¿quÉ hacer en la ciencia y con la ciencia en mÉxico?

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De León Olivé

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    Debe la sociedad mexicana invertir ms recursosen ciencia? Qu significara eso? Financiar un mayornmero de proyectos de investigacin? Ampliar lainfraestructura de investigacin? Facilitar la movilidadde los investigadores entre las instituciones deinvestigacin y educacin superior a lo largo delterritorio nacional, as como promover el desarrollo deredes de investigacin? Ampliar drsticamente laplantilla y garantizar ingresos dignos para losinvestigadores? Pero debera fortalecerse slo lainvestigacin, o tambin la educacin y la difusin?Deberan fortalecerse los programas de maestra ydoctorado? Otorgar un nmero ms alto de becas?Impulsar de manera agresiva programas que permitanel desarrollo de una cultura cientfica en el pas? Pero,no debera prestarse igual o mayor atencin a losprofesores, desde la escuela primaria hasta el nivel

    superior, o acaso es que stos nada tienen que ver con elfortalecimiento de la ciencia en Mxico?

    Desde el punto de vista de la comunidad cientficamexicana entendida en un sentido amplio que incluyea las ciencias sociales, exactas, naturales y a lashumanidades, la respuesta a todas estas preguntas sinduda es un rotundo s. Pero, cul sera unajustificacin adecuada?

    La exigencia de una inversin cuantiosa en cienciarequiere una fundamentacin en varios ejes; entre otros,desde los puntos de vista tico, econmico y poltico, ysobre todo desde una perspectiva de justicia social,entendida como la garanta de que todos los ciudadanospuedan satisfacer sus legtimas necesidades bsicas, deacuerdo con la definicin que los propios interesadoshagan de esas necesidades, y por medios que les resultenaceptables segn sus valores y formas de vida.

    Qu hacer enla ciencia y con laciencia en Mxico?

    La exigencia de una inversin cuantiosa en cienciarequiere una fundamentacin en varios ejes; entre otros,desde los puntos de vista tico, econmico y poltico, ysobre todo desde una perspectiva de justicia social.

    Len Oliv

    Len Oliv Se gradu como matemtico en la UNAM. Estudi filosofa en laUNAM y en la Universidad de Oxford, donde obtuvo su doctorado. Es autorde ocho libros sobre temas de epistemologa y de filosofa de la ciencia y dela tecnologa, de filosofa moral y poltica, as como sobre la relacin entre laciencia, tecnologa y sociedad; ha editado 11 libros colectivos, y ha publicadoms de 90 artculos en estos campos. Entre sus libros se encuentran: La cien-

    cia y la tecnologa en la sociedad del conocimiento. tica, poltica y epistemologa, FCE(en prensa); Cuestiones ticas de la Ciencia y la Tecnologa en el Siglo XXI, coeditorcon Andoni Ibarra (Biblioteca Nueva, Madrid, 2003); El bien, el mal y la razn.Facetas de la Ciencia y la Tecnologa (Paids, 2000). Es investigador del Institutode Investigaciones Filosficas de la UNAM y miembro del SNI (nivel III).Recibi el Premio de la Academia Mexicana de Ciencias en 1988.

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    La necesidad de dar razones en todas estasdimensiones muestra la complejidad del problema. Yapasaron los tiempos en los que la comunidad cientficapoda demandar del Estado mayores recursos que alfinal de cuentas son los recursos pblicos de la sociedadmexicana, mediante un cheque en blanco, con base enla idea de que la sociedad se desarrollaraeconmicamente y alcanzara mayor bienestar social,gracias a las aplicaciones de la ciencia y al desarrollotecnolgico derivado del cientfico.

    La insuficiencia del desarrollo cientfico pors mismoDejando por ahora de lado el muy serio problema de sicontamos en Mxico con una clase poltica y unaadministracin del Estado honestas y eficientes, elsimple desarrollo cientfico, por s mismo, no redundanecesariamente en un mayor desarrollo econmico ysocial, de la misma manera que un desarrolloeconmico medido por ejemplo slo en trminos deincremento en el producto interno bruto, no llevaautomticamente al desarrollo social, ni a un mayorbienestar para la mayora de la poblacin.

    Gran parte de las instituciones cientficas mexicanasfueron diseadas y han venido operando bajo elsupuesto de que la investigacin cientfica es buenapor s misma y de que su funcin es generarconocimiento, el cual es tica y polticamente neutral. Laidea era que ese conocimiento luego podr ser aplicadoen beneficio de la sociedad, y por tanto la ciencia deberecibir recursos pblicos, cuantos ms mejor.

    Esta tesis es de una simplicidad apabullante. Laciencia no es ticamente neutral, ni lo es desde un puntode vista poltico, ni social, ni cultural. Por tanto no tienesentido hablar de la ciencia como buena, ni comomala por s misma. Para comprender esto esindispensable hacer una reflexin profunda sobre laciencia y darse cuenta de que est formada por complejossistemas de agentes intencionales que realizan accionesbuscando ciertos fines, entre los cuales necesariamente seencuentra la generacin de conocimiento, para lo cual seutilizan ciertos medios, y cuyos resultados tienenconsecuencias muchas veces no buscadas. Nada de esto seda al margen de valores. Cuando se trata de dar razonespara apoyar el desarrollo cientfico es imprescindibletomar en cuenta a los sistemas cientficos en su totalidad,y no separar artificialmente una de sus partes, porejemplo el conocimiento cientfico.

    La complejidad y diversidadde los sistemas cientficosLos sistemas cientficos tienen una estructura denormas y de valores que suele variar de unos a otros.Si bien la produccin de conocimiento es comn atodos ellos, y en todos existen controles de calidadepistmicos, ni siquiera stos son los mismos en todoslos casos. Cul es el estndar de prueba que deberaimperar, por ejemplo, para admitir que undeterminado frmaco puede utilizarse pblicamentede manera confiable para tratar cierta enfermedad?Acaso que la probabilidad de error de los mtodosempleados sea menor del 5 %, del 1%? Por qu unmargen o el otro? Quin decide eso y con base en quse decide? Hay criterios objetivos para decidir cul esel margen de error aceptable cuando se va acomercializar un frmaco o se va a liberar al ambienteun organismo transgnico?

    El problema principal es que los sistemas cientficoshoy en da estn imbricados con otros donde los valoresy las normas, los estndares de evaluacin, as como losintereses, distan mucho de los ideales de la ciencia quesurgi en los siglos XVII y XVIII, y que si bien continaen cierta medida hasta la fecha, ha sido desplazada enimportancia econmica, social, poltica y cultural, porun tipo de ciencia que se ha combinado con latecnologa y que ha dado lugar a sistemas cientfico-tecnolgicos, que son los que ahora realmente impactana la sociedad, a nuestras vidas, y son los que marcan losderroteros para el desarrollo econmico y social.

    Estos sistemas cientfico-tecnolgicos obedecen auna amplia variedad de intereses y de valores. El filsofoespaol Javier Echeverra ha sealado correctamenteque en estos sistemas entran en juego una diversidad detipos de valores: epistmicos, tcnicos, ticos,econmicos, jurdicos, ecolgicos, sociales, militares,religiosos, estticos y polticos, aunque no siempre estnpresentes todos ellos. En ocasiones, por ejemplo, nohabr valores militares en juego.1

    En general ser difcil que se satisfagansimultneamente y en la misma medida todos losvalores en cuestin, y en algunas circunstancias habrclaros conflictos. Por ejemplo, puede ser difcil oimposible lograr la satisfaccin de un valor econmicocomo maximizar la rentabilidad de una inversin enuna investigacin sobre organismos transgnicos, y almismo tiempo satisfacer valores ecolgicos como unbajo o nulo impacto negativo en el ambiente.

    La ciencia no es ticamente neutral, ni lo es desde un punto de vistapoltico, ni social, ni cultural. Por tanto no tiene sentido hablar de laciencia como buena, ni como mala por s misma.

  • Atmsfera primigenia (2004), tinta en papel, 45 x 54 cm

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    Cometa imaginario (2000), tinta en papel, 27 x 39 cm

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    A diferencia de lo que ocurra con la cienciatradicional, donde era posible identificar comunidadescientficas por medio del cmulo de supuestos, normas,valores y estndares compartidos es decir, por mediode los paradigmas cientficos de los que habl ThomasKuhn, los sistemas cientfico-tecnolgicoscontemporneos han dado lugar a comunidadescientficas que aunque tengan un campo de trabajocomn, digamos la biotecnologa, pueden diferirampliamente en sus intereses y valores dominantes.

    Es realmente el inters de las grandestransnacionales que producen frmacos o semillastransgnicas solucionar problemas como el sida o ladesnutricin, es decir, grandes problemas sociales? Oms bien su inters fundamental es obtener una altarenta para sus inversiones multimillonarias? Son delmismo tipo los intereses y los valores de losbiotecnlogos que trabajan en instituciones pblicascomo el Cinvestav y la UNAM, que los de quienestrabajan para Monsanto? Sus estndares y valorespueden diferir, incluso en el terreno metodolgico, puesen muchas ocasiones ni siquiera estarn de acuerdo enlos mtodos y en los estndares de prueba, como sepuso en evidencia en la discusin internacional sobre laintrogresin gentica en variedades de maz criollomexicano. Entre quienes estn al servicio de lasinstituciones pblicas muy probablemente prevalecerel inters en ofrecer una orientacin fidedigna a lapoblacin en materia de los beneficios, pero tambin delos riesgos, de la liberacin al ambiente dedeterminados organismos genticamente modificados,o incluso de los riesgos de determinadas investigaciones(como las relacionadas con modificaciones genticas devariedades de maz, no con fines alimenticios sinofarmacolgicos), mientras que es de esperarse queprevalecer el inters econmico entre quienes trabajanen las empresas privadas transnacionales.

    Estos son slo algunos aspectos de los cambios que dehecho ha experimentado la ciencia en los ltimos 50aos. Ante este panorama, cul debera ser la actitudms razonable de la comunidad cientfica mexicana queacompaase la exigencia de una mayor inversin de lasociedad en ciencia? Creo que las circunstancias imponenque la comunidad asuma un claro compromiso socialque debe incluir la idea de colaborar en la generacin yel aprovechamiento del conocimiento para beneficio ybienestar de la poblacin, reconociendo y respetando sudiversidad cultural, lo cual incluye la idea de potenciar elaprovechamiento de los saberes tradicionales, y de

    coadyuvar en la vigilancia y control del riesgo quegeneran los mismos sistemas cientfico-tecnolgicos.

    El nuevo contrato social para la cienciay la tecnologaEse compromiso debe incluir la aceptacin del nuevocontrato social para la ciencia y la tecnologa, segn elcual la sociedad sostiene y promueve a stas como mediosidneos para satisfacer los valores de desarrollo cultural,bienestar, equidad y justicia social. Las comunidadescientficas merecen ser apoyadas porque ellas y susproductos tienen valor para la sociedad. A cambio, losagentes de los sistemas cientficos reconocen que stos noestn aislados, sino que forman parte de sistemas msamplios que tienen dimensiones econmicas, polticas,educativas, sociales y culturales, y asumen compromisosen la bsqueda de soluciones a problemas sociales.2

    Bajo el nuevo contrato se mantiene la idea, desdeluego, de la autonoma epistmica de las comunidadescientficas y tecnolgicas, pues slo as podrn lograr susobjetivos en la produccin de conocimiento. Laautonoma epistmica significa que el conocimientocientfico es generado dentro de las comunidadescientficas por medio de sus prcticas, que tienen suspropios y especficos valores y normas para organizar eltrabajo y para la aceptacin y rechazo de sus productos(hiptesis, teoras, modelos, tcnicas).

    Pero la relativa autonoma epistmica (relativaporque ya hemos visto que incluso los estndares deprueba que se acepten pueden estar afectados por otrosintereses), no significa que las comunidades cientficasestn al margen de la sociedad. La justificacin parasostener los sistemas de ciencia con dineros pblicos esque pueden contribuir a dar respuesta a demandas de lasociedad, que incluyen pero no se restringen slo alas econmicas y las empresariales, y que abarcan entreotros tambin problemas de salud, educacin, cultura,seguridad y desarrollo sostenible.

    Esto no significa que todos los cientficos tengan quetrabajar directamente sobre las demandas sociales. Unacosa es que los sistemas cientfico-tecnolgicos debancontribuir para encontrar soluciones a problemasplanteados por diferentes grupos humanos, y otra distintaes que todos los individuos o todas las instituciones debandesarrollar los mismos tipos de acciones o proyectos, envez de asumir una razonable divisin del trabajo cientfico.Los sistemas cientfico-tecnolgicos slo podrn contribuira la satisfaccin de las demandas sociales si tambindesarrollan de manera intensa la investigacin bsica.

    La autonoma epistmica significa que el conocimiento cientfico esgenerado dentro de las comunidades cientficas por medio de susprcticas, que tienen sus propios y especficos valores y normas paraorganizar el trabajo y para la aceptacin y rechazo de sus productos(hiptesis, teoras, modelos, tcnicas).

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    Los sistemas sociales cientfico-tecnolgicosEn suma, la exigencia de mayor inversin en ciencia porparte de la sociedad debe ir acompaada de un esfuerzopor parte de la comunidad cientfica para incorporarseefectivamente, y promover los sistemas que podramosllamar sistemas sociales cientfico-tecnolgicos.3 Adiferencia de ver a las comunidades cientficas y a susinstituciones como aisladas del resto de la sociedad ycomo demandantes de fondos mediante cheques enblanco, desde esta perspectiva se les concibe comointegrantes de los complejos sistemas sociales cientfico-tecnolgicos, los cuales incluyen: 1) las comunidades decientficos compuestas tanto de representantes de lasciencias naturales y exactas como de las sociales y lashumanidades; 2) gestores profesionales de la ciencia yla tecnologa (profesin que an no se ha desarrollado enMxico, y que es una necesidad actual) entre cuyas tareasse encuentra centralmente la atraccin de fondos deinversin y su administracin eficiente; y 3)profesionales de mediacin que no sean slodivulgadores de la ciencia (que lleven mensajes slo enel sentido de la ciencia a la sociedad), sino que seancapaces de comprender y articular las demandas dediferentes sectores sociales (empresarios, entre otros,pero no exclusivamente ellos) y llevarlas desde losdiferentes grupos sociales al medio cientfico parafacilitar la comunicacin entre unos y otros.

    Los sistemas sociales cientfico-tecnolgicos, queentendidos de esta manera seran un tipo de losllamados sistemas de innovacin, incluyen entonces a lossistemas cientficos en sentido estrecho, donde se generael conocimiento, pero tambin a los mecanismos quegarantizan que tal conocimiento ser aprovechadosocialmente para satisfacer demandas de diferentessectores, y por medios aceptables desde el punto de vistade quienes sern afectados. Por eso es indispensable laparticipacin de cientficos sociales y de humanistas enesos sistemas. Pero como al final de cuentas talessistemas deben tener como consecuencia beneficios paradiferentes grupos sociales, es necesario que adems hayauna participacin de representantes de los grupos quesern afectados y, en su caso, beneficiados.

    El fortalecimiento de tales sistemas implica el avancede la ciencia mediante un incremento de la inversin enella, pero al desarrollarse mediante sistemas donde se dauna comunicacin entre las comunidades cientficas con

    quienes toman las decisiones concernientes a la inversiny quienes demandan el conocimiento para resolver susproblemas, el resultado es la consolidacin de unaautntica cultura cientfica. Esto significa sobre todoque los ciudadanos y quienes toman las decisiones en losgobiernos y en el sector productivo aprecian el valor de laciencia, y junto con los cientficos entienden que statiene un enorme potencial para coadyuvar al desarrolloeconmico y social y a la comprensin y resolucin deproblemas. Saben por qu es razonable confiar en laciencia y cules son sus lmites, saben tambin quegenera riesgos pero que existen maneras tica, econmicay polticamente aceptables de contender con ellosmediante mecanismos en donde participen cientficos yrepresentantes de los grupos sociales involucrados, ysaben tambin la conveniencia de aprovechar otrossaberes. Por lo tanto, la construccin de una autnticacultura cientfica requiere un gran esfuerzo educativodesde la escuela primaria hasta el posgrado, y va de lamano de la construccin y el fortalecimiento de lossistemas sociales cientfico-tecnolgicos.

    Hace mucho tiempo que la ciencia dej de estarconstituida por individuos excntricos de bata blancaen su laboratorio, cuyo trabajo se financiababsicamente mediante sus propios recursos. Perotambin hace tiempo que la ciencia dej de estarconformada slo por las comunidades cientficasaisladas del resto de la sociedad y encerradas en susinstituciones acadmicas, capaces de dotarse a smismas de reglas, normas, valores y recompensasexclusivas. Ahora la ciencia est imbricada con otrossistemas sociales, econmicos, polticos y culturales.Sin embargo, parece que una parte importantede la comunidad de cientficos en Mxico, tantonaturales como sociales, an no termina de percatarsede los cambios que ocurrieron vertiginosamente en lasegunda mitad del siglo XX. Por el bien de esa mismacomunidad, por el bien de la ciencia en Mxico, y por elbien del pas, esperemos que la mayora de susmiembros pronto reaccionen a los cambios de la pocay entusiastamente colaboren en la construccin y seincorporen a los sistemas sociales cientfico-tecnolgicos. El desarrollo de la ciencia serseguramente mucho mayor y ms acelerado, y losbeneficios para la sociedad mexicana vendrn en esamisma proporcin.

    La construccin de una autntica cultura cientfica requiere un granesfuerzo educativo desde la escuela primaria hasta el posgrado, y vade la mano de la construccin y el fortalecimiento de los sistemassociales cientfico-tecnolgicos.

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    [Notas]

    1 Javier Echeverra, Ciencia y valores, Ed. Destino, Barcelona, 2002; LaRevolucin Tecnocientfica, Fondo de Cultura Econmica, Madrid, 2003.

    2 Vase la Declaracin sobre la Ciencia y el uso del saber cientfico,Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el Siglo XXI: Un nuevo compromi-so, Budapest (Hungra) del 26 de junio al 1 de julio de 1999,UnescoICSU, http://www.campus-oei.org/salactsi/budapestdec.htm, http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001207/120706e.pdf.

    3 Agradezco a Ambrosio Velasco la insistencia en llamar de esta maneraa los sistemas en cuestin.

    Jardn csmico X (2005), tcnica mixta en plstico, 45 x 60 cm

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