recuperaciÓn de suelos salinos y alcalinos

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1 CARTOGRAFÍA Y CONSERVACIÓN DE SUELOS. AÑO 2004. CUADERNILLO DIDÁCTICO Realizado por Geól. Graciela L. Argüello. CONTROL Y RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y SÓDICOS. INTRODUCCIÓN. Los suelos salinos y alcalinos están ampliamente distribuidos en el mundo, por lo general en regiones áridas y semiáridas, pero ocasionalmente se encuentran también en zonas húmedas y subhúmedas, sea porque los materiales parentales tienen naturaleza salina, porque han sido sometidos a riego con aguas de mala calidad, o porque la capa freática fluctúa dentro del perfil, en áreas topográficamente bajas. Se menciona para la provincia de Córdoba, alrededor de un 14% de los suelos afectado por salinidad, y un total de aproximadamente 2.769.000 ha con más del 15 % de Na de intercambio, ya sea en profundidad o en superficie. Por lo general, la salinización implica tanto para su prevención como para su recuperación, un severo control del riego. Los suelos alcalinos, a su vez, suelen requerir también mejoradores químicos. TRATAMIENTO Y CONTROL DE LA SALINIZACIÓN. Todo proyecto que contemple la provisión de riego a los cultivos, debe atender esencialmente a tres aspectos para evitar los riesgos de salinización y de alcalinización. Esos aspectos son: la calidad del agua, las prácticas de riego, y el drenaje. Si los suelos ya son inicialmente salinos, pueden requerir lavados y prácticas especiales de manejo. PRINCIPIOS BÁSICOS. Han de tenerse presentes los siguientes hechos: El desarrollo de las plantas se ve favorecido cuanto menor sea la presión osmótica de la solución del suelo, la cual aumenta con la cantidad de sales presentes; y cuanto más se aproxime la tensión de humedad en la zona de las raíces, al valor óptimo para cada cultivo. Este principio debe tenerse en cuenta a la hora de establecer cantidad y calidad de agua para el riego. El agua fluye en los suelos siguiendo la ley de Darcy, que establece: a) la velocidad de flujo es proporcional al gradiente hidráulico, y b) la dirección es en el sentido de la mayor disminución de carga hidráulica. El conocimiento de esta ley, permite resolver los problemas de drenaje. Las sales solubles son transportadas por el agua, y tienden a concentrarse en la solución del suelo, cuando la evaporación y la evapotranspiración van eliminándola. Si la desecación ocurre a nivel superficial, se crea un gradiente de succión elevado, que provoca el ascenso del agua y las sales solubles.

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Page 1: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

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CARTOGRAFÍA Y CONSERVACIÓN DE SUELOS. AÑO 2004.

CUADERNILLO DIDÁCTICO Realizado por Geól. Graciela L. Argüello.

CONTROL Y RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y SÓDICOS.

INTRODUCCIÓN.

Los suelos salinos y alcalinos están ampliamente distribuidos

en el mundo, por lo general en regiones áridas y semiáridas, pero

ocasionalmente se encuentran también en zonas húmedas y subhúmedas,

sea porque los materiales parentales tienen naturaleza salina, porque

han sido sometidos a riego con aguas de mala calidad, o porque la capa

freática fluctúa dentro del perfil, en áreas topográficamente bajas.

Se menciona para la provincia de Córdoba, alrededor de un 14% de

los suelos afectado por salinidad, y un total de aproximadamente

2.769.000 ha con más del 15 % de Na de intercambio, ya sea en

profundidad o en superficie.

Por lo general, la salinización implica tanto para su prevención

como para su recuperación, un severo control del riego.

Los suelos alcalinos, a su vez, suelen requerir también

mejoradores químicos.

TRATAMIENTO Y CONTROL DE LA SALINIZACIÓN.

Todo proyecto que contemple la provisión de riego a los

cultivos, debe atender esencialmente a tres aspectos para evitar los

riesgos de salinización y de alcalinización. Esos aspectos son: la

calidad del agua, las prácticas de riego, y el drenaje.

Si los suelos ya son inicialmente salinos, pueden requerir

lavados y prácticas especiales de manejo.

PRINCIPIOS BÁSICOS.

Han de tenerse presentes los siguientes hechos:

El desarrollo de las plantas se ve favorecido cuanto menor sea

la presión osmótica de la solución del suelo, la cual aumenta con la

cantidad de sales presentes; y cuanto más se aproxime la tensión de

humedad en la zona de las raíces, al valor óptimo para cada cultivo.

Este principio debe tenerse en cuenta a la hora de establecer

cantidad y calidad de agua para el riego.

El agua fluye en los suelos siguiendo la ley de Darcy, que

establece: a) la velocidad de flujo es proporcional al gradiente

hidráulico, y b) la dirección es en el sentido de la mayor disminución

de carga hidráulica.

El conocimiento de esta ley, permite resolver los problemas de

drenaje.

Las sales solubles son transportadas por el agua, y tienden a

concentrarse en la solución del suelo, cuando la evaporación y la

evapotranspiración van eliminándola.

Si la desecación ocurre a nivel superficial, se crea un

gradiente de succión elevado, que provoca el ascenso del agua y las

sales solubles.

Page 2: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

2

Las sales aumentan o disminuyen en la zona radicular, según el

balance entre su eliminación por el movimiento descendente de

percolación del agua que las transporta, y los aportes que resultan de

la irrigación, o del fenómeno descripto de ascenso capilar. (Figura 1)

Figura 1: Balance hídrico en la zona radicular.

RIEGOS, LAVADOS Y DRENAJE CON RELACIÓN AL CONTROL DE SALINIDAD.

Se define como irrigación o riego, a la aplicación de agua para

satisfacer las necesidades de las plantas, mientras que el lavado es

un proceso de disolución y arrastre de sales hacia el suelo y dentro

de él.

Por otra parte el drenaje es la liberación de los excedentes de

agua. Los tres aspectos deben considerarse en conjunto.

RIEGOS:

En las regiones subhúmedas, donde el papel del riego es sólo

suplementario, no suele ocurrir salinización porque el monto de las

precipitaciones es suficiente para lavar los excesos de sales. El

peligro es mucho mayor en regiones áridas o semiáridas.

Uno de los primeros puntos a considerar es la calidad del agua

para riego, lo cual se ha tratado en su oportunidad.

Cabe recordar que las aguas con alto contenido en sales no deben

usarse en suelos con drenaje deficiente, ya que para evitar su

acumulación se requiere una gran cantidad de agua que atraviese el

perfil. En muchos casos, el costo de proveer un mejor drenaje anula el

beneficio potencial del riego.

La experiencia indica que en lugares donde el agua es barata es

común que aparezcan problemas de drenaje por un abuso de riego.

Para elegir el riego adecuado, es necesario considerar: el

cultivo al que se apunta, la topografía, las características del

suelo, la disponibilidad y calidad del agua, y el estado de salinidad

del suelo.

Existen cuatro sistemas principales para el riego: por

inundación, por surcos, por aspersión y por subirrigación.

-

-

-

+

+

Page 3: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

3

De éstos, sólo los dos primeros son recomendables para evitar la

salinización, ya que en el primero se usa agua en cantidad suficiente

para producir el lavado, y en el segundo, las sales tienden a

concentrarse en los camellones entre surcos, de modo tal que un buen

espaciamiento de los mismos puede mantener las sales a cierta

distancia de la zona de mayor influencia radicular. Figura 2.

Figura 2. Concentración de las sales en los surcos entre

camellones, por ascenso capilar y evaporación en las partes altas.

Los otros dos métodos sólo se consideran recomendables para

períodos cortos, o en tierras que reciban lavados por lluvia o por

otra forma de riego, con cierta periodicidad.

LAVADOS:

El lavado de sales solubles es imprescindible cuando se aplica

el riego, pues de lo contrario, ellas se acumulan en proporción

directa a la cantidad presente en el agua y a la lámina de riego

aplicada.

En general, la concentración de sales resulta de la extracción

de humedad que ocurre por evaporación y evapotranspiración.

Hay una cantidad de agua que debe percolarse a través de la zona

de raíces para controlar la salinidad, y es la que define la necesidad

de lavado.

Calcular el monto que cubre dicha necesidad no es sencillo, por

la cantidad de factores que concurren, pero al menos dos de ellos son

determinantes: la concentración de sales presentes en el agua de riego

y la máxima permisible en la solución del suelo.

Page 4: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

4

Esta última depende de la tolerancia del cultivo en particular.

Por otra parte, en un perfil salino, no todo el espesor incide

igualmente, ya que en general, las plantas absorben el 70% del agua

que utilizan, desde la mitad superior de la zona radicular, la cual

por ende, será la que exija mayor calidad.

Asimismo, la planta responde normalmente al menor nivel de

salinidad presente en el suelo, y no al promedio resultante de

distintas concentraciones a lo largo del perfil. El menor nivel salino

suele corresponder precisamente a la parte superior que es la más

intensamente lavada.

En cualquier circunstancia, ha de tenerse presente que la

efectividad del lavado depende en última instancia de la calidad del

drenaje. Si éste es inadecuado, las sales pueden no llegar a ser

arrastradas más allá de la zona radicular, por un lado, y por otro, el

intento de lavado puede llegar a elevar el nivel de la capa freática

de tal manera que las sales vuelvan a ascender hasta la zona que se

pretende sanear.

Por otra parte, la rehabilitación de suelos salinos debe

complementar el lavado, con la restitución de los nutrientes

eliminados durante el mismo.

También debe atenderse a la restauración de la estructura, si

ésta ya fue perjudicada por sodificación o salinización.

Las prácticas que apuntan a este objetivo incluyen: adición de

materia orgánica, aplicación de cultivos que favorezcan la estructura,

sembrado de lombrices, o producción artificial de secados y

humedecimientos alternados.

Por último, conviene insistir en que en algunos casos, tanto el

riego como los consiguientes lavados pueden resultar tan costosos como

para hacer más recomendable el uso del suelo para cultivos tolerantes

a la salinidad, que la repetida aplicación de prácticas de

recuperación.

DRENAJE:

Todo programa de drenaje para tierras de riego debe

desarrollarse conjuntamente con el propio sistema de riego, con el

objeto de alcanzar la mayor eficiencia posible en el control del agua

y de la salinidad.

El exceso parcial de agua puede ser eliminado del suelo por

medios naturales, aunque en muchos casos se requieren medidas

suplementarias de drenaje y/o un cuidadoso manejo del agua de riego.

Muchos son los factores que inciden en la planificación de

sistemas de drenaje, pudiendo considerarse los siguientes como los

más importantes: las necesidades de drenaje, las propiedades de

transmisión del agua en los suelos, y las condiciones de límites.

Necesidades de drenaje: Para su determinación, deben

considerarse especialmente el clima, la calidad del agua de riego, los

cultivos y los sistemas agrícolas.

El que un drenaje sea adecuado o no, depende de la presencia de

un exceso de agua en el suelo por períodos suficientes como para

perjudicar a los cultivos.

Page 5: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

5

La inadecuada aireación del suelo puede resultar del mal

drenaje, y llega a impedir el buen desarrollo de las plantas.

La presencia de sales en el agua de riego, aumenta las

necesidades de drenaje, ya que incide sobre la mínima profundidad de

la capa freática permisible para que el ascenso capilar no concentre

sales en la zona radicular.

Entre las aguas aportadas al suelo, y cuya necesidad de drenaje

debe estimarse, se deberían incluir aquéllas que proceden de las

filtraciones en los canales, que a veces pueden alcanzar valores tan

altos como el 30 al 50 % del agua conducida.

Propiedades de transmisión del agua en los suelos: Ya se ha

mencionado más arriba la Ley de Darcy, que rige fundamentalmente la

transmisión del agua en los suelos.

En general hay mucha variabilidad espacial en las propiedades de

transmisión del agua, y se requiere un conocimiento de esa

heterogeneidad a la hora de evaluar la dirección y grado de

escurrimiento del agua subsuperficial.

La relación entre la velocidad de la corriente y el gradiente

hidráulico, se llama conductividad hidráulica, la cual frecuentemente

se relaciona con la textura, aunque depende también de la estructura.

La conductividad hidráulica de un suelo es una cualidad

vectorial, es decir que puede variar con la dirección de medición.

Condiciones de límites: este concepto se refiere a la

delimitación del problema en una superficie geométrica, por lo que

aquí se incluyen las influencias externas, y hasta dónde ellas deben

ser consideradas.

Aunque la zona radicular de un cultivo es la región de interés

primario en cuanto al drenaje agrícola, la verdadera solución del

problema puede involucrar una zona de mucho mayor tamaño y

profundidad.

Una vez establecidas al menos esas tres condiciones del sistema,

puede optarse por algún método de drenaje, siendo las principales

alternativas : pozos de bombeo, drenes en tubos o drenes abiertos.

Los sistemas de drenes a su vez, pueden ser interceptores y de

relieve.

Los primeros se usan en relieves irregulares y tienden a

colectar el exceso de agua antes de que llegue al suelo en

tratamiento, y los segundos, que se usan en relieves de suave

pendiente, eliminan los excedentes desde el suelo en riego.

Por otra parte, la adecuación del drenaje debe controlarse antes

de la aparición de síntomas adversos relativamente graves, como serían

la presencia de agua estancada, ciénagas, crecimiento de malezas

hidrofíticas, etc. Para ello, un buen indicador es la profundidad del

agua subterránea, que puede obtenerse tentativamente a través de

censos domiciliarios de pozos.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA SODIFICACIÓN.

Cuando los suelos son sódicos, su tratamiento debe incluir algo

más que meros lavados, ya que el objetivo es reemplazar el Na+

adsorbido en el coloide, por otro catión sin sus efectos

desfavorables.

Page 6: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

6

Para ello, se recurre a los denominados mejoradores químicos,

cada uno de los cuales tiene tanto técnicas propias, como entornos

preferentes para su aplicación.

En efecto, el tipo y cantidad de mejorador a aplicar, depende

esencialmente de las características propias del suelo, de la

velocidad de substitución deseada, y obviamente de los costos en

juego.

MEJORADORES QUÍMICOS PARA SUBSTITUCIÓN DE SODIO INTERCAMBIABLE.

En general, los mejoradores son de tres tipos:

a) Sales solubles de calcio, que incluyen cloruro de calcio y

yeso.

b) Ácidos o formadores de ácido, como el azufre, ácido

sulfúrico, sulfato de hierro, sulfato de aluminio y cal-azufre.

c) Sales de calcio de baja solubilidad, que eventualmente pueden

contener magnesio, entre las que se cuentan la roca caliza molida y

los subproductos industriales de la cal.

Como ya se ha señalado, uno de los factores a considerar cuando

se selecciona un mejorador, es la propia condición del suelo, y en

ella, las principales características son: el contenido de metales

alcalino-térreos y el pH.

Esto permite diferenciar a los suelos en tres grupos:

1) los que contienen carbonatos de metales alcalino térreos.

2) los que no contienen carbonatos alcalino-térreos y tienen pH

mayor que 7,5.

3) los que no contienen carbonatos alcalino-térreos y su pH es

inferior a 7,5.

Para el primer grupo, pueden aplicarse todos los mejoradores

excepto las calizas, que no tendrían ningún efecto.

A su vez, la aplicación de ácidos y formadores de ácidos puede

ser peligrosa en los suelos de los grupos 2 y 3, pues pueden conducir

a una acidez extrema, por lo cual se recomienda limitarse a la

aplicación de sales solubles de calcio, o bien adicionar caliza cuando

se recurre a los mejoradores del grupo b.

Aunque a simple vista parezca un contrasentido, en muchos suelos

con exceso de sodio intercambiable, hay también gran cantidad de H de

intercambio, lo cual produce una reacción ácida.

La acidificación de los suelos de regiones áridas hasta pH del

orden de 6 a 6,5, puede resultar beneficiosa para las plantas, pero no

debe aceptarse un descenso aún mayor.

Por otra parte, la utilización de caliza es muy efectiva en los

suelos del grupo 3, pero se hace dudosa en los suelos del grupo 2,

pues está comprobada la disminución de los resultados en pH mayor que

7.

Reacciones químicas que tienen lugar con la aplicación de distintos

mejoradores sobre suelos sódicos:

Page 7: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

7

A continuación se han agrupado las reacciones según la

clasificación ya presentada de los suelos. En cada ecuación, la letra

X representa al complejo de intercambio.

GRUPO 1: Suelos que contienen carbonatos de metales alcalino -

térreos.

PARA ADICIÓN DE YESO: Esta reacción se repite sin cambios en todos los

grupos.

2NaX + CaSO4= CaX2 + Na2SO4

PARA ADICIÓN DE AZUFRE:

1) 2S + 3O2= 2SO3 (oxidación microbiológica)

2) SO3 + H2O= SO4H2

3) SO4H2 + CaCO3= CaSO4 + CO2 + H2O

4) 2NaX + CaSO4 = CaX2 + Na2SO4

PARA ADICIÓN DE CAL AZUFRE (POLISULFURO DE CALCIO):

1) CaS5 + 8O2 + 4H2O = CaSO4 + 4SO4H2

2) SO4H2 + CaCO3= CaSO4 + CO2 + H2O

3) 2NaX + CaSO4 = CaX2 + Na2SO4

PARA ADICIÓN DE SULFATO DE HIERRO:

1) FeSO4 + H2O = FeO + SO4H2

2) SO4H2 + CaCO3= CaSO4 + CO2 + H2O

3) 2NaX + CaSO4 = CaX2 + Na2SO4

GRUPO 2: Suelos que no contienen carbonatos alcalino-térreos

y tienen pH mayor que 7,5:

PARA ADICIÓN DE AZUFRE: Reacción que se repite para el Grupo 3.

1) 2S = 3O2= 2SO3 (oxidación microbiológica)

2) SO3 + H2O= SO4H2

3) 2NaX + H2SO4 = 2HX2 + Na2SO4

PARA ADICIÓN DE CAL AZUFRE (POLISULFURO DE CALCIO): Reacción que

se repite para el Grupo 3.

1) CaS5 + 8O2 + 4H2O = CaSO4 + 4SO4H2

2) 10 NaX + 4SO4H2 + CaSO4 =8HX + CaX2 + 5Na2SO4

PARA ADICIÓN DE SULFATO DE HIERRO: Reacción que se repite para el

Grupo 3.

1) FeSO4 + H2O = FeO + SO4H2

2) 2NaX + H2SO4 = 2HX + Na2SO4

PARA ADICIÓN DE CALIZA (Reacciones que se repiten para el Grupo 3),

Kelley y Brown sugieren dos posibilidades:

1) 2NaX + CaCO3 = CaX2 + Na2CO3, por un lado y

1) NaX + HOH = NaOH + XH

2) 2HX + CaCO3 = CaX2 + CO2 + H2O

GRUPO 3: Suelos que no contienen carbonatos alcalino-térreos y

su pH es inferior 7,5.

Page 8: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

8

Como ya se ha venido señalando, las reacciones son semejantes a

las del Grupo 2, residiendo la principal diferencia, en la eficacia de

la aplicación de la caliza, que en este grupo es comprobada, no así en

el grupo anterior.

Cálculo de las cantidades necesarias de varios mejoradores:

Normalmente, estos cálculos implican la consideración de

numerosos factores, pues por tratarse de reacciones de equilibrio,

están influenciadas por la interacción de distintos elementos del

sistema, tales como el porcentaje de sodio intercambiable presente

(PSI), y la concentración catiónica total de la solución del suelo,

entre otros.

Por tal motivo, y a los solos fines de una mejor comprensión

del proceso que tiene lugar, se presenta un ejemplo meramente

ilustrativo.

Suponiendo un suelo a tratar que tiene 4 m.e./100g de Na+

intercambiable, para una capacidad de intercambio catiónico de 10

m.e./100g., el porciento de Na+ de intercambio es 40.

Si se desea reducir el PSI hasta 10, han de neutralizarse 3

m.e/100g.

TABLA 1

Na+

Inter.-

Cambiable

en

m.e./100g.

Yeso, tn/ha

Para 30 cm

De

profundidad

Yeso, tn/ha

Para 15 cm

De

profundidad

Azufre, tn/ha

Para 30 cm

De

profundidad

Azufre, tn/ha

Para 15 cm

De

profundidad

1 4,2 2,2 0,89 0,40

2 8,8 4,4 1,78 0,80

3 12,6 6,7 2,67 1,20

4 16,8 8,9 3,56 1,60

5 21,0 11,1 4,45 2,00

6 25,2 13,3 5,34 2,40

7 29,4 15,5 6,23 2,80

8 33,6 17,7 7,12 3,20

9 37,8 20,0 8,01 3,60

10 42 22,2 8,90 4,00

Por ser substituciones cuantitativas, existen tablas empíricas

(Tabla 1) que relacionan las cantidades de yeso y de azufre (medidas

en toneladas) que han de aplicarse por ha, con profundidades de 30 y

15 cm de suelo a tratar, para cada m.e/100g. de Na+ a reemplazar.

Hay también tablas que permiten correlacionar las cantidades

necesarias para otros mejoradores. (Tabla 2)

Existe en cada caso, un margen de error del orden de 0,1

toneladas.

Además de estas tablas empíricas hay complicadas ecuaciones

matemáticas que pueden llegar a utilizarse cuando se quiere mayor

precisión y cuando se cuenta con los datos que en ellas intervienen,

lo cual no siempre es el caso.

TABLA 2.

Page 9: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

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MEJORADOR TN.EQUIVALENTES A 1

TN DE AZUFRE

Azufre 1

Solución de polisulfuro

de Ca, con 24 % de S.

4,17

Acido sulfúrico. 3,06

Yeso. 5,38

Sulfato ferroso. 8,69

Sulfato de Aluminio. 6,94

Caliza 3,13

Volviendo al ejemplo que se había presentado, para neutralizar 3

m.e/100g de Na+, con azufre para 30 cm de profundidad se requerirían

2,67 toneladas.

Si se pretendiera usar en cambio, caliza, el monto resultaría de

multiplicar 2,67 por 3,13 según se lee en la Tabla 2, es decir, 8,36

tn.

Velocidad de reacción de los distintos mejoradores:

De los mejoradores descriptos, el que más velozmente reacciona,

debido a su alta solubilidad es el cloruro de calcio, pero es

normalmente también el más caro. Por esa causa, muchas veces se

prefieren sustancias como el ácido sulfúrico que tiene rápida

reacción, por su facilidad para hidrolizarse en el suelo.

Los sulfatos de hierro y de aluminio, son también veloces, pero

suelen ser antieconómicos.

Los mejoradores más baratos suelen ser el yeso y el azufre, los

cuales tienen algunas limitaciones. El yeso a temperaturas ordinarias

no es enteramente soluble, y el azufre es lento porque requiere un

primer paso de oxidación microbiana, que puede demorar varias semanas.

La solubilidad del yeso aumenta en presencia de los iones cloro

y sodio, pero disminuye si hay calcio y sulfato.

Por su parte, la caliza reacciona lentamente, salvo en suelos

bastante ácidos.

Por lo general, en todos los casos, el menor tamaño de las

partículas aplicadas, redunda en una mayor velocidad de reacción.

Modos de aplicación de los mejoradores:

Para aumentar la eficiencia de la aplicación, es recomendable un

lavado previo que arrastre la mayor parte de las sales solubles, de

modo que más cantidad del calcio pueda incorporarse al complejo de

intercambio.

No obstante, si el suelo no tiene una buena permeabilidad, se

corre el riesgo de que el lavado previo provoque pérdida del mejorador

por impermeabilización.

Normalmente, los mejoradores se aplican en forma superficial,

pero si el horizonte a mejorar es profundo, conviene aplicarlo tras el

paso del arado o luego del subsolado.

Los suelos salino-sódicos deben ser lavados luego del

tratamiento para que las sales solubles formadas con el Na+ liberado

por intercambio catiónico no permanezcan en el perfil.

Page 10: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

10

Una excepción para esta regla es la aplicación del azufre, que

no debe ser seguida de lavado, pues requiere tiempo para su oxidación

microbiana, no obstante, sí debe permanecer húmedo para que ella

ocurra.

Además de la condición química, ha de atenderse a la

recuperación física, como ya se ha mencionado más arriba.

PRUEBAS DE LABORATORIO Y DE INVERNADERO COMO AUXILIARES EN EL

DIAGNÓSTICO.

Más allá de los análisis físicos y químicos, existen pruebas

suplementarias en laboratorio y en invernadero que dan cuenta de los

cambios que cabe esperar se produzcan en los suelos de resultas de

determinados tratamientos.

Las pruebas más comunes de laboratorio se realizan sobre

columnas de suelos, y son útiles para determinar la cantidad de

lavados necesarios para eliminar excesos salinos, o para establecer

los efectos de mejoradores sobre suelos sódicos.

El modo de aplicación es muestreando columnas de hasta 10 cm de

diámetro y 3 m. de profundidad, de modo que reproduzcan la secuencia

real de horizontes del perfil.

Las pruebas de invernadero se efectúan sobre macetas, de tamaño

lo bastante grande como para poder evaluar los efectos de diversos

tratamientos efectuados. Para que los resultados obtenidos sean

comparables con los del campo, deben tenerse en cuenta detalles como:

evitar temperaturas excesivas, comunes en los invernaderos, regar con

la misma agua que en el campo, y hacer cada experimento, mínimamente

por duplicado.

PRUEBAS DE REHABILITACIÓN EN EL CAMPO.

Debido a los altos costos implícitos en los tratamientos de

rehabilitación de suelos, antes de su aplicación, es conveniente

realizar maniobras de prueba en pequeñas áreas piloto, que serán

seleccionadas de acuerdo con la uniformidad del campo, y con el tipo

de tratamiento a experimentar.

Si se trata de mejoradores, los lotes de prueba pueden ser de

4,5 por 4,5 metros, pero las pruebas de lavado requieren por lo menos

10 por 10.

Cuando se prueban lavados por inundación, deberán construirse

bordos alrededor del área tratada, y su forma deberá ser cuadrada en

lo posible, para uniformizar el efecto del propio bordo, pero si se

requiere un riego por surcos, los lotes a probar deberán ser

alargados.

En cuanto a la prueba misma, se deberá diseñar para cada

tratamiento en particular,

Por ejemplo, una medida de infiltración puede obtenerse en un

lote de prueba por diferencia entre el agua aplicada, y la que se

escurre fuera de él.

En general el propio rendimiento de cultivos puede ser un buen

indicador del éxito esperable en la aplicación conjunta de diversas

técnicas.

REHABILITACIÓN DE SUELOS SALINOS Y SÓDICOS EN REGIONES HÚMEDAS.

Page 11: RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y ALCALINOS

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En casi todo lo que se ha manifestado hasta aquí, se ha hecho

referencia a regiones áridas y semiáridas, pero cabe aclarar que

también en regiones húmedas puede ser necesaria la rehabilitación,

como sucede por ejemplo en los polders de Holanda.

En ese caso particular, las arcillas marinas presentes son ricas

en azufre y carbonatos de calcio, de modo que la construcción de

drenajes subterráneos es suficiente para la recuperación de los

suelos. En efecto, en esos casos, la oxidacióÀn resultante del drenaje

mantiene a la solución del suelo saturada con yeso por varios años, lo

cual evita la sodificación.

La salinización a su vez, se previene por las precipitaciones

propias de las zonas húmedas, que son suficientes para mantener las

aguas freáticas fuera de la zona radicular.

Tanto es así, que a veces se requiere subirrigación para que las

raíces accedan al agua requerida, y es eso lo que conlleva a la

construcción de drenes subterráneos, que como ya se dijo producen las

condiciones de oxidación que impiden la sodificación.

En regiones que han estado inundadas por el mar y donde los

sedimentos no son tan ricos en azufre y carbonato de calcio, las

precipitaciones pueden lavar las sales, pero conducir a la formación

de suelos sódicos, que requieren la aplicación de mejoradores químicos

adecuados.

BIBLIOGRAFÍA.

PERSONAL DEL LABORATORIO DE SALINIDAD DE LOS E.U.A. 1973. "Diagnóstico

y rehabilitación de Suelos Salinos y Sódicos" Ed. LIMUSA.

PIÑEIRO, A; CERANA,L; PANIGATTI, J.L. 1975 "Suelos salinos y Sódicos"

Boletín interno de divulgación Nº 7. INTA Rafaela.

PLAN MAPA DE SUELOS DE CÓRDOBA. 1993. "Panorama edafológico de

Córdoba.

PORTA CASANELLAS, J.; LOPEZ-ACEVEDO REGUERIN,M.; ROQUERO DE LABURU,C.

1994. "Edafología para la agricultura y el ambiente "Ediciones Mundi-

Prensa. Madrid.

SANABRIA, J.A. 1994. Cuadernillo didáctico de la Cátedra de

Cartografía y Conservación de Suelos. Tema 20: Control y recuperación

de suelos salinos y/o alcalinos.