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t Rico Evangel 'Las islas esperardn su ley." Isaias 42:4. PO\fCE, PUERTO RICO, MARZO 10 DE 1916. Como> Progresan los Pueblos. La bertad de Cultos en el Peru. "La nacidn prcfesa la religion catdlica, apostoli Estado la proteee y no permite el ejercicio publico Art, 4? de la Constitucidn peruana antes de DESDE que la progresista y llbre Alemania Ipmpio en el siglo XVI las odiosaf cadenas de la Itclavitud que le unian a Romay desde que elinmortal Lutero desafio a tocips los poderes ecresiasticos de esa epoca ponierflose al f rente deViermoso movimiento de la R-tforma, hasta nuekros dias, la iglesia de los ,japas no ha de perder continuamentasu tiranica influeftda sobre los pueblos. Una flas otra las naciones euwpeas han ido sacudnndo su pesado yugo, pri-clamando primero la I\prtad de la concienci; humana y desligando luto> al estado de It iglesia, emancipation sublra^aue ha hecho ie pue- blos miserables y eschm^naciones j randes, ricas y sabias. La America Latina, que por ser _ -ada por un pais en que no habia mas autorftHd que la del papa ni mas ley que el capricho impio de los frailes, fue victima de la intole- rancia clerical, ya ha comenzado a darse cuenta de lo desastroso de la politica de Roma y quiere ponerse a la altura de la epoca. El paso de adelanto que .acaba de dar el Peru, donde ayer no se permitia el ejercicio de ninguna otra religion que no fuera la catolica, apostolica y romana, estableciendo la libertad de cultos, es un dato hermoso que contribuira a embellecer las paginas de la historia americana. Con sumo gusto ponemos a disposition de nuestros lectores parte de un articulo de El Heraldo, que se publica en Li el asunto con algunos detalles. do periodico: Siguiendo esta politica de per po Ampuero, en Marzo de 1913, te a un grupo de indigenas evan por las orillas del lago Titicaca, suerte, que el asunto llego a ll del Congreso y de los periodic En la sesion del Senado de 25 de mo afio de 1913, el Sr. Severian dor por Puno, presento un pro decia: «Teniendo en consideracio deben conformarse al espiritu qu la epoca en la cual han de regir, reforme el articulo 4? de la Con tado, suprimiendo la parte termina lo que dice: «y no permite el ejercic alguna;» de manera que el referi dara asi: —«Art. 4° La nacion pro ^olica, apostolica y romana, y e teg, » Este es el proyecto que carse i^almente. Puesto al voto Senado de^S de Septiembre de 19 do por todo^Jos votos menos tre de sacerdote.)' El dia despues d proyecto, el redav*pr el El Hera otros pastores evan^licos a acom visita al autor del proy^to y al Comision a que fue envia(k Lue Comite evangelico y obrero p;ra yecto en el pais. El presidente j este Comite, pastores Juan Ritc Algorta, no han descansado hasta coronados sus esfuerzos. El cler

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Page 1: Ric Evangelic - Interweb.metro.inter.edu/facultad/esthumanisticos/coleccion_abelardo/C… · 17 Como > Progresa n lo s Pueblos. L a berta d d e Culto s e n e l Peru. "L a nacid n

tRico Evangelico

'Las islas esperardn su ley." Isaias 42:4.

PO\fCE, PUERTO RICO, MARZO 10 DE 1916.NUM. 17

Como> Progresan los Pueblos.Labertad de Cultos en el Peru.

"La nacidn prcfesa la religion catdlica, apostolica y romana, elEstado la proteee y no permite el ejercicio publico de otra alguna."Art, 4? de la Constitucidn peruana antes de ser reformado.

DESDE que la progresista y llbre AlemaniaIpmpio en el siglo XVI las odiosaf cadenas de laItclavitud que le unian a Romay desde que

elinmortal Lutero desafio a tocips los poderesecresiasticos de esa epoca ponierflose al f rentedeViermoso movimiento de la R-tforma, hastanuekros dias, la iglesia de los ,japas no ha

de perder continuamentasu tiranicainflueftda sobre los pueblos.

Una flas otra las naciones euwpeas hanido sacudnndo su pesado yugo, pri-clamandoprimero la I\prtad de la concienci; humanay desligando luto> al estado de It iglesia,emancipation sublra^aue ha hecho ie pue-blos miserables y eschm^naciones j randes,ricas y sabias.

La America Latina, que por ser _ -adapor un pais en que no habia mas autorftHdque la del papa ni mas ley que el caprichoimpio de los frailes, fue victima de la intole-rancia clerical, ya ha comenzado a darsecuenta de lo desastroso de la politica de Romay quiere ponerse a la altura de la epoca.

El paso de adelanto que .acaba de dar elPeru, donde ayer no se permitia el ejerciciode ninguna otra religion que no fuera lacatolica, apostolica y romana, estableciendola libertad de cultos, es un dato hermoso quecontribuira a embellecer las paginas de lahistoria americana.

Con sumo gusto ponemos a disposition denuestros lectores parte de un articulo de El

Heraldo, que se publica en Lima, y que tratael asunto con algunos detalles. Dice el cita-do periodico:

• Siguiendo esta politica de persecucion, el obis-po Ampuero, en Marzo de 1913, maltrato vilmen-te a un grupo de indigenas evangelicos que habiapor las orillas del lago Titicaca, y con tan malasuerte, que el asunto llego a llamar la atenciondel Congreso y de los periodicos de la capital.En la sesion del Senado de 25 de Agosto del mis-mo afio de 1913, el Sr. Severiano Bezada, sena-dor por Puno, presento un proyecto de ley quedecia: «Teniendo en consideracion: Que las leyesdeben conformarse al espiritu que corresponde ala epoca en la cual han de regir, propone que sereforme el articulo 4? de la Constitucion del Es-tado, suprimiendo la parte terminal de dicho articu-lo que dice: «y no permite el ejercicio publico de otraalguna;» de manera que el referido articulo que-dara asi: —«Art. 4° La nacion prof esa la religion^olica, apostolica y romana, y el Estado la pro-teg, » Este es el proyecto que acaba de ratifl-carse i^almente. Puesto al voto en la sesion delSenado de^S de Septiembre de 1913, fue aproba-do por todo^Jos votos menos tres (uno de estosde sacerdote.)' El dia despues de presentado elproyecto, el redav*pr el El Heraldo invito a losotros pastores evan^licos a acompanarle en unavisita al autor del proy^to y al presidente de laComision a que fue envia(k Luego se formo unComite evangelico y obrero p;ra apoyar el pro-yecto en el pais. El presidente j secretario deeste Comite, pastores Juan Ritchie' v RupertoAlgorta, no han descansado hasta ver u-'almentecoronados sus esfuerzos. El clero no se habia

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Puerto Rico Evengelico

Moises. Los mandamientos de Cristo no songravosos porque corresponden a los instintosde la nueva naturaleza del creyente. Unavida santa y una vida cristiana no es la simpleconformidad con ciertas reglas externas sinoes el fruto natural de nuestra union con Cris-to. El verdadero caracter cristiano es comola hermosura de los lirios que ni trabajan nihilan. No es el fruto de la represion, sinoque es la expresion de la vida de Cristo en elindividuo.

Una Misionera Ciega, Coja y Leprosa.

For Abelardo M. Diaz.UNA misionera muy extrana y aparente-

mente muy inutil. No es posible concebirun ser mas deficiente para realizar la dificily bendita obra de la evangelizacion.

Nunca jamas he leido una historia mas pa-tetica y gloriosa que la de la celebre misione-rita mutilada que se llama Un Ho.

Un Ho es una nina nacida y criada en elgran Imperio Celeste: China.

Siendo ciega y teniendo una voz muy dul-ce, una senora de aquel pais se hizo cargo deella, no para protegerla, sino desgraciada-mente para explotarla. De su cruel infortu-nio hizo un medio de ganar dinero. La lleva-ba de casa en casa, paraquelainfelizcieguitacon su canto de alondra entristecida conmo-viera el corazon de la gente, y esta diese algoa su despiadada ama.

Un Ho sufria en silencio y cantaba sin ce-sar; pero llego un dia de prueba para ella.La enfermedad iba minando su endeble orga-nismo, y ya no podia salir mucho a la calle.La senora, que no pensaba mas que enpropia ganai.cia, no quiso alimentarla^res-tirla hallandose enferma. Un diaXsordaa los gritos de la conciencia, infhifiible a lasprotestas de la humana conmissracion, la to-mo por la mano, y la echo a l^calle.

Mas Dios, que vela por Ips avecillas del cie-lo, velaba tambien porknnfeliz nina arroja-da al mundo por la#rerza del egoismo, porla crueldad de k^tiombres. Inmediatamen-te fue llevads al Hospital Medico Misione-ro.

Para/alvarle la vida fue precise amputarleuna pferna. Durante su larga convalescencia

en el hospital, apareciertri en su cuerpecitolos primeros sintomas d/ la lepra. iNo biense libraba de una de^racia, le sobreveniaotra!

L'.ego por fin, el dia ie daric 4e alta. Coninmensa pena la vierof salir ciega^coja y le-prosa. Al parecer safia peor que cuSndo en-tro. Mas ella no penpaba asi. HabiaNecibi-do mas de lo que hat" a perdido, porque^io-ra llevaba en su coraeon un tesoro que nica antes habia con//cido: el Evangelic qilimpiaba a los leprr JOB, hacia ver a los ciego.y andar a los cojosf

Habia entrado/Hi enferma del cuerpo, yahora salia sanA del alma. Habia entra-do huerfana, yAalia contando con un padre:Dios, y un hernano: Jesucristo." Era cierto qte en sus ojos llevaba la noche,pero era innejable que en su conciencia res-plandecia el i>l de la verdad y del amor.Era evidente Jue su cuerpo estaba inmundopor la accion ie la lepra, pero en cambionia el alma lifipia por la obra de la gracdivina.

Un Ho voliio a cantar dulcemente, nola trizteza d«| cisne que muere, sino del ui-senor que sgsuda, alborozado, la vuelta $J laprimavera. Antes su canto era tristaf por-que era el kanto de la desgracia y de Ja esc'.a-vitud; ahqra es alegre, porque es e^anto dela dicha y de la libertad. A pesa/de su po-breza, se.itiase mas rica que la, ,/mperatriz desu patriif.

Lac /atoridades deL-^nton obligaronla aresidir *n la aldea>i£ios leprosos, la cual sehalla/ '• a ^s millas de aquella gran ciu-dad'En esta aldea Un Ho se hallo con unos 700

u 800 leprosos mas, que vivian en la mayormiseria, sin luz en las chozas y sin esperanzaen los corazones. Obscuridad en el hogar;tinieblas en la conciencia.

Para ellos no habia mas patria que la redu-cida circunferencia de su abandonada alde-chuela. Rechazados de los hombres, creian-se olvidados de Dios.

La cieguita traia una venda sobre sus ojos,pero un divino resplandor en su rostro.

Canto himnos que revelaban la paz de sualma, su confianza en Dios, su amor a Joshombres, su esperanza en un mundo mejor.Su voz era un raudal de consuelo para los

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•ho-

«*

Puerto Rico Evarig6Iico

1Zpara los ignorantes,que levantaba a los

ena de amor que unia

c|mprendian como unadesgraciada, era en, les revelo el secretolas flaquezas, de su

licciones, de su luzllad, de la salud del\rmedad del cuerpo;

obstante su mise-

tristes, un foco deuna fuerza prodigiccaidos y una suavelos corazones.

Los leproa^ nopersona affiarecer tailrealidcuftan feliz.de sawder en mediogoaf en medio de las

medio de la obscuri^Ima a pesar de la en

:le su riqueza espiritual'ria economica.

Y por la influencia de UlL Ho los ciegos delalma vieron la luz de este Vundo, los cojosdel bien aprendieron a apar^rse de la sendadel mal, y los leprosos del esjtritu recibieronla limpieza de sus corazones. ft

Dios la bendijo en sus trabajos de evange-lista, pues poco tiempo despuc's los misione-

t ros tuvieron el inefable privile.Wiodeexaminarbautizar 30 leprosos con vert dos e instrui-

i por Un Ho, quien habia iisiciado sola lapraentre los suyos y hecho oi'^anizar la pri-

a iglesia entre los leprosos ie Canton,ecibio muchisimas y muy'^ entusiasticas

fel\'itaciones. Sus esfuerzos hv.bian obteni-do (approbation y protection c^e la Misionpara TO Leprosos. Sin embargt,, no se dur-mio sol̂ sus laureles; no creyo que habiallegado eK,"n°mento de descansar. Y conti-nue trabaja^o con el animo y la tonstanciade antes, y el S<to corono su obra.

Siendo muy reduH^a la casita de predica-tion para acomodar a todos los leprosos quedeseaban asistir, Un Ho concibio el p'aucibleproyecto de edificar una capilla grange Enseguida animo a sus feligreses a que compi-a-ran el solar. Despues de varias colectas, lo-graron reunir $30. iEsta elocuente pruebade liberalidad es la reproducion, a fines delsiglo 19, de las dos blancas de la viuda entiempo de Cristo! Yel solar fue compradocon los $30 y la ayuda pecunaria de otroseristianos chinos.

La Mision para los Leprosos, al ver tan ge-neroso empefio y tan sentida necesidad, lesconstruyo una capilla amplia y bien ventila-da, donde los leprosos pudieran adorar como-damente a Dios en espiritu y en verdad.

La inauguracion de la capilla fue un acon-tecimiento inolvidable en la aldea de los le-

prosos. Los miembros de la iglesia (unoscien) y los amigos del Evangelio la adornaronmuy pintorescamente, y ellos mismos se pu-sieron sus mejores trajes. Se lleno de boteen bote: habia dentro unas 300 personas.Los leprosos cantaron muy alegremente, yelevaron plegarias muy fervorosas. Los rni-sioneros predicaron sermones muy consolado-res. Aquel dia fue un dia venturoso en laaldea de los rechazados del seno de la socie-dad, pero no del amor de Dios. Hubo unentusiasmo indescriptible en la tierra, y ungozo muy grande en el cielo.

Como al principio no habia ministro quepudiera trabajar en la aldea de los leprosos,la animosa Un Ho lo hacia todo: era el maes-tro biblko, el superintendente de la escueladominical, el tesorero de la iglesia y el pas-tor al mismo tiempo. Vivia consagrada aministrar a las necesidades espirituales de lacomunidad. Por eso cantaba, ensenaba, ora-ba y predicaba.

La linda y persuasiva voz de Un Ho comen-zo a resentirse. Probablemente el exceso detrabajo oral la debilitaba notablemente. Lacongregation apenas podia percibir suspala-bras, y una gran parte de sus sermones y ense-fianzas se perdian. iQue hacer entonces? iDe-jar de hablar? ^Esperar que la mision les man-dara un predicador? Un Ho penso en su amadorebano que necesitabaser pastoreado. Ella pirdesignios de la providencia, era su unico pas-tor, y el buen pastor su vida da por las ovejas.Buscando la solucion del pavoroso problema, sele ocurio la feliz idea de conseguir un herma-no que tuviera la voz clara y f uerte. Lo lle-vo al pulpito, para decirle al oido lo que ellaqueria que el dijese a todos. Un Ho le hu-blaba en voz queda, y el repetia con voz so-nfa los sermones y las lecciones de la misio-nera "iega, coja y leprosa.

He ah' una ciega por cuyo conducto Dios hadado vista ';• muchos ciegos; una coja por cuyainfluencia DKS ha querido hacer andar a mu-chos cojos; una ]eprosa por cuya consagra-cion el Espiritu Sa*\to ha limpiado muchos le-prosos.

Su tierna voz se extingu°, y con ella su vi-da: mas su obra de servicio, 'Je sacrificio, deamor es una sublime y grandiosa piramide defe que tiene su base en la tierra y cu verticeen el cielo.

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Puerto Rico Evangelico

Jamas en cuerpo tan despreciable se ha en-cerrado un alma tan admirable.

Nunca un perfume tan exquisite se ha ha-llado en un petalo tan marchito.

Un Ho figurara en la historia de las misio-nes como una de las grandes heroinas de lafe, de la esperanza y de la caridad.

Un Ho sera siempre una prueba patente delo que Dios puede hacer con instrumentosimperfectisimos, pero dociles al impulse desu voluntad.

Glorifiquemos el nombre de Un Ho, conte-mos su historia e imitemos su consagraeion.

Ebrio.Por Rafael E. Cruz.

No se como empezar esta breve narracionsin que por mi mente pase una idea triste,sin que mi corazon se sienta compungido detodos sus pecados y tome por base los grandesdesignios del Creador.

Lentamente Febo habia cesado de alumbraral mundo; la noche tendia su tenebroso man-to a la par que la luna, llenando su benditamision, se aparecia por el Oriente ofreciendoal pobre peregrino sus vividos resplandores.

Los alegres pajaritos atronaban el espaciocon un canto rtrelodioso, como si quisieran daruna despedida al almo sol. La tierra, entretanto, yacia en un silencio sepulcral, comopretendiendo elevar una ferviente plegaria aDios por los beneficios queacababa derecibir.

En esta hora, cuando la noche presentabauno de esos bellos paisajes, internabase en unespeso bosque, un joven alto, de rostro de-macrado, que caminaba a paso lento.

De pronto llego a su hogar. Su esposajunto a sus queridos hijos, le esperaba ansicsa.- Apenas habia llegado cuandogun su costumbre, le pedian la bejpSicion;mientras su carinosa esposa le estpraiaba ensus hermosos brazos.

Era el dia sabado. Acababa/ae llegar desus constantes tareas y desd^Tluego sus hijosesperaban su llegada c£mo los tiernos pa-jaritos a la madre avfeU declinar el dia. Cadauno despues de s^fijdarle le comunicaba susdeseos. Le deoan en otras palabras todo loque querian que el les trajera de la tienda.

Despues que hubo comido y acabado devestirse, emprendio su camino hacia la aldea

cercana donde habia de c'imprar todo lo ne-cesario para su hogar dJrante la proxima se-mana.

Caminaba diligenterr We^ su paso cada vezmas cerca de la aldea 'ieseada, donde habiade cumplir su encargo* Apenas '&>taba unamilla retirado de la al^ea, cuando el\eloj to-caba las ocho. I

iQue hora Dios rfcio! Aproximabas\alprecipicio. Su alma.Bennegrecida por laborrable mancha deMpecado, parecia forma'planes; su corazon, ygitado por la desesperacion, latia rapidanWnte como anunciando untragico desenlace./ No obstante, en medio deaquellas terriblefVluchas, su paso le conduj-oa una taberna cffcana. No habia puesto bienel pie en la escpiera, cuando se presenta antesu vista un trowel de gente. Nuestro nom-bre quedo atuifclido. Eran los amigosdel pa-sado, que bajosel nefando manto de la hipo-cresia le prestiiban su amistad, y que pretendian arrancarl p su dinero.

No bien el ^ombre habia saludado aqutropel, cuanddestos emprendieron su tareY, joh lectorel! ique es de nuestro hombrip?Aquel que h*ia trabajado constanteme/.'tebajo los candentes rayos del sol, que h-^biaarrostrado q/iizas el sufrimiento en sus^con-secuentes l^/bores, ahora le vemos ap/'.randola copa con sus amigos y lejos de agordarsede las incesantes suplicas de sus h'^tos y delos carinosos abrazos de su espoja^ se entregaincondicionalmente en los^vazos de Baco,

Habia gastado todo sj*^fanero y empezabaa ver el logro de su efnpleo. Tan pronto de-saparecio el ultimo centavo sus amigos vola-ban, por decirlo asi, desu presencia. Habian

do con el jornal de aquel pobre e infelizhombre y el sustento de aquella triste proleque le esperaba nuevamente.

Se encontraba solo. Ahora cuando masnecesitaba a sus amigos—para que le condu-jeran a su hogar, ya que habia derrochado elsustento de sus hijos—no encuentra a nadie;todos ban desaparecido. En medio de sus lu-se levanta y cae al suelo sin halito, sin vida.Vuelve a hacer una prueba y no se puede te-ner en pie; mas al fin recobra f uerzas, se le-vanta y sale de la taberna.

La luna seguia en el cumplimiento de sudeber. El reloj daba las doce. El pobrehombre caminaba triste y se tambaleaba.

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