revista diplomado forense nº45

6

Upload: tecnologos-medicos-forenses

Post on 17-Mar-2016

214 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Peter Kurten

TRANSCRIPT

Page 1: Revista Diplomado Forense Nº45
Page 2: Revista Diplomado Forense Nº45

PETER KURTEN

El temible "vampiro de Düsseldolf" está considerado como uno de los más sanguinarios asesinos en serie de todos los tiempos por los expertos criminólogos y psicólogos que han seguido su caso de cerca.

Nació en 1883 en Colonia (Alemania) en una familia tan pobre como numerosa (era el tercero de trece hermanos), y todos habitaban bajo pésimas condiciones en un espacio muy reducido y un ambiente familiar deplorable. Su padre, en el paro, era alcohólico y de muy mal carácter, pegaba frecuentemente a su mujer e hijos. Cuando sólo contaba con ocho años, Peter hace una primera tentativa de fuga y se escapa de casa harto de los malos tratos...

Cuando su familia se traslada a Düsserdolf en 1884, se evade de nuevo y comienza a vivir como un vagabundo, de pequeños hurtos, dando muestras a tan temprana edad de instintos criminales: disfruta estrangulando ardillas y maltratando a los perros callejeros que se cruzaban en su camino, así como a otros animales para ver correr su sangre, cometiendo además actos zoofílicos con ovejas a las que degollaba una vez alcanzado el orgasmo.

En una ocasión trata incluso de violar a una de sus hermanas más jóvenes.

La primera condena la cumpliría en 1897 por robo, y así muchos más actos delincuentes que lo obligan a pasar cerca de veinte años entre rejas. En 1913 comete su primer crimen sexual: viola y degolla salvajemente a Christine Kelin, una niña de 13 años.

Años más tarde, cuando él mismo contaba con cuarenta, su vida parece dar un giro y contrae matrimonio con una mujer de buena familia.

Cambia de aspecto vistiendo con mucha elegancia y sencillez, se peinaba con brillantina (producto casi desconocido en Alemania en aquella época), usaba gafas, lucía un recortado bigote, e incluso usaba polvos faciales.

Como la mayoría de los sádicos sexuales, Kürten parece llevar una vida normal como cualquier buen esposo. Trabajaba como conductor de camiones, y su mujer jamás sospechó que tras un hombre tan educado y atento como su marido podría esconderse el autor de crímenes tan sangrientos.

Page 3: Revista Diplomado Forense Nº45

Entre 1925 y 1930 se suceden en la pequeña localidad alemana una serie de crímenes que estremecen y sensibilizan a toda la población, similar a la que padeció Londres en tiempos de otro conocido asesino: Jack el Destripador. A pesar de que la policía alemana contaba con métodos muy por encima de los que disponía Scotland Yard en 1888, tardaron varios años en tener alguna pista del misterioso criminal a quién terminaron apodando unos "El Vampiro de Düsserdolf" y otros "El rey del crimen sexual".

Kürten tiene por costumbre el beber la sangre de sus víctimas y de matar animales cuando tiene sed. A veces se divierte incendiando las casas abandonadas, esperando ver arder algún vagabundo que durmiese en su interior.

De hecho, a su tercera víctima, una niña de nueve años llamada Rose Ohliger, la rocía de gasolina y le prende fuego para complacerse viéndola arder en una terrible agonía. La policía, viendo por momentos su autoridad y reputación comprometidos, lleva a cabo continuas redadas y abundantes controles rutinarios a la busca y captura del feroz asesino. Incluso algunos grupos de delincuentes y bandas callejeras se unen a la "caza" del vampiro con tanto interés por detener la ola de crímenes como las mismas fuerzas de seguridad.

Hasta la fecha, se le inculpaban nada menos que ocho terribles asesinatos y catorce asaltos.Afortunadamente para todos, cometió un grave error en 1930 que le costaría su detención. Tras un atentado criminal fallido contra María Butlier, la mujer logra escapar y proporcionar una detallada descripción de Kürten.

Al mismo tiempo, éste se asusta al leer la prensa y ver su retrato robot en la portada de los periódicos, por lo que confiesa la totalidad de los crímenes a su esposa mientras charlaban, quitándole importancia a los hechos como si se tratase de simples travesuras infantiles.

La señora en un principio se desmaya de la impresión, pero finalmente, asustada y asqueada pone las declaraciones de su marido en conocimiento de la policía. (quién tubo que poner en libertad a algún detenido que coincidía con la descripción del verdadero asesino).

Durante el juicio, se dedicó a escribir cartas a los padres de las víctimas en las que se disculpaba de una manera muy peculiar: alegando que él necesitaba beber la sangre lo mismo que otras personas necesitan beber el alcohol... (Pese a que no disculpe en absoluto sus crímenes, lo cierto es que sí padecía de "hematodipsia", una patología que consiste en obsesión compulsiva por consumir sangre, bajo implicaciones sexuales.)

Page 4: Revista Diplomado Forense Nº45

Finalmente tras una hora y media de deliberación, el jurado pronunció su veredicto de culpabilidad para Peter Kürten, quién fue sentenciado a nueve penas de muerte. ( ¡Según las leyes de la época, era posible condenar a más de una pena de muerte!).

Hasta el último minuto se creyó que iba a recurrir al veredicto para tratar de librarse de ser decapitado, pero el asesino no apeló y guardó la calma hasta el día de la ejecución con calma absoluta. Tan sólo se manifestó para pedir una última voluntad, y era que cuando lo decapitase el verdugo, le dejasen escuchar durante unos minutos cómo su propia sangre goteaba en el suelo...

El 2 de julio de 1931, a las seis de la mañana, en el patio de la prisión de Klügelpüts (Colonia), se cumplía su deseo.

Page 5: Revista Diplomado Forense Nº45