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Revista Colombiana de BioéticaUNIVERSIDAD EL BOSQUE • DEPARTAMENTO DE BIOÉTICA • ENERO - JUNIO DE 2013 • VOL. 8 NO 1 • ISSN 1900-6896

COMITÉ EDITORIAL

Carlos E. Vasco Uribe, Ph.D.Universidad de ManizalesJuan Mendoza-Vega, M.D.

Academia Nacional de MedicinaMario Hernández, Ph.D.

Universidad Nacional de ColombiaSergio De Zubiría, Ph.D.Universidad de Los AndesConstanza Ovalle, Ph.D.

Universidad El BosqueGustavo Chirolla Ospina, Ph.D(c).

Pontificia Universidad Javeriana Mario Fernando Castro, Ph.D.

Universidad El BosqueLuis Álvaro Cadena, Ph.D.

Universidad El BosqueJaime Escobar Triana, M.D., Ph.D.

Universidad El BosqueLuis Alberto Sánchez–Alfaro, M.Sc

Universidad El Bosque

COMITÉ CIENTÍFICO INTERNACIONAL

Gilbert Hottois, Profesor TitularUniversidad Libre de Bruselas, Bélgica.Marcelo Palacios, Presidente Sociedad

Internacional de Bioética, España.Volnei Garrafa, Presidente Asociación

Brasileña de Bioética, Brasil.Miguel Kottow, Profesor Titular Facultad

de Medicina, Universidad de Chile, Chile.Pablo Simón Lorda, Profesor Escuela Andaluza de Salud Pública, España.

Juan Carlos Tealdi, Director Programa Bioética Hospital de Clínicas de

la Universidad de Buenos Aires, Argentina.Kenneth Goodman, Director Programa

Ética de la Investigación, Universidad de Miami, EE.UU.

Salvador Bergel, Cátedra UNESCO de la Universidad de Buenos Aires.

Marcela Escobar-Gómez, MD., BiLingoLLC, Laguage Services

UNIVERSIDAD EL BOSQUEPor una cultura de la vida, su calidad

y su sentido

PRESIDENTE DE EL CLAUSTROJosé Luis Roa Benavides

PRESIDENTA DEL CONSEJO DIRECTIVOLuz Helena Gutiérrez Marín

RECTORCarlos Felipe Escobar Roa

VICERRECTOR ACADÉMICOMiguel Ruíz Rubiano

VICERRECTOR ADMINISTRATIVORafael Sánchez París

REVISTA COLOMBIANA DE BIOÉTICAISSN 1900-6896

Es una publicación del Departamento de Bioética de la Universidad El Bosque

PÁGINAS WEBwww.bioeticaunbosque.edu.co

http://www.bioeticaunbosque.edu.co/ publicaciones/revista_bioetica.htm

COORDINADOR EDITORIALLuis Alberto Sánchez–Alfaro

EDITORJaime Escobar Triana, Ph.D.

Con la colaboración del Grupo “Bioética, Ciencias de la Vida”. Grupo reconocido por COLCIENCIAS. Esta publicación ha sido financiada por la UNIVERSIDAD EL BOSQUE.

COLABORAN CON LA REVISTA COLOMBIANA DE BIOÉTICA

Juan Mendoza-Vega, M. D.Universidad Nacional de Colombia

Profesor Titular y Emérito Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Bogotá, Colombia.

Joao Víctor Muñoz Durán, Ph.D.Universidad de California.

Profesor investigador Universidad Nacional de Colombia

Bogotá.

Oscar Mejía Quintana, Ph.D.de Pacific W. University, Los Angeles.

Profesor Titular Universidad Nacional de Colombia.

Héctor Fabio Ospina Serna, Ph.DNova Southeastern University, Columbia

Profesor Universidad de Manizales.

Emilssen González de CancinoDoctorado en Derecho. Universidad Autónoma de Madrid, España.

Profesora Titular Universidad Externado de Colombia.

Eduardo Rueda Barrera, Ph.D.Doctor en Filosofía, Universidad del País Vasco (España).

Especialización en Bioética, Universidad El Bosque. Profesor Asociado Instituto de Bioética

Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.

José María Siciliani BarrazaDoctorado Université de Paris IV (Paris-Sorbonne), U.P.IV, Francia.

Profesor Titular Universidad de La Salle y Universidad de San Buenaventura. Bogotá, Colombia.

Amparo Vélez Ramírez, Ph.D.Doctorado en Filosofía. Universidad de Navarra (España).

Profesora investigadora Universidad El Bosque y Universidad de La Sabana.

© 2013 Universidad El Bosque Departamento de Bioética

PARA CONTRIBUCIONES, SUSCRIPCIONES O CANJESDepartamento de BioéticaUniversidad El BosqueCra. 7B Bis Nº 132-11Tels.: 648 9036 - 648 9039E-mail: bioé[email protected]á, D.C. - Colombia

DEPÓSITO LEGALISSN: 1900-6896

Periodicidad semestral

Número de ejemplares: 200

REVISTA COLOMBIANA DE BIOÉTICAAdmitida en: Índice de Publicaciones Científicas y Tecnológicas. Publindex, Colciencias, Categoría Bhttp://scienti.colciencias.gov.co:8084/publindex/

Sistema Regional de Información en línea para Revistas Científicasde América Latina, el Caribe, España y Portugal. Latindexhttp://www.latindex.unam.mx

Red de revistas científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal. Redalyc http://redalyc.vaemex.mx/

Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud. Lilacs. http://lilacs.bvsalud.org/es/

Biblioteca virtual para la vigilancia en salud pública de Colombia. Bvs-vspcol. http://www.bvs-vspcol.bvsalud.org/php/index.php

Diseño e Impresión:Editorial Kimpres Ltda.PBX: 413 6884 • Fax: 290 7539www.kimpres.comBogotá, D.C., Colombia

Contenido

Presentación ......................................................................................................................................................... 5Jaime Escobar Triana

Artículos de reflexión

En la cuna de la Bioética: el encuentro de un credo con un imperativo y un principioNo berço da bioética: o encontro de um credo com um imperativo e um principio ................................... 8Leo Pessini

No berço da bioética: o encontro de um credo, com um imperativo e um principioEn la cuna de la Bioética: el encuentro de un credo con un imperativo y un principio ............................. 32Leo Pessini

Educación en Bioética, laicidad y ética públicaEducation in Bioethics, secularism and public ethics ..................................................................................... 55Jaime Escobar Triana

Biodiversidad, filosofía transhumanista y el futuro del hombreBiodiversité, philosophie transhumaniste et Avenir de l’homme ................................................................... 65Jean–Noël Missa

Biodiversité, philosophie transhumaniste et Avenir de l’hommeBiodiversidad, filosofía transhumanista y el futuro del hombre ................................................................... 77Jean–Noël Missa

La moral: ¿innata o adquirida?The moral: innate or acquired? ........................................................................................................................... 89Nelson Molina Ramírez

Atención en salud oral: un escenario de exclusión en las leyes colombianas y un asunto para la bioética, a partir de un caso de enfermedad periodontalOral care: a scenario of exclusion in Colombian law, and a bioethical issue from a case of periodontal disease .................................................................................................................... 107María Teresa Escobar López

Diagnóstico genético preimplantatorio y eugenesia. Análisis ético–jurídicoGenetic Preimplantation Diagnosis and Eugenics. Ethical and Legal Analysis ........................................... 123Samuel Malamud Herrera

Artículo de revisión

Asentimiento y consentimiento informado en pediatría: aspectos bioéticos y jurídicos en el contexto colombianoAssent and informed consent in pediatrics: Bioethical and legal aspects in colombian context ............... 144Boris Julián Pinto Bustamante y Raisa Gulfo Díaz

Ensayos Científicos

Valoración eco–sistémica de la naturaleza. Hacia una ética emergente en los sistemas socio ecológicos adaptativosEco–systemic Assessment: Towards an emergent ethics on the socioecologic adaptive systems .............. 166Germán I. Andrade

Justicia y escasez: el problema bioético de la distribución de recursos para la saludJustice and scarcity: the bioethical problem of resource allocation for health care ..................................... 175Ma. Elizabeth de los Ríos Uriarte

Filosofía y políticas editoriales .......................................................................................................................... 189

Instrucciones para los autores ............................................................................................................................ 192

Instructions for writers ....................................................................................................................................... 194

Índice de artículos publicados ............................................................................................................................ 196

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013 5

Presentación

El volumen 8, número 1, de la Revista Colom-biana de Bioética reúne trabajos de alta calidad, productos de investigaciones y reflexiones he-chas por autores nacionales e internacionales.

Se presentan diversos documentos que recorren algunos temas de interés para la bioética, entre ellos se puede mencionar: una relectura a la historia de la Bioética, la importancia de la edu-cación en Bioética con una perspectiva laica, la biodiversidad y la filosofía transhumanista, el origen de la moral, el consentimiento informa-do, la eugenesia, entre otros.

En este número de la Revista Colombiana de Bioética traemos a nuestros lectores once (11) trabajos realizados por estudiantes, profesores e investigadores en Bioética pertenecientes a la comunidad nacional e internacional, de éstos ocho (8) son artículos de reflexión, uno (1) es un artículo de revisión y dos (2) son ensayos científicos.

Los dos primeros artículos corresponden al do-cumento presentado por el profesor Leo Pessini titulado “No berço da bioética: o encontro de um credo com um imperativo e um principio” y su correspondiente traducción del portugués al español bajo el título “En la cuna de la Bioética: el encuentro de un credo con un imperativo y un principio”.

En este artículo el autor hace una incursión hacia los orígenes de la Bioética y rescata a tres personajes y su correspondientes aportes: 1) Van Rensselaer Potter de los EUA, quien estuvo permanentemente preocupado por la supervivencia humana y las consecuencias de

la explotación exacerbada a la naturaleza, pro-poniendo, entre otras cosas, un credo bioético; 2) el filósofo, teólogo, pastor y educador alemán Friz Jahr quien utilizó por primera vez la ex-presión Bioética entre 1926 y 1927 y propuso el Imperativo Bioético “respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal”; y 3) Hans Jonas, filósofo, que elaboró el principio de la responsabilidad como fundamento para una ética frente al dominio creciente de la civilización técnico–científica.

En “Educación en Bioética, laicidad y ética pública” Jaime Escobar Triana afirma que la Bioética debe encontrar todo aquello que une a la humanidad para tener bases éticas desde las cuales respetar y avalar las diferencias que nos separan.

El artículo plantea reflexiones tales como: 1) la laicidad implica la expansión del ejercicio de los derechos personales en un marco de convi-vencia civil, pero significa un respeto esencial a la libertad de conciencia, al libre desarrollo de la personalidad, sin la imposición de una moral determinada; 2) la enseñanza de la Bioé-tica debe estar adecuada a las condiciones de la civilización actual, permitiendo la presencia de diversas creencias religiosas y promoviendo el respeto por los derechos humanos; 3) la Bioé-tica debe convertirse en un campo de reflexión y discusión de los problemas del mundo de la vida y procurar permear las políticas públicas de los países en aras de la construcción de so-ciedades verdaderamente laicas y democráticas.

Jean–Noël Missa presenta “Biodiversité, philo-sophie transhumaniste et Avenir de l’homme”

6

Universidad el BosqUe • departamento de Bioética

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 2013

y su correspondiente traducción del francés al español bajo el título “Biodiversidad, filosofía transhumanista y el futuro del hombre”.

En el documento Missa reflexiona respecto de la posible creación de una “biodiversidad” en el seno de la especie humana, propósito de científicos y filósofos transhumanistas que promueven la transformación de la naturaleza humana por medio del uso de la tecnología y la biomedicina con el fin del mejoramiento del ser humano. El autor presenta las posturas que rodean las especulaciones posthumanistas, la transformación biofísica del ser humano, por un lado, y la otra “externa” a partir de las in-vestigaciones e invenciones en los dominios de la robótica y de la inteligencia artificial.

Luego se encuentra “La moral: ¿innata o adqui-rida?” de autoría de Nelson Molina Ramírez. Este artículo presenta una reflexión realizada con base en la investigación “Biología, moral y exclusión” de Álvaro Cadena. El texto está centrado en el origen de la moral, cuyas teorías están en extremos que van desde considerar la facultad moral como un revestimiento artifi-cial, meramente formal y carente de contenidos, pasando por las posiciones intermedias que consideran que la moral es innata, pero que la educación guía la adquisición de sistemas morales particulares o que una moral parti-cular no se adquiere por el razonamiento o la argumentación, sino mediante la fe, hasta con-cebirla como un producto netamente evolutivo.

“Atención en salud oral: un escenario de exclu-sión en las leyes colombianas y un asunto para la bioética, a partir de un caso de enfermedad periodontal” es el artículo presentado por Ma-ría Teresa Escobar López. La autora realiza un análisis y reflexión respecto de la atención en salud oral bajo tres referentes: 1) Los estudios de salud oral realizados en Colombia; 2) el sis-tema de seguridad social en salud; 3) los fallos

y jurisprudencias productos de sentencias a acciones de tutela. Finalmente Escobar propone que las soluciones al problema de la exclusión en salud oral no solo deben surgir de la odonto-logía o las leyes, sino que las políticas de salud deben contemplar enfoques interdisciplinarios como la bioética y tener en cuenta los derechos humanos.

Samuel Malamud Herrera reflexiona en “Diag-nóstico Genético Preimplantatorio y eugenesia. Análisis Ético–Jurídico” sobre ciertos dilemas éticos que plantea el procedimiento de Diag-nóstico preimplantatorio. Aborda brevemente la legislación de varios países, luego procede a la revisión de las distintas controversias éticas que plantea el procedimiento. Finalmente el autor toma su postura acerca de cuál debe ser el modelo legislativo más adecuado a seguir teniendo en cuenta consideraciones bioéticas.

Posteriormente se encuentra “Asentimiento y consentimiento informado en pediatría: aspec-tos bioéticos y jurídicos en el contexto colom-biano”. El artículo es producto de una revisión realizada por Boris Julián Pinto Bustamante y Raisa Gulfo Díaz.

Pinto y Gulfo plantean que el consentimiento informado en pediatría es un proceso continuo que además de pediatras, padres y pacientes, debe incorporar aspectos socioculturales del contexto particular del(a) niño(a) o adolescente; que el asentimiento informado debe convertirse en un proceso de inclusión y promoción de la autonomía del niño o la niña en la toma de de-cisiones. El artículo indaga en la concepción ac-tual sobre el Consentimiento Informado en ni-ños, niñas y adolescentes, haciendo énfasis en el marco normativo colombiano y en aspectos relativos a la bioética tales como: la promoción de la autonomía en los niños, el desarrollo del razonamiento moral, el asentimiento informa-do tanto en los ámbitos asistenciales como de

7Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013

Presentación

investigación, el principio del interés superior y el modelo de cuidado centrado en la familia.

Germán I. Andrade es el autor del ensayo inti-tulado “Valoración eco–sistémica de la natura-leza. Hacia una ética emergente en los sistemas socio ecológicos adaptativos”. El autor afirma que “con base en el modelo de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio que liga la biodiversidad, los servicios eco–sistémicos, el bienestar humano y la libertad de elección, se proponen niveles y fuerzas opuestas de equili-brio que como procesos de auto–organización sustentan un nuevo sistema de valoración de la naturaleza”. Andrade hace un llamado por acciones socio–ecológicas sustentadas en una ética eco–sistémica.

Finalmente encontraremos “Justicia y escasez: el problema bioético de la distribución de recur-sos para la salud” de Ma. Elizabeth de los Ríos Uriarte. La autora plantea que la salud no debe entenderse en un solo sentido debido a que realmente es el resultado de múltiples factores que rodean a individuos y a poblaciones. Hace

hincapié en que uno de los factores determi-nantes del estado de salud de las personas es el económico, por lo que la pobreza determinará la conservación, mejoría o deterioro de la salud. El artículo plantea que el tema es de gran im-portancia para la justicia social en perspectiva bioética.

Con todos estos documentos disponibles para los lectores de este volumen de la Revista Co-lombiana de Bioética solo resta invitarlos a revisar las diferentes propuestas y plantea-mientos e incluso a debatir y presentar nuevos argumentos para que de esta manera puedan generar discusiones de corte académico lo cual le viene bien tanto a la comunidad de bioeti-cistas, como a la de científicos e investigadores en general.

Jaime Escobar Triana, M.D., Ph.DDirector del Departamento de Bioética

Universidad El BosqueBogotá, ColombiaJunio 28 de 2013

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 20138

ARTÍCULOS DE REFLEXIÓN

En la cuna de la Bioética: el encuentro de un credo con un imperativo y un principio*

No berço da bioética: o encontro de um credo com um imperativo e um principio

Leo Pessini**

Traducción del portugués al español: Luis Alberto Sánchez–Alfaro***

Resumen

Este artículo hace una incursión hacia los orígenes de la Bioética, rescatando, históricamente, tres protagonis-tas importantes. Uno más conocido y reconocido, Van Rensselaer Potter en los EUA y el otro completamente desconocido, del cual solo muy recientemente tuvimos noticia, en 1997, se trata del filósofo, teólogo, pastor y educador alemán Friz Jahr. Sabemos que la expresión Bioética fue utilizada por primera vez por Jahr, en Alemania, en 1926 y 1927 en un artículo publicado en la revista científica Kosmos intitulado “Bio-Ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze”. Jahr amplió el concepto del imperativo kantiano y propuso el Imperativo Bioético “respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal”. El concepto de bioética de Jahr incluía, además del ser humano, a todas las formas de vida. El tercer protagonista en la fase inicial del surgimiento de la Bioética es Hans Jonas, filósofo judeo–alemán, que elaboraría el principio de la responsabilidad pensando y elaborando una ética frente al dominio creciente de la civilización técnico–científica. La expresión Bioética obtuvo el certificado de nacimiento y se consolida en los EUA durante los años 70 y después es “exportada” al mundo, a partir de los años 80 del siglo pasado, con los trabajos de Potter y la fundación del Instituto Kennedy de Bioética junto a la Georgetown University en Washington, DC.

Palabras clave: Bioética, ciencia, religión, principio de responsabilidad, desarrollo.

Resumo

Este artigo faz uma incursão nas origens históricas da bioética resgatando historicamente três protagonistas importantes. Um mais conhecido e reconhecido, Van Rensselaer Potter nos EUA e o outro completamen-te desconhecido e que somente muito recentemente temos notícia, em 1997, trata-se do filósofo, teólogo, pastor e educador alemão Friz Jahr. Ficamos sabendo que A expressão Bioética, foi utilizada pela primeira vez por Jahr, na Alemanha, em 1926 e 1927 num artigo publicado na revista científica Kosmos intitulado “Bio-Ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze”. Jahr ampliou o

* Artículo de reflexión. Documento entregado el 15 de febrero de 2013 y aprobado el 17 de junio de 2013.** Doctor en Teología Moral/bioética. Postgrado en Clinical Pastoral Education and Bioethics por el ST. Luke’s Medical Center (Milwaukee, EUA).

Profesor del programa de posgrado en Bioética (maestría y doctorado) del Centro Universitário São Camilo. Autor de numerosas obras en el área de la bioética. Actualmente es Presidente de las organizaciones Camilianas Brasileñas, una red de 52 hospitales presentes en 19 Estados brasileños. Correo electrónico: [email protected]

*** Odontólogo, Universidad Nacional de Colombia. Especialista y Magíster en Bioética, Universidad El Bosque. Estudiante del Doctorado en Bioética, Universidad El Bosque. Profesor y Coordinador de Publicaciones, Departamento de Bioética, Universidad El Bosque.

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En la cuna dE la Bioética: El EncuEntro dE un crEdo con un impErativo y un principio

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013

Introducción

La Bioética, tomando en cuenta la perspectiva del bioquímico norteamericano Van Rensselaer Potter y la fecha de la publicación de su pri-mer artículo en 1970, ya completó 43 años de existencia desde que el término fue acuñado. Investigaciones recientes en el área cambian esta fecha hacia la década de 1920, exactamente 1926–27 en Alemania y descubren la figura de Fritz Jahr. En el momento la investigación en curso identifica como fecha precisa el 15 de di-ciembre de 1926 siendo su primer escrito sobre bioética titulado: Ciencias de la vida y ética: conocimiento viejo en ropas nuevas. En este artículo él presenta por primera vez el impera-tivo bioético. Hecho histórico, en este sentido, fue el lanzamiento del libro “Fritz Jahr and the Foundations of Global Bioethics: The Future of Integrative Bioethics” editado por Muzur Amir y Hans–Martin Sass en el VIII Congresso In-ternacional de Bioética Clínica realizado en São Paulo (16–19 de mayo de 2012). No sin una

pizca de ironía, en el folleto de divulgación del libro se lee: <<usted sabe ¿quien inventó la ‘Bioé-tica’? ¡No, los americanos no! Fue Fritz Jahr un pastor en Halle an der Saale. En 1926–27 él se contrapuso criticamente al imperativo categórico de Kant con su Imperativo Bioético: ‘Respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal’>>1.

Nuestra jornada reflexiva en torno a la cuna de la Bioética se hace en tres momentos funda-mentales, con tres protagonistas. Comenzamos con Potter en los EUA en1970 con su “credo bioético” y el concepto de “bioética como puente hacia el futuro”2, luego regresamos en el tiempo histórico a la década de los años 20 del siglo pasado, exactamente a los años 1926–27 con Fritz Jahr y su propuesta del Imperativo bioéti-co, que incluye una visión ética para, además

1 MUZUR, Amir y SASS, Hans–Martin (Eds). Fritz Jahr and the Foundations of Global Bioethics: The Future of Integrative Bioethics. Munster: Lit Verlag, 2012, 400p.

2 POTTER, Van Rensselaer. Bioethics: Bridge to the future. Engle-wood Cliffs: Prentice Hall, 1971, 205p.

conceito do imperativo Kantiano e propõe o Imperativo Bioético “respeite todo ser vivo, como princípio e fim em si mesmo e trate–o, se possível enquanto tal”. O conceito de bioética de Jahr inclui, além do ser humano, todas as formas de vida. O terceiro protagonista na fase inicial do surgimento da bioética e Hans Jonas, filósofo judeu-alemão, que vai elaborar o seu principio da responsabilidade, pensando e elaborando uma ética frente ao domínio crescente da civilização técnico–cientifica. A expressão Bioética ganhou certificado de nascimento e se consolida nos EUA durante os anos 70 e depois é “exportada” para o mundo, a partir dos anos 80 do século passado, a partir dos trabalhos de Potter e mais a fundação do Instituto Kennedy de Bioética (1971) junto à Georgetown University em Washington, DC.

Palavras–chave: Bioética, ciência, religião, princípio da responsabilidade, desenvolvimento.

“Les pido que piensen la Bioética como una nueva ética científica que combina la humildad, la responsabilidad y la competencia, que es interdisciplinaria e intercultural, y que intensifica el sentido de

la humanidad”. Van Rensselaer Potter

“Respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal”. Fritz Jahr

“Obra del manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra”.

Hans Jonas

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Leo Pessini

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 2013

de los seres humanos, todos los seres vivos: “respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal”3. El ter-cer protagonista es el filósofo, judeo–alemán, Hans Jonas (1979), que elabora el principio de la responsabilidad y nos propone una ética frente a la civilización técnica, con el cultivo de una “heurística del temor”, para no dejar que el homo faber domine al homo sapiens. Concluimos nuestra reflexión4 con una apro-ximación entre los tres protagonistas pioneros en la agenda bioética, en su nacimiento, y que proféticamente se antiparon a los hechos y a la exigencia de hoy, para que podamos garantizar el futuro de la vida en el planeta. La actualidad de esta cuestión es incuestionable, solamente recordando la discusión vigente en el mundo patrocinada por la ONU, cuando en 2012 esta organización programó en Brasil, en Rio de Janeiro, la realización de la Conferencia para el Desarrollo Sostenible con el apellido “el fu-turo que queremos”. Se trata de la conferencia Rio+20.

1. Van Rensselaer Potter: Pionero en los EUA (1970)

1.1. Conociendo la persona

El 6 de septiembre de 2001 falleció el Dr. Van Rensselaer Potter (1911–2001) en Madisson, pequeña ciudad del Estado de Wisconsin, en el medio oeste de los Estados Unidos. Potter nació en el Estado de Dakota del Sur el 27 de agosto de 1911, murió al completar sus 90 años. Su abuelo murió de cáncer a los 51 años, un año antes de su nacimiento, del cual heredó el nombre, viniendo a llamarse Van Rensselaer

3 JAHR, Fritz. Wissenschaft wom Leben um Sittenlehre. Dei Mit-telschule. Zeitschrift für das gesamte mittlere Schulwesen. 1926, vol. 40 (45): 604–605.

4 PESSINI, Leo; SIQUEIRA, José Eduardo y HOSSNE, William Saad (Orgs). Bioética em tempo de incertezas. São Paulo: Centro Universitário são Camilo y Edições Loyola, 2010, 455p.

Potter II. Su madre murió en un accidente de carro cuando él tenía siete años, desde entonces se apegó mucho a su padre. Potter dejó una esposa, tres hijos, seis nietos y dos hermanas.

Recibimos un comunicado de su nieta Lisa Pot-ter, que trabajó muy de cerca con su abuelo de 1994 a 1997 ayudándolo en las publicaciones de bioética y en conferencias. Textualmente leímos: “lamentamos informar que Van falleció ayer (6/09) a las 05h20min de la tarde; él estaba confortable y la familia se mantenía presente al lado del lecho. Yo sostenía su mano cuando exaló su último suspiro. Se que él sintió el apo-yo y amor de la família. Murió luego de haber cumplido su 90º aniversario y tuvo la fortuna de ver muchos miembros de la familia. Senti-remos mucho su falta”.

Fue él quien acuñó el neologismo bioethis en 1970. Llamarlo “el padre de la Bioética”, como muchos hacen, sería exagerado según algunos estudiosos del área de historia de la Bioética y decir que él es solamente el autor del neologismo “Bioethics” sería no hacer justicia con la altura de su persona como investigador y pionero de la bioética, ya que acabó siendo marginado por sus compatriotas. Potter, pocos días antes de su partida dejó un mensaje final a los amigos de su “red de bioética global”. En este mensaje demues-tra resentimiento por el no reconocimiento de su trabajo en bioética en su propio país.

Por un largo período de tiempo 1980–1990 nadie reconoció mi nombre y quise ser parte de una misión. En los EUA hubo una explosión imediata del uso de la palabra bioethics por los médicos, que han dejado de mencionar mi nombre o el título de mis cuatro publicaciones 1970–1971. Infelizmente, su imagen de la bioé-tica retrazó el surgimiento de lo que existe hoy5.

5 POTTER, Van Rensselaer. Dear Global Bioethics Network. Final Message [en línea]. [Fecha de consulta: noviembre 23 de 2004]. Disponible desde: http://www2.ula.ve/cdcht/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=121

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En la cuna dE la Bioética: El EncuEntro dE un crEdo con un impErativo y un principio

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013

La biografía de Potter es particularmente rele-vante para la historia de una idea, el concepto de autonomía desempeña hasta hoy un papel pre-dominante en la ética biomédica norteamerica-na. Antes de enfocar los derechos individuales, él enfatiza las responsabilidades personales. Potter, incluso, no solo elaboró sino que vivió su credo de activista, que hace énfasis en la responsabilidad social y ambiental. En la con-dición de un bioeticista virtuoso, que lo fue, no solo vivió su visión de bioética, sino también, convocó a otros a hacerlo, afirmando que para que alguien merezca ser llamado bioeticista debería seguir tal credo, el cual presentaremos íntegramente a lo largo de este texto, después del análisis al legado intelectual de Potter. En la bioética potterianna se destaca, por tanto, un fuerte énfasis en la ética de las virtudes, que adquiere un tono casi de predicación.

Potter era considerado un miembro distinguido de la “Unitarian Society of Madison” (Sociedad Unitariana de Madison), una organización de inspiración cristiana, que sigue el espíritu de Jesús de Nazareth y defiende la perspectiva de una religión liberal. Entre otros objetivos de esta organización el primero de ellos es “la inte-gridad de la vida”, que significa totalidad (who-leness). Para las personas de genuina integridad todos los objetivos y cuestiones de vida están interrelacionados. Los unitarianos se constitu-yen en una cofradía de libre pensamiento en la que son aceptados como miembros “…personas de todas las opiniones teológicas, que se desean unir a nosotros en la promoción de la verdad, la justicia, la reverencia y la caridad entre los hombres”. Se trata de una asociación abierta, donde el ateo honesto se puede declarar como tal, sin ningún miedo, así como el creyente piadoso puede hablar de su unión personal con el universo y con Dios sin vergüenza.

Textualmente leemos: “…la única exigencia que hacemos y que esperamos es que seamos ho-

nestos con nosotros mismos y con los otros”6. Aunque no haya leído ningún comentario so-bre lo que hace esta unión con la organización de los unitarianos, se percibe una profunda conexión del credo bioético potteriano y la fi-losofía de esta organización.

Potter trabajó más de 50 años en la Universidad de Wisconsin, en Madison, en los laboratorios MacArdle para la investigación del cáncer, reti-rándose en 1982. Se doctoró en Bioquímica. Por su contribución orginal sobre la comprensión del metabolismo de las células cancerígenas fue reconocido y elegido para la Academia Nacio-nal de Ciencias. Fue presidente de la Sociedad Americana de investigación sobre el cáncer en 1974, además de haber servido en innumera-bles organizaciones científicas de gran prestigio en los EUA.

Potter, despúes de retirarse de la Universidad prácticamente pasó a residir en su casa de cam-po en medio de un bosque, en las cercanías de Madison, donde en la varanda hecha de made-ra rústica, recibía amigos, estudiantes; allí se sentía en comunión con la naturaleza. En los últimos años de vida, se dedicó al cuidado de su esposa, Vivian, trágicamente deficiente a causa de la artritis. Decide dejar de viajar y dar conferencias alrededor del mundo y se queda junto a su compañera.

El último viaje que Potter realizó al exterior lo hizo a Italia en 1990 invitado por Bruneto Chiarelli, profesor de Antropología de la Uni-versidad de Florencia (Italia), a hablar sobe Bioética Global. Tenía, entonces, 79 años, y no volvió a viajar debido a su edad, pero re-cibió munerosas invitaciones para participar en eventos de bioética, enviaba, entonces, vi-desos con sus ponencias. De estos tenemos

6 Documento en línea. [Fecha de Consulta: noviembre 19 de 2004]. Disponible desde: www.harvardsquarelibray.org/unitarians/madison.html

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Leo Pessini

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 2013

tres videos: 1) 1998: sobre Bioética Global, por ocasión del IV Congreso mundial de Bioética (Tokio) invitado por el profesor Hyakuday Sa-kamoto; 2) 1999: un video para el Congreso mexicano de Bioética, invitado por el fallecido profesor Manuel Velasco Suárez; y 3) 2000: un video para el Congreso Internacional de Bioéti-ca organizado por la Sociedad Internacional de Bioética (Gijón, España), invitado por el profe-sor Marcelo Palacios.

Una resolución elaborada por el cuerpo docente de la Universidad de Wisconsin en memoria de Van Rensselaer Potter después de destacar la importancia de su vida profesional como investigador y profesor de oncología en el La-boratorio McArdle de Investigación de Cáncer durante más de 50 años enfatiza que:

...su mayor contribución a la comunidad cien-tífica son los más de 90 post–doctorados que orientó y los estudiantes de pregrados que inspirándose en él, muchos llegaron a ser muy importantes en diversos campos de la ciencia, uno de ellos fue premiado con el Premio Nobel. (…) Para Van la ciencia no era un “trabajo” sino una experiencia ética, apasionada y creativa. Además, él no separaba al científico del proceso científico ni tampoco del contexto social de la empresa científica. Esta filosofía, motivada por su concepto de “humildad con responsabilidad”, la mantuvo hasta la fase final de su productiva carrera7.

Esta fase final es justamente la fase de la Bioé-tica, de los últimos 30 años de su vida. Potter es recordado por sus colegas de docencia en la Universidad de Wisconsin como un “ser hu-mano iluminado, preocupado por el cuidado

7 UNIVERSITY OF WISCONSIN - MEMORIAL COMMITTEE. Memorial Resolution of the Faculty of the University of Wosconsin–Madison. On the death of profesor emeritus Van Rensselaer Potter II [en línea]. [Fecha de consulta: 19 de noviembre de 2004. Disponible desde: http://www.mcardle.wisc.edu/faculty/bio/Potter%20Memo-rial%20Resolution--UW%20Faculty%20Doc%201628,%204-1-02.pdf

humano de todo, para que todos pudiesen vivir, no una utopía, sino en un mundo estéticamen-te bello y sostenible, una vida satisfactoria y feliz”8.

1.2. El legado intelectual

Potter, que llamó a la Bioética “la ciencia de la supervivencia humana”9, trazó una agenda de trabajo para la misma, que va desde la in-tuición de la creación del neologismo en 1970 hasta la posibilidad de encarar la Bioética como una disciplina sistémica o profunda en 1988. Algunos hitos importantes de este itinerario son interesantes de recordar, empezando por la pregunta de ¿cómo surgió el neologismo Bioética?

En los años 1970 y 1971 Potter acuña el neo-logismo Bioethics utilizándolo en dos escri-tos. Primero en un artículo titulado Bioethics, science of survival, publicado en la revista Pers-pectives in Biology and Medicine en 1970 y en el libro Bioethics: Bridge to the future de 1971. Esta publicación la dedicó a Aldo Leopold, un renombrado profesor en la Universidad de Wisconsin que pioneramente comenzó a dis-cutir una “Ética de la Tierra”. Este neologismo apareció en los medios de comunicación, el 19 de abri de 1971, cuando la Revista Time publicó un largo artículo con el título Man into super-man: the promisse and peril of the new genetics, en el cual el libro de Potter fue citado.

En la contracarátula de su libro Bioethics: Brid-ge to the future se puede leer lo siguiente:

Del aire y el agua contaminada, la sobrepo-blación, la ecología y la conservación muchas voces hablan y se dan muchas definciones. ¿Quién tiene razón? Las ideas se entrecruzan y

8 Ibid. 9 POTTER, Van Rensselaer. Bioethics, the science of survival.

Perspectives in Biology and Medicine. 1970, vol. 14 (1), 127–153.

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existen argumentos conflictivos que confunden las preguntas y atrasan la acción. ¿Cuál es la respuesta? ¿Está el hombre, realmente, colo-cando en riesgo su medio ambiente? ¿No sería necesario mejorar las condiciones creadas por él? La amenza de la supervivencia ¿es real o se trata de pura propaganda de algunos teóricos histéricos?

Esta nueva ciencia, la Bioética, combina el tra-bajo de los humanistas y los científicos, cuyos objetivos son sabiduría y conocimiento. La sabiduría se define como el conocimiento de como usar el conocimiento para el bien social. La búsqueda de la sabiduría tiene una nueva orientación porque la supervivencia del hom-bre está en juego. Los valores éticos deben ser evaluados en términos del futuro y no pueden ser separados de los hechos biológicos. Accio-nes que disminuyen las oportunidades de la supervivencia humana son inmorales y deben ser juzgadas en términos del conocimiento disponible, y monitoreadas bajo los parámetros de supervivencia escogidos por científicos y humanistas10.

Potter pensó la Bioética como un puente que uniera la ciencia biológica y la ética. Su intui-ción consistió en pensar que la supervivencia de gran parte de la especie humana, una ci-vilización decente y sostenible, dependía del desarrollo y manutención de un sistema ético. En 1998 al mirar este primer momento de su reflexión afirma:

Lo que me interesaba en aquél momento, cuan-do tenía 51 años, era el cuestionamiento del progreso y hacia dónde estaba llevando la cul-tura occidental todos los avances materialistas propios de la ciencia y la tecnología. Expresé mis ideas de lo que, según mi punto de vista, se transformó en la misión de la Bioética: un intento de responder a la pregunta frente a la humanidad: ¿Qué tipo de futuro tendremos? ¿Tenemos alguna opción? Por consiguiente la

10 POTTER, Van Rensselaer. 1971. Op. cit., pp. VII–VIII.

Bioética se trasformó en una visión que exigía una disciplina que guiase la humanidad como un “puente hacia el futuro” (…)11.

En la introducción de su libro Bioethics: Bridge to the future afirma que:

Existen dos culturas que parecen incapaces de dialogar –las ciencias y las humanidades– y si esto se presenta como una razón por la cual el futuro se parece dudoso, entonces, posible-mente, podríamos construir un puente para el futuro, construyendo la Bioética como un puente entre estas dos culturas12.

En el término Bioética (del griego bios –vida– y ethos –ética–) bios representa el conocimiento biológico, la ciencia de los sitemas vivos, mien-tras que ethos el conocimiento de los valores humanos. Potter anhelaba crear una nueva disciplina en la que aconteciese una verdadera dinámica e interacción entre el ser humano y el medio ambiente. Persiguió la intuición de Aldo Leopold y en este sentido se anticipó a lo que hoy se ha convertido en una preocupación muncial, la ecología.

Es importante tener en cuenta que hay otro investigador que reclama la paternidad del término bioética. Es el gineco–obstetra ho-landés André Hellegers de la Universidad de Georgetown, en Washington D.C., que seis meses después de la aparción del libro pionero de Potter, Bioethics: Bridge to the future, utilizó esta palabra en el nombre del nuevo centro de estudios: Joseph and Rose Kennedy Institute for the Study of Human Reproduction and Bioethics. Hoy este centro es conocido simplemente como el Instituto Kennedy de Bioética. Hellegers ani-mó un grupo de discusión conformado por médicos y teólogos (protestantes y católicos)

11 POTTER, Van Rensselaer. Video presentado en el IV Congreso Mundial de Bioética. Tokio: 1998.

12 POTTER, Van Rensselaer. 1971. Op. cit., p. IV.

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que veían con preocupación crítica el progreso médico tecnológico, el cual presentaba enormes e intrincados desafíos a los sistemas éticos del mundo occidental. Para Warren Thomas Reich, historiador de la Bioética y organizador de las dos primeras ediciones de la Encyclopedia of Bioethics (1978 y 1995), “el legado de Hellegers” está en el hecho de que él entendió su misión en relación con la Bioética como “ser una per-sona puente entre la medicina, la filosofía y la ética”. Este legado acabó ganando hegemonía y se convirtió en el “estudio revitalizador de la ética médica”13.

Por lo tanto, en el momento de su nacimienn-to, la Bioética tiene una doble paternidad y un doble enfoque. Tenemos dos perspectivas bien diferenciadas, de un lado problemas de macro-bioética, con inspiración en la perspectiva de Potter y por el otro, problemas de microbioética o bioética clínica, con clara inspiración en el le-gado de Hellegers. Potter no dejó de expresar su decepción con relación al curso que la Bioética siguió. Reconoció la importancia de la perspec-tiva de Georgetown sin embargo afirmó “mi visión de la bioética exige una visión mucho más amplia”. Pretendía que la Bioética fuese una combinación de conocimiento científico y filosófico (lo que más tarde llamó Bioética Global), y que no fuese simplemente una rama de la ética aplicada, como fue entendida con relación a la medicina.

En 1998 Potter amplía la Bioética en relación con otras disciplinas, no solo como puente en-tre la Biología y la Ética, sino con la dimensión de una ética global. Dice él:

La teoría original de la Bioética era la intuición de la supervivencia de la especie humana, en

13 REICH, Warren Thomas. Shaping and Mirroring the Field: The Encyclopedia of Bioethics. In: WALTER, Jennifer K & KLEIN, Eran P (Eds). The Story of Bioethics: from seminal works to contemporary explorations. Washington: Georgetown University Press, 2003, pp. 165 y ss.

una forma decente y sostenible de civilización, exigiendo el desarrollo y la manutención de un sistema de ética. Tal sistema (la implementa-ción de la bioética puente) es la bioética global, fundamentada en intuiciones y reflexiones fundamentadas en el conocimiento empírico proveniente de todas las ciencias, pero, en especial, del conocimiento biológico… En la actualidad este sistema ético propuesto sigue siendo el núcleo de la bioética puente con su extensión a la bioética global, lo que exigió el encuentro de la ética médica con la ética del medio ambiente a una escala mundial para preservar la supervivencia humana14.

Potter en su videoconferencia durante el IV Congreso mundial de Bioética, promovido por la Asociación Internacional de Bioética (Tokio, 4 a 7 de noviembre de 1998), cita el pensamiento del teólogo liberal católico alemán Hans Küng, de la Universidad Alemana de Tübingem, mun-dialmente conocido, incluso en Brasil con va-rias de sus obras traducidas al portugués. Potter recuerda que Küng en su proyecto “Ethos Glo-bal” hizo el llamado por una Ética Global para la política y la economía, con relación a la cual todas las naciones y pueblos de las más diferen-tes tradiciones culturales y creencias deberían responsabilizarse. Resalta que el corazón de la ética global de Küng está en el humano, lo que es loable, aunque su ética global no sea bioética sus preceptos básicos parecen aceptables por todos; esta perspectiva no es suficiente, pues es necesario explicar el respeto por la naturaleza y diferentes culturas, más allá de las culturas judaica y cristiana.

En 1998 Potter expone la idea de bioética pro-funda, retomando el pensamiento del profesor Peter Whitehouse de la Universidad de Cleve-land (Ohio). El profesor Whitehouse asumió la idea de los avances de la biología evolutiva,

14 POTTER. Van Rensselaer. Texto escrito con base en la ponencia presentada IV Congreso Mundial de Bioética. Tokio: 1998. Publi-cado en la Revista O Mundo da Saúde. 1998, vol. 22 (6), 370–374.

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en especial el pensamiento sitémico y com-plejo, que soporta los sistemas biológicos. La bioética profunda pretende entender el planeta como grandes sistemas biológicos entrelaza-dos e interdependientes, en el que el centro ya no corresponde al hombre como en épocas anteriores, sino a la propia vida, el hombre es solamente un pequeño eslabón de la gran red de la vida, situándose en la senda abierta por el pensamiento del filosófo noruego Arne Naess, a inicios de los años 70 del siglo pasado15.

1.3. Ciencia y religión juntas frente al desafío ético de garantizar el futuro de la vida en la Tierra

En un artículo publicado en la Revista The Scientist con el sugestivo título Science, Religion Must Share Quest for Global Survival (La ciencia y la religión deben compartir la búsqueda de la supervivencia global)16 Potter afirma que no podemos estar conformes con la idea de que en el futuro, si las cosas empeoran, la ciencia tendrá las respuestas. El momento para actuar y probar nuestra capacidad ética, así como téc-nica, es hoy.

Una cuestión fundamental a todos nuestros esfuerzos debe ser la promoción del diálogo entre la ciencia y la religión con relación a la supervivencia humana y de la biosfera. Durante siglos, el tema de los valores fue considerado como algo más allá del campo científico y propiedad exclusiva de los teólogos y filósofos seculares. Hoy debemos resaltar que los cien-tíficos, no solo tienen valores trascendentales, sino también que los valores imbuidos en el ethos científico necesitan ser integrados con aquellos de la religión y la filosofía para facilitar procesos políticos benéficos para la salud global del medio ambiente17.

15 NAESS, Arne. The shallow and the deep, long–range ecology movements: a summary. Inquiry. 1973, vol. 16 (1), 95–100.

16 POTTER, Van Rensselaer. Science, Religion Must Share Quest For Global Survival. The Scientist. 1994, vol. 8 (10), 1–12.

17 Ibid., p. 3.

En la búsqueda de compañeros para esta causa, Potter señala que muchos libros y artículos se han ocupado de los problemas del medio am-biente y la salud humana, pero relativamente pocos se enfocaron en la cuestión de la supervi-vencia de la especie humana en el futuro. Entre los autores citados tenemos: Hans Jonas con su obra The Imperative of Responsibility: In Search of an Ethic for the Technological Age18; el sociológo Manfred Stanley con su obra The Technological Conscience: Survival and Dignity in an Age of Expertise19; y Hans Küng, conocido teólogo católico, autor de numerosas obras teológicas, quien fue el mentor y redactor de la famosa De-claración de una Ética mundial, documento final del Parlamento de las Religiones del Mundo, reunido en Chicago en 199320.

Es sobre este último autor que Potter va a tejer algunos comentarios, que nos interesan aquí, en la perspectiva de construcción de un puente entre la ciencia y la religión. Potter tiene una apreciación crítica con relación a la perspectiva de la ética global de Küng. Afirma que en el centro de la moral religiosa defendida por Küng no está incorporada la preocupación por el rá-pido crecimiento poblacional. Destaca que las religiones más grandes del mundo, en particu-lar el catolicismo y el islamismo, están entre las que más contribuyen a la “actual y abrumadora tasa de superpoblación”.

Según Potter solo la ciencia tiene las técnicas para analizar cambios los poblacionales y su im-pacto. Küng, por lo menos al formular una Ética

18 JONAS, Hans. The Imperative of Responsibility: In Search of an Ethic for the Technological Age. Chicago: University of Chicago Press, 1984, 263p.

19 STANLEY, Manfred. The Technological Conscience: Survival and Dignity in an Age of Expertise. Chicago: University of Chicago Press, 1981, 299p.

20 KÜNG, Hans y SCHMIDT, Helmut (Eds). A Global Ethic and Global Responsibilities: Two Declarations. London: SCM Press Ltd, 1998, 152p.

Ver completa esta declaración en la obra: PESSINI, Leo y BARCHIFONTAINE, Christian de Paul. Problemas atuais de bioética. 10ª. São Paulo: Loyola, 2012, pp. 127–147.

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Mundial, apuntó que la supervivenica humana es un tema clave, idea que ningún otro teólogo, hasta entonces, había mencionado. Mientras que otros líderes religiosos han proclamado que la vida es sagrada y han defendido los derechos humanos, solamente Küng colocó la superviven-cia humana en la agenda de la reflexión ética. Los científicos, por su parte, hace mucho tiempo abarcaron en el corazón de sus esfuerzos el desa-fío del bienestar humano e implícitamente la su-pervivencia humana, por tanto están acreditados para colaborar en la causa por la supervivencia humana y de la biosfera.

Potter va más allá al decir que, no soloamente los teológos, sino tambien, los filósofos secu-lares no han podido pensar en la superviven-cia humana y la biosfera como una cuestión ética. La reflexión ética quedó restringida a relaciones interperonales o sociales entre los humanos, excluyendo, por lo tanto, cuestiones de comportamiento relacionadas con el cre-cimiento poblacional y problemas ecológicos. Potter destaca como importante de la famosa Declaración de una Ética mundial: no puede haber supervivencia sin una ética mundial, no existirá paz mundial sin la paz entre las reli-giones e incluso una alianza de respeto mutuo entre creyentes y no creyentes (ateos, agnósticos u otros) puede también ser necesaria para la concretización de una ética mundial común a todos los humanos.

Los científicos deben aplaudir los esfuerzos de Hans Küng al apuntar hacia la construcción de una alianza por la reconciación entre creyen-tes y aquellos que no son fundamentalmente caracterizados como religiosos, incluyendo entre estos, pienso, la mayoría de científicos. Necesitamos unir las fuerzas frente a la respon-sabilidad global de la supervivencia humana y su llamado por el “el respeto mutuo”, necesario para una ética mundial común21.

21 POTTER, Van Rensselaer. 1994. Op. cit., p. 7.

En varios de sus escritos Potter manifiesta una profunda preocupación por el rápido creicmien-to poblacional mundial, recordando que los demógrafos proyectan que para mediados del siglo XXI la población del mundo se duplicará. El abordaje de esta cuestión revela el lado de un militante obsesionado con la cuestión pobla-cional, que tiene un sesgo un tanto alarmista. Hoy la cuestión demográfica tiene una serie de nuevos factores cruciales que preocupan, los cuales Potter nisiquiera mencionó. Su predica-ción de que el crecimiento poblacional debe ser interumpido está, irónicamente, visible en la placa de su viejo carro en la inscripción de las letras YES ZPG (Zero Population Growth), que significan Si, Cero Crecimiento Poblacional22. En su credo bioético, que presentaremos comple-tamente más adelante en este trabajo, explícita que el compromiso con relación a la salud personal y familiar se expresa en “limitar los poderes reproductivos de acuerdo con objetivos nacionales e internacionales”. Potter piensa que la gravedad del problema de la sobrepoblación no podrá ser resuelta mientras las religiones más grandes sigan oponiéndose a cualquier intento de limitación de la fertilidad. Claro que este diálogo entre ciencia y religión no es fácil, y se pregunta si no se podría construir un consenso y una aceptación política por los gobiernos. La búsqueda de una ética mundial, compartida tanto por la religión como por la ciencia ¿no podría ser expresada en principios concretos para la acción? Esta búsqueda es pre-ocupante y no hay la certeza de encontrar una respuesta satisfactoria en el presente momento histórico. En este diálogo entre ciencia y reli-gión, sinteizando las cuestiones clave de este tema, vale la pena resaltar lo que Potter plantea a propósito de la Declaración de las Religiones sobre una Ética Global:

22 WHITEHOUSE, Peter. Van Rensselaer Potter: The original Bio-ethicist (In Memoriam). Hastings Center Report. 2001, vol. 31 (6), 12.

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Estamos conscientes de que las religiones no pueden resolver los problemas económicos, po-líticos y sociales de la Tierra. No obstante, ellas pueden proveer lo que no podemos conseguir a través de los planos económicos, programas políticos y regulaciones legales. Las religiones pueden causar cambios en la orientación inte-rior, en la mentalidad, en los corazones de las personas y llevarlas a la conversión de un falso camino hacia una nueva orientación de vida. Las religiones, no osbtante, son capaces de dar a las personas un horizonte de sentido para sus vidas y un hogar espititual. Ciertamente las religiones pueden actuar con credibilidad solo cuando eliminen los conflictos que surgen entre ellas mismas y desmantelen las imágenes hostiles y los preconceptos, miedos y descon-fianzas mutuas23.

Finalmente, la ciencia y la religión tienen una larga batalla histórica por la hegemonía de la verdad24. En tanto hegemónica, la una intenta negar a la otra, ahora necesitan caminar juntas, abrigadas en función de un objetivo mayor, una causa que interesa a toda la humanidad: garantizar el futuro de la vida (humana y cós-mico–ética) en el planeta Tierra.

Uno de los documentos más reveladores de la personalidad de Potter, que hace de la Bioética su causa de vida y convoca a sus seguidores a hacer lo mismo, si quisieran ser llamados bioeticistas, es el llamado Credo bioético Potte-riano25.

23 POTTER, Van Rensselaer. 1994. Op. cit., p. 11. 24 PETERS, Ted y BENNET, Gaymon (Orgs). Construindo pontes entre

a ciência e a religião. São Paulo: Editora Unesp, Edições Loyola, 2003, 312p. (Se trata de una excelente obra multidisciplinar que ubica frente a esta cuestión secular).

25 PESSINI, Leo. Bioética: das origens à prospecção de alguns de-safios contemporâneos. In: PESSINI, Leo y BARCHIFONTAINE, Christian de Paul (Orgs). Bioética e Longevidade Humana. São Paulo: Edições Loyola, Centro Universitário São Camilo, 2006, pp. 5-46.

1.4. El credo bioético de Potter26

I. Creo en la necesidad de una acción tera-péutica inmediata para mejorar este mun-do afligido por una grave crisis ambiental y religiosa.

Compromiso: trabajaré con los otros para perfeccionar la formulación de mis creen-cias, desarrollar credos adicionales y pro-mover un movimiento mundial que haga posible la supervivencia y el perfecciona-miento del desarrollo de la especie hu-mana en armonía con el medio ambiente nautal y con toda la humanidad.

II. Creo que la supervivencia futura y el de-sarrollo de la humanidad, tanto cultural como biológicamente, están fuertemente condicionados por las acciones del pre-sente y los planes que afectan el medio ambiente.

Compromiso: trataré de adoptar un estilo de vida y de influenciar en el estilo de vida de los demás, así como ser promotor de un mundo mejor para las futuras generacio-nes de la especie humana e intentaré evitar acciones que coloquen en riesgo su futuro, al ignorar el papel del medio ambiente na-tural en la producción de alimentos y fibra.

III. Creo en la unicidad de cada persona y en su necesidad instintiva de contribuir al perfeccionamiento de la sociedad como un todo, de forma que sea compatible a largo plazo con las necesidades de la sociedad.

Compromiso: escucharé los puntos de vista de los demás, ya sean estos de una minoría

26 POTTER, Van Rensselaer. Global Bioethics: building on the Leopold Legacy. East Lansing. Michigan: Michigan State University Press, 1988, 219p. Ver: Appendix 2 – A bioethical Creed for Individuals. pp. 193–195.

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o de una mayoría, y reconoceré el papel del compromiso emocional en la producción de una acción efectiva.

IV. Creo en la inevitabilidad del sufrimiento humano resultante del desorden natural de las criaturas biológicas y del mundo físico, pero no acepto pasivamente el sufrimien-to que resulte de la deshumanización del hombre para con el propio hombre.

Compromiso: enfrentaré mis propios problemas com dignidad y corage. Asistiré a los otros en su aflicción y trabajaré con el objetivo de eliminar todo sufrimiento innecesario en la humanidad.

V. Creo en la finalidad de la muerte como parte necesaria de la vida. Afirmo mi veneración por la vida; creo en la fraternidad humana y que tengo una obligación para con las futuras generaciones de la especie humana.

Compromiso: viviré de forma tal que será benéfica para las vidas de mis compañeros humanos de hoy y del futuro, y que seré re-cordado con cariño por mis seres queridos.

VI. Creo que la sociedad entrará en colapso si el ecosistema se daña irreparablemente, a no ser que se controle mundialmente la fertili-dad humana, debido al aumento, concomi-tante con la capacidad de sus miembros para comprender y mantener la salud humana.

Compromiso: perfeccionaré las habilidades o el talento profesional que contribuyan a la supervivencia y el perfeccionamiento de la sociedad y manutención de un ecosiste-ma saludable. Ayudaré a los demás en el desarrollo de sus telentos potenciales, pero al mismo tiempo cultivando el autocuida-do, la autoestima y la valoración personal.

VII. Creo que cada persona adulta tiene una responsabilidad personal con relación a la salud, así como una responsabilidad

con el desarrollo de esta dimensión de la personalidad en su descendencia.

Compromiso: me esforzaré por poner en práctica las obligaciones descritas como compromiso bioético para la salud per-sonal y familiar. Limitaré mis poderes reproductivos de acuerdo con los objetivos nacionales o internacionales.

Las palabras finales de Potter en la videocon-ferncia presentada en el IV Congreso Mundial de Bioética, en Tokio (1998), se constituyen en una agenda y desafío futuro para la Bioética. Rescatamos esta frase de la conclusión de su presentación, obra y legado para la Bioética:

A medida que llegó al ocaso de mi experiencia siento que la bioética puente, la bioética profun-da y la bioética global alcanzaron el umbral de un nuevo día, lo cual fue mucho más de aquello que había imaginado. Sin duda, necesitamos recordar el mensaje del año 1975 que enfatiza en la humildad con responsabilidad como una bioética básica, la cual lógicamente considera la aceptación de que los hechos probabilísticos, o en parte la suerte, tienen consecuencias en los seres humanos y en los sistemas vivos. La humildad es la consecuencia característica que asume el “puedo estar equivocado”, y exige la responsabilidad de aprender de la experiencia y del conocimiento disponible. Concluyendo, les pido que piensen la Bioética como una nueva ética científica que combina la humildad, la responsabilidad y la competencia, que es inter-disciplinaria e intercultural, y que intensifica el sentido de la humanidad27.

Es una declaración de oro que Potter nos regaló en el ocaso de su vida y que es de una actuali-dad indiscutible.

Exploraremos ahora la figura de otro protago-nista en busca de los orígenes de la Bioética, Fritz Jahr con su escrito histórico de 1927.

27 POTTER, Van Rensselaer. 1998. Op. cit.

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2. Descubriendo la figura y las intuiciones de Fritz Jahr

2.1. Algunos datos sobre el descubri-miento de Fritz Jahr

Hasta hace muy poco el bioquímico norteame-ricano Van Rensselaer Potter (1911–2001) era reconocido como la primera persona que había utilizado el neologismo Bioethics. En 1997, pese a esto el profesor Rolf Lother, de la Universidad Humboldt de Berlín, en una conferencia en Tüngingen mencionó el nombre de Fritz Jahr, a quien Lother acredita haber acuñado la palabra Bio–Ethik en 1927. Según su relato, Lother es-cuchó por primera vez el término “Bioética” al inicio de los años 90 del siglo pasado. Ya que el término le pareció de alguna forma familiar comenzó a indagar en el cúmulo de los núme-ros publicados por la revista Kosmos, dejado por su abuelo, donde encontró la editorial del volumen de 1927 y el histórico artículo de Fritz Jahr intitulado Bio–Ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze (Bio–ética: una perspectiva de las relacio-nes éticas de los seres humanos con los animales y las plantas / Bio-Ethics: A Review of the Ethical Relationships of Humans to Animals and Plants).

La noticia sobre el descubrimiento de Jahr, eventualmente, se difundió gracias al trabajo de Eve–Marie Engels de la Universidad de Tüngingen que organizó el congreso en el cual Lother participó y que editó las memorias. Engels menciona el descubrimiento de Lother en un artículo sub voce “Bioethik” en el Metzler Lexicon en 1999 y en un artículo de 2001. Este artículo fue traducido al portugués y reedita-do en 2004 en la revista brasilera Veritas de Porto Alegre28. Este texto llamó la atención del biológo José Roberto Goldim, quien escribió el

28 ENGELS, Eve–Marie. O desafio das biotecnias para a ética e a antropologia. Veritas. 2004, vol. 50 (2), 205–228.

artículo Bioética: Origens e complexidade para la Revista do Hospital de Clínicas de Porto Alegre29. En la prestigiosa revista científica Perspectives in Biology and Medicine30 escribió: Revisiting the beginning of bioethics: the contribution of Fritz Jahr (1927) –volviendo a visitar el inicio de la bioética: la contribución de Fritz Jahr (1927)–.

Tenemos un análisis más detallado de las ideas de Jahr elaborado por Hans–Martin Sass, cote-rráneo de Jahr, que trabajó por largos años en el Instituto Kennedy de Bioética. Mientras que el pensamiento de Fritz Jahr comienza a ser investigado, su vida es todavía un misterio por ser descifrado. Una investigación preliminar de los archivos en la casa de Jahr en su ciudad natal Halle, Alemania, trajo muchos datos inte-resantes de los que hablaremos ahora.

Paul Max Fritz Jahr nació el 18 de enero de 1895, en Halle, Alemania Central, donde pasó toda su vida, cambiando de domicilio muchas veces. Hoy esta ciudad tiene aproximadamente 234 mil habitantes. Su padre Gustav Maximi-llian (1865–1930) y su madre Auguste Marie Langrock (1862–1921) eran protestantes, pero Fritz fue bautizado según el ritual católico. Sus estudios iniciales fueron realizados en la Fun-dación Francke, unida al pietismo protestante de sus idealizadores (August Hermann Francke y Phillipp Jakob Spener); en la universidad Jahr estudió Filosofía, Música, Historia, Economía na-cional y Teología. Durante el verano de 1915 tra-bajó como voluntario de guerra y el 19 de marzo de 1921 recibió las sagradas órdenes como pastor.

Jahr comenzó a enseñar en 1917, hasta 1925 tra-bajó como profesor en 11 diferenes escuelas de enseñanza elemental. A partir de 1925 comen-zó a ser militante en la Iglesia. Los primeros

29 GOLDIM, José Roberto. Bioética: Origens e complexidade. Rev HCPA. 2006, vol. 26 (2), 86–92.

30 GOLDIM, José Roberto. Revisiting the beginning of bioethics: the contribution of Fritz Jahr (1927). Perspectives in Biology and Medicine. 2009, vol. 52 (3), 377–80.

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cuatro años fue un cura de la Iglesia St. John en Dieskau (cerca de Halle), más tarde, de 1929 a 1930, en Braunsdorf y finalmente de 1930 a 1933 pastor en Kanena. Debió haber sufrido un poco, pues antes de subir al púlpito para predi-car sintió mareos que lo obligaron a medicarse.

El 26 de abril de 1932 Jahr se casó con Berta Elise Neuholz y no tuvieron hijos. Vivieron en la Albert–Schmidt–Strasse 8, Halle, dirección en la que Jahr se instaló en 1923 cuando tenía 28. En este lugar vivió primero con sus padres y más tarde, hasta 1930, solo con su padre que era maníaco depresivo. En 1932, tiempos turbulen-tos para Alemania, Fritz se retira de los servicios de la Iglesia debido a un “agotamiento nervioso”. El 1 de marzo de 1932, a los 38 años, se apartó definitivamente del serivicio, solo un mes des-pués que Hitler asumiera el poder en Alemania. Durante la guerra su familia pasa por dificulta-des económicas, agravadas por el sufrimiento de su esposa que sufría de esclerosis de la columna vertebral (backbone sclerosis). Ella vivía en una silla de ruedas y murió el 18 de junio de 1947. Jahr pasó sus últimos años de vida trabajando como profesor de música. Sus cualidades peda-gógicas eran profundamente apreciadas. Fritz Jahr murió el 1º de diciembre de 1953, a los 58 años de edad, en su casa en Halle31.

La década de los años 20 del siglo pasado fue-ron un momento complicadísimo en términos políticos, económicos y culturales en Alemania y Europa. La gran depresión comenzaba y los nazis estaban en el proceso de asumir la po-lítica, la sociedad y la opinión pública. Según Hans–Martin Sass aquella época, hace 85 años:

Jahr deja claro que el concepto, cultura y mi-sión de la Bioética están con la humanidad, tal

31 MUZUR, Amir y RINČIĆ, Iva. Fritz Jahr (1895–1953): a life story of the ‘inventor’ of Bioethics and a tentative reconstruction of the chronology of the discovery of his Word. JAHR – Annual of the Department of Social Sciences and Medical Humanities at University of Rijeka – Faculty of Medicine. 2011, vol. 2 (4), 385–394.

vez, desde los tiempos prehistóricos y no fue heredado de una cultura o de apenas un con-tinente: el respeto al mundo de la vida, a los seres humanos, a las plantas, a los animales, al ambiente natural y social y a la Tierra, la reverencia taoísta a la naturaleza, la compasión budista, con todas las formas de sufrimiento de la vida, el llamado de Francisco de Asis a la fraternidad con las plantas y los animales, la filosofía de Albert Schwitzer del respeto por todas las formas de vida, son ejemplos primor-diales de la profunda compasión humana con la vida inanimada y del compromiso humano por respetar otras formas de vida32.

2.2. El nacimiento de la Bioética llamada “integrativa”

Comienzan a surgir publicaciones alrededor de Jahr así como eventos científicos, entro los cuales destacamos el “I Congreso Internacional sobre Fritz Jahr y las raíces europeas de la Bioética” que fue realizado en Croacia, en la ciudad portuaria de Rijeka del 11 a 12 de marzo de 2011. En esta misma bella ciudad portuaria del mar Adriático fue realizado en 2008 el VIII Congreso Mundial de Bioética, organizado por la Asociación Internacional de Bioética. Fruto del congreso sobre Jahr es la Declaración de Ri-jeka33 en la que los participantes afirman:

Fritz Jahr utilizó el término Bioética (Bio–Ethik) en 1927. Su “imperativo bioético” (respeta todos los seres vivos como fin en sí mismos y trátalos, si es posible, como tal) debería orientar la vida personal, profesional, cultural, social y política, así como el desarrollo y la aplicación de la ciencia y la tecnología.

32 SASS, Hans–Martin. Post Scriptum da II parte – Fritz Jahr – Ensaios em Bioética e Ética (1927–1947). In: PESSINI, Leo., et al (Orgs). Ética e Bioética Clínica no pluralismo e Diversidade: teorias, experiências e perspectivas. São Paulo: Centro Universi-tário São Camilo, 2012, p. 484.

33 DECLARAÇÃO DE RIJEKA SOBRE O FUTURO DA BIOÉTICA. JAHR – Annual of the Department of Social Sciences end Medical Humanities at the University of Rijeka – Faculty of Medicine. 2011, vol. 2 (4), 587–588.

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Los firmantes de la Declaración de Rijeka afir-man que la bioética contemporánea a veces quedó reducida al ámbito de las cuestiones de la ética médica (consentimiento informado, principios, relación médico–paciente, derechos de los pacientes, etc.) y que necesitamos de una ampliación de esta bioética, e introducen el concepto de bioética integrativa.

Es necesario que la Bioética sea sustancialmen-te enriquecida y transformada conceptual y metodológicamente, para que pueda considerar las direfentes perspectivas culturales, científi-cas, filosóficas y éticas (abordaje pluralista), integrando estas perspetivas en términos de conocimientos que orienten y de acciones prác-ticas (abordaje integrativo)34.

Luego sigue indicando que “esta bioética inte-grativa tendrá que armonizar, respetar y apren-der de la rica pluralidad de perspectivas indi-viduales y colectivas, y de las culturas de la comunidad global”35. Se espera que la bioética se convierte en:

Un campo verdaderamente abierto de encuen-tro y diálogo de varias ciencias y profesiones, visiones y perspectivas de mundo, que fueren reunidas para articular, discutir y resolver cues-tiones éticas relacionadas, a la vez como un todo y en cada una de sus partes, con la vida en todos sus tipos, formas, etapas y manifestaciones, así como las condiciones de vida en general36.

Esperando el reconocimiento y el crecimiento de la bioética, esta se “convertirá en un ‘puente hacia el futuro’, una ‘ciencia de la superviven-cia’, ‘una sabiduría como conocimiento de como utilizar el conocimiento’ (como Potter definió a inicios de los años 70) de la medicina y de la tecnología modernas”37.

34 Ibid.35 Ibid.36 Ibid.37 Ibid.

2.3 Fritz Jahr: “El Imperativo Bioético” – en los orígenes de la Bioética

Recordando, reconectando los hechos y ali-neando los acontecimientos históricos del ini-cio de la Bioética en los EUA, sabemos que la histórica publicación del libro Bioethics: Bridge to the Future por Potter en 1971 y la creación del Instituto Kennedy de Bioética en la Uni-versidad de Georgetown en 1971 por Hellegers, con el apoyo de Sargent Shriver y la familia Kennedy, son los hechos que marcaron oficial-mente el “nacimiento” del término y concepto de bioética en ese país. Investigación realiza-da por el estudioso, pionero de la Bioética en los EUA, Warren Reich, editor en jefe de las dos primera ediciones de la Encyclopedia of Bioethics, identifica a Potter, Hellegers y Shriver como los “padres” de la Bioética en los EUA. Se menciona el doble lugar de nacimiento en Madison (Wisconsin) y Washington D.C.

Recientes investigaciones en el ámbito de la Bioética nos traen una gran novedad con re-lación a los orígenes de la misma. Somos lle-vados hacia atrás en el tiempo y en la historia para encontrar en 1927, en Alemania, en Halle an der Saale, a Fritz Jahr. Él es un pastor protestante, filósofo y educador que publicó en la revista científica alemana Kosmos, un artículo intitulado Bio–ética: una perspectiva de las relaciones éticas de los seres humanos con los animales y las plantas. En esta publicación Jahr propone un Imperativo Bioético, ampliando el imperativo moral de Kant, obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin y no solamente como un simple medio, para todas las formas de vida. Respeta todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, en cuanto tal, es el imperativo bioético de Jahr. El concepto de bioética de Jahr incluye esencialmente a todas las formas de vida, no únicamente al ser humano.

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Según Diego Gracia, ilustre bioeticista español, tendríamos dos diferencias básicas con relación a Kant y el Imperativo Bioético de Jahr:

La primera es que incluye a todos los seres vivos en la categoría fines en sí mismos, en lugar de relegar a todos lo no humanos a la categoría de simples medios. Segundo, Jahr no formula el imperativo en términos categóricos, sino en términos hipotéticos. Dice que se debe tratar como fines en sí mimsmos “en la medida de lo posible”.

Como consecuencia, la bioética de Jahr no per-tencece a las llamadas éticas de la convicción, como Max Weber las llamó años antes, sino que hace parte de las denominadas éticas de la responsabilidad. No por casualidad Jahr uti-liza frecuentemente el término responsabilidad al exponer su enfoque específico de Bioética38.

Jahr al reflexionar sobre el creciente progreso de la fisiología de su tiempo y los desafíos morales relacionados con el desarrollo de so-ciedades siempre más seculares y pluralistas, redefine las obligaciones morales en relación a todas las formas de vida, humanas y no hu-manas, creando un concepto de bioética como una disciplina académica, principio y virtud. Aunque Jahr no hubiese ejercido una influen-cia histórica como era de esperarse, pues vivió en tiempos turbulentos, tanto política como moralmente, su visión y sus argumentos éticos, de que una nueva ciencia y tecnología exigen una nueva reflexión (y solución) ético–filosófi-ca, son una contribución esclarecedora para la terminología, incluyendo el entendimiento de las dimensiones “geoéticas” de la Bioética.

El pensamento de Jahr con relación al Impe-rativo Bioético está presente en muchos de sus

38 GRACIA, Diego. Bioética. In: ROMEO CASABONA, Carlos María (Dir). Enciclopedia de Bioderecho y Bioética. Tomo I. Granada: Editorial Comares, S.L., 2011, pp. 209–227.

escritos y él no hace una presentación sistmá-tica de su Imperativo. En esta perspectiva es muy útil ver como Han–Martin Sass intenta elaborar una lectura coherente e interpretación del imperativo bioético. Identifica por lo menos seis aspectos en la perspectiva de Jahr para expandir el imperativo de Kant:

1. El imperativo bioético guía las actitudes éticas y culturales así como las responsabilidades en las ciencias de la vida con relación a todas las formas de vida (…)

2. El imperativo bioético se fundamenta en la evidencia histórica y otras en que la compa-sión es un fenómeno empíricamente estable-cido en el alma humana (…)

3. El imperativo bioético refuerza y complemen-ta el reconocimiento moral y los deberes con relación a los otros en el contexto kantiano y debe seguirse respetando a la cultura humana y las obligaciones morales mutuas entre los humanos (…)

4. El imperativo bioético tiene que reconocer, ad-ministrar y cultivar la lucha por la vida entre las formas de vida y contextos de vida natural y cultural (…)

5. El imperativo bioético implementa la compa-sión, el amor y la solidaridad entre todas las formas de vida como un principio fundamen-tal y la virtud de la regla de oro del Impera-tivo Categórico de Kant, que son reciprocos y solamente formales (…)

6. El imperativo bioético incluye obligaciones con relación al propio cuerpo y alma como un ser vivo39.

En los años en que Jahr escribió, se estaban estableciendo los conceptos fundamentales de la física atómica, lo cual poco después llevaría

39 SASS, Hans–Martin. European Roots of Bioethics: Fritz Jar’s 1927 Definition and Vision of Bioethics. In: ČOVIĆ, Ante; GOSIĆ, Nada y TOMAŠEVIĆ, Luka (Eds). From New Medical Ethics to Integrative Bioethics. Zagreb: Pargamena, 2009, pp. 22–25.

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a la construcción de las primeras armas nu-cleares. Cuando en 1945 fueron lanzadas en Hiroshima y Nagazaki, y en la década siguiente aparecieron otras bombas mucho más potentes, las denominadas bombas de hidrógeno, la hu-manidad comenzó a reconsiderar sus relacio-nes con la vida y con el medio ambiente. Por primera vez en la historia el ser humano se veía con la capacidad técnica suficiente para exter-minar la vida de la faz de la tierra. La vida en general, y no solo la vida humana, comenzaba a convertirse en un problema. Esto hizo que se disparasen varias alarmas y surgiesen varios movimientos dedicados a promover la “respon-sabilidad de la ciencia”. Lo nuevos avances de la tecnociencia trajeron nuevos problemas y estos exigían, necesariamente, una nueva ética. Si la primera mitad del siglo XX fue la edad de oro de la Física, la segunda sería la edad de oro de la Biología molecurar40.

Es importante anotar que el concepto de Bioé-tica no fue rápido y fácilmente aceptado en Alemania. Era considerardo, por demás, po-lémico (producto americano). Solo a partir de 1986 el término fue oficialmente introducido y pasó a ser utilizado con más frecuencia. Es justamente un compatriota de Jahr, el bioeti-cista alemán Hans–Martin Sass, que trabajó años en el Instituto Kennedy de Bioética en Washington, DC, en los EUA, el que rescata del silencio de la historia, la figura de Fritz Jahr, así como su innovador y avanzado concepto de bioética (1927), cuya visión está en el centro de todos los debates bioéticos en este inicio del siglo XXI41.

40 GRACIA, Diego. Op. cit., p 210.41 PESSINI, Leo., et al. (Orgs). Ética e Bioética Clínica no pluralismo

e Diversidade: teorias, experiências e perspectivas. São Paulo: Centro Universitário São Camilo, Ideias e Letras, 2012. Cf. espe-cialmente a II parte, pp. 438–482.

3. Hans Jonas: el principio de la responsabilidad

“Cuando la esperanza no sea más la inspiración, entonces, tal vez sea el miedo lo que nos pueda

conducir a la razón…” Hans Jonas

3.1. Itinerario intelectual y su obra fundamental

Hans Jonas (1903–1993) nació en Alemania, hijo de imigrantes judios. El filosofo Judeo–alemán, Hans Jonas fue alumno de Martin Heidegger en la Universidad de Freiburg (1921–1923) y en la Universidad de Marburg (1924–1928). Entre los años 1940 y 1945 fue soldado de la brigada judia del ejército británico. En 1949 se trasladó a Canadá, donde fue professor visitante en las universdiades de Montreal y Otawa. En 1955 se mudó a los Estados Unidos, en Nova York, y murió en esta ciudad en 1993, a los 90 años. Hans Jonas fue marcado por una fuerte influencia del pensamento de Heidegger, de la fenomenología de Husserl, de los estudios históricos con Rudolf Bultman, además de per-tencer al círculo intelectual de Hannah Arendt, Karl Jaspers, entre otros.

Su experiencia con el holocausto provocó pro-fundos cambios en la comprensión de la exis-tencia humana ante el progreso científico y tecnológico. Su reflexión filosófica y ética tiene detrás de sí una gran tragedia de destrucción de la humanidad, o sea, a la Segunda Guerra Mun-dial que diezmó casi 100 millones de seres hu-manos. Jonas elabora su reflexión en la estela de la preocupación, “el miedo” y la destrucción atómica. En la postguerra inmediata, de la se-gunda mitad del siglo XX, existía un pavor ge-neralizado ante el nuevo poder de destrucción, que se concretó con la invención de la Bomba

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Atómica. El ser humano se dio cuenta de tener poder y ser capaz de destuirse así mismo y al mundo a su alrededor.

La obra fundamental y más famosa de Hans Jonas es El principio de responsabilidad: ensayos de una ética para la civilización tecnológica, que vió la luz en 1979 en alemán, con traducción al inglés en 1994 y al portugués en 2006. Esta obra se constituyó en la Biblia de la primera generación tecnológica insatisfecha después de la Guerra. Y en un gran éxito editorial más allá del campo filosófico. Su primera versión titula-da Tractatus Ethico–Politicus, leida por Hannah Arendt, filosófa alemana, su amiga, saluda así su obra: “antes de comenzar a hablar de porme-nores, quiero decir que hay una cosa que tengo clara: este libro es aquel que el buen Dios tenía en mente para ti. Y está deliciosamente escrito”.

Jonas fue uno de los filósofos que ganó más notoriedad en el período de la postguerra en Alemania. Como ningún otro pensador de su época, Jonas llamó la atención sobre uno de los problemas más serios frente a la ética en el siglo XXI: el problema de la amenza del fu-turo de la humanidad, la “autodestrucción del planeta”, causada por el concepto moderno de progreso (saber y poder) con la exploración de la naturaleza por técnica.

La propuesta de Jonas en su principal obra, El principio de responsabilidad, es la de “elaborar una nueva ética para la civilización tecnológica guiada por el principio de responsabilidad”. Una nueva ética para los nuevos tiempos supe-ra “a la ética antropológica” y genera una “ética bio–cosmocéntrica”, en la que el horizonte de referencia no es solo el ser humano, circuns-crito al aquí y ahora del tiempo presente (ética tradicional), sino la vida del cosmos, con todos los seres vivos, el mundo de la biosfera (extra humano) en el futuro.

Para Jonas la técnica adquirió en la contem-poraneidad atributos que eran típicos de la divinidad en la antigüedad, “omnipotencia y omnipresencia”. Asistimos al inescrupuloso exterminio de la naturaleza y la deshumani-zación del ser humano. Para él, la técnica no es algo en sí, ruin, ¡ni podría ser rotulada a priori como mala! Es su mal uso lo que genera consecuencias negativas y perjudiciales para el ser humano. Dado el carácter apocalíptico y catastrófico de la técnica, debemos reflexionar, desarrollar una postura de reverencia y temor. Hemos delineado, hasta aquí, uno de los prin-cipales conceptos del pensamiento jonasiano, el concepto de Heurística del temor, el cual abor-daremos más adelante en esta reflexión sobre Hans Jonas.

El pensamiento jonasiano llama la atención sobre el hecho de que la tecnología se ve cada vez más como “vocación y nuevo imperativo” de la humanidad. Ante esta tendencia, señala que el homo faber (núcleo de la técnica, pero después, de algún modo, subyugado por ella) se ubica por encima del homo sapiens, del humano inteligente y del buen sentido. Así, al analizar los efectos de la tecnología con relación a la naturaleza y al ambiente exter-no, pondera las repercusiones de esta en el ser humano y en su esencia, cuando este se transforma en “objeto de la técnica”, o sea, el ser humano, al mismo tiempo que crea y desarrolla “artefactos” que facilitan su vida, como máquinas, aparatos e instrumentos de comunicación u otros, queda cada vez más aprisionado por sus propias creaciones. Para Jonas, el ser humano en la era de la técnica es representado por la imagen de Prometeo desencadenado. Liberado del castigo eterno de las cadenas y del ave de rapiña que viene a devorarle el hígado, ahora está entregado úni-camente a sí mismo.

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Jonas dice en las primeras páginas de la in-troducción de su principal obra, El principio de responsabilidad:

El Prometeo definitivamente desencadenado, al cual la ciencia confiere poderes jamás conocidos y la economía el impulso irreprimible, clama por una ética que através de frenos voluntarios, evite que el poder de los hombres los convierta en una desgracia para ellos mismos. La tesis inicial de este libro es que la promesa de la técnica moderna se convirtió en amenza, o que esta se unió aquella de modo indisoluble; es lo que configura la tesis punto de partida de este libro42.

Hoy vivimos en una sociedad de riesgo, en la que cada nuevo paso hacía delante en el dominio de la naturaleza implica no solo pru-dencia, sino también precaución responsable. Nos preguntamos si en el futuro la compasión, la solidaridad y el cuidado no serán posterga-dos para favorecer la búsqueda y seducción biotecnológica. Hans Jonas, visionario de un futuro por construirse, superando el desanten-dimiento para con la naturaleza y superación de la deshumnización humana, nos convida a salir de la superficialidad de las aprobaciones o condenas frivólas, superando aspectos ideológi-cos, utópicos y fundamentalistas, del aquí y el ahora de neustra historia, y avanzar mediante el diálogo respetuoso frente al diferente o diver-so con base en el principio de responsabilidad. Esta perspectiva sin duda puede ser factor de superación de utopías que simulan y alimen-tan una visión apocalíptica de destrucción de la humanidad. El compromiso de todos con la dignidad del ser humano y con el futuro (las generaciones futuras son consideradas por Jo-nas como si fueramos nosotros mimsos) de la vida en el planeta nos ayuda a dar el paso del

42 JONAS, Hans. O Princípio da responsabilidade: Ensaio de uma ética para a civilização tecnológica. Rio de Janeiro: Contraponto & PUC–Rio, 2006, p. 21.

imperativo técnico–científico hacia el impera-tivo ético de responsabilidad.

3.2. Algunas características del Principio de Responsabilidad

Jonas propone un deber moral de responsabili-dad con la existencia humana futura, colocando la responsabilidad en el centro de la ética. El objeto de la ética no se circunscribirá solo al bien humano, sino que se extenderá al bien de las cosas extra humanas, abarcando la biosfera. Su punto de partida es la “heurística del temor”, como un sentimiento fundamentador de la res-ponsabilidad y esta como fuerza capaz de mol-dear un imperativo ético para este nuevo tiempo.

Para Jonas el imperativo categórico de Kant presenta una preocupación solo con el pre-sente, no incluye las generaciones futuras. El imperativo jonasiano es presentado así: “obra de manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica” o formulado negativamente: “obra de modo que los efectos de tu acción no sean destructivos para la futura posibilidad de esa vida”, o simplemente “no pongas en peli-gro las condiciones necesarias de continuidad indefinida de la humanidad sobre la Tierra”; u otra vez formulado positivamente: “incluye en tu elección presente, la futura integridad del hombre, como uno de tus objetivos”43.

Podemos destacar las palabras clave de cada una de esas formulaciones: 1ª. Autenticidad; 2ª. Posibilidad; 3ª. Continuidad; y 4ª. Integridad. Son diferentes formulaciones del mismo “prin-cipio de responsabilidad”, que él también llama “imperativo”. Al comparar con el Imperativo categórico kantiano, el dice que si:

43 Ibid., pp. 47–48.

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El imperativo categórico de Kant se dirigía al individuo y su criterio era momentáneo (…). El nuevo imperativo invoca otra coherencia: no aquella del acto de acuerdo consigo mis-mo, sino aquella de sus “efectos” últimos para la continuidad de la actividad humana en el futuro. (…) Nuestro imperativo se extiende en dirección a un futuro previsible concreto, el cual constituye la dimensión inacabada de nuestra responsabilidad44.

El imperativo es tomado como un axioma, sin justificación o mayor fundamentación. El ar-quetipo de responsabilidad total es el recién na-cido, muestra su total vulnerabilidad y radical dependencia de los padres y al mismo tiempo su profundo rastro/marca se muestra como alteridad “presente”. Su total vulnerabilidad exige cuidados y se vuelve más fuerte ya que el estado del niño está fuera de los parámetros de reciprocidad (alteridad asimétrica). Y se inserta en un contexto de una relación de gratitud, ti-pificando la materialización más profunda del sentimiento de protección y acojida de aquel pequeño ser, en el caso en cuestión, un bebé. Sin este cuidado el bebé no sobrevivirá, sino que morirá.

Así se espresa Jonas:

El recién nacido reúne en sí la fuerza para existir, que se testifica así misma, de ser–ya y la implorante impotencia de no–ser–todavía, el incondicional fin intrínseco de todo ser vivo y el tener–que–llegar–a–ser de la capacidad correspondiente. Este tener–que–llegar–a–ser es un estado intermedio (la suspensión del desvalido ser en el vacio del no ser) que una casualidad ajena a él tiene que completar. En la insuficiencia radical del recién nacido está previsto ontológicamente que sus padres lo protejan contra su regreso a la nada y que se encarguen de su futuro devenir. Aceptar este encargo estaría contenido en el acto de

44 Ibid., p. 48.

procreación. Su cumplimiento (que también pueden llevar a cabo otros) se convierte en un deber ineluctable para con el ser cuya existencia autonóma depende totalmente de esto45.

Otra definición que Jonas da de responsabili-dad, muy intersante, es esta: “el cuidado que se tiene por deber para con algún otro ser que, una vez amenazado, hace que el cuidado se convier-ta en preocupación diligente”46.

3.3. La heurística del temor

Jonas afirma que “cuando la esperanza no sea más la inspiración, entonces, tal vez sea el miedo lo que nos pueda conducir a la razón”. Para esto propone que hagamos una heurística del temor, o sea, sin el presentimiento del fu-turo, el presente sería una tierra sin cuidados. En una época en que hablamos del “crepúsculo del deber”47, de la “líquidez”48 de las relaciones (todo se vuelve líquido, fluido, gaseoso), de la política y de la libertad, parece que defender los principios de la ética no tiene sentido. En las Cartas sobre el humanismo la idea heidegge-riana de pastor del ser adquiere una dimensión pedagógica en Jonas. En Heidegger tenemos un llamado casi desesperado y abrumado por la incredulidad de encontrar una salida para la técnica, una angustia que nos paraliza. En Jonas estamos ante una urgencia casi apocalíp-tica, la heurística del temor, como sustituto de las proyecciones anteriores de esperanza, en las promesas de redención utópica de la moderna tecnología. En este contexto es evidente rescatar de la idea de Heidegger de volvernos el “pastor del ser”.

45 Ibid., pp. 223–224.46 JONAS, Hans. Técnica, medicina y ética. Barcelona, Buenos Aires,

México: Paidós, 1979, p. 91.47 LIPOVETSKY, Gilles. A sociedade pós-moralista. O crepúsculo do

dever e a ética indolor dos novos tempos democráticos. São Paulo: Manole, 2005.

48 BAUMAN, Zygmunt. 44 Cartas do mundo líquido moderno. Rio de Janeiro: Zahar, 2011, 228p.

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¿Estaría Jonas haciendo aplogía al temor? Jo-nas constata que valoramos la vida como algo sagrado en la medida en que conocemos lo que es su aniquilación o, por ejemplo, por medio del mandamiento “no matarás”. La pérdida de algo o de la mera representación de su pérdida provoca instantáneamente una valoración del mismo objeto en cuestión.

De la misma manera, sabemos lo que significa la libertad al conocer lo es su falta, cuando, por ejemplo, quedamos presos en una cár-cel o enfermos en un cuarto de hospital. Ta-les privaciones reales o ficticias pueden tener un efecto positivo sobre nuestra disposicón y modo de actuar. “necesitamos de amenazas a la imagen humana (…) para que, con el pavor suscitado, nos aseguremos una imagen huma-na auténtica”49. Agrega Jonas: “sobre el mal, nosotros, no tenemos incertidumbres cuando lo experimentamos; sobre el bien, tenemos cer-terza en la mayoría de las veces cuando de el nos desviamos”50.

El mal imaginado como consecuencia de nues-tras opciones y acciones (en el futuro) debería servir de contrapunto al actuar concreto aquí y ahora. Este mal imganado debe asumir un carác-ter de mal experimentado. Esto es lo que el temor puede, según Jonas, ofrecer en tanto principio heurístico. Con esto, el primer deber de la ética del futuro es: entrever o vislumbrar los efectos que a largo plazo tienen nuestras acciones.

Para Jonas la prudencia “es el núcleo de nue-tro actuar moral”. Él si utiliza la heurística del miedo para hacer frente al poder de evolución evocado por la técnica: se trata de una distor-sión hipotética de la condición futura del Ser, optando por la primacía del mal prognóstico,

49 JONAS, Hans. 1984. Op. cit., p. 63.50 Ibid., pp. 63–64.

pues “es necesario dar más profecía de la des-gracia que de la salvación”51. Al reflexionar sobre las amenazas, vislumbrando el mal, po-demos escoger la mejor acción para el presente. El miedo aquí tiene sentido de aprendizaje, pues anticipa las condiciones desastrosas que pueden ser evitadas.

Joseph Ratzinger (Papa Benedicto XVI) utiliza el mismo argumento jonasiano frente al poder téc-nico: destruye la naturaleza, deshumaniza al ser humano y compromete el futuro de la vida en el planeta. En la senda de la heurística del temor jonasiana al comentar sobre las nuevas formas de poder a partir de la exitencia de la bomba atómica, en la segunda mitad del siglo XX:

En la práctica, por un largo período, fueron la competencia entre los bloques de poder recí-procamente opuestos y el miedo a comenzar su propia destrucción con la destrucción de otro lo que nos protegió de los horrores de la guerra nuclear. La demarcación reciproca del poder y el miedo entorno de la propia supervivencia se revelaron como fuerzas salvadoras52.

El pensamiento jonasiano se aproxima y de cierta forma fortalece la sensibilidad y la ac-ción del movimiento ecológico contemporáneo cuando piensa en un actuar humano, una ética de la responsabilidad con el futuro de la vida de todos los seres vivos en el Planeta. Ver las declaraciones de la ONU sobre el medio am-biente, en especial la Carta de la Tierra que tuvo su nacimiento en la ECO 92 en Rio de Janeiro, la cual reconocida en 2000 tuvo su aprobación por la UNESCO y debe ser asumida por todos los países miembros.

51 JONAS, Hans. 2006. Op. cit., p. 77.52 RATZINGER, Joseph. O homem desceu até o fundo do poço do

poder, até a fonte de sua própria existência. Folha de São Paulo. 24/04/2005.

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4. ¿Qué futuro, asumiendo nuestra responsabilidad, construiremos juntos?

Al finalizar esta reflexión podríamos hacer dos preguntas, una respecto del orígen y otra sobre el futuro: ¡Oh! ¿Bioética de dónde vienes? Con Jahr (1926) y Potter (1970) tenemos indicacio-nes preciosas de sus orígenes. Pero, ¿para dónde vas? El fututo está en la perspectiva de los dos protagonistas analizados, que se anticiparon proféticamente a toda la problemática ecológica de hoy, y tienen mucha sintonía con la causa ecológica de las Naciones Unidas, y de ilustres activistas en el área, Mikahil Gorbachev, entre otros. Este último identifica tres grandes de-safíos a ser enfrentados en nuestro tiempo. El primero, se trada de la necesidad de mantener la paz en el mundo. La comunidad internacional tiene que estar unida, también, en la lucha con-tra el terrorismo que no puede ser justificado por ninguna consideración política o moral. El segundo desafío es la lucha contra la pobreza en el mundo. ¿Cómo puede el “millón privi-legiado” de personas favorecidas por la suerte permanecer indiferente ante el espectáculo de la miseria en el que se debate la mitad de la población del planeta, obligadas a vivir con uno o dos dólares por día, pasando hambre todos los días, sin acceso al agua potable sin condiciones decentes de higiene? El tercer desafío identifi-cado está ligado al medio ambiente. Entramos en serio conflicto con nuestro propio hábitat, con la madre naturaleza. Estos tres desafíos son interdependientes. Sin combatir la pobreza serán inútiles todas las medidas ecológicas. Pero si no nos preocupamos con la ecología, todos nuestros esfuerzos para construir un mundo más justo estarán destinados al fracaso y nuestros descendientes tendrán que pagar por nuestro comportamiento insensato y depreda-dor de la naturaleza. La propia vida en la Tierra

corre riesgo de desaparecer, se vuelve solamente un episodio efímero en la historia de nuestro universo53.

Los tres desafíos propuestos no se refieren solo a los gobiernos y las organizaciones interna-cionales, sino tambien a cada uno de nosotros. Llegó la hora en que todo ciudadano del planeta Tierra piense en la contribución personal que puede dar para esta tarea común.

Somos responsables, ante las generaciones futuras, por la consevación de la vida en la Tierra. (…) Hoy, la humanidad necesita de una nueva filosofía de vida, de una nueva ética que cristalice los valores fundamentales, comunes a todas las tradiciones religiosas, una ética basada en el consenso entre las naciones y los pueblos del mundo54.

Gorbachev nombra este proyecto como el proce-so de elaboración de una ética global y concluye diciendo: “a ejemplo del gran escritor america-no William Faulkner, yo me rehuso a aceptar la responsabilidad del fin de la humanidad, sin importar las pruebas que tenga que enfrentar. Este es mi credo de optimista incorregible”55. Recordemos la Carta de la Tierra, de la cual fui uno de los principales líderes en todo el proce-so, cuando dice que:

Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. (…) Para seguir adelante debemos reco-nocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible, fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos

53 SASS, Hans–Martin. The Earth is a Living Being: We have to treat her as such! Eubios Journal of Asian and International Bioethics, EJAIB. 2011, vol. 21 (3), 73–77.

54 GORBACHEV, Mikhail. Meu manifesto pela terra. São Paulo: Planeta, 2003, 134p.

55 Ibid., pp. 118–119.

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humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz56.

Anhelamos que nuestro tiempo sea recordado poe el “despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz, y por la alegre celebra-ción de la vida”57.

Uno de los más importantes documentos de bioética de la contemporaneidad elaborados por la UNESCO titulado Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos58 de 2005, apunta entre sus objetivos “promover el respe-to por la biodiversidad” y entre sus principios fundamentales “responsabilidad para con la biosfera”; protección de la biodiversidad y la biosfera en la que el ser humano vive.

Tomando en consideración perspectivas nue-vas de los últimos Congresos Mundiales, ve-mos que la Bioética va avanzando globalmente (geográficamente), ampliando su comprensión epistemológica, así como su abarcamiento te-mático, enfrentando los desafíos emergentes y señalando prioridades a seguir. Jahr en 1927, en Alemania, y Potter a inicios de los años 70, son los dos protagonistas pioneros que apuntan a uno de los mayores desafíos que la humanidad tiene en este inicio de milenio: la responsabilidad humana de garantizar el futu-ro de la vida en el planeta Tierra. Rescatamos su contribución intelectual para el campo de la Bioética, más allá del hegemónico paradig-ma bioético principialista, es una cuestión de justicia histórica.

56 COMISIÓN DE LA CARTA DE LA TIERRA. Carta de la Tierra. Disponible desde: http://www.earthcharterjordan.org/esp/about.html o http://www.earthcharterjordan.org/prt/index.html

57 GORBACHEV, Mikhail. Op. cit., p. 135. 58 UNESCO. Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Hu-

manos [en línea]. Disponible desde: http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001461/146180S.pdf

La Bioética con Potter (1970) se presenta como un credo personal y un puente. Un credo de valores a ser cultivados, protegidos y concreta-dos en el diario vivir. En la figura metafórica del puente, está la propuesta del diálogo inter, multi y transdisciplinar en las diferentes áreas del conocimiento humano, pero también tene-mos un puente hacia el futuro. Con Jahr (1926), rescatamos la visión englobadora e integradora de la Bioética, que además del ser humano (éti-ca tradicional), en el presente se preocupa por el futuro e incluye a todos los seres vivos. Es lo que él llama imperativo bioético. Finalmen-te con Hans Jonas (1979) y su principio de responsabilidad tenemos el vehículo que nos permite, en el presente urgente y emergente de nuestra historia, transitar por ese puente, con seguridad, sin riesgos de acidentes, protegien-do la vida de todos los seres vivos en el futuro.

Con esto la provocación inicial del subtítulo de este artículo gana sentido: el encuentro de un credo, con un imperativo y un principio. Los valores propuestos para ser defendidos, procla-mados y protegidos en estos elementos (credo, imperativo y principio) nos llevan a la cuna del pensamiento bioético y nos proyectan hacia el amanecer de la humanidad con esperanza. Es siempre saludable regresar a los orígenes, como dice T.S. Eliot59:

¡No dejaremos de explorary al final de toda nuestra búsquedallegaremos a donde empezamosy conoceremos el lugar por primera vez!

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No berço da bioética: o encontro de um credo, com um imperativo e um principio*

En la cuna de la Bioética: el encuentro de un credo con un imperativo y un principio

Leo Pessini**

Resumo

Este artigo faz uma incursão nas origens históricas da bioética resgatando historicamente três protagonistas importantes. Um mais conhecido e reconhecido, Van Rensselaer Potter nos EUA e o outro completamen-te desconhecido e que somente muito recentemente temos notícia, em 1997, trata-se do filósofo, teólogo, pastor e educador alemão Friz Jahr. Ficamos sabendo que A expressão Bioética, foi utilizada pela primeira vez por Jahr, na Alemanha, em 1926 e 1927 num artigo publicado na revista científica Kosmos intitulado “Bio-Ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze”. Jahr ampliou o conceito do imperativo Kantiano e propõe o Imperativo Bioético “respeite todo ser vivo, como princípio e fim em si mesmo e trate–o, se possível enquanto tal”. O conceito de bioética de Jahr inclui, além do ser humano, todas as formas de vida. O terceiro protagonista na fase inicial do surgimento da bioética e Hans Jonas, filósofo judeu-alemão, que vai elaborar o seu principio da responsabilidade, pensando e elaborando uma ética frente ao domínio crescente da civilização técnico–cientifica. A expressão Bioética ganhou certificado de nascimento e se consolida nos EUA durante os anos 70 e depois é “exportada” para o mundo, a partir dos anos 80 do século passado, a partir dos trabalhos de Potter e mais a fundação do Instituto Kennedy de Bioética (1971) junto à Georgetown University em Washington, DC.

Palavras–chave: Bioética, ciência, religião, princípio da responsabilidade, desenvolvimento.

Resumen

Este artículo hace una incursión hacia los orígenes de la Bioética, rescatando, históricamente, tres protagonis-tas importantes. Uno más conocido y reconocido, Van Rensselaer Potter en los EUA y el otro completamente desconocido, del cual solo muy recientemente tuvimos noticia, en 1997, se trata del filósofo, teólogo, pastor y educador alemán Friz Jahr. Sabemos que la expresión Bioética fue utilizada por primera vez por Jahr, en Alemania, en 1926 y 1927 en un artículo publicado en la revista científica Kosmos intitulado “Bio-Ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze”. Jahr amplió el concepto del imperativo kantiano y propuso el Imperativo Bioético “respeta a todo ser vivo, como principio y fin en sí mismo y trátalo, si es posible, como tal”. El concepto de bioética de Jahr incluía, además del ser humano, a todas las formas de vida. El tercer protagonista en la fase inicial del surgimiento de la Bioética es Hans Jonas, filósofo judeo–alemán, que elaboraría el principio de la responsabilidad pensando y elaborando una ética

* Artículo de reflexión. Documento entregado el 15 de febrero de 2013 y aprobado el 17 de junio de 2013.** Doctor en Teología Moral/bioética. Postgrado en Clinical Pastoral Education and Bioethics por el ST. Luke’s Medical Center (Milwaukee, EUA).

Profesor del programa de posgrado en Bioética (maestría y doctorado) del Centro Universitário São Camilo. Autor de numerosas obras en el área de la bioética. Actualmente es Presidente de las organizaciones Camilianas Brasileñas, una red de 52 hospitales presentes en 19 Estados brasileños. Correo electrónico: [email protected]

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frente al dominio creciente de la civilización técnico–científica. La expresión Bioética obtuvo el certificado de nacimiento y se consolida en los EUA durante los años 70 y después es “exportada” al mundo, a partir de los años 80 del siglo pasado, con los trabajos de Potter y la fundación del Instituto Kennedy de Bioética junto a la Georgetown University en Washington, DC.

Palabras clave: Bioética, ciencia, religión, principio de responsabilidad, desarrollo.

“O que lhes peço é que pensem a bioética como uma nova ética científica que combina a humildade, responsabilidade e competência, numa perspectiva interdisciplinar e intercultural e

que potencialize o sentido de humanidade”.Van Renseelaer Potter

“Respeite todo ser vivo, como princípio e fim em si mesmo e trate-o, se possível, enquanto tal”.Fritz Jahr

“Aja de tal maneira que os efeitos de tua ação sejam compatíveis com a permanência da vida humana autêntica na Terra”.

Hans Jonas

Introdução

A bioética, levando–se em conta a perspectiva do norte–americano bioquímico Van Rens-selaer Potter e a data da publicação de seu primeiro artigo em 1970 já completou 43 anos de existência desde quando o termo foi cunha-do. Pesquisas recentes na área deslocam desta data para a década de 1920, mais precisamente 1926–27 na Alemanha e descobrem a figura de Fritz Jahr. No momento a pesquisa em curso identifica como sendo a data de 15 de dezem-bro de 1926 como sendo seu primeiro escrito sobre bioética intitulado: Ciências da vida e ética: velho conhecimento em novas roupagens. Neste artigo ele apresenta pela primeira vez o imperativo bioético. Fato histórico neste sentido foi o lançamento do livro “Fritz Jahr and the Foundations of Global Bioethics: The Future of Integrative Bioethics” editado por Muzur Amir & Hans-Martin Sass no 8o. Congresso Inter-nacional de Bioética Clínica realizado em São Paulo (16-19 de maio de 2012). Não sem uma pontinha de ironia no folder de divulgação do livro lê-se: <<Você sabe quem inventou ‘bioética’? Não, não, os americanos! Foi Fritz Jahr um

pastor em Halle an der Saale. Em 1926-27 ele se contrapôs criticamente ao imperativo categórico de Kant com o seu Imperativo Bioético: ‘respeite todos os seres vivos como um fim em si mesmo e trate-os como tal, se possível’>>1.

Nossa jornada reflexiva em torno do berço da Bioética se faz em três momentos fundamen-tais, com três protagonistas. Começamos com Potter nos EUA em 1970 com seu “credo bioé-tico” e o conceito de “bioética como ponte para o futuro”2 e voltamos no tempo histórico para a década de 20 do século passado, mais precisa-mente aos anos de 1926-27 com Fritz Jahr, com a sua proposta do Imperativo bioético, que inclui uma visão ética para além dos seres humanos, uma ética para todos os seres vivos: “Respeite todo ser vivo, como princípio e fim em si mesmo e trate-o, se possível, enquanto tal”3. O terceiro protagonista e o filosofo Judeu- Alemão, Hans

1 MUZUR, Amir y SASS, Hans–Martin (Eds). Fritz Jahr and the Foundations of Global Bioethics: The Future of Integrative Bioethics. Munster: Lit Verlag, 2012, 400p.

2 POTTER, Van Rensselaer. Bioethics: Bridge to the future. Engle-wood Cliffs: Prentice Hall, 1971, 205p.

3 JAHR, Fritz. Wissenschaft wom Leben um Sittenlehre. Dei Mit-telschule. Zeitschrift für das gesamte mittlere Schulwesen. 1926, vol. 40 (45): 604–605.

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Jonas (1979), que elabora o principio da respon-sabilidade, ao nos propor uma ética frente à ci-vilização técnica, no cultivo de uma “heurística do medo”, não deixando o homo faber dominar o homo sapiens. Concluímos nossa reflexão4 com uma aproximação entre os três protagonistas pioneiros na agenda bioética no seu nascedouro e que profeticamente se antecipam aos fatos e exigências éticas de hoje para que possamos ga-rantir o futuro da vida no planeta. A atualidade desta questão é inquestionável, somente lem-brando a discussão em andamento no mundo patrocinada pela ONU, quando em 2012 esta organização programou para o Brasil, no Rio de Janeiro a realização da Conferência para o Des-envolvimento Sustentável com o mote “o futuro que queremos”. Trata-se da Conferência Rio +20.

1. O pioneirismo de Van Rensselaer Potter nos EUA (1970)

1.1. Conhecendo a pessoa

No dia 6 de setembro de 2001 falecia o Dr. Van Rensselaer Potter (1911–2001), em Madison, pequena cidade do Estado de Wisconsin, no meio–oeste dos Estados Unidos. Potter nasceu no Estado da Dakota do Sul em 27 de agosto de 1911, morreu quando acabara de completar 90 anos. Seu avô morreu de câncer aos 51anos, um ano antes de seu nascimento, do qual herdou o nome, vindo a se chamar, Van Rensselaer Pot-ter II. Sua mãe morreu num acidente de carro quando ele tinha sete anos, e tornou-se muito ligado ao pai, desde então. Potter deixa esposa, três filhos, seis netos e duas irmãs.

Recebemos um comunicado de sua neta Lisa Potter, que trabalhou muito de perto com seu

4 PESSINI, Leo; SIQUEIRA, José Eduardo y HOSSNE, William Saad (Orgs). Bioética em tempo de incertezas. São Paulo: Centro Universitário são Camilo y Edições Loyola, 2010, 455p.

avô de 1994-1997 auxiliando–o nas publi-cações de bioética e em conferências. Textual-mente lemos: “Lamentamos em informar que Van faleceu ontem (6/09) às 05h20min da tar-de; Ele estava confortável e a família mantinha-se presente ao lado do leito. Eu segurava sua mão quando exalou o último suspiro. Sei que ele sentiu o apoio e amor da família. Ele morreu logo após seu 90º aniversário e teve a chance de ver muitos membros da família. Sentiremos muito sua falta”.

Foi ele quem cunhou o neologismo Bioethics em 1970. Chamá-lo de “pai da bioética”, como muitos o fazem, seria exagerado segundo al-guns estudiosos na área da história da bioética, e dizer que ele é somente autor do neologismo Bioethics, seria não fazer justiça com a estatura de sua pessoa como pesquisador e pioneiro da bioética, já que acabou sendo marginalizado pelos seus compatriotas. Potter, poucos dias antes de sua partida deixou uma mensagem final endereçada aos amigos da sua “rede de bioética global”. Nesta mensagem ele demons-tra ressentimento pelo não reconhecimento de seu trabalho em bioética em seu próprio país.

Por um longo período de tempo 1980–1990, ninguém reconheceu meu nome e quis ser parte de uma missão. Nos EUA houve uma explosão imediata do uso da palavra bioethics pelos médicos, que falharam ao não mencio-nar meu nome ou o título das minhas quatro publicações 1970–1971. Infelizmente, a sua imagem de bioética atrasou o surgimento do que existe hoje5.

A biografia de Potter é particularmente rele-vante para a história de uma ideia, o conceito de autonomia desempenha até hoje, um papel predominante na ética biomédica norte-ame-

5 POTTER, Van Rensselaer. Dear Global Bioethics Network. Final Message [en línea]. [Fecha de consulta: noviembre 23 de 2004]. Disponible desde: http://www2.ula.ve/cdcht/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=121

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ricana. Antes de enfocar direitos individuais, ele enfatiza responsabilidades pessoais. Potter inclusive, não só elaborou, bem como viveu seu credo de ativista, que enfatiza responsa-bilidade social e ambiental. Na condição de um bioeticista virtuoso que era, não só viveu sua visão de bioética, como também, convocou outros também a fazê-lo, alertando que para alguém merecer ser chamado de bioeticista deveria seguir tal credo, o que apresentaremos na íntegra ao longo deste texto, após análise do legado intelectual de Potter. Destaca-se, portan-to, uma forte ênfase na ética das virtudes na bioética Potteriana, que adquire quase um tom de pregação.

Potter era considerado um distinto membro da “Unitarian Society of Madison” (Sociedade Unitariana de Madison), uma organização de inspiração cristã, que segue o espírito de Jesus de Nazaré e, que defende a perspectiva de uma religião liberal. Entre outros objetivos desta organização, lê–se como sendo o primeiro, “a integridade de vida” que significa totalidade (wholeness). Para as pessoas de genuína inte-gridade, todos os objetivos e questões de vida estão interrelacionados. Os Unitarianos cons-tituem–se numa confraria de livre pensamento em que são aceitos como membros, “... pessoas de todas as opiniões teológicas, que desejam se unir a nós na promoção da verdade, justiça, re-verencia e caridade entre os homens”. Trata–se de uma associação aberta, em que o ateu ho-nesto pode se declarar como tal, sem nenhum medo, bem como o crente piedoso falar de sua ligação pessoal com o universo e com Deus sem embaraço.

Textualmente lemos: “... a única exigência que fazemos e que esperamos é que sejamos honestos conosco mesmos e com os outros”6. Embora não

6 Documento en línea. [Fecha de Consulta: noviembre 19 de 2004]. Disponible desde: www.harvardsquarelibray.org/unitarians/madison.html

tenha lido nenhum comentário em que se faça esta ligação com a organização dos Unitarianos, percebe-se uma profunda ligação do credo bioéti-co potteriano e a filosofia desta organização.

Potter trabalhou mais de 50 anos na Univer-sidade de Wisconsin, em Madison, nos Labo-ratórios MacArdle para a pesquisa de Câncer, aposentando-se em 1982. Doutorou-se em bio-química. Pela sua contribuição original sobre a compreensão do metabolismo das células can-cerígenas, foi reconhecido por sua eleição para a Academia Nacional de Ciências. Foi Presidente da Sociedade Americana de pesquisa sobre o Câncer em 1974, além de ter servido em inú-meras outras organizações científicas de grande prestígio nos EUA.

Potter, após sua aposentadoria da Universidade praticamente passou a residir em sua casa de campo em meio a um bosque, nas cercanias de Madison, onde na varanda feita de madei-ra rústica, recebia amigos, estudantes, onde sentia-se em comunhão com a natureza. Nos últimos anos de vida, dedicou-se ao cuidado de sua esposa, Vivian, tragicamente deficiente por causa de artrite. Por opção, deixa de viajar e dar conferências pelo mundo afora, ficando junto de sua companheira.

A última viagem que Potter realizou para o exterior, foi para a Itália em 1990, a convite do Bruneto Chiarelli, professor de Antropologia da Universidade de Florença (Itália) para falar sobre Bioética Global. Estava então com 79 anos, e não mais viajando devido à idade, mas recebendo inúmeros convites para participar de eventos de bioética, ele envia vídeos de suas palestras. Temos assim três vídeos: 1) 1998: sobre Bioética Global, por ocasião do IV Con-gresso mundial de Bioética (Tóquio) à convite do professor Hyakuday Sakamoto; 2) 1999: um vídeo para o Congresso Mexicano de Bioética, à convite do falecido professor Manuel Velasco

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Suares; e 3) 2000: um vídeo para o Congresso Internacional de Bioética organizado pela So-ciedade Internacional de Bioética ( Gijón- Es-panha), convite do Prof. Marcelo Palacios.

Uma resolução elaborada pelo corpo docente da Universidade de Wisconsin em memória de Van Rensselaer Potter, além de destacar a importância de sua vida profissional como pesquisador e professor de oncologia no Labo-rátório McArdle de Pesquisa de Câncer durante mais de 50 anos enfatiza que:

...sua maior contribuição para a comunidade científica são os mais de 90 pós-doutorados que orientou e estudantes de graduação que inspirando–se nele, muitos tornaram-se proe-minentes em vários campos da ciência, sendo que um deles foi agraciado com o Prêmio Nobel. (....) Para Van a ciência, não era um trabalho´ mas, uma experiência ética, apaixonada e cria-tiva. Além do mais, ele não separava o cientista do processo científico ou o cientista do contexto social do empreendimento científico. Esta filo-sofia, motivado pelo seu conceito de “humildade com responsabilidade”, o conduziu à fase final de sua produtiva carreira7.

Esta fase final é justamente a fase da bioética, dos últimos 30 anos de vida. A pessoa de Potter é lembrada pelos seus colegas de docência na Uni-versidade de Wisconsin como “um ser humano iluminado, preocupado com o cuidado humano de tudo, para que todos pudessem viver, não numa utopia, mas em um mundo esteticamente belo e sustentável, uma vida satisfatória e feliz”8.

7 UNIVERSITY OF WISCONSIN - MEMORIAL COMMITTEE. Memorial Resolution of the Faculty of the University of Woscon-sin–Madison. On the death of profesor emeritus Van Rensselaer Potter II [en línea]. [Fecha de consulta: 19 de noviembre de 2004. Disponible desde: http://www.mcardle.wisc.edu/faculty/bio/Potter%20Memorial%20Resolution--UW%20Faculty%20Doc%201628,%204-1-02.pdf

8 Ibid.

1.2. O legado intelectual

Potter, que chamou a bioética de “ciência da sobrevivência humana”9, traçou uma agenda de trabalho para a mesma que vai desde a intuição da criação do neologismo em 1970, até a possi-bilidade de encarar a bioética como uma disci-plina sistêmica ou profunda em 1988. Alguns lances mais importantes deste itinerário são in-teressantes de recordar, iniciando pela pergunta de como surgiu o neologismo bioética?

Nos anos 1970-71 Potter cunha o neologismo Bioethics utilizando–o em dois escritos. Pri-meiramente num artigo intitulado Bioethics, science of survival, publicado em Perspectives in Biology and Medicine em 1970 e no livro Bioethics: Bridge to the future (1971). Esta publi-cação é dedicada a Aldo Leopold, um renomado professor na Universidade de Wisconsin que pioneiramente começou a discutir uma “Ética da terra”. Este neologismo apareceu na mídia, em 19 de abril de 1971, quando a Revista Time publicou um longo artigo com o título Man into superman: the promisse and peril of the new ge-netics, em que o livro de Potter foi citado.

Na contracapa do seu livro Bioethics: Bridge to the future lemos:

Ar e água poluída, explosão populacional, eco-logia, conservação - muitas vozes falam, muitas definições são dadas. Quem está certo? As idéias se entrecruzam e existem argumentos conflitivos que confundem as questões e atrasam a ação. Qual é a resposta? O homem realmente está co-locando em risco o seu meio ambiente? Não seria necessário aprimorar as condições que ele criou? A ameaça de sobrevivência é real ou se trata de pura propaganda de alguns teóricos histéricos?

9 POTTER, Van Rensselaer. Bioethics, the science of survival. Perspectives in Biology and Medicine. 1970, vol. 14 (1), 127–153.

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Esta nova ciência, bioética, combina o trabalho dos humanistas e cientistas, cujos objetivos, são sabedoria e conhecimento. A sabedoria é definida como o conhecimento de como usar o conhecimento para o bem social. A busca de sabedoria tem uma nova orientação porque a sobrevivência do homem está em jogo. Os valores éticos devem ser testados em termos de futuro e não podem ser divorciados dos fatos biológicos. Ações que diminuem as chances de sobrevivência humana são imorais e devem ser julgadas em termos do conhecimento disponí-vel e no monitoramento de parâmetros de so-brevivência que são escolhidos pelos cientistas e humanistas10.

Potter pensa a bioética como uma ponte entre a ciência biológica e a ética. Sua intuição con-sistiu em pensar que a sobrevivência de grande parte da espécie humana, numa civilização decente e sustentável, dependia do desenvolvi-mento e manutenção de um sistema ético. Em 1998 ao olhar este primeiro momento de sua reflexão afirma:

O que me interessava naquele momento, quando tinha 51 anos, era o questionamento do progresso e para onde estavam levando a cultura ocidental todos os avanços materialistas próprios da ciência e da tecnologia. Expressei minhas idéias do que, segundo meu ponto de vista, se transformou na missão da bioética: uma tentativa de responder à pergunta frente à humanidade: que tipo de futuro teremos? E temos alguma opção? Por conseguinte a bioética transformou-se numa visão que exigia uma disciplina que guiasse a humanidade como uma “ponte para o futuro” (...)11.

Na introdução de seu livro Bioethics: Bridge to the Future, diz que:

Se existem duas culturas que parecem incapa-zes de dialogar –as ciências e humanidades– e

10 POTTER, Van Rensselaer. 1971. Op. cit., pp. VII–VIII. 11 POTTER, Van Rensselaer. Video presentado en el IV Congreso

Mundial de Bioética. Tokio: 1998.

se isto se apresenta como uma razão pela qual o futuro se apresenta duvidoso, então, possivel-mente, poderíamos construir uma ponte para o futuro, construindo a bioética como uma ponte entre as duas culturas12.

No termo bioética (do grego bios –vida– y ethos –ética–) bios representa o conhecimento bioló-gico, a ciência dos sistemas vivos e ethos repre-senta o conhecimento dos valores humanos. Potter almejava criar uma nova disciplina em que acontecesse uma verdadeira dinâmica e in-teração entre o ser humano e o meio ambiente. Ele persegue a intuição de Aldo Leopold e neste sentido antecipa-se ao que hoje se tornou uma preocupação mundial que é a ecologia.

É importante registrar que existe outro pesqui-sador que reivindica a paternidade do termo bioética. É o obstetra holandês, André Hellegers da Universidade de Georgetown, em Washing-ton, D.C. que seis meses após a aparição do livro pioneiro de Potter, Bioethics: Bridge to the future, utiliza esta expressão no nome do novo centro de estudos: Joseph and Rose Kennedy Institute for the Study of Human Reproduction and Bioethics. Hoje este Centro é conhecido simplesmente como Instituto Kennedy de Bioé-tica. Hellegers animou um grupo de discussão de médicos e teólogos (protestantes e católicos) que viam com preocupação crítica o progresso médico tecnológico que apresentava enormes e intrincados desafios aos sistemas éticos do mundo ocidental. Para Warren Thomas Reich, historiador da bioética e organizador das duas primeiras edições da Encyclopedia of Bioethics (1978 e 1995), “o legado de Hellegers” está no fato de que ele entendeu sua missão em relação à bioética como “uma pessoa ponte entre a me-dicina, a filosofia e a ética”. Este legado é o que acabou ganhando hegemonia e tornou–se um “estudo revitalizador da ética médica”13.

12 POTTER, Van Rensselaer. 1971. Op. cit., p. IV. 13 REICH, Warren Thomas. Shaping and Mirroring the Field: The

Encyclopedia of Bioethics. In: WALTER, Jennifer K & KLEIN,

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Portanto, no momento de seu nascimento, a bioética tem uma dupla paternidade e um duplo enfoque. Temos duas perspectivas bem distin-tas, de um lado problemas de macrobioética, com inspiração na perspectiva de Potter e, por outro, problemas de microbioética ou bioéti-ca clínica, com clara inspiração no legado de Hellegers. Potter não deixou de expressar sua decepção em relação ao curso que a bioética se-guiu. Reconheceu a importância da perspectiva de Georgetown, porém afirmou que “minha própria visão da bioética exige uma visão mui-to mais ampla”. Pretendia que a bioética fosse uma combinação de conhecimento científico e filosófico (o que mais tarde chamou de Global Bioethics), e que não fosse simplesmente um ramo da ética aplicada, como foi entendida em relação à medicina.

No ano de 1998, Potter amplia a bioética em relação a outras disciplinas, não somente como ponte entre a biologia e a ética, mas com a di-mensão de uma ética global. Diz ele:

A teoria original da bioética era a intuição da sobrevivência da espécie humana, numa forma decente e sustentável de civilização, exigindo o desenvolvimento e manutenção de um sistema de ética. Tal sistema (a implementação da bioé-tica ponte) é a bioética global, fundamentada em intuições e reflexões fundamentadas no conhecimento empírico proveniente de todas as ciências, porém, em especial do conhecimento biológico... Na atualidade este sistema ético proposto segue sendo o núcleo da bioética ponte com sua extensão para a bioética global, o que exigiu o encontro da ética médica com a ética do meio ambiente numa escala mundial para preservar a sobrevivência humana14.

Eran P (Eds). The Story of Bioethics: from seminal works to contemporary explorations. Washington: Georgetown University Press, 2003, pp. 165 y ss.

14 POTTER. Van Rensselaer. Texto escrito con base en la ponencia presentada IV Congreso Mundial de Bioética. Tokio: 1998. Publi-cado en la Revista O Mundo da Saúde. 1998, vol. 22 (6), 370–374.

Potter em sua apresentação de vídeo para o IV Congresso Mundial de Bioética promovido pela Associação Internacional de Bioética (Tóquio, 4–7 de novembro de 1998), cita o pensamento do célebre teólogo liberal católico alemão Hans Küng, da Universidade alemã de Tübinguem, mundialmente conhecido, inclusive no Brasil com várias de suas obras traduzidas para o português. Potter lembra que Küng no seu pro-jeto “Ethos Global” chamou atenção para uma Ética Global para a política e economia, em re-lação a qual todas as nações e povos das mais diferentes tradições culturais e crenças devem se responsabilizar. Ressalta que o coração da ética global de Küng, está no humano, o que é louvável, embora sua ética global não seja bioé-tica, seus preceitos básicos pareçam aceitáveis por todos; esta perspectiva não é suficiente, pois é preciso explicitar o respeito pela natureza e diferentes culturas, para além das culturas ju-daica e cristã.

Em 1998, Potter expõe a idéia da bioética pro-funda, retomando o pensamento do professor Peter Whitehouse da Universidade de Cleve-land (Ohio). O professor Whitehouse, assumiu a idéia dos avanços da biologia evolutiva, em especial o pensamento sistêmico e complexo que comporta os sistemas biológicos. A bioéti-ca profunda pretende entender o planeta como grandes sistemas biológicos entrelaçados e in-terdependentes, em que o centro já não corres-ponde ao homem como em épocas anteriores, mas que a própria vida, o homem é somente um pequeno elo da grande rede da vida. Neste cenário o ser humano é somente um pequeno elo na grande rede da vida, situando-se na trilha aberta pelo pensamento do filósofo no-rueguês Arne Naess, no início dos anos 70 do século passado15.

15 NAESS, Arne. The shallow and the deep, long–range ecology movements: a summary. Inquiry. 1973, vol. 16 (1), 95–100.

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1.3 Ciência e religião juntas frente ao desafio ético de garantir o futuro da vida na Terra

Num artigo publicado na Revista The Scientist com o sugestivo título Science, Religion Must Sha-re Quest for Global Survival (A ciência e a religião devem partilhar da mesma busca em relação à sobrevivência global)16 diz Potter que nós não po-demos mais ficar confortáveis com a idéia de que no futuro, se as coisas piorarem, a ciência terá as respostas. O momento para agir e provar nossa competência ética, bem como técnica é hoje.

Uma questão central para os nossos esforços deve ser a promoção do diálogo entre a ciência e a religião em relação à sobrevivência humana e da biosfera. Durante séculos, a questão dos valores humanos foi considerada como estando para além do campo científico e propriedade exclusiva dos teólogos e filósofos seculares. Hoje devemos sublinhar que os cientistas, não somente têm valores transcendentes, mas também os valores que estão embutidos no ethos científico necessitam ser integrados com aqueles da religião e filosofia para facilitar pro-cessos políticos benéficos para a saúde global do meio ambiente17.

Na busca de companheiros para esta causa, Potter registra que muitos livros e artigos abor-daram os problemas do meio ambiente e saúde humana, mas relativamente poucos enfocaram a questão da sobrevivência da espécie humana no futuro. Entre os autores citados temos: Hans Jonas com sua obra The Imperative of Respon-sibility: In Search of an Ethic for the Technological Age18; o sociólogo Manfred Stanley com sua obra The Technological Conscience: Survival and

16 POTTER, Van Rensselaer. Science, Religion Must Share Quest For Global Survival. The Scientist. 1994, vol. 8 (10), 1–12.

17 Ibid., p. 3. 18 JONAS, Hans. The Imperative of Responsibility: In Search of an Ethic

for the Technological Age. Chicago: University of Chicago Press, 1984, 263p.

Dignity in an Age of Expertise19; e Hans Küng, conhecido teólogo católico, autor de inúmeras obras teológicas e que foi o mentor e redator da famosa Declaração para uma Ética Global, documento final do Parlamento Mundial das Religiões, que se reuniu em Chicago em 199320.

É sobre este último autor que Potter vai tecer al-guns comentários que nos interessam aqui na perspectiva de construção de uma ponte entre a ciência e a religião. Potter tem uma apreciação crítica em relação à perspectiva da ética global de Küng. Afirma que no cerne da moral religio-sa defendida por Küng, não está incorporada a preocupação com o rápido crescimento popula-cional. Destaca que entre as maiores religiões mundiais, em particular o Catolicismo e o Is-lamismo, estão entre as que mais contribuem para a “atual e assustadora taxa de crescimento populacional”.

Segundo Potter somente a ciência tem as téc-nicas para analisar mudanças populacionais e seu impacto. Küng, pelo menos ao formular uma Ética Global, apontou que a sobrevivência humana é uma questão chave, idéia esta que nenhum outro teólogo até então sequer tinha mencionado. Embora outros líderes religiosos tenham proclamado que a vida é sagrada e têm defendido os direitos humanos, somente Küng colocou a sobrevivência humana na agenda da reflexão ética. Os cientistas por sua vez, há muito tempo abraçaram no coração de seus esforços, o desafio do bem estar humano e im-plicitamente a sobrevivência humana, portanto estão credenciados para colaborar na causa pela sobrevivência humana e da biosfera.

19 STANLEY, Manfred. The Technological Conscience: Survival and Dignity in an Age of Expertise. Chicago: University of Chicago Press, 1981, 299p.

20 KÜNG, Hans y SCHMIDT, Helmut (Eds). A Global Ethic and Global Responsibilities: Two Declarations. London: SCM Press Ltd, 1998, 152p.

Ver completa esta declaración em la obra: PESSINI, Leo y BARCHIFONTAINE, Christian de Paul. Problemas atuais de bioética. 10ª. São Paulo: Loyola, 2012, pp. 127–147.

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Potter vai além ao dizer que, não somente os teólogos, mas também os filósofos seculares falharam em pensar sobre a sobrevivência hu-mana e da biosfera como uma questão ética. A reflexão ética ficou restrita a relações interpes-soais ou sociais entre os humanos, excluindo, portanto questões de comportamento relacio-nadas com crescimento populacional e proble-mas ecológicos. Potter destaca como importante da famosa Declaração sobre Ética Global: não pode haver sobrevivência sem uma ética mun-dial, que não existirá paz mundial sem a paz entre as religiões e uma aliança entre crentes e não crentes (ateus, agnósticos e outros) res-peitando–se mutuamente, pode também ser necessária para a concretização de uma ética mundial comum a todos os humanos.

Os cientistas devem aplaudir os esforços de Hans Küng ao apontar para construção de uma aliança reconciliatória entre crentes e aqueles que não são fundamentalmente caracterizados como religiosos, incluindo entre estes, penso, a maioria dos cientistas. Precisamos unir as forças frente à responsabilidade global da so-brevivência humana e seu apelo pelo “respeito mútuo”, é necessário para uma ética mundial comum21.

Em vários de seus escritos Potter manifesta uma profunda preocupação com o rápido crescimento da população mundial, lembrando que os demó-grafos projetam que para meados do século XXI a população do mundo dobrará. A abordagem des-ta questão revela o lado de um militante obceca-do com a questão populacional, que tem um viés um tanto alarmista. Hoje a questão demográfica tem uma série de novos fatores cruciais que preocupam, que Potter nem sequer mencionou. Sua pregação de que o crescimento populacio-nal deveria ser interrompido, fica ironicamente visível na placa de seu velho carro, na inscrição das letras YES ZPG (Zero Population Growth), que

21 POTTER, Van Rensselaer. 1994. Op. cit., p. 7.

significa Sim, crescimento populacional zero22. No seu credo bioético, que apresentamos na íntegra mais adiante neste trabalho, explicita que o com-promisso em relação à saúde pessoal e familiar, se expressa em “limitar os poderes reprodutivos de acordo com objetivos, nacionais e internacionais”. Potter pensa que a gravidade do problema da su-perpopulação, não poderá ser resolvida enquanto as maiores religiões se opuserem a qualquer ten-tativa de limitação da fertilidade. Claro que este diálogo entre ciência e religião, não é fácil e se pergunta se não poderia construir um consenso e uma aceitação política pelos governos. A busca por uma ética mundial, partilhada tanto pela re-ligião como pela ciência não poderia ser expressa em princípios concretos para a ação? Fica a in-quietação angustiante desta busca, porém sem a certeza de se encontrar uma resposta satisfatória no presente momento histórico. Neste diálogo entre ciência e religião, sintetizando as questões chaves desta questão, vale destacar o que Potter diz a propósito da “Declaração das Religiões so-bre uma Ética Global”.

Estamos conscientes de que as religiões não podem resolver os problemas econômicos, po-líticos e sociais da terra. Contudo, elas podem prover o que não podemos conseguir através dos planos econômicos, programas políticos e regulamentações legais. As religiões podem causar mudanças na orientação interior, na mentalidade, nos corações das pessoas e levá-las para uma conversão de um falso caminho para uma nova orientação de vida. As religiões, contudo, são capazes de dar às pessoas um horizonte de sentido para suas vidas e um lar espiritual. Certamente as religiões podem agir com credibilidade somente quando eliminarem os conflitos que surgem entre elas mesmas e desmantelarem imagens hostis e preconceitos, medos e desconfiança mútuas23.

22 WHITEHOUSE, Peter. Van Rensselaer Potter: The original Bio-ethicist (In Memoriam). Hastings Center Report. 2001, vol. 31 (6), 12.

23 POTTER, Van Rensselaer. 1994. Op. cit., p. 11.

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Enfim, a Ciência e a Religião, ambas têm uma longa batalha histórica, de hegemonia pela ver-dade24. Quando hegemônica, uma tenta negar a outra, agora precisam andar juntas, demãos da-das em função de um objetivo maior, uma cau-sa que interessa a toda a humanidade: garantir o futuro da vida (humana e cósmico–ecológica) no planeta terra.

Um dos documentos mais reveladores da per-sonalidade de Potter, que fez da bioética sua causa de vida e conclama os seus seguidores a fazê-lo o mesmo, se quiserem ser chamados de bioeticistas, se expressa no chamado “credo bioético” poteriano25.

1.4. O credo bioético de Potter26

I. Creio na necessidade de uma ação terapêuti-ca imediata para melhorar este mundo afligi-do por uma grave crise ambiental e religiosa.

Compromisso: Trabalharei com os outros para aperfeiçoar a formulação de minhas crenças, desenvolver credos adicionais e procurar um movimento mundial que tor-ne possível a sobrevivência e o aprimora-mento do desenvolvimento da espécie hu-mana em harmonia com o meio ambiente natural e com toda a humanidade.

II. Creio que a sobrevivência futura bem como o desenvolvimento da humanidade, tanto cultural, quanto biologicamente, é fortemente condicionado pelas ações do presente e planos que afetam o meio am-biente.

24 Peters T; Nennett G. (Orgs.) Construindo pontes entre a ciência e a religião. São Paulo: Editora Unesp; Edições Loyola, 2003. Trata-se de uma excelente obra multicisciplinar que nos posiciona frente a esta questão secular.

25 PESSINI, Leo. Bioética: das origens à prospecção de alguns desafios contemporâneos. In: PESSINI, Leo y BARCHIFONTAINE, Christian de Paul (Orgs). Bioética e Longevidade Humana. São Paulo: Edições Loyola, Centro Universitário São Camilo, 2006, pp. 5-46.

26 POTTER, Van Rensselaer. Global Bioethics: building on the Leopold Legacy. East Lansing. Michigan: Michigan State University Press, 1988, 219p. Ver: Appendix 2 – A bioethical Creed for Individuals, pp. 193–195.

Compromisso: Tentarei adaptar um estilo de vida e influenciar o estilo de vida dos outros, bem como ser promotor para um mundo melhor para as futuras gerações da espécie humana, e tentarei evitar ações que coloquem em risco seu futuro, ao ignorar o papel do meio ambiente natural na pro-dução de alimentação e fibras.

III. Creio na unicidade de cada pessoa e na sua necessidade instintiva de contribuir para o aprimoramento de uma unidade maior da sociedade, de forma que seja compatível em longo prazo com as necessidades da sociedade.

Compromisso: Ouvirei aos pontos de vistas dos outros, sejam estes de uma minoria ou de uma maioria, e reconhecerei o papel do compromisso emocional em produzir uma ação efetiva.

IV. Creio na inevitabilidade do sofrimento humano que resulta da desordem natural das criaturas biológicas e do mundo físico, mas não aceito passivamente o sofrimento que é resultado da desumanidade do ho-mem para com o próprio homem.

Compromisso: Enfrentarei meus próprios problemas com dignidade e coragem. As-sistirei os outros na sua aflição e trabalha-rei com o objetivo de eliminar todo sofri-mento desnecessário na humanidade.

V. Creio na finalidade da morte como uma parte necessária da vida. Afirmo minha veneração pela vida, creio na fraternidade humana e que tenho uma obrigação para com as futuras gerações da espécie humana.

Compromisso: Viverei de uma forma tal que será benéfica para as vidas de meus companheiros humanos de hoje e do futu-ro, e que serei lembrado com carinho pelos meus entes queridos.

VI. Creio que a sociedade entrará em colapso se o ecossistema for danificado irrepara-

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velmente, a não ser que se controle mun-dialmente a fertilidade humana, devido ao aumento concomitante na competência de seus membros para compreender e manter a saúde humana.

Compromisso: Aperfeiçoarei as habilidades ou um talento profissional que contri-buirão para a sobrevivência e aprimora-mento da sociedade e manutenção de um ecossistema saudável. Ajudarei os outros no desenvolvimento de seus talentos po-tenciais, mas ao mesmo tempo cultivando o autocuidado, autoestima e valor pessoal.

VII. Creio que cada pessoa adulta tem uma responsabilidade pessoal em relação à sua saúde, bem como, uma responsabilidade para o desenvolvimento desta dimensão da personalidade em sua descendência.

Compromisso: Esforçar-me-ei por colocar em prática as obrigações descritas como compromisso bioético para a saúde pessoal e familiar. Limitarei meus poderes repro-dutivos de acordo com objetivos, nacionais ou internacionais.

As palavras finais de Potter do vídeo apre-sentado no IV Congresso Mundial de Bioética (Tóquio, 1998), constituem–se numa agenda desafio futuro para a bioética. Resgatamos esta fala ao concluirmos a apresentação de sua pes-soa, obra e legado para a bioética:

À medida que chego ao ocaso de minha expe-riência sinto que a bioética ponte, a bioética profunda e a bioética global, alcançaram o umbral de um novo dia que foi muito além daquilo que eu imaginei. Sem dúvida, neces-sitamos recordar a mensagem do ano de 1975 que enfatiza a humildade com responsabilidade como uma bioética básica que logicamente segue da aceitação de que os fatos probabilís-ticos, ou em parte a sorte, tem consequências nos seres humanos e nos sistemas viventes. A humildade é a consequência característica que

assume o “posso estar equivocado”, e exige a responsabilidade de aprender da experiência e do conhecimento disponível. Concluindo, o que lhes peço é que pensem a bioética como uma nova ética científica que combina a humildade, responsabilidade e competência, numa pers-pectiva interdisciplinar e intercultural e que potencializa o sentido de humanidade27.

Uma declaração de ouro que Potter nos pre-senteia no ocaso de sua vida e que é de uma atualidade indiscutível.

Passamos a seguir a explorar a figura de outro protagonista em busca das origens da bioética, Fritz Jahr com seu escrito histórico de 1927.

2. Descobrindo a figura e as intuições originais de Fritz Jahr

2.1. Alguns dados sobre a descoberta de Fritz Jahr

Até muito recentemente, o bioquímico norte-americano Van Rensselaer Potter (1911–2001) era reconhecido como sendo a primeira pessoa que tinha utilizado o neologismo Bioethics. In 1997, contudo o professor Rolf Lother da Universidade Humboldt de Berlin, numa con-ferencia em Tügingen, menciona o nome de Fritz Jahr, a quem Lother credita ter cunhado a palavra Bio–Ethik em 1927. Segundo seu relato, Lother ouviou pela primeira vez o termo “bioé-tica” no início dos anos 90 do século passado. Uma vez que o termo lhe pareceu de alguma forma familiar, começou a procurar na pilha dos números publicados do famoso periódico Kosmos, deixado pelo seu avô, onde encontrou o editorial do volume de 1927 e o histórico artigo de Jahr intitulado Bio–Ethik: Eine Umschau über

27 POTTER, Van Rensselaer. 1998. Op. cit.

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die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze (Bio–ética: uma revisão do relaciona-mento ético dos humanos em relação aos animais e plantas / Bio-Ethics: A Review of the Ethical Relationships of Humans to Animals and Plants).

A notícia sobre a descoberta de Jahr eventualmen-te espalhou–se graças ao trabalho de Eve–Marie Engels da Universidade de Tügingen que orga-nizou o congresso que Lother participou e que editou os anais. Engles menciona a descoberta de Lother num artigo sub você “Bioethik” no Metzler Lexicon em 1999 e num artigo de 2001. Este artigo foi traduzido em português e republicado em 2004 na revista brasileira Veritas de Porto Alegre28. Este texto chamou a atenção do biólogo José Roberto Goldim que vai escrever o artigo Bioética: Origens e complexidade para a Revista do Hospital de Clínicas de Porto Alegre29. Na prestigiosa revista científica Perspectives in Biology and Medicine30 escreveu: Re-visiting the beginning of bioethics: the contribution of Fritz Jahr (1927) –Revisitando o início da bioética: da contribuição de Jahr (1927)–.

Temos uma análise mais detalhada das idéias de Jahr foi elaborada por Hans–Martin Sass, conterrâneo de Jahr e que trabalhou por longos anos no Instituto Kennedy de Bioética. En-quanto o pensamento de Fritz Jahr começa a ser investigado, sua vida é ainda um mistério a ser decifrado. Uma pesquisa preliminar dos arquivos na casa de Jahr em sua cidade natal de Halle, Alemanha, trouxe muitos fatos inte-ressantes de que falaremos doravante.

Paul Max Fritz Jahr nasceu em 18 de janeiro de 1895, em Halle, Alemanha Central, onde ele passou toda a sua vida, embora trocando de endereço muitas vezes. Hoje esta cidade tem

28 ENGELS, Eve–Marie. O desafio das biotecnias para a ética e a antropologia. Veritas. 2004, vol. 50 (2), 205–228.

29 GOLDIM, José Roberto. Bioética: Origens e complexidade. Rev HCPA. 2006, vol. 26 (2), 86–92.

30 GOLDIM, José Roberto. Revisiting the beginning of bioethics: the contribution of Fritz Jahr (1927). Perspectives in Biology and Medicine. 2009, vol. 52 (3), 377–80.

aproximadamente 234 mil habitantes. Seus pais, Gustav Maximillian (1865–1930) e mãe, Auguste Marie Langrock (1862–1921) eram protestantes, mas Fritz foi batizado segundo o ritual católico. Seus estudos iniciais foram feitos na Fundação Francke, ligada ao pietis-mo protestante de seus idealizadores (August Hermann Francke e Phillipp Jakob Spener); na Universidade, Jahr estudou Filosofia, Mu-sica, História, Economia nacional e Teologia. Durante o verão de 1915 ele trabalhou como voluntário de guerra e em 19 de março de 1921, ele recebeu as sagradas ordens, como pastor.

Jahr começou a ensinar em 1917 até 1925 ele trabalhou como professor em 11 diferentes es-colas de ensino elementar. A partir de 1925 ele começa a ser atuante na Igreja. Os primeiros quatro anos ele foi um cura da Igreja St. John em Dieskau (perto de Halle), mais tarde, 1929–1930 em Braunsdorf, e finalmente 1930–1933, pastor em Kanena. Deve ter sido um tanto sofrido para ele, pois antes de subir ao púlpito para pregar ele sentia tonturas que o obrigavam a medicar–se.

Em 26 de abril de 1932 Jahr casou–se com Ber-ta Elise Neuholz e não tiveram filhos. Viveram na Albert–Schmidt–Strasse 8, Halle, endereço que Jahr passou a residir em 1923 quando tin-ha 28 anos. Neste local ele vive primeiramente com os seus pais e mais tarde, até 1930, so-mente com seu pai que era maníaco-depressivo. Em 1932, tempos turbulentos para a Alemanha, Fritz se aposenta dos serviços da Igreja devido à “exaustão nervosa”. Em 1º de março de 1922, aos 38 anos, ele se afasta definitivamente do serviço, somente um mês após Hitler ter assu-mido o poder na Alemanha. Durante a guerra, a sua família passa por dificuldades financei-ras, agravadas pelo sofrimento de sua esposa que sofria de esclerose da coluna vertebral (backbone sclerosis). Ela vivia numa cadeira de rodas e morreu em 18 de junho de 1947. Jahr

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passou seus últimos anos de vida trabalhando como professor de música. Suas qualidades pedagógicas eram profundamente apreciadas. Fritz Jahr morreu em 1º de outubro de 1953 aos 58 anos de idade em sua casa em Halle31.

A década de 20 do século passado foi um mo-mento complicadíssimo em termos políticos, econômicos e culturais na Alemanha e Europa. A Grande Depressão começava e os Nazistas estavam no processo de assumir a política, a sociedade e a opinião pública. Segundo Hans–Martin Sass, naquela época, há 85 anos:

Jahr torna claro que o conceito, cultura e missão da bioética estão com a humanidade, talvez, desde os tempos pré-históricos e não foi herança de uma cultura ou de apenas um continente: o respeito ao mundo da vida, aos seres humanos, às plantas, aos animais, ao ambiente natural e social e a terra, a reverência taoísta à natureza, a compaixão budista, com todas as formas de sofrimento da vida, o chamado de Francisco de Assis para a fraternidade com as plantas e os animais, a filosofia de Albert Schwitzer do res-peito por todas as formas de vida, são exemplos primordiais da profunda compaixão humana com a vida inanimada e do comprometimento humano em respeitar outras formas de vida32.

2.2. O nascimento da bioética chamada “integrativa”

Começam a surgir publicações em torno de Jahr bem como eventos científicos, entre os quais destacamos o “1º. Congresso Internacio-nal sobre Fritz Jahr e as raízes européias da Bioética” que foi realizado na Croácia, na cidade

31 MUZUR, Amir y RINČIĆ, Iva. Fritz Jahr (1895–1953): a life story of the ‘inventor’ of Bioethics and a tentative reconstruction of the chronology of the discovery of his Word. JAHR – Annual of the Department of Social Sciences and Medical Humanities at University of Rijeka – Faculty of Medicine. 2011, vol. 2 (4), 385–394.

32 SASS, Hans–Martin. Post Scriptum da II parte – Fritz Jahr – Ensaios em Bioética e Ética (1927–1947). In: PESSINI, Leo., et al (Orgs). Ética e Bioética Clínica no pluralismo e Diversidade: teorias, experiências e perspectivas. São Paulo: Centro Universi-tário São Camilo, 2012, p. 484.

portuária de Rijeka de 11–12 de março de 2011. Nesta mesma bela cidade portuária do mar Adriático foi realizada em 2008 o “VIII Con-gresso Mundial de Bioética” organizado pela Associação Internacional de Bioética. Fruto do congresso sobre Jahr foi a Declaração de Rijeka33 em que os participantes afirmam:

Fritz Jahr já utilizou o termo Bioética (Bio–Ethik) em 1927. Seu ‘imperativo bioético’ (respeite todos os seres vivos como um fim em si mesmo, e tra-ta–os, se possível, como tal) deve orientar a vida pessoal, profissional, cultural, social e política, bem como o desenvolvimento e a aplicação da ciência e da tecnologia.

Os assinantes da Declaração de Rijeka afirmam que a bioética contemporânea por vezes ficou reduzida ao âmbito das questões de ética médica (consentimento informado, princípios, relação médico–paciente, direitos do paciente, etc) e que necessitamos de uma ampliação desta bioética, e introduzem o conceito de bioética integrativa.

É necessário que a bioética seja substancial-mente ampliada e transformada conceitual e metodologicamente, para que possa considera-ra as diferentes perspectivas culturais, científi-cas, filosóficas e éticas (abordagem pluralista), integrando estas perspectivas em termos de conhecimentos que orientem e de ações práticas (abordagem integrativa)”34.

Segue a nota afirmando: “Esta bioética integra-tiva terá que harmonizar, respeitar e aprender com a rica pluralidade de perspectivas indivi-duais e coletivas, e com as culturas da comu-nidade global”35. Almeja–se que a bioética se torne:

33 DECLARAÇÃO DE RIJEKA SOBRE O FUTURO DA BIOÉTICA. JAHR – Annual of the Department of Social Sciences end Medical Humanities at the University of Rijeka – Faculty of Medicine. 2011, vol. 2 (4), 587–588. Traducción: GOLDIM, José Roberto.

34 Ibid.35 Ibid.

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Um campo verdadeiramente aberto de encontro e diálogo de várias ciências e profissões, visões e perspectivas de mundo, que foram reunidas pra articular, para discutir e para resolver questões éticas relacionadas à ida como um todo e em cada de suas partes a vida em todos os seus tipos, formas, estágios e manifestações bem como às condições da vida em geral36.

Almejando o reconhecimento e o crescimento da bioética, esta se “tornará um ‘ponte para o futuro’, uma ‘ciência da sobrevivência’, ‘uma sabedoria como conhecimento de como utilizar o conhecimento’ (como Potter definiu no iní-cio dos anos 70) da medicina e da tecnologia modernas”37.

2.3. Fritz Jahr: “O Imperativo Bioético” – nas origens da Bioética

Relembrando, reconectando os fatos e alinhando os acontecimentos históricos do início da Bioé-tica nos EUA, sabemos que histórica publicação do livro Bioethics: Bridge to the Future por Potter em 1971 e a criação do Instituto Kennedy de Bioética na Universidade Georgetown em 1971 por André Hellegers, com o apoio de Sargent Shriver e da Família Kennedy, são os fatos que marcam oficialmente o “nascimento” do termo e conceito de bioética naquele país. Pesquisa realizada pelo estudioso pioneiro da bioética nos EUA, Warren Reich, que é o editor–chefe das duas primeiras edições da Encyclopedia of Bioethics, identifica Potter, Hellegers e Shriver como “pais” da Bioética nos EUA. Menciona–se um duplo local de nascimento em Madison (Wisconsin) e em Washington DC.

Recentes pesquisas no âmbito da bioética nos tra-zem uma grande novidade em relação às origens da mesma. Somos levados a recuar no tempo e na história e encontrar em 1927, na Alemanha

36 Ibid.37 Ibid.

em Halle an der Saale, Fritz Jahr. Ele é um pastor protestante, filósofo e educador que publicou no influente periódico científico alemão, Kosmos, um artigo intitulado Bio–ética: uma revisão do relacionamento ético dos humanos em relação aos animais e plantas. Nesta publicação Jahr, propõe um Imperativo Bioético ampliando o imperativo moral de Kant, age de tal modo que consideres a humanidade, tanto na tua pessoa, como na pessoa dos outros, sempre como fim e nunca como simples meio, para todas as formas de vida. Respeite todo ser vivo, como princípio e fim em si mesmo e trate–o, se possível, enquanto tal, é o imperativo bioético de Jahr. O conceito de bioética de Jahr inclui essencialmente todas as formas de vida, não exclusivamente o ser humano.

Segundo Diego Gracia, ilustre bioeticista es-panhol, teríamos duas diferenças básicas em relação à Kant em relação ao “Imperativo bioé-tico” de Jahr:

A primeira é que inclui a todos os seres vivos na categoria de fins em si mesmos, em vez de relegar a todos os não humanos a categoria de simples meios. Segundo, Jahr não formula o imperativo em termos categóricos, mas em termos hipotéticos. Diz que se deve tratar como fins em si mesmos, “na medida do possível”.

Consequentemente a bioética de Jahr não per-tence às chamadas éticas da convicção, como Max Weber algum ano antes denominou, mas sim faz parte das chamadas éticas da respon-sabilidade. Não é por acaso que Jahr utiliza frequentemente o termo responsabilidade para dar o seu enfoque específico de Bioética38.

Jahr ao refletir sobre o crescente progresso da fisiologia de seu tempo e os desafios morais relacionados com o desenvolvimento de so-ciedades sempre mais seculares e pluralistas

38 GRACIA, Diego. Bioética. In: ROMEO CASABONA, Carlos María (Dir). Enciclopedia de Bioderecho y Bioética. Tomo I. Granada: Editorial Comares, S.L., 2011, pp. 209–227.

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redefine as obrigações morais em relação a todas as formas de vida, humanas e não hu-manas, criando um conceito de bioética, como uma disciplina acadêmica, principio e virtude. Embora Jahr não tivesse exercido uma influen-cia histórica como era de se esperar, pois viveu em tempos turbulentos, tanto política quanto moralmente, sua visão e argumentos éticos, de que uma nova ciência e tecnologia exigem uma nova reflexão (e solução), ético–filosófica, é uma contribuição esclarecedora para a termi-nologia, incluindo o entendimento das dimen-sões “geo–éticas” da Bioética.

O pensamento de Jahr em relação ao Imperativo Bioético está espalhado em inúmeros de seus escritos e ele não fez uma apresentação siste-mática de seu Imperativo. Nesta perspectiva é muito útil ver como Han–Martin Sass tenta elaborar uma leitura coerente e interpretação do imperativo bioético. Ele identifica pelo menos seis aspectos na perspectiva de Jahr em expan-dir o imperativo de Kant:

1. O Imperativo Bioético guia as atitudes éticas e culturais bem como as responsabilidades nas ciências da vida e em relação a todas as formas de vida (...)

2. O imperativo bioético fundamenta-se na evi-dencia histórica e outras em que a compaixão é um fenômeno empiricamente estabelecido da alma humana’. (...)

3. O Imperativo Bioético fortalece e complementa o reconhecimento moral e os deveres em re-lação aos outros no contexto Kantiano e deve ser seguido em respeito à cultura humana e as obrigações morais mútuas entre os humanos (...).

4. O Imperativo Bioético tem que reconhecer, administrar e cultivar a luta pela vida entre as formas de vida e contextos de vida natural e cultural. (...).

5. O Imperativo Bioético implementa a com-paixão, o amor e a solidariedade entre todas as formas de vida como um princípio funda-mental e virtude da regra de ouro do Impera-

tivo Categórico de Kant que são recíprocos e somente formais (...)

6. O Imperativo Bioético inclui obrigações em relação ao próprio corpo e alma como um ser vivo39.

Nos anos em que Jahr escrevia, estavam se estabelecendo os conceitos fundamentais da fí-sica atômica, o que pouco depois levaria a cons-trução das primeiras armas nucleares. Quando em 1945 foram jogadas em Hiroshima e Naga-saki, e na década seguinte apareceram outras bombas muito mais potentes, as denominadas bombas de hidrogênio, a humanidade começou a reconsiderar suas relações com a vida e o meio ambiente. Pela primeira vez na história o ser humano se via com a capacidade técnica necessária para exterminar a vida da face da terra. A vida em geral, e não somente a vida hu-mana, começava a se converter num problema. Isto fez com que se disparassem vários alarmes e surgissem vários movimentos dedicados a promover a “responsabilidade da ciência”. Os novos avanços da tecnociência trouxeram no-vos problemas e estes exigiam necessariamente uma nova Ética. Se na primeira metade do sé-culo XX foi a idade de ouro da Física, a segunda seria a idade de ouro da Biologia molecular40.

É importante registrar que o conceito de bioética não foi pronta e facilmente aceito na Alemanha. Era considerado por demais controverso (“pro-duto americano”). Somente a partir de 1986 que o termo é oficialmente introduzido e passa a ser utilizado com mais freqüência. É justamente um compatriota de Jahr, o bioeticista alemão Hans–Martin Sass, que há anos trabalha no Instituto Kennedy de bioética em Washing-ton D.C., nos EUA, que resgata do silêncio da história, a figura de Fritz Jahr, bem como seu

39 SASS, Hans–Martin. European Roots of Bioethics: Fritz Jar’s 1927 Definition and Vision of Bioethics. In: ČOVIĆ, Ante; GOSIĆ, Nada y TOMAŠEVIĆ, Luka (Eds). From New Medical Ethics to Integrative Bioethics. Zagreb: Pargamena, 2009, pp. 22–25.

40 GRACIA, Diego. Op. cit., p 210.

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arrojado e avançado conceito de bioética (1927), cuja visão está no centro de todos os debates bioéticos neste início de século XXI41.

3. Hans Jonas: O principio da responsabilidade

“Quando a esperança não é mais a inspiração, então talvez seja o medo o que pode nos conduzir à

razão…”Hans Jonas

3.1. Itinerário intelectual e sua obra fundamental

Hans Jonas (1903–1993) nasceu na Alemanha, filho de imigrantes judeus. O filósofo Alemão–Judeu, Hans Jonas foi aluno de Martin Hei-degger na Universidade de Freiburg (1921-23) e na Universidade de Marburg (1924–1928). Entre os anos de 1940–45 foi soldado da bri-gada judia do exército Britânico. Em 1949, transferiu-se para o Canadá, onde foi profes-sor visitante nas Universidades de Montreal e Otawa. Em 1955 mudou-se para os Estados Unidos, em Nova York e faleceu nesta cidade em 1993, aos 90 anos. Hans Jonas foi marcado por uma forte influência do pensamento de Heidegger, da fenomenologia de Husserl, dos estudos históricos com Rudolf Bultman, além de pertencer ao circulo intelectual de Hannah Arendt, Karl Jaspers, entre outros.

Sua experiência com o holocausto provocou profundas mudanças na compreensão da exis-tência humana diante do progresso científico e tecnológico. Sua reflexão filosófica e ética tem atrás de si uma grande tragédia de destruição da humanidade, ou seja, a II Guerra mundial

41 PESSINI, Leo., et al. (Orgs). Ética e Bioética Clínica no pluralismo e Diversidade: teorias, experiências e perspectivas. São Paulo: Centro Universitário São Camilo, Ideias e Letras, 2012. Cf. espe-cialmente a II parte, pp. 438–482.

que dizimou quase 100 milhões de seres hu-manos. Jonas elabora sua reflexão na esteira da preocupação e “medo” e destruição atômica. No imediato pós-guerra, da segunda metade do sé-culo XX existia um pavor generalizado diante do novo poder de destruição, que se concretizou com a invenção da Bomba Atômica. O ser hu-mano dava-se conta de ter poder e ser capaz de destruir a si-próprio e o mundo ao seu redor.

A obra fundamental e mais famosa de Hans Jonas é O Princípio Responsabilidade: ensaio para uma ética para a civilização tecnológica, da à luz em 1979 em alemão, com tradução para o Inglês em 1994, e para o português em 2006. Esta obra se constitui a Bíblia da primeira geração tecnoló-gica insatisfeita do após Guerra. E constituiu–se num grande sucesso editorial para além do campo filosófico. Sua primeira versão intitula-da Tractatus Ethico–Politicus, lida por Hannah Arendt, filosofa alemã, sua amiga, assim saúda a obra: “antes de começarmos a falar de porme-nores, quero dizer que uma coisa eu tenho clara: este livro é aquele que o bom Deus tinha em mente para ti. E está deliciosamente escrito”.

Jonas foi um dos filósofos que ganhou mais notoriedade no período pós–guerra na Ale-manha. Como nenhum outro pensador de sua época, Jonas chamou atenção para um dos problemas mais sérios postos à ética no século XXI: o problema da ameaça do futuro da huma-nidade, a “autodestruição do planeta”, causada pelo conceito moderno de progresso (saber é po-der) com a exploração da natureza pela técnica.

A proposta de Jonas em sua obra fundamental, O Princípio da responsabilidade é de “elaborar uma nova ética para a civilização tecnológica pautada pelo princípio da responsabilidade”. Uma nova ética para os novos tempos supe-ra “a ética antropológica”, e nasce uma “ética bio–cosmocêntrica”, em que o horizonte de referência não é mais apenas o ser humano,

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circunscrito ao aqui e agora, do tempo presente (Ética tradicional), mas a vida do cosmos, com todos os seres vivos, o mundo da biosfera (ex-tra–humano) no futuro.

Para Jonas a técnica adquiriu na contempora-neidade atributos que eram típicos da divin-dade na antiguidade, “onipotência e onipre-sença”. Assiste-se o inescrupuloso extermínio da natureza e a desumanização do ser humano. Para ele a técnica não é algo em si, ruim, nem poderia ser rotulada, à priori de má! É o seu mau emprego que gera consequências negativas e danosas para o próprio ser humano. Perante o caráter apocalíptico e catastrófico da técnica bem sucedida, devemos refletir, desenvolver uma postura de reverência e temor. Temos aqui desenhado um dos principais conceitos do pen-samento Jonasiano, o conceito de “Heurística do temor”, que abordaremos mais adiante nesta reflexão sobre Hans Jonas.

O pensamento Jonasiano chama a atenção do fato de a tecnologia crescentemente ser vista como “vocação e novo imperativo” da huma-nidade. Diante dessa tendência, assinala que o homo faber (cerne da técnica, mas depois por ela de algum modo subjugado) se pôs acima do homo sapiens, do humano inteligente e do bom senso. Assim, ao analisar os efeitos da tecnologia em relação a natureza e ao ambiente externo, pondera as repercussões desta no ser humano e em sua essência, quando este se transforma em “objeto da técnica”, ou seja, o ser humano, ao mesmo tempo que cria e des-envolve “artefatos” que facilitam a sua vida, como máquinas, aparelhos e instrumentos de comunicação e outros, se torna cada vez mais aprisionado por suas próprias criações. Para Jonas, o ser humano na era da técnica é repre-sentado pela imagem de Prometeu desacorren-tado. Liberado do castigo eterno dos grilhões e da ave de rapina que vem lhe devorar o fígado, agora ele está entregue unicamente a si mesmo.

Diz Jonas nas primeiras páginas da introdução de sua obra fundamental, O Principio da Res-ponsabilidade:

O Prometeu definitivamente desacorrentado, ao qual a ciência confere poderes jamais conheci-dos e a economia o impulso irrefreável, clama por uma ética que através de freios voluntários, impeça o poder dos homens de se transformar em uma desgraça para eles mesmos. A tese de partida deste livro é a promessa da técnica moderna se converteu em ameaça, ou que esta se juntou àquela de modo indissolúvel, eis o que configura a tese que é o ponto de partida deste livro42.

Vivemos hoje, numa sociedade de risco, em que cada novo passo adiante no domínio da nature-za, implica não apenas prudência, mas também precaução responsável. Perguntamo–nos se, no futuro, a compaixão, a solidariedade e o cui-dado não serão preteridos em favor da busca e sedução biotecnológica. Hans Jonas, visionário de um futuro a ser construído superando o descaso para com a natureza e superação da desumanização humana, nos convida a fugir da superficialidade das aprovações ou conde-nações frívolas, superando aspectos ideológicos, utópicos e fundamentalistas, do aqui e agora de nossa história, e avançar mediante o diálogo respeitoso frente ao diferente e diverso com base no princípio da responsabilidade. Esta perspec-tiva sem dúvida pode ser fator de superação de utopias que semeiam e alimentam uma visão apocalíptica de destruição da humanidade. O compromisso de todos com a dignidade do ser humano e com o futuro (as gerações futures são consideradas por Jonas como sendo nosso próximo) da vida no planeta nos ajuda a fazer a passagem do imperativo técnico-científico, para o imperativo ético da responsabilidade.

42 JONAS, Hans. O Princípio da responsabilidade: Ensaio de uma ética para a civilização tecnológica. Rio de Janeiro: Contraponto & PUC–Rio, 2006, p. 21.

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3.2. Algumas características do Princípio da Responsabilidade

Jonas propõe um dever moral de responsabi-lidade com a existência humana futura, colo-cando a responsabilidade no centro da ética. O objeto da ética não se circunscreverá apenas ao bem humano, mas se estenderá ao bem das coisas extra-humanas, abarcando a biosfera. O seu ponto de partida é a “heurística do temor”, como um sentimento fundador da responsabi-lidade e essa, como força capaz de moldar um imperativo ético para este novo tempo.

Para Jonas o imperativo categórico de Kant, apresenta uma preocupação somente com o presente, não incluindo as gerações futuras. O imperativo Jonasiano é assim apresentado: “aja de modo a que os efeitos de tua ação sejam compatíveis com a permanência de uma autên-tica vida humana sobre a Terra”. Ou em termos negativos: “aja de modo que os efeitos da tua ação não sejam destrutivos para a futura pos-sibilidade dessa vida”; ou simplesmente: “não ponha em perigo as condições necessárias de continuidade indefinida da humanidade sobre a Terra”; ou, outra vez formulado positivamen-te: “inclua em tua escolha presente, a futura integridade do homem, como um dos objetos do teu querer” 43.

Podemos destacar as palavras-chave de cada uma dessas formulações: 1ª. Autenticidade; 2ª. Possibilidade; 3ª. Continuidade; e 4ª. Integridade. São diferentes formulações do mesmo “princí-pio responsabilidade”, que ele também chama também de “imperativo”. Ao comparar com o Imperativo categórico Kantiano, ele diz que se:

O imperativo categórico de Kant se endereçava ao indivíduo e seu critério era momentâneo (…). O novo imperativo invoca outra coerência:

43 Ibid., pp. 47–48.

não aquela do ato em acordo com ele mesmo, mas aquela de seus ‘efeitos’ últimos para a con-tinuidade da atividade humana no futuro. (...) nosso imperativo se estende em direção a um previsível futuro concreto, que constitui a di-mensão inacabada de nossa responsabilidade44.

O imperativo é tomado como um axioma, sem justificação ou maior fundamentação. O ar-quétipo de responsabilidade total é o recém-nascido, face sua total vulnerabilidade e radical dependência dos pais, e ao mesmo tempo seu profundo traço/marca impresso como alterida-de “presente”. A sua total vulnerabilidade exige cuidados e se torna mais forte ainda porque o estado da criança está fora dos parâmetros de reciprocidade (alteridade assimétrica). E se in-sere num contexto de uma relação de gratuida-de, tipificando a materialização mais profunda do sentimento de proteção e acolhida daquele pequenino ser, no caso em questão, um bebê. Sem este cuidado, o bebê não sobreviverá, mas morrerá.

Assim se expressa Jonas:

O recém-nascido reúne em si a força do exis-tente, que se auto reconhece e a queixosa im-portância do ‘não ser ainda’, o incondicional fim de todos os viventes e o ‘ainda ter de se tornar’ das suas próprias capacidades, para garantir aquele fim. Esse ‘ter de se tornar’ é um estado intermediário – uma suspensão do ser indefeso sobre o não ser – que uma causalidade externa terá de socorrer. Na insuficiência radical do recém-nascido está previsto ontologicamente que seus pais o protejam contra sua queda no nada e que se encarreguem de seu devir futuro. A aceitação desse encargo estaria contida no ato de procriação. Sua observância (mesmo que por meio de outras pessoas) torna-se um devir irrecusável diante de um ser cuja existência autônoma dela depende inteiramente45.

44 Ibid., p. 48.45 Ibid., pp. 223–224.

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Outra definição que Jonas dá de responsabili-dade, muito interessante é esta: “o cuidado que se tem por dever para com algum outro ser que, uma vez ameaçado, faz com que o cuidado se converta em preocupação diligente”46.

3.3. A heurística do temor

Diz Jonas que “quando a esperança não é mais a inspiração, então talvez seja o alerta do medo o que pode nos conduzir à razão”. Para isto ele propõe que façamos uma heurística do temor, ou seja, sem o pressentimento do futu-ro, o presente seria uma terra sem cuidados. Numa época, em que falamos do “crepúsculo do dever”47, da “liquidificação”48 das relações (tudo se torna líquido, fluído, gasoso), da políti-ca e da liberdade, parece não haver mais sentido defendermos princípios para a ética. Nas Cartas sobre o humanismo, a idéia heideggeriana de pastor do ser adquire uma dimensão pedagó-gica em Jonas. Em Heidegger temos um apelo quase desesperado e dominado pela descrença para encontrar uma saída para a técnica, temos a angústia que quase nos paralisa. Em Jonas estamos diante de uma urgência quase apoca-líptica, a heurística do temor, como substituto das projeções anteriores de esperança, nas pro-messas de redenção utópica da moderna tecno-logia. Neste contexto fica evidente o resgata da ideia de Heidegger de sermos o “pastor do ser”.

Estaria Jonas fazendo apologia do temor? Jonas constata que valorizamos a vida como algo sa-grado, na medida em que conhecemos o que é sua aniquilação, ou, por exemplo, por meio de mandamento “não matarás”. A perda de algo ou a mera representação de sua perda provoca

46 JONAS, Hans. Técnica, medicina y ética. Barcelona, Buenos Aires, México: Paidós, 1979, p. 91.

47 LIPOVETSKY, Gilles. A sociedade pós-moralista. O crepúsculo do dever e a ética indolor dos novos tempos democráticos. São Paulo: Manole, 2005.

48 BAUMAN, Zygmunt. 44 Cartas do mundo líquido moderno. Rio de Janeiro: Zahar, 2011, 228p.

instantaneamente uma valorização do mesmo objeto em questão.

Da mesma maneira, sabemos o que significa a liberdade por conhecermos o que é a sua falta, quando, por exemplo, ficamos presos numa prisão ou doentes num leito de hospital. Tais privações reais ou fictícias podem ter um efeito positivo sobre nossa disposição e modo de agir. “Nós precisamos de ameaças à imagem huma-na (…) para que, com o pavor suscitado, nós consigamos assegurar uma imagem humana autêntica” 49. Segue ainda Jonas: “sobre o mal, nós, não temos incertezas quando o experimen-tamos; sobre o bem, temos certeza, na maioria das vezes, quando dele nos desviamos50.

O mal imaginado como consequência de nos-sas opções e ações (no futuro) deveria servir de contraponto ao agir concreto aqui e agora. Este mal imaginado deve assumir um caráter de mal experimentado’. Eis o que o temor pode, Segundo Jonas, oferecer enquanto princípio heurístico. Com isso, o primeiro dever da ética do futuro é: entrever ou vislumbrar os efeitos de longo prazo de nossas ações.

Para Jonas, a prudência “é o cerne de o nos-so agir moral”. Ele se utiliza da heurística do medo para fazer frente ao poder de evolução evocado pela técnica: trata-se de uma distorção hipotética da condição futura do Ser optando pela primazia do mau prognóstico, pois “é ne-cessário dar mais profecia da desgraça do que da salvação”51. Ao refletirmos sobre as ameaças, vislumbrando o mal, podemos escolher a mel-hor ação para o presente. O medo aqui tem sen-tido de aprendizado, pois antecipa as condições desastrosas a serem evitadas.

49 JONAS, Hans. 1984. Op. cit., p. 63.50 Ibid., pp. 63–64.51 JONAS, Hans. 2006. Op. cit., p. 77.

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Joseph Ratzinger (Papa Bento XVI) utiliza o mesmo argumento Jonasiano frente ao poder técnico destrói a natureza, desumaniza o ser humano e compromete o futuro da vida no planeta. Na trilha da heurística do medo Jona-siana, ao comentar sobre as novas formas de poder a partir da existência da bomba atômica, na segunda metade do século XX:

Na prática, por um longo período, foram a concorrência entre os blocos de poder recipro-camente opostos e o medo de iniciar a própria destruição com a destruição do outro que nos protegeram dos horrores da guerra nuclear. A demarcação recíproca do poder e o medo em torno da própria sobrevivência revelaram–se como forcas salvadoras52.

O pensamento Jonasiano se aproxima e de certa forma fortalece a sensibilidade e a ação do movimento ecológico contemporâneo quando pensa num agir humano, numa ética da res-ponsabilidade no futuro da vida de todos os se-res vivos no Planeta. Vide declarações do ONU sobre o meio ambiente e em especial a Carta da Terra que teve seu nascimento na ECO 92 no Rio de Janeiro (RJ) e que reconhecida em 2000 teve sua aprovação pela UNESCO e que deve ser assumida por todos os países membros.

4. Que futuro, assumindo nossa responsabilidade, construiremos juntos?

Ao finalizarmos esta reflexão poderíamos fazer duas perguntas, uma a respeito de origem e outra a respeito de futuro: Oh, bioética de onde vens? Com Jahr (1926) e Potter (1970) temos indicações preciosas de suas origens. Mas, para onde vais? O futuro passa na perspectiva dos

52 RATZINGER, Joseph. O homem desceu até o fundo do poço do poder, até a fonte de sua própria existência. Folha de São Paulo. 24/04/2005.

dois protagonistas analisados que se antecipam profeticamente a toda a problemática ecológica de hoje, e tem muita sintonia com a causa eco-lógica das Nações Unidas, e de ilustres ativistas na área entre outros, Mikahil Gorbachev. Este último identifica três grandes desafios a serem enfrentados em nosso tempo. O primeiro trata–se da necessidade de manter a paz no mundo. A comunidade internacional tem de estar unida também na luta contra o terrorismo que não pode ser justificado por nenhuma consideração política ou moral. O segundo desafio é a luta contra a pobreza no mundo. Como pode o “mil-hão dourado” de pessoas bafejadas pela sorte permanecer indiferente diante do espetáculo da miséria em que se debate a metade da população do planeta, reduzidas a viver com um ou dois dólares por dia, passando fome todos os dias, sem acesso à água potável e sem condições decentes de higiene? O terceiro desafio identi-ficado está ligado ao meio ambiente. Entramos em sério conflito com o nosso próprio habitat – com a mãe natureza. Esses três desafios são in-terdependentes. Sem combater a pobreza serão inúteis também todas as medidas ecológicas. Mas se não nos preocuparmos com a ecologia, todos os nossos esforços para construir um mundo mais justo estarão fadados ao fracasso e nossos descendentes terão que pagar pelo nosso comportamento insensato e depredador da na-tureza. A própria vida na Terra corre o risco de desaparecer, tornando-se somente um episódio efêmero na história do nosso universo53.

Os três desafios propostos não dizem respeito somente aos governos e às organizações inter-nacionais, mas a cada um de nós. Chegou a hora de todo cidadão do planeta Terra pensar na contribuição pessoal que pode dar para essa tarefa comum:

53 SASS, Hans–Martin. The Earth is a Living Being: We have to treat her as such! Eubios Journal of Asian and International Bioethics, EJAIB. 2011, vol. 21 (3), 73–77.

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Somos responsáveis, diante das gerações futu-ras, pela conservação da vida na Terra. (...) Hoje, a humanidade precisa de uma nova filosofia de vida, de uma nova ética que cristalizará os valo-res fundamentais, comuns a todas as tradições religiosas, uma ética baseada no consenso entre as nações e os povos do mundo54.

Gorbachev nomeia este projeto como sendo um processo de elaboração de uma ética global e conclui dizendo: “a exemplo do grande escritor americano William Faulkner, eu me recuso a aceitar a possibilidade do fim da humanidade, quaisquer que sejam as provações que tenha que enfrentar. Este é o meu credo de um inco-rrigível otimista”55. Lembrando a Carta Terra, da qual foi um dos principais líderes de todo o processo, quando diz que:

Estamos diante de um momento crítico na his-tória da terra, numa época na qual a humani-dade deve escolher o seu futuro (…). Para seguir adiante (…) devemos reconhecer que, no meio de uma magnífica diversidade de culturas e formas de vida, somos uma família humana e uma comunidade terrestre com um destino comum. Devemos somar forças para gerar uma sociedade sustentável global baseada no respeito pela natureza, nos direitos humanos universais, na justiça econômica e numa cultura de paz56.

Almejamos que nosso tempo seja lembrado pelo “despertar de uma nova reverência diante da vida, por um compromisso firme de alcançar a sustentabilidade, pela rápida luta pela justiça, pela paz e pela alegre celebração da vida”57.

Um dos mais importantes documentos de bioética da contemporaneidade elaborados pela

54 GORBACHEV, Mikhail. Meu manifesto pela terra. São Paulo: Planeta, 2003, 134p.

55 Ibid., pp. 118–119. 56 COMISIÓN DE LA CARTA DE LA TIERRA. Carta de la Tierra.

Disponible desde: http://www.earthcharterjordan.org/esp/about.html o http://www.earthcharterjordan.org/prt/index.html

57 GORBACHEV, Mikhail. Op. cit., p. 135.

UNESCO intitulado Declaração Universal de Bioética e Direitos Humanos58, de 2005, aponta entre os objetivos da declaração “promover o respeito da biodiversidade” e entre os princípios fundamentais, “responsabilidade para com a biosfera”, proteção da biodiversidade e biosfera em que o ser humano vive.

Levando em consideração perspectivas novas dos últimos Congressos Mundiais, vemos que a bioética vai avançando globalmente (geogra-ficamente) ampliando sua compreensão episte-mológica, bem como sua abrangência temática, enfrentando os desafios emergentes e sinali-zando prioridades a seguir. Jahr em 1927, na Alemanha e Potter no início dos anos 70, são os dois protagonistas pioneiros que apontam para um dos maiores desafios que a humanidade tem neste início de milênio: a responsabilida-de humana para garantir o futuro da vida no planeta terra. Resgatarmos a sua contribuição intelectual para o campo da bioética, para além do hegemônico paradigma bioético principialis-ta, é uma questão de justiça histórica.

A bioética com Potter (1970) se apresenta como um credo pessoal e uma ponte. Um credo de valores a serem cultivados, protegidos e concreti-zados na vivencia diária. Na figura metafórica da ponte, a proposta de diálogo inter, multi e trans-disciplinar nas várias áreas do conhecimento humano, mas é também temos uma ponte para o futuro. Com Jahr (1926), resgatamos a visão englobante e integrativa da bioética que para além do ser humano (ética tradicional) no pre-sente se preocupa com o futuro e engloba todos os seres vivos. É o que ele chama de imperativo bioético. Finalmente com Jonas (1979), com o princípio da responsabilidade, temos o veículo que nos permite no presente urgente e emergente de nossa história trafegar por esta ponte, com

58 UNESCO. Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Hu-manos [en línea]. Disponible desde: http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001461/146180S.pdf

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segurança, sem riscos de acidentes, protegendo a vida de todos os seres vivos no futuro.

Daí a provocação inicial do subtítulo de nosso artigo ganha sentido: o encontro de um credo, com um imperativo e um princípio. Os valores apontados a serem defendidos, proclamados e protegidos nestes elementos (credo, imperativo e princípio) nos levam ao berço do pensamento bioético e nos projetam para o amanhã da hu-manidade com esperança. É sempre saudável voltarmos às origens e como diz T. S. Eliot59:

Não cessaremos de explorar e no final de toda nossa busca chegaremos onde começamos e conheceremos o lugar pela primeira vez!

Bibliografia

1. BAUMAN, Zygmunt. 44 Cartas do mundo líquido moderno. Rio de Janeiro: Zahar, 2011, 228p.

2. COMISIÓN DE LA CARTA DE LA TIERRA. Carta de la Tierra. Disponible desde: http://www.earth-charterjordan.org/esp/about.html o http://www.earthcharterjordan.org/prt/index.html

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Educación en Bioética, laicidad y ética pública*

Education in Bioethics, secularism and public ethics

Jaime Escobar Triana**

Resumen

La Bioética debe encontrar todo aquello que une a la humanidad para tener bases éticas desde las cuales respetar y avalar las diferencias que nos separan, teniendo en cuenta esto, el artículo plantea reflexiones alrededor de tres categorías: la laicidad, la Bioética y la educación en Bioética. Se propone que: 1) la laicidad implica la expansión del ejercicio de los derechos personales en un marco de convivencia civil, pero significa un respeto esencial a la libertad de conciencia, al libre desarrollo de la personalidad, sin la imposición de una moral determinada a los ciudadanos; 2) la enseñanza de la Bioética debe estar adecuada a las condi-ciones de la civilización actual, permitiendo la presencia de diversas creencias religiosas y promoviendo el respeto por los derechos humanos así como su protección por parte del Estado, debe ser laica y aconfe-sional; 3) la Bioética debe convertirse en un campo de reflexión y discusión de los problemas del mundo de la vida y procurar permear las políticas públicas de los países en aras de la construcción de sociedades verdaderamente laicas y democráticas.

Palabras clave: Bioética, educación, moral, conflictos religiosos, multiculturalismo, ciudadanía.

Abstract

Bioethics must find all that unites humanity in order to have an ethical basis from which to respect and endorse the differences that separate us. Considering this, the article presents reflections on three categories: secularism, Bioethics, and education in Bioethics. It is proposed that: 1) secularism involves the expansion of the exercise of personal rights in the context of civil coexistence, but involves an essential respect for freedom of conscience, free development of personality, without the imposition of a determined morality for citizens, 2) the teaching of bioethics should be appropriate to the conditions of modern civilization, allowing the existence of various religious beliefs and promoting respect for human rights and their protection by the State, and must be secular and non-denominational 3) Bioethics must become a field of reflection and discussion regarding the problems of the world and of life and seek to permeate the public policies of the countries in order to build truly secular and democratic societies.

Key words: Bioethics, education, moral, religious conflicts, multiculturalism, citizenship.

* Artículo de reflexión. Este documento que recoge las ideas y argumentos presentados durante el IV Congreso Internacional de la Redbioética UNESCO “Bioética, Derechos Humanos e Inclusión Social”, realizado en FIOCRUZ –Brasília, Brasil–, del 29 de noviembre al 01 de diciembre de 2012. Documento entregado el 01 de marzo de 2013 y aprobado el 17 de junio de 2013.

** Médico cirujano, Universidad Nacional de Colombia. Cirugía y enfermedades del colon, St. Mark s Hospital, Londres. Magíster en Filosofía, Universidad Javeriana. Magíster en Bioética, Universidad de Chile, OPS. Ph.D en Bioética, Universidad El Bosque. Director de los Programas de Especialización, Maestría y Doctorado en Bioética, Universidad El Bosque. Correo electrónico: [email protected]

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Jaime escobar Triana

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Introducción

Las religiones de mayor arraigo en el mundo se convirtieron con el paso del tiempo en com-pendios no sólo de creencias, sino en intentos de explicar el propósito de la existencia del ser humano, de las formas de concebir la vida, la mejor manera de vivirla y darle sentido; com-pendios, en fin, que valorando ciertas actitudes y descalificando otras en función de mantener un ambiente propicio para alcanzar la huma-nización de nuestra especie, dieron lugar a las grandes culturas de la humanidad.

Uno de los rasgos característicos de la Bioética está en encontrar todo aquello que une a la humanidad para tener bases éticas desde las cuales respetar y avalar las diferencias que nos separan y que no son más que expresiones de

las formas de vida desarrolladas en los diversos entornos donde los grupos humanos desarro-llan su existencia; es decir, el encontrar un ethos civil fundamentado en el entendimiento, el respeto y la responsabilidad de los actos tanto individuales como grupales, para que tener una vida buena sea un privilegio del que podamos disfrutar todos.

El presente texto realiza un breve recorrido por temas de interés para la Bioética, en primer lu-gar un apartado sobre “Laicidad, poder civil y ética pública”; luego uno sobre “Bioética y edu-cación”; el tercer componente se ha denominado “Una experiencia educativa” y finalmente unas reflexiones a manera de conclusión. Las cate-gorías temáticas que orientan en forma trans-versal la reflexión y análisis presentados en este artículo parten de los siguientes conceptos:

Categoría Definición

Laicidad

Principio de separación de la sociedad civil y de la sociedad religiosa; defiende el Estado no confesional, la libertad de conciencia y la no imposición de normas y valores particulares de ningún credo religioso; promueve un conjunto de valores seculares y la búsqueda de la razón pública y el debate público1.

Laicismo

Doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa; es un anticlericalismo moderno; busca la constitución de un Estado secular independiente, no hostil, a la religión2.

Bioética

La bioética es un campo de conocimientos, investigaciones, discursos, saberes y prácticas; es laica, plural, multi(inter y trans)cultural; es multi(inter y trans)disciplinaria; promotora de la excelencia en las interacciones entre los seres humanos en sus experiencias, individuales, familiares, comunitarias, sociales, locales y globales; y en las interacciones de los humanos con los otros vivientes, los sistemas ecológicos y la biosfera3.

1 2 3

1 Ver: REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española - Vigésima segunda edición [en línea]. [Fecha de consulta: 15 de abril de 2013]. Disponible desde: http://lema.rae.es/drae/?val=laicidad. VIOLA, Francesco. Laicidad, sociedad multicultural y religiones [en línea]. En: ARCHIDEO, Lila Blanca (Coord). Epistemología de las Ciencias Sociales. La Doctrina Social de la Iglesia en el nuevo milenio. Buenos Aires: CIAFIC Ediciones, 2012. pp. 31–63.

2 Ver: REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española - Vigésima segunda edición [en línea]. [Fecha de consulta: 15 de abril de 2013]. Disponible desde: http://lema.rae.es/drae/?val=laicismo. SÁDABA, Javier. Principios de bioética laica. Barcelona: Gedisa, 2004, 139p.

3 ESCOBAR TRIANA, Jaime y ARISTIZÁBAL TOBLER, Chantal. Los principios en la bioética: fuentes, propuestas y prácticas múltiples. Revista Colombiana de Bioética. 2011, vol. 6 (Especial); 105.

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1. Laicidad, poder civil y éti-ca pública

El sacro Imperio Romano Germánico, vio cre-cer los poderes laicos representados en el em-perador o el Rey, frente al papado. Se distinguió entre poder temporal y poder espiritual. A la iglesia le corresponde el poder espiritual4. Es el comienzo del fin del código único o canon, de la moralidad homogénea impuesta por el cristianismo, Iglesia Romana, que defendía que la unidad política debía mantenerse por la unidad ideológica del credo y la moral religiosa, postulado central del medioevo.

En la modernidad europea se invirtió el orden medieval, surgió una nueva moral fundamen-tada en la dignidad humana y la libertad; se aceptó el pluralismo, la diversidad y la toleran-cia como valores positivos. Representantes del pensamiento laico a favor de la independencia del poder civil respecto del eclesiástico fueron Maquiavelo, Hobbes y Spinoza.

Posteriormente John Locke, tanto en su “Carta sobre la tolerancia”5 como en el “Ensayo sobre el gobierno civil”6, defiende que no se requie-re la unidad religiosa como base del Estado y acepta la diversidad de opiniones en pie de igualdad.

No es la diversidad de opiniones, que jamás po-drá ser evitada, sino el rechazo de la tolerancia frente a aquellos que tienen opiniones diferen-tes, que bien podrían haber sido respetadas, lo que ha producido todas las discordias y guerras religiosas en el mundo cristiano7.

4 VALLS, Ramón. Ética para la bioética y a ratos para la política. Barcelona: Gedisa, 2003, 223p.

5 LOCKE, John. Carta sobre la tolerancia. Madrid: Tecnos, 2008, 176p.

6 LOCKE, John. Ensayo sobre el gobierno civil. México: Porrúa, 2003, 157p.

7 LOCKE, John. 2008. Op. cit.

Con Rousseau y Kant se superó el valor de la utilidad, y la libertad y la autonomía moral se constituyeron como la dignidad más alta e inalienable del ser humano.

Producto de lo anterior se inicia todo un proce-so de independencia del poder civil respecto del eclesiástico; aparece la noción de laicidad del Estado y las instituciones públicas o privadas. De la mano con la laicidad están, por un lado, el derecho a la libertad religiosa, y por el otro, la participación de todos los credos religiosos en la política sin la imposición de uno de ellos. Para algunos autores como Amartya Sen la lai-cidad debe apuntar hacia principios de justicia, es decir a la democracia entendiendo esta como no solo como el derecho al voto, sino como “la protección de las libertades, el respeto a los de-rechos legales y la garantía de la libre expresión y distribución de información y crítica”8; otros como Viola plantean que:

Si con “laicidad” entendemos que la política, sobre todo en una sociedad pluralista y mul-ticultural, no puede ni debe ser confesional, que se debe garantizar la libertad religiosa y de conciencia, que las confesiones religiosas deben ser tratadas con igualdad, entonces es-tamos hablando de conquistas ya adquiridas, al menos en principio.

De acuerdo con Vásquez, siguiendo las líneas de Sen, el voto es un medio “para hacer posible el debate público, y este no es posible sino en el marco de la laicidad”9 ante lo cual es impor-tante el uso y privilegio a criterios tales como la argumentación, la deliberación y el consen-timiento de los individuos; solo de esta manera podremos tener principios adecuados para una ética pública.

8 SEN, Amartya. La democracia como valor universal. Journal of Democracy. 1999, vol. 10 (3), 3–17.

9 VÁSQUEZ, Rodolfo. Democracia y laicidad activa. México: Uni-versidad Nacional Autónoma de México, 2013, 30p.

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1.1. Laicidad y ética pública

Para Cortina “en una sociedad pluralista nin-guna institución puede adscribirse la legiti-midad de promulgar qué es lo moralmente correcto para todos los ciudadanos”10, cobra entonces relevancia el debate público y con este la promoción de un ethos civil o ética pública basada en el diálogo, la tolerancia y el respeto. El principio de respeto a la libertad de concien-cia11 se debe acompañar de garantías para que se exprese tanto en lo religioso como en lo no religioso, lo político y lo ideológico, sine qua non de la laicidad o del laicismo.

Las cuestiones interculturales en la sociedad plural contemporánea deben verse como una riqueza y no como una amenaza, y la educa-ción juega un papel determinante para el debate acerca de la laicidad en la cual se deben des-tacar conceptos como separación, neutralidad y cooperación; Capodiferro12 lo plantea de la siguiente forma: separación del poder político y los credos religiosos; neutralidad ante el hecho religioso considerado como asunto individual, es una laicidad aconfesional ligada al concepto de ética pública mínima como marco de con-vivencia. La cooperación o laicidad positiva cuando el poder público, aunque separado, facilita a los individuos el derecho a su libertad de conciencia.

Para Mayoral13 la laicidad implica la expansión del ejercicio de los derechos personales dentro de un marco de convivencia civil, pero significa un respeto esencial a la libertad de conciencia,

10 CORTINA, Adela. Bioética y razón pública. Jusrisprudencia Ar-gentina, 2007, vol. 4 (especial), 1–8.

11 MAYORAL, Vitorino. Conferencia sobre Laicismo y Educación del Grupo de Laicismo de la Agrupación Ágora del Ateneo de Madrid [en línea]. 2011. [Fecha de consulta: 15 de abril de 2013]. Disponible desde: http://vimeo.com/19353451

12 CAPODIFERRO, Daniel. Conferencia sobre Laicismo y Educación del Grupo de Laicismo de la Agrupación Ágora del Ateneo de Madrid [en línea]. 2011. [Fecha de consulta: 15 de abril de 2013]. Disponible desde: http://vimeo.com/19353451

13 MAYORAL, Vitorino. Op. cit.

al libre desarrollo de la personalidad, sin la imposición de una moral determinada a los ciudadanos.

Ante tan variados puntos de vista, todos ricos en aportes, la bioética los tolera, los respeta pero no los impone; con base en ello promueve la deliberación y el diálogo, para a partir de ello llegar a acuerdos que a su vez provengan de argumentos válidos y vitales.

La educación, tema muy importante en la lai-cidad, es un asunto muy debatido tanto para la laicidad como para sus adversarios de índole religioso. “Una de las tareas esenciales de la Bioética, en sociedades moralmente pluralistas, consiste en fomentar un uso público de la ra-zón en cuestiones que son de su competencia”, por este motivo, tanto la laicidad, el debate público y la educación en bioética cobra gran relevancia.

2. Bioética y educación

La multiculturalidad, el pluralismo, la hetero-geneidad, el individualismo, características de la época en que vivimos, bajo la complejidad de la sociedad tecnocientífica, son determinantes para el surgimiento y consolidación de la bioé-tica y su preocupación por aportar elementos para aclarar, y si es posible, resolver las cues-tiones éticas que se plantean en la actualidad.

Los enfoques multiculturales propician los debates acerca de la ética por la vida, especial-mente, vinculados a las investigaciones tecno-científicas y principalmente biotecnológicas y biomédicas que plantean problemas y dilemas diariamente. Estos no pueden ser mirados sino en forma multi e interdisciplinariamente. En los debates que surgen en las deliberaciones no solo tienen cabida las diversas ideologías filo-sóficas, religiones y tradiciones morales de las

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sociedades democráticas14 sino que participan grupos de presión y de intereses gremiales y particulares de distinta índole.

Se requieren, por un lado, metodologías que organicen las discusiones con la pretensión de llegar a acuerdos o si fuere posible, el consenso; y por el otro, discursos y prácticas educativas que garanticen unos principios seculares co-munes para la convivencia y el ethos civil que garantice el verdadero ejercicio de la democra-cia y la ciudadanía.

No hay universalidad aceptada para los enfo-ques éticos, religiosos, filosóficos o jurídicos. Por tanto, en el proceso de educación o for-mación en bioética, así como en sus comités, se debe tener en cuenta desde dónde hablan los participantes. La educación no solo debe promover la adhesión a valores comunes de antaño, debe promover la capacidad de partici-par en el proyecto de sociedad y de esta forma construir una respuesta a la cuestión del por qué y para qué vivir junto con los otros y las otras formas de vida.

Para De Barchifontaine15:

educar no consiste simplemente en instruir o transferir conocimientos, sino en colaborar en la formación del carácter de una persona, para que pueda alcanzar la condición de ciudadano cooperativo en la construcción de la sociedad

14 Ver: HOTTOIS, Gilbert. Dignité et diversité des homes. Paris: VRIN, 2009, 196p.

HOTTOIS, Gilbert. La diversidad sin discriminación: entre mod-ernidad y postmodernidad. Revista Colombiana de Bioética. 2007, 2 (2), 45–76.

HOTTOIS, Gilbert. ¿Qué es la bioética? Bogotá: Vrin, Universidad El Bosque, 2007, 61p.

HOTTOIS, Gilbert. La ciencia entre valores modernos y posmod-ernidad. Edición en español. Bogotá: Universidad El Bosque, 2007, 118p.

15 DE BARCHIFONTAINE, Christian de Paul. Educación para la ciudadanía en tiempo de incertidumbres. En: PESSINI, Leo; DE SIQUEIRA, José Eduardo y HOSSNE, William Saad (Orgs). Bioética en tiempo de incertidumbres. Colección Bios y Ethos, volumen 29. Bogotá: Editorial Universidad El Bosque, 2013, pp. 313–328.

solidaria. Formación de ciudadano es el cultivo de la libertad, de la solidaridad, de la tolerancia, de la convivencia democrática, de la lucha con-tra la discriminación y la desigualdad social. Los valores de la educación para la ciudadanía se basan en el modelo dialógico —la capacidad de establecer diálogo racional con todos. Y los valores–guía son: diálogo, respeto, tolerancia, empatía, comprensión, solidaridad, dignidad de la vida humana, igualdad, libertad, entre otros.

Estos valores, que no están dotados de conteni-do o fundamentalismo, sirven como derroteros para la construcción de una sociedad en aras de la laicidad; la educación en bioética tendrá que ser, entonces, laica.

2.1. Bioética laica

Si partimos del concepto del Estado laico, no confesional, como lo es, por ejemplo, la Consti-tución Política de Colombia, en la cual se defien-den la libertad de conciencia, sin imposición de normas o valores particulares de ningún credo religioso; entonces la expresión democrática de la bioética en los comités requiere que sea laica y que se respeten los puntos de vista de los creyentes de cada religión. Se entiende que un paciente, si es el caso, puede solicitar de acuerdo con su conciencia que se le respete este derecho. Esto es igualmente válido para los Comités de Investigación. Los no creyentes (ateos y ag-nósticos) merecen el mismo derecho a su libre pensamiento para tomar decisiones.

La civilización tecnocientífica y multicultural contemporánea se caracteriza por pérdida pro-gresiva y un retroceso de las morales funda-mentalistas metafísicas o religiosas que tenían una gran tradición16.

16 ENGELHARDT, H. Tristam Jr & SMITH ILTIS, Ana. Laïcité (Bioétique et). Secular Bioethics. En: HOTTOIS, Gilbert et MISSÁ, Jean–Nöel. Nouvelle Encyclopedie de Bioéthique. Bruxelles: Édi-tions De Boeck Université, 2001, pp. 567–568.

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Pero estas tradiciones impregnan aún la ética médica tradicional, con raíces de tipo religiosas cristianas, judaicas, budistas o islámicas. La bioética laica es propia de la bioética acadé-mica, la hospitalaria y de la política pública; “un ethos laico guía el fenómeno moral actual global de la bioética”17. La bioética al igual que la ecoética son campos de conocimiento que aparecen en la postmodernidad, especialmente a propósito de la medicalización de la sociedad y la crisis ambiental. En esta postmodernidad las sociedades se caracterizan por su pluralidad y su fragmentación y poco inclinadas a dejarse guiar por las morales profesionales o religiosas tradicionales.

La enseñanza de la bioética debe estar adecua-da a las condiciones de la civilización actual en las sociedades democráticas que permiten la presencia de diversas creencias religiosas como derechos humanos protegidos por el Estado. La educación laica pública o privada mantiene la independencia respecto a las creencias religio-sas. En el caso de la enseñanza de la bioética se considera laica, no religiosa, pero no rechaza ninguna creencia o práctica religiosa. Respeta el credo que tiene la persona sin tratar de imponer un credo particular alguno. Es aconfesional.

Para Engelhardt este hecho de la bioética laica sin preocupaciones religiosas o por los valores profesionales tradicionales la convierte en el centro de la escena. Según este autor frecuente-mente se observa “poca tolerancia secular para con la diversidad moral, y una disposición de imponer la identidad moral y de hacer vivir a la fuerza determinado consenso moral”18; por lo cual la bioética laica surge ante la ausencia de marcos morales aceptados universalmente,

17 Ibid., pp. 567–568.18 ENGELHARDT, H. Tristam Jr. Bioética global: tomando en serio

las diferencias morales. En: PESSINI, Leo; DE SIQUEIRA, José Eduardo y HOSSNE, William Saad (Orgs). Bioética en tiempo de incertidumbres. Colección Bios y Ethos, volumen 29. Bogotá: Editorial Universidad El Bosque, 2013, pp. 485–498.

accesibles, inspirados en las tradiciones cultu-rales, religiosas o profesionales, de ahí que “un ethos laico guía el fenómeno moral actual de la bioética”19.

Esta perspectiva moral laica abarca con sus re-flexiones a las biotecnologías, la biomedicina y las investigaciones universitarias, académicas y la política.

“Una de las características de la Bioética es que busca llegar a principios mínimos reguladores de una ética civil para construir una sociedad en paz”20. Adela Cortina nos dice con claridad que “la ética civil es, en principio, la ética de los ciudadanos, es decir, la moral que los ciudada-nos de una sociedad pluralista han de encarnar para que en ella sea posible la convivencia pacífica, dentro del respeto y tolerancia por las distintas concepciones del mundo”21.

Un ejemplo de la posibilidad de reconocimiento maduro y de cooperación e interacción pacífica entre distintos credos religiosos u opciones es-pirituales, que partió del reconocimiento de las diferencias morales existentes, fue el Seminario Internacional de Bioética titulado “Bioética, sentido de la vida y fe religiosa”, que a conti-nuación se comenta de manera breve.

3. Una experiencia educativa

En el Seminario Internacional de Bioética titu-lado “Bioética, sentido de la vida y fe religiosa”, organizado por el Programa de Bioética de la Universidad El Bosque, cuyas memorias re-posan en el volumen 18 de la colección Bios

19 ENGELHARDT, H. Tristam Jr. 2001. Op. cit., pp. 567–568.20 ESCOBAR, Jaime; SARMIENTO, Yolanda y GORDILLO, María. La

enseñanza de la bioética general como aporte en la construcción de un pensamiento bioético en los maestros. Revista Colombiana de Bioética. 2008, vol. 3 (especial): 11–80.

21 CORTINA, Adela. Ética civil y religión. Madrid: PPC Editorial y Distribuidora S. A., 1995, p. 8.

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y Ethos22, se expusieron algunos credos reli-giosos de mayor arraigo, que con el paso del tiempo se convirtieron en compendios no solo de creencias, sino en intentos de explicar el propósito de las formas de concebir la vida y la mejor manera de vivirla y darle sentido a la existencia humana. La síntesis de las participa-ciones, es la siguiente.

En la cultura católica, la defensa y promoción de la vida se afirma en la encíclica papal Evan-gelium Vitae (Evangelio de la vida) se consagra el valor de la vida humana desde su inicio hasta su término; todo ser humano tiene derecho a que se respete totalmente el bien y promoción de la vida. No acepta la laicidad o el laicismo que según la doctrina papal conduce a la dicta-dura del relativismo ético23.

Los Testigos de Jehová no aceptan las transfu-siones de sangre, basados en el texto bíblico ca-pítulo 15 de Hechos, versículos 28 y 29, porque Dios incluyó este mandato a los cristianos. La consideran además una violación de los dere-chos humanos y el recibir transfusiones es un verdadero suicidio24.

En el pensamiento Arhuaco25, comunidad in-dígena Arhuaca Colombiana, los humanos éra-mos espíritus al igual que las plantas, los ani-males, las piedras, lo que iba a existir, existía

22 ESCOBAR TRIANA, Jaime (Ed). Bioética, sentido de la vida y fe religiosa. Colección Bios y Ethos, volumen 18. Bogotá: Universidad El Bosque, 2001, 98p.

23 CALLE ZAPATA, Flavio. Defensa y promoción de la vida en la Encíclica Evangelium Vitae. En: ESCOBAR TRIANA, Jaime (Ed). Bioética, sentido de la vida y fe religiosa. Colección Bios y Ethos, volumen 18. Bogotá: Universidad El Bosque, 2001, pp. 11–32.

24 PIÑERES, Guillermo. El propósito de la vida. En: ESCOBAR TRIANA, Jaime (Ed). Bioética, sentido de la vida y fe religiosa. Colección Bios y Ethos, volumen 18. Bogotá: Universidad El Bosque, 2001, pp. 33–42.

PULIDO, Vicente. Testigos de Jehová. En: ESCOBAR TRIANA, Jaime (Ed). Bioética, sentido de la vida y fe religiosa. Colección Bios y Ethos, volumen 18. Bogotá: Universidad El Bosque, 2001, pp. 43–52.

25 ZALABATA, Leonor. Pensamiento Arhuaco. En: ESCOBAR TRI-ANA, Jaime (Ed). Bioética, sentido de la vida y fe religiosa. Colección Bios y Ethos, volumen 18. Bogotá: Universidad El Bosque, 2001, pp. 53–66.

antes en forma de espíritu y por eso somos uno con la naturaleza, con todo lo que existe: el cos-mos y la tierra misma. Es más que una religión una cultura ecológica y de la naturaleza.

En el judaísmo, posición práctica sobre diver-sos temas de la vida26, se sostiene que el judaís-mo formó sus opiniones, las diversas escuelas y divisiones a través de un edificio legal cuyo primer piso fue el Pentateuco. El tercer piso se refiere a las interpretaciones rabínicas, desde el año 500 hasta el siglo XX en el tema de la ética médica y sentido de la vida. Con la revolución tecnocientífica y biomédica del siglo XX se re-formularon los preceptos de la ética médica y si los descubrimientos son aceptados o no.

La bioética en el Islam y el diálogo entre ci-vilizaciones27 advierte que el Islam no es solo una religión monoteísta, sino una gran civili-zación que tiene tópicos espirituales, religiosos, metafísicos, políticos, ideológicos, científicos y artísticos. Siempre ha mantenido una posición muy clara respecto a la ciencia y a la medicina occidental, con Averroes y el canon de Avicena, entre los más destacados, que imperó en todas las escuelas de medicina. Hoy la crisis ecoló-gica se interpreta como una exteriorización de un malestar del hombre moderno. Se considera que cualquier avance en la bioética, como en cualquier ciencia o campo del conocimiento colapsa si no está revestida de elemento ético y espiritual.

Recientemente, el Dalai Lama28 ha expuesto su punto de vista respecto de la ética y la sociedad,

26 GOLDSCHMIDT, Alfredo. Posición práctica sobre diversos temas de la vida. En: ESCOBAR TRIANA, Jaime (Ed). Bioética, sentido de la vida y fe religiosa. Colección Bios y Ethos, volumen 18. Bogotá: Universidad El Bosque, 2001, pp. 67–76.

27 ZAPATA FELICIANO, Julián Arturo. La Bioética en el Islam y el diálogo entre civilizaciones. En: ESCOBAR TRIANA, Jaime (Ed). Bioética, sentido de la vida y fe religiosa. Colección Bios y Ethos, volumen 18. Bogotá: Universidad El Bosque, 2001, pp. 67–76.

28 DALAI LAMA. Ética más allá de la Religión [en línea]. 2010. [Fecha de consulta: 15 de abril de 2013]. Disponible desde: www.elbudha.org

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afirmando la necesidad de una ética laica (más allá de la religión) y una sociedad más compa-siva (humana y feliz), para lo cual menciona algunas modelos para lograrlo:

La ley de la causalidad de la religión no teísta, cuyo aporte radica en la premisa de que el que hace el bien y aporta felicidad o alegría a los de-más tendrá felicidad; la religión teísta que hace énfasis en la fe en Dios como “amor infinito”, por lo que propone la imitación o emulación de cualidades similares, es decir si se practican acciones buenas al final se alcanzará el cielo, pero si se hacen cosas negativas se llegará al in-fierno; y apreciar los valores, como lo hacen los niños y los animales en cierta medida, que no provienen de una fe religiosa, son universales, es decir son laicos.

Esta última propuesta le apuesta por la práctica del respecto y la emulación de valores seculares en aras de alcanzar la meta del laicismo, esto es la aceptación de todas las religiones e incluso a los no creyentes para así alcanzar un modelo ético que trascienda lo religioso y le apueste por una sociedad humana compasiva y feliz.

4. Reflexiones finales

“Es muy importante encontrar espacios y pun-tos en común entre todos los ciudadanos y las personas del mundo”29. El primer punto de encuentro es la igualdad, no solo en derechos, sino en el valor de los valores. Aquello que pueda acentuar las diferencias entre personas y por ende provocar discrepancias o incluso guerras, debe evitarse o tratarse con precaución. Siguiendo el propósito de esta reflexión, se puede pensar que el mejor modelo de sociedad es aquel que permite la laicidad; solo en un

29 KARABALLI, Kamel. Conferencia sobre Laicismo y Educación del Grupo de Laicismo de la Agrupación Ágora del Ateneo de Madrid [en línea]. 2011. [Fecha de consulta: 15 de abril de 2013]. Disponible desde: http://vimeo.com/19353451

espacio laico se podrá encontrar acuerdos y consensos entre todos los ciudadanos y actores sociales.

A partir de la reflexión anterior podemos re-afirmar lo propuesto por Engelhardt cuando plantea que hay que “tomar la diversidad moral en serio”30, es decir, es importante reconocer que separa a las moralidades sin acentuar en ello, sino por el contrario, trabajar por encon-trar de manera dialéctica sus puntos comunes o complementariedades. La diversidad moral es tan real y manifiesta como lo es la biodi-versidad de la vida tanto humana como la no humana, que no se puede permitir abordajes fundamentalistas o totalitarios para encontrar y dar sentido a la vida humana.

La Bioética, ante la diversidad de morales exis-tente, requiere de herramientas nuevas de pen-samiento que propicien un análisis juicioso de las situaciones y las decisiones que promueve en aras de ayudar a la configuración de algunos principios éticos que sirvan como base para una ética civil y una deliberación pública que reconozca la dignidad y la diversidad de los seres humanos y ayude a edificar un Estado verdaderamente laico.

Para la construcción de esta ética civil se plan-tea la incorporación de la Educación en Bioética dentro de la formación profesional e incluso en todos los niveles posibles, para que a través de ella se encamine por la senda de la excelencia y se evite la tendencia creciente a reducir la cualificación a un asunto de capacitación tec-nocientífica.

La Educación en Bioética, en Colombia y en el mundo, debe tener un enfoque innovador y contribuir en la resolución de los principales temas de la agenda nacional y de la agenda internacional. “En una palabra, además de ser

30 ENGELHARDT, H. Tristam Jr. 2013. Op. cit., p. 489.

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Educación En Bioética, laicidad y ética púBlica

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una herramienta útil de análisis de los proble-mas éticos en torno a la práctica asistencial y de investigación que se usa en los Comités éticos de los hospitales y de la investigación biomé-dica institucionales y nacionales, la Bioética se convierte en un campo de reflexión y dis-cusión de los problemas del mundo de la vida que procura permear las políticas públicas del país”31. Esto es, en la formación de individuos que promuevan la búsqueda y construcción de una sociedad civil, participante, democrática, laica y respetuosa de los otros y de sí mismo.

Finalmente es importante resaltar que ante tan variados puntos de vista, todos ricos en aportes, la Bioética los tolera, los respeta, pero nos los impone.

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Biodiversidad, filosofía transhumanista y el futuro del hombre*

Biodiversité, philosophie transhumaniste et Avenir de l’homme

Jean–Noël Missa**

Traducción del francés al español: Daniela Pabón Llinás***

Resumen

Este artículo se interesa por la posible creación de una “biodiversidad” en el seno de la especie humana. Ciertos científicos y filósofos transhumanistas defienden hoy un progresismo prometeico de transformación de la naturaleza humana por la tecnología. Esta utopía tecnocientífica que tiene como objetivo el mejora-miento del ser humano se apoya en los nuevos poderes de la biomedicina. Desde el punto de vista tanto de las tecnologías convocadas como de la relación con el ser humano, las especulaciones posthumanistas oscilan entre dos orientaciones : la primera se sitúa más en el desarrollo del transhumanismo, es decir en la transformación biofísica del ser humano, esta vía acentúa tanto las tecnologías de lo viviente (biotecnología, genética, neurociencia) como las tecnologías protéticas y cibernéticas ; la segunda orientación es “externa” pues ella no pasa por tal transformación. Ella extrapola a partir de las investigaciones e invenciones en los dominios de la robótica y de la inteligencia artificial (IA).

Palabras clave: transhumanismo, medicina del mejoramiento, posthumanismo, biotecnología, bioconser-vadores, Bioética.

Résumé

Cet article s’intéresse sur la possible création d’une “biodiversité” au sein de l’espèce humaine. Certains scientifiques et philosophes transhumanistes défendent aujourd’hui un progressisme prométhéen de trans-formation de la nature humaine par la technologie. Cette utopie technoscientifique ayant pour objectif l’amélioration de l’être humain s’appuie sur les pouvoirs nouveaux de la biomédecine. Du point de vue des technologies convoquées autant que de la relation à l’être humain, les spéculations posthumanistes osci-llent entre deux orientations. La première se situe davantage dans le prolongement du transhumanisme, c’est-à-dire de la transformation biophysique de l’être humain; cette voie accentue soit les technosciences du vivant (biotechnologie, génétique, neuroscience) soit les technologies prothétiques et cybernétiques. La

* Artículo de reflexión. Este documento que recoge las ideas y argumentos presentados durante el XVIII Seminario Internacional de Bioética “Bioética, biodiversidad y bienestar común”, realizado en la Universidad El Bosque –Bogotá, Colombia–, agosto de 2012 en conjunto con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos “Alexander Von Humboldt”. Documento entregado el 25 de agosto de 2012 y aprobado el 17 de junio de 2013.

** Médico. Doctor en filosofía. Co-director del Centre de Recherches Interdisciplinaires en Bioéthique (CRIB) de la Universidad Libre de Bruselas. Coordinador del DEA en Histoire, Ethique et Philosophie des Sciences Biomédicales de la Universidad Libre de Bruselas. Correo electrónico. [email protected]

*** Filósofa, Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá.

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Introducción

Para abordar la pregunta por el futuro del hombre es conveniente hacer la distinción entre tiempo corto y tiempo largo (a corto y a largo plazo). A escala geológica y paleontológica (a largo plazo) la realidad está lejos de ser idíli-ca. Así la evolución le permita a ciertos seres afortunados resistir por un tiempo los azarosos cambios del medio, hay sin embargo un sin número de especies, géneros y familias que han desaparecido de nuestro planeta sin dejar descendencia alguna. En este sentido, es nece-sario recordar que cinco extinciones masivas han tenido lugar en los últimos 440 millones de años, es decir, que las especies del mundo han desaparecido en una escala del 60 al 90 por ciento. A escala histórica (a corto plazo), el gran ingenio del hombre sugiere una desapari-ción sin precedentes de otras formas de vida. El desarrollo de la tecnología disminuye sin cesar los límites del dominio que tenemos sobre la naturaleza, como lo ha constatado el biólogo E.O Wilson, las reglas mediante las que puede producirse la evolución están a punto de cam-biar fundamentalmente.

Gracias a los avances de la genética y la biología molecular, los cambios hereditarios revelarán poco a poco elecciones sociales y no efectos de la selección natural. Teniendo un conocimiento exacto de los genes, la humanidad podrá, en unas pocas décadas y si así lo quisiera, seleccio-nar y tomar rápidamente una nueva dirección evolutiva. (…) La perspectiva de una evolución voluntaria, una especie que decide sobre su propia herencia, pone a la humanidad de frente

a decisiones de una profundidad intelectual y ética jamás alcanzada1.

Es este debate ético y científico sobre la mo-dificación de la especie humana y la eventual creación artificial de una biodiversidad de lo humano que a mí me gustaría abordar aquí, a través de un estudio crítico de las discusiones sobre la medicina de mejoramiento y del tran-shumanismo.

1. Transhumanismo y progresismo prometeico

Los pensadores transhumanistas proponen la afiliación a un programa de modificación tec-nocientífica del ser humano. Los argumentos más sólidos del transhumanismo se encuen-tran en las obras de los filósofos Nick Bos-trom, Julian Savulescu2 y James Hughes. El transhumanismo es un movimiento que se ha venido desarrollando en la últimas dos décadas. De esta manera, Nick Bostrom reto-mando el concepto de la perfectibilidad del ser humano elaborado por Condorcet afirma que el transhumanismo debe ser considerado como la continuación del humanismo de la Ilustración. Condorcet define el progreso como el perfeccio-namiento continuo y sin cesar del ser humano, “marchando a paso firme y seguro sobre la ruta

1 WILSON, Edward O. L’unicité du savoir. De la biologie à l’art, une même connaissance. París: Robert Laffont, 2000, p. 360.

2 Ver: SAVULESCU, Julian & Bostrom, Nick (Eds). Human En-hancement. Oxford University Press, 2009, 432p.

HARRIS, John. Enhancing Evolution. The Ethical case for Making People Better. New Jersey: Princeton University Press, 2007, 242p.

seconde orientation est “externe” car elle ne passe pas par une telle transformation. Elle extrapole à partir des recherches et inventions dans les domaines de la robotique et de l’intelligence artificielle (IA).

Mots clés: transhumanisme, médecine d’amélioration, posthumanisme, biotechnologie, bioconservateurs, Bioéthique.

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de la verdad, de la virtud y de la felicidad”. Se-gún esto, encontramos en Condorcet la idea de que el progreso constituye la marcha del género humano hacia su perfección, hacia su felicidad.

La noción de perfectibilidad, la capacidad de progresar del ser humano, es decir, la trans-formación de bueno a mejor, tiene un papel fundamental en el pensamiento de Condorcet. En las últimas páginas de su obra Esquisse d’un tableau historique des progrès de l’esprit humain, concluye que la perfectibilidad humana es in-definida, pero admite que no piensa al hombre con las mismas facultades ni la misma organi-zación. “¿Cuál sería para el hombre la seguridad y el entendimiento de sus esperanzas si uno pudiera creer que sus facultades naturales y sus organización misma fuera susceptible de mejoramiento?” Dicha pregunta abre las posibi-lidades del mejoramiento de la especie humana, como por ejemplo, extender la duración de la vida y mejorar las funciones físicas, intelectua-les y morales de la especie.

La idea de progreso como “marcha hacia de-lante” está íntimamente ligada a la noción de medicina del mejoramiento, cuyo objetivo más que sanar es mejorar las condiciones físicas y mentales del ser humano. La pregunta por el mejoramiento de las facultades naturales del hombre está a la base del concepto de perfecti-bilidad. En este sentido, la naturaleza humana debe ser conquistada y dominada por la cien-cia; transformada por la técnica. Se trata de un progresismo prometeico de la transformación de la naturaleza, en la que está comprendida la naturaleza humana, que se elabora a partir de una pluralidad de herencias intelectuales. Entre ellas están el proyecto de Bacon para acrecentar el poder del hombre por medio del saber cien-tífico, el programa cartesiano para dominar la naturaleza, la visión de Condorcet sobre el mejoramiento indefinido de las facultades

naturales del hombre y las teorías eugenésicas de Galton. Ese imaginario prometeico que es una mezcla de un optimismo histórico y un utopismo técnico–científico se encuentra en diversos contextos: en los adeptos comunistas del hombre nuevo, en los eugenistas de entre guerras, en los científicos contemporáneos y sobre todo a principios del siglo XXI en los pensadores transhumanistas, quienes quieren mejorar el ser humano transformándolo tecno-científicamente.

2. La llegada de la medicina del mejoramiento

Hoy un número de científicos y filósofos de-fiende un progresismo prometeico de la trans-formación de la naturaleza humana por la tec-nología. Esta utopía tecnocientífica tiene como objetivo el “perfeccionamiento” del ser humano, apoyándose sobre los nuevos poderes de la bio-medicina. La desaparición de la frontera entre la medicina terapéutica y la de mejoramiento constituye una de las características principales de la biomedicina del siglo XXI.

En la biomedicina contemporánea los nuevos medicamentos y tecnologías terapéuticas pueden ser utilizados no solamente para curar enferme-dades, sino también para mejorar ciertas capaci-dades humanas. Dicha evolución representa un cambio de paradigma en la práctica médica. En 2003 un documento contribuyó a legitimar ese nuevo campo de la actividad de la biomedicina, es decir, la medicina no terapéutica o medicina del mejoramiento. Se trata de un reporte del President’s Council on Bioethics3, el Comité de Bioética de Estados Unidos, consagrado en su totalidad a la medicina no terapéutica.

3 THE PRESIDENT’S COUNCIL ON BIOETHICS. Beyond therapy: Biotechnology and the pursuit of happiness. A Report by the Presi-dent’s Council on Bioethics. New York: Dana Press, 2003, 353p.

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La aparición de ese reporte llamado Beyond the-rapy: Biotechnology and the pursuit of happiness muestra que las preguntas sobre la medicina del mejoramiento y la transformación biológica del ser humano no son suscitadas únicamente por la biología-ficción, sino también por la realidad de la tecnociencia contemporánea. El reporte trata cuatro temas: la selección y even-tual modificación genética de los embriones (capítulo 2 titulado Better Children), el mejora-miento del desempeño atlético (capítulo3: Su-perior Performance), la prolongación de la vida (capítulo 4: Ageless Bodies) y la modificación del humor y las funciones cognitivas (capítu-lo 5 Happy Souls). Hoy en día las tecnologías de mejoramiento (enhancement technologies) atañen a todos los campos de la biomedicina: diseño genético, modificación de las funciones cognitivas y emocionales, prolongación de la vida y mejora del desempeño deportivo.

Un ejemplo del mejoramiento de las funciones cognitivas y emocionales es el Prozac, el psi-quiatra Peter Kramer tuvo la idea de recetar este antidepresivo no sólo a sus pacientes melancó-licos, sino también a personas que no tenían ningún problema psiquiátrico para que se sin-tieran “mejor que bien”, expresión del psiquia-tra que se hizo famosa. La ritalina (clorhidrato de metilfenidato), una anfetamina comúnmen-te recetada para el déficit de atención en los niños, puede también mejorar las capacidades cognitivas de un adolescente que no tiene nin-gún problema particular, pero quien decide solo o por insistencia de sus padres doparse para ampliar sus posibilidades de salir bien en un examen escolar. Frecuentemente aparece para los nuevos productos un uso “off label” que se vuelve más común que el uso terapéutico tra-dicional. El Provigil (modafinil), por ejemplo, es un medicamento para el tratamiento de la narcolepsia, pero que también le permite a una persona ordinaria estar mayor tiempo despier-

to. Una encuesta reciente mostró que tomar estimulantes cognitivos para mejorar el ren-dimiento académico se ha vuelto una práctica común en las universidades estadounidenses4.

Las substancias utilizadas por los deportistas para mejor su desempeño, productos como las anfetaminas, la eritropoyetina, los corticoides o las hormonas del crecimiento, han sido de antemano utilizadas con fines terapéuticos. De la misma forma, las tecnologías médicas como la terapia génica o la inyección de células madres son susceptibles de ser utilizadas en los deportistas para mejorar su rendimiento. Dicha evolución representa un cambio de para-digma en la práctica médica. En el seno de la medicina clásica, terapéutica, se desarrolla in-sensiblemente otra medicina, cuyo objetivo no es más el de sanar, sino más bien el de mejorar, “una medicina dopante”. En su obra Better than Well, el filósofo y bioéticista Carl Elliott5 se ha encargado de hacer un análisis de múltiples aspectos de las tecnologías del mejoramiento (enhancement technologies) dentro de la sociedad estadounidense contemporánea.

Después de una década, comenzando en los Estados Unidos y llegando después a Europa, numerosos autores, entre ellos médicos, filóso-fos, bioéticos y juristas, se han inclinado por el tema de las tecnologías del mejoramiento6. La medicina ya no es únicamente terapéutica, algunos esperan que intervenga en el mejora-miento del desempeño y en el perfeccionamien-to de lo humano.

4 MAHER, Brendan. Poll results: look who’s doping. Nature. 2008, vol. 452, 674–675.

5 ELLIOTT, Carl. American Medicine Meets the American Dream. New York: W. W. Norton, 2003, 384p.

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3. Los transhumanistas y la transformación de lo humano

“No matter how intricate the design is, it may still be enhanced, even if the result might be unusual or unimagined. Biology has no fixed boundaries, only opportunities”7.

La voluntad de los transhumanistas de trans-formar lo humano ha suscitado un gran nú-mero de animados debates. Después de una década, comenzado en los Estados Unidos y después en Europa, numerosos autores se han inclinado por el tema de las tecnologías del mejoramiento. De manera esquemática es po-sible repartir a los protagonistas del debate en tres grupos, estos son: los bioconservadores, los pensadores liberales y los transhumanistas.

En los bioconservadores (entre ellos está León Kass, Jürgen Habermas, Michael Sandel, Francis Fukuyama y Bill McKibben) domina el miedo; les preocupan los riesgos de la salud y las con-secuencias que puedan haber para la justicia social. Ellos piensan que las biotecnologías del mejoramiento plantean problemas éticos fun-damentales que conciernen a la esencia misma del ser humano. Los problemas que plantean los bioconservadores tratan sobre la naturaleza y la dignidad humana que son amenazadas, según ellos, por las biotecnologías. El “estado natural” será amenazado por la desmesura de un hom-bre que ha devenido dueño y señor de su propia naturaleza. Para el pensador bioconservador Francis Fukuyama el transhumanismo “es la idea más peligrosa del mundo”.

Los pensadores liberales (Jonathan Glover, Ro-nald Dworkin, Nicholas Agar, Alex Mauron,

7 ROTHMAN, Sheila & ROTHMAN, David. The Pursuit of Perfec-tion: The Promise and Perils of Medical Enhancement. New York: Pantheon Books, 2003, 320p.

John Harris y Arthur Caplan) estiman que la decisión de utilizar las tecnologías del mejora-miento pertenece en gran medida a la libertad individual. Si bien están listos a defender en nombre de la libertad individual y del principio del no–perjuicio la idea de una modificación biotecnológica del ser humano, los pensado-res liberales no se adhieren a un movimiento utópico e hyper–tecnófilo propio de los trans-humanistas, como tampoco los acompañan en su visión cuasi religiosa del movimiento. Los transhumanistas son profetas que fomentan la transformación tecnocientífica del hombre, su objetivo es que todas las personas puedan beneficiarse de un uso racional de las biotecno-logías del mejoramiento.

El entusiasmo tecnófilo de los transhumanistas no tiene límites. El proyecto transhumanista nos promete una mejor salud, una vida más larga, un intelecto mejorado, enriquecimiento de las emociones y seguramente una felicidad indescriptible. Su programa, que puede ser re-sumido con el slogan “Living longer, healthier, smarter and happier”, propone trascender las condiciones actuales del ser humano. El trans-humanismo es el humanismo de la Ilustración más las tecnologías.

Todas las tecnociencias son convocadas para mejorar al ser humano y hacerlo más feliz: la ingeniería genética, las tecnologías de interven-ción para el cerebro, la inteligencia artificial y la nanotecnología, así como una tecnociencia prospectiva de la que no carecerá el genio del hombre en su búsqueda por la perfección. Cier-tas críticas asimilan el transhumanismo con Un mundo feliz de Aldous Huxley, sin embargo la comparación no es acertada, pues el modelo descrito por Huxley corresponde a una socie-dad totalitaria que práctica una forma radical de eugenesia de Estado. Por su parte, el tran-shumanismo es una utopía tecnocientífica y liberal que reposa sobre la apuesta que hagan

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libremente los seres humanos por las tecnolo-gías del mejoramiento.

Bostrom defiende una idea igualitaria que su-pone un amplio acceso a las tecnologías de me-joramiento, es decir, que cada individuo debe tener la libertad de usar dichas técnicas. Nick Bostrom distingue entre la libertad morfológica (morphological freedom) que es la libertad de transformarse teniendo acceso a los recursos de la tecnociencia, de la libertad reproductiva (reproductive freedom) que es la libertad que tienen los padres para tener los recursos nece-sarios para el diseño genético y las técnicas de reproducción que escojan.

Para los transhumanistas la actitud más sabia consiste en acoger el progreso tecnológico de-fendiendo los derechos del hombre y la libre elección. Si bien admiten los peligros relativos al uso de las tecnologías del mejoramiento y la necesidad moral de identificar y prevenir los riesgos, los transhumanistas consideran que las tecnologías proporcionarán ventajas incomparables para los humanos modificados del futuro. Ellos aceptan la idea de que su programa transhumanista basado en la liber-tad individual de auto–transformarse puede, algún día, desembocar en la creación de un “posthumano”. Desde esta perspectiva, el pro-greso técnico deviene una especie de dogma re-ligioso de carácter cientificista y prometeico. El transhumanismo es una utopía tecnocientífica, es una religión del progreso fundada sobre el imperativo técnico y la idea de la remodelación de la naturaleza y de lo humano.

4. Las dos “voces” del transhumanismo

El comienzo del movimiento transhumanista se remonta al año 1960. El primer transhuma-nismo es de inspiración libertaria, representado

por pensadores como F.M Esfandiary, alias F.M 2030. Para Esfandiary8, un transhumanista es un ser cuyo uso de la tecnología, para su cul-tura y para su modo de vida, establece un lazo evolucionista con la posthumanidad venidera.

Robert Ettinger9 publicó en 1972 una obra lla-mada Man into Superman, en la que defendía las técnicas de la crío preservación con la esperan-za de que algún día la tecnociencia autorice la prolongación de la vida o el acceso a la inmor-talidad. En los años 1980 y 1990, los debates y encuentros entre transhumanistas tuvieron lugar en California, sobretodo en UCLA. Se cree que estaban en esos encuentros Max More, fun-dador del Extropy Institute y su esposa Natasha Vita–More, especialista en el arte transhuma-nista, los pioneros de la inteligencia artificial (Marvin Minsky), de la robótica (Hans Moravec, Raymond Kurzwell) y de la nanotecnología (Eric Dexler). En su obra Principles of Extropy, Max More10 define el transhumanismo como una filosofía que tiene como objetivo guiar a los hombres hacia una condición posthumana.

A finales de 1990 el transhumanismo bajo la influencia de los filósofos Nick Bostrom y Julian Savelescu toma una nueva dimensión, más seria y académica. En 1998 Nick Bostrom y David Pearce fundan la World Transhumanist Association (WTA), una organización que tiene como propósito popularizar y darle una nue-va legitimidad al discurso transhumanista en las esferas económica y científica. Dos de los principales filósofos transhumanistas actuales, Nick Bostrom y Julian Savulecu, son titulares de prestigiosos puestos universitarios11. El pri-

8 ESFANDIARY, Fereidoun M. Up-Wingers: A Futurist Manifesto. New York: John Day Co, 1973, 146p.

9 ETTINGER, Robert. Man into Superman. New York: St. Martin’s Press, 1972, 428p.

10 MORE, Max. Principles of Extropy. Version 3.11. 2003. Disponible desde: http://www.extropy.org/principles.htm

11 Para una perspectiva sobre la ética del mejoramiento humano que proponen los distintos transhumanistas, ver: SAVULESCU, Julian & Bostrom, Nick (Eds). Op. cit.

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mero es director del Future of Humanity Institute y profesor de filosofía en la Universidad de Oxford12, mientras que el segundo es director del Oxford Uehiro Center for Practical Ethics y profesor de filosofía y ética aplicada en la uni-versidad de Oxford.

En 2002 la WTA adopta la Declaración Tran-shumanista, un texto que resume los temas principales de la filosofía transhumanista. Los transhumanistas aplican una política prose-litista activa vía Internet. En 2008 la WTA toma un nuevo nombre, Humanity Plus o H+. El Humanity Plus publica la revista H+ que difunde las ideas transhumanistas. En 2009 Ray Kur-zweil y Meter Diamandis anuncian la funda-ción de la Singularity University, cuyo objetivo es el de “juntar y educar un grupo de líderes con el fin de facilitar el desarrollo exponencial de las tecnologías, para así poder responder a los desafíos de la humanidad”. Fue fundada por Google, Autodesk, ePlanet Ventures y un grupo de líderes de la industria, la sede de la Singu-larity University se encuentra en el NASA’s Ames Research Center de Mountain View en California.

Para realizar la transformación del ser humano en posthumano los transhumanistas proponen dos vías diferentes y eventualmente comple-mentarias, estas son la vía IA o de la singula-ridad y la vía biológica. La vía IA o de la sin-gularidad se basa en los aportes de la robótica y de la inteligencia artificial para crear máquinas nuevas dotadas de sensibilidad y de conciencia, las que pueden terminar por remplazar al ser humano. La vía biológica cuenta con el progre-so de las tecnologías de lo viviente (biotecno-logía, genética, nanotecnología, neurociencia) para realizar una modificación directa de la estructura biológica del hombre.

12 La mayoría de los artículos de Bostrom están disponibles en su página: www.nickbostrom.com

La vía IA o de la singularidad ha sido defendida por pensadores como Vernor Vinge, Marvin Minsky, Hans Moravec y Ray Kurzweil. El ma-temático y autor de ciencia ficción Vernor Vinge fue el primero en ligar la creación de máquinas inteligentes al concepto de singularidad. En un artículo publicado en 1983 en la revista Omni, Vinge escribió:

We will soon create intelligences greater than our own. When this happens, human history will have reached a kind of singularity, an intellectual transition as impenetrable as the knotted space-time at the center of a black hole, and the world will pass far beyond our un-derstanding. This singularity, I believe, already haunts a number of science-fiction writers13.

En ese espíritu, la singularidad consiste en la llegada de una máquina inteligente que va a remplazar al ser humano. En un artículo di-vulgado en un coloquio en la NASA en 1993, Vinge explica lo que entiende por singularidad:

What is The Singularity? The acceleration of technological progress has been the central feature of this century. I argue in this paper that we are on the edge of change comparable to the rise of human life on Earth. The precise cause of this change is the imminent creation by technology of entities with greater than human intelligence. There are several means by which science may achieve this breakthrough14.

Y continúa: “Within thirty years, we will have the technological means to create superhuman intelligence. Shortly after, the human era will be ended”15.

En su obra The singularity is Near, Ray Kur-zweil retoma y desarrolla el tema de una Singu-

13 VINGE, Vernor. First Word. Omni magazine. January of 1983.14 VINGE, Vernor. Technological singularity. VISION-21 Symposium

sponsored by NASA Lewis Research Center and the Ohio Aerospace Institute, March 30-31, 1993.

15 Ibid.

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laridad causada por el incremento exponencial de los poderes tecnológicos del ser humano16.

Por su parte, la vía biológica ha sido conside-rada por los autores transhumanistas Gregory Stock y Julian Savulecu. En su obra Redisigning Humans, Gregory Stock anuncia el triunfo de la tecnología de elección germinal17. Stock está convencido de que la modificación genética del ser humano constituye una consecuencia lógica del progreso realizado por la investigación, por ejemplo la fertilización in vitro, la terapia génica, la cartografía del genoma humano y la inserción de cromosomas artificiales. Todos estos avances tecnocientíficos le abren la puerta a la tecnología de elección germinal. Una vez se inscriba en el campo terapéutico, esta tecnología será utilizada para los fines del mejoramiento.

En este orden de ideas, el desarrollo de la tecnolo-gía de elección germinal será alimentado por los ciudadanos que no se resistirán a las nuevas y ten-tadoras posibilidades de la biotecnología, como la mejora de los desempeños corporales y cognitivos, la lucha contra el envejecimiento, la prolongación de la vida, produciendo niños portadores de un patrimonio genético modificado. En este sentido, la modificación del ser humano se vuelve la con-secuencia lógica del progreso tecnocientífico.

5. De la transformación inevitable de la estructura biológica del ser humano: modificaciones genéticas en el campo del deporte

Helping athletes was the last thing on my mind. But every time a new genetic study about boos-

16 KURZWEIL, Ray. The Singularity is Near: When Humans Transcend Biology. New York: Viking Press, 2005, 652p.

17 STOCK, Gregory. Redesigning Humans: Our Inevitable Genetic Future. New York: Houghton Mifflin Company, 2002, 277p.

ting muscle quality or blood supply or bone strength is published, the calls start up again. These people cruise the internet for anything they think could give them a chance to become stronger, faster athletes18.

El deporte competitivo puede convertirse en uno de los principales laboratorios del enhan-cement19. En general los atletas aceptan correr riesgos, es decir, recurrir a productos dopantes o a tecnologías experimentales para mejorar su desempeño. De esta forma para poder ganar competiciones, batir records o ganar medallas ciertos deportistas están listos para convertirse en sujetos de una vasta experimentación, reali-zada en la clandestinidad. El encuentro entre el deporte y la biotecnolgía del mejoramiento sus-cita cuestiones éticas, filosóficas y de políticas deportivas que no tienen respuestas sencillas.

En el siglo XX, el doping en el deporte ha evolu-cionado al ritmo del progreso farmacéutico (an-fetaminas, esteroides, hormonas de crecimiento y la eritropoyetina). Después de algunos años, el desarrollo de la terapia génica ha tenido como resultado nuevas herramientas para el mejoramiento del desempeño en el deporte. La desaparición de los límites entre la medicina terapéutica y la del mejoramiento, puede ser ilustrada por el ejemplo del uso potencial de las terapias génicas en el deporte.

En este sentido, terapia génica aporta técnicas que permiten la modificación de funciones fisiológicas relacionadas con el desempeño de-portivo. Así, las tecnologías de recombinación genética podrían contribuir no solamente a la disminución de los síntomas de la distro-fia muscular, sino también a reforzar el vigor muscular en las personas mayores y a mejorar

18 SWEENEY, Lee. Citado por: McKIE, Robin. The drugs do work [en línea]. The Observer Sport Monthly, 2007. Disponible desde: http://www.guardian.co.uk/science/2007/feb/04/drugs.genetics

19 QUEVAL, Isabelle. S’accomplir ou se dépasser. Essai sur le sport contemporain. París: Gallimard, 2004, 352p.

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el desempeño de los deportistas. Una decena de genes que afectan el desempeño de los de-portistas y susceptibles de ser modificados por recombinación genética han sido identificados. En este orden de ideas, unos científicos han creado ratones transgénicos dotados de “capa-cidades atléticas” excepcionales20.

Una de las primeras experiencias de la recom-binación genética susceptible de tener conse-cuencias sobre el mejoramiento del desempeño deportivo fue realizada por Se–Jin Lee, un profesor de biología molecular en el Johns Hop-kins Medical School en Baltimore. Lee identificó la función de la miostatina, una proteína que le dice a los músculos cuándo deben parar de crecer. Experimentando con el ratón, Lee logró desactivar el gen del animal que hacía posible la síntesis de la miostatina, con ello obtuvo que los músculos del ratón hicieran hipertro-fia. Una vez publicó sus resultados Se–Jin Lee recibió e–mails de pacientes que sufrían de enfermedades musculares, también de atletas y devotos al fisicoculturismo quienes desea-ban aumentar su fuerza muscular de manera artificial, no faltaron los entusiastas que que-rían experimentar las terapias génicas sobre su cuerpo.

En 1998, H. Lee Sweeney, profesor de fisiolo-gía en la Universidad de Pensylvania, publicó los resultados de un experimento con un ra-tón genéticamente recombinado para producir l’IGF–1 (insulin-like growth factor), una sus-tancia que interviene en el anabolismo mus-cular. Los ratones de músculos hipertróficos de Sweeney fueron bautizados por la prensa estadounidense como “Schwarzenegger mice”21. Sweeney recibió numerosos pedidos de atletas

20 FRIEDMANN, Theodore; RABIN, Oliver & FRANKEL, Mark. Gene doping and sport. Science. 2010, vol. 327 (5966), 647–648.

21 REYNOLDS, Gretchen. Outlaw DNA. The New York Times [on line]. June 3, 2007. Available from: http://www.nytimes.com/2007/06/03/sports/playmagazine/0603play-hot.html?page-wanted=all&_r=0

que deseaban beneficiarse rápidamente del pro-greso de la ciencia, cuenta que un entrenador de fútbol americano y un coach de cátcheres lo buscaron dispuestos a someter sus equipos a experimentación genética. Aun cuando Swee-ney les explicaba los peligros que podían co-rrer, algunos atletas seguían dispuestos a correr la experiencia.

Las posibilidades del doping por terapia ge-nética han sido reavivadas por un equipo de trabajo dirigido por Richard Hanson. Los ra-tones genéticamente modificados por Hanson tienen capacidades atléticas excepcionales, su desempeño ha mejorado de manera espectacu-lar. Sobre una banda los ratones pueden correr hasta seis km a la velocidad de 20 metros por minuto, cuando un ratón normal se detiene a los 200 metros. Estas modificaciones están relacionadas a la sobreexpresión de un gen en el músculo esquelético, éste es la enzima “phosphoenolpyruvate carboxykinase cytosoli-que” (PEPCK–C). Esta enzima es la responsable de la síntesis de la glucosa, el “carburador” de las células y del glicerol que se encuentra en la grasa. El mejoramiento de la capacidad de los ratones para correr se explica por la alta pro-ducción de oxígeno, más de un 40 %, y la poca producción de ácido láctico. En una entrevista para el periódico britanico The Independan, Richard Hanson admite que el conocimiento adquirido por esas investigaciones podría ser-vir para desarrollar medicamentos que mejoren el desempeño muscular, lo que, según él, hace “muy posible” que la finalidad de esas molécu-las cambie y sean utilizadas por los deportistas con el fin de doparse.

Si gracias a las nuevas tecnologías genéticas los atletas pueden bloquear la expresión del gen de la miostatina y aumentar la producción de IGF–1 o de PEPCK–C, la modificación que-dará inscrita en su genoma. La única forma

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de detectar la modificación en ese punto sería recurrir a la biopsia muscular, una técnica que difícilmente se usaría en las pruebas regulares de anti–doping. Decenas de genes para mejorar el desempeño deportivo y susceptibles a la modificación genética han sido identificados. Muchos atletas y entrenadores siguen con aten-ción e interés el progreso de las investigaciones sobre las bases genéticas del desempeño depor-tivo. Las tentativas de que sean utilizados para el deporte ya han sido señaladas.

Un entrenador alemán intentó conseguir Re-poxygen, un gen medicinal, vector de transfe-rencia genética que induce la expresión del gen de la eritropoyetina en las células musculares. Asimismo, un laboratorio chino de genética propuso prestar sus servicios con relación a la recombinación genética justo antes de los Juegos olímpicos de Beijing 2008. No se sabe si los ensayos de la terapia genética cuyo fin es el mejoramiento, han desembocado en recom-binaciones efectivas del ADN y han dado los resultados buscados, pero lo que es sí es seguro es la llegada inminente de dichas tecnologías al mundo deportito.

Después de 2003, la comisión de genética de la Agencia mundial de anti–doping ha financia-do la investigación para detectar la presencia de genes artificialmente recombinados en el organismo o virus que sirvan como vehículos para la transferencia genética, pero hasta hoy ningún proyecto ha tenido como resultado un examen de sangre o de orina válido. El doping genético no puede ser detectado, sino es por medio de una biopsia de los músculos de los atletas. El día que esas tecnologías del mejora-miento se conviertan en una realidad dentro de los deportes, serán extremadamente difíciles de detectar. Para los que controlan el doping en las distintas competencias, identificar a los “tram-posos” será una tarea aún más delicada.

Más allá del debate de si estamos en pro o con-tra del doping, tenemos el sentimiento de que es imposible detener la llegada al deporte de ciertas formas biotecnológicas del mejoramien-to. Como dice Ted Friedmann, un especialista estadounidense en la aplicación de terapias genéticas en la medicina deportiva:

¿Por qué pensamos que los avances genéticos en el mejoramiento del desempeño deportivo son inevitables? En principio, porque los atletas quieren tomar el riesgo. Son personas jóvenes y con buena salud que se creen invulnerables y las que sabemos que están dispuestas a tomar los riesgos. Las encuestas muestran que la mayoría de ellos aceptarían perder 20 años de su vida si se les asegura que ganarán una medalla en los próximos Juegos olímpicos. Ellos tomarían los riesgos por ganar la medalla. Existe presión financiera y patriótica para estimular el desem-peño de los atletas y que así ganen. Nosotros sabemos que los atletas ya recurren al doping y que están informados sobre las tecnologías de transferencia de ADN y sobre las terapias génicas. Dicha tecnología es imperfecta, pero progresa rápidamente. También sabemos de numerosos experimentos en terapia génica que utilizan genes importantes para el desempeño deportivo, como lo son el de la eritropoyetina y la hormona de crecimiento entre otros. Existen enormes presiones en el seno del mundo depor-tivo que hacen que el camino de la modificación genética sea una verdad inevitable22.

H. Lee Sweeney comparte la opinión de Fried-man, para él, si una sustancia como el IGHF–1 puede ser utilizada sin peligro en el común de la gente para evitar el deterioro muscular cau-sado por el envejecimiento, va ser muy difícil evitar que los atletas lo utilicen23.

22 FRIEDMANN, Ted. Potential for genetic enhancement in Sports (transcript) [on line]. July 11 2002. Available from: http://bioeth-ics.georgetown.edu/pcbe/transcripts/jul02/session4.html

23 “But, you know, if you take it away from the athletic context, which sort of muddies the whole thing, then I think of it as a preventative measure. I think if the level of safety was absolutely demonstrable that there was zero risk, then I think every person

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¿Además por qué prohibir la toma de una sus-tancia que más allá de sus poderes dopantes, puede disminuir el deterioro causado por el en-vejecimiento en los músculos? Siguiendo los ra-zonamientos de Friedman y de Sweeney, existe un destino tecnológico inherente al deporte de alto nivel. Lo queramos o no, el escenario relativo a la evolución del deporte competiti-vo implica una utilización creciente del genio biotecnológico para mejorar el desempeño de-portivo. Encontramos en la otras áreas de la medicina del mejoramiento la idea inevitable del progreso tecnocientífico, ejemplos de esto son la lucha contra la vejez, la prolongación de la vida, la modificación de la esfera cognitiva y la selección y modificación de embriones humanos. En este orden de ideas, el deporte de alto nivel puede constituir uno de los laborato-rios más grandes para la experimentación del mejoramiento de la funciones del ser humano, sin embargo, los peligros de la medicina del mejoramiento no pueden ser olvidados, par-ticularmente si nos lleva por el camino de la auto–modificación evolutiva proclamada por los transhumanistas.

La ausencia absoluta de la esencia ética y teó-rica en el reino de la técnica ha conducido a Gilbert Hottois24 a crear el concepto de trascen-dencia negra (oscura), una metáfora metafísica

would want to be treated in this way when they’re young enough so that, you know, you would never lose muscle function as you got old, I mean, assuming that you could show that there was no down side to it.

At least from my limited viewpoint, I would see it that way and this is what I had said and actually the popular press article that I gave you. I think if we come to a point where there’s no safety issue at all and no specter of germ line transmission or anything else and all you get out of it is you stay strong as you get old so that you can get around and have a better quality of life, it would be hard for me to believe that wouldn’t then gain acceptance.

And when that gains acceptance in the population in general, then, you know, the athletic government agencies are just going to have to deal with it because whatever enhancement it provides to those athletes the public is not going to care about” (SWEENEY, Lee. Genetic Enhancement of Muscle [on line]. September 13, 2002. Available from: http://bioethics.georgetown.edu/pcbe/transcripts/sep02/session7.html).

24 HOTTOIS, Gilbert. Essais de philosophie bioéthique et biopolitique. París: Vrin, 1999, 189p.

que designa la experiencia de la primacía de lo operatorio, una experiencia de la opacidad y de la apertura sin límites del futuro. El futuro no puede anticiparse; nadie puede afirmar que algún día se hará realidad el sueño de los tran-shumanistas (la pesadilla de los bioconserva-dores), en el que se llegue a una modificación profunda de la estructura biológica del ser humano, sin embargo, más allá de los debates éticos y filosóficos sobre estas cuestiones, nos queda el sentimiento de que la transformación tecnocientífica del ser humano es casi que in-eludible.

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13. REYNOLDS, Gretchen. Outlaw DNA. The New York Times [on line]. June 3, 2007. Availa-ble from: http://www.nytimes.com/2007/06/03/sports/playmagazine/0603play-hot.html?pagewanted=all&_r=0

14. ROTHMAN, Sheila & ROTHMAN, David. The Pur-suit of Perfection: The Promise and Perils of Medical En-hancement. New York: Pantheon Books, 2003, 320p.

15. SAVULESCU, Julian & Bostrom, Nick (Eds). Human Enhancement. Oxford University Press, 2009, 432p.

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Biodiversité, philosophie transhumaniste et Avenir de l’homme*

Biodiversidad, filosofía transhumanista y el futuro del hombre

Jean–Noël Missa**

Résumé

Cet article s’intéresse sur la possible création d’une “biodiversité” au sein de l’espèce humaine. Certains scientifiques et philosophes transhumanistes défendent aujourd’hui un progressisme prométhéen de trans-formation de la nature humaine par la technologie. Cette utopie technoscientifique ayant pour objectif l’amélioration de l’être humain s’appuie sur les pouvoirs nouveaux de la biomédecine. Du point de vue des technologies convoquées autant que de la relation à l’être humain, les spéculations posthumanistes osci-llent entre deux orientations. La première se situe davantage dans le prolongement du transhumanisme, c’est-à-dire de la transformation biophysique de l’être humain; cette voie accentue soit les technosciences du vivant (biotechnologie, génétique, neuroscience) soit les technologies prothétiques et cybernétiques. La seconde orientation est “externe” car elle ne passe pas par une telle transformation. Elle extrapole à partir des recherches et inventions dans les domaines de la robotique et de l’intelligence artificielle (IA).

Mots clés: transhumanisme, médecine d’amélioration, posthumanisme, biotechnologie, bioconservateurs, Bioéthique.

Resumen

Este artículo se interesa por la posible creación de una “biodiversidad” en el seno de la especie humana. Ciertos científicos y filósofos transhumanistas defienden hoy un progresismo prometeico de transformación de la naturaleza humana por la tecnología. Esta utopía tecnocientífica que tiene como objetivo el mejora-miento del ser humano se apoya en los nuevos poderes de la biomedicina. Desde el punto de vista tanto de las tecnologías convocadas como de la relación con el ser humano, las especulaciones posthumanistas oscilan entre dos orientaciones : la primera se sitúa más en el desarrollo del transhumanismo, es decir en la transformación biofísica del ser humano, esta vía acentúa tanto las tecnologías de lo viviente (biotecnología, genética, neurociencia) como las tecnologías protéticas y cibernéticas ; la segunda orientación es “externa” pues ella no pasa por tal transformación. Ella extrapola a partir de las investigaciones e invenciones en los dominios de la robótica y de la inteligencia artificial (IA).

Palabras clave: transhumanismo, medicina del mejoramiento, posthumanismo, biotecnología, bioconser-vadores, Bioética.

* Artículo de reflexión. Este documento que recoge las ideas y argumentos presentados durante el XVIII Seminario Internacional de Bioética “Bioética, biodiversidad y bienestar común”, realizado en la Universidad El Bosque –Bogotá, Colombia–, agosto de 2012 en conjunto con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos “Alexander Von Humboldt”. Documento entregado el 25 de agosto de 2012 y aprobado el 17 de junio de 2013.

** Médico. Doctor en filosofía. Co-director del Centre de Recherches Interdisciplinaires en Bioéthique (CRIB) de la Universidad Libre de Bruselas. Coordinador del DEA en Histoire, Ethique et Philosophie des Sciences Biomédicales de la Universidad Libre de Bruselas. Correo electrónico. [email protected]

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Introduccion

Pour aborder la question de l’avenir de l’être humain, il convient de distinguer le temps court du temps long. À l’échelle géologique et paléontologique (temps long), la réalité est loin d’être idyllique. Même si l’évolution permet à certains êtres chanceux de résister pour un temps aux aléatoires changements de milieu, il reste que d’innombrables espèces, des genres, des familles même se sont succédé sur notre planète sans laisser la moindre descendance. Il faut rappeler, à cet égard, que cinq extinctions massives ont eu lieu ces dernières 440 millions d’années, au cours desquelles 60 à 90 % des espèces ont disparu du globe. À l’échelle de l’histoire (temps court), la remarquable inven-tivité de l’homme suggère un épanouissement sans précédent par rapport aux autres formes du vivant. Le développement technologique re-cule sans cesse les limites de notre maîtrise de la nature. Ainsi que l’a constaté le grand biolo-giste E.O. Wilson, les règles suivant lesquelles l’évolution peut se produire sont sur le point de changer de façon fondamentale.

Grâce aux avancées de la génétique et de la biologie moléculaire, les changements héré-ditaires relèveront bientôt de moins en moins de la sélection naturelle que de choix sociaux. Possédant une connaissance exacte de ses gè-nes, l’humanité pourra d’ici quelques dizaines d’années, si elle le souhaite, sélectionner et pren-dre rapidement une nouvelle direction évolutive. (…) La perspective de cette évolution volontaire — une espèce décide de sa propre hérédité — met l’humanité face à des choix intellectuels et éthiques d’une profondeur jamais atteinte1.

C’est le débat éthique et scientifique sur la modi-fication de l’espèce humaine et l’éventuelle créa-tion artificielle d’une biodiversité de l’humain que j’aimerais aborder ici, à travers une étude

1 WILSON, Edward O. L’unicité du savoir. De la biologie à l’art, une même connaissance. Paris: Robert Laffont, 2000, p. 360.

critique des discussions autour de la médecine d’amélioration et du transhumanisme.

1. Transhumanisme et progressisme prométhéen

Les penseurs transhumanistes proposent l’adhésion à un programme de modification te-chnoscientifique de l’être humain. Les défenses les plus argumentées du transhumanisme se trouvent dans les textes des philosophes Nick Bostrom, Julian Savulescu2 et James Hughes. Le transhumanisme est un mouvement qui s’est développé au cours des deux dernières décen-nies. Nick Bostrom, qui reprend à Condorcet le concept de perfectibilité de l’être humain, affir-me que le transhumanisme doit être considéré comme un prolongement de l’humanisme des Lumières. Condorcet définit le progrès comme le perfectionnement continu et sans fin du genre humain, “marchant d’un pas ferme et sûr dans la route de la vérité, de la vertu et du bon-heur”. On retrouve chez Condorcet l’idée que la marche en avant constitue la marche du genre humain vers sa perfection, vers son bonheur.

La notion de perfectibilité, l’aptitude à pro-gresser du genre humain, la transformation graduelle du moins bien en mieux — joue un rôle central dans la pensée de Condorcet. Dans les dernières pages de son Esquisse d’un tableau historique des progrès de l’esprit humain, il conclut que la perfectibilité de l’homme est indéfinie. Mais il admet qu’il n’a supposé à l’homme que les mêmes facultés naturelles, que la même organisation. “Quelles seraient donc pour l’homme la certitude, l’étendue de ses espérances si l’on pouvait croire que ces facultés naturelles elles-mêmes, cette organi-sation sont aussi susceptibles de s’améliorer”.

2 Ver: SAVULESCU, Julian & Bostrom, Nick (Eds). Human En-hancement. Oxford University Press, 2009, 432p.

HARRIS, John. Enhancing Evolution. The Ethical case for Making People Better. New Jersey: Princeton University Press, 2007, 242p.

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Cette question ouvre la voie, par exemple, à l’augmentation de la durée de la vie humaine, mais aussi à l’amélioration physique, intellec-tuelle et morale de l’espèce humaine.

L’idée du progrès comme “marche en avant” est intimement lié à la notion de médecine d’amélioration, une médecine dont l’objectif n’est plus de guérir mais bien d’améliorer les fonctions physiques et mentales de l’être hu-main. La question de l’amélioration des facultés naturelles de l’homme se trouve au cœur du concept de perfectibilité. La nature humaine doit être conquise, maîtrisée par la science et transformée par la technique. Il s’agit d’un progressisme prométhéen de transformation de la nature (y compris de la nature humai-ne) qui s’élabore sur une pluralité d’héritages intellectuels: projet baconien d’accroissement de la puissance humaine par l’augmentation du savoir scientifique, programme cartésien de maîtrise de la nature, perspectives de Condorcet sur l’amélioration indéfinie des facultés nature-lles de l’homme, théories eugénistes de Galton… Cet imaginaire prométhéen mêlant optimisme historique et utopisme technicien mâtiné de scientisme se retrouve dans divers contextes: chez les adeptes communistes de l’Homme Nouveau, chez les eugénistes de l’entre-deux-guerres, chez des scientifiques contemporains et surtout, en ce début de 21e siècle, chez les penseurs transhumanistes qui veulent “amélio-rer” l’être humain en le transformant technos-cientifiquement.

2. L’avènement de la médecine d’amélioration

Certains scientifiques et philosophes défendent aujourd’hui un progressisme prométhéen de transformation de la nature humaine par la technologie. Cette utopie technoscientifique ayant pour objectif le “perfectionnement” de

l’être humain s’appuie sur les pouvoirs nou-veaux de la biomédecine. L’effacement des fron-tières entre médecine thérapeutique classique et médecine d’amélioration constitue une des caractéristiques principales de la biomédecine du XXIème siècle.

Dans la biomédecine contemporaine, les nou-veaux médicaments et technologies thérapeuti-ques peuvent être utilisés non seulement pour soigner le malade mais aussi pour améliorer certaines capacités humaines. Cette évolution représente un changement de paradigme dans la pratique médicale. En 2003, un document contribua à légitimer ce domaine nouveau de l’activité biomédicale, la médecine non théra-peutique ou médecine d’amélioration. Il s’agit d’un rapport du President’s Council on Bioethics3, le comité de bioéthique des Etats-Unis, entiè-rement consacré à la médecine non thérapeu-tique.

La parution de ce rapport intitulé Beyond the-rapy: Biotechnology and the pursuit of happiness montre bien que ces questions liées à la mé-decine d’amélioration et à la transformation biologique de l’être humain ne relèvent plus seulement de la biologie-fiction mais bien aussi de la réalité de la technoscience contemporaine. Le rapport envisage quatre thèmes: la sélec-tion et l’éventuelle modification génétique des embryons (chapitre 2 intitulé Better children), l’amélioration des performances athlétiques (chapitre 3: Superior performance), la prolon-gation de la vie (chapitre 4: Ageless bodies), la modification de l’humeur et des fonctions cognitives (chapitre 5: Happy souls). Les techno-logies d’amélioration (enhancement technologies) concernent donc aujourd’hui presque tous les domaines de la biomédecine: design génétique, modification des fonctions cognitives et émo-

3 THE PRESIDENT’S COUNCIL ON BIOETHICS. Beyond therapy: Biotechnology and the pursuit of happiness. A Report by the Presi-dent’s Council on Bioethics. New York: Dana Press, 2003, 353p.

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tionnelles, augmentation de la durée de vie, amelioration des performances sportives.

Si l’on prend l’exemple des fonctions cognitives et émotionnelles, on peut mentionner le Pro-zac, un antidépresseur que le psychiatre Peter Kramer eut l’idée de prescrire non seulement à ses patients mélancoliques mais aussi à des su-jets qui n’avaient aucun trouble psychiatrique, pour qu’ils se sentent “mieux que bien”, selon l’expression devenue fameuse de Kramer . La Rilatine (méthylphénidate chlorhydrate), une amphétamine souvent donnée à des enfants pour soigner des troubles attentionnels, peut aussi améliorer les fonctions cognitives d’un adolescent qui ne souffre d’aucun trouble par-ticulier mais qui décide seul ou à l’instigation de ses parents de se doper aux amphétamines pour maximiser ses chances de succès lors d’un examen scolaire. Apparaît ainsi souvent pour les nouveaux produits un usage “off label” qui devient parfois plus fréquent que l’indication thérapeutique classique. Le Provigil (modafi-nil), par exemple, est un médicament qui est donné dans le traitement de la narcolepsie mais qui permet aussi à une personne ordinaire de rester plus longtemps éveillée. Une enquête ré-cente a montré que la prise de dopants cognitifs permettant d’améliorer les performances aca-démiques était devenue une pratique courante dans les universités américaines4.

Les substances utilisées par les sportifs pour améliorer leur performance, des produits com-me les amphétamines, l’érythropoïétine, les cor-ticoïdes ou l’hormone de croissance ont d’abord été utilisées à des fins thérapeutiques. De la même façon, des technologies médicales com-me la thérapie génique ou l’injection de cellules souches sont susceptibles d’être appliquées à des fins mélioratives chez les sportifs. Cette évolution représente un changement de para-

4 MAHER, Brendan. Poll results: look who’s doping. Nature. 2008, vol. 452: 674–675.

digme dans la pratique médicale. Au sein de la médecine classique, thérapeutique, s’est dévelo-ppée, insensiblement, une autre médecine dont l’objectif n’est plus de guérir, mais d’améliorer, une “médecine dopante”. Dans son ouvrage Better than Well, le philosophe et bioéthicien Carl Elliott5 s’est livré à une analyse des mul-tiples aspects des technologies d’amélioration (enhancement technologies) dans la société amé-ricaine contemporaine.

Depuis une dizaine d’années, aux Etats-Unis d’abord puis en Europe, de nombreux auteurs —édecins, philosophes, bioéthiciens, juris-tes— se sont penchés sur le thème des techno-logies d’amélioration6. La médecine n’est plus uniquement thérapeutique. Certains attendent d’elle qu’elle intervienne dans l’amélioration des performances et dans le “perfectionnement” de l’humain.

3. Les transhumanistes et la transformation de l’humain

“No matter how intricate the design is, it may still be enhanced, even if the result might be unusual or unimagined. Biology has no fixed boundaries, only opportunities”7.

La volonté des transhumanistes de transformer l’humain a évidemment suscité des débats ani-més. Depuis une dizaine d’années, aux Etats-Unis d’abord puis en Europe, de nombreux auteurs se sont penchés sur le thème des tech-nologies d’amélioration. De façon schématique,

5 ELLIOTT, Carl. American Medicine Meets the American Dream. New York: W. W. Norton, 2003, 384p.

6 MISSA, Jean–Noël et PERBAL, Laurence (Eds). Enhancement. Ethique et philosophie de la médecine d’amélioration. Paris: Vrin, 2009, 224p.

7 ROTHMAN, Sheila & ROTHMAN, David. The Pursuit of Perfec-tion: The Promise and Perils of Medical Enhancement. New York: Pantheon Books, 2003, 320p.

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il est possible de répartir les protagonistes du débat éthique et philosophique sur la question en trois groupes: les bioconservateurs, les pen-seurs libéraux et les transhumanistes.

Chez les bioconservateurs (Leon Kass, Jürgen Habermas, Michael Sandel, Francis Fukuya-ma, Bill McKibben), c’est le sentiment de peur qui domine. Ils s’inquiètent des risques pour la santé et des conséquences sur la justice sociale. Ils pensent que les biotechnologies d’amélioration posent des problèmes éthiques fondamentaux qui touchent à l’essence même de l’être humain. Ces problèmes ont trait à la question de la nature humaine et de la dignité humaine qui seraient mises en danger par les biotechnologies. Le “donné naturel” serait ainsi menacé par la démesure d’un homme devenu maître et possesseur de sa propre nature. Pour le penseur bioconservateur Francis Fukuyama, le transhumanisme constitue ainsi l’ “idée la plus dangereuse au monde”.

Les penseurs libéraux (Jonathan Glover, Ronald Dworkin, Nicholas Agar, Alex Mauron, John Harris, Arthur Caplan) estiment que la décision d’utiliser des technologies d’amélioration relève largement de la liberté individuelle. Même s’ils sont prêts à défendre l’idée d’une modification biotechnologique de l’être humain au nom du respect de la liberté individuelle et du prin-cipe de non–nuisance, les penseurs libéraux n’adhèrent pas pour autant au mouvement uto-piste et hypertechnophile que représente le transhumanisme, ni à la dimension quasi-religieuse du mouvement. Les transhumanistes sont des prophètes qui encouragent la trans-formation de l’homme par la technoscience, l’objectif des transhumanistes est que chaque personne puisse bénéficier d’un usage rationnel des biotechnologies d’amélioration.

L’enthousiasme technophile des transhumanis-tes est sans limite. Si on applique leur projet,

les transhumanistes nous promettent une mei-lleure santé, une vie plus longue, un intellect amélioré, des émotions enrichies et, bien sûr, un bonheur indicible. Leur programme, qui peut être résumé par le slogan «Living longer, healthier, smarter and happier», est de trans-cender les formes actuelles de l’être humain. Le transhumanisme, c’est l’humanisme des Lumières plus les technologies.

Pour améliorer l’être humain et le rendre plus heureux, toutes les technosciences sont convo-quées: l’ingénierie génétique, les technologies d’intervention sur le cerveau, l’intelligence arti-ficielle, les nanotechnologies ainsi qu’une tech-noscience prospective que le génie de l’homme ne manquera pas de mettre au point dans sa quête de perfection… Certains critiques ont assimilé le transhumanisme au Meilleur des Mondes d’Aldous Huxley. Mais la comparaison ne tient pas. Le modèle que décrit Huxley co-rrespond à une société totalitaire qui pratique une forme radicale d’Eugénisme d’Etat. Le tran-shumanisme est une utopie technoscientifique et libérale qui repose sur le pari que les hom-mes choisiront librement d’avoir recours aux technologies d’amélioration.

Bostrom défend l’idée égalitarienne d’un large accès à ces technologies. Chaque individu de-vrait avoir la liberté d’user de ces techniques. Nick Bostrom distingue liberté morphologique (morphological freedom), la liberté de se trans-former en ayant recours à la technoscience, et liberté reproductrice (reproductive freedom), la liberté des parents d’avoir recours au design génétique et aux techniques de reproduction de leur choix.

Pour les transhumanistes, l’attitude la plus sage consiste donc à embrasser le progrès tech-nologique en défendant les droits de l’homme et la liberté de choix. Même s’ils admettent les dangers relatifs à l’utilisation des technologies

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d’amélioration et la nécessité morale d’identifier et de prévenir ces risques, les transhumanistes considèrent que les technologies fourniront des avantages incomparables aux humains modifiés du futur. Ils acceptent l’idée que le programme transhumaniste basé sur la liberté individuelle de s’autotransformer puisse un jour aboutir à la création d’un “posthumain”. Dans cette optique, le progrès technique devient une sorte de dogme religieux à caractère scien-tiste et prométhéen. Le transhumanisme est une utopie technoscientifique, une religion du progrès fondé sur l’impératif technicien et l’idée du remodelage de la nature et de l’humain.

4. Les deux “voies” du transhumanisme

Le début du mouvement transhumaniste date des années 1960. Le premier transhumanisme est d’inspiration libertarienne. Il est représenté par des penseurs comme F.M. Esfandiary, alias F.M. 2030. Pour Esfandiary8, un transhuma-niste est un être qui par son usage de la tech-nologie, par sa culture et par son mode de vie établit un lien évolutionniste avec la posthu-manité à venir.

Robert Ettinger9 publie en 1972 un ouvra-ge intitulé Man into Superman. Il plaide pour l’utilisation des techniques de cryopréserva-tion, dans l’espoir qu’un jour la technoscience autorise la prolongation de la vie ou l’accès à l’immortalité. Dans les années 1980 et 1990, des débats et des rencontres de transhumanis-tes ont lieu en Californie, notamment à UCLA. On y croise Max More, fondateur de l’Extropy Institute, son épouse Natasha Vita–More, spé-cialiste de l’art transhumaniste, des pionniers

8 ESFANDIARY, Fereidoun M. Up-Wingers: A Futurist Manifesto. New York: John Day Co, 1973, 146p.

9 ETTINGER, Robert. Man into Superman. New York: St. Martin’s Press, 1972, 428p.

de l’intelligence artificielle (Marvin Minsky), de la robotique (Hans Moravec, Raymond Kur-zweil), des nanotechnologies (Eric Drexler). Dans ses Principles of Extropy, Max More10 définit le transhumanisme comme une philo-sophie ayant pour but de guider les hommes vers une condition posthumaine.

A la fin des années 1990, le transhumanisme va prendre une nouvelle dimension, plus sérieuse et plus académique, avec les philosophes Nick Bostrom et Julian Savulescu. En 1998, Nick Bostrom et David Pearce fondent la World Tran-shumanist Association (WTA), une organisation visant à populariser le discours transhumanis-te et à lui donner une légitimité nouvelle dans les sphères économiques et scientifiques. Deux des principaux philosophes transhumanistes actuels, Nick Bostrom et Julian Savulescu sont titulaires de prestigieuses chaires universitai-res11. Nick Bostrom est directeur du Future of Humanity Institute et professeur de philosophie à Oxford University12. Julian Savulescu est directeur du Oxford Uehiro Center for Practical Ethics et professeur de philosophie et d’éthique appliquée à l’Université d’Oxford.

En 2002, la WTA adopte la Déclaration Trans-humaniste, un texte résumant les thèmes prin-cipaux de la philosophie transhumaniste. Les transhumansites appliquent une politique de prosélytisme actif notamment via internet. En 2008, la WTA a adopté une nouvelle ap-pellation: Humanity Plus ou H+. Humanity Plus publie H+ magazine qui diffuse les idées tran-shumanistes. En 2009, Ray Kurzweil et Peter Diamandis annoncent la fondation de la Singu-larity University dont l’objectif est «d’assembler

10 MORE, Max. Principles of Extropy. Version 3.11. 2003. Available from: http://www.extropy.org/principles.htm

11 Pour une perspective sur l’éthique de l’amélioration humaine que proposent divers penseurs transhumanistes, voir: SAVULESCU, Julian & Bostrom, Nick (Eds). Op. cit.

12 La plupart de ses articles sont disponibles sur son site: www.nickbostrom.com

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et d’éduquer un cadre de leaders afin de faciliter le développement de technologies à la progres-sion exponentielle pour répondre aux défis de l’humanité». Fondée par Google, Autodesk, ePlanet Ventures et un groupe de laeders de l’industrie, le siège de la Singularity University se trouve au “NASA’s Ames Research Center de Mountain View” en Californie.

Pour réaliser la transformation de l’être humain en posthumain, les transhumanistes envisagent deux voies différentes et éventuellement com-plémentaires: la voie IA/singularité et la voie biologique. La voie IA/singularité se base sur les apports de la robotique et de l’intelligence artifi-cielle pour créer des machines nouvelles dotées de sensibilité et de conscience qui pourraient suc-céder à l’être humain. La voie biologique compte sur les progrès des technologies du vivant (bio-technologie, génétique, nanotechnologie, neuros-cience…) pour réaliser une modification directe de la structure biologique de l’homme.

La voie IA/Singularité a été défendue par des penseurs comme Vernor Vinge, Marvin Mins-ky, Hans Moravec et Ray Kurzweil. Le mathé-maticien et auteur de science-fiction Vernor Vinge fut le premier à lier le concept de singu-larité à la création de machines intelligentes. Dans un article publié en janvier 1983 dans la revue Omni magazine, il écrit:

We will soon create intelligences greater than our own. When this happens, human history will have reached a kind of singularity, an intellectual transition as impenetrable as the knotted space–time at the center of a black hole, and the world will pass far beyond our un-derstanding. This singularity, I believe, already haunts a number of science–fiction writers13.

Dans cet esprit, la singularité consiste en l’avènement d’une machine intelligente qui va

13 VINGE, Vernor. First Word. Omni magazine. January of 1983.

supplanter l’être humain. Dans un article diffu-sé dans le cadre d’un colloque à la NASA en 1993, Vinge précise ce qu’il entend par singu-larité:

What is The Singularity? The acceleration of technological progress has been the central feature of this century. I argue in this paper that we are on the edge of change comparable to the rise of human life on Earth. The precise cause of this change is the imminent creation by technology of entities with greater than human intelligence. There are several means by which science may achieve this breakthrough14.

Et il ajoute: “Within thirty years, we will have the technological means to create superhuman intelligence. Shortly after, the human era will be ended”15.

Dans son ouvrage The Singularity is near, Ray Kurzweil a repris et développé le thème d’une Singularité causée par l’augmentation expo-nentielle des pouvoirs technologiques de l’être humain16.

La voie biologique a été envisagée par des au-teurs transhumanistes comme Gregory Stock et Julian Savulecu. Dans son livre Redisigning Humans, Gregory Stock annonce le triomphe de la technologie du choix germinal17. Stock est convaincu que la modification génétique de l’humain constitue une conséquence logique des progrès réalisés dans divers secteurs de re-cherche: fertilisation in vitro, thérapie génique, cartographie du génome humain, insertion de chromosomes artificiels. Ces avancées technos-cientifiques ouvrent la voie à la technologie du choix germinal. Une fois mise au point et rodée

14 VINGE, Vernor. Technological singularity. VISION-21 Symposium sponsored by NASA Lewis Research Center and the Ohio Aerospace Institute, March 30-31, 1993.

15 Ibid.16 KURZWEIL, Ray. The Singularity is Near: When Humans Transcend

Biology. New York: Viking Press, 2005, 652p.17 STOCK, Gregory. Redesigning Humans: Our Inevitable Genetic

Future. New York: Houghton Mifflin Company, 2002, 277p.

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dans le domaine thérapeutique, cette technolo-gie sera utilisée à des fins d’amélioration.

Le marché sera alimenté par des citoyens qui ne résisteront pas aux nouvelles possibilités alléchantes de la biotechnologie: améliorer les performances corporelles et cognitives, ralentir le vieillissement prolonger la vie, produire des enfants porteurs d’un patrimoine génétique modifié. Dans cette perspective, la modification de l’être humain devient la conséquence logique du progrès technoscientifique.

5. De l’inévitabilité de la transformation de la structure biologique de l’être humain: l’exemple des modifications génétiques dans le sport

Helping athletes was the last thing on my mind. But every time a new genetic study about boos-ting muscle quality or blood supply or bone strength is published, the calls start up again. These people cruise the internet for anything they think could give them a chance to become stronger, faster athletes18.

Le sport de compétition pourrait devenir un des principaux laboratoires de l’enhancement19. Les athlètes acceptent souvent de prendre des risques, y compris celui d’avoir recours à des produits dopants ou à des technologies expé-rimentales, pour améliorer leurs performan-ces. Pour remporter des compétitions, battre des records ou gagner des médailles, certains sportifs sont prêts à devenir les sujets d’une vaste expérimentation menée jusqu’ici dans

18 SWEENEY, Lee. Cité in: McKIE, Robin. The drugs do work [en ligne]. The Observer Sport Monthly, 2007. Disponible desde: http://www.guardian.co.uk/science/2007/feb/04/drugs.genetics

19 QUEVAL, Isabelle. S’accomplir ou se dépasser. Essai sur le sport contemporain. París: Gallimard, 2004, 352p.

la clandestinité. La rencontre du sport et de la biotechnologie d’amélioration soulève des ques-tions d’éthique, de philosophie et de politique sportive qui n’offrent pas de réponses simples.

Au 20e siècle, le dopage dans le sport a évolué au rythme des progrès de la pharmacologie (amphétamines, stéroïdes, hormone de crois-sance, érythropoïétine…). Depuis quelques an-nées, le développement de la thérapie génique a fourni de nouveaux outils pour améliorer les performances dans le sport. L’effacement des frontières entre médecine thérapeutique et mé-decine d’amélioration est parfaitement illustré par l’exemple des usages potentiels de la théra-pie génique dans le sport.

La thérapie génique apporte les techniques permettant la modification génétique de fonc-tions physiologiques liées à la performance athlétique. Les technologies de recombinaison génétique pourraient permettre non seulement d’atténuer les symptômes de maladies comme la dystrophie musculaire, mais aussi de ren-forcer la vigueur musculaire chez les person-nes âgées ou d’améliorer les performances des sportifs. Des dizaines de gènes affectant les performances des sportifs et susceptibles d’être modifiés par recombinaison génétique ont été identifiés. Des scientifiques ont créé des souris transgéniques dotées de “capacités athlétiques” exceptionnelles20.

Une des premières expériences de recombinai-son génétique susceptibles d’avoir des consé-quences sur l’amélioration des performances sportives fut réalisée par Se–Jin Lee, un profes-seur de biologie moléculaire à la Johns Hopkins Medical School de Baltimore. Lee a identifié la fonction de la myostatine, une protéine qui dit aux muscles quand ils doivent arrêter de croître. Expérimentant sur la souris, Lee a inactivé le

20 FRIEDMANN, Theodore; RABIN, Oliver & FRANKEL, Mark. Gene doping and sport. Science. 2010, vol. 327 (5966), 647–648.

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gène de l’animal qui code pour la synthèse de la myostatine. Il obtint des souris aux muscles hy-pertrophiés. Lorsqu’il publia ses résultats, Se–Jin Lee reçut des e-mails de patients souffrant de maladies musculaires, mais aussi d’athlètes ou d’adeptes du body-building désireux d’accroître leur puissance musculaire de façon artificielle, et enthousiastes à l’idée d’expérimenter la théra-pie génique sur leur propre corps.

En 1998, H. Lee Sweeney, professeur de phy-siologie à l’University of Pennsylvania, publia les résultats d’une expérimentation sur une souris génétiquement recombinée pour produire de l’IGF-1 (insulin-like growth factor), une substance intervenant dans l’anabolisme musculaire. Les souris aux muscles hypertrophiés de Sweeney furent baptisées “Schwarzenegger mice”21 par la presse américaine. Sweeney reçut, lui aussi, de nombreuses sollicitations d’athlètes dési-reux de bénéficier rapidement des progrès de la science. Il affirme même avoir été sollicité par l’entraîneur d’une équipe de football américain et par le coach d’une équipe de catcheurs prêts à soumettre toute leur équipe à l’expérimentation génétique. Même quand Sweeney leur expli-quait que c’était dangereux, certains athlètes étaient prêts à tenter l’expérience.

La possibilité d’un dopage par thérapie génique a également été relancée par les travaux d’une équipe dirigée par Richard Hanson. Les souris génétiquement modifiées par Hanson possè-dent des qualités athlétiques exceptionnelles.

Leurs performances sont améliorées de façon spectaculaire. Sur un tapis roulant, elles peu-vent courir jusqu’à six kilomètres à la vitesse de 20 mètres/minute, quand les souris nor-males s’arrêtent au bout de 200 mètres. Ces modifications sont liées à la surexpression

21 REYNOLDS, Gretchen. Outlaw DNA. The New York Times [on line]. June 3, 2007. Available from: http://www.nytimes.com/2007/06/03/sports/playmagazine/0603play-hot.html?page-wanted=all&_r=0

dans le muscle squelettique d’un gène, celui de l’enzyme “phosphoenolpyruvate carboxykinase cytosolique” (PEPCK–C). Cette enzyme est im-pliquée dans la synthèse du glucose, le « carbu-rant » des cellules, et du glycérol, qui se trouve dans les graisses. L’amélioration de la capacité des souris à courir s’explique par leur consom-mation d’oxygène, plus élevée de 40 %, et leur faible production d’acide lactique. Interrogé par le quotidien britannique The Independant, Ri-chard Hanson admet que le savoir acquis grâce à ses recherches pourraient servir à développer des médicaments améliorant les performances musculaires, ce qui, selon lui, rend “très possi-ble” le détournement de telles molécules par des sportifs à des fins de dopage.

Si, grâce aux nouvelles technologies généti-ques, des athlètes pouvaient ainsi, bloquer l’expression du gène de la myostatine, augmen-ter leur production d’IGF–1 ou de PEPCK–C, l’altération serait inscrite dans leur propre géno-me. La seule façon d’identifier la modification serait, à ce stade, d’avoir recours à la biopsie musculaire, une technique difficilement envi-sageable dans le cadre de contrôles antidopage réguliers. Des dizaines de gènes susceptibles d’améliorer les performances athlétiques ont été identifiées et pourraient être modifiés pour améliorer les performances sportives. Certains athlètes et entraîneurs suivent avec attention et intérêt l’évolution de ces recherches sur les ba-ses génétiques des performances sportives. Des tentatives d’utiliser la technologie génétique dans le sport ont déjà été remarquées.

Un entraîneur allemand a essayé d’obtenir du Repoxygen, un “gène médicament”, vecteur de transfert génétique qui induit l’expression du gène de l’érythropoïétine dans les cellules mus-culaires. Un laboratoire chinois de génétique proposait ses services en matière de recombi-naison génétique avant les Jeux Olympiques de Beijing en 2008. On ne sait pas si ces essais

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de thérapie génique à des fins mélioratives ont abouti à des recombinaisons effectives d’ADN et à l’expression des effets recherchés, mais tout semble indiquer que l’avènement de ces tech-nologies dans le monde sportif est imminent.

Depuis 2003, la commission de génétique de l’Agence mondiale antidopage a financé des programmes de recherche pour détecter la prés-ence de gènes artificiellement recombinés dans l’organisme ou de virus servant de véhicules lors de transferts génétiques. Mais, à ce jour, aucun projet n’a abouti à un test validé par voie sanguine ou dans les urines. Le dopage génétique ne peut être découvert qu’en faisant une biopsie des muscles des athlètes. Le jour où ces technologies d’amélioration deviendront une réalité dans le sport, elles seront extrême-ment difficiles à détecter. Pour les contrôleurs de l’antidopage, identifier les “tricheurs” sera alors, plus encore qu’aujourd’hui, une tâche bien délicate.

Au–delà du débat “pour ou contre le dopage”, nous avons le sentiment qu’il est impossible de prévenir l’avènement de certaines formes d’amélioration biotechnologique dans le sport. C’est également l’avis de Ted Friedmann, un spécialiste américain des applications de la thérapie génique en médecine sportive:

Pourquoi pensons-nous que les approches génétiques de l’amélioration des performan-ces sportives soient inevitables? D’abord, les athlètes aiment prendre des risques. Ce sont de jeunes personnes en bonne santé qui se croient invulnérables. Et on sait qu’ils sont prêts à ac-cepter toutes sortes de risques. Des enquêtes de sondage ont montré que la plupart d’entre eux accepteraient de perdre 20 ans de leur vie si on leur assurait une médaille d’or aux prochaines Olympiades. Ils prendraient ce risque pour gagner la médaille. Il existe des pressions finan-cières et patriotiques pour stimuler les athlètes à réaliser des performances et à gagner. Nous

savons que les athlètes ont déjà recours au do-page pharmacologique. Nous savons qu’ils sont informés des technologies de transfert d’ADN et de thérapies géniques. Cette technologie est encore imparfaite mais progresse rapidement. Et nous savons que de nombreuses expérimen-tations en thérapie génique utilisent des gènes qui présentent des intérêts potentiels pour le sportif: gènes de l’érythropoïétine, de l’hormone de croissance… D’énormes pressions existent au sein du monde sportif qui rendent cette di-rection très vraisemblable, et même inévitable22.

H. Lee Sweeney partage le point de vue de Friedmann. Pour Sweeney, si une substance comme l’IGF–1 peut être utilisée sans danger par la population ordinaire pour éviter la dé-gradation de la fonction musculaire liée au viei-llissement, il sera extrêmement difficile d’éviter que des athlètes s’en procurent23.

Au nom de quoi d’ailleurs leur interdire la prise d’une substance qui, au–delà de ses pouvoirs dopants, empêcherait les effets délétères sur la fonction musculaire liés au vieillissement? Si on suit les raisonnements de Friedmann et de Sweeney, il existerait une sorte de destin te-chnologique inhérent au sport de haut niveau.

22 FRIEDMANN, Ted. Potential for genetic enhancement in Sports (transcript) [on line]. July 11 2002. Available from: http://bioeth-ics.georgetown.edu/pcbe/transcripts/jul02/session4.html

23 “But, you know, if you take it away from the athletic context, which sort of muddies the whole thing, then I think of it as a preventative measure. I think if the level of safety was absolutely demonstrable that there was zero risk, then I think every person would want to be treated in this way when they’re young enough so that, you know, you would never lose muscle function as you got old, I mean, assuming that you could show that there was no down side to it.

At least from my limited viewpoint, I would see it that way and this is what I had said and actually the popular press article that I gave you. I think if we come to a point where there’s no safety issue at all and no specter of germ line transmission or anything else and all you get out of it is you stay strong as you get old so that you can get around and have a better quality of life, it would be hard for me to believe that wouldn’t then gain acceptance.

And when that gains acceptance in the population in general, then, you know, the athletic government agencies are just going to have to deal with it because whatever enhancement it provides to those athletes the public is not going to care about” (SWEENEY, Lee. Genetic Enhancement of Muscle [on line]. September 13, 2002. Available from: http://bioethics.georgetown.edu/pcbe/transcripts/sep02/session7.html).

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Biodiversité, philosophie transhumaniste et avenir de l’homme

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Qu’on le veuille ou non, le scénario le plus probable relatif à l’évolution du sport de com-pétition comprend une utilisation croissante du génie biotechnologique pour améliorer les performances. On retrouve l’idée du caractère inéluctable des avancées technoscientifiques dans tous les autres domaines de la médecine d’amélioration (lutte contre le vieillissement & prolongation de la vie, modification de la sphère cognitive, sélection et modification des embryons humains). Le sport de haut niveau pourrait constituer le laboratoire d’une vaste expérimentation à venir sur l’ “amélioration” des fonctions de l’être humain. Les dangers de la médecine d’amélioration ne doivent pas être négligés, en particulier si elle conduit à l’auto-modification évolutive prônée par les transhu-manistes.

L’étrangeté absolue du règne technique par rap-port à l’essence théorique et éthique de l’homme a conduit Gilbert Hottois24 à forger le fascinant concept de transcendance noire, une métaphore métaphysique qui désigne l’expérience du pri-mat de l’opératoire, l’expérience de l’opacité et de l’ouverture sans limites du futur. Le futur est inanticipable. Personne ne peut affirmer qu’un jour le rêve des transhumanistes (le cauchemar des bioconservateurs) se réalisera aboutissant à la modification en profondeur de la structure biologique de l’être humain. Mais, au–delà du débat éthique et philosophique sur ces ques-tions, on a le sentiment que la transformation de l’humain par les avancées technoscientifi-ques présente un caractère presque inéluctable.

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Jean–noël Missa

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22. WILSON, Edward O. L’unicité du savoir. De la bio-logie à l’art, une même connaissance. París: Robert Laffont, 2000.

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La moral: ¿innata o adquirida?*

The moral: innate or acquired?

Nelson Molina Ramírez**

Resumen

Este artículo es una reflexión a partir de la investigación “Biología, moral y exclusión”1 y la propuesta sobre un posible origen de la moral y la exclusión. Como reflexión está centrada en el aspecto considerado más atractivo: el origen de la moral, cuyas teorías están en extremos que van desde considerar la facultad moral como un revestimiento artificial, meramente formal y carente de contenidos, hasta concebirla como un producto de la evolución, innato con el cual nace dotado el ser humano, para distinguir el bien y el mal, y pasando por las posiciones intermedias de Hauser y Cadena quienes consideran que la moral es innata, pero que la educación guía la adquisición de sistemas morales particulares (Hauser) o que una moral particular no se adquiere por el razonamiento o la argumentación, sino mediante la fe (Cadena).

Palabras claves: moral, ética, evolución, altruismo, educación, cultura.

Abstract

This article it’s a reflection about the research “Biology, moral and exclusion” and his proposal for a possible origin of the moral and exclusion. As reflection, is centered on the aspect considered more attractive: the origin of morality, whose theories are considered extremes ranging from moral faculty as an artificial coating, merely formal and devoid of content, to conceive it as a product of evolution, innate in the birth the human being, to distinguish good and evil, and through the intermediate positions of Cadena and Hauser who believe that morality is innate, but education guides the acquisition of particular moral systems (Hauser) or that a particular moral is not acquired not by reasoning or argumentation, but through faith (Cadena).

Keywords: moral, ethics, evolution, altruism, education, culture.

“Todos nosotros podemos ser buenas personas y grandes líderes porque tenemos las condiciones “innatas” para ser mora-les. Hemos nacido para eso”.

D. Lennick y F. Kiel

1 CADENA MONROY, Luis Álvaro. Biología, Moral y exclusión. Revista Colombiana de Bioética. 2007, vol. 2 (2), 203–228.

* Artículo de reflexión. Este artículo fue elaborado como parte del proceso de formación doctoral, tuvo la tutoría de la profesora Constanza Ovalle Gómez, Ph.D. y del profesor Sergio De Zubiría Samper, Ph.D. Documento entregado el 01 de marzo de 2013 y aprobado el 17 de junio de 2013.

** Economista, U. Gran Colombia, Armenia; abogado, U. Autónoma de Colombia, Bogotá; Especialista en Derecho Constitucional, U. Exter-nado de Colombia, Bogotá; Especialista en Pedagogía y Docencia Universitaria, U. Gran Colombia, Bogotá; Especialista en Gestión Pública, UNAD, Bogotá; Especialista en Filosofía del Derecho y Teoría jurídica, U. Libre, Bogotá; Magíster en Estudios Políticos, U. Javeriana, Bogotá; Magíster en Educación, Desarrollo humano y Valores, U. Externado de Colombia, Bogotá; Candidato a Doctor en Bioética, U. El Bosque, Bogotá. Profesor de posgrado en las Universidades Incca y Católica de Colombia. Correo electrónico: [email protected]

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NelsoN MoliNa RaMíRez

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Introducción

Las conductas de las personas hacen que con frecuencia se enfrenten a preguntas relaciona-das con el papel de la genética o del medioam-biente como mecanismos que determinan la orientación de nuestras conductas privadas o sociales. ¿Nacemos con dispositivo moral? ¿La religión, la educación o en términos generales la cultura determinan el comportamiento mo-ral? ¿Los seres humanos actúan según compor-tamientos universales? ¿Los sistemas morales son innatos o aprendidos?

Las explicaciones a estos problemas o interro-gantes parecen no tener una respuesta categó-rica, única, pero es posible al menos encontrar teorías o propuestas que durante muchos años han ensayado unas respuestas. Respuestas que con el transcurrir del tiempo y las evidencias obtenidas por la ciencia nos pueden ofrecer una explicación sobre el origen de la moral. Hay dos corrientes básicas extremas y una intermedia.

Una que no considera la moralidad como ele-mento o dispositivo propio de la naturaleza humana, sino una innovación muy formal y por lo tanto carente de contenidos. En el fondo no somos verdaderamente morales. La moral es un revestimiento cultural que cubre la dura realidad de que el hombre es un lobo para el hombre, al mejor estilo de la expresión hobbe-siana.

En el otro extremo está planteada la morali-dad como resultado de principios universales comunes de altruismo, gratitud, cooperación y justicia, por ejemplo, que no son el resultado de una escogencia personal, sino el producto de la evolución social. Es la expresión que, con fundamento en la teoría de la evolución de Darwin, nos hace pensar que el hombre es bueno por naturaleza, al mejor estilo de la ex-presión rousseauniana.

Entre los dos extremos hay una visión inte-gral que le da el valor que le corresponde a la educación o la fe como mecanismos originado-res o canalizadores de la moral no como una conducta aprendida, sino como un dispositivo natural, innato que es la esencia misma de los seres humanos.

¿La moral es innata o adquirida? ¿Cuál es el origen de los principios universales si es que existen? Todo indica que los seres humanos, independiente de la cultura que nos hizo y nos vio crecer, tenemos claro que no está bien hacer daño a los demás y por el contrario estamos impulsados a hacer el bien y a ser más de lo que hacemos y de lo que somos. Estos interrogantes tienen relación con la Ética y con el Derecho. Nos invitan a reflexionar sobre la moral, la ética, el Derecho y la cultura, para encontrar fuentes teóricas que permitan seguir haciendo aproximaciones a la respuesta al problema planteado.

Aquí se hará una exploración que pretende contribuir a la reflexión sobre el origen de la moral, a partir de la investigación del profe-sor Cadena, para lo cual se desarrollarán los aspectos siguientes: Moral, ética y Derecho, el proceso evolutivo, el origen de la moral, el papel de la cultura y la educación, el comportamiento moral y la aptitud moral.

1. Metodología

Este es un artículo de reflexión cuya unidad de observación es la investigación de Cadena “Biología, moral y exclusión”, y a partir de la cual se discurre con fundamento en otras pu-blicaciones científicas de autores nacionales y extranjeros como Cely, Corredor, Rosas, Corti-na, Punset, Abrantes, Lennick y Kiel, De Waal y Hauser, entre otros, además de los aportes fundamentales de Darwin o Westernmarck.

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Con fundamento en las tesis planteadas por los autores se exploran definiciones y conceptos, se hacen los contrastes que permiten reflexionar sobre la evolución, la moral, la ética y el Dere-cho, el posible origen de la moral y la propuesta de Cadena. El objetivo es reflexionar sobre el posible origen de la moral, para contribuir a las investigaciones que pretender explicar si esta es innata o adquirida, asunto que es de gran importancia para la Bioética.

2. Resultados

Los hallazgos de la reflexión acerca de la inves-tigación de Cadena, con el soporte de otros au-tores se presentan en los subtítulos siguientes:

2.1. Moral, Ética y Derecho

Es importante de entrada recordar la relación entre Derecho y Moral. Si se entiende el De-recho como el conjunto de normas expedidas en una sociedad, según los procedimientos establecidos constitucionalmente, nada se dice en relación con lo justo o lo moral. Una norma puede ser legamente válida, pero moralmente injusta. El Derecho, por esencia heterónomo, se queda corto para cubrir el espectro más amplio de la moral, por esencia autónoma.

La persona para tomar decisiones debe atender al derecho vigente, derecho positivo o impuesto, y sobre todo a las convicciones morales impe-rantes o derecho natural, pero además saber qué valores y derechos tiene que respetar. En este punto estamos frente a la filosofía moral o moral crítica. El derecho positivo es impuesto. El natural no: está en la conciencia del hombre. La Moral y la Ética como dice Cortina2 no es invento de filósofos, sino que acompañan a la vida de los hombres desde siempre, no es dere-cho positivo, sino natural.

2 CORTINA, Adela. Ética de la empresa. 3 ed. Madrid: Trotta, 1998, p. 27.

Todas las civilizaciones se han preguntado cómo llevar una vida buena y ser justos, a pe-sar de la variedad de respuestas. “Los hombres poseemos una estructura moral, aunque los contenidos cambien históricamente”3. La Ética y la Moral, que en su orígenes griegos significa-ban lo mismo, hoy está claramente diferenciada por los pensadores de hoy.

Una moral es un conjunto de normas que se respetan, generalmente en forma espontánea-mente, como buenas costumbres; su aplicación no suele suscitar ninguna reflexión teórica crítica susceptible de cuestionarla en su funda-mento. La ética, más precisamente la reflexión, el análisis, la discusión y la evaluación éticas, se desprenden de este nivel ‘meta’ del cuestio-namiento de las morales establecidas4.

La Ética, como dimensión de la filosofía, dice Cortina5 reflexiona y aclara qué es lo moral y sus rasgos, la fundamenta, indaga las razones para que los hombres se comporten moralmen-te y da reglas para la acción que se aplican a la vida social.

La moral, por su parte, debe ser entendida como una capacidad universal propia de todos los seres humanos y producto de la evolución, capacidad de diferenciar lo bueno y lo malo, como dice Ayala6 de hacer juicios morales para distinguir claramente entre lo reprochable y lo que no lo es. La moral puede decirse que es una manifestación de la autonomía. Es una convicción profunda que hace recordar la his-toria de Lucrecia digna representante de la virtud romana. Cuenta Robert7 que Lucrecia,

3 Ibid., p. 28. 4 HOTTOIS, Gilbert. ¿Qué es la Bioética? Bogotá: VRIN – Univer-

sidad El Bosque, 2007, pp. 35–36.5 CORTINA, Adela. Ética sin moral. 3 ed. Madrid: Tecnos, 1990,

pp. 29–30. 6 AYALA, Francisco. La base biológica de la moralidad. Innovación

y ciencia, 1995, vol. IV (2), p. 56. Citado por CELY GALINDO, Gilberto. Gen-Ética. Donde la vida y la ética se articulan. Bogotá: Universidad Javeriana – 3R editores, 2001, p. 237.

7 ROBERT, Jean–Nöel. Eros romano. Sexo y moral en la antigua Roma. Madrid: Complutense, 1999, pp. 4–5.

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de fidelidad comprobada, en ausencia de su esposo y amenazada de muerte fue violada por Sexto Tarquino. Al hacer regresar a su esposo y padre, que la perdonaron, ella expresó que si bien estaba libre de culpa no estaba libre de castigo y delante de ellos se suicidó. “Es la ley quien define el bien y el mal. El sentimiento parece ausente en esta concepción ordenada y pragmática de la moral”8.

Este fragmento de historia pone de manifiesto la importancia de distinguir la moral de las normas morales o los códigos morales que son “las normas con arreglo a las cuales decidimos que una acción es ’buena’ o ‘mala’. […] como las lenguas, no son producto de la evolución biológica, sino de las tradiciones sociales y religiosas […] compatibles con las necesidades biológicas, aun cuando no sean dictados por ellas”9. Es decir, son normas heterónomas, im-puestas, derecho positivo. La moral es derecho natural, mientras que las normas morales son positivas.

Esta idea es reforzada por el planteamiento sobre el origen de la moralidad como valores, principios y códigos morales que “son crea-ciones humanas incorporadas a nuestras ins-tituciones sociales y legales, que sirvan para regular las relaciones de unos con otros”10. La vocación gregaria de la especie humana hace que evada la soledad y esté siempre buscando la inevitable posibilidad de vivir junto a otros seres humanos. La sociedad humana para que viva en paz, no entendida esta como la inexis-tencia de conflictos, sino como la posibilidad o las condiciones permanentes que permitan solucionar los conflictos de manera civilizada,

8 Ibid., p. 5. 9 AYALA, Francisco. Citado por CELY GALINDO, Gilberto. Op. cit.,

p. 237. 10 WULF, Henrik; PEDERSEN, Stig Andur y ROSENBERG, Raben.

Introducción a la filosofía de la medicina. Madrid: Triacastela, 2002, p. 229.

exige la expedición de normas, leyes o códigos morales.

Los seres humanos que forman una sociedad han de elaborar por necesidad un código moral que, con modificaciones más o menos impor-tantes, sea transmitido de generación en gene-ración. En las primeras fases de la vida se nos enseña un conjunto de valores y deberes que pueden quedar incorporados a nuestra forma de pensar hasta tal punto que estemos en la falsa creencia de que representan verdades eternas11.

2.2. El proceso evolutivo

Los cambios que ha traído consigo la evolución han hecho que los humanos estén más con-vencidos de creer en que el universo, y todo lo que este contiene es el resultado de un proceso lógico y perfectamente ordenada de procesos.

A la hora de encontrar un explicación sobre el origen de la vida dicen Ayala y Valentín12 que la idea de la evolución tuvo la oposición propia de quienes ven en peligro sus creencias religiosas, pero el paradigma evolutivo creció y solidificó tanto que se volvió irrebatible, al punto que hasta los más profundos creyentes religiosos hoy no tienen dificultades en conciliar su fe con los descubrimientos científicos sobre la evolución. Antes de Darwin dice Cadena13 ya se habían presentado algunas propuestas sobre la evolución de los organismos, pero carecían de un principio que diera respuesta a ¿por qué evolucionaban los organismos?

Evolución es un término representativo que implica cambios con continuidad, normalmen-te con un componente direccional. “La evolu-

11 Ibid., p. 229. 12 AYALA, Francisco y VALENTINE, James. La evolución en acción.

Teoría y procesos de la evolución orgánica. Madrid: Alhambra, 1983, p. 4.

13 CADENA MONROY, Luis Álvaro. Complejidad y vida: algunas reflexiones. Revista Colombiana de Bioética. 2006, vol.1 (2), 128.

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ción biológica se define mejor como cambio en la diversidad y adaptación de las poblaciones de organismos”14, teoría propuesta por el na-turalista Jean Baptiste Lamarck quien inició sus estudios diciendo que la progresión de la naturaleza se realizó inicialmente “desde los organismos visibles más pequeños hasta los animales y plantas más complejos y casi per-fectos y, por lo tanto, hasta el hombre”15.

Durante el desarrollo de estas investigaciones, existieron controversias entre dos científicos que dieron origen a las teorías que actualmente se conocen en la evolución de los seres huma-nos. Son Lamarck y Darwin. Lo que distingue a los dos según Abrantes16 es que en la teoría lamarkiana el individuo se adapta al medio ambiente en un lapso relativamente corto de su vida y transmite las características recibi-das de sus descendientes, lo que significa que la causa adaptativa es, de manera directa, el medio ambiente que informa o instruye al or-ganismo sobre cómo aumentar su adaptación. La información pasa del medio ambiente hacia el fenotipo y de este al genotipo; es decir, hay un acoplamiento entre las variaciones y las presiones selectivas ambientales. Por su par-te, en el darwinismo la causa de la variación adaptativa no es el medio ambiente. Este solo selecciona las variaciones generadas autóno-mamente, ciegamente, de modo no informado por los sistemas biológicos. El medio no dirige las variaciones. No hay acoplamiento entre me-canismos de selección y de variación. Los cam-bios fenotípicos ocurridos en un organismo no causan, directamente, cambios en el genotipo.Varios años de viajes de Darwin y la recopila-ción de evidencias le permitieron formular su teoría de la evolución de las especies, mediante

14 MAYR, Ernest. Evolución. Libros de investigación y ciencia. Bar-celona: Labor S.A., 1979, p. 3.

15 Ibid., p. 3.16 ABRANTES, Paulo. El programa de una epistemología evolucion-

ista. En: ROSAS, Alejandro (Ed). Filosofía, darwinismo y evolución. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2007, pp. 122–124.

la herencia de las variaciones [por mutación o recombinación] y la publicó en On the Origin of Species. Las ideas o leyes fundamentales plantadas por Darwin17 se resumen así: 1. La ley de crecimiento con reproducción. El mundo evoluciona y las especies cambian constante-mente, 2. La ley de la herencia (casi implícita en la reproducción). Los organismos semejan-tes están emparentados y descienden de un antepasado común, 3. La ley de variación por la acción directa o indirecta de las condiciones de vida y por el uso o desuso de los órganos. La evolución es gradual y continua, 4. La ley del aumento elevado de la población que genera una lucha por la vida y, en consecuencia, la selección natural que determina la divergencia de caracteres y la extinción de las formas me-nos perfeccionadas. Según las anteriores leyes, el cambio evolutivo resulta de la selección o variabilidad de especies y supervivencia por la existencia. Las especies mejor dotadas tendrán mayores probabilidades de sobrevivir. Así fun-ciona la selección natural.

En el siglo XIX, apareció la más grande con-troversia sobre las ideas de Charles Darwin, ya que la selección natural eliminaba el concepto de la creación “divina” y por lo tanto, de la exis-tencia de un Creador lo que llevó a los teólogos a postular “algún tipo de teología cósmica, de propósito o programa”18. Teniendo en cuenta el énfasis filosófico y teológico de esta contra-propuesta, los defensores agotaron fuerzas en demostrar, mediante algún “mecanismo” una explicación que fuera más allá de las plantea-das por la Biología molecular, la cual estuvo en cabeza de Darwin, capaz de responder pregun-tas como:

¿Puede la selección natural explicar la larga pro-gresión evolutiva hasta las plantas y animales

17 DARWIN, Charles. El origen de las especies. 4 ed. México: Porrúa, 1992, pp. 354–355.

18 MAYR, Ernest. Op. cit., p. 7.

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“superiores”, incluido el hombre, desde el origen de la vida hace entre tres y cuatro mil millones de años? […] ¿De qué manera puede la selección natural explicar no solamente la supervivencia diferencial y los cambios adaptativos intraes-pecíficos, sino también la aparición de nuevas especies, diversamente adaptadas?19

Según Darwin20 los individuos en su lucha por la supervivencia se ven sometidos a un poderoso e incesante mecanismo de selección: los organismos luchan por sobrevivir con todas las especies sean o no de su misma raza. Esa lucha los lleva a la conservación de las modificaciones más útiles o provechosas de sus estructuras físicas o de sus instintos. Así los victoriosos se hacen fuertes. Ante esta diversificación, los organismos van ad-quiriendo un “plus” o característica adicional que permite que sean especializados en sus tareas diarias. La especialización adquirida, fue resultado de millones de años de progreso evolutivo.

Darwin extendió el campo de las explicaciones naturales y mecanicistas –que, gradualmente, se hicieron hegemónicas a partir del siglo XVII en aquellas ciencias que tienen por objeto el mundo inanimado– con el fin de incluir sistemas complejos y adaptativos, como los organismos vivos. La selección natural cons-tituye una explicación naturalista (en lugar de sobrenaturalista) de las adaptaciones exhibidas por los seres vivos, tanto en su estructura anatómica y organizacional funcional, como en su comportamiento. Los diseños de los or-ganismos y las funciones que desempeñan sus diferentes partes son, así explicados sin que se apele a ningún tipo de providencialismo…21

La importancia de la teoría de Darwin la vis-lumbró él mismo en la conclusión de su obra esencial: “Cuando las ideas propuestas por

19 Ibid., p. 7.20 DARWIN, Charles. Op. cit., p. 340. 21 ABRANTES, Paulo. Op. cit., p. 121.

mí […], y por Mr. Wallace, o cuando opinio-nes semejantes sobre el origen de las especies sean admitidas en general, podemos prever vagamente que habrá una considerable revo-lución en la historia natural”22. En esencia, las proposiciones fundamentales de la teoría de la evolución fueron planteadas así:

…que todas las partes de la organización y los instintos ofrecen, al menos, diferencias indi-viduales; que hay una lucha por la existencia que conduce a la preservación de las desvia-ciones provechosas de estructura o instinto, y finalmente que las graduaciones en el estado de perfección de cada órgano han existido, y cada una fue beneficiosa para el organismo23.

La explicación propuesta por Darwin y Walla-ce24 respecto a cómo ocurre la evolución, según Monografías de Biografías y Vidas25, puede resumirse así: 1. La posibilidad de variación es innata y caracteriza a todas las especies de animales y plantas. Hoy es posible distinguir las variaciones heredadas de las no heredadas. Solo las primeras, producidas por mutaciones, son importantes en la evolución, 2. Siempre na-cen más individuos de los que pueden obtener su alimento y sobrevivir. Si la descendencia de una especie en su totalidad prosperara y suce-sivamente se reprodujera, avasallaría cualquier otra especie en el planeta, 3. Si nacen más individuos de los que pueden sobrevivir, se de-clara guerra por existir, una lucha por espacio y alimento, 4. Las variaciones que capacitan

22 DARWIN, Charles. Op. cit., p. 352. 23 Ibid., p. 335. 24 Wallace joven naturalista que estudiaba la distribución

de las plantas y animales en la India y la Península Ma-laya. En 1858 le envió un manuscrito a Darwin. Wallace formulaba la idea de la selección natural, a la cual había llegado sin conocer la obra darwiniana inspirado, como Darwin, por Malthus sobre el crecimiento exponencial de la población y la lucha por la existencia. Darwin y Wallace presentaron en colaboración un informe sobre sus teorías a la Sociedad Linneo de Londres, ese mismo año.

25 DARWIN, Charles. Biografías y Vidas [en línea]. [Fecha de con-sulta 10 octubre 2012]. Disponible desde: http://www.biografias-yvidas.com/biografia/d/darwin.htm

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mejor a un organismo para sobrevivir, en un medio dado favorecerán a sus poseedores sobre los menos adaptados y 5. Los individuos su-pervivientes originarán la siguiente generación, y así se transmiten variaciones “aventajadas” generación por generación.

Sin embargo, Darwin no contempla como la in-formación genética era transmitida de genera-ción en generación, razón por la cual, en 1865, descubrió factores que explicaban la descen-dencia del material genético de cada progenitor, las cuales se conservan idénticamente.

Teniendo en cuenta estos análisis, la teoría genética actual se caracteriza por las ideas si-guientes: El ADN de las células está organizado por genes auto replicados; los genes codifican información para la síntesis de proteínas (es-tructurales), los cromosomas están compuestos por genes que pueden combinarse, mediante meiosis y finalmente, la evolución se realiza mediante la herencia cromosómica, la genética poblacional y la selección natural.

Adicionalmente, cada organismo está configu-rado de manera perfecta, mediante dos estruc-turas llamadas genotipo y fenotipo, estructuras que dan una dotación genética completa, en búsqueda de la reproducción de los individuos de una población. Posteriormente, la selección se produce mediante la adaptabilidad que ten-gan los organismos en los escenarios ecológicos donde habiten y logran así que la supervivencia determine el proceso evolutivo.

Este proceso busca que los genes adaptados a determinados tiempos y espacios aumenten la eficacia biológica de las especies y se especia-licen, mediante un progreso evolutivo. Según Wright26, el proceso darwiniano es una interac-ción continua entre individuos que combinan

26 WRIGHT, Wall. Citado por MAYR, Ernest. Op. cit., p. 10.

ventajas, habilidades y diferencias en situacio-nes aleatorias y selectivas. Las especializacio-nes adquiridas van desde las modificaciones genéticas hasta las modificaciones en el com-portamiento, mecanismos que influyeron en la evolución biológica del hombre.

En relación con la evolución se han plantea-do tres teorías: “neodarwinismo, neutralis-mo y equilibrio puntuado [que] pueden ser complementarias”27.

• El neodarwinismo o teoría sintética diceCadena28 puede ser definida como la su-pervivencia y reproducción diferencial de los organismos y la selección resulta del cambio de las frecuencias génicas. Para esta teoría la evolución tiene dos fases: producción de variabilidad heredable (un proceso de azar) y selección (necesidad).

• ElneutralismosegúnKimura29 tiene dos niveles de evolución: uno molecular y otro fenotípico, formas que son muy diferentes ya que este puede estar gobernado por la selección natural en tanto que aquel puede estar gobernada por el azar lo cual signifi-ca que en lo molecular la selección natural tendría poco o ningún efecto.

• El equilibrio puntuadopropuesto porEl-dredge y Gould30 plantean, a partir de los fósiles, que la variación microevolutiva es lenta y las especies no tienen mayor transformación durante su existencia, pero repentinamente esa estabilidad se ve pun-tuada por procesos súbitos de especiación y la evolución resulta ser la supervivencia y el despliegue diferencial de dichas pun-tuaciones.

27 CADENA MONROY, Luis Álvaro. 2006. Op. cit., p. 127.28 Ibid., p. 131.29 KIMURA, M., Citado por CADENA MONROY, Luis Álvaro. 2006.

Op. cit., p. 132.30 ELDREDGE N. y GOULD. S. J. Citado por CADENA MONROY,

Luis Álvaro. 2006. Op. cit., pp. 135–136.

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Para Cadena31 las tres propuestas de evolución más que contradictorias u opuestas irreconci-liablemente son, por el contrario, perfectamente complementarias; por lo tanto, plantea que el proceso evolutivo tiene dos fases:

La selección invertida en la que los individuos crean y configuran su entorno y la selección normal que se caracteriza porque el medio se-lecciona las alternativas que se le adaptan.

La evolución ha permitido como dice Cely32 que so pena de extinción el hombre ponga a fun-cionar sus neuronas no solo para reproducirse, sino para poblar, modificar y adaptar todo tipo de ecosistemas, gracias a lo cual ha mejorado su condición de homo sapiens hasta llegar al homo sapiens-sapiens estadio exclusivo del homo mo-ralis lo que ubica a la especie en el vector de la humanización. De la supervivencia adaptativa hemos pasado a “la aventura ética de modificar a nuestro antojo el fenómeno vital”33.

A modo de síntesis, se puede decir que:

Hay tres ideas o condiciones para explicar el proceso evolutivo en la teoría propuesta por Darwin y que son de particular importancia: que las especies producen más progenie de la que realmente puede sobrevivir y reproducirse, que esa capacidad de los organismos de sobre-vivir y reproducirse es variable (que es lo que hoy en día conocemos como adaptabilidad o fitness diferencial) y finalmente que la variación [por mutación o recombinación] es heredable. Estas condiciones permiten que se lleve a cabo el proceso evolutivo por selección natural (no otros tipos de procesos evolutivos), es decir el proceso evolutivo darwiniano34.

31 CADENA MONROY, Luis Álvaro. 2006. Op. cit., pp. 136–146.32 CELY GALINDO, Gilberto. Op. cit., p. 237. 33 Ibid., pp. 237–238.34 CORREDOR, Vladimir. Neodawinismo y nueva síntesis. En:

ROSAS, Alejandro (Ed). Filosofía, darwinismo y evolución. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2007, p. 37.

2.3. El origen de la moral

Sobre el origen de la moral dice Waal35 que bá-sicamente hay dos corrientes de pensamiento: una considera que la moralidad es una innova-ción cultural propia de la especie humana. No considera las tendencias morales como propias de la naturaleza humana. Son una elección, pero en el fondo no somos verdaderamente mo-rales. Es La teoría de la capa de Waal originada en las ideas de Thomas Henry Huxley: “La moralidad es un revestimiento cultural, una fina capa que oculta una naturaleza egoísta y brutal”36.

La otra corriente, a contrario sensu, sostiene que la moralidad es el resultado de la prolon-gación directa de los instintos sociales que son comunes a otros animales. No es una decisión personal nacida en un momento histórico con-creto, sino el resultado de la evolución social. El sustento de esta concepción es la teoría de la evolución de Darwin. Esa moralidad se hace evidente hasta en los animales que cooperan entre sí, muestran lealtad y se ayudan. Esta conducta se observa con mayor razón en los seres humanos al mostrar sentido de la justicia, tolerancia, empatía…

En medio de las dos concepciones extremas dice De Waal37 hay una visión integral que incluye a los animales y los humanos; a la evolución y a la cultura. Es el rompimiento de la cultura dualista cuyo representante fue Ed-ward Westernmarck (1862-1939) que rescata una tradición filosófica fundamentada en la moralidad como esencia misma y deseo natu-ral de los seres humanos. Son de la esencia de la moral innata las emociones retributivas que van más allá del ajuste de cuentas e incluyen

35 DE WAAL, Frans. Primates y filósofos. La evolución de la moral del simio al hombre. Barcelona: Paidós, 2007, pp. 30–50.

36 Ibid., p. 31. 37 Ibid., pp. 42–45.

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actitudes y acciones positivas como la gratitud y la colaboración.

Una perspectiva actual del origen de la moral concibe

…nuestra psicología moral como un instinto –una capacidad, producto de la evolución, que posee toda mente humana y que se manera in-consciente y automática genera juicios sobre lo que está bien y lo que está mal-, [lo que permite] entender mejor por qué algunos de nuestros comportamientos y decisiones se considerarán siempre injustos, permisibles o punibles, y por qué algunas situaciones nos conducirán a pecar a los ojos de una sensibilidad impuesta por la ley, la religión y la educación38.

Lo anterior permite evidenciar la tesis: existe una gramática moral con la cual nacemos y el medio ambiente influye, pero no hace nada sin la base innata. Los juicios morales no proceden de la religión, la familia, el Estado u otras insti-tuciones, sino que es un instrumento milenario de supervivencia heredado que ha permitido que la sociedad progrese. Si bien, por ejemplo en las religiones, y en general en las diferentes culturas, existen notables diferencias todas tienen como común denominador unos prin-cipios comunes a todos los humanos que son transversales a sus juicios morales.

Hauser39 sostiene que existen unos universales morales que rigen en los humanos las decisio-nes y juicios, para distinguir el bien y el mal. Estos principios morales universales se ubican en un espectro así:

• Enunextremo,unaposicióninnatistaquehabla de la existencia de reglas o normas morales precisas en la persona al nacer.

38 HAUSER, Marc. La mente moral. Cómo la naturaleza ha desarrollado nuestro sentido del bien y del mal. Barcelona: Paidós, 2008, p. 26.

39 Ibid., pp. 203–204.

Desde entonces se sabe que es reprochable hacer el mal y que hacer el bien está mejor.

• Enelotroextremo,laideadequelafacul-tad moral es solo formal, carece de con-tenidos, pero dota de un dispositivo con capacidad para adquirir normas morales; es decir, no hay reglas ni contenidos, sino procesos generales, para adquirir lo que la educación ofrezca.

• En el centro, la posición intermedia. Senace con reglas o principios abstractos en los cuales la educación gradúa los pa-rámetros y guía hacia la adquisición de sistemas morales particulares. Con funda-mento en esta propuesta intermedia es que Hauser plantea su tesis: “…hay algo en el cerebro que nos permite adquirir un sis-tema de normas morales”40 y ese sistema se adquiere con la educación y se dan con las variantes propias de cada cultura. Con esta misma orientación otros autores han argumentado que

Los seres humanos nacemos con habilida-des rudimentarias, como la empatía, que son los cimientos de nuestra inteligencia moral. Antes de que tengamos dos años, ayudamos naturalmente a quienes tienen algún inconveniente, y a los cuatro o cin-co años tenemos una clara idea de lo que nuestros padres y allegados piensan que es bueno o malo. Nuestro hardware moral está instalado a priori y las actuaciones llegan en línea, con rapidez asombrosa. Veamos ahora qué ocurre con nuestro soft-ware moral, es decir, el contenido de la brújula moral que nos guía para tomar decisiones morales. Si dos personas com-paran su software moral, encontrarán que una parte de él es idéntica, mientras que

40 Ibid., p. 204.

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otros aspectos son específicos, se relacio-nan con la cultura o la familia en la que crecimos41.

2.4. El papel de la cultura y la educación

Si nacemos con unos dispositivos morales a los cuales la educación y la cultura les da conte-nido es importante entonces recordar qué es la cultura y la educación.

La cultura “son todas las manifestaciones de la vida de una comunidad: su lengua, sus creen-cias, sus usos y costumbres, su indumentaria, sus técnicas y, en suma, todo lo que en ella se practica, evita, respeta y abomina”42. No obs-tante, esta definición la critica el mismo Vargas como light, porque la cultura debe ser “enten-dida no como un mero epifenómeno de la vida económica y social, sino como realidad autóno-ma, hecha de ideas, valores estéticos y éticos, y obras de arte y literarias que interactúan con el resto de la vida social y son a menudo, en lugar de reflejos, fuente de los fenómenos sociales, económicos, políticos e incluso religiosos”43.

Cultura es cultivo, es proceso que da frutos. Muchas definiciones se pueden encontrar: “Di-seño para vivir”44, “comprensiones comparti-das que las personas usan al coordinar sus actividades”45 o “un patrón de vida que es ad-quirido mediante el aprendizaje”46.

En relación con los elementos de la cultura todos los grupos de personas tiene sus propios estilos de vida, sus distintas maneras de vivir

41 LENNICK, Doug y KIEL, Fred. Inteligencia moral. Bogotá: Aguilar, 2006, pp. 81–82.

42 VARGAS LLOSA, Mario. La civilización del espectáculo. Bogotá: Alfaguara, 2012, p. 35.

43 Ibid., p. 25. 44 KLUCKHOHN, C. The Mirror of man. Nueva York: Mac Graw Hill,

1949. Citado por GELLES, Richard y LEVINE, Ann. Sociología. 6 ed. México: Mac Graw Hill, 2000, p. 88.

45 BECKER. Citado por GELLES, Richard y LEVINE, Ann. Op. cit., p. 88.

46 GELLES, Richard y LEVINE, Ann. Op. cit., p. 88.

juntos, el diseño total de vida transmitido, me-diante el aprendizaje de generación en genera-ción y que tiene elementos comunes llamados por Brown47 “universales humanos” entendidos como valores específicos y creencias comunes en todas o la gran mayoría de las culturas como la prohibición del incesto y el canibalismo.

El origen de los elementos universales dicen Gelles y Levine48 ha sido duramente debatido, pero los científicos sociales están de acuerdo en que todas las culturas tiene seis elementos principales: 1. Creencias (explicaciones compar-tidas de experiencia, ideas comunes sobre cómo opera el mundo), 2. Valores (criterio de juicio moral, estándares compartidos de lo que es co-rrecto, deseable y digno de respeto), 3. Normas y sanciones (pautas específicas para el comporta-miento, reglas sobre lo que las personas deben o no deben hacer, decir o pensar en una situación determinada), 4. Símbolos (representaciones de creencias y valores o imágenes, objetos o sonidos que pueden expresar o evocar un sig-nificado), 5. Lenguaje (sistema de comunicación simbólica) y 6. Tecnología (conjunto de conoci-mientos prácticos e instrumentos que refuerzan la efectividad del trabajo humano y modifican el medio ambiente para el uso humano).

El ser humano puede desarrollar toda su capa-cidad moral. Ese desarrollo está en función de la educación con el significado más amplio de sus posibilidades: educación formal, educación para el trabajo y el desarrollo humano, y la edu-cación informal. Los valores se fortalecen y de-finen, mediante una continua interacción con los otros, para fortalecer la identidad personal, adquirir habilidades profesionales y personales para la vida y la convivencia. La Educación “es un proceso de formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una

47 BROWN, Donald. Human universals. Filadelfia: Temple Univer-sity Press, 1991. Citado por LENNICK, Doug y KIEL, Fred. Op. cit., p. 64.

48 GELLES, Richard y LEVINE, Ann. Op. cit., pp. 91–98.

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concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes”49.

La educación debe formar y sobre todo trans-formar al ser humano para enfrentar con éxito los inevitables conflictos de la vida, en este mundo tan multicultural y diverso. Hay que re-cordar que entre los fines de la educación están el desarrollo integral de la persona, formar en los valores que sustenten la convivencia civili-zada dentro de un régimen democrático, ense-ñar a aprender, creando hábitos intelectuales y metodologías de trabajo científico, impartir una formación humanística, científica, técnica, his-tórica y estética, capacitar efectivamente para el desempeño de oficios y profesiones, formar para la participación activa en lo social, lo eco-nómico y lo cívico, formar para la convivencia y la cooperación entre los pueblos. Aprovechar la educación y la herencia es un imperativo si se aspira a formar y fortalecer sociedades más justas y democráticas, para lo cual es necesario tener en cuenta que

Toda la evidencia acumulada en las últimas décadas indica que los valores asumidos por los individuos humanos son el resultado de la combinación de tendencias innatas y aprendi-zaje. La mayor parte, con gran diferencia, se adquiere por observación y adoctrinamiento por parte de otros miembros del grupo cultural. Pero parece que los individuos varían mucho en su capacidad de asimilar las normas morales de su grupo. Esta capacidad innata para adquirir normas éticas y adoptar conductas éticas es la contribución crucial de la herencia50.

49 REPÚBLICA DE COLOMBIA - CONGRESO DE COLOMBIA. Ley 115 de 1994. Ley general de educación. Diario Oficial, 1994, número 41.214. Artículo 1.

50 MAYR, Ernest. ¿Puede la evolución explicar la ética? [En línea]. Ars Médica. Revista de Humanidades, 2008, vol. 7 (2), 222–240. [Fecha de consulta 20 octubre 2012]. Disponible desde: http://www.fundacionpfizer.org/docs/pdf/publicaciones/humanidades/revis-taars/Revista_ARS_Medica-vol07-numero_2_noviembre_2008/ars_medica_jun_2008_vol07_num02_222_Puede_la_evolu-cion_explicar_la_etica.pdf

2.5. El comportamiento moral

En la función de fundamentación de la ética está la respuesta a la pregunta: ¿por qué nos comportamos moralmente? Muchas respuestas se han dado y aquí se pondrán en evidencia las que sustentan el origen innato de la Moral:

El origen del sentimiento moral, sin embargo, es empírico, y natural, aunque luego medie el “ar-tificio” para mejorar y fortalecer ese sentimiento de empatía que, como afirma Adam Smith, es experimentado por todos los seres humanos: por más egoísta que quiera suponerse al hom-bre, evidentemente hay algunos elementos en su naturaleza que lo hacen interesarse en la suerte de los otros de tal modo que la felicidad de éstos le es necesaria, aunque de ello nada obtenga, a no ser el placer de presenciarlo51.

Así como se ha dicho que estamos irreme-diablemente condenados a ser libres, también puede decirse que estamos predispuestos a ser morales:

Todos los hombres son inevitablemente morales –han dicho con acierto dos filósofos tan nuestro como Xavier Zubiri y José Luis Aranguren-, pero no son iguales a lo largo del tiempo y a lo ancho de las culturas los contenidos de esa moralidad, sino que se suceden los personajes admirados por las generaciones –el héroe, el santo, el sabio-, como expresión acabada de nuestras más íntimas aspiraciones52.

Estamos obligados como seres humanos, dice Cortina53, a comportarnos moralmente, por estar dotados de una estructura moral o “proto-moral”, que debe distinguirse de la moral como contenido. Todo ser humano por tener esa es-

51 GUISÁN, Esperanza. Sentimiento moral. En: CORTINA, Adela (Dir). 10 palabras clave en Ética. Navarra: Verbo Divino, 1994, pp. 383–384.

52 CORTINA, A., Op. cit. p.14. 53 CORTINA, Adela. El quehacer ético. Madrid: Santillana, 1996, p. 80.

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tructura es constitutivamente moral y puede actuar de forma correcta o incorrecta ante de-terminadas concepciones del bien, pero estruc-turalmente hablando, no hay ninguna persona más allá del bien y del mal.

El sentido moral además de ser innato también se perfecciona con la cultura, porque a juicio de Changeaux54 la evolución ha permitido afir-mar que el hombre no solo tiene el “sentido moral”, sino todas las predisposiciones de la evaluación moral para la deliberación ética, es decir la capacidad de representación, la función de atribución que concierne a los demás y a sí mismo (al otro como a sí mismo), y finalmente la función de evaluación. La empatía desde tiempos inmemoriales se desarrolló mediante la selección de

…aquellos genes dados al reconocimiento de las emociones y estados de ánimo de los de-más. Esto último suponía, en las sociedades primitivas, una ventaja a la hora de cuidar a los niños y de criarlos. Ante un bebé que no puede hablar, hay que utilizar la empatía para imaginar qué necesita. Tener más empatía debió de suponer ser mejores padres: identificar si el niño sufría, estaba triste, tenía hambre, o frío; interpretar sus estados emocionales y cuidarlo mejor. Y cuando un niño está mejor cuidado, sobrevive y perpetúa los genes de sus padres. Así que esto explicaría que la empatía acabara desembocando en una ventaja evolutiva55.

2.6 La aptitud moral

Las aptitudes son las distintas capacidades que las personas tienen para realizar o ejecutar una acción. Esas aptitudes son físicas y sicológi-

54 CHANGEUX, Jean–Pierre y RICOEUR, Paul. La naturaleza y la norma. Lo que nos hace pensar. México: Fondo de Cultura Econó-mica, 2001, p. 191.

55 PUNSET, Eduardo. El viaje al amor. Las nuevas claves científicas. Barcelona: Destino, 2007, p. 52.

cas. Dice De las Heras56 que existen aptitudes innatas, que desde el nacimiento las personas están especialmente dotadas para destacarse en diferentes ámbitos como el físico, deportivo, artístico, social, intelectual, pero deben desarro-llarse y la cultura juega en ese desarrollo un papel fundamental.

Una de las más importantes manifestaciones de la dotación moral de los seres humanos es el altruismo. “En Psiquiatría, el término altruis-mo está muy ligado a los conceptos de ética y moral, constituyendo, tal como afirmaba Freud, la base principal para lograr el desarrollo de los intereses de la comunidad”57. La empatía como una expresión de la moralidad innata se expresa en el altruismo, término que

…fue acuñado por Augusto Comte durante la primera mitad del siglo XIX para designar el sentimiento de preocupación por los demás y los comportamientos de dedicación y entrega a los otros. Se trata de prestar una serie de servicios constructivos a los demás, lo que suele resultar gratificante para la persona que lo realiza, a pesar de que este tipo de compor-tamiento suponga una renuncia o un esfuerzo que, de primeras, actúa en detrimento de la persona que lo lleva a cabo58.

Esa capacidad de renuncia o esfuerzo aun en perjuicio de quien la entrega habla positiva-mente del equipamiento moral del cual está dotado el ser humano desde su nacimiento. “La empatía se refiere, doblemente, tanto a una ope-ración de nuestro siquismo como a la facultad que lo posibilita, es decir, la facultad de captar y comprender las emociones y sentimientos observables del otro, y ello en virtud de un pro-ceso de identificación con la persona o grupo

56 DE LAS HERAS, Javier. Funciones síquicas. En: VALLEJO–NÁGERA, Juan Antonio (Dir). Guía práctica de Psicología. Madrid: Temas de hoy, 2002, pp. 148–140.

57 Ibid., p. 154. 58 Ibid., p. 154.

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con el cual uno se relaciona”59. La empatía tiene tres órdenes o niveles:

…la empatía de primer orden (sentir impulsiva-mente lo que el otro concreto y singular siente), la de segundo orden (comprender circularmente lo que otros sienten) y la de tercer orden (captar racio-afectivamente lo que otros sienten –sus roles, expectativas, anhelos, etc.,-para desde ahí alcanzar una valoración inteligente, una apre-ciación meditada acerca de lo que es legítimo esperar y querer por parte de los implicados en una situación moralmente conflictiva. O sea, la empatía aprovechada a instancias de la imparcialidad)60.

Se ha demostrado que lo moral existe desde la cuna y se manifiesta hasta en los horrores de los campos de concentración. Cuenta Lennick y Kiel61 que en las salas de recién nacidos de un hospital ningún bebé llora y en cuando uno empieza a llorar, los demás lo imitan como “res-puesta del neonato” a ese llanto, como una reac-ción ante la perturbación que sufre el otro, como el primer indicador de su capacidad innata para la empatía. Y esa capacidad moral sigue subya-cente aun en las condiciones más extremas:

…la supervivencia de la vida moral en medio de los horrores extremos de los campos de concentración da por tierra con la idea de que la moral es una delgada, convencional y fácil-mente descartable pátina de los seres humanos. Nos muestra en cambio que la moral es natural, una sólida propiedad de la existencia social humana, que solo puede ser distorsionada o aniquilada en circunstancias absolutamente extremas. Hacen falta palizas, terrores, humilla-ciones, prisión, hambruna, frío, dolor, miseria, pérdida de la esperanza y de la identidad para eliminarla y aún entonces, no está desarraigada por completo, o de todos. Este hecho es de una profunda esperanza. Nos confirma una vez

59 GOZÁLVEZ, Vicent. Inteligencia moral. Bilbao: Desclée de Brou-wer, 2000, p. 134.

60 Ibid., p. 134. 61 LENNICK, Doug y KIEL, Fred. Op. cit., p. 66.

más aquello que todos deseamos creer: que el heroísmo moral no es una ficción, y que los humanos pueden aferrarse a su humanidad aún en las peores circunstancias, y sobrevivir62.

Hay algunos imperativos morales dice Vélez63

que han permitido a la especie humana tener el éxito que tuvo, y que tiene como especie. Necesitó de un conjunto de juicios éticos a prio-ri: normas morales innatas, anteriores a toda expresión individual y, obviamente, anteriores también a todas las religiones. Fueron reglas implícitas que le facilitaron una vida social armónica con sus semejantes y su hábitat: no matar ni hacer daño al prójimo, honrar a los pa-dres, ayudar al necesitado, respetar y proteger a los ancianos, etc., mandatos universales éticos dictados desde el patrón moral básico (especie de a priori ético), “decálogos” que han guiado a todos los hombres que han pretendido crear o reformar los códigos éticos, y que han regulado el comportamiento en las sociedades primiti-vas anteriores a la invención de las religiones. Parece imposible negar que en los seres huma-nos hay una disposición innata a ser morales “siguen una brújula moral, aun cuando sea tentador no hacerlo”64.

Los códigos morales de todas las culturas, dice Brown65, incluyen valores morales que subyacen en todos nosotros, reconocen la res-ponsabilidad, la reciprocidad, la empatía y en general toda la humanidad tiene en común una brújula moral universal. “Cada cultura puede expresar esos valores de manera diferente, pero el sentido subyacente de lo moral es siempre el mismo”66. El dispositivo moral del cual esta-mos dotados los seres humanos

62 GRAYLING, Antony. La razón de las cosas. Vivir con filosofía. Buenos Aires: Emecé, 2003, p. 92.

63 VÉLEZ, Antonio. Homo sapiens. Bogotá: Villegas editores, 2006, pp. 386–387.

64 LENNICK, Doug y KIEL, Fred. Op. cit., p. 63. 65 BROWN, Donald. Citado por Ibid., p. 64. 66 COVY, Stephen. Universals Principles. Citado por Ibid., p. 65.

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…no puede sustraerse al ámbito de la microesfe-ra ética, y dentro de él –en lo que denominamos mundo de las relaciones personales próximas y los deberes de obligación especial- a la sensibilidad por el otro en su particular historia de vida y sus particulares necesidades, manifestándose en esa sutil negociación entre las demandas del otro y las propias, de modo que atender a las primeras no suponga enterrar las segundas, ni, evidentemente, a la inversa67.

Esa aptitud moral se expresa en la inteligencia moral que “es nuestra capacidad mental de determinar de qué manera los principios hu-manos universales, aquellos que se consideran la ‘regla de oro’, deberían aplicarse a nuestros valores personales, metas y acciones”68. Esa capacidad de los seres humanos de hacer inteli-gencia estratégica, de saber dónde estamos, para dónde vamos y cuándo queremos llegar permite plantearse una misión, una visión a partir de lo que según Lennick y Kiel69 son los principios básicos o la esencia de la inteligencia moral: la integridad como capacidad de armonizar la conducta con principios humanos universales, de hacer lo que se sabe correcto y actuar, según los principios y creencias; la responsabilidad como capacidad de asumir las consecuencias de los actos y de asegurar que los actos estén de acuerdo con principios humanos universales; la compasión como capacidad de preocuparse por otras personas y expresar respeto por los demás y el perdón expresión de tolerancia hacia los errores, flexibilidad y capacidad de compro-meternos para promover el bien común.

2.7. La propuesta de Cadena

Cadena, con una visión evolucionista, hace una propuesta sobre el origen de la moral en los términos siguientes:

67 GOZÁLVEZ, Vicent. Op. cit., p. 263. 68 LENNICK, Doug y KIEL, Fred. Op. cit., p. 45. 69 Ibid., p. 46.

La capacidad para adquirir una moral, cualquie-ra que sea, es innata y pudo adquirirse tiempo antes de ser utilizada en gran medida (de ma-nera semejante a como ocurrió con el lenguaje), sin tener un mayor o menor valor selectivo. Una vez que comenzaron los conflictos entre grupos de Homo sapiens, fue seleccionada por su gran capacidad para aumentar la eficacia del combate frente al otro grupo: el impulso a ad-quirir una moral específica haría que los Homo Sapiens buscaran elementos de unificación del grupo para que éste fuera más exitoso frente a otros grupos70.

Esta propuesta, que defiende en los seres huma-nos su capacidad genética para estar programa-do para ser morales, se puede resumir en que “el fin de la capacidad innata para adquirir una moral, culturalmente elaborada, probablemen-te fue el de aumentar la capacidad combativa del grupo que poseía una moral”71. El sentido moral en los seres humanos está más allá de cualquier otra necesidad material o espiritual, expresado manera contundente como

…el más noble atributo del hombre, el que le impulsa, sin vacilaciones de ningún género, a poner en riesgo su vida por la de sus seme-jantes, o le mueve, tras madura deliberación, a sacrificarla en aras de una gran causa, guiado por la sola impulsión del sentimiento profundo del derecho o del deber72.

Cadena73 sostiene que dos capacidades innatas del Homo sapiens fueron la tendencia a adqui-rir una moral, y la capacidad de exclusión, las cuales estuvieron silenciosas durante muchos años. Los conflictos potenciaron, por una parte, la moral con lo cual se impedía matar a miem-bros del grupo y se estableció la cooperación; por la otra, la tendencia a la exclusión para

70 CADENA MONROY, Luis Álvaro. 2007. Op. cit., pp. 222–223.71 Ibid., p. 223.72 DARWIN, Charles. El origen del hombre y la selección en relación

con el sexo. 13 ed. México: Diana, 1981, p. 130.73 CADENA MONROY, Luis Álvaro. Selección de grupo, tecnología

y bioética. Revista Colombiana de Bioética. 2008, vol. 3 (2), p. 124.

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penalizar a los asesinos de compañeros y a los traidores. Acogerse a la moral del grupo y excluir a quienes se alejaran de esta fue la es-trategia. “…la violencia fue el motor primordial de nuestra evolución…”74. Para asegurar la vida de unos, otros tenían que morir como en un juego de suma cero, lo cual fue expresado así: “…la cosa más elevada que somos capaces de concebir, o sea, la producción de los animales superiores, resulta directamente de la guerra de la naturaleza, del hambre, y de la muerte”75. Muchos se sacrificaron por el bien del grupo: disminuyeron o anularon su eficacia repro-ductiva, en favor de la eficacia reproductiva del grupo. Así se evidenció el altruismo como una expresión moral.

Si un altruista “aumenta la aptitud de otro organismo -por ejemplo cediéndole recursos vitales- al tiempo que disminuye la suya. Si se trata de un rasgo heredable; si, además, los altruistas benefician a competidores genéticos que no tienen ese rasgo, la selección natural debería predecir la extinción de los altruistas”76 y no es así. En tantos momentos de desastres y en condiciones extremas la historia ha com-probado que “En las situaciones límite, como las provocadas por la guerra o las catástrofes naturales, no siempre impera ese principio terrible: ‘sálvese quien pueda’. Con frecuencia es, precisamente es estas situaciones, cuando surgen, de un modo natural, las tendencias altruistas del hombre”77.

Si los seres humanos estamos biológicamente determinados para ser individuos morales, si nacemos con un hardware moral, “¿cómo se de-

74 PALACIOS, Marcelo. Violencia y civilidad. En: ESCOBAR, Jaime (Ed). Bioética y conflicto armado. Colección Bios y Ethos, volumen 19.Bogotá: Ediciones El Bosque, 2002, p. 122. Citado por Ibid., p. 124.

75 DARWIN, Charles. 1992. Op. cit., p. 669.76 ROSAS, Alejandro. El entorno ancestral de las normas de equidad.

En: ROSAS, Alejandro (Ed). Op. cit. p. 275. 77 VALLEJO–NÁGERA, Juan Antonio (Dir). Guía práctica de Psico-

logía. Madrid: Temas de hoy, 2002, p. 136.

sarrolla este ordenador complejo que nos entre-gan al nacer con todo su hardware preparado, potentísimo y sofisticado, pero cuyos ficheros de datos y software solo comienza a contener datos y a funcionar después de haber nacido? La contestación a esta pregunta aún es parcial y, en cierto sentido, provisional”78.

¿Para Cadena cómo se adquiere la moral? Cade-na y Hauser consideran que nacemos dotados de la competencia o capacidad para adquirir una moral, pero los planteamientos de los dos investigadores tienen su diferencia. Hauser dice que en la competencia moral es la educación la que gradúa los parámetros y guía hacia la adquisición de sistemas morales particulares; es decir, el sistema moral se adquiere con la educación, con las variaciones propias de cada cultura, mientras que para Cadena el vehículo de apropiación no es la línea del razonamiento: “…una moral particular se adquiere a través de la fe. Tal vez no hay otro camino para adquirir una moral. […] la argumentación no sería sufi-ciente para hacerme adherir a una moral parti-cular. Solo la creencia, solo la fe, me permitiría adherirme a una u otra moral. Los argumentos vendrían después”79.

Esta tesis de Cadena ni deshecha, ni desprecia el papel de la educación; más bien que la da un papel catalizador o fertilizante para el flo-recimiento a una idea, a una creencia que si no existiera, no habría argumento alguno que permitiera a los humanos la apropiación del sentido de lo bueno y de lo malo. Desde luego que la educación es muy importante, pero no es lo único: estamos dotados del “germen” moral, condenados a ser morales, sin que esa dotación sea producto del razonamiento, de la apropia-ción consciente por la vía de la educación, pero tampoco en contra de ella. La moral primero,

78 PUNSET, Eduardo. Por qué somos como somos. Bogotá: Aguilar, 2010, p. 135.

79 CADENA MONROY, Luis Álvaro. 2008. Op. cit., p. 224.

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como principio, como idea innata; después el razonamiento, la educación como proceso que la fortalece.

3. Conclusiones

La esencia de la teoría de la evolución y de la selección natural está en la lucha por la super-vivencia del más apto. Las teorías de Darwin cambiaron las ideas sobre el origen y la evo-lución del hombre y de las especies vivas en general y dieron al traste con la creencia del ori-gen divino del hombre y demostró que este era resultado de un proceso de desarrollo biológico.

Con Darwin y sus sucesores se contrasta-ron teorías científicas y teológicas. Se abrió el campo a controversias y a nuevas teorías de la evolución posteriores al Darwinismo que si bien para algunos son irreconciliables como el neodarwinismo, el neutralismo y el equilibrio puntuado hay quienes que, como Cadena, las encuentran compatibles y perfectamente com-plementarias, como lo sostiene en su propuesta del proceso evolutivo, en la cual plantea la selección invertida en la que los individuos crean y configuran su entorno, y de la selección normal que se caracteriza, porque el medio selecciona las alternativas que se le adaptan.

Aun cuando se reconozca la existencia innata de lo moral, eso no es suficiente. Se necesita entrenamiento o aprendizaje para el desarrollo moral. “Como cualquier otra capacidad hu-mana, la moralidad es una combinación de nuestra biología (naturaleza) y nuestras expe-riencias (aprendizaje)”80.

La observación pedagógica ha permitido estable-cer que el criterio moral del niño es instintivo, espontáneo, innato, y lo mismo que su motrici-dad, su sensibilidad, su lógica opera a través del órgano maestro, el cerebro, en simultánea con el

80 LENNICK, Doug y KIEL, Fred. Op. cit., p. 67.

desarrollo cognitivo. El ser humano tiene instinto moral, desarrolla sentido moral, sentido de jus-ticia, sentido estético, busca la equilibración. Y la educación es el proceso dinámico, equilibrio en movimiento, que le ayuda al que aprende a encontrar su centro y su lugar en el mundo81.

Estamos programados moralmente al nacer de la misma manera que “…estamos programa-dos para vivir. Y hay una prueba que confirma este hecho, y es que aún no sabemos asimilar la muerte. Supongo que eso es una prueba de que estamos programados… para vivir. Vivir en plenitud, para gozar… estamos programados para la felicidad”82. La moralidad está referida a lo correcto e incorrecto del comportamiento hu-mano, como principios universales aplicables a las acciones y como normas dicen que está mal causar daño o sufrimiento a los demás.

Si bien del cerebro salen mensajes de agresivi-dad y violencia que parecen devolvernos a las más oscuras noches de las cavernas, también hace aflorar naturalmente comportamientos de empatía, colaboración, justicia, solidaridad que hacen pensar en un mundo mejor. Lennick y Kiel, Hauser y Cadena muestran que estamos provistos un dispositivo o elemento instintivo o inconsciente que nos hace diferenciar las ac-ciones justas o morales de aquellas que no lo son. Lo moral es un requisito de supervivencia y adaptación humana que permite, ante la vul-nerabilidad, desarrollar habilidades de altruis-mo y cooperación, mediante el aprendizaje (el instinto no es suficiente), para cambiar o trans-formarse a sí mismo y a su medio ambiente. Esa condición permite definir misión, visión, valores, objetivos, metas, estrategias y propósi-tos de vida autónoma y responsablemente.

81 FUNDACIÓN ÉTICA MUNDIAL. Ética mundial. Una guía para descubrir los valores que todos tenemos en común. Bogotá: El Tiempo, 2009, p. 252.

82 NÚÑEZ CENTELLA, Ramón. Citado por PUNSET, Eduardo. El alma está en el cerebro. 2 ed. Madrid: Santillana, 2008, p. 127.

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La moraL: ¿innata o adquirida?

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Existe una gramática moral, un dispositivo, un elemento innato que nos hace morales. Los juicios morales no proceden de la religión, la familia, el Estado u otras instituciones, sino que son un instrumento de supervivencia he-redado que explica la existencia de principios universales comunes a todos los humanos que orientan las decisiones y juicios para distinguir el bien y el mal.

Cadena y Hauser dicen que nacemos dotados de la competencia o capacidad para adquirir una moral, pero mientras Hauser considera que es la educación la que gradúa los parámetros y guía hacia la adquisición de sistemas morales particulares, teniendo en cuenta las particula-ridades de cada cultura, Cadena considera que la apropiación de una moral particular no es producto del razonamiento o la argumentación, sino de la creencia, de la fe como único camino. Los argumentos vienen después.

Las tesis de Cadena y Hauser sobre el origen de la moralidad, como innata, biológica y no como una capa artificial, invitan a pensar, a desear una educación que extraiga lo mejor de los seres humanos, una cultura que fo-mente principios y valores que engrandezcan la especie humana, una creencia o fe en la capacidad que tenemos para hacer realidad el compromiso ético de demostrar que los seres humanos estamos llamados a ser mucho más de lo que somos, a hacer mucho más y mejor lo que hacemos. A pesar de las imperfecciones, de las diferencias culturales, sociales, raciales, de sexo, género o ideológicas estamos conectados transversalmente por unos principios morales básicos. Estamos irremediablemente condena-dos a ser morales, estamos programados moral-mente, tenemos la capacidad genética para ser morales y esa es una noticia maravillosa para la Bioética.

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Atención en salud oral: un escenario de exclusión en las leyes colombianas y un asunto

para la bioética, a partir de un caso de enfermedad periodontal*

Oral care: a scenario of exclusion in Colombian law, and a bioethical issue from a case of periodontal disease

María Teresa Escobar López**

Resumen

La asistencia sanitaria en Colombia está regulada por el Sistema General de Seguridad Social en Salud (LEY) que excluye, por ejemplo, el tratamiento de enfermedades periodontales, las cuales en algunas etapas clínicas pueden causar la muerte. El presente artículo inicia citando un caso, luego hace un análisis de la atención en salud oral bajo tres referentes: 1) Los estudios de salud oral realizados en el país; 2) la LEY; 3) los fallos y jurisprudencias emanados a raíz de acciones de tutela interpuestas por personas que vie-ron vulnerados sus derechos en salud. El principal hallazgo del trabajo fue que la salud oral sigue siendo asunto secundario para la LEY, a pesar de las cifras de morbilidad presentadas en los estudios y los fallos emitidos luego de las tutelas, situación que comparte con algunos países de Latinoamérica y el mundo. Posteriormente se hace una reflexión acerca de la exclusión desde la ley misma, y del ejercicio de la odon-tología y su énfasis comercial bajo la lógica del mercado. Finalmente, se propone que las soluciones no pueden surgir exclusivamente de la odontología o las leyes y que las políticas de salud deben contemplar enfoques interdisciplinarios como la bioética, tener en cuenta los derechos humanos, en sus relaciones con otras áreas del conocimiento e instancias de la sociedad.

Palabras clave: Odontología, enfermedad periodontal, exclusión social, justicia, Bioética.

Abstract

In Colombia, health care is offer under Health Social Safety General Law and there is some exclusions in oral care, for example, periodontal disease, that may be both severe and lethal. At first, this paper mentioning a case and then analyse care offer under three topics: 1) Oral Health Surveys in Colombia; 2) Colombian Health Law; and 3) judgment verdicts and jurisprudences when citizens demanded actions to get respect for its rights in health issues, common situation in some countries of Latin America and else. Later it is made a reflexion about exclusion and dentistry with its current trade emphasis. Finally, it shows that analysis and

* Artículo de reflexión. Este artículo fue elaborado como parte del proceso de formación en el Doctorado en Bioética de la Universidad El Bosque. Documento entregado el 19 de marzo de 2013 y aprobado el 17 de junio de 2013.

** Odontóloga de la Universidad Nacional de Colombia. Especialista en Docencia Universitaria. Magíster en Bioética, Doctorado en Bioética de la Universidad El Bosque. Profesora Asociada de la Facultad de Educación y Humanidades, Universidad Militar Nueva Granada. Correo Electrónico: [email protected]

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possible lines of solution cannot be conceived exclusively from dentistry and law because health policies must contemplate interdisciplinary focus as bioethics; consider human rights, and its relationships with other knowledge areas and social instances.

Key words: Dentistry, periodontal disease, social exclusion, justice, Bioethics.

Introducción

“La ética social se reduce a una búsqueda de soluciones al conflicto entre los más privilegiados y los menos privilegiados. Toda otra materia depende de este conflicto: el avance de los más privilegiados versus la lucha por la supervivencia… piensen la

bioética como una nueva ética científica que combina la humildad, la responsabilidad y la competencia,

que es interdisciplinaria e intercultural, y que intensifica el sentido de la humanidad”.

Van Rensselaer Potter1

Bajo la perspectiva anglosajona de la bioética clínica, la búsqueda de solución a los dilemas que se presentan con cierta frecuencia en el ejercicio de las actividades sanitarias, espe-cíficamente en materia de atención en salud o de investigación con seres humanos, suele comenzar con la descripción y análisis del caso donde ocurre el conflicto de valores o principios aceptados en el contexto de socie-dades hoy en día plurales, multiétnicas y mul-ticulturales. Los comités éticos de asistencia o de investigación serían los escenarios naturales donde se trata de encontrar soluciones a dichos conflictos. Por otro lado, entre las metodologías en ciencias sociales hace tiempo se acude a los estudios de caso2 a fin de comprender mejor

1 POTTER, Van Rensselaer. Bioética puente, bioética global y bioética profunda. Cuadernos del Programa Regional de Bioética. 1998, (7), 21–32.

2 Los estudios de caso en sociología difieren de los casos clínicos en salud, la pretensión allí es delimitar un espacio que integre tres dimensiones: la social, donde se observan las formas simbólicas que ocupan los individuos en la estructura social, la dimensión cultural donde la intensión es ver cómo se representa el mundo social y la psicológica donde lo importante son los mecanismos o procesos psicológicos que posibilitan la ordenación en el ejer-cicio de las acciones. “Los estudios de caso permiten tratar con el individuo episodios significativos de su vida, del tema de estudio”

los mismos valores o principios que rigen el comportamiento social de los seres humanos en diferentes contextos. A través de estos estu-dios, que arrancan de situaciones particulares, es posible encontrar también conflictos entre valores y principios que reflejen problemas en órdenes más grandes, a niveles que pueden llamarse macro-sociales. Es esta la perspectiva que asume el presente trabajo.

1. El caso

Hombre de 55 años de edad, profesional y casado. Fallece en un hospital a causa de una sepsis de origen periodontal3, según se anota en el diagnóstico de egreso. La esposa, cuando fue entrevistada, decía insistentemente:

“tanto que yo le dije que se sacara esos dientes, pero él era terco y no me hacía caso de mandárselos a sacar, los tenía todos flojos hacía tiempo, pero siempre repetía que un profesional sin dientes era como una cocinera sin ollas... lo cierto es que se le

(En este caso la atención en salud) “y, simultáneamente, el plano socio cultural”. (SÁNCHEZ DE BALCERO, Inés. Mimeógrafo del Curso de metodologías de la investigación cualitativa a docentes del Seminario de Filosofía e Historia de la Ciencia. Bogotá: Uni-versidad El Bosque, 2000).

3 Muchas infecciones severas de la región buco–facial se desarrollan como consecuencia de infecciones odontogénicas, las cuales se diseminan a través de los planos anatómicos buscando las vías que ofrecen menor resistencia. La diseminación de las infecciones bucales usualmente siguen trayectos anatómicos a través de los espacios y planos aponeuróticos; estas infecciones pueden ir en ascenso y afectar el cerebro, los senos cavernosos y las órbitas por diseminación directa a través del plexo pterigoideo y plexo venoso en la fosa pterigomaxilar; también pueden ir en descenso y alcanzar el mediastino por diseminación contigua a través de los espacios parafaríngeos, retrofaríngeos y retroviscerales. Para ampliar información al respecto se puede ver: DINATALE, Elio. Diseminación de la infección odontogénica [en línea]. Acta Odon-tológica Venezolana. 2000, vol. 38 (1), 37–43. ISSN 0001–6365. Disponible desde: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?pid=S0001-63652000000100006&script=sci_arttext

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complicó un absceso, de los que él tenía. Quién iba a pensar que por un dolor de muela se iba a morir... Así fue, pero claro que él había ido a tratamiento; nosotros estamos afiliados a la EPS4 por cuenta de un hijo, de allá lo mandaron a la odontología particular para que se hiciera un tratamiento, porque eso no lo cubría la EPS… lo que pasa es que el tratamiento era muy costoso y nosotros no tuvimos para un tratamiento tan caro”.

Algunos elementos destacables del caso son los siguientes: La extracción de las piezas den-tales como visión de tratamiento para el “dolor de muelas”. Esto, y la visión de que nadie se va a morir a causa de un “dolor de muelas”, muestran algo de la ignorancia que usual-mente acompaña a la pobreza y la exclusión social. Sin embargo, la imagen negativa de un profesional sin dientes, a su vez, muestra que, a pesar de la pobreza o la exclusión, hay cierto patrón estético que debiera preservarse, algo que la gente relaciona con la dignidad. Haber acudido a la Entidad Promotora de Salud (EPS, sigla con que se conoce a la aseguradora en salud a la cual debe estar suscrito todo ciuda-dano colombiano bajo el denominado Sistema General de Seguridad Social en Salud – en este escrito, simplemente LEY), es otro punto obje-to de interés, por cuanto sugiere que se buscó atención sanitaria y que, acogiéndose a la legis-lación vigente, debería acudirse a la oferta de servicios privados de salud por cuanto este tipo de intervención no está incluido en el paquete que pudiera llamarse de obligatorio cumpli-miento en la LEY. Por último, está el asunto de los costos, lo cual obliga a las personas o las familias a aplazar ciertas intervenciones a fin de cubrir necesidades más urgentes, algo que, para no entrar en demasiados detalles, simplemente respondería al llamado “sentido común”: si el dinero no me alcanza para cubrir dos necesidades, escojo una, la que estime más

4 Entidad Promotora de Salud. Bajo el sistema de salud colombiano es la Aseguradora a la cual debe estar afiliado cualquier trabajador.

importante. Otra cosa es no tener como cubrir ninguna, y eso no suele ser muy raro en socie-dades marcadas por la pobreza y la injusticia. Pero ese es asunto de otro texto.

Como se verá, los elementos señalados se rela-cionan de alguna manera, o entran en conflicto, con los hallazgos de los estudios acerca de salud oral, con la LEY y con los fallos y jurispruden-cias emitidos a partir del ejercicio del derecho de tutela por parte de algunos sujetos que vie-ron vulnerados sus derechos fundamentales. En consecuencia, los tres pilares sobre los cua-les se plantea el análisis del caso sucintamente presentado están en lo que llamaríamos los ha-llazgos científicos en materia de salud oral, los aspectos legales de la prestación de servicios de atención en salud y las demandas o reclamos por violación de derechos que, a la luz de la misma Constitución de la República de Colom-bia, son reconocidos para todos los ciudadanos. Luego de esto, se hacen algunas reflexiones y se emiten unas pocas conclusiones a partir de documentos escritos de autores que han tocado el tema de la exclusión y la pobreza en su rela-ción con la atención en salud.

2. Estudios de salud oral en Colombia

En el primer estudio de salud oral llevado a cabo entre 1965 y 1966 se reportó que el 88.7% de las personas sufría enfermedad periodontal5.

5 Según la Academia Americana de Periodoncia, es una enfermedad que afecta las encías y la estructura de soporte de los dientes. Las bacterias presentes en la placa causan la enfermedad periodontal. Si no se retira, cuidadosamente, todos los días con el cepillo y el hilo dental, la placa se endurece y se convierte en una sustancia dura y porosa, llamada cálculo (también conocida como sarro). Las toxinas que se producen por las bacterias en la placa irritan las encías. Al permanecer en su lugar, las toxinas provocan que las encías se desprendan de los dientes y se forman bolsas periodon-tales, las cuales se llenan de más toxinas y bacterias. Conforme la enfermedad avanza, las bolsas se extienden y la placa penetra más y más hasta que el hueso que sostiene al diente se destruye. Eventualmente, el diente se caerá o necesitará ser extraído. Es una enfermedad progresiva, que de una primera etapa, la gingivitis,

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Un segundo estudio, adelantado entre 1977 y 1980, mostró que el 94,7% de la población tenía esta patología en alguna de sus fases, y el último estudio (publicado en 2000)6 reveló la presencia de por lo menos un marcador de daño periodontal (sangrado, cálculos o bolsas)7 en el 92,4% de las personas. A manera de ejemplo: 8,8% presentó sangrado al sondaje, 53,3% mos-tró sangrado y cálculos. Sin embargo, lo que llamó la atención fue que el 60,9% de los niños de 12 años ya presentaba alguna manifestación importante de enfermedad periodontal, por ejemplo: bolsas pandas (menores de 6 mm) se diagnosticaron en el 26,5% de las personas (IC95%: 26,88–26,91) y bolsas profundas (de 6 y más mm) en el 3,8% (IC95%: 3,78–3,81). Por otra parte, el último estudio sostiene que, en la población general, el denominado Índice de Extensión y Severidad alcanzó un 16% de las superficies dentales afectadas con al menos un marcador periodontal, mientras el 50,1% pre-sentó alguna pérdida de soporte dental.

No se puede afirmar tranquilamente que entre el segundo y el tercero de los estudios naciona-les la enfermedad disminuyó, pues metodoló-gica y conceptualmente pudieron haber variado los criterios de evaluación. De todas maneras, las cifras son alarmantes si tenemos en cuenta que la enfermedad periodontal no tratada, al desarrollar procesos infecciosos, puede com-prometer la salud general y aun la vida de los

puede evolucionar a periodontitis avanzada. La Academia Ame-ricana de Periodoncia también asegura que “Los investigadores han descubierto que las personas que sufren de enfermedad periodontal corren doble riesgo de contraer la enfermedad de las arterias coronarias, en comparación con aquellos que no la sufren”. Esto es por el paso constante al torrente sanguíneo de microorganismos, los cuales llegan hasta las válvulas y arterias del corazón. Para ampliar visitar enlace: www.perio.org

6 REPÚBLICA DE COLOMBIA – MINISTERIO DE SALUD. Tercer Estudio Nacional de Salud Bucal – ENSAB III. Tomado de SIVIGILA. Citado y publicado en el Informe Ejecutivo Semanal Nº 8 de la Oficina de Epidemiología. Bogotá: 2000. Disponible desde: http://www.saludcolombia.com/actual/salud46/informe.htm

7 Las bolsas son la separación patológica o anormal del diente de sus tejidos de soporte.

pacientes que presenten esta patología8. Cabe resaltar la importancia que tiene la boca en las relaciones interpersonales o laborales, etc. Al respecto, el mismo estudio de salud oral refiere como no es rara la circunstancia en la que la pérdida de dientes, o la fractura de las prótesis, llevan a las personas a ausentarse del trabajo o del estudio.

3. La legislación colombiana en materia de salud

En la Constitución Política de Colombia, capítu-lo 2, acerca De los derechos sociales, económicos y culturales, artículo 48, se dice: “la seguridad so-cial es un servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado”. A partir de la Constitución, se instituye la Ley 100 de 1993, por la cual se crea el sistema de seguridad social integral y se dictan otras disposiciones.

Mediante esta ley se plantea crear las herra-mientas para que la persona y su comunidad gocen de calidad de vida, con el fin de lograr el bienestar individual y la integración de la comunidad, brindando la protección a las con-tingencias que le afecten, bajo los principios de eficiencia, universalidad, solidaridad, integrali-dad, unidad y participación.

Siendo breve, con ella se instaura un sistema en el cual una parte del aporte para su finan-ciamiento correría a cargo de los trabajadores (cotizantes) y otra parte va por cuenta del Es-tado. Así se cubriría los costos de atención de quienes no tenían manera de cubrirlos por ser dependientes o pertenecer a los estratos socioe-conómicos más bajos. Se crean así dos grandes

8 A esto se suma, como agravante de la situación, el que los pacientes en general no perciben como seria la enfermedad oral y menos la enfermedad periodontal. “Sólo el 3,4% relaciona la presencia de sangrado de la encía con no tener la boca sana”. REPÚBLICA DE COLOMBIA – MINISTERIO DE SALUD. Op. cit.

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regímenes de asistencia en salud, uno contribu-tivo, el otro subsidiado. En este contexto surge el llamado Plan Obligatorio de Salud (POS), un mínimo al que todo colombiano tendría acceso garantizado.

Actualmente, el POS, definido por la Comi-sión de Regulación en Salud (CRS) median-te el Acuerdo 008 de Diciembre 29 de 2009, reconoce 5.832 actividades, procedimientos e intervenciones en salud y servicios hospitala-rios. Dicho Acuerdo, dirigido a actualizar los planes obligatorios de salud, en el Capítulo III, en el numeral 10 del artículo 54: Exclusiones en el Régimen Contributivo, hace referencia a las siguientes exclusiones: “…tratamientos de periodoncia, ortodoncia, implantología, prótesis y blanqueamiento en la consulta odontológica.” Lo mencionado acerca de la LEY es suficiente para los intereses del presente trabajo.

Por otro lado, la legislación colombiana no con-templa la atención en salud como un derecho fundamental, pues así lo expresan explícita-mente la Constitución y las leyes. Reciente-mente, la sentencia T-760/08 pone en evidencia la dificultad para establecer la atención en salud como derecho fundamental y la nece-sidad de hacerlo no solamente desde la tutela y la figura de la conexidad. Fue precisamente dicha sentencia que generó el Acuerdo 08 del 29 de Diciembre de 2009, ya referido, en el que se establecieron los nuevos POS para los regí-menes contributivo y subsidiado, donde, entre muchas más, siguen igualmente excluidas las actividades odontológicas encaminadas a tratar las enfermedades periodontales.

Es de esperar, en consecuencia, que se registren casos lamentables como el descrito, casos pre-venibles y que, desde la óptica de los derechos humanos, la dignidad y la bioética, no debe-rían ocurrir, pues son técnica y científicamente susceptibles de intervención efectiva. Al res-

pecto, un especialista en periodoncia y docente universitario, asegura que es evidente que el tratamiento de la enfermedad periodontal debe estar incluido en el POS por ser una patología de importancia epidemiológica, dado que la padece un alto porcentaje de la población co-lombiana. Él dice: La enfermedad periodontal es considerada como un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular y cerebrovascu-lar...” Muchos sabemos que estas entidades son las principales causas de enfermedad y muerte hoy en el mundo entero. Continúa dicho au-tor: la enfermedad periodontal “…por lo tanto, está afectando la vida de las personas, derecho fundamental consagrado en la constitución colombiana9.

Este profesional sostiene, en el mismo artículo, que la población de escasos recursos, al no poder acceder a los servicios privados de atención en periodoncia, frecuentemente tiene que recurrir a la mutilación (exodoncia) o dejar simplemente que se convierta en un proceso inflamatorio crónico con consecuencias para la salud en ge-neral. Finalmente, afirma que ante un panorama como este, la LEY debe ser reformulada, pues es evidente que no es justa en salud oral.

4. Las tutelas10 y jurispru-dencias en salud oral

Dado que en el artículo 48 de la Constitución, la salud no es un derecho sino un servicio so-cial, se da cabida, entre otras, a las exclusiones mencionadas y, en consecuencia, obliga acudir

9 OLARTE, Carlos. La Ley 100 y la periodoncia en Colombia. Revista de la Federación Odontológica Colombiana. 2000, vol. 59 (198).

10 Mecanismo previsto en el artículo 86 de la Constitución Política de Colombia el cual busca proteger los Derechos constituciona-les fundamentales de los individuos “...cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados...” es denominada en otros países, recurso de amparo. (REPÚBLICA DE COLOMBIA. Constitución Política de Colombia [en línea]. Disponible desde: http://cms-static.colombiaaprende.edu.co/cache/binaries/articles-186370_constitu-cion_politica.pdf?binary_rand=1416)

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a la tutela. Así, unas necesidades que se debe-rían cubrir colectivamente sólo se materializan cuando se hace un reclamo individual. Esto convierte la salud en un campo de pugna, don-de se miden fuerzas para resolver asuntos que comprometen la vida de seres humanos. La enfermedad, según se ha establecido histórica, económica, política y culturalmente, está en buena parte relacionada con las condiciones so-ciales. Como se dijo, la enfermedad periodontal implica algún riesgo de procesos infecciosos que, en estadios avanzados, pueden poner en peligro la vida de la persona afectada.

Volviendo al vacío que crea la propia Constitu-ción, si la exigencia de tratamiento tiene que ser resuelta de manera individual mediante tutela, ¿qué opción tiene un individuo cuando una complicación de su patología lo puede llevar a la muerte en cuestión de días? Adicionalmente, existen otras exclusiones que se suman a las estipuladas directamente por la ley, como las derivadas de la interpretación y el manejo del sistema por parte de las EPS.

A diario las personas enfrentan “barreras en la atención”, algunas directas, por ejemplo, las es-tablecidas en el marco legal y que condicionan el inicio de la atención a la “reducción de placa del 15%” En la resolución simplemente no está claro qué índice se tiene en cuenta. Tampoco hay sustento “científico y técnico” que soporte ese 15 y no un 20%, u otra cifra. En realidad, esto ha significado a los usuarios quedarse por fuera del inicio oportuno de un tratamiento regular hasta que “no bajen su índice de placa”. Lógicamente, quedan interrogantes sobre la forma de medir la placa y los métodos utili-zados por las instituciones para proveer a los usuarios de los mecanismos adecuados para lograr ingresar efectivamente en el sistema.

En particular, si nos remitimos a Bogotá, en-contramos que la meta de caries para el año

2000 no se cumplió11 aun cuando es la enfer-medad más conocida, referida en la consul-ta, diagnosticada y tratada.12 La enfermedad periodontal suele estar sub–diagnosticada al cursar, sobre todo en estadios iníciales, como una enfermedad asintomática. Adicionalmente, existen problemas con el acceso a los servi-cios de salud. Los tratamientos de endodoncia están cubiertos por el plan de salud, pero la realización de los tratamientos de conductos, por ejemplo, se condiciona al hecho de que el paciente “demuestre”13, que posteriormente se va a realizar una rehabilitación. Esto ha llevado a que, en ocasiones, los pacientes terminen no realizándose tratamientos de conductos con las consiguientes consecuencias de infecciones y pérdidas dentales. Hay inconsistencias en la ley y en las resoluciones en aspectos como los enunciados aquí. Quizá su parte operativa que-dó mal formulada o es inadecuada, pues riñe con los conceptos de salud-enfermedad oral y riesgo, lo que termina haciéndola inoperante e injusta. Si nos atenemos a las jurisprudencias, la norma apunta en pro de un mal menor, más que de un beneficio, y la aplicación de un principio superior contraviene la norma14. Al respecto las jurisprudencias aclaran:

El concepto de derecho a la salud, cuando va aparejado de su conexidad con la vida, ha sido definido como ‘la facultad que tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica

11 Datos tomados de la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá, 20 de mayo a 16 de junio de 2001.

12 Hay que tener en cuenta que el ENSAB III refiere que la prevalencia de caries en niños de 12 años fue del 57%, los cuales presentan una o más lesiones de caries no tratadas.

13 Pacientes en ocasiones son obligados a llevar una constancia de un odontólogo que afirma que posterior al tratamiento de conductos se rehabilitará el diente, so pena de no realizarles el conducto radicular.

14 Ver al respecto del derecho a la salud ejemplificado en dos pa-cientes a los que se les tuteló el derecho a la salud y la dignidad en relación con los tratamientos de ortodoncia: REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-708/03. Bogotá: 14 de agosto de 2003; y REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-504/06. Bogotá: 30 de junio de 2006.

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funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental, y de restablecerse cuando se presente una perturbación en la estabilidad orgánica y funcional de su ser’. Implica, por tanto, una acción de conservación y otra de restablecimiento15.

Si adelantamos la revisión de las jurispruden-cias, podemos dar argumentos para tratar, por ejemplo, de llevar a las cortes la solicitud de hacer extensibles los derechos a la asistencia en salud oral a todas las personas para que no sigan siendo exigidos individualmente y mediante el recurso de tutela. Como lo mues-tra el siguiente aparte de una sentencia sobre un tratamiento de periodoncia: expediente T- 2.882.439, Sentencia T-198/11.

Existen circunstancias que ameritan el sumi-nistro de un medicamento o la práctica de un tratamiento o intervención que, a pesar de no estar contemplados en el Plan Obligatorio de Salud (POS), su no autorización vulnera o pone en peligro derechos constitucionales fundamen-tales de las personas como la vida, la integridad personal y la dignidad humana…”16.

En otra sentencia también para tratamientos odontológicos se parte del principio de dignidad humana, así:

Es que el concepto de dignidad humana no constituye hoy, en el sistema colombiano, un recurso literario u oratorio, ni un adorno para la exposición jurídica, sino un principio cons-titucional, elevado al nivel de fundamento del Estado y base del ordenamiento y de la activi-dad de las autoridades públicas. En virtud de la dignidad humana se justifica la consagración de los derechos humanos como elemento esencial de la Constitución Política (art. 1 C.P.) y como factor de consenso entre los Estados, a través

15 Ibíd. Ver también: REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONS-TITUCIONAL. Sentencia T-597/93. Bogotá: 15 de diciembre de 1993.

16 Ver: REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-198/11. Bogotá: 23 de marzo de 2011.

de las cláusulas de los tratados públicos sobre la materia (art. 93 C.P.)”17.

5. Odontología y exclusión

La exclusión se reconoce hoy, desde la política y la economía, como una condición evitable y susceptible de cambio, si hay interés por lograr mejoras en la calidad de vida y en el desarrollo de la sociedad. La odontología y sus patologías han sido tratadas como “cosa aparte” en el campo de salud, quizás por sus altos costos y por las dinámicas sociales que surgen a su alrededor, pues en el ámbito político los profesionales de la salud oral no han tenido una participación or-ganizada en materia de regulaciones o normas, ya que estas han provenido generalmente de sec-tores que desconocen su dinámica y obedecen, básicamente, a intereses económicos. A esto se suman condiciones culturales y sociales donde los asuntos de la boca históricamente han sido marginales y desarticulados de la salud pública.

En bioética se debería ir más allá del plantea-miento de dilemas en la práctica sanitaria, pues la exclusión de patologías odontológicas re-quiere análisis más profundos de los hasta aho-ra realizados por la bioética clínica y la bioética de los comités. Pablo Simón Lorda plantea la necesidad de acudir a lo que se denomina el segundo estadio de la bioética, la ética de las organizaciones sanitarias, paso fundamental para pensar en análisis estructurales de solu-ciones consensuadas que pongan en diálogo la lógica del mercado, los intereses sociales y sus necesidades18.

17 Al respecto, Ver: REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONS-TITUCIONAL. Sentencia T-114 /97. Bogotá: 6 de marzo de 1997; REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-640 /97. Bogotá: 1 de diciembre de 1997; y REPÚBLI-CA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-175/02. Bogotá: 8 de marzo de 2002.

18 SIMÓN, Pablo. La ética de las organizaciones sanitarias: el segun-do estadio de desarrollo de la bioética. Revista Calidad Asistencial. 2002, vol. 17 (4), 247–259.

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Desde la odontología y la bioética, es un deber retomar los instrumentos internacionales de de-rechos humanos, donde la salud aparece “como un derecho fundamental, universal, interde-pendiente de los demás derechos humanos y que comporta tanto libertades como derechos”19. De esta manera, “la plena realización del ser humano y el cabal ejercicio de los demás de-rechos humanos exige el disfrute del más alto nivel de salud física y mental”20. El derecho a la salud obliga un abordaje integral, incluyendo su dimensión individual, asistencial, colectiva, preventiva, participativa, promocional, cultural e institucional, incluida la formación profesio-nal. No puede ser reducida únicamente a la asistencia y el cuidado y separada de la salud en general. Su énfasis extremo en lo biológico es problemático, ya que las patologías pueden, social y culturalmente, afectar el desarrollo de la vida, la personalidad y la dignidad de los seres humanos, independiente de las condiciones en que se nace. Es un asunto que tiene que ver con el cuidado de la vida y la dignidad humana21.

Una dificultad central en la atención en salud está relacionada con la exclusión de franjas importantes de población, especialmente por condiciones de pobreza y miseria. La salud oral suele ser una de las áreas del sector más afecta-das, como lo demostró el III Estudio Nacional de Salud Bucal (ENSAB) de 1998. La Organiza-ción Mundial de la Salud (OMS) recurrió a este estudio para clasificar a Colombia en el grupo de los países con un alto índice de caries, un problema de salud pública.

Generalmente, las personas acuden al odon-tólogo sólo cuando hay dolor pero, aun así,

19 DEFENSORÍA DEL PUEBLO – COLOMBIA. Sistema de seguimien-to y evaluación de la política pública de salud a la luz del derecho a la salud. Bogotá: Programa de Seguimiento de Políticas Públicas en Derechos Humanos, 2006, pp. 16–45.

20 Ibid., p. 17. 21 SPINSANTI, Sandro. Bioética global o la sabiduría para sobrevivir.

Cuadernos del Programa Regional de Bioética. 1998, (7), 10.

busca atención únicamente una parte de ellas. El mencionado estudio refiere que el 82,9% de las personas han presentado dolor de muela o diente alguna vez en su vida, de ellos 22,2% en el último mes y de estas el 66% consultó. Entre las causas para no consultar figuran: la falta de dinero, la dificultad en el acceso a los servicios para consultas regulares (ya sea por vivir en zonas rurales, por no tener afiliación a la seguridad en salud o por pertenecer al régi-men subsidiado), por la deficiencia en la opor-tunidad y en la organización de los servicios para responder a las diferentes percepciones y representaciones de las personas tanto de la boca como de la enfermedad bucal y la poca credibilidad que tiene la población de la profe-sión odontológica22.

Como vemos, el problema va más allá de la cifras y de la forma como suele ser presentado por los análisis gubernamentales, los medios de información o el sector salud y sus institucio-nes, las Organizaciones No Gubernamentales, etc. Dicho problema, visto en la cotidianidad, sencillamente es sobrecogedor y está relaciona-do con deficiencias a nivel de la organización del Estado y de las leyes o los gremios, además del desconocimiento de deberes y derechos por parte de las comunidades, el contexto histórico, social y cultural en que se han desarrollado los hábitos, las costumbres y las creencias respec-to a salud oral. Es decir, se trata de un asunto mucho más complejo que las preocupantes estadísticas de morbilidad oral. Para efectos de esta reflexión, solamente se tomó la exclusión desde las propias leyes colombianas, esto con el fin de adelantar un acercamiento inicial a un problema que, en el fondo, es estructural.

En odontología es necesario revisar el fenóme-no inicialmente desde la ley que regula la pres-tación de servicios en salud oral y su significa-

22 REPÚBLICA DE COLOMBIA – MINISTERIO DE SALUD. Op. cit.

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do en la vida, la salud y el bienestar, es decir, en las dimensiones del desarrollo humano23.

Producto del último estudio de salud oral y de su análisis comparativo con los dos ante-riores surgió el Plan Nacional de Salud Bu-cal24. En este plan se aborda la problemática de la salud bucal y se resaltan aspectos como25: condiciones de salud bucal inadecuadas, altas prevalencias de enfermedad, no hay reconoci-miento de la salud bucal como un componente fundamental de salud de la población, existe inequidad en el acceso de la población a la prestación de los servicios de salud bucal, falta reglamentación normativa relacionada espe-cíficamente con aspectos que den soporte a la práctica odontológica y a la gestión con calidad y costo–efectividad de los servicios de salud bucal, hay desarrollos inadecuados de proce-sos de seguimiento y control, hay inadecuada gestión integral del recurso humano en salud bucal, falta de conocimiento oportuno de la situación de salud bucal de la población por deficiencias en los sistemas de información. Sin embargo, si bien el documento plantea la pro-blemática, no se pasa de las buenas intenciones y recomendaciones.

En ese sentido, con frecuencia se suman cir-cunstancias y actitudes de las personas hacia la odontología, como aparece en un apartado del tercer estudio de salud oral que establece las concepciones de las personas en esta materia, subtitulado Representaciones, conocimientos y

23 El desarrollo humano es definido por el PNUD (1990) así: “es la ampliación de las oportunidades de los individuos para que, con libertad, alcan+cen una vida larga y saludable, puedan adquirir conocimientos individual y socialmente valiosos, y tengan la oportunidad de obtener los recursos necesarios para disfrutar de un nivel de vida decoroso”. PNUD. Desarrollo humano. Informe 1990. Bogotá: Tercer Mundo Editores, S.A., 1990.

24 REPÚBLICA DE COLOMBIA – MINISTERIO DE LA PROTEC-CIÓN SOCIAL. Resolución Número 3577 de 2006. Por la cual se adopta el Plan Nacional de Salud Bucal – PNSB. Diario oficial, (46.411), 4 de octubre de 2006.

25 Ibid., p. 9.

prácticas en salud bucal, donde se muestra cómo, siendo tan frecuente la enfermedad periodon-tal, los individuos no la asocian con problemas más serios.

Al preguntar acerca de qué significa una boca sana, un alto porcentaje refiere que es no tener caries y aparecen consideraciones estéticas, como dientes blancos y parejos. La enfermedad periodontal sencillamente se desconoce. En relación con la demanda y utilización de ser-vicios de salud bucal, el estudio encontró que sólo se consulta al odontólogo cuando la enfer-medad se torna incapacitante y, por otro lado, existe un alto nivel de automedicación. Esto también puede sugerir que los propios profesio-nales de la odontología no estamos “educando” adecuadamente nuestros pacientes en materia de prevención y cuidado en salud oral, sino que hemos pasado por alto las dimensiones no biológicas en el desarrollo de los procesos de la enfermedad y también hemos dejado de lado consideraciones socioculturales e históricas en los procesos de enseñanza o en las políticas en salud, algo evidente si tan sólo revisamos la ausencia de consideraciones respecto a la diver-sidad cultural, étnica, geográfica, religiosa, etc.

Por otra parte, las reglas del mercado condicio-nan la enseñanza de la odontología y, en gene-ral, otras ciencias de la salud. Existe un deber moral de enseñar hacia la equidad y analizar la exclusión desde la academia, pues al contra-rio de disminuir, la desigualdad se incrementa mediante el incentivo de las tecnologías y las investigaciones de punta, donde se prioriza lo raro, lo extravagante, lo especializado, subvalo-rando el papel del odontólogo general, del tra-tamiento cotidiano y las patologías frecuentes, aspectos que aumentan las diferencias sociales y culturales. La odontología ha observado un comportamiento plegado a una escuela que re-produce de manera acrítica y pasiva un sistema

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injusto. Al respecto, Pierre Bourdieu26 sostiene que la escuela legitima y refuerza, mediante conjuntos específicos de prácticas y discursos, los sistemas de comportamiento y disposicio-nes clasistas que contribuyen a reproducir la sociedad dominante27.

6. Exclusión y pobreza

En las definiciones de exclusión28 se menciona la escasez de oportunidades, la imposibilidad de gozar de derechos sociales sin ayuda, la falta de participación en lo social, en lo político, en lo cultural, la imagen desvalorizada de sí mismo29 o la imposibilidad personal de hacerle frente a las propias responsabilidades30. También se ha-bla de un “proceso dinámico y multidimensional propio de las sociedades postindustriales”31. Aun-que existen posturas según las cuales hablar de pobreza es lo mismo que hablar de exclusión, en este texto se adopta la visión más amplia y, de hecho, más compleja, donde hay diferencias fundamentales como: la pobreza es un estado personal que afecta a individuos de las socie-dades industriales, mientras que la exclusión es un proceso estructural que afecta a grupos sociales y, a diferencia de la pobreza que pre-senta carencias económicas, la exclusión posee

26 BORDIEU, Pierre. Los usos sociales de la ciencia. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 2000.

27 El autor critica la idea de la comunidad científica por ser una consideración cómoda, imprecisa y vaga respecto de lo que realmente es un campo con competencias, que obedece a leyes específicas. La odontología y sus especialidades se convierte en un ejemplo de ello, pues existe “una lucha competitiva que tiene por desafío específico el monopolio de la autoridad científica” ligado básicamente al poder, como lo analiza muy bien Foucault.

28 Según la Real Academia Española de la lengua exclusión es qui-tar a alguien o algo del lugar que ocupaba. Proviene del latín ex, fuera o más allá, sacar. Y claudere, cerrar, derivado de “Klaud–do, asegurar con pestillo o gancho”

29 Algunos de estos elementos son citados en las diferentes formas de definir la exclusión y se enuncian como contenidos en la definición de la Unión Europea.

30 GÓMEZ Da SILVA, G. 1995. Citado por SARMIENTO, L. Ciudada-nías y políticas públicas inclusivas e integrales. En: VELÁSQUEZ, Fabio (Ed). Ciudad e inclusión: por el derecho a la ciudad. Bogotá: Fundación Foro Nacional por Colombia, 2004, p. 439.

31 BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO (BID). Informe Anual, 2007.

un carácter multidimensional, donde se juntan problemas laborales, económicos, sociales, cul-turales, entre otros.

En el ámbito de la pobreza las distancias socia-les son arriba-abajo, mientras en la exclusión son dentro–fuera. Mientras en la pobreza exis-te pasividad y marginación de los individuos, en la exclusión se presenta resentimiento y crisis de los vínculos sociales32. De esta ma-nera, encontramos que no es simplemente un fenómeno de pobreza, la exclusión está relacio-nada generalmente con una serie de problemas duraderos en el tiempo, interrelacionados con condiciones sociales particulares, como raza, sexo o discapacidad, entre otros33.

La visión de problema, más allá de las defini-ciones y las cifras, en las circunstancias y los contextos particulares revela otras dimensio-nes, quizá no tan evidentes pero que inciden en la dinámica y el desarrollo social. En Colombia, la exclusión social nos ha acompañado histó-ricamente. Sin embargo, la economía nacional, bajo los esquemas de mundialización34 que cambiaron el modelo de desarrollo interno hacia la apertura de mercados internacionales, tuvo consecuencias negativas e impactos preo-cupantes para muchos, como el descenso de los ingresos, el aumento de las tasas de desempleo, la proliferación de empleo informal y la vincu-lación de mujeres jóvenes y niños al mercado

32 TEZANOS, José Félix. Tendencias de dualización y exclusión social en las sociedades avanzadas. Un marco para el análisis. En: TEZANOS, José Félix. Tendencias en desigualdad y exclusión social. Madrid: Editorial Sistema, 2001.

33 “En América Latina y el Caribe, la exclusión social afecta prin-cipalmente a los grupos indígenas, a los grupos de ascendencia africana, a las mujeres, a las personas con discapacidad y/o a las personas VIH positivas. La exclusión social dificulta el acceso de ciertos individuos a trabajos formales, vivienda digna, servicios de salud adecuados, educación de calidad y al sistema de justicia”. Ver: Informe del BID, 2007.

34 De Lucas (2003) Sobre la globalización, dice que en la condición de subdesarrollo de nuestros países es más adecuado hablar de mundialización, la cual representa una etapa más del desarrollo del capitalismo moderno, caracterizada por la intensificación y expansión del mercado entre naciones. Ver: DE LUCAS, Javier. Globalización e identidades. Barcelona: Icaria, 2003.

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laboral como fuerza de trabajo mal remunerada y sin protección adecuada en seguridad social. En general, condiciones inequitativas, “sínto-mas palpables, aunque no los únicos, de nuevas formas de exclusión social”35. En nuestro país se puede decir que la exclusión ha acompaña-do el modelo de desarrollo desde la conquista española.

Además de la pobreza, hoy se establecen nue-vas formas de exclusión, como la segregación socio–espacial, la violencia en sus diversas manifestaciones y la falta de participación en las decisiones públicas. Esto es resultado, en parte, de la auto–representación que ejerce la clase política aferrada al poder y de la in-seguridad creciente. Como consecuencia de esto, en Colombia las siete ciudades principales muestran diferencias importantes, pero tam-bién “comparten los problemas de la exclusión social, política y cultural”36, a lo que se suma el desplazamiento forzado producto de la violen-cia, lo cual ha generado en las últimas décadas cerca de 2,5 millones de desplazados que llegan a lugares donde demandan bienes y servicios que generalmente no pueden cubrirse pronta y efectivamente, hecho que genera más exclusión. Desde esta perspectiva, ¿qué lugar ocupa la odontología en las prioridades de las personas? Ante la necesidad de comida, techo o seguridad, la odontología se desdibuja, histórica y tradi-cionalmente excluida del cuidado de la salud general, por tanto, poco o nada importa para un margen amplio de la población. Sólo se hace visible cuando aparece en forma de síntoma y malestar37.

Es necesario, entonces, abordar la exclusión desde una perspectiva más amplia de la salud,

35 VELÁSQUEZ, Fabio. Op. cit., p. 12.36 Ibid., p. 12. 37 El III estudio de salud oral refiere que la gente no acude al odon-

tólogo a menos que presente molestia. En relación con la demanda y utilización de servicios de salud bucal, del 82,9% de la población que dice haber sentido alguna vez dolor en una muela o diente, sólo el 66% consultó al odontólogo.

revisar las implicaciones que tiene en la cali-dad de vida y la prestación de servicios. En la Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 22, aparece la seguridad social, y en el artículo 25 está consignado el derecho a un nivel de vida adecuado, que garantice la salud y la asistencia médica. Por las implicaciones que tiene el cuidado de la salud en la vida y dignidad de las personas, no entenderlo como un derecho fundamental cada vez es menos sostenible.

Así las cosas, vemos cómo podemos acudir al mismo recurso legal para iniciar acciones tendientes a buscar un ejercicio profesional más justo, equitativo y menos excluyente, pero que no se quede en lo operativo legal. Existe también una imperiosa necesidad de trabajar la pasividad y la resignación con que la profe-sión lleva obedeciendo una ley que claramente es excluyente e injusta y solamente se buscan estrategias hacia el empleo, no respuestas a los problemas de salud oral de la población. Desde la academia, como la periodoncia está excluida, la opción es estudiar endodoncia, que si está incluida. Luce bastante claro, los llamados pla-nes complementarios de salud y los programas de educación se montan, en general, siguiendo las leyes del mercado con la sumisión, y quizá complicidad, tanto de las profesiones como de algunos profesionales.

7. Algunos elementos para el análisis de la ley

En odontología, tanto en las leyes como en la práctica, se expresa la concepción actual de salud como mercancía, a la que se aplican los criterios del comercio, es decir, el modelo de “medicina gerenciada”38. Guzmán utiliza estos

38 GUZMÁN, María del Pilar. Impacto de la introducción de los mecanismos del mercado en la atención sanitaria. Revista Gerencia y Políticas de Salud. 2005, vol. 8 (4), 65–78.

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términos para referirse al tipo de medicina derivado hoy del modelo vigente, caracterizado por la disminución del papel del Estado y la aplicación del modelo de “competencia admi-nistrada”, elaborado por Alain Enthoven39 con la pretensión de cumplir con los criterios de eficiencia y equidad. Es innegable que tales consideraciones son prioritarias en el análisis y la búsqueda de sistemas de salud viables, lo problemático es que esto ha llevado a que se suplanten los valores éticos por valores econó-micos, lo que para Zambrano ha conducido a que se sustituya el sujeto de los derechos de la salud, pues se “acaba construyendo al sistema sanitario en el sujeto de los derechos humanos y despojando a los pacientes de los derechos que realmente les pertenecen”40.

Quienes analizan los problemas de la justicia sanitaria reconocen lo problemático de conside-rar la atención en salud como una mercancía. Para Guzmán, la atención en salud no se ajusta al marco conceptual del mercado puesto que la atención en salud no es una mercancía, depen-de de una relación intensamente personal, don-de, por ejemplo, la confidencialidad o la verdad son cruciales. Sería inaceptable que el profesio-nal anteponga criterios económicos y de lucro para ejercer profesionalmente un saber que es un bien colectivo, acumulado y construido a lo largo de toda la historia de la humanidad, lo que sitúa a los profesionales de salud como administradores de dicho conocimiento41.

En consecuencia, se piensa la atención en salud oral en el contexto de un mercado finalmen-te homogéneo que ofrece el producto al mejor postor, pensando en el posicionamiento de la

39 ENTHOVEN, Alain. The history and principles of manager Competition. Citado por Ibid., p. 70.

40 ZAMBRANO, Carlos Vladimir. Bioética, Justicia sanitaria y diversidad cultural. En: ESCOBAR, Jaime (Ed). Bioética, Justicia y Salud. Colección Bios y Ethos, volumen 25. Bogotá: Ediciones El Bosque, 2006, pp. 13–40.

41 PELLEGRINO, Edmund. Citado por GUZMÁN, María del Pilar. Op. cit., p. 72.

mercancía, haciendo a un lado la diversidad, las creencias, lo subjetivo, lo colectivo. Como sugiere Zambrano42, ninguna cultura quiere la infelici-dad, el dolor, la enfermedad pero sí tienen dife-rentes concepciones sobre estos puntos, al igual que distintas formas de lograr bienestar. Hecho también desdeñado bajo la mirada mercantil.

Uno más de los problemas de la Ley 100 es que los profesionales muestran un evidente desco-nocimiento al respecto, cuando se supone que ellos son quienes deben cumplirla y ponerla en práctica. Quizá esto obedezca a su comple-jidad, extensión y ambigüedad, en no pocos tópicos. Para Ahumada43 las estrategias en las que se sustenta la ley, la descentralización, la privatización y la focalización, provienen de las agencias internacionales y la banca multilate-ral. Para ella, pese a la propaganda oficial sobre los logros de la Ley 100, la atención en salud es cada vez más deficiente y precaria, pues los objetivos propuestos en sus principios no han hecho más que acentuar las desigualdades en cuanto al acceso. Sostiene que las soluciones a los problemas de salud y seguridad social sólo pueden darse sobre la base de un plan de desarrollo, el cual cuente con la reactivación del aparato productivo y la elevación del nivel de vida. Es claro que no sólo es necesaria la adecuación de las leyes sino su cambio, la con-templación de la diversidad cultural, el nivel de vida, el contexto general del país, y no a las imposiciones de quienes concentran el poder financiero en el mundo.

Rodríguez44, médico conocedor y defensor de la Ley 100 en salud, sostiene que en ella se cam-

42 ZAMBRANO, Carlos Vladimir. Op. cit., p. 37. 43 AHUMADA, Consuelo. Política social y reforma de la salud en

Colombia. En: AHUMANDA, Consuelo; HERNÁNDEZ, Amparo y VELASCO, Marcela (Comps). Relaciones internacionales, política social y salud: desafíos de la era de la globalización. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 1998, pp. 127–156.

44 RODRÍGUEZ, Carlos Edgar. Aportes a la reforma de Salud en Colombia. En: ESCOBAR, Jaime (Ed). Bioética, Justicia y Salud. Colección Bios y Ethos, volumen 25. Bogotá: Ediciones El Bosque, 2006, pp. 41–121.

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bió “la lógica de la caridad y beneficencia” por “la contribución obligatoria de los ciudadanos y del propio Estado45 en una situación que se vuelve cada vez más compleja en términos de justicia sanitaria. El mecanismo de “solidaridad” ge-nerado por la ley; refiere Rodríguez, es amplio “pues solamente excluye, las atenciones de ciertos eventos, en particular la cirugía de carácter estético, algunas actividades de odontología y salud mental”46.

Teóricamente no hay, para él, restricciones de uso. La ley, asegura, tiene un paquete amplio de beneficios, salvo las anteriores exclusiones y las que imponen los administradores del sistema. Concluye que se pasó de un esquema ‘beneficente’ a un ambicioso intento de subsidio real. Si sopesamos estas consideraciones con las cifras de enfermedad oral, encontramos que la situación en odontología muestra otra realidad. De fondo, más allá de solucionar un problema, de mejorar la eficacia o la eficiencia, se acudió a un modelo económico donde se adecuaron las normas y las leyes a las exigencias de las agencias multilaterales de desarrollo y a los intereses de las naciones poderosas, como sos-tiene Ahumada. Lo realmente problemático es que muchos defienden el modelo sin mayores consideraciones y análisis, y argumentan que este debe mantenerse, solamente ajustando su manera de operar.

Galvis47, médico especialista en derechos hu-manos y crítico del sistema, sostiene que es in-negable que un gran porcentaje de la población subsiste por fuera del modelo de aseguramiento o no tiene acceso real. No se ha cumplido con la universalidad, pero se conserva la fragmenta-ción que reproduce, de manera clara, la inequi-

45 Ibid., p. 43. 46 Ibid., p. 60. 47 GALVIS, Cristian. La justicia sanitaria en Colombia, un proyecto

inconcluso. En: ESCOBAR, Jaime (Ed). Bioética, Justicia y Salud. Colección Bios y Ethos, volumen 25. Bogotá: Ediciones El Bosque, 2006, pp. 123–191.

dad. Igualmente, cita los problemas del sistema de corrupción administrativa, saqueo de fondos sociales y públicos, la burocratización, la pree-minencia exagerada de lucro, el privilegio desde la ley del modelo biológico curativo que deja por fuera la consideración de las enfermedades en el marco de lo cultural y lo social, la consi-deración primordial de la eficacia que deja de lado la visión del proceso salud enfermedad como resultado, no sólo de condiciones biológi-cas, sino psicológicas, sociales, culturales, am-bientales y de producción, en las que transcurre la vida de los seres humanos.

8. Conclusiones

En odontología, tanto en las leyes como en la práctica y la organización institucional, se expresa la concepción actual de la atención en salud oral como una mercancía, a la cual se aplica las reglas del comercio. Con la pretensión de universalizar la atención en salud con crite-rios de eficiencia y equidad, se han suplantado valores éticos por consideraciones económicas, “un peligro posible para las profesiones de salud”, advirtió Diego Gracia en 199548. Esto es evi-dente al analizar la dinámica de organización y práctica en situaciones concretas que, como las expuestas en este escrito, son problemas para la profesión odontológica y un ejemplo de lo que ocurre cuando la salud en general se mira con criterios económicos, bajo la perspectiva del consumo, de la oferta y la demanda. Como afirma Guzmán49 “los pacientes no son consu-midores de salud como los profesionales no son vendedores, no existe la posibilidad de un merca-do regular, la atención en salud dista de ser una mercancía, es un bien colectivo, histórico, social, al cual no se le puede aplicar los criterios de ‘pér-didas y ganancias”50 En el libre mercado no hay

48 GARCÍA, Diego. Conferencia Dictada en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Abril de 1995.

49 GUZMAN, María del Pilar. Op. cit., pp. 65–78. 50 Ibid., p.70.

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cabida para el jugador que no tiene capacidad de pago, por esta razón lógica queda excluido, y esto es lo que ha pasado con la atención en salud odontológica, hecho que ha derivado en circunstancias de desigualdad y desprotección para franjas amplias de la población. La racio-nalidad en la atención en salud oral se tornó entonces, no “odontológica”.

La profesión, además, no ha tenido mayor con-curso en las políticas públicas que pretenden dar solución a los problemas de salud oral de la población. Problemas como la inconsistencia entre la ley y el concepto técnico científico han sido manejados por legisladores y por expertos del mercado. Las decisiones sobre aspectos que pueden comprometer la vida de las personas y su dignidad, terminan siendo exigidos a través del mecanismo de tutela. La profesión tendría que estar, como gremio desde su estructura ins-titucional, enlazada con otras instancias, como las asociaciones de usuarios, abogados, etc., para demandar la derogatoria o al menos para pedir claridad en la ley, acción que es realmente un deber ético de la profesión, como también lo es revisar el rumbo que está tomando la inves-tigación y el uso de tecnologías costosas que benefician a unos cuantos51 y dejan de lado la limitación del daño, algo básico en el manejo de la caries dental o la enfermedad periodon-tal, y que prácticamente no se cumple, como lo demuestra el último estudio de salud oral52. En la sociedad, los problemas relacionados con la salud oral y los procesos de exclusión son complejos y deben ser analizados en toda su dimensión, con aportes desde los diferentes campos del saber, entendiendo que la solucio-nes sólo puede darse en el trabajo colectivo, in-

51 PUYOL (2001) y POGGE (2005) al respecto analizan los aspectos relacionados con los intereses de la ciencia y la utilización ineficaz de recursos a expensas de tecnologías costosas que benefician a una proporción muy pequeña de la población gastando recursos y esfuerzos. Ver: PUYOL, Ángel. El discurso de la igualdad. Bar-celona: Crítica, 2001; y POGGE, Thomas. La pobreza en el mundo y los derechos humanos. Barcelona: Paidós, 2005.

52 REPÚBLICA DE COLOMBIA – MINISTERIO DE SALUD. Op. cit.

ter y transdisciplinar, con el concurso decidido de la profesión.

Si la legislación postula universalidad, eficien-cia y equidad, ¿no es ya momento, transcurridos más de 15 años de la aplicación de la Ley 100, de adelantar el balance sobre el cubrimiento de la atención en salud oral y establecer respon-sabilidades en el evidente incumplimiento? Es necesario crear directrices claras, políticas no basadas exclusivamente en argumentaciones económicas, que consideren criterios técnico-científicos, sociales, culturales y éticos en el campo de la atención odontológica.

El derecho a la salud (¡a la atención en salud!) está ligado al Estado Social de Derecho y, para Carlos Gaviria53 las libertades, como la garantía de las condiciones materiales de vida que per-mitan ejercerlas, deben ir juntas. Este concepto ha llevado a que el derecho a la salud tenga un carácter ‘tutelable’, conectado con el derecho a la vida y la dignidad. Tanto desde el derecho a la vida como desde la dignidad de los seres huma-nos, resulta inaplazable abordar los problemas de salud oral desde la bioética. Escobar afirma:

La bioética se relaciona con la exclusión social como una forma de violencia que afecta grandes masas de población colombiana. Sus efectos negativos sobre la salud y la calidad de vida son evidentes y conllevan una inequidad que la bioética tiene la obligación de enfrentar54.

Parenti sostiene que el futuro de la bioética en América Latina está íntimamente relacionado con la biopolítica55. En consecuencia, plantea la necesidad de un programa bioético que de-berá trabajar sobre cuatro ejes fundamentales: el primero, recuperar los valores de justicia,

53 GAVIRIA, Carlos. Citado por GALVIS, Cristian. Op. cit., p. 150.54 ESCOBAR, Jaime. Editorial. Revista Colombiana de Bioética. 2006,

vol. 1 (1), 4.55 ACOSTA, José. Bioética para la sustentabilidad. La Habana:

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Atención en sAlud orAl: un escenArio de exclusión en lAs leyes colombiAnAs y un Asunto pArA lA bioéticA

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ciudadanía, derechos humanos, libertad, parti-cipación y solidaridad, donde el ideal de justicia es siempre regulador y orienta la lucha contra la inequidad en situaciones concretas, y debe combatir su base fundamental: la exclusión. Parenti refiere, siguiendo los postulados de Potter, esta vía para lograr una supervivencia sustentable en la que se garantice la promoción de la dignidad humana56. Una situación con-creta fue presentada en este artículo.

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Diagnóstico genético preimplantatorio y eugenesia. Análisis ético–jurídico*

Genetic Preimplantation Diagnosis and Eugenics. Ethical and Legal Analysis

Samuel Malamud Herrera**

Resumen

El artículo analiza ciertos dilemas éticos que plantea el procedimiento de Diagnóstico preimplantatorio a partir de la óptica de la bioética a través de un análisis documental, doctrinario y normativo. Luego de una introducción al problema, se aborda brevemente la situación legislativa en distintos países, tomados cada uno como ejemplos de los modelos existentes, para proceder con posterioridad a la revisión de las distintas controversias éticas que plantea el procedimiento, en sus distintas variantes. Concluyendo el trabajo con la toma de postura acerca de cuál pareciera el modelo legislativo más adecuado a seguir.

Palabras claves: diagnóstico preimplantatorio, eugenesia, dignidad, estatuto del embrión, Bioética.

Abstract

The present article analyses certain ethical dilemmas that the preimplantation diagnosis procedure raises from the bioethical view through a documental, doctrinarian and legal analysis. Following an introduction to the problem, the legislative situation in different countries is briefly addressed, taken each one as an example of existing models, in order to proceed afterwards into the review of the different ethical contro-versies that the procedure raises in its variants. The study is concluded by taking a stand regarding which appears to be the most adequate legislative model to follow.

Keywords: preimplantation diagnosis, eugenics, dignity, embryo statute, Bioethics.

∗ Artículo de reflexión. Documento entregado el 03 de abril de 2013 y aprobado el 06 de junio de 2013.∗∗ Abogado, docente de la Escuela de Derecho y profesional del Centro de Mediación, Negociación y Arbitraje de la Universidad Central de

Chile, cursando Doctorado en Derecho Penal en la Universidad de Buenos Aires. Correo electrónico: [email protected]

1 Franch Meneu, Vicente. Investigación con células madres y clonación. En: TOMÁS Y GARRIDO, Gloria María (Coord). Manual de Bioética. Barcelona: Ariel, 2001, p. 351.

Introducción

El desarrollo vertiginoso de las investigacio-nes en el campo de la genética ha impactado nuestra comprensión biológica como especie y ha abierto un vasto campo de posibilidades de desarrollo científico; esto ha contribuido a que,

según ciertos vaticinios, el siglo XXI sea cono-cido como el “Siglo de la Biotecnología”1.

Varios son los hitos que han marcado tal re-volución, sólo por mencionar uno de los más relevantes del último tiempo, a partir de 1990 se lleva acabo el Proyecto Genoma Humano, a principios de 2002 los responsables de tal

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proyecto expusieron los resultados: la correcta secuenciación de los cerca de 30.000 genes que componen el ADN humano, quedando pendiente la determinación de las funciones de tales genes y de las posibles enfermedades hereditarias asociadas a los mismos2.

Tales avances plantean ciertos interrogantes para el campo de la bioética, señala al respecto Roberto Andorno:

Los avances sorprendentes en el conocimiento del genoma humano generan razonables ex-pectativas en la prevención y tratamiento de innumerables enfermedades de origen genético […] ¿Puede hacerse –o mejor, debe hacerse- todo lo que es técnicamente posible en materia de intervenciones en el genoma humano?3

Para entender apropiadamente la interrogan-te que Andorno presenta, los avances en el campo de la genética deben ser situados en un proceso de desarrollo que le antecede, el de la transformación de la Ciencia en Tecnociencia. En relación a este proceso se ha señalado que, a partir de la perspectiva baconiana de progreso, la ciencia ya no buscaría acercarse y conocer la naturaleza, sino que tendería a transformarla, o dicho de manera más apropiada: “buscaría conocerla para transformarla”4.

De lo anterior

derivan tres características principales de la tecnociencia: la no eticidad, que implicaría que

2 Otro avance en el campo de la genética, que sin duda va a abrir nuevas perspectivas de investigación y generar acalorados debates éticos jurídicos, es el anuncio científico publicado en la revista Nature de octubre de 2011, de la clonación de embriones humanos triploides, practicado por el “New York Stem Cell Foundation Labo-ratory”. Para mayores antecedentes revisar el artículo: NOGGLE, Scott., et al. Human oocytes reprogram somatic cells to a pluripotent state. Nature. October 2011, vol. 478, 70 – 75; y Bellver capella, Vicente. Embriones humanos clónicos triploides: aspectos éticos, sociales y jurídicos. Revista de derecho y genoma humano. 2012, (36), 25–64.

3 andorno, Roberto. La dignidad humana como noción clave en la Declaración de la Unesco sobre el Genoma Humano. Revista Selecciones de Bioética. 2002, (2), p. 78.

4 andorno, Roberto. Bioética y dignidad de la persona. Madrid: Tecnos, 2012, p. 19.

la tecno-ciencia sea considerada como algo absoluto sin límites; el no ontologismo, que obli-garía a hacer abstracción del ser mismo de las cosas, dada la supremacía de la ciencia; y el no simbolismo, que transforma a la ciencia en una técnica omnipotente, que avanza ciegamente en todas las direcciones5

.

Así las cosas, bajo tal ideología, la tecnociencia sería concebida como una herramienta dis-puesta para el progreso ilimitado de la socie-dad, siendo colocada como una actividad neu-tra, más allá del bien y del mal, no debiendo sus avances ser sometidos a cuestionamientos.

Lejos de tal creencia, lamentables hechos histó-ricos asociados a ciertos descubrimientos6 fun-damentan la reticencia a un modelo científico que pretenda sortear todo análisis ético de sus implicancias.

Los problemas éticos que presentan las novísi-mas técnicas genéticas no son dilemas comple-tamente novedosos o especiales, inexistentes con anterioridad; muy por el contrario cons-tituyen nuevas formas o manifestaciones de tradicionales cuestionamientos y desafíos que la tecnociencia ya ha presentado a nuestras comunidades con anterioridad y que, sin lu-gar a dudas, exigen una revisión detallada de parte del Bioderecho. Desafíos relacionados con la relevancia que se le da a la autonomía de las personas y de los grupos intermedios en nuestros sistemas de salud, el ámbito de libertad que concedemos a las investigaciones científicas, a la forma en que el Estado trata de evitar discriminaciones y más importante aún, la relevancia y alcance que nuestros ordena-mientos jurídicos le otorgan a los conceptos de

5 Ibid., pp. 19–20. 6 Los ataques atómicos a las ciudades japonesas de Hiroshima y

Nagasaki parecen ser bastante elocuentes como para ilustrar los peligros que encierran muchos de los avances científicos.

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dignidad humana y dignidad de la vida humana. A pesar que las técnicas genéticas no presentan -en apariencia- dilemas nuevos, tales dilemas adquieren una perspectiva especialmente hon-da ya que “las biotecnologías ya no operan sólo sobre el mundo exterior, sino cobre el propio ser humano”7.

1. Delimitación: Dilemas Éticos y Dilemas Jurídicos del Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP)

La investigación genética se desarrolla en dis-tintos frentes: diagnóstico, terapéutico, perfec-tivo y reproductivo; mientras que la creciente ampliación de la técnica genética se justifica a la luz de objetivos biopolíticos, como la nu-trición, la salud y la prolongación de la vida8.El campo de aplicación de la técnica genética, como ya se mencionó, es vasto y se encuen-tra en incipiente desarrollo, de manera que emprender un estudio ético-jurídico de sus distintas variantes y posibilidades es una tarea ambiciosa que excede el objetivo del presente trabajo.

Dentro de las distintas posibilidades que ofrece la medicina genética, una de las prácticas que mayor atención ha generado –al menos para la Bioética– es el del Diagnóstico Genético Preim-plantacional (DGP). Éste puede entenderse como un procedimiento de medicina reproductiva en el cual los interesados (futuros padres) buscan prevenir el tener hijos que sufran enfermeda-des graves de carácter hereditario, desplazar genes dañinos del árbol familiar, seleccionar embriones que posean caracteres genéticos que se manifiesten en características fenotípicas

7 andorno, Roberto. Op. cit., p. 20. 8 haBerMas, Jürgen. El futuro de la naturaleza humana: ¿Hacia una

eugenesia liberal? Barcelona: Paidós, 2002, p. 66.

más deseables, perseguir por su intermedio el aporte de una terapia génica que libere o ate-núe la enfermedad de otro niño ya nacido, o bien optimizar las posibilidades de lograr un embarazo exitoso9.

El análisis diagnóstico que

supone este procedimiento es realizado a partir del estudio del material genético de un embrión in-vitro antes de decidir su implantación en el útero materno.

En palabras de Roberto Andorno:

Ya no se trata de “dar un hijo” a quien no puede naturalmente tenerlo. Ahora se persigue dar un hijo de “buena calidad”, que satisfaga los deseos de los padres […] Tal objetivo se logra con la selección de los embriones que serán transferidos al útero materno […]10.

Teniendo en cuenta lo anterior, no resulta ex-traño que el DGP se haya concebido, por ciertos autores, como un retorno a las prácticas euge-nésicas11, para así alertar a la comunidad acerca de las graves consecuencias que conllevaría la

9 De la definición entregada puede clasificarse el DGP, según los fines que persiga en: 1) DGP “preventivo”, (asociado a una euge-nesia de tipo negativa) si se busca por su intermedio prevenir que el futuro hijo padezca enfermedades graves de tipo hereditario; 2) DGP “perfectivo”, (asociado a una eugenesia de tipo positiva) si el fin perseguido es que los futuros hijos posean caracteres fenotípicos más deseables; 3) DGP “extensivo”, si el procedimiento está destinado a asegurar un embrión histo-compatible con un hijo ya nacido, pero enfermo, para aliviar la enfermedad de este último; y 4) DGP “meramente reproductivo o de bajo riesgo”, si su finalidad es asegurar resultados en el proceso de implantación y evitar futuros abortos.

10 andorno, Roberto. El Derecho frente a la nueva eugenesia: la selección de embriones in vitro. Revista Chilena de Derecho. 1994, vol. 21 (2), 321–328.

11 Como señala Roberto andorno: El término “eugenesia” deriva del griego y significa “buena raza” o “buena generación”. Con él se hace referencia a la ciencia que Francis Galton fundó en la segunda mitad del siglo XX con el fin de favorecer el desarrollo de las razas “mejor dotadas”. […] En numerosos países –Estados Unidos, Alemania, los países escandinavos y Francia– se crearon sociedades de eugenesia y se pusieron en práctica diversas medi-das, como la esterilización obligatoria de individuos etiquetados como “débiles” o “inaptos”, y la difusión de anticonceptivos en las capas bajas de la sociedad. Ibid., p. 321.

Sin duda el episodio más funesto de esta disciplina tuvo lugar con las distintas prácticas eugenésicas llevadas a cabo en la Alemania Nazi, prácticas que dieron paso a los mayores crímenes y horrores que conozca la historia moderna.

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expansión de tal procedimiento de medicina genético–reproductiva.

Tal asimilación no aparece desproporcionada si se tiene en cuenta que lo que se buscaría a través del DGP es llevar a cabo una suerte de “control de calidad”12 genético tras el cual los pa-dres determinarían apropiada la implantación del embrión.

A pesar de lo anterior, y teniendo en cuenta la negativa connotación que acompaña normal-mente al término eugenesia, es preciso advertir que no se pretende adelantar un juicio a través de tal asociación. Muy por el contrario, tal como se expondrá, existen distintas manifesta-ciones de DGP, así como existen también varias formas de eugenesia. Juzgar todas estas posibi-lidades sin realizar tales distinciones, así como mantener un reproche basado en injustificables prácticas del pasado, constituirían juicios apre-surados y fácilmente rebatibles.

Como se anticipó, el DGP plantea una serie de dilemas éticos, sin que exista acuerdo, entre los distintos autores que se han ocupado del tema, en torno a los mismos. La divergencia no es sólo académica, sino que también se plantea a nivel de legislaciones comparadas13.

Algunos de los problemas más importantes a resolver que presentan estas prácticas son los siguientes: en primer lugar el DGP, dado sus fines, conlleva la generación de un número superior de embriones que un ciclo habitual de reproducción asistida, de manera que presenta el problema asociado a la manipulación, des-

12 Expresión extraída de: lópez GuzMán, José. El diagnóstico pre-implantatorio: una nueva forma de violencia social. Cuadernos de Bioética. 2007, vol. XVIII (3), p. 362.

13 Dentro de los países en que el DGP es permitido con grandes libertades encontramos a EE.UU. y Gran Bretaña, pasando por le-gislaciones en que tal práctica es permitida bajo ciertas condiciones como Francia y España, hasta llegar a ordenamientos en que el DGP no sólo es prohibido sino que penado con penas privativas de libertad, caso de Chile y Alemania; todo lo cual es expuesto con mayores detalles en el apartado tercero del presente artículo.

carte y crio-preservación de aquellos embriones que no vayan a ser implantados. En segundo lugar, más allá de la finalidad perseguida, el DGP supone determinar el umbral a la difícil pregunta de qué vida merece ser vivida, de precisar cuáles son las características que debe tener tal existencia, para asegurar que vale la pena ser vivida. El DGP parece concitar mayo-res reproches éticos si su finalidad no radica en prevenir graves enfermedades hereditarias, sino más bien el llevar a cabo un procedimiento del tipo perfectivo, hecho que reñiría presunta-mente, con la dignidad que debe reconocérsele a toda vida humana. También surgen reparos éticos si el DGP es practicado, no sólo para descartar o crio–preservar embriones que pre-senten alguna anomalía genética, sino también con fines terapéuticos para terceros, tratando de garantizar la compatibilidad de este embrión seleccionado con un hermano vivo enfermo, trato que implicaría según algunos la instru-mentalización de la vida humana.

De las anteriores cuestiones, se analizarán, a través de un análisis documental, doctrinario y normativo, los dilemas éticos relativos al DGP como forma de eugenesia, es decir, los proble-mas éticos que plantea el DGP preventivo y el DGP perfectivo, omitiendo aquellos asuntos que dicen relación con el DGP extensivo y el DGP meramente reproductivo o de bajo riesgo, por no ser considerados, mayoritariamente, prácticas del tipo eugenésicas.

En suma, el presente trabajo pretende contri-buir con la revisión de la opinión vertida en distintos tipos de trabajos académicos acerca de los puntos éticos en cuestión, sin dejar de lado la intención de entregar la mirada personal del autor. De manera que una vez analizadas las distintas encrucijadas éticas que plantea el tema se ofrecerán guías acerca de qué opciones jurídico–políticas parecen más sensatas.

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Diagnóstico genético preimplantatorio y eugenesia. análisis ético–juríDico

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2. Situación del DGP en distintos ordenamientos Jurídicos de Europa y América

Resulta funcional al análisis propuesto entre-gar una breve reseña acerca de la realidad le-gislativa que en esta materia han adoptado los ordenamientos jurídicos de distintos países de Europa y América.

Es pertinente comenzar con la revisión de los instrumentos que, relacionados con el estudio del genoma humano, existen a nivel internacio-nal. Dentro de ellos cabe destacar la Convención Europea sobre Derechos Humanos y Biomedicina (también conocida como “Convención de Ovie-do”) de abril de 1997 y la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Huma-nos de la UNESCO, de noviembre de 1997. Si bien ninguno de estos instrumentos hace una mención expresa al DGP, de la Declaración Uni-versal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos es posible extraer ciertos criterios de gran utilidad a la hora de orientar las discu-siones que esta práctica suscita. De dicha de-claración cabe tener especialmente en cuenta el rol central que adopta el concepto de dignidad humana en sus diversas disposiciones14, noción que orienta la protección que tal Declaración busca frente a las prácticas que puedan afectar el genoma humano.

En cuanto a las legislaciones de los distintos países en estas materias, es posible establecer tres grupos o categorías de posturas frente al DGP: en primer lugar se pueden encontrar aquellos ordenamientos que permiten con total libertad la práctica del DGP; seguido se en-cuentra un grupo intermedio constituido por

14 Sustenta con amplios fundamentos tal afirmación andorno, Roberto. 2002. Op. cit., pp. 84 y ss.

aquellos países que permiten el DGP limitando su aplicación a ciertos casos particulares des-critos con mayor o menor precisión en leyes especiales; por último existen ciertos países que no sólo prohíben la práctica de DGP, sino que establecen altas sanciones penales para quienes las lleven a cabo o participen en tales procedi-mientos. Se revisará ciertos casos paradigmáti-cos de cada una de estas posturas.

Dentro de los ordenamientos que adoptan una postura liberal frente al DGP, aparece el caso de Inglaterra que, a partir de la Ley de Embriología del 90´15

permite el DGP sin mayores restric-

ciones, proceso que se encuentra sometido a la vigilancia de una autoridad administrativa independiente, la denominada Human Fertili-sation and Embryology Authority (HFEA). De forma similar en EE.UU. es permitido el DGP, si bien no existe legislación de carácter nacio-nal, sino que distintos instrumentos estatales16. Nota distintiva del sistema norteamericano es que no existe el destino de fondos públicos a la investigación con embriones humanos17, de manera que son los particulares los encargados de financiar toda actividad relacionada con DGP.

Dentro del anterior grupo se podría situar también a Argentina que, producto de la falta de una ley especial referida al tema, ha hecho posible dicha práctica obedeciendo al adagio: “todo lo que no está prohibido, está permitido”18. De acuerdo a antecedentes de centros de repro-ducción asistida, la selección de embriones en

15 llovera, Nora y sapena, Josefina. El diagnóstico genético preim-plantacional. Revista de Bioética y Derecho. 2010, (18), p. 15.

16 Ibid., p. 15.17 aBellán, Fernando. Aspectos bioéticos y legales del diagnóstico

genético preimplantatorio [en línea]. Revista de la Escuela de Medi-cina Legal. 2006, 14–26. (p. 18). [Fecha de consulta: 12/02/2013]. Disponible desde: http://www.ucm.es/info/medlegal/5%20Escue-las/escumedlegal/revista/articulos_pdf/2_3_2006.pdf

18 Al respecto puede consultarse la sentencia de la Cámara Federal de Mar del Plata, Argentina, que en causa 29.12.2008, “L.,H.A. y otra vs. Instituto de Obra Médico Asistencial y otra”, que admitió la práctica de un DGP del tipo extensivo. Citado por llovera, Nora y sapena, Josefina. Op. cit., p. 10.

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Argentina se realizaría desde el año 199819. Frente a esta interpretación existen voces con-servadoras que señalan que tal práctica aten-taría contra disposiciones contenidas en la legislación nacional y en distintos tratados internacionales referidos a la protección de los embriones20.

Como casos emblemáticos de ordenamientos jurídicos que permiten el DGP con ciertas res-tricciones se encuentran España, Francia y Colombia. En Francia el Código de Salud Pú-blica, reformado parcialmente por la Ley Nº 2004-800, Relativa a la Bioética, admite el DGP de forma restringida, exigiendo que se aplique en casos de enfermedad grave y con fuertes controles21. La legislación francesa ha incorpo-rado también la posibilidad de realizar proce-dimientos de DGP extensivos bajo condiciones rigurosas determinadas por la ley22.

Otro tanto acontece en España, donde la Ley 14/2006 “Sobre Técnicas de Reproducción Hu-mana Asistida” concede al DGP una regulación detallada. En su artículo 1223

dicha ley establece

19 Información extraída de KuyuMdjian de WilliaMs, Patricia. Bebés a la carta. Frente a una nueva eugenesia [en línea]. Revista Vida y Ética. 2010, año 11 (1), p. 129. [Fecha de consulta: 18/02/2013]. Disponible desde: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/bebes-a-la-carta-eugenesia.pdf

20 Ibid., pp. 13 y ss. 21 aBellán, Fernando. Op. cit., p. 17. Según detalla el autor: “[…] se

requiere que un médico especialista en genética médica, que ejerza su actividad en un centro de diagnóstico prenatal multidisciplinar autorizado, atestigüe una fuerte probabilidad de dar a luz un hijo con una enfermedad genética de particular gravedad que en el momento en que se practique el diagnóstico sea incurable. Ade-más la anomalía debe haberse detectado con antelación en uno de los progenitores, de modo que, a la hora de realizar el análisis genético sobre su embrión, sólo cabrá buscar esa anomalía. Se prevén sanciones administrativas y penales para el caso de con-travención”.

22 Ibid. Se requiere en este caso: “[…] que la pareja haya tenido un niño que padezca una enfermedad genética que conlleve la muerte durante los primeros años de vida y que esté reconocida como incurable en el momento del diagnóstico; que el pronóstico vital de ese niño pueda ser mejorado, de forma decisiva, aplicándole una terapia que no comporte un menoscabo del cuerpo del que va a nacer”.

23 GOBIERNO DE ESPAÑA – JEFATURA DEL ESTADO. Ley 14/2006. Sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida. Boletín Oficial del Estado, 26 de mayo de 2006, número 126.

El citado artículo dispone: 1. Los centros debidamente autorizados

la posibilidad de seguir un procedimiento de DGP en tres distintos casos que señala expre-samente, en los que bastará con comunicar su realización a la autoridad sanitaria correspon-diente, que a su vez habrá de informar a la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida. Los casos que autoriza tal disposición dicen relación con la detección de enfermeda-des hereditarias graves, de aparición precoz y no susceptibles de tratamiento curativo o bien la detección de otras alteraciones que puedan comprometer la viabilidad del embrión que ha de implantarse y la realización de procedi-mientos de DGP extensivos. Por otro lado, la ley española no cierra la posibilidad ante otras situaciones en las que pueda llevarse a cabo la técnica en estudio, condiciona tal posibilidad a la obtención de la autorización expresa, caso a caso, de la autoridad sanitaria correspondiente, previo informe favorable de la Comisión Nacio-nal de Reproducción Humana Asistida.

También dentro del grupo de países en que el DGP es permitido con ciertas restricciones encontramos a Colombia. El inciso primero del artículo 132 del Código Penal colombiano establece el delito de manipulación genética, sancionando con pena de prisión a quienes manipularen genes humanos alterando el ge-notipo, siempre que tal acción obedeciera a

podrán practicar técnicas de diagnóstico preimplantacional para: a) La detección de enfermedades hereditarias graves, de aparición precoz y no susceptibles de tratamiento curativo posnatal con arre-glo a los conocimientos científicos actuales, con objeto de llevar a cabo la selección embrionaria de los preembriones no afectos para su transferencia; b) La detección de otras alteraciones que puedan comprometer la viabilidad del pre-embrión. La aplicación de las técnicas de diagnóstico preimplantacional en estos casos deberá comunicarse a la autoridad sanitaria correspondiente, que informará de ella a la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida.

2. La aplicación de técnicas de diagnóstico preimplantacional para cualquiera otra finalidad no comprendida en el apartado anterior, o cuando se pretendan practicar en combinación con la determinación de los antígenos de histocompatibilidad de los pre-embriones in vitro con fines terapéuticos para terceros, requerirá de la autorización expresa, caso a caso, de la autoridad sanitaria correspondiente, previo informe favorable de la Comisión Nacio-nal de Reproducción Humana Asistida, que deberá evaluar las características clínicas, terapéuticas y sociales de cada caso.

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una finalidad diferente al tratamiento, diag-nóstico o investigación científica, en el campo de la biología, genética y medicina, debiendo tales actividades estar orientadas a aliviar el sufrimiento o mejorar la salud de la persona y de la humanidad. Analizando tal disposición sostiene Gabriel Nemogá que el artículo 132: “[…] proscribe toda finalidad eugenésica por motivos estéticos, de condición social, de prefe-rencia sexual, orientación religiosa o cualquier otro criterio”24.

Adicionalmente el inciso segundo de tal artícu-lo define lo que debe entenderse por “tratamien-to, diagnóstico, o investigación científica rela-cionada con ellos en el campo de la biología, la genética y la medicina”; entendiendo por tal a:

[…] cualquiera que se realice con el consenti-miento, libre e informado, de la persona de la cual proceden los genes, para el descubrimien-to, identificación, prevención y tratamiento de enfermedades o discapacidades genéticas o de influencia genética, así como las taras y endé-micas que afecten a una parte considerable de la población.

Finalizando la revisión del panorama legis-lativo, restan aquellas legislaciones que han decidido prohibir el DGP a través de la pe-nalización de tales conductas. Dentro de esta categoría constituye un ejemplo paradigmático el caso de Alemania. En virtud de la Ley 745-90 “sobre Protección de Embriones” de 1990 en Alemania, el DGP no sólo está prohibido, sino que además penado, estableciéndose penas de hasta 3 años de privación de libertad a quienes utilicen el embrión para cualquier otra finali-dad que no sea su conservación25. Mientras que

24 neMoGá, Gabriel. Marco jurídico de la investigación científica y tecnológica sobre Genoma Humano en Colombia. En: saada, Alya y valadés, Diego (Coords). Panorama de sobre la legislación en materia de genoma humano en América Latina y el Caribe”, México: Universidad Nacional Autónoma de México y UNESCO, 2006, p. 160.

25 aBellán, Fernando. Op. cit., p. 18

la experimentación con embriones así como las intervenciones en la línea germinal con el fin de modificar la información genética son penadas con sanciones privativas de libertad de hasta 5 años26.

También dentro estas legislaciones que han optado por criminalizar estas conductas, se encuentra Chile. En Chile, la Ley 20.120 de 2006, “Sobre La Investigación Científica en el Ser Humano, su Genoma, y prohíbe la Clonación Hu-mana”, en su artículo 3 prohíbe la realización de procedimientos de DGP, estableciendo a quienes participaren en ellos penas privativas de libertad de hasta 5 años27. Con razón podría sostenerse que la disposición no se refiere de manera expresa y concreta al DGP, sino que adopta una fórmula excesivamente amplia; de manera que sancionar la práctica de DGP por intermedio de la Ley 20.120 podría constituir una interpretación extensiva de la ley que vul-neraría el Principio de Legalidad Penal. Más allá de esto, la mayoría de los autores conside-ran que la práctica del DGP es perfectamente punible a la luz del art. 3 de la Ley 20.12028.

Así las cosas, si algo demuestra este breve aná-lisis es que es muy difícil lograr un consenso respecto a esta materia, mientras en algunos países no sólo se permite, sino que se invierten fondos estatales para la realización del DGP, en

26 llovera, Nora y sapena, Josefina. Op. cit., p. 16.27 REPÚBLICA DE CHILE – MINISTERIO DE SALUD. Ley 20.120

de 2006. Sobre La Investigación Científica en el Ser Humano, su Genoma, y prohíbe la Clonación Humana. El citado artículo señala: “Prohíbase toda práctica eugenésica, salvo la consejería genética.

La sanción en caso de contravención está indicada en el artículo 17 de la misma ley: “El que clonare o iniciare un proceso de clonar seres humanos y el que realizare cualquier procedimiento eugenésico en contravención al artículo 3°, será castigado con la pena de presidio menor en su grado medio a máximo y con la inhabilitación absoluta para el ejercicio de la profesión durante el tiempo que dure la condena. En caso de reincidencia, el infractor será sancionado, además, con la pena de inhabilitación perpetua para ejercer la profesión”.

28 vivanco, Ángela. La Situación de la Legislación relativa al Genoma Humano en Chile. En: saada, Alya y valadés, Diego (Coords). Op. cit., p. 160.

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otros prohibirlos justifica echar mano al último recurso de que disponemos el Poder Punitivo. Sobre este dividido panorama se avanzará para analizar los dilemas éticos que el DGP plantea y que ha justificado toma de decisiones tan diversas como las recién expuestas.

3. Dilemas Éticos que plantea el DGP

Como se mencionó, existen diversos tipos de DGP: el terapéutico, el perfectivo, el extensivo y el meramente reproductivo, clasificación a la que se llega si se atiende a la finalidad perseguida al recurrir a tal técnica. Cada uno de estos tipos de DGP presenta particularidades y plantea problemáticas éticas propias, por lo que resulta aconsejable realizar, a su respecto, el análisis de manera parcelada. Sin perjuicio de lo an-terior, existe un dilema ético que es común a todas estas formas de DGP: el estatuto jurídico del embrión o la protección de la vida humana incipiente.

3.1. El DGP y la protección del Embrión

El proceso de fertilización in-vitro, necesario para el DGP –cualquiera sea el fin que se per-siga–, implica la producción de embriones su-pernumerarios, es decir, de un número superior de embriones al que se piensa implantar. Una vez que opera el filtro de selección, aquellos embriones que no han reunido las condicio-nes genéticas buscadas por los futuros padres (ausencia de enfermedades hereditarias, ciertos rasgos o condiciones determinadas, histocom-patibilidad para una terapia a favor de un ter-cero) serán desechados o crio-preservados. Tal situación establece una serie de interrogantes: ¿Desde cuándo debe protegerse la vida huma-na? ¿Vale menos un embrión que un feto? ¿Es éticamente correcto reducir el embrión huma-no simplemente a una masa de células? ¿Qué

sentido tiene dar comienzo artificialmente a un proceso de vida, para destruirlo después?

Esta discusión, que constituye un tema de es-pecial relevancia para el bioderecho, se centraría entonces en el derecho a la vida de los embrio-nes in vitro, y desde cuándo el ordenamiento debiera darles protección y considerarlos su-jetos de derechos. No es de extrañar que en relación a este tópico existan también distintas posturas.

En relación a lo anterior existen así diversas teorías, dentro de las cuales destacan: la teoría de la fecundación, la de la anidación, la de la aparición de la cresta neuronal29.

Clave para aportar antecedentes científicos a esta discusión fue el Informe Warnock de 1984, elaborado por el Comité de Investigación so-bre Fertilización y Embriología de Reino Unido, donde se estableció un límite para distinguir las categorías de pre–embrión y embrión, sos-teniendo el informe que sólo se podía hablar de “embrión” a partir del día 14o luego de la fecundación, una vez aparecida la línea primi-tiva y el surco primordial, hacia el final de la segunda semana. Recomendando asimismo el informe que ningún embrión derivado de fer-tilización in vitro fuera mantenido vivo fuera del seno materno más allá de los 14 días. Con posterioridad a tal informe, varios países han dictado leyes que regulan el uso de las técnicas de reproducción humana asistida, permitiendo la investigación con embriones de no más de 14 días30.

Contrapuesto a lo anterior, los países latinoa-mericanos –exceptuando a Costa Rica– no

29 llovera, Nora y sapena, Josefina. Op. cit., p. 13. Dichas teorías integran el grupo de las denominadas “teorías gradualistas”.

30 Ibid., p. 14. Como señalan las autoras en muchas legislaciones a partir del Informe Warnock se adoptaron posturas cercanas a la Teoría de la Anidación, denominándose “pre-embrión” al que no ha llegado a los 14 días de existencia.

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cuentan con leyes especiales que regulen los procedimientos de reproducción asistida31, que-dando tales temas sumidos en la discreciona-lidad de la judicatura que intentará ofrecer respuesta integrando principios y llenando lagunas con normas dictadas con anterioridad a dicho informe y muchos años antes de que prácticas como el DGP fueran siquiera imagi-nables.

No contribuye a lo anterior que estos temas sean asimilados sin más a otras discusiones como el aborto, que se encuentran influidos por concepciones religiosas32.

Enfáticamente se ha pronunciado Habermas para que las discusiones acerca del DGP y el aborto no sean asimiladas. A su parecer el DGP se diferencia del aborto en aspectos relevantes, a saber:

En el caso de la negativa a un embarazo no deseado, el derecho de la mujer a la autodetermi-nación colisiona con la necesidad de protección del embrión. En el otro caso, la protección de la vida del nonato entra en conflicto con una ponderación de los padres, que desean a su hijo, pero también renunciar a la implantación del embrión si éste no cumple determinados están-dares de salud. Tampoco es que los padres se vean envueltos en este conflicto de improviso: aceptan la posible colisión de antemano, cuando someten el embrión a una prueba genética33.

31 Ibid., p. 14.32 Resulta interesante el aporte que a este respecto formula en su

artículo aBellán rescatando que tanto la Teología Católica como la Protestante sostienen que el embrión humano desde el momento de la concepción tiene un estatus moral equivalente al de persona; mientras que para otras religiones como el Islam, si bien la vida biológica comienza con la fecundación, la vida humana sólo surge cuando Dios infunde el alma en el cuerpo, lo que tiene lugar a para unos a 40 días de la fecundación y para otros a 120 días, estando el feto antes de tales plazos, a plena disposición de sus progenitores. De manera similar para el judaísmo, de acuerdo al Talmud, el alma penetra en el cuerpo en el día 40 después de la concepción, antes de lo cual, según expresión antigua el embrión es “simple agua”. aBellán, Fernando. Op. cit., pp. 19–20.

33 haBerMas, Jürgen. Op. cit., p. 47.

El punto en cuestión está lejos de agotar el inte-rés académico. Los temas relativos a la protec-ción de la vida incipiente y del inicio de la vida sin duda seguirán generando debates, especial-mente a latitudes como las nuestras, en que la ausencia de leyes especiales dificulta alcanzar definiciones consensuadas y democráticas.

A esto hay que agregar la pesimista advertencia que hace presente Habermas:

hay una enseñanza que sí podemos extraer del debate sobre el aborto, un debate que se ha sostenido durante décadas con gran seriedad; el fracaso de todo intento de llegar a una descrip-ción cosmovisivamente neutral (o sea, que no prejuzgue) del estatus moral de la vida humana incipiente, una descripción que sea aceptable para todos los ciudadanos de una sociedad secular (sic)34.

En tanto, parece sensato no estancarse en una discusión como la sostenida y, en cambio, ahon-dar en los dilemas bioéticos y de bioderecho que presenta el DGP como forma de eugenesia. Tal decisión se justifica por dos motivos: en primer lugar la recién mencionada dificultad de llegar a una descripción compartida y neutral del estatus moral de la vida humana incipiente a que hace mención Habermas y más impor-tante aún, la necesidad de centrar los esfuerzos en el debate del DGP como práctica eugenésica, que ha mostrado un escaso desarrollo de los argumentos dirigidos a justificarla, a proscri-birla o a restringir su aplicación, en desmedro del amplio y variado análisis en el campo del bioderecho del estatuto del embrión, que en ocasiones ha funcionado como una barrera ar-gumental levantada por grupos religiosos para evitar que las discusiones avancen hacia otros puntos sensibles. Es de vital importancia que la Bioética y el bioderecho centre sus esfuerzos en el estudio de la DGP más allá del dilema del

34 Ibid., p. 48.

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consumo de embriones, no porque se considere a priori tal discusión como de escasa rele-vancia, sino más bien porque el DGP plantea dilemas que trascienden tal discusión y que necesitan ser abordados. Para entender mejor esta situación considérese lo siguiente: si bien en la actualidad no contamos con los medios técnicos para alterar el genoma de los embrio-nes o de cualquier célula –somática o repro-ductiva– a nuestro placer, en el futuro dichas tecnologías no parecen imposibles de alcanzar, tal escenario plantea la realización de prácticas eugenésicas sin la necesidad del descarte de embriones. Atendiendo lo expresado, resulta relevante adelantarse a los debates bioéticos y normativos que tal eugenesia pueda plantear y que, como se señaló, trascienden la discusión de la protección de la vida humana incipiente.

Por último, cabe precisar que aun cuando al embrión no se le reconozca protección como persona sino hasta transcurrido cierto plazo, tal hecho no obsta a que se deba velar por el respe-to de la “dignidad de la vida humana”, concepto dentro del que se incluye –en terminología de Habermas– la vida “pre–personal”35.

3.2. El DGP Preventivo y la Eugenesia Negativa

El DGP preventivo36 es aquél que persigue pre-venir que el futuro hijo padezca enfermedades graves de tipo hereditario, de manera que por su intermedio se selecciona, previo diagnóstico genético, de los embriones sometidos a pro-cedimiento, aquéllos que no alberguen en su composición genética los genes relacionados con tales enfermedades. Tal práctica es usual-mente catalogada como una forma de eugenesia

35 Ibid., p. 54.36 Algunos autores hacen mención a este tipo de procedimiento como

DGP “terapéutico”. En este trabajo se ha preferido utilizar la voz “preventivo” ya que el DGP a duras penas puede ser terapéutico debido a que “[…] no evita la enfermedad, sino que elimina al portador de la misma”. lópez GuzMán, José. Op. cit., p. 357.

negativa, porque a través de ella los padres no estarían buscando la existencia de determinada dotación genética estimada deseable (eugenesia positiva), sino que estarían excluyendo una do-tación considerada defectuosa37.

Tal procedimiento no ha estado exento de cues-tionamientos. Se señala que se trataría de una suerte de “control de calidad”38al que se en-frentaría el embrión -o pre-embrión, según se prefiera. Lo anterior ha levantado también la interrogante de si ha de ser admisible ser en-gendrado con reservas, todo cual presuntamente reñiría con la dignidad de la vida humana39.

El planteamiento anterior tendría su base en que con anterioridad al DGP el azar propio de la reproducción llevada a cabo por medios naturales, determinaba la dotación genética de cada persona. El DGP implicaría una alteración sustancial a esta situación, por cuanto serían los padres quiénes definirían, a través de tal técnica diagnóstica, la constitución genotípica de sus futuros hijos (sea excluyendo, o bien eligiendo), lo que podría implicar un pasar por alto a tal niño. ¿Podría constituir tal hecho una instrumentalización de esta futura persona y por consiguiente una vulneración de la digni-dad de la vida humana?

A decir de Habermas, en la medida que tales personas no sean consideradas como “segundas personas”, la vulneración a la dignidad de la vida humana sería patente40. El trato de segun-da persona a que alude Habermas implica esta-blecer un diálogo hipotético con la persona “que sería alguna vez” este pre-embrión, de manera de poder justificar una anticipación del consen-timiento de este futuro ser, que al ser consul-tado –al menos hipotéticamente–, adquiriría la

37 Como puede apreciarse la línea divisoria entre ambas categorías eugenésicas es muy tenue.

38 lópez GuzMán, José. Op. cit., p. 362. 39 haBerMas, Jürgen. Op. cit., p. 34. 40 Ibid., pp. 65 y 66.

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calidad de “segunda persona”. Con mayor razón, como apunta Eduardo Mendieta: “Cuando tra-tamos a los miembros de las generaciones futuras como segundas personas, los estamos tratando como miembros de nuestra comunidad de morali-dad, aunque sólo sea hipotéticamente”41.

Si se relaciona lo recién sostenido con la finali-dad perseguida por el DGP preventivo, es decir la evitación de una enfermedad grave e incu-rable transmisible de forma hereditaria, es po-sible, al menos teniendo en cuenta el principio de beneficencia, admitir que la persona nacida como fruto de un proceso de DGP habría pres-tado su asentimiento. Llevar a cabo este ejerci-cio hipotético con aquellos embriones cuyo na-cimiento se previno es algo más complejo; sin embargo, bajo una óptica “consecuencialista”42

si se consideran los graves padecimientos que puede conllevar una enfermedad grave, degene-rativa, de aparición precoz y no susceptible de tratamiento curativo, no parece que una medi-da de esta índole atente –bajo tales circunstan-cias- la dignidad de la vida humana.

Adicionalmente, puede encontrarse apoyo al DGP preventivo en el concepto de “calidad de vida” desarrollado a partir de los debates acerca de los procesos de eutanasia. En tal contexto se ha señalado que el respeto excesivo a la vida puede resultar, incluso inmoral, siendo necesa-rio complementar el valor puramente biológico y vital de la vida con un valor moral y espiritual que confluyen en lo que se denomina calidad de la vida. Así, en ciertos casos prolongar la vida puede llegar a constituir una vulneración a la dignidad de la persona43. El concepto de calidad

41 Mendieta, Eduardo. El debate sobre el futuro de la especie huma-na: Habermas critica la eugenesia liberal [en línea]. ISEGORIA, Revista de Filosofía, Moral y Política. 2002, (27), p. 98. [Fecha de consulta: 15/02/2013]. Disponible desde: http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/download/556/557

42 andorno, Roberto. 2012. Op. cit., p. 25.43 En ese sentido: Gracia Guillén, Diego. Ética de la calidad de vida.

Revista Selecciones de Bioética. 2004, (5), 4–18.

de vida parece especialmente relacionado si te-nemos en cuenta que tras el DGP preventivo se busca evitar una vida que constituya meramente una representación orgánica de existencia.

Todo lo anterior lleva forzosamente a circuns-cribir el DGP preventivo a enfermedades que presenten, para quienes las padecen, dado el estado de conocimientos disponibles, un estado de sufrimiento que supere absolutamente la capacidad para llevar una vida significativa, imposibilitando a quien las sufre el trazar un plan de vida.

Es posible encontrar respaldo a este trato de segunda persona que se le debe dar al pre–embrión, en la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos de la UNESCO. El citado instrumento en su artículo 5º referido a ciertas condiciones que deben ob-servarse en la investigación, tratamiento o en el diagnóstico en relación con el genoma humano, establece en su literal b):

En todos los casos, se recabará el consenti-miento previo, libre e informado de la persona interesada. Si ésta no está en condiciones de manifestarlo, el consentimiento o autorización habrán de obtenerse de conformidad con lo que estipule la ley, teniendo en cuenta el interés superior del interesado44.

A través de la consulta futura hipotética a estas segundas personas, se están teniendo en cuenta las exigencias que entrega el instrumento in-ternacional de la UNESCO, tanto en cuanto a la obligación de contar con el consentimiento, como en la consideración del interés superior del interesado.

Un asunto que presenta ciertos problemas y que contribuye al rechazo del DGP preventivo,

44 UNESCO. Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos. París. 29º Reunión. Noviembre 11 de 1997.

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es que esta práctica se extienda al descarte de pre-embriones frente al diagnóstico genético de discapacidades.

Si la selección de embriones por discapacidades se encuentra más relacionada a este tipo de pro-cedimiento que a un DGP del tipo perfectivo, se explica porque el DGP por discapacidad es una forma de eugenesia negativa, no positiva.

No es aconsejable considerar el descarte de embriones por discapacidades dentro de las hipótesis de DGP preventivo, como tampoco es posible justificar su aplicación a la luz de los argumentos que respaldan el DGP preventivo. Pero ¿qué justificaría tal resolución?, y antes que eso ¿sería contraria a la dignidad de la vida humana su aplicación?

El DGP por discapacidad parecería encontrarse justificado si se tiene en cuenta el denominado principio preventivo que formula Peter Singer y que se expresa por la siguiente fórmula:

Para cualquier condición X, si fuera una forma de maltrato infantil por parte de los padres infligir X a sus hijos poco después de su naci-miento, entonces, en igualdad de condiciones, debe cuando menos ser permisible tomar medidas para prevenir que un hijo tenga tal condición45.

En breves cuentas, el principio preventivo sos-tiene que el DGP y otras prácticas preventivas, son permisibles si con ellas se puede prevenir una condición que resultaría un maltrato in-fantil en caso de infligirse a un niño.

Más allá que el principio de Singer deba tomar-se con especial cautela (ya que con él se estaría

45 SINGER, Peter. De compras por el supermercado genético [en línea]. ISEGORIA, Revista de Filosofía, Moral y Política, 2002, (27), p. 29. [Fecha de consulta: 15/02/2013]. Disponible desde: http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/down-load/552/553

asimilando una acción: maltrato infantil a una omisión no optar por el DGP), tal situación parece justificar sólo uno de los extremos del diálogo hipotético que habría de tenerse con las futuras personas involucradas en el proceso de DGP; se podría entender un consentimiento anticipado en el caso del niño nacido y que gracias a la previsión de sus padres no sufriría discapacidades, pero en el caso de los pre-em-briones desechados ¿cabría adelantar su volun-tad en orden a asentir dichos procedimientos?, lo que sería igual a preguntarnos ¿el no haber nacido es un hecho que deba agradecer a sus padres? ¿Se puede sostener que la vida de una persona con Síndrome de Down, acondroplasia o sordera46 no merece la pena ser vivida?

Actualmente los avances en materia educativa, así como también las distintas políticas públi-cas destinadas a áreas de inserción laboral y de no discriminación, permiten una mayor posi-bilidad de desarrollo personal para las personas discapacitadas, en ese misma línea, los desafíos presentados por el entorno socio-cultural a las personas discapacitadas no resultan de sufi-ciente entidad como para negar la posibilidad de desarrollar un plan de vida. A partir de lo anterior, no parece posible sostener –como si se hizo al tratar las graves enfermedades incura-bles– que las discapacidades tornen la balanza hacia una vida más llena de padecimientos que de satisfacciones, derivando esto en una calidad de vida precaria.

Sin perjuicio de lo anterior, el análisis en que se valoren los efectos favorables y desfavorables de la procedencia de DGP por discapacidad, debe hacerse caso a caso, ya que no parece prudente agrupar todas las discapacidades in-distintamente sin diferenciaciones.

46 Ibid. Recogiendo los ejemplos empleados por Peter Singer en su artículo.

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3.3. El DGP Perfectivo y la Eugenesia Positiva

El DGP perfectivo es aquel procedimiento que persigue seleccionar embriones que posean caracteres genéticos que se manifiesten en características fenotípicas consideradas más deseables, el objetivo principal de este proce-dimiento no constituye un desechar dentro de un grupo de individuos, sino un escoger en atención a ciertas características, comporta un hecho positivo, que la asocia a una eugenesia del tipo positivo.

Si bien las posibilidades tecnológicas de modi-ficar la constitución del genoma de un embrión son actualmente escasas, las proyecciones del desarrollo de la técnica genética hacen que estas posibilidades no sean tan lejanas, de manera que al análisis del DGP preventivo, en este apartado, se sumará el análisis de las prácticas de eugenesia positiva por modificación genéti-ca, ya que como señala Agar: “Es mejor disponer de principios que cubran situaciones imposibles, que no tenerlos para situaciones que de un mo-mento a otro se encuentren sobre nosotros”47.

Como punto de partida del análisis, puede sos-tenerse que no parece reprochable que la ma-yoría de los padres esperen que sus hijos sean lo más guapos e inteligentes que sea posible. Pero tal deseo ¿podría justificar que los padres diseñaran a sus hijos a su gusto?, ¿se vería así afectada la dignidad de la vida humana?

No existe consenso, entre los especialistas, en la defensa de las prácticas del tipo de eugenesia positiva. La aceptación generalizada que conci-ta el DGP preventivo no se extiende a los casos del DGP perfectivo, así se sostiene usualmente

47 aGar, Nicholas. Liberal Eugenics. Public Affairs Quaterly. 1998, vol. 12 (2), p. 139.

que en el cuidado de la salud de sus hijos, los padres no asumen el rol de diseñadores como tampoco transforman a sus hijos en instrumen-tos de sus ambiciones, no pudiendo decirse lo mismo de los padres que invierten altas sumas de dinero para elegir el sexo de sus hijos o que estarían dispuestos a invertirlas para asegurar que estos nazcan dotados de destrezas físicas e intelectuales48.

Al respecto las posturas no son coincidentes, como se señaló, en ciertos países (como EE.UU. y Gran Bretaña) la práctica de DGP perfectivas son perfectamente lícitas, si bien aún limitadas por las posibilidades tecnológicas. En dichos países se ha dado cabida a una serie de prácti-cas eugenésicas, sin mayores restricciones que las que impone el mercado, estableciéndose un sistema de eugenesia liberal que algunos han denominado: “supermercado genético”49.

Quienes no ven con buenos ojos estas prácticas han sostenido, primeramente, que a través de ellas se afectaría la integridad corporal y per-sonal del individuo que ha de nacer, y como consecuencia de lo anterior la capacidad para auto determinarse. En ese sentido, Habermas manifiesta, entre otras preocupaciones, su te-mor a que las intervenciones genéticas sobre humanos modifiquen nuestra auto–compren-sión ética de la especie, y modifique condicio-nes necesarias para una guía autónoma de la vida50.

En esa línea hace sentido la reflexión de Carlos Peña acerca de la imagen del hombre moderno:

[…] la imagen de un hombre moderno, es la imagen de un ser extraño que sabe que hay

48 sandel, Michael. The case against perfection. Ethics in the age of genetic engineering. Cambridge/London: Belknap Press of Harvard University Press, 2007, p. 49.

49 SINGER, Peter. Op. cit.50 HABERMAS, Jürgen. Op. cit., p. 68.

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una parte de destino que no controla, pero que justamente porque no logra saber cuál es esa parte también vive su vida como desafío y como desempeño […]51.

Podría asumirse de forma apresurada que las prácticas de eugenesia positiva al modificar este azar genético, encargado de entregarnos el cuerpo, alteraría sin remedio alguno nuestra capacidad para auto–determinarnos. Sin embargo, tal con-clusión conllevaría indefectiblemente a funcionar bajo el marco de un determinismo genético52, lo que implica que tal argumento descansa sobre una doctrina biológica ampliamente descartada en el seno de la comunidad científica53.

Más allá de lo recién expuesto, y aun cuando se hiciera abstracción del hecho que el argu-mento expuesto descansa en la determinación genética, ¿hasta qué punto podríamos sostener que el hombre es resultado exclusivo de la na-turaleza con prescindencia de la tecnología? La pregunta, sin duda, no es sencilla de responder, Mendieta colabora con su propia reflexión:

[…] nos hemos creado a nosotros mismos en el proceso de domesticar a la naturaleza, y en este proceso de domesticar a la naturaleza he-mos transformado nuestra propia naturaleza. La domesticación de la naturaleza ha sido la domesticación de nuestra propia naturaleza; la humanización de la naturaleza ha sido la desnaturalización de la humanidad54.

Relacionado con lo anterior, los defensores de una eugenesia liberal no ven grandes diferen-

51 peña, Carlos. Comentario a la exposición del profesor Fernando Lolas sobre: La clonación de humanos: aproximación ética. En: FUNDACIÓN FERNANDO FUEYO LANERI. Derecho, Bioética y Genoma Humano. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile, 2003, pp. 159–170.

52 MENDIETA, Eduardo. Op. cit., p. 101. 53 Como detalla Mendieta: “[…] el mundialmente famoso Richard

Lewontin,[…] ha acuñado el término triple hélice para subrayar que no son los genes los que determinan a los organismos vivos, sino que es la interacción entre gen, organismo y ambiente lo que da lugar a un ser vivo único”. Ibid., p. 102.

54 Ibid., p. 104.

cias entre las prácticas de la eugenesia positiva y el mejoramiento de las personas a través de la alteración de condiciones ambientales. En ese sentido puntualiza Agar: “Si los genes y el ambiente son de importancia paralela en lo que cuenta para los rasgos que actualmente posee-mos, los intentos por modificar las personas alterando cualquiera de ellos merecerían ser sujetos del mismo escrutinio”55.

Dicho razonamiento no puede llevarnos a con-cluir que dado que ciertas prácticas parentales tales como: proporcionar hormonas del creci-miento, campamentos de reforzamiento, tuto-rías especiales y programas de entrenamiento físico, entre otras, son elecciones que los padres toman normalmente para direccionar el plan de vida de sus hijos (hyperparenting), no habría que estimar que las nuevas posibilidades gené-ticas habrían de ser menos legítimas.

Sin embargo, como señala Sandel, la similitu-des entre una y otra práctica no nos dan razón para admitir las prácticas de mejora genética, sino que por el contrario nos dan motivo para cuestionar el afán de perfeccionamiento y la presión social que en muchos casos se ejerce en forma desmedida sobre los hijos56. Como algunos ejemplos de estos excesos el autor nos señala que en los últimos quince años la producción de ciertos fármacos para combatir el déficit atencional (ADHD) como el Ritalin ha aumentado un 1.700 %, mientras que la producción de Adderall ha aumentado un 3.000 %; sumado al hecho que los médicos han recetado crecientemente tales fármacos para el tratamiento de pre escolares, siendo casi triplicadas las prescripciones en EE.UU., para niños de 2 a 4 años, en el período que va de 1991 a 199557.

55 aGar, Nicholas. Op. cit., p. 141.56 sandel, Michael. Op. cit., p. 61.57 Ibid., pp. 59–60.

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Por otro lado, si bien es posible reconocer simi-litudes entre las prácticas del hyperparenting y las que nos ofrecen las tecnologías genéticas, es también dable establecer una gran diferen-cia entre unas y otras. Tal diferencia radica en que las mejoras ambientales, a que los padres someten a sus hijos, pueden ser objeto de re-chazo por parte del hijo una vez este tenga edad suficiente para decidir por sí mismo, así el hijo que ha sido obligado a tomar rigurosas clases de violín desde una edad temprana, podrá de-cidir abandonar tal práctica una vez que cuente con suficiente independencia, no sucediendo lo mismo con las mejoras genéticas, las que una vez efectuadas son irrenunciables.

Relacionado con lo anterior, si bien se puede sostener que las modificaciones genéticas, y en particular el DGP, no pueden determinar con perfección y exactitud un plan de vida para los futuros hijos, pues van a entrar en juego una serie de factores ambientales en tal determina-ción, de manera que existiría cierta libertad, a la inversa no puede asegurarse que tal determi-nación genética no haya de afectar impidiendo el desarrollo de un determinado y específico plan de vida futuro. Lo recién expuesto puede aclararse con un ejemplo: supóngase que los padres de Jorge Antonio Ricardo, uno de los más exitosos jockeys en la historia de las ca-rreras de caballo, buscando que su futuro hijo tuviera las mejores posibilidades de desarrollo futuro, entre otras cosas, deciden a través de un procedimiento genético asegurar que éste mida al menos 1,85 metros, sabiendo que los jockeys son personas de estatura por debajo el prome-dio ¿no se habría interpuesto tal determinación en un plan de vida específico y futuro?

Las nuevas perspectivas que ofrecen los avan-ces en materia de ingeniería genética entrañan también peligros para las actuales relaciones sociales y culturales; piénsese por ejemplo en las posibilidades que tales herramientas podrían

brindar para los atletas y los músicos, frente a ese escenario como sostiene Sandel, transforma-ríamos el “deporte” en un “espectáculo”, trasla-dando la admiración desde el talentoso jugador o el eximio intérprete –en el caso de la música- al diseñador, a quien genéticamente le ha dado las herramientas para el éxito58.

Otro argumento usualmente entregado por los detractores de la eugenesia positiva, es que es-tablecerían expectativas previas al nacimiento de los hijos sobre un proyecto de vida que a lo mejor éstos no comparten y que aun siendo compartidas, los transformarían en objetos fu-turos de las expectativas de sus padres59.

Si bien es absolutamente normal que los padres abriguen expectativas, más o menos ambicio-sas, en torno al nacimiento de sus hijos, dichas expectativas aumentan con el uso de estas téc-nicas. En el estado natural los padres pueden sólo esperar que tales expectativas se cumplan, puesto que tales expectativas son sólo ima-ginarias y saben que el azar que implica la reproducción no les asegura tal fin; en cambio a través de las técnicas genéticas de eugenesia positiva los hijos son creados para ser de un modo determinado, lo que produce que tales expectativas se esperen con mayor ansiedad.

Lo anterior, va absolutamente ligado a la co-sificación del futuro hijo, a que sea concebido como un producto moldeable y sujeto al diseño caprichoso de los padres, idea que sin dudas genera rechazo60, puesto que la dignidad im-plica el trato de la persona como un fin en sí

58 Ibid., pp. 36 y ss. 59 En similar sentido, pero refiriéndose a la clonación, Vicente Franch

expresa: “[…] los individuos clonados habrán sido creados para ser de un modo determinado: recaerán sobre ellos expectativas de futuro en cuanto a su personalidad y su actuación que harán muy difícil el ejercicio efectivo de la libertad”. Franch Meneu, Vicente. Op. cit., p. 372.

60 En ese sentido: UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO – CENTRO DE ÉTICA. Clonación humana. Informe Ethos, 2004, número 36. Punto 19.

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mismo y no como un instrumento, menos aún como un instrumento supeditado a la felicidad de los demás.

Otro argumento que ha sido planteado para no dar cabida a este tipo de eugenesia es el que dice relación con los dudosos criterios que guiarían la elección de los padres, para esto Singer cita el ejemplo de la carrera por la altura:

[…] poder seleccionar la altura iniciaría el equivalente humano a la cola del pavo real: una “carrera por la altura” cada vez más desen-frenada en la que la altura que distingue a las personas «altas» de aquellas que son “normales” se incrementaría año a año sin beneficio para nadie, a un costo medioambiental considerable y posiblemente incluso a costa de la salud de los mismos niños61.

Volviendo a un argumento ya planteado, los procesos del DGP perfectivo no parecen hacer posible el trato de segunda persona que se le debe al pre-embrión. Sin lugar a dudas, resulta más difícil predecir que el sujeto futuro va a estar de acuerdo con la selección positiva he-cha por los padres con anterioridad a su naci-miento, y en caso del descarte de embriones es imposible anticipar un asentimiento a favor de estos procedimientos.

Por otro lado, es importante aclarar que aun cuando los límites que permiten trazar las fronteras entre la exclusión de caracteres he-reditarios indeseables y la optimización de los deseables no son del todo claros, dicho ejercicio debe hacerse62.

Tal distinción , es especialmente compleja cuando las prácticas de eugenesia positiva se asimilan a la acción médica, es decir, cuando por su intermedio no se busca hijos más altos,

61 SINGER, Peter. Op. cit., p. 37.62 HABERMAS, Jürgen. Op. cit., p. 35.

y con determinado color de ojos, sino que hijos más sanos, v.gr.: con menor nivel de obesidad.

Para trazar los límites en este caso, parece acer-tado el comentario de Buchanan:

Considerados desde un punto de vista tanto físico como mental, la enfermedad y el deterioro se interpretan como desviaciones adversas o deterioros a partir de la organización funcional normal típica de la especie... La línea que separa la enfermedad y el deterioro del funcionamiento normal está trazada, por consiguiente, en el contexto relativamente objetivo y no especula-tivo que proporcionan las ciencias biomédicas en un sentido amplio63.

Como modelo a seguir parece acertada la regu-lación que al respecto ha hecho la legislación española en la Ley 14/2006 “sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida”, en su artículo 12 resulta expresa la exclusión de prácticas eugenésicas del tipo positivo, al permitir la procedencia del DGP sólo tratándose de en-fermedades hereditarias graves, de aparición precoz y no susceptibles de tratamiento curativo o bien de alteraciones que puedan comprometer la viabilidad del pre–embrión, sin que se cierren las puertas a casos especialmente delicados no descritos, ante los cuales se puede recurrir excepcionalmente a la autorización de la auto-ridad sanitaria competente.

4. DGP y Eugenesia: ¿Libertad de Mercado o Intervención del Estado?

Abandonando momentáneamente las dificul-tades éticas ya expuestas, resta un tema de vital importancia que no ha sido mayormente

63 BUCHANAN, Allen., et al. From chance to choice. Genetics & Jus-tice. Cambridge: Cambridge University Press, 2000. Citado por HABERMAS, Jürgen. Ibid., p. 73.

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desarrollado en otros trabajos y que dice rela-ción con el rol que el cabe al Estado dentro de este contexto eugenésico latente, y se traduce a interrogantes tales como: ¿debe participar el Estado? ¿De qué forma: regulando, prohibiendo, criminalizando, dejando la situación en manos del mercado? ¿Debe contribuir con fondos para la investigación y para proveer estos servicios para quienes no puedan acceder a ellos?

Todas las anteriores interrogantes definen la postura que como sociedad se busca que el Es-tado adopte y que debiesen ser precedidas nor-malmente por un amplio debate, de manera de constituir el rescate de un consenso alcanzado por la ciudadanía.

En primer lugar, cabe señalar que no parece adecuada la penalización del DGP, aun cuando en su extremo perfectivo pueda afectarse la dignidad de la vida humana. Lo anterior se justifica en la idea del escaso efecto motivador de estas medidas dado que, en general, tales prácticas se podrían realizar sólo a través de grandes entidades, con importantes recursos económicos, respondiendo por tales hechos, en general64, sólo las personas naturales que hayan incurrido en los mismos; de manera que pareciera más efectivo para estimular el des incentivo de tales conductas recurrir a graves sanciones administrativas de tipo pecunia-rias65.

Por otro lado, las normas penales que buscan prohibir tales conductas recurren a bienes jurí-

64 Dado que la responsabilidad penal de las personas jurídicas, al menos en Chile, encuentra limitadas hipótesis de aplicación, restringiéndose a delitos relacionados con el financiamiento de actividades terroristas, lavado de activos y cohecho activo (Ley 20.393 de 2009)

65 Es de la misma opinión Jaén Vallejo, para quien “[…] el mayor peligro de realización de conductas graves, de ilícitos, como se-ría, por ejemplo, la alteración en los genes, proviene de grandes empresas, contra las que puede resultar mucho más efectiva una fuerte sanción administrativa, que una pena de prisión de varios años a los investigadores”. JAÉN VALLEJO, Manuel. Estudios Penales. Santiago de Chile: Editorial Lexis Nexis, 2006, p. 258.

dicos que presentan contornos vagos o impre-cisos66, en especial si son de carácter colectivo (bienes jurídicos difusos)67.

Por último cobra relevancia en este sentido la común frase de que no se pueden poner límites a la ciencia68. Abona su parecer a tal postura Kottow: “Las leyes proscriptivas son una mala respuesta a este estado de cosas y tendrán esca-so efecto en controlar el quehacer científico”69.

Pareciera que lo más sensato en el ámbito le-gislativo es, en primer lugar, distinguir dentro del DGP sus distintas variantes, para luego regular en qué casos pareciera conveniente permitir su aplicación y bajo qué condiciones, estableciendo una enumeración taxativa que precise qué hipótesis son las que dan lugar a los procedimientos admitidos; creando además una cláusula que establezca un método casuís-tico, que a través de la evaluación de un orga-nismo capacitado e imparcial, pueda definir extraordinariamente la procedencia de casos no contemplados de forma expresa.

Por último resta un punto de gran relevancia, el determinar qué tipo de participación en tér-minos económicos y de políticas públicas ha de recomendarse que adopte el Estado.

Este aspecto es especialmente sensible, ya que en la sociedad actual el acceso a la salud, en

66 El mismo concepto de dignidad que como vimos no figura afectado por el DGP de tipo preventivo.

67 ROMEO CASABONA, Carlos María. Prevención versus simbo-lismo en el derecho penal de las biotecnologías. En: BENÍTEZ, Ignacio; Morillas, Lorenzo y peris, Jaime (Coords). Estudios jurídico-penales sobre genética y biomedicina. Madrid: Editorial Dickinson, 2005, p. 132.

68 JAÉN VALLEJO, Manuel. Op .cit., p. 266. Es del mismo parecer KeMelMajer, quien agrega, entre otras premisas, la intervención del legislador debe gozar de “provisionalidad”: “[…] en materias tan cambiantes no puede concebirse una regulación con ribetes de permanencia en el tiempo”. (KEMELMAJER, Aída. Determinación de la filiación del clonado. En: FUNDACIÓN FERNANDO FUEYO LANERI. Derecho, Bioética y Genoma Humano. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile, 2003, p. 218).

69 KOTTOW, Miguel. Introducción a la Bioética. Santiago de Chile: Mediterráneo, 2005, p. 185.

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mayor o menor medida, se encuentra deter-minado por una relación directamente pro-porcional entre capacidad adquisitiva y salud e inversamente proporcional entre pobreza y salud, esta relación podría incrementarse con el correr de los años, considerando que en la mayoría de las legislaciones en que es admitido el DGP, tales métodos son liberados al juego del mercado.

El escenario que se ha configurado y que pro-bablemente siga perpetuándose es el siguiente: admitidas las técnicas de DGP, dado su alto costo –al menos en una primera etapa– se encuentran al alcance sólo de los sectores so-ciales con mayores recursos, de manera que las enfermedades que se pretenden prevenir serían erradicadas, tras unos años, en tales sectores sociales. La situación no sería así para los sectores sociales más desprotegidos y quizás también para los sectores medios, para quienes estas técnicas son lo mismo que inexistentes. De esa manera la consecuencia lógica sería que existirían al cabo de un tiempo dos tipos de personas: las ricas y sanas y las pobres y enfermas. No sería descabellado plantear, en tal escenario, que el acceso a la salud no va a constituir ya un derecho sino más bien un acto de caridad de parte de quienes son cada vez más ricos, puesto que no tienen que recurrir al sistema de salud, en favor de aquellos que están obligados a recurrir a él. La eugenesia en manos del más irrestricto juego del mercado, perpetúa las desigualdades en nuestras socie-dades y crea divisiones casi irreconciliables, contrarias a la dignidad de toda persona.

Singer –si bien habla desde otra realidad– hace eco de tal preocupación, y reconoce la relevan-cia de que el Estado intervenga en tal actividad a través de subvenciones, las que según las po-sibilidades y necesidades habrán de ser parcia-les o totales70. Sin lugar a dudas, el Estado debe

70 SINGER, Peter. Op. cit., p. 40.

ser partícipe activo en este tipo de prácticas si no quiere crear graves situaciones de inequi-dad, debe eso sí atenderse de manera seria a la capacidad presupuestaria del Fisco y al costo de oportunidad que una decisión así implica-ría, todo antes de emitir cualquier instrumento regulador que tienda a permitir tales prácticas.

5. Conclusiones

El procedimiento de DGP presenta una serie de dilemas éticos. El presente trabajo no ha preten-dido abordarlos todos y mucho menos ofrecer una solución definitiva a los mismos.

• Enprimerlugar,habríaquedarporsentadoque es muy difícil entregar una fórmula consensuada que represente una mirada que integre las distintas visiones de los ciu-dadanos que son parte de un determinado país, y resulta aún más difícil ofrecer una fórmula universal aplicable a las distintas realidades culturales y jurídicas existentes en los distintos países de nuestro orbe.

Más allá de eso, conviene hacer el esfuer-zo de encontrar, primeramente, fórmulas legislativas que resulten apropiadas para las distintas regiones, velando porque en los respectivos procesos legislativos la ten-dencia de autorregulación de las tecno-ciencias, la escasa participación social y la privatización de la actividad científica no constituyan un impedimento en el logro de un entendimiento democrático. Una vez los procesos de regulación en nuestras latitudes concluyan, es relevante alcanzar consensos y suscribir instrumentos in-ternacionales, buscando la integración y protección de todas las naciones, ya que los peligros que las prácticas eugenésicas entrañan son globales, lo que está en juego es la dignidad de la vida humana y nuestra auto comprensión como especie, temas que distan de ser locales o regionales.

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• Entodadiscusiónqueseemprendasobreel DGP cabe tener en cuenta el estatuto jurídico del embrión y la protección de la vida incipiente, si bien es importante no estancarse en tal materia, no porque tal problemática sea irrelevante, sino porque el DGP conlleva discusiones que trascien-den este tema y que deben ser debatidas, como ya se fundamentó, con independen-cia a la debida protección de la vida inci-piente.

• ParaadentrarseenlosdilemasqueelDGPplantea es necesario distinguir, según la finalidad perseguida en tal procedimiento, el tipo de DGP que se trate.

• AlanalizarelDGPpreventivosepudoana-lizar los distintos argumentos que se han planteado a favor y en contra del mismo, resultando de tal análisis, que siempre que se trate de enfermedades graves e incura-bles, tal procedimiento no atentaría contra la dignidad de la vida humana, en breves cuentas por la posibilidad de verificar en estos casos una anticipación del consen-timiento de la futura persona, dándole a través de dicho ejercicio hipotético el trato de “segunda persona” de que es merecedor. El consentimiento en dicho diálogo hipo-tético se entendería puede ser anticipado pues lo que se tiende a evitar es una vida llena de padecimientos, en la que no sea posible trazar un plan de vida y en los que el criterio de calidad de vida aconseje una primacía por sobre una vida meramente orgánica.

• LosDGPencasodediscapacidadnodebenser asimilados a los casos de enfermedades graves e incurables incluidas en el DGP preventivo, debido a que las mismas no suponen un impedimento para llevar a cabo, de forma absoluta, un plan de vida y

las posibles dificultades de adaptación y la discriminación social existente no permi-ten inclinar la balanza hacia la decisión de que tal vida es una vida que no merece ser vivida.

• Tratándose del DGP perfectivo y otrosmétodos de eugenesia positiva, el análisis de los distintos argumentos que sostienen sus detractores, tiende a inclinar la balan-za hacia la prohibición de tales procedi-mientos. Entre otras razones expuestas, se señaló que a través de la eugenesia positiva se estaría instrumentalizando a los futu-ros hijos, por medio de estas técnicas per-fectivas se les daría el trato de un producto supeditado al cumplimiento de las expec-tativas que los padres cifran al diseñarlos de una cierta manera, trato, por lo demás, incompatible con el concepto de dignidad humana. Por otro lado el DGP perfectivo no permite realizar este diálogo hipotético en que se anticipa la aceptación del afec-tado, no es posible por lo tanto entregar al pre–embrión la calidad de segunda persona de que es merecedor.

• El argumento, del tipopendiente resbala-diza, que normalmente se sostiene y que alerta que la aceptación del DGP preven-tivo desencadenaría la liberalización de otras prácticas de eugenesia, contrarias a la dignidad de la vida humana, debe evi-tarse. Los límites entre el DGP preventivo, el DGP por discapacidad y el DGP perfec-tivo son determinables. Es importante en dicha finalidad la adopción de una práctica legislativa clara que determine con especi-ficidad los contornos de las enfermedades que permitirían el DGP.

• Noesrecomendablehacerusodelaherra-mienta penal para prohibir estas conduc-tas. Según se expuso, dicha decisión no

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parece acertada dada la escasa fuerza pre-ventiva que tendrían las penas privativas de libertad en relación a estas conductas, la dificultad de precisar bienes jurídicos lesionados en estas conductas que no sean vagos o difusos y por último la idea que limitar los progresos de la ciencia a través de la penalización en el uso de los avan-ces tecnológicos es contraria a una vida civilizada y al devenir de una sociedad en constante cambio.

• Pareceacertadounmodelolegislativoquepermita el DGP preventivo y que prohíba el DGP perfectivo y por discapacidad, a través de herramientas administrativas-sancionadoras, señalando específicamente las características que deba tener la en-fermedad que permita tal procedimiento, siendo recomendable combinar tal anhelo de precisión con un análisis del tipo ca-suístico llevado a cabo por una comisión especializada en temas de Bioética. Como modelo ejemplar parece adecuada Ley es-pañola del ramo.

• Parafinalizar,deserpermitidosestospro-cedimientos, es indispensable que el Esta-do sea partícipe en ellos, evitando inequi-dades que establezcan diferencias sociales basadas en el genoma que agraven aún más las desigualdades sociales

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Asentimiento y consentimiento informado en pediatría: aspectos bioéticos y jurídicos

en el contexto colombiano*

Assent and informed consent in pediatrics: Bioethical and legal aspects in colombian context

Boris Julián Pinto Bustamante**; Raisa Gulfo Díaz***

Resumen

El consentimiento informado (CI) en pediatría es un proceso continuo de toma de decisiones centrado en la relación pediatras–padres–pacientes, que debe incorporar aspectos socioculturales del contexto particular del niño o adolescente. El asentimiento informado se entiende, más allá de un formalismo legal o una práctica moral, como un proceso de inclusión y promoción de la autonomía del niño en los procesos de toma de decisiones. En las teorías modernas sobre los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes, intervienen dos paradigmas: 1) de protección, a través del establecimiento de un conjunto de obligaciones de los adultos hacia ellos como mecanismo para salvaguardar sus aspiraciones; 2) del mejor interés, que privilegia la concepción de los derechos como base normativa que garantiza la realización efectiva de los intereses de los niños, considerados sujetos titulares de derechos más que receptores pasivos de la bene-ficencia de los adultos. Este artículo indaga en la concepción actual sobre el CI en niños, niñas y adoles-centes, haciendo énfasis en el marco normativo colombiano y en aspectos relativos a la bioética como: la promoción de la autonomía en los niños, el desarrollo del razonamiento moral, el asentimiento informado tanto en los ámbitos asistenciales como de investigación, el principio del interés superior y el modelo de cuidado centrado en la familia.

Palabras clave: consentimiento informado, pediatría, consentimiento informado en menores, niños adultos, Bioética.

Abstract

Informed consent (IC) in pediatrics is a continuous process of decision making focused on the relationship pediatricians–parents–patients, who must incorporate the sociocultural aspects of the particular context of the child or adolescent. The informed consent means, beyond legal formalism or moral practice, as a process of inclusion and empowerment of the child in the process of making decisions. In modern theories about the rights of boys, girls and teenagers, involved two paradigms: of protection, through the establishment

ARTÍCULO DE REVISIÓN

∗ Artículo de revisión. Documento entregado el 15 de marzo de 2013 y aprobado el 13 de junio de 2013.** Médico cirujano Universidad Nacional de Colombia. Especialista, Magister. Estudiante del Programa de Doctorado en Bioética de la Uni-

versidad El Bosque. Especialista Creación Narrativa, Universidad Central. Profesor Universidad El Bosque, Fundación Universitaria Sáni-tas. Miembro comité en ética de la investigación Universidad El Bosque. Miembro comité de ética en investigación Organización Sánitas Internacional. Miembro grupo de investigación Bioética, Ciencias de la Vida. Miembro grupo de investigación Gestión en Salud. Correo electrónico: [email protected]

∗∗∗ Médica cirujana, Universidad El Bosque. Internado especial en Bioética, Departamento de Bioética, Universidad El Bosque, 2012. Correo electrónico: [email protected]

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of a set of adults obligations towards them as a mechanism to safeguard their aspirations; 2) best interest, which favors the conception of rights as normative basis ensuring the effective realization of the interests of children, who are considered holders of rights, rather than passive receptors of charity from adults. This article explores the current conception about IC in children and teenagers, stressing in Colombian regula-tory framework and the bioethical aspects as: children’s autonomy encouragement, development of moral reasoning, informed assent, as much clinical practice as research settings, the best interests of the child principle, and family–centered care model.

Keywords: informed consent, pediatrics, informed consent by minors, adult children, Bioethics.

Introducción

La práctica contemporánea de la pediatría ofre-ce un amplio abanico de escenarios, en los cuales se hace necesaria una aproximación desde la bioética: la asignación de recursos escasos, el acceso en condiciones de equidad a los servicios de salud, el trasplante de órganos en la población pediátrica, las controversias alrededor de la utilización de algunas vacunas, la realización de pruebas genéticas y tamizaje prenatal, el maltrato infantil, la medicaliza-ción de la infancia, la medicina regenerativa, la anticoncepción, la interrupción voluntaria del embarazo, la pregunta por la autonomía en pacientes pediátricos y en adolescentes, la investigación clínica en niños, los cuidados paliativos, la toma de decisiones en casos de Divergencias del Desarrollo Sexual (DSD), la práctica del consentimiento informado entre otros escenarios complejos. En este artículo, centraremos nuestra atención en el respeto y la promoción de la autonomía en el paciente menor, a través de la figura del asentimiento informado y el consentimiento, así como los referentes jurídicos en Colombia. Las conside-raciones específicas del consentimiento infor-mado en los casos de DSD, dilemas éticos en torno a la vacunación y el principio del interés superior de los niños, niñas y adolescentes, serán abordadas en otros documentos.

1. Metodología

Este es un artículo de revisión de tipo do-cumental que pretende indagar los aspectos contemporáneos en torno al consentimiento y el asentimiento informado en pediatría, parti-cularmente en el ámbito colombiano. Para la confección del artículo se plantearon algunas categorías específicas como son: desarrollo ra-zonamiento moral, doctrina del menor ma-duro, marco legal y normativo en Colombia, consentimiento informado, asentimiento in-formado, consentimiento sustituto. Se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos como Science Direct, PubMed, Scielo, Bireme, Redalyc, Hinari, y motores de búsqueda como Scirus. Se utilizaron términos de búsqueda como informed consent, bioethics, ethics, pe-diatrics, minors, adult children, research sub-jects, consentimiento informado en menores, niños adultos. Igualmente, se realizó una bús-queda en libros de texto que tratan el tema de la autonomía y el consentimiento informado en niños y adolescentes. Se realizó también una revisión del marco normativo sobre el tema, particularmente en la legislación y la jurispru-dencia colombiana.

Tras la revisión de la información recolectada, se seleccionó información relevante en tor-no a las categorías propuestas, dejando otras

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categorías (como principio del interés supe-rior, dilemas éticos en torno a la vacunación y consentimiento informado en Desórdenes del Desarrollo Sexual), para próximas inves-tigaciones. Se realizó el artículo siguiendo los ejes temáticos propuestos inicialmente, en con-tinuo diálogo con el marco normativo y las consideraciones desde la bioética. Se consultó permanentemente a un abogado especialista en derecho de familia para la aclaración de al-gunos términos e interpretaciones jurídicas. La información relevante se sintetizó en un mapa conceptual que se ofrece como anexo al final del artículo. (Ver Anexo No. 1).

2. Resultados

2.1 La promoción de la autonomía en pediatría

Uno de los aspectos más significativos en el desarrollo de la doctrina del consentimiento in-formado, ha sido la promoción de la autonomía de los niños y las niñas, a través de su inclu-sión en los procesos de toma de decisiones, tan-to en el ámbito asistencial, como en el campo de la investigación. El modelo paternalista clásico, que configuró por siglos la relación médico–pa-ciente, ha cambiado progresivamente hacia un modelo que privilegia la autodeterminación, la participación informada y consciente en los es-cenarios de toma de decisiones, y la promoción de un modelo centrado en la familia1.

La percepción del niño en las relaciones so-ciales, ha cambiado desde ser considerado un “hombrecito”2, pasando por la noción de in-capaz físico y moral, “perversos polimorfos”,

1 KENNY, Nuala; DOWNIE, Jocelyn & HARRISON, Christine. Respectful involvement of children in medical decision making. En: SINGER, Peter, VIENS, A.M. (Eds). The Cambridge Companion to Bioethics. New York: Cambridge University Press, 2008, pp. 123-124.

2 GRACIA, Diego. Bioética y pediatría. Rev Esp Pediatr. 1997, vol. 53, 99–106.

propiedad de los padres3, hasta la representa-ción actual, que interpreta al niño como un sujeto activo en ejercicio de derechos4, como “una libertad en formación, que merece una protección constitucional preferente”5, cuya au-tonomía y razonamiento moral se encuentran en un proceso continuo de desarrollo6 y que reviste una particular vulnerabilidad7, por lo cual requiere de amparo y acompañamiento en los procesos de toma de decisiones.

Esta evolución en la representación social y cultural de los menores, se materializa en la aparición del concepto jurídico del “menor ma-duro”, según el cual “los derechos civiles, sub-jetivos o de la personalidad se generan en el individuo desde el mismo momento en que éste es capaz de disfrutarlos”8. Es evidente que tal capacidad emerge habitualmente antes de los 18 años, o antes de los distintos rangos de edad en que se concede la habilitación jurí-dica o la ciudadanía en sentido estricto9. Sin embargo, aunque se reconoce tal capacidad de comprensión, es imprescindible la presencia de otra virtud cardinal en los procesos de toma de decisiones: la prudencia10, la “sabiduría prácti-

3 CLINTON RODHAM, H. Children’s rights under the law. Harvard Educational Review, 1973, p. 493.

4 OGANDO DÍAZ, B. y GARCÍA PÉREZ, C. Consentimiento infor-mado y capacidad para decidir del menor maduro. Pediatr Integral. 2007; XI (10), 877–883.

5 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T–551/99. Bogotá: agosto 6 de 1999.

6 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia SU–337/99. Bogotá: 12 de mayo de 1999: “(…) entre más claras sean las facultades de autodeterminación del menor, mayor será la protección constitucional a su derecho al libre desarrollo de la personalidad (CP art. 16) y menores las posibilidades de interferencia ajena sobre sus decisiones que no afectan derechos de terceros”.

7 Entendida la vulnerabilidad como aquella situación de indefensión e inseguridad, la cual está “vinculada a la habilidad y capacidad reducida para proteger los intereses propios”: SIMONSEN, Sig-mund. Acceptable Risk in Biomedical Research. European Perspec-tives. Netherlands: Springer Science+Business Media B.V., 2012, p. 171.

8 OGANDO DÍAZ, B y GARCÍA PÉREZ, C. Op. cit., p. 878. 9 PEIRÓ, Ana M. El menor maduro ante las decisiones sanitarias.

Med Clin (Barc). 2011, vol. 137 (3), 140–141.10 GRACIA, Diego., et al. Toma de decisiones en el paciente menor

de edad. Med Clin (Barc). 2001, 117 (5), 179–190.

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ca”, la capacidad de autorregulación11 que per-mita ponderar racionalmente la consideración efectiva sobre riesgos y beneficios derivados de las decisiones individuales12.

El concepto de menor maduro (o menor adul-to), se fundamenta en diversas teorías sobre el desarrollo cognitivo y moral de los niños y las niñas, así como en estudios en neuropsicología y sobre el desarrollo del razonamiento moral. Según el modelo cognitivo de Piaget, en térmi-nos generales, el desarrollo moral en los niños atraviesa por cuatro etapas:

• Etapaegocéntrica.• Etapaautoritaria.• Etapadereciprocidad.• Etapadeequidad13.

Algunos autores consideran que hacia los 11–12 años de edad (etapa de las operaciones formales), se alcanzaría tal noción de equidad, con un ma-yor grado de madurez entre los 13 y los 18 años de edad14. Tal desarrollo cognitivo y axiológico es necesario para cotejar la toma de decisiones en el paciente menor con los elementos funda-mentales del consentimiento informado15, parti-cularmente con los aspectos más abstractos del mismo. Como afirma DS Wendler:

Los niños primero comprenden los hechos concretos acerca del mundo, y más tarde llegan

11 CAMPS, Victoria. La excelencia de las profesiones sanitarias. Humanitas. Humanidades médicas. 2007, (21), 12.

12 SABATELLO, Maya. Children’s bioethics: the international biopo-litical discourse on harmful traditional practices and the right of the child to cultural identity. Leiden: Koninklijke Brill NV, 2009, p.166. Otros autores, como Laura M Purdy y Robert Noggle, sugieren que para el ejercicio autónomo de los derechos personales, se requieren al menos tres condiciones: razonamiento instrumental, prudencia y agencia moral, la cual, según Noggle, se desarrolla posteriormente a la agencia cognitiva.

13 VARGAS VARGAS, Jorge Eduardo. Formación de la conciencia moral: referentes conceptuales. Revista Educación y Desarrollo Social. 2009, vol. 3 (1), 108–128.

14 OGANDO DIAZ, B. y GARCÍA PEREZ, C. Op. cit., p. 878.15 TEALDI, Juan Carlos. Consentimiento. En: TEALDI, Juan Carlos

(Dir). Diccionario Latinoamericano de Bioética. Bogotá: UNESCO, Universidad Nacional de Colombia, 2008, pp. 214–219.

a comprender los aspectos más abstractos. Esto sugiere que la edad a la cual los niños compren-den y aprecian los elementos más abstractos del consentimiento informado provee una aproximación acerca de la edad a la cual ellos pueden hacer sus propias decisiones en cuanto a protocolos de investigación16.

El aspecto más abstracto, (según Wendler) en un consentimiento informado en inves-tigación, puede ser el propósito del estudio. En investigaciones que no ofrecen beneficios directos para el sujeto de investigación, la decisión de participar voluntariamente en un protocolo requerirá del altruismo como atribu-to, según el cual, existen razones morales para ayudar a otros a expensas de la propia como-didad y seguridad. Algunos autores sugieren que tal desarrollo altruista sólo se alcanza, aproximadamente y con un amplio grado de variabilidad, hasta los 14 años17, (lo cual puede discutirse) por lo cual, esta edad podría propo-nerse como un umbral aceptable para legitimar el asentimiento del menor en la participación en ensayos clínicos.

Siguiendo la propuesta clásica de Lawrence Kohlberg, el razonamiento moral de los niños y las niñas pasa por tres niveles (seis grados), en su desarrollo: una primera etapa preconven-cional, en la cual el niño pequeño identifica los predicados morales a partir de las figuras de autoridad, a partir de los mecanismos de recompensa y castigo, y desde una perspecti-va egocéntrica e instrumental, según la cual, la bondad de los actos genera consecuencias satisfactorias, y la maldad, si es descubierta, lleva consigo una sanción dolorosa. En un segundo nivel o convencional, el razonamiento moral se ajusta a las convenciones socialmen-

16 WENDLER, D.S. Assent in paediatric research: theoretical and practical considerations. J Med Ethics. 2006, 32 (4), 230.

17 WENDLER, D. and SHAH, S. Should children decide whether they are enrolled in nonbeneficial research? Am J Bioeth. 2003, 3 (4), 1–7.

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te aceptadas o sancionadas, se acepta la ley como árbitro de la externalidad de la acción, y se entiende la bondad interna de las acciones conforme al grado de ajuste con las normas externas. En un tercer nivel o posconvencio-nal, se han logrado interiorizar los predicados morales, se reconocen los principios morales intrínsecos que sustentan la formulación ex-terna de las normas, se seleccionan racional-mente los principios y los estándares morales que regulan las decisiones particulares, se está en capacidad de contradecir con argumentos la ley, se reconocen valores o principios universa-les, y se reconoce el espacio de los otros en la trama de la sociedad en igualdad de derechos y aspiraciones fundamentales. Este nivel de desarrollo posconvencional, sólo sería alcanza-do por un reducido número de adultos, y en edades relativamente tardías 18.

Otros autores han propuesto diversas teorías acerca del desarrollo de la conciencia moral. Sigmund Freud propone el desarrollo del razo-namiento moral como “la limitación incons-ciente de las pulsiones” generadas por el ello. El psicoanalista infantil Erik Erikson, partiendo de los estudios de Freud, propone la extensión de las fases del desarrollo psicosexual “hacia el contexto del desarrollo psicosocial del ciclo de vida completo de la persona”19. Erikson plan-tea el desarrollo del ciclo completo de la vida humana organizado en ocho estadios, cada uno de los cuales totaliza la interacción com-plementaria de los procesos biológico, psíquico y ético-social, integrados a través de lo que él denomina el proceso epigenético20 y que pro-gresa en el tiempo a través de crisis dialécticas que marcan el tránsito de un estadio al otro. La superación exitosa de tales crisis determinará

18 GRACIA, Diego., et al. Op. cit., pp. 179–190.19 BORDINGTON, Nelso Antonio. El desarrollo psicosocial de Eric

Erikson. El diagrama epigenético del adulto. Revista Lasallista de investigación. 2005, 2 (2), 50.

20 Ibid., p. 52.

la aparición de potencialidades, o, en su defecto, de patologías específicas21.

Las teorías prevalentes sobre el desarrollo moral han sugerido una aproximación evolutivo-cog-nitiva por etapas en el desarrollo moral de los niños y las niñas, enfoque que no es compartido por todos los autores en la actualidad. Desde la crítica a los estudios de Kohlberg suscitada por Carol Gilligan, son múltiples las teorías propues-tas al respecto: Los enfoques narrativos–herme-néuticos de la experiencia moral22, las teorías comunitaristas, los modelos de la psicología social, la neurobiología del comportamiento, la sociobiología y el desarrollo de los enfoques em-píricos de la neuroética contemporánea, bien a partir de premisas socioevolutivas, o bien a par-tir de la utilización de neuroimágenes dinámicas como la Tomografía por Emisión de Positrones (PET/CT) y la Resonancia Nuclear Magnética Funcional (fRNM). Son pues, diversas las teorías propuestas que contradicen o complementan el estudio de la evolución cognitiva del com-portamiento según los postulados clásicos, y que invocan el concurso definitivo de múltiples elementos en la constitución del razonamiento moral, como son las emociones23, el papel de éstas en la supervivencia evolutiva de la especie humana, el papel del afecto y el cuidado, así como del contexto cultural, social y simbólico en el cual se despliegan las decisiones morales y su correlato en la activación eléctrica y meta-bólica de circuitos neuronales específicos entre los distintos niveles de la arquitectura cerebral24.

Basados en estas afirmaciones, diversas jurisdic-ciones en el mundo han definido el umbral de los

21 Ibid., pp. 53–58.22 GRACIA, Diego y MUÑOZ, Sagrario. Médicos en el cine Dilemas

bioéticos: sentimientos, razones y deberes. Madrid: Editorial Com-plutense, 2006, pp.24–30.

23 HAUSER, Marc. La mente moral: Cómo la naturaleza ha desarrollado nuestro sentido del bien y del mal. Barcelona: Paidós, 2008.

24 ELKHONON, Goldberg. The Executive Brain: Frontal Lobes and the Civilized Mind, NY: Oxford University Press, 2001.

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12 años como la edad a partir de la cual el menor es capaz de “entender la información y sopesar los riesgos”25. En Estados Unidos, a partir de tal edad, se ha propuesto la figura del asentimiento, que busca promover el respeto por la autonomía del menor, si bien puede no generar un efecto vinculante, al requerirse el consentimiento de su tutor o representante legal con el fin de proteger al niño de asumir riesgos irrazonables26, En España, “cuando es mayor de 12 años y tiene suficiente juicio, la decisión deberá o no tomarla el menor, según las situaciones, pero en cualquier caso siempre deberá ser oído con antelación”27. Otros autores han propuesto la figura del asenti-miento desde los 6 ó los 7 años de edad28, funda-mentados en que en este rango de edad, los niños y las niñas están en capacidad de comprender los procesos biológicos o de reflexionar sobre su identidad29. Persiste la discusión acerca del grado de obligatoriedad que suscita la figura del asen-timiento de los menores frente a ciertos procedi-mientos médicos no urgentes, y en la inclusión de menores en protocolos de investigación. Sobre este punto volveremos más adelante.

2.2. Legislación sobre infancia y adoles-cencia en Colombia

La Ley 1098 de 2006 (Código de la Infancia y adolescencia)30, establece la prevalencia del

25 GÓMEZ CÓRDOBA, Ana Isabel y SUÁREZ ACEVEDO, Daniel. Consentimiento informado en pediatría. Aplicaciones en psiquia-tría. Rev. Colomb. Psiquiat. 2010, 39 (4), 766.

26 ROSSI, W. C; REYNOLDS, W and NELSON, R. M. Child assent and parental permission in pediatric research. Theor Med Bioethics. 2003, 24 (2), 131–48.

27 GOBIERNO DE ESPAÑA – JEFATURA DEL ESTADO. Ley No. 14 del 4 de junio de 2002. Boletín Oficial del Estado. número 135 de 6 de junio de 2002.

28 BERRO ROVIRA, Guido. El consentimiento del adolescente: sus aspectos médicos, éticos y legales. Arch Pediatr Urug [en línea]. Uruguay. 2001, vol. 72 (1), 45. [Fecha de consulta: 12 de febrero de 2013]. Disponible desde: http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-05842001000100008

29 DORN, LD, SUSMAN, EJ and FLETCHER, JC. Informed consent in children and adolescents: age, maturation and psychological state. J Adolesc Health. 1995, vol. 16 (3), 185–190.

30 LONDOÑO VEGA, Patricia y LONDOÑO VÉLEZ, Santiago. Los niños que fuimos. Huellas de la infancia en Colombia. Bogotá: Banco de la República, 2012, p.135. Entre los antecedentes de la Ley 1098

interés superior de los niños, las niñas y los adolescentes, cuando sus derechos entran en conflicto con los derechos de otros actores en la sociedad. La Ley promueve la protección integral de las libertades, derechos y garantías fundamentales de los niños, las niñas y los adolescentes, a quienes se considera sujetos titulares de derechos, en consonancia con los derechos reconocidos en los Instrumentos ju-rídicos nacionales e internacionales, como son la Constitución Política de Colombia, la Decla-ración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración sobre los Derechos del Niño (rati-ficada por la Ley 12 de 1991), y la Convención Internacional de los Derechos de los niños y las niñas (1989). La prevalencia de tales derechos está consignada en los artículos 42, 44 y 46 de la Constitución Política de Colombia31.

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, ratifica el conjunto de derechos que el propio menor puede disfrutar y ejercer: libertad de expresión, incluyendo la libertad de buscar, recibir y difundir informa-ciones e ideas de todo tipo (art. 13), libertad de pensamiento, de conciencia y religión (art. 14), libertad de asociación y a celebrar reuniones pacíficas (art. 15), derecho a no ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su corres-pondencia, honra y reputación (art. 16)32.

Existen otros documentos normativos que pro-mueven la realización efectiva de tales derechos

de 2006 en Colombia, cabe citar la Ley 83 de 1946 (Ley Orgánica de la defensa del niño), que creó el Consejo Nacional de Protección de la Infancia; el Decreto 1818 de 1964 (que estableció el Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia); la Ley 75 de 1968 (que estableció el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar).

31 GUÍO CAMARGO, Rosa Elizabeth. El consentimiento informado y sustituto en intervenciones médicas como mecanismo de garantía de los derechos de los niños y las niñas. Pensamiento Jurídico. 2009, vol. 25, 242.

32 RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, José Ignacio. La autonomía del menor: su capacidad para otorgar el documento de instrucciones previas. Anuario de la Facultad de Derecho de Alcalá de Henares. 2002-2003, 212-228. ISSN 1134-9492.

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en términos de corresponsabilidad y prevalen-cia del interés superior de los niños, las niñas y los adolescentes33:

• LaLey1373de2010,garantizaporpartedelEstado colombiano la vacunación universal y gratuita para todos los niños de entre 0 y 5 años de edad, incluyendo las vacunas contra Rotavirus y Neumococo.

• Ley1385de2010,tieneporobjetoprevenir,através de acciones afirmativas de educación, el consumo de alcohol en mujeres embarazadas, con el fin de evitar la aparición del Síndrome de Alcoholismo Fetal.

• Ley1388de2010,pormediodelacualsepro-mueve un modelo de atención integral para los pacientes menores de 18 años con cualquier forma de cáncer en cualquiera de sus etapas. Así mismo, promueve la atención integral de pacientes menores de 18 años a quienes se diagnostique alguna de las siguientes con-diciones hematológicas: Aplasias Medulares y Síndromes de Falla Medular, Desórdenes Hemorrágicos Hereditarios, Enfermedades Hematológicas Congénitas, Histiocitosis y Desórdenes Histiocitarios.

Según la Ley 1098 de 2006, la protección integral de los niños, las niñas y los adolescentes, se debe ejercer en términos de corresponsabilidad entre los diferentes actores encargados de tales acciones

33 Otras iniciativas del Departamento Nacional de Planeación a tra-vés del Consejo Nacional de Política Económica y Social, procuran armonizar decisiones de Política Social con la protección integral de los niños, las niñas y los adolescentes, así como la promoción efectiva de sus derechos fundamentales:

Consejo Nacional de Política Económica y Social República de Colombia, Departamento Nacional de Planeación –Documento Conpes, 19 de julio de 2010. (Política de prevención del recluta-miento y utilización de niños, niñas y adolescentes por parte de los grupos armados organizados al margen de la Ley, y de los grupos delictivos organizados); Consejo Nacional de Política Económica y Social República de Colombia, Departamento Nacional de Pla-neación –Documento Conpes, 27 de abril de 2009. (Distribución de los recursos del Sistema General de Participaciones para la atención integral a la primera infancia para la vigencia 2009; Consejo Nacional de Política Económica y Social República de Colombia, Departamento Nacional de Planeación – Documento Conpes 3 de diciembre de 2007-. (Por el cual se establece la Política Pública de Primera Infancia “Colombia por la Primera Infancia”).

afirmativas, como son la familia, el Estado y la sociedad en su conjunto.

Las instituciones competentes, encargadas del restablecimiento de derechos son:

• InstitutoColombiano de Bienestar Familiar-Defensorías de Familia.

• ComisaríasdeFamilia.• MinisterioPúblico–ProcuraduríaGeneralde

la Nación, Defensoría del Pueblo y Persone-rías distritales y municipales.

• PolicíaNacional–InspectordePolicía.Policíade la Infancia y la Adolescencia34.

En la jurisprudencia en Colombia35, se pueden distinguir tres categorías en la definición de los menores según los rangos de edad:

a) Infantes o niños: aquellos que no han cum-plido los siete años de edad; b) Impúberes: varones entre los 7 años cumplidos y antes de los 14 años cumplidos; c). Menores adultos: Entre los 14 años cumplidos y antes de los 18 años cumplidos36,37,38.

34 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 1098 de 2006. Por la cual se expide el Código de la Infancia y la Adolescencia. Diario Oficial, número 46.446. Bogotá: 8 de noviembre de 2006. Art. 51.

35 La Ley 1098 de 2006, en su artículo 3, establece: “Para todos los efectos de esta ley son sujetos titulares de derechos todas las personas menores de 18 años. Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 34 del Código Civil, se entiende por niño o niña las personas entre los 0 y los 12 años, y por adolescente las personas entre 12 y 18 años de edad.”

36 En diferentes sentencias de la Corte Constitucional, así como en el Código Civil Colombiano en su artículo 34, se hace una dis-tinción en el rango de edad para niños y niñas en las categorías de impúber y menor adulto (niñas hasta los 12 años cumplidos se consideraban en la categoría de impúber; niños hasta los 14 años cumplidos. (Sentencia T–474/96. Corte Constitucional). Las sentencias de la Corte Constitucional, C–507 de 2004, C–534 de 2005 y C–857 de 2008, igualaron el límite de edad entre impúber y menor adulto, sin importar su sexo, en los 14 años de edad.

37 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA: “Esta diferencia-ción -continúa-, pudo obedecer al momento histórico en que fue promulgado el Código Civil y su artículo 34 en comento (1873), cuando resultaba comprensible que las diferencias en el ritmo de desarrollo físico y mental entre los niños y las niñas determinaran un tratamiento jurídico diferenciado en muchos aspectos. Sin embargo, según su parecer, lo anterior no resulta aceptable hoy en día (…)”. (REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTI-TUCIONAL. Sentencia C–534/05. Bogotá: mayo 24 de 2005).

38 Estos rangos de edad, deben considerarse como límites discrecio-

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Según lo cual, los menores adultos gozan de capacidad relativa39, “esto es que pueden en forma libre y autónoma realizar actos tales como testar, reconocer hijos extra-matrimonia-les, conceder y reclamar para ellos alimentos, otorgar consentimiento para dar en adopción sus propios hijos y celebrar ciertos contratos financieros; para otros actos, si bien se les re-conoce capacidad, su realización está sujeta a la autorización de sus representantes, entre ellos, celebrar matrimonio, pactar capitulaciones, ser adoptado, celebrar contrato de trabajo. Para la realización de otros actos jurídicos, en cambio, son considerados incapaces absolutos, entre ellos ser tutores, curadores, albaceas o peritos”40.

La figura jurídica del menor emancipado se en-tiende en el sentido del menor de edad que vive por fuera del control parental. En Colombia, el Código civil reconoce la figura de la emancipa-ción voluntaria (Art. 313), y la emancipación legal (Art.314), la cual se efectúa:

1) Por la muerte real o presunta de los padres; 2) Por el matrimonio del hijo41; 3) Por haber

nales, pues varían según factores individuales, sociales y cultura-les. (REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. T–474/96. Bogotá: septiembre 25 de 1996)

39 En el Código civil colombiano, se define la capacidad legal como la posibilidad que tiene la persona natural de “poderse obligar por sí misma, sin el ministerio o la autorización de otra” (REPÚBLICA DE COLOMBIA. Código civil colombiano. Art. 1502). Según el artí-culo 1504, (inciso modificado por el artículo 60 del Decreto 2820 de 1974), “son también incapaces los menores adultos que no han obtenido habilitación de edad y los disipadores que se hallen bajo interdicción. Pero la incapacidad de estas personas no es absoluta y sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos respectos determinados por las leyes” (REPÚBLICA DE COLOMBIA – PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA. Decreto 2820 de 1974. Por el cual se otorgan iguales derechos y obligaciones a las mujeres y a los varones. Diario Oficial, número 34249. Bogotá: febrero de 1975).

40 Ibíd. 41 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CONGRESO DE LA REPÚBLICA.

Ley 54 de 1990. Por la cual se definen las uniones maritales de hecho y régimen patrimonial entre compañeros permanentes. Diario Oficial, número 39615. Bogotá: 31 de diciembre de 1990. Artículo 2º: “Se presume sociedad patrimonial entre compañeros permanentes y hay lugar a declararla judicialmente en cualquiera de los siguientes casos: a) Cuando exista unión marital de hecho durante un lapso no inferior a dos años, entre un hombre y una

cumplido el hijo la mayor edad; 4) Por el de-creto que da la posesión de los bienes del padre desaparecido.

Cabe anotar que en Colombia no existe la figura de la emancipación sanitaria, como si existe en la legislación española, según la cual, existe presunción legal de madurez a partir de los 16 años: “Cuando se trate de menores no incapaces ni incapacitados, pero emancipados o con dieciséis años cumpli-dos, no cabe prestar el consentimiento por representación. Sin embargo, en caso de actuación de grave riesgo, según el criterio del facultativo, los padres serán informados y su opinión será tenida en cuenta para la toma de la decisión correspondiente”42. También en España, las leyes autonómicas de Valencia y Navarra reconocen la autono-mía plena del menor maduro para otorgar documentos de voluntades anticipadas43. En Colombia, la Corte Constitucional ha expre-sado la prevalencia del derecho fundamental a la vida, “sin el cual es imposible ejercer cualquier otro derecho”, en el caso de un menor adulto testigo de Jehová que se nega-

mujer sin impedimento legal para contraer matrimonio; b) Cuando exista una unión marital de hecho por un lapso no inferior a dos años e impedimento legal para contraer matrimonio por parte de uno o de ambos compañeros permanentes, siempre y cuando la sociedad o sociedades conyugales anteriores hayan sido disueltas y liquidadas por lo menos un año antes de la fecha en que se inició la unión marital de hecho.

Los compañeros permanentes que se encuentren en alguno de los casos anteriores podrán declarar la existencia de la sociedad patrimonial acudiendo a los siguientes medios: 1. Por mutuo consentimiento declarado mediante escritura pública ante Notario donde dé fe de la existencia de dicha sociedad y acrediten la unión marital de hecho y los demás presupuestos que se prevén en los literales a) y b) del presente artículo. 2. Por manifestación expresa mediante acta suscrita en un centro de conciliación legalmente reconocido demostrando la existencia de los requisitos previstos en los literales a) y b) de este artículo”.

Si no tiene los 2 años, no se constituye la sociedad marital de hecho, luego sigue estando bajo la patria potestad, contemplada en el artículo 288 del Código Civil Colombiano. El sólo hecho de tener hijo no emancipa al menor que no ha alcanzado la habili-tación de edad.

42 GOBIERNO DE ESPAÑA – JEFATURA DEL ESTADO. Op. cit., capítulo V, art. 9.2.

43 RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, José Ignacio. Op. cit.

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ba a la trasfusión de productos sanguíneos primarios44.

2.3. El consentimiento informado

El consentimiento informado es un proceso continuo de intercambio de información entre el profesional sanitario y su paciente o entre el investigador y el sujeto de investigación, en torno a la toma de decisiones con respecto a un tratamiento, una opción diagnóstica, una inter-vención, o un protocolo de investigación. Tal intercambio de información debe tomar en con-sideración algunos elementos fundamentales:

Revelación de la Información: La naturaleza del procedimiento o la intervención, sus alcan-ces en términos de riesgos y beneficios.

Capacidad (o Competencia): Conjunto particu-lar de “habilidades funcionales”45, que permite la comprensión, consideración razonable de la relación riesgos-beneficios, posibilidad de emitir una decisión.

Voluntariedad: Se refiere al derecho de un paciente a tomar las decisiones relativas a su tratamiento y a su información personal, conforme a su propio sistema de valores, libre de cualquier influencia indebida46 (coerción, engaño o manipulación).

Otros autores han sugerido algunas categorías con respecto a la toma de decisiones en la par-

44 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T–474/96. Op. cit. Esta decisión, sugerida por la Corte Constitucional, puede encontrar posiciones divergentes; en Espa-ña, este paciente es cabalmente autónomo, aún en situaciones de urgencia, desde los 16 años, aunque muchas jurisdicciones con-cuerdan con la jurisprudencia colombiana: UNESCO. Casebook on Human Dignity and Human Rights. Bioethics Core Curriculum. Casebook series, número 1. UNESCO: París, 2001, p. 65.

45 CHALMERS, Julie. Capacity. En: SINGER, Peter & VIENS, A.M. (Eds). Op. cit., p. 17.

46 Ibid., p. 31.

ticipación de niños en protocolos de investiga-ción47 (ver Tabla No. 1 y Tabla No. 2).

2.4. El asentimiento informado

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño suscribe el derecho a la libre expresión del niño como un derecho personalísimo:

Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio, el derecho de expresar su opinión li-bremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño48.

En consonancia, se ha consolidado progresi-vamente la figura del asentimiento informado como una instancia que promueve la inclusión de los niños, las niñas y los adolescentes en los procesos de toma de decisiones, tanto en el ámbito asistencial, como en la participación en protocolos experimentales. Es abundante la literatura en bioética sobre el tema, aunque su práctica en entornos como el nuestro aún dista

47 SIMONSEN, Sigmund. Op. cit., p. 172: “Normalmente aquellas personas (no capaces de consentir) deben ser incluidas en ensayos clínicos solamente cuando hay fundamentos para predecir que la administración del producto médico representará un beneficio directo para el paciente, sopesando de esta manera los riesgos” (EUROPEAN COMMUNITY. Clinical Trials Directive. Directive 2001/20/EC of the European Parliament and of the Council. Official Journal of the European Communities. (1.5.2001). Parágrafo 3).

Se puede añadir que es posible realizar protocolos experimentales en poblaciones vulnerables, si el propósito del estudio busca in-vestigar aspectos específicos de dicha comunidad, los resultados esperados pueden redundar en beneficios significativos para dicha comunidad, se generen mecanismos para garantizar una protec-ción especial para estas comunidades, y la relación entre riesgos y beneficios sea claramente positiva, según la aprobación de los comités de ética y según la exigencias de la normatividad local e internacional. Es importante recordar que el principio de riesgo mínimo es un prerrequisito del principio de proporcionalidad.

48 ORGANIZACIÓN DE NACIONES UNIDAS. Convención sobre los Derechos del Niño. Nueva York: Organización de Naciones Unidas – UNICEF, 1989. Artículo 12.1.

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de ser una rutina reconocida por profesionales e instituciones. En el ámbito normativo, la fi-

gura del asentimiento informado aún no tiene referentes claros en el país.

Tabla No. 1. Consentimiento informado en protocolos de investigación en pediatría49.

1. Niños sin comunicación, sin com-prensión del lenguaje, sin capacidad de decisión (neonatos, lactantes, niños pequeños o niños mayores severamente comprometidos).

La toma de decisiones, la aceptación o el rechazo para participar en protocolos de investigación, recae absolutamente en los padres o en los representantes legales, (según el interés superior del niño, las con-diciones específicas del protocolo y la lex artis).

2. Niños con alguna comunicación, capacidad para toma de decisiones limitada; pero sin madurez para decidir (los niños en edad escolar menores).

La responsabilidad en la toma de decisiones recae en los padres o representantes legales; se debe ofrecer una explicación pertinente al menor, y ofrecer una invitación a preguntar y aclarar dudas. Tal in-vitación tiene dos propósitos: prevenir cualquier daño derivado de la realización de procedimientos sin su conocimiento, y la promoción de la autonomía en desarrollo del menor.

3. Niños con buena comprensión del lenguaje y con capacidad de toma de decisiones en desarrollo (niños en edad escolar mayores).

Los menores en esta categoría, no sólo reciben la información con fines de notificación, sino con el propósito de impulsar la toma de decisiones. Sin embargo, tal capacidad en la toma de decisiones es limitada, y re-quiere del apoyo continuo de sus padres o tutores legales. Por ejemplo, su asentimiento para participar en un protocolo de investigación, es necesario, más no suficiente50.

4. Menores con buena comprensión del lenguaje y capacidad de toma de de-cisiones suficiente. (Menor maduro, más no emancipado).

El rechazo del menor es siempre taxativo51.Se recomienda que el asentimiento del menor sea compartido con sus padres o representantes legales, en orden a proteger al menor de riesgos innecesarios.

5. Buena comprensión del lenguaje, capacidad suficiente para la toma de decisiones –menor emancipado.

Absoluta autoridad en la toma de decisiones. No requiere consultar sus decisiones con sus padres o representantes legales52.

50 51 52

49 SIMPSON, C. Children and research participation: who makes what decisions? Health Law Rev. 2003, vol. 11(2), 20–29.50 WENDLER, D.S. Op. cit., pp. 231–233. En el contexto de ensayos clínicos que no ofrecen beneficio terapéutico a los sujetos de investigación,

el disentimiento del niño se debe respetar. Los estudios sin beneficios terapéuticos que ofrezcan un riesgo mayor al mínimo, no debe contar con niños como sujetos de investigación.

51 THE NATIONAL COMMISSION FOR THE PROTECTION OF HUMAN SUBJECTS OF BIOMEDICAL AND BEHAVIORAL RESEARCH. Research involving children: report and recommendations. Recommendation 7. Washington, DC: DHEW Pub No. (OS) 77–0004, 1997. “En los protocolos de investigación que incluyen una intervención de la cual los sujetos pueden derivar un beneficio significativo para su salud o bienestar, y tal intervención está disponible solamente en el contexto de la investigación, la objeción de un niño pequeño puede ser ignorada”. Esta afirmación debe ser matizada con otros criterios como el principio de proporcionalidad entre riesgos y beneficios, la consideración de riesgo mínimo y riesgo aceptable, promulgadas en la Convenio sobre Derechos Humanos y Biomedicina (Convenio de Oviedo - 1997) y en el Protocolo Adicional (2005).

52 GRACIA, Diego., et al. Op. cit., pp. 179–190. En España, el Real Decreto 561/1993 de Ensayos Clínicos, obliga a incluir en los ensayos clínicos niños de 12 años o más, con el consentimiento informado de éste (siempre y cuando sus condiciones se lo permitan), y previa notificación al Ministerio Fiscal (GOBIERNO DE ESPAÑA – MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO. Real Decreto 561 de 16 de abril de 1993. Por el que se establecen los requisitos para la realización de ensayos clínicos con medicamentos. Boletín Oficial del Estado. número 114 de 3 de mayo de 1993).

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Tabla No. 2. Consentimiento/asentimiento informado en pediatría para la participación en protocolos de

investigación53.

Entre los 6 y los 12 años.

Tomar la opinión del niño como un asentimiento, necesitándose siempre la conformidad o consentimiento de sus padres o representante legal. Si no hubiera asentimiento del niño, o frente a la negativa de los padres o representante legal se actuará, en casos imprescindibles y excepcionales, sólo luego de solicitar y recibir la debida autorización judicial.

Entre los 12 y los 18 años.

Los adolescentes que fueran considerados debidamente maduros a juicio de los médicos tratantes, tendrían derecho a otorgar un consentimiento válido por sí mismos.

Según la normatividad vigente, los niños y las niñas con edades comprendidas entre los 0 y antes de los 14 años de edad, requieren el con-sentimiento firmado por parte de sus padres o representantes legales para la práctica de intervenciones médicas o para la autorización de su inclusión en proyectos de investigación, lo cual no excluye a los niños y las niñas de los procesos de toma de decisiones. Como lo ha señalado el Convenio de Oviedo: “La opi-nión del menor será tomada en consideración como un factor que será más determinante en función de su edad y su grado de madurez”54. Si bien los infantes e impúberes, dependiendo de su edad y desarrollo cognitivo, no exhiben la capacidad, la madurez y la prudencia para asumir de forma individual el peso absoluto de las decisiones concernientes a su salud y

53 BERRO ROVIRA, Guido. Op. cit.54 CONSEJO DE EUROPA. Convenio Europeo sobre los derechos hu-

manos y la biomedicina: convenio para la protección de los derechos humanos y la dignidad del ser humano con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina. Oviedo: 1997. Artículo 6,2. También conocido como el Convenio de Oviedo.

su integridad, sí cuentan con la capacidad de “identificar las reglas morales”55 para asentir al plan de tratamiento médico56 conforme al estadio de su desarrollo moral.

Siguiendo a Piaget y Kohlberg, el desarrollo moral progresa desde la identificación de las reglas morales a partir de predicados externos presentes en el mundo real, y personificados en la figura de la autoridad (heteronomía), hasta la interiorización de tales predicados en la forma de valores y principios que configuran el carác-ter individual (autonomía)57. El asentimiento informado, de esta forma, se constituye en un proceso que respeta y promueve el ejercicio a la autonomía en desarrollo del niño, para opinar en los procesos de salud o enfermedad que le afectan; de esta manera, se incentiva en el niño el empoderamiento y el desarrollo de su capacidad moral para el ejercicio autónomo de futuras decisiones58, lo cual es un ejercicio de construcción de ciudadanía.

En la práctica clínica en Colombia, el asenti-miento no es un documento que exhiba legi-timidad en términos jurídicos; su validez se fundamenta en el contenido moral del proceso, en el cual, se fomenta en el niño su partici-pación en la toma de decisiones con respecto a los procesos de salud y enfermedad59. En el contexto de las prácticas de investigación, como hemos señalado anteriormente, el asentimiento informado sí ostenta un valor jurídico y un

55 GRACIA, Diego., et al. Op. cit., pp. 179–190. 56 NEVELOFF DUBLER, Nancy and LIEBMAN, Carol B. Bioethics

Mediation. A guide to shaping shared solutions. Nashville: Vandebilt University Press, 2011, p.113.

57 GRACIA, Diego., et al. Op. cit., pp. 179–190. 58 UNGURU, Yoram. Pediatric decision-making: informed consent,

parental permission, and child assent. En: DIEKEMA, Douglas S; MERCURIO, Mark y ADAM, Mary (Eds). Clinical ethics in pe-diatrics: a case-based textbook. New York: Cambridge University Press, 2011, p.2.

59 NEVELOFF DUBLER, Nancy and LIEBMAN, Carol B. Op. cit., p. 113.

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carácter vinculante: el no del niño, la niña y el adolescente para participar en un proyecto ex-perimental, debe ser considerado de forma cate-górica60, salvo en los casos en que el protocolo ofrece un beneficio manifiesto para el paciente que no puede ser ofrecido por fuera del ámbito de la investigación.

Así como en los adultos, los niños se encuentran bajo la influencia de múltiples factores que afec-tan la toma de decisiones, más allá de la edad, la cual, considerada como un criterio aislado, no determina la capacidad como tal para el ejercicio de dicha tarea. Como lo ha señalado Gracia, el ejercicio de la autonomía requiere el concurso de elementos previos: la intencionalidad (o volunta-riedad), la información, la ausencia de coerción y la autenticidad (entendida esta última carac-terística como la coherencia entre los actos de elección y los sistemas de valores particulares)61.

Entre los factores que influyen en la toma de de-cisiones se incluyen las experiencias de vida, las vivencias relacionadas con la salud y la enferme-dad, la participación del niño en procesos previos de toma de decisiones, la influencia externa reci-bida de otros, la vulnerabilidad condicionada por su “dependencia física, emocional, y financiera de los adultos, (…) su relativa inexperiencia y la perspectiva limitada”62 ante decisiones complejas. Por ejemplo, los niños gravemente enfermos o en situaciones terminales, manifiestan, indepen-dientemente de la edad, una evolución progresiva en la comprensión de su enfermedad hasta llegar a la certeza de la inminencia de la muerte, a pesar del cerco del silencio, el ocultamiento o las estrategias de distanciamiento con sus padres y cuidadores63, lo cual les confiere un repertorio de

60 SIMPSON, C. Op. cit., pp. 20–29. 61 GRACIA, Diego., et al. Op. cit.62 UNGURU, Yoram. Op. cit., p. 3.63 MAHON, Margaret M. Death in the Lives of Children. En: TAL-

WAR, Victoria; HARRIS, Paul and SCHLEIFER, Michael (Eds).

capacidades distintas para sintetizar la informa-ción y tomar una decisión.

Como lo ha expresado la Sentencia de la Corte Constitucional T–477 de 1995, “a partir de esta premisa, es labor del médico corroborar que el niño sea considerado como un agente activo en el proceso de la toma de decisiones, consideran-do que la información ofrecida a ambas partes, sea clara, precisa y completa”64. La Academia Americana de Pediatría (APP), ha propuesto un esquema de tareas que el médico puede realizar en el proceso de asentimiento:

1) Ayudar al paciente a alcanzar la conciencia de su condición; 2) Decirle al paciente qué puede esperar, tanto de su diagnóstico, como de su tratamiento; 3) Evaluar de la comprensión del paciente; 4) Evaluar los factores que influyen en la respuesta del paciente; 5) Solicitar la dis-posición del paciente para aceptar el cuidado65.

Algunos elementos distintivos, entre la figura del consentimiento informado y el asentimien-to, son expuestos en las recomendaciones del Comité de Bioética de la Academia Americana de Pediatría (ver Tabla No. 3).

A manera de ejemplo, algunos autores han ofre-cido tablas comparativas para guiar la confec-ción de formularios de asentimiento informado en investigación (ver Tabla No. 4).

Children’s understanding of death: from biological to religious con-ceptions. New York: Cambridge University Press, 2011, p. 68.

64 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T–477/95. Bogotá: octubre 23 de 1995.

65 AMERICAN ACADEMY OF PEDIATRICS – COMMITTEE ON BIOETHICS. Informed consent, parental permission, and assent in pediatric practice. Pediatrics. 1995, vol. 95 (2), 314–317.

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Tabla No. 3. Recomendaciones Consentimiento/asentimiento informado - Comité de Bioética de la Academia Americana de Pediatría66.

Consentimiento

1. Adecuada provisión de información incluyendo la naturaleza de la enfermedad o la condición, la naturaleza de los pasos del diagnóstico y tratamiento propuestos, y las probabilidades de éxito; La existencia y naturaleza de los riesgos involucrados y la existencia de los potenciales beneficios de los tratamientos alternativos recomendados (incluyendo la opción de no tratamiento).

2. La evaluación de la comprensión del paciente sobre la información suministrada.3. La evaluación de la capacidad del paciente o del representante para tomar las decisiones necesarias.4. Asegurar, en la medida de lo posible, que el paciente tiene la libertad para escoger entre las alternativas

intermedias sin coerción o manipulación.

Asentimiento

1. Ayudar al paciente a lograr una conciencia apropiada conforme su nivel de desarrollo acerca de la naturaleza de su condición.

2. Comunicar al paciente lo que puede esperar de los exámenes y el tratamiento.3. Realizar una evaluación clínica de la comprensión del paciente acerca de la situación y de los factores que

influyen en su respuesta (incluyendo si está bajo una presión inapropiada para aceptar las pruebas o la terapia).

4. Solicitar una expresión de la voluntad del paciente para aceptar el cuidado propuesto.

Tabla No. 4. Ejemplos formularios asentimiento y consentimiento en investigación67.

Tema Forma de consentimiento Forma de asentimiento

El estudio involucra investigación.

El formato de consentimiento le provee información acerca del estudio de investigación

Se busca averiguar cómo mejorar tu enfermedad.

Una explicación de los propósitos del estudio.

El propósito de este estudio es averiguar más acerca de los tratamientos contra la diabetes

Se busca indagar acerca de nuevas maneras de tratar la diabetes.

La duración esperada de la participación del sujeto de investigación en el estudio.

Éste estudio requerirá 4 visitar en un periodo de 12 semanas

Los pacientes asistirán a visita 4 veces en los próximos 3 meses.

Una descripción de los procedimientos a seguir.

Durante cada visita, se tomará una muestra de sangre para cada prueba.

Durante cada visita, usaremos una aguja para obtener una muestra de sangre.

La identificación de algunos procedimientos que son experimentales.

Todas las pruebas en este estudio serán rutina para pacientes con diabetes.

Se busca hacer cosas al paciente que usualmente hacemos a niños con tu misma enfermedad.

66 CLENDENIN, David y WAISEL, David B. Informed consent and the pediatric patient. En: VAN NORMAN, Gail A (Ed). Clinical Ethics in Anesthesiology. A Case–Based Textbook. New York: Cambridge University Press, 2011, p. 154.

67 LOWENHAUPT, S. Simple Language for Assent Forms. Journal of clinical research best practice. 2011, vol. (7) 2, 2.

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En algunas ocasiones pueden generarse diver-gencias entre la opinión de los niños, la opinión de los padres y el consejo de los médicos. Por ejemplo, el niño puede tomar la decisión final sobre la conducta en casos de una decisión no vital ni perjudicial para él (por ejemplo, en qué brazo desea que se realice la venopunción); en otros casos, tanto los padres como sus hijos pueden tomar una decisión conjunta, pero con predominio del rol de los padres en la decisión final (por ejemplo, a qué hora tomar el medi-camento, siempre y cuando se cumpla la pres-cripción médica) y finalmente, una decisión tomada exclusivamente por los padres y los médicos, según el criterio del mejor interés del paciente, pero considerando siempre la opinión del menor, (por ejemplo, la realización de una cirugía de carácter urgente). En ese sentido, es importante aclarar que la práctica del asenti-miento informado no supone exclusivamente la evaluación formal de la capacidad en la toma de decisiones por parte del menor ni su mera inclusión simbólica; supone, mejor, la formu-lación de opciones posibles ante las cuales el niño, la niña o el adolescente, puedan hacer uso de su libertad de elección68,69.

2.5. Consentimiento informado en me-nores adultos y anticoncepción

La Convención sobre los Derechos del Niño, re-salta en su artículo 24 (literal f), el derecho a la salud de los niños, las niñas y los jóvenes, así como resalta en otros apartes, el derecho a la no discriminación, a la libertad de expresión, a la libertad de pensamiento, conciencia y religión, a

68 En tal sentido, cabe recordar que el proceso de consentimiento informado (y de asentimiento), implica la formulación de opciones posibles en aras de promover la libertad de elección conforme a los sistemas de creencias, valores, preferencias e intereses parti-culares.

69 GUÍO CAMARGO, Rosa Elizabeth. Op. cit., p. 245: “El consenti-miento informado consiste en la libertad y autonomía que tiene cada sujeto de derechos para determinar, entre varias opciones que se le presentan, cuál es la más idónea para satisfacer sus necesidades e intereses”.

la protección de la vida privada, al acceso a una información adecuada, a la educación. Tales derechos, refrendados en sucesivas sentencias emitidas por la Corte Constitucional, implican el derecho del menor adulto al libre ejercicio de su sexualidad, así como el derecho a solicitar la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva, a la anticoncepción, incluidos los procedimientos que demandan la firma de un consentimiento informado (inserción de DIU, inserción de implantes subdérmicos), según los criterios médicos de elegibilidad de métodos anticonceptivos.

No se requiere el consentimiento de los padres para la aplicación de un método temporal de planificación en adolescentes (menor adulto), ni para la prescripción del anticonceptivo de emergencia, el cual es provisto como evento POS (o POS-S) en casos de violencia sexual contra la mujer, violación, o de relación sexual sin protección en población adolescente vulne-rable70. Tampoco se requiere el consentimiento de los padres para la solicitud de una prueba de VIH en el caso de menores adultos o eman-cipados. Cabe resaltar la importancia que tiene el principio de confidencialidad como funda-mento de la calidad en la atención en medicina del adolescente, así como la promoción de la confianza y la escucha activa por parte de los profesionales71. Una relación fundamentada en la confianza, que promueva la deliberación72 y la autonomía del adolescente, ofrece mayores posibilidades para incorporar el núcleo familiar de los pacientes adolescentes en casos en que es imprescindible el apoyo del núcleo familiar (anorexia, consumo de drogas, embarazo ado-lescente).

70 REPÚBLICA DE COLOMBIA – MINISTERIO DE LA PROTEC-CIÓN SOCIAL. Resolución 0769 de 2008. Por medio de la cual se adopta la actualización de la Norma Técnica para la Atención en Planificación Familiar a Hombres y Mujeres establecida en la Resolución 412 de 2000.

71 GRACIA, Diego., et al. Op. cit., pp. 179–190.72 Ibid., pp. 179–190.

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Según la Sentencia C-355 de 2006, “la interrup-ción voluntaria del embarazo (IVE), requerirá el consentimiento informado de las gestantes adultas, incluidas las mayores de catorce años (…) sin que se requiera obtener permiso, au-torización o notificación de un tercero”73. La solicitud de IVE debe cumplir los criterios de-finidos en la jurisprudencia de la Corte Cons-titucional sobre las situaciones excepcionales en las que se despenalizó tal procedimiento en el país.

En las adolescentes menores de 14 años, “de conformidad con lo dispuesto en el artículo 14 de la Ley 23 de 1981, tratándose de menores de catorce años, personas en estado de inconscien-cia o mentalmente incapaces, la IVE requerirá la autorización de los padres, tutores o alle-gados, a menos que la urgencia del caso exija una intervención inmediata. En todo caso, se procurará conciliar el derecho de la paciente a la autodeterminación con la protección de la salud, sin menoscabar el consentimiento de la menor de catorce años”74.

En Colombia, la edad mínima de consenti-miento sexual es de 14 años75. El mismo crite-rio de edad se ha definido como la edad mínima para contraer matrimonio, tanto para varones como para mujeres76.

2.6. Consentimiento sustituto de los pa-dres/consentimiento diferido

El ejercicio de la autonomía en el caso de los menores adultos, se debate entre la capacidad

73 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C–355/06. Bogotá: mayo 10 de 2006. Numeral 6.3.3.

74 Ibíd. 75 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CONGRESO DE LA REPÚBLICA.

Código Penal de Colombia. (Ley 599 de 2000). Diario oficial, número 44.097, 24 de julio de 2000. Artículo 208.

76 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 1306 de 2009. Por la cual se dictan normas para la Protección de Personas con Discapacidad Mental y se establece el Régimen de la Representación Legal de Incapaces Emancipados. Diario Oficial, número 47371. Bogotá: 5 de junio de 2009. Artículo 53.

relativa del menor y la potestad –no absoluta– por parte de los padres o representantes legales. Entre el principio de autonomía y el principio de beneficencia, la Corte Constitucional en di-versas sentencias, ha manifestado los criterios propuestos que buscan resolver la tensión entre estos deberes:

1) La urgencia, e importancia del tratamiento para los intereses del menor; 2) La intensidad del impacto del tratamiento sobre la autonomía actual y futura del niño; 3) La edad del menor77.

La consideración objetiva de tales criterios, sumado a una evaluación juiciosa e integral del grado individual de desarrollo cognitivo y volitivo, serán factores esenciales en la toma de decisiones por sustituto, sumado a la inclusión progresiva del menor en la toma de decisiones conforme al desarrollo de sus capacidades. En el caso de los menores adultos, el consenti-miento informado deberá ser otorgado por el paciente y de forma complementaria por sus padres o representantes legales, con el propó-sito de perfeccionar y promover la capacidad relativa del menor durante el proceso de toma decisiones78.

Existen condiciones particulares que exigen, tanto la inclusión del menor en la toma de decisiones, como la protección de su auto-nomía e integridad, dado el enorme impacto que puede generar la intervención específica: trasplante de órganos (donante–receptor), es-terilización, cirugía de reasignación de género en personas que presentan alguna Divergen-cia en el Desarrollo Sexual (DSD), interrup-ción voluntaria del embarazo, la inclusión de niños y adolescentes en ensayos clínicos y la

77 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia SU–337/99. Bogotá: mayo 12 de 1999.

78 REPÚBLICA DE COLOMBIA – MINISTERIO DE LA PROTEC-CIÓN SOCIAL. Paquetes Instruccionales. Guía Técnica “Buenas prácticas para la seguridad del paciente en la atención de salud”. Garantizar la funcionalidad de los procedimientos de Consentimiento Informado. 2009. p. 38.

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práctica de técnicas de reproducción humana asistida79.

En el caso de personas que viven con alguna forma de discapacidad (o diversidad funcional) absoluta (impúberes, sordomudos quienes no pueden darse a entender por un lenguaje con-vencional de signos, pacientes con discapacidad mental)80, se aplica la figura del consentimiento sustituto, el cual puede ser otorgado por:

• Representantelegalparalosmenores

• Cónyuge

• Hijos

• Hermanos81.

Cabe anotar que el representante legal es aquel que actúa en nombre de aquellos considerados incapaces; éste puede ser:

• Padres de familia: Los padres de la persona menor de 18 años.

• Tutor: Representa al menor de 18 años que no tiene padres.

• Curador: Para el resto de incapaces82.

• En el caso de los menores adultos, el consen-timiento informado deberá ser otorgado por el paciente y de forma complementaria por sus padres o representantes legales83, en lo que se conoce como consentimiento complementa-do84.

79 GÓMEZ CÓRDOBA, Ana Isabel. Op. cit., pp. 35-46.80 REPÚBLICA DE COLOMBIA. Código civil colombiano. Op. cit.,

Art.1503 y 1504; REPÚBLICA DE COLOMBIA – CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 23 de 1981. Por la cual se dictan nor-mas en materia de ética médica. Diario Oficial, número 35711. Bogotá: 27 de febrero de 1981. Art. 14 y 15; REPÚBLICA DE COLOMBIA – MINISTERIO DE SALUD. Resolución 13437 de 1991. Por la cual se constituyen los comités de Ética Hospitalaria y se adoptan el Decálogo de los Derechos de los Pacientes.

81 REPÚBLICA DE COLOMBIA – MINISTERIO DE LA PROTEC-CIÓN SOCIAL. Op. cit., p. 38.

82 Ibíd.83 Ibíd. 84 GIMAR, Facundo., et al. El consentimiento en el acto médico una

aproximación en pediatría. Revista Pediatría. 1999, vol. 34(2).

• Enelcasodemenoresemancipados,querequie-ran la autorización para la práctica de cualquier intervención en un hijo, entra a regir la figura de consentimiento diferido85. En Colombia, el menor emancipado, si bien puede representarse a sí mismo y no requiere consentimiento susti-tuto, no puede representar a otro menor86.

En principio, la responsabilidad en la toma de decisiones por sustitución sobre los hijos no emancipados, le compete a los padres en ejerci-cio legítimo de un sistema de derechos instru-mentales que se actualizan de forma conjunta en pos del interés superior del menor (patria potestad)87. Si alguno de los padres ha perdido, por suspensión o extinción, la patria potestad (por maltrato, abandono o desaparición), el con-sentimiento informado lo debe otorgar el padre que ostenta tal atribución88, pero deberá presen-tar ante la institución copia de la decisión ju-dicial que legitima la discreción exclusiva de la patria potestad89. Si el menor no está bajo esta figura, (impúber o menor adulto emancipados), se debe nombrar un curador, “persona natural, que tendrá a su cargo el cuidado de la persona y la administración de sus bienes, pero no lo representará en aquellos actos para los cuales el menor adulto tiene plena capacidad”90. Si el representante, curador o tutor legal, no inter-preta, respeta o promueve el interés superior del menor, puede perder tal privilegio.

En caso de urgencia, si entra en contradicción la decisión de los padres frente a los derechos

85 REPÚBLICA DE COLOMBIA. Código civil colombiano. Op. cit., Art. 34.

86 Concepto 291 de 2007, Hospital Pablo VI Bosa, I Nivel Empresa Social del Estado - ESE. 24 de agosto de 2007 [en línea]. [Fecha de consulta: 22 de abril de 2013]. Disponible desde: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=39540

87 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T–474/96. Op. cit.

88 GÓMEZ CÓRDOBA, Ana Isabel. Op. cit., p. 40.89 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL.

Sentencia T–474/96. Op. cit.90 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CONGRESO DE LA REPÚBLICA.

Ley 1306 de 2009. Op. cit., Artículo 54.

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fundamentales del niño, se actuará conforme al principio del interés superior del menor, de acuerdo con la mejor evidencia científica y téc-nica, en términos de pronóstico, calidad de vida y promoción de sus Derechos Humanos funda-mentales a la vida y la integridad. En la me-dida de las posibilidades, siempre se intentará promover un acuerdo entre la voluntad de los padres, las preferencias e intereses del menor, procurando la búsqueda de metas comunes de tratamiento para todas las partes interesadas.

La Corte Constitucional se ha pronunciado sobre casos en los que existe divergencia entre la opinión de los padres o representantes lega-les, y la prevalencia del interés superior de los menores. Por ejemplo, a través de la Sentencia T–411 de 1994, a propósito de un caso en el que los padres de la niña en cuestión no auto-rizan la hospitalización de su hija por cuanto su confesión de fe evangélica no lo permitía. En este caso, la Corte ejemplifica la colisión de obligaciones morales entre el derecho a la libertad religiosa de los padres y el derecho a la vida y la salud de la menor, “protegiéndose los de la niña por la naturaleza y prevalencia de los derechos comprometidos”91.

En los casos de Divergencias del Desarrollo Sexual (DSD), la Corte Constitucional ha su-gerido la figura del consentimiento sustituto orientado hacia el futuro (otorgado por los padres con el acompañamiento de un equi-po multidisciplinario) en los casos de niños menores al umbral crítico de identificación de género (fijado por dicha corporación en los 5 años), y el consentimiento asistido “que comporta el consentimiento prestado por los padres coadyuvado por la expresa voluntad del menor”92, también con la asesoría de un equi-po multidisciplinario, cuya gestión promueva

91 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T–411/94. Bogotá: septiembre 19 de 1994.

92 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T–1025/02. Bogotá: noviembre 27 de 2002.

la puesta en práctica de un consentimiento informado libre, cualificado y persistente, en aras de garantizar la protección de los derechos fundamentales y la promoción de los intereses legítimos.

3. Conclusiones

El consentimiento informado en pediatría debe entenderse como un proceso continuo de toma de decisiones, centrado en una relación triparti-ta (pediatra–niño–padres), que debe considerar los aspectos socioculturales relativos al contex-to particular del niño y/o el adolescente.

En Colombia la jurisprudencia sobre el tema ha privilegiado la concepción de los niños, las ni-ñas y los adolescentes como “sujetos de especial protección constitucional”93, en consonancia con diferentes instrumentos normativos inter-nacionales: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), la Convención Ame-ricana sobre los Derechos Humanos (1969) y la Convención sobre los derechos del niño (1989), en aras de garantizar su “desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos”94. La premisa del interés superior del niño y su condición como sujeto titular de derechos, es el epicentro de la moderna doctrina jurídica so-bre infancia y adolescencia. En atención a este principio, si bien los hijos están bajo el cuidado de sus padres o representantes legales, no son posesión de ellos95. Los padres, en atención a la concepción de la familia como laboratorio de pluralismo -factor fundamental en la cons-trucción del Estado Social de Derecho- pueden intervenir en la formación religiosa y moral de los hijos, si bien las indicaciones de un credo particular nunca pueden prevalecer sobre los

93 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C–900/11. Bogotá: noviembre 30 de 2011.

94 Ibid. 95 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL.

Sentencia T–477/95. Op. cit.

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derechos inalienables de los niños, las niñas y los adolescentes a la vida, la salud y la inte-gridad.

En diversos escenarios, la población infantil y adolescente puede encontrase en una situación de indefensión frente a sus tutores, quienes sí ostentan la plena capacidad de representa-ción. En aquellos casos en que las creencias y opiniones de los representantes legales entren en conflicto con los intereses y los derechos fundamentales del menor, siempre prevalecen estos últimos, cuya protección efectiva debe ser garantizada tanto por los trabajadores de salud, como por el Estado y la sociedad en términos de corresponsabilidad. La Corte también ha se-ñalado que “las prácticas médicas consideradas altamente invasivas, de difícil realización, ries-gosas o vinculadas estrechamente con la defi-nición de la propia personalidad del individuo, imponen necesariamente el consentimiento del paciente para su ejecución”96. En tal sentido, la legislación y la jurisprudencia en el país han ratificado de forma enfática esta posición, a través de diferentes documentos de alcance normativo (Ley 1098 de 2006, Sentencia T-411 de 1994, Sentencia T–477 de 1995, Sentencia SU–337 de 1999, Sentencia T–474 de 1996, Sentencia C–900 de 2011).

Aunque aún no hay una normatividad clara en el país, la bioética ha promovido desde hace varios años, en la práctica pediátrica, la figura del asentimiento informado, el cual debe en-tenderse como un proceso de inclusión y de promoción de la autonomía del niño, más que como la extensión de un documento formal o la práctica simbólica de un gesto moral97. La práctica del asentimiento informado supone el

96 REPÚBLICA DE COLOMBIA – CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C–900/11. Op. cit.

97 HARRIS, Rebecca M. y FRADER, Joel. Ethical issues in the treat-ment of pediatric patients with disorders of sex development. En:

DIEKEMA, Douglas S; MERCURIO, Mark y ADAM, Mary (Eds). Op. cit., p. 162.

respeto a las opiniones y decisiones del niño, lo cual, a su vez, debe ponderarse con la opinión de sus padres o representantes legales, con la opinión de los médicos, y con el criterio del mejor interés del menor y la prevalencia de sus derechos fundamentales. En tal sentido, el mo-delo de un “cuidado centrado en la familia”98, que promueve la búsqueda de metas comunes de tratamiento para todos los miembros del núcleo familiar, y que toma en consideración las variables socioculturales de cada caso desde la perspectiva de una autonomía relacional, es una propuesta plausible en la búsqueda de de-cisiones responsables en la atención de niños, niñas y adolescentes. Este debe ser un proceso reevaluado periódicamente en el tiempo por el médico tratante, según el desarrollo cognitivo y emocional del niño.

Agradecimientos

Al profesor William Enrique Donado García, (abogado, especialista en Derecho de Fami-lia, docente Universidad San Buenaventura y Universidad Fundación Universitaria Tec-nológico convenio Universidad de Medellín Comfenalco), por su amable colaboración y sus oportunas aclaraciones sobre los aspectos jurídicos del tema.

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Valoración eco–sistémica de la naturaleza. Hacia una ética emergente en los sistemas

socio ecológicos adaptativos*

Eco–systemic Assessment: Towards an emergent ethics on the socioecologic adaptive systems

Germán I. Andrade**

Resumen

Con base en el modelo de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, que liga la biodiversidad, los servi-cios eco–sistémicos, el bienestar humano y la libertad de elección, se proponen niveles y fuerzas opuestas de equilibrio que como procesos de auto–organización sustentan un nuevo sistema de valoración de la naturaleza. Las propiedades estabilizadoras y desestabilizadoras en cada nivel, se presentan además como atributos complejos del bien común ambiental, y propiedades emergentes y adaptativas en el propuesto sistema de valoración social de la naturaleza. El conjunto sugiere la emergencia de una nueva normativa de acción socio–ecológica para enfrentar el cambio ambiental global, que a su vez estaría sustentando una ética eco–sistémica.

Palabras clave: servicios ecosistémicos, biodiversidad, valoración de la naturaleza, cambio ambiental global, ética ecológica.

Abstract

Based upon the Millennium Ecosystem Assessment a model which link biodiversity, ecosystem services, human well-being and liberty of choice, levels and opposing self-organization forces are proposed, for a new valuation system of nature. The stabilizing and destabilizing properties in each level area presented as complex attributes or the environmental common good and adaptive emerging properties in the proposed system of valuation of nature. Overall, the emergence of a new action-driven and socio-ecological normative which would help society face up to global environmental changes, and sustain a new eco–systemic ethic.

Keywords: ecosystem services, biodiversity, valuation of nature, global environmental change, ecological ethics.

ENSAYOS CIENTÍFICOS

* Ensayo. Este documento que recoge las ideas y argumentos presentados durante el XVIII Seminario Internacional de Bioética “Bioética, biodiversidad y bienestar común”, realizado en la Universidad El Bosque –Bogotá, Colombia–, agosto de 2012 en conjunto con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos “Alexander Von Humboldt”. Documento entregado el 14 de noviembre de 2012 y aprobado el 15 de abril de 2013.

** Biólogo. MES Universidad de Yale. Profesor Facultad de Administración. Universidad de los Andes e investigador de la Fundación Humedales. Correo electrónico: [email protected]

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1. ¿Crisis ambiental, crisis de valores?

El manejo sostenible de los recursos natura-les y el control de los impactos ambientales, hasta hace poco conformaron el enfoque pre-dominante en la gestión ambiental. Éste sin embargo se revela hoy insuficiente frente a los nuevos retos que surgen en un mundo global. Ya en 1976 Ehrenfeld había alertado sobre la necesidad de considerar en la gestión ambien-tal además los “no recursos”, que para él eran los valores intangibles de la naturaleza y los procesos ecológicos1. En la Declaración de Rio de 1992 en el marco del concepto de desarrollo sostenible se adoptaron los derechos interge-neracionales y la armonía entre crecimiento económico y protección ambiental.

Con el advenimiento del cambio ambiental global2, se ha puesto en discusión si es posible alcanzar la sostenibilidad en medio de las mo-dificaciones ecológicas planetarias, sugiriendo que el entorno cambiante requiere un concepto de bien común ambiental, basado en una nueva valoración social de la naturaleza. Esto porque detrás de la encrucijada ambiental podría sub-yacer una crisis de valores con raíces históricas en Occidente en la herencia judeo–cristiana3, e implicaciones para las religiones y la espi-ritualidad4. Sería una dimensión ecológica de

1 EHRENFELD, David. The Conservation of Non-Resources. Sci-entific American. 1976, vol. 64 (6), 648.

2 CHAPIN, F. Stuart; KOFINAS, Gary P & FOLKE, Carl. A Framework for Understanding Change. En: CHAPIN, F. Stuart; KOFINAS, Gary P & FOLKE, Carl (Eds). Principles of Ecosystem Stewardship. Resilience-Based Natural Resources Management in a Changing World. New York: Springer, 2009.

3 GISEL, Pierre. Retour sur l’anthropocentrisme occidental. Son histoire différentiée ses forces, ses risques. En: BOURG, Domi-nique & ROCH, Philippe (Eds). Crise écologique, crise des valeurs? Défis pour l’anthropologie et la spiritualité. Genève: Editions Labor et Fides, 2010. pp. 91–104.

4 EATON, Heather. Quel rôle pour les religions dans une ère éco-logique ? En: BOURG, Dominique & ROCH, Philippe (Eds). Op. cit., pp. 127–144.

la ética mundial de H. Kuhn, jalonada por los problemas ambientales globales5.

2. ¿Crisis de valores, o de for-ma de valoración?

La crisis ambiental, vista como una crisis de valoración en la sociedad occidental tecnológi-ca y de mercado, frecuentemente aparece como una contradicción entre el antropocentrismo y el biocentrismo6. Para la primera aproxima-ción la naturaleza tiene un valor instrumental que sirve a fines humanos. Para la segunda, también conocida como “ecología profunda”, la naturaleza tiene derechos y valor intrínseco7. Es necesario revisar esta dicotomía, que parece todavía reposar sobre seguir considerando lo humano como una realidad ontológicamente diferente a la naturaleza. En efecto, como dice Gudynas8:

Si concebimos un ambiente natural, sin nin-guna interferencia humana, ese ecosistema se mantendrá dentro de su sustentabilidad bajo sus patrones ecológicos por sí mismo… [pero] … la presencia humana, aun en el caso que ésta sea ambientalmente saludable, no es necesaria ni indispensable para mantener la sustentabilidad ecológica. Por lo tanto, la dimensión ecológica del desarrollo sustentable es una propiedad de los ecosistemas y no del ser humano”.

Esta dimensión que este autor llama “ecológica”, es imposible hoy en un mundo en proceso de cambio global con influencia antropogenética.

5 VON WEIZSACKER, U. Ética Mundial Ecológica. En: KÜNG, Hans y KUSHEL, Karl–Josef (Eds). Ciencia y Ética Mundial. Ma-drid: Editorial Trotta, 2006. pp. 295–311.

6 GUDYNAS, Eduardo. Ecología, Economía y Ética del Desarrollo Sostenible. Montevideo: CLAES, Ediciones Coscoroba, 2002.

7 GUDYNAS, Eduardo. La ecología política del giro biocéntrico en la nueva Constitución de Ecuador. Revista de Estudios Sociales. 2009, (32), 34 –47.

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Una forma de superar esta valoración dicotómi-ca es revisar la forma en que este proceso se da en la sociedad. David Harmon8 cuando analiza la valoración social de las áreas protegidas (los “parques” en un sentido general) propone dos ti-pos de valoración de la naturaleza. De una parte la instrumental, que incluye todas las formas referidas al uso racional, sostenible de los re-cursos naturales, y el ambiente sano en función de necesidades humanas. En general, este valor se presenta como “objetivo” e independiente de las percepciones y deseos sociales. Al mismo se le contrapone una valoración “subjetiva”, en la cual predomina la percepción social de la natu-raleza. Una forma de compromiso entre estas dos formas de valoración se encontraría dife-renciando, según Harmon, los valores “descu-biertos” que no son generados u otorgados, que serían los intrínsecos y mediante un proceso de transformación, transferencia y proyección que dan origen al valor instrumental9. Sería un va-lor agregado, que emerge en la integración suje-to – objeto y que según Hamond es “sistémico”.

En este ensayo se propone que el valor sistémi-co, cuando consideramos los humanos como parte ontológica de la naturaleza, representa un salto hacia una valoración próxima a la “ética de la tierra” que no opone el sujeto con el obje-to, y que se manifiesta cuando Aldo Leopold10 dice: “when we see land as a community to which we belong, we may begin to use it with love and respect”. Esta aproximación eco–sistémica su-peraría las dicotomías hombre–naturaleza y los sistemas de valoración asociados, en la me-dida en que refleja una participación humana en el ecosistema que es valorado.

8 HARMOND, David. The Sources and Significance of Values in Protected Areas. En: HARMOND, David & PUTNEY, Allen. The Full Value of Parks. From the Economics to the Intangible. Lanham, Maryland: Rowman and Littlefield Publishers, 2003.

9 ROLSTON, H. III. Environmental Ethics: Duties to and values in the Natural World. Philadelphia: Temple University Press, 1988.

10 LEOPOLD, Aldo. A Sand County Almanac. Oxford University Press, 1949. 226p.

3. Lo humano y los ecosistemas

Los seres humanos siempre hemos estado “den-tro” de los ecosistemas, aunque en el pensa-miento occidental hemos demorado en recono-cerlo. A partir de 1800 la influencia humana en el planeta se constituyó en una fuerza glo-bal11. En el mapa de “biomas antropogenéticos” sus autores12 muestran que la acción humana ha alterado profundamente los patrones de la biodiversidad y los procesos ecológicos en el 75% de las tierras emergidas libres de hie-lo del planeta, el resto ha sido apropiado por los humanos. Los humanos alteramos así el funcionamiento ecológico del planeta a través del cambio en variables estructurantes13 y el equilibrio dinámico entre el sistema climático y la biosfera emerge como problema ambiental cuando estamos traspasando umbrales de se-guridad planetaria14Es el fin del conocimiento y dominio como control humano de la natura-leza, pues las apropiación humana en el nivel de subsistemas locales contenidos, disminuye el control en sistemas continentes o globales.

Con todo, la existencia y devenir de lo humano en el sistema ecológico planetario, tampoco se puede explicar solo con las leyes de la termo-dinámica en las cadenas tróficas planetarias. El sistema ecológico planetario humanizado es complejo, y una mirada desde las leyes ge-nerales de la auto–organización nos ayudaría a finalmente a encontrar nuestro lugar en el

11 STEFFEN, Will; CRUTZEN, Paul & McNEILL, John. The An-thropocene: Are Humans Now Overwhelming the Great Forces of Nature. AMBIO: A Journal of the Human Environment. 2007, vol. 36 (8), 614–621.

12 ELLIS, Erle & RAMANKUTTY, Navin. Putting people in the map: anthropogenic biomes of the world. Ecol. Environ. 2008, vol. 6 (8): 439–447.

13 FOLKE, Carl; CHAPIN, F. Stuart & OLSSON, Per. Transformations in Ecosystem Stewardship. En: CHAPIN, F. Stuart; KOFINAS, Gary P & FOLKE, Carl (Eds). Op. cit., pp. 103–125.

14 ROCKSTRÖM. Johan., et al. A safe operating space for humanity. Nature. 2009, vol. 461, 472–475.

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universo15. El objeto emergente es el siste-ma social y ecológico integrado o sistema so-cio ecológico, en donde las interacciones entre componentes (abióticos, bióticos, biológicos y sociales) dan paso a interdependencias e inter–definibilidad16. En la perspectiva que reconoce el planeta humanizado como producto histó-rico–evolutivo, el dilema de valoración sería remplazado por un nuevo eco-centrismo, que no es un nuevo reduccionismo en la medida en que reconozcamos que en el sistema socio ecológico hay propiedades “humanizadas” de auto–organización.

4. La naturaleza como servicio

La crisis de valoración de la naturaleza, y la necesidad de integrar una visión pragmática y eficiente, llevaron a que las Naciones Unidas propusieran una iniciativa llamada la “Eva-luación de Ecosistemas del Milenio” que en el 2005 propuso una lectura de la naturaleza como “servicio”, al relacionar el funcionalmente de la biodiversidad en los ecosistemas con el bienestar humano y la libertad de elección17. El esquema biodiversidad–servicios ecosistémi-cos (de provisión, soporte, regulación, y cultu-rales) –bienestar humano–libertad de elección, da cuenta de varios niveles de interacciones, que aquí se proponen como base para definir una valoración de la naturaleza como bien y servicio (patrimonio), que sería la valoración eco – sistémica. Se reconoce que el sistema de valoración es complejo, adaptativo y auto-orga-nizativo, con retroalimentaciones estabilizan-tes (negativas) y desestabilizantes (positivas), y

15 KAUFFMAN, Stuart. At Home in the Universe. The Search for the Laws of Self-Organization and Complexity. New York: Oxford University Press, 1995.

16 GARCÍA, Rolando. Interdisciplinariedad y sistemas complejos. En: GARCÍA, Rolando. Sistemas Complejos. Conceptos, método y fundamentación epistemológica de la investigación interdisciplinaria. Barcelona: Gedisa, 2006.

17 SAMPER, Cristián. The Millennium Ecosystem Assessment: science and policy for sustainable development. BioScience. 2003, vol. 53 (12), 1148–1149.

propiedades emergentes anidadas (subsistemas y el sistema como un todo). En este sistema, el bien común ambiental, es una propiedad emergente superior del sistema socio–ecológico auto–organizado (ver Figura No. 1).

5. Auto–organización en la valoración eco–sistémica

5.1 De las especies a la memoria ecológica

Un primer nivel de organización del sistema de valoración está dado por procesos estabili-zantes anidados en los subsistemas de valora-ción en la relación entre la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas. Hay todo un conocimiento acumulado en la ecología básica, que demuestra las relaciones entre la diversidad de especies y la estabilidad de los ecosistemas18,19 y que determinan la capacidad auto–organizativa en los sistemas ecológicos. Implica una nueva mirada a la valoración de las especies como repositorios de la “memoria” en los sistemas ecológicos.

El valor de las especies se constituye como for-ma de evitar el peligro que surge de no hacerlo, por su potencial utilitario o valor de opción y por la reducción de dilemas de uso frente a una pérdida de las especies una a una, y el colapso de los ecosistemas20. En este sentido, el valor de los individuos, que son reemplazables (o renovables) es menor que el de las especies, que pueden enfrentar la extinción. El valor de las especies, como componentes y sustentadoras

18 TERBORGH, John., et al. The Role of Top Carnivores in Regulating Terrestrial Ecosystems. In: SOULÉ, Michael & TERBORGH, John. Continental Conservation. Scientific Foundations of Regional Reserve Networks. Washington: Island Press, 1999.

19 TILMAN, David., et al. Habitat destruction and the extinction debt. Nature. 1994, vol. 371, 65–66.

20 NORTON, Bryan. On the Inherent Danger of Undervaluing Species. In: NORTON, Bryan (Ed). The Preservation of Species. The Value of Biological Diversity. Princeton: Princeton University Press, 1986. pp. 110–137.

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de los procesos ecológicos, se constituye en este sentido en una extensión de la misma ética de la tierra21. El valor agenciado socio–ecológico de la biodiversidad en los ecosistemas es pues una propiedad emergente del individuo – po-blación – especie – función, que determina el desempeño del ecosistema como un todo (fun-cionalidad).

Una función desestabilizante seria la perdida de bio–capacidad en un sistema ecológico que es la propiedad de mantener identidad y repro-ducir su auto–organización, en especial en el tránsito de procesos de cambio. Esto es lo que se denomina la resiliencia ecológica. La memo-ria biológica pervive y se reconstituye acoplada a la memoria bio–cultural que la mantiene y recrea a través de procesos de significación y transformación social, siendo el conocimiento de la biodiversidad un atributo critico en la agencia estabilizadora del sistema ecológico.

21 DELORD, Julien. L’extinction d’espèce, histoire d’un concept et enjeux éthiques. Publication Scientifique du Museum National D’’ Histoire Naturelle de Paris. 2010. p. 528.

5.2 El sistema de servicios ecosistémicos

Un segundo nivel de auto–organización se presenta en la forma como son apropiados o transformados los servicios ecosistémicos en la sociedad. Un sistema de servicios ecosis-témicos equilibrado es aquel en el cual hay agencia entre aquello que la humanidad toma para sí y el funcionamiento y regulación del sistema ecológico que a través de sus funciones suministra el servicio. Frecuentemente en los sistemas ecológicos que sustentan servicios de provisión (sistemas agrícolas, de riego, de extracción, etc.) se hace necesaria la construc-ción de equilibrios agenciados o soluciones de compromiso (tradeoffs). El equilibrio agenciado entre servicios ecosistémicos no es un simple equilibro entre funciones ecológicas, sino entre actores sociales que están ligados de manera directa y diferenciada con diferentes servicios de los ecosistemas. En este nivel la desesta-bilización se manifiesta como un conflicto socio–ecológico.

Figura No. 1. Propiedades auto organizativas anidadas en el sistema de valoración eco–sistémico de la naturaleza.

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5.3 Riesgo y adaptación

Un tercer nivel de tensión organizadora en el sistema de valoración se da en la conjunción entre el riesgo que genera un sistema social y ecológico sometido a cambios abruptos y el estado de adaptación. La gestión ambien-tal ha venido transitando desde el pretendido control racional de los recursos naturales y de los entonos locales, hacia la gestión del riesgo, en la sociedad global. En especial, porque los cambios no siempre son predecibles, muchos de ellos suceden como sorpresas, en especial en situaciones de cambio ambiental global, como el climático. El cambio climático es un crisol en el cual se definen los sistemas de va-loración social de la naturaleza, en especial por la dificultad de aplicación del concepto clásico de sostenibilidad, que consagra el derecho de las futuras generaciones a recibir un ambiente con las mismas oportunidades. Recientemente Broome22 desarrolla los dilemas de valoración de la naturaleza, cuando el concepto mismo de lo bueno (goodnes) en una perspectiva trans–generacional, resulta afectado por la imposibili-dad de establecer cuáles serían las preferencias de las generaciones futuras y el efecto negativo del cambio climático sobre su bienestar. En este sentido, el valor que las actuales generaciones le dan al futuro de incertidumbre sobre los efectos del evento climático, no puede tratarse, según este autor, con la misma racionalidad de los análisis costo – beneficio, o análisis a través de diferentes tasas de descuento; en realidad, la necesidad de manejar el riesgo, y sobre todo la ocurrencia de baja probabilidad del evento catastrófico, sugiere que el dilema social frente al cambio climático es eminentemente de valo-ración ética.

Así, sostenibilidad ecológica, en un mundo en cambio, significa conciencia de los umbrales de

22 BROOME, John. Climate Matters Ethics in a warming world. New York: W. W. Norton, 2012. 192p.

cambio irreversible y resiliencia, esto es agencia para mantener o reconstruir la capacidad que tiene el sistema socio ecológico de resistir o transitar el cambio manteniendo una identi-dad. La adaptación agenciada de la adaptación, o el hecho de evitar la vulnerabilidad, ante el cambio global, refleja el valor ético.

5.4 Incertidumbre y reverencia

El reto de la sociedad de procurar una adap-tación basada en los sistemas sociales y eco-lógicos en medio de tendencias de cambio, es una gestión del conocimiento, en contextos específicos de aplicación. En este sentido, la capacidad de previsión basada en la proyección estadística de las probabilidades, se ve hoy retada por la capacidad de precaución centrada en aquellos eventos de baja ocurrencia proba-bilística y alto impacto. En efecto, el sistema ecológico global hoy parecería estar derivando hacia situaciones en las cuales dominan even-tos estadísticamente impredecibles, con conse-cuencias desproporcionadas, que se propagan por todo el sistema. La valoración está pues profundamente ligada con la postura frente a la incertidumbre. Para el teórico del riesgo J. P. Dupuy23 existen dos tipos de incertidumbre: la que surge de la insuficiencia del conocimiento, que se refiere a la capacidad de predicción de la ocurrencia de eventos que corresponden con una función de probabilidad (estadística), y aquella “esencial” que se refiere a la ocurrencia de eventos únicos que no pueden modelar-se estadísticamente. La precaución, sería la base para una gestión ambiental que recono-ce el bien común ambiental como propiedad emergente, no ya centrada solo en el control racional de aquello que controlamos, sino a la complejidad esencial en el comportamiento de los sistemas. Más que control y dominio del

23 DUPUY, Jean–Pierre. L’incertitude dans les systèmes complexes. Climat et sociétés. BARD, Edouard (Ed). L’Homme face au climat : Symposium annuel. París: Collège de France, Odile Jacob, 2006.

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mundo, surge una dimensión eco–lógica, para la prudencia y reverencia.

6. La emergencia del valor – acción

Surgiría aquí la pregunta de cuales son aque-llos procesos de nivel superior que estabilizan el sistema de valoración de la naturaleza de la cual hacemos parte. Este seria, el espacio propio de la valoración para la acción, es decir la ética. Un proceso estabilizante englobante se daría a través de la apreciación y valoración positiva de la naturaleza de parte del ser humano. Podría fundamentarse en el concepto de “biofilia”24, que describe una orientación sicológica de atracción que tiene el ser humano hacia los se-res vivos, y que más tarde fue redefinida como “la conexión subconsciente que los seres huma-nos buscan con el resto de la vida”25: nuestra tendencia a tutelar el desarrollo de la vida que apreciamos y valoramos en nuestros entornos inmediatos. Tutelar es vigilar una trayectoria que escapa a nuestra total capacidad de con-trol. Esta relación estabilizante en un mundo humanizado es de importancia cuando la parte de la naturaleza que permanece con menor afectación humana (estructura, composición y función de los ecosistemas), se ha ido incorpo-rando a las reglas y normas como “naturaleza protegida” como decisión de la sociedad26. La biofilia adquiere sin embargo una connotación especial en el contexto del riesgo27, que llama a una aprehensión positiva urgente, que invita a la restauración y sanación de los ecosistemas. La función desestabilizadora contraria (fee-

24 FROMM, Erich. The Heart of Man. New York: Harper & Row, 1964.25 WILSON, Edward O. Biophilia. The human bond with other species.

Cambridge: Harvard University Press, 1984.26 ANDRADE, Germán I. ¿El fin de la frontera? Reflexiones desde

el caso colombiano para una nueva construcción social de la naturaleza protegida. Estudios Sociales. 2009, (32), 48–59.

27 TIDBALL, Keith G. Urgent Biophilia Human-Nature Interactions and Biological Attractions in Disaster Resilience. Ecology and Society. 2012, vol. 17 (2), 5.

dback positivo) estaría manifiesta en nuestra acción destructiva que genera un malestar por pérdida de los valores de la naturaleza, y que se recoge en el término solastalgia, definida como “…el malestar, desolación o nostalgia que siente el ser humano cuando es incapaz de ob-tener bienestar de su ambiente cuando ha sido sometido a un cambio negativo” 28. La relación biofilia–solastalgia llama a la generación de un equilibrio agenciado, en ausencia del cual se demuestra la brecha cultural entre el compor-tamiento humano y la capacidad de soporte de los ecosistemas29, con afectación profunda del bien común ambiental.

La implicación mayor de este modelo radica en que, en una perspectiva sistémica, el bien común ambiental tiene componentes que lo sustentan (memoria ecológica, resiliencia socio ecológica, etcétera), pero se manifiesta como propiedad emergente, o estado de bienestar o salud del sis-tema ecológico30 y social. Sería una propiedad que en los procesos de auto–organización es “necesaria” (en el sentido de Kaufmann31) y que no es espontanea (no existe una mano invisible socio–ecológica) sino que debe ser agenciada por colectivos que se auto–regulan, sea a través de reglas o normas. El valor que damos al mun-do estaría pues referido al que nosotros mismos construimos en interacción con la naturale-za, dominado no solo por elementos (objetos) que percibimos, sino por procesos (propiedades emergentes) que no percibimos directamente, como su resiliencia. La creación del valor pú-blico ambiental se enfrenta a la necesidad de motivar una ética de respeto por la resiliencia socio–ecológica (respeto). Porque cuando un

28 ALBRECHT, G., et al. Solastalgia: the distress caused by environ-mental change. Australasian Psychiatry. 2007, vol. 15 (S1), 95–98.

29 EHRLICH, Paul R. The MAHB, the Culture Gap, and Some Really Inconvenient Truths. PLoS Biol. 2010, vol. 8 (4).

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sistema, después de un choque, entra en una fase de reorganización, la capacidad de asignar valor para agenciar en una dirección deseada el cambio es limitada. La ética eco–céntrica lla-maría a la acción humana para concentrarse en la sanación ecológica, en tutelar el derecho que tiene la naturaleza a ser restaurada32. En este nivel, la memoria ecológica y la adaptación, se constituyen en componentes necesarios de la resiliencia del sistema socio ecológico. El cultivo de la resiliencia es imperativo para prevenir las crisis y anticipar las poscrisis, lo cual implica remplazar el paradigma del control y dominio, por el respeto y la reverencia. Así, dentro de un mundo complejo con multi–determinación de eventos33, sorpresas y umbrales de cambio, la ética ecosistémica se refiere a la acción basada en la valoración que se dirige desde lo indivi-dual y lo colectivo no ya a construir el mejor de los mundos probables, sino a facilitar el menos agobiador de los posibles. La “vía” de salida de la trampa de valoración en que estamos –que no logra una conciliación entre lo humano y lo natural– estaría marcada por la apreciación y celebración de la complejidad, en torno a la ges-tión del bien común ambiental. Entenderíamos así, un poco tarde, que lo es bueno para la tierra lo es para todos.

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175Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013

Justicia y escasez: el problema bioético de la distribución de recursos para la salud*

Justice and scarcity: the bioethical problem of resource allocation for health care

Ma. Elizabeth de los Ríos Uriarte**

Resumen

La salud es el resultado de múltiples factores que rodean a individuos y a poblaciones por lo que no debe ser entendida en sentido único. Uno de los factores que determinan el estado de salud de las personas es el económico; así, la pobreza será determinante para la conservación, mejoría o deterioro de la salud. En el texto se discute la importancia de generar estrategias transversales que ataquen las causas paralelas a la pobreza para fomentar la promoción de la salud tanto individual como comunitaria.

Palabras clave: justicia, salud, pobreza, calidad de vida, distribución de recursos.

Abstract

Health is the result of multiple factors that surround individuals and populations so it should not be con-sidered in only one way. One of the factors that most determine it is the economical; poverty is crucial for the conservation, improvement or deterioration of health. This text discusses the importance of generating crossing strategies that attack the causes of poverty and so, induce the promotion of health individually and in community.

Keywords: justice, health, poverty, life quality, resource allocation.

* Ensayo. Documento entregado el 28 de enero de 2013 y aprobado el 5 de junio de 2013.** Doctora en Filosofía por la Universidad Iberoamericana. Profesora Investigadora de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac

México Norte. Correo electrónico: [email protected]

1 WORLD HEALTH ORGANIZATION (WHO). Closing the gap in a generation: health equity through action on the social determinants of health. Final report of the Comission of Social Determinants of health. Génova: World Health Organization, 2008.

Introducción

El mejoramiento o detrimento de la salud en un sujeto o en una población responde a un proceso dinámico en donde intervienen deter-minados factores que lo hacen posible por lo que la salud no será entonces el proceso de en-fermedad y restauración de la misma sino que

debe ser entendida como un componente social que se encuentra en directa y estrecha relación con las condiciones que rodean al sujeto1.

Dichas condiciones pueden ser de tipo econó-micas, culturales, ambientales o incluso his-tóricas. De las anteriores, el factor económico prevalece y determina un beneficio o una caída

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en el estado de bienestar de los individuos en tanto que influye en el poder adquisitivo delos bienes que fomentan un adecuado estado de salud, tanto en las acciones preventivas como en las curativas y de rehabilitación. Tal es el caso de la compra de medicamentos, el acceso a tratamientos así como la inclusión en un estilo de vida saludable que oferta productos para mejorar la calidad de vida.

En este texto se analizará cómo el factor econó-mico en su sector más desfavorecido, es decir, la pobreza, resulta una determinante que impide el desarrollo de niveles óptimos de salud en los individuos.

En primer lugar, se analizará la importancia de concebir a la salud en un sentido multifactorial que incluya las condiciones que rodean a los sujetos y no únicamente su fisiología y genéti-ca. En segundo lugar, se abordará la problemá-tica originada por organismos internacionales que convierten a la salud en una mercancía más que en un derecho y los distintos vérti-ces que se desprenden de esta concepción así como sus consecuencias y repercusiones en el ámbito de la medicina. En tercer lugar se darán a conocer algunas de las esferas de la salud en que influye directamente la falta de recursos económicos para adquirir los bienes necesarios y cómo dicha carencia provoca un detrimento en la salud individual y colectiva. Posterior-mente, se abordará la discusión en torno a la noción de pobreza y sus actuales concepciones para el campo de la salud. Por último se emi-tirán recomendaciones para rescatar un nuevo modelo de salud en donde se consideren los factores externos al sujeto que la fortalecen o debilitan así como los ejes transversales que se deben procurar para el mejoramiento de la calidad de vida.

1. El origen de la discusión: el concepto de salud

Existen dos maneras de entender la salud, a saber, la de corte social que toma en cuenta los factores que rodean al individuo, como deter-minantes que afectan directamente a su estado de bienestar y la segunda que la considera de manera aislada y que la hace depender única-mente del sujeto y su historia clínica. De cada una se derivan resultados diferentes y según la concepción que se tenga, las acciones que se encaminarán en distintas direcciones.

La primera concepción de la salud, en términos genéricos, es la propuesta por la Organización Mundial de la Salud: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamen-te la ausencia de afecciones o enfermedades”2. Esta manera de concebir la salud permite en-tender los procesos de enfermedad en relación estrecha con la ruptura, desequilibrio o ausen-cia completa de condiciones sociales tales como la economía, la alimentación, la vivienda, etc. Así, para prevenirlos, atenderlos o repararlos se requieren acciones conjuntas que atiendan a necesidades complejas ya que el origen de las afecciones es igualmente complejo.

La segunda concepción de la salud, la entiende de forma aislada, es decir, como únicamen-te dependiente de la genética del individuo y en proporción directa a sus posibilidades de adquisición para la compra de artículos y pro-ductos que le permitan una mejora continua en su estado físico. Esta postura sostiene una neu-tralidad con respecto a los factores que rodean al individuo como determinantes en su proceso de conservación o restauración de la salud.

2 WORLD HEALTH ORGANIZATION (WHO). Notas descriptivas. 2007, número 326 [en línea]. [Fecha de consulta: 17 de enero de 2013]. Disponible desde: http://www.who.int/mediacentre/facts-heets/fs326/es/

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Las consecuencias de una o de otra concepción son radicalmente distintas: en la primera el individuo participa directamente de su propio bienestar y toma decisiones respecto de su en-torno proponiendo mejoras en las políticas pú-blicas y amplía, con ello, su participación ciu-dadana en la toma de decisiones de su propia región o país. En cambio, en la segunda postu-ra, el individuo queda sujeto a la autoridad del mercado global y del liberalismo económico y hace depender su salud de los expertos, es decir, se pone a total disposición de médicos, farma-céuticas y tecnologías de punta. En términos de Ponte, este segundo modelo: “Secuestra al sujeto que pierde autonomía de su propia salud y transfiere todo el protagonismo a las elites profesionales y a la alta tecnología”3

Los antecedentes que dieron lugar a una con-cepción de la salud enmarcada en entorno social del individuo van desde las condiciones presentadas por los obreros industriales en la Europa del Siglo XVIII y por los obreros texti-les en el Siglo XIX. Las excesivas jornadas de trabajo, las pocas condiciones higiénicas de las fábricas, los gases desprendidos de las maqui-narias, así como las paupérrimas condiciones de vida de los obreros, causaban altos índi-ces de mortalidad en este grupo poblacional. Así, algunos médicos como Thomas McKeown comprobaron que, mejorando las condiciones sociales y sanitarias en los entornos de trabajo y vivienda, se reducían significativamente las enfermedades infecciosas4. Con ello empezaba a quedar en evidencia que la restauración de la salud no estaba tanto en relación con los trata-mientos y las intervenciones médicas como con el mejoramiento de los entornos sociales y las condiciones higiénicas de la población.

3 PONTE, Carlos. Conceptos fundamentales de la salud a través de su historia reciente [en línea]. Asturias: Asociación para la defensa de la Sanidad Pública de Asturias. [Fecha de consulta: 17 de enero de 2013].Disponible desde: http://www.fedicaria.org/miembros/fedAsturias/Apartado_7/CONCEPTOS_FUNDAMENTALES_SA-LUD_HISTORIA_PONTE.pdf

4 Ibid., p. 2

En 1941 Henry Sigerist propuso el término “promoción de la salud” dándole a ésta un en-foque específicamente social:

Una persona sana es un ser humano con un buen equilibrio corporal y mental y bien adap-tado a su medio físico y social. Ejerce pleno con-trol de sus facultades físicas y mentales, puede adaptarse a los cambios ambientales siempre y cuando no sobrepasen los límites normales, y contribuye al bienestar de la sociedad en la me-dida de sus posibilidades. Por lo tanto, la salud no es sencillamente la ausencia de enfermedad; es algo positivo, una actitud alegre hacia la vida y la aceptación entusiasta de las responsabilidades que la vida impone a la persona5.

Con esto, la salud cobra dimensiones impor-tantes al tocar ejes sociales tales como la econo-mía, la política, la administración y el gobierno, etc.

2. El paso de un esquema multifactorial a uno unilateral y unicausal

Esta importancia fue puesta en el relieve mun-dial con la celebración del congreso organizado por la Organización de las Naciones Unidas mediante sus dos dependencias: la Organi-zación Mundial de la Salud y la UNICEF en Alma Ata en 1978 en donde la salud se elevó a rango de derecho humano y se consolidó la participación colectiva y la responsabilidad gu-bernamental como arneses para la promoción de la salud6.

5 SIGERIST, Henry. Medicine and Human Welfare. New Haven: Yale University Press, 1941. Citado por: ORGANIZACIÓN PANA-MERICANA DE LA SALUD (OPS). Promoción de la salud en las Américas. Informe Anual del Director – 2001[en línea]. Washington: OPS, 2001. [Fecha de consulta: 17 de enero de 2013]. Disponible desde: http://www.paho.org/spanish/d/DO302_TOC.pdf

6 Para una consulta más detallada de dicha declaración ver: WORLD HEALTH ORGANIZATION (WHO). Informe de la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud. Declaración de Alma–Ata 1978 [en línea]. [Fecha de consulta: 17 de enero de

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En 1986 los esfuerzos continuaron resaltan-do la determinante social de la salud con la Primera Conferencia Internacional sobre la Promoción de la Salud y su documento central, Carta de Ottawa7. En dicho documento es de notar la importancia conferida al diseño e im-plementación de políticas públicas enfocadas al desarrollo social para lograr la salud universal.

No obstante, la lucha de ambos documentos y el empuje social que provocaron, las posturas contrarias pronto se dejaron sonar con la inten-ción de devolver el empoderamiento médico a los profesionales del área mediante el consumo de los productos fármacos que permiten la cura de diversas enfermedades; es decir, el discurso pasó de lo social a lo individual, de lo público a lo privado y la salud dejó entonces de concebirse como el resultado de la armonía de diversos fac-tores y se concibió como el resultado directo del mercado global de productos de higiene y salud.

La ideología neoliberal permeó los foros donde la salud se discutía como un derecho y generó el cambio de ésta a una mercancía sólo acce-sible para algunos. Prueba de lo anterior es el documento final del Banco Mundial denomi-nado “Investing in Helath”8 generado en 1993 en donde se parte de la premisa infundada de que la salud más que ser un asunto de carácter público lo es de carácter privado y, por ende, la práctica médica debe privatizarse al igual que las acciones, productos y tratamientos que la fortalezcan.

2013]. Disponible desde: http://whqlibdoc.who.int/publica-tions/9243541358.pdf

7 Para acceder al documento completo consultar: WORLD HEALTH ORGANIZATION (WHO). Carta de Ottawa. Para la promoción de la salud. 1986 [en línea]. [Fecha de consulta: 17 de enero de 2013]. Disponible desde: http://www.paho.org/spanish/hpp/ottawachar-tersp.pdf

8 Ver: THE WORLD BANK. Investing in Helath [en línea]. Wash-ington: World Bank and Oxford University Press, 1993. [Fecha de consulta: 18 de enero de 2013]. Disponible desde: http://wdronline.worldbank.org//worldbank/a/c.html/world_develop-ment_report_1993/abstract/WB.0-1952-0890-0.abstract1

El documento en cuestión parte de la base de que la salud, al ser privada, deberá ser ejercida por el Estado sólo cuando los particulares no puedan resolver los problemas y, además, los servicios de salud públicos son, en su mayoría, ineficientes e inequitativos y si a esto se le au-menta que los recursos sanitarios en la esfera de lo público son escasos9, entonces la salud pública se vuelve una utopía dejando abando-nados a los individuos al acceso limitado y no siempre garantizado a las prácticas privadas que mercantilizan sus servicios a los costos so-ciales de la globalización y la posmodernidad.

El Banco Mundial, al proponer esta privati-zación de la medicina propone a tres actores fundamentales para que se desarrolle la salud, a saber, los individuos y sus familias al mo-mento que adoptan estilos de vida saludables y se hagan cargo de sus propios procesos de pro-moción y restauración de la salud, los organis-mos no gubernamentales que prestan servicios a quienes no pueden acceder a los privados y, finalmente, los actores privados que se cotizan en el mercado.

Proponer que la salud es un asunto de carác-ter privado implica necesariamente asumir la pobreza general del Estado que no puede hacerse cargo de asegurarles a los ciudadanos la protección de un derecho natural como lo es el cuidado de su vida y de su estado. Así, el Banco Mundial parte de la premisa implícita que firma la pobreza del Estado sin analizar la destinación de recursos con cautela10. El Banco Mundial debería de analizar a mayor profundidad el destino del gasto público y no por hecho que no existe economía interna que

9 LAURELL, Asa Cristina. La salud: de derecho social a mercancía. En: LAURELL, Asa Cristina y BLANCO GIL, José (Eds). Nuevas tendencias y alternativas en el sector salud. México: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco – Fundación Frie-drich Ebert, 1994.

10 Por ejemplo, en algunos países como México, el presupuesto público no es el problema sino que lo es el hecho de que éste se encuentre conservado en un sector de la población muy reducido.

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soporte el ejercicio más básico de protección a los ciudadanos.

Lo más importante de la propuesta del Banco Mundial es que da pie para pensar a la salud de forma neutra, es decir, para pasar de un es-quema basado en el entorno social como factor determinante para la conservación y el cuidado de la salud, a uno fundamentado en el cuidado individual y en las posibilidades individuales de acceso a los servicios privados de salud. En este esquema, se olvida que factores tales como la pobreza y las condiciones higiénicas del en-torno social son determinantes para la salud.

Con lo anterior, el esquema planteado por el Banco Mundial oferta productos como mercan-cías únicamente asequibles para quienes tie-nen los recursos económicos que les permitan acercarse a ellos. De esta manera, recursos para la salud tales como vacunas, medicamentos, tratamientos, consultas médicas, seguros de gastos médicos y servicios de urgencia quedan a consideración de los individuos que puedan adquirirlos y dejan entonces de constituirse como bienes fundamentales que derivan del derecho a la salud como garantía personal.

Si los servicios para atender la salud, conser-varla o promocionarla están sujetos a las leyes del mercado, entonces la pobreza que impide adquirirlos estará en relación directa con el de-trimento en la atención, conservación o promo-ción de la salud. Así lo afirma Adam Wagstaff:

La pobreza y la mala salud son fenómenos interrelacionados. Los países pobres tienden a presentar peores resultados sanitarios que los más pudientes, y dentro de cada país las personas pobres tienen más problemas de sa-lud que las acomodadas. […] la pobreza genera mala salud, y la mala salud hace que los pobres sigan siendo pobres11.

11 WAGSTAFF, Adam. Pobreza y desigualdades en el sector salud. Re-vista Panamericana de Salud Pública. 2002, vol. 11 (5/6), 316–326.

Por su parte los fondos públicos, no se aplican en beneficio de las poblaciones más vulnera-bles que no pueden acceder, por sí mismos, a los recursos sanitarios; los programas sociales que combaten la pobreza quedan mermados cuando aparecen, delante de la mirada interna-cional otras problemáticas tales como el pago y financiamiento de las deudas externas e internas; así queda fuera del presupuesto la co-bertura de la salud de los ciudadanos y la lucha contra pobreza que la pone en riesgo12.

2.1. Variantes sujetas al mercado

A continuación se mencionarán algunos ejem-plos de productos y servicios que se insertan dentro de la dinámica económica y afectan, por ende, su adquisición universal.

• Vacunas:sonunmododeprevencióndeen-fermedades, al quedar sujetas al poder ad-quisitivo de los individuos, la prevención de padecimientos también quedará igualmente sujeta a la adquisición de las mismas; así, en los países donde no se tienen los recur-sos para que la población obtenga vacunas, la misma estará más propensa a ciertos pa-decimientos de otra forma prevenibles con las mismas. Un caso emblemático es el del brote de la poliomielitis en África y Oriente Medio por falta de vacunas13.

Algunos esfuerzos internacionales han promovido la aplicación de vacunas mejo-rando con ello la posibilidad de enferme-dades que, de otro modo, serían mortales14;

12 MARCHIORI BUSS, Paulo. Globalización, pobreza y salud. Salud Colectiva. 2006, vol. 2 (3), 281–297.

13 Ibid., p. 288.14 Algunos ejemplos de estas acciones son los realizados por The

Global Alliance for Vaccines and Inmunization (GAVI). Dicha Alianza está conformada por el Banco Mundial, la OMS, la UNICEF y fundaciones privadas y destina inmunización básica en países con un PIB menor a 1000 dólares. Hasta Septiembre del 2012 este programa ha prevenido 5.5 millones de muertes. Para ver los reportes completos del programa se sugiere el sitio: GAVI ALLIANCE. Web site: http://www.gavialliance.org

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no obstante, este rubro sigue siendo una agenda pendiente en algunos países con el mayor índice de pobreza.

• Nutrición: si bien las tecnologías agríco-las han ido mejorando, el siglo XXI se ha caracterizado por la escasa aplicación de éstas en beneficio de la lucha contra la po-breza y su aliado, el hambre. La desnutri-ción es un serio problema que se enfrenta en algunas regiones del mundo. Según la FAO, hasta el año 2012 la cifra era de 868 millones de personas que padecen subnu-trición crónica, localizándose la mayoría en zonas de Asia, África y algunas regio-nes de América del Sur15. La subnutrición provoca diversas enfermedades y deterioro en la salud por lo que situarla dentro de los bienes que dependen del poder adquisitivo, de las leyes del mercado y de los intereses de las industrias es atentar directamente contra la vida y la salud de los individuos.

• Medicamentos: detrás de los sistemas desalud de los países se encuentran los dis-tintos intereses económicos de las indus-trias farmacéuticas que juegan con los precios de los medicamentos según sus respectivas competencias. De esta manera, la competencia entre patentes resulta ser el generador de la oferta y no así el genuino interés de generar productos que ayuden a estabilizar la salud de los individuos. Al respecto, es interesante la aseveración de quien obtuviera en el año 2006 el premio Conferencia Hugh Rodman Leavell, Paulo Marchiori Buss:

En la medida en que los intereses del comer-cio y de la ganancia superan los intereses de

15 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ALI-MENTACIÓN Y LA AGRICULTURA. El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo [en línea]. [Fecha de consulta: 22 de enero de 2013]. Disponible desde: http://www.fao.org/hunger/es/

la salud de los más pobres y la gobernanza global, y los Estados nacionales no encuentran soluciones para la cuestión de acceso a tales insumos, puedo afirmar que vivimos en tiem-pos de barbarie global16.

No obstante, el análisis de las variantes ante-riores, el que estén sujetas al mercado no pa-rece ser el problema principal, sino, que están ligadas a factores que generan desigualdades las cuales afectan a quienes se encuentran más vulnerables dados sus ingresos tan redu-cidos. Así, según Wagstaff17existen tres tipos de determinantes en los resultados sanitarios, a saber:

• Los relacionados con las familias y lascomunidades dentro de los que se encuen-tran: uso de servicios sanitarios, prácticas dietéticas, sanitaras y sexuales, estilo de vida, etc. Así como normas culturales, instituciones comunitarias, capital social, medio ambiente e infraestructura.

• Losrelacionadosconelsistemadesaludyotros sectores. Dentro de los relacionados con la provisión de servicios sanitarios están la disponibilidad18 y accesibilidad19, precio y calidad, dentro de los relacionados con la financiación de la salud están el aseguramiento, financiación y cobertura pública y privada, y dentro de los sectores relacionados con los dos anteriores se en-

16 MARCHIORI BUSS, Paulo. Op. cit., p. 290.17 WAGSTAFF, Adam. Op. cit., p. 317.18 Se entiende por disponibilidad los siguientes factores: de agua

potable y servicios de saneamiento, de personal médico capacitado, de medicamentos considerados como esenciales por la OMS, de alimentos nutritivos y de vivienda adecuada. ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS – ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Derechos Humanos, salud y estrategias de reducción de la pobreza. Ginebra: OMS, 2009. p. 29.

19 Se entiende por accesibilidad lo siguiente: si el acceso a los servi-cios, bienes y establecimientos está asegurado sin discriminación alguna, si los establecimientos están situados al alcance geográ-fico de los usuarios, si son asequibles para todos en términos económicos, si la información sobre diagnósticos, pronósticos y tratamientos es fácil de obtener y, de hecho se da. Cf. Ibid.

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cuentran la disponibilidad y accesibilidad, precio y calidad de alimentos, energía, carreteras, agua y saneamiento.

• Políticasdesaludyaccionesgubernamen-tales20.

De lo anterior se desprende entonces que tanto los factores endógenos (familiares y comunita-rios) como los exógenos (servicios y políticas públicas) son determinantes en las desigual-dades en salud. Factores tales como los ingre-sos en una familia pueden mejorar prácticas dietéticas e incluso higiénicas dentro de los integrantes de una familia, de igual manera en nivel de alfabetización y el empoderamiento de las mujeres en la toma de decisiones de las prácticas del hogar son decisivos para el mejo-ramiento de la salud de los sujetos21.

Se observa, con lo anterior, que el problema de la salud es un problema que requiere un abordaje multidimensional pues en él conflu-yen factores que rodean a la enfermedad y la convierten en un prisma de muchos ángulos.

Hasta aquí se ha seguido la línea que defiende que uno de los factores más primordiales en la mejora de la salud de los individuos es la lucha contra la pobreza, pues ésta origina si-tuaciones que afectan la accesibilidad a los ser-vicios sanitarios, así como genera condiciones directamente relacionadas con el deterioro en el estado de bienestar tanto de individuos como de grupos; sin embargo, hablar de pobreza es igualmente ambiguo; por esta razón, a conti-nuación se ahondará en dicho concepto para determinar su influencia sobre la salud.

20 WAGSTAFF, Adam. Op. cit., p. 318.21 Ibid., pp. 319–320.

3. ¿Qué significa pobreza?

Un primer acercamiento a este concepto es el que establece una conexión entre el ingreso y el individuo, así toda persona con un ingreso menor a un dólar veinticinco centavos diarios se considerará que vive en extrema pobreza22.

Por su parte la definición más básica del Dic-cionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que la pobreza es: “falta” o “ca-rencia” y pobre “necesitado, que no tiene lo necesario para vivir”23.

Así, mientras el primer acercamiento hace hin-capié en el factor económico como determi-nante único de la pobreza, el segundo abre la posibilidad a un acercamiento plural en donde lo necesario para vivir puede ser interpretado en sentidos varios.

Amartya Sen, el Premio Nobel de Economía en 1998, dio un panorama más amplio aún sobre la pobreza al relacionarla directamente con las condiciones y capacidades individuales de aprovecharse de las oportunidades que se le presentan24.

De esta manera, la pobreza y su lucha depen-derán del empoderamiento de los individuos en los procesos circundantes.

Ciertamente la noción anterior conlleva el ries-go de que, previo al empoderamiento por parte de las personas, exista, a priori, una inequidad en el acceso a los servicios y oportunidades. Esto sucede con bastante frecuencia entre las

22 Según la definición de pobreza propuesta por el Banco Mundial.23 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española -

Vigésima segunda edición [en línea]. [Fecha de consulta: 15 de abril de 2013]. Disponible desde: http://lema.rae.es/drae/?val=pobreza

24 SEN, Amarthya. Desarrollo y libertad. Barcelona: Planeta, 2000.

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poblaciones vulnerables pues el acceso, para el caso que nos compete, a los servicios de salud es limitado, escaso y de poca calidad, así el rol de los individuos en el mejoramiento de su salud queda circunscripto al ambiente donde se encuentra inserto. No se trata ya única-mente de la obligación de las autoridades de proporcionar servicios de calidad a la población sino del rol que juegan los individuos en la búsqueda y consecución de sus propios bienes. Alasdair McIntyre propone, retomando la ética aristotélica, que dentro de una comunidad se pueden buscar bienes internos o bienes exter-nos. Cuando se procuran los bienes externos que están directamente relacionados con el bienestar individual por encima del comuni-tario, se cae en una rivalidad que no conduce al mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad; en cambio, cuando se procuran los bienes internos, en realidad se procuran los bienes de la comunidad, es decir, aquellos que generarán mejores condiciones de vida al interior del conjunto de personas que compar-ten una visión del bien. Ahora bien, esto sólo es posible, cuando el estado fomenta que las comunidades decidan sobre cuáles serán los bienes a alcanzar y para esto se requiere que, previamente cuenten con las condiciones para alcanzar este objetivo, es decir, previo a la con-sumación de la justicia conmutativa se requiere la justicia distributiva para la satisfacción de las necesidades propias de un grupo social25.

Si se toma la primer definición de pobreza y se le relaciona con la salud, entonces ésta se limitará al acceso a los servicios de salud, para diagnósticos o tratamientos y a la adquisición de medicamentos y productos sanitarios; sin embargo, como se ha dicho desde el principio, la salud no abarca únicamente la atención de las enfermedades cuando éstas surgen sino tam-bién la prevención de las mismas y para ello, la educación, el grado de escolaridad, el ingreso

25 MCINTYRE, Alasdair. Tras la virtud. Barcelona: Crítica, 1987.

suficiente y la calidad de vida de las comuni-dades son de gran ayuda en el mantenimiento o mejora de la salud.

Por lo anterior, resulta pertinente resaltar que, al hablar de justicia, es preciso superar las de-finiciones tradicionales que de ella se han dado como la búsqueda del bien común, la tomista acerca de dar a cada quien lo suyo y algunas otras históricas; es preciso concebir, pues, a la justicia en su dimensión social26, es decir, como el resultado de la armonía entre todas las esferas en que se mueve la persona humana y dicha armonía, necesariamente, deberá venir de que sus necesidades más básicas estén cu-biertas por un lado, y, por el otro, del hecho que pueda tener un desarrollo profesional, econó-mico, educacional adecuado a sus capacidades y conseguir, con ello, los estándares más altos de calidad de vida; esto es, que tenga igualdad, respecto de otros, en el acceso y respeto a sus derechos humanos.

En el año 2001, el Comité de Derechos Econó-micos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, considerando lo anterior, acordó que la pobreza era: “una condición humana que se ca-racteriza por la privación continua o crónica de los recursos, la capacidad, las opciones, la segu-ridad y el poder necesarios para disfrutar de un nivel de vida adecuado y de otros derechos civi-les, culturales, económicos, políticos y sociales”27.

Es por lo anterior, que, en ocasiones los proble-mas de salud de los individuos van unidos a la violación de otros derechos que afectan directa-

26 Al respecto, el término de justicia social fue utilizado, por primera vez por el sacerdote jesuita italiano Luigi Taparrelli en 1843 en su obra “Ensayo teórico sobre el derecho natural apoyado en los hechos”. El tono en que se erige esta concepción es aquel que clama por la igualdad de todos los seres humanos en lo tocante a los derechos humanos. Cf. MURILLO, Javier y HERNÁNDEZ, Reyes. Hacia un concepto de justicia social. REICE, Revista la-tinoamericana sobre calidad, eficacia y cambio en educación. 2011, vol. 9 (4), 8–23.

27 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS – ORGANIZA-CIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Op. cit., p. 8.

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mente a su estado de salud, como por ejemplo los migrantes que son contratados para realizar labores que conllevan determinados riesgos físicos y que además tienen otras dificultades tales como el idioma, la cultura, la vivienda y la información que los limitan en el acceso a los servicios de salud.28

Algunas problemáticas que aumentan la in-cidencia de violación a los derechos humanos en las comunidades pobres son: la concepción cultural de la mujer que la hace sujeta de ata-ques, discriminación y violencia, la concepción cultural de la figura de autoridad en el hogar que provoca violencia psicológica, verbal y físi-ca, las prácticas culturales nocivas tales como la clitoridectomía que son consideradas ritos de iniciación en algunas comunidades, la falta de acceso a la educación, la insuficiente o nula protección social y la falta de registro de naci-mientos y/o documentos de identidad.29

Como queda constatado, la pobreza es un factor que está estrechamente ligado a otros que deter-minan el estado de salud de los individuos por lo que el abordaje que se haga de la misma y las estrategias que se planteen deberán ser multi-factoriales y transversales para que ataquen no únicamente la condición económica sino todo lo que rodea a la condición de pobreza.

4. Estrategias y propuestas de mejoramiento

A partir de una visión integral de la salud se pueden diseñar diversos ejes de acción que per-mitan atacar los factores que la ponen en ries-go, particularmente el de la pobreza que, como se ha abordado a lo largo de esta documento, resulta ser el más contraproducente para su conservación y/o mejoría.

28 Ibid., p. 30.29 Ibid.

A continuación se presentan algunas propues-tas denominadas por la OMS como estrategias de reducción de la pobreza30.

1) Participación. Este eje se considera vital y de primera instancia para el mejoramiento de las condiciones de vida de los individuos y de las comunidades ya que representa la información y educación que todo individuo debe tener con respeto a aquello que lo afecta directamente e indirectamente a sus iguales y esta información debe traducirse en un empoderamiento por parte de los sujetos involucrados y en su consecuente toma de decisiones con respeto a sus propios procesos de vinculación con las autoridades, diseño de estrategias a implementar, creación de pro-gramas y acciones enfocadas a su continua y cada vez mayor mejoría y calidad de vida.

No obstante, la importancia de este eje transversal, como afirman las autoridades: este enfoque no está exento de riesgos. La participación exige una disposición para compartir el poder y la información sobre una base no discriminatoria. La participa-ción es por consiguiente un desafío políti-co y logístico31.

El tema de la marginación o exclusión es aún un punto álgido en las políticas de par-ticipación ciudadana que puede ser aborda-do mediante la creación de grupos o insti-tuciones cuyo fin sea representar íntegra y fidedignamente a los ciudadanos involucra-dos sin importar condiciones que los hagan posibles sujetos de discriminación32.

30 Ibid., p. 20.31 Ibid.32 Ejemplos de esta estrategia puesta en práctica son el caso de Perú

con los Comités locales de administración de la salud (CLAS) cuyo objetivo es revisar la distribución de los recursos de salud en las distintas comunidades y asegurar la equidad en la misma. Otro ejemplo es el caso de Ucrania con la organización Proyecto La Voz puesto en operación en 1999 que pretende, como su nombre lo indica, lograr una mayor participación tanto local como mu-nicipal y hacer escuchar la voz de los ciudadanos en la toma de

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2) Análisis. En esta estrategia se pretende generar un análisis del estado de salud de la población específica o bien, del país en cuestión para determinar primeramente la regulación jurídica al respecto y, en un segundo momento, las causas inmediatas, subyacentes y estructurales que provocan un detrimento en el estado general de sa-lud de la población.

En este análisis, pues, se determinan va-riantes tales como el acceso a los servicios de salud, la disponibilidad de elementos tales como agua limpia y potable, alimen-tación adecuada, medicamentos adecuados y accesibles, desigualdades en distribución de recursos así como índices de mortalidad y morbilidad en los sectores poblaciones, prácticas culturales de riesgo sanitario con el objetivo de dictaminar sus causas y ata-carlas.

3) Transparencia de la información y rendi-ción de cuentas. Mediante esta acción se pretende dar seguimiento a la participa-ción ciudadana y al nivel de involucra-miento de los distintos agentes encargados de la promoción de la salud dentro de las comunidades; es decir, la participación debe ir acompañada de la rendición de cuentas para que sea efectiva y verdadera-mente erradique las causas del deterioro en materia de salud. Este rubro de estrategias incluye también la protección y el amparo correspondiente a quien ha sido agraviado en su derecho a la salud, así; de las estra-tegias planteadas ésta representa un reto transversal pues incluye modificaciones

las decisiones que los afectan como comunidad. Por su parte en Noruega el Parlamento Saami, población indígena de Noruega, representan dicho sector de la población en las decisiones guber-namentales y asegura la eficaz entrega de peticiones y detección de necesidades de estos pueblos originarios ante las autoridades correspondientes.

tanto en la esfera administrativa–local como en la judicial–política y social final-mente.

4) Información, conocimientos y desarrollo de habilidades. Tan importante es la par-ticipación en el mejoramiento de la salud y calidad de vida como lo son los cono-cimientos y habilidades que la dirigen y enfocan de una manera más integral, así, entonces, esta estrategia plantea la impar-tición de conocimientos para la toma de decisiones y participación efectiva empe-zando por el conocimiento fundamental del derecho a la protección de la salud de todos los individuos. Es relevante que los agentes involucrados conozcan mecanis-mos, acciones, procedimientos, formas y reglamentación para que puedan decidir pertinentemente y que sus decisiones ten-gan un impacto alto en la mejora de su calidad de vida33.

5) Revisión de reglamentación y propuesta de nuevas políticas públicas. Si bien el derecho a la protección de la salud se encuentra regulado jurídicamente en distintos docu-mentos nacionales e internacionales, estos no siempre se encuentran vigentes o han sido ratificados por los gobiernos y/o auto-ridades locales o estatales por lo que es con-veniente diseñar un plan de revisión de la misma que incluya el nivel de participación de los Estados, las observaciones periódicas que realizan organismos internacionales, así como sus consecuentes recomendacio-nes y el cumplimiento de las mismas.

33 Esta estrategia representa un reto cultural pues en algunos paí-ses como Etiopía y en otros del Medio Oriente la mujer no tiene acceso a la información y, por ende, su propensión a adquirir enfermedades contagiosas fácilmente prevenibles aumenta consi-derablemente. Cf. ALSOP, Ruth; BERTELSEN, Mette & HOLLAND, Jeremy. Empowerment in practice: from analysis to implementation. Washington: Banco Mundial, 2006. p. 40.

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Justicia y escasez: el problema bioético de la distribución de recursos para la salud

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En caso de detectarse una falta de actua-lización en la reglamentación correspon-diente, deberá procederse a la modificación de la misma mediante la planeación e implementación de políticas públicas en-focadas a la solución problema detectado. Resulta pertinente resaltar que “la obliga-ción del gobierno de respetar el derecho a la salud conlleva el deber de abstenerse de interferir, ya sea de forma directa o indi-recta, en el disfrute de este derecho”34. Con lo anterior, cualquier acción u omisión que obstaculice el pleno goce del derecho a la protección de la salud quedará fuera del marco normativo y, por ende, será imperante modificar dicha conducta con carácter de urgencia.

6) Financiamiento. La reducción de la pobre-za debe ser entendida como un problema global y no únicamente de los países en vías de desarrollo de tal suerte que la coo-peración internacional debe asegurar la destinación de fondos para la adquisición de recursos sanitarios, para la educación de los profesionales o agentes de salud en las comunidades, la asignación de fondos a los organismos públicos y privados en-cargados de la atención de la salud.

Como se mencionó en este texto, en la medida en que los fondos de los países se destinan, en su mayoría, para la cobertura de las deudas externas, los individuos y las comunidades se vuelven más vulnerables ya que quedan des-protegidos en sus derechos fundamentales en donde se encuentra el derecho a la protección de la salud; así, una estrategia que incluya acciones conjuntas y coordinadas entre países desarrollados y países en vías de desarrollo dará resultados cada vez más favorables para el deterioro de la salud por factores externos a la genética individual tales como la pobreza y

34 Ibid., p. 37.

los que la rodean que han sido ya abordados en páginas anteriores.

El tema de las asignación de recursos en un marco de justicia social ha sido ampliamente abordado por varios autores dentro de los que es pertinente destacar la propuesta de Walzer para quien, en su teoría sobre las esferas de justicia35, existen bienes que deben ser distribuidos jus-tamente y la manera de hacerlo, es recurriendo a distintos criterios que permitan su lógica y equitativa distribución; lo interesante resulta del hecho de que, cada bien, tiene un criterio distin-to, así por ejemplo, para distribuir los recursos en salud, el criterio será la necesidad pero para hacer lo mismo en el campo de la educación, el criterio serán los talentos y, esto, bajo la premisa fundamental de que ninguna esfera puede domi-nar a otra y de que ningún bien puede ser usado como medio de dominación. Bajo esta óptica, una justa distribución de los recursos econó-micos destinados a la salud deberá tener como principio general el nivel de urgencia y necesidad real existente en cada región. Resulta interesante traer a la discusión el pensamiento de Nancy Fraser36 en tanto que, para ella la injusticia no se desprende únicamente de la mala distribución de los recursos o de la redistribución de los mis-mos sino también de la falta de reconocimiento que se haga de la persona o de los grupos so-ciales; así la injusticia económica redundará en una injusticia cultural. Así, el hecho de que la pobreza determine, en gran medida, el deterioro de la salud de los individuos implica también que la sólo redistribución de los recursos no será medida paliativa suficiente sino que, más bien, habrá que trabajar sobre el reconocimiento ya que lo grupos vulnerables económicamente lo serán también ideológicamente. La pobreza

35 WALZER, Michael. Las esferas de la justicia: una defensa del plu-ralismo y la igualdad. México: Fondo de Cultura Económica, 2001.

36 FRASER, Nancy. ¿De la redistribución al reconocimiento? Dilemas en torno a la justicia en una época postsocialista [en línea] Biblioteca virtual de Ciencias Sociales. [Fecha de consulta: 15 de abril de 2013]. Disponible desde: http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/Fraser%20cap1.pdf

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conlleva, además de la escasez de recursos una carga cultural e ideológica que lleva, a su vez, a la marginación y exclusión social, factores que también implican un detrimento de la salud del individuo en tanto que afectan a su autoestima e imagen de sí mismo37.

La pobreza es un problema que requiere solu-ciones globales y esfuerzos coordinados, conti-nuos y enfocados a la participación e involucra-miento de todas las personas.

5. Conclusiones

La salud de individuos y poblaciones es un es-tado que involucra la consideración de distintos factores que lo conducen o bien a su mejoría o bien a su detrimento; así la salud no es el resul-tado único y exclusivo de la intervención sobre agentes patógenos sino más bien la armonía entre el individuo y su comunidad y de ésta con su entorno.

Dentro de los factores que más influyen en la conservación, mejoría o deterioro de la salud están los de tipo económico, entre ellos, el esta-do de extrema pobreza juega un papel crucial para la calidad de vida de las personas pues en él convergen medidas de accesibilidad y polí-ticas de distribución que empeoran el estado general.

El principio bioético de la justicia cobra, aquí, especial relevancia y plantea un escenario don-de los demás principios, a saber, autonomía, beneficencia y no maleficencia quedan subor-dinados a él de tal manera que, la discusión sobre el bienestar tanto individual como grupal

37 Esto resulta evidente para Axel Honneth para quien nuestra identidad depende del reconocimiento de parte de otras perso-nas. Cf. HONNETH, Axel. Integrity and disrespect: principles of a conception of a morality bsed on the theory of recognition. Political Theory. 1992, vol. 20 (2), 187–201.

representa un problema de distribución de re-cursos y acceso a los servicios.

Desde el punto de vista bioético la pregunta ética se centra en lo que representa la vida y la dignidad de las personas aun estando éstas en condiciones de miseria extrema pues, si consi-deramos que el actuar ético es a-circunstancial, entonces la reflexión llevaría al compromiso de mejorar la calidad de vida de todos los indivi-duos por igual con independencia de que pue-dan o tengan acceso a los servicios de atención; con esto, actuar frente a los índices de pobreza se convierte en un imperativo ético y de coope-ración internacional.

La pobreza conlleva en sí misma, no única-mente la ausencia o falta de medidas y recur-sos humanos y materiales para atender a los individuos y sus comunidades sino también elementos circundantes que pueden ir desde la situación geográfica de determinadas poblacio-nes hasta la propensión a respirar gases tóxicos o a contraer enfermedades de distinta índole por carencia de información, o bien, por prácti-cas culturales de alto riesgo sanitario.

Por lo anterior resulta de especial relevancia atacar las situaciones que provocan que las per-sonas vivan en extrema pobreza y para hacerlo, es preciso implementar políticas y medidas que favorezcan el involucramiento de los mismos individuos en sus propios procesos y el entendi-miento de sus propios riesgos y maneras de pre-venirlos; también es importante crear estrategias nacionales que de forma coordinada y gradual se conecten con estrategias internacionales para facilitar la solución a los problemas de accesibi-lidad y distribución de recursos en las comuni-dades más pobres. Para esto será necesario tener y establecer claramente criterios para que dicha distribución sea justa y equitativa tomando en

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cuenta que en los procesos de salud–enfermedad la responsabilidad atañe tanto a los individuos para con ellos mismos y para con sus seme-jantes como al estado que deberá garantizar condiciones de desarrollo igualitarias. Este es un tema de justicia y de procuración de medios de desarrollo social en que deberán entrar tanto la reflexión ética como el actuar político.

De esta manera, atender la salud será atender las condiciones de pobreza que la deterioran y entender, sobre todo, la estrecha relación entre éstas y aquella, pues, si no se resuelve el pro-blema de fondo, paliar las incidencias nunca será suficiente pues seguirán apareciendo en la medida en que no se mejoren las condiciones que las originan.

La salud no puede quedar sujeta a las leyes del mercado pues representa un derecho humano fundamental, por lo que los mecanismos y ma-teriales para protegerla y conservarla deberán estar siempre al alcance de todos y será respon-sabilidad de los gobiernos y demás autoridades locales y mundiales asegurarse de que todos los individuos, sin excepción, tengan dicho derecho cubierto en todo momento considerando que la atención de la salud incluye la fase preventiva, curativa, de rehabilitación y paliativa.

Sólo con estrategias transversales y de alto im-pacto los pobres dejarán de ser los sujetos cuya salud sea más débil y vulnerable y si lo es no será ya por falta, carencia o predisposición a riesgos prevenibles, sino, por cuestiones gené-ticas que van más allá del actuar humano; no obstante esto, la comunidad global debe enten-der su compromiso en la búsqueda y construc-ción de condiciones más justas e igualitarias que permitan que la salud sea el pilar sobre el que descansa la vida de las personas.

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Ma. ElizabEth dE los Ríos URiaRtE

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Identidad

La Revista Colombiana de Bioética es una pu-blicación indexada del Departamento de Bioé-tica de la Universidad El Bosque, editada con una frecuencia semestral y constituida como un órgano de difusión eficaz para que los do-centes, investigadores y estudiantes entreguen a la comunidad académica nacional e inter-nacional periódicamente lo mejor de sus in-vestigaciones, reflexiones teóricas y revisiones críticas sobre temas científicos, tecnológicos y culturales, relacionados con la Bioética, en el más amplio sentido de la palabra, y entendida como un campo de estudio interdisciplinario y multidisciplinario enmarcado por las dife-rentes disciplinas científicas en que se basa el conocimiento y la práctica de la bioética. “Será un espacio de reflexión, un nuevo discurso y una nueva aproximación ética de todas estas cuestiones en un ambiente pluralista, interdis-ciplinario, global y prospectivo”.

Temáticas tratadas

La Revista Colombiana de Bioética es una re-vista multidisciplinaria que propone presentar investigaciones y estudios originales de nuestra comunidad académica para la comunidad aca-démica nacional e internacional. Una función paralela consistirá en hacer conocer trabajos y estudios importantes y cuya calidad y per-tinencia sea indudable. Contendrá estudio de casos y revisiones que sirvan de elementos de reflexión para académicos, profesionales de las diferentes profesiones, consultores y en general estudiosos de temas éticos y bioéticos

contemporáneos. Será una publicación abierta a distintas perspectivas disciplinarias, temáti-cas y metodológicas para abordar los desarro-llos investigativos, analíticos y empíricos de la Bioética.

Palabras clave de la Revista

Bioética, complejidad, epistemología, ética am-biental, educación en Bioética, ética pública, ética médica, tecnociencia (Bioethics, complexity, epistemology, environmental ethics, education in Bioethics, public ethics, medical ethics, tecno–science).

Calidad

Calidad científica: se velará por la calidad de las investigaciones y estudios científicos, tecnoló-gicos y culturales que se publiquen. En la Re-vista sólo aparecerá lo mejor de la producción de la comunidad académica del Departamento de Bioética de la Universidad El Bosque y de las investigaciones, estudios, reflexiones teóricas y revisiones críticas que nos sean remitidas por los académicos bioeticistas, nacionales e inter-nacionales, interesados en comunicar sus ideas contribuyendo en esta forma a la difusión del conocimiento científico.

Para Revista Colombiana de Bioética la priori-dad es por tanto la calidad de los artículos pu-blicados. Para tal efecto cumple con un riguroso proceso de selección por parte del Editor, del Comité Editorial y del Comité Científico, evalua-ción y certificación por pares académicos espe-cializados en el campo específico del documento.

Filosofía y políticas editoriales

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Germán I. AndrAde

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FilosoFía y Políticas editoriales

Visibilidad y reconocimiento

Tiene una amplia difusión entre los docentes, investigadores y estudiantes de la Universidad El Bosque y además está presente en las prin-cipales bibliotecas nacionales e internacionales, en las bibliotecas universitarias, en los gremios y corporaciones y en otros selectos grupos interesados en las temáticas bioéticas tratadas como Comités de Ética de la Investigación y de Ética Asistencial. La Revista Colombiana de Bioética acepta y publica artículos en español, francés, portugués e inglés.

1. Entre los tipos de documentos que se pu-blicarán se precisan:

a) Artículo de Investigación Científica y Tec-nológica: Documento que presenta de ma-nera detallada los resultados originales de proyectos de investigación. En su estruc-tura debe contener Resumen y “Abstract” (Traducción técnica del Resumen), Pala-bras Claves o “Key Words” (Traducción literal de las Palabras Claves).

b) Artículos de reflexión: Documento que presenta resultados de investigación desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales.

c) Artículo de revisión. Documento resultado de investigación donde se analizan, siste-matizan e integran los resultados de inves-tigaciones publicadas o no publicadas sobre un campo en ciencia o tecnología, con el fin de dar cuenta de los avances y las tenden-cias de desarrollo. Se caracteriza por presen-tar una cuidadosa revisión bibliográfica de por los menos cincuenta (50) referencias.

d) Artículo corto. Documento breve que pre-senta resultados originales preliminares o parciales de una investigación científica o tecnológica que por lo general requiere una pronta difusión.

e) Reporte de caso. Documento que presenta los resultados de un estudio sobre una situación particular con el fi n de dar a co-nocer las experiencias técnicas y metodo-lógicas consideradas en un caso específico. Incluye una revisión sistemática comenta-da de la literatura sobre casos análogos.

f) Revisión de tema. Documento resultado de la revisión crítica de la literatura sobre un tema particular.

g) Cartas al editor. Posiciones críticas, analíti-cas o interpretativas sobre los documentos publicados en la revista, que a juicio del

Comité Editorial constituyen un aporte importan te a la discusión del tema por parte de la comunidad científica de refe-rencia.

h) Editorial. Documento escrito por el Editor, un miembro del

Comité Editorial o un investigador invi-tado sobre orientaciones en el dominio temático de la revista.

i) Traducción. Traducciones de textos clásicos o de actualidad o transcripciones de docu-mentos históricos o de interés particular en el dominio de publicación de la revista.

j) Documento de reflexión no derivado de investigación.

k) Reseña Bibliográfica.

2. Los autores pueden o no estar vincula-dos a la Universidad El Bosque. Se debe adjuntar al documento una breve reseña biográfica que incluya títulos, ocupación laboral, reconocimientos y publicaciones e investigaciones realizadas junto con la dirección electrónica.

3. Los artículos enviados al Editor para ser publicados en la Revista, serán previa-mente aprobados por el Comité Editorial y el Comité Científico de la Revista. Una vez seleccionados por dichos Comités los documentos serán remitidos a pares aca-

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FilosoFía y Políticas editoriales

démicos (referees) para su evaluación y certificación.

4. Todo artículo publicado debe contener de-rechos de autor y por tanto será considera-do material inédito, lo cual exime de toda responsabilidad a la Universidad y sus miembros, al Editor y al Comité Editorial de eventuales reclamos por derechos de autor.

5. El Comité Editorial podrá hacer correcciones formales o de redacción sin ulterior revisión de los autores. Los artículos, revisiones, in-vestigaciones, casos que sean rechazados no serán devueltos a su autor, pero este recibirá información sobre la decisión tomada.

6. Los autores de los artículos publicados recibirán dos (2) revistas del número en el que aparezca este.

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La Revista Colombiana de Bioética, órgano de expresión del Departamento de Bioética de la Universidad El Bosque, es una publica-ción semestral arbitrada dirigida a académi-cos, investigadores, instituciones académicas, organizaciones gremiales, de Colombia y de Latinoamérica interesados en el mejoramiento de la investigación y de la docencia de la Bioé-tica. Es una Revista que constituye una fuente pluralista de perspectivas y un escenario que acoge las contribuciones de calificados autores comprometidos con el estudio transdisciplina-rio e interdisciplinario de los condicionantes y consecuencias éticas de la investigación tecno-científica. Acepta trabajos en español y en otras lenguas como el francés, el inglés y el portugés.

La Revista considera que los artículos o estu-dios deberán tener una extensión máxima de 30 páginas; las notas bibliográficas así como las bibliografías, una extensión máxima de 5 páginas; y las reseñas, entre 4 y 6 páginas.

Los trabajos se presentarán en hojas tamaño carta, impresas por una sola cara, numeradas, con un cuerpo de tipo 12 y con un interlineado de uno y medio. Se presentarán también en so-porte informático, ya sea en disquete o en CD, en Word para Windows.

Título. Debe cumplir los siguientes requisi-tos: brevedad, informar acerca del contenido y el aporte, cuidar la sintaxis y rechazar ex-presiones imprecisas o equívocas., evitar los subtítulos que le quiten claridad. Debe tener traducción al inglés.

Autoría. Tiene que ajustarse a los siguientes parámetros: escribir el nombre completo. En el

caso de que haya más de un autor, la revista respetará el orden elegido por los autores así como el número de autores del trabajo. El autor debe hacer constar su grado académico, su pro-fesión, el puesto de responsabilidad que ocupa y la institución a la cual presta sus servicios. Se ha de registrar la dirección del correo electróni-co y la dirección postal así como la declaración explícita, si es el caso, de los apoyos recibidos para la elaboración de la investigación.

Resumen: debe reflejar los objetivos, la meto-dología, los resultados y las conclusiones. La información debe proceder siempre del texto del artículo. Emplear palabras que reflejen el contenido de una manera puntual. Debe os-cilar entre 180 y 200 palabras. Presentar su traducción al inglés (Abstract) y al Portugués (Resumo)

El número de palabras clave puede oscilar en-tre 5 y 10. Para la inclusión de descriptores o palabras clave el autor debe emplear el Tesauro de la UNESCO, o algún tesauro o lista de enca-bezamientos de materias ampliamente conoci-do y usado en la especialidad de bioética. Las palabras clave han de traducirse al inglés y al Portugués.

Referencias bibliográficas: Se debe seguir la Normas ISO 690, tercera edición, 2010, anexo C. Los tipos documentales que puede referen-ciar el autor serán todos aquellos documentos con ISBN o ISSN que están a disposición del público, así como aquellos estudios o escritos editados por Universidades u otros organismos de reconocido prestigio. Es responsabilidad del autor la veracidad de la referencia propuesta y el cotejo de documentos originales. Han de

Instrucciones para los autores

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instrucciones Para los autores

registrarse sólo aquellas referencias útiles para la elaboración del trabajo considerándose que el número debe ser razonable y debe reflejar los materiales más relevantes.

Proceso editorial: Envío de manuscritos. Los artículos remitidos a la Revista han de ir acom-pañados por una carta de presentación donde queden registrados los siguientes aspectos:

• Título del trabajo • Nombre del autor • Dirección postal y correo electrónico • Sección de la revista en la que se quiere

incluir el trabajo • Aportaciones del trabajo • Declaración de originalidad y de autoría,

así como de la cesión de derechos patri-moniales

• Declaración de aceptación de la introduc-ción de cambios en el contenido y el estilo del trabajo.

El editor de la Revista recibe los trabajos, los cuales son sometidos a revisión por parte del Comité Editorial. Se comprueba si cumplen los requerimientos de la Revista, como la inclusión de la carta de presentación; se analiza si se adecuan a las normas de presentación de ma-nuscritos y si encajan en el ámbito temático de la Revista. A continuación se asignan árbitros externos o internos, dependiendo de la temá-tica abordada. Dichos revisores anónimos son seleccionados de modo unánime por la Revista, ocupándose de evaluar el contenido, la metodo-logía, la pertinencia y el estilo de los artículos.

Los autores recibirán una versión resumida de los informes redactados por los revisores, indi-cándoles, si es menester, la manera de subsanar deficiencias o realizar los cambios que se soli-citan. Asimismo se les especificará el volumen en que se publicará el trabajo y el momento aproximado en el que recibirán las galeradas para una posible corrección.

La Revista considera que el envío de un trabajo indica por parte de el (los) autores: que este no ha sido publicado, ni aceptado para publicación en otra revista; que si ha sido publicado como literatura gris o está en una página Web y es aceptado para su publicación será retirada del sitio y solo se dejará el link con el título, autor, resumen, y palabras clave; que el (los) autor(es) acepta(n) que con el envío del artículo para su evaluación autoriza (n) transferir los derechos de autor a la Revista a fin de que pueda ser di-fundido por medios escritos o electrónicos; que el contenido de los artículos es de la exclusiva responsabilidad de los autores.

La Revista enviará a los autores cinco revistas. Si se deseara un número mayor, el autor pue-de ponerse en contacto con la Revista para su ulterior envío.

La Revista dará prioridad para la publicación a artículos que sean producto de investigaciones empíricas, o producto de reflexiones teóricas, o revisiones críticas sobre el estado de la cuestión en el tema indicado. Exige, además, originalidad, novedad, relevancia, rigor y calidad metodológi-ca, selección esmerada del aparato bibliográfico, aportes y buena presentación del manuscrito.

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The Revista Colombiana de Bioetica, an ex-pressive tool from the Department of Bioethics at the Universidad El Bosque, is a semester publication arbitrated and addressed to the reader interested in knowing about the extent, transdisciplinary, and complexity of Bioethics. The Journal accepts projects done in Spanish, and in other languages such as French, English and Portuguese.

The Journal accepts articles or studies not ex-ceeding 30 pages; bibliographical notes, which are like bibliographies, not exceeding 5 pages; and reviews varying between 4 and 6 pages. The projects must be presented on letter size sheets, printed and numbered using font size 12 on only one side and a spacing of one and a half. They must also be presented in Word for Windows on a diskette or CD.

The title should be short, giving information about the content and input by paying attention to Syntax and vague and incorrect expressions, and avoiding subtitles that do not make the title clear. The title should have an English translation.

Authorship must be adjusted to fit the following guidelines- write the author’s full name. If the-re is more than one author, the Journal will accept the order given by the authors as well as the number of authors on the project. The write should make his academic degree, profession, position of responsibility that he holds, and the institution that he lends his services to known. The email address and postal address should be registered just like the explicit testimony, if that is the case, of the support received for the elaboration of the research.

The summary should reflect the objectives, methodology, results and conclusions. The in-formation should always come from the text of the article. Using words, which reflect the content in a precise manner, should vary bet-ween 180 and 200 words. The abstract should be translated to English and Portuguese.

The number of keywords can vary between 5 and 10. In order to include descriptors and keywords, the writer should use the Thesaurus of the UNESCO, or any thesaurus or a list of subject headlines widely known and used in the field of Bioethics. The key words should be translated to English and Portuguese.

Bibliographical references: are types of docu-ments which the author can use as reference (ISO 690, third edition, 2010, Annex C). They will be all those documents with ISBN or ISSN that are available to the public, just like those studies or edited documents by universities or other recognised prestigious organisations. The writer is responsible for the truthfulness of the proposed reference and the matching of original documents. Only references that are useful should be recorded for the preparation of the project taking into consideration that the number should be reasonable and reflect the most relevant materials.

The publishing process involves the shipping of the manuscripts. Articles addressed to the Revista Colombiana de Bioetica should be ac-companied by a letter of presentation where the following aspects should be given:

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Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013

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The Revista Colombiana de Bioetica considers that the sending of a project by the write means that the project has not been published or ac-cepted by another magazine for publication. If it had been published like gray literature, or it is on a web page and it is accepted for publication, it will be taken off the site and only the link with the title, author, summary and keywords will be left. The author or authors should accept that with the sending of the article for evaluation they authorise for the transfer of the author’s rights to the Journal so that it can be promoted through printed or electronic media; and that the content of the articles is exclusively the writer s responsibility. The Journal will send 5 magazi-nes to the writers. If more is needed, the writer can contact the Journal for subsequent shipping.

The Revista Colombiana de Bioetica will make articles that are a product of empirical inves-tigations, theoretical opinions, and critical re-views about the state of question on the par-ticular topic, a priority for publication. On top of that, it requires originality, news, relevancy, severity and methodological quality, careful se-lection of bibliographical devices, support and a good presentation of the manuscript.

196 Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 2013

Revista Colombiana de Bioética volumen 7, número 2. Julio–Diciembre de 2012

Análisis de la toma de decisiones al final de la vida desde una perspectiva teórica contemporánea (Analysis of decisions at the end of life from a contem-porary theoretical perspective). María Inés Sarmien-to Medina; Sandra Lucía Vargas Cruz; Margarita Sierra de Jaramillo; Claudia Marcela Velásquez Ji-ménez; Víctor Alberto Quinche Ramírez y Tatiana Mayungo Henao.

Científicos y periodistas en la divulgación de la ciencia. Un problema de responsabilidad social (Re-searches and journalists in the public understanding of science. An issue of social responsibility). María Fernanda Gutiérrez y Jairo Antonio Rodríguez Leuro.

¿Por qué es buena la biodiversidad? Una visión humanista del valor de la biodiversidad (Why is biodiversity good? A humanistic view of the value of biodiversity). Alfredo Marcos.

Defensa de la diversidad y de la dignidad huma-na en la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO (Defense of the diversity and human dignity on the Universal Declaration on Bioethics and Human rights by UNESCO). Jaime Escobar Triana.

Selección individual, selección de grupo y Homo sapiens (Individual selection, group selection and Homo sapiens). Luis Álvaro Cadena Monroy.

Matices de la autonomía en mujeres gestantes durante la atención en salud: un diálogo bioética-género (Nuances of pregnant women’s autonomy in the health services: a bioethics-gender dialogue). Fanny Consuelo Urrea Mora.

El maltrato infantil desde la perspectiva de la bioé-tica (Child abuse from the perspective of bioethics). Gilma Rodríguez–Escobar y María Victoria Rodrí-guez–Escobar.

Bioética y Universidad en América Latina. Pro-puesta de una estructura para la formación integral profesional (Bioethics and University in Latin Ame-rica. Framework for professional training, Proposal). Pascual Linares Márquez y Benito Fraile Laiz.

Fundamentos y prácticas de la bioética en conflic-tos ambientales (Bioethics Fundamentals and Practi-ces on Environmental Conflicts). Constanza Ovalle.

Consideraciones bioéticas en torno al caso de Ra-món Sampedro (Bioethical considerations around the case of Ramon Sampedro). Esteban J. Beltrán Ulate.

Revista Colombiana de Bioética volumen 7, número 1. Enero–Junio de 2012

Bioética y bienestar de monos ardilla en cautiverio (Bioethics and welfare of squirrel monkeys in captivi-ty). Gloria Elena Estrada–Cely.

Gaia: de la ecología clásica a la ecología profunda (Gaia: from the classic ecology to the deep ecology). Edna Constanza Rodríguez Fernández.

Apropiación del recurso forestal en la amazonia colombiana: una mirada desde la bioética (Appro-priation of forest resources in the Colombian Amazon: a view from the bioethics). Ángela Yaneth Landínez Torres.

Bioética y producción agropecuaria sostenible en los llanos orientales colombianos (Bioethics and sustainable agricultural production in the Colombian Eastern Plains). Walter Chaura.

Índice de artículos publicados

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Índice de artÍculos publicados

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013

El cuerpo de las mujeres gestantes: un diálogo entre la bioética y el género (The pregnant women’s body: a dialogue between bioethics and gender). Fanny Con-suelo Urrea Mora.

Equidad en Salud: tareas pendientes y oportunida-des para una Bioética Latinoamericana (Health Equi-ty: pending tasks and opportunities in Latin American Bioethics). Manuel Pérez Ayala.

Implicaciones éticas del conocimiento acerca del cerebro. Una aproximación a la neuroética (Ethical implications of knowledge about the brain. An ap-proach to neuroethics). Marcelo Gorga.

Las directivas anticipadas, la planificación antici-pada de la atención y los derechos a la dignidad y autonomía del paciente. Estado de la cuestión a nivel internacional y su posibilidad de ejercicio en el derecho colombiano (Advance Health care Directi-ves, Advance Care Planning, and the patient s rights to dignity and autonomy. State of issue at international level and the possibility of exercise in Colombian law). Jenner Alonso Tobar Torres.

La relación médico–paciente: una aproximación al problema de la autonomía (The doctor–patient relationship: an approach to the problem of autonomy). Laity Velásquez Fandiño.

Reseña bibliográfica: In search of gentle death: the fight for your right to die with dignity (Côté, Richard N. Mt. Pleasant: Corinthian Books, 2012. 465p). Jaime Escobar Triana.

Revista Colombiana de Bioética volumen 6, número 2. Julio–Diciembre de 2011

Percepción del consentimiento informado en la unidad de cuidado intensivo pediátrico de un hos-pital universitario de Bogotá (Perception of informed consent in the pediatric intensive care unit of a uni-versity hospital in Bogotá). Karina Alexandra Bello Munar.

Principios bioéticos y discapacidad: la perspectiva de su inclusión en las políticas públicas (Bioethics principles and disability: the perspective of inclusion in public policy). Claudia Marcela Rozo Reyes.

Concepciones bioéticas de la cultura occidental sobre la autonomía de niños y niñas (West cul-tural bioethics conceptions about the boys and girls autonomy`s). Esperanza Cabrera Díaz.

Definir la bioética: retorno a los orígenes (Definir la bioethique: retour aux sources). Gilbert Hottois.

Definir la bioethique: retour aux sources (Definir la bioética: retorno a los orígenes). Gilbert Hottois.

¿Qué es la bioética y para qué sirve? Un intento de pedagogía callejera (Bioethics: what is and what is it for? An attempt of informal pedagogy). Nelson Molina Ramírez.

La Teoría Crítica como fundamento epistemológico de la Bioética: una propuesta (Critical Theory and espistemological foundation of Bioethics: a proposal). Cláudio Lorenzo.

Riqueza de principios en bioética (Richness of prin-ciples in bioethics). Jaime Escobar Triana.

El ejercicio de la medicina: valores de los pacientes, normas de los profesionales, conflictos y delibera-ción pública (L’exercice de la medecine: valeurs des patients, normes des professionnels, conflits et delibe-ration publique). Corine Pelluchon.

L’exercice de la medecine: valeurs des patients, normes des professionnels, conflits et deliberation publique (El ejercicio de la medicina: valores de los pacientes, normas de los profesionales, conflictos y deliberación pública). Corine Pelluchon.

Sentimientos: encuentro entre la neurobiología y la ética según Antonio Damasio (Feelings: meeting point between neurobiology and ethics according to Antonio Damasio). Marta Martínez y Carlos Eduar-do Vasco.

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Índice de artÍculos publicados

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 2013

Revista Colombiana de Bioética volumen 6, número especial: saberes, epistemologías y prácticas en Bioética. Noviembre de 2011

Sobre una complejidad absoluta y universal, y una teoría unificada de la complejidad (On absolute and universal complexity, and a unified theory of comple-xity). Luis Álvaro Cadena Monroy.

Bioética, incompletitud e inconmensurabilidad (Bioethics, incompleteness and incommensurability). Luis Álvaro Cadena Monroy.

Bioética, crisis y epistemologías emergentes (Bioethics, crisis and emergent epistemologies). Sergio De Zubiría Samper.

Revivir un enfoque evolutivo que le sea afín a la bioética (To revive an evolutionary approach that is related to bioethics). Constanza Ovalle Gómez.

Los principios en la bioética: fuentes, propuestas y prácticas múltiples (The principles in bioethics: sour-ces, proposals and multiple practices). Jaime Escobar Triana y Chantal Aristizábal Tobler.

Prácticas narrativas en Bioética: una oportunidad para la experiencia, la edificación y la deliberación (Narrative practices in Bioethics: An opportunity for experience, edification and deliberation). Boris Julián Pinto Bustamante.

Revista Colombiana de Bioética volumen 6, número 1. Enero–Junio de 2011

Contenido y comprensibilidad de consentimientos informados: estudio comparativo entre ciencias biomédicas y ciencias sociales (Content and rea-dability of informed consents: a comparative study of biomedical sciences and social sciences). Jorge Larrea-mendy–Joerns; Mario Córdoba Candia ; Claudia Navarro Roldán.

Proceso de consentimiento informado en ciru-gías programadas en un hospital militar (Informed

consent process for scheduled surgeries in a military hospital). Miriam Lucía Ávila Guzmán.

Las violencias de género como problema de salud pública: una lectura en clave Bioética (Gender–based violence as public health issue: a bioethical approach). John Harold Estrada Montoya y Luis Alberto Sánchez–Alfaro.

Posibilitar el futuro de la especie Homo sapiens: una responsabilidad bioética (Allowing the future the Homo sapiens specie: a bioethics responsibility). Edna Constanza Rodríguez Fernández.

Role of the environmental ethics in creating the bio–policies: genetically modified organisms (Papel de la étıca ambıental en crear bıo–polítıcas: organısmos modıfıcados genétıcamente). Arzu Özyol.

Biocombustibles: ¿son realmente amigables con el medio ambiente? (Biofuels:¿are they really friendly with environment? ). Ángela María Wilches Flórez.

Tendencias de la formación bioética en los currí-culos universitarios (Trends in Bioethics training in university curricula). Elsa María Villegas Múnera.

Declaración de Helsinki, principios y valores bioé-ticos en juego en la investigación médica con seres humanos (Declaration of Helsinki, bioethical princi-ples and values involving human subjects in medical research). María de los Ángeles Mazzanti Di Rug-giero.

Clima ético en organizaciones de salud: revisión de la literatura (Ethical climate in health care organiza-tions: literature review). Gloria Lucía Arango Bayer.

Principio de Complejidad: apuntes y reflexiones para una ampliación epistemológica del concepto de paradigma en bioética (Principle of Complexity: notes and reflections for an epistemological extension of the paradigm concept in bioethics). Nicolás Díaz Barrera.

Bioética y exclusión persistente en América Latina y el Caribe: de la sociedad colonial a la sociedad

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Índice de artÍculos publicados

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tecnocientífica (Bioethics and persistent exclusion of Latin America and the Caribbean: from a colonial society to a technoscientific society). Jaime Escobar Triana.

Revista Colombiana de Bioética volumen 5, número 2. Julio–Diciembre de 2010

Bioética ambiental y la propuesta de la selección de grupos en Homo sapiens (Environmental bioethics and the proposal of group selection in Homo sapiens). Luis Álvaro Cadena Monroy.

Nuevos diálogos desafiadores desde el sur: colo-nialidad y Bioética de Intervención (New challenges from the south: dialogues between Colonialilty and Intervention Bioethics). Wanderson Flor do Nasci-mento y Volnei Garrafa.

El médico de la caverna de Platón: la justicia sa-nitaria en la globalización (The doctor of the Plato’s cavern: justice health in the globalization). Víctor De Currea–Lugo.

El aprendizaje cooperativo y los valores bioéticos en educación: opción entre globalización o mundia-lización (The cooperative learning and the bioethical values in education: option between globalization or mundialization). Farid Casanova.

Las fracturas éticas del modelo globalizado: están-dares éticos en la práctica clínica y la investigación biomédica (Ethical fractures of the globalized model: Ethical Standards in Clinical Practice and Biomedical Research). Susana María Vidal.

Educación en bioética: experiencia de un programa (Education in bioethics: the experience of a program). Constanza Ovalle Gómez; Jaime Escobar Triana y Chantal Aristizábal Tobler.

La globalización del paradigma biomédico: biotec-nología y ciencia Vs. la medicina como profesión histórica (The globalization of biomedical paradigm:

biotechnology and science Vs. medicine as an historical profession). Jaime Escobar Triana.

En las ruinas de Babel: obstáculos en el camino de la elaboración de una lengua universal para la ética de la investigación (In Babel’s ruins: obstacles on the road toward the development of a universal language for research ethics). Jan Helge Solbakk.

Un aporte de la educación en bioética a la con-cepción de ser humano en contextos de mundia-lización (A contribution from education in bioethics to the concept of being human within the context of globalization). Constanza Ovalle Gómez.

Globalización o mundialización: tesis desde Amé-rica Latina (Globalization or “mondialisation”: thesis from Latin America). Sergio De Zubiría Samper.

Formación humana y social en salud como pro-motora de la justicia en medio de un mundo glo-balizado: una discusión bioética (Human and social training in health as a promoter of justice amidst a globalized world: a bioethical discussion). Luis Alber-to Sánchez–Alfaro.

Un puente entre bioética y promoción de la salud: una opción para el cuidado de la vida (A bridge between bioethics and health promotion: an option for life care). Luz Fanny Casas Amado.

Ética, narrativas y globalización: de la inercia a la reflexión (Ethics, narratives and globalization: from inertia to reflection). Boris Julián Pinto Bustamante.

Investigación transdisciplinaria en Bioética mo-deradora de la importación de políticas bioéticas globales (Transdisciplinary research in bioethics to moderate the import of global bioethics policies). Ma-ría de los Ángeles Mazzanti Di Ruggiero.

La biotecnología en un mundo globalizado (Bio-technology in a globalized world). Ángela María Wilches Flórez.

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Índice de artÍculos publicados

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 2013

Revista Colombiana de Bioética volumen 5, número 1. Enero–Junio de 2010

Concepciones sobre bioética y estrategias de en-frentamiento de dilemas bioéticos en docentes de pregrado de una universidad de la ciudad de Bo-gotá (Conceptions about bioethics and strategies of bioethics dilemmas coping in pre-graduation teachers of a Bogota city university). Gloria María Berrío Acosta.

Caracterización del razonamiento moral en la prác-tica clínica en relación con el proceso de formación médica en una facultad de medicina, categoría al-truismo y dignidad, beneficencia, confidencialidad y deber de cuidado (Characterization of moral rea-soning in clinical practice in relation to the process of medical education in a faculty of medicine, and dignity category altruism, charity, confidentiality and duty of care). Hugo Escobar–Melo; Eduardo Díaz Ama-do; Laura Camila Páramo Cely; Fernando Suárez Obando; Celso León Guevara.

Giro bioético: bios y ethos en conexión con lo posi-ble (Bioethical turn: bios and ethos connected with the possible). Daniel Meneses Carmona.

Bioética, crítica y sociedad: más allá del principia-lismo (Bioethics, criticism and society: beyond the principlism). Boris Julián Pinto Bustamante.

Justicia y bioética ante las desigualdades en salud en Latinoamérica (Justice and bioethics between health’s inequities in latin america). Francisco Javier León Correa.

Notas y trazos de una bioética que habita otros nichos (Notes and touches of a kind of bioethics which lives in other niches). Ingeborg Carvajal Freese.

Consideraciones éticas y legales de los biobancos para investigación (Research biobanks: ethical and legal considerations). Luis Alberto Veloza Cabrera; Carolina Wiesner Ceballos; Martha Lucía Serrano López; Nelsy Ruth Peñaranda Correa; Antonio Huertas Salgado.

Tecnociencia, tecnoética y tecnoaxiología (Tech-noscience, technoethics and technoaxiology). Javier Echeverría.

Reseña Bibliográfica: Genetics Democracy. Philo-sophical Perspectives. Veikko Launis, Juha Räikkä (Editors). 2008, Springer. Jaime Escobar Triana.

Revista Colombiana de Bioética volumen 4, número 2. Julio–Diciembre de 2009

La medicina entre la necesidad y el deseo. Digni-dad humana, cuerpo y tecnología (Medicine between need and desire. Human dignity, body and technology). Jaime Escobar Triana.

Dignidad humana y bioética. Un enfoque filosófico crítico (Human dignity and bioethics. A critical and philosophical approach). Gilbert Hottois.

Dignité humaine et bioéthique. Une approche phi-losophique critique (Human dignity and bioethics. A critical and philosophical approach). Gilbert Hottois.

Volver a la dignidad (Back to dignity). María Luisa Pfeiffer.

Biología y vulnerabilidad humana (Biology and human vulnerability). Luis Álvaro Cadena Monroy.

Encuentro de culturas y ruptura de la integridad poblacional más vulnerable (Meeting of cultures and breach of integrity in more vulnerable population). Jaime Iván Sánchez Gordillo.

Los usos bioéticos de la vulnerabilidad, un acerca-miento al desplazamiento forzado interno en Co-lombia (Bioethics uses of vulnerability, and approach to forced internal displacement in Colombia). Edgar Novoa.

Dignidad, integridad y vulnerabilidad desde las declaraciones de la UNESCO (Dignity, integrity and vulnerability in UNESCO Declarations). Genoveva Keyeux Burian von Dedina.

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Índice de artÍculos publicados

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013

Dignidad, integridad y poblaciones vulnerables. Emilssen González de Cancino.

Autonomía como condición esencial de la dignidad humana y fundamento del consentimiento infor-mado. Constanza Ovalle Gómez.

La dignidad de unos versus la de otros. Un caso de VIH y secreto profesional. Luis Evelio Aristizábal y Santiago Roldan García.

Reseña bibliográfica: Mazis, Glenn. Humans, ani-mals, machines: blurring boudaries. Nueva York: State University of New York Press, 2008. 274p. Chantal Aristizábal Tobler.

Revista Colombiana de Bioética volumen 4, número 1. Enero–Junio de 2009

La deuda de la bioética con el pragmatismo (The debt of bioethics with pragmatism). Miguel Kottow.

Ecosistemas y sistemas productivos humanos: al-gunas semejanzas (Productive ecosystems and hu-man systems: some similarities). Luis Álvaro Cadena Monroy.

Epistemología de la bioética – enfoque Latinoame-ricano (Epistemology of bioethics – Latin American focus). Volnei Garrafa y Leticia Erig Osório de Azambuja.

La ética de la virtud y la bioética (Virtue ethics and bioethics). Alejandro Díaz García.

Arte y tecnología: los retos éticos y políticos del arte transgénico (Art and technology: the ethical and political challenges of transgenic art). Sergio Roncallo Dow.

Propuesta en gestión socio ambiental para el sector aurífero informal: una visión desde la Bioética (Proposed envitonmental management partner for the informal sector gold: a view from the bioethics). Andrea Paola Castillo Rojas.

Reseña bibliográfica: Handbook of transdiscipli-nary research. (G. Hirsch-Hadorn, H. Hoffmann-Rien et al.). Chantal Aristizábal Tobler.

Reseña bibliográfica: The contingent nature of life. Bioethics and limits of human existence. (M. Düwell, C. Rehmann-Sutter y D. Mieth.). Jaime Escobar Triana.

Revista Colombiana de Bioética volumen 3, número 2. Julio–Diciembre de 2008

Les méthodes empiriques, une nouveauté en bioéthique? (Los métodos empíricos, ¿una novedad en bioética?). Hubert Doucet.

Los métodos empíricos, ¿una novedad en bioética? (Les méthodes empiriques, une nouveauté en bioéthi-que?). Hubert Doucet.

Réflexions éthiques sur la médecine personnalisée: l’alliance de la science et de la médecine enfi n réalisée? (Reflexiones éticas sobre la medicina per-sonalizada: ¿la alianza entre la ciencia y la medicina, realizada por fi n?). Marianne Dion–Labrie; C. Fortin; M.J. Hébert y H. Doucet.

Reflexiones éticas sobre la medicina personalizada: ¿la alianza entre la ciencia y la medicina, realizada por fi n? (Réflexions éthiques sur la médecine person-nalisée: l’alliance de la science et de la médecine enfi n réalisée?). Marianne Dion-Labrie; C. Fortin; M.J. Hébert y H. Doucet.

Las voluntades anticipadas: análisis desde las expe-riencias en ética clínica (Advances directives: analysis from the experiences in clinic ethics). Francisco Javier León Correa.

Cuerpo humano y nuevas tecnologías (Human body and new technologies). Jaime Escobar Triana.

Selección de grupo, tecnología y bioética (Group selections, technology and bioethics). Luis Álvaro Cadena Monroy.

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Índice de artÍculos publicados

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 2013

Tecno–ciencia, desarrollo y sociedad en América La-tina. Una mirada desde la bioética (Techno–science, development and society in Latin America. A view from the bioethics). Edgar Novoa.

Reseña bibliográfica: Hacia un nuevo saber. La Bioética en la revolución contemporánea del saber. (Carlos J. Delgado. Bogotá: Universidad El Bosque. Kimpres, 2008). Constanza Ovalle Gómez.

Revista Colombiana de Bioética volumen 3, número especial. Noviembre de 2008

La enseñanza de la bioética general como aporte en la construcción de un pensamiento bioético en los maestros (General bioethics education as a contribu-tion to the construction of a bioethical thinking on edu-cators). Jaime Escobar Triana; Yolanda Sarmiento Sarmiento y María del Pilar Gordillo Bustos.

General bioethics education as a contribution to the construction of a bioethical thinking on educators (La enseñanza de la bioética general como aporte en la construcción de un pensamiento bioético en los maes-tros). Jaime Escobar Triana; Yolanda Sarmiento Sarmiento y María del Pilar Gordillo Bustos.

Reseña bibliográfica: Bioética y medio ambiente. 2ª edición. Colección Bios y Ethos volumen 12. (Hottois, Gilbert; Escobar Triana, Jaime; Maldona-do, Carlos; Couceiro Vidal, Azucena., et al.). Bogotá: Editorial Kimpres Ltda., Universidad El Bosque, 2005. 276p. Antonio José Sánchez.

Reseña bibliográfica: Educación ambiental y bioética. El agua como fuente de vida. Colección Bios y Ethos volumen 24. Sarmiento, Yolanda, y Páez, Diana Caro-lina. Bogotá: Editorial Kimpres Ltda., Universidad El Bosque, 2006. 62p. Mario Fernando Castro.

Revista Colombiana de Bioética volumen 3, número 1. Enero–Junio de 2008

Derecho a la privacidad. Protección de los datos sensibles (The right to privacy. Protectingthe sensitive data). María Luisa Pfeiffer.

Complejidad y conocimiento: algunas reflexiones (Complexity and knowledge: some reflections). Luis Álvaro Cadena Monroy.

Derecho al desarrollo, globalización y pluralismo: los alcances de la democracia cosmopolita según Habermas (Right to development, globalization and pluralism: the scope of cosmopolitan democracy accor-ding to Habermas). Eduardo Rueda.

La exclusión social en “habitantes de la calle” en Bogotá. Una mirada desde la bioética (Social ex-clusión of the “Street inhabitants” in Bogotá. A glance from bioethics). Luis Vólmar Quintero Pacheco.

La Distanasia. Paradoja del Progreso Biomédico (Dysthanasia. The biomedical progress paradox). Ál-varo Valbuena.

Restablecer la relación hombre–ecosistema: un desafío para la bioética (Reestablishing the mankind – ecosystem relationship. A challenge for bioethics). Gilberto A. Gamboa Bernal.

Reseña bibliográfica: Diccionario Latinoamericano de bioética. TEALDI, Juan Carlos (Director). Bogo-tá: UNESCO - Red Latinoamericana y del Caribe de Bioética, y Universidad Nacional de Colombia, 2008. 689p. Genoveva Keyeux Burian von De-dina.

Reseña bibliográfica: Hardwired behavior. What neuroscience reveals about morality. Lawrence Tancredi. Cambridge: Cambridge university press, 2005. 226p. Jaime Escobar Triana.

Reseña bibliográfica: Política de la alegría o los valores de la izquierda. Pere Saborit. Valencia: pre-textos, 2002. 146p. Edgar Novoa.

Revista Colombiana de Bioética volumen 2, número 2. Julio–Diciembre de 2007

La diversité sans discrimination: entre modernité et postmodernité (La diversidad sin discriminación: entre modernidad y posmodernidad). Gilbert Hottois.

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Índice de artÍculos publicados

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero-Junio de 2013

La diversidad sin discriminación: entre moderni-dad y posmodernidad (La diversité sans discrimi-nation: entre modernité et postmodernité). Gilbert Hottois.

Diversidad sexual y exclusión. Jaime Escobar Triana.

Bioética, inmigración y mestizaje. (El caso europeo. El caso español). Javier Sadaba.

Hacia una perspectiva bioética y cultural de la ex-clusión social. Carlos Vladimir Zambrano.

Desafíos bioéticos de la cuestión social hoy. Edgar Novoa.

Nación, narración y exclusión. José María Siciliani.

Biología, moral y exclusión. Luis Álvaro Cadena Monroy.

Neorracismo o nuevas formas de racismo: un de-bate ético inaplazable. Sergio De Zubiría Samper.

La bioética en la concepción, reivindicación y reco-nocimientos emergentes en los derechos humanos. Constanza Ovalle Gómez.

La (I)rrelevancia del género en la perspectiva de la posthumanidad. Brigitte LG Baptiste.

Reseña bibliográfica: La ciencia entre valores mo-dernos y posmodernidad (HOTTOIS, Gilbert. Edi-ción en español. Traducción Chantal Aristizábal). Bogotá: VRIN-UNIVERSIDAD EL BOSQUE, 2007. 118p. Jaime Escobar Triana.

Reseña bibliográfica: La ética de la identidad (AP-PIAH, Kwame Anthony). Buenos Aires: Editorial Katz, 2007. 404p. Carlos Vladimir Zambrano.

Revista Colombiana de Bioética volumen 2, número 1. Enero–Junio de 2007

¿Quo Vadis Homo?: la poshumanidad. José Alberto Mainetti.

Bioética, cuerpo humano, biotecnología y medicina del deseo. Jaime Escobar Triana.

Cuerpos, tecnologías y bioética y culturas. Dilemas culturales. Carlos Vladimir Zambrano.

Identidad y bioética: los desafíos en el cambio de milenio. Edgar Novoa.

Bioética, emociones e identidades. Sergio De Zubi-ría Samper.

Bioética, cuerpo y mercado. Salvador D. Bergel.

Reseña bibliográfica: Somatología. Anatomía de la persona (MAINETTI, José Alberto). La Plata: Edito-rial Quirón, 2003. 117p. Constanza Ovalle Gómez.

Reseña bibliográfica: Bioética, justicia y salud. Colección Bios y Ethos, volumen 25. TRIANA ES-COBAR, Jaime y otros. Bogotá: Editorial Kimpres, Universidad El Bosque, 2006.259p. Antonio José Sánchez.

Reseña bibliográfica: Pensar desde el cuerpo. Ensa-yo sobre la corporeidad humana. (PERA, Cristóbal. Madrid: Editorial Tricastela, 2006. 271p). Carlos Vladimir Zambrano.

Reseña bibliográfica: El cuerpo transformado. Cy-borgs y nuestra descendencia tecnológica en la rea-lidad y en la ciencia ficción (YEHYA, Naief. México: Paidós Amateurs, 2001. 230p). Carlos Vladimir Zambrano.

Revista Colombiana de Bioética volumen 1, número 2. Julio–Diciembre de 2006

Reflexiones desde la Bioética sobre la exclusión como forma de violencia. Jaime Escobar Triana.

Biopolítica. Bases cognitivas para el entendimiento. Patricio Varas Guerrero.

Dimensiones culturales en la Bioética. Aproxi-mación para una Bioética intercultural y pública. Carlos Vladimir Zambrano.

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Índice de artÍculos publicados

Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 1 • Enero - Junio de 2013

Teoría del mundo en las ciencias naturales desde la indeterminación de la traducción lingüística. Una mirada crítica de Roger Gibson frente a la propuesta de Willard Van Orman Quine. Andrzej Lukomski.

Complejidad y vida: algunas reflexiones. Luis Ál-varo Cadena Monroy.

Reseña bibliográfica: Sujetos nómades. (BRAIDOT-TI, Rosi. Argentina: Paidós, 2000. 256p). Edgar Novoa.

Reseña bibliográfica: La habilidad ética. (VARELA, Francisco. Barcelona: Debate, 2002. 144p). Edgar Novoa.

Reseña bibliográfica: Bioética Cotidiana. (BERLIN-GUER, Giovanni. México: Siglo XXI Editores, 2002. 232p. Carlos Vladimir Zambrano.

Reseña bibliográfica: Bioética. Perspectivas emer-gentes y nuevos problemas. (GARCÍA GÓMEZ-HE-RAS, José María y VELAYOS CASTELO, Carmen (Eds). Madrid: Editorial Tecnos, 2005. 328p. Carlos Vladimir Zambrano.

Revista Colombiana de Bioética volumen 1, número 1. Enero–Junio de 2006

Panorama critique des éthiques du monde vivant. Gilbert Hottois.

Panorama crítico de las éticas del mundo viviente. Gilbert Hottois.

Reflexiones bioéticas acerca de la enseñanza de la medicina en simuladores electrónicos. Jaime Escobar Triana.

Reflexiones filosóficas sobre la experimentación en seres vivos. Carlos Eduardo Maldonado.

Experimentación biomédica en seres humanos en países menos desarrollados. Chantal Aristizábal Tobler.

Planeación ética de los experimentos con seres hu-manos. Sergio G. Litewka.

Comités de ética de investigación en humanos: una experiencia colombiana. María Consuelo Miranda.

Biología y bioética. Mario Fernando Castro.

Ética en la investigación con modelos animales experimentales. Alternativas y las 3 RS de Russel. Una responsabilidad y un compromiso ético que nos compete a todos. Afife Mrad de Osorio.

Reseña bibliográfica: Ethics and the Metaphysics of Medicine. Refl ections on health and beneficence. (KENNETH A. RICHMAN. Massachusetts, Lon-don: Ed. The MIT Press Cambridge, 2004. Andrzej Lukomski.