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Derechos culturales. Participación ciudadana. Desarrollo cultural. Democracia cultural. Por el cambio de la política cultural de ciudad real Plataforma Cultura en transición

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Derechos culturales. Participación ciudadana. Desarrollo cultural. Democracia cultural.

Por el cambio de la política cultural de ciudad real

Plataforma Cultura en transición

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Ciudad Real, en transición cultural

Si la política cultural local se puede definir como el conjunto de medidas encaminadas a ordenar la acción cultural pública y el fomento y promoción de la

acción cultural privada, cabría decir que en Ciudad Real dicha política ha brillado por su ausencia: la falta de un plan estratégico global ha supuesto una acción basada en

la opacidad, la indefinición de criterios, la escasez presupuestaria, las asignaciones directas, la falta de apoyo público a iniciativas culturales de las asociaciones, la

escasa eficiencia en el uso de recursos, la agenda vinculada a la oportunidad del momento… en definitiva, un modelo que no sólo no contempla los beneficios que la

cultura reporta a la ciudad y al ciudadano, sino que es un modelo caducado, lejos de otros modelos culturales implementados no solo en grandes capitales, sino en otras

localidades de España de población similar.

El presente documento presenta un análisis de la política cultural en Ciudad Real, para proponer a continuación una serie de medidas que corrijan esta situación, como

la creación de estamentos necesarios, actualización de la normativa legal vigente, racionalización de la asignación presupuestaria y de los espacios dedicados a la

cultura, fomento de la participación ciudadana, inversión económica, etc.

Plataforma Cultura en transición. [email protected]

666031791

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1. INTRODUCCIÓN.

Desde la llegada de la democracia, la cultura ha pasado a constituir un factor de desarrollo presente e irrenunciable en la vida de las personas y de los pueblos. La transición democrática, y los años que la siguieron, buscaron ante todo democratizar la cultura para acercarla a todos los públicos. Sin embargo, como señalan algunos expertos1, esa “democratización cultural –en contraposición a la democracia cultural- supone difundir y vulgarizar los hallazgos culturales de un pueblo para que lleguen a la gran masa, pero sin articular los medios propios que generen expresiones de acción cultural. Los sectores del pueblo se hacen consumidores de productos culturales en los que no han participado.”

La cultura ha pasado de ser el privilegio de unos pocos, a constituirse como el derecho de todos, tal y como lo reconoce la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y la Constitución Española de 1978. En cuanto derecho de la ciudadanía, la acción cultural se convierte en deber de la Administración. Y un deber que exige la definición de unas políticas culturales estructuradas y eficientes al servicio de ese fin último.

A lo largo de estos años, las diversas Administraciones, principalmente las locales han ido experimentando diferentes modelos culturales no homogéneos o desestructurados, como consecuencia de una planificación tentativa y errática que ha ido desarrollando líneas de acción en función de los recursos económicos existentes, de la acogida social, del propio planteamiento ideológico del partido en el poder o de las ocurrencias del responsable de turno.

La situación actual exige un cambio de modelo cultural. El contexto actual es ya diferente, las demandas y expectativas sociales también lo son y, en consecuencia, es necesario que las Administraciones estén a la altura de sus ciudadanos. No en vano la cultura es la manifestación de la creación individual y de la idiosincrasia popular, y por tanto un valor estrictamente social. Es normal, en consecuencia, que los ciudadanos quieran tomar parte activa en un ámbito que les compete e interesa de manera irrenunciable, y que las Administraciones faciliten esa participación como síntoma de madurez democrática.

Éste es, precisamente, el espíritu de la Agenda 21 de la cultura “Esta diversidad, que aumenta en la medida que la sociedad se hace más compleja y, sobre todo, en la medida en los flujos de las personas se incrementan de manera significativa, exige nuevas formas de intervención pública para preservar los derechos culturales de todos sus ciudadanos y, especialmente, encontrar las mejores iniciativas que permitan garantizar la convivencia cultural en las ciudades.

1 Froufe Quintas, Sindo; y Sánchez Castaño, Mª Ángeles: Animación sociocultural. Nuevos enfoques. (2008). Amarú Ediciones, Salamanca, p.27

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A la vez, la cultura no puede desarrollar su dimensión constituyente sin una participación ciudadana más profunda, sin abordar los mecanismos de construcción de la identidad, sin implicar la nueva ciudadanía procedente de las migraciones recientes, sin valorizar la solidaridad para con nuestros conciudadanos, sin incorporar las identidades múltiples y en evolución, sin priorizar la educación y la cultura como aspectos transversales de la vida de las personas.”2

2. NUEVOS CONTEXTOS.

Son muchos los factores que definen el nuevo contexto social, de entre ellos los que mayor proyección tienen sobre el ámbito cultural son los siguientes:

» La consideración de la Cultura como una necesidad humana dirigida a desarrollar la creatividad, la expresividad, las emociones, el pensamiento crítico como elementos fundamentales para el desarrollo integral y autónomo de las personas.

» El reconocimiento de la Cultura como derecho3, no sólo como un recurso, y por tanto la necesaria implementación de políticas públicas encaminadas a garantizar la protección de ese derecho universal.

» La confirmación de que la Cultura es el cuarto pilar de la sostenibilidad en el marco del desarrollo humano4.

» Mayor peso del sector cultural en la economía. El peso de las industrias culturales, así como del gasto de las Administraciones y de las economías domésticas en cultura ha sido creciente en los últimos años.

» Creciente importancia del Tercer Sector. La iniciativa ciudadana articulada a través de asociaciones y fundaciones ha crecido a lo largo de estos años, y se ha convertido en una importante vía para la acción social.

» Repercusión positiva en el desarrollo socioeconómico del territorio. La cultura se ha convertido en un factor crucial en el enriquecimiento de los pueblos, a través de la dinamización cultural, la creación de redes culturales, la promoción de artistas, eventos, etc, que atraen a nuevos públicos.

» El incremento del tiempo libre. Se tiende a una más plena vivencia del tiempo libre, bien en forma de actividades de ocio, o bien en actividades estrictamente culturales, que no han de ser marginales. La cultura es demandada intensamente por los ciudadanos, no sólo como acto de consumo, sino, cada vez más, como hecho integral, como vivencia activa y participativa.

» Mayor protagonismo del espacio urbano en el siglo XXI (Segunda descentralización). Es preciso armonizar dos fenómenos tan aparentemente contrapuestos como son la globalización y la promoción de lo local. En última instancia, el primer contacto con las diversas culturas se produce en el ámbito local, en el que interactúan distintas identidades y culturas. La ciudad, como espacio ciudadano, precisa una acción cooperativa entre los diversos agentes socioeconómicos, entre los

2 Martí, Jordi (2004): La Agenda 21 de la cultura, dinámica cultural contemporánea. Ed. Claridad. 3 Así lo reconoce la Declaración de Friburgo o la Agenda 21 de la Cultura. 4 La aprobación fue realizada por el Buró Ejecutivo de CGLU, reunido el día 17 de noviembre de 2010, en el Palacio de Minería de la Ciudad de México, en el marco de la Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales - 3er Congreso Mundial de CGLU.

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distintos colectivos, Administraciones, y sobre todo tiene que ser el espacio del diálogo, en el que se realice la compresión de lo diverso, y la puesta en acción de unas iniciativas que van a fortalecer la condición cívica de la ciudad.

» Reivindicación creciente de una participación ciudadana responsable. La sociedad civil demanda de forma creciente un papel activo en la gestión local como forma de ejercer ese derecho fundamental reconocido en la propia Constitución Española. En este sentido sería interesante reflexionar sobre la decreciente participación ciudadana en las citas electorales. Si el ciudadano carece de motivación para ir a las urnas es en parte porque se siente ajeno al proyecto político, y apartado de su práctica cotidiana. La salvaguarda de la democracia representativa en cuyo sostenimiento participan los ciudadanos cada cuatro años puede conseguirse a través de la más cotidiana democracia participativa. Es fundamental que el ciudadano se sienta parte activa en la gestión de la acción cultural del municipio.

3. EL CONTENIDO DE LA POLÍTICA CULTURAL LOCAL. Aunque la política cultural pública se desarrolla en diferentes niveles administrativos y territoriales, es en el ámbito local donde su función y contenido cobran especial interés. La mayor cercanía a los ciudadanos permite mayores niveles de participación, interlocución y rendición de cuentas5, lo que exige una mayor y mejor estructuración de la política y gestión culturales.

En España, las competencias culturales de las entidades locales están recogidas en la Ley 27/2013 de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local, y se limitan a las siguientes líneas de acción:

- Protección y gestión del Patrimonio histórico-artístico de la localidad; - Prestación de servicios de biblioteca, cuando el municipo supera los 5.000 habitantes; - Gestión delegada de instalaciones culturales de otras administraciones públicas; - Promoción de la cultura y de equipamientos culturales.

Es esta última atribución la que permite que los ayuntamientos desarrollen su acción cultural más visible. Si bien esta competencia es la más amplia también es la más inespecífica, y aquélla donde con más arbitrariedad se suele desarrollar una política cultural simbólica. Así, la política cultural local tiende a estar desestructurada, y a girar en torno a planteamientos difusos y poco formales. Estas circunstancias limitan la eficacia de su impacto y dificultan su evaluación al estar condicionadas por decisiones arbitrarias y coyunturales. Por tal razón surge la necesidad de adoptar criterios o referencias claras que ayuden a diseñar, implantar y evaluar políticas culturales locales rigurosas, encaminadas a desarrollar las funciones institucionales propias de las competencias culturales públicas. Así, como medida de compromiso con el desarrollo de una

5 Vega Jiménez, N. (2007): Los derechos culturales desde una perspectiva local. Encuentro Andino-Nacional-Bogotá Capital Iberoamericana de la Cultura.

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política cultural local rigurosa, sustentada en la aplicación y desarrollo de derechos culturales, Vega Jiménez (2007) propone dos posibles vías. Por un lado, la adhesión a documentos internacionales de referencia, tales como la Agenda 21 de la cultura o la Declaración de Friburgo sobre derechos culturales; por otro lado, la aprobación mediante ordenanza municipal del catálogo de derechos culturales que se garantizan y promueven en el municipio.

En este sentido, la Agenda 21 de la cultura (2006) ofrece el siguiente conjunto de consideraciones generales que pueden ayudar a implementar y a dar contenido a la política cultura pública en el ámbito municipal:

a) El liderazgo político en las más altas instancias del gobierno local. b) La asunción de las herramientas por el gobierno local como un conjunto, y no sólo del servicio, el

departamento y/o la concejalía de cultura. c) El gobierno local como catalizador de procesos en cultura: reforzando a la sociedad civil,

promoviendo consensos y estableciendo corresponsabilidades. d) El fomento de la participación democrática de los ciudadanos en la formulación, el ejercicio y la

evaluación de las políticas públicas de cultura. e) La transparencia informativa y la comunicación del proceso a la ciudadanía mediante varios

canales. f) El rigor y la solvencia técnicas, contando con expertos en la investigación y el desarrollo de las

políticas y la gestión cultural. g) El reconocimiento de las distintas necesidades y demandas de tipo cultural realizadas por las

personas y las organizaciones de un territorio, incluyendo tanto los agentes culturales como el conjunto de la ciudadanía.

h) Los recursos culturales del territorio incluyen tanto los sectores “clásicos” (el patrimonio, las artes, las bibliotecas), como los relacionados con las industrias creativas, los medios de comunicación, la educación o el deporte.

i) El refuerzo de la cohesión del sector cultural mediante objetivos y acciones que destaquen los valores intrínsecos de la cultura.

j) El refuerzo de la cultura como una esfera pública basada en la libertad de expresión, el conocimiento crítico, la diversidad, la participación y la creatividad. Esta esfera se nutre tanto de los agentes y las profesiones de la cultura, como de las expresiones culturales de la ciudadanía.

k) La coordinación e imbricación entre el proceso de planificación en cultura y los planes estratégicos de ciudad u otros procesos de planificación local integrada (como Agenda 21 Local, Pacto Local para el Desarrollo, Plan Local Integrado...).

l) La transversalidad, aportando una perspectiva cultural al conjunto del proyecto de la ciudad, con objetivos y acciones que muestren como la cultura tiene un impacto en, y recibe la influencia de, actividades en áreas como la educación, la sanidad, el urbanismo o la economía.

m) La constitución de programas de innovación, laboratorios, o unidades específicas para el desarrollo de proyectos clave.

n) El establecimiento de procedimientos de aplicación y monitorización de los compromisos alcanzados.

o) El establecimiento de un sistema de indicadores culturales.

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p) La consideración de las nuevas necesidades formativas en políticas/ gestión / mediación cultural, derivadas de la centralidad de la cultura en la sociedad.

q) La relación del proceso cultural local con la administración pública regional, estatal e internacional, para contextualizar las prioridades y orientar la consecución de nuevos recursos económicos.

r) La participación de la ciudad en redes y asociaciones multilaterales dedicadas a la cooperación cultural, con dimensión multilateral, intercambiando buenas prácticas y abogando por la importancia de la cultura en los programas nacionales e internacionales.

Adicionalmente, Pose Porto (2006)6 sintetiza las tendencias más significativas en el diseño y aplicación de políticas culturales locales:

- Convertir la política cultural en un motor estratégico para el desarrollo integral de la ciudad. - Promover cambios en la administración local para hacerla más participativa, democratizando la

toma de decisiones y la gestión en materia cultural. - Atender la diversidad cultural del municipio como instrumento para luchar contra la exclusión

social. - Hacer converger la política cultural y la política educativa en programas de acción sociocultural

con clara voluntad pedagógica.

Uniendo las competencias culturales atribuidas a los Ayuntamientos y las diferentes orientaciones expuestas hasta aquí, López de Aguileta (2000)7 propone el siguiente decálogo de acciones para dar contenido a la política cultural local de un municipio medio:

1. Diseñar un plan cultural estratégico incluido en su caso dentro de los planes de revitalización de la ciudad.

2. Elevar el nivel cultural de la población, mejorando cuantitativa y cualitativamente el consumo cultural.

3. Estimular la creación cultural. 4. Promocionar la cultura local y generar rasgos de identidad colectiva. 5. Contribuir a la normalización de las lenguas minoritarias. 6. Fortalecer el tejido sociocultural y favorecer su participación en la política cultural municipal. 7. Diseñar una amplia red de infraestructuras culturales. 8. Garantizar que la política cultural municipal atiende a todos los ciudadanos 9. Posibilitar el desarrollo de medios locales de comunicación. 10. Trasmitir una visión lúdica de la cultura.

Para López de Aguileta, el propósito final de estas iniciativas es elevar el nivel de vida de los ciudadanos, mantener la centralidad comarcal de la localidad, estimular la demanda y el consumo cultural, respetar, conservar y promocionar el patrimonio; apoyar a los creadores locales y la formación especializada; potenciar el asociacionismo y la participación en la toma de decisiones sobre asuntos culturales; mantener y potenciar los recursos culturales; cohesionar e integrar los 6 Pose Porto, H. M. (2006): La cultura en las ciudades. Un quehacer cívico-social. Ed. Graó. Barcelona. 7 López de Aguileta, I. (2000): Cultura y ciudad: Manual de política cultural municipal. Ed. Trea

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diferentes grupos sociales y zonas de la ciudad; mejorar la información y la comunicación de la localidad; y, en definitiva, dotar al hecho cultural, en su función formativa y liberadora, de un sentido lúdico.

Este conjunto de propuestas da contenido a las competencias culturales municipales y permite diseñar una política cultural local de profundidad, pero exige, para ello, articular la estructura organizativa que permita desarrollarlas. Para este fin, Martinell (2000)8 sostiene que la finalidad de esta estructura reside en la necesidad de diseñar procesos consistentes de análisis y valoración que permitan tomar decisiones acertadas y adecuadas a la realidad que faciliten el diseño y planificación de la política cultural local. Para ello propone el siguiente conjunto de elementos fundamentales:

- Desarrollo de objetivos y finalidades concretos. - Concreción de la política en planes, programas y proyectos. - Desarrollo de un planeamiento estratégico adecuado a la temporalidad. - Modelos de gestión. - Niveles de legislación normativa necesarios. - Recursos económicos disponibles. - Función que se otorga a los diferentes agentes culturales. - Interacción con otras políticas.

Para ordenar y articular estos elementos podemos apoyarnos en el concepto de Sistema Cultural Local (Carrasco, 1999)9 como marco de referencia para analizar cómo se estructura la realidad cultural de una localidad. Se trata de un mapa cognitivo que recoge los elementos y las relaciones que conforman una realidad cultural local determinada (Rausell et al., 2007)10. El SCL se estructura en tres niveles:

Nivel I. Relaciones entre entidades locales y supralocales. Se refiere a las relaciones que se establecen entre entidades locales (Ayuntamientos) y supralocales (comarcal, provincial, autonómica o estatal), tanto como oferentes como demandantes de recursos culturales. Nivel II. Organización. Se refiere a la organización de elementos y de relaciones que tienen lugar en el ámbito cultural de la localidad, diferenciando las propias de la Administración de las relacionadas con el resto de Agentes culturales. Entre los elementos propios del Ayuntamiento (como Administración local) se señalan:

- Política cultural (sus principios, objetivos, modelo, etc.). - Modelo institucional (organización funcional, áreas y responsables, relaciones de

poder, etc.). 8 Martinell, A. (2000): La función de los agentes culturales. Nuevos escenarios para la reflexión. En Periférica. Revista para el análisis de la cultura y el territorio, nº 1 pp. 105-138. Universidad de Cádiz. 9 Carrasco Arroyo, S. (1999): Los Sistemas Culturales Locales en la Comunidad Valenciana: Una aplicación desde el análisis de competencias principales. Tesis doctoral. Departamento de Economía Aplicada. Universitat de València. 10 Rausell, P.; Abeledo, R., Carrasco, S. y Martínez, J. (2007): Cultura. Estrategia para el desarrollo local. AECI.

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- Presupuesto cultural (partidas que lo integran, áreas temáticas, proporciones, etc.). - Infraestructuras culturales (equipamientos, espacios, etc.). - Recursos culturales (valores simbólicos, manifestaciones culturales, tradiciones, usos

y costumbres, etc.). Nivel III. Relación entre sistemas culturales de diferentes municipios. En este nivel se recogerían las relaciones que se establecen entre los SCL de diferentes localidades al compartir infraestructuras, recursos, eventos, proyectos, etc.

La utilidad de este esquema es que proporciona una unidad de análisis que ordena y amplía los elementos propuestos por Martinell, facilitando así la posterior evaluación de la política cultural local en su conjunto, como uno de los objetivos fundamentales de la participación ciudadana en este ámbito de actuación pública.

4. EL ACTUAL MODELO DE POLÍTICA CULTURAL EN CIUDAD REAL.

Tal como acabamos de exponer, una política cultural local se puede definir como el conjunto de medidas encaminadas a ordenar la acción cultural pública, así como a promover y fomentar la acción cultural privada en el contexto urbano que le compete. En este sentido una política cultural local tiene varios componentes o fases que conforman su desarrollo:

» Análisis del contexto local. » Definición de la misión cultural del organismo en cuestión. » Definición de la finalidad de la política cultural local. » Definición de los objetivos de la política cultural local. » Diseño de planes culturales (estratégicos, operativos, y directores). » Programación cultural. » Financiación de la política cultural local. » Evaluación de los resultados obtenidos, y ajuste del proceso.

A este esquema básico y habitual de cualquier proceso de diseño y evaluación de planes culturales se deben añadir otros muchos elementos. Entre ellos, uno tan elemental en una política pública como es la manera en la que se van articular cauces formales para que la ciudadanía pueda participar activamente en el proceso anterior. Con ello se quiere significar que una política pública debe garantizar la participación activa de sus ciudadanos, tanto más cuando se trata de un entorno próximo como el local, y un ámbito de tan gran dinamismo ciudadano como es el cultural.

En el caso que nos ocupa puede señalarse que la política cultural de Ciudad Real se dirige exclusivamente a diseñar una agenda cultural anual, sin planificación previa, ni participación ciudadana formal alguna. Este modelo de política cultural ha sido en Ciudad Real una constante durante los más de treinta años de democracia que hemos vivido. A ello han contribuido diversas

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razones: desinterés, políticas ocurrenciales, clientelismo cultural, escasez de presupuestos, aplicación de políticas tentativas y personalistas, etc.

3.1.-Descripción general de la política cultural municipal.

De manera sintética se pueden exponer las variables que caracterizan el modelo actual que configura la política cultural municipal de Ciudad Real (Tabla 1) y su posibilidad de transformación a través del modelo alternativo que aquí se propone.

Tabla 1 - Variables significativas referidas a la cultura según el Modelo de referencia

VARIABLES MODELO ACTUAL MODELO PROPUESTO Categorías culturales Información Clima social Gestión Decisiones Planificación Actitud social Hecho cultural Alcance

Identidad-Tradición Opacidad Individualismo Arcaizante Arbitrariedad Coyuntural Pasiva Acto de consumo Aislado

Participación-Conocimiento Transparencia Cooperación Eficiente Objetividad Estructural Activa Proceso integral Transversal

Fuente: Elaboración propia

Una reflexión primera y evidente es que el actual modelo cultural existente en nuestra ciudad está agotado. Ajeno al contexto sociocultural presente, este modelo arcaizante, resulta ya insostenible en una ciudad que tiene un importante potencial artístico y cultural, aún por explorar y explotar. En una ciudad en la que el número de habitantes no sólo crece cuantitativamente, sino que también lo hace en diversidad, ideologías, tendencias y gustos. Y ese distanciamiento se evidencia desde el momento en el que hay una total ausencia de información en todo lo relacionado con la Política cultural (necesidades culturales, problemas culturales, carencias, objetivos, decisiones, planes, proyectos, etc). A ello se suma la ausencia de criterios definidos, objetivos y públicos que permitan saber los principios que rigen la toma de decisiones, la asignación de recursos, la estimación o desestimación de iniciativas, etc. Ambos factores (opacidad informativa y arbitrariedad decisoria) constituyen precisamente dos de los mayores enemigos del propio sistema, ya que la falta de transparencia y de objetividad genera desconfianza y distanciamiento por parte de la ciudadanía que se ve así privada, por decisión o desidia política, del elemento clave de nuestro tiempo: la información.

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En segundo lugar, las acciones prioritarias, dentro del ámbito de la cultura municipal, equiparan prácticamente la Promoción cultural con las actividades asociadas a Fiestas populares y festejos, a favor de éstas últimas (Gráfico 1). Este hecho es sin duda significativo y definitorio del modelo de ciudad del que se parte y al que se llega. Es indudable el papel irreemplazable de la Administración en el fomento, conservación y difusión de las tradiciones populares características de la localidad, pero siempre cuidando el justo equilibrio entre lo que es un derecho fundamental, la cultura, y lo que debe ser una espontánea manifestación popular: el festejo y las tradiciones, tanto más alejadas de su naturaleza original cuanto más institucionalizadas se encuentran.

Gráfico 1. Distribución del presupuesto municipal de cultural en 2014

Fuente: Elaboración propia a partir de los presupuestos municipales

En términos comparativos con otras realidades municipales podemos contemplar la Tabla 2. En ella se recoge información de los municipios cuya población más se aproxima, por exceso y por defecto, a la de Ciudad Real. Estos cuatro municipios, aun no siendo capitales de provincia, pueden servir como referencia en base a la variable poblacional.

€771.890,00 €746.183,00

€551.998,00

€376.249,00

€28.516,00 €0,00

€100.000,00

€200.000,00

€300.000,00

€400.000,00

€500.000,00

€600.000,00

€700.000,00

€800.000,00

€900.000,00

Fiestas populares yfestejos

Promoción cultural Bibliotecas y archivos Equipamientosculturales y museos

Protección y gestióndel Patrimonio

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Tabla 2. Composición del presupuesto de cultural por municipios (2014)

Municipio Rubí Alcalá de Guadaíra Ciudad Real Manresa Fuengirola

Población (01.01.2014) 74.353 habs. 74.404 habs. 74.960 habs. 75.297 habs. 75.856 habs. Partidas del presupuesto municipal de cultura

Administración general de la cultura 114.500,00 € 0,00 € 0,00 € 196.209,00 € 600.391,55 €

Bibliotecas y archivos 355.007,47 € 1.023.491,83 € 551.998,00 € 613.880,00 € 462.355,13 € Equipamientos culturales y museos 0,00 € 228.056,82 € 376.249,00 € 395.273,00 € 0,00 €

Promoción cultural

Personal 320.737,99 € 0,00 € 327.026,00 € 217.001,00 € 309.891,68 €

Gastos corrientes 10.500,00 € 235.698,72 € 266.573,00 € 144.903,00 € 14.000,00 €

Transferencias corrientes 146.572,23 € 170.704,00 € 152.584,00 € 656.882,00 € 10.300,00 €

Inversiones reales 120.000,00 € 0,00 € 0,00 € 0,00 € 246.000,00 € Total 597.810,22 € 406.402,72 € 746.183,00 € 1.018.786,00 € 580.191,68 €

Protección y gestión del Patrimonio 273.133,55 € 226.042,72 € 28.516,00 € 59.226,00 € 2.000,00 €

Instalaciones de tiempo libre 234.861,61 € 395.980,47 € 0,00 € 0,00 € 148.082,77 €

Fiestas populares y festejos

Personal 106.043,50 € 0,00 € 88.605,00 € 55.825,00 € 27.207,32 €

Gastos corrientes 332.661,87 € 922.291,79 € 675.985,00 € 175.446,00 € 744.000,00 €

Transferencias corrientes 3.100,00 € 87.968,24 € 7.300,00 € 0,00 € 31.500,00 €

Total 441.805,37 € 1.010.260,03 € 771.890,00 € 231.271,00 € 802.707,32 €

TOTAL CULTURA 2.017.118,22 € 3.290.234,59 € 2.474.836,00 € 2.514.645,00 € 2.595.728,45 €

Fuente: Elaboración propia

La información anterior nos sirve de punto de partida para determinar el valor de un conjunto de ratios significativos sobre la realidad presupuestaria cultural de estos municipios.

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Gráfico 2. Ratio ‘Presupuesto para Promoción cultural sobre el total del presupuesto para Cultura’

Alcalá de Guadaíra Fuengirola Rubí Ciudad Real Manresa 12,35% 22,35% 29,64% 30,15% 40,51%

Fuente: Elaboración propia

En el Gráfico 2, se observa el porcentaje del presupuesto general de cultura que cada Ayuntamiento destina a la partida Promoción cultural. En el caso de Ciudad Real, el porcentaje es del 30,15% lo que ubica a nuestra ciudad en el segundo lugar en gasto para promoción cultural del conjunto de ciudades que conforman la muestra según el criterio poblacional. A diez puntos de la primera (Manresa) y a algo menos de ocho de la última (Alcalá de Guadaira).

Gráfico 3. Ratio ‘Presupuesto para Fiestas populares y festejos sobre el total del presupuesto para Cultura’

Manresa Rubí Alcalá de Guadaira Fuengirola Ciudad Real 9,20% 21,90 30,70% 30,92% 31,19%

Fuente: Elaboración propia

12,35%

22,35%29,64% 30,15%

40,51%

0,00%

10,00%

20,00%

30,00%

40,00%

50,00%

Alcalá deGuadaira

Fuengirola Rubí Ciudad Real Manresa

9,20%

21,90%

30,70% 30,92% 31,19%

0,00%5,00%

10,00%15,00%20,00%25,00%30,00%35,00%

Manresa Rubí Alcalá deGuadaira

Fuengirola Ciudad Real

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POR EL CAMBIO DE LA POLÍTICA CULTURAL DE CIUDAD REAL

El Gráfico 3 muestra el porcentaje del presupuesto general de cultura que cada Ayuntamiento destina a la partida Fiestas populares y festejos. En este caso, Ciudad Real es la población que mayor porcentaje destina a esta partida, el 31,19%. La diferencia con resto de municipios es escasa, excepto en el caso de Manresa, en el que la diferencia es de más de veinte puntos. La diferencia amplia con esta población es la consecuencia lógica que se deriva del primer ratio (Gráfico 2).

Gráfico 4. Ratio ‘Presupuesto para Cultura por habitante’

Rubí Ciudad Real Manresa Fuengirola Alcalá de Guadaira 27,13 €/hab. 33,02 €/hab. 33,40 €/hab. 34,33 €/hab. 44,22 €/hab.

Fuente: Elaboración propia

El Gráfico 4 presenta el gasto en Cultura por habitante en cada población. Alcalá de Guadaira es el municipio que más gasta, 44,22 euros por habitante en 2014. Ciudad Real se sitúa en penúltimo lugar con un gasto de 33,02 euros por habitante. Para el conjunto de todos los municipios de España, la media de gasto municipal por habitante en materia de Cultura es de 48,63 euros por habitante. Es decir, de media los municipios españoles gastan 48,63 euros en Cultura por habitante. Se puede comprobar que nuestra ciudad está a quince puntos de diferencia por debajo de esta media de gasto.

Finalmente, el Gráfico 5 ilustra cómo se distribuye el presupuesto de Cultura por habitante en las dos partidas principales del presupuesto municipal (Promoción cultural y Fiestas populares y festejos). El caso de Ciudad Real es el más equilibrado, ya que pone de manifiesto la semejanza en el gasto por persona que se realiza en cada área de actividad. Concretamente 9,95 euros por habitante para festejos y 10,30 euros por habitante para promoción cultural..

27,13 €/hab

33,02 €/hab 33,40 €/hab 34,33 €/hab

44,22 €/hab

0,00 €5,00 €

10,00 €15,00 €20,00 €25,00 €30,00 €35,00 €40,00 €45,00 €50,00 €

Rubí Ciudad Real Manresa Fuengirola Alcalá deGuadaira

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Gráfico 5. Ratio ‘Presupuesto por habitante según partidas principales’

Rubí Alcalá de Guadaira Ciudad Real Manresa Fuengirola

Gasto en promoción cultural por habitante 8,04 €/hab 5,46 €/hab 9,95 €/hab 13,53 €/hab 7,65 €/hab

Gasto en festejos por habitante 5,94 €/hab 13,58 €/hab 10,30 €/hab 3,07 €/hab 10,58 €/hab

Fuente: Elaboración propia

Otro rasgo fundamental es la ausencia de una Política cultural estructurada, con una metodología propia, con unos objetivos a corto, medio y largo plazo, con una adecuada y planificada presupuestación, así como un mecanismo de control que permita analizar las desviaciones producidas en la gestión, su causa y las medidas oportunas para solventarlas. El modelo actual se caracteriza por la improvisación, la oportunidad, la acción coyuntural, la recurrencia y repetición cíclica, la mera programación de actividades de consumo cultural, etc. Es imprescindible que la Política cultura trascienda los avatares partidistas, y que ésta sea el fruto de un pacto entre los distintos agentes políticos, sociales, económicos y culturales. Es fundamental que todos los agentes se sientan comprometidos con la promoción artística y cultural de su ciudad, no sólo en aras de un mero e instrumental objetivo económico-turístico, sino fundamentalmente como medio para conseguir una mayor madurez cultural de la ciudadanía.

En cuarto lugar, como consecuencia de lo anterior, se hace indispensable la cooperación firme entre las diferentes Administraciones que realizan acciones culturales, tal y como lo manifiesta la propia Federación Española de Municipios y Provincias11. Este hecho es tanto más importante cuanto más heterogéneas sean, desde un punto de vista partidista, estas Administraciones. El 11 Resoluciones de la VIII Asamblea General de la FEMP. Madrid 2003

€8,04 €5,46

€9,95 €13,53

€7,65

€5,94 €13,58

€10,30 €3,07 €10,58

€0,00

€5,00

€10,00

€15,00

€20,00

€25,00

Rubí Alcalá de Guadaira Ciudad Real Manresa Fuengirola

Presupuesto para promoción cultural por habitante Presupuesto de festejos por habitante

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ciudadano es, en última instancia, la víctima de la falta de diálogo entre Administraciones, o del muy frecuente enfrentamiento o indiferencia mutua de éstas. Por ello es indispensable superar ese esquema obsoleto en el que la cultura, más que un fin en sí misma, es el medio empleado por cada Administración para rentabilizar mediática y políticamente sus acciones.

Otro elemento a considerar es que la acción cultural se despliega de forma aislada del resto de ámbitos y elementos que integran el contexto urbano y socioeconómico. La vivencia integral de la cultura por parte de los ciudadanos requiere una visión integral y transversal de la misma, hasta el punto de que ésta constituya la columna vertebral de la acción política local. La cultura de la cultura. En definitiva lo que define y diferencia a los pueblos y ciudades es su cultura en sentido amplio, es decir, entendida también en el sentido de cómo se hacen las cosas, por muy distantes que éstas puedan estar, en apariencia, del ámbito estrictamente cultural. Es necesario reflexionar hasta qué punto las decisiones en urbanismo, infraestructuras, fiscalidad, medioambiente, juventud, bienestar social, afectan a la Política cultural y viceversa.

Esta realidad, no exclusiva de nuestro ámbito local y territorial, ha empezado a generar una reflexión crítica en los sectores artísticos, y poco a poco está generando acciones encaminadas a promover el cambio necesario hacia modelos más racionales y participativos. Se ha entendido que es el momento de dar un nuevo paso en materia de política cultural, y superar así una etapa que pretendió democratizar la cultura para afrontar los nuevos retos y demandas de la sociedad del siglo XXI.

3.2.-La estrategia y planificación cultural.

Una de las paradojas de la actual política cultural municipal es que invierte el orden lógico a la hora de realizar la presupuestación anual. En una planificación coherente y ordenada, el presupuesto representa la cuantificación monetaria de los fines y objetivos definidos como estratégicos en una primera fase del proceso planificador. En el caso actual, el presupuesto se confecciona al margen de unos objetivos previos, ni siquiera planteados, y son simplemente el resultado de una mecánica anual de reajuste a partir del presupuesto del año anterior. Esta elaboración presupuestaria a ciegas, sin rumbo ni sentido, es la consecuencia de una política cultural obsoleta y arcaica que no tiene más remedio que repetir anualmente la misma programación cultural.

No se tiene en cuenta, por tanto, el contexto sociocultural existente en la ciudad, la diversidad social y cultural, las demandas y expectativas ciudadanas, las oportunidades que ofrece el sector

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cultural, de manera que la actual acción cultural del Ayuntamiento está totalmente desvinculada de la realidad social y del siglo en el que estamos.

La acción cultural municipal está orientada a cubrir un conjunto de actividades rutinarias y repetitivas, sin que exista una política que fomente la producción cultural y artística, la investigación cultural, la promoción artística, la defensa del patrimonio, la realización de actividades culturales novedosas, o el fomento de las diversas disciplinas artísticas entre la ciudadanía.

No existe, por tanto una política cultural pública elaborada en base a criterios de coherencia y racionalidad que partan de una evaluación previa de las necesidades y problemas culturales de la ciudad. Como consecuencia de esa falta de planificación, lo poco que se gasta en Promoción y difusión cultural, se gasta a ciegas y poco o nada tiene que ver con una verdadera promoción de la cultura.

3.3.-La política de subvenciones.

La política de subvenciones culturales responde a una doble dinámica. Por un lado las subvenciones que se canalizan a través del procedimiento ordinario de concesión mediante concurrencia competitiva y por otro, la fórmula del procedimiento extraordinario de concesión directa, mediante convenios de colaboración. Como se aprecia en el Gráfico 2, en el presupuesto cultural del Ayuntamiento de Ciudad Real, el procedimiento que debería ser excepcional constituye la manera ordinaria y habitual de transferir recursos a diferentes asociaciones culturales. En concreto representa el 82,80 % de los fondos transferidos se hace sin concurrencia competitiva, de manera directa y automática. Por el contrario, sólo el 17,20 % de los recursos se transfieren mediante el procedimiento que debería ser el ordinario y habitual para promocionar la actividad asociativa cultural.

Gráfico 2. Distribución de subvenciones según procedimiento (2014)

Fuente: Elaboración propia a partir de los presupuestos municipales

82,80 %

17,20%Procedimieno extrordinario(Concesión directa)

Procedimiento ordinario(Concurrencia competitiva)

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Si nos detenemos a analizar el desglose y destino de los fondos correspondientes a cada procedimiento de concesión (Tabla 2 / Gráfico 3) comprobamos que los fondos transferidos de manera ordinaria mediante concurrencia competitiva van destinados exclusivamente a la partida “Asociaciones culturales”. Este importe se distribuye posteriormente según la convocatoria abierta publicada por el Área de Cultural entre todas las asociaciones culturales que libremente quieran presentarse a la convocatoria. Por otro lado, los fondos transferidos de manera extraordinaria mediante concesión directa se asignan de manera automática a un número concreto y fijo de colectivos. La naturaleza de los proyectos financiados de manera directa pone de manifiesto que la orientación de la promoción cultural implementada mediante este procedimiento va dirigida fundamentalmente a promocionar un paradigma cultural de marcado carácter identitario-tradicionalista.

Tabla 2. Desglose presupuestario de las subvenciones (2014)

Presupuesto para subvenciones 159.884 € (100 %) Procedimiento ordinario (concurrencia competitiva) 27.500 € (17,20 %)

Asociaciones culturales 27.500,00 € Procedimiento extraordinario (concesión directa) 132.384 € (82,80 %)

Coros y danzas 1.609,00 € Hermandad de pandorgos 5.000,00 € Banda de música 76.275,00 € Cofradías de semana santa 32.200,00 € Mazantini (festival internacionl de folklore) 5.000,00 € Mazantini (festival seguidilla) 5.000,00 € Federación de peñas 7.300,00 €

Fuente: Elaboración propia a partir de los presupuestos municipales

Gráfico 3. Distribución de subvenciones (2014)

Fuente: Elaboración propia a partir de los presupuestos municipales

18.909,00 €27.500,00 €

32.200,00 €

76.275,00 €

0,00 €10.000,00 €

20.000,00 €30.000,00 €40.000,00 €50.000,00 €60.000,00 €70.000,00 €80.000,00 €90.000,00 €

Folklore, peñas ypandorgos

Asociacionesculturales

Semana santa Banda de música

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El artículo 8.3 de la Ley General de Subvenciones establece como principios generales de la actividad de subvención los siguientes:

1. Publicidad, transparencia, concurrencia, objetividad, igualdad y no discriminación. 2. Eficacia en el cumplimiento de los objetivos fijados por la Administración otorgante. 3. Eficiencia en la asignación y utilización de los recursos públicos.

Sin embargo, la dinámica principal de concesión de subvenciones, es decir, el procedimiento de concesión directa, basado en la renovación automática de convenios que llevan vigentes un número inusual de años, resulta del todo incompatible con estos principios. Si bien es cierto que los art. 28.3 LGS y 65.2 del Reglamento excluyen del procedimiento de concesión directa los requisitos de publicidad y concurrencia, el resto son igualmente aplicables. La actual política municipal de realización, renovación y asignación presupuestaria de convenios se caracteriza por una notable opacidad (frente al principio de transparencia), unas diferencias entre la asignación de fondos públicos a unas y otras agrupaciones difícilmente comprensibles (frente a los principios de objetividad, igualdad y no discriminación), una falta de diferenciación entre líneas estratégicas de promoción cultural, así como entre actividades con desigual impacto social en la ciudad, frente a aquéllas puramente eventuales o festivas, y una ausencia total de mecanismos de control del cumplimiento de los objetivos socio-culturales que fundamentan la subvención pública (frente a los principios de eficacia y eficiencia).

Esta política de subvenciones está en sintonía con la falta de visión estratégica general de la política cultural municipal. En esta materia particular, se echa en falta igualmente la existencia de un Plan Estratégico de Subvenciones tal como prescribe la Ley General de Subvenciones, como marco básico y previo de toda actividad subvencional (art. 8.1 LGS)

En definitiva, y a fecha de hoy, no sólo la fundamentación jurídica, sino la propia práctica en la concesión de subvenciones culturales municipales sigue siendo un fiel reflejo, en forma y en espíritu, de un reglamento que data de 1955. El cambio hacia un nuevo modelo cultural más propio de nuestra democracia es, desde luego, cuestión de tiempo, pero desafortunadamente parece que a los ciudadanos de Ciudad Real se les haya asignado transcurrir por una transición especialmente larga y poco entusiasta.

3.4.-La participación ciudadana.

La participación ciudadana en el ámbito de la política cultural municipal como acción efectiva a través de la que ejercer el derecho fundamental reconocido en nuestra Constitución de participar en los asuntos públicos es en Ciudad Real una ficción. No existe ningún cauce que permita una

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participación real del ciudadano en esta materia y que implique de forma integral las fases más relevantes del proceso de reflexión, debate, diseño, planificación, programación, presupuestación, cogestión, evaluación y control de la política cultural local. El actual e informal Consejo de participación ciudadana cumple más una función de participación aparente que real y efectiva. Y los proyectos participativos que hasta la fecha se han lanzado (El Plan estratégico de Ciudad Real o el proyecto Ciudad Real, participa) han sido más un señuelo mediático que una realidad efectiva.

En consecuencia, toda la política cultural ha sido “planificada” de espaldas a las expectativas y demandas ciudadanas, con una absoluta opacidad en la toma de decisiones, y con la implementación de programas y acciones culturales reiterativos, personalistas, oportunistas, ocurrenciales y alejados de cualquier tipo de análisis del medio sociocultural o de consenso con los intereses ciudadanos y sectoriales. Los obstáculos para el ejercicio de una verdadera participación han terminado por confirmar en los ciudadanos una idea de desconfianza e indiferencia hacia lo político y lo comunitario, hasta el punto de que el propio sistema ha fomentado justo lo contrario de lo que quería nuestra Constitución. Y así, la ya de por sí preocupante indiferencia y apatía ciudadanas, ha sido abonada aún más por una política del desentendimiento ciudadano.

3.5.-Plan de recuperación de espacios para la cultura.

La implementación de un nuevo modelo cultural debe permitir un nuevo modelo de ciudad basado en la explotación del enorme potencial cultural de Ciudad Real. Este modelo debería repercutir en el conjunto de la ciudadanía y proyectar una imagen de ciudad que sirva paralelamente a su promoción económica y turística. Uno de los pilares fundamentales en esta reorientación del modelo cultural es la explotación eficiente, desde un punto de vista social y cultural, de los espacios de la cultura.

Actualmente, el uso de espacios culturales se basa principalmente en la inercia antes que en el uso racional derivado de una planificación cultural coherente, con sentido y finalidad definidos. Para ello, como punto de partida, es necesario realizar una evaluación de espacios de uso cultural actual y de uso potencial. No sólo en cuanto a oferta, sino a los propiamente destinados a actividades administrativas (concejalías), al uso creativo y artístico, y a su utilización por parte de la ciudadanía y del tejido asociativo. Esta evaluación permitirá determinar las necesidades, carencias o sobredimensionamiento de espacios, y conocer si se aplican criterios de eficiencia suficientes, o si por el contrario se debe ampliar el número de espacios.

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Para llevar a cabo sus fines, las asociaciones culturales necesitan espacios de características muy específicas, por varios motivos:

» Muchas de ellas se vinculan a actividades artísticas que requieren un espacio adecuado a dicha actividad: insonorización, amplitud de espacio, etc.

» La actividad cultural de una asociación no es autosuficiente, sino que se nutre y se retroalimenta con el contacto con otras, de la misma o distintas disciplinas.

» La concentración de espacios de actividad cultural favorece la comunicación y la difusión de actividades de distinta procedencia.

En la medida en que se pretenda impulsar el tejido cultural y artístico de la ciudad, resulta imprescindible encontrar espacios que favorezcan estas condiciones.

Muchas asociaciones disponen de recursos suficientes para disponer de un espacio propio, aunque parece obligado que el Ayuntamiento disponga de locales para ofertar de forma no meramente anecdótica, sino efectiva. Sin embargo, sea por desconocimiento o por una normativa de uso de estos espacios a la que resulta difícil acogerse, hay asociaciones que tienen dificultad de acceso a estos espacios.

Con el objetivo de facilitar el acceso de estas asociaciones y colectivos de diversa índole, es preciso revisar la normativa de uso de estas dependencias y dar las mayores facilidades para su utilización, tanto desde el punto de vista de su coste económico (tasas por utilización) como del modelo de gestión y organización interna de las dependencias.

Por otra parte, el Ayuntamiento debería tener una oferta amplia de escuelas y talleres (música, pintura,...) que complemente la oferta privada de formación cultural de los ciudadanos, y para la que también se necesitan espacios adecuados.

Actualmente, el Ayuntamiento tiene la titularidad de distintos edificios que, habiendo sido concebidos para uso social, educativo o cultural, están infrautilizados, cuando no necesitados de reformas más o menos profundas. Particularmente, encontramos cuatro edificios singulares: el antiguo Casino, la antigua Casa de la cultura, el edificio Ferroviario y la Casa de la Cruz Roja. Estos edificios emblemáticos se han dedicado posteriormente a otros usos de servicio cultural (conservatorio, biblioteca, colegio público, sede de Cruz Roja), servicios que habiéndose trasladado a otra ubicación, han dejado estos edificios en desuso o casi inactivos.

No obstante, en los últimos años, se ha cedido suelo de titularidad pública a entidades privadas para gestionar, o hacer negocio, con el espacio dotacional para el que estaba concebido. Así, se cede suelo para residencias privadas de ancianos, escuelas concertadas, colegios profesionales,

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etc. Se da la circunstancia de que la JCCM cedió a la Obra Social de la CCM el Edificio Ferroviario. Es necesario que el Ayuntamiento recupere la titularidad de este edificio y se dedique a la actividad cultural pública, en correspondencia con la demanda de la ciudadanía, y no con modelos o intereses privados. No obstante, esto no excluye que las entidades privadas puedan colaborar con la actividad cultural en la ciudadanía, a través de patrocinios o subvenciones.

También el Ayuntamiento ha recuperado en 2014 la titularidad de la Antigua Casa de la Cultura / Biblioteca. Construido en 1959 por Miguel Fisac, la Fundación Fisac ha solicitado al Ayuntamiento su cesión a la Fundación para fijar aquí su sede y albergar sus fondos. No obstante, las dimensiones del edificio, así como el uso para el que fue originalmente concebido, permitiría un uso compatible con una oferta cultural diversa y pública.

Sería deseable que los proyectos de recuperación de este patrimonio histórico fuesen respetuosos con los proyectos originales, tanto en fachada como en interiores, recuperando con ello también la memoria de una ciudad que ha visto cómo se ha deshecho de su patrimonio sin escrúpulos a causa de la especulación inmobiliaria. Asimismo, sería bueno que los proyectos de rehabilitación, que deben acometer las administraciones, tengan en cuenta las propuestas de la ciudadanía y las necesidades que se van a cubrir.

El uso de estos edificios para actividades culturales debería planificarse de manera integral. Sin embargo, no puede ponerse en marcha este plan de forma inmediata, por lo que requiere su ejecución en distintas fases, comenzando por habilitar espacios existentes, de forma provisional hasta la completa restauración de los edificios citados.

Antiguo Casino.

El Conservatorio de Música de la ciudad ocupó este edificio hasta 2007. El Ayuntamiento en Pleno, por unanimidad de los grupos, aprobó que este edificio sería rehabilitado para ser la Casa de la Cultura. Sin embargo, tras la reforma, al Salón de Actos ya existente, y a la sala de ensayos (cedida a la Banda y la Coral de la Agrupación Musical de Ciudad Real y al Coro de Cámara Oretania), sólo se añadió la reconversión del sótano y del ala sudoeste en una sala de exposiciones, a la que se añadía el propio patio como 2ª sala de exposiciones. El espacio ocupado por la antigua concejalía de Cultura (con los fondos de la Biblioteca del antiguo Casino - los cuales se han llevado al Museo del Quijote), se destinó supuestamente a sala de recepción de visitantes ilustres. También se reservó una dependencia para la Asociación de Estudios Manchegos. El resto, se ha destinado a concejalías y a almacén.

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Como propuesta, se plantea trasladar las actuales concejalías y contenido de los almacenes a otras dependencias municipales (tal vez con excepción de la concejalía de Cultura), y reservar los espacios de la planta baja restantes, así como un espacio de la planta alta, para actividades culturales promovidas por el Ayuntamiento.

En tanto que no existan espacios para las actividades propias de las asociaciones, se trataría del único edificio de titularidad municipal para actividades exclusivamente culturales, por lo que de forma provisional debería ser accesible para las asociaciones culturales.

Casa de la Cultura.

La Casa de la Cultura tiene 2 plantas y sótano. Fue reformada para hacer la Biblioteca del Estado, y su fachada ha sido completamente modificada con la construcción de una rampa para la accesibilidad. Podría servir como Museo Urbano de Ciudad Real, albergando una exposición permanente con los fondos de la Fundación Fisac, otra exposición permanente sobre el urbanismo de Ciudad Real, y una sala para exposiciones itinerantes relacionadas con la arquitectura. Su parte izquierda, destinada en otro tiempo a Biblioteca infantil, podría recuperar (o ampliar) esta función en esta zona de la ciudad

Ferroviaria.

Este edificio de 3 plantas y un sótano (donde se hallan principalmente las instalaciones del edificio, que ha albergado aulas de infantil y primaria de un colegio público, dispone de un salón de actos, unas 19 aulas de entre 25 y 45 m2 y otras dependencias de menores dimensiones. Situado junto al Parque de Gasset, sería el Centro Cultural integral de referencia para la ciudadanía y asociaciones culturales, descongestionando el centro de la ciudad, donde se concentran en pocas manzanas la mayoría de museos y espacios culturales.

Casa de la Cruz Roja.

Este edificio, salvado de la piqueta por la acción directa de un grupo de ciudadanos, es un ejemplo de arquitectura levantina con inspiración centroeuropea en algunos de sus elementos, como la amplia y sinuosa escalinata de acceso. En su momento se propuso su rehabilitación a través de una escuela taller y mediante el uso de materiales reciclados. Igualmente se propuso que se destinara a Residencia de jóvenes artistas o centro de experimentación artística, donde se dieran cita estudiantes de la Escuela de Artes y de la Universidad, a través de programas de intercambio cultural. Un centro desde el que dinamizar e internacionalizar la cultura y el arte en la ciudad.

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4.-PROPUESTAS PARA UN NUEVO MODELO CULTURAL.

El modelo de política cultural de Ciudad Real está caracterizado por su marcada orientación hacia categorías culturales vinculadas con las tradiciones y la identidad cultural propia. Frente a esta realidad o complementándola y ampliando su limitado alcance, el modelo que se propone introduce unas categoría más en sintonía con la orientación de las políticas culturales de las sociedades desarrolladas. Así, categorías como participación, comunicación, conocimiento, expresión, y su articulación a través de variables instrumentales tales como desarrollo cultural, innovación cultural, cooperación cultural, necesidades culturales y derechos culturales, son elementos subyacentes del modelo que aquí se propone. Realizamos a continuación una serie de propuestas encaminadas a mejorar los problemas señalados, a explotar oportunidades culturales latentes y a facilitar la transición hacia un nuevo modelo de política cultural para Ciudad Real.

a) Un decálogo de mínimos imprescindibles:

1. Manifestar el compromiso de las más altas instancias del gobierno local con los principios reconocidos en los diferentes documentos internacionales que han reconocido el valor y necesidad de la cultura para el desarrollo humano y social (Declaración de Friburgo sobre derechos culturales, Agenda 21 de la Cultura, Declaración Universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural; Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales, etc.) así como los compromisos acordados por la Federación Española de Municipios y Provincias en materia cultural. Este compromiso puede materializarse mediante la adhesión a Culture 21, la nueva Agenda 21 de la cultura, como marco internacional de referencia para el diseño de la nueva política cultural de Ciudad Real.

2. Aprobar un Pacto institucional por la cultura en Ciudad Real que cuente con la participación y adhesión de todas las fuerzas políticas de la ciudad, así como con la del mayor número posible de agentes culturales, educativos, económicos y sociales, en su conjunto, de la ciudad.

3. Manifestar el compromiso público encaminado a desarrollar un nuevo modelo cultural participativo que sustituya el actual paradigma de la política cultural municipal, mediante una previa evaluación crítica de los elementos de fondo que los han hecho posible, y que contribuya a posicionar nuestra ciudad en la geografía sociocultural del siglo XXI.

4. Crear de un Consejo ciudadano de la cultura, como órgano amplio y plural de participación que sirva para debatir, diseñar, controlar y evaluar la política cultural de Ciudad Real. Y donde especialmente se pueda hacer un seguimiento de todo lo relacionado con el patrimonio histórico de la ciudad.

5. Crear un Observatorio de la política cultural de Ciudad Real, con la participación externa de expertos en análisis e investigación en materia de derechos culturales y políticas culturales, que permita el asesoramiento y el seguimiento del diseño, implementación y evaluación de la política cultural local. Asimismo, representaría un observatorio del estado del patrimonio histórico de la ciudad.

6. Demarcar el ámbito de acción y competencia de la política cultural de Ciudad Real: 1) definiendo un núcleo principal formado por las áreas de cultura, educación y festejos; y, 2)

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desplegando su acción, de manera transversal, hacia el resto de áreas e iniciativas municipales.

7. Realizar una Evaluación de necesidades culturales como punto de partida para diseñar un Plan estratégico de la cultura, que servirá como referencia para reactivar o acometer inversiones en infraestructuras culturales, para fundamentar las partidas de gastos presupuestados, la suscripción de convenios o la subvención de programas y proyectos culturales.

8. Revisar y actualizar el actual Plan Estratégico de Ciudad Real para convertirlo en un plan realmente participativo, que parta de un análisis profundo del estado actual de la cultura en la ciudad, y para que atienda efectivamente a unas líneas estratégicas en materia cultural consensuadas con el sector cultural de la ciudad. Un plan orientado al desarrollo cultural de la ciudad, a garantizar los derechos culturales de la ciudadanía y a fomentar el turismo y la economía de la cultura.

9. Aprobar una Ordenanza municipal donde se recoja la Carta de servicios culturales de la ciudad. Especialmente el compromiso con los Derechos culturales, el Desarrollo cultural de los ciudadanos, el diseño y planificación de la ciudad desde y a través de la cultura, el alcance de la cultura hasta el no-público, etc.

10. Implementar mecanismos de transparencia en las decisiones de la política cultural. La transparencia no es sólo rendición de cuentas, sino justificación de las decisiones que se plasman en los compromisos presupuestarios. Para ello se sugiere la difusión de actas, bases, convenios, planes y demás documentos que recojan los acuerdos de la política cultural local; así como la publicación de la agenda de reuniones y decisiones adoptadas por los responsables de la política cultural local, etc.

b) Algunas propuestas adicionales:

1. Implementar unos presupuestos verdaderamente participativos, en base a la evaluación de las necesidades culturales detectadas y a las líneas estratégicas en materia cultural previamente debatidas de manera abierta y participativa, y siguiendo metodologías de presupuestación participativa ya consolidadas en otros municipios12.

2. Aumentar el presupuesto destinado a Promoción y difusión cultural. En vista de los datos expuestos en los epígrafes anteriores resulta urgente aumentar el presupuesto de Cultura para aproximarlo a la media de gasto nacional. Principalmente la partida Promoción y difusión cultural, y en concreto los gastos corrientes y los destinados a actividades culturales. En este sentido se debe abandonar la idea de que en momentos de crisis como el actual el gasto en cultura es susceptible de recorte, pues con independencia de indicadores estrictamente económicos o estratégicos, la cultura es un bien básico fundamental asociado al bienestar de los ciudadanos. Precisamente porque en época de crisis las economías domésticas tienden a recortar sus gastos en ciertos bienes culturales, es conveniente que una política cultural

12 Sobre la variada experiencia en metodología de la presupuestación participativa en España, pueden verse algunos ejemplos en Málaga https://cert2.ayto-malaga.es/inter/trw/trw/com/jdv/EQP60T_verdoc.jsp?iddoc=1674 , Zaragoza http://cmisapp.zaragoza.es/ciudad/presupuestos-participativos/metodologia.htm, Castellón, http://www.castello.es/seccion.php?cod1=261 , San Sebastián http://www.donostia.org/info/ciudadano/participacion_presupuesto.nsf/vowebContenidosId/NT00000922?OpenDocument&idioma=cas&id=A339212352402&cat=Otros&doc=D , Córdoba, http://www.ayuncordoba.es/portal/web/listaPDF_b.jsp?id=32854 y un muy largo etcétera.

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pública tienda a ofrecer más actividad cultural a precios reducidos que eviten una merma de la actividad cultural local.

3. Reclasificación de partidas. Resulta igualmente necesario liberar el presupuesto destinado a Promoción y difusión cultural de partidas que pueden estar incorrectamente ubicadas en esta función. Ello puede conseguirse reestructurando y reclasificando partidas presupuestarias entre áreas funcionales, de acuerdo con la delimitación de competencias realizada previamente.

4. Aplicación de la Ley de Subvenciones. En este sentido, y a partir de la justificación realizada más arriba sobre este tema, se realizan las siguientes propuestas:

a) Adoptar el procedimiento de concurrencia competitiva como el procedimiento ordinario: desarrollar un plan estratégico de subvenciones; elaborar unas bases reguladoras que garanticen el respeto a los principios de publicidad, transparencia, concurrencia, objetividad, igualdad y no discriminación, eficacia y eficiencia.

b) Convertir la concesión directa en un mecanismo estrictamente extraordinario, y por lo tanto: revisar los convenios existentes en materia de cultura; adaptar las distintas asignaciones presupuestarias de forma racional y conforme a los principios generales de transparencia, objetividad, igualdad y no discriminación, y particularmente de eficacia y eficiencia; establecimiento de cauces formales y objetivos de formalización de nuevos convenios; establecimiento de mecanismos de evaluación del cumplimiento de los convenios, así como del beneficio social revertido en la ciudad gracias a los mismos. Una adaptación no meramente formal sino que se ajuste a las líneas estratégicas acordadas y al cumplimiento efectivo de los derechos culturales.

c) Hacer efectiva la actividad subvencional municipal como instrumento de promoción cultural, acercando al ciudadano de manera integral a los procedimientos de decisión, gestión y evaluación de los mismos, implementando de manera real los principios de igualdad, objetividad y transparencia. Para ello, se considera especialmente valioso el establecimiento de órganos ciudadanos que participen en la deliberación de los Planes estratégicos de subvenciones culturales.

5. Algunas ideas encaminadas a desarrollar políticas culturales en época de crisis:

» Políticas de proximidad. Es buen momento para desarrollar políticas de proximidad, cercanas al ciudadano, que fomenten la cohesión social a través de lo cultural para conseguir redes ciudadanas cooperativas que permitan ir trabajando en la definición de acciones culturales comunitarias. Fomentar la cultura de barrio en base a los recursos culturales latentes que existen en ellos.

» Integración. Integrar a las minorías y los sectores periféricos ahondando en lo identitario.

» Servicios mínimos. Es buena ocasión para definir cuáles son los servicios mínimos que la Administración debe prestar a sus ciudadanos, siguiendo la analogía que existe en otros ámbitos como el sanitario, la seguridad, etc.

» Austeridad. Evitar el gasto superfluo que no genera valor añadido en sentido económico y social. Es decir, el que no genera inercias permanentes y se autoconsume de forma inmediata.

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» Externalidades. Fomentar eventos sencillos que generen efectos externos a la propia actividad cultural, generando tendencias participativas y creativas que consoliden para el futuro un perfil de ciudadano activo.

» Fomentar la demanda. En algunos ámbitos culturales, los creadores son elásticos a las disminuciones de renta. Esto supone que la crisis no es, en muchos casos, un problema de oferta (no se crea menos, ni se ofertan menos obras). Por ejemplo, un grupo de teatro es capaz de adaptar su producción a un presupuesto muy pequeño (reducido por la falta de ayuda pública). Lo importante en estos casos es no perder demanda, fomentando la creación de públicos y facilitando su acceso con medidas como por ejemplo la entrega de bonos a precios bajos para la fidelización del público.

» Economías de escala. Supone aprovechar oportunidades de un evento cultural para abaratar los costes incrementando el número de representaciones. Es un principio básico en economía. El incremento en el consumo de un bien abarata su coste. Para ello es fundamental que exista una red que haga posible la repetición de las representaciones. Por ello se recomienda la cooperación entre administraciones y organizaciones intraprovinciales (mancomunidades, asociaciones de promoción cultural, etc.) Por ejemplo, la Diputaciones pueden fomentar la existencia de redes o circuitos municipales que permitan realizar muchas representaciones por un coste global muy inferior al que supondría realizar sólo un número reducido de actuaciones. Otros entes, públicos y privados, organizan eventos en municipios próximos cuyo coste se puede compartir a cambio de poder disfrutar de ese mismo evento en nuestra ciudad. Este principio está bien gestionado, por ejemplo, en el Consorcio de Cultural Albacete.

6. Finalmente, algunas otras propuestas:

» Realizar un compromiso firme para la defensa y protección del patrimonio histórico-artístico de Ciudad Real. Creación de un órgano participativo, y no exclusivamente técnico, que, al amparo del espíritu que inspira la Ley del Patrimonio Español, haga al ciudadano agente fundamental en las decisiones sobre protección y salvaguarda del patrimonio histórico y artístico de la ciudad.

» Centralizar todos los servicios y la información vinculada al ámbito artístico-cultural, sea cual sea su origen y destino (creación de una Ventanilla única o Punto informativo cultural).

» Facilitar el uso de los medios e instalaciones públicas a todos los colectivos culturales y artísticos de la ciudad.

» Eximir a las entidades culturales sin ánimo de lucro del pago de tasas (licencias de apertura, uso de espacios y locales municipales, etc) que puedan afectar a este tipo de colectivos en el desarrollo de sus fines y actividades.

» Apoyar el mantenimiento, creación, producción, difusión y formación en materia artística y cultural.

» Fomentar la existencia de programación cultural coherente, estable y constante a lo largo del año.

» Dotar a la ciudad de las infraestructuras necesarias para el desarrollo en condiciones dignas de la actividad asociativa y creativa. Centro de reuniones, espacios para ensayos, almacenamiento, realización de talleres, cursos, exposiciones, exhibiciones, etc.

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POR EL CAMBIO DE LA POLÍTICA CULTURAL DE CIUDAD REAL

» Promover la creación de un Libro Blanco sobre el estado de la cultura en Ciudad Real que permita orientar de forma útil la definición, creación e implementación de una política cultural eficiente, participativa e integral.

» Elaborar una Auditoría cultural de la ciudad que analice y detecte los recursos culturales existentes y que elabore un mapa cultural de la ciudad, como base para el diseño de la estrategia cultural de la ciudad.

6.-CONCLUSIÓN.

Es indudable que la transición de un modelo como el actual a otro diferente es un proceso largo y arduo puesto que significa movilizar las bases anquilosadas sobre las que se asienta. Es imprescindible una visión amplia del proceso, una convicción plena en la necesidad y mejora que se pretende, y estar dispuestos a soportar la tensión que tal cambio pueda producir. Ésta será menor cuanto mayor sea la concienciación que desde el ámbito público se promueva y también cuanto mayor sea la convicción manifestada de que lo que se pretende será siempre mejor que lo que ya existe. No en vano se trata de pasar de un modelo que ha favorecido determinadas actitudes, fomentado ciertos privilegios, y perpetuado una inercia mecánica en la gestión, a otra en la que se pretende dotar a la política cultural de una mayor participación, diversidad, transparencia, y equidad. Por todo ello, un primer elemento que resulta básico es un compromiso institucional que garantice el cambio y una hoja de ruta que lo ordene y articule. La ausencia hasta ahora de ambos elementos describe de antemano la voluntad con la que se afronta el cambio.

El conocimiento de la realidad cultural de la ciudad nos permite señalar que la actual situación no conduce a ningún sitio. Al menos a ninguno bueno. Su perpetuación generalizará una actitud social recelosa entre colectivos, como hasta ahora, y tendrá bajo mínimos el potencial cultural y artístico de la ciudad.

Sólo es preciso un estímulo de convencida confianza, materializado en un compromiso de cambio de modelo cultural que sea firme y público, para que la actual situación cambie de forma armoniosa, con el consenso y participación de todos, pues es a todos a quienes compete el destino cultural de la ciudad. Estamos convencidos de que un cambio de modelo cultural será bueno para todos, sea cual sea su concepción de la cultura y del arte, y sean cuales sean sus ideales, sus ideas y convicciones. Porque de lo que se trata es de dar a todos parte en la construcción común de los cimientos sobre los que se ha de asentar el edificio de la cultura de nuestra ciudad en los años venideros. A estas alturas es tiempo ya de cambiar un modelo agotado y obsoleto que no da más de sí, y que a partir de ahora sólo puede degenerar sobre sí mismo, sin ningún buen aporte para el bienestar común de la ciudadanía de nuestra localidad.