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Ráfagas y vientos de un sur global Movilidades recientes en estados

fronterizos del sur-sureste de México

Luis Alfredo Arriola VegaEnrique Coraza de los Santos

Editores

Ráfagas y vientos de un sur global Movilidades recientes en estados

fronterizos del sur-sureste de México

Primera edición, 2018

DR © El Colegio de la Frontera SurCarretera Panamericana y Periférico Sur s/nBarrio de María AuxiliadoraCP 29290San Cristóbal de Las Casas, Chiapas

www.ecosur.mx

DR © Peter Lang Publishing Inc.International Academic Publishers29 Broadway, 18th floorNew York, NY 10006

USANew York · Bern · Berlin · Bruxelles · Oxford

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Impreso y hecho en MéxicoPrinted and made in Mexico

EE304.82097275 R3Ráfagas y vientos de un sur global: movilidades recientes en estados fronterizos del sur-sureste de México / Luis Alfredo Arriola Vega, Enrique Coraza de los Santos, editores.- San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México: El Colegio de la Frontera Sur : Peter Lang Publishing, Inc., 2018.187 p. : mapa ; 23 centímetros

ISBN: 978-607-8429-61-5

Incluye bibliograf ía

1. Movilidad humana, 2. Inmovilidad, 3. Migración, 4. Fronteras, 5. Emigración e Inmigra-ción, 6. Migración de tránsito, 7. Movilidad forzada, 8. Violencia, 9. Seguridad, 10. Patrimonio Cultural, 11. Frontera Sur (México), I. Arriola Vega, Luis Alfredo (editor), II. Coraza de los Santos, Enrique (editor)

Fotograf ía de portada y contraportada: Enrique Coraza. Unión Juárez, Chiapas, México.

Los editores del libro pertenecen al Grupo Académico de Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos, Departamento de Sociedad y Cultura, El Colegio de la Frontera Sur.

Los contenidos de esta obra fueron sometidos a un proceso de evaluación externa de acuerdo con la normatividad del Comité Editorial de El Colegio de la Frontera Sur..

Contenido

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9Manuel Ángel Castillo García

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13Enrique Coraza de los Santos, Luis Alfredo Arriola Vega

Capítulo 1Pensando el espacio transfronterizo México-Guatemala y sus movilidades humanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

Enrique Coraza de los Santos

Capítulo 2Inmovilidades en tránsito: Vida cotidiana de migrantes irregularizados y personas refugiadas en Tenosique, Tabasco . . . . . . . . . 53

Yaatsil Guevara González

Capítulo 3Las dimensiones afectivas en el proceso de la espera. Experiencias de las migrantes centroamericanas inmovilizadas en la frontera sur de México . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

Heather Wurtz

Capítulo 4¿Fronteras o circuitos transnacionales de violencia? Apuntes para un análisis “encarnado” desde la región transfronteriza México-Guatemala . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107

Rodrigo Alonso Barraza García

Capítulo 5Reflexiones metodológicas y éticas iniciales relativas al estudio de la violencia contra migrantes centroamericanos no autorizados en México, en el período 2009-2011 . . . . . . . . . . . . . . . . 137

Luis Alfredo Arriola Vega

Capítulo 6Migración, cambio socioeconómico y reivindicación de guatemaltecos naturalizados en Campeche respecto de su patrimonio inmaterial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157

Suleikys Guerra Dominguez

A modo de cierre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

Información sobre los autores y las autoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

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Prólogo

Manuel Ángel Castillo García

La movilidad territorial de la población es un hecho constante en la vida cotidiana de las sociedades contemporáneas. No se trata de un atributo exclusivo de algunas formaciones sociales, aunque podamos observar rasgos comunes y frecuentes en naciones industrializadas que contrastan con las que ocurren en otros propios de países en desarrollo. En años recientes, hemos podido observar un incremento significativo en las relaciones e interacciones cada vez más intensas entre países y regiones del mundo como parte de procesos de integra-ción, intercambio y, más en general, de los procesos que engloba ese concepto polisémico y controvertido que es la globalización.

Ciertamente, el ciclo actual de desarrollo y expansión del capita-lismo en todas sus vertientes ha propiciado y alentado estos procesos, entre los cuales la movilidad de la población se ha constituido en uno cada vez más protagónico. Sin embargo, el mapa actual de los despla-zamientos de individuos, familias, e incluso grupos comunitarios, nos muestra una trama muy compleja vista desde diferentes perspectivas. Dicha situación pone en evidencia la naturaleza multifactorial subya-cente en las causas y motivaciones de la dinámica contemporánea de los movimientos poblacionales.

Los intentos por conocer, describir y entender dicha problemá-tica han debido enfrentar la tentación de plantearse, en una primera instancia y como solución fácil, explicaciones que tienen que ver prin-cipalmente con las relaciones económicas que sustentan los mencio-nados procesos de integración e intercambio de capitales, bienes y servicios que caracterizan el ciclo actual del desarrollo. Así, destacan movimientos de grupos de población con propósitos predominante-mente laborales, aunque posean características diversas en términos

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de su composición por edad y sexo, perfiles educativos, temporalidad, direccionalidad y alcances territoriales.

No obstante, las modalidades observadas muestran una enorme diversidad de tipos de desplazamientos de población, frecuentemente relacionados con factores propios de otras esferas, como pueden ser las de índole familiar (reunificación), social (religiosa, étnica, ambien-tal, cultural, entre otras) y política (por ejemplo, persecución, violen-cia y seguridad). Las dificultades analíticas para explicar los procesos migratorios contemporáneos remiten al hecho de que dichos factores no se presentan de manera exclusiva o aislada, pues muchas veces con-fluyen en situaciones combinadas en las que no es fácil —metodológi-camente hablando— desentrañar los pesos relativos de unos y otros, así como tampoco las formas en que interactúan y se condicionan.

Además, en muchos casos, los movimientos de población adquie-ren el carácter de estrategias de sobrevivencia en las que tanto la segu-ridad personal como la satisfacción de necesidades básicas de sus pro-tagonistas son requerimientos cuya atención es urgente y esencial. Todo ello ha propiciado que los enfoques teóricos y las propuestas metodológicas adopten cada vez más perspectivas interdisciplinarias que permitan al menos considerar aristas y aspectos propios de dicha complejidad.

Otro elemento que conviene destacar es que la dinámica con-temporánea de movilidad de la población, si bien incluye el hecho de que tradicionalmente ha ocurrido con mayor intensidad entre puntos a corta distancia, ha posibilitado los movimientos a destinos cada vez más lejanos. De ahí que en la época actual se hable de una proporción creciente de personas que residen no solo en lugares sino también en países distintos a los de su nacimiento. Hoy, la gestión y la administración de las llamadas migraciones internacionales cons-tituyen uno de los temas principales de debate en los foros globales y regionales, por cuanto involucran a países y conjuntos de países no necesariamente vecinos.

Sin embargo, la dimensión territorial que entrañan dichos cam-bios en la dinámica de movilidad de la población es un aspecto que merece una consideración especial, por cuanto los alcances de los desplazamientos de personas tienen implicaciones de distinto nivel e importancia política. De ahí que los Estados contemporáneos han debido adoptar posturas cada vez más activas con respecto a los movi-

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Prólogo

mientos migratorios y, en general, a la movilidad de sus poblaciones. Dichas actitudes entrañan —como es cada vez más evidente— un con-junto de contradicciones y tensiones al traducirlas a políticas públicas y, al momento de aplicarlas, con efectos cuestionables desde perspec-tivas como la del respeto y la vigencia de los derechos fundamentales de las personas.

Otra característica de la dimensión territorial aludida es que los impactos de la movilidad sobre los distintos ámbitos son diferenciales por razones que es necesario precisar. Por ejemplo, la localización de actividades económicas es un factor clave para la constitución de des-tinos de la mano de obra requerida para el desarrollo de regiones y paí-ses. Otra consideración importante a partir del valor del territorio es la función que cumplen determinados ámbitos cuando se convierten en zonas de tránsito de personas en movimiento hacia otros destinos.

Por último, sin agotar la importancia de los territorios, hay ámbi-tos que, por su posición geográfica y sus funciones en materia político-administrativa, tienen un peso específico con respecto a las dinámicas migratorias, como es el caso de las fronteras. Dichos ámbitos han sido claves desde y a lo largo de los procesos de formación de los Estados nacionales, en tanto confines del ejercicio de sus soberanías, por lo demás cambiantes en el tiempo. Pero, a la vez, han cumplido la función de regiones de comunicación, de intercambio y de espacios de conti-nuidad con las naciones con las cuales ejercen relaciones de vecindad y de contigüidad, y han adquirido identidades específicas con respecto a otras zonas de sus respectivos países.

El volumen que tenemos en nuestras manos aborda, y pone en evidencia, algunos de los aspectos aquí señalados, entre otros: la com-plejidad de los procesos migratorios contemporáneos; el llamado de atención del peso relativo de ciertos factores presentes en los proce-sos de movilidad de la población; el recurso a dicha movilidad como estrategia de sobrevivencia frente a graves situaciones de inseguridad e inestabilidad social y política; la necesidad de abordajes teórico-metodológicos interdisciplinarios; las consideraciones específicas en materia de los derechos humanos de las personas protagonistas de tales movimientos, y la importancia de focalizar estudios en ciertos ámbitos del territorio implicados en procesos de movilidad territorial de sus poblaciones, como es el caso de las regiones fronterizas.

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Dentro de los trabajos incluidos en este libro, veo algunas pre-ocupaciones relativamente novedosas como son las que tienen que ver con las situaciones de incertidumbre que enfrentan las personas migrantes en territorios de tránsito, en específico los de la frontera sur de México. En especial, se destacan circunstancias particulares, como es el caso de la emergencia de obstáculos y situaciones que les impiden continuar sus desplazamientos, así como la necesidad de resolver situaciones imprevistas de muy distinta naturaleza, inclu-yendo aquellas que tienen que ver con su supervivencia cotidiana y la incertidumbre frente a un futuro pleno de amenazas y de riesgos.

Otros temas de interés abordados en el texto se refieren a las for-mas como las personas migrantes viven las situaciones de violencia e inseguridad en el ámbito fronterizo del sur de México. En esos casos, se pone en evidencia su vulnerabilidad frente a situaciones resultantes de la falta de protección por las instituciones responsables de garan-tizar sus derechos fundamentales, las cuales se muestran incapaces de combatir las amenazas derivadas de agresiones provenientes de grupos criminales, e incluso en las que sus propios agentes están invo-lucrados, en lo que uno de los autores denomina “circuitos transna-cionales de violencia”.

Por todo ello, exhorto a los lectores para que incursionen en todos y cada uno de los trabajos que integran el presente libro con el mayor interés. Considero que, de esa manera, enriquecerán su comprensión de una región del territorio mexicano que ha sido escenario en los años recientes de procesos que no solo requieren la adopción de políticas públicas que velen por los derechos de personas vulnerables, sino también demandan prácticas y actitudes humanitarias y solidarias por parte de la sociedad mexicana, como las que ha mostrado en otros momentos de su historia.

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Introducción

Enrique Coraza de los Santos Luis Alfredo Arriola Vega

Memoria del proyecto editorial

Este libro deriva de una iniciativa generada desde el Grupo de Estu-dios de Migración y Procesos Transfronterizos del Departamento de Sociedad y Cultura de El Colegio de la Frontera Sur (gaEmpt-DSc-EcoSuR), en colaboración con la Organización Internacional de las Migraciones (oIm) y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (fcpyS-uNam). Los textos aquí incluidos, y sus autores y autoras, han estado presentes en estas iniciativas o guardan alguna relación académica con los coor-dinadores de esta obra, así como forman parte de un esfuerzo por reunir miradas, enfoques y temáticas en torno a las movilidades en la denominada “Frontera Sur de México” o el “espacio transfronterizo México-Guatemala”.

En el año 2016, desde la Unidad Tapachula de EcoSuR, se presenta una propuesta a la oIm de promover y difundir en el centro de México los resultados de las investigaciones que se desarrollaban en torno a las movilidades humanas y las fronteras en el sur. El objetivo era dar a conocer las líneas de investigación y los avances logrados, así como también generar un espacio de diálogo y debate con académicos y académicas y con representantes de las organizaciones de la socie-dad civil respecto de los movimientos de población a escala nacional, regional y global. Al mismo tiempo, uno de los coordinadores parti-cipaba de un proyecto papIIt liderado desde la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, uNam (fcpyS), denominado Crisis del neolibe-ralismo en Centroamérica: nuevos actores políticos, redes activistas y

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Enrique Coraza de los Santos y Luis Alfredo Arriola Vega

procesos migratorios, clave IN305615, coordinado por el doctor Nayar López Castellanos. Gracias a la buena recepción de la propuesta y las experiencias de colaboración desarrolladas con la oIm, donde ha sido fundamental el apoyo de la maestra Claudette Walls, coordinadora de la sub oficina en Tapachula en el periódo 2015-2018, se logró la concreción de lo que se denominó Vientos del Sur. Jornadas Interins-titucionales sobre Movilidades y Fronteras en el Sureste Mexicano, con dos ediciones hasta el momento, en 2016 y 2017. A esto se sumaron las buenas gestiones del doctor Nayar López, en ese entonces director del Centro de Estudios Latinoamericanos (cEla-uNam), para integrar las jornadas dentro de las actividades del Proyecto papIIt y brindar las instalaciones de la fcpyS de la uNam como sede de esas actividades.

Estos antecedentes constituyen referencias memoriales de la ini-ciativa que aquí se ve concretada en forma de libro y permiten com-prender que este, además de ser un emprendimiento editorial, también constituye un aporte que desde el gaEmpt-DSc-EcoSuR busca pro-mover y dar a conocer tanto lo que se trabaja en este espacio acadé-mico particular de la frontera sur de México, como las experiencias de campo y la reflexión de académicos y académicas que se acercan desde otras instituciones en México, o desde el extranjero, a la zona. En este punto radica uno de los valores de esta obra colectiva: recoger miradas que muchas veces tienen como origen un análisis sobre esta región pero que, finalmente, terminan por no conocerse en ella. Asi-mismo, la obra también contribuye a gestar esa memoria académica de la diversidad de enfoques e intereses que se genera, cada vez más, desde y sobre este territorio.

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (DRaE), varios de los significados de la palabra ráfaga —que inicia el título de este libro— incluyen “viento fuerte, repentino y de corta duración”, “nube de poco cuerpo o densidad, especialmente cuando hay o va a haber mutación de tiempo”, o “golpe de luz vivo o instantá-neo”. Lo que quiere trasmitir esta analogía, sobre la base de la idea que inspiró las jornadas Vientos del Sur, es que la concepción sobre aquello que está o sucede en un lugar quizás lejano, tal vez poco conocido —posiblemente marginado—, muchas veces solo se imagina, recrea, “conoce” a través de ciertos estereotipos o referencias lejanas, o las cifras consignadas en registros que dan cuenta de números, flujos, cantidades; es decir: datos fríos y miradas superficiales. La metáfora

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Introducción

de un viento, que puede ser caluroso o gélido, que impacta en los cuer-pos, genera sensaciones, se percibe a través de los sentidos, se escu-cha, susurra, se siente en la piel, hasta comporta olores y sabores, nos parece importante porque encierra y conlleva todas las experiencias relativas a la humanidad, la subjetividad, la cotidianeidad, las vivencias de personas que residen, llegan, transitan, padecen o mantienen espe-ranzas e ilusiones en esta región. Un espacio que tiene latido propio, marcado por las dimensiones de lo fronterizo y lo transfronterizo, y que trascienden los dictados que imponen un límite político adminis-trativo y el modelo de soberanía propio del Estado-nación.

En este diálogo entre el lenguaje académico y el literario, que nos aporta formas, imágenes y sentimientos para sugerir analogías, nos parece pertinente recordar un fragmento de la canción Vientos del Sur del grupo uruguayo Pareceres, surgido en 1976: Vientos del Sur que me traen del frío, vientos del sur no me dejen dormir, porque el sueño se parece a la muerte…. Estos estribillos aluden a la memoria, a vencer el olvido identificado con el sueño, con aquel estadio en que no vemos ni escuchamos lo que sucede a nuestro alrededor, y apela al recuerdo de lo que está sucediendo más allá de nuestro espacio próximo. Esta ráfaga, que, como mencionamos, puede ser humanamente cálida o fría, a partir de una realidad social que por una parte puede acoger, ser solidaria, o por otra parte se torna muchas veces hostil, impactante, dramática, se sitúa en un contexto temporal y espacial en cada uno de los capítulos de este proyecto editorial.

Nuestras raíces y ubicación tienen como referentes sures diver-sos: el sur que representan Uruguay o Guatemala (nacionalidades de origen de quienes coordinan el libro), visto desde un norte que es México, pero también desde un sur mexicano, lugar de residencia y trabajo de los coordinadores que, a través de este libro, lanzan una voz frente al dominio que, en la imagen nacional y global, hegemoniza la frontera norte de México como espacio protagonista de las movili-dades humanas. El encuadre temporal de cada capítulo es un recorte que obedece también a los enfoques que combinan las disciplinas sociales y humanas de quienes participan en una mirada a la misma vez reciente pero profunda, con densidad histórica; es decir: no olvida el pasado, lo retoma como capital social, cultural y político acumulado, que da sentido al lugar, frontera sur-región transfronteriza México-Guatemala, en la medida que lo dota de contenido y de especificidad.

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Señalamos las dos caras, como la del dios Jano, de este espacio regio-nal: es excepcional en la región por ser punto de interrelación que une Centro y Norteamérica, pero a la vez es similar en relación con el ámbito global, ya que posee muchos de los mismos elementos de otras regiones transfronterizas; este mundo entre dos mundos, algo más que la suma de ambos, tiene entidad propia.

Posicionamiento y estructura de la obra

Si bien las movilidades han sido una constante histórica de pueblos y personas que se han trasladado de un lugar a otro, en forma tanto voluntaria y deseada1 como forzada, podemos encontrar momentos y lugares donde estas dinámicas de las poblaciones han tenido ciertas particularidades que las definen o las diferencian. La propia cons-trucción de la cultura global contemporánea2 ha sido resultado de las movilidades de personas, pero también de valores culturales que, muchas veces bajo la imposición de la superioridad de las armas y bajo el justificante civilizador, llevó patrones de vida de occidente hacia los rincones más vastos del mundo. El siglo xvI y el siglo xIx son dos de esos momentos donde hubo un salto exponencial de personas que se movieron, en el primero como resultado de la expansión europea, y en el segundo a raíz de las consecuencias de la expansión del sistema capitalista (industrialización). Pero también el siglo xx, dominado por crisis económicas y sociales, guerras, conflictos nacionalistas y regímenes autoritarios y dictatoriales, fue productor, sobre todo, en

1. Establecemos una diferencia entre lo voluntario y lo deseado. Consideramos que el hecho de que una persona tome la decisión (voluntaria) de moverse, por las circunstancias que sean, no implica, necesariamente, que tenga el deseo de hacerlo. De esta forma, podemos observar una relación entre lo voluntario/involuntario y lo deseado/no deseado. Para ampliar la explicación de esta relación se sugiere ver Coraza, 2017.

2. Utilizamos el término “contemporáneo” a partir de la consideración de los períodos históricos donde la época contemporánea refiere al proceso de construcción del Estado moderno con un límite temporal que va desde último cuarto del siglo xIx hasta la actualidad. Sin embargo, su mirada alcanzaba, generalmente, hasta mitad del siglo xx. A fines del siglo pasado, con el auge de la corriente denominada historia reciente, se acuñó el término mundo actual para referirse a la segunda mitad, y sobre todo a los cambios que se produjeron después de la caída del Muro de Berlín (1989).

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Introducción

América Latina, de exilios y desplazamientos forzados. Lo que lleva-mos de este joven siglo xxI se caracteriza por la multiplicación de esos movimientos, tanto dentro de los territorios, como entre continentes con poca tradición de intercambio poblacional. Este fenómeno, ade-más, se reproduce en todas las escalas donde, en un camino dialógico (Arroyo, 2007), lo local y lo global están cada vez más interrelaciona-dos y conectados.

Las contribuciones de este proyecto editorial dan cuenta de tiem-pos aciagos para ser migrante no autorizado, originario del sur global, o encontrarse en situación de movilidad involuntaria y en búsqueda de protección. Este panorama es propio de la situación de la Unión Europea frente al continente africano y al Levante mediterráneo; o de los Estados Unidos de América con relación a muchos países del continente; o de Argentina y Chile, en el Cono Sur latinoamericano, respecto de la migración tradicional en el siglo xx de los países limí-trofes, a la que se ha ido sumando, recientemente, las de países más lejanos de América Latina o, incluso, de otros continentes.

México constituye la antesala de ingreso, la zona de amortigua-miento, la nación filtro, para aquellas personas que afirman perse-guir un sueño que puede tornarse, con mucha frecuencia, en pesa-dilla. El sur-sureste mexicano y su frontera común con Guatemala y Belice encarnan contextos vivos de esta cruda realidad; la región se ha transformado, según consenso entre los conocedores, en escenario donde acontecen movilidades de toda clase: origen, tránsito, destino y retorno, tanto voluntario como forzoso. Esa amplia gama hace que la zona adquiera un valor cada vez más relevante como parte de los fenómenos que son consubstanciales a la globalización; en ese sentido, la otrora marginalidad de la frontera sur mexicana se hace menos periférica en relación al ojo-centro del fenómeno globalizador.

Una variedad de elementos y factores externos e internos, y a toda escala (global, regional, nacional y local), inciden de manera adversa en las posibilidades de las personas que optan por movilizarse o huir, según sea el caso. Por un parte, mejores instrumentos de comunica-ción, mayor acceso a ciertos medios de transporte, han facilitado esa movilidad; pero, por otra parte, también prevalece y se acrecienta la precariedad económica-laboral e inseguridad (social, política, ambiental). Debido a que resulta cada vez más insuficiente atribuir a una sola causa las motivaciones para explicar la movilidad humana, lo

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anterior da lugar lo que se dado en llamar flujos mixtos (oIm, 2009), en los cuales pueden combinarse causas estructurales y coyunturales, personales y familiares, u otras, para echar a andar esa movilidad. Esto es también una evidencia de cómo un cambio en las circuns-tancias del contexto, y las diversas modalidades de los movimientos poblacionales, obligan a re-pensar y generar nuevos conceptos que intentan aprehender esa realidad y categorizarla para acercarse a una real comprensión de su complejidad.

Si bien México recibe personas provenientes de muchas naciones, sobresale la presencia en su territorio de poblaciones centroameri-canas, la mayor parte en situación de no autorizadas. Asimismo, en la última década, emerge con fuerza la llegada de quienes necesitan medidas de protección, internacional o estatal. Por ello esta publica-ción presta particular atención a dichos grupos en la movilidad. La situación imperante en países centroamericanos vecinos a México ha provocado desplazamientos de nuevo cuño en varias naciones del istmo, que resultan en movilidades por lo demás complejas. Pobreza crónica, exclusión social, racismo, corrupción, instituciones inefi-cientes, desastres socio-ambientales, conflictos vinculados a la lucha por la defensa del territorio en contra de multinacionales, y diversos tipos de violencia, son parte de los males que están provocando que los centroamericanos y las centroamericanas emigren o huyan de sus lugares de origen, en busca de mejores horizontes, o para salvar la integridad f ísica o psicológica. Así, el uso del término violencia en el resto de este capítulo introductorio conlleva dos intenciones: pri-mero, no generalizar sobre la especificidad de lo que está sucediendo; segundo, enfatizar la noción de que las diversas clases de violencia se conjugan muchas veces para comprender por qué la gente está siendo expulsada y su salida tiene forma de huida. Por ello es importante señalar, en particular, la violencia estructural (la que emana del sis-tema) (Galtung, 1969; Scheper-Hughes y Bourgois, 2004), la violencia simbólica o cultural (aquella que naturaliza y da legitimidad a la vio-lencia sistémica), la violencia “microsocial” (cotidiana y que se da entre géneros, incluyendo la homofóbica, o la de padres a hijos) (Bourgois, 2001), y la violencia criminal (de la delincuencia de la calle, del crimen organizado, de pandillas y maras) como las violencias que empujan a la gente a salir. Todas ellas derivan en problemas de seguridad ciudadana e ineficiencia de la seguridad pública, en una mezcla de causalidades

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Introducción

políticas, sociales, económicas —y hasta culturales— que alimentan, en círculo perverso, esa “hoguera” de violencias.

Sometemos a discusión la idea de que la violencia se ha consti-tuido, paulatinamente, en un elemento transversal para la compre-sión de temas que vinculan frontera y movilidad. Asimismo, debemos mirarla y comprenderla como un fenómeno de larga duración, no como algo emergente y reciente, cuyos orígenes se pueden rastrear desde, al menos, las primeras décadas del siglo xx, asociados a temas como la desigual distribución de la tierra, las diferencias de clase, etnia o raza, la marginación y la exclusión, y la presencia de la injerencia extranjera en toda la región. Todo ello va unido a gobiernos autoritarios, cuando no dictatoriales, y las relaciones conflictivas entre actores, como fuer-tes oligarquías locales, débiles sectores medios, la hegemonía de las fuerzas armadas, la influencia de la iglesia católica, a la que se han ido sumando otras confesiones religiosas, los marginados campesinos, mestizos e indígenas, y reducidos sectores obreros y de trabajadores.

En su condición de espacio para el tránsito y de región transfronte-riza, la frontera sur mexicana da cuenta de esa transversalidad. Debido a que es la población de origen centroamericano la que mayormente circula o llega de manera temporal o permanente a la zona, cinco, de los seis capítulos de esta obra tocan temas relativos a la violencia en Chiapas y Tabasco, con referencia específica a nacionales de tres países en particular: El Salvador, Honduras y Guatemala. El desarrollo teórico más elaborado al respecto lo encontremos posiblemente en el capítulo de Rodrigo Barraza, quien, a través del caso de una mujer de origen mam, guatemalteca y trabajadora del hogar, trata de demostrar la manera en que la violencia funciona, simultáneamente, como meca-nismo corporizado y dispositivo de “intersubjetivación”, (p. 110) incor-porado en la experiencia diaria en todo tipo de fronteras (simbólicas, político-administrativas, étnicas, etcétera). Asimismo, este capítulo ilustra la forma en que se producen y reproducen las violencias como un continuo entre el lugar de origen, el tránsito, el destino, e incluso el retorno. Por su parte, las contribuciones de Heather Wurtz y Yaat-sil Guevara ilustran empíricamente cómo se viven las secuelas de la violencia experimentada en el lugar de origen (por ejemplo, a través del dolor que causan las pérdidas por haber huido), pero también su posible existencia en los lugares, en México, donde las migrantes y los

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migrantes se encuentran varados, con particular atención a la manera en que las mujeres experimentan esta situación.

Enrique Coraza, por su parte, pone el énfasis en la forma en que el espacio fronterizo puede simbolizar una moneda de dos caras, dependiendo de las circunstancias que enfrentan quienes se mueven a través de ella. Nos dice este autor que, para muchos de las migrantes y los migrantes en situación de movilidad forzada, la frontera México-Guatemala puede representar el lugar de refugio que los acoja, pero, para otros, puede constituir más bien un lugar peligroso, donde el crimen organizado, la delincuencia común y la corrupción hacen presa de ellos. Otra forma de exponer esto es el enfrentamiento entre la necesidad de buscar la seguridad personal para salvar la vida, uno de los objetivos contemplados en las medidas de protección inter-nacional o estatal, vis-à-vis la seguridad Estado-céntrica que persi-gue, excluye, rechaza, expulsa a poblaciones en la movilidad, incluso a los que necesitan ser protegidos. La frontera Guatemala-México se encuentra imbuida de tensiones y contradicciones (encuentro y sepa-ración, lugar de protección, pero también de inseguridad).

Otro ejemplo de las tensiones latentes está representado en la (in)movilidad de la cual habla Guevara. Los paréntesis dan cuenta de la indeterminación, de la posibilidad que implica estar suspendido en un proyecto migratorio bajo determinadas circunstancias. En el caso más extremo, lo anterior lleva a lo que se identifica como una condición de inmovilidad forzada (Guevara, p. 55) e involuntaria (Guevara, p. 62): aunque las personas desean seguir movilizándose, no pueden. Una consecuencia directa o reacción a esta situación es la capacidad de gestión autónoma restringida o anulada. Otro posible efecto es que se incremente la vulnerabilidad de las personas, en especial si la espera se prolonga por meses o años. La espera es un estadio crí-tico de la movilidad suspendida, en impasse. Esa espera se corporiza entre las mujeres a través de diversas manifestaciones de precariedad emocional, debido a la imposibilidad de, o las restricciones a, la movi-lidad f ísica, entre ellas estrés, angustia, miedo (Wurtz, p. 78). Otra contradicción, o más bien paradoja, como dice Wurtz, se encuentra en el hecho de que las mujeres deben demostrar ciertas cualidades o valores que se atribuyen culturalmente a ellas —como la paciencia, el sacrificio por la familia y la sumisión—, para así alcanzar la condición de refugiadas, pero, al mismo tiempo, ellas mismas recurren a esas

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Introducción

actitudes para poder sobrellevar y resistir la prolongada espera que está asociada a la inmovilidad en que las sumerge el procedimiento para ser reconocidas como refugiadas, actitudes que refuerzan sus condiciones de opresión.

Las múltiples aristas en el tratamiento del tema de la violencia con las poblaciones ya referidas son, en sí mismas, un asunto espinoso. En función de ese reto, Luis Arriola problematiza el abordaje que concierne al pre y al posdesarrollo de la obtención de datos primarios de esta temática. El autor hace un llamado a la reflexión y a asumir una postura más crítica sobre la forma en que conducimos este tipo de investigaciones.

La situación actual apunta claramente al resurgimiento en el sur-sureste mexicano, así como ocurre en otros lugares del mundo, del fenómeno de gente que está buscando, o necesita, mecanismos e ins-trumentos de protección, a causa de violencias que se encuentran en el origen o en el detonante final de la huida. La movilidad forzada está asociada, generalmente,3 a la violencia, y tiene un impacto en todos los órdenes de la vida individual y colectiva, en lo f ísico y en lo psicoló-gico, como dan cuenta, desde diversas aproximaciones, los capítulos de Coraza, Guevara, Wurtz y Arriola; también es importante destacar que el hecho de huir de la violencia en el lugar de origen no significa que ya no se enfrentará nuevamente. Como se dijo, hombres, mujeres y niños transitan en corredores de violencia, en un continuo presente en el lugar de salida, en el tránsito, en el destino o los destinos, y hasta en el retorno (voluntario o forzado). Es igualmente importante desta-car la existencia de determinados sujetos (independiente de su origen nacional) que son blancos de la violencia a partir de su situación de vulnerabilidad, en muchos casos estructural, por el simple hecho de ser mujeres, indígenas, campesinos, pobres, homosexuales o transe-xuales; es decir: por su condición de clase, de etnia, de género, o de opción sexual y de vida.

Se hace necesario señalar que, actualmente, son varias las carac-terísticas vinculadas al fenómeno de la movilidad forzada desde Cen-

3. Matizamos esta asociación entre movilidad forzada y violencia en la medida que existen modalidades de la primera que no necesariamente son resultado de formas de la segunda, aunque sí de amenazas, como pueden ser las producidas por cambios climáticos o desastres naturales.

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troamérica que lo diferencian sustancialmente de lo acontecido en el último cuarto del siglo pasado, momento en el cual también se registró una considerable afluencia de personas que llegaron a consecuencia de conflictos armados y guerras civiles, tanto en forma de desplazamiento forzado como de exilios, hacia México. Hoy en día, las poblaciones que arriban huyendo de las violencias son heterogéneas, algunas de ellas solicitan medidas de protección pero otras desconocen, o no se consideran, sujetos de derecho para hacerlo. Las víctimas provienen de muy diversos contextos y pertenecen a distintos grupos (menores de edad acompañados y no acompañados, familias enteras, de origen rural o urbano, y hasta gente con diferentes niveles de formación, población heterosexual y miembros del colectivo lgBttIIq, indígenas, afrodescendientes y mestizos, y de este y otros muchos continentes). Otro elemento generalizado, entre las y los que huyen, es que muchas de ellas y muchos de ellos han sido desplazados internos dentro de su país, antes de trasladarse al extranjero; es decir: su llegada no es ni la primera ni la única forma y ni el primero ni el único alcance de su movilidad. Un tercer elemento es que el fenómeno no está con-centrado en un lugar o territorio específico, ni afecta a un sector en particular de la sociedad, sino se extiende a múltiples espacios y fran-jas sociales. Finalmente, la violencia política del pasado que motivó la expulsión de la gente no es, como se dijo, la única razón para la movilidad forzada actual.

Por supuesto que la violencia no es la fuerza motora unicausal por la cual se puede explicar lo que sucede hoy en día en el espacio trans-fronterizo que comparten Guatemala y México. En el párrafo anterior se deja entrever que hay aspectos sociales y culturales ampliamente arraigados que también causan movilidad forzada, como el racismo, el machismo y la homofobia. Igualmente, la precariedad y el sello securitario son igualmente determinantes en estas movilidades. La precariedad puede ser, paradójicamente, una razón, pero también un resultado de la movilidad, pues también induce a la emigración (por ejemplo, económica). La violencia relacionada con el desplazamiento forzado generalmente lleva a una situación de precariedad para la per-sona. La “securitización”, como bien explica Guevara, es un elemento que en las escalas macro y meso está ligado a que muchas personas se encuentren inmovilizadas en tránsito o varadas indefinidamente. Ella va un paso más y sostiene la tesis que “…la incertidumbre provo-

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Introducción

cada por dichas fases prolongadas de inmovilidad orille al migrante a solicitar el reconocimiento de refugiado en México”, (p. 60) como una estrategia para protegerse de la deportación, la devolución, la expulsión o el retorno forzado.

Si bien, en lo específico, el tema, el enfoque y la localidad del texto que presenta Suleikys Guerra contrasta con los contenidos y aproxi-maciones de los otros capítulos del libro, su artículo comparte con esas otras contribuciones, en general, dos características: se sitúa en la frontera sur mexicana y aborda el tema de la movilidad humana con personas de origen centroamericano. Es un trabajo que da a conocer la manera en que la migración puede tener un efecto en la perviven-cia y el cambio en el patrimonio cultural, con particular atención en una población que emigró en tiempo reciente a México. El grupo de interés llegó como resultado de diferentes procesos de desplazamiento forzado (primero en Guatemala, después cruzando la frontera con México y, finalmente, trasladados por decisión del gobierno mexicano, a Campeche), debido a la violencia política que azotó Guatemala hace cuatro décadas. En ese sentido, temas relativos a violencia y despla-zamiento forzado también están presentes de manera subyacente en este texto, estableciendo un puente temático con el resto de la obra. Este capítulo da cuenta de cómo los guatemaltecos y las guatemalte-cas, y sus descendientes, han incorporado elementos patrimoniales, o modificado los vernáculos, debido al contacto con la sociedad a que llegaron o por efecto de subsecuentes emigraciones, principalmente hacia Estados Unidos. Nuevos estilos arquitectónicos, pautas de con-sumo, estilos de vestimenta y ciertos productos de uso común forman parte hoy en día del patrimonio cultural “ampliado”, y en constante expansión, de este grupo mexicano-guatemalteco.

Para finalizar, retomamos la idea inicial de presentar, a quienes se acerquen a esta obra, diversas miradas sobre un mismo territorio, un lugar que comparte elementos históricos y culturales, pero tam-bién circunstancias adversas que se derivan de lo regional y lo global. Quienes aceptaron el reto de participar y llegar hasta el final con una contribución a este relato polifónico comparten vivir o haber vivido esta experiencia de primera mano, haciendo de la región fronteriza y transfronteriza lugar de residencia, localidad de estudio, o sujeto y objeto de sus intereses. Nuestros ojos vienen teñidos de diversos cristales y lentes, mediados por historias personales y sociales com-

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partidas en distintos lugares del mundo (Guatemala, Uruguay, México, Cuba, Estados Unidos). Por tanto, los resultados son una realidad en forma de paleta multicolor, voces polifónicas, olores de diversas memorias olfativas, análisis que combinan novedosas sensaciones que entremezclan recuerdos y testimonios del pasado, con las ráfagas y vientos que sacuden el presente.

Referencias

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Coraza de los Santos, Enrique (2017), “Cómo estudiar y representar las movili-dades forzadas en América Latina”, en Érica Sarmiento da Silva, Alicia Gil Lázaro y María José Fernández Vicente (coord.), Migrações atlânticas no mundo contemporâneo (séculos xix-xxi): novas abordagens e avanços teóri-cos, Curitiba, pR (Brasil), Prismas, cNpj, 385-408.

Galtung, Johan (1969), “Violence, Peace, and Peace Research”, Journal of Peace Research, (6)3: 167-191.

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rafagas y vientos - comillas · los editores del libro pertenecen al grupo académico de estudios...

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