revista kanem de literatura 1 semestre 2010

82
En el mundo abundan las cosas terribles. Sequías, incendios, deslaves, lluvia, hambre y muerte. Por todas partes vemos abrirse la tierra, vemos al hombre mientras intenta huir de una progenitora castrante y omnipresente. La “realidad” se perfila como un lugar inhóspito, salvaje, crudo, donde sus habitantes no tienen otra opción que correr al refugio de los puntos ciegos del sol que los vigila; las sombras son bastiones contra el flujo de los días, espacios atemporales, pequeños accidentes en la perfección del cosmos. Romper el ciclo natural se vuelve entonces la única salida al desastre configurado por el destino y la Tierra. De la misma forma que el árbol protege sus frutos de la deshidratación, los hombres ponen sus ideas al resguardo de sus propias sombras. El ciberespacio y la literatura convergen sobre el eje de esta artificialidad; entre los dos constituyen la escapatoria más inmediata al dolor de los días que rigen. En ellos, las personas son personajes; individuos y colectividades que nacen y mueren a cada lectura, independientes, humanos, a salvo del ardor del tiempo y del ahora; son la materialización de la única voluntad universal a todos los seres humanos, la trascendencia en palabras. Así, nos movemos sin otro eje que aquella humanización de la supervivencia. Es, nuestra búsqueda por gobernar la muerte, lo que se traduce como literatura. En los libros, no somos sino lo que queremos o no queremos ser. La literatura es ese vaciado lingüístico y paradojal que madura hasta convertirse en cultura, aquello que quisiéramos llama realidad. Si tal es nuestro deseo, es necesario preguntar por qué mueren los héroes ¿Qué nos lleva a sentenciar a nuestras propias creaciones al destino que tanto luchamos por eludir? ¿No hay, entonces, mejor forma de hacer vivir un personaje que al encerrarlo en su propia destrucción y observarlo desaparecer? Estas sensaciones son lo único que conocemos, por lo tanto, las repro- ducimos. El miedo, la desesperación, eso a lo que tememos y que provoca nuestra huida nos es, a la vez, terrible y convencional. Aparece, al fin, el terror, el residuo visible del conflicto entre la lógica del hombre y la pasión natural; hace nuestra la sentencia a través de la predi- lección que nos merece; es la fuga más perfecta que nos trae muerte y libertad. “Pero, ¿qué mortal puede hacer frente a un ser engendrado en sus sueños? al crear a su enemigo, la imaginación está vencida de antemano; el resultado es la causa misma del combate”. - Ambrose Bierce. La muerte de Halpin Frayser. [Revista Kanem de Literatura: Palabras del Editor]

Upload: revista-finis-terrae

Post on 16-Mar-2016

223 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Tópico: El terror y el miedo Director: Juan Antonio García Editor: Juan Antonio García Comité editorial: Gerardo Tejada, Héctor Browne y Daniela Pereira

TRANSCRIPT

Page 1: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

En el mundo abundan las cosas terribles. Sequías, incendios, deslaves, lluvia, hambre y muerte. Por todas partes vemos abrirse la tierra, vemos al hombre mientras intenta huir de una progenitora castrante y omnipresente. La “realidad” se perfila como un lugar inhóspito, salvaje, crudo, donde sus habitantes no tienen otra opción que correr al refugio de los puntos ciegos del sol que los vigila; las sombras son bastiones contra el flujo de los días, espacios atemporales, pequeños accidentes en la perfección del cosmos. Romper el ciclo natural se vuelve entonces la única salida al desastre configurado por el destino y la Tierra. De la misma forma que el árbol protege sus frutos de la deshidratación, los hombres ponen sus ideas al resguardo de sus propias sombras. El ciberespacio y la literatura convergen sobre el eje de esta artificialidad; entre los dos constituyen la escapatoria más inmediata al dolor de los días que rigen. En ellos, las personas son personajes; individuos y colectividades que nacen y mueren a cada lectura, independientes, humanos, a salvo del ardor del tiempo y del ahora; son la materialización de la única voluntad universal a todos los seres humanos, la trascendencia en palabras.

Así, nos movemos sin otro eje que aquella humanización de la supervivencia. Es, nuestra búsqueda por gobernar la muerte, lo que se traduce como literatura. En los libros, no somos sino lo que queremos o no queremos ser. La literatura es ese vaciado lingüístico y paradojal que madura hasta convertirse en cultura, aquello que quisiéramos llama realidad.

Si tal es nuestro deseo, es necesario preguntar por qué mueren los héroes ¿Qué nos lleva a sentenciar a nuestras propias creaciones al destino que tanto luchamos por eludir? ¿No hay, entonces, mejor forma de hacer vivir un personaje que al encerrarlo en su propia destrucción y observarlo desaparecer? Estas sensaciones son lo único que conocemos, por lo tanto, las repro-ducimos. El miedo, la desesperación, eso a lo que tememos y que provoca nuestra huida nos es, a la vez, terrible y convencional. Aparece, al fin, el terror, el residuo visible del conflicto entre la lógica del hombre y la pasión natural; hace nuestra la sentencia a través de la predi-lección que nos merece; es la fuga más perfecta que nos trae muerte y libertad.

“Pero, ¿qué mortal puede hacer frente a un ser engendrado en sus sueños? al crear a su enemigo, la imaginación está vencida de antemano; el resultado es la causa misma del combate”.

- Ambrose Bierce. La muerte de Halpin Frayser.

[Revista Kanem de Literatura: Palabras del Editor]

Page 2: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

CONT

ENID

O KAN

EM5

6

19

21

24

26

28

31

34

36

41

43

44

48

49

50

Soroboru

El Pacto de Sir Dominick

Sheridan Le Fanu

Los días que corren

Al lector

El poder de los libros

I, XII

I

Insomnio

And there shall be destruction and darkness...

Algodón itinerante, Instante

Querida madre, lo he matado

Memorias del desastre

*

Políticas de barrio: Monólogo

El miedo: Esa cerval emoción

Ro Capriles

Sheridan Le Fanu

Juan Antonio Molina

Antonio Oyervides

Charles Baudelaire

Ana María Haebig

Guillermo de Jorge

Guillermo de Jorge

LOR

Katrin Böhler

Anggela Espinoza

Felipe Canales

Germán Gautier

Nathaly Araya

Tomás Henriquez

Tomás Harris

t

b

q

q

b

q

q

q

q

q

t

b

b

f

p

p

q

Poes

ía

-

t

Narra

tiva

-

b

Ensa

yo

-

f

Dram

atur

gia

-

p

Perio

dism

o

Page 3: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

56

57

60

63

64

67

70

74

78

Historia de terror para niños

Fragmentos

Aforismos

La sanación, los ríos y los trenes

Sombra de luna

Entonces

La influencia del Quijote en el romanticismo chileno

El tiempo vertical y horizontal en “El milagro secreto”

Chac Mool: Un vampiro mexicano moderno

Florencia Edwards

KANEM

Ro Capriles

Ennio vivaldi

Héctor Browne

Antonio Oyervides

Frane Spralja

Florencia Edwards

Juan Antonio García

Estudios Kanem

qq

t

t

t

b

b

b

b

Page 4: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

4

[poesía Kanem]

Page 5: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

5

[poesía Kanem]

Se desliza suavemente sobre la superficie, sobre láminas tornasoladas que se sobresaltan al tacto.Ella toca Y la serpiente responde Que sólo somos vástagos de la tierra, Composiciones de energías dinámicas y metales ligeros; Que somos víboras más pequeñas, presas de su intestina existencia Esclavos de sus vísceras cristalinas, unidos en prístina ignorancia.La coral exclama que somos reflejos de cuerpos celestes,De soberbias estructuras;

Formados por agua y sal, vemos el levantamiento de nuestra descendencia Desde el polvo, acunados en su estómago hueco con ella observamos lejos el pasado, presente y porvenir de su prole.

Las yemas repiquetean Sobre la superficie. Sobre láminas tornasoladas que se contornean al tacto, Que se reflejan en redondas orbes;

Ella siente Y la serpiente responde…

* * *

SOROBORURo Capriles

Page 6: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

6

En los primeros días del otoño de 1838 un asunto de negocios me llevó al sur de Irlanda. El tiempo era agradable, el lugar y la gente me eran nuevos. Alquilé un caballo en una taberna y envié mi equipaje con un sirviente a bordo de una diligencia de correo y luego, con la curiosi-dad de un explorador, inicié un recorrido de 25 millas a caballo, por caminos inhóspitos, hasta llegar a mi destino. Atravesé pantanos, colinas, planicies y castillos en ruinas, siempre bajo un consistente viento.

Inicié la marcha tarde, y habiendo hecho poco menos de la mitad del camino, ya estaba pen-sando en hacer un alto en el próximo lugar conveniente, para que descansase el caballo y se alimentase, y también para hacerme de algunas provisiones.

Eran cerca de las cuatro cuando el camino, que ascendía gradualmente, se desvió a través de un desfiladero entre la abrupta terminación de unas montañas a mi izquierda, y una colina que se elevaba a mi derecha. Abajo se erguía una precaria villa bajo una larga línea de gigantescos árboles de hayas, cuyas ramas cobijaban a pequeñas chimeneas que emitían sus respectivas co-lumnas de humo. A mi izquierda, separadas por millas, ascendiendo el cordón montañoso antes nombrado, había un bosque salvaje, cuyos follajes y helechos terminaban en las rocas.

A medida que descendía, el camino daba algunas curvas, siempre teniendo a mi izquierda el paredón de piedra gris, cubierto aquí y allá con hiedra. Y al acercarme a la villa, a través de sendas en el bosque, pude ver el largo murallón de una vieja y ruinosa casa ubicada entre los árboles, a medio camino entre el pintoresco paisaje montañoso.

La soledad y la melancolía de esa ruina picó mi curiosidad, y una vez que hube llegado a la posada de St. Columbkill, habiendo puesto a descansar a mi caballo y permitiéndome a mí mismo una buena comida, comencé a pensar nuevamente en el bosque y la casa ruinosa, re-solviendo dar luego un paseo por aquellas soledades.

El nombre del lugar, supe, era Dunoran; y luego de traspasar el portón de entrada a la propie-dad, inicié un paseo por la dilapidada mansión.

Una larga senda en la que sobresalían muchas ligustrinas, me llevó, luego de algunas curvas y recodos, a la vieja casona, bajo la sombra de los árboles.

[narrativa Kanem]

EL PACTO DE SIR DOMINICKSheridan Le Fanu

Page 7: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

7

El camino traspasaba una hondonada recubierta de malezas, pequeños árboles y arbustos, y la silente casa tenía su puerta principal abierta hacia esta oscura cañada. Más allá se extendían robustos árboles por entre la casa, en sus desiertos parques y establos.Entré y vagué por todos lados, viendo ortigas y ligustrinas a través de los pasillos; de cuarto en cuarto los cielorrasos estaban caídos, y por aquí y por allá había vigas oscuras y raídas, con zarcillos de hiedra por todos lados. Las paredes altas, con el yeso picado, estaban manchadas y enmohecidas.

Las ventanas estaban opacadas por la hiedra y, cerca de la gran chimenea unos grajos, especie de pequeños cuervos, revoloteaban mientras que de los árboles que cubrían lacañada, desde el otro lado, se escuchaban los graznidos de sus pichones.Y, mientras caminaba por entre aquellos melancólicos pasillos, mirando solo en las habita-ciones cuyos entarimados no estaban hundidos (circunstancia que hacía de mi exploración una actividad peligrosa), comencé a preguntarme por qué una casa tan grande, en el medio de tan pintoresco paisaje, se había permitido decaer; soñé con la hospitalidad de quienes mucho tiempo antes fueran sus dueños, e imaginé la escena de fiestas y francachelas que se habría visto en medianoche.

La gran escalera era de roble, y había aguantado maravillosamente el tiempo. Me senté en sus escalones pensando vagamente en la transitoriedad de todas las cosas bajo el sol.

Excepto por el ronco y distante clamor de los pichones, apenas perceptible desde donde yo me encontraba sentado, ningún sonido quebraba la profunda quietud del lugar. Raras veces había experimentado tal sentimiento de soledad. No había viento; ni siquiera el crepitar de una hoja marchita a través del pasillo. Todo era opresivo. Los altos árboles que se erguían alrededor de la casa la oscurecían y añadían algo de terror a la melancolía del lugar.

En ese momento, cercano a mí, escuché con desagradable sorpresa una voz muy particular, que repitió estas palabras:

-Comida para los gusanos, muerta y podrida.

Había una pequeña ventana en la pared, y a través de su oscuro hueco vi, casi entre las som-bras, la forma difusa de un hombre, sentado y bamboleando su pie. Me miraba fijo y reía cínicamente; antes de que pudiera recuperarme de la sorpresa, repitió este dicho:

-Si la muerte fuera una cosa que con dinero se pudiese evitar, los ricos vivirían y los pobres habrían de morir.

-Está a unos siete u ocho pies del piso, señor, y usted no adivinará de qué proviene.

-Fue una gran casa, señor -continuó- la Casa Dunoran, de los Sarsfield. Sir Dominick Sarsfield fue el último de su familia. Perdió la vida a no más de seis pies de distancia de donde usted está sentado.

[narrativa Kanem]

Page 8: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

8

Y mientras decía esto, saltó con un leve brinco al piso. Tenía el rostro oscuro, rasgos afilados, un poco encorvado. Tenía un bastón para caminar con el cual señaló a un punto en la pared. Una mancha en el yeso.

-¿Ve usted la marca, señor? -dijo.

-Sí -respondí, al tiempo que me paraba y miraba con curiosa anticipación.

-Me temo que no -dije- supongo que es una mancha de humedad.

-Nada de eso, señor -respondió con la misma sonrisa cínica, aún apuntando al manchón con su bastón-. Es un manchón de sesos y sangre. Está ahí desde hace más de cien años; y nunca se irá mientras la pared esté en pie.

-Entonces, ¿fue asesinado?

-Peor que eso, señor -respondió.

-¿Tal vez se suicidó?

-Peor que eso, señor. Soy más viejo de lo que parezco, señor; usted no podrá adivinar mis años.

Se quedó en silencio, mirándome, como invitándome a una conjetura.

-Bueno, yo diría que usted tiene unos cincuenta y cinco.

Rió, tomó una pizca de rapé y dijo:

-Cumplí setenta hace poco.

-Le doy mi palabra que no lo aparenta; aún no lo puedo creer. ¿Usted no recuerda la muerte de sir Dominick Sarsfield? -dije, mirando la ominosa mancha de la pared.

-No, señor, eso ocurrió mucho antes de que yo naciera. Pero mi abuelo fue mayordomo aquí y muchas veces escuché de su boca el relato de la muerte de sir Dominick. No hubo mayordomo en la casa desde que ocurrió aquello, pero hubo dos sirvientes que la mantuvieron, y mi tía fue una de ellas. Ella me crió aquí hasta que tuve 9 años, hasta que se marchó a Dublín, desde ese momento todo comenzó a decaer. El viento fue despojando el tejado y la lluvia pudrió el mad-eramen. Poco a poco, a través de estos sesenta años, la casa se fue convirtiendo en esto que hoy ve usted. Pero yo aún tengo cierto afecto por el lugar, por los viejos tiempos. Nunca vengo por aquí, pero quise echar un vistazo. No pienso que esté viniendo muchas veces a ver la vieja casa, ya que estaré bajo el césped en no mucho tiempo.

[narrativa Kanem]

Page 9: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

9

-Usted se mantiene joven -dije, y dejando este trivial tema, comenté-: No me sorprende que le guste este viejo lugar; es un bello lugar, con muchos árboles.

-Desearía que lo hubiera visto cuando las nueces estaban maduras; son las nueces más dulces de toda Irlanda, creo -contestó con un práctico sentido de lo pintoresco-. Usted se llenaría los bolsillos mientras lo recorría.

Este es un bosque muy antiguo -comenté-. No he visto ninguno más hermoso en toda Irlanda.

-¡Eiah! Usía, todas las montañas de por aquí ya tenían bosques cuando mi padre era mozo, y Murroa Wood era el más grande de todos. La mayoría eran robles, y hoy han sido en gran parte talados. Ni uno quedó que se pueda comparar con los de aquellos tiempos. ¿Qué camino tomó, usía, para llegar hasta aquí? ¿Vino desde Limerick?

-No. Killaloe.

-Bueno, entonces pasó por el lugar donde estaba en los viejos tiempos el Murroa Wood. Fue cerca de allí que sir Dominick Sarsfield se encontró por primera vez con el Diablo, el Señor nos libre, y este fue un mal encuentro para él.

Había tomado interés en esta aventura que había tenido lugar en el mismo marco que ahora me atraía tanto; y mi nuevo conocido, el pequeño encorvado, estaba bien dispuesto a narrarme la historia. Y comenzando a hablar, pronto nos sentamos.

-Cuando sir Dominick estaba aquí, la propiedad estaba esplendorosa; y aquí tenían lugar grandes fiestas, había música y se le daba la bienvenida a todos aquellos que se acercaban. Había vino de tonel de clase, comida caliente, como para incendiar una ciudad, y cerveza y sidra, como para hacer flotar un buque. Esto duraba casi todo el mes, hasta que el tiempo y la lluvia estropeaban las diversiones de nuestras danzas. Por esa época comenzaba la feria de Al-lybally Killudeen, distrayéndonos con sus diversiones.

“Pero sir Dominick sólo estaba comenzando, y no le había quedado método por intentar que lo llevase a deshacerse de su fortuna (bebida, dados, carreras, naipes y todo tipo de azares), con lo que no pasaron muchos años para que se viera en deuda y seconvirtiera en un hombre muy desgraciado. Al mundo exterior mostró, mientras pudo, como que no ocurría nada. Luego vendió todos sus perros y luego fueron casi todos los caballos. Con eso se marchó a Francia, y nadie escuchó nada de él durante algo así como dos o tres años. Hasta que al final, muy inesperadamente, una noche se escuchó un golpe en la gran ventana de la cocina. Eran pasadas las diez y el viejo Connor Hanlon, mi abuelo el mayordomo, estaba sentado al lado del fuego, solo, calentándose. Soplaba un viento fuerte por las montañas, y silbaba a través de la copa de los árboles y hacía un ruido triste a través de la gran chimenea.”

[narrativa Kanem]

Page 10: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

s

Page 11: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

11

El narrador miró fijo a la más cercana chimenea, visible desde su asiento.

-Como no estaba seguro acerca del golpe en la ventana, se levantó y vio el rostro de su patrón. Mi abuelo se alegró de verlo bien, ya que hacía bastante tiempo que no tenía noticias de él; pero al mismo tiempo estaba triste porque habían cambiado las cosas y sólo estaban a cargo de la casa el viejo Juggy Broadrick y mi abuelo mismo, habiendo apenas un hombre en el establo, y era cosa muy lamentable volver a la propia casa en tal estado. Él le dio la mano a Connor y dijo:

“-Vine aquí para hablarle. Dejé mi caballo con Dick en el establo; si no lo vuelvo a buscar an-tes del amanecer, quiere decir que jamás lo volveré a utilizar. “Dicho esto, fue a la gran cocina y tomó un taburete, donde se sentó para tomar un poco de calor del fuego.

“-Siéntate, Connor, frente a mí, y escucha lo que voy a contar, y no temas decir lo que pienses.

“Habló todo el tiempo mirando al fuego, con sus manos extendidas. Se veía muy cansado.

“-¿Y por qué habría de temer, amo Dominick? -preguntó mi abuelo-. Usted ha sido un buen amo para mí, lo mismo que su padre, que su alma descanse en paz, antes de usted. Y soy sin-cero.

“-Todo terminó para mí, Con -dijo sir Dominick.

“-¡Dios no lo permita! -dijo mi abuelo.

“-Reza por ello -dijo sir Dominick-. Perdí mi última moneda; sólo queda esta vieja casa. Debo venderla y he venido, sin saber bien por qué, a dar un último vistazo y luego marcharme hacia la oscuridad.

“Y dijo:

“-Con, dicen que el Diablo te da dinero durante la noche que al otro día se convierte en guijar-ros, astillas y cáscaras de nuez. Si juega limpio, creo que podré hacer negocios con él esta noche.

“-¡Dios no lo permita! -dijo mi abuelo, con un sobresalto, mientras se santiguaba.

“-¡Cómo pasa el tiempo! ¿Cuánto tiempo pasó desde que el capitán Waller lidió conmigo por la joya en New Castle?

-’Seis años, amo Dominick, y con el primer disparo le rompió la pierna.

“-Lo hice, Con -dijo él- y ahora desearía que, en cambio, él me hubiera atravesado el corazón. ¿Tienes un whisky?

[narrativa Kanem]

s

Page 12: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

12

[narrativa Kanem]

“Mi abuelo tomó una botella de un aparador y sir Dominick lo sirvió en una copa.

“-Saldré para echar un vistazo a mi caballo -dijo, levantándose y enfundándose con su capa, y con la mirada fija como si estuviese pensando en algo malo.“No tardaré más que un minuto en ir al establo y mirar el caballo por usted, señor -dijo mi abuelo.

“-No iba a ir al establo -dijo sir Dominick-; puedo decirte la verdad, ya que lo sabrás tarde o temprano. Iba a ir a través del bosque; si vuelvo me verás en no más de una hora. De cualquier manera, no sería bueno que me siguieras, ya que si lo haces te dispararía y sería un mal fin para nuestra amistad.

“Dicho esto, caminó por este pasillo de ahí. Abrió la puerta y salió hacia la espesura bajo la luz de la luna y el viento frío. Mi abuelo lo vio caminar a través del bosque, hasta que entró y cerró la puerta.

“Sir Dominick se detuvo para pensar cuando se encontró en el medio del bosque. No se había dado cuenta cuando dejó la casa, pero el whisky no le había aclarado la mente, tan solo le había dado coraje.

“Ya no sentía el viento, no temía a la muerte, ni pensaba en nada más que en la vergüenza y la caída de su familia.

“De pronto no le vino mejor idea que seguir caminando hasta Murroa Wood, en donde podía subirse a uno de los robles para colgarse con su pañuelo de una de las ramas.

“Era una brillante noche de luna llena, tan solo había una pequeña nube que de cuando en cuando ocultaba al satélite que, sin embargo, daba tanta luz como si fuera día.

“Marchó hacia el bosque de Murroa, iba tan rápido que cada uno de sus pasos equivalía a tres normales. No tardó mucho tiempo en llegar al lugar en que los robles extendían sus sarmento-sas raíces y sus ramas como si fueran los maderos de un techo, dejando filtrar, empero, algo de la luz lunar, y provocando unas sombras gruesas y tan espesas como la suela de mi zapato.

“Ya estaba volviendo a su sobriedad, y comenzaba a afloja su paso, pensando que sería mejor enlistarse en el ejército del Rey de Francia.

“En ese momento, cuando había resuelto para sí mismo no quitarse la vida, fue que comenzó a escuchar un leve tintineo a través del bosque y, de pronto, vio a un gran caballero justo enfr-ente suyo, que venía caminando por ese mismo lugar.

Page 13: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

13

“Era joven, tal como él, y vestía un sombrero ladeado, con un listón dorado a su alrededor, como el de un oficial, y una indumentaria como la que en algunas ocasiones vestían los oficia-les franceses.

“Los dos caballeros se quitaron sus respectivos sombreros, y el extraño dijo:“-Estoy reclutando, señor -dijo él- para mi soberano, y usted se dará cuenta de que mi dinero no se convertirá en guijarros, astillas y cáscaras de nuez a la mañana siguiente.

“Al mismo tiempo sacó una gran bolsa repleta de oro; sir Dominick sintió cómo se le erizaban los pelos de la nuca.

“-No tema -dijo el extraño- el dinero no te consumirá. Si pruebas ser honesto y si esto prospera contigo, desearía proponerte un pacto. Hoy estamos a último día de febrero -continuó- te ser-viré durante siete años exactos, y al término de los mismos tú me servirás a mí. Volveré a bus-carte cuando el séptimo año se cumpla, cuando el reloj surque el minuto entre febrero y marzo. Tú no me verás como un mal amo, ni tampoco como un mal sirviente. Amo mis propiedades; y ordeno todos los placeres y glorias del mundo. El contrato se iniciará hoy, y el arriendo se cumplirá en la medianoche del último día nombrado; y en el año de -me dijo el año, pero ciertamente lo olvidé- y si tú prefieres esperar para ver el progreso antes de firmar, tendrás un plazo de ocho meses y 28 días. Pero en este lapso no puedo hacer gran cosa por ti; y si llegado el día no quieres firmar, todo lo que te otorgué se desvanecerá, y te encontrarás tal y como esta noche, listo para colgarte del primer árbol.

“Bien, sir Dominick eligió esperar, y regresó a la casa con la bolsa llena de oro, tan redonda como su sombrero. Mi abuelo se alegró de ver a su amo seguro y regresando tan pronto. Llamó nuevamente por la cocina y dejó caer la bolsa sobre la mesa. Se quedó parado y moviendo los hombros, como si hubiera estado cargando un gran peso sobre ellos; miró la bolsa y mi abuelo lo miró a él, y de él a la bolsa y nuevamente a él. Sir Dominick se veía pálido como una hoja de papel.

“-No lo se, Con, ¿qué habrá dentro? Es la carga más pesada que jamás acarreé.

“Se mostró tímido para abrirla y antes de hacerlo hizo que mi abuelo avivara el fuego de la chimenea. Una vez abierta, vieron que la bolsa estaba repleta de monedas de oro, nuevas y brillosas, como si fueran recién salida de la casa de la moneda.

“Sir Dominick hizo que mi abuelo se sentara a su lado mientras contaba cada una de las mone-das de la bolsa.

“No faltaba mucho para que rompiera el día cuando terminó de contar, y sir Dominick le hizo jurar a mi abuelo que no diría palabra de aquel asunto a nadie. Y él lo guardó en secreto.

[narrativa Kanem]

Page 14: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

c14

[narrativa Kanem]

“Cuando el plazo de los ocho meses y veintiocho días estaba cerca de expirar, sir Dominick regresó muy preocupado a esta casa. No sabía bien qué hacer. Nadie más que mi abuelo sabía algo sobre el tema, y no conocía ni la mitad de lo que había pasado.

“A medida que se acercaba el final del mes de octubre, sir Dominick se iba angustiando cada vez más.

“Una vez que pudo tranquilizarse pensando que no tendría que decir más nada sobre el asunto, ni hablar nuevamente con aquel que conociera en el bosque de Murroa, las deudas volvieron a hacer palpitar su corazón.Sólo unas semanas antes de la expiración del plazo, todo comenzó a andar mal. Un hombre le escribió desde Londres para decir que sir Dominick había pagado trescientas libras al hombre equivocado, y que debería pagar de nuevo; otro reclamaba una deuda de la que nunca antes había oído nada; y otro más, en Dublín, negaba el pago de una gran deuda, y sir Dominick no tenía idea de dónde había puesto los recibos. Por la misma fecha tuvo una cincuentena de reclamos similares.

“Una vez que llegó la noche del 28 de octubre, estaba por volverse loco con la cantidad de reclamos que le llegaban de todos lados. Sólo veía como salida el recurrir a su terrible amigo, aquel a quien había conocido aquella noche en el bosque de aquí cerca.

“Así que decidió marchar para cumplimentar el asunto que ya había iniciado, a la misma hora que había ido la última vez. Se quitó el crucifijo que llevaba en torno al cuello, ya que era católico, y su pequeño evangelio, y se deshizo de la astilla de la Sagrada Cruz que guardaba en un relicario, ya que desde que había tomado dinero proveniente del El Maligno, había comen-zado a sentir miedo, y se había hecho de diversos elementos para protegerse del poder del demonio. Pero esa noche no se atrevía a llevarlos consigo, así que se los dio en la mano a mi abuelo, sin decirle palabra, con el rostro tan blanco como el papel. Luego tomó su sombrero y espada y le dijo a mi abuelo que estuviera pendiente de su regreso para luego salir hacia el bosque.

“Era una noche tranquila, y la luna, no tan brillante como la primera noche, iluminaba el brezal y las rocas y caía sobre el solitario bosque de robles.

“Su corazón iba latiendo, a medida que se acercaba al lugar, con mayor fuerza. No había sonido alguno, ni siquiera el aullido distante del perro de la villa cercana. Si no fuera por sus deudas y pérdidas que lo estaban por volver loco y, a pesar del temor por su alma, esperanzas del paraíso y de todo lo que su buen ángel le susurraba al oído, se habría dado la vuelta, habría enviado por su clérigo para que le tomare la confesión y le diera una penitencia, para poder cambiar su camino hacia una buena vida, ya que había llegado al punto de aterrorizarse por el pacto que iba a realizar.

“Aligeró el paso hasta que llegó al mismo lugar bajo las grandes ramas del viejo roble. Se de-tuvo y se sintió tan frío como un muerto. Imagínese que no se sintió mucho mejor cuando vio venir al mismo hombre por detrás del gran árbol.

Page 15: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

c15

Page 16: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

16

[narrativa Kanem]

“-Encontró que el dinero fue bueno -dijo éste- pero no fue suficiente. No importa, tendrás suficiente como para ahorrar. Te haré una sugerencia para que cada vez que necesites mi ser-vicio, cada vez que desees verme, sólo tendrás que acudir a este lugar y recordar mi rostro en tu mente, y desear mi presencia. Ahora para fin de año ya no deberás ni un centavo, y nunca perderás a los naipes, siempre tendrás el mejor lanzamiento de dados y apostarás al caballo correcto. ¿Estás complacido?

“La voz de sir Dominick casi se atenazaba en su garganta, pero emitió una o dos palabras que significaban su consentimiento. Y con esto El Maligno lo tocó con una aguja, invitándolo a escribir unas palabras que tenía que repetir y que sir Dominick no comprendió, sobre dos del-gadas hojas de pergamino. Con una de ellas se quedó el caballero, y la otra se la entregó a sir Dominick, dándosela en la misma mano de la que había tomado su sangre. También le cerró la herida, ¡y esto es verdad, como que usted está ahí sentado!

“Bueno, sir Dominick regresó a casa. Estaba muy asustado. Pero poco a poco iba calmándose. En breve tiempo se vio librado de sus deudas. El dinero pronto le cayó en avalancha, y nunca hizo apuesta o tomó parte en juego de azar que no ganara; y por sobre todo, no hubo pobre en sus propiedades que no fuese menos feliz que sir Dominick.

“Él volvió a los viejos tiempos, cuando el dinero propiciaba que hubiera sabuesos, caballos y vino en abundancia, muchos invitados, diversiones y todo aquello que alegraba la gran casa. Y algunos dijeron que sir Dominick estaba pensando en casarse, en tanto otros decían que no. De cualquier modo, algo había que lo preocupaba más de lo común y una noche, sin que nadie lo supiera, marchó al bosque de robles. Mi abuelo pensó que sería algún problema con una joven y bella dama de la que estaba celoso y enamorado. Pero es sólo una suposición.

“Bien, sir Dominick se metió en el bosque, caminando y espantándose cada vez más a medida que se iba acercando al punto de encuentro; luego de un rato allí, se estaba por volver sobre sus pasos, cuando vio a quien había ido a ver, sentado sobre una gran roca, bajo uno de los árboles. En lugar de estar ataviado como un elegante caballero, con el listón dorado y la gran vestimenta, ahora estaba vestido con harapos y su estatura era del doble que antes. Su rostro estaba embadurnado de hollín y tenía un gran martillo metálico, que se veía tan pesado como cincuenta, con un mango de casi un metro de largo entre sus rodillas. Estaba tan oscuro que no le vio claramente por un largo rato.

“Se paró, vio que tenía un tamaño descomunal. Qué ocurrió entre ellos mi abuelo jamás es-cuchó, pero sir Dominick se empezó a volver un tipo melancólico, noche tras noche, y no reía por nada ni decía palabra alguna a nadie. Cada vez empeoraba más y se volvía más solitario. Y esa cosa, cualquiera que fuera, solía atacarle espontáneamente, algunas veces de una forma y otras veces de otra, podía ser en lugares solitarios o cuando regresaba cabalgando solo a casa. Al final se desesperó tanto que envió por el sacerdote.

Page 17: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

17

[narrativa Kanem]

“El cura estuvo con él por largo tiempo, y cuando hubo escuchado toda la historia se marchó rápidamente en busca del obispo, quien estuvo aquí al día siguiente, dándole un buen consejo a sir Dominick. Le dijo que debía cortar por lo sano con los dados, los juramentos y la bebida, y que debía deshacerse de las malas compañías, para vivir en la virtud hasta que se cumpliera el plazo de siete años. Y si el Diablo no venía por él durante el minuto posterior a las doce en punto del primero de marzo, él estaría a salvo del pacto. No faltaban más de ocho o diez meses para que se cumpliera el plazo de los siete años, y sir Dominick vivió todo ese tiempo de acu-erdo al consejo del obispo, tan estrictamente como si estuviera en un retiro.

“Bien, usted puede suponer que se sintió raro hasta que llegó la mañana del 28 de febrero.

“El cura llegó ese día, y sir Dominick y el reverendo se encerraron juntos en el cuarto que usted ve ahí, donde estuvieron rezando hasta casi la medianoche y durante la siguiente hora. No hubo signos de desorden ni mayor disturbio, y el obispo durmió esa noche en la habitación contigua de sir Dominick, despertando confortable al otro día, estrechando sus manos y besán-dose como dos camaradas luego de una victoria en la guerra.

“Sir Dominick creyó que tendría una placentera velada, luego de todas sus abstinencias y ora-ciones, así que invitó a una docena de sus camaradas, incluidos el cura, a cenar con él, y hubo copas y un sinfín de vino, juramentos, dados, naipes, cantinelas y cuentos, pero nada bueno para escuchar, de manera que él sacerdote se marchó cuando vio el rumbo que habían tomado las cosas. No faltaba mucho para la medianoche cuando sir Dominick, sentado a la cabeza de su mesa, exclamó:

“-¡Este es el mejor primero de marzo que jamás pasé con mis amigos!

“-Pero si no estamos a primero de marzo -dijo el señor Hiffernan de Ballyvoreen. Era un hom-bre erudito y siempre tenía un almanaque.

“-¿Qué día es entonces? -preguntó sir Dominick, pasmado, dejando caer una cuchara en el plato y mirándolo fijamente, como si tuviera dos cabezas.

“-Estamos a veintinueve de febrero, año bisiesto -dijo.

“Y mientras hablaban de esto, el reloj anunció las doce de la noche; y mi abuelo, que estaba medio dormido en su silla junto a la chimenea del vestíbulo, abrió los ojos y vio a un cabal-lero robusto y no muy alto, con una capa y un cabello muy largo y negro, que escapaba de su sombrero, parado en ese lugar donde se ve esa luz contra la pared.”

Page 18: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

18

Mi encorvado amigo apuntó con su bastón a una pequeña franja que iluminaba la luz del atar-decer, que hacía un relieve sobre la profunda oscuridad del pasillo.

-Dile a tu amo -dijo él con una voz espantosa, como la del gruñido de una bestia- que estoy aquí por un contrato, y que lo esperaré durante un minuto.

“Mi abuelo subió por esas escaleras sobre las cuales usted está sentado.“-Dile que aún no puedo bajar -dijo sir Dominick, y volviéndose a sus compañeros en el cuarto, les dijo, con un sudor frío en la frente-: Por el amor de Dios, caballeros, ¿alguno de ustedes podría saltar por la ventana e ir en busca del cura?

“Todos se miraron entre sí, sin saber qué hacer, y en ese momento mi abuelo regresó diciendo:

“-Señor, dice que, a no ser que baje, él subirá por usted.

“-No comprendo esto, caballeros, veré que significa -dijo sir Dominick, al tiempo que re-componía su semblante y caminaba a través del cuarto, como un hombre condenado al que su verdugo espera fuera. Al bajar las escaleras, algunos de sus camaradas espiaron a través del pasamanos. Mi abuelo iba caminando seis u ocho escalones detrás suyo, y llegó a ver al extraño dar unas zancadas en dirección a sir Dominick. Lo tomó entre sus brazos e hizo girar su cabeza contra la pared. En ese momento las velas y los leños de las chimeneas se apagaron con un fuerte viento que recorrió todo el piso.

“Los compañeros bajaron corriendo. Un golpe provino de la puerta principal. Algunos cor-rieron para arriba y otros para abajo, con faroles. Encontraron a sir Dominick. Alumbraron su cadáver y pusieron sus hombros contra la pared; pero no pudo decir ni media palabra, ya se había enfriado y se estaba poniendo tieso.

“Pat Donovan llegaba tarde esa noche. Luego que traspasó el pequeño arroyo, y que su car-ruaje se encaminó hacia la casa, faltando unos veinticinco metros para llegar, su perro, que estaba a su lado, dio un giro súbito y brincó, dando un aullido que se habrá escuchado a una milla a la redonda; en ese momento dos hombres pasaron a su lado en silencio, provenientes de la casa. Uno de ellos era pequeño y robusto y el otro como sir Dominick, pero sólo la for-ma, ya que como había muy poca luz bajo los árboles por donde pasaron, sólo se veían como sombras. Cuando pasaron por ahí, él no pudo escuchar sus pasos. Se asustó bastante y, cuando llegó a la casa, encontró a todos en una gran confusión, en torno al cadáver del dueño, con la

[narrativa Kanem]

Page 19: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

19

cabeza en pedazos, yaciendo en aquel lugar.”

El narrador se detuvo y me indicó con la punta de su bastón el sitio exacto en donde estaba el cuerpo de sir Dominick, y mientras miraba, las sombras iban oscureciendo el manchón rojizo, a medida que el sol se iba ocultando tras las distantes colinas de New Castle, dejando la fantas-magórica escena en el profundo gris de la penumbra.

Al fin el narrador y yo partimos, no sin despedirnos con buenos deseos y una pequeña “propi-na” de mi parte que no fue mal venida.

Estaba oscuro y la luna brillaba en lo alto cuando llegué a la villa, monté mi caballo y di una última mirada al lugar de la terrible leyenda de Dunoran.

* * *

[narrativa Kanem]

SHERIDAN LE FANU

“El Pacto de Sir Dominick” (conocido también como “Sir Dominick Sarsfield”), que en 1872 le publicó Dickens en su revista All the Year Round es un típico cuento de tema fáustico enriquecido por el sello personal de Le Fanu: la estructuración interna del relato, la acumu-lación de efectos y el imprevisible horror del desenlace. Al igual que en el resto de su obra, lo más destacable es la habilidad del autor para elaborar un mundo poco a poco, ensombrecién-dolo con veladas amenazas, hasta conseguir que el horror subjetivo del protagonista se con-funda con el objetivo de la situación en sí misma y no quede otra alternativa sino la muerte.

* * *

. Fragmento extraído de: Molina Foix, Juan Antonio. “Sheridan Le fanu”. El horror según Lovecraft. Madrid: Edi-ciones Siruela, 2003. 35-36.

Juan Antonio Molina Foix*

Page 20: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

20

t

Page 21: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

21

“Es un fervor ciego y apasionado brotado de la superstición”

- L’ Enciclopedédie- (A propósito del fanatismo)

La participación ciudadana es un tema prioritario en la agenda de cualquier mandatario res-petable en la actualidad, así lo señala el reporte Economic Paradise 2008 de la UNICEF. Según este y otros documentos, el nivel democrático en un Estado es directamente proporcional a la reacción de sus pobladores ante catástrofes como: terremotos, inundaciones y situaciones políticas adversas.

Un ejemplo simbólico, es el pueblo de San Miguel del Cordero, en el Estado de México. Con mil quinientos habitantes, este centro cultural nacional es reconocido desde 2002 como patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO, además, cuenta con el segundo mayor porcentaje de participación electoral en el país (99%), tan sólo detrás de su vecino municipio Los Higareda III, que registró un increíble 100.3% en los últimos comicios celebrados en 2009. Una única institución educativa, la Primaria Mariano Mariano, forma el total de estab-lecimientos pedagógicos en la entidad; sin embargo, el analfabetismo en San Miguel es casi inexistente, bordeando el 0,5% según la última encuesta en línea de la INEGI, donde se con-sultó a los usuarios sobre su nivel de escolaridad. Este dato es especialmente significativo en un pueblo como San Miguel, donde el 95% de los habitantes posee una conexión de Internet inalámbrico en su casa-habitación.

A finales de 2001, se publicó en un comunicado de la Procuraduría General de la República, la exhortación a la participación ciudadana para facilitar la captura del hasta entonces prófugo Vicente Carrillo Leyva. Después de 150 mil visitas registradas al sitio de la Procuraduría, el pueblo de San Miguel entregó información valiosa que resultó finalmente en la captura de este criminal, hasta entonces reconocido únicamente por representaciones pictóricas de supues-tos ex colaboradores. Con una rapidez increíble, el pueblo entero, había logrado detener a este prófugo de la justicia, que al parecer había estado residiendo en el pueblo vecino, donde muchos de los sanmiguelinos hacían ocasionalmente sus compras.

LOS DÍAS QUE CORRENAntonio Oyervidest

[ensayo literario Kanem]

Page 22: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

22

Al poco tiempo de la instalación de este nuevo sistema de publicación en línea, los sanmigueli-nos ya habían pasado a representar una fuente fecunda de información para la captura de criminales. Secuestradores, indocumentados, asesinos y ganaderos sin licencia eran encontra-dos frecuentemente en las inmediaciones del pueblo de San Miguel.

Sin el uso de muchos recursos policiales, ni recompensas exageradas, la Procuraduría había conseguido en el pueblo de San Miguel un gran aliado, y esperando reproducir el fenómeno sanmiguelino, dotó al pueblo vecino, Los Higareda III, con tecnología informática de punta. Según los mismos reportes de la PGR, se habrían instalado 250 hotspots con Internet T1 de fi-bra óptica, y se habría dotado a los discapacitados con computadoras con capacidad de dictado automático y reconocimiento de voz.

La publicación de un libro el año pasado, sin embargo, tuvo un efecto poco grato sobre la opinión pública. Los hijos del clic, del famoso Aldo Maldino, da cuenta de una realidad hasta entonces insospechada por las autoridades. Según su investigación, después de la actualización tecnológica de Los Higareda III, una serie de disputas entre este pueblo y San Miguel del Cor-dero habrían resultado de la creciente rivalidad que se sentía a propósito de la competencia que generaba al pueblo vecino la intervención de los higaredos en asuntos que ellos comprendían como propios de su pueblo.

Numerosos correos electrónicos comenzaron a llegar desde ambos pueblos, acusando a sus vecinos de levantar falsos testimonios, inculpando a individuos inocentes de características similares y no tan similares a los más buscados en el boletín semanal. Un sacerdote de la par-roquia de San Miguel, acusó en su blog de tergiversación de información a pobladores de Los Higareda. Según el párroco, tres veces habría sido llevado ante las autoridades por el delito de violación y corrupción de menores, víctima de este pleito entre pobladores.

q[ensayo literario Kanem]

Page 23: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

C

La situación pareció, por un momento, incontenible. Habitantes de Los Higareda acusaban a sus vecinos apenas un delito fuera registrado dentro de su territorio. La trifulca resultó en el reporte de la falta más mínima tratada como un grave acto terrorista. Las oficinas policiales de ambos municipios se habían resignado a no mover un dedo ante las acusaciones de los ciu-dadanos, y habían pactado entre sí mismas, una ley de no intervención.

Ahora que se ha dado a conocer el rebrote de la llamada “gripe porcina” en el país, donde han muerto alrededor de 7 personas, y se registran numerosos casos de contagios, ambos pueblos han levantado sitios donde identifican a su correspondiente vecino como foco de infección. El próximo paso a tomar, según el portal oficial de San Miguel del Cordero, consiste en la erradi-cación forzada del virus y sus portadores.

Así entendemos, a partir de estos icónicos pobladores, que la participación no solo reside en la colaboración pasiva, sino en la toma de decisiones, donde la competitividad de los individuos potencie el avance comunitario, tanto en materia tecnológica, como de salud y seguridad.

* * *

[ensayo literario Kanem]

23

Page 24: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

24

AL LECTORCharles Baudelaire

[poesía Kanem]

xAfanan nuestras almas, nuestros cuerpos socavanLa mezquindad, la culpa, la estulticia, el error,y, como los mendigos alimentan sus piojos,Nuestros remordimientos, complacientes nutrimos.

Tercos en los pecados, laxos en los propósitos,Con creces nos hacemos pagar lo confesadoY tornamos alegres al lodoso caminoCreyendo, en viles lágrimas, enjugar nuestras faltas.

En la almohada del mal, es Satán TrimegistoQuien con paciencia acuna nuestro arrobado espírituy el precioso metal de nuestra voluntad,íntrego se evapora por obra de ese alquímico.

¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!A los objetos sórdidos les hallamos encantoE, impávidos, rodeados de tinieblas hediondas,Bajamos hacia el Orco un diario escalón.

Igual al disoluto que besa y mordisqueaEl lacerado seno de una vieja ramera,Si una ocasión se ofrece de placer clandestinoLa exprimimos a fondo como seca naranja.

Denso y hormigueante, como un millón de helmintos,Un pueblo de demonios danza en nuestras cabezasY, cuando respiramos, la Muerte, en los pulmonesDesciende, río invisible, con apagado llanto.

Page 25: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

25

[poesía Kanem]

xSi el veneno, el puñal, el incendio, el estupro,No adornaron aún con sus raros dibujosEl banal cañamazo de nuestra pobre suerte,Es porque nuestro espíritu no fue bastante osado.

Mas, entre los chacales, las panteras, los linces,Los simios, las serpientes, escorpiones y buitres,Los aulladores monstruos, silbantes y rampantes,En la, de nuestros vicios, infernal mezcolanza

¡Hay uno más malvado, más lóbrego e inmundo!Sin que haga feas muecas ni lance toscos gritosConvertiría, con gusto, a la tierra en escombroY, en medio de un bostezo, devoraría al Orbe;

¡Es el Tedio! -Anegado de un llanto involuntario,Imagina cadalsos, mientras fuma su yerba.Lector, tu bien conoces al delicado monstruo,-¡Hipócrita lector -mi prójimo-, mi hermano!

Page 26: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

26

EL PODER DE LOS LIBROS: ¡SEA FELIZ AHORA!Ana María Haebig

[opinión Kanem]

Siempre me ha gustado leer, en el colegio era de esas alumnas que sacaba libros de la biblioteca y los devolvía al día siguiente ya terminados, y también de esas que no devolvían los libros nunca más (todavía tengo El diario de Ana Frank con su tarjeta de préstamo escrita a mano en un estante de mi casa). Me gustaba leer todo lo que encontraba y ese afán de lectura me sirvió para educar mi imaginación y mi capacidad de expresión. Pero también tuve malas ex-periencias. Cuando tenía 12 años me puse a leer Tus zonas Erróneas, de Wayne W. Dyer, y el resultado fue que terminé llorando porque el libro me decía que mi vida estaba total-mente mal enfocada: necesitaba constantemente la aprobac-ión de los demás, no podía dejar el pasado atrás, ni decirle adiós a la ira. Yo era una gran zona errónea con espinillas y un complejo de culpa recién adquirido, todo por un librito de lo más revelador.

Está claro que leer ese libro en esa etapa de mi vida no fue muy acertado, ya que por ser adolescente muchos de los “problemas emocionales” que esa guía quería combatir eran perfectamente normales a mi edad y no debían preo-cuparme. Sin embargo mucha gente lee libros de autoayuda siendo ya adulta y les sucede lo mismo. Los calzan con una sarta de complejos que ni siquiera imaginaban que tenían, y luego les piden que memoricen los “trescientos pasos para solucionarlos”. Todo eso para conseguir la tan anhelada plenitud de la personalidad o la liberación del complejo de tigre deprimido. Me horrorizo ante la idea de aquellas almas que intenta infructuosamente encontrar la clave de la felici-dad en la memorización de frases como “todo está en mí”, “no necesito que los demás me aprueben y alaben siempre”, “yo valgo”, etc. No me gusta ser tan implacable pero pienso que, además de cursis, son una especie de soluciones parche para nuestra psiquis, pues como el libro de autoayuda da re-spuestas universales no se fija en la clase de lector que tiene y eso es lo que lo hace inservible. Los seres humanos somos tan complejos que nuestro autoanálisis debe ser mucho más acucioso para ser realmente efectivo, no sirve que nos den complejos y soluciones prefabricadas.

Page 27: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

27

Esperar que un libro de autoayuda nos de la receta de la felicidad, o que nos reconstruya la autoestima, es como creer que el médico puede hacer un diagnóstico de cáncer y curarlo con solo hablar por teléfono con el paciente; no se puede, es necesaria una examinación personal, y ver a los libros como médicos tampoco es una buena idea.

Todos tenemos trancas de alguna especie, vienen de nuestra historia que es única, y la mayoría de las veces vivimos bas-tante bien con ellas. No dejemos que un libro venga a agran-darlas y ponerles soluciones universales y prefabricadas a la medida del marketing. Si tiene problemas vaya al psicólogo o consúltelos con su amigo del alma y un buen café.

Libros a la literatura, pastelero a tus pasteles.

* * *

[opinión Kanem]

Page 28: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

28

Escritor español nacido en Tenerife. Actualmente es presidente de la Asociación Nacional círculo Artístico Cálamo, miembro del Instituto de Estudios Almerienses, miembro del Insti-tuto Andaluz de las Letras, y de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Es colabora-dor de algunos periódicos en su país, como son La Voz de Almería, El mundo, y La Opinión de Tenerife; cuenta con numerosas publicaciones en España, Reflejos (1998), El Hastío de Rozes (1999), Sueños sobre cisne blanco, Los anillos de Venus, Al toro, Carta de un ciudadano (2002), Fisonomía de un rubor (2007), HK-G36E (2008), entre otros títulos.

* * *

GUILLERMO DE JORGE

I *

desperté solo; mi cuerpo:

la luz escrita de tus ojos. recuerda nuestra destrucción, donde aún no la luz

y oscuras torres sobre nuestra piel ardían ocultas.

*Poema I. Libro de Poemas “Hk-G36e”. Editorial: Instituto de Estudios Almerieneses 2009.

[poesía Kanem]

Guillermo de Jorge

Page 29: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

29

XII*

renuncié a tus labios por la luz envuelta en tu pupila: la exacta imagen de tu cuerpo; donde el hombre llegó nunca. escribiste a través de mi cuerpo con tus ojos; transformando al verbo en labio, asediando los cuerpos del dolor. extínguete entre mis brazos, ante los márgenes del cuerpo y resiste el embate de la última emboscada. - aún no he pactado el armisticio con tu piel - entrégame una derrota más entre mis manos con la revelación: el mundo en tus ojos.

* * *

*Poema XII. Libro de Poemas “Hk-G36e”. Editorial: Instituto de Estudios Almerieneses 2009.

[poesía Kanem]

Page 30: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

30

[narrativa Kanem]

Page 31: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

31

I*

estaba sucio. - mi cuerpo: sórdida materia que sobre la tierra emergía -. aún podía contener el olor de la pólvora entre las mandíbulas; mis manos vacila-ban con la arena del desierto entre los dedos... y poco a poco, cada grano que se deslizaba por mi mano, huía de la verticalidad súbito hacia el suelo. -a veces, la tierra recuerda sangre en todos sus dominios: la sien; y se hace difícil discernir entre la realidad y la materia; a veces, y sólo a veces, se hace imprescindible morir: cuando no queda más remedio - esta sensación, aquí en el desierto, sola llegaba hasta dentro; parecía como si el verbo quisiese salir, y gritar; por un momento, el sonido de las ametralladoras dejó de existir; otra mañana más, me decía: sigo vivo.

[narrativa Kanem]

Guillermo de Jorge

Page 32: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

j32

me contuvo un poco; bajé la cabeza, pensativo, y tras meditar sólo pude ser capaz de dejar un lugar en la memoria para el silencio. estaba sólo; esperando un impulso que me devolviese a la vida. un poco después, la sed arremetió contra los márgenes de la garganta, contra las provincias de la piel, dejándolas exhaustas, sórdidas, torvas encías entre el paladar: la sed se hacía casi incontenible entre los dientes. la ciudad fue arrasada: cumplimos nuestro objetivo; desde ese entonces, toda posibilidad de volver se redujo a temor; a dolor, al fin y al cabo, entre el cuerpo - duelen los huesos cuando el hambre te martilla la sien y sólo ves desierto, sed y HK entre las manos; lo sé: mis labios-cuartearon-cada-palabra-que-articulé - la muerte pasa; el dolor no: es el resultado inequívoco de la existencia; la agonía lo único que hace es destruir la quietud entre el cuerpo y el fusil, entre el hombre y el silencio.

[narrativa Kanem]

j

Page 33: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

j 33

espero la última orden. las calles están vacías; ni un solo cuerpo alrededor de la materia; sólo silencio y dolor, dolor encendiendo las últimas farolas de la tarde que aún quedan en pie.

[narrativa Kanem]

j*Del Libro: “Relatos A Glo”: El Paso Aturde De Los Días.

Page 34: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

34

Se va el sueño,Sueño, que depara sosiegoPero hoy me abandona.Quedo en penumbras,Percibiendo cómo atormenta a la menteel pasado, el presente y futuroAmedrentado, aleatorio, inseguro,Ficticio de mi coexistir.

Nada queda después,Solo el silencio y la oscuridad.Oscuridad con magia secreta y selectaConvirtiéndose en fantasmasDanzantes, gigantescas y pequeñasQue deleitan y estremecenMi cuerpo tendido, cansado y desasosegadoQue lentamente se levanta de esaTabla dura, fría que inquietaSintiéndose hoy abominable y vacía.

Este cuerpo cansado se pierdeEn las penumbras y fantasmasDerrochando miedoContrarrestándole; encendiendo un fósforoPara prender ese deleznablePero delicioso sedanteQue a sabiendas que mataPero que muchas veces calmaDesterrando los miedos, las ideas clavadasCon óxidos tornillos, desatandoPensamientos peregrinos deAñoranza, cólera y alegría.

INSOMNIOLOR

[poesía Kanem]

Page 35: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

35

Exhausta del hastío,Recuperando el aliento Extiende su brazo, buscandoDonde aquietar sus ansiasSusurrando entre sí ¡ escribiré algo!Tomando en su manoInstrumentos que le inspiran

A escribir, escribir; parecen amigasCompañeras de escuela y vidaAtadas a veces; comentan lo vividoAbsortas y con incertidumbrePrófugas de sí para subsistir,

Nada cambia, todo sigueLas vence el hastío y el fríoQuedando en notas ese sentirYa vencido.

* * *

[poesía Kanem]

Page 36: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

“AND THERE SHALL BE

DESTRUCTION AND DARKNESS COME UPON CREATION AND

THE BEASTS WILL REIGN OVER THE

EARTH”36

Katrin Böhler

[cine-ensayo Kanem]

Page 37: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

37

[cine-ensayo Kanem]

Page 38: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

38

Do you like insects? I don’t. I usually kill them. Those creepy, crawling, chaotically whirling, sometimes flying, six-legged monsters of the tiny world that we hardly see when we step on nature’s soil. I shouldn’t, I know, but there’s no way I can approach my civilized body even near to a nest of those savage bugs, bees or ants without having that impulse. A mere thought of them gives me the creeps. My skin itches, my stomach starts howling – there’s nothing I can do about it. Arent’t I much bigger, stronger, mightier, more intelligent after all? – Of course I am! Me, no: we, the humans on this planet, are the ruling class, the ones who subject others, who have the power to control and destroy everything. Everything!

That’s where the 1954 American horror/sci-fi movie Them! enters the scene. Its subject: nuclear tests have created a carnivorous mutation of giant ants. Don’t laugh! You know, maybe even like this kind of b-movie, these monster movies of the Cold War where you can still see the nylon strings attached.1

It takes 28 minutes until you first get a glimpse of the monstrous protagonists, and this first half hour is the spookiest of the whole movie. You only hear their frightening, supersonic signs - sounds reminisced by Bernard Herman’s shrieking violins of the “Psycho” attack some six years later – and the disastrous destruction they have left while stalking for live flesh. We the spectators are, theoretically, as stupid as the policemen raking around the evidence. Only that we know that the movie is about these giant ants. And exactly this produces the whole suspense: we are waiting for these creatures to be finally seen, and when we do see them, it is only a disappointing part of a big monster puppet. But that’s ok, it’s the special effects department of half a century ago. So keep on watching because there’s more to come.When the stereotypically quirky Hollywood scientist finds out what we already know (we are dealing with radiation-induced mutations), the message comes thick as a brick: it was us who did it. We have been fooling around with nuclear power and them are the result of it. We, the human race (that is, some of us) have tried to play God, to use the ultimate quantity of power there is: the nuclear bomb. We wiped out whole cities in a matter of seconds, destroyed everything alive in testing areas, left thousands of square miles contaminated for, literally, ages. Totalpower equals total destruction. And now we are facing the consequences we didn’t know or cared about.

1 To put it with the words of Frank Zappa. Listen to the introductory speech of “Cheepnis” of the 1974 live album “Roxy And Elsewhere”.

[cine-ensayo Kanem]

hh

Page 39: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

39

There’s an awkward sensation to this scene, as if we were small children chided for playing a too hostile game. And there you get the big Bible reference: “And there shall be destruction and darkness come upon creation and the beasts will reign over the earth.” Now we get the message without the smallest shadow of a doubt. It’s our fault, now see what you do with it. From now on it is hide and seek and search and destroy with the usual happy ending.

The plot is simple of course but the implications are immense. Them! seems to be just another horror movie in the tradition of King Kong, Frankenstein or even Dracula – films that always deal with some kind of malevolent, mostly hairy or very pale force that is ultimately killed. At first sight we might question the simple reasoning of these films, that something different is always bad and the bad has to be killed. That is the subplot of most monster stories. Where does this come from? Is this some kind of inherent repulsion? Could this be the repulsion I feel when I think of insects? Is something different always a menace?

[cine-ensayo Kanem]

Page 40: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

40

In the case of the giant ants it is, of course. After all, they are eating us. But we are back in the golden Hollywood times, when everything still could be black and white, not only the picture – which in turn reflects the spirit of its decades. First there were the bad Nazis, then you had the Communists. It was the Cold War, the times of the McCarthy witch huntings in the USA where everybody who was not us was automatically them. If you were not a loyal capitalist American, then you were one of them, those others, undefinably different, non-American blood hounds who were trying to infiltrate the system, eating it up from within. They were some kind of undefined, unseen matter, however. The conviction that they were bad was popular but how they looked like was something unsolved as few had been spotted in real life.The movie reproduces this feeling of an indefinite menace while not showing the monsters. This goes along with the spooky atmosphere of the nuclear contamination: we can’t see it, nor smell or hear it, but the radiation is there. The characters of the movie are right in the middle of the polluted testing area making their research – unbelievable nowadays. They even come back there to complete their mission. What genetic mutations they must suffer! This is really frightening. I shiver if I think of it.

So, now, what shall we make out of it? - Don’t fool around with things you don’t know much about, i.e. nuclear bombs? No, it’s not that simple although we might easily agree on this. It is more the persistent fear that there will always be someone who feels chosen to play God and might press the wrong button.

* * *

[cine-ensayo Kanem]

Page 41: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

41

Los pies caminanLos pies sobre el algodónEl algodón vuelaVuela sobre las paredes de la casaArden los piesEl zapato aprietaEl pájaro vuelaa la velocidad de dos pestañeos del ojo humanoLa niña con polera azulCorre sobre el pastoMás algodónVolandoEl pájaro negroPicotea el pasto más pequeñoPicotea el invisible a los ojosEl cuello respira tras tomarse el cabelloEl pasto atrapa el algodónVértigo en los giros cóncavos

Algodón ItineranteAnggela Espinoza

[poesía Kanem]

Page 42: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

42

(F e w l a) Dedicado a mis antepasados Mapuches

Escucho la música de las avesa distancia

el silencio otorga esta posibilidad

Los oigoporque Soy armonía de la dualidad

Emerge un fuego desde el corazón

Instante

[poesía Kanem]

Anggela Espinoza

Page 43: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

43

Querida madre, lo he matado

Ahí estaba, madre, ahí estabacon las mechas enraizadas a la frente,ese gesto insoportable de los ojos como vasosy la cuna rosa de palabras infundadas y rebeldes.

Lo he matado en su misma postura:posiblemente con la pierna distendida en su gemela,la cabeza gacha -¡cómo odiaba ver su estúpida inocencia!

¡Ay, si te contara, madre! ¡ay, si lo hiciera!lo maté mientras su dedo caminaba entre las páginas,lo maté cuando apretaba el gatillo de esos versos mariconesy vestía con su pluma los cantares que lloraba.

¡Ay, cómo lloraba, madre!si lo maté con su reflejo en el espejo,lo maté en su mirada, fija hacia los ojos asesinosy aun así, madre, cómo ya me había perdonado.

Ahora, madre mía,ahora es cuando tus sollozos por su vida sin sentidodejarán de atormentarte.

¡Ay, querida madre, cómo espero esta vez no defraudarte!Cómo siento, madre mía, que en su ausencia -que es también mi ausencia-habrás de recordarlo.

Puesto que el infame; el de alegrías ajenas, si disfraces, si la máscara, si las penas del payaso;ese que tú amaste a tu manera,habrá dejado su tintero derramado.

Puesto que su tinta ya no es tinta si no escribe-lo he descubierto-y puesto que has sido su madre he de decirte:Oh, madre, querida madre, lo he matado.

[poesía Kanem]

Felipe Canales

Page 44: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

44

MEMORIAS DEL DESASTRE

UNA ESTADÍA VACACIONAL SE CONVIERTE EN CRÓNICA DEL DESASTRE NATURAL DE UN PAÍS ENTERO. EL DESARROLLO DE UN DÍA ESPECIAL, EL 27 DE FEBRERO DE 2010, EN LAS CERCANÍAS DE

COBQUECURA Y DICHATO, LA LLAMADA “ZONA CALIENTE”.

Germán Gautier

Page 45: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

45

Mi viejo, un hombre racional, ya lo olvidó. Pero el día anterior al terremoto, estábamos compartiendo primos, hermanos, padres y abuelos en la playa Lompuya, a dos kilómetros de donde el mar se escapó el pasado viernes 27 de febrero para destruir uno de tantos pueblos de pescadores: Dichato.

Mi padre, aquel día, recordó algo particular: “Anoche soñé que había un maremoto y todos escapábamos”. Los sueños son sutiles manifestaciones que nos enfrentan a un abismo de re-alidades, pensé. Mi primo, divertido con el sueñito, le preguntó: “¿y en qué terminó el capí-tulo?”, mi viejo tomó la caña y se fue a pescar, o eso intentó.

Esa misma mañana, según recuerdo, vimos bandadas de pájaros volar incesantemente hacia el norte, mientras yo entonaba una frase que me parecía sonar bien y la repetía como un karma estúpido: “salven a los niños, salven a los niños”

LA HISTORIA SE REPITE

Hace 16 años que nuestras vacaciones siempre las realizamos en las Vegas de Itata (a medio camino de Cobquecura y Dichato). Un poblado de un poco más de mil habitantes: número suficiente como para que exista una escuela básica, una posta, un retén de carabineros, dos cantinas, una cancha de fútbol con arcos metálicos, un trío de almacenes y, como su nombre lo indica, mucha tierra para el sembrado de papas, porotillos y lentejas, que en invierno se inun-dan para transformarse en vegas. Lindo lugar, en realidad era un lindo lugar.Los aldeanos dedicaban su vida a la agricultura, el lugar está ubicado a dos kilómetros de la desembocadura del río, y los pueblos que lo siguen hacia el sur no son más que caseríos sin lugar ni nombre en los mapas: Perales, Purema, Burca, Merquiche, Puda. El camino ripeado costero ve nacer nuevamente el pavimento en Dichato. Luego: Tomé, Lirquén, Penco, Talca-huano, Concepción. Todos actualmente devastados por el terremoto y el posterior tsunami.

La historia sísmica en la zona sobra en libros y bitácoras. El 20 de febrero de 1835, a las 11:30 de la mañana un terremoto afectó a la misma zona que actualmente vemos en ruinas. El 24 de enero de 1939 se produjo en Chillán el sismo que más muertes ha provocado en Chile: 30.000 perecieron, y las construcciones de adobe y teja quedaron destruidas. El 21 de mayo de 1960 un nuevo terremoto con epicentro en el Golfo de Arauco destruyó la provincia de Concepción casi en su totalidad. Al día siguiente se produciría el desastre de Valdivia, el terremoto más fuerte de la historia.

[crónica Kanem]

Page 46: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

46

Eso sí, falta mucho para que el terremoto, y posterior tsunami, del 27 de febrero de 2010 termine por cuantificarse -a los primeros días de marzo, fecha en que se escribió este artículo- . Aún la gente masculla su dolor y las ondas sísmicas están todavía muy cerca como para hacer un balance definitivo. Los chilenos, coleccionistas de estos desafortunados desastres naturales, ya lo ubicamos en el ranking como el quinto peor del mundo.

“LA LOCUTORA, ADVIRTIENDO QUE NO HAY ALARMA DE TSUNAMI, SEGÚN LA ARMADA, NO UNA VEZ, SINO DOS Y TRES VECES”

El terremoto de marzo 1985 me lo perdí por veintidos días. Sin embargo, veinticuatro años después, debuté. Hubiera preferido no hacerlo, pero en estas tierras ya se ve que no hay cómo hacerle el quite. Antes de la sonajera de platos, tazas, vasos, cubiertos y todos esos materiales estridentes al caer, que ocupamos como utensilios, la tierra se despachó un ronquido terrorí-fico. Que te cala hasta los más profundo de tus huesos, que te llega al centro del cerebro.

Fue sólo un margen de segundos que en un sismo ‘normal’ hubiera servido para levantarse y estar en alerta. En este caso (junto a mi familia), fue el preludio de algo peor, de una pesadilla que aún cuesta despertar.

La secuencia pierde cuidado: pillar lo que fuera de abrigo, una linterna, salir de la casa, subir el cerro, abrazarse, llorar a oscuras en una noche que no olvidaremos. En el camino hacia arriba, vecinos descalzos, señoras en camisas de dormir, niños incrédulos, madres sin voz. La luna casi llena prestando un favorcillo con su luz tétrica hacía más insoportables las horas esperando el amanecer. Y las réplicas y los rezos, como si uno los estuviera llamando, invo-cando.

Cae algo de calma para prender la radio. Son pocas las estaciones que se oyen, primero por lo aislado de la zona y, segundo, por los daños acaecidos. La Pudahuel que rompe con la chich-arra radial y un locutor de voz caribeña-gringa intenta desenredar su lengua, mientras de fondo las noches bailables “hasta que las velas no ardan”, no cesan con su tropicalismo. Suenan incoherencias: “Estaba con mi mujer en el auto y todo empezó a bailar…me vine a la radio”. Llamados, réplicas al aire, vacilación. La llegada de la Radio Bio Bio puso algo de tranqui-lidad cuando ya Pablito Aguilera se hacía insoportable. Y nosotros arriba en el cerro, con lo puesto, esperando el amanecer.

Mover las rocas que se desprendieron de las laderas de los cerros y los pinos que atravesaban la pista no fue difícil, hallar un lugar a salvo fue lo complicado: todo parecía en riesgo, que se desplomara, que subiera el río, que se saliera el mar, que se abriera la tierra.

[crónica Kanem]

Page 47: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

47

Camionetas repletas de gente, autos hacia todos lados, caras asustadas y motos dando vueltas. Y perros siguiendo a las motos, claro. Caos. La radio poniendo serenidad, relatando lo que está pasando y pasó (o podría pasar), los periodistas de oficio que se levantan, se dispersan y observan, los llamados pidiendo información, la locutora (que dicho sea de paso estaba de cumpleaños) advirtiendo que no hay alarma de tsunami, según la Armada, no una vez, sino dos y tres veces. Todo esto sucedía en la punta del cerro ¿Y abajo qué? ¿Dónde fue? ¿Qué hora es? Nada. Siguen los rezos, más fuertes, más invocaciones, más santos, más intranquilos. Y no, no hay tsunami, repiten. Volver a casa, levantar vidrios rotos, ver rostros partidos de la pena y el dolor. Todos a salvo ¿Los otros? No hay comunicación. Incertidumbre. “Favor comunicar a Carmen que la familia está bien, el número es…”, los recados se entregan al voleo, es una cadena de favores. Una cadena de esperanza de un desastre inimaginable.

Sale el sol. Salimos a recorrer el pueblo y los adobes y las tejas en el suelo, casas dobladas, destruidas, nadie a la vista. Fantasmagórico. Desierto. En busca de señal para el celular lle-gamos a Perales, a dos kilómetros de donde ayer veíamos bandadas volando en orden. Allí, encontramos la magnitud de lo que había pasado. Gente sacando peces desde un charco en el camino, y a lo lejos la destrucción total. Absoluta. Este pueblo de pescadores, que viven frente al mar, que subsisten gracias a él, que lo conocen y lo respetan, fue arrasado por el incontrol-able mar, violentado, quedó sin vida. Lo que se llamó avenida Las Playas no era más que un desierto de palos, techumbres, trajes de buzos, botes pesqueros, barro. Escalofríos. No había más que suponer, eso era una muestra de lo que zarandeó a Chile una noche de verano, en el año de su Bicentenario. En el año que todos soñamos con empezar bien.

* * *

[crónica Kanem]

Page 48: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

48

Con mis ojos de niñatrato de ver tu pupila de hijo

luchando con mis miedos…. tus sueñosporque a veces siento

que me miras extrañando el úteroy la seguridad me huye de las piernas

cuando se trata de tu falta

Intento ser madresin caer en las trampas de los vicios rojos,

pero es difícilcuando tu tierra opaca la mía

descanso cuando me reflejo en tu risadibujando uno a unolos surcos de tu cara

Para no olvidar el día que me esperay que calla mis penas cínicamente

el miedo sordoque me rompe los huesos

Camino hacia ticomo la sombra asustada de una niña indigna

que quiere guiarteamor impertinente

Pero ahí vas tú con tus palabras estudiadas y adultas lanzas rieles a mis piernas partidas

por el peso inmenso de tu vida en mis manos.

-Mamá, mi corazón huele algo cuando estás cerca… -Qué huele mi amor

-Huele un olor de amor…

Nathaly Araya*[poesía Kanem]

Page 49: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

49

UNA POBLADORA: Mi marido me dijo, oye Rosa, yo ya no tengo fuerzas. Me quedé sin pega y sin plata. Y el niño que no para de llorar. Tranquilo, le dije. Algo tendremos que hacer. Yo no me voy a rendir, y espero que tu tampoco. No, yo tampoco. Perfecto. Entonces vamos a resistir. Vamos a resistir como ayer resistió mi madre. Y así lo hicimos. Hay que ganarse la calle con dignidad, le dije. Si la única micro que pasa por esta comuna, pasa cada media hora, llena hasta la pisadera, a ocho cuadras de la casa, entonces debemos estar preparados.

Estábamos todas en la misma. Las mujeres que ayer solo éramos hijas, hoy éramos hijas y también madres. Oiga vecina, me mira un ratito al Nicolás, que con esta cuestión que le dio al Felipe, ya no tengo con quien dejarlo. No se preocupe vecina, usted tranquilita, que yo me encargo. Pucha vecina, se pasó. No sé cómo darle las gracias. Vaya no más. Entonces agarré al Felipe, lo arropé bien y me lo llevé en brazos hasta el paradero. Nos subi-mos como pudimos, nos metimos entre un mar de gente, nadamos tratando de encontrarnos, y un vecino me mira y me da el asiento, y le digo gracias, y sentada espero, y se me va la tarde, y se me va la noche, y esperando se me pasa la vida, y volvemos a la casa cansados, fatiga-dos, -mas bien resignados-, y con mi cabeza pegada a la ventana me quedo un rato sentada, pensando los sueños imposibles, con el Felipe acurrucado entre mis brazos, quizás llorando, quizás durmiendo, quizás sintiendo miedo de la noche que no conoce, y yo pregunto –me pregunto- hasta cuándo va a durar todo esto, hasta cuándo podré soportarlo. Entonces recorro con la mirada las luces fracturadas de la ciudad en la que vivo. /Y veo cómo nuestro futuro se muere en las esquinas /Y veo cómo otros -quizás cuántos- se alimentan de nuestras desgracias. /Y me quedo esperando ingenua la explicación que no llegará. /Y espero y esperando se me pasa la vida. Pero siento que todo es más simple, y a pesar de que me caiga a pedazos sobre un pedazo de colchón, con el cuerpo destrozado del día y de la noche, aún confío en la gente que vive a mi lado. Y aquí estoy: viva.

POLÍTICAS DE BARRIO II: MonólogoTomás Henríquez

[dramaturgia Kanem]

1

Page 50: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

50

tt

t t

EL MIEDO: ESA CERVAL EMOCIÓN

Tomás Harris

¿TENEMOS TODAVÍA LA CAPACIDAD DE ESTREMECERNOS Y EMOCIONARNOS CON LAS HISTORIAS PRETÉRITAS DE BRUJAS, ESPECTROS Y VAMPIROS, NARRADAS A LA LUMBRE DE UNA HOGUERA? O, SIMPLEMENTE, LA HOGUERA EN EL CLARO DE UN BOSQUE HA SIDO REEMPLAZADA POR LA PANTALLA DE LA TV EN LAS HABITACIONES DE NUESTRAS CASAS O DEPARTAMENTOS?

Page 51: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

51

t

ot

t to51

Page 52: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

52

Ya ha pasado demasiado horror “real” bajo los puentes de la Historia desde que H. P. Love-craft escribiera, a comienzos del siglo XX, en su libro sobre el horror sobrenatural en la lit-eratura, su muchas veces citada sentencia: “El miedo es una de las emociones más antiguas y poderosas de la humanidad, y el tipo de miedo más viejo y poderoso es el horror a lo descono-cido”.

Ahora, el miedo parece haberse situado más bien en lo demasiado conocido, en lo más famil-iar, (lo Unheimlich, como diría Freud) como la posibilidad de borrar nuestra civilización con una catástrofe nuclear o situar el horror en poblaciones escogidas y localizadas, para extermi-narlas con los atroces efectos de las armas químicas o bacteriológicas. Lovecraft no vivió el Holocausto (o la Shoa para nombrar ese horror con su término más preciso) ni el terrorismo actual, aquél que marco su fatal hito el 11 de septiembre de 2001, y, en sus visiones preterna-turales, tal vez ni siquiera previó que la amenaza a la humanidad no venía desde fuera de este Mundo, sino desde el mismo corazón del hombre, humano, demasiado humano, y de hechos de una trascendencia casi ubicada en lo más sublime para la historia de nuestra Historia. O más: que la Historia se nos aparece hoy, con más rasgos ficcionales y preñada de sinrazón que la amenaza mítica de la ficción.

Pero, ¿quiere decir esto que se ha producido un giro en nuestro inconsciente o en el inconsci-ente colectivo tal como lo concibe Jung? ; ¿Qué las imágenes de nuestro sótano mental, que tanto nos amenazaban desde que éramos niños, en tanto individuos y especie, también están mutando? Y más aún: considerando todas las criaturas informes y cartilaginosas de Lovecraft (las de ese horror preternatural como llamaba el autor al miedo cósmico), ¿no serían también una serie de mutaciones desde dentro, es decir, desde los mismos organismos de su mitología individual y nefasta, que irrumpían desde la sima de una mente imbuida en el mito ancestral desde su propia subjetividad, hacia la aparente límpida faz de nuestros cotidianos avatares?

Si en el siglo llamado de “las Luces”, el XVIII, aquel en el que Diderot y D’Alambert em-prendieron la extravagante tarea de reordenar revolucionariamente los conocimientos, saberes y forma de razonar de la cultura y los hombres, en su Encyclopédie, surgió la ficción de terror, la gótica, desde El castillo de Otranto de Horace Walpole, pasando por un Lewis, un Maturin, una Anne Rideclaft, para desembocar en el texto de la filosofía siniestra de Mary Shelley, donde viejas leyendas germánicas o celtas, latían bajo los sueños de la razón ilustrada, del ero-tismo en bodas con la muerte, y en la crueldad más límite en la obra del D.A.F. de Sade, ¿por qué, el siglo XXI, en la llamada posmodernidad, no superviven aquellas mismas fisuras, por las que puede aforar en nuestro cotidiano, nuestras más recónditas pesadillas? b

[ensayo literario Kanem]

Page 53: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

53

¿Pueden sobrevivir los antiguos cuentos sobrenaturales en le era de los computadores y la realidad virtual? ¿Tenemos todavía la capacidad de estremecernos y emocionarnos con las historias pretéritas de brujas, espectros y vampiros, narradas a la lumbre de una hoguera? O, simplemente, la hoguera en el claro de un bosque ha sido reemplazada por la pantalla de la TV en las habitaciones de nuestras casas o departamentos?

El mismo Lovecraft sabía que, en la literatura sobrenatural, el alcance de lo espectral y maca-bro puede resultar muchas veces limitado , ya que exige del lector cierto grado de imaginación descentrada y una capacidad de suspensión del juicio, para sumirse, en abismo, en los mean-dros intersticiales de la ficción de horror sobrenatural.

b[ensayo literario Kanem]

Page 54: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

54

Si ya no es posible sentir estupor, temblores y escalofríos frente a la idea de un ser que se alimenta de sangre humana para sobrevivir e incluso alcanzar una insólita inmortalidad, o de los efectos de la tormenta y del trueno en nuestro ánimo, o del erotismo como experiencia extrema y cruel, del tabú ante el cadáver y la antropofagia, ¿por qué, sobre todo ahora, el cine, y cada vez con más profusión e incluso éxitos de taquilla, resucita a Drácula, el prícipe de las tinieblas, o recrea los mitos dentro de la sociedad posmoderna del consumo y el poder ubicuo, nuevos mitos y ritos como Freddy Krueger, Jason Vorhees o Michael Mayers? ¿Y los vampiros imberbes de Crepúsculo y los zombies de fuerte connotación política de George Romero? Y desde qué recóndita pulsión surgen las tribus urbanas dark , cuya sensibilidad gótica recrea todo un nuevo imaginario, tal vez dable de llamar post gótico, bastante chatarra y bizarro, pero no por ello desdeñable ni malo estéticamente, y también a un nivel más “alto” –si ya esas dife-rencias son posibles de afirmar- como la desfiguración tanto del cuerpo como del paisaje, en la pintura de Francis Bacon, Giger, o el Batman sombrío de Tim Burton? Tal vez la respuesta esté dada, como decíamos, por ese desplazamiento , que se produce y se producirá siempre desde el alma de lo familiar, amable y conocido, hacia lo inexplicable y funesto, que Freud llamó, traducido vagamente a nuestra lengua, como “Lo Siniestro”, y que amalgama su desajuste con la razón desde el Yo al Ello, tanto individual como colectivamente.

Estos son los restos o restas primitivas, oníricas y supersticiosas, que nos hacen vulnerables, dentro de ciertos estados de ánimo, o fugaces déja vu a los que un objeto o ciertos personajes ya memorables y siempre dúctiles nos lleven de la mano desde sus garras, abandonándonos en los límites de la locura.

A fin de cuentas, quizás el Conde Drácula (por favor no el ordinario conde Vrolok), Mr. Hyde, el Arenero de Hoffmann, y los mismos ochenteros Freddy Krueguer y Michael Myers (ya redivivos en sendos remakes) sean nuestros “hombres del saco”, es decir, nosotros mismos temblando en nuestros sueños de perro de nuestras mentes.

R[ensayo literario Kanem]

Page 55: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

55

Y ahora que tembló la tierra bajo nuestros cuerpos, todos dormimos con ese “sueño de perro” del que hablaba Michaux para referirse al sueño tembloroso, donde los párpados laten sin des-canso y el cuerpo tiembla, y se despierta al menor miedo o amenaza intrínseca por extrínseca. El horror cerval, el del ciervo en el oscuro bosque amenazante de todas las amenazas, cuando las ciudades han perdido la ratio de la civilización y vuelven al bosque Sublime; las ficciones que más nos identifican son filmes como Exterminio o 28 Semanas después, ese género de horror post apocalíptico que dan cuenta de nuestro aterido paisaje geográfico y mental: porque no son las producciones hollywodenses de catástrofe, como las ochenteras Terremoto y otras, sino los aciertos de Danny Boyle y Juan Carlos Frenesillo, las que nos atacan con su paisaje de muerte y sinrazón, de zombies aparentes y ciudades desoladas, sin razón ni ley. Y, tal vez, el filme que mejor (o peor) nos hiere el corazón sea REC 2 del catalán Jaume Balagueró. ¿Acaso todo lo que sucede en aquel edificio a oscuras, donde la nerviosa cámara en mano nos adentra por el horror más absoluto, la incertidumbre total, el desconcierto entre las autoridades y la población civil?, digo, ¿acaso ese edificio no podría ser identificado con el que se derrumbó en la ahora “Zona Cero” penquista? Creo que la mejor película de terror que he visto en estos días ha sido REC 2. Y la vuelta de tuerca que le imprime Balagueró a ese edificio infectado de aparentes zombies, pero que, en su delirante y genial –a mi gusto- giro argumental, los zom-bies no son otra cosa que humanos poseídos por un Demonio inexacto, sí, el Demonio mismo, que saca lo peor de nosotros en un edificio sitiado, donde lo único posible para la salvación de la especie es el exorcismo cristiano, con referencias apabullantes e irónicas, pero demasiado inquietantes al filme de William Friedkin, que tanto nos marcó a los amantes del cine de terror, por allá, por los lejanos y dictatoriales años 70. Exactamente en 1973. Balagueró en una cinta serie B, de bajo presupuesto, nos introdujo a la Zona Cero de la catástrofe, en Concepción; a la vera del Bío-Bío, en un edificio derruido y en tinieblas. Nuestro gótico de hoy: sin piedad ni asombro.

* * *

[ensayo literario Kanem]

Page 56: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

56

Historia de terror para niñosFlorencia Edwards

[narrativa Kanem]

Un día, dos hermanos fueron caminando a una casa abandonada. Rumores del barrio decían que la casa estaba tomada, pero nunca habían visto a alguien salir de ahí en veinte años. Adentro de esa casa nadie los podría ver. El niño se acercó a su hermana y le propuso que se mostraran un secreto. Él se bajó los pantalones.

- Ahora tú- le dijo – Súbete el vestido y bájate los calzones. - Ella salió corriendo. Sin darse cuenta entró a un salón de baile y escuchó ruidos en la pared. Fue a buscar a su her-mano.-Vámonos, vámonos, hay algo.-¿Dónde?-Hay unos ruidos, apúrate-Yo no escucho nada.

Salieron de la casa corriendo y el niño vio que su hermana tenía el ojo izquierdo cerrado. No lo podía abrir.Cuando llegaron a su casa Pedro acusó a Anabel.

- Mamá, mamáa. Anabel tiene algo en el ojoLa madre vio a Anabel y la tomó del brazo-¿Dónde han estado? Mira tus manos todas sucias, ven, pásamelas. Vamos a ir a un doctor especial, un doctor nuevo para que te vea el ojo.

El doctor era un médico alemán con métodos revolucionarios para diagnosticar animales y humanos. Detrás de su clínica tenía un laboratorio de experimentos, lo que hizo pensar a la madre de Anabel que él podría curar cualquier enfermedad desconocida.La primera semana el doctor Jürguen mantuvo a Anabel bajo observación. Anabel le preguntó:

-¿Qué vas a hacer conmigo?-Primero te voy a sacar unas fotografías con una cámara especial. Mira, como estas.

Page 57: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

57

[narrativa Kanem]

-No me gustan esos camisones. ¿Puede sacármelas con mi ropa?-Sí. De hecho tengo este armario con ropa. Como solo tienes lo que trajiste, puedes elegir abrigos, sombreros, faldas. Pertenecían a grandes señoras que las donaron al laboratorio.La niña se acercó al armario y sacó un vestido a cuadros.-¿Puedo ponerme este?-Claro, ven

El doctor Jürguen la ayudó a desvestirse. Le dijo que levantara los brazos y le sacó el vestido blanco que tenía puesto.

-Anabel, ese hermano tuyo que vino acá era bien parecido a ti. ¿son mellizos? -No

Le puso el vestido a cuadros y amarró la cinta que tenía en su espalda.- Ponte aquí, al lado de esta sillaLe sacó fotografías que demostraban que tenía la ptosis o caída del parpado en el ojo derecho. La segunda semana en cambio, la ptosis había cambiado misteriosamente al ojo izquierdo.La tercera semana empezó el tratamiento. Durante este tiempo el doctor mantuvo a Anabel dormida. Le puso un diamante por dentro de los párpados. Cuando los sacó, los diamantes estaban con sangre y la ptosis seguía intacta. El doctor al mirarla sintió náuseas, vomitó. De repente, como una revelación, se dio cuenta de la única forma de sanarla. La puso en la camilla y la llevó al quirófano. La anestesió y lentamente con un bisturí separó el cuello y la cabeza de todo el resto del cuerpo. La niña murió en el acto. El doctor Jürguen se puso de rodillas al lado de la camilla. No entendía por qué no había funcionado. El párpado del ojo iz-quierdo seguía caído. Alterado por lo que había pasado, cosió la cabeza de la niña a su cuerpo. Fue a una cabina telefónica y llamó a la madre de Anabel. Cuando la operadora lo trasmitió dijo tartamudeando:

-Señora, necesito que venga en seguida. Tiene que ver algo que encontré en Anabel.

Page 58: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

58

Tres horas después la madre llegó preocupada con Pedro de la mano. No se quiso quedar en la casa, quería ver a su hermana. El doctor la estaba esperando afuera.

-Hola doctor ¿Para qué me llamó? ¿Algo le ha pasado a Anabel?-Sígame

Llevó a la madre y a Pedro a su quirófano. Anabel estaba acostada en la camilla con un camisón blanco y puntos alrededor del cuello.

-Como pueden ver, ella está anestesiada, no le ha pasado nada. Por ahora no he podido encon-trar la cura a su párpado caído, o como se dice en términos médicos, a su ptosis, pero encontré daños interesantes en el cuello. Por eso está cocido ahora. ¿Usted señora, sabe algo de esto? ¿Sabe si ella se cayó o si alguien le hizo daño?-No no, yo nunca vi las marcas en el cuello doctor, le prometo. ¿Pedro, tú sabes algo de esto? ¡Contesta!-No mamá te juro, estábamos jugando nomás. Ella ni siquiera se cayó.-Cálmense por favor, cálmense, no es grave. Probablemente fueron heridas que se hizo ju-gando, pero queríamos asegurarnos de ello, de que no fuera maltrato. Pueden ser también unos bichos carnívoros que le hayan carcomido el cuello por dentro y que le estén dañando, tam-bién, la funcionalidad a los párpados.- La madre miró al doctor fijo, en silencio-Pero doctor, ¿eso se puede sanar?-Sí, o sino no lo mencionaría. Eso haré de inmediato. Ahora despídanse de Anabel, que tengo que trabajar. Aunque está anestesiada, ella los puede escuchar.

Pedro se acercó a Anabel. Le dio un beso y le dijo al oído que le entregaría su secreto de re-galo. Puso en la mano de su hermana un dibujo de él sin ropa que estaba doblado en forma de sobre, y adentro, la punta de una zanahoria.La madre le hizo cariño en el pelo a Anabel. Tomó a Pedro y se fue en su carro. Cuando lle-garon, Pedro cruzó corriendo la calle hacia la casa abandonada, la cerró con llave por afuera y tiró la llave lejos. El doctor Jürguen tomó unos frascos con sustancias de color calipso y se puso a mezclar el antídoto contra insectos carnívoros. Pasó así toda la noche.

* * *

[narrativa Kanem]

Page 59: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

59

“Cuando a esa clase de objetos vulgares se les llega a imputar una cierta aura de horror, estimulan la imaginación mucho más que las cosas de apariencia poco común; y aquellos arbustos que se apiñaban a nuestro alrededor adoptaban en la oscuridad, para mí, una apariencia extrañamente grotesca que les confería, de alguna manera, un aspecto de criaturas vivas y resueltas”.

-Algernorn Blackwood. Los sauces.

“Tales fuerzas no pueden nombrarse, ni expresarse, ni imaginarse sino bajo un velo y un símbolo, símbolo que para la mayoría no es más que una pintoresca fantasía poética y para otros, un cuento descabellado. Pero, en todo caso, usted y yo hemos conocido algo del terror que puede morar en la cuna secreta de la vida y que se manifiesta a través de la carne humana; pues lo que carece de forma termina por adoptar alguna”.

Arthur Machen. El gran dios Pan.

[fragmentos Kanem]

Page 60: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

60

AFORISMOSRo Capriles

“La literatura es un tipo de medicina descubierta hace unos cuantos miles de años; una especie de ingeniería bastante avanzada, pero que a veces tiende a retroceder;

es fuente de energía; partitura poderosa; instrumento de tortura; abrumadora calma; materia pensante; glosemática o aritmética del narrador (…)”

-S.D.

I.

“La literatura surge, probablemente, para impedir el olvido de asuntos importantes, tales como la hazaña de un héroe particular o la historia de un pueblo. La literatura puede presentar fallas estructurales, debido a que su soporte –desde su invención hasta hace poco- el papel, es perecedero y frágil, pero menos que la memoria: el elemento vital para la transmisión oral. Desentrañar una historia parte por descubrir la configuración de su instrumento conformador: el lenguaje. Muchos teóricos han abordado el problema de la adquisición del lenguaje, e incluso se elabo-raron múltiples hipótesis que conectan lenguaje y pensamiento. Ejemplo: Edward Sapir habla acerca de la relación entre la adquisición del lenguaje y el desarrollo del pensamiento ab-stracto. También sirve recordar la función mágica del lenguaje, atribuida por Bajtín. Con estas ideas de fondo, sería sensato afirmar que en torno al fuego se tejieron las primeras historias que pretendieron explicar el mundo, en ese entonces aún más desconocido y amenazador que el de hoy.

II.

“Es el resultado de la agrupación de signos del signo, lograda mediante la utilización de me-canismos intrínsecos (tales como estructuras determinadas, por ejemplo: los géneros literari-os), y estrategias de combinación.

III.

“¿Cuál es la función de este sistema de mecanismos y estrategias narrativas/poéticas? Se han dividido escuelas, países y partidos políticos frente a esta interrogante. El Realismo, que rep-resenta la arista más útil (utilitaria dirían algunos), tiende a mostrar el mundo tal cual es, con miras de concientizar al lector acerca de una situación particular, pero sin sermonearlo (como ocurrió con el Naturalismo). El Realismo, es por tanto, la tendencia literaria preferida por los teóricos políticamente comprometidos. Por otro lado, la tendencia del ‘arte por el arte’ privile-gia la novedad en la forma, y vemos que el dilema de la función de la literatura se convierte en una dicotomía ya planteada en la historia de la Lingüística: significado versus significante. ¿Es más importante la forma de un texto determinado, o su función social?

[ensayo literario Kanem]

Page 61: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

61

IV.

“¿Quién decide qué es arte y qué no lo es? ¿Vale más la aprobación del público general, o el abrazo de la Academia? La literatura: ¿es un medio para ‘usar la imaginación *arcoiris*’, o se ha convertido en un mero producto? Lamentablemente, sólo nos es posible formular más preguntas, después de más de seis mil años de civilización.

V.

“El signo oral se transfiere al signo material, la letra que plasma la intención y la memoria. A través de los tiempos se va cambiando la conciencia plasmadora, o ‘sensibilidad vital’ de la que hablaba José Ortega y Gasset; esta sensibilidad compartida por un grupo más o menos homogéneo de autores nacidos dentro de un período determinado (según Cedomil Goic, 15 años de intervalo de nacimiento, otros 15 de gestación y 15 más de vigencia unen a una gener-ación).

VI.

“El texto literario recoge, casi sin querer, las vivencias del autor, de su época, los ‘demonios’ y obsesiones. Hay tantas posturas de autor como hay variedades de papas en el altiplano: existen -o existieron- humildes y desconfiados (Kafka), concisos (Rulfo), prolíficos (Proust, Tolstoi) y ególatras (Neruda). Están los apegados a la imitación del mundo ‘real’, y los fragmentarios, beligerantes-rompe mundos. Y se escribe (por lo general), sobre el amor, la vida y la muerte, pero teniendo cuidado de no proporcionar grandes verdades, porque la literatura desconfía, y si no lo hace, el lector termina por resentirse.

VII.

“El tiempo, Comala, Juan Rulfo en su época, la existencia de Juan Rulfo, el amor de la vida de Juan Rulfo, la vida de un lector de Rulfo que lo recomienda a su novia respectiva y le regala uno de sus ejemplares de Pedro Páramo, Pedro Páramo desintegrándose como se desintegran las esperanzas y grandes ideologías en el siglo XXI.

[ensayo literario Kanem]

Page 62: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

62

X.

“Auxilio Lacouture, atrapada en el baño de mujeres de la UNAM; Marcel observando las moscas; el bichito de Kafka; la desaparición de uno de los satélites principales de Haruki Mu-rakami en Grecia; el canto de Marcela la pastora; el último de los Buendía (con cola de mar-rano y todo); el hombre imaginario de Parra; las Bennet luchando con los muertos-vivientes -¡ahora en edición de lujo, con empastado especial y 30% más zombies!”

(Fragmento en Textos apócrifos, de Robert Khan, Comp. S.D.).

[ensayo literario Kanem]

Page 63: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

63

Una repetición que se tornaliteral a la luz de los sentidos.

Necesitarás conocer paso a pasoel curso natural del cauce

que va a las cascadas tras las sombras y se pierde en espuma evanescente.Sanar sería entonces comprender

el ritmo de las olas en la arenaadivinar los movimientos, comprendercómo y cuándo mimetizarse, diluirse.

Quizás entonces sea preciso conocerlas propiedades geológicas, la mecánica de los fluidos y peces que habitan el río

conocer tal vez el prisma a través del que se mira

porque en el fondo se trata de cambiar los rieles o el curso de los ríos

para demorar o hacer menos tormentosala llegada a la cascada que es la muerte.

La sanación, los ríos y los trenesEnnio Vivaldi

[poesía Kanem]

Page 64: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

64

Entró al edificio sin una palabra en los labios. En el cielo las nubes invisibles rodeaban a la luna que anunciaba lluvia. Brillante, frío, húmedo, el camino con los faroles brillantes ya se había alejado a sus espaldas. El eco de sus huellas adornaba todavía los adoquines, y reso-naba entre las grietas de las calles y el alcantarillado. Había estado corriendo, pues el sudor le escurría en la cara, pero parecía no importarle en absoluto. Cuando giró la perilla antigua, llena de polvo, ya había tomado su decisión. Ya adentro, se dio cuenta de que no había luz. Se dijo que era necesario guiarse por la luz de la luna que entraba por las ventanas, que mostraba lo muebles con una luz grisácea, algo etérea. Sacó la pistola de su bolsillo y la apuntó hacia delante, con cuidado. Sabía que vendrían.

Hace tiempo que sus sueños habían estado invadidos por sombras que entraban y salían mezcladas con sentimientos diversos, entre los que predominaba el miedo, que revelaba como un espejo todo lo que había hecho mal, todo lo que había arruinado por completo, incluso su propio nacimiento. Conocía su posición exacta en el mundo, qué hacía cada una de sus accio-nes. Sabía que los pasos que daba cambiaban completamente al mundo, aunque nadie se diera cuenta. Los caminos del tiempo se torcían en su cabeza, y sólo en sueños era completamente sabio. Cuando despertaba todo lo que había visto solo se manifestaba en una sensación per-manente de angustia, de desesperación. Aquella mañana era distinto. Recordaba partes de su sueño que se manifestaban como el flash de una cámara: rápidos, impredecibles, impensables. Algo en sí mismo le dijo que no podía continuar su día como todos. Consternado, llamó al trabajo avisando que estaba enfermo y que sería imposible para él asistir. Sentado, decidió leer un libro para distraerse… pero apenas avanzaba unas pocas páginas y tenía que parar: las imágenes de un edificio abandonado llenaban su memoria, y no lo dejaban pensar. El día fue insoportable: las imágenes lo inundaban de emociones contradictorias, de colores y dolores conocidos y desconocidos. Caminaba embelezado, recorría calles sin verlas, sus pies lo lleva-ban con los ojos cerrados. Ni siquiera vio lo que hizo, hasta que sintió que debía abrir los ojos. El sol lo dejó ciego por unos segundos, pero pronto, sus ojos se adaptaron a la luz… En frente suyo, el edificio abandonado, a plena luz de tarde. Derruido y muy antiguo, el edificio no era demasiado alto. La pintura estaba completamente teñida de negro y la estructura estaba ro-deada de una cerca de madera. Un cartel medio despegado anunciaba su próxima demolición. Él no pudo dejar de mirarlo, examinando cada detalle como si su vida dependiera de ello. Los horas pasaron y seguía parado allí, observando. Cuando la noche reemplazó a las luces del día, entró al edificio sin una palabra en los labios…

Sombra de lunaHéctor Browne

[narrativa Kanem]

Page 65: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

65

Allí, con la pistola que ni siquiera sabía que tenía en las manos, apuntó a la nada, a las som-bras, que se movieron cambiantes, apareciendo y desapareciendo mientras su movimiento las ocultaba. Apuntó, pero no sabía cuándo ni dónde disparar. Indeciso, solo pudo mirar hacía los lados, mientras veía como las sombras se fundían unas con otras y se hacían cada vez mas den-sas, más grandes. Pronto, la oscuridad tomo el lugar de la luz. La luna ya no se veía, y pronto todo era sombra, toda oscuridad. Era imposible luchar contra todo, contra cada cosa. Sus ojos eran inútiles, su cuerpo estaba envuelto por sus enemigos… ya nadie podría ayudarlo. Solo él podía luchar con las tinieblas. Tomó la pistola, y apuntó.

“Solo hay una bala” se dijo “Hay que usarla bien… asegurarme de no fallar”

Su dedo acarició el gatillo y lo apretó con violencia. La bala salió rápida, impactando en su frente. Abrió los ojos, y despertó.

[narrativa Kanem]

Page 66: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

66

dentonces

Page 67: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

67

dentonces

Antonio Oyervides

Desperté sobresaltado, me palpé la pierna izquierda, fría como el resto de mi cuerpo. Intenté levantarme del sofá pero caí de costado sobre el piso. Vi ahí las migajas de muchos almuer-zos de muchos otros días. Sentí exaltarse mi apetito como yo nunca lo he estado. Adolorido, terminé por separarme del suelo y caminé hasta el baño. No me sentía muy bien. De pie frente al espejo me mojé la cara y permanecí ahí un minuto… dos minutos, diez, sesenta, no sé. Del lugar se desprendía un hedor que recordaba a la muerte. Algo podrido en la cocina o un animal descompuesto en la ventila, podía ser. Aquél era un sitio trasnochado, las ruinas principiantes de algún hogar en desuso. Volví la atención sobre mi rostro. Lo hora permanecía extraña. Intenté verlo desde ángulos distintos. Tenía la vista borrosa y nada. Nada, de nuevo, nada. Delante de mí, un espejo oscuro mientras yo seguía de pie, pensando que no todo lo que puedo ver me mira; ahí estaba yo y no podía verme.

Entonces salía el sol. Pude observarlo por la única ventana abierta antes de bajar a la calle. Un dolor de cabeza duro y constrictivo, como el hambre que sentía, me iba y regresaba a ratos. Afuera el silencio ardía, sobrestimando mi respiración. Derrotado, sin recordar el sabor de mi última comida, seguí andando. Del edificio contiguo se asomaba una mujer tan confundida como yo. No quise acercarme pero, sin darme cuenta, había llegado acompañado hasta una intersección. No hablamos. De cerca, sentí que la mujer no estaba tan desorientada como sí hambrienta. Atraídos por una luz que parpadeaba a pocas cuadras, nos dirigimos lentamente. Como dos moscas en los días de calor, vagamos hasta un edificio que reconocí de alguna forma. Tenía una sola entrada amplia que daba a un patio central abierto. Era una construcción antigua, descuidada, donde los habitantes conocieron gran pobreza y enfermedad, hasta que algo desconocido descendió sobre ellos. Hubo silencio un momento, y una corriente de aire helado sucedió a la atmósfera funesta e infeliz de aquel lugar. Miré hacia el lado de la arteria que continuaba vacía y seguí. Detrás de nosotros, tres personas más, igualmente perturbados venían siguiendo nuestra marcha; igualmente abandonados, continuamos sin hablar. Enton-ces, quise decirle a la mujer que caminaba a mi lado algunas cosas; cosas como mi nombre o preguntarle el suyo. El resultado me hizo sentir estúpido y algo avergonzado. Mordí mi lengua y no supe cómo entendió -si entendió algo- lo que dije. Ella me respondió de la misma manera, con voz cortada y gutural. No reconocí tampoco una palabra. Tenemos hambre, le dije. Sí, eso dije.

Viajamos por las vías al compás de las luces de los semáforos, sólo la bruma del día y de nuestro humor nos asistía. Las calles seguían libres, y yo no tenía a donde ir realmente, así que me detuve. Los demás, lo mismo. Entonces, al cruzar una avenida especialmente amplia, mi vista, que permanecía nublada se aclaró de golpe y por completo. Mis pupilas se llenaron de sangre. De pronto sentí miedo. Asustado, me aceleré al ritmo mismo de mi respiración, a la al-tura del hambre que sentía. Un olor extraño y delicioso invadió mi olfato y comencé a acelerar

[narrativa Kanem]

Page 68: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

68

sin pensarlo. Corrí mientras los otros corrían conmigo. A lo lejos pude ver una figura oscura que se movía abandonada por el camino. Entonces, esa pierna izquierda no dolió más, y ella y la otra ardieron junto conmigo en una carrera sucia, estridente y ensordecedora. No debía dejarlo ir. Todos quedaron atrás, a pesar de sus propios tormentos. Le di alcance al animal y lo sometí en un movimiento. Nunca corrí más a prisa, ni un salto fue más violento; nunca golpeé algo con tanta fuerza, nunca volví a azotar un cuerpo de aquella forma. La sangre en mi boca, en el suelo, en la ropa; el cuerpo quebrado de un macho robusto respiraba con dificultad en mis brazos. Con los dientes fuertes le hice un corte en el cuello a la altura de la nuca y con su cabello todavía en mis manos, la cabeza del hombre tocó el pavimento una última vez, dejando atrás el dolor; en un corto espasmo, la vida.

Nunca, como entonces, sentí tan complacida el hambre que hasta hoy me hiere.

[narrativa Kanem]

Page 69: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

69

Estudios Kanem

A partir de esta división, los trabajos contenidos en KANEM de literatura son de índole académica y, por lo tanto, la disposición del espacio ha sido alterada ligeramente, para facilitar la aproximación del lector, y mejorar la focalización sobre los temas tratados.

Como parte de una serie de mejoras experimentales, esperamos continuar con esta organización, pensando siempre en dar a nuestros lectores el trato más amable y estética-

mente agradable, en la medida que nos sea posible.

- El editor.

Page 70: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

70

LA INFLUENCIA DEL QUIJOTE EN EL ROMANTICISMO CHILENO

Frane Spralja

¡Qué pasiones allí se empujan con fuerza mágica!Febril conjunto de desengaños e idealidad,

La ilusión muestra deslumbradora, con forma trágica,Nunca vencida por los encantos de la verdad

–Pedro Nolasco Prendez, Fragmento de “la Quimera”

El romanticismo chileno fue un romanticismo tardío influenciado fuertemente por la pluma es-pañola y que no pasó de ser más que una anécdota. Fue poco original y escaso. La mayoría de las voces que lo conforman “no serán otra cosa, en general, que ecos, más o menos sentimentales, de Zorrilla y Espronceda, con algún atisbo, aquí y allá, de influencias francesas” (Albareda y Garfias, 1961, 23). Entre las letras que más se destacan podemos encontrar a Salvador Sanfuen-tes, Eusebio Lillo, Guillermo Blest Gana, Guillermo Matta, Eduardo de la Barra, José Antonio Soffía y pocos más.

Pero antes debemos averiguar ¿Qué diferencia hay entre el romanticismo español, alemán y el francés? El romanticismo español, igual que lo fue el chileno, fue una manifestación tardía debido a la fuerte represión que el rey Fernando VII propago por España tras las independencias sudamericanas. Debido a esta demostración despótica de parte de la monarquía muchos liberales ilustrados españoles fueron desterrados o autoexiliados. De esta manera recibieron una fuerte influencia del espectro romántico europea, entendiéndolo como alemán, francés e ingles. Por este hecho el romanticismo español se puede dividir en dos categorías, el moderado – encarnado por la pluma de José Zorrilla – y el exaltado o tradicional – encarnado por la pluma de José de Espronceda –. Si el romanticismo exaltado era completamente republicano y rechazaba por completo los dogmas impuestos por la tradición española, un romanticismo más europeo; el ro-manticismo moderado era más nostálgico y no fue capaz de abandonar por completo la fuerza de su España tradicional, un romanticismo propio de España. En cuanto a los romanticismos dados en Alemania -cuna del romanticismo-, Inglaterra y Francia, podemos decir que fueron más exal-tados y unitarios. Con excepción de Alemania que nace en dos etapas – finales del XVIII y prin-cipios del XIX –, pero con una misma base que es la ruptura completa de los dogmas impuestos por los neoclásicos franceses. Entonces, básicamente, la diferencia radica en el romanticismo moderado, español, y el romanticismo tradicional, europeo. El primero, el moderado, es el que entra con fuerza en Chile, pero no por su fuerte influencia de las tradiciones españolas, sino por su fuerte base nostálgica.

[ensayo Kanem]

Page 71: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

71

Si el romanticismo chileno estuvo fuertemente influenciado por el español y queremos saber la influencia de “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, nos preguntamos antes ¿Cuál es la influencia de Miguel de Cervantes, específicamente el Quijote, en el romanticismo español? Principalmente la idea de la nostalgia respecto al romanticismo moderado; la vieja idea de que cualquier tiempo pasado / fue mejor (Jorge Manrique. Copla por la muerte de su padre, don Rodrigo Manrique, Maestre de Santiago) – esta idea afecto realmente al romanticismo tardío que miraba, por extraño que pueda parecer, la edad media con nostalgia; quizá por sus grandes obras como el “Libro del buen amor” o la “Comedia de Calisto y Melibea (La celestina)” que hablan abiertamente de un libertinaje entre hombres y mujeres, o quizá sencillamente por la fuerte tradición popular juglaresca –. Por otra parte se encuentra la idea de un don Quijote de la Mancha que enfrenta al mundo, idea que nace en el romanticismo, con ojos órficos y actitud de albatros. Con la imagen de un poeta contestatario, rebelde de los dogmas impuestos por clásicos y recuperados por los neoclásicos. Es una mezcla de ambos puntos, enfrentar el mundo para recuperar la grandeza del pasado o por temor al futuro, la incertidumbre. Por otra parte se intentaba dejar de lado la razón, no abandonarla, y abrir paso a los sentimientos del hombre. Entro esos sentimientos se anhelaba la justicia, la independencia y la libertad todo ello reflejado en la imagen de don Quijote de la Mancha. Sin ir tan lejos José de Espronceda en su leyenda “El estudiante de Salamanca” parte con una cita del Quijote del capítulo xlv de la primera parte: Sus fueros, sus bríos; sus premáticas, su voluntad. La leyenda narra la historia de amor y desamor de don Felix de Montemar y Elvira - tópico muy tomado por los románticos chilenos, como Eusebio Lillo en la leyenda nacional “Loco de amor” o Guillermo Blest Gana en “El bandido” –.

Las letras de poesía en los románticos chilenos están llenas de nostalgia respecto no de un pasado autoritario y sí de un pasado seguro, por otra parte están llenas de incertidumbre de un futuro que recién empezaba para Chile. Por ejemplo el canto “Campanario” de Salvador San-fuentes cuenta la historia de un Marques español, acaudalado, que vive recordando su pasado que fue mejor, mientras que su hijo, un don Juan – típico personaje del romanticismo – vive de la libertad que le da la domadura de potros; finalmente, la hija del Marques representa la belleza de la mujer, no en un aspecto virginal, sino dentro del eros, la pasión. He aquí un Fragmento:

Cuando el siglo diez y ocho promediaba, Cierto marques vivía en nuestro suelo,

Que las ideas y usos conservabaQue le lego su castellano abuelo;Quiero decir que la mitad pasaba

De su vida pensando en irse al cielo;Viejo devoto y de costumbres puras,

Aunque en su mocedad hizo diabluras. (…)

[ensayo Kanem]

Page 72: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

72

¡Error, solemne error! Desde el momento En que el señorito Cosme se mostraba, La atención general y el rendimiento De su persona en derredor volaba; El mismo sexo hermoso ¡qué portento! Con su conversación se deleitaba, Aunque hablara de otra cosa no le oyera Que de pechadas, lazos y carrera.

También en las letras chilenas de la época encontramos lo que en el Quijote, de lectura román-tica tradicional universal europea, llamamos la pasión rebelde del Quijote, el ensalzamiento del ideal como muestra el poema “La quimera” de Pedro Nolasco Prendez, que se encuentra en la introducción, o la fuerza del soneto “El gaucho” de Samuel A. Lillo, quizá y muy posiblemente el último de los románticos chilenos, que describe la fuerza del gaucho chileno, mezcla de conquistador español y mujer mapuche – la tradición con la que nace chile, el mestizaje – para enfrentar su pasado y a la tierra, los limites de la naturaleza para el espíritu, fragmento:

Cuando en su carrera hiere los peñascos, Despierta su potro la inmensa llanura Con el ritmo claro de los férreos cascos,

Y, erguida la frente, lleno de ardimiento, Bajo el sol, semeja su rauda figura Un centauro heleno con la crin al viento.

Esta idea de materialidad como límite del espíritu del hombre, la imagen de la locura del Quijote – el espíritu libre –, es la naturaleza, la frontera con la realidad. Guillermo Matta, a mi parecer el más grande de los románticos chilenos en cuanto a las letras, es quien mejor representa esta cruza entre la realidad limitadora y el espíritu de libertad. Así lo demuestra, perfectamente, en el poema “Por el bosque”, fragmento:

Y marcha y marcho. Y con devota calmaPenetro en la espesura,

Buscando altares en la sombra oscura.¡Cuán se exalta la mente,

Cuán se conmueve y se deleita el alma!

Y la enérgica brisa de la altura,Al golpear en mi frente,En los pinos murmura,

Y suena y canta religiosamente.

Lo mismo hace en su maravillosa obra “En las montañas”. Guillermo Matta define perfecta-mente la línea entre el espíritu libre y la realidad:

[ensayo Kanem]

Page 73: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

73

¿No eres tú la que cruza por ignotas Sendas el curvo valle, el campo extenso; La que en el trigo, rubia espiga, brotas Y sahumas las flores con tu incienso? ¿No eres tú la que en límpidos rocíos Evaporas las nubes, Y eres hoja en los árboles sombríos, Y en el cóndor audaz, ala que sube? ¡Tú estás en todas partes, por doquiera, Mis oídos te escuchan Y mis ojos te ven, madre altanera (…)

El romanticismo en Chile no fue directamente afectado por el Quijote, ya que su influencia fue universal para la lectura de este ideario. Pero al ser una característica de este movimiento que se dio tardíamente en España, y de la madre patria viaja a Chile, es lógico que se observe los mati-ces que dejó en los poetas nacionales. Es así como distintas características que hacen propias al Quijote como un personaje literario y como modelo a seguir del romanticismo las observemos en los poetas chilenos de la primera mitad del siglo XIX. Los ejemplos que he entregado son los mejores para explicar la influencia del Quijote en el romanticismo chileno, la cual no fue menor.

[ensayo Kanem]

BIBLIOGRAFÍA

-Albareda, Gines y Garfias, Francisco. Antología de la poesía hispanoamericana. Chile. Madrid, Ed. Biblioteca nueva Almagro, 1961.

-Espronceda, José. Obras completas. Alicanet: Biblioteca virtual Miguel de Cervantes, 2008.

-Zorrilla, José. A buen juez, mejor testigo. Alicante: Biblioteca virtual Miguel de Cer-vantes, 2000.

-Martínez Torrón, Diego. Fundamentos teóricos acerca del romanticismo español. Alicante: Biblioteca virtual Miguel de Cervantes, 2002.

Page 74: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

Tiempo vertical y horizontal en “El milagro secreto”

En la siguiente cita se observa la forma propia del proceder de los nazis: “… la condena a muerte] se fijó el día 29 de marzo, a las 9 a.m. Esa demora (cuya importancia apreciará después el lector) se debía al deseo administrativo de obrar impersonal y pausadamente, como los veg-etales y los planetas” (166).

El único acontecimiento que sucede después y que explicita una demora es la hora de la eje-cución de Hladik: “Jaromir Hladík murió el 29 de marzo, a las nueve y dos minutos de la ma-ñana” (173). Se sabe que Dios le concede a Hladik un año para terminar su obra, congelando el tiempo histórico u horizontal. Esta interrupción divina deja un rastro o cicatriz de su ejecución, a saber: los dos minutos de atraso de la muerte de Hladik. Ahora bien, Dios podría haberle concedido más tiempo a través de otras y muy variadas formas, por ejemplo: retrocederlo, o aplazar la condena a muerte. Pero Dios decide imitar la forma nazi de administrar el tiempo: “El universo físico se detuvo. . . Le asombró no sentir ninguna fatiga, ni siquiera el vértigo de su larga inmovilidad. Durmió, al cabo de un plazo indeterminado. Al despertar, el mundo seguía inmóvil y sordo” (171-172). Dios, con su obrar, hace explícita una de las metáforas del obrar impersonal y pausado de las autoridades alemanas: detener el mundo físico (no mental) y dejarlo al mismo tiempo con vida es convertirlo en un mundo vegetal donde los sujetos están inmóviles y el mundo es sordo (los detenidos no tienen los cinco sentidos propios del humano). Esta forma de obrar le cuesta a Dios dos minutos del tiempo histórico, pero el atraso también es coherente con la forma de actuar de los nazis. Así, la demora que se nos advierte ya está justificada; es verosímil porque ese es el modo de proceder de los nazis: “pausadamente”. En conclusión, Dios opta concederle más tiempo a Hladik de una forma apropiada al contexto, para no llamar la atención sobre el milagro, el cual debe permanecer secreto.

Veamos la forma gráfica de este tiempo nazi. Hay que tener en cuenta para dibujarlo, las nocio-nes de sintagma y paradigma. El tiempo histórico es sintagmático porque es horizontal, va de izquierda a derecha, en el se fijan las alternativas escogidas. Ahora bien, con respecto al tiempo que le da Dios a Hladik, cumple un rol fundamental el sueño que tiene sobre la biblioteca, en el cual el milagro se le concede: y el tiempo del sueño es, ciertamente, paradigmático: “Pensaba que las noches de sueño eran piletas hondas y oscuras en las que podía sumergirse” (167). En el hecho de sumergirse, movimiento vertical, ya se hace una leve alusión a la forma del paradigma. Además, en el sueño, un personaje que muere puede reaparecer o convertirse en otro. Están to-das las opciones mentales mezcladas y ni una se descarta, puesto que el sueño no es concebible una coherencia lineal, de igual forma que el pensamiento. El sueño en el que Hladik se encuentra con Dios, entonces, corresponde a un tiempo vertical o paradigmático.

Florencia Edwards

[ensayo Kanem]

74

Page 75: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

Es de suponer que cuando despierta Hladik, deberían haber sido las 8:35 am aproximadamente, ya que cuando ya se encuentra en el traspatio listo para ser ejecutado el “sargento miró el reloj: eran las ocho y cuarenta y cuatro minutos” (171). En este momento en que despierta, se inicia el tiempo histórico o sintagmático, donde cuentan los minutos restantes para la muerte (9:00 am). El ingreso a la temporalidad horizontal, sintagmática por parte de Hladik está dado por la convergencia perpendicular del eje del paradigma en el trazo de la línea de tiempo.

El trazo sintagmático avanza desde las 8:35 am hasta las 9:00, hora en que el tiempo físico, lineal, se detiene para que comience a operar un nuevo tiempo paradigmático o individual: el tiempo en el que Sladik a través de la memoria recorre en su obra: “Rehizo el tercer acto dos veces.” (172) En el pensamiento de Hladik por ejemplo, hay dos versiones del tercer acto. Una de ellas es la elección final, pero nadie más que él puede conocerla; no hay escrito que la fije en un sintagma, ni testigo o auditor que la haga conocida para el tiempo histórico. Esto demuestra que el personaje trabaja con un tiempo paradigmático, el cual dura un año.

Ahora bien, existe otra línea de tiempo que relaciona el tiempo paradigmático individual, y el tiempo sintagmático horizontal: en el proceso de creación de Hladik, se van descartando opciones y estableciendo otras que no cambian. Estas, aunque no sean fijadas en un sintagma escrito, son definitivas, porque van acercando al protagonista a su muerte: si se tienen varias posibilidades y no una versión final, Hladik no muere, por esto se necesita un sintagma en la mente de Hladik que memorice la versión que prefiere y olvide las anteriores. El relato demues-tra que Hladik no muere hasta que termina su obra, puesto que sólo cuando tiene el epíteto final, el mundo físico retoma su movimiento. Además, a Hladik Dios no le dio hasta las 9:00, le dio hasta la hora que terminara (permitió el retraso porque este era fiel a la forma de proceder de los nazis), y esa hora fueron las 9:02. A esta línea de tiempo se le llamará sintagma virtual puesto que como vimos influye en la duración del tiempo histórico/ sintagmático: los dos minutos de atraso en la ejecución del protagonista

[ensayo Kanem]

75

Page 76: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

Es necesario volver atrás para notar que existe otro sintagma virtual que relaciona el tiempo individual o paradigmático con el tiempo histórico: este sintagma virtual es implícito o sublimi-nal: no se aclara su duración y se puede descubrir gracias a la similitud con el sintagma virtual explicado en el párrafo anterior. Es la unión entre el punto del sueño en el que Dios le concede el milagro (tiempo individual) y el cruce paradigmático que le hace Dios a este tiempo sintag-mático:

El punto en el que comienza este sintagma virtual, respecto al tiempo histórico es el mismo en el que se encuentra el sueño (el inicio). Este sintagma virtual es el trabajo que hace Dios desde la hora del sueño hasta las 9:00 am, en donde cruza el sintagma histórico.

Por último, hay un tercer paradigma que está situado cerca de las 9:02 minutos: el proceso de corregir la obra la hace avanzar horizontalmente hasta cumplir los dos minutos, porque se van estableciendo opciones, pero hasta que no se termine la obra, no estarán todas las posibilidades establecidas y el paradigma sigue funcionando segundos antes de las 9:02, hora en que la fi-naliza la obra y al mismo tiempo muere. Simultáneamente que el sintagma virtual entonces, está trabajando este tercer paradigma que se acerca a la hora final.

La figura temporal como se ha notado, es una Swástica. El nombre de la Swástica proviene del sánscrito, lengua hindú: “Un lector entró a devolver un atlas. Este atlas es inútil, dijo, y se lo dio a Hladík. Éste lo abrió al azar. Vio un mapa de la India, vertiginoso. Bruscamente seguro, tocó una de las mínimas letras. Una voz ubicua le dijo: El tiempo de tu labor ha sido otorgado. Aquí Hladík se despertó” (170).

La relación entre el mapa de la india y la Swástica nos puede dar una pista de cual es la letra que encontró Hladik para que le concedieran el milagro. La swástica no podría haber sido, puesto que ésta no es una letra sino un signo. Luego, la palabra Swástica tiene ocho letras. Son ocho posibilidades que pueden hacer la elección una hipótesis arbitraria. De esta forma, es relevante conocer que los franceses le dicen a la Swástica “croix gammée” 2, puesto que está compuesto de cuatro gammas (la tercera letra del alfabeto griego en su versión de L invertida).

[ensayo Kanem]

76

Page 77: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

El hecho de que el atlas no le haya servido al hombre que se lo entrega a Hladik sería entonces porque estaba en griego. Otra simetría es que el valor numérico de la gamma es el tres y la obra de Hladik está dividida en tres partes. Y por último, existe una correspondencia entre la gamma y el sueño del ajedrez que tiene Hladik al comienzo del relato. Si se analiza el ajedrez desde la semiótica, se puede observar que uno de los rasgos distintivos de este juego respecto a otros, es la forma peculiar en que se mueve una de sus piezas, el caballo: es la única pieza que se puede mover con la forma de una L (de una gamma) en una sola jugada.

A través de lo anterior, se puede hacer una relación entre el primer sueño de Hladik y el segundo: el primer sueño en el cual el personaje no sabía lo que estaba sucediendo en el tiempo histórico (no sabía que se estaba invadiendo Praga) no recuerda el movimiento de las piezas de ajedrez (no recuerda el movimiento del caballo). Esto es premonitorio: el sueño da señas de que las au-toridades lo tomen desprevenido (no conoce las reglas del juego puesto que conoce lo que está sucediendo en el contexto). En el segundo sueño en cambio, el protagonista asume el contexto de estar bajo autoridades nazis y por ello se le presenta el mapa de la india (de donde proviene la Swastica) en el cual no duda que se encuentra la letra de Dios: señala la gamma, la invertida o el movimiento del caballo. Por lo tanto recuerda las reglas del ajedrez, lo cual le concede más tiempo y logra burlar a las autoridades.

BIBLIOGRAFÍA

- Alazraki, Jaime. “El tiempo”. La prosa narrativa de Jorge Luis Borges. Madrid: Gredos, 1983. 101-112.

---. “El milagro secreto”. Versiones. Inversiones. Reversiones. . Madrid: Gredos, 1977. 95-99.

- Borges, Jorge Luis. “El milagro secreto”. Ficciones. Madrid: Planeta, 2000. 165-173.

[ensayo Kanem]

77

Page 78: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

CHAC MOOL: UN VAMPIRO MEXICANO MODERNO

“Hay que matar a los hombres para poder creer en ellos.”

- Carlos Fuentes. Chac Mool.

Chac Mool es un relato fantástico mexicano; moderno en sus orígenes y contenidos. Es la his-toria de un hombre invisible que había muerto tiempo atrás, pero que sólo ahora, tras su desa-parición cobró fuerza a través de una historia de fracasos. Con cada paso que éste se adentraba en un mundo más y más extraño, su desaparición se perfilaba inminente. La obligación de su exterminio obedeció a, nada más, que la voluntad perversa de un ídolo sediento que se alimentó de él hasta su muerte, hasta el final de la insipiente vida que Filiberto pudo llevar.

La construcción de este relato, heredero de la literatura gótica inaugurada en 1764 con “El castillo de Otranto” de Orase Walpole, responde a un estilo eminentemente fantástico, según las explicaciones de Tzvetan Todorov en la Introducción a la literatura fantástica. En primer lugar, cumple con las normas de ambigüedad observadas por el teórico; el total de sus elemen-tos tienden a la desgracia; el tiempo de la incertidumbre provoca la vacilación, en términos de Todorov, la indecisión por una explicación concreta de los hechos suscitados, aparentemente sobrenaturales (Todorov, 24). Este fenómeno de la incertidumbre instala de manera explícita una sensación contagiosa que se traspasa al lector a través de las incógnitas de Filiberto: “Desperté a la una: había escuchado un quejido terrible. Pensé en ladrones. Pura imaginación (…) No sé a qué atribuirlo, pero estoy nervioso (…) Tendré que ver a un médico, saber si es mi imaginación o delirio o qué”. Estas mismas vacilaciones contagian luego al narrador: “Esto no lo creí (…) no supe qué explicación darme a mí mismo; pensé que las lluvias excepcionales de ese verano, habían enervado a mi amigo”. Es decir, no existe una definición de los acontecimientos hasta el desenlace del cuento, y aún ahí es difícil observarlo con claridad.

LA NARRACIÓN

La repetición de ciertos tópicos es propia de la narrativa gótica, dado su origen -como el de la narración misma- en la transmisión oral de la experiencia, según explica Walter Benjamín en El narrador, y su capacidad para resistir el pastiche, su anclaje en la conciencia colectiva de los pueblos. Así, el narrador de los relatos góticos “adquiriría su plena corporeidad sólo en aquel que encarne (…) [al narrador representado] por el marino mercante y el (…) campesino sedentario”. Es decir, una mezcla ideal entre un narrador que viaja conociendo historias de otros lugares, y el encanto del hombre originario.

[ensayo Kanem]

78

Juan Antonio García

Page 79: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

En cuanto a la técnica formal concreta de Chac Mool, se opta por el narrador en primera per-sona; a saber, un narrador representado, la herramienta más adecuada para el relato fantástico, ya que confiere a la historia la validez del personaje determinado, al mismo tiempo que facilita la vacilación requerida por la literatura fantástica (Todorov, 69). Al no valerse el autor de los relatos inconstantes de personajes transitorios, sino de un narrador que observa, y acepta los hechos (aunque no se los explique) como una verdad posible, si bien no definitiva. La mirada es, entonces, compartida por el lector. No se trata tampoco de un narrador omnisciente, pues tal cualidad acabaría con toda la capacidad instalada del hombre de carne y hueso para poder cues-tionarse si lo que sucede es real o no.

Pasando a su estructura, Chac Mool se basa, a grandes rasgos, en la propuesta por Edgar Allan Poe para una novela breve, que “se caracteriza por la existencia de un efecto único, situado al final de la historia, y por la obligación que tienen todos los elementos del relato de contribuir a este efecto” (Todorov, 71); este sería el modelo del cuento de Carlos Fuentes.

Otro elemento destacable en la búsqueda por la validación de la literatura gótica es la narración a través de textos apócrifos encontrados, generalmente en lugares oscuros, exóticos, abando-nados o siniestros. Tales serían los casos de las cartas o diarios de Drácula, de Bram Stoker, el primer prólogo de El castillo de Otranto, o el inicio de El manuscrito encontrado en Zaragoza, de Jan Potocki. La inclusión de estos elementos, propenden a la generación de la construcción en abismo. Nos referimos a la sumatoria de relatos en busca de credibilidad, en función de la vacilación a partir de la validez de dichos relatos. Según esto, a partir del hallazgo del diario de vida (o muerte) de Filiberto, el texto tomaría cuenta de sí mismo, instalando un nivel de lectura distinto, más intrincado y oscuro que antes.

Por último, el protagonista de Chac Mool está caracterizado desde la mediocridad. Su intrascen-dencia resulta ideal para la narrativa fantástica, ya que favorece la identificación con casi todo tipo de lector, al mismo tiempo que nos salva de caer directamente en el terreno de “lo mara-villoso”, en contraposición al concepto de “lo extraño”, ambos términos tomados de la teoría de Todorov (37). Digamos que, si el narrador hubiera sido el mismo Chac Mool, nos veríamos forzados a aceptar su existencia como elemento sobrenatural, cortando toda posibilidad de in-determinación; y, como Rosmary Jackson explica, lo fantástico sería “una representación de la región espectral (…) cuyo mundo imaginario no es enteramente real, ni irreal, pero se localiza en alguna parte indeterminada entre ambos” (Jackson, 17).

Así, Chac Mool parte siendo una historia trágica sobre la muerte de un hombre vencido, y se convierte, cada vez más, en una narración compleja en su definición, de la misma manera que lo siniestro surgiría de lo cotidiano, siguiendo el concepto freudiano de lo unheimlich, lo extraño que “evolucionaría hacia la ambivalencia, hasta que termine por coincidir con la de su antíte-sis”. Lo anormal en lo normal.

[ensayo Kanem]

79

Page 80: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

El ESPACIO Y LOS TEMAS DEL YO

El espacio físico donde la acción se desarrolla corresponde a la Ciudad de México; esto sería a nivel macro, y a un nivel más íntimo, a la casona vieja, única herencia de los padres de Filiberto. La Ciudad de México se perfila desde el comienzo como un lugar de sueños perdidos. Es el gran barrio moderno que no perdona a los rezagados que, como el protagonista, observan cómo van quedando atrás: “hoy volví a sentarme en las sillas modernizadas (…) con el café que casi no reconocía, con la ciudad misma, habían ido cincelándose a ritmo distinto al mío”. Por otro lado, el espacio interior, donde tienen lugar los sucesos más trascendentes corresponde a la casona: un lugar viejo y oscuro, una modernización del castillo o del claustro gótico. La casona de Fi-liberto es un ambiente siniestro que ha caído en desgracia, un lugar al borde de la ruina que se muestra de la siguiente forma: “amanecí con las tuberías descompuestas (…) pero yo no puedo dejar este caserón. Ciertamente es muy grande para mí solo, un poco lúgubre en su arquitectura porfiriana…”; un caserón capaz de inducir a una depresión moral, como bien dice el narrador, con tantos cuartos empolvados y cerrados bajo llave, sin criados ni vida de familia.

De aquí se desprenden dos temas igualmente importantes y relacionados estrechamente entre sí: 1) la existencia de un sótano y su significado; y 2) las personalidades de Filiberto y del Chac Mool. Ambos elementos serán analizados a la luz de su inversión, a propósito de los “temas del yo” que Todorov también define como “temas de la mirada” en su Introducción a la literatura fantástica.

En Chac Mool, los mencionados “temas del yo” priman sobre su contraparte (los “temas del tú”). Según Todorov, estos coinciden con la primera característica de la locura y el principio del desarrollo de los niños, es decir, la confusión entre lo percibido y lo imaginario: “como en el pensamiento mítico (…) no se ignora el límite entre materia y espíritu sino que, por el contrario, está presente para proporcionar el pretexto de incesantes trasgresiones” (Todorov, 93). Así, es-tos temas se caracterizan en torno a la relación que se genera entre el hombre y el mundo. La aparición de un hombre-demonio-dios, el Chac Mool, es resultado de la metamorfosis que sufre la estatua que Filiberto adquiere de forma inocente. A partir de este punto, Chac Mool influye sobre la casona de Filiberto de forma tangible, además de que coincide su llegada con ciertas alteraciones del clima, y por supuesto, con las del estado mental y físico de Filiberto.

Esta transformación del Chac Mool de objeto inanimado a animado se advierte desde el comien-zo, a través del empleo del discurso figurado. Por ejemplo: [Filiberto, a propósito de Chac Mool] “cada vez que lo raspaba parecía reblandecerse (…) ya debería estar acostumbrado al Chac Mool, pero no es así” (Fuentes, 118). Aunque estas citas pueden no entenderse por completo re-tiradas de su contexto dentro del cuento, son parte de una aparente trivialidad que prepara al lec-tor para la animación posterior de la estatua, para la culminación de una grotesca metamorfosis: “Las maletas, torcidas. Y el Chac Mool con lama en la base. (…) Volví a palpar el Chac Mool. Se había endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra. No quiero escribirlo: hay en el torso algo de la textura de la carne, al apretar los brazos los siento de goma, siento que algo cir-cula por esa figura recostada (…) No cabe duda: el Chac Mool tiene vello en los brazos” (115).

[ensayo Kanem]

80

Page 81: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

Al mismo tiempo que esta transformación se concreta, sucede otra a un nivel espacial y psíqui-co: acontece la carnavalización de las situaciones y relaciones entre personajes y su ubicación concreta. En primer lugar, se invierten las posiciones físicas: la noche se vuelve el momento de mayor actividad, se convierte en el primer nuevo reino del Chac Mool. La estatua pasa de habi-tar el sótano, aquel espacio subterráneo que Bachellard asociaba al sitio de las entrañas, de lo oculto y lo que se quiere olvidar; ahora se ha movido hacia la habitación de Filiberto, se apropia de ella. Este suceso constituye un momento clave en el siguiente nivel de inversión carnaval-esca; los papeles de los personajes se invierten, y el dominado pasa a ser el amo. Filiberto es entonces siervo del hombre del subsuelo: “Debo reconocerlo; soy su prisionero. Mi idea original era bien distinta: yo dominaría a Chac Mool (…) Ha tomado mi ropa y se pone la bata cuando empieza a brotarle musgo verde. El Chac Mool está acostumbrado a que se le obedezca, desde siempre y para siempre; yo, que nunca he debido mandar, sólo puedo doblegarme ante él” (117).

La figura de Chac Mool ha dejado de ser un objeto de vanidad inerte, ahora es una figura vio-lenta y perversa que reclama lo que no es suyo. Es un usurpador. La personalidad que toma Chac Mool desde su animación retoma la herencia dejada por los personajes autoritarios y crueles del Marqués de Sade, instalada por Manfred, protagonista en El castillo de Otranto, aunque se aleja un tanto de ésta, en la medida que Chac Mool es un ser sobrenatural, aunque esto sucede sólo para retomarse de manera definitiva conforme avanza su humanización.

Con estos antecedentes, podemos ya aventurarnos a perfilar a Chac Mool en un proceso, no tanto de migración hacia lo humano, sino hacia el vampirismo.

VAMPIRISMO MODIFICADO

Hemos llegado a un punto donde es imposible ignorar las semejanzas que presenta la libreta de Filiberto con el diario de Jonathan Harker (durante la primera mitad de la novela de Bram Stok-er, cuando se encuentra todavía prisionero del Conde). Si bien la versión del vampiro de este autor no es la primera ni la última, sí es una de las más influyentes y representativas del género. Por este motivo, quisiéramos centrar la atención en el parecido de Chac Mool, y sus coinciden-cias con esta forma del mito vampírico que en ese punto se muestra poderoso y aún contenido, tosco y viejo. No nos referimos al vampiro byroniano que aparece posteriormente, acentuado en la contemporaneidad con el auge de las populares “novelas de vampiros”, sino a una versión mucho más sádica del mito. De esta forma, las características de Chac Mool guardan gran cer-canía con las del vampiro: crueldad, poder, y por supuesto, la antropofagia, aunque sobre este último punto vale la pena detenerse, como lo haremos más adelante. Desde este momento, no será únicamente la increíble fuerza y el hedor insoportable lo que nos recuerde a Drácula bestial de Stoker, sino el consumo y su sed.

Aunque en un principio, Chac Mool parece alimentarse de agua y no de sangre (otro líquido vi-tal, aunque de formas distintas), después observamos, a través de los ojos de Filiberto que Chac Mool ingiere animales pequeños; consume su sangre para mantenerse vivo, pero no es hasta que

[ensayo Kanem]

81

Page 82: Revista Kanem de literatura 1 Semestre 2010

comienza a alimentarse de la vida del protagonista que Chac Mool se ve realmente satisfecho: “Ha habido otros indicios que me han puesto a pensar: los vinos de mi bodega se están aca-bando; Chac Mool acaricia la seda de la bata; (…) me ha hecho enseñarle a usar jabón y lociones (…) pero también me pongo a pensar en algo terrible: (…) el Chac no querrá un testigo…, es posible que desee matarme” (118). El alimento predilecto de Chac Mool no son propiamente los vinos o licores, sino las costumbres de Filiberto. La usurpación de la vida personal constituye también una forma de antropofagia. Para Filiberto, lo único que lo mantenía con vida era su rutina. De la misma forma que la sangre corre por las venas, la rutina se abre paso a través de los días, oxigenando el cuerpo alicaído de este hombre; así, la interrupción del ciclo vital, sería correspondida con el cese del funcionamiento del cuerpo. El cese de la existencia es inevitable.

Con estos antecedentes, parece lícito afirmar que el Chac Mool constituye un mal destructor, un elemento externo capaz de generar miedo en la acepción de Lovecraft, donde el miedo viene precisamente de lo desconocido. Un concepto fuertemente ligado a la otredad, y al encuentro con el otro. Un elemento constrictivo, castrador y devorador, que se alimenta de la vida de un hombre cuyo único destino parece ser la desaparición.

BIBLIOGRAFÍA

- Fuentes, Carlos. “Chac Mool”. Sol, piedra y sombras; veinte cuentistas mexicanos de la prim-era mitad del siglo XX. Ed. Jorge F. Hernandez. México: FCE, 2008. 110-119.

- Jackson, Rosmary. Fantasy, literatura y subversión. Trad. Cecilia Absatz. Buenos Aires: Ca-tálogos Editora, 1986.

- Todorov, Tzvetan. Introducción a la literatura fantástica. México: Ediciones Coyoacán, 1995.

[ensayo Kanem]

82