revista diez, nÚmero 91

Entrevista con la historiadora María Trinidad Pulido

DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Contenido

3.– CHICA DE DIEZ: AMMY

7- EDITORIAL:

La patria.

8.– ZAGUÁN:

ARENILLA: “Yo amo lenguaje”.

11– PATIO:

Galería: Gustave Courbet, en Comitán.


19.– BALCONES:

Casa de Citas

Morir por la belleza.

Autor: Héctor Cortés Mandujano.

31.– CORREDORES:

ENTREVISTA:

Con María Trinidad Pulido Solís.

Entrevistadora: Patricia Espinosa V.

36.– SITIO:

El vino tinto.

Autor: Enrique Robles Solís.

43.– ACTUALIDADES.

45– MOJOL.


Revista catorcenal, hecha en la tierra de los cositías con la bendición de Tata Lampo.

Editor responsable: Alejandro Benito Molinari Torres

Contacto: [email protected]


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Comitán, ciudad que habla de vos



Es bueno que cada año exista ese festejo que los

mexicanos llamamos Fiestas Patrias.

Es bueno que se festeje a la Patria y que

la Patria huela a festejo.

Es bueno porque, aunque sea por un

instante, los mexicanos recuperamos algo

de lo nuestro, de lo que nos han quitado.

Y decimos de lo que nos han quitado,

porque los gobernantes se han erigido en

los propietarios de los símbolos de esta

patria. Baste el ejemplo de nuestra ban-

dera. Los mexicanos, por lo regular, la ve-

mos de lejos. Los alumnos y maestros la ven de

lejos en los homenajes de los lunes y los aficionados

a algún deporte (el fútbol, sobre todo) la sostienen en-

tre las manos sólo cuando juega “La Verde”.

Nuestra bandera permanece en nichos en las ofici-

nas públicas y en el pecho del Presidente de la Re-

pública. Nosotros, los simples mortales, no podemos

portarla con orgullo todos los días.

Por esto es bueno que exista este festejo. Los mexica-

nos colocamos las banderas en los portales, en las venta-

nas, en los autos, en los balcones y en nuestros rostros. Y

esto es un poco como decirles a aquéllos que se han apro-

piado de nuestra patria que no es de ellos, es más nuestra

que de ellos, porque nosotros somos los que, diario a dia-

rio, la hacemos grande, mientras ellos se empecinan en

mancharla de lodo y de sangre. Por esto es bueno que,

cuando menos una vez al año, digamos ¡Viva México!; que

es como decir: ¡Vivamos nosotros! ¡Vivamos pues!


“¿Por qué está mal escrito?”, preguntó Elena, cuando Mario dijo que eso estaba

mal escrito. ¿Qué decir? El rotulista empleó el sentido común: si venden carne,

entonces…

Balbuceé, tal vez sea porque ahí expenden productos cárnicos y entonces lo

prestigioso es: Carnicería.

La Maestra Bere siempre decía que el Lenguaje es complicado y ¡vaya que lo es!

Elena insistió y Mario y yo, como en el anuncio televisivo de las Galletas

Saladitas, cambiamos de tema y hablamos de la lluvia y de la cercanía de las

fiestas patrias. Entonces Mario dijo que ha escuchado un mensaje del Gobierno

Federal donde dicen: “...yo amo México”. Francisco dice que es una copia

absurda del famoso “I love NY”.

¿En dónde quedó la a?

¿No es más prestigioso decir: Yo amo a México?

¡Complicado el lenguaje! ¡Perversos los publicistas!


Las cajitas de Molinari



¿Marcelo, Peña Nieto o la

Josefina?

¡Dios mío!

¿Quién podrá defendernos?



Lo bueno que acá en

Comitán el gallo es el guapo

de Luis Ignacio.

¡Yo soy verde, amarilla, roja

o lo que él me diga!



Pues yo acá picando

piedra, por si al PRI se

le antoja un buen

candidato.

Luis

Felipe



¿Cómo se

llama y

qué desea?

Me llamo Matías

Castellanos y

quiero ser presidente

de Comitán.

¡Pucha, todo

mundo quiere!



Dejen que Matías

sueñe.


Teléfono - 6326661



En Barba Roja (en japonés el original), cinta

dirigida por Akira Hurosawa en 1965, el re-

cién graduado doctor Yasumoto llega al hos-

pital que cambiará su vida, donde se atien-

den casi exclusivamente a pobres. Cuando

pasa por una sala llena de pacientes que es-

peran consulta dice:

—Huele a fruta podrida.

—Es el olor de la miseria, le responden.

La película es una colección de historias

trágicas (Toshiro Mifune reina en la actua-

ción, como la hace en Trono de sangre, 1957,

y en Los siete samurai, 1954, también de Ku-

rosawa) y aunque hay bastante luz en la os-

cura vida que une a Yasumoto con Otoyo y el

Ratón, en uno de los episodios paralelos a la

trama principal se cuenta explícitamente lo

que muchas veces he pensado: ocurre un temblor y una mujer casada,

enamorada de otro, decide seguir a su amor y dejar que los demás la

declaren desaparecida.

Lo mismo hace el personaje de Jack Nicholson cuando descubre

que su vecino de cuarto de hotel, quien se le parece, sufre un paro

cardíaco y muere. La película está coescrita y dirigida por el gran Mi-

chelangelo Antonioni y se llama El pasajero (1975). Es magnífica, ge-

nial. Está también la famosa novela El difunto Matías Pascal de Luigi

Pirandello, Premio Nobel de Literatura 1934, que, sin catástrofe natu-

ral, toca una desaparición por conveniencia; a mí me ha llamado la

atención siempre la lista de “desaparecidos” en las inundaciones, ex-

plosiones, temblores. Me parece que, al margen de los que aparecerán

muertos más tarde, hay muchos que aprovechan esta azarosa circuns-

tancia para cambiar de vida, dejarlo todo y largarse…



***

Tal vez porque sólo lo había visto en el len-

guaje computacional, me sorprendió hallar

que Yahoo llama Bertolt Brecht a un pobla-

do imaginario en su obra Cabezas redondas

y cabezas puntiagudas o Ricos con ricos se

juntan (Teatro completo, Cátedra, 2006: 693)

donde critica el cinismo de la derecha

(dizque defensora de los pobres, aplicadora

dizque objetiva de la justicia) y de la iz-

quierda (dizque defensora de los pobres,

aplicadora dizque objetiva de la justicia)

que, cuando mandan, actúan de la misma

manera, es decir, como domadores de circo:

o me obedeces o te doy latigazos. El proble-

ma no es la tendencia política, sino el poder.

Lo dice bien Fernando Pessoa (El libro del

desasosiego, Emecé Editores, 2000: 177):

“Todo gobierno se asienta en dos cosas: re-

frenar y engañar. El mal de estos términos

cubiertos de lentejuelas es que no refrenan

ni engañan. Embriagan, cuando mucho, pe-

ro eso es otra cosa”.

Esta idea la retoma Brecht en Terror y miseria del Tercer Reich (mismo libro, p.

825); en la dictadura de Hitler nadie podía negarse a ser parte del Servicio de Tra-

bajo Voluntario. Explica un obrero la forma en que se vuelve “voluntario” este ser-

vicio: “un gato toma el sol […]: Supongamos que quiera usted que se trague una

buena ración de mostaza, le guste a no. ¿Qué haría? El mandamás coge la mostaza

y se la unta al gato en el hocico y, naturalmente, el animal se la escupe en la cara.

[…] Eso es un error. ¡Míreme! Coge la mostaza con un amplio gesto y, en un abrir

y cerrar de ojos, se la mete al infeliz animal por el culo. […] El animal, muy afecta-

do y aturdido, porque le duele muchísimo, se pone enseguida a lamerse toda la



mostaza. […] ¡Se la traga! ¡Y voluntaria-

mente! […] Nos pueden dar mierda de co-

mer y todavía les daremos las gracias”.

Vuelvo a Yahoo. En la última página de

Las ciudades invisibles (Unidad Editorial,

1999: 117), de Ítalo Calvino, esa colección de

ciudades inventadas, dice: “El Gran Jan ya

estaba hojeando en su atlas los mapas de las

ciudades amenazadoras de las pesadillas y

maldiciones: Enoch, Babilonia, Yahóo, Bu-

túa, Brave New World.

***

El río y la muerte, coescrita y dirigida por

Luis Buñuel en 1955, tiene uno de los finales

más ridículos que he visto en cine (es uno de

esos comunes en telenovelas y programas de

televisión con “mensaje”; ni lo cuento porque me da pena ajena); la histo-

ria es sobre la venganza eterna entre familias enemigas: mato, huyo, dejo

pasar el tiempo y vuelvo.

Me recordó lo que oía y veía en uno de los pueblos frailescanos donde

estudié parte de mis estudios primarios. Hubo, incluso, en los tiempos de

mi niñez, dos balaceras famosas que arrojaron víctimas suficientes para

sostener el pleito, supongo, hasta estos días, salvo que alguien haya dejado

esa insana costumbre de arreglar las cosas a machetazos o con bala.

Este salvajismo que retrata la película de Buñuel y que recuerdo de

mi infancia, no sólo es privativa de México, por supuesto (allí está Romeo

y Julieta, de Shakespeare); Abril quebrado, de Ismail Kadaré, escritor al-

banés, toca el mismo asunto, casi con las mismas características. Es decir,

la venganza ligada al odio es un asunto universal.



A propósito de Buñuel, vi de nuevo Viri-

diana (1961) y fuera de lo mucho disfruta-

ble de esta gran cinta, me gustó de nuevo

esa elipsis efectiva sobre la posesión del

joven mujeriego y sobre la dama ingenua.

Mientras él habla con su sirvienta, de no

malos bigotes, vemos en un parpadeo co-

mo un gato camina con rapidez y elegan-

cia; el hombre besa a la mujer y le dice:

—Ven, vamos a sentarnos aquí.

Salen de cuadro y vemos a un ratón

que intenta huir mientras el gato salta, cu-

briéndole. La pantalla se oscurece.

***

Tenía pendiente leer cuatro de los ocho libritos que componen la colección Los

siete pecados capitales, editados por Alforja en 2008.

En La envidia, compilado por María Vázquez Valdez, hay un poema de

Anne Sexton con un título absolutamente gráfico: “Para mi amante, al regre-

sar con su mujer”. Una de las líneas tajantes (p. 39) dice: “Enfrentémoslo, he

sido momentánea” y continúa más adelante (p. 40): “Te devuelvo tu corazón/

Te doy permiso/ para fundirte dentro de ella, dando embestidas/ furiosas en lo

sucio, para la puta que hay en ella”. Termina (p. 41): “Móntala como un mo-

numento, paso a paso,/ Ella es sólida./ En cuanto a mí, soy una acuarela./ Me

desdibujo”.

Erica Jong dice en “Envidia del pene” (p. 51): “Envidio a los hombres que

pueden desear/ con vacuidad infinita/ el cuerpo de una mujer”.

La pereza, compilado por Carlos Maciel y José Ángel Leyva, trae los con-

sejos de Charles Bukowski, el famoso viejo indecente, sobre “Cómo ser un gran

escritor” (p. 52): “Tienes que cogerte a muchas mujeres,/ bellas mujeres,/ y es-

cribir unos pocos poemas de amor decentes/ y no te preocupes por la edad/ y

los nuevos talentos”. Aclara: “Aprender a ganar es difícil,/ cualquier pendejo



puede ser un buen perdedor”. Comparte su sabiduría (p. 53): “Acuérdate de que

no hay un pedazo de culo/ en este mundo que valga más de 50 dólares (en 1977)”.

José Vicente Anaya compila los versos que componen La avaricia y dice en su

prólogo que el usurero, “según Sigmund Freud, acumula oro como símbolo de su

propia mierda”. Efrén Rebolledo en “Avaricia” (p. 50) dice: “Soy dueño de tu bo-

ca: jarrón en que la ardiente/ y roja flor del beso lascivo se consume”; Xavier Vi-

llaurrutia en “Amor condusse noi ad una morte” define (p. 53): “Amar es una sed,

la de la llaga/ que arde sin consumirse ni cerrarse,/ y el hambre de una boca ator-

mentada/ que pide más y más y no se sacia”.

Por último, en Las virtudes (cómo se nota que vende más el pecado; a las siete

virtudes —Fe, Esperanza, Amor, Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza—

sólo les dedicaron un librito), compilado por Alejandra Atala, hay éste del amor

tomado del “Cantar de los cantares” (p. 31), que supone un mundo pastoril ya

desaparecido: “Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma,/ dónde apacientas,

dónde sesteas al mediodía”; en el apartado sobre la prudencia está “Mi sangre es

un camino”, de Miguel Hernández, cuya palabra final es una linda forma de elu-

dir una palabrota: “Me empuja a martillazos y a mordiscos,/ me tira con brami-

dos y cordeles/ del corazón, del pie, de los orígenes”.

No resisto la tentación, ya que de pecados hablamos, de trascribir el pequeño

gran poema de Emily Dickinson (p. 42), traducido por Manuel Villar Raso.

Mayúsculas y guiones son misterios de doña Emilia, no les hagan mucho caso.

Morí por la Belleza —pero me sentía rara

encajada en la Tumba

cuando Uno que murió por la Verdad, yacía

en una Habitación contigua—

Me preguntó en voz baja “¿Por qué había fallecido?”

“Por la Belleza”, le contesté—

“Y yo —por la Verdad— Ambas la misma cosa

Hermanos, somos”, dijo—

Y así, como Parientes, que se encuentran una Noche—

Hablamos de una Habitación a otra—

Hasta que el Musgo nos alcanzó los labios—

Y cubrió —nuestros nombres—



***

En estos tiempos en que donde quiera te piden credenciales,

identificaciones, suenan raras las razones que da Anna Fer-

ling para no tenerlas (“Madre Coraje y sus hijos”, de B.

Brecht, libro citado, p. 1009): “Mi licencia en el Segundo

Regimiento es mi cara de persona decente y, si no la sabe

leer, no puedo hacer nada. No dejaré que me pongan un se-

llo encima”.

A Anna le dicen Madre Coraje y ella explica (p. 1045):

“Los pobres necesitan coraje. ¿Por qué? Porque están per-

didos. Ya para levantarse por la mañana lo necesitan en su

situación. ¡O para labrar el campo, en medio de la guerra!

Sólo que echen niños al mundo demuestra que tienen cora-

je, porque no tienen ningún porvenir. Tienen que ser verdu-

gos los unos de los otros y degollarse mutuamente, y si quie-

ren mirarse a la cara necesitan coraje”.

Contactos: [email protected]


http://issuu.com/revista10/docs/yo_tambi_n_me_llamo_vincent_-_novela__breve.

Si alguien desea el archivo en PDF, favor solicitarlo a:

[email protected]



El Museo Arqueológico de Comitán está

de fiesta. Cobijado por el brazo de Santo

Domingo de Guzmán y custodiado por el

fulgor de los libros, orgulloso se encuen-

tra de guardar dentro de su pecho gran-

des tesoros de nuestra identidad. María

Trinidad Pulido Solís es historiadora (no

arqueóloga, ni antropóloga como suelen

confundirla) del centro I.N.A.H Chiapas.

Con entusiasmo y afirmando que visitar

Chiapas es visitar el cielo, contestó las

siguientes preguntas:

¿Qué significa para Comitán celebrar 18

años del Museo Arqueológico?

Yo creo que para la comunidad debe

ser una satisfacción tener un Museo

Arqueológico como el que tenemos en

esta área de la ciudad, ya que está con-

formado por piezas de varios munici-

pios de Comitán y aledaños a él. Aquí

se encuentra toda una his-

toria de la cultura ma-

ya. Se cuenta con

dos salas arqueológi-

cas, la sala principal

donde se encuen-

tran las piezas de

cinco regiones de

Comitán y la

sala Tenam

Puente.

¿Es visitado por los comitecos? Da la im-

presión de que falta difusión.

Efectivamente es poco visitado. Si se

hace una encuesta, la mayoría de la

gente ni siquiera sabe que ya tiene 18

años aquí el museo. La gente que visita

más este museo son los grupos escola-

res. Es más visitado el museo Dr. Beli-

sario Domínguez, porque les llama la

atención el personaje a quien represen-

ta. Por otra parte la gente va más a las

zonas arqueológicas y eso de venir al

museo nada más para ver las piezas, co-

mo que ya les aburre un poquito. Hay

gran desconocimiento de la gente pero

no es por falta de difusión, realizamos

constantemente exposiciones tempora-

les e invitamos a la gente a través de las

radiodifusoras.

¿Cuáles son las piezas más importantes

que contiene el Museo?

Todas son de igual importancia. Hay

una colección de La Cueva de Los Anda-

solos del municipio de La Trinitaria,

que fue precisamente el punto de parti-

da para que se formara el Museo. El

arqueólogo Carlos Navarrete, quien

hizo la excavación en esa cueva, en-

contró esas piezas en 1976; y las dejó en

la Casa de la Cultura con la intención

de que en un futuro se hiciera un mu-



seo. Tenemos unos cráneos rescatados de

Las Cuevas de Las Banquetas, también de

La Trinitaria, y estelas de la zona arque-

ológica de Tenam Rosario.

Las exposiciones temporales que presentan

son importantes para la identidad comiteca.

¿Cuáles han sido las más sobresalientes?

Del tiempo en que se fundó el Museo has-

ta la fecha, la primera que se hizo fue

una exposición verdaderamente revela-

dora para Comitán porque era la plu-

maria del Brasil, estuvo aproximadamen-

te cinco meses y es una de las mejores ex-

posiciones que hemos tenido, fue traída

del Museo de Las Culturas, de la ciudad

de México. Hemos tenido exposiciones

sobre arte religioso, de una colección que

se formó en el Museo de Los Altos en san

Cristóbal de las Casas. Se trajo aquí la

Exposición de los Zoques, que estuvo más

de un año. También se realizan conferen-

cias alusivas al Día Internacional de los

Museos. En el festejo de los 18 años del

Museo vino el maestro Thomas Lee quien

impartió una conferencia y se realizó un

recorrido a San Cristobalito y a Copana-

guastla; agradecemos a la UVG por el

apoyo del transporte, a los alumnos de

distintas escuelas, y a todos los que nos

acompañaron.

¿Qué diría a quienes aseguran que en las vi-

trinas del Museo sólo hay piedras?

Pues que no pasaron por la escuela y no

conocieron lo que es la cultura Maya,

quiere decir que no les importa de dónde

vienen. Desgraciadamente la gente que

no tiene costumbre de leer, desconoce to-

talmente que aquí floreció una cultura de

las más avanzadas que se ha tenido en

Mesoamérica. Yo les diría que se acer-

quen a los libros y que se acerquen a los

museos.

La historiadora finalizó invitando a la po-

blación a interesarse por la historia y a ter-

minar ya con la apatía de asistir a los even-

tos culturales o de visitar los museos de Co-

mitán ya que son únicos en el estado y en la

República. La entrada es gratuita.



El vino es una bebida que ha acompañado a la humanidad desde

los inicios de la agricultura, bebida acostumbrada y recurrente en

los países europeos y en algunos países del cono sur como Argenti-

na y Chile. Nosotros los mexicanos no somos tomadores de vinos,

somos tomadores de tequila y cerveza, comentó alguna vez un

mexicano en el extranjero cuando el mesero diligentemente le

ofreció una copa de vino.

Y efectivamente, cuando en los años ochenta y noventa se

abrió el mercado de vinos en nuestro país, la industria vitivinícola

mexicana desapareció, pero lo bueno fue que desaparecieron los

vinos de mala calidad y eso obligó a los productores mexicanos a

preocuparse por elaborar vinos que compitieran con los que llega-

ban del otro lado del mundo. Así las empresas de vinos mexicanos

se fortalecieron y hoy en día están consolidadas, como L.A. Cetto,

Domecq, Santo Tomás y Madero, con producciones importantes

que se encuentran en cualquier tienda de autoservicio del país e

incluso del extranjero.

El rechazo a tomar vino mexicano es un pretexto histórico que

corresponde al rechazo a admitir, usar y disponer de todo lo mexi-

cano, ante la oferta de los productos extranjeros que siempre se

consideran mejores. ¡Craso error! ¡Y malinchismo puro! ¡Los

mexicanos somos capaces de hacer cosas buenas también!

Sin duda hay en este México de contrastes, personas y perso-

najes que toman vino por convicción y otros por conveniencia,

acompañados de sus respectivos platillos que combinan con la uva

con la que se hizo el vino, a lo que pomposamente se llama mari-

daje y a lo que las tiendas departamentales se ven obligadas a te-

ner a la venta como complemento de lo anterior. Gracias a mi

compadre Pedro Avendaño, llegué a conocer el vino tinto, algunas

diferencias en la uva, el sabor de éstos y la calidad de uno y otro.


Dizque reducen en gran medida el colesterol y quitan el estrés

en un sueño apacible, puede ser que sea cierto, pero nosotros los

fines de semana tomamos vino tinto y estamos entrando al mundo

del vino mexicano, ¡que está resultando muy bueno! (Monte Xanic,

Casa de Piedra, Adobe, Ojos Negros, Casa Madero)

Según el “Wine Institute de California” el Vaticano, es curio-

samente, el mayor país con consumo per cápita de vino con 70.22

de litros, seguidos de Luxemburgo, Francia, Portugal e Italia con

consumos de 54 a 42 litros. México se encuentra muy rezagado,

con apenas 0.45 litros por persona. Sin duda que con Pedro debe-

mos aumentar el proselitismo por el vino mexicano, como una be-

bida de moderación y como una demostración de que en México

muchas veces las cosas se hacen bien. En esas tardes apacibles de

catadores, el Pedro y yo, nos acordamos de Séneca que decía: “El

vino lava nuestras inquietudes, enjuga el alma hasta el fondo y,

entre otras virtudes, asegura la curación de la tristeza.”




Estamos llenos de cultura.

¿Cuándo venís a

Comitán a

llenarte de luz?

Consejo Ciudadano de Cultura Municipal


Honorable Ayuntamiento

de Comitán

y

Universidad

Mariano N. Ruiz

¿Te gusta escribir? El Centro Comiteco de Creación Literaria es

¡para vos! Ser parte del Centro no tiene algún costo económico. Lo

auspicia el Honorable Ayuntamiento de Comitán 2011-2012.

Sesionamos los miércoles en la sede del Centro, frente al Santuario del

Niñito Fundador.



CRÓNICAS DE ADOBE

Programa del martes 6 de septiembre de 2011.

René y Silvino Cano Cordero fueron los invitados de honor.

Ellos construyen marimbas y son ejecutantes de dicho instrumento musical.

El tema que expusieron fue: “La preservación de la marimba: elemento

fundamental para consolidar nuestra identidad”

Fue muy alentador conocer que en nuestro pueblo existen personas que aún

continúan construyendo marimbas.

En la fotografía: Genaro, René, Itzel, Paty y Silvino.

“Crónicas de Adobe” también está en Internet:

www.imer.gob.mx



El Ayuntamiento de Comitán 2011 - 2012 convocó al

Concurso Estatal de Oratoria

“Dr. Belisario Domínguez 2011”

a celebrarse en el Teatro de la Ciudad, los días 9 y 10 de septiembre.

Tal acto es preámbulo del Concurso Nacional de Oratoria que se

celebrará en octubre de este año.

Comitán rescata este acto de gran importancia para el análisis y debate

de los asuntos públicos de nuestra nación.

¡Bien!



Fotografías: Fernando Molinari

revista diez, nÚmero 91

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