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7/27/2019 Salamanca I

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El da 19 de abril de 1951 se public en el BoletnOficial del Estado el Decreto de 6 abril que declarabaConjunto Histrico Artstico el llamado BarrioCatedralicio o Barrio Viejo de la ciudad de Salamanca.En el texto se aluda no slo a una serie de edificiosmonumentales que se declaraban sino tambin al ...recuerdo de haber sido la ruta que frecuentaron, camino delestudio, el Maestro Vitoria, y el escolar Juan de santa Mara( San Juan de la Cruz, y la calle del Arcediano, que locali-za en Salamanca la tragicomedia de La Celestina.... Noes ste el momento de comentar el texto de la decla-racin ni la alusin a los valores que se intentabanproteger y menos hablar del barrio Catedralicio tal ycomo se encontraba entonces. La delimitacin excluazonas tan interesantes e importantes artsticamentecomo la plaza de San Boal, parte de la plaza de losBandos, convento de las Isabeles, Campo de SanFrancisco, capilla de la Vera Cruz, convento de SanctiSpiritus, convento de las Claras, convento de SanFrancisco y todas las iglesias romnicas excepto la deSan Martn, incomprensible desde el punto de vistaartstico. Por Resolucin de 22 de julio de 1982 seampliaba el Conjunto Histrico Artstico al mbitoque comprenda el antiguo recinto amurallado inclu-yendo ya todos los monumentos a excepcin delmonasterio de la Vega, el convento de Jess, el de pre-mostratenses de San Norberto, el convento de SanJos de Madres Carmelitas y el Colegio de Hurfanos,pues se encontraban fuera del antiguo recinto de

murallas. Esta ampliacin fue modificada porResolucin de la Direccin General de Patrimonio yPromocin Cultural hacindolo coincidir con el mbi-to de proteccin establecido en el Plan Especial deProteccin y Reforma del Recinto Histrico de 1984,actualmente vigente. Al da de hoy entiendo que elmarco legal de proteccin es ms que suficiente porcuanto muchos monumentos que no se encuentrandentro del recinto han sido declarados Bien de Inters

Salamanca Conjunto histrico

Vista area de Salamanca


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S A L A M A N C A ~ A N T O N I O C A S A S E C A

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Cultural y existe una concienciacin general, salvolamentables excepciones, que entiende y comprendeque la defensa y conservacin del PatrimonioHistrico Artstico debe ser tarea de todos por cuantoconstituye un bien intangible que afecta a la memoriahistrica de muchas generaciones y a veces los monu-mentos, en su acepcin ms amplia, constituyen losnicos testigos de hechos histricos determinantesque han dejado una huella imperecedera de una pocay por lo tanto deben ser mantenidos y a ser posibleincrementados con nuevas aportaciones, como se haproducido recientemente con la recuperacin del con-vento de San Antonio el Real.

Dado que el texto de la Declaracin es claro y preciso

en la delimitacin fsica, intentaremos ceirnos al an-lisis de los espacios y monumentos que se incluyen enl, aunque se hace difcil prescindir de algunos queindependientemente de sus valores artsticos tienenun valor histrico excepcional pues en ellos aconte-cieron episodios o vivieron determinados personajesque conformaron la memoria histrica de Salamanca.

Los orgenes de la ciudad se vinculan con el asenta-miento de la primera Edad del Hierro en el Cerro de SanVicente, donde se han descubierto algunos restos

arqueolgicos de cabaas circulares. Suena su hombre

en la Historia a partir de los historiadores griegos y lati-nos, constando el hecho heroico de la defensa de la ciu-dad frente a Anbal, antes de caer en poder de los roma-nos, que la incorporan a la Lusitania. De esta poca haytestimonios arqueolgicos y uno de los monumentosque desde antiguo la identifica es suPuente Romano, porel que atravesaba la Calzada de la Plata que unaAstorga y Mrida, del que nicamente los quince arcosms prximos al casero son romanos, construidos enpoca de Trajano, con sillera grantica almohadillada ala rstica y separados por estribos y asentados sobrepilares con tajamares. Los once arcos restantes se debena una reconstrucin del siglo XVII efectuada tras la riadade San Policarpo, y en el arranque que mira a la urbeestuvo colocado el verraco que figura en el escudo dearmas de la ciudad y fue inmortalizado en el Lazarillodel Tormes. Recientemente han aparecido algunos res-tos de casas romanas en el solar del colegio Trilinge,cerca de donde se localizaba el Jardn de Hrcules, y esposible que algunas hiladas de sillares de la murallajunto a la llamada puerta del Ro, conocida como arcode Anbal, sean de esta poca.

Muralla. No poda faltar una muralla en una ciudadcomo Salamanca, descubiertas recientemente partesde un primer recinto defensivo en la cuesta de

Carvajal y admitiendo la existencia de restos roma-

Vista general


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nos, sin embargo los que permanecen en pie son fun-

damentalmente medievales y se localizan junto a lapuerta de San Pablo, en el paseo del Rector Esperab,paseo de San Vicente y en la zona de la Vaguada de laPalma, junto a la Pea Celestina. De sus mltiplespuertas nicamente est en pie la llamada del Ro ylos restos de la recientemente descubierta junto a laiglesia de Santo Toms Cantuariense.

La ciudad medieval. En 1102, consolidada la fronte-ra entre el Duero y el Tajo, Alfonso VI encarga la repo-blacin de la ciudad a su yerno Raimundo de Borgoa,quien restablece la sede episcopal siendo su primer

obispo el cluniacense don Jernimo Visque y trae aserranos, castellanos, toreses, francos, bregancianos,portogaleses y mozrabes, que poblarn las distintaszonas de la ciudad levantando las primeras iglesias. Lavista de las Catedrales, la Vieja y la Nueva, con sustorres y cimborrios, junto con el Puente Romano, lastorres de la Clereca y el cimborrio de San Estebanconstituyen la imagen clsica que tiene el viajero quellega a la ciudad desde la N-620; torres, ro y puenteconstituyen la primera imagen en la que el visitante vesurgir la ciudad monumental entre el casero, cierto es

que cuando pasea por sus calles, donde parece haber-se detenido el tiempo, y por plazas como la de SanBenito, la de Monterrey o la de los Sexmeros, que hanpermanecido inalterables desde los siglos XVI y XVII, ose asoma a la calle de las rsulas y cree ver an a donMiguel de Unamuno asomado al balcn de la moradaque le vio morir, es cuando capta la monumentalidadcon toda intensidad, percantndose que lo visto desdela lejana no es sino la carta de presentacin de unaciudad monumental que ha sabido mantener yampliar su Patrimonio Histrico Artstico incorporan-

do una arquitectura del siglo XXI o recuperando monu-mentos ocultos o poco conocidos como ha acontecidoen estos das con la recuperacin de los pasadizos dela Torre Mocha y de la Torre de Campanas de laCatedral Vieja. Estamos acostumbrados a hacer unalectura descontextualizada de los monumentos vin-dolos y analizndolos como hitos ms o menos sobre-salientes de una poca o de un estilo sin analizar nipensar que fueron levantados en determinadosmomentos y que su significado entonces era msemblemtico que artstico. El viajero que se site hoy alcomienzo de la calle de la Compaa se sentir abru-

mado por los monumentos que contempla: la Clereca,Casa de las Conchas, palacio de Monterrey, San Benitoy las Agustinas, seguramente valorar la importanciaartstica y la belleza de lo que se le ofrece a la vista pero

seguramente ignorar que en esa calle se resume buenaparte de la historia de la ciudad en una poca, finales dela Edad Media y mediados del XVI, cuando el reparto desolares entre los Maldonado y los Acevedo-Fonsecadetermin que la calle estuviese flanqueada por lospalacios de una y otra familia y que los dos hitos fun-damentales de la arquitectura civil que han llegado enpie hasta nuestros das: la Casa de las Conchas y elpalacio de Monterrey son, en realidad, los palacios delos mayorazgos de las dos grandes familias salmantinasen constante enfrentamiento; ambos representan esa

rivalidad en un intento de dejar clara la preeminenciafamiliar. Estas breves lneas no nos permiten extender-nos en este aspecto que resulta fundamental para com-prender Salamanca y por ello destacaremos aquelloshitos que definen la ciudad, la declarada ConjuntoHistrico Artstico.

El monumento que mejor representa la poca medie-val por haber llegado en perfecto estado de conserva-cin es la Catedral Vieja, adjetivada as por contar condos Catedrales: la Vieja y la Nueva. Fue levantadaseguramente sobre el solar de un templo anterior,

J A R D I N E S , S I T I O S Y C O N J U N T O S H I S T R I C O S D E L A P R O V I N C I A D E S A L A M A N C A

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Muralla al sur de la ciudad


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comenzada entre 1140-1150 su construccin, con las

dependencias del claustro, se prolongar hasta elsiglo XV. Los numerosos privilegios reales y las cuan-tiosas donaciones privadas permitieron que las obrasavanzasen a buen ritmo y que el claustro pudiese ini-ciarse a finales del siglo XII. La planta responde a unmodelo conocido que se resuelve en tres naves decinco tramos, torres flanqueando el hastial deponiente y tres bsides semicirculares escalonadosen planta precedidos de un transepto sobre el que sealza la llamada Torre del Gallo. Iniciada la obra porla cabecera la evolucin hacia las formas protogti-cas se hace patente en las distintas soluciones adop-

tadas en los abovedamientos de las capillas de lasnaves, en las absidales, cuya cubricin se hizo conbvedas apuntadas, y en los detalles decorativos delos capiteles y claves, distinguiendo al menos hastatres etapas y varios estilos escultricos, aunque lasolucin adoptada en el crucero, la llamada Torre delGallo, es el elemento ms original, relacionado for-malmente con los de la cuenca del Duero donde losplementos gallonados entre nervaduras constituyensoluciones constructivas de raz rabe. En el transep-to, marcado en planta al tener sendas capillas al

norte y mediodia, se opt por un abovedamiento decrucera que requiri soluciones no previstas impro-visando unos soportes a manera de mnsulas paraque descargasen los arcos cruceros.

En el cuerpo bajo de la Torre de Campanas se abre lacapilla de San Martn, fundada por el obispo PedroPrez, de gran inters por las pinturas murales gti-cas que decoran sus muros. Las del testero, a mane-ra de retablo, con hornacinas de arcos trilobuladosque cobijan abajo a San Joaqun y Santa Ana, y arri-

ba a Jeremas e Isaas y Daniel formando pareja.Estn fechadas en 1262 y se suponen obra de AntnSnchez de Segovia, siendo una de las primerasobras firmadas de la Edad Media. Completa el con-junto una representacin simulando un tapiz en laque se efigia el Juicio Final con Pantocrtor, figuran-do la Etimasia, fechable a mediados del siglo XIV.Aqu se encuentra el yacente policromado del obispodon Rodrigo Daz; la cama presenta en el frente laescena de los funerales bajo arquillos gticos, entanto que en el frente del arcosolio vemos la escenade la Epifana.

La catedral acoge un magnfico conjunto de sepulcrosgticos repartidos por la capilla mayor y brazo sur deltransepto. En la costanera de la epstola de la capillamayor reposan en sarcfagos superpuestos los restosdel obispo don Gonzalo Vivero y los de don Sanchode Castilla, prelados que jugaron un papel fundamen-tal en la historia de la ciudad: al primero se debe la

reconciliacin de los Bandos, y al segundo la presen-cia en la ciudad de los hermanos Delli y la construc-cin de otra serie de obras en la capital y provincia. Elyacente de don Gonzalo es obra del maestro Enrique,y el de Sancho se atribuye al llamado maestro de losAnaya. Junto a ellos, en otro arcosolio, figuran los res-tos del arcediano de Toro don Diego Arias, con yacen-te del siglo XVII. No menos inters tienen los sepulcrosde la costanera de la epstola, donde reposa donFernando Alonso, hijo de Alfonso IV, fallecido en1279, cuyo tmpano se orna con relieves gticos degran calidad, como lo son las plaideras que flan-


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Puerta romnica en el claustro de la Catedral Vieja

Patio Chico


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quean el tmulo en el que aparece el alma del difuntotransportada al cielo por dos ngeles, con razn pen-samos que estamos ante un mbito funerario real. Elconjunto de sepulcros del crucero es excepcional ynico, fechados en el siglo XIII, salvo el del arcedianode Ledesma que es del XIV. Comenzando por el que seubica en la capilla absidal que a l se abre, el del obis-po Domingo, de tosca factura, no as el de DiegoGarci-Lpez, arcediano de Ledesma; el de doa Elena,

mecenas de la seo, con interior de plementos gallona-dos; el del chantre Aparicio Guilln y el de AlfonsoVidal, den de vila, semejante al de la catedral abu-lense. Lo ms espectacular son las pinturas que ornanlos arcosolios, con escenas de la Cabalgata de losReyes Magos, de la Epifana, la Coronacin de laVirgen y los detalles mudjares en el del den abulen-se, pinturas coetneas, aunque de menor calidad, quelas vistas en la capilla de San Martn. A estas pinturasse han venido a aadir las recientemente descubiertasen lo alto de los muros del crucero sur en que se abrenlos arcosolios comentados, cuyo inters e importancia

no han sido an resaltados y queremos hacerlo aqu

dedicndoles unas brevsimas lneas. Se pueden clasi-ficar estilsticamente entre el protogtico y el gticolineal, con al menos la intervencin de cuatro pintoresdiferentes. La iconografa es la que predomina en losciclos relativos a la Resurreccin y al Juicio Final, puesno olvidemos que estamos en un contexto funerario.Su distribucin aparece un tanto catica, organizadasen compartimentos cuadrados o rectangulares distri-buyndose a veces en su sentido narrativo. Sobre elsepulcro de doa Elena vemos la Segunda Parusa, querefiere la visin de Cristo Majestad entre los smbolos deltetramorfos, sin duda la ms antigua del conjunto, data-

ble a finales del siglo XIII. Sobre el de don Alonso Vidalaparece el Juicio Final. Sobre la puerta de acceso alclaustro y el sepulcro del chantre Aparicio vemos unaimagen de un clrigo bajo arqueras con remates acas-tillados y dos monjes, uno con hbito de color claro yel otro de color azul. En lo alto de la puerta de accesoal claustro se representa el ciclo de las Esposas msticasde Cristo: Santa Catalina, Santa Ins, Santa Margarita ySanta Dorotea, que se encuadra dentro del gtico line-al, y sobre la puerta de la sacrista el ciclo de lasApariciones de Cristo y la Ascensin, donde distiguimos

el Noli me tangere, la Incredulidad de Santo Toms y laAscensin, que parecen las ms tardas. Entre las ven-tanas situadas sobre la lneas de impostas del murosur encontramos la escena ms monumental:La Virgende Misericordia, de comienzos del siglo XIVignorando dequines puede tratarse, aunque el tamao gigantesconos indica la importancia que tendra dentro del con-junto, mxime porque la inscripcin que la acompaanos permite dar a conocer el hombre de otro artistamedieval: M (...) MATEOS LO FIZO.

La capilla mayor alberga el conjunto pictrico msimportante del siglo XV, pues en cincuenta y trestablas repartidas en cinco cuerpos y once calles senarra la vida de Cristo y de la Virgen, realizado por loshermanos Delli y otros annimos pintores en la pri-mera mitad de la centuria. En la hornacina central seha colocado la Virgen de la Vega, patrona de la ciudad,obra romnica del tipo bizantino de Theotocos, deimportancia capital pues ilustra la presencia en la ciu-dad de un taller de orfebres de Limoges que realizanla preciosa imagen, con decoraciones de esmaltes enlos laterales y frente del trono y con ojos de azabache

Claustro. Catedral Vieja

La conocida como Casa de la Concordia


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en ambas figuras. En la bveda del cascarn se pint

el Juicio Final, encargado a Nicols Florentino por elCabildo en 1445, comprometindose el artista a pin-tar otra serie de historias en las paredes laterales de lacapilla, de las que an son visibles algunos restos.

El claustro es casi contemporneo de la obra de la igle-sia, aunque rehecho en el siglo XVIII tras el terremotode Lisboa, momento en que se sustituy su techum-bre mudjar por bvedas de arista, se tapiaron algu-nos arcos y parte de los sepulcros antiguos, y se levan-t un segundo piso para las salas del archivo y otrasdependencias capitulares, obras que dirigi Jernimo

Garca de Quiones. Aqu se conservan una serie deepitafios de indudable valor histrico, como el delmaestro Randulfo, fundador de la iglesia de SantoToms Cantuariense, y el de un Pedro de Aix supues-to maestro de la obra. Las capillas que se abren a lson de muy distinta cronologa y de diversa impor-tancia. La primera que encontramos es la llamadacapilla de Talavera, la primitiva sala capitular, con unade las bvedas ms originales que evoca solucionesmulsumanas.A comienzos del siglo XVI Rodrigo AriasMaldonado dot la capilla y la convirti en su pante-

n familiar, pues en el centro se alza la excepcionalreja que delimita su tmulo y por los muros vemossus escudos de armas, presidida por el delicioso retabli-to plateresco con una imagen de la Virgen, obra gticamuy anterior. Contigua se alza la capilla de SantaBrbara, fundada por el obispo Lucero en 1334, presi-dida por el yacente del prelado, siendo conocida msque por los sepulcros de sus fa-miliares por celebrarseen ella los grados y la eleccin del rector. Otras capillasde inters histrico y artstico son las de Santa Catalinay la de San Bartolom o de Anaya: la primera es del

siglo XV, momento en quese ampla la existentepara colocar la

b i b l i o t e c adonada por

el obispoVivero,

y es

uno de lo pocos ejemplos arquitectnicos del siglo XVque existe en la ciudad y del que conocemos con exac-titud el proceso constructivo as como los maestros quela levantaron. Ms inters tiene la capilla de Anaya o deSan Bartolom, debida al mecenazgo de don Diego delAnaya y Maldonado, arzobispo de Sevilla y fundadordel colegio que lleva su nombre. Su coleccin de escul-turas funerarias es espectacular, estn repartidas por losarcosolios de la capilla y corresponden a los familiaresdel prelado, sobresaliendo los yacentes de don Gutierrede Monroy y de doa Constanza de Anaya, fallecidos,

respectivamente, en 1517 y 1504, una de las obras demayor calidad que ha dado el plateresco local, pero conser muchos los yacentes que hay ninguno iguala al delfundador, en el centro, de alabastro, protegido por unapreciosa reja. El estilo del yacente y de los relieves delos frentes de la cama han dado personalidad al deno-minado maestro de los Anaya pues a este annimo escul-tor de formacin renana se atribuyen algunos yacentes.

En los arcosolios del claustro vemos el sepulcro dedon Gutirrez de Castro, de Juan de Juni; el de PedroXerique, de Juan de lava, y los de los hermanos


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Iglesia de San Martn


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Rodrguez de San Isidro, los mecenas que encargaronel retablo de San Miguel a Juan de Flandes y que hoypodemos admirar en el museo.

La sala capitular se ha dedicado a museo, exponindoseen l una coleccin de pinturas hispanoflamencas y

renacentistas, tales las de Fernando Gallego, Pedro Belloy Juan de Flandes, as como dos retablos atribuidos aMartn de Cervera; el la capilla de Santa Catalina y elSan Cristbal, ambos de Fernando Gallego, y el retratode Fernndez de Libana, fundador de una capilla en laCatedral Nueva, obra de Tristn.

En los aledaos de las catedrales se encuentran lugaresy espacios de inters que jalonan distintos momentosde la historia local. Sin duda uno de los ms evocado-res es el denominado Patio Chico, junto a la entonces

plaza de los Leones, lugar encantador tantas veces glo-sado por los amantes de la ciudad, donde se inicia lacalle del Arcediano, pues aqu habit el dscolo arce-diano de Ledesma, enterrado en el crucero de la cate-dral, que finaliza en la casa de don Alfonso Gonzlezde Paradinas, el copista del Libro del Buen Amor, cuyaportada de arco de medio punto, donde vemos susescudos, es el ingreso al Huerto de Calixto y Melibeaen el que supuestamente se ambienta la tragicomediade la Celestina. A pocos metros, en la Cuesta deCarvajal, se encuentran los restos de la iglesia de SanCebrin, la llamada Cueva de Salamanca, la sacrista

del templo, y la Torre de don Enrique de Villena, unien-

do en ambas la historia, la magia, la alquimia, y unams que larga tradicin de brujera que tanto juegodio a la literatura desde la Baja Edad Media. La calleTentenecio, donde se ambienta uno de los milagros deSan Juan de Sahagn, responde en su trazado a untramo de la Calzada Romana, que tras atravesar laPuerta del Ro ascenda paralela al claustro de la seopara continuar hacia la puerta de Zamora.

Las iglesias levantadas en la poca de la repoblacinfueron muchas y sus nombres aparecen en el Fuero,aunque no todas estn dentro del lmite de la declara-

cin les dedicaremos unas lneas pues son parteimportante de la historia medieval de la ciudad.Algunas han llegado hasta nuestos das y constituyenun legado artstico de importancia considerable. La deSan Martn fue fundada en 1103 por MartnFernndez, caudillo de los toreses, y es la ms monu-mental e histricamente la ms importante por ellugar en que se levanta, pues su reloj llamaba a conce-jo y hasta el siglo XVIII en ella se celebraban innume-rables autos sacramentales y en su capilla de SanMiguel, fundada en el siglo XV por uno de los

Villafuerte, reciben culto los Cinco Mrtires salmanti-nos. Repite la planta de otras iglesias de la poca abase de tres naves con bsides semicirculares y pilarescilndricos individualizando las naves, modificada ensus partes altas en el siglo XVIII y perdidas muchasobras de arte tras el pavoroso incendio sufrido en elsiglo XIX. Conserva un riqusimo conjunto de escultu-ra funeraria que no ha sido valorada en lo que tiene deinters. Sobresalen los colocados en la nave de la eps-tola, donde vemos los de Andrs de Santisteban, el delbachiller Luis Yez y el de Pedro Snchez, todos del

siglo XV; en el sotocoro se colocaron algunos de losque estuvieron en la capilla mayor, como el de donAntonio de Paz y los de Fernndez de Rivas y suesposa Ins de Rivas, fechables en el primer tercio delsiglo XV. Se han conservado las portadas originales deltemplo, ocultas la meridional y la del hastial tras otradel siglo XVI y la capilla de la Msica, sta es excep-cional por la calidad de los relieves de sus arquivoltas.A la Orden Hospitalaria se deben las iglesias de SanJuan y de San Cristbal. De la primera conservamos lainscripcin de su consagracin, efectuada porGonzalo Fernndez en la era de MCCXXIX, con la

San Juan de Barbalos


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presencia de Ovequit, comendador de la Orden del

Hospital de Jerusaln. Su interior, de nave nica yabside semicircular es de gran sencillez, como lo erasu pequeo claustro, donde se veneraba el excepcio-nal Cristo de la Zarza, obra romnica del siglo XII. SanCristbalfue fundada en 1145 por la misma Orden, enterritorio de los toreses, conservndose hasta haceunos aos el corralillo. Se trata de un templo de navenica y planta de cruz latina y bside semicircular,conservando los canecillos de la nave y algunos abo-vedamientos originales en la capilla mayor y crucero.Sufri algunas reformas en el siglo XV, y en 1624 serealiz el relieve del Santo Entierro que preside la

capilla que se abre al brazo meridional del crucero,obra realizada por Pedro Hernndez. La parroquia deSanto Toms Cantuariense, al lado de la puerta de la mura-lla, recientemente descubierta y excavada, frente almonasterio del Jess y cerca del monasterio Jernimode la Victoria. Consagrada a Santo Toms Becket, en elbarrio de los portogaleses, fue fundada en 1175 por loshermanos Randulfo y Ricardo, cuyo epitafio funerariose puede ver en la catedral. La planta es de nave nica ycon tres bsides que se abren al transepto sugiriendo uncambio en el proyecto inicial, destacando el aboveda-

miento cupuliforme del crucero, con seis nervios sobrerepisas relacionndose con la catedral mirobrigense. Latorre y otros detalles del interior son de pocas poste-

riores. El yacente es de don Diego Velasco, obispo de

vila y fundador del colegio que estaba frente a la igle-sia y del que nicamente se conserva un escudo. Alnorte de la ciudad se levant la iglesia de San Marcos, dejurisdiccin real pues se atribuye su fundacin a donRaimundo de Borgoa y a su esposa doa Urraca,pasando a depender a partir de 1202 de los clrigos de laciudad y denominarse desde entonces Real Clereca deSan Marcos. Presenta planta circular, con pilares ciln-dricos y arcos doblados y apuntados que la dividen entres naves que rematan en bsides semicirculares mar-cados al interior pero no al exterior. Inexplicable es su

planta, pero la cronologa parece retrasarse hasta el sigloXIII y quiz fue levantada en dos pocas diferentes a lasque corresponderan la cabecera y la nave. Aqu se pue-den ver pinturas murales del siglo XIII de la mismaescuela que las de la capilla de San Martn y algunas delcrucero de la Catedral Vieja.

El Fuero de Salamanca cita algunas parroquias demozrabes, de las que nicamente se ha consevado lade Santiago del Arrabal, tan restaurada a mediados delsiglo XX que es imposible referirse a ella sin lamentar la

intervencin que la convirti en una iglesia anodina einsulsa, aunque las fotografas antiguas nos permitenprecisar que tena tres bsides de ladrillo, y nos podre-mos hacer una idea ms cabal de su estado prstino sila comparamos con los restos de San Polo, de tres navesy bsides semicirculares de ladrillo, agradeciendo larecuperacin de estas ruinas tras las excavaciones per-tinentes y lamentando la restauracin de la otra, que selevanta en una zona de la ciudad que est acogiendoalgunos edificios de nueva planta y remodelando otrosque revitalizarn un barrio que hace unos aos estabaen franco abandono y hoy est llamada a ser una de las


159San Cristbal

San Julin. Portada romnica


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ms visitadas pues en un radio de cien metros tendre-mos un Museo de Automocin, un Museo Modernista,un Casino y Museo Industrial de una fbrica de harinasy un Anfiteatro Anatmico del siglo XVI, y todo ello aescasos metros de las catedrales y del Puente Romanoy cerca de San Esteban. Las restantes iglesias levantadasen la Edad Media fueron rehechas a lo largo de los siglosXVI y XVIII y en esas pocas deben ser estudiadas yanalizadas aunque hay que destacar que San Millnconserva su bside romnico, reformado, y de San

Julin nos ha llegado su portada

septentrional, el muro y latorre, sta tan inter-venida que se hacedficil rastrear sucondicin romnica.

El final de la Edad Media y el Renacimiento

A finales de la Edad Media la ciudad ha experimenta-do un crecimiento espectacular que determina uncambio profundo en la imagen de la urbe y en sutrama urbana pues desaparecieron muchas calles ycasas para levantar ex novo algunos de los monumen-tos de aquel momento, que ve surgir conventos, igle-sias, colegios y una arquitectura domstica de excep-cional inters en torno a las plazas y calles de la ciu-dad: plazas de San Adrin, de San Benito, de SantoTom, de San Agustn, de San Boal y de Santa Eulalia,o las calles de Zamora y de Toro, por citar las msconocidas que han llegado hasta hoy. Pero es esta

misma nobleza la que muchas veces levanta ex novo orenueva algunos de nuestros grandes cenobios convir-tindolos en sus panteones familiares dotndolos decuantiosas rentas y alhajndolos con innumerablesobras de arte. Valgan algunos ejemplos conservadosintramuros de la muralla: convento de Corpus, pantende una rama de los Sols, que reposaban en su capillamayor; el de Santo Domingo, debida su refundacinal hijo del gran duque de Alba el cardenal don lvarezde Toledo; el de las Isabeles a los Sols, que lo con-vierten en panten familiar, y el de las Dominicas,

fundacin medieval en el palacio mudjar de JuanSnchez de Sevilla, Contador Mayor de Castilla enpoca de Enrique IV, y el de La Anunciacin, delpatriarca de Alejandra don Alonso de Fonseca, encuya capilla mayor reposan sus restos y los de algu-nos de los condes de Monterrey. A la sombra de laUniversidad surgen los colegios mayores y menores,fundaciones de prelados que haban estudiado en suUniversidad, o del mismo monarca, ofreciendo unaimagen desconocida de la ciudad que ve como juntoal arroyo de los Milagros nacen grandes edificios

como los colegios de Cuenca y de Oviedo y ms aloeste el del colegio del Arzobispo, y entre ellos elmonumental convento de San Francisco, panten departe de la nobleza salmantina hasta el siglo XVI. Pero

Puerta mudjar del claustro alto. Convento de Las Dueas


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en esta poca se levantan la Catedral Nueva y los edi-

ficios del Estudio: las Escuelas Mayores y las Menores,que sern en definitiva los que determinen en buenamedida la importancia y el inters de la ciudad.

La Catedral Nueva. A finales del siglo XVla CatedralVieja se ha quedado pequea para una ciudad comoSalamanca y se piensa en la construccin de otra. Lostrmites hiceron que el proceso fuese largo y lleno decontroversias que afectaban a muchos problemas: laubicacin, la necesidad de conservar o no la CatedralVieja, la cercana con el edificio del Estudio, llegn-dose a plantear problemas estticos, y la importancia

de la eleccin de la planta, con todo lo que ello con-llevaba. Solventados estos problemas, en 1513 se ini-ciaban las obras siguiendo la traza pergeada en unareunin a la que acuden algunos de los arquitectosms renombrados del momento, que delinearon unaplanta que respetaba la Catedral Vieja, excepto partede la nave del evangelio y el brazo septentrional detransepto. Se resolva en tres naves a distinta altura,con capillas hornacina, girola y crucero marcado enplanta y alzado pues se haba proyectado un grancimborrio e integrado la torre de campanas de la

Vieja, en definitiva el modelo era el seguido en lacatedral de Segovia y responda a uno muy difundi-do a finales del siglo XV y comienzos del XVI queconstituye el canto del cisne del gtico. Solamenteuna pequea reflexin sobre el significado de laconstruccin de la seo, pues se tuvieron que adquirirmuchos solares de casas que la rodeaban; se busc yconsigui hay muchas alusiones documentales alrespecto, que fuese una referencia visual desde elnorte de la poblacin, hacia donde se haba extendi-do la ciudad.

La historia de la construccin es bien conocida aun-que no viene de ms recordar algunos momentos. Elcomienzo se debe al obispo don Diego de Deza,quien a finales del siglo XV contrata a Martn deSolrzano y a Juan de Ruesga, que inician la expla-nacin de la zona y el derribo de las casas sobre lasque se alzara. Problemas con el Cabildo, que moti-van la intervencin de los Reyes Catlicos, y su tras-lado a la dicesis de Sevilla determinaron la inte-rrupcin de las obras, que se reinician con el obispoBobadilla.

La primera etapa de las obras se inicia en 1513 y con-cluye en 1566, momento en que por problemas eco-nmicos se interrumpen cerrando con un muro lazona construida, que llegaba hasta el crucero, diri-giendo los trabajos Juan Gil de Hontan, Juan Gil elMozo, Juan de lava y Rodrigo Gil de Hontan,quienes en lneas generales, salvo Rodrigo Gil quemodifica el alzado de la nave central, respetaron, mso menos, las trazas originales, debindose el diseodel hastial y sus portadas a Juan Gil de Hontan y elremate del imafronte a su hijo Rodrigo Gil.

La segunda etapa de las obras comienza en 1586,

cuando se ofrece la direccin de los trabajos a variosarquitectos, hacindose cargo Juan de Ribero Rada,quien lo primero que plantea y cuestiona es la idonei-dad de mantener la traza de 1513, modificando lagirola semicircular con sus capillas hornacina por otrarectangular flanqueada por sendas torres, siguiendoas criterios ms acordes con lo que se haca en Espaae inspirndose quiz en la cercana de Valladolid y diri-giendo los trabajos hasta su muerte en 1600. A partirde este momento las obras se fueron acompasandocon las disponibilidades econmicas hacindose notar

la profunda crisis econmica que viva el pas. Losabovedamientos de las capillas de la cabecera y de lascapillas hornacina, por imposicin del Cabildo, siguie-ron siendo gticas aunque levantadas ya en los siglosXVII y XVIII, denotando la decoracin abultada y car-nosa el cambio estilstico que se haba producido, notanto en las estructuras y en las formas pero s en losdetalles ornamentales.

El cimborrio que haba sido proyectado, seguramentecuadrado o poligonal, como los que conocemos paraSegovia, terminar siendo materializado a finales del


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Las catedrales desde Santo Domingo

Muralla


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XVII y comienzos del XVIII por J. B. Churriguera, aun-que tuvo que ser derrocado ante el peligro eminentede derrumbe y sustituido a mediados del siglo XVIIIpor el proyectado y ejecutado por Juan deSagarvinaga, quien sobre las pechinas del antiguolevant una estuctura cupuliforme cercana a solucio-nes neoclsicas respondiendo as a criterios ms clsi-cos muy en boga en Europa en aquel momento comolo demuestra el complejo debate suscitado cuando seconstruy. Paralelamente se construan la sacrista y laantesacrista, levantadas por el mismo Sagarvinaga,

quien se atuvo en todo a los criterios impuestos por elCabildo, deseoso de que no se rompiese la unidadestlistica del templo, de ah que veamos bvedasgticas y una decoracin semejante a la de las capillasde la cabecera, aunque es de destacar el precioso einteresante proyecto propuesto por Manuel de LarraChurriguera que se inspir en la sacrista de la catedralhispalense.

Al exterior destaca la torre de campanas, que dada sualtura ha llegado a ser uno de los smbolos de la ciu-

dad. La historia nos indica que al iniciar la CatedralNueva se decidi integrar la torre de la CatedralVieja, de ah que los dos cuerpos inferiores, la llama-da capilla de San Martn y la sala de la bveda, seanmedievales, y el cuerpo del reloj responda ya a unaobra del siglo XVI. Sobre estos cuerpos levantarPantalen del Pontn el cuerpo de campanas y elcupuln del remate. Los problemas de estabilidadcomenzaron antes del terremoto de Lisboa, cuandopor las humedades del prtico de la Catedral Vieja yel peso de la estructura del cuerpo de campanas seempezaron a cuartear los muros, problemas que se

acenturaron con el terremoto abrindose grandes

grietas en dos de los lienzos que hicieron pensar enla ruina inmediata, llegando al extremo que VenturaRodrguez, convencido de la eminencia del desastre,propuso recuperar la idea de Ribero Rada levantandouna torre en la cabecera, para lo cual se aprovechabala estructura del cuerpo bajo. La intervencin delmaestro Devretn, quien propuso cinchar con hie-rros el fuste y forrarla con gruesos sillares, se hanrecuperado todos los dibujos del proyecto, salv dela ruina este elemento tan caracterstico de la imagende la ciudad. En la actualidad se han rehabilitado lospasadizos interiores que unan las dos torres que

flanqueban la portada del hastial de la CatedralVieja, macizados en su da para evitar la posibleruina, lo que ha permitido hacernos una idea decmo se configuraba esta parte de la seo y de sucarcter defensivo.Las necesidades funcionales exigan la construccinde un coro, que realizar Alberto de Churriguera, y deuna sillera coral, una magnfica obra del barroco

Catedral. Detalle fachada oeste

Catedral. Fachada oeste


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donde intervienen algunos de los escultores localesms afamados del momento, que se completara conlos rganos, colocados sobre los muros laterales delcoro. Todo ello digno colofn para una obra que seprolong a lo largo de ms de doscientos aos.

Algunas capillas hornacina se convertirn en panteo-nes funerarios que acogen ricas colecciones de escul-turas funerarias, siendo las que se abren hasta el cru-

cero, las ms antiguas, la que concentran su mayorinters: la del regidor Azebes, la Capilla Dorada, la deFernndez de Libana, o la del obispo Corrionero, quelucen obras de indudable valor artstico, sobresaliendolos grandes conjuntos de escultura funeraria de laCapilla Dorada y la del obispo Corrionero, o el mag-nfico retablo de la de Fernndez de Libana, dondevemos el Santo Entierro de Navarrete el Mudo. Las capi-llas de la girola, sin tener el inters artstico de las quese abren a la nave, exhiben obras de indudable intershistrico y artstico, pues en una reposan en urnabarroca los restos de don Jernimo Visque y en su altar

se venera el Cristo de las Batallas; en otra recibe culto

la Piedad de Salvador Carmona, y cerca vemos laVirgen de las Angustias. Sin embargo pasan desaperci-bidas algunas de las imgenes que presiden los retablosde las capillas del lado del evangelio, de indudable inte-rs por ser de las ms antiguas que existen en la ciudad:la Virgen del Pilar y la Virgen de la Cabeza.

Algunas iglesias renovaron ahora sus fbricas, como lade San Benito, que lo fue a partir de 1506, con el mece-nazgo del patriarca de Alejandra don Alonso deFonseca, que tena su palacio, el de los Acevedo, y lascasas de sus antepasados enfrente, junto a la de los

Maldonado, que aqu levantan su panten funerariopues sus restos reposan en los arcosolios de la capillamayor y otros miembros distinguidos de la familia lohacen en los repartidos por los muros del templo. Suinterior y la portada son obras nicas que se relacio-nan con templos abulenses y nada hay en la capitalque se le parezca, pues su nica nave, amplia y difa-na, no tiene parangn en la capital, pregonando losescudos de la capilla mayor, tras el retablo, y del exte-rior quin la reedific. Cerca se levanta la de SantaMara de los Caballeros, consagrada en 1214 con la

advocacin de Santa Mara la Nueva, reconstruida amediados del siglo XVI con trazas de Miguel deIsturizaga y materializada por Domingo de Lasartesiguiendo los esquemas de las iglesias columnarias detres naves separadas por columnas cilndricas y volte-ando su capilla mayor un precioso artesonado realiza-do por Juan Sotil. Pero es su retablo y los sepulcrosconservados en la sacrista los que le confieren graninters, pues el primero es el nico que tenemos definales del XVI, realizado por Juan de Montejo yAlonso Falcote, y los sepulcros se han atribuido al

maestro de Anaya. La iglesia estaba unida al cercanopalacio de Monterrey por una galera que desemboca-ba en la tribuna desde la que la condesa asista a losoficios divinos.

La iglesia de San Julin y Santa Basilisa fue fundada en lapoca de la repoblacin, en el territorio de los toreses,y rehecha a partir de 1582 respetando parte de su por-tada romnica, que se abra en el muro norte, y lamaciza torre que se alza a los pies. Su capilla mayor,con bveda de crucera, y su nave, terminada en 1618por Juan Moreno, quien levant una de las portadas


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San Benito


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ms interesante del protobarroco. Pero lo ms intere-

sante es el sepulcro de don Franciso Rodrguez delManzano, primer conde de Francos, preceptor deCarlos II, con escultura orante, de gran calidad y uno delos escasos ejemplos que hay en la ciudad.

Los grandes conventos del siglo XVI

No hay duda que algunos de los conventos levantadosa lo largo del siglo XVI consituyen ejemplos excepcio-nales de la arquitectura renacentista que compiten conla catedral en monumentalidad e inters. Si exceptua-mos el de Sancti-Spiritus y el del Jess, que no estn

dentro de la zona declarada, los ms importantes sonlos de San Esteban y el de las Dueas, ambos de laOrden de Santo Domingo, separados por el puente deSanto Domingo, levantado con el importe de venta delas obras de fray Domingo de Soto, y obviamente elde La Anunciacin.

Importante es el deLa Anunciacin, las rsulas para lossalmantinos, fundado en 1480 por doa SanchaMaldonado, sobrina del patriarca de Alejandra donAlonso de Fonseca, quien en 1493 obtiene el breve deAlejandro VI para ampliarlo y convertirlo en su panten.

Se alza en uno de lugares ms emblemticos de la ciu-

dad, frente a la casa de Unamuno, que le dedic unaslneas, junto al Campo San Francisco, el palacio deMonterrey, la capilla de la Vera Cruz, monumentosque conforman uno de los espacios ms bellos de laciudad. Las obras se materializaron en vida del arzo-bispo y fue su hijo homnimo y arzobispo de Toledoquien lo concluy y se encarg de cumplir las ltimasvoluntades de su padre, entre ellas la de labrar suyacente y hacer el retablo de la capilla mayor, encar-gndoselos a los mejores artistas toledanos delmomento: Diego de Silo y Juan de Borgoa. Suyacente, de alabastro, preside la capilla mayor, y lastablas del retablo, sustituido en el siglo XVIII por otrode Miguel Martnez, se encuentran en el museo con-ventual, clausura y Museo del Prado.

La iglesia es un gran exponente de la arquitectura gti-ca, resuelta en nave nica y capilla mayor ochavada conlucillos sepulcrales en las costaneras, donde reposabanlos restos de los condes de Monterrey. Las bvedasgticas forman complejos dibujos y los pilares se ornancon los primeros relieves platerescos que aparecen en laciudad. Con todo son los dos claustros y las dependen-

cias que se abren en el de Flores, el principal, lo msexcepcional del conjunto. La sala capitular, con precio-sa portada de ingreso y bveda estrellada, y los antepe-chos de las arqueras, aprovechados del claustro delsiglo XV, son obras preciosas donde las bellas y diferen-tes traceras flamgeras nos hacen lamentar que fueserenovado en el siglo XVIII por Jernimo Garca deQuiones. De la poca de la fundacin conserva unabuena coleccin de obras de arte, como son las sillerasde los coros alto y bajo, o una preciosa coleccin depinturas hispanoflamencas y de pintores espaoles del

siglo XVI de la talla de Juan de Flandes, Luis de Moralesy Juan de Borgoa.

El convento de San Esteban en uno de los monumentosms importantes de la ciudad cuya historia nos es bienconocida. Se establecen en el actual emplazamiento apartir del siglo XIII, cuando exista una pequea iglesiadedicada al protomrtir San Esteban. Diversos autoreshan sealado el papel jugado por los dominicos a lolargo de finales del siglo XVy durante el XVI y especial-mente en el Concilio de Trento, siendo uno de los pila-

res de la Contrarreforma. Citemos, aunque sea de paso,

Las rsulas


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a los que reposan en el Panten de Telogos: Francisco

de Vitoria, Domingo Soto, Matias de Paz, Juan de laPea, Juan Gallo, Mancio de Corpus Christi, PedroFernndez, Bartolome de Medina, Domingo deGuzmn, Pedro de Ledesma, Melchor Cano, Pedro deSotomayor, Diego de Deza y un largo etctera de ilus-tres personajes que ocuparon ctedras en laUniversidad y estuvieron cerca de los monarcas, por noreferirnos a la proteccin prestada a la empresaColombina; stas fueron algunas de las razones quemotivaron la declaracin del Barrio Antiguo comoConjunto Histrico: el deseo de preservar las zonas ycalles por donde haban caminado estos prohombres

del Renacimiento que tanta gloria y prestigio dieroncon sus escritos a la ciudad.

La construccin se debe al mecenazgo del cardenalfray Juan lvarez de Toledo, hijo del segundo duquede Alba. Los planos los deline Juan de lava, inicin-dose los trabajos en 1524 e interviniendo a partir de1530 fray Martn de Santiago y ms tarde, en 1548,Rodrigo Gil de Hontan, terminando la obra del cru-cero en 1610 el maestro Pedro Gutirrez. La iglesiaresponde al esquema de planta de nave nica con

capillas hornacina, coro alto a los pies, crucero marca-do en planta y cabecera poligonal, marcndose el esti-lo de cada uno de los arquitectos que intervino en sumaterializacin. En el brazo norte se abrieron la lla-mada capilla de los Anaya o del Rosario y el relicario,que no figuraban en la traza original de lava. El cim-borrio sobre crucero es obra de Rodrigo Gil, quientoma por modelo el del cercano colegio del Arzobispopues San Esteban es, como el colegio, capilla funera-ria. Desde la plaza del Concilio de Trento se aprecia lamagnitud del convento, con portada plateresca, a

manera de gran retablo bajo arco casetonado, y el pr-tico, realizado por Ribero Rada en 1599. La capillamayor luce uno de los mejores retablos del Barroco,obra de Jos Benito Churriguera, que lo inici en1691, acogiendo las imgenes de San Francisco ySanto Domingo y un gran lienzo que representa elmartirio de San Esteban, obra de Claudio Coello.Otros retablos se encuentran en l y en la capilla delRosario y son buenos ejemplos del arte de la familiade Churriguera, a los que hay que aadir una magn-fica serie de esculturas, algunas de Salvador Carmonay otra de Lpez Reinaldo. El claustro de Reyes se debe

tambin al mecenazgo de fray lvarez de Toledo, diri-gido por fray Martn de Santiago, y en l se abrenalgunas de las puertas que comunican con las depen-dencias conventuales, sobresaliendo la que da acccesoa la escalera de Soto, de Rodrigo Gil, que comunicacon el piso alto del claustro. Desde el piso bajo de lacaja de la escalera de Soto se accede a la sacrista, cos-teada por fray Pedro de Herrera, obispo de Tuy, ylevantada por Juan Moreno y Alonso Sardia, una delas dependencias de mayor inters por cuanto arqui-tectura y decoracin se complementan creando un

espacio protobarroco de gran prestancia y nico en laciudad, a lo que contribuye la serie de esculturas deAntonio de Paz repartidas por sus muros. La antiguasala capitular se debe al mecenazgo de fray igo deBrizuela, obispo de Segovia, confesor de Felipe IV. Sinduda una de las dependencias que impresiona al visi-tante es el captulo antiguo, hoy Panten de Telogos,donde reposan algunos de los religiosos insignes quehan pasado por el convento y cuyos nombres, ya cita-dos, marcaron una poca en la historia de Espaa.

Adosada a la cruja meridional del claustro se encuen-tran una serie de dependencias de gran inters histri-co y artstico, pues pertenecieron al convento antiguo.El llamado claustro de Aljibes, el saln de DeProfundis y la enfermera son obras que se levantarona finales del siglo XIVy comienzos del siglo XVI, segu-ramente con la intervencin de Juan de Ruesga en elsaln de De Profundis, y con ciertos detalles plateres-cos en las dems dependencias, seguramente levanta-das gracias al mecenazgo del patriarca de Alejandradon Alonso de Fonseca y a una donacin del prncipeJuan. La enfermera se abre al llamado Monte Olivete,


165San Esteban


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zona que fue donada a los frailes por los ReyesCatlicos. Recientemente se ha recuperado para la ciu-

dad el colegio de Santo Domingo, fundacin de doaTeresa de Ziga, duquesa de Bjar, de indudable intersplanimtrico.

El convento de Dominicas. En 1419 doa JuanaRodrguez Maldonado cedi para convento el palacioque haba levantado su esposo don Juan Snchez deSevilla, contador mayor de Castilla en tiempos deEnrique IV, palacio mudjar del que nos han llegadoalgunos restos importantes y que conocemos por lasdescripciones y fotos antiguas pues se mantuvo en pie

hasta no hace muchos aos. A este palacio, obramudjar excepcional, se le ados una iglesia, de navenica y cabecera ochavada, y el claustro, levantadosambos a mediados del siglo XVI por fray Martn deSantiago, uno de los conjuntos ms visitados de la ciu-dad por el inters de su claustro, irregular, con arque-ras en el piso bajo y adintelado en el superior, ornadocon infinidad de medallones y relieves platerescos.

La Universidad y los Colegios

La Universidad fue creada en 1218 por Alfonso IX,

que transform la antigua escuela catedralicia en

Estudio General. Las donaciones y privilegios de los

papas y monarcas harn que vaya incrementando suprestigio, que alcanza su cenit en el siglo XV con lasdonaciones de Martn V y Benedicto XIII, cuando seconfirman sus constituciones. En poco tiempo laUniversidad alcanz un gran prestigio que unido alincremento de estudiantes hizo que se tuviese quelevantar un nuevo edificio ms acorde con las necesi-dades de la institucin. El edificio iniciado hacia 1415y concluido en 1435 por Alfonso Rodrguez tuvo queser ampliado en torno a 1450, disponindose un patioen torno al cual se distribuan los generales. Era de unasola planta, excepto de los lados de poniente y medio-

da donde se alzaban dos, que seran completados enel siglo XIX por Jos Secall, no sin problemas por laintervencin de la Academia de Bellas Artes. A estaestructura, plenamente gtica, se le ados en el primertercio del siglo XVI la portada plateresca, ante la cuallos visitantes muestran su sorpresa e inters, y lo tienepor constituir el ejemplo ms claro de exaltacin deCarlos V como nuevo Csar, aludiendo en los motivosdecorativos y relieves a la proteccin prestada a la ins-titucin por los Reyes Catlicos y el papado. En tornoal patio se distribuyen los antiguos generales en los

que se impartan las clases, dedicados hoy a acogerceremonias y actos institucionales y bautizados con

San Esteban

Claustro del convento de Las Dueas

salamanca i

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