revista praxis pedagógica 7 - digital
DESCRIPTION
Revista de la Facultad de Educación ed UNIMINUTOTRANSCRIPT
1PRAXISPEDAGÓGICA
DIRECTOR
Huberto Obando Gil, cjmDecano de la Facultad de Educación
EDITOR
Tito Pérez Martínez
COMITÉ EDITORIAL
Roberto Herrera, Huberto Obando Gil, cjm, Yolanda Villaroel, Hilda Rubio, Gerardo Basante, Tito Pérez, Ramón Rivas,Secretario General de la Confederación Interamericana de Educación Católica –CIEC–, William Perdomo,Roberto Ramírez Bravo, Cecilia Manzione Patron (uruguay).
COMITÉ CIENTÍFICO
Álvaro William Santiago, Universidad Pedagógica Nacional; Maria Cristina Asqueta (Uruguay), Uniminuto; Clarena Muñoz,Uniminuto; Yamile Silva Walteros; Carlos Juliao Vargas, Vicerrector Académico Uniminuto, Luz Ángela Castaño González, William Perdomo, Uniminuto; Roberto Ramírez Bravo, doctor en intervención en el lenguaje; Alfonso Soriano Espinosa (España). Ariel Gonzalez (Cuba).
CORRECCIÓN DE TEXTOS
Nelson [email protected]ÓN DE TEXTOS
Profesores Academia RocherauDISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Carlos Cepeda Ríos • [email protected]ÍA
Archivo Uniminuto • Carlos Cepeda RíosIMPRESIÓN
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
CORRESPONDENCIA
Facultad de Educación - Uniminuto • Calle 89 No. 87A - 50Teléfonos: 2918407 - 2528603 - 5359348 • Correo electrónico: [email protected]á, D.C., Colombia
© Derechos reservados. Corporación Universitaria Minuto de Dios –Uniminuto–
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS
CONSEJO DE FUNDADORES
Diego Jaramillo Cuartas, cjm, Presidente. Ovidio Muñoz Bolivar, cjm. Marina Uribe de Eusee. María Teresa Gnecco.José Vallejo Gómez. María Teresa Cárdenas. Hugo Fernando Valderrama Sánchez. Fernando Ojalvo Prieto. P. Jaime Rojas, cjm.Camilo Bernal Hadad, cjm.RECTOR GENERAL
Camilo Bernal Hadad, cjmCONSEJO DE RECTORÍA
Camilo Bernal Hadad, cjm. Alonso Ortiz, Rector sede principal. Miguel Jiménez Moyano, Vicerrector administrativo y financiero.Santiago Vélez Alvarez, Vicerrector de Sedes Regionales. Carlos A. Forero Mendez, Gerente en tencnología y laboratorios.Iván Fernando Bossio, Director Ejecutivo Precooperativa. Hector Villalobos, Auditor General. Jorge Bernal, Director planeación (E).
NO. 7
Revista de la Facultad de Educación de la Corporación Universitaria Minuto de Dios –Uniminuto–Año 7, No. 7 • enero - diciembre de 2006 • ISSN 0124 - 1494 • Bogotá, D.C.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
2 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
ContenidoPadre Rafael García-Herreros 4
Breve historia del currículo y la formación de maestros en Colombia 6
Las teorías del curriculo: Su aplicación en la educación virtual 22
Los planes de estudio en el contexto educativo 30
ECAES: Una mirada problematizadorade la evaluación de la educación superior 42
Evaluación cualitativa: Supuestos para inventarla y practicarla 52
PÁGINA ROBADA:Hacia una educación filosófica 60
Cuarenta años del Museo de Arte ContemporáneoConversaciones con Manuel Hernández 64
Vigostky, las emociones y el arte. Aportes para la educación artística 70
Informe de investigación Grupo Ambientes de Aprendizaje 78
El licenciado en informática y los retos de las NTIC 88
Los medios de comunicación y sus posibilidades educativas 94
Aportes para construir el perfil de un docente 102
La innovación: Una reflexión desde el contexto educativo 116
Escuela y entorno social: Tensiones y contradicciones 126
La conceptualización del contextoy su influencia en el discurso empleado en el aula 134
Nada menos que el futuro 140
Using portfolios as a powerful strategyto foster and develop students' writing skills in EFL 146
RESEÑA: La glotodidáctica 158
3Editorialn personaje de Margarite Yourcenar decía que el silencio es un muro en blanco
al que había que llenar de colores. De igual forma, todo proyecto es al inicio
un muro en blanco, que puede ser llenado con los más disímiles materiales
con el fin de dar testimonio del paso por el mundo, de un individuo o de una
comunidad. Es así entonces, como hace ya muchos años que el padre García-
Herreros decidió darle forma a sus sueños y, en consecuencia, meditó, trabajó,
planeó, y diseñó pensando en todos los flancos con el fin de conformar un bello
texto construido en los más disímiles materiales: el ladrillo, el barro, el color,
el sonido, el amor, la solidaridad, la belleza, los colores, las formas, la palabra,
los libros, etcétera.
Con los ladrillos construyó el barrio, en primer lugar, en segundo lugar, creó
el Museo con el fin de dar cabida a las formas, colores, volúmenes y miradas de Bogotá y Colombia, en tercer
lugar creó el colegio y la universidad para darle un sitio a los libros y al saber , un lugar para albergar las
voces, las risas, los juegos, los sueños, los proyectos y las inquietudes de niños y jóvenes, que serían los guías
de nuestra patria, los hacedores del futuro, los nuevos ciudadanos.
Una vez establecida la universidad se vio la necesidad de crear un espacio en el que cupieran, tal como en el
museo: el recuerdo, la nostalgia y la memoria de nuestra comunidad. Es así como en el muro blanco de las letras
se presenta La Revista Praxis pedagógica No. 7, con el fin de dar cabida a las letras surgidas del diario trasegar
de los maestros por las aulas, del continuo enfrentamiento con los conceptos, actitudes, visiones. Estas letras
constituidas en textos, tejidos y redes son el resultado de las actividades investigativas, docentes, y artísticas
de cada uno de nuestros maestros; estas letras han transitado por las aulas, han sido meditadas en la cabeza
de sus docentes y debatidas en el campo de batalla del educador: el salón de clase, estas letras son el resultado
de la continua lucha contra el silencio, el olvido, la indiferencia, la desidia, etc.
La revista, como espacio en blanco, alberga todos los coloridos y multiformes pensamientos de sus creadores
que corren como ríos subterráneos. Al interior de la revista se despliegan las imágenes de lo que ha sido el
museo, allí se presenta un punto de encuentro de las distintas miradas, estilos, estéticas, propuestas gráficas,
a la par de las imágenes; por el espacio en blanco, aparecen los textos producto de la actividad académica de
una comunidad educativa que se piensa en los otros, que se ve en los otros y que trata de entender el mundo y
el conocimiento como una inmensa galería en la que los cuadros de lo real siempre son distintos y hay que estar
alerta a cambiar de ángulo de visión.
Como se evidencia, en los artículos, se lee una amplia gama de posibilidades que brillan cada una de forma
distinta. Para concluir, diremos que en esta revista se dan cita la letra conformada en palabra, la luz, la sombra
y la forma materializada en pintura, el saber, la investigación encarnada en textos: entremos, entonces, en este
territorio manchado, recordando a Carlos Fuentes, y celebremos la escritura como una gran fiesta que ayuda a
llenar de colores el blanco espacio de nuestros grises días.
Editor
MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO -MAC:LLENANDO DE COLORES EL GRIS MURO DE LA EXISTENCIA
U
El maestro PRAXIS PEDAGÓGICA
l maestro da siempre la clase al caer
de la tarde, frente a un jardín sin
flores. La misma todos lo días, con
los mismos alumnos, aunque vayan
cambiando de nombre, año tras año.
Una vez son Arturo y Jesús, otra vez
son Pablo y Henry, y Carlos y Eduardo.
Todos lo mismo: con diez y seis o dieciséis años, y con
los mismos ensueños y los mismos entusiasmos.
El aula se mantiene idéntica a despecho del tiempo;
unos bancones viejos y gruesos, un tablero un tanto
desnegrido. Empero, a pesar de la humildad del
recinto, y de que son muy pocos alumnos, la clase
tiene ambiente inconfundible. Los muchachos están
perfectamente atentos a la secreta instrucción que
allí se da.
Es la clase de la lengua de Homero. El maestro, des-
pués de un cuarto de hora de gramática pasa a la tra-
ducción, que es la finalidad de estudio. En la clase se
han traducido todos los principales autores: Homero,
Sófocles, Eurípides, Platón, Demóstenes, Luciano,
Epicteto, San Juan, Crisóstomo.
Cuando se traduce, el viejo maestro se levanta los an-
teojos sobre la frente. Y todavía se entusiasma, como
cuando estaba joven, como cuando era la primera vez.
Primero, él mismo lee con entonación el trozo, luego
lo repite el alumno, después se vierte y por último se
vuelve a leer como para despedirse del verso o del pe-
Traduciendoa Epicteto
Eriodo. Cuando se comenta a Demóstenes el alumno
debe repetir con voz oratoria el pasaje como si estu-
viera delante de Esquines y de los jueces. Después de
las grandes páginas hay ordinariamente perorata del
preceptor. «Sepan que estamos traduciendo lo más
bello de la literatura griega, que es la mejor del mundo.
De aquí para arriba no queda nada humanamente.....»
Esta lengua maravillosa para nada determinado sirve,
y sin embargo es indispensable para la cultura. Sin ella,
la humanidades serían una palabra vacía. Yo pienso
que tenía mucha razón el pedagogo alemán que acon-
sejaba empezar por griego más bien que por latín los
estudios clásicos.
«Ustedes saben muy bien que no traducimos esto sólo
para conocer la trama de esta tragedia, o de esta tesis,
o de esta discusión». Eso sería utilitarismo, y no huma-
nismo. Lo traducimos para la formación, para obtener
aquello que llevarán durante toda la vida, aquello que
queda cuando lo hayan olvidado todo. Algo que es
desarrollo, equilibrio, plenitud de todas la facultades,
madurez en una sola palabra.
«Con esto podrán ustedes jerarquizar sus ideas, tra-
barlas unas con otras, empalmar cada conocimiento
con lo que ya se sabe y con lo que está por saberse.
Al fin de estos estudios habrán logrado algo que no
se alcanza estudiando ciencias o matemáticas: una
orientación intelectual sobre ejes fijos, ponderación
personal. Habrán echado a su bagaje para toda la vida,
en cuanto la alforja tenía capacidad, una gran medida
de sensatez».
NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Un día, luego que el maestro terminó su encomio de
la lengua, un alumno levantó la mano para preguntar,
y preguntó:
– De modo, Reverendo Maestro, que no hay nada por
encima del griego?
– Sí: hay una cosa, respondió el profesor: y es el dolor...
Y encima del dolor, está el amor; y encima del amor,
está el conocerse a sí mismo, y despreciarse, y conocer
a Dios, y amarlo... Eso sí, está por encima de todo: de
toda armonía, y de toda luz, y de toda aspiración...
– De modo, Maestro – insistió el alumno -, que más
vale conocernos a nosotros mismos, y despreciarnos, y
conocer a Dios para amarlo, que todo lo que dice aquí
nuestro divino Epicteto?
– El maestro se quitó los anteojos y los colocó entre
las hojas del libro abierto.
Esa pregunta de su discípulo era la que a él continua-
mente atormentaba, la que ponía una sutil fuente de
tristeza en su espíritu.
– Así es, amigo mío, más que toda belleza intelectual
está el «conócete a ti mismo» y sobre todo, el primer
precepto que dice:
“Amarás a tu Dios de todo corazón». Pero por en-
cima de las palabras y de los sentimientos, están
las obras: y la suprema de ellas, es la de morir por
Dios y por Cristo».
Esa es la suprema belleza. Busquen ustedes, mis
discípulos, la ocasión de morir por lo divino. Un
bello morir hermosea toda la vida, vivir y morir.
Vivir y morir por Cristo sí está por encima de leer
a Epicteto.
– Y ¿cómo ponernos en la ocasión próxima de morir
por Cristo?– interrogó de nuevo el joven.
Esta vez el humilde maestro de griego, bajó la cabeza
ruborizado.
Rafael García-Herreros
Mayo de 1945
Tomado del documento La Aventura Humanista del archivo del minuto de Dios.
El Padre Rafael García-Herreros, participó activamente en la vida cultural del Museo de Arte Contemporáneo.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
6 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Breve historia del currículoy la formaciónde maestros
en Colombia
Maqueta preliminar del MAC realizada por el arquitectoEduardo del Valle.
7
Breve historia del currí[email protected]
Licenciado en Biología, Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Sociólogo de la
Universidad Nacional. Magister en Investigación Social y pedagogía. Docente Uniminuto.
GERARDO BAZANTE CALDAS
R E S U M E N
El texto aquí presentado hace un corto resumen de la historia de la educación en nuestro país, resaltando la relación currículo y formación de maestros, muestra al currículo en su concepción precaria que lo liga sólo con el plan de estudios y algunas intencionalidades no muy definidas, que obedecen al devenir de una historia llena de altibajos en los que la guerra ha sido el principal protagonista y en la que los gober-nantes acudieron a recursos ocasionales que tenían que ver más con la improvisación que con el desarrollo económico y político del país.
La rápida evolución del proceso de globalización ha llevado a seguir el mismo derrotero de improvisaciones, que cambian de acuerdo al saber y entender del administrador de turno que llega al gobierno y su moldea-miento se hace de acuerdo a intereses foráneos que obstaculizan la posibilidad de un desarrollo acorde con nuestros propios intereses.
La parte final constituye un llamado a los docentes a que construyan su propia historia y rescaten el papel que les corresponde en la sociedad y en la cultura.
Palabras clave: Educación, currículo, globalización, historia de la educación, ley general de educación.
A B S T R A C T
The following text, which is a short review of the history of education in Colombia, emphasizes the relationship that exists between curriculum and teacher training. It also presents curriculum in its precarious conception which binds it to the syllabus and to some not-well-defined purposes that are due to the evolution of a history full of turbulence in which the war has been the major figure and the governors have resorted to occasional resources more related to improvisation rather than economical and political development of Colombia.
The rapid progression of globalization has led to preserve the same course of improvisations which change in accordance with the administrator of the moment that reaches the Government and whose shape is given in accordance with the foreign interests that hinder the possibility of a more suitable development for colombian interests.
The last part of the text calls for the teachers to construct their own history and recover the role they have in the society and culture.
Key words: Education, currículum, globalization, history of the education, general law of education.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
8 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
a concepción de currículo siempre
ha estado en nuestra historia ligada
a los planes de estudio, hoy se tiene
una comprensión más amplia que
liga el currículo al concepto de cul-
tura. La ley general de educación
(Ley 115 de 1994), la asume como “el conjunto de
criterios, principios, planes de estudio, programas,
metodologías y procesos que contribuyen a la iden-
tidad cultural nacional, regional, local, incluyendo
también los recursos humanos, académicos y físicos
para poner en práctica las políticas y llevar a cabo
el proyecto educativo”. Cuyos elementos básicos se
pueden agrupar en torno a cuatro preguntas: ¿qué
enseñar?, pregunta a la que responden los propósi-
tos y los contenidos de la enseñanza, resaltando que
cuando se habla de contenidos se hace referencia a
conceptos, procedimientos y actitudes; ¿cuándo
enseñar?, o sea, la manera de secuenciar y ordenar
esos propósitos y contenidos en cada ciclo; ¿cómo
enseñar?, se trata entonces de concretar las estrategias
metodológicas, pero también los principios metodo-
lógicos, agrupamientos de estudiantes, distribución
de espacios y tiempos, así como los materiales que
se van a utilizar; ¿qué, cómo, cuándo evaluar?, las
estrategias, procedimientos de evaluación y los crite-
rios de promoción. Pero mirar retrospectivamente el
currículo hace necesario relacionarlo con la formación
de los maestros, con el modelo pedagógico y didáctico
como también con el desarrollo económico y político
del país.
Durante la Colonia, la relación Iglesia-Estado era muy
estrecha, estaba orientada por el Real Patronato de In-
dias, que había descargado la educación de los criollos
(hijos de españoles nacidos en la Nueva Granada) y de
los hijos de los caciques indígenas, totalmente en la
Iglesia, el plan de estudios de la escuela primaria tenía
que ver con materias como: enseñanza del español,
lectura y escritura, religión y habilidades manuales. Los
criollos recibían además aritmética.
Las escuelas para los niños criollos eran privadas y
tenían régimen de matrículas pagadas. Las escuelas
estatales, que eran gratuitas, daban una instrucción
con menos años de escolaridad, se llamaban “escue-
las de encomienda” porque eran financiadas por los
encomenderos, tenían el mismo plan de estudios pero
el proceso duraba tres años.
El objetivo fundamental de la educación era cristiani-
zar a la población, la Iglesia concedía el permiso a los
maestros para ejercer y mantenía un control estricto al
ejercicio ético y moral de éstos; el estudio de la religión
se dividía en clases de catecismo e historia sagrada, el
primero se hacía memorizando el catecismo del padre
Gaspar Astete1, la historia sagrada se dictaba recrean-
do los pasajes bíblicos contados por los sacerdotes que
eran los encargados de la enseñanza de la religión.
En poblaciones como Santafé de Bogotá la cobertu-
ra era muy buena, había una escuela elemental en
cada barrio, en ciudades como Cartagena, Mompós,
Pamplona, Tunja, Medellín, Buga, Pasto y Popayán
la cobertura era superior al 50%, lo que para la época
era una buena cobertura, aunque para el resto del
país la educación se convertía en déficit, el problema
de estas ciudades radicaba en la escasa cantidad de
alumnos que continuaba el proceso: entraban a la
escuela elemental pocos estudiantes y terminaban los
tres o seis años dependiendo de si la escuela era urbana
o rural, muy pocos y de éstos seguían a la educación
secundaria aún menos.
En el siglo XVII se crearon las escuelas de monasterios
orientadas a crear provisión de sacerdotes rasos, las
comunidades religiosas pioneras en la formación en
la Nueva Granada fueron: los jesuitas, los dominicos
y los franciscanos.
La educación secundaria tenía como propósito formar
buenos católicos, honestos ciudadanos y excelentes
trabajadores, para ello el currículo lo constituían
planes de estudio formados por áreas como: lectura,
escritura, aritmética, gramática, religión, moral, ins-
trucción cívica y habilidades manuales; en algunas
instituciones de tipo comercial incluían contabilidad
y en otras, artes y oficios como zapatería, ebanis-
L
9BREVE HISTORIA DEL CURRICULO Y LA FORMACIÓN DE MAESTROS EN COLOMBIA
tería, costura, bordado y elementos de agricultura.
Algunos colegios como el San Bartolomé después de
la independencia (1896) le imprimieron al currículo
un contenido más científico y moderno que incluía
el estudio de otras lenguas como el latín, el francés y
el inglés porque en esa época vinieron a nuestro país
muchos sacerdotes, misioneros y hermanos cristianos
de origen francés, italiano e inglés.
En 1870 se da una reforma educativa que pregona la
libertad de enseñanza que coincidía con la abolición
de la esclavitud y el proceso de industrialización del
país, en el período de la presidencia de Eustorgio
Salgar mediante el decreto orgánico de 1870 en el
que reza “la educación es una de las funciones del
Estado y una obligación de los padres con sus hijos”
(Aline Helg, 1987). Se crea también una estructura
educativa centralizada y unificada con una dirección
general nacional de instrucción pública dependiente
del Ministerio del Interior. En 1874 es nombrado
Director Real de Estudios don Francisco A. Moreno y
Escandón, quien intenta desarrollar la reforma edu-
cativa propuesta en el decreto, pero al poco tiempo
fracasa por falta de apoyo.
En lo que concierne a la educación superior, durante
el período de la Colonia en el siglo XVII, existieron
inicialmente dos universidades, El Colegio San Bar-
tolomé y el Colegio de Nuestra Señora del Rosario,
el primero de origen jesuita y el segundo dominico,
después estos últimos fundan el claustro de Santo To-
más, las carreras ofrecidas fueron Derecho, Filosofía,
Teología, Medicina, Matemáticas y Ciencias Naturales
con medio centenar de alumnos en sus únicas sedes
de Santa fé de Bogotá, donde se formaron los criollos
prestantes del grito de independencia, que conforma-
ron la generación trágica y fueron fusilados por Pablo
Morillo en la reconquista española.
Sólo hasta 1868 se crea la Universidad Nacional de
Bogotá, se decreta la educación primaria pública, se
amplía la cobertura de escuelas rurales con tres gra-
dos de estudio, se asume la pedagogía pestalozziana
de origen prusiano-alemán, se crean los inspectores
escolares con tal poder que incidían en forma de-
finitiva en la continuidad de los maestros en sus
cargos, pero se tenía en cuenta mucho el concepto
moral que diera el sacerdote de la parroquia donde
estuviera situada la escuela, se afianza la Iglesia en
la responsabilidad del contenido moral de la edu-
cación, se producen censos escolares, se actualizan
las estadísticas, en ellas se pasa de 3.599 estudiantes
a 16.489 en Cundinamarca (M.E.N., Memoria de
1923, pp. 40-41), se organizan por primera vez los
restaurantes escolares, se fundan bibliotecas públi-
cas populares, se crean escuelas de artes y oficios,
se habla por primera vez de la formación integral,
física, intelectual y moral del niño (Ibidem), lo cual
llevó a la ampliación del plan de estudios que incluía
clases de gimnasia, de urbanidad2, de moral y filoso-
fía para la escuela secundaria; la modernización de
los métodos de enseñanza terminó por excluir (por
lo menos en la directiva estatal) la memorización me-
cánica y el abuso de los castigos, y de hecho el currí-
culo sufrió una transformación hacia su complejidad
conceptual, integrando elementos muy importantes
como la formación integral, física, intelectual y moral
de los educandos.
Se plantea también la formación de un eficaz cuerpo
docente, para lo que se contrató la misión pedagógica
alemana, con lo que llega el auge de las ideas pedagó-
gicas de Pestalozzi, Froebel y Herbat. La misión pasa,
entonces, a dirigir las escuelas normales a través de los
nueve pedagogos alemanes contratados, se establecen
20 escuelas Normales en Colombia, algunas de ellas
conexas con una escuela primaria para el desarrollo de
las prácticas, se edita por primera vez la revista Escuela
Normal de la dirección Nacional de Instrucción Pública
con 3.000 ejemplares.
Todo este proceso se ve truncado en 1876 con la guerra
civil a causa de la diferencia de criterios entre laicos y
religiosos, que llevó a la salida de los profesores alema-
nes; en 1886, con la reforma constitucional, el concor-
dato Iglesia-Estado fijó que la educación pública fuera
organizada y dirigida en concordancia con la religión
católica. El Estado reglamentaba, dirigía e inspeccionaba
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
10 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
la instrucción pública nacional, pero los sacerdotes
incidirían en el nombramiento de los docentes de
acuerdo a su rectitud moral. Este concordato volvió a
transformar el plan de estudios en la escuela primaria
y el colegio secundario ya que la enseñanza de la re-
ligión volvió a tener el 50% de la carga académica en
detrimento de la educación humanística y científica.
En las universidades, los colegios, las escuelas y ade-
más centros de enseñanza, la educación y la instruc-
ción pública se organizaron y dirigieron en conformi-
dad con los dogmas y la moral de la religión católica,
se observarían en los establecimientos educativos las
prácticas piadosas de la religión y su enseñanza sería
obligatoria.
Entre 1899 y 1903, con la Guerra de los Mil Días y la
separación de Panamá, la educación vuelve a sufrir
un grave revés. Los niños y los jóvenes desertan de la
escuela para ir a la guerra (en este caso para la guerra
entre liberales y conservadores que abarcó gran parte
del país), y el reclutamiento de menores y el desorden
social llevó a que los planes de estudio se vieran trunca-
dos con el correspondiente atraso de todo el proceso.
Entre 1900 y 1930 los planes de los gobiernos liberales
y conservadores buscan ampliar la cobertura en la
alfabetización que facilitara el desarrollo industrial en
el país, unos ligados al poder de la iglesia y los otros
buscando laicizar la educación.
El conservatismo apareció con su influencia, sobre
todo en la segregación de las mujeres en el proceso
educativo; para ellos el lugar de la mujer se encontra-
ba en la casa, en los oficios domésticos y los cultivos
alimenticios (M.E.N., Memoria de 1930), esto hace
que para la época el analfabetismo fuera mayor en las
mujeres que en los hombres y el porcentaje de varones
en la escuelas mayor que el femenino.
Si se mira por departamentos, en 1918 en Santander,
por efecto de las guerras civiles, se dio un retroceso
en la instrucción pública, las tasas de alfabetización
eran de 32.6% en el norte y 23.7% en el sur, y de es-
colarización en 1922 de 5.2% y 4.5% respectivamente
(Idem). En Nariño, en cambio, la escolarización era
de 7.1% siendo la más alta para la época, debido a su
poca participación en la guerra.
MAC: Acción Social del
fundador con la comunidad.
Ciere de tejado, 1970.
11BREVE HISTORIA DEL CURRICULO Y LA FORMACIÓN DE MAESTROS EN COLOMBIA
En 1930, en Antioquia y Caldas, esa tasa de escolari-
dad había subido a 10.7% y 10.6%, muy superior a la
media nacional, pero en casi la totalidad de los casos
los alumnos eran buenos en el arte de recitar el ca-
tecismo Astete, la urbanidad de Carreño, diestros en
las cuatro operaciones de aritmética y a duras penas
leían y escribían.
Sólo una elite, especialmente en Antioquia –los
Restrepo, los Ospina, los Uribe y los Echavarría– em-
pezó a invertir en la creación de pequeñas empresas
orientadas primero hacia la producción de material
para la explotación de minas, así como la fabricación
de licores y productos alimenticios, manufacturas,
cerámicas, vidrios, textiles y el cultivo del café, para
surtir de operarios a sus nacientes empresas se vio en
la necesidad de incrementar una educación acorde al
desarrollo propuesto, así, los planes de estudio fueron
reduciendo espacio a la religión e incrementaron las
artes y los oficios, también el álgebra y la contabilidad.
Esto coincide con el nacimiento de la clase obrera en
el país, pero no con sus procesos de organización que
habían sufrido una gran derrota con la masacre de las
bananeras.
Desde 1904 se comienza a acortar la diferencia entre
la escuela rural y la urbana, entre los programas de
estudios de la escuela urbana que para entonces era de
seis años (dos de estudios elementales, dos de estudios
medios y dos de estudios superiores que preparaban
para la enseñanza secundaria) y los de la escuela ru-
ral que sólo tenía tres años (sólo alcanzaban el nivel
elemental y un año de estudios medios, sin opción
de acceder a la educación secundaria salvo algunas
excepciones).
El hecho de estar separadas las mujeres de los hombres
en la escuela urbana, aunque no en las rurales –lo cual
reducía así la opción de escolaridad en el campo, por
recomendación del Vaticano, proceso que duró casi 50
años porque se consolidó hasta 1960- y el hecho que la
educación femenina, e incluso para varones menores
de doce años, sólo fuera confiada a mujeres (Ley de
1904) (M.E.N.,Memorias 1930), no sólo discriminó
por mucho tiempo al sexo femenino sino que mar-
ginó a las mujeres del ámbito político colombiano y
de los cargos públicos, e hizo que estuvieran ligadas
más a la educación que a otras esferas del Estado.
Pero para los hombres tampoco fueron años bo-
yantes en este aspecto, el problema era grave si
miramos que el 82% de la población colombiana
vivía en campo y sólo el 52.2% de alumnos iban a
la escuela primaria rural (tres años de estudio) y el
47.8% a la escuela urbana, y de éstos el 80% estaba
concentrado en los dos primeros años de estudio en
1931 (M.E.N. Memorias 1932); si tenemos en cuenta
que de 70.087 estudiantes que ingresaban a la es-
cuela urbana en Cundinamarca al grado primero,
sólo 3.183 lograban llegar al sexto grado, podemos
ver que la escuela cumplía un papel selectivo muy
riguroso en la formación de los estudiantes; en la
escuela rural, de 107.033 que ingresaron al grado
primero, 23.342 llegaron al grado tercero(Ibidem),
ocurría entonces lo mismo que en la escuela urbana,
pero a ello se suma el que en los dos primeros años
de estudio era dudoso que los alumnos aprendieran a
leer y escribir y que sólo el 7.5% llegaba a los tres últi-
mos años de estudio. En la escuela urbana primaria el
problema era aún más grave, en 1931, de los 194.087
alumnos inscritos a nivel nacional llegaban al tercer
año en las escuelas urbanas el 12% y 1.7% llegaban al
sexto año para ingresar a la educación secundaria.
Para esta época, el plan de estudios en las escuelas
rurales era diferente entre hombres y mujeres, esa dife-
rencia radicaba en el énfasis que tenían en las labores
agrícolas para los hombres y los oficios domésticos
para las mujeres y en que para ellas era más difícil
continuar en la escuela secundaria por los compromi-
sos que tenían con los oficios domésticos en la casa y
sólo las hijas de los pudientes que no tenían vocación
para monjas podían tener estudios secundarios y des-
empeñarse como maestras en la escuela rural o urbana
para niñas o varones menores de diez años.
Una maestra de la época (1938) tenía la siguiente for-
mación: hija de campesinos ricos o de familia de pueblo
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
12 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
medianamente pudiente, habría hecho un año o
dos en el colegio de secundaria, donde aprendió
a bordar, a hacer dibujos de colores, a recitar el
catecismo Astete, a contar anécdotas de la historia
patria, algo de geografía y un poco de aritmética,
o sea, tenía 3 años de escuela rural o 6 años, si los
había hecho en la escuela urbana y dos años de
escuela secundaria como máximo y dictaría clase a
niños pequeños y a niñas en edad de educar (hasta
los 15 años), y era condición fundamental para ser
nombrada maestra tener buena conducta y profesar
la religión católica (Helg, 1986, p.53).
La dotación suministrada por el Ministerio de
Instrucción consistía en: cuadernos, pizarras, cate-
cismos del padre Astete, libros de lectura, libros de
aritmética, folletos de higiene escolar, compendios
de historia patria e instrucción cívica, manuales de
urbanidad, himnos nacionales y libros de geografía.
Esto muestra cómo el docente se fue constituyendo
en un ejecutor de currículo.
La materia fundamental era religión, ésta se aprendía
de memoria e incluía la participación en actos litúr-
gicos; la aritmética se aprendía mediante ejercicios
repetitivos de las cuatro operaciones, la lectura y
la escritura se enseñaba de manera oral, cada letra
del alfabeto era tema de un poemita o una canción
y los estudiantes más avanzados guiaban a los más
atrasados, parodiando el lancasterianismo impulsado
por Simón Bolívar desde la independencia; las demás
áreas se memorizaban hasta recitar completamente el
libro guía, incluso delante de los progenitores el día
del examen final al que también asistía el inspector y
que a la vez servía para evaluar al maestro.
El programa de religión en los seis años incluía la
memorización del catecismo, que se impartía en 3
años los temas de sacramentos, mandamientos, padre
nuestro y credo, y los otros 3 pasajes bíblicos e historia
sagrada; en la escritura los alumnos, sólo después de
dos años, cambiaban el lápiz de esquisto por la pluma y
utilizaban varios tipos de letra. Respecto a la aritmética,
no se enseñaban las cuatro operaciones sino hasta el
segundo año, también se aprendía a redactar cartas;
la historia patria, la geografía, las ciencias naturales
y la introducción a la física se aprendían de memoria
del mismo cuaderno del maestro, que era el mismo
en el que éste había tomado apuntes para aprender
de memoria cuando era estudiante, se aprendían
canciones, poemas, a hacer diseños geométricos y se
hacía gimnasia, el método utilizado era la memoriza-
ción y la recitación colectiva. El médico del pueblo o
el del puesto de salud cercano a la escuela, dictaba las
nociones de higiene y el sacerdote o una monja daba
las clases de religión.
Los exámenes se constituían en el momento en el
que los estudiantes y maestros rendían cuentas a la
comunidad, debían demostrar que los estudiantes
sabían el programa de memoria y se hacían en forma
oral frente a sus padres y el director, cuando había, o
el inspector de educación.
Al finalizar el sexto año de primaria el alumno debía
manejar la pluma con habilidad, conocía cuatro tipos
de escritura (ligada, bastardilla, impresa y gótica). El
inspector vigilaba que el maestro se ciñera al progra-
ma trazado por el Ministerio de Instrucción Pública y
usara las guías para cada materia. En la escuela rural,
el cura daba su voto de confianza y el inspector, en su
visita anual, hacía una confrontación de lo aprendido
por los alumnos evaluando de paso al maestro, éste
debía ceñirse a las guías estrictamente y era excluido
del sistema el que fuese sorprendido hablando de otra
cosa a los estudiantes, de esa manera se controlaba a
los maestros liberales, considerados ateos y subver-
sivos.
La influencia de las congregaciones religiosas que
vinieron en el siglo XIX de Europa a fundar escuelas
privadas creó una élite educada con refinamientos es-
peciales al estilo europeo, se enseñaba el latín, el inglés
y el francés, la educación en estos establecimientos era
costosa y muy pocos podían pagar sus altos costos,
aunque algunas de ellas tuvieron escuelas para pobres
especializadas en artes y oficios tanto para niños como
para niñas, entre esas comunidades están: los herma-
13BREVE HISTORIA DEL CURRICULO Y LA FORMACIÓN DE MAESTROS EN COLOMBIA
nos maristas, los padres eudistas, los hermanos de la
Salle, las hermanas de la Presentación, las franciscanas
y los (las) salesianos(as), como también ciudadanos
particulares como: Agustín Nieto Caballero y los her-
manos Samper (1914), que introdujeron teorías de la
escuela nueva, Jhon Dewey, Adolfo Ferriere y Eduardo
Claparede, además de una sección preescolar anexa al
Gimnasio Moderno, basada en las teorías pedagógicas
de María Montessori (educación sensorial y el juego),
en universo a escala de los niños, mixta y con ense-
ñanza más clásica, que incluía uniforme para diversas
ocasiones a los estudiantes.
Sumado a los nuevos currículos con planes de estudio
más científicos, las acciones de estos colegios consis-
tían fundamentalmente en la disciplina, el horario, la
lección, la tarea, la obediencia, el silencio, el cansancio,
el hastío, aunque paralelo a esto se buscaba despertar
la curiosidad del niño y su espíritu de investigación
confiándole poco a la memoria.
Estos colegios pagaban menos a sus maestros, pues
los contrataban por horas. En 1930 del 30% de la
población que iba a la escuela primaria, el 7.5%
pasaba a la educación secundaria, por lo tanto a
ésta sólo tenían acceso una pequeña elite en todo el
país. En Bogotá estaba el 19.5% de los estudiantes
de secundaria de todo el país.
En 1904 el programa fijado en el Decreto 491 de
ese año era de bachillerato clásico que incluía:
lengua española, latín, francés e inglés, aritmética,
contabilidad, álgebra elemental, geometría plana,
física experimental, geografía e historia del mundo
y de Colombia, cosmografía elemental, retórica, re-
ligión y filosofía, la ley estaba orientada a respetar la
libertad de enseñanza y en 1905 los colegios debían
someter su plan de estudios y sus textos escolares a
la autorización del ministerio.
Ambien-te de las salas del museo en su etapa inicial
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
14 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
En 1916 el Ministerio de Instrucción Pública, im-
puso un número de horas mínimas de enseñanza
semanal para las materias principales y sometió
a su aprobación los reglamentos de organización
y disciplina de los colegios. Éstos además debían
poseer un laboratorio de física y otro de química y
respetar las normas generales de higiene.
En 1922 se fija un mínimo de 6 años de secundaria
para la obtención del bachillerato, los colegios con-
fesionales eran el 50% de todos los establecimientos
secundarios, un 40% de colegios laicos dirigidos
por colombianos y un 10% de colegios liberales
que hacían enseñanza en oposición a la tradicional
educación católica y colegios extranjeros laicos (nor-
teamericanos, alemanes e ingleses).
Los lasallistas y maristas se centraron fundamental-
mente en una educación clásica para las elites, los sa-
lesianos fundaron escuelas para pobres con formación
en artes y oficios, industrial y agrícola.
Los dominicanos (U. Santo Tomás y Nuestra Señora
de Rosario) se dedicaron a la educación superior para
la elite.
La Compañía de María funda en 1783, el Colegio Nues-
tra Señora de la Enseñanza y entre 1880 y 1889 se
fundan 33 colegios femeninos de comunidades como
las Betlehemitas, las Franciscanas de María Auxiliadora
y de María Inmaculada, las hermanas de San Vicente de
Paúl, las Josefinas de Tarbes, entre otras. La enseñanza
era religiosa, literaria, técnica y clásica, los planes de
estudio incluían: para los universitarios Derecho y
Medicina y para la educación secundaria materias
como francés, matemáticas y ciencias.
En 1916 se fundan la Universidad Republicana, el
Externado de Derecho y el Colegio Ricaurte, se crean
nuevos manuales escolares, se incluye la lógica y la
metafísica en la enseñanza.
En 1923 la Universidad Libre crea la carrera de Dere-
cho y un colegio anexo de secundaria fortaleciendo la
educación liberal laica.
Antes de 1920 las mujeres no tenían otra alternativa
que no fuera la educación religiosa, esencialmente su
plan de estudios comprendía lecciones diarias de doc-
trina católica, y de historia de la religión, instrucción
sobre moral con respecto al mal carácter, la mentira
o la desobediencia; además de la misa dominical y la
confesión mensual, ellas participaban en la prepa-
ración y realización de fiestas católicas, en obras de
caridad local, enseñanza del catecismo a los niños
pobres, asistencia a los enfermos, organización de
colectas, ventas o banquetes en favor de las misioneras
y los necesitados.
El objetivo curricular de estas instituciones era con-
vertir el bullicio en silencio, la indisciplina en orden,
los modales al estilo francés refinado y un respeto
extremo al evangelio; en esencia, el aprendizaje de
buenas maneras y algunos oficios nobles como: cortar,
coser y bordar en una materia llamada puericultura y
en algunos colegios se enseñaban rudimentos de deco-
ANTES DE 1920 LAS MUJERES NO TENÍAN OTRA ALTERNATIVA QUE NO FUERA LA EDUCACIÓN RELIGIOSA, ESENCIALMENTE SU PLAN DE ESTUDIOS COMPRENDÍA LECCIONES DIARIAS DE DOCTRINA
CATÓLICA, Y DE HISTORIA DE LA RELIGIÓN, INSTRUCCIÓN SOBRE MORAL CON RESPECTO AL MAL CARÁCTER, LA MENTIRA O LA
DESOBEDIENCIA.
15BREVE HISTORIA DEL CURRICULO Y LA FORMACIÓN DE MAESTROS EN COLOMBIA
ración, confección de pasteles, aparte de la enseñanza
de la lengua materna, matemáticas, historia y geogra-
fía; el futuro de aquellas mujeres era ser maestras de
primaria, costureras o monjas.
Los maestros hombres se formaban en las escuelas
Normales que desde 1910 contaban con cuatro años de
secundaria para obtener el título de maestro elemen-
tal y en otros con cinco años para obtener el título de
maestro superior, el programa constaba de 16 materias
en grupos, así:
• Formación ideológica: religión y moral
• Cultura general: instrucción cívica, historia, geografía
y ciencias naturales.
• Nociones de higiene
• Lengua materna
• Contabilidad
• Dibujo
• Canto
• Gimnasia
• Álgebra y geometría
• Trabajos manuales
• Rudimentos de agricultura
• Pedagogía teórica y práctica
Los docentes de secundaria no tenían una formación
específica como tampoco los docentes de las Normales,
la organización de las Normales (Escuela Normal Cen-
tral de Institutores), en 1923 consistía en un director,
un subdirector, un profesor de pedagogía (normal-
mente extranjero) y 21 profesores de otras áreas para
88 estudiantes, esto hizo que la mayoría de docentes de
secundaria proviniera del sector primario. En el censo
parcial de 1921, de 882 maestros censados, 242 tenían
título de maestro elemental o superior conferido por
una Normal y 640 no tenían formación pedagógica,
eran maestros empíricos formados en la práctica coti-
diana, nombrados por los gobernadores con el aval de
la Iglesia y un 65% lo constituían mujeres, pero tam-
bién había un alto porcentaje de religiosos oficiando
como maestros, algunos de ellos extranjeros. En los
colegios confesionales de mujeres, las monjas en su
totalidad eran las maestras, el ejercicio de la docencia
en secundaria, aunque no variaba en el método de
enseñanza, el plan de estudios sí se diversificaba
y el maestro gozaba de gran reconocimiento, pero
también había gran incidencia de otros profesio-
nales en la educación, las ciencias sociales en los
colegios privados y algunos públicos de ciudades
pequeñas eran dictadas por abogados que oficiaban
por horas en los colegios, los médicos lo hacían en
ciencias naturales e higiene, pero también políticos
y escritores en áreas como gramática, escritura y
lectura, también filosofía y lógica, todos ellos se
enorgullecían de dictar algunas horas semanales
de clase en algún colegio a falta de tener cátedra en
una universidad.
El Ministerio proveía los programas y guías para cada
una de las áreas y el maestro era como consecuencia
un ejecutor del currículo, los inspectores velaban por
que el maestro no se saliera del marco propuesto
desde el órgano rector. A finales del siglo XIX hubo
un esfuerzo estatal por hacer más práctica la educa-
ción, pero aún así la formación profesional era muy
difícil a principios de los años veinte, y en secundaria
la educación era insignificante, especialmente la que
tenía que ver con enseñanza industrial, comercial y
agrícola. En 1925 había inscritos en secundaria entre
1.500 y 2.000 alumnos en los establecimientos pú-
blicos y privados de formación profesional mientras
que había casi 25.000 en la enseñanza secundaria
clásica (M.E.N., Memorias 1920), eso ponía al país
en desventaja frente a otros países que incursionaban
en procesos tímidos de industrialización y producción
agrícola.
Para los pobres, existían después de algunos años de
primaria, la escuela de artes y oficios y los institutos
técnicos para los que tenían algún grado de educación
secundaria, la diferencia era curricular para las artes
y oficios, el aprendiz terminaba siendo sastre, técnico
agrícola, ebanista, herrero, cortador, cosedor, peluque-
ro y zapatero, para el técnico terminaba siendo electri-
cista, metalmecánico, minero, ceramista y dibujante o
constructor, cerrajero, metalúrgico y técnico en tejidos.
Este último se incrementó desde 1880 con la llegada al
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
16 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
país de telares a las cárceles, la élite antioqueña
que había complementado estudios en escuelas
de Norteamérica e Inglaterra, especialmente en
ingeniería civil, geología, agricultura y pedagogía
incluso con becas del Estado, buscó fortalecer la
educación técnica.
La Escuela de Minas de Medellín se creó en 1888
y fue la primera escuela superior técnica del país,
lo mismo las escuelas salesianas de artes y oficios;
para 1920, Bogotá contaba con una gran escuela de
artes y oficios, trabajos manuales y el taller nacional
de tejidos. Se hacía costura, bordado, confección de
sombreros y de flores, con un plan de estudios que
lo conformaban áreas como: catecismo, lectura,
escritura, rudimentos de cálculo, costura en general
y una especialidad en bordado o sombrerería. Estos
estudios duraban 5 años; para los varones hijos de
artesanos pobres, desde 1890 existía el Colegio León
XIII (salesiano) donde se formaban como herreros,
tipógrafos, carpinteros y sastres, para los más apre-
ciados o estudiosos, y zapatería, talabartería, encua-
dernación o fundición de caracteres para los no tan
juiciosos. En 1925 se crea en Medellín una escuela
taller de mecánica por los salesianos con un plan de
estudios que consistía en: catecismo, religión, cultura
general y talleres prácticos; en 1905 se había fundado
el Instituto Técnico Central con planes de estudio que
comprendía materias como: álgebra, trigonometría,
cálculo, geometría descriptiva y analítica, tecnología
y diseño técnico, física industrial, mecánica, química,
electricidad, topografía, croquis y planos, cosmografía,
mineralogía, arquitectura, higiene industrial, instruc-
ción cívica, apologética y filosofía, además inglés y
trabajos prácticos de taller con un título de ingeniero
práctico especializado en mecánica, electricidad o
textiles. En 1908 se transforma la escuela de comercio
nacional con un plan de estudio compuesto de matemá-
ticas, contabilidad, francés e inglés, escritura, moral y
religión, se hacían pruebas mensuales de composición
escrita, se evitó la memorización, en 1920 se crea otra
escuela nacional en Barranquilla, en 1924 se funda la
escuela nocturna anexa a la Universidad de Cartagena,
en 1925 en Cúcuta se funda una escuela de telegrafistas
para mujeres, después surgen las escuelas Remington
muy conocidas por la época por la inclusión de las
máquinas de escribir y la formación para su manejo.
En 1918 en Tunja, el Colegio de Boyacá creó la carrera
universitaria de agronomía, que no era muy atractiva
para los jóvenes de la época, se inició con 18 estu-
diantes becados, mientras que el Colegio San Antonio
incluyó para niños pobres una sección agrícola en
Bogotá, con un currículo que comprendía técnicas
básicas como preparación de suelos, abonos, semillas,
cuidado de plantas entre otras (M.E.N, Memorias
1918, 1924,1928, p. 315). Se incrementó el estudio y
producción del gusano de seda y la sericultura, pero
fracasó en los años veinte.
Entre 1924 y 1926 se traen consejeros extranjeros,
así llegó la misión pedagógica alemana (la segunda,
la primera había llegado en 1870), redactaron la Ley
en 1925, propuso para atacar el analfabetismo la fór-
mula de educación obligatoria, pero escuela libre, a lo
que se opuso el clero, el bachillerato comprendía tres
años de estudio y se dividía en humanidades, ciencias
y comercio, pero ubicaba a la mujer en el hogar y
crearon para la mujer la enseñanza doméstica de dos
años posterior a los estudios básicos de primaria. El
proyecto fracasó en sus dos intentos por el conflicto
entre los liberales y el clero.
En 1929 se contrató una misión militar Suiza para
reorganizar el ejército colombiano, se planteó la
enseñanza en los institutos militares (Informe del
ministro de guerra al Congreso, 1929). Un hecho im-
portante fue la visita de Ovide Decroly al Gimnasio
Moderno en 1925, quien planteaba no considerar a
los niños como adultos en miniatura sino como niños
integrales, atacando la memorización y la disciplina
excesiva que volvían pasivos a los alumnos, planteaba
una pedagogía en tres etapas: La observación por el
niño, de la realidad y su entorno; la asociación entre
estas observaciones y la teoría; y la expresión tanto oral
como escrita o manual de los conocimientos adquiri-
dos a partir de las dos primeras fases. Se favorecía así
la creación de centros de interés orientados hacia las
17BREVE HISTORIA DEL CURRICULO Y LA FORMACIÓN DE MAESTROS EN COLOMBIA
actividades esenciales del hombre como alimentación,
trabajo y vestido. Con el método de la globalización(M.
E.N., El Doctor Decroly en Colombia, Bogotá, 1932,
pp. 145-150), el método Decroly en 1936 se adoptó ofi-
cialmente, después con la venida de la alemana Fran-
cisca Radke, y se impulsó en el Instituto Pedagógico
Femenino un plan de estudios que incluía la enseñanza
de la música clásica anexándose una escuela primaria
para las prácticas de los docentes, igualmente se trae
un piano, un aparato para diapositivas para enseñar
historia del arte y aparatos para gimnasia, se acentúo
la aritmética y las ciencias con adecuación de labora-
torios, las nuevas maestras se formaron en el respeto
a la cultura alemana y europea (M.E.N., Memorias de
1927, p. VI), funcionó muchos años como internado,
se consolidó como el único instituto que dio educación
superior tanto intelectual como científica a las jóvenes
colombianas.
Las reformas de 1927, la de 1931-32, y la de 1936; cons-
tituyeron reformas tímidas, parciales y graduales a la
instrucción pública, el currículo tradicional no se vio
alterado, el concordato con la Iglesia pesaba mucho,
el sistema educativo carecía de estabilidad y unidad,
en esencia el currículo tenía como objetivo la instruc-
ción intelectual, moral y religiosa, cívica y física, los
niños nacidos a partir del año 1926 serían sometidos
obligatoriamente a un examen de conocimientos
elementales, la Ley de 1927 establece el bachillerato
especializado de tres años luego de cuatro de estudios
primarios, la reforma de 1932 incrementa los cursos
de actualización para maestros y las campañas de hi-
giene y alimentación, se hace el recambio generacional
salen del sistema los maestros viejos y entran maestros
formados con el método de escuela-nueva, lo que su-
ponía un cambio cualitativo en la educación. Pero no
fue así, se estabiliza la escuela única de cuatro años y
la escuela complementaria de dos, pero ésta reforma
no fue aplicada, sigue la división entre escuelas rurales
y urbanas, aunque se dota a las escuelas de un terreno,
de taller y de útiles. Con esta reforma se crea la facultad
de educación anexa a la Universidad Nacional.
Se crean especialidades de pedagogía, historia y geo-
grafía, química y física, biología, filosofía y letras, ma-
temáticas, lenguas extranjeras, aunque por presupuesto
Colección permanente del MAC, expuesta actualmente.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
18 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
sólo se abrió una facultad con pedagogía, historia y
geografía; en el Gimnasio Moderno se comenzaron
a dar cursos de perfeccionamiento de inspectores y
directores de colegios.
En Boyacá la Escuela Normal obtuvo el nivel de
Facultad de Educación en 1934 (M.E.N., Memorias
de 1934, pp.114-115), sin embargo la Facultad de
Educación de Bogotá se acabó en 1935.
Para la época, la única revista de educación que se
editó tenía artículos que trataban por ejemplo sobre
la escuela rural, los restaurantes escolares, higiene,
alfabetización o la escuela activa.
En 1934 el Ministerio de Educación convocó en
Bogotá una Conferencia Nacional del Magisterio,
la anterior había sido en 1917, la discusión se centró
en la salud y fortificación de la raza (herencia de la
influencia alemana), el analfabetismo, la protección
de la infancia y la creación de una escuela primaria
nacional, la escuela primaria debería ser renovada,
única, gratuita, obligatoria, democrática y selectiva a
la vez, defensiva y humanizadora (Educación, segundo
año No. 11, de julio 1934, p. 322). Aquí en este plantea-
miento se sigue el ejemplo de México y Perú, de una
escuela fundada sobre su cultura popular y su folclor,
adaptada a las características del país.
Un salto importante se dio con el gobierno de López
Pumarejo; en este período, de las clases medias se
formaron gerentes, técnicos, funcionarios, contadores,
diplomáticos, administradores, soldados, aviadores y
empleados, se da entonces una educación técnica y
científica en todos los niveles, las mujeres podrían
ingresar a todos los niveles de la educación en la misma
medida de los hombres, se crean los liceos nacionales
de secundaria gratuita, la Universidad Nacional se
amplía y se construye la ciudad universitaria, se incre-
menta la gimnasia en la enseñanza primaria y secun-
daria, se crea el Instituto Nacional de Educación Física
destinado a la formación de maestros en el área.
Sin embargo en este gobierno, hubo ministros tan
nefastos como don Jorge Zalamea que escribió: “El
pueblo rural no solicita escuela... no la necesita y no
le serviría para nada” (M.E.N., Comisión de cultura
aldeana, 1935).
El currículo siguió igual para la primaria y la secunda-
ria, con nociones de higiene, moral, trabajo, religión,
historia y geografía, la innovación fue la inclusión de
la gimnasia.
Cuando Agustín Nieto Caballero fue Director de Ins-
pección Nacional, se oficializa el método de los centros
de interés en algunas escuelas públicas basado en
Decroly y constaba de:
• Primer año: vida familiar y escuela
• Segundo año: vida de la aldea, del barrio o de la
ciudad
• Tercer año : El municipio y el Departamento
• Cuarto año: Colombia.
Partiendo de las nociones de higiene, moral y trabajo
permanente, el interés del niño se orientaba hacia la
EN 1934 EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN CONVOCÓ EN BOGOTÁ UNA CONFERENCIA NACIONAL DEL MAGISTERIO, LA ANTERIOR
HABÍA SIDO EN 1917, LA DISCUSIÓN SE CENTRÓ EN LA SALUD Y FORTIFICACIÓN DE LA RAZA (HERENCIA DE LA INFLUENCIA
ALEMANA), EL ANALFABETISMO, LA PROTECCIÓN DE LA INFANCIA Y LA CREACIÓN DE UNA ESCUELA PRIMARIA NACIONAL.
19BREVE HISTORIA DEL CURRICULO Y LA FORMACIÓN DE MAESTROS EN COLOMBIA
formación de la sociedad y de la economía, hacia la
religión, la historia y la geografía, la observación de
la realidad a través de paseos, excursiones y visitas a
sitios de interés (Dirección Pública de Cundinamarca,
Circulares a los maestros del Departamento, Bogotá,
1936).
Una de las primeras revistas infantiles creadas por el
M.E.N. fue la revista Rin-Rin, que mediante canciones,
poemas, historias y textos descriptivos buscaba que
los niños amaran su patria, la agricultura y la minería;
alcanzó 10 números en 1936.
Con respecto a la enseñanza de los idiomas, el latín
fue optativo, el interés recayó en el francés y el inglés,
también las matemáticas y las ciencias naturales, la
religión se adscribió a un campo de estudio titulado
ideología que desaparecía en la secundaria dejando
en cambio clases de lógica y ética en el cuarto año,
psicología en quinto año y filosofía en sexto año.
De igual forma el plan de estudios incluía gimnasia,
educación cívica, dibujo, música y trabajos manuales
(M.E.N., Memorias de 1935, pp. 106-107).
En los años 50 la escuela pública rural alterna estaba
conformada por dos años de estudio con un plan de
estudios que comprendía: lectura, escritura, cálculo,
religión, costura (niñas), jardinería (niños), instruc-
ción cívica, buenos modales y gimnasia.
La escuela rural para niños y niñas era de cuatro años
con un plan de estudios igual, pero además lengua
española, historia y geografía de Colombia, ciencias
naturales y geometría, trabajos manuales y economía
doméstica.
La escuela urbana tenía cinco años, además de lo an-
terior, gramática, redacción, ortografía, dibujo y canto
(Decreto No.3468 de 1950, en M.E.N., Educación
Colombiana, 1959, pp 521-524).
En la escuela secundaria fue importante el desarrollo
de los colegios técnicos industriales que incluían en los
cinco años de estudio para el diploma de experto,
materias como: electricidad, motores, metalurgia,
construcción y dibujo técnico. En 1954 comienza
a funcionar el ICETEX, tomó forma la idea de la
colaboración entre el M.E.N. y la industria (em-
presas) y en Antioquia se crea el Servicio Nacional
de Aprendizaje, SENA (Auroi, 1978, p. 348) en
1957, basado en el SENAI Brasilero, con planes de
estudio como: cultura general, lenguas extranjeras,
comercio, motores, electricidad, construcción, man-
tenimiento de máquinas, labores de oficina, ventas,
administración y gerencia.
A partir de los años 60 el plan de estudios se ha di-
versificado en cantidad de áreas y en las temáticas,
los avances de las comunicaciones, las Nuevas Tec-
nologías de Información y Comunicación, NTIC, y en
particular la Internet, han desbordado la posibilidad
de acceso al conocimiento. Desde esta época, se empe-
zó a obligar en los colegios privados la matrícula en el
Kinder para iniciar la educación primaria, ese kinder
se transformó en preescolar y abarcó paulatinamente
tres años ( pre-kinder, kinder y transición), con planes
de estudio de prelectura, pre-escritura, pre-matemáti-
ca, desarrollo de motricidades entre otros. La escuela
pública lo incluyó posteriormente como el grado 0, La
escuela primaria se unificó en cinco años y la secunda-
ria en seis, tuvo además el advenimiento de materias
como: cátedra Mutis, cátedra Bolivariana, ética, esté-
tica, comportamiento y salud, trigonometría, cálculo,
educación para la democracia, química, física, valores
humanos, tecnología, informática, música, actitudes
comportamentales, físico-química, educación física y
deportes, talleres de expresión, laboratorio, comprensión
lectora, robótica y modelos, teatro y artes plásticas.
En cuanto a la concepción de currículo, en esta des-
cripción histórica podemos percibir que hasta los años
sesenta se mantuvo la estrecha relación del concepto
de currículo, ligada y reducida al plan de estudios, por
otro lado las editoriales se dedicaron, interpretando la
ley, a publicar textos con contenidos que incluían obje-
tivos, métodos, propuestas de talleres y mecanismos de
evaluación.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
20 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Desde los años setenta y hasta hoy el concepto de
currículo evolucionó del currículo por objetivos al
currículo por procesos y de ahí a su relación con el
concepto de cultura, el maestro tradicionalmente
mero ejecutor de currículo tiene hoy la posibili-
dad de ser diseñador del mismo, esto ligado a un
proceso de formación permanente, este proceso
lo potenció su ingreso a la educación superior, el
paulatino aumento de facultades de educación y que
mediante la autoformación llegue a ser un intelec-
tual y un investigador social y pedagógico.
De esta manera el maestro tiene la oportunidad de
pasar de ser un simple administrador y ejecutor de
currículo a rescatar su autonomía, al saber qué en-
seña y cómo enseña, y determinar los criterios según
los cuales considera una enseñanza mejor que otra,
así deja de ser controlado en su hacer por el Estado,
los expertos y los programadores.
vo-actividad-evaluación, podrá ser clara para quienes
pensaron, discutieron, planearon y escribieron los
programas, es decir para los programadores, pero para
el maestro esa conexión se convierte en una sucesión
de eventos de instrucción, para adquirir un repertorio
de comportamientos, actitudes, conocimientos, apti-
tudes y destrezas, o sea un repertorio de conductas”(
Bazante, 1995).
Con las nuevas concepciones de currículo, la relación
social pedagógica genera una interacción directa entre
personas y una posibilidad siempre abierta a que lo
no previsto irrumpa y sea incorporado al proceso de
enseñanza, dependiendo radicalmente del sentido
que tenga para los involucrados, afectando el rum-
bo, la intensidad, la perseverancia y el compromiso
con la actividad, decidiendo de paso la calidad de la
educación.
El currículo interpretado como plan de estudios
sólo presentaba un listado más o menos coherente
de contenidos mínimos para cada nivel escolar, es
decir especificaba en términos generales lo que debía
enseñarse, “El qué”. La injerencia de las editoriales
formuló los contenidos de manera precisa con objeti-
vos conductuales, indicando en detalle con actividades
sugeridas y con el imperativo de cumplir los objetivos
señalados, en el tiempo indicado y un indicador de
evaluación que mide cómo se debe enseñar y evaluar
cada contenido. Así, la conexión de fondo entre “objeti-
Cabría preguntarse con respecto al currículo actual, si
realmente es un currículo abierto, dinámico y flexible.
Cuando está montado en una rígida estructura que
otrora respondía a objetivos taxativamente fijados,
después al desarrollo de competencias, estándares
y hoy al desarrollo de habilidades que no superan el
más excelso retoño del matrimonio Skinner-Taylor
(Rodríguez, 2005), hoy el peligro consiste en convertir
al maestro en experto en modificación de conductas,
en un ejecutor de la intencionalidad del currículo
actual de incrementar la eficiencia educativa, es decir
EL MAESTRO TIENE LA OPORTUNIDAD DE
PASAR DE SER UN SIMPLE ADMINISTRADOR Y EJECUTOR
DE CURRÍCULO A RESCATAR SU AUTONOMÍA, AL SABER QUÉ ENSEÑA Y CÓMO ENSEÑA...
21BREVE HISTORIA DEL CURRICULO Y LA FORMACIÓN DE MAESTROS EN COLOMBIA
separar radicalmente concepción y ejecución, que unos
piensen, decidan y planeen y otros ejecuten.
Se hace necesario entonces, como una vía para contra-
rrestar la baja calidad de la educación, la autoforma-
ción del maestro, el desarrollo de estrategias básicas
que respondan al qué, al cómo, del currículo; otra que
atienda al con qué, los medios técnico didácticos y la
tercera, con quiénes, los maestros, pero formados,
propositivos, anticipatorios, es decir en un proceso
de permanente autoformación que los convierta en
intelectuales.
Se necesitan maestros reflexivos, que discutan, pla-
neen, redacten y ejecuten programas curriculares
contextualizados local y culturalmente. Asumir la
totalidad del proceso educativo en sus etapas de re-
flexión, discusión, planeación, redacción y ejecución,
es sin embargo una responsabilidad compleja y difícil
para los maestros, pero es la posibilidad que tenemos
los educadores para recuperar nuestra identidad
profesional, nuestra responsabilidad socio cultural y
nuestra dignidad intelectual (Ibidem). Autoformación
significa, permanente exigencia de profesionalización
y formación, educarnos para poder enseñar, es decir
de manera permanente, trabajar en equipo y rescatar
el papel de la experiencia como fuente de saberes
prácticos, como materia prima importante para la
reflexión pedagógica (Ibidem). Es urgente entonces
que los maestros como intelectuales forjemos la cons-
trucción colectiva de currículos contextualizados, sólo
así dejaremos de ser ejecutores del mismo.
BIBLIOGRAFÍA
Libros:AUROI, Claude (1978). El SENA, Servicio Nacional de Aprendizaje de Colombia. Paris-
Geneve, Ed. SENA.BAZANTE, Gerardo (1995). Investigando el Currículo practicado. Bogotá D. C., Ed.
Guadalupe Ltda.GIROUX, Henry (1988). Los maestros como intelectuales, hacia una pedagogía crítica
del aprendizaje. Barcelona, Paidós.HELG, Aline (1986). La educación en Colombia. 1918-1957. Bogotá D. C., Presencia
Ltda.MAGENDZO, Abraham (1986). Currículo y cultura en América Latina. Santiago de Chile,
Ed Pie.STENHUOSE, Laurence (1984). Investigación y desarrollo del currículo. Madrid, Morata.ZULUAGA, Olga L. y ECHEVERRI (1990). Currículo y maestros. Bogotá D. C., Magisterio.
Documentos:BAZANTE, G. (1995) Del currículo practicado al currículo construido por los maestros.
DIE-CEP.Circulares a los maestros del Departamento. (1936)Decreto 1379 de 1934. Educación ColombianaDecreto 3468 de 1950. Educación Colombiana Ley 115 de 1994. Ley General De Educación.Ministerio De Guerra. (1929).Informe del Ministro de Guerra al Congreso.Ministerio De Educación Nacional Memorias (1918-1924-1927-1928-1929-1930-
1932-1934-1935-1936). P. VI.RODRÍGUEZ, O. (2005) Reflexiones fundamentales para las innovaciones curriculares
1993-2003. DIE-CEP.
NOTAS
1 Gaspar Astete, sacerdote jesuita español que editó por primera vez su libro en 1599 y se editó unas 600 veces en los siguientes siglos.
2 Se dictaba con el manual de urbanidad de Manuel A. Carreño.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
22 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
LAS TEORÍAS DEL CURRÍCULO:
Panorámica desde la que
se pueden observar las tres plantas del MAC ac-tualmente.
23
favamova@hotmailSicóloga de la universidad Incca, Licenciada en Psicopedagogía de la U. Pedagógica, Magíster en Administración y Supervisión
Educativa U. Externado, Profesora especialización ambientes de aprendizaje, Uniminuto.
FANNY MORALES V.
R E S U M E N
El currículo se ha convertido en las ultimas décadas en objeto de preocupación para los especialistas en el campo de la educación virtual. La intención de dar respuestas al problema de la planeación y diseño curricular desde las teorías del currículo permite identificar unas tendencias particulares que orientan el trabajo del diseñador de aulas virtuales al proponer estrategias interactivas de comunica-ción, en forma rápida, al presentar formas de selección de contenidos ajustados a los requisitos de una instrucción, al favorecer estrategias colectivas de evaluación y novedosas maneras de acceder a la comunicación e información.
Palabras clave: Planeación curricular, diseño curricular, tutor virtual, currículo investigativo.
A B S T R A C T
The Currículo has become in the last decades in object of preoccupation for the specialists in the field of the virtual education. The intention to give to answers to the problem of the planning and curricular design from the theories of currículo allows to identify particular tendencies that orient the work of the designer of vir-tual classrooms when proposing interactive strategies of communication, in a fast form, when presenting forms of selection of contents fit to the requirements of an instruction, favoring collective strategies of evaluation and new ways to accede to the communication and information.
Key words: Curricular planning , curricular design, virtual teacher, investigative curriculo
Su aplicación en la educación virtual
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
24 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
econocer que hoy la posibili-
dad de generar aprendizajes
estratégicos para el desarrollo
de competencias: “Aprender a
aprender”, constituye en una
demanda del siglo XXI, es legitimar la incursión
en propuestas de aprendizaje que estén soportadas
por la utilización de las Nuevas Tecnologías de In-
formación y Comunicación, NTIC.
En el escenario de la globalización algunos autores
han referido sus teorías a contextualizar estas nue-
vas demandas, que han influido de forma radical
en el currículo. Se pretende entonces hablar del
currículo globalizado en el campo de la educación
virtual, debido específicamente a la evolución social
en materia de la globalización, la flexibilidad y las
telecomunicaciones. Se interpreta entonces como De
Zubiría lo afirmaría, que “l a sociedad en su conjunto,
le plantea a la escuela nuevas demandas, entre las cua-
les están el desarrollo del pensamiento, la formación
valorativa, la compresión lectora y la creatividad” (De
Zubiría, 2006, p. 31). Contexto que obliga de forma
permanente a docentes y profesionales en el campo
de la educación virtual también a contextualizar el de-
sarrollo de ciertos hábitos y desempeños, que inducen
a la formación de competencias funcionales, digitales,
computacionales que apoyen todos los procesos cog-
nitivos e instrumentales.1
Uno de los enfoques y teorías del currículo que permite
dar cuenta del desarrollo de estas competencias es el de
la tecnología de la educación, el cual se ha convertido en
el enfoque curricular que ha legitimado la mayoría de
los planteamientos que han dado forma a los procesos
de racionalización de la acción educativa. Puede ser
entendida como el desarrollo de un conjunto de técnicas
sistematizadas complementadas con conocimientos
prácticos para el diseño, validación y operacionalización.
Este enfoque además ha retomado como principio cen-
tral el análisis y la resolución de problemas, en términos
de eficiencia.
Este modelo de tecnología aprueba el aprovechamien-
to técnico del conocimiento o la aplicación tecnológica
del conocimiento teórico, para llegar a la racionaliza-
ción de los medios y fines de la educación, desde este
punto se percibe una mirada instrumental.
Desde la perspectiva del desarrollo curricular se abor-
da por tanto el concepto de planificar racionalmente
un curriculum, lo que implica definir unos fines y una
caracterización de los mismos que se dará una vez se
hayan definido los medios.
La funcionalidad de este enfoque racional del currículo
está interpretada por la definición de unos objetivos,
conjunto de actividades y métodos, por la transfor-
mación de los procesos comunicativos de la enseñanza
en procesos técnico instrumentales y por introducir
criterios valorativos científicos-tecnológicos como fun-
damentos de las decisiones, la elección de los medios
y por último de los diseños curriculares.
Factores como: el estado inicial del sujeto, el com-
ponente pedagógico, las influencias del entorno, los
objetivo de enseñanza y estado final que se pretende
lograr, no pueden llegar a ser reducidos desde este
enfoque curricular; todo lo contrario, se requiere dar
prioridad a lo pedagógico sobre lo tecnológico.
El currículo “ha estado centrado en el objeto de co-
nocimiento” (ciencia, tecnología, técnica, artes), y no
tanto en atender al desarrollo integral del individuo
(ético, moral, social, político, emocional, deportivo,
humor), ni en los requerimientos sociales, las necesi-
dades y problemas del contexto (políticos, económicos,
culturales e históricos).
Este es un problema que tenemos que enfrentar y no
podemos hacerlo al margen de nuestra propia teoría
de la educación, de la cultura, de la pedagogía, del
currículo y de la didáctica, es decir, no podemos hacer
rediseño curricular al margen de una teoría curricu-
lar que sirva de mediación entre el pensamiento y la
acción. “El diseño curricular es un modelo o esquema
de explicación de algo que previamente ha sido conce-
R
25TEORÍAS DEL CURRICULO: SU APLICACIÓN EN LA EDUCACIÓN VIRTUAL
bido. De nada sirve el esquema de diseño si no se tiene
qué expresar a través de él. Ese modelo de diseño surge
es en un contexto evaluativo (diagnóstico), histórico,
cultural, político, ético e institucional dando origen a
la contextualización curricular.”2
Un modelo de desarrollo curricular comienza con la
determinación del producto a ser logrado; basándose
en este producto deseado, la intervención instructiva
más efectiva y eficiente puede ser identificada y desa-
rrollada. Por tanto, “la consideración racional de un
currículo demanda la clarificación de los fines, previa
a la determinación de los medios apropiados, pues
sin la seguridad de los fines la significatividad de los
medios como medios no puede ser captada” (Gardner,
1993, p.84).
Por tanto, es importante que en la estructura curricular
se presenten los objetivos generales y terminales al
estudiante antes de iniciar el curso virtual, es primor-
dial que estos objetivos se puedan observar, registrar
y evaluar en forma permanente por el tutor virtual; de
esta forma se convierten en objetivos operativos. Una
vez se tenga definido esta fase del currículo, se presen-
tan los temas, las actividades, medios, cronograma de
curso y evaluación.
Desde la experiencia personal, el diseño instruccional3
ha orientado al estudiante a medir de forma objetiva
sus avances y retrocesos, permitiendo que él interactúe
con el tutor, explore los contenidos programáticos del
curso virtual, reprograme su tiempo para alcanzar los
objetivos del curso. Así, esta forma de planeación cu-
rricular está muy ligada a los objetivos iniciales y a los
que debe llegar el estudiante virtual. Cada contenido
programático debe asegurar la definición de estrate-
gias de autoaprendizaje por parte del estudiante; por
lo tanto, a aquellos contenidos programáticos le debe
seguir unas instrucciones en términos de rendimiento
del tiempo, calidad de los trabajos, eficiencia en la
participación de las actividades (es importante el re-
gistro cuantitativo) y metodología para el uso correcto
del aula virtual.
También es posible asumir que un desarrollo de
competencias debe estar acompañado de toda una
propuesta curricular donde los actores sean quienes
puedan interpretar sus habilidades sociales, cogni-
tivas y culturales entre otras. Desde esta perspectiva
se asume que el desarrollo curricular para una edu-
cación virtual debe estar mediado por una teoría del
currículo desde la práctica del currículo.
En toda practica social, los sujetos se apropian de
una actitud reflexiva, interpretativa y crítica de la
realidad social, cultural, de su cotidianidad, de su
contexto virtual. Desde este último, el sujeto es
capaz de incrementar las competencias comunica-
tivas. Ya Moore, al referirse al concepto de distancia
transaccional, argumentaba que en los programas de
educación a distancia, se clasifican por el grado de
comunicación y necesidades del estudiante (Citado
en Galarza, 1996, p.5). Se percibe por tanto que en
estos programas se puede encontrar un alto grado
de diálogo. Explica también que “la estructura de un
programa es importante porque debe cubrir todas las
posibles interpretaciones incorrectas, dejando abierta
la oportunidad para que exista un diálogo entre el
instructor y el estudiante” (Ibíd.).
En un proceso educativo virtual, es posible encontrar
un nivel de coordinación entre las actividades que pro-
pone el tutor y las que debe realizar el estudiante; por
tanto, toda acción educativa se realiza como procesos
comunicativos en los cuales las motivaciones, las ex-
pectativas, interpretaciones y valoraciones interactúan
de forma dinámica. El currículo es construido desde el
intercambio que puedan realizar estos actores. Es una
acción que busca propiciar espacios de aprendizaje en
competencias, donde el apoyo de las NTIC ofrece una
nueva forma de encuentros comunicativos: correos
electrónicos, chat, la videoconferencia.
Una propuesta curricular desde esta teoría práctica im-
plicaría que los estudiantes estudien el tema a tratar antes
del encuentro virtual con los tutores. Deben enfrentarse
sin intermediarios al material de estudio. Durante la
interacción con el tutor, se espera que los estudiantes se
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
26 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
desempeñen como interlocutores informados y ca-
lificados (Requerimientos en accesos bibliográficos,
materiales de estudio, software académicos, chat,
correos electrónicos, páginas virtuales, bibliotecas
virtuales, sitios web, etc.) es importante que sus
hallazgos sean presentados al tutor a través de una
cátedra libre virtual, en la cual podrán participar
todos los estudiantes, con los tutores. Después de la
sesión, el estudiante asume tareas para ampliar la
información y consolidar los aprendizajes.
Desde un diseño curricular que permite asumir la
reflexión de una realidad social, cultural y virtual, el
aula virtual debe preparar al estudiante para el in-
cremento de habilidades lingüísticas, competencias
interpretativas y trabajo de campo. Esta situación
promueve que el estudiante virtual esté motivado
de forma permanente para la discusión, se crea un
ambiente de aprendizaje amable e interactivo, el
estudiante comienza a identificar las estrategias que
le permiten agrupar información, aclara situaciones.
De la misma forma identifica mapas y rutas de nave-
gación que tengan una interacción dialógica. Es en
este momento en el cual el currículo debe proveer,
tanto en sus contenidos como en las estrategias de
aprendizaje, posibilidades de orientar las discusiones
a partir de situaciones de simulación.
La coordinación de las acciones implica que los proce-
sos educativos y las actuaciones se conforman según
las respuestas activas de los sujetos a las demandas
interactivas del medio educativo en general. Hay una
relación dialéctica entre el conocimiento de la realidad
y la dinámica de los procesos educativos. Cada encuen-
tro virtual es un problema de acción nuevo.
Ahora bien, desde cualquiera de estas teorías del currí-
culo, el tutor siempre se va a ver enfrentado a escoger
la mejor manera de seleccionar los medios adecuados,
ya sean informáticos (pagina web, biblioteca virtual,
foros y conversaciones electrónicas) y telemáticos (au-
dio conferencia, videoconferencia). La selección de los
medios es sólo un paso en la estructuración curricular
de un curso virtual, por cuanto se debe partir de una
caracterización inicial del mismo, enfocada a conocer
la pertinencia del curso a implementar.
Como en la educación tradicional, desde el currículo
específico, se debe hacer una estructura de contenidos
a enseñar teniendo en cuenta las preguntas funda-
mentales en todo proceso de planeación curricular.4 El
resolver cada uno de estos interrogantes va a permitir
que quien administra el curso virtual centre su interés
en los contenidos, en el contexto, en los estudiantes y
en los proyectos pedagógicos. Esta situación favorece
al tutor, a quien diseña un curso virtual que seleccione
los medios, a su vez debe estar acompañada en el cono-
cimiento de la temática y las didácticas específicas que
puedan ayudar a facilitar la tarea. De un buen diseño
curricular dependerá en gran parte el aprendizaje.
La mirada evaluativa en la educación virtual permite
entender que es un constitutivo permanente, porque
no se realiza en un breve lapso de tiempo, aislado de la
experiencia interactiva entre el tutor virtual y el estu-
diante. En un curso virtual se configuran eventos en los
que el estudiante debe conocer las opiniones, analizar
situaciones, discutir, buscar acuerdos y repensar el
desarrollo de situaciones concretas. Por tanto, diseñar
estrategias evaluativas que involucre los estudiantes
virtuales en discusiones o foros se convierte en un
recurso muy acertado.
El diseño de actividades, ejercicios y talleres en los
cuales el estudiante manifieste sus habilidades pero
que al mismo tiempo los perciba como retos para
su formación, es la mejor forma de proponer una
evaluación basada en ejecuciones que dentro del
diseño instruccional del currículo permite además al
docente evaluar la habilidad y destreza desarrollada
por el estudiante al pedirle que realice tareas que las
requieran; el estudiante virtual debe ejecutarlas con
conocimiento y no sólo recordando. La búsqueda de
información en una base de datos, la elaboración de
síntesis, los mapas conceptuales, los mentefactos y
ejercicios de simulación se constituyen en actividades
que le permiten al tutor virtual observar al estudiante
en plena labor de ejecución.
27TEORÍAS DEL CURRICULO: SU APLICACIÓN EN LA EDUCACIÓN VIRTUAL
Diseñar instrumentos en los que el estudiante, me-
diante una reflexión sobre sus propias prácticas,
consigne sus métodos para estudiar, el manejo que
hace de tiempos y espacios, la búsqueda de material
informativo, y los distintos saberes en relación con el
currículo, se convierten en una especie de autobiogra-
fía académica.
En la última década, se ha centrado el interés en algu-
nos teóricos por incrementar el uso del portafolio en
la educación tradicional, convirtiéndose en una forma
de facilitar al estudiante para que regule las acciones
de su proceso de aprendizaje, es decir que facilite al
estudiante una mayor reflexión sobre sus adelantos
académicos, recopila a través de unas carpetas todo
el historial del sujeto en su proceso educativo. Es un
instrumento adecuado para que el maestro visualice el
desarrollo de las competencias de los estudiantes.
Algunos autores definen el portafolio como una “co-
lección de trabajos del estudiante que nos cuenta la
historia de sus esfuerzos, su progreso y logros en un
área determinada. Esta colección debe incluir la par-
ticipación del estudiante en la selección del contenido
del portafolio, las guías para la selección, los criterios
para juzgar méritos y la prueba de su autorreflexión”
(Arter y Spandel, citados por Klenowski, 2005, Ca-
pítulos 3 y 5).
Cada estudiante recogerá evidencias de su aprendizaje
utilizando un hilo conductor5 que las organice y les de
sentido. La selección debe estar acompañada de una
reflexión sobre el valor que tienen esos documentos
para cada uno. En una propuesta virtual se puede lo-
grar que los estudiantes aprecien el valor de recolectar
sus trabajos, que entiendan qué pueden aprender por
el hecho de guardar y revisar sus tareas y que tienen la
oportunidad de cuestionarlas y repetirlas. El estudiante
sabe que es su responsabilidad demostrar los aprendi-
zajes realizados y se sienten mucho más inclinados a
leer y actuar tras los comentarios del tutor virtual.
Por último, el abordaje del currículo para aprender
desde la educación virtual debe asumirse desde el cu-
rrículo investigativo6, desde la educación virtual implica
reflexiones sobre la forma de utilizar la información y co-
municación en la construcción de nuevos conocimientos,
lo que induce a definir los contenidos no desde unidades
temáticas, sino paquetes instruccionales que permitan
articular didácticas que promuevan los encuentros en-
Coctel de inau-guración de una de las muestras realizadas en el MAC en sus pri-meras décadas.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
28 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
tre profesionales, tutores y estudiantes virtuales.
Cuando se aborda por tanto el currículo investiga-
tivo, toda propuesta de generar recursos educativos
telemáticos e informativos debe promover el desa-
rrollo de competencias cognitivas donde el sujeto
explore conocimientos; por tanto, estrategias como
el archivo de textos, las imágenes y la base de datos
se convierten en herramientas potenciales para la
generación de investigaciones.
Corresponde por tanto la conformación de grupos
de investigación que promuevan estudios frente
a los requerimientos y hallazgos de la exploración
curricular, el diseño de mapas de navegación, la
detección de dominios cognitivos y la formulación
de nuevos estilos de aprendizaje.
Así pues, desde este enfoque de planificación se in-
siste en la capacidad del tutor virtual para ser capaz
de detectar problemas y solucionarlos. El diseño
curricular o programación de la enseñanza se realiza
desde un proceso de investigación, en la medida que
supone la experimentación, elaboración de hipótesis,
refutaciones, confirmaciones y conclusiones.
Propiamente en el campo de la educación virtual en
el diseño curricular se debe incluir una línea de in-
vestigación que permita al tutor y al estudiante virtual
realizar aportes de forma permanente. Esta línea de
investigación debe salir de la evaluación del impacto
del curso virtual, no puede concebirse de otra forma
la definición de aquella, porque es en los escenarios
y espacios virtuales donde de forma globalizada el
proceso de aprendizaje se desarrolla en un tiempo y
espacio determinado (currículo globalizado).
Uno de los resultados de concebir el currículo desde
esta teoría es la incursión de nuevos temas investiga-
tivos, entre éstos se pueden destacar la identificación
y problematización desde las ciencias que abordan el
desarrollo del conocimiento, y el impacto de los cursos
en línea (algunos ya se ofrecen de forma gratuita).
Por último, cada vez es más frecuente encontrar en
la literatura sobre el currículo en la educación vir-
tual, una propuesta para estructurarlo atendiendo
a cuatro áreas de interés: pedagógica, social, técnica
y administrativa.7 Es indudable que un diseño de
currículo globalizado, instruccional, o comunicante
debe ser ajustado con el apoyo de profesionales de
otras disciplinas.
Acuarela del museo y la plaza de banderas, barrio Minuto de Dios.
29TEORÍAS DEL CURRICULO: SU APLICACIÓN EN LA EDUCACIÓN VIRTUAL
NOTAS
1 http://eprints.rclis.org/archive/00008610/01/La_educaci%C3%B3n_virtual.pdf2 http://fgsnet.nova.edu/cread2/pdf/Galeano/pdf3 Programa Especialización en Diseño de Ambientes de Aprendizaje. UNIMINUTO.
Facultad de Educación.4 ¿Por qué enseñar? ¿para qué enseñar? ¿qué enseñar? ¿cómo enseñar? ¿a través de
qué enseñar? ¿quién debe enseñar? ¿a quién se debe enseñar? ¿cuándo se debe enseñar? ¿dónde debe enseñarse? ¿qué se ha enseñado?
5 Término usado para hablar sobre la integración curricular. Una perspectiva interdisciplinaria de la integración. Cinep. Bogotá.
6 Autores como, Carr y Kemmis, (1996) y Lawrence Stenhouse (1991) han redimensionado el currículo desde una práctica pedagógica renovadora, que se construye en una dinámica de diálogo y comprensión de problemas para la resolucion de los mismos.
7 http://www.cede.cl/sitio1/paginas/articulosMain.htm#tutor
BIBLIOGRAFÍA
Contreras Buitrago, Marco Elias, Afanador, Jaime A.Leal, Salazar Ramos, Roberto. (1997) Educación Abierta y a Distancia. Alternativa de autoformación para el nuevo milenio. Bogotá, Ediciones Hispanoamericanas.
De Zubiría, Julián. (2006) Las competencias Argumentativas. La visión desde la educación. Bogotá, Editorial Magisterio.
Díaz Barriga Arceo, Frida y Hernández Rojas, Gerardo. (2002) La didáctica reflexiva.Galarza, Luis, (1996). El estudio independiente en una visión sistémica de la educación
a distancia. México.Gardner, H. (1993) La mente no escolarizada. Cómo piensan los niños y cómo
deberían enseñar las escuelas, Barcelona, Paidós.http://fgsnet/nova.edu/cread2/pdf/Galeano.pdfhttp://web.udg.es/tiec/orals/c45.pdfhttp://www.cede.cl/sitio1/paginas/articulosMain.htm#tutorhttp://www.emagister.com/curso-formador-formadores-line-cursos-365111.
htm#formularioinfhttp://www.fquim.unam.mx/sitio/edquim/152/152-bul.pdfKlenowski, Val, (2005). Desarrollo de portafolios para el aprendizaje y la evaluación.
Narcea. S. A. Ediciones.Ministerio de Educación Nacional. Serie Lineamientos generales de procesos
curriculares. Hacia la construcción de comunidades educativas autónomas. Documento 1.
N. Lyons, N. (Comp.) (1999). El uso del portafolios. Propuestas para un nuevo profesionalismo docente. Buenos Aires Amorrortu.
Shulman, L. (1999). Portafolios del docente: una actividad teórica. www.mundotutoriales.com/tutoriales_educacion-mdpal15188.htm - 50k -
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
30 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
LOS PLANES DE ESTUDIO EN
Desde comienzos del MAC, los niños han participado en talle-res de sensibilización artística.
EL CONTEXTO EDUCATIVO
31
LOS PLANES DE ESTUDIO EN
R E S U M E N
Se analiza la relación que se da entre currículo, Proyecto Educativo Insti-tucional y plan de estudios; luego se abordan las nociones de pedagogía, didáctica y metodología; finalmente, se trata el problema de la evaluación y se presenta una propuesta de organización del plan de estudios teniendo como referente para ello los estándares básicos de competencias para el área de lenguaje.
Palabras clave: Currículo, PEI, plan de estudios, pedagogía, didáctica, estándares básicos de competencias.
A B S T R A C T
This article analyzes the relationship that exists between the curriculum, the syllabus and the Institutional Education Project. Furthermore, it dis-cusses the concepts of pedagogy, didactics and methodology. Finally, it addresses the issues related to evaluation and presents a proposal for a syllabus organization which takes into account the basic standards of lan-guage competencies.
Key words: Currículo, PEI, curriculum, pedagogy, Didactics, basic standards of competitions
ÁLVARO W. SANTIAGO [email protected]
Licenciado en Español, Universidad Pedagógica Nacional; Magíster en Lingüística Española, Seminario Andrés Bello del
Instituto Caro y Cuervo; Profesor de Planta del Departamento de Lenguas, Universidad Pedagógica Nacional.
EL CONTEXTO EDUCATIVOLicenciado en Lingüística y Literatura de la Universidad Distrital,
Francisco José de Caldas; Magíster en Lingüística Española, Seminario Andrés Bello del Instituto Caro y Cuervo; Profesor
Catedrático del Departamento de Lenguas, Universidad Pedagógica Nacional; Directivo Docente, Secretaría de
Educación de Bogotá.
JORGE V. CASTRO R.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
32 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
1. INTRODUCCIÓN
l Plan Decenal de Educación, que se
propuso como uno de sus objetivos
implementar en el país los nuevos
desarrollos en materia curricular así
como los aspectos relacionados con
el Proyecto Educativo Institucional, PEI, y el plan
de estudios,1 ha cumplido su periodo de aplicación y
evaluación. Así, se hace necesario, después de revi-
sar las valoraciones realizadas hasta la fecha, trazar
planes tendientes a suplir, mejorar o superar las
falencias presentadas en el implemento y desarrollo
del currículo, el PEI y los planes de estudio en el
sistema educativo nacional. En este orden de ideas,
dichos elementos deben redimensionarse o resigni-
ficarse, por lo menos, en los siguientes aspectos:
• Los currículos deberán ofrecer a las instituciones
una diversidad de criterios en lo relacionado
con modelos pedagógicos, modelos didácticos y
estrategias o instrumentos metodológicos, para
que las comunidades educativas escojan los más
pertinentes de acuerdo con el perfil del estudiante
de cada sector. También deben contener los ele-
mentos mínimos que se establecen en el Decreto
1860 de 1996 para adelantar el proceso educativo:
desarrollo cognitivo de los estudiantes, esto es,
que los contenidos que se propongan sirvan para
potenciar procesos cognitivos, lo cual implica con-
templar contenidos declarativos, procedimentales y
actitudinales; asumir de forma explícita la metacog-
nición como factor componente del proceso de en-
señanza-aprendizaje, con el fin de que el estudiante
tome conciencia de su manera de conocer, la regule,
controle, supervise y evalúe, con miras a promover la
formación de aprendices autónomos; y desarrollar el
plan de estudios a través de la modalidad de proyectos
pedagógicos, dado que éstos fomentan el despliegue
de competencias en los educandos.
• El PEI, en la mayoría de los casos, no se ve reflejado en
los planes de estudio de las instituciones educativas, lo
cual implica que éste se ha tornado en un documento
aislado, utópico y formulado para cumplir con el
requisito legal, pero que no ayuda eficazmente a
solucionar los problemas que en la cotidianidad
enfrenta la comunidad educativa.
• Los planes de estudio, además de no recoger las
propuestas del PEI, no están constituidos por los
elementos necesarios, establecidos por el Ministerio
de Educación Nacional: lineamientos, estándares,
logros, indicadores, competencias, actividades, etc.
Lo anterior se refleja en el hecho de que en algunos
sectores se pretende cambiar los estándares (el
qué), por los lineamientos (el cómo), ello sin tener
en cuenta que dichos elementos, aunque de distinta
naturaleza y propósito, deben estar presentes en la
definición de los planes de estudio de forma com-
plementaria, dado que los lineamientos proponen
cómo desarrollar cada una de las áreas desde lo
conceptual, en lo que respecta a lo didáctico y lo
metodológico; así, por ejemplo, para el área de len-
guaje, los lineamientos curriculares “tienen como
finalidad plantear unas ideas básicas que sirvan de
apoyo a los docentes en sus definiciones referentes
al desarrollo curricular” (MEN, 1998, p. 13), de tal
forma que señalan posibles caminos en el campo de
la didáctica de la lengua, en el marco de la Ley 115
y del Decreto 1860.
Por su parte, los estándares básicos de competencias
se constituyen en un referente teórico para empezar
a desarrollar el componente académico de los planes
de estudio. Los estándares, al plantear los aspectos
fundamentales en lo relativo al componente teórico,
apuntan a que la equidad, en la medida que se hace
obligatorio contar con un referente teórico para todas
las instituciones educativas del país, y la calidad, dado
que se propone un nivel de exigencia en lo teórico, sean
características fundamentales del sistema educativo.
Así, por medio del desarrollo de los planes de estudio
se puede llegar a la flexibilidad y la apertura curricu-
lar, teniendo como fin el fomento de la equidad y la
calidad, a través de los estándares asumidos como el
referente teórico para desarrollar competencias bá-
E
33LOS PLANES DE ESTUDIO EN EL CONTEXTO EDUCATIVO
sicas. Los estándares, siguiendo la línea de Vasco, se
tornan en criterios claros y públicos, cuyo fin apunta a
determinar si un servicio, institución o proceso cumple
con parámetros de calidad; en este orden de ideas, en
nuestro contexto, los estándares -específicamente los
planteados para el área de lenguaje- se han definido
como unos referentes básicos para orientar el trabajo
en el aula, de tal forma que no se deben asumir como
prescripción curricular o como currículo abreviado;
a la vez se tornan en elementos que apuntan a elevar
la calidad de los procesos educativos y la equidad de
éstos, pues establecen los aspectos fundamentales que
todos los estudiantes deben conocer (conceptos básicos
en las áreas), así como lo que deben saber hacer con
dichos conocimientos en situaciones nuevas y pro-
blemáticas; de acuerdo con Martínez, los estándares
(de lenguaje) “se constituyen en apoyos, porque son
referentes y criterios de aquello que el estudiante debe
alcanzar” (2003, p. 23). Si bien los estándares son los
mismos para todas las instituciones educativas del país,
cada una de ellas los concreta y contextualiza a partir
de la definición de logros, indicadores, competencias
y actividades de acuerdo con su propuesta curricular,
desarrollada en su PEI. De esta forma, los planes de
estudio tendrán un componente común: los estándares
básicos de competencias, asumidos como elementos
básicos para su formulación; pero cada plan de estu-
dios será particular y único dado que a través de éste
se concreta el PEI institucional, el cual es propio y es-
pecífico de cada contexto educativo, en consecuencia,
no podrá haber dos planes de estudio iguales.
Con el fin de orientar a la comunidad en el proceso de
reconstrucción o resignificación de su propuesta curri-
cular, PEI y plan de estudios, vale la pena adelantar una
reflexión conceptual en torno a dichas nociones; así
como una consideración sobre los elementos básicos
que constituyen el currículo, esto es, sobre el modelo
pedagógico, el modelo didáctico, la estrategia meto-
dológica y evaluación. Lo anterior con el fin de contar
con las claridades conceptuales necesarias para dejar
abierta la posibilidad de establecer acuerdos en lo que
respecta a la manera como estos elementos se pueden
integrar y manejar en cada institución educativa.
2. CURRÍCULO, PEI Y PLAN DE ESTUDIOS
En primer lugar, analicemos -grosso modo- lo re-
ferido al concepto de currículo. Con este término
se hace referencia a todo el proceso que posibilita
la formación de los individuos en una institución
educativa (Vasco, 1993); de esta forma, el currículo
tiene que ver con el proceso que pone en marcha
una institución educativa, por medio del cual in-
fluye sobre todos sus educandos. En relación con
este planteamiento, el currículo se puede asumir
como proyecto práctico de elaboración colectiva,
así, se puede concebir “como un intento deliberado
y explícito, pero abierto y flexible, por medio del cual
tratamos colectivamente de llevar a la práctica nues-
tras intenciones educativas” (Gvirtz y Palamidessi,
1999, p. 68). Desde esta concepción, el currículo es,
entonces, un proyecto que plantea de manera flexible
los principios de acción y recomendaciones sobre qué
enseñar, cómo y cuándo adelantar dicho proceso. 2
Teniendo en cuenta lo expuesto, el currículo se
puede definir como el conjunto de elementos que
conforman la organización o el engranaje de una
institución educativa, el cual implica establecer cri-
terios, objetivos, sistemas, planes, programas, fines,
funciones, funcionamiento, etc.; elementos estos que
deben ser consensuados por todos los estamentos de
la comunidad educativa de acuerdo con el perfil de los
estudiantes existentes, dado que, como planteamos,
la propuesta curricular de la institución es una cons-
trucción colectiva.
En íntima relación con el currículo se encuentra el PEI,
entendido como la carta de navegación de la institución
educativa, la declaración formal de las intencionali-
dades de ésta; dado su carácter de formalización de la
propuesta curricular de la institución, el PEI -desde
luego- debe ser producto de la construcción de la comu-
nidad educativa, en consecuencia, dinámico y flexible,
en permanente renovación; esta construcción colectiva
permite dar forma a la identidad de las instituciones
educativas.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
34 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Según lo anterior, el PEI se constituye en la for-
malización y puesta en escena del currículo de la
institución, puesto que permite llevarlo a feliz tér-
mino o realización; de forma tal que se convierte en
la concreción del currículo propuesto intencional-
mente por el colectivo institucional en un contexto
particular, y con el cual se busca dar solución a un
problema o necesidad de la comunidad educativa.
En este sentido, el PEI apunta a responder a nece-
sidades y exigencias propias de los estudiantes y la
comunidad educativa en general. 3
Por su parte, el plan de estudios se puede concebir
como la materialización del componente académico,
en el marco de las definiciones del currículo, que
se implementará a través del PEI. En este orden de
ideas, el plan de estudios se debe entender como una
guía u orientación para la secuenciación de tiempos,
contenidos, actividades y demás aspectos que hagan
posible el acceso al conocimiento, esto es, que pro-
picien el aprendizaje en los estudiantes. Ahora, las
consideraciones planteadas en el enfoque curricular
evidenciadas en el PEI, en lo que a su componente
pedagógico respecta, orientan, obviamente, las de-
cisiones en cuanto a qué aprender, para qué, cómo,
cuándo; aspectos de los que se debe dar cuenta en
el plan de estudios. Lo anterior implica que el plan
de estudios debe contemplar la planeación, progra-
mación y desarrollo de las áreas, las asignaturas,
los estándares, los logros e indicadores de logro, las
competencias, los proyectos, así como la distribución
secuencial y temporal de estos elementos. Según esto,
el plan de estudios es un puente entre el currículo y el
PEI. Dicho de otra manera, el componente académico
del plan de estudios debe servir de instrumento inter-
mediario para ayudar a la solución de los problemas y
necesidades de la comunidad educativa.
3. PEDAGOGÍA, DIDÁCTICA Y METODOLOGÍA
Para abordar la relación entre estos conceptos, en
principio se hace necesario unificar bajo el término de
modelo cualquiera de las posibilidades conocidas con
las denominaciones de enfoque, escuela, tendencia,
corriente, época, etc., esto teniendo en cuenta que
de cada una de ellas se puede establecer su modelo
correspondiente, ya que todas tienen un cuerpo teó-
rico susceptible de sistematizarse (modelarse). De tal
manera, en adelante se hablará de modelo pedagógico
y de modelo didáctico, sin considerar los términos que
tienen que ver con el tiempo, el espacio, la coinciden-
cia, la focalización, la moda, el grupo de estudio, etc.,
tal como se expone en la figura 1.
Como se puede ver en esta figura, el concepto domi-
nante es el de ciencia, entendida como una actividad
cognitiva que apunta hacia la comprensión y explica-
ción de fenómenos naturales, sociales o humanos. El
producto de esta actividad se evidencia en sistemas
conceptuales o teorías, que se constituyen en modelos,
esto es, constructos teóricos que intentan dar cuenta
del fenómeno que se está analizando. De esta forma,
siguiendo a Flórez (1994), los modelos se pueden
entender como esquemas teórico-conceptuales por
medio de los cuales se representan sistemas o reali-
dades complejas; así, se constituyen en instrumentos
de orden analítico que permiten la aproximación a y
la explicación de los fenómenos, sean éstos naturales,
socio-culturales o humanos. Dentro de estos modelos
teóricos se encuentran los pedagógicos y, como parte
de estos últimos, los modelos didácticos.4
De acuerdo con lo planteado en la figura 1, se puede
identificar una estructura jerárquica en lo que respecta
a la relación entre pedagogía, didáctica y metodología.
Así, la pedagogía se encuentra en el nivel superior,
relacionada con la teoría; la didáctica hace parte de la
pedagogía pero relacionada con la práctica educativa;
y la metodología, ligada a la didáctica, se ocupa direc-
tamente del quehacer educativo. Lo anterior se puede
explicar retomando la analogía de Vasco (1990), en la
que plantea que la pedagogía se encuentra al nivel de
la medicina, mientras que la didáctica, al nivel de la
terapéutica y la metodología, al de la terapia. Esto se
puede entender también en el sentido de que la peda-
gogía se puede asociar con el nivel teórico (ciencia), la
didáctica con el nivel teórico-práctico (tecnología) y la
metodología con el nivel práctico (técnica).
35LOS PLANES DE ESTUDIO EN EL CONTEXTO EDUCATIVO
CIENCIA
ESCUELA
TEORÍAS
TENDENCIA ENFOQUE MOVIMIENTO
MODELOS
SOCIALES BIOLÓGICOS LÓGICOS
PEDAGÓGICOS
DIDÁCTICOS
ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS
FIGURA 1
Así, la pedagogía, desde esta perspectiva, se asume
como una ciencia en construcción que aporta la teoría
necesaria para abordar el problema educativo, del cual
forma parte el proceso de enseñanza-aprendizaje,
entre otros aspectos de la educación, de tal forma que
dirige su atención a dar cuenta del para qué5 educar
al individuo. Según esto, la pedagogía se puede asumir
como la reflexión sobre el hecho educativo; en pala-
bras de Lemus, por pedagogía se entiende “el estudio
intencionado, sistemático y científico de la educación;
es decir, la disciplina que tiene por objeto el planteo,
estudio y solución del problema educativo” (1992,
p. 17); en otros términos, el objeto de estudio de la
pedagogía es la educación. En este sentido, Álvarez
y González (2002) afirman que la pedagogía es la
disciplina que tiene por objeto de análisis el proceso
formativo de la personalidad de los individuos, en el
seno de un sistema socio-cultural.
Como anotamos arriba, el proceso de enseñanza-
aprendizaje forma parte del hecho educativo, el cual
se constituye en el objeto de la didáctica; así, ésta se
entiende como una disciplina pedagógica, cuyo objeto
de estudio y fundamentación es el proceso docente
educativo, es decir, la actividad de enseñanza, “en
cuanto que propicia el aprendizaje formativo de los
estudiantes en los más diversos contextos” (Medina,
2002, p. 7). Según esto, se torna en una disciplina de
proyección práctica que intenta dar respuesta a qué y
cómo enseñar.
De acuerdo con Camillioni (1996), la didáctica es una
teoría de la enseñanza que tiene como objetivo la in-
tervención pedagógica, de ahí que se asuma esta disci-
plina como una rama de la pedagogía que se ocupa del
proceso docente educativo, el cual supone el proceso de
enseñanza-aprendizaje y el proceso institucional como
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
36 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
tal (cfr. Álvarez y González, 2002); por ello, se in-
teresa por el cómo ejecutar las teorías emanadas de
la reflexión pedagógica, razón por la cual centra su
interés en el proceso de enseñanza-aprendizaje que
se lleva a cabo en la institución educativa, el cual
tiene como finalidad la formación de los individuos.
Dicho proceso supone la interacción de una serie
de elementos o componentes: objetivos, contenidos,
metodologías, recursos y evaluación; todos estos
aspectos se deben reflejar, desde luego, en el plan
de estudios y se constituyen así en los componentes
básicos del mismo.6
La metodología7 está relacionada directamente con
la didáctica, en la medida en que concentra su interés
en definir el camino para llevar a feliz término las
realizaciones de las propuestas pedagógicas; en este
sentido, aporta los aspectos relacionados con el con
qué o de qué manera aplicar la reflexión pedagógica
y didáctica a la práctica educativa cotidiana. A la
metodología están unidos, entonces, los conceptos
de materiales, recursos y estrategias que, aunque se
reconozcan como elementos tocantes a la didáctica,
dado que pueden pertenecer a un modelo didáctico
particular o porque la metodología forma parte de
la didáctica, son ciertamente elementos de orden
práctico, pues se refieren más al camino del proceso
enseñanza-aprendizaje, que a la visión panorámica del
cómo ejecutar las teorías pedagógicas, aspecto del cual
se ocupa la didáctica, como ya señalamos.
El material tiene que ver con una elaboración realizada
con un fin premeditado o intencional. El recurso hace
referencia a una posibilidad (elaborada, natural, con-
textual, conceptual, existente ya con otro fin…) que es
aprovechada por el docente dentro de la metodología
definida; y la estrategia tiene que ver con el conjunto
de actividades -acciones- dirigidas u orientadas por el
docente como parte de la metodología planeada para
desarrollar el proceso de aprendizaje, de esta forma,
la estrategia se refiere al conjunto de acciones que se
llevan a cabo para obtener un resultado de aprendizaje;
ello implica la participación de capacidades y habilida-
des cognitivas, hábitos de trabajo intelectual, técnicas
y métodos de estudio, resolución de problemas y pro-
cedimientos de aprendizaje.
4. COMPONENTES DEL PLAN DE ESTUDIOS
Según lo expuesto hasta ahora, la propuesta curri-
cular de una institución estará soportada sobre un
modelo pedagógico y didáctico; modelo que se verá
explícitamente reflejado en el PEI de la institución y,
desde luego, en el plan de estudios, con el cual él se
pone en marcha.
Ahora bien, para que se pueda llevar un control so-
bre el proceso formativo, se hace necesario plantear
un modelo de programación del plan de estudios de
área o de curso, en el que aparezcan como mínimo
los siguientes componentes: estándares básicos de
competencias, logros, indicadores de logro, activida-
des y desempeños.8 En la figura 2 se puede apreciar la
relación que se establece entre estos elementos.
Según se expone en la figura 2, el elemento que se
toma como referente para la formulación del plan de
estudios corresponde a los estándares básicos de com-
petencias que, de acuerdo a lo anotado líneas atrás, se
han formulado, en lo que respecta al área de lenguaje,
como los referentes básicos para orientar el trabajo
en el aula. A partir de ellos, se pueden plantear los
logros que se esperan de los estudiantes, los cuales, a
su vez, suponen unos indicadores, esto es, los indicios
que muestran cómo va construyendo el logro el estu-
diante. Los indicadores, por su parte, tienen asociados
aspectos como actividades, desempeños, contenidos,
recursos y evaluación.
Los principios básicos para elaborar el plan de estu-
dios, de acuerdo con esta estructura, son:
1. El punto de partida para diseñar el plan de estudios
de cada área o curso lo constituyen los estándares
de competencias propuestos por el MEN para la
mayoría de las áreas básicas. En las demás áreas
(inglés, artes, sistemas, educación física, religión,
etcétera) se pueden hacer propuestas estructuradas
37LOS PLANES DE ESTUDIO EN EL CONTEXTO EDUCATIVO
FIGURA 2
ESTÁNDARES BÁSICOSDE COMPETENCIAS
REFERENTES
LOGROS
INDICADORESDE LOGROS
ActividadesDesempeñosContenidosCriterios de evaluaciónMaterialesRecursos
y unificadas de estándares, similares a los presenta-
dos por el Ministerio de Educación Nacional.
2. Los estándares se distribuyen por cursos, par-
tiendo de la propuesta inicial de la organización
de los niveles educativos por ciclos9 y teniendo
en cuenta que todos los estándares, con sus res-
pectivos subprocesos, son obligatorios para todos
los cursos.10 La diferencia entre los cursos de un
mismo ciclo la determina el grado de complejidad
o de profundidad con que se proponga y desarrolle
cada subproceso.
3. Los logros se proponen a partir de, y de acuerdo
con, los subprocesos definidos para cada uno de los
estándares, teniendo en cuenta para ello el perfil
académico de los estudiantes. Existe la posibilidad
de plantear un logro por cada subproceso de los
estándares o de proponer un logro por dos o más
subprocesos.
4. Para cada logro es necesario contar con un núme-
ro adecuado de indicadores o pasos lógicamente
secuenciales para llegar a él; cabe señalar que la
secuenciación no obedece sólo a aspectos temáticos
o de contenido, sino también a la que el proceso
cognitivo como tal requiera y exija. En los cursos
inferiores es natural que se requieran más indica-
dores. Recuérdese que el número de indicadores
puede ayudar al proceso de calificación (evaluación
de la evaluación). En los indicadores se debe reflejar
notoriamente el PEI y las propuestas valorativas y
éticas de la institución, así como las competencias
ciudadanas. Desde un punto de vista formal, tanto
los logros como los indicadores se formularán en
tiempo presente del modo indicativo, en tercera
persona del singular.
5. A cada indicador corresponde por lo menos la planea-
ción y formulación de una actividad.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
38 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
6. Las competencias se formulan con el sentido de
identificar intencionalmente qué tipo de compe-
tencia se quiere desarrollar en el estudiante y con
el fin de proponer qué hacer para llevarla a cabo.
Dicho hacer puede formularse con la propuesta de
desempeño con el que se evalúe al estudiante, pues
una competencia puede abarcar uno o varios logros
con sus correspondientes indicadores.
7. En cada aula o área se podrán desarrollar los logros,
indicadores, competencias y actividades mediante
proyectos pedagógicos de aula o de área, tal como
lo propone el Decreto 1860. Los proyectos pedagó-
gicos constituyen una mirada didáctica y, a la vez,
un mecanismo que sirve para que los estudiantes, de
manera significativa, holística y eficaz, desarrollen
competencias que impliquen uno o varios referen-
tes teóricos, mediante la construcción progresiva y
social de un objeto tangible.
Con el fin de ilustrar la propuesta de formulación
de plan de estudios que tenga como referente los
estándares básicos de competencias, presentamos un
ejemplo -en la tabla de la página siguiente-, desde el
área de lenguaje.
De acuerdo con este ejemplo, hemos tomado el factor
de organización interpretación textual, un enunciado
identificador y dos subprocesos asociados a éste; con
base en estos dos subprocesos hemos formulado un
logro y le hemos asociado cinco indicadores de logro,
con sus respectivas actividades; asimismo hemos
planteado el respectivo desempeño y las competencias
involucradas en la consecución del logro. Tenemos,
entonces, una propuesta de formulación de plan de
estudios que ha tomado como referente los estándares
básicos de competencias, a partir de los cuales se han
definido los otros elementos constitutivos: logros,
indicadores, actividades y desempeños.
5. PARA CERRAR…
En síntesis, se ha visto, entonces, la manera como
desde lo teórico y lo práctico las nociones de currícu-
lo, PEI y plan de estudios están interrelacionadas, así
como las nociones de pedagogía, didáctica y metodo-
logía. Asimismo, se ha planteado cómo estos últimos
conceptos se integran en las propuestas educativas de
las instituciones con el fin de servir como sustentos
teóricos de éstas, los cuales, a la vez, sirven de guía y
orientación del quehacer pedagógico del maestro en
la cotidianidad de su labor, aspecto clave de la puesta
Conjunto de esculturas que acompañan al MAC en la plaza de banderas.
39LOS PLANES DE ESTUDIO EN EL CONTEXTO EDUCATIVO
Factor Estándar Subproceso Logro Indicador Actividad Desempeños
Interpre-tación Textual
Compren-sión de textos que tengan diferentes formatos y finalidades
Leerá manua-les, afiches, tarjetas y cartas.
Lee y sabe qué infor-mación transmiten los manua-les, afiches, tarjetas y cartas.
Reconoce el significado de las pala-bras que lee en textos so-bre dignidad humana.
Entrega de diferentes cla-ses de texto a grupos de estudiantes.
Subrayado de las palabras claves del texto que le corresponde
Elaborar en clase con diferentes materiales: una carta, una tarjeta, un manual y un afi-che, para luego expo-nerlo en clase comen-tando todo el proceso para su elaboración, por ejemplo: cómo lo hizo, qué informa-ción empleó para su elaboración, qué ele-mentos se destacan en su texto. (Interpretativa, Argu-mentativa, Propositi-va; Semántica, Enci-clopédica, Textual)
Relaciona las palabras que conforman un texto para encontrar el mensaje.
Lectura en voz alta de las palabras clave elegidas
Estableci-miento del sentido de las palabras clave por parte de los estudian-tes
Relectura por parte del profesor para comprender la totalidad del texto
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
40 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Usa la infor-mación de los textos que lee para ad-quirir nueva información.
Asignación de un texto con una temática particular
Ampliación bibliográfica sobre la temá-tica del texto
Presentación oral sobre la temática del texto
Sabrá qué información transmiten los manua-les, tarjetas, afiches y cartas.
Propone una interpretación del mensaje contenido en los textos que lee.
Lectura indi-vidual de un texto
Asociación de la temática del nuevo texto con otros tratados en clase
Presentación oral de su interpretación acerca del texto
Tolera las diferencias entre él y sus compañeros.
Identificación de las diferen-cias entre él y sus compa-ñeros
41LOS PLANES DE ESTUDIO EN EL CONTEXTO EDUCATIVO
BIBLIOGRAFÍA
ÁLVAREZ, Carlos M. y GONZÁLEZ, Elvia M. (2002) Lecciones de didáctica general. Bogotá, Cooperativa Editorial Magisterio.
CAMILLONI, ALICIA et al. (1996) Corrientes didácticas contemporáneas. Buenos Aires, Paidós.
DE ZUBIRÍA, JULIÁN. (1994) Los modelos pedagógicos. Bogotá, Fundación Alberto Merani para el desarrollo de la inteligencia.
DE ZUBIRÍA, Miguel (Coord.). (2005) Enfoques pedagógicos y didácticas contemporáneas. Bogotá, FIPC.
FLÓREZ, Rafael. (1999) Evaluación pedagógica y cognición. Bogotá, McGraw-Hill._____________. (1994) Hacia una pedagogía del conocimiento. Bogotá, McGraw-
Hill.GÓMEZ, Mario. (1990) Didáctica de la lengua española. Bogotá, USTA.GVIRTZ, Silvina y PALAMIDESSI, Mariano. (1999) El ABC de la tarea docente: Currículum
y enseñanza. Buenos Aires, Aique.LEMUS, Arturo. (1992) Pedagogía: Temas fundamentales. Guatemala, Piedra Santa.LÓPEZ, Nelson. (1996) Modernización curricular de las instituciones educativas: Los
PEI de cara al siglo XXI. Bogotá, Libros & libres.MARTÍNEZ G., Omar. (2003) “Lineamientos, estándares y competencias: un camino
hacia la integración de la teoría con la práctica” en Revista Magisterio No.3, jun-jul, 2003.
MEDINA R., Antonio y SALVADOR M., Francisco (Coord.). (2002) Didáctica general. Madrid, Pearson Educación.
en marcha del proyecto educativo institucional, así
como del proyecto curricular de la institución y de su
respectivo plan de estudios, teniendo como referencia
para la reformulación de este último elemento, los
estándares de competencias básicas.
La propuesta curricular de una institución educativa
supone la fundamentación en un modelo pedagógico
y didáctico, que ofrece una concepción sobre para qué
educar al individuo y cómo llevar a cabo dicho proceso;
estos aspectos se hacen concretos en el proyecto peda-
gógico institucional y éste, a la vez, se hace efectivo a
través del plan de estudios. Como componente del PEI,
el plan de estudios corresponde al esquema estructu-
rado de las diferentes áreas y asignaturas, que implica
la definición de contenidos, distribuciones temporales,
logros, indicadores de logro, metodologías, evalua-
ción; aspectos con los cuales se adelantará el proceso
docente educativo. Ahora, para la elaboración de este
esquema de trabajo, los estándares básicos de compe-
tencias se constituyen en los referentes que permiten
establecer los elementos fundamentales del plan de
estudios: subprocesos, logros, indicadores de logro,
actividades y desempeños.
NOTAS
1 Tanto las consideraciones en torno al PEI como al plan de estudios, entre otros temas, se encuentran planteadas en la Ley General de Educación y la reglamentación de éstos se realiza en el Decreto 1860.
2 De acuerdo con Gvirtz y Palamidessi, con respecto al currículo se pueden establecer dos concepciones básicas: la que lo entiende como modelo, esto es, una idea predeterminada que debe ser plasmada en la práctica educativa; o la que lo ve como proceso, es decir, como una hipótesis de trabajo y su desarrollo no es un proceso de implementación o aplicación en la práctica sino un proceso de investigación y acción.
3 Recordemos que en el PEI la institución educativa define, entre otros aspectos, los fines (misión, visión y objetivos), los principios (pedagógicos, filosóficos, políticos), los recursos (didácticos, económicos y humanos) y los procesos administrativos (gobierno escolar, manual de convivencia y aspectos financieros).
4 En relación con los tipos de modelos, Flórez (1994, p. 159-164) argumenta que éstos se pueden ubicar en tres grandes grupos, según la función que se le otorgue: a) modelos teóricos que buscan describir y explicar fenómenos naturales y sociales, en lo que se refiere a su estructura y funcionamiento; b) modelos heurísticos que buscan automatizar procesos y procedimientos a través de la creación de seres artificiales (máquinas, aparatos, robots); c) modelos filosóficos o globales acerca de la realidad y su conocimiento, es decir, modelos que “abarcan principios generales y categorías universales acerca de las cosas, de la lógica, del método”, son modelos que reflexionan acerca de la totalidad.
5 El conocimiento científico, como se planteó, se puede formalizar en términos de modelos o construcciones teóricas, es posible, en consecuencia, hablar de modelos pedagógicos, los cuales se asumen como las diversas opciones o maneras de ver la teoría pedagógica, es decir, de diferentes formas de asumir el para qué del proceso educativo.
6 Recordemos que la Ley 115 de 1994, en su Artículo 79, establece que el plan de estudios debe establecer objetivos por niveles, grados y áreas, así como distribución temporal, metodología y criterios de evaluación, de acuerdo con el PEI.
7 El concepto de metodología posee una acepción amplia, de tal forma que, como plantea Gómez (1990), se suele definir como “el camino o caminos que sirven para llegar al conocimiento de la verdad”; de otro lado, de acuerdo con este autor, se puede distinguir entre metodología pura, esto es, una metodología científica, y metodología estrictamente pedagógica, “metodología didáctica”, que se ocupa “por una parte, de la lógica de la materia estudiada, y, por otra, de la psicología del individuo que la aprende” (Gómez, 1990, p.29).
8 Cabe señalar que además de estos componentes, que consideramos básicos, se pueden incluir otros elementos en la formulación del planes de estudios como: contenidos (declarativos, procedimentales y actitudinales), recursos, materiales y criterios de evaluación.
9 Los grados 1-3 conforman el primer ciclo; los grados 4-5, el segundo; los grados 6-7, el tercero; los grados 8-9, el cuarto; y los grados 10-11, el quinto.
10 Vale la pena recordar que la estructura de cada uno de los estándares de lenguaje está conformada por un enunciado identificador, que formula un saber declarativo así como una finalidad, y una serie de subprocesos que lo desarrollan.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL–ASCOFADE. (2003) Estándares de lenguaje (Lengua castellana, literatura y otros sistemas simbólicos). Bogotá.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. (1998) Lengua castellana: Lineamientos curriculares. Bogotá, Magisterio.
NOT, Louis. (1987) Las pedagogías del conocimiento. México, Fondo de Cultura Económica.
POSNER, George. (2005) Análisis de currículo. México, McGraw-Hill.VASCO, Carlos. (1993) “Currículo, pedagogía y calidad de la educación” en Educación
y cultura, No.30, jul. 1993, p.4-12.____________. (1990) Reflexiones sobre pedagogía y didáctica. Bogotá, MEN.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
42 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
ECAES: Una mirada problematizadora de la evaluación
La plástica contemporánea es ampliamente visitadapor los jóvenes estudiantes.
43
ECAES: Una mirada problematizadora
R E S U M E N
El artículo presenta un amplio recorrido por las normas legales que han instaurado los denominados Exámenes de Calidad de la Educación Superior, ECAES, cuyas primeras aproximaciones se remontan a la década del sesenta. En un segundo momento se mencionan los objetivos fundamentales de dichos exámenes, los cuales son aplica-dos por el ICFES a estudiantes de últimos semestres y egresados de Instituciones de Educación Superior, IES, y se establecen datos de índole general de dichos exámenes. A continuación se plantean reflexiones problematizadoras de dicha aplicación y sus implicaciones para la educación superior, y finalmente se plantean elementos propo-sitivos que, a manera de cuestionamientos, se podrían constituir en alternativas para pensar y actuar en pro del mejoramiento integral de la calidad de la formación de profesionales colombianos.
Palabras clave: ECAES, examen, educación superior, problemática educativa.
A B S T R A C T
This article presents an extensive review of the legal regulations established by the Qua-lity Examinations for Higher Education (Exámenes de Calidad de la Educación Superior, ECAES), whose first approaches are traced back to the 1970s. The primary objectives of these examinations, applied by the ICFES to university/college students of the last semesters or graduate students of the Higher Education Institutes, are listed and some general data about these examinations are established. Furthermore, this text provides some reflections which encourage debate on the application of these and their implica-tions in Higher Education. Finally, it also establishes some propositions which, by way of questioning, could become alternatives to consider and adopt in favour of the integral improvement of the educational quality granted to the professional in Colombia.
Key words: ECAES, exam, Higher Education, issues on education.
ROBERTO HERRERA CORREA
[email protected] Superior, Licenciado en Psicología y
Pedagogía, Especialista en Procesos Lecto-Escriturales. Maestro de Escuela y Maestro de Uniminuto.
de la educaciónsuperior
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
44 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
“Los verdaderos héroes de nuestra época,
no son los gobernantes, los deportistas,
las estrellas de cine o los cosmonautas…
los verdaderos héroes son
los MAESTROS.”
José Saramago.
UN LENTO PROCESO LLAMADO BUROCRACIA
La historia de los exámenes de cali-
dad de la educación superior, deno-
minados ECAES, se remonta a 1966,
año en el cual el Plan Nacional para
la Educación Superior en Colombia
comienza a plantear la aplicación de
exámenes a estudiantes de pregrado. Entre los años
1981 y 1989, de acuerdo con la planteada reforma de
la educación superior y luego de múltiples debates,
se propone la aplicación de exámenes a estudiantes
de pregrado como una opción complementaria cuya
finalidad estaría relacionada con la evaluación de la
calidad de los programas académicos.
A partir de 1990 todos los planes de gobierno han in-
cluido como parte de las políticas del sector educativo
la evaluación de las carreras de pregrado, como reafir-
mación de la inspección y vigilancia que debe ejercer
el Estado sobre la educación pública y privada.
En 1992 el Congreso de la República emite la Ley 30,
la cual organiza el servicio público de la educación
superior. Dicha Ley establece en su artículo 1 que “…el
fomento, la inspección y vigilancia de la enseñanza co-
rresponde al Presidente de la República”; cuyo mandato
es corroborado por el artículo 32 de la mencionada Ley,
el cual establece que “la suprema inspección y vigilancia
se ejercerá indelegablemente a través del desarrollo de
un proceso de evaluación que apoye, fomente y dignifi-
que la Educación Superior” (Ley 30 1992).
También va a establecer el artículo en mención que “el
ejercicio de la Suprema inspección y vigilancia implica
la verificación de que en la actividad de las Instituciones
E
de Educación Superior se cumplan los objetivos pre-
vistos en la presente ley y en sus propios estatutos, así
como los pertinentes al servicio público cultural y a la
función social que tiene la educación” (Ibid.).
En tanto avanza el desarrollo de las normas legales
relacionadas con educación la denominada inspec-
ción y vigilancia de la educación a cargo del Estado es
reafirmada en la Ley 115, la cual señala que el Estado
deberá velar, entre otros aspectos, por la calidad de la
educación, el cumplimiento de las actividades curricu-
lares y extracurriculares, las medidas que garanticen la
mejor formación ética, moral, intelectual y física de los
educandos. Para ello se “podrá aplicar a los estableci-
mientos educativos, previo el correspondiente proceso
y cuando se encuentre mérito para ello, las sanciones
de amonestación pública, suspensión o cancelación del
reconocimiento oficial” (Ley 115 de 1994, art. 168).
A finales de 1994, luego de diez meses de la expedición
de la Ley General de Educación, conocida como Ley
115, se sanciona el Decreto 2790 el cual establece en su
Considerando que “entre los objetivos fundamentales
del Sistema Nacional de Acreditación e Información
se destacan los de garantizar a la sociedad que las
Instituciones de Educación Superior cumplan con los
más altos requisitos de calidad, que se realicen sus
propósitos y objetivos y, divulgar la información para
orientar a la comunidad sobre la calidad, cantidad y
características de las instituciones y programas del
sistema” (Decreto 2790 de diciembre de 1994).
Por tanto, el ICFES inicia en 1999 la elaboración de
una prueba para Ingenieros Mecánicos, la cual fue
aplicada en forma experimental a una muestra de
estudiantes en febrero del año 2000. Posteriormente,
con el apoyo de ACOFI y de ASCOFAME, durante el
año 2001 se aplicaron pruebas de evaluación formal
a estudiantes de pregrado de los programas de In-
geniería Mecánica, (Decreto 2233 del 23 de octubre
de 2001) y estudiantes de Medicina (Decreto 171 24
de agosto de 2001). Para el año 2002, además de las
pruebas de Ingeniería Mecánica y Medicina y contando
con la colaboración de la Universidad Externado de
45ECAES: UNA MIRADA PROBLEMATIZADORA DE LA EVALUACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Colombia se aplicó la prueba de Derecho, (Decreto
1373 de 2 de julio de 2002).
Es así que el Plan de Educación, (2000–2002), instau-
ra los Exámenes de Estado de Calidad de la Educación
Superior y establece como meta para el año 2002 la
aplicación del ECAES, a manera de prueba piloto, a
por lo menos una carrera universitaria de pregrado.
Luego, en el año 2003, se realizó una convocatoria
nacional en la que se invitó a las Instituciones de
Educación Superior públicas o privadas, a asociacio-
nes de facultades y agrupaciones de profesionales
para la presentación de proyectos dirigidos al diseño
y elaboración de Exámenes de Estado de Calidad de la
Educación Superior en atención a metas de Gobierno
para el año 2003.
Como puede apreciarse, a los gobernantes del Estado
colombiano les tomó aproximadamente cuarenta
años establecer pruebas académicas (exámenes), para
intentar evaluar con ellos la calidad de la educación
superior, es decir un lento proceso burocrático, titu-
beante e imaginablemente costoso en todo sentido.
¿QUÉ PARECEN SER LOS ECAES?
Según el Decreto 1781, de junio de 2003, los ECAES
son pruebas académicas de carácter oficial y obligato-
rio que forman parte de un conjunto de instrumentos
que el Gobierno Nacional dispone para evaluar la
calidad del servicio público educativo.
Se puede afirmar entonces que los Exámenes de Ca-
lidad de la Educación Superior, ECAES, tienen como
objetivos:
• Determinar la calidad de la formación de los
profesionales de todas las áreas del conocimien-
to. Por tanto, los ECAES indagan por saberes
básicos y formación específica; también por ac-
titudes, capacidades y habilidades relacionadas
con posibles desempeños teóricos y prácticos en
contextos definidos.
• Comprobar el desarrollo de las denominadas
competencias profesionales en estudiantes que
cursan el último año académico en universidades
públicas y privadas.
• Fomentar los procesos de cualificación de la
formación profesional en tanto le ofrecen a las
instituciones del servicio público educativo los
resultados de la evaluación de sus estudiantes.
• Servir de fuente de información para la toma de
decisiones por parte de las autoridades de las
instituciones del sector público educativo con
respecto a la formación profesional en los distintos
programas académicos: proyectos educativos uni-
versitarios, currículos y planes de estudios, campos
de formación, perfiles y competencias profesiona-
les, prácticas, procesos de admisión y promoción,
por citar algunos aspectos.
¿QUIÉNES SE PRESENTAN A LOS ECAES?
De acuerdo con la normatividad los ECAES deben ser
presentados de forma obligatoria por los estudiantes
que cursen el último año de programas académicos
de pregrado, para lo cual las instituciones de edu-
cación superior deben adoptar las medidas internas
SEGÚN EL DECRETO 1781, DE JUNIO DE 2003, LOS ECAES SON PRUEBAS ACADÉMICAS DE CARÁCTER OFICIAL Y OBLIGATORIO QUE FORMAN PARTE DE UN CONJUNTO DE INSTRUMENTOS QUE EL GOBIERNO NACIONAL DISPONE PARA EVALUAR LA CALIDAD DEL SERVICIO PÚBLICO EDUCATIVO.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
46 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
que permitan la participación de la totalidad de
sus estudiantes. Según la norma, se entiende por
estudiantes de último año, aquellos que cursan los
últimos dos semestres de cada carrera profesional
sin discriminación de modalidad de formación,
horarios de estudio, semestres obligatorios por cur-
sar. De igual forma se establece que los estudiantes
que se encuentren matriculados en la universidad
después de haber terminado materias o estén de-
sarrollando su proyecto de grado deben presentar
el ECAES; sin embargo, para aquellos que no se
encuentren matriculados en la institución, la uni-
versidad no tiene la obligación de inscribirlos.
De igual forma se establece que se podrán presentar
al examen, los egresados que deseen autoevaluarse,
siempre y cuando realicen los procedimientos nece-
sarios para efectuar dicha evaluación. Además, por
tratarse de un instrumento con el cual el Gobierno
Nacional dispone para evaluar la calidad del servicio
público educativo, las instituciones de educación
superior que no inscriban la totalidad de sus estu-
diantes de último año o impidan la presentación de
los ECAES, serán objeto de acciones administrativas
por incumplimiento de las normas vigentes. Los
autores de las leyes colombianas se caracterizan por
su “prodigiosa intención de cumplimiento y respeto
de la misma”, pero no siempre las instituciones ni
los funcionarios cuentan con la infraestructura para
hacerla cumplir. Hasta el día de hoy no conozco insti-
tución de educación superior a la que se haya aplicado
esta ley.
En el año 2003, se realizó una convocatoria nacional
en la que se invitó a Instituciones de Educación Su-
perior, a asociaciones de facultades, a agrupaciones
de profesionales, tanto del sector público como del
sector privado, para que presentaran proyectos de
diseño y elaboración de Exámenes de Calidad de la
Educación Superior –ECAES. Finalmente, en junio de
2003 el gobierno nacional, a través del Presidente de
la República, emitió el Decreto 1781 mediante el cual
se reglamentan los ECAES.
DATOS DE LOS ECAES
1. La evaluación de ECAES se realiza teniendo en cuen-
ta dos componentes: un primer componente que se
puede denominar núcleo común, el cual evalúa las
competencias básicas en áreas fundamentales de la
educación básica y media. Un segundo componente
que puede denominarse de profundización, el cual
permite al examinado abordar competencias de
mayor complejidad y problemáticas interdisci-
plinares actuales.
2. Los reportes estadísticos se encuentran estandariza-
dos según la distribución normal para tres grupos de
Instituciones de Educación Superior según la can-
tidad de estudiantes de cada programa académico
que se presentan a los ECAES a saber: rango de 5 a
50 estudiantes, se denomina Rango Menor; rango
de 51 a 100 estudiantes, se denomina Rango Medio y
rango de más de 101 estudiantes, identificado como
Rango Mayor. En cada Rango, los parámetros ins-
titucionales son: media nacional de 100 puntos y
desviación estándar nacional de 10 puntos.
3. Según el ICFES, los ECAES, más allá de evaluar
los contenidos aprendidos en el proceso educativo
evalúan las competencias denominadas interpre-
tativas, argumentativas y propositivas.
4. En general los ECAES procesan tres tipos de re-
sultados:
4.1. Puntaje General: es el resultado cuantitativo que
se obtiene a partir de la valoración de las respuestas
dadas a todas las preguntas del examen.
4.2 Resultados por Tipo de Preguntas: se obtienen a
partir de la valoración de las respuestas dadas a las
preguntas de una misma área, de un tópico o de una
problemática particular dentro del examen.
4.3 Porcentajes de Respuestas por Opción: es
un resultado reportado sólo a las instituciones
y que describe como se distribuyen las res-
puestas de los estudiantes frente a cada una
de las opciones de respuesta que tienen las
preguntas del examen.
47ECAES: UNA MIRADA PROBLEMATIZADORA DE LA EVALUACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
5. En el ICFES se presentan resultados de ECAES
desde el año 2000. Las siguientes son algunas cifras
relacionadas con los exámenes:
En el año 2003, para 27 ECAES se presentaron
58.901 estudiantes y egresados; para el año 2004,
para 45 ECAES se presentaron 85.532 estudiantes
y egresados; para el año 2005, para 50 ECAES se
presentaron 88.635 estudiantes y egresados; para
la primera aplicación de ECAES de 2006 se presen-
taron 54 programas (ICFES, 2006).
6. Durante las tres últimas aplicaciones de ECAES
se han presentado al examen siete programas de
Facultades de Educación: Licenciatura en Educa-
ción Básica, Énfasis en Ciencias Naturales, Cien-
cias Sociales, Humanidades y Lengua Castellana,
Matemáticas; Licenciatura en Lenguas Modernas-
Francés, Licenciatura en Lenguas Modernas-Inglés,
Licenciatura en Pedagogía Infantil, Preescolar o
Estimulación Temprana.
REFLEXIONES
1. Todos los procesos educativos se caracterizan por
ser susceptibles de ser evaluados, con mayor razón
la formación profesional ofrecida por las Institucio-
nes de Educación Superior. Se plantean entonces
interrogantes sobre un examen, realizado al final
de un largo período de formación profesional que
puede durar cuatro y más años de estudio y cuyos
campos de conocimiento abordan teorías y prácticas
no siempre evidenciables en una prueba de papel
y lápiz. Desde otra óptica, merece cuestionarse la
pertinencia, validez y confiabilidad de este instru-
mento que pretende la implantación de calidad
educativa desde las denominadas competencias
comunicativas, que abordan casi con exclusividad
aspectos de lenguaje, comunicación, pensamiento
y conocimiento teórico. De ser así, el Consejo Na-
cional de Acreditación, en coherencia con la calidad
educativa que promulga, debería plantear como
requisito de acreditación para los programas aca-
démicos que evalúa, la obtención de altos puntajes
en estudiantes y egresados profesionales que
presentan los ECAES.
2. También merece una seria reflexión el hecho
de estandarización que pretenden los ECAES
en tanto intentan implícitamente en convocar
a todas la IES a desarrollar una formación
profesional uniforme, similar; desconociendo
la naturaleza particular del proyecto educativo
de cada Institución de Educación Superior, su
propio contexto, sus estudiantes y características
propias; su currículo y su correspondiente plan
de estudios. Es necesario reconocer que existen
campos de formación básicos y comunes, como
también campos de profundización y especializa-
ción que cada IES y su planta de docentes asume
responsablemente en el proceso educativo, pero
este hecho lo que plantea es la re-afirmación de
la singularidad de los procesos de formación pro-
fesional que cada IES le da a sus egresados. Por
ello la pregunta: ¿Competencia o conocimiento o
formación personal y profesional?
3. Aunque se afirme que los ECAES no tienen la
intención de evaluar a instituciones y estudiantes,
es bien sabido que las costumbres se convierten
en leyes culturales y ciertos órdenes, a manera de
comportamientos, que luego se transforman en
normas de comportamiento social y norma legal,
como aquella que menciona “reconocimientos,
otorgamiento de becas, créditos para ECAES so-
bresalientes” (Decreto 1781 de junio 26 de 2003).
Es decir estímulos para los “mejores ECAES”. Por
tanto, mientras las IES pretendan crear o mantener
una imagen de calidad educativa a través de los re-
sultados obtenidos en dichos exámenes, es posible
que conviertan sus currículos y planes de estudio
en un “entrenamiento” para que sus estudiantes y
egresados obtengan altos puntajes en los ECAES sin
que necesariamente ello implique una formación de
calidad académica. Por tanto se podría confundir en-
trenamiento para superar un examen con formación
profesional integral.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
48 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
4. De igual forma, actualmente se pre-
senta el hecho que agentes del mer-
cado laboral revisan los resultados
obtenidos por IES y egresados, para
establecer ofertas de trabajo. Esto
pone de presente que los resultados de
los ECAES permiten interpretaciones
no necesariamente correspondientes
entre un estudiante-profesional y sus
posibles desempeños laborales, amen
que colocan a las IES a competir por los
puntajes de sus estudiantes y alcanzar
cierto reconocimiento y prestigio a tra-
vés de ellos en tanto parecen satisfacer
las demandas del mercado laboral, el
cual no siempre tiene los mismos prin-
cipios y finalidades que la educación.
Se podría preguntar: ¿es la educación
la que cambia el mercado laboral o
es el mercado laboral el que dirige la
educación?
5. Aunque se presenten resultados que
muestran que algunas Instituciones
Educativas Superiores del sector público
obtienen mejores resultados que Institu-
ciones Educativa Superiores privadas,
este resultado debe llamar la atención de
administradores, docentes, estudiantes y
egresados sobre un estudio y evaluación
in situ de fortalezas y debilidades de
cada uno de los programas académicos
evaluados.
6. Las Instituciones de Educación Superior, IES, se
deben caracterizar por su autonomía universitaria,
la cual es reconocida por normas legales y por la
construcción y apropiación del Proyecto Educativo
Universitario en el cual explicitan su misión, visión
y gestión, lo cual las posiciona en comunidades aca-
démicas y científicas y por supuesto las diferencia; es
decir, las distingue de otras instituciones educativas
en cuanto cada una autónomamente plantea sus
propios fines y objetivos, campos de formación per-
sonal y profesional, currículos y planes de estudio,
didácticas y metodologías y prácticas evaluativas,
entre otros complejos elementos educativos.
7. Las universidades deben mantener en constante
elaboración sus procesos de cualificación adminis-
trativa y académica como parte de sus principios y
políticas internas, es decir alcanzar acreditaciones
de aprobación y calidad a través de organismos
como el CNA-MEN. También lo deben hacer porque
existen reconocidos y aceptados planteamientos
socio-educativo-culturales como lo son los prove-
nientes de instituciones y organismos académicos
Actividad artística dentro del museo.
49ECAES: UNA MIRADA PROBLEMATIZADORA DE LA EVALUACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
y científicos como los que produjeron Colombia: al
Filo de la Oportunidad y el Plan Decenal de Edu-
cación, a nivel nacional, por mencionar algunos;
y planteamientos de instituciones y organismos
internacionales como la ONU, la UNESCO, que per-
manentemente manifiestan sus preocupaciones por
la condiciones sociales y educativas colombianas y
en particular por el mejoramiento de la calidad y
cobertura en todos los niveles educativos.
8. En tanto los gobernantes de turno como represen-
tantes del Estado planteen su potestad de inspec-
ción y vigilancia de la educación y la implantación
de exámenes de competencias so pretexto de la
mentada calidad educativa, la libertad de cátedra de
los maestros del país, garantizada en la Constitución
Política de Colombia será otro enunciado más que se
viola y se desconoce. El papel lo aguanta todo.
9. También invito a no confundir la crisis económica
y la crisis laboral que padece Colombia con calidad
educativa; es decir no considero válido, ni ético,
adscribirle a la educación superior los problemas
de desempleo, subempleo y extinción de fuentes
de trabajo y bienestar social. Estas graves proble-
máticas de control y movilidad social son creadas
por los gobernantes para mantenerse en el poder a
través de la angustia, el miedo y la incertidumbre
relacionada con la carencia de un salario. Afirmar
que la educación no prepara a las personas y comu-
nidades es otra cortina de humo que oculta la cruel
realidad del país.
10. Es posible pensar que el examen por sí mismo
no se constituya en un adecuado instrumento
de medición de la calidad de la formación de un
profesional, puesto que, en tanto intenta homo-
genizar y estandarizar la educación superior, a su
vez desconoce los currículos y planes de estudio
de universidades caracterizadas por implementar
procesos de innovación educativa, actualizaciones
y flexibilidad curricular provenientes de procesos
de investigación.
11. Se hace necesario que las comunidades aca-
démicas estudien y problematicen el examen y
sus elementos constitutivos; la forma como se
elabora, las intenciones que subyacen a su imple-
mentación y aplicación, a la divulgación de sus
resultados; pero principalmente a las políticas
de educación superior que intentan ideologizar
como imaginario de calidad educativa instrumen-
tos de evaluación que confunden los medios con
los fines educativos.
APORTES E IDEALIZACIONES DE CALIDAD EDUCATIVA
Es posible mejorar la calidad educativa a través de
diversas políticas y estrategias educativas, todas ellas
pensadas desde la diversidad, pluralidad, heterodo-
xia y por supuesto reafirmantes de la democracia y
la consideración de respeto y valor por la educación
como proceso vital del ser humano. En ellas se podría
tener en cuenta los siguientes aspectos:
a) Desmontar el Decreto 230 sobre promoción flexible
a manera de promoción automática en la educación
básica.
b) Retomar la autonomía educativa y curricular para
cada institución educativa planteada en la Ley
115.
c) Establecer exámenes de admisión para cada pro-
grama académico de cualquier Institución de Edu-
cación Superior.
d) Establecer nuevos criterios de permanencia y
promoción académica de estudiantes para cada
programa académico, por ejemplo promedios de
calificaciones, asistencia a eventos académicos,
publicación de documentos.
e) Legislar sobre el número máximo de estudiantes
por clase, las normas internacionales mencionan un
promedio de 25 a 30 estudiantes por clase.
f) Exigir a cada programa académico el intercambio de
docentes y estudiantes con universidades extranje-
ras.
g) Legislar el desarrollo de actividades extracurriculares
en cada proceso de formación profesional.
h) Exigir a cada IES la aprobación legal de presupues-
tos y financiación económica para infraestructura y
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
50 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
dotación de equipos propios de cada programa
académico.
i) Legislar sobre el nombramiento de profesiona-
les dedicados exclusivamente a investigación y
publicaciones científicas y académicas.
j) Otorgar a todos los maestros de la IES el nom-
bramiento de maestro de planta y de tiempo
completo, para cualificar espacios y tiempos
para preparación de clases, inclusión en grupos
de investigación, inclusión en redes de docentes
nacionales y extranjeras.
k) Otorgamiento de tiempos y espacios académi-
cos para que los profesores puedan preparar
evaluaciones y programas de acompañamiento
a estudiantes.
l) Otorgamiento de tiempos y espacios académicos
a los docentes para preparación y publicación de
documentos y materiales de estudio de sus espa-
cios académicos.
m) Establecer normas legales que impidan que estu-
diantes con promedios inferiores en el examen del
ICFES sean admitidos en programas académicos
universitarios.
n) Inclusión de todos los profesores de la IES en pro-
gramas de bienestar social y académico.
o) Expedir normas legales que establezcan el año
sabático para profesores de IES con destinación a
investigación, estudio en el extranjero y publicacio-
nes educativo-pedagógicas.
p) Desmontar normas legales como la Ley 715 que
permite a profesionales vincularse a la educación
pública sin el titulo de idoneidad académica y pro-
fesional que sí presentan los maestros.
CONCLUSIONES
Las cuatro décadas que le tomó al Estado colombiano
establecer los ECAES como pruebas reguladas para
examinar la calidad de la educación superior, son una
muestra más de la improvisación en todos los niveles de
la educación. También ponen en evidencia la ausencia de
políticas educativas estatales, el desgreño en la aplica-
ción de normas que regulan el servicio público educativo,
la coyuntura con la que funcionarios gubernamentales
de la educación improvisan, en el mejor de los casos,
o desconocen en el peor momento, los desarrollos
y planificaciones de anteriores administraciones de
gobierno.
Muchas de las principales normas legales relacionadas
con el servicio público educativo, alcanzadas en pasado
reciente, se lograron entre instituciones guberna-
mentales e instituciones, entidades y organizaciones
educativas, sindicales, instituciones investigadoras,
tanto de la sociedad política como de la sociedad
civil. Es decir, tanto el sector público como el sector
privado se reunieron a dialogar, hecho que favoreció
concertaciones y pactos para crear e impulsar políticas
y estrategias del sector educativo, como la Misión de
los Sabios, el Plan Decenal de Educación o la Ley 115.
Es hora de que quienes representan a los ciudadanos
vuelvan a tomarlos en cuenta para sus decisiones,
como en el caso de los lineamientos y consideraciones
sobre calidad de la educación, aplicación de currículos
únicos, evaluación por competencias y estándares;
desigualdad en educación pública y educación privada,
por mencionar algunos aspectos, los cuales, de diversa
manera se vienen aplicando desde el sector guberna-
mental en un complaciente deseo por agradar a orga-
nismos económicos internacionales, desconociendo a
los interlocutores colombianos.
Es posible medir a través de un examen ciertos as-
pectos de la educación. Es posible que un examen
ofrezca ciertos indicios sobre conocimientos teóricos.
Es posible que un examen permita evidenciar pro-
blemas y deficiencias educativas. Pero un examen no
puede ser la única medida para señalar a estudiantes
e instituciones con calificativos de preparación teórica
y práctica profesional con la consabida invocación
de calidad y a partir de ello poner en afirmación o en
discusión su formación e idoneidad tanto personal
como institucional.
Los exámenes tienen sus limitaciones: no permitir las
realizaciones prácticas, generalizar un conocimiento
que siempre se ofrece contextualizado, equivocar la
momentaneidad con disciplina; el esfuerzo y la dedi-
51ECAES: UNA MIRADA PROBLEMATIZADORA DE LA EVALUACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
cación con el azar; la explicación con datos memorís-
ticos, los argumentos con probabilidad de acierto. Los
ECAES son exámenes que pueden invitar a reflexionar
sobre la formación profesional, pero no dictaminan
calidad personal ni institucional.
Las Instituciones de Educación Superior deben
perseverar en mantener su autonomía educativa y
curricular, sus principios y políticas institucionales
administrativas y académicas, es decir su independien-
te propuesta educadora como verdadero posiciona-
miento en el servicio público educativo. Encaminarse
a cumplir y agradar a los políticos de turno puede ser
muy contraproducente para la identidad de cada uno
de los proyectos educativos universitarios. Aceptar
la estandarización es aceptar la homogenización per-
sonal e institucional, es rendirse por dejar de ser, es
enajenarse para, dejando de ser, permitir sumisamen-
te que otros sean, es permitir la alienación humana,
personal y social. Por ello es necesario enfatizar un SÍ,
fuerte, sonoro y explicitó a la autonomía universitaria
para que cada IES vaya por donde su razón social,
educativa y política le señalen que debe ir.
En tanto los ECAES se constituyan en exámenes re-
conocidos como calidad de la educación superior y
las Instituciones de Educación Superior los acepten,
éstas poco a poco obligarán a sus maestros a plantear
procesos educativos que conduzcan a sus estudiantes a
alcanzar altos puntajes en dichos exámenes. Es posible
que el maestro entonces se dedique a “entrenar” las
mentes de sus estudiantes para tal fin. No. Los maes-
BIBLIOGRAFÍA
ALARCÓN, José Guillermo (2000) et al. Competencias pedagógicas. Autoevaluación docente. Bogotá, Magisterio.
BERNSTEIN, Basil (1997) et al. Ensayos de Pedagogía Crítica, Caracas, Laboratorio Educativo.
BOGOYA, Daniel et al. (2000) Competencias y proyecto pedagógico. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia.
BRIONES, Guillermo. (1998) Evaluación educacional. Bogotá, Convenio Andrés Bello.CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES DOCENTES DE LA FEDERACIÓN COLOMBIANA DE
EDUCADORES, CEID. Revista Educación y Cultura nº 53,54, 55, 60, Bogotá CHOMSKY, Noam. (2003) Las verdaderas intenciones del Tío Sam, Bogotá, FICA.GALLEGO, Rómulo. (1999) Competencias Cognoscitivas, Bogota, Magisterio.GARCÍA, MÁRQUEZ. Gabriel et al. (1996) Colombia: al Filo de la Oportunidad.
Colciencias, Bogotá. HENAO, Myriam. (1999) Políticas Públicas y Universidad. Bogotá, Universidad Nacional
de Colombia. HOUSE, Ernest. Evaluación, ética y poder, Madrid, Morata, 1999ICFES. Información ECAES, Bogotá, 2006KEMMIS, Stephen et al. Teoría Crítica de la Enseñanza, Bogotá, Martínez Roca, 1998.MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. Ley 115, Bogotá, febrero 1994 ___________ Ley 60, Bogotá, 1993 ___________ Ley 30, Bogotá, 1992 ___________ Plan Decenal de Educación 1996-2005. Bogotá, 1995 ___________ Plan Nacional de Evaluación de Docentes, Bogotá, 1996 ___________ Resolución 2707, Bogotá, 1996 PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Decreto 1781, Bogotá, 2003.
tros colombianos deben mantener su libertad de
cátedra, no como norma y letra muerta “garantiza-
da” en la Constitución Política Nacional, sino como
principio de vida que atiende a principios éticos, al
amor por el conocimiento, al trabajo disciplinado,
a la construcción de nuevos conocimientos, al me-
joramiento de la calidad de vida de las personas, a
la formación integral de las mismas. Libertad de
cátedra significa libertad de expresión, libertad de
aprendizaje, libertad de conocimiento, libertad de
enseñanza, libertad inalienable del maestro.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
52 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
EVALUACIÓN CUALITATIVA:Supuestos para inventarla y practicarla
Acompaña este artículo algunas muestras de catálogos elaborados paradiferentes exposiciones y eventos en el MAC.
53
l sentido de la evaluación no está en la evaluación, se encuentra
en el significado del modelo pedagógico que la sustenta. La le-
gitimidad de una propuesta sobre evaluación cualitativa, sobre
evaluación de procesos, no surge de la evaluación. Tiene su
génesis en la mirada pedagógica que da sustento a una acción
educativa. El sentido de la acción evaluativa debe ubicarse en el contexto pe-
dagógico en el cual se piensa y se hace la evaluación.
Para pensar en evaluación cualitativa o en evaluación de procesos (si se las
considera como algo diferente) es preciso establecer cuáles son las condiciones
de posibilidad para que esa reflexión encuentre sentido. La evaluación cualita-
tiva (como cualquier otra acción pedagógica) no debe, simplemente, hacerse.
Antes que nada debe pensarse. Y el primer momento en esta reflexión debe
orientarse a responder preguntas como estas: ¿Por qué quiero educar?, ¿para
qué quiero educar?, ¿por qué vale la pena evaluar?, ¿se requiere evaluar?, ¿para
qué evaluar?, ¿qué sucede si no se evalúa?
En este orden de ideas se superarán dos de los problemas que más han afecta-
do el desarrollo evaluativo. Por una parte, el instrumentalismo cuyo principal
interés responde al hacer y al cómo hacer y evita el interrogante sobre la inten-
cionalidad o el sentido. Por otra parte, se supera el formalismo en cuanto que
lo evaluativo deja de ser algo dado, algo que “hay que hacer”, algo que “todo
el mundo hace” pero que no reviste una clara intencionalidad ni se orienta a
generar un cambio dentro de una acción educativa.
GUILLERMO TORRES ZAMBRANO
[email protected]. Sc. Maestría en Evaluación Educativa.
Docente de la maestria de la Universidad Javeriana
E
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
54 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Las preguntas centrales en torno a lo evaluativo
deben referirse a su sentido pedagógico. ¿Con-
tribuye lo evaluativo a otorgar sentido a una pro-
puesta educativa?, ¿es coherente el planteamiento
evaluativo con una intencionalidad pedagógica? O
la misma pregunta formulada desde otro ángulo: a
partir de un interés pedagógico determinado, ¿es
posible evaluar?
A la luz de estos planteamientos la preocupación
no apunta a establecer el dilema entre evaluación
cualitativa y cuantitativa. La formulación del dilema
se supera para abrir paso al terreno del sentido, a la
pregunta sobre la necesidad misma de la evaluación.
Y esta es la pregunta que menos se ha formulado, la
que menos ha interesado.
Entonces cabe preguntarse si hay lugar para “de-
cretar” un enfoque cualitativo, para señalar que la
evaluación será “...continua, integral, cualitativa...”
(Art. 47, Decreto 1860 de 1996). La legislación debe-
ría proponer otras posibilidades, abrir otras puertas.
Su señalamiento debería orientarse a animar a los
educadores, a las instituciones, para pensar en y
hacer una evaluación educativa coherente con unos
determinados principios y lineamientos pedagógicos.
Así se evitaría el “forzar” la ejecución de evaluación
cualitativa o cuantitativa dentro de unos ámbitos en
los cuales no encuentra sentido.
Con base en estas premisas es factible proponer algu-
nas reflexiones acerca de las posibilidades de la eva-
luación cualitativa teniendo siempre como horizonte
la pregunta por el sentido.
¿POR QUÉ LA EVALUACIÓN CUALITATIVA?
Las razones para pensar en evaluación cualitativa
pueden ser múltiples. Se citan, entre otras, las si-
guientes:
- Lo ordena la ley.
- Es una respuesta a un desarrollo pedagógico autóno-
mo de la institución.
- La evaluación es algo importante y debe cambiarse,
debe evolucionar.
- Al rector se le ocurrió.
- Alguien planteó eso en el PEI.
- Nos cansamos de lo cuantitativo.
- Hay que cambiar porque sí.
- Lo cualitativo está de moda.
Como lo muestran estas ideas (extractadas de lo
planteado por algunas personas o en algunas institu-
ciones), los motivos pueden ser múltiples. Unos con
mayor sentido pedagógico que otros. Unos, fruto de
la reflexión; en tanto que otros obedecen al azar o al
simple dejar pasar.
Por supuesto que argumentos como la moda o la
autoridad no aportan a una construcción de sentido.
Pero se formulan. En este momento, y aunque también
se trata de algo decretado, los Proyectos Educativos
Institucionales se constituyen en un elemento bási-
co de referencia para poder aceptar, desechar, y en
términos generales, preguntarse sobre el sentido y
las posibilidades de la evaluación. Esto implica que
cualquier decisión al respecto debe tomarse basándose
en aquellos aspectos considerados como orientadores
para una institución concreta, lo cual lleva a abrir el
panorama en cuanto al enfoque o los enfoques de eva-
luación que puedan adoptarse. Es más: al interior de
cada enfoque pueden considerarse diversas modalida-
des que responden a intereses específicos. Sea cual sea
la decisión (y la evaluación cualitativa es una opción
pedagógica, entre muchas) lo que realmente interesa
son las razones para haberla tomado y lo defendibles
que ellas sean. El campo de la concepción y la prác-
tica de la evaluación puede cambiar en la medida en
que la tarea valorativa sea asumida como respuesta a
necesidades determinadas y no como simple réplica a
mandatos legales o complacencias formales.
Si han de tomarse decisiones en torno a la adopción
de un enfoque cualitativo de evaluación, es preciso
establecer, ante todo, su validez de acuerdo con una
propuesta pedagógica.
55EVALUACIÓN CUALITATIVA: SUPUESTOS PARA INVENTARLA Y PRACTICARLA
¿QUÉ SUPONE LA PRÁCTICA DE LA EVALUACIÓN CUALITATIVA?
¿Cuáles son las condiciones de posibilidad para cons-
truir pedagogía a partir de la evaluación cualitativa?
Tradicionalmente, en el sistema educativo colombiano
la evaluación se ha movido dentro de unos paráme-
tros de carácter cuantitativo. Ellos no surgen desde la
escuela sino que más bien obedecen a una tradición
cultural (enraizada en los sistemas de producción de
bienes y servicios) que se proyecta al interior de la
escuela y junto con ciertos elementos de tipo pedagó-
gico (conscientes o no) dan lugar a las prácticas más
extendidas de evaluación.
De acuerdo con este marco lo primero que debe mi-
rarse ante una posible introducción de la valoración
cualitativa son los vínculos que existen en un contexto
determinado, entre las formas culturales de valoración
y las concepciones y prácticas surgidas en la escuela.
Esto quiere decir que una probable práctica de la eva-
luación cualitativa va a afectar y va ser afectada por
todo un complejo de tradiciones, concepciones, fuerzas
y sentidos que no van a permitir que su “intromisión
en lo establecido” opere automáticamente. Casi
que se podría afirmar que un cambio traerá más
problemas y rupturas, contradicciones y tensiones,
que si se continúa con lo ya existente. Tal situación
lleva a la formulación del primer supuesto: La ins-
tauración de la evaluación cualitativa debe partir
de un análisis de los modos culturales de valoración
y sus relaciones con las prácticas pedagógicas. De
otra forma se estarían desconociendo muchas de
las fuerzas que realmente mueven y dinamizan lo
evaluativo. Y no debe olvidarse que un cambio en los
patrones culturales puede constituirse en una tarea a
largo plazo. Por lo menos no es algo inmediatista.
Un segundo supuesto se relaciona con la finalidad
de la evaluación cualitativa. Ésta busca comprender
el desarrollo de la acción educativa, encontrar su
significado. En contraposición a la evaluación ordi-
nariamente practicada, la mirada cualitativa supera
las aproximaciones puntuales a los objetos de evalua-
ción. Su intención consiste en penetrar, con sentido
constructivo, en la realidad educativa para valorarla
y aportar elementos que contribuyan a su desarrollo.
Esto implica una mirada holística de tal manera que
el objeto valorado pueda ser comprendido a la luz de
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
56 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
las circunstancias que lo rodean, de su contexto.
El rendimiento de un estudiante, por ejemplo,
debe interpretarse tomando en consideración las
múltiples influencias presentes en los procesos y
ambientes de aprendizaje. El juicio resultante de
esta valoración ofrece posibilidades mucho más
amplias de desarrollo humano y mejoramiento que
una simple calificación otorgada como fruto de un
acto y una consideración aislados.
El tercer supuesto alude a la necesidad de cambio en
la cotidianidad escolar. Si la evaluación cualitativa
ha de cumplir una función en términos de cons-
trucción y búsqueda de sentido, sin lugar a dudas
afectará muchos de los ámbitos de desarrollo de la
vida escolar, de la rutina institucional. Será preciso
romper con esquemas, con comportamientos tradi-
cionalmente establecidos, estar dispuestos a arriesgar
alternativas y también estar dispuestos a perder para
construir. La destinación de espacios, el manejo de
tiempos, las formas de comunicación pueden, y muy
seguramente, deben cambiar. Las relaciones entre los
actores y las vinculaciones entre los actores y los sa-
beres deben asumir nuevas manifestaciones. Se debe
abandonar la mentalidad estandarizada que agobia
la tarea educativa.
Ante este panorama la pregunta básica es: ¿qué tan
dispuesta está la escuela para cambiar, para realizar
una transformación que supere la apariencia legal y
formalista? Es dable pensar que en muchos casos esto
no puede ocurrir, simplemente no va a ocurrir. Es ya
casi un lugar común el aceptar que la escuela es un es-
pacio rígido, inflexible. Hacer este reconocimiento no
quiere decir que se rechace la posibilidad de cambio.
Más bien busca alertar sobre la necesidad de analizar
“cuál terreno se está pisando” de tal manera que no
se realicen esfuerzos inútiles y que den origen a un
desgaste institucional. Si se analiza la tradición de la
escuela colombiana generalmente esos análisis no se
hacen, y en más de una ocasión han dado al traste con
las mejores intenciones de cambio educativo.
Posiblemente una de las notas distintivas más carac-
terística de la evaluación cualitativa tiene que ver con
la capacidad de creación, la capacidad heurística que
debe animar el desarrollo de las acciones evaluativas
(cuarto supuesto). Para hacer esta afirmación se parte
57EVALUACIÓN CUALITATIVA: SUPUESTOS PARA INVENTARLA Y PRACTICARLA
del reconocimiento de la incertidumbre en los procesos
educativos. A pesar del esfuerzo realizado por algunos
enfoques para introducir exagerados esquemas de pla-
neación y previsión en el desarrollo del acto educativo,
cada vez se reconoce con más insistencia que se trata,
ante todo, de un acto humano: en él están presentes
múltiples fuerzas o tendencias cuya concurrencia da
lugar a procesos que inicialmente de ninguna manera
podrían ser objeto de previsión. Y nadie discute la
importancia de estos procesos. Y tampoco se discute
la importancia de valorar esos procesos. Es aquí, y
en situaciones similares, cuando se pone a prueba la
capacidad heurística de la tarea evaluativa. Se debe
estar pronto a responder a situaciones inesperadas,
indeterminadas, según el curso que los procesos hu-
manos, incluido el de la educación, toman. De ahí la
necesidad, como lo señala el título de este ensayo, de
inventar la evaluación, y de inventarla de tal manera
que responda, con sentido y para construir sentido, al
desarrollo de procesos educativos específicos, así no
sean planeados.
Un quinto supuesto que se plantea hace relación a la
necesidad de cambio en los roles que desarrollan los
actores. Y este cambio se puede proponer alrededor
de un eje fundamental en la evaluación cualitativa:
la participación. Esta puede considerarse como una
característica “sine qua non”. La participación abre
las puertas al ejercicio democrático y éste sienta las
bases para una construcción de sentido, pues posibilita
la interacción de pareceres, de visiones, de diálogo.
La práctica de la escuela, la realidad de la escuela, no
se ha caracterizado por facilitar y animar una amplia
participación de los estamentos. Hasta ahora, y desde
la legislación (mas no desde el convencimiento y la
necesidad pedagógica), se está buscando un desa-
rrollo educativo de mayor participación. Cuando los
actores no tienen una cultura en este campo, lograrla
no es tarea sencilla. Y mucho menos en el campo de
la evaluación, caracterizado por la verticalidad y el
autoritarismo de los docentes. Sin embargo, sin una
amplia voluntad y realidad de participación, cualquier
esfuerzo de implementar la evaluación cualitativa no
pasará de ser una fachada formalista.
Junto con la participación es preciso considerar lo
relacionado con las actitudes, entendidas como la
disposición manifiesta de los actores para compren-
der una determinada situación educativa y actuar
en consecuencia. La evaluación cualitativa requiere
que quienes de una u otra manera se involucran en
esta actividad estén dispuestos a cambiar sus con-
cepciones y sus acciones en la relación con los otros
participantes, con los saberes, con la institución, con
los procesos educativos. Sin un cambio en este ámbi-
to resulta casi que imposible dar un giro a la práctica
evaluativa. Muchos cambios sugeridos (por ejemplo,
la promoción automática) se han visto limitados en
sus posibilidades en razón de que las disposiciones
de los actores no han resultado beneficiadas por una
visión alternativa. No debe olvidarse que, así parezca
redundante, la evaluación es la expresión y práctica
de unos valores y éstos también se constituyen en
una base clara para dar sentido a las actitudes. Por
lo tanto, es necesario entrar al núcleo valorativo y
de ahí a las actitudes para pensar realmente en una
evaluación cualitativa con sentido. Si, por ejemplo, no
hay una disposición para cambiar actitudes hacia la
participación amplia y abierta de los actores, no podrá
tener lugar una evaluación cualitativa de calidad.
El sexto supuesto debe considerar todo lo relacionado
con el factor comunicación. la evaluación cualitativa
supone trabajar alrededor de un lenguaje, de unos
códigos apropiados al nuevo enfoque. Con el uso
prácticamente exclusivo de la evaluación cuantitativa
se ha privilegiado el código numérico casi como el
único vehículo de comunicación de las valoraciones
educativas. Se trataba de tener un único lenguaje a
fin de desarrollar una comunicación expedita y sin
mayores complicaciones. Un código numérico deter-
minado representaba lo mismo en una institución que
en otra. El problema de las significaciones particulares
y los contextos no era tenido en cuenta. Tampoco se
daba mucha atención a aquello que no pudiera ser
captado por el código numérico. En términos generales
se pueda afirmar que se trataba de un código simple y
restringido.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
58 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Al querer entrar en el campo de la evaluación cuali-
tativa es preciso comenzar a construir (a inventar)
una serie de códigos abiertos y diversos que res-
pondan apropiadamente a enfoques pedagógicos
alternativos. Esto implica que los códigos de un
contexto divergen y hasta pueden ser contrarios a
los de otro contexto. Lo que interesa es que sean
pertinentes. Visto de otra manera, se da lugar a la
creación y expresión de códigos evaluativos que re-
presenten la subjetividad y las visiones particulares
de los participantes. Este nuevo lenguaje expresa
una forma distinta de participación. Los códigos
de comunicación evaluativa no se plantean desde
el ángulo de la oposición (maestro vs. estudiante,
o maestro vs. institución) sino más bien desde la
óptica de la posibilidad del encuentro, del diálogo,
del respeto a la diversidad, de la búsqueda de in-
tereses comunes. Posiblemente polaridades como
maestro-alumno deben tender a desaparecer como
tales para darle paso a espacios de encuentro para la
construcción. La disposición al respeto debe primar
sobre la tendencia a la oposición tan común en los
ambientes educativos y que se hace muy visible en
el evento valorativo.
Y se puede anotar un séptimo supuesto que en gran
medida recoge lo planteado en los anteriores. La
evaluación cualitativa tiene sentido si responde a
un enfoque pedagógico orientado a la construcción
basada en procesos de desarrollo. La evaluación
cualitativa no se puede entender sino como un ele-
mento pedagógico que ayuda a valorar y construir un
devenir educativo. Las características ya anotadas de
flexibilidad, apertura, elaboración de nuevos códigos
comunicativos, etc. encuentran su máxima expresión
en un ambiente de procesos. Éstos se estructuran sobre
la base de unas acciones y unos parámetros para enten-
der y construir un objeto determinado lo cual implica
que puede haber multitud de procesos, diversidad de
acciones y reglas. Para citar solo un caso: un mismo
objeto de conocimiento (por ejemplo, la matemática)
puede ser aprehendido a través de muy distintos pro-
cesos dependiendo de la edad en la cual se encuentre
el aprendiz y el contexto de aprendizaje (y se pueden
tener en cuenta otras variables). Esto significa que
no hay un proceso para aprender la matemática. Es
más: dentro de un grupo de aprendices de una misma
edad y provenientes de contextos similares, es posible
encontrar diferentes ritmos de estudio y aprendizaje lo
cual incrementa la diversidad de posibilidades.
El panorama planteado genera un reto doble para la
evaluación. En primer lugar, ésta no puede concebirse
y trabajar bajo un enfoque de estandarización. Por el
contrario, debe aceptar el supuesto de la pluralidad,
de la diversidad. No hay una forma de evaluar. La
evaluación, para ser adecuada y pertinente, debe estar
atenta a responder a los diferentes tipos de procesos
que pueden ocurrir en un contexto educativo. En
otras palabras, debe haber tantas formas de concebir
y llevar a cabo la evaluación como procesos educativos
se pueden dar. Y este es un reto para el cual es difícil
dar una respuesta adecuada. Implica, como ya se dijo,
una gran creatividad de parte de los evaluadores. El
segundo reto aunque también es difícil de afrontar,
se constituye, sin embargo, en una oportunidad muy
propicia para aprovechar al máximo la función pe-
59EVALUACIÓN CUALITATIVA: SUPUESTOS PARA INVENTARLA Y PRACTICARLA
dagógica de la evaluación: ésta opera como el compo-
nente pedagógico que permite comprender la calidad
de los procesos, jalonar su avance, lo cual, de hecho,
le reconoce una finalidad distinta a la de la evaluación
interesada en lo puntual y aislado.
En este orden de ideas la evaluación cualitativa adquie-
re su pleno sentido y su plena razón de ser en el marco
de una acción educativa orientada al desarrollo de pro-
cesos. Es más, esto permite resaltar que la evaluación
cualitativa es, necesariamente, un elemento integrado
a los procesos, no algo aparte y circunstancial como
se ha creído hasta el momento.
Teniendo como referente lo mencionado en torno
a estos supuestos (que podrían ser más), es factible
afirmar que la ocurrencia de la evaluación cualitati-
va no está supeditada a la manifestación completa
y simultánea de todos los supuestos. No debe olvi-
darse que lo evaluativo como algo inherente al acto
pedagógico, también es objeto de construcción y por
lo tanto está sujeto a todos los avatares propios de
un proceso de desarrollo.
Si se analiza con cuidado la orientación básica de los
supuestos, se encuentra que se refieren más a tópicos
de carácter pedagógico que a aspectos evaluativos
propiamente dichos. Esto refuerza la idea introducto-
ria del ensayo: “El problema de la evaluación no es la
evaluación”. La aproximación a una posible práctica
de la evaluación cualitativa debe hacerse desde la
concepción de un enfoque pedagógico.
A partir de lo ya expresado es posible afirmar que en
lugar de hablar de evaluación cualitativa o evaluación
de procesos, es más claro hablar de “evaluación cuali-
tativa de procesos” pues este concepto liga la evaluación
y la pedagogía y destaca lo evaluativo como expresión
pedagógica.
Bogotá, septiembre 11 de 2006
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
60 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
HACIA UNA EDUCACIÓN FILOSÓFICA
Usolamente que hay montañas en
tales sitios, su altura, su clima y
su nivel de pluviosidad, sino cómo
ese hecho geográfico se impone
como un sentido y como un con-
dicionamiento de la vida humana.
¿Por qué en las zonas montañosas
hay una forma de vida diferente,
que de alguna manera está vin-
culada con su historia? ¿Por qué
en las montañas nuestras no es
tan importante una aristocracia
terrateniente, existe más la pe-
queña propiedad campesina, y
por tanto predomina una vida más
conservadora? Las montañas son,
por una parte, “neveras” donde se
guardan los refranes, las formas
lingüísticas, las estructuras del pa-
sado; pero, por otra, son regiones
más independientes, y llegan a ser
incluso refugios de hombres libres.
¿Por qué la historia se desarrolla
más lentamente en las montañas
y más rápidamente en las llanu-
ras, a lo largo de los ríos y en las
costas, donde el transporte pone
más directamente en contacto a la
gente? ¿Qué significa una montaña
como condición de existencia y, al
mismo tiempo, qué es un desierto?
¿Por qué la montaña produce un
arte distinto, lleno de arabescos,
sin líneas de medida, de distinción
de propiedades, sin arcos sueltos?
¿Qué quiere decir todo esto? ¿Qué
tipo de mentalidad, de concepción
del mundo se construye allí?
La significación de la geografía
humana cambia según el avance o
retroceso de las fuerzas producti-
vas. Así, con determinado grado de
tecnificación, ser habitante de una
isla significa estar aislado; pero
con otro grado de comunicación
significa estar en contacto con todo
el mundo, como era el caso de la
marina inglesa. En la Segunda
Guerra Mundial, Inglaterra podía
estar protegida contra la invasión
alemana, pero en una guerra ac-
tual ya no estaría a salvo de nada.
En otros términos la significación
geográfica cambia cuando se trans-
forman los modos, las técnicas y las
relaciones de producción.
Una geografía filosófica debe ser
explicativa, pero también vital,
libre de mitologías. No se trata de
saber quién fundó una ciudad, sino
na educación filo-
sófica debe poner el
acento en la forma-
ción. Eso significa
que la enseñanza de
todo lo que nosotros llamamos
materias debe tender a darse en
forma filosófica, es decir, como
pensamiento, y no como con-
junto de información. Cualquier
materia se puede presentar, en
principio, en forma filosófica, no
importa de cuál se trate, como
también podría hacerse en forma
perfectamente antifilosófica o,
como decía Marx, aconceptual, es
decir, sin que sus temas se incluyan
en la lógica de un pensamiento
propiamente dicho.
Tomemos por ejemplo la geo-
grafía. ¿Qué puede significar una
geografía filosófica? Una geografía
filosófica debe tener en primer
lugar principios explicativos. Debe
preguntarse, por ejemplo, cuál es el
peso de las diferentes condiciones
geográficas, climáticas, orográficas
y demás, en la vida humana en
determinado período histórico. Al
describir un país no debe constatar
61PÁGINA ROBADA
en qué sitio había condiciones para
poderlo hacer, porque las ciudades
no se decretan; sin los chibchas,
la sal de Zipaquirá y la protección
contra los piratas, no se funda San-
ta Fe de Bogotá aunque la decreten,
porque se decretaron muchas. La
primera fue Santa María la Antigua
del Darién, y ahora no hay nada
allí. Enseñar geografía filosófica-
mente es darle un sentido a lo que
se enseña. Y así puede hacerse con
todas las materias
La historia, por ejemplo, no debe
ser el simple recuento de acon-
tecimientos de lo que ocurrió en
el pasado, sino una exposición
de la manera como el mundo se
concibe; cómo se muere y cómo
se ama en cada época, según las
condiciones de vida; la manera
como naturalmente se produce y
se cambia; el tipo de hombres que
produce la historia y que producen
todo eso. En cierta medida, es fácil
comprender qué sería una historia
filosófica, pero con todas las ma-
terias se puede hacer igualmente
filosofía.
Una educación con filosofía no
quiere decir dedicarle más horas
a una materia aburridora llamada
filosofía, en la que se cuentan muy
sumariamente ciertas “historie-
tas” que son muy conocidas en
las fórmulas que se enseñan en el
bachillerato (nadie puede bañarse
dos veces en el mismo río, sólo sé
que nada sé, etc.) que luego deben
ser reproducidas en un examen
final, para después no volver a
recordar nada.
Las materias pierden interés en
sí mismas por la forma como se
enseñan. En botánica se termina
por saber algunas palabras en latín,
pero finalmente no se recuerda
nada más. Para explicar la vida
se tiene el cuidado de emplear el
tablero pero no el pensamiento.
Mientras más se apela a métodos
audiovisuales más se acentúa la
tendencia. Esto es muy frecuente
en la enseñanza de la célula, ¿Qué
es una membrana? ¿Es la línea que
he pintado en el tablero? ¿Qué es
será el cerebro? ¿Qué significa
vida? ¿Cómo una misma cosa es
al mismo tiempo una memoria
que contiene en alguna forma el
secreto, la clave de su reproduc-
ción? ¿Cómo crear la incógnita
en lugar de dar la apariencia de
resultados impensados? ¿Cómo
hacer, pues, una biología pen-
sable?
Lo que se convierte en instru-
mento nuestro, lo que nos ayuda
a pensar y ver el mundo y a noso-
tros mismos de manera diferente,
nunca se olvida, como no se olvida
el idioma en que hablamos. Olvi-
damos lo que no podemos integrar
EN LA MEDIDA EN QUE QUERAMOS QUE LA EDUCACIÓN SIGNIFIQUE ALGO MÁS QUE EL ENTRENAMIENTO DE UN EXPERTO PARA UN MERCADO QUE LO DEMANDA, Y QUE BUSQUEMOS LA FORMACIÓN DE UN CIUDADANO, EN ESA MISMA MEDIDA DEBERÍAMOS ACENTUAR LA EDUCACIÓN FILOSÓFICA.
esto que llamamos membrana,
que al mismo tiempo protege del
mundo y comunica, que sirve
para aislarse y para relacionarse,
para dejar pasar lo que combina
con lo interior y expulsar lo que
no combina, y al mismo tiempo
para que todo el estruendo del
mundo no desbarate el pequeño
núcleo? ¿Qué es ese misterio que
llamamos membrana y que luego
a nuestro ser. Nuestro psiquismo
tiene la capacidad de eliminar lo
que no puede asimilar, pues ¿qué
haríamos con todo ese conjunto de
cosas que no podemos utilizar en
nada? El acto del olvido no deja de
ser saludable, ya que nos permite
aprender cosas nuevas y no vivir
atiborrados de datos inutilizables.
El bachillerato llena al estudiante de
fechas históricas SOBRE la muerte o
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
62 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
el nacimiento de grandes per-
sonajes o de nombres botánicos
y clasificaciones que no sabe
qué significan. Afortunada-
mente todo eso se olvida. Sólo
se recuerda aquello que hemos
aprendido a pensar por nosotros
mismos en su significado.
LA EDUCACIÓN COMO FORMACIÓN DE CIUDADANOS
En la medida en que queramos
que la educación signifique algo
más que el entrenamiento de un
experto para un mercado que lo
demanda, y que busquemos la
formación de un ciudadano —para
decirlo en términos griegos—, en
esa misma medida deberíamos
acentuar la educación filosófica.
Hay muchas cosas en la educación
que no podemos evitar (un ritmo,
un pénsum, etc.) pero sí hay una
cosa que podemos mejorar: pensar
nosotros mismos lo que llamamos
nuestras materias, impregnarlas
de inquietudes y transmitirles en-
tusiasmo, que es muchas veces lo
que menos se transmite.
La educación comienza con una
separación que ya es una división
terrible del trabajo. En la escuela
primaria aprendemos que hay dos
cosas: una aburrida y útil, la clase;
y otra inútil y maravillosa, el recreo.
Pronto se nos ubica muy bien en el
tiempo y en el espacio: la clase es
aburridora, pero necesaria; en cam-
bio, el recreo es el disfrute, pero no
sirve para nada. Esta valoración
diferencial se queda para siempre
en nuestra mentalidad. El saber
no es un disfrute, Aprender es lo
contrario de disfrutar. Disfrutar
es lo contrario de aprender. La
única motivación sería entonces
un interés exterior, no un interés
por la cosa misma.
El profesor de preceptiva litera-
ria recomienda a los estudian-
tes la lectura de El Quijote. Muy
probablemente les enseña que el
gerundio está muy bien utilizado
por Cervantes y así el alumno
termina asociando el libro con la
gramática que es una de las cosas
más aburridoras del bachillerato.
El Quijote, que es una broma de
orden superior sobre la vida, ter-
mina así inscrito en el orden del
deber, y el estudiante no lo estudia
ni tampoco lo disfruta, porque el
disfrute es el recreo.
No habrá transmisión posible que
el profesor pueda hacer de una
pasión que él no tenga por un tema.
La educación recurre entonces
al mecanismo de la nota, al de la
competencia o al de la promoción.
En el mecanismo competitivo el
fracaso de uno es el éxito del otro.
Hay otros a los que les puedo
ganar y que me pueden ganar. El
aprendizaje no está motivado por
el deseo de saber algo que se nos
ha hecho necesario, inquietante,
interesante, o por la solución de
una incógnita que nos conmueve,
sino por la nota, la promoción, la
competencia, el miedo de perder el
año y ser regañado o penado.
Debemos confesar tranquilamente
que nosotros estamos situados en
una circunstancia objetiva que
no podemos transformar desde
el aula. No se puede revolucionar
un aparato educativo orientado a
producir fuerzas de trabajo cali-
ficadas desde el salón de clase. Es
un reconocimiento simplemente
realista. No podemos tomar socrá-
ticamente a un alumno por medio
de preguntas hasta que él mismo
descubra la geometría a través
de su propio pensamiento, como
hacía Sócrates con el esclavo1. Pero
debemos considerar también que
la formación debe ser el ideal de
todo aquel que considere la edu-
cación como algo más que la pro-
ducción de un experto adecuado a
una demanda de trabajo calificado.
Esta es la única forma de luchar
por una democracia en cualquiera
de sus formas.
La promoción de una educación
filosófica es la forma por excelen-
cia de búsqueda de ampliación
de la democracia dentro del sis-
tema educativo. Promover una
educación filosófica y no una
información cuantificada, masiva,
separada, beatificada. Esta última
puede servir para trabajar, pero
para vivir no tiene más utilidad que
la posibilidad de derivar un ingreso
mayor que el que se tendría sin ella.
63PÁGINA ROBADA
No podemos llevar a efecto nue-
vas combinaciones del trabajo
productivo y el estudio, fuera
de las que ofrece la sociedad en
que estamos, ni tampoco cam-
biar la división social del trabajo
desde el aula. Pero sí podemos
desarrollar desde allí una lucha
restringida por la democracia.
Un hombre que pueda pensar
por sí mismo, apasionarse por
la búsqueda del sentido o por
la investigación es un hombre
mucho menos manipulable que
el experto del que hablábamos
arriba. Este es un resultado que
podría provenir de una intensifi-
cación, en nosotros mismos como
educadores, de la tendencia a la
educación filosófica.
Quería decirles, pues, con el tema
de educación y filosofía, que el
ideal es promover la educación
filosófica.
Texto tomado de
EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA,
Estanislao Zuleta.
Hombre nuevo editores.
Medellín, 2004. Pág. 64-68
1 Ver Platón, Menón, o de la virtud. (N. del E.).
Lucernario en el obeliscodel Museo de ArteContemporáneo.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
64 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
40 AÑOS DELMUSEO DE ARTE
CONTEMPORÁNEO
65
40 AÑOS DELMUSEO DE ARTE
CONTEMPORÁNEO
[email protected] en Bellas Artes, Investigadora y Docente de la
Facultad de Educación de Uniminuto.
RITA HINOJOSA
Conversaciones con Manuel Hernández
ara hablar del MAC es necesaria la presencia de la sabiduría y la
belleza que imprime a las palabras, como arquitecturas evocado-
ras y reveladoras de memoria, el maestro Manuel Hernández1.
En la segunda mitad del siglo XX, la creación artística en Colombia se desenvuel-
ve dentro de una atmósfera receptiva a nuevos planteamientos expresivos en el
arte. Bogotá, la ciudad donde se centra la mayor oferta de servicios culturales,
vio nacer los nuevos espacios para la presentación, en la forma más objetiva
posible, de las producciones artísticas consideradas actuales, generadas en
esa línea de nuevas búsquedas, identificadas por la exploración de los medios
expresivos plásticos y por la conversión de la mirada sobre los problemas de
la nación, incorporados a su historia. Entre ellos el MAC.
P
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
66 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Rita Hinojosa: El Museo, maestro Manuel Her-
nández, desde sus orígenes ha contado con su
presencia, en algunos momentos como curador
y jurado, hay obras en el museo gracias a su
generosidad, la celebración de los veinte años
también fue de mano suya. Ha sido muy claro ese
vínculo afectivo suyo con este espacio para el arte
en Bogotá, ¿Ud. recuerda esos momentos iniciales
del MAC?
Manuel Hernández: Pues yo tuve la suerte de tener
una gran amistad y contacto directo con el padre
Rafael García Herreros, a quien evoco como una per-
sona supremamente sensible al arte y a la actividad
artística, específicamente en ese deseo de brindar
apoyo y de querer estar muy vinculado con todas
las actividades artísticas se propone el desarrollo de
ese gran espacio museo, lugar al que siempre quiso
muchísimo y que acogió con intensidad. Creo que el
padre García Herreros es un personaje no solamente
a nivel nacional e internacional, es una figura que nos
ha dejado una gran huella, y pues para mí fue muy
grato cumplir algunas de sus inquietudes.
RH. Es un espacio cultural que compromete a la
Universidad con su entorno. Cuando se hace el Museo
algunas opiniones expresan su desconcierto frente a
éste, consideran una salida de tono crear un museo
de arte contemporáneo en un extremo de la ciudad,
además considerado marginal...
MH. Y además era una utopía, porque no correspondía
el sitio, realmente no habría de pronto allí un público
preparado para recibir esta propuesta. Resultó muy vi-
sionario por parte del padre, porque amplió totalmente
el panorama sobre las prácticas artísticas del momento
y le abrió al público una nueva visión a partir de estas
nuevas exposiciones y búsquedas...
RH. Maestro, usted ha traído el nombre del padre Gar-
cía Herreros, para comentar sobre esa preocupación
suya por la cultura que estaba manifiesta concretamen-
te en la realización del museo. ¿Qué vínculo descubre
desde esa espiritualidad tan alta en Ud., y por supuesto
tan alta en el padre, en relación con la creación ar-
tística y el Museo?
MH. Yo creo que precisamente la motivación sentida
del padre era acercarse a toda esa juventud de artis-
tas, de nueva visión estética e intensa, necesitada de
un apoyo muy específico y dueña de gran seriedad y
un hecho creativo inmenso. De ahí el origen de los
salones realizados anualmente que tuvieron siempre
gran éxito. Llamar cada año a los artistas y demostrar
que Colombia tenía un grupo muy valioso de personas,
vinculadas muchos de ellos al Minuto de Dios, eso era
interesante, muy cercano. En la perspectiva de los
salones, el padre Rafael logró interesar a los jóvenes
artistas en la exploración con nuevos materiales muy
cercanos a la búsqueda artística.
Entonces el padre tenía un bellísimo sentido de me-
ditación, de profundidad, de confrontar al artista con
su medio, con el arte contemporáneo y también ver
cómo el arte puede lograr una espiritualidad intensa,
el artista pueda investigar en muchos órdenes y pueda
descubrir su interioridad, manifestarse en el medio en
que vive. Se cumplió una labor muy intensa en la que
el padre logró motivar a toda una generación.
RH. La segunda mitad del siglo XX está marcada
fuertemente por acontecimientos sociales y políticos,
como huellas de dolor en el país. La pintura ha veni-
do mostrando cambios de rumbo en el pensamiento
estético con el grupo de los Nuevos, se aprecia un
lenguaje plástico que reconoce una situación social,
Alejandro Obregón había pintado La violencia, los
premios nacionales recaen sobre obras de mani-
fiesto compromiso, de denuncia, podemos recordar
a Carlos Granada... Usted, antes de irse a Roma ha
ganado un premio nacional, en 1961, con una obra
que presagia el advenimiento del futuro, luego, a su
regreso, se instaura como una presencia definitiva
para la plástica en el país, pues a través de usted se
manifiesta el arte contemporáneo como tal...
MH. Me correspondió posiblemente por las circuns-
tancias. Yo fui nombrado en 1964 Director de la Escue-
67CUARENTA AÑOS DEL MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO
la de Bellas Artes, allí se introdujo una nueva visión,
posiblemente como consecuencia del traslado un poco
nostálgico de la vieja Escuela, aquella que estaba situa-
da en la calle 9 8-31 muy romántica desde todo punto
de vista pero poco real al proceso que estaban viviendo
ya los artistas jóvenes, a la Ciudad Universitaria. Yo
creo que José Félix Patiño, rector en ese momento de
la Universidad Nacional, decidió el traslado, signo de
un rompimiento que me correspondió llevar a efecto,
de la Escuela a los campos universitarios. Allí logramos
todos una vinculación con el hecho universitario, con
toda esta cercanía a la Facultad de Filosofía, a la Fa-
cultad de Educación, había toda una propuesta nueva
que se fue llevando a cabo mediante una participación
muy real de todo este grupo de estudiantes, pues prác-
ticamente la nueva generación de artistas estuvo muy
vinculada con la Escuela, y desde luego en ese entonces
tuve la suerte de tener a colegas como Negret, Ramírez
Villamizar, Grau, el mismo Fernando Botero, quien
aún no había partido para Europa; para la Escuela
nueva estaba Santiago Cárdenas, muy joven desde
luego, Jorge Elías Triana, recién llegado de Praga,
un grupo muy esencial, Carlos Rojas, muy inquieto,
Bernardo Salcedo apenas se iniciaba. Tuvimos como
alumnos a Miguel Ángel Rojas...
RH. Una de las obras más sofisticadas de Manuel
Hernández, un mural cerámico, recibe al visitante
del MAC. Esta presencia de uno de los artistas abs-
tractos más importantes del país, sugiere el encuentro
con las tendencias de la plástica representadas en su
colección, ¿Cómo surge esta propuesta?
MH. El padre consideraba que mi obra compartía
aquel mundo sensible y profundo que le era a él tan
apreciado y estaría bien un mural recordatorio en la
fachada y lo programó, hablamos con él sobre sus ideas
y le interesó mucho el proyecto, un signo homenaje a
toda esta actividad cultural y así pude realizarlo en
un material, que me parece muy noble como el ladri-
llo cocido con las delicadas tonalidades que le da la
gredización, y tiene una gran resistencia y una gran
permanencia que aún se conserva.
RH. La vida de las exposiciones fue origen de
la colección del MAC, una de las más amplias
sobre arte latinoamericano, hacia los ochenta,
mencionada por Germán Rubiano Caballero en
la Historia del arte en Colombia. Con los salones
se realizaba una labor dinámica de captación de
público, fueron espacios de divulgación y reco-
nocimiento y también formas de adquisición de
obras...
MH. De acuerdo. Además, porque yo tuve la suerte
de tener que trabajar junto al padre para la cele-
bración de algunas exposiciones, entre ellas que
recuerde en forma lejana pero con mucho afecto,
una exposición que se llamó “40 mujeres artistas”
en homenaje a la mujer, entonces reunimos obras
de las mujeres artistas y tuvo un gran éxito esta
exposición, de una gran calidad. Pero a su vez, así
como apoyaba intensamente toda la actividad crea-
dora, quiso continuar con el enriquecimiento de
las colecciones del mismo museo y llamó a muchos
artistas para que le hicieran donación de obras para
enriquecer esta gran colección que se tiene hoy, una
de las colecciones que si uno penetra cuidadosamente
la va a disfrutar intensamente, se puede leer en ella los
procesos de la plástica, en parte por la periodicidad de
la celebración de salones con premios de adquisición.
Son muchísimos los nombres que vinculados a la vida
de las exposiciones como tú la llamas, dieron cuerpo
y forma a la colección, nombres muy importantes ya
convertidos en historia, cuya contribución mayor fue
la construcción de un movimiento cultural apoyado en
la visión del Minuto de Dios.
RH. Sí, había un gran movimiento. Maestro, esos
artistas contemporáneos son herederos realmente
de sus pensamientos y de posturas estéticas desde
la Escuela, y desde su actividad en el Museo de Arte
Contemporáneo, que les acoge sin reservas.
MH. Yo creo que continúa, me parece formidable que
ustedes le sigan dando ese apoyo a las nuevas genera-
ciones que siempre están ávidas de encontrar un sitio
donde mostrar una obra diferente, exploratoria; sobre
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
68 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
todo es el artista que está en búsqueda, que no
tiene ese interés comercial sino la muy intensa
vocación de descubrir y de preguntar por nuevos
caminos, eso es lo que yo veo alrededor del Museo
y del Minuto de Dios.
RH. Y, en estos momentos el Museo ha tomado
partido no tanto por los egresados como por los
estudiantes, se ha plegado un poco en el apoyo
a los que están detrás, perfilándose. De eso da
cuenta el carácter de las muestras anuales sobre
experiencias de formación. Esa es la grandeza del
MAC, esa frescura con que rodea esa noción de
contemporaneidad...
MH. Eso fue lo que exactamente señaló el padre
Rafael, él siempre quiso que fuese como una luz
que marcara el entusiasmo de los artistas en las
búsquedas.
RH. Yo tengo la mirada sobre el significado de los
Salones del Fuego, como una devolución del lugar y
del reconocimiento debidos a unos materiales y pro-
cedimientos muy entrelazados con las experiencias
humanas, profundamente sensibles y simbólicas.
MH. Por supuesto, fundamentales estos salones. Se
transforma el concepto del arte alrededor de estos
materiales y procedimientos.
RH. Los primeros veinte años del Museo fueron mu-
cho más profundos que los segundos, desde mi per-
cepción, porque lo que había en el país, el movimiento
de generación de nuevas expresiones estéticas, nuevas
lecturas del mundo, fue decididamente apoyado por
el Museo...
MH. Claro que sí. Es que era eso, sentir que todo este
grupo joven estaba viviendo una verdad que no se
limitaba a dejarla pasar, tú sabes, abrió caminos. Fue
como colonizar.
RH. El director actual está preocupado por la rela-
ción de las nuevas tecnologías de comunicación y la
información con los espacios de creación plástica, la
expresión artística a través de estas mediaciones...
MH. Eso desde luego es muy valioso. Eso por ejemplo
se inició cuando algunos de los participantes argen-
tinos, trajeron al Museo una de esas propuestas que
involucran estas mediaciones, en ese entonces desco-
nocido el manejo de las computadoras.
RH. Y la arquitectura del Museo, completamente
innovadora para el medio y para el carácter del
edificio.
MH. Hermosísimo, porque a pesar del parecido con
ese gran museo newyorkino, el Guggenheim, sigue
siendo tan exquisito... en su relación de espacio y for-
ma, el Minuto de Dios marcó y sigue siendo en nuestro
medio uno de las más novedosas construcciones fun-
cionales, llena de vitalidad, para mostrar al público una
obra con mayor dinámica, no le deja pasar el tiempo,
siempre contemporáneo.
RH. Claro que ya está pequeño...
MH. Natural, además sé que tienen campos previstos
para ampliación, pues yo creo que valdrá la pena si
se hacen nuevos espacios arquitectónicamente re-
sueltos.
RH. Para eso el Museo hoy necesita mecenazgo...
MH. A María Teresa2 no la apoyó el Estado. La bús-
queda de presupuesto le resultó insostenible, se dirigió
a muchas empresas, entidades gubernamentales,
luchó tremendamente, me consta, para buscar un
presupuesto que correspondiera a las necesidades de
un Museo, pero no fue nunca apoyada en ese sentido.
Por muy buenas perspectivas, sin ese apoyo económi-
co, sin un presupuesto que le permita formalizar una
manera de traer obras y artistas, mediante invitaciones
para la programación que desarrolla, es muy difícil, y
eso necesita patrocinio y eso pues no lo hubo. Habría
que romper ese círculo vicioso. Me atrevo a sugerir
hacerle a algunas fundaciones, a algunos museos, vale
69CUARENTA AÑOS DEL MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO
decir el MoMA, una propuesta, un llamado, decirles
cómo nació el Museo, tratar de ilustrarlos convenien-
temente, señalando que se requiere un patrocinio
internacional, buscar formas de intercambio, sobre la
necesidad para las nuevas generaciones de un espacio
como el museo.
RH. Los jóvenes necesitan mucho apoyo, pues hay
que ver a qué se está arriesgando el artista hoy, la
exploración tan fuerte a la que está llamado, sus
obras están comprometidas con el tiempo...
MH. El artista joven nunca ha querido ser condicio-
nado, jamás ha querido que se le impongan maneras,
de ahí que sea fundamental para el MAC encontrar
patrocinio para continuar desarrollando sus propó-
sitos culturales.
En tiempos del padre Rafael, y también eran otros los
tiempos del país, la batalla podía ser menos dura que
hoy por la supervivencia de la institución cultural.
El museo es una cruzada, que el hecho comercial no
debe derrotar.
RH. Si pudiéramos creer en los cambios, precisamen-
te se necesita del mecenazgo.
MH. ¿Me podrías tú indicar alguno de los proyectos
bandera de posible futuro? A mí ellos me habían ha-
blado de una inquietud sobre una escuela de Bellas
Artes.
RH. Es posible, si, de eso ha hablado el padre Camilo.
Yo no tengo mucha profundidad sobre el proyecto,
sé que hay un sueño allí en relación con una escuela
de Bellas Artes. Pienso que sería el mayor homenaje
que se podría rendir al padre Rafael, una escuela de
Bellas Artes en el ámbito del MAC, con una visión
renovadora sobre los procesos de creación y que
además pueda ofrecer sus campos de formación a una
población con vocación esencial en las artes. Y en eso
estaríamos en total acuerdo usted y yo.
MH. Me gustaría saber detalles de la celebración de
estos cuarenta años, que la ciudad se entere, que se
divulgue el MAC...
RH. Podemos imaginarla muy sobria, con las ritua-
lidades académicas, con las imprescindibles exposi-
ciones de la colección y por supuesto con la exaltación
de la memoria...
MH. Es necesario restablecer la comunicación de la
ciudad con el museo que intenta el mundo que nace,
el porvenir, contenido en las formas de un arte que
inventa un sentido del tiempo, las rupturas que hacen
imposible la inmovilidad.
2 de octubre de 2006.
“EL ARTISTA JOVEN NUNCA HA QUERIDO SER CONDICIONADO, JAMÁS HA QUERIDO QUE SE LE IMPONGAN MANERAS, DE AHÍ QUE SEA FUNDAMENTAL PARA EL MAC ENCONTRAR PATROCINIO PARA CONTINUAR DESARROLLANDO SUS PROPÓSITOS CULTURALES”. Manuel Hernández
NOTAS
1 Pintor colombiano, su obra plástica se inserta dentro del movimiento de renovación en la pintura, generado por su posición de vanguardia. Considerado un abstraccionista lírico, de amplio reconocimiento. Su contribución a la vida del Museo conserva desde sus orígenes vínculos significativos con la comunidad Minuto de Dios.
2 Se refiere a la directora del museo, de gestión pasada en la Institución.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
70 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Aportes para la educación artísticaVIGOSTKY, LAS EMOCI ONES Y EL ARTE
Petaco y medio.Obra del artista
Leon Jainer.
71
VIGOSTKY, LAS EMOCI ONES Y EL ARTER E S U M E N
Este artículo se propone un reconocimiento al pensamiento visiona-rio de Vigostky y su aporte a la comprensión y fortalecimiento de la Educación Artística. Se destacan sus pronunciamientos con relación al arte como educador de las emociones desde una visión holística, y asimismo, sobre el desarrollo de la imaginación, su cristalización en la creatividad y la expresión artística como actividades que integran pensamiento y emoción.Por su muerte temprana, y otros asuntos de orden político, los aportes de este pensador no se conocieron suficientemente. Al confrontar muchos de sus pronunciamientos con las comprensiones actuales de la psicología cognitiva, a favor del papel formativo del arte como operación de construcción de símbolos y por tanto como forma de conocimiento interpretativo donde operan intuición y razón, es cuando la obra del gran pensador resulta más actual que nunca.
Palabras clave: experiencia artística, emociones, imaginación,creatividad.
A B S T R A C T
This article acknowledges Vytgostki’s visionary thinking as a contribu-tion to the comprehension and strengthening of the artistic education. It highlights Vytgostki’s considerations on how art can be viewed as an emotional educator from a holistic approach as well as his observations on the development of imagination, his influence on creativity and on artistic expression as activities that integrate emotion and thinking. Due to his early death and other political issues at the time, the brilliance of this man was poorly recognized. Many of his considerations support the formational role of art as a means for the construction of symbols, and therefore as a means of interpretative knowledge where intuition and reason work together. When contrasting these considerations to the con-temporary understandings of Cognitive Psychology, the work of this man is more contemporary than ever.
Key words: artistic experience, emotions, imagination, creativity.
[email protected] en Artes Plásticas, Especialista en Educación y Desarrollo Cultural, Magíster en Educación. Desde el año 2001 coordina la Licenciatura en Educación Básica con énfasis
en Educación Artística de Uniminuto.
JULIA MARGARITA BARCO
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
72 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
n la actualidad son considerables
los avances de las ciencias cog-
nitivas en la comprensión de los
procesos mentales que explican el
pensamiento humano y el acto de
conocer, aunque en el campo de las
emociones, quizá por su complejidad, este progreso
ha sido más restringido. Son de mencionar trabajos
como los de Elster (2001) y Evans (2002), los cuales
se han ocupado de la comprensión y naturaleza de
las emociones y su clasificación en básicas y cognos-
citivas superiores. También desde la neurobiología
se han intentado aproximaciones para encontrar
explicaciones a fenómenos tan sutiles como son las
emociones sociales.1
Ya hacia mediados del siglo XX se hacen visibles
algunos esfuerzos en el estudio de las emociones, en
cabeza de los psicólogos desarrollistas: Jean Piaget
y Lev Vigostky. Las aportaciones de este último hoy
están más vigentes que nunca y se consideran de gran
agudeza para quienes estamos abocados al ejercicio
de la enseñanza del arte, aunque no se le haya reco-
nocido con suficiente justeza en los estudios recientes
sobre la Educación Artística. A ello nos referimos en
este artículo.
En el estudio de Jean Piaget (1954) Las relaciones en-
tre inteligencia y afectividad dentro del desarrollo del
niño se aprecian comprensiones sorprendentes acerca
de la indisoluble relación entre inteligencia y emoción,
entre conocer y desear. Para tal propósito el autor se
refiere, de manera particular, a la conformación de
los sentimientos morales y la voluntad, los cuales se
desarrollan en el niño paralelamente a las estructuras
mentales y a partir de su acción con el mundo.
Sin embargo, es en la obra de Vigostky en donde es
posible encontrar planteamientos más concretos acerca
de las relaciones entre el arte y las emociones: el arte
como actividad medular de la existencia humana, su
relación con la imaginación y la creatividad explicadas
como procesos psicológicos superiores, y por lo tanto,
su caracterización como actividad que involucra la
conciencia en cuanto posibilita el distanciamiento
capaz de integrar, de manera holística, las emociones
y el pensamiento en la experiencia expresiva e inter-
pretativa, y en interacción con la cultura para otorgar
sentidos.
En la Psicología Pedagógica, Vigostky (2001) se
refiere a la educación de la conducta emocional, para
lo cual intenta primeramente una explicación de la
naturaleza biológica de las emociones. Estas son
concebidas como emociones primarias instintivas
que cumplieron el papel de posibilitar la adaptación
en términos de supervivencia. Hoy, nuestras emocio-
nes se entienden como “formas atenuadas” de estos
instintos que se han ido atrofiando por su inutilidad.
Quizá por ello el aspecto emocional no ha ocupado
un papel central en la educación al lado de las demás
formas de desarrollo de la conducta. Es así como las
metodologías del maestro y los reglamentos convi-
venciales de las instituciones educativas tienden más
a reprimir que a educar las emociones, a partir de su
reconocimiento.
Para Vigostky, esta comprensión es profundamente
equivocada y por ello se propone enseguida considerar
la naturaleza psicológica de las emociones, presente en
todas las actuaciones del hombre y visible en el tinte
particular que les imprime. Caracterizada la conducta
como el resultado de la interacción del organismo con
el ambiente2, lo esperable sería atender a la educación
de las emociones para lograr un equilibrio que dé
cuenta de la conciencia y manejo de las mismas.
En este orden de ideas, la comprensión y canalización
de las emociones cobra especial importancia en la
educación de los niños, dependiendo de la adecuada
utilización de estímulos y de la organización del medio,
así como de las posibilidades de hacerlas conscientes
para reeducarlas en la interacción social3. Las emo-
ciones son capaces de influir la conducta mejor que
ningún otro modo, siempre que sean capaces de dejar
huella. De lo que se trata, entonces, es de pensar en
actividades con contenidos sugerentes, capaces de
motivar suficientemente y de afectar al estudiante4,
E
73VIGOSTKI, LAS EMOCIONES Y EL ARTE
todo lo cual ha de tenerse en cuenta en el proceso
educativo.
Todo conocimiento debe sugerir una actitud viva,
de asombro ante el mundo y también de avidez por
su profundización. ¡He ahí el secreto y el sentido del
aprendizaje!
Con gran satisfacción se puede apreciar aquí cómo
Vigostky, el creador de los conceptos fundamentales
de la psicología contemporánea, desde una aguda
mirada de las emociones, está reafirmando muchas de
las intuiciones que los maestros de arte hemos venido
sosteniendo, apoyados en las prácticas educativas: la
naturaleza integral del ser humano y por tanto la ne-
cesidad de concebir su desarrollo y aprendizaje en la
articulación de sus dimensiones racional, ética y esté-
tica para que sea posible el diálogo entre pensamiento
y sentimiento como indisolubles en una apropiación
del mundo capaz de otorgar sentidos.
Todo ello me remitió a revisar La Imaginación y el
Arte en la Infancia5, obra de la que había leído años
atrás algunos de sus capítulos, quizá no los funda-
mentales, sin que en su momento surtiesen un efecto
clarificador. Reafirmé, en primera instancia, cómo
el aprendizaje es posible gracias a la plasticidad del
cerebro y a complejos procesos mentales capaces de
adaptarse a nuevas situaciones; también a la posibi-
lidad de enfrentarse a experiencias significativas que
dejen huella.
Comprendí que, además de su función reproducto-
ra, el cerebro es capaz de una asombrosa actividad
combinatoria que logra mediante la reelaboración
de experiencias pasadas a través de la imaginación,
y cómo ésta es base de toda actividad creadora en la
ciencia como en el arte y también en la vida cotidiana.
La actividad imaginativa del ser humano es ya visible,
desde temprana edad, en los juegos de los niños, cuyas
vivencias elaboran creativamente. En este estudio sor-
prende cómo de manera visionaria Vigostky se anticipa
a las recientes comprensiones de la cognición creativa6
acerca del fenómeno estructurante de la imaginación
y su estrecha relación con el conocimiento previo
y la formación de los conceptos. Contrariamente
a lo que se piensa comúnmente, imaginación y
realidad no son conceptos antitéticos. Según este
autor su interrelación obedece a cuatro formas de
interacción:
- La imaginación se apoya en la experiencia, por
cuanto la fantasía extrae elementos de la reali-
dad como en los cuentos y los mitos; por ello, la
necesidad de ampliar el espectro de experiencias
del niño para el fomento de su actividad crea-
dora: “la actividad creadora de la imaginación
se encuentra en relación directa con la riqueza
y variedad de la experiencia acumulada por el
hombre...” (p.16)
- La experiencia se apoya en la fantasía. Se trata de
una combinación de segundo orden que construye
y relaciona los productos de la fantasía con fenó-
menos complejos de la realidad; por ella se amplía
la experiencia del ser humano, al ser capaz de
imaginar lo que no ha visto, basándose en relatos
de experiencias históricas o sociales, ajenas, que
no ha experimentado personalmente.
- El enlace emocional. Todo sentimiento tiene, ade-
más de su manifestación externa, un equivalente
interno en la selección de pensamientos, imágenes
e impresiones. Un ejemplo de ello, la influencia de
los colores en la vida anímica y su connotación sim-
bólica en la representación de emociones. A la vez,
esta relación es recíproca: la imaginación también
influye en los sentimientos, como cuando experi-
mentamos emociones de gozo o sufrimiento en la
contemplación de una obra de teatro o inmersos en
la lectura de un texto literario.
- La imaginación puede representar algo totalmente
nuevo. Se trata de la imagen cristalizada convertida
en objeto, posible a través de una compleja reelabo-
ración de los elementos que entran en su composi-
ción. Así, sentimiento y pensamiento articulados en
una combinación de necesidad y deseo mueven a la
creación humana.
Esta última función de la imaginación podría explicar la
necesidad del arte. Al igual que la invención técnica suple
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
74 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
necesidades externas, se podría considerar que el
arte responde a una necesidad de tipo interno. La
creación artística posee una fuerza interior que
le confiere una lógica interna, y en tanto atiende
al mundo interior del hombre, a sentimientos y
pensamientos que aluden al problema vital de la
existencia, a las grandes preguntas, genera una
conciencia social.
Para Vigostky (2000, pp. 31 y 36) La función ima-
ginativa explica la creatividad: “Lo que llamamos
creación no suele ser más que un catastrófico
parto consecuencia de una larga gestación” y más
adelante: “... depende de la capacidad combinativa
ejercitada en esta actividad, de dar forma material
a los frutos de la imaginación”.
Hoy cuando se habla de la creatividad en todos los
ámbitos de la experiencia humana, reconociéndola
como esencial en la sociedad actual, en donde lo úni-
co constante es el cambio, ésta reclama ser pensada
seriamente desde la educación. Al respecto, Vigostky
aporta una interesante claridad acerca del desarrollo
de la imaginación, al refutar las creencias sobre la
superioridad de la capacidad imaginativa del niño por
encima de la del adulto, dado el cúmulo y complejidad
de las experiencias con que cuenta el segundo para
ejercer su capacidad combinatoria. Por esta razón, la
imaginación requiere ser potenciada y desarrollada
tempranamente, siempre que se proporcionen al niño
los múltiples estímulos y materiales que favorezcan su
fantasía. Es a partir de todo el material de la experien-
cia acumulada como se logran realizar disociaciones
y nuevas agrupaciones de elementos esenciales para
formar un todo con nuevo significado. Según el autor,
la creatividad es también una función adaptativa en
cuanto responde a necesidades y deseos que son el
impulso de la creación: “Ningún descubrimiento o
invención científica aparecen antes de que se creen
las condiciones materiales y psicológicas necesarias
para su surgimiento... por muy individual que pa-
rezca la creación, encierra siempre un coeficiente
social.”(Vigostky, 2000, p.38).
Estas comprensiones esenciales sobre la imagina-
ción, como se comentó arriba, son presentadas en
un sucinto estudio de los años treinta. Sus primeros
cuatro capítulos7 contienen lo esencial de este trabajo,
sobre los cuales Vigostky concluye reparando en la
dialéctica de la creación, en la que los sentimientos
Obra de Joan Lear, 1999.
75VIGOSTKI, LAS EMOCIONES Y EL ARTE
de júbilo alternan con la desazón que produce su
reto, al cual denomina “tortura”. Para el autor, este
fenómeno descubre el último y principal rasgo de la
creación que encierra el círculo completo y dinámico
del proceso creativo, el cual partiendo de la realidad
ha de encarnarse nuevamente en ella.
El pensamiento de Vigostky frente al arte es recogido
recientemente por Juan Jové Peres (2002), quien se
refiere a las reflexiones encontradas en uno de su pri-
meros libros, escrito hacia la década de los años vein-
te: La Psicología del arte (Vigostky, 1970). Sostiene
cómo en uno de sus capítulos sobre “el arte y la vida”
se advierte que el arte surge desde la vida pero no se
limita a plasmarla, ya que los contenidos abordados en
la experiencia artística son: “...una función de la mente
del hombre social y varía junto con ésta” ( p.61); por
lo tanto, el arte se opone a lo real, apunta a otras rea-
lidades, completa la vida y amplía sus posibilidades,
revela las contradicciones, surge de la insatisfacción
en el vislumbre de otras alternativas y ayuda a la toma
de conciencia de lo realmente sustantivo de la vida. La
experiencia artística contribuye al enriquecimiento
de la mente humana en tanto sus posibilidades de
acción y representación, pero principalmente puede
aportar al enriquecimiento de los sentimientos, pues
el arte, según Vigostky, es una técnica social de los
sentimientos y por tanto de gran valor educativo en
la formación de un hombre nuevo, poseedor de una
vida más plena y humanizada.
Frente a la trascendencia que Vigostky concede a la
educación a través del arte, Jové (2002) se plantea el
problema acerca de que lo medular del arte no pue-
de ser enseñado, sólo los aspectos procedimentales
pueden ser objetivados, mas no las sutilezas de los
códigos artísticos en el orden sintáctico y semántico.
Los procesos implicados en esta búsqueda son de
orden inconsciente, y por ello no susceptibles de ser
enseñables. Sin embargo, Vigostky deja abierto el
camino cuando indica cómo a partir de la toma de
conciencia es posible acceder a aquellos procesos,
siendo lo esencial su desvelamiento, en cuanto acon-
tece a la producción y apreciación de la obra artística.
De ahí la gran importancia de tener en cuenta
una educación temprana, a través del arte, en el
currículo escolar.
Entre líneas se puede entrever cómo el pensamiento
de Vigostky sobre el arte y la Educación Artística se
anticipa a las precisiones que sólo recientemente
ha logrado el área, al ser reconocida en el currículo
escolar como campo de saber estructurado con in-
tencionalidades, objetivos y metodologías propias8.
Lo anterior, implica que la Educación Artística se
diferencia del arte, entendido como actividad profe-
sional, no se propone formar artistas sino contribuir
a la formación integral del educando. Desde este
propósito, sin embargo, hay dos posturas diferen-
ciadas: los enfoques esencialista y contextualista. El
primero considera que el arte, por su naturaleza, es
una experiencia vital que concilia las dimensiones
humanas y posibilita la captación y el asombro de lo
esencial de la vida, además de desarrollar aspectos de
la sensibilidad humana como la agudeza perceptiva, la
expresión creativa y la capacidad estético-valorativa.
El segundo enfoque, desde una mirada de contexto,
valora la experiencia artística desde su valor terapéu-
tico, recreador y promotor de valores sociales y mo-
rales, básicos en la convivencia. Al respecto, se puede
apreciar cómo Vigostky, el gran visionario, supo con-
ciliar estas dos posturas concediendo a la Educación
Artística un gran potencial formativo, siempre que el
arte, como experiencia vital, se mantenga anclado a la
cultura viva y esté presidido por valores auténticamente
educativos.
Otros muchos son los aportes que puede representar
la obra vygostkiana para la Educación Artística en la
resignificación de las emociones, vista a la luz de sus
conceptos de madurez. Veamos a continuación algunos
de ellos:
Sobre la experiencia del arte:
-Los procesos artísticos confieren universos de signifi-
cado y de sentido como procesos de interiorización
de las emociones.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
76 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
-Las “ondas emocionales” que genera la expresión y
apreciación artística, por cuanto se refieren a los
problemas esenciales de la condición humana,
logran penetrar en la sensibilidad para generar
una catarsis, la fusión integradora de las emo-
ciones y los significados.
-En la experiencia artística se involucran todas
las funciones psíquicas, trabajando de manera
semiótica, usando herramientas que posibilitan
emerger significados. En este recorrido, empa-
rentado con lo sorprendente y lo sugerente, la
conciencia ha de sentirse plena de disfrute.
-La vivencia del arte es un juego del espíritu, hace
parte de la vida mental y de los procesos psíquicos
de nivel superior, en cuanto interiorización de la
herencia cultural.
Sobre el valor educativo de la experiencia artís-
tica:
- La educación a través del arte debe ser un pilar bá-
sico de la educación, en cuanto el arte educa para
un mayor dominio de las capacidades vinculadas
a la atribución de sentidos; aunque promueve el
distanciamiento no ahuyenta lo emocional, pero
aquí las emociones son de orden cortical y no me-
ramente visceral.
- El arte tiene amplias posibilidades frente a la edu-
cación de la vida emocional, orientándola hacia el
mundo de la sensibilidad inspirada por potencia-
dores sistemas de valores.
- El arte es una manera de pensar y de sentir dialécti-
camente, entonces ¿cómo no posibilitar que contri-
buya a la toma de conciencia en la reestructuración
de las funciones psíquicas?
- Aunque lo más sustantivo del arte no puede ser
enseñado de manera directa, sí las formas de vida
artística y los procesos y modos de activación de la
mente, mientras se produce arte o se disfruta de él.
Por ello, los educadores pueden contribuir nota-
blemente a que el arte tome vida en la mente de los
escolares. El desafío estriba en ayudarlos a descubrir
que su mente puede dar lugar a cierto tipo de signifi-
cados, sentidos y emociones. En sentido estricto, los
escolares pueden, mediante la Educación Artística,
aprender a vivir momentos y circunstancias de
manera artística. Naturalmente, estos sistemas de
actividad deberán ser ajustados en función de sus
niveles de desarrollo y aprendizaje.
-El aprendizaje del arte no puede ser mecanicista
pero tampoco academicista. El arte sólo existe en
las formas de vida insertas en el arte y por tanto,
irreductibles a mero concepto; por otro lado, cada
obra obedece a su propia germinación y no es
producto de un recetario. Así los procedimientos,
técnicas y materiales deben surgir de las exigencias
de identidad de la obra.
Si bien el pensamiento pedagógico de Vigostky mira
con simpatía el modelo pedagógico de la Escuela
Activa, va más allá al trascender las propuestas de la
auto-expresividad y del juego espontaneista9 de la edu-
cación progresista, cuando advierte cómo el potencial
de la expresividad se agota, de no estar mediado por
ricos procesos de culturización. Lo anterior implica
que, más allá del cultivo de la expresión, se concede
al docente gran protagonismo en la mediación cultu-
ral. Sus planteamientos sobre la zona de desarrollo
próximo, con respecto al aprendizaje, tienen que ver
con lo procesual de la interacción educativa y con las
negociaciones continuas que se establecen en la mente
de los participantes. Este desarrollo es dinámico y debe
estar inmerso en la acción cargada de significados;
sólo tiene existencia en cuanto las conciencias que
interactúan comparten cierta actividad encaminada
a potenciar el desarrollo de las funciones psíquicas y
la asimilación cultural.
A juicio de Jové (2002), esta zona se constituye en
un área de construcción del conocimiento. Por ello,
la zona que se construya desde la Educación Artísti-
ca ha de ser móvil y abierta, conllevar a actividades
compartidas, próximas a las propias de las formas de
vida de naturaleza artística y, en la pretensión de Vi-
gostky, potenciar la vida mental y el enriquecimiento
de todas las funciones psíquicas. La conciencia dis-
tanciada que opera a nivel metacognitivo aprende a
leer el mundo de manera crítica e innovadora, y por
ello, en la experiencia artística, posibilita desplegar
77VIGOSTKI, LAS EMOCIONES Y EL ARTE
visiones de mundo que, más allá de lo anecdótico, son
capaces de dar vida a núcleos temáticos medulares de
la condición humana.
Como se podrá apreciar en todo lo anteriormente ex-
puesto, el pensamiento de Vigostky sobre el arte como
educador de las emociones, desde una visión holística,
resulta sumamente promisorio; significa el hallazgo de
un pensamiento que por ser clásico no pierde vigencia,
resultando hoy más actual que nunca; razones por las
que se hace necesario integrarlo a las comprensiones
recientes que han logrado que la Educación Artística
hoy sea reconocida como un área fundamental del
currículo escolar.
El papel del arte en el desarrollo del pensamiento ha
ganado popularidad a partir del énfasis puesto por
psicólogos cognitivitas como Gardner y Goodman,
a raíz del proyecto Cero de Harvard y su proyecto
derivado Arts Propel, que insiste en la importan-
cia de la experiencia artística en la educación y su
reconocimiento como un área que ha de tener en
cuenta procesos específicos de desarrollo y formas
consecuentes de aprendizaje y evaluación. Propel es
consecuencia de las comprensiones logradas por Gar-
dner (1995) acerca de la presencia de otros dominios
de la inteligencia, diferentes del pensamiento lógico
matemático y lingüístico, tales como la presencia de
campos diferenciados en inteligencias musical, visual
y cinético corporal. En el intento de medición de estos
dominios del pensamiento, este autor se aproxima a
la experiencia artística que los contiene de manera
especial, y en ese encuentro observa que para evaluar,
antes se requiere identificar cómo se da el aprendizaje
artístico. En Educación artística y desarrollo humano
Gardner (1994) destaca la contribución de Piaget a
la comprensión del pensamiento pero le reclama no
haber tenido en cuenta los valores culturales y las
diferencias individuales. Sin embargo, ni él ni otros
estudiosos actuales de la Educación Artística reparan
en el gran Vigostky, que como bien dice Jové (2002),
tal vez por su muerte prematura y por la dificultad de
seguir su rastro en una obra suficientemente siste-
matizada ha tenido una mínima incidencia sobre la
Educación Artística.10 Su valoración de la experiencia
artística contiene, al igual que en Gardner, el valor
cognitivo, rebasándolo en cuanto su articulación con
las emociones y en interacción con la cultura. De ahí
su gran aporte a la Educación Artística como potencial
formativo.
BIBLIOGRAFÍA
ELSTEr, J. (2001) Sobre las pasiones. Las Emociones Barcelona, Paidós.FORGAS, J. (2001) Handbook of affect social cognition.GARDNER, Howard. (1995) Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica. Barcelona,
Paidós.---------------------- (1994) Educación artística y Desarrollo Humano. Barcelona,
Paidós.JOVÉ PERES Juan J. (2000) Arte Psicología y Educación. Madrid, Machado libros.LOWENFEL V. y BRITAIN, (1980) L. Desarrollo de la Capacidad creadora. Buenos Aires,
Kapeluz.PIAGET, Jean (2001) Inteligencia y afectividad. Buenos Aires, Aique.VIGOSTKY, Lev (2001). Psicología Pedagógica. La Educación de la conducta emocional.
Buenos Aires, Aique.----------------- (2000) La imaginación y el arte en la infancia. Madrid, Akal.----------------- (1972) Psicología del Arte. Barcelona, Barral.WARD, T., FINKE, R. y SMITH, S. (1995) Creativity and the mind. Discovering the genius
within. Nueva York, Plenim Press.
NOTAS
1 Se recomienda consultar trabajos como los de: Forgas (2001) Handbook of affect and social cognition, Eich (2003) Cognición y emoción y Adolphs (2002) Emoción y conocimiento. Asimismo, las teorías mentalistas de Harris (1992) Los niños y las emociones.
2 Al identificar en la reacción emocional un mecanismo circular retroalimentador del campo propioceptivo, se entiende como un poderoso organizador interno de la conducta que da cuenta del carácter activo del sentimiento; esta función principalísima continúa hoy vigente y no puede ser desconocida.
3 Vygostky se refiere a cómo sentimientos egoístas son susceptibles de ser transformados en altruistas.
4 Como en el caso de las actividades artísticas que contienen un gran potencial lúdico y afectivo.
5 Obra de transición muy cercana a la madurez del pensamiento de Vigostky.6 Consultar las recientes investigaciones del grupo de investigación en cognición
creativa de la Escuela de Texas Ward,T., Finke,R. y Smith, S. (1995) Creativity and the mind. Discovering the genius within. Nueva York, Plenim Press.
7 Los restantes capítulos están dedicados a pensar los diferentes campos artísticos y su desarrollo creativo en el ámbito escolar.
8 Las investigaciones de Elliot Eisner de la Universidad de Stanford sirvieron de base para la estructuración del área desde el reconocimiento de los procesos del aprendizaje artístico.
9 En la década de los sesenta, con Lowenfeld y Stern se sostuvieron posturas para la enseñanza del arte apoyadas en la libertad expresiva como fundamento de la creación artística.
10 Múltiples factores contribuyeron para que la obra vygostkiana hubiese permanecido ausente del pensamiento occidental, además de su muerte temprana a causa de una tuberculosis, los asuntos políticos tras el régimen Stalinista y quizá la dificultad del idioma. Por iniciativa de Jeronimus Bruner, uno de los más destacados psicólogos cognitivos, la obra de Vygostki fue traducida al inglés y luego conocida en el mundo entero, como una fuente de inspiración que logró integrar la subjetividad humana a una construcción cultural.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
78 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Informe de investigaciónGrupo ambientes de aprendizaje
Competencias del tutor en ambientes virtuales de aprendizaje, a partir
del imaginario socialdel estudiante
Vista de una de las salas de exposiciones del MAC,al comienzo, antes de la construcción del
edificio definitivo.
79
R E S U M E N
El presente artículo presenta el informe final de los resultados del proyecto de investigación exploratoria: “Competencias del docente en ambientes virtuales construidas a partir del imaginario social del estudiante”, realizado durante el primer semestre de 2006. El objetivo general de la investigación se centró en identificar y describir las competencias con las que deberán contar los tutores en la Especialización en Diseño de Ambientes de Aprendizaje, a partir de los imaginarios sociales que los estudiantes tienen frente a sus tutores y frente al proceso formativo del que hacen parte. La investigación realizada reconoció las expectativas, percepciones y en general, los imaginarios sociales de los estudiantes virtuales de la Especialización en Diseño de Ambientes de Aprendizaje. La población objeto de estudio la conformaron 35 estudiantes virtuales del la especialización distribuidos en sus 3 ciclos de duración (cuatrimestres). Un hallazgo de la investigación determinó que en los ambientes virtuales el tutor debe esforzarse para lograr transmitir a través de las herramientas que nos posibi-litan las Teconologías de Información y Comunicación, TIC, no sólo su postura pedagógica y académica sobre un tema en específico, sino también tener presente que sus estudiantes siempre están en construcción de un imaginario, de una representación de su tutor; siempre quieren acceder a él como sujeto y no sólo a él como saber. El presente trabajo permite plantear la siguiente hipótesis para una futura investigación en Uniminuto: El tutor virtual, además de las competencias organizativas, sociales e intelectuales, debe estar en capacidad de reconocer los imaginarios sociales que se gestan en sus aulas virtuales, ya que éstos impactan el proceso de aprendizaje en sus estudiantes.
Palabras clave: Ambientes Virtuales de Aprendizaje, Imaginarios Sociales, Tutoría Virtual
A B S T R A C T
The following article presents the final report of the results yielded by the exploratory research project entitled Development of Teacher Competencies in Virtual Environments from the Students’ Social Imaginaries, carried out during the first semester of 2006. The overall objective of this research is to identify and describe the competen-cies that the tutors within the Specialization of Learning Environment Design should possess. Further, it takes into account the social imaginaries the students have related to their tutors and their expectations with regards to the educational process they are undertaking. This research identified the expectations, perceptions, and, in general, the social imaginaries of the virtual students within the Specialization in Learning Environment Design. The po-pulation of this study, comprised of 35 virtual students of the Specialization in Learning Environment Design, was distributed into the 3 cycles of studies (four month terms). One crucial discovery of this research established that in the virtual environments the tutors, helped by the tools provided by the ICTs (Information and Communication Technologies), not only must strive to achieve the transmission of their pedagogical and academic stance on a specific topic, but also they must be aware that their students are constantly constructing an imaginary which is a representation of their tutor who they always want to approach as a person rather than as a source of knowledge. This study allows the formulation of a hypothesis for future research at Uniminuto: Apart from having managerial, social and intellectual competencies, the tutors should be able to identify the social imaginaries created in their virtual classrooms as these have great impact on the students’ learning process.
Key words: Virtual Learning Environments, Social Imaginaries, Virtual Tutorial.
Investigador principal, Director Especialización Virtual en Diseño de Ambientes de Aprendizaje, Uniminuto. Líder grupo de investigación
Ambientes de Aprendizaje. [email protected]
IGNACIO JARAMILLO URRUTIA [email protected]
Co-Investigadora, Uniminuto.Grupo de Investigación Ambientes de Aprendisaje.
LUZ ESPERANZA BUSTOS SIERRA
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
80 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
PRESENTACIÓN
niminuto cuenta en la actualidad
con la Especialización Virtual en
Diseño de Ambientes de Apren-
dizaje, la cual asume una postura
conceptual propositiva sobre las
Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC) y las posibilidades que estas
nos brindan para diseñar adecuadamente ambien-
tes virtuales de aprendizaje, a partir de un modelo
que articula el diseño instructivo como didáctica, el
constructivismo como paradigma y la praxeología
pedagógica como modelo pedagógico (Jaramillo,
2004). Se pretende a partir de este modelo poder
aportar a la proyección social de Colombia, amplian-
do la cobertura de la educación a diversas regiones
del país. Es así como en la actualidad este programa
tiene como egresados a 40 especialistas que se
constituyen en gestores de cambio en sus regiones
de origen.
El camino recorrido a partir de este programa virtual
de postgrado ha permitido demostrar que la posibi-
lidad de abordar procesos de aprendizaje apoyados
en el uso de las TIC es real; también ha permitido
configurar distintas redes humanas (conformadas
por los estudiantes y tutores de las especialización),
independientes del lugar físico donde se encuentren
los diversos actores de esta red social. De esta forma,
estamos llevando el proyecto de Uniminuto a través de
la Especialización en Diseño de Ambientes de Apren-
dizaje a las ciudades donde se encuentran nuestros
estudiantes: Barranquilla, Puerto López, Medellín,
Cali, Acacías y Bogotá, incluso con una estudiante
internacional desde Santiago de Querétaro (México).
Ir recorriendo este camino en consecuencia con el ac-
tuar y la reflexión praxeológica en Uniminuto, nos ha
permitido juzgar nuestra práctica docente a partir de
la construcción de nuevos referentes, que ya no deben
fundarse exclusivamente en conceptualizaciones teó-
ricas sobre los indudables beneficios educativos que
brindan las TIC, también es importante tener en cuenta
al actor principal de este proceso, el estudiante virtual
y preguntar si realmente ha tenido la posibilidad en
este proceso de ser un verdadero actor social en red,
capaz de expresar y construir adecuadas relaciones e
interacciones comunicativas con sus tutores, ¿están
estos últimos en capacidad de lograr en los estudian-
tes “evitar el virus de la frustración con una vacuna
que contenga una eficiente combinación de los si-
guientes antídotos: compromiso, responsabilidad,
interacción, motivación, autonomía, autogestion,
autocrítica, y un gran deseo de superación”?1.
LA INVESTIGACIÓN
Son varios los aspectos que en un país como el nuestro
justifican la elaboración de una investigación tendien-
te a mejorar la calidad de los procesos educativos en
escenarios virtuales, y más aún, en un contexto global
caracterizado por los grandes avances en el desarrollo
de las Tecnologías para la Información y la Comuni-
cación.
La investigación realizada reconoció las expectativas,
percepciones y en general, los imaginarios sociales de
los estudiantes virtuales de la especialización en dise-
ño de ambientes de aprendizaje. La población objeto
de estudio la conformaron 35 estudiantes virtuales
del la especialización distribuidos en sus 3 ciclos de
duración (cuatrimestres). Se aplicó una encuesta a
los estudiantes, que fue atendida por: 4 estudiantes
de Ciclo I, 4 estudiantes de Ciclo II y 2 estudiantes de
Ciclo III. Por otra parte, aunque la muestra no sea muy
grande, la diversidad de contextos a los que pertenecen
las personas entrevistadas, permite una aproximación
al tema desde la diversidad social y cultural propia de
nuestro país.
La coherencia radica en el ejercicio investigativo que
proporcionará insumos para el diseño de ambientes
virtuales de aprendizaje, de manera específica al caso
de Uniminuto como a la diversa comunidad acadé-
mica, ya que nuestra experiencia tal vez pueda ser
replicada o implementada en otras instituciones de
acuerdo a las dinámicas propias de cada contexto.
U
81INFORME DE INVESTIGACIÓN GRUPO AMBIENTES DE APRENDIZAJE
EL PROBLEMA
El estudiante virtual de la especialización en Diseño
de Ambientes de Aprendizaje, interactúa con diversos
tutores a lo largo del programa. Lo que inicialmente
era contemplado como un proceso tutorial de acompa-
ñamiento en el proceso de aprendizaje autónomo del
estudiante, a partir de unos contenidos virtuales, ha
desbordado hacia otro tipo de connotaciones dadas a
partir de las relaciones e interacciones sociales que se
dan al interior de las aulas virtuales entre estudiantes
y tutores. Nuestros estudiantes tienen diversas edades
y estilos de aprendizaje y de igual forma el estilo de
enseñar en lo virtual también está marcado por los
matices personales de cada tutor.
La combinación de estos matices han hecho que
algunos de nuestros estudiantes expresen muchas
veces por correos electrónicos espontáneos, que
ciertos tutores son distantes y no precisamente por
el acompañamiento académico y pedagógico que de
ellos requieren, el cual la mayoría de las veces han
calificado de satisfactorio, se refieren a lo cálido o
frío que pueden percibir al tutor, sentirlo ausente y
no solo por el hecho de que no ingrese diariamente
al aula virtual a acompañarlos. Tal vez el hecho que
las relaciones se centren en lo académico, en los
contenidos, en los talleres y actividades a entregar,
despiertan en el estudiante un sentimiento de lejanía
que no le permite encontrar en el tutor aquel amigo al
que puedan comentarle inconvenientes personales y
emotivos, que muchas veces no encuentran su espacio
en lo académico. El estudiante virtual de la muestra de
nuestra investigación, no sólo se contenta con acceder
a la forma de pensar sobre un tema u otro por parte
del tutor, desean adicionalmente acceder al sujeto,
al ser humano, poder conocerlo y darse a conocer a
través de lo afectivo, de lo motivacional y, a partir de
ello poder lograr su aprendizaje.
La descripción de esta problemática se enmarcó desde
dos preguntas investigativas co-relacionadas:
¿Cuáles son los imaginarios sociales que tienen
los estudiantes virtuales de la Especialización en
Diseño de Ambientes de Aprendizaje acerca de sus
tutores? y según estos imaginarios, ¿que tipo de
competencias deben poseer los tutores?
LOS OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
La investigación exploratoria trazó los siguientes
aspectos:
Objetivo general:
• Identificar y describir las competencias con las que
deberán contar los tutores en la Especialización
en Diseño de Ambientes de Aprendizaje, a partir
de los imaginarios sociales que respecto a sus do-
centes tengan los estudiantes y de las expectativas
que éstos tienen respecto al proceso formativo del
que hacen parte.
Objetivos específicos:
• Reconocer y caracterizar los imaginarios sociales
que los estudiantes de la Especialización en Di-
seño de Ambientes de Aprendizaje tienen de sus
tutores.
• Identificar y describir algunas competencias con
las que deberán contar los tutores en ambientes
virtuales.
• Plantear la hipótesis y pregunta para una posterior
investigación, acerca de las competencias con las
que deben contar los tutores virtuales en Uniminu-
to, a partir de los imaginarios sociales.
• Generar un documento insumo que aporte a la mejora
de la práctica de los tutores virtuales de la especia-
lización, en correlación con la mirada praxeológica
que permea el proyecto educativo de Uniminuto2.
EL CAMPO TEÓRICO
“La educación en escenarios virtuales prepara a los es-
tudiantes para un mundo caracterizado por el desarrollo
de las TIC” (Adell, 1997).
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
82 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
La educación en escenarios virtuales además de
propiciar la formación de los estudiantes en su
campo específico de conocimiento (arquitectura,
ingeniería, antropología, pedagogía, etc.), es un
espacio para el aprendizaje del manejo de las Tec-
nologías de la Información y la Comunicación. De
esta manera, se convierten en una herramienta que
propicia la inclusión social, ya que en un mundo
caracterizado por los grandes desarrollos, el no saber
“utilizar” estas tecnologías implica una exclusión
de la denominada Sociedad de la Información y el
Conocimiento, SIC.
También puede mencionarse la inclusión o exclusión
generada por el manejo de las TIC en la esfera eco-
nómica de la vida social. Ya sea que uno aspire a un
trabajo en una empresa o a construir un negocio pro-
pio, el manejo de las TIC es un factor decisivo de éxito.
Hoy en día quien no maneja un computador podría
ser considerado un analfabeta funcional, es decir, no
maneja los conocimientos básicos para desenvolverse
satisfactoriamente en las diferentes esferas de la vida
social. En otras palabras, buscar un trabajo sin contar
por lo menos con unos conocimientos mínimos en el
área de las TIC se asemeja cada vez más al caso de quien
aspira a un puesto sin saber leer o escribir. Además,
en un mundo globalizado que trasciende los límites
del contexto geográfico, cuando las relaciones cara a
cara ya no son un límite, quien no está en los medios
de comunicación pareciera no existir para la Sociedad
de la Información y el Conocimiento (SIC).
Lo anterior devela un problema de inclusión social
en la SIC, a partir de un ciudadano educado en el
uso de las TIC y en el manejo de nuevas relaciones
e interacciones sociales, que ya no necesariamente
se dan cara a cara, sino que pueden ser de carácter
virtual. Esto supone a su vez un proceso educativo
que hoy se da en ocasiones a través de los ambientes
virtuales de aprendizaje donde estudiantes y tutores
interactúan a través de mediaciones facilitadas por
las TIC, que pueden tanto acercar como alejar a los
sujetos en relación.
Estas interacciones mediáticas han sido abordadas por
Thompson (1998), quien trata el tema del desarrollo
de las diferentes formas de interacción social a partir
del impacto que hoy tienen los media y los medios de
comunicación en la reordenación de las pautas de in-
teracción humana a lo largo del espacio y el tiempo.
Thompson plantea de forma interesante que los seres
humanos intercambian contenidos simbólicos a partir
de tres formas de interacción:
• Interacción cara a cara: Este tipo de interacción
tiene lugar en un contexto de co-presencia, es
decir que los individuos que participan de ella se
encuentran en un mismo tiempo y lugar. Gracias
a esta situación, estos individuos cuentan con un
universo inmensamente grande de posibilidades
para el lenguaje, en el que se puede recurrir entre
otras ayudas a gestos y tonalidades que facilitan
HOY EN DÍA QUIEN NO MANEJA UN COMPUTADOR PODRÍA SER CONSIDERADO
UN ANALFABETA FUNCIONAL. ES DECIR, NO MANEJA LOS CONOCIMIENTOS BÁSICOS PARA
DESENVOLVERSE SATISFACTORIAMENTE EN LAS DIFERENTES ESFERAS DE LA VIDA SOCIAL.
83INFORME DE INVESTIGACIÓN GRUPO AMBIENTES DE APRENDIZAJE
una mejor comprensión de nuestros mensajes.
Esta forma de interacción implica además un flujo
de información y comunicación bidireccional, o en
otras palabras, es de carácter dialógico.
• Interacción mediática: Este tipo de interacción
implica el uso de medios técnicos (conversaciones
telefónicas, cartas, etc.) para transmitir información
o contenidos simbólicos a individuos que están
alejados en el tiempo y/o el espacio. En este caso
los participantes deberán incluir la cantidad de
información necesaria acerca de su contexto para
que sus mensajes sean comprendidos. Se limita el
universo de símbolos disponibles al suministrar
menos herramientas para la reducción de la ambi-
güedad en la interpretación de los mensajes, y por
este motivo adquieren un carácter más orientado a
los fines que la interacción cara a cara.
• Casi interacción mediática: Hace referencia al tipo
de relaciones sociales establecidas por medio del
uso de las TIC. Se extienden a través del espacio
y el tiempo y se diferencia de las otras dos formas
de interacción en la medida en que los mensajes
son producidos para un universo indefinido de
potenciales receptores. Es decir, en este caso no se
conoce a aquellas personas a quienes se habla. Por
otra parte, en este caso el flujo de información es
unidireccional, un individuo o individuos entregan a
otros un mensaje, pero quienes lo reciben no tienen
capacidad de respuesta.
Estas tres formas de interacción se combinan y dan
origen a formas híbridas de interacción. Desde la edu-
cación en ambientes virtuales, esta clasificación llama
la atención sobre las posibilidades que tienen el tutor
y los estudiantes para entender y hacerse entender
muchas veces sin conocer del otro más que su foto,
su nombre y algunos datos generales. También llama
la atención sobre el papel del estudiante en la inte-
racción. El estudiante puede ser un sujeto pasivo que
tan sólo recibe la información que el tutor le entrega
o puede jugar un papel activo ayudando a dar forma
a los procesos comunicativos y de aprendizaje. En el
primero de los casos, cuando es un sujeto pasivo,
el proceso educativo responderá a unos intereses
definidos por el tutor y la institución educativa. Por
el contrario, cuando el estudiante participa activa-
mente del proceso de comunicación y aprendizaje,
adquiere un carácter dialógico, el proceso comienza
a responder a las necesidades e intereses propios
de cada estudiante. De esta manera, uno de los
retos que deberá afrontar la educación en ambien-
tes virtuales es generar canales de comunicación
dialógicos que le permitan al tutor reconocer las
particularidades de cada estudiante y así propiciar
en ellos mejores rendimientos y resultados óptimos
para el proceso. Esto implica un reto para el tutor ya
que debe ser capaz de ser comprendido y comprender
de la mejor manera posible, con recursos simbólicos
limitados (los que les brinda el lenguaje escrito) y con
un conocimiento muy limitado de las particularida-
des de sus estudiantes.
El trabajo investigativo de Mason (1991) señala que
el tutor virtual debe desempeñar tres roles básicos en
un ambiente virtual: organizativo, social e intelectual,
a partir de los cuales puede poner en juego las reglas
y planeación del curso, promover la expresión de
sensaciones y emociones en los estudiantes (cuando
sea necesario) y finalmente facilitar los procesos de
conocimiento y aprendizaje.
Vale la pena cuestionarnos a partir de lo que plantea
Mason, en relación con las competencias que debe
tener un tutor virtual, si éstas pueden ser construidas y
complementadas a partir de un enfoque de los imagina-
rios sociales y más aún si tenemos en cuenta que en los
ambientes virtuales de aprendizaje, no sólo entran en
juego las competencias del tutor, también cuentan las
competencias del estudiante virtual y los imaginarios
que éste puede estar construyendo del primero.
Los imaginarios sociales han sido definidos de diver-
sas maneras, para nuestro tema investigativo resultan
interesantes los planteamientos de Jiménez (1995),
quien los define como “esquemas de representaciones
que estructuran en cada instante la experiencia social y
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
84 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
engendran tanto comportamientos como imágenes
reales”; son representaciones sociales estructura-
das y estructurantes compartidas por una colecti-
vidad. Son la manera en que nos representamos
cada uno de los aspectos del mundo y ésta a la vez
condiciona y determina la manera en que nosotros
nos relacionamos con cada uno de ellos.
Por todo lo anterior, consideramos que en los am-
bientes virtuales de aprendizaje, se hace indispen-
sable el estudio de los imaginarios sociales y su im-
pacto en el proceso educativo, ya que posiblemente
puede ayudar a construir las competencias del tutor
virtual a partir del imaginario que el estudiante
tiene del mismo.
LA METODOLOGÍA
La muestra de nuestra observación fue de 35 estu-
diantes virtuales de la Especialización en Diseño
de Ambientes de Aprendizaje, distribuidos entre
los tres cuatrimestres (ciclos) que dura el programa
académico. La especialización cuenta con 7 tutores
virtuales a lo largo del programa para el acompaña-
miento tutorial de 13 módulos de contenidos. De los
35 estudiantes encuestados a través de un instrumento
que fue enviado a través del aula virtual, sólo 10 estu-
diantes atendieron su respuesta.
Utilizamos la Praxeología Pedagógica (Uniminuto,
2004) como método de aproximación investigativa a
nuestro problema, la cual entendemos como un dis-
curso de tipo reflexivo y crítico sobre la acción, en el
caso educativo, sobre la práctica social y pedagógica,
buscando mejorarla a través de la cualificación de su
coherencia, pertinencia y eficiencia. La praxeología
pedagógica presta particular atención a aquello que es
construido a partir de su práctica, indiferentemente de
su composición, pero privilegiando su comportamiento
o su utilización. El proceso praxeológico comienza con la
observación (VER) de la propia práctica, es decir, con la
mirada del agente sobre el conjunto de su intervención
concreta: los diversos actores, el medio, las estrategias,
la organización, las coyunturas. Con la ayuda de los
instrumentos adecuados, el observador determina los
hechos susceptibles de transformación, configurando
así una problemática. Esta observación condiciona el
conjunto del proceso de intervención, en tanto que
mostrará las cosas a mejorar, a intervenir, y exigirá una
comprensión (o segunda mirada) de la problemática.
Surge así el momento de la interpretación (JUZGAR)
como un comprender lo que se ha visto y no tanto jus-
tificar lo que se quiere hacer. Comprender que implica
una opción: se arriesga una hipótesis de solución a la
problemática surgida de la observación, estableciendo
relaciones entre los diferentes datos y fenómenos.
Todo esto conduce al momento de la intervención
(ACTUAR), de la acción consecuente con lo observado
y comprendido previamente. Y, si bien el momento
prospectivo (devolución creativa) sólo aparece al fi-
nal, es el que impregna todo el proceso praxeológico
trascendiéndolo, estimulando y lanzando a lo nuevo,
sugiriendo ir más allá de la realidad inmediata.
El VER en nuestra investigación nos permitió recono-
cer a partir de la práctica como docentes (tutores) vir-
tuales la necesidad de evaluar (JUZGAR) lo recorrido
hasta hoy en la especialización en Diseño de Ambientes
de Aprendizaje, ACTUANDO a partir de instrumentos
como la encuesta, el aula virtual3 y el estudio de las in-
vestigaciones previas en el campo, buscando proponer
y promover cambios que cualifiquen nuestro ejercicio
pedagógico y social (devolución creativa).
El método de aproximación investigativa facilitó el
aproximarnos al problema planteado, que en su tras-
fondo busca mejorar las prácticas docentes, también
ahora en ambientes virtuales de aprendizaje, como
verdadera transformación de una realidad concreta.
Por otra parte, la metodología con la cuál fueron anali-
zadas las respuestas de los estudiantes corresponde al
análisis de contenido o de discurso, cuyo mayor expo-
nente lo podemos encontrar en Teun A. Van Dijk4.
“Los métodos del Análisis de Discurso son en general
cualitativos: descripción detallada de las estructuras
85INFORME DE INVESTIGACIÓN GRUPO AMBIENTES DE APRENDIZAJE
y estrategias de los discursos escritos o hablados,
en varios niveles: sonidos y estructuras visuales y
multimedia, la sintaxis (estructuras formales de las
oraciones), la semántica (las estructuras del sentido
y de la referencia), la pragmática (los actos de habla,
la cortesía, etc.), la interacción y la conversación, los
procesos y representaciones mentales de la producción
y de la comprensión del discurso, y las relaciones de
todas esas estructuras con los contextos sociales, po-
líticas, históricas y culturales” 5.
Las preguntas que utilizó la encuesta (entrevista vir-
tual) fueron las siguientes:
• ¿Qué características ha alcanzado a percibir de sus
docentes?
• ¿Qué fortalezas humanas, de conocimiento, pedagó-
gicas, puede destacar de sus docentes?
• ¿Qué debilidades, vacíos, e inconsistencias ha logra-
do percibir de sus docentes?
• Realice una síntesis de su experiencia como estu-
diante virtual en la relación que ha alcanzado con
sus docentes.
• Escriba los aportes que usted cree daría sello de alta
calidad al proceso de formación en la virtualidad.
LOS HALLAZGOS
A continuación presentamos algunos de los hallazgos
que nos aporta la presente investigación en relación
con las principales cualidades o competencias que
deben poseer los tutores virtuales de la especializa-
ción en diseño de ambientes de aprendizaje según los
estudiantes entrevistados.
• Capacidad para entablar relaciones sociales armó-
nicas con los estudiantes en ambientes virtuales.
Esto constituye un reto especialmente difícil en las
relaciones entre docente (tutor) y estudiantes, por
la “frialdad” asociada al medio de comunicación.
Alguno de los estudiantes en sus respuestas
llegaron incluso a recalcar que “los estudiantes
no somos robots”.
• Responder oportunamente y cumplir con el pro-
grama. Varios estudiantes mencionaron que
la prontitud de las respuestas de los docentes
(tutores) los motivan para seguir en el proceso y
además, les hace sentir interés de parte del tutor.
Se convierte de cierta manera en una forma de
manifestar respeto por el otro.
• Conocimiento y experiencia en su campo, en in-
formática y en pedagogía. Según los estudiantes
entrevistados, ser tutor en un ambiente virtual
implica, además de los conocimientos en el
campo específico de conocimiento, competencias
en pedagogía e informática. Deben ser capaces
de manejar las TIC y ayudar a sus estudiantes a
aprender a manejarlas. Es decir, el docente en este
caso, tiene una doble tarea pedagógica que debe
ser capaz de resolver para el buen funcionamiento
del proceso.
• Redacción y diseño de los módulos. Otro aspecto de
suma importancia para los estudiantes es la capa-
cidad que tengan sus tutores para redactar textos
y mensajes claros, al igual que diseñar módulos de
fácil manejo. Este aspecto puede ser solucionable
con la conformación de equipos de apoyo para el
docente. Teniendo en cuenta que éste no sólo dicta
una clase, sino que además construye un producto
comunicativo, sería de gran ayuda que contara, por
ejemplo, con un editor o corrector de estilo como lo
hacen los periodistas, o con un diseñador gráfico que
ayudaran a hacer mas comprensibles y agradables
los módulos y textos de cada curso, en fin un grupo
de apoyo virtual.
• Motivación. Prácticamente todos los estudiantes hicie-
ron mención de una u otra manera de la importancia
del papel del tutor como motivador del estudiante
para seguir en el proceso. Tal vez la falta de presen-
cialidad genere mayores posibilidades de deserción
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
86 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
que en las formas tradicionales de educación. Por
este motivo, el tutor debe ser sumamente creativo
y dinámico en el diseño de sus ambientes virtuales,
y además estar muy atento al proceso de cada uno
de sus estudiantes.
• Percibir las diferencias entre los estudiantes. Te-
niendo en cuenta que el aprendizaje es un proceso
condicionado por las características subjetivas de
cada quien, la personalización de la educación y el
acompañamiento individual es importante para la
motivación de los estudiantes.
LAS CONCLUSIONES
Así como los impresos no pudieron ser superados por
otros avances tecnológicos como la radio, la televisión
y ahora la Internet; la interacción cara a cara clásica
del proceso pedagógico, no podrá ser superada por las
TIC, seguirán teniendo su espacio en nuestra cultura
educativa; sin embargo, es evidente que sí pueden
darse procesos de aprendizaje en ambientes virtuales
como el de la especialización en diseño de ambientes
de aprendizaje.
En los ambientes virtuales el tutor debe esforzarse
de mejor forma para lograr transmitir a través de las
herramientas que nos posibilitan las TIC, no sólo su
postura pedagógica y académica sobre un tema en
específico; debe tener presente que sus estudiantes
siempre están en construcción de un imaginario, de
una representación de su tutor; siempre quieren ac-
ceder a él como sujeto y no sólo a él como saber. En
este sentido, el tutor debe preocuparse por generar
confianza y autoestima en los estudiantes, a partir del
reconocimiento de sus particularidades y estilos de
aprendizaje. Las interacciones y los aprendizajes en
“el mundo de la vida” están determinados por ciertas
Vista nocturna de la fuente, al lado del
teatro, y de la plazo-leta del MAC antes
de ser remodelada.
87INFORME DE INVESTIGACIÓN GRUPO AMBIENTES DE APRENDIZAJE
BIBLIOGRAFÍA
ADELL, J. (1997). “Tendencias en la Educación en la Sociedad de la Información”. Edutec, Revista Eletrónica. Disponible on line en: <http://www.uib.es/depart/gte/revelec7.html>
JARAMILLO, I. (2004). “Especialización en Diseño de Ambientes de Aprendizaje: Una propuesta pedagógica con proyección social apoyada en TIC, para el contexto Colombiano”. Latineduca 2004. Disponible on line en: <http://www.ateneonline.net/datos/78_01_Jaramillo_Ignacio.pdf>
JIMÉNEZ W. (1995). “Orden social e imaginarios sociales: implicaciones en la posmodernidad” .Politeia Nro. 17. La Ciudad: Urbanismo, Cultura y Vida. Fac. Derecho y Ciencias Políticas. U. Nacional de Colombia. Página 151.
MASON, R. (1991). “Moderating educational computer conferencing”. Deosnews, Vol. 1, Nº 19, octubre.
THOMPSON, J.B. (1998). “Los media y la modernidad, una teoría social de los medios de comunicación”. Paidos.
Uniminuto. (2004). “Un modelo educativo praxeológico”. Pág. 7. Disponible online en: <http://www.Uniminuto.edu/publicaciones/Modelo%20Educa%202.3.pdf>
VAN DIJK, Teun A., (2006).Disponible online en: <http://www.discursos.org/Vandijk.html>
Wikipedia. (2006).Disponible onlineen:<http://es.wikipedia.org/wiki/An%C3%A1lisis_del_discurso>
NOTAS
1 Comentario: Myriam Ramos, estudiante virtual de la Especialización en Diseños de Ambiente de Aprendizaje, EDAA. Foro virtual: “¿Cómo evitar la frustración del estudiante virtual?”.
2 Disponible en www.uniminuto.edu 3 El Aula Virtual que se constituye en excelente herramienta para inferir
comportamientos y patrones de desempeño social y académico en los actores que allí participan.
4 http://www.discursos.org/Vandijk.html 5 http://es.wikipedia.org/wiki/An%C3%A1lisis_del_discurso
pautas de interacción y protocolo, que al ser puestas
en ambientes virtuales son reinterpretadas y reacon-
dicionadas a estas lógicas de lenguaje.
De la misma manera, una vez que estas pautas han
sido aprehendidas en el mundo virtual, regresan
transformadas a la cotidianidad alterando la interac-
ción. Es decir, cuando nuestras pautas de interacción
social son acondicionadas a los canales de las TIC, son
transformadas y ellas a su vez transforman nuestras
maneras de interacción cara a cara. El tutor debe
lograr una comunicación cara a cara en lo virtual, a
través del lenguaje, esforzándose por comunicar en sus
mensajes, no sólo lo intelectual, también lo afectivo y
lo humano, para compensar lo frío que pueda ser el
entorno tecnológico.
La cercanía con las TIC no solamente depende de
las capacidades académicas, pedagógicas o técnicas,
también están determinadas por el momento histórico
en el cual vivimos, proceso que impulsa transforma-
ciones radicales en los medios de comunicación. Por
ejemplo, para un muchacho de 15 años, la Internet ya
estaba inventada cuando él nació y la aprendió desde
el colegio; para una persona de 40 años, la Internet
puede ser un instrumento de comunicación con cuya
ausencia aprendió a vivir sin inconvenientes, y por lo
tanto no siente la necesidad de apropiarlo. El tutor
virtual deber reconocer este punto de partida con
estudiantes virtuales adultos.
El presente trabajo permite plantear la siguiente hi-
pótesis para una futura investigación en Uniminuto:
El tutor virtual, adicional a las competencias organi-
zativas, social e intelectual, debe estar en capacidad
de reconocer los imaginarios sociales que se gestan en
sus aulas virtuales, ya que éstos impactan el proceso de
aprendizaje en sus estudiantes. La pregunta que podría
interesar a dicha investigación se centraría en indagar:
¿Cuáles son los imaginarios sociales que tienen los
estudiantes que estudian apoyados en aulas virtuales
en Uniminuto acerca de sus tutores? y según estos
imaginarios, ¿que tipo de competencias deben poseer
los tutores? El objetivo general de la investigación se
centraría en reconocer y caracterizar los imaginarios
sociales que los estudiantes de las aulas virtuales de
Uniminuto tienen de sus profesores (tutores) y su
impacto en el proceso de aprendizaje.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
88 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
El Licenciado en Info rmática y los retos
89
[email protected] en Electrónica, Especialización en Pedagogía y
Docencia universitaria, Doctorado en Inteligencia Artificial (Actual), Coordinador de la licenciatura en Informática.
CARLOS HUBER PINILLA BUITRAGO
R E S U M E N
Las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación, NTIC, han marcado un gran hito en cada uno de los espa-cios en los que el hombre se mueve. La educación no ha sido la excepción, y por ello el licenciado en informática educativa ha llegado a jugar un papel muy importante en los procesos de enseñanza-aprendizaje, convirtién-dose en un verdadero actor de las nuevas estrategias de aprendizaje.
Palabras clave: NTIC, pedagogía, educador, persona,
informática.
A B S T R A C T
TIC’s has marked a great landmark in each one of the spa-cious in which the man moves. The education has not been the exception and for that reason the lawyer in educative computer science marks a great importance in the educa-tion processes teaching-learning, becoming a true joint and guides of the new strategies of learning.
Key words: NTIC, pedagogy, educator, person, computer science.
El Licenciado en Info rmática y los retosde las NTIC
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
90 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
INTRODUCCIÓN
as nuevas formas de acceder al
conocimiento han permitido el
surgimiento de espacios de for-
mación docente encaminados a
orientar y proponer cómo pueden
ser aprovechadas las relaciones de
este sistema o nuevos ambientes de aprendizaje.
Desde esta óptica, es claro que la importancia del
licenciado en informática no radica en la enseñanza
o instrucción en el manejo de máquinas sino en la
orientación de procesos de relación con el conoci-
miento y la información que se apoyan en los recur-
sos informáticos.
El educador que en la actualidad requiere la socie-
dad, debe poseer: una cultura general, capacidad de
descubrir, desarrollar, incrementar y potenciar cada
día sus posibilidades de éxito y sobre todo orientar
su pensamiento al óptimo manejo de la información
de la manera más adecuada sin dejar a un lado su
identidad cultural y espiritual.
LAS NTIC Y LA EDUCACIÓN
En la ultima década las Nuevas Tecnologías de la In-
formación y la Comunicación (NTIC) han evoluciona-
do considerablemente, prueba de ello es el avance de
la Internet, lo cual ha producido efectos significativos
en la educación, que han llevado incluso a la necesidad
de pensar en la razón de ser de la escuela y en si de las
instituciones educativas, desde la formación básica
que precisan las personas, la forma de enseñar y de
aprender, hasta las infraestructuras y los medios que
se utilizan para ello, la estructura organizativa de los
centros y su cultura. A la vez ha permitido y fortaleci-
do la generación de nuevos conocimientos, gracias al
fomento la investigación y el desarrollo (I&D), espacio
que debe permitir a los docentes de informática pasar
de la enseñanza de las ciencias de la pedagogía a la
pedagogía de la investigación, en otras palabras pasar
de la pedagogía de la respuesta a la pedagogía de la
pregunta.
Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comu-
nicación en su proceso de evolución han ido generando
grandes interrogantes como:
• ¿Qué aprender sobre las NTIC?
• ¿Qué aprender con las NTIC?
Preguntas que pueden tener su respuesta desde la
pedagogía de pregunta de la siguiente manera:
Las NTIC “deben integrarse en el aula y convertirse
en un instrumento cognitivo capaz de mejorar la
inteligencia y potenciar la aventura de aprender”
(Beltrán Llera, 2001), compentencia fundamental que
debe ir desarrollando en los educandos el verdadero
licenciado en informática.
Lo anterior trae consigo el pasar de la pedagogía de la
respuesta a la pedagogía de la pregunta implica que
el docente de informática esté inmerso dentro de un
proceso investigativo y no en el simple hecho de limi-
tarse a transmitir cómo hacer uso de las herramientas
informáticas, ya que éstas por sí solas no pueden
generar conocimientos, sino que deben estar unidas
a espacios de investigación y desarrollo, procesos que
desde el aula toman gran relevancia cuando el maestro
se vuelve investigador y plantea sus preguntas dentro
de la institución educativa, lo cual permite así el enri-
quecimiento de todo el proceso de enseñanza.
Romper el mito de la investigación implica en el licen-
ciado en informática poder asumir pequeños retos des-
de espacios de reflexión donde la participación de los
actores del proceso enseñanza-aprendizaje sea mucho
más activa. La educación hoy debe constituirse en una
cultura del hoy y no en una cultura del ayer.
Las NTIC apoyan sustancialmente la formación de
competencias en el educando:
• La búsqueda y selección de información,
• el análisis crítico y la resolución de problemas,
• la elaboración personal de conocimientos funcio-
nales,
L
91EL LICENCIADO EN INFORMÁTICA Y LOS RETOS DE LOS NTIC
• la argumentación de las propias opiniones y la nego-
ciación de significados,
• el equilibrio afectivo y el talante constructivo (no
pesimista),
• el trabajo en equipo,
• los idiomas,
• la capacidad de autoaprendizaje y adaptación al
cambio,
• la actitud creativa e innovadora,
• la iniciativa y la perseverancia.
Competencias todas que buscan hacer del estudiante
un ser más integral.
La educación no formal es ahora un actor de mayor
importancia. Una persona sin interesar cuál sea su
edad o nivel cultural está siendo bombardeada diaria-
mente por los medios de comunicación (TV, Internet,
cine, portales, avisos publicitarios, museos, relaciones
personales), lo cual hace que se adquieran hoy más
conocimientos a través de estos canales que a través
del currículo oficial.
Lo anterior hace que las instituciones educativas deban
disponer de:
• Fuente de información (CD-ROM, videos DVD, pá-
ginas web de interés educativo en Internet).
• Canal de comunicación interpersonal y para el tra-
bajo colaborativo y el intercambio de información
e ideas (e-mail, foros telemáticos).
• Medio de expresión y la creación (proc esadores
de textos y gráficos, editores de páginas web y
presentaciones multimedia, cámara de vídeo).
• Instrumento cognitivo y procesamiento de infor-
mación: hojas de cálculo, gestores de bases de da-
tos, lenguajes de programación, programas para
el tratamiento digital de la imagen y el sonido.
• Instrumento para la gestión, ya que automatizan
diversos trabajos de la gestión de las instituciones
educativas.
• Recurso interactivo para el aprendizaje. Los mate-
riales didácticos multimedia informan, entrenan,
simulan guían aprendizajes.
• Medio lúdico y para el desarrollo psicomotor y cog-
nitivo (Videojuegos).
Además de sus posibilidades para complementar y
mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje pre-
senciales, las NTIC permiten crear nuevos entornos
on-line de aprendizaje, que elimina la exigencia de
coincidencia en el espacio y el tiempo de profesores y
estudiantes.
Sin embargo seguirá siendo necesario saber leer, escri-
bir, calcular, tener conocimientos de ciencias e historia,
y todo ello se complementará con las habilidades y
destrezas necesarias para poder actuar en este nuevo
espacio social telemático.
AUNQUE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS PRESENCIALES SEGUIRÁN EXISTIENDO, SU LABOR SE COMPLEMENTARÁ CON DIVERSAS ACTIVIDADES EN ESTOS NUEVOS ENTORNOS EDUCATIVOS VIRTUALES (ALGUNOS DE ELLOS OFRECIDOS POR INSTITUCIONES
NO ESPECÍFICAMENTE EDUCATIVAS), QUE FACILITARÁN TAMBIÉN EL APRENDIZAJE A LO LARGO DE TODA LA VIDA.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
92 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Aunque las instituciones educativas presenciales
seguirán existiendo, su labor se complementará con
diversas actividades en estos nuevos entornos educa-
tivos virtuales (algunos de ellos ofrecidos por institu-
ciones no específicamente educativas), que facilitarán
también el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
¿QUÉ PUEDE HACER EL LICENCIADO EN INFORMÁTICA CON LAS NTIC?
• Las NTIC para aprender sobre las NTIC. Alfabetiza-
ción digital que en los centros se suele realizar en
el aula informática.
• Aprender de las NTIC en el aula informática. En las
aulas informáticas los estudiantes pueden realizar
actividades didácticas diversas con programas edu-
cativos. A veces también para buscar información o
realizar determinados trabajos (individuales o en
grupo) con los procesadores de textos, editores de
presentaciones multimedia.
• Las NTIC como soporte en el aula de clase. Aprender
de y con las NTIC. Cuando las NTIC se utilizan en el
ámbito de una clase (por ejemplo mediante un siste-
ma de “pizarra electrónica”), su uso en principio es
parecido al que se hace con el retroproyector o con
el video. Se mejoran las exposiciones mediante el
uso de imágenes, sonidos, esquemas, etcétera. Los
métodos docentes mejoran, resultan más eficaces,
pero no cambian. Con el uso de la “pizarra electró-
nica” en el aula, además se propician cambios meto-
dológicos, en los que el alumnado puede participar
más en las clases (aportando la información que ha
encontrado en la red).
• Las NTIC como instrumento cognitivo y para el
aprendizaje distribuido. Aprender con las TIC.
Cuando las NTIC se utilizan como complemento de
las clases presenciales (o como espacio virtual para
el aprendizaje, como pasa en los cursos on-line)
se puede considerar que se entra en el ámbito del
aprendizaje distribuido, planteamiento de la edu-
cación centrado en el estudiante que, con la ayuda
de las NTIC posibilita el desarrollo de actividades e
interacción tanto en tiempo real como asíncronas.
Los estudiantes utilizan las NTIC cuando quieren y
donde quieren (máxima flexibilidad) para acceder
Una exposición en el MAC, hace
veinte años.
93EL LICENCIADO EN INFORMÁTICA Y LOS RETOS DE LOS NTIC
a la información, para comunicarse, para debatir
temas entre ellos o con el profesor, para preguntar,
para compartir e intercambiar información.
• Nuevos Entornos Virtuales (on-line) de Aprendizaje
(EVA) que, aprovechando las funcionalidades de las
NTIC, ofrecen nuevos entornos para la enseñanza
y el aprendizaje libres de las restricciones que
imponen el tiempo y el espacio en la enseñanza
presencial, y capaces de asegurar una continua co-
municación (virtual) entre estudiantes y profesores.
Estos entornos (con una amplia implantación en la
formación universitaria, profesional y ocupacional)
también permiten complementar la enseñanza pre-
sencial con actividades virtuales y créditos on-line
que pueden desarrollarse en casa, en los centros
docentes o en cualquier lugar que tenga un punto
de conexión a Internet.
Sea cual sea el nivel de integración de las NTIC en las
instituciones educativas, los profesores necesita tam-
bién una “alfabetización digital” y una actualización
didáctica que le ayude a conocer, dominar e integrar
los instrumentos tecnológicos y los nuevos elementos
culturales en general en su práctica docente
Las instituciones educativas pueden contribuir con
sus instalaciones y sus acciones educativas (cursos,
talleres) a acercar las NTIC a colectivos docentes que
de una u otra forma podrían quedar marginados. Para
ello, además de asegurar la necesaria alfabetización
digital de todos sus estudiantes, facilitarán el acceso
a los equipos informáticos en horario extraescolar a
los estudiantes que no dispongan de computador en
casa y lo requieran.
BIBLIOGRAFÍA
Adell, Jordi (1997). “Tendencias en educación en la sociedad de las tecnologías de la información”. EDUTEC, Revista Electrónica de Tecnología Educativa, nº 7, di ponible en: www.uib.es/depart/gte/relevec5.htm, Universidad de les Illes Balears
Area, Manuel (2001). “Las redes de ordenadores en la enseñanza universitaria: hacia los campus virtuales”. en García-Valcarcel, Ana. Didáctica Universitaria. Madrid, La Muralla.
Beltrán Llera, J. A. (2001). “Educación de calidad en la sociedad de conocimiento” en Cátedra de Educación cristiana: Respuestas al futuro educativo. Claves para educar en el siglo XXI. Madrid, Bruño.
Cabero, J., Duarte, A.; Barroso, J. (1999). “La formación y el perfeccionamiento del profesorado en nuevas tecnologías: retos hacia el futuro” en Ferrés, Joan Y Marquès, Pere (Coord.) (1996). Comunicación Educativa y Nuevas Tecnologías, pp. 36/21-36/32, Barcelona, Praxis.
NOTA: Este artículo fue elaborado con la colaboración de los estudiantes de IX semestre de Licenciatura en Informática en el segundo semestre de 2006 de la Corporación Universitaria Minuto de Dios.
CONCLUSIONES
• Una competencia fundamental que debe tener un
licenciado es la capacidad al cambio, la virtud de
asumir nuevos retos, y esto las NTIC lo seguirán
generando día a día.
• Las NTIC en lugar de convertirse en una amenaza en
los procesos de aprendizaje, son un mecanismo más
para afrontar las nuevas estructuras pedagógicas,
el hoy no es del que tenga la información sino del
que sepa qué hacer con ella.
• El licenciado en informática debe ir más allá del
simple hecho de hacer pequeños software, debe ir a
la posibilidad de validar los software actuales y los
medios educativos computarizados.
• Desarrollar la capacidad de evaluar y validar con
criterio los medios educativos computarizados.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
94 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Iluminación exterior del MAC donada por la fundación Endesa.
Los medios de comu nicación y susposibilidades educativas
95
[email protected] - www.melinformante.blogspot.com/Comunicador Social-Periodista, docente universitario, ha trabajado en
prensa, radio y televisión y como Jefe de Prensa de Fecode. Asesor editorial de diferentes medios impresos regionales y locales, asesor de imagen y de
campañas políticas, corrector de estilo. Docente de Uniminuto.
MAURICIO GALINDO SANTOFIMIO
Los medios de comu nicación y sus
R E S U M E N
Este artículo busca principalmente dar, tanto a educadores como a Comunicadores y Periodistas, algunos visos frente a las formas de establecer relación entre los medios y la escuela. Pretende despertar la creatividad de los docentes en el uso de los medios de comunicación masivos y además muestra la estrecha relación que existe entre medios y escuela.
Mucho se ha hablado sobre el asunto, pero todo lo que se diga seguirá contribuyendo al debate y desde luego, para la implementación real, no de la tecnología como tal, sino de herramientas comunicativas que hagan de la enseñanza una verdadera tarea de aprendi-zaje mutuo entre maestros y estudiantes.
Palabras clave: Educación, medios, comunicación, creatividad, analizar, criticar, reflexio-nar, cuestionar.
A B S T R A C T
This article aims to present educators, social communicators and journalists some appro-aches to establish a relationship between the media and the school. It seeks to awaken the teachers’ creativity in the use of the mass media as well as to demonstrate the close relationship that exists between the media and the school.
Although this subject has been extensively discussed, every consideration contributes to the debate and the complete implementation of not only the technology but also the commu-nicative tools that make teaching a real learning task between teachers and students.
Key words: Education, media, communication, creativity, to analyze, to criticize, to reflect upon, to question.
posibilidades educativas
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
96 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
l poder de la comunicación y la
información, el cuarto poder, la
influencia de los medios en la
formación de jóvenes y niños, la
violencia en televisión, la desinfor-
mación en la radio y en la prensa,
el poco análisis, la falta de profundidad en los me-
dios, novelones sin fondo, imágenes y sonidos que
impactan, contenidos que avergüenzan.
Con estas frases y con discursos a veces trasnocha-
dos, quienes pretenden hablar de comunicación,
medios y educación, empiezan los largos debates,
que aún continúan en la palestra y que de hecho
seguirán vigentes por mucho tiempo.
Que si los medios educan, que si no lo hacen, que
cómo utilizarlos para ese fin, que si las nuevas tec-
nologías están creando seres menos capaces o que si
por el contrario aportan de manera gigantesca.
Muchas inquietudes, muchos interrogantes que sin
lugar a duda son favorables, enriquecen cada vez más
el debate y brindan elementos para continuar en la
búsqueda de un saber (cómo relacionar los medios
con la escuela) que ha venido aumentando pero que
carece de dogmas o de leyes inexorables.
Y carece de verdades absolutas porque el ser humano
no las tiene, porque no se conocen límites en la ima-
ginación y en la creatividad de los hombres, porque
no está escrito cómo producir excelentes resultados
educativos a través de los medios.
Día a día los medios de comunicación adquieren
importancia como formadores de ideas y opiniones,
como herramientas llamativas para captar la atención
y enseñar nuevos conocimientos. ¿Pero puede afirmarse
que quienes elaboran los contenidos, tienen la verdad o
la razón?, ¿son capaces los medios de lograr la integra-
ción y el desarrollo de cualquier comunidad?, ¿podrían
los medios masivos pensar menos en el rating, y por
supuesto en dinero, y más en la educación?
Las instituciones educativas de nuestro país, en ge-
neral, dejan pasar por alto oportunidades enormes
en cuanto al uso de los medios para la difícil tarea de
educar. En algunas de ellas, encargan a los profesores
de español para que sean los responsable del periódico
escolar o de las emisoras, si es que existen, pero des-
conocen, quienes delegan esa función, si realmente
el docente maneja los lenguajes de cada medio, si
domina el tema, si le gusta o si simplemente es capaz
de producir o de meter en el aula cualquier medio para
profundizar, reforzar o complementar sus programas
académicos.
La utilización de los medios facilita, en muchos casos,
la transmisión de mensajes educativos, permite la apli-
cación de principios pedagógicos como la creatividad
y ofrece la posibilidad de multiplicar conocimientos e
ideas de forma permanente.
Sea pues, esta la oportunidad, para pensar en lo pri-
mordial de la actualización constante de los docentes
y para su preparación en el tema de los medios y de
la comunicación. También los maestros son, o deben
serlo, por excelencia, comunicadores hábiles y aser-
tivos. De igual forma, es necesario seguir pensando
que los comunicadores y periodistas tienen una gran
responsabilidad como educadores.
La labor que debemos realizar frente a los medios y
a la comunicación, radica fundamentalmente en el
conocimiento más a fondo de ciertos términos que son
manejados en el terreno comunicativo y mediático. De
igual forma, consideramos conveniente realizar un es-
tudio básico de cada uno de los medios y un recorrido
por las distintas concepciones sobre el matrimonio
entre lo educativo y lo comunicacional.
Emprender un análisis de los medios e indagar sobre
cómo podríamos hacerlos útiles en las aulas de clase,
es un aspecto que tampoco podemos olvidar.
La realidad no sólo está en las aulas de clase. Lo que su-
cede a diario, lo cotidiano, bueno o malo, está afuera,
en las calles y querer desconocerlo es querer tapar el
E
97LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y SUS POSIBILIDADES EDUCATIVAS
sol con un dedo. Un docente crítico, analítico y reflexi-
vo y que a su vez busque las mismas características en
sus alumnos o interlocutores, es un maestro que a su
vez construye realidades y transformaciones. Cuando
se quiere cambiar el entorno, cuando realmente se
quiere transformar el mundo, innovar, crear y recibir
críticas es fundamental. Por eso, descubrir si todo lo
que los medios y sus protagonistas nos quieren dar
es absolutamente verdadero, útil y nos engrandece
como individuos, es tarea que unidos, interlocutores
y docentes, debemos empezar a desarrollar.
No tengamos miedo de los medios. Temámosles cuan-
do nos coartan el pensamiento, cuando nos quieran
imponer modas, cuando nos impidan crear.
Ahora bien, es importante, pensar primero en la re-
lación que existe entre medios y educación. Así como
la política y el periodismo han sido desde sus inicios
amantes inseparables, esposos, novios o como quiera
llamárseles, no podemos desconocer que la comunica-
ción y la educación mantienen hoy por hoy un vínculo
cada vez más fuerte, dada su estrecha relación y su
innegable necesidad mutua.
La conjunción de estos dos elementos nos lleva ne-
cesariamente a repensar diariamente y con mayor
conciencia, cómo poner al servicio de la sociedad esta
relación y cómo poner a funcionar de manera más
competente, seria y responsable, todos los factores
que dentro de ella se manejan, para que tanto comu-
nicadores como docentes entiendan que deben, en el
diario vivir, cumplir labores conjuntas.
Esta necesidad latente de comunicar, pero a la vez de
educar y viceversa, nos lleva a plantear una serie de
interrogantes sobre la comunicación y la educación, los
cuales pretenden servir para entender un poco más las
relaciones, procesos y vínculos entre una y otra.
Es importante, si no empezar, sí continuar con los
debates y las discusiones alrededor del tema, pues
tanto profesores como comunicadores y periodistas
no pueden ocultar su marcada influencia en una so-
ciedad como la actual, cada vez más globalizada,
atomizada y por supuesto cada vez más interesada
en la información y las nuevas tecnologías.
Por tanto, como primera instancia debemos en-
tender que el aula de clase es también un medio de
comunicación que a su vez puede valerse de otros,
siempre y cuando se entiendan sus lenguajes, sus
propósitos y sobre todo sus fines comunicativos.
Escribía Roger Aguilar Cachón (Investigador de
medios y educación) en un artículo en Internet:
“Para poder hablar de la relación que se lleva entre
los educadores, los alumnos y los medios de comu-
nicación, tenemos que hacer alusión al concepto que
nos proporciona Peña Ramos, cuando se refiere a la
endocomunicación que según él plantea, se refiere
a reconocer relación entre comunicación y educa-
ción y que ésta no puede verse de manera aislada
ni mecánica.
Los medios de comunicación son un ejemplo muy
claro de los cambios que en pocos años han reescrito
la historia de la misma e implantado nuevas concep-
ciones y metas a los individuos. Hoy en día la educa-
ción ya no se circunscribe únicamente a las paredes
de las escuelas, sino que los medios de comunicación,
sean estos cualesquiera de los que se encuentran a
la mano de los educadores, educandos y padres de
familia, (radio, prensa, tv, internet), ya forman parte
de la educación que ya se convierte en más amplia,
generalizada y comprometida con el mundo actual”.
Y prosigue: “Educación y comunicación tienen un vín-
culo muy estrecho, pero hay que determinar los límites
de dónde comienza y dónde termina cada una (o sea
los propósitos y las metodologías tanto de una como
de otra). Los profesores que trabajan en las escuelas
se encuentran frente a situaciones comunicativas que
pueden ser retomadas como situaciones educativas,
o sea, el profesor se plantea una serie de momentos y
elementos que le permiten abordar lo comunicativo,
pero siempre pensando en el provecho que de éste
puede obtener”.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
98 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Y concluye: “...El educador debe tomar en consi-
deración tres momentos desde el punto de vista
teórico-práctico:
Primero: No se puede pensar en comunicación y
educación sino más bien como una opción, educa-
ción–comunicación, lo que presupone, de hecho,
la indisoluble e indiscutible relación intrínseca.
Segundo: (...) La pedagogía de y con los medios, así
como la educación con y para los medios”, lo que
presupone también lo que nos brindan los medios
y el provecho que de ellos podamos sacar y por otro
lado el uso de los mismos para cumplir con nuestros
propósitos educativos. Y el tercer elemento tiene que
ver específicamente con el aprovechamiento de los
medios, ya sea vinculándolos o bien articulándolos
con otros elementos de carácter didáctico”.
Todas estas apreciaciones, se enmarcan obviamente
dentro de una actitud que el docente debe asumir en
el momento de estrechar vínculos con los medios.
Esa actitud, cita el artículo, comprende otros tres
elementos:
1- El autorreconocimiento de los profesores como
audiencias.
2- La búsqueda de situaciones de aprendizaje con, a
partir y a pesar de los medios.
3- El dominio de los lenguajes propios de cada medio
de comunicación.
Como hemos visto, toda esta verborrea no es más que
la conscientización de los docentes frente a un aspecto
latente, cotidiano y real: los medios nos enseñan, gús-
tenos o no y por eso debemos hacerlos colaboradores
y no enemigos de nuestros procesos.
Ahí es donde está el problema realmente. Los propios
medios no reconocen su labor educativa y olvidan que
dentro de sus funciones, aparte de las de informar,
orientar y recrear, también está la de educar. Y no lo
hacen por temor a ser cuestionados, porque consideran
que no es de su competencia y porque además, al igual
que la educación, son un negocio que debe regirse por
lo que más venda y no por lo que más eduque.
Decía Rosa María Alfaro, educadora y comunicadora
peruana, de la Universidad de Lima, en un artículo
para la revista Signo y Pensamiento de la Universidad
Javeriana, del año 1999, que el espacio común entre
educación y comunicación es el aprendizaje y va uno
a ver y es cierto. El simple hecho de informarnos de
algo ya nos da pie para discernir sobre ese algo, nos
da una base para profundizar, para reflexionar o sen-
cillamente para no quedarnos atrás con el acontecer
nacional o internacional.
Los medios pues, son responsables de la difícil rela-
ción entre educación y comunicación, pero la escuela
también y algunos profesores también. Pero parece
que muchos sienten miedo, no por ser cuestionados
sino por ser desplazados, porque muchas veces, quién
lo creyera, empezando el siglo XXI, los procesos de
aprendizaje en las instituciones educativas, no brin-
dan placer, cosa que los medios sí proporcionan y con
sobrada ventaja. No brindan satisfacción, no promue-
ven un clima de paz y tranquilidad, no permiten, en
últimas, un desarrollo humano sino uno memorístico
y de obligación frente a determinados temas, no eva-
lúan lo humano sino lo que la mente pueda retener, o
el famoso know how.
Alguna vez me encontré un texto de una paginita, sin
firma, sin fecha, sin nada, pero hoy lo retomo porque
creo que es conveniente. Decía el escrito: “qué pérdida
de tiempo, dirán algunos, si abro a mis alumnos mi
alma, mis ilusiones, mis esperanzas, mis sufrimientos
y no mis libros. Qué pérdida de tiempo si comparto
con ellos lo realmente esencial: el arte de ser felices,
la asignatura de amarnos y respetarnos, de no tenerle
miedo al dolor ni a la muerte, seguramente son más
importantes los logaritmos, los quebrados o el teorema
de Pitágoras”. Y no es que uno tenga nada contra las
matemáticas, lo que pasa es que esas como muchas
otras cosas se debieran aprender con placer y no con
sufrimiento. Lo humano, la vida, la cotidianidad, nos
lo enseña la vida misma y nuestros profesores hacen
parte de ella.
99LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y SUS POSIBILIDADES EDUCATIVAS
Parafraseando a Rosa María Alfaro, “la escuela está
desconcertada, como lo muestra su distanciamiento
del placer, y las nuevas modernidades que se gestan;
su centro en la idea de nación y no precisamente de
mundo como si fueran opuestas; el orden externo
(estricto) que se impone al interno subjetivo; la es-
critura como sistema que no dialoga con el lenguaje
audiovisual, la hegemonía de lo memorístico, última
arma de la impotencia racionalista y muchos proble-
mas más”.
Pero no echemos sólo la culpa a la escuela y a los me-
dios. No hay que olvidar a algunos padres de familia,
quienes, producto de una educación vertical, preten-
den ver a sus hijos como computadores humanos, que
saben mucho pero que no sienten nada.
Reclaman en las escuelas y a los profesores porque
sus hijos no tienen tareas y se la pasan horas sen-
tados frente al televisor cuando son ellos mismos,
como decía Rosa María Alfaro, “...quienes estimulan
el consumo de los medios aún cuando acusan el daño
que producen. Usan los medios como premio o como
castigo, como descanso. No se comparte su consu-
mo infantil, aunque los niños sí ven televisión para
adultos. Las oportunidades para conversar sobre los
medios no son retomadas por los padres para dialo-
gar y educar a sus propios hijos”.
Aquí hay varios puntos que tocar: El descanso es parte
fundamental de la vida y en él también existe la opor-
tunidad de aprender (el ocio productivo como algunos
lo llaman), y debe ser mutuo porque no es posible que
mientras un profesor lo disfruta, sus alumnos tengan
que pasar horas y días enteros tratando de cumplir
con un trabajo que a veces ni se lee del todo. Uno ve
que para muchos niños y jóvenes la Semana Santa o
los fines de semana, por ejemplo, no son espacios para
aprender de la cotidianidad sino para adelantar acti-
vidades escolares o para hacer tareas. ¿Dónde queda
la vida familiar e incluso la vida personal del alumno?
Con todo respeto, aquel que dijo que el trabajo digni-
ficaba al hombre, era un enfermo por el mismo. Hay
muchas cosas más importantes y enriquecedoras que
el trabajo, con el cual obviamente hay que vivir, pero
todos sabemos que debe ser por gusto y no por obliga-
ción. Ahí está la diferencia: Es muy distinto pensar con
la cabeza a pensar con el estómago. ¿O es que acaso un
desempleado es indigno?
Así mismo, es importante referirnos a los supuestos
efectos nocivos de los medios, en especial de la televisión.
Fachada del Museo de Arte Contemporáneo antes de ser restaurada la plaza central.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
100 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Entonces retomamos el papel fundamental de los
padres, no olvidemos que también comunicadores
y profesores lo somos.
Nadie puede pensar que un mensaje mediático sea
inmediatamente adoptado por sus espectadores a
no ser que no se tenga ningún otro contacto con la
realidad aparte del mismo medio. Por eso la labor
educativa con los medios, consiste en dialogar,
analizar, criticar, reflexionar, cuestionar los con-
tenidos de los mismos. La labor de orientación es
fundamental, pero la sociedad misma ha hecho que
las discusiones frente a los contenidos se acaben.
Hoy por hoy y con justa razón, se dice que la TV
rompe la comunicación porque muchas familias se
sientan frente al aparato y no dicen una palabra. Si
lo sabemos porqué no lo cambiamos. La cosa es así
de simple: dialoguemos sobre los contenidos, sobre
todos los contenidos y no seamos egoístas. Qué abu-
rrimiento ver programas de niños, o leer cosas de
niños, o escuchar cosas de niños, pero ¿nos hemos
preguntado si ellos piensan lo mismo de nuestras
lecturas o nuestros programas? Si adoptáramos estas
posiciones, muy seguramente aprenderíamos todos.
Siguiendo con la relación medios-comunicación-edu-
cación, debemos decir, citando otra vez a Alfaro, que
los medios efectivamente “...son capaces de seducir a
diferentes saberes culturales. Cuando se ve televisión,
se escucha radio o se lee, siempre se opina, se está en
una actividad constante de interpretación. El público
escoge dentro de los límites de la oferta y tiene la op-
ción de apagar, salir e irse. Los estudiantes no pueden
hacerlo.”
Surge otra pregunta, ¿Qué debemos hacer? Creo que
necesariamente respetar las individualidades, respe-
tar los deseos subjetivos, pero sobre todo, respetar y
entender la igualdad. También nuestros alumnos nos
enseñan. No debemos creer que tengamos la verdad
absoluta. En últimas ¿cuál es la verdad absoluta?
Igualmente los conceptos de libertad y autonomía
deben hacer parte de nuestro repertorio. Si queremos
producir medios o simplemente analizar sus contenidos,
depende de nuestros propósitos, debemos tener en
cuenta estos aspectos.
La relación entre la comunicación y la educación, y
obviamente entre los medios, es pues innegable y
por eso debemos asumir una postura más flexible
alrededor del tema. No se trata de meter un VHS y un
televisor al aula si no hay un sentido o un propósito
claro, se trata de alfabetizar para los medios, lo que es
lo mismo que enseñar a entenderlos. “la comunicación
es un medio y una finalidad educativa y debe formar
parte de las estrategias educativas y de la pedagogía
que se pone a funcionar”.
Concluía Rosa María Alfaro: “La familia necesita re-
cuperar un nuevo lugar simbólico en la sociedad. El
hogar debe ser un lugar de construcción de sentidos
propositivos y de transformaciones culturales. Para
ello debe convertirse en un espacio de comunicación
y diálogo.
...Se trata de hacer más fascinante y productiva la vida
familiar admitiendo múltiples modelos de ser y hacer
vida privada. Se trata a su vez de incorporar el lenguaje
audiovisual en la escuela desde las características que
el niño ha creado de consumidor de medios, en los
procesos de aprendizaje. Desde ambos niveles se irán
cohesionando los aspectos instructivos con los edu-
cativos. Los culturales con los racionales, la memoria
con la creatividad. Se trata de hablar, hacer tareas y
evaluar con imágenes, con metáforas, con sentido de
movimiento. Necesitamos construir una permeabili-
dad del sistema escolar hacia la cultura audiovisual y
hacia un futuro debemos buscar una apertura de los
medios hacia el trabajo informativo argumentativo y
más científico. El libro y la pantalla tienen que influirse
mutuamente.
No hay comunidades interpretativas y que cuestionen
los medios cuando sea pertinente. La escuela puede
tener un papel importante al respecto. No sólo se
trata de que los medios cambien y de que la escuela
se inscriba en procesos de modernización y de de-
mocratización, sino de que existan otros espacios,
101LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y SUS POSIBILIDADES EDUCATIVAS
otras formas de aplicar y renovar la conexión entre
educación y medios.
La comunicación relacionada con la educación, nos
trae esperanza. Los sujetos pueden tener un nuevo
lugar y ser entendidos no sólo como públicos comu-
nicativos sino como sujetos de aprendizaje. Que el
ser humano cambie en comunicación debe ser parte
central de las nuevas utopías” (Alfaro, 1999).
Y concluyo yo: no nos preocupemos por cuánto quera-
mos enseñar, por terminar nuestros programas acadé-
micos, por evaluar la memoria o por corregir conductas
que no son las que nosotros mismos tenemos.
Preocupémonos por vivir con lo que poseemos y no
podemos ocultar. Vivamos con los medios, los cuales
no podemos borrar como la tiza en el tablero, apren-
damos de ellos y hagamos que nuestros muchachos
nos hablen, nos critiquen, reflexionen sobre lo que
les decimos y no solamente que nos pregunten para
después darles respuestas concretas sobre un tema.
No seamos Instructores en el sentido estricto de la
palabra. Nuestra labor de docentes va mucho más allá,
si tenemos en cuenta la comunicación.
No queramos ser periodistas o comunicadores y no
pretendamos que ellos sean profesores, pero sí educa-
dores. Empleemos nuestros conocimientos y nuestra
creatividad para vincular los medios a nuestro trabajo
o para producir los propios, así sean rudimentarios. No
nos dé miedo sentirnos iguales a nuestros alumnos.
Debemos saber que en cualquier lado y a cualquier
hora siempre habrá alguien más que nos aporte y nos
enseñe y que sepa más que nosotros. No somos dioses
y por ello nuestro afán debe ser el de crecer cada día
más, incorporando para nuestras vidas y para nuestra
profesión, nuevos elementos que nos ayuden a cum-
plir con nuestros propósitos personales, familiares y
profesionales.
Por último, cabe anotar que “la complejidad de las
relaciones en la educación es tal que ignorarlo tiene
consecuencias evidentes. En un aula de clase, las
mediaciones que se instauran son múltiples, son rela-
ciones simbólicas que suceden necesariamente entre
maestro-estudiante, entre estudiante-estudiante,
entre maestro-estudiante y el saber que constituye el
objeto de estudio. En el aula ocurren diversas interac-
ciones mediatizadas por el profesor, los alumnos, los
contenidos, los medios. Así por ejemplo la relación
entre el profesor y el alumnado está mediatizada por
la asignatura, por los medios y la afectividad.
Todos los medios que se utilizan en la educación,
desde el tablero hasta los más sofisticados, deben ser
cuidadosamente analizados por los docentes desde la
óptica de la mediación pedagógica. Las nuevas tecno-
logías han impactado de tal manera la sociedad que es
imposible prescindir de ellas, bien sea que la escuela, el
aula o el espacio didáctico, las tenga o no. Sin embargo,
su utilización es la de mediadoras entre el docente, el
saber (objeto de estudio) y el estudiante. Cada tecno-
logía tiene su propio lenguaje y su propio canal para
pasar la información; y de cada una de ellas podemos
aprovechar sus posibilidades para promover y acom-
pañar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Cuando se estudia para ser profesor en una Facultad
de Educación o en una Escuela Normal Superior, se
presentan a los futuros educadores algunas formas
de llegar a los estudiantes más allá de la voz y de los
gestos: tablero, papelógrafo, proyectores de diaposi-
tivas, retroproyectores, mapas , láminas , maquetas,
computadores, video-beam y se resalta su importancia
y su uso, pero se descuida el papel del educador como
mediador y el papel de estas tecnologías como me-
diadoras de los procesos de enseñanza-aprendizaje”.
(Alfaro, 1999).
BIBLIOGRAFÍA
ALFARO, Rosa María, “Comunicación y educación: una alianza estratégica a los nuevos tiempos” en Signo y Pensamiento, revista de la Facultad de Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana, 1999.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
102 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Aportes para cons truir el perfil de
Este texto se ilustra con algunos catálogos de exposiciones yeventos en el MAC, en épocas diferentes.
103
R E S U M E N
El texto realiza una lectura de las relaciones entre política educativa y formación docente. Para ello se ofrece un contexto macro que sitúa algunas de las reformas educativas en relación con la formación de los docentes. Se estudian además algunos conceptos del Decreto 272 de 1998 como el de educabilidad, enseñabilidad, historia y epistemología de la pedagogía, lo mismo que el de investigación formativa. Se resalta un estudio sobre el perfil de los docentes, partiendo de las debilidades actuales. Finalmente se ofrecen algunas preguntas que dejan el camino abierto al tema de la relación entre política educativa y formación docente.
Palabras clave: Política educativa, Decreto 272 de 1998, perfil docente, formación docente.
A B S T R A C T
This text renders an interpretation of the relationship that exists between education policy and teacher training. For this reason, the text provides a macrocontext which places emphasis on education reforms related to the teacher training. Moreover, the text explores some concepts such as educability, teachability, history and epistemology of pedagogy, as well as the concept of formative research which are all within the 272 Act of 1998. it also highlights a study on the teachers’ qualifications, derived from the current weaknesses. Finally, it addresses some issues that lead to further discussions related to this subject.
Key words: Education Policy, 272 Act of 1998, teacher qualifications, teacher training.
HUBERTO OBANDO GIL
[email protected] en Filosofía. Profesional en Teología.
Magíster en Literatura. Actualmente se desempeña como Decano de la Facultad de Educación de la
Corporación Universitaria Minuto de Dios.
Aportes para cons truir el perfil deun docente
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
104 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
l contexto actual de cuestionamien-
to a los procesos de formación de
docentes y los resultados críticos
tanto de las pruebas ECAES1 que
presentan los licenciados de edu-
cación, como los maestros que
son evaluados en los exámenes de concurso de las
convocatorias que realiza el Estado para contratar
educadores, lo mismo que las competencias que el
mundo de hoy le exigen a los formadores docentes,
requiere un diálogo y reconocimiento de lo que pasa
en relación con la formación docente. Para respon-
der a esta inquietud he planeado un texto que recoge
en primer lugar algunas características del contexto
socio-cultural actual. Seguidamente, he pretendido
reconocer la influencia del Decreto 272 de 1998, so-
bre todo he indagado en algunos conceptos que me
parecen trascendentales para el desarrollo actual de
los programas de educación que obtuvieron la acre-
ditación previa. En un tercer momento he querido
presentar algunas notas sobre el perfil de los docentes
que el país necesita, relacionadas de modo directo
con un trabajo que en el pasado realizó el capítulo
Ascofade-Centro2 en conjunto con la Secretaría de
Educación de Bogotá. A la base de estas notas hay un
deseo de reconocer el influjo de la política educativa
en el contexto educativo actual y el modo como ella
se concreta, esto es, entre otros, la reglamentación
sobre la formación docente y sobre el tipo de docente
que se necesita.
Para soportar muchos de los comentarios expresados
en este artículo se ofrecen dos premisas fundamen-
tales:
1. La educación es un bien social, político y cultural
que genera desarrollo. Ella es el alma que mantiene
viva la condición humana, la que políticamente se ha
institucionalizado. Es la semilla que vuelve eterna la
sociedad y que, curiosamente, al mismo tiempo la
transforma.
2. La educación devela al hombre que concebimos hoy y
al que imaginamos mañana. No hay una forma inge-
Enua de ser hombre, se es en razón de la educación
que consumimos y de la que perpetuamos.
Desde estas dos premisas se puede reconocer que la
educación en su más amplia aproximación concep-
tual, puede ser entendida como la suma de prácticas
sociales desarrolladas en el tiempo y en el espacio, y
que tiene como función estimular el desarrollo huma-
no y social mediante el aprendizaje. Es claro que su
finalidad consiste en construir y prolongar un modo
de ser sujeto, un modo de desarrollar los talentos de
cada individuo, un modo de vivir y perpetuar una
tribu, una sociedad, un modo de entender y dar vida
a una institución.
1. PISTAS PARA RASTREAR EL CONTEXTO
Al respecto quisiera plantear algunos tópicos del con-
texto actual de la cultura y la educación que es nece-
sario reconocer, entendidos éstos de modo dialéctico
y no como miradas unidireccionales:
- La cultura actual se mueve en el péndulo entre la
rigidez y la innovación. El siglo XX fue el siglo de
los mayores cambios, ni siquiera la invención de
la rueda o de la imprenta agilizaron tantas cosas,
en esta lógica, el tiempo se volvió un concepto psi-
105APORTES PARA CONSTRUIR EL PERFIL DE UN DOCENTE
cológico, los desarrollos tecnológicos y las teorías
científicas no terminan de asumirse cuando ya de-
vienen unas nuevas realidades. Todo fluye como un
frenesí sicodélico, sin embargo permanece perpetua
la nostalgia hierática.
- El hombre de hoy se mece entre la era de la globali-
zación, fundamentalmente económica, y la indivi-
dualidad de su cultura. Todo lo económico es global
para las grandes potencias, pero termina siendo pa-
rroquial para los globalizados. La identidad cultural
se sostiene en lo que los filósofos postmodernos dan
en llamar microrrelatos, mientras la cultura light
se globaliza. Conclusión: lo ajeno se globaliza, lo
propio se afinca en la intimidad.
- Los procesos formativos se tejen entre la adquisición
de información y el camino hacia la producción de
conocimiento. Otrora se educaba en la adquisición
y réplica de información, hoy hay un esfuerzo por
formar para diferenciar y reconocer la información
pertinente que ayuda en la producción de conoci-
miento. La experiencia cotidiana se ha convertido
en laboratorio para aprender a vivir.
- La sociedad camina entre el desarrollo científico y
tecnológico y el uso crítico que pude hacer de él.
Desde el Renacimiento (por ejemplo en Leo-
nardo), la ciencia y la tecnología han empezado
a cambiar nuestros estilos de vida y nuestras
creencias, conocemos la arquitectura genética (el
genoma humano), en un chip cabría la biblioteca
de Alejandría y quizá cien bibliotecas más. Sin
embargo, consumimos con una sombra de inge-
nuidad el desarrollo de la ciencia y la tecnología,
pero todavía no lo usamos con sentido social.
- Hemos magnificado el desarrollo industrial en de-
trimento del desarrollo humano. La mayor para-
doja de todas: hemos perfeccionado la industria,
hasta conocer el poder de la energía nuclear, se ha
visitado Marte, pero no conocemos el corazón del
hombre, el desarrollo humano sigue estancando,
como Sísifo, continuamos cargando una y otra vez
la misma roca, sin avanzar un centímetro.
- La incidencia de las nuevas formas de contratación
laboral en el mercado exigen mayor liderazgo
y desarrollo de competencias específicas, como
también la necesidad urgente de adaptación a los
cambios para responder satisfactoriamente a los
requerimientos del medio.
- Se están construyendo unas nuevas miradas sobre
la profesión del maestro, sobre todo
en lo relacionado con su perfil y sus
competencias, como gestor acom-
pañante de procesos educativos, en
la nueva sociedad del conocimiento.
De hecho, se privilegia la formación
de sujetos cada vez más autónomos y
autocríticos respecto de sus propios
procesos de formación.
- La cultura religiosa pasa regular-
mente del ateismo práctico al pietismo
religioso. El ateísmo conceptual se en-
cuentra en desuso, las sociedades ac-
tuales no niegan la existencia de Dios,
prefieren ignorarlo. Del otro extremo,
el hombre religioso como el re-ligado
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
106 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
a la divinidad se ha convertido muchas veces en
un hombre atado al rito, atado a las formas y a
las instituciones religiosas, que es capaz de dar
la vida por ellas, pero no daría un céntimo por
la vida de su prójimo.
- La educación en teoría es considerada como el
eje central del desarrollo y como centro de las
condiciones de mejoramiento de la calidad de
vida. Nadie duda de que ella sea un proceso
permanente. Sin embargo, pareciera que las
políticas trasnacionales se dirigen a debilitar
las comunidades educativas locales y los apoyos
económicos para la formación de los estratos más
bajos y vulnerables. Mientras se teoriza sobre los
efectos políticos y sociológicos de la educación, se
fractura el desarrollo de ésta con políticas presu-
puestales y evaluativas que distan mucho de las
necesidades locales.
- La cultura política de las élites occidentales no atis-
ba un recodo de miedo al pasar de la democracia
participativa al fundamentalismo democrático. La
democracia, que bien puede ser entendida como
una cultura de respeto y construcción participati-
va de una sociedad, se confunde a veces con una
forma de gobierno donde las élites, de la mano de
los medios de comunicación, la usan para imponer
sus intereses económicos y geoestratégicos. Ayer
se asesinaba en nombre del rey, hoy se asesina en
nombre de la libertad.
2. EL LEGADO DEL DECRETO 272 DE 1998
En los últimos 40 años se han dado una serie de infor-
mes internacionales que interpretan las necesidades
educativas y proponen una serie de reformas. En 1972,
el informe de la UNESCO “Aprender a ser. La educa-
ción del futuro” llama la atención sobre la necesidad
que tiene la educación de trascender la realidad y apoyar
la formación de un hombre completo que camine hacia
un humanismo científico. Seguidamente, en 1979 con
“Aprender, horizonte sin límites” presentado al Club de
Roma por James Botkin, se propone entre otras cosas
superar el aprendizaje tradicional de mantenimiento
por el aprendizaje innovador que aporte a la supervi-
vencia y a la dignidad humana, a la autonomía y a la
integración.
En 1990, con el informe “Educación para todos”,
financiado por la UNESCO, el PNUD, UNICEF y el
Banco Mundial, se plantea la necesidad de la educa-
ción básica como el fundamento básico para la ense-
ñanza y la comprensión en la educación superior, lo
mismo que para el desarrollo científico, tecnológico y
de desarrollo autónomo. Adicionalmente, es menes-
ter recordar el texto que en 1990 presentó la CEPAL:
“Transformación productiva con equidad” que dio
origen en 1992 al texto “Educación y conocimiento:
eje de la trasformación productiva con equidad” en
el que se concluye que la competitividad nacional
está ligada a la interrelación entre educación, sector
productivo y desarrollo tecnológico. Conviene resaltar
también el texto que en 1996 presentó Jacques Delors
a la UNESCO “La educación encierra un tesoro” en el
que se afirma la educación como eje fundamental para
el desarrollo y plantea la necesidad de promover cam-
bios en la estructura del sistema educativo que lleve
a construir énfasis en aprender a conocer, aprender a
hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. (Cfr.
Caballero, 1999, pp. 63-71)
Estos informes han logrado tejer un lugar común
para las reformas que en distintos países del mundo,
incluido Colombia, se han venido dando. De hecho,
un buen grupo de intelectuales ha estado de acuerdo
en algunas de las conclusiones más gruesas y ha legi-
timado algunos cambios, relacionados sobre todo con
la rápida desactualización del saber, con la necesidad
de enfatizar las habilidades para el aprendizaje per-
manente, la necesidad de trabajar en valores, iden-
tidad y participación, entornos educativos abiertos
y flexibles, redes de conocimiento, orientación de la
educación hacia procesos educativos más personali-
zados, una mayor conciencia sobre los efectos de los
procesos de auto-formación, necesidad de relaciones
internacionales y procesos de flexibilidad curricular y
administrativa entre otros.
107APORTES PARA CONSTRUIR EL PERFIL DE UN DOCENTE
En un contexto muy cercano a esta realidad de cam-
bios culturales, de estudios y propuestas conceptuales
sobre la necesidad de trasformar el sistema educativo,
incluso en la esfera de la educación superior, mediante
los procesos de autoevaluación y acreditación, surge
el Decreto 272 de 1998. Decreto que fue derogado
posteriormente en el año 2003 mediante el Decreto
2566 y recuperado en su columna vertebral a través
de la Resolución 1036 del 2004.
El Decreto 272 de 1998 fue un decreto de singular im-
portancia para el grupo de académicos y de docentes
que piensa y que se siente afectado por la educación.
Trascendental por cuanto en primer lugar establece
las condiciones básicas de funcionamiento de los pro-
gramas de educación, en el marasmo de los múltiples
y muchas veces pésimos programas académicos exis-
tentes en su momento. Este decreto se asumió como
una luz en el túnel, de hecho causó una conmoción
gigantesca en los programas del área de educación
que existían, más de 1000, y permitió que de éstos
fueran reconocidos con acreditación previa entre el
año 1999 y 2000 cerca de 625. En segundo lugar, y de
modo fundamental, el decreto logró construir un con-
senso, único hasta el momento, sobre la orientación
que debían tener los programas del área de educación
y sobre una serie de conceptos que no eran parte del
imaginario de la educación superior. No es para nada
ingenuo decir que regular la profesión docente con el
eje fundante de la pedagogía fue su postulado más tras-
cendental, puesto que lo pedagógico3 -entendido como
se señala que lo ha propuesto Carlos Eduardo Vasco
“el saber teórico-práctico generado por los pedagogos
a través de la reflexión personal y dialogal sobre su
práctica pedagógica” (Forero, 1997, p. 17)- se ha con-
vertido en cultura en un buen número de facultades
de educación y se reconoce hoy de modo claro como
el eje constitutivo de la profesión docente.
Esta definición, que para algunos es discutible por
cuanto la formación del maestro bien podría estar apo-
yada en la psicología, en la sociología, o en la misma
filosofía de la educación, ha permitido que se piense la
labor del maestro en íntima relación con los procesos
de enseñanza y aprendizaje que ejerce y que han
sido planteados por diversos autores. De igual
forma, ha permitido que dicha labor se articule con
los modelos pedagógicos, con las relaciones que la
pedagogía puede establecer con otras disciplinas,
pero sobre todo ha orientado y definido el lugar
epistemológico desde donde dialoga y aporta el
docente que el país desea formar. Sin duda que
todo esto ha hecho que la práctica cotidiana pueda
ser considera laboratorio para la construcción de
nuevo saber pedagógico.
El tiempo ha dado la razón a quienes consideraron
que ese era un decreto bien concebido, ese con-
senso sobre la formación básica de los maestros
logró que, en una distancia mediana, se hubieran
incorporado de modo crítico en el medio educativo
conceptos como el de educabilidad y enseñabilidad,
investigación formativa, epistemología de la peda-
gogía, etcétera. No pretendo manifestar que tales
conceptos no se trabajaran y pensaran en algunas
universidades, el problema era que más allá de ser
palabras de escritorio no se vislumbraban muchas
veces de modo concreto en los proyectos educativos
y en los currículos de los programas ofertados por las
facultades de educación. Quiero hacer hincapié sobre
algunos de estos conceptos.
2.1. El concepto de educabilidad ha sido rescatado
de la pedagogía de Herbart y asumido como “una
disposición para la formación de la persona a partir
de potencialidades inscritas en ella” (p. 9). Desde allí
se han trazado unas nuevas lógicas de formación que
tienen claridad sobre los elementos formativos que
cruzan de modo transversal todos los currículos y que
afectan directamente la cultura interna del sujeto en
su proceso de formación como hombre.
De hecho, se han tenido en cuenta los aspectos de los
que habla Fermoso para hacer viable la educabilidad:
entenderla como una exigencia individual que es in-
alienable e irrenunciable, que no está a merced de la
naturaleza, sino donde el sujeto es dueño de sí mismo
para dirigir el camino de sus metas y en tal sentido
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
108 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
es también teleológica, es también dinámica por
cuanto supone actividad y potencialidades que
esperan pasar al acto, en palabras de Fermoso: “la
educabilidad es necesaria, pues sin ella el hombre
se vería privado de posibilidades de autorrealiza-
ción, de personalización y de socialización” (1990,
p. 237). No obstante, no se han olvidado bajo la égida
de este concepto las preguntas sobre cómo conoce
el sujeto y cuáles son las relaciones que se dan entre
desarrollo y aprendizaje, planteamientos que son
la base de la filosofía de la educación, las teorías de
los valores o las investigaciones del desarrollo y del
aprendizaje.
Algunas opciones sobre lo que se considera educable
para el contexto actual se han ido imponiendo en los
últimos años, fundamentalmente apoyadas en las
peticiones de los informes de la UNESCO, tanto en el
texto “La educación encierra un tesoro” , como en “La
agenda para el siglo XXI”, sobre todo en la necesidad
de educar para la comprensión, educar para la pre-
gunta: en torno a la vida, a la familia, al contexto local
y a la trascendencia, educar para el respeto del otro y
de su saber, educar para aportar a la construcción de
una sociedad del conocimiento, educar para aprender
a aprender, educar para aprender a conocer, a hacer y
a ser, educar para aprender a vivir juntos.
2.2. Otro concepto que encontró su lugar en los pro-
gramas de educación reestructurados a partir del
Decreto 272 fue el de enseñabilidad. Este siempre
va de la mano de la educabilidad, aquí se enfrenta
el problema de la enseñanza tanto en el fondo, la
epistemología de la disciplina, como en el contenido
de las disciplinas científicas, de modo que los saberes
puedan ser apropiados de manera significativa. Para
ello, conocer sobre una disciplina significa conocer su
contenido y la lógica de su funcionamiento, es decir la
historia de la disciplina, con sus problemas de contex-
to, y los obstáculos para posicionar tales saberes, pero
también las estrategias usadas en la construcción de
la disciplina, etcétera.
De hecho, es necesario considerar que en los últimos
años las facultades de educación han dado algunas
apuestas en la categoría de lo enseñable, sobre todo
por procurar un saber pertinente y crítico, tanto en lo
humano, como en lo tecnológico y en lo investigativo,
e incluso en situar el saber de modo contextualizado
y complejo, de manera que se asuma su papel social y
antropológico en toda su extensión. Adicionalmente
se ha hecho una apuesta por un saber que reinventa
la identidad del sujeto, es decir, que asume al ser hu-
mano como posibilidad de ser y trasformación en su
propia identidad.
109APORTES PARA CONSTRUIR EL PERFIL DE UN DOCENTE
Esta doble dimensión de la educabilidad y la ense-
ñabilidad de la educación ha permitido organizar
currículos coherentes frente a la formación docente,
de modo que no se sitúe la formación del maestro sólo
en saberes teóricos o en unos procesos abstractos de
acompañamiento, sino que ha demostrado la nece-
sidad de construir esa tarea dialéctica entre saber y
hacer que supone la labor del docente.
2.3. Los conceptos de epistemología e historia de la
pedagogía han logrado mostrar que el saber del do-
cente no es un saber construido sobre bases efímeras
y de poca monta. Los docentes se han venido intere-
sando en el reconocimiento del estatuto científico de
su disciplina fundante, han tenido que entretejer las
relaciones epistémicas objeto-sujeto, teorías del cono-
cimiento, teorías de la enseñanza, análisis históricos
de los momentos en que han surgido las escuelas,
los modelos y los paradigmas más sobresalientes del
campo pedagógico. Este cruce entre historia y estatuto
epistemológico de la disciplina ha logrado evidenciar
un saber que se construye en el tiempo y con sujetos
sociales reales, que se ha debatido largamente y con
actores diversos en lo que Bourdieu llamaría el “cam-
pus”. Historia y epistemología le han dado soporte
teórico a la formación del docente y le han preparado
para el debate con los diversos actores del campo
educativo.
2.4. El cuarto concepto que desearía plantear es el
de investigación formativa, tema que ha dejado de
ser propiedad de unos cuantos sabios y se ha ido
posicionado en todos los maestros como constitu-
tivo de su carácter profesional. Para abordar este
concepto quisiera señalar que la investigación for-
mativa suele ser parte de una cultura investigativa,
entendida como lo ha presentado Bernardo Restre-
po: “Comprende, como toda manifestación cultural,
organizaciones, actitudes, valores, objetos, métodos
y técnicas, todo en relación con la investigación, así
como la transmisión de la investigación o pedagogía
de la misma” (2005).
Sin duda el concepto de investigación formativa ha
tenido muchas variables o focos, el tema ha sido tra-
bajado por una buena serie de intelectuales; quisiera
ofrecer la interpretación de Bernardo Restrepo, quien
considera que:
En conclusión, según los usos encontrados en la
literatura, el término “investigación formativa”
tiene que ver con el concepto de “formación”, de
dar forma, de estructurar algo a lo largo de un
proceso... tal formación se refiere a veces a sujetos,
particularmente a estudiantes que son preparados,
a través de las actividades desarrolladas en este tipo
de indagación, para comprender y adelantar inves-
tigación científica; pero se refiere también, a veces,
a la formación o estructuración o refinamiento de
proyectos de investigación, y, finalmente, el término
es referido también a la formación o transforma-
ción positiva de un programa o práctica durante
la realización de uno u otra, como en el caso de la
investigación-acción... (Idem).
La investigación formativa, entendida como esa serie
de prácticas y teorías que permiten formar al estudiante
para la investigación, y asumida en el contexto amplio
de una cultura investigativa, ha generado no sólo que en
los programas de educación se tenga claridad sobre el
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
110 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
papel del espíritu investigativo, sobre los métodos
y estados del arte de la investigación en educación,
sino también y sobre todo que se cuente con líneas
de investigación, con proyectos socializados y va-
lidados, con publicaciones, que dan cuenta de un
trabajo cada vez más riguroso. Los grupos de inves-
tigación han crecido sustancialmente en el campo
educativo y muchos de ellos se encuentran actual-
mente engrosando las bases de datos de Colciencias
y haciendo su camino para su reconocimiento o su
categorización.
Para el desarrollo de esas prácticas de aprendizaje,
ya sea en el orden de la enseñabilidad o de la edu-
cabilidad, se requiere la ayuda de un docente, pero
es más conveniente encontrar alguien que más que
dicente se convierta en un magister, no es fácil lograr
un perfil de éste que se adecúe suficientemente.
3. APORTES PARA UN PERFIL
De hecho, son muchas las concepciones sobre el papel
de la docencia y su formación. Deseo presentar la ca-
racterización que se realizó el 5 de marzo de 2002 en
las instalaciones de Compensar, cuando la Secretaría
de Educación de Bogotá convocó a representantes de
entidades involucradas en el tema educativo como
decanos de educación, rectores, representantes de
sindicatos e investigadores a participar en un taller
con el propósito de hacer aportes para un perfil del
maestro.
3.1 Dónde falla el perfil docente:
El trabajo partió de una pregunta inicial, ¿dónde falla
actualmente el perfil del maestro?
Los participantes respondieron con una serie de ideas
que fueron clasificadas con la participación de todos y
categorizadas bajo un nombre específico. El resultado
de dicho trabajo aparece en el siguiente listado:
A. Comunicación
Débil comunicación, y la que se da no es pertinente con
el desarrollo del sujeto educativo.
B. Competitividad
No es evidente un nivel de competitividad en el gremio
docente.
C. Formación académica en desuso
La formación es obsoleta tanto en sus procesos como
en los contenidos.
Hay un exagerado enciclopedismo en la formación.
La formación disciplinar suele ser muy débil.
Al maestro se le forma para enseñar dentro de un
aula.
No son fuertes sus conocimientos y acciones en peda-
gogía y didáctica.
Se da un uso de metodologías tradicionales para for-
mar maestros.
Falta una mayor actualización en el tema disciplinar
en que se formó.
D. Práctica pedagógica
No tiene clara una concepción de aprendizaje.
Demasiado énfasis en lo cognitivo.
No relaciona lo que pone a hacer a sus alumnos con lo
que es deseable que aprendan.
La relación entre teoría y práctica profesional como
educador no logra construirla.
Son los sabelotodos.
Poco interés en el desarrollo personal de sus alum-
nos.
Desconoce a sus interlocutores.
Impacto de la formación en el aula.
Crea dependencia en sus estudiantes.
E. Autonomía frente a la norma
Es acosado por normas regionales y nacionales.
Asume o rechaza acríticamente la reglamentación
estatal.
F. Trabajo en Equipo
Poco trabajo en equipo.
Difícilmente logra aportar o apoyarse en un pensa-
miento colectivo.
Tiene problemas de interacción.
111APORTES PARA CONSTRUIR EL PERFIL DE UN DOCENTE
G. Actitud Investigativa
Reducido protagonismo científico e investigativo.
No es investigador.
Desde su formación el maestro no indaga en el pa-
sado.
Convierte el desempeño laboral en cotidianidad.
No genera innovación en el aula.
Posee muchas dificultades para elaborar conoci-
miento.
Su desarrollo profesional se limita a lo que la norma
dispone.
Falta reflexión del quehacer pedagógico.
Se mantienen en una estructura del hacer.
Le falta creatividad para reinventar el futuro.
H. Descontextualización
No confronta su práctica pedagógica
El maestro desconoce contextos sociales, económicos,
políticos, históricos, culturales, etc. que rodean la
realidad de sus alumnos.
Desconoce su realidad y por tanto se le dificulta trans-
formarla.
Se mantiene ausente de la realidad del mundo de la
vida.
Incapacidad para llevar el conocimiento a la vida.
Visión de país reducida.
I. Tradicionalista
Apego a la tradición.
Estancamiento en el modelo de enseñanza dentro del
aula.
Demasiado compromiso con la ortodoxia.
Repetidor de una práctica educativa mecánica.
Falta de apertura al cambio.
Poca capacidad de cambio.
Poca actualización y en algunos casos se da rechazo al
uso de nuevas tecnologías.
Transmisor no recreador.
J. Autoestima
Baja autoestima.
Desmotivación.
Falta valorar su trabajo.
K. Compromiso
Escaso compromiso vital con la profesión.
Bajo compromiso profesional.
L. Identidad
Falta de identidad con la profesión.
Le falta tener identidad de su ser Maestro.
No tienen claro un Proyecto de vida propio.
Razones personales de ser maestro equívocas.
No tienen claridad frente a su profesión.
Tienen confusiones frente a su rol social.
No conoce la estructura de la profesionalidad.
No existe consenso sobre las competencias de quien
enseña.
3.2 Ponderación de variables:
Sobre las categorías anteriores se hizo una valoración
de los factores más importantes a la hora de cons-
truir un perfil del maestro. Cada asistente contaba
con 100 puntos para dar valor a las 12 categorías y
podía usarlos dando puntajes mayores o menores de
acuerdo a como consideraba la importancia de cada
categoría para la formación de los docentes. Entre las
variables escogidas y la sumatoria de las calificaciones
hechas se ofreció el resultado que aparece en la tabla
No.1 (Ver página siguiente).
En un primer grupo, que de lejos marcó la diferencia
respecto de otras categorías, se encontró la identidad,
la formación y la práctica pedagógica. Sin duda, lo más
sintomático e interesante fue poder constatar que la
imagen e identidad es la más relevante de todas las
características que hacen vital la formación de maes-
tros, seducirlo en su opción de vida, volverlo sujeto con
pertenencia y sentido de su responsabilidad educativa
es vital. Incluso la segunda categoría va de la mano
con la primera, toda vez que lo denominado como
formación hace relación al saber fundante del maestro:
la pedagogía, disciplina que le orienta de modo vital
con su ser y con su hacer. Como un bloque compacto
aparece que la práctica, es decir la experiencia de asu-
mirse como docente en formación, es constitutivo de
una profesión que no sólo sabe, sino que también hace.
Se hace necesario resaltar estos tres factores iniciales
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
112 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
que de lejos constituyen el centro del perfil docente,
pues no sólo la identidad sino también la columna
de su ser pedagógico y de su saber disciplinar, lo
mismo que de su hacer docente, se constituyen en
una triada inexpugnable si se trata de formar buenos
docentes concientes de su ser, de sus fundamentos
y de su hacer.
En un segundo grupo se resaltó la necesidad de la
investigación. Categoría que muestra un ascenso de
su lugar en las competencias del docente, puesto que
repetir en la sociedad del conocimiento es tanto como
seguir escribiendo códices en la época de la Internet.
Rescatable al mismo tiempo que se entienda el aula
de clase y la experiencia cotidiana como el laboratorio
del docente para crear o innovar, en todo caso para
evidenciar que se piensa el hacer y que con su escritura
se socializa y resignifica la labor del maestro.
En un tercer grupo se urgió por el reconocimiento
del contexto, la comunicación, el compromiso, la au-
toestima, y el trabajo en equipo. Un grupo que mezcla
categorías relacionadas con la hermenéutica con cate-
gorías medianamente psicológicas. En cualquier caso
este grupo pone de manifiesto que el gremio docente
podría elegir de patrono a Hermes, mensajero de los
dioses, especialista en reconocer el contexto en el
que se habla, el modo como es necesario transmitir el
mensaje, cartero capaz de hacer entender los designios
de los nuevos dioses de nuestra cultura. Pero al mismo
tiempo aparece con mediana relevancia la necesidad de
asumir la labor docente con la mayor dedicación posible,
con la suficiente autovaloración del papel del docente y
por supuesto con esa competencia laboral que exige
la sociedad actual, el trabajo en equipo.
En un cuarto grupo se encontró la autonomía frente
a la ley, la tradición y la competitividad. Grupo que
recoge categorías que muestra la impronta que ofrece
el proceso formativo llamado educabilidad, más que
nuevas competencias en sí mismas, puesto que la for-
mación con espíritu crítico hace libres y autónomos a
los docentes frente a la ley, constantemente creativos
y por su puesto competentes para afrontar los retos
del siglo XXI.
3.3 Nuevas apuestas sobre el perfil docente:
Cada una de las anteriores variables se vertió en len-
guaje de competencia, considerando ésta como “las
características del comportamiento general de las per-
sonas que demuestran la aplicación del conocimiento,
habilidades y actitudes que predicen el desempeño”.
Adicionalmente a esta definición o descripción de cada
una de las variables, se desglosan algunos enunciados
que la especifican y la concretan. Al respecto, se han
organizando dejando clara la mirada que el autor del
artículo tiene sobre el problema y los puntos en los que
se desea hacer énfasis por considerarlos prioritarios
para un buen desempeño docente.
1. Identidad.
Conocimiento, convicción y coherencia entre el deber
ser, el ser y el hacer de la profesión del educador, re-
conocida fundamentalmente en:
1 2 3 4 5 6 7 8
lIDENTIDAD
C FORMACIÓN
DPRÁCTICA
GINVESTIGAC.
HCONTEXTO
ACOMUNICAC.
KCOMPROM.
JAUTOESTIMA
495 440 404 250 180 154 141 130
Tabla No. 1
113APORTES PARA CONSTRUIR EL PERFIL DE UN DOCENTE
• Capacidad de identificar, comparar, y deducir dentro
de su contexto intelectual
• Proyecto de vida acorde a la profesión de maestro
• Lectura positiva del rol social del maestro.
• Capacidad de poner en práctica los principios éticos
de la profesión
2. Formación académica.
Formación académica profunda, con énfasis en la
Pedagogía como ciencia fundante de la educación,
capaz de evidenciar:
• Formación permanente y actualizada en el saber
disciplinar y pedagógico
• Formación pedagógica orientada a la práctica en
diversos contextos
• Formación humanística, social, cultural y multime-
dial
• Construcción de un pensamiento crítico y creativo
• Preparación para abordar el análisis de la problemá-
tica nacional e internacional
3. Práctica Pedagógica.
Lleva a cabo un conjunto de acciones en profunda re-
lación con la teoría pedagógica, para lograr el proceso
educativo, evidenciada en la posibilidad de:
• Generar teoría a partir de la práctica pedagógica
• Mantener un equilibrio entre la teoría y la práctica
• Percibir la práctica pedagógica como génesis de su
desarrollo personal y social
• Reconocer desde la práctica pedagógica gran inquie-
tud por lo que tiene que aprender y por lo que tiene
que hacer
• Vivir la práctica pedagógica como una ocasión de
gozo personal
• Desarrollar la práctica pedagógica apoyada en diver-
sas metodologías y didácticas de las disciplinas
• Reconocer el impacto de la práctica pedagógica como
evaluable en el desarrollo del educando
4. Actitud investigativa.
Convertir su praxis en objeto de análisis y cuestiona-
miento que lo lleve a mejorar los aprendizajes de los
alumnos e incentivar en ellos el interés científico, de
modo específico con:
• Documentación sistemática y periódica de procesos
de mejoramiento que evidencie la pregunta, el
método y los resultados en los aprendizajes de los
alumnos
5. Interacción con el entorno.
Promotor de cambio y generador de participación
activa, a partir del conocimiento de la realidad social,
política, cultural, ambiental y económica, siendo capaz
de mostrar:
• Existencia de proyectos pedagógicos interdiscipli-
narios e integrales, coherentes, y pertinentes con
la realidad donde se desempeña
9 10 11 12
FEQUIPO
EAUTONOM.
ITRADIC.
BCOMPETIT.
110 63 56 37
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
114 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
6. Comunicación.
Es capaz de interactuar desde los intereses y ciclos
de los estudiantes con base en los diferentes códigos
de la cultura de tal forma que contribuya al proceso
de desarrollo y crecimiento mutuo de manera per-
manente, evidente en casos en que:
• Los estudiantes expresan satisfacción.
• Se observa espontaneidad en la participación.
• Respeta el uso de la palabra cuando hay diferencias.
• Promueve la autoevaluación compartida en la
clase.
• Propicia procesos con intención de uso del len-
guaje.
• Sistematizan los conversatorios.
• Los estudiantes y el docente argumentan sus puntos
de vista.
• El docente propicia la participación estudiantil en
eventos institucionales.
• Los estudiantes respetan las opiniones.
• Ofrece una constante retroalimentación a los traba-
jos de alumnos.
• Tiene cabida el error en la construcción de conceptos
y parte de ellos para generar reflexión.
• Tiene dominio de la competencia lecto-escritural.
• Adecúa el discurso según los interlocutores y las
situaciones.
• Sabe utilizar los instrumentos de apoyo a la comu-
nicación.
7. Compromiso.
Responsabilidad y sentido de pertenencia frente a sí mis-
mo, a su profesión y a la sociedad, evidente cuando:
• Planea, desarrolla y evalúa su acción pedagógica para
proponer alternativas de mejoramiento.
• Toma y asume sus decisiones frente a sí mismo, a su
profesión y a la sociedad.
• Promueve el cambio frente a problemáticas sociales.
• Participa, moviliza y contribuye al sector educativo.
8. Autoestima.
Conoce, valora y vive felizmente su ser y su hacer. Com-
petencia que se reconoce cuando:
• Está atento a su presentación personal y en la organi-
zación de su espacio de trabajo.
• Convoca, organiza, promueve, y realiza proyectos.
• Se capacita permanentemente.
• Tiene proyectos y metas a corto y mediano plazo.
• Socializa su saber a través de escritos, charlas, redes.
• Demuestra capacidad de liderazgo.
9. Trabajo en equipo.
Participación responsable y compartida, fácil de re-
conocer cuando:
• Creo o participa de redes de maestros y estudiantes.
• Colabora en el intercambio de experiencias.
• Anima y participa en la ejecución y evaluación de
proyectos colectivos de estudiantes y profesores.
10. Autonomía frente a la norma.
Conocimiento de la norma y su apropiación crítica,
sobre todo cuando:
• Debate sobre la normatividad vigente, sus antece-
dentes y prospectivas.
• Es capaz de aportar en las propuestas de ajuste a la
normatividad.
11. Apertura al cambio (no atado a lo tradicional).
Abierto al cambio y con actitud crítica frente al pasado
y al presente, evidente cuando:
• Genera en sus estudiantes propuestas y desarrolla
proyectos creativos.
• Reconstruye sus prácticas pedagógicas.
• Usa las nuevas tecnologías en el aula para mejorar
los ambientes de aprendizaje.
• Pertenece a redes internacionales y nacionales.
• Convierte al estudiante en participante activo del
proceso de enseñanza y aprendizaje.
• Es capaz de crear o proponer adecuados textos y
talleres críticos.
12. Competitividad.
Logra reconocimiento social porque es capaz de arti-
cular la oferta y la demanda en contextos específicos,
situación que se percibe cuando:
• Trabaja interdisciplinariamente.
• Logra generar una alta demanda por su trabajo.
• Existe plena satisfacción del docente con el trabajo
desarrollado y los resultados logrados.
115APORTES PARA CONSTRUIR EL PERFIL DE UN DOCENTE
• Logra un alto impacto en los alumnos, en términos
de desarrollo de competencias básicas.
• El docente gestiona apoyos financieros y acadé-
micos.
• El docente presenta proyectos pedagógicos como
alternativa de solución a situaciones problémicas.
4. PREGUNTAS PARA CONTINUAR EL CAMINO
El contexto nacional e internacional, la exigencia que
creó en su momento el Decreto 272 y su actualización
en la Resolución 1036, lo mismo que la petición de
las facultades de educación y el medio educativo que
se ha acercado al perfil docente, pero sobre todo la
incidencia de las políticas educativas del Estado,
reglamentando temas como nuevo estatuto docente,
escalafón docente, políticas de integración educativa,
evaluación educativa, sistema de créditos, flexibilidad
curricular, integración educación media-sector pro-
ductivo-educación superior, apertura a profesionales
no licenciados para ejercer la docencia, etcétera, mani-
fiestan una serie de tensiones que dejan más preguntas
que respuestas. Sobre todo en el modo como puede
construirse un perfil docente donde la identidad, la
calidad de la formación docentes y de sus práctica pro-
fesionales sean sustrato constitutivo para trasformar
el sistema educativo del país.
Finalmente, propongo algunas preguntas que en diá-
logo con algunos docentes de la Facultad de Educación
de Uniminuto nos han puesto a pensar el tema de la
formación de docentes y de su relación con el entorno
educativo y la orientación de la política educativa:
1. ¿Cuáles y cómo son las políticas educativas que fa-
cilitan la construcción de una cultura política tanto
en docentes como en estudiantes?
2. ¿Desde qué contextos y para qué proyectos educa-
tivos se construyen las políticas estatales de edu-
cación y su consiguiente reglamentación mediante
decretos y resoluciones?
3. ¿Las concepciones de escuela, implícitas en las
políticas educativas, hacen de ellas un espacio para
la reinvención de la enseñanza y el aprendizaje y
para el desarrollo del ser humano, develan un modo
particular de entender el perfil del docente?
4. ¿De qué modo se asumen las políticas educativas y
qué impacto ejercen en la formación del maestro y
de su desempeño en la escuela?
5. ¿Desde las facultades de educación y desde la for-
mación del docente de qué manera puede armoni-
zarse lo público y lo privado en la formación de los
docentes?
6. ¿Desde qué políticas públicas está montada la cul-
tura evaluativa y cómo favorece ella la formación
del docente y su desempeño?
7. ¿Cómo actúa la política pública a la hora de su im-
plementación y cuál es el impacto que ejerce sobre
el perfil del docente?
8. ¿Hay una política pública congruente y capaz de
generar una cultura de formación pertinente en el
ámbito social y en el desempeño educativo?
BIBLIOGRAFÍA
BRUNNER José Joaquin (1999). América Latina al encuentro con el siglo XXI. DID-UNESCO.
CABALLERO Piedad (1995). “La reforma educativa en Colombia” en Educación y Cultura, No.34. Marzo de 1995.
CINDA. (1991) Docencia universitaria en América Latina: Ciclos básicos y evaluación. Estudio de casos. Santiago de Chile. Alfabeta impresores.
CNA. (1998) Criterios y procedimientos para la acreditación previa de los programas académicos de pregrado y de especialización en educación. Bogotá.
CNA (1999). Pedagogía y educación. Reflexiones sobre el Decreto 272 de 1998, para la acreditación previa de programas en educación. Bogotá.
DELORS Jacques (1988). La educación encierra un tesoro. Ediciones UNESCO.FERMOSO, Paciano (1990). Teoría de la educación. Editorial Trillas.FLÓREZ Rafael (1994). Hacia una pedagogía del conocimiento. McGraw-Hill, Bogotá.FORERO, Fanny et al., (1999) “Educabilidad y enseñabilidad” en Pedagogía y Educación,
CNA, Bogotá.HEBART, Juan Federico. Bosquejo para un curso de pedagogía, ICFES-MEN. Estándares mínimos de calidad para la creación y funcionamiento de
programas universitarios de pregrado. Bogotá, Serie Calidad de la Educación, Número 1.
NOT Louis. (1994) Las pedagogías del conocimiento. FCE. Bogotá.PNUD, (1998) Educación: La agenda para el siglo XXI. Hacia un desarrollo Humano.
Bogotá. TM Editores.Congreso de la República de Colombia, Ley 115 de 1994, Ley General de Educación.RESTREPO Bernardo. “La investigación formativa”, disponible en: www.cna.gov.
co/cont/documentos/doc_aca, recuperado el 2 de marzo de 2005.
NOTAS
1 Exámenes de Calidad de la Educación Superior.2 Asociación Colombiana de Facultades de Educación.3 El artículo 2 del Decreto 272 manifiesta: “Los programas académicos en Educación
corresponden a un campo de acción cuya disciplina fundante es la pedagogía, incluyendo en ella la didáctica, por cuanto constituye un ámbito de reflexión a partir del cual se genera conocimiento propio que se articula interdisciplinariamente”.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
116 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
LA INNOVACIÓN: una reflexióndesde el contexto educativo
Plaza de banderas antes de su remodelación. Al fondo, el MAC.
117
R E S U M E N
Estamos ante profundos cambios al interior de nuestra cultura, cambios en sus instituciones, en su praxis, en su estructura axiológica, en las nuevas y cambian-tes relaciones que se establecen. Las innovaciones se ven reflejadas en diversas estructuras sociales como la familia, el Estado, la forma de hacer política, las costumbres. Por tal motivo es necesario hacer este mismo planteamiento al interior del contexto educativo. ¿Cuáles han sido sus cambios en el tiempo y con respecto a los grandes y profundos cambios de otras instituciones sociales? Diferenciar los cambios educativos al interior de la escuela, sus actores, sus contextos, permite de alguna manera reconocer la importancia de la innovación también en el contexto escolar como agente fundamental de cualificación de la escuela y sus prácticas.
Palabras clave: Escuela, innovaciones, invento, innovaciones educativas, inno-vaciones pedagógicas, respuesta artificial, solución real, flexibilidad, fluidez, originalidad, problematización, innovación social.
A B S T R A C T
We are before deep changes to the interior of our culture, changes in its institu-tions, his praxis, its axiológic structure, the new and changing relations that settle down. The innovations are reflected in diverse social structures like the family, the State, the form to make policy, the customs. By such reason it is necessary to make this same exposition to the interior of the educative context. Which have been their changes in the time and with respect to the great and deep changes of other social institutions? To differentiate the educative changes to the interior of the school, its actors, its contexts, somehow allows to also recognize the im-portance of the innovation in the scholastic context like fundamental agent of qualification of the school and his practices.
Key words: School, innovations, invention, educative innovations, pedagogical innovations, artificial answer, real solution, flexibility, fluidity, originality, proble-matizatión, social innovation.
[email protected] en Biología, aspirante a Magíster en Ciencias Universidad Nacional. Docente Universidad Pedagógica
Nacional. Docente catedrático de Uniminuto.
DAVID ANDRÉS SÁNCHEZ BONELL
LA INNOVACIÓN: una reflexióndesde el contexto educativo
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
118 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
A MANERA DE INTRODUCCIÓN
ivimos en un mundo muy diferente
al que nuestros abuelos vivieron,
cambiaron muchas de sus estruc-
turas sociales, económicas políticas
y familiares. Diversos teóricos coin-
ciden en asegurar que estamos ante
una de las mayores transformaciones de todos los
tiempos. Según Druker (citado en De Zubiría, 1999)
estamos ante una “divisoria” que ocurre cada dos-
cientos años, en donde la sociedad reacomoda sus
valores, la forma de construcción del conocimiento,
su ciencia, su arte y sus instituciones claves, como
ocurriera durante la consolidación de las ciudades,
el renacimiento y la reforma protestante o la re-
volución de la independencia norteamericana y la
revolución francesa.
La actual divisoria según Druker es la que él deno-
minó la “Sociedad del conocimiento” (Ibíd.) sociedad
que transformará por completo las organizaciones,
la vida económica, el Estado y la escuela. Ahora, a
diferencia de la revolución industrial, los trabajos
están fundamentalmente asociados al conocimiento
y a los servicios y no al trabajo manual (De Zubiría,
1999, p.10).
Si esto es cierto, si asumimos que estamos ante uno de
los cambios paradigmáticos de la familia, de la políti-
ca, de las estructuras sociales en general, ¿por qué la
escuela cambia tan poco?, ¿qué hace que sea tan poco
dinámica en el tiempo y en el espacio?
¿Cuál de nuestros abuelos pensaría que algún día
se hablaría de la libertad de expresión sexual, de los
matrimonios entre homosexuales, o de la posibilidad
de vivir sin estar casado por la Iglesia (incluso llegar
a tener derechos legales dentro de los dos años de
convivencia iguales a los de un matrimonio católico o
civil)?, ¿quién pensaría hace tan sólo 50 años atrás, que
los polarizados partidos políticos se diversificarían en
distintos movimientos, incluyendo en sus filas a mino-
rías étnicas, sexuales, y que además de ello la izquierda
tuviera una oportunidad política en algún pueblo de
América Latina por vías diferentes a las armadas.
Evidentemente estamos ante cambios profundos y
transcendentales en las estructuras de nuestras socie-
dades, y como asegura De Zubiría, el único lugar al que
podríamos traer a un viajero del tiempo sin causarle
una impresión demasiado fuerte, sería la escuela,
que a pesar de los enormes cambios ocurridos a su
alrededor en las demás instituciones sociales, sería
lo más parecido a lo que conoce. Es la escuela y sus
estructuras las que menos se han transformado desde
su nacimiento hasta nuestros días.1
Por ello, para hablar de innovaciones dentro del con-
texto escolar, debe tenerse en cuenta ¿qué es innovar?,
a qué cambios en las estructuras superficiales y profun-
da de la escuela nos estamos refiriendo; obviamente,
han ocurrido cambios trascendentales en la escuela,
dado que no hay cambio de la estructura social sin
cambio en las instituciones que administran y repro-
ducen las estructuras ideológicas de los pueblos, como
asegurará en mejores palabras Marx al referirse a las
escuelas como “aparatos ideológicos” de los Estados.
Si la escuela no ha cambiado mucho, ¿cuáles han sido
esos cambios?, ¿qué cosas han sido realmente innova-
ciones pedagógicas?, ¿qué diferencias existen entre las
innovaciones pedagógicas y las educativas?, ¿en dónde
han ocurrido dichos cambios? ¿Se podría hablar de
revoluciones pedagógicas al igual que lo hace Kuhn al
referirse a las revoluciones científicas? Estos aspectos
serán abordados en las líneas siguientes.
INNOVAR: UNA TAREA COMPLEJA
“La creatividad debe ser un 1% de inspiración
y un 99% de transpiración”
Thomas Alva Edison
La vida contemporánea ha definido una cultura de la
innovación como todas aquellas actividades, hábitos y
en general formas de vida, que están determinadas por
dicha innovación. Para definir ese tipo de cultura, se
V
119LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
debe preguntar primero, sobre la definición de la inno-
vación. Si bien existen consensos mundiales que defi-
nen la innovación como “la transformación de una idea
en un nuevo producto o el perfeccionamiento de otro”
(Definición del Manual Frascati de la Organización de
Cooperación Económica y de Desarrollo citado en Roy
y Weld, 1986, p.2), hay otros que aseguran que toda
innovación depende de procesos políticos, sociales,
culturales y epistemológicos y que su definición varía
y seguirá variando a lo largo del tiempo (Cfr. Ague-
rrondo, 1992 y Restrepo, 1996). Para otros autores la
definición estará centrada en si la innovación es local o
global, defendiendo incluso que las innovaciones más
eficientes son las de carácter local ya que surgen de
la base del problema a innovar, se desarrollan con la
participación de los propios usuarios de la innovación
y respetan las manifestaciones propias de cada cultura
(Huberman y Havelock 1980).
A través de los últimos años se ha notado que la defi-
nición de la innovación está intensamente relacionada
con el apellido que se le ponga, así que ya existen acu-
ñados los términos: innovación tecnológica, innova-
ción técnica, innovación social, innovación pedagógica
e innovación educativa.
El término innovación de manera general se relaciona
más con un complejo fenómeno social y económico,
debido a que la innovación consiste en la introduc-
ción de algún producto nuevo o un proceso nuevo en
el mercado. Así, el fenómeno socio-económico tiene
diferentes ambientes, desde el ambiente micro de la
organización que es capaz de desarrollar esos ele-
mentos nuevos e introducirlos en el mercado, hasta
el ambiente macro donde está incluido el mercado,
en general toda la trama social. A continuación, se
establece con mayor especificidad cada ambiente.
Si todos los días surge una solución a un problema;
entonces todos los días algún individuo o grupo de
individuos da a conocer un nuevo invento. Esto se
debe principalmente a la naturaleza creativa del
hombre. Esta creatividad la demuestra cuando tiene
que enfrentar problemas o abordar situaciones que
le permiten reflexionar en torno a una solución;
cuando esto ocurre, surgen soluciones de dos ti-
pos: una solución que puede ser igual a la que otra
u otras personas hayan dado al mismo problema,
que podemos llamar respuestas artificiales, ya que
es la repetición del proceso de solución a problemas
dados por otros, y otra solución que podríamos
denominar solución real, debido a que el proceso
seguido para resolverlo es novedoso o desconocido
hasta el momento, a este tipo de respuesta también
la podríamos llamar respuesta divergente, debido
a que en realidad se distancia de otras respuestas
dadas por otros o por el mismo individuo.
Todas las grandes invenciones de la humanidad han
sido realizadas por individuos de carne y hueso. No
obstante innovar requiere de un proceso de reflexión,
en donde se vincula la fluidez; producir la mayor
cantidad de posibles soluciones a un problema de-
terminados, la originalidad para detectar problemas
y proponer soluciones divergentes, es decir, proble-
mas y soluciones distintas a las ya establecidas y que
posiblemente a pocas personas o grupos de personas
se le ocurren, y además de esto se debe estar en la
capacidad de sensibilizarse con un problema o encon-
trar un problema, como una especie de “ojo clínico”,
para detectar relaciones de inconsistencia o debilidad
que se detectan en determinadas situaciones, y que
genera como consecuencia las posibles soluciones a
tales deficiencias.
Por su parte, un innovador o una innovación ( ya sea
la ejercida por un individuo o por un grupo de indivi-
duos), debe presentar alta Flexibilidad para utilizar
una técnica o un conocimiento en diferentes campos
(podríamos decir que es la capacidad de transferir lo
aprehendido a otros campos de aplicación) y finalmente
se requiere entonces un Trabajo y/o elaboración para
concretar o materializar las ideas que están en la mente,
ya que existen personas (y eso nos incluye), que son
capaces de generar ideas novedosas e interesantes pero
nunca llegan a concretarlas.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
120 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Es un mito el creer que un invento, una idea inno-
vadora o una innovación ocurren por azar o porque
sí, existe un complejo proceso mental, simulación
de condiciones, delimitación de variables y estu-
dio de las condiciones individuales que llevan al
innovador o al grupo de innovadores a realizar su
innovación. A veces creemos que porque algo ya
fue inventado o innovado, no hay la posibilidad de
transformarlo o crear algo nuevo a partir del mis-
mo objeto o idea, y que ello solucione un problema
diferente o que haga más eficiente al producto ya
conocido, no sólo para la persona que lo realiza, sino
para toda una colectividad, ahí radica la importancia
de un buen invento o una buena innovación.
En este punto de la discusión es necesario hacer una
diferenciación entre innovaciones e invenciones.
Hacemos innovaciones cuando a partir de artefactos
(inventos) o mentefactos (ideas) ya existentes, hace-
mos transformaciones parciales en éstos, mejorando
su calidad desde el punto de vista del servicio que
presta, de su funcionamiento y su presentación esté-
tica2. Nunca se innova en detrimento de la calidad,
presentación y calidad de servicio de un artefacto o
idea. La invención es el resultado de la creación de
algo totalmente nuevo que revoluciona hasta las for-
mas de pensar y de resolver situaciones que antes eran
casi imposibles y que a partir de la nueva producción
se les puede dar solución.
Respecto a los otros sinónimos utilizados para de-
finir innovación debe hacerse la diferencia entre la
innovación y el invento (Cfr. Jiménez, 1998, Capítulo
3). Invento e invención son dos palabras que se usan
como si tuvieran un significado similar, su definición
en términos generales se refiere a cualquier “creación
artística o técnica” (Enciclopedia Hispánica, Tomo 8,
p. 217), sus principales características están dadas por
el alto grado de originalidad, a tal punto que el invento
o la invención no tienen ningún producto similar al
que se parezcan. Otra característica es la intención y
finalidad de la idea, así como la planeación y ubicación
tecnológica. Aunque un invento o invención puede
ser resultado de un descubrimiento científico no es
necesariamente su única fuente de desarrollo, pues
los inventos y las invenciones pueden ser resultado
de otras actividades, especialmente las relacionadas
con el conocimiento, la experiencia o la destreza en
una técnica u oficio.
Instalación. Obra artís-tica en las afueras del museo.
121LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
Para otros autores la diferencia crucial entre invención
e invento, es que el término invención describe el
proceso de “ideación” de la concepción original hasta
su perfeccionamiento, en este sentido su sinónimo
más cercano sería la palabra inventiva; mientras que
el invento sirve para definir exactamente el producto
material, factible fruto del proceso de invención.
Si bien es cierto que hay un estrecho margen de di-
ferencia entre los términos invención e innovación,
es necesario subrayar su diferencia semántica que
consiste en dos aspectos; el primero, donde el térmi-
no innovación hace referencia no sólo a la utilización
de los inventos sino a su aplicación, adaptación y
desarrollo en términos técnicos e industriales, y el
segundo aspecto depende de lo económico en relación
con la satisfacción del mercado, pues la innovación
es la primera aplicación comercial o de producción
de un producto o proceso. Este esfuerzo requiere una
sumatoria de nuevas ideas, por ello otra definición
muy utilizada es la que define a la innovación como
un conjunto de invenciones o como la aplicación ade-
cuada de una nueva idea, descubrimiento o invento al
proceso productivo. La innovación puede ser radical,
incremental o de adecuación a nuevas circunstancias
o necesidades de mercado, competitividad, culturales,
sociales o ambientales.
El término innovación, define el proceso completo,
desde la invención hasta el primer uso social o co-
mercial de una idea. Otro apellido importante, es el
término innovación social. El sociólogo norteame-
ricano Ely Chinoy plantea que todo cambio social
genera procesos sociales nuevos. Los cambios pue-
den ser dados por la introducción de una innovación
tecnológica, pero también desde nuevos fenómenos
económicos que se dan debido a las relaciones sociales
en su transformación. La innovación es también un
proceso social y económico.
La complejidad de los flujos del conocimiento cientí-
fico y tecnológico que permiten la innovación, se ha
explicado a través de dos grandes modelos: el modelo
lineal y el modelo no lineal. En el modelo lineal, el
flujo del conocimiento que conduce a una innova-
ción nace en un descubrimiento científico de las
ciencias básicas que posteriormente se convierte
en innovación de las ciencias aplicadas bajo un
esfuerzo de ingeniería y desarrollo hasta llegar a ser
un producto comercial. En educación esas ciencias
básicas construyen los cuerpos teóricos de la peda-
gogía, mientras que la didáctica sería ese grupo de
conocimientos propios de las ciencias aplicadas.
El modelo no lineal tiene en cuenta que el punto de
partida para el desarrollo tecnológico está dado por
las condiciones del mercado, así que independiente
de si la respuesta viene dada por un esfuerzo cien-
tífico o tecnológico, las empresas utilizan los cono-
cimientos que estén a su alcance para responder de
manera rápida y oportuna a una demanda comercial.
En educación también hay condiciones de mercado;
actualmente las demandas de trabajo en medios
virtuales han jalonado el desarrollo de las nuevas
tecnologías de información y comunicación, NTIC,
y el advenimiento de nuevos modelos de trabajo
académico, pedagógico y didáctico en red.
INNOVACIÓN Y EDUCACIÓN: REALIDAD Y NECESIDAD
La existencia de una demanda permanente de
cambio e innovación en educación no es capricho
derivado de modas teóricas o políticas. Existe, al
contrario, un generalizado sentimiento de insatis-
facción con los resultados de la acción educativa.
Juan Carlos Tedesco
Hace treinta años, Huberman realizó un estudio para
UNESCO, en el que encontraba que, desde la aparición
de una idea original en la cabeza de un innovador o
grupo de innovadores, hasta la generalización de la mis-
ma, pasaba un periodo de tiempo cercano a 100 años
(Restrepo, 1995, citado por De Zubiría, 2006, p.23). Si
esto es cierto, una idea educativa demora aproximada-
mente lo mismo que un bosque primario que ha sido
talado en retornar a su estado prístino. Ahora bien, si el
sistema educativo es la institución social encargada de
transmitir a las nuevas generaciones los conocimientos,
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
122 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
praxis y valores; cien años es un tiempo aún más
largo para desarrollar los cambios que se requieren
en educación, más aún cuando sabemos que dos
meses después de comprado nuestro computador
ya se desactualizó de manera sustancial o que
al mes siguiente de comprar un vehículo sale al
mercado uno que rebasa la tecnología alcanzada
por el anterior; a los ritmos actuales, los cambios
tan lentos en educación son un ejemplo de la crisis
actual de la escuela frente a las demás instituciones
sociales.
Por ejemplo, durante las primeras décadas del si-
glo XX surgen en Europa experiencias educativas
que cuestionan la tradición escolástica heredada
de las escuelas infantiles del siglo XVII, basados en
la propuesta de educación activa de Montessori y
Decroly para los jardines de infancia. Pasaron “tan
sólo” tres siglos3 para que la escuela desarrollara una
innovación educativa diferente a la tradicional. Tres
siglos son una eternidad si tenemos en cuenta las
generaciones que padecieron los tratos heteroestruc-
turantes de una escuela en segunda persona, como
argumentara brillantemente los trabajos de Luis Not;
suman mucho más años de los que las generaciones
que nacieron en tiempos de cambios cubrieron.
Después de las ideas de Decroly y Montessori tuvieron
que pasar alrededor de cincuenta años para que se
desarrollaran las experiencias pedagógicas de Freinet,
Nelly y Makarenco, trabajos definitivos en los cambios
de perspectiva frente a la educación tradicional, al igual
que los planteamientos de Rousseau.
Hacia los años sesenta la búsqueda de nuevas peda-
gogías mezcla y superpone las teorías conductistas de
Skinner, los escritos políticos de Gramsci, los mani-
fiestos antiescolares de Mandel y Voge con los trabajos
psicológicos cognitivistas de Piaget, Vigostky, Freud y
Bettelheim entre otros (Cajiao, 1997).
Como se puede ver a partir de los argumentos ante-
riores, Huberman tenía en parte razón, son casi 100
años los requeridos para que una idea transforme las
estructuras educativas, pero le faltó decir que son
siglos los necesario para que ocurran innovaciones
pedagógicas; la escuela actual continua utilizando
estas “nuevas ideas”, que de nuevas ya no tienen mu-
cho, hace más de un siglo que aparecieron y aún no
han logrado transformar sustancialmente la escuela, y
cuando lo logren ya estarán caducas como los equipos
tecnológicos actuales.
TIPOS DE INNOVACIONES EN EL CONTEXTO EDUCATIVO
La innovación siempre implica cambio, mientras
que el cambio no necesariamente tiene que ser
una innovación
Bernal y Camargo
La escuela como escenario cultural es un escenario
dinámico, complejo; donde la multiplicidad de rela-
ciones, actores, lenguajes y tiempos sociales conviven
y se transforman. Como afirma la Teoría General de
Sistemas y los trabajos sobre la complejidad4, una es-
cuela vista desde esta perspectiva es entonces un todo
en donde sus partes constitutivas son mucho más que
la sumatoria, y donde un efecto micro en cualquiera de
sus estructuras o procesos podría generar un cambio
macro de dimensiones no previstas inicialmente. Visto
así, los cambios en el contexto educativo pueden ser
por una parte derivados de las demandas que exige el
mundo contemporáneo a la sociedad y en particular
a la escuela, siendo estos cambios drásticos y acordes
con los nuevos órdenes sociales y equivalentes a los
cambios paradigmáticos planteados por Tomas Kuhn
(1997), y vistos de otra manera, los cambios locales
afectarán no sólo a la propuesta innovadora, si no
a una multiplicidad de ejes posibles en la búsqueda
de una verdadera revolución escolar (Bernal et al.,
1997).
Pues bien, cuando se habla de innovación en el ámbito
escolar no se está hablando de algo novedoso o de una
mejora. La mejora está más acorde con las renovacio-
nes, éstas pueden ser cambios locales y puntuales en
las actividades propias de las escuelas, como: cambios
en un currículo, las didácticas, los materiales o las
123LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
evaluaciones, en lo pedagógico y en lo escolar una
renovación o mejora estaría más acorde con una re-
modelación de la institución educativa, o un cambio
puntual de la organización escolar, de sus directivas,
procesos, maestros y en fin aspectos que tienden a
mejorar procesos de calidad en el servicio, la atención
o la cobertura escolar.
Lo novedoso se puede aplicar tanto a la mejora como
a la innovación, dependiendo qué tanto se acerque
o se aleje de la idea inicial, y qué tanto modifique la
cultura y creencias hasta ese momento adoptadas. Lo
novedoso se convierte en un adjetivo5 a la innovación
y a la renovación, si ser un verdadero cambio profundo
en la escuela. La innovación en educación también se
diferencia de la alternativa educativa, que aunque es
un concepto muy sutil, es diametralmente diferente
ya que una innovación al interior mismo puede poseer
varias o una única alternativa, las renovaciones o me-
joras pueden ser también afectadas por dicha idea y
sus alternativas dependerán de los lugares, procesos
o eventos en donde quieren ser aplicadas. Algunos
autores como De Zubiría (2006) y Ander-Egg (1997)
ubican otro nivel de diferenciación frente a las inno-
vaciones de acuerdo a la capacidad que tienen éstas de
irradiar a toda una comunidad educativa, asumiendo a
las reformas como innovaciones que se generalizan en
una ciudad o país, siendo de carácter legal, inflexible y
normativas para las escuelas que las asumen.6
Algunos autores también hacen la diferencia entre
innovación educativa, innovación pedagógica, in-
novación didáctica e innovación escolar. Cada una
de ellas presenta matices interesantes que hay que
tener en cuenta cuando se habla de innovación en
el contexto escolar. Las innovaciones pedagógicas
son los cambios o modificaciones realizadas en las
teorías, modelos y propuestas teóricas existentes,
también incluyen propuestas para diferentes pobla-
ciones, niveles educativos y sectores educativos. Son
innovaciones que apuntan a cambios estructurales
en la manera de abordar los problemas relacionados
con la teoría pedagógica y didáctica del quehacer
educativo (Assael, 1994; Aguerrondo, 1992; Bernal,
et all, 1997; Restrepo, 1996; De Zubiría 2006).
Las innovaciones educativas están más ligadas a
las reformas educativas, a las generalizaciones de
innovaciones en el campo pedagógico, didáctico,
administrativo y organizacional, hace referencia
a los decretos, programas, propuestas políticas,
proyectos educativos, las formas de administrar el
recurso educativo y la organización escolar (Bernal,
et all, 1997; De Zubiría, 2006). Las innovaciones
escolares aunque pueden incluir innovaciones
pedagógicas o educativas, están ligadas a procesos
de cambio en la vida escolar como reformas de la
planta física, de la distribución de los horarios de
clases, de los materiales, recursos, la democratiza-
ción de la escuela, gobierno escolar, participación
de la comunidad escolar, y que son derivados de las
posturas asumidas por las instituciones a partir de
las innovaciones pedagógicas adoptadas.
Finalmente, las innovaciones didácticas aunque se
relacionan con los cambios en la teoría didáctica
asumida por las innovaciones pedagógicas, se recrean
en la práctica como aplicaciones puntuales en el aula
o derivadas de investigaciones sobre las formas en
que ocurren las relaciones de enseñanza aprendizaje
al interior de las aulas en una determinada innova-
ción pedagógica. Algunos autores como Agnes Heller
(citada por Bernal et all, 1997) las definen como “olea-
das que atienden problemas específicos relacionados
con solucionar problemas de convivencia, crisis de
valores, superación de problemas de pensamiento
lenguaje, lectura a través de estrategias mediacionales
especializadas.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Lo que es claro para toda innovación en el contexto
escolar es: primero que todo la necesidad de plantear
sus orígenes, ya sea a través de las ideas de las perso-
nas o de los grupos, a partir de problemas puntuales
de investigación, las formas como se generan dichas
ideas, a partir de la reflexión sobre la práctica o derivada
del trabajo sistemático y riguroso en la observación de
problemáticas y su diagnóstico. Segundo, la necesidad
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
124 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
de planear dicha innovación, asumiendo la intencio-
nalidad de la misma, la necesidad de sistematizar los
procesos en pos de los objetivos planteados, diseñar
la organización que lleve a cabo cada uno de los aspec-
tos proyectados de alguna manera, en donde incluso
la misma planeación se convierta en una proyecto o
propuesta novedosa dentro de la innovación. Tercero,
implementar y desarrollar la ejecución de la propuesta
innovadora donde los procesos sean producto de la
realidad y de la práctica observada, garantizan la toma
de decisiones a partir de la realidad de cada contexto,
consolidando las innovaciones; cuando esto no se
sigue rigurosamente, estas innovaciones tienden a
estancarse o acabarse, ya que no hay reflexión cons-
tante de su praxis, factor que ha sido señalado por
diversos autores como causa de tradicionalización de
una innovación. Como cuarto punto es necesaria la
evaluación constante de cada proceso, dado que per-
mite dar cuenta de la innovación, formular balances,
hacer nuevas proyecciones de la planeación inicial da-
dos los cambios sutiles durante el proceso, documentar
el desarrollo de la innovación y sus cambios a través
del tiempo, permite tomar decisiones en el curso de la
innovación que pueden ser decisivas en el momento
de seguir innovando. Finalmente, es necesario siste-
matizar y diseminar la innovación; la sistematización
permite la reconstrucción de la innovación, permite
reconceptualizarla, genera nuevos saberes, ya sean
pedagógicos, didácticos o administrativos y va más
allá de la simple documentación y descripción de la
misma. Un buen número de innovaciones en Améri-
ca Latina, según las investigaciones realizadas por el
Convenio Andrés Bello, acusa a este aspecto como el
principal motivo para que solo un porcentaje muy bajo
de innovaciones en América Latina sean conocidas,
la capacidad de sistematización de una innovación le
permite trascender su contexto y su tiempo, le permite
socializar y validar su propuesta innovadora, le permi-
te saltar a la escena pública y someterse a la discusión
con pares y público en general.
Dado este panorama, una primera respuesta a la causa
de la lentitud en las innovaciones educativas, pedagó-
gicas, escolares y didácticas, está relacionada con su
baja sistematización, evaluación y planeación, lo que
hace que lo que fuera inicialmente una innovación en
el contexto educativo se estanque o acabe antes que sus
efectos se puedan ver a gran escala. Es responsabilidad
de los actores educativos, padres, maestros, escuela,
entidades de organización y control, replantarse la
pregunta ¿Cuál es la innovación que estamos haciendo
en el contexto educativo? Si se piensa en un verdadero
cambio de la escuela como el que requieren los actuales
cambios de la sociedad y la cultura.
La plazoleta del Museo de Arte
Contemporáneo en tiempos de remodelación.
125LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
BIBLIOGRAFÍA
ANDER-EGG,G. (1997). Alcances y significados de un reforma Educativa. Buenos Aires, Editorial Magisterio del Río de la Plata_____________, “Para analizar lo que está ocurriendo”. En Angulo, J. F. Y Blanco, N. Teoría y desarrollo del curriculum. Granada, Aljibe.AGUERRONDO 1992 y RESTREPO 1996. Estado del arte de las innovación en América Latina. ANGULO, J. F. (1994). “Innovación, cambio y reforma: algunas ideas para analizar lo que está ocurriendo”. En Angulo, J. F. Y Blanco, N. Teoría y desarrollo del curriculum. Granada,
Aljibe.BERNAL et Alli (1997). Proyecto Génesis. Innovación Escolar y Cambio Social. Bogotá, FES BLANCO, R. y MESSINA, G. (2000). Estado del Arte de las innovaciones en América Latina. Santiago de Chile, CECAB.CAJIAO. F, (1997) Innovación Escolar y Cambio Social, Fundación FES. Conciencias, Bogotá.DE ZUBIRÍA., J (1999). Las Vanguardias Pedagógicas. En la sociedad del conocimiento, Pontificia Universidad Católica del Ecuador-Universidad Técnica Particular de Loja.___ĐDE ZUBIRÍA, J., CALENTURA, L. y ACERO, H. (2002). Factores que intervienen en la calidad de las instituciones educativas en Bogotá, Bogotá, Instituto Alberto Merani. Tesis de grado HARGREAVES, A. (1996). Profesorado, cultura y postmodernidad. Cambian los tiempos, cambia el profesorado. Madrid, Morata.JIMÉNEZ N., L. M. (1998). La producción creativa del diseño: conocimiento y pensamiento. Tesis de Maestría. México, Universidad Nacional Autónoma de México.KUHN, T. (1971) La estructura de las revoluciones científicas, México, Fondo de Cultura Económica. LUCARELLI, E. (1994). “Teoría y práctica como innovación en docencia, investigación y actualización pedagógica”. Cuadernos del IICE Nº 10. Buenos Aires.MARTÍN, A. (1997). Ideas prácticas para innovadores críticos, (3ª. ed.). Sevilla, Díada.MORIN, E. (2000). Los siete saberes necesarios de la educación del futuro. Bogotá, Cooperativa del MagisterioRESTREPO, B. (1994). “Innovación y materiales educativos”; en Convenio Andrés Bello. Materiales educativos e innovaciones. Bogotá, SECAB_______________, (1996). “La colaboración entre innovadores e investigadores. Clave para potenciar el desarrollo y la productividad de las innovaciones”; en SECAB. I Encuentro
de innovadores e investigadores. Bogotá, SECAB.ROY, R. & WIELD, D. (Editores), (1986) Product Design and Technological Innovation, Open University Press, Great Britain.TEDESCO, J.C. (1995). Una nueva oportunidad. El rol de la educación en el desarrollo de América Latina. Editorial Santillana._____________. (1985). El nuevo pacto educativo. Competitividad y Ciudadanía en la Sociedad moderna. Madrid, Alauda-Anaya.
NOTAS
1 Imagine por un momento que trae a través deĐ tísticos de nuestros días, cómo lo cautivarán nuestras actuales condiciones de vida y cómo se asombrará de observar los profundos cambios sociales de nuestras sociedades; sin duda, el lugar donde se sentiría más “seguro y en casa” sería desafortunadamente la escuela, estructura social que se ha transformado muy poco.
2 Con presentación estética no sólo hago referencia a la forma como se ven las cosas sino a la forma como escribimos y presentamos las ideas. 3 Nótese el sarcasmo de la expresión “tan sólo” (N de A).4 Se recomienda revisar los trabajos de Morin en torno a la complejidad y de L. Von Bartalanffy en torno a la TGS 5 Además de ser adjetivo, la palabra novedoso es una redundancia ya que la innovación implica la novedad. (N de A)6 Un ejemplo claro es cuando por decreto o Đ
regional o nacional. (N de A).
Esculturas de la colección permanente del MAC en la exposición actual.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
126 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Escuela y entorno social:TENSIONES Y CONTRADICCIONES
Dibujo para el Museo de Arte Contemporáneo.
127
Escuela y entorno social:
R E S U M E N
En este artículo se adelanta una serie de consideraciones alrededor del papel de la escuela en los procesos de cambio de la sociedad, las políticas que se le trazan y los obstáculos que enfrenta, las condiciones de inequidad e injusticia social, los derechos ciudadanos, la situación de desventaja de la escuela pública y el papel del maestro y su compromiso ético y político frente a su quehacer.
Palabras clave: Escuela, educación, sociedad, pedagogía, maestro, demo-cracia.
A B S T R A C T
The following article embraces a series of considerations about the role of school in the changing processes of society, the subsequent policies that are devised for it, and the obstacles it encounters. Furthermore, it addresses some conditions of social inequality and injustice, citizen rights, unfavourable situations of the public schools, and the teachers’ roles concerning ethical and political commitments towards their work.
Key words: School, Education, society, pedagogy, teacher, democracy.
[email protected] en español de la Universidad Pedagógica
Nacional; estudios de Maestría en Educación, Universidad Pedagógica Nacional; Docente del área de
Humanidades en el IED, Álvaro Gómez.
LUIS GONZALO RODRÍGUEZ LÓPEZ
TENSIONES Y CONTRADICCIONES
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
128 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Y la muerte del pueblo fue
como siempre ha sido:
como si no muriera nadie, nada
como si fueran piedras
las que caen sobre la tierra
o agua sobre el agua...
Pablo Neruda
as reflexiones que aquí se presentan
se enmarcan en el trabajo de in-
vestigación Planeación Estratégica
Situacional Institucional que durante
los años 2003 y 2004 adelantó la
institución educativa Hunzá de la
localidad de Suba. Entre los objetivos que se planteó
este proyecto, se estableció la de adelantar un estudio
socioeconómico de la población que sirviera como
diagnóstico para la propuesta e implementación
del Proyecto Educativo Institucional para el citado
colegio. Entonces, como producto de dicho estudio,
surgen los planteamientos que se exponen a conti-
nuación, los cuales giran alrededor de asuntos como
el papel de la escuela en los procesos de cambio social,
las políticas que se le trazan y los obstáculos que ésta
enfrenta, las condiciones de inequidad e injusticia
social, los derechos ciudadanos, los factores de vul-
nerabilidad de la escuela pública, así como el papel
del maestro y su compromiso ético y político frente
a su quehacer.
Dentro de las distintas dinámicas que han atravesado
su propia historia, la escuela ha sido concebida desde
múltiples miradas como factor de renovación social,
factor de desarrollo y de cambio, proyecto de nación,
fuerza motriz en la construcción del conocimiento, es-
cenario en el que se reflejan y confrontan los conflictos
de clases, el campo de batalla para conjurar y prevenir
los males sociales. Sólo a manera de ilustración, es in-
teresante hacer notar cómo hacia finales de la década
de los noventa y desde la perspectiva de proyecto de
nación, “el Plan de Desarrollo proponía como reto para
las comunidades educativas contribuir al propósito
nacional de formar un nuevo ciudadano, más produc-
tivo en lo económico, más solidario en lo social, más
participativo y tolerante en lo político, más respetuoso
de los derechos humanos, más pacífico en la relación
con los semejantes, más consciente del valor de la na-
turaleza integral y sociocultural, y por tanto orgulloso
de ser colombiano” (Rodríguez, 1999, p. 32).
Por el momento, para nosotros es claro que, si bien
la escuela no está en condiciones de darle salida a
las diversas tareas que se le han encomendado o de
resolver los complejos problemas que la agobian, ni
mucho menos de efectuar por sí sola la transforma-
ción de una sociedad, sí es necesaria como un factor
determinante de cambio y tiene, además, un hondo
compromiso ético y político con la sociedad en la tarea
de construirla más equilibrada, menos injusta y más
democrática.
Bajo estas consideraciones, a lo largo de estas páginas
adelantaremos un ejercicio de análisis y reflexión sobre
lo cotidiano de nuestras prácticas y vivencias educa-
tivas que nos permitirán volver sobre los fines de la
educación, sobre lo que ésta debería ser, de acuerdo
con los ideales que la animan y en correspondencia
con su momento histórico, así como sobre el papel de
la escuela en los procesos de comprensión, interpre-
tación y construcción de la sociedad.
Tanto la contextualización de la escuela en el seno de
la sociedad en la que deviene, como la caracterización
de su entorno cultural deben ser el punto de partida
obligatorio, pues como es bien sabido “sólo en una
comprensión dialéctica de la relación escuela-socie-
dad es posible no sólo entender, sino trabajar el papel
fundamental de la escuela en la transformación de
aquella” (Freire, 1997, p. 62).
¿Cómo podemos entonces interpretar la escuela de
hoy en contraste con la realidad del entorno y con las
vivencias de nuestro día a día? Comenzaremos seña-
lando que los índices de desempleo, los altos niveles
de inseguridad, la crisis de la familia, asociada no
pocas veces a factores económicos, la falta de sitios
de recreación, el fenómeno de la drogadicción, la
L
129ESCUELA Y ENTORNO SOCIAL: TENSIONES Y CONTRADICCIONES
indigencia, la precariedad de las vías de acceso y de
medios de transporte en muchos casos, son sin lugar a
dudas hechos contundentes que ponen al descubierto
una vida llena de penurias. Nos encontramos ante un
conjunto de “violencias” que confluyen y se alimentan
recíprocamente y que permiten, por un lado, mirar
la escuela en un contexto social real y, por otro, ser
conocedores de una gama compleja de privaciones y
necesidades de la que ésta no puede sustraerse. La es-
cuela hace parte de esa zona deprimida y vulnerable en
la que hoy se sume gran parte del territorio nacional.
De otro lado, en nuestro medio, los estudiantes de
los colegios públicos provienen en su mayoría de
los estratos uno y dos, cuyo sustento se deriva en
muchas de las veces de la mal llamada “economía
informal” (cuidado con el eufemismo), se mueven en
un ambiente de mezquindad y son afectados por los
problemas que aquejan a un amplio sector de la po-
blación colombiana. Los mismos se pueden sintetizar
en ausencia de oportunidades y derechos suspendidos,
ello como consecuencia de la limitada estructura de
posibilidades dentro de la que se mueven los sectores
más vulnerables.
Por otra parte, los problemas que aquejan a los barrios
de nuestros jóvenes son, a un tiempo, los mismos que
agobian a la ciudad y al país entero. De igual modo,
son el resultado de las acciones inoperantes de un
Estado que no garantiza los derechos sociales de sus
pobladores, para quienes cada día se convierte en
un desengaño, en una promesa no cumplida, en un
sueño aplazado. Crecen entonces los sentimientos
de frustración y desarraigo. Así, la escuela se debate
entre el sueño del progreso y el bienestar social, la
apabullante realidad del abandono, la exclusión y la
marginalidad.
Dentro de este panorama, surge una serie de interro-
gantes que nos invitan a mirar y repensar la escuela,
entre ellas: ¿cómo hablarle a un estudiante de la
norma en un país sumido en el caos y la injusticia?,
¿cómo vivir el derecho a la diferencia en un medio
en el que hipócritamente se pregona la igualdad?,
¿cómo defender el derecho a la vida en un contexto
discursivo en el que la expresión “limpieza social”
o el término “desechable” han invadido el espacio
de lo cotidiano?, ¿cómo allanar las reacciones de
escepticismo y desconfianza ante expresiones como
participación, ciudadanía, democracia, derechos
humanos, si es que acaso las mismas forman parte
de la cultura escolar?
Por todos estos factores, verdad es que nuestros
estudiantes no sienten mucho o ningún apego por la
academia, han adormecido la memoria del pasado,
viven el presente como algo pasajero, ven el futuro
como una posibilidad incierta y azarosa y, lo más
grave todavía, han entrado en una especie de “pertur-
bación del sentimiento histórico que se hace aún más
evidente en una contemporaneidad que confunde
los tiempos y los aplasta sobre la simultaneidad de lo
actual, sobre el culto al presente que alimentan en su
conjunto los medios de comunicación, y en especial
la televisión. Pues una tarea clave de los medios hoy
es fabricar presente: un presente concebido bajo la
forma de golpes sucesivos sin relación entre ellos. Un
presente autista que cree poder bastarse a sí mismo”
(Barbero y Rey, 1999, p. 22).
Esta situación, como ya lo señalamos, produce un
inevitable debilitamiento del pasado y una ausencia
del futuro, aspectos que se traducen en la ausencia de
la consolidación de un proyecto de vida que permita a
nuestros educandos formarse como personas y como
ciudadanos; un proyecto consolidado a partir de sus
derechos sociales, en el que se conciba el desarrollo del
ser humano como un proceso de construcción interior,
en diálogo permanente con el devenir histórico y con
el entorno. Antes, por el contrario, lo que en un alto
número de ellos se puede evidenciar es un profundo
sentimiento de desesperanza y una actitud antiestatal
y apolítica. Todo ello no porque adolezcan de la sublime
facultad del sueño, sino porque sus sueños e ideales son
tristemente denegados en la práctica por una sociedad
que no es garante del “derecho a gozar de todos los de-
rechos específicos de una sociedad democrática y de un
mundo común” (Bárcena, 2000, p. 52) Sólo a manera
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
130 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
de ejemplo y tomando como referente el aspecto
laboral valdría la pena revisar cuántos bachilleres
pasan a engrosar anualmente la cifra de desemplea-
dos. Más aún, las estadísticas oficiales muestran
que un gran número de niños en edad escolar están
por fuera del sistema y que sólo un porcentaje muy
bajo de los que ingresan al mismo logra terminar los
ciclos completos de la educación básica.
La problemática hasta aquí descrita bien podría
leerse como una radiografía de la violencia social
generalizada en la que la injusticia y la inequidad
alcanzan grados exagerados. En medio de la des-
gracia, crecen la indiferencia y el autoaislamiento,
aspectos que propician el terreno para que la “cultura
del vivo” eche raíces, de tal suerte que dicho terre-
no se está abonando y no tardarán en recogerse los
frutos del egoísmo, los sentimientos antisolidarios
y la enajenación, pues como bien se ha señalado:
“Hay una parte de la pobreza que no puede medirse
en términos objetivos y es quizá la más triste: la falta
de pertenencia a una comunidad, la serie de miserias
dispersas que cada cual vive para sí mismo como una
desgracia aislada y que no da lugar a ninguna cola-
boración y solidaridad, a ninguna empresa común”
(Zuleta, 1998, p. 39).
La esperanza de un mejor mañana, la ilusión de seguri-
dad y el sueño de la ciudad como paradigma de progre-
so tras el que alguna vez corrieron los inmigrantes, se
convierte ahora en una pesadilla. Para ellos, la ciudad
deviene repentinamente en un lugar en el que no se
hallan, en el que nunca terminan de encontrarse. Cada
nuevo despertar viene cargado de tedio, aburrimiento
y miedo. Miedo a salir de casa y no regresar, miedo a
que nos asalten hasta en nuestra buena fe, miedo a
encontrarnos con un desconocido, miedo al acoso de
las deudas no saldadas, miedo a los transeúntes, miedo
al mendigo, al ladrón y al policía, miedo a la angustia
de la puntualidad... El día a día no es más que “el sol
en los tugurios, la sucia maraña de las calles, el cuerpo
entero de los olvidados” (Ayarza, 1997, p. 54).
Por otra parte, la violencia de los años cincuenta y la
guerra civil que desató con ella, produjo -entre otras
consecuencias- el despoblamiento de los campos y el
crecimiento desordenado de las ciudades. El fenómeno
de la migración que se inició por estos años hizo que
ciudades como Bogotá crecieran sin planificación ni
control y alcanzaran preocupantes niveles de sobre-
poblamiento. Sobre este particular se ha señalado que
“el crecimiento desmesurado de las ciudades es un
mal planetario y les ha significado desafíos inmensos
a todas las sociedades. Pero es difícil encontrar un
caso más traumático que el proceso de crecimiento de
Bogotá, y la prueba la podemos encontrar en el desor-
den de sus calles, en el caos urbano... en la hostilidad
generalizada, en los altos índices de pobreza, en los
alarmantes niveles de indigencia, en la inseguridad,
en la falta de un perfil cultural, en la falta de una
identificación de la población con la ciudad en la que
habita” (Ospina, 1997, p. 117).
Pero el movimiento de grupos no ha llegado a su fin.
Antes, por el contrario, la confrontación armada que
vive el país hace que diariamente un gran número de
colombianos sea desplazado y obligado a buscar refugio
en la ciudad por obra de la violencia. Como resultado
LA VIOLENCIA DE LOS AÑOS CINCUENTA Y LA GUERRA CIVIL QUE DESATÓ
CON ELLA, PRODUJO -ENTRE OTRAS CONSECUENCIAS- EL DESPOBLAMIENTO
DE LOS CAMPOS Y EL CRECIMIENTO DESORDENADO DE LAS CIUDADES.
131ESCUELA Y ENTORNO SOCIAL: TENSIONES Y CONTRADICCIONES
de esto, los problemas sociales se hacen más complejos
y se agudizan. Aquí pareciera que ser “bogotano” ya no
es garantía de supervivencia y menos aún de un futuro
esperanzador. Ahora bien, quiénes y cómo usufructúan
los bienes y servicios, así como los distintos espacios de
recreación que tiene la ciudad, cómo se interactúa en
ella, qué tan cerca o tan distantes estamos de alcanzar
el sueño de una ciudad educadora, con todo y los inva-
luables esfuerzos y las voluntades que se han sumado
en el empeño de mejorar la cara de la ciudad y a pesar
de los incuestionables logros que se han alcanzado en
este sentido. De momento nos atrevemos a señalar
que Bogotá bien podría ser la ciudad del desamparo,
la soledad y la incomunicación de Kafka o la ciudad
de la ceguera de Saramago, para aquellos sectores que
aún siguen al margen y cuyas condiciones materiales
de existencia vienen en detrimento.
De acuerdo con informes oficiales, han crecido los
índices económicos y ha habido aumento de la in-
versión pública, pero, de manera dramática, también
han aumentado los índices de pobreza y de indigencia.
Esta situación, como señalan los informes, tiene una
repercusión directa tanto en la educación como en el
funcionamiento de la escuela, ya que, por una parte,
la pobreza afecta el desarrollo de las capacidades tanto
individuales como colectivas, así como el ejercicio de
los derechos ciudadanos y, por otra, se constituye en
uno de los principales obstáculos para que un sector
representativo de la población acceda y se mantenga
en el sistema escolar.
Bogotá nos muestra la cara de gran metrópoli con sus
parques y avenidas, con su sistema moderno de trans-
porte, con sus ciclorutas y estatuas de Botero... pero
nos esconde la de los contrastes, la del norte y la del
sur, la de los 2.600 metros más cerca de las estrellas
para una minoría y la de los 2.600 metros más cerca
del hambre y la miseria para la mayoría. A través de
este juego perverso de contrastes resulta también in-
teresante observar cómo “los que viven bien tienden a
considerar como incapaces, incultos, envidiosos, mar-
ginales peligrosos a los que simplemente sobreviven
y a considerar también como su propiedad lo que la
ciudad tiene de bonito y bien cuidado. Para ellos,
los que sobreviven afean la ciudad” (Freire, 1997, p
48). De este modo, nos encontramos con sectores
de la población que, por vivir bien en la ciudad, no
tienen ni idea de lo que significa apenas sobrevivir,
husmeando como las bestias entre los desechos y
la podredumbre.
Las pilas de desperdicios que una vez se desecha-
ron porque ya nadie quiere saber nada de ellos, se
convierten irónicamente en una especie de “restos
sagrados” que inspiran devoción y respeto, pues
allí cifran sus esperanzas los que no tienen nada.
En un mundo que pareciera empecinarse en ser
una provincia de lo in-mundo, “estamos a punto de
parecernos a todo aquello que lucha solamente para
comer y muere por no comer, a punto de nivelarnos
con otra especie que nunca será la nuestra y hacia la
cual nos encaminamos” (Antelme, citado por Bár-
cena, 2005, p. 102). Para los desposeídos, la ciudad
deviene en un ente de limitaciones, en un territorio
oscuro y mezquino al que terminan acostumbrán-
dose por la sustancial necesidad de supervivencia.
Ellos, las criaturas de la penuria y el maltrato, tal vez
también sepan que “el infierno de los vivos no es algo
por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno
que habitamos todos los días, que formamos estando
juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es
fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte
de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es
arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos:
buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del
infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle
espacio” (Calvino, 1998, p. 171).
El panorama hasta ahora descrito nos muestra una
realidad económica y social caracterizada por profun-
dos niveles de desigualdad y pobreza que traen como
consecuencia la agudización del conflicto armado, las
prácticas de corrupción, el surgimiento o permanencia
de grupos que actúan al margen de la ley o que se toman
la justicia por sus propias manos, acaso patrocinados y
amparados por el propio Estado, el hambre, la desnu-
trición, el desempleo, las enfermedades, la explotación
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
132 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
y el abandono de la población infantil, la falta de
acceso a las mínimas condiciones de bienestar
social, todo esto en desmedro de la calidad de vida
de un gran sector de la población. Aquí resulta
interesante anotar que:
El estudio de la relación entre democracia y políticas
sociales normalmente asume que la igualdad política
producida por el establecimiento de instituciones
democráticas debería producir también una amplia-
ción equivalente en los derechos ciudadanos, espe-
cialmente, en lo que se refiere a los derechos sociales.
En este sentido se espera que las políticas sociales
respondieran a las nuevas demandas generadas dentro
de un contexto democrático en las áreas de educación,
salud y seguridad social. En otras palabras, se asume
que un aumento en los “bienes políticos” generados por
un sistema democrático debería traducirse en mayores
demandas sociales y respuestas más efectivas a esas
demandas. (Avelino, 1997, p. 100).
Sin embargo, tanto el descrédito del Estado y de las
instituciones que lo representan, como su incapaci-
dad para controlar y regular los conflictos sociales,
son apenas el resultado esperado ante la carencia de
un proyecto integral que articule los aspectos polí-
ticos, jurídicos, económicos y culturales y que esté
sustentado en el discurso de los derechos sociales,
en términos de la satisfacción de las necesidades
básicas y el acceso a las oportunidades de desarrollo,
tanto de las habilidades como de las capacidades del
ser humano, en condiciones de igualdad. En este
sentido, somos claros en señalar que la existencia de
unos derechos no nos sirve de nada si no tenemos
posibilidades efectivas de concretarlos en la práctica.
Sobre este particular,
En Colombia, por ejemplo, el discurso sobre los derechos
sociales ha tenido un efecto poco significativo como ins-
trumento para superar la violencia, las extremas inequi-
dades y la exclusión de cada vez más grupos sociales de
los derechos de ciudadanía. A pesar de que la Constitución
de 1991 introdujo la posibilidad de incluir eventualmente
como derechos fundamentales los derechos económicos
sociales y culturales, y a pesar de los desarrollos consti-
tucionales hechos por la Corte Constitucional mediante
distintos fallos de acción de tutela, no se ha logrado, sin
embargo, conseguir la protección de los derechos sociales
de la población que no tiene acceso al derecho, la cual se
calcula en aproximadamente diez millones de habitantes,
repartidos entre los desempleados, los trabajadores infor-
males, los desplazados por la violencia, los campesinos
de las grandes zonas de colonización, los jóvenes en las
grandes ciudades sin posibilidades de educación ni tra-
bajo, etc.(Cortés, 2002: 84)
Ahora bien, entendemos que no es suficiente con la
mera exposición de un estado de cosas y el recono-
cimiento de que asistimos a un momento histórico
que nos muestra un país enfermo, grave, sino que, en
correspondencia con el rol de maestro que nos asiste
–y no precisamente el de regenerador social– y en
el compromiso ético y político de la escuela con la
sociedad, debemos estar abiertos al rigor del debate
ideológico y pedagógico que estimule la elaboración
de un modo de pensar, capaz de interpretar la com-
plejidad de la realidad y de orientar racionalmente
una práctica pedagógica que aporte en el proceso de
construcción de una sociedad más democrática y más
justa. “Es preciso cambiar la vida”, escribió el poeta
Arthur Rimbaud hace ya más de un siglo. Desde la
educación es urgente crear aulas sin muros donde la
vida entre y se perciba de una forma diversa y plural, y
donde el saber escolar se emancipe de los estereotipos
y de las servidumbres de una sociedad edificada sobre
los cimientos de la insolidaridad y de la desigualdad. Y
donde no sólo se construya el cambio de la educación
sino que “a la vez se abran las puertas a las ilusiones
del poeta” (Lomas, 2001, p. 23).
De lo anterior se desprende nuestra voluntad inque-
brantable de seguir conjugando esfuerzos para la
mejora de la escuela pública. Una escuela que fomente
acciones comunitarias y que ponga el “saber” al ser-
vicio de la búsqueda del sentido de humanidad y de
una mejor manera de convivir. Los tiempos actuales
requieren con urgencia de una escuela que sepa me-
diar el discurso de las competencias y que favorezca
el equilibrio entre la iniciativa individual y el trabajo
en equipo, que condene el egoísmo y rescate el prin-
133ESCUELA Y ENTORNO SOCIAL: TENSIONES Y CONTRADICCIONES
cipio solidario; esto es, “una escuela que no evalúe
las posibilidades intelectuales de los niños de clases
populares con los mismos parámetros en los niños
cuyos condicionamientos de clase les dan indiscutible
ventaja sobre aquellos” (Freire. 1997, p. 49).
Es el momento de preguntarnos como educadores
cuáles son nuestros propósitos educativos, para qué
educar, qué y para qué enseñar, qué significa trabajar
para la escuela pública. Aventurando alguna respues-
ta, podemos señalar que significa estar reflexionando
permanentemente sobre nuestra propia práctica,
para comprender su naturaleza y tener claridad sufi-
ciente para saber a favor de qué y de quién se realiza.
Esto nos obliga a asumirla, por una parte, como un
proceso interdisciplinar que involucra, entre otros
aspectos, lo político, lo científico, lo ético, lo social, lo
comunicacional y, por supuesto, lo pedagógico; y por
otra, entenderla en su complejidad por cuanto en ella
se expresan sistemas de valores, conjuntos de ideas,
modos de ser, posturas de vida.
Es innegable nuestro compromiso social y, en conse-
cuencia, el reto que tenemos como “intelectuales com-
prometidos” si compartimos el principio de que tanto
la escuela como el profesor son factores vitales en la
intención de consolidar una sociedad más justa y más
humana. Para ello es necesario que el maestro tenga
una mentalidad dispuesta al cambio, a la posibilidad
de aprender, a la necesidad de seguir indagando sobre
la misión y el sentido de su práctica, a la necesidad de
someterla a permanente revisión y evaluación sin per-
der de vista el contexto en el que se lleva a cabo, pues
“cualquier actuación educativa siempre es el resultado
de una manera de entender la sociedad y de concebir el
papel que las personas tienen en ella” (Zabala, 2001, p.
67). Esto hará posible no solamente trabajar en función
de una práctica educativa competente que promueva el
diálogo, el debate, el consenso y el disenso, sino evitar
que la misma degenere en la rutina, el tedio y la inercia.
El maestro, como ha establecido Freire, “tiene el deber
de revivir, de renacer a cada momento de su práctica
docente para que los contenidos que enseña sean algo
vivo y no nociones petrificadas” (1997, p. 121).
A manera de conclusión previa, y en consonancia
con lo hasta ahora planteado, es de vital impor-
tancia recalcar que un proyecto de educación no
se lleva a cabo de modo abstracto, ni que tampoco
es válido para cualquier época, sino que adquiere
pleno sentido en un contexto particular concreto y
debe responder a un proyecto de hombre y de so-
ciedad que reconozca nuestras limitaciones, nuestra
superficialidad y fragilidad, nuestra condición de
seres finitos y contingentes, nuestros engaños e
injusticias para poder derogarlas y se levante sobre
el sueño de una patria integradora que no antepon-
ga los valores materiales a los espirituales, que nos
ayude a resistir ante la desgracia, que nos permita
establecer lazos de confianza y fraternidad, de cons-
truir espacios habitables y en la que se cumpla, como
algunos han señalado, la emancipación del brazo y
la inteligencia. La búsqueda del sentido de educa-
bilidad y del sentido mismo de la existencia a partir
de los cuestionamientos y modificaciones de orden
pedagógico y de la capacidad de extrañeza y asombro,
nos hará entrever al final del sendero que “tal vez la
educación no consista en otra cosa que aprender a ha-
blar de nuevo, siguiendo un camino que va del silencio
clamoroso de la infancia a la palabra, y de la palabra a
la morada de una humanidad sin crimen, sin guerra.
Pero ¿es posible todavía?” (Bárcena, 2005, p. 107).
BIBLIOGRAFÍA
AVELINO, G. (1997) “Democratización y gasto social en Latinoamérica” en Globalización, ciudadanía y política social en América Latina. Caracas, Nueva Sociedad.
AYARZA, E. (1997) Diario de una mosca. Bogotá, Magisterio.BARBERO, J. y REY, G. (1997) Los ejercicios del ver: Hegemonía audiovisual y ficción
televisiva. Barcelona, Gedisa.BÁRCENA, F. (2005) “Las fronteras del espíritu” En: Entre pedagogía y literatura. Buenos
Aires, Miño y Dávila.__________. (2000) La educación como acontecimiento ético. Barcelona, Paidós.CALVINO, I. (1998) Las ciudades invisibles. Madrid, Siruela.CORTÉS, F. (2002) “Globalización y derechos sociales” en La filosofía y la crisis
colombiana. Bogota, Taurus.FREIRE, P. (1997) La educación en la ciudad. México, Siglo XXI.LOMAS, C. (2001) “¿Educar o segregar?” en ¿Educar o segregar? Materiales para la
Transformación de la educación secundaria. Bogotá, Magisterio.OSPINA, W. (1997) “Sobre Bogotá”. en ¿Dónde está la franja amarilla? Bogotá, Norma.RODRÍGUEZ, L. (1999) “Comunidad educativa serás” en Vida de maestro No. 4. Bogotá,
IDEP.ZABALA, A. (2001) “¿Cómo enseñar?” en ¿Educar o segregar? Materiales para la
transformación de la educación secundaria. Bogotá: Magisterio.ZULETA, E. (1998) Colombia: Violencia, democracia y derechos humanos. Cali, FEZ.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
134 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
La conceptualiza ción del contexto y
empleado en el aulasu influencia en el discurso
Vista aérea del MAC antes de ser remodelada la plazoleta.
135
La conceptualiza ción del contexto y
R E S U M E N
El presente trabajo hace un breve recorrido sobre la evolución del concepto de contexto inmerso en el discurso, es una visión panorámica del contexto desde la perspectiva de algunos autores que han aportado en la conformación de dicho concepto. Asimismo, el trabajo busca reflexionar sobre las problemáticas que se generan al interpretar y producir un discurso dentro de un contexto educativo determinado. Esta reflexión parte del análisis del discurso, el cual se ocupa de las propiedades de lo que las personas dicen o escriben con el fin de realizar actos sociales, políticos o culturales en diversos contextos locales, al igual que en los marcos más amplios de la estructura social y cultural, entendiendo el discurso como un fenómeno práctico, social y cultural.
Palabras clave: Contexto, discurso, aula de clases, modelos mentales, estudiante, profesor, inte-racción.
A B S T R A C T
This work briefly explores the evolution of the contextual concepts within the discourse, and it consists of an overview of the context from the perspective of some authors who have contributed to the development of these concepts. Furthermore, this paper attempts to reflect on the problems gene-rated in the interpretation and production of a discourse within a particular educational context. This reflection starts from the discourse analysis which deals with the particularities of the people’s oral and written production aimed to perform social, political, or cultural acts within diverse local contexts as well as within wider frames of the social and cultural structure. Thus, understating this discourse as a practical, social and cultural phenomenon.
Key words: context, discourse, classroom, mental models, student, teacher, interaction.
[email protected] e investigador de la facultad de Educación
de Uniminuto.
WILLIAM LEONARDO PERDOMO VANEGAS
empleado en el aulasu influencia en el discurso
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
136 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
“...a pesar de las muchas discusiones informales
de la noción de contexto en la sociolingüística, la
pragmática y los estudios del discurso, estricta-
mente hablando, no existe ninguna teoría sobre
qué es exactamente el contexto”
(Van Dijk, 1999).
entro de los estudios que se re-
lacionan con la comunicación
humana siempre ha surgido una
polémica alrededor de la impor-
tancia del contexto, algunos lo
han determinado como un elemento superpuesto
ajeno al proceso de comunicación y otros como un
esquema cognitivo y experiencial que sustenta las
representaciones lógico-semánticas y pragmáticas
del discurso. Sea como fuere, el contexto se convierte
en un elemento totalmente relevante que acompaña
directamente la producción de un discurso que evi-
dencia una determinada valoración de la sociedad.
En el presente artículo se pretende vislumbrar la
importancia del contexto para la producción e inter-
pretación del discurso y, al mismo tiempo, reflexionar
sobre la problemática a nivel educativo de abordar el
contexto dentro del discurso o fuera de éste.
En muchas ocasiones el maestro siente que sus estudi-
antes no se acercan al conocimiento como él quisiera
que lo hicieran, igualmente, el estudiante no encuentra
un verdadero diálogo con el maestro. Este punto nos
lleva a reflexionar sobre el contexto que compartimos,
el cual se pretende que sea el mismo tanto para el profe-
sor como para los estudiantes. Pero al estudiar el tema
más a fondo se evidencia que el problema radica en
que el concepto de contexto no es claro para el maestro
ni para los estudiantes y mucho menos coherente; ya
que el concepto empleado se relaciona estrechamente
con el espacio y el tiempo, concepto que surge de los
planteamientos iniciales de Roman Jakobson. Esta
definición contribuyó considerablemente a los estu-
dios lingüísticos de principios del siglo XX, pero en
muchas ocasiones no se tiene en cuenta la evolución
del concepto a través de los siguientes años, llegando
así a limitar semánticamente el concepto, puesto que
al plantearlo de tal manera se enmarca únicamente al
entorno físico o situacional, ya sea político, histórico,
cultural o de cualquier otra índole, en el cual se con-
sidera un hecho determinado.
Los estudiantes normalmente adquieren los conoci-
mientos necesarios para interactuar en la sociedad
en que viven a través del lenguaje oral y escrito, pero
si estos conocimientos no se encaminan por un mis-
mo contexto para el docente y para los estudiantes,
es difícil lograr una verdadera interacción entre los
dos y, además, no se podría generar en el aula una
actividad que conduzca al desarrollo armónico de las
habilidades comunicativas de los estudiantes. Esto nos
lleva a preguntarnos si nuestros estudiantes dominan
los conceptos básicos, es decir, si dominan el lenguaje
que les permite apropiarse de dichos conocimientos y
aplicarlos a través del mismo lenguaje. En ocasiones,
como docentes nos limitamos a difundir un discurso
pleno de conceptos y conocimientos pertinentes desde
nuestra perspectiva, sin tener en cuenta el nivel y el
tipo de conocimiento que poseen nuestros estudiantes,
lo cual no permite ubicarnos en un mismo contexto,
olvidando así, que mediante las palabras aprendemos
conceptos y juicios que sirven para formular distintas
reglas y leyes científicas.
APROXIMACIÓN A LA CONCEPTUALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DEL CONTEXTO
En torno al contexto, Constanza Moya (2001, pp.145-
167) refiere tres estadios en la evolución de la forma en
que los teóricos han concebido el contexto. Al primero
lo denomina “contexto lingüístico”, expresión con la
que quiere referirse a los conceptos de los estructu-
ralistas como Hjelmslev, quien lo definió como “el
conjunto de elementos que, en el marco de sus rela-
ciones sintagmáticas, permite la presencia de unidades
lingüísticas que sean compatibles con ellas de acuerdo
con las restricciones que supone cada lengua”. Noción
con una connotación “puramente estructural” que lo
concibe, en últimas, como el “conjunto de elementos
que preceden y siguen inmediatamente a una palabra
D
137CONCEPTUALIZACIÓN DEL CONTEXTO Y SU INFLUENCIA EN EL DISCURSO EMPLEADO EN EL AULA
en las frases de una lengua” (Moya, 2001, p. 146).
Concluye este apartado con una cita de Lucía Tobón de
Castro (1999): “Esta actitud de explicar el problema del
significado mediante las relaciones intralingüísticas y
de rechazar, en sus procesos de análisis, las relaciones
de la lengua con el mundo de la experiencia, con los
procesos de pensar o con los hechos situacionales, se
mantuvo hasta los años sesenta”.
Al segundo estadio, lo denomina “contexto situacio-
nal”, y lo desarrolla a partir de la concepción lingüística
de Malinowsky: “el lenguaje no tiene existencia al mar-
gen de las personas, los lugares, los tiempos, los temas
y los medios que lo escenifican” (Moya, 2001, p. 147),
de donde, en palabras de Coseriu, “el contexto hace
referencia a “toda realidad que rodea un signo, un acto
verbal o un discurso, como presencia física, como saber
de los interlocutores y como actividad” (Moya, 2001, p.
148). Añade que este se divide en idiomático (contexto
lingüístico), verbal (del acto discursivo) y extraverbal.
Más adelante, Eco introducirá el concepto de co-texto
para denominar así al “contexto lingüístico” y reservar
el término contexto para el extraverbal.
Moya se detiene en el tercer estadio: “contexto cognos-
citivo” y en este apartado dedica una atención particu-
lar a la propuesta teórica de Teun Adrianus Van Dijk,
quien se refiere a que “todo proceso comunicativo es
una relación entre dos o más personas que cuentan con
elementos comunes que les permiten la comprensión
[…] comparten conocimiento sobre un conjunto de
mundos reales o posibles y manejan el aquí y el ahora
lógica, física y cognoscitivamente” (Moya, 2001, p.
152). Más adelante, Moya destaca la importancia que
la textolingüística le ha dado al contexto “como un
esquema cognitivo y experiencial que sirve de base a
la configuración lógico-semántica del discurso”. Reto-
ma conceptos sobre el contexto de Langacker, Lyons,
Sperber y Wilson y Valdés Villanueva.
La conclusión del recorrido la destina a Van Dijk, a
quien ubica en un marco socio-cognitivo. Para él, el
contexto es una “abstracción altamente idealizada de
la situación comunicativa que contiene sólo aquellos
hechos que determinan sistemáticamente la ade-
cuación de las expresiones convencionales […]
parte de tales contextos son: los participantes en
el habla, sus estructuras y la caracterización tem-
poroespacial entre otros” (1999, p. 158), y adiciona
otra definición de Van Dijk del contexto: “conjunto
estructurado de todas las propiedades de una situa-
ción social que son posiblemente pertinentes para
la producción, estructuras, interpretación y fun-
ciones del texto y la conversación” (Van Dijk, 1999,
p. 160), pero aclara, poco después, que “no son las
propiedades situacionales mismas las que influyen
sobre el discurso sino su construcción mental como
categorías en modelo contextual”. Categorías que se
traducen como modelos mentales que intervienen
en la valoración del mundo, en otras palabras, el
contexto se define como los modelos mentales de
carácter personal que permiten tener una concepción
del mundo que se relaciona, directa o indirectamente,
con una sociedad y con una cultura determinada.
De acuerdo a estas premisas, se podría afirmar
que, a través de toda construcción personal se van
generando una serie de estructuras que evidencian
cómo cada individuo se relaciona con la sociedad y su
entorno; es decir, a través de estas estructuras apre-
hendemos la realidad o, mejor aun, cada uno se hace
ideas de ella y del lugar que ocupa en el mundo. Estas
estructuras, modelos mentales para Van Dijk (2004),
permiten evidenciar y comunicar lo que cada persona
experimenta y conoce, pero estos modelos también
intervienen directamente en ese conocimiento y en
esas comunicaciones. No se puede conocer lo que no
“quepa” en un modelo mental y, por lo tanto, no se
puede comunicar. De estos modelos mentales depende
la interacción entre el docente y los estudiantes, puesto
que dichos modelos condicionan el discurso, el cual
propicia, en cierta forma, el tipo de interpretación que
los estudiantes realizan. Si el discurso del docente es
ambiguo, la interpretación que lleven a cabo sus estu-
diantes también lo será.
Pero cabe aclarar que esos modelos mentales no están
en el discurso. En él apenas es posible rastrear marcas
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
138 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
de parte de dichos modelos que, en todo caso, dada
la plasticidad de la mente, son cambiantes, se alter-
nan en la medida en que se altera la realidad que
nos representamos a nosotros mismos. Es decir,
en un discurso concreto apenas se reflejan algunos
componentes de los modelos mentales que tiene una
persona en el momento que se produce el discurso,
de tal forma que se evidencia parte de la cultura y la
sociedad del individuo. Es así como el contexto, en-
tendido como modelos mentales, se convierte en una
alternativa conceptual para logra una comunicación
adecuada dentro del aula de clase.
LOS MODELOS MENTALES DE VAN DIJK
En la conferencia “Discurso y dominación“, Van Dijk
(2004) hace una breve referencia al contexto para
expresar que “una forma de controlar el discurso es
controlar su contexto”, en el marco de unas relaciones
asimétricas de poder, es decir, de dominación. Igual-
mente aclara que “los contextos no están “ahí afuera”,
como las situaciones sociales, sino “aquí dentro; es
decir, en la mente de los usuarios de la lengua”. Explica
con un ejemplo: “No es el hecho de ser hombre o mujer,
es decir, el género, lo que influye en lo que decimos; sino
a nuestras interpretaciones o construcción de dichos
roles sociales. En otras palabras, los contextos no son un
tipo de realidad social “objetiva” o una situación social
“real” sino constructora subjetiva de lo que ahora es
relevante en dichas situaciones sociales. En psicología
cognitiva estas construcciones subjetivas de situacio-
nes o eventos se denominan “modelos mentales”.
En la conferencia “Conocimiento y discurso”, Van Dijk
(2004) explica que lo que se comunica a través del
discurso es el conocimiento, pero no como lo entendía
la epistemología clásica: creencias verdaderas justifi-
cadas, sino en el marco particularmente aceptado en
las Ciencias Humanas de la relatividad de la verdad.
Define el conocimiento como creencias compartidas
y certificadas de una comunidad, pero lo circunscribe
a las estructuras mentales que permiten acceder a él,
las mismas que nos dan el modelo del contexto.
EL CONTEXTO COMO MODELO MENTAL: UNA ALTERNATIVA PARA UNA INTERACCIÓN COMUNICATIVA DENTRO DEL
AULA DE CLASE
En este punto, se podría afirmar que para la interpre-
tación del discurso no debe verse el contexto como
“modelos del contexto” sino como todo el “modelo
mental”, es decir, todas las estructuras psico-cogni-
tivas que le permiten a un interlocutor “hacerse una
idea de la realidad”, asumir una posición frente a ella,
comunicarla e interpretar lo que le comunican, para
iniciar de nuevo el proceso. No debe tomarse el contex-
to como estructura paralela al texto (Van Dijk, 2004),
sino más como un modelo mental y cognitivo. Esta
reflexión surge a partir de una dimensión cognitiva del
contexto y de una teoría socio-cognitiva del contexto,
DEBEMOS TENER CLARO QUE, COMO DOCENTES, NO SOMOS REPETIDORES DE LOS DISCURSOS DE LOS MAESTROS
DE ANTAÑO, NUESTRO DISCURSO DEBE CONSOLIDAR LA INTERACCIÓN EN EL AULA DE CLASE Y FUERA DE ELLA, DEBEMOS HABLAR EL MISMO IDIOMA CON NUESTROS
ESTUDIANTES, Y LA MANERA MÁS EFICAZ ES COMPARTIR EL MISMO CONTEXTO, EL MISMO CONOCIMIENTO.
139CONCEPTUALIZACIÓN DEL CONTEXTO Y SU INFLUENCIA EN EL DISCURSO EMPLEADO EN EL AULA
que Van Dijk propone. Para su teoría socio-cognitiva
el contexto es una representación mental, subjetiva,
de tal forma que esta representación mental del con-
texto en una circunstancia comunicativa se amplía a
toda la estructura del modelo mental de una persona
y a las formas como estas estructuras individuales se
relacionan con otras estructuras individuales, con las
estructuras sociales (modelos mentales sociales) y con
las estructuras de las culturas.
Estas estructuras o modelos mentales, entendidos así,
se actualizan en la producción del discurso y pueden
transformarse a través de los discursos que se reciben,
pero no dependen de un discurso concreto, es decir,
si bien son los discursos los que permiten buscar las
“marcas” de un modelo mental, los modelos mentales
anteceden un discurso particular y lo trascienden.
Mientras que el discurso se hace concreto, se materiali-
za en la producción (de un dialogo, un guión cinemato-
gráfico, un edificio) y como objeto concreto permanece
“quieto” una vez producido, el modelo mental que
permite esa producción se va transformando a lo largo
de la vida de cualquier persona y los modelos mentales
sociales y las estructuras culturales también deben ser
susceptibles de cambiar. Las creencias que orientaron
su discurso cambian, también lo hacen las estructuras
de su pensamiento que sostenían esas creencias.
En este sentido, el contexto permite al docente acerca-
se más a los estudiantes y brindarle más oportunidades
para aproximarse al conocimiento. Debemos com-
prender que el contexto no es sólo un entorno físico
o de situación en el cual se considera un hecho social,
sino que además se puede considerar como modelos
mentales que ayudan a la interacción social, estos
modelos hacen parte de la ideología de cada persona
BIBLIOGRAFÍA
BAJTIN, Mijail. (1986). Problemas literarios y estéticos. La Habana. Arte y Literatura. BARTHES, Roland. (1993). La Aventura Semiológica. Barcelona, Paidós. ________. (1991). Fragmentos de un Discurso Amoroso. Buenos Aires, Siglo XX. ________. (1992). Lo obvio y lo obtuso. Barcelona, Paidós. DE SAUSSURE, Ferdinand. (1975). Curso de Lingüística General. Buenos Aires, Losada. HALLIDAY, M.A.K. (1982). El Lenguaje como Semiótica Social. México, Fondo de Cultura
Económica.MOYA, Constanza. (2001). “Visión Panorámica del Contexto” en Lenguaje y
Cognición, 4.VAN DIJK, Teun Adrianus. (2000). Discurso como interacción social. Barcelona, Gedisa.________. (1999). Ideología. Barcelona, Gedisa.________. (2004). “Discurso y dominación” en Grandes Conferencias Facultad de
Ciencias Humanas, N°4, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia.
y, por lo tanto, conllevan al entendimiento de lo
que está ocurriendo a nuestro alrededor. En otras
palabras, el contexto se materializa en el manejo
adecuado del discurso, argumentar con criterios
de solidaridad, justicia, inclusión y equidad para
lograr el bien común; igualmente, hay que tener en
cuenta que a cada hablante o escritor le compete es-
tar consciente de la multiplicidad de contextos que
existen a su alrededor, por lo que el discurso debe
orientarse por una perspectiva pluralista,
Por consiguiente, debemos tener claro que, como
docentes, no somos repetidores de los discursos de
los maestros de antaño, nuestro discurso debe con-
solidar la interacción en el aula de clase y fuera de
ella, debemos hablar el mismo idioma con nuestros
estudiantes, y la manera más eficaz es compartir el
mismo contexto, el mismo conocimiento. La mejor
manera de aprender es haciendo, o mejor, rehaciendo
lo que otros hicieron antes, hasta comprenderlo bien
y poderlo aplicar con destreza. Trabajo en el que es
indispensable el buen uso del lenguaje y un contexto
adecuado.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
140 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
NADA MENOS QUE EL FUTURO
Columna.Obra del
artista Carlos Pérez,
expuesta actualmente
en el MAC.
141
NADA MENOS QUE EL FUTURO
R E S U M E N
El autor parte de la distinción hecha a la ciudad de Bogotá como Ca-pital Mundial del Libro para analizar de manera crítica los problemas que implica la lectura como ejercicio cultural; para ello cita casos específicos de algunas naciones en relación con el mismo fenóme-no. Se trata en suma de aportar más elementos a la discusión sobre la promoción de la lectura y el papel del libro en la construcción de una mejor sociedad proponiendo finalmente un reto.
Palabras clave: Promoción de lectura, campañas, ley del libro, lide-razgo, biblioteca, futuro, reto.
A B S T R A C T
The author starts from distinction made to the city of Bogotá like World-wide Capital of the book to analyze of critical way the problems that the reading like cultural exercise implies; for it he mentions specific cases of some nations in relation to this phenomenon. In sum, he tries to contribute to give more elements to the discussion on the promotion of the reading and the paper of the book in the construction of one better society proposing finally a challenge.
Key words: promotion of reading, campaigns, law of the book, leader-ship, library, future, challenge.
[email protected] Facultad de Educación Uniminuto.
GILBERTO RODRÍGUEZ MONTAÑA
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
142 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
artamos de una premisa más o
menos cierta: una comunidad no
se hace lectora de la noche a la ma-
ñana por decreto. Una comunidad
lectora, ante todo, es el resultado de
una tradición, de una historia en la que seguramen-
te normas y directrices gubernamentales favorecen
o inhiben procesos. Ahora bien, una campaña de
lectura aislada de otras medidas dirigidas al logro
del mismo propósito puede incluso ser considerada
a la postre como intento vano. Por tal razón en este
artículo se dimensiona críticamente el papel de la
designación a la ciudad de Bogotá como Capital
Mundial del Libro y se presenta un mínimo panora-
ma que permita una aproximación a la problemática
real de la lectura y del libro -vehículo por excelencia
del conocimiento- dentro del contexto del mundo
occidental. Finalmente, se citan algunos problemas
en relación con la temática.
Bogotá fue designada por la UNESCO para llevar el
ostentoso título de Capital Mundial del Libro durante
el año 2007. Desde el primero de enero esperamos
ávidos la feria cultural sin precedentes en nuestra
historia para hacer a cada ciudadano, a cada indivi-
duo, partícipe del insuperable placer de la lectura,
goce vital en el que seguramente, entre otros, se
amalgaman de manera amorfa amores varios, como
el amor al conocimiento, el gusto por lo desconocido
y el más grande: el encanto indecible por la palabra,
por su dimensión humana y divina. Esperábamos ver
desde el más humilde, aquel que ha sido reducido por
las circunstancias económicas a una cultura ajena a
aquella cifrada en el conocimiento y el culto al libro,
hasta las señoras que se abanican los domingos en la
finca de Melgar a la orilla de la piscina con la revista
Vanidades, a todos los miembros de esta urbe urgida de
conocimiento y sabiduría. Pero parece que ser la capital
universal del legado histórico de Guttemberg no impli-
ca ni mayor inversión ni mucho menos una discusión
respecto al papel real que está cumpliendo el libro (y las
fotocopias y la internet y los “pirateados”, y las revistas
culturales y de las otras y un gran etcétera).
Obviamente no se trata de realizar una campaña
durante el limitado tiempo de un año. Las campañas
son efervescentes y exhibicionistas, probablemente
sean necesarias en un programa a largo o mediano
plazo, pero en muchas circunstancias suplantan a los
programas mismos. Se trata de hacer más amplio el
debate, de encontrar por todos los medios nuestra pro-
pia respuesta, y luego comprometer a todo aquel que
tenga injerencia en la solución al problema. Sobre el
particular Jean Foucambert, investigador y miembro
de la Asociación Francesa de Lectura, advierte:
No creo que la experiencia de los países ricos pueda servir
de modelo a otros países, mucho menos si los primeros
han construido su prosperidad a partir del hurto sistemá-
tico de los dos tercios del planeta y que bajo formas cada
vez más sutiles, conservan este tipo de relación aunque
sólo sea dispensándoles buenos consejos en asuntos de
educación y cultura. (Foucambert, 1995)
Con Libro al Viento, Red de Bibliotecas Públicas y
dos o tres eventos de feria enfrentamos el toro des-
comunal del promedio estimado de lectura 2.4 libros
por año de cada colombiano, cuando se clama por un
programa continuo de fomento a la cultura del libro,
por una ley que proteja a los lectores y a los autores
de los pulpos editoriales; una verdadera y más efec-
tiva ley del libro que lo ponga al alcance de todos sin
quitarle su atractivo formal. ¿Será que no contamos
con los recursos económicos que nos permitan hacer
esa apuesta a futuro?, ¿será física falta de creatividad
de los responsables? Tal vez nuestros laureados diri-
gentes no midieron la dimensión del reconocimiento
ni la oportunidad del reto, o simplemente la última
opción que dice: todas las anteriores.
La experiencia colombiana en general y la bogotana en
particular pueden dar muestra de grandes intentos por
llegar a las diversas zonas de su ámbito geográfico con
una posibilidad real de lectura manifiesta, en el caso
de nuestra capital, en megabibliotecas, paraderos de
lectura y libros al viento. Son esfuerzos sin duda mag-
níficos que antes que desaparecer se deben fortalecer
y difundir, pero sin duda no son suficientes.
P
143NADA MENOS QUE EL FUTURO
Para darnos una idea somera de la trascendencia del
problema enunciaré unos pocos casos veamos:
• En la emisión del 14 de junio de 2000 el noticiero
de Televisión Española Internacional presentó una
alternativa al grave problema de que solamente el
75% de aspirantes aprobaron el bachillerato obli-
gatorio en España: se daría inmediatamente mayor
intensidad a las áreas de Español y Matemáticas. La
noticia resaltaba la preocupación por encontrar una
formación efectiva que le permita al país garantizar
su vigencia de liderazgo en los próximos cien años (a
propósito, ¿ya participó usted en la discusión para
nuestro plan decenal de educación?).
• En Francia es obligatoria la escuela hace más de
cien años y ello es norma absoluta para TODOS
los niños entre los 2 y los 16 años. Allí el número
de alumnos en el aula clase de primaria es inferior
a 25, lo cual obviamente mejora desempeños, pero
baste recordar que con tecnología de punta y con
concepción de avanzada duplicaron en los últimos
años la cantidad de metros cuadrados de bibliotecas
para entender la magnitud que le dan los galos al
problema de la lectura.
La salud económica y social de nuestro país depende
de la construcción de una nación que sepa leer y es-
cribir, capaz de leer extensamente con propósitos
prácticos y por placer. Ello significa que la genera-
ción en desarrollo debe ser más consciente del pla-
cer y la importancia de la lectura en la vida diaria.
• La anterior cita no es de un país tercermundista
intentando apostar por el tránsito al desarrollo,
está en la justificación misma que dio el gobierno
de Inglaterra, para desarrollar una estrategia na-
cional de alfabetización hace pocos años. Sobran
los comentarios.
• En Alemania la ley del libro establece descuentos
para las obras destinadas a bibliotecas y centros
educativos.
• En México, Argentina, Perú y Chile el problema
de la lectura está siendo tratado desde diversos
ámbitos académicos y culturales.
No hay que recavar demasiado sobre las ventajas de
la lectura como gestora del desarrollo económico,
cultural y científico suficientes en una nación para que
sus ciudadanos sean libres y felices en el respeto, la
tolerancia, la convivencia y por supuesto, la comodi-
dad. Sin embargo, los pobres índices de lectura no son
muy halagüeños a pesar de que en Latinoamérica se
cita frecuentemente la preocupación colombiana por
ENTENDER EL PROBLEMA NOS HARÁ COMPRENDER QUE LA SOLUCIÓN NO SÓLO IMPLICA LA CONSTRUCCIÓN DE UN EDIFICIO DENOMINADO BIBLIOTECA, NI LA REPARTICIÓN DE LIBROS EN EDICIONES POPULARES, SINO QUE VA MÁS ALLÁ DE NUESTRA TRADICIÓN ORAL...
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
144 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
el fomento de la lectura. Nuestras bibliotecas no
se llenan de lectores carcomidos por el vicio de la
inquietud cultural, sino por oleadas de estudiantes
en busca de respuestas enciclopédicas. Puede ser un
buen comienzo o simplemente un comienzo, ojalá
germinen esos lectores.
El mundo desarrollado explora afanosamente
estrategias para hacer del ejercicio lector una cons-
tante que vaya más allá de la obtención de un título
académico, mientras que en el mundo “en vías de
desarrollo” buscamos formas de cautivar lectores ini-
ciales, aunque éstos se encuentren ya inmersos en el
sistema educativo incluso en nivel medio (y -¡Quién
lo creyera!- a veces se encuentra en la universidad
personas reacias a la lectura).
El tren del conocimiento ya partió hace mucho tiempo
y como lo expresara jocosamente Andrés López: “el
que se quedó, se quedó”. Debemos entender pronto
la urgencia del problema porque la velocidad a la que
va nos impide alcanzarlo.
Entender el problema nos hará comprender que la
solución no sólo implica la construcción de un edificio
denominado Biblioteca, ni la repartición de libros en
ediciones populares, sino que va más allá de nues-
tra tradición oral heredada del ancestro aborigen y
africano y se inserta en la concepción que del mundo
tiene nuestro ciudadano promedio y los recursos
económicos que sus gobernantes puedan apostar a su
desarrollo lector.
Desde que en Colombia se expidió la Ley 98 de 1993
sobre democratización y fomento del libro colombiano,
los índices de exportación de libros se multiplicaron y
se lograron mantener algunos precios de libros asequi-
bles al gran público, pero la paradoja consiste en que
el país no es ahora mucho más lector (por lo menos en
términos de consumo) ni se ha disparado ostensible-
mente el número y calidad de los autores colombianos,
los cuales no comparten equitativamente las pingües
ganancias del negocio editorial, hecho que no motiva
a la creación con fines de publicación.
Especial atención a los
niños en el Museo de Arte
Contemporáneo.
145NADA MENOS QUE EL FUTURO
BIBLIOGRAFÍA
BUSTAMANTE G. y JURADO F. (1997) Entre la lectura y la escritura, Bogotá, Magisterio. _____________________. (1997) Los procesos de la escritura, Bogotá, MagisterioDUBOIS, M.E. (1989) “Teorías sobre la lectura” en Lectura y vida 10, 3.FERREIRO E. y TEBEROSKY A. (1986) Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño,
México, Siglo XXI.FOUCAMBERT Jean, (1995). “Lectura y sociedad”, en Memorias II Congreso Nacional de
Lectura, Bogotá, Fundalectura.Memorias I Congreso Nacional de Lectura, Bogotá, Fundalectura 1993.Memorias II Congreso Nacional de Lectura, Bogotá, Fundalectura 1995.Memorias III Congreso Nacional de Lectura, Bogotá, Fundalectura 1997.Memorias IV Congreso Nacional de Lectura, Bogotá, Fundalectura, 1999.Memorias V Congreso Nacional de Lectura, Bogotá, Fundalectura 2002.Sarto, Monserrat, Estrategias para hacer al niño lector, Bogotá, S.M., 1984.Taller de talleres, Por una escuela que lea y escriba, Bogotá, 1998.“Encuestas sobre el bajo nivel de lectura en Chile”.www.letrasdechile.cl consultada febrero de 2007.“Ley del Libro: la trampa está en el reglamento”. Página de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos consultada febrero de 2007 http://www.unmsm.edu.pe/Noticias/diciembre/d10/veramp.php?val=1
Ley 98 de 1993 sobre democratización y fomento del libro en Colombia http://www.cerlalc.org/documentos/colombia.htm#3
Por otra parte, ahora, que se hace tan recurrente
alusión a las competencias, la competencia lectora
entendida como suma e interrelación de habilida-
des pero también como bagaje de cultura resulta de
primerísimo orden, si no la más importante. Por tal
razón debe ser convertida en epicentro de los ámbitos
familiar, social y educativo.
La tarea es difícil y ya podemos ver los inconvenientes
de naciones que nos llevan ventaja de siglos en tra-
dición lectora. Aclaremos que no se trata de realizar
campañas aisladas de lectura, las cuales amén de ser
inconvenientes brindan pobres resultados. Se trata de
cambiar la forma como asumimos la lectura en nuestra
vida y el tener esa meta inquebrantable seguramente
nos conduzca algún día a no castigar a los niños con
lecturas ni en bibliotecas, a no poner tareas que res-
tringen la lectura a una copia burda de información,
a disfrutar el libro sin forrarlo y a cuidarlo como un
tesoro, a buscar un sitio de estudio en el hogar dife-
rente a la cama y al comedor, acudir a las librerías
y bibliotecas en plan familiar, a vivir la magia de la
palabra y la construcción de un nuevo mundo, más
libre y más justo. Ese es el reto.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
146 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Using portfolios as a powerful strategyto foster and develop students’
147LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
Using portfolios as a powerful strategy
R E S U M E N
El presente artículo hace referencia al uso de portafolios como una estrategia fundamental para monitorear el rendimiento de los estudiantes en la habilidad de escritura en Inglés como Lengua Extranjera. Además, busca promover la producción escrita cuando se tienen en cuenta los intereses y opiniones de los estudiantes al momento de producir diferentes tipos de composiciones. Algunas de las ideas incluidas en este artículo provienen de un proyecto de investigación llevado a cabo con niños entre los 9 y 13 años, quienes al momento de la investigación se encontraban en el nivel Intermedio de los “Cursos de Extensión” ofrecidos por la Universidad Pedagógica Nacional. El componente referente al análisis de datos aún se encuentra en proceso y es parte de la tesis propuesta por el autor del presente artículo, para la Maestría en Lingüística Aplicada para la Enseñanza del Inglés como Lengua Extranjera en la Universidad Distrital “Francisco José de Caldas”.
Palabras clave: escritura, enfoque de proceso escritural, portafolios, intereses de los niños.
A B S T R A C T
This article emphasises on the use of portfolios as a powerful strategy to monitor the students’ writing performance in EFL and foster their writing production by means of taking advantage of their interests and beliefs when creating different types of compositions. Some of the ideas included in this article come from a large project research carried out with children between 9 and 13 years old who were in the Intermediate level of “Cursos de Extensión” at Universidad Pedagó-gica Nacional. The data analysis component is still in process and it is part of the thesis proposed by the author for the Master in Applied Linguistics for the TEFL at Universidad Distrital “Francisco José de Caldas”.
Key words: writing, writing process approach, portfolios, children’s interests.
[email protected] / [email protected]
Holds a B.A. in Modern Languages from Universidad Pedagógica Nacional and he is a Master Candidate for the
Program in Applied Linguistics at Universidad Distrital “Francisco José de Caldas”. He is currently
working at Corporación Universitaria Minuto de Dios as a
full-time English teacher.
DANIEL ALBEIRO MELGAREJO M.
to foster and develop students’writing skills in EFL
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
148 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
riting has always been one
of the main concerns for the
academic community, due to
the fact that this is a process that
requires conditions such as time,
thought, accuracy, coherence, co-
hesion among others. Consequently, as part of the
academic community, I have always had a particular
interest in working with writing development skills
because it is known that this is an essential system
to communicate our ideas and thoughts. This area
needs to be elaborated efficiently because, different
to speaking, in most opportunities there is no chance
to clarify immediately the concepts or ideas that are
not understood as the author intended to.
The problems related to EFL that I have identified
during the time I have been working with children
come from different sources: lack of vocabulary, lin-
guistic problems and grammatical confusions, among
others. For this reason, I decided to work on this area
and I did it with the intention to promote and improve
the children’s writing competence by implementing
different workshops and to explore their perceptions
towards writing in English and producing different
compositions based on the topics they were interested
in. Work based on the process approach permitted
children to develop their writing skills in a better way
and, at the same time, they perceived writing from a
different perspective in which they understood writ-
ing is more than part of a test but, on the contrary, it
is a possibility to communicate and share with others
what they think.
A VIEW ON WRITING
Writing goes beyond the simplistic idea of just putting
symbols on a piece of paper. When you write, you are
part of a community and you let the world know who
you are and what you think about the theme selected
to be written about. I agree with Byrne that writing
is clearly much more than the production of graphic
symbols. (Byrne, 1988). These words cause a great im-
pact because at first, it is necessary to understand that
the writing system is not just a mere representation
of a given language but the representation of ideas,
beliefs, ideologies, concepts, etc., that take place
within specific social contexts. Ferreiro (1990) states
that one of the primary objects of her study is “the
understanding of the evolution of the systems of ideas
children build up about the nature of the social object
that is the writing system”. (In Goodman, 1990, p. 13).
Having in mind these ideas we can conceive writing
as a way of producing and expressing a person’s own
ideological concepts according to the contexts he/she
is in contact with.
As Vigostky (1978) states in Dyson (1989), “written
language is a complex social tool that functions in
varied ways in our society. Children learn about this
tool – its purposes, its features, its processing demands
– as they encounter it in meaningful activities”. (p. 3).
Based on this view, it is possible to consider writing
as a social condition. As reported by Lerner (2001),
Olson (1998) asserts that mastering writing is a social
condition and that when we read or write a text, we
are part of a textual community. (p. 94).
Generally, the ability of writing has been seen from dif-
ferent perspectives: social, cultural, political, cognitive,
etc among others. Due to the fact that the workshops
carried out during the project were based on the stages
of the process approach, they needed for children to
be attentive to develop certain cognitive skills when
producing their drafts and then based on some con-
ventions be able to make the necessary connections
to identify the elements to rewrite their compositions
and make them look better from the perspective of
producing texts with better quality.
WHAT ARE PORTFOLIOS AND WHY USING THEM?
When as teachers, you find out during your classroom
practices that students face serious problems with
writing tasks, you start considering the possibility
of how to implement certain activities to make them
improve such skills. It is here when the idea of using
W
149LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
a determined strategy comes to mind. You begin read-
ing and documenting about previous research and
approaches to writing development and you may find
that portfolios are pedagogical tools you can imple-
ment in your classroom due its usefulness.
There is plenty of definitions about portfolios but I
decided to focus on just some of them because of their
pertinence and clarity to express what portfolios really
are. Weigle, S. (2002) defines portfolios as collections
of written texts for different purposes over a period of
time, in which their most important components are
collection, reflection and selection. (pp. 198,199). Oon-
chitti, 1993 also describes portfolios as “collections of
samples of students’ work throughout a specific period
of time. There are key elements which nourish and
become the nature of portfolios such as samples of
students’ systematically collected, student self-as-
sessment and clearly stated criteria for the evalu-
ation of multiple aspects concerning curriculum”.
(In Ariza and Viáfara, 2004, p. 27).
BEFORE USING THE PORTFOLIOS
Something you need to have clear from the begin-
ning of the process is to understand that children
have their own interests and beliefs. Thus, as teach-
ers, first of all you need to explore the topics they are
interested to write about instead of just “imposing”
the themes you consider may be relevant for them.
If your intention is to promote writing, you can not
assume that the type of texts you decide to include in
La escultura abstracta en Colombia, actual exposición en el MAC, 2007.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
150 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
your classes necessarily matches the students’ inter-
ests and, therefore, the results may not be the ones
you and your students expected or hoped for.
Carry out a needs analysis
A good idea is to start by analyzing the current
situation that is present during your classroom
practices. You can do so by going directly to the
source (the students) and asking them what their
opinions towards writing are. This information will
help you when, at the end of the whole process, you
have the opportunity to contrast information and
see if the pedagogical intervention had the effect you
expected1. (See the appendix # 1 for a questionnaire
sample on writing).
You can also carry out a survey in order to know the
students’ topics of interest to write about, so you can
use them to implement different workshops along the
process. This will be useful because we know that for
the successfulness of many classroom activities, it is
very important to hear the students’ opinion due to
the fact that they are principal actors in the process
of learning. This is something that is included as part
of the transformative curriculum, in which all the
academic community (teachers, students, parents,
head department, etc.) should take an active part in
the design of the curriculum.
Designing and implementing the workshops
Once you have plenty information to base your work-
shops on, you start designing the workshops with
activities that permit the students to integrate their
previous knowledge with the EFL skills2. The fact that
you are focusing on developing writing skills does not
mean that you leave out the other skills because knowl-
edge can not just be divided, on the contrary, it must be
integrated to succeed in the learning process.
The activities proposed for the workshops can vary
depending on the type of population you are working
with: the number of students, their interests, their ages,
etc. All in all, these activities must be student-centered
and they have to be appealing for them so they feel a
good atmosphere and their attitudes towards the class
may have a positive effect.
It is very important also to organize a schedule for
the workshops in which you state in detail the type
of activities, purposes, goals and objectives, as well
as time and resources needed to carry out the tasks
proposed.
HOW TO USE PORTFOLIOS?
Now that you have the organization of the workshops,
it is important to analyze the manner in which writing
will be assessed. Personally, I consider that working
under the parameters of the writing process oriented
approach provides a really good path to monitoring the
students’ writing performance, and at the same time, it
shows the students’ reflections upon writing itself.
What is the Writing Oriented Process Approach?
It is known that writing has been studied from a large
number of perspectives and analysed by different
approaches like the product approach, the genre ap-
proach or the process approach. If your intention has
to do with dealing with the development of certain
abilities to master writing in EFL, I consider that the
process approach is the best option due to the fact that
it permits to explore the diverse factors that influence
such processes.
The first influential model of the process approach was
the one proposed by Hayes and Flower (1980). “Hayes
and Flower described the writing process in terms
of the task environment, which included the writing
assignment and the text produced so far, the writer’s
long-term memory, including knowledge of topic,
knowledge of audience, and stored writing plans, and
a number of cognitive processes, including planning,
translating thought into text and revising” (Weigle,
2002). Certainly, this was the first attempt to analyse
the different stages we follow when deciding to write
any type of composition. Of course, later on this model
was implemented and judged by other researchers who
were also interested in studying such a process.
151LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
This approach also has some characteristics that are
of a great advantage when discovering the purposes
of this process. The list below was adapted from Shih,
1986 by Brown, 1994):
• Focus on the process of writing that leads to the final
written product.
• Help students writers to understand their own com-
posing process.
• Help them to build repertoires of strategies for pre-
writing, drafting, and rewriting.
• Give students time to write and rewrite.
• Place central importance on the process of revi-
sion.
• Let students discover what they want to say as they
write.
• Give students feedback throughout the composing
process (not just on the final product) to consider
as they attempt to bring their expression closer and
closer to intention.
• Encourage feedback both from the instructor and
peers.
As it is evident, all the characteristics above fit correctly
in the idea of seeing writing from a perspective in
which the students feel that they are really participat-
ing in a course of action which allows them to choose
what to write about, so they encounter in meaningful
activities that guide them towards having a broader
view of what writing is.
During the process approach, students can not only
record thoughts, feelings and ideas, but also generate
and explore new thoughts and ideas. This process has
the advantage of being student-centered so he/she has
the possibility to reflect upon his/her own process by
means of using an alternative assessment form as the
portfolio. In here, the students can express their ideas,
thoughts, beliefs, concerns, reflections, etc., following
certain stages such as brainstorming, drafting, revis-
ing, editing and socializing in a natural form as they
work collaboratively with their peers. (Kern, 2000).
Improving the compositions
Following the parameters of this process, you can
follow the next stages:
1. Brainstorming: The students use their prior
knowledge and with the help of the teacher they
gain new vocabulary to be used during their
compositions.
2. Free writing: The teacher provides a model so the
students can start producing their first drafts.
3. Revising: The teacher uses some proofreading
marks to make students correct their previous
compositions. (See appendix 2).
4. Editing: The students revise the teacher’s marks
and they re-write their compositions.
5. Socializing: This is an opportunity to socialize
the students’ compositions and their views on the
topics they wrote about.
Reflecting upon the process
As I stated before in the portfolios definition, they are
more than just a mere collection of papers. Portfolios
are to be used as reflective tools towards different
issues, depending on the purposes established at the
beginning of the course. The portfolios I used with
children were based on the students’ writings, and
they were a vital part of the primary sources for the
large project study. I used the content of the portfolios
to guide students through the process of brainstorm-
ing, free writing, drafting, revising, editing and social-
izing their compositions. Also, I took advantage of
their compositions by having them reflect upon their
own processes and analyze the perceptions and beliefs
they had. I could then compare their initial composi-
tions and ideas about writing at the beginning of the
process to the last productions and beliefs towards the
end of such process.
Taking into consideration that portfolios are a very ef-
fective technique to analyze the students’ reflections and
views about certain topics, their use has become more
and more important as part of the teaching-learning
process inside the classroom. (See the appendix # 3 for
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
152 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
an example of a journal included in the portfolios
to explore the students’ opinions)
SOME OPINIONS ON THE USE OF PORTFOLIOS
Due to the fact that I have detailed how portfolios are
a very powerful strategy to foster and develop writing
skills, I include in this article a couple of samples that
emerged from the data I have analyzed so far. This
collection of data came from the implementation of
some instruments specially designed to gather the
students’ opinions and perceptions about the use of
portfolios and the stages of the process approach.
Although I used a questionnaire, journals, portfolios
and conferences, here I will provide some samples
solely from the conferences since they can illustrate
descriptively the students’ opinions.
Teacher: ¿De qué manera se les facilitó a ustedes la
corrección de los ejercicios que ya habían hecho teniendo
en cuenta lo que ustedes escribieron en el journal?
Student A: Pues a mí se me facilitó muchísimo más
porque era mejo era ver los errores y pues corregirlo y
pues ahí uno se daba cuenta de que eran errores bobos
que que de pronto uno pues no podía podía haberlo hecho
mejor.
Student B: Pues personalmente yo tengo mala gramá-
tica entonces esto me ayudó a mejorar mi gramática y mi
vocabulario.
Teacher: ¿Qué aprendieron al tener que re-escribir sus
composiciones?
Student A: Que pues los errores que uno tiene esto pues
se pueden corregir y pues no son no es tan difícil hacerlo.
(Taken from the conference # 2, group 1)
Another good instrument informing us about students’
perceptions on their self-assessment process is the
inclusion of a reflection log, in which they can record
their opinions about different issues of the process.
(See Appendix # 4).
CONCLUSIONS
Throughout the article the main intention has been
to highlight the importance of using portfolios inside
the classroom to foster writing, not only as a way to
develop writing skills but also as a means to consider
and understand the students interests and opinions
when deciding on what to write about. Moreover, it
is necessary to recognize writing as a social practice
in which you let the authors feel they are part of a
determined community.
The idea of using portfolios under the parameters of
the process approach also guides the students towards
writing structural and systematically. It also develops
cognitive skills that permit them to realize when they
make a mistake so they can correct it by understanding
the nature of such mistake. It facilitates the correcting
process and deters students from being dependent on
the teacher all the time. What students can do is to
have peer revision and work collaboratively to improve
their compositions without relying too much on the
teacher and/or the use of dictionary.
THE IDEA OF USING PORTFOLIOS UNDER THE PARAMETERS OF THE PROCESS APPROACH ALSO GUIDES THE STUDENTS
TOWARDS WRITING STRUCTURAL AND SYSTEMATICALLY. IT ALSO DEVELOPS COGNITIVE SKILLS THAT PERMIT THEM TO
REALIZE WHEN THEY MAKE A MISTAKE SO THEY CAN CORRECT IT BY UNDERSTANDING THE NATURE OF SUCH MISTAKE.
153LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
APPENDIX # 1
QUESTIONNAIRE
Nombre: _______________________________ Edad: ____________ Fecha: ___________
Sexo: ____________ Nivel: _____________________ Horario: ______________________
1. ¿Te gusta escribir? ¿Por qué sí o por qué no?
2. ¿Te gusta escribir en Inglés? ¿Por qué sí o por qué no?
3. ¿Te consideras un buen escritor(a)? Por qué?
4. ¿Qué características consideras debería tener un buen escritor?
5. ¿Qué pasos sigues cuando escribes?
6. ¿Sigues los mismos pasos cuando tienes que escribir en Inglés?
7. Cuando escribes, ¿lo haces como un requerimiento o como algo que te gusta? ¿Por qué?
8. ¿Qué aspecto(s) te gustaría mejorar cuando escribes? (Estructuras, coherencia, cohesión,
vocabulario, etc.)
9. ¿Qué recursos utilizas cuando escribes? (Internet, diccionario, libros, etc.)
APPENDIXES
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
154 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
APPENDIX # 2
155LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
156 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
APPENDIX # 3
JOURNAL TYPE II
JOURNAL (TYPE II) NUMBER: ________ TEMA: __________________________________
NAME: _________________________________________ DATE: __________________
How do students’ beliefs towards writing in English evolve during the implementation of workshops that
explore the stages of the process approach?
• What effect does the process approach have on students’ writing performance?
• To what extent students’ involvement in the stages of the process approach foster their writing develo-
pment in EFL?
¿Qué pensé cuando tuve que re-escribir mi composición?
Me parece que al usar los símbolos propuestos para editar mi com-
posición, mi escrito…
Al finalizar el ciclo de esta actividad me sentí…
Pienso que a través de estas actividades mi manera de escribir…
Con respecto a este tipo de actividades creo que…
REFERENCES
Ariza, A. and Viáfara, J. (2004) Involving Students in Evaluation of Course Aims hrough their Perception of Material Filed in Portfolios. HOW journal 11. pp. 24-36.
Brown, H. (1994) Teaching by Principles. United States: Prentice Hall Regents.
Byrne, D. (1988) Teaching Writing Skills. London: Longman.
Dyson, A. (1989) Becoming a Writer in School. Multiple Worlds of Child Writers New York: Teachers College Press.
Goodman, Y. (1990) How Children Construct Literacy. Newark, Delaware: International Reading Association.
Kern, R. (2000) Literacy and Language Teaching. Oxford University Press: Oxford and New York
Lerner, D. (2001) Leer y Escribir en la Escuela: lo Real, lo Posible y lo Necesario. México: Fondo de Cultura Económica.
Weigle, S. (2002) Assessing Writing. United Kingdom: Cambridge University Press.
157LA INNOVACIÓN: UNA REFLEXIÓN DESDE EL CONTEXTO EDUCATIVO
APPENDIX # 4
SELF-REFLECTION LOG
Name: _______________________________________ Level: ___________________ Date:
_________________________________ Age: ___________________________
El objetivo de este ejercicio es comparar las más recientes composiciones con las hechas al principio del
semestre.
Al comparar mis últimas composiciones con las elaboradas al comienzo del
semestre, creo que mi proceso de escritura...
Desde mi punto de vista como escritor, siento que mis composiciones...
En cuanto a mi motivación para escribir en Inglés, considero que...
ha mejorado
Pienso que mi portafolio ha empeorado pues...
sigue igual
Mi experiencia en cuanto al aprendizaje de inglés a través del uso de porta-
folios durante el semestre ha sido...
Mi experiencia en cuanto a la enseñanza que me han dejado los ejercicios de
composición a nivel personal durante el semestre ha sido...
NOTES
1 When I refer to the results expected, I imply the sucĐof the process.
2 The skills developed in EFL are Reading, Listening, Writing and Speaking. There is also the grammar component which is not necessarily considered a skill.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
158 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
Publicado por la Universidad Pe-
dagógica Nacional de Colombia,
con la diagramación de Vladimir
Rodríguez Lozano y la impresión
de Impresionarte. El libro se jus-
tifica por la intención del autor de
“mejorar la deficiente formación
teórico- práctica de los futuros
docentes, quienes adelantan ac-
tualmente estudios de Licencia-
tura en Lenguas en las diferentes
universidades colombianas”. Efec-
tivamente, el manual pretende
ser una herramienta a la que los
profesores de lenguas recién egre-
sados puedan aferrarse con el fin
de hacer frente a las lógicas fallas
en su formación pedagógica. El
autor articula el libro en cuatro
amplias partes.
El primer capítulo es un proyecto
de investigación en el que el autor
expone cuál es el problema prin-
cipal que vicia actualmente la en-
señanza de la lengua materna: “El
profesor universitario que enseña
los temas de las asignaturas del
currículo vigente […] lo hace de
manera sistemática y específica.
Muchas veces a espaldas del in-
terés de los alumnos”. El profesor
Córdoba se propone con su modelo
Licenciado en Filosofía y Letras: Filología Hispánica de la Universidad de Murcia (España). Especialista en
la Docencia del Español como Lengua Propia de la Universidad Pedagógica Nacional. Profesor de medio
tiempo en la Facultad de Educación de Uniminuto.
ALFONSO SORIANO ESPINOSA
CÓRDOBA AGUILAR, FulvioLa Glotodidáctica
Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, 2004; 171 páginas.
LA GLOTODIDÁCTICA
159R E S E Ñ A S
“ayudar al estudiante practicante
de la lengua española a construir
su propio saber lingüístico- peda-
gógico” y lanza la hipótesis de que
“si todo conocimiento nuevo se
construye o reconstruye a partir de
otro anterior, el saber pedagógico
de un alumno practicante o recién
egresado en Lenguas debe consistir
en la síntesis de los saberes básicos
contemplados en su currículo es-
colar”. La glotodidáctica tiene en
su base teórica precisamente ser
el lugar en el que puedan reunirse
los saberes correspondientes a
las diversas disciplinas en las que
históricamente se ha dividido el
estudio de las lenguas, más los
saberes pedagógico, didáctico e
investigativo que debe manejar
el futuro profesor. Por último, el
autor cierra el capítulo indicando
el fundamento de la metodología
glotodidáctica: “los principios de la
Investigación-Acción Participativa
y Aplicada (IAPA)”. El profesor
Córdoba trata de abrir los ojos a
los actuales docentes acerca del
momento pedagógico tan valioso
que se crea cuando los estudiantes
toman conciencia sobre un proble-
ma concreto que puede afectar a
parte o a la totalidad de su comu-
nidad de aprendices para partir de
ahí en busca de una solución que
satisfaga todas las inquietudes. En
medio de todo ese proceso en el
que toman parte la planificación, la
acción, la observación y la reflexión
acerca del problema de partida, se
da felizmente el proceso de ense-
ñanza-aprendizaje.
No comenzamos nuestra tarea
pedagógica con las manos vacías.
En el capítulo segundo, el autor
hace una revisión crítica de lo
que de bueno y menos bueno han
tenido los modelos pedagógicos
lingüísticos puestos en práctica en
la educación colombiana hasta la
aparición del modelo glotodidácti-
co. El progreso básico en cuanto a
tales modelos vendría a ser el que
reflejamos en la figura 1, abajo.
Córdoba hace hincapié en lo vá-
lido de todos los planteamientos,
dando a entender que no existe un
solo método pedagógico, existen
muchos y todos son correctos
siempre y cuando sepamos
utilizarlos en el contexto ade-
cuado. La naturaleza de las
situaciones mismas son las que
nos indican qué modelo puede
sernos más beneficioso. El autor
no quiere cerrar su capítulo de
fuentes bibliográficas lingüís-
ticas y pedagógicas sin hacer
referencia (y deferencia) a Edgar
Morin, autor cuya concepción de
la complejidad como “un tejido
de constituyentes heterogéneos
inseparablemente asociados:
presenta la paradoja de lo uno
y de lo múltiple”1 empapa a la
glotodidáctica de esa actitud
convergente y totalizadora que
posee.
En el capítulo tercero, el autor
expone todo el basamento teó-
rico sobre el que se levanta la
glotodidáctica. Esos fundamen-
tos pueden condensarse en los
siguientes:
• La glotodidáctica integra los
conocimientos puntuales en un
Fig. 1. Premodelos glotodidácticos.
ESTRUCTURALISMO GRAMÁTICA GENERATIVA
LINGÜÍSTICA DEL TEXTO SOCIOLINGÜÍSTICA,
PSICOLINGÜÍSTICA,
DIALECTOLOGÍA,
SEMIÓTICA LINGÜÍSTICA. (Multitud de corrientes que tratan de explicar lo no explicado por la lingüística)
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
160 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
enfoque global e interdisci-
plinario.
• El diálogo como un elemento
básico en el proceso ense-
ñanza- aprendizaje: El alum-
no tiene mucho que decir y
decidir.
• El proceso de enseñanza se va
cimentando a partir de los
trabajos de investigación lle-
vados a cabo principalmente
por los alumnos, con la guía
del profesor.
• En la labor del docente está lo-
grar situaciones motivadoras
para trabajar en situaciones en
las que el estudiante se sienta
más cómodo mostrando todo lo
que está aprendiendo y –acaso
más importante– lo que no está
aprendiendo.
• La investigación como proceso
de trabajo.
• El currículo de trabajo se negocia
entre los estudiantes y los docen-
tes de modo democrático.
• Fuerte enfoque en el trabajo en
grupo. El aprendizaje se produce
mejor con compañeros.
• El conocimiento es producto de
la actividad, no de la pasividad
o del seguidismo. Se critica el
conformismo y la repetición. Se
pretende el pensamiento libre,
la creación y la invención.
• El aprendizaje parte del estudio
de fenómenos problemáticos
propuestos por los estudiantes.
El aprendizaje comienza cuan-
do se inicia la búsqueda de las
respuestas.
• En el proceso de investigación,
conviven tantos puntos de vista
de acercamiento a los problemas
y tratamiento de éstos como los
mismos alumnos sean capaces
de integrar.
Para el profesor Córdoba, si la
lingüística estudia la lengua (gr.
glotta), y la pedagogía estudia la
didáctica (gr. didasktikos), enton-
ces la glotodidáctica debería ser
la disciplina para la enseñanza de
lenguas más conocida y usada en la
actualidad por el personal docente.
Ocurre que el profesor de lenguas
recién egresado tiene unos conoci-
mientos pedagógicos básicamente
teóricos y que, en muchas ocasio-
nes y por la compleja naturaleza
del lenguaje, también tiene gran-
des carencias en el conocimiento
de la misma materia lingüística.
Pues bien, la actitud del futuro pro-
fesor debe ser pasar a la acción. Tal
vez el primer acto que uno debiera
llevar a cabo como profesor sería el
de admitir lo poco que sabe, para
entonces, y a partir de esa posición,
emprender la labor de la búsqueda
racional del conocimiento. Desde
este punto de vista, uno de los
principales valores de esta obra es
el de servir de ayuda a un colega,
en ningún caso es un ajuste de
cuentas con el docente que ejerce
sin saber lo que está haciendo. Al
autor le gusta utilizar la palabra
manual para referirse a su libro.
El profesor Córdoba se acerca a sus
jóvenes compañeros de profesión
para ofrecerles sus experiencias y
reflexiones en torno a la pedagogía
de la lengua materna. Tome lo que
valga y deseche el resto, parece que
nos dijera.
Para Córdoba, el profesor ya no
es un ente cuyas afirmaciones
pertenezcan al reino de la verdad.
El profesor puede relajarse y com-
partir su labor en el proceso de
enseñanza- aprendizaje con sus
alumnos, ya que, al fin y al cabo,
por ellos está ahí. El docente debe
enfocar su trabajo en una buena
COMPARTIMOS CON EL AUTOR LA IDEA DE QUE NO HAY UN SOLO MÉTODO INFALIBLE
DE ENSEÑANZA. HAY MUCHOS MÉTODOS Y NUESTRA VALÍA ESTÁ EN SELECCIONAR
CUÁL PUEDE SER EL MÁS ADECUADO
161R E S E Ñ A S
dosis en proponer situaciones
que lleven al estudiante a buscar
por sí mismo el conocimiento,
entendiendo éste como un cono-
cimiento que se retroalimenta
continuamente, llevado por la
multitud de opciones de acerca-
miento al problema con las que se
desee investigar.
Como decíamos páginas atrás,
compartimos con el autor la idea
de que no hay un solo método
infalible de enseñanza. Hay mu-
chos métodos y nuestra valía está
en seleccionar cuál puede ser el
más adecuado, dependiendo de
factores como la naturaleza del
problema a resolver, el tipo de
alumnos, el propósito del profesor
y los propósitos de los alumnos.
El autor presenta ejemplos como
el método de centros de interés, el
método de los tópicos, el método
de la enseñanza problémica, el
método de proyectos de trabajo o
el método de talleres.
¿Qué papel posee la literatura
en el modelo glotodidáctico? La
literatura puede ser uno de los
mejores instrumentos al alcance
de los maestros para lograr los ob-
jetivos que se pretenden. La buena
literatura es la que de mejor modo
Respecto a los recursos didácti-
cos que emplea la glotodidáctica,
nos tomamos la licencia de resal-
tar la idea de que no se aprende
sólo en la clase de lenguaje.
Cualquier actividad pedagógica
puede servirnos como medio
para comprobar que el proceso
de enseñanza-aprendizaje está
evolucionando de modo correcto
o incorrecto. También son luga-
res donde podemos sospechar
las posibilidades e intereses de
nuestros estudiantes los talleres
de escritura y de lectura, las ac-
tividades extraescolares (ferias,
conferencias, concursos literarios,
etc.), las salidas de campo o las
excursiones, por poner algunos
ejemplos. Un recurso fundamental
en el centro de enseñanza debe ser
una biblioteca de aula, adaptada a
las necesidades concretas del nivel
del grupo que trabaja en ella.
Por último, termina el autor de
describir su modelo con unas pá-
ginas referentes a la evaluación de
los estudiantes. Córdoba exige al
docente una alta responsabilidad en
la elaboración de unos criterios de
evaluación bien definidos y por los
que pueda responder. Si nuestras
herramientas para medir el trabajo
de nuestros estudiantes no son ade-
nos sirve para demostrar la fuerza
productora de sentido del lenguaje.
Un comentario de texto literario en
el que se incluya al estudiante nos
hará ver aspectos que no habíamos
incluido hasta ahora en las clases.
Cuando consigamos que el estu-
diante encuentre a su otro en los
libros, se habrá iniciado definitiva-
mente en el autoaprendizaje.
En cuanto a las dinámicas de gru-
po, el profesor Córdoba manifiesta
que, al respecto de estas, todo son
bondades. Es cierto que el docente,
con mucho trabajo, debe averiguar
en qué situaciones cada estudiante
puede dar más de sí, y con ello, qué
está y no está aprendiendo, y las
dinámicas de grupo favorecen al
profesor para llegar a ese descubri-
miento. Junto a éste, otros benefi-
cios que se pueden lograr haciendo
un buen uso de las dinámicas de
grupo son los valores de tolerancia
y solidaridad. Contemplamos con
mucho interés y complicidad estas
iniciativas de parte del profesor
Córdoba, que aparecen como res-
puestas esperanzadoras a las ten-
dencias actuales de la educación
por competencia, al sálvese quién
pueda del individualismo que nos
rodea en tantos campos.
LA LITERATURA PUEDE SER UNO DE LOS MEJORES INSTRUMENTOS AL ALCANCE DE LOS MAESTROS PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS QUE SE PRETENDEN. LA BUENA LITERATURA ES LA QUE DE MEJOR MODO NOS SIRVE PARA DEMOSTRAR LA FUERZA PRODUCTORA DE SENTIDO DEL LENGUAJE.
PEDAGÓGICAP
RA
XIS
162 NO. 7 - ENERO/DICIEMBRE DE 2006
cuadas, entonces no podremos
tampoco evaluar nuestras po-
sibles fallas como docentes, ni
las del modelo pedagógico que
aplicamos, pues estaremos tra-
bajando con datos imprecisos.
El examen no es la única prueba
que nos indica los progresos de
un estudiante. Las pruebas no
deben estar marcadas en rojo
sobre el calendario. El estudiante
de primaria o secundaria no
puede acudir a una prueba pen-
sando que se trata de un asunto
de vital importancia y que toda
su educación está enfocada por y
para un examen. Los estudiantes
no aprenden más o mejor cuando
se los presiona con exámenes. Al
contrario, el estudiante alcanza
a desarrollar únicamente estra-
tegias con las que superar los
exámenes. Esto provoca que los
alumnos sean promocionados
de un curso a otro sin solucionar
multitud de lagunas en su apren-
dizaje.
Creo que los profesores de len-
guas nos sentimos habitualmente
abrumados por la complejidad del
fenómeno del lenguaje y que, en
muchas ocasiones, nos sentimos
igualmente desanimados por los
bajos resultados que obtenemos.
Mientras las cifras de los exámenes
de Estado nos señalan que cada
vez los estudiantes superan con
mejores notas estas pruebas, los
profesores tenemos la impresión
de que cada curso que pasa los chi-
cos aprenden menos y peor. Si se-
guimos tomando como referencia
los modelos de evaluación basados
en la educación por competencias,
tardaremos mucho tiempo en des-
pojarnos de este desánimo. Con su
libro, el profesor Fulvio Córdoba
quiere devolvernos la esperanza
a los docentes y demostrarnos
todo lo que se puede aún hacer.
NOTAS
1 MORIN, Edgar (1996) Introducción al pensamiento complejo. Traducción de Marcelo Pakman. Barcelona, Editorial Gedisa, S. A.
Seamos capaces de escuchar la rica
mezcolanza de voces de nuestros
estudiantes y partamos de ahí en
el proceso de enseñanza. Ellos
tienen mucho más que decir de lo
que pensamos.
Sólo queda esperar con sumo in-
terés la aparición de la segunda
parte de este libro, un manual de
aplicación práctica del método glo-
todidáctico, donde esperamos que
el profesor Fulvio Córdoba pueda
responder a una de las exigencias
de su modelo pedagógico, la de la
adecuación entre lo que se dice y
lo que se hace.
PRAXIS PEDAGÓGICA
Normas generales para la presentación de artículosPRESENTACIÓN: Los trabajos no deben tener mas de cinco cuartillas y no deben sobrepasar las 20 cuartillas, y se presentarán en medio magnético, e impreso en papel tamaño carta, una sola cara y a espacio y medio. La versión electrónica debe ser enviada al correo electrónico: [email protected]
• Todas las páginas deben estar enumeradas incluyendo la bibliografía• El encabezado de cada trabajo deberá tener el título del artículo, nombre y apellidos del autor, formación
del autor, correo electrónico e institución donde trabaja. • Después del encabezado se debe incluir un resumen de máximo 150 palabras en español e inglés, así
como entre cinco y siete palabras clave.• Al final del trabajo se incluirá la lista de referencias bibliográficas, en orden alfabético, de la siguiente
forma:
a. libros: apellido del autor en mayúsculas, separado por comas, título del libro, punto, lugar de edición, dos puntos, editorial, coma, año de publicación.
b. Revistas: apellido e iniciales del nombre del autor, año de edición entre paréntesis, título del artículo, nombre de la revista en negrilla, coma, número de la revista, coma, y páginas que comprende el trabajo dentro de la revista.
c. Las notas de pie de página se enumeran consecutivamente y su texto se recogerá al pie de cada pági-na.
d. Las citas textuales se presentarán entre comillas; las que ocupen más de cinco líneas, se presentarán a un espacio, en cursiva.
e. Todas las citas estarán acompañadas de referencia bibliográfica, apellido del autor, año de publicación, número de páginas.
f. Si es un artículo producto de una investigación deberá tener las siguientes partes: introducción, metodología, resultados y conclusiones, así mismo deberá referenciar la procedencia de la investigación; si el articulo es de reflexión deberá regirse por las normas establecidas para la escritura de un ensayo, si por el contrario es de revisión, deberá tener al menos 30 referencias de libros o autores.
g. Los esquemas, dibujos, gráficos, fotografías se presentaran en blanco y negro.
Los originales enviados no serán devueltos.
EXCLUSIVIDAD: Todos los textos presentados deben ser originales e inéditos; excepto la página robada y la sección del maestro.
Las cuestiones jurídicas que puedan presentarse de la cesión de materiales para la revista Praxis Pedagógica serán de total responsabilidad de sus autores.
La recepción de un artículo no implica ningún compromiso por parte de la revista para su publicación.
EVALUACIÓN: Los textos recibidos serán seleccionados por los miembros del Comité Editorial de la revista y evaluados por un grupo de pares académicos. Una vez aprobados, el autor recibirá una versión impresa para revisión y ajuste.
SUSCRÍBASE A LA REVISTA
DATOS PERSONALES
Nombre y apellidos ____________________________________________________________
Documento de Identidad _______________________________________________________
Correo electrónico ____________________________________________________________
Dirección ______________________________________ Teléfono ______________________
Profesión ________________________________ Cargo _____________________________
Institución ___________________________________________________________________
Temas de interés ______________________________________________________________
FORMA DE PAGO: Efectivo __________ Consignación bancaria ____________Favor consignar en la cuenta de ahorros número 441-34191-4 Banco de Bogotá,
consignación nacional Uniminuto, Nit 800-116217-2.Enviar comprobante con sello de banco a la Facultad de Educación,diagonal 89 Nro. 87a-50, Bogotá, D. C., ó enviar al fax: (1) 2517990
Valor del ejemplar 15.000 • US $8
Me suscribo por: ______ 3 ejemplares $40.000 • US $20
______ 5 ejemplares $60.000 • US $30
PRAXISPEDAGÓGICA
Publicación anual