Patio de los Jazmines

El patio es atravesado por una acequia de regadío, encontrada en las exploraciones arqueológicas, la cual durante la primera etapa del entonces noviciado pertenecía a las chacras y huertos del lugar.

Su construcción data de años posteriores al sismo de 1746 y fue constituida por 28 arcos sostenidos por columnas de madera de bálsamo y una pila de jaspe blanco en el medio del patio, con su alberca de la misma piedra y rodeada de cuatro jazmines.

El patio conservo sus principales características durante las etapas del Real Convictorio y del Colegio de San Carlos. Posteriormente, en su etapa como nueva sede de la Universidad de San Marcos, se ubicaron en este patio las aulas y dormitorios para alumnos internos y los servicios generales.

Durante la ocupación chilena, el patio sufrió importantes daños, como el maltrato de los pisos las paredes y de la acequia, la destrucción del departamento de excusados etc.

Terminada la ocupación chilena, se inició la reconstrucción del patio, reubicándose su pileta central. Los niveles superiores de las galerías fueron ocupados de desordenadamente por nuevas aulas y depósitos, debido a la falta de espacio.

Años más tarde, en 1992, se inició la restauración del Patio, recuperándose su trazado original. En la actualidad el patio alberga las nuevas áreas de depósitos y administración del Museo de Arqueología y Antropología, además de pequeño auditorio.

Los arcos del patio son de medio punto

Hacia 1927 el patio aun contaba con un nivel y también con un mirador de aire republicano. (¿)

El patio de los Jazmines vincula los principales espacios ceremoniales del centro cultural.

Patio de los chicos

También como de “la mula” o de “juniores seminaristas” este patio fue una de las nuevas construcciones realizadas después del terremoto de 1746.

Las exploraciones arqueológicas revelaron antiguos cimientos que pudieron pertenecer a una de las siete capillas de los jesuitas, ubicadas en la huerta del noviciado.

Se lo reconocieron en el patio dieciséis columnas de madera de bálsamo las cuales forman un corredor de 3 ángulos, además en medio del patio un corto jardín con árboles de naranjo y durazno.

En 1927 este patio perteneció a la Facultad de Ciencias, y contaba con amplios salones de clases. Sin embargo, en los siguientes años se realizaron modificaciones y ampliaciones debido a la falta de espacio, alterando la configuración del patio.

El patio original fue reducido a la mitad, gracias a las nuevas construcciones.

Debido a su estado ruinoso y a la perdida de escala urbana debido a las nuevas altas construcciones aledañas al complejo, en 1994 se inició la restauración del Patio de los Chicos, recuperando la planta original e incorporándole un segundo nivel, el cual, gracias a las técnicas contemporáneas, permitió ampliar la superficie útil y ocultar visualmente los edificios colindantes, recuperándose de esta forma la privacidad del patio.

Posteriormente en 1999 fue concluida la intervención del patio, brindando a la casona nuevas salas de bailes y ensayos para la Escuela de Ballet y otras instituciones, además de áreas de administración, dirección y camerinos.