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INTERQUORUM

“INTERQUORUM. Nueva Generación”TERCER NÚMERO

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- Nueva G

eneración

Las políticas sociales en el Perú se han desa-rrollado de manera tardía, a diferencia de los demás países de la región nos hemos ubicado

a la saga de los procesos de modernización y democra-tización en América Latina. La guerra interna iniciada en los años ochenta por los grupos fundamentalistas de Sendero Luminoso y el MRTA agudizaron la crisis eco-nómica, el desplazamiento de poblaciones del interior hacia las capitales de las principales ciudades del país, pero sobre todo la agudización de la violencia. Luego de poco más de 25 años de esta parte de la historia na-cional, las causas que la generaron, como la exclusión y pobreza en la que viven varios millones de peruanos y peruanas no han desaparecido. Esta realidad nos de-bería interpelar constantemente sobre las condiciones

que originaron este episodio de la historia perua-na que no debe volver a repetirse.

Tuvimos el go-bierno corrupto de Alberto Fujimori y su aliado Vladi-miro Montesinos, durante la década de los noventa, y que luego del 5 abril, en complici-dad con sectores conser vadores de las fuerzas armadas convir-tieron al Perú en un Estado mafia, tomando el con-trol total de sus

poderes, a su servicio para dar impunidad a los viola-dores de los derechos humanos, iniciando los procesos de privatización y de ajuste estructural más violentos de la región, todo esto en un escenario de precariedad de las instituciones políticas y sociales del país a todo nivel, con el aval de algunos organismos económicos internacionales.

Este contexto de crisis y ausencia de liderazgos cla-ros, de partidos y movimientos sociales que represen-ten los intereses de las grandes mayorías lamentable-mente se mantiene hasta la actualidad. Contexto que contrasta con el auge y bonanza económica que vive el país debido a las exportaciones y los altos precios de los minerales en el ámbito internacional.

El país crece significamente en los últimos años, somos la economía que más crece en la región, el pre-supuesto inicial de apertura para el 2007 asciende a S/. 61.627 millones de soles, 21,1% más que el año 2006. Hemos pasado de una condición de déficit a la de superávit. Y ¿qué hace el gobierno en este contex-to?. Acepta recibir un óbolo minero antes que cobrar

regalías a las sobreganancias, realiza un shock de in-versiones que no se puede ejecutar por la ineficiencia del aparato burocrático, elimina el Consejo Nacional de Descentralización - CND e intenta contratar en el aparato del Estado al ex premier fujimorista Alberto Pandolfi entre otros.

El gobierno da señales contrarias a la ciudadanía que espera cambios concretos y rápidos, si bien impul-sa algunos programas, como el de “Agua Para Todos” que beneficia a sectores importantes al país, ya existen denuncias sobre la reducción de su cobertura; la tan esperada firma del Tratado de Libre Comercio - TLC con EE.UU. Esta situación se va pareciendo al “si o si” del gobierno de Alejandro Toledo, al no haber enmien-das a las observaciones que se han realizado desde la sociedad civil, sin negar los efectos que tendrían para la economía nacional y el importante mercado que sig-nifica para los productos peruanos.

Nos acercamos al tercer trimestre del actual gobier-no, esperamos señales claras y concretas para iniciar una reforma del Estado en diversas materias como la descentralización, educación, justicia, etc. Contamos actualmente con los recursos y la estabilidad jurídica y social para iniciarla, los sectores excluidos del país, que además son la mayoría, esperan del gobierno políticas sociales eficientes y eficaces que ayuden a superar la pobreza y los integren a la sociedad y el mercado en condiciones de justicia e igualdad para todos y todas, no dejemos pasar esta oportunidad y preparemos al país para la épocas de crisis, desarrollando capacida-des y capital social en el aparato del Estado y en la ciudadanía.

Es en este contexto que la Red Interquorum vie-ne afirmándose como un espacio democrático de en-cuentro y concertación ciudadana de las juventudes del país, a fines del año pasado se realizó el V Encuentro Nacional de Voceros: “Nos incluimos para incluir”, don-de se debatieron lineamientos de políticas de la Red Interquorum para vincular el campo y la ciudad, promo-viendo la inclusión para terminar con la exclusión y la desigualdad social, desde los espacios de poder o ges-tión local en los cuales actúan las redes Interquorum.

Llegamos al tercer número de la revista y para esta ocasión contamos con diversas colaboraciones y con nuevos articulistas, algunos de ellos viejos jóvenes co-nocidos y también reconocidas personalidades del que-hacer social y político del ámbito nacional, desde estas líneas el saludo y agradecimiento por su participación y de la misma forma trataremos de seguir convocando a nuevos colaboradores para que se unan a este esfuer-zo colectivo.

Finalmente esperamos satisfacer las expectativas de nuestros lectores a nivel nacional y los invitamos a escribirnos y hacer llegar sus sugerencias y comenta-rios sobre la revista. Sin más de por medio los invita-mos a leer y disfrutar de esta tercera entrega. 1

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EXCLUSIÓN, POBREZA, POLÍTICAS SOCIALES

E IMAGINARIOS COLECTIVOS

El abordaje de la exclusión y la pobreza como fenómenos sociales en los últimos años, viene tomando cada vez más vigencia, tan-

to en los ámbi-tos académicos como en los eco-nómicos y políti-cos. Y esto, fun-damentalmente, porque cada día son más eviden-tes los impactos negativos de es-tas situaciones.

Sin embargo, el presente ar- tículo busca enri-quecer el debate sobre las formas de conceptuar y entender la “ex-clusión” y la “po-breza” desde la perspectiva de los imaginarios colectivos ligados a la tradición andina. Así como, revisar las formas de dise-ño de las “políticas sociales” que se aplican para aten-der estas problemáticas, con la finalidad de encontrar nuevos caminos que nos permitan renovar el estilo de pensar y actuar para enfrentarlos.

Las sociedades en sus procesos de desarrollo han aspirado de alguna manera, crear estados inclusivos, con políticas que en mayor o menor grado se aplicaron y vienen aplicando con este propósito. Sin embargo, siempre hubo y siempre hay quienes quedan al mar-gen del modelo económico y social. Por ejemplo, la Nación Inca, fuente de muchas utopías propias de la construcción de estados sin pobreza o exclusión, tam-bién tuvo sus propios parias o excluidos.

Desde el siglo XVI, en el naciente Perú, los gran-des señores étnicos y runas van a experimentar nue-

vas formas de exclusión. El encuentro o la invasión del mundo occidental significó vivenciar formas de exclusión asociadas a la discriminación étnica y cultu-

ral; ante lo cual han tratando histórica-mente, de buscar explicaciones des-de sus imaginarios para entenderlas, resistirlas y trans-formarlas. El mundo concebido dejó de tener validez y paso a ser una “subcul-tura” a la que se sobreponía una cultura oficial y/o occidental. Para algunos historia-dores, se marca el nacimiento de dos “naciones”, la “ofi-cial” que mira a oc-

cidente y la “no oficial” excluida, de raigambre andina, y desde la cual se entre-teje una historia de la que recibi-mos herencias e imaginarios que afectan nues-tras formas de entender y que-rer absolver la pobreza.

Desde los imaginarios an-dinos se asumió

estos cambios como un “Pachacuti”, es decir una “in-versión del orden”. Una especie de renacer de las per-

Las sociedades en sus procesos de desarrollo han aspirado de alguna manera, crear estados inclusivos, con políticas que en mayor o menor grado se aplicaron y vie-nen aplicando con este propósito

(*) Javier Ruiz Gutiérrez [email protected]

(*) Licenciado en educación. Presidente del Centro de Investigación y Promoción del Desarrollo Sostenible - CIPDES, miembro de la Red Interquorum desde el año 2002.

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El escritor peruano José María Arguedas, en su novela póstuma “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, apropián-dose de un antiguo mito andi-no, preveía el desafío del Perú construido sobre la base de la discriminación y que esta su-perposición de culturas, para construir un cambio de vida, no signifique un regreso al pasado sino la construcción de una nueva sociedad, donde haya inclusión y solidaridad. Este desafío se mantiene.

Aún hay mucho que reco-rrer en el camino de la inclu-sión social en el Perú, hay mu-chas herencias propias de las políticas sociales aplicadas por el Estado, que poco han hecho

por la integración, sino que más bien mantienen cicatrices y heridas abier-tas. Basta un simple análisis para ver que ni los programas sociales actuales hacen un impacto real so-bre la exclusión y la pobreza. Aún los indicadores más álgidos de pobreza y pobreza extrema, enfermedades, analfabetismo, violencia, etc.; se en-cuentran en zonas rurales y andinas. Es decir que la “exclusión” en la que el Perú oficial occidental mantiene a otra parte del país, va más allá de las privaciones económicas y pasa por la permanencia de desigualdades ante la ley, el recorte de las posibilidades de una vida digna y el ejercicio cabal de su ciudadanía.

La “pobreza”, de alguna mane-ra es la expresión más clara de esa exclusión, y desde la lógica andina también ha sabido conceptualizarse, recogiendo sus propios imaginarios con los que lee el mundo. Al pobre se le conoce como “waccha” o “uájcha”, palabra quechua que tiene un doble significado, ya que designa a alguien que tiene poco o nada (en estado de carencias materiales); pero, sobre

todo, es alguien que no tiene a nadie, sin parientes. Es decir, que no tiene familia, por ende se desarticula de su comunidad o sociedad (el excluido).

Esto tiene sentido en una sociedad donde lo in-dividual y lo colectivo, son dimensiones opuestas y complementarias. Donde el “ayllu” es el universo so-cial básico de todo individuo; es su familia extensa, que a demás se constituye en la base de su progreso. Los pobladores del ande, pese a su persistente po-breza material, han logrado sobrevivir y progresar len-tamente, debido a su organización social basada en el parentesco, a la acción colectiva o su organización

Por otro lado, en el Perú “oficial”, a decir de Alberto Flores Galin-do, “(…) el capitalismo imperante no necesita de ese mundo andino, lo ignora. Se propone desaparecerlo. Sobre todo ahora que tenemos nuevamente un discurso liberal, repetitivo y dirigi-do contra las formas de organización tradiciona-les”. Lo andino resiste y se apropia de nuevas formas y herramientas (occidentales) para so-breponerse e invertir el orden.

sonas que se asocia a un fenóme-no climático o un gran movimiento social que deriva en una transfor-mación total de las conciencias y por ende afecta a toda la socie-dad establecida. Lo que estaba arriba, pasa a estar abajo; los que dominan pasan a ser dominados. Estas lógicas de entender el mun-do subsistirán en el pensamiento campesino, rural y andino.

Por otro lado, en el Perú “ofi-cial”, a decir de Alberto Flores Galindo, “(…) el capitalismo im-perante no necesita de ese mun-do andino, lo ignora. Se propone desaparecerlo. Sobre todo ahora que tenemos nuevamente un dis-curso liberal, repetitivo y dirigido contra las formas de organización tradicionales”. Lo andino resiste y se apropia de nuevas formas y herramientas (occidentales) para sobreponerse e invertir el orden. Esto ha sido más evidente en el siglo XX, donde lo “oficial” por ejemplo proponía que para dejar la pobreza y llevar el desarrollo al ande era necesario introducir ra-zas superiores, lo que dio como origen políticas socia-les que promovieron la inmigración alemana, italiana, japonesa, etc. Las comunidades andinas “excluidas” comenzaron a gestar movimientos a favor para acce-der a la educación (al mundo letrado) y a la tierra. Además, especialmente a mediados de este siglo co-mienzan a inmigrar a las ciudades costeras, a apren-der y adaptarse a estas nuevas formas de raciona-lidad que se imponen desde lo oficial. Situación que se acrecienta con la guerra interna. Lima poco a poco con el correr de las décadas del siglo XX va dejando su raigambre virreinal para asumir un rostro emergen-te provinciano y andino.

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en comunidades campesinas. Los mismos imaginarios que a los migrantes provincianos los han ayudado a

salir de la pobreza económica en con-textos urbanos y costeros. El caso de los comercian-tes que progre-san en Gamarra (el mercado de confecciones más grande del Perú), es un buen ejem-plo, considerando que varios de los estudios sociales de los setenta sólo les asignaban roles periféricos destina-dos a una pobreza permanente.

Muchos de los programas socia-

les, que en los últimos años están tratando de cerrar las brechas de las carencias materiales y, sobre todo, sociales, han ignorado y continúan ignorando las ra-cionalidades andinas para enfrentar la pobreza. Por lo que lejos de contribuir a satisfacer las necesidades individuales y colectivas, sólo contribuyen a acelerar la desestructuración de los sistemas organizacionales

que tradicionalmente les han permitido mantener la cohesión comunitaria.

Una experiencia a tomar en cuenta es la rela-cionada con el impacto negativo de la masifica-ción de los comedores populares a nivel nacional, que se iniciaron como una práctica de sobrevi-vencia de las mujeres migrantes en las ciudades, que se organizaron sobre la base de relaciones de parentesco (familiar o comunal), para juntar sus escasos recursos y preparar de manera colectiva la alimentación para sus familias. Esta práctica, popular desde hace ya unas tres décadas, fue asumida por diferentes estamentos del Estado (gobierno central y locales), como un programa asistencial para atender la extrema pobreza. Esto con su correlato, que en los años siguientes se politizó y fue usado para ganar favores electora-les por los candidatos de turno.

En un estudio realizado el año 2003, en come-dores de las zonas de la serranía de Lambayeque, se estableció que si bien éstos habían contribuido a atender las necesidades básicas de alimenta-ción de gran parte de las comunidades; las reflexiones más profundas entre los comu-neros, llevaron a asociar la

llegada del progra-ma con la paulatina desaparición de los trabajos comuna-les o “minkas”, así como con el aumen-to de la “ociosidad”, una costumbre muy negativa y condenada por las sociedades andinas, donde históricamente el Ama Sua, Ama Quella, Ama Llulla (No seas ladrón, No seas ocioso, No seas men-tiroso), ha sido la base de la moral comunitaria.

Los mayores y las mujeres asociaban al comedor y la seguridad para el abastecimiento del alimento dia-rio, con la cada vez más común permanencia del hom-bre en la casa, (tradicionalmente, considerado como el proveedor del alimento familiar), sin desear salir a buscar trabajo. Esto también se asociaba al aumento del alcoholismo.

Esta realidad plantea un reto creativo para los que desde el Estado o la sociedad civil venimos im-plementando programas destinados a la lucha contra la pobreza. Hay que aprender (cada vez) a recoger las experiencias populares (sin desvirtuarlas o descontex-tualizarlas como ocurre con los comedores populares), con racionalidades e imaginarios andinos, buscando la inclusión, articulando redes de parentesco, solidarias y eficientes, tratando de hacer viable un país de todas las sangres.

Muchos de los progra-mas sociales, que en los últimos años están tratando de cerrar las brechas de las caren-cias materiales y, so-bre todo, sociales, han ignorado y continúan ignorando las raciona-lidades andinas para enfrentar la pobreza.

Hay muchas herencias propias de las políticas sociales aplicadas por el Estado, que poco han hecho por la integración, sino que más bien man-tienen cicatrices y heri-das abiertas.

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Ayuda en Acción califi-ca, por tanto, el desa-rrollo humano como un proceso de conquista de autonomía y eman-cipación ciudadana a través del cual las co-munidades con las que colaboramos aprenden a hacerse cargo de sus propias vidas y a resolver sus propios problemas

La propuesta y el compromiso de Ayuda en Acción

EDUCACIÓN DE CALIDAD EN LAS ZONAS RURALES DEL PERÚ

Promoción integral del protagonismo, así se denomina el paradigma que Ayuda en Acción viene impulsando en las comunida-

des rurales del Perú, país donde trabaja-mos, pues entende-mos que la pobreza no es sólo carencia de ingresos sino, prioritariamente, el resultado de la falta de poder de repre-sentación y de ser escuchados, lo que convierte a los po-bres en excluidos.

Ayuda en Acción califica, por tanto, el desarrollo humano como un proceso de conquista de autono-mía y emancipación ciudadana a través del cual las comu-nidades con las que colaboramos apren-den a hacerse cargo de sus propias vidas y a resolver sus pro-pios problemas.

El enfoque transversal que orienta y centra la ta-rea institucional es el desarrollo de capacidades de las personas, desde lo que ellas definen como sus necesidades más sentidas, con la mirada puesta en el “adueñamiento” de cada paso del proceso de de-sarrollo, de modo que las mismas comunidades como colectivo, y cada persona participante, sean los acto-res claves del proceso acordado.

Tal camino de expansión de la libertad para la con-quista comunitaria de la emancipación y autonomía sustentable requiere que las comunidades rurales se vayan transformando, progresivamente, en comunida-des educadoras.

Dar las respuestas adecuadas para vencer la po-breza, lograr decirse en el mundo, personal y comu-nitariamente, y hacer escuchar con poder sus espe-ranzas, requiere intensificar y fortalecer la educación rural desde la afirmación de su identidad cultural si,

como creemos, cada vez más el conocimiento ha de jugar un rol de palanca fundamental en la riqueza de los pueblos.

Así, la propues-ta educativa rural que Ayuda en Ac-ción facilita, con-templa dos espa-cios pedagógicos contiguos de inter-vención: la educa-ción escolar formal y la educación no formal o de adul-tos. Tanto en una como en otra, el objetivo a alcanzar es que las comu-nidades rurales se doten a sí mismas de los necesarios recursos humanos calificados y de

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las estrategias educativas oportunas, de modo que puedan transformar sus territorios, la organización y goberna-bilidad comunitaria y local, el sistema productivo y económico de acuerdo con las aspiraciones e intereses rura-les colectivos.

La propuesta para la educación formal considera como punto de par-tida definir, junto con las familias ru-rales, el perfil de la niña, el niño y el adolescente que se desea obtener tras el paso por la escuela y, una vez establecidos tales perfiles, construir el paradigma de centro escolar deseado por las niñas, niños, adolescentes y la comunidad rural.

Para un número considerable de familias rurales prescindir del trabajo cotidiano de sus hijas e hijos y facilitar-les la participación escolar constituye un importante sacrificio, por lo mismo, es necesario que la concurrencia a la escuela sea, por sus resultados, un aporte legitimado por su utilidad para el mejoramiento de las condiciones de vida de la familia rural.

Desde esta premisa la comunidad espera, entre otros logros, que la educación:

• Potencie las capacidades de sus hijas e hijos para enfrentar la vida.

• Integre el proyecto económico-productivo, la conservación del medio ambiente y la cultura propia en el proceso de aprendizaje.

• Permita conocer y uti-lizar las diversas técnicas y tecnologías, tanto las tradicio-nales pertinentes como las más modernas aplicadas al desarro-llo sostenible.

• Enseñe a gestionar con eficiencia los agronegocios que se establezcan en las escue-las.

• Desarrolle un ambiente de trabajo responsable en el que se respire la alegría de vivir y aprender solidariamente.

• Facilite el desarrollo de la autoestima propia, el respe-to y la equidad entre niñas y niños.

• Favorezca la participa-ción organizada en la cogestión escolar de los propios alumnos y alumnas para posibilitar el surgimiento de liderazgos de-

mocráticos.

• Logre aprendizajes de cali-dad en comunicación, expresión y razonamiento matemático relacio-nados con la realidad rural.

• Propicie la investigación de la historia comunal y campesina a través de las costumbres, las le-yendas y tradiciones e inserte su identidad personal en las raíces de la historia del campesinado.

Al desarrollarse la educación en zonas rurales el currículo de aprendizajes propone la metodo-logía CATE que comprende cuatro pasos: El primero, al que denomi-namos “Conocer” (C) está enfoca-do a investigar algún aspecto de la realidad rural inmediata. El segun-do paso es “Analizar” (A) un tema desde los conocimientos previos y la investigación realizada –de forma individual o en grupo– que luego se confronta con los diversos conoci-mientos que la humanidad ha ido acumulando al respecto. El tercero,

se denomina “Transformar” (T). Este paso es el más importante pues en él se pretende construir las solu-ciones para mejorar o transformar la realidad rural co-nocida o investigada. De este modo la metodología se constituye en un instrumento del que se adueñan las alumnas y alumnos para encarar los desafíos diversos de la vida. La “Evaluación” (E) es el último paso. En esta etapa del camino de aprendizaje son invitadas a participar las familias para exponerles el proceso se-

El objetivo a alcanzar es que las comunida-des rurales se doten a sí mismas de los necesarios recursos humanos calificados y de las estrategias educativas oportunas, de modo que puedan transformar sus te-rritorios, la organiza-ción y gobernabilidad comunitaria y local, el sistema productivo y económico de acuerdo con las aspiraciones e intereses rurales colectivos.

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guido y las conclu-siones de “trans-formación” que sus hijos e hijas pro-ponen respecto al tema estudiado.

Las unidades transversales de aprendizaje por su carácter interdis-ciplinario integran

en el currículo las realidades básicas de la vida rural: agua, medio ambiente, salud, agricultura, tradiciones orales, etc. mediante mapas del área circundante, re-gistros familiares, calendarios agrícolas y diagramas, entre otros.

Para integrar vida y aula, los centros escolares donde colabora Ayuda en Acción cuentan con fincas agrícolas dotadas con variados sistemas técnicos de riego y de cultivos, talleres de oficios, negocios pe-cuarios y salas de cómputo, de modo que el aula y los distintos emprendimientos, constituyan dos caras del aprendizaje ligadas entre sí, principalmente las referi-das al razonamiento matemático y la comunicación.

Las escuelas por su enfoque en el desarrollo del “protagonismo integral” se han dotado de sus propios gobiernos escolares, que promueven en las niñas, ni-ños y adolescentes actitudes y conductas democráti-cas participativas, ya que se pretende que el centro escolar sea hoy una realidad adelantada y tangible de la sociedad buena donde no existan exclusiones. En este contexto las niñas y niños se organizan en dis-tintos comités de servicio, estableciendo a menudo vínculos con otros grupos o proyectos comunitarios, desarrollando así hábitos positivos para la transfor-mación de todo aquello que impida la vida en dignidad en la comunidad local.

Para alcanzar los resultados que cada escuela de-sea lograr resultan actores claves los más de 2.300 maestras y maestros organizados que participan ac-tivamente en las 100 redes de interaprendizaje. Cada mes se reúnen para preparar conjuntamente los pro-cesos pedagógicos y las estrategias educativas acer-ca de los temas de estudio diversificados de acuerdo a las necesidades de sus alumnas y alumnos.

La educación se inicia en las comunidades rurales donde trabajamos, desde temprana edad porque so-mos conscientes que durante los tres primeros años de vida ocurre el mayor desarrollo del cerebro y de la capacidad intelectual del ser humano. Por este motivo no es posible dejar la educación a edades posteriores porque los efectos de la demora, para muchos bebés, podrían ser irreparables especialmente en zonas de pobreza aguda.

En los últimos años esta iniciativa de educación temprana ha permitido establecer 211 centros desti-nados a la educación y nutrición de infantes de cero a tres años, una iniciativa que ha sido aceptada con

Sólo una educación superior que tenga como punto de partida la investigación y aná-lisis de los problemas cotidianos que ocurren en las parcelas y em-presas rurales, y una formación enfocada en resolverlos tendrá sentido y acreditará su pertinencia y utilidad

Se pretende que el centro escolar sea hoy una realidad adelan-tada y tangible de la sociedad buena donde no existan exclusiones

gran optimismo por las familias involucradas, las cua-les participan activamente en los aprendizajes enfoca-dos a la consideración de las “guaguas” como sujetos del despliegue progresivo de su propia autonomía y comprendiendo su papel paterno-materno de acom-pañantes y facilitadores de tal despliegue, en lugar de considerar al bebé como “objeto” que se ha de mover de acuerdo a las pautas de los adultos. Un proceso que continúa encarando la educación inicial, desde el enfoque de la educación por el arte, hasta su incorpo-ración a la educación primaria.

Tanto en la educación primaria como en la se-cundaria, donde se concentran más de 92 mil estu-diantes, la enseñanza se desarrolla con los enfoques constructivo y de inteligencias múltiples, además de la metodología CATE descrita anteriormente. Ambas etapas concentran la mayoría de los esfuerzos institu-cionales con el propósito de que no se las identifiquen como etapas finales del desarrollo educativo, como ocurre frecuentemente, sino que se contemplen como estadios de acumulación de aprendizajes para otros estudios superiores.

Cabe señalar que en los últimos tres años el creci-miento de la escolaridad de las mujeres en el nivel se-cundario se ha elevado considerablemente. Su causa puede estar en la iniciativa “jóvenes emprendedores”. Constatamos que son las adolescentes quienes per-filan como imaginario futuro un proyecto de vida dife-rente del que realizan hoy las mujeres campesinas.

Difícilmente creemos, que las comunidades rura-les tengan un futuro de dignidad si sus actuales hijas e hijos no se convierten en los recursos humanos profe-sionales, técnicos y pedagógicos calificados que esa realidad precisa.

Por este convencimiento Ayuda en Acción incur-siona en diversos institutos superiores tecnológicos y agropecuarios ubicados en las áreas de desarrollo donde participa.

La propuesta en este sector educativo, trata de ofrecer a las y los estudiantes sopor-tes científicos, téc-nicos y tecnológicos que consoliden la visión y las prácti-cas del desarrollo sostenible y la agri-cultura de proceso sustentable. El enfo- que, coherente con las etapas educa-tivas precedentes, combina el conoci-miento de los funda-mentos teóricos de la agricultura soste-nible con las prácti-cas permanentes en el terreno. Sólo una

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educación superior que tenga como punto de partida la investigación y análisis de los problemas cotidianos que ocurren en las parcelas y empresas rurales, y una formación enfocada en resolverlos tendrá sentido y acreditará su pertinencia y utilidad y al mismo tiempo, abrirá fuentes de empleo a los jóvenes egresados en sus zonas, porque demostrarán con su práctica ilus-trada, soluciones eficientes para superar obstáculos que impiden encontrar salidas prácticas en el laberin-to de la pobreza.

La formación de técnicos, promotores rurales y líderes del desarrollo y gobernabilidad local en el seg-mento de la población adulta, completa la propuesta educativa.

De la misma manera que es necesaria la formación de docentes para la educación formal, es imposible pensar en un desarrollo sostenible si las comunidades rurales no promueven desde el interior de ellas mis-mas y autogeneran “los maestros” que expandan la educación técnica y organizativa necesaria.

Para tal fin, se está diseñando y ejecutando un cu-rrículo para formar los recursos humanos necesarios a través de un plan de carrera que comprende varios ciclos.

El primer ciclo está centrado en equipar científica y técnicamente al campesino o campesina que desee obtener la titulación de productor(a) eficiente. Su examen final estará centrado en la evaluación de su área transformada en finca agroecológica y la aplica-ción científica y técnica de la agricultura de proceso en la misma, así como la rentabilidad alcanzada.

El segundo ciclo está destinado a formarlo como promotor especialista. Las personas de este nivel, durante un año, manejan aprendizajes en los que se combinan la formación teórica aplicada a la práctica centrada en adquirir la especialidad en la opción ele-gida: gestión de microempresas, sanidad animal, fru-ticultura, entre otras.

El tercer ciclo es para quien pretende graduarse como maestro(a) extensionista. Su currículo, aproba-dos los dos anteriores, se extiende durante dos años conjugando fundamentos científicos y prácticas diver-sificadas agrícolas y pecuarias integrales.

Al final de cada ciclo los formadores y las comuni-dades confieren el título en cada etapa, una vez eva-luadas las prácticas realizadas durante el tiempo de la educación y escuchados los sustentos doctrinales y pedagógicos de las mismas.

Con el fin que la propuesta educativa abarque otros aspectos fundamentales de la vida rural, en los últimos tiempos ha abierto sus puertas la Escuela de Promotores del Desarrollo y la Gobernabilidad Local, que contempla la formación de líderes para el forta-lecimiento de las organizaciones campesinas, su in-terrelación más allá de lo local y cualificar su gestión

con el propósito de elevar la participación pública en los gobiernos locales, de modo que estos sean partici-pativos y representativos de los intereses rurales.

Finalmente, no queremos pasar por alto que par-tiendo de la educación, que es un proceso que refleja el respeto a la dignidad de las niñas, niños y adoles-centes, nuestra propuesta educativa trata de ofrecer las mejores infraestructuras escolares y equipamien-tos didácticos y pedagógicos posibles para reducir cada vez más la brecha que separa a los excluidos.

Ayuda en Acción considera que se influye en la autoestima de las y los estudiantes si estos cuentan con centros educativos acogedores, dotados con ins-talaciones lúdicas y deportivas y cuyas aulas, además de luminosas, permiten la pedagogía activa y en equi-po. Con tal propósito, contando con la colaboración de las propias comunidades, se han logrado construir 652 escuelas y rehabilitado 131 aulas en las zonas en las que trabajamos. Estos centros así construidos en muchas zonas del Perú, son también utilizados más allá del horario escolar, es el caso de los centros cul-turales de los caseríos.

Con frecuencia, además de otras actividades for-mativas, las aulas y otros espacios comunitarios están abiertos a la alfabetización. Pretendemos que en lo posible todos los miembros de la comunidad cuenten con una educación básica, de modo que la población maneje un acerbo común de conocimientos para en-frentar los desafíos cotidianos.

El programa de alfabetización denominado Re-flexión-Acción no consiste en un manual impuesto a personas “ignorantes” ya que estas personas han demostrado tener el conocimiento necesario para sobrevivir bajo condiciones, a menudo, extremada-mente duras. Por el contrario, el programa se basa en una combinación del Diagnóstico Rural Participativo (DRP) y la propuesta de Paulo Freire.

El enfoque parte del conocimiento, creencias y experiencias diarias que las personas ya poseen, de modo que desarrollen en conjunto un proceso de aprendizajes que refleje y responda a los intereses de los participantes para construir sus nuevos “saberes”, lo cual permite que los analfabetos asuman el control del mismo proceso.

En síntesis, hemos expuesto con gruesos pinceles la experiencia que Ayuda en Acción impulsa en las co-munidades, a través de las poblaciones y los equipos técnicos institucionales, por una educación de calidad para todos y todas. Un compromiso que asumimos hace varios años y que seguimos manteniendo para mejorar la calidad de vida de las personas en las zo-nas rurales del Perú.

Juan Ignacio Gutiérrez FuenteDirector Nacional

Fundación Ayuda en Acción

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La participación hay que cuidarla con dedicaciónPLANES, PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS Y FORTALECIMIENTO DE LA CIUDADANÍA

El Perú recuperó importantes espa-cios democráticos con la caída del régimen fujimontesinista. Enton-

ces, como parte significativa del movimiento social en nuestro país, los jóvenes jugaron un importante papel. Esta recuperación de derechos ciudadanos se expresó en múlti-ples dimensiones de la vida social, política y económica del país. Obviamente entre los hechos más destacados estuvo la convoca-toria a nuevas elecciones nacionales demo-cráticas para elegir a nuestros representan-tes en el poder ejecutivo y el parlamento nacional.

En ese proceso de apertura democráti-ca en múltiples espacios de la vida nacional, fue muy importante la demanda social de transparencia en los hechos de gobierno, en

la gestión de recur-sos públicos y final-mente en el propio manejo general del Estado. Detengá-monos allí, en una pequeña muestra de este proceso de apertura hacia una democracia más real y efectiva: los planes de desarro-llo concertado y los presupuestos par-ticipativos.

Es algo sabido que los procesos

sociales son complejos y no avanzan en forma certe-

ra, sino que también ocurren retrocesos y vaivenes. Este parece ser el caso de los Planes de Desarrollo Concertado y los Presupuestos Participativos en la esfera municipal. Como resultado de un enorme es-fuerzo nacional hoy en día muchos de los municipios provinciales y distritales del país cuentan con planes de desarrollo que a manera de una guía de viaje se constituyen en una herramienta técnica para orientar el desarrollo de sus comunidades al haber fijado ob-jetivos, metas y estrategias a corto y mediano plazo principalmente. En muchos casos este proceso ha su-puesto grandes esfuerzos ya que, sobre todo en los pequeños municipios rurales –que constituyen la ma-yoría en el país– no se cuenta con los recursos técni-cos ni económicos adecuados como para asumir esta tarea de una forma plenamente satisfactoria. Pero la voluntad política también ha contado mucho, así como la cooperación de la sociedad civil al desarrollo para enfrentar el reto.

Fue muy importante la demanda social de transparencia en los hechos de gobier-no, en la gestión de recursos públicos y finalmente en el pro-pio manejo general del Estado.

(*) Sociólogo, especialista en temas urbanos, profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP. Ha sido regidor y secretario municipal de Desarrollo Urbano de la Municipalidad Metropoli-tana de Lima y alcalde de Barranco. Actualmente es miembro del Programa Urbano de desco y consultor en temas de participación y desarrollo urbano.

Mario Zolezzi Chocano (*) [email protected]

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El resultado alcanzado actualmente se expresa en la experiencia más o menos exitosa de cientos de mu-nicipios convocando a su comunidad de vecinos y ciu-dadanos para, concertadamente, construir planes de desarrollo que orienten a sus gobiernos locales, guia-dos por el aporte participativo (también lo han hecho así pero en menor medida los gobiernos regionales). Estos planes, que son una guía sumamente importan-te para ordenar los planes institucionales de los muni-cipios, no han conseguido sin embargo, incorporarse plenamente en los procesos de gestión en estos espa-cios del aparato del Estado.

Junto a los planes de desarrollo se han puesto en marcha procesos de planificación participativa anual en lo que se conoce como presupuestos participati-vos. Supuestamente, y en muchos casos ha sido así, el presupuesto participativo aprobado por los ciudada-nos que voluntariamente se han integrado en este pro-ceso al inscribirse como agentes participantes, debe

guiarse por los planes de desarro-llo para definir las acciones, obras y actividades a eje-cutar durante el año próximo para el cual se planifica. Sin embargo, la experiencia vivida en los primeros dos años de este proceso ha sido la de muchas organizaciones sociales, vecinos y ciudadanos que han preferido apostar por conseguir de sus municipios recursos para pequeñas obras de infraestructura, dando prioridad a la obra tradicional de ladrillo y cemento antes que apostar por cambios de otra calidad.

Sin embargo, durante los últimos años hemos sido testigos de como lentamente las organizaciones so-ciales inscritas como agentes participantes en los pro-cesos de formulación del presupuesto participativo de su municipio han comenzado a preocuparse más por

Sin embargo, la expe-riencia vivida en los primeros dos años de este proceso ha sido la de muchas organiza-ciones sociales, veci-nos y ciudadanos que han preferido apostar por conseguir de sus municipios recursos para pequeñas obras de infraestructura, dando prioridad a la obra tradicional de la-drillo y cemento antes que apostar por cam-bios de otra calidad.

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el mediano plazo, el fortalecimiento de capacidades y el desarrollo eco-nómico, aunque la ciudadanía toma mayor conciencia sobre sus derechos sociales, y en me-nor medida sobre los derechos cívi-cos y políticos.

Pero también se han hecho presen-tes algunos riesgos que amenazan el avance, así como la mayor calidad y fi-nalmente la propia institucionalización que pueda lograr-se con los proce-sos de planifica-ción participativa y de formulación y

ejecución de los presupuestos participativos: el des-crédito de la participación y los pobres resultados al-canzados, incluyendo la limitada transparencia en la rendición de cuentas de muchas autoridades elegidas por el pueblo.

De lo que se trata ahora es, entonces, salir triun-fantes en un escenario en el que las cortas experien-cias (y por tanto experiencias nuevas de aprendizaje de la participación y la democracia ciudadana en la acción y gestión del aparato del Estado en el nivel mu-nicipal) de poner en marcha los planes de desarrollo y

La situación de los planes y presupues-tos participativos se parece a la de un árbol frutal al que de pronto se quiere talar cuando recién empieza a dar sombra, porque los frutos de sus primeras cosechas son pobres, en lugar de pensar en cultivarlo mejor, abo-narlo, desparasitarlo y conseguir mejores y mayores frutos la próxima temporada

los presupuestos parti-cipativos, han enfrenta-do muchos problemas. Haciendo una metáfo-ra, la situación de los planes y presupuestos participativos se pa-rece a la de un árbol frutal al que de pronto se quiere talar cuando recién empieza a dar sombra, porque los fru-tos de sus primeras co-sechas son pobres, en lugar de pensar en cul-tivarlo mejor, abonarlo, desparasitarlo y conse-guir mejores y mayores frutos la próxima tem-porada.

La verdad es que enfrentamos una situa-ción en la que la ciuda-

danía, en medio de un escenario neoliberal y casi sin partidos, acomete una nueva agenda social, que se abre a la participación, pero sin experiencia respecto a lo que significa la planificación concertada. Si bien existen algunos estudios que dan cuenta parcialmente de los problemas que se enfrenta, lo cierto también es que en muchos casos este escenario de participa-ción termina cayendo en tierras pantanosas de mani-pulación, paternalismo y falta de visión de mediano plazo, ahogando sus posibilidades de avanzar hacia niveles superiores de cogestión de políticas públicas, en agendas plagadas de tan solo demandas por obras públicas y servicios básicos.

Ante este escenario es pertinente abrir el debate sobre la necesidad de fortalecer la agenda pública lo-cal, y en última instancia nacional, para enriquecerla con los nuevos elementos que la agenda social plan-tea en las experiencias más avanzadas de los planes de desarrollo y presupuesto participativo. Esto es, el tema del desarrollo de capacidades de la ciudadanía, la redistribución más equitativa de los recursos pú-blicos y la riqueza nacional (lo que implica abrir un debate franco sobre los ingresos, el empleo y los re-gímenes tributarios) y la inclusión en el mercado de amplios sectores hoy excluidos y marginalizados por las formas como acomete la globalización en nuestro país.

Para decirlo de otra manera, las llamadas refor-mas de segunda generación exigen desde el Estado, pero también desde la ciudadanía, fortalecer los me-canismos de transparencia y alentar la organización social democrática participativa, particularmente en los espacios municipales, escenarios privilegiados del encuentro entre sociedad civil y Estado. Esta es tam-bién una tarea importante para los jóvenes que aun no se enfrenta de la mejor manera en nuestro país.

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¿TRABAJADORAS... O ESCLAVAS DEL HOGAR?

“A los 7 años entré a trabajar en servicio doméstico. Mi mamá primero me ofreció a sus familiares, para que trabajara allí pero éstos no aceptaban porque decían que todavía estaba para criarme. Finalmente, una pariente de mi madre, me aceptó. Allí nos levantábamos como a las 3.30 am. Si no me despertaba, me echaba agua fría. Yo ayudaba a cocinar, a trapear, a servir a los parroquianos y a lavar el servicio. Me acostaba cerca de las 11pm. Todo el tiempo tenía sueño. Estuve allí cerca de dos años; me fui porque me pegaba mucho, incluso delante de la gente. Yo no le contaba a mi mamá porque no quería que estuviera triste; ella me veía una vez a la semana. Nunca recibí nada; si entregaron dinero, fue a mi madre.” (Sofía Mauricio)

Esta historia no ha sido extraída de ninguna novela mexicana. No hace falta, pues es una historia real, desafortunadamente más co-

mún de lo que quisiéramos creer. El caso de Sofía se asemeja al de miles de niñas que no sólo son explo-tadas económicamente, sino además maltratadas psi-cológica y físicamente; e, incluso algunas otras veces, hasta acosadas y abusadas sexualmente, al realizar

un trabajo tan dig-no como cualquier otro.

En los últimos meses, sin embar-go, desde el Opera-tivo “Empleada Au-daz”, hablar sobre las trabajadoras del hogar, parece estar de moda. El operati-vo tuvo la virtud de motivar en muchos la reflexión sobre las condiciones de trabajo de este im-portante grupo de personas, condicio-nes tan difíciles que

llevaron a dar una ley, en el año 2003, para regular su labor, aunque, lamentablemente, en la práctica, esta ley se cumple muy pocas veces.

Estadísticas del Ministerio de Trabajo nos dicen que actualmente existen 454.626 trabajadoras del ho-gar, la mayoría mujeres muy jóvenes (70% tiene entre 14 y 34 años), con un bajo nivel educativo (la mayoría con primaria o secundaria inconclusa) e incluso sin instrucción y que trabajan en condiciones muy vulne-rables (sólo el 14,8% cuenta con seguro social) por un Es necesario pregun-

tarnos por qué la ley sólo contempla 15 días de vacaciones para las trabajadoras del hogar, el medio sueldo de CTS y un sueldo de gratificación al año, es decir la mi-tad de los beneficios sociales que reciben el resto de trabajadores

(*) Rocío Peñafiel Garreta / (**) Jorge Torres Padilla [email protected]

(*) Abogada de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Trabaja en el área de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Asociación Pro Derechos Humanos - Aprodeh, miembro de la Red Interquorum desde el año 2000

(**) Economista de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Trabaja en la Asociación para la Investigación y Desarrollo Integral - AIDER, en formulación de proyectos vinculados a manejo sostenible de recursos naturales con poblaciones rurales.

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salario bastante bajo (apenas 300 soles mensuales en promedio).

La situación incluso podría ser más dramática si tenemos en cuen-ta reportes de algunas ONGs que trabajan con ellas. Según la Me-moria 2006 de la Asociación Gru-po de Trabajo Redes - La Casa de Panchita, el 20% de las empleadas registradas allí, en el año 2006, fue-ron menores de 14 años de edad, las cuales ganarían incluso menos que el promedio. Algunas veces és-tas sólo reciben propinas, que en el mejor de los casos suman 150 soles en un mes.

Es así que, en amparo a este grupo humano, altamente vulnera-ble por las características mencio-nadas de pobreza, minoría de edad, origen andino, quechuahablantes y mujeres; se promulgó la Ley Nº 27986, el 3 de junio de 2003, también llamada “Ley de las Trabajadoras del Hogar”, en la que se establecie-ron los períodos de pago, beneficios sociales (Com-pensación por Tiempo de Servicio - CTS, descanso semanal, trabajo en días feriados, vacaciones, gratifi-caciones, entre otros); y, recientemente, teniendo en cuenta que más del 80% de las empleadas del hogar en el Perú trabaja cama adentro y están expuestas al abuso y acoso sexual, se publica el 24 de enero de 2007 la Ley Nº 28963, que establece penas de 12 a 18 años de prisión, por violación sexual contra traba-jadoras del hogar, entre otros casos.

Cabe men-cionar que la mayoría de las veces, los am-bientes que se dan a las tra-bajadoras del hogar como dor-mitorios, son es-pacios inadecua-dos que carecen de privacía y seguridad y que las exponen aun más a acosos y abusos sexua-les.

Parte del debate actual se plantea en la disyuntiva respecto a la eficacia de las diferentes es-trategias que se siguen. ¿Contri-buyen realmen-

te a mejorar la si-tuación de las trabajadoras del hogar este tipo de acciones y leyes? ¿cómo fiscalizar su cumplimiento efectivo sin generar una represalia contra ellas?

Por ejemplo, muchos empleado-res ahora piden trabajadoras “sin estudios”, según alertaron en la Aso-ciación Grupo de Trabajo Redes, que-riendo decir con esto que aceptan únicamente a trabajadoras que no estudien, a pesar que el artículo 17 de la Ley para Trabajadoras del Hogar establece expresamente el derecho a la educación para ellas, señalando que “el empleador deberá brindarle las fa-cilidades del caso para poder garanti-zar su asistencia regular a su centro de estudios fuera de la jornada de trabajo”. Éste es solo un ejemplo de las muchas disposiciones de la ley que actualmente los empleadores cumplen en muy raras y honrosas excepciones.

Por otro lado, si bien la Ley Nº 27986 no fija un sueldo mínimo para las trabajadoras del hogar, al-gunas voces se alzan para pedir que se homologue con el de cualquier otro trabajador del sector privado. En sentido contrario, hay quienes argumentan que la exigencia de un sueldo mínimo podría tener efectos contraproducentes sobre este sector que se quiere proteger. Debemos considerar la realidad peruana donde muchas empleadas del hogar trabajan para fa-milias (incluso a veces conformadas por madres solte-ras) cuyos ingresos son muy bajos (en algunos casos, incluso, apenas superan los S/. 500 nuevos soles) e

Sin embargo, como también han alertado ellas, el problema no es sólo económico. El problema es también esencialmente un asunto cultural. Las trabajadoras del hogar resumen en ellas, casi todas las discrimi-naciones que se dan en nuestro país: ser mujer, ser pobre, ser andina y ser quechua-hablante.

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Sin embargo, como también han alertado ellas, el problema no es sólo económico. El pro-blema es también un asunto cultural. Las trabajadoras del hogar resumen en ellas, casi to-das las discriminaciones que se dan en nuestro país: ser mujer, ser pobre, ser andina y ser que-chuahablante. Más allá de rea-les problemas económicos que, efectivamente, afectan a buena parte de nuestra población, el (mal) trato a las empleadas del hogar ha sido y todavía es mo-neda común con la que mucha gente paga este trabajo.

Tratarlas con horizontali-dad, revalorar la dignidad de su trabajo, percibir con respeto

las diferencias culturales e idiomáticas existentes, sin ninguna duda, son gestos gratuitos pero que contri-buirían en gran medida a mejorar la autoestima y cali-dad de vida de las empleadas del hogar. Contribuirían, además, a reducir las brechas sociales, étnicas y cul-turales que impiden que nuestro país pueda encon-trar una identidad y un proyecto nacional con el que todos, independientemente de las razas y condición socioeconómica, nos sintamos identificados.

Detrás de esta lucha no hay una idealización de-magógica sobre las trabajadoras del hogar, pues ellas son tan humanas como cualquiera de nosotros. Esta lucha únicamente quiere contribuir a crear las condi-ciones para que, así como Sofía Mauricio, cuyo testi-monio da inicio a este texto y que es ahora Coordina-dora de la Asociación Grupo de Trabajo Redes - Casa de Panchita, muchas niñas o mujeres puedan encon-trar en este trabajo, a pesar de todas las dificultades, una forma de salir adelante y no una forma soterrada de esclavitud.

Por cierto, quizá tampoco sabíamos que el 30 de marzo, es el Día de las Trabajadoras del Hogar. Si bien cambiar la ley directamente, no está en nuestras manos, sí podemos hacer un cambio en nuestras pro-pias actitudes. Ahora que sabemos, por ejemplo, de este importante día, hagámosles un reconocimiento a estas dignas trabajadoras. Asimismo, vayamos más allá de la ley y tratémoslas como quisiéramos ser tra-tados, con justicia, otorgándoles, al menos en nues-tras casas, los derechos que les corresponden. Con esto ya estamos contribuyendo en algo a cambiar la realidad.

Tratarlas con hori-zontalidad, revalorar la dignidad de su trabajo, percibir con respeto las diferencias culturales e idiomáti-cas existentes, sin nin-guna duda, son gestos gratuitos pero que contribuirían en gran medida a mejorar la autoestima y calidad de vida de las emplea-das del hogar.

inestables (vende-dores ambulantes, taxistas, etc.), por lo que resulta poco realista suponer que estos hoga-res podrán pagar S/. 500 nuevos soles a sus em-pleadas. Una fisca-lización sobre este punto, probable-mente lo único que generaría es que las empleadas del hogar pierdan su puesto de trabajo.

De la misma manera, es nece-sario preguntar por qué la ley sólo contempla 15 días

de vacaciones para las trabajadoras del hogar, medio sueldo de compensación por tiempo de servicios y un sueldo de gratificación al año, es decir la mitad de los beneficios sociales que reciben el resto de trabajado-res. ¿No es acaso el trabajo del hogar un trabajo tan digno como cualquier otro? ¿no podría haber, acaso, en estas diferencias un trasfondo cultural que refleja el hecho que nuestra sociedad las sigue considerando como ciudadanos de segunda categoría? ¿o más bien, habrá sido acaso una estrategia de progresividad para ir incorporando paulatinamente en la ley sus derechos económicos, a fin de reducir la resistencia de quienes se oponen a reconocerlos?

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JÓVENES, MIGRACIÓN Y FUTURO

Qué esperan del futuro los jóvenes del Perú? ¿la opción de emigrar, la de pasar algunos años en el exterior, es acaso la más popular entre ellos? ¿o

muchos de sus padres y familiares) no es acaso un deseo legítimo, que no debiera motivar mayores pre-ocupaciones? O es que detrás de esta “libre opción” se halla una advertencia que no sólo la sociedad, sino principalmente el Estado debiera tomar en cuenta: un país que no propicia expectativas entre sus jóvenes, un país que no ofrece un futuro promisorio y sosteni-ble para sus actuales y futuros ciudadanos, ¿qué posi-bilidades de verdadero desarrollo puede tener?

Como el antropólogo Teófilo Altamirano (2003) explica, las consecuencias de la crisis económi-ca y el conflicto armado interno experimentados en los ochenta, motivaron que entre 1989 y 1994 más de 380 mil personas dejaran el país. En sólo el año 2000, por la inestabilidad política reinante, el total fue de 180 mil. Los años siguientes registrarían canti- dades ascendientes, llegando a un total de 399 mil tan sólo en el 2004, es decir, 19 mil personas más que las registradas en los primeros cinco años de la década del 90.

Las expectativas, proyecciones e identidades de los jóvenes pe-ruanos se cons-truyen a partir de la interacción constante entre sus referentes locales y aquéllos que en la globali-dad circundan.

Gisela Luján Andrade (*)[email protected]

ro personal y familiar, el 70% no apostaba por el Perú como el mejor escenario para alcanzarlas y casi el 50% declaraba que entre sus pla-nes estaba la emigración al exterior en los próximos cinco años. Casi 3 años después, no sabemos cuántos de estos jóvenes lograron hacerlo, sin embargo, sinto-mático fue ver que el futuro auspicioso al cual aspira-ban no parecía yacer dentro de su propia tierra.

Ahora bien, ¿el que los jóvenes quieran tentar me-jores oportunidades en el extranjero (como lo hicieron

(*) Egresada de la Maestría en Ciencias Políticas de la PUCP, mención política comparada y licenciada en Comunicación de la Universidad de Lima, con especialidad en periodismo político y comunica-ción para el desarrollo. Investigadora para el Perú de Landmine Monitor (www.icbl.org/lm) y ex Coordinadora General de Palestra, portal de asuntos públicos de la PUCP (www.palestra.pucp.edu.pe). Experiencia profesional como investigadora en desminado humanitario y asistencia a víctimas, medios de comunicación y política, ciudadanía y juventud; asimismo, en gestión, organización y edición de contenidos de medios electrónicos, miembro de la Red Interquorum desde el año 1999.

¿más bien se trata de la única forma vista como posible para alcanzar su autorrealización personal?

Ya lo había demostrado una encuesta realizada por Apoyo en el 2004: mientras el 80% de los jóvenes limeños encuestados mani-festaban tener expectati-vas positivas para su futu-

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Un país que no ofrece un futuro promisorio y sostenible para sus actuales y futuros ciudadanos, ¿qué po-sibilidades de verda-dero desarrollo puede tener?

En el 2005, 307 mil jóvenes entre 20 y 29 años dejaron el país por diversos motivos –turismo, estudios, tra-bajo y/o residencia–; del mismo modo, según un estudio realizado por investigadores del Centro de Investiga-ción de la Universidad del Pacífico (CIUP), del casi millón de peruanos registrados en el exte-rior hasta el 2003, el 27,7% eran estu- diantesLlegado el 2005, la cantidad de peruanos al exte-

rior ascendió a 2,8 millones. De entre ellos, ¿cuántos eran jóvenes? Lamentablemente datos sobre este particular no existen, sin embargo, dando un rápido vistazo a algunos otros es posible afirmar que el por-centaje era –y es– nada despreciable: según la Direc-ción General de Migraciones y Naturalización - Dige-min, en el 2005, 307 mil jóvenes entre 20 y 29 años dejaron el país por diversos motivos –turismo, estu-dios, trabajo y/o residencia–; del mismo modo, según un estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico - CIUP, del casi millón de peruanos registrados en el exterior hasta el 2003, el 27,7% eran estudiantes.

Pero, ¿cómo se explica este marcado crecimiento? ¿acaso la situación económica y política del país era comparable a lo vivido en los 80 e inicios de los 90? ¿qué determinó esta tendencia creciente por querer partir? Y si nos centramos en los jóvenes, ¿qué re-lación guarda ésta con las pocas esperanzas que los jóvenes tienen en el futuro del país?

Perú: ¿buena tierra para una buena vida?

Cuando las necesidades y las expectativas de los habitantes de un país no son acordes a los re-cursos y las opor-tunidades que su entorno les ofrece, las ganas de partir aumentan, siendo los sectores con mayor preparación los primeros en

actuar: al respecto Alta- mirano confirma que desde 1980 el movi-miento migratorio inter-nacional de peruanos se ha caracterizado por grandes flujos de profesionales calificados y no calificados.

Esta necesidad, culturalmente aceptada, es lo que nos lleva a propiciar el análisis sobre las posibles consecuencias que el legítimo deseo de tener nuevas experiencias y conocer el mundo más allá de sus pro-pias fronteras, devenido en obligación (las carencias económicas o la falta de oportunidades laborales nos llevan a creer que la única salida para alcanzar el de-sarrollo está en el extranjero), trae en el futuro desa-rrollo de nuestro país no sólo en lo económico, sino también en lo social, cultural y político.

¿Cómo construyen los jóvenes sus pers-pectivas de futuro?

Las expectativas, proyecciones e identidades de los jóvenes peruanos se construyen a partir de la interacción constante entre sus referentes locales y aquéllos que en la globalidad circundan. A través de los medios masivos de comunicación y la internet es que adquieren su concepción del mundo, siendo la industria del entretenimiento la principal fuente de los modelos o estereotipos que guían sus valoracio-nes sociales. De este modo, el consumismo así como los modelos de desarrollo personal y éxito que se ajustan a la lógica de acumulación de capital y éxito económico, se van asentando cada vez con más fuer-za en el imaginario del joven peruano.

De otro lado, al nacer y crecer en un mundo que se globaliza, –por decisión o porque no les queda de otra– ven que las barreras geográficas ya no son im-posibles de atravesar. Las imágenes y discursos a los que acceden les dicen que todo es posible. Una

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virtual “omnipotencia” se inserta en sus conciencias. De este modo, surge un o una joven que cree que todo es posible, que el futuro está en sus manos. Idea más que legítima, por cierto, pero que cuando va de la mano con la creciente desesperan-za del propio entorno, cuando crece junto al sentimiento de desconfianza hacia el sistema que supuestamente nos ordena, hace que el punto de to-lerancia o expectativa para insistir en el desarrollo dentro del país se vuel-va nulo.

Y si a todos estos factores de desesperanza generalizada añadi-mos el de la limitada movilidad in-ternacional que implica tener un pasaporte peruano, entonces las proyecciones de desarrollo y autorrea-lización que se van construyendo en el imaginario de los jóvenes peruanos se sitúan cada vez más lejos del escenario nacional.

Entonces, presenciamos el encuentro conflictivo entre los hijos de una generación que se ve a sí misma como la principal responsable de su futuro, y su entor-no inmediato, que se hace pequeño y contrario a todo lo que se desea alcanzar.

¿El resultado?

Estamos frente a una generación con grandes y legítimas expectativas para su futuro pero con pocas o nulas esperanzas en su entorno para alcanzarlas. Estamos frente a individuos que no se sienten identi-

ficados con su sociedad y que aprenden a crecer de espaldas a ella, alimentan-do un sentimiento de des-confianza y desarraigo que los lleva a vivir el presente en función de un futuro que es visto no como una continuidad sino como una ruptura, como un nuevo comenzar, lejos del país.

El reto a superar

Es imperativo enton-ces que el país y particu-larmente el Estado com-prendan que el desarrollo llegará solo si se presta mayor atención a este sector de la población que asciende a los cinco millo-nes y que dentro de poco

deberá asumir las principa-les riendas del país.

En tal sentido, para afrontar el reto de desarrollarnos en tiempos de globalización es importante que el país se concentre en hacer de la calidad el principal objetivo de su accionar. Invertir en el conocimiento –no sólo técnico, también humano, social y político– nos dará un plus competitivo internacionalmente. La educación y el conocimiento serán entonces las principales armas a cultivar, a fin de asegurar un desa-rrollo sostenible y con capacidad no sólo para adaptarnos como país a las exigencias de la globalidad sino también para ser partícipes activos

de su transformación en pro de nuestros intereses y características.

Asimismo, resultará fundamental que se resuelvan grandes taras sociales y culturales que sólo han con-tribuido a dividir la sociedad, tales como la discrimina-ción, el clientelismo, el populismo, el autoritarismo, la corrupción. La desconfianza en las instituciones tam-bién es un reto a resolver pues alimenta el desarraigo de los jóvenes, primero con su sistema, luego con su país.

Resulta entonces esencial que nos pongamos a pensar en el futuro que el país puede ofrecer a nues-tros jóvenes. Y actuar para construir aquel escenario que no sólo les genere confianza y expectativas, sino que esté en la capacidad de integrarlos y crear en ellos un sentimiento de identificación y responsabili-dad para con su propia sociedad.

Actuar para construir aquel escenario que no sólo les genere confianza y expecta-tivas, sino que esté en la capacidad de integrarlos y crear en ellos un sentimiento de identificación y res-ponsabilidad para con su propia sociedad

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Reforma del Estado y las políticas públicas de juventud:

¿HACIA DÓNDE VAMOS?

La necesidad de reforma del Es-tado peruano ha

sido tema recurrente en cada uno de los regímenes democráticos de nuestro pasado reciente; sin em-bargo, las medidas adopta-das no han pasado de ser disposiciones aisladas, ca-rentes de una visión clara de conjunto, e insuficien-tes como medidas de fon-do para lograr resultados mínimamente alentadores. Severos en el discurso, los

sucesivos gobier-nos han sido extre-madamente tími-dos a la hora de las decisiones.

La “nueva re-forma del Estado”, iniciada en este gobierno, al pare-cer, se basa en el ahorro, –aunque no se hable de los despedidos en el sector público– y, en apariencia, mira el gasto eficiente a

través de la coordinación y adopción de medidas ten-dentes a evitar la duplicidad de funciones y de ejecu-ciones en las instituciones públicas.

En orden a lograr ese objetivo, el gobierno decidi-dió fusionar entidades. Al decidirse por la fusión, debía asegurarse que los únicos resultados sean el ahorro, la simplicidad y la eficacia; y, por su puesto, que la tal fusión no produzca la desaparición de la función.

Por ello, dentro de esta “nueva reforma”, debe-mos preguntarnos ¿dónde quedan los jóvenes?; es decir, ¿cuál es la visión del gobierno en torno a las políticas públicas transversales de juventud?, ¿cómo espera implementar las mismas? ¿cuál es el mensaje que se puede obtener de la fusión producida?

La “nueva reforma del Estado”, inicia-da en este gobier-no, al parecer, se basa en el ahorro, –aunque no se hable de los despedidos en el sector público– y, en apariencia, mira el gasto eficiente a través de la coordi-nación y adopción de medidas tendentes a evitar la duplicidad de funciones y de ejecu-ciones en las institu-ciones públicas.

(*) Ex - Presidenta de la Comisión Nacional de la Juventud. CNJ/Conaju (marzo 2003 a noviembre 2005) Ex - Presidenta de la Organización Iberoamericana de la Juventud, en representación del Estado Peruano (noviembre 2004 a noviembre de 2005).

(*) Carmen Inés [email protected]

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La reciente “fu-sión por absorción” de la Comisión Na-cional de la Juven-tud CNJ/Conaju por el Ministerio de Educación, se pue-de abordar desde las ópticas política, técnica o acadé-mica. Nos importa determinar si ella atiende a la nece-sidad de rectoría y coordinación de las políticas de juven-tud o si significa una mayor aten-ción al menor gas-to antes que a la trascendencia de

los grandes objetivos que deben alcanzarse en esta materia.

Si atendemos al enfoque o paradigma de trabajo con jóvenes, coincidiremos en que es necesario verlos como ciudadanos, actores estratégicos del desarrollo nacional (Cfr. Decreto Supremo Nº 061-2005-PCM que aprueba los Lineamientos de Política Nacional de Juventud).

Por ello, es indudable que visualizarlos desde el ámbito únicamente educativo, recreativo, deportivo y cultural supone un cambio de enfoque, no declarado expresamente. Desde el Ministerio de Educación - Mi-nedu, el joven queda reducido a un tratamiento tutelar y formativo. Por ello, cabe preguntarse ¿el joven es únicamente un ser en formación? ¿cuál es la idea que se tiene sobre juventud? ¿acaso no pueden aportar

Pero si aguzamos la visión, advertiremos que de lo que se trata es de articular los programas, organi-zarlos en torno a una visión coherente y no únicamente reducir el gasto, al mismo tiem-po que se reduce el enfoque o se pierde la visión del conjunto.

los jóvenes al desarrollo del país?

Las políticas públicas en materia de juventud no son un asunto sencillo; son materia más bien comple-ja. Para citar un ejemplo, sólo en el año 2004 –según un estudio de la CNJ/Co-naju–, el Estado peruano, entre los 14 ministerios y la Presidencia del Consejo de Ministros - PCM, tenía 112 programas, proyectos y actividades dispersos y desarticulados, con diver-sos enfoques de trabajo, destinados a los jóvenes; todo lo cual irrogaba un gasto aproximado de 2.200 millones de nuevos soles (incluyendo el presupuesto asignado a las universida-

des públicas) –aproximadamente 5% del presupues-to nacional de ese año–; sin contar con los diversos proyectos y programas que existen a nivel regional y local. Esta realidad parecería apoyar la medida adop-tada; pero si aguzamos la visión, advertiremos que de lo que se trata es de articular los programas, organi-zarlos en torno a una visión coherente y no únicamen-te reducir el gasto, al mismo tiempo que se reduce el enfoque o se pierde la visión del conjunto.

Los más de 7 millones de jóvenes representan el 30% de electores que se ven afectados por el desem-pleo (cerca de 1 millón 200 mil no estudia ni traba-ja), enfermedades de transmisión sexual, embarazos precoces (30% de adolescentes que tienen 19 años de edad, ya son madres o están embarazadas), dro-gas, pandillaje, desigual acceso a una educación de calidad, pobreza (34,5% en pobreza extrema), ente otras circunstancias, que se agravan si hablamos de la población joven rural, discapacitada, indígena o de la mujer joven.

Las políticas públicas deberían recoger la comple-jidad del término joven y, por ello, deben ser diferen-ciadas. La población joven rural representa el 29,8% y la urbana el 70,2%; sólo el 7,1% de todos los jóve-nes de las zonas rurales acceden a la educación su-perior universitaria y de 390 mil jóvenes que egresan anualmente de la educación secundaria, no trabajan ni estudian 166 mil (Cfr. Estudios de la CNJ/Conaju, basados en la Encuesta Nacional de Hogares - Enaho 2003 - 2004)

Entonces cabe preguntarnos ¿se deben aplicar las mismas políticas públicas para las diversas juven-tudes? ¿puede sólo un sector, coordinar y evaluar el impacto de las políticas de juventud?; si un organismo público con rango ministerial adscrito a la PCM, en

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4 años de creación no pudo implantar este proceso, ¿po-demos creer que el Ministerio de Educación, desde su enfoque parcial, pueda hacerlo?

En definitiva, con esta “fusión por absorción”, se ha olvidado el ca-rácter transversal de las políticas de juventud, es decir que el enfoque del trabajo con jóvenes se debe incorporar en todas las políticas de Estado, en to-das sus etapas, a nivel de los sectores y de los gobiernos regionales y locales; siendo para ello necesario contar tam-bién, con una institución gubernamental específica que vele, promueva, evalúe y busque la coordinación e integración sistémica de dichas políticas, y que las traduzca en acciones gubernamentales. Y es que no se trata de fusionar sino, fundamentalmente, de articular y coor-dinar, voluntad ésta que no se percibe en la fusión dispuesta.

Pero existe aun, en este proceso de absorción, otro gran debate, ¿cómo se piensa abordar la incidencia de los jóve-nes en las políticas públicas? ¿qué pasa con el Consejo de Participación de la Juventud - CPJ? ¿cómo se logrará una participación más eficiente de las juven-tudes del Perú?

Pareciera entonces, que el gobierno no se ha interesado en debatir, en con-formar un equipo institucional serio que pueda explicar qué y cómo trabajar con jóvenes; no se conoce de procesos par-ticipativos (que involucren a jóvenes y sus organizaciones, asociaciones que trabajen con y/o para jóvenes, expertos, políticos y técnicos) de los cua-les se puedan recoger aportes en torno a cómo mejo-rar un Sistema Nacional de Juventud, recibir propues-tas, compartir visiones y sobre todo, corregir errores o proponer reformas compatibles con los lineamien- tos de la política nacional de juventudes.

La instancia pública o gubernamental necesita una serie de condiciones para llevar adelante un real proceso de coordinación y articulación de las políti-cas públicas transversales que incluyan a los jóvenes.

En primer orden, vo-luntad política, para emprender un tra-bajo serio con ellos; en segundo lugar, contar con políticas específicas y con un organismo para el efecto (se tienen los olvidados Lineamien-tos de Política Na-cional de Juventud, el Plan Nacional de Juventud y la institu-ción, CNJ/Conaju).

Se requiere, ade-más, contar con es-tudios de base para

saber abordar el tema y generar indicadores (los estudios se ha-bían realizado por parte de la CNJ/Conaju y faltaba profundi-zar en la generación de indicado-res conjuntos de las políticas de los diversos sectores dirigidos a jóvenes). Es importante conocer el tema de juventud para elaborar la estrategia de inclusión y coordi-nación. Es sumamente importante disponer de recursos suficientes (se contó con un presupuesto re-ducido y el recurso humano cam-bió conforme cambiaba el titular). Pero, por sobre todo, se necesita participación, no sólo de los jóve-nes, también de los adultos, que deben entender porqué son im-portantes los jóvenes y abrirles espacios de inclusión.

Como se ve, las medidas adoptadas en la reciente reforma parecen atender a lo accesorio sobre lo principal; al ahorro, sin importar el logro de los objetivos de fondo. Pero el tema de los jó-venes es de tal trascendencia que necesitamos proclamar, una vez

más, la importancia de la adopción de medidas claras que no maquillen el ámbito de la juventud sino que importen una visión integral y una voluntad política de trabajar con ellos.

Cuando hablamos de jóvenes, nos referimos a un recurso humano clave para el desarrollo nacional, que no debe quedar excluido, que requiere de oportunida-des para demostrar su potencial para contribuir con el progreso del país, lo cual no sólo es un deber sino, fundamentalmente, un derecho.

Las medidas adopta-das en la reciente re-forma parecen atender a lo accesorio sobre lo principal; al ahorro, sin importar el logro de los objetivos de fondo. Pero el tema de los jóvenes es de tal tras-cendencia que necesi-tamos proclamar, una vez más, la importan-cia de la adopción de medidas claras que no maquillen el ámbito de la juventud sino que importen una visión integral y una voluntad política de trabajar con ellos

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PANORAMA ACTUAL DE LA JUSTICIA

En un mundo cada vez más globalizado en lo económico, en lo social y en algunos aspec-tos en la justicia, se observa con frecuencia

que en diversos lugares del orbe se fortalecen o se revelan con más fuer-za las diversidades de distinto signo.

En este escenario de difuminación de fronteras y de rela-tivización de las so-beranías nacionales, la concepción de Es-tado/Nación pasa a ser un concepto que merece ser revisa-do, no sólo de cara a los elementos que lo conformaron en sus orígenes, sino también de cara a la relación de funcionalidad que los es-tados actuales tienen con cada una de las realidades a las que deben responder.

En América Latina y especial-mente en el Perú el Estado se es-tableció como calco y copia de las experiencias europeas, hoy este mo-delo se encuentra en crisis porque es incapaz de responder a la realidad y a las necesidades existentes.

El Perú es un país multirracial, pluricultural, altamente centralizado y con escaso desarrollo democrático. En esta realidad uno de los sectores que menos desarrollo tiene es el sis-tema de administración de justicia, caracterizado por un fuerte burocra-tismo, ritualidad, y “escrituralidad”, visión dualista del derecho que con-

sidera que hay un derecho interno de observancia obligatoria y hay “otro derecho extranjero” constituido por el Derecho Internacional de los Derechos Huma-nos que no se conoce y no se aplica, los que sumados

al espíritu inquisitorial de los magistrados y la persistente voca-ción de intromisión del fuero militar (que busca excluir a los mi-litares perpetradores de los juicios por vio-laciones de derechos humanos) lo convier-ten en el poder del Es-tado más resistente al cambio.

Frente a la ilegiti-midad de las autorida-

des y la escasa o nula capacidad del Estado para generar políticas económico sociales que garanti-cen el disfrute de derechos para toda la población se privilegian respuestas represivas, convirtien-do así, al derecho penal en “prima ratio”, herramienta de respuesta frente a la problemática social económica o ilegitimidad del Es-tado.

En el caso peruano las princi-pales fuentes de conflicto son la desatención de necesidades bá-sicas (trabajo, salud, educación); conflictos socioambientales, ge-nerados por actividades económi-co extractivas; ilegitimidad de las autoridades por corrupción; falta de transparencia o autoritarismo; y en cuarto lugar está el problema de la inseguridad ciudadana.

En el caso peruano las principales fuentes de conflicto son la desaten-ción de necesidades básicas (trabajo, salud, educación); conflictos socioambientales, ge-nerados por actividades económico extractivas; ilegitimidad de las auto-ridades por corrupción; falta de transparencia o autoritarismo; y en cuar-to lugar está el problema de la inseguridad ciuda-dana

(*) Alejandro Silva [email protected]

(*) Abogado, defensor de derechos humanos, ex secretario adjunto de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, profesor universitario, miembro de la Red Interquorum desde el año 1997.

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Frente a los fenómenos de conflicto social el Estado responde, generalmen-te, “huyendo hacia el derecho penal”, al uso de la fuerza y al endurecimiento de las penas, medidas que son vistas erró-neamente como la “mejor muestra” de eficiencia de cara a la población que exi-ge seguridad, incluso a costa del recorte de sus derechos.

Contribuyen a fortalecer esta ten-dencia los discursos hegemónicos so-bre las llamadas “nuevas amenazas” como la pobreza, el populismo, el nar-cotráfico, las organizaciones criminales transnacionales, el tráfico de armas, signadas como caldo de cultivo de mani-festaciones terroristas o de criminalidad compleja, y que deben ser enfrentadas desde un nuevo concepto de seguridad nacional que tiene como una de sus principales estrategias la intervención de las fuerzas armadas, en el marco de una vaga definición de terrorismo que abre escenarios de alto riesgo para las violaciones de derechos humanos, además de la impu-nidad para alguno de los actores intervinientes, vía la firma de convenios de inmunidad.

En otros aspectos de nuestra realidad, como parte de la cultura judicial heredada, en nuestro sistema de justicia penal poco se ha avanzado en la práctica de respetar los derechos de los procesados, menos aun los derechos de las víctimas.

Respecto a los primeros muy frecuentemente se aplica inversamente el principio de presunción de

Nuestra multicultura-lidad ha generado res-puestas alternativas de justicia, las mismas que están reconocidas en la Constitución, éstas se ejercen en los colectivos quechuas, aimaras y amazónicos y son competentes para resolver conflic-tos surgidos entre miembros de estos colectivos, justicia al-ternativa que goza de gran legitimidad entre estas poblaciones

inocencia, más bien desde su detención el procesado está compelido a demos-trar su inocencia, siendo además la gran mayoría de estas personas parte de los colectivos sociales más excluidos o discriminados.

Por otro lado las víc-timas son totalmente ex-cluidas de los procesos, en la ficción que el fiscal las representa, así como a la sociedad, con lo que el Estado se apropia de los procesos y “extraña” a la víctima de estos, restando toda posibilidad de partici-pación.

Nuestra multiculturalidad ha generado respuestas alternativas de justicia, las mismas que están reconocidas en la Constitución, éstas se ejercen en los colectivos quechuas, aimaras y amazónicos y son competentes para resolver conflictos surgidos entre miem-bros de estos colectivos, justicia alternativa que goza de gran legi-timidad entre estas poblaciones.

Otra justicia “híbrida” es la justicia de paz, este segmento de la justicia oficial está constituido por jueces elegidos directamente en las poblaciones rurales o urba-no marginales, que dictan justi-cia según su conciencia, sentido común y observan únicamente el marco constitucional, conforman más del setenta por ciento de la estructura de jueces y procesan más del sesenticinco por ciento de las causas “menores” exis-tentes, con niveles de aceptación

muy superiores a los de los llamados jueces técnicos, no observan los procedimientos burocráticos ni los largos plazos de aquellos y privilegian la relación de inmediación con los actores del proceso.

Finalmente las rondas campesinas, desde los años setenta se han constituido en “soporte policial alter-nativo” de estas “justicias de los pobres”.

Ante la ausencia o ineficiencia del Estado las per-sonas fortalecen o crean respuestas marginales alta-mente legitimadas.

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... el trabajo de la Comisión de la Verdad (CVR) ha servido para generar nuevos esce-narios para la justi-cia restaurativa, y el rescate de la verdad. Una de las principales conclusiones a las que arribó esta comisión fue la relación indes-ligable que existe entre los conceptos de justicia, verdad, y reparación...

ción y elementos probatorios para iniciar los procesos y construyó un mapa de ubicación de lugares de entierro de víctimas de ejecu-ciones extrajudiciales que hoy se están descubriendo para deter-minar hechos y responsabilidades penales, asimismo dejo sentadas las bases para el establecimiento de instancias especializadas en la investigación y procesamiento de las violaciones de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.

Como se puede ver este vasto y complejo escenario de la admi-nistración de justicia es uno de los principales retos que deben enfrentar los representantes del Estado que realmente quieren le-gitimar el sistema democrático.

Jusiticia

En el Perú el trabajo de la Comisión de la Verdad (CVR) ha servido para ge-nerar nuevos escenarios para la justicia restaurativa, y el rescate de la verdad. Una de las principales conclusiones a las que arribó esta comisión fue la re-lación indesligable que existe entre los conceptos de justicia, verdad, y repara-ción, por lo que los procesos de judicia-lización de las violaciones de derechos humanos y el derecho internacional hu-manitario deben ser acciones que con-tribuyan a restaurar los derechos y la dignidad a las víctimas, individuales y colectivas, así como a sus familiares.

Al finalizar su labor la CVR entregó al Ministerio Público cuarentiocho ca-sos que hoy están siendo procesados en su mayoría, también evidenció las responsabilidades de los actores esta-tales en el conflicto, generó informa-

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Corte Suprema

Consejo Ejecutivo

OCMA

Cortes Superiores

Academia de la magistratura

Módulos básicos de justicia

Gerencia general

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Organigrama del Poder Judicial

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Los primeros meses de cualquier gobierno son un buen pretexto para examinar su ges-tión, hacer un alto, reconocer los avances

positivos y llamar la atención sobre aquellos otros que no marchan adecuadamente –es decir si es que no se han alejado de la línea ofrecida en campaña electoral–. Repasemos brevemente algunos hitos “a manera de balance” de los prime-ros meses de gobierno del Presidente Alan García Pérez:

Aciertos acompa-ñados del respaldo po-pular de la población le han significado rédi-tos políticos, como por ejemplo la “evaluación censal” a los docen-tes de la educación peruana, en donde el sindicato más grande

del país (el Sindicato Úni-co de Trabajadores en la Educación del Perú - SU-TEP) no ha sido capaz de afrontar la avalancha de la opinión pública en su contra, este aspecto junto con el discurso de auste-ridad (incluidas las denun-

LAS ABSORBENTES MEDIDAS EN TORNO A LA

DESCENTRALIZACIÓN

cias de frivolidad del anterior gobierno peruposibilista con Alejandro Toledo a la cabeza) son señales que “caen bien” a la población, y se encuentran entre los aspectos más positivos.

Pero no cabe duda que la demagogia y el afán me-diático de las intervenciones (en realidad campañas) del primer mandatario de nuestro país, han sido el de-

Pero no cabe duda que la demagogia y el afán mediático de las intervenciones (en realidad cam-pañas) del primer mandatario de nues-tro país han sido el denominador común durante este tiempo (y parece ser que lo continuará siendo)

(*) Jaime Paredes Calla [email protected]

(*) Bachiller en Derecho, miembro de la Red Interquorum Arequipa, Responsable de desco en el Proyecto Vigila Perú en Arequipa que ejecuta el Grupo Propuesta Ciudadana, Coordinador del Núcleo Arequipa del Partido Constructores Perú, articulista del diario El Pueblo. Blog: www.ciudadanojaimeparedes.blogspot.com

nominador común durante este tiempo (y parece ser que lo continuará siendo), por ejemplo la persistencia en el imposible legal de instituir la pena de muerte (in-cluso a través de un referéndum, lo cual también es un imposible legal) y la desactivación de las prefecturas (25) y subprefecturas (192) como “gran logro” para el ahorro económico del Estado, cuando las goberna-turas (1.812) continúan vigentes y son las que más recursos económicos demandan al erario nacional.

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Hay que reconocer que la reforma del Estado es un tema importante que esperamos pueda concretar-se eficientemente, sosteniendo un amplio y real deba-te multidisciplinario y multisectorial, pero también hay que lamentar que el gobierno no concerte en aspec-tos importantes como la descentralización, desactivar el Consejo Nacional de Descentralización - CND sin consulta previa, es por demás lamentable, también que no se quiera avanzar en la vía de convocar a las empresas mineras y plantearles la renegociación de los “contratos de estabilidad tributaria”, en aras de obtener mayores recursos para el fisco a través de un impuesto a las sobreganancias, sobre este particular el gobierno ni siquiera lo ha intentado, prefiriendo más bien “pasar el sombrero” y apelar a la “buena volun-tad” de las grandes mineras, como si el aporte volun-tario al que se han comprometido fuera suficiente en relación a las excesivas ganancias por la explotación de los recursos que son de todos los peruanos.

Luego de contextualizar sucintamente el estado de las cosas, nos vamos a concentrar en la desactivación del Consejo Nacional de Descentralización - CND, que se hizo efectiva luego que un decreto supremo de la Presidencia del Consejo de Ministros - PCM así lo dispuso (D. S. 007-2007-PCM) con la denominación de “fusión por absorción”.

Si de fortalecer el proceso de descentralización se trata, el camino de la eliminación de instituciones como el CND es incorrecto, la medida adoptada por el Ejecutivo podría equiparse a la desactivación del Poder Ejecutivo (simplemente porque no existe una

adecuada administración de justicia o se genera gasto al presupuesto público, o existe demasiada corrupción en dicho poder del Estado), lo cual no es posible.

Detrás de la “fusión por absorción” del CND en la PCM es manifiesta la señal del Poder Ejecutivo de recentralizar las decisiones sin la participación de los principales actores del proceso (presidentes regiona-les y alcaldes provinciales y distritales, además del propio Congreso de la República), la PCM estaría adquiriendo un brazo más, sin mayor relevancia que una secretaría como órgano de línea dependiente de su secretario general, sin capacidad de decisión algu-na, y dejando a una resolución ministerial disponer las medidas complementarias de desarrollo de la descen-tralización, para la conducción de la principal reforma que –con sus bemo-les– se mantiene en el tiempo. Acaso hubiera sido mejor, previa consulta a los principales actores, conferir rango cons-titucional al CND y corregir su compo-sición, ampliando la representación de los gobiernos regionales y gobiernos locales.

Lamentablemen-te esta última no ha sido la vía del gobier-no central, por lo que

Si de fortalecer el proceso de descentra-lización se trata, el ca-mino de la eliminación de instituciones como el CND es incorrecto, la medida adoptada por el Ejecutivo podría equiparse a la desactivación del Poder Ejecutivo

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consideramos positiva la dación del dictamen de la Comisión de Descen-tralización, Regionalización, Gobiernos Locales y Modernización de la Gestión del Estado del Congreso de la Repú-blica que aprueba el proyecto de ley “que consolida el proceso de descen-tralización implementando mecanismos intergubernamentales y modifica diver-sos artículos de la Ley 27783 (Ley de Bases de la Descentralización) y de la Ley 27867 (Ley Orgánica de Gobiernos Regionales)”.

Medularmente este proyecto de ley sobre el que el pleno del Congreso de la República decidirá su aprobación, encarga la conducción concertada del proceso de descentralización al Conse-jo Intergubernamental de Descentrali-zación - CID evaluando el cumplimiento de esta política de Estado con arreglo al mandato constitucional (artículo 188 de la Constitución Política).

El CID, como ente rector del proce-so de descentralización, estaría repre-sentado por los tres niveles de gobier-no, y adscrito presupuestariamente a la Presidencia del Consejo de Ministros.

La conformación del Consejo Intergubernamental de Descentralización que propone el proyecto de ley, sería como sigue: 5 representantes del Poder Ejecuti-vo (uno de los cuales sería el Presidente del Consejo de Ministros, quien lo presidiría), 5 representantes de los gobiernos regionales, 2 representantes de los gobiernos locales provinciales y 3 representantes de los gobiernos locales distritales. Los representantes serían elegidos o designados, según corresponda, por un período de dos años.

Lo importante de la iniciativa legal es que el responsable político de la ejecución de los acuerdos del Consejo Intergubernamental de Descentralización sería el Presidente del Consejo de Ministros, lo que garantizaría una adecuada conducción del proceso, pero de manera concertada al más alto nivel de decisión política del gobierno, sobre la base de las siguientes funciones:

a) Definir las prioridades del proceso de descentralización y evaluar sus avances.

b) Aprobar el Plan Nacional de Regio-nalización para la conformación de regiones, así como las estrategias de fomento de la coordinación interregional y de mancomuni-dad municipal; y supervisar su implementa-ción.

c) Señalar las prioridades del proceso de transferencia de funcio-nes programas, organismos y recur-sos a los gobiernos regionales y loca-les; y supervisar su cumplimiento.

d) Aprobar el Plan de Desarro-llo de Capacidades de los gobiernos regionales y locales y evaluar su cumplimiento.

e) Vigilar la promoción del de-sarrollo territorial, en coordinación con el Centro Nacional de Planea-miento Estratégico - Cepla.

Asimismo, la Secretaría Técnica del CID recaería en la Secretaría de Descentralización de la Presidencia del Consejo de Ministros (que se im-plementó luego de la fusión por ab-sorción del fenecido Consejo Nacio-nal de Descentralización), brindando el soporte técnico, administrativo y logístico necesario; lógicamente, la Secretaría de Descentralización desempeñaría sus funciones en el

marco de los acuerdos y orientaciones adoptados por el CID.

Quizá a raíz de la desactivación del CND sea preciso emplazar al gobierno central, para que deje de ser absorbente en las medidas y decisiones que adopte, si de precisar mejor el término se trata, nos remitimos a la Real Academia de la Lengua Española que por absorber entiende “que trata de imponer su voluntad a los demás”. En Palacio de Gobierno y en la Presidencia del Consejo de Ministros debieran re-flexionar seriamente sobre sus absorbentes actitudes que poco ayudan a construir el país que queremos los peruanos: un Perú de ciudadanos y sin exclusiones.

Quizá a raíz de la desactivación del CND sea preciso emplazar al gobier-no central, para que deje de ser absorbente en las medidas y decisio-nes que adopte, si de precisar mejor el término se trata nos remitimos a la Real Academia de la Len-gua Española que por absorber en-tiende “que trata de imponer su voluntad a los demás”

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Remuneración de los alcaldesANÁLISIS SOBRE LAS ÚLTIMAS MEDIDAS QUE ESTABLECEN CRITERIOS PARA SUS INGRESOS

A manera de introducción, es necesario recor-dar los principales precedentes legislativos que intentaron regular la remuneración de

los alcaldes y las dietas de los regidores, tal es así, que tenemos: i) la Ley Orgánica de Municipalidades, que en sus artículos 12 y 21, regula que el monto de la remuneración del alcalde y el de las dietas es fijado dis-crecionalmente de acuerdo a la “real y tangible capacidad económica” del gobierno local (...); ii) la Ley 28212, que entre otros, crea la Unidad Remu-nerativa del Sector Público - URSP, y establece que los alcaldes provincia-les y distritales reciban una remune-ración mensual que es fijada por el

concejo municipal correspondiente, en proporción a la población electo-ral de su circuns-cripción, hasta un máximo de cuatro y un cuarto URSP; y que los regido-res, perciban die-tas, que en ningún caso puedan supe-rar en total el trein-ta por ciento (30%) de la remuneración

mensual del alcalde; iii) el Decreto Supremo N° 046-2006-PCM, que establece el monto de la URSP para el año 2007, en S/. 2.600,00 (dos mil seiscientos con 00/100 nuevos soles); iv) el Decreto de Urgencia N° 038-2006, que recalca el régimen de dietas de los

regidores, modifica algunas denominaciones y pone topes a los ingresos de los funcionarios y servidores públicos (6 URSP); y finalmente, iv) el Decreto Supre-mo N° 025-2007-PCM.

El Decreto Supremo N° 025-2007-PCM (que debe salir publicado, conforme la Ley 28212, entre el 27 de abril y el 27 mayo de 2004), regula los parámetros para la determinación de los ingresos máximos de los alcaldes, estableciendo como único criterio la “pro-porción de la población electoral”; es decir, obvia el criterio establecido en la Ley Orgánica de Municipa-lidades, relacionado a la “capacidad económica” del gobierno local; asimismo, y curiosamente, a diferencia de todas las normas que mencionamos en el primer

El Decreto Supremo N° 025-2007-PCM, regula los parámetros para la determinación de los ingresos máxi-mos de los alcaldes, estableciendo como único criterio la “pro-porción de la pobla-ción electoral”; es decir, obvia el criterio establecido en la Ley Orgánica de Munici-palidades, relacionado a la “capacidad eco-nómica” del gobierno local.

Omar Candía Aguilar (*)[email protected]

(*) Abogado, coordinador del proyecto que ejecutó el Consorcio Justicia Viva en el Distrito Judicial de Arequipa (2003 - 2005), miembro de la Red Interquorum desde el año 2000.

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párrafo, no plantea los criterios y topes máximos re-munerativos que debe percibir un presidente regional y por consiguiente los consejeros regionales. Además, otorga sin explicación motivada y racional, asignacio-nes adicionales a los alcaldes de las municipalidades de las capitales de departamento y de la Provincia Constitucional del Callao, a las municipalidades de las capitales de provincia, así como a los alcaldes de las municipalidades distritales de la Provincia de Lima y de la Provincia Constitucional del Callao, que fluctúan entre S/ 1.300,00 y S/. 2.600,00 nuevos soles.

Sin embargo, consideramos que los puntos más álgidos del Decreto Supremo N° 025-2007-PCM, es-tán relacionados con: i) la adecuación de las remune-raciones de los alcaldes, en los subsiguientes 15 días de entrada en vigencia de esta norma, y ii) la vulnera-ción a la autonomía, que constitucional y legalmente, gozan los gobiernos locales.

Respecto a este segundo punto, la autonomía ple-na de los gobiernos locales, que implica entre otros, la capacidad de crear, recaudar y administrar sus rentas e ingresos propios y aprobar sus presupuestos institu-cionales en el marco de la Ley de Gestión Presupues-taria del Estado y la Ley Anual del Presupuesto, se ve mellada por esta disposición, y ello, consideramos en parte (aunque no es justificante), por la irresponsa-bilidad de los regidores que no supieron cautelar los intereses de la población, estableciendo remunera-ciones exorbitantes para los alcaldes, con el objetivo de contar con mejores dietas, es decir, primaron sus intereses personales.

La adecuación de las remuneraciones de los alcal-des es un tanto compleja; primero, porque la remu-neración se fija dentro del primer trimestre del año

en gestión, es de-cir, hasta el 31 de marzo, por lo que, la mayoría de muni-cipalidades, ya han establecido la remu-neración del alcal-de y regidores; se-gundo, las normas entran en vigencia a partir del día si-guiente de su publi-cación (...); ninguna ley tiene fuerza ni efectos retroacti-vos salvo en mate-ria penal (...); por la teoría de los hechos cumplidos, la ley se aplica a las conse-cuencias de las rela-ciones y situaciones jurídicas existentes (...), es decir, una ley resulta aplicable a un hecho siempre y cuando éste no se haya cumplido bajo el amparo de la anti-gua norma (...). Por lo que, las municipalidades que tendrían la obligación legal de adecuarse, son todas aquellas que aún no han establecido la remuneración de sus alcaldes. Fi-nalmente, es necesario recordar, que ninguna norma (ley y normas de menor jerarquía) pueden contravenir el mandato constitucional y legal.

Las normas entran en vigencia a partir del día siguiente de su publicación (...); nin-guna ley tiene fuerza ni efectos retroactivos salvo en materia penal (...); por la teoría de los hechos cumplidos, la ley se aplica a las consecuencias de las relaciones y situacio-nes jurídicas existen-tes (...), es decir, una ley resulta aplicable a un hecho siempre y cuando éste no se haya cumplido bajo el amparo de la antigua norma (...)

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Red Interquorum Apurímac¡SIEMPRE UN PASO ADELANTE!

Es difícil creer que actualmente exis-tan jóvenes que dediquen su tiem-po y recursos a realizar actividades

académicas y de proyección social dirigidas a sensibilizar a la sociedad, formar nuevos líderes jóvenes y en resumen, brindar las herramientas necesarias para que los jóvenes puedan empo-derarse en la sociedad, sin embargo para los jóvenes que integran la Red Interquorum Apu-rímac, esta actividad es cotidiana y desde sus orígenes en el año 2001 ya han realizado nume-rosas actividades de carácter local, nacional e internacional.

La tarea no es fácil, supone romper viejos paradigmas, y aunque suene paradójico: “Hay que aprender a desaprender”, los jóvenes de Interquorum son concientes de que cada día el mundo va cambiando, cambios que no se pue-den mirar con indiferencia, si no más bien adap-tándose a ellos, es por eso que en enero del presente año convencida del nuevo auge tecnológico en los procesos educativos, la Red Interquorum Apurímac ha lanzado el curso virtual “Desarrollo de habilidades so-ciales y relaciones interpersonales”, curso que contó con la participación en línea, de más de 70 participan-tes nacionales e internacionales.

Obviamente que estos logros no se alcanzan de manera individual, si no sobre la base de la planifica-ción y el trabajo en equipo. Por la Red Interquorum Apurímac, han pasado varios jóvenes que hoy, profe-sionales ya, ocupan puestos importantes en diversas instituciones locales.

El 20 de marzo del presente año, la Red Interquo-rum Apurímac, en conferencia de prensa, suscribió un convenio con la Universidad Tecnológica de los Andes, mediante este convenio ambas instituciones organiza-rán y desarrollarán programas de estudio y desarrollo académico en temas de interés para la juventud en general, así mismo la universidad como estímulo al trabajo ad-honorem que realizan los integrantes de la Red Interquorum Apurímac, otorgó 2 becas integrales de estudio para que los miembros destacados de la red puedan estudiar gratuitamente en esta universi-dad particular.

¡La misión no está cumplida, recién empe-zamos!

Con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert, Fundación Ayuda en Acción y el Fondo de Población de las Nacionales Unidas - UNFPA, la Red Interquorum Apurímac ha desarrollado los siguientes eventos: Interquorum Regional (2001), Interquorum Regional (2003), Taller de formación de inductores modera-dores y facilitadores (2004), Interquorum Macro Regional del Sur (2004), Interquorum Nacional Feme-nino (2005), Interquorum Macro Regional Rural del Sur (2006) y el Interquorum Internacional Masculino (2007), en alianza estratégica con instituciones locales como la Universidad Tecnológica de los Andes, ONG CICCA, Mesa de Concertación y Lucha Contra la Pobreza y la Defensoría del Pueblo entre otros, se desarrollaron además, foros sobre el ALCA y debates sobre la integración regional, se realizaron campañas anticorrupción y eventos deportivos como el “Campeonato de la Amistad” con la Copa Inter-quorum, y se ha donado también una importante cantidad de libros a la Universidad Tecnológica de los Andes, La Universidad Micaela Bastidas y la Biblioteca Municipal de Abancay.

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Base IQ 2007SISTEMATIZANDO LA INFORMACIÓN EN TIEMPO REAL

El funcionamiento de toda organización depende en gran medida de la forma en cómo ésta es capaz de manejar su información. Saber en cualquier

momento, de una manera confiable y actualizada, con qué recursos cuenta y cuáles son sus logros, puede darle una ventaja significativa al momento de tomar decisiones que sean oportunas para seguir consolidándose en un entorno tan competitivo como el actual.

En este contexto, se hizo necesario que la Red Interquo-rum, acorde a las tendencias organizacionales, cuente con un registro organizado de los integrantes, amigos, aliados y actividades de cada una de las redes, que permita la mejor administración y utilización de estos recursos, para el logro de sus metas como organización.

Es así, que como parte de nuestras iniciativas, se de-sarrolló una aplicación informática que facilita la organiza-ción de la información y que sirve de soporte para el trabajo con aliados locales a través de estadísticas reales. Gracias

al aporte de la Red IQ Lambayeque podemos decir que esta idea se ha hecho realidad. Flor de María Delgado Pé-rez y Héctor Antonio Barba Nanfuñay, egre-sados de ingeniería de sistemas e integrantes de la Red IQ Lambaye-que, fueron los encar-gados de viabilizar este sistema que ya es una útil herramienta con la que cuenta nuestra Red Interquorum.

De esta forma, se cumple entonces con una de las tareas encargadas que contribuirán al exitoso desarrollo de la Base de Datos IQ 2007.

Página web IQLO VIRTUAL HECHO REALIDAD…

Una forma sencilla y económica de mostrarse al mundo ya sea como empresa, organización o institución es el sitio web, mediante esta herra-

mienta podemos dar a conocer quiénes somos, qué hacemos y ofrecer a un sin fin de personas nuestros productos y/o servicios. En una época como la actual el internet es el medio de comunicación más accedido y utilizado por todos, el dejar de aprovechar la oportunidad de publicitarnos es negarnos la posibilidad de ingresar a nuevos mercados cerrándonos en nuestras fronteras.

Con el propósito de promocionar el trabajo realizado por los miembros de la Red Interquorum se llega a deter-

minar la necesidad de contar con un sitio web, que sirva como puerta de en-lace entre todos los interquoristas, así como con aquellas personas e institu-ciones que confían en la labor realizada por la red, además de estar presente para todos aquellos

interesados en ser partícipes de un cambio liderado por jó-venes. El sitio web de Interquorum está, dedicado a mostrar todas las actividades IQ mediante artículos e imágenes de cada uno de los eventos nacionales e internacionales, permi-tiéndonos de esta forma conocer más de cerca la labor rea-lizada por las diferentes redes, gracias al apoyo de cada uno de nuestros aliados estratégicos, según las áreas temáticas en las que trabajan.

La página web es un aporte de la Red IQ Cochabamba - Bolivia, representada por una de sus integrantes Laura Flo-res Llano, titulada de la carrera de ingeniería de sistemas y apoyada por todo el equipo de la Red Interquorum Nacional Perú. Gracias a este trabajo voluntario es que se llega a es-trenar el sito web de Interquorum a mediados del mes de diciembre del año 2006.

El pujante espíritu de Interquorum llegó a traspasar las fronteras peruanas, formándose redes IQ en países vecinos como Bolivia y Chile, además de lograr fuertes lazos de amistad con jóvenes ecuatorianos y colombianos quienes garantizan expandir la filosofía Interquorum. Finalmente los invitamos a conocer más de lo que es Interquorum visitando nuestro sitio web www.redinterquorum.net

Laura Flores Llano (*)[email protected]

Héctor Barba Nanfuñay, Flor Delgado Pé[email protected]

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¿ y... cómo te quedó el ojo?NUEVA GENERACIÓN DE

FOTÓGRAFOS LA ROMPE EN HUANCAYO!

Habría que hacerle esta pregunta a la ciudad de Huan-cayo (Junín), luego de que 5 jóvenes fotógrados de la zona, entre ellos el Interquorista Jorge Jaime, irrum-

pieran en las retinas wankas con la primera muestra fotográfica colectiva “Colorandes”, un festival de color, formas, personajes y momentos que estos chicos han logrado capturar e inmor-talizar a través de la lente de sus cámaras, rompiendo así la cotidianeidad de los días y las miradas locales.

“Colorandes” es sin duda la carta de presentación de la ma-durez artística y profesional que han alcanzado estos jóvenes comunicadores que discretamente se paseaban por la ciudad al acecho del encuadre perfecto en el momento preciso. Esta es la primera muestra fotográfica que da paso a una nueva ge-neración de profesionales locales que han elevado el concepto común del “fotógrafo reproductor de imágenes al fotógrafo ar-tista y difusor de la cultura popular”, que de por sí impregna en su obra la sensibilidad de un compositor visual.

La muestra fotográfica es la conjunción de imágenes que aluden a la belleza de lo natural, una explosión cromática intrín-seca al paisaje serrano, al retrato de lo extra cotidiano de sus pobladores, se exponen intersecciones entre lo mágico, lo real y la sublimidad erótica de las formas femeninas, la subjetividad del observador mimetizado entre lo urbano-rural, la capacidad escultórica del cuerpo humano como lienzo de lo visual. Son imágenes que hablan, que agitan emociones, que comunican.

“Colorandes” se exhibió por primera vez durante todo el mes de febrero del 2007 en la Galería “Imaginarte” de la ciudad de Huancayo. Ha recibido críticas muy positivas en los medios locales y en el suplemento cultural del Diario La República. Se preveen próximas exposiciones en las ciudades de Ayacucho y Lima entre abril y agosto del presente año.

De los fotógrafos: Jorge Jaime (Salcabamba 1975), José Cochachi (Huancayo

1977), Andrés Mendoza (Huancayo 1977), Willy Gamboa (Huan-cayo 1972) y Herbert Salas (Huancayo 1972). Un quinteto de sú-peramigos que se fue cohesionando entre los salones, pasillos, parques y cafeterías de la Universidad Nacional del Centro del Perú, nutrido de una suerte de simbiosis académica y humana que los ha llevado cual tropa, por todo el Valle del Mantaro y algunas regiones del sur como Ayacucho, Huancavelica y Puno, observan-do, sintiendo y haciendo lo que han descubierto es su más inocua trasgresión. Robarle un momento a la vida.

El catálogo de esta muestra puede ser adquirido en las librerías El Virrey de la ciudad de Lima.

Paola Baltazar Zúñ[email protected]

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Jorge Jaime IQ Cajamarca- 2000

Seguramente muchos interquoristas de la pro-moción IQ-2000 en Caja-marca recordarán a Jorge, aquel joven delgado, de tez clara y cabellos cas-taños, algunos decían que tenia un ligero aire a Woo-dy Allen. Jorge, callado y observador andaba cáma-ra en mano amenazando a varios amigos con dispa-rarles un clic, fue parte del Equipo de Prensa en unas de las dinámicas electo-rales realizadas en aquel entonces, por aquellos días aun era estudiante de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional del Centro del Perú.

Hoy es catedrático en su casa de estudios y es jefe de tienda de la sucursal de Ibero Librerías en Huanca-yo. Además es director y productor del programa cultural de radio “El Ha-blador” que se emite los fines de semana por Radio Universitaria.

PB: ¿Qué significa la fotografía para tí?

JJ: La fotografía como cualquier otro arte es un medio y una búsqueda a la vez. Buscamos siem-pre reflejar la realidad y transformarla. La fotografía es medio y mensaje, pretende comunicar algo y buscar de alguna forma sensibilizar a las personas y si es posible, hacer que éstas sean un poco más humanas.

PB: ¿Te sientes influenciado por algún fotógrafo en especial?

JJ: Siempre existen influencias, de alguna forma somos producto de un largo camino de viven-cias y de aprendizaje, todo el tiempo estamos aprendiendo y viendo, esto modifica nuestra per-cepción, queramos o no. Obviamente admiro a grandes fotógrafos como Martín Chambi (perua-no), Sebastián Salgado (brasileño), Henry Cartier Bresson (francés) o Helmut Newton (alemán), y la lista podría seguir hasta el infinito.

PB: ¿Que tipo de relación tienes con la fotografía, que buscas en ella?

JJ: Tengo una relación de amor con la fotografía, porque de alguna forma le da sentido a la vida, que muchas veces parece absurda y sin sentido.

PB: ¿Cómo fue tu primera experiencia como fotógrafo?

JJ: Todo empezó por mi devoción al cine, yo soy un cinéfilo consumado y tú sabes, la esencia del cine es la fotografía. Es más, el cine es fotografía en movimiento, sospecho que ese fue mi primer amor

PB: ¿Cuál ha sido el proceso de crecimiento que has tenido como fotógrafo?

JJ: Creo que estoy en un proceso de aprendizaje y que me falta toda una vida para lograr una fotografía realmente notable.

PB: Si tuvieras que definir tu estilo, etiquetarlo, ¿cuál sería la línea por la que estás transitando?

JJ: Eso es muy difícil contestarlo, no lo se y espero no estar etiquetado nunca, allí se acabaría la búsqueda.

PB: ¿Qué ha significado “Colorandes” para tí?

JJ: Un sueño hecho realidad como lo escribieron Josué Sánchez y Diana Casas (artistas huan-caínos), y una aventura compartida entre amigos, que es lo más importante. Es una bendición tener amigos, y la fotografía y el arte en general es lo que nos une.

PB: ¿Qué esperas de la fotografía?

JJ: Que no se acabe nunca, como espero que nunca se acaben los amigos.

PB: Una frase que te defina…

JJ: No tengo ninguna. En todo caso me gusta mucho una que dice Joaquín Sabina: “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”

Entrevista a Jorge Jaime (IQ- Cajamarca 2000)“Tengo una relación de amor con la fotografía”

Próximo Nro.

Tema: Inclusión y responsabilidad social empresarialLas personas que deseen publicar sus artículos en nuestro próximo número pueden hacerlos llegar hasta el 20 de

setiembre del 2007

Estimados lectores este espacio está a su disposición, cualquier comentario, colaboración o anuncio puede ser remitido a nuestra dirección electrónica:

[email protected]

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Entrevista

Luis Antonio Bolaños De La CruzDiana Moscoso

Luis Antonio, es uno de los grandes amigos de la Red Interquorum, nació en Ciénaga, Magdalena, Colombia, el 20 de abril, casado

y feliz; así comienza la autodescripción que hizo antes de comenzar la entrevista.

En la cálida sala de su casa en Barranco, con sandalias y un vaso de chicha morada, conversa-mos con Luis Bolaños, soció-logo de profesión e ideólogo de vocación como el mismo se considera. Abierto, franco y con muchas ideas “revolu-cionarias” que cuestionarían a cualquiera. Así fue nuestra conversación con un inter-quorista de amplia trayecto-ria e importantes conceptos para debatir “con quien se le ponga en frente”.

¿Cuándo y cómo co-mienza tu relación con Interquorum?Bueno, en realidad ya casi no lo recuerdo, fue hace tantos años (sonríe), todo comen-zó cuando conocí a Ernesto González por el año 1988, tuvimos un arduo y extenso debate sobre nuestras ideas. Como resultado de esta con-versación, fui invitado dar opiniones sobre libros de la Fundación Friedrich Ebert - FES, he participado como inductor, no como facilitador, ya que no facilito sino que motivo a un diálogo productivo, (subraya). Luego pase a redactar, he escrito para el “Hemiciclo Postal” sobre “Educación, etnia y ecología”, “Conceptos básicos para tra-tar el tema ecológico” y otros ensayos refe-ridos al tema ecológico. Para las conferen-cias previas al proceso electoral del 2000 escribí “Tecnología y economía: las mandí-bulas sobre la ecología”, también publique dos papers con la FES sobre ambiente y ecología. Tiempo después fui invitado como expositor en un Interquorum Nacional, y para precisar aun más la respuesta a tu pregunta, pertenezco a la Tercera Promo-

ción de Interquorum. También participé al año siguiente en el programa “Entre Patas y Panas”. ¿Bastante amplio no? (risas).

¿Qué opinas sobre Interquorum?Sabes, lo que más me agrada es que sien-do política no es partidarista, no es indivi-dualista, sino que es un trabajo en equipo

con demostrada preocupación por el bien-estar y desarrollo de las zonas de origen de los asociados, además valoro que el que mantengan una relación estrecha entre sus miembros.

Desde tu visión y experiencia, ¿Qué aportes le darías a Interquorum?

Sugeriría la creación de pequeños proyec-tos productivos de información que sean continuos y que contribuyan a la sociedad, cada uno elegiría un tema para explorar y elaborar bases de datos, mapas de puntos, etc. Un punto interesante de la red es que al estar en varias provincias del Perú sus in-tegrantes provienen de diferentes realida-

Red Intequorum Arequipa

des. Las cuales pueden decidir estudiar en grupo para realizar un estudio de caso de su entorno, comprendiendo que, por ejemplo, si la Red Lambayeque tiene 50 interquoris-tas, los cuales no son necesariamente del centro de la cuidad sino que algunos per-tenecen a los alrededores de Lambayeque, entonces tendríamos diferentes visiones de

esa ciudad y comple-mentarias, que se enriquecen mutua-mente. Con esto no me refiero a que van a hacer un gran es-tudio con una alta fi-nanciación moneta-ria, sino que pueden rescatar la realidad de su entorno reali-zando pequeñas in-vestigaciones que al coordinarse adquie-ran trascendencia.

Tus palabras fi-nales, antes de despedirnos…

Agradecer a la fun-dación que signifi-có una gran ayuda en cierto momento de mi vida, cuando realizaba mi tránsito de la vieja izquierda al ecumenismo, re-presentado en una

frase que acuñé para esa época: “debemos tener la piel conservadora para aguantar cualquier agresión, los nervios liberales para responder velozmente ante cualquier estímulo, el esqueleto socialista para man-tener la estructura humanista, pero eso si… musculatura anarquista para poder moverlo todo”, y que en este espacio de diálogo y consenso encontré un punto de apoyo para el cambio y un adecuado viraje a mi labor intelectual.

Quiero desearles éxitos, recalcar mi abierta disposición de seguir colaborando con los eventos a los que deseen invitarme y pue-da asistir, nuevamente felicitarlos y hasta pronto. Saludos.

Luis Antonio Bolaños De la Cruz es sociólogo, especializado en gestión de riesgos y educación ambiental. Ha sido consultor en instituciones como el Ministerio de Educación, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología - Concytec, Foro Educativo, WACC (World Association for Christian Communication) donde trabajó sobre temas ambientales, ciencia, tecnología, educación y cultura juvenil. Periodista de medios de destacado renombre como El Peruano y la Revista Apertura. Documentalista y capacitador en el Centro de Asesoría Laboral del Perú - Cedal, Aprodeh - Asociación Pro Derechos Humanos, Cidiag - Centro de Investigación y Desarrollo Integral de la Autogestión.

Datos de contacto:Domicilio: Juan Fanning 306, Barranco, Lima / Teléfono: 01- 4777306Correos electrónicos: [email protected] / [email protected] / [email protected]

Cecilia Tacusi OblitasRed Intequorum Lima