POST GRETHE:El día había amanecido sorprendentemente soleado para tratarse de mediados de septiembre, más aún, teniendo en cuenta los muchos días lluviosos o nublados que había habido últimamente. Por ello, y aprovechando que no tenía demasiado trabajo, tomó un libro y se dirigió al patio exterior para pasar un rato tranquilo.

De camino al patio observó todo a su alrededor, apenas hacía unos días que había llegado de un viaje que lo había tenido fuera por unos meses, y sin embargo, tenía la sensación de que habían sido años. Todo parecía distinto e igual al mismo tiempo; había algunas caras conocidas – algunas más agradables que otras-, y muchas otras nuevas que de vez en cuando lo miraban curiosos. A pesar de ello, y aunque se sentía un poco fuera del agua, estaba seguro que pronto todo volvería a la normalidad.

En lugar de ir directamente al patio exterior se pasó por la cafetería para pedir un café solo para llevar y tomárselo mientras leía su libro, y mientras esperaba que la chica que lo había atendido le servía contempló la cafetería distraído y sintiéndose como minutos antes en el pasillo, como un novato del que no todo el mundo estaba seguro de que encajara en aquél lugar. - … su café.- la voz de la camarera lo trajo de nuevo a la realidad, se volvió en su dirección con una sonrisa afectada.- Muchas gracias.- pagó su pedido y se encaminó al patio.

El patio exterior era de los pocos lugares en los que aún se sentía bien, en los últimos meses había descubierto que lo atraían cada vez con más frecuencia los espacios abiertos y cada vez menos los lugares como la biblioteca, su despacho, su casa… Lugares en los que siempre se había sentido cómodo. Suspiró y decidió dejar aquellos pensamientos de lada, había ido allí para tomarse un respiro y eso iba a hacer. Buscó un lugar lo suficientemente apartado de los alumnos y profesores que andaban por ahí, lo encontró a la sombra de un árbol en el césped en el que también daba un poco el sol y se encaminó con paso decidido.

POST 2:

Apenas llevaba la mitad del camino recorrido cuando unos extraños sonidos, procedentes del árbol que era su objetivo, llamaron su atención. Con el ceño fruncido dio una vuelta al tronco del árbol y ahí estaba, la causante de esos ruidos –los que ahora identificaba como ronquidos- tirada en el suelo durmiendo a pata suelta.

La muchacha, la cual calculó que tendría unos 20- año arriba, año abajo-, estaba tumbada en el suelo de cualquier manera, vestida con un jersey, unos pantalones de pijama y unas zapatillas de lo más divertidas. Su pelo rubio y enmarañado, le rodeaba el rostro salpicado todo de pecas que le conferían cierto aire de niña. Todo ello sumado a los ronquidos que la muchacha dibujaron un cuadro de lo más divertido que hizo imposible que Kevin aguantara la carcajada que, de repente, le sobrevino.

No supo qué le había hecho perder así el control de sí mismo, simplemente se dejó llevar por las carcajadas sin siquiera plantearse la posibilidad de despertar a la chica.-¿Qué la habrá traído aquí?- se preguntó entre carcajadas.-Y de esa guisa...- un nuevo ataque de carcajadas le hizo imposible acabar la frase. Tuvo la sensación de que nunca había reído tanto en su vida.

POST 3:

Estaba en medio de una de sus carcajadas cuando la muchacha despertó. Al principio pareció estar algo desconcertada. Él pensó que debía de estarlo, por el volumen de sus ronquidos, dedujo que había estado sumida en un sueño muy profundo. La miró mientras ella terminaba de despejarse y le preguntaba quién era en medio de un bostezo, lo que le provocó un nuevo ataque de risa.

Tardó unos instantes en recuperarse lo suficiente como para ser capaz de responderle.- Kevin, mi nombre es Kevin.- le dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Pudo notar el momento exacto en que finalmente se dio cuenta de dónde estaba y de la ropa que llevaba, aquella chica era como un libro abierto.

La vio llevarse una mano a la cabeza en un gesto a la vez simpático y tierno antes de soltarle un efusivo [i]¡Hola![/i].

Con una mirada de simpatía le devolvió el saludo.-Hola.-, de repente sintió cómo afloraba su instinto de profesor y se sentó al lado de la joven para intentar ayudarla en caso de que fuera necesario, quizá le había ocurrido algo que la había llevado hasta allí [i]Tal vez sea noctámbula[/i], pensó preocupado. - ¿Qué hacías durmiendo aquí?- le preguntó divertido.-Los dormitorios de los alumnos no quedan tan lejos.- señaló con la cabeza un edificio a su derecha.