prólogo 2-3
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todo el Uruguay / todo eS Uruguay / todo el Uruguay/todo el Ur
Siga alUruguaypaso a
paso
Lets § Coleccione
ENCICLOPEDIA
U R U G U A Y A
HISTORIA ILUSTRADA D E LA CIVILIZACION URUGUAYA
La historia viva del Uruguay desde sus orígenes hasta nuestros dias, presentada por ios más califi-
ficados especialistas. Sepa cómo fuimos y cómo somos para saber cómo debemos ser.
Cada número, profusamente ilustrado en color, es acompañado por un CUADERNO LITERARIO paralelo, equivalente a un libro de 60 a 100 páginas.
Aparece todos los martes. Pídala en su quiosco, su puesto de revistas, su librería.
guay / todo el U rug ua y/to do el Uruguay / todo el Uruguay / todo
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tbíÚiíí̂ ^Sa . tsLM r e v i s t a l i t e r a r i a
s u m a r i o
cara y cruz 3
alberto paganini: tesis polémica sobre la generación del 60 9
eduardo galeano: los militares, la penitencia y el destino 19
poesía
nancy bacelo, enrique fierro, iván kmaid,nelson marra, gonzalo rojas 25
narrativa
hiber conteris, alberto paganini, jorge musto 35
tercer mundo
néstor garcía canclini: hacia una antropología políticade amérioa latina 49k. s. karol: perspectivas sobre vietnam 61
bitácora
juan carlos somma: plástica 1968 69gley eyherabide: “mingo” y sus dibujos 75mario jacob: cine para latinoamericanos 81coriün aharonián: apuntes acerca de mesomúsica 89
crítica
graciela mántaras, manuel márquez, neíson marra,alberto paganini, juan carlos somma, darío ubilla 97
versión grabada de la mesa - redonda sobre .diez años de teatro nacional:
blás braidot, enrique guarnero, ángel rama,mauricio rosencof y dadh sfeir 113
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número 2-3 — enero-junio 1969
EDITANconteris, ehyerabide, mántaras, musto,
=paganini, somma
DIAGRAMA
juan c. sommaCOLABORAN EN ESTE NUMEROcoriún aharonián, nancy bacelo, bias brai-dot, néstor garcía canclini, enrique fierro,eduardo galeano, enrique guarnero, mario
jacob, k. s. karol, iván krnaid, manuelmárquez, nelson 'marra, jorge onetti, ángelrama, gonzalo rojas, mauricio rosencof,dadh sfeir, milton schinca, darío ubi!¡a
IMPRIMEcomunidad del sur.
DISTRIBUYE
américa latina Itda.18 de julio 2089te!. 40.20.43 - montevideo
CORRESPONDENCIA
revista prólogo,
misiones 1290montevideo, uruguay
ADMINISTRA
agustín antúnez
suscripciones:
para el país:semestral (3 números) $ 550.
anual (6 números) $ 1.050.para A. Latina:semestral (3 números) U$S 3.anual (6 números) U$S 5.50.
para otros países.semestral (3 números) U$S 3.50.anual (6 números) U$S 6.
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cara
ycruz
Tías, lo que se dice tías, ya no vienen más. Esas que nos tironeaban el guardapolvo por los cuatro costados, que nos revisaban escrupulosamente las puntas de los lápices, que cuando creciditos empezamos a evitar de reojo y con aires de culpables. Han quedado fijadas en recuerdos sepias y se confunden con tranvías, con un rincón del Prado, con gusto a caramelo y matinée. Nostalgia mezclada con ternura y olores y una cierta tristeza, una época en que todo era ordenado, horarios y ropa y los buenos días a vecinos y Buck Jones como el héroe indestructible y positivo sin que todavía supiéramos muy bien encasillar valores como destrucción y positividad. No como ahora, pobres de nosotros.
Nos poníamos a descubrir el mundo como si éste fuera una valija de contrabandista, con cierres secretos y doble o triple fondo, amparados en esa impunidad para dejar tirados sobre el piso lo que no sirviera y sin mirar atrás, ese doblarse de la espalda cansada de la tía que empezaba a recoger papeles de colores o revistas, un viejo monedero usado y olvidado definitivamente contra una pata de la mesa, entusiasmos agotados en sólo media hora que la tía ordenaba suavemente en el armario con ese afán minucioso y tierno y modestísimo cuando la voz derivaba al recitado de cuidados o regaños porque la rodilla lastimada o los zapatos rotos o el Beto, ese bocasucia.
Sepias y tranvías. Y uno iba quedando al margen, a pesar de todo. Uno se rompía para que el escándalo tuviera consecuencias, golpeaba puertas y llegaba tarde y empezaba a balbucear las primeras puteadas y volcaba a propó-
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sito calé sobre el mantel y enseguida o más
tarde, siempre, eso sí, invariablemente, la tía
como un juez implacable y sin embargo comprensivo en el borde de la mesa, en la cocina, con un salto de cama, y uno ridículo y abochornado, agachando la cabeza y sintiéndose
profundamente estúpido. Mundo de crinolinas y
yesos y malvones que ya estaban ahí cuando los conocimos, que siguieron ahí inmunes a la
afrenta gratuita e insolente, al orín tibio que intentaba manchar o marchitar, que seguirán
ahí, como sé, compruebo con admiración ahora
que las tías ya no vienen como antes y sin embargo se atienden los malvones o se quita el
polvo de los yesos o la crinolina resulta de todas maneras una palabra encantadora, para natural regocijo de cronopios y esa gente.
Las tías quizá no, pero la escenografía permanece intacta, curiosamente válida a pesar de los
Soyuz o los Apolo, qué digo, incluso a pesar de las impertinencias de Godard o las impavideces de Resnais. Ah, sí, los trastos siguen aguardando detrás de las teletas y están a mano como
un recurso permanente, como si se pudiera dudar de la vigencia de escribir a la manera de
Acevedo. Díaz o de viajar a Rocha montado en
una diligencia. El tiempo ahuyentará las tías
pero sus celos serán reivindicados porque el
mundo según parece está clasificado para siempre, módulos y respeto y tradición y ese recomendable giro de la cabeza sobre un hombro.
Lo prueba el inútil desplante de sobrinos, la ineficacia de querer rotular el tarro de mermelada con la sílaba té, travesura pueril, porque
la mermelada como se sabe debe nombrarse mermelada aunque nos duela, y es muy rica,
hablando de otra cosa, de chuparse los dedos.
Claro que a lo mejor se nos ocurre tomar la
Onda para viajar a Rocha, pero nadie está obligado. O no escribir como Acevedo Díaz o Mo- rosoli; o preguntarnos qué pasa con Antonioni o con Resnais. O leer simplemente ese librito de
Roland Barthes editado hace como veinte años.
Pero tampoco nadie está obligado, las tías han consolidado definitivamente eso llamado tema o
personaje o situación o realidad o fantasía, y
aunque no vengan más como venían antes, esto
también es una lástima, porque los yesos van
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S w 08,00” la polIera en los toldos Y con y colores tde “ ° ' / Ios mctlvones tienen olores Lo au» í inadecuados al bikini o al Mus-lang que es una pena.sQeUvaas ^ Cr̂ 0lÍna' P°r Supuest0- Pero ! í»bre
1 d° porque suena despreocupada y
juguetona y no quiero revisar el diccionario7riÍaTeítaTT °Iia,j Pr Iqj'3 Gl primer biblioteca- acepción dll ®cand
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la picaría de la "General Motors" y centenares de fraamentas de vidrio en los rincones mas insólitos de Montevideo. Ni el imperialismo ni la oiigarcraía han sabido encontrar todavía un preventivo eficaz contra la subversión clandestina ni contra las piedras.
Esta simple enumeración permite imaginar sin demasiado esfuerzo la forma en que evolucionarán los acontecimientos en la mitad que ahora se inicia del año. El gobierna abrumado por su ineficacia y sus propias debilidades tendrá que recurrir nuevamente a los mecanismos pseudo- constitucionaleís qüe le facultan a ejercer las formas más burdas de la represión. Ante esa posibilidad, el dilema que se presenta a la cla
se obrera y demás sectores afectados por la situación es el siguiente: ¿cómo instrumentar en adelante la lucha contra la represión? ¿Cuáles serán en las circunstancias que se aproximan las formas específicas y el contenido de la acción revolucionaria?
La importancia de estas preguntas no es exclusivamente teórica. Hay una forma posible de
acción o lucha que puede constituirse, parado jicamente, en su propia negación, es decir, en la "anti-acción". Se trata de aquellos actos de intención supuestamente revolucionaria que se instrumentan dentro de los margenes de legalidad cada vez más estrechos que tolera el sistema. Ese márgen legal para la acción opositora, sin embargo, es sólo el recurso con que el sistema asegura su estabilidad; la profilaxis
con que previene su inmunidad y su supervivencia. En el caso concreto de nuestro país, el sistema "democrcctico-liberal", aun bajo las restringidas condiciones impuestas por las ya habituales medidas de seguridad, ese margen oscila entre la simple impugnación de los partidos políticos, es decir el enfrentamiento al nivel ideológico, hasta una moderada oposición al nivel económico, que es oposición de "clase" (las reivindicaciones de la clase trabajadora) y afecta por lo tanto la base misma de la estructura social. Pero la condición "sine qua non" de todo sistema que busca preservar su integridad es "reglamentar" las formas de la oposición, a fin de neutralizar el significado de la misma y asegurar su permanencia. Así como el equilibrio
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de un acróbata sobre la cuerda floja no depende de su rigidez, sino de la velocidad de sus reflejos para compensar los repentinos desajustes de peso, así la estabilidad de todo sistema político se basa en su "plasticidad" para absorber los movimientos opositores y la protesta social mediante una relativa flexibilidad. Es la
forma, en definitiva, en que no sólo el Uruguay,
sino el conjunto de América Latina sobrevive
a su atraso histórico y posterga la inevitable opción revolucionaria.
¿Cuál es entonces la alternativa a esta forma neutralizada de acción opositora? Toda acción revolucionaria surge de una forma de protesta que no acepta encuadrarse dentro de los márgenes de legalidad cada vez más estrechos que
tolera el sistema; es la forma de acción que ignora e incluso desafía abiertamente la reglamentación del "establishment". Lo contrario a la acción revolucionaria, en la coyuntura actual, no es, como podría pensarse, la pasividad, la inactividad o la indiferencia, sino la acción "reglamentada", la acción contenida dentro de las reglas admitidas por el poder establecido. Esta es la opción que enfrentan los grupos que encabezan la lucha contra la represión actual, y que irá haciéndose más clara en el correr del
año: acción en la legalidad o acción revolucionaria. Si bien se trata, en el fondo, de una falsa alternativa, pues toda verdadera acción es radical, irrestricta, escapa a los márgenes posibles de limitación y control por parte del sistema, es revolucionaria, en una palabra, o no es acción. Los meses venideros clarificarán la disyuntiva.
HIBER CONTERIS
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ALBERTO PAGANINI
T E S I S P O L E M I C A S O B R EL A C E N E R A C IO N D EL 6 0
Asumo e! riesgo de referirme a una generación cuyo perfil aún no es nítido. Cuantodiga en estas líneas puede ser desbaratado
no ya por las opiniones de mis colegas (tansubjetivas, presumo, como las mías), sinopor el curso de los próximos cinco años.Qué digo, de los próximos dos años. Porqueaún este Uruguay inmóvil, frenado, blindadoy garantido contra choques, este Uruguay hacomenzado a andar, siquiera torpemente, ygolpearse contra los escollos de una reacción que ya no pierde el tiempo en enmascararse, y golpearse también —es triste decirlo— contra la falta de tino, la inexpe
riencia y hasta los egoísmos de los dirigentes de los sectores populares.
Pero a la generación del 60 le correspondeun hermoso y difícil handicap histórico,
CONTERIS: De acuerdo con lo del “handicap” histórico; cuestiono, en cambio, loscalificativos. Ni “'hermoso” ni "difícil"; un “handicap”, simplemente, consistente, primero, en que la crisis que mencionás nos toma en cierto modo inmunizados; a quiengolpeó de lleno fue a la generación del 45. Y en segundo lugar, en que no estamosen el centro del huracán; el huracán en que estás pensando pasó “sobre el azúcar”,a miles de kilómetros de aquí. Nosotros actuamos —escribimos— en la periferia, sinsaber qué hacer para corrernos hacia el vórtice. Generacional y existencialmente —loadmito— ése es un handicap importante.
como ha sido señalado por Mercedes Ramírez de Rossiello y por Roberto Ares Pons.No hay nada más fecundo que una crisis,si se trata de despertar valores aletargados,actitudes y aptitudes apenas latentes. La
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(reiteración del 45 se benefició - o no-, adiferencia de la nuestra, con lo que Realde Azúa ha llamado “la posdata batllista”,una arcadla endeble y decorativa un Uruguay irreal sostenido por tipos de cambiodiferenciales, enquistado cómodamente enun mundo que amenazaba saltar en pedazos Mientras en Europa y en Corea manaban ríos de sangre, nosotros leíamos moro-
En cuanto a la generación del 17, hay quereconocer que vivió en pleno limbo batllistav que los supérstites de dicha promociónaún no han despertado, ni existe razonableesperanza de que So hagan. Exceptúo a donAlberto Zum Felde, y hago capítulo aparte□ara el siempre lúcido y lamentablementedesaparecido Antonio M. Grompone. Algo similar le ocurrió a la generación del Cente
nario aunque el agudo contraluz de esosaños 30 vitalizó muchas conciencias. Si biendel fragor de las armas apenas llegó a nuestras orillas apagado eco. Nosotros, en cambio estamos en el centro del huracán. Correla 'sangre en América, corre y correrá lasangre en este Uruguay aún estupefacto, aúnincrédulo —pero no por mucho tiempo— delo que ve y palpa.
Asumo, también, y gustosamente, el riesgode criticar a la generación del GO. Lo hago
con una buena fe de la que conozco pocosantecedentes, porque sé que las críticas reverterán sobre mi cabeza, y porque ésta es,en realidad, una autocrítica. Lo que digo demis compañeros, lo afirmo previamente demí mismo.
No veo en los ya muchos libros que se hanpublicado desde 1960 a la fecha —y mesalteo innumerables artículos en la prensa;reseñas de libros, notas informativas, juicios,porque ya en 1954 estábamos vivos y escri
bíamos, y si no consúltese las coleccionesde muchas páginas literarias, y en esa consulta de la prensa diaria podría encontrarseabundante material para refutar (felizmente)lo que voy diciendo—, no veo en nosotrosy a nuestro alrededor la postura revolucionaria que la hora exige. Hay periodistas ennuestra generación que sí asumen esa postura, y realizan una eficiente tarea de esclarecimiento y prédica. Pero, al parecer,una cosa es el periodismo —tan riesgoso y
clausurable— y otra la literatura. Cuandotransitamos hacia el libro, hacia la literatura, casi sin excepción nos volvemos irremediablemente arcádicos, o elegiacos o “experimentales", o preciosistas, o torremarfi-leños, o meramente incomprensibles. Comosi la literatura fuera un coto cerrado. ¿Deborecordar que Vargas Llosa dijo que la lite-
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raíura era “una insurrección permanente”? La literatura que escriba nuestra generación será una literatura revolucionaria o no será literatura.
MUSTO: La frasecita tiene sus prestigios. Así que aprovecho para colocar el asteriscoque me corresponde a fin de no perder el tren, no sea cosa de quedarme dandosaltitos de alegría con tu afirmación y después del baño y de la ropa limpia empezar a meterle con el "preciosismo" o las “arcadias” o las "elegías", palabras indiscutiblemente feas y asquerosas, pobres.
Sin embargo la frase es tan rotunda, tan seria, tan infisurable, tan, en fin, que comienzan a funcionar ciertas sospechas. Es como esas verdades de cajón que a nadiese le ocurre cuestionar y uno se las mete en el bolsillo y al llegar a casa las chinchaen un estante de la biblioteca y lucen lindas, los amigos sacuden la cabeza y todossatisfechos. O como los “por supuesto” que se dejan a un costado con gesto displicente y sobrador y pasemos a otra cosa. Verdades demasiado obvias, pero tanto,que al final sospechamos que no quieren decir nada.
Vos y yo, Paganini, sabemos que tu intención no es apodíctica, en todo caso abierta
y fermenal, seguramente desafiante, y estamos de acuerdo y entonces recién ahí nosdamos cuenta de que algún bromista nos está moviendo el bote de babor a estribor,y no es una metáfora. Porque las palabras, vos sabés, pueden ser un instrumentopara esa revolución que postulás, pero también, y en eso reside la gran joda, unode sus beneficiarios. No me parece justo que después de usarlas se Iesrelegue ala cocina para que sigan como antes. Desde hace un tiempo algunos tipos vienendesconfiando de esta compartimentacióln. Insisten y porfían en que si cambia elobjeto deberá cambiar necesariamente la manera de describir ese objeto, si es queese cambio ya no se produjo, porque además existe la sospecha de que “un objetoy un objeto descrito no tienen la misma estructura”, mirá vos. Y porque esa “insurrección permanente” que citás incluye también un atentado a las Academias y otros
Institutos, a métodos de análisis que quién te dice no están algo viejos, a escalade valores que aprendimos en la escuela y en almuerzos familiares y ya más gran-decitos en textos aplicables a beneméritos clásicos con ya también clásicas fórmulasde crítica y que están allí, en el sector derecho de la biblioteca, alcanza con estirarel brazo y abrir el volumen en la página indicada, ninguna posibilidad de error. ¿Dequé revolución me estás hablando? ¿Te imaginás un texto revolucionario actual impreso en caracteres góticos? (Te advierto que no tengo nada contra esa tipografíatraviesa y despeinada, mayúsculas de jardín y de breviario). Y si no fuera porque séque no sos capaz de usarlos, temería que me acusaras con el gran lugar común deformalista, otra vejez.
Pero esto está muy largo. Alguna cosita más y terminamos:
Tal vez habría que abocarse, sin descuidar quehaceres justamente mejor jerarquizados,despacio, sin alharacas pero sin equívocos, intentar, digo, una pequeña revolucioncita,a escala, dentro, si es posible, de la literatura, para que la otra, la que vos decís,no nos agarre desacomodados, con la casa sin arreglar y usando todavía los sillonesheredados del abuelo y las sábanas de hilo, o contemplando las mayólicas de! fondo,esas distracciones que pueden confinarnos con perfil y todo, agraciado o no, enalgún balneario da segunda clase, como decís un poco más abajo, y esa sí que esuna forma del exilio, y no de las mejores, te aseguro.
Y conste que no me interesa propiciar ninguna literatura “de partido”, ninguna literatura con programas cerrados, ningún dog
ma político o estético que coarte la libre
circulación da las ideas y de los sentimientos, la libre y ancha respiración del artista, del creador literario. Aquí, en América, se ha podido hacer una revolución sin anteojeras culturales. Y si nuestra literatura no es revolucionaria, se condenará, en cambio.
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a ser eficaz escalera para trepar ciertas posiciones (muy codiciables); servirá, más me-socráticamente, para redondear algún magropresupuesto mensual; o lucir algún perfil nomuy agraciado; o pavonearse por algún balneario de segunda categoría; o ser leído porFulano o Mengano (Fulano: alto funcionariode un Ente Autónomo; Mengano: agente
internacional).rnMTERiS- Creo que hay que desdecirse aquí de algunas posiciones pre-establepidas.Considerada con 2n criterio social o político, la literatura solo es revolucionaria enm contexto social revolucionario. Ni más ni menos que.un fusil, pongamos por raso,
uso d e t e r S su significado ideológico. Pero también creo que toda verdaderaftoratura ¿ fag o asi como la vanguardia del lenguaje; el lenguaje en su limite detransformación ên el instante de rehacerse. Y esa puede ser una función intnnseca-rnent̂ ievolucionaSia. Esa clase de literatura es por naturaleza y definición anárquica,solitaria, destructora, cortaziana, digamos.
Mientras tanto me pregunto qué llega a nues
tros libros del subconsumo de las clasestrabajadoras, qué eco hay de nuestro proletariado en las novelas que escribimos, quéecos hay en ellas de una clase media hastaayer decorosa y ahora mendicante, envilecida y logrera. Creo que los grandes problemas del país (económicos y morales) están en gran parte ausentes en nuestra literatura; que seguimos viviendo no ya de espaldas a América sino de espaldas al Uruguay. Más concreta e inmediatamente.- deespaldas a nuestro campo.
m m t f r is - “Vivir de espaldas al Uruguay" y vivir “de espaldas a nuestro campoCarecen térmfnos intercambiables. Me solidarizo aquí con la replica de Onettu
no me parecen términos . . d ue Montevideo es un tema mas uruguayodemográficamente, no mngii™ 0 sea un escenario tan válido como
fo meno gd do e f punto de JSTliterario. Sociológicamente, en oam-la ciudad, por lo h tiende a desaparecer. Eso es parte de la mo-
y la literatura tiene que registrar de
alguna manera ese proceso.
E! hecho de que el libro de José PedroAmaro 'El hombre de la tierra pretenda serimagen de una revolución (1811 equivaldríaa 1969), demuestra que el campo, la revolución —aun la literatura— es terreno virgenno sólo para Amaro sino para muchos denosotros. Conste, además, que escribir sobre la revolución de 1811 me parece síntomade escapismo, de ilusionismo, y, en definitiva, de un esteticismo atrasado cien años.De seguir esa senda difícilmente podamossuperar a Alejandro Magariños Cervantes(oue nos aventajaba, pues vivió en el siglo
XIX, y no escribió sobré el XVIII, sino sobresu propio siglo).
Existe una problemática literaria más inmedita y específica.
Se hace reiterada mención de un boom editorial. Las cifras son irrefragables. Pero debeenfatizarse que boom editorial no quiere de
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cir boom literario. Como ya dijera CarlosReal de Azúa (en el último numero de Marcha de 1967), se están presentando muchoslibros que no son más que refundiciones denotas, artículos, cuentos publicados aquí yallá.
SQMMA: De acuerdo. Pero esas “refundiciones” —signo evidente de pobreza— no se
dan, precisamente, con autores de la generación del 60...No creo que haya avanzado la producciónliteraria, fundamentalmente en calidad —quees el único avance posible. Y ya la palabra"producción” ofrece una constelación de reparos: no se “produce” literatura, sino quese crea literatura. Por lo demás, esa producción, si incurrimos en ella, nos lleva alriesgo cierto de la masificación. Como hombres, como almas, luchamos a brazo partidocontra una sociedad masificadora, en que
masificación es mediocridad, conformismo,cobardía. Parecería que en nuestros tiemposes imposible un florecimiento de la individualidad (que no niega sino que es fundamento de una auténtica vida comunitaria).Pero el “hombre-masa" de hoy exige un“arte” para las masas, una producción enserie.
C0NTER1S: También en esto me parece que reflejamos un prejuicio romántico (porno decir burgués). No veo ningún inconveniente en “producir” literatura; por el contrario, yo creo que vamos hacia eso en la medida en que avancemos en el proceso
de industrialización, por un lado, y se jerarquice profesionalmente el trabajo intelectual, por otro. Se llegará a un momento en que se produzca literatura como unartículo necesario de consumo —¿y por qué no?— Lo importante, en este caso, eselevar el nivel del consumidor. Llevarle a exigir un producto auténticamente literario.Sospecho que también por eso queremos la revolución. El punto clave —en esteterreno como en otros— es quién tiene el control de los medios de producción. Queel nivel del consumo intelectual lo determine el escritor, el creador, el artista, yno el capital. “La imaginación al poder”, según el famoso slogan de mayo.
La novela, o el cuento, o el poema (menoseste último, que tiene el privilegio de serpoco solicitado y vivir en apacible y digna
soltería) se componen con criterios cuantitativos, uno tras otro, sin respiro, sin decantación. El resultado es estéticamente peligroso. No creo ni en la facilidad ni en losrepentistas. Hace apenas ocho años se publicó, con bombos y platillos, tal o cual novela. Ya es relegable al olvido. Era irremediablemente mala. Era un “producto”, unartefacto más o menos difícil, un modelopara armar (que pocos lograron verdaderamente armar, porque tal vez faltasen o so
brasen piezas. Allí la oscuridad pretendíaser densidad, etc.). Qué riesgo enorme quecorre la generación del 60 si sus escritoresse vuelven tecnócratas del papel impreso, siempieza a gestarse (o armarse) una novela anual, un ensayo mensual, un cuento dominical. Aunque quede el recurso (¿salvador?)de copiarle un poco a Benedetti y otro pocoa Cortázar.
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Riesgo tremendo y agravado por una casiausencia de crítica literaria militante. Si coninjusticia se dijo de la generación del 45qya “era una generación de críticos , converdad puede afirmarse que falta entre nosotros el crítico vitriólico y punzante, el crítico sin concesiones, aun a riesgo de crueldad, a riesgo de injusticia y de error. Duro
pero necesario ejercicio el de la crítica. Porque entra en la creación literaria como unelemento componente más, tanto como lacélebre “inspiración” de los románticos, o elno menos célebre “oficio” de nuestros neoclásicos del 45, que tales son. Pero las plumas de aquella crítica parecen herrumbrarse.El guerrero reposa, ya definitivamente.
No elogiaré el oficio literario de nuestros jóvenes escritores. Desearía, sí, verlos máscerca de la actitud romántica, y no del ya
frío escolasticismo de sus predecesores.¿Elogiar el oficio? Pocas generaciones hancomenzado escribiendo tan bien. Vale decir:solucionando previamente, y en casa, losproblemas de la sintaxis (como si esta fueseciencia arcana); administrando con qué tinolos signos de puntuación. Por supuesto: hayexcepciones. Pero afortunadamente hay, tamb;én, correctores o revisores.
La consideración de las magias del oficioconcluye aquí. Porque de un escritor se debeexigir, si pretende serlo, que conozca e! aj-fabeto. Luego, si insiste en ser escritor, exí jasele que tenga algo que decir. Que hayavivido y sufrido, que conozca el dolor y elamor, que sepa cómo se sufre y cómo seama. ¿Tendremos algo que decir si estamosde espaldas al país? ¿Si conocemos a loscantegriles a través de un manual de sociología, y a los Cantegriles a través de losprospectos de turismo? ¿Tendremos algo quedecir si confundimos Revolución con el in
noble tira y afloje del grupos de presióndisociados, miopes, egoístas, fácilmente manipulabas por los burócratas del parlamentarismo? ¿Tendremos algo que decir mientras predicamos ia Revolución y a diario nosapoltronamos en una silla de la Administración? ¿Cómo, ouién resuelve esta antinomia?;e es aue escribimos para compensar quiénsabe qué frustraciones inmencionables? ¿Oes qué la literatura es sólo un empleo lú-dico del t'empo libre, un poco a la manera
de Borges, para quien reservamos criticasacerbas, pero cu va actitud vital estamos le jos de enmendar? Propongo un examen deconciencia de estos puntos.
criMMa. Fctn mp narece capital. La necesidad. Escribir porque se tiene necesidad dehacerlo-’quiero decfr- porque el inseparable binomio autor-lector necesita éso. Tampocoío veo que Iâ HteStura de nuestra generación sea, todavía, necesaria (ni, globalmente, la de laQgeneración anterior, por supuesto), en cambio, si, en gran medida, prescind ,
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si presuponemos, claro, aquello de que hacer literatura (hoy-aquí, más que nunca) esun hecho enteramente social. “¿Fulano?, sí, escribe bien”: afirmación totalmente ambigua, me parece. Me voy a arriesgar con un ejemplo “extranjero”: Cortázar escribebien, escribe muy bien, es brillante, fascinante, un prestidigitador de la palabra,- sinembargo, a mi modo de ver, prescindible. ¡En cambio, García Márquez me parece ineludible, necesario: es un creador, no un inventor. Y la mayoría de los escritores (y lectores) del 60 escriben (y quieren leer) al compás de Cortázar... todavía. En este sentido acepto tu afirmación anterior de que se escribe “de espaldas a Uruguay”: no porque Cortázar o Márquez sean “extranjeros”; por lo otro, por lo de la necesidad. Para Uruguay(y para América Latina) la mayor parte de nuestra “buena" literatura es, hoy por hoy,prescindible. Propongo, yo también, un examen de conciencia.
Mientras tanto, queda la “literatura”, quedauna temible andanada de estilos, modas, manierismos, procedimientos, recursos. Si leemos poesía, se nos aflige con hermetismosde diversos matices. Qué lejana la sencillezde Machado, la ancha vena lírica de Bécquer,la suprema elegancia de Garcilaso o de FrayLuis, la autenticidad de Líber Falco, el pa
tetismo de Idea Vilariño, la perfección deJulio Herrera y Reissig. Y si leemos narrativa, ahí está, a! acecho, esa baraúnda deracconti, de collages, de monólogos interiores. Como si estas pirotecnias pudieran moderar eventuales vacíos.
SOMMA: Por supuesto, baraúnda será cuando no se “tenga algo que decir”, algo quecrear (o re-crear), pero a cualquiera de esos recursos lo considero exquisitamenteválido —hoy— si se ajusta a ese “algo" imprescindible necesario que hay que decir(cuando se lo siente o se lo vive, por supuesto).
Con el agravante de su escasa novedad. Homero es maestro de los racconti, nadie hasuperado los abigarrados collages del Arcipreste de Hita; ni siquiera Joyce inventó elmonólogo interior, cuyos antecedentes —le
janos— son los monólogos de la tragediagriega. Y si leemos ensayística, poco material de lectura tendremos.
Debo, sí, tener una palabra de verdaderoelogio, pero mi sentido del pudor me impide dar nombres propios. Aprecio el ingenioy la glacial inteligencia de cierta narradora;el regodeo en el absurdo de otro; la capacidad de transcribir los datos inmediatos dela realidad, una especie de sensacionalismosólo en apariencia intrascendente, de un tercer narrador. Creo que un cuentista ha acertado al poner el acento en los sentimientospaterno-filiales, no sólo porque lo hace conno fingida ternura, sino porque la familiaes un tema y un bien que la literatura debedefender en medio de la abyecta conspira
ción que un materialismo nada dialécticotiende a las instituciones más sagradas. Deotra narradora admiro su capacidad para develar el infierno del sexo sin amor; de otronarrador aprecio el mundo asfixiante y oscuro en que se debaten sus creaturas; deotro, cuentista, creo ha expuesto con aciertoalgunas aristas de la estolidez y la ruindad
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montevideanas y mesocráticas; a otro lo veodebatirse en medio de auténticos problemasreligiosos;
SOMMA: Me doy por aludido ¿no? Pero q u ¡^ .ro^e», enluto, en “problemas religrosos” . Si. en cambio, en f uacl“ eas{i™™ ̂ SexistSncia dede esa trasnochada monser̂ Mamada re|,gi4n el8hombre potencialmente libreDios; esas son cosas que me trascienden. Creo en i t v ^ . ¡den
T e r ^ í é f e s f - J S ^ 7 casfe s - I S S S S *
“ 7 ^ 7 7 " T Z f i f r ni 7'rtcurso. ni una ¡nstltuciona.lzacldn, ni una
recomendable suplencia. algún otro me recuerda a lo mejor de AldousHuxley. De un último aplaudo que no le temaai subconsciente y lo exorcice,pero todo esto es poco. La generación del60 casi no ha comenzado y marcha a oscuras. Su aspecto general, como grupo ogeneración, me deja cierto regusto amargo,una lancinante impresión de soledad y desamparo, una severa angustia por su futuro,en medio de fuerzas y a la merced de circunstancias que temo inexorables.
COMTERIS: Ni más ni menos a oscuras que cualquier otra generación. Es posible queen esta instancia en que las formas de producción cultural se transforman (me refiero a ciertos fenómenos como el “boom" editorial y sus afines) queden mas expuestas que nunca nuestras taras nacionales.- individualismo, exacerbado sentido competitivo, provincianismo. No marchamos a oscuras:. marchamos a empellones, aplastándonos unos a otros, pero con los ojos bien abiertos, a sabiendas de lo que hacemos. Y en eso, sólo te hago una ligera corrección, Alberto, somos tan uruguayos
como todos los que nos precedieron.Tal vez por esto, la generación del 60 seala más uruguaya de todas cuantas han advenido a la literatura uruguaya.
ONETTI: Personalmente, no me gusta nada intervenir en esta especie de Cartas delos Lectores pero, una vez que leí el texto de Alberto Paganini y fui invitado a responderle, sería mucho peor callarme en público y hablar a sus espaldas.En líneas generales, estoy de acuerdo con lo que dice Paganini. Opino que, de unmodo u otro, había que decirlo. Por el poco espacio me referiré solamente a lospuntos en los cuales disentimos.
Dice AP que una cosa es el periodismo y otra la literatura. Completamente_de acuerdopero entonces, ¿por qué pide a una lo que es función del otro? La literatura nogoza de la inmediatez del periodismo. ¿Cómo es posible pedir a los escritores —perplejos como ciudadanos comunes que son— que escriban sobre una realidad querecién les ha roto los ojos? Y ¿cómo es posible hacerlo cuando se afirma con tantaverdad que la literatura no se produce sino que se crea?, ¿cuando se reprocha simultáneamente a los escritores falta de decantación en sus trabajos? Estas contradicciones vuelven totalmente retóricos ios reproches de AP.
También suena a hueco la invocación del campo uruguayo como temática. Porquetodos sabemos que, Uruguay vive del campô pero tiene una . concentración ciudadanasuperior en algunos casos, a la de los países mas industrializados del mundo. Asies la realidad uruguaya: el campesino no sólo es una -respetable- minoría, sinoaue constituye casi una excepción en un país de burócratas. Eso no quiere decir queno%e° escriba sobre el campo. Se debe hacerlo, si se quiere, pero por algo no .sehace demasiado y sí abundan y tienen gran éxito poemas y cuentos de la oficinaaunque no lleven estos títulos explícitamente benedettianos.
No creo que se deba huir de cualquier tipo de técnica porque haya sido usada porJoyce la tragedia griega, etc., ya que lo que interesa es el talento con que se
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usan eras meras herramientas. En esta era de ia cibernética sigue teniendo vigenciaimprescindible e! martillo prehistórico.
Finalmente, por su hedor reaccionario que supongo accidenta!, no se pueda admitiruna defensa de la familia corno institución. Solamente es defendible como relaciónhumana positiva, deseable y —recién entonces— “ sagrada” .
EYH ERAS IDE: Pienso en cuanto al planteo final ds Paganini que, en resumen, sí,somos una generación “ desamparada” . En la encrucijada de un Uruguay que ha muertodefinitivamente (el libera!, el batí!ista) nos encontramos, de golpe, ante ¡a progresivo3,fascistización de las ciases dirigentes, de la oligarquía que ahora, sin intermediarios,gobierna el país. Pienso también que estábamos “intelectualmente” preparados paraello, sobre todo después de! histórico “ sacudón” de la revolución cubana. Pero unacosa es estar intelectualmente preparados para algo, y otra, ver correr la sagnre enlas calles, a! laclo nuestro, como si fuera nuestra propia sangre. Asumir esa responsabilidad es lo que yo llamaría estar comprometidos, Y en ese sentido lo estamos...
No creo, como Paganini, que estarlo signifique conocer ios cantegriles (de verdad,
los de la pobreza), o los de mentira (los de Punta de! Este) ... Creo que cada uno conoce su realidad, lo cua! es de alguna manera tener una visión, aunque parda!, dela realidad total de una sociedad. El escribir una novéis o cuentos situados en eicampo, en una ciudad de! interior, en Montevideo c simplemente romper la realidad
pora hundirse en lo fantástico, son formas (hasta por evasión) de dar testimonio de
una realidad repentinamente terrible, anonadante a veces, como la que se ha ins
talado en nuestro país.
Querría sin embargo referirme en estas breves líneas que me corresponden a los dosescritores y los des libros que, hasta ei momento da escribir esto, considero los másimportantes de nuestra generación: son Jorge Onetti y “CuaSquisrcosario” y Silvia
Lago y “Oeírás ds! rojo". De algún modo los dos ejemplifican lo que antes he dichoy dan testimonio de lo mejor de la llamada “generación de la crisis". Jorge Onetti,en “Cualquiercosario” ha dado una visión ácida, cruda, mordaz de la realidad rio-plater.se; con un agudo sentido del humor; con verdadera maestría para jugar a colocar y descolocar las palabras en una frase, en un texto. Tiene además, el don desaber cerrar un cuento, con una simple vuelta de llave. Por su parte Silvia Lago en“Detrás del rojo” confirma lo adelantado en su brillante “Días dorados de !a señorapieídediamantes”: la riqueza de palabras, la belleza y ternura de su lenguaje pulidoy la dura, cruel punzada del bisturí que va mostrando la otra mentira en que havivido sumido nuestro país durante décadas: la sexual. Creo que Jorge Onetti porun lado (en lo social) y Silvia Lago por otro (en lo sexual) están comenzando, con
un altísimo nivel literario a desmitificar. Y esa es ¡la clave para mí de l a funcióndel escritor en una sociedad enferma de mentiras como la nuestra: desmitificar.
No quisiera terminar estas líneas sin agregar una aparente contradicción de nuestrageneración. Creo que como dijera Maggi “hablamos menos y escribimos más” que lageneración anterior. Sin embargo no hemos dado, ya no digo una novela como “El Astillero” o “La Vida Breve” de Onetti, sino ni siquiera una novela como, a mi entender la mejor del 45, “Con las primeras luces”, de Martínez Moreno. Sin embargo,esta aparente contradicción se puede ver superada mañana, o dentro de un mes, o unaño. Sin ir más lejos Jorge Onetti acaba de ser finalista del Concurso Seix-Barral,en el que su novela quedó junto a dos más, dentro de 91 originales, seis de ellos
calificados de “notables" por uno de los jurados, el crítico español José María Cas-tellet, y esa novela —que no conocemos aún— está al llegar. También está al saliruna novela de Paganini (“Calles que dan al mar”) de quien siempre he pensado, alleer sus cuentos, que son trozos, capítulos de alguna excelente novela. Otros muchosestán en condiciones de hacerlo. Musto, entre ellos. Pienso que el ejercicio del cuento, del relato y de la nouvelle (tan necesarios a veces) nos han de llevar hacip elgran género: la novela. La contradicción aparente, que planteaba, ha de quedar enpocos meses o años, superada.
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ALBERTO
Riesgo de las palabras si no se las definepreviamente. Por ejemplo revolución . ¿Ladefino? Fue;a de la literatura significa (paramí) reforma agraria, reforma urbana, nacionalización de la banca y del comercio exterior, agremiación con los países del tercer mundo empeñados en tareas y* Pr°b*e*mas semejantes a los nuestros (Y aun toda
vía quedaría el cascabel, pues hay que ponérselo al gato, o al tigre). Obviamente-, cada uno de estos Ítems requiere una nuevadefinición. ¿Reforma urbana? ¿Será el PlanNacional de Viviendas, para citar un ejemplo y no del todo indecente? Rotundamente no-, que los políticos profesionales no noshagan pagar el precio de ia crisis y de ladescapítalización en que nos han sumido.Y ya vamos resbalando por el plano inclinado de los problemas concretos. Me pareos bien. En eso estamos y de eso se trata.
¿Pero con esto podrá hacerse literatura.Estoy convencido que sí, y no es necesariorecurrir al realismo socialista (ejemplo deliteratura no-revolucionaria en un contextorevolucionario). Basta para esa literaturaque la problemática nacional y americana(la auténtica, no la que los políticos quemencioné nos imponen para entretener e juego y estar —de paso— a la altura de lossindicalistas profesionales), basta que esaproblemática funcione como background,como el aire impalpable pero asfixiante de
una narrativa o de una poética.Dentro de la literatura, —si es que estabafuera—, hay muchos caminos abiertos y pocas recetas. Si hemos de ser excesivamente modestos, convengamos en que escribirrevolucionariamente es escribir bien. Y porfavor: no imitar a Juan Carlos Onetti, Cortázar, García Márquez, Faulkner, escritoresexcelentes todos ellos, merecedores de algo más que la ssrvilidad de la imitación. Alos clásicos, verlos sin anteojeras tipo Mor-net, Rudler, Expliquez-moi, u otras que nomenciono. No sé en qué estante tengo albueno del Alighieri, pero siempre me haparecido tan, pero tan revolucionario. Y quédecir del escalofriante Sófocles (¿qué hubiera sido de Freud sin él?). ¿Y qué cosamás revolucionaria que el cercano MartínFierro?Una última palabra, sobrevolando estos espejismos extra o intraliterarios (para mí larealidad es literaria y la literatura es cosamuy real): una palabra coincidiendo plenamente con Híber: que la literatura —la dela generación del 60, y la de todas las generaciones— esté en manos de los escritores y no en manos del capital.
PAGANINI
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EDUARDO 6ALEAN0
los m ilita re s , la p en iten cia
y el destino
Han sido ya reveladas, a la luz pública, las dificultades espinosas que ha encontradola Embajada de los EE.UU. en sus esfuerzos por empujar a nuestro país a la firmade un nuevo tratado militar. Como se sabe, el Tratado bilateral entre Estados Unidosy Uruguay, suscrito en 1953 al influjo de la Ley de Defensa Mutua y el Programa deAsistencia Militar, caducará en 1970; desde mediados del 68, sin embargo, han cesadoprácticamente los suministros de orige,n norteamericano con destino al Ejército, laMarina y la Aeronáutica del Uruguay. No es casualidad que la asistencia se haya interrumpido a partir del momento en que se pusieron en evidencias las discrepanciascon respecto al nuevo convenio propuesto. Había sido tormentosa la firma del Tratadodel 53, suscrito a contrapelo de la voluntad y el interés nacionales; este Tratado de!
70 está desatando escándalos desde mucho antes de nacer. A pesar del secreto oficial que rodeaba al asunto, se conoce, ahora, su tremenda magnitud. El nuevo acuerdo, cocinado en EE.UU. para consumo de toda Latinoamérica, implica una reestructuración de nuestras fuerzas armadas. Se las destina, ahora, a garantizar el ordeninterno, y ya no a la defensa frente a las amenazas y los peligros provenientes delexterior. Se pone el acento en las becas de estudio para oficiales uruguayos en elextranjero, y en la asistencia técnica relacionada con sus nuevas funciones. La "guerra contrarrevolucionaria” y la “acción cívica" pasan a constituir la razón de ser denuestras fuerzas armadas, lo que impone cambios en la índole de su orientación ge-
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, v en las formas ssps-, -í-oj-pias y armamentos que le SOl‘ .'"'T, -r;encjpn a desaparecer, por
nSi- ! -Te d* -s%fon îa oue impone el ‘'nuevo rümb° _ i t e r a s pierde importancia
m s , «= 1
Wi f B S f f e - =bw^ * 6 -los inspectores us ms £-md < ^ elementos de ju icio que ubicanEs:-a arríenlo sólo tiene el propósito ae agrega. < - bertas claves para entender-
f e coníhcto en su contexto real y P ? ^ ^ f e f e S ¡ n enfrentadas, boy, al m.s-f0 ñ« jor. En toda América Latina las TU¿̂ t fe s ls n a rs e a! papel que se les ad-'°o dilem a: ser el brazo armado d e ^ ^ n dentro de la nación; conver-iudica como brazo armado de uno ci**~ -u “ X* ca[Ses al serv icio de la negernoniathrse en fuerzas de ocupación contra sus ’reScate de la dignidad nació-norteamericana, o lanzase, jú n c e o . - mj¡¡tares latinoamericanos han teilejadonal hum illada. La historia en^n a q artúan , y que han desempañado al-
siempre las contradicciones de la so~.e_-~ d “ contrarias: han encabezado o acom-
ssrsasss ̂¿̂ -t-if-s?iardo¿rs uss«ss" a¡
fUerZa-Hnadmel infierno para sembrar el Mal en este mundo.emergido del inri . >F t H . unidos, las fuerzas
Está claro eso sí, que desde el punto de Y‘s a £|e pentágono considera que los mi-afeadas del sur del río Bravô no tienen opc.om ^ d¡st¡nguidos, incond¡cionalmente
litares latinoamericanos son policíaspuestos al servicio de sus planes.
LA “DEFENSA DEL HEMISFERIO”
Desde 1941 los Estados Unidos mon0,p °11zan a defini t i vamente la in-América Latina. Las " m i s i o n e s F r a n d l f fS a te rra o Italia en Ja for- fluencia que hasta entonces eja^cia !os añ'os de la segunda guerra mundial, y se marión castrense latinoamericana. Eran los anos a ^ ¿ ntrarrestar la amenaza de
esgrimió por entonces e l 0 f e n a c io n e s europeas se desangraban entre si, la “subversión nazi-fascista : m i e n t r a la s na montar una maquinaria mili-
» Val misiones le candieron como tinta en pape, s ,
T Z gbClonó fondos para el .t“rta,ec,m,ento de os a la ratificación, de te -
M a 4 « ?̂ " ' Hondur as en « 4, con Hait, y Guatemala
en 1955, y con Bolivia en 1958.
Inicialmente, los objetivos de. la aŷ a bgbian yf e ganar la cooperación militar paradefenderse mejor contra-"SroJddeítaí fuera envuflto en la Segunda Guerra Mim-
’l o n t " » S Í I S r i Í m » S u U l.d .d més estricta" frente a ,a
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Segunda Guerra Mund ial, recomendó “ dec larar la guerra” a sus países miembros, no
bien ios Estados Unidos declararon la guerra. De inmediato, América Latina propor
cionó bases militares temporarias a los Estados Unidos, colaboró en operaciones dedefensa aníi-submarina- y de todo tipo, y elevó su producc ión de materiales estratégicos ,brindando sus materias primas a “precios de guerra” que los monopolios im pe ria
listas aprovecharon con gran fervor democrático.
Pasaron los años de ¡a guerra calien te, y los años de la guerra f ría. En 1S59, el Comité
Presidencial para Estudiar el Programa Norteamericano de Ayuda Militar, produjo un
informe en el que destacaba “ la utilidad de dar entrenam iento a personal m ilita rextra njero ... ningún otro aspecto del Programa de Ayuda M ilita r produce interesesí 3 n provechosos de los dólares gastados como estos programas de entre namiento” .
Hacia 1960, el ob jetivo pr incipal del Programa de Asistencia M ilita r era el desarro llode una poderosa fuerza antisubmarina y la defensa del Hemisferio ante la agresión
externa, que, desde los fines de la segunda guerra, se identificaba con una imagen
diabólica de Moscú. Los alemanes habían pasado a ser “ buenos", y los “ malos” eran
los rusos. Desde 1961, los latinoamericanos mismos han pasado a ser el blanco prin
cipal de la estrategia diseñada por el Pentágono para las fuerzas armadas de América
Latina . Pero todavía en 1960, el as isten te de la Secretaría de Defensa, Charles H.
Shuff, declaraba que “ la peor amenaza a la seguridad del hem isferio, proviene de lasacciones submarinas en el Mar Caribe y a lo largo de las costas da América Latina” . (4)
LA “COMPUTADORA AMABLE” Y EL PELIGRO' DE LA REVOLUCION
Con el ingreso de Kennedy al poder, se produce el cambio de orientación de la asistencia militar norteamericana para América Latina, resultado de una modificación ge
neral de la estrategia y la estructura Interna del Pentágono. Criticando ácidamentela falta de una efectiva y múltiple potencia de fuego para las fuerzas convencionalesnorteamericanas, y la incapacidad del transporte “para dar a estas fuerzas ia rápidamovilidad necesaria para cumplir con nuestros compromisos en todo el mundo”, Kennedy ejemplificaba: “¿Os dais cuenta de que algunas de nuestras unidades que penetraron en el "oleoducto” del Líbano, por así decirlo, en el momento de la revuelta iraquí, salieron por el otro extremo tan sólo para descubrir que para entoncesla polvareda se había asentado —ya habíamos reconocido al nuevo régimen— y quehabía llegado el momento de evacuar?” (5) ta estrategia militar de la AdministraciónEisenhower, fundada en el perdido monopolio de las armas nucleares, fue duramenteatacada y cambiada. Cuba se radicalizaba a un ritmo frenético y eficaz, ardían Laos
y Vietnamí “En la década de 1940 y a principios de la de 1950, el mayor peligroprovenía de los ejércitos comunistas que avanzaban a través de las fronteras libres...En la actualidad enfrentamos una nueva y diferente amenaza. Ya no poseemos elmonopolio nuclear... Siendo así, el conflicto local que ellos apoyan puede volverse asu favor a través de las guerrillas o la ¡nsurgencia o la subversión... sin que lastropas comunistas crucen jamás ninguna frontera internacional”. (6) El ejecutor de lapolítica militar propugnada por Kennedy, fue Robert McNamara, presidente de la Fordantes de ser designado Secretario de Defensa. “Tratar la amenaza de los guerrilleroscomunistas —opinaba McNamara— requiere modificar de algún modo nuestro pensamiento militar. Hemos estado acostumbrados a experimentar grandes armas y a montar enormes fuerzas. En este caso debemos trabajar con compañías y patrullas, y con
soldados individuales, más que con grupos y divisiones de batalla. En las tres Fuerzasestamos adiestrando combatientes, los cuales pueden a su vez enseñar a los pueblosde las naciones libres la manera de pelear por su libertad... Combatir las guerrillasexige más ingenio que dinero o potencial humano de combate”. (?)
En el discurso que había preparado para el 22 de noviembre de 1963, en Dallas, yque nunca pudo pronunciar, el presidente Kennedy había hecho un balance de loscambios operados: “...las lecciones de la última década nos han enseñado que lalibertad no puede defenderse exclusivamente con el poder nuclear estratégico... tras-
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fuerzas especiales: esas fuerzas que
cendiendo las «1 «¡» |°s ^
lu S e ^ sa b ó tc a d o re s , insur8ent“ styn^ | “ con' libros “de Mao y el Oheu Gueva^ y.célebres “boinas verdes” , que se ns™ ® J a¿°r a combatir” contra Jas fueras rew
por"atribuyen ai enem igo.^1 , t sobre la gestión de McNamara,Wüiiam Kaufman, autor de un análisis muŷ u t¡ n a t-_(9) ,La “ amable compu-
advier te que “ su preocupación pr¡ P , ‘ de sus críticos, declaró en 1962: Estabora” , como llamaban a NcNamara ,a!§u inversión para la ayuda m il itar _re-oosible que los beneficios mayoresoe i m espec¡a!istaSj en nuestros colegios
suíten del entrenamiento de °f!f'trpnamf4to de los Estados Unidos y del extranjero,militares y en los centros de entrenamiento de dQ regresan. Son los futurosSus países nombran instructores a eso .. an conocimientos y los transmiten a
s s esos “ irap̂ b̂En declaraciones ante el " ^ o s ^ o r t e a m e t o " ^ referiré ahoracuatro años después los objetivos nort4 a™ r̂ osde |a ayuyda militar son conseguira América Latina. Acá, los obj mantener la seguridad interna ante las amenazasfuerzas latinoamericanas cap c insDiración comunista o «casera»; alentar ade la violencia y la subversión sean de la°s instituciones democráticas ylas fuerzas armadas para que ̂ p y establezcan una relación más estrechase ocupen del desarrollo econorn .. finalmente, preparar unidades elegidasde las fuerzas armadas y la población civil .*r '™¡£an Pma^do de la Organizaciónnlra posibles tareas de mantenimiento de P« bajo^ei m g llbuenos amigos”, «fu_de Estados Americanos o de las Nac: ones U d ̂ ̂ segur¡dad» (.Paz de los
turos dirigentes de sus pueblos art ^ dextranjPros)y habían dado ya, en los cuatrocementerios, seguridad de . declaración, pruebas más que suficientes de queaños que mediaron entre una y rnnrpnrión de la ayuda militar no habían caídolos capitales aplicados apJ a,a5|Jneoa.mericanos habían ofrecido muestras elocuentes depn el vacío. Los militares latmoamemcario_ Bosch en |a Dominicana, a Jangoreceptividad y gratitud: h a b í a n dernb J ,habfan desencadenado cuartelazosGoulart en el Brasil y a Paz °1 retorno de Arévalo y Velazco lbarra y habíanen Guatemala y Ecuador para' DreVen¡r la victoriosa avalancha _de los votostomado el poder en la Arge"tJ,n- p Expresando los intereses de la oligarquía asus-peronistas en las elecciones p • P desempeñando ambas funciones a latada o instrumentados por el imperial:is , qs Q,gunas experiencias políticas de
vez, los militares habíana
evitado, preventivamente, la puesta en marchasigno nacionalista y popu’ar o habían evi ^ .Pflusncia norteamericana en cada unode procesos amenazantes diel-SJ ̂ aunque variable en intensidad y métodos: ende estos golpes de estado s a ’de modo directo, la intervención de los Estadosalgunos casos, aunque no se expresara de rnoa miI¡tares latinoamericanos atraes-
desde Guatemalay £ P ciemore las fuerzas armadas de nuestrasqin embargo, en estos últim os anos, no siemp , En ig65í un ssCto r consi-
tierras respondieron a Washington como e ¡ Q0rone¡ caamaño, dio al mundod S e del ejército dominicano, agrupado en torno al Wrom.1 deSna lección de dignidad y-heroísmo ta c endo causa con. a westmoreland mDomingo, en 1968, loa rn.litares a'" j S n d e Terry para dar curso a una
• * » S ' ? anf S o t s e n ia c f S , t o d S ' w i b l é
mil ¡tares latinoamericanos podemos confiar .
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LA GRAN ALTERNATIVA
Cada vez que los militares norteamericanos hacen causa común con sus pueblos, yse ponen al servicio de un proceso de reivindicación nacional, los gobernantes delos EE. UU. súbitamente opinan que la política es asunto de los civiles. Cada vezque un país latinoamericano amenza romper, o rompe, el monopolio norteamericanoen los abastecimientos militares del área, arrecia el “pacifismo” de los senadores ylos altos funcionarios del gobierno del norte.
El papel de gendarmes del orden establecido —un orden que implica la opresión delas mayorías por la minoría dominante y la subordinación de cada país a un centrode poder extranjero— no es el que la historia reconoció, a lo largo de siglo veinte,a militares como Cárdenas y Arbenz, Vargas y Perón, Busch y Villarroel. Fueron militares los que impulsaron las grandes obras de desarrollo independiente en Argentinay Brasil, frustradas por la inconsecuencia y la traición: el petróleo y el hierro, losgrandes proyectos energéticos. No todos se resignan, hoy, a que los ejércitos seconviertan en meros apéndices del Pentágono, con la misión de asegurar que suspaíses sigan siendo, a su vez, meros apéndices de Wall Street. La actitud de lasfuerzas armadas latinoamericanas ha sido variable y contradictoria frente a los cambiossociales en el siglo XX; clase media al fin, el ejército ha oscilado entre dos polosopuestos de atracción. Pero 'hay un camino nacional y popular abierto por las tradiciones propias, que está en abierta pugna con las misiones de “contrainsurgencia"y demagógica “acción cívica” que el imperialismo, les atribuye hoy día. La liquidación de la autonomía militar de cada país, al servicio de la potencia hegemónica delhemisferio y en función de una estrategia internacional que nos es ajena, condenaa Latinoamérica a continuar desempeñando su papel de sirvienta del imperio máspoderoso de todos los tiempos. Lo del Perú demuestra que, para algunos militares,esta penitencia no es de ninguna manera un destino.
Marzo 1959
(1) Edwin Liewen, informe al Comité de Relaciones Exteriores del Senado de USA, octubre 1967.
(2) id.
(3) Final Report, Washington, 1959, pág. 39.
(4) Liewen ibíd.
(5) John F. Kennedy, “The strategy of peace” , New York, 1960.
(6) Declaraciones de Kennedy al regreso de su reunión con Jruschov en Viena, juniode 1961.
(7) McNamara, discurso en Il linois, 17 de febrero, 1962.
(8) Donald Duncan, “The new legions”, New York, 1967.
(9) William A. Kaufmann, “La estrategia de McNamara”, Buenos Aires, 1967.
(10) Declaración de McNamara: Hearings, Foreign Assistance Act, 1962.
(11) Declaración del vicealmirante L. C. Heinz, director de la Oficina de AyudaMilitar de laSubsecretaría de Defensa.
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Entendemos ds interés para los Sectores de PROLOGOe» e?¿iíjsL~:erí£o &e las Lases ¡dei .concurso de GAS-A DE LAS
AbmkmAS - 1570
1. Ss considerarán seis géneros literarios; nóvala, teairo, ensayo, poesía,cuento, testimonio.
2. En I: que raspeara s Poesía, Novela, Cuento y Teatro, no se exige queel tena se ajuste a características determinadas. Ei Ensayo será unestudio sociológico, histórico, filosófico o crítico sobre temas de laAmérica Latina. Ei Testimonio será un libro donde se documente, deíbranra oTecte un asnéete tía ia realidad latinoamericana actual.
3, Los üb.m:.....“ a"'" m? c e-m inéditos y en lengua española. Bichoslibros es considerarán inéditos aunque hayan sido impresos parcialmente en publicaciones periódicas.
5.
Las obras deberán presentarse anónimamente, en original y copia, escritas a máquina en papel tamaño carta, acompañadas de un sobrecerrado en cuyo exterior deberá indicarse el género literario en queconcursa y su rema, y en ei inferior e! nombre, dirección postal yficha bibliográfica dsl autor. Para mchitar ei trabajo del Jurado, seruega ei envío del original y cuatro copias.
Los Jurados otorgarán un Premio Unico e indivisible por cada género,que consistirá en mil dólares. Los Premios y Menciones serán traducidos a lenguas extranjeras y publicados en español en varios países
de América Latina.6. Los Jurados podrán mencionar para su publicación total o parcialt en
las colecciones, cuadernos o revistas de Casa de las Américas, ’y a juicio de ésta, las obras (o parte de éstas) que consideren de méritosuficiente.
7. Casa de las Américas se reservará los derechos de publicación de iaprimera edición en español de las obras premiadas, y opción preferente de futuras ediciones. Referente a derecho de autor de las menciones publicadas, conforme a la Base 6, se observará lo dispuesto
por la legislación cubana al respecto.
8. El plazo de admisión de las obras se cerrará el 31 de diciembre de 1969.
9. Los Jurados correspondientes a cada uno de los cinco géneros se constituirán en La Habana en enero de 1970.
10. Las obras deberán ser remitidas a las siguientes direcciones: CasaPostal 2, Berna, Suiza, o Casa de las Américas, G y Tercera, Vedado,La Habana, Cuba.
11. Las obras presentadas estarán a disposición de sus autores hasta e!31 de diciembre de 1970. La Casa de las Américas no se responsabilizacon su devolución.
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poesía
NANCY BACELO
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Digamos quilómetros de dichadigamos que había una flor y no en un vasoque nos reíamos de risa solamentedigamos que juntos construimos la forma del amorque nos amábamosque arriba de la alfombra amontonamos el peso del silencio y que llorando
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supimos de la felicidad como cualquiera poique ahora la noche de veranocaliente como brasa de qué nos sirve ausentes _qué nos muerde qué nos pisa qué nos aisla entonces
qué nos mata
si otros se encargaron de que vos y yo
amormíoemoezáramos a dolemos de todo.
No ahora sino antesapenas vivos apenas sosegadosdeslumbrados de amorya descubriéndonos ya seguros ausentes amputado el dolor si se venía sueltomi corazón y el tuyo .T segura presencia de las mínimas sensaciones de amorsubdivididas en cuentas de interminables sueños aauí equivalidas las entregasdSm e del gusto prendido como brasa en piel y sangreaquella noche ciega para otros mas de videncia total para nosotros en la que respiramos liberado el destino y aprendimosque nadie se libera de su marca y que tarde o temprano en la mano tendida
eS‘á H n ív A n O R A Y TOTAL COMO NINGUNA
3
Si estuvimos si estuvimos seguros si la piedad de vos si la piedad de si la piedad de todos resuelta por la piel imaginada nos convocó nos hizo merecernos la cuota de estar vivos si' nos quemamos como cualquiera en brasa propiay nada fue posible de salvarse
de este mundo mí
puede quemarse
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porque maldito el corazón maldice todo porque herido el pasaje de la razón al sueño el sueño es sueño malherido y del terrible enjuague en que te llevan multitudes de bocas multitudes de nombres sueltos nombres carentes de apellido volada luz volada sombra volados corazones
huérfanos del coraje imprescindible mínimo
huérfanos del amor que si es amor lo salva todo
ni pájaros siquiera ni apenas alas salvadoras sólo vuelos de polvo a ras de tierra sólo razones ruidos que se rompen empujados de afuera no de adentro liviana luz liviana flor del día rostro que tuvo tan furiosa suerte manos vendidas manos que aprendieron a contarse los dedos a contarse la prisionera ausencia en que han vivido.
ENRIQUE FIERRO
la placidez agosto
La placidez agosto,invierno el viejo, un díava la perdida consonanteubicua y eficiente para todo poema
cuando es,las armas crecen,a más una corona.Bébese hasta los poderessecretos porque Juliaalmuerza en casa con Maruja, ángelesque ya los lampos dejan.Pero la hiena cae para cautivar la fortuna.
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mano rubia
La manolongobarda y autónoma
sacrificada, rubia
llegó al hocico gris
quedara siempre
y cuandono le excusara un mito
que puedo ser yo mismo
o la tarde hoy.
Nunca bella dama que le resulte modo
de negar la verdad
que el mundo corre.
orar los ojos
Llorar de los oíos. Ya no hayrrwón o el discurso. Comandante Ramón,
ya qué vieja la nueva
palabrería, hoy.El que se atreva al homenaje,
a derrotar la música anterior.
La suspensión, o pausade la guerra_que rábulas requieren
a canto y a interior, abandonados- no será sobre el mundo,
veremos en justicia
tu rostro. En rectitudseremos hartos,
siemprey hasta la victoria
comandante final.
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IVAN KM AID
“« 1 ®
como en sueños digo
Si vuelta la mirada si dicha la única palabra no hubiera huecos destrozos naufragios viejos como intentos de saltar la pasarela de un barco que parte y se nos lleva.
Si dicha la única palabra
los pasos silenciaran los pasos y sobre el hombro los gestos sirvieran de signos en una inundación sin .presagios.
Pudiera detenerme borrar este naufragio hacer de modo como .en sueños digo.
Si vuelta la mirada no hubiera huecos llenados de hojarasca si los gestos sirvieran de signos avisores la única palabra sería verdadera.
Estuviera a tiempode saltar sobre la ruinaremover escombros volviendo la mirada.
Si bajara la noche sobre tantos fantasmas y de pronto supiera que estoy vivo entre rostrosque caminan su contento.
Si pudiera detener la. historia
esta menuda de ojos tan pequeños y volver sobre la tinta a calcular que un día fueron y no importa.
Si un vendaval abriendo mis ventanas mostrara una calle que sueño que me sueña.
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desde una estrella
Desde una estrella sonríes pequeña eternidad desmedida.Ha pasado tiempo madremucho tiempo sí en tanto me he multiplicadotambién tus otros hijos mis hermanosque ya mis hijos corren por las callesdonde mueren estudiantesse levantan barricadas
una bala corta el aireen mil preguntas36 años y el mundo escapa de la mano.Donde sueños sombra en la miradalos plátanos de entonces desde la tierra coloradagolpean la calma de tus pasoscalle abajo y yo el primero en recibirte.Volvían de la Escuela común abecedario de esperanza
ya no sirven tus respuestas el gallo ya no canta ni semeja el eco su horizonte.Mis 16 años están aquí tras las barricadas.
NELSON MARRA
tiem po de los amantes
El amor les llega paciente e implacable como el odio,y los amantes se preguntan, si al íin de cuentas, valdrá la pena renunciar al mundo y no mirar la calle mojada .
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desde la ventana verde o desde
el techo sucio, alquitranado.
El amor les llega
y es un dolor penetrante
en el labio, en la encía,
en la rojiza mano que los toca.
El amor es un dolor agudoen los tendones, esun sudor ácido y tibio,que deja huellas en la sábana,es un no saber qué decirque goza entre la piel de los amantesy son como tentáculos que penetranlos dedos.
Los amantes,
los amantes bajan al mundoy escuchan el veranoy pretenden el amor eternocon sus dientes,y el amanteque había sido suicidamira una flor desguarnecida y suciamientras la amante, sin soltar las manos,mira el duro trabajo
de los cosechadores.Los amantes se duermen
al borde del camino,
y se duermen despacio como fieras bien alimentadas,
abastecidas, lentas,
en la noche.
Los amantes habitan el mar
y entran desnudos, puros, como peces,
y profanan la arena, y las piernas se juntan,y hay ruidos de cristalescomo si todo el amorgritara desde un único punto,como si las manos que palpan y meditanse sintieran felices, solas,y el gusto del amor en la cabaña
con la cama virtuosa, lejanísima,y el nunca retornar porque el mundo castigay duele.
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tiempo de extravío
Ahora será una ciudad alejada y norteamericana y no tu mano tristeen el aeropuerto, . „ „ahora será tu sonrisa entre los hippies de San Jrranciscoy no tus ojos en mi boca,ahora moverás tus pies mientras la canción de protesta
sale del estereofónicoy no- respirar gases
que excitarán tus gritasahora mirarás alelada cómo los reporters hablande la muerte del Che Guavara y las buenas señoras hablan,
y no la borrosa fotografía de un diario de la izquierda, ahora verás McBird en el off-Broadway v no leerás Macbeth en las clases de un oscuro liceo, * con otros diezmil solitariosy no el calor de plazas tristes, con viejos y vencidos, ahora son las manifestaciones negras o anti-Vietnam y no el grito entre coraceros y autobombos, ahora son las teenagers que proclaman la libertal sexual
entre minifaldas de acero y ]2 o las indecisas estudiantas que te aguardan, ahora eres tú y la muerte ahora soy yo y la muerte, mientras tanto.
edipitis
Edipo se acostó con la madre y quedó ciego, lo creo exagerado:
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si deseas a tu madre te dicen que tienes tal complejo, si la fornicas matas el complejo evitas la cegueray según las condiciones hasta puedes gozar. Sin embargodesde hace veinticinco siglos
el hombre, ese dudoso,
aún no se ha decidido.
En las paredes de París reza esta frase:"sospecho que Dios sea un intelectual de izquierda"¿y por qué no?¿por qué no podría ser?si trabajó solamente seis díasy hasta probablemente fue a la huelgay hasta fue despedido de su cargopor los vetustos y burgueses dioses que le precedieron.Sucede que en aquellos tiempos (era antes de Cristo no
los sindicatos no se habían formado y el tipo quedó solo sin oportunidad de firmar manifiestos ni politizar a otros dioses más pequeños menos corrompidosni siquiera alcanzó a editar un semanario proclamando reformas
aunque lo hubiera hecho si estuviera al alcance de su mano.Ahora, cansado, después de tantos siglos contempla con sentido del humor (tal vez algún desdén) esta obra apurada, imprecisa, que ni siquiera pudo corregir por culpa de los editores.
olvidarse)
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GONZALO ROJAS
él comandante
ñsí que me balearon la Izquierda! Lo que anduve con esta pierna Izquierda por el mundo! Ni un árbol para decirle nada, y víboras, y víboras, víboras como balas, y agárrenlo y reviéntenlo,
y el asma, y otra cosa,y ©i asma, y son las tres. Y el asma, el asma, el asma.
Así que son las tres, o ya no son las tres, ni es el 8, ni octubre. Así que aquí termina la quebrada de Yuro, así que la quebrada del mundo, y va a estallar. Así que va a estallar, la grande, y me balearon en octubre.
Así que daban cinco mil dólares por esto, o eran cincuen-[ta mil,sangre mía, por esto que fuimos y que somos, y que todo lo que fuimos y que somos! Cinco mil par mis ojos, mis manos, cincuenta mil por̂ todo, con asma y todo. Y eso, roncos pulmones míos, que íbamos a cumplir los cuarenta cantando!
Contando los fatídicos mosquitos de la muerte! arriba,: arriba los pobres, la conducta ̂de la línea de fuego, bienvenida la ráfaga si otros vienen después. Vamos, vamos veloces, vamos veloces a vengar al muerto.Lo mío —¿qué es lo mío?— esta rosa, esta América con sus viejas espinas. Toda la madrugada me juzgan en inglés. ¿Qué es lo mío y lo mío
sino lo tuyo, hermano? La cosa fue de golpe y al corazón. Aquí va a empezar el origen, y cómanse su miedo.
Así que me carnearon y después me amarraron.A Vallegrande —a qué— y en helicóptero!Bueno es regar con sangre colorada el oxígeno aunque después me quemen y me corten las manos,
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narrativa
HIBER CONTERIS
lágrimas por málak
A F. G. V., que me habló de otro ‘‘Carlos” que
está en Lima y que canta de manera parecida a Ray Charles.
Ahora el polvo de Tacna desdibuja su rostro; después serán el tiempo y otros rostros; sin que Carlos inhume el quejumbroso "Málak" urdido en el temblor del calabozo, oyéndolo crecer y adivinar sus gestos, augu-; rar nuevas lágrimas en la fragosa oscuridad y los párpados ciegos hasta encontrar la forma exacta de continuar su repentina inspiración o más bien
el instinto para quebrar la sílaba inicial y transformarla en la síncopa ronca de sus blues, "Máaa/lak, Máaa/lak"; y por fin aquel nombre exhalado. de manera inaudible fermentaba en las grietas del cemento, invadía
el corredor, comenzaban entonces las quejas y chistidos y tal vez muchos
pares de manos, cierta boca, un sordo y transpirado hacinamiento en las
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rejos y alguien saltando o removiéndose en el jergón para espetarle mierda!" o menos elocuente "que maten a ese negro!", pero sabiendo yo que finalmente la voz áspera, dolorida, la imaginación increíble de Carlos para inventar fraseos y sonidos, un dogal invisible en la garganta y asombrosas apreturas y asfixias impondrían el ritmo y su gemido visceral al resto de la cárcel; no en vano en Arica, hasta que sobrevino la catás
trofe, en el hotel del "Arrecife", todos no sólo los "habitúes" del bar termi
naron bautizándolo "Charles'; el grito se rompía en la silaba débil y alternaba los próximos acentos con golpes de las manos y un estricto compás, el orín salpicando en gotas impalpables desde el suelo, así que varias veces, no por otra razón sino por Málak, el recuerdo doloroso de Málak, yo contuve el insulto al sentir la aspersión consiguiente, aunque no era eso lo peor, bastaba el miasma en las narices porque no éramos al fin y al cabo delincuentes y no fueron suficientes tres noches para habituarse al calabozo, el contrabando desde Arica era legítimo comercio en ese entonces y si viajamos como polizones no fue por falta de dinero sino porque no ha
bía lugar en el "Vespucci"; Carlos había cantado honradamente (ya comenzaban a llamarlo "Charles") y en las incursiones al alba en el casino más bien uno ganaba que perdía; pero todos sabían que el puerto libre se cerraba y era cosa de ver quién salía de allí antes que se inciaran las violentas oleadas del reflujo turístico y el desierto paralizara nuevamente el latido de Arica; así que la ruptura del contrato y el embarque subrepticio en la única nave que hacía cabotaje ese mes hacia el sur, el plan original y los riesgos de compartir los tres el mismo camarote y hasta la cárcel en Valparaíso fueron cosa de Málak; por qué diablos cantaba entonces Carlos
y aun después de los insultos del corredor y los sincopados remojones de orín yo pensaba en la arena de Tacna, en la primera vez que vi su rostro
y dije "una princesa inca", y ella sonrió, me pregunté por qué se amortiguaba la diminuta luz de la pupila en el fondo del verde y señalando el pelo renegrido y la piel mate como antes habíamos comprobado en la mu
jer de Sebastián, que era de lea, descendiente de los Paracas y casi tan hermosa como ella, dijo varias veces "no, no", y en su detestable español que era de Egipto, "árabe" dijo Carlos, pero los dos pensamos en Cleopa- tra o Nefertitis, las arenas del Nilo y las pirámides y qué estaría haciendo
allí, en Tacna, en el viento y el polvo de Tacna, hasta que conocimos sus
cacharros, su colección de huacos y supuestos chavines, "turista y con plata" infirió Carlos entre dientes, esa noche la hicimos subir al "Arrecife", cenamos al terminar la sesión de los blues sobre la madrugada y al fin tendidos viendo el amanecer desde la playa; así los tres hasta Valparaíso, una oscura semana de la vida con Málak;
nos habíamos decidido con Carlos por una calurosa pieza en el mejor hotel de Tacna, frente a la plaza y a pocas cuadras del mercado, ya que aun entonces no se podía encontrar nada en Arica por ese mismo precio y de alojarnos
en el "Arrecife" hubiéramos tenido que desprendernos de los treinta o trein- taicinco escudos que hacíamos por noche tranformados escrupulosa y cotidia
namente en dólares a la mañana próxima, a la tarde en verdad; dormíamos hasta después del mediodía, desayunábamos con paltas y papayas y caminábamos hacia la larga hilera de coches de alquiler, modelos relucientes recién desembarcados, de modo que en el preciso instante de alejarse del perímetro de la plaza y obedecer a la servil prontitud del chofer que abría la puerta y disputaba la prioridad con los demás choferes uno tenía la impresión
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de atravesar el tenso umbral del subdesarrollo, las ruinas haraposas del imperio del sol, las miradas esquivas y en el fondo, si uno conseguía encontrarlas lo que dura un relámpago, miradas avisadas, los dueños del pasado y futuro, la costra de los siglos definitivamente adherida al bronce de la piel, los cientos de mujeres indígenas con su media docena de faldas pesadas, desvaídas, y las indiecitos envueltos en el "puyo" cargados en la espalda; salir de la aplastada lividez de Tacna y entrar sin otra mediación que los
pocos minutos en torno al humo normal del mediodía y el polvo de la circunvalación en la franja de asfalio renegrido y la fulgurante planicie de
arena color cobre, los inmensos hangares repletos de carrocerías y la cadena de emblemas subsidiarios de la Ford y la General Motors apenas atravesada la frontera, los cromos relucientes y el azul del acero, pero por sobre todo el latigazo súbito del viento y saber que detrás del cercano promontorio enjalbegado de muros y la hiriente elevación del arrecife el derrame de luz y la cristalizada intensidad del cielo debían competir con otra transparencia verde y rumorosa y el efluvio canicular del mar; el "show" comenzaba a las nueve de la noche, de modo que hasta entonces sólo era zambullirse en el caldeado oleaje del Pacífico, el almuerzo no antes de las
cuatro invariablemente en el "self-service" de José, que por supuesto desde el esplendor del puerto libre dejó de llamarse cantina y abdicó de su hereditaria especialidad de mariscos para incorporar la línea consabida de automáticos, "hamburguers" y "hot-dogs", cuatro letras de acrílico en el frente donde los turistas bisoños podían leer "JOE'S", y entre las zambullidas y la noche, diariamente, proseguir el furioso aprovisionamiento de extractos y cosméticos, varios cientos de frascos, "lipsticks", estuches con los nombres de "Revlon", "Helene Curtís", "Max Factor", "Yardley",
"Schiapparelli", "Ma Griffe", previendo ya el regreso al Río de la Plata y por saber que en Buenos Aires o Montevideo ni el piano ni su voz, yo
volvería a ser un oscuro buscavidas noctámbulo y él dejaría de llamarse 'Charles", desaparecerían los dólares, los meses, los "blues" improvisados sobre la madrugada y aquel subrepticio cargamento de afeites sería la única verdad, la tangible perduración de Arica en el verano de Montevideo y la forma más simple y clandestina de asegurar nuestra sobrevivencia;
pero ¿qué había detrás de esa fe irracional en el mito del eterno retor
no, por qué seguir atados, aherrojados por la brumosa innecesaria perspectiva de regresar al Río de la Plata? Málak fue quien primero introdujo la duda en trece meses de periplo, argumentos elaborados en su francés de medianoche, cuando el pulque y las innumerables brazadas de la tarde descartaban toda posibilidad de articular el español y al que yo respondía apelando a las frases recogidas entre las estridencias de los lobbys de Hiltons y Continentals en lo mejor de cada temporada; Carlas me envidiaba por eso; su facilidad por los idiomas no superaba el fraseo de los blues, pronunciación perfecta, nadie podía adivinar si el negro que can
taba era del norte, centro o sur, los más llegaban a ubicarlo en el Caribe, un punto indefinido entre las Antillas y Trinidad Tobago, pero de francés
ni una sola palabra, yo pensaba entre tanto en la jerga normal del "Medio Mundo", el lunfardo digamos, nuestros años en el barrio Palermo, la única lengua en que él y yo cualquiera de nosotros podía ser sincero, hasta que el efecto del pulque pareció superado y Málak logró hacerme comprender, o convocó de pronto ciertos vocablos aleatorios, supimos que
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era absurdo consignar trece meses de jiras y varios miles de kilomeiros a es° dego atavismo, el mito del regreso triunfal los botijas ael bcnrrio tañados p « la fama, un par de flashes para los suplementos de espectacú-
V a la semana volver a ser sencilla y honrosamente una bosta tema
razón, le dije a Carlos, por qué el Río de la yo'gueAires y Montevideo, y Carlos me miro, miro a Malak, pensó como yo que a ío mejor tenía razón, empinó el vaso y dijo no a mi. emo a Malak y Ma- tak no entendió, me miró, y yo dije, traduje: "¿y que si no es el Rio de
la Plata?";
así aue el resto de esa noche, el insomnio llegaba cuando alcanzábamos las cinco y el taxímetro volaba sobre la franja en medio del desierto y de u? instante al otro uno podía pensar que iba a estrellarse contra el amanecer Carlos y yo fumábamos sin pronunciar palabra, Malak sumergida en~sus sábanas en el residencial sobre la calle once, una habitación adocenada en una casa de familia, desde luego, pero en Anca todas las ca
sas de familia eran "residenciales", esa madrugada de enero o de diciem-fas El Cairo v Beirut, El Cairo podía reconstruirsebre comenzamos a pensar en m vxmo y uc.u-u.1, ^ sren base a tres o cuatro láminas, "El Tesoro de la Juventud o El Mundo tal cual es" y sobre todo a las seriadas imágenes del techmcolor las tar- des en el Monumental, cuando cada chlquilín de la baña estaba enamorado de María Montes y emulaba diariamente a John Hall, pero de Bel- xut sólo nos enteramos al decir Málak la fábrica de hilados de su padre, sólo treinta minutos de Caravelle desde El Cairo, el limen _del oriente o más bien la confluencia, el vértice de Asia-Aínca-Europa, las prostituías
y el aeropuerto más costoso del Mediterráneo, un centenar de night-clubs
viviendo el año entero del turismo, éxito seguro para los blues de Charles y valía la pena que yo aprendiera a tocar música latinoamericana, era como para reírse, aprender a tocar, yo que durante siete años no había tocado sino tangos, pero Málak quería decir "besame mucho , la cucaracha", esas cosas, el consumo normal para Beirut, Carlos ŝe tapaba la cara de la risa, América Latina for export, le dije que sabia, a la tarde siquiente se le ocurrió Ginebra; pronunciaba _"Geneve , otras veces Gi- njva" palia dije yo, pero no, discutimos, yo insistía en que Genova, ella afirmaba "la Suisro", "dans la Suisse", Estocolmo propuso Carlos y yo le
devolví la risa de la noche anterior, "la , Suisse" era Suiza y no Suecia, y por descarte llegamos a Ginebra, Málak nada convencida de como sonaba el nombre en español pero nos pusimos de acuerdo debido a las Naciones Unidas, ella iba a empezar los estudios en setiembre, contaba con el dinero para el apartamento, un Simca 1600 regalo de su padre, nos arreglaríamos los tres, el gerente del hotel Intercontinental era amigo y la boite del piso veintiséis estaba repleta todo el año, el rostro oculto de la diplomacia, "sé de un conflicto entre Israel y El Líbano que se arreglo en el piso veintiséis" dijo Málak, doce francos por Lago y cuatro fran
cos y algo más por un dólar, ninguna alteración en el programa, los blues de Charles y aires latinoamericanos, era como para ponerse a discutir otra vez pero a las tres de la tarde las olas eran glaucas, hialinas, el verde egipcio de los ojos Málak y su cuerpo esmilaceo y, terroso, la guedeja oscurísima, el trapecio perfecto de su espalda, pense en las dinastías que debieron surgir y fenecer, el ocaso de una civilización, los cientos de cleopatras anónimas prostituidas por Roma antes de que Malak descendiera de un vuelo regular de Air France en el Callao y agolados
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bró en los dos compases iniciales, derivó hacia alguna melodía conocida y se ahogó con el ruido de la ducha, se veía la costa, yo había dormido esa última noche en el sofá, intentaba adivinar los cerros de Valparaíso, el azul y el violento relumbre de Arica definitivamente lejos, se llegaba a las seis de la tarde, y tuve la maldita certeza de que Carlos se habría acostado pero no había permanecido largo tiempo en el suelo, de que el instinto, la imaginación, el impulso que yo no había tenido, frenado por fantásticos cálculos y plazos que me habían parecido lejanos, necesarios, temores y sospechas, su deseo intacto y compartido le habían permitido colmar esa última noche en el "Vespucci" la previsible expectativa de Málak;
y ahora ni siquiera su rostro macilento, no ya la alegría de los pocos paseos en cubierta, la desaparición del temor o la prudencia y en cambio saber que llegábamos al fin del trayecto y nada podría impedir el desembarco en Valparaíso, Malak dijo son los últimos días de sol , sig
nificaba el fin del verano para ella y en cuarentaiocho o setentaidós horas un diciembre europeo, París bajo el flagelo del invierno, el Jura almohadillado por la nieve desde dónde según algún relato minucioso se observaba el resplandor de Ginebra, el viaje inaugural del Simca 1600, Carlos se dejó convencer, tenía sus motivos pienso ahora, y yo supe que también se angostaba nuestro extenso verano y me sentí impelido por la audacia optimismo locura de pensar que Europa estaba tras el vuelo de un pájaro y más que nada el hecho de que llegábamos a Valparaíso y nada había pasado, esa mañana incluso un camarero abrió la puerta sin anuncio y yo vi su gesto repentino de asombro capturado de golpe en el espejo, advertí que la mano con el peine permanecía inmóvil casi rígida por un par de segundos, cruzamos las miradas y él sonrió, dijo "disculpe, buenos días", Carlos corrió de un sólo envión el plástico translúcido de la ducha, la puerta se cerró y el camarero no volvió a aparecer, Málak se rió después, cuando se lo contamos, dijo "nada puede pasar, creerá que eras una compañía nocturna, un pasajero", de modo que todo era normal y el desembarco era inminente, fuimos tras ella hasta el puente "Soggiomo" y de ahí a la piscina, el amarillo fluorescente del bikini de Málak polarizaba todas las miradas, tres o cuatro oficiales re
clinados sobre la baranda una flama en los ojos se excitaban mutuamente mirándola, Málak sentenció "los latinos jamás podrán mezclar el humor con el sexo", meridionales, marinos, mucho menos, Carlos aprobó, también él era africano, como Málak, humor hasta en el crimen y en la muerte, era para quedarse indefinidamente allí, toda la sal y el fuego del Pacífico transvasados al cubo pendular de la piscina, y de pronto sentí, vi a los marinos sorbiéndonos a Málak, robándonos centímetros, superficie de Málak, los ojos de reptil y el sexo sin ninguna alegría, regresé al camarote, era mejor olvidarse de ellos, no pensar y de hecho ninguno
hizo la menor referencia, y de pronto el "Vespucci" comenzó a arrastrarse en el aceite, Valparaíso desfilando en el ojo de buey, un par de golpes en la puerta y otra vez la punzada en el estómago, la premonición, más que premonición seguridad, Carlos se quedó serio, Málak miró, sonrió sin sonreir, apresó el picaporte y por supuesto los oficiales nada tenían que ver con los de la piscina: "mi scusi signorina, los señores deben acompañarnos, prego";
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vendrán el tiempo y otros rostros; antes de que Carlos haya aqotado las posibles variantes del quejido fraguado en la crasa oscuridad de la celda y el "Maaa/lak sincopado huya al olvido de sus bines, acentúe la inevitable carraspera o resucite cualquier noche de insomnio bajo la furia tórrida de un vendaval de arena y los acordes en el pian