos naturales son parte de la civilización

humana. El debate planteado en términos dis-yuntivos (o medioambiente o desarrollo) es unaposición errónea y se debe ahondar en un de-bate más integrador en el que lo medioambien-tal forme parte precisamente de ese desarrollo.Muchos pasos se han dado en este sentido, aun-que, claro está, queda un largo camino por re-correr.

¿Qué hay de cierto y de no tan cierto

en torno al tema del calentamiento

global?

La ambición humana por la riqueza y el poderno debe cegarnos a la hora de ver que tambiénse puede generar riqueza y prosperidad a través

de la ecología, consiguiendo un “ecodesarro-llo”, un “ecobienestar” a través de energías al-ternativas, métodos de producción sostenibles,

etc. Todo ello acompañado de un uso racionalde los recursos naturales. Sergio Caro Fernán-dez, funcionario de la Diputación Foral de Biz-kaia con experiencia en su Área deMedioambiente, afirma que “acercar estos re-cursos a la ciudadanía y concienciarla sobre suuso racional supone una labor institucional im-portante en materia ambiental”. Y en esa vía esen la que parece estar la administración foral.“Concretamente en tema de aguas concedemosanualmente subvenciones a los Ayuntamientoscuya finalidad es la ejecución de obras de abas-tecimiento y saneamiento en sus respectivosmunicipios y periódicamente realizamos cam-pañas de sensibilización con el objetivo de fo-mentar un uso responsable del agua”.

El esfuerzo a realizar enmateria ambiental es in-gente y seguramentepasa por replantear to-talmente el sistema pro-ductivo de desarrolloeconómico pero, sinlugar a dudas, esta tareatitánica merece la pena.No sólo eso. Debemospensar que tenemos unadeuda con la naturaleza,puesto que el ser hu-mano es parte de losproblemas ambientalesy, por ende, debe serparte de la solución. Lahumanidad requiere unaserie de valores paraasegurar que las genera-ciones futuras tenganun planeta saludable, ysobre todo habitable,donde puedan aspirar auna vida plena. Esdecir, se trata de fomen-tar la cultura ambientaly progresar desde los

pequeños gestos a las grandes acciones. ¿Dealgo servirán los Protocolos medioambientales,las Conferencias Intergubernamentales o losgrandes acuerdos internacionales si no hay ciu-dadanos concienciados y comprometidos me-dioambientalmente? ¿Será esto posible si laspersonas que tienen el poder y la capacidad detomar decisiones no dan un ejemplo nítido yrotundo en este sentido?

Tenemos que decidir qué futuro queremos tenery en qué condiciones, puesto que lo que hoyhagamos tendrá sus consecuencias para las ge-neraciones venideras. El debate no puede estarinfluenciado por los intereses de unos o deotros. Debemos dejar de lado actitudes quehasta ahora se han venido dando: no es unacuestión de quién es más fuerte sino una cues-tión de integración, de aunar las diferentes sen-sibilidades.

¿Realmente la energía nuclear es tan contami-nante? Y aunque no lo fuese, ¿no sería mejorprofundizar en la búsqueda de otro tipo deenergía alternativa que cumpliese los mismosfines pero no entrañase tanto riesgo en su utili-

Países como Islandia aprovechan la actividad geotérmica y volcánica como fuente de energía. Foto Archivo

Energía eólica, una de ‘las renovables’. Foto Archivo

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zación? ¿Qué hay de cierto y de no tan ciertoen torno al tema del calentamiento global?¿Existe alternativa a la construcción salvajeque inunda nuestras costas? ¿Cómo minimizarsu impacto ecológico? ¿Qué pasos hay quecontinuar dando para lograr una plena eficien-cia energética en términos de sostenibilidad?Son sólo algunas de las preguntas que debenconformar dicho debate y cuya respuesta debeservir para consolidar la mencionada culturaambiental.

El debate internacional

El debate actual entre países desarrollados ypaíses en vías de desarrollo se centra en cómocompatibilizar el progreso económico con laconservación medioambiental, ya que recono-cen que su degradaciónempobrece al planeta ylimita su capacidad fu-tura para generar riquezay bienestar. En estesen-tido, y como parte delmencionado debate, laesfera internacional serevela como un marcoesencial, tal y comosuele ser habitual en estetipo de asuntos. Desde laONU se ve como unpaso importante poten-ciar acuerdos globalescon objetivos claros yposibles en cuanto a sucumplimiento, teniendoen cuenta las particulari-dades de los diferentespaíses, algo así como unProtocolo de Kyoto 2.0.Asimismo, y conside-rando que la protecciónmedioambiental también implica ciertos costes,se empieza a debatir sobre una serie de meca-nismos de carácter comercial y financierocomo compensación para aquellos que más so-porten dichos costes. Para el Programa de lasNaciones Unidas para el Medioambiente, eldesarrollo sostenible debe ser un equilibrioentre crecimiento económico, cohesión socialy protección del medioambiente.

Entonces, ¿puede entenderse el crecimientoeconómico como sostenible y racional? En estesentido, vamos superando una etapa en que eldesarrollo económico se revelaba despiadadocon el medioambiente. Evidentemente todavíapersisten síntomas de esta escalada salvaje: de-

forestación, construcción sin escrúpulos, cazade especies en peligro de extinción… Y, por su-puesto, estos síntomas son más persistentes enunos países que en otros. Pero no es menoscierto que las empresas y los agentes económi-cos en general no son tan ajenas al impacto quesu actividad produce a nivel ecológico y, hoyen día, se comienza a considerar la cuestiónecológica y medioambiental como un distintivode competitividad, un plus añadido que se tra-duce en términos de excelencia para todosaquellos que miman este aspecto.

Esto no es exclusivo del ámbito privado, sinoque también las instituciones públicas comien-zan a implicarse. “Nosotros debemos superardos auditorias anuales: una interna, que realizauna consultoría especializada y otra externa, de

la que se encarga personal de AENOR. Y lasmismas se realizan bajo estrictos protocolos deactuación”, dice Sergio Caro Fernández. “Lasempresas públicas y, en concreto las adminis-traciones, deben dar ejemplo en estos temas.No se puede conseguir la implicación de agen-tes económicos y sociales si nosotros no somoslos primeros implicados”.

“No podemos abusar de los recursos

de la Tierra como si fueran infinitos;

no podemos emitir infinita cantidad

de compuestos químicos a la atmós-

fera, porque ésta tiene una capacidad

limitada de autorregulación”

En este sentido, ejemplos como la “ecoeti-queta” representan un intento de diferenciarsede la competencia ofreciendo al consumidor unproducto medioambientalmente implicado, conlo que ello supone en términos de valor aña-dido. De ahí que la formación medioambientalempiece a ser de vital importancia para las em-presas, considerándose no sólo una cuestión acorto plazo sino también una inversión de caraal futuro. Así, calidad y medioambiente co-mienzan a ir de la mano.

La cohesión social “debe surgir en torno al des-arrollo sostenible”, como establece la FAO (Or-ganización de Naciones Unidas para laAgricultura y la Alimentación), y requiere“vertebración social, la construcción de un in-terés colectivo y la proximidad relacional delos ciudadanos y el poder público”. Dicha co-hesión va ligada a la responsabilidad social enmateria medioambiental puesto que “todo de-terioro del ambiente va en detrimento directodel derecho de las personas al desarrollo, lo queafecta a los grupos más vulnerables de las di-versas sociedades nacionales”.

La protección del medioambiente “debe enten-derse como una revolución ambiental” quedebe partir de todos y cada uno de nosotros“cambiando radicalmente nuestra interacción

con el medio natural”,en palabras de José LuisRubio, InvestigadorCientífico del ConsejoSuperior de Investiga-ciones Científicas(CISC). “No podemosabusar de los recursosde la Tierra como si fue-ran infinitos; no pode-mos emitir infinitacantidad de compuestosquímicos a la atmósfera,porque ésta tiene unacapacidad limitada deautorregulación y nopodemos maltratar losrecursos de agua y sue-los porque estos tienentambién una capacidadlimitada de autodepura-ción. Se impone uncambio radical en elmodelo actual de des-

arrollo económico y en nuestra interacción conel medio natural. Se impone una autentica re-volución ambiental a nivel social y personal...”.

¿Pero cóm impulsar los cambios cuando algu-nos elementos, dañinos según la ‘literatura’,también son necesarios para la vida? El dióxidode carbono (CO2) es uno de los gases de efectoinvernadero natural que contribuye a que laTierra tenga una temperatura habitable. Si bien,un exceso de éste acentúa el fenómeno cono-cido como efecto invernadero artificial, redu-ciendo la emisión de calor al espacio yprovocando un mayor calentamiento del pla-neta. Una propuesta que suena contra esto es lafertilización con hierro del océano.

Muchas de las catástrofes naturales actuales, achacadas al cambio climático. Foto Archivo

La contaminación industrial, gran enemiga del medioambiente. Imagen de Archivo

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Según aparece en la web quimica.es, “en losúltimos años, la cantidad de dióxido de car-bono en la atmósfera ha presentado un au-mento. Se ha pasado de unas 280 ppm en laera preindustrial a unas 390 ppm en 2009(aun cuando su concentración global en laatmósfera es de apenas 0,039%)”. Y añadeque este aumento podría contribuir al calen-tamiento global del clima planetario, que selleva registrando con un promedio de 0,6grados centígrados en la superficie terrestre,en los últimos 100 años.

La superficie de la Tierra recibe del Sol 161w/m2 y del Efecto Invernadero de la Atmósfera333w/m², en total 494 w/m2, como la superfi-cie de la Tierra emite un total de 493 w/m2 (17de convección + 80 de evapotranspiración +396 de radiación de la superficie terreste), su-pone una absorción neta de calor de 0,9 w/m2,que en el tiempo actual está provocando el ca-lentamiento de la Tierra.

¿Cómo frenar los gases de invernadero?

Una solución para reducir las emisiones degases pasaría por el cumplimiento de todos losestados del Protocolo de Kyoto, como se ex-plica en la web atmosphere.mpg.de. Otra ma-nera, recoge la misa, sería retirar el dióxido decarbono de la atmósfera, aumentando la capa-cidad de la Tierra para almacenar carbono alargo plaz. Este es el método de la fertilizaciónpor hierro, consistente en añadir hierro a losocéanos para aumentar el fitoplancton incre-mentando la fotosíntesis y reduciendo los nive-les de dióxido de carbono en la atmósfera,quedando depositado en las profundidades.

“La principal fuente de hierro en las

aguas superficiales del océano

abierto es el transporte eólico de

polvo desde los continentes”

El proceso de fertilización

Ciertos experimentos indican que hay escasezde plancton en grandes extensiones de losmares, especialmente en el Océano Pacífico, yen los del hemisferio sur, debido a que son muydeficientes en hierro. La adición artificial dehierro en estas áreas podría dar lugar a creci-mientos masivos de plancton, y en el Océanodel Sur podrían descender a los fondos oceáni-cos atrapando el dióxido de carbono consu-mido en la actividad fotosintética. Se estánrealizando experimentos para probar la viabi-

lidad de esta pro-puesta; los primerosresultados indican queel efecto del hierrotiene lugar a cortoplazo.

De manera natural, laprincipal fuente dehierro en las aguas su-perficiales del océanoabierto es el transporteeólico de polvo desdelos continentes. Estepolvo se origina en lasregiones áridas y se-miáridas donde la ero-sión fluvial pasada oestacional genera ma-terial susceptible deser erosionado por elviento.

Las partículas finas (aproximadamente 2 mi-cras de diámetro) son transportadas con facili-dad por movimientos atmosféricos verticalesque elevan el material a altas altitudes (de 3 a7 km), desde donde puede transportarse pormiles de kilómetros hasta encontrar las condi-ciones atmosféricas (precipitaciones o baja ve-locidad del viento) que provocan su depósitoen las superficie del océano. Durante el trans-porte, factores tales como la acidez del agua,las nubes, el sulfato y la luz solar, afectan a lasreacciones químicas que transforman los óxi-

dos de hierro menos solubles en formas amor-fas más solubles.

Los procesos biológicos agotan el hierro di-suelto en el océano superficial, en tanto que elequilibrio entre mineralización y el arrastreabiótico (sorción) controla sus concentracionesen las profundidades. Cuando la capa de oxí-geno mínimo queda casi desprovista de oxí-geno, se modifica el equilibrio entre el arrastrey la disolución ya que se incrementa la disolu-ción reductiva de las partículas de hierro de esacapa.

Curva de Keeling sobre los niveles de concentración de CO2 obtenidos en el Observatorio de Mauna Loa.

Calentamiento global yfertilización con hierro del océano

¿Una solución a la contaminación atmosférica por CO2?

Balance anual de energía de la Tierra desarrollado por Trenberth, Fasullo y Kiehl dela NCAR en 2008.

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Razones a favor de la fertilización

Según la web atmosphere.mpg.de, enel reportaje ‘¿Añadir hierro a gran es-cala en el océano puede ayudar a fre-nar el calentamiento global?’, “elaumento de la fotosíntesis reduce losniveles de dióxido de carbono en laatmósfera y, por tanto, el calenta-miento global”. En la misma aclaraque, una vez muerto el fitoplancton,éste se hunde llevándose el carbono,que se almacenará en el fondo de losocéanos. Aumentando el fitoplanctonse aumenta el alimento para otras es-pecies: “los peces se alimentan de él,con lo que se incrementa su número yla cantidad de comida para la cre-ciente población humana”, añade.

Por otra parte, la fertilización es “unaopción muy barata para reducir el car-bono en comparación con otras medi-das” y, además, “es una solución alargo plazo ante el calentamiento global”, quepermitiría, incluso, vender, “en forma de cré-ditos”, el carbono almacenado en el fondo delos océanos en el mercado mundial del car-bono.

Razones en contra

En el mismo texto de la web at-mosphere.mpg.de, se asegura queañadir hierro supone alterar “com-pletamente las comunidades bio-lógicas marinas”, así como que ladescomposición del fitoplancton“reduce los niveles de oxígeno enel agua” y que la actividad micro-biana asociada a este fenómeno“puede producir potentes gases deefecto invernadero como el me-tano (62 veces más potente que eldióxido de carbono) y el óxido ni-troso (275 veces más activo que eldióxido de carbono)”.

El almacenaje de carbono seríaventajoso si la fertilización se re-alizase en el Océano Austral, “yaque es la única región HNLC -esdecir, con mucho nitrato y pocaclorofila- en la que el agua des-ciende al fondo del océano llevándose el car-bono”.

Otros efectos posibles son el aumento de laproducción de dimetil sulfuro (DMS), dandocomo resultado un aumento de la nubosidad, yel de la producción de haluros de metilo porparte de las algas, que podría contribuir a la dis-minución del ozono estratosférico.

Algunas investigaciones

Existen varias investigaciones sobre la fertili-zación, como la de la University of WesternOntario, que se centra más en los efectos sobrelos ecosistemas marinos y sus potenciales im-pactos ecológicos que en la capacidad de ab-

sorber el CO2 del fitoplancton. Toma como re-ferencia las especies del género Pseudo-nitzs-chia por ser las más abundantes y tener lacapacidad de producir una potente neurotoxina,el ácido domoico (AD).

La investigación consiste en realizar medicio-nes in situ y experimentos in vitro que demues-tren la capacidad de las especies de producir el

AD y su grado de producción en presencia delhierro. En ésta se demuestra que la fertilizacióncon hierro aumenta las probabilidades de quese desarrollen diatomeas tóxicas. Las diato-meas afectadas por la fertilización pueden pro-ducir la muerte y enfermedad de miles demamíferos y aves. En humanos producen am-nesia por envenenamiento por moluscos.

El enriquecimiento con hierro hace que las po-blaciones de este tipo de diatomeas doblen elnivel de toxina en sus células, creando las con-diciones propicias para que las especies tóxicastengan ventaja sobre las no tóxicas lo que au-menta las posibilidades de daño ecológico dela fertilización oceánica. Si las Pseudo-nitzs-chias producen ácido domoico en mar adentro,

pueden generar un desequilibrio ecoló-gico por la muerte de algunas especies,rompiendo las cadenas tróficas marinas.

Estos resultados, según Charles Trick,de la University of Western Ontario, sonseñal de que “no somos los amos de laNaturaleza cuando intentamos manipu-laciones ecológicas a gran escala”.Cualquier secuestro positivo de carbonodebe contrarrestar las consecuenciasmedioambientales que no habían sidotenidas en cuenta con anterioridad.

Por su parte, la investigación delSOFEX (Southern Ocean Iron Enrich-ment Experiments) se crea para testar lahipótesis del hierro, según la cual ferti-lizando la superficie del océano a basede hierro es posible multiplicar la pobla-ción de fitoplancton y disminuir drásti-camente el calentamiento global.Enriqueciendo con hierro dos zonas delOcéano Austral de quince kilómetros

cuadrados cada una, se produce una floraciónmasiva de fitoplancton consiguiendo que, porcada átomo de hierro añadido al agua, el fito-plancton absorba entre 10.000 y 100.000 áto-mos de carbono a 100 metros de profundidad. La investigación se desarrolla con ayuda de ro-bots de precisión para medir la densidad del fi-toplancton. Esto es posible gracias a su

pigmentación, ya que la clorofila ab-sorbe la luz solar y el dióxido de car-bono atmosférico, sintetizandoalimento orgánico.

En esta investigación se midieron losimpactos dentro y fuera de las zonasfertilizadas a 100 metros de profun-didad donde la luz apenas puede in-fluir en el crecimiento de la planta.

Y, por último, la investigación delLOHAFEX, experimento realizadoa comienzos del 2009 por el buquealemán Polarstern en el OcéanoAtlántico, cerca de las Islas Georgiasdel Sur -toma su nombre del término‘loha’, que en hindú significa hierro,y ‘fex’, que siginifica ‘fertilizaciónexperimental’-, se enmarca en unacuerdo de colaboración entre insti-tuciones científicas de la India, Eu-

ropa y Chile firmado el 30 de octubre de 2007en Nueva Delhi. Es el sexto estudio de fertili-zación del océano desde 1993.

La razón de la localización del experimento esque se busca un tipo de estructura térmica pre-sente en los océanos, materializada por vórticesdenominados ‘eddies’, en cuyo núcleo se llevaa cabo la investigación. El ‘eddy’ seleccionadodebe mantenerse relativamente estacionario yposeer adecuadas dimensiones.

La idea que respalda esta investigación es quelas algas de la superficie marina disponen deabundancia de nutrientes pero no del suficientehierro. Si se echa hierro al agua, las algas se re-producen a gran velocidad y al multiplicarse

Posibles efectos favorables y perjudiciales de la fertilización por hierro

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Ciclo del hierro en el océano

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absorben el dióxido de carbono de la superfi-cie. Cuando termina su ciclo vital, las algas sehunden y la mayoría del CO2 termina en lasprofundidades del océano, de modo que el marabsorbe más CO2 del aire y reduce el efecto in-vernadero.

Los promotores de esta investigación calculanque en las aguas que rodean la Antártida haynutrientes suficientes como para alimentar fi-toplancton capaz de absorber mil millones detoneladas de CO2 por año. El procedimientoconsiste en ‘inyectar’ en el mar 20 toneladas desulfato de hierro para estimular el crecimientodel fitoplancton, algo considerado por algunos

un desafío al Convenio sobre Diversidad Bio-lógica de Naciones Unidas y a la Moratoria In-ternacional sobre Fertilización Oceánica-adoptada en 2008 debido a los riesgos ecoló-gicos para los océanos y el clima que la técnicade fertilización por hierro puede entrañar-, alentender que la fertilización es en sí misma in-sostenible porque puede provocar modificacio-nes permanentes e imprevisibles sobre losecosistemas marinos.

“El experimento no obtuvo los resul-

tados esperados: la absorción de CO2

fue insignificante”

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Cli-mático considera que la fertilización por hierrono es más que especulativa y grupos científicosimplicados en el programa SOLAS (SurfaceOcean-Lower Atmosphere Study) consideran,en relación al experimento Lohafex, que la fer-tiliación oceánica es potencialmente nociva yno debería ser utilizada como estrategia paracompensar las emisiones de CO2.

No obstante, el experimento no obtuvo los re-sultados esperados: la absorción de CO2 fue in-significante.

SALUD Y EPIDEMIOLOGÍA, 2010-2011.

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FUENTES DOCUMENTALES Y PERSONALES

1. Video de Svern Zizuki: http://www.youtube.com/watch?v=DLV6jaZFLro2. http://noticias.juridicas.com/base_da tos/Admin/constitucion.t1.html#c43. http://librosnaturalezaanimales.suite101.net/article.cfm/leyes_ambientales4. http://www.desarrollointeligente.org/desarrollo_inteligente/VisNot?id=3228c334f6802591dd7ab2f2bc69cc55. http://www.mappinginteractivo.com/plantilla-ante.asp?id_articulo=876. http://www.rlc.fao.org/es/prensa/activi/cohesion.htm7. http://www.uv.es/jlrubio/index.php/home/colaboraciones-en-medios-de-comunicacion/columna-de-opinion-enel-mundo/34-el-mundo/59-hacia-una-revolucion-ambiental.html8. Constitución Española de 1978.9. Inés Olaizola y Soledad Barber, profesoras de Protección penal del medioambiente en la Universidad Públicade Navarra (Fuente personal primera).10. Sergio Caro Fernández, funcionario de la Diputación Foral de Bizkaia (Fuente personal segunda).11. http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_invernadero12. http://intercambia.net/temas/wp-content/uploads/2009/07/co2.jpg13. http://www.sierramadrid.es/fotos/co2.jpg14. Química Ambiental, C. Baird.15. http://www.tendencias21.net/La-fertilizacion-masiva-de-los-oceanos-podria-contener-el-calentamiento-global_a326.html16. http://biounalm.com/2010/03/la-fertilizacion-de-los-oceanos-con.html17. http://www.meteored.com/ram/9791/los-riesgos-de-fertilizar-los-ocanos/18. http://www.ecoportal.net/content/view/full/8404419. http://cordis.europa.eu/fetch?CALLER=ES_NEWS&ACTION=D&SESSION=&RCN=2896820. http://www.atmosphere.mpg.de/enid/2__Nutrientes_oce_nicos/-_El_hierro_y_el_cambio_clim_tico_458.html21. http://www.climos.com/pubs/Spanish/Ocean_Iron_Fertilization_Conceptual_Model_copyright_spa.pdf22. http://www.nuestromar.org/noticias/destacados_012009_21339_experimento_de_fertilizacion_oceanica_en_la_antartida_enc23. http://www.nuestromar.org/noticias/destacados_012009_21387_fertilizacion_oceanica_claves_para_el_analisis_de_una_pol24. http://www.nuestromar.org/noticias/destacados_012009_21528_proyecto_lohafex_una_fertilizacion_no_asistida_frente_a_l25. http://antarticos.blogspot.com/2009/01/volcar-hierro-en-el-antrtico-solucin.html26. http://edant.clarin.com/diario/2009/03/29/sociedad/s-01887014.htm27. http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2009/01/26/noticia_0064.html28. http://blogs.tudiscovery.com/descubre-el-verde/2009/04/fertilizaci%C3%B3n-con-hierro-soluci%C3%B3n-o-desastre-ecol%C3%B3gico.html29. http://impreso.milenio.com/node/8518540