radio popular o comunitaria

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MARÍA CRISTINA MATA ALER Radio popular o comunitaria? Este ensayo reflexiona sobre la caracterización de las radios comunitarias y las radios popular es. María Cristina Mata sostiene la no inocencia del lenguaje y la importancia de pensar en las diferencias que éste crea más allá de la similitud de algunas experiencias. L eo cuidadosamente un libro publicado por CIESPAL: Radio apasionados: 21 ex- periencias de radio comuni- taria en el mundo. Busco en sus prólogos pistas que me permitan salir del desconcierto que me provoca encontrar, bajo esta deno- minación, el relato de experiencias ra- diofónicas a las que siempre conocí como populares. Pistas para disipar la sorpresa que me causa las palabras de Bruce Girard, editor del volumen: "Se puede decir que las primeras experien- cias de radios comunitarias se iniciaron en América Latina hace casi medio si- MARIA CRISTINA MATA, argentina. Comunicadora .Social. Miembro del Comité Ejecutivo de ALER. glo..." 1 cuando en realidad no hace una década que esa designación se oye por nuestras tierras. Michel Delorme, ex-presidente de la AMARC, viene en mi ayuda. Sus pala- bras introductorias despejan las dudas: "La radio comunitaria es denominada de muchas maneras. Se la conoce como radio popular o educativa en América La- tina, radio rural o local en África, radio pública en Australia y radio libre o aso- ciativa en Europa. Todos estos nombres describen el mismo fenómeno, o sea el conseguir hacerse oír y democratizar la comunicación a escala comunitaria. La radio comunitaria, aunque asuma diversas formas según el entorno en el que se desarrolla, no deja de ser un tipo de radio hecha para servir al pueblo, una radio que favorece la expresión y la par- ticipación y valora la cultura local. Su ob- jeto es dar una voz a los que no la tienen, a los grupos marginados y las comunidades alejadas de los grandes centros urbanos, donde la población es demasiado pequeña para atraer a la ra- dio comercial o a la radio estatal de gran escala"2 En principio y a juicio de esos exper- tos en el tema, prácticamente no existi- rían diferencias entre las radios populares latinoamericanas3 y las radios comunitarias. Sin embargo... no creo en la inocen- cia del lenguaje. Tampoco creo que po- damos hacer cualquier cosa con las CHASQUI 47, noviembre 1993 57

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Este ensayo reflexiona sobre la caracterización de las radios comunitarias y las radios popular es. María Cristina Mata sostiene la no inocencia del lenguaje y la importancia de pensar en las diferencias que éste crea más allá de la similitud de algunas experiencias. ALER CHASQUI 47, noviembre 1993 57 MARIA CRISTINA MATA, argentina. Comunicadora .Social. Miembro del Comité Ejecutivo de ALER.

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MARÍA CRISTINA MATAALER

Radio popular o comunitaria?Este ensayo reflexiona sobre la caracterización de las radios comunitarias y lasradios popular es. María Cristina Mata sostiene la no inocencia del lenguaje y laimportancia de pensar en las diferencias que éste crea más allá de la similitud

de algunas experiencias.

Leo cuidadosamente un libropublicado por CIESPAL:Radio apasionados: 21 ex-periencias de radio comuni-taria en el mundo. Buscoen sus prólogos pistas que

me permitan salir del desconcierto queme provoca encontrar, bajo esta deno-minación, el relato de experiencias ra-diofónicas a las que siempre conocícomo populares. Pistas para disipar lasorpresa que me causa las palabras deBruce Girard, editor del volumen: "Sepuede decir que las primeras experien-cias de radios comunitarias se iniciaronen América Latina hace casi medio si-

MARIA CRISTINA MATA, argentina. Comunicadora.Social. Miembro del Comité Ejecutivo de ALER.

glo..."1 cuando en realidad no hace unadécada que esa designación se oye pornuestras tierras.

Michel Delorme, ex-presidente de laAMARC, viene en mi ayuda. Sus pala-bras introductorias despejan las dudas:

"La radio comunitaria es denominadade muchas maneras. Se la conoce comoradio popular o educativa en América La-tina, radio rural o local en África, radiopública en Australia y radio libre o aso-ciativa en Europa. Todos estos nombresdescriben el mismo fenómeno, o sea elconseguir hacerse oír y democratizar lacomunicación a escala comunitaria.

La radio comunitaria, aunque asumadiversas formas según el entorno en elque se desarrolla, no deja de ser un tipo

de radio hecha para servir al pueblo, unaradio que favorece la expresión y la par-ticipación y valora la cultura local. Su ob-jeto es dar una voz a los que no latienen, a los grupos marginados y lascomunidades alejadas de los grandescentros urbanos, donde la población esdemasiado pequeña para atraer a la ra-dio comercial o a la radio estatal de granescala"2

En principio y a juicio de esos exper-tos en el tema, prácticamente no existi-rían diferencias entre las radiospopulares latinoamericanas3 y las radioscomunitarias.

Sin embargo... no creo en la inocen-cia del lenguaje. Tampoco creo que po-damos hacer cualquier cosa con las

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FORTALECIMIENTO DE LA RADIO

palabras sin modificar la realidad. Poreso, aceptando que para muchos la ra-dio comunitaria es una denominación ge-nérica que cubre diversas modalidadesnacionales y continentales de gestión yproducción alternativa o los grandes sis-temas comerciales y públicos de radiodi-fusión, creo necesario reflexionar,aunque sea brevemente sobre lo quenombran ciertas palabras, sobre las dife-rencias que crea el lenguaje más allá dela similitud de algunas experiencias.

Lo comunitarioPara fundar esa reflexión habría que

rastrear, en la historia de los términoscon que se han adjetivado la comunica-ción y los medios, el origen de la expre-sión comunitaria/comunitarios, labor queexcede los límites de este artículo.

Sin embargo, según varias referen-cias4 el empleo más consistente de esostérminos fue realizado originalmente enCanadá y algunos países europeos apartir de la voluntad de utilizar nuevas yligeras tecnologías en la reconstrucciónde los lazos perdidos en la atomizadasociedad de masas.

El ambiente de creciente anonimatoe individualismo generado por el desa-rrollo de modelos industriales de produc-ción y sistemas tecno-burocráticos deorganización social propuso en la prolife-ración de medios de comunicación masi-vos, y su extendido uso, una vía decompensación. Tales medios -en particu-lar la televisión- deberían convertirse enel nuevo lazo, en el nuevo hogar, en elespacio propicio para la identificacióngrupal y colectiva, para las articulacionesnacionales y el reconocimiento de mode-los de acción social particularizados.

Pero, como indican los editores delnúmero 3/1989 de Media Development,dedicado al tema, en ese nuevo espacio"las distinciones entre el aquí y el allá, elpasado y el presente, lo inmediato y lomediato, lo privado y lo público, han sidoborroneadas o literalmente destruidas.Las nuevas conexiones electrónicas ylos innumerables grupos de interés tie-nen una sola cosa en común: la ausen-cia de obligaciones colectivas o degenuina solidaridad" que serían elemen-tos fundantes de lo comunitario.

Así, a fines de la década del 70 y du-rante los años 80 se asiste en los paísescentrales a un movimiento orientado -desde instancias privadas y públicas- a

ALERAsociación Latinoamericana de

Educación RadiofónicaDesde una opción básica por la construcción de sociedades democráticas des-

de la perspectiva de los sectores marginados en nuestros países, AlER apoya el tra-bajo de las radios populares en América Latina.

Líneas Principales de AcciónA. Investigación: Conocimiento sistemático de la realidad y del contexto radiofóni-

co de las emisoras: sondeo de audiencia, estudios de impacto, análisis de de-manda, etc.

B. Capacitación: en todas las áreas de vital importancia para las radios popularesde hoy: informativa, educativa, recreativa, etc.

C. Asesorías: a los proyectos radiofónicos globales, a directores, áreas administrati-vas y financieras y a proyectos de alcance nacional (p.e. redes informativas).

D. Formación Permanente: seminarios, encuentros y círculos de reflexión perma-nentes para actualizar el pensamiento y la práctica de la radio popular.

E. Intercomunicación: intercambio de experiencias, metodologías, recursos huma-nos y materiales entre las afiliadas, para consolidar la práctica de la radio popu-lar.

F. Producción de Materiales: tanto impresos como sonoros en apoyo a la capacita-ción y a la programación de las emisoras.Afiliadas: 80 emisoras en todo el continente.

Presidente:Rolando Ojeda SeminarioDirector Radio CutivalúUrbanización Miraflores,Colegio San Ignacio.Teléfono: 51-74-334460Fax: 51-74-323115Piura - Perú

Secretario Ejecutivo:Humberto VandenbulckeValladolid 479 y MadridCasÜla 17-03-4639Teléfono: 524358Fax: 503996Quito - Ecuador

fomentar prácticas culturales destinadasa "reflejar la vida y experiencias de lascomunidades locales y contribuir a re-crearlas, restaurando los vínculos socia-les y las culturas particulares"5

Indudablemente esta caracterizaciónno clarifica mucho la cuestión si previa-mente no se establece qué se entiendepor comunidad, un concepto tan vagoque difícilmente puede pensarse con unúnico sentido. Imposible agotar aquí to-dos los que comporta. Tal vez algunosbasten para mostrar la distancia quepuede existir entre ellos y las prácticasradiofónicas que orientan.

La comunidad puede ser una nociónterritorial: alude a espacios pequeños orestringidos que componen unidades es-

paciales mayores y donde los individuosencuentran sus referentes^personales ycolectivos más inmediatos. La comuni-dad es entonces el caserío, el pueblo, olos barrios de una ciudad. Numerosas ra-dios que se reconocen como comunita-rias sirven, justamente, al desarrollo yconsolidación de tales ámbitos: brindaninformación local ausente en los grandesmedios y tratan de ser canales para quelos pobladores puedan participar más decerca en la gestión de sus propios asun-tos.

La comunidad puede entenderse co-mo un agrupamiento en función de nece-sidades intereses y objetivos comunes.Son grupos basados en el consenso indi-vidual acerca de ciertos propósitos y su-

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ponen la adhesión voluntaria a creen-cias, principios y normas cuyo incumpli-miento ubica al individuo fuera de lacomunidad. Las iglesias, los clubes, cier-tos movimientos sociales y asociaciones,son asumidos desde esta perspectivacomo comunidades de acción. Existenradios cuyo sentido comunitario se defi-ne precisamente así: son la voz de ungrupo social que asume la defensa desus derechos particulares o que buscasu reconocimiento y fortalecimiento sec-torial, como ocurre con algunas emisorasde carácter religioso, vecinal o estudian-til.

La comunidad también puede definir-se como espacio de pertenencia e identi-ficación simbólica no voluntario, comoagrupamiento no deliberado constituido apartir de la raza, la edad, el sexo o ads-cripciones culturales.

Los negros, los judíos, las mujeres,los indígenas, los jóvenes punk, puedentener objetivos comunes, pero lo que pri-ma entre ellos al reconocerse como co-munidad, es el sentimiento de seridénticos entre sí y diferenciados del res-to en algún sentido, Por ello se definencomo comunitarias algunas emisoras depaíses europeos que articulan su laboren función de particularidades étnicas yculturales de grupos migrantes. O radiosinspiradas en el deseo juvenil de expre-sarse libremente e interconectar a lospares por más que no respondan a unmovimiento u organización.

Lo popularTras identificar esas nociones de co-

munidad que implican diferentes estrate-gias de radiodifusión auto-reconocidascomo comunitarias, podría preguntarsepor qué no llamar así a las radios que enAmérica Latina se auto-denominan popu-lares si, en realidad, muchas de ellas in-forman a poblaciones particulares,refuerzan culturas locales, expresan ne-cesidades e intereses de grupos socialesque luchan por sus derechos.

Tengo una única razón que esgrimir:el propio modo de nombrarse de esas ra-dios en el cual los sectores popularesocupan un lugar central como sujeto,fuente y destino de su acción. Recono-cerse populares implica un posiciona-miento global frente a un sistemaeconómico-social en el cual dichos sec-tores -sin importar de qué grupos se trateo dónde estén ubicados geográficamen-

te- son marginados o excluidos tambiénglobalmente del poder .Y no solo del po-der comunicar. En ese sentido, su finali-dad fundamental no es la demo-cratización de la palabra o de la comuni-cación sino la alteración, la sustituciónde unas formas de vida globalmente in-justas y autoritarias.

Esta diferencia sustancial -que deningún modo equivale a afirmar que lasradios populares sean "mejores" que lascomunitarias o "peores" que ellas, estáen la base, justamente, de algunos delos rasgos que hoy caracterizan a las ra-dios populares de América Latina, preo-cupadas cada vez más por promover larearticulación del fragmentado campopopular y por intervenir en la generaciónde la opinión pública. Ambas, estrate-gias orientadas a la necesidad de dise-ñar proyectos globales de cambio.

En este sentido, para las radios po-pulares la clave no está en mejorar la si-tuación comunicacional de ciertosconjuntos de individuos o comunidades,sino de trabajar para que los sectorespopulares -definibles en términos so-cioeconómicos y culturales- puedan co-nocer y poner en común sus realidades,necesidades e intereses y logren hacerpúblicos sus proyectos ante el conjuntode la sociedad.

Comunitario/Popular

Existen radios auto-definidas comocomunitarias -y con la independencia dela noción de comunidad en juego- quealientan objetivos análogos. En Argenti-na, conocemos casos de ese tipo6. Pero

otras se sentirían seguramente incómo-das si se los atribuyéramos. Fuera de to-do juicio de valor -que cada quien puedehacer según sus propias convicciones- loque no parece conveniente es indiferen-ciar las propuestas porque corremos elriesgo de confundirnos: de ilusionarnosexagerando las coincidencias, ignorandolas contradicciones, y de esconder trasapariencias de igualdad, la relativistaidea de que en realidad, todo es más omenos lo mismo.

No es lo mismo trabajar en pro de laexpresión de las mayorías excluidas dela posibilidad de intervenir en la escenapública, que competir con un monopoliocomercial o estatal de radiodifusión. Noes lo mismo regresar a lo local en bús-queda de una nueva integración que re-cree la solidaridad global, que un regresoparticularista que "nos aleja definitiva-mente de las posibilidades de entenderla realidad más vasta en la que lo con-creto adquiere su sentido"7. No es lo mis-mo buscar la abundancia comunicativa-quiero decir tecnológica- multiplicandocanales accesibles a las personas, quela abundancia de vida.

No es lo mismo incluso -y tal vez es-pecialmente dada su variedad y canti-dad- dentro de las propias radioscomunitarias.

REFERENCIAS1. Op. cit. Colección Manuales Didácti-

cos Ciespal, No. 18, Quito, 1992, p.29. Se trata de la edición castellanade un proyecto editorial de AMARC.

2. Id. pp. 11 y 12.3. Ver mi anterior artículo "Dónde están

y a dónde van las radios populares"en Chasqui, No. 45, CIESPAL, Quito,Abril, 1993.

4. Ver, entre otros, los artículos que in-tegran el No. 3/1989 "Communicationfor Community" de Media Develop-ment, WACC, Londres, los trabajosde Alan O'connor, Piervaldo Rostan yHarold Fisher en el No. 4/1990 "Ra-dio - The sound of the people" de lamisma revista y La televisión alterna-tiva de Armand Mattelart y Jean-Ma-rie Piemme, Cuadernos Anagrama,Barcelona, 1981.

5. Karolo Jakubowicz, "Media communi-ties replace local communities: a signof the times?", on Media Develop-ment, 3/1989, cit.

6. Entre otras podemos mencionar aRadio La Ranchada, de Córdoba yRadio Encuentro de Viedma.

7. Mattelart y Piemme, op. cit. p. 117.

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