#resumen del texto de lizcano; aula, laboratorio, despacho. los no-lugares del poder-saber global...

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- Resumen del texto de Lizcano: Aula, laboratorio, despacho. Los no-lugares del poder/saber global. (203-215) La globalización sería impensable sin la sustitución de los lugares por un espacio abstracto de-solado con una razón y un individuo a-locados que se hacen en los no-lugares globales (como el mercado global o la red global de comunicaciones, pero también otros no mencionados, como el aula escolar, el laboratorio del científico y el despacho del burócrata). De estos no-lugares surge el leguaje artificial de la era global. Los modos de estar  [y pensar] se reducen en dos tipos ideales: los lugares y el espacio. Los primeros dichos en plural y el segundo en singular. Ejemplos de lugares son una aldea y su entorno, una ciudad, un centro de reunión o un sitio de chat en Internet. Como modos de espacio están los 3 mencionados en el título. En los lugares todo se entrelaza íntimamente, ellos constituyen y dan significado a todo lo que alojan, por lo que algo o alguien que se traslade a otro lugar pasa a ser algo distinto; la persona (el lugareño) o cosa no está en el lugar, sino que es del  lugar. Los lugares son heterogéneos e inconexos los unos con los otros. Cada uno tiene cualidades propias que le hacen diferenciarse de otros lugares. En el espacio, cuyo paradigma puede ser el espacio coordenado cartesiano, espacio homogéneo, constituido por puntos indiscernibles entre sí salvo por la posición que ocupan respecto a los ejes de coordenadas. Es isótropo, está dotado de las mismas propiedades en cualquiera de sus regiones por lo que las personas y cosas pueden desplazarse sin alterar su constitución o su significado. En el espacio, el lugar es insignificante: ni importa ni está dotado de significado. La facilidad de desplazo es también facilidad de traducción y deslizamiento de significados. En resumen, el lugar es in-tenso, alberga tensión y complejidad propias de la vida; el espacio es ex-tenso, expulsa tensión y complejidad, arrasa las singularidades: es plano, todo lo aplana, nada cabe en él que no esté plan-ificado. Ambos tipos ideales pueden asociarse a dos maneras de saber y dos maneras de poder. En el lugar, saber y poder brotan de él y se mantienen apegados a él: ambos dependen del contexto y el entorno, dotándole de sentido. Aquí, saber y poder son propiedad de los lugareños, que los mantienen y transforman según sus conveniencias. La novedad se asimila lentamente, reinterpretando su significado a la luz de los significados con-sabidos de los lugareños. Saber y poder se arraigan [aferran] en el lugar, lo expresan y lo recrean. En el espacio, por el contrario, saber y poder sobrevuelan, desarraigados, la superficie en la que se insertan o circulan los puntos / individuos. El saber está literalmente fuera de lugar y el poder fuera de control. Ese saber fuera de lugar es ahora información o comunicación. Ese poder fuera de control se manifiesta en espacios abstractos, como el democrático o el del mercado. El saber abstracto propio del espacio es aplicable por igual en cualquier punto o región del mismo, pues todos son indiferentes. Desarraigado, el saber abstracto abomina la heterogeneidad, que es un obstáculo para que sus significados circulen y se reproduzcan libremente. La novedad permanente y la circulación fluida propias del saber del espacio le recrean a su vez como tal espacio homogéneo e isótropo, arrasando literalmente las rugosidades lugareñas que en él hubieran podido brotar o las que aún pervivieran. [Los saberes del lugar] La íntima trabazón entre los modos de conocimiento / poder y su tipo de localización (espacio o lugares) podemos observarlo en el siguiente ejemplo, donde a un anciano kpelle se le enfrenta a la supuesta ineluctabilidad de un si-logismo. [Ver ejemplo citado de M. Cole y S. Scribner (1977: 158) en la página 214.] Se ha debatido si éste es un pensamiento pre- lógico, diferentes lógicas o si se trata de una “incapacidad para el pensamiento lógico”. Cualquiera de las tres opciones revelaría el abismo entre la lógica propia del lugar del propio kpelle, y la lógica del espacio o ‘lógica formal’, en la pretensión de universalidad del silogismo. Ninguna de las tres opciones da cuenta de la situación. Lo que ocurre es que kpelle no acepta razonar en esa ‘lógica pura’ que le propone el académico. Su forma de razón se resiste a someterse a la lógica formal, sin por ello dejar de razonar. Kpelle resiste a la autoridad de la lógica, la que le vence es la autoridad del lógico: “Aun cuando no hayas estado allí,  puedes [o sea, debes] contestarla”. Para kpelle el problema ‘puramente lógico’, el saber abstracto le es in -significante. Sólo empieza a significar cuando él pone en juego su saber adquirido. Esta reacción se trata de una objetivación concreta, situada, y no abstracta, osea fuera del contexto y con pretensiones de validez universal. Kpelle trata de vincular el problema con su propia experiencia como sujeto: “¡Pero yo no estaba allí, ¿cómo puedo responder?!”. Para él no hay razonamiento sin un sujeto situado que razone sobre algo concreto, situado también en algún lugar. La lógica que empezó a desarrollarse en Grecia no quiere hacer abstracción sólo del contexto sino también del sujeto. - No trata sólo de extraer la cuestión de su lugar propio, sino de extirpar también al sujeto de su lugar y actividad propios: ser él el que razona. La lógica del interrogador, lejos de ser ‘lógica pura’, responde a una costumbre muy típica entre ciertos grupos de occidente: construir la ilusión de hacer como si nadie

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Introduccion al Pensamiento Científico (IPC) catedra Rivera (UBA)

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  • 5/20/2018 #Resumen Del Texto de Lizcano; Aula, Laboratorio, Despacho. Los No-lugares Del Poder-saber Global (203-215)

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    - Resumen del texto de Lizcano: Aula, laboratorio, despacho. Los no-lugares del poder/saberglobal. (203-215)

    La globalizacin sera impensable sin la sustitucin de los lugares por un espacio abstracto de-solado conuna razn y un individuo a-locados que se hacen en los no-lugares globales (como el mercado global o lared global de comunicaciones, pero tambin otros no mencionados, como el aula escolar, el laboratorio delcientfico y el despacho del burcrata). De estos no-lugares surge el leguaje artificial de la era global.Los modos de estar[y pensar] se reducen en dos tipos ideales: los lugares y el espacio. Los primeros dichos

    en plural y el segundo en singular. Ejemplos de lugares son una aldea y su entorno, una ciudad, un centrode reunin o un sitio de chat en Internet. Como modos de espacio estn los 3 mencionados en el ttulo. Enlos lugares todo se entrelaza ntimamente, ellos constituyen y dan significado a todo lo que alojan, por loque algo o alguien que se traslade a otro lugar pasa a ser algo distinto; la persona (el lugareo) o cosa noest enel lugar, sino que es del lugar. Los lugares son heterogneos e inconexos los unos con los otros.Cada uno tiene cualidades propias que le hacen diferenciarse de otros lugares. En el espacio, cuyoparadigma puede ser el espacio coordenado cartesiano, espacio homogneo, constituido por puntosindiscernibles entre s salvo por la posicin que ocupan respecto a los ejes de coordenadas. Es istropo,est dotado de las mismas propiedades en cualquiera de sus regiones por lo que las personas y cosaspueden desplazarse sin alterar su constitucin o su significado. En el espacio, el lugar es insignificante: niimporta ni est dotado de significado. La facilidad de desplazo es tambin facilidad de traduccin y

    deslizamiento de significados. En resumen, el lugar es in-tenso, alberga tensin y complejidad propias de lavida; el espacio es ex-tenso, expulsa tensin y complejidad, arrasa las singularidades: es plano, todo loaplana, nada cabe en l que no est plan-ificado.Ambos tipos ideales pueden asociarse a dos maneras de saber y dos maneras de poder. En el lugar, saber ypoder brotan de l y se mantienen apegados a l: ambos dependen del contexto y el entorno, dotndolede sentido. Aqu, saber y poder son propiedad de los lugareos, que los mantienen y transforman segnsus conveniencias. La novedad se asimila lentamente, reinterpretando su significado a la luz de lossignificados con-sabidos de los lugareos. Saber y poder se arraigan [aferran] en el lugar, lo expresan y lorecrean. En el espacio, por el contrario, saber y poder sobrevuelan, desarraigados, la superficie en la que seinsertan o circulan los puntos / individuos. El saber est literalmente fuera de lugar y el poder fuera decontrol. Ese saber fuera de lugar es ahora informacin o comunicacin. Ese poder fuera de control se

    manifiesta en espacios abstractos, como el democrtico o el del mercado. El saber abstracto propio delespacio es aplicable por igual en cualquier punto o regin del mismo, pues todos son indiferentes.Desarraigado, el saber abstracto abomina la heterogeneidad, que es un obstculo para que sus significadoscirculen y se reproduzcan libremente. La novedad permanente y la circulacin fluida propias del saber delespacio le recrean a su vez como tal espacio homogneo e istropo, arrasando literalmente las rugosidadeslugareas que en l hubieran podido brotar o las que an pervivieran. [Los saberes del lugar] La ntimatrabazn entre los modos de conocimiento / poder y su tipo de localizacin (espacio o lugares) podemosobservarlo en el siguiente ejemplo, donde a un anciano kpelle se le enfrenta a la supuesta ineluctabilidadde un si-logismo.[Ver ejemplo citado de M. Cole y S. Scribner (1977: 158) en la pgina 214.]Se ha debatido si ste es un pensamiento pre-lgico, diferentes lgicas o si se trata de una incapacidad

    para el pensamiento lgico. Cualquiera de las tres opciones revelara el abismo entre la lgica propia dellugar del propio kpelle, y la lgica del espacio o lgica formal, en la pretensin de universalidad delsilogismo. Ninguna de las tres opciones da cuenta de la situacin. Lo que ocurre es que kpelle no aceptarazonar en esa lgica pura que le propone el acadmico. Su forma de razn se resiste a someterse a la

    lgica formal, sin por ello dejar de razonar. Kpelle resiste a la autoridad de la lgica, la que le vence es laautoridad del lgico: Aun cuando no hayas estado all, puedes [o sea, debes] contestarla. Para kpelle elproblema puramente lgico, el saber abstracto le es in-significante. Slo empieza a significar cuando lpone en juego su saber adquirido. Esta reaccin se trata de una objetivacin concreta, situada, y noabstracta, osea fuera del contexto y con pretensiones de validez universal. Kpelle trata de vincular elproblema con su propia experiencia como sujeto: Pero yo no estaba all, cmo puedo responder?!. Paral no hay razonamiento sin un sujeto situado que razone sobre algo concreto, situado tambin en algnlugar. La lgica que empez a desarrollarse en Grecia no quiere hacer abstraccin slo del contexto sinotambin del sujeto.-No trata slo de extraer la cuestin de su lugar propio, sino de extirpar tambin al sujeto de su lugar yactividad propios: ser l el que razona. La lgica del interrogador, lejos de ser lgica pura, responde a unacostumbre muy tpica entre ciertos grupos de occidente: construir la ilusin de hacer como si nadie

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    razonara sobre algo que, en el fondo, tambin es nada, es decir, como si el razonamiento discurriera por smismo. Es la lgica caracterstica del espacio homogneo e istropo. Slo es lgica pura en la med ida enque consiga ocultar que obedece a una singular costumbre, es decir, en la medida en que logre legitimarese no-lugar que es el espacio como el nico lugar posible de racionalidad. Cuando, por fin, el anciano sedecide a cooperar, pese a que el interrogador va descartando sus exigencias (es decir, cuando seguramentequeda convencido de que con la mentalidad greco-europea del interrogador no hay manera de razonar),entonces acierta en la respuesta (si por acertar entendemos llegar a la misma conclusin que mediante elsilogismo). Acierta, s, pero la razn que da no tiene nada que ver con la supuesta fuerza ineluctable del

    silogismo: La razn es que el venado negro camina todo el da..... Para nada aparece la araa, que erapieza clave del razonamiento. En cambio, observamos que el sujeto no se resigna a quedar excluido de unaconclusin que para el interrogador debera haber llegado por s misma: lo que el kpelle hace esproducir informacin nueva que apoye su respuesta. En resumen, para que el problema lgico no le sea in-significante debe dejar de ser puramente lgico, debe poner en lugar de su universalidad y necesidadcircunstancias tan poco universales y necesarias como el contexto de la accin, el sujeto que la piensa y el

    conocimiento adquirido in situ que l mismo decide poner en juego. En este sencillo dilogo, el anciano yanalfabeto kpelle obliga a revelarse las diferencias radicales entre el pensamiento del espacio y elpensamiento del lugar, as como las formas de poder y legitimacin que se juegan en cada caso.Lo que tambin puede observarse en este ejemplo es que al lugareo no alfabetizado la lgica le cae de

    fuera, proviene literalmentedel espacio exterior. Es la lgica del antroplogo, a la que sbitamente se

    ve enfrentado. Es bien significativo que todos los estudios de este tipo coincidan en que la capacidad paraaceptar la tarea lgica es directamente proporcional al grado de escolarizacin 2 . La Ilustracinexportar, junto a su ideal de escolarizacin universal, la forma de conocimiento propia de la escuela: unalgica tan abstracta como lo es la escuela, tambin abstrada/extrada de su entorno (muros, rejas,alambradas...) y de las formas tradicionales de transmisin del saber (no curriculares, ligadas a lasprcticas...). Quiz, cuando todas las formas de vida social se hayan ahormado segn el molde escolar, porfin se realice el ideal moderno de abstraccin y extraccin uni-versal.Pero antes de entrar de lleno en la cuestin escolar nos detendremos en el proceso histrico del que cobrasu sentido ms profundo. La tensin o lucha entre espacio y lugares se da hoy y en cualquier momento ylugar. En el espacio del aula tambin la pandilla encuentra un lugar y ese lugar se recrea, a su vez, segnrasgos del espacio escolar. Pero tambin podemos seguir esa tensin a travs de su evolucin en el tiempopara mejor entender cmo ha llegado a nuestros das en la forma en que lo ha hecho. Es una larga historiaque podemos hacer arrancar de las metforas fundamentales que inauguran la llamada modernidad.Invencin del espacio y acorralamiento del lugar Cuando Galileo mira alrededor, ya no ve lugares sinoespacio, ms an, espacio textual. Lo que ve es este vasto libro que est siempre abierto ante nuestros

    ojos, me refiero diceal universo. Pero no puede ser ledo hasta que hayamos aprendido el lenguaje ynos hayamos familiarizado con las letras en que est escrito. Est escrito en lenguaje matemtico, y lasletras son los tringulos, crculos y otras figuras geomtricas, sin las que es humanamente imposibleentender una sola palabra (Il Saggiatore, 1623, cuestin 6).Descartes, por su parte, se imagina a s mismo como una mente -en-una-cuba 3 , que encuentra en suinterior cuanto de verdadero pueda haber pues est desconectado de un exterior que se reduce a puraextensin, mero espacio in-significante. Locke, por el contrario, aunque en el fondo es lo mismo, imaginalas cabezas de las gentes como una tabula rasa, un gabinete vaco, una pgina en blanco, vaca por

    completo de caracteres. Con estas metforas empieza una historia que puede interpretarse como unaprogresiva desolacin, a-corralamiento y a-rasamiento literales de los lugares y su progresiva sustitucinpor ese espacio abstracto, homogneo y uni-versal 4 sobre el que se edifican tanto las mentesescolarizadas como los propios edificios escolares. La empresa toda de la modernidad ilustrada puedenarrarse como una progresiva expansin del espacio en lucha contra los lugares y los modos populares deejercicio del poder y del saber que arraigan en ellos. Aula, laboratorio, despacho: in-cubadoras de poderglobalDe todos estos no-lugares globales, que se gestan al calor de la Revolucin burguesa y se vanuniversalizando con el empuje de revoluciones posteriores (ya sean las sucesivas revoluciones industriales,ya las llamadas comunistas), merecen destacarse tres, en los que se representa y en los que sefundamentade forma paradigmtica el espacio global. Me refiero a esos no-lugares que suelen quedar

    en la sombra pues se sitan tras el foco mismo de las Luces: el aula escolar, el laboratorio cientfico y eldespacho del burcrata. Sus similitudes son ciertamente sorprendentes: Los tres son recintos, espacios acotados, y acotados por paraleleppedos. Los tresestn de-finidos por muros que los aslan/abstraen del exterior, un exterior que se crea como talprecisamente en virtud del cercamiento mediante muros.

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    En los tres reina, como consecuencia de su cercamiento, una luz artificial y homognea. Los tres son espacios clnicos, idnticos a s mismos en cualquier rincn del planeta, donde funcionancomo poderosas mquinas de sustitucin de las realidades concretas por otras regidas por criterios deracionalidad a-locados. Los tres son espacios privilegiados de conocimiento experto y abstracto, como corresponde a suextraccin/abstraccin de un exterior de cuya distraccin parecen defenderse. A los tres les rodea cierto aura de sacralidad, derivada de su carcter separado, donde cualquier voz noautorizada es condenada al silencio.

    En los tres, cualquier sorpresa se recibe con preocupacin y se persigue hasta reducirla y anularla. Los tres son indicadores del grado de progreso de una nacin. Los tres son espacios aspticos, a cuya entrada debe abandonarse cualquier bagaje exterior (experiencia,lenguaje vernculo o suciedad) que sera visto como pertur bador y contaminante. Los tres encuentran su sentido, no en el presente y el lugar concretos en que actan, sino siempre ms

    all, en el futuro y en el exterior que plani-fican, es decir, que hacen plano o tabula rasapara rehacerlosegn sus planes (planes de estudio, planes de investigacin, planes de gestin); Los tres planifican, adems, sus propias actividades segn un mtodo. En los tres domina la seriedad ser un efecto de su serialidad?y se excluye toda broma (tanto desdeellos como sobre ellos); en los tres fluye con toda naturalidad una jerga artificial experta que desprecia laslenguas y los saberes comunes, que as reaparecen como factores distorsionantes y modos de ignorancia.

    Y mediante los tres se globaliza la percepcin popular de que sea lo que sea lo que en ellos se ensee,se investigue o se gestioneel conocimiento y las decisiones no surgen de los propios lugares y saberescomunes sino de instancias separadas/abstractas, de un conocimiento experto que siempre viene deafuera y de arriba. Sobre los rasgos comunes a estos tres no-lugares globales, se establece una claradivisin de funciones entre ellos que forja su ntima solidaridad. El laboratorio es el espacio del que fluye elnico discurso de la verdad al que acepta someterse el hombre moderno, el nuevo Sina del que los nuevossacerdotes recogen las tablas de la ley: la ley cientfica (que ahora, conforme impone la creencia en elprogreso, siempre ser como las incesantes innovaciones tcnicas provisional y renovable). Por suparte, el despacho del gestor o del burcrata sea pblico o privado, administrativo o empresarialabandona aquella concepcin de la poltica como arte de lo posible para sustituirla por la deadministracin de lo necesario e inevitable 5 , pues sus decisiones se fundamentan ahora, no en laarbitrariedad, la voluntad o la tradicin, sino en la racionalidad tecno-cientfica que mana del laboratorio.Y, recprocamente, el gobierno de los despachos construye a su vez el espacio social como inmensolaboratorio, donde las gentes, percibidas como masas o poblaciones, son sometidas a continuosexperimentos de ingeniera social y poltica (eso s, siempre por nuestro bien).La tecnoburocracia o el delirio poltico de la razn La ntima complicidad de laboratorio y despacho fundaas una racionalidad a-locada (tanto en lo que tiene de enloquecida y delirante como en su falta deemplazamiento o localizacin) y global en la que se legitima la que algunos han empezado a considerarcomo nueva clase dominante planetaria: la tecnoburocracia. En realidad, la emergencia de esta nueva claseglobal se alumbr en los primeros experimentos sociales llevados a cabo por los regmenes de socialismocientfico y ya fue detectada, poco despus, en algunos diagnsticos anticipatorios: La clase virtual de lostecnoburcratas tiene un poder de decisin no controlado que hace que sus aptitudes tcnicas seanexcepcionales, independientes de los fines a los que deberan servir. Su fuerza reside en su omnipresencia,

    que va de las grandes empresas industriales a la administracin del Estado, de los organismos deplanificacin pblicos y privados a los estados mayores de los ejrcitos modernos (...) y se intensifica en supropensin a invadir los aparatos de los diversos partidos polticos, independientemente de sustendencias, por no hablar de los sindicatos, tanto obreros (ay!) como patronales. Su propensin a laomnipresencia se extiende asimismo a los distintos organismos internacionales, sean las Naciones Unidas,la Unesco, la Otan, las diferentes instituciones europeas, etc. (G. Gurvitch, 1969: 133) 6 . Ambos espacios

    llegan as a trasvasar entre ellos, y sin el menor pudor, sus respectivas funciones especficas, de modo queel laboratorio se instituye como espacio de poder y el despacho como espacio de racionalidadtecnocientfica.El cubo que modelaba el espacio interior de las mentes de aquella tribu abstractora ha venido as amodelar tambin el espacio exterior, un espacio global donde ahora los cubos o cubculos (escolares,

    tecnocientficos y gerenciales) son los no-lugares del poder. Pero la legitimacin cientfica del poder de losexpertos slo puede ejercerse sobre un tipo humano muy especial, un tipo humano convencido de que nisu propia experiencia ni lo que puedan saber sus iguales, vecinos o compaeros, es fuente de saber dignade crdito; un tipo humano convencido de que la lengua que aprendi sin esfuerzo desde pequeo no es ellenguaje correcto ni apropiado; un tipo humano convencido de que para saber y progresar debe abandonar

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    su lugar y encerrarse en ciertos recintos especiales, separados/abstrados de todo entorno natural y social;un tipo humano convencido de que el conocimiento se parcela en recintos o disciplinas y de que para cadauna de ellas slo ciertos expertos por supuesto, cientficos tienen voz autorizada (y autorizada, porcierto, por la Administracin del Estado). Pues bien, la construccin de este curioso tipo humano a nivelglobal es el objetivo de la empresa escolarizadora, en cuyas aulas-cubos, de forma progresivamentegratuita y obligatoria, se modelan, durante aos, las mentes-en-un-cubo de la infancia y juventud de todoel planeta: es lo que se llama crear ciudadanos, fabricar ciudadana. El cubo aula escolar, pro-yectadodesde los cubosdespachos y los cubos-laboratorios, ahorma y forja as las mentes-en-una-cuba infantiles

    que garantizarn la perpetuacin de esa especie de cubificacin universal. Hans Magnus Enzensberger(1986: 4) lo seala con toda precisin: Los pueblos no han aprendido a leer y escribir porque tuvieran

    ganas de hacerlo, sino porque se les ha obligado. Su emancipacin ha sido al tiempo una incapacitacin. Apartir de ese momento, el aprender ha quedado sometido al control del Estado y sus agencias: la escuela,el ejrcito, la justicia El metacubo tridimensional que tiene por ejes los cubos aula -laboratorio-despachoconstituye as la ms formidable mquina globalizadora, que ms preciso sera llamar cubificadora.