predica 6 domingo de pascua

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PREDICA 6° DOMINGO DE PASCUA Juan 15: 9-17. Ayer en el culto infantil, mientras preparaba la liturgia para el día de hoy, escuchaba a las tías hablar con los niños y preguntarles acerca del amor: ¿qué hacen por nosotros las personas que nos aman? ¿Qué hacemos nosotros por las personas que amamos? Son preguntas sencillas, pero cargadas de profundidad: cómo expresar el amor, y cómo hacerlo de manera tal que para la persona que es objeto de este, sea entendido como amor y no como algo distinto de eso. Quizás a veces decirlo sea la mayor evidencia de ello, pero a veces no lo hacemos, o cuando lo hacemos sin vivirlo, se torna en algo vacío de todo sentido. ¿Cómo hablar del amor? ¿De qué forma? Nos cuesta imaginar la existencia de alguien desprovista de amor, sin embargo, muchas personas entienden el amor a partir de lo que no es: entender el amor por contraste. Quizás muchos de nosotros al estar ante un gesto concreto y sincero de amor, reaccionamos con desconfianza, pensando que hay algo detrás de este que se oculta; tal vez existan otros intereses, quizás nos quieran manipular. En el tiempo en que vivimos se ha sacralizado el amor hacia uno mismo, pareciera que la vara que mide todo acto es a partir del respeto hacia el propio ser, es necesario respetarse así mismo, e incluso se argumenta desde los pulpitos cristianos que no es posible amar alguien si antes uno no sabe amarse a sí mismo. El imperativo es amate a ti mismo. Por otro lado existe un cuestionamiento hacia el concepto mismo del amor. He escuchado por ahí, que en el acto de amar “se da algo que no se tiene a alguien que no es” o que el amor es una idealización. Lo cierto es que el amor es algo fundamental para los seres humanos, sin amor no podríamos vivir. En nuestro viaje por el mundo, el amor se presenta como una experiencia que merece toda nuestra atención, dedicación y entrega.

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Un mandamiento nuevo os doy.

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PREDICA 6 DOMINGO DE PASCUA

Juan 15: 9-17.Ayer en el culto infantil, mientras preparaba la liturgia para el da de hoy, escuchaba a las tas hablar con los nios y preguntarles acerca del amor: qu hacen por nosotros las personas que nos aman? Qu hacemos nosotros por las personas que amamos? Son preguntas sencillas, pero cargadas de profundidad: cmo expresar el amor, y cmo hacerlo de manera tal que para la persona que es objeto de este, sea entendido como amor y no como algo distinto de eso. Quizs a veces decirlo sea la mayor evidencia de ello, pero a veces no lo hacemos, o cuando lo hacemos sin vivirlo, se torna en algo vaco de todo sentido. Cmo hablar del amor? De qu forma? Nos cuesta imaginar la existencia de alguien desprovista de amor, sin embargo, muchas personas entienden el amor a partir de lo que no es: entender el amor por contraste. Quizs muchos de nosotros al estar ante un gesto concreto y sincero de amor, reaccionamos con desconfianza, pensando que hay algo detrs de este que se oculta; tal vez existan otros intereses, quizs nos quieran manipular.En el tiempo en que vivimos se ha sacralizado el amor hacia uno mismo, pareciera que la vara que mide todo acto es a partir del respeto hacia el propio ser, es necesario respetarse as mismo, e incluso se argumenta desde los pulpitos cristianos que no es posible amar alguien si antes uno no sabe amarse a s mismo. El imperativo es amate a ti mismo. Por otro lado existe un cuestionamiento hacia el concepto mismo del amor. He escuchado por ah, que en el acto de amar se da algo que no se tiene a alguien que no es o que el amor es una idealizacin. Lo cierto es que el amor es algo fundamental para los seres humanos, sin amor no podramos vivir. En nuestro viaje por el mundo, el amor se presenta como una experiencia que merece toda nuestra atencin, dedicacin y entrega. No hay otro evangelio que resalte tanto esta realidad como el evangelio de Juan, desde los primeros captulos hasta el final, se percibe en la atmosfera del texto este elemento fundamental, el cual se transforma en la meta del cristiano, en su razn de existir. Se nos dice en los captulos iniciales que Dios am de tal manera al mundo que dio a su nico hijo para que todo aquel que en el crea no se pierda sino tenga vida eterna. Y en los captulos precedentes a la lectura de este domingo se nos habla de lo mismo, pero se presenta la despedida del maestro. Este hombre que lleg a transformarse en amigo para sus discpulos, debe marcharse de este mundo y volver al Padre. Como es de esperar este hecho para sus seguidores es motivo de tristeza, pero Cristo los anima, trata de reconfortarlos dicindoles que no los dejara solos, les dice que si permanecen en el amor, no sentirn su ausencia, sino todo lo contrario, el Padre y l vendrn a ellos y harn morada ah. Se dice, siguiendo la misma idea, que no hay amor mayor que alguien ponga la vida por sus amigos. Pero en este momento, Jess se empieza a despedir y su despedida implica dejar en claro sus ltimas enseanzas que, de alguna manera, las sinteticen a todas. Se viene el momento de la ausencia del maestro, se viene el momento de la persecucin y en el que, sin duda, va a entrar en crisis la comunidad de discpulos, los amigos y amigas del Seor. Hay poema de Oscar Hahn que habla sobre la realidad del desencuentro entre los amantes, pero que es aplicable a toda relacin humana:Ningn lugar est aqu o est ahTodo lugar es proyectado desde dentroTodo lugar es superpuesto en el espacioAhora estoy echando un lugar para afueraEstoy tratando de ponerlo encima de ahEn el espacio donde no estsY haz harta fuerza, harta fuerza A ver si de tanto hacer fuerza si de tanto hacer fuerzaAparezco otra vez si aparezco otra vezSi reaparecemos los dos tomados de la manoEn el espacio donde confluyen todos nuestros lugares

Qu sentido tiene el espacio si no hay amor? Qu sentido tiene la tierra si no hay amor? Qu sentido tienen nuestros cuerpos si no hay amor? Hay personas que se van de nosotros como estrellas heridas, como pjaros que nunca volvemos a ver. El amor es cuestin de voluntad. Es querer amar. Por otro lado, el amor tiene que crear espacio, crear lugares para el amor. La pareja cuando quiere vivir el amor busca el espacio, y la realidad es que somos espacio, somos tambin el entorno para el amor. Nuestro cuerpo, como receptor del amor, se transforma en espacio de gozo y alegra; como tambin de derrota y desdicha cuando hay ausencia. El amor busca el nido, y el amor es el nido de la humanidad.La historia del pueblo de Dios en la tierra se ha presentado a menudo, en los textos primitivos como en los de la tradicin cristiana posterior, como una relacin de pareja. Como un hombre que ama a su esposa o a su novia, se ha dicho que el hombre cuando ama a su mujer la ama como a su propio cuerpo.En este momento, la ausencia del Seor la vivimos como nostalgia, pues aunque el Seor haya enviado al Espritu Santo, lo cierto es que l no est con nosotrosy aunque nosotros no hayamos camino con l, creemos que estuvo aqu, el Dios hecho hombre, la palabra hecha acontecimiento.Qu hacer entonces? Buscar la forma de hacerlo presente, de verlo entre nosotros, entre el hermano y la hermana; verlo vivo en nuestras relaciones; desafiar al mundo, apostando por formar solidas de vincularnos en una modernidad tan individualista y lquida.Ayer tuvimos una conversacin tan rica con Mara, estuvimos conversando hasta altas hora de la noche, sobre cuestiones como estas.Qu maravilla es esta, que acto ms revolucionario de este evangelio: llamarnos amigos, el siervo no sabe lo que hace su Seor. Cristo nos ha comunicado todo lo que vio, todo lo que oy, acerca del Padre, del mismo modo, todo lo que el Padre le encomend Jess lo hizo por el beneficio de la humanidad. Si en nuestras instituciones hiciramos carne este principio del amor pero antes privilegiamos el poder y la autoridad. La gente se desgasta preocupndose cmo nombrar a la mxima autoridad, de hecho en el Snodo del mes pasado, se discuta acerca de si se le llamara obispo o se seguira llamando pastor presidente a la mxima autoridad de nuestra institucin. No digo que sea una frivolidad discutirlo, pero en un espacio tan importante como ese, no sera acaso aconsejable recordar los fundamentos de nuestra institucin? Y que este fundamento es algo tan sencillo y profundo como el amor; tal vez no lo hacemos porque nos hemos distanciados de nuestro fundamento y slo perseguimos esquizofrnicamente el poder antes que el amor. Sera bueno plantearnos la pregunta sobre cmo hacer para demostrar con claridad esta realidad, este principio, cmo hacer para que el principio del amor sea vivido en la misin de la iglesia. Y volviendo al culto infantil cmo ensaarles a los nios y nias que vivir no es competir, sino compartir y cooperar.Como cristianos y cristianas tenemos un tremendo desafo: hacer carne el amor, as como el Logos, la palabra de Dios, se hizo carne y habit entre nosotros.