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PETER COLLINS: “Los ideales de la arquitectura moderna; su evolución (1750 – 1950)”
Análisis crítico
Para empezar, me gustaría explicar la postura a la que he llegado tras
finalizar este análisis/crítica. Me gustaría aclarar que pese a seguir un
esquema, un criterio de análisis, he decidido no dividir el mismo en
diferentes capítulos ó apartados, sino que voy a optar por realizar la
crítica de modo más o menos continuado, pudiendo así tomar distintas
referencias sin verme obligado a regirme por un esquema previo, ya que
considero que de este modo se puede entender el trabajo de forma más
clara.
Me gustaría comenzar este análisis, por supuesto, por el principio, y lo
primero es el título: “Los ideales de la arquitectura moderna; su
evolución (1750 – 1950)” ¿porqué 1750-1950? ¿Cómo es capaz de
marcar unos límites tan claros? Los “ideales” ¿Cuáles son esos ideales?
Su evolución, ¿esos ideales han sido cambiados? ¿Cómo cambian esos
ideales? ¿Quizás es capaz de fijar unos límites en base a la evolución de
esos ideales? Son algunas de las preguntas que vienen a mi mente al
acercarme al libro, ¿desarrollará una respuesta a esto, o me planteará
mas incógnitas?; antes de continuar, observo que en las primeras
páginas puedo leer el título original de la obra “Changing Ideals in
Modern Architecture (1750 – 1950)” “El cambio de los Ideales” ó
“Ideales Cambiantes en la arquitectura moderna”, habla del cambio,
pero no menciona nada acerca de cómo evolucionan, así que puede ser
una apreciación del traductor como valoración de lo que se trata en el
libro, porque al menos, a mi modo de ver el titulo en castellano y el
titulo en ingles adquieren matices diferentes.
Retomando nuevamente el título del libro: “Arquitectura Moderna” ¿qué
entiende el autor por moderna? En las primeras líneas de la introducción
Collins ya nos deja claro que no entra a debatir la terminología, sino que
va a tratar de definir los límites temporales, ya que como dice “cada
época tiene una idea diferente de lo que hay que entender,
históricamente, por "moderno” (pag.9) . ¿Cómo aborda Collins en esta
obra la resolución a lo que plantea? En el Índice del libro, se puede
observar como estructura el libro en 5 grandes bloques:
1ºRomanticismo, 2ºHistoricismo, 3ºFuncionalismo, 4ºRacionalismo y por
último 5ºInfluencias entre las diversas artes. ¿Por qué opta por una
organización temática como esta? Como nos explica el traductor en el
prologo, Collins hace una importante recopilación de textos, de los
escritos de arquitectos teóricos y los analiza para fundamentar su teoría
de los límites temporales que propone (1750 – 1950).
La justificación de estos límites temporales no es clarificada por
completo hasta el epílogo, al menos en lo referente a su límite más
reciente. El autor, que parece muy seguro a la hora de identificar el
romanticismo como fecha “de inicio”, no parece tan seguro (y así lo
reconoce en el epílogo: “la decisión de terminar a mediados del siglo XX
quizás es menos concluyente”, pág. 303) a la hora de “detener” su
análisis en 1950. Pero no podemos hacer conclusiones sin tener en
cuenta la fecha de publicación del libro: 1970. Entonces, toda la
arquitectura de finales de la década de los 50 y de los 60, que hoy
conocemos y sobre la que se han hecho numerosos análisis, era aún un
“volcán en erupción” sobre el que pocos críticos se atrevían a hablar.
Por tanto, la fecha tan rotunda de 1950 (que hoy sería rechazable o al
menos debatible) puede quedar justificada como límite para el “terreno
estudiado”. Además, es importante mencionar como en la bibliografía
Collins hace referencia al libro de Rene Wellek “A History of Modern
Criticism, 1750-1950, que parece haber marcado una pauta temporal
para el autor. Este límite cronológico, hoy bastante desfasado, hace que
el libro pierda, ya de entrada, una cierta vigencia para el lector de hoy
en día, al menos en lo referente a “lo contemporáneo”
Estructurando el libro en 24 capítulos, recogidos en 5 grandes bloques,
la obra no sigue un orden estrictamente cronológico, sino mas bien
temático, lo cual parece razonable, ya que en cada parte trata de
mostrarnos desde temáticas diferentes la lógica de su propuesta.
Una vez que nos vamos adentrando en el libro, podemos apreciar cómo
nos nutre de múltiples referencias a otros textos, citando el nombre
original del libro (texto o diario) citados, así como su cronología, algo
que parece excesivo, ya que estos ejemplos suceden una media de 2 o 3
veces por página, haciendo a veces la lectura un poco pesada o, por
decirlo de otro modo menos tajante, da la impresión de que nos
perdemos entre tantos datos. Quizás sería más adecuado (hago este
comentario por la ausencia total de ello) haber colocado pies de pagina
con las referencias de estos textos, quitando carga de estos datos que,
en la mayoría de los casos y, bajo mi punto de vista, son excesivos para
la comprensión del texto.
En cuanto a la parte gráfica, al entrar en la segunda parte del libro
“Historicismo” encontramos reunidas una seria de fotografías, planos,
dibujos… un total de 28 reunidas en 16 páginas. En algún lugar leí: “¿de
qué sirve un libro si no tiene imágenes?” y sobre todo hablando de
arquitectura… pero ¿qué sentido tiene reunirlas todas en un grupo de
páginas? ¿No sería más lógico, quizás colocarlas intercaladas con el
texto, en lugares en los que se hiciese alusión a ellas? Es posible, de
este modo quizás se lograse una lectura más amena, pero teniendo en
cuenta la división del texto por temática que hace el autor, esto obligase
a tener que repetir alguna de las imágenes en distintos sitios del libro
(cosa que por otro lado, no veo ilógica, así de ese modo podría
establecerse además una comparación visual en algunos puntos). De
todos modos no puedo hacer una crítica acerca de esto ya que,
observando por encima lo que pude encontrar acerca de la versión
original de la obra, esta tiene una imagen en portada y un índice de
ilustraciones mucho más extenso que las 28 que tiene el ejemplar que
tengo en mi mano, con lo que tampoco puedo saber con exactitud si
están distribuidas de la misma manera o en medio del texto.
Ahora voy a tratar de analizar qué recursos utiliza Collins a la hora de
escribir el libro, por un lado nos da numerosos datos y referencias
externas en otras obras, textos (las referencias a las revistas The Builder
y L’architecture FranÇaise son múltiples), por otro lado nos ofrece
comentarios subjetivos o al menos debatibles: “Greenough no era
demasiado apto para ser un teórico de la arquitectura, ya que en
realidad era escultor”; “[…]pero el hecho de que haya habido tanto que
decir sobre el tema del diseño arquitectónico demuestra que las leyes
de estabilidad de los edificios son mucho menos estrictas que las de los
barcos”(págs. 161,162).
También presupone un amplio conocimiento del lector, por lo que no es
un libro para el gran público: “La historia de la construcción en hierro,
acero y hormigón armado ha sido explicada por Siegfried Giedion en
Space, Time and Architecture, y no hay necesidad de repetirla” (pág.
200) y a lo largo del libro encontramos un gran número de ejemplos
similares a este (“todo estudiante de arquitectura ha de estar o debería
estar familiarizado con el famoso libro de Le Corbusier [L’Esprit Noveau],
por lo que no debiera ser necesario analizar sus capítulos
detalladamente”) (pág. 167). Creo que en este punto es también
importante destacar que en una visión global del libro, hay ciertos
nombres a los que Collins se referencia con más frecuencia, como son Le
Corbusier, Vitrubio o Wright, lo cual parece darnos un dato de las
preferencias propias del autor.
Para nosotros, los estudiantes de Historia de Arquitectura del curso
2007-2008, resulta obligado buscar en el libro referencias a Barcelona.
¿Existen? Realmente no, a excepción hecha de dos referencias a Gaudí
(págs. 266 y 288) en el capítulo en el que analiza las influencias entre
las diversas artes. Esta ausencia de referencias a autores ligados a
Barcelona como Cerdá también parece tener relación con el hecho de
que Collins no presta interés al urbanismo, algo extraño en un libro de
crítica sobre arquitectura moderna, especialmente en uno en el que el
autor presta tanta atención a otras disciplinas como el arte, la literatura
o la ingeniería.
Quizás ahora es el momento de comenzar a responder algunas
preguntas, como pueden ser a ¿quién va dirigido el libro? Pudiendo dar
una respuesta más compleja que un simple “a aquel interesado en la
arquitectura moderna”, teniendo un poco en cuenta lo comentado con
anterioridad, puedo decir que para aquel lector con unos mínimos
conocimientos sobre el tema que trata el libro, ya que da por sentadas
unas amplias bases sobre el tema, lo cual no quiere decir que no sea un
libro recomendado para el público en general, sólo que obviamente
resultará más enriquecedor para un lector iniciado en el tema. También
puedo intentar concretar sobre el concepto de Historia que se maneja en
el libro, pero para ello debo citar una frase del Epílogo: “El historiador no
puede observar lo que está demasiado cerca hasta tener cierta idea de
cómo se desarrollará y cuánto durará” (pág.303) de lo que se deduce
que el concepto de historia para el autor es el conjunto de hechos y la
observación de cómo se desarrollan, vistos con un margen de tiempo.
Para finalizar, no creo conveniente hacer una valoración en un par de
líneas a modo de conclusión, ya que considero que a lo largo de mi
exposición se pueden ver plasmadas mis opiniones, mi crítica, que se ha
ido gestando a lo largo de la lectura de la obra y por lo tanto he creído
conveniente explicarlas a medida que analizaba la obra de Collins.
BIBLIOGRAFIA
PETER COLLINS: “Los ideales de la arquitectura moderna; su evolución
(1750 – 1950)” Barcelona, 1998
BRUNO ZEVI: “Historia de la arquitectura moderna” Barcelona, 1980
LEONARDO BENEVOLO: “Historia de la arquitectura moderna” Barcelona,
1990.
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