Pregón a

SAN JUAN BAUTISTA ALOSNO, 1996

PREAMBULO

Alosno es mina y es sierra es Andévalo que siente es Andalucía y Huelva en el alma de su gente. Las cacerías en los cotos los caballos en las fincas los toros en los cortijos la era canta en la trilla. Alosno siempre es un sueño una ilusión esperada un amor en el silencio una esperanza clavada. Una bonita experiencia en una noche de ronda misterio de una leyenda de unas raíces muy hondas.

Alosno es un sentimiento con punteo de guitarra y te conmueve por dentro cada vez que Alosno canta. Alosno: sigues sintiéndote vivo a lo largo de los siglos entre avatares de historia que te imprimieron tus hijos, esos pueblos milenarios que en las entrañas del suelo supieron quedar grabado su duro temple de acero trabajando el mineral para ejercer el comercio. Los labriegos y pastores de la aldea del Portichuelo vinieron a enriquecer con sus costumbres al pueblo

lo mandaba el Señor Duque en época del medievo. Y así Alosno has perdurado y para sentirte vivo necesitas encontrarte con la esencia de ti mismo. Tu necesitas el fuego que arde en las Luminarias y purificas el aire como el caballo que salta. Al empezar la Cuaresma te sientes muy amigable uniendo a mozos y mozas en el Jueves de Comadre. Morados y blancos los campos anuncian la primavera mientras de un balcón se escucha en silencio una saeta ante Jesús y su Madre que por las calles se encuentran. Con un cirio en penitencia perdona a tu pueblo cantas porque tu Alosno te encuentras con tu Cruz y tu esperanza. Nunca perdiste tu esencia de voz antigua que canta a sentimientos de amores desde tu honda garganta. Y en esas noches de mayo tu mujer la mas bonita vibra con la pandereta al son de la seguidilla el hombre llega y espera a la guitarra que afina según marca la costumbre el sábado de Cruz Chica.

Helecho y juncia en el Corpus romero, mentracto y flores colchas, altares, incienso… al amor de los amores. Y llegó Junio a El Alosno todo se viste de cal el alosnero presiente que ya se acerca San Juan. El cielo azul lo pregona y entre murmullos el viento va infundiendo al corazón el más hondo sentimiento que unifica por entero a este sabio y noble pueblo. Con un fandango valiente se unen pa salir de ronda esos amigos ausentes que regresan a El Alosno para abrazar a su gente soñando durante el año paladear su aguardiente. Cuando comienzan las lluvias y reverdece la sierra por el campo ya se pierden con su escopeta y su perra los amigos que se quieren. Y en el día de la Pureza arde contenta el hacha para nuestra patrona que es la Virgen de Gracia y las mujeres se afanan antes de Santo Tomas que hay que ir a por las ramas para engalanar el Portal con madroños y mortiños y cantar el repertorio de toas las coplas del niño,

hasta que la fiesta acaba cuando los reyes recorren entre alegre cabalgata repartiendo fantasía en esa noche encantada. Así Alosno vas viviendo tu tarea cotidiana entre el trabajo y la fiesta entre la pena que canta… Lleno de historia y cultura Alosno es tierra de artistas Es del fandango la cuna

Alosno es San Juan Bautista.

SALUDO Real e Ilustre Hermandad de San Juan Bautista. Distinguidas autoridades. Querido pueblo de El Alosno.

Bienvenidos seamos todos a esta gran noche alosnera por excelencia, en la que lo de menos es quien da el pregón o quién habla, sino que lo importante es que vivamos todos juntos unos emocionantes momentos en la principal Fiesta de nuestro pueblo.

Agradezco sinceramente a la Junta de Gobierno de la Real e Ilustre Hermandad de San Juan Bautista su cariñosa invitación y la confianza que ha depositado en mí para este solemne acto, pues en el fondo sólo soy una sencilla voz del pueblo… Aunque todos me conocéis, es de rigor que un presentador de a conocer un poco al pregonero y en lo referente a San Juan Bautista, nadie quizás sepa mejor que Don Juan Núñez hablar un poco de mi persona. Han sido muchos años trabajando juntos, velando por la pureza de las tradiciones y quien mejor que el para este menester. Gracias Juan Núñez, por tantas cosas que hemos compartido y por tenerme en tu corazón como un buen amigo, tú también estarás siempre en el mío… Han sido ya muchos pregones, en los que cada persona que ha ido interviniendo a través de los años, ha plasmado su modo o manera de ver la fiesta. Yo pensé hacer una cosa sencilla, pues todos conocemos sobradamente nuestras costumbres y no es el momento ahora de soltar una parrafada, por lo que me decidí componer mi pregón basándome sólo y exclusivamente en una cosa: EL SENTIMIENTO. Que sentimos y como vivimos los alosneros la celebración de la Fiesta de nuestro Patrón San Juan. Para que a todos nos resulte más agradable este acto, he decidido contaros una bonita historia que comienza así:

RELATO Se trata de un joven, que lleno de inquietudes y con bastantes ganas de conocer todo aquello que le rodeaba, fue trasladado por motivos de trabajo desde el norte de España hasta un pueblo de la baja Andalucía, donde llevaba ya varios años ejerciendo su profesión. Le encantaba relacionarse con la gente y había quedado bastante impresionado por la forma de vida y las costumbres de nuestros pueblos, ya que la visión que se tiene de Andalucía fuera de nuestra región, no se correspondía mucho con la realidad que el estaba percibiendo. En El Alosno, que era el pueblo donde el destino lo había querido enviar, no dejaba de sorprenderse cada día por pequeños detalles que observaba o por anécdotas que sus habitantes le comentaban en cualquier animada charla. Se había dado cuenta desde que llegó al pueblo al comienzo del otoño, que algunos meses no eran nombrados en la población, sino que más bien decían: “no para de llover desde el Hacha, se nota que estamos en el mes del Niño, por Semana Santa va a estar el campo propio, aunque algunas veces hasta a llueve por la Cruz y se nubla el cielo por San Juan “ . Había notado que los alosneros marcaban su vida por ciclos de tiempo, haciendo coincidir la llegada del invierno, la primavera y el verano con celebraciones populares, bastante arraigadas en la localidad. El joven, había decidido alquilar la planta de arriba de una antigua vivienda en la que habitaba un amable anciano que poseía una gran profundidad y una elocuente sabiduría. Como ambos tenían gran capacidad para conversar, no tardaron mucho en mantener una estrecha relación de amistad y un sincero entendimiento mutuo.

Al muchacho le resultaba muy agradable bajar en las tardes de invierno y tomar un café junto a la chimenea, para mantener animadas conversaciones con el sabio anciano, las cuales le ayudaban a entender la cultura que poseían las gentes del sur. Como ya llevaba en el pueblo varios meses, se había percatado ampliamente de que la figura de San Juan impregnaba todo lo alosnero. Había observado cuadros con la imagen del Santo en muchos establecimientos y en casi todas las casas que había visitado, tenían alguna foto de San Juan, de jóvenes cascabeleros e incluso de alguna muchacha con el traje típico de Jueves de Comadre.

También escuchaba a los conocidos como hablaban de las fiestas del pueblo, pero notaba un especial énfasis cuando se referían a San Juan Bautista. Todo ello había conseguido intrigarle y una tarde que bajó a tomar café con el venerable anciano, no pudo aguantar por más tiempo aquello que tanto deseaba conocer y le preguntó: “Dígame abuelo -que era como cariñosamente llamaba a su anciano amigo- ¿Por qué significa tanto para Alosno la Fiesta de San Juan? El anciano miro durante largo rato las llamas que desprendían los troncos en la chimenea y un brillo de emoción y nostalgia se encendió en sus ojos. Se instaló más cómodamente en su sillón y comenzó a relatarle:

“Lo que El Alosno celebra al llegar el solsticio de verano, es un hondo sentimiento que va impreso en cada persona, incluso antes de nacer o que también se adquiere cuando se convive varios años en el pueblo. Así como llevamos en nuestro cuerpo toda la evolución que ha sufrido el hombre a lo largo de la historia, también llevamos impreso en el alma, todo lo que desde un principio ha vivido en las almas humanas. Como la mayoría de los habitantes de esta zona, los alosneros están marcados por las distintas culturas que pasaron por nuestra tierra y de esta forma, somos algo comerciantes y emprendedores como los fenicios, aventureros y músicos como los romanos, negociantes como los hebreos y poseemos un marcado carácter individual, que nos legaron los pueblos del desierto. El Alosno tiene poca afición para asociarse o agruparse en masa a la hora de realizar algo y suele actuar más bien a su aire y a su criterio… Así, durante el año se celebran varias tradiciones y devociones en las que cada uno se reparte según su forma de ser o de entender la vida. Los campesinos y labradores hacen Luminarias por San Antonio Abad, los mineros festejan a Santa Bárbara, cada calle o zona del pueblo engalana su Colá para la Cruz, monta su Hacha para la Pureza y hasta las mujeres se reparten cuando van por Las Ramas para el Portal. En Semana Santa, cada grupo se distribuye de generación en generación en torno a seis imágenes que procesionan sus calles como son: El Señor de la Sangre y La Virgen de la Soledad; Padre Jesús, La Virgen de los Dolores y San Juan Evangelista en los típicos encuentros y El Señor de la Columna que tiene su propia ermita en la calle Real. Hay otro grupo que dirige una magnifica Cabalgata de Reyes, el ayuntamiento organiza una Feria o verbena popular en verano, los jóvenes disfrutan durante su Semana Cultural y más reciente, los amantes del caballo celebran una romería con San Antonio de Padua y se crearon algunas agrupaciones de carnaval. Cada persona interviene en mayor o menos medida en las distintas celebraciones del pueblo y cada uno las vive con más o menos interés, pero llegando al motivo de tu pregunta –comentó el anciano al joven- puede decirse que la Fiesta de San Juan es el hecho principal por el que todos los alosneros se convierten en uno sólo, un solo pueblo, una sola familia, una sola voz, un solo sentimiento.

Que será lo que nos pasa que nos logra transformar haciendo de Alosno uno la mañana de San Juan. Será el son del tamboril o será el azul del cielo o el abrazo que danzando se dan los cascabeleros. Será el dulzor de aguardiente serán las coplas del pino o las flores que le llevan a la iglesia nuestros niños Será que de noche vibran los hombres en los ensayos delante de sus chiquillos danzando para enseñarlos. Será el toque de campanas que en la víspera nos llama o el estruendo de cohetes que de las calles se lanzan. Será la Casa del Santo cuando se baila el parao o será porque te he visto esos ojillos lloraos. Será el leer la revista o escuchar nuestro pregón mientras la noche se viste con fuegos de resplandor. Será San Juan en la puerta mientras suena la Folía o serán los brazos fuertes que lo suben hacia arriba. Será el ver a las mujeres que van de Jueves Comadre con sus antiguas alhajas llevando los estandartes.

Será que ocurre un milagro en Alosno por San Juan ¡Qué es esto Santo Patrón! yo no sé lo que será. Pero Alosno sí que sabe mientras se nubla su vista gritarte una mil veces ¡Que Viva San Juan Bautista!

Para que el joven entendiera un poco mejor el motivo de la fiesta, el anciano siguió relatándole: -“Es bueno conocer el pasado, porque si no conocemos nuestro pasado, no se puede tener futuro. Si no sabes donde ha estado tu pueblo, tampoco sabes a donde va. Al llegar la fiesta de San Juan, los alosneros se ponen en contacto con su pasado y presienten que son los continuadores de una tradición, unos ritos y unas costumbres que sus antepasados ya celebraban hace siglos. De esta forma, logran sentirse vinculados a una raíz y a un pasado en común. Desde que el tambor empieza a recorrer el pueblo, anunciando a los cuatro vientos que un nuevo ciclo va a repetirse, los alosneros se sienten transportados como a otra época. La melodía cadenciosa de la flauta, es el primer síntoma y la primera dosis que reciben todos los habitantes del pueblo y pone en marcha un complejo entramado de sensaciones que se irán desatando poco a poco durante los días que preceden al gran momento.” El abuelo que era un gran filósofo, seguía relatando los principales momentos al joven con profundas observaciones. -“Cuando te topas con algo bueno, lo primero que tienes que hacer es compartirlo con otras personas que encuentres; de esta forma, la bondad se extiende hasta donde las palabras no llegan. Eso también ocurre aquí en los mágicos días de San Juan y una vez que se trae el Pino y se planta frente a la Casa Hermandad del Santo, el único anhelo de los alosneros, es compartir en todo momento el sentimiento que los une. La Casa se convierte en lugar de encuentro, de saludos, de abrazos… Es la Casa de todos y también de cuantos van llegando al pueblo en esos días. Es la Casa que Alosno entero construyo para encontrarse y para compartir lo bueno…

Y al anochecer, se van congregando para danzar en coro al mismo son de siglos, al mismo ritmo de años, con la misma pasión de siempre. La sensibilidad de los niños, percibe espontáneamente la pureza de lo que allí se vive y comienzan a dar sus primeros pasos, casi llevados por un resorte inexplicable. La fuerza de los jóvenes se manifiesta en acompasados golpes, mientras van sintiendo la tierra a la que pertenecen, vibrar bajo sus pies. La experiencia de los mayores va marcando el estilo puro y “asentao”, recordando sus años de danzantes. En las caras de todos se refleja la satisfacción del encuentro con los amigos de siempre, aquellos con los que se echa un pulso mientras se baila el Fandango Parao , para terminar fundidos en un sincero abrazo, mientras el sentimiento va calando hondo.

Cuando observes las noches de los ensayos, te parecerá ver a los antiguos pueblos que se reunían en torno a las hogueras para realizar sus danzas tribales y es muy llamativo contemplar el gran circulo de hombres marcando el mismo compas, por eso la danza es otra gran dosis que predispone a los alosneros para el gran momento.

Desde muy niño se aprende aunque aún no se comprende como se baila la danza en sus distintas mudanzas y así desde muy pequeño se va realizando el sueño de un día poder danzar al Santo patrón San Juan. De ponerse el chalequillo y anudarse los palillos de calzarse medias blancas cruzando al pecho la banda la faja y camisa nueva y las dos cascabeleras, pantalón con muletillas con machos en la rodilla llevando al cuello amarrao blanco pañuelo bordao. Entre medio de tu gente caminando sonriente ir danzando por parejas mientras el Santo se acerca

y al cielo con alegría saludar con la folía. San Juan está ya en la puerta y las rodillas en tierra que sin volverle la cara hay que ir danzando de espalda se va sintiendo el calor empapado en el sudor gritando los alosneros vivan los cascabeleros y responder orgullo viva el pueblo de El Alosno. Entre inmensa devoción transcurre la procesión se deja sentir la cuesta y hay que beber agua fresca o el refresco de aguaillo con sabor de aguardientillo.

Poner los músculos fuertes cascabeleros valientes que viene ya otra folía y hay que darle más corría. En esas horas intensas ya no se sienten las piernas agotados están los brazos de tanto tiempo danzando y al son de los cascabeles echan aire las mujeres dando fuerza a los danzantes con esos vivas constantes.

¡Qué ilusión poder bailar la mañana de San Juan! Que ya soy cascabelero y le doy gracias al cielo fundiéndome en un abrazo con el amigo que bailo y acude a mis ojos el llanto mirando al glorioso Santo y El Alosno que es su pueblo a los pies de su cordero rendido de sentimiento se hace cascabelero.

El joven tenía un poderoso interrogante y decidió interrumpir un momento al anciano para preguntarle:

-“¿Por qué elegirían los antiguos pobladores de esta tierra a San Juan Bautista?”

El abuelo sonrió satisfecho por la pregunta y añadió:

-“Cuando hay algo que nos atrae, observamos en su imagen algo que se encuentra dentro de nosotros mismos. Lo que no está dentro de nosotros mismos no nos inquieta, no nos interesa. Con esto quiero decirte que los antiguos eran gente muy sabia y siempre que decidían celebrar algo, era por algún importante motivo que los empujaba a ello. Por eso las celebraciones que no tienen un motivo o una razón de ser están condenadas a sucumbir como pasa hoy día con algunas.

El hombre siempre ha sentido la necesidad de ensalzar aquellos valores o ideales que dan sentido a su vida y vieron en Juan El Bautista a un hombre que existió en realidad, un héroe, un personaje histórico de leyenda. Juan vivo en una época bastante difícil. Los romanos habían invadido su tierra, los sacerdotes del templo utilizaban todo el poder en su propio beneficio como si fuesen mercaderes; los reyes en los palacios pasaban la vida entre banquetes y ostentaciones y el pueblo se debatía entre la opresión y las luchas internas. Juan, que desde muy pequeño sabía que tenía una misión que cumplir, se marchó al desierto alejándose de todo aquel barullo y cerca de la orilla del Mar Muerto, convivio con un grupo que se había retirado de la corrupción que existía en la urbe, para vivir una vida más auténtica, más pura. Cuando Juan estuvo preparado, regreso de nuevo a los pueblos y ciudades y con una valentía inusual, fue recriminando a todos y diciendo verdades a su paso, rebelándose incluso ante los más poderosos a los que llamaba raza de víboras. A la orilla del Jordán, invitaba a la gente a que diera frutos en su vida, a que fueran útiles a los demás y llevar así una existencia más digna que acabara con la corrupción que los hacia infelices. De esta forma, provocó en la gente una inquietud, un cambio y preparo así el camino para una nueva forma de entender la vida, para un nuevo mensaje de paz y solidaridad entre los hombres, que no se había conocido hasta entonces.

Y cuando tuvo una gran multitud que le seguía, no se aprovechó de ello, si no que revistiéndose de una gran humildad les indico que no era él la luz y la verdad que esperaban, dejando todo en manos de Jesús, aquel extraño joven de Nazaret para que le siguieran a Él. El hecho de rebelarse ante el poder de su tiempo, le costó su propia cabeza, por decir la verdad y por buscar la justicia. Los antiguos alosneros, vieron quizás en la figura de Juan a un hombre coherente que hacia lo que predicaba, un hombre íntegro que no engañaba a nadie. Dentro de ellos mismos necesitaban a un Juan Bautista y de esta forma, comenzarían a celebrar su memoria con sus danzas, su música, su sentimiento y decidirían gritar: ¡Que viva Juan entre nosotros! ¡Que viva su mensaje! ¿Qué tengamos vida sus devotos!”.

Después de relatar muy escuetamente la misión de Juan el Bautista, el anciano planteo al joven una interesante reflexión.

-“La verdadera realidad de las personas, es la que tenemos dentro de nosotros mismos, por eso si creemos que las imágenes exteriores, lo de fuera, son la realidad, no viviremos verdaderamente nuestro mundo interior.

Hoy día nos fijamos mucho en lo exterior y es porque nuestra propia vida ha dejado de interesarnos. Nuestra vida sería mucho más interesante si no nos fijáramos tanto en la vida de los demás.

Todos se percatan hoy de que sus normas no funcionan ya, de que se están perdiendo los principales valores que rigen el mundo como la amistad, sinceridad, lealtad, honradez…

Nadie se fía de nadie y los jóvenes carecen de esperanza e ilusión ante ese vacío mundo que estamos dejando.

Cuando Alosno se dispone a vivir su fiesta en memoria de San Juan, todos se acercan buscando ese algo que no encuentran durante el año.

Alosno se convierte de nuevo en Jordán y siente la necesidad de dar fruto, de ser útil, de transformarse, de mirar a su interior y buscar la verdad.

Así en esos días, en Alosno se encuentra la amistad, por eso nos abrazamos de corazón.

En el pueblo reina un sentimiento sincero, por eso lloramos de emoción.

Todos se sienten llenos de alegría de vivir, por eso gritamos vivas; y queremos ofrecer nuestro esfuerzo, por eso sudamos danzando. Y queremos ser portadores de la verdad, por eso llevamos a Juan en nuestros hombros.

Los jóvenes se vuelcan con San Juan porque reconocen y sienten que es algo auténtico y no un invento moderno.

Los jóvenes siempre han querido cambiar el mundo, pero no se dejan engañar por nadie. Desde la madrugada están esperando que se abra la puerta del templo para sacarlo por la mañana.

¿Quién les ha dicho a tantos jóvenes que esperen impacientes ante la puerta?

¿Quién los ha convencido para que dejen su marcha nocturna y su diversión?

¿Qué los empuja, que los llama, que los incita a llevarse horas esperando para coger un sitio bajo el paso?

Llega un momento en que deja de interesarle todo lo exterior y se sumergen en su mundo interior de ilusiones y dejan que su espíritu se encuentre con los que durante siglos, han buscado una vida más auténtica, más justa, con más sentido…

Los jóvenes viven intensamente esos momentos y se sienten protagonistas junto con San Juan, formando una piña entorno a su paso. Ellos experimentan que son los depositarios de unos fuertes valores y quieren sentirlos en toda su plenitud.

En la puerta de la iglesia dice un joven alosnero voy en busca de San Juan y quiero ser el primero. Cógeme un sitio en el paso guárdamelo compañero que hace muchos años ya que lo llevaba mi abuelo y sé que por la mañana se asomará desde el cielo mi padre también estuvo cuando era un poco más nuevo y ahora lo llevo yo por mi gente y por mi pueblo. Ningún año le he fallao y gracias a mi San Juan pude venir de permiso estando de militar.

Una camisilla fresca mi madre siempre me plancha pa que sea más llevadero meterme bajo sus plantas, yo sé que me está esperando yo sé que me echa en falta por eso guárdame un sitio no me importa donde vaya aunque me gusta delante pa poder verle la cara. Mi novia no la veré hasta que llegue a su casa ella siempre me echa aire y me da un poco de agua va estrenando su vestido por San Juan hay que estar guapa.

Vámonos ya situando se está acercando el momento que San Juan está esperando que lo saquemos del templo primero a hombro, despacio tranquilo todavía hay tiempo pero suenan las campanas y está impaciente su pueblo. Del arco se sale al porche y lo subimos al cielo la traca de los cohetes rompe el aire con su estruendo y llegan brazos en alto todos sus cascabeleros con lágrimas en los ojos se arrodillan hasta el suelo.

Otro más San Juan dame salud te lo ruego pa que el día de mañana mi hijo coja el relevo y entre las nubes se abre un claro azul en el cielo por donde siempre se asoman toítos los alosneros, fíjate que satisfecho se está poniendo mi abuelo de ver que San Juan está en los hombros de su pueblo.

El joven estaba bastante impresionado con el relato del

anciano y llegó a pensar que todo cuanto había oído no sería posible que se repitiera, le parecía un poco irreal, por eso le dijo al anciano:

-“Bueno abuelo, pero todo el mundo no lo vivirá tan intensamente como usted comenta”.

Tienes mucha razón contesto el anciano. Es imposible amar aquello que no se entiende. No se puede amar a alguien o algo si no se logra entender.

Primero hay que conocer nuestras tradiciones y costumbres, luego entenderlas y al final terminas amándolas y sintiéndote parte de ellas.

Es fácil distinguir hoy a las personas vacías, pues pasan por el bosque y al mirar un árbol, solo ven madera para el fuego, jamás perciben la belleza. Si se practica el entendimiento y la comprensión, el amor se extiende hacia los demás y se vive en armonía.

Es precisamente cuando los alosneros cumplen con el rito de la Alborá cuando reciben su dosis de armonía.

Se dan cita durante el misterio de la noche, en silencio, sin mediar palabra… porque en silencio, fluyen mejor los sentimientos que no pueden expresar las palabras… Solo se oye el tambor y la flauta al llegar a alguna casa, la puerta se abre y una voz que dice ¡Viva San Juan Bautista! ilustra el motivo principal del encuentro.

Solo hay abrazos, alguna lágrima y gratos recuerdos de años pasados, mientras el dulzor del aguardiente estimula el paladar y entona el sentimiento de encuentro, para vivir unidos el mágico amanecer.

La noche de San Juan no se duerme, todos tienen la imperiosa necesidad de estar juntos cuando los primeros rayos del sol bañen el pueblo. Las miradas se cruzan y se saluda con un gesto y una sonrisa para no romper el encanto. No hace falta decir nada, todo se entiende, todo se comprende…

Una vez que ha amanecido y todos están reunidos, se abre la puerta de la iglesia para tocar la Alborá ante San Juan, la emoción contenida inunda la nave del templo y todos cuantos concentran su mirada en el joven Santo, le ven brillar los ojos como respuesta muda de satisfacción y en esos momentos, Alosno y San Juan se entienden, se comprenden… y esa es la armonía que inunda el corazón y lo prepara para la gloriosa mañana que se avecina.

Al llegar la madrugá de la noche de San Juan comienza a buscarse el pueblo mientras camina en silencio algunos van preguntando porque no hay que ir hablando y es que sobran las palabras porque es el tambor quien habla y a golpe de sentimiento a todos va reuniendo mientras las puertas se abren los vivas de dentro salen y comienzan los abrazos y acude a los ojos el llanto otro año hemos cumplío y estamos todos uníos una copa de aguardiente hace más dulce el ambiente y entona los sentimientos que todos llevan por dentro. El toque se hace más fino cuando se toca al Vecino en su ermita blanca y pura el Señor de la Columna. De par en par tiene abiertas el Santo Cristo sus puertas y quiere como gritar un viva para San Juan.

Aroma trae de los campos a trigo recién cortado el viento cuando amanece mientras Alosno florece con olor de yerbabuena estrenando ropa nueva. Se va llegando a la iglesia y la emoción se condensa cuanto tiempo hemos esperao pa poder estar a tu lao contigo Santo Patrón soñando con la ilusión de otro año de Alborá para poder recordar al que no ha venido a verte por estar lejos y ausente al que se fue para el cielo para ser cascabelero y a tantos amigos buenos que fueron mis compañeros. Otro año de Alborá para volver a escuchar a la flauta que risueña del templo se hace dueña y en ese mismo momento Alosno entero por dentro pierde toda la conciencia y se queda con la esencia

de su sentir principal ya solo existe San Juan, el tiempo queda parao y Alosno se paraliza mientras se abraza gritando ¡Qué viva San Juan Bautista!

El joven estaba de acuerdo con el anciano, en que para cogerle cariño a algo, primero hay que entenderlo bien. Ya para finalizar su interesante conversación, preguntó al abuelo por que le decía a la mañana de San Juan “El gran momento”. El anciano decidió ponerle un ejemplo para que así lo entendiera mejor. -“Cuando tu esperas en tu casa a un buen amigo, o a un ser muy querido, seguro que días antes realizas un montón de preparativos para que todo esté a punto cuando llegue el momento de recibirlo y de estar con él. Así cuando llega junio, Alosno sabe que su Gran Amigo estará pronto entre ellos. Se blanquean las fachadas de las calles, se hace limpieza en las casas, se preparan comidas especiales, se estrena ropa nueva y se hacen multitud de preparativos a todos los niveles.

Como comprenderás, cuando el amigo llega, cuando San Juan sale para estar con su gente, es el gran momento que Alosno ha estado esperando un año entero, pues solo durante unas horas estará con nosotros. Por eso la procesión no es algo que el pueblo vea pasar como un mero espectador, si no que la vive intensamente en toda su dimensión. Ya está el amigo en casa y hay que ofrecerle lo mejor, se danza de alegría, se gritan vivas, se lanzan cohetes, se abren las casas para compartir con todos refrescos y dulces. El Alosno se llena de gente para cumplir con la cita del gran amigo, todos quieren estar con él.

Pero ocurre algo muy curioso. Una vez que Juan está en la calle, va diciendo a todos que también él quiere corresponder a tanta amabilidad, a tanto fervor, a tantas atenciones… De esta forma, va invitando a todos y los va congregando para que se reúnan y lo esperen en la iglesia, porque Juan también quiere recibirlos en su casa.

Así cuando San Juan se dispone a entrar en donde reside todo el año, encuentra allí a toda su gente, a todo su pueblo esperándolo dentro y ya es imposible describir el encuentro de El Alosno con su fiel amigo. Una vez que se descansa el paso junto al altar mayor, Juan invita a todos a comer en su casa y quien prueba su alimento ya no sentirá jamás aquel hambre y sed de la verdad y la justicia que el predicaba, porque el pan y el vino de la Eucaristía alimenta el espíritu del hombre. Cuando se recoge la mesa, llega el momento donde Juan y su pueblo entero se despiden. Uno a uno, todos los hombres van rindiendo pleitesía con su danza, mientras las mujeres que han estado cantando durante la comida, le gritan vivas y lo ensalzan. La vara de cascabeles que dirige toda la ceremonia, rasga el aire cuando la apoteosis de la folía llega al momento más intenso de la despedida y todos caen rendidos a sus pies mientras dan gracias llorando de felicidad al gran amigo por todo cuanto se ha vivido esa mañana. En pleno centro del pueblo, se danza el Fandango Parao como símbolo y resumen de todo el sentir alosnero. Es una danza de gran fuerza y equilibrio, de sacrificio y de lucha, de conquista y premio… para terminar al final fundidos en un abrazo que El Alosno entero se da gritando el último ¡Viva San Juan Bautista!

Después siempre hay alguien que dice: “se acabó San Juan, salud y hasta el año que viene si Dios quiere”. Todo el año Alosno lleva esperando el gran momento y se ha hecho realidad porque a las puertas del templo se está asomando San Juan. Y nacen las ilusiones de un niño que muy pequeño le va diciendo a su padre ¡quien fuera cascabelero! pero el niño se sorprende al mirar al joven santo y dice: “mira papá si parece que está hablando”. Dice que está muy contento y se le nota en el rostro cuando sale por las calles de su pueblo de El Alosno. Y en el hombro de su padre queda dormido el pequeño mientras escucha a San Juan que va diciéndole al pueblo: “Seguid danzando valientes jóvenes cascabeleros que en este día se une El Alosno con el cielo. No parad flauta y tambor de pregonar sentimientos que salen del corazón y se llevan muy adentro. Que el aire quede impregnao del refresco de aguardiente yo también vengo sediento y quiero estar con mi gente. Sigue Alosno hacia adelante labra tu propio camino que hay que dejar un futuro para todos nuestros hijos,

y eso solo se consigue uniéndonos a los demás y dándonos ese abrazo como el día de San Juan. Vamos a construir juntos un pueblo con sentimiento mientras yo sea tu Patrón no te ha de faltar aliento. Sigue Alosno dando vida con sentimiento y cariño para sembrar esperanza entre jóvenes y niños”. En ese mismo momento se rompe el mágico sueño que en los hombros de su padre había vivido el pequeño. -Papá, San Juan dice que adelante que cuando yo sea mayor El Alosno brillará con su propio resplandor, me lo ha dicho ¡de verdad! Y to el pueblo lo ha escuchao ¿No ves cómo está El Alosno que se abraza emocionao? El padre contempla al Santo con lágrimas en los ojos y solo puede gritarle pues ya no cabe de gozo… ¡Que viva San Juan Bautista! ¡Vivan todos sus devotos! ¡Vivan los cascabeleros! ¡Viva el pueblo de El Alosno!...