sacchi - los algoritmos del mundo viviente actualidad y biopolitica [workshop]

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1 Los algoritmos del mundo viviente: actualidad de la biopolítica 1 . Lic. Emiliano Sacchi 2 “En todo dispositivo hay que distinguir lo que somos (lo que ya no somos) y lo que estamos siendo: la parte de la historia y la parte de lo actual”. G. Deleuze, ¿Qué es un dispositivo? Los algoritmos del mundo viviente Es en el presente, en su presente, en el que Foucault señala entre tantos otros signos los de una «biopolítica». La diagnosis dice: «el presente ha devenido biopolítico». Pero, ¿el presente de Foucault, es aún el nuestro? ¿Cuál es nuestro hoy al que debemos dirigir nuestra pregunta crítica? ¿Somos contemporáneos al diagnostico foucaulteano? Y por lo tanto: ¿Vivimos aún en el presente de la biopolítica? De ser así nuestro trabajo en torno a la biopolítica debería encaminarse por el sendero nietzscheano que Foucault abriera: analizar la pro-veniencia de tal signo para abrir nuevos y distintos por-venires. Agrietar lo que somos, lo que hemos devenido, mediante un pensamiento que no pretenda comprender, sino zanjar y socavar nuestro presente (Foucault, 1991). Actualizar el diagnostico, repetir la pregunta por el presente, implica para nosotros, seguir el derrotero de las técnicas de saber y poder más allá del marco histórico que le daba Foucault en 1976. Él mismo nos alertaba, por ejemplo, ya en 1979, que si se trata de formular un diagnostico sobre el presente, la experiencia biopolítica y policial del nazismo pertenecía ya al registro de nuestro pasado. Es posible, y redituable políticamente, establecer la experiencia del Lager como paradigma de la modernidad y de nuestros estados democráticos actuales. O, por ejemplo, en cada desarrollo de la genética actual, podemos denunciar la reaparición del 1 Una version ampliada y corregida de este articulo fue publicada con el título “Actualidad y biopolítica: de la población a las moleculas” en Campana M. y Giavedoni J. (2014) Debates sobre Estado, gobierno y control social: gobernando las desigualdades, PEGUES – UNR, Rosario. 2 Lic. en Ciencia Política. CONICET. e-mail: [email protected]

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Es en el presente, en su presente, en el que Foucault señala entre tantos otros signos los deuna «biopolítica». La diagnosis dice: «el presente ha devenido biopolítico». Pero, ¿el presentede Foucault, es aún el nuestro? ¿Cuál es nuestro hoy al que debemos dirigir nuestra preguntacrítica? ¿Somos contemporáneos al diagnostico foucaulteano? Y por lo tanto: ¿Vivimos aúnen el presente de la biopolítica?

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    Los algoritmos del mundo viviente: actualidad de la biopoltica1.

    Lic. Emiliano Sacchi2

    En todo dispositivo hay que distinguir lo que somos (lo que ya no somos) y lo que estamos

    siendo: la parte de la historia y la parte de lo actual.

    G. Deleuze, Qu es un dispositivo?

    Los algoritmos del mundo viviente

    Es en el presente, en su presente, en el que Foucault seala entre tantos otros signos los de

    una biopoltica. La diagnosis dice: el presente ha devenido biopoltico. Pero, el presente

    de Foucault, es an el nuestro? Cul es nuestro hoy al que debemos dirigir nuestra pregunta

    crtica? Somos contemporneos al diagnostico foucaulteano? Y por lo tanto: Vivimos an

    en el presente de la biopoltica? De ser as nuestro trabajo en torno a la biopoltica debera

    encaminarse por el sendero nietzscheano que Foucault abriera: analizar la pro-veniencia de tal

    signo para abrir nuevos y distintos por-venires. Agrietar lo que somos, lo que hemos

    devenido, mediante un pensamiento que no pretenda comprender, sino zanjar y socavar

    nuestro presente (Foucault, 1991).

    Actualizar el diagnostico, repetir la pregunta por el presente, implica para nosotros, seguir el

    derrotero de las tcnicas de saber y poder ms all del marco histrico que le daba Foucault en

    1976. l mismo nos alertaba, por ejemplo, ya en 1979, que si se trata de formular un

    diagnostico sobre el presente, la experiencia biopoltica y policial del nazismo perteneca ya

    al registro de nuestro pasado. Es posible, y redituable polticamente, establecer la experiencia

    del Lager como paradigma de la modernidad y de nuestros estados democrticos actuales. O,

    por ejemplo, en cada desarrollo de la gentica actual, podemos denunciar la reaparicin del 1 Una version ampliada y corregida de este articulo fue publicada con el ttulo Actualidad y biopoltica: de la poblacin a las moleculas en Campana M. y Giavedoni J. (2014) Debates sobre Estado, gobierno y control social: gobernando las desigualdades, PEGUES UNR, Rosario. 2 Lic. en Ciencia Poltica. CONICET. e-mail: [email protected]

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    eugenismo y racismo ms tradicional. Sin embargo, la genealoga en tanto sintomatologa,

    debe interpretar los fenmenos, tratndolos comos sntomas, cuyo sentidos debe buscar en las

    fuerzas del presente que lo producen. Distinguir la parte del pasado, del presente y de lo

    (in)actual. Las palabras no guardan sus sentidos, son las fuerzas en juego en el presente las

    que subsisten en ellas. Por ello creemos que el diagnostico sobre el presente de la biopoltica,

    debe ser minucioso: Cules son los dispositivos en el presente de la biopoltica? Qu

    saberes y que mecanismos de poder se ponen en juego en ellos? As, como Foucault, era

    absolutamente formal al distinguir el nacimiento del biopoder, as lo es para distinguir el

    presente: hemos superado esa etapa. Ya no estamos en ella (Foucault, 2007:186). En ese

    sentido el curso de 1979, perfectamente puede ponerse en sintona con la Posdata deleuziana:

    lo que importa es que estamos al principio de algo (Deleuze, 1999). Entre 1979 y 1990, ha

    pasado toda una dcada, y ambos insisten: nuevas fuerzas que estn juego. Cmo se redefine

    la biopoltica en este nuevo complejo de fuerzas? Sea ste la gubernamentalidad neoliberal

    que comienza a elaborar sus armas mientras el nazismo lleva a su apogeo y lmite a la

    gubernamentalidad policial o, sea la sociedad de control que describen Deleuze, Lazzarato y

    Virilio entre otros. Es decir, la biopoltica stricto sensu, la que tomaba como blanco a la

    poblacin cmo se transform dentro de esta nueva economa general de las fuerzas?

    Si la racionalidad cientfica de aquella biopoltica la daba la teora de la evolucin

    permitiendo a la poblacin mantenerse como correlato privilegiado de los mecanismos

    modernos de poder haramos bien en interrogarnos sobre el dominio de las ciencias de la vida

    en nuestro presente. Cules son los objetos que stas fijan y mantienen como blancos para

    unos mecanismos de poder como los de las sociedades de control? A partir de all podramos

    bosquejar las lneas principales de una arqueologa de la vida en el marco de un saber que con

    mucho cuidado podramos llamar posmoderno3. Escuchemos a las ciencias de la vida:

    Franois Jacob afirmaba ya en los 70: la biologa se interesa hoy por los algoritmos del

    mundo viviente y hoy el mundo es mensaje, cdigo, informacin (Jacob, 1986:300 y 322).

    Se trata slo de un cambio de palabras o algo mas profundo ha cambiado desde Darwin a la

    biologa molecular?

    3 Como deca ya Lyotard en un informe sobre la condicin del saber en las sociedades contemporneas que ha sido ms criticado que ledo: el saber cambia de estatuto al mismo tiempo que las sociedades entran en la edad llamada postindustrial y las culturas en la edad llamada postmoderna (1987: 13). En ese paso la hegemona informtica impuso su lgica a todo el saber y como veremos luego la biologa misma se vio desplazada entonces desde el plano del organismo al de la informacin.

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    Si el evolucionismo era la forma de saber inmanente a unos mecanismos de poder como los

    del higienismo, urbanismo y racismo hasta la primera mitad del s. XX; la gentica (o ms bien

    el discurso de la accin de los genes [Fox-Keller, 2000]) y la biologa molecular (o ms bien

    una mirada biolgica sobre el viviente en tanto dispositivo molecular de almacenamiento y

    transmisin de informacin gentica) son las formas de saber relativas a las tecnologas de

    control actuales. Si los objetos del evolucionismo eran las poblaciones y sus fenmenos, los

    de la biologa contempornea son los sistemas vivientes en sus diferentes niveles de

    integracin desde una bacteria a una comunidad humana. Ello implica la reconfiguracin de

    todo el espacio de lo viviente en trminos de informacin, comunicacin, cdigo, mensaje,

    servomecanismos cibernticos, etc.

    Para comprender esta reconfiguracin de lo vivo es necesario trazar una pequea historia de la

    vida en el saber contemporneo. Es sabido que la biologa para asegurar su dominio y

    constituirse en ciencia tuvo que separarse de la fsica y de la qumica. A mediados del s. XX,

    para emprender el anlisis de la estructura y el funcionamiento de los seres vivos se vio

    obligada a asociarse nuevamente con ellas y a dejar caer el lmite infranqueable entre los seres

    vivos y la materia inanimada. La bioqumica del s. XX, lleg as a la conclusin inversa de la

    de la qumica orgnica del siglo precedente: no hay diferencia de naturaleza entre lo viviente

    y lo no viviente (Canguilhem, 2005:169). A final de cuentas, se afirmaba, todo lo que puede

    un ser viviente lo puede gracias a la conversin de energa qumica liberada por la combustin

    de alimentos. De este modo se fijaron dos principios de la biologa contempornea: los seres y

    la materia bruta estn constituidos por los mismos elementos y a ambos se les aplica el

    principio de la energa mnima.

    La energa como equivalente general permiti eliminar la frontera entre los seres vivos y la

    materia inerte pero produjo a la vez un nuevo problema ya que nada lograba explicar la

    especificidad del orden de la materia viva. La gentica, a su vez, mostraba, como los

    caracteres de los seres vivos no son resultados meramente aleatorios sino contrariamente

    producto de la conservacin y transmisin de un orden, la herencia. El problema era patente:

    dada la firmeza inamovible de la segunda ley de la termodinmica segn la cual la entropa

    tiende a aumentar en el tiempo, cmo es posible explicar el mantenimiento del orden en la

    vida? Esta efectivamente eluda la tendencia natural al infierno termodinmico, la muerte

    energtica. La cuestin era entonces saber cmo lo lograba, cmo evitaba la vida su inevitable

    degradacin. La respuesta obvia dir Schrdinger- es: comiendo, bebiendo, respirando,

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    fotosintetizando, etc. El trmino tcnico que engloba todo eso es metabolismo. () Qu es

    entonces ese precioso algo contenido en los alimentos? En ltimo termino, responder, de

    lo que un organismo se alimenta no es ni ms ni menos que de de entropa negativa. Pronto la

    negentropa sera traducida por lo ingenieros elctricos como informacin, la medida del

    orden de un sistema y nos enteraramos que los genes no son ms que informacin, que existe

    algo as como un programa gentico, que la clula y, por desplazamiento la vida misma, son

    maquinas que funcionan como procesadores de informacin.

    La vida rebelaba que no era un comportamiento de la materia basado en la tendencia que va

    del orden al caos, sino en la conservacin de un orden preexistente. El concepto o la metfora

    de la informacin a mediados de siglo, dara acceso al anlisis de ese orden y su transmisin.

    La informacin precisamente es lo que permite a travs de la retroaccin en el sistema

    corregir la tendencia al desorden, invirtiendo localmente la tendencia de la entropa. Con esto

    la ciberntica se habr extendido como una nueva clave para la comprensin de la vida, de

    ahora en ms: sistemas vivientes. Y con ello se fijara otro nuevo principio: los sistemas

    vivientes son sistemas autorregulados (Canguilhem, 2005:300).

    Si la biologa haba podido constituir su dominio autnomo renunciando a los relojes y los

    autmatas del mecanicismo, haciendo escapar a la fuerza vital de las leyes de la mecnica por

    esta va volva a encontrarse con el problema de los lmites entre mquina y ser viviente. No

    se trataba ya como para Descartes de afirmar que el reloj marca las horas, como el rbol da

    sus frutos, sino que ambos sistemas tienden a mantener la entropa por medio de la

    retroaccin aunque finalmente los relojes se paren y los rboles se sequen. As, ser vivo y

    mquina se constituyeron en modelos sistmicos uno para el otro. Como el mismo Foucault lo

    vislumbrara no se trata del retorno del Animal-Mquina del XVIII pero se puede decir que

    en la medida en que la clula es un sistema de reacciones fsico-qumicas funciona tal como

    una calculadora. Es la nocin de programa la que esta entonces en el centro de la biologa

    (1994 t.II:103[1970]).

    Todo un cruce terico, metafrico y literario se haca entonces posible. Las maquinas

    dispondran de rganos ejecutores, sensoriales, que responden a estmulos y consumen

    energa, tendran centros neurlgicos para valorar sus acciones, una memoria sobre acciones

    futuras y experiencias pasadas, ejecutaran un programa que es capaz de orientar su accin e

    introducir variaciones segn los mensajes del medio. Inversamente, un ser vivo, sera un

    sistema donde rganos, clulas y molculas tejen una red de comunicacin que intercambia

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    seales y mensajes como un integrado electrnico. E incluso, la herencia, ese fenmeno que

    obsesionaba a la biologa y a la vez resultaba inexplicable, empezara a ser interpretado como

    la transmisin de un mensaje que se repite generacin tras generacin, que por la distribucin

    de unos pocos smbolos ofrece una inmensa variedad: tal como el lenguaje bsico de un

    programa informtico o la memoria de una calculadora.

    Por otra parte la bacteriologa permiti a la gentica avanzar sobre el estudio de la herencia

    dejando de lado la cuestin de la reproduccin sexual. En efecto, las bacterias se reproducen y

    trasmiten una herencia sin necesidad de sexualidad. Si antes de ello, los organismos de los

    bioqumicos y de los genetistas eran distintos, este desplazamiento permiti a la biologa

    molecular y la gentica establecer un material comn: los microorganismos (bacterias y

    virus). Los estudios de la herencia se constituyen as en el problema central de las ciencias de

    la vida en segunda mitad del s. XX. A partir de entonces la biologa molecular y la gentica

    comparten este nuevo mundo de protenas, enzimas y polmeros que configuran redes de

    comunicacin, emiten seales, perciben, seleccionan acciones, reacciones y retroacciones, el

    nuevo mundo de la vida reunificado en trminos de genes, mensajes, cdigos e informacin4.

    Si la teora de la evolucin poda asegurar una validez fenomenolgica y la gentica clsica

    haba venido a confirmarla de modo estadstico, cada vez resultaba ms acuciante lograr una

    teora fsica de la herencia. Este anhelo es lo que se propona aportar la teora molecular del

    cdigo gentico y lo que le permiti constituirse como la base fundamental de la biologa

    durante el siglo pasado, es decir como teora general de los sistemas vivientes segn la

    expresin de Monod (1985:12). Por primera vez en la historia de la biologa, todas las

    propiedades de los seres vivos (crecimiento, organizacin, reproduccin, herencia) se intentan

    explicar mediante una misma formula de estructura molecular. De este modo, segn el

    comentario de Foucault, toda la reconfiguracin de la biologa de los siglos XIX y XX ha

    llevado finalmente a mostrar que el ser viviente es un sistema hereditario y ha puesto al

    mismo tiempo a la gentica en la cumbre de todas las ciencias biolgicas. Mejor an, () ha

    permitido a la gentica () presentarse como la primera teora general de los sistemas

    vivientes (1994 t.II:103[1970])

    4 Como lo afirma Haraway, en estos desplazamientos la biologa pas de ser una ciencia centrada en el organismo, entendido en trminos funcionalistas, a una que estudia mquinas tecnolgicas automatizadas, entendidas en trminos de sistemas cibernticos (Haraway, 1995: 73)

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    En relacin a la racionalidad biopoltica se hace posible observar que si desde Darwin se saba

    la vida evoluciona y que en esa evolucin el organismo poda modificarse por la presin de la

    seleccin, en un medio dado, sobre las poblaciones y por ello la biopoltica se situaba entre el

    medio y la poblacin. A partir del despliegue tcnico y epistemolgico de las ciencias de la

    vida surge algo nuevo: la historia del hombre y la vida tienen implicaciones profundas. La

    historia del hombre no contina simplemente la de la vida, ni la reproduce, sino que la

    reanuda () y puede ejercer varios efectos totalmente fundamentales sobre sus procesos

    (Foucault, 1996b). Por lo que los mecanismos biopolticos no vendrn a situarse entre medio

    y poblacin, sino en la nueva dimensin de la vida.

    Uno de los padres de la gentica, H. J. Muller, afirmaba ya en 1916: The central problem of

    biological evolution is the nature of mutation, () a control of it might obviously place the

    process of evolution in our hands () It is a difficult path, but with the aid of necromancy of

    science, it must be penetrated (apud Fox Keller, 1993:59). Alcanzar el gen y sus mutaciones,

    llegar a producirlas y controlarlas significaba para la gentica poner el proceso de la

    evolucin en manos del hombre. Semejante declaracin hace inteligible la irrupcin de ese

    plano de intervencin bio-histrico que vislumbraba Foucault como resultado de las

    transformaciones contemporneas de la biologa y la medicina. Plano no ya del organismo

    individual y su descendencia, la poblacin, sino de la propia vida y de sus acaecimientos

    fundamentales. La tarea de poner la evolucin en our hands significa efectivamente que la

    historia del hombre no contina simplemente la de la vida, ni se contenta con reproducirla, es

    decir, que la vida ya no es un puro zcalo biolgico inamovible y exterior a la historia del

    hombre, sino que ste puede reemprender la historia de la vida dando lugar a una bio-histora

    a partir de los efectos totalmente fundamentales que puede ejercer sobre sus procesos

    (Foucault, 1996b:75).

    La gentica contempornea intervine en una dimensin previa a la seleccin, ya que puede

    alterar el programa de un ser vivo antes de su puesta a prueba en un medio. La modificacin

    de un organismo, la produccin de un OGM, no necesitan operar sobre el medio como modo

    de acceso a la poblacin que por la seleccin incide sobre el organismo. Se interviene sobre

    una dimensin anorgnica de los sistemas vivos. No slo sobre la estructura qumica de la

    herencia, lo que caracteriza a la gentica desde sus orgenes eugensicos sino, y a partir de lo

    que se conoce como la tecnologa del ADN recombinante, sobre la dimensin informacional

    de la vida. Lo que adquiere en la dcada de 1980 una fuerza inusitada cuando se desarrollaron

  • 7

    y perfeccionaron las herramientas que hicieron posible la transferencia de genes de un

    organismo a otro incluso superando la barrera de las especies. De este modo no es en el nivel

    individuo ni en el de la poblacin donde deberamos buscar los mecanismos de una

    biopoltica contempornea, sino en una nueva dimensin molecular de la vida que aslan la

    gentica y los tcnicas recombinantes.

    Es particularmente en el campo de de la gentica humana, donde parecera ms fcil descubrir

    los mecanismos de control y describir lo que estara emplazndose en el lugar de biopoltica

    moderna de las poblaciones y sus fenmenos. Precisamente el proyecto cientfico, econmico,

    poltico y meditico de cartografiar y secuenciar el genoma humano se configur en el cruce

    entre gentica y biologa molecular (Sfez, 2008:145). Este vasto programa de investigacin a

    medio camino entre el estado, los niveles supraestatales y las empresas privadas

    multinacionales se propuso en sus principios publicitarios la identificacin de los factores

    causantes de enfermedades genticas (como el cncer, enfermedades cardiacas y la diabetes) y

    la produccin de mtodos teraputicos y frmacos para ellas (aunque los fondos millonarios

    que los Estados otorgaron a los investigadores respondan ms bien a los intereses de lobbies

    farmacolgicos y agro-tecnolgicos norteamericanos). Rpidamente este primer campo se

    amplio haca otras patologas ligadas al comportamiento y la salud en trminos mucho ms

    generales (alcoholismo, drogadiccin, criminalidad, etc.) El resultado, y ms all de su

    rigurosidad cientfica, fue una progresiva absorcin por la gentica de la distincin entre lo

    normal y lo patolgico. Como la anticipara Canguilhem, hoy la norma o la desviacin son

    determinadas por las modalidades de transmisin del mensaje hereditario y de reproduccin

    del programa gentico () Se ha formado as una nueva nomenclatura de las enfermedades

    por la referencia del mal no ya al individuo entendido como totalidad, sino de sus

    constituyentes (Canguilhem, 2005:170). Tal dimensin de los constituyentes quiz sea la

    nueva dimensin de la biopoltica.

    No obstante, frente a la dificultad de aplastar la complejidad de lo patolgico en el solo plano

    del cdigo gentico, aparecern sucesivamente las nociones de riesgo gentico,

    predisposicin gentica, previsibilidad gentica, etc. Todos trminos que rpidamente

    recuerdan al poder medico sobre lo no-enfermo que Foucault expusiera en Los Anormales

    (2000:286). Precisamente los desarrollos de la psiquiatra y de la neuropsiquiatra a partir de

    mediados del s. XIX encontraron un cuerpo atrs del cuerpo del anormal: el sndrome, el

    estado de anomala que no es una enfermedad. Un cuerpo trasero que es el cuerpo de los

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    padres, el cuerpo de sus ancestros, justamente el cuerpo de la herencia (Foucault,

    2000:291). Bastaba encontrar en cualquier punto de la red un elemento desviado para explicar

    a partir de all al Anormal. Sin embargo, ahora el cuerpo de la herencia ha cambiado

    rotundamente. Ya no es el cuerpo de los ancestros, es un software contenido en el cuerpo

    molecular de un compuesto bioqumico que puede ser modificado y la nueva figura del

    anormal es el enfermo asintomtico. As los saberes bio-mdicos dan un salto al futuro, ahora

    no slo puede rastrearse la herencia hacia el pasado, sino la herencia futura e intervenir en la

    actualizacin de una enfermedad virtual. El saber bio-medico se hace predictivo y en un

    individuo sano busca detectar los riesgos genticos para l y su descendencia. Una nueva

    modalidad de una -ya clsica- medicina sin enfermos. Inversamente, la produccin del

    individuo normal y sano aparece con renovada y extraordinaria fuerza. De un lado, los medios

    nos anuncian que se han descubierto el gen de homosexualidad, de la obesidad, de la

    criminalidad y del otro los bilogos nos dicen todava falta conocer los factores genticos

    que intervienen en cualidades como la originalidad, la belleza o la residencia fsica (Jacob,

    1986:322): como dira L. Sfez vivimos en la poca de la utopa de la Gran Salud5.

    De este modo la nocin de riesgo se ha desplazado de la estadstica poblacional, a un clculo

    de probabilidades dentro los constituyentes, la cadena del ADN. La poblacin quiz no sea ya

    una multiplicidad de cabezas, sino una multiplicidad de radicales y aminocidos, nueva

    materia pura de las tecnologas de control de lo vivo. Para la biopoltica clsica slo eran

    visibles y enunciables la natalidad, mortalidad, morbilidad, longevidad de una poblacin y

    alrededor de ellos se fijaban unos mecanismos de regulacin y aseguracin. El individuo era

    mudo puesto que para l todo era aleatorio. Los mecanismos de seguridad lograban

    individualizar los riesgos por medio de la nocin de caso6, pero siempre en el marco de un

    saber sobre la poblacin. Las nuevas tcnicas de saber han logrado que el individuo, en la

    dimensin de sus constituyentes, se vuelva locuaz. El nacimiento, la enfermedad, el

    envejecimiento, la muerte de un individuo deja de ser aleatoria para volverse materia de

    predicciones. Al punto de que ciertas patologas estn sealadas por genes cuya posicin

    5 Es la tesis de todo el libro de Lucien Sfez. Sin embargo, creemos a diferencia de Sfez, que no se trata de interpretar estos discursos en trminos de utopa e ideologa, sino ms bien de encontrar los regimenes de verdad y los efectos de poder de tales discursos. 6 El caso-individual no era sino el caso como modo de individualizar un fenmeno colectivo y de colectivizar un fenmeno individual: una distribucin de casos en una poblacin circunscripta espacial y temporalmente. (Foucault, 2006:80) Tena dos polos, la firma, que indica el individuo, y el nmero de matrcula, su posicin en una poblacin. Las dos caras de un poder masificador e individualizador. En las sociedades de control, por el contrario, lo esencial no es ya una firma ni un nmero, sino una cifra (Deleuze, 1992) y el ADN es la cifra biolgica de un individuo.

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    causa automticamente el desarrollo de ciertas enfermedades monognicas. A partir de ello

    puede detectarse en individuos sanos tanto como ya en el embrin la posibilidad de estas

    enfermedades. El riesgo deja de ser una nocin de estadstica poblacional para transformarse

    en riesgo-individual. Si para los mecanismos de seguridad haba riesgos individualizables,

    riesgos diferenciales, situaciones de riesgo, y se poda identificar qu fenmenos son ms

    peligrosos que otros, qu caractersticas de la poblacin implican peligro para ella, ahora el

    anlisis de los riesgos y peligros puede ser hecho a un nivel absolutamente individual.

    La reduccin fsica de la herencia escribe as una nueva pgina en la historia de la nocin de

    individuo peligroso. Y el individuo es uno absolutamente nuevo, no ya el individuo (y la

    sociedad) del derecho, ni el individuo (y el cuerpo) de las disciplinas sino el individuo y su

    informacin gentica, el individuo y sus poblaciones moleculares (o quiz las poblaciones

    moleculares pre-individuales).

    Ms, no resulta muy til recodificar la interrogacin poltica sobre el presente de la gentica

    en los trminos tradicionales del racismo y de una gubernamentalidad policaca. Por el

    contrario, ya para Foucault, en 1979, implicaba pensarla en relacin a la gubernamentalidad

    neoliberal y por ello sugera analizarla en relacin a la teora del capital humano, ya que el

    problema poltico de la utilizacin de la gentica se formula en trminos de constitucin,

    crecimiento, acumulacin y mejora del capital humano (Foucault, 2007:269). En primer

    lugar, la lgica de la aseguracin social queda as desbaratada, ya que esta tena como

    supuesto la aleatoriedad individual del riesgo. En cierto modo, todo el continuum institucional

    disciplinario se ver transformado por los efectos de verdad de esta nueva forma de saber. De

    modo paradigmtico puede citarse la importancia que adquiere la gentica en la justicia penal,

    sea ya como modo de identificar individuos, sea ya como modo de explicar y juzgar actos. En

    segundo lugar implica por lo tanto que los individuos deben hacerse responsables de sus

    propios riesgos, transformarse en empresarios de su propia y riesgosa vida. Gestionar su vida,

    invirtiendo en el cuidado de sus aptitudes innatas o constituyentes moleculares, invirtiendo en

    el acrecentamiento de su capital adquirido y -porque no- adquiriendo el capital innato de un

    futuro ser (para lo que existen bancos genticos) Difcil saber donde empieza y donde termina

    la ciencia-ficcin, pero tambin podra decirse que esa indistincin es rasgo de una poca en

    la que ciencia y ficcin se alimentan mutuamente.

    En este marco puede comprenderse el xito de la difusin de la teora del gen egosta

    formulada por Richard Dawkins en los 70. En efecto, dicha reflexin se sita en el punto de

  • 10

    cruce entre un neo-evolucionismo llevado al nivel de los constituyentes genticos (el gen

    como unidad evolutiva y el organismo como mera maquina para su supervivencia) y un

    marco interpretativo dado por ciertas nociones econmicas neoclsicas que traducen el gen

    como un agente econmico-evolutivo maximizador de beneficios, algo as como el gen

    empresario de si mismo (Dawkins, 1985).

    En este sentido, el novel saber biolgico viene a guardar una nueva verdad de nosotros

    mismos. El secreto que antes se le peda a la sexualidad que enuncie, lo tienen ahora nuestras

    molculas. Por ello, incluso tras los pobres resultados que han dejado una dcada de

    secuenciacin del genoma, Walter Gilbert, Premio Nobel de la gentica, no se confunda

    cuando afirmaba que la secuenciacin [del genoma humano] es la ltima respuesta al

    mandato: concete a ti mismo (Sfez, 2008:150). Nosotros diramos: ltima tecnologa de

    subjetivacin. La gentica no favorece slo nuevos modos de exclusin, sino que mucho ms

    bastamente se encuentra en el centro de inditos procesos de subjetivacin en el marco de las

    nuevas formas de dominacin que hacen posibles a los primeros. Si el sujeto no esta dado,

    sino que se constituye en y por las experiencias histricas que se estructuran a partir de una

    serie de saberes y poderes, las transformaciones que hemos referido en el orden del saber y

    que son tanto causa como efecto de otras transformaciones en los mecanismos de poder,

    reestructuran los modos de subjetivacin en nuestro presente.

    Investigar estas transformaciones en torno a la actualidad de la biopolticas nos parece una

    va fecunda para reanudar la interrogacin crtica en torno a nuestro presente.

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