poema. el duelo de la cañada

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¿ Desea oir el poema ?.Entonces haz clic en la estrella.

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Poema. El duelo de la cañada. ¿ Desea oir el poema ?.Entonces haz clic en la estrella. Autor : Federico Garcia Lorca. presentación por Luis Campiña. Declamador. Cecilio Leal. - PowerPoint PPT Presentation

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Page 1: Poema. El duelo de la cañada

¿ Desea oir el poema ?.Entonces haz clic en la estrella.

Page 2: Poema. El duelo de la cañada

¿ Que como fue señora ? Como son las cosas cuando son del alma, el era muy hombre y ella era muy linda, yo la quería y ella me adoraba, pero el, el hecho sombras se me interponía y todos los días junto a su ventana manojos fragantes de rosas habían y rojos claveles y dalias de nacar.

Y cuando las sombras cubrían las cosas y en el ancho cielo la luna brillaba, dentro de las palmeras brotaba su canto, y como una flecha llegaba a su casa y como la quería y como le cantaba sus ansias de amores, y como vibraba en el su guitarra.

Page 3: Poema. El duelo de la cañada

Y yo…yo tras las palmas con rabia les oía y entre canto y canto, me brotaba una lágrima, lágrimas de hombres, no crea otra cosa…por que los hombres lloran como las mujeres por que tienen débil como ellas el alma…no pude evitarlo no, la envidia es muy negra y la pena de amor es muy mala, y cuando la sangre se enrabia en las venas ya no hay quien pueda señora calmarla.

Una noche oscura, lo que hacen los celos, lo esperé allá abajo junto a la cañada y retumbaba el trueno , llovía y el río hinchado igual que mis venas bajaba, al fin a lo lejos lo vi entre las sombras, y venia cantando su loca esperanza y en el cinto colgaba el machete, y bajo el brazo su alegre guitarra.

Page 4: Poema. El duelo de la cañada

Llegó hacia mi lado, tranquilo..sereno y me clavó en mis ojos su fría mirada y me dijo me esperas…le dije te espero y ya no cruzamos mas ni una palabra y que era bravo el hombre…y los hombres machos pelean no hablan, como la quería …y el machete dejo su amor y sus ansias, brillaron sus ojos, roncaba su pecho y entre golpe y golpe ponía su alma, fue lucha de toros, no fue lucha de hombres, esto bien lo sabe la vieja cañada.

Pero mas que el amor y el ensueño pudieron la envidia y la rabia, y al fin mi machete lo dejó tendido junto a su guitarra, no se asuste señora, son cosas pasadas..y aun muriendo me dijo quiérela, quiérela que es buena…quiérela que es santa…quiérela como yo la quería, llévala como yo la lleve metida aquí, en mi alma.

Page 5: Poema. El duelo de la cañada

Y yo, si, yo tuve celos…tuve celos de aquel que así me hablaba, tuve celos de aquel que moría y que aun muriendo la amaba…la sangre se hirvío en mis venas, el machete temblaba con rabia…lo hundí en su pecho con odio con furia, razgando sus carnes y buscándole el alma, porque dentro de su alma, se llevaba mi hembra y yo…yo no quería que se la llevara.