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MOURO . IESALBERICIA @ GMAIL . COM nº 22 WWW.IESALBERICIA.COM “Los rugidos de la galerna no pueden acallar la voz del vate de Mouro, y tampoco hay tinta que emborrone su estampa, la del amor pirata que a fuerza de padecer ha enraizado a los pies de un faro como la roca milenaria a donde van a morir las utopías (o a nacer)”. La pobreza no es un accidente. Como la esclavitud y el apartheid, es una creación del hombre y puede eliminarse con las ac- ciones de los humanos” - Nelson Mandela-

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mouro. iesalberic [email protected]

nº 22

WWW.IESALBERICIA.COM

“Los rugidos de la galerna no pueden acallar la voz del vate de Mouro, y tampoco hay tinta que emborrone su estampa, la del amor pirata que a fuerza de padecer ha enraizado a los pies de un faro como la roca milenaria a donde van a morir las utopías (o a nacer)”.

“La pobreza no es un accidente. Como la

esclavitud y el apartheid, es una creación

del hombre y puede eliminarse con las ac-

ciones de los humanos”

- Nelson Mandela-

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EDITORIAL

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El pasado 5 de diciembre desaparecía físicamente Nelson Mandela, dirigente

del Congreso Nacional Africano y expresidente de Sudáfrica. Du-

rante los largos años de lucha contra el régimen del Apart-heid el saludo zulú ¡Amandla! resumía el programa político del CNA entonces clandestino: poder para pueblo, poder para las amplias mayorías sociales condenadas a la miseria social y con todos los derechos civiles conculcados. ¡Aman-dla! se convirtió así también en un saludo que invitaba a ponerse en pie, a levantarse, a movilizarse y a recuperar la dignidad pisoteada.

Ante la opresión descarnada de las mayorías negras el CNA fomentó desde 1944 a 1961 la desobediencia civil no violenta contra el régimen racista. Pero en 1961 la brutal-idad de la represión sobre el movimiento popular, con centenares de muertos y miles de detenidos salvajemente torturados, convenció a sus dirigentes de la necesidad de cambiar de estrategia y optaron por la lucha armada. Mandela que acababa de salir de una de sus estancias en prisión dirigió entonces la nueva organización armada del CNA Umkhonto we Sizwe (La Lanza de la Nación). En 1962 fue detenido de nuevo y dos años más tarde condenado a cadena perpetúa. Ese año fue nombrado presidente de honor del CNA. La resistencia y la lucha del pueblo sudafri-cano provocaron el descrédito del régimen fascista y su progresiva descomposición. Mandela era ya un personaje legendario de reconocimiento mundial en la lucha por los derechos civiles y políticos, por los derechos sociales y por la democracia. El gobierno sudafricano le ofreció en 1984 la libertad si se establecía en uno de los bantus-tanes -regiones con una independencia ficticia creados por el régimen racista- intentando así acabar con la figura planetaria del líder resistente. Mandela rechazó la oferta. En 1990 agotado ya el régimen racista, su último presidente Frederik De Klerk excarceló a Mandela y abrió una vía de negociación para liquidar el Apartheid. En 1993 Mandela recibía el Premio Nobel de la Paz, y en 1994 se convertía en el primer presidente democrático de Sudáfrica. La figura de Mandela es hoy no solo un referente de la lucha de los hombres y mujeres negros contra el racismo, es también un referente universal de la lucha por la democracia.

En junio de 1976, cuando arreciaba el terror que el gobierno sudafricano había desplegado contra la disiden-cia política, miles de estudiantes negros de secundaria de Soweto se manifestaban por el derecho a estudiar en su propia lengua. El gobierno había impuesto una norma que obligaba a utilizar el afrikaans, el dialecto holandés de los colonos blancos de Sudáfrica y lengua oficial del régimen. Además reivindicaban una enseñanza pública de calidad para las mayorías negras. El gobierno invertía entonces 644 rans por año en la educación de un alumno blanco, y solo 42 rans en la educación de un alumno negro. La policía abrió fuego contra la manifestación matando a cerca de 600 adolescentes. Hoy el 16 de junio, fecha de la matanza, es en Sudáfrica el Día de la Juventud, en memoria de aque- llos jóvenes asesinados por luchar a favor del derecho a la educación.

El derecho a la educación es hoy todavía objetivo de ataques en varios países del mundo por aquellos sectores sociales y políticos que conciben a ésta como un privilegio de minorías. En el Estado español y en Cantabria los gobi-ernos estatal y autonómico del Partido Popular están pro-tagonizando un grave ataque frontal contra este derecho con los recortes educativos realizados hasta la fecha y la LOMCE como instrumentos elegidos para socavarlo. Desde sectores sindicales se ha denunciado repetidamente tam-bién un progresivo desvió de recursos públicos hacia la en-señanza privada concertada por parte de la Consejería di-rigida por el señor Serna, completando así esta estrategia.

Se ha señalado asimismo que detrás de las medidas de ajuste propuestas por la troika para gestionar la crisis se

esconde un elaborado programa de liquidación de derechos sociales conquistados tras décadas de luchas. Las nuevas normas sobre seguridad ciudadana por otra parte anuncian que se avecina un tiempo en el que los derechos políti-cos serán erosionados también. Las declaraciones de la ex-presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, de su actual presidente Ignacio González, de la dirigente de UPyD Rosa Díez, así como de destacados miembros de la ultraconservadora F.A.E.S. que dirige Jose María Aznar sobre la conveniencia de “regular el derecho a la huelga” apuntan sin duda en esa dirección.

La Reforma Laboral causante de la destrucción de centenares de miles de empleos y los recortes salariales generalizados, que tiene como efectos directos un creci-miento alarmante de la pobreza, junto a la liquidación de derechos sociales básicos como son la educación y la sa-nidad, anuncian un desplome de los niveles de vida me-dios en el Estado Español que tendrá larga duración. Pero además también pretenden amordazar la protesta de los despojados, de los millares de ciudadanos que han sido ya arrojados al pauperismo o de quienes van a serlo en un futuro próximo.

La educación pública y democrática, es el arma más eficaz en la construcción de una sociedad de ciudadanos libres. Para aquellos que sueñan con volver a una sociedad de súbditos constituye el principal enemigo a batir. Defen-derla es pues obligación de toda la ciudadanía, porque solo así se puede garantizar su supervivencia como tal para el futuro.

Con la educación pública como arma os gritamos a todos desde Mouro también ahora: ¡Amandla!

Carlos Sánchez Vicente

IES Bernardino Escalante

La educación pública y democrática es el arma

más eficaz en la construcción de una sociedad de

ciudadanos libres. Para aquellos que sueñan con volver

a una sociedad de súbditos constituye el principal

enemigo a batir. Defenderla es pues obligación

de toda la ciudadanía, porque solo así se puede

garantizar su supervivencia como tal para el futuro.

AMANDLA!

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4 P o r e l m o n t e B u c i e r o

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Departamentos: Ciclo Formativo Superior A.A.F.D. Departamento de Educación Física

Los alumnos de Primero del Ciclo Formati-vo Superior A.A.F.D. realizan a principio de cada curso una ruta de senderismo que les proporciona conocimientos medioambien-tales, de orientación, y al mismo tiempo, les brinda la oportunidad de ir conocién-dose en estos momentos iniciales del curso, compartiendo una actividad física moti-vante y gratificadora.

Ruta por el Monte Buciero

El Monte Buciero de Santoña, por su relativa proximidad a San-tander y el incomparable marco que le encuadra, se ha cons-tituido, para varias generaciones de alumnos del ciclo, como destino de esta primera excursión de carácter convivencial y

socializador.

Son muchos los atractivos de la zona, a lo largo y ancho de sus 600 hectá-reas. Este inmenso espacio verde y gris se encuentra atravesado por una red de sendas vertebradas por una circular, la cual transcurre al filo del acantilado. A lo largo de esta ruta, el senderista disfruta de una vista pri-vilegiada del mar, y admira los fuertes y faros que encuentra en el cami-no, y que forman parte del vasto patrimonio histórico de Santoña y de su tradición marinera. Si además se interna en el bosque, se encontrará con una muestra ejemplar de flora mediterránea dominante debido a la naturaleza permeable de la roca caliza. Así especies como la encina y el laurel comparten espacio con otras más típicas del clima atlántico, como el avellano o el roble. Junto a esta vegetación, prolifera una fauna que distingue también a este valiosísimo ecosistema. Así, más de 30 especies de mamíferos moran en el intrincado corazón boscoso del monte, sobre-saliendo los esquivos tejones, martas, garduñas y ginetas (las dos últimas, claras indicadoras biológicas de calidad ambiental), el erizo, el lirón ca-

reto, la comadreja, el conejo o el oportunista zorro. También cobija dis-tintas especies de aves como el gavilán, el cárabo, la lechuza, el petirrojo, el carbonero, el verderón o la curruca cabecinegra; y reptiles y anfibios como el lagarto verde, la ranita de San Antonio, el lagarto verdinegro o la víbora común.

El Monte Buciero se incluye en su totalidad en la Reserva Natural de las Marismas de Santoña y Noja. La Reserva está considerada en la actualidad como el conjunto de hume-dales más valioso del norte de España, ya que ocupa un lugar estratégico en las rutas migratorias de gran número de aves, siendo utilizada por más de 20.000 ejemplares como lugar de invernada. Destacan las limícolas (zarapito real, aguja colinegra,…) y sobremanera, la espátula, emblema de la Reserva, ya que en ella, estacionalmente, puede llegar a reunirse el 20% de la población europea.

Con respecto a años anteriores, este curso, variamos el itinerario habitual, optando por iniciar la ruta en el camino del Salticón que nace escondido entre edificios muy cerca de la rotonda dirección El Dueso y Berria, si-tuada en la Alameda de Santoña. Este camino transcurre en su práctica totalidad por el valiosísimo ecosistema de Encinar relicto característico del Monte Buciero.

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Al inicio del camino, tras ascender por unas escaleras, se toma a la iz-quierda un estrecho callejo entre muros. Al comienzo se transita por

terreno cementado para, más adelante, alcan-zar el encinar. La ruta va penetrando progresi-vamente en un corredor verde, donde la densi-dad de la vegetación reduce considerablemente la luminosidad. El camino queda delimitado a la derecha por un muro separador de parcelas que acompaña al senderista hasta su intersec-ción con el camino empedrado que conduce al Fuerte del Mazo y al Polvorín del Helechal.

En este punto termina el camino del Salticón y enlazamos con otras sendas del Monte para proseguir nuestra ruta, no antes de habernos acercado a contemplar el Fuerte del Mazo, el más moderno de los cuatro fuertes que alber-gaba el Monte Buciero y de los que aún que-dan tres. Su edificación data de principios del siglo XIX, época de la invasión Napoleónica. Presenta una forma de estrella irregular, y fue construido a base de piedra caliza, ajustándose a las irregularidades de la peña sobre la que se asienta.El polvorín del Helechal daba servicio al fuer-te del Mazo. Se construyó con gruesos muros

y su estado de conservación es óptimo.

A la vista el Pico Buciero, se acomete su ascenso por el ca-mino que discurre entre los muros de la parcelaria, y al llegar a una cabaña abando-nada se continúa por un es-trecho sendero de tierra que en la parte final se transforma en un terreno agreste domina-do por el roquedo. Finalmen-te se alcanza la cumbre (367 m), donde se levanta una gran

cruz. Las vistas sobre Santoña, la playa de Berria y el estuario del Asón son es-pectaculares.

Para acceder desde el Buciero a nuestro siguiente objetivo, Peña Ganzo (378 m), la cumbre de mayor altura de las cinco cimas que estructuran el macizo, se desciende ini-cialmente por un estrecho sendero entre ma-torrales y roquedo hasta el collado entre am-bos picos, en donde aparece un cruce con dos desvíos. Se toma a la izquier-da el que nos permite ascender a Peña Ganzo, bordeando un tupido encinar hasta alcanzar una pequeña pradería a los pies de la cumbre.

Desde aquí nos dirigimos a la base de la peña, desde donde atravesamos una pequeña y pronunciada canal para fi-nalmente llegar al vértice geodésico que señaliza su cumbre.

Desandamos el trayecto hasta volver al cru-ce del collado y tomamos el camino de la izquierda por una zona muy karstificada y salpicada de encinas. La senda alterna zonas boscosas con praderías que ofrecen muy buenas vistas.

Ya cercanos a la senda costera hacia la que nos dirigimos, atravesaremos den-tro del bosque, un singular desfiladero que albergaba, a comienzos del s. XIX, una mina de hierro a cielo abierto. En este punto se aprecia una variación en la frondosa masa forestal, alterada por la presencia de la mina.

Proseguimos hasta enlazar con la pista pedregosa de la senda costera. La

Descripción de la ruta

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tomamos hacia su izquierda, atravesando una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca hasta llegar a una encrucijada: Cua-tro Caminos.

En este punto, se gira a la derecha para visitar la Batería de San Felipe y el Faro del Caballo. Para llegar a la batería hay que desviarse de nuevo a la derecha antes del inicio de las escaleras. Igual que el resto de baterías y fuertes del Buciero, la de San Felipe tenía una finalidad defensiva y aunque desmantelada, aún muestran el empla-zamiento de los antiguos cañones. Desde su po-sición privilegiada se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, cuyo acceso accidentado y costoso supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado.

De regreso del faro, una vez ascendida la es-calinata y de vuelta a la encrucijada de Cuatro Caminos, torcemos a la izquierda, volviendo por el mismo camino costero por el que vini-mos. Desandamos el trayecto y rebasando la entrada al camino de la antigua mina, nos topa-

mos con la casa de la Leña, antiguo cuerpo de guardia que posteriormente fue adquirida por la empresa concesionaria de la explotación de la mina de hierro. Más abajo nos topamos con una baranda des-de podemos contemplar la imponente Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan va-rias cavidades con restos prehistóricos.

A un kilómetro del punto de llegada se divisa desde la pista, el Fuerte de San Carlos, inicial-mente construido a principios del siglo XVII y remodelado en época de la invasión Napoleó-nica.

Ya en calzada asfaltada, se pasa por varias can-teras semiabandonadas. Podemos observar, junto a la carretera las Batería Alta y Baja de Galbanes, en las que se aprecian las plataformas que servían de emplazamiento a las piezas de artillería.

Finalmente concluimos la ruta junto al Fuerte de San Martín, en el extremo del paseo maríti-mo de Santoña, restaurado por la Escuela Taller y actual sede de exposiciones.

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Catorce profesores y 274 alumnos (el 50% del centro) pert-enecientes al IES La Albericia, en su distintas etapas educativas (ESO,

Bachillerato y Ciclos formativos) disputaron el pasado 19 de diciembre de 2013 (sobre las 13.00 horas) una carrera navideña con la intención de reforzar la imagen deportiva como un elemento clave para el desarrollo personal de los jóvenes. Bajo un fuerte aguacero, se llevaron a cabo dos recorridos: el primero, de 2,2 kilómetros, empezó en el propio instituto y finalizó en la pista de atletismo del Com- plejo Municipal de La Albericia. Este trazado estaba destinado a los alumnos de entre 12 y 15 años. La segunda de las dos alternativas era de 4,4 kilómet- ros y recorrió dos veces el mismo circuito que en la anterior opción. Los propios alumnos y profesores se ocuparon de toda la logística de la iniciativa y todos aquellos que no participaron acudieron a la prueba para animar a sus compañeros.

I San Silvestre del IES La Albericia

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Las Letras

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Autora: Alia ZakkourAlumna de 1º Diseño y Producción Editorial

Octubre llegó y con él la despedida; ella deseaba que estuviese más lejos en el tiem-

po, no asumía el hecho de que con la llegada de ese mes, ese día, todo lo que había hecho

que aquel verano fuese perfecto cesaría para dejar paso a su rutinaria vida, las mismas clases, la mis-ma gente que a diario veía.Esa idea resultaba abrumadora ¿cómo era posible que todas aquellas experiencias fuesen a quedar allí tan solo como parte de un bonito recuerdo?Las escapadas a la costa, las tardes cabalgando las olas… y ese chico, el chico que convertía todos esos recuerdos en inolvidables, aquel que una tar-de se cruzó frente a la preciosa basílica de El Pilar y el cruce de miradas fue instantáneo e imposible de reprimir.Ahora sentada en la estación esperando el tren que la llevaría de vuelta a la realidad, sólo po-día contemplar la flor que él le había regalado y sonreír al recordar cada uno de esos momentos pasados.

Ilustración: Adrián Rozas GoicoecheaAlumno de 1º Diseño y Producción Editorial

La despedida

Autora: Alba González PradaAlumna de 1º Diseño y Producción Editorial

Qué te voy a decir? Si ya se que te has vuelto a ir como cada septiembre, apagándote lentamente como una flor que se marchita. Ya lo sé, ya estoy acostumbrada a cogerte y encon-

trarte, a perderte y recuperarte. Te espero en cada estación y todo me recuerda a ti, a tus reflejos en los atardeceres, a tus idas y venidas. Siempre quedas como ese examen pendiente de cosas por hacer.Cálido como el fuego vienes como una bocanada de aire fresco o como esa ola que no te esperas. Te echo de menos los 365 días del año y los 31 días del calendario y la verdad es que pasas como un segundo de luz tras una larga espera. Contigo el agua se vuel-ve más azul y más limpia y los arbustos retoman el color. Traes esa felicidad completa, abstracta y pa-sajera. Debo confesarte que amo cada una de tus partes cada momento inigualable o cada sonrisa en cada puesta de sol. Te me has escapado entre los de-dos como la arena y aunque seas escurridizo eso es lo que me tiene engancha a ti, a tu sí, a tu no, a tu quizá...

¿Qué te voy a decir?

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Autor: Abel Martínez AmoresIlustración: Adrián Rozas Goicoechea

Alumnos de 1º Diseño y Producción Editorial

El calendario marcaba el trece de octu-bre. Wilston sabía que no era octubre, segura-mente no fuese 2013. La pesada luz que se co-laba por las rendijas de la persiana sólo servía para oscurecer los rincones de la asfixiante ha-bitación. Wilston miraba el calendario y se pre-guntó hace cuánto tiempo hubo pasado. Desde que la sombra de la guerra se posó sobre la ciu-dad el tiempo se detuvo. Los periódicos locales se transformaron en profetas de numerosas vic-torias, los desfiles militares proliferaban e inva-dían las calles. Todo ocurrió de repente, Europa estaba en guerra contra Asia, es más siempre lo había estado, y América apoyaba a Europa. Des-pués, la brutal propaganda y la febril agitación invadieron la vida cotidiana del mundo entero, o al menos el mundo conocido por Wilston. Dando paso a la continua guerra, el continuo bramar de trompetas, las perpetuas victorias en el campo de batalla. Wilston no podría haber dicho cuando ocurrió esto, parecía que siempre había sido así. Y así había sido siempre, de-cían los periódicos. Se puso el mono de trabajo y se afeitó, impregnando de monotonía sus actos. Salió para coger el trasbordo.

Ya en la estación esperó a su trasbordo que le llevaría a la fábrica de armas para las primeras líneas de batallas. La estación estaba plagada de miles de estandartes propaganda. Encima del enfermizo banco se podía ver uno de eso carteles, mostrando un rostro asiático enorme, de facciones exageradas miraba fijamente con unos ojos que le seguían a uno donde fuera. Abajo, con letras gigantes y gastadas, se podía leer: “Muerte al asiático”.

Los niños arrancados de sus escuelas jugaban cerca del andén a ser soldados, soñaban con un día poder ir a las primeras líneas a defender a su gobierno frente a la amenaza asiáti-

ca. Su concepto de guerra era una especie de galería de tiro en un campo florido. Esto, por supuesto era algo que el gobierno alababa y no paraba de alimentar con continuas excursiones y libros infanti-les que no mostraban sino una realidad deformada de lo que era la guerra. Las conti-nuas victorias escupidas por los medios de comunicación eran, claramente falsas, pero enardecían a la población ha-ciéndolas sentir superiores a un enemigo que seguramente jamás hayan visto.Llego el tren, Wilston se unió a la masa humana que se adentraba en el tren. Con un

golpe de suerte Wilston pudo acomodarse en la ventana que le mostraba un campo de flores, en absoluta decadencia. -“Este parece mi día de suerte”- se dijo.

Una vez en las calles recorrió cual autómata el camino a la fábrica. A lo lejos sonó un estruen-do. Pero no se alarmó, últimamente el sonido de un obús era el pan de cada día.Cercano al puente pudo ver un cartel oxidado ya, arrancado en parte que mostraba a un surfista y la promesa de unas vacaciones inolvidables. Basura de un pasado perdido. Cruzando el puente de Zaragoza sonó la alarma. Bombarderos. Sabía lo que debía hacer, correr hasta un refugio más cercano. De repente el sonido de las hélices se abalanzó sobre él. Mucho más cercano de lo que debería. Lo último que escuchó fue un fuerte silbido. Lo último que vio fue la cara horrorizada de un camarada que miraba hacia el cielo. Y luego, dejo de existir.

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Dieciocho de octubre

Dieciocho de octubre- dijo aquel chico mientras miraba al calendario.Un día más, nada nuevo, nada especial, lo mismo de siempre… ¡cómo le gustaría que fuera verano de nuevo! Ir a la playa, tomar el sol, intentar aprender a surfear… pero no, todo eso había quedado atrás, iría de nuevo a clase, pasaría el tiempo escribiendo, anotando apuntes y aburriéndose…

Salió de su casa, con la mochila al hombro, camino a los estudios, pero en un mo-mento dado decidió pararse, ahí mismo, en la mitad del camino, no estaba seguro de por qué hizo eso, pero lo hizo, giró su cabeza y vio una agencia de viajes, miró las fotos de lugares preciosos, un puente resplandeciente atravesando un lago con un fondo de una antigua basílica, u otra imagen de un campo de flores, amarillas, rosas, rojas… todo era tan bonito, tan colorido… y en cambio él estaba ahí, en una fría ciudad de colores grises, en camino a una clase fría y gris. A veces pensaba si no sería mejor ir a una estación de tren y huir de todo… pero claro, eso no podía ser, porque para vivir necesitaba dinero, para conseguir dinero necesitaba trabajo, para tener trabajo necesitaba estudios y para tener estudios debía de seguir en esa situación…. Por muchos, muchos años más.

Autor: Andrés GutiérrezIlustración: Fran RodríguezAlumnos de 1º Preimpresión Digital

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RAS La máquina de

la invisibilidadTenía 7 años. Caminaba por los prados verdes de mi pueblo, era de noche la gente estaba durmiendo. Las luces resplan-decían y las calles estaban en silencio.

Mientras contemplaba el anochecer, oí un ruido espantoso, parecían dos hombres discutiendo. Al mirar vi que discutían por una máquina de la invisibilidad. No era mi problema, así que seguí caminando. Cuando me quise dar cuenta me habían disparado con aquella máquina. La gente del barrio a la que saludaba no me veía. Podía atravesar los bancos de los parques y hasta mis mejores amigos pasaban de mí. En aquel momento me sentí la persona más triste del mundo. Aquella noche fui a casa, mi madre aunque yo estuviese allí, llamó a todos los vecinos, hasta a la Guardia Civil, para ver si me habían visto. Mi madre desesperada llorando sin parar se puso a buscarme por toda la ciudad. Yo estaba en casa triste porque no me podían ver y a la vez por mi madre, ella me quiere mucho y no paraba de buscarme.

Me eché a la cama y al cabo de unos minutos me dormí. Al día siguiente yo era normal, cuando mi madre me vio se puso a llorar de alegría. Al explicar lo sucedido, la Policía arrestó a esos dos hombres. Todo volvió a ser como antes.

Autora: María García Busto (6º B) C.E I. P Mª Sanz de Sautuola

Ilustración: Adrián Rozas Goicoechea1º Diseño y Producción Editorial. IES La Albericia

Un día como cualquiera otro, me vestí para ir al colegio, me fui al baño a peinarme y me miré en el espejo, tenía una sen-sación rara ¡No me veía en el espejo ninguna parte del cuerpo! Se lo intenté decir a mi madre, a mi padre, a mi tía, a mi hermana ¡Hasta al perro! Nadie respondía, no me veían y a partir de ahí empezó el lío.Pasados cuatro días, mi familia se empezó a preocupar. Me oían, pero seguían sin verme. Mi padre llamó a la policía pero no se lo creían. Yo recurrí a todos mis amigos, hasta a desconocidos y solo me faltó preguntar a mi vecina de en frente, la Sra. Dolí, que respondió a todas mis preguntas y me contestó:- A mí me pasó lo mismo a tu edad, y para que dejes de ser invisible tienes que tomar la poción de la Calle del Cielo, que está al lado de la Calle de Ensueño, enfrente del restaurante Crasty’s, detrás de la tienda de Zara y después cruzando el paso de cebra hay una biblioteca donde está la poción que buscas. Cuando estés en la biblioteca, ve por el pasillo de la izquierda. El libro que buscas es marrón, tiene una llave y contiene la poción.Le dije:- El que te entienda que te compre.Y me lo resumió:- Es la siguiente calle a la nuestra y el libro está en la balda del pasillo de la puerta principal, ¿Cómo no lo has dicho antes? ¡Que casi me da la jubilación!, mujer-, le dije yo con inquietud. -Bueno, pues gracias Sra. Dolí-. Y me fui.Finalmente conseguí el libro y se necesitaba agua del río, plu-mas de un pájaro y batirlo con tu puño lo más fuerte que puedas. Hice todo lo que pude y me dieron arcadas al ver-lo, aunque me lo tomé y una semana después se me pasó, aunque resulta que era contagioso, menos mal que cuando lo bebí lo eché todo o casi todo; ahora se beberían mi... bueno, ya os lo imagináis, mi vómito.Lo que contaba esa mujer, ya sabéis, la Sra. Dolí, era verdad.

Autora: Eva María Cantero Ruiz (6º B) C.E I. P Mª Sanz de Sautuola

Ilustración: Adrián Rozas Goicoechea1º Diseño y Producción Editorial. IES La Albericia

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RAS Yo, el invisible

Era un sábado por la mañana, mis amigos y yo jugábamos al escondite, no en-contraba sitio y sólo quedaban 30 segundos. Vi a Marcos meterse en un agujero, y le

seguí. Cuando me metí estaba muy oscuro y no veía a Marcos, empecé a asustarme, corrí de un lado para otro buscando la salida, hasta que al fin, sollozando y cansado

miré al fondo y discerní una , cuando me acerqué, vi que era una linterna y se dirigía hacia mí, también oía gritos de ayuda, yo que soy un miedica, salí por ,

pero como todo estaba oscuro tropecé y perdí las gafas, cuando al fin me alcanzó, era Marcos, ¡qué alivio!, me ayudó y buscamos la salida. Tras un largo rato andando

oímos unos ruidos, y vimos luces, empezamos a correr hacia ellas, ¡viva! Estábamos salvados. Cuando salimos a la superficie, estábamos dentro de una fábrica de pro-

ductos químicos. Marcos encontró la salida y yo le seguí, pero como él corría más que yo, le perdí de vista y empecé a correr, choqué con un armario que encima

tenía un que se me cayó en la cabeza, tenía una sustancia verde y viscosa por todo el cuerpo, pero por fin pude encontrar la salida, y cuando llegué a ,

mi madre se desmayó, y yo no entendía por qué. Cuando fui a la cocina para be-ber un de agua no me reflejé en el espejo del pasillo y empecé a pensar

locuras. Bebí un vaso de agua y volví a ser yo, el agua había bloqueado los flujos de los componentes químicos ¡qué bien!

¡¡¡¡¡ POR FIN VOLVÍ A SER YOOO !!!!!

Daniel López Rodríguez (6º B)C.E.I.P Mª Sanz de Sautuola

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lo imaginarioUna vida muy distinta

Desperté cuando una brisa me acarició la cara. Inmedia-tamente, me levanté. Cuan-do abrí los ojos no sabía dónde me encontraba… Ha-bía muebles viejos y extraños interruptores que encendían unas brillantes luces.Por cierto, me llamo Viana y, hace mucho tiempo, fui una gran guerrera. Aunque sigo sabiendo cazar, me gusta que me llamen doncella.Estaba en una gran habita-ción, aunque no tan grande como las de Rocagrís, mi gran castillo.Miré por la ventana, que resultó estar extrañamente inclinada y vi un precioso océano azul que se exten-día más allá del horizonte. ¡Cuánto lo añoraba! En Nor-tia, mi ciudad natal, no había mar, así que solo iba cuando visitaba a mi amiga Belicia.Decidí ir a darme un baño. Como no sabía qué poner-me, fui como estaba. El ca-mino hasta el mar fue corto, pero casi me atropellan dos extraños carromatos que no tenían caballos.Cuando llegué al agua, miré a ver si había alguien y jus-to cuando iba a bañarme vi a una muchacha que parecía estar ahogándose.

Yo no lo pensé dos veces y fui en su búsqueda. Cuan-do estaba ya cerca, me tiré de cabeza al agua justo para aterrizar al lado de ella. Al final, conseguí sacarla. Ella me agradeció muchas veces el hecho de haberle salvado la vida.Ese día, estuvimos juntas y yo le conté toda mi historia y de dónde procedía.Un día, buscando entre los libros de la vieja biblioteca de Sara, mi amiga, encon-tramos uno que tenía de tí-tulo Viajes entre las páginas. Cuando acabamos de leerlo, dijo Sara susurrando: “De-berías marcharte a Nortia, deben de echarte de menos”.Al final del día, acordamos que al día siguiente me mar-charía, porque pude com-prender que todo el tiempo que había pasado allí yo era un personaje literario.Llegó el día siguiente. Yo estaba delante de mi libro cuando Sara dijo el conjuro: “¡Bábiti rábiti!”Y, mientras yo desaparecía entre las páginas, le dediqué un último adiós.

Lucía Barrio1º ESO

IES La Albericia

¿Cómo podemos facilitar la comprensión de la diferencia entre lo ficticio y lo real, entre lo empírico y lo imaginario, entre las sugerencias subjetivas de una narra-ción literaria y la objetividad de una na-rración no literaria, en el alumnado de 1º de ESO y, paralelamente, incentivar la motivación y la creatividad de nuestros jóvenes? Partiendo de la premisa de que el alum-nado de los primeros niveles de ESO suele presentar una marcada tendencia hacia la autorreferencialidad para medir sus experiencias respecto del mundo ex-terno, se realiza la siguiente propuesta de tarea en el aula de 1º de ESO 2, en la asig-natura de Lengua Castellana y Literatura: producción de textos escritos con inten-ción literaria, orientada a la invención de una Autobiografía fantástica, sobre cuyo contenido se realiza, posteriormente, una reflexión colectiva para detectar los ras-gos genéricos del tipo de texto producido y las diferencias existentes entre los datos autobiográficos reales y el resultado de las creaciones ficticias de los alumnos. Ofrecemos, a continuación, un ejemplo de los variados productos finales de esta tarea creativa, para deleite de los lectores.

JUGUEMOS A SER LO QUE SOÑAMOS

Amor de madreCuando miro tus ojosy veo que aún te tengono me cabe la duda deque te sigo queriendo.Solo sé que tu amor mehace fuerte cada díay que si no estuvieras,ya no sería la misma.Madre nunca te daré laespalda, nunca caeréen la trampa, ni sentirásla soledad en tu ser.Tú me diste la vida y,gracias a ti, te lo debotodo y, pase lo que pase,siempre aquí te tengo.¿Qué sentiría si una mañana yo me despertaray no viera tu cara?No lo quiero pensar.Quiero vivir contigocada día, disfrutandode la vida junto a tiy reírnos bailando.

Tu pelo color cereza,tus ojitos de castaño,siempre, madre mía,en mí yo te guardo.Cada día, un poema,cada noche, una ilusión,y mis manos guardanla llave de tu corazón.Yo te lo voy a proteger,que tú lo que te mereceses que el cariño del mundolo tengas a tus pies.Y, aunque la vida no nosvaya del todo bien,nos tenemos la una ala otra, para que nos dentodos los golpes a la vezy, así, superarlostodos, sin derramar unasola lágrimas por ellos.

Elena Fernández.1º Bachillerato

IES La Albericia

RomanceTe escribo para decirteque he intentado no pensarte,he borrado los recuerdos,he intentado olvidarle.Llegaste pisando fuerte,rasgando todos mis males,dibujándome sonrisas,haciéndome sentir grande.Añoro cuando me hablabas,los paseos a la tarde,tus manos junto a las mías,tu boca siempre a mi alcance.Quiero tenerte cerca,

sentirte cuando me abraces,dar envidia en cada esquina,que todo sea como antes,caminar por el futurode tu mano, sin soltarte,y, así, emprender a tu ladoun nuevo y eterno viaje.

Elena Anabitarte 1º Bachillerato

IES La Albericia

N U E S T RO S A LU M N O S E S C R I B E N

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El árbol Pertenece a la familia de las Oleáceas (Oleaceae). Su nombre científico es Olea

europea L. El olivo silvestre es el Acebuche. En castellano se llama Olivo o Acei-tuno, en catalán es el Oliver, en Baleares el Ollastre y en Valencia el Ullastre, en gallego el Zambullo y en euskera el Gaimelurraitz.

Cuentan que desde hace 5000 años ya crecía en el antiguo Irán y Mesopotamia, extendiéndose desde allí hacia Siria, Palestina y el Mediterráneo.

Es un árbol perennifolio que puede alcanzar alturas considerables, aunque se prefiere en formas bajas. La base del tronco se denomina peana.

Las hojas son lanceoladas, enteras, opuestas y persistentes. Las flores o rapas son blanquecinas con cuatro pétalos.

Es una especie muy rústica, de fácil cultivo, por lo que se ha instalado en ter-renos marginales. No presenta problemas de heladas, con excepción de las varie-dades muy tempranas, en las que el fruto se ve muy dañado. Los agentes meteor-ológicos más graves son los vientos secos y las temperaturas elevadas durante la floración,

Es muy tolerante a la salinidad. Es una planta ávida de luz, de forma que una deficiencia de ésta reduce la formación de flores.

Existen en España unas 280 variedades de olivo. La mayor parte de ellas se emplean en la obtención de aceite.

Su madera es de las más duras y compactas que se conocen. Su densidad, a vec-es, supera el 1. Es muy apreciada para ebanistería de lujo, marquetería y tornería.

Como curiosidad os puedo decir que los salpicaderos de los Rolls-Royce están construidos con madera de cepas de Olivo de Turquía.

elOlivoylasolivas

Andaluces de Jaén, /aceituneros altivos, /decidme en el alma: ¿quién, /quién levantó los olivos?

El Olivo es un árbol bíblico de gran significado para el Cristianismo.

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El fruto

El fruto del olivo es una drupa (fruto carnoso con una semilla en su interior) am-

arga, donde se pueden distinguir: la parte de la piel exterior, la pulpa de donde se obtiene casi el

70% del aceite y la parte del hueso de donde se obtiene el 30% restante de aceite. Este fruto es inicialmente verde y a medida que va madurando se torna púrpura y negro.

El valor nutricional de la aceitunas radica en su aporte de grasa, en este caso principalmente ácido oléico (Ome-ga 9) que ayuda a reducir los niveles de colesterol en san-gre y es una excelente fuente de energía, cada gramo de grasa aporta 9 calorías a nuestro organismo. Las aceitunas frescas contienen cantidades importantes de fibra como celulosa, hemicelulosa, lignina y proteínas. Contiene muy pocos minerales, el más representativo es el potasio.

Variedades de aceitunas (se distinguen dos grandes grupos):

Aceitunas de molino o de almazara, destinadas prefer-entemente a la obtención de aceite.

Aceitunas de aderezo, de aliño o de mesa, destinadas

preferentemente a ser comidas, previo tratamiento. Mu-chas variedades típicas de molino se pueden recoger poco antes de la maduración y aliñarse.

Variedades principales de aceitunas de mo-lino (pequeña selección):

Picual, muy extendida en Andalucía. Cornicabra (cuerno de cabra) de Castilla la Mancha. Hojiblanca, casi esférica, de Andalucía. Lechín de Andalucía occidental. Verdial (recu-erda a un pequeño a un limón) de Extremadura y Anda-lucía. Empeltre, color negruzco, del Valle del Ebro. Arbequi-na en Cataluña y Valle del Ebro. Picuda, se llama también carrasqueña, de Andalucía. Blanqueta de Valencia y Alicante. Farga, norte de la Comunidad Valenciana, Tarragona y Ter-uel. Manzanilla de Cáceres, Cáceres y Salamanca. Morisca de Badajoz.

Variedades principales de aceitunas de mesa (las más comunes):

Manzanilla, la más extendida de las de mesa. Se cultiva en toda Andalucía y algo en Extremadura. Gordal, fruto grande, bajo contenido en aceite y mucha agua, en Anda-lucía. Morona, similar a la gordal.

La cocina

¿Qué no se ha dicho ya del aceite de oliva y de su uso en la alimentación? Vamos a repasar, por encima, la clasificación y tipos de aceite de oliva para elegir la mejor opción en función del uso que le vayamos a dar:

Aceite de Oliva Virgen Son aquellos aceites obtenidos exclusiva-

mente por procedimientos físicos, y en unas condiciones de temperatura, que no impliquen la alteración del aceite.

Es un producto natural que conserva el sa-bor, las aromas y las vitaminas de la fruta. Tiene la personalidad de la zona de donde procede.

A su vez se clasifica en:Extra, presenta un sabor y aroma excep-

cional y posee una acidez (expresada en ácido oleico), no superior a 1 grado. Es el de mayor calidad.

Fino, de gusto irreprochable y con acidez situada entre 1º y 1,5º. Este aceite, aunque de calidad inferior al anterior, es excelente para el consumo.

Semifino, cuya acidez se sitúa entre 1,5º y 3º. No está permitido envasarlos, salvo autor-ización expresa.

Aceite de Oliva RefinadoEs el aceite procedente de la refinación

por procedimientos químicos, de aceites de

oliva vírgenes de alta acidez. Estos aceites han perdido sus características y sus propiedades naturales.

Aceite de Oliva, mezcla de aceite de oliva virgen y de oliva refinado, con acidez no supe-rior a 1,5º. Este es el producto más consumido en España.

Aceite de Orujo Crudo, es el obtenido por medio de disolventes de orujo de oliva, un subproducto de la aceituna.

El aceite de oliva es el aristócrata de los aceites vegetales, guarda un sitio de privile-gio bien ganado en cualquier cocina, especial-mente la mediterránea. Varía su color desde el amarillo al verde, según que sea virgen o refinado, según el tipo de variedad o la región en donde se produce.

Tiene un sabor inigualable para freír y para las salsas. Es muy bajo en grasas monosatura-das y, aunque resulta caro, a la larga es rentable, especialmente si consumimos aceites vírgenes: los aceites de oliva tienen un poder de des-composición menor que otros aceites vege-tales (soportan temperaturas más altas), por esa razón pueden ser reutilizados más veces, con el consiguiente ahorro.

Linneo

Próxima entrega: La higuera y los higos

El Olivo es símbolo de la Paz desde que la paloma que

mandó Noé, después del gran diluvio, trajo en su pico un

ramo de uno de ellos.

La oliva, como fruto o como aceite, siempre presente en cualquier

plato de calidad.

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Si algo caracteriza a la gastronomía es la diversidad. Varie-

dad de alimentos y variedad de relaciones de los hombres

con los elementos naturales. Variedad de métodos de elab-

oración y variedad de ofertas y exposición en la mesa. No

os preocupéis, no, que no voy a filosofar sobre esta ciencia. Sencil-

lamente, valiéndome de esta cualidad de la gastronomía, quisiera

hablaros sobre uno de los eslabones de la cadena culinaria: la oferta,

es decir, el menú-carta y sus diferentes formas expresivas. Podemos

considerar que el menú es el listado detallado de todos los platos

que se nos ofrece. En la enseñanza diríamos que es el currículo culi-

nario.

Tiene carta-menú, serigrafiada, El Bulli, cartulina manuscrita la casa

de comidas Cristina, pizarra menú con trazos de tiza en el mesón

Arturo y menú plastificado con fotos a todo color la multinacional

de turno. Son ofertas diferentes; pero todas coinciden en que van di-

rigidas a personas en un momento grato y placentero si suponemos

que los comensales acuden libremente para aprovechar un momento

de ocio gastronómico en torno a una mesa y a unos amigos.

Una vez hechas estas someras indicaciones quisiera mostraros otro

tipo de carta menú que por lo que tiene de atípica y tragicómica

merece la pena que, cuando menos, sepamos de ella: se trata de un

tríptico, dibujado a mano y a todo color, para celebrar una comida

homenaje a un compañero. Os cuento brevemente la historia para

vuestra mejor interpretación.

A finales de noviembre de 1940, día 27, el poeta Miguel Hernández,

era conducido de la Prisión provincial de Palencia hacia su destino

final en el Reformatorio de adultos de Alicante. Antes tenía que re-

sidir, preceptivamente, un par de meses en el Penal de Ocaña, en

Toledo.

Un grupo de internos, mayormente intelectuales, sabedores del

traslado del poeta decidieron hacerle una comida-homenaje, sistema

muy utilizado en actos sociales de la época. Todos los comensales

tenían en común, al igual que él, que sus correspondientes penas

de muerte habían sido canjeadas por penas de 30 años, al no estar

condenados por delitos de sangre.

Después de 25 días aislado en una celda (período obligatorio en

cualquier cambio de prisión), el día 27 de diciembre se presenta

Miguel en la sala 11 del penal y es recibido por el grupo de com-

pañeros que le ha preparado la comida-homenaje de bienvenida y le

entregan el tríptico para que cumplimente la parte central de una de

las caras, que es lo que a él le corresponde. Como el tiempo nunca

falta entre rejas, confeccionaron un tríptico por cada comensal (re-

cuerdo que no había fotocopiadoras ni escáneres). Dejaron la parte

central para que el poeta escribiera algo y éste escribió en cada una

de ellas un poema y una dedicatoria personalizada.

Esperpento

solidario

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Para preparar tan suculenta comida, sustrajeron pequeñas cantidades de sus propios ran-

chos, a lo largo de varios días. Al finalizar la comida se repartieron los menús ya escritos por

el poeta, el cual leyó las siguientes líneas:

“Ya sabéis, compañeros de penas, fatigas y anhelos que la palabra homenaje huele a estatua

de plaza pública y a vanidad. No creo que nadie entre nosotros haya tratado de homenajear

a nadie de nosotros hoy, en la sabrosa satisfacción de comer en familia. Esta comida es justo

premio a los muchos merecimientos hechos… durante los 25 días que he conllevado con-

migo mismo. Eso sí, como poeta he advertido la ausencia del laurel… en los condimentos.

Por lo demás el detalle del laurel no importa, ya que para mis sienes siempre preferí unas

nobles canas.

Nunca llegó a tener canas; no le dio tiempo.

Se podría analizar mucho más a fondo esta esperpéntica situación; pero quedémonos con la

parte más jovial de este tremendo oxímoron: te ofrecemos de comer nada.

Reproducción facsímil del tríptico. Se publicó por primera vez, en color, en el año 1980 en el libro ‘Recuerdos de la viuda’ de Miguel Hernández, (Ediciones de la Torre. Nuestro mundo).

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EN EL CENTRO 4 J u a n d e l a C o s a4 M a q u e t a c i ó n d e u n r e c e t a r i o

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Juan de la Cosa

Soy conocido con el nombre de Juan de la Cosa:Nací hacia 1460 en Santoña (Cantabria) un pueblo de larga tradición marinera y estuve

en Lisboa en 1488 como espía, enviado por los Reyes Católicos; afortunadamente conseguí escapar antes de que los oficiales lusos me capturasen.

En 1492 participé activamente en la expedición de Colón, siendo el propietario de la nao Santa María, cap-itana de la expedición. Mis relaciones con el almirante no fueron muy estrechas ya que éste me acusó de haber sido el culpable del hundimiento de la Santa María en la Nochebuena de 1492.También participé en el segundo viaje colombino y recibí una compensación económica sustanciosa de la reina Isabel I por la pérdida de mi nao (28 de febrero de 1494). En 1499 participé como piloto mayor en la expedición de Alonso de Ojeda. En este viaje exploramos las costas entre la boca del Orinoco y el cabo de la Vela, fui herido por una flecha indígena. Al regresar realicé mi ahora famosa Carta-mapamundi en la que recojo y represento todas las tierras descubiertas hasta el momento tanto por portugueses o españoles, incluso los descubrimientos de Cabotto. En octubre de 1500 realicé mi cuarto viaje, como capitán y corresponsable, en compañía de Rodrigo Bástidas. En 1508 participé, junto a Yáñez Pinzón, Díaz de Solís y Américo Vespucio, en la comisión en la que se dis-cutía el proyecto de una expedición a Asia por la ruta occidental. Mi sexto y último viaje lo realizaré en 1510, junto a Ojeda y Nicuesa, recibiendo del rey Fernando una importante ayuda ya que iba a instalarme junto a mi familia en las nuevas tierras, recibiendo el cargo de Teniente Gobernador. En contra de mis deseos, Ojeda decidió desembarcar en la zona donde más tarde se asentaría Cartagena de Indias. El primer choque con los indios fue victorioso para nosotros pero fui encar-gado de realizar una internada hasta Turbaco, siendo sorprendido por un grupo de indios que dispararon flechas envenenadas contra nosotros, causando mi muerte y la de mis acompañantes.

Mi primer viaje:

En 1492 participé en el primer viaje de Cristóbal Colón a las Indias a bordo de mi nao, que fue rebautizada la Santa María para la ocasión. Yo ejercía el cargo de maestre, Colón era el capitán. La embarcación naufragó las noches del 24 y 25 de diciembre frente a las costas haitianas. Quiso nuestro Señor que el 25 de diciembre, a las doce horas, cuando to-dos dormían y yo estaba de guardia, las corrientes marinas arrastraron a nuestra nao a unos bancos de coral. Todos saltamos en el bote, pero Cristóbal Colón me acusó de traición, aunque pocos años más tarde, en 1494, recibí una compensación económica por parte de los Reyes por el hundimiento del barco.

Mi segundo viaje:

En las fechas de 1493 y 1496 participé en el segundo viaje de Colón. La diferencia del primer viaje a éste, fue que en vez de maestre, era un simple marinero en la nao La Colina y cobraba 1.000 maravedís al mes. Fui parte de la explo-ración a Cuba en la cual Colón obligó a los tripulantes a declarar que Cuba no era una isla, Yo, personalmente, fui uno de los firmantes.

Mi tercer viaje:

Entre las fechas de 1498 y 1500, yo era el mejor piloto que por aquellos mares había por haber andado en todos los viajes que había hecho el Almirante; por ello viaje con Colón y fui parte del descubrimiento de Paria, aunque tuve que regresar a Europa antes que el Almirante.

Diario de navegación

Realizado por Melissa Gutiérrez, Marta Sainz y Elena MuñozAsignatura: Iniciación a la Investigación

4º ESOIES La Albericia

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¡Ay mi barco, cómo lo añoro! Aún recuerdo ese primer viaje al Nuevo Mundo, junto a Cristóbal Colón, codo a codo, surcando los mares en mi preciada Santa María, en torno a 23 metros de eslora, tres velas y cinco mástiles; era la mayor de todos los barcos de la expedición.Lo que más recuerdo de aquella expedición es aquel fatídico 25 de diciembre de 1492, cuando mí preciado navío quedó encallado en la costa noroeste de la que ahora es la República Domin-icana, quedando zozobrada e inservible. El peor día de mi vida sin duda, aunque aquel dolor fue remitiendo al ver que sus maderas fueron utilizadas para construir el fortín con empalizada al que llamaron Fortín de Navidad.

La nao ‘Santa María’

Con 96 cm. de alto por 183 cm. de ancho, y pintado sobre pergamino, mi mapamundi es la representación del continente americano más antigua, ya que la hice en Cádiz en el 1500.En él plasmé las tierras descubiertas en el siglo XV por las expediciones castellanas, portuguesas e inglesas a América. Mi carta es la única obra cartográfica conservada de las realizadas por los testigos presenciales de los primeros viajes de Cristóbal Colon a las Indias.

La Carta Universal

Además de mis viajes, los cuales califico como los más importantes, realicé unas expediciones:

La expedición de Ojeda

En esta expedición, participé como piloto mayor y cartógrafo, cap-itaneado por Alonso de Ojeda. Dicha expedición partió de Cádiz el 18 de mayo, rumbo al cabo Aguer y de allí a la Gomera. Recorrimos la costa sudamericana hacia occidente, cuando fui herido por una flecha indígena. Más tarde regresamos a España aunque se nos había prohibido. En este viaje no obtuve apenas beneficios económicos, pero pude cartografiar la costa de la región explorada.

Expedición de las Bastidas

A finales del año 1500, el notario sevillano Rodrigo de Bastidas obtuvo una licencia para explorar el Nuevo Mundo, así que me consultó sobre cuál sería la ruta que debía tomar. Finalmente Bas-tidas decidió nombrarme piloto mayor de la expedición. Partimos de Cádiz en octubre de 1500. Con dos barcos recorrimos el litoral caribeño desde el cabo Vela hacia el oeste. Nos adentramos en el golfo de Urabá y llegamos hasta el Puerto Estríbanos, en Panamá. Obtuvimos importantes cantidades de oro pero debido al mal estado de las embarcaciones tuvimos que redirigirnos a La Españo-la, donde fuimos arrestados por el gobernador Francisco Bobadilla. Regresamos a España a finales de 1502. La reina Isabel me nombró Alguacil Mayor de Urabá como parte de su recompensa por los servicios prestados en el viaje con Bastidas y adicionalmente fui nombrado oficial asalariado en la Casa de Contratación.He viajado nuevamente a La Española para participar en un viaje al mando de Alfonso Ojeda, que acaba de ser nombrado gobernador de Nueva Andalucía. He recibido por parte de la Corona el cargo de teniente gobernador. La expedición partió de Santo Domingo el 10 de noviembre de 1509 con tres embarcaciones y unos 300 hombres. Hemos llegado a Nueva Andalucía en Diciembre, Ojeda ha decidido desembarcar en la Bahía Calamar desoyendo mis con-sejos recomendándole que no perturbara a los indios de la zona ya que podrían atacarnos con flechas envenenadas. Nos proponemos dirigirnos hacia las orillas del golfo de Urabá donde viven indios menos conflictivos, ya les conozco desde hace cinco años atrás, pero debo obedecer las órdenes de Ojeda.

Juan de la Cosa obedeció las ordenes de Ojeda, el cual no hizo caso de los consejos que De la Cosa recomendó. Al final se vieron envueltos en un conflicto con los indígenas, lo que les incitó a adentrarse en la selva. Juan de la Cosa, Ojeda y sus hombres se vieron sorprendidos por los indí-genas, que les lanzaron flechas envenenadas. De la Cosa cayó muerto, así como la mayoría de sus hombres. Ojeda pudo huir.

Expediciones

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Maquetación de un recetarioUno de los trabajos que han realizado este trimestre los alumnos de Diseño Gráfico, de segundo curso del ciclo formativo de grado superior Diseño y Producción Editorial del IES La Albericia, es la maquetación de un recetario. Los textos se recogieron de una serie de recetas aportadas

por socios de la Asociación Española contra el Cáncer y los alumnos y alumnas debían disponerlos de una manera atractiva, con ilustraciones o fotografías de elaboración propia, pensando en que se fuera a imprimir. Aquí puedes ver una pequeña selección:

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Partiendo de un corto cinematográfico, y realizando una interpretación personal, los alumnos de Diseño Gráfico, de segundo curso del ciclo form-ativo de grado superior Diseño y Producción Editorial del IES La Alberi-cia, es la maquetación de un recetario. Los textos se recogieron de una

serie esta vez divididos en cuatro grupos de trabajo, han realizado cuatro cómics con ilustraciones y fotografías de elaboración propia. Todos ellos han captado perfectamente la estética tanto del corto como del cómic. Para ver los cómics pincha sobre ellos.

‘Express’, de Daniel Sánchez-Arévalo

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‘El columpio’, de Alvaro Fernández Armero

‘Diez minutos’, de Alberto Ruiz Rojo

‘Mirindas asesinas’, de Alex de la Iglesia

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COLABORACIONES4 C I N E N E G R O4 P U T A M E N

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Va m o s a olvi-darnos o t r a vez de

la actualidad cinema-tográfica para hablar de los clásicos. Por desgracia hay muy po-cas oportunidades de

disfrutar del gran cine clásico en pantalla gran-

de (si uno se encuentra tal oportunidad en alguna

filmoteca conviene no desa-provecharla: las grandes pelí-

culas realmente crecen cuando se ven en el formato para el que

fueron pensadas); sin embargo las oportunidades para conseguir esas

películas y verlas en el televisor son múltiples y no siempre muy respetuosas

con los derechos de autor. No entraremos en eso; vamos solamente a hablar de uno de los grandes géneros del cine, el cine negro, y a referirnos a algunas de las obras que el tiempo ha declarado obras maestras.

Decía Agustín de Hipona que sólo

sabía lo que era el tiempo si nadie le pedía una de-finición. Algo parecido sucede con el cine negro. Parece que la expresión film noir fue acuñada por un crítico francés llamado Nino Frank a principios de los años 40 para referirse a un tipo de pelícu-las que llegaba de Hollywood. Todos sabemos qué películas son esas; sin embargo ¿Qué es lo que tie-nen en común? ¿Puede saberse cuáles son negras o cuáles no? No, o al menos es muy difícil decirlo. Las fronteras del cine negro son permeables y el gé-nero se extiende hacia el melodrama, el bélico e incluso el western. Sin embargo hay algunos ele-mentos típicamente negros: la transgresión de la ley, la ambición, la pasión amorosa, los sueños truncados, la decepción, la fuerza irresistible de un destino aciago (encarnada a menudo en la belleza de una mujer fatal). Y también el whisky, los ciga-rrillos, las carreras de caballos, los bares repletos y vacios, la ciudad, los faros iluminando la lluvia nocturna. Creo que todos sabemos de lo que es-tamos hablando. El cine negro ha contado con grandes guionistas y directores, ha adaptado a los mejores escritores y algunos de ellos han colabo-rado como guionistas en las películas. El resultado son algunos de los grandes diálogos de la historia. También ha contado con los mejores cámaras y fo-tógrafos; el resultado son planos y secuencias que

van mucho más allá del realismo cinematográfico para acercarse a lo mejor de las artes plásticas. Y por supuesto ha sido rodado con grandes actores, muchos de ellos unidos para siempre al género y convertidos en iconos del cine. Vamos a hacer ahora una pequeña, muy pequeña, selección de películas negras rodadas en los años 40. El único criterio para la selección es la memoria y el gusto de quien escribe por lo que, sin duda, muchas otras obras podrían estar aquí. Sin embargo, creo que podemos decir que las que se mencionan son buenas, muy buenas.

CINE NEGRO(Primera parte. Años 40)

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Perdición (1944) Double Indemnity fue un re-lato de James M. Cain con la misma temática que su famo-sa novela El cartero siempre llama dos veces. La historia cayó en manos de Billy Wilder quien no pudo contar con su habitual Charlie Brackett para ayudarle a escribir el guión. Wilder contrató a Raymond Chandler, que todavía no era uno de los grandes del género. Cuentan que fue odio a prime-ra vista. Sin embargo escribieron uno de los mejores guiones de la historia. Perdición es un modelo de relato negro, sus pro-tagonistas intentan transformar su destino en busca de dinero (ella) y amor (él); sin embargo, una vez dado el mal paso, todo se convertirá en una pesadilla con un final irremediable. Per-dición es una de las pocas películas de B. Wider sin comedia, es fría y afilada y sus protagonistas lo bordan, especialmente Barbara Stanwyck y el secundario E. G. Robinson.

El halcón maltés (1941) La primera película de John Huston fue una adapta-ción extremadamente fiel de uno de los grandes escritores del género negro, Dashiell Hammett. Un curioso mcguffin (el pájaro del título) es la causa de los movimientos de una me-morable galería de personajes. Los secundarios son especial-mente brillantes en la película y Humphrey Bogart encarna por primera vez el detective duro y cínico, pero honrado y sentimental en el fondo, que pasaría a ser una marca de la casa. Puede ser que la elección de Mary Astor como mujer fatal sea discutible, aunque se trate de una buena actriz. Sin embargo el conjunto es bueno y no hay que olvidar que fue una de las pioneras en su tipo de cine. Ya que estamos con John Huston, otra recomendación: para muchos su gran obra de cine negro no es El halcón maltés sino La jungla de asfalto (1950). Aquí nos gustan las dos, pero es cierto que La jungla es más oscura, más real; y con Marilyn Monroe.

Laura (1944) Una película del mismo año que la anterior, para hacernos una idea del nivel de las producciones de esta época. Y dirigida por un escritor y director cinematográ-fico de origen austriaco, al igual que B. Wilder, lo que nos lleva a pensar cómo Hollywood captó talentos de todo el mundo para su cine. Otto Preminger fue un director ele-gante, irónico, algo perverso. Laura es todo eso. Es un po-licíaco, un noir, pero es algo más. Es, sobre todo, la historia de un policía que se enamora de una mujer… asesinada. A medida que investiga su vida crece su fascinación por ella; hasta que algo sucede. No contaremos más. Dana Andrews y Gene Terney están estupendos.

Detour (1946) Edgar G. Ulmer fue un director de origen centroeuropeo con mucho talento y mala suerte. Nunca tuvo mucha mano con los estudios y realizó ese tipo de películas llamadas Serie B. Se trataba de realizar un trabajo bueno y rentable rodando películas en una semana con cuatro dólares. Quizá el mejor ejemplo de este tipo de cine, muy corriente en el Hollywood de los años 40, sea Detour. Es un película muy apreciada por grandes directores como Scorsese o Tarantino. Fue rodada en 6 días en un minús-culo decorado, pero sus limitaciones no evitan que sea una pelí-cula hipnótica.

Otras películas Aunque no podamos hablar de ellas por limitaciones de es-pacio y tiempo, vamos, al menos, a mencionar otras grandes obras de los 40. Cualquiera de ellas es un placer y, por lo tanto, un deber para un aficionado al cine.

El Último Refugio (High Sierra, 1941). Raoul WalshCasablanca (1942). Michael CurtizLa mujer del cuadro (The Woman in the Window, 1944). Fritz LangEl Sueño Eterno (The Big Sleep, 1946). Howard HawksGilda (1946). Charles VidorRetorno al pasado (Out Of The Past, 1947). Jacques TourneurSenda Tenebrosa (Dark Passage, 1947). Delmer DavisAlmas desnudas (The Reckless Moment, 1949). Max Ophüls

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IONES Putamen

El putamen es una estructura situada en el centro del cerebro que junto con el núcleo caudado forma el núcleo estriado. El putamen y el globo pá-lido forman el núcleo lenticular. La palabra ‘putamen’ proviene del latín, referiéndose a algo que “cae cuando se poda”, de ‘putāre’, que significa “podar”. Es uno de los tres núcleos principales de los núcleos basales del cerebro, los cuales se encargan principalmente de parte del control motor del cuerpo, por ejemplo, de la ejecución controlada y dirigida de los movimien-tos voluntarios finos.

Seguro que al leerlo ya estabais pensando en alguna otra cosa, como hicimos nosotros, los jubila-dos y jubiladas (en adelante, por eso de la economía, aunque sólo sea de palabras diré “los jubilados” para referirme al universo masculino-femenino, pero en principio quiero aclararlo) cuando Carmelo al comienzo de la excursión que nos llevó a Llanes, nos preguntó cómo andábamos nosotros del putamen. Luego nos explicó sintéticamente en qué consistía, y en cuanto he llegado a casa he con-sultado la Wikipedia, que comienza así la explicación, de manera que fuera risitas, que es algo muy se-rio. Además demuestra que nuestras salidas siguen siendo culturales aparte de ociosas y gastronómi-cas, que para algo estamos jubilados.Aprovechando que me sumé tarde a la expedición -lo hice en Torrelavega en vez de en Santander-, me hicieron la jugada de nombrarme cronista oficial de las salidas y tuve que andar todo el día atenta para acabar como alumna aventajada y no en el pelotón de los torpes que se decía cuando nosotros

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íbamos a las aulas en calidad de discentes, y no docentes como luego fuimos durante muchos, muchos años. Aprendí la palabra y tuve el buen criterio de apuntarla, porque más tarde Máximo soltó otra, me fié de mi memoria y ésta me jugó la mala pasada de perderla por el camino. Pero bueno, estoy al 50%, que no está mal, me llega para el aprobadillo.Fuimos 15 en el tren de las 9,10 y luego se sumó, a la hora en que sus todavía múltiples actividades se lo permitieron, Pedro, que fue rec-ibido con una ovación. No sé cómo, pero el caso es que nos encontró cuando admirábamos una de las bellas plazas del pueblo de Llanes. Ya habíamos recorrido el muro que cierra el puerto, ese en el que Ibarrola pintó los cubos con bonitos colores, y habíamos pasado al otro lado de la ría para subir luego al núcleo antiguo, admirando el cuidado que han puesto los ‘llanienses’ en rehabilitar su pueblo. En el suelo destacaban unas pequeñas planchas metálicas escritas en la dirección contraria a la que llevábamos, y girando el cuello, lo cual ya no resulta muy conveniente, hicimos el esfuerzo de leer las frases. Conclusión: habíamos empezado por el final y no nos enteramos de quién fue el autor, pero fue bonito. También admiramos los múltiples miradores de las casas, unos de estilo más rústico y otros tipo art decó.Lo primero que habíamos hecho, nada más llegar y estando ya en la plaza en que luego comeríamos, fue tomar un café, en un local que eligió Elena porque olía muy bien, y no hay mejor señal, si de café se trata, y efectivamente era bueno y bueno el servicio. Con ello cumplimos el deseo de Armando que no le parecía oportuno perder la costumbre de tantos años: el café de las once, o de las diez, pero café.

Sin decir nombres, para no acusar, diré que algunos se columpiaron en los juegos de los niños. Para quien adivine esos nombres se reserva un punto.El sol a mediodía, justo mediodía, calentaba un poquito y nos per-mitió comprobar la línea sur- norte que formaba nuestra sombra en una rosa de los vientos grabada con plaquetas en el suelo, y que nos llevó a platicar un rato acerca de Greenwich.Y mientras unas hablábamos del este y del oeste, de la salida del sol en Barcelona y en A Coruña, los demás habían decidido refugiarse del frío y probar la sidrina. Y aunque se echó en falta a los grandes bebedores y escanciadores, repetimos bodega y recordamos que unos años atrás habíamos estado en el mismo lugar a final de curso, como uno por uno fuimos diciendo recordando el lugar y las fotos (parece que ayudan a refrescar la memoria).Sin dar más vueltas fuimos a comer en La Cuera. La mesa para dieciséis ya estaba preparada y se podía ver desde el comedor la nieve que cubría la parte alta de la sierra que da nombre al restaurante. La comida estuvo muy bien, y creo que fue opinión general, y los platos volvieron vacíos a la cocina, que es la mejor prueba de que gustó.Después fuimos a dar otro paseo; llegamos hasta la playa de El Sablón, que más bien debería ser el Sablecito, pues es una concha pequeñita y subimos unas escaleras hasta el jardín o avenida que recorre en lo alto el acantilado, disfrutando conjuntamente del “ho-mérico mar de color vino”, de nuestra agudeza visual para localizar barquitos en el horizonte, y de la leve capa de nieve que adornaba la sierra. Hay en el último párrafo una importante colaboración de Elena, mayor de la que pensáis.

Por miedo a perder el último tren nos apresuramos y llegamos a la estación con tres cuartos de hora de adelanto, tiempo más que suficiente para enterarnos sin lugar a dudas cuál era la vía por la que llegaría nuestro tren: cuando ya no quedaba nadie más a quien preguntar todavía Máximo tuvo el valor de volver al jefe de estación. Se presentó como independiente, pero no coló, y le dijo lo mismo que a los demás.Llegó el tren, subimos y aunque parezca raro, nos portamos bien.Y acabo la crónica agradeciendo el nombramiento y pasando el tes-tigo a mejor pluma que la mía. Dénse por enterados.

Belén Gómez-Acebo