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OBRAS Q COMPLETAS Q Los nombres de Dios os Jerarquía celeste 03 Jerarquía eclesiástica Teología mística os Cartas varias H P seudo D ionisio A reopagita

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  • OBRAS QCOMPLETAS QLos nombres de Dios os Jerarquaceleste 03 Jerarqua eclesisticaTeologa mstica os Cartas varias HP seu d o D io n isio A reo pag ita

  • O b r a s c o m p l e t a s d e P s . D io n isio A r e o p a g it a El Pseudo Dionisio Areopagita, tres herosmos en conjuncin: Biblia, Filosofa y Religin.Tres dimensiones entrelazadas, elevadas seguro hasta las cumbres de santidad y ecumenismo universal.Rudolf Otto, Thomas Merton, los jesutas,H. de Lubac, Lasalle, W. Johnston... han puesto de relieve la relacin entre la ms profunda religiosidad del Oriente y Occidente. Como fuente de inspiracin les han servido las obras del Pseudo Areopagita, cuya conclusin ms gloriosa viene a ser la Subida del Monte Carmelo y las Noches de San Juan de la Cruz. Esta edicin de sus Obras completas se hace tomando como base el texto crtico editado en Gotinga (Alemania) el ao 1989.La teologa y la espiritualidad cristianas son impensables sin el Pseudo Dionisio. Su obra conserva perenne frescura y constante actualidad, en particular para las almas cuya respiracin es la profunda oracin de cada da (Olegario Gonzlez de Cardedal).

    ISBN: 978-84-7914-615-3

    9 7 8 8 4 7 9 1 461 53

  • La BACLa Biblioteca d e Autores Cristianos (BAC) naci del tronco de La Editorial Catlica y del impulso del catolicismo social que propugnaba el luego cardenal Angel Herrera Oria. Su primer libro, la Sagrada Biblia, apareci el 18 de marzo de 1944. Desde entonces, la BAC ha mantenido los trazos de su primera identidad, que la presentan como el pan de nuestra cultura catlica por su propsito de publicar lo mejor del patrimonio doctrinal y literario de la Iglesia y lo ms granado del pensamiento cristiano de todas las pocas. De ah que la BAC se haya reconocido siempre como un servicio hecho a la fe y a la cultura, mxime en su tradicin de expresin castellana. Tal servicio lo realiza la BAC con acendrado sentido eclesial, acentuando la adhesin al magisterio del Papa y la comunin con toda la Iglesia bajo las directrices de los obispos. Y todo ello formando una comunidad moral en la que la Editorial sea puente de comunicacin entre autores y lectores que no slo aprecien el acervo secular del pensamiento cristiano, sino que lo enriquezcan con las aportaciones de cada momento histrico.Para la realizacin de esta tarea en sus diversas secciones, colecciones y formatos, la BAC ha venido contando con el especial respaldo de la Universidad Pontificia de Salamanca y con la colaboracin de todas las Ordenes y Congregaciones religiosas, as como con la asistencia y simpata de autores y lectores, sacerdotes y seglares, hombres y mujeres que, tanto en Espaa e Hispanoamrica como en el resto del mundo, han sabido convertir a la BAC en un hogar intelectual y cultural abierto a todos.No en vano la obra de la BAC ha sido ya definida como el mayor esfuerzo editorial realizado por catlicos espaoles desde hace siglos.

  • O b r a s c o m p l e t a s

  • PSEUDO DIONISIO AREOPAGITA

    OBRAS COMPLETAS

    Los nombres de Dios Jerarqua celeste Jerarqua eclesistica Teologa mstica

    Cartas varias

    EDICIN PREPARADA POR

    TEODORO H. MARTN

    PRESENTACIN DE

    O le g a r io G o n z l e z d e C a r d e d a lUNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA

    (Reimpresin )

    BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOSMADRID MMVII

  • Coleccin CLSICOS DE ESPIRITUALIDAD

    Coordinador: Teodoro H. Martn

    Consejo* asesor: Salvador Ros, Centro Internacional de Espiritualidad (vila); Saturnino Lpez Santidrin, Facultad de Teologa (Burgos); Francisco Javier Sancho, Ediciones Monte Carmelo (Burgos); Miguel Gonzlez, director del Equipo de Pastoral en la Con- fer (Madrid); Alberto Yubero, director de la Librera Carmelitana (Madrid).

    La traduccin de las obras de Pseudo Dionisio Areopagita ha sido realizada por HIPLITO C id BLANCO, catedrtico de Griego. TEODORO H . MARTN ha traducido La jerarqua eclesistica.

    Primera edicin: octubre de 2002. Segunda impresin: abril de 2007.

    Ilustracin de portada: Capitular del Cdice 75 (s.xm) de las Obras completas de Pseudo Dionisio Areopagita (Biblioteca Nacional).

    Diseo: Cruz Lorente

    Biblioteca de Autores CristianosDon Ramn de la Cruz, 57. Madrid 2007 Depsito legal: M. 18.846-2007 ISBN: 978-84-7914-615-3 Impreso en Espaa. Printed in Spain

  • NDICE GENERAL

    Pgs.

    P r e n o t a n d o s ................................................................................................................... XIP r e s e n t a c i n XIII

    P r l o g o XXI

    I n t r o d u c c i n XXV

    B ib l io g r a f a ................................................................................................................... X L V II

    S ig l a s y a b r e v i a t u r a s ............................................................................................... LIX

    LOS NOMBRES DE DIOS

    C a p t u l o s :

    1. Propsito de este tratado y cul sea la tradicin de los nombres de Dios ............................................................................... 5

    2. Unificacin y diferenciacin en Dios .................................... 153. El poder de la oracin ............................................................. 264. El Bien. La Luz. La Hermosura... no es ser, ni procede del

    ser, ni est en los seres ............................................................. 305. Del ser y los arquetipos 596. De la V id a .................................................................................... 677. De la Sabidura, Inteligencia, Razn, Verdad y F e ............. 698. Del Poder, Justicia, Salvacin, Redencin, y tambin de la

    D esigualdad................................................................................. 759. De lo grande, pequeo, idntico, otro, semejante, deseme

    jante, estado, movimiento, ig u a ld ad ...................................... 8010. Del Omnipotente y Anciano de das .................................... 8611. De la Paz. Del Ser por s. De la Vida por s. Del Poder

    por s. Y de otras expresiones semejantes ......................... 8812. Del Santo de los santos. Rey de reyes. Seor de seores.

    Dios de dioses ............................................................................ 9313. Del Perfecto y del U n o ............................................................. 95

  • VIII ndice general

    Pgs.

    LA JERARQUA CELESTE

    C a p t u l o s :

    1. La ilum inacin............................................................................ ..... 1032. Revelacin de las cosas divinas 1063. Qu se entiende por jerarqua ................................................ ..... 1144. Lo que significa el nombre ngel ...................................... ......1185. Por qu llaman indistintamente ngeles a todos los del

    Cielo? ..................................................................................................1226. Las clases del orden c e le s te ..................................................... ......1247. De los serafines, querubines y tro n o s ..........................................1258. De las dominaciones, virtudes y potestades .............................1339. De los principados, arcngeles y n ge le s .............................. ......137

    10. Recapitulacin y conclusin de la coordinacin de los ngeles . 14211. Por qu se designa a toda jerarqua anglica con el nombre

    comn de poderes celestiales? ........................................... ......14412. Por qu llama ngeles a los humanos jerarcas (obispos) . . 14613. Por qu se dice que el profeta Isaas fue purificado por un

    serafn? ......................................................................................... ......14714. Lo que significa el tradicional nmero de ngeles ...................15415. Imgenes figurativas de los poderes anglicos .................... ......155

    LA JERARQUA ECLESISTICA

    C a p t u l o s :

    1. Qu se entiende por jerarqua eclesistica y cul sea su objeto . 1692. La ilum inacin............................................................................ ......1753. El Sacramento de la Eucarista ....................................................1854. Del Sacramento de la Uncin y sus efectos .............................2025. De las consagraciones sacerdotales. Poderes y actividades . 2126. De los rdenes que forman los iniciados ..................................2237. Los ritos de difuntos 230

    LA TEOLOGA MSTICA

    C a p t u l o s :

    1. En qu consiste la divina tiniebla ...............................................2452. Cmo debemos unirnos y alabar al Autor de todas las cosas . 248

  • ndice general___________________IX

    Pgs.

    3. Qu se entiende por teologa afirmativa y teologa negativa 2484. Que no es nada sensible la Causa trascendente a la realidad

    se n s ib le ......................................................................................... ...... 2515. Que no es nada conceptual la Causa suprema de todo lo

    con ceptual................................................................................... 251

    CARTAS VARIAS

    1. Al monje Gayo 2552. Al mismo Gayo .......................................................................... 2563. Al mismo Gayo .......................................................................... 2564. Al mismo monje Gayo ............................................................. 2575. A Doroteo, dicono .................................................................. ...... 2586. A Sospatro, presbtero ............................................................. 2597. A Policarpo, obispo 2598. A Demfilo, m o n je ..................................................................... 2639. A Tito, obispo ............................................................................ 274

    10. A Juan, telogo, apstol y evangelista desterrado en la islade Patmos .................................................................................... ...... 284

  • PRENOTANDOS

    1. La traduccin est hecha sobre el texto griego de la edicin crtica de la Universidad de Gttingen (Alemania) de octubre de 1989, llevada a cabo por Beate Regina Suchla, Gunter Heil y Adolfo Martn Ritter, la edicin ms autorizada del Pseudo Dionisio en griego. Fue publicada la obra en dos tomos por Ediciones Walter Gruyter en Berln y en Nueva York, coleccin Patristische Texte und Studien.

    2. En la editorial BAC (Madrid 1990) fueron publicadas las Obras completas del Pseudo Dionisio Areopagita con larga y bien documentada introduccin de ms de ciento treinta y cuatro pginas. La traduccin est all orientada a la edificacin espiritual del lector, por lo que busqu entonces claridad en el pensamiento y forma adecuada de expresin, para lo cual hubo que sacrificar el literalismo en favor de la libertad.

    3. En la presente edicin, en cambio, damos preferencia al sentido literal que han pedido algunos estudiantes de Teologa para argir y defender en estudios acadmicos. Por eso quedamos muy agradecidos al traductor Hiplito Cid Blanco, catedrtico de griego, como queda dicho. Mantenemos, no obstante, la riqueza de notas de ediciones anteriores, tiles para telogos profesionales y erudicin provechosa para lectores piadosos.

    4. Desde que le por primera vez los libros del Areopagita me llama la atencin la sobreabundancia de referencias bblicas en el texto, que no dejo de mencionar, pues, a mi parecer, acreditan al autor de pura ortodoxia en la doctrina catlica. Aos atrs eran numerosos los escritores que consideraban al Areopagita ante todo neoplatnico que se vala de la Biblia para confirmar su filosofa. La riqueza y propiedad con que el autor usa los textos sagrados demuestran a ojos vistas su pura catolicidad.

  • XII Prenotrtelos

    5. Quisiera yo recomendar vivamente el estudio que Santa Edith Stein public sobre la Teologa simblica del Pseudo Dionisio. Son cuarenta y cinco pginas, dignas de aquella genial mujer, luz de las naciones y gloria de su pueblo Israel. Hace pocos aos fue incluido aquel trabajo en sus Escritos espirituales, libro que forma parte de la coleccin Clsicos de Espiritualidad (tercera edicin, p. 12-117).

    6. Los ttulos de captulos y algn epgrafe son de nuestra cosecha, no del original, pues no existen en el texto griego.

    T eo d o ro H. M a rtn

  • PRESENTACIN

    La teologa entre la historia y la mstica

    La teologa es una tarea a la vez imposible y necesaria; un quehacer tan sosegado como enardecedor. Cmo puede un mortal proferir una palabra sobre Dios que est a la altura de Dios y tan repleta de Dios que, llegando a la entraa del hombre, le alumbre, purifique y divinice? El hombre ha vivido siempre a la bsqueda de divinas palabras, y cuando las encontr se convirtieron para l en alimento, brasa y llama. Luego esa palabra de Dios no vino de fuera, sino que brot de dentro, de la tierra, de la carne y del tiempo del hombre.

    Entonces la teologa fue Palabra en Persona, con historia particular y nombre concreto. Se llamaba Jess y era hijo de Mara de Nazaret. Fue reconocido como la imagen visible del Dios invisible (2 Cor 4,4; Col 1,15). Y a partir de su resurreccin de entre los muertos, confesado como el Hijo unignito, nos revel definitivamente al Padre y nos dio el Santo Espritu. La palabra de Dios fue entonces palabra de hombre. La teologa y la antropologa se han unido para siempre en fidelidad indisoluble.

    A partir de ese momento la teologa es esencialmente memoria y amor de la Palabra, es decir, del Hijo; inteleccin que sigue a su contemplacin, seguimiento que nace de su celebracin. Cuando Dios se hace historia, el Absoluto tiene un nombre y el Eterno logra rostro temporal, la bsqueda humana se concentra en la admiracin y en la adoracin, en la comunin y en la alabanza. De ellas nacen el sobresalto y el gozo con el agradecimiento que incita a ser cooperadores de Dios para reverberar en el mundo la gloria divina, acercndola a la miseria humana.

  • XIV Presentacin

    La teologa cristiana es memoria histrica, ya que la revelacin y salvacin van religadas al tiempo y al lugar, a Jess, a Poncio Pilato y a los apstoles. Pero no menos es celebracin mistrica, ya que esas realidades no son historia pasada y agotada, sino presente y vivificante por medio de los sacramentos de la pasin y resurreccin del Hijo. Aquella historia y estas realidades las alumbra por dentro el Santo Espritu, interpretndolas y actualizndolas. No hay conocimiento del tiempo, palabra y persona de Jess sin audicin del Espritu, que l nos dej como su intrprete. Por eso la teologa es audicin del Pneuma, fiel docilidad y generosa obediencia a su impulso.

    Memoria, celebracin y audicin ordenadas al servicio del Evangelio a fin de que sea potencia de Dios para la salvacin de todo el que cree, primero el judo y luego el griego, pues en l se revela la justicia de Dios (Rom 1,16-17). Un servicio de salvacin al prjimo en su historia concreta es esencialmente la teologa. Y a quien as la ejerce, se le convierte en fuego sagrado. Poniendo a los hombres ante el Misterio, llama que arde sin consumirse l y consumndonos a nosotros, nos deja saber, ya no haciendo, sino padeciendo y experimentando, quin es Dios como vida verdadera del hombre.

    La teologa desemboca as o al menos aboca a la experiencia mstica. Cada telogo cultivar uno de estos aspectos y todos juntos forman la teologa, como inteligencia, amor y esperanza de las realidades que la Santa Iglesia cree, confiesa y realiza. Y dentro de ella cada uno de sus miembros. El Misterio bblico es manadero permanente de mstica cristiana all donde el hombre quiere or y obedecer, responder y amar a Dios con toda su alma, su mente y su corazn.

    La originalidad de este autor

    El autor cuyas obras tiene el lector entre sus manos es un desconocido que aparece en la historia identificado con aquel discpulo que San Pablo hizo en el arepago. Sali Pablo de

  • Presentacin XV

    en medio de ellos. Algunos se adhirieron a l y creyeron, entre los cuales estaba Dionisio Areopagita (Hch 17,33-34). Durante siglos se percibi en l la ladera secreta del mensaje paulino. Por su medio, el Apstol habra transmitido su mejor doctrina y espritu a toda la Iglesia. Y ese origen apostlico, a la vez que la suma de memoria bblica, races platnicas, fuerza esttica y enraizamiento eclesial, le han otorgado una fascinacin que ningn otro nombre ha ejercido en la historia del cristianismo.

    Esa fascinacin, que le ha convertido en el padre de la mstica, no slo tiene su fundamento en el supuesto origen apostlico, sino en la peculiar naturaleza de su teologa. El Pseudo Dionisio y San Agustn nos ofrecen las dos formas arquetpi- cas a travs de las cuales pasa todo el espritu oriental a Occidente, toda su filosofa al cristianismo, toda la dimensin esttica y contemplativa a una Iglesia que, en el universo del Imperio romano, cada vez es conformada ms por la moral y el derecho. El Pseudo Dionisio es el perenne exponente de una teologa que va ms all de la lgica e historia, y abre el hombre a la Belleza eterna, a la experiencia de Dios, a la celebracin eucarstica y a la divinizacin. Su presencia en la Iglesia evit la secularizacin interna de la teologa consiguiente al predominio de Aristteles.

    En l convergen las diversas fuentes de inspiracin que nutran el alma filosfica y el alma cristiana en el siglo V. Su teologa refleja as el universo de intereses fundamentales de entonces, explicitados por figuras judas como Filn, helnicas como Plotino y Proclo, cristianas como Gregorio de Nisa y Orgenes, pero que en el fondo son las de siempre. Y todo eso lo hace en la medida en que relee la Biblia. En l, la historia particular que nos narra la Biblia remite a una contemplacin de la realidad divina universal, la experiencia histrica abre a la experiencia mstica y el tiempo desemboca en el Misterio.

    Esta voluntad de particularidad bblica y de universalidad filosfica, de inteleccin y de amor, de acceso al Dios innombrable y de acogimiento al Dios que se nos da dicindose en

  • XVI Presentacin

    silencio y amor: sa es la ltima raz de su perenne fascinacin. Y en la medida en que la teologa se haga ms cientfica, prctica o histrica, mayor seguir siendo esa capacidad suya para excitar en el cristiano la pasin por el Dios que es Belleza a la vez que Verdad, Amor a la vez que Realidad, Don presente y divinizador a la vez que Promesa de futuro, Paz a la vez que Exigencia.

    El Pseudo Dionisio es el exponente mximo de una teologa que, a la altura de su conciencia histrica y de la racionalidad posible entonces, ha dejado percibir la dimensin esttica, litrgica y mstica del cristianismo.

    La historia de la teologa y espiritualidad cristianas es ya impensable sin nuestro autor. Ningn otro se le puede comparar en influencia ejercida a lo largo de ms de diez siglos: desde su aparicin en el comienzo del siglo VI hasta finales del siglo XVI. La racionalidad moderna a partir de Descartes y Kant, la ra- dicalizacin escolstica primero y bblica despus de la teologa, la primaca otorgada a la dimensin moral del Evangelio y otras razones hicieron que su voz se apagase en los tres ltimos siglos. Hoy la podemos recuperar, no para imitarla verbal o conceptualmente, sino para ensanchar el horizonte de la experiencia cristiana y para recuperar perspectivas perdidas.

    Su presencia en la historia espiritual de Espaa

    En Espaa tuvo una influencia decisiva, e incomparable con ningn otro autor. Santo Toms, que le haba tributado una admiracin sin lmites y le haba consagrado comentarios analticos, se convirti en la estrella y brjula de la teologa escolstica, mientras que el Pseudo Dionisio se convirti en la estrella y brjula de la teologa mstica. La grandeza de nuestro siglo XVI deriva de esa fluencia y convergencia todava existente entre ambos maestros. Pero en ese mismo siglo se incuba la ruptura entre ambas actitudes: la analtica y conceptual por un lado, la contemplativa y amorosa por otro. La

  • Presentacin XVII

    esttica, el humanismo, el acceso a la Biblia en sus lenguas originales y la poesa popular fueron por unos caminos. La universidad, la teologa acadmica y la organizacin eclesistica postridentina fueron por otro. San Ignacio, Santa Teresa, Fray Luis de Len, Fray Juan de los Angeles y tantos otros todava vivieron el milagro de la unin. Para ellos la verdadera teologa orienta a la contemplacin y al amor de Dios; y no les era pensable una relacin afectiva y contemplativa de Dios que no fuera a la vez logos, referencia a la historia evanglica, vida de Iglesia y accin histrica en servicio al prjimo. Las lumbreras entre los espirituales y apstoles remitieron a l para alimentar la teologa mstica junto a la teologa escolstica (San Juan de la Cruz) y para recuperar un pauli- nismo evanglico frente a una desecacin religiosa del pensamiento y accin eclesiales (San Juan de Avila). A ninguno de los dos los desvi de la responsabilidad histrica y de la accin apostlica el supuesto platonismo de nuestro autor ni su hipottico apoyo a un pensamiento jerarquizante. Ambos recogieron como lema para la propia vida aquella mxima suya: Omnium divinorum divinissimum est cooperan Deo in salutem ani- marum: La ms divina entre las divinas tareas es cooperar con Dios a la salvacin de las almas.

    Esta obra merece el elogio debido a todas aquellas que ayudan a la teologa a ensanchar el horizonte de sus tareas, posibilidades y limites. Frente a angostamientos y radicalizacio- nes, inevitables ya que al hombre le son tan esenciales los olvidos como los recuerdos, de pronto podemos extender nuestro espritu y recuperar dimensiones preteridas. Tras siglos de olvido, la Iglesia y el lector espaoles se encuentran de nuevo aqu con un autor que es todo menos simple. El nos ha dicho que de Dios hay que tener saber y padecer, amor e inteligencia, experiencia y esperanza, memoria y anhelo. Y merece elogio finalmente porque nos har posible entender mejor cmo naci y creci nuestra mejor historia espiritual.

  • XVIII Presentacin

    La significacin perenne

    El hombre sabe de Dios oyndole, respondindole y obedecindole. Sabr as de El, a quien slo el silencio nombra y slo la tiniebla alumbra. Pero ese nombre, que de sus labios en silencio omos, y esa lumbre, que su tiniebla en nosotros enciende, nos son ms necesarios y sustanciales que todos los dems saberes logrados por nosotros. Slo quien es enseado por Dios en el silencio y en el amor sabe de Dios y coopera con Dios. San Juan de la Cruz se sita en esa lnea de pensamiento cristiano, que por instinto no separa, sino une Biblia y filosofa, inteleccin y pasin, contemplacin y celebracin:

    La contemplacin por la cual el entendimiento tiene ms alta noticia de Dios llaman Teologa Mstica, que quiere decir sabidura de Dios secreta, porque es secreta al mismo entendimiento que la recibe. Y por eso la llama San Dionisio rayo de tiniebla. De la cual dice el profeta Baruc: No hay quien sepa el camino de ella ni quien pueda pensar las sendas de ella. Luego claro est que el pensamiento se ha de cegar a todas las sendas que l puede alcanzar para unirse con Dios. Aristteles dice que de la misma manera que los ojos del murcilago se han con el sol, el cual totalmente le hace tinieblas, as nuestro entendimiento se ha a lo que es ms luz en Dios, que totalmente nos es tiniebla (Subida II, 8,6).

    El abismo de Dios nos abisma atrayndonos y purificndonos, encendindonos y divinizndonos. Abismo de tiniebla y de luz al mismo tiempo. Al borde de l vive el hombre mientras peregrina, acogido a su luz y recostado a su sombra. Permanecer ante l con el rostro cubierto, esperando a que pase Yahv y tambin a l le diga como al profeta: Qu haces aqu, Elias? (1 Re 19,13). Y esa palabra suya nos dar celo para luchar por el Dios viviente contra todos los dolos y aliento para servir al hombre llamado a la vida. En esa lucha, que es a la vez adoracin, y en ese servicio, que es a la vez solidaridad, seremos libres. El cristianismo es una propuesta de

  • Presentacin XIX

    liberacin y de divinizacin. En l la teologa nace de la palabra que llama y de la experiencia que sostiene. Por eso es tica y mstica inseparablemente. Si esta edicin nos ayuda a descubrir y sostener esta sagrada tensin, ya sera una riqueza y el autor merecera todo nuestro agradecimiento.

    O legario G o nzlez d e C ard ed a l Universidad Pontificia de Salamanca

  • PRLOGO

    La doctrina del Pseudo Dionisio Areopagita ha ejercido, por ms de un milenio, influencia innegable en la vida de los cristianos ms cultivados. Ha sido nicamente por creerle discpulo inmediato del apstol San Pablo? Prescindiendo de la supuesta aureola apostlica y martirial, el autor del Corpus Dionisiacum tiene valor de perenne actualidad por haber hermanado razn y fe en el camino de la perfeccin humana. Fe es luz puramente espiritual que necesita reflejarse en el pensamiento o formas culturales del hombre para poder ver al Invisible. Dios es conocido en el Verbo hecho hombre. Como la filosofa platnica sirvi de expresin a la fe de San Agustn, Dionisio encontr en el neoplatonismo y otras frmulas culturales de su tiempo el vehculo para correr por el camino de salvacin. Algo parecido hara Santo Toms siete siglos despus con la filosofa aristotlica, y Teilhard de Chardin lo intent en nuestro tiempo con las ciencias. No ha de ser un ideal constante para todo discpulo de Cristo santificarse por el cumplimiento de sus quehaceres? Esta actitud de encarnacin da al autor del Corpus Areopagiticum categora de actualidad mientras haya personas de fe pura. Porque lo invisible de Dios, su eterno poder y divinidad, resulta visible para el que reflexiona sobre sus obras (Rom 1,20). Dionisio expresa esa reflexin por medio de los Nombres de Dios, teologa discursiva o cataftica, que descubre la presencia del Seor y la afirma descendente desde la simplicidad divina por la multiplicidad de la creacin.

    Pero mi rostro no lo podis ver le fue dicho a Moiss porque nadie puede verlo y quedar con vida (Ex 33,20). Juan, el que sinti los latidos del Corazn de Jess, lo reafirma categricamente: A Dios nadie le ha visto jams (Jn 1,18). Los anlisis de la reflexin, teologa discursiva, lie-

  • XXII Prlogo

    van, cuando mucho, a la contemplacin (Gecopia), o cosmovi- sin interpretativa del mundo. A veces, desafortunadamente, han degenerado en gnosis (yvcDaiq), como una ciencia mgica que hace del hombre un pequeo dios, dominador-intrprete del mundo; de ah fcilmente pasa a la agnosis, o ver nada ms que el mundo, sin capacidad de pensar en la Causa, de modo que los que ven quedan ciegos.

    Vivir en cristiano es seguir a Cristo, no mera teora o conocer, sino prctica (Tcpa^ iq), o seguimiento, hasta alcanzar la promesa de que los limpios de corazn vern a Dios (Jn 9,39; Mt 5,8). La encarnacin es medio para la ascensin. Es aqu donde Dionisio muestra su mayor originalidad, por la teologa simblica y la teologa negativa, o apoftica, como las mejores escalas de elevacin para la unin, teologa mstica. Cerrando los ojos a lo sensible y aun a lo inteligible, concentra sus fuerzas en cooperacin (cruvepTEia) con la gracia de Dios recibida por las Jerarquas (Iglesia) para alcanzar la plena visin o unin con el Uno. En esto est la perfeccin, es decir, el despliegue total de la mente (vou

  • Prlogo XXIII

    rado agilizar las frases griegas de largas subordinaciones, propias de las lenguas clsicas, para evitar al lector moderno perderse en penosos laberintos. A veces se han traducido palabras inusitadas por trminos ms prximos al odo castellano, por ejemplo, tearqua (0eapxia) por deidad; teologa y telogos, en Dionisio, quiere decir la Biblia y los profetas.

    Quedamos muy agradecidos por los excelentes artculos sobre el Pseudo Dionisio en el Diccionario de Espiritualidad, que nos han facilitado esta publicacin. Asimismo, el uso que nos han permitido hacer de las notas con que estn enriquecidas las recientes Obras completas del Pseudo Dionisio, en Nueva York, y la edicin de la Jerarqua celeste, en Sources Chrtien- nes, de Pars. Ofrecemos gustosamente a los lectores de habla castellana un libro de primera calidad en la historia de la espiritualidad cristiana: las obras del Pseudo Dionisio Areopagita, por primera vez publicadas completas en castellano. Vuelva aquel autor annimo, estrella del Oriente, a brillar sobre el suelo de Espaa, que todava guarda de l tan ricos recuerdos.

    T eo d o ro H. M a rtn

  • INTRODUCCIN

    1. Desde hace ya catorce siglos han intentado, sin conseguirlo, determinar la patria del autor de las cinco obritas autnticas que forman el Corpus Dionisiacum oAreopagiticum Lo enmarcan, en el tringulo del Imperio bizantino, Alejandra, Constantinopla y Antioqua. Contina ms secreto an el anonimato de su personalidad, por mucho que hayan investigado sobre ello desde fines del siglo xix. Pero se ha conseguido felizmente saber que, tras el glorioso pseudnimo, hay un cristiano, adems monje 2 profundamente familiarizado con las Sagradas Escrituras y neoplatnico en filosofa 3. Por esta ltima caracterstica le han podido situar certeramente entre los aos 450 y 520 de nuestra era cristiana. Es evidente su dependencia de la escuela neoplatnica de Atenas, y concretamente de Proclo, director de la misma por unos cuarenta aos 4.

    No podramos comprender a Dionisio sin conocer previamente a Platn, en el sincretismo filosfico que comenz

    1 Por el orden tradicional, y tal como se presentan en la Patrstica de Migne (MG III), son: Jerarqua celeste, Jerarqua eclesistica, Nombres de Dios, Teologa mstica, Epstolas o Cartas (no ms de diez). En el mismo orden, los ttulos en griego son: 7iEpi tt|

  • XXVI Introduccin

    cien aos antes de Cristo y termin en el siglo V, con Proclo, director de la Academia en Atenas. Protestaba Lutero de que Dionisio platoniza ms que cristianiza 5, y le podemos ahora responder justamente lo contrario: cristianiza lo platnico. Pero, ciertamente, el Corpus Dionisiacum no habra sido posible sin el ambiente neoplatnico donde naci, como fruto de una mente serena que reconoce, acrisola e incorpora armoniosamente los grandes valores de filosofa y religin al servicio de la fe puramente cristiana 6.

    Desde el crepsculo de las grandes escuelas filosficas de Grecia, casi dos siglos antes de Cristo, se inicia el sincretismo de saberes en que predomina la herencia neoplatnica. Estoicismo, religiones orientales, cristianismo, gnosis son partes integrantes del neoplatonismo que se extiende hasta el ao 529, cuando el emperador Justiniano disolvi la escuela de Atenas, foco de paganismo. Nada de extrao que la santa fe de Jerusaln fulgure con colores neoplatnicos, manifiestos ya en los escritos del Qumrn. De aquel ambiente netamente judaico brotaron los escritos de los apstoles San Juan y San Pablo.

    Proclo (412-485), nacido en Bizancio, o Constantinopla, como decimos ahora, hizo en Alejandra los estudios de Derecho romano, Retrica, Matemticas y Filosofa. All pudo comprobar la influencia teolgica del cristianismo en altos niveles intelectuales, mientras que, por otra parte, desapareca la moral del Imperio. Atenas, ao 430. Proclo ingresa en la Academia de Platn como estudiante de Filosofa. Plutarco y Siriano la regentaron por breve tiempo. Sucedi Proclo al frente durante ms de cuarenta aos. Sus escritos filosficos son sumamente importantes para nuestro caso. Dionisio acu

    5 Cautividad de Babilonia (1520): WA (Edicin Wermar) 6,562.6 Esto impide retrasar hasta el siglo ill su composicin, como pretenden quienes

    lo atribuyen a Amonio Sacas (t 242). Lamentamos tener que disentir totalmente del enfoque que hace a este respecto el jesuta E. Elorduy, quien, por lo dems, acumula rica erudicin en sus escritos y es uno de los muy escasos autores espaoles que han mostrado inters en nuestro tiempo por las obras del Pseudo Dionisio. Cf. E. E lorduy , El Pecado Original (BAC, Madrid 1977) XL-XLIII; Id., Es Amonio Sacas el Pseudo Areopagita?: Estudios Eclesisticos 18 (1944) 501-557.

  • Introduccin XXVII

    de con frecuencia a los Comentarios sobre Parmnides, Timeo, Primero de Alcibades, Cratylo, Repblica, textos originales de Platn. Tres obras de Proclo, en versin latina, Lber de Causis, Elementatio Theologica y Theologia Platnica, atribuidas a Aristteles, han ejercido magistral influencia por toda la Edad Media en Europa. De ellas hizo buen uso Santo Toms. Llegaron a suscitar gran admiracin en E Hegel (1831). Ideas maestras heredadas de Plotino, Porfirio, Jmblico, Proclo y el estoicismo son el Uno, su trascendencia, providencia, divisin de la naturaleza, dialctica de tradas. Sobre todo la cosmovisin (Weltanschauung), o cosmogona, que tanto impresionara a Scoto de Erigena, y pasando por Eckhart, Spinoza, Leibniz, lleg hasta Hegel. De la Unidad (|iovr|) procediendo (rcpo- o6o

  • XXVIII Introduccin

    trales de Plotino, su maestro, aunque con cierta arbitrariedad, y form las Enadas, seis grupos o libros de nueve tratados cada uno. Pocos legados del pensamiento a la humanidad tan importantes como ste. Escritor prolfico, aristotlico ms que platnico, como lo muestra el Isagoge, o libro de Las categoras, de Aristteles. Escribi Porfirio unos quince li- britos contra los cristianos, en particular atacando la veracidad de los evangelios. Sin embargo, manifiesta honda preocupacin por la salvacin del alma y por el culto divino, como se advierte en el libro De regressu animae, la nica obra propiamente suya que ha pasado a la posteridad. Escritores y Padres de la Iglesia aceptaron la terminologa en su versin latina dndole sentido cristiano. Por ejemplo: San Ambrosio, Marius Victorinus, Sinesus de Cirene. San Agustn lo cita en De Civitate Dei X. Porfirio se menciona aqu por haber sido vehculo de su maestro para transmitir, a travs de Proclo y aun directamente, las ideas de Plotino, el gran amante de la sabidura y ms destacado filsofo del neoplatonismo pagano. Plotino es vasta sntesis de tendencias y perspectivas de todo un perodo moral. Animado de un nuevo aliento ntimo, religioso, mstico, influira despus en el pensamiento cristiano medieval y, a travs de l, en el pensamiento moderno, dando eficacia y expansin a lo que hay de eterno en las ideas y en los ideales de Platn 9. Esta filosofa, cristianamente filtrada por el Corpus Dionisiacum, y garantizada por el nombre bblico de San Dionisio, discpulo del Apstol en el arepago de Atenas, ha sido acogida como divina revelacin, especialmente en Europa, por ms de mil aos.

    4. Nacido en el Alto Egipto, cuando Amonio Sacas (t 242) iniciaba genialmente el neoplatonismo cristiano en Alejandra, el joven Plotino asisti durante once aos a esta escuela de filosofa cristiana, donde, adems de Amonio Sacas, su maestro, escriturista eximio, el filsofo ms ilustre de su generacin, prestigio y honra de la ciencia en los primeros

    9 A. Q u e r eja z u , Filosofa, la Verdad y su historia (Moneda y Crdito, Madrid 1968) 90.

  • Introduccin XXIX

    tiempos del cristianismo 10, hall como estudiante a Orgenes, no menos genial y cristiano. Por lo cual, se puede decir que el neoplatonismo pagano de Plotino a Proclo es una derivacin del neoplatonismo cristiano. Nada de extrao que San Agustn 11 encontrase en la Enada V el dogma de la Santsima Trinidad y vestigios de San Juan Evangelista 12.

    5. La filosofa de Plotino es un mtodo. No slo para discurrir; es ante todo un camino prctico para que nuestra alma, mediante la catarsis o purificacin, se eleve hasta la unin con el Uno, plenitud de ser o Supraesencia, Ser sobre todo ser. Comienza Plotino estableciendo que el grado de realidad est en funcin del grado de unidad. Todo es por el Uno. Nada existe si no es por el Uno, que es principio del ser. Ms all de la ontologa est la Unidad, Hnada (Evaq). Plenitud en simplicidad. El Uno en s es el manantial de toda unidad participada, de todo ser, de toda multiplicidad. Pero el Uno todo lo trasciende. Cada cosa no pasa de ser determinada unidad, no es el Uno. El ser es la huella del Uno; la palabra ser (eivai) deriva del Uno (Ev). Aqu est toda la verdad 13.

    El segundo principio es el paso del Uno al ser: Cmo de la Unidad simple procede un mundo mltiple? Si el ser, la diversidad de seres, fuesen emanaciones del Uno, tendramos la respuesta del monismo: Uno y ser son idntica sustancia. En verdad, as lo han imaginado algunas cosmogonas orientales. Aqu Plotino evita el error con la doble idea del Bien y del

    10 Suele decirse que A. Sacas no era cristiano o que habra apostatado. Afortunadamente no fue as, pues siempre vivi como hijo de la Iglesia y en ella muri. Una frase ambigua de Porfirio, hostil al cristianismo, dio lugar a la desacertada interpretacin del historiador Eusebio, a la que Rufino dio alcance dogmtico equivalente a una apostasa. As lo acept San Jernimo, quien con su autoridad aval e impuls la falsa leyenda. Cf. A. Q u ereja z u , Filosofa..., o.c.

    11 Confesiones VII 9,13.12 Es comprensible asimismo que E. Elorduy haya imaginado que Amonio Sacas

    podra identificarse con el Pseudo Dionisio por su neoplatonismo cristiano. No ha tenido en cuenta, sin embargo, que Plotino estuvo en contacto con A. Sacas durante once aos, y que luego Proclo, discpulo o fiel seguidor de Plotino, haba sido tambin estudiante en Alejandra.

    13 Enada V 5,5; cf. Ennades (ed. Brhier E.) 6 vols. (1960-1963); M. DE Gandi- lla c , La sagesse de Plotin (Pars 1966).

  • XXX Introduccin

    Entender (vovx;). Bien es el Uno en cuanto dice relacin a causar lo que est fuera del Uno. Cmo? Por va de entendimiento. Esa Inteligencia-Bien, o querer proyectarse fuera del Uno, mira, piensa, circunscribe una porcin inteligible del Uno, plenitud simple. Esta determinacin hecha por el pensamiento (vouq) es el ser (ouoxa), esencia, la forma que se multiplica a medida que se materializa y deviene una cosa. Ser y pensar fuera del Uno se identifican. El Bien-Entendimiento, mediador entre el Uno y el ser o seres, es anterior al ser. El mundo, pues, aparece como una jerarqua, gradacin de formas, ms o menos perfectas, a medida de su distanciamiento de la Unidad, de la cual dependen todas las formas.

    El tercer punto consiste en la conexin. Cmo la forma o esencia inteligible, se une a la materia? Esto ser el encadenamiento de la forma o idea, de modo que la materia participe del ser. El eslabn que une se llama Alma, o sea, la Inteligencia en relacin con la materia. As como el Uno produce la Inteligencia, la Inteligencia produce el Alma, intermediaria entre el mundo inteligible y el sensible, ordenadora de los elementos constitutivos del cosmos, causa de su belleza. Es el Alma del mundo. En consecuencia, imagina Plotino las almas individuales como derivaciones del Alma universal, que toman cuerpo segn el papel que les haya asignado la Providencia. Cada alma viene a ser intermediario entre el mundo inteligible que ella contempla y el mundo sensible en que se proyecta, con el que est encadenada. El hombre, por su cuerpo, est comprometido con el mundo sensible, mientras que por su alma est empeado en el proceso de retorno, de vuelta o conversin al Alma del mundo, a la contemplacin de lo inteligible. Puede el alma aprisionarse cada vez ms si se deja llevar por lo sensible, o bien liberarse en la medida en que se convierta hacia el manantial del ser.

    De aqu parte el camino de retomo (emaTpocpn) o ascensin al Uno. A esto, en definitiva, est orientado todo el sistema de Plotino: liberacin, ascensin, unin, perfeccin o plenitud de ser del hombre. Escala ascensional en los grados de sa

  • Introduccin XXXI

    ber: a medida que crece en el conocimiento de las jerarquas superiores, se eleva a s misma y adquiere mayor capacidad para levantar a los inferiores. Esta escala tiene tres peldaos o etapas: purificacin, iluminacin, unin.

    Purificacin consiste en mantener armoniosamente las riendas reguladoras del equilibrio alma-cuerpo, serenidad de nimo, dominio del alma, frenar toda extraversin. Catarsis, o liberacin de las pasiones.

    Iluminacin o contemplacin de las ideas, forma, esencia o ideal que imitar. A medida que lo encarnemos, nos perfeccionaremos. Esto impulsa al crecimiento, a la superacin liberadora, ascensional, por el ejercicio de virtudes. Ser ms o auto- rrealizacin, segn que nos acerquemos al Ser, al Uno, que es Supraesencia. Iluminacin responde a la contemplacin (Gecopeiv), que es mirar imitando lo mejor. Los ojos del alma, como ventanas abiertas, se iluminan. Esto es contemplar: mirar al Uno.

    Unin, que ha supuesto salir de s e identificacin, en cuanto es posible, con el Uno. Es transformarse. Pero Plotino se apresura a prevenir contra falsedades de alienacin. La unin transformante logra la mayor realizacin del alma sublimada, devolvindola a las realidades terrenas: las virtudes cobran sentido nuevo, las realidades triviales se ven magnficas desde la unificacin con el Uno, las tareas ordinarias se vuelven ejercicio de mayor unin con El.

    6. Aqu nos preguntamos: Qu tiene Plotino que ver con nuestro Pseudo Dionisio? Muchsimo, evidentemente. El Corpus Dionisiacum est igualmente orientado por la trada plotiniana del Uno (|xovt|), principio y fin o trmino del crculo creacional; el Bien-Inteligencia, camino (jtpoo6oq) creante por donde todo ser viene a existir fuera del Uno. Cadena descendente y ascensional a la vez, que son las jerarquas: celeste o mundo anglico, y eclesistica, por la cual todo lo terreno se diviniza y vuelve al Uno, punto de partida y trmino del viaje. Sacramento de salvacin llamamos a la Iglesia instituida por Jesucristo. A Dionisio haba preparado

  • XXXII Introduccin

    el terreno Proclo, quien desarrolla el aspecto psicolgico, algn tanto gratuito y confuso en Plotino, para entablar el camino ascensional o de retorno. Las tres etapas o vas ascen- sionales: purificacin, iluminacin, unin, que ocurren con frecuencia en los escritos del Areopagita, las toma ste de Plotino y transmite a toda la cristiandad 14.

    Plotino no fue cristiano, pero s estudiante en Alejandra durante once aos con el eminente maestro cristiano A. Sacas y con compaeros de estudio geniales y cristianos, como es Orgenes. Entendi pronto la Iglesia que el sistema ploti- niano contena muchos elementos valiosos para expresar las verdades de fe. En el concilio de Constantinopla (ao 381) se acuaron frmulas sobre el misterio central, la Santsima Trinidad, con trminos de Plotino. Las tres hipstasis: Uno, Bien-Inteligencia, Alma del mundo, corresponden a las tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espritu. No hay en ellas dependencia de inferioridad (Plotino), sino igualdad y simultaneidad (concilio).

    Para Plotino, y otro tanto para el hinduismo y el budismo, la perfeccin o unin exttica con el Uno es fruto del esfuerzo personal (self-realization) de la mente (vod

  • Introduccin XXXIII

    mica ni contra los griegos ni contra algn otro... La mejor aspiracin de los hombres de bien ha de ser... conocer y proclamar la verdad tal como es (Epist. 7,1).

    Hay en el Pseudo Areopagita un propsito manifiesto de aceptar toda verdad, de reconocer la naturaleza en s misma como buena, no con el estigma de corrupcin que le impone la teologa luterana. Dionisio representa uno de los esfuerzos ms logrados para integrar razn y fe en el camino hacia la verdad plena. Identifica su nombre con el Areopagita, discpulo de San Pablo, lo cual adquiere plena justificacin teolgica, pues equivale a identificarse con la misma actitud positiva, evangelizadora, del Apstol en el arepago: no destruir la filosofa de Atenas, de Plotino en este caso, y dar al Dios desconocido 15 la dimensin trascendente de la resurreccin, que los razonamientos no alcanzan a descubrir.

    Todo lo que de verdad se ha dicho pertenece a nosotros los cristianos, afirmaba San Justino en el siglo II 16. En el siglo V escriba San Agustn: Todo buen cristiano entienda que cualquier verdad, doquier est, pertenece a su Seor 17. Lo mismo que San Ambrosio, cuya frase repite con frecuencia Santo Toms: Toda verdad, no importa quien la diga, viene del Espritu Santo. En Atenas, el neoplatonismo inquietaba al mismo Imperio cristianizado. En el 529, Justiniano suprime por ley la Academia neoplatnica, fuente de paganismo. Pero Dionisio, que no polemiza, acaba de dar otra respuesta al mismo problema: una teologa que sublima la misma filosofa ante la cual se turba el emperador.

    7. Algunos Padres y escritores de la Iglesia, ya antes que el Areopagita, haban tomado la misma actitud positiva con respecto al neoplatonismo, y en particular las enseanzas de Plotino. En Alejandra, Amonio Sacas y Orgenes, San Clemente y San Macario de Egipto; en Asia Menor, Evagrio del Ponto y los dos hermanos San Basilio y San Gregorio Niseno

    15 Puede recordarse la pgina de Hch 17,16-34.16 Apologa 2.a-13.17 De Doctrina christiana II, 18.28.

  • XXXIV Introduccin

    (335-394) con San Gregorio Nacianceno. G. Niseno, llamado el padre de la mstica cristiana 18, haba preparado como nadie el camino al Corpus Dionisiacum, que apareci un siglo despus. San Gregorio se vale de trminos neoplatnicos y vive inmerso en esta corriente filosfica. Sin embargo, las mismas palabras adquieren pleno sentido cristiano. En su libro Vida de Moiss divide el camino de ascenso a Dios en tres etapas: la zarza ardiente, la nube, la tiniebla. Expresiones ms bblicas y poticas que la triple va de Plotino y Dionisio.

    La primera, aunque su nombre sea de luz (8ia (poroq), se refiere a la purificacin. Como San Gregorio advierte, es obra de la gracia que purifica como el fuego; no es conquista meramente humana. Tiene como fin dominar las pasiones y lograr paz consigo mismo, condicin previa para la contemplacin, a la vez que es ejercicio para separarse del mal y del error.

    La segunda etapa es la nube (8ia vetpeA.Ti

  • Introduccin XXXV

    chosa, acrecienta el deseo de visin plena y se torna en penar gozoso, pues ve a Dios en la tiniebla 20. No la esencia de Dios, sino sus reflejos en el espejo del alma. Visin (0ea|ia) muy superior a la contemplacin intelectual del grado anterior o segunda etapa. Esta contemplacin secreta en la tiniebla es la verdadera contemplacin mstica 21. Repetidas veces advierte San Gregorio que no se trata de visin clara, como en la gloria. Lo significa por la expresin en tiniebla aplicada a Moiss, que penetra en el santuario invisible. Tiniebla que es misterioso y oculto conocimiento de Dios 22.

    Es de notar cmo San Gregorio, a la vez que se sirve de terminologa neoplatnica, insiste en la gratuidad y carcter sobrenatural de la contemplacin en su grado superior o mstico. Y aun en las etapas previas, donde es mayor la intervencin del sujeto, pero ya est presente la actuacin de Dios. La purificacin no es mera catarsis, fruto del esfuerzo humano, como en la filosofa neoplatnica; es un gran don de Dios 23. Asimismo, la iluminacin. El recogimiento como tal no tendra valor de gracia si no fuese para encontrar a Dios en el espejo del alma. Supone ya a Dios presente en la imagen de gracia, que es el mayor don. Si el alma se ilumina es por obra del Espritu 24. Lgicamente, la ltima etapa, del xtasis, indica por s misma el predominio del Espritu Santo en las operaciones del alma.

    En conclusin. Los trminos plotinianos que emplea San Gregorio hacen referencia a realidades diversas. Dionisio encontr en San Gregorio, ante todo, un maestro en la aplicacin del lenguaje plotiniano a la realidad sobrenatural de la gracia en plenitud santificante. Adems, en la ltima etapa de la ascensin, Dionisio usa, sin paliativos, los mismos trminos e ideas que San Gregorio: nube, tiniebla, alusiones a Moiss. Puede verse, por ejemplo, el primer captulo de la

    2(1 In Canticum, hom. 11: PG 44.1272AC.21 In Hexaemeron: PG 44.65C.22 De Vita Moysis: PG 44.377D.23 De Virginitate: PG 46.372C.

  • XXXVI Introduccin

    Teologa mstica. Al parecer, dentro de la Iglesia nadie mejor que San Gregorio de Nisa ha preparado el camino para la llegada del Areopagita, as como fueron Proclo y Plotino desde el campo no cristiano.

    8. San Mximo el Confesor (580-662), nacido en Cons- tantinopla, vivi en la corte del emperador Heraclio desde que concluy la formacin humanstica. De all sali para abrazar la vida monstica, en Asia, donde fue campen y mrtir de la ortodoxia frente a las herejas de su tiempo. En nuestros das le ha dedicado especial atencin el prestigioso telogo Hans Urs von Balthasar 25. Tres son las obras de San Mximo con relacin al Areopagita: Scholia, Ambigua, Mysta- gogia; en especial, la primera 26. Los principales temas del Corpus Dionisiacum que San Mximo esclarece y refuerza son stos: misterio de la Santsima Trinidad, creacionismo frente a emanatismo, la cristologa (concretamente lo referente a las dos naturalezas y dos voluntades en Cristo), libertad de la persona dentro de las estructuras jerrquicas, dignificacin del cuerpo humano frente al sentido carcelario del platonismo, armona de los mtodos positivo y negativo en teologa, el xtasis cristiano, cumbre del retorno a la unin con Dios.

    A principios del siglo VI haban comenzado a multiplicarse las copias del Corpus Dionisiacum, traducciones, comentarios, anotaciones, scholia y controversias. Dignos de mencin especial son la traduccin siraca 27 y los scholia de Juan Scytpo- lis, muy anteriores a los de San Mximo y luego fusionados

    25 H. U rs von B a lth a sar , Kosmische Liturgie. Maximus der Bekenner (Freiburg-im- Brisgau 1941). Trad. francesa: Liturgie Cosmique. Mxime le Confesseur (coll. tho. 11, Pars 1947).

    26 ElAmbiguum 5 es tal vez la mejor defensa del Pseudo Dionisio frente a quienes le acusan de monofisita. Contiene un largo comentario a favor de la cristologa, que el Areopagita condensa en el prrafo final de su Carta 4: Cristo, nacido como los hombres, era muy superior a los hombres. Trascendiendo la naturaleza humana, se hizo verdaderamente hombre. Por lo dems, no haca las maravillas de Dios ni realizaba los quehaceres del hombre como si fuera meramente hombre. Antes bien, por ser Dios-Hombre ha llevado a cabo algo nuevo entre muchos: la actuacin divi- no-humana (rr|v 0eav8piKT|v evepTEiav).

    27 P. S h erw o o d , Sergius of Reshaina and the Syriac Versin of the Pseudo- Denys: Sacris Erudiri 4 (Brujas 1952) 174-184.

  • Introduccin XXXVII

    con los de ste 28. Fue San Mximo quien, con su aureola de sabio y mrtir, libr a Dionisio de acusaciones y sospechas monofisitas y apolinaristas.

    Los debates Bossuet-Fnelon, con la acusacin de quietismo, y la condena de Miguel Molinos por parte del Santo Oficio, asestaron un golpe mortal a los estudios de mstica a principios del siglo XVIII. Decreci, por consiguiente, la popularidad del Areopagita. No obstante, como reaccin a la crtica del siglo XIX, se levantaron en Francia voces en favor de San Dionisio con sentido casi patritico. J. Dulac, en 1865, clama con la mayor seriedad del mundo por la autenticidad de San Dionisio, el discpulo predilecto de San Pablo y maestro de la ms alta vida de oracin. Una vida del Santo llena de entusiasmo y devocin lrico-novelesca acompa a la publicacin de sus obras completas 29.

    Despus de la crtica, con sentido verdaderamente constructivo, destacan actualmente en Francia los nombres de dom Ph. Chevallier, M. Gandillac, }. Lebon, R. Roques..., autores de fama mundial en estudios sobre el Pseudo Dionisio Areopagita. Diramos, en conclusin, que se podra hacer una gran historia de la espiritualidad en Europa en torno a la figura del Areopagita.

    9. El planteamiento de la crtica en torno al Pseudo Dionisio Areopagita se puede formular en estos trminos:

    a) Los Hechos de los Apstoles (17,34) nos refieren que algunos de los oyentes de San Pablo, cuando predic en el arepago de Atenas, creyeron en l, y uno de ellos era Dionisio el Areopagita.

    b) Desde principios del siglo VI hay constancia en la Iglesia de una obra cuyo autor se llama Dionisio el Areopagita.

    28 Cf. H. U rs von B a lth a sar , Das Scholienwerk des Johannes van Scythopo- Iis: Scholastik 15 (1940) 16-38.

    29 Oeuvres de Saint Denys l'Aropagite, traduites du grec en fran^ais... par lAbb J. Dulac (Pars 1865). Semejante es la publicacin hecha en el mismo sentido por G. Darboy, publicada en 1845 por primera vez y reimpresa sin la menor correccin

  • XXXVIII Introduccin

    c) Todos, o casi todos, obviamente, pensaron que su autor, de acuerdo con el nombre, era el convertido por San Pablo. Y, por consiguiente, estos escritos gozan de autoridad apostlica, es decir, han de ser considerados poco menos que como palabra de Dios.

    d) A principios del siglo VI, la Iglesia oriental manifest cierta resistencia en aceptar que el autor de esta obra hubiera sido Dionisio, el convertido por San Pablo en Atenas. Pero pronto sigui una comn aquiescencia.

    e) En Occidente se acept siempre como hecho innegable que Dionisio Areopagita, autor de los manuscritos griegos llegados bajo su nombre, era el discpulo de San Pablo, y, por consiguiente, su personalidad e influencia aumentaba con el desarrollo de la piedad y estudios teolgicos en Europa.

    f ) A partir del ao 1457, Lorenzo Valla expres pblicamente sus dudas sobre el hecho de que Dionisio Areopagita, al que se refieren los Hechos, fuese autor de las obras que se le atribuan.

    g) Hoy nadie duda que el autor del Corpus Areopagiticum no es Dionisio el Areopagita, ni pertenece a la era apostlica.

    Ms modestamente han sugerido Hausherr y Urs von Balthasar que se podra identificar al Pseudo Dionisio con Sergio de Reshaina (t 536), quien dominaba tanto el griego como el sirio. Segn estos crticos, habra dado su nombre a la traduccin siraca y un pseudnimo al texto griego, igualmente suyo, y que apenas fue conocido a principios del siglo VI. De hecho, son sirios los primeros testimonios sobre la existencia del Corpus Areopagiticum 30.

    10. Nueva perspectiva se ofrece al lector de las obras del Pseudo Areopagita despus de las conclusiones a que ha llegado la crtica. No son palabra de Dios como las cartas de San Pablo, ni disfrutan de la autoridad correspondiente a los testi

    30 I. H a u sh e r r , Doutes au sujet du Divin Denys: Orientalia Christiana Peo- dica II (1936) 489; H. U rs v o n B a lthasar , Das scholienwerk des Johannes von Scythopolis: Scholastik 15 (1940) 38. Ambos autores muestran sus preferencias por Sergio de Reshaina como autor idntico al Pseudo Dionisio, y guardan esperanzas de que pueda ste ser identificado algn da.

  • Introduccin XXXIX

    gos inmediatos de los apstoles como fueron el papa San Clemente (t 100), las siete de San Ignacio de Antioqua (t 117), el obispo Policarpo (t 155) o el apologista San Justino (t 165). Sin embargo, las obras del Pseudo Dionisio nunca podrn perder el valor inmenso que tienen por s mismas, prescindiendo de la autoridad apostlica que les hayan tributado por ms de un milenio. En toda la historia del espritu afirma Urs von Balthasar, Dionisio representa el caso nico de un hombre de primersimo orden y de influencia incalculable 31.

    Reconocen telogos eminentes como Erigena, Victorinos, San Alberto, Santo Toms, San Buenaventura, Meister Eck- hart, el Beato Ruusbroec, Gerson, Nicols de Cusa, Marsilio Ficino, San Juan de la Cruz, P. de Brulle y Fnelon: qu perdera Dionisio porque no fuera el converso de Pablo en Atenas, el amigo de Timoteo a quien dedicara sus obras, ni se cartease con el apstol San Juan, ni con San Tito, ni con San Policarpo?

    Viene al caso lo que deca don Sem Tob en sus Proverbios Morales al rey don Pedro el Cruel:

    Por nascer en espino yo non siento que pierda la rosanin que sea menos cosa el bon vino por venir del sarmiento.

    Nin vale el azor menos porque en vil nido siga nin los exemplos buenos porque judo los diga.

    En nuestro caso, la crtica reciente entre los catlicos, tanto como la mantenida por los no catlicos, han procedido a ricos anlisis, pero se han olvidado del hilo que entrama la obra como el alma al cuerpo. Hace falta descubrir en el Corpus Areopagiticum la apostolicidad, que no depende de si el autor

    31 H. U rs von B althasar , Gloria II, o.c., 147-148. A pesar de todo, despus se han seguido estudios sobre el tema del autor: P. S h erw o o d , Sergius of Reshaina..., a.c., 174-184; U . R ied in g er ha presentado en 1961 una hiptesis original en el artculo Petros der Walker van Antiochia ais Verfasser der pseudodionysischen Schriften: Sa/zi. Jkb. f Pililos. (1961-1962) 135-156.

  • XL Introduccin

    vivi en el ao 50 o en el ao 500. Importa sobre todo la identidad doctrinal con la enseanza de los apstoles, como se apoya nuestra fe en la Iglesia catlica de los apstoles, fe idntica doctrinalmente con los Doce. El pseudnimo Dionisio Areopagita no es, pues, un simple anonimato y mucho menos una falsedad. No. Es un transporte de hechos y circunstancias que vive el autor en el ao 500 para enlazarlos con la doctrina de San Pablo y sus circunstancias de Atenas en el ao 50. El Apstol nada destrua al anunciar la Resurreccin, antes bien comenz su predicacin tomando pie del altar al Dios desconocido. El Pseudo Dionisio ha puesto su ciencia mstica y su pluma al servicio incondicional de la luz de Dios, de la Resurreccin proclamada por Pablo, Juan y los dems apstoles. Como un puro cristal, quiere ser transparencia, humildad que oculta su nombre para que vean slo la luz. Esto es identidad apostlica, necesaria para el autor que sistemticamente cultiva la sabidura en que converge toda ciencia, como dira San Buenaventura. Sabidura es ver el desbordamiento del amor de Dios, hontanar de lo mltiple por la creacin para que el hombre corresponda en exttico amor de retorno a la unin con el Uno, mar de felicidad. Unidad, procesin o salida, retorno. El Padre por el Hijo baja al hombre; el hombre por el Hijo sube al Padre, y el Espritu, que es el flujo y reflujo de los dos en conjuncin, viento que impulsa las aguas ro abajo de creacin y las devuelve ro arriba en santidad hasta la esencia supraesencial del mar de Dios que es Unidad. Este es el hilo que engarza las perlas de todo el Corpus Dionisiacum. As lo han visto los fieles discpulos del Areopagita, como San Buenaventura y con intuicin de poeta el Beato Ruusbroec 32. En esta misma perspectiva orient la teologa de Santo Toms.

    Por eso, escriba Dionisio, nunca he querido entablar polmicas con griegos (filsofos) ni con nadie (Epist. 7, 1). No destruye el neoplatonismo; lo purifica e incorpora al cristia

    32 J. R u u sb r o e c , Obras (ed. preparada porT. H. Martn, Fundacin Universitaria Espaola, Madrid 1986) 51-73.

  • Introduccin XLI

    nismo, como Pablo en el arepago. La misma actitud con que ahora el ecumenismo del Concilio nos ayuda a comprender los valores del Dios desconocido en los vedantes, budistas y sufes.

    11. Dionisio nos ofrece la Teologa mstica, que consiste en tomar conciencia y adentrarse vivencialmente en el Misterio, en Dios. Lgicamente es un tratado brevsimo, como quien habla para mandar callar. El autor se comporta msticamente. No es un estudio reflexivo sobre el Misterio. Eso sera una Teologa de la mstica, que puede hacerla cualquier telogo serio sin que sea necesariamente mstico.

    Los juegos dialcticos de smbolos, ideas, semejanzas y desemejanzas, inteligibles o ininteligibles, referencias anaggi- cas de lo mltiple a la Deidad indivisible sirven para llegar hasta los umbrales de la unin. All quedan, como se deja el automvil cuando terminamos un viaje. Tenemos que despojarnos completamente de nosotros mismos^ ser del todo para Dios... Slo en cuanto estemos unidos a El nos vendrn en abundancia los dones divinos (DN VII, 1). Lograr nuestra divinizacin mediante el conocimiento de Dios es el hilo de oro que entreteje las obras completas de Dionisio. Es el horizonte de las teologas simblica y discursiva, que progresan por va de afirmacin y negacin, inseparables como mtodo. Pero la manera ms digna de conocer a Dios se alcanza, no sabiendo, por la unin que sobrepasa todo entender (DN VII, 3). Por consiguiente, Dios, en cuanto est ms all de nuestros saberes, es el objeto de la mstica, el punto de mira con que se orienta toda teologa. La Teologa mstica, por tanto, no es un apndice ornamental, sino cabeza que mueve todo el organismo, como la cpula de Santa Sofa da sentido al edificio. En realidad, hablar de teologa mstica es en cierto modo una contradiccin, porque est ms all de cuanto se pueda decir ni pensar. Su lenguaje es el silencio, como dice Dionisio:

    El hecho es que cuanto ms alto volamos menos palabras necesitamos, porque lo inteligible se presenta cada vez ms

  • XLII Introduccin

    simplificado. Por tanto, ahora, a medida que nos adentramos en aquella oscuridad que el entendimiento no puede comprender, llegamos a quedarnos no slo cortos en palabras, ms an, en perfecto silencio y sin pensar en nada. En aquellos escritos el discurso proceda desde lo ms alto a lo ms bajo. Por aquel sendero descendente aumentaba el caudal de las ideas, que se multiplicaban a cada paso. Mas ahora que escalamos desde el suelo ms bajo hasta la cumbre, cuanto ms subimos ms escasas se hacen las palabras. Al coronar la cima reina un completo silencio. Estamos unidos plenamente al Inefable 33.

    De cara al Rayo de tiniebla, la nueva ciencia de la ignorancia, en medio de las ms negras tinieblas, fulgurantes de luz, prorrumpe en alabanza a la Trinidad supraesencial ms que divina y ms que humana (cf. MT I, 1). El Rayo de tiniebla es la misma luz de que habla San Juan en su primera carta, cuando dice que all no hay tiniebla alguna (1 Jn1,5). De modo semejante comenta San Pablo: Lo que ojo nunca vio, ni odo oy, ni hombre alguno ha imaginado, lo que Dios ha preparado para los que le aman, nos lo ha merecido Dios a nosotros por medio del Espritu (1 Cor 2,9). Sin embargo, se llama tiniebla porque el fulgor excesivo de esta luz divina supera la capacidad receptiva del espritu envuelto en los velos de nuestra condicin humano-terrena. Slo Dios puede hacer excepcin a las leyes de distancia infinita fijadas por El en la creacin: somos criaturas. El es el Creador. Dice Dionisio: Si alguno, viendo a Dios, comprende lo que ve, no es a Dios a quien ha visto, sino algo cognoscible de su entorno. Porque El sobrepasa todo ser y conocer (Epist. 1).

    Divina tiniebla es trmino simblico troquelado por la tradicin bblica al expresar la relacin del pueblo escogido con Aquel que puso su tienda en las tinieblas (Sal 18,11), en particular refirindose a la mediacin de Moiss en el Si- na. No sin propsito Dionisio concluye el primer captulo de su Teologa mstica aludiendo a Moiss en las misteriosas tinieblas del no saber... All, sin pertenecerse a s mismo ni a nadie, renunciando a todo conocimiento, queda unido por lo

    33 MT III; cf. Epist. 1.

  • Introduccin XLIII

    ms noble de su ser con Aquel que es totalmente incognoscible. Y por lo mismo que nada conoce, entiende sobre toda inteligencia (MT I, 3). En la tradicin de la Iglesia, tres siglos antes de Dionisio haban venido repitiendo la misma expresin. Ms que nadie, San Gregorio de Nisa 34. Esta tradicin eclesial nos ayuda a entender que no se debe considerar la Teologa mstica independientemente del Corpus Dionisiacum y en particular de las Jerarquas. Vemos tambin que est orientado ante todo al desarrollo pleno de la Iglesia, comunidad orante. El saber no sabiendo, o docta ignorancia, meta adonde ha de llegar el conocimiento vivificante, lo propone Dionisio a lo largo de toda su obra como algo impersonal, filosfi- co-teolgico. No psicolgico, individual, aun cuando no lo excluya, pues dice de su maestro que alcanz ese conocimiento no slo por ciencia terica, sino tambin por experiencia personal de lo divino (DN II, 9). Hay motivo para pensar que Dionisio disfrut experimentalmente de la ciencia mstica, pero se mantiene siempre a nivel doctrinal, como han hecho luego en los siglos siguientes hasta el Renacimiento los grandes escritores msticos. Ruusbroec es el ms destacado de todos en esta lnea. Entendemos as que la experiencia psicolgica es accidental en el estado mstico, aun cuando sta se d normalmente.

    A partir del Renacimiento, la sociedad en general ha dejado de ser teocntrica y se ha fomentado el culto al hombre. Nada de extrao, pues, que los msticos, desde ese momento, abunden en el aspecto psicolgico de la mstica. Pero esto como justamente observa B. Jimnez Duque es algo derivado, concomitante, no la mstica en su misma sus- tancialidad... As es para el mismo San Juan de la Cruz, tan psiclogo..., pero tan profundamente metafsico y telogo en su firme subsuelo. Precisamente para l, cuanto ms real

    34 Cf. W. VLKER, Kontemplation und Ekstase bei Pseudo Areopagita (Fr. Steiner, Wiesbaden), insiste en la continuidad de la tradicin cristiana desde Orgenes a Dionisio, de manera que este smbolo de la teologa mstica aparece con mucha ms significacin cristiana que neoplatnica. Coincide que Dionisio alude a Moiss, que es el ttulo de la obra en que ms lo trata San Gregorio: Vita Moysis.

  • XLIV Introduccin

    e ntima es la unin con Dios y el alma y ms sustancial la accin divina en sta, es, por lo mismo, ms sencilla y sutil, ms desconocida por eso inefable, menos psicolgica, menos experimental 35.

    As procede Dionisio en la Teologa mstica. Conviene alabar la negacin de modo muy diferente a la afirmacin. Afirmar es ir poniendo cosas a partir de los principios, bajando por los medios y llegar hasta los ltimos extremos. Por la negacin, en cambio, es ir quitndolas desde los ltimos extremos y subir a los principios. Quitamos todo aquello que impide conocer desnudamente al Incognoscible (MT II). Negacin es tambin la abnegacin evanglica torturante, purificadora de sentidos y de espritu, como describen Taule- ro y San Juan de la Cruz 36.

    La mstica y su mtodo consisten en una experiencia inmaterial, supra-cognoscitiva, que no perciben directamente ni los sentidos ni el entendimiento, con la firme y filial persuasin de que Dios es totalmente incognoscible (jcavxeAxo

  • Introduccin XLV

    El xtasis cristiano propiamente no se refiere a los arrobamientos, abolicin de la sensibilidad, levitacin y fenmenos semejantes, aunque stos puedan seguirse en un momento dado. Se entiende aqu por xtasis el coronamiento de la vida cristiana por el cual vive el alma habitualmente ms en Dios que en s misma.

  • BIBLIOGRAFA

    Sera necesario un libro de miles de hojas para recoger cuanto se ha escrito, solamente ttulos de comentarios y artculos a lo largo de catorce siglos. Aqu hacemos mencin de trabajos publicados en el siglo xx. Cdices se conservan por Europa unos ciento setenta, especialmente a partir del siglo ix cuando el rey de Francia recibi el cdice regalado por el emperador de Bizancio. En Roma hay 32 cdices, 25 de los cuales se hallan en la Biblioteca Apostlica del Vaticano. En Pars, en la Biblioteca Nacional, hay 24 y otros en bibliotecas nacionales de provincias. En Oxford unos siete. En el monasterio de Santa Catalina, Monte Sina, ms de ocho. En conventos y lauras del Monte Athos se conservan 19 cdices. Tres en El Escorial y algunos en la Biblioteca Nacional de Madrid.

    Desde el siglo xv se multiplicaron, gracias a la imprenta, las ediciones por toda Europa. A Espaa vinieron muchos libros con los textos de Dionisio el Areopagita, impresos en Pars y en varias ciudades de pueblos germanos y flamencos. Damos a continuacin referencia de los libros que todava se conservan en bibliotecas de Espaa.

    A pesar de los avatares sufridos por la Iglesia en Espaa, en particular el expolio de 1835, se conservan muchos ejemplares de las obras de Dionisio Areopagita. En cuanto ha sido posible averiguar, se da a continuacin por orden de ediciones referidas de algunos libros y lugar donde se hallan. El significado de las siglas empleadas solamente para este apartado, es el siguiente: BN = Biblioteca Nacional; BP = Biblioteca Pblica; BU = Biblioteca Universitaria; PR = Palacio Real; * = lugar donde se hallan. En algunos libros ha sido posible ver la casa editorial, pero no en todos.

    1498. Opera omnia (Pars, Higman). * La Cartuja de Miraflores (Bur- gos).

    1502-3. Opera. Veteris et noue translationis, etiam nouissime ipsius Marsilii Ficini. Argentine = Estrasburgo. * BN Madrid; PR M adrid; BP Badajoz; BU Barcelona; BP Logroo; BU Salamanca (2 ej.); B Colombina, Sevilla; BP Zamora; BU Zaragoza '.

    1 Esta edicin fue de capital importancia para los lectores espaoles del siglo xvi. Prcticamente son tres libros en un solo tomo de folio menor, gtico, de casi las mil pginas con lneas largas y parte en columnas. Lleva dos fechas de edicin: marzo, da de San Vidal 1502 y octavo calendas febrero 1503. La primera parte (Veteris translationis) contiene las obras completas con la traduccin de Juan Sarrazin (1167) y los comentarios de Hugo, Alberto, Toms Linconiense y Vercellense. La parte segunda (Noue translationis), obras completas, ms dos cartas no autnticas, traduccin de Ambrosio Traversari (1436) y comentarios del mismo abad camaldulense y

  • XLVIII Bibliografa

    1515. Opera omnia (Pars, per Henricum Stephanum). * BN Madrid (2 ej.); BU Barcelona; BP Zamora.

    1516. Obras completas, edicin en griego (no latn) (Florencia, Philippi Iunctae). * BN Madrid (2 ej.); El Escorial; BU Salamanca 2.

    1519. De Mystica Theologia, lib. I, Augustae Vindelicorum = Augsbur- go (in officina Joannis Miller). * BN Madrid 3.

    1538. De Mystica Theologia et De Divinis Nominibus (Venetiis). * BN Madrid; El Escorial; BP Huesca.

    1539. De ecclesiastica Hierarchia, en griego y en latn (Basilea, offic. Hervagionia). * BN Madrid; El Escorial.

    1541 . Scripta Sancti Dionisii Areopagitae cum D. Ignatii martiris epistolis (Compluti = Alcal) (apud J. Brocarium). * BN Madrid (2 ej.); BU Madrid; El Escorial; BP Burgos; BP Crdoba; BP Palencia; BU Salamanca; BU Sevilla; BP Toledo; BP Valencia; BP Zamora 4.

    1546. Opera omnia, translatio nova Ambrosii (Venetiis) (ad signum Spei). * BN Madrid; PR Madrid.

    1555. Opera omnia (Pars, A. Gourbinum). * BU Barcelona.1556. Opera omnia (Joach. Perionio interprete. Lutetiae Parisiorum)

    (apud Michael Vasconsanus). * BP Len; BP Teruel; BP Toledo.

    florentino. La tercera parte (Novissime translationis) presenta la traduccin de la Teologa Mstica y Nombres de Dios que, con sus respectivos comentarios, hizo Marsilio Fi- cino el 1492. Don Hernando o Fernando Coln, hijo de don Cristbal, el descubridor de Amrica, y de Beatriz Henrquez de Arana, nacido en Crdoba el 1488 y fallecido en Sevilla el 1539, presbtero segn parece, form la biblioteca que ahora lleva su nombre en la catedral de Sevilla. Al final de su vida contaba con 15.400 libros, de los cuales 500 eran incunables. Escribi de su puo y letra sobre el ejemplar de Dionisio Areopagita: Este libro cost en neremberga 58. craicer juntamente con de Mystica Theologia y De Divinis Nominibus con comento de Marsilio que esta en otro volumen registrado el 1521.

    2 Contiene, adems, dos obritas: el Pontifical y el Martirio de San Dionisio. Edicin auspiciada por el papa Len X. De los ejemplares que se conservan en la BN de Madrid, uno proviene de la biblioteca Capuccinorum Patientiae Christi-Matriti.

    3 Preciosa edicin de la Teologa Mystica en griego y en latn, dedicada al obispo de Augsburgo. Texto latino en tres versiones: Sarrazin, Traversari, Ficino. Presentacin a cuatro columnas. Explicada con extractos del Vercellense y el comentario de Juan Eckius sobre Theologia Negativa.

    4 Contiene el texto latino en las tres versiones de J. Sarrazin, A. Traversari, M. Ficino. Esta edicin del Areopagita, con la del 1502 en Estrasburgo, han sido las ms difundidas en Espaa. Est dedicada al cardenal de Toledo don Juan Tavera. Se ha venido diciendo que hubo en Alcal otra edicin parcial de Dionisio (DN y MT) el ao 1504. Dom Chevallier recoge esa opinin en Dionysiaca, p.XXV, pero lo niega el seor Martn Abad, seccin de manuscritos y raros en la BN de Madrid y especializado en ediciones de Alcal en el siglo xvi; asimismo, F. J. N o r t o n , en A descriptive catalogue ofprinting in Spain and Portugal (Cambridge University Press, Londres-Nueva York-Melbourne 1978).

  • Bibliografa IL

    Opera omnia, quintuplici translatione et commentariis Dionysii a Rijkel... (Coloniae) 951 pgs. (H. Joannis Quentel).* BN Madrid; BP Palencia; BU Salamanca (procedente del convento del Arzobispo de Salamanca); BP Soria; Biblioteca de la Catedral de Toledo; BP Zamora.

    1557. Opera omnia (Coloniae, H. Arnoldi Birckmann). * BN Madrid; BU Complutense (interprete Perionio).

    1561-2. Opera quae extant: in eadem Maximi scholia G. Pachymerae para- phrasis et M. Syngeli (Parisiis) (apud G. Morellium). * BN Madrid; El Escorial; BU Salamanca.

    1565. Opera omnia. Ejus vira. Scholia incerti auctoris in librum Ecclesiasti- ca Hierarchia. Ioachino Perionio inteiprete. Lutetiae Parisiorum (M. Vascosani). * BN Madrid; BU salamanca (procedente de los jesuitas).

    1566. Opera omnia... Ioachino Perionio interprete, Lutetiae Parisiorum (M. Vascosani). * BN Madrid; BP Crdoba.

    1569. Opera omnia. Ambrosio Traversari interprete, con otros tratados teolgicos y cartas no autnticas (Parisiis, M. Juliano). * BN Madrid; Cartuja de Miraflores (Burgos).

    1572. Opera omnia. Ioachino Perionio interprete, S. Ignatii epistolae, Policarpi epistolae, Marcialis epstola, Scholia in librum de H. Ecclesiastica, Vincentii Lerensis tractatus de fide (Lugduni = Lyon) (A. G. Rovillium). * BU Salamanca.

    1615. Opera omnia cum ejusdem vita, nunc Graece et Latine conjunctim edita. Accesserunt S. Maximi scholia et G. Pachymerae paraphra- sis. Studio et opera Petri Lanselii. Lutetiae Parisiorum (apud Michaelem Somnium). * PR Madrid; El Escorial; BU Barcelona; BU Granada; BU Salamanca; BU Sevilla; BU Valencia.

    1634. Opera omnia, graece et latine, cum scholiis S. Maximi et paraphrasi Pachymerae a Baltasare Corderio latine interpretata (Antverpiae = Amberes) (ex offic. B. Moreti) 893 pgs. * BN Madrid (2 ej., 4 tomos); PR Madrid; BU Complutense; BU Salamanca; BU Sevilla; BU Valencia 5.

    1677. La misma de Baltasar Corderius. * BN Madrid.1755. Opera omnia graece et latine (Venetiis, Antonius Zatta), 2 vols.

    * BN Madrid; La Cartuja de Miraflores (Burgos) r>.

    Hay existencias en la BN Madrid de las ediciones en francs (1845,1865, 1943), adems de algunas otras publicaciones sobre Dionisio Areopagita venidas del extranjero. Con lo cual demuestran que siempre se le ha

    5 sta ha venido a ser la edicin estndar en griego y latn. Forma los tomos III yIV de la Patrologa Griega de Migne.

    6 Es la edicin ms elegante. Texto griego fundamentalmente el mismo de la edicin Morellius ( 1562), pero enriquecido con el manuscrito griego Marcius Venetus.

  • L Bibliografa

    considerado de valor cultural entre nosotros. En total, quedan por lo menos unos ochenta libros en Espaa de los muchos que vinieron del extranjero para alimentar la piedad de los espaoles con los escritos del Pseudo Dionisio Areopagita.

    a) Referencias generales

    Para bibliografa sern tiles las obras siguientes:Dict. de Spirit., III (1954) col. 244-434, Denys VAropagite; Dict. de Spirit.,

    II (1954) col. 1716-1912, Contemplation, en particular 1886-1911; Dict. d Jtistoire et de gographie ecclsiastiques 14(1960), Denys le Pseudo Aropagite, col. 265-310; Lexikon fr Theologie und Kirche 3 (1959) 402-403, Dionysius, Pseudo; New Catholic Encyclopedia, XI (1966) 943-944.

    Trabajos dedicados por completo a informacin bibliogrfica son los siguientes:B a n d e n h e v e r , O., Geschichte der altkirchlichen Literatur, IV (Frei-

    burg-im-Brisgau 1924) 282-300.C a r r o l , W. }., Pseudo-Dionysius the Areopagite, a Bibliography: 1960-

    1980: The Patristic and Byzantine Review 1 (1962) 225-234.D o h e r t y , K. F., Pseudo-Dionysius the Areopagite 1955-1960: The M

    dem Schoolman 40 (1962) 55-59. Toward a Bibliography of Pseudo-Dionysius the Areopagite:

    1900-1955: The Modem Schoolman 33 (1956) 257-258.D o m C h e v a l l i e r , Dionysiaca. Recueil donnant Tensemble de traductions

    latines des ouvrages attribus au Denys 1Aropagite... (Descle de Brouwer, Pars, I [1937], II [1950]).

    D o n d a in e , H. F., O.P., Le Corps dionysien de VUniversit de Paris au XIII1 si- cle (Istituto Grfico Tibertino, Roma 1953).

    H o r n u s , J. M., Les recherches dionysiennes de 1955-1960: Revue dHistoire et de Philosophie religieuse 41 (1961) 22-81.

    Les recherches rcentes sur le Pseudo Denys 1Aropagite: Revue dHistoire et de Philosophie religieuse 35 (1955) 404-448.

    M o t t o n i , F. DE, II Corpus Dionysiacum nel Medioevo, Rassegna di Studi 1900-1972 (Centro della Storiografia filosfica, Bolonia 1977).

    R o q u e s , R ., UUnivers Dionysien (Aubier, Pars 1954) 7-28 (la informacin ms selecta).

    S p e a r r i t , P.,A philosophical Enquiry into Dionysian Mysticism (Rotex-Druck- dienst, Bosingen 1975) 173-282.

  • Bibliografa LI

    b) Estudios en particular

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    Dionisio el Grande, obispo de Alejandra, autor de los escritos areopagticos (en griego) (Alejandra 1934).

    B a r d y , G., Autour de Denys lAropagite: Recherches de Science religieuse 21 (1931) 201-204.

    B e r n a r d , C h . A., Thologie Symbolique (Ed. Tequi, Rome, Pars 1978). Les formes de la thologie chez Denys TAropagite: Gregorianum 59

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    B o u g e r o l , J. G., St. Bonaventure and Pseudo-Dionysius: Etudes Francis- caines 28 Suppl. (1968) 33-123.

    B r o n s , B . , Sekundre Textparteien im Corpus Pseudo-Dionysiacum? Literarkri- tische Beobachtungen zu ausgewahlten Textstellen (Vandenhoeck und Ru- precht, Gottingen 1975).

    Gott und die Seienden. Untersuchungen zum Verhaltnis van neuplatonischer. Metaphysik und christlichen Tradition bei Dionysius Areopagita (Vandenhoeck und Ruprecht, Gottingen 1976) = torschungen zur Kirchen und Dogmengeschichte 28.

    B r o n t e s i , A ., Llncontro misterioso con Dio. Saggio sulla teologa affermativa e negativa nello Pseudo-Dionigi (Brescia 1970).

    C a b a l l e r a , F., Du nouveau sur le Pseudo Denys?: Revue dAsctique et de Mystique 17 (1936) 90.

    C h e v a l l i e r , Ph., Jsus Christus dans les oeuvres du Pseudo-Denys (Pars 1951).

    C o m b e s , A ., Jean Gerson, commentateur dionysien: les Notulae super quaedam verbo Dionysii de Coelesti Hierarchia (J. Vrin, Pars 1973).

    C o r s in i , E., La questione areopagitica. Contributti alia cronologa dello Pseudo-Dionigi: Atti della Accademia delle Scienze di Torino 93 (1956) 257-268.

    II trattato De divinis nominibus dello Pseudo-Dionigi e i commenti neoplato- nici al Parmenide (Giappichelli, Turn 1962).

    C r e u z e r , F., Initia philosophiae ac theologiae ex platonicis fontibus ducta sive Procli Diadochi et Olympiodori in Platonis Alcibiadem commentarii, 3 vols. (Frankfurt 1820-1822).

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    Zur neuesten Identifizierung des PS. Dionysius Areopagita: Philoso- phisches Jahrbuch der Corres Gesellschaft 64 (1956) 218-227.

    E n g e l h a r t , J. G. V., Dissertatio de Dionysio Areopagita plotinizante (Erlangen 1820).

    Dissertatio de origine Scriptorum Areopagitorum (Erlangen 1822).G a s t a l d e l l i , F., II manoscritto Troyes 1003 ed il testo del commento di

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    na 30 (1933) 176-211. Le Pseudo-Denys est-il Pierre Tlbrien?: Orentalia Christiana Peridi

    ca 2 (1936) 484-490. De doctrina spirituali christianorum orientalium: Orent Chrtien 30

    (1933) 176-211. Les grands courants de la spiritualit orientale: Orentalia Christiana

    Peridica 2 (1936) 351-362. Les orientaux connaissent-ils les nuits de St. Jean de la Croix?: Oren

    talia Christiana Peridica 12 (1946) 5-46. Doutes au su jet du Divin Denys: Orentalia Christiana Peridica 2

    (1936) 489. Ignorance Infinie: Orentalia Christiana Peridica 2 (1936) 351-362.H o n ig m a n , E., Pierre lIbrien et les crits du Pseudo-Aropagite, en

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    Comment Denys le Ps. Aropagite interprete lcriture d aprs la Hi- rarchie Cleste: Recherches de Science religieuse 20 (1930) 45-48.

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    Teilhaben, Hervorgan und Hierarchie bei Pseudo-Dionysios und bei Proklos, en Actes du XI1 Congrs intemational de philosophie (Bruselas, Amsterdam, Lovaina 1953) 153-158.

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    K o c h , H ., Pseudo-Dionysius Areopagita in seinem Beziehungen zum Neoplatonism o und Mysterienwesen, fase.2-3 (Frank Kirheim, Mainz 1900).

    Proklus ais Quelle des Pseudo-Dionysius Areopagita in der Lehre vom Bysen: Philologus 54 (1895) 438-454.

    Nachlnge zur areopagitischen Frage: Theologische Quartalschrift 86 (1904) 378-399.

    Der pseudoepigraphische Charakter der Dionysischen Schriften: Theologische Quartalschrift 77 (1895) 353-420.

    Das Mystische Schauen beim hl. Gregor von Nyssa: Theologische Quartalschrift 80 (1898) 397-420.

    L e b o n , J., L e Pseudo-Denys TAropagite et Svre d Antioche: Revue dltistoire ecclsiastique 26 (1930) 880-915.

  • LIV Bibliografa

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    S c h e r w