picachos verdadera reserva de lobinas trofeo

27
AÑO 3 / NÚMERO 21 / BIMESTRAL $40.00

Upload: lobinas-trofeo

Post on 07-Apr-2016

246 views

Category:

Documents


10 download

DESCRIPTION

reseña de Pesca de la Presa Picachos en Sinaloa Mexico y Entrevista a Cazadores Mexicanos de Lobinas Trofeo

TRANSCRIPT

Page 1: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

AÑO

3 / N

ÚMER

O 21

/ BI

MES

TRAL

$4

0.00

Page 2: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo
Page 3: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

©DERECHOS RESERVADOSTodo el material de esta publicación no podrá ser

reproducido en ninguna forma sin la autorización por escrito de su editor. Los puntos de vista de los artícu-los son responsabilidad exclusiva de sus autores y no necesariamente reflejan el punto de vista del editor responsable ni del personal que labora en la revista.

La veracidad y contenido de los anuncios de esta revista es responsabilidad de los anunciantes.

EDITOR RESPONSABLE: Oscar Estrada Beltrán.

Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor:04-2009-081316304200-102. Número de

Certificado de Licitud de Título en trámite. Número de Certificado de Licitud de Contenido en trámite.

Domicilio de la publicación: Río Elba 10-402, Col. Cuauhtémoc, C.P. 06500, México, D.F.

T. 01(55) 5553 2355, 5553 5032. [email protected]

Imprenta: PrePrensa Digital S.A. de C.V.Caravaggio No. 30, Mixcoac

México, D.F.

Diciembre 2014 - Enero 2015

24 Huites Bass Club

secciones

En esta edición de Pro Fishing & Boats te llevaremos a conocer maravillas de la pesca deportiva que esconde el norte de México. Además, te mostraremos algunos de los mejores yates de pesca y te diremos qué pasó en los torneos más

recientes. Primero, nos vamos hasta Sinaloa, a la presa Picachos. Aquí acompañare-mos al Dr. Rogelio Villareal en la mejor experiencia de pesca de lobina de su vida, cuando luchó con ejemplares que destrozaban señuelos y peleaban entre cientos por robar la carnada, en un frenesí alimenticio muy poco común en cualquier embalse del mundo. Sin salir del estado de Sinaloa, iremos a la presa Luis Donaldo Colosio, para que la empresa Huites Bass Club nos guíe en una extraordinaria experiencia de pesca, ideal para todos los cazadores de lobinas que disfrutan de la mejor atención. También hablaremos de botes, del Rampage 41 Express y el Boston Whaler 270 Vantage. Te diremos todo lo que tienes que saber de estos dos modelos y qué los hace fantásticas máquinas para la pesca en el mar. Para terminar, te daremos el reporte completo del Torneo Internacional de Pesca de Marlín y Pez Vela Puerto Vallarta 2014. Todo esto encontrarás en las páginas de esta edición. Estamos seguros de que te vas a divertir. Así que prepara tu caña, el equipo y... ¡vamos a pescar!

Grupo Expediciónnúmero 21 año 4

DIRECCIÓN Carlos Almanza - Oscar Estrada

DISEÑO

CORRECCIÓN DE TEXTOSXiomara Ballesteros

RELACIONES COMERCIALESMiriam Ortíz

Luis Omar Viloria01 (55) 5553 5032 / 5553 2355

COLABORADORESCarlos Martín del Campo,

Dr. Rogelio Villarreal,Club de Pesca de Puerto Vallarta

PORTADARampage 41 Express

Revista Fishing & Boats

ASISTENCIA EN DISEÑOJavier Balderas

PREPRENSA E IMPRESIÓNPre Prensa Digital S.A. de C.V.

4 PICACHOSAuténtica reserva de lobinas trofeo

Editorial

Contenido

30 La entrevista

34 Boston Whaler 270 V

20 Rampage 41

38 Torneo Internacional de Pesca Marlín y Pez Vela en Puerto Vallarta

Page 4: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

La enorme máquina me recibe con luz tenue y una estructura acorazada que la protege y a la vez escuda a los opera-

dores de la radiación emanada por la misma. Me invitan a recostarme dentro de la circular estructura. Estaré 45 minutos sin moverme para permitirles escudriñar milímetro a milií-metro mi columna cervical, dorsal y lumbar. Estoy aquí como resultado de un fuerte im-pacto al tomar una ola de la Vicente Guerrero y caer directo y sin protección sobre el asiento de fibra de vidrio de la panga.

Posterior a este golpazo he experimentado dolor en la espalda que se extiende hacia mi pierna izquierda, debilitándola para realizar algunos movimientos. El equipo de resonan-cia magnética comienza a producir un ruido rítmico y fuerte. Cierro los ojos y aún cuando mi pasión por la búsqueda de lobinas trofeo ha marcado en mi cuerpo algunas dolencias y cicatrices, envío mis pensamientos hacia la próxima misión de Lobinas Trofeo Mexican Fishing Tour: la Presa Picachos en Sinaloa.

El equipo médico y técnico decide también explorar mi cerebro. ¿Podrán ver lo que estoy pensando? Cientos de lobinas nos atacan, ani-quilando completamente todas las bolsas de plásticos que llevamos en la embarcación. Los señuelos duros, paletones, jigs, despeinadas y ratltraps van disminuyendo en cantidad, pau-latinamente. ¿Estarán los médicos y técnicos disfrutando de esta experiencia de pesca y lo hermoso del embalse de Picachos?

Entre los espacios sin sonido, cuando el moderno equipo se silencia, voy organizando mentalmente la salida de pesca con mis ami-gos que poseen la pasión. Deseo con todas mis ganas que los estudios rindan un informe favorable y que los galenos no limiten mis ac-tividades, sobre todo las de mi pasión, la pesca de lobinas trofeo.

Después de tres cuartos de hora, una voz me llama a través de un equipo de radiocomuni-&

4

Texto: Dr. Rogelio Villarreal y los amigos que poseen la pasión.Fotografìa: Javier Iván González Estrada (Drama and Pride) Monterrey, NL, en algún hospital de la ciudad

AUTÉNTICA RESERVA DE LOBINAS TROFEO

PICACHOS

5

cación. “Dr. Villarreal. Dr. Villarreal, el estu-dio ha terminado, le pedimos no se mueva, en breve lo reincorporamos para que pase a ves-tirse y recoja sus pertenencias”, anuncia.

En realidad el tiempo se me pasó volando al pensar en la presa Picachos y proyectar la organización de esta ansiada salida de pesca.

La presa Picachos está ubicada en el poblado Puerta de Santo Tomás, Sinaloa. Es una presa joven construida en 2006, destinada exclusi-vamente a la irrigación. Se proyectó sobre 4 pueblos, mismos que fueron reubicados.

La población de lobina llegó un año des-pués, incluyéndose reproductoras de buena talla y juveniles. El clima de la zona y las características de estructura y cobertura del nuevo embalse han ayudado al crecimiento y desarrollo de las lobinas y demás especies forraje. La presa se presenta como una opción muy interesante para la pesca deportiva de lo-bina, pues aunque es relativamente pequeña es muy desafiante.

El resultado del agotador estudio es entrega-do en un folder que contiene un elegante sobre y un disco compacto. La etiqueta va dirigida al doctor responsable de mi tratamiento. ¿Lo abriré? Yo también soy doctor. ¿Qué haré?

¡Qué rayos! Delicadamente, abro el sobre y despliego la hoja del resultado posicionándo-me con rapidez a la parte baja de la misma. Diagnóstico: todas las estructuras evaluadas, incluyendo el área cerebral, están dentro de límites normales. Yes! los pude engañar con mis pensamientos de Picachos. Qué emo-ción, no tengo nada lastimado. ¡Nace otra vez un cazador de lobinas trofeo! Que venga Picachos.

Me merezco un premio, una buena caña. Le marco a mi amigo Jesús Morales Jr. “Chuy, necesito una caña fuerte, muy buena. ¿Qué me recomiendas?”, le pregunto. “Duckett Ice Heavy”, responde. “Mándamela, Chuy. Me la voy a llevar a Picachos”.

Para la organización de la salida, Roberto Treviño se ha encargado de contactar a Sergio Villaseñor, alias “el Villano”. Con toda la in-formación necesaria, salimos vía terrestre de Monterrey rumbo a la ya famosa Presa Pica-chos. El trayecto carretero es impecable, es-pecialmente la parte de Durango a Mazatlán. Qué bárbaro, que buen trabajo hicieron los in-genieros mexicanos, disminuyendo conside-rablemente el tiempo del trayecto, mejorando la seguridad y demostrando lo que podemos hacer los mexicanos.

Arribamos puntuales a la 1 pm a la Nueva Puerta de Santo Tomás, el hermoso pueblo nos recibe con una calle central empedrada, la cual está flanqueada por la iglesia del San-to Patrono de la comunidad. El comité de re-cepción coordinado por Sergio Villaseñor nos sorprende con la presencia de Eduardo Yoshi.

Yoshi, como mejor se le conoce, es seleccio-nado nacional mexicano de pesca de lobina y representa un proyecto de difusión de la pes-ca de lobina en México. De padres japoneses, Yoshi ha logrado aplicar la dedicación, tenaci-dad y el estado mental del japonés a la pesca de lobina en México, todo esto complementa-do por un compacto y robusto cuerpo. El re-sultado: una aceitada máquina de pesca.

Entre abrazos efusivos, el Villano me dice: “lo hemos estado esperando por acá, Doctor”. Sergio Villaseñor, más que un guía, es un ver-dadero asesor de pesca de lobina mexicana. Biólogo, ambientalista y protector de la lobi-na, posee un bagaje de conocimientos teóri-cos y prácticos acerca de la especie que com-parte en cada uno de los momentos y sesiones de pesca. Delgado y de ojos penetrantes, su andar pone de manifiesto una discapacidad motora que para nada ha mermado su pasión por el deporte. El Villano será nuestro coor-dinador general de la visita a este embalse. “Ok”, dice Villseñor. “A comer, y a las 3 pm estaremos entrando a pescar a Picachos. No &

Page 5: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

se la van a acabar, Doctor”.El acceso a la presa está controlado median-

te una caseta donde los pescadores se repor-tan. Ahí mismo se consiguen bebidas heladas y el hielo necesario para la sesión de pesca. El encargado abre una cuenta para cada grupo de pescadores haciendo de la compra un evento sumamente rápido y práctico.

Surtimos las hieleras y reiniciamos el ca-mino hacia el embarcadero de la presa, en el camino nos encontramos con un desarrollo de una hermosa hacienda de pesca que incluye varias cabañas y una gran palapa. “Este es de los gringos”, menciona el Villano. “Han acordado con el consejo de Santo Tomás un contrato de renta por determinado número de años. Querían comprar pero el pueblo decidió rentar el terreno”.

Abordamos las embarcaciones y nos dirigi-mos al primer punto de pesca, la antigua casa de Doña Pilar. Bajo las aguas de la presa Pica-chos se encuentra la original comunidad de la Puerta de San Marcos. Grandes y musculosas lobinas guardianes hacen rondines alrededor de la antigua casa de la que un día salió Pilar Sarabia Colio, ex habitante de la comunidad Puerta de San Marcos, al encontrarse con fuerzas federales y hacerles frente para de-fender las tierras de su gente, las tierras de la Puerta de San Marcos.

Cuado de construyó la presa Picachos, los habitantes de las comunidades que serían inundadas, incluida Puerta de San Marcos, fueron desalojados por la fuerza.

Cuando llegaron a sacarlos de sus hogares, Pilar Sarabia Colio salió de su casa a encon-trarse con fuerzas federales y hacerles frente para defender las tierras de su gente.

Muy de cerca la seguía su hijo, Fermín Li-zárraga Sarabia, mejor conocido como “el Indio”. Con paso decidido y la frente en alto, Doña Pilar enfrentó a los federales. Se es-cucharon dos percusiones y siguió un hueco sonido cuando las municiones de plástico hi-cieron blanco en el pecho de Doña Pilar. La valiente mujer se tambaleó y cayó estrepito-samente sobre la tierra por la que daría hasta la vida. El Indio tronó las quijadas y con ojos encendidos de furia tomó al primer federal del cuello, lo levantó en vilo y lo estrelló con-tra el terregoso terreno rematándolo de un puñetazo con toda su fuerza.

Con gran rapidez se despachó dos federa-les más. Siguió un cuarto oficial que recibió la fuerza de una furia que iba en aumento. Se necesitaron 6 elementos para lograr con-trolar al Indio. (Relato popular modificado para efectos de la publicación).

El Villano posiciona la lancha pegada a la orilla del embalse, el tiro será dirigido hacia el vaso de la presa. Desde donde estamos, a aproximadamente 30 metros más allá se en-cuentra hundida la antigua casa de este icono de la población de la puerta de Santo Tomás. &

7&

7

Armado con un cangrejo de plástico en arreglo Florida, Roberto Treviño engancha con fuerza a uno de los peces guar-dianes de la casa hun-dida. La fuerza y agre-sividad que las lobinas de estas tierras han desarrollado le impo-nen a Roberto y su caña una carga de trabajo por arriba del promedio de las lobinas de otros embalses. Roberto, al recobrar, emite todo tipo de sonidos.

FuerzaLa

&7

Armado con un cangrejo de plástico en arreglo Florida, Roberto Treviño engancha con fuerza a uno de los peces guardianes de la casa hundida. La fuerza y agresividad que las lobinas de estas tierras han desarrollado le imponen a Roberto y su caña una carga de trabajo por arriba del promedio de las lobinas de otros embalses. Roberto, al recobrar, emite todo tipo de sonidos acompañados de un fuer-te y audible respirar. “¡Estas sí son lobinas, mi Doctor!” exclama entre jadeos.

Antes de que Roberto suba la lobina a la lancha, otro guardián de la casa de Doña Pi-lar embate con toda su furia mi Senko. Com-pruebo el poder de estas lobinas. ¡Qué bárba-ro, qué agresividad y fuerza! Aún cuando he ido desarrollando el sentido para diferenciar el embate de una lobina trofeo contra una promedio, la lobina no me permite discernir si se trata de un trofeo o de una lobina media-na, me contengo de cantar un “¡está buena, está buena!”

Las lobinas son subidas a la lancha en forma casi simultánea. ¡No lo puedo creer! Su peso ronda el kilo y medio. Con las aptitudes de lucha de estos ejemplares esperaría que estu-vieran en un peso de alrededor de los 3 kilos.

Las lobinas van saliendo una tras otra… 25, 26, 27, avanza mi cuenta mental. Tal pareciera que la casa de Doña Pilar tuviera un ejército de guardianes custodiándola y que estuvieran pidiendo refuerzos constantemente. “¡Esto va a estar bueno!”, comenta con efusividad Treviño.

Después del comentario, se le prende una buena lobina a Roberto. La empieza a traba-jar con dificultad por el cansancio acumula-do. La lobina le saca línea y Treviño aprieta el drag, el musculoso guardián de Doña Pilar da un fuerte jalón y Roberto le responde con un segundo enganche tratando de clavar más el anzuelo.

Repentinamente, la caña de Treviño estalla en varias partes volando por los aires. La lobi-na logra escapar dejando al cazador de trofeos con un rompecabezas pendiendo de la línea la cual en su parte final con la ayuda del aire realiza movimientos helicoidales. “Tenías ra-zón –le digo a Treviño–, esto se va a poner bueno”.

El sol inicia su descenso al contabilizar la lobina número 50. Empezamos a sentir los efectos del cansancio por la intensa actividad de pesca y el trayecto carretero. El Villano sugiere regresar al pueblo para instalarnos en la casa que rentamos y disfrutar de una buena cena.

La casa de color rosa es compacta pero fun-cional. Dos recámaras con camas dobles, un baño y un comedor. Nuevas unidades de en-friamiento hacen muy placentera la entrada a la misma. Uno a uno, nos enfilamos hacia la regadera, el agua fresca repone nuestros cuer-pos de una agradable manera.

Mientras esto sucede, el Villano se apresta a prender el carbón en nuestro pequeño asa-dor de acero inoxidable. Con el olor del car-bón encendiéndose, nos sentamos a la mesa y acompañados de un buen tequila y una cerve-za bien fría, iniciamos la conversación acerca del primer encuentro con Picachos. “Estoy un poco desconcertado con las lobinas de aquí, no sé si traigo un trofeo o una lobina prome-dio”, le cuento al Villano. “Mire, Doctor. Las lobinas de aquí son furiosas, y además han de-sarrollado una dentadura sumamente afilada. Para pescar aquí, se requiere guante todo el tiempo”, contesta él.

“Teníamos información acerca de la fuerza de las lobinas de aquí, pero no esperábamos lo que estamos experimentando”, añade Tre-viño.

Colocamos los T-bones sobre la parrilla bus-cando un término medio arrebatado, al pun-to, como dirían los argentinos. El Villano nos consigue platos, vasos y cubiertos con el veci-no, sin problema. Así es México, así es nues-tra gente y la puerta de Santo Tomás no es la excepción. Siempre atentos a las necesidades de los visitantes, la gente de aquí es comparti-da, amable y entregada.&

6&

Page 6: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

¡Los cortes quedan excelentes! Y acompa-ñados de tortillas de maíz, cebollas asadas y una buena salsa acabamos fieramente, como las lobinas de Picachos, con ellos. Rendidos, caemos sobre las cómodas camas soñando con las lobinas y recuperándonos para el día de mañana que incluye la primera sesión de pesca completa en este embalse.

Picachos, Sinaloa. Viernes 6:00 am¡Wow! Por primera vez me quedé dormido hasta que el despertador timbró, y timbró en repetidas ocasiones. Creo que el impacto de la actividad de pesca me llevó a un profundo y reparador sueño. Me levanto y alisto mis co-sas para ir a desayunar a casa de Doña Pilar. En la casa ya nos esperan Doña Pilar y su hija Magaly. Nos sentamos en una mesa rectangu-lar que nos permite una preciosa vista de la Iglesia de Santo Tomás.

Magaly, joven mujer de gran sonrisa y ama-ble trato, nos recibe con buen café para em-pezar. A la mesa van llegando el chorizo con huevo, frijoles refritos, enormes tortillas de harina y de maíz.

Roberto no le quita la mirada a un platón que está sobre la mesa de la cocina. En él descansa un delicado queso fresco hecho en casa. Al fin, Magaly toma el platón y lo pone en la mesa. Más rápido que una centella, Roberto le im-prime el primer corte al queso. Sus ojos brillan de placer, le vuelve a meter el cuchillo y se lle-va otra pieza a la boca. “Doctor, Doctor, tienes que probar este queso”. Roberto voltea a ver las tortillas de harina e ignorando completa-mente el machacado, desprende media parte de una tortilla de harina y le avienta otro peda-zo de queso. No habla, solo un “mmmm”.

En el centro de la mesa destaca un bote con tapa que contiene unas extrañas frutas redon-das con sal de grano. Le pregunto a Magaly qué hay en ese bote. “Chile de árbol de la región. Son chiles completamente redondos de color rojo intenso, cocidos en salmuera”, contesta. Como si fueran chiles piquines gi-gantes, tomo uno y lo corto en cuatro partes. ¡Un picor intenso pero delicioso!

En cuanto Roberto me permite, me robo un pedazo del queso fresco. Excelente, un verda-dero manjar de reyes.

Completamente satisfechos con el delicioso desayuno, nos despedimos de Doña Pilar y Magaly y abordamos la camioneta para enfi-larnos nuevamente al botadero de la presa. En la caseta de la entrada ya nos esperan con frías bebidas y hielo para recargar las hieleras. Una libreta funciona para ir llevando las cuentas de los pescadores.

El primer punto nos recibe como una abrupta punta que a medida que penetra al vaso de la presa se divide en tres puntas más. “La pata de Gallo”, dice con una gran sonrisa el Villano.

Aquí podemos tirar jigs con tráiler de plás-&8

& 9

Las lobinas del camino continúan luchando con-tra nuestros señuelos en una competencia entre ellas por llegar primero a sus presas. Un momento como este no lo había ex-perimentado desde hace muchos años. Decenas de lobinas en un frenesí in-contenible por defender su territorio y alimentarse.

frenesíLobinas entico, Salamandras en Texas. Yo opto por un

gran Senko en tonalidad café con azul armado en Texas.

En la Pata de Gallo, ya armados con dife-rentes señuelos, el Villano da indicaciones acerca de la estrategia. “El casteo es al frente, el blanco se encuentra a una distancia de 40 m, de allí trabajemos la punta hacia la em-barcación”, nos dice. En menos de un minuto Treviño engancha la primera peleadora y sana lobina. A la limón le sigo con mi gran Senko. El embate fue brutal, la trabajo y la acerco a la lancha para mostrarla. La acción es constante, un deleite para cualquier pescador de lobina.

El contador del Villano trabaja y trabaja do-cumentando cada captura. Cambio a un jig con un gran Senko de tráiler. El lanzamiento aterriza perfecto en el objetivo. Lo trabajo en el fondo y ¡pum! La lobina lo golpea y luego regresa por él engulléndolo con verdadero po-derío. Me empieza a sacar línea, ajusto el drag para la pelea. Roberto, recoge su línea para que no obstaculice el manejo de la lobina.

¡Una gran pelea! Al fin obtenemos el pez de 7 lb, excelente peso para una lobina de un em-balse tan joven.

Es hora de movernos de punto y el Villano dirige la lancha hacia el río donde tiene detec-tados algunos puntos con potencial. Posicio-namos la lancha junto a una hilera de árboles secos que flanquea el vaso del río.

Treviño cambia a cangrejo de plástico en Florida con un plomo de 1 oz. Con destreza va pichando hacia los troncos buscando hacer contacto con el tronco principal y así llamar la atención de las lobinas que pudieran tener rela-ción con esta cobertura. En uno de esos lances la lobina toma con furia el cangrejo. Treviño engancha con fuerza y empieza un concierto de pujidos y profundas respiraciones al luchar cara a cara con esta lobina. Al fin, la lobina cede y Roberto la sube. Pesa 4 lb pero pelea como si fuera de 10 lb. ¡Impresionante!

Continuamos trabajando el punto que nos da 12 buenas y agresivas lobinas hasta que El Villano da la indicación de movernos a otro punto. Esta vez se trata del antiguo y principal camino que llegaba al pueblo.

El camino entra abruptamente al embalse para perderse bajo el agua. La lancha se aco-moda aproximadamente a 30 m del borde late-ral del camino y de allí iniciamos a trabajarlo con jigs con tráiler y grandes Senkos en Texas. El Villano engancha la primera con su gran jig. Le imprime un segundo jalón para asegu-rarla, trabajándola con habilidad y experiencia la sube a la lancha y la muestra con orgullo. Hermosa y sana lobina de Picachos.

Pocos minutos pasan y mi gran Senko es ata-cado con furia. Repentinamente la lobina lo suelta. “¡No recoja! ¡No recoja, Doctor!”, me indica el Villano. La lobina se da la vuelta y vuelve por él, ahora con más fuerza. Qué bár-baro, qué experiencia. Engancho con fuerza y

le imprimo un segundo jalón. El poderoso pez brinca como medio metro, agita rápidamen-te su cabeza y el Senko sale volando por los aires para caer muy cerca de nosotros. ¡Qué espectáculo!

Las lobinas del camino continúan luchando contra nuestros señuelos en una competencia entre ellas por llegar primero a sus presas. Un momento como este no lo había experimenta-do desde hace muchos años. Decenas de lobi-nas en un frenesí incontenible por defender su territorio y alimentarse. Picachos es una joya de embalse con gran potencial para trofeos en los años que vienen.

Llega la hora de regresar a comer y descansar un poco. Doña Pilar y Magaly ya nos esperan y saben que no es necesario preguntar cómo nos fue. Nuestras caras delatan la extraordina-ria mañana que nos regaló Picachos.

Arriban enormes tortillas de maíz recién he-chas y los ojos de Roberto bailan de un lado a otro tratando de localizar su debilidad, el de-licioso queso fresco. Si Roberto fuera lobina, una verdadera lobina trofeo, caería ante la ten-tación de un pedazo de este queso montado en un gran anzuelo sin peso, sin falda, sin tráiler, sólo un gran bocado de queso fresco.

El platillo que nos presenta en un plato hon-do es una combinación de frijoles a la charra pero con una gran costilla de rib eye dentro. “Frijoles con hueso”, dice orgullosa doña Pi-lar, y Magaly remata con un: “Yo le ayudé”. La carne de la costilla se desprende al mínimo contacto con la cuchara y el pedazo de carne se combina en la cuchara con los frijoles para llevarlo a la boca y experimentar una explo-

Las lobinas del camino continúan luchando contra nuestros señuelos.

Page 7: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

sión de sabores. ¡Súper! ¡Buenísimo! El plati-llo me remonta a Sabinas Hidalgo, NL, donde mi Tía Beatriz, con ese don de la sazón, nos deleitaba con platillos norestenses con este sabor. Definitivamente, la gastronomía casera de México es un regalo para los mexicanos y para todo el mundo.

“¿Le quedará el queso al caldo?”, comenta Roberto, y le avienta pequeñas porciones del mismo. Le sigue un “mmmm”, mientras en-rolla la media tortilla de maíz a la que pre-viamente bañó con fina sal de la región. Yo desbarato un chile de árbol de la región, de los del botecito en salmuera, y lo incorporo al caldo. ¡Qué delicia!

Terminamos satisfechos el encuentro gas-tronómico y nos aprestamos a abordar la camioneta. Treviño se detiene y se devuelve entrando con decisión a la casa de Doña Pilar. Sale de allí y Magaly le dice: “Yo se los tengo listos para el día que se vaya”. Un súper pe-dido de quesos para el buen Roberto Treviño. Llegamos a la casa y tomamos una profunda siesta para estar listos a las 3 pm y entrar de nuevo al agua.

En el camino hacia el primer punto de pes-ca, le pregunto al Villano: “¿Qué te sucedió en la pierna, Sergio?”. El Villano toma aire y como sí fuéramos amigos de mucho tiempo me empieza contar: “Mire, Doctor. Este pro-blema empezó cuando yo andaba por los 20 años de edad. Los primeros síntomas inclu-yeron una pronunciada debilidad de mis pier-nas. Muchos estudios y doctores trataron de encontrar el diagnóstico, hasta que un doctor de Tucson dio con el problema: una malfor-mación en la médula de la columna vertebral. El pronóstico: sumamente reservado. Si te opera cualquier cirujano, por más experi-mentado que sea, puedes quedar paralítico. Sólo existe un doctor que te puede operar con éxito y aunque no lo creas, es mexica-no”. Mis ojos se abren completamente. “¿Un cirujano mexicano, Villano?”, le pregunto. “Sí, Doctor. El Dr. Ignacio Madrazo. Él ofre-ció operarme sin costo, el caso representaría una gran oportunidad de experiencia y de educación a futuras generaciones de neuroci-rujanos del mundo. Y finalmente, después de años de rehabilitación y una gran determina-ción, aquí estoy disfrutando de mi pasión, la pesca de lobina, Doctor”.

Arribamos al punto de pesca y el Villano busca la mejor posición de la lancha. Queda-mos frente a un paredón que está flanqueado por troncos secos. El lugar denota profundi-dad, la cual corroboramos al dejar caer los señuelos hasta tocar fondo. El área reúne to-das las características que buscaría una gran lobina trofeo.

Cangrejo en Florida, Senko en Texas y jig con tráiler son las ofertas que tratarán de en-gañar a las poderosas lobinas en esta zona de Picachos. Casteando a diversos puntos dentro &

10&11

A los pocos minutos de haber lanzado el swimbait, ataca la primera lobina. Engancho con fuerza, vuelvo a enganchar (para estos swimbaits es importante el doble enganche ya que el anzuelo en el sistema es grueso, la lobina se siente atrapada y comienza a pe-lear como las grandes.

del área seleccionada, la acción es nula. No hay piquete. Una notoria baja de actividad, sin embargo, seguimos insistiendo por un buen rato sin suerte.

“Hora de movernos”, recomienda el Villa-no y nos lleva de regreso a la Pata de Gallo. El lugar comienza a dar buenas lobinas, le ti-ran a todo. El punto nos regala 25 buenas lo-binas. Roberto propone: “¿Qué les parece si regresamos al antiguo camino, allí tuvimos las mejores capturas en cuanto a calidad”. El motor de la lancha se pone en marcha y nos dirigimos al lugar seleccionado. Roberto, con cangrejo en Florida, Villano con jig y tráiler, y yo, por supuesto, con un enorme Senko en Texas.

El Villano acomoda la embarcación de tal forma que el camino nos queda de frente por una de sus laterales. La distancia entre el objetivo y la lancha está a 40 metros aproxi-madamente. Los cazadores de lobinas trofeo iniciamos los lances tratando de alcanzar el punto que viene siendo la orilla del camino, buscando la relación de las lobinas con la es-tructura hundida.

Se prende la primera en el jig del Villano, sólido golpe, nos da el indicio de que estamos bien ubicados. El Villano maneja bien su lobi-na y la sube a la lancha. En forma simultánea, el cangrejo de Roberto y mi gran Senko son atacados por las poderosas lobinas del cami-no. Un buen doblete nos regala el antiguo ca-mino de la Puerta de Santo Tomás.

La acción continúa sin tregua, lobina tras lobina con pesos de entre uno y dos kilos y memorables peleas. Con una actividad así de continua, el tiempo se nos pasa rápidamen-te y cuando nos damos cuenta el manto de obscuridad comienza a asomarse en la presa Picachos.

Ha pasado ya más de una hora del límite pactado para regresar al embarcadero y las lo-binas no se han cansado, ni nosotros tampoco. Exactamente a las 8 de la noche, Treviño hace contacto con una buena lobina. El jalón ha sido brutal. Roberto la maneja llevando a la lobina hasta el cansancio. Una vez en la lancha, todos nos quedamos viendo el hermoso ejemplar. 8 lb, un excelente peso para los años que tiene el embalse. La presencia de la lobina de 8 lb motiva más al grupo a permanecer en el punto para buscar un ejemplar aún más grande. Las lobinas siguen respondiendo hasta las 10 de la noche, cuando, delicadamente, el Villano nos presiona para regresar al pueblo. Finalmente accedemos y emprendemos el regreso.

Todos arribamos a la casa cansadísimos y decidimos tomar el baño hasta el día siguien-te. Queso, aceitunas y demás botanas calman el hambre del grupo y minutos después cae-mos todos rendidos pero satisfechos de esta impresionante sesión de pesca que nos dejó ver el verdadero potencial que guarda el em-balse de Picachos.

Swimbaits

Page 8: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

recorrido ni 500 metros cuando el Villano baja la velocidad y detiene la embarcación.

Llegamos a una isla sumergida, vamos a pescar las abruptas caídas. Se pueden usar Jig, Swimbaits y plásticos en Texas o Florida. Ro-berto alista su cangrejo en Florida, el Villano su jig y yo preparo un swimbait de Yamamoto que buenos resultados me ha dado en Bacura-to. El color de swimbaits: melón. Estos swim-baits de Yamamoto fueron diseñados para agua salada, sin embargo, han dado excelentes resultados para la búsqueda de lobinas trofeo en México.

A los pocos minutos de haber lanzado el Swimbait, ataca la primera lobina. Engancho con fuerza, vuelvo a enganchar (para estos swimbaits es importante el doble enganche ya que el anzuelo en el sistema es grueso). La lobina se siente atrapada y comienza a pelear como las grandes. Salta en tres ocasiones sin lograr librarse del señuelo. Al fin se cansa y la subimos a la lancha; muy buen ejemplar de 4 lb, aproximadamente.

Lanzo nuevamente, pocos segundos pasan cuando otra lobina prende con mucha fuerza el swimbait, y así sigo sacando lobina tras lo-bina. Roberto Treviño se desespera y me pide uno de los efectivos swimbaits. Comenzamos a tener dobletes y una acción efervescente con este plástico. El punto nos da 27 lobinas en menos de 40 minutos. ¡Qué bárbaro, qué gran celebración tener este embalse en México!

Llegado el momento, el Villano nos anuncia el cambio de punto. Rápidamente, levanta el troleador, enciende el motor principal y dirige la lancha hasta un punto conocido como La Guitarra. Aquí el río entra sinuosamente hacia la presa, siguiendo un curso que asemeja a un ocho incompleto, por eso el nombre.

Posicionamos desde el lado del embalse hacia el curso del río. Dirijo mi mirada a un punto de encuentro entre la coloración obscu-ra del embalse y las más clara del curso del río. Tomo mi caña armada con un gran Senko y casteo exactamente a este punto de encuen-tro de las aguas. El Senko cae perfectamente e inicia su rápido descenso hacia el fondo. An-tes de tocar fondo es atacado por la lobina, con coraje, mucho coraje.

Trabajo la lobina ayudado por la ausencia de palos y troncos que predomina en el fondo de esta parte de la presa. Al primer enganche sigue el embate de otra lobina que ataca el se-ñuelo de Treviño, sumamente peleadora tam-bién. El punto, aunque productivo, no tiene la consistencia de número y calidad que otros que hemos disfrutado en Picachos, por lo que el Villano nos marca el cambio para dirigirnos a la ya famosa Pata de Gallo, que buenas cap-turas nos ha dado.

La lancha se acomoda exactamente en el to-billo de la Pata de Gallo y de allí comenzamos a trabajar el área. El Villano engancha con fuerza. “Está buena. Está buena, Doctor”, co-

Presa Picachos. Sábado, 6 amCon mucho esfuerzo me levanto y me dirijo hacia la regadera. Mi cuerpo está adolori-do por secciones, están los brazos y manos, el torso, la espalda y las piernas. Me veo en el espejo, al parecer la cara está bien y está tomando un bronceado muy parejo como si estuviéramos en una buena playa del Caribe. No resisto sonreír frente al espejo recordando el día de ayer.

Al despojarme de mi camiseta, siento moles-tia al roce de la misma en mi área abdominal. Bajo la mirada y localizo inmediatamente el enorme hematoma en el flanco izquierdo, a un lado del ombligo. Toco con mi mano derecha el área por encima y alrededor de la lesión percibiendo una ligera molestia al oprimir. La marca de las furiosas lobinas de Picachos me estará recordando esta salida de pesca por va-rias semanas.

El agua reactiva mis sentidos y va relajando mis adoloridos músculos preparándome para otro encuentro con mis oponentes. Con los ojos cerrados, permanezco bajo el chorro de la regadera por varios minutos hasta que los músculos del cuello logran activarse.

Al salir del baño, me encuentro a Roberto sentado en el comedor con la cabeza hacia abajo, viendo hacia el piso. “Qué pasa, mi Robert”, le pregunto. “Doctor, estoy agotado. Dormí muy bien, pero siento que no estoy re-cuperado”, dice. “Métete a bañar”, le indico enérgicamente. Como robot, Roberto sigue la orden, se levanta pesadamente y entra a la re-gadera sin emitir palabra alguna. A los pocos minutos, su desentonada voz empieza a cantar una de las canciones de los Ángeles Azules. Al parecer ya surtió efecto la reconfortante ducha.

Ya listos todos, nos dirigimos a casa de Doña Pilar para desayunar. ¡Yo me muero de ham-bre! Ya que tomamos una ligera cena, la inten-sidad física de ayer me ha producido un inten-so deseo de llenar el estómago. Al llegar, la mesa ya está puesta y el delicioso café caliente nos recibe acabando de despertar nuestros le-sionados cuerpos. Arriba, el machacado con huevo y las enormes tortillas de harina y de maíz. Los ojos de Roberto buscan su presa: el queso fresco. Magaly conoce ya la debilidad de Roberto y le acerca a pocos centímetros el apetitoso domo blanco.

Yo ataco directamente el machacado con huevo y los frijoles refritos utilizando como herramientas adicionales grandes trozos de tortilla de harina. Los platos quedan comple-tamente limpios y nosotros totalmente satis-fechos.

Agradecemos a las anfitrionas y nos despe-dimos con efusividad. La primera parada es en la caseta para recargar hieleras y hielo. Arribamos al botadero a la hora pactada. Aco-modamos el equipo y hieleras en las lanchas y salimos disparados al primer punto. No hemos

Lanzo nuevamente, pocos segundos pasan cuando otra lobina prende con mucha fuer-za el swimbait, y así sigo sacan-do lobina tras lobina. Roberto Treviño se desespera y me pide uno de los efectivos swimbaits. Comenzamos a tener dobletes y una acción efervescente con este plástico.

Sacando lobinatras lobina

&12 13

&

Page 9: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

rea el Villano. La lobina tiene doblada la caña del Villano al máximo y comienza a sacar lí-nea. Repentinamente, la lobina da un salto en el aire y deja ver su corpulencia de aproxima-damente 3 kilos. Sacude con fuerza la cabe-za y el enorme jig sale volando por los aires. Maldiciones de todos tipos emanan de la boca del Villano y se transforma en un verdadero villano con los ojos encendidos de coraje.

Yo lo estoy viendo de reojo cuando siento el jalón. ¡Se siente muy buena esta lobina! ¿Será la misma? La lobina copia exactamente el mo-vimiento de la anterior y se dispara sobre la superficie del agua creyéndose un gran mar-lín. Nos permite verla perfectamente. ¡Otro trofeo! Con decepción veo mi Senko volar por los aires y rebotar contra un tronco seco. No puede ser.

Traigo un anzuelo Trokar de 6-0, nuevecito. ¿Cómo pudo hacer eso la lobina? No quiero extenderme mucho en esta parte de la reseña, pero esa mañana, en ese punto, 8 lobinas se burlaron de los cazadores de lobinas trofeo deshaciéndose con facilidad de anzuelos y señuelos. Las vimos todas, todas eran lobi-nas trofeos. Nos dejaron pasmados y a la vez impotentes al no poder concretar las capturas. ¡Otro espectáculo que nunca me había toca-do presenciar! ¡Ya me imagino este embalse en cinco años más! Repentinamente, la pesca disminuye en intensidad hasta llegar a tener muchos tiempos muertos.

Para la comida del día de hoy hemos consi-derado salir del pueblo hacia Villa Unión, a un lado de Mazatlán, y comer mariscos en el famoso restaurante Cuchupetas.

La lancha se dirige hacia el botadero y de allí abordamos la camioneta rumbo a Villa Unión. El restaurante es modesto, pero inme-diatamente se perciben los deliciosos olores de una cocina con sazón. Unas Pacífico hela-das nos reciben. Aunque toda la oferta de ma-riscos es muy fresca y de excelente calidad. La especialidad del lugar son los cauques (grandes langostinos al carbón). Incluimos, junto con la orden de los crustáceos, callo de hacha, camarones para picar y aguachiles de camarón.

La primeras Pacífico se terminan rápidamen-te. La segunda ronda viene ya acompañada de la oferta de alimentos. Todo se ve delicioso y fresco. Con un poco de desesperación, ob-tengo un trozo de cauque desprendiéndolo suavemente del caparazón. Lo llevo a mi boca y una explosión de sabores despierta súbita-mente mis papilas gustativas. ¡Un verdadero manjar! Acompaño el bocado con un trago de la helada cerveza, excelente combinación. El grupo ataca todos los platillos con voracidad, como si fuéramos lobinas de Picachos, hasta terminar el último producto del mar. Satis-fechos, abandonamos el Cuchupetas, no sin antes comprar el postre. Empanadas, cocadas, y demás dulces premios nos acompañan de re-

greso a la Puerta de Santo Tomás.A las 3:30 pm estamos ya abordando las em-

barcaciones para la última sesión de pesca del viaje. Regresamos a la famosa Pata de Gallo como primer punto de la tarde. Tres pescado-res, tres señuelos diferentes: cangrejo de plás-tico en Florida, jig con tráiler y gran Senko en Texas.

El área está muy callada, con nula actividad de pesca, insistimos cubriendo en su totalidad las tres puntas que emergen exactamente de-bajo de donde está ubicada la lancha. Acos-tumbrados en estos días a la explosiva acti-vidad del embalse, y ante la calma con que se nos está presentando el punto, el Villano decide cambiarnos de lugar.

Dirige la embarcación hacia el río, donde una parte del mismo se ensancha considera-blemente. Nos coloca a un costado del río, los pescadores viendo hacia el frente con di-rección hacia el cauce del río, a los dos lados de la lancha hay hileras de árboles secos. El tiro será hacia el frente buscando el cambio de profundidad del bajo donde estamos hacia lo profundo del paso del río.

Aún no iniciamos con el primer tiro, cuando el celular del Villano se activa con el ritmo de una canción que no alcanzo a identificar. “Ajá, si, ajá. ¿Y tú mama está contigo?”. La cara del Villano va cambiando a medida que la con-versación se lleva a cabo. “Estimados amigos, voy a ser papá de nuevo, ahora de mi primer hijo varón”. Los refrescos chocan en un since-ro brindis. “Villano –le digo–, estamos listos para salirnos de la presa, llegar al botadero y liberarte de este compromiso para que vayas a recibir a tu hijo”.

“No, Doctor, primero el trabajo, primero la responsabilidad. Yo sé que mi esposa y él mismo sabrán entenderlo”. Sigo insistiendo y Treviño también. El Villano responde con lo mismo. “Se va a llamar Cristos, Doctor, de tanto gorro que le puse al señor de que nos enviara un hijo varón. Casteamos los señue-los hacia el punto indicado los tres al mismo tiempo. Sin permitirle tocar fondo, la lobina atropella mi gran Senko, doy el jalón y otro más. Al mismo tiempo, Treviño engancha con fuerza y el Villano también. Y empieza uno de los mejores momentos de pesca que he tenido en mi vida.

Lobina tras lobina desde 1 kg hasta 2 y me-dio, casi 3 kilos destrozan nuestros señuelos. El swimbait de Roberto empieza a desfigurar-se y en sus laterales muestra profundas heri-das producidas por los cortantes dientes de estas lobinas. Mis bolsas de Senkos empiezan a caer vacías al piso de la lancha. El Villano lleva la contabilidad, pero es difícil ya que hay dobletes, tripletes y su misma caña y señuelo son objeto del impresionante embate de la es-cuela de lobinas.

Repentinamente, la superficie del agua hace ebullición y frente a nosotros decenas de ma-

Lobina tras lobina desde 1 kg hasta 2 y medio, casi 3 kilos destrozan nuestros señuelos. El swimbait de Roberto empieza a desfigurarse y en sus laterales muestra profundas heridas produ-cidas por los cortantes dientes de estas lobinas. Mis bolsas de Senkos empiezan a caer vacías al piso de la lancha. El Villano lleva la contabi-lidad, pero es difícil ya que hay dobletes, tri-pletes y su misma caña y señuelo son objeto del impresionante embate de la escuela de lobinas.

de lobinas deja secuelas en la cañaEl embate de la escuela

&14 15

&La caña de Treviño estalla en varias partes volando por los aires.

Page 10: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

chetes corren por sus vidas al ser atacados por un grupo de lobinas trofeo de entre 3 y 4 kilos. El espectáculo es impresionante. Las lobinas cazan en grupo, imprimen certeros cabezazos sobre sus presas y luego van por ellos y los engullen sin dificultad.

Todo esto está sucediendo a escasos dos me-tros de donde estamos. No les importa a las lo-binas nuestra presencia. Como reacción en ca-dena, la misma escena se repite en otras partes del punto de pesca. Estamos inmóviles, con la boca abierta. Preferimos ver el espectáculo que instintivamente lanzar un gran señuelo de superficie, un enorme ratltraps o un swimbait gigante y duro.

Dirijo mi mirada hacia el frente y en la la-dera contraria visualizo un tronco vertical el cual, en su parte más alta, se encuentra al frente de un tronco caído horizontalmente en la misma ladera, formando una cruz perfecta. ¿Cómo se llama este punto?, pregunto exci-tado al Villano. “No tiene nombre este punto, doctor”, responde. “Le vamos a poner Cristos. ¿Qué te parece?”. La sonrisa del Villano es descomunal. Se queda callado unos segundos para pensar y me responde: “¡Me parece per-fecto! Este es el mejor regalo que me pudo ha-ber traído mi hijo con su nacimiento, la mejor sesión de pesca que un guía profesional pueda haber tenido en su vida”.

“Asesor, Villano, asesor de pesca te vamos a decir de ahora en adelante”. El Villano vuelve a sonreír y asiente con la cabeza y todo el torso.

La actividad continúa sin freno. ¡Es una lo-cura! No quiero ni voltear a ver mi hematoma abdominal. Más bolsas de Senkos. “¿Dónde están?”, pregunto desesperado. Encuentro más en la caja de pesca de Treviño. Volteo con el Villano y le digo: “¿Cuántas llevamos, Ser-gio?”, pregunto. “79, mi Doc, sin contar las que yo he pescado”.

Ha iniciado el atardecer en Picachos, pero no nos vamos a mover del punto Cristos has-ta que redondeemos la cifra. “¡85… 92… 112..!”, grita eufórico el Villano.

“¿Cómo ven? –dice el Villano– ¿Con estas o le seguimos?”. Todos reímos a carcajadas, ponemos a descansar el equipo, abrimos unas

cervezas y brindamos por esta extraordinaria experiencia de pesca que hemos tenido. ¡Sim-plemente impactante!

La obscuridad tiende su manto sobre noso-tros e iniciamos el regreso hacia la Puerta de Santo Tomás. En el trayecto, los 3 platicamos acerca de las posibilidades de turismo en pes-ca deportiva que tiene a futuro la zona.

El Villano, nerviosamente, prepara todas sus cosas y nos despedimos efusivamente, felici-tándolo y agradeciéndole una y otra vez por el nacimiento de su hijo y por la memorable sesión de pesca que nos ha dado.

Iván dice: “Yo prendo el carbón, mi Doc”. “Adelante, –le digo–. Hoy degustaremos una excelente cena, nos la merecemos todos”. Sirvo 3 helados tequilas y brindamos. “Qué bárbaro, Doctor. ¿Te había pasado algo seme-jante?”, comenta Roberto. “Nunca, Robert, nunca”, le contesto al mismo tiempo que le doy un sorbo al claro elíxir mexicano.

La carne llega al punto, deliciosa, y la sobre-mesa se extiende por horas platicando acerca de los sucesos de hoy. A pesar de la extenuan-te jornada, no estamos cansados, la adrenalina todavía recorre nuestras venas imprimiendo una grata sensación a nuestros organismos.

Acordamos irnos a dormir ya que mañana nos espera el viaje de regreso a Monterrey para volver a la realidad de la gran ciudad, a la realidad de la rutina de nuestros trabajos. “¿Cuándo regresamos a Picachos, Doctor?”, pregunta Treviño. “Pronto, Robert, muy pron-to. Tendremos que reponer señuelos, prime-ro”, respondo. Treviño sonríe. “Claro, Doc, todo fuera como eso”, remata con una gran sonrisa.

Antes de levantarme para ir a la cama, veo un papel sobre la mesa. Con la letra del Villa-no, dice: “Gracias, Doctor y don Roberto. 300 lobinas contabilizadas sin contar las mías”.

A las 6 de la mañana ya estamos todos listos. Subimos maletas y equipo a la camioneta y nos dirigimos a desayunar con Doña Pilar. Los huevos rancheros resultan excelentes. Magaly le trae a Treviño dos enormes quesos frescos perfectamente empacados y Doña Pilar me re-gala un bote de vidrio con los deliciosos chi-les redondos de árbol que he estado devoran-

do todos estos días. Nos despedimos de ellas como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. “Volveremos pronto –les digo–, muy pronto”.

Roberto toma el volante y enfila el vehículo hacia la salida de la Puerta de Santo Tomás. La camioneta se detiene frente a la entrada de la hermosa iglesia. Instintivamente los caza-dores de lobinas trofeo bajamos y subimos la escalinata para agradecer a Santo Tomás por este inolvidable viaje, por esta mexicana ex-periencia que hemos disfrutado y por el naci-miento del hijo del Villano, Cristos, quien a su corta edad ya tiene punto de pesca en uno de los mejores embalses de México.

La camioneta toma con velocidad la auto-pista y en el camino hacia Monterrey, entre desfiladeros, túneles y puentes orgullosa-mente mexicanos. Vamos haciendo la lista de lo que tenemos que reponer: una caña para Roberto, misma que destrozó uno de los guardianes de la antigua casa de Doña Pilar, swimbaits, Senkos, cangrejos, jigs, anzuelos, plomadas, etcétera.

Así transcurre el trayecto, elaborando listas de necesidades pero principalmente recor-dando las lobinas más significativas con las que peleamos. Ya se puede ver Monterrey, el camino se nos ha hecho muy rápido. Entra-mos a la ciudad. Qué diferente a la Puerta de Santo Tomás, no se ve gente sentada en sus mecedoras disfrutando de la tranquilidad de su entorno, sólo autos y autos. ¿Y si me retiro en Picachos? ¿Si me planto en una hermosa casa aunque no sea rosa, con una enredadera que cubra y dé sombra a una mesa rectangular de mezquite para desayunar, comer y cenar, donde comería queso fresco, chiles de árbol sinaloenses y platicaría en mi mecedora con Doña Pilar y Magaly acerca de los proyectos para mejorar y cuidar la zona? Sólo necesita-ría una práctica lancha de pesca, de fácil lim-pieza y de sencillo cuidado. ¡Ah, pero eso sí! Una tonelada de bolsas de Senkos, cangrejos y swimbaits.

¡Saludos desde Monterrey!

Dr. Rogelio Villarreal V.Lobinas Trofeo Club

Repentinamente, la superficie del agua hace ebullición y frente a nosotros decenas de machetes corren por sus vidas al ser atacados por un grupo de lobinas trofeo de entre 3 y 4 kilos. El espectáculo es impresionante. Las lobinas cazan en grupo, imprimen certe-ros cabezazos sobre sus presas y luego van por ellos y los engullen sin dificultad.

Espectáculo en Picachos

&16 17

&

Page 11: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo
Page 12: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

Cuando se dispusieron a cons-truir este bote, los directivos

de Rampage intentaron acercarse a la perfección. Para lograrlo, con-sultaron a todo el que se les ocu-rrió que podía ayudarles. Pregun-taron a pescadores, diseñadores, ingenieros, mecánicos, y de todos recogieron ideas de cómo mejorar las características del bote y ven-cer los límites previamente esta-

blecidos. El resultado: un extraor-dinario navegante.

En esa consulta de Rampage, en la que formó un equipo de trabajo multidisciplinario, preguntó a los di-señadores cómo podían optimizar el espacio de sus 41 pies de eslora. Trabajaron en él y lograron acomo-dar dos sillones tipo Pullman en el salón principal, acomodaron un ca-marote tamaño queen al frente y de-

jaron 100 pies cuadrados atrás para un amplísimo espacio de pesca en la popa.

También preguntaron a los inge-nieros cómo hacerlo más resisten-te. Ellos dijeron que la solidez del casco era fundamental. Entonces idearon un rígido fondo de fibra de vidrio y lo reforzaron con madera balsa sobre la línea de superficie. Con esto ganaron fortaleza en la es-

www.rampageyachts.com&

20&

21

Rampage 41EXPRESS

Page 13: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

tructura y minimizaron el peso de la nave. Luego recubrieron la madera para asegurrse de que ni una gota de agua entraría al casco, y robuste-cieron los pantoques con relleno de poliéster. De igual forma, moldearon la proa para que los golpes del agua salpiquen lejos de la borda, con-virtiéndolo en un estupendo corta olas.

Al ser concebido como bote de pesca, se aconsejaron con experi-mentados hombres de mar sobre qué lo haría más versátil. La con-

signa fue que tuviera capacidad de acomodar tantos gustos como fuera posible, no solo en cuanto a espacio, sino a la practicidad de sus componentes. Algunos, dijeron, prefieren tener una estación para preparar carnada, mientras otros prefieren que haya espacio extra en el congelador. Puede que alguien desee espacio para acomodar su equipo, mientras a otro le gustaría más un vivero amplio.

Así que el equipo de Rampage, con sus talentosos diseñadores, creó un

menú de opciones. Al comprar el barco, se puede elegir entre 12 di-ferentes componentes y disposicio-nes para timón, cubierta, travesaño y cabina, de esa forma se asegura que todos los gustos y preferencias estén bien atendidos. La idea es que tú elijas: vivero o asiento plegable; unidad de preparación de carnada con tarja o con congelador; asien-tos con compartimientos de alma-cenamiento, centro de preparación de carnada con lugar para sentarse, o asientos a estribor con centro de entretenimiento, refrigerador y barra para cocinar.

Escuchar es de sabios. Rampage ha mostrado una increíble capaci-dad receptiva y luego mucho talen-to para condensar esas sugeren-cias en un bote estupendo, tal vez el más versátil que existe.

Capacidad de combustible: 700 gal

Desplazamiento: 30,000 lbs

Motor: 2 x 575-hp CAT C-9

Eslora: 44’ (13.41m)

Manga: 16’ (4.88m)

Calado: 4’ (1.22m)

ESPE

CIFI

CACI

ONES

23&

22&&

22

Page 14: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

luis Donaldo

Cerca del pueblo de Choix, a unos 130 km al noroeste de Los Mo-chis, existe un paraíso hecho a la

medida de los pescadores. Se trata de un lago creado detrás de una presa que inte-rrumpe el cauce del Río Fuerte, donde las lobinas se multiplican y crecen hasta ser dignas de llamarse trofeos. La presa lleva por nombre oficial Luis Donaldo Colosio,

&25

&24

HUITES BASS CLUB

PRESATexto: Alex Ruelas.Fotos: cortesía Huites Bass Club.

Sinaloa

y al lago surgido de su creación se le apo-da Huites. Este oasis rebosante de peces está considerado uno de los mejores des-tinos para pescadores de Norteamérica.

Para disfrutarlo plenamente, no hay me-jor lugar que La Estancia: Huites Bass Club, un bello centro turístico que recibe a pescadores expertos y aficionados de todo el mundo, ofreciéndoles una inigualable

experiencia en un paraje de ensueño.La Estancia se encuentra en pleno Lago

Huites, protegido por las montañas de la Sierra Madre, y recientemente nombrado por el gobierno federal como el primer lago del país para pescar y liberar, o catch and release. Cuenta con estructuras cons-truidas para favorecer la reproducción de las lobinas, por lo que sus más de 90 km2

COLOSIO

Page 15: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

de superficie están colmados de peces grandes y extremadamente fuertes. Los animales pululan en tal proporción que no es raro que pescadores armados con una caña capturen más de 60 en un solo día. Además, las lobinas de este lago cre-cen a un ritmo mayor que en cualquier otro cuerpo de agua de México y los Es-tados Unidos, por lo que existen buenas posibilidades de atrapar alguna de más de 5 kg.

Todo el que quiera pasar unos días re-lajado practicando la mejor pesca, será recibido como merece en el Huites Bass Club. Los visitantes serán atendidos des-de su arribo al Aeropuerto Internacional de Los Mochis, o la pista de aterrizaje de El Fuerte, en caso de que viajen en avión privado. Personal de La Estancia los tras-ladará vía terrestre hasta su cabaña junto

al lago, donde podrán descansar para co-menzar al día siguiente con el itinerario de pesca. También es posible llegar por tierra, tomando desde Los Mochis la ca-rretera a Mezquite Caído Techobampo.

Las jornadas están cuidadosamente pla-neadas para aprovecharlas de la mejor manera. A las 5 de la mañana suenan los despertadores, para estar sobre los botes una hora después, luego de haber desa-yunado y preparado el equipo. A las 11 regresan las embarcaciones a tierra para el almuerzo y una merecida siesta. A la una, ya con energías renovadas, se realiza una nueva sesión de pesca hasta que cae la noche. Margaritas, cervezas y otros re-frigerios estarán esperando a los deportis-tas cuando lleguen a su cabaña, para ame-nizar el tiempo mientras estos se preparan con calma para una deliciosa cena.

Al salir en busca de lobinas, es impor-tante recordar que son extremadamente agresivas, por lo que es necesario ir bien preparado y contar con el equipo adecua-do. Los animales atacarán virtualmente lo que sea, como swimbaits, crankbaits y otra clase de señuelos, y lo harán con una fuerza poco común, de modo que se recomienda utilizar cañas medias o pesa-das, con pesas e hilo de grosor acorde al tamaño del pez que se desea atrapar.

La Estancia: Huites Bass Club cuenta con expertos guías que conocen el lago a fondo y que cuentan con amplia expe-riencia en la atención y servicio de los vi-sitantes. Ellos tendrán por objetivo llevar a los pescadores sobre el pez más gran-de, buscando siempre que todos regresen a tierra completamente satisfechos, así como resolver cualquier duda sobre el

&27

&26

itinerario, el ecosistema o cualquier otro tema de interés para los visitantes. Los guías serán los encargados de operar los botes, embarcaciones de fibra de vidrio de 18 pies, empujados por un motor de 60 caballos de fuerza que ofrecen un paseo suave sobre agua, suficientemente veloz para no perder ninguna oportunidad.

En el Lago Huites se practica exclusi-vamente pesca de catch and release, lo que significa que todos los peces deberán volver al agua para continuar su ciclo na-tural. Por esto, el personal de La Estancia pesará, medirá y fotografiará tu trofeo, inmortalizándolo en papel para luego re-gresarlo a su hábitat, perpetuando así este hermoso sitio de escape y esparcimiento.

Sin duda, La Estancia: Huites Bass Club es un destino obligado para todo amante de la pesca deportiva. Un lago

apacible, peces retadores y un paisaje que parece ideado para el descanso y ad-miración se combinan en una grandiosa experiencia, tan magnífica como sólo Si-naloa puede ofrecer.

[email protected]

Lada sin costo nacional: 01 800 552 56 45www.huitesbassclub.com

Más

info

rmació

n:

La Estancia - Huites Bass Club

Page 16: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

¿Tienes una buena historia de pesca?...

Compártela con nosotros y vela publicada en

Sólo tienes que escribir tu relato en WORD o directa-mente en tu navegador de internet, acompañarlo con fotos con peso de 800 KB en adelante y enviarlo al mail: [email protected]

Si tienes tus fotos impresas puedes enviarlas junto con tu relato a la siguiente dirección:Av. de la Reina 64, Col. Alteza, C.P. 53116, Naucalpan, Estado de México, con atención a Grupo Expedición.

Para dudas y comentarios comunícate con nosotros al 01 (55) 5553 2355 o lada sin costo 01 800 570 1984.

Page 17: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

Representa para PROFi-shing y Lobinas Trofeo Club una agradable opor-tunidad compartir con ustedes historias relatadas por ellos mismos, los ca-zadores de lobinas trofeo

originarios de varias partes del mundo.Estas entrevistas servirán para acercarnos

con el perfil de estos cazadores y alimenta-rán con valiosa información a todos los pes-cadores de lobina. En realidad conseguir in-formación valiosa enfocada hacia la pesca de lobinas trofeo resulta una empresa difícil hoy día. Pocas son las publicaciones enfocadas a tratar el tema y la información en la red resul-ta confusa y casi siempre con el endorso de alguna compañía o hacienda de pesca promo-cionando determinado equipo, señuelos o sus instalaciones.

Aun cuando nosotros nunca podremos pes-car lobinas en remotos lugares del mundo, la información contenida en estos épicos relatos nos servirá para aplicar conceptos, tips y téc-nicas en el embalse más cercano a nosotros.

Es para mí un honor presentarles en nuestro primer encuentro al Dr. Rogelio Villarreal, ca-zador mexicano de lobinas trofeo, presidente de Lobinas Trofeo Club y colaborador de la Revista PROFishing en su sección Lobinas Trofeo.

PF&B. ¿Cómo te iniciaste en la pesca de lobina? ¿Desde hace cuánto tiempo has pescado en busca de lobinas trofeo? ¿Cómo empezó todo? RV. Gracias, Carlos. En primer lugar, permí-teme comentar que estoy muy emocionado de colaborar con la revista PROFishing, la cual se ha dado a la tarea de difundir y apoyar la pesca de lobina en nuestro país y sobre todo la pesca de lobinas trofeo como reto máximo del pescador de lobina.

Mi primer encuentro con una lobina trofeo ocurrió a los seis años de edad en un hermoso río ubicado cerca de Sabinas Hidalgo, Nuevo León. En esa época, mis padres nos enviaban de vacaciones de verano a mi hermano y a mí a este, en ese entonces, pueblo, donde bajo la supervisión de mi tía, Eva Villarreal, nació mi pasión por la pesca de lobina y por la búsque-da de lobinas trofeo.

Tarrallas y botes sardineros eran nuestros aliados para conseguir la carnada viva (sardi-na mexicana) en un paraje conocido como La Turbina.

Con fuertes carrizos, un trozo largo de sedal, un flotador y anzuelo, acercábamos lo más po-sible la carnada a estas hermosas lobinas de río. Mi tía Eva leía a su manera la estructura &

31&

30

Caza

dore

s de l

obin

as y cobertura de las diferentes secciones del río, cambios en la corriente, troncos sumergidos, áreas más profundas, etcétera.

En una de esas emocionantes aventuras de pesca, algo diferente me ocurrió. Me despegué del grupo y ubiqué una atractiva parte del río, un enorme tronco caído entraba al cauce y a un lado del mismo, el color del agua denotaba más profundidad que en otras partes del río.

Me posicioné y dirigí mi carrizo y la carnada hacia el centro de la zona elegida. El flotador no inició el movimiento siguiendo la corriente del río, cayó e inmediatamente se sumergió con fuerza. Por más que ejercía presión con el carrizo tratando de recobrar el sedal, el flota-dor no aparecía en la superficie. El carrizo se dobló al máximo y repentinamente apareció una enorme lobina saltando con la carnada en sus mandíbulas, seguida del antiguo flotador amarillo y anaranjado. No sé si era por mi cor-ta edad pero la lobina era imponente. Lo de-más fue historia, la lobina rompió fácilmente el sedal y me dejó respirando con una excesi-va rapidez y con los ojos sumamente abiertos. ¿Cómo iba a platicar el suceso? Nadie me iba a creer nada.

Desde ese momento llegó a mi cabeza lo siguiente: ¿qué caso tiene pescar muchas lo-binas? El verdadero reto es pescar las lobinas más grandes. Muchas veces volví al mismo lugar, sin embargo, esta lobina no me dio nun-ca una segunda oportunidad, jamás.

Comprendí también que era muy importan-te localizar lobinas trofeo pero también era sumamente importante lograr la captura. Ese pez, despertó en mí esta pasión: buscar lobi-nas trofeo y aprender en cada salida de pesca acerca de esta especie con el objetivo de obte-ner una lobina más y más grande.

PF&B. Por favor, cuéntanos una breve “au-tobiografía de pesca” y algunos datos sobre ti mismo.RV. Soy Cirujano Oftalmólogo con subespe-cialidad en cirugía ocular láser, cirugía de ca-tarata y transplantes de córnea.

Debido a mi profesión, las oportunidades para disfrutar mi pasión son escasas, sin em-bargo, las capitalizo al máximo. Yo pesco 20 días al año aproximadamente y, a través de mi proyecto televisivo en redes sociales Lo-binas Trofeo Mexican Fishing Tour, visito con un grupo de amigos que poseen la pasión los embalses mexicanos con mayor potencial para producir lobinas trofeo: La Vicente Guerrero, Bacurato, la Oviachic, El Salto, El Azúcar, el Cuchillo, etcétera, etcétera.

Mi enfoque en cuanto a la pesca de lobina no está dirigido hacia torneos profesionales, pesco por trofeos, buscando lobinas de gran tamaño.

No estoy en el negocio de la pesca ni soy guía en este deporte, sin embargo, sí he sido requerido para llevar a cabo pruebas de campo de nuevos señuelos por diferentes compañías enfocadas a la pesca de lobina y a la búsqueda de ejemplares trofeo, como Yamamoto y Se-bile.

He sido colaborador con múltiples artículos relacionados con la pesca de lobinas trofeo en internet y en prensa escrita. Soy colabo-rador activo para la revista PROFishing, con la sección Lobinas Trofeo. Dirijo, además, el programa televisivo en redes sociales Lo-binas Trofeo Mexican Tour, que tiene como misión transmitir en forma efectiva técnicas y tips para encontrar lobinas trofeo en México, además de difundir a nivel mundial el poten-cial de México en cuanto a lobinas trofeo y su gastronomía

Soy consejero del Consejo Estatal de la Flo-ra y Fauna del Estado de Nuevo León, don-de, de la mano del Lobinas Trofeo Club, el cual presido, desarrollamos proyectos para la protección y optimización de la lobina y tra-bajamos con grupos multidisciplinarios para fomentar la pesca responsable y el respeto a la lobina en México.

PF&B. ¿Cómo se define una lobina de tama-ño de un “trofeo”? RV. Tenemos que considerar que esta defini-ción podrá ser variable de acuerdo al embalse y al lugar del mundo donde estemos pescan-do. Habrá cuerpos de agua donde, debido a las condiciones locales, el tamaño máximo de una lobina no llegará ni a la mitad del récord mundial, por lo que necesariamente tenemos que ser flexibles en esta definición y catalogar una lobina trofeo de acuerdo a las variables propias del embalse que estamos pescando.

En México utilizamos mucho las 10 libras como base para identificar a una lobina tro-feo.

PF&B. ¿Cuantas lobinas trofeo has pescado? RV. Es difícil recordar cuantas lobinas por arriba de las 10 lb he capturado. Pudiera de-cir que esta cifra ronda alrededor de los 100 trofeos.

PF&B. ¿Cuál es el tamaño de tu lobina tro-feo más grande?RV. Mi lobina más grande pesó 15 libras y fue capturada en la presa Bacurato, Sinaloa, con una gran salamandra en Texas (ver historia en PROFishing).

PF&B. ¿Qué combo de caña y carrete utiliza usted más a menudo cuando busca lobinas

Trof

eo Entrevista al Dr. Rogelio Villarreal

Entrevista realizada por Carlos Martín del Campo

Page 18: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

&32

trofeo? Hablamos de características genera-les de cañas, carretes y líneas de pesca que usted utilice más frecuentemente en este tipo de pesca de trofeos. RV. Mi equipo de pesca está conformado por cañas heavy y extra heavy de 7 pies o más, y carretes fuertes con relación mínima de 7:1. Sólo para paletones y despeinadas manejo relaciones más bajas. Para swimbaits prefie-ro cañas extra heavy y carretes ovales tipo el Shimano Cardiff y línea trenzada de 50 lbs. En algunas ocasiones de acuerdo a la claridad del embalse, utilizo fluorocarbono de 20 lbs.

PF&B. ¿Cuáles son tus principales técnicas para la captura de Lobinas Trofeo?RV. a) Utilizar una caña heavy con una gran salamandra de 8 pulgadas o más en arreglo Texas o Florida.

b) Pescar con una caña extra heavy, con línea trenzada y un gran swimbait blando trabajando las islas sumergidas en el embalse de lo bajo a lo profundo esperando que la lobina trofeo suba hacia aguas bajas a buscar alimento.

c) Pescar un gran Senko en arreglo Wacky desde la orilla hacia sitios profundos.

d) Jig con gran Senko de tráiler trabajando las áreas con potencial.

e) Golpe seco con un Jig y cangrejo de plás-tico.

f) Grandes despeinadas en slowrolling

&

PF&B. ¿Cuáles son tus principales señuelos para atraer a los trofeos? RV. 1.- Grandes salamandras en Texas o Flori-da (más de 7 pulgadas).

2.-Grandes Senkos en wacky o Texas (8 pul-gadas mínimo).

3.-Grandes despeinadas (mínimo 1 oz) con tráiler de plástico.

4.-Swimbaits.5.-Un gran jig con un gran senko de tráiler.6.-Un enorme paletón.7.-Cangrejo de plástico en Florida con plo-

mada de 1 oz

PF&B. ¿Cuál es la mejor época del año para los trofeos en México?RV. Febrero y marzo, pero en muchos embalses cualquier época del año ofrece la oportunidad de obtener una lobina trofeo. En Bacurato, por ejemplo, el mes de junio nos ha dado grandes lobinas. Octubre es otro mes de sorpresas en los embalses mexicanos. Incluso en los meses de invierno podemos tener encontronazos con enormes lobinas.

Esto es lo que hace diferente a México como destino para la búsqueda de lobinas trofeo. Somos verdaderamente afortunados de contar con estos cuerpos de agua que ofrecen la me-jor pesca de lobinas trofeo en el mundo.

PF&B. ¿Qué papel juega la electrónica para usted cuando caza lobinas trofeo?

RV. En realidad la electrónica me apoya para identificar áreas con potencial en cuanto al hábitat de la lobina trofeo. Una lobina trofeo buscará siempre lugares que le merezcan cer-canía a la comida, lugar de resguardo y la dis-ponibilidad de aguas profundas hacia donde escapar cuando hay peligro.

Por lo tanto, con la electrónica buscamos ligar aguas profundas con un lugar de res-guardo y acecho y la relación de estas dos con los bajos, donde regularmente encontrará una gran lobina el aporte calórico necesario para seguir creciendo.

PF&B. Una vez que está en el agua, ¿cómo divide su jornada de pesca, tratando de loca-lizar lobinas trofeo? RV. Normalmente inicio mi sesión de pesca en los bajos, buscando grandes lobinas que suben a cazar comida en esta sección de los embal-ses. A medida que avanzan las horas del día, me voy posicionando hacia aguas más profun-das del embalse y al atardecer regreso a las áreas de menor profundidad.

Este esquema dependerá, por supuesto, de las etapas anuales del ciclo de la lobina: pre-des-ove, desove, post-desove, verano, otoño e in-vierno, ajustándolas para cada estación o ciclo.

PF&B. ¿Cuál es el principal forraje de la lo-bina Trofeo en los lagos de México? RV. Los embalses mexicanos le ofrecen a las

grandes lobinas un gran buffet en cuanto a su alimentación. El forraje que más tamaño y fuerza les da a las lobinas trofeo mexicanas es la tilapia. Es increíble el tamaño del bocado de tilapia que una lobina trofeo puede engullir. Le siguen los machetes (gizzardshad) y el charal (threadthin shad), y después los langostinos.

PF&B. ¿Qué contiene tu caja de pescar?RV. Yo he migrado de la convencional caja de pesca hacia una maleta para la búsqueda de lobi-nas trofeo. Mi maleta contiene los señuelos den-tro de cajas plásticas que se pueden encontrar en tiendas comerciales y que son económicas.

Todos mis señuelos son de tamaño grande y extra grande. Tengo paletones de diferen-tes profundidades, Rat-L-Traps, señuelos de superficie (poppers, zaras, ranas), jigs, des-peinadas y sus tráilers de plástico, lombrices, salamandras, BrushHogs, Senkos, swimbaits blandos y duros.

Anzuelos en un tamaño de 5-0 como míni-mo, plomadas de media y una onza, anzuelos con plomo integrado, guantes, protección so-lar, pinta colas, flejes plásticos, tijera sedal, báscula, documentos de la IGFA para registrar trofeos, gorra, lentes solares.

PF&B. ¿Usted cree que hay un momento particular del día o de noche que es mejor

para pescar lobinas trofeo? RV. Creo que el amanecer y atardecer le faci-litan a las lobinas trofeo ventajas importantes para atacar a sus presas. Sin embargo, muchos trofeos se han capturado cerca de mediodía por lo que cualquier hora puede sorprendernos con un gran trofeo. La paciencia y tenacidad en todo momento son las mejores armas del cazador de lobinas trofeo.

Un cazador puede pasar días enteros sin un enganche cuando busca lobinas trofeo.

PF&B. ¿Qué piensas que la lobina trofeo hace diferente, comparándola con una lobi-na promedio? RV. La lobina trofeo es totalmente diferente a las lobinas promedio. Debemos trabajar un es-tado mental adecuado cuando buscamos estos trofeos. La lobina trofeo es una lobina que ha crecido de ese tamaño porque ha sabido sor-tear toda clase de dificultades, desde la pre-sión de depredadores hasta el constante asedio del pescador deportivo tratándola de engañar para que ataque un sinnúmero de señuelos. Es territorial y habita lugares que le merecen cer-canía al alimento, protección y una rápida vía hacia aguas profundas para escapar de cual-quier peligro.

Regularmente no caen en la trampa de se-ñuelos brillantes o destellantes. Prefieren se-

ñuelos muy naturales y de gran tamaño. Es decir, prefieren un gran bocado a múltiples raciones alimenticias.

Pocas veces, quizás jamás, dan una segunda oportunidad, por lo que es muy importante un equipo adecuado y una depurada técnica para que, una vez que ocurre el enganche, minimi-cemos las posibilidades de perder el ejemplar.

No esperemos el clasic tap tap de la lobina promedio. En la gran mayoría de los casos, es un gran jalón y la sensación de un gran peso lo que distingue al embate de una verdadera lobina trofeo.

PF&B. ¿Qué hace diferente cuando está en busca de lobinas trofeo que cuando pesca lo-binas promedio?RV. En realidad siempre busco lobinas tro-feo, por lo que no hago nada diferente. Pue-do estar todo el día tirando grandes señuelos hasta conseguir la lobina más grande que se pueda.

Utilizo señuelos de gran tamaño todo el tiempo, haciendo más selectiva mi pesca con el objetivo de obtener grandes lobinas. En ocasiones puedo pasar todo el día sin un solo enganche.

Aun cuando me inicié en la pesca de lobina utilizando carnada viva, no la utilizo actual-mente para buscar lobinas trofeo.

33&

Inicio mi sesión de pesca en los bajos, buscando grandes lobinas que suben a cazar en esta sección de los embalses. A medida que avanzan las horas del día, me voy posi-cionando hacia aguas más profundas del embalse y al atardecer regreso a las áreas de menor profundidad.

Page 19: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

A todos nos gusta tener un valor agregado por lo que compramos. Si adquieres un

producto para un fin y de pronto te encuentras que es útil también para otras cosas, seguramente te senti-rás satisfecho con tu compra. Algo por el estilo sucede con el 270 Van-tage de Boston Whaler, un corrioso bote multipropósito que podría con-vertirse en tu mejor compañero en el mar.

De entrada, no existe la menor duda de que fue fabricado pensan-do en la pesca deportiva. El mode-

lo estándar tiene 4 monturas para cañas de pescar, con la opción de agregar otro par en el travesaño. Está equipado con un asiento de popa suficientemente grande para tres personas, sin embargo, es fá-cilmente plegable y si lo guardas tendrás un muy agradable espacio para castear en busca de buenas capturas, tendrás sitio suficiente para pelear con esos peces y traer-los a casa.

Sus dos motores Twin Mercury Verado 2.5 llevan el bote a una ve-locidad punta superior a los 80 ki-

www.bostonwhaler.com

&34

&35

270 Vantage

Boston Whaler

Page 20: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

Capacidad de combustible: 175 gal

Desplazamiento: 5,200 lb

Motor: Twin Mercury Verado 2.5

Eslora: 26’ 10”

Manga: 9’

Calado: 20”

ESPE

CIFI

CACI

ONES

&37

&36

lómetros por hora, mientras propor-cionan una cómoda velocidad de crucero de 40 kilómetros por hora, a la que se logra la mayor cantidad de kilómetros por litro de combustible.

La consola está equipada con el mejor equipo electrónico. Tiene una pantalla de sonar y GPS de navega-ción, el timón y la palanca de acele-ración ofrecen muy buena respuesta. Incluso cuenta con un estéreo que alimenta 4 bocinas con subwoofer.

Además de las características úti-les para un día de pesca, también tiene comodidades para disfrutar del bote en familia o con amigos. El asiento del pasajero, a un lado de la consola, tiene 5 configuraciones diferentes para transformarse en cama, reposet y silla a través de un mecanismo muy sencillo de usar.

Tanto proa como popa tienen esca-leras de abordaje y mangueras con agua dulce para evitar subir arena a cubierta. Al frente del bote, está un lounge con asientos en U que pue-den complementarse con colcho-

nes extra para hacer una cama de asoleo bastante espaciosa.

Por si fuera poco se puede optar por diferentes características per-sonalizables. La más interesante es la opción de incluir una parrilla con tabla para cortar, refrigerador y lavabo con grifo, todo esto inclui-do en una práctica estación que te permitirá asar tus platillos favoritos a bordo. También se puede decidir entre poner un techo duro o de lona, incluir racks para wakeboard y has-ta acomodar a tu gusto el espacio de almacenamiento, que ya es muy bueno en la configuración original.

Si de versatilidad se trata, el Bos-ton Whaler 270 Vantage te demos-trará que no es necesario tener una eslora monstruosa para satisfacer muchos gustos al mismo tiempo. Ya sea que quieras pelear por pe-ces, practicar deportes acuáticos o simplemente disfrutar de un paseo veraniego en familia, este es un bar-co que no te decepcionará ni por un momento.

Page 21: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

Con una buena cantidad de capturas, mo-vimientos en la tabla de ganadores, entre-ga de premios, mariachi, champaña, pero

sobre todo, un ambiente de fiesta entre amigos, concluyó la edición número 59 del Torneo Inter-nacional de Pesca de Marlín y Pez Vela Puerto Vallarta 2014.En la categoría Marlín, la principal en este torneo, el equipo ganador fue Opequimar, encabezado por Carlos Verján y Luis Ocaranza, quienes se mantu-vieron en la cima desde el primer día de compe-

&39

&38

Textoy fotos: Cortesía Club de Pesca de Puerto Vallarta A.C.

Terminó la fiesta,Opequimar fue el ganador

59 International Fishing Tournament Marlin & Sailfish Puerto Vallarta

Page 22: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

tencias con un picudo de 148.8 kilos. En segundo lugar terminó Monkey Busines con su líder Víctor Torres, presentando un ejemplar de 139.3 kilos, y en el tercer puesto finalizó el equipo Team 007, liderado por Frank Kevin Bond, con una captura que pesó 128.4 kilos.En la categoría Pez Vela, el equipo campeón fue el equipo Cheos, con Eliseo Villaseñor a la cabe-za, que terminó el torneo en la cima con un ejem-plar de 33 kilos. En segundo lugar llegó el equipo Lucina III, con su líder Juan Spiller de Santiago, presentando a la báscula una captura de 30 ki-los, y el tercer sitio fue para el equipo San Gabriel de Zacatecas, liderado por Miguel Olmos con un ejemplar de 28 kilos.En la categoría Atún, el equipo ganador y líder ab-soluto fue Animal House, encabezado por Robert Geibb, llevándose el primer y tercer lugar con 97 y 81.6 kilos, respectivamente. El segundo escaño fue para El Amo, liderado por Andrés Famania Or-tega, con un registro de 83.2 kilos.En la categoría Dorado, el equipo ganador fue Miss Adventure, capitaneado por Jared Holman, al presentar en la báscula un ejemplar de 11.6 ki-los. El segundo lugar fue para Mercury Vallarta, liderado por Guillermo Solano, con un pez cap-

El torneo tiene la modalidad “Pescar y liberar”, para protección del Pez Vela y este año también se tuvo para Marlín.

por proteger las especies

&13

&40

&41

Nos preocupamos

Page 23: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

turado en la última jornada que pesó 11.4 kilos, y el tercer lugar fue para el equipo Esmeralda, de George Gaffney, con un do-rado de 10.8 kilos.En la modalidad de Captura y Libera, el equipo Guanatuna, de Yovany Organis, se quedó con el primer lugar con tres captu-ras, mientras que Monkey Busines, se adju-dicó el segundo puesto con una captura.

&14

&43

&42

TORNEO CONMUCHA TRADICIÓNEl Torneo Internacional de Pesca de Marlín y Pez Vela que se realiza en Puerto Vallarta es uno de los más antiguos y con mayor tradición en el país. Solamente hay que dar-se cuenta del éxito que han tenido las 59 ediciones del torneo.Haciendo historia, en el folleto del IV Tor-neo en 1959, se anunciaba que ya se con-taba con luz las 24 horas y que ya se podía pasar por un puente para ir a la hoy Zona Romántica.La imagen de los carteles del torneo cambia cada año ya que los organizadores quieren dar a conocer a los artistas locales.Los organizadores del torneo se preocupan por proteger a las especies. Es por esto que el torneo tiene la modalidad “Pescar y libe-rar”, para protección del Pez Vela y este año también se tuvo para Marlín.Una frase lo dice todo: Somos tradición, somos VallartaNo es el torneo del Club de Pesca, es el Tor-neo de Pesca de Vallarta.

Page 24: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

&14&

44

Page 25: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo
Page 26: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

La unidad echo 301c en color es una sonda potente y fácil de utilizar que incorpora la avanzada tecnología HD-ID, disponible con o sin transductor de 77/200 kHz (compatible con transductor de 50/200 kHz; se vende por separado).

La brillante pantalla a color de 3,5 pulgadas puede leerse bajo la luz del sol. Sus 2.400 W de potencia pico a pico proporcionan una clara separación de objetivos e información acerca de estructuras a una profundidad máxima de 1.750 pies¹. Los gráficos Smooth Scaling™ te permiten una visualización ininterrumpida de la imagen al cambiar entre escalas de profundidad y los haces del transductor de amplia visualización (60/120 grados) optimizan el rendimiento tanto en aguas profundas como poco profundas.

Está siempre lista para usar gracias al soporte de desmontaje rápido inclinable y giratorio y al kit de montaje del transductor para espejo de popa y para pesca de curricán, para que puedas irte directo a pescar.

Para disfrutar de una versatilidad aún mayor, escoge el kit portátil para proteger y transportar tu echo 301c cuando pesques en el hielo, o en cualquier embarcación, kayak, canoa o incluso al final de un muelle. La funda dura y resistente también incluye una batería AGM sellada y recargable con cargador inteligente, almacenamiento y gestión de cables del transductor integrados, soporte del transductor con ventosa y flotador. Precio aproximado: $3,999.99

Es un plotter compacto que dispone de una pantalla en color QVGA de 4” ultra brillante junto con un mejor diseño digital de alta veloci-dad para mejorar las velocidades de trazado y exploración del mapa. Está siempre listo para usar, gracias al mapa base mundial incor-porado mejorado por satélite y a una interfaz fácil de usar diseñada para ayudarte a navegar en alta mar con facilidad. El GPSMAP 421 admite también tarjetas BlueChart® g2 Vision para disponer de fun-ciones adicionales como imágenes por satélite de alta resolución, vistas 3D y tecnología de auto ruta.Precio: $8,999.00

Pantalla QVGA a color de 5 pulgadas en diagonal.PLa unidad echo 501c en color es una sonda potente y fácil de utilizar que incorpora la avanzada tecnología HD-ID, dispo-

nible con o sin transductor de 77/200 kHz (compatible con transductor de 50/200 kHz; se vende por separado).Su nítida pantalla QVGA a color de 5 pulgadas ofrece una resolución definida e información relativa a los peces, las estruc-

turas y el fondo gracias a la posibilidad de explorar hasta una profundidad máxima de 650 mts¹. Con su interfaz sencilla e intuitiva con 4.000 W de potencia pico a pico, echo 501c cuenta con haces del transductor de amplia visualización (60/120

grados) que optimizan el rendimiento al posibilitar la identificación de peces más allá de los laterales de la embarcación, tanto en aguas profundas como en aguas poco profundas. A esto, se suma la tecnología de ajustes de escala de profundidad Smooth

Scaling™ y la opción de retroceso del historial de la sonda.Está siempre lista para usar gracias al soporte de desmontaje rápido inclinable y giratorio y al kit de montaje del transductor para

espejo de popa y para pesca de curricán, para que puedas irte directo a pescar.Precio: $4,499.99

El Echo 301C, el Echo 501c y el GPSMAP 421 están disponibles en: Gulf Marine, Zaragoza Marine, Equipesca, Ferretera Central del Golfo y DelMaz GPS

La empresa líder en navegación satelital entra en el mercado de las cámaras de acción.Garmin presenta VIRB™ Y VIRB ELITE, la cámara de acción de alta definición, compacta, impermeable y fácil de usar.Garmin, el líder global en navegación por satélite, anunció hoy VIRB, su primera cámara HD 1080p serie de acción. Desde

los deportes de acción hasta las vacaciones familiares, VIRB combina un conjunto de características únicas que facilita más que nunca capturar los recuerdos de la vida. VIRB cuenta con una carcasa robusta y resistente al agua de (IPX-7), por lo que no es necesario tener una carcasa externa. Su pantalla única a color de 1.4 pulgadas Chroma™ hace una fácil configuración y reproducción y utiliza energía mínima para que VIRB pueda grabar hasta tres horas de video HD (1080p) con una carga. Además cuenta con características de mejora de vídeo tales como estabilidad de la imagen digital, lente y corrección de distorsión, ase-guran que secuencias grabadas con VIRB se vean genial, incluso antes de editar. VIRB puede capturar fotografías de alta calidad mientras la cámara está grabando. VIRB Elite incorpora todas estas características, además tiene WiFi incorporado, sensores de datos y un GPS de alta sensibilidad. Tanto VIRB y VIRB Elite cuentan con conectividad ANT ™ para la funcionalidad de control remoto con otros productos de Garmin y para la transferencia de datos con otros sensores de fitness.Precio aproximado: Virb $5,799 y Virb Elite $7,699 Disponible en exclusiva en tiendas Martí

Echo 301c

Echo 501c

GPSMAP 421

VIRB

Page 27: Picachos Verdadera Reserva de Lobinas Trofeo

1.15 FISHING Print Ad.indd 1 10/12/14 09:34