revista cuestiones politicas no 29 ano 2002

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  • 7/25/2019 Revista Cuestiones Politicas No 29 Ano 2002

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    CUESTIONES POLTICASInstituto de Esiudios PolIticos y Derecho Piblico

    de a Facultad de Ciencias JurIdicas y Politicos de Ia Universidad del Zulia

    N29Ao 2002

    Autoridades Rectorales CUESTIONES POLITICAS

    de La Universidad del ZuliaISSN 0798-1406

    Domingo Bracho DIaz Directora

    RectorEdith Mabel Cuarro Conde

    Teresita Alvarez de Fernndez Comit Editor

    Vice-Rectora Acadmica

    Agustina YadiraMartinez(Derecho Pblico)

    Leonardo AtencioFinol Janeth Hernndez Marquez

    Vice-RectorAdministrativo(Cienca Politica)

    Maria Eugenia Soto Hernndez

    Rosa Nava Rincn

    Secretaria Comit Asesor

    Ender Arenas, Jos Cerrada, Ricardo Combellas,

    Consejode Desarrollo Cientifico y Humanistico (CONDES)J. M. Delgado Ocando, Angel

    Lombardi, Dieter Nohlen,Alfredo Ramos Jimnez, Goran Therborn, Friedrich WelschAna Julia Bozo de CarmonaCoorclinadora-Secretaria

    Asistentes Administrativos

    Facultad de Ciencias JurIdicas y PolIticasIsabel Rumay y Nilda Mann

    Andrs Quijada RuizDecano La revista CUESTIONES POLITICAS es una publicacin auspiciada perel Instituto de Estudios Politicos y Derecho Pblico de Ia Facultad de Ciencias

    Instituto de EStiPdiOS Politicos y Derecho PblicoJuridicas y Politicas de La Universidad del

    Zulia.

    MirimAlvarez B. de BozoEntre sus objetivos figuran: contribuir con el progreso cientifico de las Cien

    Directora cias HumanasySociales, atravs de ladivulgaciOn de los resultados logrados persus investigadores; estimular Ia investigacin en estas areas del saber; y propiciarpedro L. Bracho Grand Ia presentaciOn, discusin y confrontaciOn de las ideas y avances cientIficos.sScretario CoordinadorCuestiones Politicas aparece dos veces al ao y publica trabajos originalesJo& Gonzalez Gonzalez con avances a resultados de investigacin, los cuales son sometidos alaconside Jef de a SecciOn de Derecho PblicoraciOnderbitroscalificados,enlasreasdeCienciaPolIticayDerechoPblico.Maria Elena Romero RIosJefe de a Seccion de Ciencia Politica Esta publicacin aparece reseada, entre otros indices, en:International Politi ca Science Abstracts, Revista Interamericana de Bibliografia, en el Centro Lati EdUV esMorales Villalobos (E) noamericano para el Desarrollo (CLAD), en Bibliograf a Socio Econmica deJefe de a Seccin d Estudios para Graduados y Extensin Venezuela de REDINSEyen International

    Bibliography of Political Science.

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    Publicapifl subvencioriada por el Consejo de DesrrOllO Cientifico y HumanIstico

    (CONDES) de Ia Urliversidad del ZuliaCUESTIONES POLITICAS

    PublicaciOn auspiciada por el Instituto de Estudios

    Politicos y Derecho Piblico Universidad del Zulia. 2002

    ISSN 0798-1406

    Depsito Legal pp198502ZU132

    Direccin

    Instituto de Estudios Politicos y Derecho PblicoFacultad de Ciencias Juridicas y PolIticas

    Universidad del ZuliaApartado Postal 526

    Tele-Fax 0261 -7596764-7596676Maracaibo, Venezuela

    Impreso en Ediciones Astro Data, S.A.TeIf. 0261-7511905 7831345

    Maracaibo, Venezuelasta revista fue impresa en papel alcalino cumpliendo con los requerirriientos mInimos

    de Ia Estndar Nacional Americana para el Registro Permanente de Materiales para

    Publicaciones CientIficas, ANSIZ39.4?- 1984.

    This publication was printed on acid-free paper that meets the minimum requirements

    of the American National Standard for In formation Sciences-Permanence for Paper for

    Printed Library Materials, ANSI Z39.4- 1984.

    Cuestiones PolIticas

    ISSN 0798-1 406Depsito legal pp 198502ZU132PublicaciOn auspiciada por el Instituto de Estudios Politicos y Derecho Pblico de Ia

    Facultad de Ciencias JurIdicas

    y PolIticas de Ia Universidad del Zulia

    No. 29 Julio-Diciembre 2002

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en Amrica Latina,en tiempos de globalizacin. Jos Vicente Villalobos Antnez*

    ______________________________________________________________________

    Venez!ela" #el pop!lismo rentista al pop!lismo neoliberal$_%%

    &elly Arenas*_____________________________________________________%%

    'nero y ci!dadan(a" al!siones al caso )enezolano L!creciaorales 'arc(a* J!an +arlos orales anz!r**________________-

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    Eperiencias no)edosas en el e/ercio de 0a ci!dadan(a acti)a"las com!nidades 1ay!! de &azareth y 2!s(* &ila Leal'onz3lez**________________________________________________________4

    3s all3 de la personalizacin de la pol(tica" #esalineamientopartid(sta y realineamiento ideolgico en Venez!ela._________5

    Jos '!illermo 'arc(a*___________________________________________5

    #emocracia y #esarrollo 6ocial iriam 7incon de aldonado*____________________________________________________________________-

    Libros y 7e)istas en +an/e_______________________________________89

    0ndice Ac!m!lado________________________________________________8%

    Presentacin

    Las reflexiones que sometemos a Ia consideracin de nuestros lectores, giran esta vez, on

    tomb a Ia probiemtica de Ia igualdad, ci bienestar, Ia tica pbllca y las multiples formas do

    ciudadanIa, con a esperanza de que los temas tratados contribuyan a Ia pro fundizaciOn del

    anlisis y a Ia proposiciOn de soluciones adecuadas a los intrincados problemas por los que

    atraviesa Ia sociedad global en general y nuestra region iberoamericana en particular.

    Analistas politicos, pensadores y estudiosos de las ciencias sociales y polIticas sostienen que

    uno de los rasgos que caracterizan a a sociedad global es Ia internacionalizaciOn de los

    principios democrticos. En ci caso de quo dicha afirmaciOn no sea acertada, si podemos

    afirmar que es deseable, ya que nos encontramos a a busqueda de salidas viables para que

    podamos vivirjuntos

    Se abre esta ediciOn con laspreocupaciones en torno ala Etica, Gobernabilidady Estado do

    Derecho en America Latina(de Jos V. Vilalobos Antnez quien, luego de un documentadoanlisis sostiene que es fundamental instituirreglas juridicas de derecho publico con elpropsito

    de garantizar Ia preservaciOn del hombre sobre Ia tierra en un mbito democrtico, teniendo

    como referente fundamental ci fortalecimiento de Ia tica ciudadana.

    Siguiendo con los temas de actualidad se incluyen las reflexiones do Nelly Arenas sobre Ia

    situacin politica nacional en ci trabajo Venezuela:Del populismo rentista alpopulismo neoliberal en una ret rospectiva histOrica, que sepresenta

    luego do adelantar, algunasprocisiones concoptuales sobre el populismo.

    Con tinuando con las inquietudes por Ia pro blemtica de Ia democracia y Ia igualdad con

    Gnero y CiudadanIa: alusionos al caso venezolano, Lucre- cia Morales Garcia y Juan Carlos

    Morales Manzur afirman que, a pesar do que Ia Constitucin Bolivariana de 1999 consagra Ia

    igualdad de gnero, Ia realidad contrasta con Ia norma constitucional, ya que Ia participacin

    de a mujer en ci procoso politico, permanoce, aUn hoy, restringida, a pesar de los avances

    normativos.

    En ci mismo tenor do conocer y divulgar las prcticas democrticas que se estn desarrollando

    actualmente se incluye ci articulo do Ni/a Leal Gonzalez Experiencias novedosas en el

    ejercicio de Ia ciudadanfa activa:

    las comunidades wayuu de Nazareth y Kusi en ci que se sostiene que las experiencias

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    analizadas revelan una articulaciOn quo abre espacios al reconocimiento do Ia identidad wayuu

    Ia cual so expresa a travs do una ciudadania activa, caracterizada por Ia participacin en dive

    rsas formas asociati

    vas cogeslionarias. Se recomienda, finalmento, que se fortalezcan los canalos

    institucionales para viabilizar Ia participaciOn activa de las ciudadaniasmulticulturales emergentes.

    En Ms al/a de Ia porsonalizaciOn de Ia polItica: desalineamiento partidista

    y realineamiento ideologico en Venezuela de Jos Guilermo Garcia so

    plantea Ia importancia de rescatarpara ol anlisis politico los conceptos de izquierda

    y derecha, reconoclndoles nuevas significa clones que cobran sent!do

    a! calor de una crisis econmica que ha generado el surgimiento de posiclones

    antagOnicas y diferenciadas entre los actores relevantes del sistema y

    ontre los propios ciudadanos, particularizadas por Ia prctica cotidiana do Irajinar

    por el sendero de Ia crisis.

    La escalada tecnolgica que hoy parece vertiginosamente indeteniblo

    amenaza el destino del planeta y sus habitantes. La concontraciOn del capital,

    del poder y del bienestar, son rasgos del actual sistema que conlle van un inmenso

    potencial con flictivo frente a las demandas de los pobres y de los oxcluidos,

    por etnia, religion, genoro y otra infinitud de diferencias. Las tendencias

    hacia Ia con formaciOn do un nuevo modelo politico, el cualsea construido

    de acuerdo abs valores democrticos, senalan que, probablernente, elnue-Nmero

    dedicado avo ordon sera muy distinto a! do los ultimos sigbos. La democracia a Iaque aspiramos

    debe, por tanto, multiplicar los espacios en los cuales las relaciones

    De m oc rac i a y Ci u dad an ado poder so encuentren abiertasa Ia deliberacion, con vistas a Ia creacion de

    las condiciones do un autntico pluralismo.

    Deliborando tambin sobre dichos aspectos, se incluye el trabajo Domocracia

    y Desarrollo Social do Miriam RincOn do Maldonado, en el cual so

    analiza Ia polmica actual sobro los significados de este concopto polifactico,

    y se sostiene quo Ia Democracia, hoy en dIa, dobe procurarniveles aceptables

    do gobernabilidad, en el entendido que no basta, solamente, Ia real!zaciOn

    de ebeccionos libres, participaciOn ciudadana, equilibrio de poderes

    sino quo deben afianzarse tambin altos nivolos de satisfacciOn en las nocesidades

    bsicas do Ia ciudadania, tales como educaciOn, salud, empleo y

    bienestar.

    A ostas corrientes en el mundo real do Ia sociedadposmodorna correspondo

    un nuevo estio do hacerpolitica y elplanteo do una porspoctiva que se

    base on el reconocimionto do Ia multiplicidad, al debate sobro las tareas do Ia

    construcciOn do una comunidad democrtica, so dedica este nUmero do

    nuestra revista.

    Edith Mabel Cuarro Conde

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    Cuestiones Poilticas No. 29, Diciembre de 2002, 11-44 IEPDP-Facultad de Ciencias

    Juridicas

    yPoliticas-LUZ ISSN 0798-1406

    Etica, gobernabilidad y estado

    de derecho en Amrica Latina,en tiempos de globalizacin.Jos Vicente Villalobos Antnez*

    Resumen

    La tica orienta las acciones del hombre y constituye en estos tiempos de posmodernidad Iacarla que hay que jugar para Ia preservacin de Ia especie sobre el planeta. Por ello, con este

    trabajo nos ocupamos de temas como Ia tica, Ia economIa, Ia ecologla y las reglas queimpone el Estado de derecho, todos enlazados por el concepto de globalizacin econmica. Se

    entienden estas categorlas relacionadas por Ia obligaciOn de preservar a vida que tiene el ser

    humano, siendo el medlo ambiente el espaclo de despliegue de sus proyectos vitales, pues esnecesario para Ia reproduccin y preservaciOn de los valores que rnpregnan el discurrir social,

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    cultural, econOmico yjurIdico del hombre en comunidad, los cuales se encuentrandesarticulados del proceso de gobernabilidad ciudadana en el actual sistema de reproduccin

    social, debido a los graves problemas de exclusiOn del sistema democrtico. Sostenemos que

    Ia globalizacion atenta contra el principio de reproducciOn de lo humano, produciendo adems

    profunda crisis de gobierno en los paIses del Sur, por lo que es fundamental instituir reglas

    jurIdicas de derecho pblico con el propOsito de garantizar Ia preservaciOn del hombre sobreIa Tierra, desde el mbito del sistema de derechos pblico y dialgico. El anlisis parte del

    concepto deracionalidad con arreglo a finesesgrimido por Max Weber para Ia comprensiOn de

    Ia tica moderna, al que agregamos como imperativo el tema del aprovechamiento econOmicodel ecosistema desde una praxis legitimatoria, y concluye con el problema de Ia instau

    Departamento de Ciencias Humanas. Unidad Acadmica de Filosofla de Ia Ciencia. Facultad

    Experimental de Ciencias. La Universidad del Zulia.

    E-mail: josevicentevl @cantv.netRecibido: 15-04-02Aceptado: 26-07-02

    12 Jos Vicente Villalobos AntnezraciOn de los derechos, por via de Ia consensualidad en mbitos democrticos, como referente

    fundamental para una tica ciudadana y para el logro de Ia gobernabilidad perdida.

    Palabras dave:Etica Ecolgica y Econmica, Racionalidad con arreglo a fines, Gobernabilidad

    democrtica, Estadodederecho, globalizaciOn.

    Latin American Ethics, Governability

    and the State in Times of Globalization

    AbstractEthics orient human actions and constitute in this postmodern era the key to preserving the

    human species on this planet. Forthis reason, in this paper we focus on themes such as ethics,economics, ecology and the rules imposed by a state of rights, all in reference to and connectedwith the concept of economic globalization. These related characteristics are understood in

    relation to the obligation to preserve human life, and the environment as the space in which its

    vital projects are developed. It is necessary for the reproduction and preservation of values that

    impregnate social cultural, economic, and judicial happenings in communal human existence.These are found to be disarticulated from the process of citizen government in the present

    system of social reproduction due to grave problems of exclusion in the democratic system. We

    affirm that globalization is contrary to the principle of human reproduction, producing

    governmental crisis in countries in the southern hemisphere, and for this reason it is necessary

    to institute public judicial rules for the purpose of guaranteeing human preservation on earthfrom the perspective of systems of public and rights and human discourse. The analysis begins

    with the concept of rationality with adjustments to certain ends suggested by Max Weber in

    order to understand modern ethics. We add to this as an indispensable theme, the economicuse of the ecosystem from a perspective of practical legitimacy, and conclude with an analysis

    of the problem of the instauration of rights through consensus in democratic spaces. This is afundamental reference for citizen ethics and for the recovery of lost govern-ability.

    Key words:Ecological and economic ethics, rationality as to ends, democratic govern-ability,

    state of rights, globalization.

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina,

    en tiempos de globalizacin 13

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    I. Premisas necesariasPrimera Premisa:Los acontecimientos ocurridos en el orbe tanto en el mbito politico como

    econmico, en especial los relativos a Ia conflictividad que traen consigo los foros mundiales

    para el desarrollo sustentable, precedidos de las rondas de reuniones de los delegados de Ia

    Organizacion Mundial del Comercio, han puesto a pensar seriamente no solo a los lIderes delos palses que conforman las instituciones del tratado Bretton-Woods, sino a toda Ia comunidad

    internacional, debido a las nefastas consecuencias que han comenzado a manifestarse

    derivadas de los planes econmicos puestos en prctica bajo Ia formula del neoliberalismo

    econOmico. Los habitantes del planeta, particularmente los ciudadanos que hacen vida en lospalses perifricos vale decir, los ms empobrecidos del orbe1, dentro de los cuales se

    encuentran las naciones latinoamericanas, considerados metodolOgicamente como orbitantes

    al centro productor del gran potencial econOmico y de Ia riqueza del mundo, yen cada vez ms

    distantes sus esperanzas devida buenadebido al actual sistema econmico de desarrolloglobal, el cual se encuentra produciendo exclusiOn a escala inedita; en los ltimos diez aos Ia

    poblaciOn pobre del planeta ha crecido en sentido inverso al progreso, esto es, ha decrecido

    exponencialmente hasta niveles de separacin social no pensados por Ia humanidad: 85% deIa civilizacin se encuentra paradOjicamente deshumanizada, desmoralizada eimperativamente depauperada, cuya subjetividad se encuentra desmarcada por Ia decepcion y

    las pocas esperanzas de obtener una vida plena de goce y disfrute; es de considerar que elconvivir humano necesariamente apunta hacia una forma de vida deseada y no hacia un estilo

    de vida impuesto por las coacciones que produce el hambre y Ia exclusiOn2. La vida pro-

    1 Incluso, en los paIses del Ilamadoprimer mundo,se han acrecentado los sec tore de

    excluidos del proceso de globalizaciOn, extendiendo asI ms ac desus fronteras hasta ahora indestructibles e impenetrables, el proceso de

    deshumanizaciOn por exclusiOn de las grandes poblaciones del plantea.

    2 Ms que estilo de vida, en trminos de exclusiOn debemos hablar de formade supervivencia, pues Ia convivencia implica Iavida buena,esto es, Ia vidacompartida porque se sabe exitosa. La supervivencia apunta hacia el lado

    opuesto del problema:se come cuando se puede; Se trabaja cuando sepuode; so vive SI se puede.Es un imperativo categOrico, siguiendo a Kant,

    erradicar el hambre y Ia miseria del planeta.

    16

    Jos Vicente Villalobos Antnez

    oposicion democrtica. Pero si observamos el breve tiempo que ha transcurrido desde lasluchas independentistas americanas hasta fluestros dias, podemos constatar que Iaexperiencia democrtica de corta tradiciOn en America Latina nos ensea que los ciudadanos

    arriesgan su porvenir al poner su futuro posible en manos de lideres politicos que propician eldesequilibrio confesadamente por varias razones: o bien por su ineptitud politica de disear

    programas de accin que apunten a resolver esos problemas concretos, o bien, propician eldesorden y desorganizacin administrativa con propOsitos no velados, provocando en

    consecuencia situaciones de emergencia polItica de tal magnitud que conducen a Ia ciudadanIaa circunstancias de angustia y desesperanza, produciendo en los estratos subjetivos Ia

    sensaciOn de haberse perdido todo pues no hay nada que hacer, agravando Ia percepciOn

    de crisis politica. Desde luego que Ia consecuencia de las acciones polIticas desacertadas, nosinvitan a pensar, como ciudadano comn, que ha habido traicin al principio de conservacin

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    de Ia vida en comunidad, que es el norte tico de toda acciOn del hombre politico5.Esos liderazgos de poca tradiciOn democrtica Ia historia nos ensea que desviaron, desvian y

    no hay razones para pensar que no desviarn en el futuro inmediato, los principios que Ilevaron

    a los pueblos Iatinoamericanos a las guerras de independencia que lo liberaron del poder

    hegemOnico y por Ia libertad politica y econOmica; antes bien, 10 que no es menos

    lamentable, han fomentado un Estado totalmente desorientado del norte de bienestar de Iasociedad que lo conforma, desvinculando el proceso educativo necesario para Ia instauraciOn

    de valores ticos y democrticos en nuestras sociedades latinoamericanas, fundamentalmente

    necesitados para Ia construcciOn de naciones fuertes en lo politico, en 10 econOmico yb quees ms importante, en 10 cultural, moral y espiritual6.

    5 Para Enrique Dussel, toda accin polltica y tica debe apuntar hacia el principio material de

    conservaciOn de Ia humanidad, ya que ste es un principio universal material, el cual debe ser

    complementado con el principio tico universal formal que esgrime Ia tica del discurso de J.Habermas y K.O. Apel. Cf r. Dussel, 1998; Habermas, 1998, Apel, 1993.

    6 Esta perspectiva del pensamiento fuerte est en congruencia con Ia tica del maestro Arturo

    Roig, que Ia contrapone alpensiero debolede Ia posmodernidad europea y norteamericana.Cfr. El texto de Roig:Caminos do Ia filosofla Iatinoamericana,Ediluz, Maracaibo, 2001 Para unaperspectiva del

    Etica, gobernabilidad y estado do derecho en America Latina, en tiempos de globalizacin

    17

    Por ello debemos encarar los problemas de Ia ingobernabilidad como derivados de Ia acciOn

    polItica desacertada del Estado, que no considera como prioritaria Ia dignidad del ser humano

    viviente en comunidad, y que ha colocado, por el contrario, los intereses de Ia clase

    hegemonica en el poder, con el propOsito de perpetuarse, sin que por ello importe esa dignidaddel hombre ni mucho menos Ia creciente degradacin del ecosistema; tambin Ia nociOn de

    ingobernabilidad est relacionada con Ia desatencin a los problemas concretos del ciudadano

    comn, segn venimos exponiendo, yes en este sentido que ser considerado en el presentetrabajo.

    En ese orden de ideas, afirmamos que el ecosistema ha de ser conceptualizado como el

    espacio de libre participacin del hombre en los asuntos de sus intereses tanto pblicos como

    privados7. Es por 10 que aquI hemos expresado, que debemos plantear y problematizar Iarelacin interna que pueda y deba existir entre Ia tica y el clculo racional propio de Ia

    sociedad capitalista avanzada y post-industrial, en el marco del desarrollo social inmerso en el

    proceso de globalizaciOn econmica, yen el entorno de una ciencia que ha alcanzado niveles

    no sospechados de desarrollo en los palses del Norte. Esta relacin epistemologica puedeparecer caprichosa y desvinculada de condicionantes ticos, si deducimos juicios de valor

    sobre los objetivos que se propone toda actividad humana desde Ia perspectiva del liberalismo

    econOmico, al considerar precisamente Ia accin de los sujetos econOmicos desarticulada del

    nivel fctico de sustentaciOn de Ia vida; pero debemos expresar, antes bien, que las accioneshumanas deben propender ala conservacin, producciOn y desarrolbo de Ia vida del hombre

    sobre el planeta,pensamiento dbil, ver el texto de Gianni Vattimo y Pier Aldo Rovatti (eds.):

    El pensamiento dbil,Editorial Ctedra, Madrid, 1995.7 Vase mi ponencia Los Derechos Fundamentales y el Espacio Geografico en el marco de Ia

    nueva Constitucin venezolana, presentada en las Primeras jornadas de Geograf a yEducacin hacia el Ill Milenio, Facultad de Humanidades y Educacin, Universidad del Zulia,

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    31 de mayo all de junio de 2000; en ella discuto cOmo se conjugan los espacios departicipacin ciudadana desde una perspectiva tica y politica. Asimismo, vase mi trabajo:

    Discurso politico, espacio pblico y legitimidad del orden jurIdico. El dilema de los excluidos en

    America Latina, enCuestiones PolIticas,Revista del Instituto de Estudios Politicos y de

    Derecho Pblico, N 27, La Universidad del Zulia, Maracaibo, 2001-.

    18 Jos Vicente Villalobos Ar?tflez

    pues es Ia nica forma de garantizar Ia supervivencia de Ia espeGie en estos tiempos de crisis

    cientIfico-tecnolOgica en los que est seriailente en peligro Ia vida sobre eI planeta.

    ii. Etica ecolgica y econmicaEs precisamente el carctereconmicodeIa acciOn del hombre, lo que nos permite pensar en

    un necesario nexo entre las exigencia ms urgentes de Ia humanidad planetaria que se enfilanhacia Ia atencin del hambre y de Ia pobreza en el orbe, como falla estructural y no coyUfltural,

    y Ia conservacin del medio en el cual desenvuelve Ia humaidad sus proyectos vitales como

    forma de preservar Ia condicin de vida en el ecosistema mundial, nico mbito de actuaciOn

    del hombre y, desde luego, como manera de encarar los serios problemas de gobernabilidad entorno al control y soluciOn de Ta crisis de ciudadanla precedentenlente descrita. La perspectiva

    que se nos muestra es lade bsqueda desOluclones a los problemas de gobernabilidad en

    mbitos de Ia democracia participativa8 vale decir, no es sino en Ia radicalizaciOn de Ia

    democracia y su fundamentaciOn como sistema politico procedimental9, como podremosdiferenciar desde el punto de vista prctico las solucionS Validas para todos los ciudadanos.

    La crisis econOmica es crisis ecologica, pues las soluciones a los problemas de hambre han

    Ilevado a a humanidad a producir una ciflcia eminentemente solipsista y monologica frente a Ia

    apertura de divrSos campos de accin de Ia tecnologIa moderna, propiciada en buena rfledidapor el debilitamiento de ordenamientos juridicos que permiten Ia explotacin desenfrenada del

    ecosistema, en franca y abierta desconsideracin del futuro del planeta. En este sentido, elfilsofo latinoameriDano Ellas Capriles, quien hace vida acadmica en Mrida, en forma

    alarmante afirma que8 La tesis que esgrimen los palses del None, que controlan gran parte dl planeta, es lade Ia

    democracia indirecta0representativa, segn Ia cual, lpoder soberano reside en el pueblo, que

    elige a sus representantes, corsiderando esta eleccin como fOrmula principal de ejercicio del

    gobiern, negando Ia participacin directa como fOrmula primordial y alternativa paia gobernar.9 Cf r. El texto de Habermas:Facticidad y validez,especialmente el ca)Itulo VII: PolItica

    deliberativa: Un concepto procedimental de democrcIa, pp. 363-406, Trotta, Madrid, 1998.

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina,

    en tiempos de globalizacin 19

    Enfrentamos una crisis ecolOgica tan grave que, si todo sigue como Va, Ia vida humana

    probablemente desaparecer del planeta durante Ia primera mitad del prOximo siglo. Y,mientras esperamos nuestra extinciOn, estaremos condenados a vivir en condiciones

    tisiolgicas y psicolOgicamente patolgicas, que harn nuestra existencia cada vez ms

    miserable e insoportable y a las cuales un nmero cada vez mayor de seres humanos ser

    incapaz de adaptarsecomo consecuencia de lo cual stos desarrollarn altIsimos fiveles destress,se harn

    adictos a sustancias qu Imicas nocivas, desarrollarn neurosis o psicosis, contraern graves

    enfermedades o, en su desesperaciOn, recurrirn al suicidio.

    Por ello se hace imperioso anticiparnos a estas graves predicciones si es que queremosperpetuarnos como civilizaciOn en el planeta, por lo qua debemos extender Ia crItica filosfica

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    ms all de los contenidos tradicionales dentro de los cuales se ha desarrollado en el decurSode Ia historia de Occidente; es neceSario enlazarla a los filntrpicos y urgentes propOsitos del

    hombre en comunidad: propiciar Iavida buena

    al decirde AristOteles11, con el objetivo de detectar los problemas de ingobernabilidad queimplica esta globalizacion econmica, que pretende adems el control del ecosistema

    planetario, para lo cual sus propulsores ejercen Ia vigilancia de los intereses que los afectanms aIl de Ia estratOsfera. La vida buena del hombre como deber-derecho se transforma, a

    pesar de esta hegemOnica vision, en expectativa de vida, esto es, que el derecho a vivirdignamente sobre el planeta se transforma en el debar de cuidar y reproducir el ecosistema

    para las futuras generaciones, por0que este deber-derecho se compone de factores qua

    conllevan ala necesaria transformaciOn del sujeto y el aprovechamiento de los recursos

    naturales que el planeta proporciona, con Ia conviccin de qua stos estructuran el vitalambiente dentro del cual el ser humano despliega sus proyectos individuales y colectivos; esto,

    claro est, a los fines de Ia conservacin, desarrollo y reproduccin de Ia vida humana, al decir

    de Dussel (1998), como principios que permiten a esta humanidad asegurar y preservar Ia

    especie.10 ElIas Capniles:Individuo, sociedady ecosistema. Ensayos sobre FilosofIa, PolIticayMIstica,Universidad de los Andes, Consejo de Publicaciones, 1994, Mrida, Venezuela.

    11 Cf r.La PolIticayEtica a NicOmaco.

    20

    Jos Vicente Villalobos AntUnez

    Con relacin a lo expresado, debemos recordar que el hombre de Ia sociedad capitalista

    moderna busca desde sus primeros intentos en el Renacimiento europeo, refundar Ia propia

    subjetividad perdida en los tiempos de las relaciones estamental-feudales, intento que realizarefundando el espacio privado de actuaciOn como forma de enfrentar las crecientesnecesidades por dems insatisfechas por Ia autoridaci politica feudal, lo que nos da motivos

    para expresar, con los pensadores del fenOmeno p01 itico12 que Ia modernidad encuentra sucaldo de cultivo en los problemas de deslegitimaciOn politica, es decir, de ingobernabilidad, en

    Ia medida en que se acentuO Ia falta de atenciOn a las exigencias polltico-econOmicas de Ia

    sociedad emergente; sta, a su vez, como nos lo ensea Ia historia reciente y no tan reciente,

    genera problemas de desfundamentaciOn del Estado reducibles metodologicamente aproblemas de control politico, ya que las peticiones de derecho en muchos casos encontraron

    gran resistencia por parte delstatus quo,el cual sOlo cediO en situaciones limites, tal como

    ocurriO con Ia toma de Ia Bastilla o con las guerras por Ia independencia de los pueblosamericanos. Si entendemos esta perspectiva en los trminos expresados, podemos

    cornprender que los problemas de gobernabilidad13 surgen paralelos a las deficiencias de

    satisfacciOn ciudadana.

    Esa subjetividad que se proyecta en Ia modernidad desde el espacio privado de participaciOndel ciudadano, es catapultada hacia los espacios pblicos de intervencin de Ia sociedad.

    Porello, Ia bsqueda de

    12 Cfr. Sabine: 1994; Wilson: 1985; Habermas: 1989, 1998, 2000a, 2000b, etc. Cfr. con Victor

    MartIn Fiorino, 2000, quien plantea que el hombre debe vivir no en situaciOn de supervivencia,que suponecondiciones de vida infrahumanas,sino e 6, 1998, 2000, etc.

    13 La crisis actual de gobernabilidad generada en Venezuela se debe en mayor medida a los

    problemas de intolerancia que propicia una concepcin p0- litica acerca del ejercicio del poder,a su vez fundado ste, segn nuestra perspectiva, en intenciones ticas como Ia de incluir en

  • 7/25/2019 Revista Cuestiones Politicas No 29 Ano 2002

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    los espacios tradicionales de discusiOn pblica, a los tradicionalmente excluidos de losdiscursos de fundamentacin y de aplicacion normativos, esto es, con el propOsito de incluir al

    pauper ante festenlas acciones del Estado. Pero esto no es lo que est en discusiOn; antes

    bien, el problema debe encarase desde una perspectiva del ejercicio radical de Ia democracia,

    comenzando por enjuiciar a los agentes de Ia corrupciOn, que literalmente desaparecen como

    por arte de magia el dinero que le pertenece al desdichadoJuan Bimba(es decir, al pueblopobre, que es de Dios, como dice el discurso populista).

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina, en tiempos de globalizacin

    21

    mayor participaciOn en los proyectos y programas individuales, orientan el accionar del hombre

    de Ia modernidad hacia Ia instauraciOn de 10 que Max Weber (1974) denominaracionalidad

    con arreglo a fines,entendida como las expectativas que el hombre espera en el

    comportamiento de los miembros de Ia sociedad, es decir, Ia racionalidad finalista o teleolOgica

    del sujeto con relaciOn no sOlo a Ia naturaleza de Ia cual forma parte, sino que tambin las delhombre con respecto a los sujetos que intervienen en Ia acciOn social; tales cuestionesimplican en el actual desarrollo del orden politico, necesariamente problemas de gobierno, en

    mbitos no sOlo del Estado liberal, sino del Estado conservador, y ms an, en el modelo delneoliberalismo politico y econmico, por las razones que aqul se explican.

    Las expectativas de comportamiento, de acuerdo con Ia vision de Ia modernidad realizada porWeber, son utilizadas al mismo tiempo como vehiculos para el efectivo logro de los fines

    racionalmente calculados, descartando el sujeto capitalista toda accin realizada con

    fundamento en los fines emotivos o tradicionales; aunque debemos expresar que las actuales

    condiciones de sociabilidad, en el marco de una comunidad que pugna crecientemente por Ia

    participacin, estos fines motivacionales o conservadores han venido siendo retomados por IaacciOn del hombre politico con el propOsito de reinstaurar Ia armonla perdida en el fragor de

    las fragmentaciones provocadas por Ia acciOn inoperante e incompetente del Estado capitalista

    post-industrialal menos para las grandes mayorIas excluidas de los beneficios que genera,y principalmente de Ia desesperanza y de Ia prdida de Ia confianza en Ia ciencia y Ia

    tecnologia, las cuales han sido controladas y man ipuladas en parte con propOsitos

    destructivos y hegemOnicos del conocimiento. Este ltimo es utilizado por Ia acciOn polItica

    oficial con fines eminentemente calculistas y racionales, aunque podarnos decir que a lo largode Ia historia reciente y posterior ala segunda conflagraciOn mundial, Ia relacin ciencia/politica

    se ha manifestado de diversas maneras, segn el grado de vinculaciOn que Ia acciOn polItica

    real haya realizado con relaciOn a Ia ciencia y a Ia tecnolog a14. La ciencia y Ia tecnologIa

    contemporneas14 Habermas ha descrito esta relacin y ha detectado tres niveles de vinculacin entre ciencia

    y poder politico: Modelo decisionista, Modelo tecnocrtiCo y Modelo pragmatista. Ver al

    respecto su obra:Ciencia y tcnica como ideologIa,Tecnos, Madrid, 1994. Ver tambin mi

    trabajo Conocimiento

    22

    Jos Vicente Villalobos Antnez

    han conducido a Ia humanidad por senderos de grave peligro para Ia conservaclOn de Iaespecie, en el sentido de que son Ilevadas las prcticas cientIficas y tecnologicas hasta

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    extremos riesgosos de prdida del ecosistema15, trayendo consecuencias no esperadas deese accionar sobre a naturaleza y Ia sociedad, sobre todo si consideramos los propOsitos del

    homo mercatorisde a globalizacion, por encima delhomo societatisque reclama toda exigencia

    humana. Esta consideraciOn de Ia acciOn del hombre de estos tiempos de posmodernidad, es

    Ia que est bajo el examen del filOsofo de Frankfurt. En taP sentido nos dice Habermas (1994:

    54) que:En a medida en que Ia ciencia y Pa tcnica penetran en los mbitos institucionales de Ia

    sociedad, transformando de este modo a las instituciones mismas, empiezan a desmoronarse

    las viejas legitimaciones.Las viejas legitimaciones a las cuales se refiere el exponente frankfurcktiano de Ia tica del

    discurso, son las que han permitido Ia instauraciOn de un Estado moderno bajo al paradigma

    del capitalismo ideado por Ia tica protestante, segn Weber, cuyas acciones condujeron a una

    concepciOn de Ia ciudadania en trminos de participaciOn en los asuntos de inters privadocon proyecciones al nivel pUblico y colectivo, necesarios para Ia afirmaciOn econOmica liberal.

    A partir de este momento de Ia tica protestante que promovi Ia libertad del individuo en

    trminos del paradigma deldejar hacer, dejarpasar,surge Ia propuesta del neolibecientIfico ydecisiones polIticas, de prxima aparicin en losCuadernos de

    EticayFilosofIa PolItica,N4,2002, publicacin de Ia Maestria en Filosof a, Universidad de

    los Andes. En este trabajo se discute crIticamente Ia propuesta del filOsofo de Frankfurt.

    15 Citamos como ejemplo las prcticas nucleares clandestinas y no clandestinas realizadas por

    las grandes potencias militares, y por aquellos paIses que recin han adquirido el conocimiento

    nuclear aplicado a Ia industria belica. Esta ciencia y esta tecnologIa militares son las que tienenen peligro de destruccin al planeta. Hasta dOnde Ilegara Ia actual civilizaciOn con esta

    angustia, no lo sabemos. Lo que si sabemos es que se hace imperioso detener estaperspectiva de angustia existencial, pues asi lo exige el principio de conservaciOn de Ia vida de

    toda tica material. Para un enfoque de Ia angustia existencial en Occidente, vase aHeidegger:Sery tiempo,FCE, 1987, Madrid.

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina, en tiempos de globalizacin

    23

    ralismo econmico16, que en los actuales momentos se enfrenta a una resistencia social

    mediante protestas en contra de sus dogmas por parte de Ia sociedad civil organizada, como

    son los casos de Ia masiva presencia de activistas antiglobalizaciOn en Paris, por Ia querella

    que siguiO Ia justicia francesa en contra del dirigente campesino Jos Bove, con motivo de las

    agresiones que sufriO una de las empresas estandarte de Ia globalizacion17, atribuidas almovimiento politico del agricultor francs; las acusaciones que antecedieron al mencionado

    juicio Ilevaron ala justicia parisina a condenarlo, pues Ia agresiOn fue vista por millones de

    personas en el mundo via TV. Del mismo modo, tambin se citan los casos de las protestasmasivas en tomb alas rondas de reuniones de los delegados de Ia OrganizaciOn Mundial del

    Comercio, las cuales han cobrado cientos de victimas zaheridas por los agentes de seguridad

    del Estado de turno de cada una de esas reuniones (Canada, Estados Unidos, Italia, Tokio,

    etc.), dando lugar incluso a balances nefastos debido a Ia prdida de vidas humanas.Weber expresa adems, siguiendo el sentido de las ideas citadas arriba, que el otro aspecto de

    Ia racionalidad moderna es eldesencantamientode las cosmovisiones con Ia consiguiente

    prdida de Ia orientaciOn de Ia accin del hombre, las cuales, agregamos, son factoresindiscutibles de prdida de Ia esperanza frente a Ia solucin polItica de los problemas que Ia

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    sociedad contempornea enfrenta. Vale decir, esta perspectiva es una manera de ver Ia formacomo afloran los problemas de Ia accin polItica y, consiguientemente, de gobernabilidad, pues

    una sociedad desorientada desde Ia perspectiva polItica y econOmica18, no puede encontrar el

    camino que Ia conduzca al encuentro con Ia convivencia deseada.

    16 Es necesario distinguir el liberalismo de Ia IustraciOn, del neoliberalismo como instrumento

    para Ia dominacin de Ia actual praxis politica, segn se vera en prximo trabajo. El espIritu delliberalismo de Ia ilustracin puede analizarse desde Ia obra de los franceses como Rousseau y

    Montesquieu, y desde a obra de Ia Aufklrung de Ia Alemania iluminista con Inmanuel Kant

    como principal exponente. Para una vision de conjunto, vase Ia obra de Habermas:Eldiscurso filosfico de Ia modernidad,Tecnos, Madrid, 1989.

    17 La cadena de restaurantes McDonald.

    18 Recordemos Ia crisis de los aos treinta, poca de suicidios y de resquebrajamiento de Ia

    economIa norteamericana.

    24

    Jos Vicente Villalobos Antnez

    Es por ello que afirmamos, siguiendo a Habermas, Roig, Dussel y Victor Martin, que el hombre

    necesita de los espacios pblicos de participacin en el marco de sus relaciones sociales eintersubjetivas, cuyos fines son necesariamente vinculantes con los proyectos de vida

    colectivos, desde donde se establecen los vInculos con Ia comunidad polItica, mediante eluso

    pblico de Ia razn,segn Ia expresin kantiana, pues una visiOn futurista permite el

    surgimiento, incluso coactivamente, de soluciones concordantes con los problemas cfedeslegitimaciOn polItica yen consecuencia de ingobernabilidad, frente a los procesos de

    desfundamentaciOn politica del Estado de derecho moderno o capitalista. La ingobernabilidades consecuencia directa de Ia desatenciOn de los problemas concretos del ciudadano, y en

    esta medida podemos definirla como Ia carencia a nivel operativo de Ia acciOn de gobierno queno soluciona problemas concretos y no establece o son insuficientes programas a corto,

    mediano y largo plazo. Generalmente los problemas de Ia ciudadanIa son medianamente

    atendidos a corto plazo, olvidndose elestamentopolitico estructurar soluciones a mediado y

    largo alcance; este sentido organizacional de Ia estructura social es profundamente atendido

    por los paIses del Norte, contrastando con las fallas estructurales de los paises del Sur, a lo

    cual no escapa ninguna de las naciones Iatinoamericanas 1.

    La no atencin de los problemas coyunturales y estructurales de Ia economIa domstica de las

    naciones subdesarrolladas o del Sur es Ia caracteristica que las diferencia de las naciones delNorte, sealndose eufemisticamente esta desatenciOn de los asuntos vitales, en

    consecuencia, como unadesventaja competitivacon relacin al concierto internacional,

    fundamentalmente en mbitos de mercado y producciOn de bienes y servicios. Tal descripciOn

    socio-politica es a nuestro modo de ver una forma simple de explicar las fallas de estructuras

    que ancestralmente vienen padeciendo los palses del Sur, pues en buena medida a ello han

    contribuido las grandes deudas externas que los aquejan, de paso contratadas con los entesinternacionales pblicos y privados en el pasado reciente en forma ilegal e ilegitima; el espacio

    del presente trabajo no nos permite discutir aqui ste espinoso asunto.

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina, en tiempos de

    globalizacion

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    iii. Etica, ecologIa y estado de derecho. La globatizacin bajo

    examen ciudadano

    25

    Las consideraciones anteriores nos sirven de fundamento para esbozar algunas ideas en tomba lo que representa para Ia humanidad el aprovechamiento y Ia explotacin racional del

    ecosistema, cuestiOn que plantea problemas en torno a Ia concepcin tica y polItica delhombre en comunidad, las que podemos conectar con los problemas de gobernabilidad

    fundamentalmente en mbitos de Ia democracia moderna, dadas las condiciones desupervivencia de Ia mayoria de Ia humanidad20, considerando que hay un nmero mayoritario

    de seres humanos cuyo sistema de gobierno no est configurado al estilo de las democraciasoccidentales. No obstante las malas condiciones de vida, los sistemas gubernamentales tienen

    teOricamente el propOsito de satisfacer las exigencias de unavida buena,pues es Ia via para

    evadir Ia visiOn premonitoria de desencantamiento considerada por Capriles. Es ese el puntocrucial de toda tica y de todo proyecto politico: La orientacin para Ia acciOn (Cortina, 1998)

    que busca satisfacer las necesidades del hombre con elfin de preservar Ia humanidad, en

    resguardo del espacio para las generaciones futuras, las cuales tienen derecho a vivir en un

    ambiente sano, Iimpio, no contaminado y Otil.Por ello, Ia explotaciOn de los recursos naturales debe enmarcarse dentro de esas exigencias

    tico-racionales, para lo cual se hace necesario Ia instauraciOn de Iimitaciones jurIdicas y

    polIticas para el aprovechamiento del ambiente y de los medios que el hombre utiliza, con el

    propOsito de obtener los beneficios que a naturaleza ofrece sin que se menoscabe Ia libertadde accin y el derecho a Ia utilizaciOn de los productos de Ia naturaleza, pues son patrimonio

    de Ia humanidad. Estas restricciones institucionalizadas formalmente en forma de derechos,

    tienen el propOsito de regular las relaciones intersubjetivas en un escenario politica20 Cf r.Victor MartIn Fiorino, 2000, quien plantea que el hombre debe vivir noen situaciOn de supervivencia, que suponecondiciones de vida infrahumanas,sino en

    situaciOn deconvivencia,es decir, bajo el amparo de una vida plena y satisfactoria desde todo

    punto de vista, fundarnentalmente desde Ia perspectiva polIticaesto es, el hombre viviendo

    en corn unidad de vida.

    19 Las razones del desarrollo de los paIses del Norte no son discutidas aqui.

    26

    Jos Vicente Villalobos Antnez

    mente legItimo, pues no deben implicar menoscabo de Ia racionalidad estrategica instauradapor el sujeto moderno, con elfin de lograr resultados satisfactorios tanto a los intereses

    particulares como a los del grupo social y polItico. La razOn estratgica debe entenderse comoIa previsiOn teOrica y prctica que realiza el hombre en el marco de su convivencia:

    hay necesariamente relaciOn directa entre lo que el hombre prev y racionaliza como lo til y

    necesario para Ia vida, yb que obtiene de Ia naturaleza ms all de a satisfacciOn de las

    necesidades.

    111.1. La racionalidad ecolgica.

    El derecho como estructuraEl clculo racional proyectado al medio ambiente y destinadoaIa expbotaciOn de los recursos

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    naturales, trae consigo en mbitos de Ia gbbalizacin econmica y neoliberal, Ia destrucciOndel ecosistema producto de Ia razOn calculista y monoproductora21, pues podemos

    observarque los resultados del hecho econOmico son sOlo provechosos a un sector

    minoritario del planeta, que pugna por Ia acumulaciOn desenfrenada del capital quearriesga

    en el proceso. En esos trminos no es posible ni tica ni juridicamente aceptar una

    calculabilidad racional desmedida, ilimitada, pues implica una subjetividad propiciante de IadestrucciOn del hombre y su entorno, contrario al principio tico-material de preservaciOn de Ia

    vida humana en comunidad, que exige Ia preservaciOn del ecosistema en el marco de unasrelaciones polIticas estables22, que puedan generar aciertos en las decisiones racionabes que

    atiendan los problemas concretos del ciudadano23, ganando asI gobernabilidad,

    21 La nocin de razn monoproductora est vinculada con el desarrollo tecnolOgico que no

    toma en cuenta a protecciOn del ambiente, por bo que tambin pueden conceptualizarse Iaciencia y Ia tcnica racionales como monolOgicas y solipsistas, pues su accionar no apunta

    hacia Ia preservaciOn de Ia comunidad planetaria.

    22 Aunque Ia aspiraciOn de los excluidos de participar en los discursos de fundamentacin

    nose produce sin conflictos ni resistencia, como puede observarse de Ia violencia yconflictividad que deja tras de si a acciOn polItica del actual gobierno de Hugo Chavez: se

    observa claramente alas clases media yalta resistindose al papel protagOnico de los

    tradicionalmente excluldos, y stos, se muestran violentos y sedientos de saldar Ia vieja deuda

    de centurias de exclusiOn.

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina, en tiempos de globalizacin

    27

    considerando que Ia sociedad exclulda gana crecientemente espacios de participaciOn, claro

    que no sin resistencia del poder politico, pues estas ganancias de espacios producencoacciones en el mbito politico para Ia toma de decisiones atinentes a Ia resoluciOn de los

    problemas y necesidades urgentes: pueden citarse como ejempbos, las manifestacionesocurridas en tomb a las rondas de reuniones de Ia OMC mencionadas aI comienzo, realizadas

    en Seattle, Davos y otras ciudades del Norte, o las crecientes manifestaciones frente a las

    decisiones polIticoeconOmicas de Ia clase polItica en el poder, como son los casos de

    Argentina, Ecuador, PerO y ms recientemente en Venezuela.La paradoja que aflora el discurso neoliberal es elocuente: El hombre econOmico que se

    proyecta en Ia actual etapa de Ia modernidad como sujeto desintegrador de toda actividad

    intersubjetiva, encuentra el medio apropiado para Ia radicalizacin del proyecto de desarrollo

    sustentable (ms bien insostenible), como eufemIsticamente se le llama, en Iaglobalizacindel mercado,conceptualizada como proyecto utOpico, ideada para hacer liderar eb proyecto

    econmico sobre el resto de los proyectos socialescuestiOn que se contrapone al proceso demundializacin de las culturas como fOrmula alternativa para Ia humanidad y su progreso

    social, espiritual y econOmico24. Esta entidad fenomnica Ia globalizacin se ha

    difundido e impuesto sobre bases falsas en todo el planeta25, como falaz justificacin de los

    desafIos que eb hombre antesidades perentorias del ciudadano comn. Se necesitan actos queresuelvan problemas concretos, acciones eficaces de manera de producir Ia sensacin

    ciudadana de ser tomados en cuenta por el orden establecidopues es bo que cuenta.

    24 Cf r. Mi trabajo: HipOtesis para una lOgica del concepto de derecho alternativo desde

    America Latina, enUNICA,Revista de Aries y Humanidades de Ia Universidad Cecilio Acosta,

    Ao 3, N 5, Enero/Junio 2002, Maracaibo.25 Se incurre en IaFalacia do Ia generalizacin,esto es, el argumento vlido aparentemente

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    pero falso en su estructura racional pues viola las leyes del discurso tanto formal como material,en cuanto que el proceso de globalizaciOn satisface y propicia el desarrollo y sustentaciOn de

    Ia economia de los paises desarrollados, por Ic que concluyen sus mentores que si es bueno

    para este pals o para aqul otro, tambin lo ser para aquellos paIses que tienen fallas

    estructurales en su economia, es decir, los subdesarrollados (es, desde el punto de vista

    lOgico, un dilema: cualquiera de las decisiones que presenta el neoliberalismo econOmico, nosIleva por el camino del acrecentamiento de Ia brecha ya abismal entre ricos y pobres). No

    discutimos

    23 Aunque en Ia prctica estas acciones de gobierno deslegitiman el ejerciclodel poder, pues no bastan buenas intenciones para Ia atenciOn de las nece

    28

    Jos Vicente VillalobosAntnez

    pone a su devenir histOrico (el devenir humano es unaprioriantropologico,al decirde Ro1g26):esto es, Ia globalizacion mercantilista no considera Ia premisa de preservacion de los valores

    culturales que el proplo desarrollo humano produce y Ia universalizaciOn como imperativo

    categorico delas culturas,a travs de Ia conceptual izaciOn de unacomunidad econmica

    yculturalpiurales,asumiendo el principio de una nicaaldeade convivencia de a civilizaciOncomo lo es nuestro planeta. La universalizacin cultural, debemos agregar, no debe estar

    reida con el dilogo intercultural, segn expresa RaOl Fornet Betancourt, pues Ia convivenciaentre culturas se erige como fOrmula contrapuesta a toda globaUzacin monoculturalista que

    es fuente de erradicaciOn de tradiciones y de memoria histrica27.La aspiracion de globalizacion de las actividades del hombre noes nueva; ya en Ia antiguedad

    los griegos se plantearon Ia universalizaciOn de su cultura, cuya tradiciOn de expansion seextendiO a las ambiciones de universalizaciOn del lmperio Romano. No obstante, hay que

    decirque esta universalizacjOn cultural tiene actualmente otras caracteristicas, que si bien antes

    pudo haberlas tenido, noes sino en el presente cuando se plantea en trminos verdaderamente

    hegemOnicos: aglobalizacioncultural va ms aIl y se centra en unaglobalizacion econmica

    neoliberal,esto es, que el discurso posmoderno noes en trminos de universalizaciOn delas

    culturassinoel deuna culturapor dems con aspiraciones de dominio, a occidental; hablamos

    entonces de universal izaciOn-homogeneizacion como manera de ver al mundo solo a travs

    deunacategorla: el mercado, todo lo cual nos antepone en terrenos de los problemas politicospropios de Ia gobernabilidad, pues se establece Ia premisa segOn Ia cual, mediante estamano

    in visible,puede ejercerse un mejor control de dominio sobre el ciudadano comOn, inserto en el

    proceso de

    aqul las incongruencias del discurso de Ia globalizacion, pero debemos decir que su estructuraIOgica se of rece evidentemente contradictoria.

    26 Vase el texto citado.

    27 Vase el texto de este filOsofo latinoamericano: FORNET-BETANCOURT R. (2000):Intercufturalidad y Globalizacjn. Ejercicios de crItica filosfica intercultural en el contexto de a

    globalizacion neoliberal,IKO Verlag-DEl, San Jos, Costa Rica.

    Etica, gooernatiiiiciaa y estaao ae aerecno en i-imericiLiUrId,en tiempos de globalizacion

    29

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    globalizaciOn28, por 10 que los problemas concretos adquieren su soluciOn y satisfacciOn porIa acciOn propia y particular del individuo, en un ambiente totalmente de desregulaciOn juridica

    del Estado, fundamentalmente mediante Ia flexibilizaciOn y anulaciOn de los fines tradicionales

    como Ia atenciOn ala salud, a Ia educaciOn, a Ia seguridad jurIdica, el derecho ciudadano a un

    empleo estable garantizado por medio de las prestaciones laborales, etc.; vale decir, se dejan

    las funciones de cumplimiento al libre mercado, en ausencia de reglasjuridicas que restrinjan suacciOn.

    Por ello hay que preguntarse hasta dOnde puede Ilegar Ia accin de un Estado desregulado,

    pues el supuesto metodolOgico de Ia globalizacin segn el cual se concibe Ia actuaciOndirecta de agentes externos sobre los territorios de los paIsesbeneficiariosdel proceso, causa

    paradOjicamente Ia ms profunda enajenaciOn cultural y politica del hombre, ya que es

    causante de los ms grandes males sociales al excluir del proceso econOmico cada dIa a un

    mayor nOmero de seres humanos, Ilevndolos ala miseria y a Ta desesperanza, como quedOexpresado en prrafos anteriores. Estos entran en Ia categorIa dedesempleados(0 de

    arrojados), quienes no importan para las estadisticas financieras29.

    28 Los excluidos deslegitiman el proceso econOmico de Ia globalizaciOn. La tesis segn Ia cualeI mercado regula las relaciones intersubjetivas se cae por su propio peso, pues desde Iaperspectiva neoliberal, Ia tica en Ia econom(a es cuestin de fbula, esto es, una ilusiOn en el

    actual marco de las relaclones humanas. La pregunta central es si se puede concebir uncapitalismo solidario a loS intereses del hombre en sociedad: Ia tica en el mercado ms que

    una obligacin, es tambin Ia salida del oscuro tnel por el que atraviesa Ia humanidad.Asimismo, este es el sentido que nos of rece Adela Cortina en uno de sus textos recientes:

    Hasta unpueblo de demonios. Etica pblica ysociedad,Taurus, segunda ediciOn, 1998. Cf r.Tambin el texto de Ia misma autora espanolaEtica de a empresa,Trotta, Madrid, Tercera

    edidan, 1994, y el reciente texto de Juliana Ferrer,Presencia del componente tico en sectoresde Actividad Industrial,ediciOn de Ia autora, Maracaibo, 2001, pueden darnos una vision de

    amplitud de este problema de Ia tica en Ia acciOn econOmica.29 La matematizacin del desempleado es una paradoja para Ia globalizaciOn (otra ms), pues

    el neoliberalismo econOmico como fOrmula para Ia crisis del planeta, necesita desujetosnecesitantes solventes,para decirlo con palabras de Enrique Dussel, pero est produciendo

    desempleados en Se-

    ne.

    30

    Jos Vicenfe Villalobos Antnez

    Obviamente, estamos en presencia de un agudo problema de gobernabilidad planetario, que Iasociedad organizada debe atender urgentemente si quiere implantar Ia maxima de Ia tica

    material ya mencionada deconservar, produciryreproducirla vida humana en comunidad.Es

    necesario enfrentar esta circunstancia con mejores argumentos que los de Ia globalizaciOn

    neoliberal, pues ante sta se nos presentan evidencias contradictorjas a nivel terico, loscuales en su dimension prctica, como se deja ver tras Ia oprobiosa experiencia, no han

    resuelto ni resolvern los males de hambruna de Ia humanidad. Es necesario contrarrestar lascontradictorias hiptesis de Ia globalizaciOn segn Ia cual, mediante Ia radicalizaciOn de los

    mercados es como puede el ciudadano comn aspirar a un mejor estilo de vida, pero sobre

    todo mirar con cautela el poder de los palses globalizadores que en ejercicio de suspotencialidades, liegan a plantear mediante argumentos chantajistas que no es sino con su

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    auxilio econmico y Ia expansion de su estilo de vida, como a sociedad del futuro puede arribara condiciones de vida mejores o deseables; esta forma de encarar Ia crisis social del mundo, es

    materializada coercitivamente a pesar de ostentar los agentes del neoliberalismo las banderas

    de Ia libertad y Ia democracia.

    Podemos citar el caso de Argentina que ha sido sometida a Ia ignominia debido a los

    desbarajustes econOmicos por los que atraviesa su pueblo, asI como los casos de otros palseslatinoamericanos; incluso son dudosos los auxilios que recientemente recibiO el Brasil para

    restablecer su equilibrio econOmico y financiero, pues su calda podria arrastrar a gran parte de

    Ia economla americana, enfrentando los entes financieros y el gobierno norteamericano lascrIticas internas que de todas formas se produjeron, evidenciando que sus intereses como

    naciOn estan por encima de los males de un mundo que aspira a un mejor vivir30.

    Los intereses velados de estas manifestaciones de Iademocracia nodriza,son contrarios a una

    armonla econOmica global, por Ia cual muchos atacan al neoliberalismo econOmico y a Iaglobalizacion neoliberal,

    30 Advertimos que no objetamos el estilo de vida que Ileva Ia sociedad norteamericana; lo que

    objetamos es Ia contraposiciOn de sus intereses circunstanciales con los de los dems paisesdel orbe. Sobre todo si observamos el papel que jugO Estados Unidos en el pasado reciente:su intervencin activa y pasiva en os regimenes militares del continente suramericano.

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina, en tiempos de globalizacin

    31

    desde sus contradictorias raIces31, pues nuestra tesis, compartida con otros pensadores32, es

    que el proceso de globalizacian econmica trae consigo serias contradicciones de orden tico,

    politico, econOmico y jurIdico 33.

    La esencia de este fenmeno humano se encuentra en Ia fundamenta lizaciOn, por parte deOccidente y del capitalismo financiero transnacional, de Ia actividad econOmica del hombre,

    esto es, sobre Ia base de Ia compra-venta de los excedentes de bienes de producciOn,

    fundamentalmente extraldos desde los palses perifricos hacia los centros de poder no soloeconOmicos sino politicos, con Ia consiguientemiserizacinde los grandes conglomerados

    humanos de los paIses sometidos al proceso. Por ello dijimos al principio que es necesaria Ia

    orientaciOn para Ia acciOn que Ia tica proporciona, con elfin de redefinir y reorientar Ia crisis

    de gobernabilidad provocada por el desencantamiento de Ia globalizacion.En otro momenta hemos expresado34 que las relaciones de produccin de Ia economIa

    capitalista post-industrial, propias del actual estado del capitalismomoderno,requiere de

    manera creciente de protecciones y garantlas institucionales a Ia propiedad privada con fines

    sociaes el uso pOblico de Ia razOn kantiano, contrario a Ia que sucede ac31 El fenOmenoque se presenta conjuntamente con Ia globalizacin, es que

    las corporaciones econOmicas transnacionales, extraen los pocos y precarios excedentes de

    los palses subdesarrollados o tercermundistas en donde instalan su infraestrucutra,

    produciendo no paradjicamente, sino imperativamente, ms miseria y hambre, alejando aniveles inalcanzables las expectativas de unavida buena.Hay que agregar Ia profunda

    corrupcin que viene con el proceso, que engulle cifras astronOmicas ilegalmente y en for- maimpune, acentuando Ia profunda crisis econmica y politica de los paises ms pobres del

    planeta, cuya globalizacin se pretende. Ver el texto de Martin Khor:La globalizacin desde elSur. Estrafegias para el siglo XXI,carla, 2001. Asimismo ver a obra de Jos Luis Orozco:De

    teologos, pragmticos y geopolIticos. Aproximacin a! globalismo norteamericano,Gedisa,Barcelona, Espaa, 2001, en el que se describe el proceso de globalizacin desde una

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    perspectiva de Ia historia norteamericana.32 Cf r. Roig, 2001, Jameson, 2000, Kohr, 2001.

    33 Estos dos ltimos aspectos pueden verse detalladamente en el texto del pensador brasileo

    Jos Eduardo Farla:El derecho en Ia economla globalizada,Trotta, Madrid, 2001.

    34 Ver Villalobos, 2000 a y 2000 b.

    32

    Jos Vicente Villalobos Antnez

    tualmente en los palses subdesarrollados que incorporan y aplican las recetasdelFondo Monetarjo lnternacionalydep Banco Mundial35, quellteralmente obligan a

    desregularizar las reglas minimas del Estado garantes del cumplimiento de los finespblicos; esto, aunado a las garantIas legales de libre contrataciOn y al fomento deactividades sociales y econOmjcas con sentido social, propician y hacen necesario el

    surgimiento de protecciones estatales y de reglas de orden pUblico, para darecumplimiento a tales actividades. El norte que inspira Ia instauraciOn de estas reglasmInimas no es otro que Ia obtencin de altos niveles de convivencia para toda Ia

    poblaciOn del planeta, y no como en Ia actualidadglobalizada,que proyecta eTbienestar para los centros de poder econOmico-polItjcos que producen los grandes

    capitales y su ilimitada y concentrada acumulaciOn36.

    IV. El papel del derecho pblico

    en Ia globalizacion

    Las ideas antecedentes estimulan Ia reflexiOn en el sentido de indagar acerca de saber cul es

    el papel que debe cumplir Ia organizacion estatal en mbitos del proceso de globalizacion. En

    tal sentido, debemos precisar que si hay alguna funcin elemental relativa al rol que debecumplir el derecho en estos tiempos de crisis y de desfundamentaciOn del Estado, esto ltimo

    como estrategia del neoliberalismo, es Ia funciOn de regulaciOn institucional de las estructuras

    sociales, culturales, econmicas y finalmente juridicas que debe conformar el derecho pblico

    en su dimension orgnica, que sea diseado como programa consensualmente instaurado porlos ciudadanos que se dan reglas de autovinculaciOn como garantla de sus autonomias pbiica

    y privada, precisamente porque Ia ingobernabilidad actual recibe su genesis de factores

    exOge35 Esto es, aplicando mediante coacciones poilticas y econOmicas, las disposiciones deltratado Bretton-Woods, que dio origen a las instituciones mencionadas, junto con otras. Parauna perspectiva tica de las implicaciones al principio y derecho a Ia no intervenciOn de los

    acuerdos multilaterales con estas institucjones neoliberales, ver mi ponencia precitada: La

    fbula del espejo y Ia tica ciudadana. Perspectiva crItico-filosfjca acerca del Derecho a Ia

    AutodetermjnacjOn de los pueblos, presentada en el marco del V Encuentro del Corredor deas ideas, celebrado en Rio Cuarto, Universjdad de Rio Cuarto, Argentina, Noviembre de 2002

    b.

    36 Cf r, El texto citado de Jos Eduardo Farla.

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina, en tiempos de globalizacin

    33

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    20/120

    nos a Ia democracia; Ia intromisiOn velada y an abierta en los asuntos de inters pOblico en

    los palsesbeneficiariosde a globalizaciOn, no es enfrentada estructuralmente; muchas veces

    Ia propia organizaciOn estatal cae en profundas contradicciones en su lucha por preservar Ia

    soberanlafrente abs problemas de gobernabilidad suscitados por Ia insatisfacciOn de losproblemas concretos de Ia sociedad37.

    Por ello el derecho pOblico tiene por finalidad proteger las actividades del hombre de lasdesregulaciones que propicia Ia globalizaciOn del mercado, que busca obtener un desempeo

    Optimo de los capitales financieros internacionales, cuestin que en si misma no esreprochable, pues toda empresa debe tener como principio Ia ganancia ms all de Ia

    inversiOn de tal manera que el rOdito sea satisfactorio a los efectos de Ia acumulacin del

    capital y de propiciar el ascenso a mejores estratos de vida de los sujetos que en ella

    conviven;lo que se reprocha en todo caso es Ia intencin perversa de aniquilar toda

    posibilidad de desarrollo y fomento de otros capitales, como los cooperativos o comanditarios,

    estos ltimos casi sin vida en el comercio mundial. La naturaleza de los capitales financieros de

    los dIas que corren es Ia de extractividad de los excedentes domsticos de los paises en vIas

    de desarrollo, que a su vez han puesto en prctica ensayos econOmico-legislativos apegados alas Iineas de mando de las Instituciones financieras multilaterales.

    Esta es Ia razn por Ia cual Ia tica contempornea tiene mucho que aportar desde Ia

    fundamentaciOn de un orden econOmico capaz de enderezar los entuertos dejados por el pasohoyador de Ia globalizaciOn y el derecho posmodernista que pregona. La privatizacin del

    orden jurIdico es el estandarte de los defensores de esta forma de very de construir el mundo

    de Ia modernidad tardia sobre todo en Latinoamrica, por 10 que las respuestas que debe dar

    Ia misma sociedad civil deben estar37 Como por ejemplo los tratados bilaterales contra a doble tributaciOn, que benefician en

    forma leonina a los paIses desarrollados. Ver el Tratado contra Ia doble tributaciOn celebradopor Venezuela con Estados Unidos, a cuyo contenido el Senado norteamericano le hizo serios

    reparos luego de suscrito, mediante el uso de as denominadas Clusulas de entendimiento,

    que modificaron sustancialmente dicho tratado sin que a cancillerla ni el gobierno venezolanos

    objetaran los reparos. Este tratado fue demandado de nulidad ante Ia Sala Constitucional, peroIa pretension fue declarada improcedente por razones que no compartimos. Ver sentencia de Ia

    Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 07 de agosto de 2001.

    34

    Jos Vicente Villalobos Antnez

    enmarcadas desde Ia contiguraciOn de normas de orden pblico que neutralicen los efectosnefastos del proceso globalizador38.

    Desde Ta versiOn habermasiana de Ia tica del discurso, el filsofo de frankfurt expresa que

    esos derechos pblicos, en todo caso subjetivos, reflejan Ia especificaciOn funcional del poderdel Estado frente a una circulacin econOmica autOnoma privada, por lo que el Derecho se

    transforma en pilar fundamental de Ia racionalidad sistmica de Ia modernidad. La perspectiva

    pUblica de los derechos permite Ta apertura ha- cia canales crecientemente en ampliaciOn de

    respuestas cOnsonas con las exigencias societales, y en este sentido, nos permite interpretarIa realidad latinoamerjcana como caso particular de sociedades en las que los derechos

    subjetivos al haber sido prcticamente desdibujados del mbito del ciudadano por las razonesque hemos expresado en este trabajo, necesitan de mayor elaboraciOn frente al proceso

    avasallante de Ia globalizaciOn del Estado de derecho.Si entendemos esto ltimo como el conjunto de reglas que permiten Ia libre actuaciOn de los

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    ciudadanos sin que Ia libertad represente un menoscabo de los derechos de los miembros deIa sociedad, entonces Ia globalizaciOn y el libre mercado anulan Ia perspectiva de

    cumplimiento de los fines estatales regulados por las reglas que garantizan el orden pblico y el

    Estado de derecho, pues al dejar las soluciones juridicas en manos de los particulares, est el

    Estado renunciando a las posibilidades de desarrollo de aquellos miembros de Ia polis que han

    estado excluidos de su mbito de actuaciOn y que por su debilidad jurIdica se encuentran aTmargen de los beneficios que produce el accionar politico organizado.

    Un sentido propio del Estado de derecho, lo constituye Ia circulaciOn libre de reglas de derecho

    pblico con el propOsito de asegurar Ta estructuraciOn en sentido fuerte de los sistemas que locomponen. De

    38 Nose trata de satanizar al orden juridico emergente de este proceso de gbbalizacin por el

    solo hecho de Ia ruptura epistemologica que produce su confrontaciOn al orden jurIdico pblico

    ypublificadode Ta tradicin moderna. Antes bien, apuntamos hacia a configuraciOn de unorden juridico pluralista pero protector de las garantlas de convivencia, como el que se

    encuentra en las tradiciones ocultas latinoamericanas. Cf r. Mi trabajo citado: HipOtesis para

    una Igica del concepto de derecho alternativo desde America Latina, op. cit.

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina, en tiempos de globalizacion

    35

    esta idea se ocupa Habermas siguiendo Ia teoria de sistemas de Luhman, de Ia cual no nosocuparemos aqul; To que 51 nos interesa resaltar es el mbito de produccin del derecho

    pblico como garantia especIfica de configuraciOn de dicha estructura, que en situaciOn de

    crisis politica, se constituye en pilar para contener las necesidades de los ciudadanos que

    abogan por mayor atenciOn de parte de Ia organizaciOn estatal. Esta perspectiva del Estado de

    derecho, permite desde nuestras sociedades latinoamericanas, el acceso a mayores niveles devida buena,y al mismo tiempo abona el terreno para el buen desempeo de Ia autoridad

    poiltica leg itima; a consecuencia previsible es que el ejercicio del uso pblico de Ia razn nos

    hace considerar que el derecho en su dimensiOn estabilizadora de expectativas segn elconcepto habermasiano citado institucionaliza mecanismos que se traducen en procesos

    ptimos de gobernabilidad, al entablarse armnicamente relaciones de convivencia entre

    ciudadanos y entre stos y a autoridad polltica en el poder, pues Ta pblica discusiOn de los

    asuntos de inters propicia Ia rpida y pertinente atenciOn de los problemas concretos. SOlo Taintolerancia y Ia violencia discursiva conducen a una situaciOn de ingobernabilidad desde esta

    vision paradigmatica39.

    Ahora bien, eI problema de Ia gobernabilidad en mbitos de a gbbalizacin neoliberal, nos

    plantea teOricamente problemas de fundamentaciOn politica de las acciones del hombre deEstado, esto es, del ciudadano comn. Esta praxis debe ser guiada par Ia que Adela Cortina

    (1998) llama elsaber tico,el cual se antepone coma aprioria Ia alternativa entre las buenas

    y las malas acciones de los sujetos; histOricamente han prevalecido en forma sistemtica lasprimeras como principio rector de Ia social, aunque en muchos momentos histOricos de Ia

    humanidad, coma en Ia concepcin hobbsiana del Estado, quedan de lado los princi39 Esexactamente To que ocurre en Venezuela con el discurso politico de Ia

    oposiciOn, que hace peticiones inaceptables para Ta autoridad polItica en el poder pues pide surenuncia como agenda para Ia negociacin de Ia solucin a Ia crisis de gobernabilidad, con el

    pretexto de que Ta situaciOn de hambre y desempleo se debe ala intolerancia politica y ala falta

    deplanes econOmicos coherentes. Pero esa autoridad poT Itica se afianza en los plazosconstitucionales para negar a peticin de elecciones, y en las fallas estructurales de Ia

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    sociedad, originadas de los gobiernos corruptos anteriores. Se evidencia entonces falta deinters para el dibogo y Ia negociacin, cuestin contraria a toda democracia que se precie de

    ser participativa y procedimental.

    36

    Jos Vicente Vilalobos Antnez

    pios de preservaciOn de Ia vida40 tales son los casos do las dos grandos guerras sufridas por

    Ia humanidad producto de Ia intolerancia y las ambiciones de dominio de dirigentes y paIses

    enteros, a tambin los casos de las luchasfratrjcjdas Ilevadas a cabo en Contra y SurAmrica

    en las que sobresalon degradantemento los intereses de paises con gran poderlo militaryeconOmjco41.

    En este sentido, debemos decir que Ia conducta do los hombres frente a las exigencias

    colectivas, deben cumplir con lasmInimascondiciones de vida en comn, porque deben

    prayectarse hacia los mximos niveles dovida buena,en su afn par constituir el ospacia libre

    do participaciOn: es en esa perspectiva quo hablamos do calculabilidad racional, ontendida

    como Ia pblica y libre confrontacin do las protonsiones do validez do los sujotos quointervienen en las discusiones pblicas en tomb al ostablecimiento do los [mites que deben

    impanerso ante los interoses particularos. Par ello el problema central al quo alude Ia TeorIa del

    dorecho discursivo do Habormas (1998), so ubica on Ia fundamentaciOn del ospacio pblico en

    el cual so dosarrollan y concentran todas las fuerzas sociales para Ia configuracion do unmodelo do vida autntica, fundada en el derecho do poticiOn del cludadano, considorado

    teOricamente por Ia mayorIa do los pensadores contemporneos coma 01 ms elemental dolos derechos42, el cual da fundamonto al Estado do derecho nocosario en ostos tiempos do

    globalizaciOn en America Latina y el mundo subdosarrollado. Este so erigo coma Ia plataforma

    quo catapulta los derechos dohablay doescucha,considerando quo el ser humano es parnaturalezaser-hablante43.

    40 El hombre es aba del hombre, dice el filOsofo naturalista, afirmando que ste es malo por

    naturaleza y que tiende a Ia destrucciOn de sus referentes societales, esto es, de destrucciOndel hombre mismo, razOn par Ia cual surge el derecho con el propsita do establecer el

    balance y el equilibria quo naturalmente el ser humano nose puede dartemeroso de las

    guerras. Cf r. Su textoLeviatan o Ia materia, forma ypoder de una repblica, eclesistica yci vii,

    en especial, elcapItulo XIII, Primera Parte: De Ia condiciOn del genera humano en Ic queconcierne a su felicidad y miseria, pp. 222-227, Editorial Nacional, Madrid, 1979.

    41 Como expresiOn de ese Estado do Hobbes?

    42 Cfr. GarzOn Valds (1997), ElIas DIaz (1997), Enrique Dussel (1998), etc.43 La racionalidad del ser humano se desarroll gracias al habla con Ia cual fue capaz doconceptuar el munda circundante, con Ia que a su vez pudo desarrollar Ia ciencia y Ia

    tecnolagIa tal coma Ia conocemas hay dIa.

    Etica, gobernabilidad y estado do derecho en America Latina, en tiempos de globalizacion

    37

    Este desarrollo do Ia vida autntica, al decir do Habermas, Os puosto en prctica par las

    energIas ilocucionariasdo los sujetos, capaces de producir las referentes necesarios para

    una vida responsable y autacanciente del progreso humano on esta era deglobalizaciny dodiscursividad pastmademnista44, esto es, en el actualmundo de vida.Este proceso do

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    globalizacin es Ilevado a cabo baja las condiciones opistomologicas do una ciencia modernaquo funciona y ha funcionado desde una perspoctiva individualista y monologica, al considerar

    un tipo do verdad centrada en el desarrollo y progreso humano desarticulado dol prayecto

    colectivo de vida. Surge asI coma rospuesta eldilogo intercultural(Farnet-Betancourt, 1998),

    quo en condiciones do cientificidad, necosarias para Ia consideraciOn de un demecho no

    hegemonico, posibilita Ia canstituciOn do pmoyectos de vida enmarcadas en Ia consorvaciOndo Ia vida humana en camunidad, quo es ol desiderata do tada acciOn humana(Cfr. Dussel,

    1998,411 ss.). Es precisamonte allIdondo descansa Ia dave para un ejercidio do Ia palIticaacorde con las exigencias y reclamas de Ia humanidad organizada coma Estada. Par ella Jos

    Luis Amanguron plantea quo si Ia moral es individual y a Ia voz social, significa que Ia clsica

    concepciOn del Estado de Derocho dobe declinar ante Ia quo denaminaEstado de Justicia,

    entendido coma Ia organizaciOn social quo prapende y hace efectivo el acceso do los

    ciudadanos a los bienes materiales praducidos par Ia saciedad, osto os, alb/en comn

    material,asI coma tambin entendido coma Ia organizacin jurIdica quo

    44 Se trata de Ia pasicin que hemas mantenido recientemente en el marco del Seminario do

    ExtensiOn:Modernidad y posmodernidad,dictado en abril2000 par el filsofo latinoamoricanoPablo Guadarrama (MaostrIa on FibsofIa-LUZ), segOn Ia cual ol discurso do Ia posmodernidadcomporta posicianes hegemOnicas al desdear los grandes relatos e imponer los poquenos

    relatos coma discontinuidades discursivas. La historia de las ideas latinoamericanas reflejan

    una modernidad inconclusa, par Ia quo so impone Ia elaboraciOn desus grandes relatos,camo

    respuesta a los grandes y no pequonas males do miseria y hambro on nuostro sub-continente,en el marco de Ia bsqueda y afianzamionto do nuostra unidad histOrica, ecanOmica y cultural,

    propicianto do Ia accin necesaria del Estada y que facilita par vias do cansocuencia, una

    gobornabilidad acordo con los retos y probbomas do nuestra especial forma do ontender Ia pal

    itica. Para una comprensiOn do los problemas del lenguaje frento ala acciOn social, ontendida

    esta como rolato y metarolato, ver FOUCAULT, 1996, 33-49.

    38

    Jos Vicente Villalobos AntLmez

    propicia Ia participaciOn en unademocracia realy aIa libertad plena del individuo; esteEstado de Justicia,de acuerdo con el filOsofo ibrico, organiza a producciOneconOmica con el propOsito de que lleguen hasta los ms desposeldos, los bienes

    necesarios para Ia convivencia, pero tambin tiene como desempeo organizar elacceso a Ia democracia participativa yaIa libertad fundamental (Cfr. Aranguren, 1996,

    182 y s.)45.En el mbito del espacio pblico global, los sujetos privados tienden ala confrontaciOn

    de sus leg Itimas expectativas y pretensiones ten idas como vlidas, precisamentepara Ia conformaciOn del conjunto de reglas necesarias para Ia reestructuraciOn delsistema de derechosaimperar, desde luego sin que esas estructuras degeneren enmbitos disonantes en el concierto de peticiones ciudadanas, pues quedarlan

    automticamente deslegitimadas. Yes allIen ese momento histOrico deltrfico delderecho, cuando debe intervenir el gendarme tal como se le llama al Estado liberal

    desde Ia modernidad como garantla de arbitraje de los derechos a instaurar,

    asegurando asi Ia pervivencia del hombre sobre el planeta pues tales reglas debenproteger fundamentalmente al ecosistema como espacio de actuaciOn y despliegue

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    del sujeto, y asegurar Ia aplicaciOn de Ia justicia en todos los mbitos del quehacer

    humano como norte de toda acciOn social y de toda tica jurIdica organizacionalestatal.

    Por ello las estructuras jurIdicas revestidas del ropaje que le brinda el Estado de

    derecho, comprometen socialmente a los sujetos al respeto no solo del medioambiente del cual depende para Ia sustentaciOn de Ia condiciOn humana, sino que almismotiempo le asegura Ia justa distribucin de las riquezas producidas por los sujetos

    de derecho en tanto que sujetos econmicos, razOn por Ia cual Ia globalizaciOneconmica debe ser resimbolizada bajo los parmetros sociolOgico-jurIdicos descritos.

    AsI las cosas, debemos entender como consecuencia de estas consideraciones, queIa racionalidad con arreglo a fines de Ia que nos hablan

    45 Esta es Ia posiciOn de Habermas sostenida en su ms reciente obra, alconceptualizar radicalmente a democracia comodemocracia procedimental,Ia cualgarantiza el acceso a todos los ciudadanos del Estado, a las instancias de

    participaciOn y ms an, alas instancias de decision polItica. Cf r. Habermas, 1998, enespecial el capItulo VII, que Ileva por tItulo: Polftica deliberativa: Un conceptoprocedimental de democracia, pp 363-406.

    Etica, goDernaoiIiciacl y estaclo cie clerecflo en America Latina, en tiempos de globalizacin

    39

    Weber y Habermas, queda redefinida pues Ia simbologia de Ia globalizadOn es

    necesariamente arropada por los criterios de justicia econmica y justicia social. El libre

    mercado cede ante los avances de las peticiones ciudadanas de cumplimiento de los fines delEstado revestido de Estado de derecho.La explotacin del ecosistema frente a las condiciones de actuacion del sujeto, reducen Ia

    nocin de lo econOmico al mbito subjetivo, por 10 que las actuaciones en ejercicio de Ia

    libertad individual, quedan socialmente comprometidas con las condiciones sociales del

    colectivo humano que aboga por eI respeto al medio ambiente pues es un deber preservarlopara las generaciones futuras. Estas ideas fueron tratadas en un anterior trabajo, pero

    debemos repetir aqu I que las actuaciones de los sujetos son calculadamente esperadas por

    los miembros de Ia sociedad organizada, por lo que, como quedO expresado en ese Iugar46, Ia

    idea de una vida colectivaautoconcientede los proyectos comunes, debe conducir al

    individuo de Iamodernidad globalizada,a pensar en un derecho que garantice Ia

    estabilizacin de las expectativas, previsibles desde Ia estructuraciOn del Estado como un

    Sistema de Derechos,que segn Habermas, solo puede ponerse en vigor gracias a Ia

    estructura como Estado de derecho, Ia que finalmente autoriza de su cumplimiento al

    ciudadano en el marco de las estructuras que le proveen los Organos del Estado, produciendoasi Ia vinculacin de las decisiones con el resto de Ia ciudadanla a Ia que no le queda sino

    apegarse al elaborado sistema de derecho, propio de un regimen politico legItimo pues es Ia

    forma de su revestimiento Ia que lo autoriza. Es aIII donde descansa el verdadero principio por

    el que ha de regirse el fenOmeno de Ia globalizaciOn, que garantice altos niveles de eficaciagubernamental: La constituciOn de estructuras culturales y organizacionales protectoras de Ia

    condiciOn humana mediante el uso de reglas jurIdicas fundamentadas por Ia mis- ma

    colectividad en Ia que ha de regir.46 Ver enCuestionespolIticas,N 27, mi trabajo Discurso politico, espacio pblico y legitimidad

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    del orden jurIdico. El dilema de los excluidos en America Latina, Revista del Instituto deEstudios Politicos y de Derecho Pblico, Facultad de Ciencias JurIdicas y PolIticas, La

    Universidad del Zulia, Maracaibo, 2001.

    40

    VI. Conclusion

    Jos Vicente Villalobos Antinez

    Las ideas que anteceden nos hacen reflexionar acerca del Estado de derecho viable desde una

    perspectiva no globalizada, al menos desde a visiOn de Ia globalizaciOn que no tenga alhomomercatoris como esencialmente superior alhomo societatis.Por ello, las formas en que se

    estabilicen las expectativas en el proceso de globalizaciOn mediantediscursos defundamentacin y de aplicacion de normas,deben conducir al establecimiento del Estado de

    Derecho verdaderamente legItimo,010 que es lo mismo, al Estado de Justicia, como lo

    expresa el maestro Aranguren ytal como es recogido por Ia nueva ConstituciOn venezolana47.

    Por ello en Ia concepciOn del Estado de derecho planteada por Habermas, Ia reclamadalegitimaciOn del derecho se alcanza desde Ia legalidad que autoriza las reglas mInimas de

    participacin ciudadana, que son las que estn en Ia base de toda elaboraciOn jurIdico-estatal

    como premisa fundamental para Ia constituciOn de un Estado gobernable tica y polIticamente,

    con fundamento en lajusticia concreta de cada ciudadano y en Ia instauraciOn del regimendemocrtico comoEstado de Justicia.

    Es en esta dimensiOn de 10 pblico donde juega papel trascendental Ia constituciOn deldialogo entre los miembros de una comunidad polltica como alternativa ante Ia globalizaciOn

    mercantilista y neoliberal (Fornet-Betancourt, 1998), y como fOrmula para el ejercicio de

    acciones legItimas de un gobierno eficaz; por esa razOn, para el filOsofo frankfurtiano, Iacomunidad es ideal en Ia medida en que su constituciOn no excluye a ningn afectado por lasnormas a fundamentar, exclusion a Ia que propende el proceso de globalizaciOn, el cual

    produce consiguientemente problemas internos y externos relativos a Ia gobernabilidad

    democrtica, al romperse Ia conexidad necesaria entre las reglas del derecho legitimamente

    puesto, que garantiza el cumplimiento de las presta47 El principio del Estado de Justicia esrecogido en el Prembulo del Texto

    Constitucional venezolano, aprobado por votacin popular y libre el 15 de diciembre de1999,pero definido positivamente en el artIculo 2:Venezuela se constituye en un Estadodemocrtico y social de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento

    jurIdico y de su actuacin, Ia vida, Ia libertad, Ia justicia, Ia igualdad, Ia solidaridad, Iademocracia, Ia responsabilidad social y en general, Ia preeminencia de los derechos humanos,

    Ia tica y el pluralismo politico.

    Etica, gobernabilidad y estado de derecho en America Latina, en tiempos de globalizacion

    41

    clones sociales, y Ia democracia participativa promovida fervorosamente por Ia sociedad civil.Por ello, el Estado debe garantizar Ia instauraciOn constitucional de las reglas que permitan

    una gobernabilidad legitima, afianzando su accionar en Ia estructura jurIdico-estatal en el

    sentido de Aranguren. Asi nos dice Habermas (1997, 25), que:Las normas jurIdicas deben quedar constituidas de tal forma que bajo distintos aspectos

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    pueden ser consideradas a Ia vez como eyes coercitivas y leyes de Ia libertad. Este dobleaspecto pertenece a nuestra comprensin del derecho moderno. Percibimos a validez de una

    norma legal como equivalente con Ia explicacin de que el Estado garantiza simultneamente a

    vigencia fctica del derecho y Ia legitimidad de las leyes...

    Por lo tanto, Ia dialogicidad en Ia conformaciOn de las reglas democrticas, deber estar

    revestida por el carcter discursivo de las instituclones politicas, conectando asi interna ydefinitivamente las reglas de Derecho y los actos tendientes al establecimiento y rescate de Ia

    gobernabilidad como fOrmula que viabiliza Ia paz ciudadana y eI progreso social, espiritual y

    econOmico de Ia sociedad organizada como sistema. Esta ligazOn debe estar presente en IaelaboraciOn del discurso de Iaglobalizacion no neoliberal.El condicionante interno entre Derecho y poder politico es 10 que Habermas caracteriza como

    Estado de Derecho, eI cual tiene por finalidad garantizar las condiciones de Ia autonomia

    privada de los sujetosjuridicos y Ia igualdad entre los ciudadanos, todo 10 cual se traduce, endefinitiva, en Ia instaurciOn del regimen de libertades individuales. Pero en el actual desarrollo

    de las sociedades altamente complejas hoy inmersas en el proceso de globalizaciOn, este

    mismo Estado de Derecho afortunadamente clarifica las relaciones intersubjetivas de lossujetos ticos, a pesar de Ia fuerte cortina de humo mercatorista que impide una clara ydiferenciada descripciOn cientifica, en las cuales sus autonomias privada y pi1blica quedan

    conectadas por los condicionantes internos comunicacionales, que los autovincula en proyectoscomunes en trminos de estructura social y que permiten Ia elaboraciOn de programas acordes

    con las expectativas de Ia sociedad y con Ia acciOn polItica de los ciudadanos.

    42

    Bibliografla

    Jos Vicente Villalobos Antnez

    ARANGUREN, J.L. 1996.Etica y polItica,Biblioteca Nueva, Madrid.

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