politica y sociedad en el perú - julio cotler

Upload: luis-miguel-purizaga-vertiz

Post on 18-Jul-2015

375 views

Category:

Documents


4 download

TRANSCRIPT

POLTICA Y SOCIEDAD EN EL PER Cambios y continuidades

Julio Cotler

POLTICA Y SOCIEDAD EN EL PERcambios y continuidades

30 AOS

IEP Instituto de Estudios Peruanos

Serie: Per Problema 23

La Fundacin Ford auspici varias de las investigaciones que dieron origen a estos artculos as como a la publicacin del presente volumen.

IEP ediciones

Horacio Urteaga 694, Lima 11 Te\. 32-3070/ 24-4856 Fax (5114) 32-4981 Impreso en el Per Primera edicin, diciembre 1994 1,500 ejemplares ISBN 84-89303-39-8 ISSN 0079-1075

COTLER, Julio Poltica y sociedad en el Per: cambios y continuidades.-- Lima: IEP, 1994. (Per Problema, 23) CAMBIO SOCIAL/POLTICA/DEMOCRACIA/DESARROLLO POLTICO/ESTRATIFICACIN SOCIAL/GOLPES DE ESTADO/FUERZAS ARMADAS/COMPORTAMIENTO POLTICO/PARTIDOS POLTICOS/ FUJIMORI, ALBERTO/HISTORIA/PER/W /02.04.01/P/23

...un despote pardonne aisement aux gouvems de ne point l'aimer, pourvu qu' ls ne s'aiment pas entre eux. Il ne leur demande de l'aider a conduire l'Etat; c'est assez qu'ls ne pretendent point a les dirger eux memes. ... un dspota perdona que los gobemados no lo quieran, siempre que no se quieran entre ellos. No les pide que lo ayuden a conducir el Estado, le basta que no pretendan gobemarse a s mismos.

A. de Tocqueville, La Democratie en Amerque.

Contenido

INTRODUCCIN LA MECNICA DE LA DOMINACIN INTERNA Y DEL CAMBIO SOCIAL DEMOCRACIA E INTEGRACIN NACIONAL INTERVENCIONES MILITARES Y TRANSFERENCIAS DEL PODER A LA CIVILIDAD EN EL PER LA DEMOCRACIA Y LOS PARTIDOS POLTICOS CRISIS POLTICA, OUTSIDERS Y AUTORITARISMO PLEBISCITARIO: EL FUJIMORISMO

11

17 59

105 143

165

Introduccin

Los TRABAJOS RECOPILADOS en este volumen se encuentran dispersos en diferentes publicaciones; si los hemos seleccionado y agrupado en este libro es porque su lectura permite apreciar los cambios y las continuidades que el pas ha experimentado durante las ltimas dcadas. Hoy en da, cuando parece cerrarse un ciclo histrico, es necesario revisar los procesos ocurridos en el pas para comprender la naturaleza de sus problemas y evaluar hasta qu punto stos se encuentran en vas de solucionarse o si, en su defecto, persisten pero con nuevos perfiles. En cualquier caso, esta revisin podra contribuir al entendimiento y resolucin de los problemas histricos del Per. Este perodo coincide con el tiempo de existencia del Instituto de Estudios Peruanos. En este lapso, el IEP ha contribuido con sus investigaciones, publicaciones y debates pblicos, a la comprensin de dichos fenmenos y a la bsqueda de vas para solucionados. En la medida en que he colaborado con el IEP desde 1966 - con una obligada interrupcin entre 1973 y 1976 - el libro no slo es una muestra de los cambios y las continuidades en mis intereses y preocupaciones, sino tambin en las del instituto. El primer trabajo, "La mecnica de la dominacin interna y del cambio social", escrito en 1966 y publicado el ao siguiente, abri el camino que siguieron los posteriores trabajos incluidos en este volu11

Julio Cotler

men, al analizar las bases oligrquico-coloniales, as como los mecanismos que impulsaron su quiebra. En este trabajo argumentaba que las divisiones tnico-estamentales y las relaciones cliente listas, propias del rgimen de dominacin patrimonial, constituan elementos claves para comprender las fracturas sociales existentes en el pas, graficadas en la figura del "tringulo sin base". Adems, sostena que el carcter invertebrado del conglomerado peruano era la causa de la polarizacin poltica, de la debilidad estatal y de la vulnerabilidad externa que situaban al Per en una condicin "dependiente". Simultneamente, el texto adverta el desgaste e inoperancia de los agentes y los procedimientos del viejo rgimen, debido a la emergencia y articulacin de sectores populares y medios, urbanos y rurales, que tendan a "cerrar las bases del tringulo". Por eso, conclua, el Per afrontaba el desafo de transformar los fundamentos sociales e institucionales tradicionales y el reto de forjar una comunidad poltica democrtica. Sobre esta base, los dems artculos examinan los lmites y los alcances de los procesos polticos y sociales producidos durante las ltimas dcadas. En buena cuenta, se refieren a los frustrados intentos de construir una sociedad y un rgimen poltico post-oligrquicos; de ah que el lector encontrar una cierta repeticin temtica entre ellos. Los textos analizan los factores que propiciaron la formacin y marcaron el curso de los gobiernos militar (1968-1980), de origen constitucional (1980-1992) y actual; los problemas y los mecanismos que desarrollaron para hacer frente a los problemas bsicos del pas, as como sus resultados. De su lectura se desprende que, a pesar de los cambios experimentados durante los ltimos 30 aos, las profundas desigualdades sociales y la vigencia de los patrones polticos tradicionales se han reforzado mutuamente para bloquear la reorganizacin del Per. Los artculos sugieren que, a lo largo de estas tres dcadas, el pas ha sufrido mltiples transformaciones que han deslucido las marcas12

Introduccin

tnico-estamentales y los criterios coloniales de estratificacin social. Tales modificaciones se han producido, entre otras causas, por la articulacin de intereses sociales y demandas con el fin de que el Estado atendiera sus necesidades, as como por la creacin de instituciones y la formulacin de polticas estatales destinadas a satisfacerlas. Sin embargo, estos cambios no han reducido las profundas desigualdades tnicas, sociales y regionales, lo que ha condicionado el desarrollo de enfrentamientos que han ensangrentado al pas. Por ello, dichas desigualdades han sido consideradas injustas y antidemocrticas, percepcin que ha producido continuas denuncias contra los prejuicios y las discriminaciones de todo gnero y ha llevado a cuestionar el funcionamiento del rgimen poltico. Para explicar la persistencia de estas desigualdades, los anlisis recopilados han privilegiado el examen. de la naturaleza y el desempeo de las instituciones polticas, buscando comprender las motivaciones y los comportamientos de los lderes polticos, las organizaciones partidarias y las Fuerzas Armadas, as como el funcionamiento de los poderes y aparatos estatales. Los trabajos subrayan la vigencia de los patrones de comportamiento poltico tradicionales, fundados en criterios patrimoniales y en lazos cliente listas. Si bien en "La mecnica..." apuntamos que la relacin patrn-cliente pareca agotarse, posteriormente reconocimos que haba adquirido nuevos perfiles, manifiestos en la conducta de los agentes polticos y los representantes del Estado. Estos rasgos se proyectaron en los actos desarrollados por el jefe del Estado y del gobierno: el marcado presidencialismo y la subordinacin de los parlamentarios al mandatario, quien a la vez lideraba el partido mayoritario, permitieron a los sucesivos presidentes concentrar autoritariamente las decisiones gubernamentales para hacer realidad su voluntad y distribuir prebendas con la colaboracin de sus seguidores inmediatos para mantener y extender sus redes de clientela. As, el poder poltico se ha concentrado en los "jefes" y en su entorno de "envarados" radicados en la capital. Por esto, no es casual que las reiteradas crticas formuladas contra el centralismo limeo hayan ido13

Julio Cotler

paralelas a proyectos destinados a restringir las atribuciones del presidente. La adhesin personal al jefe-patrn y la identificacin con los principios que ste postulaba como fuente de legitimidad de las identidades partidarias, desembocaron en la polarizacin poltica y en enfrentamientos destinados, literalmente, a capturar el Estado. Las consecuencias perversas de estos procesos desgastaron y desprestigiaron a los distintos actores; hechos que propiciaron el desarrollo del terrorismo y otorgaron preeminencia poltica a las Fuerzas Armadas. As, a contracorriente de la formacin de un sistema de partidos fundados en reglas y procedimientos consensuales, destinados a distribuir el poder y los recursos sociales que legitimaran y fortalecieran el Estado, la democracia se vio deslucida por las prcticas patrimoniales y cliente listas que exacerbaron los privilegios y las desigualdades, y condicionaron la emergencia de agentes extra y anticonstitucionales. De esta manera, los factores estructurales se conjugaron con los institucionales para bloquear el desarrollo de la democracia y la justicia social. El impacto externo se sum para definir el curso de los acontecimientos. Como sugiere Sartori en la cita con la que se inicia el ltimo captulo, el "nuevo orden internacional" contribuy al virtual colapso del rgimen poltico. La sociedad se encontr polticamente desarticulada, bajo condiciones de intensa movilizacin social y cultural, y atenazada por el terrorismo. Este proceso condicion la irrupcin de los outsider s bajo la imagen de independientes y, tras ellos, de las Fuerzas Armadas. El presidente Fujimori, tpico representante de esa categora, ajeno y contrario a la clase y a la actividad poltica en tanto acto de reconocimiento y de compromiso entre los diferentes intereses sociales, ha asumido tecnocrtica y autoritariamente la conduccin gubernamental con el beneplcito de la ciudadana, que se encuentra harta de frustraciones derivadas del juego patrimonial. Tales prcticas antipolticas, centralizadas en el poder del nuevo14

Introduccin

caudillo, han logrado articular una indita coalicin de los "poderes fcticos", alianza que contribuy a quebrar el orden constitucional. Mientras tanto, la desarticulada y excluda poblacin popular no tiene otra alternativa que mantener sus esperanzas en que el presidente genere las condiciones necesarias para su sobrevivencia -lo que refuerza la calidad "delegativa" del jefe del Estado -, puesto que los desprestigiados partidos no dan visos de avanzar hacia su refundacin. Existe la posibilidad de que, despus de 30 aos, la crisis post-oligrquica se resuelva mediante la instauracin de un rgimen plebiscitario y autoritario que, por su propia naturaleza, tiene dificultades para consolidarse debido a la intensificacin de los problemas distributivos. Mientras Fujimori ha manifestado el propsito de instaurar una democracia "autntica" - trmino bajo el cual no es el primero que busca esconder la naturaleza autoritaria y excluyente de los intereses dominantes - se observa la emergencia de nuevos actores sociales que postulan la democratizacin de la poltica y del Estado como condicin necesaria para lograr la estabilizacin institucional del pas y resolver las desigualdades, vinculando la democracia con la justicia social. As, la conclusin de la lectura del libro es similar a la del primer captulo: el pas afronta el reto de construir una comunidad poltica democrtica para asegurar su cohesin social; desafo frente al cual estamos condenados a ser optimistas. A lo largo de estas tres dcadas, he contado con la generosa colaboracin y la amistad de diversos colegas, en el pas y en el extranjero. Entre ellos, guardo particular recuerdo por Guillermo Bonfill, Franois Bourricaud y Kalman J. Silvert. El ambiente democrtico y de amistad que hemos sabido construir en el Instituto de Estudios Peruanos es testimonio de sus logros y de sus posibilidades; por ello, las discusiones del caf y las "mesas verdes" tienen un valor inestimable. Las versiones originales de los artculos reunidos en este volumen fueron corregidos cuidando que los planteamientos formulados ini15

Julio Cotler

cialmente se mantuvieran, an en el caso de que tuviera reparos al momento de revisados. Para la correccin de los textos y el anlisis de informacin diversa, he contado, respectivamente, con las valiosas colaboraciones de Luis Andrade Ciudad y Patricia Zrate Ardela, a quienes agradezco. El afecto y el aliento de Leonor han sido motivos para continuar en la brega. Lima, noviembre de 1994.

16

La mecnica de la dominacin interna y del cambio social*

SE ENCUENTRA BASTANTE generalizada la percepcin de que el pas presenta dos formaciones sociales diferentes y simultneas; o, para decirlo de otra manera, de que la sociedad se caracteriza por su dualismo estructural (Instituto Nacional de Planificacin, 1964). Esta imagen se basa en los contrastes socioculturales que se observan entre la costa y la sierra, las dos regiones de mayor importancia en el pas. En la costa se concentran las actividades econmicas con ms alta productividad, tales como la pesca y la agricultura destinadas a la exportacin, las manufacturas y los servicios financieros, lo que repercute en los ingresos y en la movilidad ocupacional de los pobladores. En cambio, en la sierra predominan las formas preindustriales, con excepcin de los centros mineros, que son empresas organizadas y dirigidas desde el exterior del pas.*Jos Matos Mar, Augusto Salazar Bondy, Magaly Sarfaty, William F. Whyte y Larry Williams comentaron y contribuyeron a mejorar la versin original. Las observaciones de Giorgio Alberti me permitieron advertir el alcance de algunas ideas vertidas en este artculo. El trabajo circul en edicin mimeografiada en 1967 y luego se public en Per problema. Cinco ensayos, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1968, pp. 153197; Amrica Latina, Ro de Janeiro, enero-marzo, 1968, pp. 72-104; Studies in Comparative International Development, Washington University, vol. III, N 12, 19671968; 1. Horowitz (ed.): Masses in Latin America, Oxford University Press, 1970, pp. 407-444; El Per actual. Sociedad y poltica, Mxico, Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1970, pp. 47-88; David Chaplin (ed.): Perovian Nationalism, A Corporatist Revolution, Transaction Books, 1976, pp. 3571. 17

Julio Cotler

El sistema de tenencia de la tierra en la sierra, a diferencia del que se da en la costa, se caracteriza por el predominio de las comunidades indgenas y los latifundios. Las primeras constituyen organizaciones corporativas basadas en relaciones de parentesco que, al usufructuar tierras yagua en comn, mantienen funciones poltico religiosas y lazos de solidaridad interna. Los latifundios, a su vez, se caracterizan por las formas "feudales" de las relaciones sociales y productivas que se dan en su interior. Estos establecimientos hacen hincapi en criterios de adscripcin y suponen el mantenimiento de formas sociales y culturales "arcaicas". En 1961, la costa tena el 47% de la poblacin total y aportaba el 61 % del ingreso nacional, lo que determinaba que el ingreso por persona fuera 23% superior al promedio nacional. Asimismo, el 69% de su poblacin resida en reas urbanas y el 79% de los mayores de 15 aos eran alfabetos (Direccin Nacional de Estadstica y Censos, 1965a, 1966a y 1966b). En 1966, se concentraba en la regin el 69% de la poblacin electoral. En la costa se editan y consumen la mayor parte de los diarios, revistas y libros que se publican o se importan en el pas. La mayor parte de las estaciones de radio y televisin se encuentran instaladas all. En 1966, se concentraba en la costa el 99% de los aparatos de televisin (Thompson, 1966). Estos factores han condicionado una intensa comunicacin intrarregional que, aunada a la erradicacin de las culturas autctonas y la integracin al mercado capitalista internacional, ha contribuido a la aculturacin de la poblacin en una variante de la cultura occidentalcolonial denominada "cultura criolla" (Simmons, 1955; Morse, 1964). En cambio, en la sierra la actividad preponderante es la agropecuaria, caracterizada por su baja productividad, lo que determina la limitada participacin de la poblacin en el mercado. De ah que, en 1961, con el 46% de la poblacin total, esta regin aportara el 35% del ingreso nacional, y que el ingreso personal fuera 29% inferior al promedio total del pas. Asimismo, el 26% de la poblacin serrana radicaba en ciudades, el 41 % era alfabeta y constitua el 26% del elec18

La mecnica de la dominacin interna

torado (Direccin Nacional de Estadstica y Censos 1965a, 1966a; Banco Central de Reserva, 1966). La escasez de medios de comunicacin en la regin y sus formas preindustriales de produccin determinan la constitucin de verdaderos bolsones culturales, donde perduran las lenguas quechua y aimara, as como las formas de organizacin social tradicional. En gran parte, estos factores parecen responder al hecho de que en la sierra las inversiones pblicas son seis veces menores a las que se realizan en la costa, segn indicaciones de altos funcionarios gubernamentales (The New York Times, 1966a). Estas caractersticas han dado lugar a que se describa a la costa como una regin "en desarrollo, modernizante, occidental", mientras se define a la sierra como una regin "subdesarrollada, tradicional, indgena"1. La disparidad sealada entre la costa y la sierra es parcialmente cierta, en la medida en que no permite discriminar las diferencias que se originan en cada una de estas regiones y subraya la existencia de un correlato entre la regin geogrfica y las formas de existencia sociocultural.1. Los datos preliminares del censo de 1993 muestran la persistencia de las disparidades entre la costa y la sierra. En 1993, la costa alberga al 52% de la poblacin proporcin que aumenta 13 puntos en relacin a la registrada en 1961- mientras que la sierra disminuye en 15 puntos, al contar con el 36% de la poblacin total. En 1990, la costa generaba el 77% del PBI y la sierra slo el 16% (Instituto Nacional de Estadstica e Informtica, Direccin Nacional de Cuentas Nacionales, cito por Webb y Fernndez, 1993: 340). Si bien en las ltimas tres dcadas la educacin se ha extendido de manera considerable, en la sierra habita el 56% de los analfabetos del pas. Asimismo, los ndices de pobreza se concentran en esta regin; el 93% de los hogares del rea rural y el 35% de los que se ubican en el rea urbana se encuentran en dicha condicin, mientras que el 26% de las familias que habitan en Lima y el 36% de las que viven en el resto de la costa sobreviven en similares condiciones (Encuesta nacional sobre medicin de niveles de vida 1991, octubre-noviembre 1991, cito por Webb y Fernndez, 1992: 461). As, no es de extraar que los departamentos de la sierra tengan las tasas proyectadas de mortalidad infantil ms altas para el perodo 1990-1995 (Instituto Nacional de Estadstica e Informtica, 1993: 356). 19

Julio Cotler

Pero, de toda suerte, esta imagen estereotipada sirve para conceptuar al pas como un espacio constituido por situaciones sociales muy contrastadas, lo que favorece el arraigo de una percepcin del Per como un territorio en estado de "no integracin". Desde esta perspectiva, la sierra estara, en general, "al margen" del pas, representado por la costa. El concepto de falta de integracin nacional ha llevado a algunos autores a percibir al Per como un archipilago social o como una sociedad desarticulada, pluralista o heterognea (Matos Mar, 1966; Salazar Bondy, 1966). Es indudable la capacidad ilustrativa que tienen los conceptos de no integracin, desarticulacin, marginalidad y pluralismo, en tanto subrayan las diferencias internas a travs de diversos indicadores. Pero es importante destacar que dichos conceptos soslayan las relaciones que de hecho existen entre las regiones y sus estratos sociales, en la medida en que stos se encuentran afectados - aunque en diferente grado - por un mismo proceso histrico. Si bien sera inexacto decir que la poblacin serrana no se encuentra incorporada a la vida del pas, es necesario calificar dicha incorporacin como notoriamente inscrita en un marco de relaciones sociales de dependencia. O, para decirlo de otra manera, que los trminos del intercambio social existente entre las dos regiones y sus respectivos sectores sociales resultan francamente desfavorables para la sierra, en tanto que su poblacin no cuenta con la posibilidad de acceder a las oportunidades ni a los recursos existentes en la sociedad global. No es que la sierra, in toto, se encuentre al margen de la sociedad sino que est marginada por un sector de ella. Tal como dice A. G. Frank:... esta poblacin "marginal" o "flotante", se encuentra en proceso o, de hecho, totalmente integrada a la sociedad, en una forma que perjudica su bienestar y las posibilidades de su desarrollo personal, marcando al sector econmico, rural o urbano, la posicin social y la regin econmica o localidad como subdesarrolladas. Estas consideraciones sugieren que la sociedad latinoamericana no es una sociedad "dual" sino que tiene rasgos de una sociedad "integrada" en la que muchos de sus miembros no son "marginales" a ella, sino que por desgracia, se encuentran integrados a ella en una forma que perjudica sus intereses vitales (Frank, s/f: 7). 20

La mecnica de la dominacin interna

Algunos autores han sugerido que as como las relaciones entre pases desarrollados y subdesarrollados se plantean como metropolitanas y coloniales, los vnculos entre las regiones desarrolladas y subdesarrolladas de un mismo pas se pueden explicar en forma anloga (Perroux, 1963; Friedmann, 1966). Se puede agregar que en cada regin se producen relaciones de estratificacin de la misma ndole, que se pueden repetir sucesivamente, en forma arborescente.La estructura esencial de las relaciones entre las metrpolis desarrolladas y la periferia subdesarrollada del mercado internacional aparece en el curso del desarrollo histrico de Amrica Latina dentro del continente, dentro de cada uno de sus pases y en forma interna dentro de sus regiones. Dentro de cada una de stas se cre igualmente un centro metropolitano y su correspondiente periferia subdesarrollada. Al mismo tiempo estas metrpolis nacionales, al igual que las metrpolis mundiales, mantienen una relacin econmica estructurada con sus respectivas provincias perifricas, que es una extensin de la relacin entre las metrpolis internacionales y ellas mismas. En general la misma relacin puede ser observada, a su vez, al nivel regional, cuyos centros comerciales se encuentran en una situacin econmica desventajosa de una periferia con respecto a las metrpolis nacionales e internacionales pero que por su parte son metrpolis con respecto a su periferia rural. La relacin metrpolis-periferia al nivel nacional, regional y en algunos casos sectorial, al igual que en el nivel internacional, presenta, tanto en el pasado como en el presente, las mismas caractersticas de transferencia de capital de la periferia a la metrpolis y una determinacin esencial del destino de la periferia por la metrpolis (Frank, s/f: 10).

As, Stavenhagen (1965) apunta que: "Las regiones subdesarrolladas de nuestros pases juegan el papel de colonias internas y en lugar de plantear el problema de los pases de Amrica Latina en trminos de dualismo,,,convendra mejor hablar de colonialismo interno". En el mismo sentido, el encargado de la rehabilitacin de Harlem por el alcalde de Nueva York declaraba que este barrio "tiene muchos de los rasgos de los pases subdesarrollados (...) sus pobladores no controlan la economa del rea y por lo tanto la mayor parte del ingreso generado internamente es exportado, as como son forneas las inversiones que se realizan en el rea" (The New York Times, 1966b).21

Julio Cotler

Diversos autores han explicado el estado de privacin en que se encuentran los sectores indgenas de Amrica Latina, sea en la regin mesoamericana o en la andina central, por su dependencia del sector superior inmediato, el ladino o el mestizo. Bourricaud (1962) remite el status indgena a la dominacin que ejerce el mestizo; Stavenhagen (1963) y Gonzales Casanova (1963) definen la situacin del indgena por su condicin de clase colonizada o "lumpenproletarizada" por los ladinos. A su vez, Wolf (1957) seala que la marginalidad de las comunidades centroamericanas es el resultado de la renuencia de los indgenas a entrar en relacin con los ladinos, ya que ello supone involucrarse en formas diversas de dominacin. El Plan Regional para el Desarrollo del Sur del Per(I (1959) afirma que "los indgenas (u.) ms bien parece que han conducido, en muchos casos, una guerra de agotamiento consistente en la resistencia pasiva, o de retiro a las reas donde hay un mnimo contacto con las clases superiores". Por ello, Bourricaud (1962) define a la comunidad, en ltima instancia, como un mbito ajeno al mestizo. A este respecto cabe preguntarse: si el mestizo de Puno es el elemento dominante en esa circunscripcin, en qu medida su situacin se encuentra sostenida por, y al mismo tiempo es dependiente de, los estratos sociales dominantes costeos?; de darse esas relaciones, cules son los mecanismos que otorgan a los mestizos tal vigencia regional?; y por ltimo, qu consecuencias acarrea dicha situacin para el sistema social en su conjunto y para los elementos perifricos de la costa? El objetivo que persigue este trabajo es ofrecer algunas respuestas tentativas a estas cuestiones. 1. INDIOS Y MESTIZOS Bourricaud caracteriza a los indgenas y a los mestizos como grupos socioculturales con atributos particulares que los dividen por una lnea de casta. Estos atributos se refieren a rasgos tales como el idioma, el lugar de residencia, los hbitos de consumo, la ocupacin y su prestigio. As, el indgena slo habla quechua o aimara, siempre se22

La mecnica de la dominacin interna

encuentra vinculado a las reas rurales, tiene un estilo de consumo caracterizado por su reducida vinculacin con el mercado, siempre es pastor o agricultor. Es decir, ocupa las posiciones de menor prestigio social. El mestizo, por el contrario, siempre habla castellano adems de dominar alguna lengua aborigen, reside o tiene vinculaciones con las reas urbanas, su consumo se encuentra relacionado con el mercado y nunca es pastor o pen.Nadie clasificar a un abogado o un mdico en el grupo indgena, ni tampoco a un oficial del Ejrcito o de la polica (oo.) las ocupaciones que no requieren instruccin previa son consideradas exclusivas de los indgenas (.oo) inversamente podemos decir que la cualidad de blanco o de misti no es compatible con el ejercicio de ciertas actividades. El pen de hacienda siempre es un indio. A su vez, el misti, aun el de ms baja condicin, ejercer una posicin que le confiera un mnimo de autoridad: ser al menos guardan o rodeante. Si cae en la condicin de pen, de golpe caer en la situacin de indio (...) podemos decir sin mucho riesgo a equivocamos que el indgena no ejerce nunca una ocupacin que goce de alto prestigio (Bourricaud, 1962: 17).

Asimismo, el Plan Regional para el Desarrollo del Sur del Per (1959: 13) seala que: "En Puno, en la actualidad existe una dicotoma algo pronunciada entre la masa mayor (85%) de la poblacin que vive en reas rurales, habla un idioma indgena, hace trabajo manual y se le reconoce como una clase (casi una casta) aparte, y la sociedad urbana dominante de tres clases intermedias que participan en diferentes grados en la economa y cultura peruana". Pero, como sealan estos autores, en el grupo indgena se observan diferencias de acuerdo con el marco institucional en el que se ubica su status. Si bien siempre son pastores o agricultores, sus actividades pueden desarrollarse dentro de la hacienda o la comunidad, lo que define diferentes estructuras de control social en la relacin mestizo-indio. Por otro lado, entre los mestizos se observan diferentes gradaciones sociales, basadas en criterios de clase como educacin, ocupacin, prestigio ocupacional, ingreso, lugar de residencia. Sin embargo, sus relaciones se caracterizan por cuanto el indio, colono o comunero siempre se encuentra subordinado al mestizo.23

Julio Cotler

La regin denominada peyorativamente "la mancha india", comprendida por los departamentos de Ancash, Apurmac, Ayacucho, Cuzco, Huancavelica y Puno, albergaba en 1961 al 29% de la poblacin total del pas. De este porcentaje, el 87% de los mayores de cinco aos se comunicaba en una lengua indgena; el 69% de la poblacin econmicamente activa se dedicaba a las actividades agropecuarias, mientras que en el resto del pas lo haca el 41 %. Estas condiciones ocupacionales suponen una reducida diversificacin social y repercuten en el hecho de que el ingreso promedio de los pobladores del rea sea inferior en 39% al promedio nacional, y en 36% al promedio del ingreso percibido en el resto del pas. La estructura de la propiedad se caracteriza por una elevada concentracin de la tierra en manos de unos pocos propietarios y por una intensa fragmentacin de las unidades productivas, situacin que no se diferencia en forma notable de la que existe en el resto del pas (Comit Interamericano de Desarrollo Agrcola, 1966).Cuadro 1 Distribucin de la propiedad de la tierra en la "mancha india" y en el resto del pas "Mancha india" Hectreas 0-4 5-9 10 - 19 20-99 100 - 499 500 - + Comunidades Up* (%) 87.5 6.6 2.5 1.9 0.5 0.4 0.03 99.43 Has. 7.8 2.7 2.0 4.6 8.5 60.7 13.1 99.4 Resto del pas Up* (%) 79.3 11.4 4.6 3.5 0.7 0.2 0.03 99.73 Has. 5.8 3.3 2.9 6.2 7.2 65.4 8.8 99.6

Fuente: Direccin Nacional de Estadstica y Censos, Primer censo nacional agropecuario, 1961, Lima, 1965. *Unidades productivas. 24

La mecnica de la dominacin interna

i.Las haciendas Las haciendas de la sierra se dedican en forma preponderante al pastoreo de ganado lanar y en forma complementaria a las labores agrcolas. La lana se destina de preferencia al mercado internacional, la carne de ovino a las ciudades ms importantes del pas y la produccin agrcola parece orientarse principalmente al consumo local o a circuitos comerciales limitados. Pero en las haciendas situadas en los valles subtropicales, los cultivos de coca y caa de azcar -esta ltima para la produccin de aguardiente - se destinan al consumo de los indgenas, mientras que el caf y el t se dirigen al mercado internacional. La abundancia de mano de obra desposeda de tierra o minifundista favorece el hecho de que sea un factor relativamente barato y utilizado en forma intensiva, con la correspondiente baja productividad y capitalizacin. La estructura de la propiedad y la produccin da lugar a que la poblacin resida en su mayor parte en forma dispersa. En 1961, haba en la sierra seis ciudades con ms de 20,000 habitantes que albergaban al 6% de su poblacin total, mientras que el 87% resida en centros con menos de 2,000 habitantes. El promedio del resto del pas era de 31 y 60% respectivamente (Direccin Nacional de Estadstica, 1965a). Estas condiciones parecen favorecer las relaciones que existen entre los sectores sociales mestizos e indios en la medida en que no existen alternativas al rgimen de la hacienda (Bourricaud, 1962; Cuadros y Villena, 1966; Palacios, 1957; Holmberg y Vsquez, 1952, 1961) .La mano de obra indgena desposeda de tierra se afinca en las haciendas de la regin a travs de una forma peculiar de "enganche", generalmente denominada "colonato", caracterizada porque el propietario mestizo ofrece al trabajador indgena una parcela de tierra o pastizal es en usufructo con la condicin de que ste le retribuya con ciertas obligaciones. La retribucin que debe prestar el indgena es25

Julio Cotler

variada: trabajar gratuitamente las tierras de la hacienda algunos das de la semana, pastear los animales, prestar servicios domsticos en la casahacienda o en la residencia urbana del propietario, vender a ste - y al precio que establezca - los excedentes de su produccin. En el caso de los trabajadores de los valles subtropicales, esta ltima obligacin es bsica. As, el hacendado cuenta no slo con trabajadores casi gratuitos sino tambin con el monopolio de la comercializacin de artculos que pueden tener altas cotizaciones, como el cafy el t. La relacin que se establece entre propietario y colono determina que este ltimo se encuentre en un estado de permanente inseguridad. No puede anticipar con certidumbre la ndole de sus obligaciones y no tiene el tiempo necesario para llevar a cabo ninguna tarea adicional: "En el tiempo de barbecho y el escarbe de la papa laboran para la hacienda todo un mes, por esta razn no les alcanzaba el tiempo para trabajar sus manays" (Cevallos, 1965). Las posibilidades que tienen los colonos de migrar temporalmente fuera de la hacienda estn severamente limitadas; hacerla significara incumplir con sus obligaciones y, por tanto, perder los derechos sobre la parcela que usufructan. La situacin de inseguridad que caracteriza al colono ha llevado a algunos autores a pensar que ste bordea una condicin patolgica. El temor a no poder cuidar su parcela, a que el amo lo expulse o que se apodere de sus animales, a enfermarse y no poder cumplir con sus deberes, envuelve al indgena en un complejo de temores y represiones (Fried, 1962; Holmberg, 1966).El siervo del feudo de Vicos sufra de mltiples formas de temor, tantas y frecuentemente tan intensas que tenemos ciertas dudas si la subcultura local desarroll algunas formas de evasin, permitiendo a los siervos gozar, en algn momento, de un estado de tranquilidad. En los trminos ms generales de las interacciones personales, el siervo perciba todas las relaciones humanas como hostiles en tanto que ellas estaban fundadas en la dominacin (power oriented) (Klein, 1963: 113).

En esta situacin, el patrn es percibido por el colono como la26

La mecnica de la dominacin interna

fuente todopoderosa con la que debe congraciarse para mantener los lazos de reciprocidad asimtrica establecidos por l, en la medida en que no cuenta con otras posibilidades de existencia. Busca establecer lazos de compadrazgo con el patrn y con las figuras de autoridad en general con el fin de comprometerlos en una situacin preferencial respecto de los restantes colonos. Un compadre del patrn tal vez tenga menos obligaciones, quizs pueda obtener cierta indulgencia en el caso de que las incumpla y, en el mejor de los casos, ser considerado hombre de confianza (Foster, 1963). El patrn, por su parte, se aprovecha de las limitaciones del indgena para lograr, por medio del compadrazgo, reafirmar los lazos de lealtad personal, subrayar su situacin excepcional y constituirse en fuente de identificacin para sus colonos, impidiendo la formacin de identificaciones de clase (Mangin, 1964a).Entre los hacendados y los japas puede decirse que hay una ideologa en comn. Los primeros se consideran protectores de los indios, a quienes los llaman de "hijitos", les brindan seguridad econmica en pocas de hambruna y seguridad social cuando tienen que comparecer ante las autoridades locales por faltas o delitos cometidos. Por su parte los indios llaman a los hacendados "patrn", a veces los consideran como a sus padres y protectores. No se sienten menospreciados (oo.) al ser llamados sirvientes, por el contrario en ciertas ocasiones se identifican con sus patrones (Fonseca y Murrugarra, 1966: 36-37).

Dadas estas condiciones de control e identificacin social, las formas culturales proscriben las manifestaciones de agresividad hacia el patrn y, en cambio, prescriben que stas se dirijan hacia los dems colonos, competidores por los favores del primero. Esta dinmica determina que los colonos consideren que su bienestar depende de la privacin de los dems (Foster, 1965). As, se desemboca en una situacin de desconfianza y envidia, caracterstica de la "amoralidad familstica" descrita por Banfield (1958), que origina la fragmentacin social de los dominados. La falta de articulacin social de los indgenas, azuzada por la figura dominante sobre la base de servicios y recompensas personales que permiten dividir a los colonos e imperar sobre ellos, determina el hecho de que entre stos y el patrn se establezcan relaciones didi27

Julio Cotler

cas (Foster, 1963), intransitivas y asimtricas (Ossowski, 1963) y que sugieren la figura de mltiples radios inconexos que convergen en un solo vrtice (Cotler, 1969). La situacin de dependencia estructural y normativa de los indgenas respecto de los "mistis" es causa de la existencia de la considerable distancia social y cultural manifiesta entre ambos. Si para el mestizo "el indio es el animal que ms se parece al hombre", ste, por su parte, interioriza su condicin de subordinacin: de 499 entrevistados en seis comunidades de indgenas y en una hacienda del departamento del Cuzco, el 52% se encontraba de acuerdo con la afirmacin "los indios han nacido para servir y obedecer al misti'" (Instituto de Estudios Peruanos, 1966). ii. Las comunidades de indgenas Adems de la hacienda, la comunidad de indgenas es un tipo de organizacin social caracterstica del rea. sta, a diferencia de la primera, presenta una densidad de poblacin relativamente alta y una incipiente diferenciacin ocupacional. Como afirmamos anteriormente, las comunidades de indgenas se caracterizan por los lazos de solidaridad interna, lo cual determina el hecho de que sus miembros se consideren como una colectividad particular. Las identificaciones que se desarrollan en estos centros tienen, as, un carcter local-familiar, a tal punto que puede reconocerse la pertenencia de un individuo a una comunidad por los signos distintivos de su vestimenta. Pero la situacin de las comunidades no deja de ser precaria. Por lo general, ocupan las peores tierras de cultivo, las que estn ubicadas en las laderas de los cerros y que presentan un elevado grado de erosin. Esta situacin obliga a los comuneros a buscar trabajo en las vecindades, por lo que algunos combinan su status con el de colonos; o los fuerza a arrendar tierras de las haciendas para subarrendarlas a otros campesinos, quienes deben entonces prestar obligaciones a la hacienda y al comunero arrendatario (Cevallos, 1965; Landzuri,28

La mecnica de la dominacin interna

1960). Otra modalidad puede ser que la comunidad se integre, en forma colectiva, al sistema de hacienda, de donde surge la denominacin de "comunidad dependiente o cautiva" (Vizcardo Arce, 1965). Frente a la escasez de tierras, los comuneros pueden emigrar, sin que ello afecte sus derechos en la comunidad ni su afiliacin a la misma, a diferencia de los colonos2. De esta suerte, las comunidades de la "mancha india" constituyen un reservorio de mano de obra para las haciendas, bien cuando stas requieren ampliar las reas de trabajo, bien cuando deben reemplazar a los colonos de una determinada propiedad. Por otro lado, el intenso fraccionamiento y dispersin de las tierras de labranza - proceso agravado por la presin demogrfica - favorece el desarrollo de mltiples conflictos entre comunidades y comuneros, lo que da lugar a un trfico judicial interminable (Ritter, 1965). Bajo estas condiciones, se presenta una modalidad de dependencia del indgena, esta vez comunero, respecto del mestizo. El primero procura conseguir los favores del segundo para obtener una solucin judicial favorable, debido a que desconoce el castellano y es analfabeto. Adems, existe un reconocimiento generalizado de que los trmites judiciales no se encuentran sometidos a criterios universales: el 56% de 499 entrevistados en el Cuzco consideraba que los fallos de los jueces se basan en la influencia personal y en el dinero de los demandantes (Instituto de Estudios Peruanos, 1966).2. Esta posibilidad parece encontrarse condicionada a la importancia relativa del sistema de hacienda en una determinada circunscripcin. Es posible sugerir la hiptesis de que cuanto mayor extensin de tierras se encuentre en poder de las haciendas, menor ser la tasa de emigracin. As, por ejemplo, segun el censo de 1961, el 21% de los nacidos en Ancash, Apurmac, Ayacucho y Huancavelica ha emigrado, mientras que slo el 11 % de Cuzco y Puno lo ha hecho. Paralelamente, en los cuatro primeros departamentos, el 50% de las tierras se concentran en propiedades mayores de 500 hectreas (descontadas las comunidades), mientras que en Cuzco y Puno este porcentaje se eleva al 80%. 29

Julio Cotler El indgena busca al de la clase media como una proteccin y, sobre todo, como un factor de influencia para inclinar la justicia a su lado en los frecuentes litigios que mantiene con otros indgenas o con gente de estratos superiores (Plan Regional para el Desarrollo del Sur del Per, 1959: 28).

El papel de intermediario y "protector" que desempea el mestizo no slo se presenta en los casos judiciales sino que se extiende a todas las relaciones que el indgena necesita establecer con instituciones oficiales. Los comuneros se encuentran, as, en situacin de clientes de los mestizos y tienen que retribuir en forma personal los servicios prestados por stos. Los indgenas se comprometen tcitamente a venderles sus productos, convirtindose en dependientes de los "atajadores"; son reclutados para realizar gratuitamente faenas de ndole privada y para efectuar trabajos "pblicos" en las capitales de distrito con el pretexto de que deben retribuir los favores que el mestizo les ha otorgado. Este reclutamiento se concreta por intermedio de las autoridades indgenas de las haciendas o de las comunidades. En contra de lo que algunos indigenistas suponen, la autonoma de las comunidades es espuria, en tanto las autoridades indgenas canalizan las rdenes y solicitudes de favores tanto del patrn como de los funcionarios distritales.En las comunidades o en las haciendas los indgenas tienen sus propias autoridades tradicionales, designadas anualmente por los comuneros, que tienen como funcin la de mantener las relaciones dentro del sistema vigente, recibiendo rdenes de los mistis y haciendo que ellas sean ejecutadas, o bien representando al "comn" y buscando obtener los favores del mestizo (Cevallos, 1965)3.

Estas condiciones estructurales y normativas de dominacin y dependencia configuran en los colonos y comuneros una personalidad marcada por rasgos de fatalismo, abulia poltica e incapacidad para modificar su situacin. Los designios de los mestizos aparecen como incontrolables, percepcin que se manifiesta en un comportamiento "servil", caracterstico de los grupos subordinados4.3. Sobre el papel de las autoridades indgenas en las haciendas, ver Vsquez, 1963. 4. Sobre los correlatos psicosociales de la dominacin, ver Williams, 1969. 30

La mecnica de la dominacin interna

2. LOS MESTIZOS Y EL SISTEMA NACIONAL Si bien la propiedad es necesaria para que el mestizo establezca una relacin de dominacin sobre el indgena, no es una condicin suficiente. Como se ha visto, los comuneros que no guardan relacin directa con el sistema de hacienda tambin se encuentran envueltos en este tipo de vinculacin. La condicin suficiente del sistema de dominacin que hemos analizado es la posibilidad que tiene el mestizo de acceder al sistema de autoridad. A travs de la educacin y su conocimiento del castellano puede elegir o ser elegido autoridad "nacional", as como designar o ser designado para ocupar posiciones en la administracin pblica. De esta manera, cuenta con los recursos estatales para legitimar la dominacin sobre la masa indgena. Tal como se afirm anteriormente, el mestizo no slo es el propietario o el administrador de la hacienda; tambin es el abogado, el tinterillo, el juez, el gobernador, el polica, el comerciante. Repitamos la cita de Bourricaud: "el misti, aun el de ms baja condicin, ejercer una posicin que le confiera un mnimo de autoridad". i.Monolingismo y analfabetismo En 1961, el Per tena 1.8 millones de habitantes mayores de cinco aos que hablaban quechua o aimara; el 87% de ellos se concentraban en la "mancha india" y constituan el 19% de la poblacin total de ese grupo de edad. Huancavelica, Apurmac y Ayacucho encabezaban la relacin de departamentos con mayor grado de analfabetismo, en la medida en que exista una correlacin positiva 0.84 entre el conocimiento del castellano y la instruccin (Direccin Nacional de Estadstica y Censos, 1966a). A pesar del peso relativo que las lenguas indgenas tienen en la poblacin del pas, las personas que las utilizan se encuentran discriminadas de todas las esferas de la vida institucional. El sistema educativo excluye el quechua y el aimara e impone el monolingismo espaol. La mayor parte de los maestros ignoran las lenguas indgenas, y si las conocen - como mestizos que son - las usan slo para invocar su situacin privilegiada. El concurso que prestan las instituciones gu31

Julio Cotler Cuadro 2 Distribucin de la poblacin por su analfabetismo total, rural y por su grado de alfabetismo funcional* (porcentajes) Analfabetos mayores de 15 aos Departamentos Ancash Apurmac Ayacucho Cuzco Huancavelica Puno Promedio En la poblacin total 51 76 72 72 66 64 65 En reas rurales 82 86 81 80 88 66 81 Alfabetismo funcional 19 10 10 16 9 10 12

Promedio nacional 39 78 31 Fuente: Direccin Nacional de Estadstica y Censos, Resultados del Sexto Censo Nacional de Poblacin, 1961, vol. 1, tomo III, Lima, 1965. *EI Censo Nacional, de acuerdo con las indicaciones de Unesco, considera alfabetos funcionales a los que tienen un mnimo de cuatro aos de instruccin.

bernamentales y universitarias para el estudio de los idiomas indgenas es insignificante y los pocos investigadores que se dedican a la materia son subvencionados por fundaciones extranjeras. Los mismos indgenas parecen reconocer que su desconocimiento del castellano y su falta de instruccin se relacionan con su status dependiente. De 495 entrevistados en el Cuzco, el 76% consider que si los indios tuvieran la misma educacin que el mestizo, estaran en igualdad de condiciones para desempear cualquier ocupacin. El 91 % declar estar de acuerdo con la afirmacin "por medio de la educacin un hombre puede llegar a ser lo que quiere" (Instituto de Estudios Peruanos, 1966). Mario Vsquez (1957) atestigua en el mismo sentido:los vicosinos reconocen la importancia del castellano como instrumento de comunicacin y de conocimiento, pues el castellano actualmente cons 32

La mecnica de la dominacin interna tituye la principal barrera entre el indio y el mestizo y tal vez es una de las causas para el aislamiento y atraso cultural de Vicos. Corroboran nuestro aserto las siguientes opiniones: Tengo miedo de ir a otros pueblos porque no s hablar castellano (). Me da vergenza no poder responder cuando me hablan en castellano (...). Muchos nos reprochan cuando no podemos responderles, dicindonos: para qu vienes a estos lugares sin saber hablar el castellano (...). Si supiera el castellano no tendra miedo porque me sentira igual que los otros (...). Los mestizos tienen mayores oportunidades para obtener dinero, porque ellos trabajan ms con los ojos, mientras nosotros tenemos que pasarlo en las chacras (...). Si supiera el castellano tal vez tendra ms coraje y los que saben no me humillaran (Vsquez, 1957: 85).

La administracin pblica no cuenta con los mecanismos necesarios para comunicarse con esta poblacin. El Ministerio de Trabajo slo tiene un traductor oficial de quechua y aimara en el Instituto Indigenista. En la administracin de justicia la situacin cobra contornos patticos. Los indgenas acusados no tienen posibilidades de conocer sus casos debido a que los procesos se desarrollan en una lengua ajena a ellos. Ni qu decir del hecho de que los indgenas no tengan medios para informarse sobre sus derechos, por lo que se encuentran desamparados frente a los mestizos, sus intermediarios obligados. ii. El sistema electoral Debido a que la reglamentacin electoral dispone que slo los alfabetos tienen derecho a elegir y ser elegidos, la poblacin indgena no tiene posibilidades de votar y ser representada. Pero s es tomada en cuenta para computar el nmero de representantes al Parlamento, pues para ello se considera la poblacin total de cada departamento. De all resulta que los departamentos que concentran la poblacin indgena cuentan con el 14% de la poblacin electoral pero eligen a 50 de los 185 representantes, es decir al 27% del total. De esta manera, estos departamentos necesitan, en promedio, cinco veces menos electores para elegir un representante que los que se requieren en el departamento de Lima, donde el 86% de la poblacin mayor de 20 aos tiene derecho a votar. Este mecanismo electoral contribuye a discriminar no slo a los33

Julio Cotler

pobladores de la "mancha india" sino tambin, en general, a la poblacin rural, en la medida en que el 78% de los mayores de 15 aos que viven en estas zonas son analfabetos. En efecto, a escala nacional existe una correlacin positiva 0.83 entre poblacin econmicamente activa dedicada a la actividad agropecuaria y poblacin analfabeta, y una correlacin negativa 0.87 entre poblacin dedicada a labores agrcolas y poblacin electoral. Es decir, existe una alta probabilidad de que los campesinos sean analfabetos y se encuentren legalmente impedidos de elegir a sus representantes. El desconocimiento del castellano, la fuerte incidencia del analfabetismo rural, la dispersin que caracteriza a los campesinos indgenas y la situacin de dependencia estructural y normativa que stos viven en relacin a los mestizos son factores que sugieren que los electores y los elegidos pertenecen a este ltimo grupo. De tal suerte, se institucionaliza la autoridad del mestizo y la marginacin de la poblacin indgena de los recursos institucionales. iii. El gamonalismo Los mestizos controlan los recursos econmicos, polticos, judiciales, represivos y culturales: son los propietarios o los administradores de las haciendas y, sobre todo, son los diputados y los senadores; los prefectos, subprefectos y gobernadores; los jueces, los policas y los maestros. Ellos controlan el conjunto de las esferas de autoridad, caracterstica que define al sistema gamonal. La situacin de dominacin de los mestizos sobre los indgenas los separa por una lnea de casta. Tanto el grupo mestizo como el indgena suponen un grupo de referencia, en la medida en que la pertenencia a uno de ellos delimita claramente las orientaciones valorativas, las actividades y las relaciones sociales. De esta suerte, el acceso de los mestizos a las decisiones de escala local, regional y nacional en el Parlamento, la burocracia y los tribunales, est dirigido a sustentar la posicin de su grupo, sin tomar en consideracin a una masa dominada que no tiene la capacidad de gestionar y dirigir sus iniciativas en forma autnoma.34

La mecnica de la dominacin interna

Este hecho condiciona la privatizacin del poder en los distintos niveles, ya sea el de la hacienda, el del distrito o el de la provincia. El grupo de status mestizo se encuentra en libertad de actuar de acuerdo con sus exclusivos intereses y de interpretar a su antojo las disposiciones que podran recortar el mbito de sus atribuciones.En la hacienda Chawaytiri (del Cuzco) a raz de un movimiento que propici la sindicalizacin de los colonos, las autoridades distritales nombraron a un colono ledo como teniente gobernador (...). Para hacer valer y poner en conocimiento del propietario su nombramiento, se present en el casero y expuso el caso al propietario, quien le dijo que quin era l para hacerse nombrar de teniente gobernador, que a l no lo conoca (...) que en la hacienda no puede haber teniente gobernador ni otra clase de autoridades y que su nombramiento se lo guardara para empapelar su casa y que deba saber que en la hacienda las nicas autoridades que existan las nombraba l (CevalIos, 1965: 17).

Adems, el propietario y su administrador, aun sin contar con cargos polticos, desempean en la prctica funciones de esta naturaleza, por el control que ejercen sobre los colonos y por su afinidad y cercana con las autoridades:El hacendado hasta hace tres aos era la mxima autoridad poltica, social y judicial. Cuando se suscitaban rencillas, robos y hasta crmenes, el administrador o su representante era el primero que intervena. Si el caso requera la intervencin de la autoridad competente lo remita a sta. Las autoridades locales tradicionales eran nombradas y juramentadas por el administrador, no bajaban a la Gobernacin de Psac, a fin de recibir la juramentacin del caso (CevalIos, 1965: 19).

La privatizacin del poder adquiere connotaciones de ndole geogrfica. Landzuri (1960) menciona que en La Convencin, en muchas ocasiones, la capital del distrito es el casero de una hacienda y la sede de la autoridad es la casa-hacienda. De all que reas enteras se encuentren bajo el dominio gamonal. El dicho "Abancay es la nica hacienda con prefectura" expresa una realidad, en tanto que un distrito, una provincia, e incluso un departamento, pueden ser dominio de una familia o un grupo de familias (Vsquez, 1961). De esta suerte, es muy amplia la posibilidad que tiene el grupo35

Julio Cotler

mestizo de expandir sus recursos econmicos, ya sea a travs de medios coercitivos, "ilegales" o "legales". Entre ellos se encuentra el arrendamiento de propiedades del gobierno, congregaciones religiosas, beneficencias pblicas, universidades, colegios. Efectivamente, existen extensas propiedades pertenecientes a estas instituciones que son arrendadas en "pblica subasta" por precios que no han variado desde hace varias dcadas. As, el Ministerio de Educacin Pblica "descubri" a mediados de 1966 que posea cerca de un milln de hectreas que se encontraban arrendadas a precios irrisorios. Para participar en dichas subastas se requiere ser alfabeto, tener libreta electoral y poseer una garanta comercial, requisitos de los que solamente gozan los mestizos. iv. La clientela burocrtica Una de las manifestaciones de la rigidez del sistema social existente en la "mancha india" es la consistencia que guardan entre s los diferentes criterios clasificatorios de la poblacin, tales como riqueza (tierras y/o ganado), educacin, lugar de residencia, tipo y prestigio ocupacional, mbito de influencia. Los indios se encuentran desposedos de tierras o son minifundistas, siempre se dedican a labores agropecuarias, son monolinges o analfabetos, residen en reas rurales y su mbito de influencia personal se reduce a la de sus correligionarios o familiares. En cambio, a medida que se asciende en la escala de los mestizos, se observa mayor educacin, menor dedicacin a las actividades relacionadas con la agricultura y mayor residencia en reas urbanas, en las que stos desempean posiciones que tienen un mbito de influencia poltica cada vez ms amplio.Las clases sociales tienen una participacin poltica circunscrita a las categoras geogrficas dentro de las que se extiende el rea de su influencia personal. La clase ms baja (indios) se circunscribe a la comunidad, la parcialidad y el barrio: la clase baja o chola se encumbra jerrquicamente y funciona en forma dinmica en la poltica de la aldea o del villorrio, mientras que la clase media se desenvuelve en la poltica provincial, con un buen grado de participacin en la poltica departamental (Plan Regional para el Desarrollo del Sur del Per, 1959: 28).

As, los grandes propietarios residen en capitales de departamen36

La mecnica de la dominacin interna

to como Arequipa, Cuzco, Puna, Huaraz y Lima, donde ocupan posiciones importantes en la administracin pblica, la magistratura, el Parlamento y, en algunos casos, el comercio. Diferentes autores destacan que en las ciudades de la "mancha india" existe un grupo "blanco" con linaje, dinero, educacin y posiciones de prestigio que se encuentra vinculado a Lima (Mangin, 1966). Por ejemplo, el distrito de Psac, en el departamento de Cuzco, cuenta con 10,000 habitantes, de los cuales el 84% son indgenas. Los pobladores reconocen la existencia de cuatro estratos sociales: los hacendados, los mestizos, la cholada y los indios. Las diez haciendas, una de ellas perteneciente a una congregacin religiosa, y las quince comunidades dispersas en las laderas de los cerros constituyen anexos del distrito. Los hacendados no residen en Psac sino en la capital del departamento, donde son jueces, altos funcionarios de la administracin pblica o profesores universitarios. Dejan sus propiedades en arriendo o en administracin a mestizos, y forman parte de la clase alta del poblado junto con los pequeos y medianos terratenientes, los comerciantes y los funcionarios pblicos, quienes mantienen estrechos contactos con la clase alta a escala provincial o departamental con el fin de acceder, por su intermedio, a las vas polticas de ascenso social (Garmendia, 1965). Cabe preguntarse si la baja productividad de las haciendas guarda relacin con el hecho de que sus propietarios las consideren principalmente como un recurso poltico antes que econmico, pues por su intermedio logran posiciones que les permiten enriquecerse y gozar de prestigio social. As, debido al mecanismo electoral y los criterios particularistas para designar a las autoridades, los mestizos de Psac se convierten en intermediarios entre los indgenas y los mestizos de "clase alta".Taraco es un distrito () y como talla autoridad dentro de l est ejercida por un gobernador, quien es nombrado por el prefecto del departamento a propuesta del subprefecto de la provincia, para lo cual ste propone a aqul tres "vecinos", entre los cuales escoge a uno para el ejercicio de dicho cargo (...). En cierta forma, el requisito principal para ejercer el cargo de gobernador es ser un "vecino notable" del distrito, es decir ser mestizo

Julio Cotler notable residente en la capital del mismo y tener cierto prestigio en el seno de la agrupacin que constituyen los mestizos; pero los ejerce aquel que tiene relaciones amistosas con el subprefecto o con el prefecto (Martnez, 1958: 98).

Por otro lado, los parlamentarios consiguen los nombramientos para maestros, empleados de correos, jueces, prefectos y subprefectos, administradores de riego; en suma, las posiciones claves a escala local y regional. De esta manera contentan a los mestizos y stos se comprometen a servirlos cuando lo requieran. As, se establece una relacin de mutuo inters. Este sistema de reclutamiento y de promocin en la administracin pblica no se restringe a las autoridades locales o regionales, en la medida en que los grandes propietarios colocan ("recomiendan", segn el eufemismo utilizado corrientemente) a sus allegados en posiciones que tienen injerencia en las decisiones que se toman a escala nacional. De esta suerte es posible pensar que en la administracin pblica peruana se presenta un fenmeno de clientelismo similar a las panhelinas brasileas (Leeds, 1965): la existencia de un burcrata depende de la proteccin personal que logre de una persona con influencia, a la que debe retribuir en forma igualmente personal. Por otro lado, las figuras patronales se encargan de distribuir favores entre sus allegados o personas de confianza teniendo en cuenta que stos, colocados en posiciones claves, les servirn no slo para reforzar su propia condicin sino tambin para conectarse con nuevas entidades y de este modo expandir sus oportunidades econmicas y polticas. Si el reclutamiento de las posiciones de autoridad se realiza entre los clientes de las figuras patronales, puede concluirse que la burocracia no slo se caracteriza por su origen sino tambin por su orientacin clasista. Asimismo, que la identificacin de quienes ejercen estos cargos con los patrones y la distancia que los separa de los sectores dominados favorece su asociacin con la cultura y las capas dominantes. Es decir que las orientaciones valorativas de los empleados pblicos se caracterizan por la discriminacin de los indgenas en particular y de todos los sectores en situacin de privacin en general (Sloan, 1967).38

La mecnica de la dominacin interna

Si bien el "favoritismo" en la administracin pblica se encuentra generalizado en todo el pas y en todos los niveles sociales, es indudable que el cariz cliente lista se diluye en la medida en que la poblacin de un determinado mbito social presenta mayor diversificacin y movilizacin. En efecto, en estas condiciones es posible para los pobladores alternar con diferentes fuentes de influencia y desarrollar recursos institucionales que limiten el poder de las figuras patronales. 3. LA NEUTRALIZACIN DE LOS PARTICIPANTES Los sectores participantes o integrados de la sociedad "nacional" - los obreros de manufacturas, de la minera, de la agricultura; los empleados del gobierno y el sector privado; los profesionales; los sectores urbanos que tienen acceso a la educacin, al voto, que se encuentran incorporados al mercado interno y que participan en organizaciones sindicales y polticas; en una palabra, los que tienen medios de representacin mantienen una distancia con la masa rural no organizada y especialmente con la indgena, as como con la poblacin desocupada o subempleada de las ciudades. La distancia sociocultural que existe entre los sectores participantes y los marginados explica que las reivindicaciones que los primeros procuren alcanzar les sean particulares y que ignoren cualquier tipo de redistribucin masiva de los recursos. i.La incorporacin segmentaria La expansin de los privilegios del sistema de dominacin a otros segmentos de la poblacin ampla el nmero de sectores que se benefician directa o indirectamente de la marginacin campesina. Si el problema que deben atender las sociedades subdesarrolladas es el de crear los medios que permitan a los sectores emergentes acceder a los recursos sociales y polticos (Germani, 1962), en la medida en que esta incorporacin se produce de manera parcial, favorece el mantenimiento del sistema de dominacin en tanto expande el sector afecto al mismo, neutralizando las actividades de los "ascendidos" y distancindolos de los marginados.39

Julio Cotler

Al incrementarse los ingresos de sus integrantes, los sindicatos obtienen ventajas en desmedro de los sectores no organizados, puesto que la presin que originan en las empresas determina una mayor tecnificacin de stas y una estabilizacin del nmero de empleos.La reduccin o al menos la estricta limitacin de personas empleadas es muy probablemente la contrapartida de las ventajas que obienen los obreros agrcolas mejor pagados - y mejor organizados -. Su situacin privilegiada es muy grande si se les compara con la suerte de sus camaradas no sindicalizados y ms aun si se piensa en (...) los que habran podido emplearse en la explotacin azucarera y no lo han podido hacer debido a la tecnificacin, teniendo que quedarse en sus mseras parcelas (Bourricaud, 1961: 48-49).

Si bien los obreros y los empleados sindical izados han conseguido un cierto grado de autonoma respecto del contorno patronal -lo que se manifiesta en logros tales como seguridad social, condiciones de trabajo y salarios ms elevados que los no sindicalizados (Chaplin, 1965; Payne, 1965) - paradjicamente han cado en nuevas formas de dependencia ya que sus exigencias estn dirigidas nicamente a favorecer a los sindicalizados, sin tomar en consideracin el contexto nacional. Por ejemplo, los sindicatos agrcolas de la costa norte y los mineros del centro han obtenido, despus de largas y penosas luchas, altos salarios relativos a la par que condiciones de vida favorables mediante disposiciones legales que regulan su alojamiento, atencin mdica y educacin, lo que otorga a las empresas para las que trabajan una configuracin de company towns. Abandonar el puesto supone perder el derecho al usufructo de tales servicios pblicos, que en verdad son privados, puesto que pertenecen a la empresa (Sobern, 1966).En la medida en que estos sectores organizados no apuntan a una apertura general del sistema, condicionan la rigidez de sus propias posibilidades en el mercado de consumo y de empleo, ocasionando un bajo grado de movilidad ocupacional, ms evidente aun porque la demanda de trabajo aumenta. As, el reclutamiento en las empresas se basa en el favoritismo patronal y en conexiones familiares. Esto genera en ellas un ambiente regional y, al mismo tiempo, el predominio40

La mecnica de la dominacin interna

de una organizacin en la cual las relaciones entre patrn y trabajador presentan una nueva versin del viejo cuo (Chaplin, 1965). Las reivindicaciones de obreros y empleados, orientadas de manera segmentaria, insisten en que las inversiones estatales se destinen a obras de desarrollo urbano, principalmente en la regin costea. Este hecho no slo determina un mayor distanciamiento socio cultural entre la costa y la sierra y entre sus reas urbanas y rurales, sino que tambin favorece el contraste entre el incremento de la demanda de alimentos entre la poblacin citadina y la rigidez de la oferta de las estructuras agrarias tradicionales, lo que ha creado presiones inflacionarias que los gobiernos han procurado resolver mediante las importaciones (Comit Interamericano de Desarrollo Agrcola, 1966). La marginacin de los sectores rurales y la orientacin segmentaria de los sectores participantes dejan el campo libre a los que tienen acceso al crdito, a la gran propiedad, al control de la produccin y a la comercializacin de los productos de exportacin - rubros en los que el capital extranjero tiene una injerencia muy importante - para establecer las condiciones econmicas del juego poltico. Ello desemboca en la privatizacin de la poltica econmica del Estado (Bourricaud, 1966). ii. Los partidos polticos La tendencia a la segmentacin y la privatizacin estatal consiguiente han sido y siguen siendo favorecidas por los partidos polticos. Estas organizaciones se caracterizan por reclutar a sus miembros y orientar sus actividades en funcin de los intereses exclusivos de los sectores participantes. Por ejemplo, ningn partido considera el voto universal como punto de su plataforma poltica. En una oportunidad preguntamos a un importante dirigente aprista por qu su partido no haba tratado de organizar a las masas indgenas. La respuesta fue: "no exista inters en vista de que los indios no cuentan polticamente, puesto que no votan". La explicacin de un lder de Accin Popular fue: "existe poco inters en tocar el tema porque despertara mucha oposicin (...)41

Julio Cotler

Internamente en el partido muchos se opondran a tal medida (...), sera antipopular una reivindicacin de tal medida y recibiramos muchas crticas y principalmente la oposicin del Ejrcito". Durante cerca de veinticinco aos, el APRA procur integrar a diferentes capas de la poblacin: trabajadores rurales y urbanos, empleados, estudiantes y profesionales. A todos ellos los ayud a sindicalizarse con el fin de romper el control que la "oligarqua" ejerca sobre el gobierno. Este proceso cont con una oposicin tenaz por parte del binomio "fuerzas vivas" - Fuerzas Armadas; tal rechazo se produjo a raz de que la consecucin de los objetivos que persegua el APRA hubiera significado la emergencia de aquellos sectores sociales al poder estatal y, probablemente, la subordinacin de las Fuerzas Armadas a la autoridad civil. Vista esta tenaz oposicin, el APRA retuvo una finalidad segmentaria con el objetivo de lograr el consentimiento de las "fuerzas vivas" y las Fuerzas Armadas para llegar al poder por medio de coalieiones basadas en el supuesto de que su participacin implicaba una acomodacin a las reglas de incorporacin segmentaria y el rechazo de todo intento redistributivo. Los partidos formados en la ltima dcada se han ajustado a las mismas reglas, lo que ha desembocado en lo que la jerga periodstica denomina la "superconvivencia". La incorporacin de los partidos al sistema poltico otorga representacin a los sectores participantes y legitimidad al Estado; constituye, as, la institucionalizacin de la mecnica de la incorporacin segmentaria. sta se manifiesta, por ejemplo, en las "iniciativas parlamentarias" y las "leyes con nombre propio". Las primeras consisten en la facultad que cada representante tiene de movilizar una determinada asignacin del presupuesto para los propsitos que determine. Las segundas son leyes que afectan en forma exclusiva a una persona natural o jurdica o a un sector particular de la poblacin, sea beneficindolo o perjudicndolo. De ah que el presupuesto est destinado a atender a clientelas polticas segmentadas y, sobre la base de los emprstitos internacio42

La mecnica de la dominacin interna

nales, a financiar obras de infraestructura que permitan incorporar a nuevos segmentos clientelizados.4. LA DINMICA DEL CAMBIO SOCIAL

La formacin de nuevas fuerzas sociales, en un contexto de movilizacin social y poltica (Deutsch, 1961), comienza a presentar visos de enfrentamiento contra las limitaciones de la organizacin imperante en la sociedad. i.Ruralizacin urbana y urbanizacin rural En los ltimos veinticinco aos, la poblacin del pas se duplic de 6 a 12 millones y la poblacin urbana - considerada como la que reside en localidades con ms de 2,000 habitantes - pas del 25 al 42%, con una tasa anual de crecimiento tres veces superior a la de la poblacin rural. Este crecimiento se debi mayormente a la emigracin de la poblacin rural y serrana a la costa central, y tuvo a Lima como foco principal (Servicio del Empleo y Recursos Humanos, 1966). En 1961, alrededor del 15% del total de la poblacin resida en departamentos diferentes de aquellos en los que haban nacido, y una proporcin muy importante se encontraba en Lima y Callao. De ah que, en los ltimos 25 aos, Lima haya triplicado su poblacin, de la cual cerca de la mitad est constituida por migrantes de la primera generacin. Asimismo, el pas ha visto el surgimiento de dos ciudades, Chimbote y Huancayo, pobladas fundamentalmente por inmigrantes, que compiten en importancia con las dems urbes de fundacin hispnica, con excepcin de Lima. El crecimiento urbano debido a la migracin interna ha producido la "ruralizacin de las ciudades", fenmeno consistente en que las formas rurales de comportamiento social y poltico se adecuan al nuevo hbitat. Ello puede deberse al hecho de que el trabajo industrial, que caracteriza al mundo urbano y "moderno" (Inkeles, 1960), recluta a un nmero reducido de migrantes, puesto que la industria privilegia a los alfabetos y a las personas provenientes de reas urbanizadas.43

Julio Cotler Muy pocos obreros textiles provienen de las reas rurales densamente pobladas o de las minas o plantaciones. La mayora vienen directamente de reas urbanas (...) o de otro trabajo mecnico (...). El creciente nmero de migrantes rurales en Lima y en Arequipa se encuentran, tal como era de esperarse, principalmente en ocupaciones no industriales, de "ingreso", tales como la construccin, servicio domstico y las Fuerzas Armadas (Chaplin, 1965)

Los migrantes desarrollan actividades de servicios o artesanales de carcter familiar; sin embargo, por la presin poltica que su presencia acarrea, el Estado se ha visto forzado a impulsar la construccin de viviendas y a conceder facilidades para la instalacin de industrias con el fin de crear empleos. De esta suerte, parte de la poblacin migrante se incorpora a la vida sindical y poltica, lo que origina en ella un inters de naturaleza clasista. Pero estas nuevas formas de participacin no sustraen a los migrantes de sus relaciones con las zonas rurales, bien porque mantienen cargas familiares en dichas reas, bien porque el arribo de los parientes refuerza las identidades originales. Por ello, las barriadas populares se caracterizan por agrupar coterrneos y familias extensas especializadas en trminos ocupacionales. En estos espacios se recrean relaciones de reciprocidad que mantienen lazos de solidaridad regional y comunal, expresados en la participacin en asociaciones regionales (Mangin, 1964b). As, este nuevo tipo de proletariado urbano tiene la oportunidad de socializarse polticamente en distintos niveles y combinar los contextos de clase y partido con los vnculos de naturaleza local, urbana y rural. A travs de este proceso, sus miembros desarrollan y combinan identificaciones y lealtades mltiples, lo que favorece que su movilizacin social y poltica no tenga una orientacin segmentaria. Por ejemplo, la organizacin que agrupa a los obreros de la construccin destaca en el mundo sindical por ser una de las ms beligerantes en dos niveles simultneos: el reivindicativo y el que propugna el cambio poltico a escala nacional.5. Ver tambin Bradfield, 1965; Briones y Meja, 1964. 44

La mecnica de la dominacin interna

Como resultado de esta ruralizacin urbana se observa una creciente "serranizacin" de la costa. La numerosa poblacin que proviene de esa regin da lugar a que un gran nmero de estaciones de radio dedique ms espacio en su programacin a propalar noticias y msica de la sierra, a realizar publicidad en quechua y a forjar estereotipos "indgenas" urbanizados; as, los programas folclricos y la produccin discogrfica de msica serrana tienen una presencia considerable en comparacin con la msica criolla. Estos fenmenos favorecen, a la vez, la "urbanizacin rural". Los estrechos vnculos que los migrantes mantienen con sus lugares de nacimiento promueven la difusin de nuevas modalidades sociales, culturales y polticas en el campo. Asimismo, producen un raudal de innovaciones sociales en esos mbitos al propagar nuevas tecnologas, estilos de consumo y medios de comunicacin de masas, como los aparatos de radio a transistores. Adems, este proceso incide favorablemente en la forja de una posicin de igualdad cvica en el contexto nacional. As, los migrantes difunden nuevas formas organizativas e ideolgicas que insisten en la combinacin de pueblo y pas, de la familia y la situacin del campesinado en general, las que han tenido repercusiones diversas. El Estado, la Iglesia y otras organizaciones internacionales han intervenido para canalizar esta movilizacin social: Cooperacin Popular, los misioneros norteamericanos y canadienses, el Cuerpo de Paz organismos que laboran en las reas rurales - inciden en el mismo proceso de urbanizacin del campo y favorecen el desarrollo de la diversificacin social y de nuevas modalidades de estratificacin. De otro lado, debido a las exigencias ocupacionales de los pobladores urbanos y a la urbanizacin del campo, el Estado se ha visto precisado a desarrollar una poltica de obras pblicas, principalmente de infraestructura, que brinda a nuevas regiones facilidades de comunicacin y permite que un mayor nmero de campesinos sean asalariados. Por ltimo, el incremento de la demanda en la poblacin urbana repercute en transformaciones tecnolgicas y diversifica las ocupaciones en las reas rurales, especialmente las que estn prxi45

Julio Cotler

mas a los centros poblados y se encuentran libres del peso de las haciendas tradicionales. ii. Los marginados urbanos y el Estado La movilizacin social y poltica de los marginados urbanos repercute en la ndole de sus relaciones con las autoridades. Dado el tipo masivo y mltiple de sus reclamos, as como la existencia de varios grupos que compiten para satisfacer sus requerimientos y clientelizar a los pobladores de las barriadas, stos logran escapar a la situacin de dependencia en vista de que pueden alternar con diferentes presuntos patrones. Si bien las asociaciones de pobladores tratan de acogerse a intermediarios influyentes con el fin de conseguir sus objetivos, los trminos de reciprocidad que se desarrollan como consecuencia de esta vinculacin no generan identificaciones o lealtades personales. Adems, esta poblacin reinterpreta y acomoda a sus propios intereses los lazos surgidos de la prestacin de servicios con el fin de eludir relaciones que podran desembocar en la dependencia o la restriccin de sus actividades. As, funcionarios gubernamentales, partidos polticos y figuras "notables" se han visto defraudados por el comportamiento de este sector despus de haberle otorgado algn servicio. Debido al tipo y magnitud de las exigencias populares, slo las entidades estatales pueden ofrecer una respuesta convincente en la cual la figura del intermediario se desvanece. iii. La cholificacin Como resultado de la confluencia de la ruralizacin urbana y la urbanizacin rural, se observa en la denominada "mancha india" un cambio en las modalidades de la estratificacin social que pone el acento en un proceso de liquidacin de la lnea de casta. Estas nuevas formas de estratificacin social proceden del fenmeno de la "cholificacin" (Arguedas, 1956, 1957; Bourricaud, 1962; Mangin, 1966; Plan Regional para el Desarrollo del Sur del Per, 1959; Quijano, 1965a).46

La mecnica de la dominacin interna

La movilizacin social de la poblacin urbana y rural determina que sean cada vez ms los indgenas que, por su contacto con las reas urbanas, aprenden el castellano y se alfabetizan, lo que les permite desempear nuevas ocupaciones, independientes del patronazgo del mestizo. El Plan Regional para el Desarrollo del Sur del Per estimaba en 1959 que los cholos constituan el 70% de la poblacin urbana y el 13% de la poblacin del departamento de Puna. El cholo se caracteriza por su situacin incongruente: por su origen social est cerca del indgena, pero por sus ingresos y la independencia que tiene frente al mestizo, se aleja de aqul. Sus referentes culturales son igualmente ambiguos, al mantener rasgos indgenas y adoptar caractersticas de naturaleza mestiza, pero otorgndoles un nuevo contenido urbano. Si bien el cholo se asienta sobre sus bases locales y el trabajo agrcola, alterna esta labor con ocupaciones asociadas con la movilidad residencial, la que le proporciona los medios necesarios para obtener mayores ingresos y descubrir nuevas oportunidades, a costa de las relaciones de solidaridad comunal. Esto, a la vez, determina el relajamiento de la familia extensa, tpica de la estructura familiar indgena. En la medida en que el sistema social dominante bloquea las posibilidades de que el indgena obtenga prestigio, riqueza y poder por las vas tradicionales, ste "emigra" socialmente hacia la condicin de cholo mediante el desempeo de nuevas ocupaciones libres del patronazgo del mestizo: es trabajador en las obras pblicas, chofer de camin, vendedor ambulante, comerciante de carne y lana. Estas labores le ofrecen liquidez y status, por lo que puede destacarse ante los ojos de sus familiares, amigos y correligionarios que continan en la condicin de indgenas, y ante los mestizos pueblerinos. Su comportamiento agresivo y mvil lo diferencia tanto del mestizo "bien educado" como del indio "servil" y "ablico". Este nuevo tipo social se presenta con mayor frecuencia en los lugares libres del dominio de la hacienda - el valle del Mantaro, por ejemplo -. All, el cholo desarrolla una intensa actividad comercial que contribuye a la formacin de nuevos centros poblados con un tin47

Julio Cotler

te original, cuya mxima expresin es la ciudad de Huancayo. Lo mismo se observa en Cuzco y Puno, en las ciudades de Juliaca y Sicuani.Es significativo en este sentido observar que en Sicuani, donde se nota ms el proceso de cholificacin, no existen muchas haciendas, hay cierto alejamiento del control del Cuzco y un movimiento comercial de mucha importancia. Semejante proceso guarda mucha semejanza con lo ocurrido a fines de la Edad Media, cuando surgieron oportunidades para el comercio o la artesana y el siervo se convirti en ciudadano libre (Plan Regional para el Desarrollo del Sur del Per, 1959: 18).

Sin embargo, debido a las limitaciones polticas y econmicas de la "mancha india", las oportunidades sociales de los cholos se ven constreidas, a diferencia de lo que ocurre en el valle del Mantaro. El bloqueo que los mestizos ejercen sobre los cholos propicia el hecho de que estos "inmigrantes internos" orienten su agresividad hacia las actividades sindicales y polticas. La cercana del grupo cholo a los indgenas y su distancia del mestizo determinan que su actividad poltica se dirija a movilizar a la masa rural, comunera y colona. La creciente importancia poltica que el sector cholo ha adquirido en el rea, "tomando la iniciativa poltica como representante de la masa indgena rural con miras a dominar a las clases superiores", le ha conferido una situacin de prestigio a los ojos de ciertos sectores de la clase baja mestiza, lo que puede favorecer el desarrollo de una "presin tendente a la amalgamacin de la clase media para abajo y la clase chola para arriba" (Plan Regional para el Desarrollo del Sur del Per, 1959: 18). Este hecho permite sugerir que es el grupo cholo el que organiza y dirige las invasiones de haciendas que realizan las comunidades y las huelgas de los colonos, lo cual los enfrenta a la represin mestiza (Craig, 1968; Neira, 1964; Quijano, 1965b). La importancia poltica de los cholos de Puno se muestra en el xito que logr el Frente de Trabajadores Campesinos en las elecciones municipales realizadas en diciembre de 1966. Este movimiento triunf en todas las provincias, con excepcin del principal bastin mestizo, la ciudad de Puno. Esta participacin poltica que persigue redistribuir la propiedad y el poder regional - a diferencia del carcter reivindicativo gremial de48

La mecnica de la dominacin interna

las organizaciones sindicales de la costa - favorece la articulacin o "grupalizacin" del campesino indgena (Quijano, 1967). De esta suerte, se estara en trance de romper las formas de dominacin descritas anteriormente. Por otro lado, la insurgencia del sector cholo en la actividad econmica y poltica ha creado situaciones de competencia inditas con los mestizos de las aldeas y los pueblos. De all que los pequeos y medianos propietarios del rea decidan emigrar a las zonas urbanas - costeas, de preferencia -, donde, gracias a sus conexiones personales, tratan de ocupar posiciones subalternas en la burocracia estatal o en el pequeo comercio, despus de vender, parcelar o abandonar sus propiedades. Otra va para hacer frente a la articulacin campesina es ingresar a las filas de los partidos polticos oficiales. El debilitamiento de los mestizos en la "mancha india" supone, por otro lado, la prdida del respaldo que las clases altas mestizas y la oligarqua limea les otorgaban, a tal punto que voceros de la Sociedad Nacional Agraria han sostenido pblicamente la necesidad de parcelar los latifundios de la sierra sur. En la medida en que el control social impuesto por los mestizos pierde importancia, su imagen de omnipotencia se relaja, mientras que el status del cholo se acrecienta a los ojos del indgena y se constituye en un nuevo modelo de comportamiento social. iv. Las guerrillas Cabe destacar el refuerzo que la emergencia poltica del campesinado recibe de algunas agrupaciones izquierdistas urbanas y la influencia que aqulla tiene en la formacin ideolgica y en las actividades de stas. La revolucin cubana y el conflicto chino-sovitico han contribuido a que algunos sectores de izquierda, principalmente de extraccin intelectual, hayan rechazado las modalidades "reformistas" de los partidos polticos, especialmente las del comunista, y se hayan adherido a los lineamientos "pekineses".49

Julio Cotler

La filiacin de estos nuevos grupos se ha visto reforzada por las invasiones, huelgas e insurrecciones campesinas que, desde hace algunos aos, ocurren en la sierra. Estas acciones confirman su conviccin de que la violencia revolucionaria del campesinado es la nica va de transformacin social. En cambio - plantean - los pequeos y medianos propietarios, obreros, empleados y profesionales se encuentran "aburguesados" o neutralizados segn nuestra denominacin. As, Hugo Blanco declaraba en la prisin que "los campesinos de La Convencin son 'pequeos burgueses'; los futuros levantamientos se realizarn en la sierra y no en La Convencin" (citado por Craig, 1968: 33). Las frustradas actividades guerrilleras en las serranas del sur han contribuido a impulsar la movilizacin poltica de los colonos y comuneros, y a resquebrajar la dependencia estructural y normativa que stos sufren por parte del mestizo. Parece ser que uno de los grupos guerrilleros, ms que a actividades blicas, se dedic a destruir la imagen de omnipotencia que el patrn ostentaba ante los siervos, vejndolo y distribuyendo los signos de su autoridad. Si bien las guerrillas han sido debeladas, han contribuido -junto con la articulacin campesina - al hecho de que en diferentes Crculos polticos, intelectuales, econmicos e incluso militares, se "descubra" la existencia de este "otro" pas y los peligros que encierra para la estructura social. Este descubrimiento ha favorecido las presiones orientadas a lograr que el Estado intervenga, no slo a travs de acciones represivas sino tambin para eliminar la dependencia en que el indio se encuentra respecto del mestizo. As, mediante la reforma agraria y la construccin de vas de comunicacin en la regin se lograra incorporar a esta poblacin y al grueso de los sectores neutralizados al mercado nacional. Pero tales medidas se ven continuamente postergadas, aun en sus manifestaciones ms tmidas, puesto que, como se ha dicho, para llevadas a cabo es necesario reorganizar el aparato estatal y reestructurar el sistema social en su conjunto. La irrupcin del nuevo proletariado urbano y la de su contraparte,50

La mecnica de la dominacin interna

el cholo de la "mancha india", atentan contra la dependencia estructural y normativa de la masa indgena al movilizarla social y polticamente. Esta movilizacin supone el cambio de la articulacin local familiar de los indgenas por otra, con connotaciones clasistas. De esta suerte, el enfrentamiento contra el sistema mestizo de dominacin se establece en el terreno propiamente poltico. As, la "crisis de acceso" del campesinado supone el cuestionamiento de la legitimidad de la lnea de casta y de las brechas econmicas, sociales, polticas y culturales que sta supone. Si la marginacin rural da cabida a la neutralizacin de los sectores actualmente participantes y a la privatizacin del poder estatal, la creciente incursin del campesinado en los recursos polticos exige una nueva modalidad de integracin social, basada en la participacin plena de los diferentes sectores de la poblacin en la distribucin de los recursos sociales, y orientada a la conformacin de un "pluralismo participante". Para decirlo de otra manera, esta crisis persigue la nacionalizacin de la sociedad peruana. En ltima instancia, la crisis de participacin que se observa en el pas cuestiona el consenso basado en criterios de dominacin y muestra la necesidad de establecer otro, sustentado en la participacin ciudadana de los diferentes sectores de la sociedad.

51

Julio Cotler BIBLIOGRAFA ARGUEDAS, Jos Mara 1956 "Puquio, una cultura en proceso de cambio", Revista del Museo Nacional, tomo V, pp. 184-232, Lima. 1957 "Evolucin de las comunidades indgenas. El valle del Mantaro y la ciudad de Huancayo: un caso de fusin de culturas no comprometidas por la accin de las instituciones de orden colonial", Revista del Museo Naciollal, tomo XXVI, pp. 140-194, Lima. BANCO CENTRAL DE RESERVA 1966 Cuentas Nacionales del Per 1950-1965, Lima. BANFIELD, Edward 1958 The Moral Basis of the Backward Societies, Illinois: Free Press. BOURRICAUD, Franois 1961 "Syndicalisme et politique: le cas pruvien", Sociologie du Travail, N 4, pp. 3349, Pars. 1962 Changements PUNO. tude de Sociologie Andine, Pars: Institut des Hautes tudes de l' Amrique Latine XI. (La versin castellana, de 1967, se ti tula Cambios en Puno, Mxico: Instituto Indigenista Interamericano). 1966 "Observaciones sobre la oligarqua peruana", Eco, noviembre-diciembre, Bogot, Instituto de Promocin Humana. (Una versin ampliada se public bajo el ttulo "Notas sobre la oligarqua peruana", en Bourricaud, Franois y otros: La Oligarqua en el Per, pp. 13-54, Lima: Moncloa-Campodnico, 1969). BRADFIELD, Stillman 1965 "Some Occupational Aspects of Migration", Economic Development and Cultural Change, vol. XIV, N 1, pp. 61-70, Nueva York. BRIONES, Guillermo y Jos MEJA VALERA 1964 El obrero industrial. Aspectos sociales del desarrollo econmico del Per, Lima: Instituto de Investigaciones Sociolgicas, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. CEVALLOS VALENCIA, T.C 1965 "Informe sobre Chawaytiri", Estudio de cambios rurales del Per, Lima: Instituto de Estudios Peruanos (ms.). CHAPLIN, D. 1965 "A Discussion of Majar Issues Arising in the Recruitment of Industrial Labor in Peru" (ms.),. Universidad de Wisconsin: Departmento de Sociologa. 52

La mecnica de la dominacin interna COMIT INTERAMERICANO DE DESARROLLO AGRCOLA (CIDA) 1966 Per: Tenencia de la tierra y desarrollo socioeconmico del sector agrcola, Washington: Unin Panamericana. COTLER, Julio 1969 "Actuales pautas de cambio en la sociedad rural del Per", en VV.AA.: Dominacin y cambios en el Per rural. La microrregin del valle de Chancay, pp. 60-79, Lima: Industrial Grfica S.A. CRAIG, Wesley W. Jr. 1968 "El movimiento campesino en La Convencin, Per. La dinmica de una organizacin campesina" (ms.), Serie Documentos Tericos N 1, Lima: Instituto de Estudios Peruanos. CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinand 1966 "El arriendo y la reforma agraria en la provincia de La Convencin", Frum desarrollo econmico, pp. 61-90, Lima: Sociedad de Ingenieros del Per.

sobre

DEUTSCH, Karl W. 1961 "Social Mobilization and Political Development", American Political Science Review, N2, pp. 3-16. DIRECCIN NACIONAL DE ESTADSTICA y CENSOS 1965a Resultados del Sexto Censo Nacional de Poblacin, 1961, vol. 1, tomo 1, Lima. 1965b Resultados del Primer Censo Nacional Agropecuario, 1961, Lima. 1966a Resultados del Sexto Censo Nacional de Poblacin, 1961, vol. 1, tomo 111, Lima. 1966b Resultados del Sexto Censo Nacional de Poblacin, 1961, vol. 1, tomo IV, Lima. FONSECA, Csar y Juan MURRUGARRA 1966 "Chuyas-Huaychao", en Sociedad, cultura y economa en las reas andino peruanas, pp. 1-46, Lima: Instituto Indigenista Peruano, Ministerio de Trabajo y Comunidades. FOSTER, George 1963 "The Dyadic Contract in Tzintzuntzan. Patron Client Relationship 11", American Anthropologist, vol. 65, N 6, pp. 1280-1294. 1965 "Peasant Society and the Image of the Limited Good", American Anthropologist, vol. 67, N2, pp. 293-315. FRANK, Andrew G. 1966 "La participacin popular en lo relativo a algunos objetivos econmicos rurales" (ms.). (Posteriormente, el texto fu