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REALIDAD SOCIAL, ALIENACIN Y PSICOPATOLOGAS. EL PAPEL DE LA CONCIENCIA EN LA LOGOTERAPIA

ContenidoPor: Dr. Vctor H. Palacio Muoz Profesor-investigador de la Universidad Autnoma Chapingo, Mxico Licenciado en Economa, Dr. en Economa, Dr. en Psicologa y Logoterapeuta Correo Electrnico: [email protected]

INTRODUCCIN CAPTULO I. Marco Terico 1. 2. 3. 4. La Importancia de la Ley del Valor-Trabajo El Mundo y su Importancia en la Reflexin Psicolgica La Alienacin La Concepcin de Hombre como Punto de Partida

CAPTULO II. Hiptesis Hiptesis CAPTULO III. Resultados De La Investigacin 1. El Contexto Material Mundial 2. La Explotacin del Trabajo Asalariado Como Posible Causal de la Carencia de Sentido de Vida en Mxico 3. El Comportamiento Psicolgico y Psicopatolgico Aparejado a la Base Material en que se Desarrollan las Personas CAPTULO IV. Hombre, Conciencia y Espritu desde la Logoterapia Hombre, Conciencia y Espritu desde la Logoterapia CONCLUSIONES BIBLIOGRAFIA

INTRODUCCIN

1. Planteamiento del problema En la actualidad el mundo atraviesa una situacin de suyo insostenible. No slo cargamos con las ansias de poder entre pases y grandes corporaciones transnacionales, la lucha y guerra por los recursos naturales, la depredacin de nuestro planeta, sino que estamos atentando contra lo ms valioso de nuestro planeta: contra nosotros mismos. La globalizacin de los procesos econmicos y comerciales, tecnolgicos, laborales, educativos, de salud, etc., ha sido, sin duda, un paso significativo para el desarrollo de la humanidad. Sin embargo, esto no ha sido acompaado por un inters genuino en lo que le pasa a la persona. Esta ha sido relegada y olvidada como artfice de los grandes logros y tambin de los grandes problemas que atravesamos como humanidad. Este olvido ha trado como consecuencia que el ser humano se encuentre en constante estado de olvido de s mismo, para lo cual los procesos econmicos y tecnolgicos coadyuvan de manera suficiente, de tal suerte que el hombre se obnubila, pierde el sentido que tienen las cosas, la vida, las relaciones con los dems y cae en un permanente estado de enajenacin, lo cual lo coloca vulnerable ante la presencia de psicopatologas. En este proceso, la conciencia tambin queda en el cajn de los recuerdos y las posibilidades de comprender lo que pasa, de actuar y de trascender, por parte del individuo, se esfuman. Los especialistas afirman que el problema de la salud mental en la sociedad se encuentra en personas inadaptadas, pero no se ve que la posible inadaptacin se encuentre en la cultura misma. Cul es la proporcin de personas con problemas mentales y vacos existenciales en el mundo? En dnde se encuentran ms este tipo de problemas: en los pases pobres o en los ricos? Es el ser humano autodestructivo por naturaleza? El objetivo del desarrollo socioeconmico es el de lograr una vida materialmente confortable, una distribucin relativamente equitativa de la riqueza, democracia y paz estables. Pero ha sido posible esto? Por qu hay tanto desequilibrio mental en la humanidad? Afirmar que una sociedad carece de salud mental supone estar de acuerdo en que una sociedad es normal porque funciona, y que la patologa se encuentra en la falta de adaptacin del ser humano a la manera en que se vive en sociedad. Pero esto no es del todo cierto. Nuestro punto de vista se ubica en el hecho de que las acciones del ser humano lo llevan a la salud y la felicidad y otras a la enfermedad y la infelicidad. La situacin econmica y

social no determina esas tendencias, pero s determina cules han de manifestarse o predominar entre el nmero limitado de pasiones potenciales (Fromm, 1992). El hombre vive en armona y en salud mental al no violentar las leyes de la naturaleza humana. Si va en contra de ellas hay desequilibrio y enfermedad. Existe una diferencia ente la perturbacin mental individual y la social, cuestin que lleva a distinguir las nociones de defecto y neurosis. Si una persona no alcanza la libertad, espontaneidad y responsabilidad, podra suponerse que tiene un defecto grave, siempre que supongamos que libertad, responsabilidad y espontaneidad son las metas que debe alcanzar todo ser humano. Ahora bien, el sentimiento de culpa y la ansiedad pueden convertirse en sensaciones de impotencia e indignidad, por la duda permanente de si la persona se salvar o ser condenada al castigo eterno, ya que por ser incapaz de sentir la verdadera alegra, padece un defecto grave. Pero si la persona codiciosa slo piensa en dinero y riquezas y la ambiciosa slo en fama, no las consideramos desequilibradas, sino nicamente molestas, y en general sentimos desprecio hacia ellas. Pero en realidad la avaricia, la ambicin, etc., son formas de locura, aunque habitualmente no las consideremos enfermedades (Fromm, 1992). Actualmente vemos individuos que obran y sienten autmatamente, que sus experiencias no las sienten como suyas, que sonren artificialmente, que no se comunican y que viven en la desesperanza permanente. Su situacin es la misma que la de millones de seres humanos. Sin embargo, social, culturalmente, esto es aceptable. Dicho de otro modo, la sintomatologa neurtica que ha generado la sociedad en estas personas es algo no cuestionable e incluso asimilable por las estructuras econmicas y sociales en las que vivimos. Un elemento a considerar, dejado en ocasiones de lado, es la lucha de clases. La confrontacin permanente entre explotadores y explotados, a veces velada y en otras expresadas en forma manifiesta, revela sentimientos, actitudes, pensamientos que llevan a que tanto unos como otros los hagan evidentes o los acumulen para ocasiones precisas, las cuales pueden llegar incluso a la autodestruccin. En esto el miedo, la desconfianza y el retraimiento acaban por incapacitar a la mayora de las personas para actuar eficaz e inteligentemente. Lo que pasa, en suma es que la gente no tiene sentido de su existencia, no sabe para dnde va, para qu. Ahora bien, el hombre pertenece al reino animal. Por eso, en principio, su conducta est determinada por instintos, los cuales se encuentran determinados por estructuras neurolgicas hereditarias. Es importante hacer una acotacin: la existencia animal es una existencia armnica entre el animal y la naturaleza. En el proceso de la evolucin y aparicin del hombre, su presencia dej de ser esencialmente determinada por el instinto; cuando la adaptacin a la naturaleza perdi su carcter coercitivo; cuando la accin dej de estar esencialmente determinada por

mecanismos trasmitidos hereditariamente. Cuando el animal trasciende a la naturaleza cuando trasciende al papel puramente pasivo de la criatura, cuando se convierte, biolgicamente hablando, en el animal ms desvalido, nace el hombre. En ese momento, el animal se ha emancipado de la naturaleza mediante la posicin areca y vertical, y el cerebro ha crecido mucho ms que en los animales superiores. Este nacimiento del hombre puede haber durado centenares de miles de aos, pero lo que importa es que surgi una especie nueva que trasciende a la naturaleza, que la vida adquiri como ciencia de s misma (Fromm, 1992). De esta forma, la armona entre el animal y la naturaleza es rota ante la aparicin de la autoconciencia, la razn y la imaginacin de los seres humanos. Su aparicin convirti al hombre en una anomala, en un capricho del universo. Por primera vez, surge un ser que tiene conciencia de s mismo, se da cuenta de su importancia y de las limitaciones de su existencia. Y no slo eso, adems, prev su propio fin: la muerte (Fromm, 1992). En su devenir, el hombre no puede liberarse de su existencia, ni de su alma ni de su cuerpo mientras vive, y ste lo impulsa a querer vivir. La razn, bendicin del hombre, es tambin su maldicin: le obliga a luchar sempiternamente por resolver una dicotoma insoluble. La existencia humana difiere en este respecto de la de todos los dems organismos: se halla en un estado de desequilibrio constante e inevitable. La vida del hombre no puede ser vivida repitiendo el patrn o modelo de su especie: tiene que vivirla l. El hombre es el nico animal que puede aburrirse, que puede sentirse expulsado del paraso. El hombre es el nico animal para quien su propia existencia constituye un problema que tiene que resolver y del cual no puede escapar. No puede regresar al estado prehumano de armona con la naturaleza; tienen que seguir desarrollando su razn hasta hacerse dueo de la naturaleza y de s mismo (Fromm, 1992). He aqu su condena, pero al mismo tiempo su oportunidad para darle sentido y orientacin a su vida. El nacimiento del hombre, dice Fromm, es un acontecimiento negativo ya que se carece de adaptacin instintiva a la naturaleza, no tiene fuerza fsica; en relacin a las dems especies, es la ms desvalida; no puede vivir al margen de la naturaleza; su capacidad de raciocineo es rudimentaria, desconoce los procesos de la naturaleza, habita fragmentado en pequeos grupos, sin conocerse a s mismo ni a los dems; realmente el mito bblico del paraso expresa la situacin con perfecta claridad. El hombre, que vive en el jardn del Edn, en completa armona con la naturaleza pero sin conciencia de s mismo, empieza su historia (paradjicamente, V.P.) por el primer acto de libertad, desobedeciendo una orden. En aquel mismo momento, adquiere conciencia de s mismo, de su aislamiento, de su desamparo: es arrojado del paraso, y le impiden regresar a l dos ngeles con espadas de fuego. La evolucin del hombre se basa en el hecho de que ha perdido su patria originaria, la naturaleza, y que no podr nunca regresar a ella, no podr nunca volver a ser un animal. No hay ms que un camino que pueda seguir: salir por completo de su patria natural, y encontrar una nueva patria, una nueva patria creada por l, haciendo del mundo un mundo humano y hacindose l mismo verdaderamente humano (Fromm, 1992). El problema de la existencia humana, es nico en toda la naturaleza: el hombre sale de ella y tiene una doble cualidad: es un ser divino y es en parte animal; enfrenta nuevas necesidades y encuentra nuevas soluciones, las cuales lo llevan a enferentar las contradicciones que conlleva su existencia; al mismo tiempo, la relacin con su prjimo y

consigo mismo, es la fuente de todas sus fuerzas psquicas y de todas sus pasiones y ansiedades. A partir de un proceso, la persona aprende a amar, a utilizar la razn, a ver el mundo objetivamente; desarrolla sus facultades, adquiere sentido de identidad, aprende vencer la seduccin de los sentidos en beneficio de una vida ms ntegra y completa. (Fromm, 1992). La vida del hombre est determinada por la alternativa inevitable entre el retroceso y el progreso, entre el regreso de la existencia animal y la llegada a la existencia humana. Todo intento de retroceder es doloroso, y conduce inevitablemente al sufrimiento y a la enfermedad mental, a la muerte fisiolgica o a la muerte mental (locura). Cada paso adelante tambin es doloroso y temible, hasta que se llega a cierto punto en que el miedo y la duda tienen proporciones menores. Adems de las necesidades alimentadas fisiolgicamente (hambre, sed, sexo), todas las necesidades esenciales del hombre estn determinadas por esa polaridad. El hombre tiene que resolver un problema, pues no puede permanecer siempre en la situacin dada de una adaptacin pasiva a la naturaleza. Ni an la satisfaccin ms completa de todas sus necesidades ms intensas no son las enraizadas en su cuerpo, sino las enraizadas en la peculiaridad misma de su existencia (Fromm, 1992). La presencia de pasiones e impulsos en el hombre buscan encontrar la solucin a su existencia, o, dicho de otra manera, intentan evitar el desequilibrio mental. Aqu cabe el sealamiento de Fromm de por qu por qu slo enloquecen algunas personas, y no por qu no enloquece la mayor parte. El hombre sano y el enfermo buscan soluciones a sus necesidades, slo que stas son diferentes para uno y otro (Fromm, 1992). El individuo que se desva de las pautas o patrones culturales busca una solucin, la cual puede ser mejor o peor que la que le proporciona su cultura, pero es siempre otra solucin al mismo problema fundamental planteado por la existencia humana. En este sentido, puede afirmarse que todas las culturas son religiosas y toda neurosis asume formas de religin, entendiendo por sta la bsqueda de resolucin al problema de la existencia humana (Fromm, 1992). 2. Objetivos La investigacin pretende demostrar el impacto de la realidad social y el condicionamiento de sta en la conducta de las personas. Determinar la manera en que incide la problemtica social en el surgimiento y crecimiento de las enfermedades mentales. Evaluar cules elementos son los ms significativos en la cuestin mental y qu papel desempea la conciencia de los hombres y las mujeres. Apuntar algunas recomendaciones que podran llevarse a cabo. 3. Preguntas de Investigacin Qu ocurre mentalmente en los individuos ante una realidad socioeconmica tan injusta y desigual como la que vivimos?

Por qu el ser humano est sobredeterminado por el medio ambiente que le rodea? Cmo se establece la vinculacin entre los problemas econmico-sociales, la alienacin y las enfermedades mentales? Qu papel juega la conciencia del individuo en este proceso? 4. Justificacin de la investigacin Esta investigacin es relevante ya que busca interrelacionar diversos procesos como los aspectos socioeconmicos, la enajenacin derivada de ellos, las enfermedades mentales que se desarrollan en este marco y el papel desempeado por la conciencia de las personas. Existen pocas investigaciones que hayan intentado el propsito sealado, de ah que su pertinencia y relevancia social estn fuera de duda. La utilidad metodolgica que se desprende de este trabajo servir para el establecimiento de lneas de investigacin que apunten a plantear y definir soluciones a los grandes problemas de ndole mental que se desprenden de nuestra realidad social.

CAPTULO I. Marco Terico

1.La Importancia de la Ley del Valor-Trabajo1. La Importancia de la Ley del Valor-Trabajo La primera cuestin que debe constatarse es el hecho de que la regulacin de la economa mercantil o de mercado en la actualidad est dada por la Ley del Valor-Trabajo, en tanto los medios de produccin (y el capital como una de sus manifestaciones ms importantes) son propiedad de unos pocos, ya que la mayora de la poblacin asalariada y no asalariada, detentan tan slo su fuerza de trabajo o la capacidad de venderla. Al ser la economa una economa capitalista, su fundamento es la competencia entre capitales y entre capitalistas y trabajadores, lo que se manifiesta en las relaciones estructurales bsicas del sistema: tasa de plusvala, tasa de ganancia y composicin orgnica de capital. Desde el punto de vista de la produccin, el progreso capitalista y la divisin del trabajo explican la esencia de la competitividad, en la medida en que se encuentra incorporado el aspecto tecnolgico como esencia de la competitividad, la cual permite reducir el tiempo de trabajo incorporado a los productos y explica la mayor o menor productividad que tienen las empresas. Esta ltima depender de dicho progreso tecnolgico, del uso de la fuerza de trabajo y, por tanto, del incremento del ejrcito de reserva, el cual crece ms aprisa con el cambio tecnolgico; de la forma en que consumen (productivamente los capitalistas) El consumo obrero consume mercancas, las cuales, va el desarrollo tecnolgico, cada vez valen menos, lo mismo que la mercanca fuerza de trabajo. As, en la poca actual quizs de manera ms descarnada y descarada, las fases produccindistribucin-consumo tienen momentos de realizacin y funcionalidad en el proceso de reproduccin capitalista. En la produccin se define y regula la produccin de plusvala, la valorizacin del capital; en la distribucin puede asegurarse no la realizacin de la ganancia; y en el consumo se presentar el nuevo valor creado que toma la forma de ingresos en la forma de consumo productivo (insumos intermedios) y consumo improductivo (final).

Los elementos anteriores sirven para comprender en sus justos trminos la presencia de la mundializacin de la ley del valor y, por ende, su manifestacin en el marco de la globalizacin. Lo central del planteamiento que estamos haciendo es que la mundializacin de la economa de mercado o globalizacin supone la mundializacin de las relaciones estructurales bsicas del sistema capitalista. O dicho de otra manera, la mundializacin del

capital significa globalizacin de la ley del valor. Cabe sealar que dicha mundializacin implica la presencia de pases centrales y perifricos, lo cual dara lugar al establecimiento de relaciones de intercambio entre unos y otros, siendo desfavorable para los perifricos. De esta manera, en la economa global se tiene que se produce y genera plusvala tanto en el centro como en la periferia, la cual es distribuida en forma desigual y, por ende el consumo se da tambin diferenciado entre capitales y capitalistas del centro y de la periferia. Ahora bien, para entender lo que es la mundializacin en la actualidad podemos centrarnos en cuatro aspectos a saber:

El carcter mundial de la valorizacin del capital. El carcter mundial de los agentes econmicos. El carcter mundial dpe la competitividad y la productividad. El carcter mundial de los mercados (financieros, de mercancas, de fuerza de trabajo y tecnolgicos).

Abundemos un poco ms en la que a las relaciones centro- periferia se refiere. El ncleo esencial del sistema capitalista, el que explica su funcionamiento y marca sus pautas tendenciales, es el centro. Esto posibilita la explicacin de la periferia, la cual est sometida a los procesos de produccin-distribucin y consumo del centro. Con la mundializacin del sistema, la periferia ofrece capital constante y capital variable ms barato y, por tanto, excedentes que los pases centrales se apropian de diferentes maneras. El sentido de la globalizacin productivo est orientado a los pases perifricos (y a su poblacin) que pueden insertarse en este proceso de intercambios-explotacin porque el resto de la periferia se mantiene en los lmites del subconsumo y de la pobreza. Por otra parte, para comprender en sus juntos trminos el proceso de globalizacin productiva es menester referirnos a tres fuerzas productivas: fuerza de trabajo, recursos naturales y tecnologa. Cuando se habla de globalizacin se hace referencia tambin a la expansin mundial del trabajo asalariado, no importando si sus ingresos son altos y bajos. Sin embargo ha podido constatarse en el mediano y largo plazo que ha medida que se desarrolla el capitalismo, particularmente la industria, y en la medida en que el sector terciario de la economa se ha vuelto dominante, lo que ha crecido de manera global es el ejrcito de reserva (desempleados y subempleados) que tanto en los pases perifricos como en los centrales crece y se convierte en un ente que tiende a contraer el alza de los salarios. De otro lado, la presencia de una superpoblacin relativa globalizada trae como consecuencia un mayor posicionamiento de las empresas transnacionales que confrontan a los Estados-nacin retirando sus capitales e incumpliendo los contratos colectivos de trabajo, situacin que lleva a una crisis de legituracin de dichos Estados-nacin.

As, la mundializacin de la produccin, es decir, del capital constante, capital variable y plusvala no lleva a una mundializacin del consumo sino a la perpetuacin y acentuamiento de la polarizacin social. De esta manera, el capitalismo globalizado se encuentra en un verdadero brete: la presencia de ms mercado no soluciona las cosas, tampoco la presencia del Estado con sus polticas de apertura externa y de gestin en la pobreza. Tampoco es posible aprovechar la mano de obra que se encuentra en los mercados laborales del mundo ya que a ella se le oponen las redes y movimientos migratorios internacionales. Adems, si se incrementara significativamente el empleo y, por tanto, el capital variable, a nivel mundial, esto ira en contra de la lgica de la competitividad y de la productividad. En lo relativo a los recursos naturales, se observa una depredacin capitalista ilimitada que pone en riesgo el futuro del planeta. De otro lado, los recursos naturales (tierra, agua, petrleo, minerales, etc.) generan una renta que en trminos globales es apropiada por los pases centrales en detrimento de los pases perifricos. Es ms, aquellos, adems de quedarse con las rentas que proceden de la naturaleza, no pagan los daos que le causan a la misma. Ahora bien, con relacin a la tecnologa se tiene un avance cientfico-tecnolgico, sin parangn en la historia de la humanidad. Sin embargo, el progreso capitalista no puede hacer que se desarrolle el resto de la humanidad ya que la plusvala arrancada con la introduccin de los avances tecnolgicos no es distribuida de manera equitativa al conjunto de la poblacin. Por otra parte, ante una situacin de crisis como la que atraviesa el mundo, la tendencia es hacia la disminucin del tiempo de trabajo socialmente necesario, bajar el capital variable y, por ende, aumentar la tasa de plusvala, teniendo como contratendencia la flexibilidad y precariedad laboral. La mundializacin de la ley del valor, el desarrollo desigual y la crisis econmica han regulado objetivamente la internacionalizacin de las formas en que funciona el capital (capital-mercanca, capital-dinero y capital-productivo) y la combinacin de sus dos maneras de participar en la valorizacin (como capital constante y como capital variable) (Martnez Peinado, 2001). En este sentido, la ley del valor-trabajo baa todas y cada una de las relaciones que cotidianamente enfrenta la persona consigo misma, en su familia, en el pas y en el mundo.

2. El Mundo y su Importancia en la Reflexin Psicolgica El mundo es el medio ms adecuado para descifrar el misterio ontolgico del hombre, es el lugar de las realizaciones concretas, es el lugar donde se encuentran todos los sentidos que la vida del hombre precisa para la concientizacin de su espiritualidad y de su trascendencia (Bretones, 1998). El mundo es algo ms que un simple estar ah, no representa una condena, ni un lugar de trnsito, tampoco un valle de lgrimas. En la actualidad lo que predomina en el orbe es la cultura light, en donde el poder econmico se enseorea. Esto posibilita la degradacin y deshumanizacin del hombre. No hay horizontes ni metas que alcanzar, el amor es inexistente, no hay races, pasado ni propsitos. El futuro es una quimera, se imponer la nada (Bretones, 1998). La misin del hombre en el mundo es apelar, consiste en salir para realizar algo o amar a alguien. Tambin el mundo tiene su propia misin: apela al hombre y lo convoca para que cumpla sus tareas. Segn Frankl, en el mundo contemporneo el hombre huye de una soledad y un vaco de interiores, y en su huida cae en el desorden (Frankl, 1995). De esta manera, puede afirmarse que durante el siglo pasado y el actual se vive en el siglo de la ansiedad. Joachim Bodamer dijo acertadamente: Si el hombre de hoy tiene miedo, es un miedo al aburrimiento, el cual puede ser mortal (citado por Frankl, 1995). El fanatismo es un problema mundial que aqueja al hombre en nuestros das el fantico pasa por alto la personalidad de los individuos que no piensan como l, no admite un modo de pensar distinto al suyo; lo nico que acepta es su propia opinin. Un nuevo fantasma recorre el mundo: una sociedad completamente mecanizada, dedicada a la mxima produccin y consumo a travs de una computarizacin y digitalizacin de todos los procesos econmicos, sociales y culturales. Esto trae como resultado personas pasivas, apagadas, poco sentimentales, en donde domina el individualismo (Fromm, 1970). Estamos frente a un dilema trgico e insoluble? Hemos de producir gente enferma para tener una economa sana, o existe la posibilidad de emplear nuestros recursos materiales, nuestros inventos y nuestras computadoras al servicio de los fines del hombre? Debe la mayor parte de las personas ser pasivas y dependientes a fin de tener fuertes organizaciones que funcionen bien? Son algunas preguntas que se haca Fromm y que siguen teniendo validez (Fromm, 1970). El mundo actual se caracteriza por insatisfaccin, pasividad, aburrimiento, abolicin de la vida privada y despersonalizacin, aunada al ansia de una existencia dichosa y significativa. Otro elemento en nuestra contra es el pensar que siempre tenemos que estasr ocupados haciendo algo. En efecto, la mayora de la gente se halla tan "activa" que no soporta estar sin hacer nada, llegando incluso a convertir el llamado tiempo libre en otra forma de actividad. A lo que tememos es al momento en que realmente no tenemos nada que "hacer"

ya que en ese momento nos encontramos con nosotros mismos y nos enfrentamos a nosotros mismos, lo que, en la mayora de los casos, no resulta agradable. Ante esto lo que queda es la esperanza. Tener esperanza significa estar listo a lo que todava no nace, pero sin llegar a desesperarse si el nacimiento no ocurre en el lapso de nuestra vida (Fromm, 1970). Cuando la esperanza fenece, la vida termina, de hecho o virtualmente. La esperanza es un elemento intrnseco de la estructura de la vida, de la dinmica del espritu del hombre. Se halla estrechamente ligada a otro elemento de la estructura vital: la fe. Esta no es una forma endeble de creencia o de conocimiento; no es fe en esto o en aquello. La fe es la conviccin acerca de lo an no probado, el conocimiento de la posibilidad real, la conciencia de la gestacin. La fe es racional cuando se refiere al conocimiento de lo real que todava no nace, y se funda en esa facultad de conocer y de aprehender que penetra la superficie de las cosas y ve el meollo. La fe, al igual que la esperanza, no es predecir el futuro, sino la visin del presente en un estado de gestacin (Fromm, 1970). La f es la certidumbre de lo incierto. La esperanza y la fe buscan modificar el estado de cosas individual y social. Por eso se hermanan con la vida porque se hallan en constante cambio y que en ningn momento permanece igual. Dice Fromm: Psicolgicamente hablando, la destructividad es la alternativa ante la esperanza, justamente como la atraccin por la muerte es la alternativa ante el amor a la vida, y justo todava como la alegra es la alternativa ante el aburrimiento. Los signos de la desesperanza estn en todas partes. Mrese la expresin aburrida del promedio de las personas, o la falta de contacto entre las mismas incluso cuando tratan desesperadamente de entablar contacto. Obsrvese la incapacidad para dar seriamente solucin al cada vez ms crtico problema del envenenamiento del aire y el agua de las ciudades, o a del hambre en los pases pobres, para no hablar de la inhabilidad para poner fin a la cotidiana amenaza a las vidas y proyectos de todas nosotros: las armas termonucleares. Pero no importa qu digamos o pensemos sobre la esperanza, nuestra ineptitud para obrar o hacer proyectos para la vida revela nuestra desesperanza (Fromm, 1970). Marx reconoci con mucha claridad el efecto del consumo en aumento constante. Buena prueba de ello son las siguientes afirmaciones de sus Manuscritos econmico-filosficos" de 1844: ...la produccin de demasiadas cosas tiles da como resultado demasiados hombres intiles. La maquinaria se adapta a la debilidad del ser humano para convertir al dbil ser humano en una mquina. Dentro del sistema de la propiedad privada. . . Todo hombre especula con la creacin de una nueva necesidad en otro para obligarlo a hacer un nuevo sacrificio, para colocarlo en una nueva dependencia y atraerlo a un nuevo tipo de placer y, por tanto, a la ruina econmica. . . Con la masa de objetos, pues, crece tambin la esfera de entidades ajenas a las que est sometido el hombre. Todo nuevo producto es una nueva potencialidad de engao y robo mutuos. El hombre se vuelve cada vez ms pobre en cuanto hombre... (Marx, citado por Fromm, 1970).

As, se presenta el "sndrome de la enajenacin", con el cual el hombre se siente, impotente, solo y angustiado, sin sentido de integridad y de identidad, conformista y angustiado. Adems de los rasgos patolgicos arraigados en la disposicin pasiva, existen otros que son importantes para comprender la patologa actual de la normalidad. Me refiero a la creciente separacin de la funcin cerebro-intelectual de la experiencia afectivo-emocional; a la escisin entre el pensamiento y el sentimiento, entre la mente y el corazn, entre la verdad y la pasin. Por otra parte, no slo el pensamiento sino tambin la emocin pueden ser racionales. El corazn tiene razones que la razn ignora por completo, como dijo Pascal. La racionalidad respecto de la vida emocional significa que las emociones afirman y ayudan a la estructura psquica de la persona a mantener una armona a la vez que favorecen su desarrollo. As, por ejemplo, el amor irracional es aquel que incrementa la dependencia del individuo y, por tanto, su angustia y hostilidad. El amor racional, en cambio, es un amor que relaciona ntimamente a una persona con otra y al mismo tiempo preserva su independencia e integridad. La razn mana de la combinacin del pensamiento racional y el sentimiento. Si separamos las dos funciones, el pensamiento se deteriora volvindose una actividad intelectual esquizoide y el sentimiento se disuelve en pasiones neurticas que daan a la vida (Fromm, 1970). La divisin entre pensamiento y afecto conduce a una enfermedad, a una esquizofrenia crnica poco profunda, que el nuevo hombre de la era informtica comienza a padecer (Fromm, 1970). Al hablar aqu de una esquizofrenia crnica de poca profundidad, debemos explicar. La esquizofrenia, como cualquier otro estado psictico, hay que definirla no slo en trminos psiquitricos, sino igualmente en trminos sociales. La experiencia esquizofrnica ms all de cierto lmite es una enfermedad que se presenta en cualquiera sociedad, puesto que quienes la sufren son incapaces de actuar dentro de circunstancia social alguna. Sin embargo, hay formas crnicas poco graves de psicosis que son compartidas por millones de personas y que no les impide funcionar socialmente. Por cuanto esas personas comparten su enfermedad con millones de individuos, tienen el sentimiento satisfactorio de no estar solas; en otras palabras, evitan esa sensacin de aislamiento total tan caracterstico de las psicosis plenamente afianzadas. Y se consideran a s mismas normales. Por el contrario, a quienes no han perdido el vnculo entre el corazn y la mente se les tacha de "locos". Ahora bien, as como hay una esquizofrenia crnica de escasa gravedad, de igual manera hay tambin una paranoia y una depresin crnicas poco graves. La tendencia a colocar al progreso tcnico como el valor ms alto se halla ligada no slo al nfasis excesivo que concedemos al intelecto sino a una profunda atraccin emocional hacia lo mecnico, hacia todo lo no vivo, hacia todo lo hecho por el hombre. Esta atraccin hacia lo que no est vivo, que no es otra cosa que la atraccin por la muerte y la descomposicin (necrofilia), lleva, an en su forma menos drstica, a la indiferencia hacia

la vida en lugar de a "la reverencia por la vida". Aquellos que se sienten atrados por lo no vivo son los que prefieren "la ley y el orden" a las estructuras vivas, los mtodos burocrticos a los espontneos, lo artificial a lo viviente, la repeticin a la originalidad, lo neto a lo exuberante, el atesoramiento a la largueza. Querran dominar la vida porque temen a su espontaneidad incontrolable; y antes que exponerse a ella y fundirse con el mundo que los rodea, la mataran (Fromm, 1970). En un periodo histrico en donde predomina el mundo informtico, las personas quedan relegadas a un segundo orden. De ah que si esta ensoacin por la computarizacin y miniutarizacin de la vida sigue avanzando en el orbe, el problema de la libertad y de la responsabilidad humanas parecera desaparecer. Los sentimientos del hombre estaran determinados por sus instintos y su razn por la computadora; no tendra que dar respuesta a las cuestiones que su existencia le plantea. Nos agrade o no tal tendencia, su realizacin es imposible: el mono desnudo con su cerebro de computadora dejara de ser humano o, ms bien, no sera (Fromm, 1970). Entre los efectos patognicos que la sociedad tecnolgica produce en el hombre, deben mencionarse dos ms: la desaparicin de la vida privada y la del contacto humano personal (Fromm, 1970). Esto es muy importante ya que el hombre est dejando de ser hombre, perdindose en la individualidad y en la capacidad de interrelacionarse con los dems. Es por ello que se necesita agregar un elemento de importancia capital para comprender la conducta del hombre en la sociedad actual: la necesidad humana de certidumbre. El hombre, ante la vida, tiene que elegir, lo cual supone enfrentarse en todo cualquier cuestin a graves riesgos para su vida si elige equivocadamente. Aunque la confrontacin ms difcil es consigo mismo. La duda que lo acosa cuando tiene que decidir le causa una dolorosa tensin e incluso puede comprometer seriamente su capacidad para tomar decisiones rpidas. Por tanto, el individuo necesita de certidumbre. Precisa que la manera en que toma sus decisiones es la correcta. Esto lo lleva a preferir tomar decisiones "equivocadas" y estar seguro de ellas, que tomar una decisin "correcta" y atormentarse con la duda respecto de su validez (Fromm, 1970). Y he aqu una paradoja: con la creciente complejidad de la vida, que ha perdido toda proporcin humana, con el sentimiento cada vez mayor de impotencia y aislamiento individual, el hombre orientado por la ciencia dej de ser racional e independiente. Perdi el valor para pensar por s mismo y tomar decisiones basadas en su pleno compromiso intelectual y emocional con la vida. As que quiso cambiar la "certidumbre incierta" que proporciona el pensamiento racional por una "certidumbre absoluta": la certidumbre pretendidamente "cientfica" que se funda en la predictibilidad (Fromm, 1970). Esto llama la atencin y obliga a repensar en los paradigmas en que nos desarrollamos.

3. La Alienacin El gran problema que vive el hombre contemporneo es el de enajenacin o alienacin. Las condiciones econmicas, sociales, polticas y culturales estn de tal manera diseadas para que el individuo viva en un constante autoenajenamiento lo que gradualmente lo va llevando a la adquisicin de ciertas psicopatologas, siendo quiz la ms importante y la menos estudiada, la que se refiere al alma o al espritu. a) La alienacin en Hegel, Feuerbach y Marx Por lo que toca al sujeto de la enajenacin, mientras en Hegel es la Idea (o espritu), y en Feuerbach es el hombre en general, en Marx es el obrero tambin en general. La actividad en que se enajena este sujeto es espiritual en Hegel, ya sea la del Espritu en cuanto tal o la del hombre como espritu; en Feuerbach, se trata ya de una actividad humana, la actividad de la conciencia; en el joven Marx, es el trabajo. Pero en Hegel o en Feuerbach se trata de una actividad terica (de autoconocimiento del Espritu en Hegel, o de conciencia de s del hombre en Feuerbach); en Marx la actividad en la que el obrero se enajena es prctica, material: es el acto de la produccin (Snchez Vzquez, 2003). En los tres autores encontramos la objetivacin del sujeto; pero mientras que en Hegel esta objetivacin tiene un carcter universal (la objetividad es natural, histrica o cultural), en Feuerbach se trata de la objetivacin del sujeto en un producto de su conciencia (Dios), en tanto que en Marx se trata de la objetivacin prctica material del sujeto en los productos de su trabajo. As, pues, en los tres casos la enajenacin es siempre objetivacin del sujeto en un producto suyo (de diverso carcter: en Hegel, se trata siempre en definitiva de un producto del Espritu; de la conciencia humana en Feuerbach, o de un producto material en Marx). Si bien en Hegel la enajenacin es siempre objetivacin, en Feuerbach y en Marx no puede decirse lo mismo. Ciertamente en Hegel toda objetivacin es Enajenacin; en Feuerbach slo se da esta ltima cuando el hombre produce este objeto que es Dios. La objetivacin es entonces enajenacin. Sin embargo, Feuerbach deja abierta la puerta a una objetivacin no enajenada: la que se dara en una verdadera relacin del hombre consigo mismo. El producto de la conciencia no sera ajeno, extrao u hostil al hombre. As sucedera al sustituir el amor a Dios por el amor al hombre, el culto a Dios por el culto a la humanidad. En Marx, la distincin entre objetivacin y enajenacin es capital: la objetivacin deja de ser enajenada cuando, al desaparecer la fuente de la enajenacin, el trabajo se convierte en verdadera manifestacin del ser del hombre (Snchez Vzquez, 2003). Finalmente, tambin son distintos los modos de apreciar el valor de la enajenacin; es positiva para Hegel, pues se da en el proceso de autoconocimiento del Espritu; es negativa, destructora, para Feuerbach, ya que impide al hombre tener una verdadera conciencia de s, y es negativa tambin para el joven Marx ya que empobrece al obrero como hombre tanto fsica como espiritualmente. Sin embargo, en Hegel, como en Marx, habra un elemento de necesidad en su aparicin y desarrollo, ya sea para asegurar el proceso de autoconocimiento del Espritu (Hegel), ya sea para crear las condiciones que hacen posible el paso a la superacin de la enajenacin (Marx) (Snchez Vzquez, 2003).

Para Marx el punto de partida en su anlisis sobre la alienacin era el siguiente: El obrero empobrece tanto ms cuanto ms riqueza produce, cuanto ms aumenta su produccin en extensin y en poder. El obrero se convierte en una mercanca tanto ms barata cuantas ms mercancas crea. A medida que se valoriza el mundo de las cosas se desvaloriza, en razn directa, el mundo de los hombres. El trabajo no produce solamente mercancas; se produce tambin a s mismo y produce al obrero como una mercanca y, adems, en la misma proporcin en que produce mercancas en general (Marx, 1962). Este punto de partida se da por medio de un hecho econmico, a saber: Lo que este hecho expresa es, sencillamente, lo siguiente: el objeto producido por el trabajo, su producto, se enfrenta a l como algo extrao, como un poder independiente del productor. El producto del trabajo es el trabajo que se ha plasmado, materializado en un objeto; es la objetivacin del trabajo. La realizacin del trabajo es su objetivacin. Esta realizacin del trabajo, como estado econmico, se manifiesta como la privacin de realidad del obrero, la objetivacin como la prdida y esclavizacin del objeto, la apropiacin como extraamiento, como enajenacin (Marx, 1962). El trabajo del obrero queda plasmado en un objeto, el objeto da vida a ste y por ese simple hecho ocurre lo siguiente: se realiza el trabajo ya que se objetiva en algo extrao a l; y, al mismo tiempo, el obrero se esclaviza al objeto ajeno a l, aunque producto de su esfuerzo, y, por tanto, se enajena en l. b) La alienacin propiamente dicha "El problema escribe Marx de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema terico, sino un problema prctico. Es en la prctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el podero, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento aislado de la prctica, es un problema puramente escolstico" (Marx, 1955). Esto es, en la vida, en la psicologa, el criterio que prevalece y en donde nos damos cuenta de lo que la gente quiere o demanda, es en la prctica. sta es el nica y verdadero criterio de verdad o, por lo menos el punto de partida para acercarnos a la misma. Al no poder explicar la economa poltica la verdadera razn del divorcio entre capital y trabajo, no podr tampoco explicar 1a razn histrica de la alienacin del trabajo, fenmeno que tiene su raz en la oposicin capital-trabajo (dentro de la sociedad capitalista). Esto tambin se refiere a una crtica de las relaciones sociales de produccin: estas relaciones se perfilan como un cuadro de contradicciones, patentes en el antagonismo de capital y trabajo, o en su forma ms concreta, hombre vs. mercanca; contradicciones que la sociedad capitalista y con ella la economa poltica burguesa sintetiza dialcticamente en ese engendro que Marx llama "el hombre mercanca", donde uno de los opuestos reales ha dominado al otro. "A base de la economa poltica misma y con sus propias palabras, hemos demostrado que el obrero degenera en mercanca..." "El obrero se convierte en una mercanca tanto ms barata cuantas ms mercancas crea. A medida que se valoriza el mundo de las cosas, se desvaloriza, en razn directa, el mundo de los hombres. El trabajo no produce solamente mercancas; se produce tambin s mismo y produce al obrero como una mercanca y, adems, en la misma proporcin en que produce mercancas en general".

"Su producto [el del rgimen capitalista] es la mercanca consciente de s misma y dotada de actividad propia la mercanca-hombre (Marx, citado por Snchez Vzquez, 2003). Paradjicamente, al estar el obrero produciendo mercancas, se genera el mismo como mercanca, lo cual posibilita un estado de enajenacin y la capaciadad de que el obrero pierda el sentido de para qu produce y, por tanto, para qu est en este mundo que slo lo priva de ser l mismo. c) Las determinaciones de la alienacin c.1 Primera determinacin: la alienacin del producto La forma primaria de la alienacin examinada en los Manuscritos de 1844 es la alienacin del producto del trabajo con respecto al productor; esto es, la conversin de ese producto en un alienum, un ente hostil, independiente, autnomo y extrao que se coloca frente al productor como un poder antagnico cuya fuerza crece en razn directamente proporcional al empobrecimiento del productor. Es un proceso de alienacin en dos sentidos: por una parte, se trata del dominio del objeto sobre el sujeto, de lo inerte sobre lo vivo; por otra, se trata del dominio de la criatura sobre el creador, del productor. En la base econmica de la sociedad capitalista, el producto se llama mercanca, y el productor, obrero asalariado. La mercanca es expresin del capital; el obrero es expresin del trabajo. El obrero produce mercancas: el trabajo produce capital. La relacin de dominio en que las mercancas, a su vez, producen al obrero, y el capital al trabajo. Mientras mayor sea el grado de desarrollo de la sociedad capitalista, mayor ser el grado de dominio de los productos sobre los productores, hasta el punto de que toda la economa se basar en las necesidades de los productos y no en las necesidades de los productores. Tal es la formulacin general de esta primera determinacin (Snchez Vzquez, 2003). Marx se expresa de la siguiente manera: "...el objeto producido por el trabajo, esto es, su producto, se enfrenta a l como una entidad extraa, como un poder independiente del productor. El producto del trabajo es el trabajo mismo, cosificado y fijo en un objeto: es la objetivacin del trabajo. La realizacin del trabajo es su objetivacin. En el nivel de la economa poltica, esta realizacin del trabajo aparece como desrealizacin del trabajador, la objetivacin como prdida y esclavitud respecto al objeto, la apropiacin como alienacin, como expropiacin...Hasta tal punto aparece la apropiacin como alienacin que, mientras ms objetos produce el trabajador menos puede poseer y cae ms bajo el dominio de su producto, el capital...La expropiacin del trabajador en provecho de su producto significa no slo que su trabajo se convierte en un objeto, en una existencia externa, sino que su trabajo existe fuera de l, independiente de l, extrao a l y se convierte un poder propio y sustantivo frente a l, y la vida que ha infundido al objeto se vuelve contra l, hostil y extraa" (Marx, 1962). El ser humano viene a ser as una materializacin, una objetivacin de la Idea: pero una objetivacin alienada, en el sentido de que se opone a la Idea de la cual se ha desprendido o desgarrado. De esta manera, se concibe al hombre como ontolgicamente alienado; l, en cuanto objetivacin de la Idea, se halla separado, alienado de sta. Las repercusiones de un proceso como el que se describe son significativas, sobre todo si se piensa en la individuacin de la persona.

Si la economa poltica no se fijase tanto en "la riqueza de las naciones" como en la miseria de los productores de esa riqueza, entendera que el secreto de las relaciones de produccin hay que buscarlo en la relacin inmediata que existe entre el trabajador y su producto una relacin de alienacin y no en la relacin mediata entre la produccin y el disfrute de la misma. Pues, como dice Marx, el trabajo produce maravillas para los ricos, pero produce privaciones y penuria para los trabajadores. Produce palacios, pero aloja a los trabajadores en tugurios. Produce belleza, pero tulle y deforma a los trabajadores. Sustituye el trabajo por mquinas, pero condena a una parte de los trabajadores a entregarse de nuevo a un trabajo propio de brbaros y convierte en mquinas a la otra parte. Produce espritu; pero produce estupidez y cretinismo para los trabajadores (Marx, 1962). Podra agregarse que de todo lo producido, tambin se genera prdida de identidad, despersonalizacin, carencia de sentido de vida. c.2 Segunda determinacin: la alienacin de la actividad productiva La primera determinacin o postura de la alienacin del trabajo revel un aspecto o "lado" de la misma, resultante de la observacin del fenmeno desde el punto de vista de uno de sus componentes: el producto del trabajo. "Pero la alienacin no se muestra solamente en el resultado, sino tambin en el acto de la produccin, en el seno de la actividad productiva misma"(Ibid). La alienacin del producto consiste en que ste, desde el momento mismo de salir de las manos del productor, es ya algo ajeno y hostil, una mercanca, la alienacin de la actividad productiva es la alienacin del trabajo mismo, esto es: la pertenencia a otro del trabajo propio, la expropiacin que de su trabajo, su actividad productiva, experimenta el obrero. La alienacin se manifiesta en que el obrero no trabaja para s, sino para otro, y en que lo hace constreido a un salario que no le cubre sino una mnima parte de su esfuerzo: la parte estrictamente necesaria para su subsistencia como fuerza de trabajo. Su trabajo es un alienum, algo que le es ajeno y hostil; incluso su salario es un alienum, en cuanto es manejado por el capitalista para comprar esa peculiar mercanca que es el obrero mismo en el mercado de trabajo, y en cuanto el obrero se halla en absoluta relacin de dependencia con respecto al salario, ya que de ste depende su medio de vida, su vida misma. Por todas estas razones, su propio trabajo le es extrao al trabajador, se enfrenta a l como una actividad enemiga pero ineludible, forzada. Y si en su evolucin el animal ha llegado a ser hombre gracias al trabajo, a la actividad productiva, con la alienacin de sta el hombre involuciona hasta el punto de detestar el trabajo y sentirse bien slo en su actividad puramente animal: comer, dormir. Tal es la frmula general de esta segunda determinacin (Silva, 1979). Se trata, explica Marx, de otro modo de ver el mismo proceso, pues "Cmo podra el trabajador enfrentarse al producto de su actividad como a un alienum, si no se alienase ya de s mismo en el acto de la produccin? El producto no es, al fin y al cabo, sino un resumen de la actividad, de la produccin. Si el producto del trabajo es la enajenacin, la produccin misma tiene que ser la enajenacin activa, la enajenacin de la actividad, la actividad de la enajenacin. En la alienacin del objeto del trabajo no hace sino resumirse la alienacin, la enajenacin de la actividad del trabajo mismo" (Marx, 1962). Obsrvese que la alienacin se manifiesta en el hecho de que todos los rasgos propios (en sentido econmico, no "ontolgico") del trabajador se alienan de l, se le separan, pasan a

manos de otro o, en ciertos casos, se degradan: La alienacin consiste en que el trabajo le es externo al trabajador: no pertenece a su ser. Por tanto, el trabajador, en su trabajo, no se siente bien, no se afirma ni desarrolla su libre energa fsico-espiritual: se siente mal, se niega y arruina su cuerpo y espritu. El trabajador slo se siente en s fuera del trabajo: dentro de ste, se siente fuera de s. Fuera del trabajo recobra su personalidad; dentro del trabajo, la pierde. Su trabajo no es voluntario: es trabajo forzado. El trabajo no representa para el ser humano la satisfaccin de una necesidad propia: es slo un medio para satisfacer necesidades extraas a l; su trabajo no es algo propio suyo, no le pertenece: es propiedad de otro. El trabajador no se pertenece a s mismo: pertenece a otro; y el hombre-trabajador slo se siente libre en sus funciones animales: comer, dormir, procrear; en cambio, en sus funciones humanas: trabajar, producir, transformar la naturaleza, se siente como un animal. "Se humaniza lo animal, se animaliza lo humano". Todos estos antagonismos, estos pasos de lo propio a lo impropio, estas transferencias o alienaciones inherentes al trabajo asalariado, se resumen en la frmula magistral: la accin como pasin; frmula que se completa con estas otras, del mismo corte estilstico: "la potencia como impotencia, la procreacin como castracin, la propia energa fsicoespiritual del obrero, su vida personal qu es la vida, sino actividad?, como una actividad que se vuelve contra l mismo, independiente de l, que no le pertenece. Es la autoalienacin, tal como antes se trataba de la alienacin de la cosa" (Marx, 1962). El estado de autoalienacin saca al hombre s mismo y lo hace perder su libertad y responsabilidad. c.3 Tercera determinacin: la alienacin del "ser genrico" del hombre Tenemos ahora nos dice Marx que extraer, de las dos anteriores, una tercera determinacin del trabajo alienado. Esta determinacin es la que, feuerbachianamente, llama la "alienacin del ser genrico" del hombre, o de su "vida genrica" (Silva, 1979). Hay que partir de que el hombre es un ser histrico-natural, una sola unidad que puede contemplarse desde dos perspectivas: la perspectiva del hombre como ser natural y la perspectiva del hombre como ser social; o, lo que es lo mismo: el hombre en su relacin con la naturaleza y el hombre en su relacin con la sociedad. Son aspectos de una totalidad. El hombre se ha creado a s mismo histricamente como ser social. Su relacin con la naturaleza no pudo convertirse en dominio sobre sta sino gracias a enfrentarse a ella como sociedad, como trabajo social. Esto puedeexplicarse de la siguiente manera: "as como la sociedad produce ella misma al hombre en cuanto hombre, es producida por l (...). La sociedad es la cabal unidad del hombre con la naturaleza, la verdadera resurreccin de la naturaleza, acabado naturalismo del hombre y acabado humanismo de la naturaleza (...). No slo me es dado como producto social el material de mi actividad ya que en el pensador acta incluso el lenguaje sino que ya mi propia existencia es actividad social; de ah que lo que yo haga por m lo hago por m, para la sociedad y con la conciencia que tengo de ser

un ente social. Mi conciencia general no es sino la forma terica de aquello de que la comunidad real, la esencia social, es la forma viva, mientras que hoy en da la conciencia general es una abstraccin de la vida real y, como tal, se enfrenta a ella (...). Hay que evitar, sobre todo, el volver a fijar la "sociedad", como abstraccin, frente al individuo. El individuo es el ente social (...). El hombre por mucho que sea, por tanto, un individuo especial, y siendo precisamente este ser especial lo que hace de l un individuo y una real comunidad individual es tambin, en la misma medida, la totalidad. . ." (Marx, 1962). El individuo es, en lo concreto, un ser social. Su conciencia es la forma terica de una comunidad real. Ahora bien: cuando la "sociedad" se presenta como una abstraccin separada del individuo y hostil a l (tal como ocurre en la sociedad capitalista), la relacin se invierte, y entonces aquello que debera ser la realizacin social del individuo se convierte en su desrealizacin; la conciencia social se le enfrenta al individuo, y ste siente su propia conciencia como algo extrao. Su genericidad como hombre se le ha convertido en un alienum. Estas abstractas formulaciones adquieren mayor concrecin si relacionamos, como hace el propio Marx, la "alienacin del ser genrico" con las otras dos determinaciones antes examinadas. En cuanto a la primera determinacin (alienacin del producto), "el trabajo alienado, al arrebatarle al hombre el objeto de su produccin, le arrebata su vida genrica, su real objetividad como especie, y convierte la superioridad del hombre sobre el animal en una inferioridad, puesto que le arrebata su vida inorgnica, la naturaleza" (Marx, 1962). Un poco antes nos haba dicho que el objeto del trabajo era la "objetivacin de la vida genrica del hombre". Desde la perspectiva del trabajo, adquiere mayor concrecin y referencia emprica la especulacin sobre el ser genrico. A pesar de todos los inconvenientes expresivos sealados, vemos que se trata, en realidad, de una proposicin econmica. En lo que respecta a la segunda determinacin (alienacin de la actividad productiva), "del mismo modo, al degradar en simple medio la propia actividad, la actividad libre, el trabajo alienado convierte la vida genrica del hombre en simple medio de su existencia fsica" (Marx, Ibid.). La actividad productiva es vida genrica en cuanto es "vida que crea ms vida"; la vida, toda la vida, es actividad, y la vida humana es especficamente actividad productiva, actividad creadora de vida; pero la alienacin del trabajo convierte a la actividad productiva en vida que slo crea vida para el dueo del capital, en tanto crea muerte para el productor: de ah su desrealizacin, su desvalorizacin en cuanto hombre, en cuanto gnero humano. La alienacin del ser genrico del hombre no es otra cosa que la degeneracin del hombre (Silva, 1979). La alienacin del ser genrico del hombre se nos presenta as, en el plano econmico, como la alienacin del trabajo social, que es precisamente la medida de la alienacin de los productos del trabajo, en cuanto son mercancas. Si el valor de las mercancas se midiese por la cantidad de trabajo individualmente necesario para producirlas, entonces no habra una alienacin propiamente genrica, sino individual; pero aquel valor se mide por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir las mercancas. Como veamos a propsito de la alienacin de la actividad productiva, se trata de la alienacin de una clase social. c.4 Cuarta determinacin: la alienacin del hombre respecto del hombre

"Consecuencia directa", nos dice Marx, de las tres determinaciones anteriores, es la alienacin del hombre respecto del hombre. Si el producto del trabajo se aliena o separa del productor, es porque ese producto pertenece a otro; si su actividad productiva misma est alienada, es porque es trabajo para otro; y si el hombre est alienado de su ser genrico, es porque est alienado con respecto a otro hombre. Las tres determinaciones anteriores suponen e implican asi un cuarto punto de vista que los resume. "La alienacin del hombre, y en general toda relacin del hombre consigo mismo, slo se realiza y se expresa en su relacin con los dems hombres". Ahora bien, es preciso preguntarse, o repreguntarse como hace Marx, desde el plano ms elemental y general de la alienacin: qu o quin es ese otro a que hace referencia el concepto de alienacin? La palabra misma indica que se trata de un proceso en que algo que es de alguien (producto, actividad productiva) pasa a ser de otro, de un extrao. Ahora bien, tomando como ejemplo tpico de alienacin el referente al producto del trabajo, Marx se pregunta: "Si el producto del trabajo es algo ajeno a m y se me enfrenta como un poder extrao, a quin pertenece entonces?" Igual con respecto a la alienacin de la actividad: "Si mi propia actividad no me pertenece y me es ajena, forzada, a quin pertenece entonces?" (Marx, 1962). La respuesta a estas preguntas dar la clave de la cuarta determinacin: 1) El otro a quien pertenecen mi producto y mi actividad son los dioses. Tal sera el punto de vista religioso, dice Marx, de los antiguos egipcios, hindes o mexicanos, quienes ponan sus principales producciones, los templos, "al servicio" de los dioses; y hubiera podido aadir Marx: tal es el punto de vista, ms sutil, del cristianismo en su elogio de la pobreza de los humildes, en su canonizacin de la pobreza. Pero los reales dueos de los templos son los sacerdotes, a quienes no en vano llamaba Marx "los primeros idelogos"; y la Iglesia cristiana, por su parte, elogia la pobreza y la predica siendo rica ella misma y hasta teniendo un Estado "temporal". Entonces no son los dioses, ni Dios, sino los sacerdotes y la Iglesia los dueos posibles; dueos que, por lo dems, no son sino la expresin ms antigua y persistente de la divisin del trabajo en fsico y espiritual. Pero busquemos otro tipo de respuesta; 2) Ser la "naturaleza" el verdadero dueo de mi producto y de mi actividad? Marx responde: "Imagnese qu contrasentido sera el que, cuanto ms vale el hombre dominando la naturaleza por medio de su trabajo y cuanto ms superfluos van hacindose los milagros de los dioses, gracias a los milagros de la industria, el hombre tuviera que renunciar, en gracia a estas potencias, al goce de la produccin y al disfrute del producto!" (Marx, 1962). No son los dioses, ni la naturaleza. La respuesta definitiva de Marx es sta: ese ser ajeno a quien pertenece el producto y lo disfruta, el dueo del trabajo, el que lo tiene a su servicio, no es otro que el hombre mismo. Por eso haba dicho antes que toda alienacin es, en su raz, un fenmeno del hombre respecto del hombre. Pensemos en los dioses: en la alienacin religiosa se enfrentan al hombre fuerzas extraas, pero stas slo metafricamente son "dioses"; realmente, son los administradores de los dioses, los hombres sacerdotales. Pensemos en la naturaleza: cuando el hombre la trabaja, exterioriza u objetiviza su ser genrico, su ser humano productor; pero ste slo se aliena cuando otros

hombres, en ciertas condiciones histricas originadas por la divisin del trabajo y la propiedad privada, "administran" aquel trabajo y se lo apropian, despojando o expropiando al trabajador. Por eso, la forma ms general de expresar la alienacin consiste en decir que se trata de la expropiacin de un hombre por otro hombre; pero slo bajo sus formas concretas incluidas las formas ideolgicas puede analizarse cientficamente la alienacin. Estas formas concretas son econmicas en su raz. "En tanto el hombre no se reconozca como tal y no haya organizado el mundo humanamente, su comunidad tendr la forma de alienacin: sujeto de esa comunidad, el hombre es un ser alienado de s mismo. Los hombres son esos seres alienados, no en la abstraccin, sino en tanto individuos reales, vivientes, particulares. Tales individuos, tal comunidad. Decir que el hombre est alienado de s mismo es decir que la sociedad de ese hombre alienado es la caricatura de su comunidad real, de su verdadera vida genrica; que su actividad se le manifiesta como un tormento, sus propias creaciones como una potencia extraa, su riqueza como pobreza, el lazo profundo que lo une al otro hombre como un lazo artificial y la separacin con respecto al otro como su verdadera existencia; que su vida es el sacrificio de su vida; que la realizacin de su ser es la prdida de su vida; que en su produccin produce su propia nada; que su poder sobre el objeto es el poder del objeto sobre l; que, en fin, siendo dueo de su produccin, aparece como esclavo de su produccin". (Marx, 1962). c.5 Quinta determinacin: la alienacin ideolgica La alienacin ideolgica aparece en los Manuscritos bajo tres aspectos: a) La que se da en el terreno de la Economa Poltica, entendida como ciencia que, alienada o alejada del espritu cientfico, suministra explicaciones ideolgicas y encubridoras de los verdaderos problemas econmicos, entre ellos el de la alienacin del trabajo; b) la alienacin religiosa entendida como una inversin de valores; c) la alienacin de las necesidades, consecuencia directa de la alienacin productiva, entendida como produccin para las necesidades del mercado y no para las necesidades humanas (Silva, 1979).

4. La Concepcin de Hombre como Punto de Partida En este apartado se realizar una discusin acerca de algunas concepciones que existen acerca de lo que es el hombre y sus determinaciones. Todo esto con la finalidad de poner en sus justos trminos la problemtica central que debe animar a cualquier nocin de psicologa, la cual est permeada, necesariamente, por una propuesta ontolgica de lo que es el hombre. Esta definicin es la esencia que har posible comprender las interrelaciones entre lo que ocurre en la realidad, la conciencia y el espritu de los individuos. Algunas concepciones acerca del hombre Para el desarrollo de este inciso y los que siguen en este apartado, nos hemos basado en el libro de Becker (1993), a menos que se cite lo contrario, todo est sacado de una provechosa lectura de este autor. Veamos, en primera instancia, las distintas acepciones y planteamientos que existen en torno a lo que es el hombre. Desde la poca de los griegos ha habido esfuerzos por constituir una ciencia del hombre. Una ciencia que est al servicio del hombre. Esta intencin fue interrumpida durante la poca medieval, en la cual la Providencia, o sea Dios, jugaba el papel que posibilitaba la explicacin de los fenmenos que afectaban a los hombres (Becker, 1993). Creemos que este hecho traa consecuencias difciles para los habitantes de aquella poca en tanto la posibilidad de miedos, angustias, temores, prejuicios, etc., se presentaban con ms facilidad. En la Edad Media las sociedades se basaban en el poder, en los privilegios, en la tirana, en la coercin, en paternalismo benvolo, con movimientos sociales que abortaron rpidamente. Paralelamente, haba una nocin psicolgica de lo que era el Universo. En esta concepcin, la Tierra ocupaba un lugar secundario, en tanto se encontraba apartada de Dios. En el mejor de los casos, la Tierra era un escaln que conduca a la salvacin. En ese sentido, y slo en ese, se puede comprender el castigo divino hacia Adn y Eva, quienes al cometer el pecado original, fueron encarnados y llevados a la Tierra para que en ella buscaran su salvacin. Es por ello que los individuos de la poca medieval se sentan angustiados y perciban un estado de decadencia y ruina en el mundo que llevara a la destruccin del mismo. Obsrvese aqu el lado trgico de la cuestin ya que el hombre no tena capacidad de descanso en tanto viva abrumado de ideas que conllevaban, en el mejor de los casos, castigo; y en el peor, la destruccin de la humanidad. La concepcin newtoniana del mundo ayuda a finiquitar este lapso de angustia. La mecanizacin de la naturaleza concebida por Newton hizo factible el soslayamiento de Dios como el orden primario y regulador del Universo, para dejar ese papel al hombre. A partir de este momento, y en el mejor de los escenarios, Dios continua dirigiendo el Universo pero de una manera regular y legal, y no cataclsmica y de manera airada e iracunda. Descartes continu con esta lnea al afirmar que el hombre se diferenciaba de los animales por tener la capacidad de razn y sta era su orgullo y representaba su libertad. Sin embargo, la influencia newtoniana era eminentemente intelectual. A diferencia de las

concepciones medievales que contaban con un apoyo institucional social amplio, el nuevo racionalismo de la Ilustracin se construy sobre una sociedad en decadencia, con disturbios sociales y cambios institucionales (Becker, 1993). Aqu hay que destacar la influencia del aspecto social en la conducta de los individuos. Aunado a ello hay que anotar que, aunque el factor religioso era fuerte, y se impona en la conciencia de las personas, stas de cualquier manera se levantaban y luchaban por lo que crean justo. La bsqueda del hombre en ese entonces, como ahora, consista en el afn de orden, armona social y felicidad. Esta bsqueda slo sirvi a los intelectuales y no a la sociedad. Un elemento subjetivo de cardinal importancia es el orgullo y las preguntas que aqu se hacan eran las siguientes: de qu debe sentirse orgullosa una persona? de los descubrimientos que introducen plagas? de las epidemias y hambrunas que se generan con dichos descubrimientos? Si pensamos en el orgullo del caballero medieval nos puede sonar ridculo aunque socialmente jugaba un papel. En la actualidad, el orgullo tiene una nueva mstica que ha hecho posible la actuacin del hombre con dignidad en lides ms complejas y esenciales que las que se jugaban en el medioevo. Hacia una visin unitaria de la ciencia del hombre El problema de la ciencia del hombre sigue siendo el de una visin unitaria que reconcilie la ciencia con los grandes designios de la vida humana. Descartes fue uno de los primeros que ofrecieron un sistema unitario, lo mismo que Leibniz. En sus obras los conceptos de sistema, unidad, interrelacin, eran motivo de preocupacin. Saint-Pierre puede ser considerado como el iniciador de la ciencia del hombre en tanto su pretensin fue la de lograr el bienestar humano a travs de la participacin activa del mismo. Esta participacin se lleva a cabo por medio de la protesta social en contra de una ciencia divorciada de los asuntos humanos, es decir, de las ciencias naturales o fsicas; Diderot haca un planteamiento similar. Saint-Pierre fue de los primeros en sostener que el hombre deba planear concientemente un futuro mejor; abog para que se fundara una academia poltica y una academia tica para que influyeran en ambos niveles; critic la evaluacin excesiva de las ciencias fsicas; tambin sancion el utilitarismo de las ciencias matemticas y fsicas por estar apartadas de la vida de los hombres. La Enciclopedia tambin protest contra la ciencia newtoniana y plante la necesidad de que el hombre fuera el centro desde el cual deban radiar todas las ciencias. Para los enciclopedistas el newtonismo deform la sensibilidad esttica de la poca. Diderot, por su parte, sostena que la ciencia deba centrarse en el hombre y las diferentes ciencias deban considerarse en relacin con l y con sus necesidades. Esta concentracin de las ciencias en el hombre fue una revolucin ms importante que la del Renacimiento. De esta manera se volvi, aunque en sentido diferente, a una verdadera exaltacin de tipo ateniense del hombre. Para Kant el problema era bsicamente de orden moral; lo mismo que para Rousseau el cual crey en la razn. ste seala que la ciencia es frvola en tanto no se encuentra en manos de personas talentosas y responsables, al servicio del pueblo. Para Rousseau la

ciencia slo tena sentido si estaba al servicio de la virtud y de la moral; el conocimiento debera apoyar al orden social. Tanto para Rousseau, Leibniz y Kant el problema de la ciencia estribaba en que sta se encontraba divorciada de la vida, del acontecer cotidiano del ser humano. Despus de la poca medieval, el mundo se plante la contradiccin persistente entre el bien y el mal. Cmo era posible que si la naturaleza era bella existieran problemas, hubiera maldades? Esto llev a buscar leyes naturales que el hombre deba obedecer, muchas de ellas se pensaba eran dones de Dios para el hombre. Sin embargo, el hombre segua buscando tener un mundo centrado en el hombre y no en Dios, cuestin que posibilitara librarse de los caprichos de la naturaleza. Los prrafos anteriores nos plantean la bsqueda de nuevos significados en la naturaleza. Al relacionar a sta con el hombre se plante si ste tena una naturaleza interna depravada; Locke preguntaba si Dios permita esta situacin, y Pascal agregaba de por qu no todo era natural, incluyendo las costumbres. Aqu surge un problema psicolgico de gran envergadura: si las costumbres son malas, quin tiene la culpa: stas, o es culpa del hombre que se encuentra desarmonizado? Pope plante que el hombre podra intervenir entre las costumbres y la moral y decidi que no haba mal en el mundo que el hombre pudiera o debiera modificar. La frase lo que es, es bueno refleja una angustia profunda por la moral. Y deja entrever la manera en que estas eran preocupaciones legtimas de los seres humanos. La Ilustracin fue una poca dedicada a la simplificacin y estandarizacin del pensamiento y de la vida, como seala Lovejoy. La complacencia y la confianza del racionalismo de la Ilustracin llev a dar un sentido pasivo a la investigacin de la naturaleza mediante el sencillo desarrollo de la razn. Rousseau y Hume no aceptaron la moda intelectual reinante desde el siglo XVI y prevaleciente durante el siglo XVIII. El primero critic la pasividad, en tanto que Hume mostr que realmente no puede saberse lo que sucede en la naturaleza. Al mismo tiempo, Hume precis que nuestras percepciones y sentimientos son subjetivos y acrticos, separados de lo que sucede en el mundo externo; destruy la ingenua confianza racionalista en la investigacin de la naturaleza para buscar preceptos morales (Becker, 1993). La moral y algunos indicios psicolgicos Hume, ante el pragmatismo moral que se vena imponiendo en su poca, adopta la tesis siguiente: cualquier cosa que es, es buena, es decir, lo que es, es relativamente bueno porque es relativamente til. Este autor se plante la posibilidad de estudiar las pasiones como cualquier fenmeno natural. Aqu nos vamos acercando a la fusin entre lo humano y lo psicolgico. Diderot colocaba al hombre en el centro del mundo fsico y vea que la ciencia mecanicista no poda permitir la supremaca del hombre moral y libre; degrad a la matemtica acusndola de falsificar la naturaleza y de privar a los cuerpos de su existencia cualitativa;

la ciencia, deba tener un objetivo triple: la existencia, las cualidades y la utilidad, y no nicamente el aspecto mecanicista-cuantitativo. Hume, Diderot y Dewey se planteaban el problema de cmo ser un pragmtico total y permitir algn tipo de vida social ordenada. Dewey habl una dicotoma entre el conocer y el hacer. Estas dos nociones, conocer y hacer, juegan un papel trascendental en la psicologa hoy da. Vico, autoconsiderado como el Galileo-Newton de las ciencias humanas, plante que el mundo social es obra del hombre y que el estrato ms antiguo de la cultura humana es el de los mitos y la poesa; para Vico el corazn del cambio humano est en la naturaleza culturalmente creada de las instituciones humanas; antes que Comte ofreci una teora acerca del progreso de la razn; anticipndose a Diderot advirti que las ciencias deban centrarse en el hombre, especialmente en la mente humana como creacin de la historia. Vico apuntaba con buen tino elementos para la psicologa contempornea. Complementario a esto, Condillac y Helvetius daban una explicacin ambientalista de la conducta humana, basndose en el carcter y la percepcin humanas (Becker, 1993). Las categoras centrales de la psicologa comenzaban a esbozarse de manera significativa. Rousseau esboz la ley dentro de la naturaleza humana a travs de la exaltacin de un hombre primitivo ideal tpico, que viva en estado natural. Para llevar a cabo esto, este autor super la discrepancia existente entre razn y accin volvindola analticamente cientfica descubriendo un modelo ideal sobre el que se basara la prdica de una nueva conducta moral. Sin embargo, Rousseau, al hacer apologa de lo primitivo, fue acusado de usar dicha idea en forma romntica y simple. Empero, lo que no se entendi es que la idea no fue utilizada como un hecho real, sino como una idea que expresaba una crtica moral. Esta crtica buscaba la concepcin de una nueva forma moral cientfica en la que los tipos e ideales de la misma conformaban una nueva imagen del hombre. La bsqueda de todo esto tendera a formar un hombre verdaderamente adecuado para una sociedad libre, igualitaria, un hombre autnomo, responsable, vigoroso. Rousseau, con sus conceptos de estado natural y del contrato social, mostr una sociedad como puede y debe llegar a ser; fue una crtica indirecta del presente sobre la que se basaba una ciencia manipuladora del hombre. Para este autor la ciencia del hombre era una disciplina que tena como tarea bsica cambiar a la sociedad, para que fuera un producto de la libertad y no de la necesidad ciega, como dijera Cassirer. Rousseau quera que el hombre, en vez de seguir continua y ciegamente sus pasiones en la esfera social, podra comenzar a ejercer la libre direccin de los asuntos humanos; as el hombre elegira y creara el tipo de mundo en el que deseara vivir. De esta manera, ya no caba duda en que corresponda al hombre en sociedad liberarse, a s mismo, para ir de lo real individualmente a lo posible socialmente. Los conceptos de libertad, progreso y el tipo de ideal son aportacin que pensadores como Vico, Diderot, Rousseau, Kant, Saint-Pierre nos legaron. Este marco terico ofrece las lneas indispensables para una ciencia del hombre analtica y activa; una ciencia crtica, proyectiva, moral y una antropodicea dentro de la visin del hombre, potencialmente bajo su dominio.

Adam Smith, adems de su notable aportacin a la ciencia econmica, presentaba al hombre en su totalidad, tomando en cuenta todas sus motivaciones, hizo hincapi en el sentimiento de empata que mantena unida a la sociedad, subray la propensin del hombre a la acumulacin y obtencin de ganancias; todo esto bajo el principio regulador de la justicia. Jeremy Bentham introdujo un elemento nuevo en el escenario de las ciencias sociales: trat de unir el anlisis social abstracto con enfoque pragmtico directo de los ridos problemas de la sociedad de su poca. Bentham no senta respeto por la ley inglesa ni a las ficciones jurdicas y sociales. Como continuador de Hume, respetaba las pasiones y no a las abstracciones de la razn. Para l, la ciencia podra servir abiertamente al hedonismo, transformarse en un arte de la vida social. Bentham y Stuart Mill crean que cualquier ciencia moral deba concederle al individuo las mayores opciones posibles para cambiar las estructuras sociales. Carlyle propuso un plan de reconstruccin social completa que sera realizada por una lite carismtica que limpiara al mundo con poderes trascendentales (Becker, 1993). La Revolucin Francesa posibilit el derrumbe de las principales instituciones feudales y despej el camino para el advenimiento de la sociedad industrial. A partir de este momento, se diversificaron los bienes de consumo y se ampli la democracia. Al mismo tiempo, los males sociales fueron menos claros, en tanto haba ms libertad e igualdad sociales. Saint-Simon entr a la esencia del problema, advirtiendo que la industrializacin era conveniente, que el nuevo reacomodo de las clases sociales era malo, que la moral era relativa y que la felicidad era muy importante. Al principio, confi en la ciencia, pero despus critic a los cientficos, particularmente a los matemticos. Este autor reuni todas las corrientes del pensamiento anteriores a l en una nueva unidad crtica: vincul los planteamientos de la Ilustracin con los problemas de la sociedad industrial, sugiriendo una nueva reconstruccin social total: una comunidad secular bajo la gua suprema de una ciencia del hombre en sociedad. Augusto Comte, discpulo de Saint-Simon, desarroll y ampli las tesis de su maestro. Comte cre el positivismo e intent que ste fuera un sistema completo de moral, y no slo un mtodo cientfico y tcnico para analizar hechos sociales. Comte anunci una Religin de la Humanidad basada en el amor: en una nueva comunidad, la sociologa estara al servicio del orden social y se usara para promover el inters social y no los egostas intereses particulares predominantes. Una de las principales preocupaciones de este autor consisti en buscar el reemplazo de la moral medieval por una nueva sntesis moral y cientfica. Para Comte el positivismo significa la subordinacin de la poltica a la moral, en donde la ciencia es una fe demostrada. La ciencia del hombre en sociedad, para Comte, es la ciencia central a la que todas las otras contribuyen y son perifricas, teniendo la idea del progreso como principio gua; una de las insistencias permanentes en la obra de Comte se refiere al problema del anlisis necesario contra la sntesis necesaria (Becker, 1993).

Fourier deseaba una ciencia del hombre deductiva al servicio de los placeres humanos, centrada en la personalidad humana, basada en la reorganizacin de la sociedad y en la creacin de instituciones nuevas; descubri la ley de la atraccin pasional; cambia el problema de la teodicea por una antropodicea activa; sugiere el estudio del funcionamiento de la naturaleza humana; se bas en el principio de la duda absoluta de las doctrinas cientficas. A su manera, Fourier tambin apunt temas que en la actualidad son relevantes para el estudio de la conducta humana. Todo el desarrollo terico para la construccin de una ciencia del hombre durante el siglo XIX no pudo obtener el xito que se esperaba debido a que estos pensadores no se encontraban ligados a las organizaciones o grupos que pudieron influir en la modificacin del estado de cosas. Es por ello que los trabajos, las esperanzas los temores cotidianos, as como las instituciones y los intereses creados, influyeron en este siglo. La idea de progreso Malthus no crea en la idea de progreso (a decir de Becker, la idea principal de la ciencia del hombre), por lo que la sac del reino de la aplicacin humana; se opuso a todo cambio social y, como ya se sabe, al control de la natalidad. Kant plante que el hombre slo deba interpretar filosficamente la historia para descubrir el nuevo orden moral; exalt el pleno desarrollo de los poderes individuales, otorgndole un valor bsico a las profundidades de la subjetividad del individuo (Becker, 1993). Esto es muy interesante puesto que por primera vez se vislumbra la necesidad de estudiar la esencia de los problemas que aquejan al ser humano. Hegel afirm que la filosofa es teodicea y que puede interpretarse la historia del pensamiento para advertir qu suceder y qu debe suceder, pero no para ver qu debe hacer el hombre. Herder mantuvo su anlisis antropolgico de las situaciones histricas y culturales concretas (Becker, 1993). Esto influa en el comportamiento de los individuos. Darwin revivi las ideas de Malthus, justificando la existencia de clases sociales y desigualdades como producto natural de la lucha por la vida (Becker, 1993). Esta lucha traa como resultado estados de angustia en la gente. Spencer estaba convencido en que los cambios importantes en el desarrollo del ser humano se efectuaban en el terreno de lo inconsciente, en donde la intervencin humana creadora era imposible. Segn Becker, Marx fue el ltimo personaje de la Ilustracin que se aferr a la idea del progreso y crea que el hombre poda y deba formarse a s mismo; plante que las influencias econmicas incidan en las creencias sociales; actualiz a Rousseau en la crtica de la alienacin humana, aadi el conocimiento de la historia, el contexto social de la teora econmica y el ejemplo activista de la Revolucin. Marx subordin el elemento ideal activo de la vida social dejando de lado la religin y las fuerzas sociales de la naturaleza humana; en vez del dualismo de un tipo ideal con su idea del progreso y su orientacin activa, centrada en el hombre, puso todo el peso de la perfectibilidad y del progreso en la ley de la lucha de clases.

Lester Ward reuni las ideas de la Ilustracin sobre el progreso, la educacin, la plasticidad humana, la necesidad de una ciencia centrada en el hombre; para l la sociologa es la ciencia de las fuerzas sociales, de los sentimientos y deseos del hombre que mueven al mundo social, as como la energa psquica que funciona para satisfacerlos, con la finalidad de alcanzar la felicidad; buscaba obtener el mayor placer con el menor dolor. Despus de Ward, en la sociologa norteamericana, vino una corriente de corte academicista, centrada en lo cuantitativo, lo factual, la descripcin y el ordenamiento de los hechos independientemente de los valores. Por su parte, Giddings crea que la funcin de la sociedad era desarrollar y cuidar los tipos superiores de la personalidad humana; enfatizaba en la necesidad de ideales; aunque busc cuantificar el ndice que verificara el progreso. Los anteriores pensadores fracasaron en la conformacin de una ciencia del hombre porque falt un sistema conceptual, se careci de investigacin y se prioriz lo emprico. Un mayor acercamiento a la ciencia del hombre y a la psicologa Para entender las fuerzas sociales que animan la accin de los individuos y que gobiernan los fenmenos sociales, era necesario unificar los conocimientos de la sociologa, la psiquiatra y la fenomenologa existencial, como lo esboz Hard, agregando el papel importante del fenmeno de los celos. Para Stuckenberg las fuerzas sociales eran econmicas, polticas, egostas, de los deseos, afectivas, recreativas, estticas, ticas, religiosas e intelectuales; Ratzenhofer agreg la salud, riqueza, sociabilidad, conocimiento, belleza y justicia; Small seal que si se clasificaban estas fuerzas sociales podran organizarse las leyes de la interaccin social; para Ross las fuerzas sociales que explicaban los grupos sociales eran el temor, el odio, el instinto gregario y la sugestin; estos y otros pensadores, pues, vean que las fuerzas sociales y los instintos dominaban a la sociologa y vean a stas en los sentimientos, deseos, factores geogrficos, instintos, intereses, instituciones, grupos, personas, anhelos, actitudes, etc. La bsqueda acadmica, descriptiva, alternativa a la ciencia experimental, se centr en el estudio de las fuerzas sociales, de las pasiones o de los deseos de los hombres. Estudio ste ltimo que tendra que llevarlo a cabo la psicologa. Este intento ampli temticas de investigacin que se emprenden en la actualidad: estudios de caso, anlisis de las organizaciones y de la comunicacin para las masas, las clases y su estructura, la movilidad y el cambio social, la opinin pblica, los efectos de los medios de comunicacin de masas, la conducta de los consumidores, de los trabajadores, de los votantes, de los campesinos, de los obreros, etc. Empero, la dificultad consisti en que los problemas se especializaron, y se perdi la descentralizacin de la sociologa en el hombre. En las notas que sigue se intentar dar respuesta al problema de las pasiones humanas, de las fuerzas sociales, lo que mueve a la gente para actuar como lo hace.

Wilhelm Wundt afirm que los hechos fsicos eran diferentes a los psquicos, enfatiz en los estudios culturales e histricos del desarrollo de las ideas humanas; para l la mente era una masa aperceptiva que funcionaba en niveles de ideas superordinarias, y no de sensaciones atomistas; estudi la psicologa popular y advirti que las percepciones individuales participaban en la formacin social de los conceptos, y que el individuo naca con puntos de vista totalistas; empez a vincular la psicologa social con la individual; para Wundt la naturaleza voluntaria y subjetiva del esfuerzo humano eran muy importantes. Regresando a los alemanes, tenemos que estos aceptaban coexistir a las instituciones con la teologa; para ellos el hombre, a la usanza oriental era empequeecido por la sociedad, por la naturaleza, por la historia y por el cosmos. Dilthey habl de un mtodo inductivo y ordenador para las ciencias humanas distinto al de las ciencias naturales, priorizando a los valores del hombre. Lotze di gran importancia a la personalidad, para l la decisin individual en vez del misterio trascendental son lo importante; volvi cientfica el alma; intent mostrar al hombre en todas sus relaciones; la vida era una categora de realizacin personal; para Lotze la poesa, el arte y la religin formaban uno de los horizontes de la naturaleza. Fichte comprendi que el alma del individuo estaba formada de contenidos sociales, y habl de una mismidad en que el sujeto y el objeto son idnticos; e interpret el desarrollo de la conciencia como una dialctica entre el sujeto y el objeto. Schleiermacher, al intentar descubrir el valor de la religin desde la experiencia, tambin pudo hablar del espritu en trminos sociales y subjetivos. Baldwin mostr como el nivel puramente simblico de la actividad humana surge del nivel puramente orgnico de la actividad animal; Baldwin, junto con Meinong y Husserl, comprendi que el hombre era el nico animal que posea dos tipos de objetos, no slo objetos-cosas como los otros animales, sino singulares objetos-smbolos. James, Royce, Dewey, Mead y Cooley mostraron cmo el espritu era un desarrollo social que reflejaba el mundo exterior con el que se pona en contacto; afirmaron que el hombre construye su interior gracias a la sociedad y que lo llenan con el material de la cultura. Para Baldwin el yo es el sentimiento de ser, se enraiza ms en lo que se siente dentro, en lo que se piensa e imagina que en lo que realmente se hace; el dominio del mundo externo se logra por medio de la memoria, la reflexin y el juicio. En lo referente a la relacin del individuo con el sistema social, Marx plante que el organismo necesita objetos fuera de s para realizarse. Estos se encuentran en la fenomenologa bsica de la alienacin. Para Marx, la alienacin se refiere al organismo dominado por el objeto. Esta sera otra manera de expresar el problema moderno de la alienacin esquizofrnica. Segn Marx, la alienacin existe cuando el hombre se objetiva frente al pensamiento abstracto o los smbolos. Baldwin tambin descubri que el individuo slo hace transacciones con el pensamiento y no con el difcil mundo de las cosas. Hoy da sabemos

que el esquizofrnico se esfuerza por desarrollar un sentimiento del yo-yo que en gran parte basa su desarrollo en oposicin a los objetos-smbolos y no a los objetos-cosas. Para Marx, su teora de la alienacin deba aplicarse a la situacin de los obreros en las fbricas, advirti que era importante para el hombre tener un control activo y hacer una inversin emocional personal en los productos de su trabajo. En la produccin, los objetos que produce el hombre no son suyos, los produce para ganar un salario, son un medio y no un fin. Esto enajena al individuo de un mundo en que l debera participar creativamente. El mundo de la creacin personal no es el del obrero industrial. Por tanto, al enajenarse de sus propios productos, el obrero tambin se enajena del mundo. Cuando el obrero pierde sus poderes porque fabrica automticamente productos enajenados de sus planes, tambin pierde la comunin con sus semejantes. La anulacin del yo es ineludible: tan pronto como el individuo se libra de la responsabilidad de los productos que elabora, tambin se ve libre de la responsabilidad de la suma total de los productos humanos. Cuando no participa de sus propios poderes responsables, todos los objetos en su campo se vuelven objetos enajenados de los que no es moralmente responsable. Esta es la fenomenologa de la inmoralidad que abarca desde la corrupcin poltica hasta el delincuente. Simmel combin una comprensin de la fenomenologa del desarrollo individual con una crtica de la sociedad industrial, sealando que haba una disposicin de la identidad al servicio de la fragmentacin de los papeles en una sociedad urbana compleja; describi lo que se entiende como confusin esquizofrnica en un mundo en el que el individuo tiene muy poco o ningn dominio, y en el que no participa; mostr lo confundido que se encontraba el nuevo habitante de las ciudades ante las imgenes, objetos, sensaciones, que no poda dominar, ordenar o interpretar significativamente; advirti que el individuo se integra al mundo haciendo transacciones adecuadas con sus objetos, y as acumula los contenidos de su cultura, dentro y fuera de su personalidad; este mundo interno y externo, segn Simmel, le falta al habitante de la ciudad. Fourier combin el nfasis esttico de los idealistas alemanes, el hedonismo de Bentham y la crtica social posrevolucionaria de la nueva sociedad. Su anlisis se basaba en el estudio de las pasiones, stas podan ser: pasin cabalstica, se refiere al atractivo del secreto, del misterio, a la necesidad de tener una conviccin y participar ntimamente en las ricas experiencias, el espritu cabalstico es el verdadero destino del hombre (Simmel escribi tambin en relacin al papel social del secreto), en esta pasin la complicidad, la intriga y las maquinaciones juegan su papel (los mitos, los ritos primitivos, la religin, las manipulaciones en la bolsa de valores, los juegos de la guerra atmica, etc.). La siguiente pasin se llam compuesta, derivada de los sentidos y el alma, refirindose de manera fundamental a la satisfaccin esttica. En palabras de Dewey, se trataba de unificar la experiencia sensorial y la cultural. A la pasin final, Fourier la llam papillone (mariposa) o alterna, vincula a las otras dos y odia la monotona, la jornada fatigosa de doce u ocho horas de trabajo, busca la variedad en las ocupaciones humanas y en la rutina diaria (aqu puede ejemplificarse con la guerra que ofrece misterio y secreto, con la crisis, etc.). Veblen mostr cmo el hombre moderno toma su esttica barata cotidiana de las bagatelas del consumo ostensible, mezclando su yo y su cuerpo en maniobras fciles para obtener el poder (la guerra, el ftbol, puede resultar alternativos y variados).

De lo que se trata, pues, es de crear una sociedad postalienada en la que el hombre cree sus propios significados, libres y variados, en las que se dominen a las fuerzas sociales, para que logren su felicidad y su desarrollo ms pleno. Marx mostr como el hombre es un ttere del funcionamiento automtico de sus instituciones econmicas. Veblen, Weber y Wright Mills llenaron el marco ideolgico de Marx y lo pusieron al da. Weber y Veblen demostraron cmo las instituciones de la sociedad operan de manera compleja e interrelacionada, cmo la economa se hunde en una pauta de ideologas entrelazadas y de ficciones sociales. El anlisis de Mills plante cmo la sociedad fracasa cuando el hombre no somete su vida econmica a un dominio racional, saba que la sociedad puede funcionar como un gigantesco drama de creacin de sign