ruta temática aprovechamiento vitivinícola

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RUTAS TEMÁTICAS DEL PATRIMONIO HISTÓRICO ADR Alpujarra – Sierra Nevada EL APROVECHAMIENTO VITIVINÍCOLA EN LA SIERRA DE LA CONTRAVIESA Municipios de: Albuñol, Sorvilán, Polopos, Rubite, Torvizcón, Albondón, Cástaras, Lobras, Murtas, Turón y Cádiar. Elaborado por: Nevadensis–Río Andarax, Agustín Sánchez Hita. ADR Alpujarra – Sierra Nevada. Agradecemos las aportaciones de: Ayuntamientos de la sierra Contraviesa / Asociación Co- marcal de Cosecheros-Productores / Asociación “Contra- viesa Ecológica” / Barranco Oscuro, www.barrancooscuro. com / Guía Natural de La Alpujarra; El Cultivo de vid, Co- lectivo de Maestros Peñabón. a Union Europe FEOGA-0 MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN Financian: Promueven: LA SIERRA DE LA CONTRAVIESA Es una de las unidades montañosas que, junto con las sierras de Lújar y Gádor conforman la “cadena litoral alpujarreña”. Arrancando de la misma línea de costa, asciende a los 1507 m de su máxima altura, el Cerra- jón de Murtas, presentando un relieve arrasado, con lomas suaves pero muy pronunciadas, que se alternan con las fuertes hendiduras de los barrancos. La tala abusiva de los bosques litorales en estas acentuadas pendientes ha dado lugar a un empobrecimiento his- tórico de los suelos y a un deterioro de la vegetación natural que ha quedado reducida a espacios muy lo- calizados. El clima mediterráneo se encuentra matizado en la zona por su posición a “sombra de lluvias” de los fren- tes del norte y los vientos dominantes de oeste. No obs- tante, su ubicación litoral en la fachada suroriental ibérica deja a este entorno bajo la inuencia de las “go- tas frías” de otoño y primavera que pueden dar lugar a lluvias torrenciales, cuyos efectos catastrócos se ven acentuados por la escasez de cobertera vegetal que ra- lentice la escorrentía. Las diferencias altitudinales ma- tizan el clima apareciendo heladas y ocasionalmente las nieves en altura. Junto con la agricultura histórica de subsistencia en regadío, que ocupaba el entorno inmediato de las po- blaciones, los cultivos son fundamentalmente de seca- no, dominando el almendro, la higuera y la viña. Fi- nalmente, desde los años 80 los invernaderos ocupan una importante porción de las zonas bajas. Si bien las poblaciones se sitúan bajo los 800 m de altitud, un sinfín de cortijos y cortijadas se extienden por todo el territorio de la sierra generando un particular pobla- miento disperso. HISTORIA DEL VIÑEDO EN LA ZONA: Con primeras plantaciones de época romana, la toleran- cia con respecto a la regla del Islam que se practicaba en determinadas épocas en al-Andalus, permitía también la existencia de viñedos en la sierra de la Contraviesa, como lo muestra el hecho de que Albuñol, “Hins Al-Bonyul” en árabe, pueda ser traducido como “Castillo del Viñedo”. Tras la expulsión de los moriscos, los colonos caste- llanos llegan a esta zona en los siglos XVII y XVIII, habiendo obtenido permiso Real en 1696 de roturar y usar las tierras, que en su mayoría estaban cubiertas de encinas, para el desarrollo del viñedo. Se crean en- tonces múltiples cortijos y cortijadas que se conservan hoy en día, cuyos nombres responden al de las familias de colonos (Los Amates, Los Gálvez, Los Morenos, etc.). Tras la eclosión de este cultivo de la vid, en el siglo XIX, “la Contraviesa” se congura como una extensión de la zona de producción malagueña de vino, pasas y aguar- diente. En está época se cultivaba una supercie de unas 15000 hectáreas, exportándose en 1845 desde el puerto de La Rábita 100000 arrobas de vino con destino a Gibraltar y 700 botas de “espíritu de vino” con destino a Málaga, Jerez y Cádiz, procedentes de la treintena de destilerías de aguardiente que se ubicaban en la zona. Junto con los cultivos hortícolas de subsistencia, solo la higuera, con cuyos frutos se elaboraba el “pan de higo”, compartía el espacio con las viñas. Por otro lado, en las zonas más bajas, al igual que en La Alpujarra almeriense, se producía uva de mesa para exportación. La aparición de la epidemia de loxera, a nal del siglo XIX, destruyó los viñedos teniendo graves efectos sociales que persisten en nuestros días. Por un lado, la ruina de los grandes propietarios da lugar a la venta de las tierras a bajo precio, lo que motivó una conguración minifun- dista y, por otro lado, se genera una fuerte emigración. El viñedo intenta renacer, mediante pies americanos resistentes, a principios del siglo XX, aunque no al- canza las dimensiones anteriores. Se introduce enton- ces el almendro, a pesar de lo cual, desde los años 50, se profundiza en una decadencia que da lugar a una nueva emigración generalizada. LA AGRICULTURA ECOLÓGICA constituye una de las principales líneas actualmente en auge en la Contraviesa. Además de los viñedos y bodegas que ya han obtenido esta certicación, la Asociación “Contra- viesa Ecológica” aglutina a un grupo de unos 40 pro- ductores con, aproximadamente, 400 ha, en proceso de reconversión hacia una producción sana y compatible con la conservación medioambiental, fundamentalmen- te en los municipios de Turón y Murtas. EL PATRIMONIO HISTÓRICO: El paisaje rural, generado por la arquitectura tradicio- nal, los espacios agrícolas y el medio natural, forma el conjunto del verdadero patrimonio comarcal. Dentro de este bien global, junto con las propias construcciones de los cortijos, así como los lagares y bodegas de los pueblos, una diversidad de antiguos mecanismos utilizados en la elaboración del vino presentan un valor especíco. Además de las antiguas estrujadoras y otro material menor, las prensas de madera conforman el grupo de los elementos más llamativo. Antiguamente, para las grandes producciones, se utilizaban las “prensas de viga”, ya desaparecidas en la zona, donde una larga viga de madera actuaba mediante un sistema de pa- lanca. Un segundo tipo de prensa, que en este caso ha sobrevivido, aunque ya sin utilización, es la “prensa de tórculo (tuerca) con torre”. Ubicada en una capilla que podía estar dentro de la bodega o abierta a un patio, la parte superior del husillo de la prensa roscaba sobre una viga horizontal sobre la que era necesario construir una torre de contrapeso que garantizara la estabilidad del conjunto frente a las fuertes presiones obtenidas. Esta torre permite la fácil identicación exterior del ele- mento. En nuestra ruta, aparecen elementos de este tipo en el Cortijo del Carmen de Albuñol, Los Amates, Los Cascalomas, Barranco Oscuro, etc. Más sencilla es la llamada “prensa de rincón”, la cual estaba formada por un husillo empotrado en el muro o rincón de las paredes del lagar. Muy singular es la “prensa de ban- cal”, en la cual el juego de dos tórculos de gran tama- ño, movidos “a sangre”, roscan sobre gruesos husillos, realizándose el prensado en lugar inmediato a la viña. Finalmente, aparecen las “prensas de jaula”, sencillos mecanismos formados por un cilindro o jaula de listo- nes de madera reforzados por ejes de hierro, en cuyo interior desciende el “sombrero” o placa de prensado, mediante un husillo metálico. EL VIÑEDO EN “LA CONTRAVIESA”: Las viñas se distribuyen por gran parte de la sierra con mayor presencia en su ladera solana, entre los 700 y 1000 m, sobre terrenos fundamentalmente pizarro- sos. Las fuertes pendientes constituyen uno de los principales problemas de este territorio, ya que dicul- tan la mecanización (utilizándose todavía el arado con mulos) al tiempo que se acentúa el riesgo de erosión. Con la plaga de la loxera se pierden en gran medida las variedades autóctonas como la “vigiriega”, la cual que- dó reducida a las zonas altas, asentándose la “tempra- nillo”, al tiempo que se da paso a cepas extranjeras. Es, precisamente, esta última variedad la que más crece ac- tualmente, al tiempo que se intenta la recuperación de la citada vigiriega, la cual produce un blanco muy po- pular, siendo el vino rosado también muy tradicional. Desde los años 80, se ha vivido en la comarca un pro- ceso orientado hacia la calidad y entrada en los mer- cados exteriores. Esto ha dado lugar a que los vinos hayan alcanzado un nivel comparable al de afamados centros de la Península, debido a la atención y mimo prestados por muchos viticultores y bodegueros, que han generado caldos especícos de gran personalidad. En este sentido, destacan los vinos jóvenes afrutados blancos de uva vigiriega, y los tintos jóvenes de ca- bernet, merlot, chardonnay y la citada tempranillo. Igualmente muy apreciados son los tintos con crianza. Entre las variedades extranjeras destaca también la Pi- not Noir, la cual se distribuye en zonas altas, precisan- do clima frío con solo dos meses de calor. EL PROCEDIMIENTO TRADICIONAL DE LA ELABORACIÓN DEL VINO: Tras la vendimia (entre octubre y noviembre), con las agobias (sandalias de esparto) se pisaba la uva, reali- zándose a continuación el despalillado o retirada del es- cobajo de los racimos. Desde el siglo XIX, la estrujadora (que en algunos lugares llaman pisadora porque el es- trujado lo hace, dicen, la prensa) sustituyó poco a poco al pisado que, no obstante, se ha conservado en muchos pequeños lagares casi hasta nuestros días. Por cual- quiera de los dos procedimientos, se libera un primer zumo que llegaba por gravedad a un pozuelo o pilón. Pulpa con hollejo ( piel) pasan a la prensa para la ex- tracción total del mosto, el cual se unía al líquido resul- tante del pisado. Se retira entonces el orujo que sirve para hacer vinagre o como comida para los animales. Desde el pozuelo, con la ayuda de cazos de calabaza, se extraía el mosto, que se ltraba con un colador, para ser introducido para su fermentación o hervido (proce- so en el cual el azúcar se transforma en alcohol) en las cubas o tinajones. Tras la fermentación, se realiza el trasegado o cambio a otros recipientes de barro, madera o, incluso, hormigón, eliminando el sedimento o “heces” de forma que el vino quede limpio. A partir de ese momento, el caldo está dis- puesto para el consumo, habiéndose realizado, en ocasio- nes, el último trasegado hacia toneles de roble, ubicados en la bodega propiamente dicha, para su envejecimiento. La alta ladera sur con el Cerrajón al fondo

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Vinos de la Alpujarra Contraviesa

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Page 1: Ruta Temática Aprovechamiento Vitivinícola

RUTAS TEMÁTICAS DEL PATRIMONIO HISTÓRICO

ADR Alpujarra – Sierra Nevada

EL APROVECHAMIENTO VITIVINÍCOLA EN LA SIERRA DE LA CONTRAVIESA

Municipios de:Albuñol, Sorvilán, Polopos, Rubite, Torvizcón, Albondón, Cástaras, Lobras, Murtas, Turón y Cádiar.

Elaborado por: Nevadensis–Río Andarax, Agustín Sánchez Hita.

ADR Alpujarra – Sierra Nevada.

Agradecemos las aportaciones de:

Ayuntamientos de la sierra Contraviesa / Asociación Co-marcal de Cosecheros-Productores / Asociación “Contra-viesa Ecológica” / Barranco Oscuro, www.barrancooscuro.com / Guía Natural de La Alpujarra; El Cultivo de vid, Co-lectivo de Maestros Peñabón.

aUnion EuropeFEOGA-0

MINISTERIODE AGRICULTURA, PESCAY ALIMENTACIÓN

Financian:

Promueven:

LA SIERRA DE LA CONTRAVIESA

Es una de las unidades montañosas que, junto con las sierras de Lújar y Gádor conforman la “cadena litoral alpujarreña”. Arrancando de la misma línea de costa, asciende a los 1507 m de su máxima altura, el Cerra-jón de Murtas, presentando un relieve arrasado, con lomas suaves pero muy pronunciadas, que se alternan con las fuertes hendiduras de los barrancos. La tala abusiva de los bosques litorales en estas acentuadas pendientes ha dado lugar a un empobrecimiento his-tórico de los suelos y a un deterioro de la vegetación natural que ha quedado reducida a espacios muy lo-calizados.

El clima mediterráneo se encuentra matizado en la zona por su posición a “sombra de lluvias” de los fren-tes del norte y los vientos dominantes de oeste. No obs-tante, su ubicación litoral en la fachada suroriental ibérica deja a este entorno bajo la infl uencia de las “go-tas frías” de otoño y primavera que pueden dar lugar a lluvias torrenciales, cuyos efectos catastrófi cos se ven acentuados por la escasez de cobertera vegetal que ra-lentice la escorrentía. Las diferencias altitudinales ma-tizan el clima apareciendo heladas y ocasionalmente las nieves en altura.

Junto con la agricultura histórica de subsistencia en regadío, que ocupaba el entorno inmediato de las po-blaciones, los cultivos son fundamentalmente de seca-no, dominando el almendro, la higuera y la viña. Fi-nalmente, desde los años 80 los invernaderos ocupan una importante porción de las zonas bajas. Si bien las poblaciones se sitúan bajo los 800 m de altitud, un sinfín de cortijos y cortijadas se extienden por todo el territorio de la sierra generando un particular pobla-miento disperso.

HISTORIA DEL VIÑEDO EN LA ZONA:

Con primeras plantaciones de época romana, la toleran-cia con respecto a la regla del Islam que se practicaba en determinadas épocas en al-Andalus, permitía también la existencia de viñedos en la sierra de la Contraviesa, como lo muestra el hecho de que Albuñol, “Hins Al-Bonyul” en árabe, pueda ser traducido como “Castillo del Viñedo”.

Tras la expulsión de los moriscos, los colonos caste-llanos llegan a esta zona en los siglos XVII y XVIII, habiendo obtenido permiso Real en 1696 de roturar y usar las tierras, que en su mayoría estaban cubiertas de encinas, para el desarrollo del viñedo. Se crean en-tonces múltiples cortijos y cortijadas que se conservan hoy en día, cuyos nombres responden al de las familias de colonos (Los Amates, Los Gálvez, Los Morenos, etc.).

Tras la eclosión de este cultivo de la vid, en el siglo XIX, “la Contraviesa” se confi gura como una extensión de la zona de producción malagueña de vino, pasas y aguar-diente. En está época se cultivaba una superfi cie de unas 15000 hectáreas, exportándose en 1845 desde el puerto de La Rábita 100000 arrobas de vino con destino a Gibraltar y 700 botas de “espíritu de vino” con destino a Málaga, Jerez y Cádiz, procedentes de la treintena de destilerías de aguardiente que se ubicaban en la zona.

Junto con los cultivos hortícolas de subsistencia, solo la higuera, con cuyos frutos se elaboraba el “pan de higo”, compartía el espacio con las viñas. Por otro lado, en las zonas más bajas, al igual que en La Alpujarra almeriense, se producía uva de mesa para exportación.

La aparición de la epidemia de fi loxera, a fi nal del siglo XIX, destruyó los viñedos teniendo graves efectos sociales que persisten en nuestros días. Por un lado, la ruina de los grandes propietarios da lugar a la venta de las tierras a bajo precio, lo que motivó una confi guración minifun-dista y, por otro lado, se genera una fuerte emigración.

El viñedo intenta renacer, mediante pies americanos resistentes, a principios del siglo XX, aunque no al-canza las dimensiones anteriores. Se introduce enton-ces el almendro, a pesar de lo cual, desde los años 50, se profundiza en una decadencia que da lugar a una nueva emigración generalizada.

LA AGRICULTURA ECOLÓGICA constituye una de las principales líneas actualmente en auge en la Contraviesa. Además de los viñedos y bodegas que ya han obtenido esta certifi cación, la Asociación “Contra-viesa Ecológica” aglutina a un grupo de unos 40 pro-ductores con, aproximadamente, 400 ha, en proceso de reconversión hacia una producción sana y compatible con la conservación medioambiental, fundamentalmen-te en los municipios de Turón y Murtas.

EL PATRIMONIO HISTÓRICO:

El paisaje rural, generado por la arquitectura tradicio-nal, los espacios agrícolas y el medio natural, forma el conjunto del verdadero patrimonio comarcal. Dentro de este bien global, junto con las propias construcciones de los cortijos, así como los lagares y bodegas de los pueblos, una diversidad de antiguos mecanismos utilizados en la elaboración del vino presentan un valor específi co.

Además de las antiguas estrujadoras y otro material menor, las prensas de madera conforman el grupo de los elementos más llamativo. Antiguamente, para las grandes producciones, se utilizaban las “prensas de viga”, ya desaparecidas en la zona, donde una larga viga de madera actuaba mediante un sistema de pa-lanca. Un segundo tipo de prensa, que en este caso ha sobrevivido, aunque ya sin utilización, es la “prensa de tórculo (tuerca) con torre”. Ubicada en una capilla que podía estar dentro de la bodega o abierta a un patio, la parte superior del husillo de la prensa roscaba sobre una viga horizontal sobre la que era necesario construir una torre de contrapeso que garantizara la estabilidad del conjunto frente a las fuertes presiones obtenidas. Esta torre permite la fácil identifi cación exterior del ele-mento. En nuestra ruta, aparecen elementos de este tipo en el Cortijo del Carmen de Albuñol, Los Amates, Los Cascalomas, Barranco Oscuro, etc. Más sencilla es la llamada “prensa de rincón”, la cual estaba formada por un husillo empotrado en el muro o rincón de las paredes del lagar. Muy singular es la “prensa de ban-cal”, en la cual el juego de dos tórculos de gran tama-ño, movidos “a sangre”, roscan sobre gruesos husillos, realizándose el prensado en lugar inmediato a la viña. Finalmente, aparecen las “prensas de jaula”, sencillos mecanismos formados por un cilindro o jaula de listo-nes de madera reforzados por fl ejes de hierro, en cuyo interior desciende el “sombrero” o placa de prensado, mediante un husillo metálico.

EL VIÑEDO EN “LA CONTRAVIESA”:

Las viñas se distribuyen por gran parte de la sierra con mayor presencia en su ladera solana, entre los 700 y 1000 m, sobre terrenos fundamentalmente pizarro-sos. Las fuertes pendientes constituyen uno de los principales problemas de este territorio, ya que difi cul-tan la mecanización (utilizándose todavía el arado con mulos) al tiempo que se acentúa el riesgo de erosión.

Con la plaga de la fi loxera se pierden en gran medida las variedades autóctonas como la “vigiriega”, la cual que-dó reducida a las zonas altas, asentándose la “tempra-nillo”, al tiempo que se da paso a cepas extranjeras. Es, precisamente, esta última variedad la que más crece ac-tualmente, al tiempo que se intenta la recuperación de la citada vigiriega, la cual produce un blanco muy po-pular, siendo el vino rosado también muy tradicional.

Desde los años 80, se ha vivido en la comarca un pro-ceso orientado hacia la calidad y entrada en los mer-cados exteriores. Esto ha dado lugar a que los vinos hayan alcanzado un nivel comparable al de afamados centros de la Península, debido a la atención y mimo prestados por muchos viticultores y bodegueros, que han generado caldos específi cos de gran personalidad. En este sentido, destacan los vinos jóvenes afrutados blancos de uva vigiriega, y los tintos jóvenes de ca-bernet, merlot, chardonnay y la citada tempranillo. Igualmente muy apreciados son los tintos con crianza. Entre las variedades extranjeras destaca también la Pi-not Noir, la cual se distribuye en zonas altas, precisan-do clima frío con solo dos meses de calor.

EL PROCEDIMIENTO TRADICIONAL DE LA ELABORACIÓN DEL VINO:

Tras la vendimia (entre octubre y noviembre), con las agobias (sandalias de esparto) se pisaba la uva, reali-zándose a continuación el despalillado o retirada del es-cobajo de los racimos. Desde el siglo XIX, la estrujadora (que en algunos lugares llaman pisadora porque el es-trujado lo hace, dicen, la prensa) sustituyó poco a poco al pisado que, no obstante, se ha conservado en muchos pequeños lagares casi hasta nuestros días. Por cual-quiera de los dos procedimientos, se libera un primer zumo que llegaba por gravedad a un pozuelo o pilón.

Pulpa con hollejo ( piel) pasan a la prensa para la ex-tracción total del mosto, el cual se unía al líquido resul-tante del pisado. Se retira entonces el orujo que sirve para hacer vinagre o como comida para los animales. Desde el pozuelo, con la ayuda de cazos de calabaza, se extraía el mosto, que se fi ltraba con un colador, para ser introducido para su fermentación o hervido (proce-so en el cual el azúcar se transforma en alcohol) en las cubas o tinajones.

Tras la fermentación, se realiza el trasegado o cambio a otros recipientes de barro, madera o, incluso, hormigón, eliminando el sedimento o “heces” de forma que el vino quede limpio. A partir de ese momento, el caldo está dis-puesto para el consumo, habiéndose realizado, en ocasio-nes, el último trasegado hacia toneles de roble, ubicados en la bodega propiamente dicha, para su envejecimiento.

La alta ladera sur con el Cerrajón al fondo

Page 2: Ruta Temática Aprovechamiento Vitivinícola

NORMATIVA DE LA MENCIÓN“VINOS DE LA TIERRA

CONTRAVIESA – ALPUJARRA”

Munici-pios

Albondón, Albuñol, Almegíjar, Cádiar, Cástaras, Lobras, Murtas, Polopos, Rubite, Sorvilán, Torvizcón, Turón y Ugíjar.

V a r i e -dades de lasviñas

Blancas: Montua, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Moscatel de Alejandría, Jaén Blanca, Pedro Ximénez, Vigiriega y Perruna.Tintas: Garnacha Tinta, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Pinot Noir y Syrah.

Caracte-r í s t i c a s organo-lépt icas de losvinos

Blancos: Color amarillo pajizo, con notas afrutadas, suave y aterciopelado al paladar.Rosados: Color desde el rosa pálido al rosa fresa. Intensidad media, fi nos y de carácter afrutado.Tintos: Color rojo cereza brillante, aromáticos, con poca acidez y gran cuerpo

LA RUTA:

Son 3 las “Menciones” de “Vinos de la Tierra” de Andalucía que se ubican en La Alpujarra: Contra-viesa-Alpujarra, Laujar–Alpujarra y Ribera del Andarax. Presentamos aquí una ruta basada en los aspectos históricos, patrimoniales, culturales y pai-sajísticos del vino, en la primera de ellas: la sierra de la Contraviesa. Esta ruta, si bien, por razones operativas, no puede acercarse a todos y cada uno de los elementos de interés en este entorno, pretende ofrecer una propuesta básica que el visitante puede, lógicamente, extender o adaptar a sus intereses y cir-cunstancias.

Con las lógicas precauciones al volante, que hay que reforzar ante carreteras de montaña, podemos iniciar nuestra ruta en Albuñol, población esencial en la costa alpujarreña, que recibía gran parte de la antigua producción vinícola para su embarque por el puerto de La Rábita. Coincidiendo con la Feria de Ganado, en los días 30, 31 de octubre y 1 de no-viembre se celebra en este núcleo la Feria del Vino y de la Tapa, momento en que se congregan gran cantidad de visitantes para degustar los caldos de “la Contraviesa”, en ocasiones conocidos como “vi-nos de la Costa”. Si tenemos mayor disposición de tiempo, se puede realizar desde esta población una ruta de senderismo hacia el Cerro del Gato que nos permitirá conocer de cerca los viñedos de la zona.

Tomaremos la carretera, siguiendo el curso de la rambla, en dirección a Sorvilán, dejando atrás el dominio de los invernaderos. Quedará a la derecha el cruce que lleva al importante núcleo vitivinícola de Albondón al que podremos acceder más adelante

desde la carretera alta. Durante esta primera parte del trayecto el ascenso es continuo con el fi n de acceder a los pueblos de la media ladera. Tras aproximadamente 8 km, llegaremos a un collado que da vista al núcleo de Sorvilán. Desde este punto, sale en dirección al mar una pista que tras algo más de un kilómetro nos lleva hacia la cortijada de Los Amates, punto paisajístico estratégico desde donde podremos contemplar desde el mar hasta el Mulhacén. Aquí, junto a la actual bodega Lorente, se localiza un antiguo largar-bodega, ya cerrado, que aún conserva a sus espaldas la torre de contrapeso de la antigua prensa de vino, un elemento arquitectónico característico de otro tiempo, del que apenas quedan ya ejemplos.

Volviendo a tomar la carretera, pronto llegaremos a Sor-vilán. La disposición fuertemente escalonada de esta población nos introduce de lleno en las características de la arquitectura y agricultura alpujarreñas, donde cualquier actividad tiene que adaptarse a las duras con-diciones de un territorio dominado por las fuertes pen-dientes. En esta población podremos igualmente realizar la ruta de senderismo de “los Cortijos”, elementos estos íntimamente relacionados con la producción vitiviníco-la, algunos de los cuales conservan lagares y bodegas tradicionales. Aquí, el Lagar de Evaristo conserva gran parte del sabor tradicional. El tercer sábado de mayo se celebra en la población el llamado “Guiso del Choto”, fi esta en que los bodegueros del municipio dan a probar sus vinos al visitante.

Volvemos a la carretera, que continuaremos en ascenso, para desviarnos una vez más, con el fi n de acceder a Po-lopos. Como casi todos los pequeños pueblos alpujarre-ños, éste conserva sus intrincadas y estrechas calles que se pierden entre casas blancas. Podremos comprobar, sin embargo, cómo en “la Contraviesa” las viviendas pre-sentan una diferencia arquitectónica fundamental con relación a las construcciones de la comarca situada en la ladera de Sierra Nevada, ya que mientras que aquí do-mina el tejado, allí lo hace el “terrao” plano de “launa”.

En Polopos, Pepe Pérez ha creado la sencilla pero acogedora bodeguilla “Museo–Lagar Cegelí”, donde se pueden degustar, a módico precio y en un ambiente tradicional, los vinos de la Tierra.

Retomaremos la carretera que nos sirve de eje vertebral de la media ladera para llegar al histórico cruce de Haza del Lino desde donde podemos hacer una escapada hacia el oeste para visitar la localidad Rubite, la cual cuenta también con ciertas extensiones de viñedo.

Tomando hacia levante, desde Haza del Lino, iniciare-mos un prolongado camino por la carretera que corona la sierra de la Contraviesa. Durante la primera parte de este trayecto nos veremos envueltos por la joya botáni-ca que constituye el último alcornocal del sureste pe-ninsular. Una formación amenazada por la inercia de la antigua presión del ser humano y la actual evolución climática.

Tras tan solo 1 km llegaremos al acceso a Alfornón, quizá el pueblo más recóndito de nuestro camino. Aquí, Antonio Jiménez conserva con celo el autentico sa-bor de su pequeño antiguo lagar y bodega. Llama la atención una curiosa y muy antigua prensa de hierro cuya función original fue la de la extracción del jugo de la caña de azúcar en un ”ingenio de Motril”. Nos ha-bla Antonio de la enorme antigua producción que tenía esta población, la cual contaba nada menos que con 5 fábricas de aguardiente. Igualmente nos cuenta cómo era de intenso el movimiento para dar salida al licor, que su bisabuelo José, que era dueño de una de las destilerías, disponía nada menos que de 11 borricos para el transporte. El tercer sábado de Abril se realiza en este pueblo, que forma parte del municipio de Sor-vilán, una degustación de vinos ofrecida por los bode-gueros del mismo.

Volviendo a la carretera alta y recuperando el sentido ha-cia levante, el camino nos ofrecerá alternativamente vis-tas al mar o a Sierra Nevada, actuando como un elevado balcón continuo que atraviesa la zona alta del municipio de Torvizcón, uno de los que cuenta con mayor super-fi cie de viñedo. Contemplaremos entonces una enorme cantidad de cortijadas las cuales salpican el paisaje en el tradicional poblamiento de esta zona. En este término se localizan la bodegas Piedras Blancas con las que nos encontraremos en nuestra ruta. Múltiples ventas, unas ya cerradas y otras todavía en funcionamiento, a las que subían periódicamente los cortijeros para abastecerse, hacer tratos o simplemente tomar un chato o aguardien-te con los amigos, jalonarán nuestro camino.

Tras aproximadamente 12 km desde el cruce de Alfornón, sale a nuestra izquierda la pista que conduce a la cortija-da de Los Garcías, en el término municipal de Cástaras. A menos de 2 Km de la carretera se localiza la bodega “Garcías de Verdebique”, en la cual se ha conseguido sacar al mercado un producto de calidad que ha sabido evolucionar desde una explotación familiar tradicional.

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE VARIEDADES TRADICIONALES EN LA SIERRA CONTRAVIESA

Blancas

Jaén Blanca: Uva de hollejo grueso y duro.Pedro Ximénez: Uva pasifi cada que da un vino muy dulce y de fragancia natural.Vigiriega: Uva autóctona muy productiva apta para crianza y espumosos. Con aromas muy peculiares.

Tintas

Garnacha: Uva buena para tintar vinos y elaborar estos con ranciedumbre. De fácil adaptación al clima mediterráneo, presenta buenos resultados en viñas viejas.Tempranillo: Uva de maduración muy precoz. Es la más productiva y de gran regularidad.

Tan solo 1Km llegaremos al cruce de una carretera de apreciable calidad que tomándola hacia la derecha, esto es, en dirección sur, nos acerca a la población de Albon-dón. No podemos dejar de acercarnos a este municipio, el cual concentró en su momento gran parte de la produc-ción del “vino de La Costa”, hasta el extremo de citarse éste también como “Vino de Albondón”. Tras unos 4 km, antes de llegar a la población, sale a nuestra izquierda una pista de tierra que conduce a diversos cortijos. En uno de ellos, en el llamado Cortijo Viejo, situado bajo el cortijo Cascalomas y a unos 2 km de la carretera, se localiza una de las antiguas bodegas mejor conservadas de nuestra ruta. En el propio núcleo de Albondón se con-serva igualmente la antigua bodega de José Castillo, representativa de la tradición local vinícola. Igualmente, se conservan gracias a su restauración y reconversión en Museo del Vino, las antiguas grandes bodegas de este municipio. Diversas prensas y otro tipo de maquinaria se han reunido en este espacio junto a una importante cantidad de los tinajones originales. Albondón celebra el último fi n de semana de mayo las fi estas de San Isidro, donde se ofrece una cata de los vinos del año.

Después de la visita, volveremos sobre nuestros pasos por la carretera en dirección norte y, tras dejar el cruce de la carretera que nos trajo desde Haza del Lino, llegaremos a un nuevo cruce donde se sitúa la antigua Venta del Empalme. Tomando en dirección este, nos dirigimos a Murtas y Turón. A unos 8 km del empalme aparece, ya en termino de Murtas, la Bodega Cuatro Vientos. En su interior se localiza una interesante muestra de elementos etnográfi cos relacionados con la producción vitivinícola.

Continuando en la misma dirección levante, pronto llega-remos a la base del Cerrajón de Murtas, el cual constitu-ye la mayor altura de la sierra de la Contraviesa. De rela-tivamente fácil acceso a pie, el escritor Pedro Antonio de Alarcón dijo de él en 1872: “Alpujarra es todo aquello que se ve desde el Cerrajón de Murtas”. El nuevo cru-ce de la Venta del Chaleco nos ofrece la disyuntiva de visitar la población de Murtas a unos 3 km o dirigirnos

a Turón, a unos 18, ambos con una gran tradición vitivinícola y con un gran patrimonio etnográfi co.

El regreso a la Venta del Empalme nos permitirá descender hacia la vertiente norte de la sierra, to-mando en dirección Cádiar. A menos de 2 kilóme-tros, a la derecha de la carretera y en término de Lobras se ubica la bodega “Los Barrancos”, con viñedo y bodega ecológica. Una pista de tierra que sale desde este punto hacia levante nos conducirá al cortijo “Barranco Oscuro”, ya en el municipio de Cádiar, donde se localiza el que posiblemente sea el mejor ejemplo de torre-contrapeso de antigua pren-sa de lagar que se conserva en la comarca. Los cal-dos elaborados en su bodega han obtenido recono-cimiento interna-cional, llevando al conocimiento de los grandes “che-fs” y sumilleres del país el nombre de la sierra de la Con-traviesa. Sus vinos singulares presen-tan una ela-bora-ción exquisita que supera con creces los requisitos establecidos para una producción ecológica.

El regreso a la carretera nos permite descender al valle alpujarreño del río Guadalfeo. Cerca del empalme con la carretera de Órgiva se localiza el Centro Agroturís-tico Alquería de Morayma que, apoyado en viñedos y bodega propios, ofrece al visitante la posibilidad de in-tegrarse en las actividades vitivinícolas tradicionales.

Finalmente, la población de Cádiar presenta intere-santes elementos de la cultura vitivinícola, como es la antigua destilería de Rosendo. En este munici-pio, se celebra en octubre la fi esta de la vendimia, con la conocida “Fuente del Vino”, contando con el importante “Museo del Vino”.

Torre-contrapeso de Los Amates con el Mulhacén al fondo

“Museo-Lagar Cegelí” en Polopos

Antonio Jiménez conserva intacto su lagar de Alfornón

José Castillo en su bodega tradicional de Albondón

La Asociación Comarcal de Cosecheros-Productores de Vinos de la Tierra Contraviesa-Alpujarra, consti-tuida en 1986, cuenta en su haber con el Proyecto de Reestructuración del Viñedo, el reconocimiento de la Mención Vino de la Tierra, la promoción de los vinos con el Plan Leader I, etc. La actual asociación avanza en el reconocimiento de “Vino de Calidad Producido en una Región Determinada” (VCPRD) como paso para el reconocimiento, junto con el resto de los vinos de la provincia, de la Denominación de Origen “Vinos de Granada” subzona: Contraviesa.

Última luz sobre la Torre del Barranco Oscuro