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Por el mundo de los libros UNIVERSIDAD' DE MEXICO * 11 , ' , ARTES GRAFICAS EN GENERAL AGUSTÍN YÁÑEZ, Don Justo Sie- rra. Su vida, sus ideas y su obra. México, Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Estudios Filosóficos, 1950. Junto con algunas de las mejores novelas mexicanas contemporáneas y otras obras de pura y nerviosa creación, ya nos había entregado Agustín Yáñez la agudeza y pro- fundidad de su espíritu en diver- sos ensayos literarios e históricos. Ahora pone en nuestras manos, editado por el Centro de Estudios Filosóficos de la Universidad a- ciana!, y profusamente ilustr:ldo con grab:ldos y fotografí:ls de la época, un libro ejemp1:J.r, que ha- brá de consagrarle lo mismo como biógrafo de uno de los más gran-:- des hornbres de América, que co- mo expositor concienzudo y co- mentador clarísimo de su ideario: Don Justo Sierra. Sil vida, SllS ideas -)1 su obra. Con este gran ensayo que servi- de estudio preliminar a las Obras Completas del humanista mexicano, corona Agustín Yáñez el largo esfuerzo -sin precedentes en la historia literaria de Méxi- co- que representa la publicación rde la escritura total de Sierra. Ese esfuerzo colectivo, puesto que han sido varios los colaboradores empe- ñados en él, auspiciado inicialmen- te por el doctor Zubirán, encon- tró su motor en la dirección en- tusiasta del Jefe del Departamento de Humanidades de la Universidad. :Nadie que. conozca de cerca el proceso de la magna edición, du- .da hoy que el éxito final de la em- presa se debe casi íntegramente a la actividad incansable y al fervor verdadero que en ella puso Yáñez, y aunque de ello se haya dado ya noticia en estas columnas, y des- borde, por su tono informativo, el sentido de estas notas endereza- das principalmente a comentar la aparición y los méritos de su en- sayo el Maestro Sierra, no es impertinente dejar nueva constan- cia de la gestión del escritor jalis- cience como editor de las Obras Completas, cuya trascendencia pa", ra la historia de las letr:ls mexica- nas es innecesario subrayar. Las Obras Completas de Sierra 'permiten ahora abarcar de una manera total su mensaje multifor- me, diverso y riquísimo, y nos en- tregan, además, en muchas de sus páginas íntimas -desveladas por primera vez-, el aliento humano y personal del Maestro. Agustín Yáñez, que, como es n:ltural, co- noce quizá como nadie ingente material reunido, ha sabIdo 10-48-90 cuanto hay en la actualidad en tan atrayente campo del saber, y además del arte europeo medite- rráneo y cantábrico estudia las lo- calidades más importantes de otros artes prehistóricos, de prehistorias de fechas no tan remotas, que, acu- san influencias de migraciones cul- turales de pueblos que ya vivían en épocas plenamente históricas. Es- tos otros artes prehistóricos, del sur de Africa, de la India, de la Indo- china, de Australia, no dejan pe ofrecer también obras sorprenden- tes, de aspectos de similitud insos- pechados, que muestran parecidos y técnicas con temas y aptitudes de otras obras europeas, distantes mi- les de kilómetros, en el espacio, y miles de años, en el tiempo. Como debe ser en una obra de esta índole, cincuenta láminas y otros grabados de línea completan el texto y contribuyen a su cabal comprensión. Sucinta y seleccio- nada bibliografía y unas líneas in- formativas corerspondientes a ca- da lámina dan al Breviario el aca- bado de rigor de libro en el que el reducido volumen no afecta a su solvencia y seriedad científicas.- LUIS ALAMINOS. México, D. F. 36·49-30 ARTICULOS DE NAVIDAD 16 de Septiembre No. 41. San Antonio Abad No. 121. DE S. A. ARTICULaS ESCOLARES Y PAPELERIA CALENDARIOS Y PROPAGANDA EN GENERAL que estas' localidades proporcionan, se pone de manifiesto la falsedad del aserto de Ortega y Gasset. In- tentos toscamente conseguidos, vacilaciones puramente rudimen- tarias, coloreado incipiente van "progresando" en el decurso de los siglos hasta llegar a la primera cumbre del arte prehistórico que es la cueva de Lascau'x, en la Dor- doña, del aurii1aciense superior, para dar después en otro ascenso, en varios miles de años, la obra magnífica que constituye una se- gunda cumbre, la 'policromía del magdaleniense de Altamira. Las anteriores sugestiones me las. ha provocado el tomo, breve y repleto de datos, escrito por Bro- drick, cuyo título está a la cabe- za de esta reseña. Para el que no está enterado a fondo de la hoy compleja cuestión de la pintura parietal, y en este caso se halla el que firma las presentes líneas, el susodicho Breviario resulta cuaja- do de interés y pleno de noveda- des. Porque el autor, infatigable andariego y explorador de grutas, y profundamente versado en las ciencias de la prehistoria, ha sabido resumir con claridad y sistema A. HOUGHTON BRODRICK. La pin- tura prehistórica. Traduccióp de Helena Pereña de Malagón. Breviarios del Fondo de Cultu- ra Económica. México-Buenos Aires, 19 51. Refiriéndose a las pinturas ru- pestres de Altamlra, Ortega y Ga- sset escribió una crónica de mag- nífica y sugestiva factura litera- ria, recogida más tarde, con otras; en un volumen. En dicha crónica decía dogmática y rotundamente -ese es su tono-- que el arte na- ció con el atributo de lo perfecto. Como. en "Musicalia",-como en sus aprec,iaciones sobre Zuloaga, como en su doctrina acerca de la deshu- manización del arte, Ortega no dió en el blanco. En su afán de ir con- tra el "progresi'smo", amplia rú- brica decimonónica, ha desaprove- chó ocasión para aportar pruebas que abonaran su tesis. Y Altami- ra era, al parecer, prueba casi po- díamos decir concluyente. En efecto, el visitante de esta cueva cantábrica, echado o casi echado sobre el suelo, y cuando sus ojos se van haciendo a la penumbra, se siente maravillado de lo que cada vCz se va destacando con más fuer -' za en el techo irregular de la gruta: los bisontes soberbios y llenos de vida y movimiento, la cabeza de toro, de acabado y realismo impo- nentes, los caballos impresionistas e impresionantes ... El espectador queda asombrado y al mismo tiem- po siente en lo más profundo de su ser un tierno halago por el hecho de que sus antepasados, individuos de su misma estirpe humana, eje- cutaran, ,decena de milenios ha, tan definitivas obras. Ell aparien- cia, el arte nació perfecto. Pero sólo en apariencia. Sabido es que la cueva de Alta- mira fué descubierta en la séptima década del pasado siglo, así como que su significación y el vasto pa- norama que descubría en el pasado de la cultura, no se supo, después de que RiviÚe encontró los graba- dos y pinturas de La Mouthe y de que aparecieran más y más cue- vas y abrigos de diversos niveles prehistóricos en el Levante español (desde Almería hasta Lérida), en el Cantábrico (desde Vizcaya has- ta Asturias>., en el suroeste de Francia (Dordoña, Ariege, Lot, Correze, Gironda, Alto Garona y Altos Pirineos), en Italia y en el norte de Africa, desde el Atlas has- ta la frontera de Egipto. Con todo el caudal de pintura prehistórica

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Page 1: Por el mundo de los libros - … · Por el mundo de los libros ... Prólogo de Sal vador Toscano, con 64 ilustraciones ... de Mons. Rafael Gnízar Valencia "El Obispo Santo", $ 12.00

Por el mundo de los libros

UNIVERSIDAD' DE MEXICO * 11

, ' ,

ARTES GRAFICAS

EN GENERAL

AGUSTÍN YÁÑEZ, Don Justo Sie­rra. Su vida, sus ideas y su obra.México, Universidad NacionalAutónoma de México, Centrode Estudios Filosóficos, 1950.

Junto con algunas de las mejoresnovelas mexicanas contemporáneasy otras obras de pura y nerviosacreación, ya nos había entregadoAgustín Yáñez la agudeza y pro­fundidad de su espíritu en diver­sos ensayos literarios e históricos.Ahora pone en nuestras manos,editado por el Centro de EstudiosFilosóficos de la Universidad a­ciana!, y profusamente ilustr:ldocon grab:ldos y fotografí:ls de laépoca, un libro ejemp1:J.r, que ha­brá de consagrarle lo mismo comobiógrafo de uno de los más gran-:­des hornbres de América, que co­mo expositor concienzudo y co­mentador clarísimo de su ideario:Don Justo Sierra. Sil vida, SllS ideas-)1 su obra.

Con este gran ensayo que servi­rá de estudio preliminar a lasObras Completas del humanistamexicano, corona Agustín Yáñezel largo esfuerzo -sin precedentesen la historia literaria de Méxi­co- que representa la publicaciónrde la escritura total de Sierra. Eseesfuerzo colectivo, puesto que hansido varios los colaboradores empe­ñados en él, auspiciado inicialmen­te por el doctor Zubirán, encon­tró su motor en la dirección en­tusiasta del Jefe del Departamentode Humanidades de la Universidad.:Nadie que. conozca de cerca elproceso de la magna edición, du­.da hoy que el éxito final de la em­presa se debe casi íntegramente ala actividad incansable y al fervorverdadero que en ella puso Yáñez,y aunque de ello se haya dado yanoticia en estas columnas, y des­borde, por su tono informativo,el sentido de estas notas endereza­das principalmente a comentar laaparición y los méritos de su en­sayo ~obre el Maestro Sierra, no esimpertinente dejar nueva constan­cia de la gestión del escritor jalis­cience como editor de las ObrasCompletas, cuya trascendencia pa",ra la historia de las letr:ls mexica­nas es innecesario subrayar.

Las Obras Completas de Sierra'permiten ahora abarcar de unamanera total su mensaje multifor­me, diverso y riquísimo, y nos en­tregan, además, en muchas de suspáginas íntimas -desveladas porprimera vez-, el aliento humanoy personal del Maestro. AgustínYáñez, que, como es n:ltural, co­noce quizá como nadie e~ ingentematerial reunido, ha sabIdo cal;l~

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cuanto hay en la actualidad entan atrayente campo del saber, yademás del arte europeo medite­rráneo y cantábrico estudia las lo­calidades más importantes de otrosartes prehistóricos, de prehistoriasde fechas no tan remotas, que, acu­san influencias de migraciones cul­turales de pueblos que ya vivían enépocas plenamente históricas. Es­tos otros artes prehistóricos, del surde Africa, de la India, de la Indo­china, de Australia, no dejan peofrecer también obras sorprenden­tes, de aspectos de similitud insos­pechados, que muestran parecidosy técnicas con temas y aptitudes deotras obras europeas, distantes mi­les de kilómetros, en el espacio, ymiles de años, en el tiempo.

Como debe ser en una obra deesta índole, cincuenta láminas yotros grabados de línea completanel texto y contribuyen a su cabalcomprensión. Sucinta y seleccio­nada bibliografía y unas líneas in­formativas corerspondientes a ca­da lámina dan al Breviario el aca­bado de rigor de libro en el que elreducido volumen no afecta a susolvencia y seriedad científicas.­LUIS ALAMINOS.

México, D. F.36·49-30

ARTICULOS DE NAVIDAD

16 de Septiembre No. 41. San Antonio Abad No. 121.

~~GALAS DE MEXICO"~ S. A.

ARTICULaS ESCOLARES Y PAPELERIA

CALENDARIOS Y PROPAGANDA EN GENERAL

que estas' localidades proporcionan,se pone de manifiesto la falsedaddel aserto de Ortega y Gasset. In­tentos toscamente conseguidos,vacilaciones puramente rudimen­tarias, coloreado incipiente van"progresando" en el decurso de lossiglos hasta llegar a la primeracumbre del arte prehistórico quees la cueva de Lascau'x, en la Dor­doña, del aurii1aciense superior,para dar después en otro ascenso,en varios miles de años, la obramagnífica que constituye una se­gunda cumbre, la 'policromía delmagdaleniense de Altamira.

Las anteriores sugestiones melas. ha provocado el tomo, breve yrepleto de datos, escrito por Bro­drick, cuyo título está a la cabe­za de esta reseña. Para el que noestá enterado a fondo de la hoycompleja cuestión de la pinturaparietal, y en este caso se halla elque firma las presentes líneas, elsusodicho Breviario resulta cuaja­do de interés y pleno de noveda­des. Porque el autor, infatigableandariego y explorador de grutas,y profundamente versado en lasciencias de la prehistoria, ha sabidoresumir con claridad y sistema

A. HOUGHTON BRODRICK. La pin­tura prehistórica. Traducciópde Helena Pereña de Malagón.Breviarios del Fondo de Cultu­ra Económica. México-BuenosAires, 19 51.

Refiriéndose a las pinturas ru­pestres de Altamlra, Ortega y Ga­sset escribió una crónica de mag­nífica y sugestiva factura litera­ria, recogida más tarde, con otras;en un volumen. En dicha crónicadecía dogmática y rotundamente-ese es su tono-- que el arte na­ció con el atributo de lo perfecto.Como. en "Musicalia",-como en susaprec,iaciones sobre Zuloaga, comoen su doctrina acerca de la deshu­manización del arte, Ortega no dióen el blanco. En su afán de ir con­tra el "progresi'smo", amplia rú­brica decimonónica, ha desaprove­chó ocasión para aportar pruebasque abonaran su tesis. Y Altami­ra era, al parecer, prueba casi po­díamos decir concluyente. Enefecto, el visitante de esta cuevacantábrica, echado o casi echadosobre el suelo, y cuando sus ojos sevan haciendo a la penumbra, sesiente maravillado de lo que cadavCz se va destacando con más fuer - 'za en el techo irregular de la gruta:los bisontes soberbios y llenos devida y movimiento, la cabeza detoro, de acabado y realismo impo­nentes, los caballos impresionistase impresionantes ... El espectadorqueda asombrado y al mismo tiem­po siente en lo más profundo de suser un tierno halago por el hechode que sus antepasados, individuosde su misma estirpe humana, eje­cutaran, ,decena de milenios ha,tan definitivas obras. Ell aparien­cia, el arte nació perfecto. Perosólo en apariencia.

Sabido es que la cueva de Alta­mira fué descubierta en la séptimadécada del pasado siglo, así comoque su significación y el vasto pa­norama que descubría en el pasadode la cultura, no se supo, despuésde que RiviÚe encontró los graba­dos y pinturas de La Mouthe y deque aparecieran más y más cue­vas y abrigos de diversos nivelesprehistóricos en el Levante español(desde Almería hasta Lérida), enel Cantábrico (desde Vizcaya has­ta Asturias>., en el suroeste deFrancia (Dordoña, Ariege, Lot,Correze, Gironda, Alto Garona yAltos Pirineos), en Italia y en elnorte de Africa, desde el Atlas has­ta la frontera de Egipto. Con todoel caudal de pintura prehistórica

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Obras de Agustín Millares CarIo Jo­sé María González de Mendoza,' etc.

MEXICO, D. F.5 de Mayo, 49-6.

1. ENRIQUE F. GUAL. Repertorio deCapiteles Mexicanos. Prólogo de Sal­vador Toscano, con 64 ilustraciones$ 15.00. '

2. ARTEMIO DE VALLE-ARIZPE.La Gi,era Rod,·íguez. 4' edición;$ 15.00.

3. ANDRES SERRA ROJ1\S. Antolo­gía de la Elocftencia MexicatM. 1900­1950, $ 15.00.

4. OSWALDO ROBLES. FilósofosMexicanos del siglo XVI. Con 16 gra­bados, $ 20.00.

5-6. ALBERTO ]. PANI. Apu1ltes au­tobiográficos. 2 tomos.

7. EDUARDO J. CORREA. Biografíade Mons. Rafael Gnízar Valencia"El Obispo Santo", $ 12.00. '

rarse. Notable pretexto, por citan­to que, desde años antes, alumnosy maestros de la Facultad de Filo­sofía y Letras lo estimaban ya co­mo uno de los mejores. Hoy, másacabada, la biografía de Olid vie­ne a enriquecer la· Colección~de laSociedad de Estudios Cortesianos,d~ México.

Arando en tenebroso mar, enpos de la fama'y la fortuna, llegael hombre andaluz hasta la Isla deCuba. De allí, enrolado en lashuestes de Cortés, pasa a la N ue­va España. En Tlaxcala templa elacero~ de su tizona, poniendo es­panto en los índígenas, yen la re­conquista de' Tenochtitlán s~ au­d.acia sólo tiene par con el heroís­mo de Cuauhtémoc. Aun sin le­vantar los manteles del bánquetede la victoria, Cristóbal de Olid;por mandato de Cortés, apareja sucaballo y sale rumbo a Michoacán,preso en las alucinaciones que handespertado las noticias traídas porMontaño y. por las de' los emba­jadores del sumiso Caltzoncí. Lostarascos, apenas qyeron los prime­ros disparos de los teules, encomen_daron su suerte a la diosa Xaratoga,ofrendándole la vida de ochocien­tos cautivos. Días después, loscompañeros de Qlid echa.ban unareata al cuello del ídolo Curicave­rÍ, "el mensajero de los dioses",echándolo a rodar desde su pedes­tal, hasta hacerlo trizas. La bola denieve de la mitología tarasca sedeshizo ante el espanto de sus ado­radores, sin que lloviesen las irasdel cielo. Los castellanos saquearontefi?plos, tumbas y palacios y blidllenó a reventar las alforjas de la ..codicia. Fuera de esto, Olid hizobuen trato a los indígenas. La gen­te de Janitzlo, Uruapan, Taxima­roa y Tzintzunzan vió pasar los

LIBRERJA DEMANUEL ·PORRUA

"Biblioteca Mexicana'

hecho se convierten en muchos as­pectos para quien lo lea con cui­dado- en la biografía ideal del pe­~'íodo que corre del triunfo de laRepública contra el Imperio hastala Revolución.

En el ideario de Sierra' -yensus actos de educador y hombre deEstado- están muchos de los gér­menes de nuestros días. La madurareflexión y el hondo comentarioque sobre uno y otros nos ofrece ensu ensayo Agustín Y áñez, esclare­cen del todo esta cuestión. Muy ~

pronto podrá apreciarse la impor­tancia que para la historia en mar­cha de la cultura mexicana actualtienen ya estas páginas magníficasde Y áñez, que es por sí solo uno delos exponentes más altos de su flo­recimiento.-FRANCISCO GINE DELOS Ríos.

RAFAEL HELIODORO VALLE, Cris­tóbal de Olid, Conquistador deMéxico y Honduras.-Editorial"Jus", México, 195 o.Muchos escritores, para eludir

la aridez de las investigaciones his­tóricas, están dándose al género dela biografía novelada, vistiendo apersonas notables con el ropaje delas fantasías'. Otros apuran tantolas fuentes exhaustivas, que difu­minan los rasgos biográficos, dise­cando el fondo humano del perso­naje hasta el punto de poner en unbrete al lector que, al final, ante labaraúnda de opiniones aducidas,no sabe. a qué carta quedarse alvalorar al autor y al biografiado.El biógrafo cegado por la pasiónapologética, silenciando los defec­tos y abultando los ángulos virtuo­sos, también es detestable. El fielde la balanza es el que nos señaladon Rafael Heliodoro Valle, quien,cubriendo todas las exigencias dela moderna historiografía, ha tra­bajado con amor la de Cristóbal deOlido y es que don Rafael no se hadejado ganar por la sequedad his­tórica. Los resquicios que el temaofrece -sin desdoro de la ver­dad- él los ha cubierto con prosagalana, llena de vivacidad, dondese percibe el aire sano que penetrapor la ventana del historiador y di­plomático, cuando, como en estecaso, está la pluma bien templadaen las lides periodísticas.

Hace años que Heliodoro Valletenía prendido el tema en el telarde sus ilusiones. En México madu-'ró su pensamiento y con estambrede aquí y de su patria hondureñafué tejiendo la biografía de Cris­tóbal de Olid, el infortunado maes­tre de campo de Cortés. El tema sefué haciendo carne y sentimientoen tal forma, que don Rafael loeligió como su laurel par'a docto-

De ahora en adelante, nadie quequiera adentrarse en el estudio deSierra podrá prescindir de la con- .sulta de este ensayo, edificado COllun rigor y una economía de mate­riales ejemplares -no reñidos ade­más en ningún momento con laintención significativa más expre­siva y aguda-, sobre los textosmismos de don Justo. Yáñez, sinmengua de una ordenación de te­mas principales en la una y en laotra, ha sabido fundir práctica­mente la vida y la obra del Maes­tro, que se nos van revelando so­bre los testimonios y datos del pro­pio Sierra a lo largo del ensayo,con esa unidad perfecta de vida yobra que sólo se da en los grandesespíritus. En esta biografía de Y á­ñez los nombres y las fechas dan laemoción al relato, que se hace másdenso y se llena de contenido con'las referencias constantes a la obraescrita y personal de Justo Sierra,escritor y estadista, obra tan inse­parable de la vida de Sierra, quecasi podríamos afirmar que es suvida misma.

La escritura del Maestro -aunla más teórica y despegada de rea­lidades vivas- se nos vuelve respi­ración de Sierra, testimonio per­manente e indiscutible de su resi­dencia en la tierra. Y las citas fre­cuentlslmas, oportunas -hastacontundentes a veces- de Agus­tín Yáñez, lo ponen de manifies­to. N o hay rasgo de la vida delMaestro que no pueda apoyarse-y que Yáñez no apoye- en untexto suyo, en una reflexión o uncomentario que llenen de luz úl­tima, con el peso humano de suverdad, el episodio. Y áñez ha en­treverado a la perfección -por­que no ha confundido, por otraparte, los límites precisos que de­ben tener para la mejor compren­sión de la figura- la vida y la obrade Sierra. Y con una pasión porSierra que no oculta ni quiere en­friar (porque ello significaría enYáñez, más que una traición a suadmiración personal indudable ylegítima por el Maestro, una trai­ción al México que a través de lasintuiciones y sueños suyos busca,quiere y sueña el propio Yáñez),el autor de Al filo del agua reivin­dica a don Justo al presentárnoslode cuerpo entero, en sus dimensio­nes morales, intelectuales y huma­nas exactas.

y no se piense que la reivindica­ción era innecesaria y resulta gra­tuita, porque si bien Sierra teníasu sitio personal indiscutible e in­discutido en las letras y en la vidamexicanas, a la luz del magníficoestudio de Y áñez, su biografía ysu obra pueden convertirse -y de

Colección de EscritoresMexicanos

Esq. Av. Argentina y Justo Sierra.Apartado Postal 7?90.

México, D. F.

TOMOS PUBLICADOS:1. Sor Juana 1nés de la Cruz. Poe­

sías ¡¡ricas, $ 6.00.

2. Carlos de Sigüenza y GÓngora.Obras históricas, $ 6.00.

3. Ignacio Manuel AItamirano. Cle­mencia, $ 6.00.

4. José Fernando Ramírez. Vida. deFray Toribio de Motolinía, $ 6.00.

5. Manuel José Othón. Poemas Rús­ticos. Ultimas poemas, $ 6.00.

6. Rafael Delgado. Los parientes ri­cos, $ 6.00.

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11. José López Portillo y Rojas. LaParcela, $ 6.00.

12. Salvador Diaz Mirón. PoesíasCompletas, $ 6.00.

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18-19. Vicente Riva Palacio. Monja,casada, virgen y mártir, $ 12.00.

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25-26. Vicente Riva Palacio. Los pi­ratas del Golfo, $ 12.00.

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30-32. Antonio de Robles. Diario deSucesos Natables (1665-1703), $ 18.00.

33-34. Vicente Riva Palacio. Memo­rias de un impostor: Don Guillén deLampart, Rey de México, $ 12.00.

35. Luis G. Urbina. Cuentos vividosy crónicas soñadas, $ 6.00.

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37-38. Servando Teresa de Mier. Me­morias, $ 12.00.

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41-44. J. García Icazbalceta. DonFray Juan de Zumárraga, $ 24.00.

45. José T. Cuéllar. Historia de Chu­cho el Ninfo y La Noche Buena, $ 6.00.

46-48. José María Roa Bárcena. Re­cuerdos de la Invasión Norteamerica­na (1846-1848), $ 18.00.

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50-51. Emilio Rabasa. La Bola y LaGran Ciencia. El Cuarto Poder y Mone­da Falsa, $ 12.00.

52-54. Ignacio M. AItamirano. La Li­teratura Naciana!. Cada tomo, $ 6.00.

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Editorial Pomía, S. A.

muy hondo en él para' realizar loque él llama en sus palabras .limi­nares "un primer intento de com­prensión general de don Justo Sie­rra". A la vista de los resultadosobtenidos por y áñez en su explo­ración, nos atreveríamos a afirmarque este primer intento suyo re­

sulta definitivo.

12 *' UNIVERSIDAD DE MEXICO

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