La mayoría de las autoescuelasofertan los permisos “C”, “D” y “E”,pero sólo unas pocas poseen los vehí-culos necesarios. Esto es así porqueexisten acuerdos comerciales que per-miten a los titulares de los vehículosrentabilizar su inversión teniendo máspuntos de venta sin necesidad de queaumente el número de secciones. Porotro lado, las autoescuelas que no dis-ponen de vehículos pesados podríanrentabilizar su inversión en locales,personal, etc., si ofrecieran estos per-misos.

Varios requisitos

Hasta aquí no decimos nadanuevo ni respondemos a la preguntadel propietario: ¿pongo camiones?

Para contestarla primero debemossaber las dificultades con que nosvamos a encontrar. Poner camionessupone no descuidar una porción dedetalles:

1.- Preparar el aula con losmetros y el material didácticoexigido. Es lo más fácil, ya que bastacon contactar con los expertos que in-formarán gustosamente al que quierainiciarse. En esta labor nos ayudaránlas editoriales y las empresas de soft-ware, que conocen a la perfección loque necesitamos para que Tráfico nospermita dar las clases teóricas.

2.- Seleccionar el profeso-rado tanto de teórica como deprácticas. Normalmente es el mismopropietario el que inicia las nuevas cla-ses, lo que requiereuna reorganización desu tiempo delegandosus clases de turismoen otros profesores.

3.- Preparar lapista. Para dar las cla-ses de circuito cerradose necesita una pistade considerables di-mensiones y normal-

mente una autoescuela pequeña no sepuede permitir esa inversión. Lo máshabitual es que se llegue a acuerdosentre varios propietarios para compar-tir la pista, siendo los pactos entreellos de lo más variado. Lo más habi-tual es alquilar y preparar la pista (cer-cado, asfaltado, iluminación, …) entretodos los interesados siendo uno deellos el que lidere el grupo de formatemporal y rotatoria (parecido a unacomunidad de vecinos).

4.- Adquirir el primer vehí-culo. Hay dos vías para empezar conpesados. La primera es comprar sóloun camión rígido para el permiso “C”.La inversión es un 40% menor, peroperderemos la oportunidad de dar elpermiso “C+E” lo que implica menosnegocio (se necesitan más del doble de

motor

Abrimos esta nuevasección con la preguntaque se hacen gran partede los propietarios de au-toescuelas: ¿sería intere-sante introducirvehículos pesados en miflota?

El tacógrafo

Vehículos pesados,

¿sí o no? (1)

por Fernando Hurtado

horas para formar un alumno de trai-ler que de camión) y lo que es peor:después de hacer la mayor parte deltrabajo, cederemos a la competencialos alumnos que deseen tener el per-miso “C+E”, pérdida del alumno queposiblemente se extenderá a su círculode familiares y amigos (no sabemos larazón, pero el alumno “es” de la últimaautoescuela en la que ha estado, no“es” de la que le ha dedicado máshoras y esfuerzo). La segunda vía paraempezar con pesados es cualquiera deestas dos alternativas: incorporar untrailer polivalente o un camión rígido yun conjunto articulado. De las dos ma-neras ofrecemos tanto el “C” como el“C+E”, pero usando un trailer poliva-lente ahorramos en costes de manteni-miento, seguros, etc. y, lo másimportante: sólo necesitaremos unprofesor para llevar los vehículos a lapista de examen.

La mayoría de autoescuelas se ini-cian en pesados ofreciendo estos dospermisos dejando para más adelante elpermiso “D”. La razón es que existemayor cantidad de trailers y camionespor las carreteras y por tanto hay unamayor demanda de alumnos interesa-dos en el “C” y “C+E” que en el “D”.Sin embargo, existen algunas autoes-cuelas que deciden empezar com-prando un autobús debido a quedetectan un vacío de oferta de estepermiso por parte de su competencia.

5.- Formarnos en la teóricapero sobre todo en la práctica.Con los cursos intensivos y los testsque podemos comprar en las editoria-

les y en los proveedores de softwaretenemos solucionado nuestro adiestra-miento teórico. Otro tema muy dife-rente es la práctica. Cuando nosentregan el vehículo nos enseñan sufuncionamiento, pero debemos apren-der por nosotros mismos a hacer lasdiferentes maniobras y a circular conseguridad. Una vez adquiridos estosconocimientos debemos practicarloshasta llegar a dominarlos y así podertransmitirlos después a los alumnos.

Preguntas orientadoras

Ya vemos que la decisión de incor-porar los vehículos pesados a nuestraautoescuela requiere gran cantidad deenergía, esfuerzo y sobre todo detiempo, que nunca sobra. Por tanto lasverdaderas preguntas que deberíamoshacernos son:

¿Tengo la edad y las ganas ne-cesarias para poder iniciar estanueva actividad?

Lo habitual es que el empresarioque empieza con vehículos pesadostenga entre 30 y 50 años, aunque no esraro que alguien se anime más tarde,

sobre todo si el empresario tiene algúnhijo ya profesor, al que le guste estetipo de vehículos y que piense heredarel negocio.

¿Quiero cambiar mi rutinadiaria?

La actividad de los vehículos pesa-dos cambia totalmente la rutina de losturismos, modificando nuestro trabajoen la autoescuela, pero justamente poreso nos da la oportunidad de volver aexperimentar la actividad y la ilusiónde los primeros tiempos en nuestronegocio.

¿Quiero crecer aumentandomi estructura —abriendo mássecciones— o aprovechando miestructura pero ofreciendo máspermisos?

Pensemos que muchas autoescue-las contabilizan los vehículos pesadoscomo una rama del negocio que apro-vecha los recursos de las otras y portanto da unos beneficios extraordina-rios, ya que sólo tiene que pagar lashoras del profesor y los gastos de ad-quisición, mantenimiento y combusti-ble de los vehículos.

Como siempre, en las grandes de-cisiones estamos totalmente solos,pero seguro que estas preguntas ayu-darán a poner orden en nuestras ideasy a sacar las conclusiones que nos per-mitan decidir, algo muy necesariosiempre, y más en los tiempos que co-rren.

(Continuará)