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Evaluación de cuatro tratamientos alternativos en el control de Varroa, destructor
Anderson y Trueman en Apis mellifera L. en la zona de Valparaíso
Alejandro Ibacache
Pontificia Universidad Católica de ValparaísoFundación Isabel Caces de Brown
Facultad de Agronomía
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1. INTRODUCCIÓN
Entre los principales problemas que aquejan a la apicultura moderna, a nivel
nacional y mundial, se encuentra la Varroasis, parasitosis externa causada por el
ácaro Varroa destructor Anderson & Trueman. La varroa, es un parásito voraz de la
abeja melífera europea que se alimenta de la hemolínfa causándole un grave daño
físico, además de ser un catalizador para las infecciones virales dentro de la colonia.
Sin tratamiento, las colonias son destruidas en sólo unos años y muchos miles de
colmenas ya se han perdido a lo largo del mundo por el ataque de este ácaro.
V. destructor, es hoy en día una de las más serias amenazas a la apicultura
mundial, debido a la popularización del uso de la abeja europea, A. mellifera, para la
producción de miel y la polinización de cultivos. La drástica disminución de la
población de abejas de la colonia y por ende de todas sus capacidades de trabajo,
puede alcanzar una gravísima repercusión en la producción hortofrutícola y en la
producción de semillas de hortalizas, forrajeras y oleaginosas.
Actualmente, las colonias infestadas con varroa son tratadas con productos
químicos de síntesis, principalmente piretroides. Aunque estos tienen una buena
eficacia y permiten un buen control de la parasitosis, tienen los inconvenientes de
presentar un costo elevado para los apicultores, dejan residuos en la miel y cera, y
en pocos años la varroa puede desarrollar resistencia a estos productos. Los
compuestos acaricidas pueden llegar a ser tóxicos para las abejas y se desconoce
su efecto a largo plazo para el hombre.
En la actualidad, apicultores europeos y de otras partes del mundo, han puesto a
punto diferentes tratamientos alternativos como ácido fórmico, ácido oxálico y
aceites esenciales para el control de varroa, por sus cualidades de no contaminar la
miel y tener un costo muy bajo, además de estar permitidos para la producción de
miel orgánica.
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En la presente investigación, se probó el ácido fórmico, aceite de canabis y ácido
oxálico, en la zona de Valparaíso, como control de emergencia en época primaveral.
Se espera que al aplicar ácido fórmico, ácido oxálico y aceite de canabis, provoquen
efectos sobre mortalidad de Varroa destructor, además de modificar los niveles de
infestación del ácaro, sin tener consecuencias adversas sobre las colonias de Apis
mellifera.
En base a lo antes expuesto se buscará cumplir los siguientes objetivos:
Objetivos generales:
- Determinar la eficacia de los compuestos ácido fórmico, ácido oxálico y aceite de
canabis en el control de Varroa destructor, bajo condiciones de campo en época
primaveral.
- Determinar posibles efectos adversos de tratamientos orgánicos a las colonias de
abejas.
Objetivos específicos:
- Cuantificar la muerte de los ácaros producto de los tratamientos. Considerando las
variables caída de varroas, eficacia de los tratamientos y niveles de infestación de
varroa.
- Analizar los efectos negativos de los tratamientos sobre las colonias de abejas.
Considerando las variables formación de celdas reales de reemplazo, muerte de
reinas y población de abejas y cría.
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2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
2.1. Características de la abeja melífera:
Las abejas sociales del género Apis almacenadoras de miel existen desde hace 10
a 20 millones de años, mucho antes de la aparición del hombre (PHILLIPPE, 1990).
Estos insectos del orden de los Himenópteros son reconocidos desde el punto de
vista económico no solo por la producción directa de miel, cera y otros, sino también
por su papel en la polinización de los cultivos y plantas silvestres.
2.1.1. Biología de las abejas
LESSER (1995) señala que la reina es la única hembra perfecta de toda la familia y
su función es poner diariamente varios centenares de huevos. Esta reina, puede
determinar el sexo de su descendencia. Cuando un huevo pasa por el tracto genital,
este puede o no ser fecundado con el esperma que contiene la espermateca
(PHILLIPPE, 1990; VANDAME, 2000).
Las obreras y reinas proceden de óvulos fecundados, las primeras corresponden a
hembras imperfectas y las segundas se diferencian de las obreras por su
alimentación de todo el periodo larval con jalea real, lo que desarrollará sus órganos
sexuales (PHILLIPPE, 1990; LESSER, 1995; VANDAME, 2000).
La función de las obreras son múltiples. En su juventud permanecen en la colmena
y, entre otras cosas, se ocupan de la construcción de panales, de la limpieza de
alvéolos, de la nutrición de las larvas, de la acumulación de reservas de miel y
polen, etc (PHILLIPPE, 1990).
Los machos o zánganos corresponden a huevos no fecundados (PHILLIPPE, 1990;
LESSER, 1995; VANDAME, 2000). Su papel esencial es la fecundación de las
reinas y están altamente especializado en esta función (PHILLIPPE, 1990).
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2.2. Importancia de la varroasis en la apicultura:
La varroasis es una enfermedad causada por un ácaro parásito que afecta a las
abejas en todos sus estados de desarrollo alimentándose de su hemolínfa.
Actualmente representa un grave problema en la apicultura mundial, en la que
provoca masivas pérdidas, ya sea por mermas en los rendimientos individuales, o
por mortalidad de colmenas (CONASA, 2002).
Esta enfermedad no solo puede producir una pérdida económica directa en los
productos derivados de la apicultura, sino que también puede alcanzar una
gravísima repercusión en la producción hortofrutícola y en la producción de semillas
de hortalizas, forrajeras y oleaginosas, como consecuencia de una baja en la masa
entomófila polinízante, en la cual la abeja es lejos el insecto de mayor efectividad
(PELDOZA, 1992).
2.2.1. Origen de la plaga
El ácaro fue descubierto en 1904 por Jacobson, en la isla de Java (Indonesia),
siendo clasificado el mismo año por el zoólogo holandés Oudemans como V.
jacobsoni, en honor a su descubridor (LLORENTE,1990). Posteriormente se
determinó que esta especie era un complejo de dos especies V. destructor y V.
jacobsoni, determinándose que la que parasita a A. cerana y A. mellifera
corresponde a V. destructor (ANDERSON y TRUEMAN, 2000)
2.2.2. Distribución mundial
El ácaro parásito Varroa, ha sido conocido como el mayor enemigo de la abeja
melífera alrededor del mundo (SAMMATARO, GERSON y NEEDHAM, 2000).
SAMMATARO, GERSON y NEEDHAM (2000), señalan que el parásito estaba
confinado al sudeste de Asia donde parasitaba, sin causar mayores problemas a la
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abeja asiática A. cerana, probablemente debido a la coevolución entre ambos, por lo
que estaba adaptada para mantenerlo bajo control.
La nueva especie nombrada, V. destructor, consta de seis haplotipos en el
continente asiático. Solo dos haplotipos fueron encontrados como plaga en A.
mellifera. Estos son los únicos que pueden hacer cambio de hospedero. Se habla
del haplotipo Corea/Rusia y el haplotipo Japón/Tailandia. El tipo Corea/Rusia se
encuentra en Asia, Medio Oriente, Europa, América y África. El haplotipo
Japón/Tailandia se encuentra en Japón, Tailandia, Norte y Sudamérica (COBEY,
2001).
Hoy en día el haplotipo Corea/Rusia es el ácaro más común y diseminado por todo
el mundo. Este también es el más destructivo y ha desarrollado resistencia a
diversos controles químicos (COBEY, 2001).
Desde el traspaso del huésped original a A. mellifera, la parasitosis se ha extendido
a velocidad creciente, siguiendo la trashumancia y los intercambios comerciales
(VANDAME, 2000).
2.2.3. Situación en Chile
En marzo de 1992 se diagnosticó la presencia de Varroa en abejas de colmenares
de la VI región. Ello determinó un estudio de situación, destinado a dimensionar y
cuantificar la extensión de la infestación (PELDOZA, 1992). Luego de efectuado el
análisis de más de 16.000 muestras, arrojo información acerca de la distribución de
esta patología en el país, determinándose su presencia entre la I y X región,
incluyendo Chiloé insular (CHILE, SERVICIO AGRICOLA Y GANADERO SAG,
1994).
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2.3. Clasificación taxonómica de Varroa:
Según ANDERSON y TRUEMAN (2000), este ácaro pertenece a:
Phylum : Artropoda.
Sub Phylum : Chelicerata.
Clase : Arácnida.
Sub Clase : Acari.
Orden : Mesostigmata.
Familia : Varroidae.
Género : Varroa.
Especie : Varroa destructor Anderson & Trueman.
2.4. Características morfológicas:
En la Figura 1 se muestra una vista dorsal y ventral del ácaro Varroa destructor.
Los ácaros no tienen antenas ni mandíbulas y presentan cuatro pares de patas
cuando son adultos, siendo hexápodos en estado larvario (LLORENTE, 1990).
Según LLORENTE (1990), las hembras son las que se observan sobre las abejas,
tienen forma elíptica, al ser más anchas (1,576 mm) que largas (1,104 mm).
El escleretido dorsal de la hembra forma una pieza única, con una coloración que
varia entre el castaño, castaño rojizo y castaño oscuro, sobre el que se insertan
centenares de pelos. La cara ventral es más compleja y presenta los órganos
esenciales: aparato bucal, respiratorio, excretor, reproductor y locomotor. Los
quelíceros que posee en la parte exterior del aparato bucal son los encargados de
perforar el exoesqueleto quitinoso de las abejas, extrayendo de esta forma la
hemolínfa (LLORENTE, 1990).
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FIGURA 1. Vista dorsal y ventral del ácaro Varroa destructor.
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2.5. Biología del ácaro:
El individuo clave del ciclo de desarrollo de varroa es la hembra adulta. Su vida
alterna entre la fase reproductora y la fase forética (VANDAME, 2000).
2.5.1. Entrada de las varroas en la celda de cría
La varroa madre se reproduce exclusivamente en una celda de cría, generalmente
después de un periodo forético (corresponde al periodo en que los ácaros se
encuentran fuera de las celdas de cría y están sobre el cuerpo de abejas adultas).
La entrada en la cría debe ocurrir a una edad de cría precisa, y constituye un punto
crítico en la vida de varroa. Entrar demasiado temprano significa, un riesgo
importante de ser detectada y retirada por las abejas antes de la operculación de la
cría. Entrar tarde no le es posible, ya que la cría es operculada; es decir,
herméticamente cerrada a toda entrada o salida (VANDAME, 2000).
Las varroas madres infestan la cría de obreras 15 horas anteriores a la
operculación; infestan la cría de zánganos durante las 45 horas anteriores a la
operculación. Después de haber entrado en la celda de cría, la madre varroa se
sumerge en el alimento destinado a la larva de abeja, la varroa queda inmóvil hasta
que se inicie la fase de pupa de A. mellifera, y solo entonces comienza a poner los
huevos (VANDAME, 2000).
Los factores que provocan e influyen en la entrada de las varroas que están sobre
las abejas en la cría todavía no son del todo conocidas. La atracción química,
producida por las feromonas emitidas por la cría de abeja, parece ser el factor
esencial que provoca la infestación de las varroas foréticas, ya que estas se guían
por las feromonas, con el fin de penetrar en la cría en el momento preciso
(VANDAME, 2000).
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2.5.2. Ovoposición de Varroa
Inmediatamente después de la operculación de la celda y durante 36 horas, la larva
se alimenta, pues empieza a tejer su capullo. La primera alimentación de la larva
constituye una señal para la varroa madre, quien sale de la fase inmóvil, sube sobre
la larva y se alimenta por primera vez (VANDAME, 2000). Luego de algunas horas
la varroa madre ingiere hemolínfa (sangre de las abejas) de larva, fenómeno
estrictamente necesario para inducir su postura, se presume que hormonas
presentes en la hemolínfa, estimulan la actividad de los ovarios de varroa
(PELDOZA, 1992). Durante el tejido del capullo, la varroa madre se desplaza
rápidamente sobre la larva, para evitar ser aplastada contra la pared de la celda,
mientras empieza a alimentarse y a defecar (VANDAME, 2000). La acumulación
fecal es de gran importancia para el desarrollo de la descendencia de varroa, tanto
para la fundadora como para sus descendientes. Durante la metamorfosis, los
movimientos de la abeja tienden a alejar a la fundadora de la acumulación fecal,
pero ella siempre logra regresar, lo que le permite no alejarse de la zona posterior
de la celda, donde tiene que estar para poner sus huevos (VANDAME, 2000).
La hembra inicia su postura de dos a cinco huevos puestos a intervalos variables,
de los cuales, luego de 24 horas, eclosionan larvas hexápodas que mudan a las 48
horas, transformándose en protoninfas, que comienzan a ingerir hemolínfa de la
larva huésped. Dentro de las 48 horas siguientes mudan a deutoninfas, las que
también toman hemolínfa de larva. Estas, a las 72 horas se transforman en imagos
y posteriormente en adultos. El ciclo completo de varroa hembra se completa entre
6,2 a 8 días y ente 5,5 a 6,9 días para el macho (PELDOZA, 1992).
2.5.3. Apareamiento de la descendencia de Varroa
Cuando la celda es infestada con una sola fundadora, el apareamiento solo puede
ocurrir entre el macho y sus hermanas y entonces consanguíneo (VANDAME,
2000). Esto se facilita por dos hechos: primero, el ácaro puede controlar la
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determinación del sexo de la descendencia, asegurando que el primer o segundo
huevo de origen a un macho; y luego, el ciclo vital del macho es más corto, de tal
modo que cuando las hembras alcanzan el estado adulto él ya está preparado para
su fecundación (PELDOZA, 1992). El macho se aparea con la primera hembra tan
pronto como llega a la fase adulta, cuando la segunda hija llega al estado adulto, el
macho abandona la primera para aparearse con ella. Si una tercera hija llega a
adulta, se repite el mismo escenario (VANDAME, 2000).
Al contrario de lo que se creía hasta hace poco, una hembra de varroa puede ser
fecundada únicamente en la celda donde nace. Luego una parte de su aparato
genital se destruye, lo que impide todo apareamiento. En las celdas donde el macho
muere antes del apareamiento, las hembras quedaran estériles e infecundadas para
siempre; esto puede ocurrir en 10% a 46% de las celdas (VANDAME, 2000).
2.5.4. Salida y diseminación de Varroa
En el momento que emerge la abeja una gran parte de la descendencia de varroa
se queda en la celda, las hijas fecundadas tan pronto como salen de la celda tratan
de subir sobre las abejas y así se vuelven foréticas. Las hijas inmaduras y el macho
privado de un aparato bucal que le permita alimentarse de las abejas, sobrevivirán
poco tiempo (VANDAME, 2000).
Las hembras de varroa tienen una preferencia muy clara por las abejas nodrizas,
más susceptibles de acercarse a la cría, lo que ofrece, más oportunidades a los
ácaros para entrar en otras celdillas. Las demás varroas, que infestan a las abejas
pecoreadoras son las que constituyen el principal factor de la diseminación de la
especie, ya que aprovechan la deriva y el pillaje para invadir nuevas colmenas
(VANDAME, 2000).
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La deriva o desorientación de las abejas, se dice que una abeja está desorientada
cuando entra, por error, en una colmena que no es la suya. Este hecho es más
habitual de lo que podría suponerse (ROOT, 1984).
El pillaje, es el acto o serie de actos mediante los cuales las abejas roban
sustancias dulces, donde están incluidas las reservas alimenticias de otras colonias,
esta situación se genera cuando hay escasez de néctar (ROOT, 1984).
2.6. Daño provocado a las abejas:
En todos los países, el impacto inicial provoco más del 50% de mortalidad en las
colmenas existentes. Una abeja parasitada tiene su posibilidad de vida reducida al
50% por lo menos (CASTILLO, 1992).
Sin intervención del apicultor, la probabilidad de mortalidad de un colmenar de Apis
mellifera es 10-15% el primer año, 20-30% el segundo año, y alrededor de 100% en
el tercer año. A lo sumo, una colonia sin tratamiento es improbable que viva más de
cinco años después de la infestación inicial (VEERKAMP, 2002).
2.6.1. Efecto sobre la cría de abejas y abejas adultas
La acción parasitaria directa del ácaro es la succión de hemolínfa desde las larvas y
abejas adultas, incluidos los machos. De esta hemolínfa el ácaro extrae fracciones
proteicas, determinando daños tanto en larvas como en abejas adultas (PELDOZA,
1992). Por cada ácaro que la parasita pierde el 10% de su peso y sufre una grave
disminución de sus proteínas que llega al 60% (CASTILLO, 1992). La cría de abeja
que sufre este daño presenta malformaciones durante el desarrollo y generando
abejas de tamaño menor, cuerpo deforme y alas atrofiadas, lo que la invalida para el
desarrollo de sus funciones en la colonia, por lo que acaba por ser eliminadas
(FLORES et al., 2000a). En el caso de los zánganos parasitados presentan
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reducción en el peso corporal, en las vesículas seminales, en las glándulas
mucosas y en la producción de espermatozoides (CASTILLO, 1992).
En caso de infestaciones graves se produce una gran movilidad de la larva, la cual
puede llegar a morir en su interior a causa de la expoliación producida por el
parásito o por la acción de otros agentes patógenos concomitantes, tales como
hongos, bacterias o virus (PELDOZA, 1992). Las abejas al intentar despojarse de
los ácaros sin lograrlo, las obliga a perder tiempo y energía en esta actividad, en
desmedro de sus labores habituales en el interior de la colmena o en la recolección
(PELDOZA, 1992).
2.6.2. Varroa como vector de enfermedades
Los daños indirectos también vienen dados por los hábitos alimenticios del parásito.
Al succionar la hemolínfa de sus hospederos, va a desempeñar un papel
fundamental en la transmisión de enfermedades, especialmente de cuadros víricos,
siendo probablemente éstos los responsables últimos de gran número de las
pérdidas atribuidas al parásito (FLORES et al., 2000a).
Hasta la aparición de la varroasis, en las abejas europeas se habían encontrado
multitud de virus que o bien no producían síntoma alguno o sólo brotes estacionales
no muy graves. Es el caso del virus de la parálisis aguda (APV), virus de la parálisis
lenta (SPV), virus de las alas deformadas (DWV) y el virus de las alas nubladas
(CWV), que gracias a la intermediación del ácaro han pasado a producir cuadros
patológicos de importancia. El virus de la parálisis crónica (CPV) y el de la cría
sacciforme (SBV) sí que causaban síntomas típicos en las colmenas, pero se han
agravado sus efectos con el advenimiento de la varroasis (CALATAYUD, 2002).
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2.7. Diagnóstico de Varroa:
En la etapa inicial de la infestación es muy difícil detectar cambios en las abejas o
síntomas que pueden indicar algún tipo de anormalidad y la infestación pasa
totalmente desapercibida a no ser que se hagan revisiones minuciosas y aún así a
veces no es posible detectar el ácaro (CASTILLO, 1992).
Uno de los métodos más simples consiste en recoger los ácaros caídos en el fondo
de la colmena. En esencia, consiste en sustituir el fondo normal de la colmena por
una lámina de color claro que recibe los desechos, la que está cubierta por una
rejilla que impida a las abejas la remoción de los desechos, incluidos los ácaros
(CALATAYUD, 2002).
Otro método consiste en tomar una muestra de abejas del nido de cría y su posterior
análisis en el laboratorio. Se recogen 200-300 abejas, se sumergen en agua con
alcohol o agua jabonosa y se lavan después sobre un doble cedazo, el primer
cedazo retiene a las abejas y el segundo más fino a los ácaros. De esta forma se
puede calcular el porcentaje de infestación de las abejas adultas dividiendo el
número de ácaros por el de abejas, obteniendo la relación de ácaros por cada 100
abejas (CALATAYUD, 2002).
También se puede realizar un diagnóstico del nivel de infestación de varroa sobre
cría opeculada, para lo cual se deben abrir ente 50 y 100 celdas, y se procede a la
observación cuidadosa tanto de la cría como del fondo y paredes de las celdas. Los
ácaros adultos (color marrón rojizo) y formas inmaduras (color blanco perlaceo) se
observaran a simple vista (APINETLA, 2004). Luego de esto se multiplica el número
de ácaros por 100 y se divide por la cantidad de celdas observadas, así se obtiene
el porcentaje de infestación de cría operculada (CALATAYUD, 2002).
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2.7.1. Nivel de infestación
A modo de esquematizar, se presentan en el Cuadro 1 los distintos grados de
infestación, según su gravedad, utilizando los métodos de diagnóstico expuestos.
CUADRO 1. Grados de infestación según niveles de infestación, para los distintos métodos de diagnóstico de Varroa destructor.
Grado de
infestación
% Infestación cría % Infestación
abejas
Mortalidad natural
por día
Muy ligera 0-1 0-1 0-1
Ligera 1-5 1-3 1-5
Media 5-15 3-8 5-15
Moderada 15-30 8-15 15-30
Grave 30-50 15-30 30-60
Muy grave 50-90 30-50 60-100
FUENTE: CALATAYUD (2002).
2.8. Métodos de control de Varroa:
En un principio los agentes anti-varroa se administraron en tiras fumígenas,
espolvoreo, evaporación, asperjado, etc. Más tarde, se aprovechó el fenómeno de la
trofalaxia para administrar productos sistémicos. En la década del '80 y hasta el
presente, el control realizado involucra el uso de acaricidas de síntesis,
fundamentalmente piretroides (i.a. Flumetrina, i.a. Fluvalinato y i.a. Acrinatrina) que
han mostrado un buen efecto acaricida. Sin embargo, su utilización indiscriminada,
así como una inadecuada aplicación ha dado lugar a una disminución de su efecto,
fundamentalmente por la aparición de resistencia generada por los ácaros a los
componentes principales. Esto ha generado que una gran parte de las
investigaciones actuales involucren sustancias naturales no contaminantes en el
control de la varroasis. Las sustancias más utilizadas, aunque por el momento con
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resultados variables son el ácido láctico, el ácido fórmico y extractos de aceites
vegetales (AGROBIT, 2004).
En cuanto al uso del ácido oxálico, éste no se ha popularizado más que entre un
núcleo restringido de apicultores, a pesar que el tratamiento garantiza una alta
eficacia (90-95%), es de fácil adquisición en el mercado y su costo es reducido. La
dificultad de aplicación ha sido básicamente el factor que ha frenado su uso
(BARBERO, PANELLA y BONIZZONI, 1997).
2.8.1. Control cultural
Entre los métodos más utilizados es la cría dirigida de zánganos. Este consiste en
aprovechar la preferencia de varroa por la cría de zánganos para reproducirse. Se
trata de estimular la construcción de celdillas de zánganos y la cría de los mismos
en las colmenas, y para ello, se introducen panales zanganeros en colonias
infestadas y una vez que las larvas de zángano son operculadas, se recorta y se
elimina esta porción, llevándose en ella gran cantidad de parásitos. Esta técnica
solo podrá ser aplicada en primavera, cuando las abejas, por motivos reproductivos,
están dispuestas a criar gran número de machos (FLORES et al., 2000a).
CALATAYUD (2002), señala que no se debe olvidar que existen otros métodos,
algunos de los cuales forman parte de las labores habituales del apicultor, algunos
de estos métodos son: Vigor de la reina y las colonias en primavera, división de
colonias, periodos anuales sin cría, selección de colonias tolerantes al parásito.
2.8.2. Control químico
A través de los años, se ha experimentado con una gran variedad de sustancias
químicas de síntesis, para su posterior modificación o exclusión debido a los
problemas asociados con su utilización. En la actualidad este tipo de control ha sido
el más efectivo en la lucha contra varroa, pero su uso indiscriminado ha resultado en
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la selección de biotipos resistentes, contaminación de cera, miel o propóleo; por lo
que su recomendación se hace más viable como parte de un control integrado
(PELDOZA, 1992).
Entre los de mayor eficacia primero aparecieron productos como el i.a.
Clorobenzilato (Folvex) medicamento hoy reemplazado por el i.a. Bromopropilato
(Folvex VA). Otro producto utilizado fue el i.a. Amitraz (Apivar), el cual ha sido
dejado de lado debido a los residuos que deja en la miel los que son potencialmente
oncogénicos. En razón al modo de actuar de estos productos, vía aerógena, se les
ha denominado de primera generación (PELDOZA, 1992).
Basándose en la forma de alimentarse que poseen las abejas, mediante trofalaxis,
paso de alimento entre ellas, se empezó a aplicar productos sistémicos, llamados de
segunda generación, los cuales al ser ingeridos por las abejas llegan al intestino
medio y ahí a la hemolínfa, de la cual se nutren los ácaros. Entre los productos
utilizados bajo este principio se conocen: el i.a. Clordimenform (K-79), producto
relacionado con el Amitraz; el i.a. Coumaphos (Perizin) y el i.a. Cimazol (Apitol).
(PELDOZA, 1992).
Los productos de tercera generación son de contacto y se encuentran en un soporte
que permite su dosificación constante y permanente por un período de hasta 60
días. Entre ellos se encuentran los productos de mayor uso en la actualidad en el
mundo desarrollado y son: i.a. Fluvalinato (Apistan) y i.a. Flumetrina (Bayvarol)
(PELDOZA, 1992).
2.8.2.1. Bayvarol
Los primeros productos comercializados para controlar la parasitosis y evitar la
muerte masiva de colmenas, se caracterizaban por tener una acción puntual sobre
las varroas presentes en las abejas adultas, siendo la presencia de cría operculada
un importante factor limitante de la eficacia de los acaricidas. En estas condiciones,
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se hacía necesario contar con productos capaces de mantener la acción acaricida
en el interior de la colmena durante largos períodos de tiempo, siendo así posible
prolongar el tratamiento durante la producción de cría (HIGES, SUÁREZ y
LLORENTE, 1996).
Con este fin, se desarrollaron diferentes productos acaricidas, que se vehicularon
sobre tiras de materiales sintéticos, que introducidas en la cámara de cría permiten
una acción constante y mantenida de las moléculas activas (HIGES, SUÁREZ y
LLORENTE, 1996).
Bayvarol de Bayer consiste en tiras de polietileno impregnadas del piretroide
flumetrina, donde cada una contiene 3,6 mg del ingrediente activo. La dosis
recomendada es de cuatro placas por cámara de cría para una colonia de desarrollo
normal y dos placas para enjambres y colonias jóvenes. El modo de empleo es
colgar las placas de Bayvarol en la zona central del nido de cría, entre los cuadros,
para que la abeja pueda tener contacto con el producto. Para un control eficaz, las
placas deberán permanecer por lo menos dos semanas en las colmenas, pero
nunca más de seis semanas.
2.8.3. Control natural u orgánico
En la búsqueda de acaricidas alternativos los productores han probado muchos
principios activos, con el riesgo de contaminar la producción y acelerar el desarrollo
de mecanismos de resistencia de varroa (GÓMEZ PAJUELO, 1998).
Una alternativa a esta situación es considerar el efecto acaricida de productos
orgánicos de baja toxicidad para la abeja y nulo efecto para el hombre, como los
ácidos orgánicos o los aceites esenciales, que a pesar de tener eficacia variable y
ser necesario realizar más visitas al apiario son potencialmente viables (MARIANI,
LAMBRECH y TESTIANI, 2003).
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IMDORF et al., (1996) señalan que la lucha alternativa propone el uso de sustancias
activas que son los ácidos orgánicos, tales como fórmico, láctico y oxálico, o
también componentes de aceites volátiles como timol, mentol y eucaliptol entre
otros. Estas sustancias deben ser utilizadas según un procedimiento sistemático
para obtener éxito con el tratamiento. Con la utilización de ácidos orgánicos los
problemas de residuos son prácticamente inexistentes, no existe acumulación en la
cera. La situación con los aceites esenciales es diferente; existe una concentración
durante el tratamiento pero termina evaporándose en gran parte después. Los
residuos en la miel son desde el punto de vista toxicológico sin importancia.
Como método de control orgánico de varroa se define aquellos controles basados
en la aplicación de manejos y/o sustancias que usan componentes naturales del
medio ambiente de la colmena (FRIES, 1993). Muchos estudios demuestran que
varios ácidos orgánicos, que están presentes en pequeñas cantidades en las
colmenas de abejas (ácido láctico, ácido fórmico, ácido oxálico) se pueden usar
para controlar varroa. También está aumentando la evidencia que algunos aceites
etéreos y algunos aditivos alimenticios comunes, al igual que el manejo biotécnico,
se puede utilizar con eficacia para el control del ácaro (FRIES, 2002).
HIGES (1996) señala, entre las sustancias naturales de mayor efectividad contra la
varroa están los ácidos orgánicos (láctico, fórmico, oxálico entre otros), si bien se
tratan de productos naturales, pueden ser peligrosos para el apicultor y deben
aplicarse con cuidado.
VANDAME (2000) señala que para manipular estos ácidos orgánicos se debe tener
las siguientes reglas de seguridad:
• Se debe manejar estos ácidos en lugares ventilados.
• Siempre utilizar mascarillas con filtros antiácidos.
• La utilización de guantes es imprescindible, ya que son altamente corrosivos
y pueden provocar quemaduras graves.
20
• Utilizar gafas para proteger los ojos de los vapores de ácido.
• Mantener los recipientes que contengan estos ácidos correctamente
etiquetados con textos como “peligroso” y en lugares fuera del alcance de los
niños.
2.8.3.1. Ácido fórmico
El ácido fórmico es un compuesto orgánico presente en la naturaleza. Puede ser
encontrado en diversos organismos y también como un componente natural de la
propia miel de abejas (EGUARAS, 2003).
En el interior de las colmenas, el ácido actúa por evaporación alcanzando tanto a los
ácaros que se encuentran sobre la abeja adulta como a los que están en fase
reproductiva dentro de las celdas de cría. Los ácaros afectados por ácido fórmico, a
través de su sistema respiratorio, muestran una inhibición de la respiración y
aparecen fuertemente acidificados, aunque no muestran necrosis de sus tejidos ni
efectos corrosivos (EGUARAS, 2003).
La mayor inhibición de la respiración en los ácaros, en comparación con las abejas,
puede deberse a su menor capacidad metabólica y de regulación, hecho que podría
explicar el efecto selectivo del ácido sobre los primeros y no así sobre las abejas.
Sin embargo, cuando las concentraciones dentro de la colmena aumentan, es
posible que se produzca una inhibición respiratoria en las larvas de abejas de menor
edad, es decir las de pequeño tamaño e intenso metabolismo. Así, los primeros
efectos laterales de los tratamientos en campo con ácido fórmico se expresan como
un paro en la postura de la reina y la muerte de la cría, en particular esta última
(EGUARAS, 2003).
Para el manipulador es corrosivo y volátil, durante su manipulación hay que usar
guantes, gafas y máscaras antiácidos. Para las abejas, en casos de evaporación
intensa puede ser tóxico. En tratamientos prolongados hay ciertos efectos sobre
21
reinas y zánganos, por lo que no se recomienda su uso en estaciones de cría de
reinas (CALATAYUD, 2002).
Existen diferentes tipos de aplicadores que pueden ser incorporados en el interior de
las colmenas para los tratamientos. Estos aplicadores varían desde recipientes
plásticos que dejan evaporar el producto a través de cartones, hasta materiales
esponjosos envueltos en polietileno. La evaporación varía entre cada uno de los
evaporadores y puede ser regulada, principalmente, mediante el control de la
superficie expuesta a la evaporación (EGUARAS, 2003).
2.8.3.2. Ácido oxálico
El ácido oxálico es el más sencillo de los ácidos dicarboxílicos; su nombre deriva del
griego oxis (agudo, ácido) y alude a la acidez común en el follaje de ciertas plantas
(principalmente Oxalis y Rumex), de las cuales fue primeramente aislado. El ácido
se encuentra en estas plantas como sal potásica ácida o como sal de calcio
(MARIANI et al., 2002).
El ácido oxálico (ácido etanodioico), cristaliza en forma de pirámides rombicas, es
blanco, inodoro, higroscópico, y forma fácilmente dihidrato; ésta forma cristales que
contienen 71,42% ácido oxálico anhidro, y 28,58% de H2O, y es la forma
comúnmente comercializada (MARIANI et al., 2002).
La acción acaricida del ácido oxálico es conocida desde hace tiempo, pero, a pesar
de los diferentes experimentos realizados, su uso no se ha popularizado más que
entre un núcleo restringido de apicultores. Esto porque algunos métodos de
aplicación resultan ser muy laboriosos, además de ser peligrosos para los operarios
y no presentan buena eficacia en presencia de cría (BARBERO, PANELLA y
BONIZZONI, 1997).
22
Para el manipulador es tóxico con una fuerte acción cáustica local sobre la piel y
mucosas. La inhalación del polvo o vapores provoca problemas respiratorios. Se
debe usar gafas, guantes y máscaras antiácidos. Para las abejas posee cierta
toxicidad por lo que se recomienda pocas aplicaciones (CALATAYUD, 2002).
2.8.3.3. Aceite de canabis
Muchos aceites esenciales y sus componentes exhiben actividades acaricidas,
actuando ya sea como repelente, atrayente o bien teniendo efecto sobre la
reproducción de varroa (INDORF et al., 1996).
AMRINE et al. (2003) señala que los aceites esenciales tienen dos modos de acción
sobre el ácaro varroa, toxicidad por contacto directo y por reproducción deteriorada,
vía alimentación de los jarabes que contienen los aceites esenciales, por parte de
las abejas.
Según señala NEIRA (2003), los aceites esenciales están formados principalmente
por monoterpenos (90% aproximadamente) y constituyen una buena alternativa
para el control de varroa. Los aromas de los aceites esenciales pueden alterar la
orientación del olfato de varroa y su principal desventaja es que existe una pequeña
diferencia entre la dosis letal para el ácaro y para la abeja.
Según lo señalado por FLORES et al. (2000b), uno de los objetivos de probar
distintas plantas medicinales, es aumentar el abanico de posibilidades que hoy
existe y evitar la aparición de resistencias, tal como ha sucedido con los acaricidas
de síntesis o como eventualmente podría suceder con productos naturales, en el
control de varroa.
El uso del canabis viene de la antigüedad con diversos usos como fibras, alimento y
medicina y tal vez el más conocido como alucinógeno (HANFBOERSE, 2003).
23
El aceite de canabis posee cualidades desinflamatorias y favorece la digestión. Este
aceite es descompuesto por cromatografía de gas en sus componentes individuales.
Presentando en primer lugar un gran grupo de Monoterpenos: sobretodo α-Pinen y
los β-Pinen, así como Mircenes. Estos componentes ricos en frescura y fuerte
aroma (HANFBOERSE, 2003).
No se tiene antecedentes sobre el uso del aceite de canabis en el control de varroa,
sólo las recomendaciones técnicas de la compañía APICONCEPT, en el uso de este
producto en colmenas de la empresa Colmenares Santa Inés S.A.
24
3. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1. Ubicación y características del ensayo:
Esta investigación se realizó en el cuartel número 9 del fundo “Los Perales” que está
ubicado en la cuesta Balmaceda, camino a Laguna Verde, comuna de Valparaíso.
En dicho lugar se instaló el colmenar experimental, donde se realizaron los
tratamientos y los monitoreos en el control de varroa.
3.2. Materiales:
A continuación se detallan los materiales biológicos y no biológicos utilizados en el
ensayo.
3.2.1. Material biológico
30 familias de abeja Apis mellifera L. correspondientes a subrazas o ecotipos
locales chilenos. Las colonias fueron formadas a partir de panales de cría, abejas y
una reina en postura de la temporada anterior, infestadas con Varroa destructor
Anderson y Trueman (Anexo 13 y 46)
3.2.2. Material no biológico
Este se puede subdividir en:
3.2.2.1. Material apícola
Este corresponde a 30 colmenas del tipo Dadant, compuestas por sus respectivos
pisos, techos, entretechos y 11 marcos. Además para la ejecución de las labores
apícolas, se utilizó overol, velo, ahumador, palanca Root y viruta de pino para
producir humo.
25
3.2.2.2. Material de monitoreo
Para recolectar los ácaros muertos caídos producto de los tratamientos y por muerte
natural, se utilizó en cada colmena una bandeja metálica (Anexo 1) que cubría toda
la superficie del piso, éstas bandejas fueron envaselinadas en su cara superior y
cubiertas con una malla mosquetera metálica de 3 mm de luz, esta malla estaba
sujeta a la bandeja por elásticos de cámara de automóvil.
Para la toma de muestras de abejas para monitorear varroa foréticas se utilizaron
vasos plásticos con tapa de 200 cc (Anexo 2). Para el lavado de las varroas del
cuerpo de las abejas se utilizó alcohol, agua, dos frascos de 1 litro, un colador de
malla mosquetera metálica, pinzas, placas Petri, fuente de luz y una piceta (Anexos
9, 10 y 11).
Para monitorear las varroas de la cría operculada se utilizaron pinzas, para abrir los
opérculos de la cría cerrada (Anexo 12).
3.2.2.3. Productos químicos
Los productos químicos evaluados en el ensayo fueron el ácido fórmico, ácido
oxálico y el aceite de canabis. Además se utilizo Bayvarol como control final, el que
fue utilizado para eliminar los ácaros no controlados, para establecer eficacia de los
productos orgánicos.
3.2.2.4. Otros materiales
En el Cuadro 2 se señalan los materiales usados para la aplicación de los distintos
productos.
26
CUADRO 2. Elementos utilizados para aplicar los tratamientos. Producto Dispensador Adicionales Dosificadores Otros
Ac. fórmico Evaporador
Universal
Aros de madera de
512x460x20 mm
Jeringa de
60 ml
-Balanza digital
-Máscara con
filtro para gases
orgánicos
-Guantes
quirúrgicos
Ac. Oxálico
Varrox-
Vaporicer
Esponjas para
Piqueras
Cucharilla de
1 g
-Batería de 12
volt, 150 Amp
- Máscara con
filtro para gases
orgánicos
Aceite
Canabis
Paño
Espontex
9x7 cm
Gotero
Bayvarol Placas
Para el lavado de las bandejas se utilizó un caldero productor de agua caliente y
vapor, pistola de agua a presión, embudo metálico contenedor de bandejas, cilindro
y soporte, discos de tamices y placas Petri (Anexos 5, 6, 7 y 8).
3.3. Métodos:
3.3.1. Periodo experimental
Dicha actividad comenzó el 30 de septiembre de 2003 hasta 16 de diciembre de
2003, que corresponde al periodo desde la formación del colmenar experimental
hasta el último monitoreo.
27
3.3.2. Descripción de los tratamientos
Tratamiento 1: Ácido fórmico al 85%, en dosis de 150 ml / colmena.
Tratamiento 2: Ácido fórmico al 85%, en dosis de 150 ml, más aceite de canabis en
dosis de 10 gotas / colmena.
Tratamiento 3: Aceite de canabis, en dosis de 15 gotas / colmena.
Tratamiento 4: Ácido oxálico, en dosis de 2 g / colmena.
Tratamiento 5: Testigo, sin tratamiento.
3.3.3. Diseño experimental
El ensayo fue conducido bajo un DCA (diseño completamente al azar), con cinco
tratamientos de seis repeticiones cada uno.
3.3.4. Método de aplicación
3.3.4.1. Ácido fórmico
Para la aplicación del ácido fórmico se utilizó Evaporador Universal (Figura 2) de la
compañía APICONCEPT, que consiste en un envase, dos discos con los agujeros
igualmente espaciados y una tapa. En el centro de ambos discos de regulación se
asegura la rejilla de dosificación, cuya cubierta tiene un agujero para el llenado.
La rejilla es necesaria para utilizar el evaporador en la posición boca abajo y
proteger los agujeros de regulación.
La tapa es a presión para prevenir el escape de líquidos o el gas, permitiendo llenar
el evaporador de ácido fórmico mucho antes de que se inserte en la colmena y
también garantiza el transporte seguro.
28
FIGURA 2. Componentes del Evaporador Universal.
FUENTE: APICONCEPT
Tapa
Rejilla protectora
Discos con agujeros de regulación
Tapa central de llenado
Material absorbente
Envase
29
Los discos giratorios se aseguran el uno al otro, de modo que los agujeros puedan
ser regulados hasta cualquier talla deseada, dando vuelta al disco superior. Una
escala de uno a cuatro se graba en el borde de los discos para ajustar la
vaporización. En este ensayo se regularon los evaporadores en abertura dos al
inicio del primer control, luego se fue corrigiendo la abertura del total de los
evaporadores según la pérdida de ácido, registrada con la ayuda de una balanza
digital para asegurar una evaporación entre 8-12 g según recomendaciones del
fabricante, luego al inicio del segundo control se fijo la abertura en tres y luego se
procedió a lo mismo (Anexo 14).
El bloque esponjoso sirve como amortiguador para prevenir la evaporación agresiva
y desborde de líquidos en caso de que el evaporador sea usado en forma inclinada.
El ácido fórmico fue usado a la concentración comercial al 85%, que es la
recomendada por el fabricante, fue llenado con 150 ml con la ayuda de una jeringa
de 60 ml y colocado invertido sobre los cabezales de los marcos de la colmena
(Anexo 3), previa regulación de la abertura graduada, según la escala de ajuste.
Luego de esto se colocaron dos aros de madera y se cerró la colmena con su
entretapa y techo.
3.3.4.2. Aceite de canabis
Fue utilizado según las recomendaciones de la compañía APICONCEPT, Hubert &
Frank Schuhleitner. Por medio de un gotero se aplicaron las dosis señaladas sobre
un paño absorbente Espontex de 9x7 cm. Este trozo de paño se colocó sobre los
marcos en el centro de la colmena por un periodo de 15 días.
3.3.4.3. Ácido oxálico
Se midieron 2 g de ácido en cristales con la cucharilla y colocado en la cacerola del
aplicador VARROX-vaporiser (Anexo 4). El varrox se introdujo por la entrada de la
30
colmena y se cerró ésta con la ayuda de una esponja. El evaporador se conectó a la
batería durante cuatro minutos y las colmenas se mantuvieron cerradas durante 15
minutos, según recomendaciones del fabricante.
3.3.5. Periodicidad de las aplicaciones
Los distintos tratamientos fueron aplicados por primera vez el 13 de octubre de
2003, y se volvió a repetir la aplicación 21 días después. En el caso de los
tratamientos que recibieron ácido fórmico y/o aceite de canabis, sus evaporadores
se mantuvieron en la colmena por 15 días desde la aplicación.
3.3.6. Mediciones y observaciones
La toma de muestras de caída de ácaros muertos se llevó a cabo durante 21 días
desde aplicados los tratamientos. Para esto se colocó una bandeja en cada colmena
y se reemplazó por una limpia cada tres días. Para la recolección de los ácaros
muertos por el control final (Bayvarol) se mantuvo una bandeja en cada colmena por
21 días, que corresponde a la duración de este tratamiento.
Las observaciones de la infestación de cría operculada y abejas se realizaron antes
de la primera aplicación de los tratamientos y al término de la segunda aplicación.
Se realizaron mediciones de la evaporación cada tres días del ácido fórmico de los
dispensadores con la ayuda de una balanza (Anexo 14).
También se realizaron observaciones periódicas del estado general de las colonias
en cuanto a, formación de celdas reales de reemplazo, muerte de reinas, cantidad
de marcos con abeja y cría.
31
3.4. Variables a evaluar:
El principal variable a evaluar fue la caída de ácaros muertos producto de los
tratamientos y la caída natural. También se evaluó el nivel de infestación inicial y
final de varroas en crías y abejas.
Adicionalmente se evaluó el estado de las colonias que conformaron cada
tratamiento en cuanto a colmenas con celdas reales de reemplazo, número de
reinas muertas y cantidad de marcos con cría y abejas a lo largo del experimento.
3.4.1. Caída de ácaros
Se midió el efecto de los tratamientos sobre la muerte de los ácaros, contabilizando
los ácaros caídos en las bandejas (Anexo 15) utilizando un método diseñado en la
Austrian Carnica Asociation, que consiste en lavar la bandeja de monitoreo con
agua y vapor a presión, dentro de un embudo metálico que la contiene en posición
vertical y deja caer los ácaros a través de un cilindro que contiene un tamiz que
recibe las varroas y deja pasar las sustancias solubles y partículas más pequeñas
(Anexos 5 y 6). Estos tamices fueron colocados en placas Petri y se rotuló el
número y la fecha de retiro de las bandejas de las colmenas (Anexo 7). Luego los
ácaros en los tamices fueron contados con la ayuda de una pinza y una fuente de
luz (Anexo 8).
Las varroas caídas contabilizadas producto de los tratamientos analizados más las
correspondientes al control final con el producto comercial Bayvarol fueron
asumidas como el 100% de las varroas que infestaban las colonias. Esto por la
eficacia de la flumetrina en el control de varroa.
FERRER et al. (1993) probo la eficacia del Bayvarol obteniendo una infestación final
de 0,3% en cría operculada y 0,07% en abeja adulta con la mitad de la dosis
recomendada por el fabricante. HIGES, SUÁREZ y LLORENTE (1996) probaron el
32
Bayvarol en presencia de cría operculada, obteniendo una eficacia media en
condiciones de campo con la dosis recomendada por el fabricante de 99,7%, con un
máximo del 100% y un mínimo del 99,3%, verificando una infestación final de la cría
del 0%.
Según esto, se puede suponer, que aplicando este producto para eliminar los
ácaros no controlados por los tratamientos, nos entrega una información confiable
del número total de ácaros que se encontraban infestando las colonias, que nos
ayudo a determinar su eficacia.
Con esto se pudo establecer el porcentaje promedio de caída por fecha de
monitoreo y el porcentaje de eficacia de los tratamientos, ecuación 3.1. y 3.2.
respectivamente. Posterior a esto se compararon los porcentajes de eficacia
promedio entre si, para observar si existían diferencias significativas.
N° de ácaros caídos promedio % promedio de caída = -----------------------------------------------------x 100 (3.1.) N° total de varroas caídas (Tratamientos + Bayvarol) Número de ácaros muertos por tratamientos % Eficacia = ------------------------------------------------------------------ x 100 (3.2.) Número de ácaros muertos totales (Tratamientos + Bayvarol)
3.4.2. Nivel de infestación en abejas adultas
Se tomaron muestras de abeja de cada colonia, provenientes de los panales
centrales de la colmena utilizando vasos plásticos con tapa de 200 ml (Anexo 2), los
cuales eran llenados con abejas hasta la mitad. Cada una de estas muestras fueron
33
lavadas, agitándolas vigorosamente en agua con alcohol en un frasco de vidrio de 1
litro, luego se colaron para retirar el exceso de líquido, se fueron tomando porciones
de estas abejas para contar las varroas en una placa Petri (Anexo 9 y 10); con la
ayuda de una pinza y una piceta se fueron lavando y retirando las varroas del
cuerpo de las abejas (Anexo 11). Contadas las varroas se contó el número de
abejas para determinar el porcentaje de infección de varroas foréticas (Anexo 46).
3.4.3. Nivel de infestación en cría operculada
De cada colonia, se tomó un marco con cría cerrada y se contaron las varroas de
100 celdas de obrera con la ayuda de una pinza (Anexo 12) y en algunos casos se
cortaron trozos de panal con cría cerrada y se contaron las varroas de 100 celdas
para establecer el porcentaje de infección de la cría (Anexo 46).
Para obtener la relación del nivel de infestación en abejas adultas y nivel de
infestación de cría operculada se utilizó la ecuación 3.3, lo que se repitió antes y
después del periodo experimental.
N° de varroas Nivel de infestación (%) = ---------------------------- x 100 (3.3.) N° de abejas o crías
3.4.4. Estado general de las colonias
El estado general de las colonias fue evaluado en base a los siguientes variables:
3.4.4.1. Formación de celdas de reemplazo
Se evaluó la formación de celdas reales por tratamiento. De cada colonia fueron
observados los marcos con cría, si presentaba al menos una celda real en
formación con una larva alimentada con jalea real, esta correspondía a un resultado
34
positivo. Luego de ser observadas cada vez las celdas reales eran destruidas para
que no se produjera reemplazo de la reina.
3.4.4.2. Muerte de reinas
Para facilitar la identificación de cada reina, estas fueron marcadas mediante un
disco coloreado en su tórax. Se contó el número de muerte de reinas por
tratamiento. En cada colonia donde se produjo la muerte de la reina, esta fue
repuesta por una nueva.
3.4.4.3. Nivel poblacional de abejas adultas y cría
Se calculó el nivel poblacional de cada tratamiento en base a la cuenta del número
de marcos cubiertos con abeja y cría por fecha de observación (Anexo 53 y 56). Con
esto se pudo comparar la población inicial y la final entre tratamientos de cría y
abejas y además graficar la evolución de la población.
3.5. Análisis estadístico:
Para afirmar si existió diferencia entre los tratamientos, para las distintas variables
se realizó el análisis de varianza (ANDEVA) utilizando el test de Fischer. Luego de
esto se realizó un test de separación de medias para identificar tratamientos
significativos, para lo cual se utilizó el test de Tukey o HSD (Honest Signifficant
Difference).
35
4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
4.1. Análisis de los tratamientos:
4.1.1. Varroas muertas caídas
El efecto de los tratamientos sobre la caída de varroas muertas en comparación al
testigo se presenta en el Cuadros 3 (Anexo 15).
CUADRO 3. Efecto de los productos alternativos naturales sobre la muerte de Varroa destructor expresado en porcentaje, por fecha de observación.
Actividades Fecha T1: Ac. Fórmico T2: Ac. Fórmico+ Canabis T3: Canabis T4: Ac. Oxálico T5: Testigo
Primera Aplicación 13-Oct - - - - -
16-Oct 11,72 a 3,01 a 2,15 a 42,15 b 3,03 a
19-Oct 13,55 b 8,49 ab 1,12 a 1,55 a 3,43 ab
22-Oct 12,77 b 5,79 a 2,51 a 2,77 a 4,17 a
25-Oct 9,25 b 4,68 ab 2,83 a 1,94 a 2,31 a
28-Oct 14,06 bc 18,97 c 3,56 ab 2,14 a 4,04 ab
Primer Control
31-Oct 4,21 a 6,47 a 3,32 a 2,49 a 5,25 a
Segunda Aplicación 04-Nov 4,26 a 5,13 a 3,14 a 2,31 a 3,34 a
07-Nov 9,95 ab 14,54 ab 3,39 a 17,64 b 3,56 a
10-Nov 4,72 a 5,34 a 3,37 a 4,25 a 5,26 a
13-Nov 1,99 a 3,97 a 1,64 a 0,59 a 1,19 a
16-Nov 1,46 a 1,16 a 1,14 a 0,78 a 0,89 a
19-Nov 3,82 a 3,11 a 2,07 a 0,97 a 2,00 a
Segundo Control
22-Nov 0,72 a 2,04 a 2,33 a 1,38 a 1,59 a
Aplicación Bayvarol 25-Nov 0,69 a 1,69 a 4,67 b 1,57 a 3,20 ab
Control Final 16-Dic 6,82 a 15,62 a 62,77 b 17,46 a 56,74 b
Letras distintas indican diferencia significativa entre tratamientos, por fecha de observación.
Como se puede observar en el Cuadro 3, los tratamientos ácido fórmico y ácido
fórmico más aceite de canabis, la mayor parte del ensayo no hubo una diferencia
importante de caída de ácaros por fecha de observación en comparación al testigo,
solo el periodo del 22 al 25 de octubre se constato una diferencia significativa para
el ácido fórmico y el 28 de octubre en el caso del ácido fórmico más aceite de
36
canabis. Además se puede apreciar que no existe una diferencia notoria entre estos
dos tratamientos por lo que se puede suponer que el aceite de canabis no
incremento el poder acaricida del ácido fórmico.
En las Figuras 3 y 4, los tratamientos ácido fórmico y ácido fórmico más aceite de
canabis, la muerte de ácaros en el tiempo se manifiesta de una forma más o menos
uniforme en el primer periodo de control, lo que estaría explicado por la evaporación
controlada y constante del producto desde el Evaporador Universal y la posibilidad
de regulación de este si la evaporación no es la suficiente. También se puede
apreciar en la Figura 3 y 4 que el porcentaje de ácaros muertos va disminuyendo
gradualmente en el periodo experimental, esto por ir quedando cada vez menor
cantidad de ácaros infestando las colonias y susceptibles de ser controlados.
También se puede apreciar en las Figuras 3 y 4 que la caída de los ácaros muestra
una cierta tendencia en relación con la evaporación de ácido desde el evaporador,
mientras más ácido evapora más ácaros mueren. Esto contrastaría con lo señalado
por RADEMACHER et al. (2000), quien no encontró una relación estrecha entre la
cantidad evaporada y el número de ácaros muertos y además indica que la cantidad
evaporada absoluta no es un parámetro fiable para la eficacia del tratamiento. Sin
embargo el mismo autor señala que la dosis mínima de 6 gramos por día debe ser
absolutamente respetada si se quiere obtener una eficacia satisfactoria. Además,
cuando se retira el Evaporador Universal (después de 15 días de su aplicación) de
las colmenas el 28 de octubre y 19 de noviembre para la primera y segunda
aplicación respectivamente, la caída de ácaros disminuye inmediatamente, lo que
nos indica que el producto no persiste dentro de las colmenas con una acción
acaricida luego de retirado su dosificador, esto por ser muy volátil.
37
0,00
2,00
4,00
6,00
8,00
10,00
12,00
14,00
16,00
16-O
ct
19-O
ct
22-O
ct
25-O
ct
28-O
ct
31-O
ct
04-N
ov
07-N
ov
10-N
ov
13-N
ov
16-N
ov
19-N
ov
22-N
ov
25-N
ov
16-D
icPrimer Control Segundo Control Control
Final
Fecha de observación
% d
e ca
ída
de á
caro
s
0,00
2,00
4,00
6,00
8,00
10,00
12,00
Gra
mos
T 1= Ac. Fórmico Evaporación de ácido (gr)
FIGURA 3. Porcentaje de muerte de Varroa destructor para el tratamiento ácido fórmico en el tiempo y control final con Bayvarol. Además evaporación de ácido fórmico en gramos.
38
0,002,004,006,008,00
10,0012,0014,0016,0018,0020,00
16-O
ct
19-O
ct
22-O
ct
25-O
ct
28-O
ct
31-O
ct
04-N
ov
07-N
ov
10-N
ov
13-N
ov
16-N
ov
19-N
ov
22-N
ov
25-N
ov
16-D
icPrimer Control Segundo Control Control
Final
Fecha de observación
% d
e ca
ída
de á
caro
s
0
2
4
6
8
10
12
14
Gra
mos
T 2= Ac. Fórmico+Canabis Evaporación de ácido
FIGURA 4. Porcentaje de muerte de Varroa destructor para el tratamiento ácido fórmico más aceite de canabis en el tiempo y control final con Bayvarol. Además evaporación de ácido fórmico en gramos.
39
En el Cuadro 3 el control final con el producto comercial Bayvarol que eliminó los
ácaros no controlados por los tratamientos en estudio y que permitió establecer
eficacia de los productos arrojo un 6,82% y 15,62% de ácaros no controlados en el
periodo por el ácido fórmico y ácido fórmico más aceite de canabis respectivamente,
lo que es significativamente menor y distinto al testigo con un 56,74% de ácaros no
controlados.
El Cuadro 4 muestra la eficacia total y por colmena obtenida en este ensayo por los
distintos tratamientos. El tratamiento ácido fórmico alcanzó una eficacia del 93,18%,
con una oscilación de los valores medios entre 86,30% para la colmena dos y un
97,76% para la colmena 15, lo que concuerda con los resultados obtenidos por
EGUARAS (2003), que obtuvo una eficacia media superiores de 90% con un rango
de variabilidad de 76,7% a 99%, al utilizar ácido fórmico al 85% en colmenas con
abundante cría. La eficacia promedio acumulada del tratamiento ácido fórmico más
aceite de canabis, alcanza el 84,38% que la hace distinta estadísticamente al testigo
e igual al tratamiento ácido fórmico, con una dispersión entre el 45,75% para la
colmena uno y un 96,70% para la colmena 18.
40
CUADRO 4. Eficacia total de control de Varroa destructor obtenida por los diferentes productos alternativos naturales y por colmena, expresada en porcentaje.
Tratamiento Número de colmena Eficacia (%) 2 86, 30
11 97,29 13 95,08 15 97,76 17 92,44
Ac. Fórmico
26 90,24 Promedio 93,18
Tratamiento Número de colmena Eficacia (%)
1 45,75 4 90,59 9 94,92
18 96,70 20 85,03
Ac. Fórmico + Canabis
27 93,27 Promedio 84,38
Tratamiento Número de colmena Eficacia (%)
3 27,72 8 55,46
12 35,25 14 41,60 23 24,98
Aceite de Canabis
30 38,38 Promedio 37,23
Tratamiento Número de colmena Eficacia (%)
5 79,73 7 90,46
10 94,49 16 78,31 21 81,20
Ac. Oxálico
24 71,06 Promedio 82,54
Tratamiento Número de colmena Eficacia (%)
6 51,02 19 46,75 22 54,82 25 33,33 28 31,66
Testigo
29 41,95 Promedio 43,26
41
En la Figura 5, se muestra el porcentaje promedio acumulado de control de ácaros,
para cada tratamiento (letras distintas indican diferencias significativas entre
tratamientos, por fecha de observación). Con la primera aplicación se consiguió
controlar solo el 69,82% y 52,54% de los ácaros (Anexo 45) para los tratamientos
ácido fórmico y ácido fórmico más aceite de canabis respectivamente. Esto
concuerda con lo señalado por EGUARAS (2003), en general, con un solo
tratamiento la eficacia alcanzada es inferior al 80%, mientras que con dos
tratamientos sucesivos la eficacia puede incrementarse hasta cerca de un 95%.
Resultados similares obtuvo MOOSBECKHOFER (2000), quien señala que el éxito
en una prueba con el Evaporador Universal con un solo tratamiento fue: 61% el año
1999 y 63% en 1997 (consumidos alrededor de 100 ml de ácido fórmico al 85%) en
el año 1998 el éxito fue 86% (consumidos alrededor de 150 ml de ácido fórmico al
85%). La eficacia fue mejorada tras una repetición del tratamiento, alcanzando un
valor promedio de 99% en el año 1998, con una evaporación de 150 ml de ácido
fórmico por tratamiento con un intervalo de tres semanas.
En la Figura 5, se puede ver claramente que la pendiente de la curva para el
tratamiento ácido fórmico y ácido fórmico más aceite de canabis es constante a lo
largo del experimento, lo que indica una tasa de muerte de ácaros constante,
explicado por la evaporación controlada del ácido fórmico por parte del Evaporador
Universal. Esta caída acumulada es estadísticamente distinta al testigo, excepto
para fecha de observación del 16 de octubre que corresponde a tres días luego de
aplicado el producto.
Un inconveniente importante de señalar, es la dificultad de mantener la constancia
de la evaporación, como se puede apreciar en el Anexo 14 los dispensadores
debieron ser regulados al menos dos veces para mantener una evaporación
adecuada de 6 g como mínimo. Esto no resulta complicado en un número reducido
de colonias, pero para una explotación comercial significa un gasto importante en
mano de obra y tiempo.
42
a
b
b
a
b
b
a
a
a
b
bb
a
a
a
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
13-Oct
16-Oct
19-Oct
22-Oct
25-Oct
28-Oct
31-Oct
04-Nov
07-Nov
10-Nov
13-Nov
16-Nov
19-Nov
22-Nov
25-Nov
Primer Control Segundo Control
Fecha de Observación
% d
e Á
caro
s C
aído
s
T 1= Ac. Fórmico T 2= Ac. Fórmico+CanabisT 3= Aceite de Canabis T 4= Ac. OxálicoT 5= Testigo
FIGURA 5. Porcentaje acumulado de control de Varroa destructor de los diferentes productos alternativos naturales, a lo largo del período experimental.
43
En cuanto a la caída de ácaros para el tratamiento aceite de canabis (Cuadro 3), no
se observa ningún efecto del producto sobre esta variable, por lo que hace suponer
que no presenta efecto acaricida, al menos en esa dosis. Si se observa la Figura 5,
la curva de este aceite esencial en ningún momento sobrepasa la muerte natural
representada por el tratamiento testigo.
Según lo señalado por FLORES et al. (2000b), uno de los objetivos de probar
distintas plantas medicinales, es aumentar el abanico de posibilidades que hoy
existe y evitar la aparición de resistencias, tal como ha sucedido con los acaricidas
de síntesis o como eventualmente podría suceder con productos naturales, en el
control de varroa.
Uno de los problemas fundamentales en el uso de los aceites esenciales, es la
diferencia que existen entre la dosis letal para los parásitos y sus hospederos las
abejas (KRAUS, KOENIGER y FUCHS 1994; NEIRA 2003).
Las pruebas señalan que el aceite de canabis solo o acompañado con el ácido
fórmico, no incrementan en ninguno de los dos casos la muerte de ácaros con
respecto al testigo y al tratamiento ácido fórmico, respectivamente.
Para el tratamiento ácido oxálico se puede observar en el Cuadro 3 y Figura 6, este
presenta un efecto marcado inmediatamente después de aplicado el producto con
un 42,15% para la primera aplicación (16 de octubre) que es estadísticamente
superior a los demás tratamientos y 17,64% para la segunda aplicación (7 de
noviembre) que es estadísticamente superior al testigo. También se puede observar
que la eficacia del producto cae abruptamente y no es distinto al testigo el resto de
las observaciones. Esto se puede deber a la forma de aplicación y la persistencia
del producto al interior de la colmena.
44
0,00
10,00
20,00
30,00
40,00
50,00
16-Oct
19-Oct
22-Oct
25-Oct
28-Oct
31-Oct
04-Nov
07-Nov
10-Nov
13-Nov
16-Nov
19-Nov
22-Nov
25-Nov
16-Dic
Primer Control Segundo Control ControlFinal
Fecha de Observación
% d
e Á
caro
s C
aído
s
T 4= Ac. Oxálico
FIGURA 6. Porcentaje de muerte de Varroa destructor para el tratamiento ácido oxálico en el tiempo y control final con Bayvarol.
45
En el caso de la forma de aplicación del ácido oxálico, el producto es aplicado en
una sola dosis de 2 g al inicio de cada periodo de control, distanciados uno del otro
por 21 días, según recomendaciones del fabricante del Varrox-vaporiser (Andermat
BIOCONTROL AG) además, señala que debido a la acción del calentamiento de la
cacerola, el ácido oxálico sublima y se vaporiza. El vapor del ácido oxálico llena la
colmena y todas las abejas y superficies entonces se cubren con una muy delgada
capa de cristales del ácido oxálico. Estos cristales finos son tolerados bien por las
abejas, pero tienen un efecto mortal sobre los ácaros varroa.
Según los resultados obtenidos, el efecto acaricida no sobrepasa los tres días desde
aplicado el ácido oxálico, no persistiendo en una dosis que tenga poder acaricida,
que aumente la muerte natural de los ácaros.
Esto concuerda con lo señalado por MARIANI et al. (2002), donde destaca que los
recuentos de ácaros a las 24 horas posteriores a la aplicación representan el 75%
de la eficacia total, perdiendo abruptamente efecto después de las 24 horas de
aplicado. Esto contrastaría con lo señalado por RADETZKI (2001), con la
vaporización los ácaros no caen directamente después del tratamiento, pero la
eficacia dura más tiempo. Por su parte BARBERO (1997) afirma que la mayor caída
de ácaros se obtiene al tercer día de aplicado el ácido oxálico.
Este efecto acaricida del ácido oxálico concuerda con lo señalado por CALATAYUD
(2002), en presencia de cría operculada aproximadamente el 30-40% de los ácaros
están sobre las abejas y también señala que sólo el ácido fórmico tiene cierto efecto
sobre las varroas que están en la cría operculada, ya que este compuesto es el
único que puede atravesar el opérculo de cera al igual que el oxígeno que inhala la
pupa y el dióxido de carbono que exhala. Esto explicaría el porcentaje de control
alcanzado por este producto luego de ser aplicado en presencia de cría, por
controlar solo los ácaros que se encuentran sobre las abejas o que van emergiendo
en ese momento junto con el nacimiento de las abejas.
46
El efecto acumulado del ácido oxálico como se ve en la Figura 5 y Cuadro 4,
alcanza el 82,54% promedio de control, lo que es significativamente distinto al
testigo, con un rango de variabilidad de 71,06% para la colmena 24 y un 94,49%
para la colmena 10. Los resultados muestran que solo 42,15% obtenido en la
primera aplicación y el 17,64% en la segunda corresponden a ácaros muertos
producto del tratamiento, porque el resto de las observaciones la caída de ácaros no
fueron distintas al tratamiento testigo, que en este periodo alcanzó un 43,26%
promedio de ácaros muertos naturalmente, lo que se puede observar en la Figura 5
y Cuadro 4. También se puede observar claramente en la misma figura que la
pendiente de la curva aumenta inmediatamente luego de aplicado el producto el 13
de octubre y el 4 de noviembre, lo que indica una mayor tasa de ácaros muertos; y
presentando una menor pendiente luego de este evento lo que indica que hay una
menor tasa de muerte de ácaros por no existir efecto del producto.
Resultados similares con este producto fueron obtenidos por ARCULEO (2000), en
colonias con presencia de cría con una eficacia media de 82,8%, pero con un
distinto método de aplicación, que correspondía a cuatro aplicaciones de 50 ml de
solución al 4,2% de ácido oxálico con intervalos de una semana.
Con el mismo método con una sola aplicación RADETZKI (2001) obtuvo un 95,9%
de eficacia promedio en colonias libres de cría y un 92% con cría, con un volumen
de esta no revelado; y también señala que si en la práctica las colonias presentan
cría o un ataque muy alto de varroa es preciso repetir la aplicación luego de dos
semanas de la primera aplicación, puesto que las abejas presentan un alto nivel de
tolerancia a este tratamiento.
4.1.2. Nivel de infestación
Se midió la capacidad de los distintos tratamientos para disminuir el nivel de
infestación de varroas, tanto en abejas como en cría operculada en comparación al
testigo (Anexo 46).
47
Lo primero fue realizar un análisis anterior a la aplicación de los tratamientos para
determinar la infestación inicial y verificar si existían diferencias estadísticas
significativas las que se presentan en el Cuadro 5.
CUADRO 5. Nivel de infestación inicial de Varroa destructor en abejas y cría operculada de abejas obreras.
Tratamientos Infestación inicial (%)
Obreras Adultas Cría de Obreras
T1= Ac. Fórmico 3,03a 8,33a
T2= Ac Fórmico+Canabis 3,76a 7,50a
T3= Aceite de Canabis 6,79a 14,0a
T4= Ac. Oxálico 5,45a 7,67a
T5= Testigo 5,29a 6,50a
Letras distintas indican diferencia significativa dentro de cada columna.
El análisis de varianza al 5% de significancia arrojo que no existían diferencias de
medias entre los niveles iniciales para los distintos tratamientos.
4.1.2.1. Nivel de infestación en abejas
Para verificar si se modificó la población ácaros que se encontraban infestando las
colonias en estado forético, se comparó la infestación final de los distintos
tratamientos entre si y el testigo, los que se presentan en el Cuadro 6.
Al analizar esta variable, se puede observar que los tratamientos que redujeron en
forma estadísticamente significativa la población de ácaros sobre el cuerpo de las
abejas fueron los tratamientos a base de ácido fórmico. Esto se debe a la
evaporación constante que se consigue con el Evaporador Universal lo que permite
el control de los ácaros que van saliendo de las celdas y entran en contacto con el
ácido fórmico.
48
CUADRO 6. Nivel de infestación final de Varroa destructor, sobre abejas obreras
Tratamientos Nivel de infestación (%)
Final
T1= Ac. Fórmico 0,57 b
T2= Ac Fórmico+Canabis 1,61 b
T3= Aceite de Canabis 4,21 ab
T4= Ac. Oxálico 5,01 a
T5= Testigo 4,96 a
Letras distintas indican diferencia significativa entre tratamientos.
Los demás tratamientos no redujeron en forma importante el nivel final de
infestación en comparación al testigo. El tratamiento cuatro con ácido oxálico como
se observa en la Figura 6, presenta un control muy elevado cuando es aplicado el
producto, pero después su efectividad decae y da lugar a que los ácaros se
reproduzcan normalmente y a reinfestaciones posteriores.
La dispersión de varroa ocurre desde colonias infestadas a colonias sanas en forma
natural con la deriva de obreras y zánganos y artificialmente con el intercambio de
materiales y equipos entre apicultores (IMDORF et al., 1991)
4.1.2.2. Nivel de infestación en cría
En el Cuadro 7 se presentan los porcentajes promedio de infestación final en cría
operculada para los distintos tratamientos.
Como se puede observar, los niveles de infestación final en cría operculada para los
distintos tratamientos no difieren entre ellos y el tratamiento testigo.
Esto se podría explicar por la impermeabilidad de los opérculos lo que hace
ineficientes los tratamientos al interior de las celdas cerradas. Esto verifica que este
tipo de tratamientos ven reducida su eficacia en presencia de cría.
49
CUADRO 7. Nivel de infestación final de Varroa destructor, en cría operculada de abejas obreras
Tratamientos Nivel de infestación (%)
Final
T1= Ac. Fórmico 1,00 a
T2= Ac Fórmico+Canabis 2,50 a
T3= Aceite de Canabis 9,40 a
T4= Ac. Oxálico 6,25 a
T5= Testigo 6,83 a
Letras distintas indican diferencia significativa entre tratamientos.
Sin embargo, se puede apreciar una diferencia numérica muy distinta entre el nivel
de infestación final en cría operculada para el tratamiento ácido fórmico, pero que
estadísticamente son iguales. Esta similitud estadística de medias se debe a la
perdida de unidades experimentales por la ausencia de cría operculada para ser
examinada (Anexo 46), lo que traería consigo un aumento del error experimental por
la variabilidad de los datos. Esta perdida de cría operculada se debió a la muerte de
reinas que más adelante será estudiada.
Estos resultados difieren completamente con lo señalado por MOOSBECKHOFER
(2000), después de la puesta en práctica del Evaporador Universal ha demostrado
una extinción controlada de todos los ácaros madre y sus descendientes en todas
las celdas de cría operculada. Así el ciclo de la casta fue interrumpido
completamente.
CALATAYUD (2002), señala que sólo el ácido fórmico tiene cierto efecto sobre las
varroas que están en la cría operculada, ya que éste compuesto es el único que
puede atravesar el opérculo de cera al igual que el oxígeno que inhala la pupa y el
dióxido de carbono que exhala.
50
Existen variaciones estaciónales en las preferencias de varroa por los distintas
castas de abeja, es así como durante la primavera y verano, más ácaros son
encontrados en la cría y a fines de otoño y comienzos de invierno, más ácaros están
unidos a abejas obreras adultas (KLASSEN, 1995).
CALATAYUD (2002), señala que en presencia de cría operculada aproximadamente
el 30-40% de los ácaros están sobre las abejas y el 60-70% en la cría. Esta
distribución se altera cuando la cantidad de cría es máxima en la colonia, entonces
el porcentaje de varroas en la cría puede superar el 80%.
A pesar que los tratamientos ácido fórmico, ácido fórmico más aceite de canabis y
ácido oxálico aumentaron la muerte de ácaros, lo que los situó como los más
eficaces en relación al testigo, estos no consiguieron reducir los niveles finales de
infestación en cría, de una forma estadísticamente importante. Esto puede ser
porque en este periodo las varroas se encuentran concentradas infestando
principalmente las celdillas de cría de abejas como de zánganos y los productos
acaricidas no tienen buena eficacia en ese lugar.
Los tratamientos tienen una mayor efectividad sobre los ácaros que se encuentran
en el cuerpo de las abejas y en celdas de cría abierta, o aquellos ácaros que salen
de las celdas y el producto acaricida persista en una dosis adecuada para
controlarlos.
Se considera que los niveles de infestación tolerables dentro de la colmena, son
aquellos en que los daños económicos causados por el parásito, son inferiores a los
costos de su tratamiento y están por debajo del 15% en abejas adultas o en cría (DE
JONG, 1990).
DIETZ y HERMANN (1988), señalan que el desarrollo de la población de ácaros
está estrechamente correlacionado con el tamaño de la población de abejas, es así
como un aumento de las crías de abeja resulta en aumentos de la población de
51
ácaros. A su vez, el número y ubicación de ácaros en una colonia varía de acuerdo
a la época del año: el número es bajo en primavera va aumentando hacia y durante
el verano para ser máximo en otoño.
Si bien, los tratamiento ácido fórmico y ácido fórmico más aceite de canabis no
redujeron los niveles iniciales de infestación en cría, lograron mantener el desarrollo
poblacional del ácaro, lo que es importante para terminar en otoño con niveles
parasitarios menores, que es en este período donde se debe realizar el principal
control de varroa.
4.1.3. Estado general de las colonias
Se analizó el estado general de las colonias en base a observaciones simples como
son el número de marcos con abeja y cría, la formación de celdas de reemplazo y la
muerte de reinas.
4.1.3.1. Formación de celdas de reemplazo y muerte de reinas
El Cuadro 8 muestra el número promedio de colmenas que presentaron formación
de celdas de reemplazo por tratamiento en el periodo experimental.
Como se puede observar a lo largo del período experimental las colonias que
conformaban las unidades experimentales presentaron una tendencia a la formación
de celdas reales de reemplazo. No se presentó una diferencia estadística
significativa entre las medias de los tratamientos, por lo tanto la formación de estas
celdas no estaría explicado por la aplicación de los tratamientos, si no que a otros
factores no estudiados en este experimento.
52
CUADRO 8. Número de colmenas de Apis mellifera que presentaban celdas reales de reemplazo para los tratamientos alternativos naturales.
Tratamiento Promedio
T1: Ácido Fórmico 2,50 a
T2: Fórmico más Canabis 2,50 a
T3: Aceite de Canabis 1,50 a
T4: Ácido Oxálico 1,67 a
T5: Tratamiento Testigo 1,67 a Letras distintas indican diferencia significativa entre tratamientos.
Por lo general, después de uno o dos años de postura intensa, la mayoría de las
reinas dejan de ser verdaderamente útiles a la colonia. Si no muere en forma natural
es probable que las abejas la reemplacen; en caso contrario, deberá renovarla el
apicultor. La mayoría de las colonias reemplazara su reina a los dos años. Es un
proceso absolutamente natural que se repite año tras año en muchos colmenares
bien organizados (ROOT, 1984). Según esto, se podría explicar la formación de
estas celdas, porque como se mencionó anteriormente las reinas correspondían a la
temporada anterior.
También, posiblemente la formación de celdas de reemplazo estaría explicada por
el fenómeno de enjambrazon natural que corresponde al periodo y que afectaría de
igual forma a todas las colonias.
De igual forma es viable que las abejas formaran celdas de reemplazo por daños
físicos ocasionados a las reinas, por estrés de las colonias al constante manipuleo
producto de los monitoreos y/o manejo apícola.
53
En el Cuadro 9 se presenta el número de reinas muertas por tratamiento,
correspondientes al periodo experimental
CUADRO 9. Número de abejas reinas muertas por tratamiento alternativo natural para el período experimental.
Tratamiento Promedio
T1: Ácido Fórmico 0,33 a
T2: Fórmico más Canabis 0,50 a
T3: Aceite de Canabis 0,33 a
T4: Ácido Oxálico 0,33 a
T5: Tratamiento Testigo 0,33 a
Letras distintas indican diferencia significativa entre tratamientos.
Como se puede apreciar en el Cuadro 9 todos los tratamientos presentaron una
cantidad de muerte de reinas, no presentándose diferencia estadística entre las
medias de los tratamientos, lo que indica que este suceso no estuvo influenciado
por la aplicación de los tratamientos, ya que no existe diferencia entre la muerte de
reinas del grupo que no recibió tratamiento y las demás colmenas que si recibieron
los distintos tratamientos y se pudo deber a otros factores no controlados en este
experimento.
Podría ser que las reinas hayan muerto por ser de la temporada anterior o por
alguna enfermedad que haya hecho decaer su postura y que las abejas las
reemplazaran, también es posible que las reinas murieran por daños ocasionados
en el manejo experimental.
54
ROOT (1984), señala que el reemplazo natural de reinas obedece a una iniciativa
espontánea de las abejas de cambiar a una reina que comenzó a decaer por una
nueva, y se lleva a cabo sin intervención del apicultor.
4.1.3.2. Nivel poblacional de abejas adultas
En el Cuadro 10 se presenta el nivel poblacional de abejas adultas, expresado como
número de marcos con abeja promedio, para los distintos tratamientos al inicio y
final del periodo experimental (Anexo 53).
CUADRO 10. Número de marcos de colmena cubiertos con abeja entre tratamientos alternativos naturales al inicio y al final del periodo experimental. Tratamientos Inicial Final
Ac. Fórmico 4,75 a 7,00 a
Fórmico + Canabis 4,33 a 6,83 a
Aceite de Canabis 4,92 a 8,33 a
Ac. Oxálico 4,50 a 8,00 a
Testigo 4,83 a 8,30 a Letras distintas indican diferencia significativa dentro de cada columna.
Como se puede observar, entre tratamientos no se constató diferencia estadística
significativa, en la población inicial de abejas adultas. Esto indica que las colmenas
iniciaron del mismo nivel promedio de población y por lo tanto son comparables.
También se puede apreciar que todos los tratamientos terminaron en niveles de
población similares, por lo que se puede deducir que no hubo efecto de los
tratamientos sobre la población final de abejas en comparación al testigo.
En la Figura 7 se puede apreciar la evolución de la población de abejas obreras a lo
largo del periodo experimental, expresado como número de marcos cubiertos con
abeja.
55
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
30-09-03 07-10-03 14-10-03 21-10-03 28-10-03 04-11-03 11-11-03 18-11-03 25-11-03
Fecha de observación
Mar
cos
con
abej
a
T1: Ac. Fórmico T2: Ac. Fórmico + CanabisT3: Aceite de Canabis T4: Ac. OxálicoT5: Testigo
FIGURA 7. Evolución del número de marcos de colmena cubiertos con abeja para cada tratamiento alternativo natural.
56
Para todos los tratamientos se puede observar en la Figura 7 que parten de un nivel
similar de marcos con abeja y que van aumentando lentamente hasta el 28 de
octubre, es en este momento cuando cambia la velocidad de crecimiento, no
viéndose afectada por la segunda aplicación de los tratamientos el 4 de noviembre.
Es posible que este aumento en la velocidad de crecimiento del número de abejas
se deba a cambios climáticos o aumentos en el flujo de alimentos, que hayan hecho
aumentar la postura de las reinas previamente y con esto el incremento de la
población de abejas.
También se puede observar en la Figura 7 que los tratamientos a base de ácido
fórmico fueron los que terminaron con niveles de abeja menores numéricamente al
resto de los tratamientos, pero que estadísticamente no es significativa esta
diferencia, pero que denota una cierta tendencia por terminar los demás
tratamientos en niveles de abeja muy similares.
4.1.3.3. Nivel poblacional de cría
El Cuadro 11 muestra el nivel poblacional de cría expresado como, numeró de
marcos con cría promedio para cada tratamiento (Anexo 56).
CUADRO 11. Número de marcos de colmena con cría entre tratamientos alternativos naturales al inicio y al final del periodo experimental. Tratamientos Inicial Final
Ac. Fórmico 2,75 a 3,75 a
Fórmico + Canabis 2,75 a 4,75 a
Aceite de Canabis 3,67 a 6,00 a
Ac. Oxálico 3,58 a 4,50 a
Testigo 2,67 a 5,50 a Letras distintas indican diferencia significativa dentro de cada columna.
57
Como se puede observar en el Cuadro 11 el número inicial de marcos promedio de
cría entre tratamientos, fue estadísticamente similar con diferencias numéricas pero
que no son significativas. También el número final de marcos con cría fue
estadísticamente similar entre los tratamientos, lo que se puede interpretar de la
siguiente forma; ningún tratamiento varío de forma significativa la población final de
cría en comparación a un tratamiento testigo y que aplicando estos tratamientos no
se ve afectado la normal evolución de la colonia en cuanto a la producción de
nuevos individuos.
La Figura 8 muestra la variación de la cantidad promedio de marcos con cría a lo
largo del experimento entre los tratamientos. En dicha figura se puede observar que
el tratamiento ácido fórmico a pesar que sus marcos con cría finales son similares
estadísticamente al resto de los tratamientos, este fue el que menos incrementó la
población de cría. También se puede observar que el tratamiento ácido oxálico tiene
una caída de cría a partir de la segunda aplicación el 4 de octubre y que los demás
tratamientos presentan un punto de inflexión en este mismo momento. El
tratamiento aceite de canabis es el que más incremento muestra de la cantidad de
cría, junto con el testigo, pero este tratamiento no tiene ningún efecto acaricida
como se vio anteriormente.
58
0
1
2
3
4
5
6
7
30-09-03 07-10-03 14-10-03 21-10-03 28-10-03 04-11-03 11-11-03 18-11-03 25-11-03
Fecha de observación
Mar
cos
con
cría
T1: Ac. Fórmico T2: Ac. Fórmico + CanabisT3: Aceite de Canabis T4: Ac. OxálicoT5: Testigo
FIGURA 8. Evolución del número de marcos de colmena con cría para cada tratamiento alternativo natural.
59
5. CONCLUSIONES
Las conclusiones obtenidas en este ensayo bajo las condiciones en que se
realizó, son las siguientes:
La caída de ácaros muertos producto de los tratamientos proporcionó la
información para determinar eficacia de los compuestos naturales donde: ácido
fórmico, ácido fórmico más aceite de canabis y el ácido oxálico presentaron un
93,18%, 84,38% y 82,54% de control respectivamente. Lo que los situó en este
ensayo como los tratamientos con un mayor porcentaje de control en
comparación al testigo con un 43,26%.
El aceite esencial de canabis no incremento la muerte de ácaros ni aplicado solo
o en combinación con el ácido fórmico en relación al testigo y al tratamiento
ácido fórmico, respectivamente
Sólo los tratamientos a base de ácido fórmico lograron reducir en forma
importante estadísticamente el nivel de infestación de varroa en abejas adultas.
Ningún tratamiento fue eficiente en disminuir el nivel de infestación en la cría
operculada, que fuera estadísticamente significativa.
Todos los tratamientos comenzaron y terminaron con niveles de cría y abejas
adultas similares estadísticamente, por lo que no se afectó el desarrollo normal
de las colonias en comparación al testigo.
Todos los tratamientos presentaron formación de celdas reales de reemplazo y
muerte de reinas, no encontrándose diferencia estadística significativa a sus
medias, por lo que no se puede asumir que estos hechos estuvieran
influenciados por la aplicación de los tratamientos.
60
6. RESUMEN
Se realizo un estudio, desde fines de septiembre hasta mediados de diciembre de 2003, en la comuna de Valparaíso, para evaluar cuatro tratamientos orgánicos en el control de Varroa destructor Anderson y Trueman. Para lo cual se sometieron 30 colonias de abejas Apis mellifera L. a la acción de los siguientes tratamientos: Ácido fórmico, ácido fórmico más aceite de canabis, aceite de canabis y ácido oxálico. Para la evaluación de los tratamientos se utilizaron distintas formas de monitoreo de la plaga, donde el principal parámetro evaluado correspondió a la caída de varroa por acción de los tratamientos, para lo cual se utilizaron pisos modificados con bandejas recolectoras de varroa. Con este procedimiento se pudo establecer la eficacia de los tratamientos con la ayuda de un producto acaricida comercial (Bayvarol) para establecer los ácaros no controlados por los productos en estudio. Los resultados muestran que los tratamientos ácido fórmico, ácido fórmico más aceite de canabis y ácido oxálico presentaron la mayor proporción de caída de ácaros. Lo que los situó en este ensayo como los tratamientos más eficientes en el control de varroa en comparación al testigo. El aceite esencial de canabis no tuvo ningún efecto acaricida no siendo distinto al testigo. Además cuando fue aplicado en combinación con el ácido fórmico no incremento el efecto acaricida de este y no fue distinto estadísticamente al tratamiento que solo tenia ácido fórmico. Se evaluaron los niveles de infección inicial y final en cría operculada y abejas adultas, donde solo los tratamientos a base de ácido fórmico redujeron en forma estadísticamente significativa el nivel de varroa en abejas, no así en cría operculada, ni tampoco los demás tratamientos. Además se observo que todos los tratamientos no presentaron diferencia en la formación de celdas reales y muerte de reinas en comparación al testigo.
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7. ABSTRACT
From the end of September to mid-December 2003, a research study was done in the area of Valparaiso in order to evaluate four organic treatments for controlling Varroa destructor Anderson & Trueman. Thirty Apis mellifera L. bee colonies were subjected to the following treatments: formic acid, formic acid plus cannabis oil, cannabis oil and oxalic acid. Different monitoring systems were used for pest control evaluation. The principal parameter evaluated was the number of Varroa mites that fell in each treatment, for which beehive floors, modified with collecting trays, were used to collect the fallen mites. With this procedure the effectiveness of the treatments, as compared to a commercial acaricide, Bayvarol, could be established, recording the number of mites not affected by the products being studied. The results showed that the formic acid, formic acid plus cannabis oil, and oxalic acid treatments had the highest proportions of fallen mites, thus situating them within this study, as more efficient Varroa mite control treatments than the experimental control. Cannabis essential oil had no acaricide effect and statistically was no different from the control. Furthermore, when applied together with formic acid it did not increase the acaricide effect of the latter, and statistically was no different from the formic acid treatment alone. The initial and final infection levels were evaluated on capped brood and adult bees, where only the formic acid based treatments significantly reduced the levels of Varroa mites on adult bees, but neither for capped brood, nor in the other treatments. In addition, it was observed that the treatments presented no difference in the formation of queen cells, nor in the death of queen bees in comparison to the control treatment.
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