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SECCIÓN: E.G.M.: O.J.D.: FRECUENCIA: ÁREA: TARIFA: PÁGINAS: PAÍS: VIVIR 144000 14859 Diario 999 CM² - 87% 5853 € 51 España 7 Marzo, 2020

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E.G.M.:

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Diario

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7 Marzo, 2020

Page 2: ÁREA: 999 CM² - 87% VIVIR · Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es

U n cuento nos abrió a to-dos en la niñez la prime-ra puerta al universo de

las historias inventadas. En la voz de nuestros padres, abuelos, her-manos o profesores, es decir, en la voz de aquellos que nos ama-ron comenzamos a desarrollar la imaginación; la quintaesencia de nuestra humanidad. Con la edad, del verbo se pasa a la letra y quie-nes se enganchan se convierten en amantes de los libros. Pero ahora la adultez no es un límite para volver a evadirnos mientras nos cuentan un cuento. Los edi-tores se han propuesto devolver-nos este placer de niños y han apostado por difundir sus obras de viva voz para hacerlas llegar más allá. Son los audiolibros. El fenómeno despegó en 2019 y pro-mete crecer para devolver a la so-ciedad lo más bonito de la tradi-ción oral.

El club de quienes eligen escu-char novelas o ensayos está com-puesto en nuestro país por 1,2 millones de personas. Este dato ha sido publicado en 2020 por la Federación de Gremios de Edito-res de España, que ha indagado por primera vez sobre la moda del audiolibro en su encuesta anual sobre hábitos de lectura en mayores de 14 años. Un 3% ha dado el salto a la audiolectura. Una cifra lejos del 65% que dice comprar libros y leerlos por pla-cer en sus ratos de ocio.

Es algo incipiente, pero impa-rable; antes esta opción era tan anecdótica que ni se medía. Pla-taformas como Storytell, una de las principales que opera en Es-paña con un modelo de suscrip-ción tipo Netflix, ha multiplica-do por 12 las obras de su catálo-go en dos años. Dentro y fuera de España, tiene un millón de usua-rios, afirma su responsable, Alex Gibelalde. Y sigue creciendo.

Entre las editoriales la moda también se expande, pero hasta el momento la mayor apuesta es de Penguin Random House, que

tomó la iniciativa en 2014. Hoy, su catálogo de audiolibros supe-ra los mil títulos. A ellos se puede llegar a través de plataformas di-gitales como la citada Storytell, Audioteka o Audible, entre otras.

Libertad y matices Quienes han entrado en esta nue-va forma de ilustrarse destacan una ventaja: permite hacer otras cosas a la vez. Algo muy acorde con la era de la multitarea que vi-vimos. La falta de tiempo para leer es precisamente la principal excusa de los no lectores espa-ñoles (un 38% de la población), según el citado estudio de Edito-res. Junto al tiempo, el esfuerzo y el aburrimiento son los otros motivos que alejan de la lectura.

El audiolibro parece ser capaz de llenar alguno de estos huecos. «Aporta horas de lectura que an-tes no existirían porque empleas el oído y lo puedes hacer en todo momento: practicando algún de-porte, en el transporte público o mientras se realizan tareas en casa», apunta Gibelalde, según la experiencia de sus usuarios. El

esfuerzo de leer también se eli-mina y cuenta con elementos que añaden atractivo contra el sopor.

Los matices de las voces, los diálogos teatralizados, incluso la ambientación con música aña-den al audiolibro una informa-

ción que impide el formato pa-pel y que también atrae. En Pen-guin trabajan «con actores y ac-trices de doblaje de primera lí-nea» y voces famosas como la de Juan Echanove, que pone voz a ‘Monte Sinaí’, de José Luis Sam-pedro. Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es uno de ellos. Oír su libro ‘Somos lo que habla-mos’ en su voz nada tiene que ver con leerlo.

Cabría pensar ante tantas bon-dades que el fenómeno podría fa-gocitar al libro clásico en papel. Pero la experiencia en otros paí-ses como Suecia, donde nació Storytell hace 15 años, dice que «son complementarios». El perfil es el de un lector habitual de en-tre 25 y 45 años que amplía sus horas de lectura a momentos en los que no puede coger un libro. «También gente joven, más tec-nológica, desacostumbrada a leer, que llega a la literatura a través del móvil y los cascos que siem-pre llevan», explica el director de la citada plataforma.

Complementario y exigente Pero sí: hay un pero. Y es la aten-ción. El escritor José Ángel Ma-ñas ha dado el paso a escribir una obra pensada solo para ser oída. Ha publicado en Storytell ‘Extra-ños en el paraíso’, una historia sobre ‘La movida’ en diez capítu-los. «La dificultad fue mantener el interés. He tenido que multi-plicar la inventiva y desplegar to-dos mis recursos narrativos; pen-sar más en la atmósfera sonora. He aprendido a escribir con los demás sentidos», cuenta. Tanto, que dice haber «desarrollado una escritura más sensual».

Esta exigencia no es solo para el que crea. También lo es para el que escucha. Nuestro cerebro obtiene beneficios similares tan-to al leer un cuento como al oírlo. «En ambos casos estamos hablan-do de lenguaje, oral o escrito, el cerebro descodifica las palabras e interpreta su significado. Cuan-do analizamos las áreas del len-guaje vemos que tanto a nivel frontal, temporal y parietal exis-ten redes neuronales que parti-cipan en el lenguaje y son las mis-mas», explica el neurólogo Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Espa-ñola de Neurología. Pero cree que la escucha de una historia es «más exigente». Requiere más atención y obliga a procesar más información, como los matices, pausas e inflexiones de la voz.

Una cualidad, la atención, que fomenta el formato audiolibro junto con la memoria de trabajo. «Esta debe estar activada más tiempo para seguir el hilo», valo-ra Eguía. De ahí que tanto leer como escuchar historias sean un buen entrenamiento cognitivo frente a enfermedades degene-rativas. Es más, combinar ambos «puede ser enriquecedor». Todo sea por conservar el poder de imaginar, que nos hace humanos de principio a fin.

¡Cuéntame un cuento! El audiolibro se abre paso con su promesa de devolver el placer infantil de oír historias

ROCÍO MENDOZA

11 horas Es la media de duración de un audiolibro. El precio en las plataformas digitales (iBooks, Audioteka.es; Audible.com o Storytel.es) ronda los 10-15 euros.

Lo que más gusta La novela negra y romántica y ensayos de crecimiento perso-nal. El más vendido de Pen-guin es ‘Sapiens’, de Yuval Noah Harari; y el favorito del público, en el ranking realiza-do por esta editorial, ‘La ladro-na de libros’ de Markus Zusak.

EN SU CONTEXTO

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Diario

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España

7 Marzo, 2020

Page 3: ÁREA: 999 CM² - 87% VIVIR · Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es

U n cuento nos abrió a to-dos en la niñez la prime-ra puerta al universo de

las historias inventadas. En la voz de nuestros padres, abuelos, her-manos o profesores, es decir, en la voz de aquellos que nos ama-ron comenzamos a desarrollar la imaginación; la quintaesencia de nuestra humanidad. Con la edad, del verbo se pasa a la letra y quie-nes se enganchan se convierten en amantes de los libros. Pero ahora la adultez no es un límite para volver a evadirnos mientras nos cuentan un cuento. Los edi-tores se han propuesto devolver-nos este placer de niños y han apostado por difundir sus obras de viva voz para hacerlas llegar más allá. Son los audiolibros. El fenómeno despegó en 2019 y pro-mete crecer para devolver a la so-ciedad lo más bonito de la tradi-ción oral.

El club de quienes eligen escu-char novelas o ensayos está com-puesto en nuestro país por 1,2 millones de personas. Este dato ha sido publicado en 2020 por la Federación de Gremios de Edito-res de España, que ha indagado por primera vez sobre la moda del audiolibro en su encuesta anual sobre hábitos de lectura en mayores de 14 años. Un 3% ha dado el salto a la audiolectura. Una cifra lejos del 65% que dice comprar libros y leerlos por pla-cer en sus ratos de ocio.

Es algo incipiente, pero impa-rable; antes esta opción era tan anecdótica que ni se medía. Pla-taformas como Storytell, una de las principales que opera en Es-paña con un modelo de suscrip-ción tipo Netflix, ha multiplica-do por 12 las obras de su catálo-go en dos años. Dentro y fuera de España, tiene un millón de usua-rios, afirma su responsable, Alex Gibelalde. Y sigue creciendo.

Entre las editoriales la moda también se expande, pero hasta el momento la mayor apuesta es de Penguin Random House, que

tomó la iniciativa en 2014. Hoy, su catálogo de audiolibros supe-ra los mil títulos. A ellos se puede llegar a través de plataformas di-gitales como la citada Storytell, Audioteka o Audible, entre otras.

Libertad y matices Quienes han entrado en esta nue-va forma de ilustrarse destacan una ventaja: permite hacer otras cosas a la vez. Algo muy acorde con la era de la multitarea que vi-vimos. La falta de tiempo para leer es precisamente la principal excusa de los no lectores espa-ñoles (un 38% de la población), según el citado estudio de Edito-res. Junto al tiempo, el esfuerzo y el aburrimiento son los otros motivos que alejan de la lectura.

El audiolibro parece ser capaz de llenar alguno de estos huecos. «Aporta horas de lectura que an-tes no existirían porque empleas el oído y lo puedes hacer en todo momento: practicando algún de-porte, en el transporte público o mientras se realizan tareas en casa», apunta Gibelalde, según la experiencia de sus usuarios. El

esfuerzo de leer también se eli-mina y cuenta con elementos que añaden atractivo contra el sopor.

Los matices de las voces, los diálogos teatralizados, incluso la ambientación con música aña-den al audiolibro una informa-

ción que impide el formato pa-pel y que también atrae. En Pen-guin trabajan «con actores y ac-trices de doblaje de primera lí-nea» y voces famosas como la de Juan Echanove, que pone voz a ‘Monte Sinaí’, de José Luis Sam-pedro. Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es uno de ellos. Oír su libro ‘Somos lo que habla-mos’ en su voz nada tiene que ver con leerlo.

Cabría pensar ante tantas bon-dades que el fenómeno podría fa-gocitar al libro clásico en papel. Pero la experiencia en otros paí-ses como Suecia, donde nació Storytell hace 15 años, dice que «son complementarios». El perfil es el de un lector habitual de en-tre 25 y 45 años que amplía sus horas de lectura a momentos en los que no puede coger un libro. «También gente joven, más tec-nológica, desacostumbrada a leer, que llega a la literatura a través del móvil y los cascos que siem-pre llevan», explica el director de la citada plataforma.

Complementario y exigente Pero sí: hay un pero. Y es la aten-ción. El escritor José Ángel Ma-ñas ha dado el paso a escribir una obra pensada solo para ser oída. Ha publicado en Storytell ‘Extra-ños en el paraíso’, una historia sobre ‘La movida’ en diez capítu-los. «La dificultad fue mantener el interés. He tenido que multi-plicar la inventiva y desplegar to-dos mis recursos narrativos; pen-sar más en la atmósfera sonora. He aprendido a escribir con los demás sentidos», cuenta. Tanto, que dice haber «desarrollado una escritura más sensual».

Esta exigencia no es solo para el que crea. También lo es para el que escucha. Nuestro cerebro obtiene beneficios similares tan-to al leer un cuento como al oírlo. «En ambos casos estamos hablan-do de lenguaje, oral o escrito, el cerebro descodifica las palabras e interpreta su significado. Cuan-do analizamos las áreas del len-guaje vemos que tanto a nivel frontal, temporal y parietal exis-ten redes neuronales que parti-cipan en el lenguaje y son las mis-mas», explica el neurólogo Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Espa-ñola de Neurología. Pero cree que la escucha de una historia es «más exigente». Requiere más atención y obliga a procesar más información, como los matices, pausas e inflexiones de la voz.

Una cualidad, la atención, que fomenta el formato audiolibro junto con la memoria de trabajo. «Esta debe estar activada más tiempo para seguir el hilo», valo-ra Eguía. De ahí que tanto leer como escuchar historias sean un buen entrenamiento cognitivo frente a enfermedades degene-rativas. Es más, combinar ambos «puede ser enriquecedor». Todo sea por conservar el poder de imaginar, que nos hace humanos de principio a fin.

¡Cuéntame un cuento! El audiolibro se abre paso con su promesa de devolver el placer infantil de oír historias

ROCÍO MENDOZA

11 horas Es la media de duración de un audiolibro. El precio en las plataformas digitales (iBooks, Audioteka.es; Audible.com o Storytel.es) ronda los 10-15 euros.

Lo que más gusta La novela negra y romántica y ensayos de crecimiento perso-nal. El más vendido de Pen-guin es ‘Sapiens’, de Yuval Noah Harari; y el favorito del público, en el ranking realiza-do por esta editorial, ‘La ladro-na de libros’ de Markus Zusak.

EN SU CONTEXTO

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290000

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Diario

747 CM² - 83%

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España

7 Marzo, 2020

Page 4: ÁREA: 999 CM² - 87% VIVIR · Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es

U n cuento nos abrió a to-dos en la niñez la prime-ra puerta al universo de

las historias inventadas. En la voz de nuestros padres, abuelos, her-manos o profesores, es decir, en la voz de aquellos que nos ama-ron comenzamos a desarrollar la imaginación; la quintaesencia de nuestra humanidad. Con la edad, del verbo se pasa a la letra y quie-nes se enganchan se convierten en amantes de los libros. Pero ahora la adultez no es un límite para volver a evadirnos mientras nos cuentan un cuento. Los edi-tores se han propuesto devolver-nos este placer de niños y han apostado por difundir sus obras de viva voz para hacerlas llegar más allá. Son los audiolibros. El fenómeno despegó en 2019 y pro-mete crecer para devolver a la so-ciedad lo más bonito de la tradi-ción oral.

El club de quienes eligen escu-char novelas o ensayos está com-puesto en nuestro país por 1,2 millones de personas. Este dato ha sido publicado en 2020 por la Federación de Gremios de Edito-res de España, que ha indagado por primera vez sobre la moda del audiolibro en su encuesta anual sobre hábitos de lectura en mayores de 14 años. Un 3% ha dado el salto a la audiolectura. Una cifra lejos del 65% que dice comprar libros y leerlos por pla-cer en sus ratos de ocio.

Es algo incipiente, pero impa-rable; antes esta opción era tan anecdótica que ni se medía. Pla-taformas como Storytell, una de las principales que opera en Es-paña con un modelo de suscrip-ción tipo Netflix, ha multiplica-do por 12 las obras de su catálo-go en dos años. Dentro y fuera de España, tiene un millón de usua-rios, afirma su responsable, Alex Gibelalde. Y sigue creciendo.

Entre las editoriales la moda también se expande, pero hasta el momento la mayor apuesta es de Penguin Random House, que

tomó la iniciativa en 2014. Hoy, su catálogo de audiolibros supe-ra los mil títulos. A ellos se puede llegar a través de plataformas di-gitales como la citada Storytell, Audioteka o Audible, entre otras.

Libertad y matices Quienes han entrado en esta nue-va forma de ilustrarse destacan una ventaja: permite hacer otras cosas a la vez. Algo muy acorde con la era de la multitarea que vi-vimos. La falta de tiempo para leer es precisamente la principal excusa de los no lectores espa-ñoles (un 38% de la población), según el citado estudio de Edito-res. Junto al tiempo, el esfuerzo y el aburrimiento son los otros motivos que alejan de la lectura.

El audiolibro parece ser capaz de llenar alguno de estos huecos. «Aporta horas de lectura que an-tes no existirían porque empleas el oído y lo puedes hacer en todo momento: practicando algún de-porte, en el transporte público o mientras se realizan tareas en casa», apunta Gibelalde, según la experiencia de sus usuarios. El

esfuerzo de leer también se eli-mina y cuenta con elementos que añaden atractivo contra el sopor.

Los matices de las voces, los diálogos teatralizados, incluso la ambientación con música aña-den al audiolibro una informa-

ción que impide el formato pa-pel y que también atrae. En Pen-guin trabajan «con actores y ac-trices de doblaje de primera lí-nea» y voces famosas como la de Juan Echanove, que pone voz a ‘Monte Sinaí’, de José Luis Sam-pedro. Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es uno de ellos. Oír su libro ‘Somos lo que habla-mos’ en su voz nada tiene que ver con leerlo.

Cabría pensar ante tantas bon-dades que el fenómeno podría fa-gocitar al libro clásico en papel. Pero la experiencia en otros paí-ses como Suecia, donde nació Storytell hace 15 años, dice que «son complementarios». El perfil es el de un lector habitual de en-tre 25 y 45 años que amplía sus horas de lectura a momentos en los que no puede coger un libro. «También gente joven, más tec-nológica, desacostumbrada a leer, que llega a la literatura a través del móvil y los cascos que siem-pre llevan», explica el director de la citada plataforma.

Complementario y exigente Pero sí: hay un pero. Y es la aten-ción. El escritor José Ángel Ma-ñas ha dado el paso a escribir una obra pensada solo para ser oída. Ha publicado en Storytell ‘Extra-ños en el paraíso’, una historia sobre ‘La movida’ en diez capítu-los. «La dificultad fue mantener el interés. He tenido que multi-plicar la inventiva y desplegar to-dos mis recursos narrativos; pen-sar más en la atmósfera sonora. He aprendido a escribir con los demás sentidos», cuenta. Tanto, que dice haber «desarrollado una escritura más sensual».

Esta exigencia no es solo para el que crea. También lo es para el que escucha. Nuestro cerebro obtiene beneficios similares tan-to al leer un cuento como al oírlo. «En ambos casos estamos hablan-do de lenguaje, oral o escrito, el cerebro descodifica las palabras e interpreta su significado. Cuan-do analizamos las áreas del len-guaje vemos que tanto a nivel frontal, temporal y parietal exis-ten redes neuronales que parti-cipan en el lenguaje y son las mis-mas», explica el neurólogo Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Espa-ñola de Neurología. Pero cree que la escucha de una historia es «más exigente». Requiere más atención y obliga a procesar más información, como los matices, pausas e inflexiones de la voz.

Una cualidad, la atención, que fomenta el formato audiolibro junto con la memoria de trabajo. «Esta debe estar activada más tiempo para seguir el hilo», valo-ra Eguía. De ahí que tanto leer como escuchar historias sean un buen entrenamiento cognitivo frente a enfermedades degene-rativas. Es más, combinar ambos «puede ser enriquecedor». Todo sea por conservar el poder de imaginar, que nos hace humanos de principio a fin.

¡Cuéntame un cuento! El audiolibro se abre paso con su promesa de devolver el placer infantil de oír historias

ROCÍO MENDOZA

11 horas Es la media de duración de un audiolibro. El precio en las plataformas digitales (iBooks, Audioteka.es; Audible.com o Storytel.es) ronda los 10-15 euros.

Lo que más gusta La novela negra y romántica y ensayos de crecimiento perso-nal. El más vendido de Pen-guin es ‘Sapiens’, de Yuval Noah Harari; y el favorito del público, en el ranking realiza-do por esta editorial, ‘La ladro-na de libros’ de Markus Zusak.

EN SU CONTEXTO

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PAÍS:

VIVIR

186000

42259

Diario

1056 CM² - 92%

6864 €

86

España

7 Marzo, 2020

Page 5: ÁREA: 999 CM² - 87% VIVIR · Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es

U n cuento nos abrió a to-dos en la niñez la prime-ra puerta al universo de

las historias inventadas. En la voz de nuestros padres, abuelos, her-manos o profesores, es decir, en la voz de aquellos que nos ama-ron comenzamos a desarrollar la imaginación; la quintaesencia de nuestra humanidad. Con la edad, del verbo se pasa a la letra y quie-nes se enganchan se convierten en amantes de los libros. Pero ahora la adultez no es un límite para volver a evadirnos mientras nos cuentan un cuento. Los edi-tores se han propuesto devolver-nos este placer de niños y han apostado por difundir sus obras de viva voz para hacerlas llegar más allá. Son los audiolibros. El fenómeno despegó en 2019 y pro-mete crecer para devolver a la so-ciedad lo más bonito de la tradi-ción oral.

El club de quienes eligen escu-char novelas o ensayos está com-puesto en nuestro país por 1,2 millones de personas. Este dato ha sido publicado en 2020 por la Federación de Gremios de Edito-res de España, que ha indagado por primera vez sobre la moda del audiolibro en su encuesta anual sobre hábitos de lectura en mayores de 14 años. Un 3% ha dado el salto a la audiolectura. Una cifra lejos del 65% que dice comprar libros y leerlos por pla-cer en sus ratos de ocio.

Es algo incipiente, pero impa-rable; antes esta opción era tan anecdótica que ni se medía. Pla-taformas como Storytell, una de las principales que opera en Es-paña con un modelo de suscrip-ción tipo Netflix, ha multiplica-do por 12 las obras de su catálo-go en dos años. Dentro y fuera de España, tiene un millón de usua-rios, afirma su responsable, Alex Gibelalde. Y sigue creciendo.

Entre las editoriales la moda también se expande, pero hasta el momento la mayor apuesta es de Penguin Random House, que

tomó la iniciativa en 2014. Hoy, su catálogo de audiolibros supe-ra los mil títulos. A ellos se puede llegar a través de plataformas di-gitales como la citada Storytell, Audioteka o Audible, entre otras.

Libertad y matices Quienes han entrado en esta nue-va forma de ilustrarse destacan una ventaja: permite hacer otras cosas a la vez. Algo muy acorde con la era de la multitarea que vi-vimos. La falta de tiempo para leer es precisamente la principal excusa de los no lectores espa-ñoles (un 38% de la población), según el citado estudio de Edito-res. Junto al tiempo, el esfuerzo y el aburrimiento son los otros motivos que alejan de la lectura.

El audiolibro parece ser capaz de llenar alguno de estos huecos. «Aporta horas de lectura que an-tes no existirían porque empleas el oído y lo puedes hacer en todo momento: practicando algún de-porte, en el transporte público o mientras se realizan tareas en casa», apunta Gibelalde, según la experiencia de sus usuarios. El

esfuerzo de leer también se eli-mina y cuenta con elementos que añaden atractivo contra el sopor.

Los matices de las voces, los diálogos teatralizados, incluso la ambientación con música aña-den al audiolibro una informa-

ción que impide el formato pa-pel y que también atrae. En Pen-guin trabajan «con actores y ac-trices de doblaje de primera lí-nea» y voces famosas como la de Juan Echanove, que pone voz a ‘Monte Sinaí’, de José Luis Sam-pedro. Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es uno de ellos. Oír su libro ‘Somos lo que habla-mos’ en su voz nada tiene que ver con leerlo.

Cabría pensar ante tantas bon-dades que el fenómeno podría fa-gocitar al libro clásico en papel. Pero la experiencia en otros paí-ses como Suecia, donde nació Storytell hace 15 años, dice que «son complementarios». El perfil es el de un lector habitual de en-tre 25 y 45 años que amplía sus horas de lectura a momentos en los que no puede coger un libro. «También gente joven, más tec-nológica, desacostumbrada a leer, que llega a la literatura a través del móvil y los cascos que siem-pre llevan», explica el director de la citada plataforma.

Complementario y exigente Pero sí: hay un pero. Y es la aten-ción. El escritor José Ángel Ma-ñas ha dado el paso a escribir una obra pensada solo para ser oída. Ha publicado en Storytell ‘Extra-ños en el paraíso’, una historia sobre ‘La movida’ en diez capítu-los. «La dificultad fue mantener el interés. He tenido que multi-plicar la inventiva y desplegar to-dos mis recursos narrativos; pen-sar más en la atmósfera sonora. He aprendido a escribir con los demás sentidos», cuenta. Tanto, que dice haber «desarrollado una escritura más sensual».

Esta exigencia no es solo para el que crea. También lo es para el que escucha. Nuestro cerebro obtiene beneficios similares tan-to al leer un cuento como al oírlo. «En ambos casos estamos hablan-do de lenguaje, oral o escrito, el cerebro descodifica las palabras e interpreta su significado. Cuan-do analizamos las áreas del len-guaje vemos que tanto a nivel frontal, temporal y parietal exis-ten redes neuronales que parti-cipan en el lenguaje y son las mis-mas», explica el neurólogo Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Espa-ñola de Neurología. Pero cree que la escucha de una historia es «más exigente». Requiere más atención y obliga a procesar más información, como los matices, pausas e inflexiones de la voz.

Una cualidad, la atención, que fomenta el formato audiolibro junto con la memoria de trabajo. «Esta debe estar activada más tiempo para seguir el hilo», valo-ra Eguía. De ahí que tanto leer como escuchar historias sean un buen entrenamiento cognitivo frente a enfermedades degene-rativas. Es más, combinar ambos «puede ser enriquecedor». Todo sea por conservar el poder de imaginar, que nos hace humanos de principio a fin.

¡Cuéntame un cuento! El audiolibro se abre paso con su promesa de devolver el placer infantil de oír historias

ROCÍO MENDOZA

11 horas Es la media de duración de un audiolibro. El precio en las plata-formas digitales (iBooks, Audio-teka.es; Audible.com o Storytel.es) ronda los 10-15 eu-ros.

Lo que más gusta La novela negra y romántica y ensayos de crecimiento perso-nal. El más vendido de Penguin es ‘Sapiens’, de Yuval Noah Hara-ri; y el favorito del público, en el ranking realizado por esta edito-rial, ‘La ladrona de libros’ de Markus Zusak.

EN SU CONTEXTO

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Diario

765 CM² - 85%

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7 Marzo, 2020

Page 6: ÁREA: 999 CM² - 87% VIVIR · Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es

U n cuento nos abrió a to-dos en la niñez la prime-ra puerta al universo de

las historias inventadas. En la voz de nuestros padres, abuelos, her-manos o profesores, es decir, en la voz de aquellos que nos ama-ron comenzamos a desarrollar la imaginación; la quintaesencia de nuestra humanidad. Con la edad, del verbo se pasa a la letra y quie-nes se enganchan se convierten en amantes de los libros. Pero ahora la adultez no es un límite para volver a evadirnos mientras nos cuentan un cuento. Los edi-tores se han propuesto devolver-nos este placer de niños y han apostado por difundir sus obras de viva voz para hacerlas llegar más allá. Son los audiolibros. El fenómeno despegó en 2019 y pro-mete crecer para devolver a la so-ciedad lo más bonito de la tradi-ción oral.

El club de quienes eligen escu-char novelas o ensayos está com-puesto en nuestro país por 1,2 millones de personas. Este dato ha sido publicado en 2020 por la Federación de Gremios de Edito-res de España, que ha indagado por primera vez sobre la moda del audiolibro en su encuesta anual sobre hábitos de lectura en mayores de 14 años. Un 3% ha dado el salto a la audiolectura. Una cifra lejos del 65% que dice comprar libros y leerlos por pla-cer en sus ratos de ocio.

Es algo incipiente, pero impa-rable; antes esta opción era tan anecdótica que ni se medía. Pla-taformas como Storytell, una de las principales que opera en Es-paña con un modelo de suscrip-ción tipo Netflix, ha multiplica-do por 12 las obras de su catálo-go en dos años. Dentro y fuera de España, tiene un millón de usua-rios, afirma su responsable, Alex Gibelalde. Y sigue creciendo.

Entre las editoriales la moda también se expande, pero hasta el momento la mayor apuesta es de Penguin Random House, que

tomó la iniciativa en 2014. Hoy, su catálogo de audiolibros supe-ra los mil títulos. A ellos se puede llegar a través de plataformas di-gitales como la citada Storytell, Audioteka o Audible, entre otras.

Libertad y matices Quienes han entrado en esta nue-va forma de ilustrarse destacan una ventaja: permite hacer otras cosas a la vez. Algo muy acorde con la era de la multitarea que vi-vimos. La falta de tiempo para leer es precisamente la principal excusa de los no lectores espa-ñoles (un 38% de la población), según el citado estudio de Edito-res. Junto al tiempo, el esfuerzo y el aburrimiento son los otros motivos que alejan de la lectura.

El audiolibro parece ser capaz de llenar alguno de estos huecos. «Aporta horas de lectura que an-tes no existirían porque empleas el oído y lo puedes hacer en todo momento: practicando algún de-porte, en el transporte público o mientras se realizan tareas en casa», apunta Gibelalde, según la experiencia de sus usuarios. El

esfuerzo de leer también se eli-mina y cuenta con elementos que añaden atractivo contra el sopor.

Los matices de las voces, los diálogos teatralizados, incluso la ambientación con música aña-den al audiolibro una informa-

ción que impide el formato pa-pel y que también atrae. En Pen-guin trabajan «con actores y ac-trices de doblaje de primera lí-nea» y voces famosas como la de Juan Echanove, que pone voz a ‘Monte Sinaí’, de José Luis Sam-pedro. Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es uno de ellos. Oír su libro ‘Somos lo que habla-mos’ en su voz nada tiene que ver con leerlo.

Cabría pensar ante tantas bon-dades que el fenómeno podría fa-gocitar al libro clásico en papel. Pero la experiencia en otros paí-ses como Suecia, donde nació Storytell hace 15 años, dice que «son complementarios». El perfil es el de un lector habitual de en-tre 25 y 45 años que amplía sus horas de lectura a momentos en los que no puede coger un libro. «También gente joven, más tec-nológica, desacostumbrada a leer, que llega a la literatura a través del móvil y los cascos que siem-pre llevan», explica el director de la citada plataforma.

Complementario y exigente Pero sí: hay un pero. Y es la aten-ción. El escritor José Ángel Ma-ñas ha dado el paso a escribir una obra pensada solo para ser oída. Ha publicado en Storytell ‘Extra-ños en el paraíso’, una historia sobre ‘La movida’ en diez capítu-los. «La dificultad fue mantener el interés. He tenido que multi-plicar la inventiva y desplegar to-dos mis recursos narrativos; pen-sar más en la atmósfera sonora. He aprendido a escribir con los demás sentidos», cuenta. Tanto, que dice haber «desarrollado una escritura más sensual».

Esta exigencia no es solo para el que crea. También lo es para el que escucha. Nuestro cerebro obtiene beneficios similares tan-to al leer un cuento como al oírlo. «En ambos casos estamos hablan-do de lenguaje, oral o escrito, el cerebro descodifica las palabras e interpreta su significado. Cuan-do analizamos las áreas del len-guaje vemos que tanto a nivel frontal, temporal y parietal exis-ten redes neuronales que parti-cipan en el lenguaje y son las mis-mas», explica el neurólogo Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Espa-ñola de Neurología. Pero cree que la escucha de una historia es «más exigente». Requiere más atención y obliga a procesar más información, como los matices, pausas e inflexiones de la voz.

Una cualidad, la atención, que fomenta el formato audiolibro junto con la memoria de trabajo. «Esta debe estar activada más tiempo para seguir el hilo», valo-ra Eguía. De ahí que tanto leer como escuchar historias sean un buen entrenamiento cognitivo frente a enfermedades degene-rativas. Es más, combinar ambos «puede ser enriquecedor». Todo sea por conservar el poder de imaginar, que nos hace humanos de principio a fin.

¡Cuéntame un cuento! El audiolibro se abre paso con su promesa de devolver el placer infantil de oír historias

ROCÍO MENDOZA

11 horas Es la media de duración de un audiolibro. El precio en las plataformas digitales (iBooks, Audioteka.es; Audible.com o Storytel.es) ronda los 10-15 euros.

Lo que más gusta La novela negra y romántica y ensayos de crecimiento perso-nal. El más vendido de Pen-guin es ‘Sapiens’, de Yuval Noah Harari; y el favorito del público, en el ranking realiza-do por esta editorial, ‘La ladro-na de libros’ de Markus Zusak.

EN SU CONTEXTO

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904 CM² - 85%

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España

7 Marzo, 2020

Page 7: ÁREA: 999 CM² - 87% VIVIR · Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es

U n cuento nos abrió a to-dos en la niñez la prime-ra puerta al universo de

las historias inventadas. En la voz de nuestros padres, abuelos, her-manos o profesores, es decir, en la voz de aquellos que nos ama-ron comenzamos a desarrollar la imaginación; la quintaesencia de nuestra humanidad. Con la edad, del verbo se pasa a la letra y quie-nes se enganchan se convierten en amantes de los libros. Pero ahora la adultez no es un límite para volver a evadirnos mientras nos cuentan un cuento. Los edi-tores se han propuesto devolver-nos este placer de niños y han apostado por difundir sus obras de viva voz para hacerlas llegar más allá. Son los audiolibros. El fenómeno despegó en 2019 y pro-mete crecer para devolver a la so-ciedad lo más bonito de la tradi-ción oral.

El club de quienes eligen escu-char novelas o ensayos está com-puesto en nuestro país por 1,2 millones de personas. Este dato ha sido publicado en 2020 por la Federación de Gremios de Edito-res de España, que ha indagado por primera vez sobre la moda del audiolibro en su encuesta anual sobre hábitos de lectura en mayores de 14 años. Un 3% ha dado el salto a la audiolectura. Una cifra lejos del 65% que dice comprar libros y leerlos por pla-cer en sus ratos de ocio.

Es algo incipiente, pero impa-rable; antes esta opción era tan anecdótica que ni se medía. Pla-taformas como Storytell, una de las principales que opera en Es-paña con un modelo de suscrip-ción tipo Netflix, ha multiplica-do por 12 las obras de su catálo-go en dos años. Dentro y fuera de España, tiene un millón de usua-rios, afirma su responsable, Alex Gibelalde. Y sigue creciendo.

Entre las editoriales la moda también se expande, pero hasta el momento la mayor apuesta es de Penguin Random House, que

tomó la iniciativa en 2014. Hoy, su catálogo de audiolibros supe-ra los mil títulos. A ellos se puede llegar a través de plataformas di-gitales como la citada Storytell, Audioteka o Audible, entre otras.

Libertad y matices Quienes han entrado en esta nue-va forma de ilustrarse destacan una ventaja: permite hacer otras cosas a la vez. Algo muy acorde con la era de la multitarea que vi-vimos. La falta de tiempo para leer es precisamente la principal excusa de los no lectores espa-ñoles (un 38% de la población), según el citado estudio de Edito-res. Junto al tiempo, el esfuerzo y el aburrimiento son los otros motivos que alejan de la lectura.

El audiolibro parece ser capaz de llenar alguno de estos huecos. «Aporta horas de lectura que an-tes no existirían porque empleas el oído y lo puedes hacer en todo momento: practicando algún de-porte, en el transporte público o mientras se realizan tareas en casa», apunta Gibelalde, según la experiencia de sus usuarios. El

esfuerzo de leer también se eli-mina y cuenta con elementos que añaden atractivo contra el sopor.

Los matices de las voces, los diálogos teatralizados, incluso la ambientación con música aña-den al audiolibro una informa-

ción que impide el formato pa-pel y que también atrae. En Pen-guin trabajan «con actores y ac-trices de doblaje de primera lí-nea» y voces famosas como la de Juan Echanove, que pone voz a ‘Monte Sinaí’, de José Luis Sam-pedro. Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es uno de ellos. Oír su libro ‘Somos lo que habla-mos’ en su voz nada tiene que ver con leerlo.

Cabría pensar ante tantas bon-dades que el fenómeno podría fa-gocitar al libro clásico en papel. Pero la experiencia en otros paí-ses como Suecia, donde nació Storytell hace 15 años, dice que «son complementarios». El perfil es el de un lector habitual de en-tre 25 y 45 años que amplía sus horas de lectura a momentos en los que no puede coger un libro. «También gente joven, más tec-nológica, desacostumbrada a leer, que llega a la literatura a través del móvil y los cascos que siem-pre llevan», explica el director de la citada plataforma.

Complementario y exigente Pero sí: hay un pero. Y es la aten-ción. El escritor José Ángel Ma-ñas ha dado el paso a escribir una obra pensada solo para ser oída. Ha publicado en Storytell ‘Extra-ños en el paraíso’, una historia sobre ‘La movida’ en diez capítu-los. «La dificultad fue mantener el interés. He tenido que multi-plicar la inventiva y desplegar to-dos mis recursos narrativos; pen-sar más en la atmósfera sonora. He aprendido a escribir con los demás sentidos», cuenta. Tanto, que dice haber «desarrollado una escritura más sensual».

Esta exigencia no es solo para el que crea. También lo es para el que escucha. Nuestro cerebro obtiene beneficios similares tan-to al leer un cuento como al oírlo. «En ambos casos estamos hablan-do de lenguaje, oral o escrito, el cerebro descodifica las palabras e interpreta su significado. Cuan-do analizamos las áreas del len-guaje vemos que tanto a nivel frontal, temporal y parietal exis-ten redes neuronales que parti-cipan en el lenguaje y son las mis-mas», explica el neurólogo Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Espa-ñola de Neurología. Pero cree que la escucha de una historia es «más exigente». Requiere más atención y obliga a procesar más información, como los matices, pausas e inflexiones de la voz.

Una cualidad, la atención, que fomenta el formato audiolibro junto con la memoria de trabajo. «Esta debe estar activada más tiempo para seguir el hilo», valo-ra Eguía. De ahí que tanto leer como escuchar historias sean un buen entrenamiento cognitivo frente a enfermedades degene-rativas. Es más, combinar ambos «puede ser enriquecedor». Todo sea por conservar el poder de imaginar, que nos hace humanos de principio a fin.

¡Cuéntame un cuento! El audiolibro se abre paso con su promesa de devolver el placer infantil de oír historias

ROCÍO MENDOZA

11 horas Es la media de duración de un audiolibro. El precio en las plataformas digitales (iBooks, Audioteka.es; Audible.com o Storytel.es) ronda los 10-15 euros.

Lo que más gusta La novela negra y romántica y ensayos de crecimiento perso-nal. El más vendido de Pen-guin es ‘Sapiens’, de Yuval Noah Harari; y el favorito del público, en el ranking realiza-do por esta editorial, ‘La ladro-na de libros’ de Markus Zusak.

EN SU CONTEXTO

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74000

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Diario

826 CM² - 87%

6192 €

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España

7 Marzo, 2020

Page 8: ÁREA: 999 CM² - 87% VIVIR · Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es

Las mujeres, por sus características tanto biológicas como sociales, tienen especi-ficidades en materia de salud. Y, en cada especialidad, estas son muy diferentes. Pero es necesario tener en cuenta que sí hay aspectos que afectan a la mujer en general independientemente del ámbito de tratamiento.

Una de las más impor-tantes es la falta de estudios de la salud de la mujer. Esto pasa porque, a lo largo de la historia, los hombres han participado en mayor medida en ensayos clínicos que las mujeres. Es necesario resaltar que esto puede desembocar en un diagnóstico tardío o inexacto en las mujeres, que desencadene compli-caciones en la afección que padezcan.

Para tratar este y otros temas relativos a la salud de la mujer, Gaceta Médica y Marie Claire, en el marco de la iniciativa ‘Mujeres de la Sanidad’, celebraban a recientemente el encuentro ‘Salud y género’. En este, mujeres representantes de diferentes sociedades científicas exponían su punto de vista sobre los temas urgentes a resolver en la materia.

Las participantes fueron Iria Miguéns (Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias), Marina Díaz Marsá (Sociedad Española de Psiquia-tría), Susana Arias (Sociedad Española de Neurología), Eva de Higes (Sociedad Española de Neumología y Cirugía

Torácica), Adelaida Zabalegui (Nursing Now), Pilar Martínez (Alianza General de Pacientes) y Paloma García de la Peña (Sociedad Española de Reumatología).

Una de las principales conclusiones que se extraía de este evento es el efecto positivo que desencadenaría la creación de una estrategia nacional con el foco en salud y género. Con esta, se podrían abordar todos aquellos aspectos concre-

tos que afectan a las mujeres y ahora están desatendidos.

También se prestó atención a la situa-ción de las profesionales de la sanidad en el sector. Así, médicos y enfermeras coincidían en la necesidad de una mayor involucración de la figura de la enfermera en todos los procesos y la necesidad de que estas tengan un mayor grado de especialización para poder ofrecer una atención mejor a los pacientes que tengan que atender.

En concreto, hay varias dolencias que afectan más y de manera más grave a las mujeres. Entre las que destacan se pueden encontrar el ictus o dolencias relacionadas con la salud mental como los trastornos de la conducta alimentaria y la depresión.

Aunque estas sean algunas de las más visibles, también se instó a atender a aquellas especialidades que, en principio,

no se asocian a las mujeres. Una de ellas es la reumatología, puesto que las enfer-medades de este campo tienen síntomas que se pueden asociar al estrés o al cansancio y por eso, en ocasiones, se dejan en un segundo plano.

Diferencias entre etapas Otro de los puntos que se abordó fue que, en función de la edad, hay enfermedades con más prevalencia. Así, desde áreas como la neurología o la psiquiatría se hizo

hincapié en que el período reproductivo de la mujer es el que más dolencias aglutina. Entre ellas, estarían el estrés o la depre-sión por la importante carga mental que soportan muchas mujeres en esta etapa. También, en patologías como la esclero-sis múltiple que afectan más a mujeres existe un problema de interferencia en los tratamientos en caso de que decidan quedarse embarazadas. Por ello, las

especialistas instaron a investigar más en esta línea.

Mientras que hace unos años había enfermedades asociadas a los hombres por el estilo de vida, las cifras han cambiado. Entre ellas, las asociadas a hábitos nocivos como el tabaquismo. Así, los profesionales de la neumología apuntan que se ha observado un gran aumento de los casos de enfermedades-como la enfermedad pulmonar obstruc-tiva crónica o el cáncer de pulmón.

Representantes de diferentes sociedades científicas analizaron los principales problemas existentes en la actualidad al hablar de ‘Salud y Género’

Salud y género: una brecha por cerrar y mucho trabajo por hacer

● Representantes de sociedades científicas abordaron las especificidades de la mujer en materia sanitaria

NIEVES SEBASTIÁN Madrid

SECCIÓN:

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ULTIMA

24583

Semanal

951 CM² - 82%

3501 €

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España

9 Marzo, 2020

Page 9: ÁREA: 999 CM² - 87% VIVIR · Y aunque es una tarea di-fícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es

CLAVES GLOBALES Santiago de Quiroga Presidente Editor de EG @santidequiroga

#Comisión de Sanidad La oposición del PP pregunta sobre la inversión en sanidad vs el PIB y el Plan de cáncer

Elvira Velasco, portavoz de Sanidad del PP en el Con-greso, ha venido a decir que

no es momento de constituir comi-siones en otros ámbitos competen-ciales (como Hacienda) para deci-dir sobre financiación sanitaria. Para la portavoz popular, el liderazgo de la Comisión de gasto sanitario no debería recaer en el Consejo de Po-lítica Fiscal y Financiera (CPFF) sino en el Consejo Interterritorial del SNS (CISNS). Velasco ha recordado que la persona que ha tomado esta de-cisión de darle el control al CPFF es una ex consejera de sanidad, Ma-ria Jesús Montero, y cuestiona si es una decisión acertada.

Además, la pregunta que flota en el ambiente fue reclamada por la oposición socialista siendo Mariano Rajoy presidente del Gobierno: ¿Van a convocar un CISNS monográfico sobre financiación sanitaria? La por-tavoz popular lanzó la pregunta que resuena en la Comisión de Sanidad del Congreso en cada legislatura. Resulta curioso que esta pregunta la formulen alternativamente los dos partidos que, hasta ahora, han tenido responsabilidad de Gobierno. Y es que parece que, cuando se go-bierna, no se quiere abrir el melón

de la financiación sanitaria. La rea-lidad es que este debate es una prio-ridad para todos los consejeros y consejeras de sanidad. Las CC.AA. son deficitarias en sus presupues-tos sanitarios, pero siguen incre-mentando los mismos y las inver-siones por fuerza mayor. La totali-dad de consejeros de sanidad, apo-yados por sus presidentes autonó-micos, han insistido muchas veces en poner ya sobre la mesa el debate de la financiación.

Recientemente, el ejecutivo anun-ció el objetivo del 7% del PIB en Sa-nidad para 2023 (ahora se parte de un 5,9%, cifra provisional). Velasco da a entender que si no presentan un programa plurianual para cum-plir el compromiso, se trata de dar una patada hacia adelante (hasta 2023) al incremento de la inversión en sanidad tan reclamada. La insu-ficiencia financiera y la inequidad que implica fue recordada ahora por la portavoz popular, Elvira Velasco.

Las menciones de los partidos respecto al incremento de la inver-sión en sanidad vs el PIB ha sido generalizada en los últimos proce-sos electorales. PSOE, Cs y Unidas Podemos de forma específica. En su momento Podemos, desde An-dalucía, llegó a proponer el incre-mento del presupuesto cada año en una legislatura. A nivel nacional también C’s concretaba esa mayor inversión sanitaria. El propio PSOE ha incluído en sus programas elec-torales referencias concretas a in-crementar la inversión vs el PIB, y

llegaba a mencionar la cifra del 7 por ciento.

La portavoz insistió también en el Plan de cáncer europeo. Para Ve-lasco es una oportunidad de que España gane peso y liderazgo en Europa. ¿Tendrá España el liderazgo correspondiente al peso de nues-tra sanidad y nuestra oncología? Una buena forma de comenzar es intensificando los trabajos para ob-tener un Plan en España. #Enfermedad y mujer La enfermedad en la mujer, una brecha que padecemos todos

Distintas especialidades co-nocen y ponen en marcha protocolos y actuaciones

que diferencian cómo la mujer se afecta por una patología. Pero fal-tan estudios que investiguen estas diferencias, ya que los ensayos clí-nicos suelen contar con más hom-bres que mujeres. El reto es diag-nosticar y tratar de manera ade-cuada al 50% de la población, puesto que no considerar la perspectiva de género tiene consecuencias: desde un diagnóstico tardío hasta com-plicaciones que podrían anticiparse.

Además, las mujeres infravalo-ran sus síntomas, tardan más en acudir a un centro sanitario y, por tanto, se demora tanto el diagnós-tico como el tratamiento, afirman las expertas. La influencia de los factores ambientales sobre carac-terísticas genéticas definidas pro-voca diferencias en la historia na-tural de patologías que afectan a la mujer.

Las enfermedades respiratorias son abordadas desde SEPAR y des-tacan cómo afecta a las mujeres la EPOC o el cáncer de pulmón. Ade-más, enfermedades como el asma se ven influidas por la presencia de hormonas sexuales que impactan en las distintas etapas de la vida. Los síntomas del asma empeoran en determinados momentos del ci-clo menstrual. También se sabe que un 10% de las mujeres con asma

empeoran durante el embarazo, pero se desconocen las razones.

Factores neurobiológicos y hor-monales influyen en una mayor ten-dencia a sufrir patologías como es-trés y depresión en la mujer. Desde la Sociedad Española de Psiquia-tría mencionan el estrés,fruto de la incorporación al trabajo de la mu-jer y ocuparse adicionalmente de las cuestiones familiares, de forma general. La mayor carga mental de-

rivada de más responsabilidades tiene un impacto considerable en el estrés de la mujer, y esto afecta a su salud general.

Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) se centran en el ictus como la más relevante al ha-blar de la mujer. Sólo en España mueren 16.000 mujeres al año como consecuencia de un ictus.

La depresión, migraña y alzhei-mer también afectan en una mayor proporción a la mujer. La presión social sobre la estética y la delga-dez es un problema muy complejo y multisectorial que incluye la moda, los iconos sociales y la comunica-ción en general.

Según la Sociedad Española de Reumatología , determinados tipos de artrosis y la osteoporosis son más frecuentes en la mujer. La fi-bromialgia, por ejemplo, afecta a 9 mujeres de cada 10 enfermos. ¿Im-pacta el consumo del tabaco en las mujeres de manera distinta que en los hombres? Todavía muchas pre-guntas sin responder. Un plan de salud y género Se requiere un abordaje científico y riguroso. Conocer los factores de riesgo y trabajar en abordarlos. Pero debe hacerse por especialidades médicas y concretando actuacio-nes en cada caso. Sería una oca-

sión extraordinaria para abordar por partida doble los Objetivos de De-sarrollo Sostenible número 3 (sa-lud y bienestar) y número 5 (Igual-dad de género).

#20RETOS 20HITOS La igualdad de la mujer en Sanidad y la digitalización, retos de marzo

CEn un contexto de crisis pan-démica, es necesaria la re-visión de todos los proce-

sos. Al evitar los viajes y los con-tactos entre personas, emerge como alternativa la digitalización. La asis-tencia sanitaria y los procesos em-presariales pueden ver su oportun-bidad de impulsar el cambio digital y dar un paso definitivo revisando procesos.

En lo que se refiere a la igualdad de la mujeren la sanidad, la espe-ranza de algunas iniciativas no debe provocar falsas expectativas. La mayor sensibilización hacia la igual-dad no garantiza que se concreten mecanismos para ver a más muje-res liderando la sanidad. La socie-dad premiará y recordará las inicia-tivas que se pongan en marcha ahora para tener más mujeres como jefes de servicio, gerentes de hos-pitales o liderando la investigación. La visibilidad lleva construyéndose un tiempo gracias a mujeres que se están implicando. Ahora toca dar un paso más y pensar cómo se puede concretar la solución a esa ausencia del liderazgo de la mujer.

Los dos retos a abordar en mar-zo por el grupo Wecare-U.

Las patologías tienen una pers-pectiva de género a considerar.

La portavoz de Sanidad del PP en el Congreso saluda al ministro Salvador Illa durante la comparecencia de éste en la Comisión de Sanidad.

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9 Marzo, 2020

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ROCÍO MENDOZA Madrid

UU n cuento nos abrió a todos en la niñez la pri-mera puerta al univer-so de las historias in-

ventadas. En la voz de nuestros padres, abuelos, hermanos o pro-fesores, es decir, en la voz de aquellos que nos amaron comen-zamos a desarrollar la imagina-ción; la quintaesencia de nuestra humanidad. Con la edad, del ver-bo se pasa a la letra y quienes se enganchan se convierten en amantes de los libros. Pero ahora la adultez no es un límite para volver a evadirnos mientras nos cuentan un cuento. Los editores se han propuesto devolvernos es-te placer de niños y han apostado por difundir sus obras de viva voz para hacerlas llegar más allá. Son los audiolibros. El fenómeno des-pegó en 2019 y promete crecer para devolver a la sociedad lo más bonito de la tradición oral.

El club de quienes eligen escu-char novelas o ensayos está com-puesto en nuestro país por 1,2 mi-llones de personas. Este dato ha sido publicado en 2020 por la Fe-deración de Gremios de Editores de España, que ha indagado por primera vez sobre la moda del audiolibro en su encuesta anual sobre hábitos de lectura en ma-yores de 14 años. Un 3% ha dado el salto a la audiolectura. Una ci-fra lejos del 65% que dice com-prar libros y leerlos por placer en sus ratos de ocio.

Es algo incipiente, pero impa-rable; antes esta opción era tan anecdótica que ni se medía. Pla-taformas como Storytell, una de las principales que opera en Es-paña con un modelo de suscrip-ción tipo Netflix, ha multiplicado por 12 las obras de su catálogo en dos años. Dentro y fuera de Espa-

¡Cuéntame un cuento!

El audiolibro se abre paso con su promesa de devolver el placer infantil de oír historias, y permitir avanzar en la lectura de ensayos y novelas, en ocasiones en la voz de sus propios autores

ña, tiene un millón de usuarios, afirma su responsable, Alex Gi-belalde. Y sigue creciendo.

Entre las editoriales la moda también se expande, pero hasta el momento la mayor apuesta es de Penguin Random House, que tomó la iniciativa en 2014. Hoy, su catálogo de audiolibros supera los mil títulos. A ellos se puede llegar a través de plataformas di-gitales como la citada Storytell, Audioteka o Audible, entre otras.

Libertad y matices Quienes han entrado en esta nue-va forma de ilustrarse destacan una ventaja: permite hacer otras cosas a la vez. Algo muy acorde con la era de la multitarea que vi-vimos. La falta de tiempo para le-er es precisamente la principal excusa de los no lectores españo-les (un 38% de la población), se-gún el citado estudio de Editores. Junto al tiempo, el esfuerzo y el aburrimiento son los otros moti-vos que alejan de la lectura.

El audiolibro parece ser capaz de llenar alguno de estos huecos. “Aporta horas de lectura que an-tes no existirían porque empleas el oído y lo puedes hacer en todo momento: practicando algún de-porte, en el transporte público o mientras se realizan tareas en ca-sa”, apunta Gibelalde, según la experiencia de sus usuarios. El esfuerzo de leer también se eli-mina y cuenta con elementos que añaden atractivo contra el sopor.

Los matices de las voces, los diálogos teatralizados, incluso la ambientación con música aña-den al audiolibro una informa-ción que impide el formato papel y que también atrae. En Penguin trabajan “con actores y actrices de doblaje de primera línea” y vo-ces famosas como la de Juan Echanove, que pone voz a Monte

Sinaí, de José Luis Sampedro. Y aunque es una tarea difícil solo para profesionales, hay autores que se han atrevido a leer sus propias obras. El psiquiatra Luis Rojas Marcos es uno de ellos. Oír su libro Somos lo que hablamos en su voz nada tiene que ver con leerlo.

Cabría pensar ante tantas bondades que el fenómeno po-dría fagocitar al libro clásico en papel. Pero la experiencia en otros países como Suecia, donde nació Storytell hace 15 años, dice que “son complementarios”. El perfil es el de un lector habitual de entre 25 y 45 años que amplía sus horas de lectura a momentos en los que no puede coger un li-bro. “También gente joven, más tecnológica, desacostumbrada a leer, que llega a la literatura a tra-vés del móvil y los cascos que siempre llevan”, explica el direc-tor de la citada plataforma.

Pero sí: hay un pero. Y es la atención. El escritor José Ángel Mañas ha dado el paso a escribir

11 horas Es la media de duración de un audiolibro. El precio e (iBooks, Audioteka.es; Audi-ble.com o Storytel.es) ronda los 10-15 euros. Lo que más gusta La novela negra y romántica y ensayos de crecimiento perso-nal. El más vendido de Penguin es Sapiens, de Yuval Noah Hara-ri; y el favorito del público, La la-drona de libros de Markus Zu-sak.

LA CIFRA

una obra pensada solo para ser oída. Ha publicado en Storytell Extraños en el paraíso, una histo-ria sobre la Movida en diez capí-tulos. “La dificultad fue mante-ner el interés. He tenido que mul-tiplicar la inventiva y desplegar todos mis recursos narrativos; pensar más en la atmósfera sono-ra. He aprendido a escribir con los demás sentidos”, cuenta. Tan-to, que dice haber “desarrollado una escritura más sensual”.

Complementario Esta exigencia no es solo para el que crea. También lo es para el que escucha. Nuestro cerebro ob-tiene beneficios similares tanto al leer un cuento como al oírlo. “En ambos casos estamos ha-blando de lenguaje, oral o escrito, el cerebro descodifica las pala-bras e interpreta su significado. Cuando analizamos las áreas del lenguaje vemos que tanto a nivel frontal, temporal y parietal exis-ten redes neuronales que partici-pan en el lenguaje y son las mis-mas”, explica el neurólogo Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Espa-ñola de Neurología. Pero cree que la escucha de una historia es “más exigente”. Requiere más atención y obliga a procesar más información, como los matices, pausas e inflexiones de la voz.

Una cualidad, la atención, que fomenta el formato audiolibro junto con la memoria de trabajo. “Esta debe estar activada más tiempo para seguir el hilo”, valo-ra Eguía. De ahí que tanto leer co-mo escuchar historias sean un buen entrenamiento cognitivo frente a enfermedades degenera-tivas. Es más, combinar ambos “puede ser enriquecedor”. Todo sea por conservar el poder de imaginar, que nos hace humanos de principio a fin.

SECCIÓN:

E.G.M.:

O.J.D.:

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DIARIO 2

148000

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Diario

621 CM² - 69%

5790 €

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España

9 Marzo, 2020