pay paso: entre el surco, el sindicato y la colonia una etnografía del ... · 3 resumen la...
TRANSCRIPT
1
Universidad de la República
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Licenciatura en Ciencias Antropológicas
Taller II de Investigación en Antropología Social
PAY PASO: ENTRE EL SURCO, EL SINDICATO Y LA COLONIA
Una etnografía del acceso a la tierra en Bella Unión
Ma. Magdalena Curbelo
Año del curso 2014
Docente responsable del curso L. Nicolás Guigou.
Trabajo presentado el 31 de julio del 2015
2
Agradecimientos
A mi familia, por acompañarme siempre.
A los profesores Nicolás Guigou, Marcelo Rossal y Pilar Uriarte, por su orientación.
Al profesor Alfredo Falero, por sus sugerencias y consejos.
A mis compañeros del Centro de Formación Popular de Bella Unión: María, Álvaro,
Damián, Daniel, Gonzalo, Nancy, Gerardo y Paula, por sus opiniones, su apoyo y por
todos los momentos compartidos.
A los compañeros de la Chacra Escuela 15 de Enero: Colacho, Omar, Chino, Oscar y
Mariana.
A la directiva del Sindicato de UTAA, por permitirme acompañaros en sus actividades.
A mis vecinos del barrio Sur: Nancy, Luján, Daniela, Andrea, el Tano y su esposa, por
las tardes de verano compartidas en el barrio.
A Martín, Lorena, Ale y Débora, por mostrarme la “otra” Bella Unión.
A Elsa y su familia por abrirme las puertas de su casa y de sus vidas.
Al Ñato, por colaborarme con su semanario y por las tardes que compartimos.
A los compañeros de Pay Paso: Adriana, Mónica, Bety, Paola, Dayana, Yanina, Carla,
Rosana, Juan, Michel, el Diablo, Tonio, Álvaro, Nelson, Nico, Tanego, Manuel, Pedro,
Café, Cafuyo, Poyín, Lagarto y Melo, porque sin ellos está etnografía no sería posible;
gracias por todo lo que me enseñaron y por compartir conmigo parte de sus vidas y sus
sueños.
3
Resumen
La presente etnografía busca aproximarnos los procesos de acceso a la tierra en los
cuales están involucrados colectivos de trabajadores de la caña de azúcar de Bella
Unión (Uruguay). Reflexionando al respecto de la reciente conformación de una colonia
situada en el área de Pay Paso (a 37 km de Bella Unión), donde un grupo de 35
trabajadores y trabajadoras de la caña de azúcar, han accedido a una fracción de tierras
adjudicada por el Instituto Nacional de Colonización, orientada a la producción de caña
para su posterior venta al ingenio de ALUR S.A.
Algunas de las cuestiones a las que intenta aproximarnos esta etnografía son; las
prácticas y discursos de estos sujetos en tanto colonos, la vida cotidiana en Bella Unión,
el rol del sindicato de UTAA y las historias de vida de estos hombres y mujeres
marcadas por la zafralidad y los surcos de caña. Todas estas cuestiones son presentadas
a partir de la elaboración de un texto único que nuclea diversos relatos, narrativas y
experiencias desarrolladas durante el trabajo de campo.
Palabras claves: Pay Paso, caña de azúcar, colono, acceso a la tierra.
Summary
This Ethnography attempts to approach the process of access to the land in which they
are involved groups of Bella Unión (Uruguay) sugar cane workers. Thinking in this
respect of the recent formation of a colony in the Pay Paso area (37 km from Bella
Unión), where a group of 35 sugar cane workers, have agreed to a fraction of land
awarded by the National Colonization Institute, with the main purpose of sugar cane
production for the subsequent sale to ALUR'S industrial complex.
Some of the issues which are trying to approach this Ethnography are; speech, concepts
and practices of this group of agricultural settlers, their everyday life in Bella Unión, the
role of the UTAA workers Union and even single life stories of each one of these men
and women, marked by the harvest and the grooves of sugar cane. All these issues are
compiled in a single text that brings individual stories, narratives and many other
experiences collected and developed during the fieldwork.
Keywords: Pay Paso, sugar cane, settler, land access.
4
Índice de Contenidos
Resumen…………………………………………………………………………..........3
Índice de Contenidos……………………………………………………………………4
Índice de Ilustraciones…………………………………………………………..……...5
Glosario…………………………………………………………………………………7
Introducción………………………………………………………………………...…..9
De la elección del objeto…………………………………………………………….…10
I La cuestión azucarera……………………………………………………….………12
I.1 Caña de azúcar, el contexto regional……………………………………….12
I.2 Bella Unión: Capital Nacional de la caña de azúcar………………………18
I.3 A las orillas del Itacumbú nació UTAA…………………….……………...25
I.4 Tierra pal´ que la trabaja……………………………………………………36
II Trabajo de campo, la labor etnográfica…………………………….…………...44
II. 1 Estar ahí ………………………………………………………………….44
II. 2 Familiarizar lo extraño: La Bella y sus derroteros…………………...…..48
II.2.a Lo del Gallego…………………………………………….56
II.2 b La llegada del carnaval……………………………………57
II.3 El sindicato de los peludos…………………………………………….....61
II.3 a. Las audiciones radiales de UTAA…………………………..61
II.3 b Reflejos de lucha: El bloqueo a ALUR………………….......62
II.3 c La Comisión de Tierras de UTAA…………..………………..69
III Pay Paso …………………………………………………………………………72
5
III.1 La conformación del colectivo………………………………….……….72
III.2 Luchas, sacrificios y sueños………………………………………...……77
III.3 Cuidar las cañas, regar, manchonera y plantar…………………………...90
IV Solo con la tierra, no basta…………………………………………………….....95
Algunas consideraciones finales………………………………………………………101
Bibliografía………………………………..……………………………..…………....104
Anexos……………………………………………………………………………..….111
Índice de Ilustraciones
1 Recorte de prensa Huelga de hambre de 8 obreros de CALNU en defensa de las fuentes de
trabajo. Semanario Encuentro del Norte. 22 de agosto de 1992. Año 1 Número 24. Bella
Unión………………………………………………………………………………………..…..32
2 Recorte de prensa “No somos un polo de desarrollo, somos esclavos de la miseria”.
Semanario Encuentro del Norte. 7 de octubre de 1995. Año 3 número 173, p. 9...…………….33
3 Recorte de prensa. Semanario Encuentro del Norte. 3 de noviembre del 2000. Año 9 Número
387……………………………………………………………………………………..………..34
4 Cuadro. Evolución del número de productores y superficie de caña cosechada desde la
instalación de ALUR S.A……………………………………………………………………….35
5 Asamblea de UTAA durante el bloqueo a la planta de ALUR. Octubre del 2014…………....36
6 Poster que se exhibe en una de las paredes del sindicato. Sede de UTAA Octubre del
2014……………………………………………………………………………………………..38
7 Memorial Raúl Sendic- ubicado a la entrada de la ciudad sobre la Ruta Nacional nº 3. Febrero
del 2015……………………………………………………………………………………….39
8 Recorte de prensa. Entrega de viviendas a inundados, 48 familias fueron las beneficiarias.
Semanario Encuentro del Norte. 10 de junio de 1995. Año 3 número 158, página 9…………..50
9 Barrio Sur- Bella Unión. Febrero del 2015………………………………………………..….51
6
10 Escuela de tiempo completo Nº 92- Barrio Sur. Febrero del 2015…………………………..52
11 Vecinas dedicadas a la confección de los trajes para carnaval- Febrero del 2015…………58
12 Desfile de carnaval, comparsa del barrio Sur – La Fantasía. Febrero del 2015…………....60
13 Bailarina de La Fantasía- la figura de Iemanjá tatuada en su espalda. Febrero del 2015…...60
14 Audición radial de UTAA. Radio Bella Unión. Setiembre del 2014……………………..…61
15 Camiones cargados de caña esperando se levante el bloqueo, Setiembre del 2014…………63
16 Algunos colonos de Pay Paso esperando que comience la reunión de la comisión de tierras,
en la puerta de UTAA. Febrero del 2015………………………………………………………..70
17 Apuntes relativos a una asamblea realizada durante el campamento de ocupación en las
tierras de Pay Paso, 16 de marzo del 2013. Autora Adriana Ferreira…………………………75
18 26 de febrero del 2014. El día en que se informó desde el INC quienes fueron seleccionados
para ingresar a las tierras de Pay Paso. Notas de Adriana Ferreira………………………….…77
19 Realizando la plantación de nuevas hectáreas de caña (la autora junto a dos de las colonas) -
Pay Paso. Marzo del 2015……………………………………………………………………83
20 Una de las mujeres de la cooperativa cargando un mono de caña recién cortada. Pay Paso.
Marzo del 2015………………………………………………………………………………....83
21 Afilando la cortadora. Pay Paso. Marzo del 2015.………………………………………….86
22 Corte de caña quemada, primera zafra en Pay Paso. Foto de Bety Belén. Mayo del
2015……………………………………………………………………………………………..86
23 Grapo juntando la caña cortada durante la primera zafra en Pay Paso. Foto de Yanina Núñez.
Mayo del 2015…………………………………………………………………………………..87
24 Sindicato de UTAA. Octubre del 2014....................................................................................88
25 Colonos manteniendo la plantación de cañas -Pay Paso. Enero del
2015…………………………………………………………………………………………....92
26 Jugando al truco después del almuerzo-Pay Paso. Enero del 2015………………………93
27 Pay Paso. Durante el riego. Febrero del 2015…………………………………………...…..94
7
28 Ómnibus recientemente adquirido por la cooperativa. Foto de Yanina Núñez. Mayo del
2015……………………………………………………………………………………………99
29 Colonos en Pay Paso. Enero del 2015………………………………………………….…..100
Glosario
ALUR S.A. Alcoholes del Uruguay Sociedad Anónima
APAARBU Asociación de Pequeños Agricultores y Asalariados Rurales de Bella
Unión
CAASA Compañía Azucarera Artigas Sociedad Anónima
CAINSA Compañía Agrícola e Industrial del Norte
CALAGUA Cooperativa Agraria Limitada de Agua para Riego
CALPICA Cooperativa Agropecuaria Limitada para la Industrialización de la Caña de
Azúcar
CALNU Cooperativa Agraria Limitada Norte Uruguayo
CFP Centro de Formación Popular
INC Instituto Nacional de Colonización
MGAP Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca
LARSA La Azucarera Rioplatense Sociedad Anónima
RAUSA Remolacheras y Azucareras del Uruguay Sociedad Anónima
SOCA Sindicato de obreros de CALNU Artigas
SURCA Sindicato Unido Rural de Cañeros de Artigas
SUTRA Sindicato Único de Trabajadores Rurales y Afines
UTAA Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas
8
Términos nativos
Peludo Forma en que se denomina a quienes trabajan en el corte de la caña de azúcar.
Manchonera Acción de aplicar herbicidas a las plantaciones de caña.
Mono Manojo de cañas cortadas que el trabajador carga sobre sus hombros (en el
entorno de unos 50 kg a más.)
Monear Acción de cargar el mono, para sacar las cañas hacia el frente del área donde
se está cortando.
Frente de corte Área del cañaveral en que se va a cortar.
Tablón Parcela de caña de azúcar de forma más o menos rectangular, delimitada de
otras parcelas o tablones por callejones.
Lucha 5 surcos de caña de azúcar conforman una lucha.
9
Introducción
El trabajo en la caña de azúcar, define y caracteriza a parte de los trabajadores rurales de
nuestro país. Desde sus orígenes en tanto proletariado agrícola (Moraes, 1990) el ser y
hacer de los trabajadores del surco ha estado signado por sus demandas de acceso a la
tierra. Demandas que durante la década del sesenta propiciaron la creación del sindicato
de UTAA y las cinco marchas cañeras que este llevó adelante bajo consignas tales co-
mo tierra pal´ que la trabaja y por la tierra y con Sendic.
Desde entonces, las reivindicaciones de los trabajadores del surco continúan vigentes;
cristalizadas en cierta medida a través del acceso a tierras mediado por el Instituto Na-
cional de Colonización (INC), algunos asalariados y pequeños productores se han trans-
formado en colonos. Al respecto se ha conformado una cooperativa constituida por 35
asalariados/as, integrantes todos de la Comisión de Tierras de UTAA, a quienes se les
ha adjudicado recientemente una fracción de tierras en el área de Pay Paso, a más de 30
kilómetros de Bella Unión. Son justamente este grupo de trabajadores y los procesos
de acceso a la tierra en los que se han venido involucrando el cometido de nuestra inves-
tigación. Siendo nuestro principal objetivo lograr una aproximación etnográfica a la
temática, esto es una aproximación fundada en la permanecía prolongada en el campo y
el contacto directo con nuestros interlocutores y su cotidianidad.
Así, el devenir del trabajo etnográfico, dio lugar al presente texto. Este, intenta cons-
truir el mencionado proceso de acceso a las tierras de Pay Paso en función de los relatos
generados en nuestra interacción con varios de los actuales colonos y colonas, es decir
relatos producidos en el trabajo de campo. Y donde el acceso a la tierra se entreteje con
las dinámicas de la vida cotidiana en el pueblo; con los espacios de socialización; los
aconteceres en el sindicato; el momento de adjudicación y los inicios de los trabajos en
la colonia; las relaciones de los colonos con el INC, ALUR y UTAA; las reuniones de la
Comisión de Tierras y con las historias de vida de nuestros interlocutores.
Así, el texto se estructura en cuatro capítulos. El capítulo I propone un rápido recorrido
por el desarrollo de la industria azucarera en el contexto regional, para luego presentar
la forma en que se gestó y desarrolló la industria del azúcar en Bella Unión. Desde la
introducción del cultivo, la creación de los primeros ingenios, el periodo de CALNU y
su posterior desmantelamiento, hasta la creación del actual complejo de ALUR S.A. Del
mismo modo se desarrolla en este primer capítulo, la creación de UTAA y su consolida-
10
ción como el sindicato de Bella Unión, sus reivindicaciones y sus acciones político-
sindicales; así como la cuestión de la lucha por la tierra, las ocupaciones de tierras desa-
rrolladas en la zona y su vinculación con el actual proceso colonizador de Pay Paso.
El capítulo II se presenta como el capítulo eminentemente etnográfico; su primera sec-
ción está orientada a abordar la cuestión del trabajo de campo en la tarea antropológica.
Las secciones dos y tres presentan un recorrido por el trabajo de campo desarrollado
durante la investigación; narran experiencias y relatos acontecidos en los diversos espa-
cios y situaciones que conformaron el estar ahí.
El capítulo III, -también etnográfico- está dedicado al proceso de acceso a las tierras de
Pay Paso; desde la conformación del colectivo de colonos, el proceso de lucha por esas
tierras, hasta la efectiva adjudicación de las mismas con la consolidación de la colonia y
el inicio de los trabajos en ella. Proceso marcado por las tensiones generadas entre el
colectivo de colonos y los otros tres grandes actores presentes ALUR, el INC y
UTAA.
El capítulo IV, en la misma línea que el capítulo tres, presenta las dificultades que en-
frentan los colonos una vez que se concreta el acceso a la tierra. La expresión, Solo con
la tierra no basta, plantea una serie de tensiones y disputas en función de los mecanis-
mos de acceso a la tierra y el rol que desempeñan en ello los distintos actores Estatales.
En último lugar las consideraciones finales intentan resumir brevemente las implican-
cias del proceso de trabajo de campo, pensando el acceso a las tierras de Pay Paso como
parte de las luchas y los mundos de vida de nuestros anfitriones.
De la elección del objeto
La elección del tema de esta etnografía responde fundamentalmente a mi vinculación
con la temática del trabajo en la caña de azúcar generada durante el tiempo que viví en
Araraquara, una ciudad del interior de estado de San Pablo (Brasil), cuyo paisaje al
igual que el de Bella Unión está dominado por la caña de azúcar. El tiempo de
permanencia en Araraquara me permitió involucrarme con la realidad de algunos
trabajadores nordestinos asentados en las zonas periféricas de la ciudad y pueblos de
alrededores. Trabajadores que migran estacionalmente para realizar la zafra de la caña
11
de azúcar en algunas de las pocas usinas del interior paulista que aún conservan parte
de la cosecha de caña de forma manual. Las condiciones de vida y trabajo de estos
sujetos, profundamente movilizadoras; generaron que a partir de ese entonces la
cuestión de los trabajadores del surco no me resultase ajena. Así, llegué a Bella Unión,
motivada en conocer de cerca la realidad de los peludos y particularmente interesada
por los mecanismos de acceso a tierras en los que estaban implicadas sus vidas y sus
luchas.
Este texto etnográfico intenta aproximarnos al proceso de acceso a la tierra en el que
están implicados un conjunto de trabajadores de la caña de azúcar. La construcción de
este proceso a partir de las vivencias del trabajo de campo, se fundó en diversos relatos
de los actuales colonos/as –relatos producidos en mi interacción con ellos-, y en las
experiencias vivenciadas durante las temporadas en el campo. Así, el texto etnográfico
resultado de este encuentro de subjetividades, da cuenta de las dinámicas de la vida
cotidiana en el pueblo (Bella Unión), las relaciones entre la cooperativa de colonos,
UTAA, ALUR y el INC. Los espacios y formas de sociabilidad, las disputas y tensiones
en torno al proceso de acceso a las tierras de Pay Paso, y los ritmos marcados por la
zafra y la entre zafra.
12
I La cuestión azucarera
La cuestión del acceso a la tierra y la conformación de la colonia de Pay Paso, se
relaciona con el desarrollo de la industria azucarera en Bella Unión, la fundación de
UTAA, las ocupaciones de tierras en la zona y el devenir de una actividad agroindustrial
cuya presencia en la vida cotidiana de nuestros anfitriones es notoria; la zafra, el
Ingenio y la caña de azúcar son parte del acontecer de Pay Paso y de los mundos de vida
de nuestros interlocutores.
I.1 Caña de azúcar, el contexto regional
La caña de azúcar fue uno de los cultivos que el viejo continente exportó al nuevo mun-
do durante las conquistas, iniciándose su cultivo en suelos americanos durante la pri-
mera mitad del siglo XVI (Santamaría y García, 2005); desde entonces, la Industria
azucarera se ha desarrollado a lo largo del continente: Cuba, Haití, Estados Unidos, Co-
lombia, Brasil, Argentina y Perú, han sido algunos de los actuales países que han conta-
do con ingenios azucareros en sus territorios; muchos de ellos desde el período colonial
y hasta la abolición de la esclavitud asentados en mano de obra esclavizada. Decenas, -
en algunos casos como el cubano- cientos de ingenios azucareros y miles y millones de
hectáreas de cultivo han caracterizado la industria azucarera de estos países.
Atendiendo a las similitudes y especificidades de las industrias azucareras latinoameri-
canas, a continuación se realiza un rápido repaso por el desarrollo de la industria del
azúcar en la región (específicamente Cuba, Perú, Brasil y Argentina), como forma de
situar la labor azucarera nacional en su justo contexto regional. Atendiendo a que es
justamente la industria del azúcar la base productiva de la recientemente consolidada
colonia de Pay Paso en Bella Unión.
Respecto de Cuba, originalmente la explotación azucarera se localizó en las provincias
occidentales de la isla y su sistema de producción se basó en la mano de obra esclaviza-
da. La introducción del ferrocarril en 1837 permitió aumentar las distancias entre las
plantaciones y los ingenios, generando el abandono de las tierras más desgastadas hacia
otras menos explotadas; así mismo el aumento progresivo de las áreas cultivadas duran-
te el periodo colonial, se corresponde con un aumento en el contingente de esclavos
(Santamaría, 1996). La prohibición de la trata de esclavos en 1820, desencadenó la es-
13
casez de mano de obra en los ingenios, lo cual estancó su crecimiento. Hasta mediados
del siglo XIX la industria azucarera cubana exportaba fundamentalmente azúcar refina-
do hacia Europa y los Estados Unidos, la exportación hacia este último se reforzó du-
rante la segunda mitad de este siglo, donde las industrias refinadoras de los Estados
Unidos se trasformaron en las principales compradoras del azúcar crudo cubano. (San-
tamaría, 1996) La abundancia de tierras aptas para el cultivo generó que el riego y las
prácticas de fertilización tan necesarias en otras economías azucareras fueran casi
inexistentes en los cañaverales cubanos. La industria azucarera de la isla, reposaba sobre
las bases de un complejo productivo que integraba una o varias fábricas, un latifundio,
ferrocarril y hasta un puerto (Santamaría, 1996, p 234). Para el periodo de la primera
Guerra Mundial, Cuba se convirtió en el principal abastecedor de azúcar de los aliados,
aumentando en más de un 80% la capacidad productiva de sus ingenios, ampliando ex-
ponencialmente las áreas de plantación (Santamaría, 1996, p 246). Con el triunfo de la
revolución cubaba de 1959 se intervinieron los ingenios azucareros que estaban en ma-
nos privadas. Hasta 1960 Estados Unidos era el principal importador del azúcar Cu-
bano, con los cambios políticos en la isla y las sanciones económicas que se le imponen,
los ingenios cubanos pierden su principal mercado, en este marco la antigua Unión So-
viética decide apoyar la fabricación de azúcar cubano comprando su producción y apor-
tando maquinaria para la mecanización de la industria. Hasta 1980 prácticamente toda la
economía cubana dependía de la industria azucarera. La disolución de la Unión Soviéti-
ca a inicios de los 90, perjudicó la industria azucarera cubana, en este marco se generan
estrategias de diversificación de la agricultura y se reducen las áreas de cultivo y la
producción de azúcar. Así, a partir del 2000 se reestructuró el sector azucarero, lo que
supuso el cierre de varios ingenios, y la disminución de la superficie de cultivo situación
que se mantiene hasta la actualidad.
En lo que respecta a Perú, la industria azucarera del país andino reposa en grandes inge-
nios que constituyen la dinámica de la economía de la región norte del país. Desde su
consolidación como sector económicamente fuerte a fines del siglo XIX y hasta la dé-
cada de los 60 del siglo XX, el sector azucarero consolidó una oligarquía terrateniente,
dueña de los grandes ingenios que se mantuvo en el poder hasta 1968, año en el cual en
el marco del gobierno militar de Velasco Alvarado (1968-1974), la industria azucarera
del país andino fue cooperativizada. Los antiguos ingenios se trasformaron en coopera-
14
tivas generándose un fuerte control estatal (Santamaría y García, 2005). A partir de
1976 se comienza a configurar la crisis del azúcar. (Zegarra, 2004), transformándose de
una industria esencialmente exportadora hasta la década de los 70´, en una industria
vinculada al abastecimiento del mercado interno. Durante la década de los 80´, se desa-
rrolla una crisis de la industria azucarera peruana que se prolonga hasta fines de los 90´,
cuando desde el Estado se favorece el ingreso de capitales privados para reactivar los
antiguos ingenios, habilitándose la reconversión de las cooperativas azucareras en so-
ciedades anónimas, las cuales desde una lógica empresarial constituyen el actual sustra-
to de la industria azucarera peruana. (Zegarra, 2004).
En el territorio de Brasil, desde su introducción en 1532 por Matrim de Souza, la ex-
plotación de la caña de azúcar fue uno de los sustentos del proceso de colonización. Los
grandes ingenios azucareros característicos del periodo colonial, basados en mano de
obra esclavizada e indígena fueron el motor de la economía del Imperio Portugués. A
partir de 1822 con la independencia de Brasil, la industria del azúcar incorporó innova-
ciones tecnológicas importantes como los ingenios a vapor. Para 1870 el ferrocarril
comienza a ser utilizado para el trasporte de caña de azúcar, permitiendo a los ingenios
azucareros expandirse territorialmente. Es durante el siglo XIX y como consecuencia de
los avances tecnológicos que surge y comienza a desarrollarse una agroindustria estruc-
turada, transformándose el azúcar en el principal producto de exportación. Este desarro-
llo está vinculado a la forma capitalista de posesión de la tierra que se inicia en 1850
con la Lei das Terras, la cual puso fin a la posesión libre de la tierra y estableció la ad-
quisición de estas solo por medio de la compra (Silva De Moraes, 1999)
Para el momento de abolición de la esclavitud en Brasil (1888), los ingenios azucareros
ya habían incorporado prácticamente todas las innovaciones tecnológicas de la indus-
tria de la época (Dos Reis Scarmato, 2005). Progresivamente los ingenios fueron desa-
rrollando en la misma área de cultivo de la caña su procesamiento industrial; surgiendo
así las primeras Usinas modernas de producción de caña en un contexto capitalista e
industrial. En 1933 con la finalidad de otorgar un marco de protección a la agroindustria
azucarera, el Gobierno Federal crea el Institutodo de Açúcar e Álcool (IAA), a partir de
allí el sector azucarero paso a obedecer las reglas de una economía dirigida. (Dos Reis
Scarmato, 2005). En 1990 el I.A.A. es desarticulado, no obstante el sector azucarero
15
sigue siendo controlado por el gobierno, ahora mediante la Secretaria de Desenvolvi-
mento Regional. Hacia 1945 se crean la Liga Camponesa y la Asociação de Trabalhado-
res Rurais, que reivindicaban entre otras cuestiones los derechos de los trabajadores
rurales sobre la tierra. En 1963 durante el gobierno de João Goulart se crea el Estatuto
do trabalhador rural, que reglamenta y regula las relaciones de trabajo en el campo.
Durante el gobierno de facto se crea el Estatuto da terra (1964), que establece la nece-
saria modernización del campo por medio del aumento de la producción y la producti-
vidad. En 1975 se creó el Programa Nacional do Álcool (Proálcool), gestado como un
esfuerzo del gobierno para incentivar la producción de alcohol y otros combustibles
alternativos al uso del petróleo. Con esto a finales de la década de los 70’ se registra en
las zafras de caña de azúcar un aumento importante en la producción de alcohol. Por
meio de uma política de créditos subsidiados, o governo brasileiro estimulou o aumento
de produção da cana-de-açúcar e da capacidade industrial das usinas e destilarias
(Dos Reis Scarmato, 2005, p. 23) Estos dos dispositivos estatales (El Estatuto da Terra y
Proálcool) orientados a favorecer la producción de etanol en sustitución de las importa-
ciones de petróleo, garantizaron la modernización de la agricultura y el cambio en las
relaciones de trabajo, privilegiando las relaciones de producción capitalistas.
Así, el desarrollo permanente que ha experimentado la industria de la caña de azúcar,
nos permite decir que actualmente esta es un pilar fundamental de la economía de Bra-
sil, ocupando el primer lugar en producción y rendimiento medio por hectárea, siendo el
Estado de São Paulo el mayor productor, concentrando el 55.2% de la producción del
país (Dos Reis Scarmato, 2005).
Desde la década del 50’ del siglo XX se inició un proceso de trasferencia de la fuerza
de trabajo desde dentro hacia fuera de los ingenios; marcado por el abandono del siste-
ma de trabajo por “colonato” que implicaba el trabajo familiar de la tierra y donde las
familias vivían en las mismas tierras que trabajaban; y la adopción de las formas de
producción capitalistas más modernas, en las cuales el trabajo se individualiza, y se mo-
netariza por completo. En general, los mismos trabajadores siguieron siendo utilizados
para el trabajo de la caña, en los ingenios en que antes residían o en otros, es decir con-
tinuaron constituyendo la principal fuerza de trabajo, asentándose en las ciudades pró-
ximas a los ingenieros como mano de obra, disponible, y clandestina (Sigaud, 1979);
16
este proceso conllevó el surgimiento de los trabajadores migrantes, estacionarios o
bóias-frias, tan característicos de las usinas de caña paulistas (Silva De Moraes, 1999).
En la República Argentina, la provincia de Tucumán es la principal productora de caña
de azúcar. Los primeros cultivos fueron introducidos por los padres jesuitas en el siglo
XVII a partir de variedades traídas desde Brasil. La actividad azucarera fue desmantela-
da una vez expulsados los jesuitas en 1767, posteriormente en 1819 se reintroducen los
cultivos de caña de azúcar en la provincia, extendiéndose su producción hasta la actua-
lidad. Desde su segunda introducción, la actividad azucarera crece de forma sostenida y
para 1859 la región contaba con 24 ingenios azucareros. Con el arribo del ferrocarril en
1876, la industria azucarera cambia rápidamente, introduciendo nuevas tecnologías que
modernizaron los ingenios y favorecieron el aumento de la producción (Calvo, 2008).
Hasta mediados del siglo XX el complejo azucarero tucumano se desarrolla sin mayores
dificultades. En la primera mitad de la década del 60 se produce un fuerte crecimiento
en la acumulación de stock de azúcar y como consecuencia los precios disminuyen drás-
ticamente, lo cual desencadenó una crisis en el sector. Así, para 1966 el gobierno nacio-
nal decide intervenir, estableciendo por ley cupos de producción para los ingenios, limi-
tando la producción de azúcar tanto para el mercado interno como para exportación. La
crisis económica del sector generó a nivel social grandes migraciones de zafreros de la
caña a emplearse en otras provincias (Giarracca, et. al, 2001). Posteriormente, las políti-
cas neoliberales de los 90´ retiran todo el apoyo estatal que la industria azucarera po-
seía. En este contexto la conformación del MERCOSUR, expone la producción de azú-
car argentina a la libre competencia con las grandes usinas productoras de Brasil. Así
mismo es durante los noventas que se inicia el proceso de mecanización acelerado de
corte de la caña de azúcar, que sustituirá drásticamente mano de obra asalariada por
maquinaria (Giarraca, et. al. 2001)
Por otro lado, el área cañera de la provincia tucumana ha venido experimentando un
retroceso, producto del avance de otros cultivos, fundamentalmente el del limón. Para la
zafra de 1991 se estimó una superficie de cultivo de unas 250 mil hectáreas, decayendo
a unas 200 mil para la zafra del 2006 (Calvo, 2008) De la producción de azúcar realiza-
da en Argentina el 60% aproximadamente corresponde a los cultivos de la provincia de
Tucumán, repartiéndose el 40% restante entre las provincias de Salta, Jujuy, Santa Fe y
17
Misiones (Calvo, 2008). Al igual que para la zona de Bella Unión (salvando las distan-
cias entre las casi 200 mil hectáreas de caña presentes en Tucumán de las aproximada-
mente 8 mil en Bella Unión), la producción azucarera es la principal actividad económi-
ca de Tucumán; donde entre empleos directos e indirectos son casi 40 mil las personas
que dependen en alguna medida de la economía de azúcar (Calvo, 2008).
Para poder dimensionar la escala de la industria azucarera a nivel regional es útil com-
parar la cantidad de hectáreas cultivadas de caña de azúcar en Brasil, Argentina y Uru-
guay. Mientras en Brasil el área cultivada para el año 2005 ascendió a las 4.050.000
hectáreas, en Argentina rondaba las 306.000 hectáreas (Calvo, 2008, p. 10) y en nuestro
país en medio de la crisis del ingenio de CALNU y su transición a ALUR S.A. el área
cultivada para la zafra del 2005 rondaba las 3.200 hectáreas (Moraes Obregón, 2012, p.
159) En este sentido, nula incidencia ha tenido la introducción de la caña de azúcar en
nuestro territorio; una introducción tardía, pensada en términos del contexto regional
donde los cañaverales han existido desde la colonia, y prácticamente insignificante pen-
sada en términos de cantidad de ingenios y volumen de producción. Sin embargo, en
términos subjetivos, la realidad de los hombres y mujeres, de las familias de trabajado-
res de los cañaverales, parece repetirse en unas y otras regiones. El salario a destajo; la
mecanización y la estacionalidad del trabajo que genera importantes desplazamientos de
población tanto para la realización de la zafra en las regiones azucareras, como en pro-
cura de otros empleos en el periodo de entre zafras; son cuestiones ampliamente abor-
dadas a nivel regional (Silva de Moraes, 1999; Giarraca, 2000; Piñeiro, 2001; Meren-
son, 2010; Riella 2012) y han caracterizado a una masa de asalariados, pertenecientes a
los sectores más sumergidos. Ya sean tucumanos, brasileros nordestinos, peruanos, o
bellaunionense, estos hombres y mujeres del surco, han enfrentado problemáticas simi-
lares, y destinos inciertos marcados en todos los casos por la zafralidad.
18
I.2 Bella Unión: Capital Nacional de la caña de azúcar1
Según la historiografía local la colonia del Cuareim (Bella Unión) fue fundada a fines
de 1828 por el Gral. Fructuoso Rivera con población guaraní traída de las Misiones
Orientales; los corregidores y caciques de los siete pueblos de las Misiones Orientales,
se reúnen en asamblea en las márgenes de Ibicuy el día 18 de diciembre de 1828 y
deciden trasladarse al Estado Oriental (Antúnez de Olivera, 1979, p. 10). Así el
Ejército del Norte, familias indígenas en setecientas almas y cuarenta y cuatro mil
animales prosiguieron su marcha hacia el Cuareim el cual atravesaron el día 29 de
diciembre de 1828. Situándose en el Paso de los Higos, formándose así la Colonia del
Cuareim. (Antúnez de Olivera, 1979, p. 16) La vida de la colonia fue efímera y en el
marco de la primera presidencia de la República, la misma fue destruida. Los reclamos
del Brasil de que los indios habían sido traídos a la fuerza y acusaciones de desórdenes
que allí se habían producido y que se había levantado un pueblo sin autorización,
llevaron al traslado de la colonia a los límites del Yi en San Borja. (Antúnez de Olivera,
1979, p. 25)
Con el nombre de Santa Rosa del Cuareim tuvo su segunda fundación en 1853 a
instancias del gobierno central de Eduardo Acevedo. Desde la segunda mitad del siglo
XIX y hasta comienzos del XX, la zona recibe un importante influjo de inmigrantes
españoles e italianos, lo cual junto a la llegada del ferrocarril (1887) dinamizará el
potencial comercial del poblado, en tanto zona de tránsito. Será recién en 1928, que al
conmemorarse el centenario de la campaña de las Misiones, Santa Rosa del Cuareim
cambie su nombre a Bella Unión.
Situada en el extremo norte del país en la confluencia de los ríos Uruguay y Cuareim
desde su fundación fue centro del comercio de tránsito, especialmente con Rio Grande
do Sul. A comienzos del siglo XX, asumió la ganadería como principal actividad
agropecuaria. Hasta las primeras décadas del siglo pasado la ganadería convivió con la
agricultura familiar, fuertemente asociada al aporte de la inmigración de origen europeo.
El lino y el girasol eran cultivos que se venían ensayando en la región desde 1926, la
introducción de estos cultivos en la zona por los colonos de ascendencia rusa fue
1 Esta frase se exhibe en el cartel azul que indica la entrada a la ciudad.
19
rápidamente incorporada por los agricultores locales y para mediados del siglo XX el
girasol era uno de los cultivos más extendidos (Moraes, 1990).
A inicio de la década de 1940 se implementa en el área de Bella Unión un plan de
fomento agrícola, enmarcado en la estrategia estatal de sustitución de importaciones; el
cual incluía la adaptación de diversas variedades de uva, algodón y caña de azúcar en
una zona hasta entonces esencialmente ganadera (Moraes, 1990). El ensayo de nuevos
cultivos en la zona formaba parte de un fenómeno mayor de desarrollo del agro,
iniciándose un proceso de colonización agraria, vinculado al desarrollo de las
comisiones de fomento rural. El proceso de industrialización que estaba experimentando
el país en ese periodo conllevó una demanda cada vez mayor de materias primas fuentes
de la pujante industria.
El surgimiento de la agricultura industrial en Bella Unión implica dos procesos
entrelazados, por un lado la transición del poli al monocultivo, por el otro el da la
producción familiar a la explotación capitalista. Con el desarrollo de la industria
azucarera, se abandona la forma de explotación familiar; donde la familia era en efecto
la detentora de los medios de producción, la proveedora de la fuerza de trabajo y la
principal destinataria de la producción.
Hasta que se produjese el auge de la industria azucarera local, la producción de azúcar
nacional estaba basada en la importación de crudos y en forma muy menor de la
producción de la remolacha que desde 1903 era producida por un ingenio remolachero
de capitales franceses instalado en la zona de canelones. Décadas más tarde una firma
uruguaya compra el ingenio a los franceses y surge Remolacheras y Azucareras del
Uruguay Sociedad Anónima (RAUSA), sin embargo la producción de azúcar nacional
que se realizaba en las instalaciones de RAUSA era insuficiente, por lo cual la
refinación de crudos importados siguió siendo la fuente principal de azúcar para el
consumo. (Moraes, 1990)
En 1936 motivado por el interés de obtener cultivos alcoholígenos el directorio de
ANCAP, experimenta la introducción de caña de azúcar, estableciendo en el
departamento de Rivera los primeros cultivos con variedades procedentes de Tucumán.
Los cultivos experimentados en Rivera fueron exitosos, por lo cual hacia 1941 se
decidió llevar la plantación de caña más al norte, presuponiéndose su éxito al tratarse de
regiones con condiciones climáticas más próximas a las de Tucumán.- zona de origen
20
de los cultivos. En este año uno de los ingenieros a cargo de las experimentaciones del
cultivo en Rivera- Alfredo Mones Quintela, introduce los primeros cultivos de caña en
Bella Unión. En este contexto se crea en 1942 la primera compañía industrial
procesadora de caña de azúcar en Bella Unión- la Compañía Azucarera Artigas
Sociedad Anónima (CAASA) y en 1944 se produce la primera zafra cañera en el país.
En el marco del aumento de preciosos de las materias primas consecuencia de la
Segunda Guerra Mundial y la necesidad de abastecimiento de los países europeos, desde
el Estado se impulsa un modelo económico orientado a la sustitución de importaciones;
con fuerte apoyo al desarrollo de la industria nacional, potenciando el implemento de
diversos cultivos entre ellos trigo, oleaginosas y caña de azúcar (Piñeiro y Moraes,
2008). La progresiva expansión de la caña de azúcar generó a su vez cambios en las
formas de producción. El objetivo de la producción ya no será principalmente el
consumo familiar, ahora se produce para vender, y obtener ganancias. Ganancias que
serán posteriormente invertidas en infraestructura (en la compra de maquinaria, la
fabricación de galpones, y la obtención de nuevas tecnologías); generalizando el
proceso de acumulación y el uso de mano de obra asalariada. En este contexto, la
actividad agrícola irá perdiendo su carácter de economía de subsistencia para
transformarse en un sistema de producción capitalista.
En tanto la agricultura se afianza como actividad económica, los agricultores comienzan
a definirse como un grupo social con perfiles propios, empiezan a reconocerse en sus
problemas y sus éxitos, como un sector de la sociedad con intereses específicos
(Moraes, 1990, p.152), articulando una verdadera economía del azúcar. Este proceso
dará origen a la conformación de nuevos actores sociales; por un lado los cañeros
plantadores de caña, propietarios de los medios de producción, grupo que irá sustituir al
de los productores ganaderos en la cúspide de la estratificación social. Y en el otro
extremo del diagrama social los peludos el proletariado agrícola, nacido y crecido al
influyo de la economía del azúcar (Moraes, 1990, p.185), fuente principal de mano de
obra que articula el proceso de industrialización local. La denominación de los hombres
(y mujeres) que trabajan en el corte de la caña de azúcar como peludos, es producto de
la comparación de estos con el tatú peludo; como este animal de la zona los cortadores
caminan encorvados sobre la tierra, cargando los monos (manojos) de caña en sus
hombros y con la ropa y a la piel impregnadas de las cenizas que liberan las cañas
recién quemadas (Merenson, 2010a).
21
El desarrollo de la industria azucarera contó con el apoyo del Poder Ejecutivo y en
1949 el entonces Presidente de la República Luis Batlle Berres envía al parlamente un
proyecto de ley sobre Especie Sacarígenas, ley que se aprobaría un año más tarde. Dicha
ley preveía una serie de mecanismos proteccionistas sobre la pujante industria y sentaba
así las bases de un claro intervencionismo estatal; intervencionismo que protegía la
industria pero no a los hombres que con su trabajo la hacían posible (González Sierra,
1994, p.179). De esta forma las políticas proteccionistas del Estado no fueron
acompañadas de un control efectivo del cumplimiento de las obligaciones laborales por
parte de las industrias, lo cual tendrá posteriormente consecuencias en el bajo nivel de
formalidad y legalidad en el cual se desempeñarán los trabajadores de la caña.
Durante las primeras zafras la demanda de mano de obra era mayor que la oferta, los
peones rurales acostumbrados al trabajo con el ganado no encontraban atractivo a la
labor en las plantaciones agrícolas. Fue la mano de obra flotante, la población activa
desocupada y los trabajadores zafrales quienes se incorporaron rápidamente a la labor
de la caña. Mano de obra que no solo provenía de los alrededores de los cañaverales,
sino que en muchos casos era migrante, a pesar de los impedimentos legales las zonas
de frontera y en especial Bella Unión eran zonas permeables, donde el ingreso de
trabajadores zafrales de Brasil y Argentina constituía gran parte de la mano de obra
empleada en la caña. Así nacía la figura del hombre de campo, haciendo referencia a
un conjunto de características, cualidades y valores depositados en las personas que
poblaron la campaña. Hombre de campo, entonces, es la nominación que reúne a los
obreros de las azucareras, para sin importar su lugar de origen, ser presentados como
nativos (Merenson, 2010a).
Para estimular la producción de azúcar nacional (que en ese entonces era un porcentaje
mínimo en relación a los crudos y el azúcar refinado que se importaba) la ley de
Especies Sacarígenas declaraba de interés nacional los cultivos de remolacha y caña de
azúcar. Mediante el Banco República se facilitaba a las empresas azucareras créditos
muy convenientes para la mejora de su capacidad industrial. También la ley preveía que
el Estado regulase el precio de la materia prima tanto como del azúcar refinado
creándose para este fin en 1951 La Comisión Honoraria del Azúcar. A pesar de este
complejo aparato proteccionista no se logró revertir la dependencia de los crudos
importados en el abastecimiento de azúcar para el consumo. El azúcar producido con
22
materias primas nacionales apenas si llegó al 44% del total del azúcar para consumo en
1961 (Moraes, 1990, p.191)
En este marco y con la pionera CAASA en funcionamiento, se crea en 1945 una nueva
empresa destinada a la producción de azúcar, La Azucarera Rioplatense Sociedad
Anónima (LARSA), dedicada al cultivo de las especies sacarígenas, quedando la
actividad industrial en manos de la compañía hermana Compañía Agrícola e Industrial
del Norte (CAINSA) cuyo ingenio comenzaría a funcionar hacia 1951.
La transformación del cultivo de la caña en la actividad agrícola fundamental de Bella
Unión, implicó cambios en la forma de trabajo de la tierra, aumentó las inversiones en
maquinaria (fundamentalmente para el riego) y modificó el destino final de la
producción que ya no será esencialmente para el consumo familiar sino para la
comercialización con las grandes plantas industriales procesadoras de azúcar. Asimismo
en este período se crea el Instituto Nacional de Colonización (1948).
En un contexto de desarrollo exponencial de la industria azucarera; las labores de
siembra, mantenimiento de los cultivos y cosecha, van a requerir necesariamente de
mano de obra asalariada. En este sentido, el modo de producción familiar será
paulatinamente remplazado por el trabajo asalariado de un contingente de población
agrícola que se irá asentando en las zonas próximas a los cañaverales, transformándose
en asalariados agrícolas (Moraes, 1990). En este período, debemos situar las disputas
en torno al origen de la palabra peludo y el inicio de las relaciones de producción
específicamente vinculadas a la agroindustria azucarera (Merenson, 2010a, p.27).
Tanto CAASA como LARSA y CAINSA obtenían su materia prima no solo de las áreas
de cultivo de caña que le eran propias a las compañías, sino además que compraban
parte de la materia prima a productores independientes, a los cuales muchas veces
pagaban un precio menor que el fijado por la Comisión Honoraria del Azúcar. Esto
como consecuencia de que los precios eran establecidos por dicha Comisión en función
al rendimiento teórico que tendrían los ingenios, rendimiento que en los hechos no era
tal, producto de la escasa capacidad de industrialización que tenían las empresas. Este
escenario no tardó en generar tensiones, tensiones que se harían más fuertes con el
23
correr de los años cuando los niveles de rendimiento agrícola de la caña se elevaran y
los ingenios se mostraran incapaces de absorber la producción agrícola (Moraes, 1990)
En 1952 la Azucarera Artigas desarrolla un plan de colonización por medio del cual
vierte el total de su plantación en las manos de los productores individuales -antiguos
empleados de la compañía, ahora flamantes colonos- que a cambio de las tierras que
recibían se veían obligados a vender toda su producción de caña exclusivamente al
ingenio de la compañía Artigas. Así nacía la primera Cooperativa Agropecuaria de
Cañeros Santa Rosa. Esta forma de producción basada en el colonato, puede
considerarse como el primer antecedente en la zona de lo que serán 60 años después las
formas de producción en cooperativas de trabajo impulsadas por las políticas de acceso
a la tierra desarrolladas por el Estado a través del INC y ALUR.
Hacia 1959 se produce un cambio en las políticas económicas del país. La salida del
Batllismo del poder implicó también el fin de las políticas proteccionistas y el nuevo
proyecto económico liberal impulsado por el entrante gobierno blanco-ruralista,
conllevó una política monetaria de libertad cambiaria y libre importación. La gestión
blanca, se caracterizó por una política liberal, defensora del rol del mercado y de la
iniciativa privada, se presentó como la antítesis del proyecto anterior. Ante una
metrópoli indiferente se gestaban los primeros signos de crisis de la experiencia
neobatllista y el quiebre del andamiaje proteccionista a la industria azucarera
(Merenson, 2010a, p.54). Este viraje político-económico, no solo facilitó la importación
de azúcar crudo para refinar sino que ya no obligaba a las compañías a producir un
cierto porcentaje de azúcar nacional para poder importar el crudo.
En este contexto económico desfavorable a la industria azucarera, la precariedad de las
condiciones laborales, los bajos salarios percibidos, y los atrasos e incumplimientos en
los pagos aumentaban el descontento de los trabajadores y fortalecían las formas de
organización. Así, en 1957 un grupo de trabajadores de las plantaciones de LARSA-
CAINSA, exigió el pago de los jornales adeudados desde hacía 6 meses y ante la falta
de respuesta de la empresa declaró la huelga. El conflicto subió rápidamente de tono y
ante la declaración de una huelga de hambre y ocupación la empresa solicitó la
mediación del Ministerio de Industria y acordó con los obreros el pago del 70% de lo
adeudado luego de 21 días de huelga.
24
En 1960 el ingenio de CAASA, abandonó definitivamente su actividad industrial.
Frente a esta situación los productores independientes que hasta el momento vendían
con dificultad su materia prima a CAASA enmarcados en el proyecto de colonización
que la compañía impulsara años atrás; ahora debían crear una nueva cooperativa para
controlar no solo el cultivo de la caña sino también la etapa de industrialización. Así
surge la Cooperativa Agropecuaria Limitada para la Industrialización de la Caña de
Azúcar – CALPICA.
En 1961 los cultivos y el ingenio de LARSA-CAINSA fueron adquiridos por capitales
norteamericanos de la American Factory que ese mismo año comenzó su actividad en
Bella Unión con el nombre de Compañía Agrícola Franquía S.A. (CAFSA) Es posible
que los capitales azucareros presentes en Cuba como consecuencia de la Revolución se
movilizaran en busca de mercados alternativos. El capital norteamericano hacía, de
esta forma, su entrada cautelosa en el sector azucarero del Uruguay en el mismo año
en que la Revolución Cubana definía su orientación socialista y repelía a las tropas
norteamericanas en Playa Girón. (Moraes, 1990, p. 205)
Para 1961 la industria azucarera de Bella Unión reposaba sobre dos emprendimientos
disímiles: El ingenio de la American Factory (ex CAINSA) y el emprendimiento
cooperativo CALPICA llevado adelante por un grupo de ex colonos de la Azucarera
Artigas. Aun cuando entre 1960 y 1965 CAINSA produjo un promedio de 4.000
toneladas y CALPICA un promedio de 2.000 toneladas de caña por zafra, hasta
mediados de la década de 1970 la actividad de ambos ingenios no logró elevar la
producción de azúcar en base a caña nacional por encima del 20% del total consumido
en el país. (Merenson, 2010a, p. 50)
Para 1963, se realiza la asamblea fundacional del Movimiento Norte Uruguayo en
Marcha (Moraes Obregón, 2012); con el propósito de aumentar el desarrollo industrial
de la zona, dicho movimiento integraba no solo a productores cañeros, sino también a
comerciantes y vecinos de la ciudad. Dos años más tarde el gobierno nacional a través
del entonces Ministerio de Industria y Trabajo, realizó un llamado para la instalación de
nuevos ingenios azucareros en la zona. Así, se instalaría un nuevo ingenio propiedad de
la Cooperativa Agraria Limitada Norte Uruguayo (CALNU), en 1968 los productores
cañeros amplían su modelo cooperativo mediante la creación de la Cooperativa Agraria
Limitada de Agua para Riego CALAGUA. (Moraes Obregón, 2012).
25
Para 1970 el ingenio de CALNU se encuentra en su máximo funcionamiento,
decidiéndose la compra del ingenio de la American Factory (ex CAINSA) y su
posterior cierre, en este escenario CALPICA cierra su ingenio y se reconvierte a
cooperativa de riego.
I.3 A las orillas del Itacumbú nació UTAA
UTAA fue el espejo en el que se miró gran parte de la sociedad nacional para descubrir un
rostro nuevo que aventaba el «como el Uruguay no hay», que sacudía el «suave gris de la
indiferencia». (González Sierra, 1994, p.194)
El conflicto desatado en 1957 con un grupo de trabajadores del ingenio de LARSA-
CAINSA, sentó de alguna manera las bases para la creación en 1961 de la Unión de
Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA), que nace en oposición de los intereses de
la patronal y en defensa de los intereses de los peludos (González Sierra, 1994)
Así, fue en una asamblea realizada un 21 de setiembre de 1961, congregados los
orientales, los brasileños, y los correntinos, aindiados y melenudos, hábiles con el
cuchillo y baqueanos de todos los montes, ocultos en los matorrales de Itacumbú, junto
al arroyo marginado de sarandíes que se fundó entre ceibales y blanquillos, la Unión de
Trabajadores Azucareros de Artigas. (Rosencof, 1969, p. 20)
La fundación de UTAA se en marca en la creación de una serie de sindicatos que venía
desarrollándose a partir de 1950 en procura de atender los reclamos de los asalariados
rurales en relación a los bajos salarios y las pésimas condiciones de trabajo. En 1953 se
creó el Sindicato Único de Peones de Tambo, en 1957 se fundó el sindicato de los
obreros de la remolacha azucarera SUDOR y en 1959 la Unión de regadores y
destajistas del Espinillar, entre otros (González Sierra, 1994).
Para la época la situación de dependencia de los trabajadores respecto a las azucareras
era casi total, la amplia mayoría vivían en el predio del ingenio o en sus zonas aledañas;
asimismo tanto la Compañía Azucarera Artigas como CAINSA pagaban los jornales de
los trabajadores mediante un vale que podía ser canjeado por ropa y comida en una
cantina situada en las instalaciones de la empresa; haciendo que el no percibir su salario
26
en dinero aumentara la dependencia de los trabajadores para con la compañía azucarera.
Las jornadas laborales se extendían desde 10 hasta 14 horas diarias consecuencia del
sistema de pago basado en la productividad donde cortar más implicaba ganar más. Esta
forma de salario es extremamente ventajosa al capitalista, ya que el aumento de la
productividad del trabajo no depende de la inversión constante en capital, sino del
propio trabajador y de su fuerza física (Silva De Moraes, 1999). La computación del
salario basado en la productividad lejos de ser una realidad de antaño es actualmente el
escenario en que viven los cientos de trabajadores asalariados de las plantaciones de
caña en Bella Unión perpetuando así las precarias condiciones laborales; en definitiva
parecen ser los mismos rostros, en distintos sujetos (Giarracca, 2000, p. 7).
Para la época en que se crea UTAA, el marco legal en que se desarrollaba las
actividades de los zafreros de la caña de azúcar era casi inexistente; la Caja de
Asignaciones Familiares era el único organismo de seguridad social que comprendía a
los trabajadores de la caña. El organismo estatal no efectuaba ningún tipo de control
sobre los mecanismos de pago; el salario que recibía el trabajador se establecía en
función de la estimación que realizaba el capataz de la cantidad de caña que el
trabajador había cortado en esa jornada, así el propio trabajador no tenía idea exacta de
cuánto dinero iba recibir en ese día por la caña que estaba cortando (Moraes, 1990).
La creación de UTAA, es uno de esos acontecimientos cuya fuerza simbólica se
perpetúa mitopraxicamente hasta nuestros días (Sahlins, 1988; Guigou, 2000). De este
modo, para la gente del pueblo el sindicato, tal vez resultado de la fuerza simbólica del
acontecimiento creador, es aun hoy un lugar de búsqueda de soluciones para los
problemas cotidianos, para la falta de trabajo e incluso para el acceso a tierras. Junto
con UTAA la figura de Sendic es otro de los pilares que continúan simbólicamente
presente. Para cuando Sendic propiciara la fundación de UTAA ya había participado de
la creación del Sindicato Único de obreros Rurales de Paysandú en 1957 y de la Unión
de Regadores y Destajistas del Espinillar en 1959. Así lo recuerda uno de nuestros
anfitriones: El sendicato decían los peludos que no diferenciaban muy bien entre Sendic
y sindicato.
Otro de los sujetos recuerda: Sendic acá fue como un héroe, sí, él pasaba por acá (por
el barrio Las Pierdas) y la gente salía con él, atrás de él.
27
El trabajo precario, los incumplimientos en los pagos y las pésimas condiciones de vida
desencadenaron la huelga que inicia UTAA el 4 de enero de 1962, estableciéndose un
campamento a las orillas del arroyo Itacumbú. Así lo recuerda uno de los sujetos
entrevistados:
En setiembre del 61 se funda la UTAA y el enero del 62 largan la huelga general, en
etapa de riego. Fue la primera experiencia que hicieron como trabajadores
organizados, hubo otras experiencias anteriores pero terminaron en callejones sin
salida digamos, punto muerto. Pero fue muy dura la huelga porque fueron casi 4 meses
de condiciones muy duras haciendo un campamento en el arroyo Itacumbú con las
familias, con expulsión de la gente de las plantaciones, con persecución policial.
El 3 de abril del mismo año las empresas azucareras firmaron un convenio donde se
comprometían a pagar todos los rubros atrasados. No obstante el acuerdo fue
incumplido por lo cual la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas decide marchar
hacia Montevideo con el fin de hace oír sus reclamos ante el parlamento. Así se gestó un
ritual de larga duración (Merenson, 2010b), que inició su camino con la primera
marcha de UTAA, partiendo de Bella Unión hacia Montevideo el 24 de abril de 1962 y
regresando a fines de junio.
Los medios de comunicación rápidamente se hicieron eco de las protestas; mientras las
publicaciones de El Sol y El Popular (socialista y comunista respectivamente) apoyaban
la marcha y defendían las reivindicaciones de la UTAA, la denominada prensa grande
desestimó las marchas, sosteniendo que sus integrantes no eran uruguayos sino
“agitadores” argentinos y brasileños que lucraban con la situación (Merenson, 2010 b).
Así, la figura del peludo como hombre de campo, dio lugar a una imagen del peludo
presentado como el extranjero agitador y el extremo norte del país se constituyó como
la imagen de la alteridad. (Merenson, 2010 b, p. 77) Entre los peludos de la UTAA
ciertamente había además de uruguayos, correntinos y riograndenses, que siendo
inmigrantes ilegales tenían como única opción de empleo la zafra de la caña; así
también muchos de zafreros eran nacidos en Artigas, otros provenían de Salto, Rivera,
Paysandú y otras partes del país. En tanto cortadores de caña, sin importar su
nacionalidad, se encontraban sometidos por el mismo sistema perverso de explotación.
La importancia que revestía la figura de Sendic para la UTAA, su persecución y
clandestinidad, llevaron al sindicato a definiciones políticas muy precisas,
28
transformándose la UTAA en un movimiento político-social estrechamente vinculado al
surgimiento del Movimiento de Liberación Nacional (MLN). Por la propia dinámica de
los hechos UTAA se vio obligada, o tuvo la posibilidad de desenvolver una acción cada
vez más abiertamente política. A las dificultades de funcionamiento sindical provocadas
por las listas negras, a la represión como resultado de las confrontaciones de clase
desplegadas en Bella Unión, se sumó la persecución y búsqueda de que era objeto
Sendic y los controles represivos más agresivos sobre UTAA. Los peludos fueron
tempranamente sospechosos de «sedición» (González Sierra, 1994, p.191) Para
entonces, las acciones reivindicativas del sindicato trascendían lo estrictamente laboral,
colocándose la Reforma Agraria en el centro de sus reclamos, bajo la consigna tierra
pal´que la trabaja, se propició un accionar político.
El 7 de enero de 1964 los trabajadores cañeros ocuparon la planta industrial del
CALPICA en reclamo de los rubros salariales impagos, en medio de una fuerte
represión y abuso policial hacia los dirigentes sindicales. El día 19 de enero una acción
combinada de la policía y las fuerzas militares procede al desalojo de los huelguistas.
Así el 20 de febrero del 64 la UTAA anuncia su partida de Bella Unión hacia
Montevideo en lo que constituyó la segunda marcha de la sindical. «Por la tierra y con
Sendic» fue la consigna central de la marcha, por medio de la cual UTAA gira el eje de
la acción sindical a una acción política-social más directa. De esta forma lo recuerda
uno de nuestros entrevistados:
Un poco el prestigio de la UTAA se lo ganó también en esas luchas no solo por la
consigna sino también por las formas…. Los peludos con Raúl inauguraron una forma
de acción muy agresiva frente a las patronales y culmina con la ocupación de los
escritorios de CAINSA, eso un poco definió; pero también definió que la UTAA en esa
época tenía un programa, tenía objetivos el tema de la lucha por la tierra. El problema
central de los trabajadores acá era el problema de la zafralidad, acá hasta el año 70,
71 había 3 mil hectáreas de caña entonces eran 3 meses de zafra, mucha gente en ese
período pero después muy poca cosa más. Era el propio trabajador golondrina, hacia
la zafra de la caña, la remolacha más al sur, las frutas, en Brasil el arroz, y terminaban
otra vez acá en la caña-
Otra de nuestras interlocutores, madre de una de las colonas de Pay Paso recuerda estos
tiempos: Con 15 años, escapada de mi madre con unas hermanas nos fuimos a la
29
marcha. Mi madre no quería que fuéramos viste porque decía que eran peligrosas,
mataban gente, y eran cosas de tupamaros.
En este contexto donde los reclamos de los trabajadores de la caña se hacía cada vez
más visible, nace como vimos en 1965 el ingenio azucarero CALNU (hasta el momento
funcionaban en la zona dos grandes ingenios, CALPICA y la American Factory). La
cooperativa de CALNU integraba un conjunto de productores locales que conformaban
la pujante burguesía cañera y que procuraban aumentar la capacidad productiva del
ingenio mediante una fuerte inversión en maquinaria y tecnología, no obstante los
beneficios redituaban solo al grupo acomodado de productores cooperativistas, en tanto
los conflictos de los trabajadores asalariados seguían presentes. El nuevo ingenio realizó
su primera zafra en 1968, cuando procesó el resultado de 2.160 hectáreas de caña. De
allí en más y hasta fines de la década de 1990 tanto la producción como las hectáreas
cosechadas experimentaron un fuerte crecimiento, especialmente entre 1971 y 1978 y
entre 1984 y 1990, cuando la superficie de caña procesada estuvo entre las 7.600 y las
9.000 hectáreas respectivamente2 (Merenson, 2010a).
La tercera marcha de UTAA se produce en 1965, partiendo el 19 de febrero y
regresando el 10 de junio. Durante este período y cuando el parlamento avanzaba en la
consideración del Estatuto del Trabajador Cañero, un grupo de delegados del Sindicato
Unido Rural de Cañeros de Artigas (SURCA) concurre a Montevideo, a manifestarse
contrario a las reclamaciones del UTAA. El SURCA, era un sindicato creado en 1962 e
integrado por personal de confianza de las empresas: capataces, obreros industriales y
otros ajenos al trabajo directo en las plantaciones. Se impidió así la concreción del
estatuto.
Desde la segunda mitad de la década del 60, la acción sindical de la UTAA se radicaliza,
la organización polariza su discurso tanto en el campo sindical como en el político. En
este contexto, tras la asunción de Pacheco Areco a la presidencia (1967-1972), la
disolución de varias agrupaciones políticas de izquierda y los primeros allanamientos a
los locales sindicales de la UTAA, esta realiza su cuarta marcha hacia Montevideo; la
cual partió el 16 de febrero de 1968 y regresó el 30 de mayo.
2La zona en la que estaban emplazados los Ingenios de CALPICA y CAINSA actualmente se encuentran
dos centros poblados que tomaron sus nombres de dichos ingenios. Así mismo el ingenio de CALNU es
actualmente la planta industrial de ALUR SA.
30
En marzo de 1971 la UTAA emite un comunicado público en el que manifiesta su apoyo
al recién creado partido político Frente Amplio (fundado el 5 de febrero de 1971) Con
su apoyo, el sindicato tenía como propósito «ayudar a convertir al Frente en un eficaz
instrumento de movilización y de lucha de masas.» (“UTAA con el Frente”. Marcha, 19
de marzo de 1971. En: González Sierra, 1994, p. 216) y realiza así su quinta marcha
partiendo de Bella Unión a fines de marzo y regresando a fines de abril. Las cinco
marchas desarrolladas durante el periodo de entre zafras, impactaron en la capital,
haciendo que los reclamos de los cortadores de caña dejaran de ser un eco lejano que
venía desde el norte, para transformarse en una cuestión presente, en hombres, mujeres
y niños identificables, cuyos rostros ahora la sociedad montevideana podía ver de cerca
(Merenson, 2010 b).
Posteriormente, la irrupción de la dictadura militar paralizará la dinámica sindical, hasta
mediados de los 80 cuando varios sindicatos rurales son reactivados. En 1984 se
constituye en Bella Unión el Sindicato Único de Trabajadores Rurales y Afines
(SUTRA) y en 1985 se establece una comisión provisoria para la reactivación de
UTAA con varios de sus dirigentes recientemente liberados (Panizza, 2012). Hasta 1992
coexisten ambos sindicatos, no obstante siendo UTAA en los hechos el verdadero motor
de movilización de los trabajadores; así lo relata uno de nuestros interlocutores,
dirigente de UTAA en aquel período:
Toda esa etapa pos dictadura es difícil desde el punto de vista de mantener la
organización sindical, bajo cuerda éramos lo que movilizábamos, no nos dejaban
entrar (a las plantaciones) pero íbamos de noche en el lugar donde quedaban
trabajadores.
Desde mediados de los 80´ y producto del desarrollo industrial, el medio rural ha
experimentado un proceso acelerado de concentración de la tierra, proceso acompañado
de la creciente expansión de los modos capitalistas de producción. Con las formas
capitalistas de explotación de la tierra, se consolida la figura de los asalariados rurales;
hombres y mujeres que despojados de su medio originario de subsistencia (la posesión
de la tierra) se ven obligados a vender su fuerza de trabajo, insertándose en la lógica de
la producción. En este contexto y en el marco del Plan de Desarrollo Regional del
Vértice Noroeste (Plan VER.NO), también conocido por el slogan Bella Unión: polo de
desarrollo, el ingenio de CALNU acuerda con el Estado el inicio del proceso de
31
reconversión productiva de la producción agroindustrial; por intermedio del Banco
República se subvencionaron las cooperativas CALAGUA (riego), SARINOR
(horticultura) y CALVINOR (vitivinicultura). En su conjunto, estos establecimientos
también situados sobre la Ruta Nacional Nº 3, reunieron a 121 productores dedicados a
cultivos hortícolas y llegaron a generar más de 900 puestos de trabajo entre la industria
y el campo, a los que debe sumarse los 3.000 cortadores de caña y los 700 trabajadores
del ingenio empleados en el procesamiento de las 9.000 hectáreas azucareras plantadas
a fines de la década de 1980. (Merenson, 2010ª, p. 29)
El ingenio de CALNU, impulsado durante la década de los 70´ por el gobierno de facto
y con apoyo de la burguesía local, monopolizando la fabricación de azúcar refinado en
la zona, había transformado a Bella Unión en un polo de desarrollo durante la década
de los 80´. No obstante, en los 90 la situación cambia; se reduce la producción de azúcar
nacional, la incorporación del Pías al MERCOSUR y la decisión del gobierno blanco de
Lacalle de importar el azúcar crudo termina de consolidar la crisis de CALNU que se
agudiza durante los 2000 (Díaz Estéves, 2009).
En 1991, año en que Uruguay firmó el Tratado de Asunción y se incorporó al
MERCOSUR, CALNU reunía algo más de 350 productores que en su conjunto
empleaban a 3.000 trabajadores durante la zafra (Merenson, 2010a). El ingreso de
Uruguay al MERCOSUR significó entonces una fuerte conmoción para Bella Unión,
pues el nuevo esquema exponía la producción nacional de azúcar a la libre competencia
con los restantes socios del mercado común. En este marco en 1992 motivados por la
defensa de las agroindustrias de la zona, distintos sectores sociales de Bella Unión,
conforman la Intersectorial. Esta incluía productores, trabajadores, comerciantes y
diversas organizaciones religiosas y sociales de la zona, reuniendo a sectores
históricamente enfrentados en un espacio de acuerdo y defensa de las industrias locales
(Moraes Obregón, 2012, p. 64).
En un escenario que imponía la libre competencia con Brasil y el fin de las medidas
proteccionistas del azúcar empujando a una insostenible reconversión de la industria
local, la Intersectorial se expresa en un comunica público en el que destaca que:
Es inevitable pensar que a la caña de azúcar se la debería seguir protegiendo, ya que el
mundo azucarero protege al azúcar. (…) No somos competitivos con Brasil por dos
motivos: (la industria azucarera en Brasil cuenta con) subsidios gubernamentales, y auto
32
subsidio producido por el alcohol y la energía eléctrica. Y porque estamos convencidos
que la reconversión es impensable en corto y mediano plazo. (Semanario Encuentro Del
Norte. 27 de febrero de 1993. Año 2. Número50, página 8. Bella Unión) 3
1. Huelga de hambre de 8 obreros de CALNU en
defensa de las fuentes de trabajo. Semanario Encuentro del Norte. 22 de agosto de 1992. Año 1 Número
24. Bella Unión.
La crisis de CALNU cristalizó entre 1992 y 1995; para la fecha las hectáreas de caña
cosechadas por el ingenio habían mermado drásticamente en un proceso continuo de
disminución iniciado en 1989, año en el cual el área de caña cosechada ascendía a
8.500 hectáreas mientras que para la zafra de 1994 ese número disminuyó a 4500
hectáreas. (Encuentro del Norte, 1995, año 3, nº70 pag.3)
La situación crítica del ingenio se agudizó en 2001, cuando el entonces Presidente de la
República Dr. Jorge Batlle anunció el fin de las medidas proteccionistas sobre la
industria azucarera. Para el 2005 CALNU cumplía su última zafra, habiendo
acumulado una deuda cercana a los US$ 65 millones. En 2006, en el marco de la
presidencia del Dr. Tabaré Vázquez, frente al reclamo de la sociedad local por la
3Debo un profundo agradecimiento a Antonio Speciali, por permitirme acceder a su tesoro; los ejemplares
del semanario Encuentro del Norte que publicó junto con su esposa desde 1992 hasta 2004. El tiempo que
dedicó a buscar los semanarios tan cuidadosamente guardados; las tardes compartidas entre cafés y
galletitas en que me explicó el trabajo que realizó durante más de una década que se dedicó a difundir los
acontecimientos relevantes para el pueblo; su ayuda y sus historias; han sido un valioso aporte a mi
investigación.
33
reactivación de la agroindustria en la zona; el Frente Amplio propone un proyecto
sucroalcoholero como política económica y social con la que intervenir en el lugar. Así
mismo la visibilidad que adquirió en el 2004 -a 10 años del comienzo de la crisis del
polo de desarrollo- el barrio de Las Láminas, tuvo un peso decisivo para volver la
cuestión de la pobreza y el estancamiento de Bella Unión una cuestión nacional4 (Díaz
Estéves, 2009).
2. “No somos un polo de
desarrollo, somos esclavos de la miseria”. Semanario Encuentro del Norte. 7 de octubre de 1995. Año 3
número 173, página 9.
4Actualmente de las Láminas solo perdura el nombre, ya que cuidadas construcciones de material,
pintadas de los más diversos colores dieron lugar a casas confortables y pintorescas, donde décadas atrás
existían modestos ranchitos de láminas de madera y chapa.
34
3. Semanario Encuentro del Norte. 3 de
noviembre del 2000. Año 9 Número 387.
La Bella Unión de los 2000 se presentaba como una de las ciudades donde la crisis
económica nacional había golpeado más fuerte, trasformando a los hombres y mujeres
hasta ahora dependientes de la economía del azúcar en desocupados y a numerosos
pequeños productores en desposeídos de la tierra ya que muchos perdieron sus tierras en
manos de prestamistas a los cuales no podía pagar el dinero adeudado consecuencia de
la falta de producción. Atendiendo a que los problemas económicos son en última
instancia problemas políticos (Martins de Souza, 1980), se volvía necesario crear
acciones políticas que regulasen la concentración de la tierra y la situación de estos
trabajadores. Así en 2004 producto del encuentro e intercambio de los distintos
sindicatos rurales, se crea la Unión Nacional de Trabajadores Asalariados Rurales y
Afines (UNATRA), la cual incluye dentro de sus principales reivindicaciones la mejora
en las condiciones salariales y el derecho a la tierra (Moraes Obregón, 2012).
Consecuentemente, en el marco del primer gobierno de izquierda y a tono con el
proyecto de País Productivo impulsado desde el Frente Amplio, la empresa estatal
ANCAP arrendó las instalaciones de CALNU, asumiendo sus deudas y dando origen a
35
Alcoholes del Uruguay Sociedad Anónima (ALUR SA). ALUR inicia sus actividades
en 2006 siendo propiedad del grupo ANCAP en un 90% y de Petróleos de Venezuela
en el 10% restante. La producción incluye desde azúcar para el consumo, hasta etanol,
biodiesel, energía eléctrica y alimento animal. En 20011 la facturación anual de la
empresa se ubicó en el entorno de los 116 millones de dólares, de los cuales un 29%
correspondió a la producción de azúcar, otro 29% correspondió a biodiesel, un 27% a
etanol, un 13% correspondió a las harinas proteicas, un 1.5% al etanol potable y un
0.5% a la energía eléctrica. (Políticas, 2012)
Evolución del número de productores y superficie de caña cosechada desde la instalación de
ALUR S.A.
2006 2007 2008 2009 2010 2011
Número
de productores
286 s/d 365 s/d 336 400
Superficie
cañera cosechada (has.)
2961 5188 6038 5815 7494 8800*
*La superficie corresponde al área plantada, no cosechada.
4. Fuente: Moraes Obregón, Álvaro. 2012. ¿Campo en disputa? El acceso a la tierra de los trabajadores de
UTAA al “Campo Placeres” en Bella Unión. Tesis de grado en Agronomía- Facultad de Agronomía-
UDELAR. Página 74.
Con la creación de ALUR se reconfiguran las formas de organización del capital y el
Estado adquiere el rol de empleador. ALUR en tanto empresa debe responder a las
exigencias del mercado global, por lo tanto no ha cambiado la base del modelo
capitalista de producción, de manera que los trabajadores deben enfrentar los mismos
desafíos y problemas que cuando existía CALNU (Pereira, 2011)
36
5. Asamblea de UTAA
durante el bloqueo a la planta de ALUR. Octubre del 2014.
I.4 Tierra pal´ que la trabaja
El capitalismo es hoy la forma de producción hegemónica en el medio rural de toda
América Latina, con la expansión del capitalismo se expande también la mano de obra
asalariada, generando una sensible disminución en la presencia de la producción
familiar en el campo. En nuestro país, los establecimientos de carácter familiar pasaron
de controlar el 9,5% del total de la tierra en 1956 al 5,4% en el 2000 (Piñeiro, 2001, p.
71), así las disminución del trabajo familiar en el campo se vincula directamente a la
desaparición de los predios menores a 100 hectáreas y el aumento de la concentración
de la tierra en grandes establecimientos. Este proceso se ha visto favorecido por las
disparidades existentes en los precios para la compra de hectáreas de tierras en nuestro
país en comparación con los países de la región; para el año 2005 el precio promedio de
la hectárea agrícola y ganadera rondaba en Uruguay los 1050 dólares, mientras que en
Brasil ascendía a los 1550 dólares y en Argentina a los 3560 dólares la hectárea (Piñeiro
y Moraes, 2008, p.3). A los procesos de concentración de la tierra deben sumarse los
cambios tecnológicos introducidos en las explotaciones rurales en las últimas décadas,
lo cuales aumentaron la producción reduciendo el número de trabajadores necesarios
(Piñeiro, 2001). En este marco se ha vuelto más compleja aún la posibilidad de
inserción en el mercado laboral para los trabajadores rurales y en el caso que nos ocupa
37
para nuestros anfitriones, convirtiendo a las luchas por el acceso a la tierra, en una
demanda fundamental de los trabajadores en el medio rural.
Las reivindicaciones y luchas por la tierra han estado presentes con grados distintos de
intensidad a partir de la segunda mitad del siglo XX, fundamentalmente vinculadas a
organizaciones sindicales con anclaje en lo rural (Panizza, 2012). Así, en el contexto
latinoamericano se ha destacado la conformación en 1984 del Movimento dos
Trabalhadores Rurais Sem Terra (MTS), el cual se constituye como principal
interlocutor de los debates de reforma agraria en Brasil. El accionar del MST no solo se
ha centrado en la reforma agraria en tanto contestataria a una determinada forma de
producción en el medio rural, sino también en tanto lucha política, hay pues una doble
matriz en las reivindicaciones del MST, económico-productiva, y política (Lopes,
2004). Esta doble matriz, está presente también en el accionar que el sindicato de UTAA
ha tradicionalmente desarrollado. En este sentido, UTAA ha sabido incorporar a las
acciones sindicales de reivindicación de los derechos laborales, la lucha por el acceso a
la tierra como eje central de sus reclamos. La consigna tierra pal que la trabaja ha
formado parte del repertorio de medidas de lucha que se extiende desde la conformación
de UTAA en 1961 hasta nuestro días. Medidas que se vuelven más visibles en contextos
sociales y políticos más favorables a las organizaciones sindicales (en este caso los
gobiernos de izquierda que se han sucedido desde 2005 a la fecha) y que implican una
acumulación de experiencias que construyen la memoria colectiva del sindicato. Así lo
recuerda uno de los militantes de antaño:
En esos años es además que digamos a iniciativa de Raúl (Sendic Antonaccio) se
empieza a plantear el tema de la tierra, todo el año 63 hacemos una fuerte campaña
por la expropiación, radial, en las asambleas, moviendo a la gente, porque la
zafralidad era muy fuerte como sigue siendo hasta ahora.
Si vos miras en esencia la situación de los trabajadores, de los asalariados rurales de
aquel tiempo y la de hoy no cambió nada. La zafralidad, hoy, yo que se… el peludo
antes se diferenciaba fuertemente en el lugar en el que vivía. Hoy en la vestimenta casi
no tenes diferencias, más o menos todo el mundo se viste igual, además creo que hay
una asalarización mayor que antes, no en esta zona, esta zona siempre fue dominada
por unos cuantos productores bastante grades y algunos pequeños productores que
medraban en torno a los grandes, no hubo un campesinado no hubo una fuerte división
38
de la tierra. (…) la impresión que llevaban los montevideanos de las marchas era
porque nos diferenciábamos realmente, éramos distintos.
En este sentido, las luchas por la tierra y la figura y el accionar de Sendic se han
constituido como pilares fundamentales para la efectiva ocupación de tierras. Podríamos
decir que la figura mítica de Sendic sigue presente aun hoy en el sindicato de UTAA; no
solo así lo atestiguan los posters y carteles que refieren a frases y pensamientos del líder
campesino que adornan las modestas paredes del sindicato, sino también la constante
identificación que la sociedad local establece entre Sendic y UTAA.
6. Poster que se exhibe
en una de las paredes del sindicato. Sede de UTAA Octubre del 2014
Días antes de las elecciones nacionales celebras en primera vuelta el día 27de octubre
del 2014, se inauguró en Bella Unión a la entrada del pueblo sobre la ruta 3 una placa
conmemorativa a Raúl Sendic, acto coordinado por la central del MPP de la ciudad y
del cual UTAA no participó. En la posterior audición radial del sindicato, un oyente se
comunicó pidiendo explicaciones sobre el porqué UTAA no se hizo presente en dicho
homenaje, la respuesta de uno de los dirigentes sindicales fue concreta, se trataba de un
acto político. Esta situación esboza la forma en que se ha tejido en Bella Unión la figura
heroica de Sendic, y el rol que la sociedad local le asigna en relación al sindicato de los
peludos.
39
7. Memorial Raúl Sendic-
ubicado a la entrada de la ciudad sobre la Ruta Nacional nº 3. Febrero del 2015.
Por otra parte, la asunción del Frente Amplio al Gobierno Nacional en 2005, implicó
un cambio en las pautas de restricciones y oportunidades políticas, promoviendo una
mayor acción colectiva de los trabajadores de Bella Unión (Panizza, 2012). En este
contexto en el año 2006 en el marco de la implementación del proyecto sucroalcoholero,
las organizaciones sindicales y sociales de la zona reclamaban la participación activa de
los trabajadores en la reactivación industrial, integrando a los trabajadores en los
directorios de CALNU, GREENFROZEN, CALAGUA, CALVINOR y CALPICA,
advirtiendo los riesgos de un sistema productivo basado en el monocultivo de la caña de
azúcar. Así como la adquisición de tierras baldías o improductivas por parte del INC,
para su adjudicación a grupos de asalariados.
La efectiva implementación del proyecto sucroalcoholero con la creación de ALUR, no
contempló las demandas de los trabajadores. El accionar estatal no cambió la desigual
distribución de la tierra y en un comienzo el Proyecto sucroalcoholero relegó totalmente
a los trabajadores de la posibilidad de participar en la producción de caña, en la medida
que se exigían requisitos que éstos no poseían. (Echeverriborda, 2007). Al mismo
tiempo desde el año 2005 el grupo de trabajo de la SCEAM (Servicio Central de
Extensión y Actividades en el Medio- Universidad de la República) en Bella Unión,
40
venía desarrollando un ciclo de talleres de formación sobre cooperativismo y
asociativismo.
Es en este escenario que el 15 de enero del 2006 un grupo de trabajadores nucleados en
UTAA, la Asociación de Pequeños Agricultores y Asalariados Rurales de Bella Unión
(APAARBU)5 y el Sindicato de Obreros de CALNU Artigas (SOCA) protagonizaron la
ocupación de dos fracciones de 32 hectáreas de tierra en Colonia España, una chacra
situada a pocos metros del ingenio de ALUR, a la altura del kilómetro 644 de la ruta Nº
3 (Merenson, 2010a). Con la medida, los trabajadores reclamaban una política de
tierras acorde a las necesidades y los intereses de los asalariados y pequeños
productores rurales; procurando la consumación de un proceso de reforma agraria
(Echeverriborda y Moraes Obregón, 2010).
Así, el tradicional reclamo de “tierra pal que la trabaja” en los más de 40 años de
existencia de UTAA no cuajó en experiencias concretas y significativas de acceso a la
tierra, hasta que se produce la primera ocupación efectiva en 2006 (Díaz Estéves, 2009).
En el comunicado público del 15 de enero del 2006 las organizaciones de trabajadores
expresaban:
“En posesión de la tierra, podemos trabajar todos los días, comer, levantar nuestras
casas, atender la salud y el bienestar de nuestras familias, educar bien a nuestros hijos.
¿Es acaso delito luchar por defender el primer derecho del hombre, de la mujer, que es
el sagrado derecho a la vida? (UTAA –SOCA- APAARBU. Comunicado público 15 de
enero del 2006. En Echeverriborda y Moraes Obregón, 2010, p. 4)
El proceso de ocupación se prolongó casi un año, tiempo durante el cual se realizaron en
el predio una serie de cultivos hortícolas y se sembraron las primeras 8 hectáreas de
caña, gracias a recursos provenientes del apoyo solidario de organizaciones sociales. Al
cumplirse seis meses de la ocupación se realizó una Jornada sobre Políticas de Tierra,
donde diversas organizaciones sindicales y sociales discutieron el proceso de ocupación
que se venía desarrollando, como una forma de combatir la zafralidad y la desocupación
(Echeverriborda y Moraes obregón, 2010). El proceso finalmente desencadena la
posterior adjudicación de las tierras ocupadas a la empresa ALUR la cual otorgaría los
5La Asociación de Pequeños Agricultores y Asalariados de Bella Unión (APAARBU) creada en 2005
nuclea a pequeños productores familiares y asalariados rurales que se desprendieron de UTAA.
41
derechos de uso de las fracciones a una cooperativa formada por trabajadores de la
UTAA, constituyéndose así la Cooperativa 15 de Enero. En el predio también se
estableció la base física de un programa de formación para los asalariados y pequeños
productores de la zona, cogestionado por la Universidad de la Republica a través del
Centro de Formación Popular y las organizaciones sindicales locales (Panizza, 2012).
En enero del 2007, un grupo de pequeños productores lecheros de la zona, denominados
grupo Mandiyú, realizan la ocupación de una fracción de tierras de la Colonia Eduardo
Acevedo en reclamo de tierras para pastoreo de su ganado e infraestructura para
lechería. El reclamo implicaba la diversificación productiva, en un escenario de fuerte
impulso a la caña de azúcar a través del proyecto de ALUR.
Las dos ocupaciones de tierras que se sucedieron en Bella Unión en 2006 y 2007,
implicaron un conjunto de acciones políticas y públicas por parte de los sindicatos
participantes; que en ambos casos involucran más que el acceso a la tierra, también se
reclama el apoyo del Estado a los trabajadores (a través del INC por ejemplo) para
acceder a subsidios que permitan trabajarla.
Es en este contexto que a mediados del 2007 comienza a funcionar la Comisión de
Políticas de Tierra, integrada por diversos sindicatos de la zona, el Ministerio de
Ganadería, el Instituto de Colonización y la Universidad de la República; orientada en
principio a articular las demandas por tierra con la disponibilidad de tierras
(Echeverriborda y Moraes Obregón, 2010).
En este sentido, en los últimos años el INC no solo ha adquirido mayor cantidad de
tierras sino que ha venido desarrollando nuevos modelos colonizadores, además de las
fracciones individuales que componen las colonias, se ha hecho énfasis en la formación
de soluciones colectivas atendiendo a diversas formas asociativas de pequeños
productores y asalariados rurales (Chiappe, y Espasandín 2014). Es así que en el marco
de la Comisión de Políticas de Tierra se trabaja durante los años 2008 y 2009 para la
adjudicación de tierras en lo que más tarde constituirá la Colonia Raúl Sendic
Antonaccio, no obstante la comisión deja de reunirse a fines del 2009 y las tierras de la
colonia Sendic son efectivamente adjudicadas a comienzos del 2010. (Panizza, 2012).
A pesar de la desarme de la Comisión, en tanto espacio de dialogo entre
organizaciones sociales y estatales; desde el sindicato de UTAA se continúan con la
organización de una comisión de tierra en la esfera del accionar del sindicato.
42
En este marco, el acceso colectivo a las tierras en el área de Pay Paso, es un acceso
mediado por el sindicato de UTAA, dado que el plan de colonización preveía la
adjudicación de tierras a un colectivo de trabajadores formado a partir de UTAA. No
obstante ni todos los actuales adjudicatarios pertenecían al sindicato o a su Comisión de
Tierras, sino que su integración obedeció a la necesidad formal impuesta desde el INC
de integrar la Comisión de Tierras del sindicato. Así la colonia en tanto espacio social
nuclea a un conjunto de individuos con grados distintos de integración e interacción,
pero que construyen en tanto colectivo una serie de discursos y prácticas en torno a la
conformación de la colonia (Chiappe y Espasandín, 2014)
El plan de colonización, orientado fundamentalmente a otorgar tierras a grupos de
colonos organizados en cooperativas u otras asociaciones y en el caso de Bella Unión
centrado en la producción de caña de azúcar para su posterior venta a ALUR; se
presenta para muchos de nuestros interlocutores como la única alternativa posible a la
zafralidad, asegurándose así un salario estable todo el año:
Yo trabajo en la zafra, y hago seguro un año si, un año no, este año ya no hice seguro, y
por yo estar involucrado en el sindicato changa, no consigo, no conseguís changa en
ningún lado…Y sabes que vas a tener en Pay Paso trabajo seguro todo el año, que si
vos haces bien las cosas, no te digo que te vas a quedar millonario pero vas a vivir un
poquito más cómodo. Y ta, y no quiero lujos tampoco, yo me pongo una meta y hasta
que no llego no descanso y ahora la meta es quedarme tranquilo noma, ya me cansé de
andar de un lado pal´ otro, y yo cuando me fui pasaba un tiempo, en Montevideo, un
tiempo acá, un tiempo para allá… y digo eso te cansa.
La dependencia casi total respecto de ALUR que tienen estos emprendimientos
cooperativos, tanto para la obtención de maquinaria y transporte, como del sistemas de
riego, genera una situación dual; por un lado los trabajadores son considerados en tanto
productores –ya que ahora poseen el recurso tierra-. Por otro lado, en los hechos los
colonos son tan dependientes de ALUR como los obreros del ingenio, ya que no
disponen de capital económico, transformándose así en lo que varios de mis
interlocutores mencionaron: peones baratos de ALUR. En definitiva la obtención de la
tierra no implicó la construcción de una propuesta contra-hegemónica (Pereira, 2011, p.
253).
Así lo relató uno de los entrevistados:
43
Nosotros teníamos un concepto, una idea respecto al acceso a la tierra de ir generando
una cosa diferente a lo que es el modelo dominante. Y en todas las experiencias de
acceso a la tierra repetimos exactamente el modelo.
No obstante, el discurso de los actores técnicos se contrapone a esta idea de nuestros
anfitriones de transformarse en meros peones de ALUR:
No, yo no lo veo así…digo ta… creo que tiene una bruta ventaja que tengan la
producción vendida, la venta asegurada, eso ningún rubro te lo da. Es un negocio que
está recontra protegido para el lado de ellos y quieras o no tiene mil facilidades (…) No
son empleados de ALUR, son proveedores de materia prima, que ta, obviamente tenes
que producir en las reglas de ellos (ALUR), pero bueno como en cualquier rubro, es
como que me digas que los ganaderos son empleados del frigorífico, no. Creo que de
hecho el cambio lo ves, para mi es notorio el cambio de ser peludos a ser colonos.
La conformación de la colonia en las tierras de Pay Paso, se constituye como parte de
este conjunto de experiencias prácticas y simbólicas de lucha por la tierra (Panizza,
2012), donde la adjudicación de tierras a colectivos de peludos, supone una forma
inacabada y compleja de inserción de estos colectivos en el proyecto sucro-alcoholero.
44
II Trabajo de campo, la labor etnográfica
Toda etnografía en tanto proceso articula conocimiento y emotividad, perdida y
enriquecimiento (Cardoso de Oliveira, 2007), así la labor etnográfica se constituye a
partir de una serie de vivencias, relatos, anécdotas, encuentros y desencuentros, entre
nosotros y los otros, producto del estar ahí.
II.1 Estar ahí
Dado que la presente investigación se desarrolla en el marco de la finalización de la
Licenciatura en Ciencias Antropológicas, la misma se constituye como una
aproximación etnográfica. Esto es, una forma particular de aproximación a la realidad
social, que implica en la ejecución del trabajo de campo el estar ahí. Forma de trabajo
que se inaugura como método de investigación a inicios del siglo XX con las
investigaciones de Malinowski, el estudioso debe (…) colocarse en buenas condiciones
para su trabajo, es decir, lo más importante de todo, no vivir con otros blancos, sino
entre los indígenas (Malinowski, 1986 [1922], p. 24), ya que solo estando ahí, será
posible captar los imponderables de la vida real (Malinowski, 1986 [1922]).
Desde entonces, el trabajo de campo se constituye como una especie de rito de paso,
necesario para transformarse en antropólogo (Rabinow, 1992). Así pues lo que ha
caracterizado a la labor del antropólogo es la forma peculiar de trabajo de campo y no
tanto las problemáticas que la disciplina aborda. (Geertz, 2001, p.91)
Si la práctica etnográfica consiste en una forma de descripción o representación de lo
que los otros piensan y dicen, el tipo de descripción que implica corresponde a lo que
suele llamarse de interpretación, esto es una descripción densa (Guber, 2001). Esta
descripción densa, a diferencia de la descripción superficial basada en criterios externos
y sin entrar en dialogo con los sujetos de estudio, se constituye como el cometido de la
práctica etnográfica en tanto forma de descripción- interpretación que se construye en el
dialogo con los otros, siendo pues uma hierarquia estratificada de estruturas
significantes. (Geertz, 2008, p. 17)
El estar ahí, implicó la realización dos temporadas de trabajo de campo en Bella Unión.
La primera durante la primavera del 2014 y la segunda durante el verano y comienzo
45
del otoño del 2015; así para mi primer estadía en la ciudad la zafra estaba casi
extinguiéndose, mientras que la segunda estadía trascurrió entre el período de entre
zafras y el inicio de la zafra 2015.
Aprendemos con el cuerpo, ya que el orden social se inscribe en el cuerpo (Bourdieu,
1995); y en definitiva lo que hacemos al hacer etnografía es poner el cuerpo; ya que es
imprescindible someterse al fuego de la acción in situ, para adquirir las competencias
necesarias que nos ayuden a penetrar lo máximo posible en esta forma de estar en el
mundo, que implica el fenómeno social estudiado (Wacquant, 2006, p.16). Someterse
al fuego de la acción in situ, implicó tomar parte en diversas actividades de la vida
cotidiana de nuestros interlocutores, participando así de un repertorio de actividades que
incluyeron: las reuniones de la Comisión de Tierras de UTAA, diversas asambleas
realizadas en el sindicato, instancias de negociación con el INC y ALUR, reuniones del
Centro de Formación Popular (coordinadas por SECEAM -UDELAR), participar de
las audiciones radiales del sindicato; así también como una vez adjudicadas las tierras
en Pay Paso acompañar a nuestros interlocutores en sus jornadas de trabajo en la
colonia; participando igualmente del día a día de nuestros anfitriones: largas charlas en
sus casas, mates compartidos, festejos, cumpleaños, comidas, partidos de fútbol, etc. En
este sentido fueron también de utilidad las llamadas redes sociales: Facebook, skype y
whatsapp; estas sirvieron como herramientas de contacto y comunicación con varios de
nuestros interlocutores, durante los períodos que no realizamos trabajo de campo estas
herramientas nos permitieron mantenernos al tanto de la vida cotidiana de nuestros
anfitriones y los acontecimientos relativos a Pay Paso. En definitiva, nuestro oriente
etnográfico trató más de un entramado que de un topos específico. (Guigou, 2010: 123)
El trabajo de campo, es de hecho un trabajo de producción de la realidad social; los
relatos de los cuales se nutre esta etnografía son reflejo de esa producción, algunos
resultado de conversaciones informales, otros de las notas de campo, los otros producto
de entrevistas realizadas, pero en última instancia todos ellos construcciones generadas
en nuestras interacciones con los otros y cuyo valor depende de esto. Lo que constituye
el trabajo de campo son las anécdotas, las parábolas, los cuentos, las mini-narrativas con
el narrador dentro de ellas (Geertz, 2012, p. 59)
En ese sentido, la labor etnográfica es reflexiva; en tanto el investigador construye en su
interacción con los otros la realidad a la cual intenta aproximarse. La reflexividad en el
46
trabajo de campo debe ser entendida en tanto la toma de conciencia del investigador
sobre su persona y los condicionamientos sociales, políticos, intelectuales, de género,
etarios, de pertenencia étnica y clase social, que son parte del proceso de conocimiento.
(Guber, 2001, p. 48). Durante el trabajo de campo la reflexividad del investigador entra
en relación con la reflexividad de sus interlocutores nativos y es en este encuentro de
reflexividades que tiene lugar la producción de conocimiento. Así la legitimidad del
estar ahí proviene de que solo estando ahí, es posible realizar el tránsito de la
reflexividad del investigador a la reflexividad de sus interlocutores. (Guber, 2001, p. 53)
De este tránsito de reflexividades fue parte el traslado del lugar de residencia
establecido en una primera instancia en una casa que alquila la Universidad ubicada en
el centro de la ciudad; a la casa de una de mis anfitrionas, ubicada en el barrio Sur,
generándose así un mayor adentramiento en la dinámica del pueblo, varios de mis
interlocutores cercanos se trasformaron en vecinos. Esta mayor interacción colaboró en
una aprensión más cabal de las pautas y prácticas de socialización, las formas de
presentarse en la vida cotidiana y las representaciones sociales de mis anfitriones, dado
que como señala Geertz:
O que o etnógrafo enfrenta de fato (…) é uma multiplicidade de estruturas conceptuais
complexas, muitas delas sobrepostas ou amarradas umas ás outras, que são
simultáneamente estranhas, irregulares e inexplícitas, e que ele tem que, de alguma
forma, primeiro aprender e depois apresentar. (Geertz, 2008, p. 20)
El trabajo de campo etnográfico, implica en sí mismo una forma muy estrecha de
relacionamiento con nuestros interlocutores (Cardoso de Oliveira, 1998). El estar ahí,
envuelve la presencia del investigador en el campo, esto es la presencia de su yo cultural
(Rabinow, 1992) y emocional. Lograr un alto grado de confianza e intimidad con
nuestros anfitriones nos permitió acceder a sus relatos, opiniones y experiencias: a su
realidad desde cerca, a aspectos de su vida que de no ser producto una relación de
estrecha cercanía no hubiese sido posible acceder; no obstante también implicó la
imposibilidad de mantenerse al margen, al margen de su universo de significación, de
sus vidas cotidianas, sus intereses, sus dilemas y conflictos.
47
Así lo relata Evans-Pritchard en uno de los pasajes de su obra cuando refiere a sus dos
trabajos de campo entre los Azande y los Nuer:
Precisamente porque viví en estrecho contacto con los nuer, tuve con ellos más
intimidad que con los azande (…) Los azande no me permitieron vivir como uno más
entre ellos; los nuer, sin embargo, no me dejaron vivir al margen de ellos. (Evans-
Pritchard, 1940. En Clifford y Marcus, 1991, p. 141)
Comprender lo que nuestros interlocutores “realmente son”, es decir comprender la
forma en que se nos presentan (Goffman, 1997), no depende tanto de nuestra sensación
de haber sido aceptados por el grupo, e incorporados a él, ya que esta sensación tiene
que ver con nuestra propia biografía no con la de ellos. Lograr esta comprensión tiene
más que ver con nuestra habilidad de captar los modos de expresión de nuestros
interlocutores, es decir comprender, sus sistemas de significación. (Geertz, 1998, p. 107)
Ahora bien, en la elaboración del texto etnográfico, no son estos sistemas de
significación per se lo que se ponen de manifiesto, sino una construcción ficcional
(Geertz 2008 [1973], Clifford y Marcus, 1991) que incluye las experiencias en el
campo, las conceptualizaciones teóricas, la subjetividad del investigador y la forma en
que estos elementos se relacionan entre sí. El proceso etnográfico en tanto complejo,
dialogal y polifónico es convertido en historia como forma de crear el texto etnográfico
y en ese nivel es que se manifiesta lo alegórico en tanto práctica de textualización
(Clifford y Marcus, 1991, p. 167)
El desafío más grande que enfrenta la etnografía como texto es el hecho de representar
en un texto simple, lo múltiple (Clifford y Marcus, 1991, p.242), integrando en una
única historia una serie de eventos dispersos, tejiendo una trama de significación
(Ricoeur, 1994). La elaboración del texto etnográfico implica ante todo hallar el punto
preciso desde el cual establecer el discurso. O sea hallar el punto en el que le sea posible
al investigador encontrarse cara a cara con el otro, sin perder la visión de su propio
rostro (Pratt En Clifford y Marcus, 1991, p. 68), en definitiva toda etnografía es en un
sentido amplio tan poética como ficcional (Geertz, 1989), ya que en tanto narrativa, la
etnografía implica la representación ficcional de una acción, es decir el tejido de una
intirga (Ricoeur, 1994).
48
Así, la forma en que aquí se presenta: el acceso a las tierras de Pay Paso, la
conformación del colectivo de colonos, la vida cotidiana de nuestros anfitriones y las
dinámicas del pueblo; en tanto forma de narrar; define y delimita aquello que
presentamos en el texto (Geertz, 2012). Se evocan recuerdos, memorias y relatos de
nuestros interlocutores que se hacen presentes en la forma de devenir-imagen, porque el
recuerdo solo puede configurarse en imágenes (Ricoeur, 2008, p. 22), imágenes de sus
luchas, de sus historias, de sus aconteceres.
II.2 Familiarizar lo extraño: La Bella y sus derroteros
Você não penetra, exatamente em outro cultura, como a imagen masculinista insinuaria. Você
se coloca no caminho dela, que então o envolve e enreda. (Geertz, 2012, p. 43).
Llegar a un lugar, en este caso a Bella Unión es al decir de Geertz una experiencia
palpable en tanto que sentida en la piel y penetrante lo suficiente como para ser
experimentada debajo de la piel (Geertz, 2012, p. 26).
Transformar lo exótico en familiar y lo familiar en exótico (Da Matta, 1978) es la doble
tarea que caracteriza a la labor etnográfica; en un sentido, Bella Unión, sus moradores,
y sus historias, nos resultan familiares, en tanto ellos como nosotros pertenecemos a un
mismo macro mundo social. No obstante en otro sentido, tan real como el primero, el
norte olvidado, nos resulta extraño, diferente, exótico. Las acciones de nuestros
interlocutores, sus formas de comprarse, de ver el mudo, responde a las estructuras de
significación en las que están inmersos y de las que forman parte, significaciones que
permiten varias escrituras y sobre todo varias lecturas que se juegan precisamente en la
interpretación (Ghasarian, 2008, p.19). Muchas veces escuché la expresión así somos en
Bella Unión, nosotros somos así, en referencia a determinadas prácticas de mis
anfitriones que de hecho me resultaban ajenas. Al decir acá somos así, estos sujetos,
estaban diciendo; nuestras prácticas se corresponden con las disposiciones sociales que
internalizamos a través de nuestros habitus (Bourdieu, 1995); o mejor aún esta
explicación posible es la que encontramos para dar cuenta de estas experiencias surgidas
en el trabajo de campo.
49
En medio de prácticas, gustos y formas propia de otros habitus, de otros campos hasta
entonces desconocidos, existía el deseo por momentos presente por momentos oculto de
regresar a casa, es decir al mundo social cuyas reglas del juego – para tomar una
expresión de Bourdieu- conocía.
Esta sensación de incomodidad, tan característica de la escena etnográfica (Barley, 2004
[1983]), paulatinamente se fue transformando, y aquellas prácticas que nos resultaban
tan ajenas, al comienzo, en algún sentido fueron incorporadas a nuestro universo
simbólico, en algún sentido, al igual que nuestros anfitriones las “naturalizamos”, y se
convirtieron así en otro mundo, en otra forma posible. Tomando las palabras de
Malinowski, (…) empecé a tomar parte de alguna manera en la vida del poblado, a
esperar con impaciencia los acontecimientos importantes o las festividades, a tomar
interés personal por los chismes y por el desenvolvimiento de los pequeños incidentes
pueblerinos. (Malinowski, 1986 [1922], p.25)
La entrada al campo fue mediada por el Centro de Formación Popular y los docentes de
Extensión Universitaria que forman parte del Centro. El primer día en la ciudad luego
de un interminable viaje de 8 horas en el Norteño (única compañía de ómnibus que hace
el recorrido directo Montevideo-Bella Unión) comenzó con la visita a la Chacra Escuela
15 de Enero, donde conocí a dos históricos dirigentes de UTAA uno de ellos además
supo ser secretario de Sendic durante el tiempo que el líder campesino permaneció en
Bella Unión. Ese mismo día también conocí a quienes se trasformarían posteriormente
en parte de mis interlocutores más cercanos, algunos de los compañeros del por
entonces proyecto de Pay Paso.
La distancia que separa la chacra escuela del centro de la ciudad son aproximadamente
30 kilómetro. Con el tiempo aprendí que estar en la ciudad de Bella Unión es en
categorías nativas estar en el Pueblo o en la Bella, ir a la Chacra Escuela 15 de Enero es
ir a la 15, la colonia Eliseo Salvador Porta, ese nombre tan rimbombante no es más que
Pay Paso, algunos de los barrios de la ciudad como Las Piedras o Las Láminas, son el
pueblo Las Piedras y el pueblo Las Láminas, el área de viviendas del Plan Juntos, es
simplemente el Farolito. Mi propio barrio Sur, es en realidad el Barrio Extensión Sur-
núcleos de viviendas evolutivos- más conocidas como las viviendas de los inundados
(dado que su origen se debe a un plan estatal con financiamiento extranjero para la
50
construcción de viviendas para familias que vivían en las zonas inundables próximas la
Rio Uruguay).
8. Entrega de viviendas a inundados, 48 familias fueron las
beneficiarias. Semanario Encuentro del Norte. 10 de junio de 1995. Año 3 número 158, página 9.
La labor del antropólogo no consiste en estudiar la aldea sino en la aldea (Geertz,
2008), en este sentido nuestro trabajo de campo se inscribe en la ciudad de Bella Unión
en tanto espacio social y simbólico. Ciudad cuyo paisaje cotidiano está marcado por
cientos de hileras de caña de azúcar que se extienden más allá de la vista, el ir y venir
de los camines que llevan la caña desde las chacras hasta el ingenio de ALUR, el olor a
la vinaza6 que penetra en el aire y las cenizas de la caña recién quemada que se
esparcen por el ambiente durante la zafra.
En la medida que comenzamos a alejarnos del centro de la ciudad para adentrarnos en
sus distintos barrios, las calles dejan sus prolijas formas de asfalto para transformarse en
sinuosos caminos de tierra y pedregullo. También el clima parece dar un respiro y
permite correr una brisa fresca entre los campos que rodean los barrios periféricos, y
que son un desahogo al calor agobiante de las calles del centro cercadas de
construcciones.
6Residuo liquido obtenido en el procesamiento industrial de la caña de azúcar.
51
9. Barrio Sur- Bella
Unión. Febrero del 2015.
Todos en la ciudad, que contabilizando los barrios periféricos cuenta con unos 12.200
habitantes7, tienen alguna conexión con la economía del azúcar. ¿Quién no ha trabajado
alguna vez cortado caña, aplicando herbicidas, desmalezando o regando? ¿Quién no
tiene algún familiar cercano, que haya trabajado en el ingenio de ALUR en la época que
era de CALNU?, ¿quién no conoce a los choferes de los camiones que transportan
caña, o de los ómnibus que transportan diariamente a los peludos para el trabajo? En
definitiva, la economía de la ciudad está ampliamente organizada en torno a la
actividad cañera, lo cual impacta directamente en la vida del pueblo y sus habitantes.
Así pues, la vida cotidiana de nuestros interlocutores más cercanos, está fuertemente
atravesada por la caña de azúcar:
Acá, el pueblo de Bella Unión, lo que tenemos es la capital del azúcar y eso es lo que
mueve todo, mueve la fábrica de ALUR, mueve los peludos en las chacras, mueve el
campo, mueve todo; las almacenes, los supermercados, todo gira alrededor de ALUR,
de esa fábrica. La mayoría. Porque otro tipo de trabajo no hay acá, es caña nomás, y si
hay otro tipo de trabajo de invernáculo y todo es miseria, no es nada.
La vida en el pueblo cambia bastante a partir de marzo, con el inicio de las clases; en
las mañanas, al medio día y en las tardes el ir y venir de escolares y liceales atesta las
calles del centro.
712.200 habitantes es la cantidad de población relevada en base al Censo Nacional del año 2011. INE-
http://www.ine.gub.uy/censos2011/resultadosfinales/artigas.html.
52
10. Escuela
de tiempo completo Nº 92- Barrio Sur. Febrero del 2015.
No obstante, la ciudad despierta verdaderamente a partir de junio, cuando comienza la
zafra de cosecha de la caña de azúcar. Los comercios aumentan sus ventas, los boliches
nocturnos llegan a su capacidad máxima los sábados a la noche, ya que el viernes a la
tarde o el sábado en la mañana los peludos reciben su paga semanal. Y toda la vida en la
ciudad parece dinamizarse.
Para los días en que comenzó mi estadía de campo en Bella Unión, el grupo de
aspirantes a tierras de Pay Paso estaba bastante fragmentado; malestares, rispideces
internas, enojos, tensaban las relaciones entre unos y otros, para algunos de nuestros
anfitriones existen dentro del colectivo dos sub grupos; en términos nativos la barra de
la pesada y los otros, estas definiciones correspondían a uno de nuestros interlocutores
que integraba la que él definió como La barra de la pesada, la que no se come lo que
manda ALUR y el Instituto. A medida que la estadía se prolongaba, y fundamentalmente
a causa de encuentros y desencuentros personales, logre acercarme más a estos otros,
que en las primeras semanas de campo me resultaba ajenos, a pesar de compartir las
reuniones de la Comisión de Tierras poco más que eso era mi contacto con este grupo
de interlocutores que fueron los primeros en entrar a trabajar a la cooperativa, una vez
que esta se constituyó formalmente y Colonización entregó las tierras a fines del año
pasado. Así que mi interés por estar ahí, en las jornadas de trabajo en la chacra, en el día
53
a día de los cañaverales de Pay Paso, hizo posible mi acercamiento a este otro grupo de
interlocutores que con el tiempo se trasformaron en tan cercanos como los primeros.
Los primeros días de mi estadía en el pueblo trascurrieron entre mi interés por lograr
incorporarme a las distintas actividades que desarrollaban mis interlocutores, la
curiosidad de estos sobre mi trabajo y mi capacidad para adaptarme a una ciudad que en
mucho se parecía a aquella pequeña ciudad del interior paulista donde el año anterior
había sabido vivir unos meses. La abundancia de productos brasileros en los mercados,
la cercanía de la Barra do Quaraí8 lugar preferido de mis interlocutores para realizar las
comprar por sus precios bajos, la música brasilera funk y sertanejo mayoritariamente
que se oía casi en exclusivo en los boliches del pueblo, me hacían recordar esos
tiempos, en Araraquara, lo cual favoreció mi capacidad para adaptarme a Bella Unión.
También fue en estos primeros días que conocí a quien se trasformaría en una gran
amiga y consejera, Elsa, profesora de Historia y Ciencias Económicas, docente en los
dos liceos locales. Nuestros criterios afines hacían posible sentirme en su casa por
primera vez, yo misma, abandonando el ropaje de etnógrafa, que tan rígidamente me
había impuesto al principio. Mi relación creciente con Elsa y su familia, de la cual
terminé sintiéndome parte, me permitieron adentrarme en el campo con mayor soltura,
logrando poco a poco abandonara el grabador y la libreta de apuntes que los primeros
días parecían una parte más de mi cuerpo y comenzar a ver, escuchar, sentir e
involucrarme con lo que pasaba en Bella Unión. Durante mi segunda estancia en el
campo diferentes circunstancias dieron lugar a la posibilidad de vivir en la casa de Elsa
en el barrio Sur, lo cual me permitió transformarme en vecina de muchos de los
cooperativistas de Pay Paso. Conocer a Elsa y a su familia fue una experiencia fortuita,
que se trasformaría en una de mis grandes ganancias personales durante mi permanencia
en Bella Unión, había ganado amigos, verdaderos amigos:
Llegamos al barrio Sur, era domingo, como las cuatro de la tarde, había llovido, todo
estaba embarrado; no había nadie afuera, probablemente estaban durmiendo la siesta.
Solo una casa se veía con gente y allí entramos, era la casa de Raúl y Elsa.
Raúl es colono en la Sendic, pertenece a uno de los grupos que funciona mejor y que ha
obtenido mayores ganancias, Elsa es profesora de economía e historia de los dos liceos
8 Ciudad de Rio Grande do Sul -Brasil, limítrofe con Bella Unión.
54
de Bella Unión (uno de ciclo básico y el otro de bachillerato) además de dar clases en
el pueblo cercano de Tomas Gomensoro (a 20 km).
Por primera en la casa de Raúl y Elsa me sentí a gusto; es decir desde mi llegada
estuve a gusto, pero no había logrado hasta el momento desprenderme de mi rol de
“etnógrafa”, pero con Elsa y Raúl era distinto, allí era solo Magdalena, tal vez porque
sentía desde que los conocí que teníamos cosas en común, formas de pensar,
pertenecías de estatus etc., o por su amabilidad, pero entre mates, whiskies y una
picada pasamos la tarde conversando sobre mi trabajo. Elsa me hizo varias preguntas
relativas a la estructura de mi proyecto de investigación, objetivos, hipótesis previas,
métodos cualitativos o cuantitativos etc., así que por un rato conversamos en términos
diferentes a los que converso con la mayoría de mis interlocutores en Bella Unión.
(Notas de diario de campo)
En el barrio Extensión Sur, viven parte de mis anfitriones, así que una vez que mudé mi
lugar de residencia para la casa de Elsa, era frecuente encontrarme con varios de los
colonos en la calle, en la casa de algún vecino o en el almacén. Las dos almacenes que
se ubican a una distancia de unos pocos metros una respecto de otra, son no solo el
principal punto de abastecimiento de comestibles, bebidas, productos de higiene,
medicamentos, ropa, calzado y accesorios, sino además centros indiscutidos de chismes,
allí en torno a ellas, en medio de las calles de tierra trascurre la vida cotidiana del barrio.
El día amanece con el bullicio de los niños que ingresan a la escuela de tiempo
completo recientemente inaugurada, para esta hora de la mañana la mayoría de los
hombres ya emprendió camino a las chacras para trabajar. Durante el verano, el medio
día es el horario para permanecer adentro, el calor es insoportable y las calles quedan
desiertas hasta la tardecita cuando comienza a bajar el sol. En las noches previas a la
celebración del carnaval, el paseo vespertino preferido por todos es ir a ver los ensayos
de la comparsa del barrio.
Entusiasmada por participar con mis interlocutores de cuantas actividades ellos me
permitieran, asistí a partidos de fútbol, compartí mates y comidas, comencé a
integrarme a las reuniones de la Comisión de Tierras, a las audiciones radiales del
sindicato y a varios ámbitos de la vida cotidiana de mis anfitriones. Poco a poco logré
integrarme a la cotidianidad de la ciudad, lo cual significó, frecuentar los diversos
espacios sociales que frecuentan mis anfitriones, compartiendo con ellos momentos de
55
lucha, como lo fueron los días del bloqueo a la planta de ALUR, instancias de trabajo,
en las reuniones de la Comisión de Tierras y en las jornadas en Pay Paso y diversos
espacios de recreación.
La chacra, el sindicato, el barrio, el carnaval, la cancha de fútbol, son espacios sociales
que integran la vida de nuestros interlocutores y en los cuales entran en juego
disposiciones, habitus, prácticas y estructuras simbólicas, que configuran el ser y hacer
de estos sujetos. En estos micro mundos sociales trascurren sus vidas cotidianas y la
cuestión del acceso a las tierras de Pay Paso atraviesa trasversalmente dichos espacios,
los permea. El acceso a tierras para trabajarlas, se vincula inexorablemente con la
preocupación por la zafralidad y esta es una cuestión presente en todos los ámbitos de la
vida de nuestros interlocutores; esperan ansiosos la llegada de la zafra aunque
consientes de los tiempos de sacrificio y agobio que viene por delante; sufren en sus
cuerpos y en sus almas el tiempo de entre zafras donde casi ninguna estrategia parece
ser suficiente para parar la olla. Así acabar con la zafralidad es su gran anhelo y es en
este sentido que el acceso a la tierra es la vía posible de cumplir un sueño (Wacquant,
2006)
Algunos de los espacios por los que transcurrí en el pueblo junto con mis anfitriones, (lo
del Gallego, el carnaval, los campeonatos de fútbol, las audiciones radiales del
sindicato, las reuniones de la Comisión de Tierras, las jornadas en la colonia, las
festividades, las tardes en el barrio, etc.) forman parte de esos lugares y prácticas
propias de la vida cotidiana en la Bella, no obstante la forma en que yo me integraba a
estos espacios, interpelaba a mis anfitriones:
¿Qué es en definitiva lo que hace un antropólogo?, preguntaban varias veces mis inter-
locutores, ¿todos eligen como vos cosas del campo?, ¿se fueron a vivir también tus
compañeros lejos de sus casas? preguntaban otros. Yo no sabía bien como explicar que
es en realidad lo que se supone hace un antropólogo y sentía que mi involucramiento
tan profundo con la vida en el pueblo, mis amistades, mis salidas de boliche; desacre-
ditaban lo que se supone estaba haciendo allí. En definitiva solo me interesaba por la
vida de la gente, iba a la chacra algunos días y ayudaba en los trabajos, pero todo eso
parecía para ellos más que una metodología de investigación, que una práctica de
campo, unas vacaciones lejos de casa. (Notas del diario de campo)
56
II.2a Lo del Gallego
Lo del Gallego es el nombre con que todos en el pueblo conocen a la Whiskería9
Maliquibú, la única que hay en Bella Unión y cuyo dueño es apodado el Gallego.
Prácticamente todos en la ciudad han frecuentado alguna vez lo del Gallego, hombres de
todos los estratos sociales conocen bien este lugar, sin embargo las mujeres que lo
frecuentan (exceptuando las que allí trabajan), pertenecen mayoritariamente a los
sectores populares. Tal vez ese sea el motivo por el cual uno de mis interlocutores al
saber de mis planes de conocer lo del Gallego me increpó -¿por qué no vas a lo de Elsa
mejor? lo del Gallego no, eso no es un lugar para vos- Para él, la casa Elsa, la profesora
de historia, parecía ser el tipo de lugares que eran “para mí”. Y lo del Gallego, estaba
claro, no era un lugar para mí, este sujeto no fue el único que se notó sorprendido con
mi visita a lo del Gallego, prácticamente todos mis interlocutores consideraron mi
presencia allí innecesaria. El asombro de mis anfitriones, se inscribe en las lógicas de
relacionamiento entre hombres y mujeres y lo que por consiguiente es esperable del
comportamiento de unos y otros, lógicas marcadas por la dominación masculina en
tanto forma paradigmática de la violencia simbólica; violencia que es ejercida sobre un
agente social con la anuencia de este, dado que se desconoce como violencia (Bourdieu,
1995, p. 120).
Supongo que lo del Gallego debe ser como todas las whiskerías aunque yo nunca había
entrado a una, así que para mí fue todo una novedad.
Entré junto con Eugenia, las luces violetas y rojas, me mareaban un poco, sumado a la
cerveza que nos invitó el Malevo luego de desafiarnos a las dos a hacer fondo blanco
con un vaso rebosante de cerveza, primero lo hizo Eugenia sin dificultad, luego era mi
turno, por supuesto ni Eugenia ni el Malevo le tenía fe a como ellos decían la chic de
la universidad, pero para su sorpresa y la mía propia, bebí la cerveza sin parar más
rápido que nuca y hasta dejar el vaso vacío. Así, que a partir de ahí las cervezas
invitación del Malevo no pararon de llegar.
9Local comercial donde se despacha whisky y otras bebidas alcohólicas y que también opera como
burdel.
57
Al poco tiempo de estar en el lugar, llegaron el Gallego y su esposa, ella debe tener
unos 40 años, él unos 60 largos. Estacionaron su lujoso auto en la puerta y entraron, mi
anfitriona rápidamente me los presentó, diciéndoles que yo venía de la Universidad y
deseaba conocer el lugar.
La noche trascurrió tranquila, sentadas en la barra bebíamos cerveza y conversábamos
con Malevo, el Gallego y su esposa sobre la vida en la pueblo. A nuestras espaldas, la
noche en la whiskería trascurría igual que siempre. (Notas del diario de campo)
II.2b La llegada del carnaval
Así como para Geertz Bali se revela en una riña de gallos, en tanto en estas
celebraciones se revela lo que es ser realmente un balines (Geertz, 2008, p. 283), así
mismo se revela Bella Unión en carnaval, en tanto celebración que de una u otra forma
involucra a todos en el pueblo. Las semanas previas a la realización de la gran fiesta
están marcadas por los rituales cotidianos de ensayo de las diferentes comparsas que
saldrán en el desfile. Para entonces, ya me había mudado a la casa del Elsa en al barrio
Sur y todas las noches se colaba por las ventanas de la casa la música proveniente de
los ensayos de la comparsa del barrio -La Fantasía, este año el tema central de su
espectáculo serían los orishas, con canciones dedicadas a Obá, Yemanj y San Jorge; aún
recuerdo parte del estribillo de estas canciones que durante unos 20 días escuché
interrumpidamente.
Las hijas de varias de mis vecinas desfilarían en La Fantasía por lo cual pude conocer
de cerca la forma en que se realizan los trajes para el desfile: la comparsa brinda a cada
participante las lentejuelas, canutillos y demás accesorios necesarios para la confección,
además del modelo al que debe ceñirse la hechura del traje y cada danzante debe
realizar su vestuario, tarea que es llevada a cabo por las mujeres: madres, tías, abuelas,
vecinas y las propias bailarinas de todas las edades colaboran en la confección del traje,
que se trasforma en una tarea casi comunitaria. Era común observar las tardes de verano
en medio del calor agobiante, reunidas en alguna casa, un grupito de mujeres, amigas,
vecinas y familiares, dedicadas a la realización de los trajes; cociendo lentejuelas y
canutillos pasaban la tarde. Por supuesto, era casi que una regla que el último día, las
58
últimas horas previas al gran acontecimiento – el desfile- las mujeres estuvieran jugando
una carrera contra el reloj, enfrascadas en los últimos detalles del traje.
11. Vecinas dedicadas a la confección de los trajes para carnaval- Febrero del 2015.
El día de comienzo del carnaval, la ciudad amanece agitada, la Avenida Artigas –
avenida principal- está cortada desde la esquina del Abitab hasta la plaza principal.
Trabajadores de la municipalidad están pintando la calle de blanco a modo de sugerir
una gran alfombra blanca por la que desfilarán las comparsas que salen este año: La
Fantasía, Titanitos, Rítmicos del Samba, Titanes, Cardenales, La Jeringa, y el Trio
Eléctrico. Desde la mañana temprano los puestos de ventas de comida y bebida se están
ubicando en las esquinas que les corresponden. Las calles laterales ya están cerradas de
modo que solo quedan habilitadas determinadas entradas para el gran espectáculo. En
cada una de ellas se ubica un sujeto encargado de la venta de entradas y junto con él un
policía para evitar que nadie ingrese sin pagar. No solo se cobra el derecho de poder
estar allí, en la avenida principal de la ciudad, sino que claro está las mesas y sillas
blancas ubicadas sobre las veredas de la avenida están en alquiler y su precio es
59
bastante superior al de las entradas, por lo cual solo se benefician de poder disfrutar del
espectáculo de forma gratuita los vecinos cuyas casa se ubican sobre la Avenida Artigas
en el área comprendida por el desfile- la más importante de la ciudad- y por tanto los
vecinos más pudientes. Como refería uno de nuestros interlocutores, los pobres tenemos
que pagar y las cuatro noches es caro.
Hay diferencias de estatus que se reproducen en el carnaval, las diferentes comparsas
corresponden a diferentes barrios, es decir están integradas por vecinos de diferentes
estratos socio-económicos, lo cual se refleja en la mayor o menor suntuosidad de los
carros alegóricos, los trajes y los maquillajes de los participantes. Las diferencias de
estatus no solo se reproducen a la interna de la competencia, también entre los
espectadores; las mejores áreas para disfrutar del espectáculo son las próximas a la
Junta Municipal, dado que allí se ubica el jurado y por lo tanto es el espacio donde las
comparsas muestran su espectáculo más fervientemente. Las mesas y sillas en esa zona
de la avenida están ocupadas por vecinos de la clase media y media alta. Los menos
pudientes acceden a comprar entradas para el espectáculo pero difícilmente se
enfrasquen en el alquiler de una mesa, teniendo encuentra que estamos en pleno período
de entre zafras y casi no hay trabajo.
Las cuatro noches de carnaval, son esperadas con ansiedad, es el gran acontecimiento
del verano, donde el consumo excesivo de alcohol y los bailes en el parque que se
inician finalizado el desfile y pueden extenderse hasta el medio día siguiente; están
asegurados. Así todos los espectadores se presentan al show luciendo sus mejores ropas,
especialmente las mujeres, quienes se engalanan para el espectáculo poniendo en juego
toda una parafernalia del arreglo del cuerpo. Es notorio para cualquier observador atento
el alto grado de preparación y cuidado que conllevan entre las mujeres las salidas
nocturnas. Estas, independientemente del nivel socio-económico, invierten gran
cantidad de esfuerzos, tiempo y dinero en prepararse para las salidas nocturnas y las
noches de carnaval no serían la excepción, muy por el contrario serían la confirmación
más extrema de la regla. Vestidos, maquillajes, zapatos de taco alto, accesorios y
peinados; son parte de esa puesta en escena del yo (Goffman, 1997) que las prácticas de
las mujeres mantiene y reproducen; yo misma, conociendo la forma de arreglo esperable
para las salidas nocturnas, en un intento de “estar a tono”, me compré un vestido nuevo
para la ocasión. La serie de reparos que se toman en el cuidado del cuerpo, tienen a ver
con la forma en que se presentan las mujeres en la vida pública, y las formas de
60
relacionamiento entre hombres y mujeres, palpables en la vida cotidiana de Bella Unión.
Formas marcadas por una fuerte dominación masculina de los espacios sociales. Dicha
dominación se refleja en la construcción simbólica y práctica de los cuerpos, donde se
impone una definición diferenciada de los usos legítimos del cuerpo (Bourdieu, 2000, p.
37) (…) donde la exhibición controlada del cuerpo más que un indicio de liberación,
permanece evidentemente subordinada al punto de vista masculino (Bourdieu, 2000, p.
44).
12. Desfile de carnaval, comparsa
del barrio Sur – La Fantasía. Febrero del 2015.
13. Bailarina de La Fantasía- la figura de Iemanjá tatuada en su
espalda. Febrero del 2015.
61
II.3 El sindicato de los peludos
Como se refirió anteriormente, la posibilidad del acceso a la tierra para trabajadores de
la caña de azúcar, es articulada a través del sindicato de UTAA. Los frentes de acción de
la organización sindical superan lo estrictamente laboral; luchas por la tierra, mejoras
en las condiciones de vida para la gente del pueblo, las demandas para que la capital no
relegue el norte olvidado; son parte del accionar político del sindicato y es en este
contexto que nace en la Comisión de Tierras de UTAA, el proyecto de Pay Paso.
II.3a Las audiciones radiales de UTAA
En diferentes oportunidades acompañé a la entonces dirigencia de UTAA a varias de las
audiciones radiales que cada domingo al medio día se emitían por radio Bella Unión,
donde se difundían noticias de interés para los peludos.
Cuando el reloj indicaba que era medio día, la locutora daba paso a la melodía de
Milonga Cañera que anticipaba se acercaba el espacio de la UTAA, era un ritual que se
repetía todos los domingos, ya sea la escuchara por radio, ya sea acompañara a mis
anfitriones a la locución, no había audición que no comenzara con las melodías de esa
emblemática canción de Zitarrosa.
14. Audición radial de UTAA. Radio
Bella Unión. Setiembre del 2014.
62
La primera audición a la que asistí, fue al tercer día de haber llegado a la ciudad y en
ella se trató un tema de vital importancia para la zafra que ya estaba casi
extinguiéndose; la caña enredada:
Durante la audición yo saqué algunas fotos. Los dirigentes del sindicato difundieron
una asamblea que se realizaría al otro día a las 6 am en la calle Montevideo, para
tratar el tema de la caña enredada. Parece que esta zafra además de ser bastante
lluviosa hay mucha caña enredada lo cual complica muchísimo el trabajo del cortador,
y teniendo en cuenta que el trabajador gana por semana en función a la cantidad de
caña cortada, cuanto más enredada este la caña, menos cantidad se corta, porque
requiere más esfuerzo; la ecuación es simple, esto significa menos paga.
Mientras esperábamos para entrar a la audición una autoridad de ALUR llamó a
Ricardo para discutir el tema de la caña enredada. Me parece por el tono de la
conversación que le pedía que no hicieran huelga. Durante la audición Ricardo
convocó a la asamblea de mañana y aclaro que la decisión que se tome frente a este
problema se resolverá en la asamblea, entre todos los compañeros y que no depende de
la dirección del sindicato. (Notes del diario de campo)
II.3b Reflejos lucha- El bloqueo a ALUR
La asamblea que se inició el día lunes a las 6 de la mañana en la calle Montevideo,
desencadenó una medida de bloqueo a la planta de ALUR. Así, este fue el gran primer
acontecimiento al que asistí, estaba en un terreno político (Scott, 2000) no había dudas,
y el bloqueo al ingenio con su inmediata consecuencia de la imposibilidad de entrar
caña a la planta, fue uno de estos acontecimientos cuyo peso simbólico definió el
accionar de UTAA en lo que restaba de la zafra, actuando como una especia de mensaje
de alerta, -de no quedarse quietos- que el sindicato emitió para las autoridades del
Ingenio.
63
15. Camiones cargados de caña
esperando se levante el bloqueo, Setiembre del 2014.
Ese día me levanté a las 5 de la mañana, salí de la casa y comencé mi camino de más de
20 cuadras hasta la calle Montevideo. Al ir acercándome al lugar de la asamblea sentí
que inevitablemente todas las miradas se dirigían hacia mí, era la única mujer en medio
de unos 200 trabajadores, ninguna de las mujeres que integran el sindicato habían
llegado aún a la asamblea. La amplia mayoría de los que estaban allí nunca me habían
visto y no entendían que hacía ahí una gringa, como me decían en ese entonces algunos
(después con el tiempo, la gringa de trasformó, en la cumpa, o la Madalena). Era
imposible no sentirme un poco incómoda, pero creo que lo disimulé muy bien, solo
pasaba entre medio de ellos y decía buen día, buen día, hasta que le pregunté a uno si
había visto a Ever, me dijo, si, él está por allá, y me señalo, el camino hacia más
adelante.
Llegué donde estaban Ever, Ricardo y Damián, los saludé mientras el resto de los
sujetos miraba preguntándose qué hacía yo ahí, así que Ever, rápidamente aclaro, la
compañera es de Extensión, de la Universidad, vino a hacer un estudio sobre Pay Paso.
Para ese entonces ya no hacía más esfuerzos en aclarar que en realidad yo no pertenecía
a Extensión.
Comenzó, la asamblea, Ricardo, por entonces secretario general del sindicato fue el
primero en tomar la palabra, explicó la situación: ya había un grupo de cortadores que
estaban de paro y la asamblea debía decidir si unirse al paro o no. El tema está claro: la
caña esta enredada y ALUR no quiere que entren maquinas a los surcos a engavillar
porque dice que daña la cepa. Con las cañas así, los cortadores demoran más de un día
64
solo en abrir el surco y como se les paga por caña cortada todo ese esfuerzo no se
traduce en el salario,
Con la caña así es imposible que el trabajador pueda llevar semanalmente un jornal
digno a su casa, que serían unos 3 mil 3500 pesos semanales y no 1500 como lleva
ahora, ¿quién mantiene una familia con $1500 por semana?
La propuesta que surge de la asamblea es que se le pague al cortador por la caña
cortada y despuntada y que sea la máquina la que entre a sacarla del surco, ahorrándose
el trabajador el tener que cargar el mono de caña hasta el frente de corte; no obstante
ALUR no estaba afín a la propuesta,
Claro la máquina daña la cepa, pero ¿el cuerpo de peludo y su salario a quién le
importan?
Así que por unanimidad en asamblea se resolvió parar e iniciar una concentración en la
entrada del ingenio.
Llegamos a ALUR, enseguida se colocaron las motos frente a la entrada de la planta
impidiendo que los camiones cargados de caña ingresaran a abastecerla.
Se prendió una fogata en la entrada del ingenio, aunque el viento no ayudó para que
prosperara, se hizo una colecta de dinero para la olla popular y se dispuso todo para que
los aproximadamente 30 sujetos que estábamos allí pasáramos el día.
Ricardo que ya estaba comunicado con las radios de Artigas y Bella Unión para difundir
la situación que atravesaban los peludos y la huelga, me pidió le consiguiera el teléfono
de alguna radio de Montevideo, unas horas después logró comunicarse con Radio
Montecarlo, y el País digital que por supuesto estaba deseoso de cubrir la noticia que
evidenciaba- “lo mal que funcionaba”- ALUR, el emprendimiento estrella del Frente
Amplio en las vísperas de las elecciones nacionales.
A medida que trascurrían las horas los camiones cargados de caña se amontonaban a la
entrada del ingenio, todos esperaban algún gesto de interés por parte de la directiva de
ALUR que hasta el momento se había rehusado a recibir a los peludos. A la negativa de
los directivos de ALUR de negociar, se le sumó el telegrama colacionado que enviaron
desde la Asociación de Plantadores de Caña de Azúcar del Norte Uruguayo
(APCANU), el documento afirmaba que si no se levantaba la medida inmediatamente
65
los productores denunciarían ante el Ministerio de Trabajo el incumplimiento del
convenio colectivo y el convenio caería. Las señales enviadas desde la directiva de la
empresa estatal y la asociación de plantadores, lejos de atemorizar a los peludos
avivaron el fuego histórico de UTAA y ahora perecían todos resueltos a que de ahí no se
movía nadie.
Se convocó a una asamblea entre los que allí estaban, Ricardo tomó la palabra y dijo
Nos están metiendo el dedo en el culo a los trabajadores, ellos incumplen
sistemáticamente le convenio, y ahora nos quieren obligar a echar marcha atrás, así no
compañeros, sino no somos dignos de la historia de este sindicato.
Otro compañero agregó, bajo presión no se trabaja, estos lo que quieren con el
telegrama es meter presión. Ahora enfurecieron más a los peludos, si pensaban
amedrentarlos.
Por unanimidad se resolvió que no solo seguía el paro y el bloque a ALUR, sino que se
iban a redoblar esfuerzos y tratar de entrar en diálogo con los sindicatos de SOCA (los
obreros de la planta de ALUR) y otro sindicato más, para que ellos también como dijo
Richard, compañeros de lucha y de clase, se sumaran al paro.
Los relatos que hacen alusión a los abusos de los patrones burgueses, de los
padecimientos de los compañeros de lucha, de clase; son parte de un discurso que
nuestros anfitriones reproducen a partir del sindicato. La UTAA, en tanto campo social
genera una cierta moralidad, un cierto sentido del ser peludo10
, que se inscribe en los
cuerpos, prácticas y discursos de los sujetos (Wacquant, 2006), que determina casi una
forma de ser, de presentarse (Goffman, 1997) que no solo surte los efectos deseados
sino que se muestra consistente, en tanto los discursos de resistencia no solo explican la
conducta, sino que también la construyen (Scott, 2000).
10
Ser peludo no sería algo trivial; al respecto en el MLN (cuyos orígenes se vinculan al sindicato de
UTAA) se discutió sobre la recaracterización de los militantes en base al hecho de ser peludo;
introduciendo el concepto de “peludización”, como análogo al de proletarización. Consultar: Alonso, J.
(2011). Tupamaros en Chile. Una experiencia bajo el gobierno de Salvador Allende.
http://encuru.fhuce.edu.uy/index.php?option=com_content&view=article&id=59:tupam.
66
El paro y el bloqueo continuaron hasta el otro día, algunos compañeros, entre ellos Ever,
Damián y Ricardo se quedaron a pasar la noche en lo que era una especie de carpa
improvisada, durmieron casi nada y descansaron menos. A las 9 de la mañana del día
siguiente se reúne la que en ese entonces era la directiva del sindicato (para fin del
2014, algunas circunstancias internas a UTAA generaron un cambio en gran parte de su
directiva), para discutir las medidas a tomar, que posteriormente se plantearían en una
asamblea a realizarse entre las aproximadamente 40 personas que allí se encontraban.
Ricardo tomó la palabra:
Hay varias opciones o agudizar la medida, que podría ser establecer que nadie corte
caña, sin bloquear la entrada a la planta porque se corre el riesgo de ser desalojado
judicialmente, pero si nadie corta caña no va a entrar ni un centímetro de caña a la
planta.
O levantar el bloqueo con un cuarto intermedio, para instalar una mesa de
negociación, con ALUR, UTAA y el Ministerio de Trabajo.
Se convoca a la asamblea, allí Ricardo explica las posibles medidas a tomar. Otro de los
sujetos presentes hace referencia a que en el canal de televisión local algunos
productores representantes de la Asociación de Plantadores salieron a dar palo al
sindicato, y a tratarlos de terroristas, Ricardo explica que redoblar esfuerzos en las
medias de lucha también implica un desgaste del trabajador, ellos, (refiriendo a los
productores) están bien alimentados, duermen bien, los compañeros no, están acá,
pasando la noche al frio.
Ever toma la palabra, refiere la persecución sindical que sufren algunos compañeros del
sindicato en las chacras, cuando piden en las chacras agua, o zapatos siempre los
chicanean por ser del sindicato.
Algunas de las mujeres allí presentes hablan entre ellas sobre lo perjudicial o no de
levantar el bloqueo; a su juicio, una vez que entraran todos los camiones a la fábrica y
ALUR contara con materia prima ya no afectaría a la empresa que los peludos hicieran
paro otra vez. Sus comentarios me parecen atinados y a pesar de estas mujeres formar
parte de la directiva del sindicato, no plantean sus ideas a la asamblea. Así parece
funcionar para las mujeres dentro del sindicato, dan ideas al oído (Echeverriborda,
67
2007) pero casi nunca se escuchan sus voces en las asambleas, la violencia simbólica
(Bourdieu, 2000) es tan efectiva que es raro observarlas fuera de las actividades que
parecen estarles estipuladas dentro de la organización sindical, tareas administrativas,
limpieza, etc.
Ya transcurrida la tarde, se hizo presente el Sr. Juez letrado de turno, un hombre que
rápidamente cayó bien entre los peludos, macanudo, medio petizo, gordito, ex
gremialista y abogado defensor de los trabajadores, después de escuchar las causas del
conflicto, decidió que una delegación de 3 dirigentes de UTAA, lo acompañaran al
interior del ingenio para intentar llegar a un acuerdo con la directiva de ALUR.
El accionar del Juez resultó efectivo, y favorable a los peludos, logró que se instaure la
mesa de negociación en Bella Unión y no en Montevideo como se pretendía desde el
Ministerio de Trabajo. Generándose un cuarto intermedio de 24 hrs. para negociar, si no
se lograba nada, los trabajadores tenía el derecho de retomar la media de lucha.
Parece que en ALUR se pusieron nerviosos con el juez de lado de los peludos, comenta
uno de los dirigentes sindicales. Ahí se decidió levantar el bloqueo.
El día posterior al levantamiento del bloqueo, se realizó una reunión entre ALUR,
UTAA y APCANU con la mediación del Ministerio de Trabajo. El sindicato se retiró
de la reunión sin haber llegado a un acuerdo, por lo cual ALUR resolvió convocar a una
reunión bilateral con UTAA para el día siguiente.
-Este mismo día en que se realizara la reunión bilateral entre ALUR y UTAA el
entonces presidente de la República José Mujica se encontraba en Bella Unión; su
cometido, inaugurar la escuela de tiempo completo que funciona en el barrio Sur y a la
cual actualmente asisten los hijos de varios de mis anfitriones11
.-
Ya dispuestos en la entrada del Ingenio, era el momento de ingresar a la reunión,
Leonardo De León (entonces presidente de ALUR) le hizo señas a Ricardo de que
entraran, yo pensaba quedarme a fuera con un grupo de peludos, esperando mientras la
directiva de UTAA se reunía, esa era mi idea, pero no la de los compañeros de la
directiva, vos entras con nosotros, vamos vamos, me hacía seña Ricardo, como si en
11
Foto 10. Página 51.
68
algún punto mi presencia en la reunión, fuera una especie de objeto exótico de prestigio
(Bourgois, 2010, p. 68)
Todos nos sentamos en torno a una gran mesa oval, de un lado De león y tres ingenieros
más de ALUR. Yo estaba ubicada a un lado de De León, a mi otro lado estaba Alfredo,
después seguían Darío, unos peludos del frente de corte más complicado con la caña
más enredada, Estela, Damián, Ricardo, Ever y Alex.
El sindicato pide soluciones para los grupos que tiene solo caña enredada, como en la
Colonia Sendic. Desde ALUR se estima que quedan unas 127 mil toneladas de caña
por cosechar antes de que termine la zafra a mediados de noviembre, de esas 127mil, 90
mil seria para cortar manualmente y 37 por la máquina. Pero como aclara uno de los
participantes, es fácil decir que la caña no está enredada mirando de arriba de la
camioneta. Entonces, lo primero que se acuerda es armar un equipo de trabajo para
saber con exactitud el área de caña trabada. Con respecto al dinero extra que pedían los
peludos se pagase por tonelada de caña trabada no serían los $42 iniciales que había
planteado el sindicato, pero se aseguraba desde la directiva de la empresa que algo se
arreglaría. Era casi medio día, De León pidió tiempo hasta las 14 hrs. para decidir el
número que ALUR se podía comprometer a pagar. Así que se hizo un intervalo para
almorzar y esperar la respuesta.
Luego del cuarto intermedio, ALUR había ofertado una paga extra por tonelada de caña
trabada de $28, el piso que manejaba UTAA era de 35 o 30, así que negociaron y
lograron llevarlo a $30 extra por tonelada de caña trabada. Se acordó también que
ALUR por única vez completaría el adelanto semanal de los trabajadores hasta $3 mil, y
se logró engavillar adentro en las 50 hectáreas aproximadamente que serán replantadas
el próximo año12
.
12
Engavillar adentro, implica que el cortador corte la caña, la engaville, o amarre formando los monos y
no la saque hasta el frente del tablón, sino que sea una máquina – el grapo- que entre al surco y realice
esta operación, lo cual deja a los trabajadores más tiempo para invertir en el corte. La caña enredada
producto de las inclemencias climáticas dificulta mucho más el corte, retrasando los tiempos productivos
de los trabajadores, y esto se traduce en una disminución de su salario. Al permitirse engavillar dentro del
tablón, ese tiempo que se ahorra el trabajador en cargar los monos de caña hasta el frente de corte, se
utiliza para cortar más. Ahora bien, como el pasaje del grapo dentro del tablón daña las cepas de caña,
solo se acordó la engavillada para las áreas que serían replantadas el próximo año.
69
Después de establecidos los acuerdos, ALUR citó a los productores de APCANU para
informales de lo pactado. Así finalizaba el episodio etnográfico más relevante desde el
inicio de mi estadía en el campo. Episodio donde la fuerza del mito creador de UTAA
se actualizaba constantemente; las discusiones, las asambleas, el bloqueo, la disposición
de los cuerpos y las almas, de ir pa´ delante, de trancar el pie a ALUR y a los gringos,
evocaban esos momentos de antaño, de la UTAA de los sesenta, donde entre, asambleas
y medidas de lucha los problemas parecían ser los mismos.
II.3c La Comisión de Tierras de UTAA
Todos los martes a las 18 horas se realizan las reuniones de la Comisión de tierras de
UTAA, reuniones que durante la etapa previa a la adjudicación de las tierras de Pay
Paso podríamos denominar como reuniones de la Comisión de Tierras del sindicato y
que tenían lugar semanalmente en la sede de este. No obstante, una vez adjudicadas las
tierras y efectivizada la conformación de la cooperativa, las reuniones de aspirantes a
colonos se trasformaron en asambleas de los colonos de Pay Paso, al principio
realizadas igualmente en el local de UTAA, con el tiempo y a consecuencia de que los
trabajos en la caña de azúcar exigían a los colonos pasar días enteros en la chacra, las
reuniones comenzaron a hacerse directamente allí. Mientras tanto, en el sindicato se
arma una nueva Comisión de Tierras con nuevos aspirantes a colonos, evidenciando así
un proceso que parece ser cíclico: se genera el espacio de la Comisión de Tierras desde
UTAA, se establece un grupo de aspirantes a colonos, mediante diversos mecanismos
de presión y luchas se consigue acceder a una fracción de tierras a través del INC y con
el plan de trabajo con ALUR; una vez que se concreta la adjudicación de estas tierras
los peludos, hasta ahora aspirantes a colonos; se trasforman en colonos, cooperativistas,
pequeños productores y su cambio de rol cambia también como veremos más adelante
las relaciones con UTAA; desde UTAA se genera entonces una nueva Comisión de
Tierras.
70
16. Algunos colonos de
Pay Paso esperando que comience la reunión de la Comisión de Tierras, en la puerta de UTAA. Febrero
del 2015.
Las reuniones de la Comisión de Tierras están bastante ritualizadas: hay un orden
considerablemente fijo de quién toma primero la palabra, de cómo se disponen los
sujetos en el espacio -es decir quien se sienta cerca de quién-, y del momento que se da
inicio a la reunión. La misma por lo general inicia de 30 a 40 minutos después de la
hora que estaba pactado el encuentro. Así también es fácil percibir cuando se termina, su
final no depende de que se haya tratado el último tema propuesto, o de que Alejandro, -
que generalmente es el moderador de las reuniones- cierre la conversación, sino que
paulatinamente los sujetos empiezan a levantarse e irse, incluso en medio de la
exposición de algún compañero, como si las locuciones, como si el tiempo allí, ya
fueran suficientes, simplemente se levantan y se van y así, termina dándose fin a la
reunión.
Alejandro es en general quien abre las reuniones, se encarga de la parte administrativa,
de como dice él llevar los papeles de la conformación de la cooperativa, así, con el
tiempo, una vez que la cooperativa este conformada y las tierras hayan sido adjudicadas
Alejandro se trasformaría en el Presidente de la cooperativa y Ever en su secretario
general.
En la primera reunión de la Comisión de Tierras de la que participé, se presentó el
documento de elaboración conjunta con ALUR y el INC que refiere al funcionamiento
de la cooperativa unas vez las tierras sean adjudicadas, el dinero que pagará ALUR por
los trabajos, la obligación de reinvertir el 15% de las ganancias en maquinaria, la
obligación de cumplir con los trabajos en tiempo y forma etc.
71
Ese documento ya había sido puesto a revisión del grupo de cooperativistas y acordaron
con ALUR algunas modificaciones que ya aparecían en el borrado que presentó
Alejandro ese día, como por ejemplo que a la obligación del cumplimiento de las tareas
en tiempo y forma por parte de los colonos se sumara la obligación de ALUR de
entregar en tiempo y forma los abonos, herbicidas y todo el material necesario para
poder trabajar.
Después de leer el documento, se abre un espacio de diálogo, uno de los sujetos dice:
Presiona ALUR y presiona el Instituto como si esto fuera un cuartel, o una cárcel, que
tenes que trabajar bajo régimen autoritario de ellos, el 50% que ALUR quiere
administrar (el 50 % de las ganancias ALUR exige reinvertirlas) y no nosotros, nos
está llamando de irresponsables.
Cuanto más se participa menos se observa y cuanto más se observa menos se participa
(Guber, 200, p. 58) así pues lo experimenté durante las muchas reuniones de la
Comisión de Tierras en las que participé, cuanto más observaba y tomaba notas literales
de lo que se decía, cuanto más me preocupaba por reflexionar sobre el orden en que se
daba la palabra y los gestos que acompañaban los discursos; menos podía concentrarme
en participar de la reunión, en escuchar y no solo oír a mis interlocutores, en extraer una
reflexión crítica de todo aquello que se decía.
En varias ocasiones durante el tiempo de permanencia en el campo se hizo referencia a
las divisiones internas en el grupo de colonos; divisiones, rispideces y enojos, que en
varias de las reuniones de la Comisión de Tierras eran perceptibles. Así también es
menester decirlo, estas discrepancias entre unos y otros, se fueron suavizando con la
consolidación del proyecto. Una vez que se efectivizó la ocupación de las tierras y la
cooperativa comenzó a trabajar, primero en el mantenimiento de las hectáreas de caña
ya plantadas y posteriormente en el nuevo proceso de plantada y la zafra de corte; las
desavenencias internas si bien no desaparecieron, quedaron solapadas por la gran
cantidad de trabajo a realizar para lo cual la organización, la división de tareas y el
entendimiento entre los cooperativistas parecía ser la clave y de hecho así lo fue. Las
jornadas que pude compartir con los colonos en las plantaciones de Pay Paso
evidenciaban el buen clima general de trabajo y alegría por el sueño alcanzado, lleno de
dificultades en el camino recorrido y en el que restaba por recorrer, pero con la
tranquilidad de saber que se estaba allí y que sus vidas ya estaban empezando a cambiar.
72
III Pay Paso
La conformación de la colonia de Pay Paso, resultado del proceso de lucha por el
acceso a esas tierras, ha implicado un devenir largo y complejo, devenir que no se
extingue con la adjudicación de las tierras y la constitución de la colonia, sino que se
continúa con los desafíos cotidianos del ser colonos que nuestros anfitriones enfrentan
diariamente.
III.1 La conformación del colectivo
Nuestros interlocutores dan forma externa a sus propias experticias volviéndolas
discurso para relatárnoslas (Rabinow, 1992, p 143). Así, varios de los sujetos
entrevistados reflexionaron y dotaron de sentido las prácticas de lucha que
desencadenaron la conformación de la cooperativa y el acceso a las tierras de Pay Paso;
como forma de poder presentar un discurso coherente ante nuestros requerimientos. La
forma en que nuestros interlocutores narran el proceso de acceso a las tierra en Pay Paso
responde no solo a la existencia concreta de determinados hechos y acontecimientos
que marcaron efectivamente el acceso a estas tierras; sino más aun, a un conjunto de
disposiciones sociales de producción de esos acontecimientos (Bourdieu, 2007).
La denominación de nuestros anfitriones en tanto colonos y colonas, responde al modo
en que desde el INC se intitula a los sujetos adjudicatarios de tierras, así también la
expresión cooperativista, se utiliza en este texto como sinónimo de colono, ya que los
35 colonos-as de Pay Paso conforman una Cooperativa de Trabajo, en tanto figura legal
que los nuclea. Colono es pues una denominación generada desde fuera, etic podríamos
decir; mientras que peludo es un expresión emic.
El proceso que narran los cooperativistas, es un proceso temporal, en tanto que el
mundo que exhibe una narrativa es siempre un mundo temporal, y se torna tiempo
humano en la medida que se articula de modo narrativo (Ricoeur, 1994, p. 15). En
general, nuestros anfitriones coinciden al señalar que el proceso de acceso a estas tierras
comenzó cuando se realizaron las primeras acciones de lucha en el año 2011 al rearmase
la Comisión de Tierras de UTAA. Desde entonces, los cooperativistas han trascurrido
la conformación del colectivo de la colonia Eliseo Salvador Porta, proceso que
comprendió diversas acciones de lucha política directa, deliberada y visible (Scott,
2000), donde el acontecimiento que marca el origen simbólico de estas acciones, es la
73
primera ocupación que en el año 2011 realizan en tierras privadas próximas al poblado
de CALPICA pertenecientes a un prestamista local:
De ahí decidimos ir a Almeida, (prestamista dueño de las tierras que ocuparon),
agarramos un día, dice vamos a las 15 de Enero (Chacra escuela 15 de enero), nos
vamos a reunir todos y vamos a saltar el alambre... Ahí reunimos todas las cosas,
porque veníamos haciendo pollos, trabajando y juntando plata, viste? por eso, por
alguna cosa que tuviéramos que hacer ya teníamos un fondo. Ahí juntamos todo, nos
empezamos a juntar y fuimos. Empezamos a llevar vehículos: bicicletas, motos, auto,
camioneta, lo que rayara, una caravana salimos todo en la ruta y ahí paramos ahí y
empezamos a saltar el alambre.
Así, la ocupación de tierras se constituye como una acción política de los trabajadores,
acción que contiene reivindicaciones vinculadas a la esfera política y a la esfera del
trabajo y la producción (Echeverriborda y Moraes Obregón, 2010, p. 10). Las medias de
lucha continuaron; posteriormente se realizó un campamento a las orillas del arroyo
Itacumbú:
Después que paso eso, estuvimos como dos semanas ahí, decidimos irnos para el
Itacumbú porque ahí el que estaba de presidente del Instituto decidió venir y nos
salimos del Almeida y nos fuimos a acampar al Itacumbú, con toda la gente que estaba,
más o menos éramos como 40 ahí en ese tiempo.
Al mismo tiempo se trabajaba desde la Comisión de Tierras del sindicato en la
generación de un proyecto de acceso a tierras que sentó las bases para la consolidación
del acceso a las tierras de Pay Paso. En el 2012 un grupo de peludos integrantes del
sindicato y aspirantes a colonos viaja a Montevideo a realizar una movilización y
campamento en las inmediaciones del Palacio Legislativo, con el fin de hacer oír sus
reclamos en la capital:
Ahí fuimos a Montevideo primero allá, a acampar enfrente al Palacio Legislativo y a
ver, a ver qué esperanza de un pedazo de tierra. Y allá fue muy bueno, todo lo que
hicimos.
74
Así lo recuerda otra de nuestras anfitrionas:
Fuimos a Montevideo hicimos las revoluciones frente al Palacio Legislativo por más
tierra, porque nos prometieron más tierras. De ahí machacando siempre a Berterreche
(entonces presidente del INC) para que viniera para entregar viste.
…Después de todas las idas a hablar con Berterreche, de pedir respuestas por más
tierras, de volver de nuevo a Montevideo, de venir a Bella Unión, de hacer un
acampamento en frente a la plaza, acá enfrente al Instituto por pelear por más tierras;
pedimos que viniera Berterreche y él se negaba de venir, él se puso duro con nosotros
que no había más tierras que era eso y ta´. Y Ahí que salió de los planteos de todo el
relevamiento que hicieron salieron las tierras de Pay Paso.
Ha sido un devenir largo y complejo, como aclara una de las colonas, no todos están
desde el principio en este proceso y ha generado mucho desgaste, algunos compañeros
se fueron y otro se sumaron más recientemente.
Posteriormente se realizaron dos campamentos en el área de Pay Paso. El primer
campamento de ocupación se realizó en febrero del 2013, en reclamo de que el INC
adjudicara las tierras, así lo relata una de nuestras interlocutoras:
Fueron tiempos difíciles, de muchas luchas. Hubo días (durante el primer campamento
que duró un mes) que se pasó hambre, ni pa´ comer teníamos, ¡si habrá sido difícil!
…Ahí salió a las tierras de Pay Paso, nosotros para conseguir esas tierras tuvimos que
acampar afuera de Pay Paso, estuvimos un mes y algo ahí, aguantando, tormentas, frío,
lluvias.
A este relato, se agrega otro:
Decidimos ir a acampar (a Pay Paso) viste así, fíjate que íbamos reuniones y fue pasando
como tres años ahí ya, reunión tras reuniones y el Instituto de cada 15 días reuniones que te
llevaba a matar eso, y ahí acampamos allá, ahí pasamos dos meses creo en la acampada allá,
hasta que habían decidido que nos daban las hectáreas.
Para ahí viste que eran 92 familias que teníamos ya no la teníamos más, se fue agotando,
agotando… viste que la gente quería ya, y es un proceso y no aguantó el proceso y ta ahí
quedamos, muy pocos quedamos, y se fue sumando y fuimos invitando gente y llegamos a las 42
familias y fue el Instituto que clasifica por h o por b y llegamos a 35 y fue los que quedamos.
75
17. Apuntes relativos a una asamblea realizada
durante el campamento de ocupación en las tierras de Pay Paso, 16 de marzo del 2013. Autora Adriana
Ferreira.
A inicios del 2014 los aspirantes a colonos realizaron un segundo campamento de
ocupación, - tuvimos que hacer otra acampada a principios del año (2014) pa´ que las
adjudicaran de una vez-, recuerda uno de los sujetos en la recorrida por la colonia.
Ahora bien, la forma en que los colonos recuerdan y relatan los campamentos de
ocupación en Pay Paso, en tanto verdaderos acontecimientos (Sahlins, 1988), motores
de la concreción efectiva de la adjudicación de estas tierras, difiere de la mirada
institucional del INC; para los trabajadores y para los actores institucionales, los relatos
de los acontecimientos seleccionados, llevan a lugares diferentes (Guigou, 2011):
(…) De hecho todo lo que se hizo fue después de que el Instituto había comprado el
campo. O sea la ocupación por lo que yo hablé con la gente fue más un reclamo para
ALUR que para el Instituto. Nosotros… se compró el campo y se les dijo que era para
ahí… para (el proyecto de Pay Paso).
Los dos campamentos de ocupación realizados en Pay Paso funcionan como especies de
hitos reforzadores de la cohesión grupal, varias veces al referir a las divisiones internas
76
en el grupo, nuestros anfitriones refieren a que después de todo lo que pasamos juntos
donde ni para comer teníamos ahora, no vamos a separarnos. Así, los relatos
generados en torno a los dos campamentos, las diversas ocupaciones de tierras y
medidas de lucha; han cimentado la construcción de una memoria colectiva, la cual
fortalece el sentido de pertenencia al grupo, generando un relato sobre esos
acontecimientos que se presentan en cierto sentido como heroicos. Esta relación entre
memoria e identidad implica que para fijar ciertos parámetros de identidad el sujeto
selecciona ciertos hitos, ciertas memorias y las sobrevalora en detrimento de otros hitos
y otras memorias (Jelin, 2002: 24)
Las medidas de lucha llevadas adelante por el colectivo de Pay Paso, así como las
históricas marchas de la UTAA en los 60´se dieron en un tiempo específico, el tiempo
de entre zafras; en los meses de verano, entre que culmina una zafra y se inicia la
siguiente. Y no por casualidad, sino porque durante la zafra las preocupaciones
inmediatas son otras, la necesidad de obtener un buen jornal, de cortar más caña para
ganar más dinero, dificulta el que los sujetos puedan pensar durante el periodo de corte
en su situación como colectivo, como clase, para ello hay que tener tiempo, tiempo que
solo se tiene de forma forzada durante la entre zafra:
La pelea siempre…. En la lucha…para conseguir algo vos tenes que pelearlo, y tenes
que tener paciencia también porque no es fácil, no es fácil tener que dejar la casa de
uno para ir a un acampamento y a veces dejas tu familia para pelear por algo que vos
no sabes si va a estar o no. Si vos sabes que sí, vos la tenes que seguir peleando.
Mucha gente de la que estuvo con nosotros en la primera entrada de las tierras, fue
gente que la peleó y se quedó y hoy por hoy ellos no están. En base de esa pelea que
ellos dieron hoy por hoy entramos a esas tierras de Pay Paso.
Por otro lado desde el Instituto Nacional de Colonización se genera también un discurso
sobre este proceso y la colonización de las tierras en Pay Paso:
Siempre hubo demanda de tierra para el tema de los productores cañeros, entonces se
armó a partir de las organizaciones sociales de la vuelta, la comisión de Políticas de
Tierra que le llamaban ellos, que no era básicamente una Comisión de Política de
Tierras, si bien era una demanda por tierra para caña de azúcar. (…) Que
77
participaban, UTAA, productores cañeros y todas esas organizaciones de la vuelta, y el
Instituto y la Intendencia, y el Ministerio también. En ese contexto la UTAA armó un
proyecto de acceso a la tierra para el cultivo de caña; en base a eso, a ese proyecto fue
que se compró el campo de Pay Paso (….) El Instituto lo compra como el último apoyo
al proceso cañero, al proyecto sucro-alcoholero de Bella Unión. En 2012 se compró el
campo. Los perfiles básicamente son asalariados de la caña, que se hizo bastante en
conjunto con ellos (con UTAA), ellos dieron una lista de aspirantes, nosotros
entrevistamos, creo que hubo diferencias en uno o dos que nosotros no estábamos de
acuerdo y bueno se transó ahí. Y es los que hoy están trabajando.
18. 26 de febrero del 2014. El día en que se informó desde el INC quienes fueron seleccionados para
ingresar a las tierras de Pay Paso. Notas de Adriana Ferreira.
III.2 Luchas, sacrificios y sueños
Gran parte de nuestros anfitriones, integran el grupo de 35 cooperativistas que ha
recientemente accedido a una fracción de tierras adjudicada por el Instituto Nacional de
Colonización en el área de Pay Paso, constituyéndose así la Colonia Eliseo Salvador
Porta13
. No ha sido objeto de esta etnografía adentrarnos en la complejidad que implica
13
El nombre formal de la Colonia es Eliseo Salvador Porta, no obstante nuestros interlocutores la
denominan simplemente Pay Paso, en referencia al área geográfica donde se ubica la colonia, los campos
de Pay Paso situados a 37 km de Bella Unión.
Hoy a las 6 de la tarde Toledo entrega la
lista de los 35 a entrar en Pay Paso.
Estamos casi todos pero ta.
Los sueños si se cumplen, cuando sos
persistente en lo que en realidad
quieres.
78
la conformación de una cooperativa de trabajo, -como figura que nuclea al grupo de 35
colonos-, en tanto modelo de autogestión (la construcción de una forma democrática
de toma de decisiones, instancias colectivas de participación, formas solidarias a la
interna del colectivo etc.), es decir no adentraremos en la discusión del modelo
cooperativo de autogestión, en tanto alternativa posible al modelo capitalista imperante.
(Peixoto, 2004). No obstante esta es una cuestión que permanece abierta a futuros
análisis.
Las trayectorias personales de los colonos, aunque diversas tiene muchos puntos en
común; historias de vida marcadas por la zafralidad y por las migraciones temporales en
busca de alguna changa en el periodo de entre zafras. La gran mayoría provienen de
familias de peludos, para los cuales la caña de azúcar forma parte de sus historias de
vida, de la de sus hermanos, padres y abuelos. Las actividades agrícolas cumplen un
papel importante en la estructuración de la vida social (Riella y Mascheroni, 2012,
p.242); así la actividad cañera determina la dinámica de la vida cotidiana en Bella
Unión. Los tiempos de trabajo marcados por el ciclo de desarrollo de la caña de azúcar,
el riego en el periodo de entre zafras, el corte como principal fuente de ingresos y los
seguros de desempleo, determinan la forma en que se vive en el pueblo. Durante la zafra
los hogares de los peludos quedan solo ocupados por mujeres y niños desde las 6 de la
mañana hasta la tarde, es en época de zafra también que los trabajadores aprovechan
para mejorar el ranchito, comprarse algún electrodoméstico o mueble que les falte, o
cambiar la moto. Cuando finaliza la zafra, el fantasma de la desocupación ronda en la
región (Giarracca, et. al., 2001), quienes cobran el seguro de desempleo (que es
percibido en régimen de año intermedio), saben que cada año es más difícil conseguir
trabajo “en negro” para complementar el dinero del seguro con alguna changa; porque
como consecuencia de los controles del BPS y el Ministerio de Trabajo, los patrones se
cuidan cada vez más. Quienes están en el año que no les toca el seguro, se revuelven en
alguna changa, la mayoría buscan ocuparse en el riego, claro está si no es un verano
lluvioso – como este último- donde el riego prácticamente no fue necesario. Años
anteriores algunos peludos se rebuscaban bagayeando alguna cosa de Monte Caseros
para vender en la ciudad, pero últimamente la aduana nacional implementó una política
de 0 kilo no permitiendo el ingreso de mercadería desde Argentina. Los más afortunados
consiguen alguna changa como albañil, o en alguna chacra, el resto queda en casa
mientras sus esposas salen a trabajar haciendo alguna limpieza, para parar la olla.
79
La imposibilidad de insertarse en otro mercado de empleo, producto de los bajos niveles
de escolarización formal así como de la escasez de ofertas laborales en la ciudad, lleva a
muchos trabajadores a una vez finalizada la zafra de la caña, migrar en busca de
empleo; algunos migran en forma colectiva, en grupos de amigos, parientes o vecinos
(Giarracca, et. al. 2001). Los destinos más recurrentes son Salto y Montevideo;
esperanzados en obtener empleo en algún establecimiento agropecuario salteño, o los
más aventurados probar suerte en la construcción en la capital, donde muchas veces
tiene algún familiar que los puede recibir en sus casas; migran como forma de
sobrevivir los meses de entre zafras. No obstante, migrar es una decisión difícil y en la
media que los sujetos forman una familia la movilidad estacional se vuelve una elección
más compleja (Gallas, 2010 p. 51), así lo refiere uno de nuestros interlocutores:
Yo ahora estaba pensando, estaba quedando sin plata y ayer salí y corté un pasto en
casa, estaba cortando allí en casa y la vecina me habló y yo le corté el de la vecina,
viste. Ta y después tengo alguno otro conocido que otro allí en la vuelta y siempre sale
una changa. Pero tampoco es mucho lo que gano en las changas, y así como yo hay
otros peores todavía, yo bien o mal mi mujer ahora está trabajando, es lo que me va
salvando, sino, sino, no sé. Yo estuve a punto de irme a Montevideo… a hacer una
temporada allá en Montevideo y después venirme, pero no es fácil vos tenes que dejar
todo solo acá.
(…) Ahora ta la meta es quedarme tranquilo nomas, ya me cansé de andar de un lado
pal´ otro, y yo cuando me fui pasaba un tiempo en Montevideo, un tiempo acá, un
tiempo para allá... y digo eso te cansa, y a veces no te das cuenta y haces daño a los
güirises y los acostumbras a que anden de un lado a otro y no es bueno.
Es en medio de esta realidad amarga de zafras y entre zafras, que el proyecto de Pay
Paso se consolida como horizonte posible para nuestros anfitriones. La colonia Eliseo
Salvador Porta se enmarca dentro del plan de políticas de colonización desarrolladas por
el INC en los últimos cinco años, donde se han privilegiado las formas colectivas de
acceso a la tierra (Chiappe y Espasandín, 2014). En este caso en particular, el INC
adquirió los campos donde se emplaza la colonia en el año 2012, el área total es de 3000
hectáreas de las cuales 1300 se definió que se entregarían bajo la modalidad de colonato
a un grupo de trabajadores de la caña de azúcar, integrantes de la Comisión de Tierras
80
de UTAA; en el área restante el INC planea realizar un llamado abierto para su
ocupación por parte de productores lecheros.
El predio 1300 hectáreas de la colonia tiene como actividad principal el cultivo de caña
de azúcar para su venta de forma exclusiva al ingenio de ALUR, combinando esto con
una serie de emprendimientos de diversificación productiva que incluyen desde cría de
cerdos, manejo de la zona de montes como área protegida, lechería, hasta el arriendo
de los campos para pastoreo.
Actualmente existen en el predio unas 310 hectáreas de caña plantadas, por lo cual la
adjudicación de las tierras y el ingreso de los colonos se han venido realizando en tres
etapas sucesivas. En las primeras semanas de diciembre del 2014 (luego de concretada
la adjudicación) ingresaron los 10 primeros colonos, encargándose del mantenimiento
de las hectáreas de caña plantadas en ese entonces (160 hectáreas). Durante el mes de
marzo de este año se inició la plantación de unas 150 hectáreas más de caña, lo cual
implicará el ingreso para mediados de año de otros 10 cooperativistas. En la última
etapa, para el año 2016 ingresaría el restante grupo de colonos completándose así la
plantación de las 450 hectáreas de caña previstas por ALUR y el INC.
Así relata una de las colonas, las experiencias de las plantadas de caña de 2014 y 2015:
El año pasado (2014) cuando plantamos, plantamos 196 hectáreas algo de eso. Ta fue
medio difícil, el año pasado fue bastante difícil porque…estábamos acampados allá, y
tuvimos… llovía, no podíamos plantar, demoramos más que… pero por suerte yo pienso
que este año (por la plantada que se realizó en marzo del 2015) fue distinto del año
pasado, fue mucho mejor. Yo pienso que este año fue mucho mejor, por lo menos en la
cooperativa pienso yo que la plantada fue mucho mejor, porque medio como que ellos
se organizaron viste, como ellos dicen, que ellos no querían pasar lo mismo que el año
pasado ¿no? Yo pienso que para otro futuro, más adelante va a ser mucho mejor.
En tanto cooperativa de trabajo, el grupo de colonos toma ciertas decisiones operativas
vinculadas a la realización de las tareas de mantenimiento de los cañaverales, pero poca
incidencia tiene en las grandes decisiones productivas, estas son tomadas por ALUR, así
por ejemplo aunque sea evidentemente necesario un parque de maquinaria si ALUR no
habilita su compra y concede el dinero en forma de préstamo, su adquisición se torna
imposible, del mismo modo es ALUR quien decide cuantos cortadores se podrán
81
contratar para la zafra, ya que los técnicos de la empresa estatal realizan una estimación
en función de la cantidad de caña a cortar y se liberan los rubros para contratar
exactamente a esa cantidad de gente, ni un cortador más. Así el sustento cotidiano de
los colonos depende del dinero que en forma de adelanto reciben todos los meses de
parte de la empresa estatal, cuya finalidad es costear la realización de las tareas relativas
al cultivo, mantenimiento y cosecha de las hectáreas de caña plantadas; adelanto que
será descontado del pago de la materia prima remitida al ingenio. Este adelanto funciona
en los hechos como un salario de $13500 aproximadamente que reciben mensualmente
los colonos en la medida que ingresan a trabajar a la colonia (para el momento en que se
realizó el trabajo de campo efectivamente habían ingresado a trabajar 10 de los 35
colonos). En este sentido,
(…) Experimentan (los colonos) una nueva relación de subordinación en el proceso
productivo. ALUR financia, asiste, pero también supervisa. Si hay tareas que no se
están realizando los técnicos de ALUR van a velar porque se realicen, porque ALUR
está altamente interesado en los buenos resultados de los procesos productivos. En este
proceso de supervisión en buena medida (los colonos) no toman decisiones
estratégicas, toman decisiones tácticas, si laboreo de noche o de mañana, si aplico el
herbicida hoy o pasado mañana. Pero las decisiones estratégicas de laborear, de
aplicar el herbicida, de sembrar esta cepa, no las toman. (Oyhanctabal, 2014)
Así lo relata uno de los colonos de Pay Paso:
ALUR es la peor, está el dicho que dicen, ¿cómo es? divides y reinarás. Y estos
monstruos pa´ eso, pa´ eso son mandados a hacer. Digo, los mismos técnicos cuando
viene ya te viene lavando la cabecita. En la plantada a mi vino uno de los ingenieros
(de ALUR) que estaba encargado del campo en la plantada, que yo le reproché porque
nosotros no queríamos surcos de más de 100 metros y nos hicieron surcos de 240 mts.
Yo le digo, -pero acá mandamos nosotros- le digo, si nosotros dijimos más de 100 mts.
no, más de 100 mts. No. –No pero las máquinas- No pensamos en las máquinas,
pensamos en los compañeros, en el trabajo que vamos a dar, si hoy o mañana no hay,
bueno ahí se ve pero... no, no, nos respetan a nosotros. Por más que seamos los 35 vos
lo que pienses, ALUR, no. Digo tenes que agarrar y pararte en la puerta allá para que
te respeten, sino no te respetan.
82
De esta forma se produce el pasaje del trabajador asalariado dependiente, hacia una
nueva realidad, en la cual desde el punto de vista objetivo el trabajador controla
parcialmente algunos medios de producción y sin embargo continúa siendo dependiente
(Moraes Obregón, 2012, p. 182). Esta situación contradictoria tiene un profundo
significado en la construcción de subjetividades, por un lado refuerza el imaginario
colectivo acerca de la reproducción de la relación patrón- empleado y por el otro,
produce cambios en algunos trabajadores respecto a su posicionamiento de clase,
haciéndose referencia a su condición de “productor” (Moraes Obregón, 2012, p. 186)
De los 35 colonos, 8 son mujeres, tres de ellas han sido parte del proceso de lucha por
las tierras de Pay Paso desde sus inicios en 2011 vinculándose a UTAA a través de su
Comisión de Tierras. La vinculación de las mujeres al sindicato se relaciona con las
reivindicaciones que este lleva delante y que van más allá de lo estrictamente laboral;
integrando la lucha por tierras, mejores condiciones laborales para los trabajadores de
Bella Unión, desempleo, etc. Así el accionar de UTAA supera lo estrictamente sindical,
siendo el sindicato no solo de los peludos sino de toda Bella Unión. De esta forma,
algunas de nuestras interlocutoras comenzaron su vinculación a UTAA porque algún
pariente cercano, ya sea su pareja, su padre, o sus hermanos cortan caña, no obstante
otras no se relacionaron necesariamente a través de un tercero (Echeverriborda, 2007).
El orden de género condiciona las prácticas sindicales de hombres y mujeres,
construyéndose formas de ser mujer y ser hombre particulares en torno al espacio
sindical (Echeverriborda, 2007) Así son actividades fundamentalmente de las mujeres el
reparto del azúcar que a cada trabajador le corresponde durante la zafra, el cobro de la
cuota sindical y otros trámites administrativos.
83
19. Realizando la
plantación de nuevas hectáreas de caña (la autora junto a dos de las colonas) - Pay Paso. Marzo del 2015
20. Una de las mujeres de la cooperativa cargando un
mono de caña recién cortada. Pay Paso. Marzo del 2015
La gran mayoría de los integrantes de la cooperativa parecen tener alguna relación de
parentesco entre sí: tíos, primos, hermanos, suegros, yernos y compadres son algunos
de los lazos que unen a nuestros anfitriones; además de los lazos de amistad y el hecho
84
de que la zona de residencia de la mayoría de ellos se concentra en unos pocos
barrios de la ciudad, por lo cual además muchos son vecinos. Son justamente en estos
lazos de vecindad y parentesco donde se encuentra el origen de las primeras formas de
asociación entre nuestros interlocutores. Fue a partir de los pequeños grupos de
parentesco, vecindad y afinidad, que se integraron paulatinamente a la Comisión de
Tierras de UTAA, que se consolidó con posterioridad la formación de una cooperativa
única. Así lo relataba la esposa de uno de los cooperativistas:
La idea nació así en casa, ahí los güirises se reunían y salió la idea de pelear por
tierras, después se enteraron de la Comisión de Tierra de la UTAA y ta´ fueron para
ahí.
Así mismo durante el período de la plantada se puede observar como la forma en que se
organiza el corte de la caña semilla (así se denomina a la caña que se corta para plantar)
es en función de estos grupos de afinidad; distintos grupos de parientes y amigos cortan
juntos en un mismo frete de corte. Así también la organización del trabajo implicó la
solidaridad a la interna del colectivo de colonos, los más experientes enseñaban a
quienes menos conocían del trabajo, haciendo que las rispideces internas desaparecieran
frente a la solidaridad endogrupal:
Y bueno… los güirises siempre me ayudaron, en eso también puedo decir, siempre me
estuvieron apoyando los compañeros, siempre me ayudaron. Siempre ellos trataron de
enseñarme, porque yo no sabía nada, del tema de caña nunca supe hasta que me
enseñan ahora, porque ellos me enseñan a cortar caña, a despunta, hasta monear
porque ni monear sabía. (Monear lo usan para referirse a la acción de cargar los monos
– manojos- de caña sobre los hombros para trasladar la caña cortada hacia el frente del
tablón)
Durante el tiempo que se prologó el corte de la caña semilla y la plantada de las 150
hectáreas de caña que se le sumaron a las 160 hectáreas ya existentes, pudimos observar
de cerca, participando en las jornadas cotidianas de corte en los cañaverales de Pay
Paso, la forma en que el ser cortador se inscribe en el cuerpo:
El movimiento reiterado de los brazos, la forma en que el cuerpo se inclina sobre las
cañas para realizar el corte con la cortadora y luego despuntar la caña ya cortada con
el facón, el peso de los monos de caña sobre los hombros, el ir y venir entre el barro, el
85
hollín de la caña quemada sobre sus rostros, la piel curtida por las heladas de la
madrugada y el sol del mediodía; generan un ser y hacer del peludo que se inscribe en
su cuerpo a modo de habitus.
En época de zafra, por las noches aunque los músculos del brazo con que se maneja la
cortadora estén en reposo, generan movimientos involuntarios de contracción, reflejos
del movimiento voluntario reiterado, necesario para realizar el corte. Al no usar
guantes los cayos en las manos producto del uso de la cortadora y el facón son
importantes, los pies también sufren con los incómodos zapatos que generan
callosidades y dolor. Después que termina la zafra las manos comienzan a suavizarse
como si ocurriera un acto de magia, los pies pierden su rugosidad y los músculos de los
brazos se distienden, hasta el peso corporal aumenta un poco, pero claro la magia se
acaba al inicio de la zafra siguiente. (Notas del diario de campo)
Así, el ser y hacer de los cortadores de caña se inscribe en sus cuerpos a modo de
habitus (Bourdieu, 1995; Wacquant, 2006), siendo resultado de las formas concretas de
existencia de estos sujetos que identificamos y se auto identifican como peludos, formas
de existencia social, que se reproducen generacionalmente: la gran mayoría de nuestros
interlocutores proviene de familias de peludos, abuelos, padres e hijos dedicados al
trabajo en los cañaverales. Muchos de ellos, comenzaron a trabajar en la caña de azúcar
en la infancia, con 10 u 11 años ayudaban a su padre o algún hermano mayor a
despuntar y cargar los monos de caña hasta la cabecera del tablón. Cortar caña de azúcar
conforma sus vidas- en un sentido mucho más profundo que una mera actividad laboral,
porque el ser peludo se aprende en la práctica, hacerse peludo es en un sentido
apropiarse de un conjunto de mecanismos corporales y esquemas mentales. (Wacquant,
2006)
86
21. Afilando la cortadora. Pay Paso. Marzo
del 2015.
. 22. Corte de caña quemada, primera zafra en
Pay Paso. Foto de Bety Belén. Mayo del 2015.
87
23. Grapo juntando la caña cortada durante la
primera zafra en Pay Paso. Foto de Yanina Núñez. Mayo del 2015
El lugar que le asignamos a los objetos en la etnografía (Gatti en Guigou y Álvarez
Pedrosian, 2013), tiene relación con el lugar que le asignan los actores en su universo
social, para cualquier peludo, el facón y la cortadora tiene un rol central, así lo evidencia
la inmensa réplica de un facón y una cortadora que adornan las paredes del sindicato de
UTAA y así también lo indica la importancia que tienen estos instrumentos para
nuestros interlocutores, uno de ellos, decía:
Cada cortador tiene su cortadora y su facón y solo usa la de otro si se le rompe y
alguno que tiene dos le presta. Nosotros (en referencia a los más jóvenes) gastamos
hasta 3 cortadoras y facones por año, a Mario (uno de los cortadores más veteranos,
colono en Pay Paso) una cortadora igual le dura 3 años, y su facón también, es viejo y
está afilado como nuevo, él las cuida más.
88
24. Sindicato de UTAA.
Octubre del 2014.
Sin dudas la cortadora y el facón siendo mucho más que meros accesorios, tienen un
sentido simbólico propio, este sentido es siempre un hecho cultural, enmarcado en un
territorio determinado y en un tiempo específico y que desde el punto de vista de los
sujetos es percibido naturalmente (Gatti, en Guigou y Álvarez Pedrosian, 2013, p.63).
Así también, la cortadora y el facón, han sido parte del paisaje cotidiano en Pay Paso,
una vez que en el mes de mayo se dio comienzo la primera zafra de corte de caña de
azúcar. La cantidad de hectáreas de caña a cortar volvieron necesaria la contratación de
mano de obra. De este modo comienza a gestarse el proceso complejo de trasformación
de asalariados rurales en colonos, proceso que interviene en la construcción identitaria
de estos sujetos, la cual se presenta en constante producción, -definida en términos de
ipse, es decir mutable, flexible y en tanto la decantación de una posibilidad entre tantas.
(Ricouer, 2008)
Así mismo, la contratación de peludos para el corte durante la zafra, hasta hace poco
compañeros de trabajo; puede acarrear algunas dificultades de las cuales nuestros
anfitriones son conscientes:
Porque vos tenes todo eso, ah si ustedes son la UTAA ustedes tiene que pagar mejor.
No, a nosotros nos dan, como a todos, nos dan esa plata y el costo es eso, lo que se
paga es eso, y bueno se negocia, nosotros siempre buscamos la forma, es que ahora
89
vamos a tener todos esos choques siempre, ¿viste? pero buscamos la forma de pagarle
lo que es y ta pelado, no robarle, y es así, es la forma de trabajar con la gente.
La trasformación de asalariados (peludos) en colonos implica de hecho una serie de
tensiones en cuanto a la relación de este colectivo de colonos con ALUR y el INC en
tanto actores responsables en cierto sentido de esta trasformación y de los cuales
dependen para asegurar la viabilidad productiva de la colonia. Ahora bien, también se
generan tensiones en las relaciones de los actuales colonos con la organización sindical
que les dio origen, UTAA. Fue a través del sindicato que nuestros interlocutores
accedieron a las tierras de Pay Paso, formar parte de la Comisión de Tierras del
sindicato era un requisito excluyente para poder constituirse como aspirantes a colonos.
Como refirió en alguna oportunidad uno de los docentes universitarios del CFP:
Al Centro de Formación le preocupa que el sindicato (UTAA) se transforme solo en un
medio de distribución de tierras, o sea, no tiene un proyecto colectivo, la gente se
sindicaliza porque sabe que por ahí es más fácil que colonización les de tierras.
De igual forma lo relató un técnico del INC al ser entrevistado:
Que la vinculación sindicato -productor colono vamos a decir, tampoco es muy…la
mayoría si les preguntas, que no están de acuerdo, pero que están en el sindicato
porque si no, no entran, eso lo tiene claro. Si no están en el sindicato no entran a las
tierras. A veces no están de acuerdo con el sindicato, pero están porque bueno es la
manera.
Tal vez producto de esta integración exigida al sindicato, las relaciones de este con las
cooperativas de colonos una vez que estos acceden a las tierras se diluyen y se tensan.
Así lo evidenciaron las rispideces generadas durante la última plantada de caña en Pay
Paso donde las relaciones con el sindicato se ubicaron en su punto más álgido, cuando
UTAA reclamó a los colonos la entregar a tiempo del equipamiento de trabajo necesario
para el corte de la caña semilla, actividad para la cual habían sido contratados algunos
cortadores. De hecho el retraso en la entrega era responsabilidad de ALUR, a pesar de
los pedidos de los colonos, el Ingenio se demoró en hacer efectivo el envío de los
equipos a la colonia y así se retrasó su entrega a los trabajadores contratados. Al tanto
de los retrasos en la entrega del equipamiento, algunos dirigentes de UTAA se hicieron
90
presentes en la colonia, en reclamo por esta situación generando tensiones con parte del
grupo de colonos.
En este sentido podríamos pensar que las dificultades que plantea el mantenimiento del
vínculo entre los colonos y la organización sindical una vez que se accede a las tierras,
puede en algún punto estar relacionado a estas cuestiones de como los sujetos se
acercan al sindicato. El sindicato en tanto organización no ha podido hasta ahora
mantener un vínculo duradero con los colonos una vez que se produce el acceso a las
tierras, esta situación no es exclusiva del proceso de Pay Paso, del mismo modo ocurrió
en la Colonia Raúl Sendic, Campo Placeres y Colonia España; en todos estos casos la
conformación de cooperativas y grupos de colonos implicó la defensa de una cierta
autonomía respecto de las organizaciones que dieron origen a los cooperativistas,
debilitándose recíprocamente los lazos entre las cooperativas de colonos y las
organizaciones de referencia (Echeverriborda y Moraes Obregón, 2010), en lo que
respecta a UTAA en tanto organización sindical , acompaña e impulsa las luchas de los
trabajadores por acceso a tierras, no obstante una vez que se concreta la adjudicación los
peludos se trasforman en colonos, teniendo ahora necesidades y demandas distintas, las
cuales el sindicato no ha logrado canalizar:
Sí, porque viste que -------- (integrante de la directiva actual de UTAA) nomas se
comprometió de que iba a participar todos los martes en la reunión y nunca participó, y
él se comprometió con nosotros y nunca… Y viste que ellos tendrían que tener la
responsabilidad de ellos también, no?
Al respecto de las tensiones generadas en este devenir de peludos en colonos; en el
discurso nuestros interlocutores refieren a esta diferenciación entre el ser peludo y el
ser colono:
Ahora se creen más porque son colonos y se creen capaces de explotar al peludo como
lo explota el patrón, andan en camioneta y se dan esos lujos inaccesibles para un
peludo.
Nosotros somos trabajadores pero a lo último tenemos un pedazo de tierra y tenemos
que afrontar la responsabilidad (…) (al trabajador) se le va a pagar, acá nadie le va a
robar nada, nadie se va a quedar con un peso del peludo, se le va a pagar todo.
91
Para los actores técnicos también parece funcionar esta lógica de oposición entre el ser
peludo y el ser colono:
Hay un nuevo orden patronal. Hay una necesidad objetiva de trabajo extra grupal en el
proceso de corte. Y está la posibilidad objetiva de no realizar esa tarea que ellos
históricamente realizaron y ahora la pueden dejar de hacer, pueden dejar de cortar
caña de azúcar. (…)
Ya no venden su fuerza de trabajo, ahora realizan parte del proceso productivo. Hay un
proceso de subsunción hibrida. No tiene condiciones para acumular porque están
subordinados al ingenio, pero también aparece la posibilidad de comprar fuerza de
trabajo (…) ¿Qué son entonces? Va a surgir una suerte de clase hibrida que está en
esta posición intermedia (…) Ya se dan cuenta que no son asalariados, que ahora
organizan parte del proceso de trabajo. Ellos ni se identifican con los empresarios,
pero ya se empiezan a dejar de identificarse con los asalariados de donde provienen.
Ellos se van distanciando de UTAA, no se sienten contenidos en la UTAA tampoco
sienten que tiene que ingresar a las organizaciones de empresarios (Oyhanctabal, 2014)
No obstante, es con los peludos (antiguos compañeros de trabajo) con quienes los
colonos comparten por ejemplo un trago a la noche, el barrio, los juegos de sus hijos,
los gustos y las preferencias musicales y alimenticias, los lugares donde realizan las
compras, etc. Es decir los ámbitos de socialización siguen siendo prácticamente los
mismos, es con los peludos y no con los productores de APCANU con quienes
comparten su cotidianidad. Así, en el complejo proceso de trasformación de peludos en
colonos, determinar ¿quién es ahora el patrón? ¿Quién está del otro lado del mostrador?,
parece no ser lo relevante, porque en última instancia quien toma las decisiones
trascendentes sobre el proceso productivo, es ALUR, no la cooperativa de colonos.
Ahora bien, lo que ocurre podríamos decir es una resignificación de los sujetos y del rol
que desempeñan, existe una matriz simbólica donde estos sujetos ocupan ahora otros
espacios, otros campos (Bourdieu, 1995), y así en ese devenir de peludos a colonos se
reconstruyen permanentemente sus identidades, en tanto mutables, flexibles (Ricoeur,
2008)
92
25. Colonos mantenimiento la
plantación de cañas -Pay Paso. Enero del 2015
III.3 Cuidar las cañas, regar, manchonera y plantar
Partí hacia Pay Paso a las 6 de la mañana cuando tomé la combi Patito Feo en la esquina
de la casa de Elsa, el día anterior había coordinado con Manuela y Alejandro para ir con
ellos y acompañarlos en la jornada de trabajo. Así que fui junto a ellos en la combi que
compraron con dinero del sueldo de cada uno de los diez, que integran el primer
subgrupo de colonos que ya ingresaron a trabajar en la Colonia. La combi que apodaron
Patito Feo es una Volkswagen de los 80´en un estado bastante malo, en la palanca de
cambios por algún motivo que aun ellos no conocen no entra el cambio de segunda, solo
primera y tercera, cuarta no se puede dar porque como dijo Carlos se funde. Durante el
viaje hasta la chacra, que dura unos 45 minutos, el olor a nafta que sale de la camioneta
permea el aire y hace por momentos complicado respirar; pero la combi cumple su
función principal: llevarlos y traerlos todos los días desde la chacra, evitando romper
sus motos en los deplorables caminos llenos de pozos que conducen hasta Pay Paso.
La jornada de trabajo arranca como 7 y media después de tomar unos mates y comer
algunas galletas a modo de desayuno, ahí se organiza lo que se va a hacer en el día, en
este caso tocaba arrancar las malezas que se esparcen entre las cañas, así que Julio,
Laura, Manuela y Esteban me enseñaron a usar la azada. Por supuesto la cantidad de
maleza que logré arrancar no fue ni la mitad de la que arrancó el resto del grupo, incluso
antes de llegar al área donde Julio- que es el que organiza las tareas de campo-, resolvió
debíamos trabajar, ya estaba cansada de caminar entre el barro y las cañas soportando el
93
calor y cargando con la azada. El trabajo fue duro, aprender a usar la azada no es fácil
para una citadina, que conoce casi nada de tareas en el campo - Como le dijo Manuela a
Esteban mientras Julio me enseñaba de donde tenía que agarrar la azada y que
movimiento hacer para no lastimarme la columna y lograr arrancar las malezas. -Lo que
es estudiar, fíjate que nuca agarró una azada en su vida la gurisa-.
Como a las 11 y media, después de más de 3 horas de trabajo regresamos para el casco
de la estancia donde están las instalaciones que usará el INC, y en las cuales ahora hay
un casero. De lado de la casona central están las instalaciones que usan mis anfitriones,
4 piezas, un baño y una cocina dispuestos en galería; allí descansamos durante el
almuerzo.
Comimos, tomamos bastante agua fría, y nos tiramos un rato en el pasto a descansar, yo
me senté junto a Laura y Manuela que son las únicas dos mujeres del grupo de 10
colonos que ya ingresó a trabajar.
26. Jugando al truco después del
almuerzo-Pay Paso. Enero del 2015.
Luego del almuerzo y un rato de descanso se repetía el ritual, termo de agua en mano,
azada, y sombreros todos partimos otra vez hacia los cañaverales para seguir arrancando
maleza. Al día siguiente se comenzaría a aplicar herbicidas, o como le dicen mis
anfitriones, manchonear.
94
Como a las tres y media de la tarde juntamos todo y emprendimos viaje de regreso a
Bella Unión, en la Patito Feo.
Cuando comenzó el riego, las dos mujeres del grupo fueron instruidas por sus
compañeros en la forma en que se debían hacer los canales para poder regar. Ellas
fueron quienes luego me enseñaron a mí. El riego es una actividad un poco más
entretenida que arrancar maleza, pero igualmente desgastante. La clave consiste en
saber dónde armar los atajos para que corra el agua, para que llegue al final del surco y
sea efectivo, para ello se debe hacer el canal lo más próximo posible a las hileras de
caña.
27. Pay Paso. Durante el riego. Febrero del 2015.
Ya sea se tratase de arrancar malezas, aplicar herbicidas o regar, el mismo ritual de
trabajo se repetía diariamente de lunes a viernes, desde que salía el sol hasta las cuatro
de la tarde, los sábados la jornada de trabajo se extendía hasta el mediodía. Así se
ponían en marcha las labores en la colonia y comenzaba a tomar forma la producción de
caña de un grupo de trabajadores y trabajadoras, ahora colonos.
95
IV Solo con la tierra, no basta
Sin dudas la dinámica de la caña de azúcar marca el devenir de Bella Unión y sus
moradores, imprimiéndole a la ciudad dos ritmos distintos, uno el de la zafra y el dinero
seguro; el otro el de buscar la changa durante la entre zafra. Esta lógica, la lógica
amarga de la caña de azúcar, hace que el anhelo de poder superar de la zafralidad sea el
principal objetivo de nuestros interlocutores en el proyecto de Pay Paso:
Como todo trabajador aspira a que su familia esté bien, por eso es importante el acceso
a la tierra, para trabajar algo que es tuyo, para salir de la zafralidad.
Del mismo modo que la posibilidad de escaparle a la zafralidad, la posibilidad de no
realizar más el trabajo agobiante y sacrificado del peludo es otro de los motores a tener
en cuenta, así lo relata la esposa de uno de los colonos:
Yo apoyo mucho a (…), a veces esta con ganas, me dice - ah-toy con ganas de
abandonar- No!, le digo, aguantá, siempre estoy aguantá, aguantá. Porque uno nunca
sabe ¿no?, puede ser la oportunidad de no ser un peludo más. Porque mira que
tampoco te digo que él no va a hacer más nada, que va a quedarse sentado, él va a
estar haciendo las cosas pero no va a ser tan matador como el ser peludo. Cuantos
meses pasaba (…) sin trabajar, 4, 5 meses sin trabajar esperando la zafra. Al menos es
un trabajo seguro, todos los meses tenes esa platita, lloviendo, no lloviendo tenes esa
plata.
Ahora bien, el acceso a la tierra no se transforma en la solución a sus problemas en la
medida que:
Hoy el proyecto de ALUR no es un proyecto social, es una empresa que debe dar lucro
al Estado, lo social quedó atrás.
Para otro de nuestros interlocutores:
No es solo la tierra y nada más, al trabajador hay que darle condiciones (condiciones
para trabajar la tierra) Y la forma en que hoy se accede a la tierra es en muy malas
condiciones… Digo, que la Ley de colonización no la cumplen, porque te entregan la
tierra sin condiciones… le falta más apoyo, más apoyo del Estado ¿no? Porque yo
calculo que si todos pusieran un poquito los 35 era para haber entrado de un principio.
96
Así lo relata otro de los entrevistados:
Es cierto, hoy tenes cerca de cien familias que están asentadas en la tierra en los
diferentes emprendimientos, pero eso no ha significado un cambio en la calidad de las
cosas… hay algunos que están hechos pelota, (en referencia a algunos de los grupos de
las colonias) les ha ido mal, están recontra endeudados, desanimados totalmente, digo,
entonces se vuelven casi unos mendigos de ALUR para que les resuelva un peso a fin de
año...
Todo el sistema, el sistema tal como está implementado por ALUR no tiende a que en
esos emprendimientos los trabajadores tengan, adquieran independencia; tratan de
agarrarlos y mantenerlos, los endeudan…
Otro de los colonos coincidía con este relato:
A mi motivo de ver ALUR lo que siempre hizo fue trancar, porque digo, a él (ALUR) le
sirve un grupo que esté totalmente dominado por él, el tema que vos le estas debiendo y
tenes que hacer lo que él quiere y no un grupo que esté totalmente liberado, que no, no
tenga que depender tanto de él.
Así lo relata otro de los cooperativistas:
Tenemos muchas experiencias acá en la vuelta que han fracasado, y sabemos que
muchos han fracasado por la división, sabemos que la división te lleva a eso. Y… y la
forma más fácil que ALUR tiene para la división es la plata, te digo porque yo lo he
visto ya, eh… te doy tal cosa… y empiezan así… a endulzarte. Así pasó en la colonia
(en la Colonia Raúl Sendic) claro, en la Sendic iban a ALUR y para fulano le daban tal
cosa y ahí se dividían; después que se dividían los mataban. La contra que hay, es que
acá en la zona -y Pay Paso la va a tener,- es que ALUR centraliza todo, cargada, corte,
todo.
La situación de la que da cuenta estos relatos, podríamos pensarla como consecuencia
de la forma en que se han gestado las políticas de acceso a la tierra para los asalariados
rurales en nuestro país- Mediado por el INC, grupos de trabajadores -cuyas formas de
asociación en muchos casos responden más a un requisito formal impuesto desde el INC
que a un deseo colectivo de organizarse- se trasforman en adjudicatarios de fracciones
97
de tierras que reciben bajo la modalidad de arrendamiento. Así el grupo es la condición
para el acceso a las políticas públicas y pocas veces se encara como un proceso a
construir (Guedes, 2014). Para el área de Bella Unión, el acceso a la tierra está
directamente vinculado al cultivo de caña de azúcar para su venta en exclusiva al
ingenio de ALUR, como principal mecanismo de obtención de lucro de esas tierras. Así
antiguos asalariados zafrales, se trasforman en pequeños productores – colonos-
Colonos que tienen solo las manos para trabajar, desposeídos de los recursos
económicos necesarios, para acceder entre otras cosas a un parque de maquinaria
(grapos, camiones, tractores, etc.), indispensable para el funcionamiento del proyecto
productivo:
El área ya es grande ya son 300 hectáreas (de caña) que tenemos, tenemos 160
hectáreas que está en pie y más la caña que se plantó que llega más o menos a las 300
hectáreas y con 300 hectáreas ya precisamos el parque de maquinaria, el tractor, el
grapo, el camión, la tolva… Toda esa maquinaria precisamos, si o si, porque ya es
grande el área, y para el otro año van a haber 500 hectáreas, precisamos si o si… y eso
todo dependemos de ALUR. (Contratar la maquinaria) tampoco sirve, porque siempre
liberando plata, siempre pagando, pagando, y pagando. (…) Esa es la jugada que tiene
ALUR te quiere apretar, apretar, apretar… a ver qué reacción nosotros tenemos… pero
nosotros estamos firmes que queremos el parque de maquinaria, es que lo
precisamos… de que te sirve tener 300 hectáreas si no podemos tener ni un tractor? No
tiene sentido, ¿de qué te sirve?
Al respecto, también se expresaba uno de los técnicos del Instituto Nacional de
Colonización:
La idea es que de caña van a ir 400 hectáreas, más un 20% de caminería interna, en
total 500 hectáreas van a estar ocupadas con el cultivo de caña. Pero a ellos (en
referencia a los colonos) se les entregan 1200 hectáreas o sea que hay 700 que tiene que
aprovecharlas, con otros cultivos, ganadería, o lo que sea. A ellos los que se le
complica ahí, es que no tiene capital… capital de producción.
(…) De hecho este perfil que el Instituto apunta acá, se da solo acá. Porque si bien en
todos los rubros apunta si a los asalariados rurales, cualquier asalariado rural,
ganadero por ejemplo, si bien es asalariado rural tiene sus vaquitas, que el patrón le
98
deja tener en la estancia sus vaquitas , un capital mínimo de producción tiene. Acá, no,
acá el único capital de producción que tiene ellos es la fuerza de trabajo que tienen,
ellos… no tiene nada.
Del mismo modo que el parque de maquinaria se vuelve indispensable así también lo es
un ómnibus que oficie de medio de trasporte de los colonos y eventualmente de los
cortadores contratados durante la zafra; la colonia esta emplazaba en un área bastante
alejada de la ciudad y los caminos que conducen a ella están en muy malas condiciones,
por lo cual la necesidad de un trasporte era imperante:
Nosotros estamos peleando por el tema del trasporte, para tener un ómnibus, pa´ tener
un ómnibus para la gente ir y volver, y no estropear las motos (…) No están dando
bola, en el sentido que no están acomodando los caminos y tiene que acomodar los
caminos, más mismo ahora para el trasporte de la caña, los camiones esos pesados,
van a quedar desechos los caminos pura huella y para pasar autos y motos un peligro
de caer.
…El tema es que ALUR nos quiere fundir antes de arrancar, esa es la realidad, ALUR
nos quiere fundir, nos pone muchas trabas para no meter ómnibus y alquilar el
ómnibus y en todo ese periodo de zafra ¿cuánta plata se va para alquilar un ómnibus?
4, 5 mil pesos todos los días, para llevar y traer los peludos… Nosotros queremos
comprar el ómnibus. (…) Y claro, están llevando, y llevando pa´ delante porque a
ALUR le conviene que nosotros alquilemos, por la plata… ¿cuánta plata se va en 6
meses de zafra? Cada vez nos vamos a ir enterrando más, esa es la jugada que ellos
quieren hacer.
Luego de casi 10 meses de luchas, pedidos y tratativas los colonos accedieron a la
compra de un ómnibus mediante una serie de facilidades que la empresa CUTCSA les
otorgó.
99
28. Ómnibus
recientemente adquirido por la cooperativa. Foto de Yanina Nuñez. Mayo del 2015.
La falta de recursos económicos, del parque de maquinaria y la necesidad de un
trasporte, acaba por insertar a la cooperativa de colonos en una lógica de dependencia
económica respecto de ALUR y el INC; lógica que limita su autonomía y los vuelve
presos de la buena voluntad de las instituciones estatales para el funcionamiento del
proyecto productivo; los trabajadores se encuentran enajenados del proceso de trabajo,
dado que el diseño, la planificación y el control del mismo, depende del departamento
agrícola de ALUR S.A. (Moraes Obregón, 2012, p.194)
Así al desafío cotidiano que enfrentan los colonos de consolidar la organización del
colectivo y gestionar el trabajo desde lo grupal, tarea que no resulta sencilla:
Porque el trabajo en la caña de azúcar es muy individualista y eso complica pa´que los
compañeros aprendan a trabajar como un colectivo.
Se le suman las dificultades económicas producto de la forma en que acceden a la
tierra: sin condiciones reales que aseguren por parte de las políticas públicas los
recursos productivos necesarios para el trabajo en la caña de azúcar. En ese sentido las
políticas públicas de acceso a la tierra para asalariados y pequeños productores rurales
de todo el país, en tanto políticas sociales son un producto del sistema capitalista, e
implican una relación múltiple que involucra por lo menos tres actores: el Estado, las
clases hegemónicas y las clases trabajadoras; actores que están en permanente tensión,
por lo cual más que pensadas como meras concesiones por parte del Estado estas
políticas sociales deben ser entendidas como resultado de las relaciones conflictivas y
100
las luchas de poder entre las tres partes relacionadas (Pastorini, 1997). Así las políticas
de acceso a la tierra gestionadas por el INC son en parte el fruto de la acción colectiva
de lucha de los trabajadores rurales.
No obstante de las diversas dificultades que imponen los mecanismos actuales de
acceso a la tierra y que enfrentan diariamente nuestros interlocutores; el anhelo de
mejorar sus condiciones de trabajo y de vida, sigue siendo el motor principal de sus
luchas, así la conquista de las tierras de Pay Paso se trasforma en una máquina de
sueños (Waquant, 2006):
El sacrificio y la pelea recién empieza, después vos veras el fruto, pero primero te
cuesta… Si vos queres ese pedacito de tierra, pelealo como venga, anda como puedas,
porque es tuyo y vos lo luchaste por tenerlo.
Yo pienso en un futuro, yo pienso en mi familia, en mi gente, en mis hijos.
29. Colonos en Pay Paso.
Enero del 2015.
Ya pasamos lo peor, porque pasamos lo peor ahora que tenemos esto, ¿vamos a bajar
los brazos? justamente ahora después de que pasamos tres años peleando, sin un
pedacito de tierra, porque no teníamos ni la palabra de ellos. Ahora que tenemos,
porque no tenemos grande pero ya tenemos algo en que apoyarnos, ¿qué vas a largar?,
ahí vos tenes que darte más fuerzas, ahí vos tenes que pelearla, porque ahí es donde
recién empieza la pelea… ¿Me entendés? , la pelea recién empieza, y vamos a ver
cuánto nos va a costar esto.
101
Algunas consideraciones finales
La presente etnografía intentó aproximarnos a la cuestión del acceso a la tierra entre los
trabajadores y trabajadoras de la caña de azúcar. Aportando particularmente a la
comprensión de los procesos de acceso a las tierras de Pay Paso en los que están
implicados nuestros anfitriones; para quienes la lucha por la tierra es parte de sus vidas,
sus aconteceres y es palpable en su cotidianidad. En la interacción de nuestras
reflexividades, se desarrolló el proceso de trabajo de campo, esa poderosa fuerza
disciplinar, asertiva, exigente y coercitiva, que no puede ser esquivada (Geertz, 2012, p.
100). Proceso del cual resultaron los relatos y las vivencias referidas en este texto.
Proceso, trasformador, movilizador y a partir del cual sin dudas ya no somos los mismos
(Cardoso de Oliveira, 2007).
La dinámica de la caña de azúcar marca el devenir de Bella Unión y sus moradores,
imprimiéndole a la ciudad dos ritmos distintos, uno el de la zafra y el dinero seguro; el
otro el de la entre zafra y el buscar la changa. Esta lógica, la lógica amarga de la caña
de azúcar, el anhelo de poder superar la zafralidad y obtener un salario estable todo el
año hacen del proyecto de Pay Paso un horizonte posible para nuestros anfitriones.
El proceso de Pay Paso comprendió diversas acciones de lucha. Los relatos generados
en torno a los dos campamentos de ocupación y las diversas medidas de presión desa-
rrolladas por el colectivo de aspirantes a colonos; han cimentado la construcción de
una memoria colectiva de la colonia, la cual fortalece el sentido de pertenencia al gru-
po y es productora de prácticas y discursos. Las trayectorias personales de los colonos,
aunque diversas tiene muchos puntos en común; historias de vida marcadas por la zafra-
lidad y las migraciones temporales en busca de alguna changa en el periodo de entre
zafras; la gran mayoría provienen de familias de peludos, para los cuales la caña de azú-
car forma parte de sus mundos de vida.
Al respecto, la UTAA, en tanto campo social genera una cierta moralidad, un cierto
sentido del ser peludo que se imprime en los cuerpos, prácticas y discursos de los suje-
tos (Wacquant, 2006). Es justamente en este ser peludo, que se inscriben las luchas por
la tierra y el accionar político del Sindicato. Así, desde la Comisión de Tierras de la
UTAA se presiona y se trabaja en pos de efectivizar el acceso a la tierra para grupos de
102
peludos. En este marco, el acceso colectivo a las tierras de Pay Paso, es un acceso me-
diado por el sindicato, dado que el plan de colonización preveía la adjudicación de tie-
rras a un grupo de trabajadores conformado a partir de UTAA.
Las políticas de colonización desarrolladas desde el INC en los últimos años se han
orientado a favorecer formas colectivas de acceso a la tierra (Chiappe, y Espasandín
2014). Grupos de trabajadores (cuyas formas de asociación en muchos casos responden
más a un requisito formal impuesto desde el INC que a un deseo colectivo de organizar-
se) se trasforman en adjudicatarios de fracciones de tierras que reciben bajo la modali-
dad de arrendamiento; así el grupo es la condición para el acceso a las políticas públicas
y pocas veces se encara como un proceso a construir (Guedes, 2014). Para el área de
Bella Unión, el acceso a la tierra está directamente vinculado al cultivo de caña de azú-
car para su venta en exclusiva a la planta de ALUR, como principal mecanismo de ob-
tención de lucro de esas tierras. De este modo, antiguos asalariados zafrales, se tras-
forman en pequeños productores – colonos-. Colonos que tienen solo las manos para
trabajar. Desposeídos de los recursos económicos indispensables para el funcionamien-
to del proyecto productivo, se vuelven dependientes de ALUR para la obtención de ma-
quinaria, transporte, sistemas de riego, etc. Se genera pues una situación dual; por un
lado los trabajadores son considerados en tanto productores –ya que ahora poseen el
recurso tierra- por otro lado, en los hechos los colonos son casi tan dependientes de
ALUR como los obreros del ingenio, ya que no disponen de capital económico, trans-
formándose así en lo que varios de mis interlocutores mencionaron: peones baratos de
ALUR. Así, al desafío cotidiano que enfrentan los colonos de consolidar la organiza-
ción del colectivo y gestionar el trabajo desde lo grupal, se le suman las dificultades
económicas producto de la forma en que acceden a la tierra: sin condiciones reales que
aseguren por parte de las políticas públicas los recursos productivos necesarios para el
trabajo en la caña de azúcar.
En este marco, ocurre la trasformación de asalariados (peludos) a colonos; produciéndo-
se una resignificación de los sujetos y del rol que desempeñan, existe una matriz sim-
bólica donde estos sujetos ocupan ahora otros espacios, otros campos (Bourdieu, 1995)
y así, en ese devenir de peludos a colonos se reconstruyen permanentemente sus identi-
dades, en tanto mutables, flexibles (Ricoeur, 2008).
103
Transformarse en colonos, implica de hecho una serie de tensiones en cuanto a la rela-
ción del colectivo de colonos con ALUR y el INC en tanto actores responsables en cier-
to sentido de esta trasformación y de los cuales dependen para asegurar la viabilidad
productiva de la colonia. Ahora bien, también se generan tensiones en las relaciones de
los actuales colonos con la organización sindical que les dio origen, UTAA. Fue a tra-
vés del sindicato que nuestros interlocutores accedieron a las tierras de Pay Paso, formar
parte de la Comisión de Tierras del sindicato era un requisito excluyente para poder
constituirse como aspirantes a colonos. Producto de esta integración exigida al sindicato
y de la escasa capacidad de la organización sindical para atender las demandas de los
colonos, -que ya no son las mismas que cuando eran peludos-; las relaciones entre
UTAA y las cooperativas de colonos se diluyen y se tensan. Al respecto podríamos pre-
guntarnos: ¿Corresponde a UTAA en tanto el sindicato de los peludos, atender las de-
mandas de grupos de colonos una vez que estos acceden a la tierra?, ¿se deberían gene-
rar otras formas de organización de colonos que respondieran a sus interese?, ¿debería
pensarse el proceso de acceso a la tierra, en el marco de un proyecto político del Sindi-
cato que contemplara la lucha por la tierra y los procesos que ocurren una vez que se
accede a ella? Estas interrogantes permanecen abiertas a futuros análisis.
En síntesis, este texto intentó reflejar no solo el proceso personal y profesional que
implica el hacer etnografía, sino también presentar una mirada, muchas miradas,
respecto a la forma en que se gestó y consolidó el acceso a las tierras de Pay Paso; en el
cuál las políticas públicas aún tiene mucho por hacer, por trasformar, porque esta
máquina de sueños (Wacquant, 2006) que es Pay Paso, depende demasiado de los
campos burocráticos del Estado (Bourdieu, 1995) que poco parecen entender de la
verdadera lucha que libran nuestros anfitriones cotidianamente.
Quién no deja la lucha. Los fuertes. Guerreros que piensan en un futuro sin pensar
en ningún desgaste.…
…UTAA… Con un señor llamado Raúl Sendic hombre y nombre de fuerza que luchó
y aun algunos guerreros lo llevan presente con su fuerza. Peleando por salarios
dignos, por los peludos, por gente trabajadora. Por la tierra.
(Notas relativas al primer campamento en Pay Paso. Gentileza de su autora Adriana Ferreira)
104
Bibliografía
ANTÚNEZ DE OLIVERA, O. (1979). Nacimiento y ocaso de la Colonia del Cuareim o
de Bella Unión. Montevideo: Imprenta del Ejército Nacional.
BARLEY, N. (2004 [1983]). El antropólogo inocente. Notas desde una choza de barro.
Barcelona: Anagrama.
BOURDIEU, P. (1995). Respuestas por una antropología reflexiva. México D.F:
Grijalbo S.A.
BOURDIEU, P. (2000). La dominación masculina. Barcelona: Anagrama.
BOURDIEU, P. (2003). L'objectivation participante. Actes de la rechenhe en sciences
sociales, 150, (pp. 43-58). Traducido del francés por Miguel, P. Acceso en noviembre
2014,https://flacsosociologiareflexiva.wikispaces.com/file/view/Bourdieu%2C+PierreO
bjetivcion+Participante.pdf
BOURDIEU, P. (2007). Razones prácticas: Sobre la teoría de la acción. Barcelona:
Anagrama.
BOURGOIS, P. (2010 [2003]) En Busca de respeto. Vendiendo crack en Harlem.
Buenos Aires: Siglo XXI editores.
CALVO, C. (2008). El espacio azucarero de la Provincia de Tucumán frente al proceso
de globalización. II Jornadas Nacionales de Investigadores de las Economías Regiona-
les-IX Encuentro de la Red de Economías Regionales en el marco del Plan Fénix. Ac-
ceso en junio 2015,
http://www.econ.uba.ar/planfenix/economias_regionales/comision%20c/11-
calvo%203.pdf
CARDOSO DE OLIVEIRA, R. (1998). O trabalho do antropólogo: olhar, ouvir,
escrever. En Cardoso de Oliveira, R. O trabalho do antropólogo (pp.17-35). São Paulo:
UNESP.
CARDOSO DE OLIVEIRA, R. (2007). O ofício do antropólogo, ou como desvendar
evidências simbólicas. Série Antropologia, 413. Universidade de Brasília.
105
CARVALHO ROSA, M. (2009). Sem-Terra: os sentidos e as transformações de uma
categoria de ação coletiva no Brasil [versión electrónica]. Lua Nova., 76, (pp. 197-227).
Acceso en mayo del 2015, http://www.redalyc.org/pdf/673/67313619007.pdf
CHIAPPE, M. y ESPASANDÍN, N. (coords.). (2014). El acceso a la tierra en cuestión:
Dependencia y autonomía en la Colonia Raúl Sendic Antonaccio en Bella Unión.
Montevideo: Letraeñe Ediciones.
CLIFFORD, J. y MARCUS, G. (1991). Retoricas de la Antropología. Madrid:
Ediciones Júcar.
DA MATTA, R. (1978). O Ofício de etnólogo, ou como ter Anthropological Blues.
Boletim do Museu Nacional. Rio de Janeiro. Nº 27. Mayo 1978. Acceso en noviembre 2014
http://www.museunacional.ufrj.br/ppgas/Boletim_MN/Boletim%20do%20Museu%20N
acional%2027.pdf
DÍAZ ESTÉVES, P. (2009). Sociología de las ocupaciones de tierras. Acción colectiva
de los trabajadores rurales de Artigas, Uruguay 2005-2007. Montevideo: Nordan.
DOS REIS SCARMATO, L. (2005). As representações sociais sobre as queimadas de
cana-de-açúcar em Araraquara – São Paulo. Tesis de maestria. Centro Universitário
de Araraquara- UNIARA. Acceso en febrero del 2013,
http://www.uniara.com.br/mestrado_drma/arquivos/dissertacao/Luiz_Claudio_Scarmato
2005.pdf
ECHEVERRIBORDA, M. (2007). Construcción de género y espacio sindical: una
aproximación a las trayectorias de vida de las mujeres actualmente vinculadas a la
Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA). Tesis de grado- Licenciatura en
Trabajo social. FCS, UDELAR.
ECHEVERRIBORDA, M. y MORAES OBREGÓN, A. (2010). De ocupación de
tierras a cooperativa de trabajadores. ¿Y después? Una aproximación al análisis del
proceso Ocupación de Colonia España – Cooperativa 15 de enero de Bella Unión.
Documento de trabajo. SCEAM- UDELAR.
GALLAS, A. (2010). La rotación del empleo como forma de trabajo. Importancia del
empleo agrícola en la historia laboral y las movilidades de los asalariados temporales de
106
las ciudades de Salto y Las Piedras – Uruguay (pp. 44-65) En: Aparicio, S., Neiman, G.
y Piñeiro, D. (coords.) Trabajo y trabajadores en el agro rioplatense. Nuevos temas y
perspectivas. Montevideo: Letraeñe ediciones.
GEERTZ, C. (1989). El antropólogo como autor. Barcelona: Paidós.
GEERTZ, C. (1998 [1983]). O Saber Local. Novos ensaios em antropologia
interpretativa. Rio de Janeiro: Editora Vozes.
GEERTZ, C. (2001). Nova luz sobre a Antropologia. Rio de Janeiro: Zahar editores.
GEERTZ, C. (2008 [1973]). A interpretaҫão das culturas. Rio de Janeiro: Zahar
editores.
GEERTZ, C. (2012). Atrás dos fatos. Dois países, quatro décadas, um antropólogo. Rio
de Janeir: Editora Vozes.
GHASARIAN C., ABÉLES, M., BELLIER, I [et al]. (2008). De la etnografía a la
antropología reflexiva. Nuevos campos, nuevas prácticas. Nuevas apuestas. Buenos
Aires: Ediciones Del Sol.
GIARRACCA, N. (coord.). (2000). Tucumanos y tucumanas. Zafra, trabajo,
migraciones e identidad. Buenos Aires: Editorial La Colmena.
GIARRACCA, N., BIDASECA, K., y MARIOTTI, D. (2001) Trabajo, migraciones e
identidades en tránsito: los zafreros en la actividad cañera tucumana (pp.307-337). En
Giarracca, N. (comp.) (2001) ¿Una nueva ruralidad en América Latina? Buenos Aires:
CLACSO. Acceso en mayo del 2015,
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20100929125458/giarraca.pdf
GOFFMAN, E. (1997) La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos
Aires: Amorrortu editores.
GONZÁLEZ SIERRA, Y. (1994). Los Olvidados de la Tierra. Vida, organización y
lucha de los sindicatos rurales del Uruguay. Montevideo: NORDAN comunidad.
GUBER, R. (2001). La etnografía. Método, campo y reflexividad. Buenos Aires: Grupo
editorial Norma.
107
GUEDES, E. (2014). Agricultura familiar, organizaciones y políticas públicas.
Monografía final del curso Herramientas para el trabajo con colectivos en el campo.
Maestría En Educación y Extensión Rural. UDELAR.
GUIGOU, L. (2000). De la religión civil: identidad, representaciones y mito-praxis en
el Uruguay. Algunos aspectos teóricos. En: Romero, S. (comp.) (2000) Anuario de
Antropología Social y Cultural en Uruguay. Dpto. de Antropología Social, FHCE.
Montevideo: Fontaina-Minelli-Nordan.
GUIGOU, L. Nicolás. (2010). Comunicación, Antropología y Memoria. Los estilos de
creencia en la alta modernidad. Montevideo: Editorial Nordan.
GUIGOU, L. (2011). Religión y producción del otro: mitologías, memorias y narrativas
en la construcción identitaria de las corrientes inmigratorias rusas en el Uruguay.
Montevideo: Lucida ediciones.
GUIGOU, L. y ÁLVAREZ PEDROSIAN, E. (comp.). (2013). Abordajes hacia una
etnografía de la comunicación contemporánea. Montevideo: UDELAR.
JELIN, E. (2002). Los trabajos de la memoria. Madrid: Siglo XXI.
__________,(2008). La Industria Azucarera en el Perú. Acceso en junio del 2015
http://www.bcrp.gob.pe/docs/ProyeccionInstitucional/EncuentrosRegionales/2008/Lam
bayeque/EER-Lambayeque-Luna.pdf
LOPES, F. (2004). A reivenção política do MST: uma análise do programa de reforma
agrária do movimento dos trabalhadores rurais sem terra ao longo da sua história.
Tesis de Maestría en Ciencias Sociales- Faculdade de Filosofia e Ciências-UNESP.
MALINOWSKi, B. (1986 [1922]) Los argonautas del Pacífico occidental. Volumen I y
II. Barcelona: Planeta Agostini.
MARTINS DE SOUZA, J. (1980). Expropriação & Violência (a questão política no
campo). São Paulo: Hucitec.
MERENSON, S. (2010a). A mí me llaman peludo. Cultura, política y nación en los
márgenes del Uruguay. Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales. IDES/UNGS.
108
MERENSON, S. (2010 b). Las marchas de la Unión de Trabajadores Azucareros de
Artigas. La producción ritual de una formación discursiva [versión electrónica]. En
Romero, S. (ed.), Anuario de Antropología Social 2009-2010. (pp. 71-89). Montevideo:
FHCE, UdelaR. Acceso en noviembre del 2014,
http://www.unesco.org.uy/shs/fileadmin/templates/shs/archivos/anuario2009/Merenson.
MORAES, M. (1990). Bella Unión: De la estancia tradicional a la agricultura
moderna 1853-1965. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.
MORAES OBREGÓN, A. (2012). ¿Campo en disputa? El acceso a la tierra de los
trabajadores de UTAA al “Campo Placeres” en Bella Unión. Tesis de grado en
Agronomía- Facultad de Agronomía- UDELAR.
OYHANCTABAL, G. (2014). ¿Yo sé quién soy? Contradicciones en el pasaje de
asalariado a colono, el caso de los trabajadores de UTAA en la Colonia Raúl Sendic
Antonaccio. Ponencia presentada en el 2º Congreso de Ciencias Sociales Agrarias (6 al
8 de agosto del 2014). Regional Norte UDELAR.
PANIZZA, M. (2012). Bella Unión: luchas sociales en el primer gobierno del Frente
Amplio, periodo (2005-2010). Tesis de grado- Licenciatura en Sociología. FCS-
UDELAR.
PASTORINI, A. (1997). ¿Quién mueven los hilos de las políticas sociales? Avances y
límites en la categoría concesión- conquista. Serviço Social & Sociedade (53). Sao
Paulo.
PEIXOTO DE ALBURQUERQUE, P. (2004): Autogestión. En: Cattani, A (comp).
(2004). La otra Economía. Buenos Aires: Editorial Altamira
PEREIRA, F. (2011). Tierra: Relaciones entre las organizaciones cañeras y el Estado:
la complejidad de una construcción. Tesis de grado- Licenciatura en Sociología. FCS-
UDELAR.
PIÑEIRO, D. (2001). Los trabajadores rurales en un mundo que cambia: El caso de
Uruguay [versión electrónica]. Agrociencia. 5(1), (pp.68-75). Acceso en diciembre del
2014, http://www.fagro.edu.uy/~agrociencia/VOL5/1/P68-75.pdf
109
PIÑEIRO, D. y MORAES M. (2008). Los cambios de la sociedad rural durante el siglo
XX. En: El Uruguay del siglo XX. Tomo III. Montevideo: EBO. Acceso en mayo del
2015, www.fcs.edu.uy/archivos/Artículo%20Piñeiro%20Moraes.pdf
________ (2012) Un País en construcción y cambio. POLÍTICAS. 2(10). Secretaría de
Comunicación de la Presidencia de la República.
RABINOW, P. (1992). Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos. Madrid:
Júcar ediciones.
RICOEUR, P. (1994 [1983]). Tempo e narrativa. Tomo I. São Paulo: Papirus editora.
RICOEUR, P. (2008 [2000]). La memoria, la historia, el olvido. Buenos Aires: Fondo
de Cultura Económica.
RIELLA, A. y MASCHERONI, P. (2012). Desarrollo rural territorial: una
aproximación para el análisis de la experiencia de las mesas de desarrollo rural en
Uruguay. En: Departamento de Sociología. (2012). El Uruguay desde la Sociología X.
10 Reunión anual de Investigadores del Departamento de Sociología. Montevideo:
FCS UDELAR.
ROSENCOF, M. (2000). La rebelión de los cañeros. Montevideo: Fin de Siglo.
SAHLINS, M. (1988). Islas de historia. La muerte del capitán Cook. Metáfora
antropología e historia. Barcelona: Gedisa.
SANTAMARÍA, A. (1996) Caña de azúcar y producción de azúcar en Cuba. Creci-
miento y organización de la industria azucarera cubana desde mediados del siglo XIX
hasta la finalización de la Primera Guerra Mundial. En Naranjo, C., Pug-Samper M., y
García Mora, L. (1996). La nación soñada. Cuba, Puerto Rico y Filipinas ante el 98,
(pp.225-250). Aranjuez: Doce calles.
SANTAMARÍA, A. y GARCÍA. A. (2005). Azúcar en América. Revista de Indias,
2005, vol. LXV, núm. 233 (pp. 9-32). Acceso en junio del 2015,
http://digital.csic.es/bitstream/10261/28654/1/443.pdf
SCOTT, J. (2000). Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos Ocultos.
México: Ediciones ERA.
110
SIGAUD L. (1979). Os Clandestinos e os Direitos. Estudo sobre trabalhadores da
Cana de açuúcar de Pernambuco. São Paulo: Duas Cidades.
SILVA DE MORAES, M. A.(1999). Errantes de Fim do Seculo. São Paulo: UNESP.
WACQUANT, L. (2006 [2000]). Entre las cuerdas. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
ZEGARRA, E. (2004). La industria azucarera peruana en el contexto internacional y la
posible firma del TLC con los Estados Unidos. Acceso en junio del 2015,
http://www.grade.org.pe/download/Informe%20proy%20261.pdf
Otras fuentes consultadas
Instituto Nacional de Estadística. Censo 2011. Resultados finales Departamento de
Artigas. Acceso en http://www.ine.gub.uy/censos2011/resultadosfinales/artigas
Semanario Encuentro del Norte. 1992. 1 de agosto. Año 1 Número 21. Bella Unión.
Semanario Encuentro del Norte. 1992. 22 de agosto. Año 1 Número 24. Bella Unión.
Semanario Encuentro del Norte.1993. 27 de febrero. Año 2. Número50. Bella Unión
Semanario Encuentro del Norte. 1995. 9 de setiembre. Año 3 Número 170. Bella Unión.
Semanario Encuentro del Norte. 1995. 7 de octubre. Año 3 número 173. Bella Unión.
111
Anexos
Se adjunta un cd con un audiovisual de elaboración propia a partir de una selección de
fotografías tomadas en el campo, la mayoría de las imágenes que conforman el
audiovisual fueron capturadas por la autora, otras pertenecen a compañeras y
compañeros de Pay Paso, les agradezco a ellos por permitirme utilizar sus fotos.
En el mismo cd se encuentra un archivo de este texto en formato pdf.
Semanario Encuentro del Norte
A continuación se presentan algunas portadas y notas del semanario Encuentro del
Norte el cuál fue parte de la vida de los bellaunionense entre 1992 y 2004, en esos 12
años de publicaciones el semanario supo dar cuenta de la situación de crisis que
afectaba a la industria azucarera local.
Semanario
Encuentro del Norte. 28 de Marzo de 1992. Año 1 Número 3. Bella Unión.
113
Semanario Encuentro del Norte. 30 de
mayo de 1992. Año 1 Número 12. Bella Unión.
Semanario Encuentro del
Norte. 8 de agosto de 1992. Año 1 Número 22. Bella Unió.
114
Semanario Encuentro del Norte. 19 de marzo
de 1993. Año 2 Número 54. Bella Unión.
Proclama de la Intersectorial en medio de la
crisis: QUEREMOS MANTENER VIVIA LA CAÑA DE AZÚCAR- Semanario Encuentro del
Norte. 27 de marzo de 1993. Año 2 Número 55. Bella Unión.
115
Semanario Encuentro del Norte. 2 de
octubre de 1993. Año 2 Número 80. Bella Unión.
Semanar
io Encuentro del Norte. 23 de abril de 1994. Año 2 Número 106. Bella Unión.
116
Reflejos de la crisis- Semanario Encuentro
del Norte. 2 de setiembre de 1995. Año 3 Número 169. Bella Unión.
121
Semanario Encuentro del Norte. 15 de
diciembre del 2000. Año 9 Número 391. Bella Unión.
Semanario Encuentro del Norte.6 de julio del
2001. Año 10 Número 410. Bella Unión
122
Semanario Encuentro del Norte.9 de
noviembre del 2001. Año 10 Número 424. Bella Unión.
Movilización en Montevideo
sindicatos de UTAA y SOCA. Semanario Encuentro del Norte.7 de diciembre del 2001. Año 10
Número 427. Bella Unión.
123
Semanario Encuentro del Norte.18
de enero del 2002. Año 10 Número 431. Bella Unión.
Semanario
Encuentro del Norte.8 de febrero del 2002. Año 10 Número 433. Bella Unión.
124
Semanario Encuentro del Norte. 26 de juliodel
2002. Año 11 Número 449. Bella Unión
Semanario Encuentro del Norte. 10 de enero
del 2003. Año 11 Número 460. Bella Unión