proyecto liberal revolucion

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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO “La Revolución Social del proyecto liberal puro, 1854-1872” TESIS Que para obtener el grado de Maestro en Historia Presenta: Pablo Muñoz Bravo. Asesor: Dr. Miguel E. Soto Estrada. México, Distrito Federal Agosto 2012.

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Historia de la revolución plantadas por el partido Liberal en México en la segunda mitad del siglo XIX.

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  • 1

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS

    DIVISIN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

    La Revolucin Social del proyecto liberal puro, 1854-1872

    TESIS

    Que para obtener el grado de

    Maestro en Historia

    Presenta:

    Pablo Muoz Bravo.

    Asesor: Dr. Miguel E. Soto Estrada.

    Mxico, Distrito Federal Agosto 2012.

  • 2

    INDICE

    Agradecimientos, 4

    Introduccin, ... 6

    1. Mxico ante la encrucijada del Estado Nacional. Formacin de facciones

    polticas y proyectos nacionales en Mxico, 1848 a 1853, ..21

    1.1. El camino de la conciliacin. El proyecto de nacin del partido

    moderado.... 28

    1.2. El camino acostumbrado. El proyecto de nacin del partido

    conservador 45

    1.3.Largo y sinuoso camino. De Nueva Orlens a la ciudad de Mxico. La

    incorporacin de los liberales puros exiliados en Estados Unidos a la Revolucin

    de Ayutla 79

    2. El proyecto de los puros. Su sentido revolucionario y social 98

    2.1. Trayectoria de las polticas sociales de la faccin liberal pura. Conciencia

    social liberal 99

    2.2. Las ideas polticas y sociales. Anlisis del proyecto de Constitucin de 1856

    y de las Leyes de Reforma de 1859 continuidad o ruptura?............................115

    3. De la Teora a la Praxis146

    3.1. Entre la especulacin y el beneficio social. Tres liberales mexicanos frente

    al proceso de desamortizacin eclesistica, 1856-1857... 146

    3.2. Continuidad de las polticas sociales, 1861-1872.. 173

    4. Resultados de la Revolucin social... 183

    4.1. El Porfiriato continuidad o ruptura del proyecto social de los

    puros?.................................................................................................... 188

    4.2. Cambios permanentes... 199

    Conclusiones Generales.. 217

    Apndice 1: Operaciones de Juan Jos Baz.. 220

    Apndice 2: Operaciones de Ignacio Ramrez.. 223

    Apndice 3: Cuadros con desamortizaciones a precios populares en los

    alrededores de la Ciudad de Mxico durante el ao 1856 226

    Fuentes y Bibliografa.. 231

  • 3

    El lector de este libro no necesita simpatizar con los

    revolucionarios, ni menos an con los revolucionarios

    primitivos. Solamente se le encarece que reconozca su

    existencia, y que reconozca que ha habido por lo

    menos algunas revoluciones que cambiaron

    profundamente la sociedad, aunque ello no

    desembocase por fuerza en lo que se haban propuesto

    los revolucionarios, ni fuese la transformacin tan

    radical, tan compleja , ni tan acabada como ellos lo

    haban querido. Ms reconocer que se han dado en l a

    sociedad mutaciones profundas y fundamentales no

    depende de que se tenga la conviccin de que la utopa

    es realizable.

    Eric J. Hobsbawm, Rebeldes primitivos.

  • 4

    AGRADECIMIENTOS

    La presente investigacin tuvo el apoyo para su realizacin de una beca por parte de la

    Coordinacin de Estudios de Postgrado de la Universidad Nacional Autnoma de

    Mxico, que tuvo vigencia de agosto de 2009 a junio de 2011, institucin con la que

    desde hace mucho tiempo estoy en deuda, pues a ella debo toda mi formacin desde la

    poca del bachillerato.

    En primer lugar este trabajo est dedicado a las personas que ms cerca han

    estado de m durante la mayor parte de mi vida. Esos seres son mi familia: Viliulfo

    Muoz mi padre, Mara de la luz Bravo mi madre (el ser humano ms maravilloso que

    he tenido la dicha de conocer) y a mis hermanos Erika Muoz, Joel Muoz y familia.

    Ellos en conjunto me han hecho la mayor parte de lo que soy, a veces sin darme cuenta,

    pues es increble tomar conciencia de cmo efectivamente la familia es nuestro primer

    universo social. Con ellos uno aprende a negociar, a debatir y a tolerar distintas posturas

    y posiciones frente a lo que cada quien sostiene.

    En segundo lugar me gustara dedicar este esfuerzo a los compaeros y amigos

    que me escucharon y apoyaron durante este proceso an sin saberlo: a Daniel Altbach

    por ser una persona dispuesta a dialogar con cualquiera y un buen amigo, a Nancy

    Marisol Rodrguez por insistirme en que debo tomarme las cosas menos en serio de lo

    que son (espero algn da lograrlo); a Oscar Zrate Miramontes por haberme ayudado

    con la correccin de estilo; a Pedro Celis Villalba, pues ambos nos ahorramos varias

    sesiones en el psiclogo, ya que al escucharnos expiamos nuestras pulsiones de muerte

    tras este proceso de titulacin. Por ltimo a Vctor Hugo Pacheco, entraable amigo, que

    tuvo la amabilidad de orientarme y asistirme con mis dudas sobre la Escuela Marxista

    Britnica y por su gran conocimiento del Materialismo Histrico y sobre todo por

    ensearme que no soy el nico necio e ingenuo, ni tampoco el ltimo estudiante de

    Historia con alma de filsofo poltico, politlogo y latinoamericanista.

    En tercer lugar quiero hacer patente el agradecimiento que tengo hacia los

    profesores que amablemente ayudaron a mejorar con su revisin esta tesis. Al Doctor

    Miguel Soto agradezco haber aceptado de nueva cuenta ser mi asesor, y haber

    solucionado mis dudas cuando las tuve. A los Doctores que formaron parte de mi

  • 5

    snodo: Cristina Gmez, Silvestre Villegas y Mara Dolores Lorenzo, por sealarme los

    defectos y virtudes de mi trabajo, por haberlo ledo detenidamente y por sugerirme las

    soluciones al problema. Gracias por todo.

    A la Doctora Antonia Pi Suer le agradezco encarecidamente que en primer lugar

    al igual que los dems lectores me haya corregido hasta las comas, asimismo que me

    haya soportado, porque estoy consciente de que a veces puedo ser un poco imprudente,

    tambin el haberme enseado a escribir un poco menos peor, y por compartir con sus

    alumnos su vastsimo conocimiento sobre el periodo de la Reforma y el Segundo

    Imperio. Pero ms que nada por escucharme y haber respetado mi forma de pensar, a

    pesar de que no estaba de acuerdo conmigo en todo momento. Tambin dedico este

    trabajo y agradezco a la Doctora Mara Eugenia Vzquez Semadeni, entraable

    profesora y amiga que tuve la fortuna de conocer en la maestra, por preocuparse por

    este proceso y por ser como es, simplemente increble. Por ltimo esto tambin va para

    el Doctor Ignacio Sosa por preguntarme por la tesis cada que poda y por haberme dado

    la primera oportunidad de entrar al mbito laboral de la Historia. Gracias a todos.

  • 6

    INTRODUCCIN

    El 19 de julio de 1872, todo Mxico, pero en especial la capital de la Repblica despert

    con una noticia inesperada: la muerte del presidente Benito Jurez a causa de una angina

    de pecho que no pudo resistir. El estado de nimo del primer mandatario estuvo minado

    desde aos antes, tras la constante inestabilidad emanada de los aos de guerra y sobre

    todo por la muerte de Margarita Maza de Jurez, su esposa, en 1871.

    En las ceremonias fnebres que se realizaron en el panten de San Fernando ese

    mismo da, en honor al personaje recin fenecido, se dio cita la crema y nata de la

    clase poltica mexicana para despedir al Benemrito de las Amricas. Segn las

    crnicas, los oradores lo elogiaron como al Mesas y como el Redentor, e

    innumerables eptetos, tales como: defensor de la constitucin, hroe de la democracia

    americana, lder de la Reforma, salvador de la Independencia, entre otros.1

    Imagen que contrast sobremanera con la difundida por la prensa a lo largo de

    buena parte de las presidencias de Jurez, pero en especial desde 1867, el inicio de su

    primera reeleccin. Un ejemplo de ello fue el que propin en la prensa Ignacio Ramrez

    en el ao 1871, en el contexto de la segunda reeleccin del presidente y unos meses

    antes de su muerte:

    Lo fuimos a buscar [a Jurez] al confn de la nacin, donde se haba ocultado

    en cuclillas, palpitante bajo los pliegues de una bandera extranjera, mientras los buenos

    mexicanos medan sus armas contra los invasores Qu cosa puede saber Jurez que no

    sepan mil, diez mil, cien mil en la nacin? Los insensatos que recomiendan a Jurez

    como un hombre necesario o no tienen el instinto de que, procediendo de este modo, se

    degradan a s mismos. Es estimarse en muy poco, no digamos ya como republicano,

    sino como hombre, el creerse incapaz de hacer lo que ha hecho Jurez.2

    Despus de su muerte, ataques de tal magnitud no volvieron a hacer acto de

    presencia en general hasta la polmica que levantara Francisco Bulnes en 1904 y 1905,

    a raz de sus libros sobre el ex presidente oaxaqueo. Pero qu era lo que haba

    1 Charles A. Weeks, El mito de Jurez en Mxico, Mxico, Editorial Jus, 1977, p. 32.

    2 Ignacio Ramrez citado en Ralph Roeder, Jurez y su Mxico, Mxico, FCE, 2 edicin, 1984, p. 1055.

  • 7

    sucedido con el presidente mexicano que tras la resistencia exitosa de la Repblica ante

    la Invasin francesa era tenido como el smbolo de esas gestas? Por qu al final de su

    vida termin siendo odiado por la mayora de la clase poltica de entonces? Igual de

    contrastante result, por lo menos para el autor de estas lneas, la declaracin vertida por

    el ex presidente Sebastin Lerdo de Tejada en sus Memorias en el ao 1885, poco

    despus del regreso de Porfirio Daz a la presidencia, en sustitucin de Manuel

    Gonzlez, referente no al presidente Jurez, sino al proceso de Reforma de nuestro pas.

    Pues dejo escrito lo siguiente:

    Yo profetizo para Mxico [] la ms grande y poderosa de las revoluciones.

    No revolucin de partidos, estril y gastada, sino revolucin social. Nadie podr

    evitarla.3

    Declaracin que ha sido tomada por algunos historiadores como el vaticinio de la

    nica revolucin social de nuestra historia, la revolucin de 19104. Esta afirmacin de

    Sebastin Lerdo deja en claro algunas cosas que considero importantes. Por un lado,

    muestra desde mi perspectiva que a pesar de ser uno de los ms cercanos colaboradores

    del ex presidente Jurez desde 1863, Lerdo no fue consciente cabalmente de lo que se

    haba logrado con el triunfo liberal en Mxico; y por otro lado, al parecer no comparta el

    mismo proyecto de nacin que Jurez, pese a que ambos militaron en el bando liberal,

    pues parece sugerir que concibi a la guerra de Reforma e Intervencin francesa

    nicamente como una revolucin de partidos, estril y gastada.

    El objetivo de esta investigacin es precisamente responder esas preguntas

    planteadas al inicio y al mismo tiempo, cuestionar esta interpretacin del ex presidente

    Sebastin Lerdo, que de alguna manera contiene a la versin tradicional sobre esta

    disputa poltica en la historia de Mxico. Por ello se trata de un anlisis histrico del

    significado de la contienda civil e internacional para la posterior historia mexicana, y por

    lo tanto una reinterpretacin del periodo en cuestin.

    En este sentido considero que el periodo 1854-1872 debe de ser examinado o

    visto no solamente como una lucha entre liberales contra conservadores o imperialistas

    3 Citado en Enrique Krauze, Porfirio Daz. Mstico de la autoridad, Mxico, FCE, 1987, (Biografa del

    poder, 1), p.53. 4 Krauze lo cree as en Ibidem, p.54.

  • 8

    por resolver el dilema entre la adopcin de una Repblica o Monarqua como forma de

    gobierno, o una lucha para solucionar la separacin de Iglesia-Estado, o la

    modernizacin econmica del pas, sino entender todos estos cambios como parte de una

    confrontacin ms profunda an entre ambos bandos. Mi propuesta es que el sentido de

    la guerra civil e internacional del momento se puede entender por la promocin de una

    revolucin social en un bando (liberales puros y exiliados) y una contrarrevolucin

    (conservadores y algunos moderados) en el otro.

    La revolucin de Ayutla es el movimiento inicial que desemboca en la Guerra de

    Reforma y la Segunda Intervencin francesa, por su carcter germinal ste proceso ha

    generado ros de tinta para describirla. A continuacin hablar un poco sobre cmo ha

    sido abordada por la historiografa en materia ideolgica. La llamada rebelin del sur

    en contra de la ltima dictadura de Santa Anna, ha sido catalogada por su origen y fin

    poltico. Por tanto algunos autores la describen como un movimiento concebido y

    guiado en esencia por los moderados, pues no contena en sus bases el ataque a las

    corporaciones privilegiadas como la Iglesia y el Ejrcito, ni estuvo dirigido contra un

    sistema, sino contra una persona: Antonio Lpez de Santa Anna.

    Dentro de esta interpretacin encontramos a historiadores como Anselmo de la

    Portilla5, Francisco Bulnes

    6, Edmundo OGorman7, Brian Hamnett8, Silvestre Villegas9

    y Erika Pani10

    , quienes parecen coincidir en el carcter incierto, acomodaticio y

    pragmtico de los personajes protagnicos de la gesta en su actuar y en el resultado de

    la contienda, pues parecen poner en duda salvo Hamnett- el origen radical, social y

    polticamente hablando, de la misma.

    Por otro lado han existido autores que han descrito a la Revolucin de Ayutla

    como un movimiento revolucionario y radical en su origen. Dentro de esa versin

    5 Anselmo de la Portilla, Historia de la Revolucin de Mxico contra la dictadura del General Santa

    Anna, 1853-1855, Mxico, Biblioteca de Mxico- Fundacin Miguel Alemn- FCE, 1993, p. 53. 6 Francisco Bulnes, Jurez y las revoluciones de Ayutla y de Reforma, Mxico, H.T. Milenario-Jus, 1967,

    p. 93. 7 Edmundo OGorman, Precedentes y sentido de la Revolucin de Ayutla, en Secuencia, no. 16, 1990, p.

    108 y 143 8 Hamnett, Brian, Jurez: El Benemrito de las Amricas, Mxico, Nueva colofn, 2006, pp. 71-73.

    9 Villegas Revueltas, Silvestre, El liberalismo moderado en Mxico, 1852-1864, Mxico, UNAM, 1997,

    p. 57. 10

    Pani, Erika, Para Mexicanizar el segundo Imperio. El imaginario poltico de los imperialistas, Mxico,

    Colmex-Instituto Mora, 2001, p. 126 y 356.

  • 9

    encontramos a autores como: Pedro Pruneda11

    , Francisco de Paula Arrangoiz12

    , Manuel

    Rivera Cambas13

    , Enrique Olavarra y Ferrari14

    , Justo Sierra15

    , Andrs Molina

    Enrquez16

    , y Ralph Roeder.17

    Historiadores que con sus matices, parecen coincidir en

    que ese episodio histrico estuvo guiado por los radicales y tuvo como objetivo la

    implementacin del programa del partido progresista, consistente en abolir los fueros

    de las corporaciones, el establecimiento de la guardia nacional, la reforma del clero,

    tolerancia religiosa e hipoteca de los bienes religiosos para construir ferrocarriles.

    Sin embargo dentro de esta corriente hermenutica se deriva otra variante de esta

    interpretacin, pues algunos de aquellos historiadores, tales como Ralph Roeder,

    Andrs Molina Enrquez y Justo Sierra, destacan que la radicalidad del movimiento,

    no slo ocurri en el plano poltico y econmico, con la creacin del Estado-nacin o la

    separacin Iglesia-Estado, como tradicionalmente se le ha tratado, sino dentro del

    mbito social. Por ello Justo Sierra en su momento dijo lo siguiente:

    La segunda Revolucin fue la Reforma, fue la necesidad profunda de hacer

    establecer una constitucin poltica, es decir, un rgimen de libertad, basndolo sobre

    una transformacin social, sobre la supresin de las clases privilegiadas, sobre la

    distribucin de la riqueza pblica.18

    Conclusin que haba sacado aos antes cuando escribi Jurez: su obra y su

    tiempo en donde mencion que la Revolucin de Ayutla fue obra del jacobinismo

    nacional fue su obra magna, fue su obra buena y su fin fue radicalmente

    transformador.19

    11

    Pedro Pruneda, Historia de la guerra de Mjico desde 1861 a 1867, Madrid, Elizalde y Compaa

    editores, 1867, p. 66. 12

    Francisco de Paula Arrangoiz, Mxico desde 1808 hasta 1867, Mxico, Porra, 1968, pp. 425-430. 13

    Manuel Rivera Cambas, Historia de la Intervencin Europea y Norte-Americana en Mxico y del

    Imperio de Maximiliano de Hapsburgo, Mxico, Tipografa de Aguilar e hijos, 3 tomos, tomo 1, 1888,

    pp.167-171. 14

    Enrique Olavarra y Ferrari, Mxico Independiente en Mxico a travs de los siglos, Mxico, Editorial Cumbre, 1977, , tomo IV, pp. 825-826. 15

    Justo Sierra, Evolucin poltica del pueblo mexicano, Mxico, 2 edicin, UNAM, 1957 (Obras completas, vol. XII), pp. 251-252 y Jurez: su obra y su tiempo, Mxico, Porra, 3 edicin, 1974, p.73-

    74. 16

    Andrs Molina Enrquez, La Reforma y Jurez. Estudio Histrico-Sociolgico, Mxico, Tipografa de la viuda de Fco. Daz de Len, 1906, p. 59. 17

    Ralph Roeder, Jurez y su Mxico, Mxico, FCE, 2 edicin, 1972, pp. 181-183. 18

    Justo Sierra, Evolucin poltica.., pp.252-253. 19

    Justo Sierra, Jurez: su obra, pp.73-74.

  • 10

    Andrs Molina Enrquez habra dicho algo similar en 1906, primer centenario

    del natalicio de Benito Jurez, en una obra laureada en el concurso que organizara el

    rgimen porfiriano, por dicha celebracin. En ese trabajo el licenciado Molina Enrquez

    mencion que el instinto nacional daba a la Revolucin de Ayutla, las proporciones de

    una renovacin social.20 Por ltimo Ralph Roeder dijo que los puros quisieron

    transformar un triunfo militar en una revolucin social21; declaracin interesantsima,

    pero en la que no profundiz lamentablemente el historiador estadounidense. Estas tres

    son las interpretaciones ms cercanas que localizamos respecto a la propuesta que voy a

    exponer en adelante, aunque se diferencia de las anteriores, en que intentar demostrar,

    que lo que hicieron los puros con la Reforma, no fue eso, sino una revolucin social.

    Una necesidad se asoma en este anlisis, y es la definicin de un concepto

    fundamental para el trabajo y que utilizar a lo largo del mismo. ste es el trmino

    revolucin social, que atribuyo a los protagonistas de este estudio: el grupo de Nueva

    Orlens (Ponciano Arriaga, Melchor Ocampo, Benito Jurez, Jos Mara Mata, entre

    otros). Es una prioridad aclararlo, debido que parece que estos liberales, por el hecho de

    ser de tal corriente poltica e ideolgica, no podran aspirar a realizar un movimiento de

    esas caractersticas.

    Todo ello surge de la costumbre que a mi parecer hemos adoptado, de relacionar

    nicamente a los socialistas, comunistas y anarquistas, o a todo intento tendiente a

    aniquilar el capitalismo, con estos movimientos. Empero, esto histricamente no se

    sostiene pues, el deseo de hacer una revolucin social no provino unvocamente del

    socialismo, comunismo, ni anarquismo, sino de ciertos episodios histricos que con el

    paso del tiempo fueron catalogados como liberales. En consecuencia, nuestro

    concepto consolidado referente a la revolucin social es producto de hechos histricos y

    de una interpretacin poltica de los mismos, hecha por varios tericos del socialismo

    cientfico, como Carlos Marx y que se ha conservado y traducido a varias generaciones,

    exitosamente. A continuacin intentar explicar brevemente este proceso.

    20

    Andrs Molina Enrquez, La Reforma y Jurez, p.59. 21

    Ralph Roeder, Jurez y su Mxico, pp.181-183.

  • 11

    El concepto Revolucin es definido en el Diccionario de Poltica dirigido por

    Norberto Bobbio como:

    La tentativa acompaada del uso de la violencia de derribar a las autoridades

    polticas existentes y de sustituirlas con el fin de efectuar profundos cambios en las

    relaciones polticas, en el ordenamiento jurdico- constitucional y en la esfera

    socioeconmica.22

    Definicin que se ha visto consolidada por las caractersticas aportadas por

    distintos movimientos y tericos, tales como la revolucin francesa y la revolucin

    definida por el marxismo:

    Justamente en el curso de la revolucin francesa se verifica un cambio

    decisivo en el significado del concepto de revolucin [] de la mera restauracin de

    un orden turbado por las autoridades se pasa a la confianza en la posibilidad de la

    creacin de un orden de nuevos instrumentos de libertad, y en fin es la razn que se

    yergue contra la tradicin como legisladora de una constitucin que asegure no slo

    la libertad, sino que otorgue la felicidad al pueblo. La ruptura con el pasado no

    podra ser ms completa.23

    Continua Pasquino diciendo que:

    Ser finalmente Marx quien dar una forma completa y una finalidad an

    ms majestuosa a la revolucin. Ella aparecer no slo como el instrumento esencial

    para la conquista de la libertad; identificada con el fin de la explotacin del hombre

    por el hombre- y por lo tanto con la posibilidad de derrotar a la pobreza-, sino como

    instrumento para la consecucin de la igualdad identificada en la justicia social y

    para la explicacin de todas las cualidades del hombre.24

    Por lo tanto Marx termin redondeando este concepto de revolucin como el

    ms acabado, convirtindolo en sinnimo de revolucin social y excluyendo al mismo

    tiempo a cualquier otro tipo de manifestacin que no fuera socialista o comunista,

    catalogando despectivamente a los dems movimientos como revoluciones burguesas,

    dado que no buscaban acabar con la explotacin del hombre por el hombre y

    22

    Gianfranco Pasquino, Revolucin en Norberto Bobbio y Nicola Mateucci (dirs.), Diccionario de poltica, Mxico, 3 edicin, 1985, Siglo XXI editores, 2 vols., vol. 2, p. 1458. 23

    Ibidem, p.1461. 24

    Idem.

  • 12

    convirtiendo en consecuencia, a la revolucin socialista como la nica verdadera. Esta

    fue la lectura ideolgica que Marx dio a las revoluciones britnicas y sobre todo

    francesas de 1789, 1830 y 1848, que en origen, no fueron comunistas, sino producto de

    doctrinas que despus se conoceran como liberales y jacobinas. Dicha lectura tuvo

    como fin polarizar a los bandos extremos en la Europa de su tiempo, buscando detonar

    los movimientos obreros en todo el viejo continente.

    Con lo anterior no quiero decir que Marx inventara de la nada el carcter de

    lucha de clases de las revueltas en Europa, pues esas sentencias fueron sacadas de la

    realidad, sino que es preciso sealar que el filsofo alemn marc la pauta en el carcter

    de las revoluciones a partir de mediados de los aos cincuenta del siglo XIX, y con el

    tiempo busc apropiarse del carcter radicalmente transformador de las rebeliones y

    encauzarlas nicamente con la ideologa socialista. Por ello segn George Rude al

    definir lo ocurrido en la revolucin francesa de 1848, Marx dijo lo siguiente:

    [El movimiento] Se trato, ms precisamente, de una lucha entre el

    proletariado y la burguesa y agreg, con palabras casi idnticas a las de

    Tocqueville, que de entonces en adelante la revolucin (y no slo en Francia)

    significara el derrocamiento de la revolucin burguesa, mientras que antes de

    febrero haba significado el derrocamiento de la forma de gobierno.25

    Esa idea se volvera algo recurrente en Marx y parte primordial para entender su

    Filosofa de la Historia, pues sera el fin de la misma. En La Ideologa Alemana asent

    lo siguiente:

    Resumiendo, obtenemos de la concepcin de la historia que dejamos

    expuesta, los siguientes resultados: [] 3 Que todas las anteriores revoluciones

    dejaron intacto el modo de actividad y slo trataban de lograr otra distribucin de

    esta actividad, una nueva distribucin del trabajo entre otras personas, al paso que la

    revolucin comunista est dirigida contra el modo anterior de actividad [] y

    suprime la dominacin de las clases al acabar con las clases mismas.26

    25

    La lucha de clases en Francia, citado en George Rude, La Multitud en la Historia. Los disturbios

    populares en Francia e Inglaterra, 1730-1848, Madrid, 3 edicin, Siglo XXI, 1976, (Historia de los

    movimientos sociales, p.180. Cursivas mas. 26

    Karl Marx, La Ideologa Alemana, Montevideo, Ediciones Pueblos Unidos, 2 edicin, 1968, p. 81.

    Traduccin de Wenceslao Roces.

  • 13

    En otro de sus escritos dira que:

    A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas pocas de progreso,

    en la formacin econmica de la sociedad, el modo de produccin asitico, el

    antiguo, el feudal y el moderno burgus. Las revoluciones burguesas de produccin

    son la ltima forma antagnica del proceso social de produccin [] pero las fuerzas

    productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa brindan, al mismo

    tiempo, las condiciones materiales para la solucin de este antagonismo. Con esta

    formacin social se cierra, por tanto la prehistoria de la sociedad. humana.27

    El xito de esta interpretacin del carcter de las revoluciones socialistas como

    nicas verdaderas se vera reflejado en autores marxistas como Joseph Fontana:

    La Historia definida por etapas que son las pocas de la explotacin del

    hombre por el hombre, de la lucha de clases, conduce ahora a explicar un presente de

    miseria y sujecin. El capitalismo, el sistema mercantil, no es ya el punto de llegada

    de toda la evolucin humana, sino una fase ms que debe ser destruida como las

    anteriores para conducir a la plenitud, que ser una sociedad sin clases sin

    explotacin-.28

    Por supuesto tambin en los miembros ms sobresalientes de la Escuela

    Marxista Britnica, estudiosos como George Rude, Eric J. Hobsbawm y E.P.

    Thompson, quienes al momento de estudiar a las multitudes europeas y los movimientos

    revolucionarios pre modernos y modernos, llegaron a dar ciertas caractersticas para

    definir ms claramente que es una Revolucin social para los seguidores del

    materialismo histrico.

    Por ejemplo E.P. Thompson dio a entender en su Formacin de la Clase Obrera

    en Inglaterra que las causales de los movimientos populares y la revolucin social eran

    varias. Entre ellas, la formacin de sociedades de lectura o clubes polticos, junto con

    crisis econmicas reflejadas en un mal ao de cosechas o la escasez de trabajo, debido a

    la sustitucin de hombres por mquinas; otro elemento importante sera la

    concientizacin de los problemas de la clase trabajadora, por los mismos obreros, a

    27

    Karl Marx, Prlogo a la Contribucin a la Crtica de la economa poltica en Obras Escogidas en tres

    tomos, Mosc, Edtorial Progreso, Vol.1, pp.518-519. 28

    Joseph Fontana, Historia: anlisis del pasado y proyecto social, Barcelona, Crtica, 1999, p.150.

  • 14

    travs del conocimiento de propuestas libertarias modernas como el socialismo utpico,

    que seran enseadas en las escuelas de artesanos o clubs polticos:

    Donde las sociedades de correspondencia mantenan una precaria existencia

    en muchas ciudades, los clubs Hampden de la posguerra o las organizaciones

    polticas echaban races en las pequeas poblaciones industriales. Y cuando toda esa

    agitacin popular se asocia al espectacular ritmo de cambio de la industria del

    algodn, es natural suponer una relacin causal directa. La fbrica de algodoneros

    aparece no ya como el agente de la Revolucin industrial, sino tambin de la social.29

    Otro elemento primordial aparte de los dems, es que los protagonista en estos

    movimientos polticos y sociales, no son los grandes personajes, sino la muchedumbre.

    En consecuencia, esas masas ejercen presin en las autoridades y de ellas obtienen

    medidas favorables a la multitud. Lo anterior ocurre en varios de los episodios narrados

    por estos historiadores. Por ejemplo en las revueltas en Francia e Inglaterra estudiadas

    por George Rude a fines del siglo XVIII y primera mitad del XIX, aparecen de nuevo

    estos patrones, pese a ser matizadas por el autor en sus mviles y fines; puesto que hay

    protestas originadas por el hambre, por la introduccin de mano de obra ms barata,

    por los telares de vapor u otras mquinas. Empero existen otras movilizaciones con

    fines ms profundos y con contenidos de poltica moderna. Esta categora la concedi

    Rude a las revoluciones francesas de 1789, 1830, 1848 y en Inglaterra al movimiento

    Cartista.

    Estos movimientos se distinguieron de los dems, por la destruccin de

    propiedades, maquinarias o haciendas de las personas que se crea, eran las causantes de

    las crisis econmicas, por el uso de la violencia, aunque de forma selectiva y racional, y

    por la movilizacin y asociacin de los trabajadores para conseguir medidas favorables

    en los parlamentos y por que la vanguardia de los movimientos estaba inmersa en

    ideologas polticas modernas como el socialismo.30

    29

    E. P. Thompson, Explotacin [La Formacin de la Clase obrera en Inglaterra] en Obra esencial, Barcelona, Crtica, 2002, edicin de Dorothy Thompson, pp.21-22. Segn Thompson varios

    movimientos artesanos y obreros estuvieron influidos por las ideologas de origen bblico, cartista, y

    owenita. Ver en Ibidem, pp.68-69 y los captulos Tejedores y Conciencia de clase. 30

    Al respecto Rude dijo: Dos factores fueron los que determinaron quiz ms que cualquier otro factor posible que las multitudes de la revolucin francesa de 1848 no fuesen idnticas a las de 1789. Uno de

    ellos fue el comienzo de la industria moderna; el otro, la difusin de las ideas socialistas o casi socialistas

    entre la poblacin obrera e industrial. Rude, La multitud en la Histotoria , p. 171.

  • 15

    Eric J. Hobsbawm retom en algunos de sus trabajos, otras caractersticas de las

    revoluciones sociales. Puesto que mencion que los revolucionarios modernos, se

    distinguen de los rebeldes primitivos entre otras cosas, por creer que es posible la

    creacin de un mundo nuevo y un nuevo tipo de sociedad y por estar familiarizados con

    el concepto de la toma del poder, es decir, pelean por apropiarse del liderazgo poltico

    y por dirigir el Estado.31

    A su vez Hobsbawm consider que la historia de los movimientos sociales

    modernos transcurre del jacobinismo al socialismo y el comunismo modernos, y que

    va desde las primeras asociaciones profesionales de obreros al sindicalismo

    modernos.32 En consecuencia, en su obra desarrolla una distincin entre reformistas y

    revolucionarios:

    Los reformistas aceptan el marco general de una institucin o de una

    realidad social, pero creen que es susceptible de mejora o cuando han encontrado

    en l los abusos, de reforma; los revolucionarios insisten en la necesidad de

    transformarlo fundamentalmente o de sustituirlo. Los reformistas se proponen

    mejorar o modificar la monarqua o reformar la Cmara de los Lores; los

    revolucionarios estn convencidos de que no se puede hacer nada til con ninguna

    de ambas instituciones como no sea abolirlas. []33

    Lo anterior tiene como fin apuntalar las diferencias de los fenmenos sociales a

    estudiarse, se hace esta distincin porque es trascendental cuando se pretende realizar un

    ejercicio de anlisis como este:

    La importancia de esta distincin radica en que los movimientos

    reformistas obrarn de modo distinto de los revolucionarios, y distintas sern su

    organizacin, su estrategia, su tctica, etc. Por ello interesa, cuando se estudia un

    movimiento social, saber a cul de ambas categoras pertenece.34

    31

    Eric J. Hobsbawm, Rebeldes primitivos, Barcelona, Crtica, 2010, (Biblioteca de Bolsillo), pp.17-19. 32

    Ibidem, p.20. Ntese que inicia su recuento de movimientos sociales modernos en el jacobinismo, un

    movimiento que por cierto no fue socialista, ni comunista, ni proto anarquista, sino ms enmarcado en la

    tradicin revolucionaria francesa. Esto es parte de la lectura politizada que seal un poco arriba con Marx

    y que como vimos tambin apareci en Rude. 33

    Ibidem, p.23. 34

    Ibidem, p.24.

  • 16

    La Revolucin de Ayutla, Guerra de Reforma y Segunda Intervencin Francesa

    en Mxico tienen caractersticas que la pueden acercar al trmino de movimiento

    reformista, pero tambin al de una revolucin social si seguimos lo dicho por

    Hobsbawm:

    Los movimientos revolucionarios modernos tienen unas cuantas ideas

    bastante definidas acerca de cmo ha de sustituirse la vieja sociedad por la nueva

    [] Los viejos dirigentes deben ser arrancados de sus posiciones. El pueblo (o la

    clase o grupo revolucionario) debe apoderarse de l y entonces llevar a cabo una

    serie de medidas la redistribucin de la tierra, la nacionalizacin de los medios de

    produccin o lo que sea- [] Los revolucionarios hacen cosas como por ejemplo

    organizar una manifestacin de masas, levantar barricadas, avanzar sobre las casas

    consistoriales, izar la bandera tricolor[] Proclamar la Repblica una e

    indivisible, nombrar un gobierno provisional y lanzar una convocatoria para una

    asamblea constituyente. (Este es en trminos generales el molde que tantos de ellos

    aprendieron de la Revolucin francesa. No es por supuesto el nico procedimiento

    posible)35

    .

    Visto lo dicho acerca del concepto revolucin social en una de las escuelas ms

    importantes del marxismo, pareciera que la propuesta que hago no es funcional, porque

    los protagonistas de mi estudio no son la multitud, sino un grupo revolucionario los

    exiliados de Nueva Orlens36- y porque no son socialistas, ni buscan instaurar el

    comunismo en Mxico. Sin embargo no hay que pasar por alto, que si bien es cierto lo

    anterior, he tratado de mostrar que no solamente los movimientos socialistas son

    revoluciones sociales, que incluso el marxismo reconoce como antecedentes de esta clase

    de movimientos a las Revoluciones francesas de 1789, 1830 y 1848. Al mismo tiempo

    pareciera que mi propuesta es un poco anacrnica y tradicional, por no ser totalmente

    una historia cultural de la poltica, o una historia desde abajo. Empero el estudio se

    35

    Ibidem, p.86. Cursivas mas. Ntese en la cita como Hobsbawm vuelve a utilizar a la Revolucin

    francesa como un movimiento revolucionario moderno- concepto cercano o sinnimo de la revolucin

    social en el marxismo- y cmo fue consciente y supo distinguir al igual que Marx, Rude y Thompson, dos

    lecturas de las revoluciones anteriores a los movimientos socialistas. Una histrica, que reconoce en la

    Revolucin francesa un movimiento radicalmente transformador de la sociedad europea de su momento,

    en el que se puede ver al mismo tiempo como otra alternativa posible de realizar una revolucin social; y

    otra ideologizada, consistente en iniciar la tradicin de los movimientos obreros en Europa en episodios como el liberalismo radical y el jacobinismo. 36

    Si bien no se conoce una cantidad precisa de gente movilizada por el bando liberal en los aos que van

    de 1857 a 1867, es indudable que no fue poca, y que existi depredacin de propiedades, violencia y una

    postura poltica de apoyo, aunque fuese incipiente, en buena parte de la poblacin hacia los ejrcitos

    amateurs de los constitucionalistas y republicanos, tal y como sugiere la historia desde abajo, aunque repito, ellos no son los protagonistas de mi estudio.

  • 17

    justifica por lo que Rude recomienda como herramienta para tener un mejor acercamiento

    y comprensin de los movimientos sociales:

    Esto solamente demuestra una vez ms la necesidad de estudiar la conducta

    de las multitudes, as como tambin las de los dirigentes, dentro de su contexto social

    e histrico [] El primer grupo de dirigentes est constituido por aquellos que ms

    bien podran ser llamados hroes de la multitud, por hombres en cuyo nombre ella

    se levanta o se rebela, a cuyos llamados responde y cuyos discursos y manifiestos e

    ideas sirven como respaldo o justificacin ideolgica de sus actividades. Estos

    hombres fueron Chatam, WIlkes y Lord George Gordon en Londres [];

    Robespierre, Danton, Marat y Hebert en la Revolucin francesa; Ledru Rollin, Luis

    Napolen y Luouis Blanc en la Revolucin de Pars en 1848.37

    Por lo tanto es vlido estudiar a los grandes personajes en su contexto social e

    histrico, tal y como pretendo hacerlo con ellos y con su proyecto nacional, pues es

    indudable que todo movimiento poltico cuenta con una dirigencia y para comprender

    de mejor forma lo que sucedi, hay que estudiar tambin a los lderes de la revolucin.

    Mi hiptesis es que la revolucin social promovida en nuestro pas, fue un

    movimiento que busc educar a la multitud, moralizarla, hacerla partcipe de los

    beneficios polticos (representacin y participacin poltica) y sociales y dotarla de

    propiedades individuales, con el fin de consolidar las instituciones liberales que se

    pensaban fundar y el de buscar la transformacin radical de la sociedad mexicana de

    entonces, a travs de ideologas como el liberalismo econmico, el jacobinismo y el

    socialismo utpico, con el objetivo de fundar entonces, un Estado moderno, laico y

    social demcrata, protector de los desvalidos y menesterosos. Propuesta que fue radical

    en todos los aspectos, porque se present como opcin a mediados del siglo XIX al

    mismo tiempo en Europa y en nuestro pas, y por las condiciones econmicas, polticas y

    sociales en que estaba Mxico. Esta lectura del sentido del gobierno era bastante opuesta

    a la que daban del mismo los conservadores, de ah la confrontacin sin cuartel entre

    ambos partidos a partir de 1858.

    La propuesta de investigacin que presento estar basada metodolgicamente en

    estudios de historia poltica de varias pocas, al igual que algunos de filosofa y teora

    37

    George Rude, La multitud en la Historia, p.255.

  • 18

    poltica. En una forma renovada de la antigua historia de las ideas, la metodologa de

    los lenguajes polticos o poltico-conceptual, que se diferencia de la anterior por tomar

    en cuenta el carcter plenamente histrico de las formaciones discursivas38; es decir,

    esta metodologa historiza los conceptos, ligando el discurso a los contextos histricos

    en que aqullos son dichos o el de los sujetos que los enuncian. Mi estudio tocar en

    parte un anlisis de lo que Pierre Rosanvallon define como lo poltico, entendido

    como lo que constituye a la polis ms all del campo de la competencia partidaria: el

    poder, la ley, el Estado, la nacin, la justicia, la ciudadana, la igualdad.39

    Consider, por tanto, que para cumplir con el propsito de reinterpretar este

    periodo de la historia de nuestro pas, era necesario realizar varias tareas, que enumerar

    en el contenido de la tesis a continuacin: en el primer captulo regreso un poco en el

    tiempo, dado que comienzo y doy un anlisis breve del periodo 1848-1853 -en donde a

    mi consideracin surgieron la reorganizacin de los grupos polticos mexicanos, como

    producto de la derrota en la guerra con Estados Unidos-, asimismo examino el proyecto

    de nacin del partido liberal moderado y del partido conservador, con el fin de explicar

    el modelo que se propuso seguir cada faccin para construir el Estado y la nacin y

    cmo imaginaban dicha sociedad; todo lo anterior a travs de un anlisis del discurso de

    los miembros de cada faccin, pero tambin de su actividad poltica. Tambin hago un

    recuento de la formacin de los liberales puros exiliados en Nueva Orlens durante la

    ltima dictadura santanista y de su incorporacin a la Revolucin de Ayutla, quienes en

    su conjunto, son los protagonistas de esta tesis: Melchor Ocampo, Benito Jurez,

    Ponciano Arriaga, Jos Mara Mata, entre otros.

    El captulo segundo se ocupa del proyecto de revolucin social promovido en

    nuestro pas por este grupo de Nueva Orlens. En l se observar el significado de la

    poltica para estos personajes, el papel del Estado, su concepto de pueblo, de nacin y

    de ciudadana; as como tambin las fuentes en que abrevaron para elaborar su proyecto

    de nacin, que estuvo inmerso en propuestas polticas, econmicas y sociales de

    38

    Elas J. Palti ha sido difusor de esta metodologa en Hispanoamrica, misma que abreva de la llamada

    Escuela de Cambridge, representada entre otros en Inglaterra por Quentin Skinner y J.G.A. Pocock. Para conocer un poco esta propuesta metodolgica consultar: Elas J. Palti, De la Historia de Ideas ala Historia de los lenguajes polticos. Las escuelas recientes de anlisis conceptual. El Panorama

    Latinoamericano en Anales, Goteborg, Universidad de Goteborg-Instituto Iberoamericano, no. 7-8, pp.63-81 y del mismo autor, El tiempo de la poltica. El siglo XIX reconsiderado, Buenos Aires, Siglo

    XXI, 2007. 39

    Pierre Rosanvallon, Por una historia conceptual de lo poltico, Buenos Aires, FCE, 2003, p. 20.

  • 19

    vanguardia en su poca, tales como el jacobinismo, el liberalismo econmico y el

    socialismo utpico.

    En el captulo tercero se podr apreciar que no slo las ideas elevadas o

    humanitarias fueron los motores de la lucha liberal, sino tambin la bsqueda de

    intereses personales conjugados con el deseo de ayudar a los dems sectores sociales.

    Esto ltimo lo har a travs del recuento de las acciones de algunos polticos

    promotores de la ley Lerdo y de su papel en la desamortizacin de la ciudad de

    Mxico, reflejado en un muestreo de varias operaciones de compraventa registradas en

    el archivo notarial de la capital de Mxico, durante los aos 1856 y 1857. Con ello se

    persigue mostrar como pasaron del discurso a la prctica, en aras de consolidar la

    transformacin de su realidad y la concrecin de su proyecto poltico.

    En el ltimo captulo muestro los legados que a mi consideracin representaron

    para la historia posterior de nuestro pas, todos los cambios efectuados por la revolucin

    social de los puros, presentes en la creacin del Estado nacin moderno, en el avance de

    la cultura poltica, pero sobre todo en la posible reparticin efectiva de la gran propiedad

    territorial de entonces y su subdivisin entre los sectores populares de ese momento. Es

    decir, retomo el lado social de la Reforma mexicana, que ha sido anulado en general por

    la historiografa, pues como mostrar en su momento, existe una corriente que piensa

    que la Reforma slo sirvi en este rubro, para generar el latifundismo y la explotacin

    campesina.

    Por ello, rebasando los lmites temporales del estudio, tambin realizo una

    comparacin entre el proyecto de Porfirio Daz y Benito Jurez, con el fin de mostrar

    que fueron distintos en el aspecto poltico y social. Pues mientras Daz fue un liberal ms

    preocupado por el desarrollo material y un escptico de la intervencin del Estado en

    materia poltica y social, as como de la participacin de las mayoras de los beneficios

    polticos y sociales, Jurez fue un liberal convencido del papel del Estado como

    protector de los desvalidos y de la participacin de los sectores populares en los

    beneficios enumerados, matiz que nos recuerda que en algn momento el liberalismo fue

    una teora poltica libertaria, al igual que el socialismo. Por ello me ha parecido

    necesario volver a valorarla en su contexto, como intento hacerlo en esta investigacin.

  • 20

    Las fuentes ms importantes con las que cuento para intentar sostener mi

    propuesta y que quiero resaltar un poco, provienen del Archivo de Notaras de la Ciudad

    de Mxico, del Archivo General de la Nacin y del Archivo Histrico del Distrito

    Federal. En ellas muestro como hubo una preocupacin real por la cuestin social en la

    agenda de una parte de los liberales puros, manifiesta en los protocolos notariales, fuente

    que tiene buena cantidad de informacin sobre los vendedores y adquirientes de

    propiedades, es una pequea radiografa social de la poblacin de la capital mexicana,

    es importante consultarlos debido a que en ellos en buena medida qued registrada la

    circulacin de la propiedad entre sectores que formaran la clase media desde entonces;

    los padrones con su cantidad de informacin son una fuente que puede ilustrar el

    beneficio y adquisicin de propiedades de los sectores populares con las polticas del

    gobierno liberal, por ello son retomados aqu.

    Otra fuente importante es el fondo de Fomento y Obras Pblicas del Archivo

    General de la Nacin, pues se muestra como otro camino para evaluar la poltica social y

    no slo administrativa de los gobiernos decimonnicos, por ello lo inclu. Tambin

    utilic en buena medida, las excelentes compilaciones de documentos sobre el periodo

    de Jorge L. Tamayo, Genaro Garca, Luis G. Labastida, que contienen informacin

    inagotable y sumamente til.

  • 21

    CAPTULO 1

    MXICO ANTE LA ENCRUCIJADA DEL ESTADO NACIONAL.

    FORMACIN DE FACCIONES POLTICAS Y PROYECTOS NACIONALES

    EN MXICO, 1848-1853.

    El ao 1848 fue para la joven nacin mexicana el ms aciago del que se hubiera tenido

    memoria hasta entonces, pues tan solo veintisiete aos despus de haber obtenido su

    independencia poltica del imperio espaol- con un territorio envidiable y un futuro

    prometedor, visto as por sus propios libertadores-, durante el primer trimestre de aquel

    ao, tras la derrota frente a su vecino del norte en la guerra de intervencin

    norteamericana recin concluida, perda ms de la mitad de su territorio por medio del

    tratado de Guadalupe Hidalgo.

    Como es de suponerse, la derrota dej un ambiente fatalista, una clase poltica y

    un pas en agona que an tena un cmulo de dificultades que resolver para su propia

    reconstruccin, en la que, por cierto, pocos crean. Sin embargo, de este periodo

    catrtico fue que tomaron un segundo aire todos los polticos mexicanos y buscaron

    durante los seis aos que siguieron la formulacin de sus facciones y proyectos polticos

    de una manera ms o menos congruente, como veremos despus.

    Durante esos seis aos posteriores a la derrota en la guerra de intervencin

    norteamericana ocurrieron muchas cosas de importancia, unas expresadas en

    continuidades desde la independencia pero que se agudizaron tras el conflicto

    internacional. Tal fue el caso de la crisis de la Hacienda y de los recursos necesarios para

    poner en marcha las administraciones, en este caso, la primera despus de la guerra, la

    del general Jos Joaqun de Herrera. En cuyos gastos de la cobertura de la deuda externa

    se fue la mayora de la indemnizacin por los territorios cedidos a los Estados Unidos.

    Otra herencia de la guerra en la administracin de Herrera, fueron las rebeliones

    indgenas: antes, durante y despus de la invasin extranjera, una de ellas sucedi en la

    sierra gorda de Quertaro, Guanajuato y San Luis Potos, acaudillada entre otros por

    Toms Meja; y la guerra de castas en Yucatn, que signific al mismo tiempo una

    ruptura dentro del Mxico independiente y en especfico en el rubro de las revueltas

    indgenas, pues sta sobrevivi desde 1847 hasta 1901.

  • 22

    Este movimiento ocasion la separacin de la pennsula yucateca del resto del

    pas, debido a que los blancos de la zona pidieron auxilio a cualquier gobierno que fuera

    capaz de librarlos del ataque de los indios mayas, que estaban arrasando con todos los

    descendientes de los espaoles debido a los abusos cometidos por largo tiempo en contra

    de ellos, reflejados en las contribuciones o impuestos que se les cargaban, por el cobro

    excesivo de las obvenciones parroquiales con las que se les endeudaba y por las deudas

    que heredaban al nacer. Por ello fue que Justo Sierra OReilly y otros personajes

    yucatecos ofrecieron durante la guerra, la anexin de la pennsula a la Unin Americana,

    a Inglaterra, Francia y Espaa, sin obtener xito. Al parecer los criollos yucatecos se

    tuvieron que conformar con pertenecer a Mxico, tiempo despus. Estas fueron dos de

    las herencias recibidas por Jos Joaqun de Herrera tras el conflicto internacional.40

    Al ser un presidente de la faccin moderada del partido liberal y tener sobre la

    frente la mcula de haber firmado los tratados de Guadalupe-Hidalgo, desde el punto de

    vista de sus contrincantes, su administracin result vilipendiada tanto por los liberales

    puros, como por los conservadores. ste ltimo partido surgi a finales del ao 1848, al

    mismo tiempo que su rgano publicitario y sus redactores, quienes fueron fundadores y

    voceros del grupo. Me refiero al peridico El Universal, en cuyas pginas escribieron

    Hilario Elguero, Rafael de Rafael y el gran idelogo de dicha faccin, don Lucas

    Alamn, entre otros.

    El siguiente episodio de importancia fue la eleccin del Ayuntamiento de la

    ciudad de Mxico, en el ao 1849, institucin que hasta ese momento estaba ocupada

    por los liberales moderados. En la campaa para dicha contienda electoral, los sectores

    antagnicos, puros y conservadores, hicieron una unin sumamente peculiar, pues

    sumaron fuerzas para sacar a los moderados del Ayuntamiento, movimiento poltico que

    fue catalogado por algunos historiadores jacobinos como monstruosa fusin e

    incomprensible fusin41, y que tuvo una ruptura previsible en julio de 1849, cuando se

    40

    Para la guerra de Castas vase: Victoria Reifler Bricket, El Cristo Indgena, el Rey nativo. El sustrato

    histrico de la mitologa del ritual de los mayas, Mxico, FCE, 1989, pp.171-234. 41

    Enrique Olavarra y Ferrari, Mxico Independiente en Vicente Riva Palacio et al, Mxico a travs de los siglos, Mxico, Editorial Cumbre, 16 edicin, 1980, tomo IV, p.724. Por su parte Edwin Alcntara

    Machuca, en su tesis Paradojas polticas y combates del conservadurismo. Polmicas polticas de Lucas Alamn y los conservadores en torno a las elecciones de 1849, Mxico, UNAM-Facultad de Filosofa y Letras, Tesis de Maestra en Historia, 2010, analiza todo el procedimiento de la eleccin y fusin de puros

    y conservadores por el ayuntamiento de la ciudad de Mxico, concluyendo que los intereses en comn

    entre los polticos de ambas facciones terminaron pesando ms que sus convicciones polticas y por ello

  • 23

    cop con una mayora conservadora liderada por Lucas Alamn, presidente del

    ayuntamiento.

    Por otra parte, en el norte de Mxico los habitantes de los estados del septentrin

    de la Repblica sufran constantemente el ataque de los indios bravos de Mxico y de los

    Estados Unidos, a quienes las autoridades mexicanas no podan perseguir cuando se

    internaban en el ahora territorio norteamericano. Debido a su forma de vida, bsicamente

    nmada, es que estos indios hicieron del abigeato su modo de subsistencia, pues por

    medio del robo de ganado obtenan otros productos para su sostenimiento, as como

    armas y aguardiente, volvindose una pesadilla para los colonos del norte de nuestro

    pas y tambin del sur de Estados Unidos. Esa situacin servira de pretexto a los

    polticos norteamericanos para entrometerse en la soberana del vecino del sur,

    alegando la incapacidad mexicana de resguardar la frontera y la seguridad de los

    ciudadanos americanos en nuestro territorio.

    Debido al grado de desolacin de la guerra de intervencin norteamericana, los

    polticos mexicanos, como hemos dicho, volvieron a reformular sus ideas polticas. Un

    ejemplo de ello fue el de los conservadores, en especfico Lucas Alamn, quien tras la

    derrota militar se convirti en el redactor principal de El Universal, en fundador del

    partido Conservador y se lanz a ganar el ayuntamiento de la capital de la Repblica en

    julio de 1849. Otro ejemplo de la misma actitud renovada, tras un periodo de profunda

    reflexin de la bsqueda de las causas de la derrota frente a los Estados Unidos, fue la

    emprendida por algunos puros como Melchor Ocampo, a la sazn gobernador de

    Michoacn. Charles Hale apunt acertadamente que existi una crisis en el pensamiento

    mexicano, en la cual tanto monarquistas, moderados y puros se cuestionaron las causas

    de la derrota, como ya hice referencia, y de la que ambos bandos extremos sacaron una

    ecuacin acertada, pero contrapuesta.42

    Los monarquistas quiz preguntaron cules fueron los causantes de la derrota de

    Mxico? Y su respuesta fue el sistema federal y la democracia; por su parte los puros

    cuestionaron lo mismo, y su respuesta fue el ejrcito y la Iglesia. Sorprendentemente

    no tuvieron empacho en realizar esta fusin. Tesis que el autor de estas lneas no comparte, por lo que

    argumentar a lo largo de mi trabajo. 42

    Vase, Charles Hale, La guerra con Estados Unidos y la crisis del pensamiento mexicano en Secuencia, no.16, ene-abril de 1990, pp.43-66.

  • 24

    ambos bandos tuvieron razn y por tanto, los futuros conservadores concluyeron que

    para salvar a Mxico de su desaparicin era necesario acabar con la ultra democracia

    promovida por los puros y el sistema federal; asimismo los puros concluyeron que para

    sacar a flote al pas, se tena que acabar con el ejrcito y subordinar la Iglesia al

    Estado. Aqu vemos entonces que se va delineando la guerra civil que vendr en los

    siguientes diez aos, y que constantemente buscaron unos y otros, a excepcin de los

    moderados, quienes a pesar de no promover el choque, mantuvieron su proyecto hasta

    que las circunstancias los rebasaron en 1858.

    La siguiente administracin moderada fue la de Mariano Arista, quien inici sus

    gestiones el primero de enero de 1851, pese a la inconformidad por su eleccin de parte

    de todas las facciones polticas, debido a su paso por todas ellas anteriormente. Fue

    precisamente durante su mandato que se volvieron a discutir varias cuestiones en torno a

    la reforma, tales como la tolerancia de cultos, la separacin Iglesia-Estado, la libertad de

    imprenta. Un ejemplo de estas tensiones fue la provocada por el gobernador de

    Michoacn y el obispo de la dicesis, a raz de la reforma promovida por aqul, quien en

    palabras de Charles Hale fue quiz el principal vocero de la reforma durante el tiempo

    que sigui a la derrota43 [frente a Estados Unidos]. Ocampo mand como iniciativa a

    las Cmaras de su estado, la propuesta de regular el cobro de las obvenciones

    parroquiales, la separacin Iglesia-Estado en su entidad y el proyecto de una reforma

    agraria, que encontr eco entre algunos miembros de la Iglesia, destacadamente

    Clemente de Jess Mungua, el obispo de Michoacn.

    Ocampo personific uno de los ejemplos en que la faccin pura del partido

    liberal se repona y reformulaba sus postulados tras la guerra, pues estaba convencido

    junto con otros liberales de la necesidad de una reforma radical de la Iglesia como un

    primer paso para salvaguardar a la nacin de una ulterior desgracia44. En esta actitud no

    distaban los dems grupos polticos, pues adems de ellos, trabajaban en promover sus

    intereses, tanto conservadores, como santanistas. Esto dio como resultado el alzamiento

    en Jalisco por parte del coronel de la Guardia Nacional, Jos Mara Blancarte, en contra

    del gobernador Jess Lpez Portillo, por pugnas entre ambos personajes y por la

    negativa de varios jalicienses al establecimiento de una polica en la entidad, lo que llev

    43

    Ibidem, p.52. 44

    Ibid. p.53.

  • 25

    al plan de Jalisco de 26 de julio de 1852, que pas de ser un caso de poltica local al

    plano nacional, al ser modificado, con el plan del Hospicio de 13 de septiembre de ese

    ao. El plan fue utilizado como pretexto por los santanistas como Blancarte y Juan

    Surez y Navarro, para invitar al general jalapeo en el artculo 8 de ese plan a regresar

    al pas, para defender el federalismo y buscar el restablecimiento del orden y la paz.45

    El presidente Arista termin renunciando al puesto el 5 de enero de 1853, debido

    a la crisis del plan del Hospicio manifestado en el alzamiento de Blancarte en contra del

    gobernador de Jalisco, Lpez Portillo y por el cambio de bando de Jos Lpez Uraga,

    encargado por el presidente de contener a Blancarte, pero sobre todo por la negativa del

    Congreso de otorgarle facultades extraordinarias para sortear la situacin. En

    consecuencia, conforme a la Constitucin federal de 1824 que era con la que gobern

    Arista, su sucesor legtimo fue Juan Bautista Ceballos, presidente de la Suprema Corte

    de Justicia, que defeccion poco tiempo despus.46

    Con ello se aceler la carrera para conseguir el favor de Santa Anna, como el

    hombre necesario que todas las facciones volvieron a buscar. Lucas Alamn fue el

    primero en hacer llegar al jalapeo a travs de Antonio de Haro y Tamarz, una carta en

    que le haca saber el programa poltico del partido conservador y le solicitaba su ayuda

    para llevarlo a cabo. A su vez, Miguel Lerdo de Tejada, como representante de una

    faccin de los puros, le mostraba desde su perspectiva algunas de las soluciones a la

    situacin del pas, entre ellos el esbozo de su futura ley de desamortizacin,

    extendindole la mano para que colaborara con l.

    Empero don Antonio, al regresar a su patria, estuvo dispuesto a colaborar con el

    partido conservador mexicano y llev a cabo varias de las propuestas de Alamn, a pesar

    de que al final convirti su rgimen en una dictadura militar.47

    Uno de los postulados

    45

    Carmen Vzquez Mantecn, Santa Anna y la encrucijada del Estado. La dictadura: 1853-1855,

    Mxico, FCE, 1986, pp. 28-29. El plan de Jalisco y el del Hospicio aparecen en Olavarra y Ferrari,

    Op.cit., pp.782-783 y 785-786. 46

    Para observar ms detenidamente el proceso de transicin del poder entre Arista y Ceballos, consultar:

    Silvestre Villegas, El Golpe de Estado en el imaginario juarista en Josefina Zoraida Vzquez (coord.), Jurez: Historia y mito, Mxico, El Colegio de Mxico, 2010, pp. 215-240, en especial pp. 216-222. 47

    Carmen Vzquez seala que Santa Anna s cumpli con varios postulados de Alamn y estuvo dispuesto

    a colaborar en parte con ellos; por su parte, Moiss Gonzlez Navarro en Anatoma del poder en Mxico,

    1848-1853, Mxico, El Colegio de Mxico, 2 edicin, 1983, sostiene que Santa Anna no favoreci a

    ningn partido sino a l mismo. Yo tomo partido por la postura de Vzquez Mantecn, pues si bien es

  • 26

    que sigui fue la formacin de un Consejo de Estado, el 26 de abril de 1853, que estuvo

    plagado de conservadores, como su presidente Clemente de Jess Mungua, Manuel

    Diez de Bonilla, Luis Gonzaga Cuevas, Agustn de Iturbide hijo, el general Martn

    Carrera, religiosos como Silvestre Dond, Juan Bautista Ormachea, Francisco Javier

    Miranda y Cayetano Orozco, junto con algunos liberales moderados como Juan Mgica

    y Osorio y Manuel Baranda. Aunque es verdad que el Consejo no funcion del todo por

    la negativa de Santa Anna a limitar su poder.48

    Como veremos adelante, tambin organiz la bsqueda de un prncipe extranjero

    en Europa, para venir a ocupar el trono de Mxico, tal vez a regaadientes, pero

    siguiendo los postulados del partido conservador. Al mismo tiempo durante su rgimen

    busc granjearse a empresarios y miembros de la oligarqua que eran sus amigos, tales

    como los Escandn, colmando de beneficios a los militares, rehabilitando la Orden de

    Guadalupe, destinando buena parte del presupuesto a esta corporacin [Ejrcito]. En

    cuanto a la Iglesia, permiti la instauracin de nueva cuenta de la Compaa de Jess en

    Mxico, con lo que nuevamente cumpla en parte con el programa conservador. Poco

    tiempo despus de su llegada a nuestro pas, a partir de junio de 1853 el general jalapeo

    comenz a desterrar y exiliar a varios polticos liberales que lo haban denunciado por su

    actuacin en la guerra con Estados Unidos, entre ellos a Guillermo Prieto, Manuel

    Payno, Ignacio Ramrez, Ponciano Arriaga, Melchor Ocampo y Benito Jurez.

    Otro punto negativo desde el punto de vista de sus contemporneos fue, adems

    de la persecucin poltica y a la libertad de imprenta, el reclutamiento de mercenarios

    extranjeros en el ejrcito mexicano y la venta de la Mesilla a los Estados Unidos,

    concertada en 1853 por el ministro de relaciones Manuel Dez de Bonilla y James

    Gadsden, representante de Estados Unidos en Mxico y que termin por convertir al

    rgimen de Su Alteza Serensima, en uno que atentaba contra la soberana de Mxico-

    visto as por sus rivales polticos-.49

    cierto que, tras la muerte de Alamn e incluso antes, comenz el jalapeo a hacer su voluntad, s busc

    aplicar algunos puntos de la carta de Alamn como mostrar enseguida. 48

    Vzquez Mantecn, Op. Cit.,p. 63 n. 49

    Para profundizar en la ltima dictadura de Santa Anna ver los trabajos ya citados de Olavarra, los

    captulos XXVII-XXIX; el libro de Vzquez Mantecn; el captulo 8 del libro de Gonzlez Navarro El Len viejo, pp. 389-447 y Anselmo de la Portilla, Historia de la revolucin de Mxico en contra de la Dictadura del general Santa Anna, 1853-1855, Mxico, Fundacin Miguel Alemn-FCE, 1993, (edicin

    facsimilar de 1856).

  • 27

    En todo este caldo de cultivo fue que en marzo de 1854, un grupo de militares y

    miembros de la guardia civil, como Florencio Villarreal, secundado por el veterano

    insurgente Juan lvarez, y el coronel de la Guardia Nacional Ignacio Comonfort, entre

    otros, proclamaran en Ayutla el plan que derribara en agosto de 1855 la ltima

    dictadura de Santa Anna en nuestra historia. Con ello se abri de nueva cuenta -tras la

    derrota de Su Alteza Serensima- la posibilidad del desarrollo y aplicacin de un

    proyecto poltico por parte de las facciones polticas: moderados, conservadores y puros,

    agotando las posibilidades de evasin del enfrentamiento en la guerra civil, como se

    verific a lo largo del gobierno de Comonfort y en especfico el 11 de enero de 1858,

    inicio de la guerra de Reforma.

  • 28

    1.1. El camino de la conciliacin. El proyecto de nacin del partido

    moderado.50

    El 1 de noviembre de 1855 Melchor Ocampo ley, probablemente en su hacienda

    Pomoca, el diario El Siglo Diez y Nueve, pocos das despus de haber sido aceptada su

    renuncia ante el gabinete de Juan lvarez, y se enter por tanto, de la siguiente nota

    impresa en la publicacin:

    Nos han asegurado que el seor Comonfort manifest abierta y francamente,

    que si el gobierno no emprenda las reformas que reclama la situacin del pas y no

    segua una marcha en consonancia con las primitivas tendencias de la revolucin,

    estaba decidido a presentar la renuncia formal e irrevocable de su cartera [de Guerra]

    Informacin que al parecer caus indignacin en el ex ministro del Exterior del

    general lvarez, pues debido a la exigencia por parte de ste de reformas que desde su

    parecer reclamaba la situacin, tuvo acaloradas discusiones con el ministro de Guerra

    Comonfort, que ahora amagaba renunciar al gabinete por la misma causa. En

    consecuencia, el 14 de noviembre de ese ao Ocampo envi una carta a los redactores

    del diario capitalino La Revolucin, cuya orientacin ideolgica era radical, con el fin

    de dar a conocer su versin acerca de las discusiones al interior del gabinete de lvarez

    y refutar a Comonfort. Para ello envi el documento adjunto que se conocera

    posteriormente como el folleto Mis quince das como Ministro, y que hara su

    aparicin cada semana en esa publicacin, a partir del 18 de noviembre. 51

    En dicho impreso Ocampo, en un momento de pasiones polticas desatadas,

    emprenda un ejercicio de reflexin poltica y filosfica del liberalismo mexicano, al

    50

    El trmino Partido es entendido por m como una asociacin o agrupacin de personas en torno a un

    objetivo poltico comn ilustrado en un proyecto nacional, mismo que se compone de elementos de inters

    ideolgico y econmico , como se observar adelante. Las facciones son divisiones dentro de los partidos

    polticos, pequeas agrupaciones dentro de los mismos, que se distinguen por los mtodos para alcanzar

    dicho objetivo final del proyecto, o por una preocupacin ms marcada por algunos de los puntos de su

    agenda, pudiendo ser la cuestin social, por ejemplo, o la modernizacin de la economa, o la

    secularizacin de la sociedad, entre otras. As tendremos moderados ms inclinados a la Reforma y con

    una preocupacin por la cuestin social u otros con ms afinidad a los conservadores; conservadores-

    liberales, y tradicionalistas; y liberales puros sociales y otros ms pragmticos con la cuestin social. Por

    tanto no podemos entender estas categoras desde la ptica de los partidos polticos y facciones del siglo

    XX y XXI, sino como lo eran en el siglo XIX. 51

    Jorge L. Tamayo, Benito Jurez: documentos, discursos y correspondencia, Mxico, Secretara del

    Patrimonio Nacional, 2 edicin, 1972, vol. 2, p.33.

  • 29

    parecer poco recurrente entre sus contemporneos pues l mismo reconoca que hasta

    antes del debate con Comonfort no se haba detenido a reflexionar las diferencias entre

    liberales moderados y puros, y que fue a travs de esta discusin que l tom

    conciencia de ser un liberal puro y el ministro de Guerra un moderado. Lo interesante y

    constructivo del folleto es que, a pesar de toda la subjetividad que puede contener por la

    circunstancia en que fue escrito, aporta una definicin del liberalismo moderado que,

    aunque ha sido criticada de simplista e incompleta, contiene desde mi punto de vista,

    ciertos rasgos verdaderos en los miembros de ese credo poltico. La definicin de

    Ocampo es la siguiente:

    Qu son en todo esto los moderados? Parece que debieran ser el eslabn que

    uniese a los puros con los conservadores, y este es su lugar ideolgico, pero en la

    prctica no son ms que conservadores ms despiertos, porque para ellos nunca es

    tiempo de hacer reformas, considerndolas siempre como inoportunas o inmaturas; o si

    por rara fortuna las intentan, slo es a medias e imperfectamente []52

    A semejanza de Ocampo, las preguntas que nos conciernen en lo adelante son:

    qu fue el liberalismo moderado? Qu concepcin de la poltica, de las instituciones y

    del pueblo tenan los miembros de esa faccin? Cmo pensaban sacar adelante al pas?

    Qu tipo de sociedad aspiraban a implantar? Todas estas preguntas tratar de

    responderlas en este apartado.

    El republicanismo moderado

    El liberalismo moderado tuvo, como todas las posturas polticas del siglo XIX, una

    visin del mundo, del orden poltico, de la historia y por tanto una interpretacin de los

    acontecimientos pasados; en otras palabras, una filosofa de la historia que cumpla al

    mismo tiempo con una utilidad pragmtica, pues los moderados compartieron junto con

    los puros y algunos conservadores la creencia en el progreso y la evolucin de la

    humanidad pero con una concepcin diferente del ritmo y profundidad de los cambios

    en la sociedad, entre otras cosas.

    52

    Melchor Ocampo, Mis quince das de Ministro en Ibidem, vol. 2, p. 38.

  • 30

    El sentido de la historia de esta faccin poltica qued de manifiesto en varios

    escritos de publicistas, polticos e historiadores de nuestro pas, uno de ellos el

    historiador espaol Anselmo de la Portilla, autor de la Historia de la Revolucin de

    Mxico en contra de la dictadura de Santa Anna y de Mxico en 1856 y 1857: Gobierno

    del General Comonfort. En esta ltima obra reflexiona y da a conocer sus conclusiones

    respecto a la marcha de la historia en nuestro pas y en el mundo:

    Las revoluciones de Mxico, como todas las del mundo en el siglo actual,

    tienen por causa la exageracin de los principios polticos [libertad y orden] [] en la

    conciliacin de estos dos principios estriba, sin embargo, toda la perfeccin de los

    sistemas de gobierno []53

    Ah mismo tambin esboza lo que a su parecer era el fin de toda poltica:

    conciliar el orden y la libertad como principios rectores de la sociedad, tener una

    libertad con orden y un orden con libertad, que pasa del plano individual al colectivo y

    que ha sido postulado por la Providencia:

    La Providencia no ha hecho a la humanidad ni del todo independiente ni del

    todo esclava; para cada hombre ha trazado un crculo fatal del que no puede salir, es

    cierto, pero en sus vastos lmites, el hombre es libre y poderoso: lo mismo son los

    pueblos.54

    De la Portilla comparta estos juicios y visin de la poltica con importantes

    polticos moderados como el ex presidente Comonfort, segn se aprecia en el folleto

    Poltica del General Comonfort durante su gobierno en Mxico que escribi desde su

    exilio en Nueva York al inicio de la guerra de Reforma:

    Yo crea entonces, como siempre he credo, que el motivo de todas las

    reacciones conservadoras ha sido la exageracin del principio revolucionario, as

    como el motivo de todas las reacciones revolucionarias ha sido la exageracin del

    principio conservador []55

    53

    Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857. Gobierno del General Comonfort, Nueva York, S.H.

    Hallet, 1858, pp.1-2. 54

    Idem. 55

    Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857., pp.367-396, p.372.

  • 31

    En aos anteriores ya haba coincidido en esa visin con el gobernador moderado

    de Guanajuato, Manuel Doblado, a juzgar por una carta que a ste envi Comonfort en

    noviembre de 1855:

    [] He visto el discurso de U., de que me acompaa ejemplares; l es

    valiente y enrgico y sus principios son los mos en lo substancial puesto que tengo

    la conviccin de que una libertad prudente y moderada es lo nico que puede

    sistemar la marcha de la Repblica, vctima hasta hoy de las exageraciones y abusos

    []56

    La misma visin era compartida por el yerno y futuro ministro de Fomento de

    Comonfort, Manuel Siliceo, quien vea en el presidente poblano al hombre indicado

    para conducir la revolucin moderada tras la renuncia de Juan lvarez, tentativa que

    mostr a su vez a Manuel Doblado:

    Creo que con Comonfort y conmigo tienes una doble garanta de que el

    gobierno no se desviar de la justicia, del orden y de las sanas ideas de libertad bien

    entendida y progreso gradual y posible [] Con la llegada de Comonfort el partido

    moderado ha triunfado absolutamente57

    Pero contrario a lo que puede pensarse por lo que he esbozado hasta ahora, los

    moderados no se contentaban con reflexionar a travs de libros y cartas entre ellos, sino

    que buscaron la toma del poder y emprendieron la construccin de la nacin basados en

    su proyecto poltico. Su llegada a la presidencia fue por medio del derrocamiento de la

    ltima dictadura santanista de 1853, con el triunfo de la revolucin de Ayutla de marzo

    de 1854 y completado en agosto de 1855.

    En el plan poltico de autor desconocido pero firmado por Florencio Villareal,

    entre otros,y sobre todo en el plan reformado en Acapulco por Ignacio Comonfort, se

    puede ver claramente el proyecto poltico de los moderados . En este ltimo documento

    se deca que las instituciones republicanas eran las nicas que convenan al pas, con

    exclusin absoluta de cualquier otro sistema de gobierno. En l quedaba de manifiesto

    56

    Comonfort a Doblado, Mxico, 19 de noviembre de 1855, en Genaro Garca ed., Los gobiernos de

    lvarez y Comonfort segn el archivo del General Doblado, Mxico, Librera de la viuda de Ch. Bouret,

    1910 (Documentos inditos o muy raros para la Historia de Mxico, vol. XXXI) Cursivas mas. 57

    Manuel Siliceo a Doblado, Mxico, diciembre de 1855, pp.99-101, p. 100 y Siliceo a Doblado,

    [Mxico], s.f., pp.135-136, p. 136, en Ibidem.

  • 32

    que el inters primordial era derribar al dictador Santa Anna, pero tambin emprender la

    reconstruccin del pas, convocando para ello la eleccin de un presidente interino, tal y

    como lo sealaba el artculo 2 adems de la instauracin de un Consejo que le ayudara

    en su periodo provisional de gobierno. Asimismo se solicitaba en el artculo 5 del plan,

    que a los quince das de haber entrado en funciones el presidente interino convocara a

    un Congreso Constituyente que cree una nueva Constitucin bajo el modelo de una

    Repblica representativa popular, y que la administracin centralista o federalista fuera

    decidida por la nacin.58

    El artculo 6 es primordial, pues ser uno de los distintivos del proyecto

    moderado dado que se ve en l claramente que esta faccin originalmente no tena la

    intencin de confrontar a ninguna corporacin, llmese Iglesia o ejrcito:

    Debiendo ser el ejrcito el defensor de la independencia y el apoyo del orden,

    el gobierno interino cuidar de conservarlo y atenderlo, cual demanda su noble

    instituto.59

    Es decir, lo que vino a cambiar el rumbo que tom la revolucin de Ayutla

    como veremos en otro captulo, fue la llegada de los exiliados de Nueva Orlens, entre

    ellos Benito Jurez y otros puros como Miguel Lerdo de Tejada. En el articulado del

    plan por lo tanto no se menciona a la Iglesia como uno de los objetivos de ataque de los

    moderados, y en cuanto al ejrcito, antes que removerlo lo que desean es conservarlo,

    reformarlo, y atraerlo, como un instrumento de la poltica moderada y controlado por el

    Estado que buscaban imponer los civiles. Esta es una variante interesante dado que,

    mientras los conservadores queran que gobernara una oligarqua aristocrtica, militar y

    clerical -esto lo veremos en el siguiente apartado-, los miembros militares de ese partido

    deseaban que sus componentes llevaran la batuta de la poltica, en lugar de los civiles;

    58

    Cfr. Antonia Pi Suer considera que al declarar Comonfort en el Plan reformado en Acapulco que las

    instituciones liberales eran las nicas que convenan al pas con exclusin absoluta de cualquier otras, junto con el hecho de que Juan lvarez encabezar la rebelin dio al plan un carcter radical y federalista. Antonia Pi Suer, Ignacio Comonfort el hombre de la situacin? En William Fowller (coord.), Gobernantes mexicanos, Mxico, FCE, 2008, 2 vols., vol.1, pp. 233-263, pp. 235-236. 59

    Plan de Ayutla reformado en Acapulco, citado en Enrique Olavarra y Ferrari, Mxico Independiente en Vicente Riva Palacio et al, Mxico a travs de los siglos, Mxico, editorial Cumbre, 1973, 5 Tomos, Tomo IV, p.834. Silvestre Villegas Revueltas considera lo mismo, que la ley Jurez era

    contraria al espritu del plan de Ayutla y Acapulco, El Liberalismo moderado en Mxico, Mxico, UNAM-Instituto de Investigaciones Histricas, 1997 (Serie Historia Moderna y Contempornea, 26), p.

    91.

  • 33

    es decir, daban un lugar primordial a la lite del ejrcito permanente como corporacin

    en su concepto de nacin.

    Los puros, en varios momentos buscaron, por una parte subordinar y separar la

    Iglesia del Estado -lo mostrar en otro apartado- y sustituir en su totalidad al ejrcito por

    la guardia nacional, es decir eliminar la corporacin. De esa poltica dio en parte noticia

    el propio Comonfort:

    El caso es que lleg a existir el proyecto formal de destruir el ejrcito, y que

    este proyecto se hubiera llevado a cabo de no haberlo impedido yo, siendo ministro de

    la guerra.60

    Este sentimiento antimilitar presente en varios liberales puros como se ver

    despus- contrast generalmente con los moderados. Comonfort por su parte, al ser

    ministro de Guerra en el gabinete de Juan lvarez, como he hecho referencia se opuso a

    la desaparicin del ejrcito y propuso en su lugar reformarlo, por lo que emprendi las

    siguientes labores:

    Prohibi la leva, puso fin a las gratificaciones o sobre sueldos concedidos a

    las clases del ejrcito, redujo el nmero de batallones (que, sin tropa, tenan Estado

    Mayor y oficialidad completa), puso en receso a la milicia activa, concentr a sus

    jefes y oficiales en depsito; dispuso inspeccionar las cajas del ejrcito, sin saber la

    magnitud del gasto militar de Santa Anna y anul todos los empleos otorgados entre

    1853-1855 [] Comonfort elimin muchos cuerpos del ejrcito y a no pocos

    militares inconformes. No slo se retir a jefes asociados con Santa Anna, sino

    muchos subalternos.61

    Portilla seala que tambin orden:

    El 22 de abril [1856] al estado mayor del ejrcito para que se establezcan

    academias diarias, se haga todos los das el ejercicio por los cuerpos, y se procure por

    todos los medios posibles la instruccin y moralidad del soldado. Y en fin, con fecha

    29 espide [sic] un decreto por el cual se arregla provisionalmente el ejrcito de la

    60

    Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857., p. 379. Cursivas mas. 61

    Conrado Hernndez Lpez, Las fuerzas armadas durante la guerra de Reforma (1856-1867), en Signos Histricos, no. 19, enero-junio, 2008, pp.36-67, pp. 44-47.

  • 34

    Repblica, mientras no se verifica el arreglo definitivo que con ms espacio y

    meditacin deba hacerse.62

    Como observamos en las citas, el poltico poblano intent reformar al ejrcito y

    quedarse con la mejor parte de la corporacin, depurando a la institucin de militares

    santanistas y procurando su educacin y moralidad, algo que al parecer gente de todos

    los partidos ya haba intentado en las dcadas anteriores con poco xito, pues no se

    tenan mecanismos ni programas para suplir las bajas de la milicia:

    Al fracasar las disposiciones para suplir a las bajas, se recurri a la leva. La

    Memoria de 1857 reconoce que fue necesario reclutar vagos, viciosos y criminales

    []63

    En cuanto a la prctica de la leva, fue recurrente su anulacin, medida que no

    se lograba sostener por mucho tiempo debido a que no se poda borrar de un plumazo

    todo y empezar de cero, es decir, la clase poltica se top constantemente con la realidad

    en sus proyectos y por ello se montaron sobre las estructuras preexistentes. Lo

    importante de esto es el matiz moderado de la poltica con respecto al ejrcito, que he

    ilustrado con Comonfort y que fue seguida por los moderados. sta consisti en que eran

    los civiles quienes concedan a la institucin militar un lugar de relevancia, como

    herramienta para incorporar reformas e instituciones de forma paulatina y como garante

    de las mismas; de ello dio cuenta Comonfort:

    [] no slo tom empeo en que desapareciera aquella discordancia entre

    el ejrcito y la causa liberal, no slo quise unirlos con una estrecha alianza, sino que

    procur que fueran, una misma cosa [] Yo quise dar lustre, crdito, y popularidad al

    ejrcito, procurando que fuese la esperanza de la nacin y el apoyo de sus

    libertades.64

    Como seala Jos Mara Vigil, las concepciones de moderados y puros sobre la

    institucin castrense eran contrastantes y opuestas:

    62

    Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857...., p. 23. 63

    Conrado Hernndez, Op. Cit, p.47. 64

    Citado en Antonia Pi-Suer Llorens, Ignacio Comonfort el hombre de la situacin?, p. 243.

  • 35

    Las opiniones que acerca del ejrcito profesaban el presidente Comonfort y

    el partido radical eran completamente opuestas; pues mientras el primero procuraba

    atrarselo para convertirlo en instrumento de la poltica que formaba su programa de

    gobierno, el segundo lo vea como enemigo natural de la democracia y de la Reforma;

    como obstculo peligroso que deba allanarse a toda costa, identificndole en su odio

    con la clase clerical.65

    Igual de contrastantes fueron sus opiniones sobre la otra gran institucin del

    Mxico independiente, la Iglesia. Comonfort y los liberales moderados no queran

    provocar a la misma, por ello es que no hicieron mencin de ella en el plan reformado

    en Acapulco y buscaron defenderla durante su gobierno y en el Congreso Constituyente,

    en parte porque crean en ella como vnculo de los mexicanos y por su poder de

    movilizacin entre el pueblo, demostrada a finales de 1855 y principios de 1856 en

    Puebla. Es cierto que en 1856 y 1857 se decretaron legislaciones decididas por parte

    de Comonfort y miembros de sus gabinetes, tales como el sostenimiento de la ley que

    buscaba la igualdad ante la ley o ley Jurez, la ley de desamortizacin o ley Lerdo, la

    ley de obvenciones parroquiales o ley Iglesias y la ley Lafragua o de libertad de

    imprenta, junto con el ordenamiento del juramento a la Constitucin de 1857 dirigido a

    los funcionarios pblicos, que llevaron a un enfrentamiento con la Iglesia. Empero, estas

    medidas no fueron suficientes para los liberales puros.

    Lo cierto es que Comonfort defendi y adopt esas leyes porque crey que la

    opinin pblica, que l consideraba el conjunto de rganos pacficos, por donde los

    pueblos expresaban su voluntad,66 se lo exiga. El termmetro de las reformas e

    innovaciones que emprendieron los moderados siempre estuvo inmerso en el

    consentimiento de la nacin, que ellos sintieron interpretar correctamente, al igual que

    las dems facciones polticas en su momento, y no quisieron llevarlas ms all, en parte

    por el respeto que sentan hacia los gobernados, pues ante las exigencias de

    conservadores y puros para tomar partido Comonfort respondi que:

    65

    Jos Mara Vigil, La Reforma en Vicente, Riva Palacio et al, Mxico a travs de los siglos, Mxico, editorial Cumbre, 1973, 5 tomos, tomo V, p. 134 66

    Antonia Pi-Suer Llorens, Op. Cit., p. 238.

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    Yo no poda entrar en ninguno de ellos [los dos caminos], supuesto que ni el

    hombre puede obrar contra su conciencia, ni el gobernante contra los derechos, los

    intereses y la opinin de los gobernados67

    Con base en esa informacin se puede entender que el gobierno de Comonfort y

    otros polticos moderados que lo acompaaron, como Luis de la Rosa, Jos Mara

    Lafragua, Ezequiel Montes, Manuel Payno, Manuel Siliceo y Jos Mara Yaez,

    preservaran esa poltica que no estuvo contemplada en un inicio en su programa -ley

    Jurez y Lerdo, por ejemplo- y se fueran convenciendo de su necesidad: la defendieron

    de sus opositores, degradaron a militares levantiscos en la Angelpolis y decretaron la

    intervencin de bienes en la Dicesis de Puebla, para lograr al mismo tiempo una

    conciliacin entre los hombres de todos los partidos. Y por ello tambin queda claro por

    qu no se atrevi el gobierno moderado a ir ms lejos, que era a donde la deseaban

    conducir algunos polticos puros, como veremos en su momento.68

    Un ejemplo que puede ilustrar lo que vengo diciendo es la acalorada discusin a

    la que llev a buena parte de la sociedad mexicana el artculo 15 del proyecto

    constitucional, referente a la admisin de la tolerancia de cultos, a la que el gobierno de

    Comonfort se impuso con vehemencia -segn Portilla-, debido a las mismas causas

    esbozadas anteriormente y por el episodio reciente en Puebla:

    El gobierno envi a tres ministros entre julio y agosto de 1856 a combatir el

    proyecto de constitucin, y en especial el artculo 15 de tolerancia de cultos, el cual

    calific a travs del ministro de relaciones Luis de la Rosa de innovacin peligrosa por

    grandes razones de Estado y por serios motivos polticos [] Lafragua y Montes

    opinaron lo mismo, ste ltimo agreg aquella reforma conmovera a la sociedad hasta

    en sus cimientos, y sera contraria a la voluntad de la mayora absoluta de la nacin y

    defendi al clero contra discursos violentos emitidos en la sesin []69

    En cuanto a la postura personal del presidente poblano, Portilla dijo que:

    67

    Anselmo de la Portilla, Mxico en 1856 y 1857., p.359. 68

    Loc. Cit.. 69

    Anselmo de la Portilla, Op. Cit., p.77. De hecho el gobierno de Comonfort en una de sus continuas

    indecisiones para con la Reforma solicit el 9 de septiembre de 1856 la restauracin de la Constitucin de

    1824, seguramente porque dicha Carta Magna conciliaba el federalismo y la proteccin y exclusividad de

    la religin catlica. Acto por el que sus crticos acusaron al presidente de debilidad, indolencia y de miedo a la Reforma. Pi Suer, Ignacio Comonfort, p. 250.

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    Bien se conoci entonces que el presidente tena profundo inters en que no se

    aprobara el artculo quince.70

    Este fue uno de los captulos del enfrentamiento entre el gobierno y el Congreso

    Constitutuyente, pero una victoria para moderados y conservadores, quienes

    consideraban a la religin catlica como el nico lazo de unin entre los mexicanos.

    Durante todo el proceso constituyente el gobierno moderado consider que se estaba

    haciendo una Constitucin que no responda a los anhelos de la sociedad mexicana, y

    por ello descalific a los diputados del Congreso. De esto dio cuenta Manuel Siliceo a

    Doblado