NO PISAR LAS FLORES

Es jugar a la pelota en la plaza hasta la hora que me dijo pap, y volver a casa sin demorarme,

Es levantarnos rpido a la maana temprano y no hacernos los dormidos despus de que mam nos despierta,

Es cumplir con las leyes de trnsito al caminar por la ciudad,

Es no correr en los recreos, aunque tenga muchos deseos de jugar a la mancha,

NO CORRERLa Direccin

En el techo, un pedadto de cielo

NijU

o las toquen! -insisti la mam-. Las armas no son un juego de nios. Y se alej de la casa para juntar, de la quinta, las verduras necesitaba para preparar el almuerzo. Lucas y Matas son dos nios que conozco. Vivan con sus padres en un gran campo y para ellos eso era lo mejor del mundo.

Hacan concursos para treparse al molino y, en eso, Lucas era el que ganaba siempre. Construan, con cajones, camiones con volquete, que transportaban toneladas de tierra de un lugar a otro. Armaban trincheras entre las bolsas de trigo en el galpn y molestaban un poco, con tonteras, a Aguar, que no dejaba de ladrar y formaba parte de la "conquista" durante toda la tarde. Pero un da como cualquier otro, al entrar en la casa, notaron la presencia de algo que siempre haba estado all, > pero que nunca haban tocado.

En todos los campos hay armas, porque los campesinos las usan en su trabajo; y en el campo de Matas y Lucas tambin haba. Sin embargo, siempre haban escuchado a sus padres decir: "Las armas no son un juego de nios, no deben tocarlas!" Pero, ese da haba algo que las haca irresistibles... Eran tan brillantes, tan pesadas, tan atractivas.

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-Llevemos las armas a la habitacin antes de que llegue mam -sugiri Lucas. Y, sin decir ni una palabra ms, los dos tomaron la escopeta y la llevaron a la habitacin. Y entonces comenzaron los juegos. Los chicos saban que su pap siempre dejaba las armas descargadas. Conocan tambin en qu lugar del aparador, bien altas, estaban guardadas las balas. Pero, aunque haban tomado el arma, no se les haba cruzado ni por la cabeza jugar con las balas. Solo era un juego de varones, que durara muy poco y se terminara antes de que la mam llegara de la quinta. Se sentaron en las camas frente a frente e inspeccionaron la escopeta. No salan de su asombro al mirar cada detalle. De repente, Lucas tom el arma y apunt a su hermano. E inmediatamente gatillo. Sorprendido, Matas grit: -No lo hagas! Me da miedo! Pero Lucas sigui con el juego. Apunt y gatillo otra vez...

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En ese momento, escucharon la puerta de la cocina. Entonces, Lucas baj el arma y la apoy en el piso spero de ladri... PUMM! El estallido les hizo vibrar sus cuerpos, paralizar sus piernas y, por supuesto, tambin hizo entrar corriendo a la habitacin a la mam, que no dejaba de decir con desesperacin: -Matas! Lucas! Encontr a los dos muchachos mirando hacia el techo de chapa, por el que se poda ver un pequeo pedacito de cielo celeste. Imaginen el final de la historia... y no olviden que la decisin de obedecer es una prueba inteligente de libertad, que todos nosotros debemos utilizar.

Qu es ser obediente?Es no defraudar el amor y la confianza de tus padres, tus maestros y de Dios.

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Es jugar en la plaza sin pisar los canteros de flores ni las plantas.

NO PISAR LAS FLORES

Es proteger los pajaritos cuando juego con mi honda a hacer puntera,

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Es jugar al doctor sin tocar el botiqun de los remedios, como me lo advirti mam.

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Es no tocar las herramientas de pap sin su permiso, aunque est construyendo el mejor camioncito del mundo,

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Es no mirar la televisin cuando mam me dice que no lo haga,

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Es escuchar atentos cuando mami nos lee la Palabra de Dios y seguir todos sus consejos,

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