petit. lecturas_espacio intimo [2]

8/4/2019 Petit. Lecturas_espacio Intimo [2]

http://slidepdf.com/reader/full/petit-lecturasespacio-intimo-2 1/14

~I- .

J. . . .

Lectura l it erar ia.,~ ...1'· *Y construccion cei si rmsrno

Hoy me propuse hablarles del papel de la lectura en la cons-

tru~ci6n del S I rnismo, en laelaboracion de la subjetividad, En

efecto, desde que ernpece a trabajar sabre la leetura, poniendo

elacento en la escucha de los lectores, estes han hecho que mi

atenei6n seoriente hacia aquella cuestion, par vias muy diver-

sas.Yasea en e l media rural, dande mis colegas y yo realiza-

mas unas eioeuenta entrevistas;' y aun mas en barrios urba-

nos desfavorecidos, donde escuchamos a un centenar de jove-

nesde entre quince y treinta anos, que habian frecuentado unabiblioteca municipal.? esa dimension fue ampliamente abor-

dada, en forma espontanea, par nuestros interlocutores.

Por 1 0 tanto yo quiero volver a ella, sobre todo porque me

parece curiosamente desconocida a subestirnada, aun por los

mediadores dellibro. Sin embargo no se trata de algo nuevo.

En los arnbitos que se dedican al libro podriamos suponer

que cada uno de nosotros sabe alga de esto a partir de sn

propia experiencia, Par otro lado, diversos investigadores,

atentos a 1 0 que decian los lectores, han dado cuenta deello.'

. E s ta c on fe re nc la f ue l ei da e n B ue no s A ir es ell m ayo de 2000. en el m<1rCO de Ull senu-

n a r i o ell e l M i n i st e ri o d e E d u ca c io n.

IVcase Michele Petit, N u e v o l accrmmienlos II lo s j O l ' C I 1 e 5y la Iw~m, op . dr.

'Op. ci l .

J V ea ns e c om o e je mp lo l os t ra ba jo s d e 10i s o ci ol o go s d e l a l it er a tu ra 0 d e M ar ti ne C ha u-

dron y P r an c o is d e S in g ly ( c oo r ds .) , Idemire, l e a u r e t c r it u r e, Par;", BPI-Centre G e 6 r g d Pompi-

d ou , 1 99 3. T a rn bi en E ri ch S ch on , q ue h a r ec op il ad o b ic gr af la s d e l ec to re s ("La ' fa br ic ac io n ' d el

lector': en fdentir.!. lec ture , e c ri tu r e, o p . c i t. , pp, 17-44).Y ~jimis,,'o la entrevista qlle habla rca-

l iz a do A b d el rn a le k S a ya d ("La l ec tu re e n s it ua ti on d 'u rg en c e" , e n B e rn a de ne S ei be l ( co or d. ),

41



~:~:biue eIlos; ~uchos eseritores eontaron c6mo lad a pe:rnlttdo descubn- su rnundo ;"ter;or .......LUlr<>

t: es e modo mas autores de su d ,.' - •.. . ytores que habian crecid e..tm o, Y entre eUos,. reel 0 en un medio beJemplo en lack Lo d po re, pensemos

dn 0'1 0 en Albert Ca C .

escubrirse- alleer. y s a l " d J .m~s. onstrUlrsesociales por medio d 1 Itr e as prescnpclOnes famil iarestoria. e a ectura, es en reaJidad una vie ja his-

Pero eS3 vieja historia desa are- , 'que se emplean hoy e d' ,p .... con las daslficaciones

turas utiles" a "lectur:S dlay que o~onen, por ejempIo, "lee-

escclar" a "Iecrura de plac! ~,ntreten~~ie~to': 0 bien "Iectura

"usos habituales de 1alect r :,o~a!l1 len c~ltura jlustrada" a

cibida como un c6d' ura. ~saparece si la lengua es per-, IgO, un vehlculo de ' t; .sImple instrumento de c " , Inormaclones, un

, omUntcaclOn Y la lite tun preclQsismo para gente . ra ura Como

remos a este punto, con recursos. Mas adelante volve- ~-

ELABORAR UN ESPACIO PROPIO

Entremos en materia de una bj uena vez 'D 'ectura -yen particular la lect ' .,l e que [.nanera Ia

elaboracion de fa subjetividad~ra hterana-4

contnbuye a la

abordare aqui algunos aspe t . Elfit~ma es encrrne, y s610, cos re IfIend I .cia de esos j6venes usuarios de bibli orne a a expenen-

y qlIe no son necesariarnent '- d l o~ecas a los que evocabaasimismo, en contrapunt e fan es ectores, Refiriendome_______________ - 0, a ectores muy cultos, a algunos

- - - - - - - - - - - -L i re , [ a ire lire, Parts, Le Monde. 1996, .65.

que /~n momado semibles a esra J;~ensi~~' Naturalmente, lambien hay rsicoanal ista 's

;ill' r emos que per ule<;luraIiterariaH 'd .:7a u :

lSde t~os (a diferencia de algunos u~~~~e;;.1 ~quj la lectura de obras lit~rarias y no el

e<;tura hecha PO T literatos profesionales), L anos que reServan eluso deesta expresi6n

42

- ----...____

escritores. Y ustedes venin que las experiencias de unos y

otfOS coinciden eli m as de un punto.

E I primer aspecto que deseaba e vo ca r, p or qu e q uiz a cons-

rituye la base de todo el resto, es que la lectura puede ser, a

cualquier edad, un atajo priviIegiado para elaborar 0mante-ner un espacio propio, un espacio intimo, privado. Ya 1 0

dicen los lectores: 1alectura permite elaborar un espacio pro-

pio, es "una habitaci6n para uno mismo" , para decirlo como

Virginia Woolf, incluso en contextos donde no parece haber

quedado ningun espacio personal.

Escuchemos a Agiba, a modo de ejemplo, Agiba tiene die-

ciseis afios, vive en una familia musulrnana bastante t.radi-

cional y esta en conflicto permanente can sus padres y su

hermano, que la yen alejarse del destino domestico que ima-

ginaban para ella. Desde su infancia tiene un refugio: la bi-

blioteca, la lectura: "Yo tenia un secrete mio, era mi propio

universo. Mis irnagenes, mis libros y todo eso, Ese mundo

mio esta en los suenos" Christian, par su parte, tiene dieci-

siete anos y vive en un hagar para trabajadores jovenes, Va a

la biblioteca para estudiar horticultura y gestion del agua. Y

tambien: "Me gusta todo 1 0 que tiene un aire a Robinson

(Crusoe), las casas asi, Me permite sonar. Me imagino que

algun dia llegare a una isla, como el, y a 1 0 mejor, quien sabe,

podria hacerme una cabana". Escuchernos tarnbien a Ridha,

que recuerda sus lecturas de infancia: "Me gustaba porque

El libro de la s e lva es alga asi como arreglarselas en la selva.Es el hombre que par su ahinco acaba siernpre por dominar

las casas, EI leon es tal vez el patron que no quiere darte tra-

bajo 0 la gente que no te quiere. Y Mowgli sc construye una

choza, escomo su hogar, y de heche pone sus marcos. Sede-

Iimita",

Escuchernos finalmente a un escritor llamado Bernard

Chambaz. En una conferencia evocaba, respecto de Babar

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(personaje de cuentos para nif ios) y de las novelitas de

turas de su in fa nc ia , " la e lab ora cio n lie un paisaje '

que era todo obra mia, y en el que yo con.enzaba a abrir

propio camino" Y tam bien "u n espacio-tiempo"; "una

gratia en la que tuve la impresi6n de haberme deseubiertoreconocido"!

Habran notado ustedes la evocaci6n de lugares, de habi- .

taculos: la cabana en l a I sl a. Ia c ho za en la selva, el paisaje que

es obra de uno mismo, la geografia. Se trata sin duda de lee-

tares que viven en Europa, para quienes los mares del Sur

son sernilleros de suenos, Y de paso les digo que tendria '

mucha curiosidad par saber de que espacios se alirnenta Ia .

fantasia de los chicos de otras regiones del mundo, Pero 1 0

que es universal, es que el lector joven elabora otro lugar , un

espacio donde no depende de otros, Un espacio que le per-

mite deIimitarse, como dice Ridha, dibujar sus contornos,

percibirse como separado, dist into de 1 0 que )0 rodea, capaz

de un pensarniento independiente. Y eso Ie hace pensar que

es posible abrirse camino y andar can su propio paso,

Esa lectura es transgresora: en ella eI lector Ieda la espalda

a los suyos, se fuga, salta una tapia: la tapia de la casa, del pue-

blo, del barrio. Es desterr itorializante, abre hacia otros espa-

cios de pertenencia, es un gesto de apartarniento, de sal ida. Y

1 0 es sobre todo cuando se trata de la lectura de obras litera-

rias, pues en e l origen de innumerables cuentos, noveIas y re-

latos esta precisamente el alejamiento de Iafamil ia, de la casa,y la transgresion, Para esto los rernito en particular a los ana-

lisis de Vladimir Propp acerca de los cuentos populares, reu-

nidosen M orfo lo gia de l c ue nto po pu la r, Propp colecciono

miles de cuentos, t rato de clasificarlos, y descubrio que esos ,

5Comunicaci6n para el coloquio L o s a d o l es c e n te s y la l i t e ratura, organizado por elCen-

t ro de P romocion del L ibro Juveni l, en el marco del Salon del Llbro Iuvenil, Montreuil

(Francia), 23 r 24de noviernbre de 1998.

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. orden ritual, par cierto nu-relates estaban regidos par un . , re del mismo

"fu _' ""Ie S~ ordcn;J.}1 siemp . .ulero de • ndo.

nesy. . '1) uno de los miembros de 1a fa-

d Las tres pnmeras son. " drna 0" ,e l heroe entra en conoamlentoe

milia se a~eJ,ade ~acasa, 2)hibici6n es infringida: el beroe ~aceuna prohlblC16n. 3) lapro . . d be decirse. DICho

d b h rse 0 dice 1 0 que no e1 0 que no e e ace . tido Es 1 0 que en-

d 19o nuevo, mventa sen 1 •de otro rna 0,crea a I a tal punta que se

b·' numerosas nove as,contramos tam. len en" 1 de fulldacian de \a novela, aha podi.::lo decir que e acto . , es la partida del

di .,.l d de expreslon,pesar de su gran Iver5h... ',". 'dentidad",6

edio de su desarralgo, torja SU I

heroe que, p~r m Iia d I h er oe 0 de ia heroina que seEllector sigue la hue de. : las im a enes de

fAlli en las historias leidas u oldas, en. g

uga., .d b que existe otra cosa, yun ilustrador 0de un p~ntor, escu re de rnaniobra en e l

r t juego un margenpor 10 tanto un ...er 0, . puede tamar

. 1 Y so l e s ug ie re quedestino personal y SOCI~de. el devenir del m undoparte activa en su proplo evemr yen

que 1 0 rodea.

, , "tIDENTlfICACI6N,

\ 1 t ra no es una i lu sio n - E s un es-Este espacio creado por daec u \ sit io 1""·I~·lnoe la e1abora-

, ,. ue e ser e " .pacro pSlqmco, que P . , ., de suieto Porque los. '1 ista de una pOSlClOn r+>: .

cion 0 a reconqu bl donde el texto se vaya im-'ginas en anco

lectores no son pa . d rrollan toda una ac-, . ndo Los lectores son actIYOS, esa. 1pnrrue __, . ian de 10 que leen, mterpretan etividad pSlqmca, se aprop . d s tantastas sus

, 1 l' eas su eseo. su I, ,

texto, y deshzan entre as in 1 M· hel de Cer-, p vocar esa libertad de. lector, IC ,

angustlas. ara e., E ibia: "los lectores son via-teau tenia una bomta formula, scri ia:

n Dib at 90 r na y o -agosto de 1996, p . 33."RaM Pividal,aQuestions sur le roman ,Le "

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jero~; circulan sobre tierras ajenas, como n6madas que cazan

furhvamente a traves de campos que nc han escrito"?

. E sto es alga que puede producirse a 10 largo de toda la

vida, pero que es muy sensible en la adolescencia, e sa e po ca

en la que e I mundo exterior es percibido como hostil, exdu-

ye~teJ y en Ia que uno se enfrenta a un mundo interior in-

qUletan,te, y esta asustado par las puIsiones nuevas, a me-

nuda violentas, que experimenta. Entonces los adolescentes

acuden a los Iibrcs en primer lugar para explorar los secretos

del sexo, para permiti~ que se exprese 10 mas secreto, que

~ertenece por excelencla al dominio de las ensonaeiones ero-

t ic a s, . la s fantasia~. Van en busca adernas de palabras que les

perrnrtan dornestica- sus miedos y encontrar respuestas a las

pregu.ntas que los atormentan. Indagan en distintas direccio-

nes, sm haeer caso de rubricas y Iineas demarcatorias entre

obras mas 0me~os legitimas. Y encuentran a veces el apoyo

de un saber, 0 bien, en un testimonio, en un relato, en una

novela, en una poesia, e I apoyo de una frase escrita, de un

discurso ordenado, de una escenificaci6n. AI poder dar un

nombre a los ~stados 9ue atraviesan, pueden ponerles pun-

tos de referencla, apaclguarlos, compartirlos. Y comprenden

que esos deseos 0 esos temores que cretan ser los unicos en

conocer, han sido experimentados par otros que les handado voz,

Es 1 0 que dice Pilar, que es de origen espanol e hija de unobrero de la construcci6n:

~ travesdellibro, cuando uno tiene en sf mismo reflexiones, angus-

has, bueno, yo no Sf, elhecho de saber que otra gente las ha sentido,

las ha expresado, creo que eso es m uy pero muy importante. A 10 , ~ '

Pari:~~~~: ~;~~tea~, "~jre:u.n braco~nage:',en L 'I nY em i ol 'J d u q uo ti di en I , A r ts d e [ a i re ,

U .' ld d'rL-' tra: a espanol: La m vr nc ro n d e 1 0 co ti di an o I, A ri es de hac e r Mexicon lV trsl a 1 < .r< :rQ am cn can a,19% ). ' ,

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mejor porque el otro 10 dice mejor que yo. Hay una especie de fuerza,

de vitalidad ( l1U' ernana de rnl, r '- 'rqiJe if ) q i Jl " eS1 ! p ~ r SCn<i , dice, ror

equis razones, yo 1 0 siento intensamente.

A prop6sito deesta lectura, se habla generalmente de "identifi-

caciDn': Y durante mucho tiempo se ha temido, como ustedessaben, a una lectura demasiado "identificadora" donde e11ector

pudiera ser "aspirado" por la imagen fascin.an~eque seIe o~ece,

con peligro de seguirla en sus peores desviaciones . Este miedo

sigue estando vigente: en Francia, en la ensefianza de la lengua

y la literatura, en particular, se ha privilegiado desde hace unos

treinta alios una concepci6n instrumental. forrnalista, preten-

didamente "cientifica" Y se ha desechado la "identificaci6n", a

la que se redujo toda la experientia de la lectura subjetiva.

Pero tque dicen los adolescentes 0 los adultos cuando se

acuerdan de los libros que marcaron su adolescencia? Algu-nas veces, desde luego, hablan de esos heroes o esas heroinas

a los que acompaiian a 10 largo de las paginas, Por ejernplo,

en el caso de las muchachas que viven en barrios marginales,

hablan de heroinas que tuvieron destinos tragicos, marcados

por la violencia , el incesto, 1av iolaci6n, el matrimonio for-

zado, las relaciones sexuales obligadas ... )' que a veces logra-

ron escapar de ellos,

Pero mas que la adhesion a determinada figura, 10 que re-

sulta sorprendente al escuchar a esos lectores, a esas lectoras,

es la evocacion Jel trabajo psiquico, del trabajo de ensofia-

cion, de pensamiento, que acompano a sigui6 a la lectura, Lo

repito: de 10 que se trata es de la elaboracion de una posicion

de sujeto. De un sujeto que construye su historia apoyandose

en fragmentos de relatos, en imagenes, en frases escritas por

otros, y que de alli saca fuerzas para ir a un Iugar diferente al

que todo parecia destin arlo. Y si determinado libra 0deter-

minada frase contaron para ellos es porque les permitieron

4 7



"I,

reconocerse, no tanto en el sentid dpejo como de ti . I 0 e reconocerse en un es -

un lugar, a ::oer:n ~re~~e ttene~ ~~ derecho Ieg~timo a tener

no sabian toda ,'1 n, 0,mas aun, a convcrtirse en 1 0 que]VIa que eran.

Hay aIHtodo un proceso d . b r .re ce re du ctib le a una identific:csl~6mna ~~acI16nque no me pa-ci , H ' rn inc usa a una pron . ay textos am' bi fr royec-cion an como ot:os tanast I~n. hagmentos de textos, que fun-

1

. os tnstg ts para tom ,.as psicoanalistas ,ar ese termmo departe de l s f . ' como otros tantos haces de luz sabre una

Imrsmo en sombras h tviene a liberar algo que 11 t ll e a ese momento. E I t ex tole nc iosa , Y a veces e e ec or

levaba en el , de manera si-

. ncuentra d l i a f I fusalir de un contexto I en erg a, a erza para

renciarse, para transpeonrte que estaba bloqueado, para dife-arse a otro lugar

Setrata de una experiencia h·' .crita desde hace ti que a sido identificada y des-

tempo por numero .son lectores de excelenci C ' sos escntores, quienes

disculpen mi etnocent ~Ia. Itlare a tres de ellos y les ruegonsmo ( as tres .

ses), y a que no tuve tie d b son escntores france-

periencias vividas en omtrP~ e. udscartextos que relataran ex-as atitu es Me p .

que la region del mund I . . arece Sill embargoo en a qu. uno VI t'

caso, una importancia cr . 1 E~ ve no rene, en esteProust. « d I uciat. scuchernos pues a Marcel

. '.. ca a ector es cua d Imismo. La obra de u '. n 0 ee, el propio lector de sf. n escritor no es masmstrurnento optico que 'II _ que una especie de. e e otrece a t I t fitirle discernir aquell . , ec or a In de permi-. 0 que, Sin ese libr .,

visto en sf mismo"8 Ad' Gid 0, quizas no habria. ' n re I e afirrna "mrsrno, sefialando que exi t lib practicamente 1 0

. s en I ros -0algun fr Inas palabras en un libnr- ue se i as ases, a gu-poder, dice, "proviene de ~ e se I~corp?ran a nosotros. Su, q e no hizo mas que revelarrne al- ,j

3Marcel Proust L• e t em p s r et ro uv e. ~ris G Jrperdido. 7. El tiempo recobrado, M..< l r i & , . . f u , n ~ ~~ard ,(ed, ~nespariol: En bUSCA del tiempo

• , itorial, Blblioteca Proust, 1998).

48

guna parte de m i desconocida para r ni m ismo: para ro t 5 61 0

hIe una explicaci6n. si, una explicaci6n de mi mismo". Y

agrega: "iCuantas princesas son.o1ient;lS !!evau1oS en 111\$0-

tros. ignoradas. esperando que una palabra las despiertet»9

Cito tambien a un escritor contemponineo, Jean-Louis

Baudry:

£1nino que lee [.. .1 siente que hay en el virtualidades infinitas, innu-

merab1csoportunidades; que, al igual que la selva ecuatorial 0 la isla

desierta, el es un territorio que seofrece a nuevas aventuras, a otras

cxploraciones. Y se convierte en e 1 conquistador de los Iibros que 1 0

han conquistado. e .\ posee ahara, junto can lafacultad de int

egrad6n.

junto can una pasividad que 10 ha expuesto a todas las colonizaciones

imaginarias, un poder desmesurado.lO

Cuando describen esa experiencia, los lectores suelen men-

cionar ese momento de inversi6n en el que, como 1 0 senalaBaudry, de conquistado, de colonizado, el lector pasa a ser

conquistador. Y por eso, para despertar a las princesas que

dormitan en ellos, los escri tores [een antes de enfrentarse ala

pagina en blanco. Siguiendo un proceso que me parece simi-

lar, aunque uno no se convierta en escritor, a veces la lectura

hace surgir palabras en ellector, lo fecunda. En ese dialogo,

o en ese juego, el 0 ella pueden empezar a decir "yo", a enun-

ciar un poco sus propias palabras, SI.' propio texto. entre las

[jneas leidas. Y tambien porque el rango de las palabras se

modi fica: al leer, el lector experimenta que existe una lengua

distinta de la que se usa todos los dias: la lengua del relato, de

Ia narracion, donde los hechos contingentes adquieren sen-

tido en una historia organizada, puesta en perspectiva.

9C o n /e r e n c e s u r la l e c tu r e . c it ad a p or P ie rr e L ep ap e e n L e Mond e . 1 5 de o ctub re d e 1 99 9 .

10 J e an - L ou i s B a ud r y, L 'A ge d e Ia l ec t u r e . P a ri s. G a ll im a rd I H a ut e e n fa n ce , 2 1) QQ .p . 4 3 .

49



"II

He citado a varios escritores, pero insisto en que esta ex-

periencia no e s p ro p ia de gente eulta 0 con recursos, La han,

vivido personas proveuientes de med io s popul at es , sin

lecto ras asid uas, a v eces a parti r de algunas paginas, V\U:;\.Ili1

claro que la lectura no debe ser apreeiada solamente a

del tiempo que se Ie dedi ca. 0del mimero de libros leidos 0'

recibidos, Algunas palabras, una frase 0una historia pueden

dar eco a toda una vida. El tiempo de lectura no es solo el que

dedicamos a dar vue Ita a las paginas, Existe todo un trabajo, s

consciente 0 inconsciente, y unefeeto a posteriori, un deve-

nir psiquico de ciertos relatos 0 de eiertas frases, a veces ,-

mucho despues de haberlos leido.

Ya 1 0 senale en otras ocasiones, esas frases, esos fragmen-

tos que le hablan al lector, que 1 0 revelan, son con frecuencia

i~esp~rados. No siempre un texto cercano a su propia expe-

nencia es eIque ayudara a un lector a expresarse, e inclusouna proximidad estrecha puede resultar inquietante. Mien-

tras que encontrara fuerzas en las palabras de un hombre 0

de una mujer que hayan pasado par pruebas diferentes, Pre-

cisamente alli, donde ofrece una metafora, donde permite

una toma de distancia, es donde un texto esta en condiciones

de trabajar aI lector. Porque ese trabajo psiquico se realiza a

partir de los mecanismos que Freud habia identificado como

inherentes al suerio: la condensacion y e l desplazarniento. 0

sea que es imposible prever cuales san los libros que resulta-

ran mas aptos para ayudar a alguien a descubrirseo a cons-

truirse.

Esto complica un poco la tarea de los "iniciadores" del

lib.ro, aunque tambien puede volverla mas divert ida. Porque

e l )~ego esta abierto, y deja una parte para la invencion, para

Ia libertad, Desde luego, los adolescentes se introducen en

modas que los hacen pedir selectivamente determinado bes t -

s e l l e r y despotricar contra cualquier texto que se aparte de los

50

caminas tr il lados. Pero al mismo tiernpo las lecturas suelen

presentar en csta edad un c ar ac te r m u y anarquicc: \~ s ado.

lescentes aprovechan todo 1 0 que cae en sus m an os, sm pen-

sar en las clasificaciones convenidas.

Y su atracci6n por la transgresi6n, el exceso, la maldad a

laviolencia puede ser una dave para introducirse en lecturasmuy diversas. induyendo ... los textos "cIa.sicos".como lo sabe

mas de un profesor. La literatura, no 1 0 olvidemos, ~s un

vasto espacio de transgresi6n. Pero dentro de este espacro, no

rodos los textos son tan elaborados. Algunos no hacen en el

mejor de los casas mas que desviarnos un momenta de nues-

tra condicion. Uofrecer un distractor temporal al horror de

nuestros fantasrnas; otros, de hoy 0 de ayer, son mas propi-

cios para desencadenar una actividad psiquica, una acti:idad

de pensamiento, en eco, en resonancia can el pensarruento.

con el trabajo de escritura de su autor.

"U N L UG AR D E P ER D IC I6 N"

La leetura, y mas precisamente la lectura l iteraria, nos intro-

ducen asimismo en un tiempo propio, a cubierto de la agita-

ci6n cotidiana, en e l que ia fantasia tiene libre curso y perrnite

imaginar otras posibiJidades. Ahora bien, no olvidemos q~e

sin ensueiio, sin fantasia, no hay pensamiento, no hay creat l-

vidad. La dispesici6n creativa tiene que ver con la libertad,

con el rodeo, con laregresi6n hacia vinculos oniricos, can a~e-

nuar tensiones Basta con ver en que momentos los sabios

haeen sus descubrimientos: generalmente mientras pasean, 0

al tomar un medio de transporte, a al darse un bana, 0 al ga-

rabatear sobre un papel , 0 allevantar los ojos de una novela.

Escuchemos ados lectores. E1primero es otra vez e l escri-

tor Jean-Louis Baudry, que recuerda sus lecturas de infancia:

51



< I, I

'" no era sola mente a traves de su hi .dial s Istonas, de sus personajeslOgos y de sus descrinciones como los lib ''-a.. .. . . • I ro~ nos ensefiaban. .. , .,as,: '10 pra ~ol"'lJente " 'orq"c a1 .

I' . r ..., ennquecer nuestro

comp scar n uesrra sin t ., axis, nos aportaban instrumentos de

miento un poco mas adecuados, sino 0 . .

agitaci6n h bi I' P rque, almterrumplra rtual, pOfllendo nues tro cuerpo en

nue d" repose y, vas pre ISPOslciones , su lectura permit la que emer .

mientos, imagenes, Jodos esos hilos de la vid gieranzaba I I a secreta que se

n con as frases que Ielarnos.u

.~

~I segundo es un estudiante aI . 'mvestigaci6n en ba . ~ue entrevlstamos durante

evoca Ia bibf rnos margtnadas. Se llama Hadrien, roteca en la que pasa mueha tiem O: ' ,

a~~!or otra cuesti6n. pero las casas nos van ~l~vanda '

p ° ya estamas dtvagando Un b 'bI' Y ,donde uno deb d . a I ioteca es un lugar

. e po er quedarse sin apu E I

perdlcion, aunque generalmente la bibli ro, s un ~gar de:ante todo como un lu d fici .1 roteca e e conslderada

Q. . gar e e iciencia"UlSlera aqui ab . ,.

de Hadrien r~r un parenteslS a partir de las palabras

de la biblior'ecPaaryadSeen,l1arque esa dimensi6n de "perdici6n"a ectura co 'I di

del agrado de muchas y , rna e Ice muy bien, no es

manto de eficie ' E' s: encargan de cubrirla can unncia, n cuantas f T '

nines Son alentados a I ami ras, par ejernplo, los_ . eer porque parece 'util para sus estudi . .que eso podna ser

guien los encuentra °eso'peroj.Pbrovocan Irntaci6n cuando al-n un I ro en las rna did

sus fantasfas. CUantos traba.ador . no~ y per I os endares 0 bibliot' }, es soclaIes, e mcluso forma-

ecanos, encasdlan a las ed'pobres en lecturas "utiles" " p rsonas e rnedios

supuestamente van a se:~esod~ractI.cas,,:s ~ecir aquellas que

estudios, en la busqued d - aphcaclOn mmediata en susa e un emplea 0en la vida cotidiana.

Illbidem, p. 25.

52

Sinembargo no puede considerarse como un lujo 0 una eo-

qudcria el hecho de poder pensar la propia vida con hayuda

de palabras que ensefian mucho sabre uno mismo, sabre

otras vidas, otros paises y otras epocas, Y eso por media de

rextos capaces de satisfaeer un deseo de pensar. una exigen-

cia poetica, una necesidad de relates, que no son eI privilegiode ninguna categoria social. Se trata de un dereeho elemen-

tal , de una cuestion de dignidad.

Lamentablemente, el qUl~es pobre seve privado, la rnayor ia

de las veces, del acceso a esos textos ya esas bibliotecas. Piensa

que esc no es para € l. Recuerdo aqui a una senora que se me

acerc6 muy tim idamente al final de una conferencia que yo

habfa dado en una biblioteea, en las afueras de Paris. Trabajaba

en e l servicio domestico. Habia ofdo hablar de un cafe litera-

rio que sehacia en la biblioteca y habia venido varias veces, Esa

noche habia estado a punto de irse; entre el publica habia mu-chos docentes y penso que "era demasiado elevado para ella",

como decia, Pero luego se anim6a quedarse. Hablando de la

biblioteca me dijo: "yo vengo aqui para existir"

tPor que seteme que la lectura y 1abiblioteca sean "un Iugar

de perdicion', como decia Hadrien? tPor que algunos quieren

reducirlas a un registra de eficiencia? tPor que la soledad del

lector a de la lectora frente al texto inspire ternor en todas las

epocas? Por supuesto, existen miedos relativos al contenido de

las libros, del que todo tipo de "iniciadores" pretenden "prate-

ger" allector. Subsiste hoy todavia, masd

menu do de 1 0 quesuponernos. el temor de que el libro instile en nosotros alga

pernicioso, algo sedicioso, 0 que sea recibido de manera ex-

traviada, incontrolable, que alguien encuentre en el alga dis-

t into de 1 0 conveniente. Pero mas aun que el contenido de los

libras, 1 0 CIueda miedo, me parece, es e l gesto mismo de la lee-

tura, que constituye un desapego, una forma de desviarse. Los

Iectores y las lectoras irritan porque no se puede ejercer

53



· ,m~cho ascendiente sobre eUos,porque se escapan, Son

t~aldores 0desertores. Se los considera asociales y aun aJruso.. . . .

ciales, Y constantern-ute son ilamados a l orden .

.Recuerdo aqui a un hombre con e l que conversaba en

aVl6.ny que se puso rigido, irritado, cuando supo que yovest igaba sobre 1alectura: "Le dire, senora, yo he observadi

que las mujeres que leen son siempre un poco egoistas".

c~erdo tarnbien a Zohra, una joven que conoci en una

blioteca, quien junto con sus hermanas tuvo que pelear du-

r~m~nte ~a<~aconquist~r e l derecho de leer y de asistir a

biblioteca: Cuando rms padres nos velan leer, cuando no

q~eriam~s movernos porque estabamos con un libra, se po-

man a gntar; no aceptaban que leyerarnos par placer. Era un

momenta aparte, un memento propio, y a ellos les costaba '

aceptar que tuviesemos momentos propios. Habia que leer

para la escuela, habia que leer para instruirse".

Al igual que los poderes politicos fuertes, los tiranos do-

mes~icos saben inst intivamente que hay en ese gesto una vir-

tuahdad de emancipaci6n que puede arnenazar su dominio

Perc s~bien la lectura hace temer a veces la perdida de in~

fluencia .sobre los dernas, tambien puede generar la idea de

que alguien podria perderse a sf mismo en el camino si asu-

miera,el riesgo de leer. 0 mas bien perder una especie de ca-

parazon que uno confunde con su identidad.

Yo,no se cual ~s la situacion en la Argentina, pero en muchosparses, en particular en medios populares, existe una idea de

que leer esalgo que feminiza allector. Un trabajador social me

contaba, por ejemplo: que en el barno donde el trabaja,

cuando un muchacho mtenta acercarse a los Iibros, los miern- ,

bros de su banda le dicen: «No hagas eso. Se te va a ir la fuerza"

Esos chicos confunden e l hecho de abandonar por unos m i-

nutos su caparazon con e l de caer en la debilidad. Abrir un

54

libra seria mostrar que uno no sabe, que t.e~~ta algo q~e.se,en-

l.uelltr

< 1 alli.!? La angusua de Verder!a VlTlIidaJ es paltK~l;\.r-

mente clara cuando el libro puede despertar _ e l ~und~ mte-

. r evocar una interioridad tanto mas extrana e mquletanteflO, . 11 d .cuanto que esta asociada-a las mujeres. DeJarse evar, ejarse

poseer por las p~abras p~supone ta l vez, para .un muchacho,

\a aceptaci6n, la mtegraa6n de su p~rte fe~emna, Y es c no es

de ahora. Asimismo la pasividad.la mmovlhd~d que la lectura

parece requerir puede ser vivida como angustla~t~.

Y de heche, la Iectura literaria parece ser casi Slemp~e una

tion de chicas 0 bien de chicos que y a . se han diferen-cues l' t· .ci~do de quienes los rodean por su tempera~ento so ~tano,

por su sensibilidad, 0 a veces por una alteract6n que sigue a

un encuentro. Aquellos leen para elaborar su si~gularidad, Y

1 0 hacen muchas veces escondiendase, para eVlta~ la rep~e-

si6n que persigue al"intelectual", al que "se comphca 1a exis-tencia", al que se diferencia de los suyos.Pero en Francia, mas alla de los medios populares.la lect~ra

y sobre todo la \ectura literaria, san cada vet mas una cuest l6n

de mujeres y de chicas: tres cuartas partes de los .1ector~s de

nove1as son hoy en dia lectoras." ~Por que laodl~erencla se

acentua actualmente? En Francia, esto suele atnbUirse a veces

" la feminizaci6n de los diferentes "iniciadores" dellibro',Con

esto no hace mas que replantearse la pregunta: lP?r que ~ay

tan pocos muchachos que se interesan en lo~ OfiC10S r:1aClo-

nados con el libro! 'tY de que margen de mamobra se dls~one

para atraer a Ia lectura a esosj6venes que tienen una necesldad

tan grande de una identidad "de concreto"? le6mo ha~e.r .pi lra

que le tengan menos miedo ala int.;:r:oridad, a 1asenslblhdad,

,!C{ Serge BoimaTe, La p e ur d 'a p p re n d re c h ez ! 'e n fa n r , Paris,Ducod' ,19~9 lInd. a ! es-

~,n .,1.~In ; , , 0 y el m ; e do de aprender, Argentina. fondo deCullura EcocomIa, 200

1).

, .".. .... . • 1997 Pa ris La Docu-1)Olivier Donnat, L es P ra tique l c ul/ure l les des F ra nf< 1I5 ,En que te • ,

men ( a n o n f ra n p is e , I 998 .

55



< I, ,

menos miedo, tambien, a lapolisemia de la lengua? Este mar-

?en ~e maniobra me paro!Cea veces estrecho, y no ,

imagmar que los que estan en una posicion de omn

imaginaria tengan muchas ganas de sal irde el la.

No obstante, entre los j6venes a los que .

cuando haciarnos m~estras entrevistas en los barrios margi, :, ,nados, algunos habfan pasado del gregarismo viril de la calle'

a la asistencia asidua a una biblioteca. Y a veces teniarnos la

impresion de que en el fondo se habian necesitado pocas

cosas, en algunos momentos, para que se encaminaranhacia ,1

un lado y no hacia e 1 o tro . D el encuentro, incluso temporal, ~"

~n u~ adulto referents que transmiti6 un poco de sentido 0 " '

dio la Idea de otra cosa...

,~

Podriamos hablar largo rato de esos miedos. Tan s610 hice un ~5

breve comentario a partir de la expresi6n de Hadrien: "un

lugar .de pe~dici6n'~ Sin duda Ia lectura, y en particular la lee-

tura ht:ra~,a> tienen que ver con la experiencia de la falta y

de Ia ~erdld~. Cuando uno pretende negar que desde la pri-

mera I~~ancla la vida esta hecha de esa experiencia, cuando

no quisiera ser mas que armadura, superficie, musculos,

cuando se co.nstruye una identidad hecha de concreto, 0 bien

cuando esta mmerso en la ideologia del exito, evita la litera-

tura, 0 trata de dominarla. Y al mismo tiernpo se priva de

uno de los. r ecursos para superar la perdida, Se priva de dis-

f~utar los juegos de la lengua. 'f de experimentar al mismo

tiempo su verdad mas intima y su humanidad compartida.

L A TRANSICIQN A DTRAS FORMAS DE ViNCULO SOCIAL

Y es que, parad6jicamente, ese gesto solitario, salvaje, hace

que mucha gente descubra cuan cerca puede estar de otras

56

ersonas. Tan solo tornare e l ejemplo de Aziza, una joven de

~rig>;;ntunecino de dieciocho anos, que hahla de 51 ! lectura

de un relato autobiogratico:

Me aport6 mas conocimientos sobre la segunda Guerra Mundial y

c6mo la h ab ia v iv id o la gente. Eso . se e s tud ia en historia, pero no es 10

mismo, Nos hablan de lasconsecuencias demograficas, pero mientras

uno no 1 0 vive... Porque ahi tenia la impresion devivir esa historia COn

la gente. Parece muy abstracto cuando el profe dice:"ya yen,hubo den

mil rnuer tos" Uno anota un mimero y nada mas.Cuando lei ell ibro

m e p re gu nte : i. eo ma pudieron vivir todo esoi...

Numerosos lectores nos dijeron hasta que punta la lectura

habia sido para elias el medio para abrirse al otro, para no te-

merle tanto, para ampliar su horizonte mas alla de los alle-

gados, de los parecidos a ellos. Como ese chico. Charly, quedecia: "La biblioteca es un lugar donde uno puede consul tar

al mundo''

No hay que confundir elaboracion de la subjetivida~ con

individualisrno, ni tampoco sociabilidad con gregansmo,

Leer no nos separa del mundo. Nos introduce en el de rna-

nera diferente. Lo mas intima tiene que ver con \0 mas uni-

versal, y eso modi fica la relaci6n con los otros, La le~tura

puede contr ibuir, deese modo, a la elabo~aci6n de u~a, Id~~1-

tidad que no se basa en el mero antagomsmo ~ntre elias ~

"nosotros", mi etnia contra la tuya, mi clan, rm pueblo.o rru"territorio" contra e l tuvo. Puede ayudar a elaborar una iden-

tidad en la que uno no ~sta reducido solamente a sus lazos de

pertenencia, aun. cua~do este orgullo~o de e~los. A l~ e1~b~-

raci6n de una identidad plural, mas flexible, mas labil,

abierta al juego y al cambia. .

Ycuando uno esta un poco mas farniliarizadocon los jue-

gos de 1a iengua, quizas no se sientetan desnudo, tan vulne-

57



rable frente al primer charlatan uesus heridas con una retori , ql' pasa y pretendeI ' .. fica Simo ista, Mas au . .

<l ros jovenes que viven en barri - ; n,cuentado una biblioteca ... lOS marginados y que han

epis6dica, permite estar :nv~mos que la lectura , aunque

procesos de exclusi6 ~o~ arm~do para resistir a' .sonar . n. a Imagmar otras

para :~onst~Ulrse. ,Par? encontrar la dis tan cia del numor

. sar. e entiende que la lectura dguien critico 0rebelde . pue e volver a ..lugar en la lengua ' ydsugenrle que puede ocupar un:

1

' en vez e tener .:os demas, siempre que rernitirse a

E sc uc he mo s a L 'z a, que es de origen carnboyano:

Ahora yo ernpiez ada optar posiciones pohti .Ia politica me tenia sin cuidado Yesas ,. icas, m ien tras que antes

cion, las tengo gracias a la Ie t' ) ~p"lJones, esas tom as de posi-_ c ura, a os intercarnbi .

n e ro s, c on m is p ro fe so re s y t d lOS con r ru s compa-

d

. , 00eso. Creo que I I' c.

rn a uracion, para pod d 'd':' egue a u na L ase d eer eel ir, elegir toma d " .

nerlas. Sobre todo para d C d I ..' r ecisiones y mante-eren er a s, p ar a a rg u t E

tamente diferente d 1 1 men ar. sto es cornple-e a ell tura camboyana I

grupo, se hacen las cosas ,en a que se piensa en. s en grupo y, de hecho n h hos i

cambios porque no s d' ' 0 ay muc os inter-e rscute,

Es cierto que la lectura dnizaci6n social en la pue le pertur~ar las forrnas de orga-. di , s que e grupo e]erc . ,in ividuo alli donde se ci e primacra sobre el

, ' e se cierran filas e do de un Iider, Lo que e t" n torno e un patriarcatura es quizas e I camb~ ahen!uego con 1ad ifusion de la lec-

. 10 acta otras form duna sociedad, Yjustarn t as e pertenecer a

1

, ' en e par eso ho y tod ' 1po tticos fuertes prefieren difundi "d a~a, os poderestextos seleccionado r VI eos,o 51 acaso fichas 0

s, que se entregan con su i 'cornentarios, limitand 1 . con su interpretacion y

dejando al lector 1ameoa l~baximo to~o posible "juego" y

nor I ertad posible,

58

De ma ne ra i nv er sa , el heche de luchar contra la reduccion

cid sen t i cio de la s p ala hra s a uno sola, e l h echo de h ac er ju ga r

e l sentido de la s palabras, es algo que puede tener efectos po-

liticOS. Con la literatura, nos situamos en un registro muy

distinto de l correspondiente al discurso de la cOIDunicaci6n,

que se sup one transparente. sin sujeto- Como afirma el psi-coanalista tunecino Fethi Benslama, "Con la literatura. pasa-

roosde una humanidad hecha po r eltexto a una humanidad

que haee el texto",14

ENTRE LECTURA pARA sl M IS MO Y L E CfU R A E SC OL AR , lU NA CON-

TRAD ICC !ON I RREMED IABLE ?

En relaci6n co n esta tematica de 1aelaboraci6n de la subjeti-

vidad y de las reslstencias que seoponen a ella, quisiera abor-

dar un ultimo punta: el de la s relaeiones complejas entre lee-

iura y escue\a. Esas relaciones son vividas can frecuencia en

tono de confiicto par los alumnos, quienes pueden volverse

muy feroces wando hablan de la institucion eseolar. Otro

tanto puede ocurrir con n050tros como ex a1umnos. Tanto

en nuestras entrevis tas como en las qu e realizaronotros in -

vestigadores, muchas j6venes -aunque no todos- estuvieron

de acuerdo en afirmar que la ensenanza ejerda un efeeto di-

suasivo sobre el gusto de leer. Se quejaban de esas clases

dande se disecan los textos, de las horribles "fichas de lee-

tura" , de Ia jerga espeeia lizada, de los programas

arcaicQs. Y

de tantas otras cosas.Eso no es una novedad, n o debemos imaginar que en otras

epocas la mayoria de los alumnos sehaya entusiasmado

par-

-_._----I< Cf.I'our R u ,h d ie , C e n t iM ld le c t ue 1 s a r a b e. s el m u su lm ~ n' p ou r II! l i b e rl e d ' expr e s s i o n ,

Pads. La VecouvertelCarrefour des litteralureslColibri, 199~. p. 9{l.

59

. '



, I

ticularmente con la lectura de los dasicos, salvo cuando

profesor lograba C0!lvertirlos er. algo vivo. Tanto antes

ahora esos auiOfes h ac t a n las delicias de algunos

pero aburrian a muchos. Otros hurgaban en antologias.

en busca de 10 "Bello" y 10 "Bueno" sino en busca de

riencias humanas. 0se embarcaban en desviaciones que

brian horrorizado a sus maestros: como el escritor ueorJ'tes;

Arthur Goldschmidt que cuenta en sus memorias

habia encontrado elementos para nutrir sus fantasias

masoquistas en traducciones latinas donde aparecian esdavos.lS

Mas alIa de 10 que puedan decir los alumnos, algunos

critores 0 mci61ogos han emitido opiniones capaces de de-'

sesperar a los profesores: Borges decia que uno ensena poe-

sfa cuando la detesta; Nathalie Sarraute agregaba que al co- '

mentar un texto, se le da rnuerte, Y segun Pierre Bourdieu la

escuela destruye, erradica la necesidad de una lectura en la

que ellibro es percibido como depositario de secretos magi-

cos y del arte de vivir, para crear otra necesidad, de forma di-ferente.ie

No se cual sera el caso de Argentina, pero en Francia, en

los ultimos afios, es evidente que la ensenanza ha evolucio-

nado en un sentido totalmente opuesto a 1 0 que serfa la ini-

ciaci6n en un "arte de vivir" Y de un modo general Ie ha

dado una minima participaci6n a la literatura. Por supuesto

con las mejores intenciones del mundo: la literatura ha sido

representada como algo que contribufa a reproducir unorden social deterrninado, porque unicamente los nifios de

medias acamodadas estaban inmersos "naturalmente" en

15 Georges-Arthur Goldschmidt, La Tmver$ff d es f ie u ve s , P a r is , Seuil, 1999.

I~ Pierre Bourdieu y Roger Chartier (entrevista), "La lecture, une pratique culture-

U e · ' , en P ra fi qu es d e l a l ec tu re , Ro~er Chartier (ecord.), Paris, Petite bibliothcquc Payor,1993, p. 279.

60

f iliar a sus padres. Ya 1 0 dijesa cultura ilustrada que era am d __ ·0 la "identifica-e bie dcio de lado con espreci _. . 1",j1 se . , .ailte~, .am d1"d toda la expenencia de la lee-• » la que que ureaUCl a . . . dCl6n , a . .. di rioridad a una concepcion msplra atura s ub je ti va , Y ~e 10p I iotica que se deda mas de-n e l estructurahsmo y en a semi •

e ". 'fi"mocratica. mas cienti ca. ar un e iemplo, se puede

En resumidas cuentas, para to~ _os Jsobre l as siguien-I I de unos quince an

evaluar a as a umnos t imia sinecdoque, perifra-fi . , . metafora me cm ....tes de mrciones: , d ., litote eufe-

' 'b I 'fora gra acton, ,oximoron hiper 0 e, epl , , , h' ,SIS, '_ h' i lage pretericion, explecion, iper-mismo, antonornasia, ipa '. y no induyo las mejores,

. eya paronomasia,baton, prosopop '. d. I is anacoluto y otras zeug-del tipo de epanalepsis, aJna Ip OS t g'untarnos si leemos a es-mas. Y evidentemente po emos pre

cribimos con eso.!? di b li do el afio pasado, algunos

Por ello, en un estu 10 pu IC~bl ' "Cuanto mas asiste n a. 1 ib n esa frase tern e.

s oc io ogo s escr~ e S libros leen".l8 Segun ellos, la

la escuela los alum nos, on trib " un proceso de rechazo

ensenanza del frances contn uma a re aratoria 1 0 cualde la lectura. En particular, a1pasar a la p p. .'nos se

Id d de los qUlllce an >se produce teoricarnente a re e or . , ental" parad d "conversion m )

exige a los alumnos una ver a I erat

t05 en una acritud dis-. , respecto a os ex

q'J.e se situen COn . d 1 t"d 1 0 que marcatante erudita, de desciframiento e sen I 0,.

' ales anteriores.una ruptura can sus lect~ra\ p,erson ente en la secundaria,

Porque resulta quevsimu taneam .' _ s se ha tra-. 1 ce y los quince ano ,.

donde se estudia entre os on I la actividad escolar, es-tado de integrar la lectura persona a

. uien 10 mencicno en elcolcquio L e , a d o le s c e nt s/ Torno e st e e je m pl o d e P r an c oi s Bon, q

et'-litlimture citado an tc riorm en te. . II . t a u l yc e e" A cr e, d e la recherche ,u, . C - "LITe au co ege e, E,!Ch rist ian Ba ude lo t y M a n e artier, diM . Cartier y Ch r is t i n e D e tr e z, t

123,junio de 1998,p. ~5.Ta~hien: Chr is tian Bau e ot, arie

pour tan t ill / i ,m t , Pans, Seuil, L999.

61



• I

pecialmente al incorporar all l la Ii teratura juvenil. Pero

bien eso plantea dudas, y hay docentes COllese ~"I " " " 1 t-...a querer mtervenir demasiado en ese terre no 'no corre

riesgo la institucion escolar de terminar de destruir

forma determinada de relaci6n con el libro, y privar asi

adolescente de su deseo de leer?"19 lLa escuela no se <>trih .., ...

de ese modo eierto derecho de fiscalizaei6n sobre un am

eminentemente privado? Es cierto que las mejores intencio-

nes del mundo pueden terminar siendo intromisivas. Un dfa

of decir a una asesora pedag6gica que se les podrla pedir a los '

adolescentes que refirieran en class SUS grandes emociones

personales ~inculadas can la lectura, Ya los docentes, que hi-

cieran 1 0 rmsrno delante de sus alum nos. Vinieron a mi me-

moria los textos que habian marcado mi adoleseencia, esos

en.cueotros que habian vuelto mas inteligibles mi destine y

rnr parte de sam bras. Por nada del rnundo habria querido

decir una palabra de todo aquello en clase.

Vemos entonees que la cuestion es muy eompleja. Sin rduda alguna, hay que abrir las ventanas, abrir el corpus de las

obras estudiadas. Abrirlo a otras regiones del mundo --en mi

pais los programas siguen estando muy centrados en los tex-

to~ ean6nicos de la literatura naeional- a pesar de algunas ti-

midas aperturas. Abrir mas el corpus, tam bien, a los escrito-

res cbntemponineos. La que no signifiea por cierto sustituir

tal 0 cual gran obra clasica por literatura de escaso nivel,

c~mo algunos intentan hacer, Porque en ese caso se perfila-

ria una escuela de dos "velocidades", donde a los hijos de po-br~s se les asignarfan novelas de poca manta, supuestamente

~as cercanas a.sus "vivencias', mientras que s610 los prove-

men tesde medics con recursos podrian tener acceso a obras

lOAn' P'b "LGre obJ n~ Ia ro: ,. e sec re t de Ia lecture privee': en L ec tu re pr iV ii e e t l ec tu re s co la i re ,

n e, en tr e r eg iona l de document at ion pedagog ique, 1999, p . 93.

62

ue han atravesado los tiempos y que, a 1 igual que los mitos

~ntigtIQS, pueden estar rnuy proximas de las preo:upl\ciones

de los nifios 0 de los adolescentes, pero ofreciendoles la

oportunidad de una puesta en perspective.

Debernos tambien interrogarnos, sin duda, sabre la mo-

dalidad demasiado formalista que ha prevalecido en la ense-nanza. Sin embargo existe probablemente una contradicci6n

irremediable entre la dimension clandestin a, rebelde y emi-

nentcmente intima de la lectura personal, y los ejercicios que

se hacen en dase, bajo la mirada de otros, La esencial de la

exoeriencia personal de la leetura no se vuelca en una ficha.

Lo'sgestos que acompafian la lectura escolary la le~tura per-

sonal no son los mismos, Cito una vez mas al escntor Jean-

Louis Baudry, que dice:

Si nuestros libros de clase se diferencian de los que seran ofrecidos anuestro placer, y hasta se oponen a ellos [ ... 1 es ante to Jo porque unos

exigian una actitud rigida e incornoda adaptada al banco del pupitre

u a una silla de madera, mientras los otros perrnit lan indolencias y 11lS-

c iv ias de oda lis ca sob re un divan, 0 meditaciones de sabio hindu en

los r incones donde nos habiamos refugiado .2 o

Tampoco hay que confundirlo to do. La escuela no sabra

mucho, ni debe saber mucho, acerca de los hallazgos mas

perturbadores que los nines a los adolescentes hacen en los

libros, Pero corresponde a los docentes conducir a los alum-

nos a una mayor farniliaridad, a una mayor soltura en el

acercamiento a los textosescritos, Yhacerles sentir que la ne-

cesidad del relato constituye nuestra especificidad humana, y

que desde los albores de los tiempos los seres humanos han

narrado y escrito historias que se han transmitido de unos a

~Q [ean-Louis Baudry, op . cit, p. 26.

63



• I "I

otros. Y tam bien hacerles gustar la diversidad de los

hacerles comprender que entre todos esos escritos de ayer

de,hoy. d: aqul o:.Je ; t U a , ha~ni algunos que seguramente

bran decides algo a ellos en particular. Y hacerles ...""... .. .. ..U

I~ ~oz singular de un poeta, el asombro de un sabio 0 de

viajero, que pueden hacerse oir de la manera mas am

pero toean?Onos u~o por uno. Tarnbien les corresponde,parec~, abrir e I sentldo de un escrito, mostrar que si bien no

esposible hacer decir cualquier cosa a un texto, existen varias

le~turas posibies, varlas interpretaciones, y que esa polise-

rma, es~ res~rva de senti do, representa una oportunidad. Y

estar dlspombles, asimismo, si los alumnos desean debatir

acerca de cuestiones existenciales que plantea el contenido

de las obras -como los celos, e l sentido de la vida, Ia

muerte ...- }'no solamente hablar de las forrnas literarias. Y

d~b~n, mas a menudo, transfl:!rir una parte de la tarea a las

blbhotecas: ~ue dan lugar al secrete ya la eleccion personal,y son P,ro~Iclas para los hallazgos singulares, y si fuera posi-

bIe, a b'bhoteca~ extern as al universo escolar. Me parece irn-

port~nte que exrstan Iugares diferenciados, cada uno can supropia vocacion.

Y naturalmente, 1 0 que esta en juego es sabre todo e! vin-

culo ~ersonal del maestro 0 del bibliotecario call los libros.

Esos jovenes que no son amables can Ia escuela, suelen tener

algun~ :rase par~ evocar a un maestro que supo transmitirles

su pasion, su cunosidad, su deseo de leer y de descubrir. E in-

clusa hacerles gustar los textos dificiles. Hayen dia, como en

otras epocas, s i ?ien Ia escueIa tiene todo tipo de defectos , ta l

o cual docente singular posee la habilidad que Ie permitiolle-

var a sus alumnos a una relacion diferente con los libros, que

no es la del deber cultural y la obligacion austera. .

Pa:a. un bue~ numero de esos jovenes que no se sentian en

condICIOnes de mcursionar en la cultura letrada a causa de su

64

origen social, uno °mas encuentros con un maestro 0c~n

un bibliotecario resultaron decisivos, No Sf trata nccesana-

mente de encuentros regulares, continuos, durante ~n P:-

riodo largo, ya que un encuentro fugaz puede a vec~s influir

en eI destino de alguien. Tampoco se trata ~e relaC1on~s de

gran familiaridad, sino mas bien de una actIt~d reo:pttva y

distante a 1avez, una actitud de apertura a la smgulandad de

cada uno y de respeto par su intimidad, dernostra?do pasion

por los objetos culturales que proponemos y lucidez acerca

de nuestra tarea. Una actitud que Ie demuestre al otro que Ie

estamos hacienda lugar, en el sentido mas verdadero del ter-

mino,

Para transmitir arnor par la lectura, y en particular por la

lectura literaria, es preciso haberlo experimentado. En nues-

tros arnbitos familiarizados con los libros, podriamos supa-

ner que ese gusto es algo natural. Sin embargo, entre los b,i-

bliotecarios los docentes y los investigadores, 0 en el medio

editorial, muchos son los que no leen, a que se limitan a un

marco profesional estrecho, 0 a un determinado genero de

obras, Y en esos arnbientes, entre quienes aman la lectura,

hay algunos que se ocultan, por temor al que diran, Pa,rece

increible , pera algunos docentes, por ejernplo, me han d~cho

que cuando entran a la sala de profesores disimulan el libro

que estan leyendo, 0el diario L e M o nd e, par temor a ~ue los

tilden de snobs, 0 de "intelectuales", y exponerse asi a] re-

chazo de sus colegas,

Y as! cada uno, docente, estudiante, bibliotecario 0 investiga-

dar, puede interrogarse un poco mas can respecto a su pr~-

pia relacion con la lengua yean la literatura , Sob,fe s~ propia

capacidad para vivir las ambigiiedades y la polisem,la de la

lengua, sin dejarse perturbar par elIas. Sabre su prop~ capa-

cidad para ser alterado por 10 que surge, de modo impre-

vista, a 1a vuelta de una frase. Y para dejarse llevar por un

65



'I

texto, en lugar de querer siempre controlarlo. Sobre

cuestion les reromiendo un pequeno ejercirio: escriban

autobiogfafia como lectores. Yo1 0 hice, hace un afio,21

pasado cientos de horas en divanes de psicoanalistas,

saberlo todo sobre mi relaci6n con los libros, y sin

descubri algunas casas, Quisiera invitarlos a hacer 1 0 rmsmoz

no con la intencion de hacer un inventario, una lista de las

obras leidas a tal 0 cual edad, sino algo mas, tratando de 1 0 -

calizar momentos daves y de identificar eI devenir psiquico

de tal 0 cual lectura. Y si les hace falta un destinatario, me

ofrezco de buen grado a leer 1 0 que hayan escrito,

"' Vease el ultimo aparta do de este libro: "Del Pate Donald a Thomas Bernhard" .

66

La lectura reparadora"

Si ustedes conocen mis trabajos, saben que me he interesado

en e l papel que desempefia la lectura en el descu.brimiento y

la construccion del S I mismo, un tema que ha sido evocado

can frecuencia por los lectores a quienes entrevis te. Esa di-

mensi6n se percibe con daridad en la infancia,la adolcscen-

cia 0 la juventud. Pero tambien puede ser crucial en etap~s de

la vida en las que debemos reconstruirnos: cuando fuirnos

golpeados por un duelo, una enfermedad, un accidente 0

una pena de arnor; cuando hemas perdido nue~t~o e~p~eo;cuando atravesamos por una depresi6n 0 una crisis pSlqUlca,

todas esas pruebas que conforman nuestro destin~,. todas

esas cosas que afectan negativamente la representaclO~ que

tenemos de nosotros mismos y el sentido de nuestra vida,

EI afio pasado, cuando me pidieron que expusiera sobre el

terna de la lectura en el hospital, tuve oportunidad de hurgar

un poco en todo esto. En Francia, en los ultimos treinta anos,

el desarrollo de la hospitalizacion publica estuvo acompa-

nado por un deseo de hurnanizacion, y es en es.e marco

donde encuentran su lugar las bibliatecas de hospitales, La

situacion, por supuesto, es muy diferente segun los lugares:

en muchos servicios no hay ningun libra, en muchos otros

solo encontramos carritos a cargo de voluntarias que depen-

den de asociaciones, y en algunos establecimientos existen

• E s ta conferencia fue lelda ell Buenos Aires ell mayo de 2000. enel marco de un semi-

nario en elMinistcrio de Educacidn,

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petit. lecturas_espacio intimo [2]

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