parcial de sociología de la cultura

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Primer Parcial domiciliario de Sociologia de la cultura

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Sociologa de la cultura

Sociologa de la cultura

Prof. Federico Gobato

Primer parcial domiciliario

D a z A m a n d a L. / leg. 22099| 8

Sociologa de la cultura Prof. Federico Gobato

Primer Parcial domiciliario

Amanda Liliana Daz

Leg. 22099

28/05/2015

Pregunta 1

Opcin A

En el Captulo 3 El concepto de cultura de su obra Ideologa y cultura moderna. Teora critica social en la era de la comunicacin de masas, John B. Thompson describe y analiza tres concepciones generales de la cultura: la descriptiva, la simblica y la estructural. A partir de este texto, le solicito que: (i) caracterice comparativamente cada una de esas concepciones, especificando tanto sus particularidades como los elementos que las diferencian; (ii) ilustre cada una de ellas con ejemplos y referencias de los textos trabajados durante las clases 9 y 13 (cronograma de la Unidad 2).(i) Las concepciones descriptiva y simblica de la cultura son de cuo antropolgico y vinieron a discutir un concepto clsico del trmino cultura, usado como equivalente a civilizacin, en el sentido que la Ilustracin le otorg de desarrollar y ennoblecer las facultades humanas en orden al progreso del mundo moderno. La concepcin descriptiva de la cultura es definida por Thompson, condensando los enfoques de Tylor, Malinowski y otros, como: la cultura de un grupo o sociedad es el conjunto de creencias, costumbres, ideas y valores, as como los artefactos, objetos e instrumentos materiales que adquieren los individuos como miembros de ese grupo o esa sociedad (1998:191). Esta concepcin encuentra su poca de vigencia desde finales del siglo XIX y mediados del XX, la principal corriente a su interior es el funcionalismo, el cual, busca identificar las necesidades que la cultura cubre en una sociedad y, compararlas con las formas en que otras sociedades lo hacen. Este concepto, por ser demasiado abarcativo ha merecido crticas debido al riesgo de que pueda incluir a la propia antropologa cultural, adems de que no permitira una metodologa cientfica adecuada.Frente a la posicin funcionalista, surgieron nuevas formas de pensar el fenmeno cultural desde posiciones que no jerarquizan a las culturas ni a las formas expresivas que toman. La concepcin simblica de la cultura se apoya en el carcter simblico que es especfico de la vida humana, interrogndose sobre las capas de significado que las personas construyen para dotar de sentido sus experiencias de vida. Su irrupcin coincide con el denominado giro lingstico, tendencia que en las Ciencias Sociales se us para analizar la cultura como si se tratara de un texto escrito, tratando de descifrar patrones de significado y matrices de sentido (si es irona o clera, burla o desafo, orgullo o vanidad, etc.) para descubrir tanto como interactan como sus consecuencias. Destaca la produccin de Clifford Geertz (1973), con su descripcin densa, interpretativa y microscpica, donde el anlisis cultural radica en desentraar estructuras de significacin y determinar su campo social y alcance. Thompson critica a Geertz, por prescindir de factores externos al texto social que est indagando, por problemas metodolgicos al asignar interpretaciones sin respaldo, advirtiendo que la relacin entre el texto etnogrfico y el tema explorado puede ser ms compleja de lo esperado y por pasar por alto el tema del poder y del conflicto, cuestiones inherentes a toda vida social.Con la concepcin estructural de la cultura, que es tributaria de la concepcin simblica, Thompson propone salvar las carencias de dicha concepcin mediante () el estudio de las formas simblicas () en relacin con los contextos y procesos histricamente especficos y estructurados socialmente, en los cuales, y por medio de los cuales, se producen, transmiten y reciben tales formas simblicas.(p.198).Las formas simblicas son las acciones, gestos, rituales, objetos, discursos y las expresiones significativas de diversos tipos. La perspectiva estructural las analiza en a) sus rasgos estructurales internos y en b) los procesos de estructuracin donde se insertan. Los rasgos estructurales internos son descritos con cinco aspectos que intervienen en la construccin de las formas simblicas: intencional, convencional, estructural, referencial y contextual. El aspecto intencional se refiere a que son producidas por un sujeto al que le deben intencin y sentido. Por convencional se entiende que cada forma simblica depende de reglas de codificacin/decodificacin. El aspecto estructural alude a que el sentido de una forma simblica depende de las relaciones de los elementos que la componen. En tanto que, siempre, las formas simblicas se refieren a algo, son referenciales. Cada forma simblica depende del contexto histrico en que es producida, recibida y significada, sea lugar, situacin, relaciones de poder, etc. Para contextualizar una forma simblica desde la concepcin estructural de la cultura hay que considerar a) un escenario espacio-temporal habitado por el sujeto o los sujetos que producen la forma simblica, b) un escenario espacio-temporal habitado por el sujeto o los sujetos que reciben la forma simblica y c) criterios de valoracin compartidos para la forma simblica.

Para fundamentar su concepcin estructural de la cultura y su anlisis contextual de las formas simblicas, Thompson echa mano de la teora de los campos de Pierre Bourdieu. El abordaje sociolgico de Bourdieu es bsicamente relacional. Sus conceptos centrales son habitus, campo y capital. El campo es un conjunto de relaciones histricas y objetivas entre posiciones que dependen del volumen y composicin del capital en juego en dicho campo. Capital hace referencia a trabajo acumulado que es disputado para su apropiacin por los agentes que participan en el campo (cada campo tendr una especie particular de capital). La posicin en el campo y el capital efectivamente apropiado viven en el habitus, que es un sistema de disposiciones duraderas en el interior de los agentes, que funciona como estructura estructurada, en el sentido de que ha sido fruto de procesos de inculcacin de las estructuras objetivas, y al mismo tiempo estructurante, porque genera prcticas ajustadas a las modalidades propias del campo. ii)

Para ilustrar la concepcin simblica de la cultura:

En Vidas beligerantes. Dos mujeres argentinas, dos protestas y la bsqueda de reconocimiento, Javier Auyero realiza una etnografa, desplegando la tradicin clsica geertziana de la descripcin densa y del punto de vista del actor, para encontrar los vnculos entre los sentidos de la protesta durante y despus del hecho y las biografas individuales de dos protagonistas: Nana, ex reina del carnaval como partcipe del Santiagueazo de 1993 y Laura, una maestra representante de los piqueteros en la pueblada de Cutral-co y Plaza Huincul en 1996. A la caza del significado, trascendiendo los mviles econmicos de la protesta, Auyero realiza entrevistas en profundidad a las protagonistas y a otros actores, recopila artculos periodsticos, diarios, fotografas, objetos recolectados como souvenir durante los hechos, hace observaciones, interviene en reuniones, recoge impresiones, pensamientos, preguntas y desacuerdos. Como corolario, nos entrega una conclusin que anuda la protesta con la vida cotidiana de sus protagonistas, en sus propias palabras: En este libro afirmo que los manifestantes en Santiago del Estero y en Neuqun han buscado, ciertamente, trabajo y salario, pero tambin han buscado dignidad.Para ilustrar la concepcin estructural de la cultura:En Un arma sagrada. Los boxeadores profesionales: capital corporal y trabajo corporal., Lois Wacquant se sirve de una concepcin estructural de la cultura para analizar la correspondencia entre las estructuras sociales y mentales (aunque el enfoque del punto de vista del boxeador tambin recupera en algo a Geertz). En esta etnografa, Wacquant, haciendo uso de la teora de los campos de Bourdieu, enmarca el campo pugilstico, planteando que el capital en disputa es un tipo particular de capital corporal: el capital pugilstico, acumulado mediante el trabajo corporal de los boxeadores. La illusio, el trmino que Bourdieu acu para ilustrar el inters por participar y seguir en el juego (la actividad fundamental del campo, con sus reglas y desafos propios), que implica un especial involucramiento, hace que los agentes se integren al campo segn un particular universo moral muy comprometido, una tica del sacrificio que se plasma en el cuerpo y la mente de los boxeadores. La illusio pugilstica se aloja en el propio cuerpo de los boxeadores, se vuelve capital corporal. Y, tal como afirma Wacquant: () son los mismos esquemas fundamentales los que gobiernan el complejo mente-cuerpo del boxeador y la operacin del campo pugilstico, estructurando al mismo tiempo sus categoras mentales y corporales de percepcin apreciacin y accin, y el funcionamiento de la economa material-moral del boxeo. (p.286)

Pregunta 2

Opcin C

Para Raymond Williams, todo proceso cultural es histrico, complejo y dinmico. Para analizarlo y comprenderlo es preciso hacer foco sobre tres aspectos: las tradiciones, las instituciones y las formaciones. A partir de esto, le propongo que: (i) Defina y describa cada uno de estos aspectos, sealando las dinmicas sociales o procesos culturales que el autor intenta describir y conocer con estas nociones. (ii) Conjeture: con qu ideas, conceptos o propuestas Pierre Bourdieu interpela el mismo orden de fenmenos que Williams describe con las ideas de tradicin, institucin y formacin?

(i) Raymond Williams (1921-1988), padre fundador de los Estudios Culturales britnicos, adhiere a un concepto amplio de cultura como constituyente de la realidad social.

Exponente del materialismo cultural, en su libro Marxismo y literatura (1980) discute con la clsica interpretacin marxista base/estructura como dos reas separadas donde la base determina la superestructura, ya que estn integradas, y deben verse como actividades y productos generados por la actividad humana, conectados indisolublemente. En su enfoque, la actividad cultural no puede verse slo como superestructura o reflejo de las bases sino como un proceso asociado a la realidad y la prctica. Lo que implica adems, el carcter material de la produccin de un orden cultural, sobre el que Williams quiere poner nfasis:Desde los castillos, palacios e iglesias hasta las prisiones, asilos y escuelas; desde el armamento de guerra hasta el control de la prensa, toda clase gobernante, por medios variables, aunque siempre de modo material produce un orden poltico y social. Estas actividades no son nunca superestructurales. (1977, p.112)

La determinacin es, entonces, un proceso cultural activo, que se traduce como fijacin de lmites y ejercicio de presiones. La determinacin nos habla de dominacin. Williams retoma el concepto gramsciano de hegemona, pero le da su propio tinte. La hegemona se distancia del mero dominio coercitivo para constituirse en un entrelazamiento de fuerzas polticas, sociales y culturales; es un proceso activo en ejercicio que excede el concepto de cultura como proceso social total y tambin el de ideologa. En sus palabras, la hegemona es un vvido sistema de significados y valores-fundamentales y constitutivos-que en la medida que son experimentados como prcticas parecen confirmarse recprocamente.(1977, p.131). Para la mayora de las personas la hegemona es un sentido de la realidad, as viven la dominacin.

Visto que la hegemona es siempre un proceso complejo de experiencias, relaciones y actividades que tienen lmites y presiones cambiantes segn los contextos y la historia, Williams introduce las nociones de hegemonas alternativas y contrahegemona para mostrar que la hegemona, en tanto proceso, se halla bajo continua recreacin y negociacin y constantemente resulta desafiado y resistido. Esto da cuenta, tambin, de su disposicin, de cuo marxista, a creer en las potencialidades creativas del hombre:() ningn modo de produccin y por lo tanto ningn orden social dominante y por lo tanto ninguna cultura dominante verdaderamente incluye o agota toda la prctica humana, toda la energa humana y toda la intencin humana. (1977, p. 147)

Toda vez que la hegemona se encarga de incorporar a una cultura y a un orden social efectivo una serie de significados, valores y prcticas, y que la determinacin es un proceso cultural activo, hay que considerar tres aspectos del proceso cultural: tradiciones, instituciones y formaciones (que podran corresponderse con los tres sentidos de la superestructura en Marx).Las tradiciones son la expresin ms evidente de las presiones y lmites establecidos por lo hegemnico. Para que se establezca una tradicin se requiere una discriminacin previa, una seleccin intencional de un segmento del pasado desde el presente. Esta conexin tiene por objeto ratificar un orden contemporneo establecido. Trada del pasado, es funcionalmente operativa en el presente.Las instituciones, tanto culturales como econmicas y polticas (Iglesia, comunidad, escuela, lugar de trabajo, medios de comunicacin, etc.) son formales y estn, por lo general, a cargo de los lmites que el orden social establece, y su funcin primordial es la de ser entes socializadores. A travs de ellas, los sujetos incorporan una esfera de significados, valores y prcticas que son los verdaderos fundamentos de lo hegemnico. Como nuestro tiempo evidencia dramticamente, no son monolticas, siempre pueden estar en riesgo y su xito es variable. Las formaciones son los movimientos y las tendencias que influyen en la cultura en relacin compleja con las instituciones formales. Son esquemas de prcticas portadores de novedad, que pueden provenir de lo alternativo y an opuesto, tanto como pueden estar vinculados a la hegemona dominante, tratando de recrearla.ii) Desde la perspectiva de Raymond Williams la hegemona es un proceso en ejercicio que vincula los lmites y las presiones del orden hegemnico con las actividades concretas, relaciones y experiencias de los sujetos, todo lo cual es siempre historia. Tradiciones, instituciones y formaciones, ya que eventualmente stas ltimas tienden a convertirse en nuevas tradiciones o nuevas instituciones, son aspectos del proceso cultural mediante el cual se produce la incorporacin de la historia. Este proceso activo de lo hegemnico guarda afinidad con el concepto de habitus de Pierre Bourdieu como historia hecha cuerpo (como conformacin del capital cultural). Tal como lo enuncia en El sentido prctico:Producto de la historia, el habitus origina prcticas, individuales y colectivas, y por ende historia, de acuerdo con los esquemas engendrados por la historia; es el habitus el que asegura la presencia activa de las experiencias pasadas que, registradas en cada organismo bajo la forma de esquemas de percepcin, de pensamientos y de accin, tienden, con ms seguridad que todas las reglas formales y todas las normas explcitas, a garantizar la conformidad de las prcticas y su constancia a travs del tiempo.(2007, p.88)

BibliografaAuyero, J. (2004): Introduccin: acerca de la interseccin de las biografas individuales y colectiva y la protesta. En Vidas beligerantes. Dos mujeres argentinas, dos protestas y la bsqueda de reconocimiento. Bernal: UNQ.

Bourdieu, P. (2007[1980]): El sentido prctico. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

Bourdieu, P. (2011): Las estrategias de la reproduccin social. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.Bourdieu, P. (2011): Razones prcticas. Sobre la teora de la accin. Barcelona: Anagrama.

Bourdieu, P. (2014 [1983]): Dijo usted popular?. En: AAVV, Qu es un pueblo? Buenos Aires: Eterna Cadencia Editora. Geertz, C. (1973): Descripcin densa: hacia una teora interpretativa de la cultura. En La interpretacin de las culturas. Barcelona: Gedisa.

Hall, S. (1984): Notas sobre la desconstruccin de lo popular. En: Samuel, R. (ed.), Historia popular y teora socialista. Barcelona: Critica.Thompson, J. (1998): 3. El concepto de cultura en Ideologa y cultura moderna. Teora crtica social en la era de la comunicacin de masas. Mxico: UAM-Xochimilco.Wacquant, L. (1999): Un arma sagrada. Los boxeadores profesionales: capital corporal y trabajo corporal. En Auyero J., Caja de herramientas. El lugar de la cultura en la sociologa norteamericana. Bernal: UNQ.

Williams, R. (1997 [1977]): Marxismo y literatura. Barcelona: Pennsula. Cabe aclarar, aunque no se ha circunscripto a ello.