Análisis de la situación de la mujer en el contexto social en Discurso en defensa del talento de las mujeres de Josefa Amar y Borbón y El Chichisveo impugnado de Haro de San Clemente.

Beatriz Hirsch

Índice

Introducción ———————————————————————- página 21. La apreciación de la mujer y su papel social ——————————— página 32. La mujer y el trabajo ———————————————————— página 53. La perspectiva religiosa hacia la mujer ————————————— página 84. Conclusión ———————————————————————— página 105. Bibliografía ————————————————————————página 11

Introducción

En este trabajo analizaremos la situación de la mujer en el contexto social en dos obras del siglo XVIII: Discurso en defensa del talento de las mujeres de la autora Josefa Amar y Borbón y El Chichisveo impugnado del religioso Haro de San Clemente.

Hay que tener en cuenta que las dos obras a ser analizadas fueron escritas en la época de la Ilustración, por lo que se puede observar los contrastes y semejanzas entre la ideología de esta corriente y los pensamientos de los autores.

Estas dos obras mencionadas presentan dos puntos de vista enteramente opuestos acerca de la mujer y su papel en el contexto social de la época. La primera es una obra muy avanzada para el tiempo en que fue publicada, y la segunda fue escrita desde un punto de vista completamente religioso. Ambas utilizan en algún momento argumentos religiosos para defender su posición.

1. La apreciación de la mujer y su papel social.

Para empezar, en ambas obras se puede observar que en la época se daba más importancia a la belleza y hermosura de una mujer que a sus características intelectuales y morales, aunque no tenga la intención de incitarlo, sino de reprochar esta conducta. Este rasgo puede ser observado en la obra de Josefa Amar y Borbón en fragmentos como los siguientes: “solo cuidan de adornar el cuerpo, porque ven que éste es el idolillo, a que ellos (los hombres) dedican sus inciensos.” 1; también en “Se pone mucho cuidado en adornarlas, con lo cual, llegan a adquirir un cierto hábito de pensar siempre en la compostura exterior.”2. Es decir, la influencia de las opiniones de la sociedad acerca de su belleza exterior y el hecho de no poder tener acceso a la educación y al trabajo las hacían pensar que eso era lo único que tenían de bueno y para lo único que servían. Otro fragmento en el cual se encuentra este mismo rasgo es cuando dice Josefa Amar y Borbón que se creía que “el principal valor de todas las mujeres son la hermosura, y el donaire”3. Haro de San Clemente trata del mismo tema, pero desde otro punto de vista, y dice: “Suelen ser las más hermosas, las menos fuertes”4. Y añade: “el donaire, y la hermosura, son dos cosas engañosas.”5. El autor también compara a la mujer con un templo edificado sobre un muladar con apariencia de nueva y limpia, para referirse a la mujer que no es casta o honesta, y dice: “hermosura, sin las virtudes, es un precipicio paciente, y un veneno disimulado.”6.

Haro de San Clemente utiliza muchas comparaciones entre la mujer y elementos degradantes a lo largo de toda su obra. Esto se observa por ejemplo en dos fragmentos en los cuales intenta resumir qué cosa es la mujer. Veamos: “No es otra cosa la mujer, que un naufragio del hombre, una tempestad de la casa, un impedimento de la quietud, un cautiverio de la vida, un daño cotidiano, una pendencia voluntaria, una guerra sumptuosa, una fiera convidada, un cuidado confidente, un abrazo de una Leona, un Scyla adornado, un animal malicioso, y un mal necesario.”7. Y todavía sigue diciendo: “naufragio en la tierra, una fuente de maldad, un encuentro mortal, una

1 Amar y Borbón, Josefa. Discurso en defensa del talento de las mujeres. Red Ediciones, Barcelona, 2018, Página 11. 2 Ibidem, Página 20.3 Ibidem, Página 10.4 San Clemente, Haro de. El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729, Página 43. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=15 Ibidem, Página 46.6 Ibidem, Página 47.7 Ibidem, Página 20.

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caída, y precipicio de los ojos, una destrucción de las almas, una lanza del corazón, un cetro de los infiernos, un deseo precipitado, un daño universal de la juventud. […] una calumnia de los Santos, un descanso de la Serpiente, un consuelo del Diablo, una enfermedad sin alivio, una hornaza encendida, para los escandalosos, un vicio sin remedio, una pendencia cotidiana, un hospicio de prodigios, una oficina de los Demonios. […] Una boca sin freno, un triunfo de los misterios, un capitán de las tinieblas, una maestra de delitos, una víbora vestida, un naufragio del varón, y una fiera sin piedad. […] Un mal perpetuo, y una cruel, y continua inquietud.”8. En estos dos fragmentos utiliza diversas comparaciones negativas para referirse a las mujeres, haciendo uso de elementos mitológicos y religiosos que serán tratados a lo largo de este trabajo. Se puede notar el evidente desprecio que tenía el autor hacia todas la mujeres. También hace mención a las palabras de Protágoras, con las cuales está completamente de acuerdo, que al ofrecer a su hija en matrimonio a su peor enemigo dijo que “no le podía hacer mayor mal, ni darle cosa peor.”9. Haro de San Clemente añade que “más seguridad hay en las fieras”10, y que en realidad no es necesario mencionar los peligros de las mujeres porque “son evidentes, y los muestra la experiencia”11.

En El Chichisveo Impugnado hay un elemento muy sorprendente, la homofobia. En ciertas partes de su obra Haro de San Clemente hace menciones despectivas a actitudes que el consideraba propias de un hombre homosexual. Este rasgo se puede observar en pequeños fragmentos como: “hombres afeminados”12, “mujeril inclinación”13, “afeminado natural”14, “apostándole los hombres con las mujeres, y aun excediéndolas en los melindres”15 (pelucas), “confundiendo los sexos”16, “… estos afeminados parecían mujeres, y ellas soberbias, y arrogantes, parecían hombres.”17, “ya no hay hombres, todos son hembras”18, y algunos otros. Es decir, el autor no demostraba desprecio solo hacia las mujeres, sino a todo aquello considerado femenino. Este es un rasgo de misoginia.

Este autor además de rechazar a la mujer y a la homosexualidad también rechazaba el sexo y defendía la castidad y el pudor. Observemos cuando dice: “Ninguno, entre todos los vicios, ciega la razón tanto, como este.”19. O cuando dice que si practica sexo fuera de su matrimonio puede “quedar ella sin honra”20. Y sigue añadiendo: “ya las vemos casi en cuerpo (pero) las más, que andan vestidas, suelen ser las más desnudas. No se puede vestir mucho, quien desnuda poco.”21, “vistió sus mujeres con manto, para que no fuesen ordinariamente vistas, y anduviesen más honestas y miradas con mayor veneración.”22.

En esta misma obra se pueden observar muchos rasgos machistas y misóginos. Un buen ejemplo es el sentido de posesión que tenían los hombres sobre las mujeres en aquella época. Esto se puede observar cuando utiliza expresiones como “dueño”, cuando dice que la mujer “ha de ser mandada, o rogada de su marido”23, cuando defiende los celos exagerados en un matrimonio, cuando dice que los hombres tienen mujeres propias. Es decir, en muchos momentos se observa una

8 Ibidem, Página 18.9 Ibidem, Página 19.10 Ibidem, Página 110.11 Ibidem, Página 87.12 Ibidem, Página 2.13 Ibidem, Página 3.14 Ibidem, Página 3.15 Ibidem, Página 3.16 Ibidem, Página 3.17 Ibidem, Página 15.18 Ibidem, Página 4.19 Ibidem, Página 34.20 Ibidem, Página 79.21 Ibidem, Página 2.22 Ibidem, Página 1.23 Ibidem, Página 76.

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fuerte presencia del sentimiento de posesión del varón sobre la mujer. Seguimos analizando este rasgo: los hombres tenían que dar permiso a sus mujeres para que salieran de casa, ya que su deber era cuidar del hogar. Esto se ve reflejado en los siguientes fragmentos de la obra: “entiendan las mujeres casadas, que nada han de dar sin licencia de sus maridos”24 y “las mujeres han de estar encerradas, y solo han de salir a la calle tres veces: la primera, a bautizarse; la segunda, a casarse; y la tercera, a enterrarle.”25. Sin embargo, el propio autor se contradice cuando un poco después dice: “no aconsejo que los maridos hayan de tener a sus mujeres tan encerradas, como si fueran monjas.”26.

La misoginia y el machismo son rasgos que también se pueden observar desde el punto de vista femenino, ya que en su obra Haro de San Clemente menciona a una mujer a la que llama Mujer Fuerte. Esta tiene todas las características que a Haro de San Clemente le parecen de una mujer decente. Y presenta muchos elementos machistas, como, por ejemplo, cuando dice “quedasen debajo de llave las hijas, y las doncellas.”27, cuando defiende que una mujer debe de tener “castidad, honestidad y prudencia”28 ante todo.

En muchos fragmentos se puede observar que considera a la mujer como un sexo frágil e inferior, como por ejemplo en: “Si las mujeres mozas son por su naturaleza frágiles, que serán las viejas, que tienen menos espíritus!”29, “No se puede negar, que el sexo es fragilísimo.”30 y “La mujer debe ser eco de la voz del hombre, y sombra, que siga su cuerpo.”31.

Por contra, Josefa Amar y Borbón defiende justo lo opuesto que Haro de San Clemente. La autora defiende la igualdad entre ambos sexos, y dice que “En una parte del mundo son esclavas, en la otra dependientes.”32, pero que no lo hacen por no tener ganas de cambiar la situación, sino porque “la necesidad las obliga a ello por ahora, pero no pretenden degradar al sexo en general” 33. Es decir, el sometimiento existente era porque no conocían otra realidad o no sabían cómo cambiarla.

2. La mujer y el trabajo.

En el siglo XVIII la situación laboral de la mujer se resumía en trabajos del hogar, cuidar a los hijos y servir a su marido o a su padre. Sin embargo, Josefa Amar y Borbón ofrece una visión muy distinta y revolucionaria para su época, pensamiento que años más tarde dio lugar a la emancipación femenina. Defendía el derecho de la mujer a trabajar, intentando abrir la mente de hombres y mujeres que creían que no servían para otra cosa sino para cuidar de la familia y del hogar. El Discurso es una obra basada casi enteramente en los derechos laborales y sociales femeninos y en la importancia de potenciar la presencia de la mujer en el ámbito público, como por ejemplo la participación en la Sociedad Económica de Madrid. En esta obra, la autora ni siquiera se dedica a hablar del papel de la mujer en el ámbito privado, ya que da mucha más importancia al

24 Ibidem, Página 42.25 Ibidem, Página 39.26 Ibidem, Página 73.27 Ibidem, Página 35.28 Ibidem, Página 37.29 Ibidem, Página 29.30 Ibidem, Página 22.31 Ibidem, Página 12.32 Amar y Borbón, Josefa. Discurso en defensa del talento de las mujeres. Red Ediciones, Barcelona, 2018, Página 11.33 Ibidem, Página 11.

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público, cosa que ocurre de manera opuesta en El Chichisveo Impugnado. En esta obra, el autor deja claro que el principal, por no decir único, papel de la mujer es gobernar el hogar y cuidar de la familia, como se observa en el siguiente fragmento: “à las mujeres pertenece el gobierno de la casa”34. Pero también menciona que a pesar de tener el gobierno de la casa, no debe tener tanto como para salir de ella, es decir, ni siquiera donde se supone que tienen alguna autoridad la tienen. Según el autor, las mujeres deben dar satisfacciones a sus maridos cada vez que salen de la casa, ya que estos tienen el deber de controlarlas, darles permiso o no e intentar evitar que causen daños en diversos ámbitos de la sociedad. Eso se ve reflejado en dos fragmentos de la obra: (su gobierno) “no ha de ser absoluto, tanto que le extienda à las puertas de las casa, ni á las llaves de la hacienda; porque de esto se siguen gravísimos inconvenientes, los cuales ha de procurar el varón, que se eviten.”35 Y también en: “[…] que el marido sepa […] cuando sale, y à donde va la mujer. Lo contrario será darle el dominio absoluto, y no limitado”36. Sobre el mismo tema, dice Josefa Amar y Borbón que: “la mujer disimula, y aun oculta los defectos de su marido, en el manejo doméstico”37. Ya que todo el trabajo doméstico era su obligación, no podía quejarse de la falta de ayuda de su marido.

Toda esta teoría es en realidad falsa, ya que no se trata de nada más que un argumento falso que intenta justificar el sometimiento impuesto a las mujeres, ya que esta no tiene el poder sobre el hogar, ni depende solamente de ella cuidarlo. Si son privadas de la educación y del trabajo (como podemos observar en el Discurso, cuando dice la autora: “Saben ellas que no pueden aspirar a ningún empleo, ni recompensa pública; que sus ideas no tienen más extensión que las paredes de una casa, o de un Convento.”38, no pueden mantener el hogar por cuestiones financieras, por lo que dependen de sus maridos para hacerlo.

Josefa Amar y Borbón hace mención diversas veces al hecho de que en aquella época no se les permitía la educación a las mujeres y que había también un signo de hipocresía muy importante, ya que los mismos hombres que las privaban de la educación eran los que las juzgaban como ignorantes. Un ejemplo de este rasgo se puede observar cuando dice la autora que “los hombres buscan su aprobación, les rinden unos obsequios, (pero) no las permiten el mando en lo público[…]; las niegan la instrucción, y después se quejan de que no la tienen”39. Y añade: “han despojado a las mujeres hasta de la complacencia que resulta de tener un entendimiento ilustrado. Nacen, y se crían en la ignorancia absoluta: aquellos las desprecian por esta causa, ellas llegan a persuadirse que no son capaces de otra cosa”40.

En el anterior fragmento también podemos percibir que la opinión de los hombres tenía efecto sobre la de las mujeres, si es que se puede decir que tenían el derecho a una opinión. Estas llegaban a creer que no merecían y que no tenían derecho a los estudios, al conocimiento y al trabajo, y que solo podrían ser de alguna utilidad sirviendo a los hombres y al hogar, ya que, según dice la autora, “no se les enseña de niñas sino a leer y a escribir, y a ciertas habilidades de manos.”41. Otro ejemplo se puede observar en un fragmento que dice: “Estas mismas tampoco están de acuerdo sobre su verdadera utilidad.”42. Josefa Amar y Borbón en algunos momentos ofrece un

34 San Clemente, Haro de. El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729, Página 10. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=135 Ibidem, Página 11.36 Ibidem, Página 11.37 Amar y Borbón, Josefa. Discurso en defensa del talento de las mujeres. Red Ediciones, Barcelona, 2018, Página 18. 38 Ibidem, Página 12.39 Ibidem, Página 9.40 Ibidem, Página 10.41 Ibidem, Página 20.42 Ibidem, Página 9.

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punto de vista negativo respeto a la situación de la mujer, por lo que afirma que en algunos casos “les conviene una total ignorancia”43, ya que, según ella, las mujeres están en un estado tan precario que muchas veces “sería mejor ignorarlo todo, y carecer hasta del conocimiento, que sufrir el estado de esclavitud o dependencia.”44, y en seguida añade: “Las primeras parecen conformes, con que se las despoje del uso de su razón, y las segundas con gozar de ella, aunque desterradas del premio y de la recompensa.”45. Es decir, la sociedad patriarcal de la época las privaba de tantas oportunidades y derechos que pasado un punto ya la habían aceptado y ya se habían acostumbrado a aquella situación de injusticia.

En su obra, señala que, aunque hubiera una mujer lo suficientemente atrevida para dedicarse a los estudios, tendría que tener en cuenta que sería por su satisfacción personal, ya que, por muy buenas que fuesen, no serían reconocidas por ello. Para reflejar este argumento dice: “Si alguna mujer se dedica al estudio, es preciso que lo haga por lamentada y conveniencia que le resulta a ella misma pues sabe que no puede aspirar a ninguna recompensa.”46, y sigue: “algunas mujeres tienen este heroísmo, y como si no se conociera aún todo el mérito que consiguen las pocas […], se reprende el sexo en general por su ignorancia; como si esto fuera defecto suyo, y no más presto defecto de la educación y circunstancia en que se halla.”47. Es decir, además de no tener derechos educacionales y laborales, son juzgadas por su ignorancia y falta de aportaciones a la sociedad, como si tuvieran alguna manera de hacer lo contrario.

Según las palabras de la autora, en aquella época estaban “cerradas todas puertas al honor, y al premio. Pero no por eso se han de mostrar insensibles a todos los desaires que quieran hacerlas.”48. Dichos premios, que se traducen simplemente por reconocimiento y mérito por su trabajo, eran para ellas “para admirarlos, mas no para pretenderlos”49, ya que solo los hombres tenían la posibilidad de obtener alguna recompensa por su esfuerzo, como se observa en un fragmento de la obra que dice: “(a los hombres) se les hace natural la aplicación y el estudio, y no tardan muchos en coger el fruto de sus tareas”50.

Sin embargo, como demandante de los derechos femeninos y como mujer que sufría este tipo de injusticias, Josefa Amar y Borbón también buscaba soluciones. Según su opinión, para cambiar la situación de desigualdad “sería más eficaz […] interesar a las mujeres en el bien de la patria”51, ya que, aunque tuvieran el interés por sí mismas, no se les permitía hacerlo, porque de acuerdo con la mentalidad de la época solo valían para las tareas domésticas y solo se preocupaban por frivolidades. Y seguía diciendo: “Señalen premios, y estímulos a las mujeres aplicadas y laboriosas”52, para así incentivarlas a contribuir a la sociedad; “Pídaseles que contribuyan a la patria con sus luces, con sus manos, con sus caudales.”53, ya que son capaces de hacer eso y mucho más, y no solamente de preocuparse por temas fútiles o trabajar para complacer a los varones. Y concluye su argumento diciendo: “Mientras no se haga así, y se las considere como un miembro podrido, o separado del cuerpo Social, ¿qué progresos pueden hacer?”54, y es más “¿Qué progresos podrán hacer estando rodeadas de tiranos, en lugar de compañeros?”55, puesto que la lucha por los derechos

43 Ibidem, Página 11.44 Ibidem, Página 12.45 Ibidem, Página 22.46 Ibidem, Página 20.47 Ibidem, Página 20.48 Ibidem, Página 22.49 Ibidem, Página 22.50 Ibidem, Página 20.51 Ibidem, Página 29.52 Ibidem, Página 24.53 Ibidem, Página 30.54 Ibidem, Página 24.55 Ibidem, Página 11.

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femeninos tiene que ser apoyada por todos los hombres, hombres que hagan que las mujeres se sientan parte de la sociedad, y no un grupo inferior y separado de esta.

En El Chichisveo Impugnado el autor utiliza como excusa para no permitir a las mujeres el acceso a los estudios y al mercado laboral el siguiente argumento: “muere el Reino, si lo gobiernan las mujeres.”56, mientras Josefa Amar y Borbón asegura que ocurre justo lo contrario: “casi todas las que han estado en precisión de mandar pueblos enteros lo han hecho con acierto”57. A lo largo de la obra el autor menciona diversas veces que es un peligro tener a una mujer en un cargo público importante, ya que no son capaces de ejercer la profesión tan bien como un hombre podría, que seguramente pondrían en peligro a todo el país y a toda la población y que solo quieren el “poder” para su beneficio personal. Este último rasgo se puede ver claramente reflejado en el siguiente fragmento: “todo aquello, que hizo para sí, para sus hijos, para su Esposo, para su familia, y para otros, para sí lo hizo.”58. Por otro lado, la autora del Discurso presenta una visión opuesta acerca de la presencia de las mujeres en los ámbitos educativo y laboral: “no se trata de menos, que de igualar a las mujeres con los hombres, de darlas asiento en sus Juntas, y de conferir con ellas material de gravedad, cosa que parece fuera de orden y aun disparatada.”59. No se trata de la superioridad de la mujer, sino de la igualdad de derechos entre ambos sexos.

Haro de San Clemente utiliza ejemplos de mujeres que en el pasado ocuparon posiciones importantes para justificar el argumento anteriormente mencionado, como por ejemplo Juana, Reina de Nápoles, a quien define como “mujer inhumana y cruel”60, que por el cargo que ocupaba y las decisiones que tomó de acuerdo con la autoridad que poseía fue asesinada. La utiliza para alertar a las mujeres de como puede ser su final si intentan lograr este tipo de poder. También utiliza como ejemplos a mujeres como Cleopatra, Laodice y Drahomíra Lucence. Josefa Amar y Borbón también utiliza a mujeres como ejemplo en su obra, pero así como en casi todos los puntos, desde una opinión contraria a la de Haro de San Clemente, con la intención de hacer al lector conocer muchas de las mujeres que fueron muy importantes en avances científicos y de las letras, como dice en las siguientes partes de la obra: “ha habido mujeres que han hecho progresos hasta en las ciencias más abstractas.”61, también en: “Su historia literaria puede acompañar siempre a la de los hombres (ya que) se han distinguido igualmente que sus paisanos insignes”62. Y concluye con la siguiente frase: “sería injusta, si conociendo por su misma experiencia, que cuanto es capaz su sexo, no le honrase como merece.”63. Es decir, sería una injusticia que las propias mujeres dudasen de la capacidad de sus compañeras y que no honrasen a su sexo teniendo en cuenta que ellas mismas viven las situaciones de abuso y saben de todo de lo que son capaces. Con relación a los altos cargos sobre los cuales hablaba Haro San Clemente, Josefa Amar y Borbón tiene una opinión opuesta, y no está de acuerdo con la idea que tenía el autor de que las mujeres suponían peligros cuando fueran

56 San Clemente, Haro de. El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729, Página 15. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=157 Amar y Borbón, Josefa. Discurso en defensa del talento de las mujeres. Red Ediciones, Barcelona, 2018, Página 17. 58 San Clemente, Haro de. El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729, Página 47. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=159 Amar y Borbón, Josefa. Discurso en defensa del talento de las mujeres. Red Ediciones, Barcelona, 2018, Página 22. 60 San Clemente, Haro de. El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729, Página 13. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=161 Amar y Borbón, Josefa. Discurso en defensa del talento de las mujeres. Red Ediciones, Barcelona, 2018, Página 15. 62 Ibidem, Página 16.63 Ibidem, Página 16.

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puestas en la situación de ocupar este tipo de cargos, o que no se los merecían por no ser lo suficientemente fuertes o importantes. Esta opinión de la autora puede verse reflejada en un fragmento en el cual dice: “los Lacedemonios se servían en sus acciones, del consejo de las mujeres, y nada ejecutaban sin consultarlas.”64, y sigue diciendo: “apenas hay una (historia) que no conserve la memoria de algunas hazañas de las mujeres, cuando han visto la Patria en riesgo de perderse. […] uniéndose muchas en un cuerpo […] han arrostrado a los peligros.”65. En este último hace referencia a la unión femenina con el propósito de ayudar al bien común.

Está claro que hombres y mujeres tienen la misma capacidad intelectual, y dadas las mismas circunstancias pueden lograr lo mismo y llegar a los mismos sitios (“mujeres tienen la misma aptitud que los hombres para instruirse”66, palabras de Josefa Amar y Borbón). Sin embargo, los hombres, por cuestiones de soberbia, han sabido atribuirse superioridad respeto a los temas de conocimientos ilustrados, ya que ellos eran los que tenían derecho a la educación y los que controlaban quién la podía tener, haciendo que las mujeres pareciesen sus inferiores. Eso podía generar malentendidos sobre las intenciones de la mujer sobre su posición en el ámbito laboral, como podemos ver en el siguiente fragmento de El Chichisveo Impugnado: “Ahora nada da más disgusto a las señoras, que el trabajo”67. Pero eso, en realidad, no era así, ya que estas no buscaban nada más que la igualdad laboral entre hombres y mujeres, y según las palabras de Josefa Amar y Borbón “si las mujeres pueden ser útiles de alguna manera a la Sociedad, no hay razón para separar las de ella por un inconveniente remoto […] ni tampoco pretender, que carecen de conocimientos elementales […]. Yo quisiera saber cuántos son los hombres que tienen estos conocimientos elementales”68.

3. La perspectiva religiosa hacia la mujer.

Para analizar este punto, debemos tener en cuenta que El Chichisveo Impugnado es una obra escrita desde un punto de vista enteramente religioso, por lo que toda la obra podría ser comparada con el Discurso en defensa del talento de las mujeres, pero en este trabajo analizaremos las partes más relevantes que puedan demostrar mejor el contraste entre las dos obras.

Para empezar, en ambas obras se puede observar la influencia católica refiriéndose a la creación del hombre con Adán y Eva. Esto es utilizado de dos maneras opuestas por cada autor: Haro de San Clemente lo utiliza como un argumento para probar que el hombre es superior a la mujer, ya que Dios creó primero a Adán. Eso se puede observar claramente en un fragmento que dice “primero fue el varón, y en todo debe ser primero”69. El autor también utiliza esta herramienta para retratar la mujer en otras tres situaciones. Primero, para culparla de peligrar todo el género humano, como dice en el siguiente fragmento: “Si Eva no se hubiese puesto a hablar con la Serpiente, donde puesta en la ocasión de ser sugerida, […] no hubiera peligrado con universal

64 Ibidem, Página 17.65 Ibidem, Página 19.66 Ibidem, Página 32.67 San Clemente, Haro de. El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729, Página 37. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=168 Amar y Borbón, Josefa. Discurso en defensa del talento de las mujeres. Red Ediciones, Barcelona, 2018, Página 27. 69 San Clemente, Haro de. El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729, Página 10. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=1

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naufragio, no solo suyo, sino de Adán, y todo el género humano.”70. En el Discurso, Josefa Amar y Borbón dice algo parecido: “Aquella fruta que les había sido vedada, contenía la ciencia del bien y del mal. Eva no resistió a estas tentaciones, antes persuadió a su marido, y el cometió por condescendencia el pecado, que aquella empezó por curiosidad.”71. El autor también lo utiliza para representar el peligro que suponen las mujeres a los hombres, rasgo que se observa por ejemplo en: “Acuérdate, que la mujer fue, la que arrojó del Paraíso a su primer habitador.”72. Y por último, para igualar a las mujeres entre sí, como observamos, por ejemplo, en: “todas son hijas de Adán y Eva.”73.

Por otro lado, la obra escrita por Josefa Amar y Borbón ofrece otro punto de vista acerca del tema: la autora defiende que “la igualdad se ve indicada en la creación”74, ya que, según ella, no se puede desear prueba más concluyente de la igualdad entre ambos sexos que el primer estado creado por Dios, como deja claro en el siguiente fragmente en el cual plantea una pregunta: “¿Puede desearse prueba más concluyente de la igualdad y semejanza de ambos, en aquel primer estado?”75. Sin embargo, coincide con Haro de San Clemente en que primero fue hombre, pero este se dio cuenta de que no podría vivir solo, por lo que Dios creó a la mujer. Todo eso se ve reflejado en un fragmento de la obra que dice: “Es verdad, que el hombre fue creado primero, y fue creado solo, pero poco tardó en conocer, que no podía vivir sin compañero, primera imagen del matrimonio, y primera también de una perfecta Sociedad.”76. En este mismo fragmento podemos observar la intención que tiene Josefa Amar y Borbón de aclarar que no se puede lograr una sociedad perfecta sin que haya hombres y mujeres. Teniendo en cuenta todo lo mencionado y tras haber explicado su punto de vista acerca del tema, la autora dice: “¿qué fundamento pueden tener los hombres para la superioridad que se han arrogado?”77. Josefa Amar y Borbón también utiliza este rasgo para decir que aunque el hombre haya precedido la mujer en la creación, esta precedió al hombre en la curiosidad y en el deseo de conocer “quien negará que la mujer precedió al hombre en el deseo de saber?”78. Y añade: “la curiosidad suele ser indicio de talento”79, por lo que se concluye que la mujer tiene talento.

En el Chichisveo Impugnado el elemento religioso también se ve reflejado con rasgos de la mitología, por ejemplo, cuando dice el autor: “No es otra cosa la mujer, que […] un Scyla adornado”80. Un Scyla en la cultura griega es un monstruo marino que antes de convertirse en monstruo fue una hermosa ninfa con torso de mujer y cola de pez, que supone graves peligros para los navegantes. Al comparar la mujer con esta criatura mitológica el autor demuestra su intención de representar la mujer como un monstruo que supone un grave peligro para los hombres. El autor menciona en un momento de la obra una Ninfa, pero no hace la descripción convencional de esta

70 Ibidem, Página 79.71 Amar y Borbón, Josefa. Discurso en defensa del talento de las mujeres. Red Ediciones, Barcelona, 2018, Página 14. 72 San Clemente, Haro de. El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729, Página 96. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=173 Ibidem, Página 26.74 Amar y Borbón, Josefa. Discurso en defensa del talento de las mujeres. Red Ediciones, Barcelona, 2018, Página 15. 75 Ibidem, Página 14.76 Ibidem, Página 14.77 Ibidem, Página 13.78 Ibidem, Página 14.79 Ibidem, Página 14.80 San Clemente, Haro de. El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729, Página 20. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=1

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criatura como un ser hermoso y virtuoso, si no que la representa como un monstruo, por lo que se entiende que tiene la intención de decir lo mismo de las mujeres. No niega que puede llegar a ser hermosa, pero afirma que “su hermosura causó muchos males”81. Además de eso, la compara también con otros elementos fantásticos como por ejemplo una sirena: “Son pocos, los que se hacen sordos al canto o encanto de sus sirenas.”82. Es decir, son pocos los hombres que no dan oídos a lo que dicen sus mujeres, signo de fortaleza, ya que estas no merecen ser escuchadas, puesto que según las palabras del propio autor solo causarían problemas y destrucción. También la compara con elementos católicos como podemos observar en un fragmento que dice “qué cosa es la mujer? […] una calumnia de los Santos, un descanso de la Serpiente, un consuelo del Diablo, […] una oficina de los Demonios”83. Utiliza estas comparaciones para dar la idea de que la mujer es parecida a los elementos negativos de la religión católica, como por ejemplo la serpiente que tentó a Eva en el Paraíso, que representa el peligro, y que pone a prueba la salvación del hombre, cuando dice que es “un descanso de la Serpiente”84.

La obra de Haro de San Clemente puede ser clasificada como una obra extremamente machista, y eso se ve reflejado a lo largo de toda la obra con las ideas que tiene el autor sobre el papel dado por Dios a los hombre y a las mujeres. Dice que Dios hizo “que la mujer estuviese sujeta al varón y que el varón tuviese el mando”85, fragmento en el que deja claro que la mujer es inferior al hombre y que tiene que obedecerle, ya que esa es la voluntad de Dios. Para reforzar la idea de la inferioridad de la mujer, añade: “Quan dificultoso sea hallar una mujer fuerte, lo dice el Espíritu Santo […] si habrá quien la halle? […] se hallará allá en los últimos fines de la tierra.”86. El autor también defiende la idea de que hombres y mujeres tienen que estar separados socialmente, principalmente en el ámbito religioso, como dice en el siguiente fragmento: “En la primitiva iglesia no se juntaban en los templos mujeres, y hombres.”87. Relacionado con este fragmento, encontramos otro que dice: “que las mujeres entrasen en las Iglesias con los rostros cubiertos”88, ya que desde su punto de vista y el de muchos religiosos de la época, el rostro cubierto de la mujer era un signo de subordinación al hombre.

A pesar de la creencia de la evidente superioridad de los hombres sobre las mujeres, el autor también aporta una visión curiosa sobre el tema: da la idea de que él, así como los demás hombres tienen miedo a las mujeres, ya que estas suponen grande peligro para todos ellos, ya que tienen el poder de tentarlos y desviarlos del camino de la salvación. Este rasgo se puede observar claramente en un parte de la obra en la cual el autor dice que “ni aun para encomendarlas a Dios, en particular, querían acordarse de ellas, ni aun a sus hermanas querían ver, temiendo el peligro en que se ponían, y hallando, donde parece, que no se podía encontrar.”89. Por ese mismo motivo, rechaza toda la comunicación que pueda existir entre ambos sexos, y se refiere a eso como una “llaneza, y comunicación, que ha entablado el Demonio, entre hombres, y mujeres”90. Este supuesto miedo también sería la explicación para el tema tratado antes, en el cual mencionábamos la separación social entre los dos sexos.

Sin embargo, según Haro de San Clemente, hay una mujer que merece toda su devoción y amor, y que no peligra al sexo masculino: la Virgen María. Dice el autor en uno de los fragmentos

81 Ibidem, Página 52.82 Ibidem, Página 39.83 Ibidem, Página 18.84 Ibidem, Página 18.85 Ibidem, Página 12.86 Ibidem, Página 33.87 Ibidem, Página 77.88 Ibidem, Página 86.89 Ibidem, Página 110.90 Ibidem, Página 1.

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de la obra: “Este amor sí que es puro, limpio, y desinteresado.”91. Y añade: “Esto si, que es buen galanteo: el galán puro, y purísima la dama. Lo contrario, es una inquietud, un desasosiego, un sobresalto, una perdición de las almas.”92.

4. Conclusión.

Tras analizar las dos obras, podemos observar el evidente contraste que había entre las opiniones de Haro de San Clemente y de Josefa Amar y Borbón.

En casi todos los aspectos ofrecen opiniones completamente opuestas acerca del papel de la mujer en los ámbitos privado y público, este último incluyendo al laboral y al social. Mientras Haro de San Clemente a lo largo de toda la obra denigra a la mujer, Josefa Amar y Borbón busca enaltecerla e incentivar la lucha por la igualdad entre ambos sexos.

Otro aspecto interesante es que se puede apreciar que Josefa Amar y Borbón tenía una mentalidad avanzada de acuerdo con la época en la que vivió, mostrando rasgos de una sociedad posterior donde ya había ocurrido la emancipación de la mujer, mientras Haro de San Clemente, a pesar de vivir en una sociedad ilustrada, todavía tenía pensamientos retrógrados que no estaban de acuerdo con los principios de esta corriente, ya que todos sus argumentos están basados en elementos religiosos extremistas.

Analizando ambas obras, podemos percibir la intención que tienen los dos autores de influenciar al lector con sus palabras y opiniones, claro que desde puntos de vista diferentes. Eso puede llevar a un análisis de cómo la literatura tiene influencia sobre la educación y formación de una sociedad.

5. Bibliografía

Para información y textos:

Amar y Borbón, Josefa, Discurso en defensa del talento de las mujeres, Red Ediciones, Barcelona, 2018.

San Clemente, Haro de, El Chichisveo Impugnado, Imprenta del Dr. D. Gerónimo de Castilla, Sevilla, 1729. http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038229&page=1

91 Ibidem, Página 55.92 Ibidem, Página 57.

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