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Episcopal News THE Episcopal News REPORTE DE NOMINACIóN 2016 WWW.EPISCOPALNEWS.COM SIRVIENDO A LOS SEIS CONDADOS DE LA DIóCESIS DE LOS ÁNGELES Conoce a los candidatos a obispo coadjutor

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Page 1: RepoRte de NomiNacióN 2016 Episcopal News · 2 The ePISCOPAL NeWS Reporte de Nominación 2016 The PISCOPAL N WS Reporte de Nominación 2016 3 en la portada: La cátedra, la silla

Episcopal NewsT h e

Episcopal NewsRepoRte de NomiNacióN 2016

www.episcopalNews.com siRvieNdo a los seis coNdados de la diócesis de los ÁNgeles

Conoce a los candidatos

a obispo coadjutor

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2 The ePISCOPAL NeWS Reporte de Nominación 2016 The ePISCOPAL NeWS Reporte de Nominación 2016 3

en la portada: La cátedra, la silla del obispo de Los Ángeles, reside en el Centro Catedral de San Pablo. Foto / Janet Kawamoto

E L E C t i o n o F a b i S h o P C o a d J u t o r

El rvdo. Canon Julian Bull, chair Campbell hall, north hollywood

James alexander iglesia de San andrés, ojai

El rvdo. Canon Frank alton Centro Catedral de San Pablo, Echo Park

El rvdo. Jimmy Bartz iglesia de thad, Santa Monica

La rvda. susan Bek iglesia de San Pablo, Ventura

Kathleen dapper iglesia de Santa María, Laguna beach

margaret drust iglesia de San Jaime, South Pasadena

shawn evelyn iglesia de San Felipe, Los angeles

la Rvda. Nancy Frausto iglesia de la trinidad, Los angeles

Hank gatlin iglesia de San Francisco, Palos Verdes Estates

canon annette graw iglesia de San beda, Los angeles

peter Huang iglesia de San Francisco, Palos Verdes Estates

william Hawkins iglesia de San Marcos, Van nuys

steve James iglesia de Santa Margarita, San Juan Capistrano

El rvdo. Canon aidan Koh Escuela de St. James, Los angeles

El rvdo. Canon mark Kowalewski Catedral de San Juan, Los angeles

Julie dean larsen iglesia de la Fe, Laguna niguel

La Ven. Joanne leslie arcediano de la diócesis

Canon Bruce linsenmeyer iglesia de San Marcos, altadena

El rvdo. abel lopez iglesia del Mesías, Santa ana

timothy lopez iglesia de San Juan, La Verne

La rvda. melissa mccarthy iglesia de la Epifanía, oak Park

El rvdo. lester mackenzie iglesia de Santa María, Laguna beach

Rachel o’connell iglesia de San Wilfrido, huntington beach

El rvdo. Joseph oloimooja iglesia de Cristo el buen Pastor, Los angeles

El rvdo. Jorge pallares iglesia de San Simón, San Fernando, y iglesia de San Lucas, La Crescenta

Frank Ramirez iglesia de todos los Santos, Pasadena

La hon. Canon patti Jo mcKay Ramsey iglesia de Cristo el buen Pastor, Los angeles

La rvda. elizabeth Rechter Stillpoint Centro de dirección Espiritual, irvine

El rvdo. Nathan Rugh iglesia de San agustín, Santa Monica

carlos Ruvalcaba iglesia de San Marcos, Van nuys

El rvdo. Canon John saville iglesia de San Juan baptista, Corona

ann seitz iglesia de Emanuel, El Monte

Joyce swaving iglesia de San Jorge, Laguna hills

Canon John thies iglesia de San Jaime, Los angeles

El rvdo. Canon Richard van Horn iglesia de Santa María, Los angeles

Ravi verma iglesia de todos los Santos, Pasadena

La rvda. ada wong-Nagata iglesia de nuestro Salvador, San Gabriel

El rvdo. Keith Yamamoto iglesia de San Marcos, upland

Obispo Coadjutor Comité de Búsqueda

Dios de vida, dador de todos los dones buenos, mira agraciadamente a tu iglesia y guía los corazones y mentes de cada miembro de nuestro comité de búsqueda con

el poder del Espíritu Santo. Inspíranos en el trabajar fielmente para identificar y selec-cionar a los candidatos a obispo coadjutor, quien cuidará por tu gente y nos preparará para tus ministerios. Bendice a nuestra diócesis al discernir tu camino hacia este proceso de búsqueda confiando en tu sabiduría, amor y alegría. Danos todas las cosas necesar-ias para una vida en común, y llévanos a todos a ser un solo corazón y una sola mente dentro de tu Santa Iglesia a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén. Cuatro foros regionales con los can-

didatos a obispo coadjutor de la Diócesis de Los Ángeles han sido

programados por el comité de búsqueda para proveer oportunidades de conocer y conferir con los nominados.

Todos en la diócesis son invitados a at-ender a las sesiones, y a ver la sesión ple-naria de la mañana de Sábado vía webcast. Los clérigos y delegados de la convención son especialmente invitados a atender. El programa está así:

condado orangeViernes, Octubre 7, 6 – 9 p.m.Iglesia Episcopal de San Jorge23802 Avenida de la Carlota, Laguna Hills

condado de los ÁngelesSábado, Octubre 8, 10 a.m. – 1 p.m.,Escuela Episcopal Campbell HallLaurel Canyon Blvd., North Hollywood (Con webcast de la sesión plenaria vía el sitio diocesano, www.ladiocese.org.)

condados ventura/santa BárbaraSábado, Octubre 8, 3 – 6 p.m.Iglesia Episcopal de San Pablo3290 Loma Vista Road, Ventura

inland empireDomingo, Octubre 9, 1 – 4 p.m.Iglesia Episcopal de la Trinidad419 S. 4th Street, Redlands

Los foros ocurrirán previamente a la elección de obispo coadjutor en la Con-vención Diocesana en Dic. 2 – 3, quien siguiendo el recibo de consentimiento necesarios de las diócesis y obispos de la amplia Iglesia Episcopal, empezará su nue-vo ministerio con un evento litúrgico en Julio 8, 2017 en Dorothy Chandler Pavil-ion en Los Ángeles, dirigido por el Obispo Presidente Michael Curry. El obispo coad-jutor sucederá al Obispo Diocesano J. Jon Bruno a su retiro.

Solicitudes acerca de los foros pueden ser dirigidos al Rvdo. Lester Mackenzie, sacerdote a cargo de la Iglesia de Santa María, Laguna Beach, en lmackenzie@st maryslb.org. ?

Por Janet Kawamoto

Durante su discurso en la reunión de la Convención Diocesana en Diciembre 2014, el Obispo J. Jon

Bruno solicitó una elección de obispo co-adjutor quien eventualmente lo sucederá como obispo de la Diócesis de Los Ángeles.

El anuncio de Bruno fue el inicio de un proceso que será completado en la reunión de la convención de Diciembre 2 – 3, donde uno de los seis candidatos será electo para eventualmente ser el séptimo obispo dioc-esano de Los Ángeles.

La lista incluye: el Rvdo. Paul From-berg, rector de San Gregorio de Niza, San Francisco; la Rvda. Rachel Nyback, rector la Santa Cruz, Hermosa Beach, Calif.; la Rvda. Anna Olson, rector de Santa María, (Mariposa Avenue) Los Ángeles; el Rvdo. Canon John Taylor, vicario de la Iglesia y Escuela de San Juan Crisóstomo en Ran-cho Santa Margarita; el Muy Rvdo. Pierre Whalon, obispo de la Convocación de Iglesias Episcopales en Europa basada en París; y el Rvdo. Mauricio Wilson, rector de San Pablo, Oakland, Calif.

El proceso empezó con un comité de búsqueda, el cual fue dirigido por el Rvdo. Canon Julian Bull, director de Campbell Hall School en North Hollywood. Miem-bros laicos y clérigos del comité (enlistados en página 3) reflejan a los seis condados de la diócesis: ellos vienen de diferentes áreas geográficas, son de diferentes edades y grupos étnicos, y están involucrados en muchos ministerios de la diócesis, sus con-

gregaciones y sus instituciones.El comité empezó su trabajo haciendo un

estudio exhaustivo de la diócesis y su tra-bajo, empezando en verano del 2015 con unas series de 14 “sesiones de escucha”, en las que los miembros de la comunidad diocesana fueron invitados a compartir su visión del futuro de la diócesis. Ese otoño, el comité abrió una encuesta en línea para quienes no pudieron asistir a alguna de las reuniones.

Utilizando la información recopilada a través de esos bienes, el comité escribió un perfil de la diócesis, donde estuvo dis-ponible a la diócesis entera (y puede ser leído en bit.ly/2dIGcNQ). Una vez que es perfil fue publicado en Noviembre 2015, el comité abrió las nominaciones.

Todo líder laico o miembro del clero de la Diócesis de Los Ángeles fue invitado a nominar a un candidato antes de una fecha límite de Enero 2016. Treinta y siete cléri-gos de alrededor de alrededor del mundo fueron nominados; 17 de los cuales declin-aron a aplicar. El comité empezó unas se-ries de entrevistas, extensas verificaciones de antecedentes, evaluaciones médicas, liderazgo y evaluaciones psicológicas de los candidatos. Para Abril 2016 se anunció que estaban considerando a 10 candidatos, con la meta de nominar de cuatro a seis para la elección. (Un candidato fue con-siderado como abandonado del proceso después de ser nominado para elección en otra diócesis).

Entre Abril y Mayo, el comité con-dujo tres horas de entrevistas en línea con cada candidato, después durante el verano invi-taron a un grupo más pequeño para entrevistas en persona. El comité asignó a uno de sus

miembros a cada candidato como capellán, para llevarlo a él o ella específicamente en oración y contestando preguntas durante el proceso.

En Septiembre, el comité de búsqueda anunció su lista, consistiendo en Fromberg, Nyback, Olson, Whalon y Wilson.

El comité también estableció un pro-tocolo por el cual candidatos adicionales podían solicitar ser incluidos en la lista, manteniendo buenas prácticas usadas a través de la amplia Iglesia Episcopal. El proceso de petición sigue un plan creado por Joint Nominating Committee for the Election of the Presiding Bishop (JNCPB) para la elección en 2015. El protocolo de petición ha reemplazado “nominaciones desde el piso” para permitir una revisión completa de antecedentes y entrevistas similares a las llevadas por los candidatos originales.

Como resultado de este proceso de petición, el Rvdo. Canon John Tylor fue agregado a la lista por consentimiento del Comité Permanente diocesano.

El comité envió a cada candidato una lista de preguntas acerca de su visión par la diócesis; las respuestas están en esta edición del The Episcopal News.

“Somos bendecidos al tener un listado de candidatos talentosos, experimentados y conmovedores”, dijo Bull, “cualquiera de los cuales podría dirigir a esta diócesis hacia delante, cada uno solamente desea servir a Cristo y la iglesia en su llamado. Pedimos por sus oraciones continuas para los candidatos y sus familias, y por nuestra diócesis al dirigirnos hacia la convención”.

El siguiente paso será una serie de cuatro foros regionales de Oct. 7 – 9, en la que los miembros de la comunidad diocesana serán invitados a conocer y cuestionar a los candidatos. Un programa completo en página 3.

La elección del obispo coadjutor será ll-evada a cabo en la reunión de la Conven-ción Diocesana del 2 al 3 de Diciembre. ?

Los foros regionales con los candidatos

Episcopal Newspublication of the diocese of los angeles. serving readers since 1898.

editorJanet [email protected]

correspondentthe rev. Canon Patricia [email protected]

art directorMolly [email protected]

editorial and advertising officeCathedral Center of St. Paul840 Echo Park avenue, Los angeles 90026213.482.2040email: [email protected]

the Episcopal news (iSSn 0195-0681) is published bimonthly by the Program Group on Communications and Public affairs of theEpiscopal diocese of Los angeles, 840 Echo Park avenue, Los angeles, California 90026.

Subscription price: $15 per year.

the Episcopal news update is published byemail each Wednesday.to subscribe, send a request [email protected] weekly news and calendar updates online, visit the Episcopal news website atwww.episcopalnews.com

The volume 66, NumBeR 5

eN esta edicióN: información acerca de los candidatos a obispo coadjutor

Página 4 : El rvdo. Paul FrombergPágina 6 : La rvda. rachel nybackPágina 8 : La rvda. anna olson

Página 10 : El rvdo. John taylorPágina 12: El Muy rvdo. Pierre WhalonPágina 14 : El rvdo. Mauricio J. Wilson

Página 16: una mirada a los obispos que han dirigido a la diócesis de Los Ángeles

¿Quién eligió a los candidatos? Una mirada al proceso de nominación.

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L o S C a n d i d a t o S a o b i S P o C o a d J u t o r

posiciones anteriores: San Gregorio de Niza, Rector Asistente y Sacerdote a Cargo, 2004-2008; Congregaciones servidas en la Diócesis de Texas: San Andrés, Houston: Rector, 2000 – 2004; Cat-edral Iglesia de Cristo, Houston: Canon y Decano Interino, 1997 – 2000; Canon Residencial, 1990 – 1997; Director de Ministerios Juveniles, 1987 – 1990.

educación: D.Min, Church Divinity School of the Pacific (2014); C.I.T.S., Seminary of the South-west, (1990); M.Div., Fuller Theological Seminary (1987); B.A., Rhodes College (1984).

lución pacífica de Dios, ciudadanos de la mancomunidad de Dios.

¿Qué principios primarios son centrales en su estilo de liderazgo?

Autoridad compartida. Buenos líderes deben aprender cuando quitarse del cami-no porque yo creo que el tipo de lideraz-go que necesitamos en la Iglesia viene de aquellos que unen a la gente y los fortal-ecen para hacer el bien. Líderes buscan si-gnos de la presencia de Dios y lanzan una visión desde ese encuentro. Los líderes es-tán cómodos en no saber qué es lo que va a pasar. Pasan de por medio de su miedo para ser curiosos acerca del otro, y ahora otras experiencias iluminan la Misión de Dios. Los líderes deben reconocer lo que es la diversidad de los miembros de Cristo que nos hace fuertes para servir, y revela el rostro de Dios en nuestro trabajo.

Como pastor principal de la diócesis ¿cómo invitaría y fortalecería a personas laicas a involucrarse con sus dones en el ministerio?

Actuar como pastor. Jesús reconoció la existencia de jerarquía, pero utilizó su au-toridad para potenciar a otros en su min-isterio de reconciliación. El obispo hace lo mismo, no imitando jerarquías, sino es-cuchando lo que las personas laicas dicen, confiando en la acción del Espíritu en sus vidas, y dirigiéndolos con gracia y humil-dad. Ministerios fuertes y generadores sur-gen de relaciones que son saludables, bien delineadas, e inclusivas. Los laicos necesi-tan oportunidades de compartir su visión para que el obispo pueda captar una visión más amplia de la diócesis; el compartir es predicado en la confianza construida desde los pensamientos compartidos y experien-cias de ministerio con todos los miembros de la diócesis.

Semejantemente ¿cómo describiría la rel-ación que espera tener con los clérigos de la diócesis?

Amando y confiando. Debemos amar-nos unos a otros en acción más que en ab-stracción. El obispo y otros clérigos deben participar en la Misión de Dios en la com-pañía unos de otros. Nuestra debilidad está en nuestra autonomía; nuestra fortale-za está en nuestra vida común. El obispo y otros clérigos deben de orar juntos, hablar

juntos y compartir los Sacramentos juntos. Y el obispo y otros clérigos deben trabajar juntos, sirviendo a Dios, llevando a cabo la misión de Dios en el mundo, y traba-jando para la transformación de la vida de la gente. Debemos regresar una y otra vez a la fe, esperanza y amor que al inicio nos formó en nuestras vocaciones.

¿Cómo buscaría involucrar a jóvenes en la vida de la Iglesia?

Como participantes plenos. Para que los jóvenes se conviertan en participantes ple-nos en la Iglesia nuestras expectativas de la Iglesia deben cambiar; debe convertirse en una liga donde la gente tiene autoridad tal como es, no como podrían llegar a ser. Mi experiencia es que los jóvenes partici-pan cuando tienen trabajo verdadero que hacer. Los adultos deben dar poder a los niños y jóvenes como líderes y partici-pantes completos en la vida de la Iglesia. Esto no es fácil; los adultos a veces encuen-tran a los jóvenes como una molestia, y los jóvenes a veces, encuentran que los adultos son demandantes y rígidos. Pero la her-mosura de tener relaciones intergeneracio-nales es una experiencia transformadora para congregaciones y la diócesis.

¿En qué formas claves serviría y inclu-iría la diversidad multicultural y so-cioeconómica del Sur de California en levantar líderes laicos y ordenados a lo largo de esta amplia gama?

Organizar con comunidades. Uno de los obstáculos para formar líderes en contex-tos multiculturales es el estatus quo: tomar por sentado que las normas de privilegio blanco pueden servir para formar líderes. No hay una forma normativa de desarrol-lar líderes. La diócesis debe involucrar a comunidades de color con curiosidad real, tomando su experiencia como norma-tiva e instructiva para todo desarrollo de liderazgo. La diócesis debe estructurar la formación de liderazgo para servir mejor a todas nuestras comunidades. Debemos criar líderes desde la comunidad, y luego involucrar a la diócesis con la igualdad en su colocación en congregaciones.

¿Qué oportunidades ve para el evange-lismo y atracción de seguidores a la vida de la Iglesia Episcopal?

Enfocarnos en Dios, no en la Iglesia. Debemos practicar la evangelización con

tanta gracia y humildad como podamos. Orientando nuestro evangelismo en la Iglesia en lugar de Dios es otra forma de crear una actitud “nosotros contra ellos” que solo comunica nuestra presunta supe-rioridad sobre los buscadores. No podem-os abochornar a la gente a unírsenos. No debe haber sentido de “Únase, somos los chicos cachés”. En lugar de motivar a gente a través de ese tipo de vergüenza, debemos evangelizar basado en nuestro deseo de ser nuevos, de entender más a Dios al abrirnos a quienes no conocemos – desconocidos a nosotros, pero gente que Dios ya conoce y ama.

¿Alrededor de que asuntos globales y locales buscaría proveer una voz profética como obispo en la esfera pública?

La paz. Nuestro enfoque debe estar en la paz. Cada reto que enfrentemos en los años venideros girará alrededor de la paz: quien la tiene, quien la entiende, quien es privado de ella. Paz – la plenitud de shalom/salaam – es la fuerza que reta tanto a micro-agresiones como a conflic-tos mayores. No es pasividad; es el cono-cimiento de que Cristo viene a traer paz al conscientemente ofrecerse a sí mismo a la máquina sacrificial de la cultura hu-mana. Estamos en el negocio de destruir este mecanismo, ya sea que concierne a la vivienda, educación, empleo, seguridad de alimentos, conflictos armados locales o amplios o en cualquier otra manera que corrompe la creación de Dios.

¿Cómo interpretaría y aplicaría la siguiente observación del Arzobispo Brasileño Dom Helder Camara: “El obispo pertenece a todos”?

Todos estamos dentro. No puede haber propios o ajenos en la diócesis. Cada miembro de la diócesis es un participante en el ministerio de reconciliación de Cris-to. El papel del obispo en esto es estar presente para la gente que lo miran a él o a ella por dirección, inspiración, consejo o apoyo amoroso. Ésta es una vocación imposible; nadie sabe cómo ser el obispo que la diócesis necesita ahora. Pero cada persona tiene parte de la respuesta. Cada persona debe traer su inteligencia, expe-riencia, pasión, esperanza y alegría a la tarea. Éste es el significado de la identidad episcopal compartida: ¡todos estamos jun-tos en ello! ?

El Rvdo. Paul D. Fromberg, D.MinRector, San Gregorio de Niza, San Francisco, desde 2008

edad y Familia: 55, nacido en diciembre 21, 1960, en houston; casado con Grant Martin 2005/2008; no hijos.

pasatiempos e intereses:iconografía, escritura, liturgias, cocina, políticas, artes

¿Cuál es su visión para la Diócesis de Los Ángeles?

Mi visión es necesariamente provisional porque la visión se desarrollada más en rel-ación – siempre debe ser nuestra visión, en-

raizada y cimentada en el amor. El amor es la esencia y naturaleza de Dios, y el vivir en ese amor, es el con-vertirse totalmente en humano. El amor nos orienta hacia la justicia y belleza, invitándonos a ver más de Dios y del Espíritu de Jesús en el mundo.

El amor de Dios es revelado a través de la belleza de nuestras muchas tradiciones de adoración, y a través de todas las formas en que servimos y cuida-mos a otros. Jesús nos revela que el amor cruza barreras, y nos permite expresar hospitalidad para tener relaciones con amigos y extraños, propios y ajenos, gente de todas las edades, experiencias, y co-munidades. Estoy agradecido por nuestra tradición de dar la bienvenida, y tengo ganas de escuchar at-entamente a aquellos fuera de la Iglesia Episcopal: porque Dios será revelado en nuevas formas cuando nos abrimos a los desconocidos. El Espíritu se está moviendo en todas nuestras relaciones, convirtién-donos en una nueva creación.

Lo que hasta ahora veo, sugiere una dirección de amplia gama, curiosidad y propósito compartido para la Diócesis. Propongo tres iniciativas con este espíritu:

Pascua en Needles: Las congregaciones en la perif-eria de la Diócesis importan. Congregaciones peque-ñas, misiones, e iglesias en comunidades multicul-turales son ricas en sabiduría y experiencia. Pasaré los días de fiesta mayor en congregaciones que están distantes del centro de la Diócesis – geográficamente, económicamente o culturalmente.

Horas de Oficina: Estar disponible a gente a través de la Diócesis es una prioridad. Durante los prim-ero cinco años de mi episcopado, haré una prioridad el compartir tiempo cada año en treinta diferentes vecindarios dispersados alrededor de la Diócesis, reuniéndome con cualquiera que quiera tener una conversación – preferentemente no en un edificio de la iglesia.

Una Reunión en el Sur de California: Para descu-

brir la visión de la Diócesis, necesitamos honesta-mente compartir nuestros deseos y esperanzas. En el segundo año de mi episcopado, convocaré a una re-unión de todos los miembros de la Diócesis que qui-eran trabajar juntos en nuestra estrategia misionera.

Cada iniciativa está cimentada en mi entendimien-to de liderazgo basado en redes, y diseñado para crear un ambiente donde la gente pueda descubrir formas de vivir plenamente en la vida de Cristo. Este trabajo requerirá organización descentralizada, flex-ible, y la disposición de improvisar; significará per-mitirle a nuestro trabajo ser guiado por el amor. Lo que más quiero es descubrirlo con ustedes, y con los desconocidos que el Espírito nos traiga, la Misión de Dios para la Diócesis.

¿Cuáles son sus recursos espirituales principales, y en qué formas apoyan su ministerio?

Pintar como forma de oración: Soy un pintor de íconos así como soy sacerdote. Busco hacer lo que el escritor de Colosenses describe tan bien: el hacer vis-ible la imagen invisible de Dios. Hago oración con pintura y lienzo, luchando por no enfocarme en mi ego y mis limitaciones sino en el Espíritu de Dios. Hago oración cuando pinto: por la gente que conoz-co y amo o que conozco y no amo. Lo que me ayuda a centrarme al pintar un ícono es la conversación con la figura que estoy plasmando. En esta práctica, aprendo de nuevo que Dios quiere ser conocido, un hecho crítico a mi ministerio.

¿Qué es lo que entiende ser el sentido primario del Evangelio?

La transformación. Toda la humanidad es llamada a una nueva mentalidad: el ver que Dios está hacien-do la paz con nosotros, ahora mismo. Este mensaje de Jesús siempre es la voz de su Abba, trayendo mi-sericordia, amor y perdón a toda la gente. La Trini-dad, una unidad de amistad, desea nuestra amistad, pero nos retiramos de la amistad de Dios a lo que es irreal. Cuando vamos en otra dirección, caemos en el caos, el miedo y la violencia. Pero Dios nunca deja de buscarnos, rehaciéndonos con amor. El reino de Dios acepta a todos: ahora mismo podemos ser parte de la revo- (Continua en la siguiente pagina)

FroMbErG (Viene de la página 4)

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L o S C a n d i d a t o S a o b i S P o C o a d J u t o r

posiciones anteriores: Profesora de escuela primaria de Unified School Districts en Pomona y Pasa-dena, y profesora líder de grado en Universal American School, Kuwait.

educación: A.B., Historia del Arte, Smith College (1992); M.A., Educación e Inglés Como Segun-da Lengua, Claremont Graduate University (1995); M.Div., Virginia Theological Seminary (2004); D.Min., Tésis: Tutoría para Clérigos Recientemente Ordenados, Virginia Theological Seminary (2015).

todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y…ama a tu prójimo como a ti mismo”.

¿Qué principios primarios son centrales en su estilo de liderazgo?

Relación (conmigo usted escuchará esta palabra a menudo), equipo, confianza, claridad, consistencia, transparencia son elementos de mi estilo de liderazgo. Lider-azgo que permite una visión construida con la iglesia, no para la iglesia. Como resultado de mi trabajo doctoral, me he estado retando a mi misma a hacer las preguntas difíciles acerca de mi liderazgo y nuestro sistema parroquial. Estas pre-guntas a menudo van sin ser respondidas ya que no queremos escuchar las respu-estas. En mi experiencia, cuando confío en la gracia de Dios y tomo este riesgo de liderazgo, la retroalimentación y la infor-mación pueden ser integradas y la orga-nización se hace más fuerte.

Como pastor en jefe de la diócesis ¿cómo pediría y fortalecería a personas laicas a involucrar sus dones por el ministerio?

No habrá iglesia sin el ministerio de los laicos que viene a través de nuestro Pacto Bautismal “el buscar y servir a Cristo en todas las personas”. Nuestros obispos de-ben escuchar cuidadosamente a las con-gregaciones para entender mejor cómo hacer que las estructuras diocesanas sir-van y apoyen a la gente laica para crecer su dones. Tenemos una increíble cantidad de talento en nuestras congregaciones que harán a nuestra diócesis más fuerte. Nuestro reto es reconocer que cada hijo de Dios tiene sus dones para compartir y puede compartir el mensaje del evangelio a través de la palabra y la acción donde sea que se encuentren en su vida diaria.

Semejantemente ¿cómo describiría el liderazgo que espera tener con el clero de la diócesis?

Lo más básico es la confianza y la rel-ación. Muchos de nuestro clérigos se si-enten traicionados y quebrantados por aquellos en posiciones de autoridad y unos de otros. Espero construir confianza y restablecer relaciones saludables. Me gus-taría reestructurar el tiempo diocesano jun-tos para permitir oportunidades para que

diáconos y sacerdotes se escuchen unos a otros, aprendan unos de otros, encuentren la luz de Cristo en nuestras diferencias, y entiendan que no todos somos iguales. Ese es nuestra fortaleza, no nuestra debilidad. Como obispo, yo aseguraría que todos los clérigos tengan tiempo formal e informal con los obispos.

¿Cómo buscaría involucrar a jóvenes en la vida de la Iglesia?

El Grupo de Programa en Juventud fue fundamental en mi crecimiento como Cris-tiana joven. Como párroco utilicé mi ex-periencia como líder juvenil en la diócesis para reconstruir un programa juvenil con dificultades como un ministerio de niños y jóvenes ejemplar. Para algunos jóvenes las posibilidades para involucrarse son mejor en un nivel congregacional y para otros a nivel diocesano. De cualquier manera, ase-gurándonos que existan oportunidades y recursos para que cristianos jóvenes par-ticipen activamente en la vida de la iglesia y vivan nuestro Pacto Bautismal, es central en mi visión de la iglesia.

¿En qué formas clave serviría e involucraría la diversidad multicultural y socioeconómica del Sur de California en el crecimiento de líderes laicos y orde-nados a lo largo de esta amplia gama?

La diversidad multicultural de nuestra diócesis debería ser apoyada, y la dispari-dad socioeconómica debería ser enfren-tada. Deberíamos seguir levantando in-tencionalmente a líderes locales dentro de su contexto, y también proveer apoyo fi-nanciero cuando es necesario. Debe haber un sistema transparente para el proceso de ordenación, realizando que una me-dida no le sirve a todos, pero afirmando que la formación fundamental es crucial para el futuro de la iglesia. Esto nos lleva como diócesis a explorar posibilidades de educación creativa que funcionarian para aquellos que no tienen la opción de salir al seminario o que requieren capacitación de seminario en otro idioma.

¿Qué oportunidades ve para el evangelismo y atracción de seguidores a la vida de la Iglesia Episcopal?

Veo a nuestra diócesis como un recurso poderoso para el evangelismo. La diócesis puede proveer herramientas, recursos y

entrenamientos para nuestras congrega-ciones para permitirles el difundir la Pal-abra de Cristo en nuestras comunidades. Necesitamos seguir tratando nuevas mane-ras de hacer iglesia mientras permanec-emos fieles a nuestra tradición. Y una vez que encontremos seguidores, ya sea dentro o fuera de la iglesia, necesitamos asegurar-nos que realmente estamos practicando la hospitalidad radical por la cual la iglesia puede ser conocida. Ésta es un área donde los líderes laicos son de importancia pri-mordial.

¿Alrededor de que asuntos globales y locales buscaría proveer una voz profé-tica como obispo en la esfera pública?

Hay dos asuntos de justicia que no pu-eden ser ignorados en la Diócesis de Los Ángeles: terminar el racismo y la indigen-cia. Nuestro llamado del evangelio hacia la acción significa rechazar el silencio en frente de la injusticia. Significa trabajar con comunidades para encontrar solucio-nes que cubran nuestras necesidades, y al mismo tiempo señalar el pecado del rac-ismo y el aprieto de la indigencia. Muchos otros asuntos exigen nuestra atención y no pueden ser ignorados: derechos LGBT, las necesidades tanto de inmigrantes legales como indocumentados, el sexismo, las re-laciones interreligiosas (especialmente con la comunidad musulmana), la violencia de armas y los asuntos de Palestina, solo por nombrar algunos.

¿Cómo interpretaría y aplicaría la siguiente observación del Arzobispo Brasileño Dom Helder Camara: “El obispo pertenece a todos”?

La oficina del obispo es de confianza pública que requiere a quienes la tienen, a usar su autoridad relacional, a incluir a todos, incluso a aquellos con quien el obispo quizá no esté de acuerdo. Esta pos-tura abierta es una de vulnerabilidad que permite conversaciones difíciles mientras al mismo tiempo sustenta la relación au-téntica. El liderazgo del obispo viene de un lugar de intercambio igual más que de una posición autoritaria de poder; esto es parte de nuestro llamado del evangelio. La oficina del obispo se extiende más allá de las puertas de la iglesia y se derrama en la comunidad dejando luz, trayendo testigos, y cuidando por los más desafortunados. ?

edad y Familia: nacida en Feb. 24, 1970, edad 46. bautizada en la iglesia Episcopal de San timoteo, Compton (1970). Soltera. relaciones cercanas como hija, sobrina, madrina, familia extendida y adoptada de familias Francesas y Kuwaitís.

pasatiempos e intereses:Pasar tiempo con la familia, lectura, cocina, cena con amigos, acampar, senderismo, viajar, pescar, museos, kickboxing de estudio, y aprender siempre.

La Revda. Rachel Anne Nyback, D.MinRector, Iglesia Episcopal de la Santa Cruz, Hermosa Beach, desde 2004

¿Cuál es su visión para la diócesis de Los Ángeles?

Mi visión incluye encontrar nuevas mane-ras para trabajar como una comunidad Cristiana. Nuestra diversidad nos hace en-

riquecedoramente diferentes. Sin embargo, nuestro bautismo nos hace uno. Modelando nuestra vida so-bre la de la Trinidad, unidad en diferencia, llama a la necesidad de conexiones que construyen puentes entre diversas comunidades. Para apoyar mi visión de unidad en la diferencia, un ministerio de presen-cia es esencial. Todos los obispos serían igualmente accesibles a todas las congregaciones e institucio-nes. Imagino a laicos y clérigos, trabajando con sus obispos, construyendo los ministerios existentes de la diócesis y haciendo nuevos y duraderas conexio-nes unos con otros que conllevan a la iglesia a una misión más grande. Yo amo a esta diócesis. Se que los pocos años anteriores nos han rotos en direccio-nes que no queremos ir. Pero firmemente creo que a través de la oración y la presencia podemos en-focarnos de nuevo en la misión y ministerio que es nuestro llamado del Evangelio.

Esta visión está cimentada en el amor de Dios que Jesús ordenó en John 15:12: amarnos los unos a los otros. Está también cimentado en nuestro voto bau-tismal a respetar la dignidad de cada ser humano. Arraigados en el amor de Dios, podemos trabajar hacia relaciones y una reconciliación más profun-das donde existen divisiones. Al suceder la sanación, por la gracia y misericordia de Dios, el Espíritu nos guiará hacia un mejor ministerio.

La geografía y el tamaño de nuestra diócesis hace más fácil aislarnos. Nuestro reto es alcanzar a todos los que conocemos y no conocemos, apoyándonos unos a otros a través de la oración para ser una igle-sia más fuerte. Imagino una convención diocesana que integra oportunidades de aprendizaje aplicables a nuestras congregaciones y necesidades. Veo a con-ferencias de clérigos que dan prioridad a la construc-ción de relaciones ricas entre clérigos a través de compartir alegrías, agobios, esperanzas y recursos que tienen aplicación práctica para el ministerio.

Este tipo de visión es el trabajo de toda la diócesis: dando contribuciones acerca de necesidades, oracio-nes, esperanzas y deseos. Juntos escuchamos para enterarnos de donde el Espíritu Santo nos está lla-mando a fortalecer nuestros ministerios y esparcir la Buena Nueva desde Santa María hasta San Clemente hasta Twentynine Palms.

Mi esperanza es que a través de escucharnos unos a otros y responder en una manera pastoral poda-mos solidificar en una voz unificada que se enfoca en el amor de Jesús por nosotros, y su llamado mis-ionero de compartir la Buena Nueva.

“Donde no hay amor, pon amor — y encontrarás amor.” — San Juan de la Cruz

¿Cuáles son sus recursos espirituales primarios, y en qué formas representan su ministerio?

Oraciones diarias, junto con el estudio de la escri-tura y otros textos teológicos, guían mi vida y min-isterio. He sido sorprendida por cómo las peregrina-ciones con adultos y jóvenes continúan proveyendo oportunidad fértil para crecimiento espiritual. Mi grupo de sermón semanal es vital para mi. En comu-nidad y por medio de tecnología, nos hemos apoy-ado unos a otros, leído nuestros sermones escritos individualmente, criticado, reído, llorado y orado unos por otros. Somos individuos y colaboradores al mismo tiempo. Mi relación con mi director espiri-tual y mi grupo de clérigos es fundamental para mi bienestar espiritual. Retiros y vacaciones recuperan mis recursos espirituales.

¿Qué es lo que entiende que es el sentido primario del Evangelio?

AMOR. El amor expresado al estar en relación; expresado a través de la sanación; expresado a través de la enseñanza de la Buena Nueva; en el ministerio que ilumina el Reino de Dios aquí y ahora. Somos capaces de amar porque Dios primero nos amó y Dios nos da el poder de amarnos unos a otros. Este amor no es sentimental, y es frecuentemente difícil. Cuando estamos cimentados en el amor que Dios tiene por nosotros, vivimos el gran mandamiento que Jesús nos enseñó: “…amar al Señor tu Dios con

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¿Cuál es su visión para la diócesis de Los Ángeles?

Tengo la visión de una Diócesis que muestra de-nuedo en su experimentación, un modelo para la iglesia más amplia en su rango de estrate-

gias para ser el movimiento de Jesús entre una de las colecciones más diversas de humanos en el planeta. Creo que el papel más importante del obispo y de los trabajadores diocesanos es apoyar el discernimiento local y el ministerio local que cubre el hambre pro-funda del mundo con buenas nuevas. La Diócesis de Los Ángeles debería ser un imán para líderes emer-gentes que quieren ser parte de construir lo que sigue como el proximo paso en la iglesia y en el mundo. Me imagino enviar equipos para descubrir y repor-tar sobre los muchos experimentos llevados a cabo en otras partes de la iglesia alrededor del país y el mundo. Me imagino una conversación participativa y de amplia gama — usando tecnología para unir las distancias geográficas y lingüísticas que nos sepa-ran — acerca de cómo se da prioridad al uso de to-dos nuestros recursos diocesanos creativos, llenos de fe y dadores de vida, y cómo cada uno de nosotros contribuye con nuestros dones para la edificación de todo el cuerpo.

En los estudios bíblicos que dirijo en la cárcel de mujeres del Condado de L.A. yo presento a la Iglesia Episcopal así: Una iglesia que tiene las puertas tan abiertas que otras iglesias nos miran con recelo… una iglesia que cree que Dios ha colocado dones es-enciales para el mundo en cada uno de nosotros… una iglesia que ve a la fe como un proceso de por vida lleno de errores y perdón, y de otras personas que también están haciendo errores y necesitan perdón. Hablo de que el amor es nuestro único tra-bajo como Cristianos; de que la iglesia es un lugar clave donde practicamos ese amor; de que la Biblia es nuestra historia familiar sobre la lealtad de Dios y nuestra respuesta a ese Dios; y de que la vida, muerte y resurrección de Jesús revelan el triunfo del amor sobre la muerte.

Mi visión para la Diócesis Episcopal de Los Ánge-les es que cuando alguien entre en cualquier lugar

con un letrero que diga Episcopal – donde sea que dos o más Episcopales se reúnen – nos encuentre vivi-endo esa descripción. Nuestros idiomas, prácticas litúrgicas, lugares de reunión y rostros quizá varíen ampliamente. Pero a través de esas diferencias, la misma luz brillará. Seremos una señal para nuestras comunidades, de que vale la pena practicar el amor; que Dios no olvida a nadie; que hay Cristianos que saben cómo dejar el juicio a Dios, y que simplemente buscan y se ofrecen en amor al prójimo que se en-cuentra en algún lugar geográfico en particular.

¿Cuáles son sus recursos espirituales primarios, y en qué formas representan su ministerio?

Encuentro mi inspiración en la Escritura, nu-trición en la Eucaristía, instrucciones básicas en el Pacto Bautismal y un espíritu de aventura en las dos últimas líneas del Credo Niceno: Buscamos la res-urrección de la muerte y la vida del mundo futuro. Como alguien que se convirtió como adulta joven al Cristianismo, nunca, he perdido mi sentido de admi-ración sobre la manera en que Jesús vino a buscarme cuando yo definitivamente no había ido a buscarlo a él. Incluyo la oración en el tejido de mi vida diaria, encontrando belleza en regalos simples y recordando que aún falta mucho por ser revelado.

¿Qué es lo que entiende que es el sentido primario del Evangelio?

Amor. El amor arroja el miedo, triunfa sobre la muerte. El amor insiste que nosotros pertenecemos unos a otros, que vale la pena el tiempo y el esfuerzo para tratarnos unos a otros con cuidado. El amor es nuestro único trabajo y nuestro único súper poder. El amor vuelve lo roto a ser íntegro; lo imposible a ser posible; y a lo ordinario a ser sagrado. El amor es la manera en que Jesús nos llama a caminar, la car-acterística que define el Reino de Dios que Jesús nos quiere mostrar. El amor es la invitación a vivir como si no tuviéramos nada que perder y todo por ganar al derramarnos unos para otros.

Qué principios primarios son centrales en su estilo de liderazgo?

L o S C a n d i d a t o S a o b i S P o C o a d J u t o r

La Revda. Anna B. OlsonRector, Iglesia de Santa María (Mariposa Avenue), Los Ángeles, desde 2011

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posiciones anteriores: Congregaciones servidas en la Diócesis de Los Ángeles (San Lucas, Long Beach 2008-2011; Trinidad Los Ángeles 2002-2006; Santa Fe, Inglewood 1998-2002) así como Clérigo y Laico de United for Economic Justice 2006-2008 y Amalgamated Clothing and Textile Workers Union 1993-95. educación: Maestría de Divinidad, Union Theological Seminary, New York, NY (1998); Licencia-tura en Historia, Stanford University (1993); Estudios Anglicanos Suplementarios en General Theo-logical Seminary y Church Divinity School of the Pacific.

edad y Familia: 45, nacida en 1971 en hanover, nh; casada con Steven ury (juntos desde 1993, votos de compromiso de vida en 1999, casados en 2013 después de esperar a que la igualdad de matrimonio legal llegara a California); dos hijas, Leah (15) y naomi (9).

pasatiempos e intereses: aprendizaje de idiomas (Español con fluidez, Coreano básico), escritura, lectura, caminata, música (tanto escucharla como hacerla), tejer, cocinar y comer, viajar con la familia, artes marciales (cinta negra de 2º grado en taekwondo). Escribo en ECF Vital Practices (www.ecfvp.org/posts/author/anna-olson/) y publiqué mi primer libro en abril 2016, Claiming Resurrection in the Dying Church: Freedom Beyond Survival (Westminster John Knox Press).

Estoy constantemente imaginando y lla-mando a otros a imaginar lo que nuestras vidas y nuestras instituciones se verían si verdaderamente creyéramos en la resur-rección, si abandonáramos todo el miedo, si verdaderamente estuviéramos juntos en esto con todo el pueblo de Dios. Al mismo tiempo soy una líder práctica y con las manos en la masa, con fuertes habilidades de comunicación entre culturas, compro-metida a y cimentada en la colaboración, transparencia, escucha y observación con oración. Quizá mi mejor don como líder es la habilidad de encontrar y compartir alegría en el desastre de la vida y la iglesia actual.

Como pastor en jefe de la diócesis ¿cómo pediría y fortalecería a personas laicas a involucrar sus dones por el ministerio?

Visitaré y escucharé a los líderes de nuestras congregaciones y ministerios, buscando construir una infra-estructura diocesana que apoya y anima al dis-cernimiento y la experimentación local que es tan crítica en este tiempo de gran cambio. Hablaré, predicaré y enseñaré bíblicamente, entretejiendo las historias de la lealtad de Dios en los retos del día presente, cuando mucho de lo que hemos sabido está desmoronándose, y lo que será aún no se ha revelado plenamente. Nos re-cordaré a todos, en cada oportunidad, que nuestro llamado no es a ser exitosos, sino fieles.

Semejantemente ¿cómo describiría la relación que espera tener con los clérigos de la diócesis?

Nuestros clérigos necesitan apoyo tanto espiritual como práctico con el fin de per-manecer cimentados en el evangelio y en el amor del pueblo de Dios que los llamó al ministerio en primer lugar. Las condicio-nes actuales en la iglesia y el mundo de-mandan líderes adaptables y flexibles que caminen mediante la fe y no mediante la vista. Necesitamos un rango de oportuni-dades más amplio y creativo para clérigos recientemente ordenados para ejercer su ministerio con supervisión y asesoría de colegas experimentados. Como obispa, pondría como prioridad el visitar a cléri-gos en su contexto de ministerio, ofre-ciendo una variedad de recursos para el cuidado pastoral de clérigos, y para su de-

sarrollo espiritual y vocacional, así como el desarrollo de colaboraciones regionales y modelos para el ministerio en equipo.

¿Cómo buscaría involucrar a jóvenes en la vida de la Iglesia?

He aprendido ampliamente de comu-nidades indígenas Zapotecas en mi actual iglesia que creo podría servir como modelo prometedor. Los niños pequeños ofrecen dones a la comunidad, a menudo en la for-ma de música y danza para las celebracio-nes de la comunidad. Los jóvenes adultos participan en estructuras de la comunidad con niveles crecientes de responsabilidad. Los jóvenes crecen con un fuerte sentido de identidad y obligación comunitaria, así como un claro entendimiento del camino esperado hacia el liderazgo. Al mismo tiempo, ellos traen ideas y habilidades nue-vas, incluyendo el uso sofisticado de video y medios de comunicación social para co-nectar generaciones más jóvenes con tradi-ciones antiguas.

¿En qué formas clave serviría e involu-craría la diversidad multicultural y socioeconómica del Sur de California en el crecimiento de líderes laicos y ordena-dos a lo largo de esta amplia gama?

Llevo dieciocho años de experiencia de ministerio desarrollando y apoyando lí-deres en contextos multiculturales, incluy-endo a todas las comunidades étnicas prin-cipales representadas en nuestra Diócesis. Si queremos líderes fuertes de color en la Iglesia Episcopal deberemos ser más con-sistentes y más creativos en dar recursos a congregaciones fuertes en comunidades de color. Demasiados líderes en comuni-dades marginadas pasan todo su tiempo levantando fondos y luchando contra una infraestructura en descomposición. Necesitamos múltiples caminos riguro-sos hacia la ordenación que reconozcan un rango de experiencias de vida y dones como preparación para el ministerio.

¿Qué oportunidades ve para el evangelismo y atracción de seguidores a la vida de la Iglesia Episcopal?

La Iglesia deberá de entenderse a sí misma como buscadora, enviada hacia las vidas de nuestros vecinos más que esper-arlos a que vengan a nosotros. Mi expe-riencia en el Sur de California es que hay bastante gente con hambre de comunidad

Cristiana sacramental inclusiva, la may-oría de los cuales no tienen experiencia de la Iglesia Episcopal, y muchos de los cuales no encajarán fácilmente en las normas cul-turales de la corriente Episcopal principal. Tendremos que ser comunidades de las cu-ales el amor y la paz irradian hacia afuera. Tendremos que hablar los idiomas de nuestras comunidades, abrazar las necesi-dades y los dones de nuestros vecinos y es-tar dispuestos a ser transformados por las experiencias de hacer un lugar en la mesa.

¿Alrededor de que asuntos globales y locales buscaría proveer una voz profé-tica como obispo en la esfera pública?

Hay demasiados desafíos apremiantes para enlistar aquí, pero la indigencia, el racismo y las necesidades de los refugia-dos pesan en mi corazón en este momento. Jesús promete encontrarnos en medio de vidas que se han consideradas no tan im-portantes como las de otros. Firmemente creo que la voz pública del obispo encuen-tra credibilidad en la medida que nuestra iglesia tanto incluye como sirve a aquellos cuya habilidad de tener las necesidades básicas de alimento, albergue, seguridad, buen recibimiento y dignidad es amen-azada. Como obispo, buscaría ampliar los testimonios de esas vidas y llevar luz sobre los principados y poderes que sustentan esas experiencias de marginalidad.

¿Cómo interpretaría y aplicaría la siguiente observación del Arzobispo Brasileño Dom Helder Camara: “El obispo pertenece a todos”?

Vivimos en un tiempo de polarización desgarradora. El diablo de “éste no es mi prójimo” nos empuja hacia una vida de círculos cerrados y protegidos que dejan a muchos afuera en el frío. El contexto del comentario del Arzobispo es el testimonio vivo del obispo de la posibilidad de uni-dad – no menospreciar las diferencias y los desacuerdos, sino insistir públicamente en palabra y hechos que lo que nos une es más que lo que nos divide. Aún cuando la posibilidad de tener una relación parece muerta, somos llamados a seguir la direc-ción de las mujeres que fueron a la tumba llenas de fe en la madrugada de Pascua. El Cristo Resucitado ha prometido que seguiremos siendo sorprendidos así como ellas lo fueron. ?

oLSon (Viene de la página 8)

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liderazgo es la vía del medio. Yo consulto para poner a prueba mis instintos y ser in-formado por otros. Escucho a todos los ac-cionistas para aprender de ellos. Si ellos han sido escuchados, les será más fácil afirmar mi decisión incluso si no están de acuerdo.

Como pastor en jefe de la diócesis ¿cómo pediría y fortalecería a personas laicas a involucrar sus dones por el ministerio?

Las narrativas de la gente revelan sus do-nes para el ministerio. Animaría a todos los clérigos y ministros de llegada a preguntar a los recién llegados acerca de su jornada de vida y fe. ¿Dónde crecieron? ¿Dónde se conocieron los miembros de la famil-ia? Ellos también me dicen acerca de las transiciones de sus vidas, preocupaciones acerca de sus hijos o padres, y momentos de desilusión con Dios. Yo escucho, prim-ero, porque soy increíblemente curioso y quiero experimentar el milagro de la zarza ardiente de su presencia. También ayuda a identificar oportunidades para conexión y compañerismo. Si personas que no se con-ocen enseñan en jardín de niños o trabajan para compañías de hospicio, por ejemplo, les presento unos a otros. Para ayudar a la gente a escuchar la invitación de Dios al ministerio, primero debemos empezar con conocerles como Dios los conoce.

Semejantemente ¿cómo describiría la relación que espera tener con los clérigos de la diócesis?

Conozco a muchos si no es que a la may-oría de nuestros clérigos. La invitación a ofrecerme a mi mismo para el episcopado emergió de esas relaciones. Dependería de una relación personal con todos nuestros diáconos, sacerdotes y obispos basada en el conocimiento de la narrativa de sus vi-das. Ellos merecen un pastor así como a un compañero de discernimiento cuando ellos escuchan la invitación de Dios a nuevas oportunidades para predicar el evangelio y amar al pueblo de Dios. Un reto sería ase-gurarse que el clero se siente cómodo para consultar y retar a su obispo. Consideraría tales pensamientos indispensables y bus-caría maneras informales y variadas para permanecer en relación y conversación con todos nuestros colegas ordenados.

¿Cómo buscaría involucrar a jóvenes en la vida de la Iglesia?

Sabemos (por encuestas) que jóvenes Milenarios, comparados con sus semejantes mayores, están menos interesados en la re-ligión institucional pero más interesados en dejar al mundo mejor que como lo encon-traron. Confiamos (en el evangelio) que el-los sean pueblo de Dios, inherentemente es-piritual, esperando la inspiración del amor y servicio que viene al aceptar y dar gracias por nuestros amados. Solo que quizá no los encontremos en la iglesia. Necesitamos ministros que los encuentren donde están, que escuchen sus historias y prediquen el evangelio. Cuando Kathy y yo trabaja-mos con jóvenes adultos en San Juan, es usualmente en Starbucks. Pero la música permanece igual. Se siente como iglesia. Quizá estén riéndose y dando gracias o en-frentando su empleo o problemas familiares o los agobios de las expectativas de otros. Les decimos que el reino de Dios está a la mano y ellos están más a salvo, más libres y mucho más amados de lo que ellos piensan.

¿En qué formas clave serviría e involu-craría la diversidad multicultural y socioeconómica del Sur de California en el crecimiento de líderes laicos y ordena-dos a lo largo de esta amplia gama?

Gracias a la Obispa Bruce y sus socios, nuestra Diócesis continúa resplandeciendo en nuevos caminos en formación multi-cultural, incluyendo a través del Instituto de Liderazgo y el Li-Tim Oi Center. El siguiente es trabajo con la Iniciativa Iona, para adoptar un modelo de educación teo-lógica basada localmente en maneras que fortalecerán la Iglesia Episcopal completa mientras mejora nuestra formación de lí-deres laicos y ordenados en contextos mul-ticulturales/multi-lingüísticos de la Dióce-sis. Estos esfuerzos merecen el apoyo sin escatimar de nuestro nuevo obispo. Las disparidades de riqueza en nuestra Dióce-sis también merecen atención urgente. Nuestro hábito persistente, quizá nuestro mayor pecado de acuerdo con los profe-tas, es ignorar a quienes están en desven-taja. Necesitamos recordar que buscamos diversidad no solo para servir uno al otro sino para contrarrestar nuestra tendencia hacia la homogeneidad y polarización de grupos.

¿Qué oportunidades ve para el evangelismo y atracción de seguidores a la vida de la Iglesia Episcopal?

La iglesia no es nuestra, sino de Dios. No es nuestra invitación, sino la del Es-píritu Santo. Los buscadores no nos bus-can a nosotros, sino a la vida abundante ofrecida por Cristo Resucitado. Es bueno ser realista acerca de la Iglesia Episcopal. La asistencia está bajando, los jóvenes son escépticos y los edificios son costosos. Pero no nos paralicemos por el pesimismo y olvidemos que nuestra ayuda está en el nombre de Dios, el hacedor del Cielo y la Tierra. Como pastores, hemos aconsejado al enfermo y moribundo que confíe en esa promesa. Si brillamos con el optimismo y esperanza con la que predicamos, los bus-cadores lo verán. Tal evangelismo es el tra-bajo de cada Cristiano. Si modelamos cómo amamos, escuchamos y conocemos a otros, inspiraremos a otros a hacer lo mismo, y las comunidades de amor y servicio se for-marán, crecerán fuertes y prosperarán.

¿Alrededor de que asuntos globales y locales buscaría proveer una voz profé-tica como obispo en la esfera pública?

La iglesia jamás debe retraerse de decir a los sirvientes públicos que hagan sus tra-bajos. Hemos aprendido este año que no podemos tomar la estabilidad de nuestras instituciones políticas por sentado si no trabajamos juntos para promover una me-jor vida para toda la gente. Desesperanza e ira son consecuencias de una economía opresiva y sistemas políticos. La esperanza de los Cristianos viene de la Resurrección y su experiencia de ser amados. La esper-anza de los ciudadanos está en ser tratados con justicia, incluyendo trabajo dignifi-cante con un salario de vida con beneficios decentes. Otros asuntos globales sublimes son el cambio climático y vigilancia para que los Musulmanes no sean chivos expia-torios. El obispo de Los Ángeles tiene una responsabilidad especial de defender a los indigentes, indocumentados y los derechos inalienables de mujeres, minorías étnicas y gente LGBTQ.

¿Cómo interpretaría y aplicaría la siguiente observación del Arzobispo Brasileño Dom Helder Camara: “El obispo pertenece a todos”?

El pasar 12 años en una parroquia me ha enseñado que el vicario pertenece a todos. Pero nosotros no pertenecemos a todo. Si uno del pueblo de Dios extiende la mano, esa

¿Cuál es su visión para la diócesis de Los Ángeles?

Si el Espíritu Santo y el pueblo de Dios en nuestra Diócesis determinen, el mío sería un episcopado de tres temporadas no de cuatro.

Primero, necesitamos una periodo de resolución de conflicto, perdón, y sanidad. Lo que es verdad en nuestras casas e iglesias acerca del efecto enervante del conflicto es también verdad acerca de nuestra Diócesis.

Luego necesitamos una evaluación de nuestros dones compartidos y una apreciación renovada a través de nuestra extensa Diócesis que todos somos uno en nuestra diversidad.

Tercero, necesitamos redoblar nuestros esfuerzos distintivos: Tener una mirada del reino de amor, jus-ticia, rectitud y paz que florece justo más allá del horizonte. Nuestra diócesis gime con el potencial para crecimiento a través de la misión y ministerio para quienes en nuestras comunidades no conocen a nuestra iglesia pero a quienes nuestro Dios en Cristo nos ordena a alcanzar, abrazar, fortalecer y servir.

Las iglesias saludables son comunidades amiga-bles y simpáticas, que se apoyan mutuamente. Mod-elan la interacción intencional con los pobres, la hospitalidad para con todos, las relaciones durables, el cuidado pastoral, la formación Cristiana de toda la vida, y la apertura a las ideas de todos para el ministerio y la misión nuevos.

Nuestro crecimiento en una época secularizada de-pende de la participación cívica más allá de nuestras instalaciones y diálogo con aquellos con quienes quizá no estemos acostumbrados a hablar. Laicos y clérigos harán un propósito especial para alcanzar a los evangélicos y Católicos Romanos heridos y ena-jenados. En todo lo que hagan, las comunidades de fe saludables testifican a la Resurrección, una fuente de seguridad última que permite a la gente tomar riesgos con sus recursos, los desconocidos, las ideas incómodas y el cambio.

Hacemos este trabajo por lo que produce y no sólo para sustentar nuestras instituciones. Si ama-mos al pueblo de Dios, Dios cuidará de la iglesia.

Ya estamos haciendo mucho trabajo extraordi-nario. Solo imagínense lo que está por delante. Y ese

sería mi primera invitación a cada uno de ustedes como su obispo, si fuese electo. Solo imagínense.

¿Cuáles son sus recursos espirituales primarios, y en qué formas representan su ministerio?

Cuatro veces al día hago oración mediante un oficio abreviado y veo a mi director espiritual men-sualmente. Al manejar solo, hablo francamente con Jesús. Mi meta es estar consciente de la presencia de Dios y tener confianza en la soberanía del Espíritu Santo en cada momento. Los momentos son los blo-ques constructores del ministerio. ¿Qué es lo que Dios tiene en mente en esta llamada? ¿Cómo puedo aprender de una conversación que no esperaba o quisiera tener; esa critica, el encuentro de la mañana de hoy con ese conductor de grúa o persona indi-gente, esta afirmación, esta coincidencia aparente?

¿Qué es lo que entiende que es el sentido primario del Evangelio?

Marcos 1:15 comprende el mejor sermón que se haya hecho. Es Jesús, por supuesto: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; ar-repentíos, y creed en el evangelio”. Cuando enseño el Evangelio de Marcos a alumnos de 7o. grado en San Juan, el tema para este verso es la urgencia. Para nosotros, Jesús quizá diga, “Ahora es el tiempo de actuar. El trabajo del Reino puede estar hecho donde sea que usted esté. Para entenderlo, cambie su per-spectiva. Confíe en esto: Usted está hecho en amor, salvado en amor y bañado en amor. Si usted actúa en amor, convencido del poder de la Resurrección para mantenerlo a salvo, el evangelio está vivo en usted”.

¿Qué principios primarios son centrales en su estilo de liderazgo?

Un amigo quien tenía ansias de un ambiente de tra-bajo más colegial tomó una nueva postura. Pronto él admitió, “Ser colegial tiene sus desventajas”. Todos conocemos a líderes quienes consultan con otros muy poco, confiando principalmente en su propio juicio, y aquellos que consultan extravagantemente y parecen no poder tomar una decisión. Si hemos experimen-tado un extremo y hemos tenido la oportunidad de hacer un cambio, quizá nos apresuremos por el otro. El punto dulce del

L o S C a n d i d a t o S a o b i S P o C o a d J u t o r

El Rvdo. Canon John H. TaylorVicario, Iglesia y Escuela de San Juan, Rancho Santa Margarita, desde 2004

tayLor (Viene de la página 10)

(Continua en la siguiente pagina)

posiciones anteriores: Clérigo Asistente, Iglesia Episcopal de San Andrés Apóstol, Fullerton, CA (2003-04); director ejecutivo, Richard Nixon Library & Birthplace Foundation (1990-2009); jefe de personal del anterior Presidente Nixon (1984-90); trabajos de periodismo en la universidad.

educación: M.Div., Claremont School of Theology and Bloy House (2003); Licenciatura en Ciencias Políticas, University of California, San Diego (1980).

edad y Familia: 61, nacido en octubre 26, 1954 en detroit; casado con Kathleen hannigan o’Connor en 2002; dos hijas, Valerie (31) y Lindsay (28), y dos hijastros, daniel (32) and Meaghan (28)

pasatiempos e intereses: Música, tocar guitarra y canto; escritura; caminata y senderismo; beisbol de los angels y dodgers.

(Continua en la pagina 16)

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El Rvdmo. Pierre W. WhalonObispo a cargo y Sufragante del Obispo Presidente Convocación de Iglesias Episcopales en Europa, desde 2001

posiciones anteriores: Rector, Iglesia de Todas las Almas, North Versailles, PA (Pittsburgh), 1985-1991 ; Iglesia de San Pablo, Elkins Park, PA (Pennsylvania), 1991-1993 ; Iglesia y Escuela de San Andrés, Fort Pierce, FL (Central Florida), 1993-2001

educación: Ph.D. estudios (ABD), teología sistemática, Duquesne University, Pittsburgh, PA 1986–1991; Maestría en Divinidad (cum laude), Virginia Theological Seminary, 1985; Maestría en Músi-ca Sacra, Duquesne University, 1981, Pittsburgh, PA; Diploma Superior, Armonía y Contrapunto, Schola Cantorum, Paris, France, 1977; Licenciatura en Música, Boston University, 1974; Licenciatu-ra en Filosofía. Caen, France, 1972. Doctor Honorario de Divinidad, Virginia Theological Seminary.

¿Cuál es su visión para la diócesis de Los Ángeles?

La Diócesis de Los Ángeles representa una parte energética y vibrante del Cuerpo de Cristo en los más de cinco condados a los que sirve, y

más allá. Sin embargo, está en una encrucijada, como el perfil lo señala, con divisiones internas, asistencia promedio en declive y un contexto cultural complejo. Primero, la sanidad y reconciliación necesita suceder, con el Obispo diocesano saliente y unos con otros. Después la gente y clérigos necesitan reunirse para buscar la visión de Dios hacia el futuro. Con oración, conversación honesta e integridad, estoy persuadido que una visión vendrá que es auténtica, innovadora y dadora de vida, una visión que la gente de la Diócesis la hará propia. Como Obispo ayudaría a desarrollar las condiciones para esa visión estratégica. Entonces haría de esa visión la mía propia y sería el líder para convertirla en una realidad.

Como una persona multilingue y binacional, mi ex-periencia con el multiculturalismo es de por vida. En Europa hemos tenido que luchar con lo que significa el convertirse en una verdadera diócesis multicultural, a lo largo de diversos países, idiomas y culturas. Por ejemplo, en Italia nuestras iglesias son una “caridad pública”, en Bélgica el Rey paga a nuestro clero. Vivi-endo en el respeto por la dignidad de cada ser humano que todos prometemos en el Pacto Bautismal, ahora somos mucho mejores en respetar otras culturas así como nuestra genérica Americana. Con los cambios demográficos significativos en el Sur de California, espero que un enriquecimiento similar en la concien-cia multicultural de la Diócesis sea un factor fuerte para un crecimiento futuro entre Latinos, Asiáticos e Isleños del Pacífico, así como Africano-Americanos, Americanos Nativos, y jóvenes Anglosajones.

El Presidente Michael Curry propone “el mov-imiento de Jesús”, como grito de lucha para nuestra iglesia para poder ofrecer una alternativa al secular-ismo. La Diócesis de Los Ángeles será un suelo de prueba real para ver si podemos o no llenar el vacío del consumismo con la proclamación del evangelio

de una manera que sea verdaderamente “amorosa, dadora de vida y libertadora”, a través del “evange-lismo, reconciliación radical y mayordomía ambi-ental”, en el contexto del Sur de California. Como obispo misionero que ha construido una diócesis fun-cional en un ambiente complejo, he desarrollado mu-cha flexibilidad en manejar nuevos retos de misión; las posibilidades de ser pionero de un trabajo nuevo con ustedes me emociona.

Los tiempos son difíciles para todos los Episco-pales. Sin embargo, creo con todo mi corazón que la gente, clérigos y congregaciones de la Diócesis de Los Ángeles encontrará del camino de Dios para avanzar, y florecerá en formas tanto nuevas como antiguas. Creo que también ustedes proveerán liderazgo al resto de la Iglesia Episcopal. Con ese fin me ofrezco a mí mismo, como “su sirviente en el amor de Cristo”.

¿Cuáles son sus recursos espirituales primarios, y en qué formas representan su ministerio?

Oración diaria, utilizando diferentes formas, es el primer recurso en el que dependo. Estudio regular de la Escritura, teología y textos espirituales, escri-tura en respuesta a ese trabajo dentro del contexto de eventos actuales, y el labor de la preparación del sermón, todo nutre mi trabajo episcopal, en efecto, mi alma. Utilizo tanto a un director espiritual para alejarme de la flojera del alma, y a un terapista para mantenerme con los pies en la tierra. Estos recursos son los que me han llevado durante los pasados 31 años de ministerio.

¿Qué es lo que entiende que es el sentido primario del Evangelio?

Dios amo tanto al mundo que Dios nos mandó a Cristo, para que nadie perezca, y que toda la gente, y en efecto toda la creación, pueda compartir más abundancia en vida.

Qué principios primarios son centrales en su estilo de liderazgo?

Nuestra forma

edad y Familia: 63, nacido en noviem-bre 12, 1952, newport, ri; casado con Melinda Jane McCulloch en 1980; una hija, Marie-noëlle Whalon (28). pasatiempos e intereses: idiomas, escritura, música, estudio de economía, levantamien-to de pesas, yoga, pesca (de cualquier tipo).

de ser iglesia requiere de construcción de consensos, y como obispo trabajo con-stantemente para que suceda. Liderazgo compartido es esencial para una iglesia saludable, y considero que los líderes cléri-gos y laicos son mis colegas para man-tener nuestra vida en común completa y saludable. El desarrollo del liderazgo es mi enfoque constante, empezando con mi propio liderazgo. Desarrollando un cuerpo de magníficos clérigos ha sido parte de nuestro éxito en Europa, pero también es el trabajo de confiar la dirección seria de programas críticos a líderes laicos que está en el corazón de nuestro éxito. Mi meta es siempre ayudarles a convertirse en mejores líderes de lo que yo soy.

Como pastor en jefe de la diócesis ¿cómo pediría y fortalecería a personas laicas a involucrar sus dones por el ministerio?

Los ministerios por los que nosotros en Europa nos hemos dado a conocer – con refugiados e inmigrantes, nuevos métodos de formación, trabajo con jóvenes empe-zando a la edad de 10 y terminando a los 29 – tienen en su núcleo líderes apasiona-dos e inteligentes que nunca se les ha dicho que tienen que ser ordenados para servir a Dios en la iglesia. Tenemos una confer-encia anual de discernimiento y una “Aca-demia para liderazgo” que son primera-mente para laicos. Como Obispo de Los Ángeles, reiteraría este llamado constante-mente en sermones, enseñanzas, y escritos y reclutaría y formaría a nuevos líderes en cada oportunidad.

Semejantemente ¿cómo describiría la relación que espera tener con el clero de la diócesis?

Mis colegas son nuestros diáconos y sacerdotes, y entonces en mi primer año haría una “peregrinación” a lo largo de la Diócesis para poder conocerlos. Mien-tras que no podría tener la relación cer-cana personal con todos los clérigos de la Diócesis a quienes ahora disfruto, de-bido a sus números escarpados, constan-temente buscaría formas de comunicación entre nosotros mismos, ser más accesibles, proveer y participar en varios recursos de renovación espiritual y crecimiento en diferentes idiomas, incluyendo a ca-pellanes. Los clérigos o esposos o familias de clérigos – activos o retirados – jamás

deberían sentirse aislados, o pensar que a nadie les importan.

¿Cómo buscaría involucrar a jóvenes en la vida de la Iglesia?

Nuestra comisión juvenil me enseñó a definir “gente joven” el tener de 10 a 29 años de edad. Los más jóvenes aprecian programas que lo reúnen, los adolescentes quieren ser retados, y los adultos jóvenes quieren encontrar amistad y sabiduría para la vida. Yo apoyaría al ministerio juvenil diocesano a través de mi presencia, defensa y recursos, y buscaría maximizar su par-ticipación. Aún más, pondría a jóvenes en comisiones, comités y juntas, en la medida que los clérigos y líderes laicos les formen. La vida diocesana tiene que dar el ejemplo a todas las congregaciones que el ministe-rio con jóvenes no es un programa “más”, sino que es vital para las iglesias saludables.

¿En qué formas clave serviría e involu-craría la diversidad multicultural y socioeconómica del Sur de California en el crecimiento de líderes laicos y ordena-dos a lo largo de esta amplia gama?

La diversidad de culturas en el Sur de California, como en Europa, es tanto una fortaleza como un reto. Cuando gente di-versa encuentra un punto en común, tra-bajar juntos trae mejores habilidades para resolver problemas y construir el éxito. También reta a la cultura dominante, es-pecialmente ahora que miembros de esa cultura se sienten retados al reducirse sus números. Por lo tanto, buscaría desarrol-lar relaciones a través del espectro, enfa-tizando la necesidad de sobrepasar obs-táculos restantes y encontrar formas de trabajar juntos. Entonces esto permitirá a la gente ya sea llamada a ministerios laicos u ordenados a ser reclutados, formados y desplegados para nuevos ministerios in-novadores en contextos culturales particu-lares, que deberían verse como contribu-ciones a la salud de la totalidad.

Qué oportunidades ve para el evangelismo y atracción de seguidores a la vida de la Iglesia Episcopal?

Sé que las congregaciones están enfren-tándose ante el reto de volverse más in-volucradas en sus comunidades. Y todos estamos conscientes del incremento de la soledad y alineación en la vida contem-poránea. Éstas son oportunidades para

compartir el mensaje de nuestra iglesia y vida con otros. Nos veo construyendo so-bre los ministerios que han luchado para incluir minorías, inmigrantes, mujeres y gente LGBT completamente, para que cada uno pueda verdaderamente com-partir en la totalidad de la vida de la igle-sia. ¡Pero tenemos que darlo a conocer! Pediría a la muchas personas creativas en la Diócesis ayudar a atraer buscadores de la belleza de nuestra Iglesia. Después los invitaría a participar en acción transfor-madora en la comunidad y más allá. Final-mente, ayudarles a encontrar el corazón de nuestra vida y nuestra adoración a través de música y liturgias innovadoras y tradi-cionales.

¿Alrededor de qué asuntos globales y locales buscaría proveer una voz profé-tica como obispo en la esfera pública?

Lo global es local, lo local es global. Yo continuaría defendiendo a la gente margi-nada; los migrantes que colectan cosecha, los refugiados a quienes tenemos miedo, los esclavizados que han sido traficados, y los pobres a quienes culpamos por su po-breza. También trabajaría para promover los ideales del acuerdo COP21, que apoyé en París el pasado Diciembre. Continuaría profundizando en diálogo interreligioso para promover relaciones pacíficas y colab-oración para construir la comunidad com-pleta. En particular, Los Ángeles ha visto más incidencias de violencia innecesarias entre gente de color y la policía, quienes se han militarizados más. La policía es puesta es circunstancias difíciles también, ya que sus vidas están cada vez en más riesgo. Esto clama por sanidad. Como Obispo, usaría todos las habilidades diplomáticas que he adquirido en Europa para atraer a quienes tienen miedo por sus vidas, ya sea que han sido ciudadanos marginados de Los Ánge-les o la misma policía.

¿Cómo interpretaría y aplicaría la siguiente observación del Arzobispo Brasileño Dom Helder Camara: “El obispo pertenece a todos”?

Escuché esto por primera vez durante el sermón del Obispo Frank Griswold en mi consagración. Lo que ha venido a signifi-car para mí es que no puedes tener favori-tos, que todos y cada uno tiene derecho a que le escuche, y si es posible, que le ayude. Una sa-

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L o S C a n d i d a t o S a o b i S P o C o a d J u t o r

El Rvdo. Mauricio J. Wilson, D.Min.Rector, Iglesia de San Pablo, Oakland (California) desde 2009

posiciones anteriores: Diócesis de Costa Rica: Coordinador Diocesano para Jóvenes (1983-1997); Ministerio de Universitarios (1990) – Iglesia Episcopal Costarricense; Ministro Laico Encargado (1994-1995), Diácono Encargado (1995-1997), Sacerdote Encargado (1997 & 2000-2001), – Iglesia El Buen Pastor; Rector Asociado – Grupo de Parroquias de San José (2000-2001). Diócesis de Nueva York: Sacerdote Asistente – Iglesia de San Mateo y San Timoteo, Nueva York, NY (2001-2003). Diócesis de Long Island: Sacerdote, Iglesia de San Marcos, Jackson Heights, NY (1998-1999), Rector Interino/Sacerdote Suplente, Iglesia del Redentor, Astoria, NY (1999-2000), Rector – Iglesia Episco-pal de Todos los Santos, Great Neck, NY (2003-2009). Posiciones fuera de la Iglesia: Asistente para Auditorías, Banco BANEX S.A., San José, CR (1995-1997); Embotelladora TICA S.A., (Coca-Cola), San José, CR (1993-1994); Ceciliano & CIA (Coopers & Lybrand), San José, CR (1990-1993).

educación: D. Min., Virginia Theological Seminary (2013), S.T.M. (2001), M.Div. (2000), General Theolog-ical Seminary, Licenciatura en Contaduría Pública (1995), Bachiller en Administración de Negocios (1993) Universidad de Costa Rica.

edad y Familia: 50, nacido abril 24, 1966, Cartago, Costa rica; casado con Karla Morris en 2002; dos hijas, Kimaura (11), Kiandra (9).

pasatiempos e intereses: baile, música, canto, cocinar, hornear, colectar vinos y viajar.

¿Cuál es su visión para la diócesis de Los Ángeles?

Mi visión para la Diócesis de Los Ángeles es de una comunidad de buscadores y creyen-tes en Dios unidos a través de la adoración

de Dios y del servicio unos a otros y al mundo. La diócesis debe continuar abrazando su llamado de atender a las necesidades espirituales de sus miem-bros mientras se ofrece a sí misma como defensora y partidaria de quienes luchan por la justicia, igualdad e inclusión. Debemos crear más oportunidades para que el pueblo de Dios se reuna y se ofrezca alegre-mente a sí mismo como una expresión viviente de la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo sirviendo al pueblo de Dios.

Soy un fuerte creyente en el ministerio de la Iglesia de acuerdo con la gran comisión: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado (Mateo 28:19-20). Jesús no pone re-stricciones sobre quién va a recibir o dar el mensaje de salvación. Nuestro compromiso de justicia social tiene que empezar con la práctica de la justicia den-tro de las paredes de los edificios donde oramos, en oración, estudio e incluso en la hora del café. El reto para la Iglesia es el realizar que todos hemos sido creados por Dios y todos somos llamados a la misión del Evangelio de Jesús. El reto para nosotros como individuos es el permitir que Dios utilice nuestros donde particulares y experiencias para llevar a cabo la misión del reino, e incluso más importante, el per-mitir a otros el hacer lo mismo.

El estado de California continúa siendo uno de los centros de pensamiento refrescante, búsqueda e in-novación en el mundo y la gente de alrededor del planeta viene a nosotros no sólo con esperanzas y

sueños pero con mentes innovadoras. La Diócesis de Los Ángeles se encuentra en el mero corazón de todo y debería ser completamente inmersa en proveer a sus miembros actuales y potenciales con maneras nuevas y excitantes de ser Iglesia en el siglo XXI, basado en los principio Anglicanos de Escritura, tradición y razón.

Por último, aunque no menos importante, debe-mos continuar evaluando y revisando los sistemas y estructuras que nos enlazan a unos con otros en una institución humana para hacer uso más eficiente y efectivo de nuestros recursos y dones, mientras se permite también la mayor responsabilidad y confi-anza para nosotros mismos y los demás.

¿Cuáles son sus recursos espirituales primarios, y en qué formas representan su ministerio?

ORACIÓN, ORACIÓN, ORACIÓN. Yo vivo mi vida en conversación continua y discernimien-to con Dios. Tomo ventaja de oportunidades para adoración incorporada así como las devociones indi-viduales recomendadas del movimiento de Cursillo. Creo que mi relación con Jesús es fuerte y que Jesús está a mi lado siempre, como salvador, hermano y amigo. Karla y yo tenemos conversaciones acerca de la vida, nuestras vocaciones, nuestros ministerios y nuestra vida como familia. La oración también toma la forma de conversaciones con amigos quienes tam-bién son clérigos colegas. Nosotros pedimos y of-recernos oraciones de intercesión por la de vida del otro y por el ministerio.

¿Qué es lo que entiende que es el sentido primario del Evangelio?

El mensaje central del Evangelio es el amor eterno e incondicional de Dios por todas las cosas que creó. Amor tan sublime que hizo que Dios se convirtiera

en uno como nosotros en la forma del lla-mado Jesús de Nazaret. A través de la vida, testimonio, enseñanza, muerte y resurrec-ción de Jesús, Dios abrió las puertas de la salvación a todos y el precio completo de su salvación fue pagado completamente en la cruz. Aquellos que creen en esta Buena Nueva deben compartirla con otros no solo con palabras sino en acciones moti-vadas por, y como reflexión de, ese amor.

¿Qué principios primarios son centrales en su estilo de liderazgo?

Un buen líder es aquel que no solo habla del camino o dice historias del camino, sino uno que camina el camino, uno que puede compartir las realidades del trope-zar, caer y levantarse, y tratar de hacerlo otra vez. Yo llamo a eso dirigir con el ejemplo. También creo que un líder debe saber cuándo dar un paso hacia atrás y permitir a quienes están mejor preparados a hacerse para adelante, completamente apoyado y animado a dirigir. El papel de un líder es ayudar a la comunidad a dis-cernir cuando los dones particulares de cada miembro pueden ser activados para el bienestar de la totalidad.

Como pastor en jefe de la diócesis ¿cómo pediría y fortalecería a personas laicas a involucrar sus dones por el ministerio?

Nuestro bautismo nos llama a procla-mar las Buenas Nuevas de Dios en Cristo como ministerios del Evangelio. Enfatizo la palabra LLAMADO, que es como ex-presamos un sentido de ser dirigidos por el Espíritu hacia una forma particular de servicio o ministerio sin pre-calificación de ordenación. Hay una necesidad continua de programas que ayuden a la gente de Dios a profundizar y mejorar su relación con Dios. Deberíamos fortalecer las opor-tunidades de retiro tales como Cursillo y ofrecer retiros a lo largo del año. Debería-mos invertir en la creación de librerías re-gionales así como grupos y socios de estu-dio y conversación espiritual.

Semejantemente ¿cómo describiría el liderazgo que espera tener con el clero de la diócesis?

Los ordenados por la iglesia son llama-dos a formas particulares de ministerio siendo todos diferentes. En el papel de pas-

tor en jefe, yo sería una fuente de apoyo y estímulo para mis colegas en ministerio y estar en conversación regular con ellos.

Con los otros líderes de la Diócesis tra-bajaría para encontrar maneras sistemáti-cas y efectivas de ofrecer a todos los cléri-gos oportunidades para refrescamiento y renovación en cuerpo, mente y espíritu. Es vital para la iglesia y sus instituciones que pongamos mucha atención al bienestar in-tegral de quienes Dios le asigna papeles de liderazgo.

¿Cómo buscaría involucrar a jóvenes en la vida de la Iglesia?

Buscaría involucrar a la juventud en cu-alquier manera en que ellos se vean llama-dos. La iglesia es llamada a ayudar a sus miembros en discernir las formas en las cuales Dios está llamándoles a vivir su fe. Escuchar las perspectivas de los jóvenes de nuestras iglesias y sociedad es incluso más relevante en este tiempo en nuestra historia porque ellos están formando los caminos del mundo de hoy que ayudaría a dar a la iglesia una visión clara de su llamado para servicio del mundo. Los jóvenes serían lla-mados a ser participantes integrales en la implementación de tal visión.

¿En qué formas clave serviría e involu-craría la diversidad multicultural y socioeconómica del Sur de California en el crecimiento de líderes laicos y ordena-dos a lo largo de esta amplia gama?

He experimentado el ministerio de la Iglesia Episcopal durante toda mi vida. Nos he visto ministrar en comunidades donde la gente vive debajo de la línea de pobreza; nos he visto ministrar en comuni-dades extremadamente adineradas. Hemos ministrado y continuamos ministrando en muchos países y culturas alrededor del mundo. Todos estos ministerios han estado llenos de gracia porque siempre han sido la expresión auténtica del encuentro de Dios desde su experiencia particular. Esperaría involucrarme con muchas diversas comu-nidades que comprenden la diócesis para continuar ejerciendo dones y enriquecien-do a la todalidad a través de sus propias experiencias y expresiones de fe.

¿Qué oportunidades ve para el evange-lismo y atracción de seguidores a la vida de la Iglesia Episcopal?

En compartir la fe de uno con la gente que quizá no comparta, entienda o se pre-ocupe lo que nosotros creemos, debemos ejercitar un nivel más profundo de acep-tación de diferencia. Yo entablo conver-saciones con quienes son de diferente fe o sin fe con la suposición de que tienen algo que enseñarme. Esto ha desarrollado rela-ciones largas y verdaderas con gente cuya teología difiere ampliamente de la mía. Si creemos que el Espíritu de vida está pre-sente en todas las cosas vivientes, debería-mos creer en la presencia de Dios en toda la gente y que toda la gente fue creada a imagen de Dios.

¿Alrededor de que asuntos globales y locales buscaría proveer una voz profé-tica como obispo en la esfera pública?

Mi voz profética está enfocada en asun-tos de justicia social, particularmente en estas áreas de vida en las que soy lla-mado por el llamado del pacto bautismal para luchar por la justicia y la paz entre la toda la gente y respetar la dignidad de cada ser humano. La iglesia, sus miembros y sus líderes deben continuar hablando en contra de sistemas que traen la opresión o degradación de cualquier gente de Dios. Debemos continuar hablando en contra de la injusticia económica, en contra de la discriminación de género, debemos luchar por salarios justos, en contra del tráfico humano y por políticas de inmigración justas e imparciales por todo del mundo.

¿Cómo interpretaría y aplicaría la siguiente observación del Arzobispo Brasileño Dom Helder Camara: “El obispo pertenece a todos”?

Sacerdotes somos llamados a amar y servir a la gente entre quienes trabajamos, cuidando igual por los jóvenes que ancia-nos, fuertes y débiles, ricos y pobres. Los obispos no solo son llamados a continuar viviendo en esa promesa sacerdotal sino a compartir en el liderazgo de la iglesia a través del mundo con sus compañeros obispos. Los obispos deben tener sus ojos, oídos y corazones abiertos para escuchar los llantos y ver las necesidades de quienes están cerca y quienes están lejos, y llamar a la iglesia a responder en una manera pare-cida a Cristo. Los obispos son pastores de toda la gente de Dios. ?

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16 The ePISCOPAL NeWS Reporte de Nominación 2016

La palabra episcopal viene de la palabra Griega que significa “supervisor”. Indica que ésta es una iglesia dirigida por obispos. En la práctica de la Iglesia Episcopal, los obispos

son elegidos por el clero y miembros laicos representantes.Un obispo diocesano es el líder clérigo de la diócesis, la cual es

una entidad geográfica. El Obispo J. Jon Bruno ha sido obispo diocesano desde 2002 de la Diócesis de Los Ángeles, la cual con-siste de los condados de Santa Bárbara, Ventura, Los Ángeles, San Bernardino y Orange, y la parte norte del Condado de River-side. El papel del obispo diocesano es aproximadamente análogo a aquel de un oficial ejecutivo en jefe, o gobernador del estado.

Un obispo coadjutor es un obispo con el derecho a sucesión. Cuando el obispo diocesano se retire o renuncie, el obispo coad-jutor se convierte en el nuevo obispo de la diócesis.

Un obispo sufragante es elegido en la misma forma que un obispo diocesano o coadjutor, pero sin el derecho a sucesión. El o ella asisten al obispo diocesano. Un obispo sufragante que desee convertirse en obispo diocesano debe ser nominado y estar dentro de la elección. Diane Jardine Bruce, obispa sufragante en la Dióce-sis de Los Ángeles, anunció antes del proceso de nominación que prefiere permanecer en su posición actual y trabajar al lado del nuevo obispo.

Un obispo asistente es un obispo contratado por el obispo dioc-esano para ayudarle con tareas episcopales. ?

Un Glosario EpiscopalL a h i S t o r i a d i o C E S a n a

Obispos de la Diócesis de Los Ángeles

Joseph Horsfall JohnsonEn primer obispo, 1896 – 1928.

william Bertrand stevensEn segundo obispo, 1928 – 1947. (obispo coadjutor 1920 – 1928)

Francis eric BloyEn tercer obispo, 1948 – 1973.

Robert claflin RusackCuarto obispo, 1974 – 1986(obispo coadjutor 1972 – 1974)

Frederick Houk BorschEn quinto obispo, 1988 – 2002

Joseph Jon BrunoSexto obispo, 2002 – al presente(obispo coadjutor 2000 – 2002)

bia mujer laica me enseñó que un obispo es de hecho un diácono para la diócesis, estando entre toda la gente “como alguien que sirve”. En este tiempo de la división frenética y la demonización, es aún más importante que yo esté en medio de toda clase y condiciones de personas. Ellos necesitan saber que me preocupo por sus intereses. Continuaría usando la habilidad de obispo de convocar a gente en conflicto que esta práctica de “pertenecer a todos” me da. ?

WhaLon (Viene de la página 13)

tayLor (Viene de la página 11)

es la encarnación. Líderes Cristianos deberían dudar de asentar sistemas que los dejan aislados de la gente. Siempre he podido contactar a mis obispos por teléfono. Quisiera estar disponible de la misma manera. Entonces la oración y discernimiento nos ayu-dan a determinar cómo un contacto de encarnación en el camino afecta nuestra jornada. Escuchar y amar no significa estar de acu-erdo o encargarse de cada reto o soportar cada carga. Aún así los obispos (y todos los ministros del evangelio) son apóstoles de aquel que se derramó a sí mismo para todos. No hay mejor sentimiento que el ser consientes y listos para orar, y descansar después de una día enriquecedor de ministerio. ?

traducciones por Yadira González Meza y el Rev. Canon Frank Alton.