problemas, proyecciones y desafÍos en la salud mental infantil

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  • 8/22/2019 PROBLEMAS, PROYECCIONES Y DESAFOS EN LA SALUD MENTAL INFANTIL

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    Revisin de Literatura

    * correspondencia e-mail:[email protected]

    PROBLEMAS, PROYECCIONES Y DESAFOS EN LA SALUD MENTAL INFANTIL:LA NECESIDAD DE REFORMULAR EL ROL PROFESIONAL

    PROBLEMS, IMPLICATIONS AND CHALLENGES IN CHILDREN MENTAL HEALTH:THE NEED OF A CHANGE IN PROFESSIONAL ROLE

    Felipe Lecannelier*Psiclogo Infantil. Candidato a doctor en Desarrollo Infantil, Universidad Autnoma de Madrid,Especializacin en Investigacin e intervencin en apego infantil, University College London, Magster enEpistemologa, Universidad de Chile, Director Centro de Estudios Evolutivos e Intervencin en el Nio[CEEIN], Universidad del Desarrollo [UDD], Director Programa Salud Mental Infantil, UDDMarianela HoffmannPsicloga Infantil, Candidata a Magster en Psicoterapia Constructivista, Universidad Mayor, Diplomadoen Apego y Salud Mental, UDD, Sub-directora CEEIN, UDDFernanda Flores

    Psicloga Infantil, Candidata a Magster en Psicoterapia Constructivista, Universidad Mayor, Diplomadoen Apego y Salud Mental, UDD, Coordinadora de Investigacin, CEEIN, UDDLorena AscanioPsicloga Infantil, Posttulo Psicoterapia Sistmica para Nios y Adolescentes, Universidad Catlica deChile [PUC], Diplomado en Apego y Salud Mental, Diplomado en Estrategias de Intervencin Temprana,UDD, Coordinadora Proyectos de Intervencin, CEEIN, UDD.

    Articulo recibido el 3 de marzo, 2008. Aceptado en versin corregida el 15 de junio, 2008

    RESUMENA pesar de la existencia de una mayor sensibilidad frente a los problemas y necesidades de los nios, lasalud mental infantil sigue siendo un rea en estado de negligencia y crisis. La alta prevalencia detrastornos conductuales, afectivos y sociales, desde el nacimiento hasta la adolescencia, exige acciones

    urgentes para paliar este problema de salud pblica. Sin embargo, en la actualidad se ha detectado unaenorme brecha entre la magnitud de estos problemas y el nmero de profesionales especializados quepermitan hacerle frente. El presente artculo aborda estos dilemas y desafos, aportando una serie desugerencias sobre reformulaciones necesarias al rol profesional, con miras a adecuarse a la crisis actualde la salud mental infantil. Palabras clave: Salud mental infantil, epidemiologa del desarrollo,intervencin, prevencin.

    ABSTRACTDespite the emerging awareness of childrens problems and needs during the last years, infant, childrenand youth mental health is still an area full of negligence and crisis. High prevalence of behavioral,emotional and social disorders from birth to adolescence demands urgent actions in order to stop thispublic health problem. However, there is a huge gap between the magnitude of this mental healthproblems and the amount of specialized professionals who can face this issue. The present paper tackles

    this dilemmas and challenges, making a contribution about some important changes in the professionalrole, in order to adapt to this serious crisis of children mental health. Key words:Children mental health,developmental epidemiology, intervention, prevention.

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    INTRODUCCINLos problemas de salud mental y

    adaptacin que aquejan a los nios se

    encuentran en un estado de crisis de saludpblica (Huang et al., 2005). El aumentopaulatino en las tasas de prevalencia de unavariedad de problemas de conducta, violencia,trastornos afectivos, dificultades en el desarrollodel vnculo, etc., han activado seales de alertapara los diversos profesionales, instituciones ysistemas gubernamentales que trabajan en laprevencin y promocin del bienestar de losnios y sus familias (Organizacin Mundial de laSalud [OMS], 2004; Tolan & Dodge, 2005).Sumado a esto, el aumento en los problemas desalud mental infantil viene aparejado con unadificultad mayor: la insuficiencia deprofesionales, programas y especializacionespara hacer frente a estas dificultades infantiles.Todo esto ha generado en los ltimos aos unaserie de reflexiones sobre la necesidad deincorporar nuevo conocimientos sobre lascompetencias/habilidades/destreza en el rol delprofesional, que permitan considerar nuevoselementos en la comprensin de la salud mentalinfantil, junto con mejorar los diversos sistemasde prevencin e intervencin. El presenteartculo pretende generar un espacio dereflexin sobre estos temas, articulando en trespartes su organizacin: en primer lugar se

    revisan algunas evidencias relevantes sobre laprevalencia de trastornos que afectan la saludmental infantil desde el nacimiento hasta laadolescencia. Posteriormente se desarrollan losproblemas y desafos para los profesionales dela salud mental, que existen en la actualidadpara abordar esta problemtica. Finalmente, seentregan de acuerdo a la evidencia y reflexionesactuales, una serie de recomendaciones sobreposibles reformulaciones al rol del profesional,

    junto con la art iculacin de temas referidos a lacomprensin de la psicopatologa infantil, y lacreacin de sistemas de prevencin e

    intervencin sistemticas y efectivas.En Chile, la preocupacin por el bienestargeneral de los nios ha ido creciendo de unmodo exponencial. Sin embargo, es evidenteque los problemas son mltiples, variados yoperan en diversos niveles. Por esto, se haceurgente reflexionar sobre estos aspectos, yaque constituyen y constituirn grandes desafosa trabajar con miras a disminuir el sufrimiento ydesadaptacin que sufren muchos nios en laactualidad.

    Prevalencia de trastornos en Salud MentalInfantil

    De 0 a 3 aos.

    Los avances realizados durante losltimos treinta aos en el estudio del desarrollotemprano, tanto a nivel neurobiolgico,psicolgico, social y relacional, han generadotoda una revolucin de la comprensin delmundo del beb (Lecannelier, 2006; Meltzoff,1984; Rochat, 2002; Shore, 2001; Stern, 1985;Trevarthen, 1993; Tronick, 1989). Estosimportantes descubrimientos generaron laposibilidad de considerar la infancia tempranacomo un periodo sensible a la desadaptacin yla aparicin de problemas de salud mental. Aslo que se conoce actualmente como SaludMental del Infante (entendiendo la infanciacomo el periodo de los 0 a los 3 aos), haalcanzado legitimacin a nivel de lainvestigacin y la intervencin de enormesproporciones (Osofsky & Fitzgerald, 2000;Zeanah, 2000).

    Tal ha sido el impacto, que un conjunto deexpertos del desarrollo temprano elaboraron supropio sistema de clasificacin de trastornos(National Center for Clinical Infant Program-CD:0-3). En general, los estudios en epidemiologadel beb han mostrado que entre el 6 y 24% delos infantes sufren algn tipo de trastorno odificultad (Skovgaard, Houmann, Christiansen,

    & Andreasen, 2005). Los trastornos msfrecuentes durante los primeros aos son eltrastorno de sueo (15-50%), el trastorno dealimentacin (6-35%), y los trastornos de laregulacin (5-15%) (Keren, Feldman, & Tyano,2001; Maldonado-Durn, Helmig, & Moody,2001). Todas estas dificultades muestran unabaja remisin espontnea, por lo que laintervencin y prevencin temprana cobra altarelevancia (Maldonado-Durn, 2001). En laactualidad, no se han realizado estudios deepidemiolgicos en este tipo de poblaciones, enChile.

    Edad preescolarSe ha declarado que las investigaciones

    en salud mental del preescolar se encuentran30 aos atrasadas en relacin al estudio de lapsicopatologa del escolar y adolescente(Angold & Egger, 2004, p. 127). En general,entre el 20-26% de los nios preescolares hasido diagnosticado con algn trastorno incluidodentro del Manual Diagnstico y Estadstico delos Trastornos Mentales [DSM] (AmericanPsychiatric Association, 2005; Keenan, Shaw,Walsh, Delliquadri, & Giovanelli, 1997).

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    Especficamente, el 2-4% evidencia trastornosafectivos (Kashani, Allan, Beck, Bledsoe, &Reid, 1997), el 6-16% problemas de conducta,

    en donde a ms temprana la aparicin deltrastorno, ms estable y persistente suele ser atravs del ciclo vital (Tremblay, Masse, Vitaro, &Dobkin, 1995). La prevalencia para el TrastornoOposicionista Desafiante es de 16.8%, para elTrastorno de Dficit Atencional conHiperactividad [TDAH] es de 2%, y paraproblemas relacionales con los padres es de4.6% (Lavigne, Gibbons, et al., 1996; Lavigne,Arend, et al., 1998).

    En Chile, no se registran estudiospublicados al respecto, aunque unainvestigacin realizada recientemente en laciudad de Temuco, evalu a 216 niospreescolares a travs de la adaptacin yvalidacin chilena del Inventario de Conductasde Thomas Achenbach para nios de 1.5 a 5aos (Lecannelier, Bardet, Bascuan & Nuez,2005), hallndose que el 16.2% se encontrabaen un rango clnico de problemas conductualesy efectivos (Ortiz, Lecannelier, & Silva, s.f).

    Edad escolar y adolescenteLos estudios en epidemiologa del

    desarrollo en la edad escolar y adolescente hanmostrado un aumento alarmante en las tasas deproblemas de salud mental infantil, con etiologa

    de origen ms bien psico-social (Costello &Angold, 2006). En trminos generales, losestudios recientes indican queaproximadamente uno de cada cinco nios tieneun trastorno de salud mental diagnosticable, yuno de cada 10 posee un trastorno severo quelimita el funcionamiento y adaptacin del nio asus diversos contextos vitales (Costello, Foley,& Angold, 2006; Friedman, Katz-Leavy,Manderscheid, & Sondheimer, 1996). Es decir,no existe otra enfermedad que dae de unmodo tan significativo, la vida de los nios comolos problemas de salud mental infantil (Nacional

    Advisory Mental Health Council, 2001).Ms especficamente, las tasas deprevalencia en salud mental infantil han arrojadoevidencias preocupantes en cada uno de lostrastornos investigados: 20% de los nios hanexperimentado algn trastorno diagnosticadopor el sistema DSM, y el 7% presenta untrastorno grave limitante (Costello et al., 1996).

    En una revisin reciente que integra seisde los principales estudios epidemiolgicos ensalud mental infantil, encontraron las siguientesprevalencias (Wadell & Sheperd, 2002): 6.5%de trastornos de ansiedad, 3.3% para trastornos

    de conducta, 3.3% para TDAH, 2.1% paradepresin, 0.8% para abuso de sustancia, 0.2%para trastorno obsesivo-compulsivo, 0.1% para

    trastornos alimentarios. La prevalencia total deproblemas conductuales, afectivos, deldesarrollo y alimentarios fue de 15%.

    Con respecto al aumento o disminucin delas diversas psicopatologas infantiles, laprevalencia de trastornos de conducta haaumentado el doble desde 1970 hasta el 2004(Collishaw, Maughan, Goodman, & Pickles,2004). ltimas evidencias sobre el autismo, hanmostrado una prevalencia del 0.6%, perocontrario a lo que muchos piensan, el autismono ha aumentado en las ltimas dcadas(Fombonne, 2003). En relacin a la depresininfantil, un reciente meta anlisis de 26 estudiosconcluy que si bien la tasa es alta, no es vlidala afirmacin de que la depresin en la edadescolar es una epidemia (Costello, Foley et al.,2006).

    Curiosamente, se ha descubierto queexiste diferencia entre los trastornos quetuvieron su inicio en la niez y aquellos coninicio en la adolescencia (Rutter & Sroufe,2000). En el primer tipo, se encuentra el TDAH,el autismo, otros trastornos del desarrollodiferente al autismo, la ansiedad de separacin,fobias especficas, trastorno oposicionistadesafiante. En el segundo tipo, estn la fobia

    social, los trastornos de pnico, la depresin, elabuso de sustancia, la anorexia nerviosa y labulimia. Algunas investigaciones han mostradoque los trastornos con inicio en la niez tienenmayor prevalencia en hombres y los con inicioen la adolescencia en mujeres (Rutter, Caspi, &Moffit, 2003). El caso ms prototpico de estadistincin, se encuentra en los trastornos deconducta, donde existe una clara diferenciaentre el que se inicia en la niez y el que seinicia en la adolescencia, mostrando el primeromayor desadaptacin, la presencia de un altonmero de factores de riesgo, y peor pronstico

    (Moffit, 1993).Cabe destacar que el 75% de losproblemas de salud mental en la edad adulta,tuvo su inicio en la edad escolar o adolescente(Costello, Foley et al., 2006). En un estudio delargo alcance, se encontr que el 80% deadultos con historia de depresin mayor,trastorno de ansiedad, o adiccin a las drogas,presentaron sintomatologa de inicio antes delos 20 aos (Burke, Burke, Regier, & Rae 1990).

    Contrario a lo que se pensaba sobre labaja probabilidad de que dos trastornos co-ocurrieran en el mismo intervalo de tiempo (lo

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    que se conoce como co-morbilididad) laevidencia actual demuestra todo lo contrario endonde la co-morbilidad es la regla entre los

    diversos trastornos (Angold, Costello, & Erkanli,1999), aumentando significativamente el riesgode adaptacin de los nios.

    En Chile se han realizado algunosestudios epidemiolgicos al respecto, en dondeel primer estudio reportado fue realizado por elequipo del Dr. Montenegro y sus colaboradoresutilizando la versin clsica del Child BehaviorChecklist [CBCL] 6-18 en una muestrarepresentativa de la poblacin escolar de laRegin Metropolitana, compuesta de 517 niosde entre 6 y 11 aos, de tres niveles socio-econmicos, obteniendo tazas de prevalenciade problemas conductuales y afectivos dealrededor de 15% (Bralic, Seguel, &Montenegro, 1984). Posteriormente, De laBarra, Toledo y Rodriguez (2003) estudiaron laprevalencia de salud mental en 1279 nios desiete escuelas de la Regin Metropolitanaencontrando una taza de problemas afectivos yconductuales del orden del 10%. En otro estudioreciente, realizado con 429 escolares de laciudad de Temuco, la proporcin fue deproblemas de salud mental fue de 21% (Silva,Ortiz, & Livacic, 2006). Por ltimo, la JuntaNacional de Auxilio Escolar y Beca [JUNAEB]dentro de su programa Habilidades para la Vida,

    dio a conocer el ao 2005 un informe sobreconductas de riesgo en una muestra de 28451escolares provenientes de 611 colegios,evidenciando un 12.7% de conductasdesadaptativas en el hogar (Delgado, Zuiga &Jadue, 2006).

    Por lo tanto, la evidencia epidemiolgicaes clara en mostrar que los nios puedenmostrar, desde el nacimiento, una serie deproblemas y trastornos conductuales, afectivos,y relacionales que les dificulta una adaptacinnormal a sus diversos contextos vitales (familia,colegio, amigos). Estas altas prevalencias piden

    una accin urgente de parte de los diversosprofesionales involucrados. Sin embargo, eneste punto encontramos una segunda dificultad.

    SALUD MENTAL INFANTILSe podra hipotetizar que si el da de

    maana el 100% de los nios que presentanalguna dificultad psico-social decidieranconsultar a algn profesional de la salud mental,no ms del 10% podran ser atendidos de unmodo oportuno (Jenkins, 1998). Es decir, existeuna brecha preocupante entre las altas tasas deproblemas de salud mental infantil y la baja

    existencia de profesionales para hacer frente aestos problemas (Tolan & Dodge, 2005). En laactualidad, ms del 75% de los nios con

    problemas emocionales y conductuales noestn recibiendo ayuda especializada y losnios provenientes de poblaciones de altoriesgo (pobreza, minoras raciales, zonasrurales) reciben solo el 13% de atencin (Ringel& Sturm, 2001)

    El problema se agrava an ms cuandolos reportes han mostrado que de losprofesionales que entregan ayuda psicolgica ypsiquitrica, solo un escaso nmero lo hacebajo el alero de una formacin especializada yespecfica de alta calidad (Tolan & Dodge,2005). La gran mayora de los profesionalessuele recibir una formacin general para tratarun abanico amplio de trastornos, sin obtenerentrenamiento en tcnicas especficas paracada trastorno. Esto se acenta an ms en elcaso del tratamiento de patologas ms graves,tales como el autismo, el Sndrome de Down, oincluso casos extremos y crnicos de maltrato,abuso y negligencia.

    Del mismo modo, un alto nmero deprogramas que se implementan para prevenir ytratar diversos trastornos, no han mostrado elnivel de efectividad esperado. Muchos de estosprogramas que se implementan, no suelen serevaluados bajo criterios metodolgicos

    sistemticos, y/o se implementan en settingslimitados sin conexin con los diversoscontextos vitales del nio (Fonagy, Target,Cottrell, Phillips, & Kurtz, 2002).

    Otro problema se relaciona con laevidencia emprica sobre la efectividad de losdiversos enfoques y estrategias de intervencinpara los mltiples problemas de salud mental, olo que se conoce como Qu funciona paraquin? (Fonagy et al., 2002; Kazdin, 2002).Algunas revisiones han mostrado que si bienresta mucho por investigar para saber qu tipode enfoque, modelo o estrategia funciona para

    qu tipo de trastornos, la evidencia existentedurante los ltimos 20 aos puede guiar de unmodo confiable la actividad profesional, dadoque existen varias estrategias que handemostrado ser efectivas para los trastornosms prevalentes (Weisz, Sandler, Durlak, &Antn, 2005). Esta evidencia no solo se hademostrado para la atencin individualizada delos nios y sus familias, sino tambin para laimplementacin de programas preventivos agran escala (Denham & Burton, 2004; Durlak &Wells, 1997; Smith, Pepler, & Rugby, 2004). Sinembargo, el problema radica en que esta

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    evidencia e informacin disponible, no suele serutilizada por los profesionales para guiar susintervenciones (Glasgow, Lichtenstein, &

    Marcus, 2003, citados en Tolan & Dodge, 2005).A nivel de la prctica profesional, latendencia sigue imperando hacia la aplicacinde tcnicas y estrategias dictadas por elenfoque o modelo del profesional, ms que porla informacin actualizada de qu sirve paraquien. Ms an, muchos enfoques psicolgicoshan planteado la incompatibilidad de aplicarestrategias y tcnicas provenientes de otrosenfoques, modelos o programas, dificultandoenormemente la colaboracin e integracin enel tratamiento de diversas patologas adaptadasa lo que el paciente necesita, ms que restringirla forma de ayuda a lo que el profesional quiereo sabe hacer. Detrs de esto, subyace elproblema mayor que en muchas disciplinassociales no se suelen consultar referenciasactualizadas como parte del quehacerprofesional.

    Por lo tanto, en la actualidad nosenfrentamos a un grave desequilibrio entre laalta frecuencia de problemas de salud mentalinfantil y la dificultad de hacer frente a toda esademanda a travs de un servicio profesionalespecializado, basado en la evidencia, yadaptado a las necesidades de cada nio y sufamilia. Esto inevitablemente conduce a

    reflexiones sobre el rol actual del profesional desalud mental infantil.

    Hacia una revisin en las concepciones ensalud mental infantil y cambios en el rolprofesional

    La solucin de la gran brecha en la saludmental infantil pasa por acciones en diversosniveles institucionales y profesionales (lascules no es el objetivo del presente artculodesarrollar). Sin embargo, en el mbito del rol yactitud profesional se necesita un cambio paraadaptarse a esta crisis de salud pblica.

    Curiosamente, durante los ltimos aosdiversos profesionales y expertos provenientesde variados intereses en la promocin delbienestar infantil, tales como las polticaspblicas (Tolan & Dodge, 2005), la evidencia dela efectividad de los tratamientos (Fonagy et al.,2002), y la ciencia de la prevencin (Lalongo etal., 2006), han propuesto ciertos lineamientosgenerales (y hasta consensuales) sobre latendencia futura del rol del profesional en lasalud mental infantil. Fonagy et al. (2002)proponen que paulatina e implcitamente estsurgiendo una especie de pan-modelo o modelo

    sistmico implcito (o quizs un anti-modelo)que busca una combinacin de mltiplesperspectivas integradas en diversos niveles,

    bajo el alero de la evidencia emprica actualsobre todas las disciplinas abocadas al estudiode la prevencin, tratamiento y explicacin delas trayectorias normales y desviadas deldesarrollo infantil.

    Algunos elementos de estas propuestasson que el nio es ms que un individuo, losmodelos transaccionales/sistmicos decomplejidad ya han demostrado con creces queel nio no puede ser comprendido, evaluado ytratado como una entidad individual,desconsiderando los mltiples sistemas en losque est comprendido (Sameroff, 1995). Estoimplica que las explicaciones simples y uni-causales sobre la dinmica compleja infantildeben ser modificadas por una visin multinivel(biolgico, individual, relacional, social ycultural) y multiproceso (conducta, afectos,cognicin, lenguaje, apego), bajo mltiplestrayectorias del desarrollo. El settingdel cambiono debe restringirse a la consulta individual, elfuturo profesional debe ser una personaconectada a todos los contextos vitales del nio,trabajando e implementando estrategias en elcolegio, domicilio, barrio, etc. Este es unelemento muy importante, ya que muchospsiclogos y psiquiatras suelen atender a los

    nios en la consulta, siendo que salir de laconsulta a trabajar con profesores, pediatras,educadoras de prvulo y visitas domiciliarias,parece ser una estrategia ms adaptada alverdadero contexto de cambio del nio. Yaalgunos estudios han demostrado que el settingde la consulta puede no ser el mejor lugar paraprovocar cambios positivos en el nio y sufamilia, en relacin al contexto de la comunidad,escuela, hogar, e incluso campamentos deverano (Cunningham, Bremner, & Boyle 1995;Olds, Henderson, & Kitzman, 1994; Smith et al.,2004). Incluso, resultados controvertidos han

    demostrado que el agente del cambio nonecesariamente es el profesional de saludmental especializado (sino que tambin lopueden ser los amigos, los profesores,educadoras de prvulo, o los padres) (Denham& Burton, 2004; Howes, 1999). Otro puntoimportantes es que la intervencin debeadaptarse al nio y su contexto, y no viceversa:la posicin clsica del experto que aplica unmodelo o enfoque determinado, opera bajo lalgica que las tcnicas y estrategias quepropone el modelo, deben servir para la ampliagama de trastornos. Sin embargo, dada la

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    diversidad y complejidad de la psicopatologainfantil parece muy difcil que un set limitado deestrategias funcione para este amplio abanico

    de problemas. Por esto, la propuesta actualconsiste en tratar de buscar la estrategia quemejor se adapte a la problemtica, edad, nivelde funcionamiento y cultura del nio,independiente de si pertenece o no al enfoqueen cuestin. Este principio bsico depreguntarle al nio y su familia lo que necesita,ms que imponerle lo que requiere si bien seaplica a todo problema infantil, es casi unaobligacin en aquellas poblaciones de extremoriesgo, en donde la mayor colaboracin con lafamilia disminuyendo la posicin de sabio (perono de experto) parece ser la nica va de lograrmayor continuidad y motivacin en eltratamiento (Mc Donough, 2004). El conceptode familia es redundante en el tratamiento connios: es decir, en la actualidad se consideraque ningn tratamiento psico-social de ningntipo debera excluir a la familia como fococentral de cambio y ayuda. Otro punto es guiarlas intervenciones bajo la informacin disponiblede qu funciona para quin: tal como ya se hamencionado, existe informacin acerca deprocedimientos y estrategias efectivas (y noefectivas) para diversos trastornos. Por ejemplo,ningn tratamiento del autismo es efectivo sinoes a travs de un equipo multidisciplinario que

    implique un trabajo varias horas a la semana, yen diversos contextos vitales del nio (Fonagyet al., 2002).

    Por lo tanto, es un deber profesional estarinformado sobre los diversos tratamientos quefuncionan, no funcionan, o no han sidotesteados empricamente, a la hora de escogerla mejor alternativa para el infante (por ejemplo,estudios recientes han demostrado que lacombinacin de tcnicas provenientes dediversos enfoques suele tener resultadosfavorables, en relacin a la eleccin detratamientos aislados (Henggeler, Cunningham,

    Pickrel, Schoenwald, & Brondino, 1996). El focodel cambio no debera ser solo la disminucin oalivio de la sintomatologa: las tendenciasactuales en intervencin infantil deberan (ymuchas ya lo estn) estar enfocadas haciafocos de cambio ms amplios que posibiliten alnio un mejor funcionamiento en sus contextosde vida (familia, colegio, pares, etc.), es decir,una aproximacin ms bien basada en elaprendizaje de estrategias o habilidades en elcontexto de la colaboracin familiar, parece msapropiado que la bsqueda restringida de labaja sintomatologa.

    Subyacente a todos estos principios seencuentra el mandato primario de lamultidisciplinariedad. Es decir, sin la

    colaboracin y el aprendizaje de diversoscampos de conocimiento del nio, es imposiblela implementacin de un sistema integrado detrabajo con los nios. Desgraciadamente, en laactualidad, todava se observan profesionalesreticentes a la cooperacin interdisciplinaria.

    CONCLUSINSi consideramos que la American

    Psychological Association defini la entrega deun servicio o programa apropiado y efectivocomo un programa adaptado a la etapaevolutiva del nio, culturalmente apropiada acada familia, empricamente testeado, yorientado al trabajo familiar, seran muy escasoslos servicios que en Chile se estn entregandoque cumplan todos esas caractersticas(especialmente en el criterio de empricamentetesteado). Por esto, es urgente la puesta enprctica de grupos de trabajo que permitanelaborar un sistema comprensivo nacional(como el de Tolan & Dodge, 2005) que operebajo el supuesto de la colaboracinmultidisciplinaria, la evidencia emprica, laconsideracin y adaptacin al mundo familiar,cultural y escolar del nio, y por sobre todo, lapropuesta de ayudas concretas que le permitan

    al nio funcionar mejor en los contextos quepara l son adaptativos.

    Ms especficamente, los informesrealizados por la OMS, tales como el ProyectoMundial de Salud Mental Infantil y AdolescenteALTAS (2006) han sido tajantes en confirmarlas aseveraciones presentadas en este artculoproponiendo la mejora y el trabajo urgente enlas reas de: a) entrega de informacin a lacomunidad sobre los riesgos y factoresprotectores de la salud mental infantil; b) llenarla gran brecha mundial que existe sobre la faltade polticas pblicas sobre el fomento de la

    salud mental de los nios; c) proporcionarinstancias de entrenamiento especializadosobre diversos procesos de la salud mentalinfantil (tales como la evaluacin o eltratamiento); d) financiamiento gubernamentalde sistemas en redes que puedan mejorarse yestabilizarse a travs de los aos.

    El sistema de proteccin de la infanciaimplementado por el Gobierno de Chile, ChileCrece Contigo, parece ser una gran promesahacia el avance en este tipo derecomendaciones. Uno de los grandes desafosser entonces la formacin de profesionales

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    que puedan estar a la altura de las evidencias,estrategias y problemticas que aquejan

    actualmente la salud mental de los nios ennuestro pas.

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