respuesta de los holandeses y …servicio.bc.uc.edu.ve/postgrado/manongo17/17-4.pdf · del...

22
RESPUESTA DE LOS HOLANDESES Y CONTRABANDISTAS CRIOLLOS EN OPOSICIÓN A LA GUIPUZCOANA (1731-1732) Hebe Oquendo Chacón Resumen En este artículo se muestran algunos aspectos del conflicto que oponía a contrabandistas criollos y comerciantes holandeses en contra de la Compañía Guipuzcoana. Con la creación de la Guipuzcoana, en 1728, aparecen prontamente las discordias debido al monopolio comercial y al rígido control que ella impone sobre el contrabando. En efecto, la Compañía inició la persecución de la inveterada práctica del comercio ilegal que se mantenía con Curazao, donde cacao y tabaco se intercambiaban por bienes manufacturados europeos. Esto desató la abierta hostilidad de contrabandistas y comerciantes. Las actividades de rebelión y protección del contrabando de Andresote fueron también parte del conflicto considerado aquí, según la documentación que dejara la investigación de Pedro José de Olavarriaga quien actuó como juez investigador y Director de la Guipuzcoana. Las fuentes utilizadas han sido documentales y bibliográficas. Palabras claves: Contrabando, Compañía Guipuzcoana, Andresote, holandeses. Answer of the dutchmen and the creole Smugglers in opposition to the Guipuzcoana (1731-1732) In this article some aspects of the conflict that creole smugglers and Dutch merchants had against Guipuzcoana company are showed. With the foundation of Guipuzcoana in 1728 various discords emerged because of the commercial monopoly and the rigid control over contraband that it imposed. Logically, for the company, the inveterate practice of the illegal commerce that was maintained with Curazao, where cocoa and tobacco were exchanged for European manufactured goods, should be pursued. This would put the smugglers and the Dutch merchants in an open hostility. Andresote‘s activities of rebellion and protection of the contraband were part of the conflict considered in this article, as showed Nº 17, 2001, pp. 267 - 288 Investigadora, Msc. en Historia de Venezuela. Profesora de la Universidad Simón Bolívar

Upload: vanque

Post on 05-Oct-2018

217 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

RESPUESTA DE LOS HOLANDESES YCONTRABANDISTAS CRIOLLOS EN OPOSICIÓN

A LA GUIPUZCOANA (1731-1732)Hebe Oquendo Chacón

ResumenEn este artículo se muestran algunos aspectos del conflicto que oponía acontrabandistas criollos y comerciantes holandeses en contra de laCompañía Guipuzcoana. Con la creación de la Guipuzcoana, en 1728,aparecen prontamente las discordias debido al monopolio comercial y alrígido control que ella impone sobre el contrabando. En efecto, laCompañía inició la persecución de la inveterada práctica del comercioilegal que se mantenía con Curazao, donde cacao y tabaco seintercambiaban por bienes manufacturados europeos. Esto desató laabierta hostilidad de contrabandistas y comerciantes. Las actividades derebelión y protección del contrabando de Andresote fueron también partedel conflicto considerado aquí, según la documentación que dejara lainvestigación de Pedro José de Olavarriaga quien actuó como juezinvestigador y Director de la Guipuzcoana. Las fuentes utilizadas hansido documentales y bibliográficas.

Palabras claves: Contrabando, Compañía Guipuzcoana, Andresote,holandeses.

Answer of the dutchmen and the creole Smugglersin opposition to the Guipuzcoana

(1731-1732)

In this article some aspects of the conflict that creole smugglers and Dutchmerchants had against Guipuzcoana company are showed. With thefoundation of Guipuzcoana in 1728 various discords emerged because ofthe commercial monopoly and the rigid control over contraband that itimposed. Logically, for the company, the inveterate practice of the illegalcommerce that was maintained with Curazao, where cocoa and tobaccowere exchanged for European manufactured goods, should be pursued.This would put the smugglers and the Dutch merchants in an openhostility. Andresote‘s activities of rebellion and protection of thecontraband were part of the conflict considered in this article, as showed

Nº 17, 2001, pp. 267 - 288

Investigadora, Msc. en Historia de Venezuela.Profesora de la Universidad Simón Bolívar

268

in the documents related to the research that Pedro Josè de Olavarriagadid as judge and director of the Guipuzcoana. The sources we have usedare printed and bibliographical documentaries.

Key words: Contraband, Guipuzcoana Company, Andresote, Dutchmen.

Réaction des Hollandais et des Contrebandiers Créolesface à la Compagnie Guipuzcoana (1731 – 1732)

Les aspects du conflit qui opposait les contrebandiers créoles et lescommerçants hollandais à la Compagnie Guipuzcoana sont explorés danscet article. Cette Compagnie créée en 1728 a très rapidement provoqué dedifférents désaccords à cause du monopole commercial et du contrôlesévère qu’elle exerçait sur le contrebande. En effet, la CompagnieGuipuzcoana était à la poursuite de l’habitude invétérée de faire le commerceillicite du cacao et du tabac avec l’île de Curaçao pour obtenir des produitsmanufacturés européens. C’est pourquoi les contrebandiers et lescommerçants hollandais étaient très hostiles à la Compagnie. L’articleanalyse ce conflit, y compris la rébellion d’Andresote et sa protection ducontrebande, tel qu’il est montré dans les documents portant sur l’enquêtefaite par le juge et directeur de la Guipuzcoana, Pedro Jose de Olavarriaga.L’auteur a fait appel à des sources comprenant des reproductions desdocuments originaux et des références bibliographiques sur le sujet.

Mots clés: Contrebande, Compagnie Guipuzcoana, Andresote, Hollandais.

La firme tarea en oposición al contrato ilegal que acometióla Compañía Guipuzcoana muy rápido promovió la agresivadisconformidad de los holandeses y otros contrabandistasnativos, quienes combinaron energías para importunar a laCompañía.

“... .En el momento en que la Compañía inicia sus actividadesen Venezuela, los holandeses, apoyados en la posesión deCurazao, han establecido ya sus reales en el propio territorionacional, y dominan con su influencia a las autoridades ysobre todo a la población. ...” (Espinosa; Alfonso. 1962. 39)

En 1728 se instauró la Compañía, la cual en cierto modoreemplazó el consorcio mercantil que era exclusivo de España,

Hebe Oquendo Chacón

el tenaz dominio que instituyó ofreció por desenlace la oposi-ción de los criollos quienes se sentían despojados de determina-das prerrogativas. Al mismo tiempo, la Compañía atacó riguro-samente el contrabando que desde varios lustros atrás se reali-zaba en unión de Curazao.

“La Provincia de Venezuela, aunque pobre yabandonada, llamó desde el comienzo la atención delmonopolio español. Su situación geográfica, abierta a costasextensas, despobladas, sin milicia suficiente que lascustodiase, era, aún en plena conquista, bocado de los másapetecidos para cuantos contrabandistas a las costas delNuevo Mundo, y esta situación, que al principio era eventual,dada la imposibilidad de los extranjeros de mantenerse fijoscerca de la costa venezolana se convirtió en tráfico ordinariodesde el definitivo establecimiento de los holandeses enCurazao, en 1634” (Yanes; Antonio R 1936. 160 ).

Represión y contrabando impuesto

Los vecinos en complicidad con los holandeses, atacabanlas patrullas de tierra apostadas por la Compañía. Pedro Joséde Olavarriaga manifestaba que las acciones hostiles contra laGuipuzcoana eran hechas en unión de los holandeses con elúnico propósito de mantener el contrabando.

“Desde el principio halló resistencia la Compañía paramontar su sistema metódico en los naturales del país detérmino, habituados a las libertades del contrabando conlos holandeses. ... Apenas llegados los guipuzcoanos aCaracas, a poner en pie las primeras factorías,... , cuandotuvieron que vencer la oposición decidida de los holandeses,descontentos por la llegada de aquel intruso huésped. ...”(Basterra; Ramón de. 1954. 46).

De acuerdo con Olavarriaga, las balandras tratantes iza-ban estandartes francesas, inglesas o sencillamente coloridaspara despistar a la embarcación de vigilancia y nunca exhibirsu auténtico pabellón, en el que no cabía la menor sospecha de

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

270

que tales navíos se vinculaban a los holandeses y judíos deCurazao, cosa que pudo confirmar por medio de los testimo-nios de los criollos que cooperaron en el atraco con los vigilantesque protegían la confluencia del Yaracuy.

Dentro de las evidencias de los expedientes organizadospor Olavarriaga acerca de este tema, de igual forma aludió adiferentes acontecimientos que igualmente fundamentaban lasmaniobras de resistencia utilizados por los judíos y neerlandesespara sustentar el mercado ilegal que, en tiempos pasados, reali-zaban a su capricho dentro de todo el litoral, ríos, valles y dife-rentes emplazamientos de Venezuela.

Las reflexiones de Olavarriaga se centraban en los siguientesacontecimientos: en 1731, en el mes de abril dos CapitanesNeerlandeses extrajeron del puerto de Coro a una balandra dela Compañía y se la llevaron a Curazao. Un mes después, enChichiriviche, dos traficantes judíos le quitaron atropelladamen-te un considerable cargamento de cacao a dos comerciantes quese aprestaban a encaminarse a la Guaira. La intrepidez de losholandeses llegó al límite de reunirse cuatro meses más tardedel primer hecho narrado, asediando el susodicho puerto enunión a 18 barcos con la finalidad de sabotear la carga de lafragata “San Ignacio de Loyola”, que iba a emprender viaje aEspaña ese mismo día 13 de agosto.

Argumentaba Olavarriaga que promovió las respectivasprotestas al Gobernador y los restantes participantes del Conse-jo de Curazao, pero desconfiaba que ello prestara resultado,debido a que estos funcionarios favorecían las operaciones delos contrabandistas de aquella isla. Igualmente remitió los testi-monios de los expedientes para que los representantes de la Pe-nínsula tomaran las disposiciones precisas para obstaculizar losatropellos de los hebreos y neerlandeses en los territorios hispa-nos de las Indias.

Hebe Oquendo Chacón

Postura de los Funcionarios NeerlandesesComo era de esperarse, había mucho de razón en los plan-

teamientos que Olavarriaga hacía al referirse al Gobernador y asu Consejo de Ministros como contrabandistas y, si no, por lomenos de ser sus patrocinantes.

En los testimonios de los autos preparados por SebastiánGarcía de la Torre, el 28 de noviembre de1731, sobre la balan-dra “La Levantada”, encontramos que en la embarcación, apartede haber un cuantioso género de contrabando, sorpresivamentefueron encontradas unas misivas las cuales revelaron el desaso-siego de los representantes de Curazao por el incremento de loscostos del cacao ante la función de la Compañía Guipuzcoana.De la misma forma se encontraron otras esquelas realizadas endistintos muelles de Holanda, en las cuales se instruían tanto alos Capitanes de las naves como a los funcionarios de Curazao,para que dieran preferencia a otros productos sobre el cacaodebido a sus moderadas cotizaciones en los mercados indianos.

En el mes de octubre, el Gobernador Sebastián García dela Torre y el Director General de la Guipuzcoana comisionarona Ignacio de Loperena para que presentara una carta requisito-ria al Gobernador, y miembros del Consejo de Curazao, acom-pañada de los testimonios de autos, sobre la incursión hechapor los acontecimientos del mes de agosto de ese año. A media-dos de ese mes de octubre, los representantes de Curazao res-pondieron que era preciso esperar la traducción de los autosremitidos por Olavarriaga, ya que eran muy largos y no habíaquien hiciese la traducción. Sin embargo, los neerlandeses repu-sieron 1 lancha con sus 10 tripulantes, con la esperanza de quese les devolvieran a los contrabandistas que la Compañía teníaen su poder. Al no encontrarlos, el Gobernador de Curazao leescribe a Pedro José de Olavarriaga sobre la conveniencia deconservar la buena amistad entre los súbditos de España y delos Estados Generales. De no ser devueltos entonces ellos proce-derían a tomar las embarcaciones con su contenido, y eso seaplicaría con todo rigor.

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

272

Recientes protestas por la conducta desfavorable de los con-trabandistas

El Gobernador de Caracas, Sebastián García de la Torre,expuso con testimonio de los autos a la Corona, finalizando elaño 1731, las intervenciones agresivas de los holandeses contralos navíos de la Compañía, sus ataques por el litoral y el contra-bando obligado que perpetraban a costa de los residentes que seoponían a las negociaciones furtivas.

Asimismo, agregaba lo inútil que había sido intentar lle-gar a un acuerdo con el Gobernador de Curazao, a fin de que lepusiera coto a tales desenfrenos, pues los contrabandistas pro-seguían sus actos hostiles. El fin de esta exposición era que laCorona tomara las medidas pertinentes para contener los atro-pellos de los judíos y neerlandeses.

El Gobernador de igual forma apuntaba que los marine-ros que trasladaban el cacao, por pedido de los propietarios delas mercancías, sospechosamente consentían que les arrebata-ran tales géneros los holandeses, canjeándolos por indumentariasy diferentes mercancías de contrabando. Una vez que los mari-neros se presentaban en los muelles de destino, los poseedoresde los fardos de cacao, con la excusa de ser honestos, preten-dían que se les retribuyera el importe de lo aparentemente hur-tado con productos canjeados por los holandeses.

El aumento de las operaciones adversas por parte de losjudíos y holandeses, forzó a Pedro José de Olavarriaga a reno-var sus quejas al Gobernador de Curazao. La contestación ofre-cida a tales peticiones por parte del Gobernador Juan Pedro VanCollen y los asociados de la Asamblea de Curazao, testimoniónuevamente el amparo que dichos representantes ofrecían a loscontraventores, y su método de dar excusas circunstanciales enla medida que incrementaban los abusos de sus subalternos enlos dominios hispanos.

Hebe Oquendo Chacón

Una manera de fundamentar el contrabando forzado eraamparar su conducta en facturas preparadas para otorgarle untinte de legitimidad a semejante hecho de presión y, como que sino fuera nada, explicaron que la gran parte de los requerimien-tos en lo tocante a las acciones agresivas de los judíos y holan-deses en diferentes zonas del litoral venezolano, de ningún modoles concernía.

“Al mismo tiempo que iniciaba así las diligencias deacusación contra los levantamientos del Yaracuy,Olavarriaga, ... envía a la isla de Curaçao como apoderadosuyo a Juan de Ureta quien presenta en la isla demandaconteniendo diferentes quejas sobre las hostilidades‘cometidas por los capitanes que navegan de esta isla con ladicha Compañía Guipuzcoana..., acusándolosconcretamente, de la intervención que habían tenido en lossucesos del Yaracuy y en el fomento del trato ilícito. Pero elConsejo de la isla hurtó el cuerpo... disponiendo... que nohabía porqué castigar a los capitanes por haber sacado elcacao que se supone hecho lícitamente, ya que hayconstancia escrita de que fue pagado hasta el últimomaravedí; ...” (Amezaga Aresti; Vicente de. 1963. 36)

Tal sería la postura corriente acogida por los Gobernantesde Curazao delante de las protestas de los representantes deVenezuela y los delegados de la Compañía Guipuzcoana, lo cualprodujo congestionadas controversias en medio de dichas auto-ridades y transformó a las costas venezolanas en teatro de unacontienda sin cuartel, en la que los convenios interestatales deninguna cosa servía para contener el atrevimiento de los con-trabandistas.

La rebelión de Andresote ante el malestar de los criollos yneerlandeses

“... el levantamiento de Andresote ... no fue consecuencia delos procederes despóticos de la empresa vasca como quierenalgunos, ... . Aventura ... suscitada, fomentada y sostenidano solo con dinero y armas, sino con hombres propios

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

274

armados... por aquellos a quienes la instalación y el activofuncionamiento de la Compañía habían venido a herir en lomás vivo de sus intereses y a privarles de las enormesganancias que realizaban en el comercio clandestino conVenezuela: los comerciantes holandeses de la vecina isla deCurazao.” (Olavarriaga; Pedro José de. 1958. 177 – 178).

El asiento de la Compañía Guipuzcoana fue principio demúltiples alborotos de patrón económico, a causa de la oposi-ción común originada por el monopolio que ejercía la referidaCompañía. La contrariedad de los nativos y neerlandeses por lapujante actuación de la Guipuzcoana y del GobernadorSebastián García de la Torre en discrepancia con el intercambiofurtivo, muy escuetamente obtenían tintes trágicos para la ca-dencia de la Provincia.

“Con la disminución del comercio ilícito, y no digamos sudesaparición por la imposibilidad de hacerlo en tan extensoterritorio, nació el odio a muerte a la Compañía. El odio crecióy con el tiempo vemos surgir la revueltas de Andresote enlos Valles de Yaracuy, ...” (Yanes; Antonio R. 1936. 162).

La asonada del negro Andresote estrenó un período derevueltas, cuyo fundamental interés iba dirigido a la aniquila-ción de la desagradable Guipuzcoana, ya que esta impugnó arajatabla el contrabando que desde unos cuantos períodos pre-cedentes se consumaba en concordancia con Curazao.

“La rebelión de Andresote es un brote eruptivo de lapenetración holandesa en el territorio de la Colonia ... : es unestallido ... del complejo colonial de tiranía y exasperaciónirremediable que España impuso a la Colonia desde suiniciación hasta la octava década del siglo XVIII. La multitudque se mueve agitada por los contrabandistas y loscomerciantes y hacendados, y que grita: ‘Abajo la Compañía’,‘Viva el Rey’, no identifica todavía al soberano con la empresa... Sus conductores sí saben lo que quieren, pero, como lamasa, todavía no identifican al soberano con la empresa. ...”(Espinosa; Alfonso. 1962. 41)

Hebe Oquendo Chacón

Andresote, en el interior de la depresión del Yaracuy, erainstrumento de los productores y trabajadores criollos para dis-frazar la vigilancia de los agentes y obtener el acceso de los pro-ductos al extranjero.

“Al mismo tiempo que inicia así las diligencias de acusacióncontra los levantados del Yaracuy, Olavarriaga ... envía a laisla de Curazao como apoderado suyo a Juan José de Uretaquien presenta en la isla demanda conteniendo diferentesquejas sobre las hostilidades ‘cometidas por capitanes quenavegan de esta isla con la dicha Compañía Guipuzcoana yotros vasallos de Su Majestad Católica de España’acusándolos concretamente de la intervención que habíantenido en los sucesos del Yaracuy y en el fomento del tratoilícito. ...” (Amezaga Aresti; Vicente de. 1958. 179)

En septiembre de 1731, la Gobernación de Venezuela es-taba estupefacta por el comportamiento de Andresote, por loque Pedro José Olavarriaga, Juez Pesquisador y Director Gene-ral de la Compañía, comenzó la investigación para capturarlo.El zambo se declaró en alzamiento franco impugnando a losrepresentantes regionales y en oposición a la CompañíaGuipuzcoana.

El Gobernador y Capitán General de la Provincia de Ve-nezuela Sebastián García de la Torre, desde Caracas instiga elinstrumento militar y manda en la primera ocasión a Luis LópezAltamirano, subsiguientemente a Luis Lovera, Juan Romualdode Guevara y otros, a enfrentarse a Andresote, sin embargo deningún modo alcanzan a subyugarlo. En presencia de esa even-tualidad el Gobernador se hace cargo por sí del acomodo de lasoperaciones y se conduce a Yaracuy.

Andresote jamás le dio la cara al Gobernador, por másque este intentó ubicarlo en varias localidades, y comprendióque ante la asistencia de su incursión había escapado por el ríoYaracuy e ingresó a una embarcación holandesa, camino aCurazao, en donde expiró más tarde.

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

276

Si bien García de la Torre consiguió neutralizar la asona-da encabezada por Andresote, su empresa en oposición a losinsurrectos en vez de proporcionarle reconocimiento, indujo sudeclive delante de los funcionarios de la Península. Parece serque el Gobernador se comportó injustamente con las disposicio-nes que practicó para reprimir a los sediciosos y ello le acarreóroces con el Director General de la Compañía, Pedro José deOlavarriaga, quien se lamentó delante de la Corona repetidasveces acerca de la funesta actuación de García de la Torre.

En abril de 1732, Olavarriaga reveló a José Patiño una su-cesión de oficios en oposición al Gobernador. Por su parte, Mar-tín Madera de los Ríos, tesorero de la Real Hacienda de Cara-cas, denunció al Gobernador de desfalcar los tesoros de las ca-jas reales, y lo acusó de juntar una cantidad gracias al contra-bando que desempeñaba junto con sus socios. Por consiguiente,Madera de los Ríos aspiraba que se le concedieran facultad paraincautar las posesiones del Gobernador y detener sus agravios.

El Fiscal del Consejo de Indias aconsejaba que debería ilus-trarse al Juez Pesquisador nombrado para Venezuela, que con-firmara las imputaciones formuladas por Madera de lo Ríos, yextrajera los expedientes del Gobernador para continuar el su-mario a cada uno de los cómplices en el tráfico ilegal. Para talesintenciones, la Corona designó a Martín de Lardizával, quien almismo tiempo se haría cargo de la Gobernación y Comandan-cia General de Venezuela. El Juez Pesquisador transmitió unveredicto condenatorio de García de la Torre.

“Lardizábal ... comenzó sus pesquisas, el resultado de lascuales, por lo que concretamente se refiere a García de laTorre, terminó en sentencia contra éste de la que apeló alConsejo de Indias. ... .Unicamente ... el Rey ordena se lepermita a García de La Torre salir del convento de SanFrancisco para regresar a España a dar cuenta de sugobierno. ... .Por lo que toca a Olavarriaga, sabemos que elGobernador García de la Torre había operado autos contra

Hebe Oquendo Chacón

él, Beato y otros Factores de la Compañía Guipuzcoana ‘enrazón del comercio ilícito que tenían en Curazao’.” (AmezagaAresti; Vicente. 1963. 38)

Para el propio período, la Compañía, bien sea que consi-derara lo que de verídico hubiese en esas imputaciones adver-sas a Olavarriaga, bien sea que juzgara la disposición de simplemanejo contrarrestar la resulta que había de originar en la Pro-vincia la relevación de su Gobernador, transformado en mani-fiesto adversario de los guipuzcoanos, condujo a apartar de sufunción de Director a Don Pedro de Olavarriaga, reemplazán-dolo por Don Nicolás de Francia.

De esta suerte, bajo la huella del contrabando, como in-vestigador de él o por razón de él, contemplamos partir decidi-damente de este suelo, de sus ocupaciones y de sus maniobras,a Dn. Pedro José de Olavarriaga.

Con relación al Gobernador reemplazado, este funciona-rio gubernamental se salvaguardó en el Convento de San Fran-cisco y tan sólo se retiró de aquel sitio a concesión de la RealCédula del 2 de octubre de 1735, en atención a la cual se pres-cribió que se concediera su retorno a España, para que entrega-se razón al Gobierno acerca de su convulsionada gestión.

“... .Con ayuda del nuevo Gobernador, que por destituciónde La Torre, era a la sazón don Martín de Lardizábal, tratóde vencer las dificultades con que se pretendía marchitar lavida de la naciente Empresa, recalando ante los superioresla desgana y voluntad remisa con que habían recibido losnaturales ... aquella substitución del desorden por ladisciplina ...” (Basterra; Ramón de. 1954. 47).

Impulso de Martín Lardizábal en su campaña contra el con-trabando. Medidas tomadas para aumentar el tráfico lícito

En el momento en el que Martín de Lardizábal efectuó laindagación referente al alzamiento de Andresote, pudo confir-mar hasta qué punto el mercado ilegal intervino en tal aconteci-miento.

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

278

“Desde el año 1634, en que los holandeses se apoderaron dela isla de Curazao, a la cual erigieron en depósito demercancías, se dedicaron ... al comercio furtivo ...,realizándose el tráfico prohibido en grande escala. ...”(Basterra; Ramón de. 1954. 37 – 38)

El reciente representante intervino con dureza para su-primir el contrabando. De la misma forma, el mandatario denegóbajo sentencia de muerte el movimiento por las diferentes sen-das que afluyen en las Tucacas y Curiepe. Más todavía, en ade-lante, para prevenir el intercambio con los extranjeros, de nin-gún modo se autorizaba a los agricultores que comerciaran elcacao en el litoral a ninguna nave diferente que no fuese de laCompañía Guipuzcoana o flota de registro. Como aditamento,Lardizábal, en junio de 1733 propuso a la Corona la instaura-ción de cuadrillas con 60 a 70 individuos ‘naturales del país’ enlos emplazamientos más frecuentados por los contraventores.

A comienzos de 1734, Lardizával afirmaba que la Provin-cia estaba enteramente tranquilizada y que el convenio ilegal sehallaba poco más o menos suprimido, ya que había formadoabundantes arrestos de insurrectos y otros contraventores. Comoproducto de todo ello, se incrementó el mercado lícito, princi-palmente el movimiento del cacao, tal como lo testimoniaba unarefrenda realizada por la Contaduría de Caracas.

De ningún modo cabe desconfianza en las acciones prac-ticadas por Lardizábal, pues no sólo colaboraron a contener elalijo sino que de igual forma fomentaron el negocio reglamentario.

Incremento de la pugna entre la Guipuzcoana y los contra-bandistas

A la operación llevada a cabo por Martín Lardizábal paradetener el tráfico ilícito, se añadió la contención constante delas embarcaciones de vigilancia de la Guipuzcoana y varioscorsarios de Santo Domingo, en resistencia a las flotas de loscontraventores.

Hebe Oquendo Chacón

La respuesta de los judíos y neerlandeses en presencia deesta sólida operación de la Guipuzcoana de ningún modo sehizo aguardar, y en este turno no tan sólo apelaron al contra-bando obligado y a las embestidas de los destacamentos de tie-rra, sino que acosaron a las flotas de la Compañía e incurrieronhechos de auténtico ensañamiento contra los vascos y otros his-panos que caían en su poder, entretanto que éstos contestaroncon igual virulencia.

“Concretándonos ahora a su actividad represora delcontrabando, diremos ... que ‘impulsada por su propiointerés, ... en estos primeros años la Compañía logró mutilarel comercio ilícito, aunque no pudo acabar con él. En uno delos meses de 1733,sus fuerzas capturaron nueve barcosalgunos de los cuales, provistos de doce cañones, eran lobastante fuertes como para ser convertidos en guardacostasde la propia Compañía. Y hacia 1737, sus navíos habíanconseguido la pérdida de tantas embarcaciones ycargamentos extranjeros y el castigo de tantoscontrabandistas que los holandeses de Curazao, que era lagente principalmente perjudicada por este despliegue deenergía, se dispusieron a tomar terribles represalias.’ ”(Amezaga Aresti; Vicente de.1966. 10 – 11).

Los hechos de desquite de los traficantes de Curazao con-siguieron características de una contienda sin remedio. Cierta-mente la venganza de los contrabandistas, en oposición a loscorsarios y cañoneros, no se redujo a la costa de Venezuela o alresto de Tierra Firme, sino que abrazaron diferentes superficiesdel Caribe, donde desaparecían de la asidua asechanza de losnavíos de la Compañía Guipuzcoana, hicieron causa común conlos británicos y otros mercaderes extranjeros en un bárbaro pro-yecto acompañado por hurtos, saqueos y homicidios.

Puede pensarse que los abusos eran propios de la activi-dad exclusiva de los contrabandistas, sin embargo los papelesverifican que, a términos de 1736, el Gobernador de CurazaoPedro Van Collen fundó la nombrada “Company of Armaments

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

280

for War” constituida por cuatro embarcaciones, cuyos móvileseran agredir a los bajeles de la Guipuzcoana y las de cuales-quier otro corsario hispano, llevar a término el fraude obligadoen inusitada proporción, e incursar en las posesiones hispanasen actos de pillaje y venganza. Tales barcos eran “La MaríaLuisa”, “El Brasol”, “La Santa Ana” y “El Corsario de Curazao”las cuales estaban bajo la dirección de Gabriel Lix Raben.

“Como se ve por papeles, ... los curazoleños formaron una‘Compañía de Armamentos de Guerra’. Esta poseía cuatrobalandras armadas, y se proponía emprender hostilidadesy ejercer comercio en las costas de Cumaná y Venezuela. LasBalandras, cayendo sobre dos barcos corsarios españoles, ala altura de Cumaná, hundieron uno y apresaron a otro.Después de atacar a otras varias embarcaciones más en aguasde Venezuela, ... donde apresaron al Teniente y a otroshombres y ‘los llevaron esposados a bordo de sus buques.’Finalmente, dieron sobre otras dos balandras de la Compañíade Caracas ... Estaban cargadas ‘de tabaco y cacao que ellostransbordaron violentamente, obligándoles (a los españoles)a recibir ropas y otras mercaderías, a modo de trueque, ycompeliendo, con la misma violencia, a la personaencargada de los cargamentos de las dos balandras a firmarun papel que pretendía ser la venta del dicho producto’.Poco después, una balandra ... fue arrojada por la tormentaa las costas de la Española donde dos diferentes balandrasholandesas la atacaron y, después de matar (al dueño de labalandra) ..., y a la mayor parte de la tripulación, hundieronel barco y se llevaron la carga.” (Amezaga Aresti; Vicente de.1966. 11)

Sin embargo del mismo modo diferentes sucesos colabo-raron a instaurar un ámbito de pugna expedita en medio de lasembarcaciones de vigilancia y corsarios con los contraventoresde Curazao. La aprehensión del barco “La América”, de partedel corsario de la Habana Antonio de Castañeda con su embar-cación “El Triunfo”, cerca de la Orchila, el 10 de agosto de 1736,causó una notable aflicción en los comerciantes de Amsterdam.

Hebe Oquendo Chacón

La embarcación fue apresada en el momento que salía paraCurazao con un considerable flete. Los géneros correspondíanen una gran porción a los sefardíes, y éstos promovieron susprotestas a los Estados Generales para que se introdujeran laspeticiones respectivas ante el embajador de España en Holanday apremiaron a la Compañía de las Indias Occidentales, a obje-to de que remitieran los bajeles de guerra para salvaguardar alos navíos mercantiles que levaran anclas al Nuevo Mundo.

Al parecer, la proposición de los judíos a la Compañíaprestó resultado, ya que para términos de abril de 1737, el Mar-qués de San Gil comunicó a Sebastián de la Cuadra que estabanlistos para marcharse de Amsterdam cuatro barcos que acom-pañarían a otras tantas embarcaciones mercantes en su periploalrededor de suelos americanos.

Por la mitad de junio de 1737, Martín de Lardizábal enco-mendó al representante de la Compañía Ignacio de Loperena, aobjeto de que mostrara al Gobernador de Curazao, Juan PedroVan Collen, las quejas concernientes al desvalijamiento y de-rrumbe de la embarcación de Miguel Giral, demandando que sesuministrara un escarmiento modelo a los oficiales Hendrick yCiprian Brugman, así como la devolución de los cargamentoshurtados a la Guipuzcoana, el saldo de compensación por losperjuicios producidos, y que se pusiera término a las accionesadversas de las cuatro embarcaciones dirigidas por Gabriel LixRaben.

Algunos días más tarde, Juan Pedro Van Collen y los dife-rentes participantes del Consejo de Curazao replicaron que, enlo referente a las reclamaciones hechas contra las tropelías deHendrick y Ciprian Brugman, se atrajo la atención por unascuantas órdenes y proclamas, empero se habían fugado a SaintThomas y que si alcanzaba a caer en manos del poderío holan-dés se les proporcionaría un correctivo ejemplar. Agregaban queel tabaco y palo de brasilete de la nave de Giral se desembarco ytasó en Curazao y tan presto como el suceso estuviese circuns-

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

282

crito, se devolverían tales mercancías a la Compañía. Y en todolo que se refiere a los otros asuntos de la interpelación desplega-da por Loperena, los empleados públicos de la isla de ningúnmodo se dieron por informados.

Al mes siguiente de este desdén de los funcionariosneerlandeses respecto de las peticiones del Gobernador de Ca-racas y los delegados de la Guipuzcoana, se despachó una misi-va a Martín de Lardizábal informándole que por mandato deli-berado de sus altipotencias de los Estados Generales, requeríaque pusiera en libertad a los hebreos y holandeses apresadospor las flotas de la Compañía.

“Schryver, según dice Lardizábal, admitía la obligación de... reprimir el comercio ilícito, pero alegaba que la pérdida dela propiedad era suficiente castigo. En consecuencia,presentaba una demanda para la liberación de los holandesesaprisionados en la galera de la compañía Guipuzcoana ‘queservían como pícaros y encadenados, contra los estatutos ycondiciones’ de los tratados hispano-holandeses. ...”(Amezaga Aresti; Vicente de. 1966. 11 – 12).

El holandés Schriver admite que era responsabilidad deLardizábal realizar todos los trámites posibles con la intenciónde extinguir el contrato clandestino, empero una vez captura-dos los filibusteros alcanzaba sólo la apropiación de sus barcosy productos y de ningún modo la detención de sus personas.Por consiguiente, despachaba una relación de pobladores deCurazao que se encontraban bajo la potestad de la Guipuzcoana,con el objeto de que los devolvieran en atención a los favorablesexpedientes del Gobernador de Caracas.

El Gobernador de Venezuela le advirtió a Schriver que, enfacultad de las Reales Ordenes de Su Majestad Católica, todoslos detenidos foráneos por motivos de fraude debían despacharsea la Casa de la Contratación de Cádiz. Así era el manejo que serealizaba, lo cual él de ningún modo podía infringir, pese a queestaba claro que este correctivo de ninguna forma era apto para

Hebe Oquendo Chacón

detener el tráfico ilegal de los neerlandeses. Añadía Lardizábalque incluso en aquel tiempo sus correspondencias al Goberna-dor de Curazao habían sido inservibles, paradójicamente, puescada vez se producían considerables escándalos de los judíos yholandeses en las playas de Venezuela, lo que testimoniaba lacondescendencia de los representantes de Curazao a tales he-chos piráticos.

Le advertía Lardizábal a Schriver, que las flotas deCurazao únicamente empleaban como excusa el tráfico junto alos fondeaderos independientes de otras naciones, de modo queen verdad se conducían a los dominios españoles y en el mo-mento en que no conseguían tal objeto apelaban al contraban-do obligado y a diferentes hechos agresivos, como fueron losincidentes del hurto y caída de la embarcación de Miguel Giral,así como el desvalijamiento consumado con dos barcas de laGuipuzcoana. Por fin aclaraba Lardizával que los arrestadosholandeses de ningún modo estaban empleados en medio rufia-nes como aseguraba Schriver ‘sino entre voluntarios y honra-dos vizcaínos’.

En cuanto a las recientes interpelaciones formuladas a JuanPedro Van Collen por parte de Lardizábal, los funcionariosneerlandeses, tras verificar las relaciones realizadas por los ofi-ciales holandeses y los testimonios jurados de cinco marinerosde las embarcaciones en custodia de Gabriel Lix Raben, com-probaron que era indiscutible que nunca se realizó hostilidadalguna.

Con base en esto, el Consejo de Indias, después de compa-rar las declaraciones ofrecidas por Juan Pedro Van Collen y C.B. Schriver al Gobernador de Venezuela, propuso a la Coronaque fortaleciera los pertrechos y la dotación de las flotas vincu-ladas a la Compañía Guipuzcoana, y de ser probable aumenta-ra la usanza del corso y las embarcaciones de vigilancia condiferentes destacamentos de la Real Armada, ya fuese de Amé-rica o de la Península.

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

284

“... .Por más que el Consejo de Indias impartía órdenesterminantes a los Virreyes y Capitanes Generales para quefiscalizasen e impidiesen el tráfico clandestino, por todoslos medios posibles, éste prosperaba cada vez más,satisfaciéndolo en parte la urgente necesidad de artículosde toda especie a cambio de los productos de cada región.Ingleses y Holandeses llegaron a ser, con el contrabando,los verdaderos negociantes de la América Española. Dehaberse permitido el comercio de extranjería, debidamentereglamentado, otra hubiera sido la actitud de los criollosamericanos hacia la monarquía española.” (Rangel Báez; C.1926. 33)

A la par de este ambiente inquieto en medio de los funcio-narios neerlandesas y españolas en el Nuevo Mundo, las cuatroembarcaciones dirigidas por Gabriel Lix Raben reanudaron susdesvalijamientos en las costas de Tierra Firme.

Para poner límite a las tropelías de Gabriel Lix Raben, losCapitanes de guardacostas de la Compañía Guipuzcoana re-solvieron desplegarle una trampa en la ensenada de Maya, endonde los holandeses realizaban un acentuado contrabando.Pero no por eso descendieron las operaciones desfavorables delos holandeses, la contienda libre en medio las lanchas rápidasy los corsarios españoles con los traficantes ingleses y holande-ses proporcionaron vigorosas demandas en los medios plenipo-tenciarios sin que consiguieran complacencia de una u otra parte.

Gradual aminoración de la operación restrictiva de laGuipuzcoana.

No obstante a la progresiva oposición contra los contra-bandistas forasteros, todavía a comienzos de 1739 las cuadrillasde tierra y las embarcaciones de vigilancia de la Compañía rea-lizaban una efectiva labor de liquidación del negocio ilícito.

“A fines de 1739, y debido, en gran parte, a las disputassobre la política comercial Hispano – Americana, Inglaterra

Hebe Oquendo Chacón

declaró la guerra a España. La lucha, surgida de la guerrade Sucesión Austríaca, se generalizó y no terminó hasta 1748....” (Amezaga Aresti; Vicente de. 1966. 13)

En octubre de 1739 explotó la batalla entre España e In-glaterra. Numerosos acontecimientos procedentes de la riñadentro de estas dos naciones son adecuadas para demostrar ladebilidad de la Compañía, tanto en el círculo económico comodentro de su tarea de resistir la alianza ilícita. Las embarcacio-nes y los individuos de la Guipuzcoana se destinaron a la salva-guardia de Venezuela en presencia del persistente desafío in-glés y, al mismo tiempo, la Sociedad proporcionó inestimableasistencia para el traslado de huestes desde la Península a nu-merosos lugares de Hispanoamérica. Prestó espesas sumas a laCorona y sus navíos intervinieron en unas cuantas batallas. Porsi fuera poco, nueve de sus barcos fueron apresados por los in-gleses y únicamente consiguió alcanzar la devolución de uno deellos, sin embargo no por ello la Compañía interrumpió sus ope-raciones comerciales.

“Un acontecimiento de suma gravedad internacional vino aentorpecer el desenvolvimiento normal del negocio. Es elloque el largo período de casi diez años, de 1739 a 1748,España se halla en estado de guerra activa ... con Inglaterra.Torciendo por servicio a la Corona, sus fines meramentemercantiles, prestó a la flota del Pirineo importante ayuda ycooperación a la Real Marina. Los navíos buscones de cacaotransportaron ... numerosas expediciones de soldados ycantidades importantes de pertrechos de guerra....

Tales escaramuzas marítimas con los ingleses costaron a laflota del cacao dolorosas mermas. Fueron hundidos, deresultas de las refriegas, tres de los buenos navíos de Caracas:... . Hicieron presa de guerra los británicos de ocho bajeles:...” (Basterra; Ramón de. 1954. 48 – 49)

Para reemplazar la falla de telas y harinas, los funciona-rios venezolanos y la propia Compañía nunca poseyeron otrasalida que adquirirlos de Curazao, e igualmente de las ínsulas

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

286

foráneas la harina y otros productos de primera necesidad, pesea que tal disposición, obviamente entreabría el acceso al tráficoilegal. A esto hay que añadir la componenda de ingleses y ho-landeses para extenuar a la Guipuzcoana derribando sus flotas,así como la malquerencia de los criollos en oposición a la em-presa adecuadamente explotada por los forasteros.

“De Pons, al explicar la caída de la Compañía, dice que éstaen sus últimos años volvió a sus antiguas malas prácticas yañade, concretamente, que se entendía con los holandesespara la práctica del mismo contrabando que había jurado asu Soberano destruir. ...” (Aresti; Amezaga. 1963. 81).

Lo relativo a las operaciones de las embarcaciones de vigi-lancia parece que fue más menguada que en ningún otro dece-nio: a continuación de una presa consignada en el año 1739 lasiguiente que se deja ver es ya en 1749. No hay sospecha de queen esos 9 años de recia contienda contra los ingleses, la Compa-ñía, al verse en grave riesgo de no poder abastecer debidamentea Venezuela, apeló al intercambio ilícito. El comercio ilícito rela-tivo a asuntos alimentarios tuvo que ser admitido y éste alcanzósuficientes energías. No obstante, al tornar la calma, la Compa-ñía restauró rápidamente su tarea de oposición al negocio furti-vo.

Si la inoperancia del servicio de guardacostas en esos tiem-pos de contienda con Inglaterra ha de figurar en su debe, noobstante debe ponerse en su haber los considerables favores pro-porcionados a la Corona durante esos mismos años, tan inesti-mables que, en el momento que terminaron las refriegas, alcan-zó más prerrogativas.

“... además de los gastos que la guerra con Inglaterra habíaocasionado a la Compañía, ésta se veía obligada a imponersegastos considerables, con miras a proteger su comercio contrasus competidores secretos. Es fácil tener una idea de lavitalidad que todavía tenía el contrabando extranjero en lascostas de Caracas después del establecimiento de laCompañía, ...” (Humbert; Jules. 1976. 85)

Hebe Oquendo Chacón

Pero en oposición a esto, juega en aquel momento un re-ciente elemento conocido como el levantamiento de Juan Fran-cisco de León, a continuación del cual la Compañía se dio cuen-ta de nuevo de su debilidad y de los problemas para contener elcontrabando holandés, nuevamente en esplendor.

Documentales ImpresasAmezaga Aresti; Vicente de. Hombres de la Compañía Guipuzcoana. Caracas.Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Tomo XLI – Abr / Jun –N° 162. 1958.BRICEÑO IRAGORRY; Mario. Los corsarios e15n Venezuela. Caracas. Boletínde la Academia Nacional de la Historia. Tomo XXIX – Oct / Dic – N° 116.1946.BORGES; Analola. Los canarios en las revueltas venezolanas del siglo XVIII(1700 – 1752). Caracas. Boletín de la Academia Nacional de la Historia.Tomo XLVI – Ene / Mar – N° 181. 1963.BORGES; Analola. El inicio del Comercio Internacional Venezolano. Caracas.Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Tomo XLVIII – Ene / Mar– N° 189. 1965.FELICE CARDOT; Carlos. Algunas acciones de los holandeses en la región deloriente de Venezuela. ( Primera mitad del siglo XVII). Academia Nacional dela Historia. Tomo XLI – Jul / Sep – N° 179. 1962.MORÓN; Guillermo. La Provincia de Venezuela en el siglo XVIII y la CompañíaGuipuzcoana de Caracas. Caracas. Academia Nacional de la Historia. TomoLXXI – Oct / Dic – N° 284. 1988.RANGEL BÁEZ; Carlos. El monopolio del comercio en la colonia. Caracas.Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Tomo IX – Junio – N° 34.1926.RENGIFO; Diana. La Gobernación del Canario Marcos De Betancourt, en laProvincia de Venezuela: 1716 – 1720. El problema del contrabando. Caracas.Boletín de la Academia nacional de la Historia. Tomo LIX – Jul. / Sep. N°235. 1976.YANES; Antonio R. El Monopolio del comercio español en Venezuela durantela colonia y un libro de un Americano. Caracas. Boletín de la AcademiaNacional de la Historia. Tomo XIX – Ene / Mar – N° 73. 1936

Respuesta de los Holandeses y Contrabandistas Criollos en Oposición a la Guipuzcoana

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

288

Bibliográficas

AMEZAGA ARESTI; Vicente de. Hombres de la Compañía Guipuzcoana.Caracas. B. C. V. 1963.

AMEZAGA ARESTI; Vicente de. Vicente Antonio de Icuza Comandante deCorsarios. Caracas. Ediciones del Cuatricentenario de Caracas. 1966.

ARAUZ MONFANTE; Celestino Andrés. El Contrabando Holandés en elCaribe durante la primera mitad del siglo XVIII. T II. Caracas. Fuentes para laHistoria Colonial de Venezuela. 1984.

ARELLANO MORENO; Antonio. Breve Historia de Venezuela 1492 – 1958.Caracas. Editorial Italgráfica. 1974.

BASTERRA; Ramón de. Los navíos de la ilustración. Caracas. Ediciones dela Presidencia de la República. 1954.

Diccionario de Historia de Venezuela. T 3. Caracas. Fundación Polar. 1997.

ESPINOSA; Alfonso. Ambiente y obra de la Compañía Guipuzcoana. Caracas.Gráficas Americanas. 1962.

FELICE CARDOT; Carlos. Rebeliones, motines y movimientos de masas en elsiglo XVIII venezolano, 1730 – 1781. Madrid. Ediciones Guadarrama. 1961.

HUMBERT; Jules. Los orígenes venezolanos. Caracas. Fuentes para laHistoria Colonial de Venezuela. 1976.

HUSSEY RONALD; Denis. La Compañía de Caracas: 1728 – 1784. (colecciónde Historia Económica Venezolana). Caracas. Banco Central de Venezuela.1962.

SUCRE; Luis Alberto. Gobernadores y Capitanes Generales de Venezuela.Caracas. Litografía y Tipografía del Comercio. 1928.

Hebe Oquendo Chacón