proyecto hugo
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATÁN
Proyecto HUGO
Ariana Lucely González Hau
Febrero de 201303/02/2013
Proyecto HUGO
Su objetivo principal es conocer la secuencia de bases y pares químicos del ADN
e identificar todos los genes del genoma humano desde un punto de vista físico y
que sea funcional. (Ingeniería genética y biotecnología)
Los primeros pasos del Proyecto Genoma Humano se dieron en EE.UU, donde se
ha organizado el programa mejor financiado y coordinado.
En 1984, el biólogo molecular Robert Sinsheimer planteó la idea de fundar un
Instituto para Secuenciar el Genoma Humano en la Universidad de California en
Santa Cruz, de la que era rector.
Independientemente de los esfuerzos de Sinsheimer en Santa Cruz, el
Departamento de Energía (DOE) de EE.UU. empezó a entrar en el juego. Puede
que esto parezca algo extraño, pero lo cierto es que el DOE llevaba mucho tiempo
interesado en la genética humana y las mutaciones, a causa de sus programas
nucleares, tanto militares como civiles.
El Departamento de Energía tiene una Oficina de Investigación Sanitaria y
Ambiental (OHER), encargada de supervisar la seguridad en los trabajos con
radiaciones. En 1986, Charles De Lisi, director de la OHER, propuso que el DOE
aumentara su participación en las investigaciones genéticas basadas en la nueva
biología molecular. Se daba cuenta de que la secuenciación del genoma humano
sería una tarea inmensa y aseguraba que el DOE, con sus dos grandes
laboratorios nucleares, estaba perfectamente preparado para abordar grandes
proyectos científicos.
Aunque la mejor información biológica se obtendría con el mapa del genoma
humano, los mayores esfuerzos se habían dedicado a la tarea, mucho más
laboriosa y costosa, de la secuenciación. Además, estaban involucrados dos
colectivos científicos diferentes: por un lado, los biólogos moleculares de las
universidades y otras instituciones de investigación biológica que tenían la mirada
puesta en los NIH (National Institutes of Health), los cuales canalizaba casi todos
los fondos federales para la investigación biomédica.
Lo que preocupaba a los científicos era la magnitud y el costo de la empresa. Casi
nadie negaba que, en último término, el mapeo y la secuenciación del genoma
humano representarían un gran avance para las ciencias de la vida, pero había
muchas discrepancias acerca de cuál sería la mejor ruta para alcanzar la meta.
El 1 de octubre de 1988, Watson fue nombrado Director Asociado de la
Investigación del Genoma Humano en el Instituto Nacional de Salud, con un
presupuesto de más de 28,2 millones de dólares para el período 1988-1989 (unos
10 millones más que el presupuesto del DOE para investigar el genoma el mismo
año). Aquel mismo día, el NIH y el DOE firmaron un Memorándum de
Entendimiento, en el que las dos agencias se comprometían a cooperar en la
investigación del genoma. El Proyecto Genoma Humano de EE.UU. había
emprendido la marcha, y con el NIH a la cabeza, en lugar del DOE.
Cuando empezó a crecer el interés internacional por el Proyecto Genoma -aunque
muchas naciones se interesaron principalmente para no quedarse a la zaga de
EE.UU. en el mayor proyecto biológico de la historia-, se hizo evidente la
necesidad de un foro internacional. En 1988, durante una reunión celebrada en
Cold Spring Harbor, los investigadores decidieron fundar la Organización del
Genoma Humano (HuGO), que se encargaría de coordinar los trabajos
internacionales, procurando evitar las repeticiones y solapamientos. Su primer
director fue el genetista norteamericano Victor McKusick, al que sucedió el
británico sir Walter Bodmer, director del Fondo Imperial para la Investigación del
Cáncer.
Su sede oficial se encuentra en Ginebra, pero sus oficinas operativas están en
Londres, Bethesda y Osaka. Empezó a funcionar con fondos aportados por
organizaciones benéficas, como la británica Wellcome Foundation Trust. Pero la
HuGO se ha topado con dificultades de aceptación y, al carecer de fondos propios
para financiar la investigación, parece condenada a la impotencia de dar consejos
que nadie se siente obligado a aceptar. La UNESCO, por su parte tomó cartas
para declarar el Genoma Humano, Patrimonio Universal del Humanidad y evitar
así que las empresas y agencias involucradas pudieran apropiarse del nuevo
conocimiento y que una nueva barrera se sumara a las ya existentes entre los
países avanzados y los más rezagados en materia económica y tecnológica.
En 1994, Craig Venter –quien hasta ese momento dirigía las investigaciones en
uno de los centros de NIH- fundó, con financiamiento mixto, el Instituto para
Investigación Genómica (TIGR) y condujo el desciframiento de la secuencia
completa del genoma de un organismo entero, la bacteria H. influenzae. En mayo
de 1998 se estableció Celera Genomics, una corporación resultante de la unión de
Applera Corp. y TIGR. A su tiempo Celera concreto un joint venture con Applied
Biosytems para la comercialización de los resultados de sus hallazgos.
La carrera por descifrar la secuencia completa del genoma humano y lograr la
localización de los genes en los cromosomas fue ganada por la técnica
automatizada del emprendimiento privado, que el 6 de abril de 2000 anunció el
primer borrador (Zamudio)
Ventajas:
Conocimiento detallado de la secuencia de ADN
Descubrir las bases genéticas de distintas enfermedades
El código genético es universal
Desventajas:
Discriminación de origen racial
Eugenesia (mejoramiento racial)
BibliografíaIngeniería genética y biotecnología. (s.f.). Recuperado el Febrero de 2013, de
http://ingenieriaybiotecnologia.blogspot.mx/2010/08/proyecto-hugo-genoma-humano.html
Zamudio, D. T. (s.f.). Regulación jurídica de las biotecnologías. Recuperado el Febrero de 2013, de http://www.biotech.bioetica.org/ap39.htm