revista completa final

Upload: vivianaclara18

Post on 06-Jul-2018

225 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    1/188

     Volumen 8, Año 2008

    Federação Psicanalíticada América Latina

      atinoamericana

    de Psicoanálisise Psicoanálisis

    R VISTe a V STa

    Publicación oficial de la

    Federación Psicoanalítica

    de América Latina

    Publicación oficial de la

     ederación Psicoanalítica

    de mérica Latina

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    2/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/20084

    ÍNDICE

    6 INSTITUCIONES PSICOANALÍTICAS COMPONENTES DE FEPAL

    7 COMISIÓN DIRECTIVA 2006-20088 COMISIÓN FISCAL8 COMITÉ EDITOR

    9 EDITORIALInés Raitzin de Vidal

    11 PALABRAS DEL PRESIDENTEJuan Pablo Jiménez

    PANELES

    15 Modelos Teórico-Clínicos en el Psicoanálisis LatinoamericanoCarlos Mario Aslan

    23 Hacia una diferenciación entre persona y presencia en la sesión analíticaIsidoro Berenstein

    29 El pluralismo clínico y la persona del analistaEnrique Núñez Jasso

    39 As filiações analíticas: fidelidades e poderClaudio Rossi

    51 Derechos humanos y PsicoanálisisMarcelo N. Viñar 

    PREMIOS

    71 PREMIO SIGMUNDO FREUD

    Os Tropismos: Parteiros das cesuras.Matrizes da vida mentalMario Luiz Prudente Corrêa

    91 PREMIO COMUNIDAD Y CULTURAConcebir la posición analítica en un grupo de pacientes con problemasen la procreación.Encuentro en la comunidadSilvia Jadur, Constanza Duhalde, Viviana Wainstein

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    3/188

    55Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 5

    107 PREMIO FEPAL

    Reflexão sobre o vazio dentro da Psicanálise: do horror do vazio ao vaziocriador de metáforasJosé Martins Canelas Neto

    121 PREMIO NIÑOS Y ADOLESCENTESPacientes adolescentes en riesgo: un desafío para el analistaSilvia Flechner 

    CONCURSOS

    143 “En lugar de…” La pulsión y sus desbordes.Reelaboración (Durcharbeiten) y la práctica analitca actualCristina Rosas de Salas

    163 Comentario sobre el trabajo: “‘En lugar de…’ La pulsión y sus desbordes.Reelaboración (Durcharbeiten) y la práctica analitca actual “Jaime Spilka

    169 O investimento desejante do analista frente a movimentos de afastamen-to e aproximação no trabalho com os transtornos autísticos: impasses enuancesMariângela Mendes de Almeida

    185 Comentario sobre el trabajo: “La investidura deseante del analista frente a movi-mientos de alejamiento y aproximación en el trabajo con los trastornos autísticos:impasses y matices”Nora Woscoboinik de Scheimberg

    189 O analista, seu paciente e a Psicanálise contemporânea: considerações so- bre indução mútua, enactment e “não-sonho-a-dois”Roosevelt MS Cassorla

    209 Comentario sobre el trabajo: “El analista, su paciente y el psicoanálisis contemporá-neo: consideraciones sobre inducción mutua, enactment y el ‘no-sueño-de-dos’”Roberto Oelsner 

    OBITUARIO

    213 Una semblanza de León Grinberg (1921-2007)R. Horacio Etchegoyen

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    4/188

    99Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 9

    EDITORIAL, Inés Raitzin de Vidal*

    Estimados colegas:

    Desde el Comité Editor 1 nos complace poder presentarles el octavo volumen dela Revista Latinoamericana de Psicoanálisis.

    Asumimos esta tarea con mucho interés a la vez que conscientes del desafío queenfrentábamos.La meta alcanzada ha sido posible sólo gracias a la gran colaboraciónrecibida tanto de parte de los autores publicados como de numerosos otros miembrosde FEPAL.

     Nuestro programa editorial cuidó simultáneamente preservar los caracteres dis-tintivos de esta publicación, lograr desarrollos acordes con los intereses actuales denuestras asociaciones componentes y enfrentar los interrogantes que atraviesan hoy al

     psicoanálisis en América Latina.

     Nos propusimos no sólo incentivar la producción científica escrita sino tambiéncolaborar con el desarrollo del próximo XXVII Congreso de Santiago de Chile.

    Para lograr tales objetivos organizamos un Concurso de trabajos sobre un temaafín al mismo. Las 42 presentaciones recibidas hablan del éxito de la convocatoria yafianzan el lugar de la Revista como centro de desarrollo y difusión de nuestro pensa-miento.

    También formó parte del proyecto editorial el propósito de promover el diálogoentre las diferentes regiones de la IPA como vía de consolidar una comunidad científicaabierta. Fue así que invitamos a analistas pertenecientes a asociaciones de Europa yEstados Unidos a participar con un comentario sobre los trabajos premiados que des-

     plegara los acuerdos y las diferencias a partir de sus propios contextos profesionales.De igual forma, quisimos integrar en este volumen una muestra de los desarrollos

    científicos presentados en el XXVII Congreso. Para ello incluimos algunos de los pa-neles que se presentarán allí, elegidos por temas y/o sub-regiones de FEPAL.

    Por último, la sección dedicada a los Premios de FEPAL es parte de la distinciónacordada a sus autores y una forma de dejar documentado nuestro reconocimiento asus contribuciones.

    Deseamos también aquí destacar, como parte de la política editorial, su plenaintegración al programa del Área de Publicaciones de FEPAL y en especial al desarro-llo de las bases de datos digitalizadas en nuestro Sitio Web –www.fepal.org.

    Los avances tecnológicos permiten compensar los obstáculos económicos ac-

    tuales y avanzar en la difusión de la Revista a través de su edición virtual. Este volumenha sido incorporado a una base de datos informatizada destinada a incluir todos losejemplares de la Revista desde sus comienzos.

    Hemos comenzado esta tarea desde los números más recientes. Se encuentranactualmente incorporados, con acceso a los textos completos, los últimos seis ejem-

     plares.

    * Directora del Comité Editor 1  Julia Braun - SAP; Cintia Buschinelli - SBPSP; Gloria Gitaroff - APA; Inés Vidal (Directora de Publicaciones) -

    APdeBA; Susana Vinocur de Fischbain - APA y Silvia Wajnbuch - APdeBA.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    5/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200810

    Un gran beneficio de la inclusión de la Revista en esta base de datos digitalizada

    es la existencia en la misma de un programa para realizar búsquedas bibliográficas por autor, título y descriptores que permite una rápida investigación sobre el material dis- ponible. Su estructura incluye también la incorporación de los trabajos presentados endiferentes actividades científicas de FEPAL: Jornadas, Congresos, etc. Trabaja, al uní-sono y en total articulación con la Biblioteca Virtual de Psicoanálisis de FEPAL, en laconstrucción y el resguardo de una memoria regional que atesore la producción cientí-fica de América Latina.

    Los altos costos nos han obligado a optar en esta ocasión por una edición im- presa de tiraje limitado. Será distribuida entre todas las bibliotecas de las AsociacionesComponentes y en otras instituciones psicoanalíticas y centros universitarios vincula-dos.

    Cada Comité Editorial enfrenta el desafío y el privilegio de dar forma a un nuevoeslabón en la historia de nuestra Revista. Retoma y amplía el camino trazado por susantecesores en búsqueda de plasmar una continuidad creativa.

    El fortalecimiento de un programa editorial propio de FEPAL requiere de abre-var en sus fuentes, dentro de un diálogo abierto hacia los interrogantes presentes y en

     pos de un futuro a construir.Concluimos este editorial reiterando nuestro agradecimiento por habernos con-

    fiado esta tarea.

    Editorial, Inés Raitzin de Vidal

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    6/188

    1111Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 11

    PALABRAS DEL PRESIDENTE, Juan Pablo Jiménez

    Cuando esta Comisión Directiva asumió la dirección de FEPAL después del

    congreso de Lima, presentamos un programa de trabajo que incluía 10 puntos. Deentre éstos, el punto 5 se refería a “mejorar el nivel de nuestras publicaciones y comu-nicaciones”. Planteamos que queríamos apoyar decididamente el proyecto de una bi-

     blioteca virtual –lo que implica la digitalización de la memoria psicoanalítica escritalatinoamericana en un banco de datos accesible desde el PC personal de todos losmiembros de FEPAL– e impulsar una Revista Latinoamericana que represente lo me-

     jor de los desarrollos psicoanalíticos de la región.Al finalizar nuestra gestión de dos años, es tiempo de hacer un balance y de

    reconocer la labor efectuada. El equipo dirigido eficientemente por Inés Vidal ha dadoun fuerte impulso a la biblioteca virtual y hoy día nos entrega el octavo volumen de estaRevista que, como ella dice, pretende enfrentar “los interrogantes que atraviesan hoy al

     psicoanálisis en América Latina”. Por vocación y naturaleza nuestra disciplina está per-manentemente enfrentada a nuevas cuestiones. Después de leer esta revista, ustedes

     juzgarán si sus contenidos hacen justicia a la tarea propuesta.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    7/188

    PANELES

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    8/188

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    9/188

    Carlos Mario Aslan 1

    MODELOS TEÓRICO-CLÍNICOSEN EL PSICOANÁLISISLATINOAMERICANO

    1. Los modelos teórico-clínicos (también llamados esquemas referenciales, es-cuelas, marcos de referencia, etc.) en América Latina incluyen a todos los modelos

     psicoanalíticos existentes en el mundo psicoanalítico. Lógicamente han adquirido cier-tos rasgos generales de la región y también características locales.

    Por ejemplo, la distancia de Argentina con Europa y con Estados Unidos (querecibió la mayor parte de los psicoanalistas europeos emigrantes antes y durante laSegunda Guerra Mundial), fue un factor que contribuyó importantemente a dos situa-ciones opuestas:

    a) Como aspectos positivos: la lejanía favoreció una apreciación menos parro-quialista y excluyente de los diversos modelos teórico-clínicos que fueron surgiendo,

    favoreciendo una tendencia a la integración de diversos contenidos de ellos, contribu-yendo así a una concepción pluralista en sus aspectos más constructivos.

     b) Como aspecto negativo: la escasez de las posibilidades de una contrasta-ción vivencial frecuente con los representantes de las teorías en juego, favorecióidealizaciones que en ocasiones llevaron a posturas teórico-técnicas extremada-mente cerradas.

    A mediados de la década de 1930 se formaron en Buenos Aires dos grupos deestudios del psicoanálisis, especialmente de la obra de Freud, organizados y dirigidosrespectivamente, por Arnaldo Rascovsky y por Enrique Pichon Rivière. En 1938 llegóa Buenos Aires Ángel Garma, psicoanalista español formado en el Instituto de Berlín yex Miembro (ex porque había renunciado a ella en solidaridad con los miembros judíosexpulsados por el nazismo) de la Asociación Psicoanalítica Alemana. Poco después seles unió Celes E. Cárcamo que volvía de su formación psicoanalítica en París. Loscuatro integraron así el primer grupo psicoanalítico.

    En esa época Freud vivía, y sus trabajos aparecían periódicamente en las revis-tas de psicoanálisis junto con las de sus seguidores y continuadores, cada cual con susaportes. Esta situación, primum inter pares, compartida vivencialmente a pesar de la

    1  Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina con Función Didáctica.

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 15

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    10/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200816

    Carlos Mario Aslan

    distancia, creaba un clima científico muy presente y actual, desprovisto de una cierta

    solemnidad, idealización y lejanía, que otorga la muerte. Los aportes, coincidencias ydiscrepancias se daban entonces dentro del Psicoanálisis freudiano, único modeloteórico-clínico existente en ese entonces.

    Otro hecho muy importante para el psicoanálisis latinoamericano fue la muy tem- prana aparición de la traducción al español de las obras completas de Freud, traduci-das a sugerencia del filósofo Ortega y Gasset.2 De modo que los psicoanalistas dehabla hispana dispusieron tempranamente de la obra de Freud, y en muchos casosantes que las traducciones inglesas y francesas.

    Con la incorporación al cuarteto inicial de Ferrari Hardoy y Marie Langer (for-mada en Viena), se constituyó la Asociación Psicoanalítica Argentina, que rápidamen-te, en 1942, fue reconocida por Jones, presidente de la Asociación Psicoanalítica In-

    ternacional. La Revista de Psicoanálisis, publicación de la APA, apareció por prime-ra vez en 1943. Ya en su primer número se puede constatar la pluralidad de criteriosrespecto de lo que serían muchos de los modelos teórico-clínicos posteriores que sefueron creando a partir del tronco central de la teoría freudiana.

    Con posterioridad a la muerte de Freud en septiembre de 1939, dos semanasdespués de comenzada la Segunda Guerra Mundial, y luego de la terminación de laguerra en 1945, se produjo una especie de estallido Big- Bang (¿o fiesta totémica?) delos modelos teórico-clínicos.

    Para tratar de comprimir en un párrafo la evolución posterior latinoamericanadel psicoanálisis, resumiendo décadas podría decir: que hubo en Latinoamérica unagran expansión y predominio del kleinismo seguida de una más reciente declinación delmismo. Acompañada ésta por una diversificación de los diversos esquemas teórico-clínicos existentes, con un resurgimiento del esquema freudiano en sí y sus variantes:Escuela inglesa no kleiniana (annafreudiana y Middle Group), psicología del Yo, rela-ciones objetales, psicología del Self y, especialmente, un incremento muy notable delas ideas de la escuela francesa, lacaniana y no lacaniana.

    2. Un modelo teórico-clínico en psicoanálisis (o esquema referencial, o escuela,etc.) es un conjunto de teorías e hipótesis acerca del psiquismo. De su estructura (es-tructura en sentido psicoanalítico), de sus funciones y de su funcionamiento. De sudesarrollo, de sus procesos del enfermar y del curar. Todo esto implica ideas acerca

    del objetivo a lograr en el tratamiento y de los métodos (técnicas) para obtenerlo.Estos factores, teoría, clínica y técnica deben (deberían) estar conectados por interre-laciones mutuas y adecuadas.

    3. Los modelos teórico-clínicos como metáforas.En su discurso presidencial del congreso de Roma (1889), R. Wallerstein deno-

    minó metáforas a los diferentes esquemas referenciales. Una metáfora (del griego

    2  Traducida por López Ballesteros y Torres al comienzo, y por Ludovico Rosenthal al final de las obras, y editadas

     por San ti ago Rue da

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    11/188

    1717Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 17

    Modelos Teórico-Clínicos en el Psicoanálisis Latinoamericano

    metaphora: traslación) es una figura retórica por la cual se transporta el sentido de una

     palabra a otra, mediante una comparación mental. Aunque durante siglos se supusoque la metáfora era exclusivamente el lenguaje de la poesía, desde hace tiempo sesostiene que la mayor parte de nuestro lenguaje, y no exclusivamente el lenguaje poé-tico o figurativo, es metafórico (Lakoff). Aquella parte del lenguaje que no es concep-tual, metafórico, lo denomina lenguaje literal. Otro lingüista contemporáneo, Reddy,sostiene que el locus de la metáfora es el pensamiento, y no el lenguaje, y que por lotanto, la metáfora es un aspecto importante e indispensable de nuestra manera habitualde conceptualizar el mundo. Además, y muy importantemente, la posibilidad de varia-ciones de “[…] la comprensión de un sistema conceptual estructurado metafóricamen-te hace discutible el concepto de verdad absoluta” (Lakoff).

    4. El lenguaje metafórico y el psicoanálisis.En general, la metáfora en sí presupone el conocimiento de lo metaforizado.La gran hazaña freudiana fue su descripción de estructuras y funcionamientos

    inconscientes, es decir, de algo que no era visible, ni audible, ni tocable, ni medible,con lo cual, de cierto modo, al describir lo metaforizado, lo creaba. Creó así unaconcepción genial de todo un psiquismo –consciente e inconsciente, científico, nofilosófico, no religioso, no exclusivamente biológico– que conceptualmente no existíaantes.

    Las metáforas no son una verdad revelada, así como tampoco lo son las diver-sas escuelas psicoanalíticas. Son aproximaciones a la verdad. Freud mismo nos dio elejemplo al complejizar, aumentar, y aun cambiar sus propuestas a lo largo de los años.Muchas y posteriores generaciones de analistas han seguido su ejemplo, hasta alcanzar la gran proliferación actual de esquemas referenciales.

    5. De un modo muy esquemático podríamos separar, como lo hacen diversosautores (por ejemplo: Bergman) a esta proliferación en dos grupos: a) los que podría-mos denominar ampliadores, o profundizadores del esquema freudiano; b) los que

     podríamos denominar modificadores. Estos últimos son los que, aun reconociéndoseen cierta continuidad con Freud, a veces partiendo de algún aspecto determinado de lateoría, crean un esquema propio, esquema que a veces alcanza a ser suficientementecompleto y explicativo por sí mismo.

    Quizás sea pertinente en este punto señalar dos corrientes que me parecen influ-yentes en la actualidad: una que busca y se apoya más en la experiencia clínica comofuente y justificación de los modelos, y otra que tiende a apoyarse más en ideas origi-nadas en corrientes filosóficas. La primera es mayoritaria entre las teorías “ampliado-ras” y la segunda en las teorías “modificadoras”.

    6. Llegamos así al actual Pluralismo. Pluralismo de ideas, de modelos teórico-clínicos, de esquemas referenciales. El pluralismo presenta innegables avances, es pruebade la vitalidad y riqueza del psicoanálisis. Pero también crea determinados problemas.

    El pluralismo surge, a mi juicio, de razones teóricas “internas”: como ya lo seña-

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    12/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200818

    Carlos Mario Aslan

    lé, del carácter metafórico de la teoría psicoanalítica, y también y relacionada a la

    anterior, de la convicción que no necesariamente toda la verdad está contenida en unsolo esquema. Ya me he referido a algunas razones “externas” (la muerte de Freud, laSegunda Guerra Mundial, etc.).

     No se me escapa que otros factores humanos inevitables también han interveni-do en la creación de nuevos modelos: excesos de narcisismo, influencias transferencia-les negativas y positivas, rivalidades, luchas políticas, necesidades excesivas de tras-cendencia, etc., todos ellos viejos conocidos de los analistas.

    Contemporáneamente con los aportes del pluralismo se van perfilando algunasdesventajas y riesgos: del pluralismo al babelismo y a la fragmentación y, como reac-ción, de la ortodoxia a la rigidificación.

    La rigidificación consistiría en considerar algunos textos psicoanalíticos freudia-

    nos de un modo cuasi religioso, inamovible y de fijeza absoluta. (Aunque a mi modo dever la ortodoxia de Freud fue la heterodoxia).

    Para dar sólo algunos ejemplos de la babelización, existen: a) iguales términoscon diferentes significados; b) diferentes términos con igual significado; c) nuevos tér-minos y conceptos que sólo adquieren significado dentro de un esquema especial ydeterminado.

     No está de más en este momento recordar a Ferenczi quien comparó la técnica psicoanalítica a un elástico que se puede estirar en diversos grados, siempre que man-tenga la posibilidad de recobrar su elasticidad inicial, es decir, su esencia psicoanalítica.

    Al comienzo de la aparición de nuevas teorías se buscaba establecer “puentes”con las de Freud, mostrar sus semejanzas o continuidades. Actualmente, y me pareceuna tendencia sumamente positiva, se tiende a establecer también las diferencias, inclu-sive aquellas que muestran incompatibilidades en sus fundamentos.

    7. Me parece observar una gran confusión acerca de lo que en la práctica y suaplicación es el concepto de pluralismo.

     – Ciertamente no se pretende un pluralismo ideológico en los analistas a nivel individual . Cada analista tiene su teoría a la cual idealmente ha llegado por su pensa-miento y su experiencia clínico-teórica y teórico-clínica. En ese sentido, individual,respecto de lo que cree, un determinado analista no es pluralista, se maneja con suesquema referencial propio. Lo que sí se requiere de un analista pluralista es su

    disposición a tener sus oídos y sus ojos abiertos y permeables a otras ideas, paraevaluarlas, integrarlas o desecharlas. – Una concepción pluralistade las Instituciones Psicoanalíticas, requiere que

    ésta ofrezca a sus miembros y a sus candidatos una visión amplia y actualizada de la panoplia teórica psicoanalítica.

    Respecto a estos puntos pueden surgir dos problemas:a) Un posible diálogo de un analista pluralista con un analista no pluralista. El

    diálogo se agota rápidamente. b) La existencia de instituciones no pluralistas, dogmáticas, donde se enseña y

     practica un solo modelo teórico-clínico-técnico.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    13/188

    1919Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 19

    Modelos Teórico-Clínicos en el Psicoanálisis Latinoamericano

    Por éstas y otras razones, me parece imprescindible, para cualquier analista, el

    estudio y conocimiento de todo el pensamiento freudiano. Subrayo “todo” ya queexiste, por lo menos en algunas sociedades, una tendencia a desvalorizar o, peor, adesconsiderar, la teoría estructural –con todo lo rico, modificador y nuevo que éstaconlleva. El modelo de Freud podría ser considerado como el lenguaje psicoanalíticocompartido.

    8. De cierto modo opuesto al babelismo y a la dispersión, me parece observar contemporáneamente algunas orientaciones generales coincidentes en diversos mo-delos teórico-clínicos. Algunas de éstas son:

    a) Corrientes con diferentes nombres y surgiendo de esquemas teóricos diver-sos, se refieren al fenómeno de un tipo especial de relación consciente e inconsciente

    que se crea en la situación analítica. No voy a personalizar citando autores, pero sínombrar algunas de las denominaciones de esta situación: teoría del campo dinámico,teorías intersubjetivistas, teorías relacionales, teorías interpersonales, etc.

     b) El reconocimiento de la subjetividad y de cierta neutralidad imposible por  parte del analista. Sabemos que los analistas debemos esforzarnos en no intervenir connuestras ideas, ideologías y opiniones personales en las correspondientes a nuestros

     pacientes, pero también sabemos que esto no es totalmente posible. Justamente, por saberlo, podemos manejarlo mejor, es decir, al mejor nivel consciente posible. Y lainstrumentación técnica de la contratransferencia exige un análisis de la misma, previo ala interpretación.

    c) El rol terapéutico del setting  y especialmente del analista, dentro y fuera de él.Desde hace tiempo se tiene en cuenta el encuadre y la vivencia en las sesiones comofactor de cambio psíquico. La oportunidad privilegiada de un lugar donde hablar de símismo y de todas sus problemáticas, recibiendo una respuesta no judicativa, una acti-tud de comprensión, de explicación, de acompañamiento, resulta única, conocida yapreciada por muchos como tal y considerada como mutativa y terapéutica por símisma.

    d) Más reciente es, sin embargo, la inclusión del analista, de su persona, suactitud y sus circunstancias, como factor de cambio terapéutico. Esto representa ungiro de ciento ochenta grados respecto de la ortodoxia técnica kleiniana, y de la tenta-tiva de borrar al analista como persona.

    Sin embargo existió contemporáneamente a Klein, en la historia del psicoanáli-sis, un linaje de analistas importantes que tuvieron una orientación opuesta. Comenzan-do con Freud que, a mi juicio, intentó vanamente separar su persona y su influencia delo que sucedía en su consultorio. Siguiendo por Ferenczi, quien hizo consciente y ex-

     ploró esta línea. Luego F. Alexander acuñó el feliz concepto: “vivencia emocional co-rrectiva” de actualísima aplicación. S. Nacht quien en el título de su libro La presenciadel psicoanalista lo dice todo. M. Balint, discípulo de Ferenczi, Winnicott y muchosotros pioneros en este sentido, junto con muchos autores contemporáneos cuyos es-critos y prácticas, explícitas e implícitas, se abren en abanico.

    Muchos de estos cambios producidos por diversas circunstancias y vivencias

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    14/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200820

    Carlos Mario Aslan

    durante las sesiones, frecuentemente factores de cambio estructural y que no alcanzan

    a hacerse totalmente conscientes en general, se producen por el mecanismo de laacción diferida (nachträglichkeit, a posteriori, après coup), en forma automática,inconsciente y permanente, lo que no pocas veces llevan a resignificaciones saludables.

    Me parece de absoluta pertinencia señalar que toda esta reevaluación de facto-res terapéuticos no interpretativos, que favorece a la comprensión de una actitud activay positiva del analista como formando parte del encuadre terapéutico, ha estado enrelación con el conocimiento y terapia de las denominadas nuevas patologías y la posi-

     bilidad así de su mejor tratamiento.e) Acerca de las interpretaciones.Como se acaba de ver, el insight  suministrado por las interpretaciones del ana-

    lista ya no es más considerado como único factor de cambio psíquico. Inclusive, en la

    interpretación misma y más allá de su contenido semántico, la oportunidad, el modo, elafecto acompañante, el tono de voz, constituye una nueva vivencia emocional correc-tiva. Hace más de medio siglo Luisa Álvarez de Toledo fue incluso más profundo: “[…]Al analizarse “el asociar” y “el interpretar” en sí, surge de la primitiva identidad deacto, imagen y objeto y se realiza en el acto de hablar y escuchar al analista”.3

    Otro punto que me parece importante y actual es un cierto feliz abandono deluso exclusivo de las interpretaciones (kleinianas) de transferencias negativas. Creo queesta práctica a menudo resultaba iatrogénica por repetir y reforzar las huellas mnémi-cas de las acusaciones y malos tratos de los objetos primarios.

    f) Y finalmente quiero recalcar dos tendencias opuestas pero concurrentes:1) cierto exclusivo énfasis en diversas variedades y acepciones de “lo negativo” como

     por ejemplo alucinaciones negativas, ausencias, faltas, déficits, diversas conceptualiza-ciones de la pulsión de muerte, etc., 2) más recientemente una tendencia a señalar,rescatar e incluir “lo positivo”. Para citar solamente tres ejemplos actuales: a) Lostrabajos de J. García Badaracco sobre “recursos yoicos”, las virtualidades sanas, y lainsistencia en rescatar los aspectos sanos, inclusive de los pacientes psicóticos. b) Ellibro reciente de Mariam Alizade, Lo positivo en psicoanálisis. Implicancias teóri-co-técnicas, título que resume perfectamente lo que desarrolla en extensión y profun-didad: esta tendencia a “la exploración de los aspectos saludables del paciente...” y “laconstrucción de la salud...” c) Para citarme a mi mismo, un trabajo presentado en elCongreso Internacional de Río (2005) sobre la utilidad de la construcción o recons-

    trucción, de ciertas características y rasgos positivos de los pacientes, muchos de ellos previamente considerados como hipomaníacos o narcisistas.

    ResumenOrígenes y características favorables y desfavorables del psicoanálisis latinoamerica-

    no. Del esquema freudiano originario a la proliferación de modelos o esquemas referencia-

    3  Cursivas en el original.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    15/188

    2121Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 21

    Modelos Teórico-Clínicos en el Psicoanálisis Latinoamericano

    les. Causales internas y externas. Predominio de modelos: 1) Melanie Klein y su escuela,

    2) Psicoanálisis Francés, lacaniano y no lacaniano, 3) Dispersión y coexistencia de todoslos esquemas referenciales.Los modelos teórico-clínicos como metáforas. Su importancia.El pluralismo, ventajas e inconvenientes.Corrientes actuales diversas, divergencias y convergencias.La presencia y persona del analista y del encuadre como factor terapéutico, su evolu-

    ción histórica conceptual.

    Descriptores: Modelos teórico-clínicos como metáforas – Pluralismo – Corrientes actua-les – Persona del analista.

    ResumoOrigens e características favoráveis e desfavoráveis da psicanálise latino-Americana.

    Do esquema freudiano original à proliferação de modelos ou esquemas referenciais. Cau-sas internas e externas. Predomínio de modelos. 1) Melanie Klein e sua escola, 2) Psica-nálise francesa, lacaniana e não lacaniana, 3) Dispersão e coexistência de todos osesquemas referenciais.

    Os modelos teórico-clínicos como metáforas. Sua importância.O pluralismo: vantagens e inconvenientes.Correntes atuais: divergências e convergências.

     A presença e a pessoa do analista e o enquadre como fator terapêutico; sua evoluçãohistórica conceitual.

    Palavras chave: Modelo teórico-clínicos como metáforas – Pluralismo – Correntes atu-ais – Pessoa do analista.

    SummaryLatinamerican Psychoanalysis: Origins. Its favorables and unfavorables characteris-

    tics. From the original Freudian frame of reference to the proliferations of theorethical-clinical models. Its internal and external causes.

    The evolution of the predominance of the different models: 1) Melanie Klein and her school, 2) French psychoanalysis, lacanian and not lacanian, 3) Dispersions and co-exist-ence of all frames of references.

    Theorethical-clinical models as metaphors. Its importance.Pluralism, advantages and objections.Present day psychoanalytic currents, divergences and convergences.The presence and the person of the analyst, and the psychoanalytic setting as thera-

    peutic factors. Its historical and conceptual evolutions.

    Keywords:Theoretical-clinical models as metaphores – Pluralism – Present time trends –The analyst as a person.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    16/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200822

    Carlos Mario Aslan

    Bibliografía

    Alizade, A. M. Lo positivo en psicoanálisis. Grupo Editorial Lumen, Buenos Aires, Méxi-co, 2002.Álvarez de Toledo, L. G. de El análisis del asociar, del interpretar y de las palabras.Citado en: Ahumada, Jorge, L.: Contexto y Texto de los descubrimientos freudianos, Rev.de Psicoanálisis (APA), 2006, tomo LXIII, 2.Aslan, C. M. (2005) “Trauma normógeno y la construcción de la normalidad”, presentadoen el Congreso Psicoanalítico Internacional, Río de Janeiro, 2005.- (2006) Freud, lenguaje metafórico, vicisitudes biográficas y destinos del pluralismo,Rev.de Psicoanálisis, tomo LXIII, 2, 2006.Balint, M. El médico, el paciente y la enfermedad . Libros Básicos, Buenos Aires, 1961.- “Sandors Ferenczi´s Technical Experiments”, In B. B. Wolman Editor,Psychoanalytic 

    Techniques, Basic Books, Inc. New York, London, 1967.Bergman, M. S. (1993) Reflections on the History of Psychoanalysis. Journal of the American Psychoanalytic Association, 1993, Vol 41,4.Ferenczi, S. (1928) La elasticidad en la técnica psicoanalítica. In Problemas y métodosdel psicoanálisis, Buenos Aires, Hormé.Freud, S. (1950 [1887-1902]) “Correspondencias con Fliess”, Los orígenes del psicoaná-lisis. A. E., I.García Badaracco, J. E. (2000) Psicoanálisis multifamiliar- Los otros en nosotros y el descubrimiento del sí mismo. Paidós, Buenos Aires, 2000.Lakoff, G. Metáfora. In Wikipedia, Enciclopedia Libre.Nacht, S. La presencia del psicoanalista, Editorial Proteo, Buenos Aires, 1967.

    Reddy, M. Metáfora. In Wikipedia, Enciclopedia Libre.Selesnick, S. T. “The Techniques of Psychoanalysis Developed by Franz Alexander andThomas French”. In B. B. Wolman, Editor,Psychoanalytic Techniques, Basic Books, Inc.New York, London, 1967.Wallerstein, R. S “One Psychoanalysis or Many?” In R. S. Wallerstein, Editor: TheCommon Ground of Psychoanalysis, Jason Aronson Inc. New Jersey, London, 1992.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    17/188

    Isidoro Berenstein 1

    HACIA UNA DIFERENCIACIÓNENTRE PERSONA Y PRESENCIAEN LA SESIÓN ANALÍTICA

    1. El propósito

    De esta breve comunicación es lograr diferenciar la persona de la presencia

    (que trataré de caracterizar más adelante) del analista que generan en la sesión

    analítica, dos enlaces, que sugerimos llamar “relación analítica” y “vínculo ana-

    lítico”. En el primero la persona del paciente se liga con la persona del analista y

    en la segunda el paciente como sujeto hace gala de presencia y se vincula con la

     presencia del analista. No está de más decir que ambos modos de ligarse a veces

    son indiscernibles, de manera tal que por momentos o por sesiones formamos

     parte de uno de ellos y en otros momentos o períodos formamos parte del otro.

    Varios analistas antes se ocuparon de estos temas, Winnicott (1947), Little (1957),

    Klauber (1968)2 y lo que ocurría del lado de lo que llamaron la persona del analista,

    lo ubicaron en la contratransferencia que tuvo un desarrollo importante después

    de la Segunda Guerra Mundial. Cada uno de ellos pronto sintió que la metáfora

    del analista como espejo presentaba algunas inconsistencias y trataron de sacar

    del espejo al analista como sujeto, no ya espejando a su paciente sino incidiendo

    con su especificidad en la sesión. Pero tiene sentido volver a ocuparse de lo que

    otros aparentemente se ocuparon ya que cada cual lo plantea a su manera, en una

    discusión que tiene como fondo su época, lo que cada uno percibió y trata de incluir

    y explicitar alguna novedad y una diferencia, respecto de la cual otros analistas

    no se hayan ocupado. Se requiere cierto coraje para seguir adelante aunque “ya

    lo dijo alguien antes”, y ello nos ocurre especialmente con Freud. Voy a seguir

    con un ejemplo cotidiano porque contiene, como todos ellos, la complejidad de

    1 Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA).2 Klauber menciona que el analista no sólo interpreta sino que ejecuta complejos actos de evaluación y debe decidir  (la itálica es mía)

    su importancia relativa. Las intervenciones del analista variarán según su personalidad y cultura. Cita a Winnicott para distinguir 

    las tendencias idiosincrásicas del analista de su contratransferencia. Menciona un paciente que se había analizado con tres analistas

    diciendo: ‘Es sumamente instructivo ver cuáles de los hábitos desaprueba cada analista”.

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008  

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    18/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008

    Isidoro Berenstein

    las situaciones más humanas.

    2. Ejemplo cotidiano

    En una reunión social estoy teniendo un diálogo con otra persona. Me dice:

    “¿te acordás de J.?” “Sí, lo recuerdo” le respondo. Para ello recorrí mis recuerdos

    que eran evocaciones de representaciones construidas de experiencias pasadasque anidaban en mi interior. Mientras seguimos asociando entre nosotros en base

    a las memorias de uno y otro, más la particularidad de que algunas memorias

    acerca de mí las tenía él y no yo así como yo tenía algunas de las suyas (Krakov,

    2004). Estamos relacionándonos placenteramente, nos basamos en hechos de la

    memoria y como acciones estamos desenvolviendo el encuentro, ahora, en base

    a tratar, tarea imposible, de compartir un pasado. Ese pasado nos vinculaba en

    el presente y quizá sea su valor. Discutimos acerca de la supuesta veracidad de

    algunas evocaciones. Si esos encuentros quedan en eso no tienen mucho futuro.

    Sigo en la reunión. Se acercó un amigo de mi amigo, hablan y éste me dice: “Te

     presento a S.”. Este otro me es nuevo, no tengo registros previos de él, pero tiene

     presencia, opacidad, consistencia. A algunas de mis observaciones dice que no,

    que lo piensa de otra manera y a esas cualidades se agrega una fundamental: una

     presencia dada a conocer por una diferencia no reducible, una ajenidad. Le en-

    cuentro algunos parecidos con algunas personas conocidas pero indudablemente

    no coinciden. Cuando llega la hora de comer intercambiamos acerca de dónde

    sentarnos, el prefiere un lugar y yo otro. Diferimos acerca de los lugares. Se

     presenta la alternativa: si separarnos o seguir juntos. En el primer caso cada cual

    seguirá su trayecto, en el segundo trataremos de construir un lugar de convivencia.

    Damos algunos argumentos a favor de un lugar u otro. Es un gusto (placer) estar

    en la misma mesa pero hay una pugna acerca de quién impone su preferencia

    (relaciones de poder) por la cual habrá que hacer y pedir concesiones, dicho conmás precisión: hacerle un lugar al otro. Estamos “haciendo” y, al hacer, obligando

    al otro y obligándonos con ese otro.3 Es a partir de esa “presentación”, y tomando

    como punto de partida la puesta en juego de nuestras presencias, que adquiere

    carácter de novedad, pues aunque pueda investirla de imágenes conocidas, algo

    distinta en ella obliga a inscribirla. Puedo luego evocarla o no según lo que me

    signifique y como registro se inscribirá y tratará de renovarse o se debilitará hasta

    formar parte de esos restos que dejan los encuentros no significativos.

    3. Repetición y novedad

    3 Espósito (1998) al tratar el término comunitas señala que el adjetivo ‘común’ se opone a ‘propio’, es lo no propio que comienza allí

    con lo no propio del otro. Lo no propio es lo común. El munus de comunitas incluye la idea de deber, de obligatoriedad, de dar. Este dar

    no espera retribución sino otro dar, igualmente obligatorio. Un circuito es dar y devolver y otro circuito es dar por parte de uno y dar

     por parte del otro, como figura obligatoria del ser sujeto. “Un ‘deber’ une a los sujetos de la comunidad –en el sentido de ‘te debo algo,

     pero no me debes algo’–que hace que no sean dueños de sí mismos. En términos más precisos, les expropia, en parte o enteramente,

    su propiedad inicial, su propiedad más propia, es decir su subjetividad”. (Página 30/31)

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    19/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 

    Hacia una diferenciación entre persona y presencia en la sesión analítica

    Tomemos ahora, como fue tomado por muchos ya, el juego del carretel del

    nieto de Freud. Niño de un año y medio que ante el alejamiento de su madre, ante

    su ausencia, ausencia de una presencia previa, empezó un juego consistente en tirar

    sus juguetes debajo de la cama o de los muebles. Decía o-o-o-o que Freud asimiló

    a fort (“se fue”). Luego desarrolló su juego con el carretel atado a un hilo. Cuandolo tiraba más allá de la cuna, el carretel desaparecía de su vista y luego al tirar de

    la cuerda volvía a aparecer, a estar presente, a tener presencia. Lo acompañaba

    diciendo da (“acá está”). Una peculiaridad es que el carretel no tiene vida propia,

    no tiene deseos, no ejerce ninguna imposición, está a merced y hace lo que el niño

    quiere, se aleja o se acerca solo según su voluntad. Este juego repetido anuncia

    la compulsión de repetición en Freud, y en el niño la diferencia entre un objeto

    que él puede accionar y hacerlo desaparecer o aparecer y un sujeto, para el caso

    la madre, que el hilo amoroso no puede hacer aparecer o desaparecer. Ellos se

    encontrarán no sólo cuando el niño tire del hilo de su deseo, de ese hilo libidinal

    que hace aparecer lo ausente como representación, sino cuando ambos decidan

    hacerse presentes ante el otro, cuando decidan y tengan presencia. No depende

    del otro, no coincide con el deseo, no depende de la buena voluntad o intuición.

    Tiene un carácter azaroso y opuesto a la ausencia. Cuando se encuentren, además

    del niño haberse “entrenado” con el carretel a las ausencias y presencias de la

    madre-representación, cumplirán una serie de acciones para componer un espacio

    de convivencia con el hecho de que cada cual hallará al otro en otro lugar que

    el que lo dejó, nunca en el mismo. Que encubran esta situación con expresiones

    del tipo “es el mismo niño” o “es la misma madre” es a los efectos de encubrir

    con representaciones la angustia del encuentro con un sujeto que siempre hace

    gala de otredad o, mejor aún, como dije antes, de una ajenidad que los obliga a

    un hacer para realizar el encuentro.

    4. Persona y presencia

    Como se vio en la lista provista por la Comisión Científica de FEPAL hay

    un entrelazamiento de ambos términos. Voy a proponer una distinción a sabiendas

    de que puede ser un tanto arbitraria. Sugiero llamar  persona al personaje, paciente

    o analista, aunque más frecuentemente se refiere a éste último, en un sentido más

     próximo a una ficción, a la construcción representacional, que es el eje de la transfe-

    rencia. Veamos algo del origen etimológico. Como saben, persona viene del griego

    4 Deleuze, G., Guattari (1980) hablan de rostridad. En el lenguaje las opciones se guían por el rostro del hablante y lo que le parece al inter-

    locutor, si está irritado, si es amigable, si crítico o acusador. “Los rostros no son, en principio, individuales, defienden zonas de frecuencia

    o de probabilidad, delimitan un campo que neutraliza de antemano expresiones y conexiones rebeldes a las significaciones dominantes.

    De igual modo, la forma de la subjetividad, conciencia o pasión, quedaría absolutamente vacía si los rostros no constituyesen espacios de

    resonancia que seleccionan lo real mental o percibido, adecuándolo previamente a la realidad dominante”. (Página 174)

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    20/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008

    Isidoro Berenstein

     (prosopon), máscara de actor, pasado al latín persona que lo derivó del

    etrusco phersu. La máscara griega tenía una doble función: ampliar el volumen de

    la voz y la capacidad de poder ser usada por actores varios que hacían de soporte

    del personaje representado. Ese rostro,4 que es donde se pretende encontrar los

    aspectos del objeto proyectado, se aproxima a estas consideraciones. Recuerden

    otros episodios de la vida cotidiana donde las parejas discuten entre ellos acercade la cara: “Tenés cara de…”, dicho con los tonos varios desde la preocupación

    hasta el enojo. “Tenés cara de cansado”, “Tenés cara de preocupado”, “¿Por qué

    me mirás con esa cara?”. Persona es exterioridad. Excelente para conectar al ana-

    lista con la transferencia–contratransferencia, correspondiente al paciente como

     persona que evoca y despierta personajes con los que inviste al analista y éste

    se inviste y le amplifican la voz y las emociones (enojo, indulgencia, severidad,

    etc.) al interpretar al personaje proyectado. En este sentido de persona trata de

    dejar afuera la otredad de su subjetividad, de la cual su existencia irrenunciable

    marca la presencia de cada sujeto.5 La persona depende del juicio de existencia (si

    además de figurar como representación coincide con la percepción de realidad) y

    de atribución (regulada por el principio de placer, con una máquina psíquica que

     permite distribuir lo bueno y placentero para hacer que me pertenezca y hacer

    que lo malo y displacentero sea adjudicado al otro ajeno).

    Presencia  llamo a la evidencia de otredad, que se presenta como impo-

    sición, depende por lo tanto de relaciones de poder, poder que en español tiene

    dos formas, como verbo y como sustantivo. El primero habla del hacer recípro-

    camente uno con otro en eso imprevisible, que plantea un problema a resolver y

    que puede o no producir una novedad. No se trata de un significado a interpretar,

    sino de un hacer junto con otro. Se habla de poder sustantivo cuando se acerca

    a la supresión o aniquilación del otro, psíquica o físicamente. La presencia esopuesta semántica y conceptualmente a la ausencia del otro y a la existencia del

    objeto interno. De esto nos hemos ocupado Puget, J. (2001) y yo (Berenstein,

    2001) en distintas oportunidades Entiéndase bien: ambos ocupan y se entreveran

    en el campo de la sesión, como dije al principio. Poder del paciente y poder del

    analista, poder de la madre y poder del bebé. Depende del juicio de presencia

    (Berenstein, 2001, 2004), de si la percepción del otro en su presencia puede pasar

    a ausente o, lo que es más seguro, el otro no ha de desaparecer por efecto de mi

    deseo, no coincide con una representación y mi trabajo es hacerle un lugar, ese

    “deber” del que habla Espósito, inscribirlo y que halle un lugar diferente junto

    con mis otras representaciones.

    5 Quizá por este motivo en los ejemplos clínicos tenemos abundantes referencias del paciente, edad, historia previa, sexo, si es casado

    o soltero y no tenemos casi datos del analista, no sabemos si es joven o adulto o viejo, si soltero, casado o separado, suerte de figura

    un tanto anónima y sostén obligado de la relación entre los dos.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    21/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 

    Hacia una diferenciación entre persona y presencia en la sesión analítica

    ResumenPropongo diferenciar la persona del analista en relación con su paciente de la presencia de

    uno y otro en la construcción del vínculo analítico. La persona se refiere al personaje, paciente o

    analista, en un sentido más próximo a ficción, a construcción representacional, que es el eje de la

    transferencia-contratransferencia. Llamo presencia a la evidencia de otredad, que se presentacomo imposición, depende por lo tanto de relaciones de poder, del hacer recíprocamente uno con

    otro en eso imprevisible que puede llevar o no a la producción de novedad, que plantea un problema

    a resolver y no sólo un significado a interpretar. En la sesión hay momentos de significación y de

    interpretación y hay momentos de imposición, de acciones, de un hacer que lleva a que cada sujeto

    imponga su presencia y de parte del otro trate de hacerle un lugar que no tenía previamente. En

    ella circulan relaciones de deseo en base a la dimensión representacional y relaciones de poder

    mediante las cuales se ejercerán acciones que tratarán de impedir las acciones del otro. Muestro

    un ejemplo de la vida cotidiana, y comento el “juego del carretel” de Freud.

    Descriptores: Persona – Presencia – Relación – Vínculo.

    ResumoProponho diferenciar a pessoa do analista em relação com seu paciente da presença de um e

    outro na construção do vínculo analítico. A pessoa se refere ao personagem, paciente ou analista,

    em um sentido mais próximo da ficção, à construção representacional, que é o eixo da transferência-

    contratransferência. Chamo presença a evidência de “outridade”, que se apresenta como imposição,

    e que depende, portanto, de relações de poder, do fazer reciprocamente um com o outro nesse

    imprevisível que pode levar ou não à produção de algo novo, que propõe um problema para ser

    resolvido e não só um significado para ser interpretado. Na sessão há momentos de significação e

    de interpretação, e há momentos de imposição, de ações, de um fazer que leva a que cada sujeito

    imponha sua presença e que a outra parte trate de construir-lhe um lugar que não tinha previamen-

    te. Nela circulam relações de desejo na base da dimensão representacional, e relações de podermediante as quais se exercerão ações que tratarão de impedir as ações do outro. Apresento um

    exemplo da vida cotidiana, e comento o “jogo do carretel” de Freud.

    Palavras chave: Pessoa – Presença – Relação – Vínculo.

    SummaryIn the construction of the analytical relationship, I propose distinguishing between two aspects

    of the analyst: as a person, and as a presence. The same two aspects could be distinguished within

    the patient in their specificity. I use the term person to refer to a character, either patient or analyst,

    in a sense which is closer to fiction, and which depends on unconscious representations and projec-

    tions, all of which concern transference-countertransference. In contrast, I refer to presence as the

    evidence of otherness. This is manifested as a conscious-unconscious imposition, and is consequently

    dependent on power relationships and on reciprocal actions between individuals in the midst of the

    unpredictable. This may or may not result in the production of newness, leading to the creation of

    a situation which needs to be dealt with, but not solely through the interpretation of meaning. In the

    psychoanalytic session, there are moments of interpretation, and there are moments of imposition,

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    22/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008

    Isidoro Berenstein

    of actions which lead each subject to impose their presence on the other and to try to make a space

    there which did not previously exist. In the session, both types of relationship come into play: the first,

    based on unconscious desire, with the dimension of representations, and the second based on power

    relationships. As regards the latter, one individual performs actions which try to hinder those of the

    other. I illustrate this with an example from everyday life and comment on Freud’s “fort-da” game.

    Key words: Person – Presence – Bond – Relationship.

    Bibliografía

    Berenstein, I. (2004) Devenir otro con otro(s). 1ª ed., Buenos Aires, Paidós.

    - (2001) The Link and the Other. London, The International Journal of Psychoanalysis,

    Vol. 82.

    Deleuze, G. y Guattari, F. (1980) Mil Mesetas. 1ª ed., Valencia, Pre-Textos, 1988.

    Espósito, R. (1998) Comunnitas: origen y destino de la comunidad . 1ª ed., Buenos

     Aires, Amorrortu, 2003.Freud, S. (1920) Más allá del principio del placer. En O. C., XVIII, Buenos Aires, Amorrortu,

    1976.

    - (1925) La negación. En O. C., XIX, Buenos Aires, Amorrortu, 1976.

    Klauber, J. (1968) El psicoanalista como persona. En Dificultades en el encuentro analítico

    (1981), 1ª ed., Buenos Aires, Paidós, 1991.

    Krakov, H. (2004) Comunicación personal .

    Little, M. (1957) “R” –The Analyst’s Total Response to His Patient’s needs. En Transference

    neurosis and transference psychosis: toward basic unity  (1986), Londres, Free asso-

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    23/188

    Enrique Núñez Jasso 1

    EL PLURALISMO CLÍNICO YLA PERSONA DEL ANALISTA

    El modelo ideal del psicoanalista es aquel que pueda integrar los diferentes roles profesionales, aunque es difícil desarrollarse en todos: el clínico (experto en psicopato-logía psicoanalítica), el maestro (supervisor-didáctico), el investigador-escritor de tra-

     bajos analíticos ( de investigación conceptual, empírica, narrativa), el administrador- político (compromiso institucional en sus funciones de presidente, comisiones de ense-ñanza, actividades externas en la Universidad, ) y que muestre competencias en cadauna de las actividades que realiza en su práctica cotidiana, debiendo completar unas10,000 horas de sesiones-paciente, cantidad que se logra al tener 40 horas de consulta

     por semana en cinco años, y cinco años de posgraduado, acompañado de reflexión

    teórica y autoanálisis. (Núñez, 2001; Núñez, 2008)La elaboración necesita ser transdisciplinaria y globalizada con las bases filosó-ficas de la verdad en la mente psicoanalítica (Cavell, 2000): la coherencia (hermenéu-tica), la correspondencia (neopositivismo) con sus consideraciones estéticas y prag-máticas (Jiménez, 2007) para comprender la realidad, diferenciarla de la fantasía y susaplicaciones al arte, cultura y otras áreas del pensamiento complejo (Morin, 1997) y laTeoría del Caos (Sharff, 2007).

    Es necesario que tenga un conocimiento general teórico pluralista del psicoaná-lisis freudiano y posfreudiano: psicoanálisis del Yo clásico, las teorías de las relacionesobjetales (grupo británico, intermedio y americano), el psicoanálisis del self, ampliadoa los modelos relacionales-intersubjetivos-constructivistas (Stolorow, 2004), la teoría

    del apego, la escuela francesa (API y lacaniana), el neuropsicoanálisis (Solms, 2000) yen FEPAL de los autores latinoamericanos de su sociedad local o regional, con suscorrespondientes líderes en Europa o Norteamérica (Jiménez, 2007; Bleichmar, H.,2008; Bleichmar, N., 1989; Gabbard, 2004; Cooper, 2006; Mitchell, 2004; Coderch,2006).

    En cuanto a su habilidad como analista debe conocer las bases de estrategia,táctica y técnica de aplicación con los pacientes (Etchegoyen, 1986; Kernberg, 2007).La neutralidad, abstinencia y anonimato como parte de la actitud analítica para crear un

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 29

    1  Miembro Titular Didáctico de la Asociación Regiomontana de Psicoanálisis.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    24/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200830

    Enrique Núñez Jasso

    encuadre; el uso de las intervenciones: silencio, clarificaciones, confrontaciones, vali-

    dación empática, interpretaciones generales y específicas, con el uso excepcional deconfesiones contratransferenciales. Las diferencias entre relación real, alianza terapéu-tica y transferencia en la relación-interacción analítica.

    Debe conocer la suma importancia de la confidencialidad, privacidad y secreto profesional para dar lugar a un encuentro clínico ético, auténtico y comprometido conlos intereses del paciente (analizando); unido con un respeto a los colegas y a la asocia-ción de pertenencia.

    En cuanto a las satisfacciones del analista, tema poco tratado en la literatura(Langs, 1976), se puede decir que derivan de una profesión que da una forma deganarse modestamente la vida, con una estimulante profundidad intelectual y emocio-nal que permite conocer el mundo interno de una gran cantidad de personas (Mc

    Williams, 1994) y ver los resultados en metas de vida (cambio estructural) en los pa-cientes y en uno mismo con la experiencia acumulada de vida profesional.

    En este trabajo quiero mostrar un ángulo de la práctica profesional que es la base de todos nuestros esfuerzos. Me refiero al Psicoanalista Clínico Pluralista que seenfrenta a una pluralidad (diversidad) de casos con diferente grado de psicopatologíaen este mundo posmoderno, complejo y a veces caótico (Núñez, 1996). Cómo tieneuna gran importancia la persona del analista en cuanto a la forma en que se conduce(trabaja), cómo lo ven los pacientes (transferencia y rol profesional) y cómo se sienteen su práctica cotidiana (contratransferencia y experiencia personal). Para esto pre-sentaré varias viñetas clínicas de neuróticos, limítrofes y psicóticos, adolescentes yadultos, enfatizando estos puntos. En una síntesis final, presentaré las conclusionessobre la persona del analista en la pluralidad clínica actual. Particularmente en las vici-situdes de su experiencia profesional en esta época en que parece que se ha superadola crisis del psicoanálisis de los 80’s con una enorme oferta-demanda de terapias bre-ves, fugaces en sus resultados y un desconocimiento general de nuestra actividad por lahiperrealidad y sobreinformación en Internet en contra de nuestra profesión. Parafra-seando las conclusiones de una mesa en el Congreso de Niza: “El Psicoanálisis es elúltimo bastión de la cultura para la libertad personal” (Núñez, 2002).

    Caso clínico 1

    César, de 54 años, llegó a análisis referido por una amiga de AA (AlcohólicosAnónimos) hace 10 años. El motivo de consulta era conocerse más (tema rarísimo enla actualidad) y saber lo que era el amor verdadero. Su madre, a la que estaba muyapegado, murió de cirrosis alcohólica, así como un hermano menor que por su alcoho-lismo “quebró” la empresa familiar en el área de las comunicaciones.

    En una intoxicación en Las Vegas, “tocó fondo” después de 25 años de alcoho-lismo, actitud de “junior” con Mustang del año y desobligado laboralmente. Estabacasado con una mujer fría que lo acusaba de al menos 15 años de suplicio familiar, dehecho una hija se casó con un pseudoabogado, abusador de alcohol y violento.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    25/188

    3131Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 31

    El pluralismo clínico y la persona del analista

    Se sentía aprisionado por su esposa quien se adjudicaba el mediano éxito en su

     pequeño negocio de avisos de ocasión, pero un giro de la fortuna le hizo triunfar en unsitio de Internet del cual ahora goza un espléndido bienestar económico. Empezó rela-ciones amorosas con una empleada y estuvo a punto de divorciarse, pero la presiónsocial se lo impidió.

    Así transcurrió su análisis cuatro veces por semana por casi 6 años. Actualmentetiene un “equilibrio” con dos amantes, un liderazgo regional en una organización nogubernamental que promueve la atención a alcohólicos. Me ve como un asesor de susnegocios e iniciativas de leyes de ayuda a la comunidad. En seguimiento una vez por semana desde hace 4 años.

    Caso clínico 2Susana, de 17 años, llegó a análisis por la decepción del tratamiento con una

     psicoterapeuta de niños sin resultados satisfactorios. Padecía una bulimia intensa conatracones de comida varias veces a la semana. Su hermana tenía fobia social y mantu-vo un tratamiento con la misma terapeuta. A un hermano menor se le diagnosticó tras-torno de la atención con hiperactividad, sin tratamiento. En una ocasión le rompió laguitarra en la cabeza, pero al ser el preferido de la madre no recibió castigo.

    Su madre, una mujer narcisista, vivía en su mundo de relaciones sociales super-ficiales, frustrada con el marido y mandaba a todos los hijos a terapia. El esposo, un exdeportista, dedicado a la banca con buen nivel, se quejaba amargamente del trato

    despectivo de la esposa y prefería a Susana como hija mayor.En su adolescencia deseaba casarse como toda “chica bien” y se mantuvo vir-

    gen hasta que conoció a su novio, un chico con fobia social que la “secuestraba” parano afrontar los exigentes compromisos familiares y la acosaba sexualmente, criticándo-la de frígida, “mocha” (religiosa). Aunque iniciaron una actividad sexual tempranamen-te, ella nunca sintió un orgasmo y de hecho no le importaba.

    Por varios años estuvo en análisis cara a cara, porque nunca aceptó el diván.Cuando lo intentó, a media sesión se levantó angustiada. Ahora a los 26 años, continúacon el mismo novio sin definirse para casarse. La bulimia resultó ser secundaria a una“linda histeria” y se liberó teniendo amigos-amantes cuando está en Europa que sí la

    hacen vivir la sexualidad. Viene a un post-análisis cuando está en la ciudad, en losveranos de su maestría. En terapia de pareja donde espera resolver su conflicto dedejar al novio acaparador o casarse con él. Su actitud conmigo es de camaradería yalianza esperanzada a elaborar sus problemas de adolescente desfasada.

    Caso clínico 3

    Fernando, de 34 años, estuvo en análisis desde la niñez por tener problemasescolares e hiperactividad y ser hijo de un investigador del Colegio de México. Su

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    26/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200832

    Enrique Núñez Jasso

    abuela materna padeció un trastorno bipolar, así como una tía paterna. Una prima

    falleció en un “accidente” al irse a un barranco. Su madre se suicidó cuando él tenía 30años, quedó en estado de muerte cerebral por seis meses, por lo que también, depri-mido, amenazó varias veces con quitarse la vida. Su hermana padece enfermedad

     bipolar 2, estudia medicina y ha suspendido dos semestres por depresión mayor, abu-so episódico de alcohol y vida caótica de pareja.

    Varios tratamientos previos con psiquiatras no dieron resultados, intoxicándosecon múltiples medicamentos, marihuana y abuso de alcohol. Lo fui a “rescatar” de unainternación en un servicio de pacientes aislados. Mantuvo una relación libre de la quenació una hija que no conoce. Sufre una seria incapacidad laboral en el campo de lainvestigación médica.

    Una lenta pero progresiva rehabilitación evitó el suicidio. Se casó con una com-

     pañera de la escuela que lo acompañaba en las parrandas de marihuana y tiene un hijo.Se definió como una enfermedad bipolar 1 desde la infancia. Actualmente estable,tratado con Litio y Carbamazepina, con sesiones dos a tres veces por semana. Hainiciado sus prácticas de “maquila” de proyectos de investigación que le dan una base

     para vivir en clase media sin recibir apoyo del padre.Me dice “Quique” como si fuera un amigo de él y de su padre, o como un maestro

    de su carrera que lo guía vocacionalmente, a manejarse en pareja y soportar la obsesividadde su esposa que lo acusa de “loco” marihuano, culpable del suicidio de su madre y flojo.

    Caso clínico 4

    Carlos, de 26 años, fue referido por su tía materna para quitarle “lo violento”.Había golpeado a dos compañeros de la universidad privada de administración en otroestado por que lo acusaban de “naco” (pobre y maleducado), prieto (moreno) e indio.Lo hizo sin avisarles y no sabe el destino de uno, temiendo haberlo lesionado seriamen-te por ser un joven fuerte, experto en artes marciales que aprendió del segundo maridode su madre, que había sido militar en un país sudamericano.

    Carlos nunca conoció a su padre y su madre lo entregó a su abuela y a una tíamaterna solterona. Su educación fue férrea con maltratos físicos, acudió a escuelas

     japonesas y alemanas. Desde niño lo expusieron a la matanza de animales para

    cocinarlos. El de adolescente torturaba gatos para “bajarles su dignidad”. Cuando lesugerí que lo hacía para vengarse transformado en su abuela no hizo caso aunque locomparó con Mishima, el autor japonés que se suicidó.

    Varios psiquiatras y psicólogos no le creían, se burlaban de él o no se sentían“competentes” para el caso, por lo que lo referían. Cuando empezamos tomaba Valproatoy Olanzapina para la impulsividad y se analizaba dos veces por semana.

    Su discurso era como una discusión ideológica sobre los “degradados” (pobres,indígenas, ignorantes), ya que él era un nazi actualizado, lleno de tatuajes de manga

     japonesa (femeninos). Odiaba a la “estúpida” autoridad y enfrentaba a los agentes detránsito que le pedían cohecho.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    27/188

    3333Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 33

    El pluralismo clínico y la persona del analista

    Le agradaba que lo escuchara sin reprimirlo ni rechazarlo y con pocas interpreta-

    ciones, cuando me dejaba intervenir. Fue conteniéndose, ahora se casó, planea dejar laviolencia porque no le quiere dar un mal ejemplo a sus hijos y me agradece, según dice sutía, por madurar, aunque falta camino por recorrer a los dos años del tratamiento.

    Caso clínico 5

    Dulce, de 36 años, acudió a la consulta para apoyar a una cuñada con anorexiay en proceso de divorcio. Confesó una dispareunia (dolor en el coito) y anorgasmiadesde hacía 16 años y experiencias de haber presenciado o estado expuesta al abusosexual de su prima (confirmado) a los 5-7 años, que parecía asociarse con el miedo a

    estar con su padre a solas.Sin saberlo, tenía una severa agorafobia que le impedía salir de la casa, pero ellase consideraba en desacuerdo con las normas sociales, excepto en las ocasiones deapoyar a su marido (aparentemente homosexual sadomasoquista), ejecutivo de unaempresa transnacional, ya que ella les caía muy bien a los invitados extranjeros.

    Entró a análisis de inmediato 4 veces por semana, por obediencia, durante 4años. Los últimos dos concurre dos veces por semana desde que prescindieron de suesposo en la empresa. En el proceso hizo dos intentos de suicidio con pastillas, en unestado de disociación, recordando al abusador (amigo de su padre) al descubrir elmaletín con los implementos sadomasoquistas del esposo. Un tormentoso proceso detransferencia erotizada, acusándome de homosexual por no acceder a sus demandas

    sexuales, se derivó a varios amantes conectados por Internet que la “curaron” de sudispareunia pero no de la anorgasmia. Al ser dada de alta por mejoría de su agorafobiay depresión continuó en contacto por mail, compartiendo sus logros y mensajes de

     pensamiento positivo aceptando la no realización del “amor imposible” conmigo perosuficiente para continuar viviendo.

    Otros casos

    Dos casos recientes de varios meses de duración están iniciando la creación deun espacio analítico:

     – Una joven de 23 años multitratada desde la adolescencia por ser limítrofe,dejó el último tratamiento por miedo a ser asesinada por su psiquiatra o violada. Tienemúltiples síntomas obsesivo-fóbicos, síndrome por atracones sin vomitar, toma variosmedicamentos, incluyendo unos para el apetito que la mantienen oscilando entre in-somnio, ansiedad difusa y depresión crónica (semanas apática sin ir a la escuela conactos parasuicidas).

    Me dice que yo parecía un experto en borders (por una plática que di en laasociación local) y sus chequeos frecuentes en Internet sobre la patología, pero enrealidad me ve como un: “viejo, asimétrico por mi cara, con voz grave y tenebrosa y

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    28/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200834

    Enrique Núñez Jasso

    que la he puesto peor”. Con gran dificultad hemos conservado el encuadre usando

    recursos de la técnica de la mentalización (Fonagy, 2006). La familia la quiere sacar  pero confía en mí y esperamos que continúe en tratamiento para no pasar a ser unomás de la lista de analistas y profesionales que la han tratado.

     – La otra es una joven estudiante de medicina de 21 años en su segundo episo-dio psicótico esquizofrénico (que confirmó leyendo los folletos de mi sala de espera).En el primero tenía la convicción delirante de que la querían acusar de loca y la envia-ron al psiquiátrico para encerrarla y que la residente que la vio en la consulta era unacirujana que se hacía pasar por psiquiatra. Mejoró del primer brote con medicamentos

     pero desertó sin hacer conciencia de enfermedad.En el segundo estaba convencida que un maestro quería acosarla sexualmente y

    le “borró” las respuestas del examen por lo que reprobó, luego la seguía hasta la casa

    y lo confundió conmigo cuando me vió con mi hijo en un restaurant; yo pasé a ser partedel delirio, por eso no quería venir. Con firmeza hemos logrado una estabilidad frágil,ya volvió a estudiar y está haciendo conciencia, extrañándose de cómo pudo pensar tan mal de mí.

    Conclusiones

    La variedad de psicopatología a la que se enfrenta el analista es plural y losconocimientos que debe utilizar son amplios en esta evolución de la teoría psicoanalíti-ca hacia un pluralismo crítico (Coderch, 2006) que le permita comprender-explicar las

    dinámicas complejas de sus pacientes. Ser en la actualidad de una sola teoría según plantea Bateman (1995) es “culpa del análisis didáctico” y lo mantiene limitado para poder ayudar a los casos con diferentes niveles de organización, síntomas y caractero-logía.

    La persona del analista es multifacética de acuerdo al tipo de patología, el tiem- po de análisis y la experiencia del profesional, pudiendo ser una relación “real” deasesor-traductor-maestro (Caso 1 y 3,) una alianza terapéutica en una neurótica estándar (Caso 2) una transferencia amistosa (Caso 4), erótica o erotizada (Caso 5), o caótica,

     psicótica (últimos casos).Las gratificaciones del analista derivan de ayudar a personas en problemas que

    “destruyen” su vida, la posibilidad de producir creativamente, avanzar en su desarrollo(conquistas) estancado o tener relaciones amorosas estables. Nos permite participar en encuentros estimulantes intelectualmente si toleramos la incertidumbre y la exigenciaemocional, en un campo que involucra identificaciones proyectivas y co-transferen-cias, pero que deja al final de la empresa una satisfacción profunda y una identidadconsolidada firme ante los embates de la crítica destructiva de otras corrientes psicoló-gicas y/o psiquiátricas (Núñez, 2004).

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    29/188

    3535Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 35

    El pluralismo clínico y la persona del analista

    Resumen

    El Psicoanalista ideal necesita cumplir varios roles: clínico, investigador, maestro-su-pervisor y administrador. Sus conocimientos deben derivar de una reflexión teórico-clínicaque incluya la comprensión hermenéutica y neopositivista en la investigación adecuadasal pensamiento complejo. El psicoanalista en formación requiere aproximadamente dediez mil horas de práctica clínica (en diez años, cinco en el proceso formativo y cinco deposgraduado) que se complementan con la crítica selectiva sobre el pluralismo teóricoposmoderno (psicoanálisis comparado), pueden lograr así un entrenamiento básico paracomprender la diversa clínica contemporánea.

     La persona del analista puede comprenderse en varias vertientes: como un objeto“real”, como parte de la alianza terapéutica, en el proceso transferencia-contratransferen-cia. También debemos considerar las satisfacciones y frustraciones de la profesión.

     En este trabajo se presentan viñetas clínicas que reflejan los diferentes aspectos de

    los roles del analista como persona, la complejidad de la clínica en la actualidad y lamanera integrada en que el analista es visto por sus pacientes en los diferentes roles, elmanejo que requiere hacer para obtener resultados positivos (tan exigidos por las demásciencias y la cultura popular) y las gratificaciones que se obtienen de la práctica delpsicoanálisis.

    Descriptores: Pluralismo clínico – Analista como persona – Psicoanálisis.

    ResumoO Psicanalista ideal precisa exercer vários papéis: clínico, investigador, professor-

    supervisor e administrador. Seus conhecimentos devem derivar de uma reflexão teórico-clínica que inclua a compreensão hermenêutica e neopositivista na investigação, adequa-das ao pensamento complexo. O psicanalista em formação requer aproximadamente de10.000 horas de prática clínica (em 10 anos, cinco no processo de formação e cinco depós-graduação) que se complementam com a crítica seletiva sobre o pluralismo teóricopós-moderno (psicanálise comparada), podendo levar então a uma formação básica paralidar com a diversidade da clínica contemporânea.

     A pessoa do analista pode ser compreendida sob várias vertentes: como um objeto“real”, como parte da aliança terapêutica, e no processo transferência-contratransferên-cia, incluindo as satisfações e frustrações no exercício da profissão.

    Neste trabalho apresentamos vinhetas clínicas que refletem os diferentes aspectosdos papéis do analista como pessoa, a complexidade da clínica na atualidade e a manei-

    ra integrada como o analista é visto por seus pacientes nos diferentes papéis, o manejoque precisa fazer para obter resultados positivos (tão exigidos pelas outras ciências epela cultura popular) e as gratificações obtidas na prática da psicanálise.

    Palavras chave: Pluralismo clínico – Analista como pessoa – Psicanálise.

    SummaryThe model of ideal psychoanalyst needs accomplish some roles: clinical, researcher,

    teacher-supervisor and administrator. His knowledge must be getting from a theoretical-

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    30/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200836

    Enrique Núñez Jasso

    clinical reflextion that includes hermeneutic and neopsitivistic comprehension in investiga-

    tion adapted to complex thinking. Candidate in training requires approximately ten thou-sand hours of clinical practice (in ten years, five in formative process and five in postgradu-ate time) completed with selective critics concerning theoretical postmodern pluralism(comparative psychoanalysis) to get a basic training to cope with diversity in contemporaryclinical practice.

     The analyst as personae can be understand in some areas: as an “real” object, as apart of therapeutic alliance, in the transference-countertransference process. Includingproffesional satisfactions and frustrations.

     In this paper will be presented some clinical abstracts showing different roles of analystas personae, complexity in contemporary clinical work and integrated mode how analyst beseeing in roles, required management to get positive outcomes (demanding by other sci-ences and mass media) and gratifications obtained in the psychoanalytic practice.

    Key words: Clinical plurality – Analyst as a person – Psychoanalysis.

    Bibliografía

    Bateman, A. and Holmes, J. (1995) Introduction to psychoanalysis. London, Routledge.Bleichmar, H. (2008) Some subtypes of depression and their implications for psychoanalytictreatment. Int. J. Psychoanal, 77:935-961. (citado en la revista de divulgación de la API).Bleichmar, N. (1989) El psicoanálisis después de Freud. México, Paidós.

    Cavell, M. (2000) La mente psicoanalítica. México, Paidós.Coderch, J. (2006) Pluralidad y diálogo en psicoanálisis. Barcelona, Herder.Cooper, A. (2006) Contemporaries theories in psychoanalysis. Washington, Am PsychPub.Etchegoyen, H. (1986) Los fundamentos de la técnica psicoanalítica. Buenos Aires,

     Amorrortu.Fonagy, P. (2006) Mentalization treatment of bordeline personality disorder.Washington,

     Am Psych Pub.Gabbard, G. (2004) Long-term psychodynamic psychotherapy. Washington, Am PsychPub.Jiménez, J. P. (2007) El pluralismo y la pluralidad en psicoanálisis. Sesión científica de

     ARPAC, Febrero de 2007.Kernberg, O. (2007) Controversias contemporáneas de las teorías psicoanalíticas, sustécnicas y aplicaciones. México, Manual Moderno.Langs, R. (1976) The therapeutic interaction. New York, Jason Aronson.Mc Williams, N. (1994) Psychoanalytic diagnosis. New York, Guilford Press.Mitchell, S. (2004) Más allá de Freud. Barcelona, Herder.Morin, E. (1997) La naturaleza de la naturaleza. Madrid, Cátedra.Núñez, E. (1996, 2001, 2002, 2004, 2008) El modelo pluralista secuencial en pacientesgraves (FEPAL, Monterey 1996); El impacto de las nuevas tecnologías en psicoanálisis(Congreso de Niza 2001); El Psicoanalista Clínico (Congreso de APM 2001 y ARPAC2002); Competencias del Psicoanálisis y del Psicoanalista (FEPAL, Guadalajara 2004),

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    31/188

    3737Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 37

    El pluralismo clínico y la persona del analista

    Seminario de Supervisión, la escala de competencias del psicoanalista, 2008).

    Sharff, D. (2007) Chaos theory in psychoanalysis. Congreso de ARPAC 2007.Solms, M. (2000)Clinical studies in Neuropsychoanalysis. London, Karnac.Stolorow, R. (2004) Los contextos del ser. Barcelona, Herder.

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    32/188

    Claudio Rossi 1

    AS FILIAÇÕES ANALÍTICAS:FIDELIDADES E PODER

    Os Impermanentes Ideais

    Se para a relação bi-pessoal a Psicanálise tem como utopia a genitalidade, paraos grupos, pode-se dizer, que seu ideal é o pacto fraterno (Freud, 1913-1914). Em-

     bora inatingíveis como bens sustentáveis e sempre presentes, esses ideais se realizam periodicamente mostrando suas virtudes e estimulando o desejo de que fossem per-manentes. Nas relações entre duas pessoas as organizações sincréticas/simbióticas(Bleger, 1972a), orais, anais e fálicas estão sempre disputando espaço com a aspiradagenitalidade e nos grupos o pai da horda primitiva ressuscita com grande freqüênciaassumindo com alegria seu poder brutal até ser novamente assassinado pela fratria.

     Nessas idas e vindas a humanidade respira e evolui. Na genitalidade as diferenças individuais são comemoradas e são causa de prazer.

     No pacto fraterno impera o contrato entre as partes, contrato que visa à distribuiçãoeqüitativa de poderes, direitos e prazeres. Na genitalidade as diferenças são fecundantese no pacto os limites individuais são a condição de possibilidade da construção coletiva.

    Os grupos psicanalíticos, como todos os outros, estão sujeitos a essas vicissitu-des e passam por períodos de melhor distribuição de poderes e por outros em que osmesmos ficam mais concentrados e assumem características hegemônicas e autoritári-as. Quanto mais concentrado é o poder e mais autoritária é a organização menosoportunidade existe para a genitalidade, pois as diferenças são temidas e as novasconcepções são vistas como desestruturadoras e decadentes. Por outro lado nos pe-ríodos autoritários acontece a consolidação do já vivido e conhecido, havendo uma“paz” obtida pela repressão e neutralização de tudo o que é desestabilizador. Os con-troles, a burocracia, a ordem passam a imperar. O prazer do contato com o já conhe-cido, bem organizado e limpo, fica no lugar da turbulência gerada pelas novidades,

     pela aventura da busca do desconhecido, pela excitada vertigem causada pelo movi-mento rápido e audaz da conquista de novos territórios.

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 39

    1  Membro efetivo da Sociedade Brasileira de Psicanálise de São Paulo.

    Presidente da Federação Brasileira de Psicanálise (Febrapsi).

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    33/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200840

    Claudio Rossi

    Os grupos analíticos tendem a se pensar e a se definir como revolucionários que

    transmitem a “peste” que é a Psicanálise viva. Muito comumente, porém, são, na prá-tica, bastante conservadores, controladores e burocráticos. Os comportamentoscontroladores, em geral, são justificados como defesa dos aspectos revolucionários daPsicanálise, que estariam sempre ameaçados por uma maioria composta por todosaqueles que não pertencem ao grupo que se percebe como o defensor da “liberdade”e da Psicanálise verdadeiramente inovadora, com potência suficiente para enfrentar o“Inconsciente”. Um conservadorismo que estaria a serviço do revolucionário, o quenão deixa de ser um curioso paradoxo.

    Paradoxo semelhante, porém, acontece na prática psicanalítica na qual um“setting” extremamente rigoroso, normatizado, regular e previsível é essencial para queos fenômenos psicanalíticos ocorram com toda a sua explosividade (Bleger, 1967). A

    criatividade em geral, também, consiste em superações discretas do existente atravésde um trabalho metódico que leva em conta todo o conhecimento acumulado, casocontrário será, não criatividade, mas, bizarria.

    O compromisso assumido e consciente das associações de psicanalistas, é aci-ma de tudo, com o desenvolvimento da Psicanálise, isto é, com o progresso no conhe-cimento do Inconsciente na condição de fator determinante da vida humana em todasas suas dimensões. Pode-se dizer que essa é sua fundamental fidelidade. Fidelidade aoque Freud expressou como: “Wo Es war, soll Ich werden”. (1932-1933)

    As Múltiplas e Contraditórias Fidelidades

    Amigo é aquela pessoa que quando alguém diz: –matei um homem! Ele pergun-ta: –o que vamos fazer com o cadáver? As pessoas querem e precisam de amigos fieis.A fidelidade das pessoas que viveram, trabalharam, se amaram, lutaram lado a lado éalgo bastante forte, pelo menos naquelas que são capazes de sentir gratidão. As rela-ções íntimas que se mostram confiáveis promovem apego, estima, simpatia e lealdade.Quando alguém passa por um processo de formação analítica, estabelece com seuanalista e supervisores relações extremamente íntimas, mais íntimas, às vezes, do querelações familiares e de amizade. Durante anos a fio os mais delicados segredos, asinseguranças e vergonhas mais profundas, os sonhos e pesadelos mais estranhos são

    compartilhados ao mesmo tempo em que emoções intensas, nem sempre dentro dos padrões éticos e estéticos da sociedade, acontecem na relação. Muitos desses acon-tecimentos são transferenciais, é verdade e, espera-se, serão resolvidos no desenvol-vimento da análise, mas, nem todos. A pessoa do analista, por mais neutro e técnicoque ele seja, está presente todo o tempo e estabelece vínculos reais e atuais com oanalisando que, também, é alguém que não se reduz às transferências que é capaz deestabelecer. O mesmo acontece nas supervisões onde, por não haver o recurso dainterpretação transferencial, as transferências não são elucidadas. Assim, termina-se aformação, mas, os vínculos estabelecidos durante a mesma permanecem, assim comoas fidelidades que os acompanham. Os contatos entre colegas que têm empatia entre si

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    34/188

    4141Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/2008 41

    As filiações analíticas: fidelidades e poder 

    ou que comungam pontos de vista, também, geram relações estáveis que perduram.

     Nada mais natural do que as relações desenvolverem amizades e as amizades seremfiéis. Mas, o amigo fiel, como na definição acima, é cúmplice e não pode “servir a doissenhores” ao mesmo tempo. O amigo ajuda a esconder o cadáver, mas, não podechamar a polícia. A fidelidade a pessoas, virtude indiscutível, causa, por isso, inúmeros

     problemas institucionais e gera contradições importantes nas organizações.A fidelidade a ética das relações sociais e às normas estabelecidas, necessária

     para que o “pacto fraterno” prevaleça e com ele não se retorne à barbárie, comovimos, nem sempre é compatível com amizade e com a fidelidade à pessoas que amerecem. Mas, tampouco é fácil combiná-la com a ética própria da Psicanálise: a

     busca incansável da descoberta do Inconsciente. Não que haja uma incompatibilidadeessencial entre as duas, mas, estão longe de ser sincrônicas e no dia a dia das organi-

    zações as contradições se multiplicam. Como proteger as normas de convívio e dedistribuição de poder, restringindo e reprimindo situações e pessoas, sem que se cause

     prejuízo ao psicanalítico propriamente dito?O conhecimento, que está entre os principais objetivos das organizações psica-

    nalíticas é, também, objeto de fidelidades. No que se refere ao conflito entre a produ-ção de conhecimento e a preservação do conhecimento adquirido, as questões são asque todas as sociedades científicas têm. O método científico é infiel ao conhecido, poisé fascinado pelo “a conhecer” e para encontrar este precisa demolir aquele. NissoFreud é paradigmático. Se a aplicação do método científico nas “hard sciences” éatravessado pelo Inconsciente, nas humanas isso é muito mais significativo. A Psicaná-lise, por sua vez, ao se dedicar à pesquisa das entranhas do psiquismo, ao investigar asmatrizes da mente –como acontece com os exorcistas que correm o risco de ficaremendemoninhados– precisa enfrentar, em suas próprias linhas, as mais altas resistênciasao conhecimento. Essas resistências, freqüentemente, se expressam como uma fortefidelidade ao corpo de conhecimentos já acumulados em detrimento da busca de no-vos achados (Herrmann, 1991). Poucos projetos são tão ambiciosos quanto o psica-nalítico e, por isso mesmo, ele é tão sujeito a esse tipo de vicissitudes.

    Os Limites da Consciência e da Construção Psíquica

    A capacidade que o homem tem de conhecer as bases de sua atividade mental émuito reduzida. A consciência, no sentido psicanalítico, é como uma vela acesa numimenso edifício. A área iluminada é ínfima e a escuridão prevalece na maior parte,quase na totalidade, da estrutura. A pequena potência luminosa da vela serve comoanalogia para a reduzida capacidade de penetração que tem a consciência humana.Muitos séculos são necessários para que o Homem faça pequenos progressos a res-

     peito do conhecimento de si mesmo.A concepção de um inconsciente dinâmico, porém, pedra fundamental do edifí-

    cio psicanalítico, põe em evidência os limites da pessoa humana quanto à sua possibi-lidade de manter na consciência uma série de informações, não pelo que se acabou de

  • 8/17/2019 Revista Completa Final

    35/188

    Revista Latinoamericana de Psicoanálisis. Vol. 8/200842

    Claudio Rossi

    mencionar, mas, porque as funções integradoras não suportam todos os dados já dis-

     poníveis. Para poder pensar e não ficar inundado por informações, o Homem precisafazer escolhas bastante restritivas a respeito daquilo que pode ou não saber. (Bion,1987)

    Os mecanismos que fazem a seleção daquilo que pode ou não estar presentenum determinado contexto da consciência, constituem, talvez, o mais básico e íntimodos poderes. Ao atravessar as defesas e trazer para a consciência informações bani-das, a Psicanálise enfrenta e altera esse poder interior.

    Quando alguém procura a psicanálise é porque está insatisfeito quanto ao poder que tem em relação a si próprio. Ou não faz o que quer, ou não comanda o que sente,ou se sente perdido entre opções que não consegue fazer ou é invadido por pensa-mentos, vivências e impulsos que não consegue evitar e compreender. Busca o auxílio

    do analista para recuperar esse poder que lhe falta. Muitas vezes isso está projetadono ambiente e ele busca recuperar o poder sobre o mundo externo ou sobre seu corpo(Bleger, 1972b) que sente estarem fora de seu controle.

    A construção da mente é hierarquizada de tal maneira que não apenas certasinformações não podem nela entrar, como, as que entram obedecem a um rígido pa-drão em que umas prevalecem sobre outras. Graças a isso se torna possível a constru-ção de conhecimentos organ