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Nº 15 – FEBRERO DE 2009

C/ Recogidas Nº 45 - 6ºA 18005 Granada [email protected]

ISSN 1988-6047 DEP. LEGAL: GR 2922/2007

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“PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA CONVIVENCIA EDUCATIVA EN PRIMARIA”

AUTORÍA JUAN JOSÉ GUZMÁN GUERRERO

TEMÁTICA EDUCACIÓN

ETAPA EDUCACIÓN PRIMARIA

Resumen

Trata de promover en los centros un clima de participación y conviva de la forma más positiva y satisfactoria posible y el alumnado viva en un medio en el que la palabra, la negociación y el respeto mutuo sean las herramientas de la convivencia.

Palabras clave Convivencia , respeto, gestión del aula INTRODUCCIÓN El Departamento de Educación, con el programa de Educación para la Convivencia, trata de promover en los centros un clima en el que toda la comunidad educativa participe y conviva de la forma más positiva y satisfactoria posible y el alumnado viva en un medio en el que la palabra, la negociación y el respeto mutuo sean las herramientas de la convivencia. Uno de los retos de la escuela en este momento es la búsqueda y creación de mejores relaciones. La convivencia positiva no surge espontáneamente, se construye social y colectivamente. Requiere unas condiciones sociales e institucionales mínimas, dado que es fruto del acuerdo y del consenso múltiple. Los cambios continuos y cada vez más acelerados que se están dando en nuestra sociedad hacen que la escuela tenga que adaptarse a nuevas situaciones y demandas para las que no siempre está preparada. Las profesoras y profesores tratan de dar respuesta a las nuevas situaciones y, a pesar de sus esfuerzos, no siempre consiguen hacerlo con éxito.



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No hay que olvidar que el profesorado es la piedra angular del sistema educativo, es él quien, cada día y todos los días del curso, convive, enseña y educa a un grupo de alumnos y alumnas, que, además de grupo, son personas con necesidades y expectativas diferentes. Para ello, el profesorado necesita sentirse seguro de lo que hace y de la importancia de su trabajo, del reconocimiento del alumnado, las familias y la sociedad en general. El éxito de la educación para la convivencia depende, en gran medida de que el profesorado quiera, sepa y pueda llevar adelante ese proyecto colectivo que es la educación. Por ello, todos los recursos del sistema educativo han de estar al servicio del profesorado de aula, de los tutores y de los equipos directivos de los centros, facilitándoles su labor, puesto que todos ellos son los verdaderos agentes y garantes de una educación de calidad. Con todo ello, desde y para el bienestar del profesorado, del alumnado y de las familias, se ha de abordar este programa de convivencia, dando respuesta a las necesidades y expectativas de todos los miembros de la comunidad educativa. Los objetivos del Programa de Educación para la Convivencia son:

Generar una cultura renovadora sobre la convivencia basada en el respeto y el diálogo, en la que el conflicto se perciba como algo inherente a las relaciones humanas y su tratamiento constructivo forme parte del proceso de crecimiento y desarrollo personal y social.

Promover un clima de convivencia positiva en los centros que fomente unas relaciones adecuadas entre todos los miembros de la comunidad escolar, basadas en la respuesta a las necesidades de sus miembros, la justicia y el respeto a todas las diferencias.

Fomentar el desarrollo de los valores básicos de la convivencia en el currículo y en la práctica educativa en todos los centros escolares.

Sin la implicación del profesorado ningún programa por innovador que sea y bien planteado que esté, tiene posibilidades de éxito. Por ello, se hace necesario el debate en los centros para compartir creencias, preocupaciones e ilusiones que contribuyan a repensar la escuela con el fin de hacer de ella un lugar en el que las personas aprendan a reconocerse como tales, desde las diferencias, pero desde los mismos derechos y obligaciones, donde se vivan los valores de equidad, justicia, solidaridad, respeto y diálogo y el alumnado se socialice en ellos.

Con el fin de facilitar que la educación para la convivencia continúe con éxito en unos casos y se inicie con fuerza en otros, se ofrecen al profesorado de las distintas etapas educativas las siguientes



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orientaciones y listado de recursos y buenas prácticas existentes en nuestra comunidad, con el deseo de que sean útiles y faciliten su trabajo.

1. EL ALUMNADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA A lo largo de la etapa el alumnado transita hacia una moral autónoma basada en la cooperación, el respeto y la conciencia de las necesidades y derechos de los demás. La reciprocidad está implícita en todas sus valoraciones. Es muy importante tener presente que en esta etapa se desarrolla la capacidad de crear y asumir normas sociales para regular el comportamiento grupal. La amistad, percibida como ayuda, apoyo y confianza, constituye la base de formación de los grupos que incrementan progresivamente su importancia. El conocimiento social evoluciona hacia la comprensión amplia de los roles, costumbres e instituciones y ya al final de este periodo se pueden ver las primeras críticas y valoraciones personales. Se produce un desarrollo notable de la capacidad de comprender las emociones propias y ajenas, lo que se refleja en mejores habilidades sociales y una mayor capacidad de ponerse en el punto de vista del otro y comprender las conductas, las intenciones, los motivos y los sentimientos implicados en las actuaciones propias y ajenas. Las manifestaciones de agresividad evolucionan y la agresión física tiende a ser desplazada por la agresión verbal. El proceso de socialización en función del género de las niñas y los niños se manifiesta en esta etapa, en la práctica de ciertas pautas de comportamiento aprehendidas del entorno, que influyen cotidianamente en la convivencia entre iguales. Es necesario conocer, identificar e intervenir educativamente ante ello para contribuir al desarrollo integral de niñas y niños y a su propio reconocimiento y autovaloración como mujeres y como hombres.

2. NECESIDAD DE INTERVENCIÓN La necesidad de desarrollar las capacidades para relacionarse positivamente con uno mismo y con las demás personas está integrada en las finalidades de la etapa: “La finalidad educativa básica de la Educación Primaria es favorecer el desarrollo personal del niño y la niña para que se integre en el grupo social al que pertenece, actuando en él de un modo autónomo y creativo” 1: En el DCB se establece el

1 Diseño Curricular Base de Educación Primaria de la Comunidad Autónoma Vasca. 1992



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desarrollo de “cinco tipos de capacidades: cognitivas, motrices, de equilibrio personal, de relación interpersonal y de actuación e inserción social” . Sin embargo, es necesario que se ponga en práctica de forma sistemática y rigurosa, que se definan los objetivos, los contenidos, la metodología y la evaluación. Que sean, por fin, un área de enseñanza y aprendizaje fundamental en el centro, en cada etapa y en cada aula.

Para ello, habrá que convertir el Proyecto Educativo de Centro en un instrumento potenciador de los valores que favorezcan una convivencia positiva. Como consecuencia, hay que definir en el Proyecto Curricular de Centro y de etapa estos ámbitos y realizar programaciones curriculares que aborden de manera sistemática el desarrollo de las capacidades para una relación positiva de cada persona consigo misma (autoconocimiento, autorregulación, motivación) y las necesarias para establecer y mantener unas relaciones positivas y gratificantes con las demás personas (empatía y habilidades sociales), todo ello desde una perspectiva coeducadora.

Si la enseñanza y aprendizaje formal y sistemático son muy importantes, no lo son menos los modelos de comportamiento que ofrecen las profesoras y profesores, lo que se hace en la práctica cotidiana, lo que se vive cada minuto en el aula y en el centro, es decir, cómo se organiza la convivencia y se afrontan los conflictos. Las personas educadoras proporcionan, quiéranlo o no, modelos de actuación que los niños y niñas irán interiorizando progresivamente, por lo que su papel es fundamental y han de ser conscientes de ello y actuar en consecuencia.

Por todo lo anterior, la actuación pedagógica se basará en la potenciación de actitudes y, como complemento de ellas, de habilidades como requisitos de convivencia, las cuales se encuentran en la base de las habilidades sociopersonales: saber escuchar, reflexionar sobre los propios actos y sus consecuencias, ofrecer alternativas a los problemas, ser capaces de expresar sentimientos, todo lo que se dirija hacia la creación de unas formas de actuar más saludables. El lenguaje es un elemento clave para que niñas y niños interpreten y ordenen la realidad. De esta manera, el lenguaje juega un papel fundamental en la construcción de esa misma realidad, de tal modo que niñas y niños irán construyéndola en función de los modelos que se les ofrecen. Por ello, es educativo nombrar a las niñas y niños, evitar lenguajes despectivos, emplear lenguajes que corrijan en positivo, que refuercen sus prácticas de convivencia positiva...



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Sin reducir el concepto de convivencia al de disciplina, se ha tener presente que la convivencia ordenada y positiva no es sólo una condición necesaria para el aprendizaje, sino, algo de mayor calado; es una de las finalidades del sistema educativo, una formación básica que se ha de adquirir a lo largo de toda la escolarización. Una situación que a menudo se deja para que surja de manera espontánea es aquella relacionada con la presencia en el grupo y en el centro de alumnado con necesidades educativas especiales o alumnado de alguna manera considerado “diferente”. Es importante que en esta etapa educativa se promuevan acciones y reflexiones referidas a la convivencia, solidaridad y ayuda mutua con este alumnado para que se pueda desarrollar una inclusión natural en el grupo de iguales y se trate de incorporar a estos niños y niñas en el conjunto de relaciones positivas en la vida cotidiana tanto escolar como social. (clase, recreos, tiempo libre, etc.)

Para abordar la educación para la convivencia con el alumnado de Educación Primaria es necesario considerar los aspectos siguientes:

El conocimiento por parte del profesorado de las características evolutivas grupales e individuales, para que se potencie su desarrollo de modo eficiente

Promover el ejercicio de la autonomía, participar, reflexionar, tomar decisiones valorando la capacidad de ensayar y de equivocarse como parte del aprendizaje.

Un ambiente seguro, donde la mayoría de las cosas sean predecibles, sobre todo la conductas de las personas adultas, donde la palabra y los sentimientos tengan un lugar importante y se aprenda a pensar, a hablar, a escuchar y a negociar

Propiciar el desarrollo de las capacidades necesarias para profundizar en el autoconocimiento, en la empatía y en la resolución de conflictos.

Vivir en un medio escolar en el que se practiquen los valores básicos para la convivencia: la equidad, el respeto, el diálogo, la solidaridad y la libertad.

Convivir a partir del respeto y de la aceptación de cada persona a partir de sus diferencias y al margen de todo tipo de estereotipos.

3. ORIENTACIONES Se ofrecen a continuación algunas ideas y sugerencias en relación con cada una de las cinco líneas de actuación propuestas en el Programa de Educación para la Convivencia



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3.1. Sensibilización de la Comunidad Educativa: alumnado, profesorado, familia.

Se hace necesario que el profesorado de toda la etapa comparta sus creencias en relación con las finalidades, la práctica y su rol como profesor o profesora y sea consciente de la importancia de su modelaje para la socialización del alumnado. En las relaciones entre niños y niñas no siempre las cosas transcurren sin dificultades. A menudo se producen conflictos de intereses, que son vividos y expresados de forma distinta por las chicas y los chicos, por lo que es necesario detectar los roles de género implícitos y actuar al respecto. Con frecuencia, la situación no facilita el que las propias niñas y niños puedan encontrar la solución que requiere cada caso y necesitan la mediación de las personas adultas, que con sus sugerencias o ayudas facilitan el desbloqueo de la situación. Los niños y niñas nos demuestran que son capaces de resolver, por sus medios o con la ayuda de personas adultas, sus conflictos de forma conciliadora y tomando en cuenta la manera en que perciben la situación quienes les tratan de educar. Una tarea importante es desnegativizar el conflicto. Los conflictos son auténticas oportunidades educativas y hay que vivirlos como tales. El conflicto está siempre presente en las relaciones humanas. Hacerlo frente a través del diálogo y los métodos democráticos favorece el crecimiento de las personas y de los grupos. La sensibilización del profesorado irá orientada hacia la importancia de convertir sus comportamientos en modelos de convivencia positiva, hacia su formación para educar en este ámbito de forma programada y sistemática y para el empleo de estrategias y recursos adecuados para ello. Las reuniones periódicas del aula y las sesiones de tutoriá individualizada que se realizan con las familias pueden ser momentos muy útiles para sensibilizarles sobre la importancia de los comportamientos y actitudes en el hogar, el control de los roles de género por su influencia en la socialización de los niños y niñas y de las consecuencias para su desarrollo y bienestar personal. Convienen prestar especial atención a la aceptación, ayuda y solidaridad con el alumnado con necesidades educativas especiales vinculadas a una discapacidad, desarrollando la sensibilidad y actitudes positivas hacia el mismo.

3.2. Gestión del centro: Organización del centro orientada a promover una

convivencia fluida y positiva. Formación en centro, proyectos de innovación, etc.

El centro educativo debe ser un lugar seguro, en el que las personas sean lo más importante, dónde se aprenda a ser y a convivir.



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El criterio básico para diseñar ese marco de convivencia en el centro es que se garantice el desarrollo integral de la persona, es decir, que asegure una convivencia basada en el compromiso personal y social. La organización y el funcionamiento del centro habrá de adecuarse a estos planteamientos: estrategias que faciliten y promuevan la participación e implicación de todos los miembros de la comunidad para lograr una convivencia en positivo, respeto a la libertad individual, utilización democrática de los espacios, responsabilidad en el trabajo personal, etc. La escuela de calidad es una organización que reflexiona sobre sí misma y se responsabiliza de sus actuaciones y, desde sus principios y valores, dirige la vida escolar para el logro de los mismos. Para ello es muy importante que se diseñen y desarrollen proyectos, se evalúen y se informe a la comunidad educativa de los progresos y de las dificultades para que entre todas y todos se decidan y aborden los cambios necesarios. Cuando sea necesario, habrá que capacitar y entrenar a los equipos directivos y al profesorado en aspectos básicos para la convivencia como la dinámica de grupos, prevención y gestión de conflictos, estrategias de comunicación y desarrollo de capacidades personales y sociales. Y además de promover experiencias de gestión de la convivencia, habrá que fomentar la cooperación familia-escuela a través de canales formales e informales. El centro como institución con entidad propia educa por sí mismo. Nada de lo que en él ocurre es intrascendente. Esto hace necesaria una reflexión en profundidad de su funcionamiento y de qué comunica a través del mismo, lo que supone:

Analizar la convivencia en la etapa y en las aulas. Identificar las situaciones en las que los roles de género interfieren en la convivencia, incorporando

la coeducación como elemento estructurador. Identificar situaciones donde la presencia de la diferencia (cultural, étnica, económica) o de

necesidades educativas especiales requiere acciones intencionales y explícitas para propiciar los procesos de inclusión de estos niños y niñas de manera natural.

Tomar conciencia de las fortalezas y debilidades de la convivencia en el centro, es el primer paso para iniciar el proceso de mejora en lo cotidiano, así como las necesidades de entrenamiento sistemático para capacitar al profesorado y al alumnado.

Organizar la etapa, en coherencia con el resto del centro, de forma que las relaciones se produzcan ordenadamente y estén fundamentadas en el respeto, la libertad y la responsabilidad personal.



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Definir, de forma consensuada entre el profesorado y las familias, las rutinas escolares en relación con las normas, el afrontamiento de conflictos, etc. fomentando la participación y la implicación.

Hacer explícitas las necesidades de formación en este ámbito, tanto del profesorado como del equipo directivo y buscar respuesta a las mismas a través de la formación en centro y de otras ofertas institucionales existentes.

Iniciar experiencias de gestión de la convivencia en el centro y/o etapa que puedan ser modelos de buenas prácticas extensibles a otros centros.

Implicar a las familias en la organización del centro y/o de la etapa creando figuras de representación de aula en las asambleas de centro

Establecer unos mecanismos fluidos de colaboración entre centro y familias, con especial atención a las familias con mayor necesidad de orientación educativa.

3.3. Gestión del aula: aspectos metodológicos, curriculares, interacciones, tutoría y

uso de estrategias que promuevan una mejor convivencia y el desarrollo de las capacidades necesarias (tutoría individualizada, afrontamiento de los conflictos, elaboración de normas, organización del espacio, etc.).

En el aula se reflejan los valores y principios que rigen las relaciones de toda la comunidad, es un microcosmos en el que tienen lugar tanto los procesos de socialización con iguales y adultos como los referidos a la enseñanza y aprendizaje. La cantidad y calidad de las interacciones, las normas y valores que subyacen en ellas y el tratamiento de los conflictos crean el clima del aula y éste condiciona tanto el desarrollo personal, social y moral del alumnado como el proceso de aprendizaje. El curriculum, la organización del trabajo, las interacciones, la metodología y la evaluación son elementos fundamentales de los procesos de enseñanza y aprendizaje que están cargados de valores, muchas veces implícitos y no sometidos a crítica. Se hace necesario un proceso de clarificación de todos ellos que permita un ajuste de los mismos a los valores explícitos de la institución propiciando la coherencia interna entre éstos y la práctica. Una buena gestión del aula, fundamentada en las necesidades del alumnado y del profesorado, tanto en lo relativo a las interacciones entre las personas como en las tareas de aprendizaje y enseñanza es un factor fundamental para el logro de una convivencia positiva. El trabajo del aula, así como el del centro, ha de entenderse como un trabajo cooperativo, lo que hace imprescindible la participación, el protagonismo, la asunción de roles en cada tarea, responsabilidad y compromiso de todos. En relación con la Educación para la Convivencia, en esta etapa, serán objeto de enseñanza y aprendizaje:



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Derechos y deberes, entendidos como las dos caras de una misma moneda. Todo derecho lleva implícito un deber y ambos han de asumirse conjuntamente

Libertad y responsabilidad. Desarrollar capacidades para hacer uso de la libertad y la responsabilidad que ella conlleva

Hacerse dueño de uno mismo como persona. Controlar el propio comportamiento, disociándolo de los sentimientos. Promover la autonomía, ejercerla como un entrenamiento, creando su propias metas y

proyectos; aprendiendo a planificar, a adquirir compromisos, a llevarlos a cabo con esfuerzo y voluntad, y ser capaz de posponer las gratificaciones cada vez a más largo plazo.

Dotarse de normas. Participar en el logro del buen funcionamiento del aula y del centro de forma crítica y compartiendo compromisos.

Afrontamiento de conflictos, aprendiendolo por el modelaje de las personas adultas y, al mismo tiempo, por medio de un entrenamiento sistemático

Desarrollar las capacidades relacionadas con la empatía y habilidades sociales: expresar, escuchar, negociar para ganar todos.

Desenmarcarar y erradicar todos los estereotipos que limitan el desarrollo de las personas y contaminan la convivencia (en la relación con niños y niñas, culturas y etnias diferentes, alumnado con necesidades educativas especiales, etc.)

Finalmente, hay dos aprendizajes fundamentales: 1/ Cada persona ha de encontrar sus propias respuestas, por eso es muy importante hacerse preguntas. Además, no siempre se acierta, lo importante es no quedarse en el error o en el fracaso y volver a buscar otra nueva forma, un nuevo camino, pero no desistir (interiorizando que no se es incompetente, sino inexperto). 2/ Un conflicto es una oportunidad de conocernos más, de hablar de sentimientos y deseos, de entendernos mejor, de clarificar situaciones, de ser más conscientes de las realidades y de profundizar en ellas.

Algunas sugerencias para gestionar el aula son las siguientes:

Organizar el contexto educativo, gestionar el aula, de forma que las relaciones sean positivas,

propiciar el crecimiento y la autonomía, la expresión y la escucha, afrontar las dificultades, frustraciones y conflictos de la manera más saludable posible.

Valorar si se han conseguido los objetivos planteados y registrarlos en la evaluación informando de ello a las familias, dando con ello el estatus de aprendizaje formal y fundamental.



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Iniciar el curso dedicando un tiempo para organizar conjuntamente todo lo que se hará en el aula para que se dé respuesta a las necesidades y a las expectativas de todas las personas (profesorado, alumnado, familia y equipo directivo) y a la tarea de enseñar y aprender (Jornadas de Comienzo de curso)

Elaborar las normas de clase aprendiendo con ello a tomar decisiones y a responsabilizarse de las mismas.

Impulsar la Comisión de convivencia con el fin de que la dinamice y propicie mejores relaciones y la asambleas de aula que posibiliten la participación crítica y responsable.

Establecer espacios y momentos para la reflexión, el silencio y la palabra; tanto en el horario como en el espacio cotidiano del aula: rincón del silencio, de la palabra, etc.

Realizar contratos grupales e individuales cuando sean necesarios como forma de aprender a ser autónomos y a utilizar los apoyos cuando se necesitan.

Las interacciones entre iguales y con las personas adultas, su cantidad y calidad, la significatividad y funcionalidad de los aprendizajes, la selección de las actividades y su adecuación a las distintas capacidades individuales, los niveles de exigencia y el reconocimiento de los logros del alumnado son, todas ellas, variables que configuran una manera de hacer y de educar para la convivencia.

3.4. Tratamiento de los casos específicos: maltrato entre iguales, comportamientos antisociales, solidaridad con alumnado con n.e.e, etc.

Una gestión global de la convivencia en el centro y el aula es el mejor medio para prevenir la aparición de conflictos, además de otros efectos beneficiosos para todas las personas. Sin embargo, excepcionalmente, pueden aparecer conductas disruptivas o violentas, problemas debidos a déficit de socialización, trastornos de personalidad, patologías referidas a la salud mental u otras situaciones que requieren un tratamiento en profundidad, diferenciando siempre los síntomas de las causas. Cuando esto ocurre, es muy importante la actuación del profesorado, lo que implica una formación básica al respecto, así como el asesoramiento de profesionales. La detección temprana de estos casos y su correcto abordaje es fundamental, así como la colaboración del centro con otras instituciones y organismos cercanos al mismo: responsables de los servicios sociales, sanitarios, de atención a la infancia, etc para dar respuesta holística y mancomunada a estos casos.



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Un fenómeno que suele quedar oculto para el profesorado es el de los malos tratos entre iguales, por ello es muy importante conocer las relaciones que se establecen entre el alumnado para detectar e intervenir en estas situaciones si fuera necesario. Respecto a las familias, se hace necesario informar de lo que se pretende en las reuniones periódicas con las familias, e ir dando cuenta de los progresos y dificultades; ir creando un espacio para el diálogo con ellas y propiciando su implicación en los procesos educativos. En todo caso, la familia ha de tener la seguridad de que tratamos de educar y ayudar a su hijo/a, de que nos interesa y estamos dispuestos a hacer cuanto sea necesario, siempre contando con su colaboración. Igualmente, cuando sea necesario, se les informará de la situación de su hija o hijo con toda claridad, sin dramatismo, y siempre con las propuestas de intervención necesarias, de forma positiva e implicando a la familia y al alumno/a. Habrá que fomentar el contacto, y una cierta complicidad, para lo cual no sólo se recurre a ella para dar “malas” noticias sino también cuando las cosas van bien. En todo caso, tras identificar un problema, habrá que actuar conjuntamente antes de que éste se consolide. Por otra parte, la presencia en el aula de alumnado con necesidades educativas especiales puede requerir que se desarrollen específicamente intervenciones donde se destaquen actitudes de solidaridad, ayuda mutua entre iguales, comprensión de lo que ocurre ante una situación concreta como puede ser una niño con sordera, con falta de visión, con silla de rueda, o con dificultades importantes de relación etc. La presencia de estas circunstancias invita a actuar intencionalmente para despertar actitudes sólidas y duraderas en el trato con las personas diferentes que tengan su reflejo en los detalles de la vida del aula, recreos, salidas, juegos, actividades diversas. 4. EDUCACIÓN EN LOS VALORES BÁSICOS PARA LA CONVIVENCIA La interiorización de los valores se realiza con el ejercicio de los mismos, y de forma progresiva se va planteando un aprendizaje de tipo cognitivo: aprender a pensar, preguntar, hacer como si, etc. Al convivir de forma no violenta, relacionarse positivamente con los iguales y las personas adultas, abordar los conflictos por medio de la palabra, vivir unas relaciones basadas en la justicia, en la respuesta a las necesidades y bienestar de todas las personas, donde todas son igualmente valiosas, sin discriminación de ningún tipo se está educando en los valores básicos para la convivencia.



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Algunas sugerencias para ello son:

Ser modelo de equidad y justicia en las relaciones con el alumnado, basándose por una parte en

los acuerdos tomados en relación con el comportamiento deseable y, por otra, en el principio de aceptación del error como proceso necesario en el aprendizaje del comportamiento. Desdramatizando las situaciones y la búsqueda de salidas airosas para cada niña y niño, de forma que su autoestima se refuerce y se produzca un aprendizaje positivo. La escucha y la relación personal y los vínculos afectivos que conlleva son elementos fundamentales en este proceso.

El aprendizaje e interiorización de normas es un aspecto importante, así como practicar formas sociales de respeto y delicadeza hacia los demás. Entender la necesidad y utilidad de las normas para que pierdan su carácter coactivo y puedan aceptarse e interiorizarse libremente.

Poner palabras a los sentimientos, contar con orden qué ha pasado y cómo se han sentido las personas implicadas

Pararse ante un conflicto y pensar, de forma inmediata. Para ello, puede haber un “rincón de hablar, de arreglar”, un lugar bonito y confortable.

Iniciar experiencias de mediación en el afrontamiento de conflictos Incluir las líneas transversales en el currículo ordinario y en la vida real del aula y del centro Responsabilizar a niños y niñas del cumplimiento de los acuerdos y facilitar situaciones para el

diálogo y la revisión de comportamientos en grupo.

5. GUÍA DE ANÁLISIS DEL CENTRO Y DEL AULA

Una manera de iniciar o reorientar la educación para la convivencia y los principios que orientan el proceso de socialización de nuestro alumnado es analizar la situación del centro y del aula. Si el análisis se realiza individualmente y se comparte con el equipo docente será un paso importante para comunicarse, compartir y contrastar puntos de vista y avanzar como equipo. (Colocar una cruz, entre las dos afirmaciones, según dónde se sitúe la situación real del centro o del aula)

CENTRO 1 2 3 4 5 En el PEC se hace referencia expresa y clara a la educación para la convivencia, la socialización y los valores que se promueven

En el PEC no se cita nada respecto a socialización, convivencia o valores



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En el PCC se recogen los acuerdos que se ponen en práctica y son coherentes con las finalizades del PEC

No se recogen expresamente por lo que no son referente para la práctica o no son coherentes con el PEC

El equipo docente comparte sus ideas y creencias sobre la socialización y la educación para la convivencia

No se ponen en común las creencias, cada uno piensa de manera diferente sin que se debata al respecto

Las creencias compartidas orientan y dirigen la práctica de todo el profesorado

No se establecen criterios compartidos que orienten la práctica educativa

Existen tiempo concreto y recursos para coordinarse y se utilizan eficazmente para ello

No hay tiempos fijos para coordinarse o no se utilizan adecuadamente

Se detectan las necesidades de formación del profesorado y se les da respuesta

No se participa en ningún programa de formación, ni existe interés al respecto

La organización del centro se hace teniendo al alumnado como eje y con la participación de todas las personas del mismo

Existen rutinas organizativas que no se cuestionan, no está centrada en el alumnado o no se realiza colegiadamente

Está definida la gestión de los conflictos y se lleva a la práctica

Cada docente actúa según su criterio ante los conflictos

AULA El espacio está ordenado, cuidado y organizado en función de las necesidades del alumnado

No existe un orden concreto ni previsto, la estética no se cuida o no se ajusta a las necesidades del alumnado

El tiempo se distribuye con secuencias adecuadas al alumnado y se repiten dando seguridad

No existen criterios compartidos sobre la distribución del tiempo y su importancia educativa

Se realizan actividades sistemáticas de entrenamiento en autoconocimiento, autorregulación, motivación y responsabilidad

No se hacen actividades o son puntuales, no sistemáticas Quedan al criterio de cada profesora



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Se realizan sistemáticamente actividades para desarrollar las habilidades sociales y resolución de conflictos

No se hacen estas actividades o son puntuales, no sistemáticas. Quedan al criterio de cada docente

El profesorado asume la importancia de ser modelo y actúa en consecuencia

No se plantea esta importancia ni se tiene en cuenta

Se promueve que las relaciones entre el alumnado sean correctas, afectuosas y gratificantes para todos y cada una de las criaturas

No existen planteamientos al respecto. Quedan al criterio personal del docente

Se cuida especialmente que las niñas y niños reciban el mismo trato y sean objeto de las mismas expectativas.

No existen de forma explícita y consensuada planteamientos al respecto

Las normas son pocas y claras. Se entienden y aceptan por el alumnado en un primer momento, para pasar a su elaboración progresivamente

Hay demasiadas normas. No existe una preocupación porque se entiendan o acepten y tampoco porque se puedan elaborar por el alumnado

6. MATERIALES Y RECURSOS Con el fin de facilitar el trabajo del profesorado que desee continuar o iniciar la tarea de educar para la convivencia, se ha realizado una selección comentada de aquellos materiales (libros, revistas, artículos, herramientas, programas de intervención) y buenas prácticas que puedan ser más útiles y accesibles. Las necesidades de asesoramiento que puedan plantearse se canalizaràn a través de las asesorías de los Berritzegunes. También en ellos, están a disposición del profesorado los libros y programas que aquí se referencian. La guía de recursos resultante de esta selección puede consultarse en la pag web del Congreso de Convivencia (www congreso-convivencia.com) y más adelante, en la página web de la Dirección de Innovación Educativa. A continuación se citan algunos de esos materiales que pueden ser útiles para una primera aproximación al tema. 7. BIBLIOGRAFÍA



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Cerezo, F. (1997). Conductas Agresivas En La Edad Escolar. Aproximación teórica y metodológica. Propuestas de intervención. Madrid: Pirámide. Moleres, M. J. y otras (1997). La Escuela, Un Lugar Para Aprender y Convivir. En Revista Aula nº 63 (71 – 74). Barcelona. Bantulá, J. (1998). Juegos Motrices Cooperativos. Barcelona: Paidotribo. Carrascosa, M. J. y Martínez, B. (1998) Cómo prevenir la indisciplina. Madrid: Escuela Española. PROGRAMAS LA EDUCACIÓN MORAL EN LA ENSEÑANZA OBLIGATORIA Josep Mª. Puig Rovira. Barcelona, 1995. Ed. Primaria y ESO (6-16) ME GUSTA QUIÉN SOY. Programa para mejorar el autoconcepto, la autoimagen y la autoestima. Antonio Vallés Arandiga. Editorial Escuela Española.1997. Madrid. Educación Primaria (2º y 3º ciclos) PROGRAMA DE COMPETENCIA SOCIAL:. DECIDE TU (1er Ciclo y 2º Ciclo). HABILIDADES COGNITIVAS (3er Ciclo).PRIMARIA” .Manuel Segura Morales, Juana R. Mesa Expósito y Margarita Arcas Cuenca. INNOVA. Materiales Curriculares 1997. Canarias. Ed. Primaria PROGRAMA DE ENSEÑANZA DE HABILIDADES DE INTERACCIÓN SOCIAL (PEHIS). Para niños en edad escolar. Mª Inés Monjas Casares. Madrid, 1996. Ed. Infantil, Ed. Primaria y Ed. Secundaria PROGRAMA DE ENSEÑANZA DE HABILIDADES SOCIALES Y EDUCACIÓN EN VALORES PARA LA CONVIVENCIA. ESCEPI (Enseñanza de Soluciones Cognitivas para Evitar Problemas Interpersonales). VV.AA. Grupo ALBOR-COHS 1997. Madrid. Ed. Infantil y Ed. Primaria 8. DIRECCIONES WEB INTERESANTES RELACIONADAS CON LA CONVIVENCIA

Congreso sobre Educación para la Convivencia : http://www.congreso-convivencia.com/ Proyecto Valor : http://personal4.iddeo.es/aaps/valor.htm Convivencia Escolar (http://averroes.cec.junta-andalucia.es/bibliotecas/conviven.pdf, Junta de

Andalucía) Pedagogía - Conflicto (artículo): http://www.fuhem.es/CIP/EDUCA/articulos/articulo2.htm Convivencia y disciplina escolar: http://www.nalejandria.com/00/colab/convivencia.htm Mejora de la convivencia en los centros escolares

http://platea.pntic.mec.es/~jaam/convivir/temas.html

http://www.congreso-convivencia.com/

http://personal4.iddeo.es/aaps/valor.htm

http://averroes.cec.junta-andalucia.es/bibliotecas/conviven.pdf

http://www.fuhem.es/CIP/EDUCA/articulos/articulo2.htm

http://www.nalejandria.com/00/colab/convivencia.htm

http://platea.pntic.mec.es/%7Ejaam/convivir/temas.html



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Reglamento de Disciplina o Convivencia escolar http://www.bpschool.cl/Files/Legal/Disciplina.html Programa "Mediación Escolar entre Pares" : http://www.achnu.cl/proyectos/mediacion.html Violencia Escolar (informe del Defensor del Pueblo):

http://www.defensordelpueblo.es/informes/espec99/indigralvesc.html Violencia escolar (artículos y trabajos): http://roble.pntic.mec.es/~fromero/violencia/articulo2.htm Guía para tener escuelas seguras: http://www.air.org/cecp/guide/espanoltext.htm

Autoría

Nombre y Apellidos: Juan José Guzmán Guerrero Centro, localidad, provincia: Jerez de la Frontera, Cádiz E-mail: [email protected]

http://www.bpschool.cl/Files/Legal/Disciplina.html

http://www.achnu.cl/proyectos/mediacion.html

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