prohistoria 01 (1997) - completa

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Istorla debates y combates por la historia que viene caRi as baRros I la hiS tor ia que viEne j acQues le goFf I l os reTorno s claUdia ingerF l om I olvidar el estAdo ? boNaudo y sonZogn i I fisCalidad y reoRganización dEl esTado avaNces I iniCios reseÑas Año 1N° 1 . Rosa rI o, primavera 1997

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Revista Prohistoria, Año I, Núm 1 - "La historia que viene" (Carlos Barros), "Los retornos en la historiografía francesa actual" (Jacques Le Goff), "Olvidar el Estado para comprender Rusia?" (Claudio Ingerflom), "Fiscalidad y resignificación del estado en Santa Fe" (Marta Bonaudo y Élida Sonzogni), "Las respuestas al Grito de Alcorta" (Jimena Barroso y Verónica Zanotti).

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• • Istorla debates y combates por la historia que viene

caRias baRros I la hiStoria que viEne

jacQues le goFf I los reTornos

claUdia ingerFlom I olvidar el estAdo?

boNaudo y sonZogni I fisCalidad y reoRganización dEl esTado

avaNces I iniCios reseÑas

Año 1 N° 1 . RosarIo, primavera 1997

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,

ptohiltoria

Con~c.i'lllc RCllal'dún Di rectores: Mari a del ROS:lriO Bum,'atJc . Dnda G Barriera

R.::dac[ores: Darío Amolfo · Maria José Nico lcui - NorJ PClialba

COInil é Editurial en fo . /rgemino

M arl<l BonaudQ (VNR) - MarÍ¡l Inés Car,talio (UN R - UNLP) Manuel Alejandro Callaw7.za (UNR - USA) - EIs¡¡ Caul :1 (UNR)

Rkardo Falcón (UNR) - Raúl Fmdkin (U.N. Lqiánl - Horado Gonó lez (UNR) Eduardo I lourcadc (UNR) · Sus:lna Murphy (U.N.Luján) Grisclda Tarmgó (UNH) Hugo ZUrtlw:w (UNR - UB A)

eXfenl ll

Fmllcisco Andújar Casli llo (U niv. de A1mcrí:1. Espmla) ü .rlos Barros (Uní\'. de SalHi<lgo de Compostela) José Conlrcms Ga)' (U IU \'. de Alll1cria. Espmla)

Luis Miguel Olm'c (PUC P. Lima) CI:ludio S~rg¡o Ingcrnot\l (CNRS. P:.lríS - [nsliluto Mare Bloch. Moscú) Jea n-Frédcric Schaub (EHESS. Parls) Bcmard Vi nCCIIl (EHESS. París)

Chris Wickham (Pasl alld Prcscnl. Londres)

RPI el! ¡r[¡miL:: · ISSN .. m Irll1l1i lc. El Copyright pcrtenecc o los uuton:s.

Qucdu prohibid!llod:l r.:pmducciúll, por cualquier nl<..,<lio. c'\ceplo Olutori?llCión expresa dc los tl\l\(lrcs y edi10res.

ediciones p,oflUto,io & Manuel Suárez E:di tor

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, Indice

,

.dltorlol .... ............................................................. _ ... ........ _ ... _ ......... _ ... _ ..................... 5

• La Historia que viene ..................................................... ........ ..................................... 11

Olrl05 Barros

• Los retomos en la historiografía francesa actual ................ .. ............ ..... _ ............... 35

JacqUts Le Golf

comunlcQclon.s • ¿Olvidar el estado pilrn co mp render a Rusia? ............................. .................... , ...... 47

ClDudio Strgio J"gtrflorn

• Poder, legitimación y raóonalizaci6n en la monarquía temprano

moderna espaf\ola a través de algunos pensadores políticos ........ .............. ....... . 59

Maria l /lis CAno/iD

• El problema de la ti$Calidad en la Reorganización del Estado provindal en la etapa posrosista ..... _ .. _._ ...... _ ......... ~ .... __ .. .. _._ ... ... ___ ... __ .. _ ... . 73

Morfa BcnaulÚ! - bula s.nwgrn

ulIl • .,.ldad y .ocledad • Historia y Universidad hoy .................................................................. .. _._ ............... 91

Dr. Alb<rto J. Pla

Inlclol • La movilizad6n agraria santa(esina en 1912:

las respuestas al "Grito de Alcorta" ....... ........................ ..... .. ...................... .............. . 99

r.s.ñGl ..................................... ................................................................ ........... ........ 109

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prohistoria

Editorial

n(rentar la escritura de esLa primera página. aún con el vOlumen ya organil..ado. no resulta una larea más sencilla que la precedente. Frente al producto. en la sinlcsis. creemos necesario reconocer que las muchas horas de discusi6n previa a esta factura no han evitado que cada uno de nosolros sienta cieno reparo. cieno efecto de extrai'lamiemo, como si. finalmemc, se tratara

de un producto ajeno. Este sentimiento. no obstanlc. parece ser el garante de un principio que nos impusimos desde el arranque: lrJ.bajar por Wl proyecto que supere nueslnlS propias estrecheces.

Este primer número de prohlstorio es la puesla en marcha de ese proyecto que se encuentra en tránsito. que continúa siendo pensado. Es la forma elegida por un grupo de cSlUdianlcs y docentes de la carrera de Historia de la Universidad Nacional de Rosario que hemos decidido abordar la empresa de editar una publkación independiente a partir de un pequeno número de coincidencias. que nos parecen sustantivas.

La primera. y qwús la más obvia, se teje enlomo al contexto social. cultural y profesional en que nos movemos. Tanto las Ciencias Sociales como la Historia atraviesan un momento critico. seguramen· te porque la sociedad misma hace aguas en sus fundamentos. El diagnóstíco. Brchidivulgado. no poI" remanido deja de ser cieno. Cada uno de nosotros vive cotidianamente esta silUación, a la que desde nuestro lugar de argenlinos y unívcrsiwios. podemos agregar condimentos particulares. la institución universitaria. y nuestra Universidad en particular, tampoco escapan al cuadro. Mejor. acentúan sus costados flacos. Crccientemente aislada de la sociedad a la que, supuestamente, interpreta -hacia afue-­ra-, con CSlructuras estranguladas y carente de respuestas para los más jóvenes -hacia adentro--. esta Universidad. muy a pe§aT nuestro y de algunos pocos que se esfuenan en lrJnsformarJa. (onna parte de esta composición de lugar a partir de la cual intuimos que la capacidad de crear nuevos espacios pasa menos por la espera que por la determinación de gestionarlos por nosotros mismos,

Aparte esta primera mirada, ciertamente carente de loda originalidad. quienes hacemos prohIstorla compartimos una ubicación en la estructura universitaria lo sufICientemente insignificante como para evilar la ambición propia ni la aprehensión del más desprevenido entre los desprevenidos. Tal y como están las cosas, no estamos exentos desee visitados regularmente por los fantasmas del desasosiego,la apatía y la desesperanza. Nos une, también, la voluntad de espantar esos fantasmas a (uerza de trabajo.

Fue precisarnenle evaluando nuestras magras perspectivas cuando comenzamos a pensar en la cons~ trucción de un espacio positivo, en el cual. poco a poco. pudiéramos corremos decstál.icos cspec[aoores

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a una posición menos fácil y menos cómoda. prohbtoria pretende canalizar nueslrnS intenciones en ese sentido. fonnalizando un espacio legítimo de gestión para la difusión de los debates y los resultados del trabajo que se realiZ3fl dentro de la disciplina que hemos elegido.

En este orden. no compartimos ciena concepción "conI.1ble·· de la historia. según la cual existen debates saldados para siempre. En la med.ida que los mismos generen un movimicmo. en la medida en que la producción exija la proposición de debates nuevos y la recuperación de Otros olvid:ldos. preten· demos sostener cditori::tlmcntc toda propuc.~ que apunte en ese sentido. Estimamos necesario. t3m·

bién, retomar la Idea feb\'riano del combate, de un historiador que. a su manera, milite por aquellas ideas que lo movili1..an.

A esto apuntamos con la primera sección de la revista. Ln segunda, bajo el genérico trlulo de (omu.· niracionn. está reservada a la edición de lJ'abajos de investigación originales. cuyo único nexo entre sí. al menos por el momento. rCSlde en mostrar rocortes especificos de los debatcs en movimiento. l..3 sección mlcios, forma parte de nuestro propio compromiso de combate. Barajamos la posibilidad de abrir un canaJ para que. en cada número. ap~zcan al menos un breve trabajo de un estudiante "inédl-10" Y algunas síntesis en las que jóvenes graduados puedan ofrecer un panorama de sus invcstig.aciones en curso.

También queremos seftruarque. de alg.una manera. esta.mos parados en el centro de una paradoja. Si bien nuestra mirada sobre la institución universitaria no es la más optimista. y, como dijimos. la publi­cación se realiza al margCll de la estructura fmanciera e insti tucional de la Universidad. hemos recurri· do delibernd.1menle a maestros y colegas inscriptos en esto1 estructura para la confonnaci6n de nuc:slrO Comité Editorial. El mismo funcionará como garante de In calidad de una propuesta que, sin su aseso­ría y colaboración, no permitlr(a que prohlstorio se proponga como un espacio digno para la socializa­ción de ]a producción de nuestros pares. Por una parte. quitamos un pie de la Universidad para crear esta instancia: por la OLm. mantenemos el vínculo con ella por que quisimos proveer ala publicación de

un mecanismo de legitimación acreditado en el campo. EsIO. que puede ~ senalado como contradic­ción. desde nuestra perspectiva ~s. adc.m~s. un slnloma: si se quiere pensar en salidas alternativas. habrá que descontinuar cienos rígidos esquemas y pensar que, en definitiva. quizás se trate de comen­zar por esbozar aJgún gesto mínimamente creativo. Quizás. tambitn resulte necesario exponerse al riesgo quc signinca sostener una paradoja.

Nuestro propósito puede. fmalmeme. resumirse en eSlR voluntad de gestionar un medio que facilite la circulación del trabajo de aquellos que están pensando el tránsito de la disciplina y los debates que animan este: movimiento; de vehiculizar un canal en donde los más jóvenes puedan dar cuenta de sus primeras armas a la par de historiadores que scguramente se cuentan entre sus maestros. Con la sección Urrivl!Tsídad y Socitdod, esperamos abrir un canal de debate acerca de las tensiones entre la disciplma. la institución y la sociedad.

Queremos agrad«er. en pnmer lugru-. a aquellos que aceptaron conune entre los integrantes de

nucslrO Comité Editorial. quienes. al respaldar estn propuesta, han podido pensar en d disenso como

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una inStancia habililante. Aparte nuestro agradecimiento por el gesto. queremos dejar sentado que ninguna de las Ideas vertidas en esta editorial por los directores y redactores de pi •• lforio debe suponerse mecAnic:unente suscripta por ellos. Esta breve nota. adem:is. debe mucho a intensas y dilata­das discusiones con dirigentes del movimiento estudianlÍl de nueSU'3 carrera: si bien alguno de nuesuos Juicios puedro resull.3rtes -siendo be~volos- ajenos. deben ocre(htarse. de todos modos. nuestra ¡rati­lOO por la generosidad y elap35lonamicnto que brindaron en su hora. Una cuota importante de nuesb'as energías fue amistosa y tenaz.mente alimentada por un cómplice conspicuo: a Carlos Barros. grncias por todo.

De aquf en m~. todo queda librado al tiempo y el trabajo. En ddlruttva. más que a la hIStoria que VitRe. a la hiStoria que sepamos conwuir . •

prohlstorlo Consejo de: Redacción

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La historia que viene* CARLOS BA.RROS

UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

a manera de escribir la historia implantada entre los historiadores profesionales a partir de la IJ Guerra Mundial, la h.istoria entendida como ciencia. de cuya puesta en práctica resultÓ una his toria econ6mico-social. estructural y objetivista. que propugnó la ambición ideal de una

historia IOtal y la necesidad de estudiar el pasado para comprender el presente y construir un

futuro mejor. ha sido fuertemente cuestionada a lo largo de la pasada década. al tiempo que entró en

crisis el proyecto filosófico común que la sustentaba. la idea ilustrada de progreso. Hasta aquí la evidencia. Resulta menos claro para todos. y la razón de ser de eSle trabajo es intentar

explicitarlo. el hecho de que la comunidad de historiadores ha ido formulando. a la .... ez que la critica.

nuevos consensos sobre cómo ejercer la profesión, con frecuencia sin saberlo, porque el proceso de las nuevas convergencias se produce más en la práctica que como consecuencia de un debate explícito. Por algo se dice, y con mucha ['".iZÓn, que la crisis finisecular de la historia ·pensemos sobre todo en el papel decreciente de los historiadores y de la historia en la sociedad· está acompañada de un fonnidable incremento de la producción historiográfica. que ha renovado enQllllemente tema..;; y métodos. pero de una manera desigual , sin demasiada reOexión. sin orden ni concierto l , lo que limita gravemente y aún puede dar al traste con los posibles resultados. Nuestras primeras propuestas quieren ser, justamente, sobre la forma en que las comunidades científicas, en general. reconslruyen. a uavés de procesos críti· cos, su acervo común.

Nos interesa más, en esta ocasión. sabel qué historia se hace y. sobre todo. qué historia se debe hacer -con lo cual sobrepasamos. consciente y críticamente. la función notarial-o que las reprobaciones. en algunos fremes muy generalizadas. a las «nuevas hisLOrias~ que han caracterizadO las historiografías del siglo XX. y cuya vigCllcia en gran medida no dejamos de reivindicar. siempre y cuando aceptemos ·desechando por La/lto cualquier espíritu numantino- todo aquello que está superado por la práctica científica en genera], y por la práctica de los historiadores en panicular, así como las nuevas necesida­des sociales. culturales y generacionales. a las que la historia y las ciencia<; sociales deben responder en este acelerado fin de siglo. iniciado en 1989. que en un principio impulsó tremendamente las críticas posmodcmistas .y más aún las premodemistas· para en un breve plazo animar una racionalidad reno­vada, una nueva ilustración, una reformulación de la idea de progreso que tome en consideración errores y fracasos. esfuerzo intelectual con el que nos sentimos identificados.

Carll)S Barros. "La "istona que viene· .prohhhrtQ, Año 1, número l . 1997. pp. JI ·34.

·E,tc anicu!o fue publkadocn BARROS. Cari05 (cdilor)Hisuma (l D~oot~. Tomo l. Santiagode CompoSlda 1995. Agradecemosa RI autor la autorización pa.ra esta edición. argentina.

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Enunciaremos brevememe. medianlc 16 tesis o proposiciones argumentadas. los criterios que nos parecen fund..'lmentales para alcanzar un nuevo consenso hi.'itoriográfico en proceso de gestación. con el fin de alentar el debate contribuyendo a cen trarlo y promoviendo la disidencia. conscientes de que todavía estamos en el camino: no ha terminado la transición al paradigma historiográfico común del siglo XXI. ni siquiera es inevitable.

1. La hilitoriogra(ja a"anza a saltos,y no por simpleacumulación,según las de<isiones con.c¡ensuadas eo cada momento por la comunidad de historiadores.

En cualquier libro de historiografía qUé se precie. se explica el progreso del conocimiento histórico jalonado por rupturas en la forma de escribir la hislorial . Han sido particularmente importantes: el cambio traum.ático de la histona metafísica. sagrada o literaria. a la historia pOsiti .... ista en el siglo XJX. y la revolución historiográfica del siglo XX, protagonizada por la escuela dc Annales y el materialismo histórico. conU"a e l concepto positi .... ista de la historia.. Precisamente este modo de concebir la historia de la historia. a través de revoluciones disciplinares. es deudor de la concepción materialista de la historia.

Pues bien. Thomas S. Kuhn. un físico reconvenido en hislOriador de la ciencia. aplicando a su manera el mé¡odo de la historia al devenir del conocimiento científico. singulanncnte referido a las cienci3s de la naluralC1..a, ha re't'olucionado la mosona de la ciencia a partir de los anos 6()l. poniendo en muy graves aprietos a las. e n aquel momenlO. dominantes concepciones noopositivistas (encabeza­das por Popper) que han cOártado, mucho mas de lo que se piensa , el desarrollo del programa historiográfico inicial del materialismo histórico y de Allna/es.

A diferencia de los posílivistas. viejos y nuevos. Kuhn sitúa el origen de las certidumbres cientmc.as más en las deciSiones sucesivamente consensuadas. tras períodos de crisis y de rivalidad de teorías. por la com unidad científica de cada disciplina. que en la verificación (o falsación) empírica. por lo demás indispensable . La aplicación a las clencias sociales y humanas de los descubrimientos de Kuhn se infiere de sus propias deudas explicitadas con la historia .y también con la sociología. la psicología social y la epistemologra~-. al eSlUdiar la historia de las ciencias físicas. y más al1n de la propia expe· riencia de la historiografía. que no por casualidad suscita hoy la atención creciente de los hislOriadores. que asf y todo nunca ha llegado tan lejos. como Kuhn. a la hora de sistematizar teóricamente la e .... olu· ción histórica de la ciencia, en nuestro caso. la ciencia de la historia.

En las pasadas décadas. el inlerés de Kuhn y de otros científicos por la historia no se ha correspon· djdo con un interés recíproco de los historiadores por la historia de la ciencia y la filosofía de la dencia. La razón reside en la separación vigente, a menudo tenida de animadversión, entre ciencias y letras' • entre ciencias "durns ~ y ciencias sociales y humanas. debido a la cual pasó desapercibido el ulterior "ablandamiento" de las ciencias físicas . Cuando. excepcionalmente, ha existido una relación entre historia y ciencia estricta. se ha establecido con la ciencia neopositivista -por ejemplo. para importar métodos cuamitativos-. pese a la hostilidad manifiesta de KMI Popper hacia todo historicismo. Por 10 demás. el espontáneo dcsintcrésdel historiador de oficio hacia la leona. viene a remachar este düalage

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entre Investigación hIStórica e hlStonográflC3 y filosofia de la ciencia. úllimamente la rama más pro­ductiva de la mosona.

La saJid:l a la actual crisis de identidad y de crecimiento de la disciplina hislooca. pasa. en nuestr.!: opinión por la aplicaclÓfl de la teorla de Kuhn sobre el desarrollo histónco de las ciencias.

2. Existe UD paradigma común de los historiadores., hoy en plena crisis. cuya resolución plena no será posible mas que con la sustiluctón por un paradigma lluevo.

Entendemos por paradigma común d conjunto de compromisos compartidos por una comunidad cien­líTica dada; aquellos elementos lcóricos. metodológicos y nonnativos. crecOCLaS y valores que gozan en un momento determinado del consenso de los especialistas. Un par.Khgma global esr.1. a su vez. ror­mado por par.ldigmas parcial,..s. El runclonamiento de un paradigma común es consustancia1 con la exiSlcocia de una disciplina unifiC3da.. se justiftC3n mutuamente. y no excluyen la plwa1idad de enfo­ques. iocluso de escuelas. mas bien lo contrario: nunca encontrnrcmos plena homogeneidad teórica y metodológica entre los miembros de una comunidad establecida. ni t.1mpoco es aconsejable en aras de la buena marcha de una disciplina cientffica. El concepto historiográfico de p.1rJchgma ha sido precisa­mente creado por Kuhn para explicar los mecanismos reales de aprend1l.aje y consenso. en el inlerior de cualqUier comunidnd madura de científicos. necesariamente más nellbles v abiertos que los propios de una escuela con su teoría. sus Ifderes y su jerarquía. La hlstona científica. mas allá de las escuelas historiográfic-d.'I¡ y de las historiogrnrías nacionales. no habrla podKto establecerse sm un paradigma común.

El reconocimiento subjetivo del parddigma común de los hlSloriadores del siglo XX, tropicza de enlIada con dos problemas. La rel3lJva riv3hd3d de las dos grandes escuelas historiográficas. Annaln e hislonograffa marxista', que ha altlculado -por vez primera- el paI3(hgma común historiogr.ffico a mediados del siglo XX. combatiendo exitosamente la historia lJ'uIDcional : 8contecimentaJ. política. narrativa. biográftC8. Y la persistencia de un tercer componeme positivista. raramenre admillllo por los nuevos historiadores. que se refleja en el carácter manifiestamente empúico que ha seguido imprtg. Rando el ofICio de historiador, con Jo que uene de positivo (críuca y uso de (uentes) y de negalivo (desprecio por la reflexión y la teoría).

Con Independencia del g,rado de coocienda que tenga l3J o cu.11 historiador. o del grado de acepta· ción de diCho consenso por pane de ésta o aquella escuela o historiografía nacional. el par.tdigma común de los historiadores existe y funciona. Entre los compartidos parodigmas parciales que constitu­yen el ahor.. ya vicjo parddigma general del siglo XX, que conocemos como la historia científica. hay que contar con los siguicntes: historia total, pasado/presenle/fulUto. historia-ciencias socil1es. historia explicativa. historia económico-social. fuentes no narralivas. cuantitalivismo, monografías regionales. multiplicidad de tiempos.

la puesta en práctica del paradigma AIInolts-marxismo, a panlr de la segunda mitad del siglo XX, ha su(ndo. no obstante, severas limitaciones y desviaciones a causa de sus propios defectos. y de la pcrvivencl8 del posiuvismo en el m~todo y la teoría. portador de un objetivismo muy pronto eficaz-

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mente rerof7.ado por el economiclSmo marxista y por el estructuralismo {el parndigma cSlruCluralis(a dominó ampliamente a las ciencias soc iales, por lo menos hasta 1968}.

Tres fracasos sucesivos e interrelacionados del p3r::1digma común del siglo XX, han abieno y ali­mentado la crisis actual, y las reacciones pUnluales de los hiS1oriadores a ella;

1) De la historia objctjvisla, economicisla, cuantitativisu, estruclurahsta. que da lugar en los años 70 a un progresivo retomo del sujeto, primero soci.:ll (historiografía marxista angloamericana), después mental (hiswria francesa de las mCllIalid:ldcs) y por último tradicional (biografía, historia política).

2) De 1:1 historia tolm. abandonlda como enfoque de la investigación, proclamada como algo impo· s ible de alcanzar pero que es necesario manlener como "horizon te utópico" de los hislOriadores.

renunciándose después a ella en el plnllo de la tcoría. al tiempo que -ya en los afias 80- la historia se desarrolla exactamente en senlido conlJario: rr.Jgmentándose hasta el infinito en temas. géneros y

métodos. 3) De la relación pasado/presente/futuro donde falló, por ejemplo, la" sensibilidad del historiador

hacia el feminismo. y hlcia la relación hombre-medio ambiente. que para la nuev<l. historia. gcogr.1fica

y económica. se reducía al estudiO del dominio de la naturaleza por medio del trabaJO. o de los condicionamientos geográficos de 13 sociedad. La hoy vigorosa historia de las mujeres (y Jo mismo podemos decir de la historia ecológica) se desarroll6. por LanlO. al margen de Annoln y del m3teriali s-100 histónco. sobre lodo en sus com icnl'os. y contra los h.ábitos pre -leóricos de las persistente inOuencia positivista. Aunque donde la derrota de la historia. como pane de las ciencias sociales. ha sido más nOtoria es en la incapacidad para comprender. y tanto mas para prever. las revoluciones de 1989-1991 y 1.1 transición del socialismo al capitalismo en el Este europeo, que han trastocado el sentido progresi­vo de la historia dcJ siglo XX. l3 historia científica supo asimilar el mw-xismo historiográfico. pero resultó incompctenle para 3Ilali7.ar y e)"phc3r I.:ls realizaciones históricas del marxismo político.

ESLas y otros anomaJías impugn:ln el parndigma común de la historia como ciencia social. y provo­can reacciones diversas, internas y c)"temas. que CSL.1n conlribuyendo. dirCCta e indirectamente, desde los ailos 70, 3 perfilar un nuevo consenso historiográfico. Proceso de gestaci6n, y también de dispersión e Incenldumbre. cuyo buen final no esú paro nada garantizado. Existe lambi~n 13 alternatl\'3 de la maIglOatidad: una historia cada vez m:1s alejada de. las ciencias sociales -y mlluralcs - y mas pró)"ima ;1 la ficción O al interés erudito de un:1 excelsa mU'lOna. una historia con diftculLades crecientes para hacer ver su utilidad social y su papel cap llal en la educ:1Ci6n de los ciudadanos yen la investigación.

En el capítulo de las reacciones ¡memas a la crisis del paradigma común. resen:-uíamos como m.ás llamativas : a) los retomos de los géneros tradicionales (historia política. biograría histórica, historia­rel,lto), que desde el pcríooo de entreguerras creíamos ajenos a la historia científica, o sea, la "historia hlstorizarllc" que parecían habcrderrotado Bloch, Febvrc y Braudel: b} el eonselVadurismo academicista de varia orientación, que qu.iere mantener el paradigma hislóriogrMico del siglo XX, simulando que nada pasa o argumentando_ defensiv:unente, que es mejor repetir indefinidamente el saber acumulado que la fragmentaci6n y la nada; e) el reVisionismo historiográfico. que, aprovechando la coyuntura ideológica de los anos 80. pretende para dar 13 vuelta a la historiografía de las revoluciones sociales de la modernidad (francesa. e inglesa . mayonnente). y de las dictaduras implantada. o; en el período de entreguerras en Alemania, ltalia y Espafta .

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Externamente. anotemos cómo la ideología posmoderna influye sobremanera en la historiografía actual . La crit ica despiadada de la idea de progreso -base filosófica común del parJdigma de los histo­riadores contemporáneos- y el " todo vale" metodológico animan a bastantes historiadores a instalarse cómodamente en la fragmenl.1Ción actual de la historia, considerando incompatible la presente libertad

de temas, géneros. métodos y teonas con la vigencia de cualquier ''parJd.igma unificador". El c3lácter más destructivo que conslIUctivo del posmodemismo (rena sus e(eclos, y lo inutiliza como allernativa historiográfica7

Los acontecimientos de 1989-199 I parecieron. en primer momento. darle la razón a los predicado­res del fm de los intentos modernos de transformar el mundo, para. en cieno sentido. quitársela de inmediato con la paradójica vuelta al poder de los ex comunistas en casi todos los países del Este mediante elecciones. Este rápido y cOlltradictorio proceso se reprodujo con la proclamari6n del "final de la historia" que hizo en 1989. antes de la caída del muro de Berlín. Francis Fukuyama. asegurando que la modernidad había llegado a su destino con la generalización. como única aJtemativa. de la democracia liberal. La respuesta juslamente airdda de los historiadores de profesión a una propuesta que choca con nuescro conocimiento de la historia .y cuestiona asimismo la continuidad de nuestra profesión-, no ha de ocultamos la mayor cnsenan13 del debate sobre el "final de la historia" (y que también es deducible de la critica posmodema): el agotamiento de la tcoóa progresiva de la historia.

concepto íatalista de una historia que avanu hacia un fjnaJ (eliz previamente fijado.

3. Es una falsa alternativa dock que la his1oria, como no puede ser una ciencia "objetiva" y "exacta" no es una ciencia.

El lento redcsc.ubrimlento. a lo largo de los últimos veinte anos. del rol del sujelO en la historia y del libre albedrío del historiador en su trabajo, entre las cenizas de la vIeja historia objeti vista. cconomicisla y estrucltlralista. sembró, una vez más. de dud<l:s a la profesión acerca de la cientificidad de la historia como disciplina capaz de reproducir el pasado "tal como fuc". La pervivencia de este concepto eminen­temente positivista de la ciencia y de la historia según Ranke, entre los historiadores de formación aMatistt! y/o marxista, está por ende facilitando extrJordinariamenle el retroceso de la historia: bien hacia la literatura, exacerbando la subjetividad del historiador. bien hacia un nuevo presentismo sin pretensiones de cientiílCidad. que opone eJ compromiso social del historiador a su larea como investi· ¡adoro

Las dudas prácticas del historiador sobre la vieja objetividad. sus certezas sobre el relativismo del conocimiento histórico. que en realidad lo aproximan a la última filosoffa de la ciencia, son paradójica­mente percibidas por la comunidad de historiadores -impregnada de positivismo- como un a1ejamiemo de las ciencias natwales. como una vuelta a las humanidades clásicas. con lo que se hace tabla rasa de avances fundamenlales de la historiografía del siglo XX. La conuadicción se resuelve fácilmente..en t.c:oría. porque es muy dificil trabajar guiados por conceptos relativos- reformulando la ciencia histórica de acuerdo con los últimos avances epistemológicos de las ciendas sociales y. singulanncl1te, de las

ciencias naturales.

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4. La redefinición de la historia como ciencia y la nueva rL"ii<:a .

¿El concepto de hlstOrL.1 debe cambiar al mud:lT el concepto científico de la realidad? Pensamos que sr. El siglo xx ha supuesto el fin de la mee.;'inica ncwtoniana a manos de la física cuántica y de la lcoría de la relatividad. sin embargo el obJetivismo y el absolutJsmo de la vieja mecánica ha seguido condicio· nando largamente la joven ciencia histórica. El principio de indctenn inación (Heisenberg), el principio de complemcntaridad (Bom).la complejidad y el caos. reintrcxlucen el sujeto en el proceso y el resull3· do de la investigación. relativizan de tal manera la verdad cienlífica. que dejan en evidencia todas las prevenciones de los historiadores. y de 0[(05 científicos SOCi3JCS. hacia el peso de la subjetividad en sus obms. El accrcamienlO real entre las ciencias de la naturaleza y la~ ciencias sociales (y entre 13$ ciencias físicas y las humanidades), ahora mucho má1i compatibles que a principios de siglo. ha sido par el momento más reconocido por lo~ cientIficos "duros" (el éxito del objctivismo relativo de Kuhn se

explica también por ello) que por los humanistas que desdc los tiempos del positivismo (Comlc) buscaron, y encontraron. en las cienCias de la nalUralcz.a. una referencia espistemológica y mctodológica ClcntIfica segura.

A finales de siglo se impone un concepto de ciencia que pone término a la separación positivista sujet%bjetO- . ¿puede la historia pennanccer ajena a esta revolución científica. cuando su propia prác· tica la va lIev:mdo a concluir quc no existe una verdad absoluta ni margen del observador actual y del !>ujeto histórico? La historia es, o puede ser, tan objetiva como la nlleva física . La nueva ciencia con sujcto no es menos sino más cientific.a que la vieja ciencia (objctivista) del positivismo. Roto, hace ya

tiempo. el consenso historiográfico sobre una definición y una práctica objeljvista de nuestra disciplina. sólo se podrá recomponer asimilando los historiadores la nueva racionalidadcicntífica.de signo relativista y transdisciplinar. que va a caracteri7.ar siglo XXI. La reconstrucción del paradigma común de los historiadores. sin el cual la historia será incapaz de superar el desmigajamiento actual y recobrar su papel en la sociedad. requiere tomar nOla de los cambios paradigmáticos en el conjunto de las ciencias soci .. les. yen la concepción general de la ciencia. dictada ayer como hoy por las ciencias de la natura· IC7.J; (prueba de que la ciencia no ha abandonado sus bases de partida materiales, realistas). ConConne la epistemología y la metodología de las ciendas "duras" y "blandas" se aproximan, los consensos parndigmáticos devienen más inclusivos.

S. la historia de la humanidad no avanza hacia una mela fijada de antemano. pero tampoco tiene \'uelta atrás.

El estudio del pasado. a partir de los problemas del presente. es un criterio compartido por los hisloria~ dores, que justifica la utilidad social de la historia en la lucha de la humanidad por un futuro mejor. Esta idea ilustrada, ingenua y optimista, del progreso indefinido. según la cual el desanollo cienlífico­técnico engendra una sucesión de fonnas sociales cada vez más avan7.adas, ha chocado primero con las guerras mundiales y los horrores poUticos (Auschwitz. Gulag). y más recientemente con una concien~ da generalizada del deterioro irrcversible del medio ambiente. y de la evidencia de que el bienestar

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económico sólo favorece a una minoría de países mdusbializados y condena al resto de la humanidad a la miseria. La religión lajca del progreso mdefinido ha sufrido su úlomo golpe con la carda etc los países del llamado socialismo real. que decían estar construyendo una sociedad final eomuniSla y que ahor.l buscan en el rtgunen social pre-re\'oluc.ionario. en el cilpi13.hsmo.la solución a sus problemas económi­cos y sociales. sm demasiado f.ito por lo demás.

No exiSle una meta preest3.bledda de la historia de la humanidad como se creyó duranle SiglOS (el juicio fmal de la hISIOI'l3 providencialista. la democracia liberal de HegeJ-Fukuyama. la sociedad sin clases de Marx). igual que no eXiste una verdad científica fija y pennancme. Tampoco está garanuzado que la evolUCión social 'laya de peor a mejor al desarrollarse la econom(a. la Ciencia y la técnica El sujeto de la historia es más libre. y eJ (uturo está más abieno. de 10 que podramos sospechar. Lo cU3I no quiere decir que el progreso se haya acabado. que la humamdad no deba plantearse ambiciosos objeti­vos -móviles-. que el proyecto de la modernidad haya llegado a su IIn. sea porque ya se ha reahzado plenamente (Fukuyama). sea porque nunca se va a llevar a cabo (posmodcmismo). sea porque nos encamlllamos hacm una sombría "Nueva Edad Media'''' ,

La historia nos ha ensenado que los sentimiento de confusión e 1I1cenidumbre acompanan a los períodos de transición. y que éstos rematan tarde o temprallO con la 1I1IplatllaClOO de nuevas rcalldades (y de nuevos pamdigmas). Por otro lado. el único progreso histórico que ha habido es el progreso relativo: ni absoluto ni lineal ni inexorable: medido desde el presellte y no desde el futuro (salvo para viajeros del tiempo). Un (uturo. pues, abieno a di\'ersas altemóJuvas, Y un pasado que nunca vuelve. Una nue\'3 idea racional -no lelcológica- del progreso que seguir.i Incluyendo rupturas y revoluciones­poüUcas y sociales, cuhUI3les y cienúf,,3S-. que coloca al sujeto en el centro de la historia. que recono­ce el papel movili13dor de las utopras pero no las confunde con las ciencias.

6. SiD el suje.to, del pasado y del p~ole, no es posible una bastan .. objetiva.

La redefinicioo de la verdad denúflca que, incluyendo a1 sujeto observador, realza la función del histo­riador en el IX'oceso de la invcsugación hIStórica. viene a darle la lilZÓn a delernunados paradIgmas hislOriográflCOS del siglo XX. como la rustona-problema de MM/es o la (unción clave de la teoría en el materialismo histórico. cuya aplicación ha resultado obstaculi1.ada por la pcrvl\lencia de la creencia positivisu entre los hIstoriadores, El nuevo concepto de ObJCllVidad relauv3 \'3 incluso epistemológjca­mente más allá de la vieja hIstoria explicativa. al restawar el sujeto fuene como fuenle de objetiVidad (la comunidad científica de Kuhn como (aclordefinitorio de lo que es o no eSobjelivo). al fundir objeto y sujelo, postulando que no tienen vidas separadas. Corresponde cientíricamentc al hisl(xiador. indivi­dual y colectivo, tr.:tbaj.v con los datOS para explicar e interpretar. para buscar la causa y el senlido de 10$ hechos históricos. para construir teóricamente su objelo e investigar empíricAmente. como vienen haciendo los cienúficos "duros" y muchos científicos sociales, La continuidad de los malos hábitos del positivismo (que hace desaparecer ilusoriamente al sujeto-observador) contradice las aportaCiones m4s audaces e inéditas de los fundadores del paradigma historiográfico del siglo XX. la práctica historiográfica vigente. la rocuperJCiÓR plena de la cientificidad de la historia.

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La denvaci6n de la escritur.t de la historia, desde los años 70. hacia una historia del sujeto mental. 3l11ropológico. cultural , y más recien temente hacia una historia del sujeto individ ual. ha hecho olvidar

el sujetO colcclivo. social. de la hiSIOr1ografía social angloamericana. relegado en la investigación his­lórica 1o • a causa de la depresión ideológica pos -1968. primero. y de la "ola conservadora~ de los años 80 después. hasta que (u~ rescatado para el debate historiográfico por los revisionistas. desde un pumo

de vista conf.rario, y también por la historia inmcdiata . 1989 es, de nuevo. la fecha clave. el afio del Bicentenario de la Revolución Francesa y de las revoluciones democráticas en el Este.

El relomo de la revolución y del protlgonismo pOlítico de las masas en Europa oricnLal. cnrre 1989 y 1991. vivido en directo a trav~s de la televisión en todo el mundo. es el relamo del sujeto fuerte de la historia que la historiografía elel viejo paradigma. sea annalisle sea marxista. había finalmente dejado de lado. al com~ de la coyuntura intelectual. fiel a una historia económico-sociaJ es tructural o a una historia de las mentalidades (y sucesores) ajena a la historia social" .

E."ita emergencia conjunta del sujeto ruerte de la nueva epislcmologra cienú(ica y del sujeto fuerte.

dc la historia rccienlc. no es casual. avisa de que estamos entrando en la era del pos· modernismo. anuncia las pre·condiciones para una nueva i1uslración. ¿Qué vincula la revalorización colectiva del investigador. de una parte. y del agente histórico. por la otra? La respuesta cst~ en 000 punto incumpli­do del programa annafistt-marxiSIa. la "historia hum3lla" de Bloch y de Grdmsci. los hombres hacien­do y diciendo su propia hisloria, !antO la hisloria de la ciencia como la hislori;¡ de los hechos.

Contemplar el sujclo y el objclo de la historia como una misma realidad . es un principio fácil de enunciar pero difícil de aplicar. según 105 esq uemas metodológicos y ontológicos heredados. Todo un relO para los historiadores del fuluro.

7. De la delerminación ~on6ruica simple a la determinadón global y compleja, eoncnta y I"e\i~ble, de los hechos históricos.

El paradigma objelivista y estructural en activo -según Kuhn. nin gú n paradigma deja de estar vigente

hasta que es plenamenle sustiluldo- ha primado el dclenmnismo de la economía. incluso de la geogra­fía, cuando se trata de explicar los hechos históricos, en detrimento de la causalidad subjetiva de la lucha social , orillando otras dimensiones que condicionan asimismo la realidad pasac\.1. como la menta­lidad y la cullura, la pOlítica y el poder. los individuos y las instituciones: dClenninaciones con las cuales el hislOriador se encucOlra todos los días en sus inveSligaciones.

L.1 reacción subjetivista contra la prioridad de la hisloria económica. infraesLructural. ha llevado ~ aunque no s iempre I1

- . siguiendo la ley del péndulo a subrayar la indclerminación de los acoOlecimien~ tos hisl6ricos. Al punto que la historia sería el reino de la contingencia absoluta: un sujeto sin objeto. Así. en un primer momento, la historiograffa se desinleresó por la investigación de las causas y de las

explicaciones, para negar. mas adelante.. la ¡x>sibilidad de conocerlas, al tiempo que volvían los enfo­ques más tradicionales de la historia y se renovaba otra idea de origen neoposilivista: la imposibilidad de aprehender la realidad más allá del discurso (el Unguislic rurn en su versión más radical).

Nuestra propuesta es superdl" la polémica detenninaci6n,lindeterminaci60 llevando a cabo "un aná-

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lisis concreto de cada situación histórica concreta" con el fin de averiguar. Sin rígidas posicKJnes pre­vias, el grndo posible de determinación de un hecho histórico que. como sabemos. depende de las ruenles conservaros. los métodos de investigación. los conocimientos no oosados en rucntes, las hipóte­sis y teorías que ulJlice el historiador. El resultado es, obviamente. revisable en la medida en que los ractores subjetivos de la InvesugadÓll varíen.

La búsqueda prioritaria de las causas de la hisloria en su base material. se ha revelado como un enfoque claramente Insuficiente, en ocasiones cnónco. Toda metodología no reducciomsta ha de perse· gwr. pues. la detennmaciÓfl g.lobal de los hechos históricos. mas allá de los esquem:lS simplificadores y separados (objeto/sujeto. base/superesIrUCIUT3. economía/polhica/euhura) proPiOS del Impugnado paradigma objetivista. cconomicis13 y estruCluraliSta. La Investigación e...~pec1rica nos dirá. en cada caso, el grado de complejidad de 13 eombmactón de las dc:tefTmnaciones.

La realidad histórica suele ser más compleja que nuestras metáforas mecánicas. 13 Imposición de ~stas nos aleja. en consecuencia. del objeto de estudio; cieno. pero no SIempre es así. los esquemas simples pueden hacer plausible en algunos casos una dcscnpción. incluso una eJepbcación. toda VCl Que lacomplejid..ad mcluye la simpllcidad '}. Así es como mantiene cierta vigencia la determinación econó­mica de la realidad social. política y culturJ.I, no pocas veces demostrada por la histona y OLraS clcncias sociales en investIgaciones concret:lS. El problema por resolvcr. en cada caso, es cómo ar1icular global­mente la economía con las restanles dimensiones. q!.Je. además de estar en interacCión con ella. viven en su inlcrior: la polihC8 y la mentaUdad también foonan parte de la vid.1 económica '1 malerial. )' viceversa. de ahr la invanablc mcapacidad de la metáfora rígida del edificio de lrts pl:lmas (cC'onomía/ polílica/culturaU

) para comprender cabalmente. y aun panl describir corrcctarneme, la m:.yor parte de las veces. el mundo pasado. La deLCrminación económica es tambltn. habitualmente. una determina­ción global y compleja.

8. Lo qu~ dttid~ que un lema de investigación o un género historiogr5rico sea ""ido o no, es la aportación del historiador: los problemas pbnteados.los mElodos apliados. los resul13dos obtenidos.

El paradigma objellvis13 abibuy6 al objeto, alterna de in\lestigación. una función excesiva. tncluso "mágica", en la legitimación de la cientmcidad o de b ulilidold social de una obra de historia. Las grandes mnovaciones histonográficas del siglo XX fueron. en primer lugar, inno\lacioncs temáticas. En cada época historiográfica se privilegió una fonna de historia. A la historia polItica siguió la histo­ria económica-sociaJ, y a ésta la historia desde el sujelo (menta lid;ldcs, antropologfa hi.fii lórica. nueva historia cultural), cerrándose el círculo. y el siglo. con la vue lta de la histori:J polh.ica (en bastantes casos con nuevos enfoques). En gencrnJ. se han obtenido buenos resu ltados en cada uno de estos géne­ros temáticos de la historia. bajo la innucncia de las correspondientes ciencJ3s sociales: ciencia poh'tica. psicología. antropología. sociología. economi'a, etc. Ya no vale primar o descalificar 3 priori. sin antes analiz.ar los problemas planteados. los métodos aplicados y los rcsuh.1dos obtcnidos, un tema o un g6\ero historiográfico" . La mayor pane de los campos historiográfICOS que en esle fin de siglo. a modo

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,j¡; 1et:<.IpllUl<.u.JOn y rClIUUlCIl. clIlán encima de la mc~ Jcl hillIVli.ulul. 11;.J.l1 ublcllltIo ya lIU carla de

naturaleza en el mundo de la historia profesionaL Esta amplilud de objetos sin precedentes es una conqUIsta irreversible de la hislOriograrra contem­

por:\nea. El ensanchamiento del lipo de fuentes utilizadas (de la documentacl6n escrita a "todos los documentos"". según la expresión de Febvre). fue seguido de tal alargarmento deJ lemlorio lemático del historiador. que se h3CC. ahora dificuJloso descubrir nuevas parcelas historiográficas. y. SI bien el pre­sente -y el futuro- van a continuar sugiriendo nuevas mOiterias de estudio. debemos de conclulT que el centro de gravedad de la renovación historiográfica se desplaza hocia enfoques mis metodológicos y tc6ricos.

El primer problema teórico por resolver con espírilU innovador es. justamente. el de La fragmenta­ción de la histona en múluples objetos" desconectados entre sí. La incompetencia. de la historiografía del siglo XX para ofrecer una explicación de conjunto. unitaria. del pasado de los hombres. h:J Quedado patente donde sus avances son m1is manificstos: la diversificación tem1itica. La paradoja está en que bajo la variedad en aumenlO de especialidades y sulx:spcciaildades. subyace de alguna forma 13 búsque­da de una histori3 lotal (entendida como horizonte m6pico).la idea de Que hny que estudiarlo "todo"; el precio pagado fue quedamos sin 10 fundamental: una IIlvestigaci6n global de la hisloria de los hechos. periodos tempoiJles o civihzaciones del pasado.

9. De la necesaria pluralidad de la innovación metodológica.

El paradigma historiogáfico del siglo XXI esta obligado a ser más global y transnacional que el paradigma hLStoriográfico del siglo XX. Una 11l.1yor inlerrelación entre cultivadttes de distintos IlpDS de historia. y entre historiografías nacionales. acabaría con ese prejuiCIO académico de descalificar las v{as de renovación historiográfica ajenas a la propia. No se lf3.13 solamente de predicar la tolerancia -virtud Intelectual cuya ausencia tendría que encender todas las se1lales de a1arma-.la cuestión es que la plura­lidad Innovadora en el melado es. eneSlemomento, imprescindible para la recomposición del paradigma común de los historiadores, y para avan7.ar de nuevo. desde las múltiples vanedades historiográficas. hacia un terreno común. única f(l'lTia de conseguir que la disciplina reconstruya finalmente sus senas unitarias de idenlK1ad.

En tiempos de la hegemonfa objetivist.a.la metodología cuantitauvista venfa siendo el paradigma de la exactitud l1 y de la cientificidad; ahora mismo. el retorno de los métodos cualitativos. corre el peligro de llevamos al otro extremo; lo mas avanzado seria, desde luego, una combinación de métodos cualita­tivos y cuantilativos si el tema. las preguntas y las fuentes. lo exigen y/o lo facilitan.

El mttodo cualitativo porexcelencia de los historiadores. es 13 narración. Denostada como paradigma de tina historia tradicional tachada -no sin razones- de superficial. descriptiva y acontecimental. por la nueva historia annaliste-marxista. la historia narrativa vuelve. a mediados de los anos 70. como índice de la crisis de la historia científica (Stone), siendo postcrionneote asimilada por é.~ta a marchas forza­das. Autores representativos como Gcorges Lefebvre y Jeny Topolsky han defendido, hace ya tiempo, una historia-relato expUcativa ti. más allá de la tnfrahistoria vulgarizadora, y filósofos como Paul

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RJeoeur han argumentado. en la nllsma direcciOn. que toda histona es relato Incluido la Midilaranit de Fern3d Braudel. obra par.tdlgmátíca de la macrohistoria estructural de l3Jga duración.

la verdad es que. preJuICIos aparte. todos los historiadores empleamos de algún modo el relato. b.

conexión narrauva. para dar forma a nuestras Investigaciones. i,cuánUlS veces las conclUSlom:s no Idoplan su forma final hasla el momento de la redacción? La buena o la mala historia. tanto si nos rtfenmos a la calidad como a la orientación, depende mas del fondo que de la fonna: es posib~ una ktseoria narratwa 00 posiUVlS13. global y socialmente útil No nc:ces:uiamente una forma namliva ha

de conllevar un trasfondo de historia conservadora. Una de las últimas vías de renovactón historiográfica del paradigma objeuvista. economlCis13. y

esuuctural. que no renuncia a la hIStoria cxpliauiva ni a! relalo hIStórico C:S(j en la redocción de la

esab de observación: la microhislona ( algo muy distinto dc la vlcJa hlscoria local). Pero. paraJel;]­

mente. mediame la historia comparad.1 -anllguo proyecto critico alentado por Bloch que no llegó a formar pane del paradigma común de la posguerra-o se nos propone Otr.l manera de hacer macrohisloria. La conexión entre la mjcrohistoria y IIna macrohistoria renovada. es(j I>or realizarse. así como, en general, las inves6gaciones históricas vcrd3dcramcnle globales (más allá de la caricmura mecanicista de los tres IlIveles). El cambiO de escala. micro/macro. la articulación de lo!; espacios (y de los tiem~ pos), pueden ser excelenlcs caminos para la globalización mClodol6gica y ICÓrica de la historia, para la reclificación de uno de los aspcC10S mis negativos de la rica ·por complemcnlruÍ3- evolución de la hitoriograf(a (jnisecular: la fragmenL1Ción de los objelos y de los m~lodos,

10. El fxito del nue~o paradigma dept:ndeni de su capacidad para genuar y aplicar ~tralegias alobaJes de in~·tstigación.

La mayor anomalía con que se ha IOpado el consenso h.tstonogrif ICO del Siglo XX, es la Imposabl­IIdad de llevar a la prácua el principio de historia total. Citada rituaJmente por los historiadores. se ha

ido cOn\'irtlendo en el paradi&ma companido más abstraCto: según se ha alejado de la prácrica historiográfICa. la hlSloria lotal ha devenido más absoluta e inaJcaru..1ble. en suma. más idealista. Cor· tar este cfrculo viCioso es condición sin.e qua 1IOn. para salir definal1vamcme de la acrual crisis de

CJtcimiento y desagregación de la historia. Cada vez sabemos más de menos cosas. Esta tendencia general del oonOClmtenlO clem((jco. junio

coo el fracaso de la hislona lota!, ha encauzado la creatividad de los historiadores hacia una creciente espcclaJjzacjón, Aunque. últimamente. emerge con gran fuerza la tendencia cunltana. hacia una con· vergencia disciplinar y global (investigación por parte de fllósofos y físicos de una teoría unificada de

las fuerzas rrsicas. es un notorio ejemplo). que también se hace senlir en la hisloria profesional. Muchas de las aportaciones recierlle más novedosas son. si nos fijamos bien. fruto del meslizaje de géneros y metodologbs1t • El conlCxto presente de transición paradigmáLica nos ofrece. juntrunenre, el problema y la solución,

Se trata de dar la vuelta a la hisloria total. poniéndola sobre las pies. transformando su contenido (y

1I1 vez. su nombre). Hay que llevar este viejo concepto paradigmático de lo absolulo a lo relativo. de la

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Idea a la práctica. de I:lleon3 ala melodología. de la ccneza a la cxperimenLación. del punlo de llegada al punto de pan ida de la invesugación: para lo cual es preciso promover síntesis de géneros historiográlicos. convergencias de )fncas de trabajo. aproximaciones globales. enfoques de conjunto. es decir. estrnlc~l3S ,Iabales de investigación. Todo aquello que el rracasado paradigma compantdo de la historia tal3l ni ha impulsado ni ha permitido Impulsar. a lo larJo del si,1o XX. salvo valiosos ejemplos que qucdlfon ruslados. y que nunca fueron más que aproximaciones globales.

En e~te grandioso archlptélago en que se ha ido convirtiendo la historia del sig.lo XX. lo que faltan son puenle5. vías de comunic3Ctón. y otras conexiones interhlst6ncas. que hagan JX)Sible juntar islas paro hacer contJnentcs historiográficos. que nos hagan olvidar la c~ra pasiva del advenimiento de

una historia total sacraJizada. La puesta en práctica. previo proceso de secularización y relativi7.ación, de una nueva noción de historia global. implicará un esfuerzo continuado de renovación historiofrálica. que ha de atravesar la superespcciali7.ación académica. Sobre la base de una cxperiencia colectiva de aproximaciones globalcs a.I pasado humano. es menester reconstruir lcóricamente un conceplo de "10'

talid:td" histórica hbcrado de toda carcas.1 kantiana. y de las diVISorias, positivislaS y mecanicis13s. del Ilpo obJelo/sujeto o mfra/suprncstructura. un concepto renovado y adecuado, por tanto, al nucvo para~ dlgma cient(fico general , más relatiVO. ergo mas verdadero.

La histori3 como disciplina c.ientffica no puede pennllirse el lUJO de renunciar :1 la comprens ión global del p3sac1o. El p3pel de la historia en la sociedad. en la educación y en la IOvestigación. es Inversamentc proporcional:! su desmigajamienlo disciplinar. Una piedra de loque del nuevo paradig~ ma historiográfico seri. en conclusión. su aptitud para crear y aplicar estralcgms globales de invcSliga~

ción. y de divulgaCIón. de los hechos de la historia.

11. Para ~ronar la coopuadón dr la historia con otras cirncia5t fS prttiso avanzar ro su unifica. ción intrrna como c;rucia dr los hombres en el lttmpo.

No se puede prescindir de la inten:hsciplinaridad parn discernir la potencia mnovadora del paradJgma histOriográfico del siglo XX. De la geografía, la economía. la demografía. la sociología, la antropO~ gCa, la psicologfa, la dcncia poHlica. han salido muchos de los temas y mElados que han aplicado con éx-ito los nuevos historiadores de Annolts y del marxismo occidental, sin par eBo dcj3r de moverse en un para<hgma hlstonográfico común (1a interdisciplinaridad es uno de sus componentes más relevan· les). Y algo parecido se podrla decir de las mencionadas diSCiplinas. que han acudido a la historia para aprehender su dimensión lemporal. engendrando subdiscipljnas mixtas, a menudo con investigadores de doble procedencia: geografía histórica. historia económica. demografía histórica, sociología históri· ca, antrOpología hislórica. psicología hisll5nca2CI , nueva historia poHtica. La necesidad que hemos plan· tcado. al inicio de este ensayo historiográfico. de que los historiadores vayan al encuentro de la histOrial filosafra de la ciencia. prueba que tampoco en el terreno de la eplstemologCa histórica, y de la rtlaci6n con las ciencias ffsicasl t • la historia puede prescindir del diálogo ínter y ttansdisciplinar. más bien ha de inlensificarlo. como un signo de los tiempos. al igual que las restantes ciencias naturales y sociales.

Mantener y acre(.cnlM la coopernclón de la historia con las ciencias sociales (y aún naturaJes) es.

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por consiguienlc. inexcus.,ble. pam luchar contra la margmación de la hiSloria como disciplina xadé­mica y social. Los rápidos cambios de denominación. de lo interdisciplinar (cooperar) a lo pluridisciplinar (converger). de lo pluridlsciplinar a lo transdisciplinar (atravesar)' tC3.'iCcndet). ponen en evidencia una actividad científica que busca mdependizarse de los clásicos compattunentos acadtmlcos. Sin por eno caer en la vieja ilUSión posllJvis13 de una "ciencia unificada".

La historia no es insensible al clima transdísciplinar. consecuencia din:c.1a del auge finisecular del t'oncx:imicnlo cienLifico. pUlO y aplicado. Así, la revista Annales elige como eje de su 'ournont criliqut (1989}.la alianza renovada de la historia con las ciencias sociales. y recompooe su comilé dedltCCción. que recupera así el peñtl inler y pluridisciplinar que tuvo en sus ongenes. lncaporando 3. un ¡cupo de

jóvenes no historiadores. La nueva licenciatura de humanidades en Espafla ilustra. en ellerrtno de la educación universitaria, esta propensión geocr.ll al reencuenlrO de las disciplinas. contrapumo de las

tendencias centrifugas de los anos 80 (que todavía siguen aclUando en el mleñor de cada dlsclphna) . En los aI\oS 80. la coincidencia de la dispersión, y del decalmienlo. del paradigma hlstonográfico

del siglo XX. con un InCTememo t:c la colaboración con las diSCiplinas vecinas. generó en algunos hisloriadores una reacción con tra el peligro de la dilución de la hislona en arras ciencias sociales, que condujo a los más mdicales a rechaz.ar la inlerdisciplinand::Jd. e incluso la defimción de la hIStoria como ciencia. El intercambio desigual histOria-ciencias SOCiales no se resuelve. sin embargo. con la involución de la historia. retrocediendo a una hIstoria pTe-paradigmáuca de cone trad.icional; se tesuel­ve atacando la rarz del problema. La historia es débil frente a otras disciplinas. porque~1s han estado. y están. mucho más preocupadas por la tcoia (la sociología. la antropologl'a o la critica literaria), y ello les ha permitido accuar de modo "imperialista" en eJ interior del sistema de las ciencias socl3les y humanas. e.xponando mElodos y conceptos. problemas y tcorlas. con ¡menciones 8Slmiladoras. Este problema de la histona es tan antiguo como la propia discIplina. y sólo tiene una sohxloo: que los hislOriadores desarroUemos las consecuencias teóricas y melOdológlcas de las investigaciones históri· caso eon los ojos puestos en el conjulllo de problemas que tienen las ciencias sociales y las sociedades K.ruates. Es tan sencillo como deJ3f de cenrrar la critica en los demás (en sus teorias) y ser ~ autoaiucos (desarrollando nuestrolS propias renexiones). Hemos Uegado a tal extremo que la inludJsciplinandad que venimos practicando ya no pocW progresar másl' , si antes la historia profesional no recobra un mínimo de unidad intema y de globalidad en su quehacer.

Nada hace más vulnernble a la historia. en el conjunto de las ciencias. que su fragmentación inter­na. La interdisciplinaridad bien encendida habría de empezar, pues. por nosotros mismos, Una apena­dÓrl mayor de la historia a las ciencias sociales y hwnanas. con las que colabora habitualmente -tspecialmente, en las investigaciones de vanguardia-o requerina un reencuentro de las múltiples subdisciplinas históricas (de <rigen académico. temático y/o metodológico) en un terreno común. dicoo COl ocras palabras, una recomposición del paradigma común de los historiadores que no oponga la imprescindible cooperación y convergencia con las ciencias sociales con la. si cabe más urgente. coo­peractón y convergencia entre las ramas sucesivamente desgajadas del tronco de las hislona. Esta suene de interhlslOna que propugnamos. en el marco de la colatxnctón inlerd.isciptinaria historia­ciencias sociales. entral\a una mayor preocupación de los historiadores. de: lodos los campos, por la mctodologJa hiSlórica. por la historiograría. por la teona de la historia. en definitiva. por el acervo

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común de la histona. Las demandas crecientes de interdisc ipl inaridad solamente pueden ser sa tisfechas por una disciplina histórica consciente de su unidad y de su irreductible singularidad.

12. El futuro de la hislOria está condicionado por lo que se preocupe. la historia por el futuro.

Siguiendo a la Ilustración. que confiaba en la razón para cambiar el mundo. y conseguir de esta manera el bienestar de la humanidad. la historiografía predominante en el siglo XX se autodesignó como objetivo: estudiar el pasado a fin de comprender el presente. y de construir un fUluro mejor. El materia­lismo histórico insistió más en la contribución de la historia a un proyecto de uansformación soc ial . cara a un futuro que se sabía socialista, y la escuela de Annales puso rná~ acento en la cone;ltión epistemológica pasado-presente (comprender el presente por el pasado, comprender el pasado por el presente, escnhió Bloch). panicipando lodos de la creencia general en la utilidad social de la nueva ciencia histórica.

La línea de progreso con que los miembros de la comunidad historiográfica. y en genemllos cien­líricos sociales. unían el pasado con el presente y el futuro. se ha roto con los hechos de 1989. al iniciarse las transiciones europco-oricntales del soc ialismo real al capitalismo. aJ entrar por ello con­juntamente en crisis 'odas I:lS vías de progreso histórico-social de origen ilustrado. previamente socava· das por los nocivos erectos que éstas cauS:lCQn. a lo lar~o del siglo XX. en la supervivencia de la especie y de la naturalc7..a. Y lo que es peor: la historia científica no lo advirtió.

En la medida en que la evolución progresiva hacia la felicidad humana no está asegurada. la histo­ria pierde interé.'i público. Se empuja de este modo al historiador a los márgenes de la sociedad: pronto se pueden yol ve. actuales las críticas. de hace cincuenla 31\OS. de los artífices de la revolución hi.'iloriográfK:3 del siglo XX a los historiadores-anticuarios. ajenos 3 la vida y a la 3C1uaJ idad (B loch). El desencanto hacia el presente conduce a buscar refugio en el pasado de dos maneras: la ficc ión. desde el punto de vista del público (auge de la novela histórica). y la academia. desde el punto de vista de los investigadores (erudición). Par.l ambos viajes. se quiere "überar" a la historia de la carga que supone su definición como ciencia preocupada -al igual que las restantes ciencias de la sociedad y de la naturale­za- por el presente y por el porvenir de los hombres.

Pero. mientras el posmodernismo ambiental lleva a los historiadores a la subaltemidad. en los debates intelectuales que tr.Itan de sacar conclusiones de los acontecimientos trnumáticos de 1989-1991 lJ

• se usan profusamente los datos de la historia. y de la filosofía de la historia. para arrojar luz y polémica sobre el confuso futuro de la humanidad. Es el caso de las controversias mundiales principia­das por Fraocis Fukuyama en The End 01 History? (verano de 1989). y por Samucl P. Huntington en The e/ash o[ civilizanons (993). El segundo ha desmentido brillantemente la finalista "paz capitalista y liberal" del primero. augurando una inminente guerra mundial de los fundamentalismos reügiosos. No siempre son ensayistas -fdósofos politicos en los dos casos citados- quienes acuden a la hi storia para intervenir en el futwu inmediato. I3mbién lo hicieron historiadores como Paul Kennedy que en rhe Rise and Foil 01 Greal Powers (1987). dedicó sieLe capílulos a analizar. durante cinco siglos. el auge y la caída de las potencias nacionales de cada época. para concluir coo un capítulo. titulado "Hacia el

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siglo XXI". donde sugiere las "peni1)CClivas más probables" de evoluciOn de cada gobierno y del siste· ma de las grandes potencias en su conjunto.

Nos hallamos ante referencias al pa~ado y análisis históricos que pretenden incidir en el presente ... a través del futuro. que es lo que realmente inquieta a los hombres de hoy. Se tiende. consiguientemente. a sustituir el viejo paradigma pasado/presente/fuluro por otra formulactón pasad<Yfuturo!presente. en la que pasa a primer plano aquello que está por venir. Frente al nuevo prescnusmo que nada quiere saberdel futuro y que inmoviliza 10 que ahora tenemos. frente a las incertidumbres sobre el mundo que nos aguarda a la vueha del milenio. el Intelectual diligente -el opumismo de la Inteligencia· rastrea

perspectivas alternativas echando mano del pasado. de los conocimientos que tenemos sobre la evolu­ción -o involución· histórica de las sociedades y de las mentalidades.

Ames decíamos que la hislOna nos tiene que ayudar a vivir mejor. a trclJlsfonnar la sociedad. a emancip:Ullos. en una palabra. de un presente ominoso. pero hoy han variado dram~ticamente los Itrminos del problema. en especial para las nuevas generaciones: lo más abominable no es ya el prescn· le sino la falta de fui uro. de cualquier futuro. Se sabe que e! desarrollo cicntífico- técnico seguid me· drando hasta dominar todo el globo. pero también se sabe que de sus vcntajas. en Occidente. eslá excluido el UaOlado Cuarto Mundo. y masas crecientes de jóvenes -muchos de ellos con formación universJlana. cada vez más- que no tenddn jamás acceso al trabajo: en el Sur. los exclUidos son países enteros abocados al hambre y supcrpoblación: y. por doquier. la nalumlc7.a se rebela contrJ el galopante domimo productivista. cuestionando el seOlido de un desarrollo científico-técnico que. una y otrJ vez. entra en contradicción con los intereses humanos.

Es tarea de la historia, hoy en día. demosuarque siempre hubo futuros plurales: que nada es seguro. que todo cambia. a veces sorprendcntememe: que la humanidad en vanos milenios ha resuelto hJstóri· camente problemas tanto o más difíciles .y con menos medios- que los que ahora tenemos encima de la mesa. Hay pues futuro. porque hay historia. Además. son futuros altemalJvQs. Hay esperanza porque hay historia Claro que para hacerlo comprender a los demás. debemos antes convencemos nO$OlfOS mismos, abandonando el objetiVlsmo mccanicista, con su secuela de fatalismo y confonnismo. para encaminamos hacia un sujeto histórico miis libre (que no ha de olvidar sus condicionamientos), y por lo tanto más fuene. en el pasado y en el presente_

Pensar históricamente el futuro. es luego transformar el presente. empezando por impedir que se repilan los grandes errores del siglo XX: fascismo. que rebrota en Italia, y el r:u.:i.smo. en ascenso par 10m: el socialismo sin libertad. que se hundió catastróficamenteen 1989: el tribalismo. el nacionalismo agresivo y el fundamentalismo religioso. cuyos mitos e irracionalidadcs el historiador tiene la obliga­ción de combatir. y que están en el origen de muchas de las guerras que hoy amenazan la paz mundial. Se dertanda un nuevo racionaJismo. una nueva ilustración. que nos permIta seguir progresando. y la historia y los historiadores no podemos permanecer al margen de esa demanda intelcclUal y social.

Cuando. después de la 11 Guerra Mundial. se insutuyó el paradigma cientffico de la historia. no em tan necesaria. como lo es ahora. su defensa frente a Las disciplinas cienl{fico·técnicas. que. en diferenle grado y ritmo -según cada país-o desplazan a los saberes históricos y humanísticos de la enscnanza y de la investigación: eslá en sus inicios un alarmante proceso dc desprofesionalizxión de la historia. De manero que el primer compromiso del historiador preocupado por el futuro. es inquietarse por su propia

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disciplina: es menester volver a demoslI"ar la utilidad crítica y SOCial de la historia. P .. tr.t hacer treme al pensnmiento tecnacrático. filosóficamente desfasado. pero polílkamcnte aClivo. hay que distinguir la historia-ciencia de la historia-ficción. y guerrear por la recuperación de la presencia de la historia en el sistema edocalh'o. en los proyectos priorilario~ de investigación y en los medios sociales de com unica­ción. La aldea global que viene. sin la historia y las ciencias humanas. será el futuro de las cosas. jamjs el rUluro de los hombres.

13. El historiador del ruturo renexionará sobre metodología, historiografía y teoríll de la historia, o no serio

EslUvo muy generalizado desde la cpistemologia (Piaget. Habermas). la sociología (Durkheim) o el eSlnJcluralismo. considerar 3 la hisloria como una disciplina no ICÓriC.1, simple proveedora de datos empíricos para las ciencias sociales y la filosoHa. División del trabajo que. aunque nos duela decirlo. el hislOriador suele aceptar de buen grado. alentado por una tradición empirista de larga duración. origi­nada en el siglo XIX.

Pese a los esfuerzos del materialismo histórico. y de la escucla deAl1l1ofts.la historiografía contem· poránea siguió Siendo positivista en un punto capital: el desprecio sincero por la teoña. y en menor medida por la historiografía y la metodología: actividades cientfficas tenidas por secundarias. y se puede decir que C3Si inexistentes en la obra de muchos de los historiadores que consideramos consagra­dos. La comparación 00 llegó a practica.rsc (hast.'l que la sociologfa histórica la retomó»: la historia­problema se abandonó en favor de la innovación temática y la colaboración interdisciplinar. la elabora· ción tcórica estuvO prjclicamente ausente. Sólo algunos filósofos se han verudo preocupando por la lcoria de la historia, generalmente sin considerar las a¡xmacioncs de los historiadores. sin relacionar la teoría de la historia con la práctica de la historia, contribuyendo así al vigente djjlogo de sordos entre la mosofía y la hi storia.

L:.I$ consecuencias del inductismo y del pragmatismo de los historiadores. de la falta de renexión sobre la historia que se !lace, de la carencia de debale sobre sus métodos. sus hipótesis y sus interpreta­ctones, las hemos visto ya: fragmentación de temas. métodos y especialidades; retraso y dependencia respecto de otras ciencias sociales; desconexión de una sociedad a la que deberíamos estar ofreciendo. desde la historia: ideas. propuestas y perspectivas a sus problemas.

Este Congreso InlemacionaJ A historio o debatt. es, no obstallle. un vivo ejemplo de que algo esm cambiando. El inlerés de los historiadores por la metodología, la historiografía y la teoría de la historia. crece con este complicado fm de siglo. Tal vez porque "conforme crece la ciencia. disminuye el poder de la evidencia empfrica"z,. . y aumentan unos interrogantes Que ninguna otra d.isciplina. por muy avan· 7.adaque esté. nos puede resolver, porque son específicos de la historia. Una historia profesional que. en todo caso. aborda con más facilidad la reflexión sobre el método. o sobre la historia de la historia. que la fabricación y el empleo de hipótesis y de tesis. y de sCntesis y de generalizaciones. en las invesligoci<r nes. a causa. sin duda. de la fonnación recibida y del fracaso parcial del paradigma man:ismo-Al1l1ales, ambas cuestiones muy entrelazadas. Sólo la inlroduceión de asignaturas de metodología, historiografía

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y teoría de la hislorialS• desde los primeros cursos de las licencialuras de historia. para acostumbrar a

los fmuros historiadores a la reflexión sobre su materia. permitirá equiparar la historia al resto de las ciencias.

L.1. disyuntiva del historiador del futuro es: o dedicar una parte delliempolO de trabajo a conocer y producir obras de metodología. de historiograHa y de teoría histór"ica71 • en competencia (y colabora­ción) con las disciplinas vecinas: o sucumbir dcfinitivameme a la marginalidad en el seno de la ciencia y de la sociedad.

Que sea difícil para el historiador alternar ellr.lbajo empírico con elltabajo teórico. no quiere decir que sea una cosa del otro mundo: la mayor pme de las ciencias sociales y humana~ vienen practican­do, desde hace mucho tiempo, esta combinación leoría/prnctica. Agotada en buena medida la innova­ción temática. a la historia le queda la metodología. la historiografía y sobre ¡oda la leona. continente persistentemenle ignorado. para seguir progresando y para cumplir con sus responsabilid..1des científi­cas y sociales.

Una mayor reflexión sobre lo que hace el histonador redundará en un alza del nivel de la investiga­ción histórica. en una mayor comprensión global del pasado. en una mejor interrelación con las restan· tes ciencias (imercambio igual). en U/1 incremento de la contribución directa de los historiadores a la teona de la historia (y por consiguiente de la sociedad) que demandan los acomecimientos del siglo XX y los interrogantes del siglo XXI. Solfa decirse que SI un historiador hacía leoría dejaba de serlo. Si no se desmiente eSlc lugar común. la historia nunca superará la subaltemidJd respecto de otras ciencias sociales. no sobrevivirá al siglo XX como disciplina científica lai como I:l hemos conocido. sobre lodo, l4l como la hemos quendo.

14.Por una historia cuntinuamt'nte a debate.

De entrnda. el debale no es un uso académico. Los nuevos historiadores. annalisll's y también marxis­tas. han reproducido el sistema vertical de la tradición uniyersitaria que transmite el saber jerárquicamente; las lecruras de las tesis doc torales son un buen ejemplo de lo que queremos decir. Sin embargo, en sus orígenes revolucionarios, Anna{f!s predicaba que el debate y la heterodoxia eran consustanciales con la definición ciemífica de la historia: "en el origen de toda adquisición científica existe el no·conformismo. Los progresos de la ciencia son fruto de la discordia. De la misma manera que las religiones se refuerzan con la herejía de que se alimentan":I9. Es preciso recuperar este espmlu inconformista, critico. resucitar la historia-debate. para superar la crisis finisecular de la historia. y

IalTlbién para, después de ello. alimentar el nuevo paradigma común. Dprendiendo de la historiografía pas:>.m.

A la comunidad de historiadores le loca decidir sobre los problemas historiográficos que (enemos y

sus posibles soluciones. pero ¿c6mo hacerlo si las dineultades y las alternativas no se exponen libre y polémicameme? Sin potenciar el debate. es imposible llegar a nuevos consensos~. y las situaciones cóticas -enseria la historia- pueden Jlegar 3 pudrirse.

Kuhn ha planteado que, en toda ciencia. el cambio de paradigmas -las crisis. las revoluciones

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Clentlflcas. UC\3 :lparepdo un dcb;ucJ , • pero corno no se pueden cslar rcplameando cierna mente los fundamentos de Wl3 dlsclplm3. en los penodos que ti llama de ciencia normal. cede la rlvahdad de leorl~. dejan de c.xphcllaBC reglas '1 prcsupoeslOS. dlsmmuye el mler~s por la Icorla. y se dlSCUlen solamenlc lquellas cuestiones que no son prinapales paro la práctica de los In\'esu~adores u _ El mismo Kuhn excluye. por dcsconlado. 3 las ciencias humanas y soc131es. de estos periodos "normales" de

ciencia sin debate. m:.onociendo la (unción creadora de la confrontacIÓn y de la crioca permanente. por ejemplo. en filosoffa y en hlstoria'1. en lo cual. por caeno. coincide con su adversario Pop~ . Aun en las ciencias naturales. l1cinla aflos desputs de las obras pnncipaJes de Kuhn. tenemos muy serias dudas de que sea aplicable. en lo relativo a la concroversia, una separación tan neta entre ciencia normal y cieOClacxtraordln3J'ia": la crítica in lema que toda disclphna viva tendria que insliluCJonaJizar. es hoy. adcm~s, una obligac~n. considerando la velOCIdad con Quc los descubrimlenlOS cientIrlCo$ se

suceden. al menos en algunas ciencias. En el caso de la cienc13 hislórica. la perentoriedad de un debate constante, la historia-debate como

parte del paradigma por establecer, m~ a1~ por tanto de la urgencw de la crisis actual , surge de la expansión de la hislOria como disciplina, de su pecuhandad como ciencia de un pas.ado humano, que es interrog~ldo e intcrprclado desde un presente y desde un futuro que son móviles -y hacen móvil al pasado Investi gado-. y de la propia experiencia de los hlslorindores duranle los úllimos veinleanos. La falla de un debate explícito y suficientemente centrado ha prolongado excesivamente una deplomble si tuación de equihhno iocsUlble. donde lo nuevo no acaoo de imponerse '110 viejO no acaba de desapa­recer. donde las posiciones se polaril:lfl o se dispersan, sin que nadie efectúe y divulgue síntesJS sucesi­V;tS que aseguren la rcfommlación del consenso. El desfase enlte la práctica plural de Jos historiadores (fragmentada pero fructífera, innovadora pero recuperadora de viejos géneros) y Wl3 leorla. que por mefCIa sigue remitiendo al paradigma marxista-anna/ISlt del si~lo XX. es más que evidente. Para corregirlo. hay que debatir a lOmba abierta, reconociendo la CriSIS -sin enganamos a nosotros mismos con jeremiadas o con dosis exb"emas de voluntarismo-, y llegar a conclust0ne5 que nos ubiquen en nuevas coordenadas par.idigmálicas . Lo cual supone la relmpbntación de hlibltos de tolerancia hacia las posiciones contrarias. cuyas aportaciones a la recomposición de un paradigma común hay que saber aceptar". La dinámica de rivahd3d '1 COOperación. enue la escucla de A.nnalts '1 el materialismo hislóricO, que ha hecho viable la VK:IOria del paradigma historiográfico del siglo XX. es la mejor prueba de lo que estamos defendiendo: las divergencias fructJ'feras son una elemenl31 exigencia de una

historiografía sana.

15. La maduret. de UD paradigma e.sú en las escuelas que k1animan.

La crisis de crecimiento 'l. Juntamente, paradigmática. por la que aU'Uve5Ó la historiografía mundial en los ar.os 80. desa&regó su paradigma común y provocó tendencias centrifugas que disgregaron sus componentes. divorciando las historiografías nacionales '1 las grandes escuelas del siglo XX.

JuniO con el debilitamIentO y el cuestionamicnto de los parndigmas compartidos que les concedl'an funcionalidad. relaciones mutuas y autoridad conjunta. la escuela de "nna/tl '1 la escuela marxista de

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hiSloria social. siguiendo -y ammando- la tónica general. se dlVcNilficaron imcmameme durante la 61tima década. fueron objeto de una acerba cóÜca externa e interna". y se disLaflciaron eOlre sí. de suene que hoy muy pocos manllenen. o aceptan. que sigan sicndo escuelas hisloriográficas con cabezas de fila. progr,¡mas ulllficados de investigad6n. disciplina y órganos de expresión.

En la duución colegiada de la revista Anna/~s reina en la actuahdad una dlvcrsidad -rlca- de líneas historiográficas. que llenen su punlO de encuentro en la relación con el e;¡¡:lenor. la mlcrdlSCiphnandad. Esta falta de nexo Inlerno. es más evidenle conforme ampliamos el c(rcuJo al Ct'nlr~ dl' Rt'Cht'rchtS Historiqllt'S de la t.coJ~ dtS floults Éludts tn Scitncts S«ialu. 'J. por último. a las umvetSu:lades rrancesas. El fracCionamiento de la escuela deANuz/es. nacida en 1929. no es más que una consecuen­cia -'J una C3usa- de la dispersiófl gencraJ de la historia en el último tercio del siglo. que afecta Lamblén. sobmnanera. a los historiadores pró.:umos a1 marxismo. El nacimiento en 1976 de lfistor)' Workshop. las polémicas enlrC E. P. Thompson y Perry Aooerson -y otros- sobre el estructuralismo (1978- 1980). y entre Lawrence Stone '1 Ene J. Hobsbawn sobre el retomo de la narrotiva (1979- 1980). marcan la~ tensiones de una di versificación que prontO se convenirn en críticas a la historia social que representa PajI and Prt.ftnt)l. revi sta que . u fin de cuenlaS, nunca tuvo un carácter de escuela 1M delimitado como Atina/es. En ambos ca.~s, el resultado es el mismo. un big bOIlR micial y una expansión posterior que terminó por (ragmcllIllf '1 enfn:nl<lr a las panes.

Se ha gcnerali1.3do, en lotal. enttc los historiadores. la creencio.1 dc que las grandes escucla.~ del siglo XX son 'la cosa del pasado. tradiciones de referencia" pero ya 110 escuelas aCllvasoo . La mejOr rderencia que tenemos de una tradición historiográfica no orgamr..ada como escuela. es el positiVismo. El marxismo y Annolts. en este momento. en los años 90. se parecen más a las viejas tradiCIOnes prc­paradigmjllcas. suene de tendencias difusas. que a verdaderas escuelas de pensamiento y acción histonogTáf'K:a. Es curioso observar como. a medida que la rivalldad se Impone a la cooperación entre ambas escuelas. muy pocos se dan cuenta -de ahí la unponanc13 de las dos pnmeras tesIs de nuestra Jl'opues,ta- de que las crlslS sufridas por la historiografía marxIsta y por Annolts. guard.:m una Última rtJaciÓCl. van p:uaJe!as en su (ase final y remiten ambas a una criSIS general del paradigma comun. a su VClmnuida por los cambIOS del para<hgma científico global. y por las transfonn3Clones socioculturales 'J poUlicas finiseculares.

El decaimiento del parachgma común y de las grandes escuelas que lo sostenían. en un conte;¡¡:lo de desarrollo de la historiografía mundial. ha engendrado fenómenos hasla cieno pUnJo contradictorios: 1) El individualismo hIStoriográfICO. alentado por la necesidad y/o el gusto por el cllJ'rlculum ~ml­co. '1 por el auge del individualismo como mentalidad colectiva en los anos SO. 2) Un mayor peso de las tradiciones hislonogrMicas "n3Iurnles~. que identifican a los investigadores por encima de cualquier anterior referencia paradigmática o de escuela: a) el área de conocimiento. con(onnc a los esquemas convencionales de clasificación unlversilari.a (en Europa Occidental: historia antigua. medieval. mo­dc:ma y contemporánea): y b) las historiografías nadonales. 3) La IcndCf1C13 a la mundmliz.aci6n de la historiografía. sobre la base de una Intensificación de los contactos inlemacionalcs; proceso de mterrelación que afecta a una minoría.. pero que tiene a su favor la aceleración del mundo presente hacia la "aldea global", en todos )os ámbitos de la vtda.

La revitalización de la historia como ciencia social reclama un rol activo de la comuntdad de hislO-

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nadare; alrededor de un progr..tma hislonogrjfico. reclama proyectos colectivos más allá de los marcos académicos y también nacionales ·por supuesto, ambos ineludibles-, reclama combares por la historio del estilo de las escuelas hisloriográlicas que hemos heredado, Por mucho que la rcalidad se es~ encargando de rebasar ampliamente a las viejas escuela'), el "e~p(ritu de cscueJ:¡" historiográfica. tan

específico del siglo XX. es. aqur y ahora. más necesario que nunca. Hemos escrito "escuelas" en plural y no "escuela" en sangular. porque creemos que. ni en el pasado

ni en el futuro. "paradigma común- equivale -equivaldrá- a "escuela única" de teoría y práctica hisloriogrjrlC3S. El tono criüco y autocriuco. la hisloria-deb~ue.la vIL1lidad de un paradIgma. están. en una palabr.!.. mejor garanliz..1dos con una diversidad de escuelas. grandes y pequei'las. internacionales y nacionales. interdisciplinares y disciplinares ... La diversidad académica. nacional. ideológica. generacional. de la comunidad de historiadores -o de otra ciencia social- obliga, pues. a combin3I

eficazmente plurahdad con consenso. La primero tarca de la hisloriograITa del siglo XXI es refonnular y revitalizar los aspectOS válldos­

unos ya aplicados, otros todavía inédilos- de las grandes escueL1s del siglo XX, lo que implica nuevos focos de Inlervención historiográfica. dentro y/o fuera de dichas tradiciones. que además de buscar la divergencia procuren la convergencia. aquellas síntesis sucesivas que nos permitan avanzar y salir del pantanO de. la lransición paradigm~tica. Teniendo muy claro que el paradigma común que viene no será. no está siendo ya. ulla rt'petición del paradigma comú n. de rafz onnofislf-mandsla. del siglo XX.

Para "asimilarlo a lo nuevo. lo antiguo debe ser revalorudo y reordenado"" . Es menester un balance finisccular de la historiografía onnolistf y marxista (sin omitir el positivismo). por separado y conjull­umenle. Que lome nOla de los éxilos y de los fracasos , de las limilacioncs internas y externas. de los objetivos rea.liz.tdos y de los puntos incumplidos. La mejor aportación de las escuelas del siglo XX al nuevo consenso historiográfico. urgido por nuevas necesidades científicas y sociales. seria una autocnlka Que. incidiendo en 13 renovación yel abandono de sus partes muertas, no se pnvc de: defender sus aspectos más actuales, o más impn:scindibles. Seamos radicales en ambos sentidos. en la innovación y en la vigencia. Enfrentémonos al penS3mienlo simphficador que veda llevar a cabo en paralelo las dos operaciones, y al posmodemismo que proporciona la critica pero OOS niega la síntesis, esa tensión esencial entre tradición y cambio. entre pensamienlo divergenlc y pcnsamienlo convcrgente~l. que es la base. en resumidas cucnlas. del progreso científico y social.

La revista Annofe.f ha dado el ejemplo lanzando a linajes de 1989 un tournonl critique" Que, CUlIJ't) anos después. ofrece unos frulos restringidos -ilustración de las grandes dificull3des existentes p:ua promover el cambio deroe eJ centro de las grandes tradiciones-o esto es. una significativa renova­ción generndona). pero muy pocas propuestas progrnmáticas. La eSCa5Cl. de debate en las páginas de la revista la desconexión francesa con la evolución reciente de las historiografía marxista. principalmente anglosajona. han coadyuvado al restringido eco del tournant crillque de Annales. que 'iCflala. así y

lodo. Wl8 nueva elapa para la corriente fundada por Bloch y Febvre, cuyo perfil final está todavía por

decidir. Desde la hisloriograrra marxista no se ha intcnlado. h3.S13 ahorno nada parecido. Hay actitudes

reivindicativas y defensivas, y también otras realistas y severamentc autocriticas. ambas útiles e irreme­diables. pero tenidas de pesimismo. faltlSde altemauvas caro! al ruturo. El mayor obsláculo es "e:a:temo~

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• los historiadores: la parálISis que atenaz.a al pensamiento critico marxtsta desde 1989. Estamos con­vencidos de que la reacclÓn no se hará esperar. porque sin la cOOlriooción del m3tenaltSmo hlstÓrlco es imposible saldar cuentas -no sólo historiogmrlCameme- con el siglo XX y entrar en el siglo XXI. donde 1!105 encontraremos con re."l1Id3des sociales que. en basl.3llteS aspeCIOS. son peores que las que dieroo erigen al marx1Sfno en el siglo XIX, y contextuaJizaron las actuales deneias sociales y humanas. Todo dkJ sm deJélf de lado. claro cst~.los desmentidos drdmáúcos que el siglo XX está dando a las previsiones marxJSlaS acerca de La lOevitabllidad de la transición histórica del CJpltatismO al socialismo.

Así como los parndlgmas genernlcs. c.conomiciSla y esuuclunrusta. que han sobredetcnnlOado el paradigma común de los historiadores del siglo XX. matando el SUJC10. ha.n Sido desechados en general por los hlSlorildorcs, no ha ocurrido lo mismo con el panKhgma neoposluvista. de mnuencla más c13ndeslina pero no menos erlCaz.. Romper con el positivismo "malo" (3OI IIOOrico y antihisloncista) SIO abancb1ar el pDSlU\'ismo "bueno" (rigor crítico documentaJ) cs. en nuestra opinión. un paso obligado p¡ra enU'ar en el siglo XXI hlsloriográfico. y poder así desarroUar ·en otro contexto- aquellos elernen­lOS' panK1igmállcos de Al/no/es 'i del m:uenalismo histórico que. teniendo el consenso de la comuOldad hisloriográfica, acabaron sepultados por el objellvismo ciemirist3 de mIl. posltivisla. economlcista y cstruc.luraljsta. Por lodo ello. es recomendable remontarse 3 los orígenes de las dos graneles escuclas hislOriográficas del siglo XX . para ganar en perspectiva y poder asf cV'Jluar mcjor lo que sirve y lo que no sirve. lo que hay que renotar -y re(onnular- y lo que hay que desechar. con los ojos siempre puestos en el (uturo.

SI decllllOS que no hay metas (atalmente pre-fi)3das sino objetivos cOlllinuamenle revisables. es que no podemos saber con certeza la configuración final del paradigma htSloliográrK:O en fonnación, RI el rol que en él jugar.\n las lradiclones del siglo XX. o las nuevas escuelas que puedan constlluirseen los anos próximos. Es la comuRldad de hisloriadores quien decide. en última mSlancia. el camino a seguir. que nos puede llevar a un nucvo paradigma común con escuelas (como en la segunda miLad del siglo XX). a vanos paradigmas contradictorios con escuelas (romanuclSmo versus positiVISmo en el siglo XXI), o a ocra configuractón esredfka del siglo XIX. Nuestra opción es clara: paradigma común con escuelas -posiblemente más numerosas y de menaes dimenstones- que promueV3ll una deRCla IuSlófi­ca con sUJeto: lolerante y con debate: Hloovadora y tradicional: empenca y teórica: unificada. intcrdisclphnar y global: beligerante contra el futuro inhumano que dicen que nos espera.

16. Los cambios M)Ciocultuf1ll~ de los ailos 90 (a"oreceo a la bistoria y lt las ciencias del bombre.

Reivindkamos un nuevo pamdigmn común que haga saJir de las calncumbas a la hisloria y a las humanidades. Lacoyunlur3 ment.11 de los anos 90 es. en este sentido. más favorableqúe la coyuntura de los anos 80. car'dClerizada por el "yupismo". la adorución del dinero y del poder. la ola conservadora de Thatcher y RcagaJl. que parcefa culminar briUantemenle. hacia 1989. devolviendo el ESle a un capila­lismo que de Inmediato se manifestó especuJativo, conuplo y m:úioso. La reacción de Jos aftas 90 COOU'a ese capItalismo salvaje e inhumano en el Este de Europa. Y contra la corrupción política y rmanciera en d Sur de Europa. el movimiento polilicollJ corrUl en USA, las huelgas generaJe.s obre·

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ras y c.5tudl3.nlilcs europeas contra el paro y los rccones SOCiales del EstAdo de bienestar. la revuelta de ChtaP.1S. el ;luge de las Org:u1I.wciones No Gubemamcmales y de IJ solidaridad con el Tercer Mundo. 13 búsquceb de un nuevo compromiso tlico en las ciencias fíSICas. biológicas)' de la S3lud. la contesta­ción al ~modemismo -cuyas cólicas es capital considerar- deMie una nueva raóonahdad. estin creando un clima mental. Intelec1Ual y moral. muy diferente. menos mdlvlduallsta y más humanista. a medida que nos acercamos 31 ano 2(X)(). O la humanidad devuelve al hombre. ya su medio ambiente. al centro de interés de la 3C11V1dad poHIIC3 Y económica. o el descalabro final ·ecológico. dcmogr.1fko. éúco. sodal·. a manos de la tercera revolución tecnológica y de prepotencia del Primer Mundo. está 3Segurado. La hIStoria y las Ciencias humanas tienen algo que decLf. y van :1 deculo. siempre y cuando el par3chgma hlSlonogr.1lico culmine s..1tisfxtoriamente el cambio en cu~. que no t~ne meta pre. csmblecida: depende de oosouos . •

Noras:

Los Congresos Inlcmacionalcs de Ciencias Históricas ya no Juegan. como en la posguerrn. un papel vertebrador yoricmador de la disciplina hlSlórica.

: Al contrario que los libros de texto de las Clcnctas fíSICas. los libros de historia de la hlstona tienden a du¡imulilr los elellll!ntos de continuidad en benefiCIO de las diferentes escuelas y teorías historiográficas.

1 KUHN. Thomas S. Lo nlrurlura dt las rel'Olucionu ritnt!firol. Mtxico. 1975 (Chicago. 1962); Lo/uncidn dtl dogma en la m\·tstigactdn Cltnt!fira. Valencia. 1979 (Nueva York:. 1963): Segll.ndor pensamltntos sobrt paradigmas. Madnd. 1978 (1U1ons, 1973): Lo ttnsión tstnrial. Estudios selee· tos sobrt lo tradición y el cambio tn tl dmbilo de la ciencia. MéxiCO. 1983 (Chicago. 19TI).

• ÚJ ntfllcfWO de lar ri!I'Oluriones citntlficos. pp. 3: en los úlLJmos treinta afKJs han pc.rdJdo fuerza las afirmaciones de Kuhn acerca de que la pecuharidad de las Clcncaas sociales, respeclo de las ctencias naturales. conSiste en una mayor relación con la SOCiedad al elegir temas de investigación. fdcm. pp. 2.54: ramas de la biologCa. la ((sica y la qufmica relacionadas con la salud Y el medio ambiente están hoy. por ejemplo. tanto o mas conectadas con las necesidades '5QCiales que las cien· cias sociales.

s SNOW. C. P. ÚJs dos culturas y un segundo tnfoque. Madrid. 1977 (Cambridge. 1959) , La primera. de ongen francés. se desarrolla precozmente (Anna/es se funda en 1929) y está

constituIda principalmente por historiadores medievalisws y modernistas; la segunda. de base anglosajona. madura mucho mas larde (Post and Prtsell( nace en 1952) y es mas inOuyente entre los historiadores contcmporanc'stas.

1 Denominar posmodema a lOda nueva historia es doblemente erróneo. olvida las implicaciones filo­sóficas últimas del posmodemismo. y pasa por alto la modernidad de la nueva historia. seaannaliste. sea marxista.

I Pana algunos se trata de una revolución paradigmática más imporrtante que la del Siglo XVU. MORIN. Edgar ¡nlrodurcidn af {HIISarruento comp/~jo. 1994 (P2tfs. 1990). pp. 156.

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t MINe, A1ain ú, nUt\'a Edad Medio El gron \'oc(o ideológico. Madrid, 1994 (pans. 1993); el uso de la imagen peyoratIva que sobre la Edad Media tenían los renacentistas. humanistas e ilustrndos. denuncia hasta que punto. pese a todo. segUImos pensando con los esquemas de la modernIdad.

It El desinterés por los conOielas. las revuehas y las revoluciones. ha SJdo mayor entre los histonado­res medJevalislaS y modernistas. que enLre los hiStoriadores contc.mporaneístas.

" BARROS. Carlos. "Historia de bs m.;:ntalidades. hiSloria social". HiSlorio COnItmpordfleo. Bilbao. Nro. 9. 1993. pp. 111-139: ~Hlstona de 135 mcol.11idadcs: posiblbdades actuales", ProblemIU acTUa­les d~ lo HIStorio. Salamanca. 1993. pp. 49-67; "La contribución de los terceros Annales y la hlSlOria de las mentalIdades. 1969-1989-. La otro historia: sociedad. cullUIO 1 mentalidades. Bil­bao. 1993. pp. 87-118.

Il Otros coleps. deudores todavía del viejo esquema simplificador. proponen reemplazar La historia económica por la h.istoria política. o por la hlstoriaculturaJ. como factores pnoclpaJmeme determi­nantes de la histona.

u Un ejemplo es la mecánica newtoniana. todavía útil entre la microfTsica y la macroHsica. 1_ Este sistema tripartito. surgido del desdoblamIento de la superestructura del sistema bipartllo baSC/

supcrestru<:IUfa. tiene varia/lIes: economía I ~iedad I cultUJU, economÚJ I sociedad I política, .. 1j SAMUEL. R..1phaelllistorla populur)' t(Orfa sociolis/a . Barcelona. 1984 (Londres. 1981). pp. 64. " Los grandes g~neros histonográficos citados (historia económica. hIStoria soctal. histona mental.

historia política) son .3 su vez djvisiblcs. y aún habria que ailadir otros como la historia de los géneros. del medio ambiente o de la sexualidad; la transición historiográfica en la que estamos inmersos. el declive del viejo paradigma ComÚII y de las escuelas anexas. ha disparado todavía más esta dinámica de wspersión.

11 Hay con lodo un cierto malelllelldtdo: la historia cuantitativa incorpora la Incertidumbre al trabajar con series de las que. tratadas esudi5ticamente. sólo se pueden inferir COncIUSK)1lCS probables.

ti No es casual que el concepto de la historia utilizado por Kuhn par.! revoludonar la ft.!oso((a de la ciencia sea nanmivo-explicativo. vtase·· Las relaciones entre la historia y la filosofía de la ciencia~. Lo tensi6n ,senda/. Estudios se/utos sobrt Ja trodiCI6n J ti c:ombto tn e/ 6mbilo de lo citn(;o • Mtjico. 1983 (Chicago. 1977). pp.32-33.39.

lt Porejemplo.la fUSIón de la historia social con subdisciplinas ·'sopcrt.str\lCturales- como la historia de: las mentalidades. la historia cultural. la historia política.

• Historia de las mcnUllidades en Francia. psicohistoria en Estados Unidos. n Verbigracia. 13 historia ecológica que precisa de los conocimientos que la ffslca y la biología propor­

cionan sobre el medio ambieOle. I'l Más bien puede retroceder. al perder el principio de interdisciplinaridad consenso como pane prin­

cipal del paradigma común de los hisloriadores. JJ FocaHzados m4s en Estados Unidos que en Europa. donde quizás no hemos superado aCtn la elapa

"destructiva", mhillsta. iniciada en los aftos 70 y acelerada en la década posterior. ~ LAKATOS. lnne Lo melodologfo dI. los programas de investigación Cltnlf/iCQ, Madrid. 1983

(Cambridge. 1978). pp. 33.

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-, En E~paiia_ e ll i\X> IIUC\U:' ¡Jl.we~ Iole e~tu..tio, ha cOnl.;:m:.ado J haccrst, pero no en lo rclmivo:t 1:1 teoría de lil historia. que sigue considerándose más tarea de filósofos que de hjstoriadores.

~ Por supuesto qLle. como en cualqlJiera OITa disciplina cicmífica. la mayor parte del trabajo está y estará relacionada con t:JS fucntes 'j los dalos; los historiadores no corremos el riesgo de olvidar eSlo.

,1 El que vayan JunIOS ·mélodo. historiografía y lcoríil·, es una garnmia frente a las recaídas empiristas. ya las huidas hacia delante. del teoricismo abstracto.

:1 Pensemos. por ejemplo. en la lingüística de Saussure. ba~ de la leoría cSOllclurnlisla. ~ FEBVRE. Lueien Comba/es por lo historia. Barcelona. 1975. (París. 1953). pp. 34. )O Controversias y consensos se están produciendo ya, aunque sus efectos historiográficos están frena·

dos por las propias restricciones de un debate. implícito y fragmentado. que no ha conseguido tod.avfa interesar al conjunto de la profesión.

JI KUHN. Thomas Lo es/rue/ura de las rCl-oluciones ,itnffjicos. México. 1975 (Chicago. t962). pp. 87: LafulIl:ión del dogma t/lltl in"estigocidn ciemfjicu. Valencia. 1979 (Nueva York. 1963). pp. 22: Lo tmsiólI esencial Estudios selecfos sobre la tradición y e/combio en el6",bita de lo Ciencia. Mé.uco. 1983 (Ch icago. 1977). pp. 297.

Jl KUHN. Thomas La e.ffructu"u de las rel 'o/udonu c¡l'lI/fjieas. pp. 143.276-277: Lo función del dogma ell/a in¡'esfigación Cltnff!ica, pp. 9.19.2 1.

H Lo fensi6n esenciol, pp. 34. }oI ídem. pp, 296. " Separación que. en cualquier caso. es vital par entender el progn:.so de la ciencia: lo que queremos

decir es que. siendo de distiOla entidad. el debate durante las crisis paradigmáticas y el debate durante los tiempos de estabilidad. no cabe subestimar o eUm loar el segundo. entre otras cosas porque es la garantía del primero,

.\16 El miedo a caer en el eclecticismo se puede superJ.r leyendo -o releyendo-lo que Hegel y Marx nos 1

ensenaron en cuanto a lógica dialéctica. hoy reflotada por la teona de la complejidad y los repetidos frncases de los detenninismos estrictos.

n BARROS. Carlos "La "'NouvelJe Histoire' y sus críticos" , Monuseri(s. Rel.;sta d'l/iSIOria Moderna.

Nra. 9. 1991. Barcelona. pp. 83~ 111 -• Desde finales de los af\os 70 se la critica. incluso desde el marxismo. por perder el esprritu innovador.

moslJándose conservadora 3lHe la historia de la ramilia, la historia de las mujeres. la historia oral; JX)T abandonar la historia polflica. los enfoques cualitativos y la historia-problema: JX)r ser débiles ante la trndición ""hig de la historiograffa británica. moralista, liberal y positivista".

" ''Conversaciones con Roger Chartier", Manuscrils. 11. 1993, pp. 39. "" En su nueva etapa, Allnales. acusando las críticas recibidas. ni siquiera se define como una escuela

sino como un lugar de experimentación: "Historie el sciences sociales: un toumanl critique" .Annales. 6.1989. pp. 1317 .

• 1 KUHN. Thomas Lo lensi6n tsencia/. pp.249 . • 2 Ib'dem. '3 BARROS. Carlos "El ' toumant cri tique ' de Annales". Rt'visfU de llistdrio Medieval. Valencia,

Nro.2. 199 1, pp. 193-197.

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Los retornos en la historiografía francesa actual*

J ",eQUIS LE GOFF

ÉCOL'E DES HAUTES ÉTUDES EN SCIENCES SOCIALES

a historiografía occidental, y la francesa en panicular, está marcada desde hace una decena de

años al menO$. por el regreso de temas y de problemáticas que amerionnenle habían sido

desvalorizadas. en particular baJo la innuencia de los Annales .

Si estos rctomos tienen causas diversas y específicas. las mismas son. por lo tanto, tambié.n un aspecto de las críucas Connutadas desde hace algún ¡iempo conlnllos Alma/es.

Esta comunicación se esforzará por responder a 135 siguientes. preguntas: l} ¿es verdad que [os

Anna/es habían combatido la problemática historiográfica en cuestión y por qué? 2) ¿por qué se produ­

jeron estos retornos? 3) ¿en qut condiciones pueden, cslOS retamos. representar un progreso para la historiografía de hoy y del fulUro? 4) ¿'CSIOS rclOmos. constlluycn un sistema. representan una oriema­ción historiográfica de conjumo?

Los retornos lomados como ejemplo son el retomo de la hIstorio pOlfticQ, el retomo del aconlf'ci~

míen/o, el retOmo de la historia-refato (historia narrativa), el retomo de la biograflcl y el retomo del su.jeto

J. El r~torno de la historia polÍlica.

LosAllnales. a partir de su fundación por Lucien Febvre y Marc Bloch. se alejaron e incluso atacaron la historia política que se había constituido en la orientación dominante de la historiografía nacida del hislOricismo .alemán y de la historiografía universitaria francesa (la enseñanza de la historia en la Sorbana).

a) los Annales deploraban el nivel superficial de esta historia poLítica que privilegiaba los cuadros temporales. cronológicos. artificiales e inadecuados en relación a la auténtica duración histórica y a los diferentes tiempos significativos de la historia. Aquella era una historia de los reinos. de los gabinetes ministeriales. dominada por los soberanos. Jos hombres poHticos. marcada por tos aCl.onlecimientos: nacimientos. muertes. constituciones. tral<IOOs. etc. Esta historia política era la aliada de una historia

Jacquet Le Go(r, ~Lm retomos en la hi5torio,rlfia frum:ua actuar, ptoh"tvrSo, Año 1, níimero 1. t 997. pp 35...-44.

-Agntdr«f'llQS ala editorilÚ HislOrial Debate.y 1. Carlos Ham:u en¡»;rticlIlar- b allloriZllción para Iraducd6n ypublicaciÓll <kella comunicación, pruellUlda por 1. Le Golf al Congreso Intemacional Historia, Debate. ce.lebndo rJl Sanliagode COillponela en 1993. LaYm:i6n fnnteladel anfculo 'l..es- n:toun daru l'h¡storiog~e rn;nr;ajst .auellcH m BARROS, C ..... os -wltor-HistOf'ill (1 D~bolL.

VoLlIl . pp_ 157-165. Trldueci6n de Dmo Baniera.

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dIplomátIca y mllHaT Igualmcme acQnteclmcmaJ: la hIstoria-batalla. Ocultaba los movImientos Impor­IJflles de la historia: económicos. demográficos. sociales. culturales. que se ordenaban alrededor de arras fenómenos rarJ.mcnte aconlccimentaIcs y de ouas cronologías en gmn p.'\fle indepcndicOlcs de la periodiución polílica. Esta 3C IÍlud de los Alma/es CJ"3 trunbién una reacción contra la pl~nsa de la época. que no se intercsaba más que por el dominio político y acontecimcntal y por tanto. las dos mama:; eran la política y los hechos más diversos reducidos a relatos anecdóticos.

b) El relomo de la historia poJItica está ligado en gran parte a la loma de conciencia por los hislOria­dores. pcro lambién por los cspccialisL.1S de las ciencias sociales y por los observadores del presente, de la política como dominio y como nivel de historia irreductible a otra cosa. Por ejemplo. la historia poHtka reducida por el marxismo vulgar a una superc.structura resultaba un 131110 autónoma en su fundamento en rcl:iCl6n a las infracslIUclUras económicas. Pero un gran cambIO aparecía ya en el vocabulario. Esto que se d.istinguía en la hislOria vivida de las sociedJdes y que debía, por lo tanto, constituír el objeto de un concepto especffieo en la historiograffa no era la polílica. trama de aconteci· mientas, sino lo político como lo habían identificado y creado los Griegos de la antigüedad. A la par del homo necQllomkus. por ejemplo. se cncontr..¡ba el zoonpolirikon de Aristóteles. Esta emergencia de lo político era en parte una consecuencia de la aparición de las ciencias sociales y. a la vez. en relación con ellas y en opo~ición 3 clJas. de la percepción y 13 creación de una nueva ciencia de las sociedades: la poli/ologla . ciencia de lo político. Las ¡nstilUciones cuyo objeto era más particularmente esta política, subrayaron)' nutrieron esta atención nueva al hecho y al nivel político, por ejemplo el Instituto de

Estudios políticos en Francia. De igual modo. una renovación de la filosofía política se reanudaba. de alguna manera con Aristóteles o Platón, con la escolástica medieval, con Hegt.:I y Marx. baJO la influen­c~ por ejemplo de rc·lccturas de Max Weber y de Alexis de Tocqueville.

Los retos de los nuevos medios masivos de comunicación (radio y. sobre. Iodo, televisión) que inun­daron la vjda de las sociedades con la agresión de lo polÍlico, también plantearon a la historiografía la necesidad de modeli1.aI este nuevo monstruo de la historia.

e) Pero esto que había de legítimo y de necesario en este retomo a la histolia política debe manifes­tarse bajo una fonna profundamente renovada de la historia política En primer lugar en cuanto al concepto rrtismo: hislOria. por lo tanto dI!. lo político y no de la política. historia cuyo conceplO funda­menlal, pluridisciplinario, es el de poder. Noción que. asegurando una especificidad a lo político, mues­tre que la hiSloria del poder no debe renegar ni del poder económico ni del prestigio social, no forzosa· mente ligado al poder económico y 3 la riqueza ni el poder ideológico ni el poder de lo imaginario, elC. Historia política renovada que debe en particular Olorgar un lugar privilegiado O) los aspectos simbóli­cos del poder. Allí es donde encontraron su eficacia obras historiográficas pioneras. como los estudios de E. P. Schramm sobre las insignias del poder o el gran libro de Marc Bloch Les ROlS Thaumalurges, de 1924. que, largo tiempo oculto por sus libros posteriores de historia económica y social. reencuentra hoy toda su frescura y toda su importancia. Esta historia política. renovada y ampliada apeló, de manera interdisciplinaria. a nuevos documentos, expresando el impacto de las representaciones del poder: documentos iconográficos. ritos y liturgias. etc. Ella croo también un nuevo espacio de historiacompa-

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mda qut podí. ordenarse sea entorno de un fenómeno dlacrómco como la realeza desde la AntigGr:dad a nuestrOS días, sea por l3 confronllCtOO de manifestaciones del poder en las SOCtC'd:¡des ck: diversas irtas culturales (gestos '! hlurgaas dt'! poder en occidente. en Ineba. en Ch1ll3. ele.). sea por conlronta· oOn de nlOS y de imj¡encs del pockr en I~ sockXbdc:s llamadas h,Slónc:as y las Sl.lCledat.ks Uamlikb~

pl'VlllII\';15 (por ejemplo mos de mtCl3CIÓR en la.~ sociedades europeas y bs socM'dades 3foc3I\J.S). Me petmlto indicar que yo mISmO he ~udo estas nuevas onenWCIOtleS de la hi~CJ1a politIC3 en un ItlÍculo -1.5 stJlI JlObbCS lhe baclbone of hlstory1 •• aparecido en 1971 en la re ... ull. DOtdal1U 1

1. El retomo dd acontKlmiento.

1) Los AMola eombahuon la hlSlort.11 Ibmada aconlCCll1lCllul de: UflJ manc.ra que nWlCa ha SIdo 111 bien comprtnchda ni bien formuladol Eil:t t.0ndcn3 de los All/la/a fue eApresada por Mart Bloch 'f por Luctcn Febvre en dos perspecllVob. La pnnlera es aquella de una histonJ política. dlplOfl'l:ttiaJ y militar que ~ hacía con los aconteCimientos kchados. redllcicndo los feoomenos hi'il6ncos '1 su evolución .. un .. sucC5ión discontinua de dla.~ histór¡rol (eunldos en una cadena 1l1tifil:IaL Resultó focll a los funda· dores dc.Amlo/~s mostrur queeslos acontecimientos eran superflCi.:\lcw. qur no daban cuemll de reallda· des profundas y durables de la e\lolución histórica y que no eran mjs que la _espuma de la historia ... A tStl tustoria acontecimenlal superfK:14t1 se: aponCa una hisl0ri3 de bs CWlKWru. en p.1rtlcular de t.u e.s&nA.turas ec0n6mtC.U '1 s«iales. un3 hlSlona de las profundAdades. una hlSC~u hecha m~ por las masas atlÓfumas que por &os gnndc$ hQfllbrts. Wla historia lJll".ductlble a w (echas. pero dotada de un CSJ-!K)f de durad6n nWo menos largo. La expresIÓn má! penetrante deeste rcch:uode loacoolecirmntal en la historia fue. la concepción braudchana de la lar,. duraclOn. que pesaba más en la evolución tuslóoa por su nlmO lento que 11 hIStoria a nlmo medio de la coyuntum 'Y sobre todo que l3 hls;tona a nlmo mpldo delacor1l:ccimlenlo.

La segunda perspectiva fue expresada por Marc Bloch en A.polol;" pow I'hwolrt. M:uc Bloch rtprOChaba I Dur1:heim y a su escuda de reducir lodo lo que no era cstructurn a un residuo que el llamaha. pt'CI.:asameme. .caconceclmlCnto_. Ahora bien. Marc Blcxh. conscltntedel V3lor de la c:uegoña de lContcom1tnto y de las realktades históricas que cJ.:prcsaba. rt¡xoc:haba a Durkhc.lm ser UlC.ilpa2 de

expiar 1I historia aJ desechar. precisamente. esle residuo imporwue. El problema no era evacUlt el acontecimiento SinO de volver. introducirlo en su lugar y explicarlo en su relacIÓn ccn la esuuctun '1 la coyuntuta. Aqu'. los AflNJlts condenaban lOdavía un cieno upa de hlStOl'J.l acomecunentaJ o de sociologfa llO-acOfltccimental como habÚ11l tondenado tambitn un cierto lIpo de hlslOI'la polftica.

Esta cooctpciOn dcllCOOlCClmknto expresada ¡K)r Mace Bloch estuvo largo uempo ocull3 en la heren· cia de IosAIIIIO(tS Hoy, rrovce una de las Jusuficaciones de la remserción nCfesarin del aconteclmic:ntOen t. probIcmáuca hlStÓliCa. El oIaIntoonUcrno. aún 51 pa1encce I un uempo COfto. diferenle de )os cxros ntmos Iempora1es de. la bislOna. '1 por consecuenc13 de la tuslonogal&a. no es "'fnos noccs.vio a la expli· ex"" ~ gIobIl. y su nal1Ak'V' '1 su eftcacra no ptaetten scrconprt.ndJdas m3S que en re.laci6n COl

esIOI OO'OS nUOOl de la hlstcna. El acoou::cinuen&O es un roncenttado. LI'1 e"'Cllente de coyuntura y es por lo tvlIO. muy Impon:uue. ya que expesa )' modifica las realitbdc:s tus&docas prduncbs non:na.J.men¡e

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I"("fid.r. ror :1 ri:m'" !:-n:r ,le 1;1 l:tr~;1 dlll";'lCIÓn H :tC("! lllcC'¡ml(:'nIO c·' p3!':\ n-IOIn:v un:llma~n t\1n.11. la punta del iceberg y no puede ser estudiado ruera del Iceberg mismo. Un modelo de csra concepción del xoolecimie01o me p3rCCC haber sido d.3da por Georgcs Duby con su hhro L, dlh'llJllcM d~ BOUllnts

Por otra pru1e. el retomo del acooleclmicnlo no se explica. sino por los nuc\'~ fenómenos en la hlsloria. de los cu:1lcs Picrre Nora ha mostrado la naturaleza e import.1Jlcl3 en un artIculo que luvo UIl3 resonanCia merecida. publicado en Fairt df! rllis(oirp y llamado. prccisamenle. «Le Retollr de l 'événemcnl ... Cito aquí a Jaeques Rcvcl. quien eira él mismo UI1 extracto de este anfculo de Pierre Nor3; .. El acomccimienlo hit cambiado de sentido y de función ",. Picrre N ra cscnbfa: .. La hiStoria comcmpor;1nca ha visto morir el acontecimiento 'nalur.ar donde se podfa cambiar idealmente una infonnación Conlr'd un hecho de realidad: hemos enLr3do en el reino de la innaclóo acootccimenlal y es necesano. pan bien o para ma1. ¡nlegrar esta inOaclón en la trama de nuestras cÚilencias cotidianas. Mulliplicado. dcsmestuadameO((' inllado por los medios de comunicación que lo producen. el acontec.i· mienlo. en adclame. inviGl a leer el imaginario de una sociedad para la cual él Juega. en su conjunlo. el rol de una memona y el de un mito, Analv.ar el acontecimIento coruemporáJ1eo. su esuuclUra. <¡us rnttanismo. aquello que el inlegrn en CU3I'110 significado social. no .sería Lamo Interrogarse por una espuma del tiempo histórico SinO inlentar altapar el funcionamienlo de una SOCIedad a Iravé,s de las represcnUClOncs parciales y defonnadas que ella produce de sf misma,"

ESle 3ná]isis de Picrre Nora. mostrando el 3dverumicnto de un nue\'o 3conlecimjeRlo ligado a los nue\'os mass media y en particular a la telcvlsión. medIos que más que cORlentarse en difundIr el aconlcclmiento lo producen. puede ser eXlendido. sin omilir la nueva dimenSIón del aconlcctmicnlo conlempor.1ttco, al conjunlo de sucesos del pasado. La crónica. el documento·monumenlo que nos tr.lI1smitcn la mcmona de un aconlccimien lo. en realidad. también lo han producido, Sin ellos. el acootOClffilCIHO 110 solamente pennanecerfa oculto en el pasado. sino que además. habrCa quedado envi.ocado en la duración histórica. De hecho, el acontecimiento. concebido de esta manera. es el triunfo de la problemállca de los Afina/es. En conlr3 de los historiadores positivlslaS. han mosll'3do que el

hecho histónco no era un dato sino un producto del cucslionamicnto. de la actividad de los historiado. rcs_ E.sta concepcIÓn de la producción de 13 hi.-.loria se ex.tiende ~ allá del 3Conlcclmienlo. Adcm:1s. esta concepción illlegra en la historia aconlecimentrd la dimensión de lo imaginario que. en la marcha de los Anno/es se ha lJ'ansformado en uno de los objclos y WlO de Jos métodos del anájjsis histórico que permite una mejor perspectiva parn captar las relaciones entre historia y memoria. lo que consútuye uno de los objetos esenciales de la reflexión histórica ac luaJ_

3. El retorno de la historia·relato.

Desde fines del siglo XIX. la hislonografía eienLífica occidental ha Icndido a alejarse de la historia­relato. Si bien esta tendencia fue particulannente claJ3 enlfe los hisloriadores de Anltoles. de hecho fue más general. y comprendió incluso a los historiadores denominados positivistaS. La historia. transfor· madl.1 en objelo de ensenanza universitaria, se hi1.o C!\da vez más t6cnlca. sino científica. en particular gracias a la importancia creciente de las lIam¡¡das ciencias aux.iliares de la hislOrta. de la vol unGid de

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"I>licor más que de enOlar. a5ejando a 13 historiografía del c:arXler eminentemente lilerat10 que h3bfa 1I:YeSUdo anleríormcruc y que habla cmocKlo su cenit con la hlslona románuca. aun cuando t.'sta cum· lIinaba la vt!.IOO hlerana con W1 m,¡yor cUIdado en eJ uso de: los documentos y su crillca. El hlstonador

IIOdclo dt: esta hlsloria que ejerce su Ima(!U\3ci6n \'iSlonaro en los archivos es Mtchclel Pero ('$

lIm~n un producto de la mOucncia de las otras ciencias sociales. de 13 &eo¡riIrlll. de 13 ecooom(a y de 1M nuevas ClenrlaS SCXIW, la demografía y 13. .socIOlogía. al mIsmo uempo que de una ~nologra que $uchalos pueblos san hIStoria. lo que significa a la Vel. pueblos VI\'OS en un tJempo mnlÓV.1 y pueblos de tos cuales no puede m~ que describirse su estruclUf3 y runcionamtcnto. Mis gcneraJmcnte. la tmS1Ón del uuerb por los ¡randcs pusonajCS.. por lo anecdótiCO y lo plnloresco. la tn\csugaclÓl'l de las estructuras"! los modelos rtlcgó a la hl51OlU·rt.!aIQ al ruvd m(cnor o marguuJ de la pcquei\a hlslona. La histona-rclalO Icodla. C50I:V confin.xlJ en la novtJa hIStórica. cuyo! 1v.0! cun la historia p-oplamcn­te dIcha. eran y COOlmu:Ln $lendo ambl2uos lodavia. El cans.anc:io sufndo por el ,ran púbhco y por una parte de los hlstonadores (rtnle a una hi'iRv:ia ahstr3cc.a '1 SIO mingas. preparaba una re;,cc'Óf\. Ew RXCIÓIlIUVO una expresión tcórica panlcularmente refinada en el libro de P:au! Veync: ComnttlU Off

len' "!uSIOttt. donde precisamente la nOCión de Intriga. 510 evitar el escollo de IIn3 gran prm:.mll.bd con la hteratura y la novela. reconCiliaba desde enlonce~ las oncnt8oones modern,tS de la hlsl(lnogrJfí.1 CCIlla lr3CÍ1cJón de la historia relalo. En un nivel de menor vaJor teónco, pero qUJ7.:IS con rnayor InlpX· 10 en el medio de los N.!l10nadores. uno de los grandes historiadores Ingleses ligado n la re\ ISla Past ílnd FrtStlll . conSldcr.ula n \( misma como cercana al espúitu de los Afilia/U, Lawrence Slone, recla­maba 13 vuelta ;lo la hl!iIUfI,H('(¡tIO, repllc.moo a otro grande de Past Qnd PrtMtU, Ene HobsNlWlrI, discUSión que encoOlmba eco en D/bal. revista (rancesa di.ng.¡da por PlCrrc Nom. La alarma !'.uscilada por el artkulo de Lawrence Slone fue sensible sobre lodo entre Los h.stonadores que pracucaban la IlIcrd13cipJJI\lned.1d en~ la hmoria y las CteDClE sociales. pues unl de las oonsecucnclAS aparente­IW:me inevitable del ~Iomo de b h~ri¡..relaU) era el a.Ic;amicnto de la hj~toria n:spec10 de las cien· aas soóales. de las CU3k::s, lo propio re51d.í3 en que su dc5iClqJCi6n no era n:dUCIIbk'. narrxKMlCS

El rUJmO de la hi5lona ~bto. lbmada am cooYeflOOfla1mence blStona narrauVl. se complaba por la emtJ¡c:ncJa de un Ir3n debate en filosof'13 y en las ciencw de la bter.uura y el knlua..re de un aoevo domuuo. nobblernenlc dusndo pcx Jacque.s De:mda. II namuololla No estoy 5etWO de que. cuno esto y:a habla lIepdo a JOC0p6slto de b hngtiistica y sobn: todo de la lJn&uí~tC!l )3ussur\ana o del estructunllismo. no hutNera habido gmndcs malenlCndidos entre W concepcIOnes de los nart'116togos y kls hlStonadores partídanos ckl retomo a la hislona narrativa. Habda alll un letna 3 esclarccer. Por mi pane, me limitnrt 3 hacer algunnJ consideracioneS banales.

la primera es que toda concepción híslonogr.\fica debe. me parece. recurrir eplsOchcamenlc a se,.. tuencias nam¡uvas pero. eVIdentemente. no es esto lo que podemos lIamnr hlstoriB-relalo. Lu segunda es que importa darse cuenta que la h~loria·rela[o no es más inocente que las Oll'll.'l: fonnas de hl~tori:l. que procede también de una manera de hacer la historia. que supooe toda una seno de wncepciones más o menos eonsc¡enltS de ,"' ISlenes de la histeria. OpCnCiones de morKajeJ de la hlsloria de las cuales el resultado es por lo IanlO mú ICmible que lo 00 dicho que ella supone e.tcapa al consumidor 'l. a roenudo. al productOr mismo. La hi5lorit narrativa es probablemenlC la hlslOna mis ltlCOIlSClenlCmen· te dcoS6gica.. Ofreuo dos conc.luslQneS que. en IOdo caso. UlSpU"3R mi pdCIlca. La prunel'2 es que el

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IC('U~O a 1... Imlonll n;urauyu debe ser. preYIO a su e:il:nlW"3, el ohJclo eje un lUHt..,d()~ tlnlhSIS de

aquello Que ~lIpone '; de aquello con lo que contribuye el relalo hlSlórit:O, blo que encontramOs y que tn( partít: mucho m;'e:'llmporwuc que el problema de la h,storu l1:1mUI\'3 C~ el prottlem:\ de lo 'JCflflJ.­

la dt 111 hiJIOr¡O, 'IObrc el cu.11. por 0lf3 p:U1e. C:S1am(1:5 refleJ.:lon3nOO en eslr C()loqwo. l:n nn. creo que un rttomo fuene de la hlstM3 n<arraC)\'3. aun bajo formas renovadas. 3 th!rrencra de OlmS relCW'nOS que: Inlloduccn InnoYaclones .mporunle:se:n 13 rdle:xión hl.Sl6rica. compona una ~\IC amcn:tta de rtlClmO en el ,erlltdn de: un rttrasO.

AF~go que a mi tnteodn. la hllltlQna rurrai\'a ... icne a comphcar IOUllltTk'lIle ti rroblcrnl fonda­menul \' COO1rkJo de b :srmrxua entrt los bempos de la durat'1Ón hulhnta y Je k C'OOCcptos Itmpcn­

les del h~I('K'I¡Qlr

... FI relorno dr la biOJ!.nlna

La O:llu.1. l<'In ck In bio!,l1'Úia en In hislonograHa occidental del sIglo XX y aun en el movumcmo de los AI/I/aln e~ compleja. AlU. ID biografío. movimiento que alejaba a los IlIstonndore~ umversilluloS. , como en ~u m:lyor{a lo cmn ln~ nusmus AnlTafL's. g.ozaba sin embar~o de una pran dIfusión fuera de este

terreno, [1 "amn hombrc" como objelo h.lslórico eStlba fuer:l de moda Yu no fM1tcfa enl'l1. de pennillr I :1llri lorüdor ".!ter tusloria Elpénero biográrlCo cr.l arr3Stmdo en el de!iCr6,htn ,te. la h.isloria MfT3U-ya y.lIe 103r\(1<I m!ks general de una hIstoria más liler:lrÍa 'J anJ'stica 4ue clI::mffica. Las mejores tllOg.ra.­fías crtUl escritaS comenlemente por ensayistas o noveliSUlS. no pot' hI5UJn.ad()rc~ , lm historiadOres de },flflOIt'I, frenle ala blo¡nCb. parecen haber estado a 13 yez divididos Y dubltJlJv~ l.uclc.'n Fe.bvre. por lemprr.unemo SinO por vcnón de la higoria. esuba a f3VOf' de la blOlra(u ClenMlenle. de Wl3 blog.r.l­fía que pc.nnlller3 OlCOf'IltIr problcm:1!i a través de un hombre y. en ~u: punto, J\I LulCro es ejemplar. Man; Bloch C$u,bI claramente poco alBJdo por la biogr.illa. Pero Ct'I un muy buen hlslonador y muy ctWiClente en su tnSd\:l11l.ll unl\'ersn,:Vla como ~ no sentir que SI nu el '1'3" hombre. al menos d mdJ vlduo. no podu la eldutdo de la histCK'U.. Enc:ontnrernos mis edel'nlc d ~Iema del md!vidoo baJO otro .1nlulo. pero mltnfras t:Inlo. q"men senalar qLte este problema tambttn H uenc.ia1 en d c:unpo de 11 bto¡rI.fil De bs transformaciones que los hl5IonadoJes de los AIIIWJes han quo lilkI hacr:r sufrv .. b blOf1J.na. sea pan escla.eceda. sea par3 volverla rt51bk:. oco Que. podemos tom3r como ejemplo la cék:.1n tests de Fem:tnd Br:urdel Lo MldJ'trnJllt, d l"poqut dt PlúllPpt 11. (1949) Y cl bello libro de Piem Gouben LD,,,s XIV tI ITlIgt nulliolls dt Fra",ais (1966). En 1:. tesis de Braudel. el

Mewlemoeo sumer¡.ió de al¡ún modo a Felipe 11. que no fue $lno un referente cronolólK:O burlón y la

parocha de retratos que, rara dlvcnirse. Femand Bnudel esboza al nnal dcllibro. lom~dos seriameme por fIIOsofos sin senudo del humor, muestra deliberadamel1te cómo 101 personajeJ colectivos. tanto como los gcoJn\ficos. tomados por la hiStoria, pueden dembar de su plru.a en la histoOo¡rafla aún a los hombres mlU presuglOSOS. En la deliberada exageración de Femand Brnudet h:ly. eVidentemente. una voluntad mClOdoló¡IC3. Picm Goubert investip en otra din::cción el dl4logo emrc d gro.n personaje y la masa, Fonnado en la demografía ruslórica. que él nusmo ha cootnbuldo podecOS3Jne.nle 1\ crear en su fonna modtm:.. 10. tiluye. de. alguna mnnera un equilibno entre el indl\llduo n\OniU'Ca y la masa. sin

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«ultar que sus Interc.scs van más haci::J tstll que haCia aquéL E.llibro reciente de Fr:uw;ois Bluche sobre LDlUs XIV!'I1:lI'U clrelomo de la blogrJfia sobre el mismo terreno. Es nccesano. Mte todo. recordar iXiavfa la silUación de 1:1 Pfoducc~n hiStórica y metodológica de h3cc. cincuelllJ 3nos_ Las blogrnrlas se camilufan no solamente alrededor de una concepción ingenua del gr.Jn ~'3JC SIIlO tambltn. puede. ser. con el:uoolto de una pstcologia penmlda. plC03 de anacrocuSffiOS 'J de o;upeñlClahdad. perfecta· mulle iocap3Z de doL1f la simple autcntlCKbd de un personaje histórico clWldo los Annolu ha::f:tn. al lIismo tiempo. In\leslipc.anes mas o menos Utubc:anles hacia la ps¡cologÍ2 hiStórica colectiva que ddú condUClt claramente a la emergencia del concepto de mcnlaJJ(bd que.. a dccU" verdad. reducb aún _11 cspecafictdad del IndJ\'lduo y corroía d lu~ar de la btogr.IJia en lJ pnxIuc:ctón hblónC3. SIIl t:fIlb¡rgo. ruera de lodo espinlu de escuc:b.,randes tustonadores producían. a mC(hado$ de este Siglo. modelos Jmpreslonante~ de bcografías. Voy a ciw ues. El pnmero es el Frtdtnt IJ (1921) de Ems¡ KanloroV.ICL Desembarocémoslo de todo su envase. ideológiCO y rQI'IÚÍnuco. Queda un unprcsaOnaJlte eslutho de un tndwiduo cuya mdlvlduahdad y estatura resplandecen 11 lrav&: de un estudio de hislOria tcul. de ~eo·hlstona. de nueva hlslona palluca. de hislona cullural . MI segundo modelo es 13 obra maesua única de Arscnio Frugonl. ~,."a'do da Bresc/Q ",lit lomi tll'l snofo X.II F'rugom muestra cano un e5lUdlO de fuentes que vuelve la espalda al método filológicO Cl.áslco puede pernHlir capUlr la iodividu3lidad de un personllJe muy dlsímllmenle prcscnudo e Interpretado por las fuclHcs 'l. h¡¡sla entonces, más ocuito que mostrado por ellas. Es una biografía dicrypluge , Por úl!uno Peler Brown. en SlI biograHa de Su/m Agl4srin of '"ppo (1967) mostraba. con una suttleza y un sorprendente sc.nLJdo de historia IOtlll. como un hombre se revela. a travt5 de su obra y de su acción. en una blograHa CfU7.ada. a la va U'3dJcional y moderna. La biografía. hoy. parece seguU" dos vías cuyo Ú01CO puma en común es del deseo de responder al llamado VISible de un público abumdo por la abstr3CCMSn de lJ1s estruclla:u y la sequedad de la historia económica En la abundamc produccJÓn blogrnflca actual. (tenas obras. esfcr:úndose por e.slar mejor míormadns que las del pasado. petlll3llCCcn sujetas a una JWCologfa su­perficial. anacrónica y penmlda •• un goce anecdótico sin Ulteres y a \'elelda<teK de tSCnlur2 que rara· menlC resultan felices. OU'L al contrario. ~ esfuerza por mostrar que la blogr.tfía puede ser uno de los PItdJos de echar UIU muada sobre la hi'iIOlU que reencucntr.l en un hombre las preocupaciones M la m\'CStigacIÓll hlSlóoca mis nueva. que encuenua en el ucm¡x.t de una vida unll de las duraciones sigmflCatlvas de la historia y de l. biognúia, que alcanza en una encarnactón concroL3 los grandes mo\imicntos de 11 hIStoria política. de la hIStoria econónllC3 y SOClaJ. de la hIStoria cuhW1ll. de la tüstoria de las menLllidades y deJ imag,Ulano SUl reducidos a fcn6menos cuantilaUvO$ donde se perde­rla 10 que hace ata autenticidad y el sentido de un ~aje en hislona. Esta corriente es reveladora de las estructuras hLSt6ricas y de las realidades historiográficas. Para los periodos BIlljgUOS. la documenta· ción apenus SI permite las blografcas de personajes eminentes, pero los historiadores se esru«:rl4n cadil vez nás. desde: que la c\loluct6n y la documentaeión lo permiten, de lOmar pOr héroes a los oscuros. los pcquenos. los sin grado. representativos de un tipo, de una categoría. de un momenlO que una docu­mentación nueva y e-xcepcionaJ ptaillltC 8tr3pat en una represcntatividad colectiva y un saber indiVI­dual que no se explican ni se muCSlr.tn sino en conjunto. Este movimiento no puede estar sep:uado del movimiento hlStooográf'K:o y fuco que afuma un derecho 3 la hIStoria de ocros que los poderosos o los prestigtOSOS. Creo que la btogrnfla est1 en vías de transformarse en uno de los medIos de hacer una

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imlUII.J .vI"i J.j 1 .... ,.1,,"') lk l·, I'\lwh • ..::.. I.lltV Ik Iv::. JI.IIIUIII\I!I w.,Í" m'lkuWI,I'(:. u\'! 1,1 .lhu\JVVlvgia

h.'SI('rI(a,

5 . .. , rflorno d~1 <ujtto.

E',1e Úlum·) (d(lOl() u dlrc:rcntc ck t.1S 0lnlS. A prirncnI \',)1.3. C\."'Il\.tCITIC' menos .1 b hlitorta que I b

fil<lso(la )' • t:li utnu (l('ncW JIOClJles. en p:!rtlCwar 1 b sociolQJia, '''Mece rcspmd« 3 uro re3tttón CQfllrl la¡ d.rcn:ale.lri (ormas <Ir ..... '1ermiru~ que se imponen en e.~os dcmllllo~ SIR SICC equlvalenle na rtdUCIf~ a c.'~o, rutde declnc! que o.le rerorno se aproXima en h.,>tonograffa.1' retomo del tndJ\liduo. I:n decto. m:ls IU, del rclcmo de los pcrson3jeS en la hJS(003 poliua ('! en 1:\ blO¡rafIJ. el retorno del mdl\'IJoo ~'m('r~ 00 ~Io frenle 3 L1s e!.trucUUilS y los modelos ab$U'aCl05 1;100 a lo~ persom,JeS COICCII­

\'oc; de la hlS:lOrl3 sOCIal. ,rupos. ralcgonas. clases. masas. cIC, .• El prchlcmJ de la emergeOCla del mdl"Kluo en tk'lenntnldls tpocas de" la hiStoria es un3 vieja ScrplWIC de mar de 13 tU5tonograff1. Por lo delll:b. (SIC rrohlcm;1111('scnt.1 lUla complejidad que aquí me contcnto con npcn:u scnalar. sobre todo el problcm:1 dr taos relncuJncs eOlrt: las nocIOnes de Individuo y de: penon!!., Rerlnt!ndome n periodos anllguos. lIadlCiOMlmentc se considera que hay una cmergclIC"l<I del IfIlhvlduo en la hi'ilQrta cn el man:o de la e melad nnt .gOlI con el personaje del ciudadano. en el que se rl.'~· ncuCnlra UII modelo catcgorial )" el rund31OcfllO Ideológico y polltico de una clerta autonomía del utdlvuluo , Un sc8undo periodo h.J

,ido obJelu de un dcb:lle rcciente y Siempre abieno, la Edad MediA. donde vano hmonndores con algunos ¡lUnlOS m~~ o menos comunes. han reconocido una eme.rgcnda del inchvlduo tn k)s siglos XII )' XIII. Este deb: te:. en el que paniclJX1rOTl, entre otrOS. Colill Monis. Camhn Bynum y Jcan-Claude Schmll1. h.l con ldet1do IObrc todo 12 mter .... ención de Aaron G~vllch (fU(" auN de escnbl1 una obra. aún Intdl13.. sobre cJ f\a(.lmtento ¡Jel m(hviduo en E..upa durante b Ecbd MedJ3 y ti RenxlD11(lIto. Su tesiS. que inle~ en parhcul. el aspet10 csc;andjn3vo de la tmtrlencUl dd lOdl\'sdoo 11 travb de los ),1,35. es que el pctfodo dcclSlVO de InIClÚ por ellndavKtUO y de IUlo:úumación del ulI.hvKtuo es menos el Rco:.LulHento ,,;un", se pcn~ba tubnU3lmmte, que el corazón y el fuQ! de 1:1 Edad Mcdla. Es claro que 1:1 iJCtuahdad de los deba(es tuSloriográflCOS sobre Los penados de aJumXlÓt1 del t.ne:bvMioo estt re13cion..,da • los InltrroplUes ICl\.Iaks sobn:: el mdividush91'lO contcmprlneo.

Sin emhar¡o. dc.llndl\"ldoo al supo ha)' un desplawnucnlo evidente. Aún 11 cuando k) que esd. en dtscUSJón es el pmNema de los actores de la histClU. la consideración del SUjeto ~tJaa a ¡ahr del domin.a propKJ d(1 hlSU>nadorrara entr.lren el del fIlósofo , En efeclo cs un filósoro. Jacque.s Ranci~. 'Juten acabo1 de cueslionar a IOSANUlIl's. desde Michelet -su anceStro- hasta Ft.mand Bmudel, de haber· se conformado con una ;aparen le introdUCCión de los estr.Itos Inferiores de la S~Icd.3d como sUJcto de la hisloruL Ahr donde los hlSlorbdorcs de A.nnoftJ se presentan como historiadores demóc:nu.as. ~ ciendo el derecho a la historia de los mIembros de estas calcgorbs y. en paniCUlar de IIquelL'\S en las que se: interesa Raodm. los obreros. de hecho. eslOS historiadores se colocan a 11 mlSffiOS en el lugar de aquellos a los que preltnden trand"ormar en sujetOS y h:tcen del hlo;;toriador el nuevo suJCto de la histe)­ria. No entr2rt en tstt debate que. pInl mi. se aleja demasiado del ,"11ft' del hlswrimor Sunplementc dri que. como lo han mostrado muy bte'n Mlchel de Ceneau y Mlchc.1 FOUCIUII. lomar conciOlCaa del

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y deCir desde dónde habla el histonador. en qué es el productor del hacer hlSlónco actor de la historla objeliva. vivida. sino actor dcl3ClO tllSlonOgr4fK:O, me parece un progreso

la histotlogrnfra. Uro \'C1. más enconu:¡mos la confuSIón entre la histona con una gf3n H '!I la

...... con una h peque"". L, hlstonogra(ía. Oto más que nunca en la necesan3 disbOCIOO enlle el oficio hiSlórico y 13 mosofía de 13 historia.

&idtmc:menle es el derecho y ~I deber de los filósofos pensar es10S dos upos de histaia y mostrar las ; Id"" .... K&Úl\ ~ propMl mlr.rr. Este pc:ns.:uT\iento filosófico ~ la tustona es muy tlld a los lllstona­Da. No deben volverse fLJósofos .

Existe una m3ncr:\ prt>pl3mcnlc histórica de reflexionar acetca de las relaciones entre el¡sw y la lCUSadad. El31.ar ) ' 13 neccsiebd del historiador no son el3W y b necesidad del filósofo. aun cuando aya evidenlQ c()O(::uoncs entre ellas. Por lo tanto, ~~ que k)s hiSlonad0re5 eSlén alenlOS 1 este i(lOl11O del sujetO en los campos vecinos (AJam Tourame ha aflrnlado la neccslcbd en el ampo del sociólogo). pero que no busque uuliw un conccpfO, un útil: la noción de sujelo en su propiO campo tiene: necesidad de Olro ulJllajC com:.eplual.

Me permIto doclr. ¡uJcm:\s, que 111 necesaria renovación de la historia no debe rcduclrSC a 1;1 sumn de eslos relomos. Una pan\! de estos no es sino la voluntad de revancha de hLStoriadorcs pa'iallos y t.ie sus herederos. Otr.l panc de estos relomos,la más positiva. es la tra.nsronnaclón pforunda de viejas C::llego­lÍas por una nueva prohlem:1tica en el connlcto de la tllstona viva.

Repensar las nuevas relJcloncs ck' la hlslona con las ciencias SOCiales. repenw los noe\'~ a...<peCIOS de los datos fundamenldles de"; llenlpo y t~io pararos hlstonadores. renexlQfl3t sobre loque debe ~r. si se quiere manlenerla eu el tenuo de la historia. la nueva hislond SOCLaI cuando la VlCja hocc agua por todas pattcs en IlIstona como en lo.u OllaS cIencias sociales. pensar en nuevos modos de csc.nturn que rtquicte la hisloriografia. estudiar las nuevas formas de producción y de dlfuo;ión de Id hislOriogr.lfía

100, me parecc:. algurw: de las f.&JUS c:senciaJes de: nuestra ret1cxión colcc.uva y de nuc:strOS drbal:es. En CUlIllO al ~nn&no de hlstOOo¡;pffa y la pnXlica que reviste. sabemos que ha e\"OluctOO3do b:lstanLe desde algún liempo a e la pane y que tiende a ser ranplazado por el concepto de hiSloria de la hl~ona. La tradi<:.ión NlQoriogrifia frJ.nCcsa. dumnte mucho tiempo rettcente alamarse por obJCw de rcncxloo. OtO que ahora.se ha compromeLido declslVamtme en estas nuevas vw de hlStOl'tI de la hlstona.

Me p.lfCCe. para ItnnlJl3f. que la rencxlón sobre la actitud que deben adopl.1f los tustorudores frente a lo contemporáneo. al prcsetlle., esto que Marc BToc'" llamaba "lo ICluaJ", debe conunuar. No hemos logrado aún definir bien en que condiciones la histona del presente puede ser una vcnbderd

ltisloria. Creo que hoy. conceptos t!!.les como historia mmedi3la. no hacen mAs que encubrir nuestra impolcncia para evit.ar una ruptura enLre nueslIas prácticas de hisloriadores de C1U"J al pas:ldo y a lo actual. mjs allá de evidenles diferencias impuestas, por ejemplo, por las fucntcs.

Y. fmalmeltlc. ¿no deberíamos retOmar el deseo formulado por Mnrc 810ch de ver al historiador interesarse por el fuluro? La (ufurologfa, aquí. no se me aparece SinO como un (also (renle. Nos corres­ponde decidu Si somos cap3Ces, en lOnco que histori3dores. de elaborar un Cierto domutio sobre el ("""o. _

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Notas:

I EXIste Versión espai"lOla de es1e aniculo. "¿Es la polftiC3 todavfa el cMjueleto de la historia?", en la compil.tC16n publicada por GedisJ. Lo mnrOliJ/oJO ." (ol/diuna tn ti mundo meditl'O/, Barcelona 1985. pp. 163-118. en fr!lJ\Cé'1. compilado wnbién en L'/mog/nolre miditWll, GalJimard. Paris 1985. Nota del TrOOtK'1Or

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¿Olvidar el estado para comprender a Rusia?* (siglo XVI·XlX) . Excursión historiográfica

CLAUDIO SERGIO [NCERFlOM H

"fj ar¡etl(;no. a dif~re"cia de los americanos del Nom y de usi todos los europeos, no se idenrifica ton <!I E$!$Ido. Ello puede atribuirse a 1. c,rcUllstllncia de que, en e5te paí l . 10'1 gobiemO$ !uelen i\eT pésim{)S o al hecho genern de que el e.tado es una inconcebible abstracción (el Est3do ti impero smal: el ''1lCnllllOsólocoocibe una relaciÓfl personal): lo cier­to es qu el .r¡cOlino ti Wl individuo, no un ciudadan". Afo­r'Í5mos como el de Hegel 'd EU.IIdlJ es la realidad tk la idu nwf1o!', le pan:CC'n bromas siniestras". Jorge Luit Borges "Nuenro pobre individual ismo" (1946).

Si e l título de cSle anículo es ulla pregunta, las línea ... que siguen no pretenden sino generar otras. Mi objetivo. en erecto. no es responder a la pregunta formulada. sino restiluir un poco de opacidad allf en donde las explicaciones corrientes son 1M enccguecedoras que Icncmos difi· cultad en discernir o 3rticular lramos enteros de la historia rus.:1 cuando se presenta la cuestión

del estado. Eso explica el caráclcr de esta comunicación sobre tres épocas (siglos XIV-XVi, XVIJ­XVI1T, XIX): a través de una excursión historiográfica se limita a enumerar algunos problemas que, me parece, nos obligan a reconsiderar aquello que nOSOtrOS Uamamos comenlemenle el estado en Rusia y, más allá de este caso particular, llama a reflexionar sobre la elección de las fuenles y de los procedi­mientos de interpretación que vuelven inteligible para una persona de nuestro tiempo, fonnada por la historia occidental. el funcionamiento soc ial y polItico de un país, de su cu ltura. de su manera de concebir su orden ontológico. Ellono un laTllO provocativo que pued~ advertirse en el título elegido está a la allurd de los interrogantes hennenéuticos auibuidos a la calegoría estado en las interpfCtaciones más difundidas de la historia rusa y soviética. La referencia al estado lodopoderoso y a sus relaciones con la sociedad se transronnó en la clave de acceso a una realidad que, gracias a esta aproximación. aparece semejante a la nuesb'a puesto que se ven en acción las misma~ fuerzas que en Occidente. Es pues una similirud lranquilizanle puesto que estas últimas mantienen entre ellas una relación de fUerl..1,

que en Rusia tiende a la liquidación de la sociedad en provecho del estado- desenlace que testimoniaría. JXlr oposición, la excelente ejemplaridad de Occidente.

En esta tradición se pueden subrayar dos rasgos distintivos. En primer lugar. con respeclo al Estado ruso, la tradición elige sus fuentes en 105 textos jurídicos, la producción polílica y lileraria de los

Oaudio lngerlJom. "¿Olvidarel Estadopara comprmder. Rusi • .,.". proMstoriQ, Año 1, número \. 1997. PI'- 47-58,

OEste artículo fue public.adooriginalmente. en 511 ver5i6n frana: u.l'omo .Oublierl'ftat pourcompll:ndre \. Ruuie1. (XVle·XIXe 1~de). f:¡¡o¡nion hinoriographique ... en Revue des itudeli slaves. LVI. l. t993; la presente es una versión ampliada por elalllOl'a dect~ de lapresmteedici60. Ttadueeiá1 de Matí.J05l Ni<Dletti.

··CNRS, Pan!; Diredor adjunto del Cauro FPJloo-ruJode Antropología Hilt&ica Mare BlodI. Moscú.

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aut6cr:lla5. de los teólogos de la Iglesia Onodoxa, del poder sccul3I '1 más ampli:lmenle de las elites. Aponcmos un ek:mento de apoyo. citemos una ruenle de ~tc tipo que. creo, no ha 5,,10 utilizada. A fines del siglo XVIII. (n 1797 (y se repite en 1800). el emperador Pablo I se ocupa del perfecciona· miento de la lengua n~: una ordenanza imperial estJpula una sene de palabros D retirar de la cirtula­ciOO. He aquí tres cJemplos:

,"Palabra a reemp1al.ar Patria. Se ordena sustllulfla por; estado -Palabra a reempla7 ... "lf: CIUdadano. Se ordena sustllUlrla por H~bllante .PaJabr:J a reempluar: Sociedad. Se ordena suSUlwrla por . Esta palabr.J no debe utilizarse en

IlIngún caso"" Ignoro si el emperador creía o no en el canicler perfamanvo de los sigmflcantes que ti Intentaba

imponer :l sus subdllos. Lo que queda claro es que el pánico de la Revolución francesa toma en CSI3 ordenanu1 la fOOlla de un proyecto político: sin sociedad ni ·menos aún- ciud3dnnos. el 3cenl0 está puesto en el estado". Esla fucllle. que debería haber sido una pieza de 3ntologr3. aparece como la demostración condens:td3 del fUIld.'lfnento de la interpretación Iradicionnl .

Sin embargo. se encllcntr.J aquí el segundo rasgo dislIntl\'O de esta trndici6n; leyendo esto ruente jurfdica, ellntclcctuaJ OCCidental, como su colega nlSO contemporáneo. tiene hoy en el espírilu una concepCión del estado denv:lda de la rene:iU6n sobre 13 hislori:1 del cs13do oc:cidcnL'¡ Cuando pens:¡· mas en el esudo moderno. suponemos. entre was cosas. mstituclones Impersonales, la distinción entre el dommio públ..tco y pfl\'ado, el doble desplazamiento hacia el estado de la sacralización del rey y de la lealtad hacia la Iglesia, hacia la familia y la comunidad rural . Estas comumdades han adquirido un sentimiento de idenudad común mientras que una gran parte de la poblact6n (ue animada:l imercsarse por los procesos poHticos. manifest.ando lazos de fidelidad no pcrsonalizOOos. Los ciudadanos acuerdan su prelact6n a los mlcresesdel e.~l3do.l La cauinuid3d de: est3.5 instituciones '1 de eslossenumientos. su anicul3Ción. crean y manllenen una mentalidad apropiada. Joseph Strayer llene san duda ruón cuando afirma que "El estado CXi'ile esencia1mcnre en el CQra7.ón y en el espíritu de sus ciudad1nos: si ellos no (~cn en su c¡ustenelu nmBuo ej'!rt:lcio de lógica podrá darle \'I<b~) Esl3S p.1.labfas. que aplicadas a la historia de otros países caen por su propio peso. implican una elección rntlodológica en la situación historiográfica concemiente a Rusia.

Volvamos a nuestra fuente. Ella es también la puma del ovillo si no paro desenredarlo al menos pan poner en evidcnc13 el ma-tentcn<hdo de las palabras y las cOflSCCuClIcias sobre el plano hennenéuttco, Siguiendo 13 traductión comente. he empleado "Etat" (estado) para pasar al (mncEs el significante ruso Gosudarsn'o. Nosotros sabemos que detrás de estado C5taba y está la RtSpubllca de los romanoS", ~TT'3duciendo sus Six Livres en latín ·comenta Lucien Febvre·. Sodin traduce e5lado por Status reipublicat. el orden normal y pcnnanente de un organismo poUtico soberano"J. Completamente dife­rente es el significante latmo que la palabra rusa calca, y diferente I..3mblén son sus sucesivos significa­dos. La rafz de GosudarSI\'O es gosudar'. el tItulo más comúnmente ostentado por los grandes príncipes moscovitas. de la cual la pnmera forma es gospodor' o ospodar'. procedente de regiones rusas o eslavas occidenlales. en la pnmera mitad del siglo XV. En la vida comenle la pa13brn existía mucho tiempo antes. significaba -mwtre". "propietario". por ejemplo en la expresión "maiue de l'esclave". El primer ejemplo conocido de la palabra pan designar al monarca data de la segunda mitad del siglo XIV. en un

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documento proveniente de la cancilleria rusa del rey de Polonia CasImir 111. nombrado aquí "Gospodar' de la tierra rusa~. Ahora bIen, en los documentos contemporáneos provenientes también del palacio pero en latín. el mismo monarca es nombrado como "Dominus terrae RussI3e"'. Desde principIOs del siglo XV el gran pñncipe moscovita comienza a llamar a sus súbditos esclavos UoJopy). En los docu­mentos de rines del siglo XV la fónnula "tu esclavo" se vuelve corriente cuando alguien debía duigirse al monarca- gospador' moscovita, lo que era desconocido en las regiones rusas occidentales, Las fuen­les atestiguan que el nuevo título era entendido literalmente: cuando el gran príncipe moscovila reem­plaza en su correspondencia con los otros principcs los términos habituales ('"hermano mayor", "pa_ dre") por gospodar'.los habitantes de la ciudad-república de Novgorod hacen referencia a la semántica delténntno y se niegan a reconocerle este título.1 Los grandes príncipeS moscovitas logran sin embargo imponer este término que, con el tiempo. deviene el más comeRle para deSignar al monarca.

En eSte sentido. y temenda en cuenta lo que nosotros conocemos de las mentalidades de la época. debC'.ñamos Lrnducir gasudar' por "maitre-zar" para seguir fieles al signIficado del significante ruso. En cuanto altérmmo gospodarsll'o. está empleado en el testamen to del metropolita Fotij en 1431 en dos sentidos: la dignidad del gospodol" y el tCrOlOrio que le pertenecen. Marca también la deferencI3. cuando alguien debe dirigirse al gran príncipe. En su sentido ¡crOtona!. aparece SigUiendo el modelo del polaco ponSMO que calcaba las palabras latinas dominum y domillUlIO. Zoltán Andr:is puso en evidencia que en el 0150 modemogospodar - gosudar' y gospodarsn'o- gosudarslI'a sao calcos semánticos dellatin difundidos por el ruso occidental y el polaco. mientras que en las otr:lS dos lenguas literarias, el ucraniano y el bieloruso, se reanudó con el eslavo eclesiástiCO retomando d~r:hl1\'O. un calco del griego luolos.

Según Zoltán Andtás. la forma moderna gosudarsrvo se fijó por primera vez en 1604. pero gospodarst\'O no desapareció. al contrario. se urilil.3 en el Gran Código de 1649_ En lo que respecta a gospodor'_ al rmal del siglo XVI. es un arcaísmo presente en la lengua de los escnbas. mienltaS que en la lengua oral gosudor' )'a em un ténnino corriente. Pero el primero. gospadar' continuará existiendo en el folklore.'

l. Los historiadores del derecho de la tierra ya observaron que a fuerz.a de querer operar en este campo con el concepto de propiedad proveniente del derecho romano. nos condenamos a la ininteligi­bilidad del sistema ruso amenor al siglo XVL' Aquello que nos interesa senalar aqueo es que cada

príncipe consideraba su principado como pertenencia, como su dominum_ Con ellriunfo de Moscú. la centraJizadón de las tierras rusas y la liquidación de los udely, eSla tendencia se consolida. el gran póncipe y el Zar, desde Iván el Terrible. se convierten en donu'ni de las tierras y de los habilaRles_ Es la práctica del poder la que rige las relaciones que nosotros acostumbramos a Uamar jurídicas, compren­diendo entre eslaS las de propiedad. de los hombres y de las cosas.

Se sabe que. desde el siglo XVU, los súbditos del Zar eslán obligados por la ley a denunciar 3 todo aquello que y lOdos aquellos que alenten conU3 "la salud y el honor" del gosudar'. Este fenómeno. conocido en ruso con la fórmulas/ovo y dtko gosudorevy (la palabnl y el asunloconcemiente algosudar) regía a lodo lo largo de los siglos xvn y xvm a una gran parte de las relaciones entre los SúbdilOS y el poder. Los archivos. muy incompletos. han conservado varios miles de casos. La historiogmffa mostró

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que lo~ súbd ito) del gosudar' se dirigen a él para comunicarle lo que ellos piensan que es el no respeto desu volun13d por los podere.<¡: locales que va desde el despilfarro de los dIneros públicos a la recauda­ción de impuestos, pasando por las corveas y otros componentes de la vida cotidiana campesina,l~ Dicho de otro modo, y puesto que hoy nosotros distinguimos las dos categorías ~monatCa" (gosudarl y "eslado- (gosudarst\·o), denuncian igualmente y sobre lodo aquello que atenta contra los intereses del gosudorSll'o, Casi se ha arribado a un consenso entre los historiadores para Minnar 13 ausencia de diferenciación entre los dominios del gosudar' y aquellos del gosudoJ'St\'ol1 ,y concluir en la ausencia de una leoría sobre cl estado antcrior a la segunda mit3d del siglo XVIII?, Pero la historiograffa no se preguntó !iobre la realidad de un Estado si n embargo ausente en las representaciones colcclivas y en el discurso. De lo que se deduce la impresión de que la existencia de un poder y su adminislrtlci6n bastan para probar la presencia del estado.

3. Las opmiones difieren tOlalmenle para el pcrfodo siguiente. Sabemos que en el discurso de Pedro cJ Grande y de sus ideólogos los temas del bien público y del servicio a la patria ocupan un lugar importante. La hisloriografIa nos enseM que con el reino de Pedro 1.1 nobleu pasa del servicio del gosudar' aJ servicio de la "patria" (olel:hest\'o). Para ella, cllénnino "pama" es eqUivalente a "csl:1do·. Generalmente se interpretó el nuevo discurso como una ruptura que pcnnitió la separJcjÓfl entre los dominios público y privado, enl.re el gosu.dar'), el gosudarst\'O. y que permitió separar un espacio para el estado moderno. Los lingilistas y los semióticos rusos que uabajan sobre la historia de la cultura, preocupados por el mCC;lnismo de las "rupturas" y por los medios pueSlos en marcha en los cambios emprendidos por el poder contradijeron la interpretación tradicional u, Mostraron que Pedro imponía a sus súbditos una adhesión de tipo religiosa -en consecuencia se trataria del rechazo a1 orden mismo­que contribuía a rerorzar la cOfK:epción trascendental del poder. El cuila de Pedro supera largameme todo lo que Rusia había conocido hasta ahí: Pedro es celebrado como el Cristo en las ceremonias oficiales (y considerado como el Anticristo en el pueblo).

Todo el dispositivo de la Corte -las instituciones fundadas por Pedro. las reformas llevadas a cabo comprendiendo el cambio de tftulo (él es el primer emperador ruso), el renaclmienlo de 13 concepción sobre la Tercera Romal". el paralelo con Constantino elaborado a este propósilo como otros comporta­mienlOS del poder- liende a hacer aparecer a Pedro como un demiurgo, y no como el g3I&lle de la annonía social o del bien pÚblico. Lo que nosotros conocemos de los movimienLos populares de la época confirma aproximadameme esta imagen: e l pueblo aLribuye un signo negativo a las novedades anunciadas por Pedro. Dicho de otra manera. las ideas occidentales inuooucidas por el poder y por los viejos métodos se reencuentran~ captados por el arcaísmo. al servicio del mesianismo tradicional del monarca ruso. A pesar suyo. la iglesia está encargada de integrar la nueva temática del racionalismo europeo en la cultura religiosa tradicional yen la concepción del poder ilimitado del monarc3_ De esto resulta el desarrollo de los sennones panegíricos. que servirán de modelo a las odas panegíricas del siglo XVIII, centrndas sobre el tema del gorudarrrvo. Lo que se llamó las "mitologías del Estado y del culto imperial" sirve de rundamento un poco más tarde a la política de Catalina 11, en particular por el interés que ella tiene por las Luces.

Para los semióticos de la cullw-a rusa. la introducción de las ideas de las Luces francesas sirve a la

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(uoclón atnbulda al monarca ruso: cu:mlo más nuevo es el orden nuevo que supucslarnCnle tendría que emerger en San Peu:rsburgo y trJllsfonnar cl mundo. lanlo más se dcsplic,!.U el rol de demiurgo y de Salvador ambuldo al zar-cmperador. Por otro parte. nada conrum~ en el funcionamiento real del mecanismo dd poder. el contenido de las ideas que ese mismo poder propaga. sus mcdK>S son despótICOS. Catalina traduce el Bchsario de Marmonlel condenado en la Solborla y encarga al conde Andrés SuvaJov. un amigo de Volta.are. agregarle una larga dedicatoria al Anobispo Gabnel. de lo que resulta que las IdeaS de. Marmonlel y las dcJ dignatario ortodoxo coincidían. lo que en ningún caso ct3 verdad. El libro se leía como una condena del poder ilimitado del monarca y la dedJcalona_ como la orden dada a Gabriel decompanlr y propagar estas Ideas: así es como el poder ponra en su lugar aquello quedenoml­namos las Luces rusas. En su famosa InS1IUCCión (Nakaz) de 1676. la emperalril. retomaba las IdeaS de MonSltqUleu y de los enciclopedistas. y alTibu{a también al Senado un derecho de repnmenda que le hubiera permItido declarar lal o cual ukaz [decreto del zar. N. del T.l del monarca conuario al Gran Có<hgo de 1649 al ser conSiderada como una suene de ley {undamental. Ahora bien. en el Imperio ruso. no había f\3d3 que se comparara a tal ley ni el Senado fue jamás un órgano de reprimenda .... Pero según la Il1!arucci6n. la aUlocr.lcia parece aUlolimitarse en el más puro esprnlll de las Luces .... Cierta· mente el lema del estado cstaba en el cenleo de las luces rusas. pero éstas. para rCIOIlIar la rónnula de Víctor Zhivov. eran "un espejismo peterburgués" que fracasó ames del final del reino dc Catalina. La

culturJ de las Luces en Rusia. la cultura europeizada en Rusia. es una CullurJ del poder. Con 13 eaIda del milO del estado. la cultura rusa se emancipa del poder. y elabora sus propiOS lemas: Radichev denuncia la servidumbre y la "inlelligenlSia" rusa que nació con ti. Unos anos más larde. PushJcin escribirá "El úmco europeo en Rusia es el gobiemo" u .

l..3 estrechez de la base social del discurso del poder se dcvela a lr.J;v« de la gi!anlesca revuelta de Pugachev. Luego de e~ conmoción. las palabras sobre la annonía social. la feheld..1d genera l y el bien público que :sustentaban al mUo del estado suenan vacías aún a SUS propios emisores, los prougonistas del poder.

En tslC contexto. Pablo redacta la ordenanza reemplazando la palabra "p:nria" por Gosudarstvo. Pero se ve en este momenlo cuán poco pertinente seda una lectura que supusiera transparente este texlO. pues. SI elltOlllno ·p:una" en el discurso oficial y oficioso de! siglo XVIII remilía ti eSl3do, ¿qué significado debemos reconocer. al final de ese siglo y a principios del siguiente. al concepto de Gorudarsf\'O. cuando está de este modo ex.pHcitamente opuesto a ?atna 1. El poeta acababa de escriblf enlonces precisamente: "AlU en donde la arbitrariedad de uno solo constiluye la ley superior ... existe el GosudarSt\"O pero en ningún caso la patria, existen súbditos. pero en ningún caso CIUdadanoS.~ ·· La

opoSición súbdilo/ciudadano es un tema evocado igualmente por el príncipe P. V. Viazemsk.ii. presiden­te del Comilé de censura de la literatura extranjera. en un poema intilulado Indignación: "Veo del zar los súbditos.! pero en doode están de la p3tria los ciudadanos."·?

Por último. los tl!nninos en los que Nicolás 11 llena de puno y letrd el rormulario del censo general de 1897 son reveladores de la concepción que el 2M tiene de su poder a pocos anos de la revoluctón bok:hevique. En la columna deslinada a indicar las relaciones entre el encuestado y el jCfe de la casa (joz-jaistvo) y con el jefe de la familia. escribe «Padrelt y tt$dI()o. (joziajn) respectivamente. pero escribe «esposa_ en el lugar resenoado a la emperatriz.. En la columna número 6. _orden. estado. cah·

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dad» responde: .. cmpcr:ldor de lodos los rusos». La column:t número 11, .. ocupac ión. profesión, OfiCIO, función, servicio» se divide en dos sub-columnas: .. a) pnncipal» y «b) denvada o auxiliar». NIcolás If comple!;) la pnmera sut>-colurnna con la fórmula _Senor de la tierra rusa» (jozmrn zcmli Russkoi) -.. Seoord» en el casillero de su esposa y escnbe en la segunda «ternlleniente»"

Lo' eltpresión «¡iem rusa_ es muy 30118113. Podía sigmficar el país, RusL1, pero también. natural· mente. 1:1 lIerra. establcclendo :\Sí un vínculo que debe :mahzarsc temenda en cuenta el culto a la .. Ticrra-Madre-húmedalt l

'.

La polisem ia de las palabras formadas a parur de la raíz .. j07» exige algunas precisiones. M. Vacner iOdiea la etlmologfade )oziain: el ruso am lguQ jodzha, amo/serlor (gospodln). Los Lraductores rusos de BcnVC01ste han tr.1docido el ~nscnt() p.1¡jh .• majue. y .. tpou". por JoriaiO y supong, las fórmulas dam pállh. (seilor de C:1Sl1) y vish páuh (s~lor del clan) fueron traducidos en ruso por jOlJatn doma y .!l.l3va roda rcspectivamcnte.:t

En la 6poca moderna y contemporánC3. J071ain remite a propietarlo. al admlOisuador o el jefe. a veces con una connotación de aUlOrl\ar1srno. La Icnga testimonia explkiwmemc el cncabestramlcnto de lo domésllco 'j de lo religioso con lo polftico: asl, a fines del Siglo XIX, encontJ-aIllOS una creencia muy extendida según la CU.11 la pesadilla es causada por el genio (duende) de la casa (domovoi: dom = casaF1 JJam~\do en clenas regiones 4<tl mismo». 4<cl. o ICscnor. (jol.Jwn) ya que por 511 aspecto. el domovol ·escribe un C'tnógrafo del siglo X IX · " .. ,es un doble Clt3CtO" del sci\Or de la casa: eSle puede ser llamado como el zar ICpadrccilo mi amo (señor)>>. (gosudar' mOl bathushka)V,

El término jozJaistvo se refiere a veces a la estructura económica del p:'lfs. lo que e!) significativo. ya que comunmentc l'onserva Su dimensión doméstica original -economía. admilllstración de la casa y de su dommio si lo tiene- como la ICgente de la casa .. (oikos) gricgalJ. La distmciOn operada por Nicolás 11 respornhendo a las cuest iones sobre su oficio principal y su oficio auxiliar m:u-ca una dimensión jurídi­ca de propiedad en el segundo caso (4<leiT3tcniente») y la representaCión -no pareslo menos nonnativ,a. que é.1 se hace de su poder en la primera sub·columna (jol.uun). Por otra panc:. La presencia del mISmo significante ·jozmin- en esta suocolumna yen el casillero que concierne a su rol en IH fanuha.licne una expl icación etimológica, pero se justifica tambi6n semánticamente. en la medida que esta coincidencia corresponde a una realidad histórica m3tCada por la rcactualiz.ación de la dimensión doméstica en la escala de la administración del país,

4, Se ve bien aquello que vino a sacudir la posición historiográflC3 u-adicional: la consideración por los semióticos de la lectura colectiva del discurso oficial. Sm embargo tenemos 13 posibilidad de sorne· ter a "verificación" las dos interpretaciones dirigiéndonos al siglo XIX. Para esto hay que cambiar de óptica. dejar las esferds del poder y de las éliles e interrogar las fuentes emanadas de aquellos que constituyen en la primera mitad del siglo eOlre el 83% y el 90% de la población. ¿Podemos medir la exislencia del estado a trnvés del discurso campesino?,

El historiador G. A. Kavtaradl.e (figura muy aislada en la historiografía sovi6tica. su tesis ni siquie­ra ha sido editada) estudió las representaciones que el campesinado se hace de su comunidad rural y del poder zansta)ol durante la primera mirad del siglo. Analil.3 en particular el pensamiento de los campe· sinos concerniente a sus obligaciones hacia los señores y en vísperas de la Emancipaclón de la servi· dumbre (1861), Las Cuentes atestiguan que en muchas provincias del imperio -coincidencia que prueba

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la represc:nt;U\vidad de esle pensamiento- los campesinos liencn la esperanu qlJe la tlcrrn les Sf.r.i de\uelta y que los scl\orcs \lolvcr.1n al servteiodel zar. Afirman que ~EJ verdadero deslmo de los nobles no es ser lerr.uemenles silla rUllCionarios; el 7.ar les retirará la lieITa y les d:ui a cambIo dmero y.una nueva función de ~rviclo~ Lo que h3t"t aquí irrupción es el recuerdo de los oricenes de la nobleza y de sus posesIOnes- la tlCffi1 a cambio del servicio del zar. Dado que la nobleza h3 sido liberada <:tI SCI"VICIO

(en 1762 y en 1185). o llman 105 campesUlOS. que debería perder en consecuenOala t.r.rr.I que habla recibido a camblOn En 1861 el momenlo llegó finalmenlc.. el la deber~ asegurar la slluación de la nob1e7.a poniéndola ;t su servu::io y remunerándole por ello. Para los campes:mos, los nobles slIVleron a1 zar hasta 1761 yen el presente. en 1861. debían volver a esa misma condición. que es la ~uya por definicIÓn. \'olvcr ·Kavlaradl.c resume los numerosos ejemplos de conversaCiones CDmpe!\¡nas· "a la ruenle del poder" de donde ellos oblienen su ruerza. 16 En estas esperanzas campcSll13S relevadas par el hIstoriador se percibe 100:1 la rmgilidad. hasta la vanidad del diSCUrso sohre el servicio a la patria soslenldo por el poder a 10 largo del siglo XVIJI. desde Pedro a Cat.ahna. No es que los campesino~ rechacen el Estado-P:uria. SIOO quc ignoran un concepto imponado (llIC para cllos no slgnirica nada . En realidad la separación elllre el pueblo y el Gosudorsn·o no ha sido ignornda por el sitIO XIX. SinO muy por el contrario. Conscien les de estc estado de CO!\:lS. ¡¡Igunos. romo Sperenskij y Kbclc\' cswndo en el poder trataron dc.reronuarlo-rracasaron incomprendidos por las eliles 't por el campesinado: los otros elabornrán un Ideal soc ial corre~pondienlc a los Avalores nacionales": asr Konslaotlll Aksakov. figura crOlIaI del ¡>ensarmento esla"Ófilo. definía en 1855 el GorudofSt\'ocomo e l"gob lcmo~ , en pn­mer lugar "el monarca con poder Ilimitado y ruera dejo social". única condiCión por la que el pueblo pueda "liberarse de Iod.'\ p3r1lelp3CiÓR en el Bobiemo. y pennaneccr ruera de loda signilicación potril· ca": entre el gobierno y el pucblo. agregaba. "cllazo deber ser moral y de nlOgun modo polrtico"17. En la misma época, un campe.~IflO, Pedro Manianov se expresa sobre -El pueblo y el GosudorSlui'!I

Definió el gosudarso'o no c()mo ·una unidad geográfica o naclonar. sino como "un gobierno ·UTeSpon· sable' (ntorvttsl\tnIlOt) con lodos los Óldenes Que dominan (gOspodst\'uiut:hüa) y explotan bajo SU

protección-o La acCión IOherenle aJ gosudarsn-o ("gosudarsn'o\'Onlt". "gosudorSl\'Utl'1 se reduce ex­clusiyamente 3 la donun~i6n pucs!o que el gobierno no es elegido por el pueblo. Con respecto al GoslIdarsrvo el pueblo conslttuye un cuerpo lotalmeme independiente.l9

G. A. Kavwadze se enfrenló a este mismo interrogante estudiando el comportamiento del campe· sinado ruso dutnOle la IOVa5I00 napoleónica y durante la guerra de Crimea a medIados del Siglo. Sepa­rándose de las posiciones uadicionaJes. observó que. durante la primera pane de la guerra. los campe­sino.<¡ toman las :uma5 \'oluntariamente solamente cuando los franceses amenaz.an su aJdea.

Luego de varios meses de guerra los IO Vasares comenzaron a ser percibidos como un enemigo común; a esto sigue una loma de concienCia de pertenencia a arra comunidad. más grande que la aldea. Esto revela que los lazos que unían el campesino a su comunidad y lo. encerraban en cIJa son mucho más sólidos que los que podían wlirlo a. instancias extr3-comunitarias. Los car,¡pesinos no pudieron sentirse vitalmente incorporados a un organismo social Que no fuera el desu comunidad. Ucgado a esca conclusión. Kavtlr3dzc se JOlerroga ... ¿C6mo. a la luz de esto que acabamos de moslrilr. kls campeslllOS se representaban. en el marco de un pensamienlo político lo quees significado par el concepto "Estado" (gosudarstvo)~. Esu claro que debCan sobre lodo representarse la 'Russsie' como un lodo que podría ser

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t:wh.luicl l:osa mcnos poIÍlico." De hechO. SI dIos no "cí:U1 en las tropas napoleónlc!ls al cnemlgo, es porque no sent ían a Rusia como un conjunto 1>oIftico amellazado por los francescs JO •

Dumnle los años de la guerra de Crimea y durante las negoc i<tciones de paJ. el mismo rumor que había circul3do eil 1812 )' más larde, dur3n1e los morncnlOS de crisis como en 1848. se difunde entre los c.1 mpesmos: los rrancescs hacen la guerra para eXlenninar a los tcml1enientes y liberar a los campesinos de (a servidumbre. Ahora los campesinos van como vol ulllarios :.11 Ejército. es porque ellos esperan a cambio de su serviCIO preslado 3.1 zar la cmanclp:\Ción indIvidua! de la servIdumbre. Los campesinos consider3Jl la guerra como un conflicto entre monarcas. y no enlfe pueblos. No porque los campesinos fuer.ln IIldlrerenles sino porque llenen sus preocup.'lCioncs. sus intereses mienuas que el Z:lf tiene los :::uyos. ergo le corresponde a él ocuparse de esta guerra. ftP'uestoqueel 7M tiene sus propios inlerescs. él tiene tambifn algún dominio. A este dominio privado que penenece personalmente al zar, se reduce. nos parece, el estado; en cuaRlO a 135 relaciones poIIticn.'i son rcmpla:l.:ldas por las relaciones priv:UbS."l!

Hacia la milad del siglo X IX el campesino ruso reconocía dos rocas de Je!!Uimac IÓll. Por una pane el zar. Irrumpe en una situaCión de conOiclO y es entonces una figura ConSL11lle en el discurso campesi· no. Pero los campesinos le atribuyen sus propias concepciones del derecho y la justicia. La personifica­ci6n sobre la ticrra de la "olumad del más allá, llevada a inlervcnir direclamcnte en los asunlOS concernientes a los campesinos era en sí una construcc ión del pensamicOIo campesino: el zar defendía sus derechos conlT3 los scflores. A los oJOs de los c'lrnpesmos -agrega Kavtaradze-. el zar posee una dimensión ¡de;)1 cuando les es necesario y aira privad:l. cuando las circunSlaIlcias no los obligan a recurrir a él.

El historiador del almpcsmado ve aquí la superposición del antiguo recuerdo. en lo que respecla a aquello que n<>SOlros designamos como los asunl0S estatales eran vividos como los asuntos pcrson31es del monarca, y un momCIllO m:ts larde. cuando el zar adquiere los rasgos de un ser de excepción. irreductible a un simple ser hum:mo.

El atTo foco de legitimidad es la comunidad ruraJ. el mir (comunidad. mundo, paz). Los jefes deJ los mires no dudan en aflImar a sus seftores que ellos son sus iguales (nyo soy un general tanto como tú porque es el mir quien me ha nombrado") o aún pueden hacerlos azotar porque ellos son elegidos por el mlt.

Que un gobernador llegado a! lugar par.! conseguir la leva de campesinos que resistían a la corvea sea asimilado a un servidor del senor. es un fenómeno corriente. Estos comportamientos son revelado­res: las funciones de juslicia O las normas que rigen las relaciones enlfe los individuos están pensadas en un dominio totalmenlC reslringido y local , no político en el sentido moderno del término. Esto que se define hoy corno polItico era vivido como las relaciones privadas. Estos dos focos coexislen , casi paralelamente. La mayor parte del tiempo no están en contacto y cuando se: cruzan. el discurso del zar es transformado y reducido por los campesinos al discurso de la comunidad rural.

Que el 80% al 90% de la población viva en un mundo tan alejado de la corte y de su aparato administrativo. que los campesinos no perciban la existencia de una instancia nombrada estado como la enlendemos hoy, que los aldeanos no asocien el funcionario al cual ellos están confrontados con la ftpalria".debería llevamos3 imerrogamos sobre el terna de nucsU"J.S investigaciones. sobre los concep­tos y las fuentes con las cuaJes operamos.

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Querer volver nHeliglble la especilicidad de la hi!l.10r1a rusa o los orígenes del fenómeno sovlélico:l lf3vés de "las relaciones entre el estado y la sociedad" me parece hoy una vra. pero que dtJ3 de lado 13 cxperieotla e~istcncial de la mmensa mayoría dcl pueblo ruso. Afimur que lo político no se ha constI­tUido en Rusia es penmentc. aJ menos más quc Insuficientc. Queda por rc:conoccr y reconsumr las modalidades por las cuales se desplegó la hIStoria de los rusos . •

Notas

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Russkolo Slorma (La TradiC/6n Rusa). 1871. n° 4. p.531-532 . Enl1e la htcr3lurn muy abundante sobre el ESlado. ver la síntesis de Joscph Slrayer. "Los Origcncs medievales del,e'itado moderno". ParK 1979, que yo segur aquf p.1T3 reo;umir algunos mlen()'¡ 'iOhrc: la apariciOn del Estado moderno. Ibld , p.6. Ln comente representada por 5u-ayer ha sido recientemente viguros,:untnte eonlCSl.:lda. en (orma pert ¡nclllc. me parece M>hrc todo a causa dcllcologismo Implícito en dich:l historiografía. Vc.r por eJcmplo los nnículos de Jean Frederie $chaub "Estado y Ahsoluljsmo cn Frnncli.l en los siglos XVI- XVII". CUOdNllo.f de l/iSloria Modl!rllO, Madrid , 1993, nO 14 , pp. 225-2,44 y "Le Tcrnps et J'Etal: vers un IlQUvcau rcgime hisloriographique de rAncien regime franc3is" . Quadrrm FWtClltilll. 1996, nO 25. pp. 12&-IRI. Pero la afinnaci6n de Strayer. según la cual no hay Estado si ésle no eXlSle en 135 reprcJ;C:nlOClQOeS es indiscutible. Mlchcl Senellart ha IOvcsligado las diferentes significaCIOnes dclttrmino S1.110 en la Itaha de los siglos XII XVI y m~lrn que su lr.JducciÓll por MEt:u- no es correcta. Ver su hhro us urs d~ gou\'trrttr: Du "Rtgtnltn" mld,i\'ol ou cOnCtpl dt gOll\·untmttll. París, I99S. FEBVRE. LuclCn -Del Estado hlSlÓl'lCO al EsI3do vineme", en blc)'clopidtt Fron,·olst. bajo la dirección de L. Febvre. l. X. París. 1935. Se ha lanzado una hipóteSIS. según la cual, el calco IIngUIstico (es dcclf la trodUCCiÓfl htero1) segutrfax4 el tílulo del prfncipe Galícia· Volinia que un doc\¡mento de 1320 en latín <k:SJgnaba como "dornlllus Russaie", En los territorios rusos occidentales, ellitulo ~~- domlllUS estaba rt.:SCrV3do al gran prlllClpe. a veces a un príncipe d'apanage [son los príncipes d: los Udc:ly, rnnci­pados lerTllona1es resull3l1tes de la distribución de las tien2s del monaJOl enl1e sus hiJOS). En los territorios grand-russlcns y destinados a ser moscovitas, eltrlUlo rue II1troducido 3 travts de los lítulos de los príncipeS liluanos, La primera aplicación conocida del utulo gospodar' para los gr.m­des prfncipes moscovitas data del testamento del a.rchimandrita Kirill Bel07.ersltlj en 1427. KOBRlN. V. B. V/asl'; sobSI\ltnnosl' \1 sudnt\.'tkol'oi Ross;; lpodu)' propltdad tn la Rusio mt­ditvalJ. Mosct119SS. p. SI. Agreguemos. rinalmenle que en eltílulo completo de los monarcas moscovllas. desde la mItad del siglo XV aparecen los lénninos olcich( y d'tdich' sel\alando el cameler hert<htario de su poder. Estos Itnn¡nos son trnducidos por htris en las versiones latinas de los tItulos del rey polaco en los cuales ya figurJban. Estas palabras rueron poco utilizadas por los monarcas moscovitas que las exigían en panicular en los documentos mtemacionales eon los reinos occidentales. Pero con ti

• SS •

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tiempo, c~tos términos v:ln a designar al propietario de tierras J)or herencilL Pam todas las observa­ciones coneemlentes a la tcnninología dellílulo segur la obm de ANDRAS, Zolt.3n Fej~:~lek 04:

oros1. s:okines fortt!ntubot{Aeuca de lo historia dtt fb"ico rlUol. Budapesl 1987, pp. 14-50. Ver igualmente los tr:lbajos deJOROCHKEV1CH, A, L. Russkoe gosudarsfl'o l' sisunlt mt:hduflorodlyj OlnOJh~n,; konsa XV • 1I0ehala XV/I'eka (El Estado RlUo en " sisltma dt las Relaciones Intemo­cionoles.fin del slglo),'V· prrnclpiosdel XVII Moscú, 1980: PASUTO, V,T. _Pravo 'vyvoda' t vlast' 'gosudaria'» en Rost/o IIll PUfio] Tsttllrali:afsii {-El derecho de 'salida' y el poder del 'soberano'., en RUSia por la 1'(0 de lo f'tnlrolt:acidn] y PASHU1O, v. T .. FLORIA. B. N. Y JOROCHKEVIH, A, L. Drtl'luJlssk.oe /los/td,t ; isloricheskie Sl'd'I"Y l'OsUKhnogo slawansllYlILa htrenc/o rusa antigua y ,1 destino Iusldrico dI lo.~ esclo\'Os oril'nlafts/.

4 EL IASHEVICH. V, B. /ltst{)l'io PrOI'O Po:tmernoi SoUl\'tnnostl \ ' Rossii {Lo h/Slona del derecho

dt lo propiedad dI la I/ura en RUJio/.1.1. París, 1948. p. 378-388 l' POKOROVSKII. N_ N .• PnIVOvQC Regulirovanie ~t'1als~ogo ovsheslvennogosomanim russklm

ab$ohubstkim Gosudarstvomlf, (.0:1...a regulación juridlca de la conciencia social del Campesinado por el Estado AbsolulIS13 Ruso,.) en SlOsial'no-poliflcheskot I pro\'ol'O~ polo:htnie krt'st"ansfI'Q l' dorel'Ol/utsionnoi Ro,m ILo .fillloC/6n juddico)' sociopolftica del CatrlpeslnadQ en RuslD durontt' el Antiguo 1Usm,ell/ . Voronezh. 1983. p. 88 : N, B. Gohkova. Politichesk'i ProtstsS)' Pr¡ Pelre ¡

ILos proClSOS polfflCOS bajo l'I milo dI' Pedro 1/. Moscú. 1957, p. 22,23-24, ti ZAROZERSKU. A. y, Tarskla VOlchi XVII VKA, lE./ po/rltrl(lIIiQ de¡ 7,Ar el. 1'1 siglo XVII/. Moscú

1937. p. 43. 11 L, A. CHERNAIA. _al .del 'slu1.heniia gosudariu' k idee 'slulhenila olechestvu'v russlkoi

obshestvenooi lysly "'Ioroi poloviny XVII·nac;h31a XVUI v.»(tlDe la idea del servicio al 'soberano' 3

la idea del'scrvK:1O a la patria' en el pensamiento social ruso de la segunda mitad del sgilo XVII y principiOS del XVII",. en Obshestl'ennaia "'ysl',' ¡ss/tdol'anlio I pu\·/ikuil /El PellJom;tnlO Social: inl'esligari6n 'J publicacicJn de fuentts} fasc. l. Moscú. 1989, pp. 28-43. R Pipes. Rusio under ¡he

Old Reg;mt. Londres. 1974. cap. 3. l' Ver ti libro de Y. Lolman y B, Ouspenski. Slmio,;que de lo (ultUTe rusSt. 1990, En las líneas que

siguen expongo las tesis de Viclor Zhivov. desarTolladas en un artículo con un útulo elOClrCnle: tlGosudarstvcnnyi mir v epoju prosveshelüa ¡ego razrushenie v rosSI k.oncsa xVln - vetalf (_El miLO estatal en la tpoca de las Luces y su fracaso en Rusia al final del sig lo XVlIh] en Vtk Pron'tsheniia ' RossJio; Fralllsjja {El Siglo dI! los Luus: Rusia y Franciol rase. xx, Moscú, 1989.

,. Teorla mesiffilica surgida en Moscú desput5 de la cafda de Constantinopla. afmnaba que dos Romas habfan caldo (Roma y Constantinopla), que la tcn:era y última era Moscú (capital de la cristiandad onodox.a).

JI PUSHKlN, Polfloe Sobronit Sochinenii IObras Completas/. Moscú, 1949, t. 16, p, 261. 16 Citado en A. A, AJekseev. tt;lstoriia Slov3 graz.hdanin v XVIU v. {«Historia dellt!nnino ciudad:mo

en el siglo XVllbJ en /:vest;;Q Alcodtmii NauJc SSSR, Sui.a Uteratury i lozylw IBo/et(n de la Academia de Cll!ncias dt la URSS. Serit lengua J lt.traluraJ, vol. XXXI, 1972, rase. l. p, 69. n. 16,

n úttralurt!laia Mysli: Almona] IPensam;l!nto Uterano ,' Almanaqu~J, Perrogrado. 1923.2&. panc. p.231.

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1I Archivos de Estado de la Federación de Rusia. Fondos 601. Inventario l. cuaderno 2. p. 2, It Hemos esboz.ado algunos elemenlos de este vínculo en KONDRATIEVA, Tamar e INGERFLOM.

ClaudlO Sergio «'Sans zar la Tcrre esl veuve.' Sincretisme dans le Vrtnltnnl,l:: de Ivan limofcevlt. [«'Sin zar la TIerra es viuda', Sincrclismo en el Vumtnlllk de han limofccv.]. en Cohltrs du mondt Ru.sst tt Sonttiqut Len adelanle CMRS1. XXXIV. (1-2), enem/jwuo de 1993. pp,257-266.

JO BENVENISn:.. ~iJe ú mcobulalrt dts JnsJillllions indo-turoptl.nts. Tomo l. París 1969. p, 88. La tradlJCCtOO Rusa: SIOI'or' lI,doturoptlS):.ij socialny) ttrnuno\", Moscú 1995. p. 75.

~, Rachemar (pesachUa); mate 'fantaSma' en neerlandés. qUi -prtsst_ cauqutr; mara, o espfnlu noc­lurno. en ingl~ mghtrnare. es probablemente el nombre anllguo del domo\'Oi.

n Sobre los nombres del domOVOI ver BALOV. A. «'Son i svedeniia v ruradnyj verovanuaj. 1z materiaJov Poshejonskogo vCLda. larosla\'skOl gubemü. I «Los Suei\os y las visiones en l.:ls creenci.as populares, Materiales del districto de PoshekhonslOi. gobierno de laro.<;lavItJ. en 7.Ju\'Ota SUlr/IIO ILu f"ud/cidll dl,;tnttJ. XIV. 1891. p. 20K. A propósito del padre de familia ver la expresión .. b4ltiushka. rodimlgl gosudar'. en las c3ncioncs nupcia.lcs, VORONOV, G. Krtst'iansklt S\'ad'b)' \. Ustll':hskom \'t:de No\'garodskm 811btrnll /LoJ mO/l/monios campt!siflos tll ti d/striCIO dt USIIIl:hsk.iI, gobIerno dI! NOI'gorodJ, NovgOlod. 1897. p. 9,

H Ver EHRENBERG. V. L 'ÉWf gru. traducción del alem:1n por Picavcl. Rois, París 1976. p, 35, :u Ver sus art(culos .ZhaJo peJ krcstjan pcrvoi poJovijny XIX Vieka kak ISlochmk dJia lZucheni.l IS

sotslalnYJ trcbovanii. r .. Las qucJas de los campesinos en 13 primera Rlltad del siglo XIX como fuenle del esluruO de sus r~:¡vindlC3Ciones)Ol. en Vesflniak. LeOlngrado UOIverSIICLa (El MtflSUjt'rO.

Universidad de LcningradoJ 1968, n J 20: «K iSIOni kresl'ianskogo samoso7_naniia periada reformy 186 .. e.Acerca de la conciencia campesm3 en el periodo de la Reforma de IUI.J. ibid,. 1969, nOl4 : KTtst';omsJw Am,," ; Isorsküa \"last' \. so:nonii pomtsJuch'ij kresr';on (Kontts XVIII' 8 /86J) I Lo .,rorrumidad. rampuiJto., el podtr zarista tn fa roncitncia dt los comptsitlOs ptrrtnt­CttnltS a los ttrrQltmtn/ts pril·adosJ. Lcmngrado. 1972. Esle lillJmo es el resumen en 17 p1gmllS de su tesis. que Ueva el mismo úlulo. no publicada pero sin duda uno de los mejoru eSludios sable e1campesinado ruso. AquC expongo algunas de las ideas·fueru de: esta tcsis. de la cual pude consuJ­Uf el ejemplar conservado en el Departamento de Tesis de la Biblioteca de eslado de Rusia.

:s Ya en 1762 el poder debió recordar a los campesinos que permanecían al servicio de los sel'lores a pesar de la liberación de la nobla.a {eC, V. y Semevskii. Krut'wlt l' tSarSf\!Ovanie ¡mptrOlrirsy E Kattriny 11 (Los camptsinos durante tI Reino de Catalina l/l. 1. 1. San Pclcrsburgo. 1881. p.351).

H. KAVTARAOZE. G. A .. «K islam krest'ianskogo sarnosoznaniia periada refomly 1861 •• arto cil.. p, 63.

11 Ant%gUa ntiravoifilosofli IAnlologfJJ de la Filoso/fa Uni\'trsaIJ, (. 4. Moscú. 1972, p, 108-109, ::ti TÍlulo de un artCculo de Man'Janov, Hijo de un siervo adminisuador de los dominios del conde A.

Gu(ev, el joven Pe., pudo frecuentar la escuela: habiendo recibido las autorizaciones nocesarias para desplazarse y dcdK:arse al comercio. reunió una fonuna ¡radas a su extrnordinario sentido para los negocios, aquello que le pennilió comprar su propia libertad ·31 preciO de su fonuna- en 1860. Confiando en el zar. envía a Alejandro 11 una carta donde expollC sus opiniones sobre la represióo

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sangnenta a los campesinos descontentos de una emancipación de la servidumbre SUl lierra ni libertad inmed13la y sobre el futuro de los Eslavos. En respuesta. el zar " liberador» lo hizo juzgar por el SCll3do, Mart'lanov de entonces 28 anos fue condcnado a cinco años de trabajos forzosos en la Sibcria a los cualcs no sobrevivió. Ver M. Lcmke. Ocherki oSI'obo didel'logo dl'i:!heliio

«She5tldl'SiUf)~ GOIOI'». ¡Ensayos sobr~ el nlOI'ümellto d~ liberaciÓn de los '60/, San PClcsburgo

1908. pp. 335·356. :!t MARTlANOV. Pedro Narod i GosudarSI'O, [El Pueblo)' ti Estada/, Londres. 1863. pp. 3-5 el

• pUS/l1!

KAVTARAOZE.G. A. Kre~;t'iamskjj "mir~ i Isarskiia \'!as(v so;;nanU pomeshich'ij kres(ian (Konets

XVII 1',8 186J) [La "comunidad. campesina)' el poder zarista en la candencia dt los campesinos per/t'IJecienres a los terratenientes pril'odasJ, Leningrado. 1972. p. 151.

J1 lbid., p. 154.

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Poder, legitimación y racionalización en la monarquía temprano moderna española a través de algunos

pensadores políticos.

nlroducción.

DRA . MARíA 1. CARZOLlO

(UNR·UNLP-UBA)

Como en toda soc iedad de an tiguo régimen, en la Espaila de los siglos XVI y XVII. el poder del rey es el resultado de una relación social asimétrica. de una relación de dominación en la que 13

reciproc idad supuesta en el parfum subitctiOllis está estrechamenle vinculada al orden social en la realización de fines colectiVOS. L:I relación de dominsci6n y el p3cto que consuuye una lcon;, de la legiLimidad. dc.<oaITollan la Idea del pñncipe bueno. cuyo trasfondo es la de los procesos de consensol,

En la teoría puelista podemos dC1CClar UII primer nivel, el de la tradición, sobre la base de la costumbre. que no luvO exposiciones teóricas, y un segundo nivel, el del pacto feud.11. expreso en acuerdos con los estamentos dominantes. A partir del siglo XTII el pacto (eudal no pcrmile la reproducción de la domI­nación por la complejización del cu:tdro socia]!. Se trata entonces de construir un consenso que exceda a la nobleza, al pacto feudal. sin poner en cuestión la asimetría. Se plantea así el problema de cómo V3

a construir el príncipe el nuevo consenso y las condiciones del nuevo pacto. Existe en estos siglos una tensión constante en los teóricos políticos en cuanto 3 la creencia en la vahdez del orden eslahlccido -que detemlina las condiciones del aparato del Estado y cómo éste lo reneja - cuya supervivencia depen­de de un consenso generalizado} o de su cucstionamienlo por parte de los sujetos a él~.

A panir del 500 vuelve a reverdecer el debate sobre la idea de soberanía del pueblo. en el ambiente convulsionado de las gucrr'cls de religión y de resistencia al absolutismo. Se ha considerado por algunos tratadistas cOnlcmpornneos que esa resistencia cristalizó en tomo a tres grupos: los monarcómanos. los escritores prOlestantcs que se oponen al poder regio durante las guerr'dS de religión y los frondisla'i denunciadores dc Mamrinos, a los que OlfOS agregan los jesuitas. sostenedores del poder indirecto del Papa' y los iusnaturalis1.3S católicos', El debate se produce rrente a los epoUticos" de 13 «razón de Estado:.. que, separando ética y política sostienen aquélla como un superior criterio discrecional reser­\aclo al gobernanle. del que surgía un imperativo de acciÓfl que estaba por encima de la ley escrita y consuetudinaria'. Esta controversia va a conduciendo a ronnulaciones del poder de la corona euya fundamentación se vuelca hacia una creciente racionalidad de 10 teórico político. centrada en los temas del fin de la sociedad civil y del poder. y por consiguiente. de los límites de csle último y del consenso.

Se propone en este trabajo Wl breve examen acerca de cómo entendían elproblema de la legitimación por el consenso como indispensable. algunos pensadores ¡:>oUticos de la temprana modernidad espaflola

Mari.!. C.rzoIio. "Podcr.lqilimaci6n y raciondiución en la Olon.lfqtúalempnoo upañol.,. 111l~. de .¡,\m0l pem.dores poU11 . COi~ ,pt'OlI .. tuk. Año 1, número 1, 1m, pp. 59-72.

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posteriorcs:l N. Maquiavelo y J. Bodin. y cómo ese entend imicnto contribuyó a la raclOllalización del empleo de los intrumentos políticos par.! la obtención de aquél. Estos autores son Pedro de Ribadeneyra (El Prfl1cipe cristiane) (1595). Antonio Casl:lldO (I/¡SlOr;u dt'1 Reíno de NdpoltsJ (posterior a 1571). Diego de Saavcdm Faf.ll"do (Idea dt un Prfllelpe polltieo cristial!O representado el! c;rn empresasJ (1640) y Diego Tovar Valdemma (llIsllluriolles polfticosJ (1645). No han sido elegidos ni azar. Ribadeneyra y Castaldo' penenecen a la segunda ffiila<!. del siglo XVI, momento cuando por un lado. la fragmentación política y reljgiosa de Europa había dado ya el golpe de gracia a los suenas de los humanistas crisuanos que pretendían la aClUaJi:wción del proyecto imperial representado por la utopía del buen pastor y. por el 0lJ'(). la construcción del imperio americano eSlimulaba al neoescolaSllclsmo de Francisco de Vitoria a proporcionar un nuevo camino que pcrmitiesejuslificarlo juridica y moralmenlc. :1 la vez que superar la división europea. Sin embargo. el hecho de que los grupúsculos diSidentes fueran rápidamente extirpados 1) se hallasen pr~cticamente ausentes en suelo español, confirmaban en Rivadcneyra la presunción de que el despliegue represivo y la concepción política de 13 corona de la cual aquél derivaba. eran legítimos y correctos.

En la segunda mitad del siglo. los acontecimientos europeos y c:.-p:tnoles hacen que resulten vanos los esfuerzos intcgradores de la escucla de Salamanca. lo que se ve más claro después de la desaparición del P. Suárcz:! comienzos del siglo XVII. Las obras de Saavedra F:!jardo y Tovar ValdeTTama comc.den cronológicamente Con esa coyuntura Se Impone entonces al pensamielllo político espanolla evidencia de un:! rcaJid.1d nueva y la nccesidad de aceptarla y enfrentarla. El intento de afrontar los nuevos problemas de la cambiante realidad europea se maniriesta en una creciente r.1cionalidad n3luralist::l y laica que se filtra hasta la posiciones éticas más recalcitrantcs. Tanto Rivadcneyra. como Tovar Valderrama y Saavedra Fajardo expresa su rechazo moral a las manifestaciones anliTTcligiosas del pensador florentino )' sobre todo. a su concepto de la finalidnd de la políLica. como técnica o arte dcstinado a conservar y awnentar el poder político independientemente de toda otra consideración. pero no niegan la posibili­dad de una doctrina de b razón de Estado sino que construyen una alternativa c:uólica a la misma 10. Se niegan a legitimar los derechos del poder sin trascenderlo por un valor nonnativo superior que es la justicia . y como Bodfn escogen la afmnación del derecho como condición de la reali7.ación de los Cines polIticos. No despierta J. Sodin tanto rechazo como Maquiavelo en los dos últimos autores. pero. aunque con menos rispideccs que Rivadeneyra, tampoco aceptan su tolcrMICia religiosa. En ese sentido. la segunda mitad del siglo XVI y la primera del XVII marcan un momento de cambio que va del rechazo al intento de inserción de la idea de la ra::6n de Estado en el pensamiento político espailol, al replanteo de los nuevos limites de la legitimidad.

La cronologfa de las obras propuestas pennite poner de manifiesto distinw respuestas ame la Icctu~ ra de las obras de Maquiavelo, algunas de las cuales se conocían en Espal'\a desde mediados del siglo XVIII, viéndoscJe como un responsable de la disolución progresiva del orden uadicional más quecomo un testigo del mismo". También permiten percibir el inicial rechazo y simultáneamente. la innuencia y asimilación de algunas propuestas políticas y conceptos de J. Bodin, en el siglo XVIP'. como inspirador de la especulación tcórica en torno al Estado1 ••

Todos Jos autores seleccionados manifiestan formas de pensamienlO políLico heredero del pasado medieval agustinista y escol:1suco que consideraba orden social legítimo 3Qu~1 que se adecuaba a un

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orden trascendente ldlvmo. natural O hlslóncO). y del que Cueron cont inuadores en la Edad Modema. Est!ín no sólo lejos. sino en una trayectoria opuesta a la de Hobbes en cuamo a la scpamción de polftica y moral yal reemplazo de la conducción hacia una vida buena por la posibilitadón de una vida segura en un ordcn correctamente elaborado.

Pacto y legitimidad.

La armonu.1.ciÓn enue fe '1 razón en la doctrina tomista otorgó un pumo de panida finne par.! el pensamiento pulftico medieval. A partir de la escolástica. el carácter del Estado y de las relaciones sociales '1 políticas podían entenderse de modo n:lIura/¡sta y sistemático porque loda la naturaleza. como obra de Dios tenía un sentido coherente. El origen y la razón de ser del Estado estaban, en las necesida­des humana.<; y en la aspir~ción de la vido buena. El Estado. como toda la naturale7.a. formaba pane del plan divino. El bien común exigía que el sistema tuviese un poder dirigente. de la misma manera que el alma ri ge al cuerpo. Esa cm la tarea del rey. comparada con el gobierno divino del univeJSO. pero SÓlo justificada por su conlribución al bien común. la vida feliz y vinuosa que es el verdadero fin del hombre en la sociedad. Era deber del gobernan te el respeto de la ley humana, parte integrante de la lotalidad del gobierno divino por el cual se rige lodo. tamo en el ciclo como en la tierra. La ley humana, regida por la raz.ón. implica la .sociabilidad y se respalda en una autoridad general. opuestA :ti arbitrio. y no en una voluntad individual. Es prodUCIO de lodo el pueblo. que aclúa pamel bien de lodos sus miembros. ya sea mediante la legislación o medianle la cre.1clÓn de la eoslumbreu. La idea lomista de que la institución poHtica es derecho humano aun cuando el poder derive de Dios. y de que en ausencia de un legislador designado por la divinidad. la potestad legisl:uiva pencnece al pueblo o a quien la represente. sigue siendo el fundamelllo del iusnaturaJismo católico espallol de los siglos XVI y XVII.

Desde la Baja Edad Media en Castilla se va pasando de al concepción del rey juez. a la del rey legisladorl •. pero sin deponer la (unción jurisdiccional. ('on lo que en 13 leoría política espaflola de eslOS siglos. su libenad de acción eslaba constantemente limitada por su deber de tthacer juslicia ... respetan~ do los derechos de los cuerpos y de los particulares. Esto significa un límite de la soberanía por la justicia. que llevará a los tr.ltadistas hispanos al mantenimiento de una actitud de rechazo a la propues­ta de Bodin de que un monarca puede obligar a lodos sus súbditos y no puede obligarse a sí mismo l1•

Los complejos conn ictos del siglo XVI en Europa, comprenden no sólo el debale acerca de la renovada ampliación de 10.10 poderes del rey con la Icnclencia absolutista. sino que también lo complican con el religioso. En especial, entra en conflicto el tema de la juridicidad de la nueva monarquía frente a la rradición que daba por supuesto que las costumbres inmemoriales tenían su sanción en el derecho natural. Esta discusión pone en cuestión también el tema de la legilim idad del poder real. Hasta enton­ces no se ve (a contradicei6n en la simu1t.1nea anrmoci6n de que la autoridad de los reyes venía de Dios y de que procedía del pueblo!l. de la comunidad política En la Francia del siglo XVI , tanlo desde los poderes inlemledios como desde el estamento superior surgieron pronunciamientos en favor de la limi~ ladón del poder del monarca por privilegios antiguos o locales", pero no se trató naturalmente de un avance en trayccloria hacia fonnas democráticas univcrsalisl3S.

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Los monan:ómanos fr:lJ1eeses. los prOlcstallles. los rrondlslas. los jesuitas, limitaban el poder regio por la sujección al derecho. tanto el n;lIural como el posiüvo, Que procedían del pueblo '1 no del rey. teorra." P3Clistas de soberanía del pueblo quc conducen :1 la de la resistencia a la tir:mí:J . Tal derecho perlcnecfa únicamenlc aJ pueblo comO cuerpo. lo que supone su e1\presión corporativa, y por consi· guiente se mantenía dentro de la concepción jernquica de la soc iedad de Órdenes. Compar1ían los católicos eSla U'3dieión conSlltuciooahsta medieval. en especial los jesuitns Que el:Joor:1ton una tcorf3 moderada de la superioridad papal sobre el poder temporal del rey en cienas cuestiones. con la guía de la dOC\fina lomista. PerQ no lodos los Jcsuilas seguían unánimemente este camino.

El jesuita Pedro de Ribadeneyra fundament.1 el origen del poder real en la volullIad dI vi na cuando cxhona a: >< ... que los prfncFpcs cristianos enHendan Que toda la potestad que lienen es de Oi05»,- pero Ella 0I0rg6 con fines precisos· "se la dio para que 5US SÚbdilOS sean bienaventurados acá con rehcidad lempor:ll (que es :t lo que se endcreLiI el gobtCmu polílico) y allá con la clema, :1 la cual está nuestra temporal mira. y se endereza como a su blanco y (¡lllmo fin: ... :'O". El poder del prrncipe esen su obra un med io y no un fin en sr mismo como en M:Jquiavclo. ocque del Eslado hacc reli gión •. La potestad re:1l prCSCI1I3 una condición de legitimidad en relac ión:l la del Estado. conrenda l)(Ir los fines que se propo· neo jcrarquÍI.ados en dos niveles: los lemporales de I:J VIda buena. y I.:J felicidad eterna. Tampoco Tovar va a ser ajeno a este parecer, pues .. el superior y principal (in de los hombres que componen la Repúbll. ca, por el mi smo que se considera en el de su pnrncra y singular fonn~lc¡6n .... cs contemplar. amar. scrvir y gozar a su causa_ primera que es DIOS .... 11 .». La condena dc la ra..-.ón de Estado de los «políti· COS», lan clara en Rlvadeneyra. se limllaha a la de IIlspiración l.:uca. que en 1:1 práctica pocHa siglllficar una vulneración de la autendad y de la doctrina cnsliana y que en Otro pasajes de su ohí.) ponía de relieve en los recelos que le despertaba e l ejercicio de un poder con cmenos morales evenluales, interpretables como derivados de intereses p:micu lares de los gobernant es y no de las necesidades del gobierno.

La Idea del pacto pcananece lácit..1.menle en la reiteración de los fines que se atribuyen a la cesión de esa potestad que va de la bienaventuratll...a de los súbditos con «felicidad lemporJ.1». objeto del gobierno polfticou, al «benelir.io de-la causa públicau », y a la «conservación. aumento y felicidad lf de la repúbli­cal •. Esos son los factores,decisivos de legitimidad de los gobemamcs. La idea de que el poder de los reyes es de origen divino también está. prcserlle en todos los autores, exceplo en Tovar. Así D. de Saavedra Fajardo afuma que «La mayor potcsrad viene de Dios. Antes que en la ticm se coronaron los Reyes, en su eterna mente_ Quien da el primer móvil a los orbes. le da también a los reinos y repúbli· caS' oc. Pero es la comunidad politica la que hace cesión de ella al gobernante por la necesidad de una dirección unificada y de aUna capacidad de reversión del contrato si sus rUleS no se cumplen. «Nació de tal modo de comunidad (la civil) una potestad en toda ella ... y porque esUl poleslad no pudo estar difusa en todo el cuerpo del pueblo por la confusión en resolver y ejecutar. porque era roaoso Que hubiera quicn mandase y quien obedeciese. se despojaron de ella y la pusieron en uno. o en pocos, oen muchos. que son las tres fonnas de República lll

lf. No habla Saavedm Fajardo de paclo. como tampoco lo hace Rivadeneyro. pero sí de consentim iento: ocEsté pues, advertido el prrncipe en que el reino es una unión de muchas ciudades y pueblos. un consentimiento común en el Imperio de uno y en la obediencia de los demás .... La concordia le (ormó y la concordia le sustenten ". Ese doble origen divino y popular fue

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Irld1C10I1:l1 en la l:.d:ld Media y COlmcnzos de 13 Modcm3"*. l:.n 1645. TO"!M" <le V3lderram3. letrado hiJO de un secrelafio de Enrique 111. expresa una Idea semejante. La neces)dad Impone 3 la soc iedad la instilución del póncipc cuando ..... se halló en necesidad precisa de elegir 'j cnar una prnCSl3d suprema queresolvlcse y ejecutase aquellos propóSitos y providencias racionales, que.... el cnlcndimicnlo)' neee­sid:ld humana premeditaron y conOCieron par3 su conservación poJítica ... !'9 ... Pero Tovar sí menciona el pacto: "el fin 31 que se orden.' la umón y compania hum:m3. para cuya luida conservación y aumenlo. únIca y prcclsamente ruc 3111cpUCSIO y elegido entre los demás hombres lel 'Pf"ÍTlClpe. con entrega de 13 polcs!a1 suprema sobre la vida y bienes de sus súbdilos) ..... debaJO de COnvertc1Óf\ y paclo aprobado por ley divina. y I\3lural .... IO ... L1 cxpcncncia histórica ha estimado útil y ventajosa la monarquía. pero considera OI ••• dividida en opllliones la escuela de los polít icos sohre quién introdujo 3 los prfncipes en el

mundo. si la neceSidad y 13 elecclón o SI la violencia y tiranía .... JI «. Nos 'iIlejamos de la instilUción de derecho divino. Es la IJtw!.ddad de I:J sociedad. la que la jUSllfiC3: OI .. -3u nque la r ucrza haya mLrOducldo 13 persona panicular de un prínCIpe. 1,1 necesidad política InlroduJO el cll1l1o y ar1e de reinar en común. como medio efiea ? y precIso de la producción de leyes que mira a la mtenor. y de la dlfecci6n militar que atiende a la CX lcnor conservación y aumento de los pueblosll •. Esa necesidad polftica parece la ya :.puntada por M31Sillo acercn de su aCluación en la administrac ión de la ley)l. Pero entre Marsilio y nuestros trJtactistas espanoles ha pasado un perfodo dumnle el cual los anti,guos modos de legitimación del prlncipc han claudicado ('n muchos ("llSOS y se han mSI:lumdo nuc"o'QS podCf'C!'ii sin las anligua. .. seguridades. También ~rlrma Saavedra Fajardo con ecos de Maquiavelo que Ol la mayor parte de los reinos se aumentaron con la usurpación y después se mantuvieron con la justicia, y se legitiMaron con

cllJempoJ< « . El Oorenlino exa ltó la suprema imporL.'\ncm del nuevo gobernante lcgislador. arquitecto del estado y de la socicd.3d. Ni la tcoria del origen divino ni las elaboraciones tc6ricas pcnnitían que se echase en saco roto lo que la expcnencia de IQs confliclos rehgioso-polilicos habían mostrado con los hechos a los pensadores esp3ftOlesll. Aquellos conflictos habían tenido su e~presión rundamental en la

filosofía polítICa de los disidentes que se baiaban en el pacto rey-pueblouigmario del poder real en un puma central: si los súbditos teman derecho a resislir a sus gobcm3Ill.es o si la resistencia. aún expresa­da a lr3.vé$ de la obedienCia pasiva era iUCIla. Tal pacto era reivmdicado como no prescnptivo. lo que hacíalácitamenle ekctivos a lodos los reyes. La convicción de que es el consenso de los miembros de la comunidad el que lefitima el ejercicio del poder fue con la mayor claridad expresado por Saavedra Fajardo: t<EI consen timienlo común dio respelo a la corona y poder al ceplro: porque la naturaleza no h" •

LZQ reyes,.. ."

Los límites del poder: la ley y el contrato.

En los autores Lratados hB.llarnos dos clases de límites referidos al poder real. que refieren a la

aUloregulación del pacto. El que deriva de las leyes -inseparable de su podo- 'dejusticia - y el que deriva de la propia n:uurJ1cza del poder, que es conferido por el pueblo.

El derecho. talUo el natural como el positivo, que para los iusnaturalistas cspanolcs procede del pueblo. limita el poder del rey. De manera análoga a la impulsada por ilos disidentes religiosos. los

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católicos contrdJTe(omustas y panicularmcnle los Jesuitas afirman el poder como surgido de la comuni­dad mtsm!1. para la concreción de sus fines seculares. lo que implica el ongen secular del poder real -expuesto también por Tovar - y que llega en aquéllos a la fundamenlaClón de la leona del t1raniculion. Ambos St basaban en una común hertncia medievaJ del COOIf310 revocablt" . Es Just:lf1lenle esa nunca dcsa10Jada leoria del contrato del horil.onle teórico político del iusn:lturallsmo cspaftol en el momento de mayor exu::nstón dcl poder empírico del rey. la que pone sobre ellapetc la cueslJón de la relacióo enU"e ruptur;! del pacto y LiranCa (por 10 tanto ilegitimidad). y que VI a h3Cer de su monarquia la menos le6ric."UfIente ahsoluu. del absolutISmo". Eso explicad el énfasis que nuestros 3UtOrtll ponen en stl'l3lar los peligros de los desbordes del poder.

Rivadene)la contrapOne «verdadero rey» y _llrano .. apoyándose en J Sodln' .EI venl3dero rey esta sujeto a las leyes de DIOS y de la naturaleza: el tirano no tiene Olm ley SinO su \·oluntad .. . " •. La cOfltr3posiclón ley-voltrlt3d. común en los aUlores lr.lIados desc:mS8 en 13 Identlric3C.oo de la racIOna­lidad de las leyu con su Impersonalidad. en lanto la ,·oluntad. est! SUjeta a los a(o;tos '! pasiones Individuales. y por cllo es arbitrarla"" En cUo se ad\'iene su desaprob.-.cK)n a Ia.~ pm~máHca.Cj. las leyes formul3das como si hubiesen sido aprobadas en Conc.". los rescriptos '1 los pnvllcflos. emanados ell­clusivu.menté de la actividad Icgblllllva regm.

Con menos vehemencia pero mayor c:tulela. Saavedm F~~ardo ufinna: "A dos 'iC reducen todas [l.1S diferentes clases de reyesl. rey absoluto y re) que gobicm:l segun las leyes y lucros del reano. con que limitó el pueblo su potestad.

ey absoluto es el que. siendo ley Viva a sr nllSmo y al pueblo. sin reconocer ot.r.lS I('yes ni fueros. gobierna a su arbitrio con dommio independiente sobre sus vasallos. como el que llene un padre sobre su ramllia· '. Este gobierno seria el más perfeclO y feliz si se pudiese hallar un rey "'lO Justo. sabio y capaz. que por si solo admllllStrast JustiCI3 en los casos particuJares. que no lodos los pudieron prevenlt las leyes con 135 circunstancias que se o(recen .. .l..a segunda monarquía es de rey que VI\'C y gob~ma según la leyes y (ueros del remo. Esta es la más aprobada de Las genteS., y la más perrecta cuando sin opresión de la suprema potestad parucipa de la aristocracia y policía. como en Espana. donde en mu· chos casos la re50luctón te:lI pende de las cortes generales. y está reservada al8uM libertad. con la cual corregido el poder absoluto. es menos pchgrosa la autoridad y mAs suave la obediencia·' • . Por cansi. guicote. el verdadero rey fundamema su autoridad en las propias leyes. en tanto que los reyes que han gobernado con poderes absolutos. han degenerado sicmpre en tiranos. El segundo tIpo arriba IOdx:ooo por Saavcdra Faj:lTdo es el del monarca aUléntico y verdadero. La violad6n de las leyes tiene ereclos muy concretos: la ptrdlda del poder por de(cetos en el ejercicioH •

Pero cabe indicar otra IimiLaCi6n que puede llamarse objet iva: la propia Mlurnleza del poder que el pueblo confiere ni monarca El príncipe debe recordar que «disposición humana le senaló sus ttnn ll1os. y dentro de ellos constituyó esta potestad; pero no tanto se despojó deUa. que .... no quedase con el cuerpo universal de la república ot.ra mayor autoridad, aunque suspensa en su eJercicio. para oponerse al principe lJrano O qoedoclinase de la verdadem religión y rcducille o deponelle .... u •. Es claro que no puede constituirse una doctrina moderna de la soberanfa por el camino segUido por Saavedra Fajardo. pues el monarc:t no poseería soberanfa. Como en los monarc6manos. además. la autoridad del ""!Jerpa universal de la república_ no ha de expresarse mdividualmente, no ha rk ser _por el JUicio de uno ni de

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muchos, SIOO de lod313 repúbllc:l UlllvCJ"S:1I congregad.1 en Conc!1i .. u".lo que ~gnlrK:arf;lla revefSlón en la república de Id soberanía Ix)r Ileglllmidad del rey.

En cuanlo a Tova/', rUeflCmCIl1C Inclinado a la tCOTÍa de La soberanía aMolul:l del rey de J. Boom .... , ~u opinión parece ser dIctada por los sucesos de la cua.na d6:ada del SIglo XVII . por CU3mo estuna que, COfTespondc aJ proPiO príncipe CSlabk:cer ...... Ia lasa. y proporción de sus IInutes. Itnnmo ál;pero de escuchar qU3nlo IndJ ~no de advcntt a 13 m3JC:Sbd y soberanía del prinClpt: osupemo gobernador •. Su Ilógica propuesta de que ... , debe ser ti sólo quien se cina y cOOIte a sr prop.ao la suprema y absoluta JunsdicclÓnde su dlgntdad. conteniéndose tri Itrminos de t31Dn Y numana posibilidad. sin 3guardar aquel suceso de los ca~s mlSlnos, o el impelu msolcnle de los pueNos le tn4mle el COI10 límlle de la libertad de su 3lhuno», se contradice con su propIa doclOna de la Ilimitada potCSlad, aunque sujeto, como en los demis autortS.1I las It.\es divioas)' haturale~"·. A pesar de que. ... ~ 13 pole5lad suprema del príncipe ... no se ha de b~car ni suponer límite aJguno"'d11 ohm 13S supcnores resoluciones para e .. tablecer más .... ener-.Iblc 1" pG(CSt3d suprema .. dcven aprob.vtas los Infenore.'i con fe slOcera ..... cuya docLriIl3 contraria y dc~ol1fian1a de semeJo1nte crédilo tu de s<:r siempre caD~ precisa de lodo público desorden y turbacioncS"· •. No ulllll..3 Toyar una conccllulllh1aclón medieval!, en la cual la única potes-13d suprem.:l es J::¡ de OIOS )' 1000 CIlro poder, derivado. sino otr.! procedente de 3utores contemporáneos como Bodin, del cual toma la Idea de que la potestad del príncipe es suprema e ilimllad.,·'. pero la conduce a las condiciones concret.as del momento. Sus rererenct.1s a la nocesidad de Ifmilcs del poder real hacen pc.nsar en un prorundo senlimiento de disgregaetón . tOlalmcnle 3JCno al pensamlcnlO de sus rererentes .. No se propone 111 rCSISlencia a un rey tirano. sino la respuesta á,gil de los buenos reneJos políticos para eVitar peores con'iCCucneias .. Se trata de obtener nuevos conseniOS, la aprobación de los .. inferiores . con el fin de ('vllar ... desorden y turbadones». Se trata en sums, de oonSlTUir nuevos con­sensos, en momentos cuando el problema de bs libenades. tanlO en el aspecto reUgioso como en el polftiCO constituyen rucmC5 de conmclo - límite objetivo - panllas monarqulas absolutas que lr.lWl de

obslaculizarlas. Pero el príncipe que ignor.mdo u oh'idando la ""saludable voluntad de las leyes.. ... actua.'iC de lK.UCuk.l con su ... agrado afcclo o ambición_o en lugar de ocuparse otde l3s oblig3cioocs de su ('argo. que son mantentr los pueblos en rellJ!lón. justicia. paz y docentes comodadades._sc ver! en poco tiempo sin súbditos que le obede1.can 111 tesoros que le manlengan: y de seno.- soberano. se haU:uá reducido a estado panlCUlarM •.

La construcción de nuevos consensos

Saavedra Fajardo em muy consciente de esta tensi6n entre libenad y obcdtencia que generaba la práctica real de las tendencias IIbsolutisLas de la monarquía espanola y la expresó en varios pasajes". El relato de J. Caslllldo acerca de la actuación del Virrey D. Pedro de Toledo" es uu5tralivo ace~ de la,o¡

tendencias absolulist3s y racioll3Uzadoras que impulsan una Lransfamadón del ap3rulo del Estado con imposición de nuc\'os mierlas de tccniflcaci6n y eficacia. subordlOación al)solu\.l, centraüz.aci6n.limi­!aCión de los poderes perirtricos. control de los d.ive~ niveles de la adaunistración y de los grupos soci31es, refomu. de la Justiciau y de la defensaso y poteneiactón de los IOCID'SOS culnu1l1eSJcon aspectos

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contradictorios de represión" y mccenazgoH pata la creación de una Imagen y unos e5paclOS de poder. 1.'. conslnlCCl6n de consensos por medios prop3gandislicos~ . Lo presenta inlcresado lIleluso en las

prédicas y sermOnes cuanto en la expresi6n escrita que pudlcse Impulsar a la acci6n a los dlSlIntOS grupos SOClaJCS. especialmente los populares en una constante actitud de vítilancia". ampliamente mstitucionalil3da en el aparato administrativo de la monarquía e5panda.

Frente a los prob5emas que presenta el proceso racionalll.3dor. nUCSlrOS autores parecen representar una reslSlencLa pur.unente IeÓrica. que no oculla sino que dc.snud1la dureza del empleo del poder por el monarca. Saavedra Fap.rdo es partidano de la libertad de expresión. úul como IOslnlmenlO de conlfol del poder. .. La censurn aJCna compone las costumbres proplas.e ... ). Lo que no a1c3n7.3 a contener o reformar la ley. se a1can7.8 con ellemor de 13 murmuract6n. la cual es acicale de vlftud y rienda que la obliga a no torcer del can1lno Justo .... derensa en la que se adivina una cñuca a las actuaciones reaJes. Tov3l' e)(llcnde de manen Inlercsante la calificaci6n de UranIo a cienos abusos. 31gunos de los cuales podrian c:uegonzarsc como persecuci6n de grupos ca1ilicados por su nivel social o por su cap.'\citación en escuelas y estudioS públicos. por medio de .. secretos exploradores y testigos por la República que le revelen y descubrdn los detractores 'j enemigos que más se esuemaren en condenar y reprobar SUli accIOnes jlas del pnncipe1"·' . Pero como Rivadeneyra y Casmldo·¡. es contrario a la Iib<mad de con­ciencial.!. pmpulsada por Ius OIpoli LJques" que con espíritu realista consideraban írrepar.lble la diYlsión de la cristiand!ld y la proliferJciOn de las sectaS. y trataban de hallar norma.~ de convIVencia"'. cont13-dicción por la que emrnoon de portillo lodas las posibilidades del cJuciciode la censura y la InqulsK:ión que se intenta extender u 0U'3S regiones dellmpe.rio. como Nápoles. En este aspectO podemos mabzar desde la tajante contrJdlcci6n de Rivadeneyra a Maquiavelo. acerca de que OI ... no depende la coostrva· cI6n del Estado pnncipalmente de la buena o mala opinión de los Ilombres .... s'"o de la volunl:ld del Sefkll4'c. rfphca • 1M consejos del florentino a1 principe'" acerc:\ de la ImportanCia de que 8p:arenle tener cualidades que puede: no poseer, ya que los hombres jut¡an mtis por los ojos que por bs manos., dlrigtdos a ampll3t a tr.Iv& del consenso las bases del poder de aqutl. hasta las posluru positiva de Saavedra Fajardo. en cuanto. la necesidad de la «concordia", de hacer cmás suave la obe<hencia" y de To\'ar. de tener en cuanta la aprobación de los cmreriores_. Se uata de diferentcs formas de procurar el consenso dentro de los Hmltes u-azados al poder por el pacto en una sociedad cOI'POr.l.lIva. que también hallamos sin embargo en Maqwavelo.

Desde esa pcrspecova. los intentos de teorizar sobre el Estado de nuestros autores. se desarrollan dentro de la aCepLaCiÓfl del siStema estamental nada ruplunsta y acaso muy realista. que no excluye tampoco de manera alguna.. la coacción. Hay, por consiguiente. aun en la Ylsión catóhca tradicional del iusnaturalismo, tendencias que si node derecho. van a favorecer de hecho la concentración del poder en la monarquía . •

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Notas

80B8[0, N .. Estudios dI!. lIistoria dI!. la FilosoJfa (dI!. NaMes a Cr01lUcl). Ed. DeOOIC. M:ldrid . 1985. p. 102 y 80B810. N. y BOVERO M .• ""El modelo iusnaruraliSt3 •• en Ong~/I Yf/Urdam~lr(os del palier polfllco. Enlace·Grijalbo, México. 1985. p. 67.

: CA5TALDO. A .. HIStorio di Napo/i. f. 120- 121. Relata la intervención de sectores burgueses napolitanos. :lli:ldos al Virrcy Pedro de Toledo, rivalizando con los nobles y sus clientelas. HERNANDO sÁNCHEZ, CJ .. Ca.flmo )' N(1)O/~S tn ,./ siglo XVI . El \1ru)' Pedro de To/t!do . Salamanca. 1994. p.474.

J SERRANO GÓMEZ. E .. Ltgitm/OcMn )' racionalización IVtbtr)' lIabermas ' fa dimmsión norma· liI'o de /In arden ucu!ori:ado. Anthropos. UAM. Barcclonn. 1994. p. 11.

e ROSANVAU...ON. P .• La rÍl 'olu:ione dtll'uguoglían:o Storia del suffrogio unil'ersa/e in FranCia. Milan. 1994( 1992). pp. 23 Y si!!.

, ROSANVAUON. P .. oh. dI .. p. 23. & SAB1NE, G. H .. JJistoria de fa 'eorlo polffica. México. 1945 (1937). pp. 287-290. 1 No se trata de filósofos sino de polílicos. por lo que en aspectos parclllles de sus obras prcselll:ln

interpretaciones atípic:ls como la que sci1a1a M, SEGURA ORTEGA (Lafilosof(Q jurfdica )' po/fti ­ca l'n las "Emprrsas_ de Saol'edra Fajardo. Madrid. 1984) en la interpretacIón del 'jcrecho n3tur.3l de ese autor. como rundamenlado en la naturaleza racional del hombre y no en la ley cterna cuyo autor es Dios. Responden al modelo iusnatura1ista que Bobbio llama «ariSlot~lico,. o «:¡Jtemaúvo_. Ver BOBBIO. ob. Cll .. p. 97 y sig,. y BOB810 y BOVERO, ob. ell. p.71 -73.

• SIERRA. A .. Las ufop(as Dff Estado real a los Es/ados sonados. Barcelona. 1987, p. 47. , Rivadcneyrn representa la primera rerulaCión de El pr(ncipe de Nicolás Maquiavelo. CastaJdo no

era csp3nol, sino funcionario de la ciudad de Nápoles. que actuó dUrdnte el virreinato de D. Pedro de Tolcdo. Tampoco fue un pensador político sino un cronista. que pretende hacer de su HiStoria di Napoli. una obra de valordidáctico-político. Sin embarp.o. la elección de esta obra ha sido definidJ por el hecho de que pertenece a un autor que presencia el sometimiento de la nobleza aún muy fcodalizada del reino. por parte del virrey Toledo. y que por otra parte. se declara panidario del sector oligárquico urbano parlidario de la supremada del poder real. Se cita por una copia del siglo XVllr no perteneciente bibliolecas europeas, sino de propiedad particular .

• 6 Rivadeneyra la emiendecomo el conjunto de medidas polfticas que descubiertas por la r;l1.Ón huma­na hacen posible la conservación del todo polílico. Ver nota 19.

11 FERNÁNDEZ.SANTAMARÍA, J.A .• Ra¡ón de Estado y polltica en t.J pensamiema español del Barroco (1595-/6401. CEC. Madrid. 1986. p. 11. Se refiere al ArJe de la Guura y a los Discursos robre la primera década de Tito Lil·io. ya traducidos en ediciones de 1552 y 155S en Medina del Campo. En 1559 es incluido en el tndice romano. Ver TEJADA. FE .• -las doclrinas políticas de Jeróoimo de Osorio~. AlIDE.. XVI , 1945 .

• , FERNÁNDEZ SANTAMARíA, ob. cit .• p. 14. Rivadeneyra fue el primer «pensador político» cspa-1'101 que combatió a Maquiavclo. En Tratado dt la r~ligi6n y virtudes que debe tener t.J prlnclpe cristiano poro gobernar y consen'ar

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sus ~s(ado! COlllra lo qu~ Nicolds Maqulal'do y los poflricos dt ts(~ titmpo tllsrñan , Buenos Alfes. 1942. p. 47. advenía : ..... e1 primero y más principal cui·d3do de los prtnclpes c.rislianos debe ser el de la religión. y que la fa1sa razón de Estado que los políticos. que ensena 3 scrv~ de ella CU3ndO les eSluvicre bien para la conservación de su Es13·do y no más, es Impfa. diabólica y contra· ria a la ley mUuml '1 ili\'1I\3. Y a1 uso de todas las gentes. por más bárbaras que sean. y al JuicIo de todos los sablO.'1 mósoros y a1 uso de los prudCflICS y loables pñoclpes. y deruuctora de los mismos Estados. qut: por esta razón de Estado qwere.n conservar ... ..

u tlllARAVALL. JA . u uorfo rspañola dd ESlodo ~n ti siglo XVII. Madrid. 1944. p. 11. Tambtbl BERMEJO CABRERO .. JJ.., «Introducción _ J las InniruClo ttts ... de Tovar de VaJderrama. CEC. Madrid. 1995. pp. 40-4"2. sugiere este gozne en el pensamiento poHllco esp3llol de la primera mo­dernidad.

,. Sobre la valoración de la obra de J Bodin. ver SABINE. G.H .. ob nl ,pp. 305-307. Sobre las razones de su rechazo por la escolásuca espanola del siglo XVII, MARAVALL, oh cll . pp. 121-122. Según c.o;¡te autor. el -Estado neutro bodiniano. que paro defender la unidad la reduce a su mínimo contenido, llevaba ya en su seno un principIO de descomposicIÓn_. que cm la rul)lura occan la fundamentación trascendente de ese orden del Estado_. por lo Que ocya no em JX>SIble contener las fuerzas del pluralismo que Ice han de atacar. y a las cuales le cnrrcgará, maO/alado, el pensamienlo del derecho natural raclQOailsta ... Se pucde pensar. más bicn. que la monarqufa espanola. compro­melida en todos los frentes con la defensa de la fe como base de Su polflica IIllcmacional. no podfa separarse de la rundamentación trilscendente de la umdad del orden poUtICO.

11 BLACK. A .... L..a comunllud pohuca ... en El pl'lIsamitlllO polfliro ttt Europa. 1250·1450, CUPo 1996( 1992), cap. 1, pp. 20-36 y Sabine, ob. dI . pp. 193.

" BERMEJO CABRCRO. J.L. (ocPnncipios y apolegmas sobre la ley Y el rey en b Baja Ed.1d Media castellana». IltspD'uo, 129, I97S. pp. 31 -74. p. 33 y 37-38) mueslra que loo., <uene de escritores. morallsus o pocus loman posición aule el rey o allle b ley. Es general el :lCUCrdo acc:rcl de que el rey debe moSb"ar re.spno y 3Calamiento a la ley. Aunque algunos como G:uda de CasuoJenz (Glosa casft/fono al rtgúruOttQ dt I'rfnrtpl's de Egidlo Romano). preftera opear por el buen rey. en tanto que P. Díaz de Toledo (COttciOllUO cOSltftano dd siglo Xv. p. 130) prefiera la ley al rey.

11 FERNANDEZ ALBAlADEJO. P.. oclmperio y Monarquía .. , en Fragmtntos d~ MOttorqufa. Ma­drid. 1992. pp. 7)·74. Es slgniflC:lliva en cuanto a esa postura la al:tbanza de Rivadeneyra (ob. ell .. p. ISO) 3 Teodosio. «que dijo que aunque no estaba SUjelO a 13 ley. quetfa vivir seRón la ley».

n. Esta idea de tslupeCKeh"uiana. sin embargo. pocas veces se pmrundluba hasta su fundamentación contractual y eso sucedía especialmenle el cuanro al pacto feudal, segIJn eSlima BLACK. A .. ob. eJl., p.214.

l' Tales negaciones del poder autorilanO del rey tuvieron su expresión notoria en F. Hounan, Franco­GoJlja ( IS73) y Du PIC:ms- Momay. Vj,ldiciat cotllra T'Iranos (1579), amOO!i con la invocación del pacto entre el rey y s,*pueblo. En ambos casos. se reivindica los derechos constilUcionalcs corpora­tivos,

lO Ob. eit • p, 14. Si bien puede accpt:lrse en lineas generales la afirmnciÓll de SabUle. ob cll .• p. 287-288. de que el sueno de los jesuiw consIStía en volver a ganar para Roma a los protes-taJltes,

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concediendo el hecho de la independencia en cuest iones se-culares con el objeto de salvar para el pllp:l3lguna forma de jefn-tura cspirilUal sobre una sociedad de estados cristianos. y que se oponían :l una monarquía demasiado poderosa. no es posible annnar-Io en el caso de P. de Rivadeneyra.. que parece profesar un ruene agustinismo político - seguramente procedente de Egidio Colonna. fer­viente impulsor de la intervención monárquica en [os países protestantes (ver Sabine. ob. cit., pp. 206-21 1) cuyo D~ Regimine Prin'lpllm cita sin embargo una sola vez. pero al cual se refiere en su introducción (ob. cil .. p. 11 ) - fusiofl.1do con el naturalismo tomista. Egid io Colonna consideraba que la legitimidad del daminium (posesión y uso de la propiedad y aUloridad política) como medio dependía del fin a1 que servía. es decir a fines humanos y en su forma superior. a los espirituales. Rivadeneyra considera que la razón de Estado existe (..:V porque ninguno piense que yo desecho toda la razón de E$lado ... ». ibidrm,. pero que son dos: una falsa y aparente y la alfa sólida y verdadera. La primerJ. hace dcl Estado religión. la segunda, de la religión hace Estado: la primera. enseilada por los políticos se basa en vana prudenciJ y huma/lOS J ruines medios. la segunda, ense­ñada por Dios, estriba en el mismo Dios y en [os medios que If. con su prol·Menda. descubre a los prl/IClpeS. Es propósito de su libro mostrar esa diferenCia, pues la pnmel""d conduce a la tiranía . como prueba la historia.

II Oh. di .• p. 86. También participaba Bodjn de esta convicci6n. Ver ob. {'il .. p. 12. cuando estima que "un pueblo gozará del supremo bien cuando se propone. como meta. ejercitarse en la contemplac i6n de las cosas naturales. humanas y divinas. aJabando por todo ello al gran Príncipe de la naturale­za .... en ello reside el fio principal de la vida feliz del individuo ... .igualmente constituye el fin y felicidad de una república. .. ».

~ RIVADENEYRA. ob. ,ir .. p. 14. u TOVAR DE V ALDERRAMA, ab. ,it., p. 78.

1" SAAVEDRA FAJARDO, ob. ,¡t .• Empresa XCIlI. p. 242. Rccuerda a[ rey « ... que aún esa pÚtpurn no es suya. sino de la república, que se la presta para que represenle ser cabeza della. y para que atienda a su conservación, aumento y felicidad ... ». En Empresa LlII, p. 142. define: ..:Til""dtlO es el

gobierno que atiende a las utilidades propias. y no a las públicas». ~ Ob. cir .. Empresa XVIIl. p. 49. zo, Ob ril.. Empresa XX]. p. 56. 11 Ob. cit .. Empresa XLI. p.l61 , observación que parece una cenera. advenencia a la situación que en

el ai'lo de pubHcaci6n de la obra se suscitaría con CataJuila. Portugal y Nápoles. ~ Esto expresa Saavedra Fajardo, ob. cit .. p. 161, .. Si bien el consentimiento del pueblo dio a los

príncipes la potestad de la justicia, la reciben inmediatamente de Dios, como vicarios suyos en lo temporal».

~ Ob. cil., p. 137. JO Ob. cit., p. 85. Más adelante dirá que ": .. .Ia mageSlad y soberana jurisdicción del príncipe le fue

prorrogada y comprometida de los pueblos. los quales ... fueron congregados y unidos antes en co­munidad política ... » (p. 139).

JI Ob. cit., p. 137. Hay en Tovar ausencia de cualquier declaración acerca del origen divino de [a monarqufa.

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Jl TOVAR. oh cu. p. 138. n SABlNE,ob ell., p. 224. )O Ob. Cit. Empresa XLL p.I04. que tesllmonla un curioso alcjJmlcnlo de la Icaria del ILruno por

origen. H Precisamenle A. Cllsl3Wo fue lesugo del fermento rehgioso en Nápoles y de su enlrecruce con los

problemas poUucos. • Ob. ell • Empresa XX. p.. S4. n MARIANA. J. de. tt:Odrey y de la insblUCtón real-o en Obras d~ P luon d~ Mariana. BAE. XXX.

11. Madrid. 1950. pp. 463-575. Es de notar. sin embargo. que a parur de la ampltaCloo de la rigur.t del tirano. que contJme no sólo al que lo es por el origen Ilegitimo de su poder. SIno L1.mbl~ el que se loma tal por SC&wr la .falsa razón de ESlado_. el lirantClwo no será admitido por I()'I: mismos Jcsufw en el SIglo XV11. porque .. seria atnbuir a la república la soberanía que es atrIbulO pri .... allvo del rey., lo que lIeV'J ¡ti triunfo de la monarquía absoluta eentre eilos. en el Barroco (PRIETO. Femalldo. HisI0J.lothlasldtas).d~/asforntllspolftieas. UniónEd .• Madrid.I993.11I. p. 536).

• Afinnaci60 de M de A1burquerque. en üo" Bodin na penlnmla lbulca . París. 1978. p. 180. citado por FERNÁNDEZ ALBALADEJO. P .. ob. dI . p. 75.

" BQDIN. oh. c/(~ Id>. 2. cap. IV. p. 99 . .. De la monarqufa tlrMlca _, « ... ~S aquella en la que cJ monarca. hollandO las leycs nalurales. abusa de la libertad de los súbditos Ijbrcs como SI focmn sus escla .... os y de I(I~ breM:$ ajenos como de los suyOS». La rerereocia de Rivadencyra. como la de Sodin. tiene especial refc.rene~ a los tributos. pero también a 13 defensa de la unidad religiOsa que ve como condiCIÓfl indispensable para la Jusllcia y por conslguienle para la paz: - ... no deben el prfncipe cristiano pcnniur IM:n!JCs y hombres de varias y contrarlas sectas cn sus eslados si quieren cumplir bien con el ofiao y obbtación de católico príncipe. y que es im¡xmb~ que hagan buena liga d tal6hco y el heR:jC en Wl3 misma república. y que no sucedan por esta mezcla grandes a.hcraciooes y revuehas. que sonia ruma y la destrucción de k>s rcanos y Estados- (ob. CIt ., p. 48).

0\1 De am la U1S1S1eocsacon que se rundamentara en la lileratora polfuca de los siglos XVI y XVlI,la ntte5ldad y colldioones tnleclecluaJes y I!;ticas del consepo. Por ej. Rrvadenayra. ob ClI. cap. XXIV .

• 1 BOCLN. J. ob ni. Ubro 1. recurre a la misma comparacIón . • ~ .. lnrroducclOnes a la poHllca y razón de Estado del Rey Católico don Fernando». en Obras dt. don

DilgO dI SotJ\'~dra F_¡ordo y dll fietnclado P~dro Flrndndl% de NlII'arl'elt. BAE. Madrid. 18S3. cap. ur. p. 430.

4J Ob. ('/1 • Empresa xx. p. 54: .cCasI todos los príncipes que se pierden es porque ... se pcrsuaden que el reino es herercia y propiedad de que pueden usar a su modo. y que su grandeza y lo absoluto de Su poder no est4 sujctoa las leyes, sino libre para los apelitos de la voluntad, en que la l.Jsonja suele halagallos. repTeSC.nL1ndoles que sin esta libertad se.rí.a el pnncipado una dura servidumbre. y más infeliz que el mh: bajo estado de sus .... asallos. con que. enrregándosc a lodo género de delicias y legalos. enlorpecen lasfueruLS y el ingenio. y quedan inútiles para el gobierno • .

o. .cLntroduccioocs ..... oIY. elt, p. 430 . ., .. LntrodUCCiOIlCS".». ob cit. p. 430.

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\c¡ ub (1/ .• \.:ap. ~cguIltJu ... úc , ... :»uprcUI.,t putcst:Jd del pnnClpe y OC :tU:' ¡lrInurah.::. ClctIO:. .... VV. 147-159. Lo pnncipaJ caletOlrJ que extrae de la obra del lT3tadlsta rrnncc!-s es JXU1iculannenlc la de sobcrJ nra. sin reserva aJ¡;un:t de podes por pane de la comunidad. ron la potCS!3d de dictar normas yen eSJ1Ci:lal. U1bulos. tcma \·idnoso en momentos de confliCli\id:td comOOturrecu~o escribe su ohm

., Ob "', p. 151.

.. Ob CIt., p. 138.

... BODIN. ob. til , L. l. cap. VIII. p. 49. (tLa soberan!a no es ilmuad3. nt en poder. ni en respoJ\S.1bi. hdad. ni en el uempo».

,. Ob rII p. 129. l' Id~a . Empresa XXIII. p. 64 . Expresiones de valor scmcjan!e en XXXVIII y L.IV. 1; El úrrelnJIO de O Pedro de Toledo y su sIgnificación poHua rUClon estudiados porCJ. Hemando

S:tnche1 en CasI/1l0 )' Ntfpoln en ~I siglo XVI. El \"irr~)' Ptdro di To/tdo. Salamanca. 1994. y a sus conclU'ilones me remito acerca del mismo. con referencia al rel:uo de Casla.ldo.

1I CASTALDO, A .. ob. rir. f. 20 Y slg ..• Fü mandato dal Imperalort Callo V O.Pietro di Toledo marchese di Villafr:tncha l ' 311no del 1532 per Viccrc nel Regno. cglo con IJI rama di dovcr govcmare con prudcll7 .. ,. c giusliIia. a prima giunta si 3cquiSlb gil afllml del Popoll. UldL rra breve spatio di lempo SI portb In modo. che I fa1ti 5uperorono I'aspeuatione: Perochce rro ,'altre cose li Signori. el Nobal! che per l"adielrO craoo soliLl di usar tcrmini di soverchi.1 impcn0511~ con lit loro suddiu ct

con glo Melle! di NapolJ: e¡li con la ngorosll~ dclla gluslIlia. el esequullolle di quell3. rafrenb LII modo, che nvolse le loro licenzc in modestia. tutti Ji licenliosi COSlllml dcposero afrailO. ande il Popolo da 13 depressione de polenllliber.llo. del suo Vicere pre(hcava la proteLJone. e la giustiw.. AJ tllContro I Nobili ranau ~ contenersl dentto li termini della moderant3 contro I'u~~uo loro proceden: abommavano 11 tropO rigu3Tdo che con essi leneva iJ Signor Mlllistro. Onde lo prcscro 111 odio 111 modo. che cerc3\"anQ calumniarlo appresso Cesare. dolendosi che gil avtsse non solo l popolari equal:ni. ms assa.i IIldegnamente depressi: Mi'! il Toledo luna intento al governo della Cittl.. e del 9..e&oo. tOO somma. ,",&,\am.a 'a\\t.oocsa ~ \QtTe t\\:mus\ ue\\e c.ose., \ c.uup \ .... a\pt. .... o\l. t\ at.oe, \a

¡iustilia. &13 per mohl anOl cadula, e !enuta in poco conlO, el ad Impnmer negl'amml di tUlli JI terror di quella». A la misma proocupación corresponde la redUCCión de 13., srocs de justicia al CasLJllo de Capuana (f. 51).

~ HERNANOO SÁNcHEZ. ej .• ob Cit., p. 285. menciOO3 la campalla de Túnez. emprendida por Carlos l. como legitimación del sis¡ema imperial. Pero más Iffip0rt3nte es la doble condición q~ NápoJes adquiere en el complejo de defensa imperial. como Estado con personalidad propia, pero al mismo tiempo. pieza clave en el conjunto (p. 384·396) Y que exIge, desde el punto de vista del virrey, la participaci60 de tropas espaftolas y mert:enarias (gcnovesas), que conducen a lensiones y choques contInuos que desembocan en los dislurbios de junio de 1537 (CASTALDO. ob. di .. r. 29) y de agosto de 1531 (ibidtm . r. 98 y sig.).

J' Por ej. las entradas reales, como la que menciona CASTALOO. ob cit .. f. 35 y sig .• cil3do por HERNANDO SANCHEZ. ob. '" . p. 287, por manuscrito del Archivio dt 5t310 di Napol!, l . 100 f .

~ Ver en CASTALDO. A .. ob cit .• f. 92 ...... il parlardellecosedella scr1tlUflI er3 alquanto Itcenlioso ...••

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pero '!non cra tanto Inmodesto che o tolerar non si polesse O almeno con gran rac::lli~ a per Vla di barlna o ahrui sinuh ordlm raff'rcoare. ..• referente a los escñlos de lema religioso: r. 161 . recuerda haber suJo ac.:usado de haber escrito libelos contra las autoridades; f. 166 Y Slg ., 135 allemallv3.S de pc:rsecociÓfl contra Juan Bautista Pino. escritor satírico: finalmente en f. R8 y slg .• la COrt:l historia de la academia de los Slrenl.

n CASTALOO, A .• ob. ell., r. 22·2A. menciona la reforma urban(shca vinemal de la ciudad de acuer. do con modelos castellanos. así como su embellecimiento con esculturas barrocas. que al mismo Liempo impone gabelas para costearla y represioo de qwenes se oponen a cUas.

)l CASTALOO.ob t'It • f. 54. l..3 presunta exposición de Iosdiputadospopulart>s(burgueses napo(¡l.3oos lr3diclonalmente enfrentados a la nobleza anjevina}. como Slinca 'j Terracina) al Emperador Carlos V contiene el programa vureinal de garanlla de justicia y protecciÓfl del Estado a los grupos SOCIa.­les menos favorecidos. Pero ... Ia máxima expresión del afán propagandfsüco del poder Con amplias repercusiones cortesanas y urbanrsticas. es la Entrada Tnunfal" (Hemando SMchcz. ob. 01 .• 473). Recordemos la espectooular Entrada de Carlos V. narrnda con espedal delectación por Caslaldo (oh. cit., r. 3S y Slg.), que. por su extensión no se puede reproducU' aquf.

Jt CASTALDO. oh rir.f. 1.02. tI .. JI seggio di Capuana ... .re la sua Academia SOliO nOtlle de gl'! ncognlti. ma Quando plU si al1tlldeva A cosi bello, el honoralo csercitio di Icncre, parve al Eleno del Viccre, el!! Signori del Colwleralc di prohibirle. e cosi fU fallo ... La causa ru che non parc..'\ bcne che SOliO prelesto d 'cscrcitio di Icncre. si facessero (ante congregatloni, e quasi continue unlnni de riu savij. el elcvati spinti dclla Citt.>t. cosi Nobili. come Popolan. perche le ICllere. se l'oene rendono plU accostumatl gli huomlnl, el accarti. gli faflno anco piu "OImosi e resolutl nclle loro ationi. Ma pcr quest.a, o. per a1tra &IUSta. b convenicnte causa che si fusse I'Academie furono prOhlbltc tulle_ .

..., Idta .... Empresa XIV, p. 41. 1I Ob ci(. pp. 204-205, Q Ob. cil . f. 104 Y sigo r. Rerllléndose a Juan de VaJdés y sus seguidores sostiene. ~Or COSloro pcr lo

spa2JO di alcUnl annJ coll'occulto vcleno delreresía che. andavano dosscmlOando (ecem del gnu1

danoo non solo In Napoli e. nel Rcgno ma neIl'llalia ancora ... " " RIVADENEYRA.oi> al .. p. 47:SAAVEDRA FAJARDO. Ideo .... EmpJ<Sa LX. p. 166.CASTALDO.

oo. eU .. f. 104-105. .. A pesar de que la unldud religiosa seguia siendo un jdeal polftico de J. Bodm. se adapta a la SlIua·

ción de Francia. a pocO! aftos de la Noche de San Bartolomé. aconsejando prudencia (ob cil., libro IV. cap. VII. p. 208.

" Ob. ci( , p. 103. ~ MAQUIAVELO. N .. El Prlneipt. Madrid. 1993. cap. XVJJt. pp. 90-93.

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El Problema de la Fiscalidad en la Reorganización del Estado Provincial en la etapa posrosista.

burguts.

Santa Fe (1853·]880) •

MARTA BONAUDO y ELIDA SONZOGNI

(U.N.R. CONlCET) (UN.R.)

I presente anfculo es un primer avance dcstin:ldo .3 discutir algunos de los problemas que nos plantC3 el tnttamicnlO de la fiscalidad en el marco de un E.~tado provincial que. a partir de la década del 'SO' y más concrtlamCnle tras 1.1 caída del rosismo. debe rcronnular su estruc­tura de. recaudación para resoh'cr opernuvamcntc los cambios que imponía el nuevo orden

El :lflálisis se inscribe en un conlexto político que difiere del precedente en la medida en que ya la emergencia de la Confederación genera un nivel de centralidad que exige otro tipo de aniculación con las jurisdicciones provinciales. proceso que adquiere mayor complejidad al incorponlrse la de Buenos Aires, luego del triunfo de Pavón.

Un primer problema a mdagar se refiere -tal como lo sugiriera Tuüo Halperfn Donghi' -a la carac­Icri2.3ción del lipo de sociedad (y su forma estal3l). del cual se tr.ua de lfa7...31" la hislOria fiscal.

Una segunda cuestión deviene del hecho de que CasCffiS conduce a refonnular el pacto social. En ~I, cuya expresión fundante es la Constitución del '53. ellibclalismo propone al "ciudadano universal" no sólo como la base de poder soberano. sino también como el responsable directo dcl sostenimiento del nuevo Estado. a través de la contribución_ De el'ile modo. se pretende abandonar las prncticas de antiguo régimen en cuyo interior los estamentos privilegiados quec:1..1ban liberados de la carga impositiva_ y susutuirlas por un criterio de equidad que va a obligar a redisculir las anicuJaciones del E.'ilado con los sectores dominantcs. definiendo en la práctica. esferas y estrategias de captación deJ excedente socla.! hacia el primero.

Finalmente. un tercer área de problemas está constituido por la CSlructura misma de la recaudación. En su ámbito especíJico. se desplazan proceso que, por una pane. evidenciar. la crónica dificultad de S3tlsfacer. con la recaudación fiscal.lanto las necesidades del propio aparato estatal, como las deman­d.ls sociales. Esta com1nua insolvencia obliga a recurrir ;) diversas vías de endeudamiento. que com­prometen. a su vez, las condiciones de aUlonomía relauva de ese estado. no sólo a nivel interno sino también exlerno. Por otra. (Teme a la inlencionalidad discursiva de otorgar eficiencia y racionalidad a la dinámica impositiva, aparece la pervivencia de (onnas pat.rimoniales y de estr-.:l.Iegias de recauda­ción. favorecedoras del fmude y la elusi6n. como superstiles de CSlfUcturas previas.

Marta Baruoudo y ~lida Sont..opi •• E1 problema de 11 n.calidad en \.1 noQiIUUDC;.6n provino&! en la etapa ponosi'la . Sanla Fe (I&S3·IISOr. ... 4'? N. Año 1 . 1'IÚm~1'O 1. 1997. pp 73-87.

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1.- Una sOC'iedad en baca del orden y del progreso.

Los lremta anos que siguen I Caseros y al acuerdo constitucional y conductn a la cnstaliz.ación del Estado Nacional de los '86. tienen a Santa Fe como una de las piez.as claves en el Juc,o JX)lftico de la

constitUCión de un bloque hegem6nk:o. El espacio santafesino arrasua un (uene desgaste y su conse­cuente empobrecimiento causado por las permaneOles guerras cIviles que acornp3llaron la primera mitad del SI&lO XIX. El trlun(o de Urqui1..a no pone fin a las tensiones y connictos pero inaugura un estadio superador pan eJ. deslmo de la ProvUlCl.a. Dos son tos GesafJos 3 :úronl3f en CSL' nueva etapa: por una pane. defirur las con(hctoncs que garnnticen los múgenes de acumulación para su desarrollo y. por otro. superar la dfbtl organrz.acl6n esla.131 precedente en pos de concrelJ/ su calidad de estado sober.lno y con creciente grado de 3utooomía}

Durame la primera mitad del Siglo XIX. con oscIlaciones cíclicas, los pilares económiCOS de la ProVIOCia se asient.an sobre fa acuvl(tad mercanti1 y la ganadcrla. l...a primera . 31 cltmsurarse el ciclo rom:ta . no surre dc~medro, SIlIO que 31 conuario. resulta potenciada por la elevación de la salida nuvial del oscuro Pago de los Arroyos al rango de puerto princiJX11 de la ConfederaCión. Ello pennlle una pnmera reactivllción comercial que también impacta sobre los niveles de produl,;clón. e::.limulando la salida de ex.cedente::. exportables. Sin embargo. en el mundo rural. la producción ganadera deberá disputar IIcrra. capit.ales y (uerza de (Jabajo con los múltiples proyectos de coloni1..ación que pr<:lcnden sentar nUC"'ltS bases de acumulaCión a través del desarrollo agrieola. Si bien en ti periodo analizado estas expenencias 00 van 3 desplaz.ar a la actividad pecuaria ni en el stock productivo hI como rubro bállOico de exportaCión. su crecimiento IIti marcando un perfil diferellCial de b provincia en el Intenor del área plmpe¡lna hasta convertirla. en la década del "90. en el principal centro exportador de CUCH­les. ESI3 panicular organl2aClón productiva es acampanada. n su vez. con un3 redefinición de la base demogr.1fica que será responsable de la ocupación de los territorios expropiados al mundo IOdrgena y de los procesos de urb:lni2xiÓn.

l<! oua gran 1al"e3, en la que las viejas y nuevas fracciones domjnantes van a cumplir un rol signi­ficauvo. será la superación de la anugua Of'ganiz.ac1Ón asentada en la figura del caudillo Y $U reemplazo por un estado moderno que no sólo redefina sus reooones con la SOCiedad Y con el mercado. Sino que sea capaz. de formalizar Col la misma lógica. su propio aparato. En esta dlItcción , comienza la lenta y dl(ícll consttucción de un orden normativo dentro del cual se consensüan pautaS y convenciones desu­nadas a producir camb106 de tipo institucional en las relactones sociales. Si bien durante lodll3 Clapa an-1IiZ:vta los conniclQS I't':2parecen una y olra vez en un variado espectrO (luchas (acciosas. guerras civiles. enfrentamientos con los indioS, guerras externas), las divefS¡ts admiRlstracioncs provinciales no postergan por ello la definición de las condiciones de la nueva economía y de la cstructurnción de una administración púbru:a. Una de las preocupaciones centrales que atraviesa el perlodo es la de establecer con clandad ro. conteRldos )' Umiles de la propiedad productiva. considerada como piC1..a clave en los procesos de fonnación de capitales. En pos del horizome meta de configurar un universo en d que priven rebc.ionc:s"cada vez más equiva1entes.las políticas estataJes propondn1n reglas JXeCi­sas a fin de favorecer lacontutTer.cia en igualdad de oponunidades e lOlenraron CJ:pandir las condic~ nes de libre circuJación de bienes y servicios. eliminando -de acuerdo con 135 paulaS nacionales- Las

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twH.'f.j) .tllu.ulC'l~ .Ulltil-l.l1C~ y fÚIIICIIt.:IIIUU la~ \i~ Jc I..UnnUlu .. .k.:IÚlIIIIICIII.u e IUldll,Jl,.IUII.J..:~. '

La concreción de ~St3$ polfliC'.3S obligó al Estado a una paralela compleJl7..GCIÓfI de sus inSlancias Itcmco-3dlTllni.slr.lU\'a~ p3r3 tlnl1lt11..31 eflclencaa y racionalid3d en su operrItoria.. Hacia eslOS orglRlsmos se den\'aron 11$ tareas de plaRlflC3Ción.InSl1Umemac.i6n y supervisión de pI'OyOCIOS. (unciones que en no pocas oponunid3de~ ~ desarrollaron coordl1l3damenle con la burocracia l\3Cional L3 asignacIÓn de noc:vos loles a la gestión estatal que van desde la simple promoción '1 all(!nlO de actividades hasta el IUlelaj(' o injerencia dll(!cla Impuso la (onnaliz.ación de mecalllsmas inSllluciooaJes de financiamiento.

La política fiscal que se perfila a lo largo de estas décadas esLA SUJCIa permanentemente a las PUlslOrtCS de los dos desa(k>5. debiendo adCCl1<mie en cada coyuntunJ :1 la pnmacfa de uno u ouo. SI anali1'"amos el plano dISCursiVO. fibado en el ideario liberal. encontramos qltC el Impuesto es C'OOCebMio como ponador de dos fines ÚOlCOS: "rtmunctar cllrabajo de los empleados del Es1.100 y proveo- a los ,gastos de utilidad generar.' En consecuencia. toda discusión sobre leyes imposll1V3S gener:lles supone una fuerte anlculoción enlre los actos de gobierno y la recaudación:

"Ellesoro '1 el gobIerno son dos hechos correlati\'os que se suponen mutuamentc. No se pucde eXigir ;u1minislrJciOn sin elememos con que costearla- El gobierno (Iue aseguro la hbcnad de tr:looJo. la propiedad de los produclos '1 fomenta su crecimiento o desarro· 110. debe contar con medios para hacerlo. para que su responsabilidad scajus13. para que se le pueda eXigir .. ,'''

Pero la uibUlaeión debe reali.utrse en un contexto en el cl.l3.l. o blcn se la líheruhce par.¡ operar como eslÍmulo. o bien se la aplique sin ooartM las condicK>llCS de desan'OlIo:

~ ... es ntcc.sano que esos impuestos no sean destructQUS de la nque7..a púbhca nt

desproporcIonados" la masa de sus rentas-- que su awnento est~ en razón del awnento de aqutllas. y se establcu:an inmediawneme sobre el prodUClo neto y no sobre el salano de los hombres y los anícuios de primera necesidad pan una población.

El lr3bajo es quien remueve lOdo en el mundo. es el ongen de todos. y se debe lener cwdado en consecuencia de. no agoviarlo (sic) con cargas escC$IYas (SIC)- si ellmpueslO se apltca a la riqueza en su nacimiento es a1umente perjudicial- si al contrario. la anima escila (sic) y eslimub. es altamente útil. ...

SIO embargo. ninguna cstnuegia fiscal resulta ex.itosa si" la concul'I"eocia Imprescindible del aporte del ciud. ... d."U1o contribuyente.'

Las nuevas pautas legales que pretenden sustentar la poUlica tribt.naria afinna<W en los critcrios de equidad. universalidad '1 obligalOriedad. al tiempo que suponen garJntizar las condiciones de acumu­lación. reconocen el pnnciplO de contmuidad jurídica de los actos de gobierno y de su integración en un sistema tributario dedimensióo nacional . Si ~o último lo conduce a gCflentr ¡astas extraordinarios para responder a cxlgenclas que incumben a aquella dimensión. 10 pnmt.ro 10 neva. asumir como

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proPiOS los compromisos contraídos por gestiones anteriores. Esta nueva juridicidad pone dIstancia con un orden donde privaban los Intereses personales. con fuenes rasgos de discrecionalidad. por sobre los institucionales. En U~60. el Gobernador Fr3ga así lo explicita:

"Cuando el gobierno era considerado en nuestras pueblos. como la jndividualidad de tal o cual mandacrio. cad.'l autoridad se formaba un círculo de deberes, respondiendo únicamenle de !U5 compromisos personales. y desatendiendo las obligaciones contrní­das por las administraClOlICS anteriores.

Pero hoy que eL&obicrno. es una entidad moral. inmUt;lble. que es un principio. no ulla persona. debe establecerse una solidaridad recíproca. y responder la actual admmistra­ción de los compromisos que. haya dejado la anterior. con tal que ellos no traspasen el límite de la ley.. ni Sl::an perjudiciales a la dignidad de la provincia.'"

Para llevar adelante estos principios. se logra organizar en 1860 una hacienda pública que. procura "reglamentar y regulari~ Ele una manef3 eficienle la adrmnisu-ación ... de un modo que satisraga a la vel'. a lodos los habllaflles.de la Provinc.ia. conociendo la inversión de los fondos con que contribuyen las diferentes clases de la- sociedad. a fin de gozar de tadas las gar:lntías que la ley ofrece :ll cludada· no·>f. El instrumento reglament.ario locluye un organismo cenLrali7.ado .. la ColeclUría General. coloca· da baJo la órbita del Minisu:rio de Gobierno. a la que derivan los mgresos procedentes de los Dcpana­menlOs y localidades recaudados por comisanos de campana. jueces de paz. agentes municipales. generándose así una red piramidal dentrO de la cual se reacomodan los antiguos funcionarios pero t.ambién los particulares que parucipan del tradicional tclrTllte del remate de impuestos. Dos años mas tarde. la Colccturía es sustituida por dos oficinas adminisu-ativas-conl3bles. b Contaduria Genera] y la Tesorería a las que se suman. a nivel depanamental. la,<; receptorías. Si hien se incorporan al aparato recaudador empleados especializados. el Est.ado no deja de apelar al concurso de los paniculares. los cuales conforman las Comisiones Avaluadoras de capitales. al tiempo que. se ven convocados como conll'alores de las gestioaes de hacienda'o. La estructura llega a su culminación en 1876, con L'l crea­ción del Ministerio de Hacienda quc separa su ámbito funcional específico y se independiza del Minis­tena de Gobierno. Este. Ministerio de Hacienda así redelh'ido, incluye en su esfera de injerencia. paradigmáticamenle. la! funciones de justicia. cuila e instrucción pública. El rcordenamienlO expresa una concepción acerca de las áreas hacia donde debe volcarse el impuestG en su retomo hacia la sociedad.

2.· Asegurar la equidad fiscal entre viejos prh'ilegin<> y nuevos vicios

Las condiciones abiertas:enel bienio 1852/53 mueslr.tn dos cuestiones a resolver en esla dirección. La primera es que las condiciones macro se han modificado tanto en lo polflico como en lo económico, creándose un derecho nacional que pesa sobre la circulación de mercancías. obligando a definir el tribulO en el contexto de dbs jurisdicciones: la confederdl y I¡. provincial. Si bien no existe. en esos

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mamenlos. Un:l detcmlln:lC1ón clara de las tarifas n:leionales. sr se establece que cada provincl.l llene polesmd p:lT3 percibir remas cuando el producto se vende en su territorio. Esto hace referencia al segundo problema. la recuperación del sislema rentístiCO provincial luego del conniclo. Este se cenrra ¡nidalrnenle en la rcorg::mización aduanera. Imponiendo aranceles ad ,'olorem a las mercaderf3S que circulan en el m:1fC() de la rcaclJ\'aeión económica. Los :1fancelcs aduaneros del '53 dan cuenla de los nuevos tiempos. Ellos liberan de toda carga impositiva :¡ las mercancías introducidas desde las provin­Cias de la Confedef'dción. :tií como a la expclrIación de los productos locales. En cuanlO a los efectos extranjeros. COI1 eSle nuevo orden. se rebaja el canon de Imponación a los artículos que hayan s3I isfe­cho los derl"Chos nacionales. Seguramente. con la preocupación de incentivar el crecimiento. la nor­m3liva exceptúa de ¡oda tributo a las maquinarias, los m¡Heriales y útiles de conslTUCción y a los libros de inslIUcciÓn. P:uaJelamente. prescribe gravámenes diferenciales. que van desde el 18 al 3690, cuan­do el objeto imponado puede competir con los nxionales (aguard ientes. licores. harinas. trigo. manu­faClums de I:lla . calzadO.I:1oaco picado). Estas disposiciones van acampanadas por una reorganización de la Aduana. C~pil.1nía de Puertos y Resguardo. que no sólo hoce más compleja su estructura de gestión y control. previniendo el contntbando y el fraude. sino que además pretende mamener a sus miembros pcrmanentemcme inrormados de la marcha de los mercados nacionales e internacionales. buscando unificar cn lenos en lomo a precios y cambios11

Dos al'los después. 13 Asamble3 Constiluyente sanciona Un3 primefJ Ley Genef31 de Impuestos. cuya eslruClur.¡ se aSien1.1 sobre recursos ordinarios que afecCU'l al conjunto provincial y algunos otros que recaen espccíficamemc sobre los ámbitos municipales.

Entre los primeros se encuentran el papel sellado. las patentcs y una Conuibución Directa del cinco por mil sobre el capila!. Rubros menores dentro de esle mismo aparlado los constituyen los tribulos que deben oblar saladeros y grJseria~ (por cada cabeza que se beneficie) además de la patente anual; el df'recho de los corrales del Estado. los gravámenes vinculados al tránsito fluvial (barcaje y pontazgo. sirgadero. elc.) Y la antigua alcabala. que reaparece junto 3 los anleriores. vinculada al derecho de conlrato que se cobra al eíectuarse transacciones inmobiliarias.

En el espacio ml1lucipal. se formalizan imposiciones como el derecho de piso de cmelas o arrias de mulas cargadas con productos del inlerior. al alumbrado público, el del mercado de la Capital yel de serenos de Rosario.

Este primer ordenamiento de los criterios de recaudación es posterionnente modificado por sucesi­"as leyes de igual fndole. Tales cambios producen, por una pane. en la determinación de las aHcuotas -visibles en el caso del derecho de patentes- y en una redistribución interna de los destinalarios. en funciÓn de los márgenes de acumulación que presuponen. Las empresas ligadas a la actividad mercan­til -comercio exterior, al por mayor especializado o directamente a1 menudeo- así como a las de t1ans­formación de materia"i primas y al sector de servicios. son progresivamente escaIafonadas con cuotas direrenciales que rigen al principio sobre el capital en giro y desde 1860. sobre el producto nelOu.

Otras alteraciones que se registran están rercridas a b desaparición directa de algunos tributos, como es cl caso de la alcabala. Las direrentes administt3eiones de las d~das del '50 y "60 han insistido en la necesidad de estableeer rerormas trnscendentales en el sistema hacendario. apuntando fundamentalmente a las rémoras de la etapa colonial o pos independiente. qlJC no sólo resultan de

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dificil percepción sino tambt~n de escasa rcpresentatividad en la mas" de contnbución ordmaria. En 1867, Nicasio Orono propone:

••... suprimlf lodos los ImpUCSI05 que travan el trab3jo Y la industna, depndo subsi .. tU'

untcarnente el menos oneroso y de más fácil pCltcpdOn, por cuanto pesa sobre la ronu· na ya adqUlnda y asegurada. la contnbuci6n directa."'

Por más q~ esta optmón pueda crease avanzada. ella es para mi el resultado de 13 expenencia (SIC). Los derechos de ~hamo y demás de mena- Importancia. sólo sirvcn prácticamente de rtmora aJ dC5Cnvolvim»entodel comercIO y la IndUStria. y a esta circunstancia más que poderosa. debe agregarse la consideradón de que. esos dcrechos. sOlo producen sumas tan pequeMs que ni compensan las molesltas que eXige su recaudación. La alcabaJa. sobre todo, que. mirada cconórnJcameme. es el más injusto de los Impuestos. (onn3 ya contraste coo las refonnas de 1000 gfnero que se realizan en L, PrOVinCia. Y solo puede atnbUlrsc su exislenda . más que .1 una necesidad fictiCia. Q la ralUl de atención que se ha prcsl:.ldo a lan imponante asunto"!). El anacronismo denunci..,do por el Gohernador se resuel­ve parcialmente ese mIsmo ano. con la supresión de este último gravamen l4 •

A la elirnirmción de clel10$ rubros se agrega una reronnulac:i6n de la ltlbutaciÓn coparllci pable entre los municipios y el estado provincial. La insúlucionali2.,ación de los espacIOs municipnlcs a partir de 1858/60 (Rosario y La CapiLal) obliga a las direrenlcs gestiones a realizar una mignac lOn coocomi· lanle de rentas p:ua que aqué.llos puedan asumir 135 exigencias de la administración. En un primer momento. Junto a la transferenCia de los II3dicionales derechos muniCipales (mercado. arena. alum· bradO. sereoo) las leyes de 1858 Y IK63 les Olorgan un proporcional del producido en cada CU'CUI IO de la Contribución Directa primero y de los derechos de Peaje. Pontazgos y mulw luegou. La ley de 1865 reafinna lo ya estaCuldo e Incorpora el usufructo -en el ámbito municipal· de llenos derechos gertemlc:s. como el de corraJes. el de palentes de carros y autoriza a la gestión local la explotacIC5n de lerrenos balillas y de las islas sin capacidad de enajenación. Las posteriores leyes de 1872 Y 1883 amplían el marco pasible de imposiCIÓn a renglones que sugieren Jos Olmos acentuados del progreso. Por 1.3. pnmen de eH~ se. &raYan a los establecirntentos que pI'O\'een desde 1872 del servicio de tran·

vías. a las empresas CQOSITUCIQrolS. a las encargadas de aproVisionar el agua comenle, ele .• En 1883. se carg:a el 50% a las casas de ¡Olerlas extranjeras y se aumenta el número de acti .... idades que deben tributar: tel~graf05 urbanos y demás empresas similares, arrendamiento de locales panI carruajes. ven­ta y repano de sepulturas en los cementerios municipales. prodUCido de la venia de residuos. cte ..

La legitimación de este espacio como captador de rentas no implica la ausencia de tensiones o conOictos. En primer lugar. frente a un déficit crónico. O por lo menos recurrenle, del erario provlnca3.1. el estado no escatima medidas para resolverlo y en algunas coyunturas críticas. como In de 1869. decide retomar 3 la esrel'3 provmciaJ los tributos municipales de Lotcría y Serenos". Esta expropiación Culmina en 1874. cuando se devue1vc: el impuesto de Serenos a la inslancia municlpallJ. Sin embargo este no es el único mOlJ\lO de con1ltaívufad corre municipios y gobierno central. ya que patÚculMnente en 13 década de los 70 y en los espacios urbanos asociados al desarrollo de la coklniz.ación Dgr;OOIa. comicnz.an a levanwsc quejas contra lo que se. supone cargas impositivas altamenle onerosas para el nwnc:nimiento

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.11' I:¡~ m 'lOIr' r~ll ,"¡;t(l('~ 1 11" n' .Wrll/tm: ro" 110,-1/" ¡j(. tn, \" .. -j, "", ljll1' ,'11 !!, h ' !L't ~ n:ú(K.ido!> \1 V,l" .11 "j ,1 1'" niveles de consenso. hacen referencia a una situación de adversidad económica. terminan solicitando la supresión de estos organismos. sobre la base de tales argumenlaciones. Como consecuencia de ello el gobierno provincial dispone. en 1878. la sustitución de la Corpor.ldón Municipal por Comisiones de Fom{'nto en San Carlos y en San Jerónimo1', en lanto perviven las de Esperanza y Jeslís M:uia.

El esfuerzo normativo dirigido a la organización fiscal no alcanza a neutralizar las deficiencias de unos aparalos de rccaudac;ón a través de los cuales se pennea el frande y la evasión. Desde la sociedad y desde el mismo gobierno se reconoce su debilidad y las {'.normes fa\cncias que se delectan en su inlerior. Ya en 1860. el Gobem:ldor Fraga sei'lalaba críticamente que la fuerte deuda contraída por el Estado con sus empleados provocaba una caída en el eSlrmulo para su correcto descmpefio. También en esta dirección se va manifeslar Nicasio Oroí'lo durante los años de su ge!il.ión. El mejoramiento del sistema renristico requie.re., por una parte, la fijación de unidades monetaria~ para la recaudación acor­des con l3s paut3d3s en el plano nacional.19 Por otra, coincide con el pensamiento de Fraga en la necesidad de potenciar los niveles de eficiencia y moralidad entre sus agentes. Con este Objetivo. se promulga la ley del 19 de junio de 1866, por la cual se crea el empleo de recaudadores de rentas fiscales, con sueldo fijo y asiento en Rosario, la Capital. Coronela y San José.M

En todo este proceso de modernización fiscal. tal vez el espacio más difícil de someter a control es el de la campaña. donde jueces de paz o comisarios disponen de un poder discrecional y hasta arbitra­rio. Las 4uejas recurrentes de los pobladores rurales. denunciando apremios ilegales y alIas prácticas coercitivas por pane de es(Os recaudadores se suman a las de los propios gobernantes. induciendo a adoptar medidas correctivas. Las misma." apuntan a neutralizar dos claros fremes de distorsión de la renta: el del fraude y el de la utilización "patrimonial"' del tribulO. En el primer caso. los decretos de 1864 y de 1878 pueden ofrecer una visión de las soluciones que se intentan aplicar para superarlo. El 4 de marlO de J 864, Oroí'lo les retira la t..1pacidad para recaudar, a excepción del impueSto del papel sellado. fundamentando tal resoluciÓn en la necesidad de crear un sistema uniforme y que evite las desigualdades.: l El alcance efectivo de esta disposición regeneradora tiene. en la realidad. escasa aplicabilidad. t.:u\to cuando pretende coartar un poder fuencmenle arraigado cuanto por las condicio­nes de djstancia geográfica y dificultades de comunicación para instrumentarlo. Por su parte, Simón de lriondo. fuertemente preocupado por .... .las graves dificuJtades en la comabilidad ... " y el ·• ... fraude ejecutado por los compradores de cueros .. ," imenta susttaer del conuol de los jueces. el impuesto de marchamo. situación que vuelve a fojas cero en 1881. por la imposibilidad de hacerlo con alTOS medios en espacios tan alejados de los cenlIOS receptores de La Capital. Rosario 'f Coronda.22

Si los jueces dan pie. por acción u omisión, a situaciones de fraude, también es cierto que asumen sus funciones con escasos medios materiales y financieros. Ello los conduce. no p<X:as veces. a retirM parte o la totalidad de los recursos recaudados con el fin de hacer frente a sus gastos. Esto es lo que revela, sin duda, la segunda cara del problema, que vuelve a remitir a la incapacidad del Estado para sostener el sistema que está generando. Al mismo tiempo. la situación hace reaparecer cierta inclina­ción "patrimonialista" en la concepción de los funcionarios respecto de los caudales públicos. Para combatirla, lriondo dispone, en 1873. que las rentas de los juzgados de paz sean remitidas a las receptorías de los departamentos respectivos a fin de evitar

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..... Ios perjuicios y dificultades a que da lugar el sistema observ:tdo por los jueces de paz de las Colonias- y pueblos de campaña. que inviene por su propia aUlondad las cantidades que recaudan. en pago de libramientos por sueldos de los empJc.ados depen. dienlcs de los juz.gados a su cargo y partidas políciales".1J

En realidad. Iodo este proceso se desarrolla en el maIeo de un sistema donde el estado no ha acabado de armar su propia estructura fiscal independiente. La necesidad y el juego de los mtereses privados le dan un perftl peculiar. JXlrque, paralelamente a la confonnación del funcionariado estatal, se estructuran estancias que dejan un campo de acción significativo a los particulares. Por una parte. la ofrecida por la práctica del remate y por otra, las que configuran organismos tales como las Comi­sioues de Av-"l.Iúo y los Jw:ys de control.

El remate de impuestos. frecuente en la etapa :Interior como un modo de obtener ¡¡¡Jclanto de recursos para una administración siempre carente. no deja de acullar su lado oscuro en la~ nuevas circuns!.1ncias. Lal como lo. destaca, en 1862. el Gobcmador Crespo:

"El sistema desi&"ado para la recolecCión de las rentas públicas, no es compatible con las más scndllas e:r.ijcncias (sic) de los inlcreses fiscales. El Gobierno Provisorio los encontrÓ en parte enajen3dos con arreglo j las practicas, que 5011 calculadas más para !OI'ort'ur a los n.'maradores, qut' para odiar (.tir) 1m di[i¡-ulfOdes de .fU recofecfÍÓn . "~.

La estruclura de remale no sólo deja un gran margen de maniobra -y de beneficio· sino que también crea las condiciones de presión sobre el eSlado. parn que éste se comprometa incluso a asum ir posibles pérdidas o decrecimiento de 1:1s ganancias de los rematadorcs.

AsC, en 1862. se acuerda a los seí\Ores TIburcio Reyes y hermano "la cantidad dedos mil pesos por indemnización de los perjuicios sufridos en la recaudación de Jos derechos de piso y comles en el presente año"15. El remate afecta la recaudación de distinto lipo de impucslOs. municipales o genera­les. y en caso de demanda ejecutiva contra los contribuyentes. es el rematador el que promueve los juicios sumarios, siempre y cuando el moroso reconozca la obligación de pagar el impuesto. En caso contrario, el Ministerio Fiscal asume la Cunción para derivar las renlas hacia el rematador26 •

Por su pane. el accionar de las Comisiones de Regulación de los uibutos, panicu lannellle en el campo de las Patentes y de la Contribución Directa. ofrece nuevos indicios de las zonas donde se entre­mezclan los intereses púBlicos y los negocios privados. Como bien lo senala el Goh Cabal. el privilegio no ha desaparecido de esta sociedad y él se expresa en la desigual aplicación de la ley impositiva:

"Mientras riguroms procedimientos se han adopladocon algunoscontribuyenles, otros han sido exirnidos de él, y ricos propielarios han pasado hasta cuatro años sin pagar contribución :1lguna"lJ

La violación del principio de equidad que eslO supone no se reduce a las posibles prebendas que una u otra racción dé a sus seguidores en el trámite fiscal. Una evidencia de que el privilegio subyace

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detrás de formas legales es Justamenle el tIpo de composición que a lo largo de estos treinta anos llenen las Comisiones Reguladoras. Quienes hs inlegran. son conspicuos miembros del círculo áulico de algunas dc las facciones actuan tes. Así, liberales o situacionistas. oroftistas o iriondistas pasan a con­formar un sroff con continuo protagonismo en esas instancias paragubcmamentales. De la misma ma­nera. y dentro de esa matriz transicional. la composición de los Jurys. que podrían significar espacios nuevos de participación ampliada, terminan siendo ámbitos de cooptación desde y para los grupos tradicionales. En lal contexto resulta. por lo menos. poco convicente la preocupación de Simón de lriondo de dar como causa de la menna en la recaudación, la carencia de un aparato coercitivo en el ramo de la hacienda. En realidad . el gobernante sólo está disimulando el dilema: necesita las rentas pata cumplir los compromisos del Estado. pero las ha entregado a la discrecionali<iad de su c1 ientcla.lI

3. Recaudación y deuda. Renexiones anticipadas.

En una primera aproximación al análisis de las variables del ingreso fiscal en el periodo. más allá del déficit. el fraude y la evasión. es posible reconocer un aparato recaudador constru ido sobre la base de recursos ordinarios y extraordinarios. Del conjunto de impuestos que conforman los primeros. las Patentes. la Comribución Directa y el Papel SeUado son los que muestran mayor continuidad y repre­sentación. Los impuestos municipales dejan de tener significaciÓn. desde 1872. al sancionarse la Ley Orgánica de Municpalidades y derivar a ese ámbito. su percepción. En la serie discontinua prcsenLada. el derecho de P-dtentes se conviene en el responsable de la tercera o cuarta parte del t01a1 de la recau· dación provincial, mostrando en cambio la Contribución Directa no sólo niveles menores de represen· tación sino también mayores oscilaciones en sus valores. Como el conjunto de los tributos. pcro más panicularmente en estos dos casos, a las distorsiones del aparato recaudador se suman los impactos de las coyunturas económicas adversas. Las lamentaciones de los magisUildos revelan el peso negativo de la guerra sobre las fonunas privadas. la incidencia de los cambios climáticos (inundaciones o seqUlaS prolongadas). pero también de la crisis del 73/76. El impacto se adviene en la masa recaudada más que en la representación relativa de las variables y. en nuestro registro. san los anos 1874 y 1877 los que destacan esta situación.

Frente a estas adversidades que incrementan los niveles de morosidad. el estado, sin dejar de lado el discurso coercitivo, hace lugar una y otra vez a la práctica de la exoneración, emitiendo incluso cédulas para recaudar los apones atrasados que comienzan a figurar en los anos finales del perlodo.

En cuanto a los ingresos extraordinarios. la serie incluye particularmente la venta de lierras fisca­les . las subvenciones nacionales y los préstamos bancarios. Una evolución panicular. dentro de este sector, tiene la venta de tierras públicas que aparece desde un principio como un renglón conflictivo. Por una parte. representa un ingreso potencial considerable y de relativamente fácil realización. Pero por otra. se muestra como la mejor garantIa de cualquier modalidad de endeudamiento. Ya en 1860. discutiendo "sanos principios de econom ía política", la Comisión de Presupuesto de la Asamblea legislativa se interroga sobre la vía más equitativa y eficaz para hacer frente a las deudas del estado y encuentra como posibles soluciones, el empréstito. la deuda interior o la venta de tierras públicas. Al

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analizar detenidamente cada una de ellas. detecta que las dos primeras no son viables sin la tercera, ya que en la provincia no hay capitales suficientes y por lo tant o todo mecanismo de endeudamiento -interno o externo· o bien se realÍ1.a "bajo las garantías de las propiedades fiscales" o bien utili7.a su venta "para amortizar con su producto la deuda".;'\I

Esto da como resultado una política oscilante en torno a la venta de tierras que se expresa tanto en la masa recaudable como t.n su representación porcentual. Si bien muchas veces los gobernadores utilizan el argumento de no colocar la tierra en el mercado por su baja cotización, la realidad es que no pueden hacerlo porque una parte importame de ella queda comprometida como vehículo de amoniza­ción de los diversos empréstitos que se contratan durante el pcñodO, entre los cuales se destaca el logrado en Londres a Iravts de la finna Murrieta y Cía. con el cual se pretende solvelllar parte de la política ferroviaria y fumfar el Banco Provincial.)(I

El déficit fiscal recurrente. que por lo menos desde [a década del 60 agobia las arcas provinciales. no encuentra ni en los ingresos ordinarios ni en los empréstitos externos ·que traban un verdadero cimurón de hierro sobre la capacidad financiera provincial- reales vías de resolución. En función de ello. las distintas administraciones se ven compelidas a una nueva práct ica: la de convenir. primero con la banca privada y luego <IOS el Banco semioficial de la Provincia. la apertura de cuentas corrientes a las que se afecta el producido de diversas rentas (patentcs. contribución direct~\ . lotería. etc,) O bien '·suenes de estancia" de propiedad fiscal. Este mecanismo encubre una nueva instancia de endeudamiento ya que los diferentes ConlIatos preven enlre sus cláusulas. el adelanto de fondos por pane de los bancos a las respectivas euentas t.omentes, los cuales deben ser abonados con intereses uimestrales y acumulativos, que a través de los anos se toman ruenemente onerosoS.

Si bien este avance no puede dar cuenta aún de la real incidellcia del problema del endeudamiento. su alusión en el discurso oficia110 ubica como la constan te que condiciona cada vcz más la~ potencia· lidades del progreso y el grado de autonomía respecto del Gobierno NacionaJ.ll

Finalmente, el panorama de la fiscalidad en Santa Fe entre 1850 y 1880 quedaría sesgado -en lo que hace a la oper.noriade recaudación- si no intenláramos adelantar aJgunas reOe",iones sobee cómo aportan a la hacienda pública las distintas jurisdicciones departamemalcs.

La propuesta desagregada comparativa de tres anos (1&74, 1876 Y 1880) produce un primer impac­to: enlee el 45 y el 54% de las rentas generales p,'ovienen del Rosario. El departamento La Capital no llega más allá de una rel?r.t:Stación del 21 %lZ. en t.anto el de Coronda (San Gerónimo) exhibe oscilacio­nes en una representación porcentual muy exigua (entre el5 y e17%). No obstante el hecho incuestionable que el departamento del sur va convirtiéndose pau latinamente en el eje dinámico de la economía santafesina. el problema parece tener otros orígenes, tal como lo marca en 1874 el Gobemador Bayo. comparando los ingresos. fiscales de las tres áreas:

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..... ¿y podremos decir que el departamento del Rosario posee más riqueza, tiene más materia imponible. para dar la desproporción que arroja el impuesto perc ibido'?~ Yo no lo creo asf. Sei'k>res. Mientras que el Rosario solo tiene de territorio setecientas leguas cuadradas, los otros departamentos tienen dos mil novecientaS cincuenta leguas. que si en gran porción está despoblada. en su mayor pane es de propiedad particular.

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Pero donde .. ~ hact' milS not1t'ol(' ,. .. !'tI d tll"'J':ln:lml"nlo lit' San <1t!rf'inimo en donde. a

pesar de eX istir un comercio que va llamando la atención, con quinientaS leguas cuadra­da.~ de territorio. y donde la propiedad es tan valiosa, sólo percibe el Erario quince mil quinit'nlos Ininto)' lIutve pesos, l'tmtimlt\·t ct.f/lU\·os¡Utrlts (15.539.29) y ello no pue­de provenir de orra causa. desde que el Impuesto creado por ley es igual para lodos. de que. o su avaluación y recaudaci6n no se hace con regularidad O de que solo unos pagan y los a iras no; yo opinana que las lrCS causas existeo".n

Una segunda renex i6n se refiere a que, en la configUl'3ción de los distintos rubros. se m:lf1tiene la dinjmica general en cuanto al peso tributario. Entre los tres más significativos, es el del Papel Sellado el que puede estar incorpomndo algunos matices específicos. Posiblemente su crecimiento.:J. lo largo del periodo pueda sugerir indirectamente los fenómenos de reactivación económica del sur provjncial asf como una mejor capacidad perceptiva. De este modo en cada corte se asiste a casi una duplicación del mOnto. Un tercer aspecto destacable reside en el hecho dc que en l4t composición de las recaudaciO­nes depar(afficntaJes, los impuestos municipales no exceden nivele" superiores aJ 20 por ciento en su relaci6n con las variablcs genemles. Entre éstos. uno dc los más significaLivos y tr.:Idicionales para el depan.1mento Rosario es el de Serenos que. por ejemplo. en 1880 representa un ingreso de 9.275 pesos (4.1 %) mientr'ds que en el de La Capital, donde recién comien7..a a ser recaudado. solo ascicnde a 980 pesos (1%).

El aná.lisis precedente vuelve a dejar en descubieno. frente al discurso modernizador. la gran capa­cidad de adaptación que muestran las facciones dominantes para operar en los espacios renovados de toma de decisiones. sustrayéndose de la presión imposith'3 y definiendo. en última instancia. su deri­vación hacia el conjunto social y particularmente. la gran masa de consumidores.

En esta sociedad y en este Estado. el privilegio Liene aún capacidad para distorsionar el ideario de la equidad fiscal . •

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Distribución Porcentual de los Ingresos de la Hacienda Pública S.nt.fesina' ,

¡....ru , ....!lli. .ool .Jlli --1ill --1lli , ~

,aso Valores Ab&oIulos .- .- .- .- .-r""" (en peso<J 78810 1",,'" 1 '2';>" 326,333 301.575 ~ .. ~- 331 .680 1 .. , 7'"

Palant" 26,6 30,4 25,1 21 ,1 29,S "'2 25 25,6

ConltibJci6n Direda - 112 9,7 12,1 14,2 20,2 19.2 23,00

l'a¡JeI Sellado U 7,7 IO~ 3,' 5,5 S,, 7,3 11 ,9

Marchamo , , 3,8 ' .7 23 2 ' 2.1 2.1 Dlwr&os A/b.,ios 2,' ' ,7 7,3 6,8 7,' 6,7 ' ,3 ' ,00 Venia de rIMaS FISCaIe$ 37~ '~7 ',' 20,' 0,6 15.6 O,, ,

Registro de Propiedad , · 0,6 O,, O, , 0,7 • · Pa~& · · 0,9 O, , O,, · · ,

''''''ala 5,5 3.7 7 · , · · · SaJaderos y grasera · ' ,5 0,3 · 0,6 · · · Subvención nacional · 5,3 · ',' ' ,6 '.7 2,1 · Subvenci6n a if'\$lrucd6n pübllca · · · 1,' 1.6 0,2 · ,

Otros Ingresos (1) · · 15,1 ',2 11 ,4 · 3,2 · Utilidades del Banco Provincia! · , · · · · 22.7 121 18,00 Munlcipalídad de Rosario · · · · 3,00 · · · Derecho de serenos · · · · · 2,1 2,' 2,' Piso de Carrelas ' ,2 11 ,8 10,4 2,5 2,6 · · · Barricas 1,1 O,, 0,2 0.01 0,01 · · · loterla 2,5 ' ,00 1,' ',' 3,7 · · · Matadero · · · 10,5 12,5 .~. 11 12,4

Corrales 5,1 6,6 ',' · · · · · Sirgadaro 1,' 1 , 1 0,6 · · , · · BaIeajI 1.0 0,6 · · • • · · Ahlmbrado O,S · · · · · • · MOIcado 1,3 · 0,8 · • · • · Reftideros de Gallo 0,1 · · · · · · •

Derechos di Arena 1,6 ' ,3 · · · · · ·

Fuent .. : Balance y es1adOl generales de los Leras de Conlabilldad General y Memona. (1) \ocluye rentas a recaudar, dep6s~OI, adelanlos de Bancos e inler9$H (2) ~a odubta de 1876. {JI Mofosos de Contribución Directa Ingresos de la Hacief'\da Plt&a Sanlalaslna por departamentos

24,1 16.7 13.5 35 2,8

,002 · · ,

· •

· 1,6 I~

26,' ·

2,00

· · ,

· · ·

· ·

·

Page 79: PROHISTORIA 01 (1997) - COMPLETA

.. • n ¡al ¡¡'lit 'JIi -

Rubros La Capilar Rosario Coronda

1874 1876 1880 1874 1876 1880 1874 1S76 1880 1874

T~a19s (en pMOSJ 123.943 89.037 108.114 162.219 199 S33 .753 15.409 31 .510 31.225 301.574 l' 1

Conlfiluci6n Directa 16.779 21 .484 22.163 39.577 45.7"7 49.713 4.567 11 ,199 10226 60.923

Palentes 21 !lO' 23656 29298 61 166 71 .421 77.972 7.907 8.467 11.309 90.977

Diversos Arbitrios 4.876 2,324 2.665 13682 12.762 10.997 1.584 2.an 157 20.142

Papel Senado 5.412 10.985 23.266 '823 18.021 :16.469 '21 1.174 6.834 15.356 l.

Matadero 9.471 15.665 11 .665 26.876 28,135 23.075 . 1.460 1,851 36.447

Registro de Propiedad 1.035 • . , .121 . . 20 . . 2.176

$ubveoo o 14.173 8.760 o

Tierras Fiscales 47 .033 '01 9.895 o . o o o o 47.033

Impuestos Serenos • • 9BO 6,476 10.010 9275 o o o 6.476

Marchamo 2,722 3.792 4.707 3.398 5.001 11 .988 1.210 2259 602 7.330

Peaje ,. , o , o o o o o 14

~- o 52' o o

O\ras Ingresos • 1.990 3,475 o 7,420 4.074 o 4.074 246 o

Batlco Provillcia Ulild. o o o o o o . o o .

Fuenles: Idem anleñor. (1) Incluye la conlribucl+on dlreda mas ejercicios vencidos, (2) Incluye Colonias, San José y dependencias. (3)lnc!uye utilidades del &neo.

Tolal

1876 1880

. . , " 414.360 492.794

79430 82..102

103.550 118.579

17.973 13.819

30.180 66.569 I 45f2SO 36.691 I

o

I

, '01 9.895 ¡

1 10,010 10.255

11.052 17.307

o

13.484 7.985

94280 129.702

-

Page 80: PROHISTORIA 01 (1997) - COMPLETA

Notas:

HALPER1N DONGhU. Tu lio. Gutrm )'finol1=as ~11 los orfgenu d~{ estado argtllfino (/79/-/850). Buenos Aires. Editorial de Belgrl1lo, 1982. Introducción.

~ CHIARAMONlE. José Carlos. CUSSIANOV1CH, G. E. Y TEDESCHI. S .. "Finan7.llS Pública!> y polftica intcrproviociaJ: Sama Fe. y su dcpendeocia deSuenos Airesen tiempos de ESl..1nislao López". en Bofe/fn d,lllIstituJo dI! /lis/oria Argtlllino Dr. Emilio Ro\'ignoni. 33. Serie. 2do. Semestre 1993. USA. Buenos Aires..

J BONAUDO. M. y SONZOGNI, E. "Connlcl05 y :mnoní.1S. ESlado y fracciones burguesas". 1996. mimco en prenS:1.

~ Despacho de la Comjsión de PresupueslO de la Lcgislalura provincial. en His(oria de las ¡nl/iludo­MS de la Pro\'¡nria de SOIl(O Fe. Imprenta Olida!. Santa Fe. 1972. Tomo IV. Mensajes de Goberna­dores. p. 112.

J Ibidem. p. 113. , Ibidem.p. 113y Il4. 1 lbidem. Mensaje del Gobernador Orono. , fbidem. Mensajes. p. 105.

, Regislro Oficial de SanLa Fe. Tomo m. 29/1 1/1860. pp. 173/174. 10 Ibidem. Tamo 111. 2N1862. pp. 357 y 358. 11 Ibidcm. Tomo 11, pp. 138/141 Y 162/165. 12. lbidcm. 28/12/1855. pp. 297 y SS.: 15/12158, Tomo JI: 25/10/59: 9/12/60. Tomo 111; 4/IO(70.1bmo

VII; 29m 1. Toma vn. u /fislonu. op, ciL Mensajes. p. 210. l' Registro. op. eil.. Tomo V. 27/8/1867. p. 408. u ROSELLl, Amadeo.. LLyts orgánicas municipales. Edil, Cicerone. Rosano. 1939. " RegislfO. op, ciI. Tomo VI, 1619/1869 Y 1719/1869. p. 444. 17 Ibidem.Tomo vm, r1/9/ 1874.

11 Archivo de Gobierno-. Sama Fe, 1880. Torna 60. Folia 121 y ss. 2819/1878: Tomo 101 . Notas. 1Ofl./ 188 1 Y 28/2/188 1.

" Regisuo, op. cit., Tomo VI. 16fJ/I869 Y 17/9/1869, p. 444. :le lbidem. Tomo V, pp_ 113 Y 114. II lbid, Tomo IV. p~ 113 Y 114. ~ lbid, Tomo X, 7/11/1-878. pp. 168 Y 169. Tomo XI. 812/1881. p. 11. 1), fbid. Tomo VIII. 7/411873.

~ Historia ... op. eil. Mensajes. pp, 134 Y 135. 15 Regislro. op. eiL. Tomo VIII, p. 7. l. fbidcm. Tomo IV. 21/811863, p. 57. 17 Historio ... op. cit. Mensajes. p. 233. !f Ibid. Tomo V, p. 79. :t Tbid. Tomo V, p. I tS y 116.

- 86-

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.., También los ProPiOS benel lclos del Manco Provmclal quedaron en gran medIda supcwt<ldos al pdgo de la deuda. Libro General de Contabilidad. 1876-77. Tomo 146. Archiyo Hist6rico Provincial. Intermedio. Santa Fe.

JI !listari(1 ... op. cil. Documemos N. 5. 6. 7, 8. 9 y 10 dcJ Balance General de 1874. pp. 359 Y ss. MARICHAL. Carlos. Historia de fa d~uda ex/~rna de Amérira Latillo. Mérico, 1988.

II Para lograr los porcentajes se desagregaron del total del departamento de La Capital, los rubros corrcspondienle:i a Subvención Nacional. Venta de Tierras públicas . Subvención para la Instmcci6n Pública.

)J llisror;o ... op. cil. Mensajes, pp. 340 y 34 1.

· 87·

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,

Historia y Universidad hoy* DR. ALBERTO J. PlA

(UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO· CONICET)

o)' hemos Icnninado unas nuevas Jornadas donde los hiSlOriaOOres de distinlas Universidades nos hemos reunido para hablar de nuestros problemas. de nuesuos u-abajos. de nuestras prc-

• OCUpaclOOes.

Ello se traduce. nonnalmcnle. en una actitud que nos lleva a hocerénfasis en nuestras res¡>cc­¡ivas especialidades. Tratamos de aportar, de polemizar. de ccnlribuÍf coo nuestros esfuerzos para que este campo. el de la Hisloria, se nos just ifique como un campo en el cual nos reali7.amos. (;1010 intelec­tualmente como diría yo individualmemc.

Seguramente hemos avanzado. Mucho o poco. pero hemos avan7.ado. Tenemos que haber avanzado para justificar nuestro propio oficio. nUCSlraS propias preocupaciones dispares por cieno y muy espe­cialmente porque si no. una reunión de eSle lipo. muhiludin3Jia y que requiere laOJOS esruerzos. no se justificaría.

Escapa a mis posibiMades el hacer un balance general, y quizá lo que estoy diciendo se deba enlender más como una toma de posición. como una aspiración. como un desoo simplemente qui:z.á. pero que trata de llegar a las conciencias de los que nos hemos reunido aquJ. con el objeto de trasmitir. más que conclusiones. preocupaciones: más que recomendaciones por muy vjJidas que ellas sean. reflexiones crilicas y aUlocríticas posiblemente panl pensar juntos algunos: problemas que nos aquejan.

Seguramenle hemos aprendido más cosas. Salimos de estas Jornadas (o deberÍ3.mos salir) mejor preparndos en nuestrnS respectivas especialidades. Pero para el historiador que se precie de t.aI y no de ser un simple cronista o un repetidor de saberes ya adquiridos e insliludonaJizados. no tiene prioridad el aprender más cosas. más inronnación. más dalOs. sino principalmente avanz3r en la manera de pensar los problemas a los que nos desarlllJl nuestros datos, r.Ue$uas infmnacioncs. Cienamente 3

partir de un saber acumulado y de una experiencia concreta. No CiOO que debamos desperdiciar nada. ni CITOCCS ni atienos. )'a que la mejorla se basa en superncionc.'i que abaroln a ambos.

En el saber (renexivo) el sujeto (estudiante o docente o investigador) se modifica a sí mismo por los erectos de ese saber. De esta manera es que el sujeto st construye (personal y socialmente), y esta es una manera de incidir sobre el objeto de estudio. en U03. constante interrelación.

El conocimiento penniteconocer más datos, más inronnación. más objc:los.lo que ayuda a desarro­llar la racionalidad y a comprender mejor (y quizá de manera distinta) lo que ya.se conocía antes.

Albel10 J. Pb.. " 'lIslOri. y Un.....:ntdd hoy". pro¡th'ulo, Año l. númem l. 1997. pp 91 -96.

' Ponc:mn p"'1mUld" (n el pand de ciern ¡k tu VI" Jomadu lnterEscuclllll Dcpr.namenlOJ de Historia de 1&$ Unl'v~nidadc:1 Nacloo.Ju. Univenid.d N.aUla! de u Pampl - Facultad de Cimdu UumanaJ. s.nt. Rosa. 17-1"1- 19 d" o.tptiemb", de 1997.

· 91 .

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Porque todo conOClmlellto verdadero (aun en su relatividad) contIene dosis de Iflcenidumhre. y ella es el pnmer paso paro desarrollar más conocimiento. porque la duda refleXIva es construniV3.1I1 revés de la duda absoluto que es p:trah7.ante .

Todo esto es una relación dIaléctica: partimos de aumentar nucs¡ra inrorm3CiOn pam cOIluccr. PeJO nunca el aumento cuantItatIvO del conocer stlsliluirá por si, al saber rcnexivo. Se alimenla el pensa­miento abslt3cto elevándose desde el pensamiento concretO y la mayor canlJdOO se conviene en nueva calidad. Esto justifica el esruerzo que h3cemos para conocer mejor y avanzar en el dcsalTlJllo de la

c.encia SOCial. de la hlstona en nuestro caso específico. Pero yo me qUIeJO rererir hoya algo que nos abarca y condiciona de maneta Ineludible. Lo podría

llamar la erisisen la educación. o la cnsls en la Universidad cspecíflcameRle. Pero erro que es algo mM ampIJo, Pcrmftanme alejalTlle un poco de nutSIJO campo. p:V3 retom3l' despuEs al mismo.

El mundo VIVC una SItuación traumática: ajuSta la economía y arecta a la socied.,d toda para salvar al sistema: y paralelamente se le van ¡tgoundo los m.1rgenes para seguir con ese ajuste. No me vaya refem a la cmls y al ajuste mercadisla y monetarisca en gencral. Me qUiero rdenr a un solo aspecto pam no hacer esta lIuervenc:ión demasiado larga: ti problema de la educación y la universidad.

y para ello debo salir 3 enrrentar el dLscurso más gcnerolJzado que nos orrecen hoy desde dLsuntos fimb itos de poder. Se nos dice. por ejemplo, que con las nuevas tecnologías. se necesitan má.~ personas capaciladas. Que los dcSOCUP.ldos 10 son porque carecen de. capacllación, Y el Estado. paradÓjica y paralclamcnle. ab..1ndon3 sus rcspons;¡bihd3dcs para que eX I"la una cduC3ción más abarcadora.

Pero empecemos por lo rnmero. E. ... cieno que las nucvas tecnologías requieren personaJ mis capa­cil3do en la utih7.aciÓn de las mismas. pero 13mbitn es elerlO que cada vez se reqUIere menos personal para atender esos tntba~. El Estado st desentiende de esta rormaclón. y recurre al mercado, La eosc­!\anu. todo lo referido a edUCación en los distintos mveles. se rc.rercncia con el mercado, Desde ti oflCia.lIsmo. pero también desde 13 oposición mstllucionaJ. escuchamos una misma censilna: que las empresas conlfibuyan a esa edUC3Ción que hoy se neceSita , C3p;tCitando a SU personal. Yen rcaJjdad esas em)m:S:ls lo estJn haciendo ya. En cuanto a nosotros. parccacra que estamos rttomando. despots de !Jn giro histórico traumátiCO. a aquella lucha que libr.lmos hace varias dtcadas defendiendo la enscnaRUI estala! frente 31a ensel\anu priv3d3. (laica o libre). Sólo que ahOI1l hasta desde la oposICión política se recrimina a las empresas (transnacionales y monopóbcas) por el hecho de que no invierten en educac ión. Obviamente los empresarios. atenitndose a las reglas del mercado y su cuota de bcneficK> del capital. sólo invcnirán en capacitar a un personal cada vez menor. ya que las nuevas tecnologías requic.ren mucho menos mano de obra que 13S amenores, y su resultado es que producen muchos más bienes que antes, Apelar al mercado (la ensel\anza priV3da) como supuestO paro defender b educación púbHca es. por lo menos. un contr.lSCnLido.

Los historiadores lo conocemos muy bien 3 este renómeno. ya dramatiwdo desde la primera revolu­ción industrial a principios del siglo XIX. Sólo que ahora el sistema mundial del cnpilallransn:.Icional ha prod ltCido por contrapanida mil millones de personas en el pl:mew que se e.o¡tán muriendo de ham­bre. según l3.s Naciones UnIdas. y semn 2000 millones en el aI\O 20 10 según esu misma OrganiZ3Ción.

En Argentina 00 hoce falta sino mencionar solamente la desocupación y el hambre, Nos golpea el rostro lodos los dJas y se conviene Cfl nouC13. de pnmcrd plana de los dtarios en forma pcnnanente.

·92·

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DIgamos. marginalmcme. que C5.1S reacciones no solo están justificadas. silla que dct>erian ser muchí­simo más amplias y oompromelCmos más aún a los dentistas sociales. Si c.~tudiamos a las sociedades, o sea a los seres humanos considerados colectivamente. ¡cómo puede ser ajena a nuestra preocupoción que en Argentm:t cxlstan unos 4 nllliones de personas por debajo del IlIvel de subsistencia!.

¿Y la educacIón. y 1:1. capacitación? El Estado se desenllende porque no le intereS3. ya 1'10 es de su lTleUmbcncla en la medida que la educación es pane de 50s procesos privallzadores que aplica a rajatabla. es el mercado lo que decide y ese mercado es el interés de las transn3Cionales del mundo que domman el 80% del mIsmo. Por atta parte porque es una falacia alimentada por la sis tcm~lica propaganda que se dIfunde en toda clase de medIos de comunicación. Noes verdad que lodos aquellos que se capaciten van a tener opor1unidades de u~haJO. E1 sistema mundial del capital traJlsn3clooaJi.7.ado necesita en un polo menos trabajadores mejor c3p3ci13dos, '! en el otro extremo también menor cantidad de ttab3jado­res. pero cuamo menos capacitados mejor aún. Es repetir el ideal taylorisUl del trabaj:J.dor masivo analfabeto que. según palabr.:ls de este ilUlor. _cuanto más se parezca a un buey. mejor todavía,..

Las contrad icciones que esto Implica en el sistema son insolubles en general. pero en esta coyuntu­ra dcJ ajustc neolibcraJ y mercadisla, agudizadas a niveles extremos. Ha5t:l el Banco Mundi:1l manifies­ta hoy su preocupación. La Umversidad se conviene. enlonces. en un clemcnto secundario para el sIstema. porque la mundiati7.aciÓn del capital conlleva la del mercado Intelectual. Debe producir lo que pueda necesitar. y la capacitación espccializ.ad.J y dirigida se hace desd\! la empresa o desde la enseñan-7.4'1 privada y pag.a. El dinero es la medida de 1M posibilidades de capacitaCión que le interes:! al Sistema )' más especfficamente a la empresa transnacional, lmica en condiciones de hacer la~ inversiones de acuerdo a sus conveniencias. Porque el mercado inlelCClual existe. y es manipulado como cualquier otro pl'oducto. Pero SI la Urllversldad es absolutamente marginal para el Poder. para los universitarios es una cuestión Vital. asumir las responsabilidades de confrontar. Nuestra critIca a la poUtica cdocaaú'3 lt:lSClcndc los R!velesde la. educación en sí misma. y se proytcla como rei\'indJcaciones en la sociedad toda.

Asf.la consigna ",Educación para Todos". se conviene en Un:J de dos cosas: o una consigna vacía si se espera que el sistema se haga cargo de la misma: o en una consIgna de luclla que no se agOla en si mIsma e Implica cOnlcnldos de mucho más largo aliento. Porque si el SIStema actual no puede garanlJ­zar tela educación pa.r3 todos-. al Icv3Tlwla como consigna por quienes creen realmente en eUa. su carácter subversivo aparece desde su sola enunciación.

Más aún, cuando se la utiliza demagógicamente desde el Poder del Estado. no compromete a 03da. pues nunca se traduce en acto institucional positivo. El Estado, y más aún el Estado del Ajuste Neoliber.u, no sólo es represivo y opresor como todo Estado. sino que en esta fa<;e exacerbada se conviene en neo­malthusiano. En otrdS crisis. que la historia nos ha ensenado (en Argenlina y en e l muodo) .. el recurso para elimlllar la sobreproducción de bienes ya producidos y por encima de la capacidad de consumo del mercado. se lr'ctduce en la dcsuucción parcial de esos bienes. y esto es maJthusiarusmo. Cuando un profesional, un arquitecto. un ingeniero. o un historiador. para sobrevivir debe manejar un taxi (si es que puede llegar a hacerlo) eso t.ambién es mallhusianismo socLal.

En otras crisis semejantes que hubo en la historia. y que porcooocidas ya no es necesario ejemplificar. la ehmtnaciÓll de la sobreproducción invendible se tradujo en la destrucción de los b¡cnes materiales

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(el vino en Mend01.3. los aulaS en Estados Unidos. etc.). En la actualidad la salud del sistema mundial transnacionalizado. pareciera depender de la destrucción de mil millones de seres humanos. y si esta supuesl8 solución se demora. para el 2010. sern necesario destruir dos mil millones de seres humanos. La irracionJ.lidad del sistema. no tiene alternativas dentro del funcionamiento del mismo. El hambre es un inSlI1JmenlO de política acLiva para conseguir estos fines. ya que las lasas de crecimiemo de 1.1 producción no sólo recorren un camino inverso a la tasa de desocupación de la humanidad. sino que el dcsnivelllcga a límites que ni el sistema puede asimilar.

Conlradicción insoluble dentro del sistema pero que no sólo no nos inhibe de asumir un compromi­so social. si no que nos exige más perenlonamente. una mayor sensibilidad y un mayor compromiso mdjo.' idual .

Como personas cuyo objeto de estudio son las sociedades y por ende de los seres humanos. los historiadores no podemos hacemos los distraídos. y mirar para otro lado. Porcl cOnlrano deberíamos estar en primera línea aportando experiencias del pasado, ya que eSlamos tratando sobre la vida huma­na y la sobrevivenc ia.jaqueada en el mundo de hoy por la paranoia de la agudización de las contradic· ciones del mundo en que vivimos. Y ello es asr. porque el presen te es el primer testimonio del pasado. Es nueSlIa primera fuente documenLaJ. como ya lo dcrendicran hace muchas déC3das iluSlfCS colegas que todos conocemos. Cuando hacemos Hisloria. la hacemos desde aquí. desde este lugar. Y miramos hacia atrás. ¿Que vemos? Eso depende del enfoq ue de cada uno. pero la diversidad de enfoque no anula que somos personas del Hoy de la Historia .

Mi vivencia como ser humano. me condic iona mi oficio de hi storiador. El discurso mas-mediáLico nos dice en paJabras de uno de sus gurues (Nicholas Negroponte) que hoy hay que Ser Digital o,) No Ser. Para este di scurso hay en el mundo de hoy mil miUones de personas que SON y otras cualfO mil millones que NO SON. Es el mejor resumen de la exclusión fundarnentaJista neo malthusiana. El mundo es de los que SON. El ser humano cae vencido y no existe entonces ni Historia ni Futuro reSC<ltable. A la Modernidad le sigue como complememo lógico la Posmodemidad. Para ellos no hay pasado y ahora tampoco hay futuro. Su lógica es coherente y no se la puede desdenar. ya que es la justificación de un Orden. que impugnamos, pero al que debemos oponer altemaLivas coherentes.

y surge la pregunta: ¿Cuánto de ideología encierra todo eslO, y no de ciencia social o Historia? Tomemos entonces un ejemplo de discusión actual: e¿La realidad es real?» El eue.stionamienlo de

lo real podrla hacerse desde dos vertientes. por lo menos. Una. de tipo positivista que termina por aceptar que la realidad es tal cual la vemos. Otra de tipo dialéctica que plantea que lo real es la determinación o el resultado de diversos cruces. de diversas variables y heterogeneidades que al entrecruzarse producen la realidad. El primer cuestiooamiento que me surge es que pareciera cOJÚun­dirse lo real. con el conocimiento que de esa realidad se tiene. ¿Es que nuevamente la polémica es la contraposición entre idealismo y ma(erialismo como en otras épocas? Puede ser pero plant.e3da en otros términos.

Yo diría más biCfl , y de acuerdo a un lenguaje que se generaJiza en la actualidad, que la realidad virtual niega la realidad real. y entonces la Idea (en lénninos hegelianos), es anterior a la realidad. La metáfora de la gruta donde el hombre ve su sombca. pero no la realidad de ese hombre se impone en el vinualismo de algo que parece ser, pero no es. ¡.Es que acaso la sombra anula al hombre mismo? ¿Es

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que emonces la gruta no pasa a ser lo re3J e:ostente. es decir llene rea1ldad"! En re~umen. CreQ que puede cambiar la realidad real. que por derUlición es cambi!lllle. no estética. deu:rminada de manera múltiple ya desde Heráclito. pero lo material seguir siendo lo pre-extsCenle. pues hasta el cerebro humano es material. aunque prodU7C3 Ideas y por esfuerzos de abstr3cciórl pueda e5Caparde la realidad Inmedmta. para sislemaLizarse en ciencia.

¿En el campo de la Historia es acaso posible pensar en un trasfondo mmóvil, al mismo tiempo que pnviJegiar el estudio y b comprensión del cambto y lo diferente? ¿Es que el pensamiento concreto y el pemamlento absU'OCto son cosas disuntas y separadas o son dos momentos de un mismo proceso de renCJ:lón?

y los hislonad<ns. por nuestro orlCio. no podemos no tomarpartiílo. Estamos más comprometidos o por lo menos tan complomeMos como el que más para tomar p;lJ1loo en la disputa epistemológica (o melodológtc3 SI se prtrtere). El_combate por la Historia lt deberla ser un «combate. por el compromi. so social ya que 1:15 sociedades y sus uansformacioncs son nuestro objeto de estudio. y en la octualidad estas prioridades pas.lll a ser materia urgenle. Porque las responsabilidades cslán allí. presemes. ya sean asumidas ° pre-existemes.

En estas condiCiones surge un último problema al que me quiero refcnt. ¿Qué es lo políticamente correcto en las circunstancias actuales'] Y al deeir «polIuca. me refiero en general al accionar cans· ciente y concreto. La alternativa se nos presenta en el mundo inteleelual e Institucional de e.o¡ta fonna: en Sustancia ubicarse ° no dentro del sistema, O sea dentro de lo supuestamente posible. En esa disyuntiva yo me declaro necesariamente políticarncnle incorrecto. ya que no me ubico en ninguno de los posibilismos ell boga. Debo explicar un poco esta aJttmauva, como es obvio.

Siempre han existido en el campo de las ciencias .sociales. y de la rustona, ciertas Uncas de ¡nves· IIgaci6n que se promocionan. y son las que detenninan y deciden los mtercses poUlicos y financieros. Desde el campo profes)onal y acadtmico es muy frecuente tener ()(taS piorid3des. por ejemplo en la actualidad. En el campo de las ciencias sociales. se refieren al mejor abordaje del Tmbajo (y no a su contraposición. la desocupación); o a la salud pública (y no el mercado Anitano y la medicina privada); o el medio ambiente y la oonstrucción de ,"¡viendas para el 80% de b humanidad (y no el mercado inmobihano para el luJO y la exhubcrancia ). De ahf surgen muy claramc:me. según los objetiVOS que se busquen. ¿qut eSprQaliud60 se ncc:csiLa? Y todo CSlO es una elecCJ60 poUlica.

Lo que se considel1l poUticamente correcto en la actualidad se armca en salisf.:er las necesidades de una minorfa privilegiada (en el mercado y en la polÍlica) y en tal sentido es que me declaro política­mente Incorreclo ya que prefiero priVllegiar mis preocupaciones en la cducad6n. la salud. la vivienda paro todos, y no sólo para una minoría que usufrucla los Poderes. El 20% de la humanidad se queda con el 80% de la rema mundiaJ.

Hace poco en un reportaje decfa uno de los principales asesores de Miner'Jnd. y por lo tanto insos· pcchable de posiciones extremas de izquierda: .. Hoy en día todos los pnncipios de la democracia son 3plastados por la economía de mercado. Puedo dar un dalO para rearlTrnar esta afirmación: hoy el total de l:lS transacciones financieros mundiales suman quiniemos mil millones de millones. ° sea quinien· lOS billones de dólares. y ellotaJ de las reservas de los bancos cenualesllega a un biUón de dólares. O su que la reladOn enll'f: los Estados y el Mercado ~ de uno a qaMtie.nt05. El desequilibrio que se

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produce es muy claro. P:n:a combatirlo es rlCCesario controlar al mercado. y en particular toda la proli· feración financiera. y rerorlaJ" la democracia. tanto en el ámbito nacional como en el internacional» (Jacqucs AlIali. Clarfn.. 6 dejulio de 1997). Pero el Estado no atiende ti los mil millones de hambrientos de justicia social que hay hoy. Los Estados a lo sumo hacen un poco de asistencialismo. a los solos efectos de mantener el contr:ol social.

En Argentina. el Estado. que ya ha abandonado su papel comocapllaJista rcal, para ser mediador de un capitalismo transnacionaJ. no liene la capacidad ni la voluntad para solucionar el problema que nos aqueja socialmente. y respectO a la educación, y si se quiere mas puntualmente con respeclo a las Universidades. Su abandoBO de ¡oda política activa y de promoción, está condicionada por sus propios errores y negociados. Ni siquiera es posible entonces por un esruerzo de imaginación. suponer que pueda implanw-se un capiralismo ~de rostro humano,. como postulan algunos. ya que para eUo pome­ro y ante lodo habrla ql:It: at3Car a fondo las propias condiciones de funcionamiento global de este sistema. Pero el EstadQ al privalizar las principales fuenles de ingresos, se aliena en su capacidad de iniciativa. en beneficio del capitallJansnacional.

El Estado representa una hegemonía en acción y el saber (la Universidad) entra naturalmente en conDiclO con esa hegemonía.

Pero el pensamiento tiene una actitud natura] que tiende a funcionar con un alto grado de inercia. Ha)' que asumir que el pensamiento !'e construye hasta la muer1e y la vida es un desafío. Dejar de construir. para la UniversM1ad. es la muerte por inerCia. Dejar de constnlir es dejar de pWnlcarse proble­mas. Parella rescatamos al intelectual crítico y comprometido y no al simple academicista que justifica al sistema para auto-justificarse.

Ojalá hayamos avanzado en la coosttucciÓII molccular de una conciencia. que es para nosotros. como una condición de- vida y supervivencia. Pero nadie hará para nosotros lo que nosouos mismos no estemos dispuestos a plante:lt. fundamentar y organizar en la lucha. Porque la vida misma es lucha y la Historia no es la acumulación simplemcnle decooocimienlo ráctico. sinocl estudio y la comprensión de los procesos de cambio. básicamente asenlados en las transrormaciones sociales, al considerar al ser humano en su Totalidad. mmerso en su realidad real y protagonista colectivo de su época . •

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Santa Rosa, La Pampa, 19 de septiembre de 1997.

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La Movilización agraria santafesina en 1912: las respuestas al «Grito de Alcorta»*

GIMEN,\ SARROSO y Vt:RÓNICA ZANOTTI

UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO.

interés en ellem3 es examinar el impacto generado por la moviliz.ación agraria de 1912 en los diversos protagonistas. centrándonos específicamente en las respuestas brindadas por los ICfT3tcnienlcs (y la entidad agraria que Jos representa: la Sociedad Ruml Argcmina). y por el Estado Provincial (y. en menor medida. en Estado Nacional).

Debemos aclarar que nuestra imcrprctación dcllcma está basada en su mayor pane en las frlginas del diario La Capital , que reJaLa detalladamente los acontecimientos acaecidos dutaOlC el invierno dcl ano 1912.

Al poco tiempo de estal lar la movilil..1.ción de Alcort3 (que rápidamente se extiende al resto de la región maicero) podemos observar cual es la reacción que la misma provoca en dislinlos espacios políticos y sociales.

Scgún 1:15 f ucntcs y documentos consultados. las primeras reJlcciones de los propietarios 'Son de tipo

individuaL Así es posible \'el" a Víctor Bjgand o a los hennanos Cuceo negociar con los agricultores arrendatarios de sus respectivos campos para hallar una pronta solución conveniente para amb.1S par· les:

«Así. parecen haberlo comprendido algunos propietarios de campos. y entre éstos dcstácase, como un ejemplo dlgno de imil3Ción el que ofrece el sei\or Vfclor Bigand ... »1

La propuesta del Senor Víclor Bigand es la siguiente:

... Transar por e! 28% en p3lV3 y troja a condición de ponerse 3 uabajar hoy mismo ( ... ] En cuanto aJ campo para pastoreo. se mantuvo e14 % pela con la condición de que d seno!" Bigand cederá además una hec~a para la siembra de alfalfa r ... 1 Respecto al pla7.o de! conualO se resolvió que (uera por S anos ...• 1

Por su parte. los subarrendatarios Camilo y Juan Cucco aceptan el pliego de condiciones propuesto por los huelguistas:

«Aviso al público que hemos cedido a nuestros colonos las cMeras de acuerdo con lo solicitado por

(jimcna Barroso y V<:~i(:l. 7~li. "u mcwiliu<:i6n ayaria Wltafuina ro 1912: la "''P'R'$U al Grito di: AlcolU~ . prcU' r&o. Año 1. númtro 1. 1997. Al- 99·101 .

• F..$~ &rt¡~o <:1 el rerof1C' de. un II1o'-JO más aJnpbo reo.Iiudo C'I'I d mareo do: l. dledn. Snnin.noR<:lionaldel. ellTera die H .11000a de 1& UNR.. qlK' fuel1l dirilldopor la Prof. Sandr. FemindeL

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los chac.veros. al 25% embolsado y trillado. a rcclblrlo al pie de la máquina y libre de venta. y el 6 % de pastoreo ...• }

Es decir. en un primer momcmo. estos son los únieos propiclarios y subarrendatarios que aceptafl negociar con los agricultores :mendalarios para evitar el perjuicio ecol1ómico inevitable de continu:U" con la huelga.

Posteriormente. la Sociedad Rural de Rosario. entidad que nuclea a los terratenientes del sur

santafesino. decide formar una Comisión de Propietarios p:rra examinar el problema y arribar a una determLOadÓn. Los il1legr.mtes de dicha Comisión son: Fr.:mclsco GÜena. M3fluel Gigena Vergara. Angel Alvare1 .. Pedro Nrcolonch. Leopoldo llranga. Juan CulillO. Manuel Lozada Eduardo Barrera. Paulo Caslant Malina. Carlos Matos. Juan Fucntcs. Pedro Vila. J. J. Andino y Constancio Larguía.

Una primera reacción de es13 Comisión de Propiet.:lrios es la de pedir al Gobiemo provincial el sometimiento de los agricultores arrcndatarios por la fuer la:

«En mérito de estas considerAciones solicito que V. E. en nombre de la Sociedad Rural de Rosario que tengo el honor de presidir. se sirva imp3f1ir las órdenes necesarias para que las policías de campa· nas. presten su amparo a los colonos dispuestos a trabajar la tierra y sometan a la justicia los 9ue los amcn3.7.Jln porque no qUieren incorporMse a la huelga ... ~ (el subrayado es nueslTOt

Junto al reclamo de represión' se unen las acusacIOnes contra los instigadores que se mez.clan con J::¡ ma.or;.a de huelguistas y que impiden el normal desanollo de las acl,ividades agrícolas entre aqueUos que deseen trabajar la tierra:

« ... y apellls que se penetre en el estudio del conflicto. se descubre al sectarismo disfrazado de agricultor. emponzonando el corazón de la República con sus doctrinas utópicas y absurdas a fuerza de exageradas y más que todo exóticas cn la Argentina. donde la iguaJdad es un hecho y las leyes cansa· gr.m un derecho igual pan. todos ... II'

La Comisión de propietarios prcsen13 un primer informe en el cual manifiestan que la causa de los males reside en los mismo agrieuJtores arrendal!lrlos:

«El mal estado pecuniario de muchos colonos obedece a la falta de economía en su sistema actual de vida. a la falta de trabajo personal en sus faenas agrfcolas y al abandono que hacen de sus chacras. dej~dolas en poder de peooe.s que encarecen o disminuyen la producción ... ~l

Este primer- infonne gener.t una fuerte discusión en el ¡merior de la Sociedad Rural y en la Comi+ sión del gobierno provincial. Ante este disentimiento. se elabom un nuevo informe que es publicado en La Capital el día 21 de Julio de 1912. En este nuevo manifiesto la Comisión de Propietarios expreS:!. lo

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que a su crilerio. son los causales de la mala situación en que vi ven los agricullores arrendal..1rios . causas que llevan a la movilización de Aleona:

.. Desde luego los dos alIos consecutivos de majas cosechas r. .. } Las excesivas lluvias que tamo dañaron las cosechas [ ... } La (alta Ca<.i l 3bsoluta de cominos en la campana. La escasez de cosecheros avezados y resistentes a la (aliga. El precio bajo de los cereaJes. la carestía imprevista de todo lo indispensable a la agricullura desde la bolsa. la tnlla y el acarreo hasta los jornales y manutención l. .. ] La huelga del ferrocarril l ... ) Luego. la huelga de carbón { ... } y la suba exagerada de Los netes marítimos que han gravitado sobre el precio de nuestros cerea les. L-¡ humedad en el maíz que en algunos casos determina una pérdida del 12 al 16 % de su valor l. .. ] La falta absoluta de depósitos en la campana donde pueda almacenarse el cereal. La restricción bancaria { ... } Los trust que disfrazados de convenios han invadido nuestro pafS ... )+'

Es decir, ante la violenta discusión generada porel primer documento se: procedc a la elaboración de un nuevo texto en el cual colabora Lisandro de la Torre. En esta segundo manifiesto la causa de la crisis agraria. es atribuida al aumento de precio de los servic ios e insumas en general. a faclOres externos ligados al proceso de comercialización y circulación y a los (aclores climáticos.

Enlonces. podemos observaren esle segundo informe (a diferencia del primero) que no responsabilizan dircctamcnle al agricultor arrendatario por la situación en que se encuentrnn los mismos. sino que la causa se halla en diversos (aclorescoyunlurales. Y aftaden que solo en algunos casos es debido a que el agricultor arrcndalario no desempefta correctamente su rol empresarial:

« ... el espírilU especulativo de los colonos que los hace abarcar mayor superficie de la que racional­mente pueden trab.1jar ( ... 1 Los sistemas rutinarios, las negligencias y poca dedicación del colono a su

ba ' • trJ JO ... »

En consecuencia.. la Comisión de Propieuuios no se siente responsable por los altos arrendamientos y el efeclo que ésto ocasiona a los agricultores arrendatarios. A posteriori. concluye el infonne scl\a.lado que:

..... No Seftores. no somos nosotros los causantes del malestar y es menester decirlo bien 3110 .... 10

Además. podemos rescatar que a pesar de las divisiones en el seno de la Comisión de Propietarios se lrata de llegar a acuerdos razonables para poder solucionar el confliclo. No obstante, en ambos textos no se hace mención de los aspectos básicos y condicionantes del sistema de producción agropec;uaria tal

como 10 senalan Bonaudo y Godoy.u

A diferencia de la opinión sostenida por los propietarios. los agricultores arrendatarios sostienen que:

.... Una de las primeras causas. es que los duenos de campo amend:m grandes ex.tensiones a esas

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casas cerealistas, que pululan por la campana. pata ellos a su vez colonizarlo y tener a los colonos a su libre albedrfo ...• n

Así. para Jos huelguislaS un causante importante de los males que los aquejan reside en la figura del subarrcnd.1tariO:

« ... EI ducno de campo que quiero colonizado debería arrendarlo personalmenle a los colonos y administrarlo d mismo o en su defecto poncr a un adminisU'3dor ... »13

De este modo. los agricultores arrendatarios acusan a los tcrr.ttenienles que recurren a las cmpresas de colonización para la e>:ptolación de sus tierras puesto que éstas buscan obtener mayores ganancias maximizando la diferencia entre lo que pagan a [os terratenientes y lo que cobran a los agricullores arrendatarios. !(

Así, en palabras de los. huelguistas las empresas de coloniz.1ci6n son duramente criticadas (no solo por las ganancias obtenidas del subaniendo sino también por verse obligados a contratar seguros con· tra el granizo. el recargo por emplear determinadas máquinas. por bolsas. etc.):

« ... pero el intermediario. el «anfibio ... ni propietario ni colono. ante la demanda de reparación ha e ma nado in conlinenli el "Iloli metangere .. - «que nadie me toque ... _ ..... u

Asimismo, algunos n:spoosabilil.an a ciertos almaceneros (en especial a aquellos que Iaf11bién cum­plen funciones de subarrendatarios) quienes no desaprovechan oportunidades para negociar con las merc3derías y herr.tmicntas a créditos (las cuaJes resultan par:1 el agricultor mendatario muy caras) sino que además se aprovechan de la situación de endeudamiento de lo!; agricultores arrend.1tarios quienes. en muchas ocasi0ne3. malvenden su cosecha:

.... De Enero a Enero con O sin rebaja. el colono trabaja para el almacencro".It.~

En los casos en que responsabiJizan al almacenero los culpan por los manejos y abusos de dementas tales como la libreta en la cual anotan las mercaderías con recargo; los alias intereses Que les cobran por los insumas y los descuentos en el precio de los granos cuando observan algún defecto.

Un agricullor arrendnaario en carta del 31 de julio de 1912 al diario La Capital expresa:

«, .. Tales subarrendatarios. tales gerentes. tales encargados. tajes recibidores que gozan del aprecio socia] devñan (sic) scnlar'Se en el hanquiUo de Jos criminales. pero todo lo contrario. para ellos la dicha y la plata y para el colono la miseria y la desesperación ...... '1

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En consecuencia. los Op:ncuJlorCS arrcndat.vios scña.l:in como culpables del confl icto a los terralcnicn­les y alas cmprCS3S de COIOfliz..1Ción sin alacar el modelo agroexportador.lal comO)3 lo hemO!l cxprcs:ldo.

Los Gobiernos Pro' incia! y Nacional: Sus Actitudes ante el Conflicto.

P:mt solucionar las des..1\enencias entre ambos bandos del conntctO el Gobierno Pro,'mcial decKle enviar una C(lml~ión • la lOI1a del conflicto con el fin de eshxhar los prob~as CaUs,1nles del m31eslar apio '! liv una solucIÓn conciliatoria:

..... En el deseo de conlnbuir a solución satisfacloria del conmclo suciudo cntre agricultores y propicL:lnos en 31gunos DeparL1.menlos del Sur de 13 PrOVincia, acabo de cOl'llIstonar:l Jos Doctores: RK;3J'do CatlJllero. TonblO Sanchcz 'j J. Damel Inrame. p:ua que esllK.hen y propoflpn la (onn3 más eficaz. de resol\'ctlo._",·'

La paOlcip3l Ión en el conOicto del Gobierno Provincial está relacionado con la Importarleia poHuca que 3dqlllerc el mismo. Debemos tcncr en cuenta que se mua de un Goble.mo RadIcal reClcntemente eleclo grncias a que es puesla en vigcncia la Ley S3Cnz. PCñ3. En con!iCcuenc ia. dicho Gobierno bUSCa11:l ~pid:\ Solllclón de 1:1 movilizaCión :lgraria para evitar una mala propaganda que jugada en su cantJ":l .

Por un lado, el Oamante Gobierno Radical de la provinci3 de Santa Fe manUene una política conci· lialoria en el conOiclo :Jgmrio ofreciendo un respaldo :1 los agricultores Ilt"rCndalanos. Este rcsp:lldo gubcmamcnl31 Jucga en (3\01" de los mismos decidiendo el éxilo del ConOlCtO en la Ilfovincia de Santa Fe. Esto marcJ una diferencia significativa con rcspeclO a l:is otrolS administraciones proVinciales. más conscrvadOr.ls. que ordenan una rtprt"sión policial obst.xuhzando el desarroUo eXitOSO de 13 mOViliza­ción.

Pero, por el otro 13do. umblfn el Gobierno PtO\"lllClaI movili7.a el :lpar.110 represivo U"311i1:xbndo destac3mt.ntm. rolK:lales h:k:ia la 1.ona del conflicto con el propóSitO de que no se penurbara el orden público. EstaS (um3,S se van:l COIlVer1lr en un mstrumentO de poder manepdo por algunos propietarios de las uerras.

Con It:SpcclO a la posición del Gobierno ProvinciaJ, podemos ver la opinión de Jos diferentes aulares consultados. Por una lado. Italpenn Donghi1' muesua a un Gobierno Provincia.] dispuesto a apoyar a los agricultores arrendatarios, lo cual (acilita el éx.ito de la movihz:¡ciófl ,

Por {)\fO lodo. autores como ArcondcY'l y Bonal.ido-Godoy~1 sostienen que la posici()n de este Gobier· no ProvlOcial es dual en el sentido en que no busca comprometerse demasiado con ninguno de los seclores en pugna, Y senalan que as! como el Gobierno envía destacamentos policiales :\ la zona del conOicto t.1mb .. ~n designa una Comisión Vcedora para estudiar la solución :tdecuada del conflicto. Según las fuentes consultadas. consideramos Olas aceTlada esta última opinión.

• 103 •

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En un primer momenlO. las actividades de la Comisión Oficial son criLicadas por los miembros de la Sociedad Rural de Rosario:

..... EI precio y condiciones de los arrcndamientos libmdos a la libcrtDd de los contratantes y sujelOs a la ley de oferta y demanda no podrían ser modificados ni legítima ni eficazmente por árbitros oricia· les. Conviene no olvidar que el conOicto no es de derechos. si no simplemente de inlcresl!s ... IO.

n

En contraposición a la opinión de los propietarios, los agricullores arrendatarios se mueslran satis· fechas ante las invcstlgaciones lIeyadas adelante por la Comisión Oficial:

« .. .Por eso precisameme, es admimble, Sr. MinisO"o, 13 acción oficial del Gobierno de Sanl.1 Fe. digna de aplauso y grntilud. culminada por el informe de la Comisión compuesta por tan distinguidos

. dada " CIU nos ... IO.

La Comisión Oficial se expresa a favor de los agricuilores arrendal3rios. comprometiendo la polí· lica dual del Gobierno Provincial. estableciendo una scne de condiciones a tener en cuenla a la hora de ftnnar los contratos de arrendamientos:

..... 1- Arrendamientos libremente discutidos enU'e patronos y colonOS pero, sobre la b:1se de no poder p:lsar ( ... ) del 30% en especie o su equivalente en dinero. y por consiguiente, rebaja de todos los alquileres [, .. )

2· Trilla y embolsado conjuntos. y en bolsas que proporcionar;1 el colono sin escogido alguno en laealidad del grano { ... ] pero pagando el propielario la trilla y la bolsa de la cosecha que le corresponda.

3- Término de 8 días par-J. que el patrón fCttre su renta una vez trillada, o consiguiente libemzión de toda responsabilidad para el colono por los dallos que la renta sufra después del plaz.o.

4· Mínímum del 6% de pastoreo 1. .. 1 5- COOlralOS de 3 anos como mínimum 1 ... 1 7- Libertad absolutl de vender a quien se Quiera y cuando se Quiera las cosechas. 8- Libertad de lrillar con l~ máquinas que se elija. pero dando !Iviso previo de 8 dias al patrón

l ..• 1 11· Principio y ténnino de los arrendamientos en primero de julio parnlos maiceros con pago

de un semestre al entrar en la tierra [cuando se arriende en dinero]. ..•. ~

Lo que se deduce de! informe de la Comisión OfICial es que los representantes de la misma propo­nen un cambio en las coodiciones impu'!Stas en los contratoS de arrendamientos para lograr una mayor participación el agricultor arrcndalario en la producción agrícola. Esto marca una diferencia en rela· ción al infonne presentado por la Comisión de Propietarios, la cual no busca la causa de los males en los contratos de arrendamientos sino que enfatiza los faclores secundarios como causales del problema agrario.u

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Pata resumir. podemos decir que los agricuhores arrendatarios aspiran a plasmar en los COf'lIr:lIOS de arrendamielltos los puntos básicos que propone la Comisión Oficial. Esto será logrado en (oml::! paulatin.1. 10 cual lIevar.'i ¡¡l levan tamiento de la huelga en el territorio de Santa Fe.

En un primer momento. la postci6n adoptada por el Gobierno Nacional es la de mantener una actilUd prescindente ya que busca el acuerdo enu-e ambas pmles del confliC1o sin la mediación estatal;

« ••• La naturaleza ce estos sucesos excluía la intervención imperiosa de los poderes públicos. No hay ninguna ley, ni conviene dict3fla. que autorice al Gobierno a intervenir imperiosamente en este género de asuntos ... 1$.2i'

A pesar de e..c;Ul actitud prescmdente. el Ministro de Agricultura. Dr. Adolfo Mujica. decide conusionar 3 Emilio Lahine para tener un mejor conocimiento de' lo que sucedía en la zona de la movilización.

No obstante. Emilio Lahil1e de1¡;pués de su gira por la campal'la. refuerza esta actitud del Gobierno Nacional ya que afinna:

..... Creo que todo cuanlO al cumplimien to. reconsidl~rnción y modificación de OOntr.UOS preeXlslelllcs puede y debe ser resucito JXlf los mismos contr:llantes ... ,.,n

Ame el infonne presentado por Emi lio Lahiuc el Ministro de Agricultura considera como principal causa:

« ... La ralta de organi7.ación económica que caracleriza a nUCSIra industria agrícola ...•. u

En esta mismo illlcrpelaci6n hecha al Dr. Mujica en la Cám3ra de Diputados. el mismo propone dos soluciones: una a corto plazo. que implica el advenimiento entre ambas panes por concesiones redpro­C'J5 y otra. ti más largo plazo. que se relaciona oon 13S mejordS de las condiciones de trJ.bajo de los agricultores arrendatarios así como la obIención de mejora~ en los caminos, depósilos. transporte y credilos ag.rícolas.

Para concluir. podemos manifeslar que el Gobierno Nacional con su arraigada concepción de Esta­do Liberal trala de limitarse a hacer cumplir las leyes vigentes y los contratos paclados.

Después del aTÚlisis de cada posición adoplada por los dislinlOs sedares sociales que nos propusi­mos: indagar (la relación entre terra.lCnienlcs- arrendar.arlos- Estado Provincial y Nacional) nOS surgen. a modo de síntesis, una respuesta a nuestras inquietudes.

As{ "emos que. a excepción de la Comisión de Propietarios y del representanle del Ministerio de Agricultura de la Nación. la mayorfa de los protagonislas de esta movilización concuerdan en

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responsabilizar a los terratenientes. 3 las cazas sub3rrendat:ui3s y al sistema de tenencia de la tierra como causantes del malestar agrnrio.

El debate surgido a partir de la movilización agraria de 1912 muestra la mtervención de OllOS actores s'Xiales l31es como la bolsa de Comercio, la prensa. figur-JS polfticas como J. B. Justo (SIO I:J panicipadón directa del Partido Soci3Iista). Es decir, que dicho debate no se limila a los dos prol3go· mstas esenciales de la movilización: los terratenientes y los agncullorc.s 81TtndalaJios.

En cu:mto al rol desempd\ado por la prensa podemos manifestar. después de la reVIsión de los principales periódiCOS del momento. taJes como .. La Capital-. «La Nación_ •• Caras y Carew-. que en la misma. la movibzación adqulCle una relevancia significante.

Si bien la prensa mantiene un vocabulario moderado. noUmos una cierta tendencia a favor de las vfclim3S dc la huelga: Jos agricullores arrendatarios. La misma tendencia se observa en la Bolsa de Comercio de Rosario cuando el Gobierno Provincial requiere su opinión del conflicto.

Nos parece significativo hacer <:Ilusión a la Bolsa de Comercio ya que la misma representa a los .sectores relacionados a la comerclaJi7.3Ción. Esta entidad publica un Informe en el cual reconoce que la mala situación de los agricultores WTtndatarios se debe a los :l1los 3.JT'iendos. En el mismo I3mbiÚl proponen una serie de medidas que conSldcran adecuadas paro solUCionar el conflicto agrario vigente.

Una actilud mdifc:rent.e es la que mantienen Jos peones a&rfcoL-u quienes. a excepción de 100cn·cn· ciones individl/:Jles no pattic.ipan en el connicto. Según Plácido Grelaw solo en la k)cahdad de Alvear se: menciona fugazmente la presencLa de peones agrícolas que apoyan a Jos agricultores arrend:u.'\rios. Recito hacia 1918 comenzaroi a orgnruursc la primera oleada huclguCstica en el sur samafesano.·

El Grito de Alcoru pone de maniriC)10 los antagonismos socio-ecooómicos CJtlSlcntes entre los agricutton:s arrendatarios y ros terr:uenicntes.

En este moVimiento agrano los agncultores arrendatarios ponen en entredJcho el sistema de ~n­damienlos ,·jgente debido. en parte, a la aftica coyunturn por la cual atraviesan. Dicho movumento contó con el apoyo de diversos grupos sociales que contribuyeron a que el conflicto adquiera mayor relevancia social.

Por otto lado. notamos la importancia poUtica que adquiere esta protesta ya que una solución inme· ditua de la misma evita al Gobierno Provincial un desgaste y desprestigio poUtico. La intervención oficial en el conflicto se debe a lo nmoo e"plicado y no a que los agricultores arrendatarios (en su mayoría extranjeros) c:onsliruyeran una lffiportante masa electoral.

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Notas

, •

La Capilol. Rosario. 3 dejulio de. 1912. p. 6. col. 5. La Capúol. Rosario. 4 de julio de 1912. p. 6. col. 5. La Capital. Rosario. 28 de Junio de 1912. p. 3. col. 4. La Capital, Rosario. 11 de julio de 1912. p. 6. col. 4.

• Posteriooncntc. en un mensaje al Gobernador de la Provincia recalcan: ~n presencia de la situa· ción anoona) en que se encuentro una inmensa lona. la más poblada de 'la provincia. nos permiti­mos indicar:! V. S. la conveniencia de pedir el auxilio de fuerzas de la Nación para hacer efectivas las garantías a que nos hemos referido ... ~. en "Caru al Gobernador de la Provincia Dr. Menchaca del Presidente de la Comisión de Propietarios J. J. Andino~ del día 17 deJulio de 1912 en Mensaje

del Gobematlor de la Prol1'nria de Sonia Fe Q las /lonorobles Cdmaras Legislativas. Estableci· miento GrMico La Democracia. Santa Fi'c. 1913. p.27.

• "Cana al M ¡nistra de Gobierno de la provincia Dr. Herrera del Presidente de L1 Comisión de Propie­t:lJios~. 31 dcjulio de 1912, op. cit .. pp. 29·30. ,

• •

Lo Capital. Rosario. 17 de julio de 1912. p.6. cols. 4·5. La Capital , Rosario. 21 de julio de 1912. p.6. col. 4. Ibidem

10 )- agregan: M ... Ni tienen la culpa los colonos sobrios e inteligentes. cuya suerte es justo mejorar ( ... ). La renta de nuestros capitales invertidos en el negocio rara vez alcanza e16% anual. interés inferior al de los Bancos y al que la Nación misma cobra en su Banco de Estado. ¿Dónde está pues el abuso que tanto desenfado se ha pretendido incu[pamos? ... ~

n BONAUOO, M. y GODOY. c.. ~Una corporación y su inserción en el proyecto agT(H:xponador: La Federación Agraria Argentina (1912·1933r. en Anuario}J, Escuela de Historia. UNR. Rosario. 198;, p, 170.

11 Lo Capital, Rosario. 15 de julio de 1912. p.6. ools. 3-4. u Ibidcm. I~ ARCONDO. A .. "El conflicto agrario argentino en 1912. Ensayo de interprelOCión~. en Desarrollo

Económico, XX. 79, 1980. p. 376. u BONAUOO. M. y GODOY. C .. 01'. cil, p. 170. 16 Lo Capital, Rosario. 17 de agoslo de 1912. p.6. col. 4. IJ lA Capital, Rosano, 31 de julio de 1912. p.6, cols. 6-7. 11 Lo Capital. Rosario. 17 de julio de 1912, p.6. cols. 3-4. l' HALPERIN OONGHI. "Canción de OIol\o en primayera ... ", en Desarro11o Económico, XXIV. 95.

1984. p. 383. .. ARCONDO. A .. 01'. cil .. p. 3'16. 11 BONAUOO. M. Y GODOY. C .. op. cit., p. 172. %! La Capital, Rosario. 18 de julio de 1912. p.6, col. 6. 1) Lo TIerra , Rosario, Arlo y, nf J. 21 de septiembre de 1912. p. 4. coL L ZoI La Capítal. Rosario. 23 de julio de 1912. p. 7. cols. 1-2.

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:n Vale la pena aclarar qllC, el Radicalismo no ticne. en esos momentos. una política agr.uia definida. ,. Diario de Sesiones d~ fa Cdmara de Diputados. Rosario. Afto 1912. Tomo y, Imprenta y Encuader-

naciones El ComerciO'. 29 de julio de 1912. p. 886. 11 La Capital. Rosario. 18 de julio de 1912. p. 7. col. 2. :'1 Diario dI! Sl!siontS tú 1st Cdmara dI! Diputados. Ano 1912. Tomo Y. 29 de julio de 1912. p. 885. ~ GRELA. Plácido, EL Grito dt Alrorla. p. 289. MI Ver ASCOLANI. AdridO. MLabores agrari:ls y sindicalismo en las villas y ciudades del interior

santafeslno (I900-19!28Y'en HistOriO dl!l Sur Sonlofesino. Ascolani. A. (comp.' . Edic. Pla/ino. Rosario , /983.

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SCHUSTER, F. GIARRACA, NORMA; APARICIO, SUSANA; CHIARAMONTE, Jose CAR­LOS Y SARLO, BeATRIZ. El. onclO ve lNI'¿·sTlCADOR. SERIE DE ESTUDIOS SOCIALES, INSTITUTO DE INVESTlG .... CIÓN EN CIENCIAS DE L .... E DUCACiÓN. FACULTAD DE FILOSOFI .... y L ETR .... S - UNIVER­

SIDAD DE BUENOS AIRES (U.B.A). R OS AKIO, ARGENTINA, HOMO S .... PlF.NS EDICIONES. ABRil DE 1995, 149".

Al lector de este libro. iniciado o no en la tarea de invesligar, investigador principianlc o formado. las exposiciones que incluye le harán vivencia! _el más fa.<;cinante de los oficios~ como dice en la presentación Ovide Menin, Director del InSlilUlO de Investigaciones en Cien· cias de la Educadón de la Facullad de Filosofía y Leuas de la Universidad de Buenos Aires.

¿En qué consiste este ofido? Asépticarncmc es la ocupación a que habilualmeme se dedica uno para gan:lr la subsistencia haciendo djligenclas para descubrir una cosa. Diría que se distinguc de los otros oficios por esa afanosa búsqueda incansable. Pero como bicn afirma Menio O(no es un olido impoluto». Precisamente el libro trata a partir de experiencias personalcs -transmitidas con un lenguaje ágil, en momentos coloquial- del papel de las investigaciones y los inves¡iglldores en la generaci6n de instru­mentos de políticas. Desnuda el por qué las ciencias sociales son disciplinas que molestan y son las que más sufren los embates de la política y el pcxIer de lumo restringiendo la libertad para ind3gar. ahondar y rcnexionar. De ah! el gran aporte de es(c libro.

ESl3s experiencias concretas. articuladas en distintos capítulos, fueron exposiciones de reconocidos investigadores en filosofía. sociología. historia. literatura y pedagogía en el marco de los Ateneos Men­suales organizados por el Institulo de Investigaciones en Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

La exposición de F. Schuster se refiere al oficio plasmado desde la filosofía. Los intcresames en· cuentros cnltC filósofos de la ciencia y científicos sociales pan.iendo de lo que las ciencias sociaJes son, permiten debatir acen:a de la producción de las ciencias sociales. y de los problemas, las dificultades y los connielos de la laIea del cicntílico social. En este sentido. Schusler hace un sugestivo recorrido hislórico-{;onceptual de la idea de comprensión, Wl concepto centr:ll en la mosona y metodología de las cienc ias sociales. enmarcándolo en su propio quehaccr invcstigaLivo inserto en la carrerd de Ciencia Política. rescatando que hoy el epistem610go tiene que conocer bicn una ciencia en profundidad, situa· ción que le posibilita el intercambio y que hxe al establecimiento de un fruc.tffero compromiso. Con un enfoque renovador desarrolla la cuestión de si es posible usar y con que sentido el concepto de 'com­prensión' en las ciencias sociales contemporáneas.

Norma Ciacarra y Susana Aparicio reflexionan acerca de la _cocina_ de la investigación realizada sobre el campesinado tucumano y su articulación a1 complejo agroindustrial callero para discutir acer-

~Resctlu-. profIIItot'IQ. /\/10 l. número l. 1997. pp. 109· 1 I l .

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ca de los problemas que se le presentan a un sociólogo cuando está trabajando. Muy valiosa experiencia instrumentada como heoamienta de uabajo con los alumnos de la Universidad de Buenos Aires, con el convencimiento del enriquecimiento que deviene de la interrelación docencia-invesligación, afirmando muy accnadamente que -uno de los mejores lugares para investigar es la Universidad» por la cadena generacional que coexiste en este ~bito y porque es una tare.1 demasiada importante paro la humanj­dad como para que no haya alguna evaluación de la sociedad en su conjunto a través del Estado. La cuestión insútucional, la construcción del objeto de invesúgación, «la tematización » son planteados para pregunlarse qué habla pasado con los campesinos caileros denuo del proceso de lr.lnsfonnacio· nes agroindustriales. Contando con pocas .prenociones» y desde la perspectiva estructura] combinada con la Que plantea la contingencia del hecho social, inlerrogaron a la realidad optando por la instrumentación de múltiples herramientas técnico-mctodológicas definiendo a los sujetos. los octores relevantes de un universo altamente heterogéneo, Una investigación cuyos resultados fueron debatidos y companidos por los propios campesinos deviniendo en acciones conc.retas como la compleji7..ación de sus propias estrategias gremiales.

Desde la historia vuelca su rica experiencia personal uno de los más prestigiosos historiadores argentinos. José Carlos Chiaramonte. Política e investigación se entrelazan cn la exposición. El campo de las ciencias sociales de las décadas del 60 y 70 es uazado desde la visión comprometida de uno de

sus panicipantcs senalando los problemas que lo desvelaban como la relación Icaria empina. valori­zando la experiencia intclcctual que deriva del estudio a fondo de una lcoria. Su pennaocnle renexión -con crisis vivenciales inc lujdas- sobre los marcos tcóricos en particular el marxismo, !.as ansicdades vividas hasta descubrir el lema a investigar y los resultados alcanzados, debatiendo al mismo tiempo cuestiones esenciaJes de la disciplina histórica , de la formación de hisloriadores. de los niveles de competición, es decir, pregunlándose y preguntando cómo ejercer el oficK> de historiador en un país como el nuestro. Ejercerlo sostiene Chiaramonle implica no hacer «malversación polilica de la histo­ria:o, tener .Icaltad., a su oficio. asumirse como un intelcclUal que ejerza a fondo su capacidad de critica.

Por su parte Beatriz Sarlo aborda ·en su claro y organi1.ado discurso- los lemas que investiga: público, modernidad y vanguardia, interrogándose sobre la forma en que la lileratura procesa discursos sociales significativos. Trabaja en un campo disciplinario (ronteri1.O donde convergen distintas pers­pecLivas: la crilica literaria de inspiración sociológica, la hiSloria de la Literatura, la historia de las lectw-as y del público, y el análisis sociocultural de las instituciones literarias. Es un trabajo de convet­gencia que implica la acumulación de saberes del vasto campo de las ciencias sociales. Su interés se cenua en dilucidar la cuestión de intersección de lexlos que provienen de disúntos lugares de la sociedad. los espacios donde se produce la comunicación/fricción entre culluras de diferentes niveles.

En síntesis es un libro que «baja a la tierra~, que baja a los investigadores del supuesto pcldafto superior en donde muchas veces se los ubica mostrando lo tangible y concreto del ofICio. Significativa muestra en liempos de instrumentación por parte del Poder Ejeculivo de una polfLica en relación a la producción de conocimienlos que cO/lduce a eliminar carreras, equipos de invcsLigxión con largos anos de experiencia. laboratorios, etc .. etc .. reduciendo al mínimo las posibilidades para investigar. Cuando ex profeso se ataca al campo invcsligativo argentino ignorando o mejor dicho ¡mentando

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desconocer su importancia y valor. arraslrando 3 los «lr3bajadorcs del conocimiemo» a la búsqucdn. de financiam ientos vinculados 3 intereses privados scctoriales -con los peligros que esto implica-. o a la bÚSQueda de otros horizontes fuera del país -fenómeno que lamentablemente se repite en nuestra hisl<r na- caminos estos muchas veces no deseados. Que se diga cómo, por q~ y para qué se investiga en ciencias sociales en el ámbito universitario apunta a desmontW'" una campaña sislCmáUca de desprestigio contra la Universidad. espacio por excelencia de fa investigación. camp:tña cuya inlencionalidad es abrir el camino para imponer un modelo de sociedad presidida por la lógica del ocmercado». la ocrado-­nalidad» del aparato del estado y cuyos efectos los estamos sufriendo todos. sea cual fuese el ~oficio» que se tiene.

N ID IA R. Ap,¡:CES

FACULTAD DE H UMANIDAOES y ARTES.

UNR

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