proceso de duelo y la imagen corporal
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Relación entre el proceso de duelo y la imagen corporalTRANSCRIPT
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS
Facultad de Humanidades yCiencias de la Educación
Carrera de Psicología
Trabajo de investigación final
Relación entre la pérdida de imagen corporal y el proceso de duelo
Universitarias: Paola A. Villarroel Oyanguren Kassandra Zelada Rios
Docente:Dra. Margarett HurtadoMateria: Psicología clínica III
La Paz, 30 de Noviembre
Relación entre la pérdida de imagen corporal y el proceso de duelo
Duelo
Desde el punto de vista conductual el duelo consiste en un patrón de respuestas psicológicas y
fisiológicas que continúan luego de vivir la pérdida de un objeto o sujeto con alto valor afectivo y
funcional. Los procesos afectivos son los que resultan más afectados en forma de ansiedad o
depresión, además de una compleja sensación de desintegración.1
En el presente trabajo se definirá como duelo “…al proceso por el que una persona que ha perdido
algo importante para ella (una persona que ha muerto o de la que se ha separado, pero también
otro tipo de objetos de vinculación como la casa, un animal de compañía, un trabajo, la salud o el
empleo,...) se adapta y se dispone a vivir sin ello.2
Imagen corporal
La imagen corporal de acuerdo con Guelar y Crispo (2000)3, es la representación mental que se
tiene del propio cuerpo, asumiéndolo como el “envase” de lo que es.
Los sentimientos y los juicios de lo que se cree se constituyen como base en las experiencias. La
imagen corporal incluye tanto la forma tanto como el tamaño que se percibe el propio cuerpo, y
dicha percepción puede estar subestimada o sobre estimada: por ejemplo una chica que se percibe
como fea, aunque el resto de las personas no la perciba así, bastara esto para que este segura de
que es así.
Los estudios sobre la imagen del cuerpo establecen una importante diferenciación entre el
esquema corporal y la imagen del cuerpo (Doltó,1984). No hay que confundir imagen del cuerpo
con esquema corporal.
Para Doltó “El esquema corporal especifica al individuo en cuando representante de la especie: es,
en principio, el mismo para todos.” Por otro lado, la imagen del cuerpo sería propia de cada uno:
estaría ligada a la historia personal. Sería eminente inconsciente.
El esquema corporal se forma entrecruzado con las mediaciones necesarias, permite la
elaboración de una imagen del cuerpo correspondiente. Las mediaciones simbólicas necesarias
1 Carmona, Cristina, (2009), Análisis de un caso de duelo patológico desde la terapia cognitivo- conductual.2 Fernández, L.; Rodríguez, V., (2002), Intervenciones sobre problemas relacionados con el duelo para profesionales
de Atención Primaria (I): el proceso de duelo. Vol, 12, Num 3. Marzo. MEDIFAM. (pag. 219)3 Guelar, D, y Crispo, R, (2000), Adolescencia: Trastornos al comer. Barcelona: Gedisa
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son las percepciones auditivas, visuales, táctiles, informadoras, venidas de la madre reaccionando
ante su hijo, atenta como está al gozo y al padecimiento de su bebé, y que le habla.
Aparte de los indispensables cuidados corporales, alimento y cambios, que se dirigen de las manos
de la madre al cuerpo del niño, aparte del portar el cuerpo del niño por el cuerpo de la madre, son
las palabras de ésta, sus canciones, sus meceduras, sus Caricias, sus regaños, todo el lenguaje
de la inteligencia del corazón de las madres, cuando la neurosis no ha esterilizado, por la angustia
de ser mujer, la vías de acceso de la intuición materna.
Margaret Mahler: “Los cambiantes estados de tensión y relajación “parecerían” formar una especie
de núcleo central de oscura conciencia corporal. La pautación interna que contribuyó a la
“nuclearización” de la imagen corporal primitiva en sus comienzos.”
Es decir, la conciencia corporal se crea a partir de las diferencias: diferencias entre los estados
corporales, diferencias entre estímulos internos y externos.
Desde una perspectiva psicoanalítica
El encuentro con otro, en la constitución de la imagen corporal
La construcción de la imagen corporal va ligada al encuentro con otro. Existe un encuentro
inaugural protagonizado por la madre y el bebé, enmarcado por la necesidad. Es precisamente la
pulsión de auto conservación la que inicia el movimiento, el bebé desde su desamparo y
desconocimiento iniciales necesita de otro que lo asista, la madre, que satisfaga sus urgencias
vitales, la acción específica .Si este encuentro es positivo dará lugar a la experiencia de
satisfacción, experiencia que se inscribirá como huella anémica del objeto y del placer así obtenido
y que será fundante de la sexualidad y del placer.
Si todo este encuentro va acompañado además de estímulos corporales placenteros y de palabra,
serán elementos que luego contribuirán a la construcción de la imagen corporal.
El proceso de formación de la imagen del cuerpo depende siempre, para desarrollarse, de una
relación afectiva.
Imagen corporal y duelo
Para Doltó el proceso de formación de la imagen del cuerpo depende siempre, para desarrollarse,
de una relación afectiva, mientras que el esquema corporal puede desarrollarse hasta en
condiciones de desamparo afectivo.
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Francoise Dolto sigue fase por fase la elaboración de la imagen del cuerpo, demostrando que, cada
vez, el umbral es superado por una castración. Lo cual la conduce a describir la patología de la
imagen del cuerpo, que revela ser, etapa por etapa, un fracaso de la simbolización: a saber,
insuficiencia del lenguaje dirigido al niño e incumplimiento de la prohibición.
Cuando hay insatisfacción de la imagen corporal, es seguro que existe una distorsión de la misma
Guelar y Crispo (2000)
Duelo y melancolía- Sigmund Freud 1915
De acuerdo a Freud, el duelo se lleva a cabo como un proceso en el que “…el examen de la
realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya, y demanda que la libido abandone todas
sus relaciones con el mismo. Contra esta demanda surge una resistencia naturalísima, pues
sabemos que el hombre no abandona gustoso ninguna de las posiciones de su libido, aun cuando
les haya encontrado ya una sustitución. Esta resistencia puede ser tan intensa que surjan el
apartamiento de la realidad y la conservación del objeto, por medio de una psicosis optativa
alucinatoria. Lo normal es que el respeto a la realidad obtenga la victoria. Pero su mandato no
puede ser llevado a cabo inmediatamente y sólo es realizado de un modo paulatino, con gran gasto
de tiempo y de energía psíquica, continuando mientras tanto la existencia psíquica del objeto.”
La melancolía se caracteriza psíquicamente por un estado de ánimo profundamente doloroso, una
cesación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de
todas las funciones, y la disminución del amor propio. Esta última se traduce en reproches y
acusaciones de que el paciente se hace objeto a sí mismo y puede llegar incluso a una delirante
espera de castigo. Este cuadro se nos hace más inteligible cuando reflexionamos que el duelo
muestra también estos caracteres, a excepción de uno solo: de la perturbación del amor propio.
El paciente ha sufrido la pérdida de un objeto, pero de sus manifestaciones inferimos que la
pérdida ha tenido efecto en su propio Yo. Resalta el descontento con el propio Yo, sobre todas las
demás críticas posibles.
Es por todo este proceso que se transformó la pérdida del objeto en una pérdida del Yo, y el
conflicto entre el Yo y la persona amada, en una discordia entre la crítica del Yo y el Yo modificado
por la identificación, logrando de esta manera, una distorsión de la imagen corporal.
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Duelo relacionado con intervención clínica y la imagen corporal
Puede haber duelo por perdida de salud, que se da inmediatamente después de saber el
diagnóstico de una determinada enfermedad, estos casos pueden ser una pérdida de una parte del
cuerpo, de una función corporal, o de una modificación del cuerpo.
“Mushatt en 1975, nos dice que la formación de una imagen corporal se produce por el depósito de
imágenes y símbolos de figuras externas claves para el individuo, internalizadas para la fusión de
sus estímulos con las percepciones sensoriales.”4
“Es por esto que ante una pérdida de una parte del cuerpo, el individuo gradualmente tiene que ir
comprobando que esa parte de su cuerpo ya no existe, que la pérdida es una realidad y que la
tiene que ir aceptando lentamente, a costa del dolor emocional causado por el reconocimiento de
que una parte de su cuerpo ya no existe. Hay que tomar en cuenta que esto puede ser un anticipo
de la muerte como pérdida de la totalidad. La pérdida simboliza la muerte parcial de la muerte total
que hubiera podido suceder.” (Argüello, L. & Romero, C, 2012, 507-508)
De esta forma la imagen corporal se ve alterada, si bien hay una base física de esto, igualmente la
persona pasa por el proceso de duelo, por la perdida de algo que es o era parte de su cuerpo, la
manera en que la o el paciente pase este proceso influirá de gran manera en la forma de
relacionarse socialmente, su autoestima y su misma conducta y personalidad.
Duelo relacionado con fallecimiento y la imagen corporal
Con respecto a los recursos personales del doliente, Ripoll refiere que la respuesta a la pérdida y la
manera de afrontar el trabajo del duelo por la muerte de otro, se relaciona en forma positiva o
negativa, con otras respuestas vitales de la persona, sus comportamientos de adaptación,
personalidad, carácter y salud mental, el grado de confianza en sí mismo, el nivel de madurez e
inteligencia, las experiencias previas de duelos, la coexistencia de otras situaciones de crisis, el
sentido que tenga de la existencia y de sus principios religiosos/espirituales, filosóficos, culturales y
sociales.
Galindo nos plantea que el duelo es en el fondo un sufrimiento moral causado por el despojo
interno y desgarrador ocasionado por una pérdida significativa que alimentaba la autoestima de
una persona y trae deterioro de su dignidad humana. De acuerdo a esta definición se puede decir
que como la pérdida afecta al autoestima que esta ligado con la percepción de nuestra imagen
corporal, es ahí donde podemos evidenciar, el efecto que tiene el duelo.4 Argüello P., Leyre; Romero C.; Irene, (2012), Trastorno de la imagen corporal, Reduca (enfermería, fisioterapia y podología), Serie de trabajos de fin de grado. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de medicina. Madrird.
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Otro punto a resaltar es algo que afecta mucho a la persona doliente es “…si las relaciones con el
ser querido fueron conflictivas, el dolor no solo es por la pérdida sino también por la culpa de no
haber tenido mejores relaciones con el o la fallecido/a y la imposibilidad de no poder cambiar esa
situación.” (Carmona, Z., Bracho de López, C., 2007, 17)5
Duelo relacionado con ruptura de relación y la imagen corporal
Al respecto Riso6, nos dice que “el duelo es un proceso biológico y tiene etapas. En saberlas está la
clave. Primero está la ira, después el anhelo, la resignación, la tristeza, luego se acepta y todo
pasa.”, esta puede durar de seis meses a un año, dependiendo de la cultura y la historia previa del
sujeto.
Riso resalta que “…un desamor sin razones objetivas es más difícil de sobrellevar porque la
conclusión no se asimila fácilmente: “si no hay nada externo, ni amantes, ni crisis, ni una
enfermedad…no cabe duda: ¡el problema soy yo! … más tarde sobreviene el repaso histórico, en el
que se busca hasta el más mínimo de error o se inventa: lo que hemos hecho mal, lo que
podríamos haber hecho y no hicimos, los defectos que deberíamos mejorar (si se nos brindara otra
oportunidad)…en fin, todo lo personal es rigurosamente examinado”.
Es por los motivos expuestos anteriormente que cuando se da el rompimiento de una relación,
queda herido nuestro ego, provocando una distorsión de nuestra imagen precisamente por la
revaluación y el sentimiento de culpa que se presenta.
Otro aspecto esta relacionado con al teoría de la vinculación de Bowlby, éste nos habla de un
“instinto de vinculación”, enfatiza el lazo del niño de edad dependiente con la madre, de esta forma
nos dice que los sujetos que habían sufrido unas relaciones parentales disfuncionales en la infancia
eran especialmente vulnerables. De esta forma consideramos que este proceso de duelo afecta en
el desarrollo de la formación de la personalidad, por la misma imagen corporal que ellos, ellas
tienen de sí mismos.
Conclusiones
5 Carmona, Z., Bracho de López, (2008), La muerte, el duelo y el equipo de salud. Revista de salud pública, vol.2, 14-23, diciembre. Venezuela.6 Riso, Walter, (2011), Manual para no morir de amor, Editorial Planeta, Barcelona.
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Por todo lo expuesto anteriormente, se puede concluir que la influencia del duelo en la perdida o
distorsión de la imagen corporal es evidente, dependiendo de la etapa del desarrollo humano, en el
que la persona se encuentre, el impacto que tenga sobre ella será mayor o menor, ya que la
imagen corporal es la base para el desarrollo de la identidad, de la personalidad, de la formación
del Yo, esta nos permite distinguir entre uno/a mismo/a y los demás, lo que distingue el interior de
uno/a de la realidad exterior.
De esta forma, el duelo, entendido como la pérdida de algo significativo de la persona en diferentes
situaciones, es este proceso donde se presenta un desequilibrio, ya que la persona que sufre la
pérdida a estructurado su Yo, su identidad, su personalidad en base a éste, obviamente no en
totalidad, sino que es parte de los factores que son la matriz de la construcción de la imagen
corporal, por lo que cuando no está presente, cuando este objeto (concepto desde el psicoanálisis)
deja de existir o desaparece, la persona doliente presenta un quiebre, en su estructura, por ende
una percepción distorsionada de la imagen corporal.
Dependerá de la forma en que la persona lleve este proceso de duelo, para que haya nuevamente
un equilibrio y supere esta pérdida de manera saludable, estructurando nuevamente su identidad,
su Yo, en base a lo que tiene presente, a su realidad, perdiéndose de esta forma, la alteración o
perdida de la imagen corporal.
Bibliografía
Carmona, Cristina, (2009), Análisis de un caso de duelo patológico desde la terapia cognitivo- conductual.
Fernández, L.; Rodríguez, V., (2002), Intervenciones sobre problemas relacionados con el duelo para profesionales de Atención Primaria (I): el proceso de duelo. Vol, 12, Num 3. Marzo. MEDIFAM. (pag. 219)
Guelar, D, y Crispo, R, (2000), Adolescencia: Trastornos al comer. Barcelona: Gedisa
Duelo y melancolía- Sigmund Freud 1915
Argüello P., Leyre; Romero C.; Irene, (2012), Trastorno de la imagen corporal, Reduca (enfermería, fisioterapia y podología), Serie de trabajos de fin de grado. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de medicina. Madrird.
Riso, Walter, (2011), Manual para no morir de amor, Editorial Planeta, Barcelona.
Carmona, Z., Bracho de López, (2008), La muerte, el duelo y el equipo de salud. Revista de salud pública, vol.2, 14-23, diciembre. Venezuela.
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