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REVISTA DE HISTORIA NAVAL Ñum. 34 INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA ARMADA ESPAÑOLA NAVAL Año IX 1991

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REVISTA

DE

HISTORIA NAVAL

Ñum. 34

INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA

ARMADA ESPAÑOLA

NAVAL

Año IX 1991

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INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVAL

ARMADA ESPAÑOLA

REVI STADE

HISTORIA NAVAL

Año IX 1991 Núm. 34

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REVISTA DE HISTORIA NAVAL

CONSEJO RECTOR:

Presidente: Director del Instituto de Historia y Cultura Naval, Federico Fernando Bordejé y Morencos, contralmirante.

Vicepresidentey Director: José Cervera Pery, coronel auditor de la Armada.

Vocales: Secretario general del Instituto de Historia y Cultura Naval, Antonio Meirás Baamonde, capitán de navío.

Redacción: María Vigón Tabar, Lola Higueras Rodríguez, Luisa Martín-Merás,Hugo O’Donnell y Duque de Estrada, Isabel Hernández Sant.

Administración: Carlos Benítez Giménez, capitán de Intendencia de la Armada.

DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN:

Museo Naval—Montalbán. 2.28014 Madrid (España).

IMPRIME:

Servicio de Publicaciones de la Armada.

Publicación trimestral: tercer trimestre 1991.Precio del ejemplar suelto: 650 ptas.

Suscripción anual:

España y Portugal: 2.400 ptas.Resto del mundo: 30 $ USA.

Depósito legal: M. 16.854-1983.ISSN-0212-467X.NIPO: 098-91-018-X.Printed in .pain.

CUBIERTA: Logotipo del Instituto de Historia y Cultura Naval.

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SUMARIO

Págs.

NOTA EDITORIAL . 5

Sobre los Pinzones ‘ el descubrimiento de América, por José Cervera Pery7

El marino que trasladó los restos de Colón a La Habana. Gabrielde Aristizábal (1743-1805), por Eric Beerman13

La observación de un eclipse de Sol por D. Antonio de Ulloa, porJosé María Torroja49

Contribución de Cartagena de España a la Empresa del Descubrimiento: la patria de Juan Fernández, piloto mayor de la Mardel Sur, por José María Rubio Paredes67

Un avance en la construcción naval: las fragatas construidas enLa Habana hacia 1600, por Enrique Otero Lana87

Bustamante, científico, por José Ignacio González-Aher Hierro 95

Documento109

Noticias Generales, por M. a Dolores Higueras Rodríguez113

La Historia Marítima en e/inundo, por Luisa Martín-Merás117

Recensiones 119

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COLABORAN EN ESTE NÚMERO

José Cervera Pery es corone! auditor y periodista. Diplomado en Tecnología de la Informacióny en Derecho Internacional. Miembro de la Real Academia de la Historia y autor de una seriede libros de Historia Naval. Conferenciante y articulista, en la actualidad es jefe del Departamento de Cultura del Instituto de Historia y Cultura Naval, y jefe del Servicio Histórico dé!Cuartel General de la Armada. Actual director de la REVIsrA DE HIsToRIA NAVAL.

Erie Beerman es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Madrid y licenciado en Estudios L.atinoamericanos por la American University (Washington D. C.). Durante muchos añosha trabajado en archivos españoles y es miembro de numerosas sociedades españolas y norteamericanas. Ha participado en congresos y simposios en España, Italia y Estados Unidos. Susnumerosas publicaciones se centran principalmente en las relaciones entre España y EstadosUnidos, durante el siglo XVIII. Acaba de concluir un documentado estudio sobre el proceso yencarcelamiento de Alejandro Malaspina.

José María Torroja Menéndez es doctor en Ciencias por la Universidad Complutense de Madridy doctor Ingeniero Geógrafo. Catedrático, jubilado, de Astronomía y Geodesia de la Universidad Complutense, y actualmente profesor Emérito. Es académico y secretario general de laReal Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Ha participado en diversos cursossobre Historia de la Ciencia organizados por la citada Academia.

José María Rubio Paredes, articulista y conferenciante, ha centrado sus investigaciones en elestudio de la historia de la ciudad de Cartagena y su influencia en la Empresa del Descubrimiento, también ha publicado en la revista Mastici interesantes artículos sobre documentación original de la historia de dicha ciudad. Asimismo es miembro de distintas sociedades de índole cultural.

Enrique Otero Lana es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid,catedrático de Geografía e Historia del Instituto de Bachillerato «Gil y Carrasco» de Ponferrada y profesor-tutor del Centro Asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en Ponferrada. Nació en El Ferrol, de familia de marinos, ha centrado sus estudios en elcorso español del siglo XVII. trabajo por el cual obtuvo el Premio del Moren 1988, otorgado porel Patronato de los Premios «Virgen del Carmen». Obra que está en vías de publicación por laEditorial Naval. Asimismo ha presentado comunicaciones sobre este tema en diversos congresos.

José Ignacio González-Aller Hierro es contralmirante de la Armada y profundo estudioso de laHistoria. Ha publicado en la REVISTA DE HISTORIA NAVAL artículos sobre construcción y tácticanaval en el siglo XVIII. Posteriormente formó parte del grupo de investigación del «ProyectoGran Armada«, creado bajo los auspicios del Instituto de Historia y Cultura Naval. La obra,resultado de años de investigación en numerosos archivos, recibió este año el Premio del Mar,de los Premios «Virgen del Carmen<>.

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NOTA EDITORIAL

Con el número 34 de la REVISTA DE HISTORIA NAVAL se pasa el ecuadorde 1991 y se siente cada vez más cercana e inminente la proximidad del añodel centenario. Es tiempo, pues, de ir asumiendo la conmemoración a travésde las aportaciones interrelacionadas con la misma.

Hemos querido, por tanto, dar testimonio de ello con el trabajo «Américay los Pinzones» homenaje al ilustre profesor Manzano que tanto ha trabajadosobre tan destacados como controvertidos personajes, pero indudablementela RETISTA se enriquece con dos extraordinarios estudios sobre el tema: El delnotable investigador Eric Beerman sobre Gabriel de Aristizábal, el marinoque trasladó los restos de Colón a La Habana, y la contribución de Cartagenaa la Empresa del Descubrimiento, de José María Paredes Rubio.

Un aspecto histórico-científico de trascendencia es el ofrecido por el prestigioso académico José María Torroja, en su estudio sobre la observación deun eclipse de Sol por don Antonio de Ulloa, y tiene igualmente su encuadrehistórico-técnico el trabajo de Enrique Otero Lana sobre el avance de la construcción naval con las fragatas construidas en La Habana hacia 1600.

Para que el 92 no nos haga olvidar del todo el 98, cuyo recuerdo hay queir preparando, José Ignacio González-AHer nos brinda su «Bustamante, científico», faceta consubstancial de uno de los héroes de Santiago.

Los habituales «Documentos», «Noticias Generales», «La Historia Marítima en el mundo de hoy» y «Recensiones» jalonan este nuevo encuentro dela REVISTA y sus lectores, cuando el otoño nos emplaza nuevamente a unamaduración de objetivos y propósitos.

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SOBRE LOS PINZONESY EL DESCUBRIMIENTO

DE AMÉRICA(Homenaje al profesor Manzano)

José CERVERA PERYDirector

de la REVISTA DE HISTORIA NAVAL

El tema colombino sigue rabiosamente de actualidad, máxime cuandocada vez está más cercana la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América. Podría decirse que presenta una inmarchitable juventud,y difícilmente podrá encontrarse un historiador, un ensayista o un escritorque haya alcanzado algún renombre en el mundo de las letras que no se hayasentido obligado a escribir, ensayar o historiar sobre la gran empresa. De aquíque sobre el Descubrimiento y sus connotaciones contemos con toda clase delibros; profundos y superficiales, audaces e ingenuos, documentados o frívolos, risueños o dramáticos, humanos e insensibles. Todo un amplio muestrario, muy a tener en cuenta a la hora de las valoraciones y de las críticas.

El profesor Juan Manzano Manzano pertenece a esa primera línea deespecialistas a los que muy bien pudiéramos adjetivar como trascendentales.Su larga vinculación a la temática colombina a través de títulos tan importantes como La adquisición de las Indias por los Reyes Católicos y su incorporación a los Reinos Castellanos (Madrid, 1951); Cristóbal Colón. Siete años decisivos de su vida. 1485-1492 (Madrid, 1964); Colón descubrió América del Suren 1499 (Caracas, 1972), y Colón y su secreto (Madrid, 1976), bastarían paraotorgarle la primacía y rango de los mejores, condición que se acrecienta coneste nuevo título Los Pinzones y el Descubrimiento de América, que en tresvolúmenes (el último de ellos documental) acaba de ser publicado por el Instituto de Cooperación Iberoamericana dentro de su programación del V Centenario, y que constituye, sin duda alguna, el más acabado estudio sobre lapersonalidad y proyección de estos íntimos colaboradores de Colón (Manzano no vacila en calificarlos como codescubridores) en la magna epopeyadescubridora.

Con independencia de su seguimiento más pormenorizado del planteamiento y desarrollo de la obra, hay que afirmar, de entrada, que la exposicióndel profesor Manzano es ciertamente sugestiva y decisivamente documentada, asumida desde una posición plenamente ortodoxa, encarada con agudaprecisión y gran competencia que revelan el cabal y profundo conocimientoque del tema tiene. Sólo quien ha llegado a tan alto grado de maestría puedeproporcionarnos no sólo la información documentada y veraz de la que hacegala, sino, y sobretodo, la captación precisa de su gestación, haciendo de ellaun análisis crítico de logrado encuadre.

Año 1991 7

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.1. CERVERA PERY

Ante cualquier planteamiento previo de la serie de circunstancias quehicieron posible el hallazgo del Nuevo Mundo, empresa española, la aportación de la familia Pinzón debe y tiene que ser considerada como uno de losfactores decisivos. Una larga y bien conocida tradición la ha consideradosecularmente onubense. Al borde de la orilla de las tres carabelas, en felizexpresión de Manuel Machado. Y así habrá de seguir considerándose conarreglo al punto de partida del primer viaje y a las grandes figuras de los Pinzones —los codescubridores— que la hicieron posible, ya que ambos hermanos, Mart ín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez Pinzón, fueron, antes que hombres de empresa, navegantes de gran práctica y, por tanto, emprendedores.Posiblemente habría recorrido los mares de Canarias, Cabo Verde y Guineay visitado las Azores, porque el mayor y más significado de ellos, natural yresidente de la villa de Palos, se había ejercitado desde muyjoven en el tráficomarítimo, siendo conceptuado entre sus vecinos como buen capitán, expertopiloto y sabio en mucha manera. Sus buenas disponibilidades económicas lepermitían el armamento y adquisición de barcos, aunque —y el profesorManzano lo dice con indudable autoridad— ninguna de las carabelas del Descubrimiento fueran de su propiedad. No sólo era un hombre buen conocedordel oficio marinero, sino que también se interesaba por los conocimientoscientíficos y geográficos de su época, y cuéntase que en ocasión de un viaje aRoma —patroneando un barco sardinero— un clérigo amigo suyo, empleadoen la biblioteca del Papa, le regaló un mapa del tiempo de Inocencio VIII, en

el que estaban diseñadas varias tierras en el océano a la banda del oeste, y que creyendo posible la navegación por esas partes para descubrir yganar desconocidas tierras, estuvomeditando en forma por su cuenta yriesgo una expedición con tal propósito. Es importante consignar esto—a reservas de que sea cierto o no—pues en ese momento Martín Alonsono ha oído hablar de Colón y muchomenos lo conoce. Es posible, portanto, que el que va a ser el más directo e importante colaborador deColón en el Descubrimiento fuera,además, un hombre que quizá también llegó a soñar como el genovésen internarse por las misteriosasrutas que a través del mar tenebrosopodrían conducir a las tierras de lasespecias.

El hecho —calificado por algunos historiadores como providen

Retrato de Martín Alonso Pinzón. MuseoNaval de Madrid.

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SOBRE LOS PINZONES Y EL DESCUBRIMiENTO DE AMÉRICA

cial— es que los Pinzones —ya se hablará también de Vicente Yáñez— facilitaron todos los medios para que Colón alcanzase su propósito, en dineros, enbarcos y. sobre todo, en entusiasmo, pues aparejadas que fueron las dos carabelas y la nao protagonistas de la más arriesgada singladura, el problema dealistar los hombres que en ellas habrían de embarcar no resultaba fácil, cosaque no puede extrañar, ya que un capitán extranjero, un destino ignorado yuna mar rodeada de misterios, no son precisamente los estímulos más favorables para la recluta. Sólo la intervención de Martín Alonso y de su hermanoVicente Yáñez, ganados para la empresa —y el profesor Manzano lo detallacon gran riqueza de datos—, recorriendo las villas de Palos, Moguer y Huelva, resuelve el problema que la búsqueda de pilotos, maestres, marineros yresto de personal subalterno había planteado seriamente.

Si la. actuación de Martín Alonso fue decisiva en la organización de laexpedición, no lo fue menos en los momentos difíciles y críticos del viajecuando el temor y la duda se apoderó de los tripulantes y del propio Colón,aunque dada la destacada personalidad del paleño no es tampoco extraño quesurgieran pronto diferencias entre él.y el Almirante,incidencias reflejadasampliamente en los documentos que comprenden los llamados PleitosColombinos y que el profesor Manzano ha manejado con indiscutible periciade navegante. Según los testigos que intervinieron en dichos pleitos, MartínAlonso no aceptó siempre la autoridad de Colón y se anticipó en su arribadaa La Española. en cuya isla verificó rescates y procuró averiguar los secretosde la tierra para dar su informaciónpersonal a los Reyes. En, realidad—se ha escrito— resultaba difícilpara un hombre de la categoría delpaleño, cuya voz se escuchaba sic mpre en materia de navegación comola de un oráculo infalible, el sometimiento de un sumiso• lugarteniente,máxime cuando había puesto y comprometido en la empresa vida, familia y hacienda, siendo evidente queesperaba de ella ganancias y fama.Algo que ya le había prometido Colón —y que destaca Manzano— reproduciendo la frase del Almirante:Señor Martín Alonso Pinzón, vamosa este viaje que si salimos con él, yDios nos cubre la iierra, yo os prometo por la Corona real de partir convos como un hermano mío. Tambiénel propio Martín Alonso no pone diques a su optimismo cuando en la recluta de sus gentes se expresa de este

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Retrato de Vicente Yáñez Pinzón. MuseoNava’ de Madrid.

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.!. CERVERA PERY

modo: Amigos, andad acá, ydos con nosotros esta jornada que andays aquímisereando: ydos esta jornada que avernos de descubrir tierra con la ayuda deDios, que seguil fama avernos de fallar/as casas con tejas de oro e todos verneysi:icos e de buena ventura.

En los famosos Pleitos Colombinos, la familia Pinzón defendió por todoslos medios que a Martín Alonso correspondía la prioridad en el descubrimiento, procurando hacer valer con este fin los siguientes argumentos: Quetenía la idea de descubrir en el Atlántico, usando para ello las noticias queadquirió en la Biblioteca Vaticana; la decisiva ayuda que prestó a Colón y elpacto verbal entre ambos en el que el genovés prometió compartir las gana-cias; el valor trascendental de la decisión de Martín Alonso de continuar elviaje cuando ya todos dudaban, y finalmente el haber sido el primero en llegara La Española. Aspectos todos ellos que sobresalen en el tratamiento de laobra del profesor Manzano.

La enemistad entre Martín Alonso y el Almirante era ya notoria cuandose inició el regreso de las naves a España, y es difícil precisar qué giro hubieratomado la disputa de no haber ocurrido tan pronto el fallecimiento del primero. De todas formas hay un hecho evidente, Martín Alonso no se rebelóabiertamente contra su jefe en armas, ni ofreció resistencia pasiva, ni abandonó las islas cuyas aguas recorría el Almirante en sus exploraciones, ni aconsejó a los indios que tuvieron ocasión de tratarlo, que hostilizasen por sí a losque tenía aquél a sus órdenes. Algunos investigadores han cargado las tintasen el ensañamiento sobre la conducta de este Pinzón. En el libro de Manzano,con gran rigor y probatura histórica, se clarifica esta actitud.

El segundo de los Pinzones —Vicente Yáñez—juega un decisivo papel enla gran empresa del Descubrirñiento.y es objeto también de la atención primordial de Juan Manzano. Tomó parte también como piloto de la Niña —lamás pequeña de las naves— en el viaje descubridor, y aunque no poseía laacusada personalidad de su hermano Martín Alonso, ni era tenido en tan altoconcepto, compartía su prestigio como piloto y navegante destacado tanto enlos viajes mercantiles como en las operaciones de corso. Su actuación en elprimer viaje a las Indias es matizada por el profesor Manzano con acertadaconcreción, y en él demostró su pericia marinera sobradamente. Se mantuvosiempre adicto a Colón y cuando naufragó la Santa María en las costas de LaEspañola, Vicente Yáfiez recogió al Almirante y sus hombres en su pequeñacarabela, en la que efectuaron el viaje de regreso a España. A pesar de tandemostrada lealtad, se separó de Colón a su llegada a Palos, donde al pocotiempo iba a morir su hermano Martín Alonso, no considerando justo dadolos servicios prestados por él y los suyos —verdaderos codescubridores— quetodas las honras y privilegios recayesen sobre Colón, quien, además, pretendía la exclusiva y provecho de los posteriores viajes a las Indias, exorbitanteprivilegio que pronto fue derogado.

Si meritoria resultó la actuación de Vicente Yáñez —y Manzano lo destaca— en su primera navegación americana, no menos importantes fueron losviajes que siguieron. En primer lugar, el que realizó en 1499, en el que cru

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SOBRE LOS PINZONES Y EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

zando por primera vez la línea ecuatoriana arribó a las costas brasileñas y descubrio el río Amazonas. Este viaje comportó un gran interés científico, peroresultó catastrófico en el aspecto económico para su realizador, que lo dejólleno de deudas.

Parece ser que en los primeros años del nuevo siglo —el xvi— se hallabaen La Española tomando parte en las operaciones de su conquista y se suponeque por esas fechas realizó también exploraciones a Puerto Rico, de cuya islafue nombrado capitán y corregidor en 1505. Su última expedición conocida larealizo acompanando a Solís en 1508, reconociendo la costa atlántica deAmérica del Sur en demanda de un paso o comunicación con el país de lasespecias, regresando a Sevilla en 1509. A partir de esas fechas las noticiassobre Vicente Yáñez Pinzónson inciertas y escasas, aunque Manzano lo sitúade piloto real en la Casa de Contratación de Sevilla, y está avecindado enTriana, y un memorial de 1516, firmado por Martín García Salazar, se refiereal traspaso que a éste hizo Vicente Yáñez de las merecedes que tenía enPuerto Rico. El óbito del gran marino es el cierre del segundo volumen de laobra de Manzano, de cuya fecha concreta poco se sabe.

Sentadas estas premisas, necesario será esbozar siquiera a grosso modo elaporte esquemático de la obra. A través de los tres largos capítulos con quecuenta el volumen o tomo 1, el profesor Manzano va exponiendo sus apreciaciones críticas y narrativas, enriquecidas siempre con gran bagaje documentaly en las que con gran conocimiento y dominio subraya la interrélación de losPinzones en el primer viaje colombino (capítulo 1), con una amplia visión delhecho descubridor a través de un relato en el que se mantiene bien trazado elhilo conductor, no por conocido menos valorado. El capítulo 2, El primert’iaje de Vicente Yáñez Pinzón a Brasil (1499-1500), entiende de los descubrimientos de Pinzón, Lepe y Vélez de Mendoza al norte y sur del cabo de SanAgustín, según el fiscal de los pleitos colombinos, y las expediciones deHojeda en un sector de 200 leguas en la misma costa de Paria dónde está la marde agua dulce, sector que habrán de recorrer pocos meses más tarde, Diegode Lepe, primero, y Vicente Yáñez, después, y por último el capítulo 3 seenfrenta con el ignorado tercer viaje de Vicente Yáñez Pinzón, segundo periplo suyo al Brasil. El tomo II también está dividido en otros tres capítulos conunidad numérica correlativa, y en el cuarto se exponen todas las actividadesconocidas desarrolladas por Vicente Yáñez en el trierio correspondiente a1505-1508, época que se abre con la famosa Junta de Navegantes de Toro enla que participó el marino, y se cierra con la decisión del Rey Católico de quese realice el viaje a la Especiería de Vicente Yáñez Pinzón y Juan Díaz deSolís. En el capítulo 5 se contempla el último viaje pinzoniano al Yucatán, realizado entre finales de julio de 1508 y agosto-octubre del siguiente año; y porúltimo, el capítulo 6, que pone fin a la obra, encara los últimos años de la vidade Vicente Yáñez, su matrimonio en segundas nupcias, su nombramiento depiloto real de la Casa de Contratación (ya consignado), y como éste estuvo apunto de embarcar todavía en la expedición de Pedrarias Dávila a Castilla deOro, impidiéndolo su enfermedad y posterior fallecimiento.

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1. CERVERA PERY

Mención aparte merece el contenido del tercer tomo de la obra de Man-zallo en el que se recoge un importantísimo bagaje documental. Los primeros195 documentos abarcan seis décadas completas (1477-1537), mientras quelos 190 textos restantes que completan la colección son todos de fechas posteriores al Descubrimiento, referidos a múltiples asuntos, hechos o acontecimientos desarrollados entre 1493 (a partir del regreso del primer viaje colombino y del inmediato fallecimiento de Martín Alonso)) y 1515, año en quemuere en Sevilla Vicente Yáñez Pinzón. Los documentos posteriores a lamuerte del ex capitán de la Niña, forman un cuerpo con multiplicidad de datoshistóricos de primera mano y que aclaran no pocos puntos oscuros de las vidasde los principales personajes.

Por la procedencia tan heterogénea de los documentos incorporados en elApéndice, el autor n sigue un rígido sistema de transcripción, por lo que entodo lo referente a la puntuación de los textos se observa cierto anárquicodesorden. El propio autor lo hace constar así, aunque reafirma la preocupación mantenida del cuidado y mantenimiento cJe la fidelidad y pureza cJe lostextos incluidos en la colección.

El confusionismo a que ha llegado en estos últimos tiempos la abundantehistoriografía, a veces precipitada sobre el Descubrimiento, tan con tradictocia en planteamientos y obtención de deducciones, se aclara cierta y nítidamente en una amplísima parcela, a través de la obra del profesor Manzano,cuyo libro es un modelo de objetividad, prudencia, ecuanimidad y. sobretodo, de aguda erudición.

En sus páginas hay algo más que un diagnóstico responsable y deja en sulugar la memoria de los Pinzones que tan heroica parte tomaron en el descubrimiento del Nuevo Mundo, siendo modelos de pericia náutica, de patriotismo y de ánimo alentado y generoso. Defender la memoria de tan ilustresnavegantes con veracidad y justicia entraña también mucha sensibilidad yamplia generosidad de corazón.

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EL MARINO QUE TRASLADÓLOS RESTOS DE COLÓN

DE SANTO DOMINGOA LA HABANA:

GABRIEL DE ARISTIZÁBAL(1743-1805)

Erie BEERMAN

Con el V Centenario y el 250 aniversario del nacimiento del marino quetrasladó los restos de Cristóbal Colón de Santo Domingo a La Habana en1795-1796, parece oportuno recordar al gran teniente general de la Armada:Gabriel de Aristizábal. Durante su larga carrera naval, de más de cuatrodécadas, este distinguido oficial de la Armada alcanzó mandos y misionesmuy importantes en las Filipinas, Pensacola, El Ferrol, Española, Trinidad,Cuba, Cádiz y Constantinopla, y fue inmortalizado por Goya, con el Bósforocomo fondo en un retrato que se conserva en el Museo Naval de Madrid y noshace recordar las glorias de este distinguido marino.

Oriundo vascuence, natural de Madrid.

Gabriel de Aristizábal y Espinosa nació el día 25 de marzo de 1743 enMadrid, en la calle Ancha de San Bernardo, en las casas del noviciado de laCompañía de Jesús. Dos días después, este niño póstumo fue bautizado en laiglesia parroquial de San Martín, en fa calle Desengaño. Su padre, Nicolás deAristizábal y Olloqui, había sido secretario de 5. M. en el Real Conséjo deHacienda y caballero de la Orden de Santiago, y su madre, Rosa Espinosa yAguado, era de la villa de Ciempozuelos (1). Por línea paterna desde su padrehasta sus bis-bis abuelos, por lo menos, eran todos naturales de la villa deHernani, en Guipúzcoa (2).

Al alcanzar la edad de 17 años, al tiempo de escoger una carrera, Aristizá

(1) Dama de la Infanta, María Rosa Espinosa de Aristizábal. Archivo del Palacio RealExpedientes personales, caja 72/5.

(2) Partida de bautismo de Gabriel de Aristizábal. Archivo de la iglesia parroquial de SanMartín, Madrid, Libro de bautizados, enero 1740-junio 1744. fol. 341; copia de los expedientesde ingreso en la Orden de Alcántara. Arç,hivo Histórico Nacional (aquí en adelante AHNI,Orden de Alcántara, exp. 119; Orden de Santiago de Nicolás de Aristizáhal. AHN, Orden deSantiago. exp. 609; y Alberto y Arturo García Carraffa. Enciclopedia Heráldica y GenealógicaHispano .4,’néricana, 88 vols. Madrid, 1923. Xl, págs. 131-132. Aristizáhal, en euskerra. significa bosque de robles.

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E. BEERMAN

bal, como muchos oriundos vascos, escogió la mar, ingresando como guardia-marina en Cádiz el 18 de octubre de 1760, donde este joven sobresalió entresus compañeros por su aplicación y talento, distinguiéndose en el estudio delas matemáticas e idiomas, aprendió con perfección el latín, italiano, inglés yfrancés. Terminada su educación teórica como guardiamarina, le aguardabala escuela práctica; escuela de privaciones y trabajos, en que los jóvenesaprenden a ser más tarde hábiles comandantes y expertos almirantes. Aristizábal navegó sucesivamente en los navíos Setentrión, Triunfante, Princesa yBuen Consejo, cruzando el Atlántico, Mediterráneo, Indico y el mar de ChinaMeridional y de Filipinas, y tomó parte en los combates navales contra lasfuerzas inglesas durante los últimos años de la guerra de los siete años (1756-1763). Con la paz, Aristizábal regresó a España. Ascendió a alférez de fragata, y el 17 de septiembre de 1767 a alférez de navío en el departamento de Cartagena, donde sirvió como teniente de la 4.’ y 5a compañías en los batallonesde Marina, y pronto fue destinado a las islas Filipinas (3).

Servicio naval en las Filipinas.

Aristizábal embarcó en la fragata Astrea el día 1 de noviembre de 1769 y,después de un largo viaje de más de nueve meses, arribó el 9 de agosto de 1770a Manila, ciudad que él ya conocía como guardiamarina hacía pocos años. Alllegar al archipiélago se enteró de su ascenso a teniente de fragata el 18 dediciembre por sus destacados servicios. Un mes después de su desembarco enManila, el capitán general de Filipinas, Simón de Anda y Salazar, percatándose de los talentos de este joven marino, le nombró intendente del arsenal yribera del puerto de Cavite, a 30 kilómetros al sudoeste de la capital. Satisfecho con la obra de Aristizábal, Anda pronto le seleccionó como comandantegeneral de Marina del archipiélago (4).

Los piratas moros siempre habían sido una amenaza para la navegaciónespañola en aguas filipinas, y así el capitán general quiso darles un ejemplarcastigo y ordenó a Aristizábal preparar una expedición para limpiar la costasur de Luzón, por la ciudad de Batangas, así como la costa occidental de la islade Mindoro, por el río Mamburao. Con esta expedición compuesta por unas36 embarcaciones, entre ellas dos galeras y dos paquebotes de 1.500 hombresde tripulación y tropas de desembarco, Aristizábal no sólo logró contener a

(3) Expediente personal de Gabriel de Aristizábal. Archivo Museo de D. Álvaro Bazán(aquí en adelante AMAB) y Archivo General Militar de Segovia (aquí en adelante AGMS); yJuan Marí Antequera, «<Biografía del teniente general D. Gabriel de Aristizábal,’. RevistaMilitar, Madrid, XIV, núm. 3. 10febrero 1854, págs. 182-183.

(4) Expediente personal de Aristizábal. AMAB: y José Fernández Gaytán. «<Don Gabrielde Aristizábal y Espinosa, teniente general de la Real Armada», REVISTA GENERAL DE MAR!

NA, agosto 1988, pág. 259. Sobre los destacados servicios de Simón de Anda y Salazar durantela toma de Manila en 1762; Véase Simón Jaén y Castillo. Compendio histórico poético sobre losilustres hechos del Sr. D. Simón (le Anda Salazar, del Consejo de SM. en el Supremo de Castilla,oidor que fue de la Real .Audiencia de Manila en la defensa de las islas después de la rendición deaquella plaza... Cádiz. 1765.

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EL MARiNO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMINGO...

Retratode GabrielAristizábal

y Espinosa,tenientegeneral

de la RealArmada.

Museo Navalde Madrid.

los feroces corsarios que infestaban aquellos mares y entorpecían el comercio, sino darles un combate decisivo de doce horas, tan hábil y admirablemente calculado, que no perdió una sola lancha. Aristizábal les apresó diezembarcaciones, varios géneros de valor, y hasta 50.000 pesos fuertes queingresaron en las arcas del Erario (5). A su regreso a la base naval de Cavite,Aristizábal recibió la felicitación del capitán general Anda, y le ordenó preparar dos planos de dicha expedición (6):

Carta del río Mamburao y Maasim. en la costa occidental de Mi,zdoro, sacada a luz por don GabrielAristizábal, teniente defra gata dela Real Armada y Comandante de Marina Filipinas... 1771.

Carta particular de la costa occidental de Mindoro sacada a la luzpor D. Gabriel Aristizábal.

(5) Expediente personal de Aristizábal. y J. M. Antequera. <Biografía del teniente general D. Gabriel de Aristizábal>’, op. cii., pág. 184.

(6) Archivo General de Sirnancas (aquí en adelante AGS), Mapas, Planos y Dibujos.1’-32. VI-lO: Marina. leg. 413, anexo cartá de Aristizábal al Marqüés de la Victoria, Cavite,16julio 1771. Ibídem.

Aho 1991 15

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E. BEERMAN

Aristizábal tuvo poco tiempo para descansar después de su victoria, yaque pronto fue destinado para mandar las fragatas San Carlos y San José, concuantiosos fondos del Estado y del comercio a México. Esta expedición partióde Manila, bordeando el cabo Bojeador al norte de Luzón, cruzando el Pacífico y llegando al puerto de Acapulco, donde entregó su cargamento a lasautoridades del virreinato’ de México. La expedición de vuelta, también almando de Aristizábal, regresó sin demora a Cavite con dos millones de pesosfuertes y alguna tropa para la guarnición filipina (7).

De regreso en las Filipinas,, tras estas difíciles y arriesgadas misiones navales, se ocupó de asegurar la libre navegación de aquellos mares filipinos, proteger el comercio y aumentar los ingresos del Tesoro; pero omitiéndose conharta injusticia su promoción en 1773. Tan notable debió ser esta omisión, ytan conocida la reputación del joven marino, que el teniente de navío JoséMazarredo no vaciló en decir al ministro de Marina, Julián de Arriaga, quesuponiendo que cada oficial.de Marina valiese un ciento por ciento más que él[Mazarredo], no valían todás juntos la mitad que D. Gabriel de Aristizábal;aunque la frase parece algo exagerada, fue la fiel expresión del concepto enque aquél, con el tiempo capitán general de la Real Armada, le tenía, y quienmás adelante se encargó de demostrar su valía, como veremos (8).

Sin embargo, para explicar en parte esta demora en el ascenso de Aristizábal, bien puede que influyese que a su regreso de Acapulco a bordo de la fragata San Carlos, existía en Manila un proceso contra él, hecho comentado enla Isla de León por el ministro de Marina, Arriaga, en septiembre de 1773 (9).Aparentemente la Armada quedó satisfecha con sus explicaciones sobre suviaje a México y así, al año, el 28 de abril de 1774, lució los galones de tenientede navío, permitiéndole regresar a España a causa del fallecimiento de sumadre. Esta había contraído segundas nupcias con Felipe Blanco, y tuvierondos hijos, Francisco Blanco y Espinosa, perteneciente al Consejo deHacienda de S. M. y fiscal de la renta de la Real Lotería, y Felipe. Ambos hermanos de Gabriel de Aristizábal nacieron en Ciempozuelos y él siempre mantuvo estrechas relaciones familiares con ellos (10).

Antes de salir de estas islas asiáticas, Aristizábal reconoció su hijo natural,José de Aristizábal. nacido hacía un año a Emnica Casales Clara, del mismopuerto de Cavite, donde el marino era comandante en jefe de Marina. Con elrespaldo de Aristizábal, José ingresó en el Ejército y fue subteniente del regi

(7) Eric Beerman, ‘Gabriel de Aristizábal: Tbe Man who moved Columhus!<», Guideposi,XXVII, núm. 18. 26junio 1987, pág. 12.

(8) J. Fernández Gaytún, <Don Gabriel de Aristizábal’<. op. cii. pág. 260, y J. M. Antequera. <Biografía del teniente D. Gabriel de Aristizáhal«. op. cit.. págs. 184-185.

(9) Julián de Arriaga, Isla de León, 3 septiembre 1773. Expediente personal de Aristizáhal.

(10) Expediente personal de Aristizábal. y «Poder para testar otorgado por el Sr. D. Francisco Blanco y Espinosa. y D. Felipe Blanco y Espinosa, su hermano><, Madrid. 18 noviembre1802. Archivo Histórico de Protocolos de Madrid (aquí en adelante AHPM), prot. 22.816. fols.118—119v.

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miento de Manila. Al dar su testamento cerrado en La Habana en diciembrede 1801, le dejó 4.000 pesos fuertes, doble de la cantidad dejada a cada unode sus tres hijos, explicando que aquél no tenía otros hermanos cerca paraayudarle (11).

Aristizábal, con Gálvez, en la invasión a Pensacola.

Por sus destacados servicios, fue destinado al departamento naval delFerrol, y ascendido a capitán de fragata al mando del bergantín Renombrado,el 17 de febrero de 1776. La Revolución Norteamericana acababa de estallaren el otro lado del Atlántico, y a los pocos meses las Trece Colonias declararían su independencia. El ministro de Marina, Pedro González de Castejón(el Marqués González de Castejón), quien recientemente había reemplazadoal fallecido Julián de Arriaga, sabía de la próxima intervención directa porparte de España al lado de los norteamericanos y franceses en contra de GranBretaña. En un viaje a Puerto Rico, Aristizábal informó al ministro deMarina del registro sufrido por la nave española Belén cerca de la isla Antiguapor los ingleses, al sospechar que transportaba ayuda a los norteamericanos (12). Con estos antecedentes, en 1778 Aristizábal fue enviado al mandodel bergantín Renombrado al puerto de Guaneo, en la parte francesa de laisla Española, con la misión de reconocer el puerto como posible base paralanzar una invasión hipano-francesa al bastión inglés de Jamaica. Curiosamente, dieciséis años después, durante la guerra con Francia, mandaría laexpedición que tomaría el fuerte Delfín, a pocos kilómetros al oeste en labahía de Manzanillo (13).

De regreso a Cuba ti-as su misión prebélica en el Caribe, Aristizábal ascendió a capitán de navío el 23 de mayo de 1778. La guerra contra Gran Bretañaestalló un año después, el 21 de junio, tardando algo más de un mes en llegarestas noticias a las manos del comandante general de Marina de La Habana,el teniente general Juan Bautista Bonet. El gobernador de Luisiana, Bernardo de Gálvez, en una serie de campañas, tomó los fuertes británicos en elMississippi, Bute de Manchac, Nuevo Richmond de Baton Rouge y Panmurede Natchez. Más tarde, este sobrino del ministro de Indias, José de Gálvez,tomó el 14 de marzo de 1780 el fuerte Carlota de Mobila, siendo su próximoobjetivo la capital inglesa de. Florida Occidental: Pensacola.

Mientras tanto, durante la última semana del sitio a Mobila, el 7 de marzoel comandante general de Marina en Cuba, Juan Bautista Bonet, zarpó con

(II) Testamento de G. Aristizúhal, escribano José Miguel Izquierdo. La Habana. 30diciembre 1801. en su testamento cerrado ante el escribano real Ramón de la Vega. Madrid. 14noviembre 1802. AHPM, prot. 24.917. fols. 89-110.

(12) Aristizúhal a Gonzólez de Castejón, Puerto Rico. 14 febrero 1777. AGS. Estado(aquí en adelante E), leg. 6.997.

(13) Aristiz1hal a Juan Bautista Bonet. Guarico, 25 marzo 1778, y Diario del Renonibrado, La Habana. 9 abril 1778. Archivo General de Indias (aquí en adelante AGI). SantoDomingo (aquí en adelante SD). leg. 1.598.

Año 1991 17

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una gran expedición, con la misión de llevar a cabo la orden real de tomarPensacola cuanto antes. Con Bonet a bordo del navío San Gabriel, al mandode la escuadra, le acompañaban 15 buques de guerra, entre ellos Aristizábala bordo de la fragata Nuestra Señora de la O, al mando del convoy de 26 barcos de transporte, con fuerzas terrestres de 2.148 soldados para sitiar Pensacola (14). Diez días más tarde, en plena travesía del golfo de México, Bonetenvió a Aristizábal para entrevistarse con Bernardo de Gálvez en Mobila ycoordinar el proyecto de invasión a Pensacola (15).

El día 29 de marzo, Nuestra Señora de la O fondeó en Mobila, donde Aristizábal informó a Gálvez de los sucesos de la expedición de Bonet hacia Pensacola, poniéndose a sus órdenes para el ataque a Florida (16). Gálvez, agradecido por la oferta de Aristizábal, solicitó que le acompañase hasta laentrada de Pensacola, a 100 kilómetros al este (17). Ese mismo día la escuadra de Bonet, habiendo forzado la bahía de Pensacola, donde permaneciótres días sin desembarcar ni atacar el fuerte Jorge de la capital, salió de labahía el 30 de marzo, aunque permaneciendo durante algunas semanas en lasaguas entre Pensacola y Mobila antes de regresar a La Habana el 21 de mayo.El día siguiente el capitán general de Cuba, Diego José Navarro, informó aGálvez que Aristizábal se quedaría al mando del navío San Juan en la Sondade Pensacola para proteger Mobila de un posible ataque por mar (18). Gálvezya había informado a La Habana que Aristizábal sería su enlace con laMarina en lá siguiente intentona de invasión a Pensacola (19). Aristizábal,tras cumplir su misión de proteger Mobila ante cualquier ataque, regresó a LaHabana a bordo del San Juan, y juntó sus esfuerzos en los preparativos parael siguiente ataque a Pensacola.

Durante el tiempo que Aristizábal colaboró con Gálvez por la bahía dePensacola y con 37 años recién cumplidos, se casaría por poder, representadopor el alférez de navío José de Villena, el 5 de abril en la catedral de LaHabana con la cubana María Inés Segueira y Palma, viuda del capitán de fragata Juan Moscoso, con un hijo de corta edad, Juan Moscoso y Segueira,quien alcanzaría una distinguida carrera militar, llegando a mariscal decampo y Orden de San Juan de Jerusalén. En el testamento de su padrastro,dado en La Habana en diciembre de 1801, éste le dejó 85.040 pesos fuer-

(14) «Estado de la expedición militar de La Habana... contrae! de Pensacoia de... Bonet’,La Habana, 7marzo 1780. Biblioteca Nacional. ms. 17.616. y expediente personal de Juan Bautista Bonet. AMAB.

(15) Juan Bautista Bonet a B. Gálvez. a bordo San Gabriel, golfo de México, 17 marzo1780. AGI, PC. leg. 2.

(16) Aristizábal a B. Gálvez, Mobila, 29 marzo 1780. Ibídem.(17) B. Gálvez a Aristizábal. Mobila, 30marzo 1780. AGI, SD. leg. 2.543.(18) Diego José Navarro a B. Gálvez, La Habana, 22 mayo 1780. AGI. PC. cg. 2, y Aris

tizábal a Bonet, navío San Juan, 20 mayo 1780. AGI, SD, leg. 2.082.(19) B. Gálvez a Aristizábal, Mobila, 4 mayo 1780. AGI, PC, leg. 101. y junta de guerra.

Mobila, 4mayo 1780. Ibídem, leg. 177-A, citando Carmen Reparaz, Yo Solo. Bernardo de Gilvezv la toma de Panzacola en 178/, Barcelona. 1986, pág. 44.

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tes (20). El poder para esta boda fue dado por Aristizábal ante el escribanomayor de Marina, Manuel Ponce de León, el 31 de marzo del año anterior.María Inés era natural de La Habana, nacida el 23 de diciembre de 1755, ehija del Conde de Lagunillas (Felipe Segueira) y Apolonia de Palma, quienestambién fueron los padrinos de la boda (21).

Al tiempo que ocurrían estos acontecimientos, Bernardo de Gálvez llegóa La Habana para preparar su segunda expedición a Pensacola, que salió él16 de octubre de 1780 con Gálvez, a bordo de la fragata de Aristizábal NuestraSeñora de la O. En el navío insignia San Juan de Nepomuceno iba el jefe deescuadra José Solano. El convoy al mando de Aristizábal incluía 51 transpor

(20) Expediente persona! de Juan Moscoso y •Segueira. AGMS; testamento de !a Excma.Sra. Dña. María Inés de Segueira, 9 marzo 1818. AHPM, prot. 22.280, fols;288-292, y testamento de Aristizúba!, ante e! escribano José Migue! Izquierdo. La Habana, 30diciembre 180!.AHPM, prot. 24.917, fo!. 89.

(21) Partida de matrimonio. catedra! de La Habana, Libro VII de matrimonios españo!es.fo!. 93. núm. 272, y partida de bautismo.de.!a novia, catedra! de La Habana, Libro XI de bautismos de españo!es, fo!. 77, núm. 252. Copias de !os dos documentos en AHN, Orden de Alcúntara, exp. !16-moderno (Domingo Aristizába! y Segueira).fo!s. 9-10.

Deta!!e de !a portada de !a obra de D. José Moreno: Viaje a Constantinopla en el año /7S/,editado en Madrid en 1790.

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tes, llevando casi 4.000 hombres para el segundo asalto a Pensacola (22).Solano, dándose cuenta de la posibilidad de algún huracán, frecuentes en estaépoca del año, dio órdenes cerradas a todos los comandantes de los buques:Por causa de separación, el primer lugar de encuentro sería la Son da Tortuga[Dry Tortugas], a unos 300 kilómetros al oeste de los Evergiades de Florida; siya habían pasado por este lugar, el segundo punto de encuentro era al noroeste,50 kilómetros al sur de Mobila (23). Justo después de zarpar de La Habana,uno de los más feroces huracanes de la época golpeó la expedición, y duranteochenta terribles horas el temporal azotó con inaudita violencia las frágilesembarcaciones de vela. Entre los días 16 y 22 de octubre, varios navíos fuerondesarbolados, uno se perdió y se dio por hundido, dis’persándose la escuadrade Solano y el convoy de Aristizábal por todo el golfo de México. Los navíosde guerra procuraron mantenerse a la capa y los buques de transporte de Aristizábal fueron a parar unos a Nueva Orleans, a Mobila otros, los más a Cam

peche de Yucatán, y otros barcos, por último, regresaron a La Habana (24).La fragata Nuestra Señora de la O, con Gálvez y Aristizábal a bordo y casi

100 hombres del regimiento de Infantería del Príncipe, tuvo sus propias tribulaciones. Esta fragata se separó del convoy el primer día del huracán, llegando al banco de Campeche el 20 de octubre. La Nuestra Señora de la O fueel primer buque que alcanzó el punto de encuentro de la Sonda Tortuga,donde llegaron después otros cuatro buques de guerra. Estos cinco buqueshabían seguido las instrucciones de reunirse en la Tortuga, y al no ver otrosbarcos zarparon el 28 de octubre para el segundo punto, al sur de la bahía deMobila. Sin embargo, encontrándose todavía a unos 300 kilómetros del puntode encuentro de Mobila. los capitanes subieron a bordo de La O, a peticiónde Gálvez. Todos los jefes navales estaban a favor de regresar a La Habanainmediataménte, sin embargo, Gálvez les reiteró que según las propias órdenes cerradas de Solano, los buques deberían ir al segundo punto de encuentroa 50 kilómetros al sur de Mobila para continuar la expedición hacia Pensacola. Aristizábal entonces se enfrentó a su compañero de navegación, advirtiéndole que el buque únicamente tenía agua y víveres para doce días, y era imposible seguir a Pensacola y atacar una fortificación como el fuerte Jorge; pensando que, dadas las circunstancias extremas del huracán, era más apropiadoel regreso inniediato a La Habana, dejandopor escrito su recomendación enel diario de la fragata. El 3 de noviembre, e:n una reunión a bordo de La O,todos los oficiales navales respaldaron la recomendación de Aristizábal deregresar sin demora a Cuba, informando a Gálvez, quien disgustado replicóa Aristizábal que él había venido a la guerra para luchar y obedecer las órde

(22) «<Estado... expedición al mando del mariscal de campo D. Bernardo cte Gálvez», lboctubre 178(1. Servicio Histórico Militar (aqLlí en adelante SHM). Conde de Clonard. leg. 31.

(23) «Diario cte Operaciones de la expedición contra la plaza de Pensacola.>, Bernardo deGálvez, Pensacola, 12 mayo 178!., AGS, Secretaría cte Guerra (aquí en adelante SG).Ieg. 6.912.

(24) José Solano a Pedro González de Castejón. La Habana. 22 noviembre 178)). AGS.Marina. leg. 420.

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nes y así deberían seguir hasta el segundo punto de encuentro al sur de Mohila, para retnirse allí con Solano. Gálvez prosiguió que sería una lástima abandonar tan cerca del objetivo, y estaba tan enojado que amenazó abandonarLa O y tornar un bote con compañeros militares y marinos para reunirse conSolano. Esta amenaza no detuvo a Aristizábal de regresar a toda marcha a LaHabana con Gálvez a bordo, pero, sin duda, muy contrariado. Ya de retornoel día 14, encontrándose La O a 50 kilómetros al noroeste de La Habana.Aristizábal divisó dos fragatas inglesas, George y Nancy, que habían salido deJamaica el 29 de octubre. La fragata de Aristizábal y otros buques se acercaron a los buques enemigos, y después de una reñida batalla éstos se rindieroncon un cargamento de ron para Nueva York. Tal vez estas dos presas mejoraron los ánimos de Gálvez antes de llegar al Morro de La Habana (25).

En Cuba se preparó la tercera expedición que zarparía el 28 de febrero delaño siguiente, concluyendo con la toma de Pensacola en mayo de 1781, y conAristizábal jugando un papel destacado (26).

Con la gran victoria española de Pensacola, muchos de los militares ymarinos españoles regresaron a La Habana, para preparar el siguiente objetivo: la invasión del bastión inglés de Jamaica. Sin embargo, Aristizábal fuedestinado en julio de 1781 a mandar el convoy que escoltaría la escuadra deFrancisco Morales con destino a España. La escuadra estaba compuesta de 65embarcaciones con el real haber en especie de 10.000 cajas de azúcar e ibaescoltada por el navío Astuto, fragata Nuestra Señora de la O, goleta SantaRafaela y balandra Atrevida. Desde las Islas Bermudas, el convoy de Aristizábal tuvo varios encuentros con los corsarios y uno especialmente fuerte aloeste de Lisboa. Aristizábal dividió sus fuerzas al ver un convoy inglés, escoltado por cuatro navíos y dos fragatas de guerra, cuyo ataque évadió, formando en línea 30 embarcaciones, que a los ingleses les debieron parecer unaescuadra y llegarona Cádiz sin más incidentes.

Sin embargo, la navegación había durado 112 días a causa de los vientoscontrarios, con el debido susto en el Reino, por la sospechada pérdida delúnico convoy de América, en que se transportaban todos los caudales rezagados con la guerra. Y aún en la bahía gaditana se había dispuesto para buscarlos en el mar e impedir lo que todos temían, y efectivamente padecían puesdurante el último mes sólo se dieron cuatro onzas de pan, una de carne ymedio cuartillo de agua de ración en los buques. Llegó la situación a talextremo que en junta general se resolvió que cada uno se salvase como pudiese, firmado por todos los oficiales, aunque con la pericia de Aristizábal este

(25) Aristizábal a B. Gálvez, La O a 270 lO’ N, SSE de la bahía de Mobila. 3v 6 de noviembre de 1780; Gálvez a Aristizábal, La 0, 3v 6noviembre 1780; Aristizábal a Bonet, a bordo deLa Oen el puerto de La Habana. 18noviembre 1780. AGS, Marina, cg. 420, ySG. leg. 6.913.

(26) Miguel de Alderete. a bordo de la fragata Santa Matilde cerca de Pensacola, 19 niavo1781. AGI, PC, leg. 2. Para datos de Aristizábal en la tercera y fructífera expedición a Pensacola, véase Carmen Reparaz. Yo Solo: Bernardo de Gcílr’ez y la toma de Panzacola en / 78!, op.cii.. y el manuscrito del libro entregado a Fundación Mapfre América; E. Beernian, «España ylos Estados Unidos: la ayuda española a la Independencia Americana. 1776-1783.»

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lema no se puso en práctica. La situación era tan crítica que ordenó la distribución del real cargamento, los barriles de vino y los porrones de pasas, solicitando más tarde en Cádiz la Real aprobación de este hecho para salvar elconvoy, lo distribuyeron a sus tripulaciones, especialmente el vino, sin lo quehubieran perecido... (27).

Como resultado de esos servicios durante la guerra, próxima a concluirse,Aristizábal ascendió a brigadier el 21 de diciembre de 1782 (28), y como premio de sus servicios durante la última contienda que concluyó con el Tratadode paz definitivo con Inglaterra en septiembre de 1783, el marino ingresó enla Orden de Alcántara (29). Con el nacimiento de su hijo Gabriel, Aristizábalsuscribió acciones vitalicias sobre la renta de tabaco de 80.000 reales (30). Alaño, Aristizábal mandaría una expedición real al Gran Sultán de Constantinopla, situación reflejada en el retrato realizado por Goya.

Expedición a Constantinopla (1784-85).

El primer tratado de paz firmado entreEspaña y el Gran Sultán del Imperio Otomano, Abd-el-Hamid 1(1773-1789), el 14 de septiembre de 1782, fuepublicado en Madrid al año el 14 de noviembre. Dicho tratado abrió la escalamarítima de Levante y el comercio español con Rusia y Polonia, protegiendoel de todo el Mediterráneo. Así Carlos III quiso obsequiar al Gran Sultán,escogiendo a Aristizábal para llevar a cabo esta misión diplomática; le encomendó también la secreta de hacer toda clase de observaciones de su viaje,resultando una impresionante obra, publicada en 1790. Aristizábal desempeñó esta comisión con el más brillante éxito, cumpliendo su misión con todadignidad y pericia, haciendo que se tuviera a España en aquella corte en granestima y consideración. Como resultado de este viaje, se obtuvo un grannúmero de informes referentes a las costas mediterráneas, archipiélagogriego y estrechos, tanto de tipo geográfico, como político, militar, administrativo, religioso, etc.; levantando también planos con un buen número dederroteros y otros trabajos de sumo interés (31).

Para cumplir su misión y preparar la salida de su expedición a Constantinopla, Aristizábal se trasladó al departamento de Cartagena. El recién nombrado ministro de Marina, Antonio Valdés, informó en septiembre de 1783sobre los víveres y medicinas que se habían de embarcar en la expedición,además de transportar a la familia del ministro enviado a Constantinopla,

(27) Aristizábal a Antonio Valdés, Madrid, 19julio 1785. Expediente personal de Aristizábal.

(28) Expediente personal de Aristizábal.(29:>. Expediente de ingreso de Aristizábal. AHN. Orden de Alcántara, exp. 119.(30) AHPM, prot. 17.846.(31) Martín Fernández de Navarrete. Biblioteca Marítima Española: Obra póstuma. 2

tomos, Madrid. 1851, 11, pág. 102.

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Juan Bouligny (32). Esta expedición diplomática salió del puerto de Cartagena el 24 de abril de 1784; estaba compuesta por el buque insignia, el navioTriunfante, de 80 cañones, al mando del capitán de navío Sebastián Ruiz deApodaca (33); el navío San Pascual, de 74 cañones, siendo su comandante elcapitán de navío Francisco Javier de Winthuysen (34); el bergantín Infante,de 18 cañones, al mando del futuro teniente general de la Armada, el tenientede navío Juan María de Villavicencio (35), y a la altura de Menorca se lesagregó la fragata Santa Clotilde, de 26 cañones, a las órdenes del capitan defragata Bartolomé de Ribera (36).

Con Aristizábal estaba como ayudante el entonces joven alférez de fragata Cayetano Valdés, sobrino del ministro de Marina (37). El día 1 de mayoavistaron el cabo de La Mola en la isla de Formentera (38). Luego se dirigieron al sur de la isla Cabrera y divisaron la tarde del 4 de mayo el fuerte SanFelipe, del puerto de Mahón de Menorca. Después de costear las islas de SanPedro y Cerdeña el día 11 de mayo, se hicieron hacia Sicilia, fondeando laescuadra en Augusta, en la costa oriental de esta isla. Debido a las calmas, laexpedición de Aristizábal no pudo zarpar hasta el 7 de junio, pero aprovecharon el tiempo levantando algunos planos del puerto de Augusta y Siracusa(39). El siguiente destino fue la isla griega de Milo, pero Aristizábal cambió

(32) A. Valdés a Alfonso Alburquerque. San Ildefonso, 11 septiembre 1783. Museo Naval(aquí en adelante MM), Colección de Documentos de Vargas Ponce, XXXVIII, doc. 81. Estediplomático, hermano mayor de Francisco Bouligny. coronel del regimiento fijo de Luisiana ygobernador en funciones de dicha provincia; probablemente conoció a Aristizábal durante lascampañas de Mobila o Pensacola, 1780-81.

(33) Expediente matrimonial de Sebastián Ruiz de Apodaca, año 1774. AGMS.(34) Expediente matrimonial de Francisco Javier de Winthuysen, 1785. AGMS.(35) Expediente matrimonial de Juan María de Villavicencio (1792) y expediente personal

del capitán general y decano del Consejo Supremo del Almirantazgo (1817). AGMS, SecciónHistórica. Villavicencio se casó con María Antonia Bouligny, parienta del enviado a Constantinopla, Juan de Bouligny. citando «Poder... de María Antonia Bouligny, mujer de Juan MaríaVillavicencio...». 11 octubre 1803. AHPM. prot. 21.427.

(36) José Moreno, Viaje a Constantinopla en el año de 1784, Madrid, 1790. El manuscritooriginal se encuentra en la biblioteca del Palacio Real; citando Cesáreo Fernández Duro,Armada Española desde la Unión de los Reinos de Castilla y de Aragón, 9 vols.. Madrid, 1895,VII. pág. 358. José Moreno, arquitecto y escritor, nació en 1748 en Madrid en la Real Casa llamada de la Panadería en la Plaza Mayor; comenzó sus estudios de arquitectura bajo VenturaRodríguez. fue académico de mérito de San Fernando en .1773, segundo director de la cátedrade matemáticas y vice-secretario de la mencionada Academia, secretario de la junta de arquitectura en 1786. secretario honorario de S. M. y secretario de la Academia en 1791, muriendo enMadrid el 5 enero 1792, aparte de su obra sobre Constantinopla dejó «Tratado aritmético parauso de las escuelas»: citando Martín Fernández de Navarrete. Biblioteca Marítimo Española:Obra póstuma. 11. págs. 99-102. y AHN. E, leg. 1.610.

(37) Expediente personal del teniente general Cayetano Valdés. 1820. AGMS. SecciónHistórica. Otro marino que sirvió en la expedición de Malaspina (1789-94) era el pintor JoséCardero.

(38) José Moreno. Viaje a Constantinopla. pág. vi. El autor citó «el cabo de la Mora».como los posteriores escritores, pero debería ser el de la Mola. la punta más oriental de Formentera.

(39) Ibídem. págs. vii-viii. y Aristizábal al Conde de Floridablanca. bahía de Augusta.Sicilia. 23 mayo 1784. AHN, E. leg. 4.734. . . . .

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E. BEERMAN

el rumbo a la de Sapienza por el Peloponeso, pasando luego al oeste de lasislas Milo y Kéa (Tzea), atravesando el 16 de junio el paso entre las islasEubea (Negroponte) y Andros. Después de navegar por el archipiélagoEgeo, al este de la isla Skíros, cerca de la isla Lemnos, el navío San Pascualel 27 de junio varó, seguido el día siguiente por el Triunfante de Aristizábal,pero sin daños de consideración. El día 30 fondearon en Tenedos (Bozca),isla turca a 50 kilómetros al sur de los Dardanelos, enviando una carta a Constantinopla sobre su arribo. La escuadra llegó a la entrada del canal de los Dardanelos el 2 de julio. Aquí los españoles fueron avisados que desde las fortalezas turcas se tenía la costumbre de saludar a cualquier navío que se acercabacon una ráfaga de balas. Había dos castillos guardando la entrada: Sedd ElBahr, a la orilla septentrional, o sea la banda europea, y Kumkale a la meridional. También se previno a la escuadra de no guardar formación en la estrechura de los Dardanelos. El San Pascual y el bergantín Infante pasaron primero por delante de las fortalezas, que reservaron su saludo para el navíoinsignia Triunfante. Así, al hallarse repentinamente cercado de balas, éstecreyó, no sin fundamento, que se le impedía el paso, por lo que cargó su aparejo para fondear allí mismo, echando el anda, que no agarró en sesenta brazas de agua, y se picó el cable porque el navío daba hacia la costa y el temporalno permitía recogerlo.

El San Pascual y el Infante, creyendo también que los castillos tiraban alTriunfante de Aristizábal, y no pudiendo incorporarse a él por lo recio delviento, dieron fondo para observar el suceso en punta de Nagara, en mediodel canal de los Dardanelos. Allí hubiera fondeado también el Triunfante,pero no llevando más de un anda dispuesta, mientras preparaba otra, pasóhasta la punta del Pescador, a pocos kilómetros al este de Nagara, dondetomó puerto con la fragata Santa Clotilde. Durante ese tiempo se pudo reconocer el canal, los castillos de la entrada y de los Dardanelos. Con la escuadralista a las dos y media de la tarde del 19 de julio se hicieron a la mar haciaGallípoli, por el lado europeo, por la salida de las estrechuras (40). Todavíaen los Dardanelos el 2 de agosto, Aristizábal a bordo del Triunfante informóal ministro de Estado sobre Gallípoli, a 50 kilómetros al este, y de la marchade la expedición (41). Por fin, después de las demoras, ya con el viento en calma, de salir de los Dardanelos y por el mar de Mármara, llegaron los dosnavíos, el bergantín y la fragata Santa Clotilde, frente a Constantinoplael 3 de septiembre (42). Tras una semana en la capital, Aristizábal escribióuna larga relación a Floridablanca, dándole una excelente descripción de lallegada de la expedición y los primeros días en Constantinopla, y de la buenaacogida por parte de los turcos (43).

(40) José Moreno, Viaje a Constantinopla, págs. xiv y 33. En la antigua Grecia esta ciudadse llamaba Callipolis. o ciudad hermosa.

(41) ibídem, y Aristizábal a Floridablanca, Dardanelos. 2 agosto 1784. AHN, E.leg. 4.734.

(42) José Moreno, Viaje a Constantinopla, pág. xiv.(43) Aristizábal a Floridablanca, a bordo del Triunfaote frente a Constantinopla, 21 sep

tienibre l’784y relación de Aristizábal, 10 septiembre 1784, Constantinopla. AHN, E. leg. 4.734.

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EL MAR/NO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMINGO...

El bergantín infante, de Juan María de Villavicencio, disparó unas salvasen el puerto en celebración del día de la Princesa de Asturias, María Luisa deParma, esposa del Príncipe D. Fernando (VII). Se trató de antemano entreaquella corte y el ministro español en Constantinopla, Juan Bouligny, que alarribo de la escuadra no se disparase la artillería, porque se asustaba una sultana que se creía en cinta. Nada más llegar, Aristizábal quiso tener todo preparado para poder levar anclas a últimos de octubre, solicitando legumbres,pan, carne salada y vino para cuatro meses por lo menos. Por esa época el paísestaba casi limpio de la epidemia de peste que había padecido, pero, comomedida de precaución, se organizó un hospital en tierra.

Aristizábal, de acuerdo con el ministro Bouligny, visitó, acompañado desus oficiales, a todos los representantes diplomáticos extranjeros, quienesdevolvieron la visita, primero a bordo de la embarcación y después con suntuosos banquetes y saraos dados por Aristizábal. Digno de notar fue la granaceptación con que el pueblo turco recibió a los marinos españoles, entusiasmados por el buen orden, aseo, disciplina en los buques y conducta irreprochable. Consecuencia de ello fue la visita de varios personajes al Triunfante,que quedaron muy complacidos de ella. También el gabinete imperial, con elpretexto de que el comandante general Aristizábal iba a presentar a variosesclavos libres, encontró motivo para que éste fuera recibido en audienciapública por el gran visir, primer ministro de Turquía; caso insólito, ya que,por razones políticas, era el enviado Juan Bouligny quien debía asistir a ésta,por lo que Aristizábal lo puso en su conocimiento, ya que en el ceremonial dela corte otomana sólo los extranjeros con el carácter de ministros eran llamados a dichas audiencias. -

Por entonces, la corte otomana había aprobado la celebración de unaaudiencia pública para la entrega de los regalos, ya depositados en tierradesde el arribo de la escuadra. Los regalos de la corona española consistíanen 48 cajones de cacao, chocolate, tabaco y otros productos, más una pieza devicuña verde, seis de telas de plata y otro, más terciopelos y paños más exquisitos de las fábricas españolas y una magnífica tienda de campaña de damascocarmesí bordado de oro, un gran número de piezas para su adorno y servidumbre, todo de plata, y una preciosa joya de brillantes, más otros regalossuntuosos. Además, Aristizábal trajo varios arraeces (capitán o patrón denaves moriscas del Mediterráneo) para su liberación por el Gran Sultán. Así,el 6 de octubre dichos obsequios fueron entregados al Gran Sultán y a variosindividuos de la corte y principales funcionarios.

Ya distribuidos los regalos, el siguiente día 7, Aristizábal y Bouligny fueron recibidos en audiencia pública por el Gran Sultán en el Serrallo con muylucida comitiva, incorporados los oficiales davales de la escuadra española, ymuchas personas distinguidas del cuerpo diplomático. Bouligny entonceshizo un breve discurso al Gran Sultán. El dragomán (intérprete) de la cortela tradujo; contestado por el visir en nombre del Gran Sultán, la paz con suMajestad Católica había sido muy positiva. Con esto se concluyó una ceremo

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E. BEERMAN

fha y se abrieron las relaciones entre las dos cortes, consolidando esta expedición de Aristizábal la amistad y futuro comercio marítimo (44).

Habiendo cumplido con creces esta importante misión, ta escuadra deAristizábal estaba preparada para zarpar del Bósforo rumbo a España. Aristizábal llevó dos regalos al Triunfante el 19 de octubre: un retrato del GranSultán para entregar a Carlos 111 y un retablo de la entrada de Juan Boulignyen Constantinopla el 21 de abril de 1783 (45). Para el viaje de retorno, Aristizábal había encargado a una fábrica, situada en los Dardanelos, hornear unosbizcochos; con el fin de no retrasarse, Aristizábal envió la fragata Santa Clotilde el día 20 de octubre para recogerlos y esperar a los otros buques en puntaNagara. Estos tres buques zarparon de Constantinopla cuatro días más tarde,uniéndose a la fragata. Al salir los cuatro buques españoles del estrecho fueron nuevamente saludados desde las fortalezas en las orillas. La noche del1 de noviembre, la expedición pasó el cabo de Oro (Doro), en el sudeste dela isla Eubea (Negroponto), fondeando en el puerto de Karistos algunos díasdebido al clima, y avistando el día 26 de noviembre el cabo siciliano de Passaro, en la costa sur, y esa misma tarde Aristizábal llegó a Malta.

El marino español hizo una larga escala en la isla de Malta, donde fue muybien recibido. La escuadra permaneció allí más tiempo del deseable, debidoa la necesidad de llevar a España dos galeras de la Orden de Malta a finalesde abril o principios de mayo, también se repostó de víveres y se amasó bizcocho con la harina sobrante de Constantinopla (46). Además, Aristizábalaprovechó y reclutó 400 marinos malteses como tripulación de dichas galeras(47). Con todo preparado y tiempo a favor, la escuadra zarpó el 3 de mayo de1785, avistando en la madrugada el cabo Alicata en Sicilia. El día 6, como lasdos galeras no podían resistir el viento, se vieron obligadas, junto con el bergantín Infante, a entrar en el puerto de la pequeña isla de San Pedro, al sr deCerdeña, con los restantes tres buques continuando hacia el golfo de Palma,donde se incorporaron el bergantín y las dos galeras el 14 de mayo. La escuadra pasó delante de Mallorca, divisando el día 29 el cabo Palos, y el 31 demayo de 1785 arribaron al puerto de Cartagena (48). Tras su llegada a estepuerto y por sus destacados servicios en tan importante misión, Aristizábalrecibió pronto su ascenso a jefe de escuadra (49).

(44) J. Fernández Gaytán. Don Gabriel de Aristizábal, pág. 267. y J. Moreno, Viaje aConstantinopla, págs .xiv-xv, 48-52.

(45) Aristizábal a Floridablanca, Constantinopla, 19octubre 1784. AHN. E. 1ei. 4.734.(46) Aristizábal a A. Valdés, a bordo del navío Tritoifante en el puerto de Malt�. 5 maizo

1785. MN. ms. 1.682.(47) A. Valdés al intendente de la Marina de Cartagena. Aranjuez. 3 mayo 1785. MN.

Colección de documentos de Vargas Ponce. XXX VIII. doc. 250.(48) «<Distinciones dispensadas a la escuadra española al mando de D. Gabriel Aristizábal

durante su estancia en Malta, 1785<’ AGS. E. leg. 6.133; Gazeta cte Madrid, 17 )unio 1785; Aristizáhal a A. Valdés. a bordo del navío Triunfante, Malta, 5 marzo. y Madrid 3 junio 1786 en«<Varias cartas y memorias de Aristizábal sobre el viaje a Constantinopla« y Expediente de Malta. 5marzo 1785. MN. sig. 1.682.

(49) Real Orden, Aran juez, 14junio 1785. y A. Valdés a Luis de Córdoba. Aranjuez. 14unio 1785. Expediente personal de Aristizábal, y Variedades de Ciencias, Literatura t’ Artes,

obra periodística. IV. núm. 21(1.804). pág. 153.

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EL MARINO QUE TRASLAD( LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMINGO...

Corno resultado deléxito de la expedición aConstantinopla. el miluStrO de Marina, Antotilo Valdés, informó aLuis de Córdoba, director general de la Armada, que El Rey ha tenido presente el méritoque hizo el/efe de escuadro de la Real ArmadaD. Gabriel de Aristizábol en la Expedición aConstantinopla, y losdispendios que le ocasionó el decoroso luci

Aspecto exterior de la urna descubierta en la catedral de SantoDomingo. según fotografía remitida por el excelentísimo miento con que lo de-señor presidente del Consejo (le Ministros a la Real Academia sempeno; y en atencion(le la Historia, a todo se ha servido con-

— ferirle la Encomiendadel Peso Real de Valencia en 1786, vacante por la muerte del Marqués (leMedina en la Orden de Alcántara... (50). Además, en noviembre de 1786 fuenombrado vocal de la Junta del departamento de El Ferrol (51).

El libro sobre el viaje a Constantinopla, por José Moreno, fue publicadoen 1790, y dos ejemplares fueron enviados a la legación española en aquellaciudad. Uno para el enviado Juan Bouligny y el otro para el nuevo Gran Sultán (1789-1807), Selim III, quien sucedió a Abd-el-Hamid 1, anfitrión de laexpedición de Aristizábal en 1784 (52).

Toma del fuerte francés Delfín en Española (1794).

Después de realizar la expedición a Constantinopla, Aristizábal fue destinado al departamento naval del Ferrol. Como comandante general de unaescuadra zarpó de ese mismo puerto en marzo de 1787 con objeto de hacerunas maniobras marítimas, dirigiéndose posteriormente a la bahía gaditana(53). Tras una corta estancia en Cádiz, la escuadra de Aristizábal, compuesta

(50) A. Valdés a L. de Córdoba. Aranjuez, It) mayo 1786. Expediente personal de Aristizábal. Sobre esta encomienda de Aristiz�íbal. véase AHN. Consejo de Órdenes Militares, legaos 4.441,4.442. 6:461.

(51) Expediente personal de Aristizúbal.(52) José de Anduaga a Juan de Bouligny, San Lorenzo, 23 noviembre 1790. Bouligny a

Anduaga. Constantinopla. 8 énero 1791. AHN, E. leg. 4.736.(53) Francisco Alsedo y Bustamante. <Diario de la navegación que con el favor de Dios va

a emprender el teniente de navío y alférez de Guardias Marinas D. Francisco de Alsedo y Bus-

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de nueve fragatas y tres balandras, avistó Málaga el 12 de mayo, y más tardeArgel, donde realizó algunas maniobras tácticas, regresando a Cádiz el 30 deagosto (54). En 1790 embarcó como jefe subalterno del navío San Rafael,operando contra el corso y siendo ascendido al año siguiente a teniente general (55).

Hay que recordar que en España el Conde de Aranda había sido ministrointerino de Estado desde el 28 de febrero de 1792 hasta su relevo por Godoy,el 16 de noviembre de ese mismo año. Durante esos nueve meses, los Consejos de Ministros debatían sobre una posible declaración de guerra a Francia.A su cese en el Ministerio, el Conde de Aranda continuó como decano delConsejo de Estado, cuando España recibió de París las terribles noticiassobre el aguillotinamiento el 23 de enero de 1793 de Luis XVI. No cabía másdebate y con el respaldo del omnipotente ministro de Estado, Godoy, Carlos IV declaró la guerra el 23 de marzo e invadió Francia nueve días más tarde. Después de algunos éxitos iniciales, España tuvo que replegarse de losPirineos y los franceses reocuparon el 28 de agosto la importante base navalde Tolón.

El recién nombrado ministro de Estado, Manuel Godoy, pensaba que elfrente principal estaría en los Pirineos, sin embargo, el ministro de Marina,Antonio Valdés, pensaba que España tendría más ventajas en una campañanaval en el Caribe, tratando de conquistar la parte francesa de la isla de laEspañola, que en una guerra terrestre en los Pirineos. Además, la escuadraespañola operando en América podría proteger el comercio español en aquellas aguas, el transporte de caudales y continuar hostilizando la parte francesade la Española, desde donde actuaban los corsarios contra la navegaciónespañola.

Carlos IV respaldó la tesis de Valdés, y la Armada disponía del hombreidóneo para, en estas circunstancias, mandar esa escuadra de operaciones enAmérica: el teniente general Gabriel de Aristizábal. En ese tiempo éste seencontraba destinado en el departamento de Cádiz donde recibió las órdenes,junto con otros oficiales navales, de trasladarse al Ferrol en la fragata Rosalía,llegando al puerto gallego el 16 de febrero de 1793. Tres días más tarde llególa Real Orden de su nombramiento como comandante general de esa escuadra, esperando en cualquier momento la declaración oficial de guerra contraFrancia. El 4 de marzo arboló su insignia en el navío Reina Luisa, al mandodel capitán general Tomás de Gayangos. Sin embargo, a finales de ese mes,Aristizábal transbordó su insignia al navío Salvador del Mundo, de 112 cañones, al mando del Marqués del Castañar. El 16 de febrero había sido nombra

tamante embarcado en la fragata de guerra Nuestra Señora de la Paz, de oficio de ordenar dejefe de escuadra D. Gabriel de Aristizábal, comandante en jefe de las fragatas Paz y Teresa ybalandras Flechas y Ventura, cuya división se dirige al puerto de Cádiz. habiendo salido delFerrol en 22 de marzo de 1787». MN, rns. 1.281. fol. 196.

(54) F. de Alsedo y Bustamante, «Diario de... Aristizábal... salida de Cádiz el 18 abrill787>. Ibídem, fol. 214.

(55) R. O. de 1 marzo 1791. Aranjuez. Expediente personal de Aristizáhal.

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EL MARINO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMINGO...

do, como general subalterno, el jefe de escuadra Federico (Jravina, ausenteen Inglaterra, que llegó al Ferrol el 9 de abril (56). Desde Londres, Gravinahabía escrito a Valdés solicitando un puesto para él y el capitán de navío Joaquín Valdés en cualquier escuadra que se preparase (57).

El 3 de abril, el mayor de la escuadra de Aristizábal, el capitán de fragataFrancisco de Alsedo y Bustamante, informó a la marinería sobre la real resolución de que los buques españoles e ingleses se auxiliasen mutuamente mientras durase la guerra con Francia (58). A las cuatro de la madrugada del 6 demayo, con el viento al NE, la escuadra de Aristizábal zarpó del Ferrol conrumbo al Caribe, con una escala en Cádiz. En este puerto gaditano fondearonel día 12 algunos de los buques, incluyendo el Salvador del Mundo. Tres díasmás tarde, Aristizábal arboló su insignia en el navío San Eugenio,de 80 cañones, al mando del brigadier Antonio Ocarol, zarpando nuevamente delpuerto gaditano el 11 de junio rumbo a Venezuela, costeando la isla Trinidadel 23 de julio (59).

Esta escuadra llegó a tener 20 buques de guerra con 1.144 cañones (60).El 26 de julio arribó a La Guaira, el puerto de Caracas, con 560 miembros desu tripulación enfermos. Dos días más tarde dos convoyes zarparon hacia LaHabana y Veracruz. En el puerto venezolano, 500 soldados y milicias deCaracas embarcaron para reforzar la campaña de Santo Domingo (61).Durante su estancia en tierras venezolanas, Aristizábal recibió un informe delincidente sucedido a fines de junio en Guarico —la parte francesa de Española— entre el partido de los diputados de la Convención y el gobernador yla Marina francesa, finalizando con miles de muertos y la ciudad reducida acenizas. Con estas noticias, la escuadra de Aristizábal se hizo a la mar el 2 deagosto, estaba compuesta de seis navíos y dos goletas, más otras embarcaciones con 500 soldados, con destino a Puerto Cabello, donde llegó el día 11 ydonde permanecería hasta el 10 de diciembre (62).

En la mañana del 10 de diciembre de 1793, la escuadra leyó anclas rumboa la bahía de Manzanillo, en la parte francesa de la isla Española, donde llegó

(56) Francisco de Alsedo y Bustamante. «Extracto de las ocurrencias diarias de la escuadra del mando del teniente general D. Gabriel de Aristizábal. desde su armamento en El Ferrol.sacado de los diarios de las campañas. que ha formado el capitán de fragata D. Francisco deAlsedo y Bustamante, mayor general de dicha escuadra. y de principio en el mes de febrero de1793»». MN. sig. 595. fols. 1-2.

(57) F. Gravina a Valdés, Londres. 25 enero 1792. MN. ms. 2.110. fol. 61.(58) Francisco de Alsedo y Bustamante a Pedro de Leiva. navío Salvador (le! Mundo. 3

abril 1793. MN. Colección de documentos de Vargas Ponce. XXIV. doc. 204.(59) Francisco de Alsedo y Bustamante. «Extracto de las ocurrencias diarias de la escua

dra del mando del teniente general D. Gabriel de Aristizábal. Op. cii., fois. II y.. 15. 19v.(60) Expediente personal de Aristizábal. y Francisco de Paula Pavía. Galería biográfica (le

los generales (le Marina, jefes y personajes notables que figuraron en la misma corporación desde/700a /868. 3 vols.. Madrid, 1873.1, pág. 86.

(61) G. Aristizábal a Pedro Varela. Santo Domingo. 27febrero 1796. Real Academia dela Historia, sig..9/5.946.

(62) Francisco de Alsedo y Bustamante, «<Extracto de las ocurrencias diarias de la escuadra del mando del teniente general D. Gabriel de Aristizáhal. Op. cii., fols. 28-32.

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el 3 de enero de 1794. La expedición estaba compuesta de los navíos SanEugenio, San Lorenzo, San Isidro, San Juan, el bergantín Rosario y otrosbuques de guerra, para bloquear el puerto de Guarico, a casi 50 kilómetros aloeste de Manzanillo. Faltando buques de guerra para lo que Aristizábal pensaba que sería un largo sitio al fuerte Delfín, en dicha bahía de Manzanillo,el marino solicitó ayuda naval adicional de La Habana. En un informe deAristizábal, éste hizo una excelente descripción de la bahía de Manzanillo ysu fuérte Delfín (alias Bayajá, Fort Dauphin, y hoy en día Fort Liberté) (63):

La parte española de la isla de Santo Domingo carece enteramente de puerros cómodos y seguros para buques grandes; en el surel río Santo Domingo no puede admitir más que buques que calen de12 a I4pies... Manzanillo es el mejor puerto para una escuadra, desconocido por los españoles hasta Aristizábalfue a sitiarse en enero de1794... Dos leguas [10 km] al SO de la Punta de Manzanillo está laentrada del puerto de Bayafá... Este excelente puerto estaba desconocido como de los mismos franceses, hasta que se apoderó de el y desus fuertes [Delfín] la escuadra de Gabriel de Aristizábal. Puede ase-

(63) Ibídem. fols. 239. 246.

Aspecto interior de dicha urna. Facsímil de las letras

que se ven en el frente ylos costados de la caja.

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EL MAR/NO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DÓMÍNGO...

gurar que el puerto de Bayajá es el mejor de la isla de Santo Domingoy aun de toda la América, muy capaz para todo género de escuadraspor numerosas que sean... En cai toda su extensión, e/fondo es de12 a 6 brazas [una braza = 6 pies]. La batería a la entrada es Lars[LansJ, con 14 a 16 cañones... En el fondo del puerto y está situadoel Fuerte Delfín.

El día 26 de enero llegó a Manzanillo el navío San Ramón y la fragataSanta Agueda, con 400 hombres del regimiento de Cuba para reforzar los soldados del coronel Joaquín de Saso, de la guarnición de la ciudad dominicanade Dajabón, a 50 kilómetros, al sureste del fuerte Delfín (64).

Después de tres semanas de bloqueo naval de Manzanillo, sin haber intentado el desembarco de la tropa y todavía esperando un largo sitio, a las 9 dela noche del 27 de enero varios oficiales franceses, incluyendo los comandantes del fuerte de la entrada de la bahía, sorprendieron a Aristizábal con suoferta de rendición. Los franceses relataron las penalidades de la guarnicióny las barbaridades cometidas contra los habitantes de fuerte Delfín por losesclavos sublevados. Ante estos relatos, Aristizábal ofreció transporte marítimo a los habitantes franceses que quisieran marcharse de la isla. Ademásaceptó la capitulación del fuerte de la entrada y de la cercana batería del Ansey ordenó al bergantín Nuestra Señora del Rosario, la fragata Santa Agueda yal navío San Ramón que penetrasen en la bahía de Manzanillo y desembarcasen 700 hombres de tropa para tomar los fuertes de la entrada de la bahía ycómenzar el sitio al fuerte Delfín en la orilla sur de la bahía.

A las 9 de la mañana del día 28, Aristizábal despachó a su ayudante, elteniente de fragata Juan Meneses, en un bote con bandera parlamentaria parapedir la rendición de fuerte Delfín. A mediodía llegó a las líneas españolas undestacamento de caballería de negros auxiliares del general Juan Francisco,con la noticia de que el coronel Saso de Dajabón, con 400 hombres de mf ante-ría y caballería, estaba a punto de llegar a Delfín (65).

A las 11 de la mañana del día siguiente, 29 de enero, con Aristizábal abordo del recién llegado navío insignia, San Ramón, la fragata Santa Agueda,el bergantín Rosario y algunas cañoneras se acercaron al fuerte Delfín con lademanda de la rendición francesa. Los capitanes franceses Leyzan y ChameIlard, de los regimientos 106 y 41, respectivamente, subieron al navío, ofreciendo rendir él fuerte Delfín, oferta aceptada por Aristizábal y rubricada porel comandante del fuerte Delfín, teniente coronel Kenapp (66). El artículo IV de esta capitulación especificaba: Será rigurosamente prohibido todaentrada a la plaza a los negros sublevados, y por ningún pretexto se tratará con

(64) Ibídem, fol. 50. Joaquín cte SOSO serú nombrado gobernador del conquistado Delfín.citando su expediente personal. año 1803 .AGMS. s hoja de servicios. AGS. SG. leg.. 7.289.VI. 1.

(65) Ibídem, fols. 51-52.(66) Aristizribat a M. Godos’. bahía de Manzanillo. 9 febrero 1794. AHN. Ultramar, lego

.io 6.209/2.

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ellos sin el conocimiento de los franceses. Tras la firma anclaron en la bahía elSan Eugenio.y San Isidro, desembarcando 700 soldados para la toma del fuerte, y nombrando al coronel Joaquín de Saso nuevo gobernador de fuerte Delfín (67). Por la tarde se celebró un solemne Te Deum en la iglesia. La capitulación formal fue firmada ese mismo día a bordo del San Eugenio, con Aristizábal representando a España. Los españoles capturaron en dicho fuerte 38cañones de 36 libras, 24 de calibres menores; 1.235 tiros de bala y metralla,412 fusiles y 9.620 cartuchos de fusil con bala. El total de la tropa francesa quese rindió en esta campaña de Aristizábal sumaba unos 1.031, además de los1.460 habitantes blancos y 2.400 esclavos. Inmediatamente después de lacapitulación, Aristizábal envió a la corte a su primer ayudante, José Meneses,a bordo del bergantín corsario caraqueño Nuestra Señora del Rosario, cuatrobanderas francesas capturadas y su diario de la toma de fuerte Delfín, publicado en la Gazeta de Madrid el 1 de abril (68).

La noche dell de febrero las fuerzas de Aristizábal sorprendieron y tomaron con las lanchas cañoneras el puerto de Fort-Blanc, a 10 kilómetros al estede Delfín, haciendo 100 prisioneros. Dos días más tarde llegó a Delfín el capitán general de Santo Domingo, Joaquín García, quien subió al San Ramónpara saludar a Aristizábal y felicitarle por su victoria (69). Tras la rendicióndel fuerte Delfín, Aristizábal escribió el 5 de febrero de 1794 al ministroAntonio Valdés, dándole todos los detalles de la gran victoria española, unade las pocás durante los dos años de cóntienda contra los franceses (70). -

El 2 de febrero el regente de la Audiencia de Santo Domingo, José Antonio de Urizar, informó al ministro de Estado, Godoy, de la toma de variospueblos de la colonia francesa, además de la conquista de la importante plazade fuerte Delfín (Bayajá), anexando, Reglamento para el buen gobierno.., delas partes conquistadas de la colon iafrancesa... (71). Estas noticias, de la tomadel fuerte francés, alcanzaron el día 19 al capitán general de La Habana, Luisde las Casas, quien escribió a Pedro Acuña prohibiendo la entrada en Cuba alos negros procedentes de la colonia francesa, y devolviendo los que habíanentrado (72). El día siguiente, 20 de febrero, el capitán general de Santo

(67) «Proposiciones de la guarnición y habitantes de fuerte Delfín a D. Gabriel de Aristizábal... delante del puerto de Manzanillo, 28 enero 1794», en Gazeta de Madrid, 1 abril 1794;«Capitulación bajo la cual se ha entregado la plaza de fuerte Delfín, alias Bayajá, a las armasdel Rey N. S. el 29 de enero de 1794... Aristizábal y de otra parte por Kenapp, Candi y Boneau,comandantes militares de la plaza y los oficiales militares» en F. de Alsedo y Bustamante, «Extracto de las ocurrencias diarias de la escuadra del mando del teniente general D. Gabriel deAristizábalOp. ci!., fols. 53-55 y.

(68) Gazeta de Madrid, 1 abril 1794.

(69) F. de Alsedo y Bustamante, «Extracto de las ocurrencias diarias de la escuadra del

mando del teniente general D. Gabriel de Aristizábal...»>. Op. cii., fol. 59.

(70) Aristizábal a A. Valdés, navío San Eugenio anclado en puerto Delfín. 5febrero 1794.

Expediente personal de Aristizáhal.

(71) Juan Antonio de Urizar al Duque de la Alcudia, Santo Domingo. 2 febrero 1794.

AGI. E, leg. 13, núm. 3.(72) Luis de las Casas a Pedro de Acuña, La Habana, 19 febrero 1794, y Joaquín García

a Eugenio Llaguno Amirola, cuartel general de Bayajá (Fuerte Delfín), 26abril 1794. AGI. E,

leg. 14, núm. 95.

34 Núm. 34

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EL MAR/NO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMiNGO...

Domingo. Joaquín García, informó a Godoy de la conducta del general JuanFrancisco, comandante de los auxiliares negros, en su expedición al PortMarigot, en la costa sur de la colonia francesa, quien fue premiado por Carlos III por su actuación (73). El 6 de marzo de 1794, Joaquín García comunicóa Godoy la llegada de La Habana del navío San Juan Bautista con refuerzosy caudales (74). Entre el 5 y hasta el 13 de mayo, una expedición al mando deJoaquín García salió de fuerte Delfín para tomar la cercana plaza de Jaquecy,cumpliendo felizmente la misión y regresando cinco días después a fuerteDelfín (75).

Como resultado de la victoria de fuerte Delfín en la Española, detalladaen la Gazeta de Madrid del 1 de abril de 1794, Carlos IV concedió a Aristizáhalla llave de gentil-hombre de su Real Cámara, con derecho de entrada (76).Con la victoria, la escuadra de Aristizábal zarpó de la bahía de Manzanillo el9 de mayo hacia Cuba para invernar, donde llegaron el 7 de junio, permaneciendo hasta finales de febrero de 1795 (77).

La situación en fuerte Delfín se deterioró después de la salida de Aristizábal hacia La Habana. En septiembre de 1792, la metrópoli francesa habíaenviado una comisión a su posesión francesa de Santo Domingo, que el añosiguiente, el 29 de agosto, libertó a todos los esclavos del.norte de la isla, y mástarde a los del oeste y del sur. Los colonos realistas negociaron con Inglaterra,que ocupaban Port-au-Prince y otras ciudades, mientras España se apoderaba de Gros-Morne y Mirebalais. En fuerte Delfín, el 7 de julio de 1794500 negros armados al mando del general Juan Francisco saquearon y asesinaron a los habitantes franceses, quienes habían entrado armados ese día enla ciudad por sorpresa, en contra del Artículo IV de la Capitulación firmadapor Aristizábal, el día 29 de enero, aprovechando la salida de la escuadra deeste marino. En esta matanza perecieron más de 600 franceses, de ambossexos y todas las edades, degollados en la Plaza Mayor. Además de morirmuchos ahogados en la mar al intentar huir del peligro (78).

En septiembre, el nuevo gobernador de fuerte Delfín informó aGodoyque, por motivos de salud, el capitán general Joaquín García había marchadode fuerte Delfín, y que el negro general aliado a los españoles, Juan Francisco, y sus tropas mantenían la plaza en la mayor seguridad; informando además de la llegada al puerto de fuerte Delfín de dos navíos al mando del jefede escuadra Antonio Ocarol (79). El mes siguiente, el nuevo gobernador delfuerte, el Marqués de Casa Calvo, informó al ministro de Estado sobre su

(73) García a Alcudia, Bayajá, 20febrero 1794. Ibídem, núm. 82.(74) J. García a Alcudia, Bayajá. 6 marzo 1794. Ibídem. núm. 78.(75) ibídem, 16 mayo 1794. y «Relación de las operaciones del ejército del mariscal de

campo don Joaquín García, desde la salida de la plaza de Bayajá el día 8 de mayo hasta suregreso el 13 del mismo>’. Ibídem, núm. 91.

(76) Gazela de Madrid, 8 abril 1794. y Expediente personal de Aristizábal.(77) F. de Alsedo y Bustamante, «Extracto de las ocurrencias diarias de la escuadra del

mando del teniente general D. Gabriel de Aristizábal...>’. Op. cit., fols. 71-72.(78) ibídem, fol. 83.(79) Marqués de Casa Calvo a Alcudia, 19septiembre 1794. AGI, E, leg. 14. núm. 64.

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EL MARINO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMINGO...

nombramiento y varios asuntos relacionados con la antigua posesión francesa(80). Casa Calvo, el 6 de octubre comunicó a Godoy la pérdida del recién conquistado Port-Marigot, quedando el fuerte Delfín como único punto en todoel norte de la colonia francesa que conservaban los españoles, aunque sehabían enviado refuerzos al comandante de Port-Marigot, el coronel AgustínLassala (81). Preocupada la corte al recibir esta información de la matanza,el Consejo de Estado del 24 de octubre tomó la decisión de enviar a JoséSolano a fuerte Delfín como virrey y capitán general del Caribe y castigar alos sublevados y revoltosos (82).

El 26 de febrero de 1795, La Habana informó a Godoy de la salida de laescuadra de Aristizábal con los navíos portadores de los caudales haciaPuerto España, en Trinidad, para apagar la insurrección de la isla (83), deciSión tomada por el comandante general de Cuba (84). Así la escuadra llegó aPuerto España el 29 de marzo de 1795, y el 15 de junio Aristizábal, desde estepuerto, informó a La Habana de los resultados de su actuación desde suarribo a la isla (85). Con Aristizábal arbolando su insignia a bordo del navíoSan Eugenio, la escuadra permanecería siete meses por la isla de Trinidad,invernando y ayudando a restablecer el orden en dicha isla de Barlovento.Los marinos de Aristizábal cumplieron esta tarea con creces (86).

El ministro de Marina, Valdés, ordenó a Aristizábal instruir al Marquésdel Socorro a su llegada al Caribe del estado de la isla de Santo Domingo, elaño anterior había sido nombrado capitán general de la isla La Española conmando político y militar sobre ella (87). En un primer borrador de este nombramiento, se comunicaba a Aristizábal que iría condecorado, interin dure supermanencia en dicho destino, con el carácter de virrey y capitán general de lasprovincias de Guayana, Caracas, Cumaná y Maracaibo y de las islas de Trinidad, Margarita y Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba; aunque su mandoquedó circunscrito al de la escuadra y La Española, sin que sepamos los motivos que determinaron tal cambio en la autoridad conferida a Solano (88). Alfin, el objetivo de la comisión era la evacuación de la isla, anunciado enla

(80) Marqués de Casa Calvo a Alcudia, Bayajú, 2 octubre 1794. Ibídem. núm. 63.(81) Hoja de servicios de Agustín Lassala. AGS, SG, leg. 7.289, 1, núm. 1 * y Casa Calvo

a Alcudia, Bayajá, 6octubre 1794. AGI, E, leg. 14, núm. 65.(82) Consejo de Estado, El Escorial, 24octubre 1794. AHN. E, libro X.(83) José Fuertes a Alcudia, La Habana, 26febrero 1795. AGI, E, leg. 15. núm. 65.(84) Consejo de ministros del 12 de junio de 1795. AHN, E, libro X. Estas actas del 12 de

junio contenían mucha información sobre la operación caribeña de la escuadra de Aristizábaldurante la contienda, y Aristizábál al Duque de la Alcudia. Bayajá. 14 marzo 1794. Ibídem,Consejo del 27 de junio de 1794. AHN, E. libro VIII.

(85) Aristizábal al comandante general de Marina, Puerto España, 15junio 1795. AGI, E.leg. 23, núm. 22.

(86) Aristiáábal a Pedro Varela, Santo Domingo, 27 febrero 1796. Real Academia de laHistoria, sig. 9/5.946. .

(87) Valdés a Alcudia, Aranjuez. 19abril 1795. AGI, E, leg. 17, núm. 17.(88) José Luis Santaló Rodríguez,Don José Solano y Bote: Primer Marqués del Socorro,

capdán general de la Armada, Madrid, 1973, pág. 138; citando AMAB, «Expediciones a América», 1794, sin número.

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E. BEERMAN

Real Orden de diciembre de 1795, y haciéndose cargo del mando de la escuadra de América, compuesta de siete navíos y cuatro fragatas, para evacuarlay transportar a sus habitantes, encargo hecho a Aristizábal, como resultadodel Tratado de Basilea del 22 de julio de 1795. El 17 de enero de 1796, Solanotomó el mando de la escuadra de operaciones en Cádiz. permaneciendo eneste puerto hasta el 10 de septiembre, cuando desembarcó sin realizar dichaexpedición americana, con la escuadra entonces encargada a José JoaquínMoreno, quien finalmente reemplazó a Aristizábal (89).

Dos años después de la victoria de Aristizábal en Delfín, éste manifestóuna queja contra el gobernador de Santo Domingo, teniente general JoaquínGarcía, sobre una disputa acaecida en los últimos días de la guerra. El marinorelató el fondeo en La Habana de la escuadra de Francisco Javier Muñoz, procedente de la rada de Ocoa, al este del puerto de Santo Domingo. García aparentemente había censurado a Aristizábal su retirada en mayo de 1794 de laguarnición de Bayajá (fuerte Delfín), y el haber ordenado la salida de Muñozel 25 de julio de 1796. Aristizábal comentó que la escuadra carecía de buenoscables para poder invernar en un puerto desértico e indefenso como el deOcoa y esperaba al Marqués del Socorro que le reemplazase. García le habíacontradicho, manteniendo que en Ocoa invernaban sin riesgo alguno las flotas y galeones. Sin embargo, Aristizábal respondió que las últimas lo ejecutaron en la Aguadilla de la isla de Puerto Rico, y que cuando estuvo en Ocoa eljefe de escundra José Varela, se vio obligado a abandonar por el tiempo yenfermedad a pesar de las objeciones de Joaquín García (90).

Tres años después de la guerra, hubo una solicitud por parte de Juan Francisco, cabeza de los negros que sirvieron como tropas auxiliares en la isla deSanto Domingo en la campaña contra los franceses en Española, a S. M. paraque le concediese el grado de teniente general, con uniforme y la cruz de laOrden de Alcántara, como había visto vestir al comandante general de laescuadra Aristizábal durante la guerra. Juan Francisco debió quedar impresionado por el marino Aristizábal (91).

Expedición del traslado de los restos del Descubridor.

Con la victoria de Aristizábal en la toma del fuerte Delfín en la isla laEspañola en enero de 1794, España retendría, aunque por poco tiempo,dicho puerto estratégico caribeño. España no sólo entregaría este puerto dela isla, sino también según el artículo IX del Tratado de paz de Basilea de julio

(89) ibídem; citando AMAB, «Expediciones a América<>, año 1796. y Alcudia a Marquésde Casa Calvo, San Ildefonso, 8 septiembre 1795. AGI. E. leg. 17, núms. 4 y 5.

(90) «Queja del comandante general de la escuadra de América D. Gabriel de Aristizábalcontra el gobernador de la isla de Santo Domingo D. Joaquín García», La Habana, 24 diciembre 1796. Expediente personal de Aristizábal.

(91) Juan Manuel Alvarez a Juan de Lángara. San Ildefonso, 22 septiembre 1798. Expediente personal de Aristizábal.

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EL MARINO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMINGO...

de 1795, su parte de Española a Francia (92). Con el fin de la guerra, la escuadra de Aristizábal continuó operando en dichas aguas, transportando a loshabitantes de Santo Domingo, que no quisieron permanecer en la Española,a Cuba, Puerto Rico y Puerto Cabello yLa Guaira en Venezuela.

Con las noticias de paz del Tratado de Basilea llegadas a Puerto España,la escuadra de Aristizábal zarpó el 31 de octubre de este puerto rumbo al ríoSanto Domingo para ayudar en la evacuación de la parte hispana de la Española, donde llegó la tarde del 30 de noviembre (93). Aristizábal trasladó suinsignia del San Eugenio al bergantín Descubridor, con calado suficiente paracruzar la barra, apto sólo para barcos de 12 a 14 pies, acompañado por otrobergantín Rosario y la cañonera Sultana. Al llegar a la capital de SantoDomingo el 1 de diciembre, Aristizábal, acompañado por su plana mayor,saltó a tierra y tras cumplimentar al capitán general de la isla, Joaquín García,quien le felicitó en sus esfuerzos por mantener el orden en la isla deTrinidad,se alojó en el colegio de Santo Domingo que fue de los jesuitas. El día 8, losbuques españoles anclados en el puerto de Santo Domingo saludaron con triple salva de 21 cañones, en conmemoración del día de la Inmaculada Concepción, Patrona de España, y cumpleaños de la Reina María Luisa (94).

Al enterarse del tratado de paz, el arzobispo de Santo Domingo, fray Fernando Portillo y Torres, escribió al Príncipe de la Paz sobre la próxima salidade Santo Domingo y formuló la cuestión de los restos de Colón conservadosenla catedral, diciendo que el cabildo eclesiástico no se inclinaba a su trasladoa La Habana (95). Pero antes de marcharse de la capital de Santo Domingo,España quiso trasladar lo que decían eran los restos de Cristóbal Colón, de lacatedral de Santo Domingo a la de La Habana. Y para responsabilizarse dedicha misión regia, la corona tenía como único candidato el héroe de la tomade Delfín, el teniente general de la Marina Gabriel de Aristizábal (96).

Así, en una carta fechada el 8 de enero de 1796 del capitán general Joaquín García al ministro de Estado, el Príncipe de la Paz, se anexó un expediente informando sobre las diligencias practicadas a instancia de Aristizábal,comenzadas el 11 de diciembre desde el bergantín Descubridor, en el río deSanto Domingo, para que se le entregasen los restos de Colón que yacían enla catedral de Santo Domingo, a fin de conducirlos a La Habana en calidad dedepósito, mientras que Carlos IV resolvía lo que fuese de su réal agrado.Conociendo Aristizábal que los restos del almirante Colón se hallaban en la

(92) Torcuato Luca de Tena. «Cristóbal Colón: El enigma de su sepulcro’. .4BC, 21 enero1984, pág. 56. y Thomas Dozier. «The controversy on whereabouts of Columbus s hody>’.Smiíhsonion, octubre 1974. pág. 94.

(93) F. Alsedo y Bustamante, <Extracto de las ocurrencias diarias de la escuadra delmando del teniente general D. Gabriel de Aristizábal...»’. Op. cii., fols. 9 y. y 122.

(94) Ibídem, fol. 129.(95) F. Portillo y Torres al Príndpe de la Paz. Santo Domingo. 20noviembre 1795. AGI.

E leg. 11,núm.22.(96) Eric Beerman. »<Gabriel de Aristizábal: The Man who moved Columbus?”. Op. Ci!..

págs. 12-13. y Conchita Burman y Eric Beerman, ..Christopher Columbus: Where is hehuried?», Guideposí XXVII. núm. 52 (22 febrero 1980), págs. 6-9.

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EL MARINO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMINGO...

catedral de Santo Domingo, primada de América, éste escribió el 11 dediciembre sobre los restos del Descubridor al capitán general Joaquín García (97):

Enterado de que yacían en la catedral de aquella ciudad los restosdel almirante (1011 Cristóbal Colón le parecía propio ele su obligación,como español y como general en jefe que a la sazón era de la escuadrade operaciones de S. M. Católica, solicitar la traslación de las cenizasde aquel héroe á la isla de Cuba, que también descubrió y en quearboló el primero estandarte de la Cruz, para evitar, que en la trasmigración no quedaran en ageno poder... y que como no había lugar,sin exponerse a inconvenientes invencibles, de consultarlo a S. M.ocurría al gobernador [capitán general Joaquín García), corno vicepatrono real de la isla, para que tuviera efecto su solicitud, disponiendo que se exhumasen los restos de Colón, y se trasladasen a Cubaen el navío «San Lorenzo»...

Al recibir la carta de Aristizábal, el capitán general García la contestóinmediatamente, diciendo que él también estaba conforme con trasladar losrestos de Colón. Indicó además que el Duque de Veragua, como sucesor dela casa y estados del almirante Cristóbal Colón, lo había solicitado, para locual había comisionado en esta isla a Juan Bautista Oyarzábal y Andrés deLecanda, a fin de coordinar con el regente de la isla dicho traslado, y aun costeando todos los gastos necesarios para que tan glorioso monumento no quedase fuera del dominio español, infiriendo, además, que podía procedersetambien a la exhumación y traslado de los restos del adelantado BartoloméColón, hermano del Descubridor; así como el Duque de Veragua les habíaenviado las inscripciones que deberían colocarse en ambos sepulcros. Estehermano mayor había sido adelantado y gobernador de la Española (1496-1502) y tundador de Santo Domingo, embarcando con su hermano en suúltimo viaje y muriendo en Santo Domingo. El regente de la Audienciaestaba conforme con Aristizábal, ofreciendo efectuar todo lo que fuese necesario, corriendo todos los gastos que se ocasionasen a cargo del Real Erario,y, por último, que aunque S. M. nada le tenía ordenado,sobre este particular,siendo tan justa la proposición y’tan’ propia de la generosa gratitud de la naciónespañola... (98).

(97) Aristizábal a Joaquín García. Descubridor en el río de Santo Domingo. II diciembre1795. en «<Testimonio del expediente que contiene los oficios, documentos y diligencias practicadas a propósito e instancia de Don Gabriel de Aristizábal. Teniente General de la Armada.para que se le entregasen los huesos del Grande Almirante Don Cristóval Colón, a fin de conducirlos a la Ciudad dela Habana en calidad de depósito y mientras 5. M. resolvía lo que fuere suReal Agrado...». Santo Domingo, 7 enero 1796. AGI, E. leg. 13. núm. 20. y José FernándezGaytán, «Don Gabriel de Aristizáhal, teniente general de la Real Armada>’. págs. 274-275.

(98) Joaquín García, Santo Domingo. 11 diciembre 1795. Ibídem; y el’ comandante general de LaHabana,Juan de Araoz. 12diciembre 1795. «Expediente relativo al traslado de los restos de Cristóbal Colón desde la catedral de Santo Domingo a la de La Habana. por iniciativa delteniente general D. Gabriel de Aristizáhal», 25 mayo 1796. MN. sig. 2.275.

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En dichos testimonio se contenían varios oficios de Aristizábal dirigidos aJoaquín García, y al arzobispo de Santo Domingo, Fray Fernando Portillo yTorres, solicitando se le concediese hacer el traslado de dichos restos con eldecoro correspondiente. El escribano José Francisco Hidalgo contestó aAristizábal con la certificación de la exhumación y traslado de dichos restos,en la cual dice que hallándose reunidas en la catedral de Santo Domingo el día20 de diciembre de 1795 los siguientes oficiales: el arzobispo Portillo y Torres;Aristizábal; el regidor perpétuo y decano del ayuntamiento de Santo Domingo, Gregorio Saviñón; brigadier del Ejército y teniente de la plaza, AntonioCansi: mariscal de campo y comandante de Ingenieros, Antonio Barba, yteniente coronel y sargento mayor de la plaza, Ignacio de la Rocha. Se abrióuna bóveda que estaba sobre el presbiterio al lado del Evangelio, pared principal y peana del altar mayor que tenía una vara cúbica, y en ella se encontraron unas planchas de plomo, indicante de haber habido caja de dicho metal yrecogido en una sabanilla que llenó de la tierra, y se introdujeron en un arcade plomo dorada con su cerradura de hierro, que cerrada se entregó su llaveal arzobispo. Esta caja es de largo y ancho como de media vara y de alto comode más de cuarta, pasándose después a un ataúd pequeño forrado en terciopelo negro y guarnecido en galón de oro, y puesto en un túmulo (99).

Al día siguiente, 21 de diciembre, asistiendo el mismo arzobispo, Aristizábal, con los eclesiásticos de las comunidades Dominicas, Franciscanas y Mercedarias, jefes militares de Marina y Tierra, y gente del pueblo, se cantó misay vigilia (100). A las cuatro y media de la tarde llegaron a la catedral el capitángeneral Joaquín García; regente de la Audiencia de la isla, Juan Antonio deUrisar; el decano de los oidores de la Audiencia, Pedro Cantani, y los oidoresManuel Bravo, Melchor José de Foncerrada y Andrés Alvarez Calderón,además del arzobispo y Aristizábal. Además había un piquete completo ybandera enlutada, y tomando la caja de madera vestida de terciopelo y galones de oro, en cuyo interior estaba la de plomo dorada que contenía las reliquias exhumadas el día anterior, fue conducida hasta la salida de la puerta dela catedral, en donde separándose García y Urisar pasaron a sus respectivoslugares, y fueron sustituidos por los oidores Foncerrada y Calderón. Al salirde la catedral se disparó una descarga al tiempo que se colocó sobre unatarima preparada, y se cantó un responso durante el que se saludó con 15cañonazos, como almirante. Sucesivamente, tornando la llave del arca, elarzobispo se la entregó a Aristizábal, expresándole que la pasaban a su podera disposición del capitán general.Joaquín García, en calidad de depósito,

(99) «Testimonio del expediente que contiene los oficios...» Op. cii. y Joaquín García alPríncipe de la Paz. Santo Domingo. 8 enero 1796. AOl. E, leg. 5. núm. 2.

(1(10) Manuel Colmeiro. «Oración fúnebre que en las honras procuradas y presenciadaspor... Aristizábal... 21 de diciembre de 1795... Colón’>. Boletín de la Reo/Academia de la Historio, XIV (1889). pág. 389: Cristóbal Bermúdez Plata. «Los restos de Colón», Anuario de Esitidios Arrtericanos, VIII (1951). págs. 1-11, y Carlos Calvo, «Sobre la exhumación y traslación delos restos del almirante D. Cristóbal Colón desde Santo Domingo a La Habana en los anos de1795 y 1796<>, Colección histórica comp/eta de los Tratados1978. XI. págs. 341-348.

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EL MARiNO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO !)OMINGO...

hasta tanto Su Majestad determinase lo que fuere su real agrado. a lo queaccedió Aristizábal, dándose por entregada la caja en la conformidad referiday pasándola al bergantín Descubridor, con los demás buques de guerra esperando en el río de Santo Domingo con las insignias de luto, le saludaron conotros 15 cañonazos (101).

Así, el mismo 21 de diciembre de 1795, en el muelle de Ozama de SantoDomingo, la caja de plomo con los restos del Descubridor fue embarcadaapropiadamente en el bergantín llamado el Descubridor, de Aristizábal,haciéndose todos los honores correspondientes a la dignidad de almirante, ytransportadas a la ensenada de Ocoa, 50 kilómetros al oeste y trasladadas alnavío San Lorenzo (102). Este navío tenía la orden de que se hiciesen a estosrestos los mismos honores fúnebres que los que se le habían rendido en SantoDomingo, advirtiéndose que también acompañaba a éstos un retrato delalmirante Colón que el Duque de Veragua había enviado desde España paraque se colocase junto a las mismas (103).

Aristizábal a bordo del San Lorenzo fondeó en La Habana con dichos restos y a las 7 de la mañana del día 19 de enero de 1796, ante la presencia de lasautoridades eclesiásticas, civiles, militares e inmenso gentío, fue desembarcado el ataúd, haciéndose entrega formal por el comandante del buque, capitán de navío Tomás Ugarte, al comandante general de Marina de La Habana,Juan de Araoz, quien a su vez lo entregó al capitán general de la isla, Luis delas Casas, rindiéndose los honores correspondientes camino a la catedral,donde se le hicieron solemnes funerales, colocando el ataúd en un decentepanteón (104). Los gastos que se hicieron en la exhumación corrieron a

(1O1l «Acta de la exhumación de los restos de Cristóbal Colón en 20 de diciembre de1795»; Manuel Colmeiro, Informe de la Real Academia de la Historia al Gobierno deS. M. sobreel supuesto hallazgo de los verdaderos restos de Crisió val Colón en la iglesia catedral de SantoDomingo, Madrid, págs. 76-77, y Martín Fernández de Navarrete. «Extracto de las noticias quecomunicaron al Gobierno los Jefes y Autoridades de las islas Española y de Cuba, sobre la exhumación y traslación de los restos del Almirante D. Cristóbal Colón desde Santo Domingo a LaHabana en los años de mil setecientos noventa y cinco y noventa y seis», Colección de viajes ydescubrimientOs, 5 vols., Madrid, 11. 365-371.

(102) F. de Alsedo y Bustamante, «Extracto de las ocurrencias diarias de la escuadra delmando del teniente general D. Gabriel de Aristizábal...». Op. cii., fols. 130 y.- 131.

(103) Duque de Veragua, «El Archivo de la Casa Ducal de Veragua». Hidalguía, VI,enero 1958, págs. 418-419; P. Baltasar Cuartero y Huerta, ><Los restos de Cristóbal Colón».Estudios, IX. r m. 25. enero 1953; Washington Irving, History of ihe Life and Voyages of Chrisiopher Columbus, 2 vols.,Filadelfia, 1841, 11. págs. 209-212. Sobre un manuscrito de! Descubridor, véase «Extracto de la vida de Colón, instrucciones que dio a Mosén Margarit». Archivo delPalacio Real, Documentos reservados de Fernando VII. tomo 72.

(104) «Relación del funeral que hizo La Habana a las cenizas del gran descubridor de lasAméricas, y esclarecido almirante D. Cristóbal Colón, trasladadas de la iglesia metropolitanade la ciudad de Santo Domingo en la isla Española y depositadas en esta santa catedral el 19 deenero de 1796, La Habana», imprenta de D. Esteban Boleña, 1796; Cesáreo Fernández Duro.Armada Española. Op. cii., VIII, pág. 72; Luis de lñs Casas al Príncipe de la Paz, La Habana,19enero 1796. AGI, E, leg. 5, núm. 1; Fernando Portillo y Torres, Santo Domingo. abril1796,anexando una copia de «Oración fúnebre, que en las honras procuradas y presenciadas por elExcelentísimo Señor Teniente General Don Gabriel deAristizábal, comandante de la Real

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E. BEERMAN

expensas del Duque de Veragua. Curiosamente, este descendiente directodel descubridor. Mariano Colón de Toledo Larreátegui, se encontraba encarcelado, por orden de Manuel Godoy, desde hacía tres años en la prisión deSan Antón de La Coruña, a quien pronto se le uniría el marino AlejandroMalaspina, procesado también por responsabilidad del mismo ministro deEstado (105).

Después de cumplir esta delicada misión de transportar los restos deColón a La Habana, la escuadra de Aristizábal zarpó de Cuba y regresó aSanto Domingo para continuar con el traslado de los habitantes de la Española que no quisiesen continuar en dicha isla bajo la dominación francesa.Además, el 27 de febrero de 1796, escribió una larga relación al recién nombrado ministro de Marina, Pedro Varela, sobre los tres años de la escuadra deoperaciones en América: Papel de Gabriel de Aristizábal dando cuenta de lacomisión que se le dio, mandándole en abril de 1793 a Costa Firme con seisnavíos y dos fragatas, hace algunas advertencias sobre la economía y conservación (106).

Comandante general de la escuadra dé operaciones en el Caribe.

Después del Tratado de paz de Basilea, Aristizábal continuó con sumando naval del Caribe. Tras el traslado de los restos de Colón y con laentrega de Santo Domingo a Francia según el tratado de paz, durante losmeses de noviembre de 1795 a julio, Aristizábal transportó desde la Españolamás de 5.000 personas a Cuba, Puerto Rico y Venezuela. Además impidió lasublevación de Trinidad, cuyas consecuencias hubieran sido funestas paraEspaña. En ocasiones esta escuadra llegó a contar con catorce navíos y ochofragatas de guerra (107).

En diciembre de 1797, el ministro enviado español en Filádeltia, CarlosMartínez de Trujo, informó a Aristizábal, en La Habana, que el Duque deOrleans y sus dos hermanos navegarían desde esa ciudad por los ríos Ohio yMississippi hasta Nueva Orleans y de allá a Cuba, de donde zarparían paraEspaña para reunirse con su madre, la Duquesa viuda de Orleans, quien acababa de llegar a Madrid. Martínez de Trujo pedía al comandante general deMarina en La Habana, Aristizábal, que les prestara toda clase de atención

Escuadra en la próxima Bahía de Ocoa, y nombrado por S. M. para evacuar en ella, la reciéncedida isla de Española..., y se celebraron el día 21 de diciembre de 1795 por el Almirante DonCristóbal Colón en la Santa Iglesia... de Santo Domingo con el motivo de la traslación de sushuesos...’>. AGI, E. leg. It, núm. 16. y «resumen de lo ocurrido en la ciudad de Santo Domingoven la de La Habana, desde el día 21 de dicienibre de 1795, hasta el 19 de enero de 1796. enrazon de la exhumación del cadáver de Don Chrjstobal Colón, MemorialLjierario, Instrucción y Curioso de la Corte de Madria>, Tomo XI. marzo de 1796. págs. 369-373; «Restos mortalesde Cristóbal Colón devueltos a España», Boletín de Academia de la Historia, XXXIV. núm. 1(1899). págs. 5-6, y José T. Medina. La Imprenta en La Habana, La Habana, 1904, pág. 106.

(105) Sobre el proceso del Duque de Veragua, AHN, E, leg. 2.982.(106) Real Academia de la Historia, sig. 9/5.946.(107) Francisco de Paula Pavía, Galería biográfica, 1. págs. 90-91.

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EL MARINO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMINGO..

(108). Hacía un año que este diplomático había informado al ministro deEstado, Manuel Godoy, detallando la visita a los Estados Unidos del Duquede Orleans, futuro Rey de Francia (1830-1848), Louis Philippe (109). Y, efectivamente, el Duque de Orleans con sus dos hermanos arribaron a La Habanaen ruta a España, con Aristizábal cumpliendo con las solicitadas atenciones aestos distinguidos visitantes, e informando así a S. M. en mayo de 1798. Sinembargo, Carlos IV contestó esta carta inmediatamente, comunicando aAristizábal que no conviene S. M. de ¡nodo alguno en que vengan a Españadichos señores Duques de Orleans (110). Los reales huéspedes llegaron aEspaña, pero tuvieron que abandonar pronto el puerto de Cádiz, sin tener laoportunidad de disfrutar mucho tiempo de la hospitalidad española; sinembargo, el Duque de Orleans debió recordar, por lo menos, con simpatía lacortesía de los Aristizábal en La Habana, regalando en París en 1817 una cajade alhajas a la viuda de Aristizábal y aceptada en Madrid por su hijo Quírico (111).

Mientras Aristizábal estaba destinado en Cuba, su antiguo compañero, elbrigadier de la Armada Alejandro Malaspina, encarcelado por una causa deestado en San Antón de La Coruña, escribió a su amigo común, el distinguidomarino Fabio Ah Ponzoni, relatando: .. . [Marqués del Santa Cruz, Aristizábaly otros fueron amigos míos, pero, en este momento, ni puedo escribir, ni conviene nombrarme (112). Recuérdese que antes de hacer su viaje alrededor delmundo a bordo de la fragata Astrea, Malaspina escribió a Aristizábal en 1786,solicitando informes sobre las Filipinas (113).

Con fecha del 16 de octubre de 1799, una real orden fue enviada al comandante jefe de la escuadra de operaciones Aristizábal en La Habana, informándole que desde ese momento el nuevo comandante de la escuadra sería Juande Araoz, comandante general del apostadero de La Habana, y su segundosería Francisco Javier Muñoz, con Aristizábal destinado otra vez a la península, efectuado el cambio en La Habana en marzo de 1800 (114).

Durante este tiempo el hijo de Aristizábal, Gabriel, dirigió una petición aSu Majestad en mayo de 1799, anotandb que estaba preparándose para la

(108) C. Martínez de Trujo a Aristizábal, Filadelfia, 5diciembre 1797. Expediente persnal de Aristizáhal.

(109) C. Martínez de Trujo a M. Godoy, Filadelfia. 10 noviembre 1796. AHN, E, leg.3.896 bis, y Erie Beerman, «Spanish Envoy to the United States (1796-1809): Marqués de CasaTrujo and his Philadelfia Wife Saily McKean’>, The Americas, abril 1981. pág. 447.

(110) Aristizábal a Señor. La Habana, 8 mayo 1798 y Real Orden, San Ildefonso, 12agosto ¡798. Expediente personal de Aristizábal.

(III) Conde de Fernán NúñezaJosé Pizarro, París. 30agosto 1817. AHN. E. leg. 5.274/1.(112) A. Malaspina a Fabio Ah Ponzoni. San Antón. II abril 1798. Carta en posesión de

Dario Manfredi de La Spezia. Italia. Sobre el proceso de Malaspina, véase el manuscritó de E.Beerman, El diario del proceso y encarcelamiento de Alejandro Malaspina ( l794-l803)>.fol. 19.

(113) MN, ms. 279, fol. 94, y Ricardo Cerezo Martínez, La expedición Malas pian. /789-/794, 1, Madrid, pág. 156, citando MN. ms. 427, fols. 28 v.-29 y.

(114) Aristizábal a Francisco Javier Muñoz. La Habana. 8marzo 1800, y Muñoz a AntonioCornell, La Habana. 18 abril 1800. Expediente personal de Aristizábal.

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carrera diplomática, diciendo que cuando él tenía diez años, en 1793, supadre fue destinado al mandó de las fuerzas navales en las islas de Barlovento,quedándose en Madrid con su tío Francisco Blanco. También mencionó quesu padre, durante dicho mando, había puesto a salvo más de 1(10 millones depesos, había impedido la insurrección de Trinidad en 1795 durante la últimaguerra con Francia, había conquistado el fuerte Delfín y lo mantuvo hasta lapaz del año siguiente a pesar de la rebelión de los negros auxiliares, habíasocorrido a toda la América septentrional con sus buques, transportando tropasyarmas(115).

Al recibir el informe de su pendiente nombramiento como comandantegeneral del departamento de Cádiz, Aristizábal preparó su retorno a la península con su esposa, tres hijos y su hijastro. Aristizábal y su familia zarparon aprimeros de 1802 del puerto habanero a bordo del navío Asia, al mando deFrancisco Alsedo y Bustamante (116). Nada más salir este navío de la desembocadura del canal, un recio temporal desarboló sus palos, haciendo siete pulgadas de agua por minuto, obligándole a cambiar el rumbo e ir a Puerto Ricopara reparar el navío. Al arribar a San Juan, dado el mal estado del Asia,Aristizábal transbordó con su familia al navío San Pablo, llegando a Cádiz enmayo del mismo año (117).

Capitán general del departamento de Cádiz.

Por Real Orden de 28 de mayo de 1802, Aristizábal fue nombrado interinamente comandante general del departamento de Cádiz, tomando posesióndel cargo seis meses después (118). Al llegar a Cádiz, Aristizábal recibió laorden de presentarse ante la Corte el 28 de junio. En Madrid, el 14 de noviembre, entregó testamento ante el escribano Juan Langa (119).

De regreso en la Isla de León, Aristizábal escribió al ilustre marino Francisco Gil y Lemos sobre el diario de la fragata de comercio la Constante (120).Con tantos viajes y con sesenta años de edad cumplidos, Aristizábal enfermó

(1 15) Gabriel de Aristizábal y Segueira a Señor. Madrid, 11 mayo 1799. Expediente personal de Aristizábal.

(116) Francisco Alsedo y Bustamante, ilustre marino, sirvió a las órdenes de Aristizábaldurante nueve años en el Caribe, nació en Santander en 1758. embarcó en el navío San Eugenioen 1793 en El errol como mayor general de la escuadra de Aristizábal destinada a América.este montañés murió al mando del navío Montañés en Trafalgar en octubre de 1805, y estosnueve años con Aristizábal quedaron plasmados en su diario autógrafo firmado. «Extracto delas ocurrencias diarias de la escuadra del mando del teniente general D. Gabriel de Aristizábat

(117) Aristízábal al Príncipe de la Paz, a bordo del navío San Pablo en el puerto de Cádiz,20 mayo 1802. Expediente personal de Aristizábal, y Francisco de Paula Pavía, Galería biográ.fica de los generales de Marina, 1, pág. 62.

(118) Expediente de servicios de Aristizábal. MM. ms. 1.161, tomo 1. pág. 339.(119) Testamento de Aristizábal, Madrid, 14 noviembre 1802. AHPN. prot. 24.917, folios

89-110.(121)) Aristizábal a F. Gil y Lemos, Isla de León, 19 julio 1803. MN, sig. 324. fol. 21.

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EL MARINO QUE TRASLADÓ LOS RESTOS DE COLÓN DE SANTO DOMINGO..

en Cádiz en diciembre de 1803 (121). A las nueve de la noche del 4 de juniode 1805, el capitán general del departamento de Cádiz, Gabriel de Aristizábat, falleció de un ataque de apoplejía en la Isla de León, a los 62 años deedad, enterrado en el depósito común de Casa Alta de la Iglesia Castrense, ysegún la Gazeta de Madrid (122):

Habiendo acreditado en todos destinos particular zelo y amor alservicio del Rey; un carácter benéfico y amable, y un trato tan igual yapreciable por la instrucción y noticias con que sabía amenizarle, quehabiéndole gran geado la estimación pública mientras vivió, ha hechopor una consecuencia natural tan sensible su pérdida, como serásiempre grata su memoria.

Aristizábal dejó viuda, María Inés Segueira, y tres hijos: Gabriel,Domingo y Quírico. La viuda de Aristizábal, el siguiente invierno en el RealSitio de Aranjuez, arregló el testamento de su marido sobre asuntos relacionados en La Habana (123). María Inés Segueira vivía en Madrid durante laocupación napoleónica y luego dio su testamento en 1818, actuando comoalbacea su hermano el capitán de fragata Rafael Segueira, muriendo en sucasa el 25 de junio de 1833 en la calle Relatores, 16 (124).

Sobre los tres hijos de Aristizábal: Gabriel nació en Cádiz y fue bautizadoen la iglesia castrense en febrero de 1783; cuando su padre estaba al mandode la escuadra de operaciones en América en 1793, el niño se quedó en laPenínsula con su tío, abrazó la carrera diplomática (125);. fue destinado aDresde y en 1804 se casó con Carolina de Reutt, hija de Cristiano Reutt, consejero electoral de la Bélgica, Carolina murió pronto dejando un niño,Gabriel, de corta edad, y pronto el hijo de Aristizábal se casó en segunda nupcias en 1808 con María del Carmen Vargas Teruel, hija del difunto capitán denavío Pedro Vargas Machuca; fue oficial de la primera secretaría de Estado,capitán de caballería de la Guardia Real de Granada y maestrante de esta ciu

(121) Expediente personal de Aristizáhal.(122) Iglesia Castrense. Isla de León, libro IT! de entierros, fol. 151 y. Antes de tallecer.

dio un codjdlio ante el escribano de Marina, Cristóbal Tellez. AHN, Consejo de las OrdenesMilitares, leg. 4.441. Según la Gazeta de Madrid del día 23 de julio de 1805. pág. 633.y Juan Joaquín Moieno a Príncipe de la Paz. Isla de León. 4junio 1805. Expediente personal de Aristizábal; Juan María Antequera, «Biografía del teniente general D. Gabriel de Aristizábal>», RevistaMilitar, Madrid, XIV, núm. 4(25 febrero 1854), pág. 251, y (dirección) Juan María MartínezHidalgo y Terán, Enciclopedia General del Mar, 8 vols., Barcelona, 1982, 1. pág. 657. Aristizábal murió el día 5 de junio. y en otro extracto de servicios en su expediente personal tiene estefnismo día 5 a las nueve y media de la noche.

(123) <Poder general otorgado por la Excma. Sra. Dña. Inés de Segueira y Aristizábal afavor del Sr. Conde de Lagunillas», escribano de Aranjuez. Juan Martín. 12 marzo 1806.AFIPM, prot. 29.424.

(124) Testamento de la Excma. Sra. Dña. María Inés de Segueira. escribano Tomás deSancha y Prado, 9marzo 1818. AHPM, prot. 22.280, fols. 288-292.

(125) Gabriel de Aristizábal y Segueira a Señor (Carlos IV). Madrid, mayo 1799. Expecliente personal de Aristizábal.

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dad, Real Orden de Carlos III, Orden de la Concepción, muriendo en 1809 alos 25 años de edad (126). El otro hijo de Aristizábal, Quírico, nació en la Islade León en junio de 1791, ingresó como guardiamarina en 1803, mayordomode la semana y caballerizo de campo de Su Majestad, se casó con la francesaMaría de la Concepción Lacassaigne en Cádiz en 1810 (127), él murió enMadrid en 1841, este hijo, como su padre, fue retratado pero no por el inmortal Goya; como curiosa historia de la llegada de esos dos retratos al MuseoNaval, véase Julio Guillén y Tato, «Un “goya’ al Museo Naval», REVISTA

GENERAL DE MARINA, núm. 177 (128). El tercer hijo, Domingo, nació en LaHabana en agosto de 1798, fue paje del rey, capitán del regimiento de Infantería de Málaga y comisionado en 1821 para fijar los límites de demarcaciónen Luisiana, acordados por el tratado de 22 de febrero de 1819 entre los Estados Unidos y España (1291), caballero gran cruz de Isabel la Católica, mayordomo de la semana de S. M., mariscal de campo, y murió en Madrid el 16 dejulio de 1847, dejando viuda, Antonia Fernández Treviño (130).

Así, la próxima vez que visite el Museo Naval en Madrid, acérquese alcuadro del inmortal Goya, retrato de un gran marino con una carrera extraordinaria, quien hizo mucho más que sólo ese viaje al Bósforo; él trasladó losrestos del Descubridor: el teniente general de la Armada, Gabriel de Aristizábal. Y su hijo Quírico, aunque no retratado por el genial aragonés, sinembargo, su cuadro como guardiamarina de 12 años también es bueno yrefleja una ilustre familia dedicada a la mar.

12ú) lestamentode Gabriel de Aristizábal y Segueira. escribano Valero Cortijo. Madrid.13 febrero 1809. AHPM, prot. 22.837. fols. 398-401 y.. y su expediente de ingreso de la RealOrden de Carlos III. 1805. AHN. Orden de Carlos III. exp. 1.289.

(127) Testamento de Inés Segueira de Aristizúbal. Madrid, 8julio 1833. AHPM. prot.24.392, fols. 1-160.

(128) Expediente personal de Quírico. Archivo del Palacio Real. Expediente personal.caja 72/4.

(129) Francisco Dionisio Vives a Evaristo Pérez de Castro. Camden. New Jersey. 12 septiembre 1821. AHN. E, leg. 5.647.

(130) Testamento de Inés Segueira de Aristizihal. Op. cii., testamento de Domingo Aristiz6bal y Segueira. Madrid. 5agosto 1847. AHPM. prot. 25.453,fols. 575-584. y expediente personal de Domingo Aristiz/ihal y Segueira. año 1826 .AGMS. Para datos adicionales sobreDomingo, véase su extenso expediente personal de mayordomo de la semana de S. M.. Archivodel Palacio Real, Expediente personal. caja 72/1.

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LA OBSERVACIÓN DE UNECLIPSE DE SOL POR

DON ANTONIO DE ULLOA

José María TORROJA

En la Biblioteca del Museo Naval se conserva un ejemplar de una memoria publicada en 1779 con el título El eclipse de Sol, con el anillo refractario desus rayos, la luz de este astro, vista a través del cuerpo de la Luna, o antorchasolar en su disco, observado en el occeano en el Navío ‘El España”, Capitanade la Flota de Nueva España, mandada por el Gefe de Esquadra, D. Antoniode Ulloa, y practicada la observación por el mismo General, con asistencia deotros Oficiales del Navío, el veinte y quatro de Junio de mil setecientos setentay ocho.

En dicha memoria describe el almirante la observación efectuada deleclipse de Sol que tuvo lugar el citado día, y empieza diciendo (pág. 1):

y así sorprendió su vista, quando eclipsado todo el cuerpo del ‘Sol”, sedescubrió el admirable phenomeno de un “Anulo”, que le llamarémos “refrac

rivo’ por distinguirlo del verdadero“anular”, en donde e/disco del “Sol”es el que lo forma. Además de estoapareció un otro phenomeno, aunmas raro que el primero, consistiendo en manifestarse el ‘disco del Sol”como por un agugero mui pequeño.hecho en el de la “Luna’ antes (leparecer por el Limbo de este segundoPlaneta.

Son, pues, dos los fenómenosque llamaron su atencióñ, el anulo yese agujero mui pequeno.

En cuanto al anulo, dice más aclelante (pág. 4):

Cosa de 5. ñ 6. segundos despuesque la “Iiimersion” sucedió, empezó¿i descubrirse al rededor (le la ‘‘Luna

Retrato de D. Antonio de Ulloa. un círculo (le luz mui brillante’’, queMuseo Naval de Madrid. sin ofender la vista, se dexaba ver, y

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1. M. TORROJA

en él un movimiento rápidd”circular a voltiginoso”, semejante al que formatina “rueda de cohetes”, quando encendida da vueltas sobre el centro dondeestá colocada. Esta luz aumentó ti proporcion. que el “centro de la Luna” se fueacercando ¿1 el del “Sol”, y en la misma proporcion creció su resplandor y brillantéz, hasta que los dos centros coincidieron, 6 estubieron en la mayor mme-diado,;, que se percibió en toda suflierza y hermosura: entonces era “su grosordedos dígitos”,» la sexta parte del diámetro de la “Luna”. Este “anulo luminoso” despedía “rayos de luz’por toda su circunferencia, perceptibles hasta ladiwtancia de un diámetro de la “Luna”, los unos algo más largos que los otros:de donde inferí que serian las panículas de luz snos tenues, que tocaban una“Athmosphera” mas sutil que la otra en donde estaba formado el “anulo luminoso”.

Esta es una de las primeras descripciones que se conservan de observaciones de la corona solar, si bien con esas referencias al movimiento rápido drcular vertiginoso, semejante a una rueda de cohetes, cuando encendida da vueltassobre el centro donde está colocada.

Más adelante (pág. 19). dice:

...4. ,) 5. “minut.” despues ví distintamente sobre el “bordo del discolunar”, vecino y exterior ti el cuerno meridional, una “luz roxa” que me haciadistinguir una parte casi sutriple de la que estaba sobre el “Sol”. Dta aparienciaduró casi 2. “minut.” despues de lo qual no la volvíá ver;

ysigue:

Las particularidades observadas en el “anulo de la Luna” parece que nodexan duda en la existencia de una “Atmosphera” al rededor de ella...

más adelante, dice (pág. 20):

Por estos antecedentes debe estimarse que la “Atmosphera de la Luna”ocupa el espacLo que tenía el “anillo”.

Como vemos, Ulloa recurrió a la existencia de una atmósfera de la Lunapara explicar la luminosidad que había observado durante el eclipse. Esamisma luminosidad había sido ya observada por Plutarco el año 98 y porKepler (en 1567). Fue también observada por Louville y Halley en el eclipsede 1715, por Maraldi en 1724 y lo fue más tarde por el astrónomo españolFerrer y Cafranga en 1806. Louville y Halley consideraron, como Ulloa. queel centro de la corona luminosa coincidía con el de la Luna. mientras Maraldiy Ferrer lo hacían coincidir con el centro del Sol.

En cuanto al anillo de color rojo vivo que observó Ulloa no es sino la cromosfera y las protuberancias solares, observadas ya setenta años antes en

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LA OBSERVACIÓN DE UN ECLiPSE DESOL POR DONANTONIO DE ULLOA

Berna por el capitán Stannyan con ocasión del eclipse de 1706 y por Darquieren el eclipse de abril de 1764, como indica el propio Ulloa.

En relación con el segundo fenómeno observado por Ulloa, dice:

Antes que el bordo del disco del “Sol” empezase á percibirse por el de la“Luna”, cerca del Limbo de ésta se vio un “punto luminoso del ci.erpo delSol”, tan pequeño que la vista no lo percibia, ni aun con el auxilio de un anteogillo de teatro; ,zecesitándose para verlo anteojo por lo menos de pie y medio:no quedó duda en que era el cuerpo del “Sol” el que se dexaba ver por el color“roxo” que descubria, mui distinto del “rosado”, en que empezaba el “anulo”:de tal modo, que aunque se miráse por sugeto que no tubi ese conocimiento dela Physica, era preciso que hiciese distincion entre los dos colores, y que con ociese, que el que se descubria por aquella pequeña abertura era del cuerposolar. Despues explicaré la razon de ser roxo encendido lo que se descubria porel agugerito ó intersticio: ahora es preciso no interrumpir lo correspondiente áeste ‘pheomeno”el mas raro y particular que se haya hasta el presente “observado”. Entre el “punto luminoso”, y el “Limbo de la Luna” sepercibia un “pequeñito espacio obscuro” del cuerpo de este Astro, que se representaba á lavista como del tamaño de linea y media ó dos lineas, en tal modo, que el “puntoluminoso” parecia una “Estrella de la quarta 6 quinta magnitud” puesta sobreel disco de la “Luna”; poco despues pareció aumentarse al tamaño de una dela “tercera ó segunda”: en esta conformidad se estubo viendo por espacio de unminuto y un quarto, ó algo mas de otro.

Se descubria, como queda dicho, un espacio obscuro entre el “punto luminoso”, y el “Limbo de la Luna”; y sentado este principo es preciso discurrirsobre él: tanto mas que es cosa totalmente nueva. Pudieramos persuadirnos áque en su disco hai un agugero que penetre de una parte á otra, y tambien á quesea efecto de una “cortadura”, ñ modo de “quebrada” ó “taxo”, que hai sobreel mismo Limbo de la “Luna” en aquella parte; y que segunlaposicion en quese hallaban el “Navio”, la “Luna” y el “Sol”, se dexáse ver en aquel instante laluz de este Astro en la parte mas profunda de la “cortadura”, sin que en lo restante para arriba sucediese lo mismo, á causa de que las eminencias se hallabanen una posicion obliqua respecto de la vista de los que estabamos en el Navió;y que pro yectandose una con otra parecia ser contiguo el Limbo de la “Luna”,sin que en realidad sucediese asi. Esta explicacion tiene un inconveniente grande, y es preciso abandonarla, y recibir la primera idéa.

Lo raro de este phenomeno, que hasta ahora no ha llegado á mi noticia sehaya observado tan completamente, podria hacerlo dudoso si no lo hubiesenvisto otros en la misma ocasion, y aun con anticipacion ñ mí: y siendo unasunto mui arduo de verificar, por ser preciso que concurran las mismas circunstancias y requisitos que alli hubo; me será licito referir todo lo que pasó eneste descubrimiento, y se me dispensará la demasiada prolixidad que emplearéen explicarlo.

Conmigo estubieron Otros dos sugetos observando parte del “Eclipse”,desde la Galeria del Navio: el primero era “Don Joaquin de Aranda, Capitan

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J. M. TORROJ.4

EL ECLIPSE DE’ SOLCON EL ANILLO

REFRACTORIO DE US RAYOS,

LA LUZ DE ESTE ASTRVISTA DEL TRAVÉS DEL CUERPO DE LA LUNA,

O ANTORCHA SOLAR EN SU DI$CO,

OBSERVADO EN EL OCCEANO

EN EL NAVIO EL ESÇPANA,CAPITANA DE LA FLOTA DE NUEVA ESPAÑA.

MANDADA

POR El GEFE DE ESQUADR4

23 VONIO JD2 lTLLOAY PRACTLC(bA LA OBSERVACION

POR EL MIsMO GENERAL,•cÓn asistencia de otros OFcIALEs DEL NAVIO, el

veinre y quatro de Junio de. mil setecientos

etenta , ¿icho.

CON LICENCIA.

Madrid: En la Imprenta de D. ANTO!.rio DE SANcHA.,Afio de 14. DCC. LXXIX.L(Ki1

Portada de la obra de D; Antonio de Ulloa sobre el eclipse de Sol.

52 Núm. 34

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LA OBSERVACIÓN DE UN ECL/PSE DE SOL POR DON ANTONIO DE ULLOA

de Fragata graduado, y Piloto mayor de Derrotas”; el segundo “Don PedroWintuisen, Teniente de Navio, y Mayor de la Esquadra.

más adelante, sigue diciendo (pág. 12):

Habiendose verificado éste, por la primera vez, en el “Navio el España,Comandante de la Esquadra de la Flota de mi mando”, es muy proprio darleel mismo nombre para que quede asi distinguido á la posteridad, y que se sepael tiempo, y las circunstancias en que acaeció; y por lo tanto, le llamarémos la“caverna luminosa Lunar del Navio el España”.

No es imposible que en la “Luna” haya un agugero que la penetre de unaparte á otra en aquel parage, y que por él se comnunique la luz desde el “Sol” ála tierra: mayormente quando tiene esto alguna semejanza con lo que vió“Bianchini”, de que hace mencion en su “Hespheri o phosphoriphenomena”,de lo qual se dudó, ó por no habérlo visto tan distintamente como esta vez, óporque la novedad de un phenomeno tan raro dificultó el credito ñ su exposicion;

Si se quisiera atribuir á ilusion de la vista, y que la luz descubierta sobre el“disco de la Luna” hubiese sido alguna “Estrella” que se halláse inmediata á eldel “Sol”, cuya “Emersion” precediere á la del “Limbo de este Plan eta”, y quepor un efecto de la “Refraccion causada por la athmosphera de la Luna”hubiese parecido algo interior en su “Disco”, entonces era preciso que se viesecaminar hácia su bordo, y apartarse de él, pues en el espacio de 1. min.t0 y 1/4,que medió entre la aparicion de la Lucerna, y el principio de la “Emersión delSol”, era suficiente para que alejandose la “Estrella” del bordo de la “Luna” enrealidad, su representacion hubiera corrido el espacio obscuro del “disco de laLuna”, entre el punto de su primera aparicion y el Limbo: esto ño sucedió asi,sino que la luz disminuyó alguna cosa, sin variar de lugar, hasta que desapareció repentinamente.

Hace cálculos sobre las dimensiones de ese agujero diciendo:

Lo largo del “agugero”, ó “caverna”, de parte á parte por este cómputo,será 20. leguas 1/7)’ comparado el “punto luminoso” con el espacio del “disco”que habia entre él, y el “Limbo”, podia ser como 1/14 ú 1/15 parte, asi el diámetro del Pozo será menos de 1. legua, y más de 3/4: resta saber si una llamade fuego de este diámetro puede ser vista desde la tierra con el anteojo:

Rechaza otras explicaciones del fenómeno observado (pág. 16):

Si este phenomneno hubiese sido de otra especie distinta que la de fuegosolar, podia admitir diversas explicaciones; pero en el presente no cabe otraalguna, mediante que el mismo hecho es el que califica su realidad.

Lo que vió “Aranda”, elp rimero de los Observadores que lo descubrió, fue

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1. M. TORROJA

una luz del cuerpo solar sobre el “disco cte la Luna”, como una “Estrella”, estomismo reconocí yo, y despues “Winthuisen”: en el hecho no hay duda, “Estrella” no podia ser, y “Corneta” mas baxo que elcueipo de la “Luna” tampoco,porque ni se han observado tan distantes del “Sol”, y cercanos á la tierra, queesten inferiores á la “Luna”, ni podiaparecer, aun quando los hubiese, hallandose opuesta al “Sol”, con este otro “Planeta” en el intermedio, que le impediala comunicacion de la luz del “Sol”; además, que estando en conjuncion con elmismo “Sol”, respecto de la tierra, aun quando la “Luna” no estubi ese entre el“Sol” y él, nunca podia ser visto.

No se descubrió durante la observacion, ni en el “Limbo de la Luna” desigualdad alguna, ni en el ámbito de su disco otra cosa que tubi ese semejanza conesta,’ y es digno de notarse, que habiendo observado en “Salé Mr. Dezoteur”,como queda dicho, el mismo Eclipse, lo halló en lo principal igual con algunadiferencia en el “anulo” de refraccion: pero no desci.brió el “punto luminoso”,verifican dose en ello, que no procedia esta luz de otro cuerpo luminoso que enla apariencia pareciese sobre la “Luna”; pues en este caso debia haberlo visto:pero como la situacion del lugar, donde observaba distaba algi.ina cosa de ladireccion del agugero en su longitud, no pasaba su visual hasta el lado opuestodel “Globo de la Luna”, que es lo mismo que se ha dicho antes.

más adelante sigue (pág. 18):

los Astrónomos tienen este nuevo campo en que emplear sus especulaciones,para ver si en otros Eclipses en que concurran iguales circunstancias puedendescubrir la misma luz, ó otra semajante: y los Physicos tienen asimismo estemayor motivo para emplear sus discursos, buscando otras explicaciones sobresu causa, que sean mas acomodables á la persuasion: unos y otros conoceránque este Planeta, cuya irregularidad en su movimiento dá que hacer tanto en laAstronomia, ofrece ahora una “antorcha estraña” sobre que trabajar, y queapenas empiezan á verse señales de hallarse rodeado de una “Athmosphera”sensible quando se presenta en él un asunto enteramente nuevo, que da motivo

pensar hallarse aquella masa atravesada de un “agugero ó pozo” disforme, yque puede tener otros varios en distintas direcciones, que no se hayan presentado jamás á la vista én la disposicion que el actual.

y termina diciendo (pág. 25):

El nuevo descubrimiento del agógero en el cuerpo de la “Luna” es uno delos sucesos más raros y particulares que se hayan visto en la “Astronomía”.

En una Advertencia que precede a la Memoria, Ulloa dice: Esta observación la comuniqué a la Academia Real de las Ciencias de París, a la Real Sociedad de Londres y a las Academias de Ciencias y Bellas Letras de Berlín y deSiocholmo, por tener la distinción de ser Socio de ellas.

Y en efecto, la comunicación de Ulloa fue leída en la sesión celebrada por

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LA OBSERVACiÓN DE UN ECLIPSE DE SOL POR DON ANTONIO DE ULLOA

la Royal Society el 24 de diciembre de 1778 y publicada en PhilosophicalTransactions, vol. 69(1779) (págs. 105-119).

Esta circunstancia, y el prestigio de que disfrutaba D. Antonio de Ulloa enel mundo científico hizo que el resultado, ciertamente sorprendente, de suobservación fuera conocido entre los científicos de la época. En particular, elastrónomo francés Lalande, profesor del Colegio de Francia y Director delObervatorio de París, calculó en 109 leguas la longitud del pozo y dice quesólo gracias a una concurrencia de circunstancias extremadamente raras y pormovimientos de libración muy particulares, un agujero tan largo, cii un ciertodía, estuviera dirigido hacia un lugar determinado.

Pocos años después del descubrimiento de Ulloa. a fines de abril de 1787.el astrónomo inglés Willian Herschel presentó una memoria a la RoyalSociety sobre tres volcanes de la Luna que había observado en la parte oscurade nuestro satélite, muy parecida —dice-— a la que había observado el 4 demayo de 1783. En el eclipse de 22 de octubre de 1790, se refiere el popio Herschell, a 150 puntos rojos muy luminosos observados sobre la superficie de laLuna.

El 7 de marzo de 1794 fue observado un eclipse de Sol desde varios puntosde Inglaterra y un arquitecto de Norwich, Wilkins. observó una luz semejantea una estrella de tercera magnitud proyectada sobre la Luna.

Por otra parte, algunos astrónomos que dedicaron gran parte de su vida alestudio sistemático de la superficie lunar, como Beer, Maedler y Schroeterafirmaron no haber observado jamás este tipo de fenómenos en nuestro satélite (1).

Una propuesta de Arago.

Ante el asombroso descubrimiento de Ulloa, uno de los sucesos más rarosyparticulares que se hayan visto eniaAstronomía, en opinión del propio almirante, el astrónomo y secretario de la Academia de Ciencias de París, F. Arago, presentó en la sesión celebrada por dicha Academia el 6 de junio de 1842.una comunicación titulada Sur l’éclipse tota/e de Soleil du 8juillet 1842; sur lesphénoménes qui devront plus particuliérement fixer l’attention des astro/lomes;sur les questions de physique céleste dont la solution semble devoir étre liée aiixobservations qui pourront étrefaites pendant les éclipses totales de Soieils. Conestas recomendaciones trataba de comprobar silos descubrimientos de Ulloacorrespondían o no a la realidad. Esta comunicación, que fue publi da en lasCornptes Rendus (tomo XIV), págs. 843 a 861), termina con las siguientes

Reflexions et recomendations sounises aux observa teurs

La couronne lum incuse annulaire devra, par-dessus tout, fixer l’attentiondes observateurs.

(1) Arago: Astronomie Populaire. págs. 493 a 497.

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J. M. TORROJA

ASTRONOMIE POPTILAIRE

P

FBANCOIS A.RAíiOSECRETEIRE PERPÉTCEL

DE L’CiOEMIE DES SCrENeES

PUBLIEE

jP’IRES SON ØRDRE SOUS LA DIflECTIO’Ç

DE

M. .L-A. BARRAL i’t-i P.IeDhnque, DnSis Tp’Of.ss

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TOME PREMIER

l1UVRE POSTHIME

PARIS LEIPZIG

(IDE ET J. BAUflRY, E01TEITRS T. O. WEIGEL. ÉrnTEFREne Ennaparte K€niffs-SFr1sp -

I .1.- faire rali,s.-r-,knr.

l84

Portada de la obra Astronomía Popular, de Françok Aritgo.

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LA OBSERVACIÓN DE UN ECLIPSE DE SOL POR DONANTONIO DE ULLOA

Cette couronne est-elle centrée sur la Lune ou sur le Soleil? A cet égard, ona dú le remarquer, les relations son contraclictoires Halley, Louiville, trouvérent que le centre de la couronne coincidait avec ce/ui de la Lune, SuivantMaraldi et Ferrer, au contraire, le centre de la couronne serait toujours ce/ui duSoleil.

Si la premiére de ces opinions est exacte, le cercie lumineux qui déborde lecorps obscur de la Lune, ne sera plus l’atmosphére so/aire, et ilfaudra chercherdes preu ves de l’existence de cette atmosphére dans d’au tres phénoménes. Etablissons la vérité de l’assertion, afin de montrer com bien la question est capitale.

Si l’atmosphére du Soleil existe, u est probable qu’elle a la méme largeuren tout sens. Ji est particuliérement indubitable que dans les régions so/aireséquatoriales, á l’est et á l’ouest par exemple du disque apparent, cette atmosphére s’étendra de quantités égales au-dessus des parties condensées et vivementlumineuses de l’astre.

Est-il vrai, comme le dit Ulloa, que la couronne se montre cinq ou six secondes seulement “aprés le commencement” de l’éclipse totale, et qu’elle disparaisse quatre ou cinq secondes “avantla fin” de /‘obscurité? Cette double asser[ion exige d’autant plus d’étre vérifiée, que Ha/ley déclare avoir aperçu lephénoméne avant l’entiére disparition du Soleil.

Est-il vrai, comme Ha/ley l’a reconnu en 1715, qu’en plein air l’auréolelumineuse lunaire neformepas d’ombre?

“La couronne” a offert des couleurs á Halley, á Li.wville, á Ulloa. Céla doitfaire supposer qu’elle est un phénoméne de diffraction. 1/será donc importantde caractériser nettement toute la série de couleurs visibles, et d’en déterminerl’étendue angulaire.

Ilfaudra jeter un coup d’oeii attentif sur la partie nord-ouest de la Lune.Ulloa la croyait percée d’outre en outre. 1/ imaginait que le point lumineuxobservé en 1778 était une trés-petite portion du Soleil vue á travers une étroiteouverture. La/ande caicula que pour satisfaire toutes les circonstances del’observation de l’amiral espagnol, l’ouverture devait se trou ver ¿i quinze lieuesde la tangente au bord de la Lune passant par la Terre, résultat d’oC il concluaitensuite qu’eile avait cent-neuf lieues de Ion geur. Ce ne serait donc que par uiconcours de circonstances extrémement rares, que par des mouvements delibration trés-particuliers, qu’un si long trou serait, un certain jour, dirigé exactement vers un lieu donné. Le peu de probabilité d’une pareille rencontre ncdevra pas empécher, je le répéte, de regarder un instant avec attention le bordnord-ouest de notre sateilite.

JI vas sans dire qu’en chaque lieu on cherchera á déterminer le nombre et lagrandeur des étoiles qui deviendront visibles l’oeil nu pendant l’obscurité totale.

L ‘impossibiiité, jusqui’ici parfaitemen t constatée, d ‘apercevoir les taches dela Lune l’aide de la lumiére que la Terre leur envoie pendant les éclipses totales de Soleil, est une sorte de définition intrinsé que de la clarté répandue dansnotre atmosphéreaux moments les plus sombres de ces éclipses.

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J. M. TORROJA

Arago estudió las informaciones solares de trece observaciones efectuadas en este eclipse, así como en el de 1850, para tratar de encontrar respuestas, satisfactorias o no. a las cuestiones propuestas.

La corona, en el eclipse de 1842, dice Arago, se mostró en todo su expiendor. Dicha corona se componía de una zona circular contigua al borde oscurode la Luna y de una segunda menos viva contigua a la primera. Pero las descripciones y los dibujos remitidos por los diversos observadores diferían entresí. La corona no era realmente circular, sino que se extendía más en una ciertadirección en forma de rayos curvilíneos, pero los bordes de la corona no quedaban bien definidos. En cuanto a las dimensiones, las diferencias eran también notables, si bien el propio Arago señala que algunas observacioneshabían sido efectuadas a simple vista, mientras otras lo fueroii con diversosanteojos, lo que explicaba las diferencias en las dimensiones que llegabandesde dos minutos de arco hasta cuatro grados a partir del borde de la Luna.Tampoco hubo acuerdo en cuanto a la coloración de la corona. Algunosobservadores pudieron confirmar la existencia de las protuberancias en formade una luz rojiza rodeando al disco de la Luna.

Lo mismo ocurrió en los instantes de aparición y desaparición de lacorona, que según Ulloa apareció cinco o seis segundos después del comienzodel eclipse total y desapareció cuatro o cinco segundos antes del fin de la oscuridad.

Quedaba otro problema por resolver: ¿La corona estaba centrada con elSol o con la Luna? Yo había concebido la esperanza, dice Arago (2), de quelos astrónomos llegaran a decidir, en 1842, si la corona luminosa estaba centrada sobre el Solo sobre la Luna; y sigue: ... las observaciones que pudierandecidir la cuestión no pudieron ser hechas con el rigor necesario, de suerte quela cuestión hasta cierto punto queda aún indecisa. Y más adelante, no era,pues, posible determinar sobre cuál de los do astros estába centrada.

El movimiento giratorio de la corona que habíaobservado Ulloa no lo fueen Perpiñán. Pero debe señalarse, sigue diciendo Arago, que personas peorejercitadas en las observaciones astronómicas creyeron percibir un movimientosemejante de rotación en el Sol al orto o a/ocaso, aunque nada semejante existerealmente (3).

En cuanto a la polarización de la luz de la corona, dice: . . yo había recomendado tanto en 1842 a los astrónomos estudiar la corona desdé el punto devista de la polarización. Mi llamada no ha sido más que imperfectamente atendida. Algúi. observador confesó que . . . la contemplación del magnífico espectáculo... cuya duración debía ser, como máximo, de dos minutos y cuarto, yono pensé más en la polarización de la luz (4). Otros no pudieron observarlo acausa de las nubes. A otro le fue imposible evaluar numéricamente la intensidad de la polarización.

(2) Astronomie Populaire, Iivre XXII, pág. 518.(3) Astronomie Populaire, Iivre XXII, pág. 597.(4) Astrononzie Popo/aire, pág. 584.

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LA OBSERVACIÓN DE UN ECLIPSE DE SOL POR DON ANTONIO DE ULLOA

Pero el descubrimiento mís notable de Ulloa fue el punto luminoso (le!cuerpo del Sol, fenómeno que el propio almirante juzgó como el fenómeno e!más raro y particular que se haya hasta el presente observado, y que interpretócorno debido a un agujero que penetre de una parte a otra, o bien corno efectode una cortadura, a modo de quebrada o taxo.

De acuerdo con las informaciones recogidas por Arago, la mayor parte delos observadores del eclipse de 1842 no observaron nada de este estilo. PeroPinaud y Boisgiraud en Narbona observaron ... muy distintamente aparecer derepente, hacia el medio del eclipse total, un punto brillante rodeados de un vivocentelleo circular... Este punto brillante no desapareció hasta un momentoantes de/fin del eclipse total (5). Arago opone serias dudas ante esta información. Por otra parte, la posición de este punto luminoso no coincide con ladada por Ulloa.

En Barcelona, Don Pedro Vieta anunció que había visto el agujero deUlloa hacia la parte inferior de la Luna. El agujero, según Vieta, estaba curbado, y fue visible durante tres minutos. Arago se extraña de que Vieta pudierareconocer que el agujero estuviera curvado. Un profesor de navegación, Calvet, que observaba junto a Vieta, no observó nada. Por otra parte, la posicióndel agujero observado por Vieta no coincidía con la de Ulloa. En Marsella,VaIz observó dos puntos luminosos muy brillantes, y un tercero quince segundos más tarde. Vaiz dice: yo no supondría, como Uloa, que existan en la Lunauna especie de pozos que la atraviesan de parte a parte a lo largo de una de suscuerdas; pero creo en un gran y largo valle de levantamiento que, cuando se leve de lejos parece cerrado por arriba. Ante la oposición de Arago a admitiresta explicación, dice VaIz: En la relación de su viaje a lo largo del río de lasAmazonas, La Condamine habla de una localidad, elpasage de Pongo, dondese ven fbrmas análogas a las que hay que atribuir a los val/es lunares. Y másadelante dice, refiriéndose a las protuberancias: En cuanto a los puntos lwninosos exteriores y rojos de que algunos observadores han hablado, yo no heobservado la menor traza. Si son reales, se les habría visto generalmente. Losconsidero como ilusiones ópticas.

En Italia, varios observadores vieron, durante el eclipse de 1842, luminosidades sobre la superficie lunar, que achacaron al paso de bólidos o estrellasfugaces.

* * *

• No han sido éstas las únicas observaciones de fenómenos de este tipo enla superficie lunar.

Recientemente, el profesor Vernet se ha referido a una crónica del mongebenedictino Gervasio, en la que habla de una extraña observación efectuadaen 1178 desde Canterbury. El 11 de junio de aquel año varios inon ges observaron una especie de fuegos artificiales en la periferia del creciente lunar.

(5) Notes scientifiques, chap. XV, pág. 203.

Añó 1t9i

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J. M. TORROJA

Pocos años després dela observación de Ulloa, durante otro eclipse deSol, el 18 de agosto de 1783 el astrónomo inglés William Herschell observópuntos luminosos en la superficie de nuestro satélite.

Hacia la misma época, Shriter, Mádler y Schmidt acusaron la desaparición del cráter Linneo, que figuraba en el mapa de la Luna formado por Riccioli en 1651, apareciendo en su lugar una mancha blanca con un pequeño cráter, si bien el mismo Mádler lo encontró de nuevo en su misma forma originalunos años más tarde. Fue de nuevo observado por Ashbrook en 1960, coincidiendo en detalle con los datos de Schmidt. A la misma conclusión llega R. J.Pike utilizando fotografías del «Apollo 15».

En los cráteres Eratóstenes y Platón se observaron también variaciones alo largo del siglo pasado. En ellos se efectuaron nuevas observaciones a mitadde la presente centuria, que fueron calificadas por Emley como . . .sorprendentes, lo que evidentemente apunta a interesantes diferencias en la naturalezao condiciones físicas de los materiales que componían estas zonas brillantes.

En los años 1956 y 1958 se observaron una serie de fenómenos en el cráterAlfonso, en particular por Kozyrev desde Crimea, que hicieron pensar en unaemisión de gases a través de alguna fisura en la superficie del cráter, o bien delpico existente en su centro, emisión que fue analizada mediante espectrogramas obtenidos por Kozyrev, en 1958.

Fenómenos parecidos se observaron en 1964 en el cráter Aristarco, queindican variaciones en el color. Ello llevó, primero a la NASA en 1964, y después a la Sección Lunar de la British Astronomical Association en 1966, aorganizar sendas campañas que, utilizando instrumentos construidos al efecto, permitieron acumular observaciones que permitieran comprobar la realidad de estos fenómenos y buscar una explicación a los mismos.

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LA OBSERVACIÓN DE UN ECLiPSE DE SOL POR DON ANTONIO DE ULLOA

ANEXo 1

DEL EcLIP SE DE SoL. 27

EXPLICACION DE LAS FIGURAS.

L A lámina que en una sola íigura dice i ydemuestra el Eclipse de Sol, despues de u

Inmersiora, con el anulo resplandeciente de rejracclon, los rayos de luz blaücos, y algunas Estrellas.AB. es el disco de la Luna, obscuro todo 1: (ab)es el anulo resplandeciente: (bc) los rayos de luzque salian de aquel: (c) las Estrellas que se- veian:B.parte Boreal del disco de la Luna : A. parteAustral o : O. parte Oriental : O. parte Occidental.En esta primera representacion se debe suponer nohaber en el disco de la Luna el punto luminoso.

La segunda represéntacion de! Eclipse es la misma que la primera con el aumento del punto ¡utninoso: P. que pareció en el modo que va explicado.

La figura 3 de la lámina demuestra al rededor del disco de la Luna el anillo, resplandeciente, disminuido sensiblemente, como parecia pocoantes del principio de la Emersion : y el punto luminoso mui disminuido de luz. P. punto ¡uminoso-BD. el artillo resplandeciente , mui disminuido enla parte por donde se acercaba la Emersion.

cOM

Láminas de la obra de Ulloa sobre el eclipse solar, junto con su explicación.

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• •‘•,•.•‘

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CONTRIBUCIÓN DE CARTAGENADE ESPAÑA A LA EMPRESA DELDESCUBRIMIENTO: LA PATRIADE JUAN FERNÁNDEZ, PILOTO

MAYOR DE LA MAR DEL SUR

José María RUBIO PAREDES

Elfué quien, cual Demócrito o Teseo,Tratando varios templos de contino,Por tierra anduvo más.que Tolomeo,Yen el nwrfué Magallanes peregrino;El (irte ejercitó de Sa/ganeo;Piloto siempre jité y siempre vinoA serlo en estos mares cuando inciertosLos hombres navegaban por los puertos.

MENDOZA MONTEAGuDO

He aquí el retrato de Juan Fernández de Sotomayor (a) el Brujo, pilotomayor de la navegación de la carrera de Chile, descubridor de las islas de sunombre, y de una tierra firme austral (Nueva Zelanda?, Australia?), en el marfué un Magallanes..., pues piloto fué y piloto vino a serlo en estos mares... deChile. ¿Cuál fue el puerto de partida de su inicial singladura? ... ¿Fue Cartagena de Levante la patria chica de Juan Fernández de Sotomayor (a) el Brujo? ... ¿De dónde procede esta noticia?

Que Juán Fernández era de Cartagena lo aprendí en mis años jóvenes,pues eso es lo que se asegura en esta ciudad: Juan Fernández, surcador denuevas derrotas en el Pacífico Sur, fue de Cartagena, la de Levante, la de lametrópoli. Hace unos años quise tener certeza de este conocimiento, y nisiqüiera he podido traer a mi mente cómo y dónde lo adquirí, hasta el puntode considerar que se trata de simple tradición oral. En 1974, cuarto centenario de su hazaña más insignificante e intrascendente (1)., dediqué unos mesesa dar base a esta tradicional atribución. No conseguí las pri.iebas suficientes,y rebasado el tiempo conmemorativo, dejé archivadas las fichas reunidas.Ahora, aproximándonos a la conmemoración del Descubrimiento de América, quiero que mi ciudad natal esté presente en el mismo, y pienso que estapublicación es una contribución, aunque modesta. Tan modesta como fuetoda la participación de Cartagena en aquella gigantesca y gloriosa epopeya.

(1) ¡Bueno!. insignificante. sí; pero instrascendente. no. He aquí las felices horas que lajuventud europea de los últimos siglos ha pasado con la novela de Dqniel Defoe, RobinsonCrusoe.

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J. M. RUBIO PAREDES

Preceda al relato de la pesquisa bibliográfica algún condicionante de todala labor realizada de revisión. Primero, que en los libros de bautismos de laparroquia cartagenera del siglo XVI no puede localizarse la de aquel Juan hijode un tal Fernández y de una tal Sotomayor, que un día sería piloto de la Mardel Sur con navegaciones y descubrimientos, porque los libros conservadoscomienzan en seis días de el mes de nobiembre de mili quinientos sin quenta ydos años, fecha un tanto tardía para el nacimiento de nuestro Juan Fernández. Segundo, con el nombre de Juan y con el solo apellido de Fernández, hansurcado la Mar del Sur durante el siglo xvi algunos pilotos, por lo que la vidade nuestro (nuestro por cartagenero) Juan Fernández está envuelta en unembrollo fascinante con la de otros Juan Fernández que en el mundo americano fueron, por obra de reducir su nombre. Más de un cronista e historiadormuy autorizado en cuestiones de América, de ayer y aún de hoy, ha pergeñado la biografía de éste que nos va a ocupar, con hechos y hazañas correspondientes a varios Juan Fernández. No sólo la cuna, sino toda la biografíadel Juan Fernández que aquí nos interesa, parece estar afectada por este problema de confusión de personas, según los más autorizados especialistas en eltema. Mas dispuesto a todo, vayamos a lo nuestro, que es conocer el origende la atribución de patria.

Mas permítasenos manifestar, como parte de este preámbulo, un propósito y un proyecto: Espero poder contribuir —que mi ciudad natal contribuya— a esta conmemoración con otro estudio, la obra americanista de Jiménez de la Espada, un cartagenero con patente de naturaleza, digna de serrecordada en la próxima conmemoración del 92. Y sugiero —he aquí el proyecto!— a las autoridades y corporaciones culturales de Cartagena que conmemoren el centenario del Descubrimiento con un monumento dedicado alPiloto Mayor de la Mar del Sur y al sabio americanista, localizado en la Muralla del Mar, balcón cartagenero al Mediterráneo, sobre la bahía, de la que, sino partieron singladuras a las Indias Occidentales, lo hicieron a otros destinosultramarinos. Monumento que no estará muy alejado del dedicado a Colón.

Revisión de la bibliografía reciente (1920-80).

Nuestra revisión bibliográfica se inició en nuestro vademécum cartagenero de los años mozos: la Historia de las calles de Cartagena, de Casal Martínez, la cual recoge el nombre de Juan Fernández en el apéndice, osario de cartageneros ilustres, que en aquel año de publicación de 1930 aún no habíanrecibido el honor de tener una lápida en las calles de la ciudad. Y lo hace enel siguiente laconismo: Navegante nacido en Cartagena en 1536, descubrió enel Pacífico un archipiélago que lleva su nombre.

Ya está aquí el origen de nuestro conocimiento. Pero conocida cosa es queel autor no tenía estudios, personales en historia de Indias. Por tanto, ¿dedónde tomó esta noticia? Ciertamente, del Espasa, que tenía a mano. Ahorabien, si hubiese copiado completamente (que en esto de copiar, olvidando

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CONTRIBUCiÓN DE CARTAGENA DE ESPAÑA A LA EMPRESA...

citar la fuente, no se andan torpes por mi tierra), más extensa habría sido lainformación, ya que ésta está más documentada que el cronista oficial, puesdice: Navegante y descubridor español, nacido en Cartagena en 1536, y muertoantes de 1604 ... Y finaliza con unas añejas referencias bibliográficas, que procedimos a consultar: Barbosa (1741-59), Beltrán y Rozpide (1918) y VicuñaMackenna (1883). Las que nos pusieron en conocimiento y pista de másamplia información.

Mas procedamos previamente a conocer lo que se ha escrito recientemente (1920-80) sobre Juan Fernández, dejando anotado que el Espasa tradujo literalmente el texto de Barbosa, añadiendo el lugar de nacimiento y lasfechas de éste y muerte. ¿De dónde las tomó?

En el reciente y monumental Diccionario histórico y biográfico del Perú,dirigido por Milla Batres (1986), el autor del artículo «Juan Fernández», LuisGuzmán Palomino, monta una semblanza biográfica que resulta un engendroteratológico propio de la confusión que aún se tiene acerca de este pilotomayor de la Mar del Sur. Ello nos da medida del pobre y confuso conocimiento actual de este posible cartagenero, según se asegura en el texto: Conquistador español nacido en Cartagena..., silenciando la procedencia de lanoticia. En historiografía reciente, aparece una estimable información sobreJuan Fernández en la Historia de Chile, de Encina (1947), quien le dedica unapartado que resume las noticias documentadas de que se dispone, tras uncuidadoso análisis, muy ponderado, de las mismas, aportadas por sus principales tratadistas (Ovalle, Vicuña Mackenna y Medina), por los especialistasclásicos de historia de los descubrimientos del Continente Austral (DalrympIe, Burney, Markham, Major), y de los cronistas de los siglos xvi-xvii. Encuanto al asunto puntual que nos ocupa, escribe: El descubridor de las islas deJuan Fernández nació entre 1528 y 1530. No alude al lugar de nacimiento.

Esquerra, autor de la biografía incluida en el Diccionario de Historia deEspaña, publicado por Revista de Occidente, resume el texto de Encina, yseñala: (h. 1528-30-1599 = Navegante...) Sin detenerse en su lugar de nacimiento. Unos años después —en 1958—, Martínez Valverde, en la Enciclopedia General del Mar, fundado en las monografías de Vicuña Mackenna yBeltrán y Rozpide, traza una semblanza de Juan Fernández, en la que sitúasu nacimiento hacia 1535, y de su lugar escribe que se cree en Cartagena; fijasu fallecimiento antes de 1604. En este mismo año, Jáudenes García publicóun artículo, de meritorio carácter divulgativo, recogiendo noticias de JorgeJuan-Antonio de Ulloa, Sarmiento de Gamboa, Alonso de Ovalle y Antoniode Alcedo, pero sin atender al lugar y la fecha de nacimiento.

En el extenso estudio de Majo Framis (1962), Vidas de los navegantes,conquistadores y colonizadores españoles de los siglos xvi-xvii-xviu no se citaa Juan Fernández de Sotomayor (!). Y la Enciclopedia Británica (1964) serefiere a Juan Fernández en estos términos: (1536?-1604? = Navegante alservicio de España...) ¿Por qué la Enciclopedia. Británica olvida los datos queaparecen citados e incluso aceptados en textos precedentes, dudando de losaños de nacimiento y muerte, y dejando su patria en situación desconocida,

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.1. M. RUBIO PAREDES

pues no se atreve a señalar que naciera en Cartagena, ni en España, ni en laPenínsula Ibérica? Cita como fuentes, además de un memorial de Juan LuisArias, que ya habíamos encontrado en alguna otra publicación, la monografía de Vicuña Mackenna, de tan dudoso valor científico. En esta línea ecléctica de la Enciclopedia Británica, se sitúa Esteve Barba, quien nos remite a lasmonografías del siglo xix. Dice que Juan Fernández nació en la Península(por tanto, no cita a Cartagena ni a España como sus patrias); hacia 1530, esdecir, no se siente capaz de fijar el año; no se ocupa del año de su fallecimiento. Y Prieto, en su revisión de navegantes españoles del siglo XVI, hace unabrevísima alusión al descubrimiento de la ruta alejada de la costa en la navegación desde Perú al Sur, sin ninguna referencia biográfica a su descubridor.

Esto es lo que se ha publicado en los últimos setenta años, según nuestroconocimiento, sobre el lugar de nacimiento del piloto mayor de la Mar delSur, Juan Fernández de Sotomayor. No se ha realizado ninguna investigaciónen este período. Todas las publicaciones remiten a otras precedentes, sin unalabor revisora de textos; se sigue a un escritor precedente, desconociendo loescrito por otros. En cuanto al lugar de nacimiento, es Cartagena su patria,sin ninguna reserva para la Enciclopedia Espasa-Calpe y para el Diccionariohistórico y biográfico del Perú, de Milla Batres; es posible que fuese Cartagena para la Enciclopedia General del Mar; nació en la Península Ibérica (español o portugués), según Esteve Barba; ni siquiera se admiten estas nacionalidades, sino que estuvo al servicio de España, escribe la Enciclopedia Británica; no se ocupan de este asunto Encina, el Diccionario de la Revista de Occidente, Jáudenes García, ni Prieto.

Revisión bibliográfica en los siglos xvi-xx (1920).

En el entorno al cambio de los siglos xix-xx. dos investigadores chilenos,Vicuña Mackenna (1883) y Medina (1918) fijaron su atención en la figura deJuan Fernández durante varios años, publicando los resultados de sus investigaciones en dos extensas monografías. Al mismo tiempo, se ha investigado eldescubrimiento del continente e islas del Pacífico Sur, en el que ha aparecidoposiblemente implicado el citado Piloto Mayor de la Mar del Sur (Major,1859; Beltrán y Rozpide, 1892 y 1918; Collingridge, 1895, y Markham, 1904),tema del que ya se habían ocupado los geógrafos Dalrymple —1770-73— yBurn —1808—. A lo largo del XIX y primeros decenios del xx, existe abundante bibliografía general que alude, con varia atención, al citado piloto y asu presencia en descubrimientos. Toda esta labor investigadora y publicitariaestá reclamando una revisión más detenida que la realizada en el período queacabamos de analizar. En este apartado centramos nuestra atención en ellugar de nacimiento de Juan Fernández. Y lo hacemos deteniéndonos, en primer lugar, en la monografía juanfernandezana del historiador chileno J. T.Medina.

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CONTRIBUCIÓN DE CARTAGENA DE ESPAÑA A LA EMPRESA...

Medina, experto en Juanes Fernández a secas —sin segundo apellido—(en Juanes, que no en Juan, que a todo hay que tener dispuesto el ánimo enlo que concierne a este Juan Fernández cuya cuna buscamos, pues en su vidatodo fue insólito, hasta las confusiones y errores de sus biógrafos), cita hastacinco Juan Fernández (2), y alguno más que añade Vicuña, quienes navegaron los mares del Sur con el título de piloto mayor, entre los mediados de lossiglos XVI y xvii; pues el empleo de un solo apellido ha sido fuente de granconfusión. Así, todos los investigadores chilenos del pasado siglo, incluso elpropio Medina en publicaciones anteriores a esta monografía que vamos acomentar, han manejado el monstruo constituido por Juan Fernández Ladrillero-Juan Fernández el Brujo, a pesar que resultaba una vida inadmisible-mente larga, incluso para un engendro. Y fue, precisamente, en este estudiode 1918 en el que Medina ha realizado, mediante sus hallazgos documentales,la cirugía separadora de las dos personalidades, enriqueciendo la del Brujocon abundante información y claves identificadoras, tal su segundo apellido:de Sotomayor. De donde sabemos el nombre completo del piloto mayor de lacarrera del Sur: Juan Fernández de Sotomayor.

Esperemos que, gracias a la labor de Vicuña y Medina, se designe al pilotode la Mar del Sur con su nombre y dos apellidos, al menos en el callejero y literatura escrita en Cartagena, ya que no lo han registrado los escritores posteriores a 1918.

Tras este inciso tan agradable para la biografía de Juan Fernández deSotomayor, volvamos al objeto de esta revisión: el lugar de nacimiento. Apesar de la concienzuda labor investigadora de Medina, queda incógnito,como lo expresa en las siguientes palabras:

Lástima es que los dictados de su declaración no se extendiesen tambiéna revelarnos el lugar de su nacimiento en España.

Se refiere a la declaración de Juan Fernández ante el licenciado AlonsoMaldonado de Torres, en la ciudad de Los Reyes, el día 2 de febrero de 1590;así como en la declaración de Lima, el 21 de julio de 1588, con motivo de lainformación de servicios de Hernando Lamero Gallegos de Andrade. En lascuales declaró, bajo juramento, su edad: dixo ser de sesenta años, poco más omenos. Es decir, que había nacido en el entorno a 1530.

Tras la citada declaración, Medina rectifica lo que tenía escrito en su Diccionario biográfico colonial de Chile, publicado unos años antes, dondeseñaló a Ferrara, lugarejo de Oviedo, como patria de Juan Fernández, y aAlonso Doca y Teresa Fernández por padres, con la siguiente frase: Hoy noses imposible recordar de donde tomamos esos datos, y, sin comprobante, nopodríamos mantenerlos. Y Medina no quiereS dejar así el tema, y sugiere

(2) Joao Fernández. vecino (le la isla Tercera; Juan Fernández Ladrillero, maestre que fuemucho tiempo del galeón de los Gobernadores; Juan Fernández, el que subió por el Poe/la; JuanFernández, del Puerto de Santa María. y Juan Fernández. el piloto del agujón.

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.1. ‘vi. RUBlO PAREDES

SEÑOR:

L Doctor Juan Luis Arias, ¿he: Qe por tonuenir tanto ° ftruicio de V.M.y al propagació de Ja Iglefia Caroiica,au.! mento de nuelira fanta F ,conuerfiondc los Gentiles de la

tierra Auftral,quc es la principal obligacion de que .efH Cfl;caroado V.Mageflad y fi Corona, y por lo mucho que ciba4clfcado,y procirado,dcl1ca y Procura Jo que aqui fcpropo..nc. Ya inflancia de los Padres a la Orden del Séranco Pa.

¿re fin Franciko y en particular del Padre Fr. Iuan de Silua,ha concertado vntratado dedicado a la Alteza del f:renifsimo Infante don Fernando, de lo que fc.deue juzgar dci Eniisfrrio Auftral,dc fus rcmperamcntos,Ícrtilidad ,‘pobiacion,y todo lo ¿cinas que fc pueJe de(’car ontender de fus eflEdidifsimas Prouincias,y Reynos.Para intentar ¡u defcubrimicnto,y conquilia efpiritual y Euangelica,.y la reduccion a ruielira Inti F,y Religion Catolica de fis inumerablca babitadorcs,que ha tantos agios eleran de mano de y .Maçeliad tan diuinoy cele.flial beneficio: cofa (obre que ci Padre fray Juan de Silua ha hecho diligenciamuy irnportantc,y la folici:a zelofifsimamcnte,porque toda fu Orden, que quiere emprender negocio tan grande,qui es vno de los mayores que ha tenido, nipodrrcncrla Igc(iaCatolica,yquetodosfiis Fieles hijos dcucmos procurarfc acelere quan:o fuere pofsihlc. Porque los Hercgcs Ing!efcs, y Oiandcfcs, aquienes el demonio iniliga para ello quanco puedc.Andan cudiciofifimos de reconocer,dcícubrir,y poblar los principales puertos que deflagran tierra corref—ponden a la mar del Sur,y de meter en el’a cl ponçoñofifsimo tofigo de fu apolialia,que eslo4convchemcncifsimasanfiasprctcnden,anrcsque nofotros la luzfoberana del Euangelio,anfi como lo van haziendo en aquel gran continente deTierrafirme, en que cian las Pvoui.ncias de la Florida,y va deípues a continuar—fc con Nuctiaefpuña,y por otra parte con el nueuo Mexico , Rey no de Qiuira,Californias,y otras muy grandes Prowncias. Para lo nual han poblado la Virginca,y para ótras cofas que conciernen alo que con rodo eRo van maquinando.contra ella Corona. Y para ayudar lo mifmc,hin fortificado, y poblado tambiJaj3er.muda,y van procediendo tan afcuofa,y aceleradamente en yr contirwan.do cl.íemb;ar ili ci infcrñai veneno de fu He rcgia,yi!ificionar con ci Jds millo—ned millones ,dc muy buena gente cue habitan en los dichos Reynos, rncti-.’dofe por la Virginea muy apriclía la tierra adentro, con ardenrifsimos deÍeode quitar a la Iglelia Catolica ci inclbmablc teforo dc.infinito numero de almas,y de fundar en aqucilatierra vn lmpcrio,cnáue vendran a tener mucho mejoresy mas ricas Indizs7quc tas nuefiras: y podran lñorear de(dc anuel pueDo, comoabÍoluto (Jiorcs todas las perteflCiiS,Y patios denuethas loras,y bazcles, yde todo nueflro comerCiO con las Indias OidentaIes,quc es todo cafo lailirno—1if.imó,y en que Dios uncliro SeiiOr.y fu I;ielia cian ofcndidi(dmos,y ella Corona deue temer de cofa tan pcrniciofa muy grandes daños de parte delios encmigos,y de la cliuina indigncion no menor caftigo,por zuer confentido fe pongan ellos bafihjfos en aquel fitio,dc donde. anre que Ja Jglcña Carolica lleguecon la prcdicacion iZuanelica,que efl a nucítro cargo, rengan ellos atraedos afi, inficionados con la pranc3ad de fu apoflafia aquel numero fin numero de Genriies,quc tienen pblzJas las dichas prouincias.que fon mucho mas tierra que roea la Europa. Pero porçuc el dicho tratado dci £inisfcrio Auftral no fc ha po’- A ¿ido

FIG. 1.—Reproducción de la primera púgina del Memorial de Juan Luis Arias, de los ejemplares Biblioteca Nacional (a la izquierda) y «<British Museum Library> (a la derecha).

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CONTRIBUCIÓN DE CARTAGENA DE ESPAÑA A LA EMPRESA...

SEÑOR

L Doaor Juan tuis Arha, dite: Qe por eoiiuenir tantO al(cruicio de V.M.ya la propagació de la Iglefla Catolica,au.mento de nueftra (anta F ,conuerfion de los Gcntiles de 1*tierra Auflral,quc cila principal obligacion.de que efU encargado V.Mageftad y fi Corona, y por lo mucho que el hadcflcado,y procsrado,dcífea y procura lo que aui kropo..nc. Y a infancia de los Padres ae la Orden del erahco Pa.

Can Francilco y en particular del Padre Fr. Juan de Silua,ha concertado vntratado dedicado a la Alteza del lrenifsimo Infante don Fernando, de lo que fcdcuc.juzgar dci Emisfcrio Auftral,de Cust cmperamentos,fcrtilidad, poblacion,y todo lo demas que fc pueie dcicar entender de Cus eftédidifsimas Prouincias,y Reynos.Para intentar tú dcfcubrimiento,y conquifta e(piritual ,y Euangclica,ylÁ reduccion a nueftra (anta F,y Rcligion Catolca de Cus inumerable, habi—tadores,que ha tantós (iglos ¿petan ¿emano de V.Mc(%ad tan ¿jumo y cele1ftlal beneficio cofa (obre que el. Padre fray Juan de Silua ha hecho diligenciassioy ¡mporranre,y la folicita zelofifsimamenee,porque toda fu Orden, que quie.re emprender negocio tan grandc,queez vno de los mayores que ha tenido, nia,odrg tener la Igiefia Catolica,y que todos fis Fieles fijos ¿cuernos procurarre acelere quanto fuere pofsihle. Porque los Hereges Inglefes, y Olandc(es, aquienes el demonio inlhgs ra.llo quaneo puedc.Andsn cudiciofifsimog de reconocer,dcfcubtir,y poblar los principales puertos que defa gran tierra correí.ponden a la mar dci Sur, de meter en ella el ponçoñofifsimo toGgo de fi apoflaa,que es 104 COfl vchementifsimas anflas pretendcn,antes que noforos la luzfoberana del uangctio,anfi como lo van batiendo en aquel gran continente de‘Tjcrrafirme,.en que cian las Prouincias de la Florida ,y va dc1ues a continuarfe con Nueuaefpaña,y por otra parte con el nueuo Mexico, Reyno de Qiuira,Californias,y otras muy grandes Prouinciat. Pára lo qual han poblado la Virginea,y para otras cofas que conciernen a lo que con todo cio van maquinandocontra cia Corona. Y para ayudar lo mi(mo,hañ fortificado, y poblado rambiéla Bermuda,y van proccdiendo tan afcuo(a,y aceleradamente en yr concinuan¿o el ícmbrar alli el infernal veneno de fu Heregia,y inficionar con el les millo.nes de milloiu:s ,dc muy buena gente ue habitan en los dichos Reynos, mctidof por la Virgihea muy -a pric(Íz la tierra adentro, con ardenci&imos dciícosde quitar a la Iglefh Catolica el inefhmabletcfiro de infinito numero de almas,y de Ñndar en aqúcila tierra vn lmpcrio,en nue vendran a tener mucho mejoresy mas ricas Indias,que las nueftras:y podran Itiloreardeíde aquel pueo,comoabfolutos (cfiores codas las pertencta!,y pairos de nuelbas Flotas.y bateles, yde todo nuet’tro comercio con las Indias Oddentalcs,quc es todo cafo laftimo.fifsimo,y en que Dios nuciro SeñotY fu Iglefa cian ofendidifsimos,y cia Corota deue temer de cofa tan perniciofa mu grandes daños de pare dcios eneamigus,y de la diuina indignacion no menor caftigo,por aucr coníentido fe pongan cius ba(iIilos en aquel fitio.dC donde, antes que la lglcfia Cat’olica lleguecon la predicacion Euangelica,qUC cia a nuciro cargo ,tcngan ellos arraydos afi, inficionados con la praucdad de fu apoflata aquel numero (iri numero de Gentiles,que tienen pobladas las dichas Prouincias,quc fon mucho mas cierra que coda la Europa. Pero porque ci dicho tratado del Emisferio Auftral no fc ha po

A dido

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J. M. RUBiO PAREDES

—utilizando lo que denomina un resquicio— que la patria pudo ser Jerez dela Frontera. El tal resquicio (nosotros más bien le denominamos portillo vergonzante para un investigador) lo halla Medina en un razonamiento impropiode su gran obra juanfernandezana, de forma que la argumentación es unaespeculación pseudocientífica que nadie ha tomado en cuenta, ni siquiera elpropio Medina. Por tanto, Juan Fernández de Sotomayor no fue asturiano(de Ferrara) ni jerezano. Mas Medina, no queriendo dejar pasar su turno sinechar un cuarto a espadas en cuanto al lugar de nacimiento del piloto, semuestra disconforme con la afirmación de Mellado, quien dejó escrito, en1847, que es de Cartagena, porque este escritor no dio fundamento para talaserto, que consideramos de todo en todo inaceptable. ¿Cuál sería la razónpara negar tan rotundamente —de todo en todo— la afirmación de Mellado,que Fernández nació en Cartagena? Considero que no es correcto rechazar laafirmación de Mellado por no dar fundamento a tal asunto, y permitirsenegarla de todo en todo sin dar las razones de ello, ya que no las cita. Pero nopara aquí Medina, sino que recuerda el texto de Barbosa Machado, quienincluye a Fernández de Sotomayor en su Biblioteca lusitana, dando así aentender que era portugués; pero ni le señala lugar de nacimiento, ni trae antecedente alguno en apoyo de tal atribución. Así que ni asturiano, ni jerezano,ni cartagenero, ni portugués. Y acaba Medina el apartado del lugar de nacimiento de Juan Fernández de Sotomayor, apelando a la justificada esperanzade que algún día se descubra su testamento, ya que de cuya existencia haycomprobante..., cual es el poder para cobranzás dado a Gregorio Laso de laVega por Francisca de Soria, viuda de Juan Fernández, como albacea y tutorade su hijo Diego Fernández de Soria, en 15 de febrero de 1559.

Esteve Barba comenta esta obra de Medina como un laborioso tejido dehipótesis interferido de datos sin cuento, en torno a una figura, como la de JuanFernández, vagamente definida.

Finalmente, hemos de referirnos nuevamente al Diccionario biográficocolonial de Chile, de Medina, porque en él recoge que según otros era unvillano natural de Palos de Moguer; posibilidad que destruye por razones queno vale la pena señalar aquí, pues son tañ gratuitas como las que tuvo quienlo afirmó.

Conozcamos ahora la obra monográfica de Vicuña Mackenna sobre JuanFernández de Sotomayor, aparecida 35 años antes que la de Medina. Historianovelada o apasionada de las islas de Juan Fernández o novela histórica, yaque, ajuicio del autorizado Medina, es difícil conocer la proporción en que enella entra la Historia y la ficción. Está motivada por el homenaje que el autorse sintió comprometido por haber pasado en una de ellas su destierro político,decidido por el Gobierno chileno. En esta obra restaña su rencor, posiblemente sin querer, sobre Juan Fernández, su descubridor. En el capítulo II,Vicuña perfila la biografía de éste, manejando datos documentales de variosJuanes Fernández, pilotos de aquellos mares, y especialmente de FernándezLadrillero y Fernández de Sotomayor, como demostró, en cuidado análisis,Medina: tal confusión si que es error grave, que nos duele ver estampado por

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CONTRIBUCiÓN DE CARTAGENA DE ESPAÑA A LA EMPRESA...

tal acucioso historiador, en desmedro de su fama, que hubiésemos querido verincólume en todo momento. Calderón, historiador chileno, dice de VicuñaMackenna que solía poner [en sus escritos! más, descuido del que Dios asignóa los historiadores.

Hecha constar esta valoración de Vicuña Mackenna, recogemos lo quedice acerca del lugar de nacimiento de Juan Fernández de Sotomayor en sumonografía, con el único objeto de dejar anotada y descartada para siempresu equivocada opinión, que se ha recogido por algún ecritor posterior, y quequeden advertidos los lectores. Nos dice Vicuña que es tarea sumamenteardua establecer el lugar de nacimiento de Fernández, ya que el laboriosísimoFernández Navarrete, que escudriñó elfondo de los mares y de los archivos conigual labor, no menciona la fecha ni el lugar de nacimiento del más famosopiloto del Mar del Sur. Téngase en cuenta que en esta ocasión Fernández deNavarrete se limitó a copiar el texto de Barbosa a la letra, como veremos másadelante. Y añade Vicuña otra razón: Que Garcilaso de la Vega, contemporáneo del piloto, escribe que no sabe de dónde era natural. Medina ha demostrado que Garcilaso se refirió a Fernández Ladrillero. En cuanto a otros autores y sus sugerencias escribe: En algún libro de mediana cuenta, con deriva

•ción histórica, hemos leído que el afamado piloto era oriundo de Cartagena;pero esta noticia nos merece tanto menor grado de fe cuanto que su autor lehace venir al mundo en 1536, cuando el piloto era ya, en época semejante, unmarino de nota, y navegaba crecido en años y en fama en las aguas del Perú.

Silencia Vicuña el título del libro de mediana cuenta, y su autor. Y dejamos el juicio de este párrafo a Medina, quien dice que el Fernández que navegaba con fama el Mar del Sur en el decenio de los treinta era Fernández Ladrillero.

Y, finalmente, Vicuña Mackenna lanza su sugerencia acerca de la patriade Juan Fernández de Sotomayor: Es lo más probable que el ilustre descubridor hubiera nacido, como la mayor parte de los navegantes que vinieron aAmérica en pos de Colón y los Pinzones, en Andalucía, y, efectivamente, en unmanuscrito antiguo conservado en la biblioteca de Fernando Colón, se afirmaque era hijo de Sevilla.

La lectura detenida del documento citado no permite la más ligera sospecha que el Capitán Juan Fernández, vecino de esta ciudad Sevilla, persona demucha calidad y muy principal, que no pone los pies en el puente de mandode una nave, sea Fernández de Sótomayor. Además, que por las fechas deldocumento y de nacimiento y muerte de éste, según demostración de Medina,no hay posibilidad de conexión.

Esta es, pues, la situación del tema de la patria de Juan Fernández deSotomayor en las dos monografías biográficas más cuidadas: Varias sugerencias infundadas y la negativa rotunda a que pudiera ser de Cartagena.

Era obligado conocer el citado texto de Mellado. Se trata de una biografía

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J. M. RUBlO PAREDES

del piloto Juan Fernández en el Diccionario Universal de Historia y Geografíapublicado en 1847, que el lector debe conocer:

Piloto español, nació en Cartagena en 1536. Hizo muchos descubrirnientos, de los cuales algunos no han llevado su nombre. En uno de susviajes del Perú a Chile descubrió en 1571 las islas que llevan su nombre...; y en 1574 descubrió al norte de las islas de Fernández las de SanFélix y San Ambrosio. Estimulado por el buen éxito de sus expediciones, salió de Chile en 1576 y descubrió a unos 400 hacia el O. y SO. unacosta que tenía todas las apariencias de un continente. Los indígenas,que eran blancos y bien conformados, recibieron a los españoles conagrado, los que considerando que su buque era pequeño y no muy bienequipado, volvieron a Chile, guardando el secreto de su descubrimiento con la intención de volver a aquel país con una expedición másconsiderable; más la muerte de Fernández impidió llevar a cabo el proyecto. Los pormenores de la expedición de Fernández se hallan en unaobra titulada «Memorias para recomendar al Rey la corn’ersión de losnaturales de las islas nuevamente descubiertas por don Juan Luis Arias,1609».

Por tanto, la fuente declarada de toda esta información es exclusivamenteel citado Memorial de 1609, el cual ya hemos encontrado citado en otros escritores, y que se va haciendo obligado consultar. Pero, previamente, nos quedapor registrar la bibliografía general sobre descubrimientos en América delSur, que hacen referencia a Juan Fernández de Sotomayor.

Fernández Duro alude de pasada a Juan Fernández en sus singladurastransoceánicas, transmitiéndonos los datos que le suministró el cartageneroJiménez de la Espada, sin detenerse en su biografía. Yen su manuscrito Diccionario biográfico de la Marina, transcribe la semblanza que hace Fernándezde Navarrete, en la que no se alude al lugar de nacimiento de Fernández, asícomo otra, de origen silenciado, en la que consta que nació en Cartagena en1536. Tampoco se ocupan del lugar de nacimiento Beltrán y Rozpide. ni Picatoste y Rodríguez.

Siglo XIX abajo, consultamos la obra del enciclopedista historiador chilenoBarros Arana, quien dedica gran atención a la actividad descubridora de JuanFernández de Sotomayor, y nos dice, de pasada, en una nota, que acerca dela vida de este piloto he hallado en algunas compilaciones biográficas españolas que nació en Cartagena (España) en 1536, pero ignoro absolutamente sobrequé fundamento descansa esta noticia, y no le he dado crédito. Así queda eltema a nivel de autoridad histórica, muy próximo el final del siglo xix.

Situados en estas fechas, pensamos que el cartagenero y gran americanistaJiménez de la Espada se habría ocupado exhaustivamente en conocer lapatria de su posible paisano Juan Fernández. En sus publicaciones no serefiere al tema. Por lo que recurrimos a estudiar su archivo. Fuimos defraudados al no hallár ninguna ficha o nota sobre el objeto de nuestra búsqueda,

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CONTRIBUCIÓN DE CARTAGENA DE ESPAÑA A LA EMPRESA...

aunque abundan las referencias al descubrimiento y descripción de las islas desu nombre.

El Diccionario histórico-biográfico del Perú, de Mendiburu, en confusiónentre Juanes Fernández, remite a Mellado en cuanto al lugar de nacimientoy fecha del mismo del descubridor de las islas de Juan Fernández. La Nouvellebiographie general, de Firment Didot Freres, presenta un galimatías juanfernandesinode altos vuelos, en el que no hay posibilidad de enterarse de nada.Ni March y Labores, ni Fernández de Navarrete, aluden a la cuna de JuanFernández. Como nada se dice en la gran Historia física y política de Chile—en 27 tomos—, de Gay.

En medio de este silencio, sobre la biografía de Juan Fernández de Sotomayor, de tantos y tan excelentes historiadores de la navegación circunamerican a, se produce la aparición del Diccionario de Mellado, al que ya nos hemosreferido y transcrito la semblanza biográfica sobre este navegante.

En el Diccionario histórico o biográfico universal compendiado del editorbarcelonés Narciso Oliva, publicado unos diecisiete años antes que el deMellado, encontramos, entre una relación de Fernández (varios de nombreJuan, y alguno navegante), una biografía literalmente coincidente con la deMellado, de lo que se deduce que éste la copió del Diccionario de Oliva. Conello retrasamos unos años la aparición de la noticia del nacimiento del nautaen Cartagena. Oliva declara la procedencia de esta información: el Memorialde Juan Luis Arias, traducido al inglés por Dalrympie, y editado en Edimburgo en 1773. Luego, el autor de este artículo no debió conocer el ejemplardel Memorial existente en la Biblioteca Nacional de Madrid. En esta línea dediccionarios, Rosa y Bouret señala en el suyo que Cartagena fue el lugar denacimiento de Juan Fernández el descubridor de las islas de su nombre, y 1536la fecha.

Si esta descubierta bibliográfica la proseguimos a lo largo del siglo XVIII.

nos encontramos con sorpresas de todo tipo. Así, en la Colección de documentos americanos, de Muñoz, no aparece Juan Fernández en el Indice denombres de personas, aunque se encuentran las islas del mismo nombre en elIndice geográfico. Alcedo (1787) y De la Harpe (1780-1801), se limitan a decirque era español. El mismo desinterés muestra por la persona de Juan Fernández de Sotomayor Dalrymple, geógrafo inglés de la segunda mitad del sigloxviii, quien penetró —como nadie hasta entonces— en los entresijos de lasnavegaciones de los siglos precedentes en el óceano Pacífico, y que reeditó ycomentó el Memorial de Arias, sometiéndolo, al igual que otros escritos, a unexhaustivo análisis; siendo el primero en propugnar para Fernández de Sotomayor la gloria de adelantarse about half a century a Tasman en el descubrimiento de las tierras del Continente Austral (Australia).

Tampoco dicen nada de la patria de Juan Fernández de Sotomayor el cronista chileno Pérez García, los marinos Jorge Juan y Antonio de Ulloa, ni elhistoriador portugués Barbosa Machado. Los citados marinos dicen simplemente del descubridor de las islas de Juan Fernández que era un piloto europeo. Barbosa es el primero y único que cita, sin adjuntar la localización, el

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J. M. RUBIO PAREDES

te le encamine quanto defea del reparo y aumento de (u Coroiu, bue lua V. 1.la atenclori de Íumuy alto cntcndirntenroalaspalabras que dize el Apoflol aTimoteo (u dtctpulo,corno fi a V.Magellad las dixera ( Erit enim tempus, ciim s.Ad Titnam doarinim non fulhnebunt, fd ad íua defideria coaccruabunr libi Magi. Ot.j.firos pru rientes auribus,& a leritaec quidem auditum auc rcent; ad Íabulas autéconucrtentur) Vendra tiempo ( plegue a Dios no (ca ci en que viuitnos) quandolos que e(tari obligados a (eguir la dorrina (ana, y tan importante como ella ,notalo no la abracen; pero no la puedan fufrtr, amontonando parecetes de hombres con titula de Maefiros, que Ialamenre tr.Iten de adu tarJes con eHos,y apto.uarles fui defeos: y dcfuiando el oido y arene ion tic la verdad, lo conuertiran aFabulas: ue tale; fon las confiderzciones,coe con íobrchiz de conueniencias, orazones de e[tado fe oponen a la propagacton de Ja cacolica Igiclia , y aumentode nucflra (anta F.Dizc luego el Apofto!,que ju(lamente podemos entender enetta ocafion, habla con V.M. (Tu verá vigila, in omnibus labora,opus fac Euaogeliftz,mieitlcrium toum imple) P,ro tu,que como íoberano Princip det’t2 Ca.(olica Monarquia,y por aucrio capitulado con el Rey de los Reyes,eflas obliga.do ala confiimacion de fu predicacion Euangclica, como íe lo promcti(k,abo—.minando de quien lo contrarid te ptopuficre,vcla de dii y de noche fobre el cuinplimiento de tan glorioía, importante o5ligacion, trabaja quanto futre ca ti,por que por todos lo; medios pofsibies fe cumpla, haz bra de EuangeliUa,por..que comó los E..angcliítas eícriuir,n ci Euangelio, para que lo hizictíes ptcdi.car a lo; Gcncilcs, hars e .i tu mudo el miírno oficio que ellos prcdicandolo.Acu.de con codas tu fcrças .c cumplir tan giaridiofo y exceiío rninitkrio,cftiznandeen mucho que el Redencor nuqui fiarlo de otro Principe, fino tic tu eran caía,con tan crfcta plenitud y cumpliniiento,que no dexes en el algun vazio. Y ha.ziendolo afsi .PLpodra dezir al tiempo de la cucnea lo que tras cIo dixo cI A.po(ol ( Bnum certamen ccrtaui, curfum coníummaui,fiden íctuaum in rctiquo.repolitaef mihi corona iuaitiz,quam reddcc mihi Dominus in ¡lii dir, iullus mu—dcx, non (olúm autem mibi, (cd his qul diiigunr aduentum cius) Buena batallapelee glorioíamcnrc,vcncicndo ¡a mayor potencia de Luzifcr, libertando de (ticiraInica y abominable (eruidumbre can grande numero de miUones de alma;,que fe le perdían y pierden al Redentor en aquella mitad del mundo,o Hemisferio Aufral, queme cncarg efle grande y tan heroico hecho: felicifsimamcnteacabe mi carrera! guard1e (u fe pura en eíte ferninario Catolico de mi Corona,ytraiplantéfela có ella pureza en los coraçones de los infinitos Gentiles c habitiaquel ccípacioío rcbafio: y aísi podre jutbrnentecfpcrardela mano del infinito Kcy,en aquel gr día de la vniueríal cuenta, la gloriofa y bienaturada coro—sia de juaicia (que para Ii eiperaua el Apollol ) auiendolc hecho eí.c (cruicio, cimas acepto que aura hecho otro Rcy,o Principe del mzdo a la diuina Magcflad;pues el mifm Apoiot dize,que no (olamente le lc daría a el pero a todos losque la venida aman del juez infinitamente juflu,que fon los que tienen cal cuenta que dar de fui obligaciones, y mas de tan celellial como ci ella, que puedanjuRamente e(perar la gloria de tan inefable corona. Tambicn podra V .M. tenerla miíma (cnuridad y cíperança de que fi emprende lo que aqw (e le peopore y(uplica,tan akcada y aceleradamente corno ha vilo tfl obligadojicgara Lioneaora goza deftos Catolicos Rcmnos,y de los dcmas de fu Monarquaa.. a coua i,exalrac ion y cngrandecimcnco pofsibic ,como las hclcs valaUoi afctuoLitsa.R.amcn;e lo deícantos.

Fic;. 2.—Reproducciún de la última púgina del Me,noriol de Juan Luis Arias, de los ejemplares<>Biblioteca Nacional> (a la izquierda) y r<British Museuni Lihrary’> (a la derecha).

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CONTRIBUCiÓN DE CARTAGENA DE ESPAÑA A LA EMi’RE.SL..

tele encamTne quinto defea del reparo aumento de fu ‘Corona, buelua V. M.laatcnciondc(umuya1toentendjmfltoalaspalibras que dize el Apoftol a -

Timoteo fu dicipulo,como fi a V.Maeftad las dixera ( Erit enim tempus, ctm I.Ad’tltnarn doitrinam non fufinebunr, (e’ad fui detideria coaceruabunt (ibi Magi. DOt, 4.ftros prurientes auribus,& a veritate qudem audirum auertent; ad fabulas autEconuertentur) Vcndra tiempo ( pleque a Dios no (ea el en que viuimos) quandolos que eftan obligados a (eguir la dotrira (ana, y tan importante como c(a , no(ob no la abracen; pero no la puedan fufrir ,amontonando parecercs de hombres con titulo de Maeftros, que folameie traten de adularies con ellos,y apto—uarles fus detos: y dcfuiando el oldo y atencion de !a verdad, lo conuertiran afabulas: ue tales fon las contidcracionesque con (obrehaz de conuenicncus, orazones de eflado (e oponen a la propagacion de la cacolica Igkíia ,y aumentode nueftri (anta F.Dize luego el Apoftol,quejuftamente podemos entender enct’ca ocaflon, habla con V.M. (Tu veró vigila, ¡o omnibus labora, opus fac Euangeli(e,mimifterium euum imple) Pero tu,que como íoberano Príncipe detla Ca.tolica Monarquia,y por aucrlo capitulado con el Rey de los Reyes,eflis obliga.do a la confurnacion de fu predicadon Euangelica, como fe lo promcri(e, abominando de quien lo contrario re pruputicre,vela de dia y de noche (obre el cunaplimiento de un!orioía, importante oligacion, trabaja quanto fuere e tiporque por todos los medios pofsibles fcumpla, haz obra de Euangelifta,por.que como los Eangeliftas cfcriuiron el Euangelio, para que lo hizielíes prcdicar a los Gentiles, hars c; tu modo ci nathio oficio que ellos predicandolo.Acude con codas tus fuerças a cumplir can giandiofo y excelfo mini(crio,ci1imandoen mucho que el Rcdent3r no qui fo fiarl. de otro Princípe, tino de tu gran caía,con tan perfeaa plenitud y cumplimicnro,que no dcxes en el algun viajo. Y ha.iiendcsio afsi V.M.podra deairal tiempo de la cuenta lo que tras efto dixo el A.poftol ( Bnum certamen certaui, curfum coníumrnaui,fidem íeruau: in reliquorepofitac( mihi corona iu(Licix,quam reddet mihi Dominus jo illa die, juihis ¡u.dcx, nos folkm autem inihi, (cd his qui dligune aducntum cius) Buena batallapelee glxioíamente,vencicndo lamayorpotenciadc Luzifer, libertando de futiraisnicay abominable feruidumbre tan grande numero de millones de almas,que (e le perdian y pierden al Redentnt en aquella mitad dci mundo,o Hemkfcrio Autra,que me encarg cite grande y tan heroico hecho: íclici(simamcntcacab* mi carrcra guardlc fu í pura en eflc (cminarjo Carolico de mi Corona,ycrafplantí.la có cita pureza en los coraçoncs de los infinitos G:ncilcs c habitaquel t efpiciofo rebafio: y afsi podre juftamente cíperar de la mano del inini.ro Rey,en aquel gri dii de la vniuería cuenta, la glorioía y bienaíituraia coro—nade juíticia (que para fi eíperaua ci Apoltol ) auiendole hecho efe feruicio, elanas acepto qe aura hecho otro Rey,o Principe del múdo a Ja diuina Mageltad;pues el mifmo .¼polloL dize,quc no folarnente fe le dina a ci; pero a todos losque la venida an del juez infinitamente juao,quc fon los que tienen tal cuen—uquedardefutobligaciones, y mude can ccieltiai como ci cita, que puedanjultamente efpertr la gloria de tan inefable corona. Tambien podra V .M. tenerla miíma fegunid y eípenança de que fi emprende lo que aqui (e le propone yfupiica,can al&ac&s y aceleradamente como ha viflo cita obiigado,Jlcgara la queaora goza dcflosCatoIicos Reinos, y de los demas de fuMonarquia, a toda tacxaltac ion y engra.idecimcnto pousiblc ,cozno tus clcs aflallos ale Oaaolih&.n.aincnrc lo dcícartos.

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.1. M. RUBIO P4RÉDES

Tratado (le nai’egaçao de Chile contra o Su!, manuscrito, hasta ahora, no localizado por nosotros.

Y entrando a revisar las publicaciones aparecidas durante los siglos xvii-xvi que se refieren a la historia del Perú y Chile, a los descubrimientos en elPacífico y, más concretamente, las que hacen referencia a las islas de JuanFernández, no conseguimos añadir nada a lo ya recogido. En esta revisiónhemos consultado: Diego de Rosales, León Pinelo, refiriéndose a la crónicade Antonio de Herrera, Alonso de Ovalle, Fernando de Montesinos, Francisco López de Caravantes, Luis Tribaldos de Toledo, Leonardo de Argensola, Garcilaso de la Vega, Juan López de Velasco. Pedro Sarmiento de Gamboa, Góngora Marmolejo, Mariño de Lobera y Pedro Fenández de Quirós.

En resumen, los escritores contemporáneos al descubridor de las islas deJuan Fernández (Pero Sarmiento de Gamboa, Góngora Marmolejo, Marinode Lobera, Juan Fernández de Quirós) no suministran ninguna informaciónbiográfica sobre éste. Los cronistas de Indias del siglo xvii que se ocupan delas islas de Juan Fernández o de los descubrimientos del Pacífico (Garcilasode la Vega, Leonardo de Argensola. Francisco López de Caravantes, Fernando de Montesinos, Alonso de Ovalle, Antonio de Herrera y Diego deRosales) trazan semblanzas biográficas del descubridor de las islas sin hacerreferencia al lugar de nacimiento. Garcilaso puntualizó que no sabía dedónde era natural. Los geógrafos, historiadores y navegantes del siglo xviiique tratan de los descubrimientos de Juan Fernández, no aluden a su biografía y, por tanto, al lugar de nacimiento; salvo Barbosa Machado, que trazauna semblanza, sin referencia a lugar de nacimiento, y suponiendo implícitamente que era portugués; los marinos Jorge Juan-Antonio de Ulloa que dicenque era europeo; y el geógrafo francés De la Harpe señala que era español.

Y en esta situación entramos en el siglo xix, y aun en el xx hasta nuestrosdías, salvo el Diccionario de Narciso Oliva (1830-31), que hace la alusión, porprimera vez, que nació en Cartagena en 1536. Noticia copiada por Mellado yEspasa-Calpe. En ningún otro texto se recoge esta noticia. Y son pocos, salvosus dos biógrafos (Vicuña Mackenna y Medina), los que se ocupan del lugarde nacimiento.

De todos los libros consultados que se relacionan a descubrimientos juan-fernandinos (Burney, Michaud, Cooley, Gay, Fernández de Navarrete,March y Labores, Eyrie, Firment Didor, Major, Morla Vicuña, Jiménez de laEspada, Barros Arana, Beltrán y Rozpide, Picatoste y Rodríguez, FernándezDuro, Collingridge, Esquerra, Jáudenes García, Majo Framis, EnciclopediaBritánica, Prieto) sólo hacen referencia al lugar de nacimiento del descubridor Martínez Valverde, quien escribe se cree que en Cartagena, y Esteve Barba, que asegura que nació en la Península. Ninguno de los dos señala la fuentede sus afirmaciones.

Por tanto, acabada la investigación bibliográfica, se nos plantea iniciar ladocumental, cuyos resultados son recogidos en el apartado siguiente.

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CONTRiBUCIÓN DE CARTAGENA DE ESPAÑA A LA EMPRESA...

La investigación documental: El memorial de Juan Luis Arias.

Conviene insistir que no es posible localizar la partida de bautismo deJuan Fernández de Sotomayor, porque el libro más antiguo conservado en laparroquia cartagenera corresponde a 1552, año en el cual nuestro protagonista tenía 20-30 años de edad, por las fechas que se han asignado a varios desus descubrimientos.

Hemos consultado las relaciones de pasajeros a Indias en los decenios centrales del siglo XVI, y no aparece ningún Juan Fernández natural de Cartagenao que pudiera serlo. También hemos consultado el registro de matrícula depilotos, sin hallar el expediente de ningún Juan Fernández.

Agotadas estas fuentes, hemos pasado el estudio del Memorial de JuanLuis Arias. Fue el geógrafo inglés Alexander Dalrymple, según hemos dejadoanotado, el primero que notició este memorial en su obra An historicai collection of several voyages and discoveries in the South Pacific Ocean, publicadaen Londres en 1770. En el volumen 1, dedicado principalmente a la traducciónliteral de los escritores españoles, aparece entre las fuentes empleadas paraconfeccionar el mapa de las tierras del océano Pacífico Sur inserto en la obra,cuyos escritos poseo todos ellos (pág. 21): Juan Louis Arias, Memorial, iii acollection of printed and ms. memorials, formeriy belongins to M. Colbert’slibrarv. Posteriormente, en el texto (pág. 43) y entre The authois consulted in[hefollowing relation of the spanish disco yenes before 1595, vuelve a aparecerel memorial con igual cita. Este documento es repetidamente empleado porDalrymple en su obra, especialmente al tratar del Juan Fernández Voyage(págs. 53-54), transcribiendo párrafos. En ninguna ocasión se recogen noticias biográficas íntimas del navegante descubridor.

Posteriormente, en 1772, Dalrymple publicó otro libro, Charts andinemories, en el que recoge, traducido al inglés, el documento de Arias completo (apéndice, pág. 18 y sigs.); el cual no contiene tampoco ningún dato biográfico íntimo referente a Juan Fernández, y carece de lugar de impresión yfecha. Y en 1773 publicó Memorial al Rey, nuestro señor, sobre hacer descubrimientos en el hemisferio austral, en continuación de los de Mendaña y Quirós, lo mandó imprimir en castellano el geógrafo inglés A. Dalrymple, enEdinburgo, en casa de Murray y Cochrane, año 1773, en folio.

¿Se trata del mismo documento enunciado en formas diferentes porqueDalrymple no puso atención a la exacta traslación del título; o de tres ediciones del escrito de Arias?... No hemos podido aclarar esta pregunta en nuestrainvestigación en la British Library.

Años más tarde —1803—, otro investigador inglés, Burney, volvió a ocuparse del Memorial de Arias, como fuente documental en la posible exploración oceánica de Juan Fernández de Sotomayor. El capítulo XVIII, dedicadoa Reports concerning the discovery of a Southern Continent, recoge del documento de Arias los párrafos alusivos a Fernández, precediéndolos de brevecomentario sobre cuál fuera la significación real de los mismos. Dice que noaparece en el memorial la fecha de su publicación, aunque debió ser después

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.1. Vi. RLIB1OPAREDES

de 1609, fecha cii la cual los ingleses se asentaron en las Bermudas, acontecimiento mencionado como estímulo al monarca español para que establecieraasentamientos en las islas descubiertas en el Pacífico Sur, antes que los ingleses y holandeses tomasen posesión de las mismas, e introdujesen entre los nativos el veneno de sus heregías. Burney no dice dónde se conserva el ejemplardel documento de Arias por él empleado. Quiero dejar constancia que esteinvestigador realizó su traducción al inglés desde el original, no copiando latraducción de Dalrymple, como he podido comprobar.

La siguiente publicación en que se alude al Memorial de Arias es el Diccionario de Oliva (1830-31), donde se cita como Memorias para recomendar alrey la conversión de los naturales de las islas nuevamente descubiertas, por donJuan Luis Arias, Valladolid 1609, traducida en inglés por Dalrymple, Edinburgo 1773. No dice la localización del documento. El título del impreso esdiferente al empleado por el escritor Dalrymple; el lugar y fecha de impresiónno están tomados de las publicadas de éste, ya que, como claramente declaraBurney y nosotros hemos comprobado, el ejemplar utilizado por el escritoringlés carece de ellos. Ello nos hizo pensar que el ‘articulista del Diccionariode Oliva conoció un ejemplar distinto del manejado por el geógrafo inglés, elcual no sólo posee el lugar de impresión (Valladolid) y el año (1609), sinotexto algo diferente, en el que se recogen los datos de lugar de nacimiento yfecha del mismo.

Mellado copia sencillamente la cita realizada por Oliva, suprimiendo lacita a Dalrymple. Fernández de Navarrete lo reseña como Memorial al rey,nuestro señor, sobre hacer descubrimientos en el hemisferio austral, en continuación a los de Mendaña y Quirós, impreso en Edinburgo, en Escocia, encasa de Murray y Cochrane, año de 1773, en castellano, fol., 26 págs. Principiaasí: «Señor - El doctor Juan Arias dice. Que por convenir al servicio de V. M.y a la propagación de la Iglesia, etc. » Y acaba: «como a sus fieles vasallos afectusisamente lo deseamos». Está claro que utilizó la publicación de Dalrymple,1773, piles no sólo copió el título, sino que pudo transcribir el comienzo yfinal.

La Nouvelle biographie general, de Firmen Didot Freres, debió utilizarotro ejemplar de distinta edición del Memorial, pues fija la fecha de fallecimiento de Fernández, y cita el lugar y fecha de impresión, sin hacer referenciaa la edición Dalrymple.

Major señala que el Memorial no tiene título o enunciado, y lo presentacomo A memorial addressed to his catholic magesty Phillip the Third, king ofSpain, by Dr. Juan Luis Arias, respecting the exploration, colonization andconversion of the Southern Lai’zd, el cual dice hallar en el volumen de «Varios»del British Museum, donde hay otros memoriales del mismo autor, promoviendo la misma causa con fines religiosos y políticos generales. No da la signatura del volumen de «Varios».

Vicuña Mackenna, Barros Arana y Beltrán y Rozpide se han referido alMemorial de Arias, e incluso han reproducido algún párrafo, utilizando lareimpresión de Dairymple. Barros Arana lo fecha en 1609-10, sin exponer la

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CONTRIBUCIÓN DE CARTAGENA DE ESPAÑA A LA EMPRESA...

razón para ello. Y Fernández Duro lo cita como Memorias para recomendaral rey la conversión de los naturales de las islas nuevamente descubiertas, pordon Juan Luis Arias, Valladolid, 1609, señalando que en este documento sehace constar que Juan Fernández, piloto, nació en Cartagena, en 1536. Y enotro lugar lo cita como Dalrymple, 1773. Y alude a la reimpresión realizadapor encargo de Major en 1859, en 8.°. No indica la localización del documentoenunciado en primer lugar, cuyo título coincide exactamente con el del Diccionario de Oliva, incluido lugar y fecha de impresión.

En fechas posteriores, se ha seguido citando e incluso transcribiendo estedocumento. Así, Collingridge o Medina. Este le señala siete hojas tamañofolio, dice que carece de fecha, lo estima de la primera mitad del siglo xvii. yen 1918 dice que se conserva en el British Museum Library.

En 1904, Markham realiza la tercera reimpresión completa del Memorial,traducido al inglés, y localiza el original en el volumen Papeles referentes a laIglesia española en el Bristish Museum, con la signatura 4.575, fil, al tiempoque recuerda la reimpresión en español, en Edimburgo, en 4.°, 26 páginas, yen inglés por Dalrymple y por Major. La reimpresión de Markham quedaincluida en su libro titulado The voyages of Pedro Fernández de Quirós, 1595to 1606, apéndice VIII, págs. 517-536 (este libro fue reimpreso en 1967 porKraus Reprint Ltd., Nendeln/Liechtenstein, y nosotros lo hemos consultadoen el British Museum Library, Lendin Division, sign. SM1125)..

Medina vuelve a citar el Memorial en suDiccionario biográfico colonial deChile, transcribiendo unos párrafos. Tampoco lo describe, y lo localiza en elBritish Museum. Lo incluye completo en su monografía sobre Juan Fernández, con el siguiente comentario: es un texto impreso, hoy rarísimo, analizadoy discutido por algunos de los que han llegado a conocerle; nos referimos almemorial presentado a Felipe III por el doctor Juan Luis Arias, que escribió ainstancias delfranciscano fray Juan de Silva y dedicó al infante don Fernando,para manifestarle lo que se debía juzgar del hemisferio austral e incitarle a quese intentase su descubrimiento y conquista espiritual de sus innumerables habitantes, antes que los herejes ingleses y holandeses, a quienes el demonio instigapara ello cuanto puede, se adelantasen a descubrir y poblar los principalespuertos de aquellas remotas y extensas regiones. Vano ha resultado nuestrointento de descubrir alguna noticia del autor de este memorial, que no llevasiquiera fecha... ni lugar de impresión.

Medina desautoriza la afirmación de Vicuña Mackenna de que Arias fueabogado chileno. Dice que conoció el original del British Museum Library yla reimpresión de Dalrymple. Trata de datar el Memorial situándolo entre losaños 1613 y 1617 gracias a una alusión en su texto. Incluye una transcripcióncompleta en las páginas 228-255 de la biografía que dedica a Juan Fernández.

Beltrán y Rozpide, en su trabajo glosando la monografía de Medina, citael Memorial y su título con la errata de atribuirlo al Doctor Juan León. También lo citan Encina, que lo conoce a través de Medina, y Palau y Dulcet, Jáudenes García, Esteve Barba y la Enciclopedia Británica, todos remitiendo aMedina y Dalrymple. Finalmente, debemos destacar la publicación en 1963

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J. M. RUBIO PAREDES

por Kelly, en la colección de documentos referentes al descubrimiento, colonización y evangelización de Australia, que comprende una nueva transcripción completa del Memorial de Arias.

En resumen, han transcurrido más de dos siglos desde que Dalrymple dioa conocer y reimprimió el Memorial de Arias como prueba que los españolesalcanzaron, en sus navegaciones por el Mar del Sur —océano Pacífico— unacosta continental. Para unos la de las islas Salomón, para otros la de NuevaZelanda o de Australia. La pequeña nave en la cual se hizo ese descubrimiento iba pilotada, según el citado Memorial, por un tal Juan Fernández, elmismo que años antes, separándose de la costa peruana, en navegación haciaValparaíso, descubrió el archipiélago que se conoce con su nombre. El JuanFernández que tenía por segundo apellido de Sotomayor. En estos doscientosaños el Memorial de Arias ha sido reimpreso en seis ocasiones (1772, DalrympIe; 1803, Burney; 1859, Major; 1904, Markham; 1918, Medina; 1963, Kelly)y citado —y aun reproducido parcialmente— por al menos una veintena dehistoriadores y biógrafos de Jüan Fernández. A unos les movía el establecimiento de la prioridad en el descubrimiento de aquellas tierras; a alguno elenriquecimiento del currículo de Juan Fernández (de Sotomayor). La figuradel tal Juan Fernández no mereció atención biográfica por parte del autor delMemorial, mas parece que señaló el lugar y la fecha de nacimiento del piloto:Cartagena en 1536. De aquí nuestro interés por conocer este documento.

Dalrymple utilizó el ejemplar impreso del Memorial existente en el BritishMuseum Library, y ni él ni los sucesivos transcriptores, traductores o comentaristas han manifestado preocupación, si la tuvieron, por localizar y conocerel manuscrito del que se hizo la impresión. del cual nosotros no hemos podidoconseguir noticia alguna de su existencia en nuestra investigación en archivos.

Todos los restantes transcriptores, salvo Kelly, han utilizado el mismoejemplar del Memorial, como si no hubiese o conociesen otro. Todos aludena él como carente de lugar de impresión y de fecha.

Pero el redactor del Diccionario de Oliva y Fernández Duro (éste en unade las dos citas que hace del documento e.n su Armada española, la correspondiente al t. II, pág. 261) se refieren al Memorial como editado en Valladoliden 1609. Pero en ninguna de estas dos publicaciones se hace referencia a sulocalización.

Quede subrayado que Fernández Duro escribe que en este documento sehace constar que Juan Fernández, piloto, nació en Cartagena en 1535; asícomo que este historiador naval, en el t. III, pág. 31, de la misma obra, sevuelve a referir al Memorial en las ediciones de Dalrymple y Major. Fernández Duro no establece conexión entre ambas citas y, por tanto, peculiaridadesy diferencias entre ellas, si es que las hubiera. Pero para nosotros, que teníamos leído que el ejemplar del British Museum carece de lugar y de fecha depublicación, nos permitió aceptar la posibilidad de la existencia de dos ejemplares, posiblemente —necesariamente— pertenecientes a ediciones distintas.

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CONTRIBUCIÓN DE CARTAGENA DE ESPAÑA A LA EMPRESA...

Ningún tratadista de los últimos años —Markham, Medina, Kelly—, nicomentaristas —Beltrán y Rozpide, Encina, Jáudenes García, Esteve Barbay el redactor de la Enciclopedia Británica—, han puesto atención a la cita deOliva y de Fernández Duro con lugar y fecha de publicación —Valladolid,1609—. Y no porque no haya sido tema de análisis la datación y lugar deimpresión del Memoria/entre estos escritores. Medina lo estima de la primeramitad del siglo xvii (en 1898), del primer tercio del siglo xvii (en 1898) y circa1621 (en 1918), tras revisar las opiniones de Burney y Barros Arana. Beltrány Rozpide, copiando juiÇios y opiniones, los sitúa en principios de/siglo xvii.Encina asegura que se presentó a la Corte entre 1613 y 1617, en razón de la aluSión que se hace en el Memorial a la estancia de Pedro Cortés en España. Yla Enciclopedia Británica señala las fechas de 1640 y 1773, la primera corresponde, tal vez, al manuscrito o a la edición princeps, y la segunda a la reimpresión Dalrymple. Medina, en su monografía —1918—, se ocupó del lugar deimpresión, y dice que el Memorial no lleva lugar de impresión, y que por suaspecto tipográfico debió imprimirse en Madrid; los restantes escritores no seocupan de ello.

Nuestra labor de investigación, orientada a localizar ejemplares de la edición princeps supuesta, y a ser posible el manuscrito original, fue realizadasimultáneamente a la investigación historiográfica resumida en los dos primeros apartados (sin citar los catálogos documentales y bibliográficos, índices dearchivos y bibliotecas, compilaciones documentales e historias generales ymonográficas consultadas, a las que no aludimos porque no hacen referenciaal Memorial de Juan Luis Arias), y ha dado los siguientes resultados:

a) Hemos conseguido una fotocopia del ejemplar existente en el BritishMuseum Library, gracias a la perfecta localización suministrada por algunosescritores citados anteriormente. Es el ejemplar transcrito por Dalrymple ydemás tratadistas. Del que adjuntamos reproducción de las páginas primeray última (figs. 1-2).

b) También conseguimos fotocopia o microfilme de las diversas transcripciones realizadas por Dalrymple, Burney Major, Markham, Medina yKelIy. Todas las transcripciones coinciden con el original, como era de esperar.

c) A nuestra solicitud y consulta, el British Museum Library nos informaque no consta en ni.estros ficheros ejemplares del documento por usted interesado, fechado en los años 1609 ni 1640 (descartada la información de la Enciclopedia Británica).

d) Hemos fracasado en la localización del manuscrito original de JuanLuis Arias.

e) La investigación realizada en los ficheros de la Biblioteca Nacional deMadrid nos suministró la siguiente referencia:

Arias, Juan Luis (Exposición dirigida al Rey por el doctor ... sobre elhemisferioAustral), s.l. s.a., 7hoj., encuadernado con «Erectio, etc.».

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.1. M. RUBIO PAREDES

Consultada la ficha rotulada Erectio, resulta el siguiente texto:

Erectio Sanctas Archiepiscopalis civitaris Regus pervanarum seiNovae Castellae ..., etc. Madridii 1627, 11 hoj. sign. R/17270.

Consultada esta referencia, resultó ser un volumen titulado: Libro depapeles curiosos, impresos, de las Indias por Antonio (le León, que recogenumerosos impresos referentes a Indias, relacionados en un índice a la cabecera del volumen donde aparece Discurso de la Tierra Austral por el DoctorJoan Arias de Loyola, f.° 39. Efectivamente, el documento de Arias se hallaen los folios 39 al 45. No se precede de ninguna portadilla de enunciación. aligual que los demás documentos que constituyen el volumen. Adjuntamos(figs. 1-2) el primero y último folio de este documento, que como ve el lectorcarece de cabecera o título. Y al final, ni en ningún otro lugar, se señala lugarni año de impresión. Es un ejemplar idéntico el existente en el BritishMuseum Libráry. Por tanto, este ejemplar no es el documento citado en elDiccionario de Oliva ni por Fernández Duro.

Posterior a nuestro hallazgo, conocimos la publicación de Kelly, y en ellaencontramos citado y transcrito este ejemplar de la Biblioteca Nacional deMadrid (documento 23, págs. 218-245).

Por tanto, no hemos conseguido localizar un ejemplar del manuscrito deArias o de la impresión en Valladolid en 1609, en los cuales, posiblemente, sedice que Juan Fernández de Sotomayor nació en Cartagena de Levante en1536, origen de esta atribución.

ADvERTENCIA—Limitación de espacio en la REVISTA DE HIsToRIA NAvAL nos obliga a suprimir el repertorio bibliográfico y documental, el cual el autor enviará a quienes lo soliciten(José María Rubio Paredes, calle Andrés Mellado. 50, 28015 Madrid).

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UN AVANCE EN LA CONSTRUCCIÓN NAVAL: LAS FRAGATASCONSTRUIDAS EN LA HABANA

HACIA 1600

Enrique OTERO LANA

En los siglos xviii y xix aparecieron los más hermosos navíos entre losgrandes barcos de vela. También en esa época un barco algo menor, la fragata, llegó a su perfección como buque rápido, ágil y con una potencia de fuego,si era de guerra ,relativamente elevada. Normalmente es esa la fragata en laque pensamos cuando se habla de esa embarcación de vela. Sin embargo, nose debe de olvidar qúe los tipos de embarcaciones no suelen aparecer en suforma más perfecta y que, además, las construcciones anteriores al siglo XVIIIse hacían más por experienca de los constructores que por cálculo de los ingenieros navales, aunque hubiese intentos de normalizar la construcción naval.La ausencia, o cuando menos escasez, de planos, las libertades y a veces ignorancia de los pintores y grabadores, lo general de los escritos teóricos de laépoca, no facilitan precisamente la tarea del estudioso y, por poner un ejemplo, en el momento presente no se conoce bien la evolución de la fragata deaparejo redondo o velas cuadradas, especialmente en lo referido a la primeramitad del siglo xvii.

El mismo término fragata se aplicaba a diferentes tipos de embarcaciones.La voz se deriva de griego aphracta, es decir abierta, y se aplicó, al principio,a una pequeña embarcación mediterránea usada hasta después de Lepantocon doce remos y uno o dos palos con velas latinas, cuyo nombre se le dabapor carecer de cubierta (1). En realidad, y aunque con lógicas variaciones ensu contrucción, la fragata de remos también era utilizada por los corsarios delnorte de España en las primeras décadas del siglo XVII. En 1625 el armadorD. Juan del Puerto, de Zarauz, deseaba construir una fragata de 28 codosde quilla, 15 remos por banda y cuatro piezas de artillería (2) y en 1639D. Francisco de Zárraga, armador donostiarra, construía dos fragatas de 28codos de quilla, nueve y tercios de manga, cuatro codos escasos de puntal, concañones en crujía y muchos remos ligeros (3), medidas y armamento que sonsimilares a los de otras fragatas mencionadas en las patentes, aunque no sediga que eran a remos.

(1) Martínez Hidalgo, José María: voz fragata, en Enciclopedia General del Mar, Barcelona. 1957, t. III, pág. 457.

(2) Archivo General de Simancas (AGS), Guerra Antigua (GA). Ieg. 3.150, sf, 10enero1625.

(3) AGS, GA. leg. 3.181. sf, 30 marzo 1639.

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UNAVANCE EN LA CONSTRUCCIÓN NAVAL: LAS FRAGA TAS CONSTRUIDAS...

Se discute dónde y cuándo apareció la primera fragata moderna, es decir,con aparejo redondo (velas cuadras) y sin remos. Los holandeses parecentener la primacía con la construcción en Hoorn, poco después de 1600, deocho navíos de 300 toneladas, gran eslora en relación con la manga, baja obramuerta y poco calado que fueron llamadas fragatas (4). Hacia los años treintadel mismo siglo, los corsarios dunkerqueses al servicio de España utilizabanun modelo más perfeccionado con puente continuo de proa a popa, castillo deproa bajo y de reducidas proporciones, y alcázar de popa hasta cerca de lamitad del barco (5). Los ingleses han reclamado para sí la primacía de la construcción de la primera fragata con el pretexto de haber construido a inicios delsiglo XVII algún barco de guerra con líneas bajas, aunque de mayor tamañoque las fragatas. En todo caso, durante su República perfeccionaron y normalizaron las fragatas de guerra con el tipo conocido como de la Commonwealtho del Parlamento, modelo que perduró dentro de su flota (6).

Pero entre una y otra fragata, entre la de remos y la redonda, aparecieronotras embarcaciones, tal vez menos definidas y en todo caso sin continuidad,cuya característica común era la velocidad, la agilidad de maniobra y, engeneral, las buenas condiciones marineras. Diego García del Palacio en 1587cita unas fragatas que navegaban en. islas de Barlovento y Tierra Firme conporte de 50 toneladas y que, al navegar casi siémpre a la bolina, tendrían elárbol mayor del tamaño que la quilla y de vergados veces cuanto fuere la manga; y el trinquete al respecto. Las medidas del casco aparecen expresadas deforma algo confusa: aunque en el largo excederán un poco, no han de tener másque el sesmo que tuvieren de boca en el plan, y el tercio del puntal que tuvierela boca sin las obras muertas (7). Aunque tiene otras acepciones, podemosentender por plan el piso inferior de un buque o la parte superior del forrointerior que limita horizontalmente el doble fondo; y boca es el espacio quemedia en el sentido de babor a estribor entre los costados de un buque o deuna embarcación menor; sin ser exacta la identidad la boca en e/plan podráutilizarse como manga o anchura de la embarcación. La eslora o longitud dela cubierta sería el séxtuplo de la anchura —aunque sexma, en sentido estricto, significa la sexta parte de una cosa— y el puntal o altura el tercio de la

(4) Parker, Geoffrey La revolución militar. Las innovaciones militares y. el apogeo deOccidente, 1500-1800, Barcelona, Crítica, 1990, pág. 139.

(5) AGS, Estado (E), leg. 3.860, sf, 17 febrero 1637, citado por Alcalá Zamora, José:España, Flandes ye! Mar del Norte, Barcelona. Planeta, 1975, p. 380, n.° 201.

(6) El navío que es considerado un precedente de las fragatas es el HSM Phoenix. construido por Phineas Pitt en 1613, embarcación intermedia entre pinaza y gran navío, de 72 piesde quilla y 24 de manga, armada con 20 cañones (Robinson. G.: «The seventeenth-century fngate», Mariner’s Mirror, t. XV (.1929). pág. 280). Las fragatas de la Commonwealth se empezaron a construir en 1646 (Parker, Geoffrey, op cit, p. 141) y las Fightings Instructions (Instrucciones para el combate), dadas por el Almirantazgo en 1663. las clasificaban como buques de guerra de sexto rango, describiéndolas como embarcaciones de un solo puente de batería, unos 30metros de eslora, un desplazamiento de 500 toneladasy armadas con 20 cañones de 9 pulgadas.

(7) García del Palacio, Diego: Instrucción náutica para navegar, México, 1587, págs 91-91v. (edición facsímil: Madrid, Ediciones. Cultura Hispánica, 1944).

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UN A VA NCE EN LA CONSTRUCCiÓN NAVA L. LAS FRAGATAS CONSTRUiDAS..

anchura. Sería pues una embarcación alargada —en exceso para mares másbravíos— y muy rasa. Difícilmente puede ser la pequeña embarcación que,según Cucan, transportaría mercancías entre las colonias sudamericanas y elreino ibérico a finales del siglo xvi (8).

Aunque tenemos referencias de todas estas fragatas, no existen dibujos—no digamos ya planos— que nos permitan hacernos una idea clara de suaspecto. En el Archivo General de Simancas hay catalogado un dibujo conmedidas de una fragata que ahora publicamos, así como la información quese da de ella en dos cartas del Duque de Medina Sidonia, capitán general deAndalucía, a Su Majestad Felipe III en octubre de 1606 (9).

En la primera carta, de fecha 17 de octubre, el Duque se hacía eco de otracarta de D. Luis Fajardo sobre la falta que había en la Armada de navíos ligeros para perseguir a los corsarios: Según Medina Sidonia, Los mejores navíosque he conocido, ni visto navegar, fueron las fragatas que fabricó en LaHabana el mariscal de campo Juan de Tejada, cuyas medidas tengo; y ahora[tengo] un oficial que hizo la una de ellas y la mejor, nombrada «Santa Ana»,de porte de 180 toneladas; y en todo trance eran maravillosos navíos y de la velacon tanto extremo que no se podían mejorai. Sugería fabricar dos de ellas enSanlúcar o en Gibraltar, donde había mejores maderas, y si resultaban buenos navíos construir en total seis, cuatro para la Armada del Mar Océano ydos para la avería, es decir, para la Flota de Tierra Firme o los Galeones dela Plata.

En la segunda carta del día 22 el Duque de Medina Sidonia especificábaque siendo estas fragatas de hasta 200 toneladas traían dos piezas a proa comoen crujía de 34 quintales cada una (10) y las sufrían, sin la [sic 1 demás que llevaban en la popa y amuras que eran otras 10 piezas, aunque éstas bastará quetengan. Según sus cálculos saldrían más baratas que el patache La Margarita,mandado hacer por D. Diego Brochero, que era de 130 toneladas y había costado siete mil ducados, aunque para abaratar dicho coste proponía hacer elprimer par de prueba en Gibraltar, fabricándolas hasta que fuese posibletraerlas en rosca hasta el río de Sevilla. De ello se encargarían dos galeras quedebían de ir previamente con la maestranza o personal necesario para cortary aserrar la madera y ayudar en la fábrica. El Duque añadía de su puño y letraa la carta copiada por su secretario:

El Armada ni escuadras no serán de más efecto, no trayendo bajeles ligeros,que de ver los de corsarios, sin alcanzarlos ni castigarlos, lastimándolos, que es

(8) Cucan, Attilio: Veleros de todo el mundo. Madrid, Espasa-Calpe, 1978, pág 157.(9) Las cartas se encuentran en AGS, GA, leg. 668, sf, i7y 12 de octubre de 1606, Sanlúcar

de Barrameda. De esta última se ha separado el dibujo o traza que está en la Sección de Mapas,Planos y Dibujos (M P y D), XLII-70, y que ha sido catalogado por M.’ del Carmen FernándezGómez: Mapas, planos y dibujos (Años 1508-1 962). Archivo General de Simancas. CatálogoXXIX, volumen II. Valladolid, 1990, pág. 210.

(10) Por el peso, 1.564 kilogramos, podría ser una media culebrina de bronce, con bala denueve libras, pieza apropiada para la persecución y caza de otros barcos (Olesa Muñido, F.-F.:La organización naval de los estados mediterráneos y en especial de España durante los siglos xviy xvii, Madrid, Editorial Naval, 1968, t. 1, págs. 305 y 312).

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UN A VA NCE EN LA CONSTRUCCIÓN NA VAL: LAS FRAGA TAS CONS TR U/DAS...

el medio para que dejen el oficio,’ y así estas fregaras fsicJ, por lo que vi y viajesque hicieron muchos y breves a las Indias, serían muy a propósito para este servicio.

En Madrid gustó el modelo y se ordenó hacer la prueba de fabricar dos fra-1 gatas, pero sin la ayuda de las dos galeras, que tenían que ir a Barcelona. Si

no se podían construir sin la ayuda de las galeras, que se llegase a un acuerdocon el maestro que fabricó la Santa Ana para que pasase a Galicia para hacerlas allí. Estas instrucciones de la Secretaría del Mar (que atendíaal despachode las decisiones tomadas en el Consejo de Guerra y en la Junta de Armadas)venían a ser un duro golpe al proyecto. Al no haber maestranza en Gibraltarera imposible fabricarlas allí, y era difícil, por otra parte, que el Duque deMedina Sidonia se aviniese a perder el prestigio que significaría ser el instigador y supervisor de la construcción de dichas fragatas (esto sin considerar laopinión del maestre constructor de ir a Galicia, una zona, por cierto, dondeno había en aquella época muchos medios para la construcción naval). Nohemos encontrado en los legajos correspondientes a los años siguientes referencia alguna a la construcción de estas fragatas de origen cubano (ya que enLa Habana se construyeron las primeras). La dejadez de la Administración alno poner los medios necesarios y la renuencia de Medina Sidonia a pasar suproyecto a otro capitán general debieron de acabar con el proyecto.

¿Cómo era el aspecto de estas fragatas cubanas? En el dibujo, y a primeravista, recuerdan un galeoncete con líneas bajas y con proporciones bastanteequilibradas: con una manga de 14 codos tiene una quilla de 38 y una eslorade 51 codos (11), lo cual da una proporción de 1 : 2,7 : 3,6 y no de as, dos ytres como correspondía a la construcción tradicional. Este modelo casi coincidía con algunas propuestas teóricas de construcción naval: en el Diálogo entreun vizcaino y un montañés sobre la construcción de naves.., se proponía ungaleón de 22 codos de manga, 66 de quilla y 802/3 de eslora, lo que da una proporción 1: 3 : 3,6 (12); pero la fragata cubana es más corta que las posterioresfragatas dunkerquesas que tenían 25 pies de manga, 90 de quilla, 105 pies porlo menos de eslora (la quilla más 14 ó 15 pies de tajamar en lanzadera; noconocemos el lanzamiento de la rada), lo que da una proporción 1 : 3,6 : 4,2(13).

La popa era relativamente estrecha, pues frente a una manga de 14 codosmedía en el yugo seis codos y medio y en el rasel, que suponemos en la uniónde la popa y el plan de la embarcación, cinco codos. Por contra, venía a seralta: desde el fondo hasta la limera, por donde asomaba la caña del timón,

(11) Sumamos la quilla, 38 codos, más el lazamiento de la roda, ocho codos, ye! del codaste, cinco codos. Suponemos que es el codo castellano de 0,56 metros, aunque había de estemismo muchas medidas según las diferentes zonas.

(12) Manuscrito en la Real Biblioteca, citado por José Carlos de Luna: La mary los barcos, Madrid, Editora Nacional, 1950, pág. 128.

(13) AGS, GA, leg. 3.174, sf, 16 mayo 1639.

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medía 12 codos y había que sumar cinco o seis hasta la parte superior delalcázar.

El puntal era de nueve codos según las medidas que constan en el dibujo,pero en Madrid el capitán Agustín de Ojeda opinó que bastarían con ocho ymedio. En proporción a su tamaño calaba bastante: necesitaban seis codos deagua con toda su carga y como la primera cinta estaba a sólo siete codos ymedio de la quilla, las troneras o portas de artillería estaban a unos 85 ciiisobre el nivel del agua. La fragata podía verse imposibilitada a combatir sihabía mar gruesa, pero esto no era excepcional.

No se cita el tipo de cureña que llevarían los cañones, pero posiblementelas que se construyeron en Cuba en época anterior llevarían la de campaña,ya que era la más usada en aquella zona. Todavía en 1676 se citaba que en laCarrera de Indias «la forma de las cureñas es diversa respecto de que elArmada las usa de escalerilla, a la moda flamenca, y en nuestros bajeles sepractican cureñas españolas como las de campaña» (14). En tal caso, y dadala escasa manga, es posible que las troneras de uno y otro costado no coincidiesen, sino que estuviesen alternadas a lo largo del buque.

Ninguna referencia tenemos sobre el velamen. En aquella época lo quedefinía el tipo de buque era el casco y no las velas; pero con una eslora de 51codos —unos 28,5 metros— es de suponer que portaría tres mástiles, sin contar el bauprés y que su velamen sería bastante similar al de otros navíos mayores —tal vez faltarían las velas más altas.

Tanto por las referencias escritas como por el dibujo y sus medidas, podemos admitir que la fragata cubana era bastante veloz y ágil, bien pensada paradar caza a los piratas como demuestra que los mayores cañones los llevase aproa, y que se hubiese adaptado bastante bien a los objetivos que se le pedían.Su defecto aparente era su dificultad para luchar con mar gruesa; pero, enprincipio, no se pensaba que actuase sola, sino colaborando con los buquesmayores de la Armada del Mar Océano o de la Carrera de Indias. Aunque sumerapresencia no fuese decisiva, el no construirlas significó el perder unaocasión de tener mejores medios que el enemigo.

(14) Archivo General de Indias (AGI), Indiferente. leg 2.704, carta de Fernández de Córdoba al conde de Medellín. Puerto de Santa María. 8 marzo 1676, citado por Fernando SerranoMangas: Los galeones de la Carrera de Indias, 1650-1 700, Sevilla, 1985, pág. 187.

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BUSTAMANTE, CIENflFICO

José Ignacio GONZÁLEZ-ALLER HIERROCon isa! ni i rante

Uno de los defectos más extendidos entre los miembros de la Corporaciónde la Armada desde el siglo XVIII ha sido, no cabe duda, la propensión a exaltar exageradamente la importancia de la Marina científica que, si bien confirió al Cuerpo de Oficiales la más alta calificación durante muchos años entrela elite intelectual de la nación, ha influido, sin embargo, en una notable pérdida de la conciencia del oficial de Marina de que el primer objetivo de su viday preparación militar no es otro que la Guerra Naval, la búsqueda y destrucción del enemigo en la mar para conseguir los fines prioritarios nacionales.Con hombres como Jorge Juan, Ulloa, Ciscar, Malaspina, Tofiño, etc., secontinuó la gloriosísima tradición científica, geográfica y cartográfica que,con sus trabajos y navegaciones, forjaron nuestros antiguos navegantes, perode poco sirvió su lustre para las innumerables campañas navales en las queparticipó la Armada durante los últimos trescientos años.

Este no es el caso del capitán de navío Joaquín Bustamante y Quevedo,cuya carrera constituyó un raro ejemplo de lo que debe de ser la formación deloficial de Marina, equilibrada entre los conocimientos profesionales y humanísticos y experiencia de mar, sin olvidar nunca que no se había matriculadoen la carrera de la literatura y lasciencias, sino en la de los mareantes, que siempre ha sido asignaturamuy difícil de aprender en destinosde tierra.

Puede decirse que, desde suingreso en la Armada el 11 de julio de 1859, Bustamante demostró una notable capacidad intelectual y afición plena a la profesión,que se hizo patente durante la campaña del Pacífico (1866), en la Península (1867-1871) y en Filipinas (1872-1876). Las penalidadessufridas como comandante del cañonero Mindoro en las acciones debloqueo de los archipiélagos de Jolóy Tavi-Tavi, y los desembarcos deZamboanga y Paticolo, le hicieronregresar a España en 1876 con lasalud gravemente quebrantada. Se Retrato de Joac1uín Bustamante y Quevedo.repuso durante año y medio en su Museo Nava! de Madrid.

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J. 1. GONZÁLEZ-ALLER HIERRO

pueblo natal de Santa Cruz de Iguña (Santander), donde se despertó su afición al estudio de las matemáticas superiores, actividad en la que no fue ajenosu primo, el ilustre inventor don Leonardo Torres Quevedo.

Ya repuesto, en 1880 pasó destinado a Cartagena y, después de realizare!curso de torpedos. fue nombrado profesor de la propia Escuela, comenzandoa partir de entonces a desarrollar una intensa labor docente y de investigacióntécnica profesional.

Desde 1880 a 1885, tanto de alumno como de profesor y subdirector de laEscuela de Torpedos, estudió en profundidad electricidad, armas submarinas, ciencia náutica, el estado de los Cuerpos de la Armada, material naval,táctica y las ordenanzas, todo ellos con el objetivo de enriquecer profesional-mente a sus compañeros, demostrando una sabiduría y modestia que siemprefue reconocida por todos.

Uno de los primeros frutos de sus estudios, lo obtuvo al recopilar las conferencias de electricidad que impartió a los alumnos de la Escuela, de 1882 a1883, en un compendio —titulado Curso de Electricidad teórico y práctico—,que elevado por el Capitán General del Departamento de Cartagena, obtuvoel informe favorable de la Junta Superior Consultiva de la Armada (1). Publicada la obra por Real Orden de 1886, este excelente tratado, por su sencillez,exposición metódica de los principios y sobriedad del lenguaje sirvió de textoen la Armada hasta bien entrado el siglo xx.

Sus profundos conocimientos sobre electricidad le sirvieron para redactaren 1883, por orden del contralmirante Manjón y Gil de Atienza, un interesante informe sobre el alumbrado del Arsenal de Cartagéna, del que se conserva el borrador (2). de esta misma época. o un poco anterior (1882) es unestracto manuscrito de las instrucciones publicadas en junio de 1880 por elBoard of Trade (Ministerio de Comercio inglés) referentes a un aparato decohetes lanzacabos de nueva invención (3).

Sin embargo, donde alcanzó su mayor fama fue en el campo de las armassubmarinas, de las que llegó a ser experto reconocido incluso internacional-mente. Ya el 25 de octubre de 1882 elevó a su director unas interesantes ideasacerca del modo más conveniente de organizar el servicio de torpedos de laArmada (4). Sin embargo. su primer trabajo éonocido y publicado es uñaobra sobre los Torpedos Eléctricos, impreso en Cartagena el año .1883. primerestudio español importante sobre el tema, después de los meritorios trabajosque Ramón Albarrán realizó de 1875 a 1880 (5).

(1) El 19 de mayo de 1884. MN. Ms. 2441, doc. 22 (t. y de la Colección Cincunegui).(2:) CGA, t. Li, doc. 2. Lo cual da una idea del prestigio que había alcanzado Bustamante

en esta época, pues en el alumbrado del Arsenal de Cartagena colaboró el teniente de navíoJosé Luis Díaz y Pérez Muñoz, máxima autoridad de la Armada en la materia (RGM, tomoXLI, pág. 161.

(3) CGA,t. li.doc. 1.(4) CGA,t. IO.doc. 1.(5) Albarrán publicó, entre otros, los siguientes libros: Los torpedos en la guerra marítima.

Historia. Desarrollo. Materias explosivas (1875); Manual de torpedos (1878) y Aparato de estación para el servicio de torpedos eléctricos (1880).

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BUSTAMANTE, CIENTÍFICO

A finales de 1883, Bustamante tuvo conocimiento casual de que un agentedel teniente de navío austríaco Pietruski, había ofertado al Gobierno español, por el precio de 200.000 pesetas, el secreto de un torpedo fijo automático,que decía tener unas grandes ventajas sobre los hasta entonces conocidos;entre ellas, las de servir para cerrar puertos o pasos para cuya defensa sehubieran tomado ya medidas previas; cerrar puertos desprovistos de defensassubmarinas, empleo a bordo de los buques sin riesgo de explosión, y posibilidad de cerrar con ellos puertos del enemigo. El agente —que tenía el nombrey apellidos pintorescos de Emmeric Gyujto deSepsí Mártonos— exigía además que el contrato se firmara antes de ver el torpedo, basándose en que ésteera tan sencillo que bastaría su simple inspección para conocerlo.

Pareciéndole posible a Bustamante realizar lo mismo que se ofrecía, lohizo saber así a sus superiores el 21 de mayo de 1884 (6). Tomada en consideración la propuesta por la Junta Reorgañizadora de la Armada, se suspendióla compra ya acordada de la patente austríaca hasta conocer el resultado desus trabajos, para los que por R. O. de 26 de febrero de 1884 se le concedióun crédito de 10.000 pesetas. Construidos los prototipos, se probaron y ensayaron los torpedos fijos o minas submarinas con resultado satisfactorio; finalmente, examinado el proyecto por una comisión de la Junta Consultiva deTorpedos, fue declarado reglamentario en la Armada por R. O. de 9 de mayode 1885 (7).

Simultaneó sus estudios sobre el torpedo con la resolución del problemaque planteaba la defensa submarina de los puertos militares de las costas dela Península, archipiélago Balear y Cuba. Resultado de su trabajo fueron lasmemorias, presupuestos y planos que, elevados a la superioridad de 1884 a1887, sirvieron de base para el cálculo del número de minas que era necesarioadquirir prioritariamente por la Armada (8).

(6) Descripción de un torpedo fijo de contacto análogo al ofrecido a nuestro Gobierno porel agente de/teniente de navío Sr. Pietruski. Borrador manuscrito de Bustamante conservado enel MN, Ms. 955. Algunas de las mejoras del torpedo fueron sugeridas por el teniente de navíode 1 .> clase Alberto Balseyro, tal como indica el inventor de este borrador.

(7) Prólogo de la Descripción e instrucciones para el reconocimiento, conservación ymanejo del torpedo mecánico Bustamante, obra del propio inventor. L,as pruebas de las envueltas de los torpedos fijos continuaron por lo menos hasta 1891 (CGA, t. 10. doc. 9). Por R. O.de 12 de junio de 1893 fue aprobada una Cartilla para el reconocimiento, conservación y manejode/os torpedos fijos y de su material anexo; el borrador se conserva en la CGA: t. 10, doc: 8, peroignoro si fue publicado, por su carácter reservado.

(8) Para dar una idea del estudio, el resultado del cálculo fue el siguiente:

Núm. de torpedosPuertos mecánicos «Bustamante»

Barcelona525Tarragona250Alicantá200Almería200

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J. 1. GONZÁLEZ-ALLER HIERRO

Sus méritos indiscutibles fueron reconocidos no sólo por el Gobierno, sinotambién apreciado y comprendido por sus compañeros del Cuerpo General,los cuales le enviaron en 1884 una comunicación de felicitación y simpatía firmada por sesenta jefes y oficiales de la Escuadra y del Departamento deFerrol (9).

La labor de Bustamante durante el año 1886 fue tan ingente y meritoriaque, por Real Orden de 27 de agosto del citado año, se editó en extracto laMemoria sobre el Curso de Torpedos y el resultado de las experiencias que serealizaron con los torpedos Whitehead, los de botalón y los fijos, tanto del sistema de su invención como del tipo Mathieson (10). Además, redactó ypublicó unos apuntes sobre material de defensas submarinas adquirido enInglaterra, otros acerca del torpedo Whitehead, unas instrucciones para elreconocimiento y manejo de su torpedo, así como diversos trabajos sobre unamesa de pruebas y un aparato de punterías para torpedos automóviles (11).

Relevado como subdirector de la Escuela en 1887, tomó el mando delcañonero Pilar, con base en Barcelona. Ascendido a capitán de fragata enjunio de 1888, fue destinado como ayudante mayor del Arsenal de Cartagena,ocasión que aprovechó para continuar con sus trabajos sobre el alumbradoeléctrico con material Brush, de arco voltaico (12), y sobre la necesidad demejorar técnica y presupuestariamente el sistema de alumbrado del Arsenaly la Capitanía General de Cartagena (enero de 1889) (13). De su profunda yexcelente preparación profesional dan una idea los apuntes que redactó enjunio de 1889 sobre máquinas, calderas y carboneras para plantas propulsoras

Núm. de torpedosPuertos mecanicos «Bustamante»

Málaga200Palma de Mallorca220Algeciras100Islas Chafarinas200

(MN, Ms. 2102). En la CGA, t. 10, se conservan los estudios manuscritos sobre las defensassubmarinas de Cádiz y La Habana.

(9) Aquiles Vial Leste, Don Joaquín Bustamante Quevedo: esbozo biográfico, pág. 634 del2.” ciclo de Estudios Históricos de la provincia de Santander, octubre de 1977.

En el MN., Ms. 2.102, se conserva gran parte de la correspondencia cruzada entre Bustaniantey sus compañeros y amigos, con comentarios y opiniones sobre el torpedo fijo.

(10) CGA, t. 9. doc. 5.(11) CGA, t. 9, docs. 1,2 y6a 10 y MN. Ms. 1.849, doc. 4.Este último manuscrito contiene también los docs. 2v 3, con estudios y comentarios de Bus

tamante sobre cómo maniobrar en la mar para evitar las colisiones.En la CGA, t. 10, doc. 6, consta el borrador manuscrito de un proyecto de una cartilla para

la conservación a bordo y manejo de los torpedos Whitehead, que ignoro si llegó a imprimirse.(t2) CGA, t. ti. doc. 3.(13) CGA,t. ii.doc.4.

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BUS TAMA NTE, CIENTÍFiCO

11.1,

Año 1991 99

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J. 1. GONZÁLEZ-ALLER HiERRO

de tiro forzado, y los borradores escritos en octubre de este mismo año acercade la artillería de gran calibre, la de tiro rápido, pólvoras, cañones automáticos, emplazamiento de artillería, etc. (14).

En 1890 fue nombrado vocal de la Junta de examen del submarino diseñado por el teniente de navío Isaac Peral. Es digno de reseñar el juicio que enconclusión mereció el genial invento, donde Bustamante demostró la sensatez de sus opiniones. Consideró que el mérito del trabajo realizado por Peralera indiscutible y extraordinario; sin embargo, en lo que respecta a la resolución del problema de la navegación submarina (en el sentido restringido quedebe darse a estas palabras) lo dirán la experiencia y el tiempo. Creo prácticoy asequible al personal en general, el manejo de todos los aparatos. Desconfíomucho de los acumuladores...; según don Joaquín, previamente había querealizar experiencias con ellos en lanchas construidas exprofeso bajo la dirección de Peral.

Sobre su valor como arma de guerra, continuaba Bustamante, lo creo muydiscutible: redes-velocidad-habitabilidad... Los submarinos son más propiospara el ataque que para la defensa. Por eso prefiero el tipo pequeño que puedallevar en su propió buque la estación de carga. Factor importante es el precio.Aunque tuviésemos defendida toda nuestra costa con submarinos, no por esoseríamos fuertes en la mar mientras no pudiésemos mantener francas nuestrascomunicaciones. Los submarinos, aparte de su enorme valor científico, nodeben ser considerados, hoy por hoy, bajo el punto de vista militar más quecomo un accesorio importante, a menos de no poder construir submarinos degran tonelaje y potente artillería para combatir aflote. Donde hemos de buscarprincipalmente la defensa de la integridad de España es en el verdadero buquede combate (15).

Estos juicios de Bustamante fueron emitidos como consecuencia delambiente creado en la Corporación ante la posibilidad de una guerra con losEstados Unidos o Alemania, que forzosamente debía tener una importanteincidencia marítima, y originó la ineludible necesidad de crear una fuerzanaval proporcionada a nuestros intereses ultramarinos. Debido a la crisis originada por el fallecimiento del Rey Alfonso XII, en noviembre de 1885, noprosperó la Ley de Escuadra de 1884 propugnada por Juan Baustista Antequera; también fracasó la presentada al Congreso de los Diputados porBeránger en 1886. La que sí resultaría aprobada fue la ley de 12 de enero de1887, defendida por Rodríguez Arias. Por ella se autorizaba la construcción

(14) CGA. t. 11, docs. 5 y 6. Después fueron publicados en su obra Apuntes sobre materialde Marina (1890), de la que hablaremos posteriormente. Bustamante también escribió variosartículos sobre calderas, publicados en la REvIsTA GENERAL DE MARINA, los meses de marzode 1885 y febrero de 1893.

(15) MN, Ms. 1.986, fols. 154 y 155. En este manuscrito consta también parte de la correspondencia mantenida por Bustamante durante la época que fue vocal de la Junta que juzgó elsubmarino, lo cual simultaneó con su participación en otra formada para opinar sobre lareforma de la fragata Zaragoza (CGA, t. 11. doc. 7): sugería la conveniencia de instalar en ellala Escuela de Torpedos (RGM, diciembre de 1890).

loo Núm. 34

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BUSTAMANTE, CIENTÍFICO

de once cruceros, diez cruceros-torpederos, 120 torpederos y otras unidadesmenores.

No cabe duda que la inclinación palpable hacia los buques tipo crucero ytorpedero, con olvido del acorazado puro, constituyó un gravísimo error, yaadvertido por muchos profesionales de la época y que, posteriormente,demostraron hasta la saciedad los acontecimientos de la guerra hispano-americana de 1898.

Como era natural, Bustamante participó de modo notable en la polémiça.Decidido partidario del acorazado, plasmó sus inquietudes en un folletopublicado en Cartagena en 1890 (16), fundamental para conocer cuál era elestado de la Armada en la época.

El folleto plasma la profundidad y preparación de Bustamante en todoslos ramos de la profesión. Muchos juicios suyos sobre el material naval, deplena vigencia en su época, han quedado rebasados por el paso del tiempo,pero otros permanecen tan de actualidad como cuando fueron escritos: Todolo que no sean buques que puedan aceptar un combate con el enemigo quevenga a atacarnos no son más que un compromiso constante y un motivo fácilde triunfo para éste. Cierto es que podrán batirse con sus iguales; pero no seráseguramente con estos con los que vengan a atacar nuestras costas, y si en casode guerra su misión ha de ser la de huir o de esconderse en un puerto, más valiera, para el bien de España y para la honra de la Marina, que nunca se hubieranconstruido (17).

Estas frases notables, escritas en septiembre de 1888, describen con diezaños de anticipación la actuación en Santiago de Cuba de los cruceros procedentes de la Ley Rodríguez Arias, como si fuera una premonición. Y es queBustamante conocía a fondo el estado de la Marina; así, cuando se dirige adon Antonio Maura, en carta de 25 de octubre de 1890, le expresa que laMarina es cara, pero o no tenerla o tenerla de verdad. Los barcos, por buenosque sean (y los nuestros no lo son) izo se construyen por sí solos. Por estecamino nos estamos preparando otro Trafalgar... (18). No cabe duda que Bustamante criticó extensamente en su folleto, las apariencias externas que tantodaño han hecho siempre a la Armada, como también acertadamente señalóSilvela en 1900, definiéndolo así: El satisfacernos fácilmente con las apariencias de los servicios y la forma puramente externa de los institutos, sin cuidar

(16) Apuntes sobre material de Marina. Cartagena, Imp. de H. García. 1890. FallecidoBustamante, la revista El Mundo Naval Ilustrado publicó varios capítulos del folletoen elnúmero 32, correspondiente al 15 de agosto de 1898, pág. 371, como tributo a su memoria.

(17) Ibídem. pág. 29.(18) Tampoco era optimista el juicio de don Antonio Maura, desgraciadamente las cosas

de Marina siguen manejadas algo peor que si el azar las gobernara, y dudando yo si alguoa vezse acometerá de veras la magna empresa de normalizarlas, dudo todavía más de que se llegue atiempo... (carta autógrafa de 17 de octubre de 1890). Esta correspondencia, originada conmotivo de la publicación del folleto, se archiva en la CGA, t. 9, doc. 12. Las dos cartas fueronpublicadas en el núm. 8 de la RHN (1985).

Año 1991 lOl

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J. 1. GONZÁ LEZ-ALLER HIERRO

lo bastante la sL.istancia y eficacia real que deben esperarse del ejercicio de susfunciones (19).

Continuando con sus trabajos y siempre preocupado por el problema dela defensa de las costas, tema muy candente entonces, presentó al CapitánGeneral del Departamento de Cartagena, el 19 de diciembre de 1892, un telémetro que había ideado y hecho construir, acompañándolo de un folleto enel que, además de describirlo, proponía un aparato transmisor de órdenespara el servicio a bordo de los buques y elevaba un estudio sobre la importancia de los tiros curvos (20). Al no encontrar eco en la superioridad, estuvo entratos con la casa Breguet francesa para perfeccionar los aparatos telegráficostransmisores de órdenes, e incluso con esta finalidad viajó a París a últimos de1896 o enero de 1897 (21).

Inasequible al desaliento, dirigió el 12 de enero de 1893 a su amigo, elcapitán de fragata Emilio Hediger y Olivar, unas ideas sobre Marina en quetrataba todas las inquietudes que bullían en su mente sobre la necesidad de laArmada, la reforma de los Arsenales, los diques, la Ley de Contratación, laprovisión de carbón, los buques anticuados, el personal y la escala de reserva(22). Sus opiniones, sinceras, fueron escritas, según el mismo autor confiesa,sólo como un inocente desahogo, pero consecuente con mi crencia de que todostenemos el deber de trabajar por lo qi.e creemos bueno (23). Espigando entrelas páginas de este borrador podemos encontrar frases como ésta: En primerlugar debe hacerse resaltar en todas ocasiones, como fundamento de cuanto seintente, la necesidad de la fuerza naval. Un gobierno serio no puede desconocerla y por grandes que sean sus apuros financieros, debe dedicar a su sostenimiento una parte del presupuesto proporcionada a esta necesidad. Por desgracia no sucede así: los estadistas y políticos hablan con énfasis del enorme sacrificio que el país se ha impuesto para crear Marina (no suelen hablar de sostenerla, que es la consecuencia inmediata)... Ni aún los ejércitos reunidos de laTriple Alianza nos garantizarían la conservación de nuestro territorio extra-peninsular, si no contáramos con Marina, ni tampoco ésta sola podría bastarpara ello.

Respecto a los Arsenales, se inclinaba por la reforma radical y, sobretodo, era partidario del arriendo de los astilleros militares, sacando a cóncurso las nuevas construcciones y las grandes carenas (24). Partidario de la

(19) Real Decreto de 18 de mayo de 1900. Colección legislativa de la Armada.(20) Buques. Importancia de los tiiegos curvos. Cartagena, Imp. de H. García, 1892:

folleto de 57 págs. y 8 láminas.(21) Carta de Emilio Hediger, de 7 de febrero de 1897 (CQA. t. 9). Sobre las transmisione

de órdenes a bordo, y los telégrafos indicadores eléctricos, escribió un artíéulo que fue publicado en la RGM, diciembre de 1895.

(22) CGA, t. 11, doc. 8. Posiblemente laintención de Bustamante fue la de publicar estasideas como continuación de los Apuntes sobre materia/de Marina. Ignoro si llegaron a imprimir-se; no he localizado nada al respecto, en las bibliotecas del Museo Naval y Central: tampocoaporta información el Ensayo de bibliografía marítima española que he consultado.

(23) Ibídem, pág. 1.(24) Ibídem, págs. 6 a 12.

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J. l. GONZÁLEZ-ALLER HIERRO

reducción de personal en general y la supresión de escalas —entre ellas las dereserva, la de pilotos, y el cuerpo eclesiástico, pero sin suprimir este servicioen los buques— Bustamante propugnaba la reorganización del Cuerpo deIngenieros, la potenciación del Cuerpo de Maquinistas por lo muy importanteque es su misión en la flota..., y se les debe dar categoría que les obligi.ie másalservicioy que permita mayor comunicación con ellos y, por lo tanto, tenerlosmás en la mano (25), la reducción y reforma de los Cuerpos de Sanidad yAdministrativo, y más que nada el Cuerpo General de la Armada, acerca delcual se extendía en su preparación, ingreso, estudios, duración de la carrera,etc. Termina el borrador resaltando la importancia de reforzar las unidadesnavales destacadas en Cuba y Filipinas (26).

En 1894, siendo aún capitán de fragata, fue nombrado comandante deMarina y capitán de puerto de Cartagena. Durante el tiempo que desempeñóeste destino hasta el ascenso en marzo de 1897, continuó incansable sus estudios, unos, como las Notas sobre el gobierno de los buques, basadas en las teorías de Sir William White (1894) y su propia experiencia, ignoro si fueronpublicadas (27), pero otros, como las instrucciones para la compensación dela aguja náutica (28), o una Memoria sobre las maniobras de torpederos efectuadas en septiembre y octubre de 1894, sí vieron la luz y ambas merecieron laaceptación de toda la Armada y los comentarios laudatorios de las revistasespecializadas en los temas marítimos (29).

Bustamante tomó posesión del mando del crucero Princesa de Asturias—en construcción en La Carraca—, el 11 de febrero de 1897, y poco después,el 13 de marzo, ascendió a capitán de navío. Poco duró su destino al mandodel crucero, pues en enero de 1898 fue nombrado Jefe de Estado Mayor de laEscuadra de Instrucción que, al mando del contralmirante Cervera, participóen la guerra hispano-americana y sucumbió en Santiago de Cuba. De la épocade su mando del Princesa, se conservan unos apuntes sobre las calderas marinas, el hombre al agua en formación, táctica naval y práctica de evoluciones,que finalizó de escribir en diciembre de 1897 (30).

Consciente de sus reponsabilidades, cuando se hizo cargo de la jefatura deEstado Mayor de Cervera, se preocupó de resumir en unas cuartillas de letraclara y apretada los artículos que en las Ordenanzas de 1793, todavía en vigor,

(25) Ibídem, págs. 16 a 19.(26) Ibídem, págs. 40y4i.(27) CGA, t. 11, doc. 9, artículo publicado en la RGM, noviembre y diciembre de 1896.

En 1895 se ocupó de las calderas y generadores que iban a ser montadas en el Ariete, el Rayo yel Destructor (MN, Ms. 1.986), y sobre el valor militar de los torpederos (RGM, octubre de1895).

(28) La Aguja Náutica. Instrucciones razonadas para su compensación. Cartagena, Imp.H. García, 1894, En el MN, Ms. 2.441, doc. 24, está la correspondencia que originó su publicación.

(29) La REVISTA GENERAL DE MARINA publicó sendas recensiones de ambos trabajos enel tomo XXXVI correspondiente a junio de 1895.

(30) CGA, t. 11, docs. 10, 11 y 12. Parte le sirvió para redactar unas Notas sobre/a situación de los buques y escuadras, publicadas en la REVISTA GENERAL DE MARINA, abril de 1897.

104 Núm. 34

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BUSTAMANTE, CIENTÍFICO

se referían al Comandante General y al Mayor General de la Escuadra, asícomo de aquellos otros que le podían afectar del Real Decreto de 29 dediciembre de 1892 que creaba los Estados Mayores (31). Pero, sin duda, lomás interesante son las notasmanuscritas del propio Bustamante que, a modode memorándum, contienen los asuntos que más le preocupaban en el desempeño de su destino, redactados probablemente en Cartagena inmediatamenteantes de la salida de los barcos para las Antillas; algunas son dignas de reseñarse, como por ejemplo:

— Ver si todos los buques tienen filtros para el agua de alimentación.— Señales de reconocimiento con los torpederos y de unos buques con

otros.— Respeto de municiones para el «Colón» ¿Deberá hacer ejercicios de

fuego?— Urgencia de reemplazar las municiones de los cañones de 14 centí

metros.— Muelles que se rompen de los montajes de 57’y de 42. Sería mejor reem

plazarlos por los antiguos sencillos.— Pedir la incorporación de los cuatro torpederos grandes.— . . . R. O. sobre abandono del buque.— Traveses para la artillería. Estudiar el problema de las redes. Idem el de

los torpedos. Idem de los proyectores.— Estudiar quién debe apuntar las piezas gruesas. En Inglaterra lo hacen

cabos de cañón elegidos entre los mejores apuntadores y apreciadoresde distancias.

— Instrucciones sobre el empleo de cada clase de proyectiles y datos respecto a las correcciones por la velocidad, etc.

— Bases generales para el combate. Línea de fila. Empleo de los destructores.

— Preferencia del cho que sobre el combate de artillería.— Ejercicio de echar arriba todas las municiones para estudiar la rapidez,

si el personal asignado es el suficiente y el funcionamiento de los ascenso res.

— Bases para las maniobras de combate. Tres casos. Ambas escuadras enmar libre.El enemigo sobre la costa. Lo inverso. Orden de marcha, posición delos destructores.Instrucciones previas que deben dárseles. División de menor marcha.Orden de navegación en las proximidades del enemigo. De noche lagente al pie de las piezas. Toda la artillería cargada. Repuesto de municiones. Puertas cerradas, etc.

— ¿Podrán ir a Cuba los destructores? ¿Cómo se repostarán de carbón yde agua en el viaje? ¿Cuántos deberán quedar eó la Península?

(31) CGA,t. 11,doc. 13. .

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J. 1. GONZÁLEZ-ALLER HIERRO

Pedir datos a Sobra! sobre el verdadero estado de los buques A (corazados) y sobre las fortificaciones y defensas submarinas.

Después de ocuparse de los clásicos problemas inherentes a la navegaciónen escuadra y en recabar los datos evolutivos de los buques, Bustamante continúa:

— Estudio de los recursos que se encontrarían en Cuba.— Petición de pertrechos allí y aquí.— Idem de los puntos enemigos susceptibles de un golpe de mano.— Material de torpedos de Cuba malo. Pedir el nuevo de Barcelona.

Ejercicios de espolones por buques sueltos. Instrucciones sobre el choque. Práctica repetidísima de transmisiones y ejecución de órdenes a lamáquina y al timón. Ambos órganos deben responder en el acto. Necesidad de aparatos prácticos y veloces...

— Diario particular.— Comisiones especiales.— Sucesos extraordinarios.

Urgente: Diario de navegación. Otro por separado de la forma de conducirse los buques.Libreta de existencias de municiones, carbón, aceite y víveres de losbuques.

— Datos tácticos de los buques...

Las últimas anotaciones en el cuadernillo, que están a lápiz y muy garabateadas, son las clásicas:

Aviso al oficial de que spre (espere) aún cuando esté el comandante.— El cuadernillo de bitácora, como el del barco (procurar que no haya

contradicciones) (32).

Bustamante hizo buena la máxima de que el estudio tiene como fin el biencomún. Era un infatigable lector, gran bibliófilo de todos los temas relativosa la Armada, dominó los idiomas inglés y francés. Su obsesión consistía encumplir con su deber y aplicar sus conocimientos para ayudar a los demás, loque hizo con valentía, disciplina, modestia y serenidad en cuantas ocasionesse le presentaron.

Por si esto fuese poco, demostró sagacidad y agresividad consciente en el.voto particular que formuló el 26 de mayo de 1894 durante el consejo de almirantes y comandantes reunido en el Infanta María Teresa, opinando a favorde la salida inmediata de la Escuadra, a lo que añadió serenidad, arrojo yheroísmo en el combate al frente del enemigo que le ocasionó la muerte gloriosa el 19 de julio de 1898, cuando su preciada vida era más necesaria paralevantar una Armada hundida en el desaliento y la desmoralización.

(32) CGA, t. 11. doc. 14.

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BUSTA MANTE, CiENTíFICO

CATÁLOGO DE OBRAS DEL CAPITÁN DE NAVÍOJOAQUÍN BUSTAMANTE Y QUEVEDO

Sin la pretensión de ser exhaustivo, he aquí una relación de la producción escrita por estebenemérito jefe de la Armada.

OBRAS Y ARTÍCULOS PUBLICADOS

Torpedos eléctricos; Cartagena. Imp. Escuela de Torpedos. 1883; 102 págs. y 13 láminas.Aparato eléctrico-automático de los señores La Orden y Bonet para el alumbrado de balizas.

RGM, febrero de 1883.Sobre la preservación de las calderas. RGM, marzo de 1885.Datos y observaciones de interés referentes al material de defensas submarinas adquirido ti/ti

mamente en Inglaterra. Folleto; 15 págs. y 15 láminas. Impreso en Cartagena. julio 1886.Notas referentes al material de torpedos y de alumbrado eléctrico, y algunos otros aparatos.

Folleto; 16 págs. y 3 láminas. Impreso en Cartagena, julio 1886.Escuela de Torpedos. Memoria sobre el curso de 1885-1886. Extracto de la parte relativa a las

experiencias, mandado imprimir por Real Orden de 27 de septiembre de 1886 para conocimientode las brigadas y secciones torpedistas. Folleto; 16 págs. y 2 láminas. Impreso en Cartagena.1886.

Instrucciones para el reconocimiento y manejo del torpedo «Bustamante»: dos folletos; 8págs. Impresos en Cartagena, c. 1886.

Curso de Electricidad, teórica y práctica, explicado en la Escuela de Torpedos. Cartagena.Imp. de Hipólito García, 1886; 2 vols.

Apuntes sobre el torpedo Whitehead. Cartagena, Imp. de H. García, 1886; 48 págs.Aparato de puntería para el lanzamiento de los torpedos automóviles, propuesto por los

tenientes de navío don Joaquín Bustamante y don Alberto Balseyro. Reglamentario en laArmada por R. O. de 5 de junio de 1884. Cartagena, Imp. de H. García, 1886.

Descripción de una mesa de pruebas para el servicio de los torpedos eléctricos. Cartagena,1887; 3 págs. y una lámina.

Descripción e instrucciones para el reconocimiento, conservación y manejo del torpedo mecánico «Bustamante». Barcelona. Tip. de los Suc. de N. Ramírez y C.>, 1888; 111 págs. y 9 láminas.

Sobre la conveniencia de instalar la Escuela de Torpedos en la fragata «Zaragoza». RGM,diciembre de 1890.

Apuntes sobre material de Marina. Cartagena, Imp. de H. García, 1890; 192 págs.Telémetro para las baterías de costa; aparatos transmisores para buques; importaticia de los

fuegos curvos. Cartagena, Imp. de H. García, 1892; 57 iágs. y 8 láminas.Más sobre las calderas Belleville. RGM, febrero de 1893.La Aguja Náutica. Instrucciones razonadas para su compensación. Cartagena, Imp. de

Hipólito García, 1894; 176 págs. y tablas y cartas magnéticas.Memoria sobre las maniobras de torpederos efectuadas en septiembre y octubre de 1894.

Folleto.Sobre el valor militar de los torpederos. RGM. octubre de 1895.

Transmisines de órdenes a bordo. Telégrafos indicadores eléctricos. RGM, diciembre de1895.

Notas sobre el gobierno de los buques. RGM, noviembre y diciembre de 1896.Notas sobre la instrucción de los buques y escuadras. RGM, abril de 1897.Nota sobre la determinación de la velocidad de los buques sobre una base medida cuando hay

corriente apreciable. RGM, abril de 1898.

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J. 1. GONZÁLEZ-ALLER HIERRO

OBRAS INÉDITAS. APUNTES MANUSCRITOS Y CORRESPONDENCIA

Se conservan ene] Museo Naval (MN). en los mss. 955. 1.321. 1.412. 1.508. 1.849, 1.896.1.986.2.102. 2.406 y 2.441, yen la Colección González-Aher (CGA). tomos 9, 10 y 11. Los originales de la aguja náutica y parte del expediente del torpedo mecánico se conservan en laEscuela de Armas Submarinas «Bustamante de Cartagena.

ABREVIATURAS

MN: Biblioteca del Museo Naval.CGA: Colección González-Aher.RHN: Revista de Historia Naval.RGM: REVISTA GENERAI DE MARINA.

1)8 Núm. 34

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DOCUMENTO

Continuando con la serie de mapas realizados para localizar un naufragio,traemos hoy a esta Sección el Plano de Peniche en la costa de Portugal, situadoen la lattd. N. de 39° 29’ y longd. de 7° 09’, Padrón español. En cuya parte septentrional naufragó el navío de S. M. C. S. Pedro de Alcántara, procedente delos Reynos del Perú: a las lOh 1/2 de la noche del día 2 de febrero de 1786.

Representa este mapa, que no está firmado, el lugar donde naufragó elnavío San Pedro de Alcántara cuando, procedente del Callao de Lima, se dirigía a Cádiz. Este navío transportaba siete millones de pesos en oro y otrosobjetos de valor. El naufragio fue por la noche, como está indicado en el títulodel mapa, y en él perecieron 152 personas, 14 oficiales, 5 mujeres y 128 marineros y tropa. El comandante del barco era el brigadier D. Manuel de Eguía.Parece ser que se consiguió rescatar la mayor parte del dinero que transportaba.

La parte central del mapa está ocupada por la representación de lapequeña península de Peniche y la población del mismo nombre. La clavetoponímica está expresada por letras y proporciona una relación del lugardonde naufragó el navío, la ensenada por donde se salvó la tripulación, losislotes donde se rompió el bauprés «después de dexar los fondos» y los lugaresen los que se habilitaron los almacenes para organizar el rescate de los caudales que llevaba el navío.

En el ángulo superior izquierdo aparece una carta de la costa de Portugal,con las latitudes expresadas, para poder ubicar correctamente el citado naufragio.

Este interesante documento se encuentra en la Sección de Cartografía delMuseo Naval de Madrid, sig. 117-2.

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DOCUMENTO

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NOTICIAS GENERALES

María Dolores HIGUERAS RODRÍGUEZ

CONGRESOS Y SIMPOSIOS

1991-agosto 26-29. Lima (Perú).

Coloquio Internacional sobre «Sociedad y Expansión: Exploración ydominio de espacios geográficos».Los temas específicos serán: Geografía y Técnica, Sociedad y Economía,Política y Derecho, Cultura, Ideología y Mentalidades. El marco cronológico abarca desde el siglo viii hasta el xix, dentro de la historia mundial.Los participantes podrán aportar ponencias de 25 páginas y treinta minutos de exposición, o bien comunicaciones de 10 páginas y diez segundos deexposición.Para más información dirigirse a: Coloquio Internacional: «Sociedad yExpansión». Apartado postal: 27-0181/Lima 27 o apartado postal: 852/Lima 100 (Perú). Fax n.° 051-14-356552.

1991-noviembre 21-23. Savannah. Georgia (Estados Unidos).

La Sociedad para la Historia de los Descubrimientos celebrará su reuniónanual en Savannah.Para más información dirigirse a: Prof. Sanford Bederman, Dept. of Geography, Georgia State University, Atlanta, Ga 30303.

1992-enero 4-11. Lima y Cuzco (Perú).

II Congreso Internacional de Geografía de América. Para conmemorar elY Centenario de la llegada de Colón a América.Las ponencias deben versar sobre: Geografía de América y resto delmundo en la época de Colón, Geografía de la población americana eImpacto del encuentro entre América y resto del mundo.Para más información escribir a: Sociedad Geográfica de Lima. Apartadopostal 100-1176, Lima (Perú). Fax n.° 5 1-14-456399.

1992-enero 12-16. México, D. F. (México).

III Congreso Latinoamericano de Historia de la Ciencia y de la Tecnología.Organizado por la Sociedad Latinoamericana de Historia de la Ciencia yla Tecnología y la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de laTecnología. Tema general: «América en la formación de un mundo nuevo: 500 años de intercambios científicos». Coincidiendo con el congreso

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NOTICIAS GENERA LES

se realizará también un simposio internacional sobre: «Bicentenario delReal Seminario de Minería de la Ciudad de México».Para información e inscripciones: Comité Organizador del 111 CLAHCT,04000 México, D. F. Apartado postal 2 1-873. México. Fax n.» (525) 534-46-51.

1992-agosto 31-septiembre 4. Amsterdam (Holanda).

Primer Congreso sobre: «Common European Maritime Heritage».Organizado por The Nederlands Scheepvaartmuseum para establecerlíneas de contacto y cooperación entre las organizaciones de la Comunidad Europea, encargadas de la conservación e historia de las embrcaciones de los diferentes países que la integran. Las comunicaciones serán deveinte minutos y la participación está reservada para conservadores e historiadores de museos marítimos, de organismos tanto centrales comoregionales o locales, de los países de la Comunidad Europea.Para recibir la segunda circular dirigirse a: Kattenburgerplein, 1. 1018 KKAmsterdam. Tel. 020 5232213. Fax n.° 020-5232213.

CONCURSOS

Concurso de Monografías «Archivo Hispalense».La Diputación Provincial de Sevilla convoca el Concurso Anual deMonografías para el año de 1991, en el que se concederán cuatro premiosordinarios dotados con 300.000 pesetas cada uno y cuatro accésit de100.000 pesetas a los trabajos seleccionados, que deberán presentarseantes de las 13,00 horas del 30 de noviembre de 1991. El tema de la convocatoria tratará de Historia, Literatura, Arte y Ciencias Sociales relativosa la provincia de Sevilla. Los trabajos han de ser inéditos y tener unaextensión entre 200 y 500 folios.La dirección donde se han de enviar los trabajos es: Registro General dela Secretaría de la Excma. Diputación Provincial de Sevilla, con el epígrafe «Para el concurso de Monografías de Archivo Hispalense».

Concurso de Monografías de Historia «V Centenario del Descubrimientode América».La Diputación Provincial de Sevilla convoca el Premio Anual de Investigación de Historia de América para el año 1991, en el que se concederá unpremio dotado con 500.000 pesetas y un accésit de 200.000 pesetas a lostrabajos que traten de la historia de América, sin limitación cronológicani geográfica, aunque tendrán preferencia los relacionados con Andalucía. Las obras deberán ser inéditas, escritas en español y con una extensión entre los 300 y los 600 folios, y deberán presentarse en el RegistroGeneral de la Secretaría de la Excma. Diputación Provincial de Sevilla,con el epígrafe «Para el concurso V Centenario del Descubrimiento deAmérica», hasta las 13,00 horas del 31 de diciembre de 1991.

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NOTICIAS GENERA LES

Ciclo de conferencias en Brasil.

Organizado por el Instituto Histórico y Geográfico Brasileiro, y bajoel título genérico de «La era de los Grandes Descubrimientos», tendrálugar en Río de Janeiro un ciclo de conferenciás desde septiembre anoviembre, y que ha contado también con los apoyos de la ComisiónNacional para la Conmemoración del V Centenario de Brasil, la Comisión Española del V Centenario y la Comisión Nacional para las conmemoraciones de los Descubrimientos portugueses de Portugal. Colaboranigualmente el Departamento Cultural del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileiro, la Universidad Federal de Río de Janeiro, la Universidad de Sao Paulo y el Servicio de Documentación General de la Marina.

Las conferencias programadas, a cargo de historiadores y especialistasbrasileños, portugueses y españoles, son las siguientes: «La Europa en laEdad Media: Estudios de los conocimientos geográficos», por el comandante Justo Max Guedes; «Descubridores y misioneros y la ampliación delas nociones geográficas», por el profesor Juan Gil; «El conocimiento delAtlántico tras la toma de Ceuta», por el profesor Francisco ContenteDomingues; «La rivalidad luso-española: el Tatado de Alcaçovas», por elprofesor Mariano Cuesta; «Cristóbal Colón; origen, vida y viaje despuésde 1485». por el profesor Paolo Emilio Taviani; «El Descubrimiento deAmérica: preparación, viaje y regreso», por el coronel auditor José Cervera Pery, director de la REVISTA DE HISTORIA NAVAL; «El Tratado deTordesillas», por el historiador naval Hugo O’Donnell; «El descubrimiento del camino marítimo para las Indias», por el comandante JustoMax Guedes; «El descubrimiento de Brasil», por el mismo conferenciante, y «La circunnavegación de Magallanes y Elcano», por la doctora Guadalupe Chocano, jefe de investigación del Museo Naval.

Las conferencias tendrán lugar en el Instituto Histórico y GeográficoBrasileiro, avenida Augusto Severo, n.° 8, en Río de Janeiro, y el períodode inscripciones está abierto durante todo el mes de agosto.

Concesión de los Premios «Virgen del Carmen» correspondientes a 1991.

Un año más, el Patronato de los Premios «Virgen del Carmen»,dependiente de la Armada española, ha hecho público el fallo de la convocatoria del presente año, habiendo recaído dichos premios en lassiguientes personas: El «Doce de Octubre», dotado con 600.000 pesetas,compartido a doña Luisa Martín Merás y doña Belén Rivera Novo, por sutrabajo «La cartografía a través de los siglos: cuatro años de cartografía deAmérica», y a doña María Pilar San Pío Aladrén, por su obra «Expediciones españolas del siglo xviTi: El paso del Noroeste».

El primer premio «Del Mar», de libros, dotado con 600.000 pesetas,a don Jorge Calvar Gross, don José Ignacio González-Aher, don Marcelino de Dueñas Fontán y doña María del Campo Mérida, por su obra «La

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NOTICIAS GENERA LES

batalla del Mar Océano». tomos 1 y 11. y un segundo premio de 200.00()pesetas a don Agustín Rodríguez González. por su trabajo «Isaac Peral:Historia de una frustración».

El premio «Elcano». de periodismo. se ha fragmentado en dos, concediendo uno de 300.000 pesetas a don Santiago Hernández Benítez, por sucolección de videocasetes «Nuestra Armada», y otro de 200.000 pesetas adon Jesús Rodríguez Amador, por su artículo «Guardianes del Golfo»,publicado en el suplemento de «El País» semanal, de 18 de noviembre de1990.

El premio «Alforjas para la Poesía», dotado con 50.000 pesetas, se haotorgado a doña Marisa del Campo, por su libro de poemas «Conmigo elmar», y el premio «Juventud Marinera», al alumno del Colegio Fray Luisde León, de Madrid, Jorge Lorente Gómez, por su trabajo «Las cuatroMarinas».

Los premios «Universidad» y de «Asociación de Navieros Españoles»quedaron desiertos, concediéndose diplomas de honor a don StaffanMorling, por su trabajo «Las embarcaciones tradicionales de Galicia», ya don Jaime Enseñat, por la edición del «Atlas de Arquitectura de Construcción Naval».

La entrega de los premios, en el tradicional acto académico, tendrálugar después del verano en una ciudad española alejada del litoral, quese comunicará oportunamente.

J.R.

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LA HISTORIA MARÍTIMA• EN EL MUNDO

Luisa MARTÍN-MERÁS

La Sección de Cartografía de la Biblioteca Pública de Nueva York.

En este número daremos información sobre la historia, funcionamiento yfondos marítimos que se conservan en la Biblioteca Pública de Nueva York.

La Biblioteca Pública de Nueva York se formó en 1895por fusión de otrasdos famosas bibliotecas del siglo pasado: la biblioteca Lenox y la bibliotecaAstor, con un fuerte apoyo financiero del Trust Tilden. Desde 1911, la NYPLestá instalada en un magnífico edificio en la confluencia de la Quinta Aveniday la calle 42. En aquella época ya contaba con 7.000 mapas. Siguiendo latónica general de todas las bibliotecas, en 1942 la Sección de Cartografía seorganizó como sección independiente y actualmente conserva 369.000mapas, 14.800 atlas, una biblioteca de apoyo especializada, además de algunos globos modernos.

Cinco cartotecarios, un ayudante técnico y tres personas a media jornadaatienden a una treintena de investigadores, por término medio al día.

Los fondos de esta Sección datan del siglo xvii, pues los anteriores a estaépoca están alojados en la Sección de Libros Raros y Manuscritos, dentro delas Colecciones Especiales. Para darnos una idea de la variedad y riqueza dela éartografía marítima debemos hacer un repaso de las dos Secciones.

En la Sección de Cartografía podemos consultar Toonnel des Aerdrycx,de Willwm Blaeu, en seis volúmenes, 1648-1659; el Gro oten Atlas, en nuevevolúmenes, de Joan Blaeu; el Arcano della Mare, de Robert Dudley, 1661; asícomo varias ediciones de Mercator, que van desde 1616 hasta 1683. La cartografía marítima francesa e inglesa están representadas por ediciones deBellín, Des Barres, Thonrton y Defoe, entre otros.

La Sección posee una importante colección de cartografía temática de laciudad de Nueva York, de la región y de Estados Unidos en particular. Dispone también de una biblióteca especializada y de apoyo a la investigación, decerca de 3.300 títulos, entre los que se encuentran catálogos de numerosascartotecas, cartobibliografías, historias de la cartografía de distintas regionesy países, así como revistas especializadas.

Existe un catálogo diccionario en diez volúmenes, publicado en 1971, quese puede consultar en terminales de ordenador en la sala de consulta generalde la biblioteca.

La Sección de Raros y Manuscritos está formada fundamentalmente conlos fondos procedentes de la biblioteca Lenox, famoso bibliófilo americanodel siglo pasado. Uno de los tesoros más sobresalientes de ella es el globoterrestre, llamado Lenox, porque fue ofrecido a este magnate por Richard

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LUISA MARTÍN-MERÁS

Morris Hunt, arquitecto de su biblioteca, que lo había adquirido en Franciaen 1850 por una suma módica. Aunque no está fechado ni firmado, la representación de América ha llevado a los geógrafos a considerarlo como el primer globo construido después del Descubrimiento (c. 1510). En la zona deNorteamérica aparecen unas islas, y Sudamérica es considerada como unagran isla. También se conserva allí la carta de Colón a Gabriel Sánchez,comunicándole el descubrimiento de América, impresa en Basilea en 1493,siendo la única copia completa actual que conserva ocho grabados en madera,dos de los cuales representan el Nuevo Mundo.

En la Sección de Raros y Manuscritos de la biblioteca existen también 46ediciones de la geografía de Ptolomeo, existiendo en algunos casos más deuna copia de ellas.

El gran cartógrafo Ortelius está bien representado por la primera ediciónde 1570 de su Theatrum Orbis Terrarum, y así como Blaeu con la primera edición del Atlas Major, en once volúmenes iluminados.

Varias ediciones de Mercator completan la nómina de la cartografía marítima holandesa en esta Sección.

Una carta portulana de Battista Agnesse (c. 1552) y el atlas de Lafreri,representan la contribución italiana a la cartografía en esta Sección. Otrotesoro bibliográfico que se puede admirar allí es el mapa de Tenochtitlan(México), que ese! primer mapa impreso de una ciudad americana, incluidoen la obra de Hernán Cortés Praeclara Ferdin adj Cortessi de nova marisoceani Hyspania Narratio, editada en Nuremberg (1524).

La dirección es: New York Public Library, Room 117. Sth Avenue and42d Street. New York. La admisión es libre para los investigadores mayoresde dieciocho años en la Sección de Cartografía. Para acceder a !a Sección deRaros debe obtenerse antes una acreditación reservada a universitarios einvestigadores cualificados en la Room 316.

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RECENSIONES

GONZÁLEZ RoDRÍGUEz, Rafael: Con la Armada en el banco Sahariano. Editorial Naval, 1991. 92 páginas.

El autor de esta crónica, actual subdirector del diario «Ya», asistió, comoperiodista, acompañado del fotógrafo Angel de la Rica, a las actividades efectuadpor el patrullero de altura Atrevida—hay que reconocer que cuestamucho no llamarla corbeta— durante una patrulla en el banco Sahariano afinales de 1985. Tiene por lo tanto la frescura de todas las vivencias, situaciones y personas, reales, narradas por un testigo directo, profesional además dela información.

Nos descubre con emoción, casi minuto a minuto, tanto la misión delbarco en sus distintas perspectivas como la vida a bordo, con la riquezahumana de su dotación y el sentimiento de estar cumpliendo el papel, servicio, asignado.

Basta conocer el índice para que los grandes temas queden así sintetizados: «Echo, Golf, Romeo, Yankee»; «A bordo de la Atrevida»; «Intensa actividad en el puerto»; «Barcos soviéticos»; «Al acecho de un ataque terrorista»:«Militares marroquíes a bordo de sus pesqueros»; «Salvamento de unas redesy ejercicios de adiestramiento»; «De vuelta a casa». Completa el texto un sencillo-<Vocabulario marinero».

Se trata de un libro ameno, de lectura fácil, que hará revivir a los profesionales de la mar muchos instantes de sus propias trayectorias, enmarcados enesa gran familia que es la Armada.

Crónicas como ésta son muy necesarias pues acercan la realidad, y por ellosu necesidad, de la Armada a todos aquellos que puedan desconocerla: esperemos que sea útil y que esa mentalidad continental, demasiado extendida ennuestros lares, vaya dejando paso a una marítima.

Antonio DE LA VEGA BLASCO

MARTÍNEZ M0NTIEL, Luis F.: El Real Observatorio Astronómico de San Fernando (1769-1869). Revista de Arte Sevillano, n.° 4. Impreso en «LaVoz», San Fernando,1909. 200 páginas.

Luis Fernando Martínez Montiel, licenciado en Historia del Arte, ya esconocido por los habituales lectores de esta REvIsTA, pues publicó en 1987(número 18) un erudito e interesante artículo sobre la instalación de la Academia de la Compañía de Guardiamarinas en la Isla de León, en 1769, en lallamada casa de Reyna y la del Cuartel de la misma en la casa ¿le Sacramento.

En esta ocasión, Martínez Montiel también nos deleita con otro análisisde edificios de la Armada, nos narra la génesis —proyectos de Tofiño y delMarqués de Ureña—, la construcción, según planos de este último, del

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RECENSIONES

Observatorio Astronómico, nuestro Observatorio, de San Fernando. y su bis—toria: reparaciones y modificaciones, hasta 1869. fecha de un informe de sudirector aquel año, el inolvidable don Cecilio Pujazón.

El autor ha efectuado una larga investigación en el Archivo General deSimancas. en el del Viso del Marqués y en el del Musco Naval. completándolacon la biblioteca del propio Observatorio y el Archivo de protocolos notariales de San Fernando. En la bibliografía básica figuran cincuénta y dos autores.

Consta la obra de ocho densos capítulos, con numerosos dibujos y fotografías, y de un apéndice documental. Los capítulos se titulan así: 1. Antecedentes: El primitivo Observatorio del Castillo de Cádiz y el proyecto deObservatorio en la Academia de Guardiamarinas de la Isla de León. II. Elección y compra del terreno para el nuevo Observatorio. III. Los proyectos parael nuevo Observatorio. IV. Proceso de construcción. V. Las obras de reformay las posteriores ampliaciones. VI. Análisis y descripción del Real Observatorio Astronómico de San Fernando. VII. Materiales de construcción. VIII.Aspectos económicos y sociales.

El libro de Martínez Montiel es una muestra de la indudable capacidadinvestigadora del autor y su especial y cariñosa dedicación. en temas de suespecialidad, a la Armada, por lo cual le debemos quedar agradecidos. ya queno son legión que debieran los dedicados a ello.

Por lo anterior, esta publicación es de interés para los eruditos locales de«la isla» y también para los estudiosos de la arquitectura española en los siglosXVIII y xix.

Antonio DE LA VEGA BLASCO

BouzÁ SociAs, R., y Ar’aENGuAL, J. E.: La verdad de Joam Co/orn. Editorial Eureka, Colección Estrella/2. Palma de Mallorca, 1990, 224 páginas.

«E ansí lo suplico al Rey e a la Reina Nuestros Señores y al Príncipe DonJuan... no consientan ni consienta se disforme éste mi compromiso de mayorazgo y testamento, salvo que quede y esté ansí y por la guisa y forma que yole ordené para siempre jamás, porque sea a servicio de Dios Nuestro SeñorTodopoderoso y raiz a pie de mi linaje e memoria de los servicios que a susAltezas he hecho, que siendo yo nascido en Génova, les vine a servir aquí enCastilla y les descobrí al poniente de tierra firme las Indias y /as dichas islassobredichas. »

El texto arriba citado se guarda en el municipio de Génova, existiendo unacopia notarial en el Archivo de Indias de Sevilla. A partir de este documentohay otros muchos que insisten en el origen extranjero del descubridor del

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RECENSIONES

Nuevo Mundo; así, por ejemplo, cabría citar a Gómara cuando afirma:«como era extranjero y andaba pobremente vestido y sin mayor crédito queel ser un fraile menor, no le creían ni le escuchaban, de lo cual sentía él grantormento». El autor Jaume E. Arnengual aporta como prueba documental alorigen mallorquín del descubridor un mapa del almirante turco Piri Reis, sinembargo no añade que ese mismo autor escribió: «Estas costas se llaman delas Antillas. Fueron descubiertas en el año 896 del calendario árabe. Se diceque un genovés infiel, de nombre Colón, haya descubierto el lugar».

Basándose en el testimonio del señor Bauzá Socias, Amengual afirma queColón nació en Motuiri (Mallorca), siendo hijo de padres payeses, en 1436(existe un documento notarial de 1470, en el que se dice que Colón teníaentonces algo más de diecinueve años). También se sabe, o al menos se creesaber, el nombre de sus padres: Doménico Colombo, maestro tejedor, ySusana Fontanarosa; en su biografía, al igual que en la historia dél señor Bauzá, aparece la compra de una serie de tierras, en cuanto a la idea de que Colónllamase Juana a la isla de Cuba porque ese era el nombre de la mujer del almirante, es más lógico pensar que Colón le puso ese nombre pensando en la hijade los Reyes Católicos, al igual que otras islas recibieron los nombres de Isabela y Fernandina.

Sobre el aspecto físico del descubridor, Amengual da como prucba de laveracidad del relato del señor Bauzá que ambos son rubios y coii los ojos azules, sin embargo, como acertadamente ha expuesto Paolo Emilio Taviani, nose sabe exactamente el color del cabello del descubridor, ya que todos los quele conocieron resaltan ya el color canoso; Taviani aboga más por el color rojizo, basándose en un texto de Las Casas: «piel clara que tendía al rojo encendido». Ya fuese’p sus cabellos rubios o rojizos, considero que 500 años después no puede considerarse esta prueba como algo definitivo.

Joam Colom, judío converso, comprendió que no podía defender su proyecto si sospechaban su origen judío y su pasado oscuro en las revueltasmallorquinas, por ello, y siguiendo el relato del señor Bauzá, decidió acudiren ayuda de los franciscaiios del monasterio de La Rábida, los cuales le aconsejaron que se cambiara el nombre por el de Cristóbal, y para mejor tramarsu plan le proporcionaron unos niños —Diego y Hernando—, hijos de unamadre soltera, éstos serían, pues, un fraude ya que Colón tendría en Mallorcaa su verdadera familia; sin ibargo, si esto fuera cierto, Colón no se hubiesepreocupado por asentar debidamente a sus hijos en la Corte, ni se hubieseocupado de legitimar a su hijo Hernando, fruto de su relación con la cordobesa Beatriz Enríquez de Arana. También se hace mención en el texto a unascartas que estaban en poder de la suegra de Joam Coloni y que ésta proporcionó al descubridor; esto es reforzado documentalmente con un texto delpadre de Las Casas, pero hay otro texto que dice así: «Mas porque su suegro,llamado Pedro Muñiz de Perestrello, era ya muerto. se fueron a estar con susuegra. la cual, viéndole tan aficionado a la cosmografía, le contó que sumarido había sido gran hombre de mar .. .y le dio las escrituras y cartas demarear que habían quedado de su marido...».

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RECENSIONES

Se afirma tanibién que Portugal no aceptó el plan colombino por falta dedinero, pero que desde el primer moniento lo consideraron como válido, pueshay que tener en cuenta que tanto Portugal como España contaban conimportantes escuelas de náutica y en ningún momento podían aceptar quenavegando hacia el Oeste y en tan poca distancia se pudiesen encontrar lascostas asiáticas; distinta hubiese sido la reacción de ambas coronas si tan sólose le hubiese ofrecido encontrar ciertas islas en el océano Atlántico. Afirmatambién el autor que el llamado secrete de Colón no es otro que el conocimiento por parte de Colón y de su ftmilia de las costas americanas, sinembargo hay serias discrepancias en cuanto a la naturaleza del secreto colombino; así, por ejemplo. el investigador Manzano Manzano opina que talsecreto sería el conocimiento por parte de Colón de las costas americanas gracias a las informaciones facilitadas por el «piloto anónimo». y para EmilianoJos, el famoso secreto no sería otra cosa que la intuición por parte del descubridor que la masa sólida era más grande y que la distancia entre ambos continentes era por tanto menor.

Una vez aceptado el proyecto por parte de los reyes, Amengual destaca ladecisiva intervención de Santángel. que ayudaría a Colón por ser ambosjudíos conversos, sin embargo cabría también destacar que Santángel obróasí, tal vez, al observar el gesto generoso de la Reina al ofrecer sus propiasjoyas para financiar el proyecto, además Santúngel estaba asociado con elgenovés Francisco Pincho.

Respecto al supuesto viaje del descubridor a Mallorca tras el primer viaje,el mismo autor reconoce que no hay pruebas, como tampoco las hay del viajede los «verdaderos» hijos del descubridor al Nuevo Mundo, ni de las supuestas torturas a las que fue sometido Colón tras su caída en desgracia y posteriorestancia en Valladolid.

En resumen, podría decirse que el autor utiliza las fuentes documentalesque corroboran su tesis, dejando de lado otras muchas pruebas. algunas fundamentales, que demuestran lo contrario o cuando menos no apoyan ningunade las ideas expuestas.

B. GARCÍA TRABA

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