platón y el platonismo

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    PLATON Y EL NEOPLATONISMOMaria Isabel Santa Cruz

    INTRODUCCIONPlaten vivio en el s iglo IV a.C. y el neoplatonismo es la ult ima direc-cion del pensamiento pagano que se despliega entre los s iglos III y VId.C. Entre Platen y Plotino median, pues, seis largos s iglos, plenos denotables desarrollos f ilosoficos. Aunque el oeoplatonismo bebe dePlaten y, en a lguna medida , cont inua la l inea de 10 que suele deno-minarse platonismo media, no ha podido eludir la pesada inf luen-c ia del aristotel ismo y tampoco, aunque en menor medida , l a de lasdirecciones filosoficas postaristotelicas, en especial el estoicismo.Teniendo en cuenta la brecha que los separa , en lugar de presentar laconcepcion metafisica de Platen conjuntarnente can la del neoplato-ni smo, he pre ferido dividir este trabajo en dos partes. En la primerasecc ion intentare hacer una presentac ion de los micleos del pensa-miento platonico que revisten interes desde el punta de vista meta -f is ico. En la segunda seccion ofrecere una caracterizacion de 10 quepuede llamarse el sistemametafisico del neoplatonismo.Abordar la problematica rnetafisica platonica exige ocuparse in-eludible y central mente de su Hamada reor ia de las Ideas, del pro-blema de su naturaleza y surelacion can los par ticulares sensibles , delas re laciones ent re las Ideas y, por ul timo, de 10 que concie rne a losprincipios 0 elementos i il timos constitut ivos de toda la realidad. Encuanto alneoplatonismo, no esposible encarar dentro de los l imitesde este trabajo un t ratamiento de los diver sos autores que se encua-dran en estadirecci6n de pensamiento con laque secierra lareflexi6nfilos6fica pagana: Plotino, Porfirio, Jfunblico, Proclo, Damascio, Sim-plicio, para mencionar 5610 a los mas importantes . Presentare, pues,los principales rasgos comunes y los aspectos centrales de la concep-cion metaf is ica de los neoplat6nicos, can especial referencia a Ploti-no, su presunto iniciador 0, al menos, su principal representante.

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    Es sabido que tanto el te rrnino metafisica como su concepto sonposter iores a Platen, quizas surgidos en los circulos de los discfpulosinmediatos de Aristote les para denominar esa especulacion a la queeste l larno filosoffa primera, sabidurfa 0 ciencia buscada 0, en unsentido algo dist into, teologfa. Adernas, Platon no hace dis tincionalguna entre disciplinas f ilos6f icas, dis tincion que, con la divis ionentre f isica, etica y dialectica, debe haber surgido temprano en 1aAntigua Academia, pos iblemente con jenocrates, En sentido estric-to Platen es anterior ala meta fisica y, en consecuencia , no ha pod i-do reflexionar ace rca de que sea la metafisica, ni cual su objeto, sufin 0 su rnetodo; menos aun acerca de la pos ibil idad 0 imposibilidadde la metafisica y de su relacion con ot ras disc iplinas de l conoc i-miento. Sin embargo, podriamos dec ir que si Pla t6n hubiese sabido10 que por metaffsica comenzo a entenderse no demasiado tiempodespues de su muerte , segura mente habria aceptado que buena par-te de su especulacion era de caracter metaf is ico: aquella concernien-te al objeto, eI metodo y eI fin de la filosofia 0 de su columna verte-bral , l a dialect ica , En efecto, Pla ten indaga sobre la na turaleza de larea1idad ultima, ~obre 1 0 que la hace posible , asi como sobre e l pro-blema de la relacion existente entre esa realidad ult ima y los particu-lares sensibles que pueblan el mundo fis ico,Como no es posible depurar totalmente 1ametaffs ica platonicade otros aspec tos de su pensamiento que estan estrechamente un i-dos a ella, en esta exposicion se hallaran mas de una vez temas quepodrian tal vez tacharse de logicos, epistemologicos 0eticos, Puedeafirmarse que es prac ti carnente imposible t razar una distincion enPlaten entre epistemologfa y metafisica, Sus concepciones sobre 10que es estan en gran medida controladas por sus ideas acerca decomo puede darse cuenta del conocimiento y su concepcion acercade 10 que es e lconocimiento se configura en buena medida sobre labase de sus convicciones de 1 0 que escognoscible. En tal senti do, susdoc trinas t ienen un perfil dif erente de las caracte rfst icamente mo-dernas (White, 1992, 277).AI abordar a Platen me ocupare casi exclusivamente de las doc-trinas presentadas en sus escri tos y solo al final hare a lgunas refe -rencias al estado actual de la polernica entre esoteristas y antiesote-r is tas, resurgida con notable intensidad en los ult imos afios , acercade las doctrinas no escritas, En mi enfoque de Platen adoptareuna postura moderadamente cronologica: pre fie ro lee r en los dia-logos una suerte de evolucion, si no en las doctrinas mismas, a1menos en el modo en que el propio Platen decidio presentarlas, Nocorresponde entrar aquf en los problemas que acarrea la determina-c ion de una cron,ologfa absolu ta y de una cronologia re lat iva de los

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    dialogos de Platen. De estas cuestiones se han ocupado en los 61-timos afios H. Thes1eff, L. Brandwood, G. Ledger y T. Robinson(Brisson, 1994b, 268).1. La basqueda de los universales en los dialogos tempranosSegiin Aristoteles (Metafisica I 6, 987a 29 ss.), Platen habria recib i-do en su juventud la influencia heracli tea a traves de Crati lo, paraquien todo 10 sens ible esta sujeto al devenir y, por 10 t anto, no pue-de ser objeto de conocimiento; la inf luencia de Socrates , quien esta-ba empefiado en la biisqueda del universal y de la definicion en elambi to moral , y, por fin, la influencia de los pi tagoricos, quieneshallaban en los mimeros la clave para descifrar la estructura de lareal idad. Dado que la definic ion no puede corresponder a ningunade las cosas sensibles , sujetas a perpetuo cambio, Platen considero-prosigue Aristoteles-e- que debian concernir a otro tipo de entida-des, a las que l lama Ideas, separadas de las cosas sensibles que reci -ben de elias sus nombres. Sostuvo, ademas, que las multiples cosasexisten por partic ipacion en las Ideas, pero de estas no dio una ade-cuada explicaci6n.Es diffcil sos tener que Socrates haya e1aborado con claridad unaconcepcion de los universa les, pero sus indagaciones apuntan a esadimension, y es muy probable que hayan proporc ionado a Platen elfondo del que ha podido nacer su preocupacion por el problema delanatura leza de los universales. La forma de la famosa pregun ta so-cratica -cuidadosamente analizada por Bravo (1985,65-76)- esprecisamente

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    iEn espaf iol suele usarse el termino Idea, trasl iteraci6n del grie-go, para traducir idea 0 eidos. Los autores de lengua inglesa en gene-ral prefieren Form (Forma), que responde mejor al signif icado ori-ginario de los terrninos. Los terrninos eidos 0 idea, emparentados conuna de las rakes del verbo ver , signif ican originariamente aspecto 0forma caracte rfst ica de a lgo que se presenta a lav ista y de ahi tomane l sentido mas abstrac to de constituci6no de na tura leza. EI eidos esun aspecto 0 caracter comun que un conjunto de cosas exhibe y quees aprehendido por la inte ligencia 0 mente, carac te r que se adviertecomo uno y el mismo en todas las mult iples instancias . Asi , nuestraexper iencia de un etdos es la exper iencia de la unidad en multipl ici-dad, de una unidad e identidad ilustrada rmilt iplemente 0, al menos,capaz de ello. Ese caracter 0 aspecto cormin es 10 que normalmenteexpresamos con un te rmino descriptivo singular como piadoso,igual 0"bel lo. En tal sent ido, se tra ta de un un iversal , pero en losprimer os dialogos -los dialogos refutativos, a veces l lamados so-crat icos, en los que no se ofrecen doc trinas posit ivas- nada se dicetodavia acerca de su naturaleza 0posici6n ontologica. De cualquiermodo, a pesar de la irremediable ambigiiedad dela pregunta eque esx? (Cross , 1965, 29) , el eidos es mas que el signifi cado de las pala -bras 0 de las expresiones. Es aquello verdadero y constante que haceposible e l di scurso y el juicio, a lgo por sf, permanente, ni re lat ivo anosotros ni dependiente de nosotros (Cratilo 356d-e).Con esto se hall an presupuestas las bases de la teoria c lasica delas Ideas, que aparece formulada explfcitamente en los dialogosmedios. En efectb, con la bii squeda de las definiciones queda inme-diatamente comprornetida la cuesti6n del tipo de entidades de lasque se tra ta en las definic iones. La busqueda de las definic iones sevuelve paulatinamente menos importante: si bien tiene un papeldecis ivo y central en los primer os dialogos, en los dialogos medios elacento se desplaza hacia la naturaleza de las entidades que la defini-ci6n define. Asi , la histor ia de la metafisica y la epistemologia plato-nica en sus dialogos medios ya no es la historia de su concepci6nsobre las definiciones, 10 cual no sign ifica que Platen haya dej ado decreer en la posibil idad 0 1a deseabi lidad de establecerlas (White ,1992,279). En efec to, en laRepublica dice que el filosofo dialecticoes el encargado de proporcionar ell6gos de cada cosa (534b) y endialogos tardios como el Sofista 0el Politico vuelve a la carga con lapregunta inicial ique es x? y despliega var ias def iniciones del so-fista 0del politico.il;iI!, ~, 2. La teoria cldsica de las IdeasA partir de los dialogos medios, en par ticular elFed6n, las Formas 0Ideas se presentan con una existencia independiente de las cosas,

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    pendenc ia del pensamiento que las aprehende. Las cosas sensiblest ienen una entidad infer ior, imperfecta: existen gracias a las Formasy por referencia a elIas se nombran. Mientras que 10 inteligible esdivino , no compuesto, si empre ident ico a sf mismo y se mantiene enla misma condic ion, uniforme, aprehensible solo por e l intelecto,invisible, eterno, perfecto, inmortal e indisoluble, 10sensible es com-puesto, no conserva jamas identidad consigo mismo ni se mantieneen una misma condic ion; es pol imorfo, ap rehensible por los senti-dos, imperfecto, mortal , disoluble. Lo inteligible domina sobre 10sensible, como el alma sobre el cuerpo; essuper ior ontologies yaxio-logicamente (Fed6n 78b ss. ). Mientras que las cosas sensibles estanen el espacio y en el ti empo (punto especialmente se fialado en eITimeoy; las Ideas son independientes respecto de ambos y, en talsentido, son separadas de las cosas sensibles, como Aristoteles dice.Precisarnente porque son realidades perfectas, ellas son paradigmas,esto es, modelos ideales de perfeccion alos que las cosas par ticularessolo se aproximan. Si rven como crit erios que perrniten discerni r siuna cosa posee 0 no posee tal 0 cual propiedady el grado en el queel la 10 exhibe, Como sefiala Crombie (1963, vol. 2, 263-264), de lacaracterizacion de las Formas como model os, paradigmas 0arqueti--pos no debe infer irse que Platen las concibiera comoparticularesperfectos. La Forma es lin modelo 0 arquetipo en el sentido de unaestructura que pueden encarnar diversos par ticulares; un disefio quese hal la en un nivell6gico diferente de las cosas en las que se plasma.No esun particular sino un universal; una unidad sobre la mult ipli -c idad, princ ipio uni ficador: existe una unica Forma para cada con-junto de cosas a las que asignamos un mismo hombre (Republica596a). Las Formas dan razon del hecho de que las cosas sensiblesesten agrupadas en clases, que hayagrupos de par ticulares que, aun-que presenten entre ellos diferencias individuales en muchos aspec-tos , constituyen, s in embargo, un conjunto, LasFormas nos permitenusar terrninos generales 0nombres comunes. '

    Las Formas'son causas de 10 sensible, no en el sentido de pro-ductoras deefectos sino de principios expl ica tivos que dan razonde 10 causado por elIos y s in los cuales 10causado ser ia inexplica-ble.P la ten hal la difi cult ades a la hora de explicar e l modo en que sever if ica esta causalidad de las Formas. Setorna necesario explicar lacomunidad entre Formas y particulares, en virtud de la cual lasFormas pueden expl ica r la comunidad de las cosas ent re S 1 . Es esteel problema que suele Ilamarse de la parti cipacion trnethexiss,aunque la par tic ipac ion es solo una de las maneras -metaforicas,como ya crit icaba Aristoteles-c - de presenta r la relacion (Fed6nlODe).

    Plat6n emplea dos grupos de metaforas para expresar la rela-cion de causalidad entre 10inteligible y 10sensible: par ticipacion-

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    presenc ia (que aparece fundamenta lrnente en e l Fed6tt) y copia-modelo (de mayor peso en la Republica y el Timeo). EI primer gru-po supone la posesion de a lgo delo intel igible por par te de 10sens i-ble. En el segundo, las cosas son copias, imitan, aspiran a lasFormas,que son paradigmas, mode los, origina les que las cosas espejan im-perfectamentey a las cuales se asemejan (Fujisawa, 1974);Hablar de part icipac ion de la cosa en la Forma ode presen-cia de esta enla cosa 0 de una comunidad entre ambas sugiereunare laci6n de inmanenc ia, mient ras que tra tar a las Forrnas comomodel os imitados sugiere una trascendencia y una derivacion y de-pendencia de 10 sensible respecto de 10 inreligible, Probablemente,a l util izar elgrupo de imageries que sugieren inmanenc ia , Pla tenquiere des tacar el estrecho vinculo entre un universal y sus particu-lares , mientras que al recurrir al lenguaje que sugiere trascendenciasubraya elcaracter def iciente del par ticular respecto del universalqueejemplifica. .La que sue le llamarse teoria plat6nica de las Formas es una teo-ria sobre dases 0 tipos. Pero parece poco adecuada la afi rrnacion deque esas clases 0 t ipos pueden exist ir con plena independenc ia deque haya cosas part iculares pertenecientes a ese tipo. En este senti-do, el dualismo platonico no es tan tajante como a veces se ha pre-tendido. Las entidades intel igibles y las sensibles son, sin duda, dediferente na turaleza. Pero dec ir que las Ideas estan separadas de lascosas -y esa separacion es blanco de las cri ticas de Aris t6teles-s ignifica afirmar que su existencia depende de elias mismas. Las co-sas no ex isten con independencia de las Formas. Perc> ' estas difi-ci lmente podrian concebirsecon independenc ia de las cosas de lascuales son Formas. Dicho deotro modo, no se trata de que Platenafirme la existencia de un mundo- consti tuido por en tidades per"fectas, inmutables que habitan una region ce leste haya 0 no cosassensibles, como narra miticamente elFedro. La teorfa de lasF ormasesen Platen una hip6tes is explicativa de Laposibilidad de la intel igi-bilidad de 10 que esta suje to a devenir y se muest ra mul tiforme, de lapos ibil idad del conocimiento y de patrones morales.

    La existencia objet iva de las Formas eo;subrayada no solo en losdialogos de madurez, en par ticular elFedon y la Republica, sino queaparece explic itamente en un dia logo tardio como es el Timeo, en elque Platen presenta su concepcion fisica y en el que recurre a laimagen de un demiurgo, artesano divino que, mirando las Formas,realiza una copia y, l levando las cosas del desorden al orden, produ-cee l mundo sensible con toda su beIIeza y armenia. Un elemento denovedad introducido en este dialogo, aunque no en la parte quedescribe la actividad del demiurgo sino en la que tra ta sob re 10queacontece por necesidad - (47e-69a), es la nocion de receptacu lo deldevenir , coeterno con las Ideas y el demiurgo, que permanece impa-33

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    La imposibilidad de separar 1 0 metaffsico de 1 0 epistemologico enPla ten se muestra de modo part icularmente cla ro en las seccionescentra les de la jRepublica. Hacia eI fina l del libro VI y a comienzosdel VII Platen introduce tres famosas imagenes 0alegorfas -anali-zadas por Eggers Lan (1976)- con propositos dife rentes pero tam-bien concurrentes: l a de l sol, la de una linea dividida y la tan cono-cida de la caverna que, en un sentido, retoma y completa las dosanter iores. La primera intenta ofrecer una explicacion analogica dela estructura del mundo intel igible, valiendose para ello de la estruc-tura del mundo sensible. Su proposito esmetaffs ico, en tanto exhibeeI fundamento ultimo de 1 0 intel igible, la Forma del Bien, que es laque, asociada a la justicia y a las demas virtudes, l as hace ut il es ybeneficiosas (505a); es en virtud de el la que 10 bello es bello y 1 0justo es justo. Como el sol, que es principio de vision y de genera-ci.on y que no se confunde con aquello de 10 que es principio, elBIen, de modo analogo, es el principio de la inteligibilidad de 1 0inteligible y de su ser, no siendo el mismo ser, sino a1go que estamas alla del ser.superandolo en dignidad y poder- (509b). La Ideade Bien -presentada expl fcit arnente solo en laRepublica- apareceasi como el principia unificador del mundo de las Ideas, como laForma de las Formas, en la medidaque es, prec isamente , modelo deelIas y aquello que de cormin tienen todas las Ideas en tanto queideas: la perfeccion, No puede pensarse que el Bien sea un principiotrascendente a las Ideas, salvo en algun sentidocompatible con lainmanencia. El Bien esta en las Ideas y a traves de elIas es un princi-pio de perfecc ion pro pia de todas y cada una de elias , con indepen-~en~ia de su es~ecifi~idad. Y , aunque no pueda se~aprehendido ensi mismo, es cognoscible en y a t raves de las Ideas. EI es, en efecto, elmas alto objeto: de conocimiento, que se a1canza como coronaciondel saber acabado de las Ideas en tanto que Ideas, puesto que es Ideade las Ideas, aquel lo en v irtud de 10 cuallas Ideas son precisamenteIdeas. .

    Pasemos ah~ra a la segunda imagen, la de una linea dividida endos segmentos desiguales , que representan el ambito de 10 sensible yel de 10 intel igible y que son, a su vez, seccionados s iguiendo la rnis-rna proporcion (Republica VI 509d-511e). Recurriendo a un mode-1 0 matematico, Platen establece una correspondencia entre modosde ser y mod os de saber, pero pone el acento en este segundo aspec-to. Mientras que 10 sensible -tanto los objetos mismos como susimagenes-> es objeto de opinion (d6xa), 10 intel igible es objeto de

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    sible y recibe las copias de las Ideas que constituyen el mundo sensi -ble (48e-52d).3. La diaIectica en los didlogos medios

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    verdadero conocimiento (epistemei. En el segmento infe rior de lal inea, despues de dist inguir entre objetos, 51: distinguen dos ~o,dosde d6xa: la eikasia 0 imaginacion, que corresponde a las image-nes, y la pistis 0 creencia, que correspo~de ~ los objeto~. A I dividirelsegmento super ior de la I inea, el de 10 inteligible, Platon no ~ecu-rre, como en el caso de 10 sens ible, a una dis tincion entre objetos,sino a una distincion entre dos modos diferentes en que la mentepuede aprehender sus objetos , q~e so~ intel igibles y ~?gno.scibles:didnoia y noesis, pensarmento discursivo y aprehension directa einmediata de 10 intel igible. Ej emplifi ca el modo dianoe tico con elproceder habitual de los mate maticos. ElIos: en efecto, parten dehipotesis, de supuestos cuya verdad no cuestlOna?, y lIevan a cabosucesivas deducciones para l legar a una conclusion. Por otro lado,aunque sus razonamientos son sobr~ objetos intel igi?les, no pue~enprescindir de usar 10 sensible Co~o,lIl~agen. Por. :nc!ma de este ~IP,Ode saber Platen coloca el saber dialect ico. Tarnbien elparte de hipo-tesis, pero para elevarse de una a otra como si fuer.an 'p~ldaiios 0t rampo lines, buscando no una conc lusion sino ~n pnn~IpI~ 9ue lasfunde y, al dar raz6n de elIas, destruya su caracter hipotetico. Eldialectico, pues, va cancelando hipotesis y debe asce~der ~~sta lIe-gar a un principio no hipotet ico que, en este texto, s ,eId:n~lflCa conla Idea de Bien. Por otra parte, no se apoya en 10 mas nurumo en 10sensible y trabaja solo con Ideas tomadas en sf mismas. Cuando lamente accede a la aprehension del pr incipia, puede, a su luz, cono-cer acabadamente 10 que es cad a cosa en sf (533b), la esencia decada cosa (534b), el elemento formal y permanente en ella. _Elmasal to saber esto es la intuicion intelectual del fundamento ul timo dela realidad, es la ' coronacion de un procedimiento dialect ico cuyapropedeut ica es la matematica , en tanto esta entrena a la mente en eltrato can 10 inteligible.4. Objeciones a la teoria cldsica de las IdeasComo vimos, las Ideas constituyen la hipotes is bas ica sobre la que seapoya todo el edificio metafisico platonico. Estan pr~s~ntes, aunquede diferente modo, a 10 largo de toda su obra. Las dificultades con-ceptua les impl icadas en la present~cion de la t~orfa de las Formas yde la relacion entre ellas y los par ticulares sensibles que nos ofrecenlos dia logos medios son expl ici tamente expuestas par Platen ~~ ,e lParmenides, un dia logo que si rve a la vez de ruptura y de translc~onentre los dialogos de madurez y los tardios, Probablemente ref lejendiscusiones en el seno de la Academia, ya que son retomadas porArist6teles . Un Socrates muy joven y aun inexper to en cuestiones dedialecti ca debe enfrentar una serie de obj eciones que le fo rmula elanciano y ducho Parrnenides, a las que no se da respuesta y que

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    desembocan en aporias. La primera t iene que ver can la extensiondel ambito de las Formas. Socrates esta dispuesto a admitir sindudar que hay Formas de maxima aplicab ilidad como semejanza,unidad 0multipl icidad, aSIcomo vir tudes y valores como bello 0justo, pero duda ace r ca de la existencia de Formas de sustanciasn~~urales co~o _fuego u hombre y niega que las haya de cosas insig-nificantes 0 indignas, como pelo 0 basura. La dif icultadpara deter-minar de que hay Formas viene del hecho de que si las Formas sonuniversales, l a extension de l campo eideti co deberfa se r cas! irres-tri cta , mient ras que si se las mi ra como modelos, resul ta di fic il, si noimposible, admitir Formas de casas corruptibles 0 esencialmenteimperfectas. I

    Si se parte Ide que hay efectivamente relacion entre Formas yparticulares, seaesta entendida como participacion, unidad sobre laplural idad, como conceptos o como relacion de copia a modeIo, entodos los casas , sedesemboca en dif icultades, entre eIIas la del ter-cer hombre. Si en funcion de estas se niega toda relacion entre losdos ambi tos, t ambien se cae en aporias: jamas podrfamos conocersino 1 0 sensible y, extrema absurdo, los dioses tampoco podrian co-nocernos ni se r nuest ros amos.Se afirme 0 se niegue una relacionentre Formas y particulares, se cae en serias di ficultades. Pero esono puede l Ievarnos a negar las Formas, porque sin e lIas es impensa-ble el conocimiento y el discurso.

    En el Parmenides Platon no reniega de su teoria de las Formaspero advierte la necesidad de re formularla para evi tar la tendenc ia atratar las F ormas como casas y para no entender ya la diferenciaent~~ sujeto y predic~do 0 en~re entidad y propiedades como sepa-racion de dos sustancias (Berti, 1975,306). Las Formas, concebidasen los dialogos medios como entidades indivisas, en SI y par si, ycomo model os perfectos , no permiten resolver satisfactoriamente elproblema ontologico de la conciliacion de 10Uno y 10Multiple (La-france, 1981,309).5. La dialect ica como conocimiento de fa relaci6n entre las FormasEn los dialogos tardios Platen intenta una solucion hac iendo sal ir alas Formas de s;u unicidad y de su aislamiento y reemplazando laconcepcion de 10 inteligible como una pletora de Formas unas eindivisas, po r un plexo de relaciones, donde cada Forma es resul ta-do de unentre lazamiento 0 combinac ion unitaria de mul tiples For-mas. La unidad y mul tiplic idad del mundo sensible deben hallar suprincipio de inteligibilidad en la unidad y la multiplicidad de lasFormas. Asi se desvanece la preocupacion por trazar una clara dis-t incion entre propiedad en si y la propiedad en las cosas (Crombie ,1963, vol. 2,262). EI interes seha desplazado de la relacion cosas-

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    Formas ala re lac ion Formas-Formas y el modo en que ella es apre-hendida. EI saber mas alto, la dialect ics, consiste ahora en el discer-nimiento de las precisas relaciones que constituyen el ambito intel i-gible.En el Sofista, dia logo que , como ha mostrado G. Marcos (Mar-cos, 1994 y 1995), ofrece una solucion al problema del error, hal la-mos algunos elementos de nove dad que modif ican la presentaci6nde los dialogos medios: la afirmac ion de la combinac ion de las For-mas 0 Generos, la adrnision de la realidad del no ser, el empleo deun metoda de division dicotomica cuyo fin es la definicion y la ca-rac teri zac ion de la dialec tica como el arte de conocer las combina-ciones Iicitas ente las Formas.EI proposito inicial y ostensivo del Sofista es def inir al sof is ta, esdecir , explici tar els ignif icado de ese nombre comun y aclarar cual esel obje to al que se 10 estamos aplicando cuando 10usamos (217b-218d) . Para def inir serequiere un metodo, cuyo esqueleto se exhibea t raves de un ejemplo , pequefio y fac il, trivia l y casi ri sible: un pes-cador de caf ia, EI procedimiento consiste en una serie de divisionesdicotomicas, cuyo fin es acotar el obje to que se ha de definir , indi -cando 10 que el es a fuerza de distinguirlo y separarlo paulat ina yordenadamente de todo cuanto el no es. A traves de este ejemplo delpescador de cafia , asi como de las definiciones de l sofi st a en el Sofis-ta y del politico en el Politico; Platen nos exhibe la anatomia delmetoda de divis ion. El primer paso consiste en f ij ar el genero inicial ,es decir, el caracter relevante y general que el objeto que se ha dedefini r comparte con ot ros. EI p rocedimiento que se sigue consisteen una serie de sucesivos cortes y la definicion radica en el enlacearticulado de las secciones que se van eligiendo en cada paso, esdecir , todas las caracterist icas involucradas en la nocion jerarquica-mente ordenadas. La definido es, en consecuencia, un entrelaza-miento de nociones que guardan entre si de te rminadas re lac iones.Lo que en cada caso se corta es, pa ra dccirlo en terrn inos plato -nicos, un genos a un eidos, un genero 0 una forma. Platen usaambos te rminos como sin6nimos, sin percibi r en el lo, al parecer,ninguna dif icultad. Mientras que genos cannota algo semejante auna clase, etdos, por su lado, connota algo semejan te a una propie -dad de clase. Genes y eidos se equiparan, puesto que un genero estal si y s610si todo 10incluido en el posee un determinada etdos, unadeterminada propiedad 0 caracterist ica corruin. Platen, por cierto,suele ernplear estos terminos para refer irse a cntidades ontologica-mente elevadas, pero es importante adver tir que tarnbien los ernpleaen pasa jes y con textos en los que no aluden especificamente a talesentidades, y que mucha de 10que Pla t6n dice puede entenderse sinreferencia a las Formas (Crombie, 1963,352). Puede dec irse que ladivision dicotomica discrimina, clasifica y ordena nociones, y pasee

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    MA RiA ISA BEL SA NTA CRUZ

    va lidez como metodo, sin necesidad de que los generos 0 propieda-des que art icula tengan contrapartida en una entidad inteligible ensf. La divisi6n dicot6mica se muestra como un rnetodo J6gico deanalisis conceptual, cuyo fin es l legar a una definici6n que explici tee l signifi cado de los te rminos mediante el estab lec imiento de reIa -c iones c laras y preci sas entre nociones. EI procedimiento, para sercorrecto, debe observar c ie rtas reg las, que Pla ton indica en e lPo-litico. La mas importante es la que sefia la que las partes resul tantesde la divi si6n deben ser siempre forrnas- (286d; c f. Sofista 264c,262b-263b) y>en tal sentido, al seccionar sera preciso respetar lasarticulaciones naturales (Politico 259d) y no destrozar la pieza a lamanera de un mal carnicero (Fedro 265e) . Es importante subrayarque, a di ferenc ia de los dialogos tempranos y medios, en los ta rdiosdef in~r sup one determinar la caracterisi tca relevante cormin pero,t ambien a la vez y fundamentalmente , todas las carac teri st icas di-ferenciales que separan 10 que se quiere definir y 10 acotan, dis-t inguiendolo de! todos sus semejantes. La definicion implica, pues,tanto una unificacion -determinaci6n de 10 comun-e- como unadist incion 0 dischminaci6n -de terminaci6n de 10d ife rente - y s610de ese modo se .advertiran los e lementos cornunes y se evitaran, almisrno tiempo, las falsas generalizaciones.

    La i rnportancia de la divi si6n ha sido a veces exagerada y otrasveces minimizada. Tal como expusimos, ell a aparece presentadacomo un metodo 16gico de clasi ficaci6n conceptua l y, como ta l, esi it il y valiosa como instrumento de analis is , esten 0 no esten en jue-go entidades ontol6gicas elevadas. Lo que ahora debemos exarninaress i la dialect ica tardia consiste precisarnente en esta 16gica de clasi-ficaci6n conceptual , como 10 han sostenido Stenze l (1961) y quie -nes 10 siguen.La definici6n de la dia lec tica se introduce despues de haber de-j ado en cla ro la necesidad de una combinac i6n no indiscriminadaentre las Forrnas. Las Formas se combinan entre si, pero no todacombinac i6n es posible : algunas form as convienen entre si, mien-tras que o tras no se admiten reciprocarnente (Sofista 251d-253a).Movimiento y reposo, por ej emplo, se excluyen ent re sf. Si se sostu-vie ra que se combinan, se caeria en el absurdo de tener que afirmarque el movimiento esta quieto 0 que el reposo se mueve.

    As! como para saber cuales son las letras que pueden combinar-se entre sf es preci so disponer de la gramat ica y aSIcomo para sabercuales son los sonidos que pueden combinarse entre SI e s precisod~sp?n~r de l~ rusica, aSI tambien deb e ra contar con un arte, ladialectics, quien haya de mostrar cuales de los generos concuerdancon otros y cuales no se admiten entre s l (253blO-cl). La dialect icaes la ciencia que permite saber que combinaciones son posibles ycuales no 10son. Ella consiste en dividir por generos y no conside-

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    ,F PLAT6N Y EL NEOPLATONISMO

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    rar diferente a una forma que es la misma ni la misma a una que esdiferente (253dl -3). Y, en una compl icada carac te rizad6n, anal i-zada cuidadosarnente pOI Gomez Lobo (1977),se expl ica a conti -nuacion: Por 10 tanto, quien es capaz de Ihacer esto, perc ibe sufi -cientemente una unica idea a traves de una multiplicidad, dondecada una esta separada, extend ida a todas elias, y percibe muchasideas mutuarnente diferentes, abarcadas por una idea desde fuera; y,a su vez, una i inica idea que mantiene su unidad a traves de muchosconj untos y muchas absolutamente separadas. Esto, a saber, en quemedida los diversos generos pueden combinarse y en que medidano, es saber discernir genero por genero (253d5-e2).Esta dialectica, aSIdefinida, no se identifica sin mas con el proce-dimiento de division dicotornica, si bien tiene con el puntos de coin-cidencia. Ante todo, debe adver tirse que la def inicion de la dialecr icase inscribe en un contexto en e l que Platen esta hablando de ent ida-des ontologicas elevadas, los generos supremos (254b ss. ). En se-gundo lugar , debe adver tirse tambien que la funcion de la dialect icaes el discernimiento de combinaciones llciras entre Formas 0 Gene-ros, mientras que la division d icot6mica tiene como fin l legar a unadefinicion. Hay, por otra par te, elementos comunes, que son los quehan Ilevado a var ios autores a identif icar dialect ica y divis i6n: en unay otra es preciso ver en unidad y en mult ipli cidad, dist inguir 10co-rrnin y 10diferente; en una y otra, ademas, es preciso dividir 0discri-minar por Formas 0 por Generos. Y esinnegable que estos dos rasgosconstituyen la medula de la dialect ics. Sin embargo, el discernir porgeneros propio dela dialect ica no tiene por que consist ir en una serieprogres iva y ordenada de divis iones dicotomicas, La dialect ica es lacapacidad de discernimiento de la estructura inteligible, constituidapor un plexo de relaciones intrincadas. EI objeto de la dialect ics noes ya, como en los dia logos medios, aprehender cada esencia inteli -gible, 10que escada cosa en 5 1 (Republica 532a-b; 533b; 534b) , sinolas relaciones por las que el ser estd constituido, y esas relaciones noselimitan a una ordenaci6n jerarquica de generos y especies subor-dinadas, sino que se trata de relaciones mucho mas complejas. Ladivis ion dicotomica esta encarada por Plat6n como un metodo Iogi-co propedeutico, cuyo ejercicio se vuelve indispensable para accedera la dialect ica . Ello se debe a que es el rnecanismo mas l inea l, masesquernatico, mas simple, de discernimiento, dasificaci6n y ordena-cion de nociones y, como tal, un instrumento inaprec iable para en-trenar a la mente. Sibien las diferentes def iniciones del sofista y delpolitico tienen cierto valor independiente, Plat6n subraya que lapractica del metodo de division no tiene su fin en ella rnisma, sinoque apunta a hacernos mas habiles dialect icos (Politico 285d5-6;287a3), mas capaces de descubrir la verdad (Politico 286e2, 287a4).La dialecti ca no se agota en un conjun to de reglas ni se adquiere por

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    memorizaci6n de el las; no es rnecanica ni sust ituye a l pensar. Es unmodo de pensar, una destrezaque se hi de adquirir, un saber denaturaleza directa e intuitiva, resultado ycoronaci6n de un largoesfuerzo, de una sosten ida eje rci tac ion, de una pract ica rnetodicaadecuada, que, al fin, permiteal alma ver por sf misma (Carta VII341cA, 344b-c; Pedro 272c, 274a; Republica 43Sd) . E l metodo dedivisi~n.es, por cierto, una practica de rutina, que no ofrece un mapaontologico, que no retrata la ordenaci6nre1acional de las Formassino que prepara para la dialectics; yPlaton sabia que ser bueno endivision no es.necesa.ri~t;nente ser bueno en dialectica, Sabemos quee~_la Acad~mla las dlV1slOn~seran un ejercicio corriente y en el Po-11t~coPlaton parece advertir contra un uso abusivo y exterior delmetodo que 10 toma como un fin en sf mismo.Aunque la divis ion dicotomica esun metodo de analisis concep-tual propedeutico, su estructura se adeciia, lineal y esquernaticamen-te, al modo en que en los ultimos dialogosse concibe la realidadintel igible. La concepci6n del se r presente en losdialogos mediosexig~a ~omo disciplinas propedeuticas las maternaticas, que, en laRepubli~a, apru;ecen como preludio de la dialect ica . En el Sefista,r~s~ondlendo ~una nueva co~cepci6ndel ser como relaci6n, l ad ia-lectica a 'pa~ece como co~onaCl6ri de un metodo logico de analisis yestablecimiento de relaciones. Lavalidez de la estructura del meto-da esta, pues, l egit imada por hi estructura de la realidad.

    Plato? senala. explicitamente (Sofista 254c) que no pretendehacer un mventano de la total idad de las Formas 0 Generos porqueello solo embrollar ia la cuest iori , Habra que contentarsecon exami-nar algunos de los generos rnayores, esto es, mas importantes 0 demaxir_n~aplicabilid.ad: movimiento, reposo, ser, 10 mismo y 10 otro.Este ultimo es equiparado al no set, entendido no como un no serabsoluto rechazado con j usta razon por Parrnenides por cont rario alser (258e-259a), sino un no ser rela tivo,en el sentido de al ter idad.Este no ser, elemento diferenciador que recorre el ambito de lasIdeas, es condicion de posibilidad tanto de su pluralidad como des~s combinaciones (2~4b-259d) . Ser y no ser son inseparables entresi, Cad a Forma se defme no solo por 10 que es sino adem as por to do10 que e lla no es. Sin el no ser que las separa , todas las Formas sedanuna. y. I.amisma. Este no ser relat ivo perrnit ira tambien jus tificar laposibilidad de l error y de los enunciados falsos. La dialect ica estoes~la aprehen.s ion de las relaciones internas de 10 inteligible, deter-mma las. relaclO,:es del Ser sin confundir todas las semejanzas en unafalsa unidad y sin perderse, adernas , en la inf inidad inintel igible delas diferencias individuales.

    El Filebo, que retoma el problema de la conciliacion entre launidad y la mul tip lic idad en el seno de los universales int roducecomo elemento de novedad los conceptos de origen pitagorico de,I

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    PLATON Y EL NEOPLATONISMO

    l frni te y de ilimitado,peras yapeiron (16-20 y 23-30),constitutivosultimos de todas las cosas. La dia lecti ca -como ya an tic ipa el Fedro(Santa Cruz, 1990)- es lac iencia que permite aprehender el mime-ro exacto de intermediarios entre l imite e i limitado, entre la unidady la multiplicidad. ASI,en los iiltirnos dialogos hay una presentaciondiferente y mas afinada de 10 inteligible, y una preocupacion porcaracte rizar a la dialecti ca como la di sc ipl ina mas e levada, cuyo co-metido es discernir las precisas relaciones entre las Formas.6. Las doctrinas no escritasQueda por hacer una muy breve refe rencia a ciertas doctr inas at ri-buidas a Pla ten por Aristoteles, pa rticula rmen te en e l primero y losdos ult imos l ibros de la Metaffsica, que no se hallan en los dia logosy deben haber formado parte de las ensefianzas ora les y de las di scu-siones en el seno de la Academia, a proposito de los principios 61-t imos de toda la rea lidad. Seg6n Aristoteles, Plat6n introdujo enti-dades matematicas intermedias ent re las Ideas y los parti cula ressensibles . Los principios ult imos de los nurneros formales 0 Ideas-rnimeros son 10 Uno y la dfada indeterrninada 0 10 grande y 10pequefio, elementos formal y material respectivament.Esa doctrina constituiria el sistema axiornatico sobre el quedescansaba 10 que hoy consideramos la rne tafi si ca de Pla ten , se-gun la pos icion sos tenida por laHamada escuela de Tubinga (Gaiser,Kramer, Szlezak), fuertemente defendida en Italia por G. Reale ycontra la que se pronunc ian los an tieso teri st as, como, por ej em-plo, L . Brisson y M. Isnardi Parente.Aunque no puede negarse la importancia de los testimoniosaristotel icos ni puede dejarse de lado el contenido de las ensefianzasno escritas, la postura de los esoteristas es exagerada. Como diceBrisson (1994b, 285), reducir toda la ernpresa platonica a un siste-ma metafisico que culmina en dos principios opues tos puede satis fa-cer a quien ama la c laridad y desea integrar todas las doctr inas f ilo-sof icas en una vis ion metafisica ordinar ia, pero eso tal vez quita todointeres 0 gran parte de inte res a Platen. La lectura de los dia logos esinsustituible y las concepciones que en enos hallamos constituyen 10principal del Platen que inf luyo en la pos teridad.

    II. EL NEOPLATONI:5MO

    1. Caracteres generales de la metajisica neoplatonicaEl termino neoplatonismo fue acufiado a comienzos del siglo XIXpara distinguir la forma de platonismo iniciada por Plotino en el

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    siglo IIId.C. de la tradicion que arranca con los discipulos inrnedia-:os.de PI~ton X ,sedesarrolla ?asta el siglo IId.C. A esta importante yult ima direccion del pensarruento pagano pertenecen diversos auto-res, pero su principal exponente -tal vez su fundador- es Plotino~uien p~od~ce una sfntesis filosofica original, cuya muy elaborad~srsternatizacion hallaremos tressiglos despues en Proclo.. La me.t~f isica neoplatonica ~sta estrechamente l igada a la exege-SIS de 10 5 filosofos annguos, particularrnente Piston yAristoteles. Por10 demas, !aarmonizacion de aspectos metaffs icos y rel igiosos da alneopla~omsmo una tonica peculiar. EIresultado de la aproximacionde Plotino ala experiencia religiosa, facilitada por la asociacion entregrado~ de u~ida~ y grados de perfeccion, representa la transposicionde la f ilosoffa gnega en una nueva clave (Wall is , 1995,2-4)., .Para hacer una caracte ri zacion general de Ia metaffsica neopla-tonica pueden sefialarse algunos principios fundamentales, comu-nes a todos los autores que pertenecen a esta corriente en muchosde los cuales se advierte la hcrencia del platonismo rnedio (Hadot1971, 1-3; Merlan, 1960, 1). '

    En primer lugar, el principio de unidad y de unidad sistemati-zant~: todo cuanto exi ste 10 hace en virtud de la unidad que Ie espr

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    Intel ig~ncia y ~l~ma. Como l.arealidad es de naturaleza espiri tual ,e stos di ferentes niveles son diversos grados de complejidad tantoontologicos como noeticos (Trouillard, 1955a 6-8; Santa Cruz1973, 13-20). La produccion de la realidad coincide con la contern-plac!on (theoria) (III 8,passim; Cilento, 1946) . Cada hipos tasis 10esen virtud de su, relac i6n con la anterior, de la que procede y hac ia laque r~gresa. A~i,~r;el establecimiento de cada hip6stasis, es tan ne-cesana la convers ion como la procesion,E1punto de part ida del despliegue de la realidad es 10 Uno-Bienfuerza productora dinarnica de todo loque existe, principio inefableque tr~sclende a 10 que de el procede s in estar , sin embargo, separa-do de el. Es absolu~ame.n~e uno, carente de toda determinacion y detod.~ form~, ~ura ~1l1_lphCldadque exduye toda composicion y com-p~eJl~ad, illvrve illplen~a. No .es.ser.sino principio de este, En rigor,illng.u~ nOI?bre Ie conviene, illsiqurera Uno. De el no hay discur-so illcrencia. ~n tant_ocarente de forma no puede ser aprehendidopor el pen.s~mlento 11l expresado en ellenguaje. S610puede hablarsesobre 7 1 .dlclendo, I? que no. es 0 usando un lenguaje aproximativo,metafonco, analogico, par tiendo de las cosas que Ie son infer iores.Mas al~a del ser, del conocer , de la vida, del pensamiento, absoluta-mente l ll~fable, inf inito, informe, maximo Bien, de el surge, eternay necesanarnente, por una suerte de derramamiento de su infinit apotenciaproducrorn, sin que sufra menoscabo alguno ni se mueva,i ll 10desee, la segunda hipos tasis, la Intel igencia, pr imer ser .El.gran problema que se ha de enfrentar es el de explicar comoes posl?le el.pa,so de. la unidad ala mult iplicidad. La generacion dela Inteligencia a: partir de 10Uno se cumple en dos mementos. unaprocesion, es dc.ir, una der ivacion de algo que es aiin indetermina-do, a 10que. Plot~no llama. a veces materia intel igible, alter idad pri-mera 0 dualidad indeterrninada, y su detencion y reversion contem-plativa hacia 10'Uno, gracias a la cual se de termina y se constituyeco~o Inteligencia y como ser (Igal, 1971; Santa Cruz, 1979). Si-guiendo la l inea abierta por el platonismo medio Plotino sintet izade modo admirable la concepcion pla tonica de la s Ideas con la con-cepcion a:istotel i.ca del Pr imer Motor inmovil , EI primer ser , que espnmera vida y pnmer pensamiento -t riada esta cuyos orfgenes pue-d~n rast rearse en e .l Sofista de Plat6n (Hadot, 1960)-, es pensa-mIen~o de.1pensamlento y, al pensarse, piensa la pluralidad de For-mas lllt ehgl?les que 10 constituyen. EI mundo platonico de lasFormas ha sido ahora transpuesto al contenido constitutivo de laIntel igenc~a 0 Nous .Pero, en fuerte cri tica a Aris toteles, para quienel pensarruento del pensamiento era p.r imero, Plotino sostiene que,dado que el pensamiento, por su propia na turaleza encierra ladua-Iidad pensante-pensado, debe haber por encima de el una unidadabsoluta que escape a toda duplicidad. La neces idad de laexistencia

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    de un principio uno se presenta as! como una exigencia rac ionaI. Elmundo intel igible es una total idad organic a y dinamica de seres quese interpenetran y que son a la vez Formas e intel igencias. EI eternodinamismo que comporta el autopensamiento propio de la inteli -gencia es su vida.En el primer tratado de la Eneada VI Plot ino ofrece una prolij acri tica de las categorias aristotel icas y estoicas, tendente a mostrarque eIlas de jan de lado precisamente a las entidades verdaderas, l asintel igibles, y se ocupan solo de las sensibles (Santa Cruz, 1994).Reelaborando los generos mayores del Sofista de Plat6n, Plotinointroduce en VI 2 su propia concepcion de los generos de 10 inteligi-ble, operando una transformaci6n de los generos mayores tmegistagene) del Sofista en generos primer os tprota gene). Ser, movimiento,reposo, 10 mismo y 10 otro son los tinicos cinco generos del ser,generos ala vez que principios, que se interpenetran dinarnicamentepara constituir el tramado de 10inteligible. Ellos son los principiosconstitutivos de las Ideas. En VI 3, finalmente -y operando unareduccion de las categorias arisroteli cas=-, identifi ca cinco cate -gorfas de 10sensible: sustancia, cantidad, cualidad, relacion y movi-miento.La Intel igencia, al contemplarse a S 1 misma, produce la tercerahipostasis, el Alma, productora a su vez del ultimo escalon de larealidad, que marca su limite infe rior, la materia. El alma posee dospartes 0 funciones: una super ior, vuelta eternamente hacia la inte-l igencia, y una inferior -a laque Plotino llama a menudo naturale-za-, vuelta hac ia 10sensible, que genera tanto la materia como laforma, plural izandose en una mult itud de razones seminales que vi-vifican y conforman 10 sens ible. La materia marca ell imite mas alladel cua l no puede irse . No se opone duall sti camente a 1 0 Uno, pues-to que el la aparece como el punta final de lap rocesi6n, e lmomentoen que lav ida se detiene, el momento en el que cesa toda capac idadcontemplativa y productiva.En la carac terizaci6n plotiniana de la mate ria confluyen la no-cion platonica de receptaculo del devenir , la aristotel ica de mater iaprima y la estoica de mate ria sin cual idad. El la es absolutamenteimpasible, pura potencia, espejo en el que se ref lejan las formas s inmodi ficarla . Lo sensible , par su parte, es un compuesto de forma ymateria. La forma sens ible, inseparable de la materia, es una suertededestello producido par las formas inteligi bles que estan en elAlma.A traves de la concepci6n de la real idad como una procesion conti-nua, Plotino pretende mantener el caracter puramente intel igible delas Formas pero asegurar tambien la continuidad entre 10inteligible

    y 10sensible. EIalma, aunque esintermediaria entre 10inteligible y 10sens ible, per tenece enteramente al ambito de 10 inteligible, pero ellaproduce las formas que inhieren en 10sensible.

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    3. El neop!atonismo posteriorEI neoplatonismo posterior organiza en una escolas tica docta elpen-samiento de Plotino. En estrecha conexi6n con la fundamentaci6nespeculativa Fel politefsrno, en jamblico (280-330 d.C.) haHamos latendencia a multiplicar las hip6stasis y a organiza r los gr.rdos de laprocesi6n ed trfadas, Mas tarde esta tendencia es llevada hasta laexasperaci6n por Prodo (410-485 d.C .), el mas importante rep re-sentante de Iii escue la de Atenas y, como j ambl ico , apasionado porlos oraculos y por la teurgia. Autor de los Elementos de teologia y dela Teologia plat6nica, escribi6 tambien ex tensos comentarios a va-r ios dialogos de Plat6n y a los Elementos de Euclides. Como ya 1 0habia hecho j amblico, quien postu laba un segundo Uno, Prodo in-troduce entre el principio supremo y las hipos tasis del mundo inte-l igible un intermediar io . Se trata de una ser ie de henadas que coinci-den con los dioses supremos. Estas henadas estan por encima delser, de la vida y del pensamiento y poseen caracteres analogos a 1 0Uno, pero mientras que este esUno aque llas son unidades. A ellasle s iguen las hipostas is del mundo intel igible, que sedividen en tria-das y estas a su vez en ulte riores tri adas. La generac ion de las cosasse explica por una suerte de descenso en espiral y de una serie detri ad as , en cada una de las cuales dos te rrninos en oposic ion mutua-uno de los cuales es unidad y determinaci6n y e l otro plural idad ypotencia- dan origen a un tercer terrnino.La metafisica neoplatonica ess ignificativa no solo porque repre-senta el inten to por reuni r de modo completo y organico los gran-des debates del mundo antiguo y conciliarlos con motivos religiososde la cultura helenis tica, s ino porque, a traves de ella, el platonismopasa a la Edad Media y continua en Occidente. Su inf luencia se rna-nifi esta durapte siglos. Baste recordar que en el siglo XVII el monis-mo de Spinoza y el monadismo de Leibniz representan diferentesdesarrollos de un sus trato neoplatonico cornun; 0 que en Inglaterrasu resonancia se dio en e l campo de la lit eratura del periodo isabeli -no y tam bien entre los rornanticos , 0 que en Francia ha alimentadoa un filosofo: de la tal la de Bergson.

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